Según la Biblia qué son los talentos, los dones, los ministerios y las operacione

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Ivanovik Sudacok

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Mar 11, 2010, 3:34:18 PM3/11/10
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¿Según la Biblia qué son los talentos, los dones,

los ministerios y las operaciones?

 

Por Donizetti Barrios.

 

En el libro titulado “Dones del Espíritu”, de Editorial Carisma y escrito por José Joaquín Ávila, mejor conocido como Yiye Ávila, el evangelista puertorriqueño en siete capítulos habla del Espíritu Santo.

 

Y en el capítulo dos, en dos páginas, en las 13 y 14, dice cuántos dones hay y cómo se clasifican. Él los ha clasificado en tres grupos. Así no está en la Biblia, es como él los ha clasificado, y dice lo siguiente:

 

·        Primero “Los dones de hablar”. Son tres: lenguas, interpretación de lenguas y profecía.

 

·        Al segundo grupo lo llama “Los dones de Conocimiento”, y son tres también: palabra de ciencia, palabra de sabiduría y discernimiento.

 

·        Y al tercer grupo él lo ha llamado “Los dones de Poder”, que son: sanidad divina, milagros y fe

 

¿De dónde saca Yiye Ávila estos nueve dones? De 1 Corintios 12:8-10. Repito que estas divisiones no están así de explicitas en la Biblia, sino que son las que él como autor propone.

 

Hay a nuestra disposición un libro más gordito que se llama: “El Don del Espíritu Santo”, escrito Horacio Alonso, un banquero argentino que se convirtió al Señor Jesucristo. Este texto fue publicado por Libros CLIE en el año 1992, tiene 32 capítulos y 558 páginas.

 

El capítulo 18 está dedicado al tema de los dones espirituales, y en 20 páginas, desde la 231 hasta la 251, Horacio Alonso expone que ha encontrado en la Biblia 17 dones y son éstos:

 

 

Número

Don

En Griego

1

Apóstoles

Apostolos

2

Profetas

Prophetes

3

Evangelistas

Euangelistes

4

Pastores

Poimen

5

Maestros

Didaskalos

6

Sanidades

Iama

7

Milagros

Hay tres palabras en griego para milagros:

1. Dunamis (maravillas)

2. Teras (prodigios)

3. Semeion (señales)

8

Servicios o Ayudas

Antilepsis o también Diakonia.

9

Fe

Pistis

10

Exhortación

Paraklesis que significa consolar o animar. Fíjense el parecido que tiene con “Paracletos”. Paraklesis es el don de exhortar y Parakletos es el nombre que se le da al Espíritu Santo en griego, que se traduce como Consolador o Ayudador. En latín es la palabra Confortis, alguien que conforta. De manera que no confundan exhortación, que es consolar y animar, con regaños o maltrato verbal o grosería, muchas veces

11

Discernimiento de Espíritus

Diakrisis

12

Misericordia

Elaeo

13

Repartir

Metadidomi

14

Administrar

Kubernesis

15

Palabras de Sabiduría

Logos-Sophia, Logos es palabras y Sofía es sabiduría. De ahí que Filosofía quiera decir amor a la sabiduría:

Philos:Amor,

Sophia:Sabiduría

16

Palabra de Ciencia

Logos gnosis

17

Lenguas

1.Glossa

2. Dialektos,

3. Heteroglosa

 

Hace varios años en la iglesia local donde me congregaba, en Cali, Colombia, se nos dictó un curso en video sobre doctrina básica del Espíritu Santo, con el doctor Pablo Deiros, del Seminario Teológico Bautista Internacional de Buenos Aires, Argentina. El Dr. Deiros había grabado varias enseñanzas en video en Comunicaciones Bautistas, y como Jhon Mayer, Director de comunicaciones Bautistas para América Latina, y Carlos Guillermo Sánchez, Director de comunicaciones Bautistas para Colombia, eran maestros en nuestra iglesia, pues tuvimos el privilegio en ser los primeros en estudiar con dicho material.

 

Y puedo recordar de ese cursillo sobre el Espíritu Santo algunas cosas:

 

·        Primeramente que “don” en términos generales quiere decir regalo, dádiva, gracia, habilidad para hacer una cosa.

