casi

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Ivanovik Sudacok

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May 19, 2010, 3:50:59 PM5/19/10
to pertrechos
Hace un par de días recibí un mail proveniente de uno de los tantos hermanos que hacen de la crítica a los actuales líderes de iglesias y ministerios casi su quehacer diario. Lo más gracioso del asunto, fue que en ese mail se criticaba con bastante acidez un trabajo hecho...¡Por mí!
Claro, entiendo al hermano. Pasó por mi Web como una exhalación, ocupado en buscar puntos de censura y, lo que leyó, motivó su respuesta humorística e irónica. Él debe suponer que algunos de mis empleados escriben estas cosas y yo superviso y autorizo desde las alturas de mis estrellatos.
Él ignora que en esta batalla diaria en contra de las mentalidades babilónicas incrustadas dentro de nuestras organizaciones, nosotros somos apenas una minúscula familia de tres personas abocadas a diario a construir alimento genuino que sirva para alimentar a ovejas desnutridas por el sistema eclesiástico.
No me molestó en absoluto, porque sé que en su intimidad, esa gente siente casi lo mismo que yo, una especie de celo santo mezclado con una indignación creciente que ya no se muestra tan santa. La diferencia es la que siempre menciono: confrontar con los sistemas religiosos, es continuar la batalla de Jesús durante su ministerio terrenal. Criticar a personas con nombres y apellidos, es correr el riesgo de quedar de contramano con la voluntad de Dios.
Porque Dios puede cambiar de la noche a la mañana a cualquiera de todos esos hombres o mujeres que hoy le roban al pueblo de Dios en el nombre de un Dios al cual no están obedeciendo. Es suficiente con que se arrepientan y pidan perdón. ¿Y que haremos, entonces? Tendremos que correr a pedirles perdón nosotros también, porque si no lo hacemos, atraeremos condenación.
El otro riesgo, es no entender la tarea de un ministerio por la simple razón de no estar munidos de la gracia divina de la revelación para poder hacerlo. Me pasa con muchísima gente, a la cual miro con duda y hasta con sospecha, pero de la que jamás me atrevería a decir ni media palabra porque no termino de entender lo que hace, y por amor de Dios en mi vida debo otorgarles la oportunidad de mostrar con sus frutos si son o no son ungidos del Señor, cosa que no me compete a mí sino a Él y a ellos.
Pero este episodio que sólo tiene el valor humorístico de entrar en un rico anecdotario al respecto. (Una vez me pidieron que donara un millón de euros para un ministerio europeo, diciéndome que eso era lo que Dios les había ordenado decirme, sin saber que tengo un sueldo mensual de jubilado de la Argentina que es todo mi ingreso y que nuestra Web se sostiene porque algunos hermanos, de tanto en tanto, se encargan que así sea).
Esto es así: los que forman parte de la iglesia estructural que conocemos, nos minimizan, subestiman, nos desprecian y consideran que somos una mezcla de herejes con blasfemos porque decimos cosas contrarias a las que ellos están diciendo.
Los que por alguna causa que no es una orden de Dios, se han salido de esas estructuras y han decidido mostrar sus lunares para derrocarlas, suponen que formamos parte de esa grey privilegiada de ungidos super-híper-macro especiales, y sin tomarse el trabajo de conocernos, nos suman a estafadores, engañadores, abusadores y hasta violadores que pululan por allí encaramados en púlpitos supuestamente cristianos.
La enorme garantía de los que son y el temor insustituible de los que no son, caminan por un mismo andarivel: el Señor. Él es quien en este tiempo está conmoviendo y removiendo lo que es conmovible y removible. 
Y es en esa hecatombe cotidiana que estamos viendo derrumbarse estructuras que parecían muy sólidas, pero que solamente estaban sustentadas en marketing secular puesto al servicio de las iglesias y gente que sin proponérselo o sí, pretendía pelear la buena batalla en contra de los que están trabajando de verdad para la extensión del Reino de los Cielos.
Dios es justo. Dios es fiel. Dios es el único que conoce los corazones de cada uno de nosotros y sabe, con toda claridad y perfección, quien es de los suyos y quien se hace pasar por uno de los suyos para obtener alguna ventaja. 
Es un tiempo de gente madura caminando hacia un objetivo que está mucho más allá de si el pastor tal o cual se queda con los diezmos para comprarse un Mercedes Benz o si el otro de la otra calle vive en adulterio con la hija del diácono principal. Esto, aunque sea feo y pecaminoso, está muy por debajo de lo que Dios está viendo en lo que dice ser su iglesia, hoy.
Todos sabemos que el juicio empieza por casa. Y lo más grave es que muchos han interpretado que cuando la Biblia dice "su propia casa", se está refiriendo a sus templos o congregaciones. No mi hermano. Para Dios, su casa, eres tú, soy yo y todos los que decimos ser sus hijos. Tiempo de preguntarse: ¿Como está MI CASA? ¿Sirve para habitación de Dios o sólo para que moren otra clase de seres espirituales? En cada reflexión privada y personal, está la oportunidad que todos tenemos de cambiar nuestros destinos de eternidad hoy mismo, ahora mismo. Todavía hay tiempo, pero nadie sabe cuánto

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