El ser humano ha nacido para vivir acompañado, de eso no hay duda. Ansiamos encontrarnos con el otro, sobre todo con ese otro especial que nos completa y que sentimos que da sentido a nuestra existencia. Pero
el camino del amor tiene muchos baches. Y ése es el territorio que mejor conoce el psicólogo gestaltista Joan Garriga, tras diez años trabajando con parejas y ayudándolas a conseguir una relación más sana y consciente.
Con él aprenderemos que nadie tiene el poder de hacernos infelices ni tampoco de hacernos felices, porque la felicidad es un estado interior que no depende más que del grado de armonía de cada uno con el latido de la vida. Sabremos cuáles son los fundamentos del amor, el poder de la sexualidad y la verdadera experiencia de la igualdad que se vive al estar en pareja, y descubriremos que es necesario un equilibrio entre el dar y el tomar para que una relación sea nutritiva.
Porque este libro no habla de lo que hay que hacer ni de lo que no hay que hacer. No habla de modelos ideales ni de cómo deberían ser las cosas, sino de las diferentes formas que existen de ser pareja y de encontrar la propia fórmula, la que a cada uno le haga feliz, de estar con alguien. La que, en palabras de Garriga, hará que disfrutemos de un buen amor, aquel que se reconoce porque en él somos exactamente como somos y dejamos que el otro sea exactamente como es.
El ser humano ha nacido para vivir acompañado, de eso no hay duda. Ansiamos encontrarnos con el otro, sobre todo con ese otro especial que nos completa y que sentimos que da sentido a nuestra existencia. Pero el camino del amor tiene muchos baches. Y ése es el territorio que mejor conoce el psicólogo gestaltista y experto en cosntelaciones familiares Joan Garriga, tras diez años trabajando con parejas y ayudándolas a conseguir una relación más sana y consciente.
PDF El Buen Amor En La Pareja De Joan Garriga
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Con él aprenderemos que nadie tiene el poder de hacernos infelices ni tampoco de hacernos felices, porque la felicidad es un estado interior que no depende más que del grado de armonía de cada uno con el latido de la vida. Sabremos cuáles son los fundamentos del amor, el poder de la sexualidad y la verdadera experiencia de la igualdad que se vive al estar en pareja, y descubriremos que es necesario un equilibrio entre el dar y el tomar para que una relación sea nutritiva.
"En las relaciones de pareja no hay buenos y malos, culpables e inocentes, justos y pecadores. Lo que hay son buenas y malas relaciones:relaciones que nos enriquecen y relaciones que nos empobrecen. Hay dicha y desdicha. Hay buen amor y mal amor. Y es que el amor no basta para asegurar e bienestar: hace falta el buen amor."
Las parejas nunca se puedan entender a la perfección y es esto lo que las hace especiales. Saber controlar cada uno de los pensamientos y sentimientos nos hace no disfrutar de la relacion sino perdernos que el mundo de la pareja contiene alegrías, altibajos, buenas y malas noticias, momentos buenos y momentos difíciles, pero que es un viaje espectacular sin palabras que el ser humano puede llegar a hacer en su vida.
Este no es un audiolibro sobre lo que hay que hacer o lo que no hay que hacer en una relación de pareja. No habla de modelos ideales. Habla de relaciones diversas, con sus propias pautas y estilos de navegación. Pero también de aquellas cuestiones que habitualmente hacen que las cosas funcionen o se estropeen en una pareja, y de los ingredientes que facilitan o dificultan construir una buena relación y mantenerla. Además, da pistas para que cada uno encuentre su propia fórmula, su modelo, y su manera de vivir en pareja.
El psicólogo y terapeuta gestalt, experto en Constelaciones Familiares, Joan Garriga se adentra en los recovecos del buen amor, un amor que se reconoce porque en él somos exactamente como somos y dejamos que el otro sea exactamente como es.
Sabremos cuáles son los fundamentos del amor, el poder de la sexualidad y la verdadera experiencia de la igualdad que se vive al estar en pareja. También descubriremos que es necesario un equilibrio entre el dar y el tomar para que una relación sea nutritiva.
En las relaciones de pareja no hay buenos y malos, culpables e inocentes, justos y pecadores. Lo que hay son buenas y malas relaciones: relaciones que nos enriquecen y relaciones que nos empobrecen. Hay dicha y desdicha. Hay buen amor y mal amor. Y es que el amor no basta para asegurar el bienestar: hace falta el buen amor.
Es un regalo enorme amar las sombras del otro, su ego, sus dificultades, y ser compasivos con ello, porque eso significa que somos capaces de reconocer al otro miembro de la relación en su realidad más sombreada. La pareja es un campo de crecimiento en el que se van limando las asperezas del ego gracias a que el amor compartido es capaz de soportarlas.
Entrar en el amor de pareja significa también hacerse candidato al dolor de un posible final. Hoy en día se habla de monogamia secuencial, esto es, de que, estadísticamente, cabe esperar que tengamos entre tres y cuatro parejas a lo largo de nuestra vida, con el consiguiente estrés y tránsitos emocionales complejos que ello conlleva. Cuando no hay un contrato institucional de por medio, tenemos una oportunidad de crear a la pareja cada día, a nuestra manera, y de vivir lo que nos permite. Si llega el final, aprendemos el lenguaje del dolor, la ligereza y el desapego, para luego volver de nuevo al carril del amor y de la vida.