·        En segundo lugar, que “don espiritual” es en griego la palabra “Charismata”, que quiere decir que es carismático, que es un don de gracia o un don dado por el Espíritu Santo.

·        En tercer lugar también aprendimos que el talento es una aptitud, una habilidad natural para hacer alguna cosa y que todos los seres humanos los tenemos. Y que el talento viene de Dios, como está en Santiago 1:17.

·        En cuarto lugar, que los dones espirituales son habilidades sobrenaturales dados a los cristianos para servir en la iglesia.  Cada cristiano debe tener por lo menos dos dones y nadie los tiene todos. Los dones espirituales, según 1 Corintios 12:7-11, son dados por el Espíritu Santo.

·        En quinto lugar asimilamos que en cuanto al origen don y talento se diferencian en que Dios da el talento cuando la persona nace, mientras que los dones espirituales los da cuando la persona se hace cristiana.

·        ¿Para quiénes son los dones y talentos? En sexto lugar aprendimos que mientras los talentos son para todo el mundo, los dones espirituales son exclusivamente para los que pertenecen a la Iglesia de Jesucristo. No hay dones espirituales por fuera del contexto de la Iglesia.

 

·        ¿Para que sirven? En séptimo lugar aprendimos que el talento sirve para realizar actividades, para desenvolverse en la profesión, en un oficio, mientras que los dones espirituales son para tres cosas:

o   Para desarrollar el ministerio cristiano.

o   Para ayudar al crecimiento de la Iglesia, el cuerpo de Cristo, por lo cual hay edificación y se crece cualitativa y cuantitativamente.

o   Y para dar gloria a Dios.

·        En concepto del Doctor Crane los dones espirituales son concedidos a los creyentes a fin de capacitarlos para ministerios espirituales que edifiquen el cuerpo de Cristo, tanto cualitativa como cuantitativamente, para la gloria de Dios. Eso fue lo que aprehendimos en octavo lugar.

·        ¿Cuántos dones espirituales hay? En noveno lugar asimilamos que para el doctor Pablo Deiros hay 22 dones. ¿Y cuáles son? Son los mismos 17 dones espirituales que da Horacio Alonso en su libro, más estos cinco nuevos:

o   El de interpretación de lenguas.

o   El de ayudar.

o   El de continencia, que es el don del soltero (1Corintios 7:9).

o   El de presidir.

o   Y el de hospedador (1Pedro 4:9).

 

En resumen:

 

·        Para Yiye Ávila hay nueve dones espirituales.

·        Para Horacio Alonso 17.

·        Y para Pablo Deiros 22.

 

Ahora quisiera poner a consideración de ustedes una lista personal de 23 dones espirituales. Pero antes de proporcionárselas es pertinente dejar establecido lo siguiente:

 

La Biblia nunca se puede interpretar caprichosamente, sino que hay que estudiarla usando una herramienta llamada la hermeneútica bíblica.

 

La hermenéutica es la ciencia de la interpretación de textos. Y la hermeneútica bíblica es la ciencia de la interpretación de la Biblia. Y la hermeneútica bíblica nos enseña que toda tesis que pronunciemos debe estar basada en la Biblia y sólo en la Biblia, pues ella es la única fuente de toda ortodoxia (correcta doctrina) y ortopraxis (correcta práctica) de la fe cristiana. Entonces, cualquier enseñanza que querramos dar sobre la Biblia debemos basarla por lo menos en tres textos bíblicos que la sustente y ninguno que la contradiga.

 

Igualmente nos señala la hermeneútica que para hacer una correcta interpretación  de un texto en particular, nunca se puede ver esa porción bíblica de manera independiente, como si no tuviera conexión con el resto de las Escrituras. La Biblia tiene unidad de pensamiento, es un conjunto, un todo armónico, de manera que todo texto debe ser visto en sus contextos. Sería de mucha ayuda entonces aprender de memoria la siguiente frase: “todo texto, fuera de contexto, se vuelve un pretexto”. La diré de nuevo: “todo texto fuera de contexto, se vuelve un pretexto”.

