Primerome ayud a ver qu significa orar en el Espritu al contrastarlo con su polo opuesto: orar en la carne. La oracin en el poder de la carne se basa en la capacidad humana y el esfuerzo para llevar adelante la oracin.
Cmo superamos esta dificultad en la oracin? Orar en la carne hace que confiemos en la capacidad y el esfuerzo humanos para superar esta dificultad. Si no sabemos qu decir al orar, podemos tratar de superar esa dificultad con una corriente de muchas palabras. Jess nos advirti de no pensar que seramos escuchados por usar muchas palabras (Mt. 6:7).
Si batallamos al rendirnos despus de un corto tiempo orando, nos estaremos centrando en cunto tiempo oramos. El xito en la oracin no depende de cunto tiempo pasamos orando. A veces intentamos superar la oracin moribunda al enfocarnos en qu tan bien podemos orar. Confiamos sutilmente en oraciones perfectamente compuestas y doctrinalmente correctas que se basan en la diccin, la cadencia, el lenguaje, la emocin, o el volumen correctos.
Aqu est la diferencia clave: en la carne, queremos empujar las oraciones, mientras que en el Espritu, somos movidos por la forma en que l dirige la oracin. Orar en el Espritu es experimentar el Espritu de vida que trae vida a la oracin.
Orar en el Espritu significa que el Espritu da poder a la oracin y la lleva al Padre en el nombre de Jess. La oracin tiene una calidad de vida que se caracteriza por la calidez y la libertad y un sentido de intercambio. Nos damos cuenta de que estamos en la presencia de Dios, hablndole a Dios. El Espritu ilumina tu mente, mueve tu corazn, y te otorga libertad de expresin.
Lloyd-Jones us con frecuencia contrastes duros para enfatizar su punto. No se regresaba a matizar el contraste entre orar en la carne y orar en el Espritu. No se enfocaba en diferentes grados de experiencia; simplemente mostraba polaridades agudas para ayudarnos a ver la diferencia entre las dos.
Es bueno reconocer que hay diferentes grados de experiencia cuando se trata de orar en el Espritu. No se siente como un avivamiento cada vez que oramos en el Espritu. Existen diversas experiencias de cmo uno es llevado o empujado hacia adelante. A veces, orar en el Espritu no se sentir electrizante en lo absoluto. Se sentir como un gemido. El Espritu nos ayuda en nuestra debilidad e intercede por nosotros segn la voluntad de Dios (Ro. 8:26-27).
Recuerdo haber ido en una bicicleta en la que haba una inclinacin gradual para la primera mitad y una pendiente gradual hacia abajo para la segunda mitad. A veces pienso en eso como la diferencia experiencial entre orar en la carne y orar en el Espritu. Orar en la carne se siente como una subida en la que tenemos que impulsarnos hacia la colina. Orar en el Espritu refleja la realidad de la pendiente descendente. Obviamente, hay grados de disminucin. Pero uno siente la energa del descenso en todo el viaje en una pendiente descendente.
Debemos comenzar con confesin: debemos admitir nuestra incapacidad para orar como deberamos. Debemos enfrentarnos con nuestra tendencia a tratar de orar por nuestra cuenta. Comenzamos reconociendo que la oracin es una actividad espiritual, y el poder de la carne no beneficia en nada. Deberamos sentir nuestra sequedad y dificultad y confesarle nuestra opacidad, falta de vida, y lentitud espiritual (Living Water, p. 86).
Una de las diferencias clave aqu entre orar en la carne y orar en el Espritu es que no sientes la necesidad de apresurarte a decir nada cuando oras en el Espritu. La realidad viva que el Espritu crea es la conciencia de la presencia de Dios. Experimentar su presencia te parecer mucho ms importante que cualquier peticin que hagas (Lloyd-Jones, The Christian Soldier, p. 82).
El resultado de la obra del Espritu es que nos inclinamos ante Dios como humildes hijos de Dios en el temor de Dios. No nos inclinamos ante un dios desconocido o lejano, y no nos presentamos ante la presencia de Dios con vvida familiaridad. Venimos con un sentido real de intimidad y admiracin. El Espritu tambin nos infunde vida audaz en nuestras oraciones, una audacia santa que aboga por las promesas de Dios en la presencia de Dios.
Lloyd-Jones dijo una vez que la manera ms rpida de apagar el Espritu es no obedecer el impulso de orar. Este punto es muy, muy personal para m, as que djame contarte una historia de mi propia experiencia.
Una vez conduca a casa despus de trabajar en una compaa de mensajera. Trabaj el turno de noche durante mis das de doctorado, y nunca pareca dormir lo suficiente. Una maana, hacia las 4:30, conduca a casa muy temprano y me estaba quedando dormido al volante. Intent todo para mantenerme despierto. Encend la radio y trat de cantar. Incluso me abofete. Lo siguiente que supe, me despert en la entrada de mi casa. Estaba desconcertado. No saba cmo llegu all.
Entr a la casa, ahora completamente despierto, y cuando entr en nuestra habitacin not una cosa muy extraa: mi esposa tambin estaba despierta. Normalmente estara dormida, pero en cambio, estaba sentada en la cama esperndome.