Conviene saber que el amor se desarrolla mejor en universos de relación ordenados: que los padres sean padres y que los hijos sean hijos, que la pareja que se ha creado (que puede incluir a hijos de anteriores relaciones) tenga prioridad frente a parejas anteriores o frente a las familias de origen. Que el pasado sea honrado y labre un buen presente y un buen futuro. Algunas personas dan más importancia a los hijos en común que a los anteriores, lo cual acaba creando malestar en todos. Al mismo tiempo, una pareja posterior debe saber que tiene más posibilidades de ocupar un buen lugar si asume que los hijos de su pareja estaban antes y respeta su prioridad.
Estos días he estado leyendo el nuevo libro del psicólogo Joan Garriga. El buen amor en la pareja.Ediciones Destino. Me ha encantado, no sólo porque ha sido mi maestro y profesor durante años, sino porque es un libro que habla de que cada uno ha de encontrar su propia fórmula para sentirse feliz con alguien. Es un libro que no habla de como deberíamos estar en pareja ni de ideales de pareja. Habla de que disfrutamos del buen amor, cuando en él somos auténticos, exactamente como somos y dejamos que el otro sea exactamente como es, en definitiva, cuando uno y uno suman más que dos. Ahí van doce reflexiones extraídas del libro que facilitan la vida en pareja y alguna que otra reflexión más. La pareja no te puede hacer feliz ni te puede hacer infeliz, es así como empieza el libro del Buen amor en la pareja.
Nadie te puede hacer infeliz a pesar de que en la pareja eres candidato a vivir el dolor, y la pérdida, todo depende de la actitud con que afrontes las situaciones. Puedes vivir el dolor y el desamor, pero no ser víctima de ello. Siempre está en tus manos cómo vas a vivir las cosas, qué sentido les vas a dar y qué vas a aprender de todo eso. Recuerda que el sufrimiento es opcional, como escribí hace un tiempo.
Tampoco ni la pareja ni nadie te va a hacer feliz, porque la felicidad es un estado interior, que al final solo depende de uno mismo,y de la que nos hemos de responsabilizar cada uno de nosotros. En la pareja puedes experimentar grandes momentos de felicidad, pero no te puede dar la felicidad, es un ingrediente pero no es toda la receta, porque es un estado interno que creamos nosotros, aprendiendo a aceptar lo bueno y lo doloroso de la relación.
10. Que sea para siempre/Que dure lo que dure: Entrar en el amor de pareja significa también hacerse candidato al dolor de un posible final. Hoy en día se habla de monogamia secuencial, esto es, de que, estadísticamente, cabe esperar que tengamos entre tres y cuatro parejas a lo largo de nuestra vida, con el consiguiente estrés y tránsitos emocionales complejos que ello conlleva. Cuando no hay un contrato institucional de por medio, tenemos una oportunidad de crear a la pareja cada día, a nuestra manera, y de vivir lo que nos permite. Si llega el final, aprendemos el lenguaje del dolor, la ligereza y el desapego, para luego volver de nuevo al carril del amor y de la vida.
11. Primero los padres o los hijos y luego tú/ Primero nosotros, antes que nuestras familias de origen y que nuestros hijos en común: Conviene saber que el amor se desarrolla mejor en universos de relación ordenados: que los padres sean padres y que los hijos sean hijos, que la pareja que se ha creado (que puede incluir a hijos de anteriores relaciones) tenga prioridad frente a parejas anteriores o frente a las familias de origen. Que el pasado sea honrado y labre un buen presente y un buen futuro. Algunas personas dan más importancia a los hijos en común que a los anteriores, lo cual acaba creando malestar en todos. Al mismo tiempo, una pareja posterior debe saber que tiene más posibilidades de ocupar un buen lugar si asume que los hijos de su pareja estaban antes y respeta su prioridad.
El buen amor se reconoce porque somo reales, abiertos y respetuosos y somos más felices. La pareja se nutre entre sí, no se destruye. Digo sí, a todo lo que eres, te acepto tal y como eres. Entonces la pareja se siente ligera, profundamente mirada, y tranquila. El mal amor, dice no me gusta como eres, tienes que cambiar entonces el corazón se encoge. El buen amor, hace que la pareja sonría, y diga gracias. Gracias por existir, gracias por quererme gracias por ser como eres. El mal amor, se complica, entra en juegos psicólogicos, se orienta hacia el sufrimiento. El buen amor, dice porfavor acercándose al otro desde el respeto, la vulnerabilidad y la fragilidad. El mal amor, en lugar de respetar, lucha porque las cosas fueran diferentes, se sacrifica en lugar de respetar al otro.El buen amor está basado en el orden, primero la pareja, luego la familia de origen, en el equilibrio entre el dar y el tomar y en la mirada dirigida a la vida, en abrir el corazón. El mal amor, es ciego en lugar de ver e integrar lo que hay, se empecina en que las cosas no son como deberían ser.
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