 

Y hay dos tipos de contexto, el inmediato y el mediato. El inmediato es el cercano, es lo que está antes y después de la porción bíblica a interpretar. El mediato es el lejano, es lo que está en cualquier lugar de la Biblia y que está conectado temáticamente con la porción a interpretar.

 

En resumen, siempre que se vaya a impartir una enseñanza bíblica  hay que apoyarla en varios textos de la Biblia. Dichos textos deberán haber sido estudiados en sus respectivos contextos. Jamás un texto podrá reñir con otro texto, sino que se deberán conciliar, deberán cazar como las piezas de un rompecabezas. Y si al menos hubiese un solo texto en toda la Biblia que contradijera mi doctrina, tal doctrina se caería como un castillo de naipes y debería desecharse.

 

Para el caso particular del tema que estamos viendo, el de los dones espirituales, si vamos a tomar en consideración todos los textos del Nuevo Testamento que nos hablan de los “Charismas”, de los dones, tenemos entonces que hablar de siete listas, y no de una sola, como lo hizo por ejemplo Yiye Ávila.

 

Fijémonos ahora sí en la siguiente lista que propongo:

Número

Don

Cita Bíblica

1

Palabra de Sabiduría

1Corintios 12:8

2

Palabra de Ciencia

1Corintios 12:8

3

Fe

1Corintios 12:9

4

Sanidades

1Corintios12:9; 12:28

5

Milagros

1Corintios 12:10; 12:28

6

Profeta

1Corintios 12:10; 12:28. Romanos 12:6; Efesios 4:11

7

Discernimiento de espíritus

1Corintios 12:10

8

Diversos géneros de lenguas

1Corintios 12:10; 12.28

9

Interpretación de lenguas

1Corintios 12:10; 12:30

10

Apóstoles

1Corintios 12:28; Efesios 4:11

11

Maestro o el Don de Enseñanza

1Corintios 12:28. Romanos 12:6; Efesios 4:11

12

Ayudar

1Corintios 12:28

13

Administrar

1Corintios 12:28

14

Servicio

Romanos 12:7

15

Exhortación

Romanos 12:8

16

Repartir

Romanos 12:8

17

Presidir

Romanos 12:8

18

Misericordia

Romanos 12:8

19

Evangelistas

Efesios 4.11

20

Pastores

Efesios 4.11

21

Continencia

1Corintios 7:9

22

Hospedador

1Corintios 4:9

23

Y el don número 23, que es el que incluyo aquí, es el don del amor.

Está en 1Corintios 13. Romanos 5:5; 12:9 y 1Juan 3:14.

El ágape, en griego, es el primer don que recibe todo cristiano. No es un afecto ni es un impulso proveniente de los sentimientos. El amor es un ejercicio de la voluntad que se manifiesta en hechos, que procuran el bien del otro, en dar y servir.

Bueno, entonces ahí les hice la lista de 23 dones espirituales. Y déjenme decirles algo más. Yo sé que algunos de ustedes estarán pensando:

 

“Ay, pero Donizetti acaba de leer Efesios 4:11 y nos ha hablado de cinco dones espirituales que hay allí, cuando a nosotros nos han enseñado que ésos no son dones espirituales sino ministerios: el de apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro”.

 

¿Verdad que pueden estar pensando eso? Bueno, no sé si a todos les han enseñado así, pero a algunos de ustedes sí, y a mí también, y tal vez hemos enseñado eso mismo durante muchos años.

 

Pero tengo una pregunta: ¿la profecía es un don o es un ministerio? Porque 1Corintios 12:10 y 12:28 presentan a la profecía como un don y algunos de ustedes han entendido que según Efesios 4.11 la profecía es un ministerio

 

El ser apóstol. ¿Es un don o un ministerio? 1Corintios 12:28 dice que es un don y algunos de ustedes han entendido que según Efesios 4:11 es un ministerio.

 

La misma pregunta cabría para el maestro. Romanos 12:7 habla del don de maestro, del don de la enseñanza, y también 1Corintios 12:28 y Efesios 4:1, ambos textos hablan del don de maestro.