Creo que todava estoy vivo y escribiendo estas palabras porque mi esposa no apag el Espritu en ese momento. Ella obedeci las indicaciones del Espritu para orar. Espero que esta historia te d un mayor sentido de lo que est en juego en la oracin. Nuestra tendencia a apagar el Espritu no es un problema pequeo e intrascendente. Entregumonos a la realidad de orar en el Espritu, y renunciemos a la tentacin de tratar de orar en nuestras propias fuerzas. Y, siguiendo el ejemplo de Lloyd-Jones, obedezcamos siempre cada impulso a orar.
Jason Meyer es el pastor de predicacin y visin de Bethlehem Baptist Church y profesor asociado de Nuevo Testamento en Bethlehem College and Seminary. Est casado con Cara y es padre de cuatro (Gracie, Allie, Jonathan y David).
Cuando era un cristiano nuevo, no tena idea de cmo orar conversacionalmente o desde el corazn. No tena idea de qu hacer o qu decir. Nunca lo haba hecho. Asist a mi primer estudio bblico y, como era nuevo, el lder dijo: "Mark, ya que es tu primera vez aqu, quieres orar por nosotros?".
As que inclinaron la cabeza y cerraron los ojos, y yo mantuve un ojo abierto y observ. Y el Espritu us experiencias como esa para ensearme. Lo siguiente que supe fue que estaba aprendiendo a orar. No le un montn de libros de oracin ni fui a talleres de oracin. Observ a la gente y comenc a orar, y el Espritu comenz a moldear mi corazn hacia la oracin y me ense gradualmente cmo orar.
Pero vosotros, amados, acordaos de las palabras que antes fueron dichas por los apstoles de nuestro Seor Jesucristo, 18 quienes os decan: En los ltimos tiempos habr burladores que irn tras sus propias pasiones impas. 19 Estos son los que causan divisiones; individuos mundanos que no tienen el Espritu. 20 Pero vosotros, amados, edificndoos en vuestra santsima fe, orando en el Espritu Santo, 21 conservaos en el amor de Dios, esperando ansiosamente la misericordia de nuestro Seor Jesucristo para vida eterna. 22 Y tened misericordia de algunos que dudan; 23 a otros, salvad, arrebatndolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por la carne.24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin cada y para presentaros sin mancha en presencia de su gloria con gran alegra, 25 al nico Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Seor, sea gloria, majestad, dominio y autoridad, antes de todo tiempo, y ahora y por todos los siglos. Amn. Avivar el fuego de la oracin
Cogemos una semana cada ao para centrarnos en la oracin porque esta es el respirar de la vida cristiana y porque prcticamente nada se deteriora tan rpido en el corazn humano cado como el deseo de orar. En otras palabras, nada es ms vital que la oracin en la existencia cristiana, y pocas cosas son ms vulnerables de descuidar.
Por eso tenemos que volver una y otra vez y avivar el fuego. As que aqu volvemos al comienzo del ao 2001. Oro para que el Seor use estos mensajes, libros, cultos de oraciones y las oraciones de aquellos que llevan esta carga para estimularlos a que se dediquen de nuevo a la oracin.
Hizo esto en la presencia de Bruce Wilkinson una vez y eso le cambi la vida. El texto era 1 Crnicas 4:9-10, en medio de todas esas genealogas. Es la primera y ltima vez que omos de Jabes. Es un don nadie en la historia bblica, pero si te hicieran una biografa de dos versculos, qu te gustara que escribieran de ti? Ojala fuera esto:
Y Jabes fue ms ilustre que sus hermanos, y su madre lo llam Jabes, diciendo: Porque lo di a luz con dolor. Jabes invoc al Dios de Israel, diciendo: Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor! Y Dios le concedi lo que pidi.
Por qu oran una y otra vez a Dios en el nombre de Jesucristo para que haga en sus vidas? Qu piden que Dios haga de ustedes y de su tiempo aqu en la tierra? Qu parte del propsito de Dios revelado en la Biblia ha capturado su imaginacin y se ha convertido en una pasin para pedir a Dios da tras da que l los use en eso?
Me par un momento al leer la historia de Bruce Wilkinson y me pregunt a mi mismo: Cul es la oracin que ms he hecho durante los ltimos treinta aos? Qu quiero tanto que haga Dios para que lo mencione en mis oraciones cada da? Supongo que para muchos de nosotros la respuesta sera oraciones para que guarde a nuestros hijos y que sigan en el evangelio, y que nuestros matrimonios sean fuertes.
Pero qu pasa con la visin global? Dios es Dios de todo el mundo y de todas las naciones, de toda la historia y de toda la vida y cultura y de todo el universo desde un extremo de las galaxias al otro. Cada uno de nosotros fuimos creados para ocupar un lugar importante en este gran esquema. Cul es? Qu oran da y noche acerca de cmo encajar en ese lugar?
Ahora, para hacer de la Palabra de Dios el apoyo y poder de esta exhortacin quiero que esta maana miramos nuestro texto Judas 20-21, "Pero vosotros, amados, edificndoos en vuestra santsima fe, orando en el Espritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando ansiosamente la misericordia de nuestro Seor Jesucristo para vida eterna".
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