EL LIBRO DE DIOS AMOR: CAPÍTULO 12.- YO NO HE CREADO FRONTERAS

[Jimmy Araya]

EL LIBRO DE DIOS AMOR: CAPÍTULO 12.- YO NO HE CREADO FRONTERAS

• Publicado por Eisset Leduc - Administración el enero 18, 2018 a las 5:25pm en LOS GRANDES MAESTROS DEL CORAZÓN
  

Yo no he creado fronteras,
puesto que todos son mis hijos
y no los quiero divididos
igual como tú no quisieras
ver a los tuyos separados y enemigos.

No favorezco las guerras, no me complace la división,
la violencia, ni la injusticia,
porque todo eso impide la felicidad de mis hijos.

Quiero para ellos un mundo bueno
con aire y aguas limpias,
con alimentos puros para el cuerpo y el alma,
quiero que puedan dormir en paz,
y no los aceche el delincuente legal o ilegal.

Que puedan compartirlo todo,  en justicia y libertad,
que cada cual reciba según lo que pueda y desee entregar,
pero no más de lo que necesita,
ni más de lo que afecte a la comunidad.

Que no se le obligue a dar, que entregue por conciencia,
por servicio y Amor, si es que lo puede hacer
y que reciba según lo que da.

Todo es para ser compartido por todos
pero no al precio de la libertad,
no por obligación, tampoco al precio de la justicia
ni por egoísmo ni a la fuerza.

El espíritu del hombre es libre y él lo presiente
pero se le reprime, se le atemoriza, se le prohíbe

se le impone,  se le viola.

Por egoísmo se sacrifica la justicia,
aumentan las diferencias, crece la división,
la separación, la inhumana competencia.

El débil es aplastado hasta que los débiles se unen
y surge la violencia.

No precisa de teorías el sistema natural y universal,
mis regalos y los que el hombre crea
para todos son.

El fruto no pertenece al árbol, viene de Dios,
del sol, de la tierra y del agua,
y es para todos.

El agua no pertenece al río, viene de Dios,
del mar, del lago, de la nube,
y es para todos.

Todo se disuelve y retorna a su origen
y continúa sirviendo.

El sol comparte sus rayos, pero a nadie pertenecen
ni siquiera al sol.

Las palabras pertenencia y propiedad
en el lenguaje del Amor
y de la Luz del Nuevo Tiempo,
no existen,  nadie es dueño de nada ni de nadie,
todo es un gran compartir.

El resto es apego, egoísmo, temor e ilusión.

 

El hombre no es amo del hombre ni de la tierra,
no puede vender la montaña ni la nube,
ni el mar.

Toda propiedad es ilusión,  apropiación indebida,
los objetos que utilizas no te pertenecen,
tú eres transitorio administrador,
no los llevarás al más allá.

Amar no es dominar ni poseer.

Los hijos que engendraste no son tuyos,
están contigo mientras les sirvas,
luego deben continuar su destino y servir a quienes les sigan.

La gaviota emigra de hemisferio a hemisferio
y nadie le impide su viajar,
pero el hombre es detenido por el que se apropió de la tierra
y del hombre.

El puma prefiere su propio territorio
y nadie le obliga a emigrar,
pero el hombre es expulsado
por el que se apropió de la tierra
y del hombre.

Pero con la Luz del Nuevo Tiempo,
en las consciencias la Armonía Universal
será reflejada en el mundo,
y no habrá más dolor para mis hijos,
nunca más.