 

Entonces se pregunta uno: ¿la profecía, el apostolado y la enseñanza qué son? ¿Son dones o ministerios?

 

Ya vamos a hablar de eso, porque aquí hay una pequeña confusión. De manera que en breve voy a retomar esa parte para explicarla bien, la diferencia entre un don y un ministerio.

 

Les voy a repetir algo que ya les he dicho pero es bueno repetirlo para  que nos vaya quedando muy claro. “Don espiritual es la capacidad sobrenatural que recibe un cristiano, sólo cristianos, para servir dentro de la iglesia de Jesucristo en el planeta tierra. Don es la traducción de la palabra griega “charisma”, lo cual involucra un regalo inmerecido, de gracia, pues “charisma” viene de la raíz “charis” que es gracia.

Los dones son dados por el Espíritu Santo repartiendo a cada uno en particular como el mismo Espíritu quiere, y me refiero al Espíritu Santo. Todo cristiano debe tener por lo menos dos dones, aunque es muy probable que un cristiano ni siquiera sepa que tiene ésos dones porque nunca los ha activado, no los ha puesto en ejercicio.

 

No debe confundirse don espiritual con talento, pues los talentos son las capacidades innatas o aprendidas para desarrollar una profesión u oficio. Y los talentos los tienen todos los seres humanos como cantar, dibujar, etc.

 

Volviendo al  cuadro anterior donde se enumeran los 23 dones espirituales hay que analizar detenidamente que todos los textos bíblicos citados proceden de siete listas, todas en el Nuevo Testamento.  Y de esas siete listas, seis son dadas por el apóstol Pablo y una sola por el apóstol Pedro. Veamos esas siete listas:

 

La primera epístola a los corintios Pablo la escribe aproximadamente en el año 55, cuando estaba finalizando una estadía de tres años en la ciudad de Éfeso. Y en esta carta aparecen cuatro de las seis listas dadas por el apóstol.

 

1.   En 1Corintios 12:8-10 nos encontramos con: nueve dones espirituales.

 

2.   En 1Corintios 12:28-30, donde está la segunda lista, hay nueve dones, de los cuales cinco están repetidos y cuatro son nuevos.

 

Están repetidos los dones de sanidades, milagros, profecía, diversos géneros de lenguas e interpretación de lenguas.

 

Y son nuevos el de apóstol, el de  maestro, el de ayudar y el de administrar.

 

Entonces, si teníamos nueve dones de la primera lista y le sumamos cuatro de esta segunda, entonces completamos hasta aquí trece dones espirituales.

 

3.   La tercera lista está en 1Corintios 7:9. Allí aparece el don de continencia y con él completamos catorce dones espirituales.

 

4.   La cuarta lista está en 1Corintios 13. Aquí encontramos un solo don, el del amor, el camino más excelente. Entonces, catorce dones que llevábamos, más éste, la lista nos da ahora quince.

 

La epístola a los Romanos Pablo la escribió durante el invierno del 57 al 58, cuando se encontraba en Corinto, en casa de Gayo, un cristiano adinerado de la ciudad. En ella, Pablo hace una quinta lista.

 

5.   En esta quinta lista de Romanos 12:6-9 aparecen ocho dones, tres repetidos y cinco nuevos.

 

¿Cuáles son los repetidos? El de profeta, el de maestro, y el don del amor.

 

¿Y cuales son los cinco nuevos? El de servicio, el de exhortación, el de repartir, el de presidir y el don de misericordia.

 

Veamos ahora la suma total de dones. Llevábamos quince, más estos cinco nuevos, nos queda un total de veinte dones espirituales.

 

En el año 62 aproximadamente, cuando Pablo estaba preso en Roma, escribe la carta a los efesios y allí les menciona cinco dones, y no uso la palabra ministerios, sino dones, porque el contexto es de dones espirituales, es la palabra griega “charismas” (que se traduce don), y no “diakonias” (que se traduce ministerios).

 

6.   En esta sexta lista de Efesios 4:11 se mencionan cinco dones, hay tres repetidos y dos nuevos.

 

¿Cuáles son los tres repetidos? El de profeta, el de apóstol y el de maestro.

 

¿Cuáles son dos nuevos que no están en ninguna otra lista? El de evangelista y el de pastor.

