F. M. Shakil.
20 de mayo 2024.
El 13 de mayo, India e Irán acordaron una asociación de 10 años para establecer una ruta comercial que conecte Irán, India y Afganistán a través del estratégico puerto de Chabahar. Esta medida socava las esperanzas de un Corredor India-Oriente Próximo-Europa (IMEC), respaldado por Estados Unidos, que una India con Europa, Asia Occidental y el Estado de ocupación israelí.
La firma de un acuerdo a largo plazo sobre el puerto de Chabahar tiene importancia estratégica debido a su papel previsto en el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), una amplia iniciativa de transporte terrestre, ferroviario y marítimo que une Rusia con Irán e India.
El desarrollo del puerto de Chabahar en el marco del acuerdo trilateral afgano-iraní-indio repercutirá sin duda en la dinámica regional, ya que Irán e India intensificarán su implicación en Afganistán, aislando aún más a Estados Unidos y Pakistán.
Ziaul Haq Sarhadi, ex director y coordinador de la Cámara de Comercio e Industria Conjunta Pakistán-Afganistán (PAJCCI), explica a The Cradle:
Pakistán ya ha perdido una cuota del 80% del comercio de tránsito con Afganistán, a pesar de la puesta en servicio parcial de Chabahar. Con la firma de este acuerdo, el resto del comercio de tránsito se trasladaría a puertos iraníes, dejando a Pakistán completamente fuera de juego.
Sarhadi señala que la propia Islamabad desalentó a los importadores afganos imponiendo fuertes aranceles e impuestos al comercio de tránsito, incluida una garantía bancaria del 100% sobre los contenedores que transportan mercancías afganas en tránsito.
La consternación de Washington por el corredor Irán-India refleja un cambio de prioridades debido al realineamiento de las tácticas. Inicialmente, Estados Unidos no se opuso a la participación de India en el proyecto de Chabahar, pues creía que rivalizaría con la multimillonaria Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) de China y contrarrestaría la creciente influencia de Pekín en el océano Índico y el mar Arábigo. Estados Unidos percibía el puerto iraní como una competencia directa al puerto de Gwadar, financiado por China y situado en la provincia paquistaní de Baluchistán, lo que suavizó su postura respecto al puerto de Chabahar.
Sin embargo, cuando Delhi y Teherán cerraron el acuerdo, Estados Unidos instó a los paises vecinos de Irán a abstenerse de entablar cualquier tipo de comercio con la República Islámica, que ya está sometida a sanciones estadounidenses. Los círculos políticos pakistaníes afirman que Estados Unidos sintió una amenaza geopolítica en el empeño indio, al temer una asociación económica y militar más sustancial entre Irán, Rusia e India mediante el establecimiento del puerto de Chabahar y su posterior sincronización con el INSTC.
«India y Pakistán ya han firmado acuerdos multimillonarios con Irán, e India se ha comprometido a integrar el puerto de Chabahar con el INSTC. Eso explica por qué Estados Unidos siente el calor», explica a The Cradle Zahid Khan, secretario central de información del Partido Nacional Awami (ANP).
Khan atribuye la impulsiva respuesta estadounidense al deterioro de la reputación de Washington y a su vulnerable posición en la zona como consecuencia de su apoyo militar y financiero a la campaña genocida de Israel en Palestina.
«No querían que Teherán robara el protagonismo en el comercio regional e internacional porque socavaría por completo todo el propósito de las políticas de Estados Unidos en Oriente Medio», afirma, y añade que Estados Unidos se juega mucho en Asia Occidental, donde creen que Teherán no tiene ninguna posibilidad.
El mismo día en que India e Irán firmaron el acuerdo, el Departamento de Estado estadounidense declaró que India no quedaría exenta de las sanciones estadounidenses si seguía invirtiendo en Irán.
El día después de que EE.UU. advirtiera a India de un «riesgo potencial de sanciones», el ministro indio de Asuntos Exteriores, S. Jaishankar, recalcó que el proyecto beneficiará a toda la región: «No hay que tener una visión estrecha». Recordó a Washington que ya habían reconocido anteriormente la importancia del puerto de Chabahar.
EE.UU. también hizo una advertencia similar a Pakistán el mes pasado, cuando el difunto presidente iraní Ebrahim Raisi visitó Pakistán del 22 al 24 de abril. Durante esta visita, Islamabad prometió una mayor seguridad y cooperación económica, e Irán prometió aumentar el comercio bilateral a 10.000 millones de dólares desde los 2.000 millones actuales en los próximos cinco años.
Ambas partes acordaron también colaborar en el sector energético, incluido el comercio de electricidad, las líneas de transmisión de energía y el proyecto de gasoducto Irán-Pakistán. El último día de la visita de Raisi, Estados Unidos advirtió a Pakistán sin nombrarlo.
Aconsejamos a cualquiera que esté considerando hacer negocios con Irán que sea consciente del riesgo potencial de las sanciones, declaró el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, durante una rueda de prensa el 24 de abril.
Ha habido pocas o ninguna actividad por parte de Pakistán que demuestre que se toma en serio ignorar la presión estadounidense sobre el proyecto del oleoducto Irán-Pakistán. En marzo de este año, el ministro de Petróleo, Dr Musadik Malik, declaró a los periodistas que el gobierno buscaría la exención de las sanciones estadounidenses para el proyecto del gasoducto.
