Uno de los
imprescindibles
Más que el fallecimiento de un colega, la partida de Norberto
Alayón supone para muchas personas tener que despedirnos de un
amigo entrañable con quien tanto aprendimos y sonreímos. Un
referente en el sur de nuestra América a quien siempre teníamos
presente en nuestras reflexiones académicas. Uno de los
imprescindibles.
Con su partida, se va una parte de nosotras, pero nos queda la
satisfacción de su amistad, la gloria de lo construido en
conjunto.
Mi primer contacto con Norberto fue siendo estudiante,
un texto suyo en mimeo enriqueció nuestra formación a finales de
los 80. Luego tendría conocimiento de sus libros y en un momento
determinado entraríamos en contacto gracias al Boletín Electrónico
Surá. Coincidiríamos en diferentes eventos académicos tanto en
Costa Rica como en otros países de América Latina; en esos
espacios eran destacables su fraternidad, su alegría, su pasión
por el Trabajo Social, su apuesta latinoamericana, su imbatible
convicción por la emancipación de nuestros pueblos; misma que
expresaba incólume en sus mensajes de Whatsapp previos a su
partida.
Siendo un joven estudiante universitario en los años 60, Norberto
se caracterizó por su rigor académico y su militancia política,
esto lo llevaría a ser parte de la Generación del 65 y un activo
participante del Movimiento de la Reconceptualización del Trabajo
Social. Justamente esas actividades de naturaleza
académico-políticas le supondrían la detención, tortura y
privación de su libertad por parte de la dictadura argentina que
se encarnó en ese país a mediados de los años 70. Lejos de
amedrentarlo, su condición de detenido político le inyectó mayor
fuerza, y catapultaría sus acciones en pos de una sociedad mejor.
Una vez libre, fue proscrito de la academia argentina, lo que lo
llevaría a Perú, donde tuvo un fuerte vínculo con el Centro
Latinoamericano de Trabajo Social (CELATS), donde fue Coordinador
Académico.
De regreso a Argentina, pudo retomar su carrera como docente
universitario, la cual fue sumamente destacada; dejando a lo largo
de varias décadas, una impronta que enriquecería no solo a
centenares de jóvenes profesionales de ese país, sino también de
toda América Latina.
Siempre inquieto y comprometido académica y políticamente,
Norberto se convirtió en un referente del Trabajo Social
latinoamericano, en un invitado regular de congresos, mesas de
discusión, talleres. Su prodigiosa memoria, pero también el
haberse vinculado tan orgánicamente con el Trabajo Social, lo
convertía en una voz autorizada para brindar de manera respetuosa
y sin imposiciones, diversos criterios e interpretaciones sobre la
historia, presente y futuro del Trabajo Social.
Norberto se caracterizó por ser un docente preocupando e
interesado en los temas de la articulación latinoamericana, de ahí
su relación cercana con la desaparecida Asociación Latinoamericana
de Escuelas de Trabajo Social, y su sucesora, la Asociación
Latinoamericana de Enseñanza de Investigación en Trabajo Social.
En ese contexto, tuvo una activa participación en los Seminarios
Latinoamericanos de Escuelas de Trabajo Social realizados en Costa
Rica (2004), Argentina (2012) y México (2015).
Con más de 20 libros a su haber, incluso uno de muy reciente
publicación, decenas de artículos, y centenares de artículos de
opinión, Norberto nos deja un legado académico y ético-político
que sin lugar a dudas, va a requerir de un profundo estudio de
parte de las personas interesadas en el Trabajo Social y del
futuro de nuestra América.
Precisamente en el XXI Seminario Latinoamericano de Escuelas de
Trabajo Social realizado en Mazatlán, México en el año 2015,
Lorena Molina, Rosa María Cifuentes, Rito Maldonado y este
servidor, tuvimos la oportunidad de realizarle una entrevista muy
informal pero que nos parece, quedó excelente. Así que en honor a
su aporte y memoria, la compartimos nuevamente, puede verla en
este enlace.
Marcos Chinchilla Montes, Costa Rica.
PD. A principios de este siglo en un congreso en Colombia, una
colega externaba con tristeza la muerte de Norberto Alayón a manos
de la dictadura y exaltaba su contribución académica. Luego de
sacarla del error pues él gozaba de muy buena salud, coincidíamos
en la valía de su legado y lo que representaba para el Trabajo
Social latinoamericano.
Norberto disfrutaba mucho de esa historia, asesinado a mediados de
los 70, una especie de fantasma de carne, hueso y convicciones
seguía brindando aportes por él en la contradictoria América
Latina.
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Lic. Marcos Chinchilla Montes
marcos.c...@ucr.ac.cr
Universidad de Costa Rica
Cel +506-88301091
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