 

7.   Y la séptima lista, la de 1 Pedro 4:9 aparece el don número veintitrés, el de hospedador, que menciona Pedro cuando escribe su primera epístola, aproximadamente en el año 65.

 

Ya vimos entonces las siete listas de las cuales proceden los 23 dones espirituales ya mencionados en detalle. Pero ahora surge otra inquietud:

 

¿Por qué el Apóstol Pablo da listas diferentes de dones a iglesias diferentes en años diferentes?

 

¿Se contradice el mismo Apóstol?

 

La respuesta es: no, no se contradice.

 

Pablo jamás pretendió hacer una lista definitiva de dones espirituales. No fue que él dijo:

 

“señoras y señores, aquí está la lista definitiva de los dones espirituales, éstos son y no hay más”.

 

Siempre que el apóstol Pablo se refirió a los dones espirituales lo hizo a manera de ejemplo, nunca para dar una lista definitiva. Para que podamos entender esto voy a hacer una ilustración. Y la ilustración va a ser usando nuestra imaginación, vamos a crear una película en nuestras mentes.

 

Imaginémonos que se encuentran tres chicos de iglesias cristianas de diferentes ciudades en el siglo primero,  un corintio, un romano y un efesio. Y se saludan:

 

Corintio:     ¿Cómo están?

Romano:   Pues muy bien, muchas gracias

Efesio:       Excelente hermano, gracias

Corintio:     Y sus familias, ¿cómo están?

Efesio:       Muy bien

Romano:   Todos bien por casa muchas gracias.

Efesio:       Cuéntanos corintio, ¿cómo está todo allá en la iglesia de la ciudad de Corinto, cómo va todo?

 

Corintio:     Pues la verdad la iglesia marcha muy bien, muy contentos, estamos trabajando felices con esos quince dones espirituales que el Apóstol Pablo nos enlistó en esa carta que nos mandó en el año 55 aproximadamente, cuando estaba finalizando una estadía de tres años en Éfeso. Y ahí estamos, trabajando con esos quince dones, nueve que nos menciona en 1Corintios 12:8-10, cuatro que están en 1Corintios 12:28-30, el de continencia de 1Corintios 7:9, que es el 14, y el del amor, que es el quince y que está en 1Corintios 13. 

 

El de la iglesia de Roma mira sorprendido y dice:

 

Roma:        Perdón muchachos, pero les voy a comentar lo siguiente. El Apóstol Pablo nos envió una carta a la iglesia de Roma que escribió durante el invierno del 57 al 58, cuando se encontraba en Corinto, en casa de Gayo, y en esa carta él nos habla de ocho dones espirituales: el de profeta, el de maestro, el del amor, el de servicio, el de exhortación, el de repartir, el de presidir y el de misericordia. En total son ocho. Y en Roma estamos trabajando con esos ocho dones espirituales. Déjame ver tu carta amigo Corintio.

 

El romano alarga su mano y toma la primera carta de Pablo a los

corintios y agrega:

 

Romano:   ¡Ajá!… aquí veo por ejemplo el don de sanidad. ¡Vaya, vaya! Nosotros no sabíamos nada de ese don. Tampoco Pablo nos habló de milagros. Ni nos habló del don de diversos géneros de lenguas, ni de interpretación de lenguas. No. Tampoco nos dijo nada sobre el don de continencia. La verdad es que aquí hay varios dones de los que no sabíamos nada, solamente sabemos de los ocho que se nos mencionó en esta carta a los romanos, en el capítulo 12:6-9.

 

El de la iglesia de Éfeso, que se estaba rascando la cabeza escuchando al corintio y al romano dice:

 

Efesio:       Miren muchachos, esto está bien extraño. Porque el apóstol Pablo, que te escribió a ti Corintio en el año 55 hablándote de quince dones espirituales, y que te escribió a ti romano en el año 58 hablándote de ocho dones, fue el mismo que nos escribió a nosotros los efesios en el año 62 y hablándonos de algo que nosotros hemos denominado como los cinco ministerios fundamentales de la iglesia cristiana, y esos cinco ministerios son: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Nosotros estamos en la actualidad trabajando con esos cinco ministerios, no más.

