Las acusaciones se derivan de la
Institución Americana de la Arqueología Alternativa (AIAA) que el
Instituto Smithsonian había destruido miles de restos de humano gigantes
durante los primeros años de 1900. No fue tomada a la ligera por el
Smithsonian que respondieron demandando a la organización por difamación
y tratando de dañar la reputación de la institución de 168 años de
antigüedad.
Durante el juicio, nuevos elementos se sacaron a la luz mientras
varios denunciantes del Smithsonian admitieron la existencia de
documentos que supuestamente demostraban la destrucción de decenas de
miles de esqueletos humanos que alcanzaban entre los 2 metros a 4 metros
de altura, "una real arqueología del mainstream no puede admitirlo por
diferentes razones", afirma el portavoz de la AIAA, James Churward.
El
punto de inflexión de la causa judicial fue cuando un fémur de un
humano de 1,3 metros de largo se mostró como prueba en los tribunales
mostrando la existencia de tales huesos de humanos gigantes. La
evidencia fue un duro golpe para los abogados del Smithsonian ya que el
hueso había sido robado del propio Smithsonian por uno de sus comisarios
de alto nivel a mediados de 1930 que había mantenido el hueso durante
toda su vida y que había admitido en su lecho de muerte por escrito de
las operaciones encubiertas del Smithsonian.

Un
fémur de un humano gigante descubierto en Ohio en 2011 por la
Asociación Americana de la Arqueología Alternativa, similar a la
evidencia presentada en la corte.
"Es una cosa terrible lo que se está haciendo al pueblo
estadounidense", escribió en la carta. "Estamos escondiendo la verdad
acerca de los antepasados de la humanidad, nuestros antepasados, los
gigantes que poblaban la Tierra como se recuerda en la Biblia y los
textos antiguos del mundo".
La Corte Suprema de los Estados
Unidos ha obligado a la Institución Smithsonian, a publicar la
información clasificada sobre cualquier cosa relacionada con la
"destrucción de pruebas relacionadas con la cultura de constructores de
montículos" y elementos "en relación con los esqueletos humanos de mayor
altura de lo habitual".
"La publicación de estos documentos
ayudará a los arqueólogos e historiadores a re-evaluar las teorías
actuales sobre la evolución humana y nos ayudan a una mayor comprensión
de la cultura de los constructores de montículos en América y alrededor
del mundo", explica el director AIAA, Hans Guttenberg.
"Finalmente,
después de más de un siglo de mentiras, la verdad acerca de nuestros
antepasados gigantes se revelara al mundo", reconoce, visiblemente
satisfecho por la decisión de la corte.