Las alergias no existen | ![]() |
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El provocador título del taller proviene de un libro de Salomón Sellam, doctor en medicina y formador en biodescodificación, aunque parece que el título ha cambiado en la segunda edición del libro a algo menos impactante: "Las alergias: ¿cuales son las verdaderas razones de las alergias?".
En el libro Salomón se propone la idea de que las alergias son un tipo de "fobia física" que desencadena el cuerpo para evitar el recuerdo de alguna situación muy dolorosa emocionalmente. Por tanto, la causa de la reacción alérgica sería psicosomática y, al liberar la respuesta emocional que la dispara, se mitigarían o desaparecerían los síntomas.
Según Sellam, todas las alergias se crean siguiendo los mismos pasos:
La dificultad principal en el tratamiento de la alergia radica en la asombrosa capacidad asociativa del subconsciente. Existen casos muy claros con simbologías que suelen respetarse, sobre todo la de los síntomas, pero conocerlas sirve más como pista que como regla infalible. Para dejar constancia de ello, se citan en el libro gran cantidad de ejemplos clínicos, algunos de ellos muy sorprendentes.
Leche: madre;
pan: familia;
alcohol: dulce transformado.
Polen: reproducción.
Perro y gato: hogar familiar.
Agua: madre, maternidad;
sol: padre, paternidad, dar luz;
polvo: sexo, suciedad.
Rinitis (estornudos y desaparición del olfato): asociado a no querer percibir el olor en el ambiente o incluso el viento.
Conjuntivitis (lagrimeo y picor): no querer ver con claridad visión.
Dermatosis (edema que anega los receptores cutáneos): modo de evitar el "contacto" o la falta de él, separación.
Edema de Quincke (garganta): las tensiones en la garganta se asocian a miedos y la incapacidad de expresar.
Alergia a la fresa: una pareja está cenando y en el postre, fresas, ella le dice a él que le deja.
Alergia al café: una cafetera fue el regalo de despedida de su primer novio.
Alergia al pato: una bandada de patos pasaba cuando su novio le decía que sus padres se mudaban de ciudad.
Alergia a las mimosas: el dibujo que llevaba su madre en el delantal cuando se despidió para irse con su marido, era de mimosas.
Alergia a las rosas: nombre de la exmujer.
Alergia al pelo de gato: el recuerdo que tiene de su abuela fallecida es una foto con un gato en regazo.
Alergia a la tiza: asociada a una bronca del maestro al no saber resolver un problema en la pizarra.
Alergia a la bisutería: asociada a la desvalorización que representa para ella no portar metales preciosos.
Alergia al polvo: pillado con su prima bajo la cama.
Alergia a las plumas y ácaros: sorprendido con su prima bajo un edredón.
Tienes tres vías principales para trabajar con tu alergia. Pero, por supuesto, ninguna de estas vías reemplaza de algún modo al sentido común, ni al proceso de diagnóstico. Tampoco da las directrices necesarias para establecer el tratamiento adecuado que solo un médico está habilitado a prescribir o a modificar en función de los resultados clínicos y en particular al cese de la terapia.