 

Tampoco Pablo nos habló en la epístola a los efesios de sanidades, ni de milagros, ni de diversos géneros de lenguas, ni de Interpretación de lenguas. A propósito, como no nos habló del don de sanidad, nuestro pastor Timoteo, que es muy jovencito, está un poquito enfermito. Él se enferma con alguna frecuencia, y aunque doña Loida, su abuela, y doña Eunice, su mamá, lo cuidan muy bien, la verdad es que aún así su salud se quebranta a tal punto que Pablo le ha mandado a decir que ya no tome agua a causa de sus continuas enfermedades, sino un poco de vino, que eso le va a hacer mucho mejor para el estómago. Y nosotros no hemos orado por su sanidad, porque los maestros no nos han hablado de ese don espiritual, el de la sanidad, ni tampoco del don de milagros. ¡Miren ustedes que caso tan curioso!

 

Cerremos el telón. Allí teníamos en escena a un corintio, un romano y un efesio que no entendían el por qué el apóstol Pablo, cuando se refirió al tema de los dones espirituales en cada una de las tres cartas que les envió, no hace una misma lista de ellos, sino que menciona dones diferentes en cada escrito. Suena raro esto, ¿verdad? Por que la Biblia no se contradice. El Apóstol Pablo escribió inspirado por el Espíritu Santo. Y él mismo había enseñado que en cuestión doctrinal siempre debemos hablar una misma cosa.

 

¿Por qué a los corintios les manda un listado de quince dones, a los romanos otro de ocho y a los efesios otro de cinco? ¿Y por qué lo que en una carta llama don en otra le llama ministerio? ¿Al fin que?

Para descifrar el asunto vamos nuevamente a la película, pero esta vez vamos a intervenir en la escena, vamos a hacer parte de ella, para así tratar de aclarar este asunto algo confuso.

 

Primero que todo tomemos las cartas originales en griego. Y para hacer eso vamos a ayudarnos con un libro bien gordito que se llama “Nuevo Testamento Interlineal Griego Español”, con el texto griego de Nestle y traducción literal al  castellano y notas lingüísticas marginales de Francisco La Cueva. Este libro es una publicación de la Editorial Clie.

 

Entonces, usando esta herramienta bibliográfica podremos analizar las tres epístolas de Pablo en el idioma original en que se escribieron, en griego.

 

Lo segundo  que hay que hacer es aclararle al corintio, al romano y al efesio que cuando el apóstol Pablo les escribió las respectivas epístolas, jamás pretendió hacer en ellas una lista definitiva de los dones espirituales o los ministerios. No, no fue así, no fue que él dijo:

 

“Atención señoras y señores, éstos son los dones y éstos son los ministerios. Tomen nota. Y por favor, ni me le agreguen, ni me le quiten. Porque es que últimamente han tomado el vicio de llamarle a todo ministerio: ministerio de alabanza, ministerio de comunicaciones, ministerio carcelario, ministerio de visitación de enfermos, ministerio con drogadictos, etc. Todo se volvió ministerio. No, no, no, ésta es la lista y no se diga más. Ni le agreguen, ni le quiten”.

 

No, Pablo nunca dijo eso, jamás. El apóstol Pablo no pretendió en ningún momento hacer una lista detallada de los dones. Es por eso que las seis listas que hace en las tres epístolas mencionadas son diferentes una de la otra.

 

Veamos 1Corintios 12. Aquí dice:

 

“No quiero,  hermanos,  que ignoréis acerca de los dones espirituales”.

 

¿Cuál es el motivo de Pablo? Explicarle a la iglesia en Corinto que no se deben desconocer los dones, que estén atentos a ellos, que los usen, no vivan de espaldas a la gracia de Dios, que si Dios les da un regalo, pues que lo aprovechen.

 

Miremos donde está el listado de los dones, versículos 8-10:

 

“Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas”.

 

¡Ah, sí! Miren, es que el apóstol Pablo, señor Corintio, no te está diciendo: “éstos son los dones: primero, segundo, tercero...” Él está poniendo sólo ejemplos.