Sin embargo, una semana antes, el Ministerio de Asuntos Exteriores adoptó una postura contradictoria en una rueda de prensa, afirmando que no cabía discusión ni exención alguna por parte de terceros. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán, Mumtaz Zahra Baloch, declaró que la decisión de Pakistán de seguir adelante con el gasoducto era de soberanía del país, ya que quería construir un gasoducto dentro de su propio territorio. «Por tanto, no creemos que en este momento haya lugar para ninguna discusión o renuncia por parte de un tercero», añadió.
Curiosamente, Estados Unidos ya ha rechazado una exención sobre el gasoducto Irán-Pakistán y en marzo comunicó que no cabía una exención para el suministro de gas iraní a Pakistán porque la postura estadounidense sobre Chabahar era irreversible. Sin embargo, en febrero, el gobierno provisional de Pakistán aprobó la construcción de un tramo de 80 kilómetros del gasoducto, principalmente para evitar pagar a Irán 18.000 millones de dólares en multas por años de retrasos en el proyecto.
En la cumbre del G20 celebrada en Nueva Delhi el año pasado, Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y la UE firmaron un acuerdo preliminar en el que inicialmente se insinuaba la creación de un nuevo corredor que permitiera una circulación fluida y eficaz de bienes y servicios entre Israel, la UE, Emiratos Árabes Unidos e India.
Además de su objetivo declarado, la motivación subyacente del IMEC era impugnar la BRI impugnar la BRI. La ruta comercial propuesta abarca 4800 kilómetros y consta de dos corredores principales: el corredor oriental, que conecta India con el Golfo Pérsico, y el corredor septentrional, que une el Golfo con Europa.
Estados Unidos pretendía integrar la economía de Israel en Asia Occidental con la ayuda de India y establecer conexiones entre Israel y los mercados de Asia Occidental, Europa y Asia Oriental.
La creación del IMEC ha puesto en entredicho no sólo la empresa conjunta Irán-Rusia-India en el INSTC, sino también la empresa Irán-India en el puerto de Chabahar, colocando a India en una posición difícil. Washington dudaba en confiar demasiado en estos proyectos, que podrían aumentar la dependencia de India de Rusia e Irán e incluso animar a Pakistán a seguir adelante con el proyecto del gasoducto. Teniendo en cuenta estos puntos, se puede deducir fácilmente por qué Estados Unidos reaccionó tan ferozmente contra el puerto iraní.
Dados los planes de los BRICS de sustituir el dólar por un medio de cambio BRICS en su próxima cumbre en Rusia este año, India ha aprovechado una oportunidad única para firmar el acuerdo del puerto de Chabahar, con la esperanza de que Washington se lo piense dos veces antes de imponer sanciones a India durante este delicado periodo.
Numerosos datos económicos apuntan a considerables desequilibrios en el comercio exterior no petrolero de Irán en 2023, con importantes socios comerciales recortando sus importaciones de bienes iraníes. Irán Internacional publicó un estudio que presenta un panorama desalentador de los diez primeros meses del año fiscal en curso, que comenzó el 21 de marzo de 2023.
Las estimaciones sitúan el déficit comercial no petrolero de Irán en aproximadamente 14.000 millones de dólares. Las exportaciones no petroleras han disminuido un 10,7 por ciento anual hasta los 40.470 millones de dólares, mientras que las importaciones han aumentado un 12 por ciento hasta los 54.400 millones de dólares.
China, EAU, Irak, Turquía e India figuran entre los principales socios comerciales de Irán. Las importaciones de los otros cuatro socios procedentes de Irán disminuyeron drásticamente el año pasado, salvo en el caso de los EAU, que reexportan principalmente productos iraníes. China experimentó una reducción del 28%, Turquía del 33%, India del 7% e Irak del 14%. En cambio, las exportaciones a los EAU aumentaron un 8%, hasta 5.200 millones de dólares.
Según Mahjoob Zweiri y Nael Abusharar, que escriben para Middle East Policy, el comercio de Irán con los EAU debería haber sufrido un descenso debido a las sanciones, ya que los EAU estaban alineados con la política estadounidense respecto a la República Islámica. Sin embargo, las sanciones tuvieron un impacto positivo en el comercio de Irán con Qatar, compensando en parte el declive de EAU.
El comercio de Irán con Qatar se disparó después de 2017, pero su comercio con los EAU cayó en picado debido a las políticas que pusieron en aprietos a las empresas iraníes que hacen negocios en Dubái, según el informe. El aumento de las exportaciones a los EAU durante el año fiscal en curso es indicativo de que las empresas iraníes importan bienes en Dubái para su posterior exportación a otros destinos.
La asociación estratégica entre India e Irán para desarrollar el puerto de Chabahar representa un cambio fundamental en la geopolítica regional, con profundas implicaciones para las rutas comerciales y las alianzas.
Esta colaboración no sólo refuerza el INSTC, sino que también desafía la influencia de Estados Unidos en la región, que ya está en declive.
Traducción nuestra
*F.M. Shakil Periodista independiente, colaborador en diferentes medios como Almayadeen, Asia Times, The Cradle y otros.
Fuente original: The Cradle
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