 

Es como si yo te dijera que en un canal de televisión ponen a uno a que maneje la cámara; a otro, la iluminación; a otro, el sonido; a otro, la escenografía; a otro, los libretos; etc.

 

Yo no estoy diciendo con exactitud cuánto personal hay en un canal de televisión, no, simplemente estoy poniendo ejemplos para que se entienda que en un estudio de televisión todo mundo no hace lo mismo.

 

Además, si lees todo el capítulo 12, vas a encontrar que el mensaje del apóstol Pablo es, primeramente, sentar la tesis de que Dios da dones espirituales a los cristianos y que no hay que ignorarlos. Y en segundo lugar, que no todo mundo tiene los mismos dones, que los dones son diferentes para cada persona, y es por eso que compara a la iglesia cristiana con un cuerpo humano, pues aunque el cuerpo es uno sólo, no obstante tiene muchos miembros, y cada miembro cumple una función diferente, sin que haya rivalidad o celos entre ellos. Sencillamente se sirven el uno al otro.

 

Ahora veamos los versículos 28-30:

 

“Y a unos puso Dios en iglesia primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?

 

¡Ah, ya entiendo, sí! Mira, inclusive acá en estos versículos del 28-30 Pablo está repitiendo algunos dones que ya había dado en los versículos del 8-10.

 

Claro, el apóstol no está interesado en hacer una lista exhaustiva, él nada más está poniendo ejemplos de todos los dones que Dios da, porque Dios da una gran diversidad de dones.

 

A ver veo la carta que te mandó a ti romano el apóstol Pablo. ¡Ah,  claro!, yo encuentro lo mismo de Corinto. Mira, el Apóstol Pablo no está haciendo un listado, está poniendo ejemplos. Oye la tesis de Romanos 12:4

 

“Porque de la manera que en un mismo cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones […]”

 

Mira esta palabra dones, en griego es la palabra “charisma”. Y ahora va a encontrar la palabra gracia, que es algo gratuito. Bueno, sigo leyendo…

 

“[…] De manera que teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría”.

 

Sí, sí, es el mismo caso de la carta a los corintios. El apóstol Pablo no te está haciendo un listado, te está poniendo ejemplos de cómo en un cuerpo cada miembro hace algo diferente.

 

A ver amigo Efesio, déjame ver la carta que él te mandó. Te escuché decir que en tu iglesia hay apenas cinco ministerios y que como en esta epístola Pablo no les enseña ni de milagros,  ni de don de fe, ni de sanidades, tu pastor Timoteo está enfermo.  A ver leo esta carta detenidamente….

 

¡Ah no!, es el mismo caso de la carta a los corintios y a los romanos. Fíjate bien, aquí tampoco hay un listado definitivo de dones. Observa este título: “La unidad del Espíritu”.

 

El tema del Apóstol Pablo no es enlistar los dones y decir cuántos hay. El tema es otro, es mostrar que los cristianos de Éfeso deben estar unidos. Y que aunque cada uno tiene diferentes dones, aún así deben ser uno en Cristo.

 

Mira lo que dice el versículo tres:

 

“Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz  - Y de ahí en adelante dice - un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia, - o sea algo gratuito - conforme a la medida del don de Cristo”

 

¡Ah, sí! Mira, aquí está la palabra don. Y en el original griego del Nuevo Testamento esta palabra que se tradujo como don es la palabra griega “dorea”. Por favor, escribe ahí en tu Biblia en español, al lado de la palabra don, la palabra griega “dorea”, que significa algo gratuito, algo recibido de gracia, un don.

 

Miremos ahora el versículo ocho:

 

“Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres […]”

 

Dones, ésa es la palabra griega “doma”. Escríbela en tu Biblia y sigamos leyendo este versículo ocho…

 

“[…] Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”.

 

No, pero es que en este texto no dice nada de ministerios, mira, vuelvo a leer el versículo 11:

 

“Y Él mismo constituyó […]”

 

Ahí no está diciendo: “y éstos son los ministerios, son cinco, por favor no le agreguen más.” No, ahí lo que dice es

 

Y Él mismo constituyó […]”

 

¡Ah! pero aquí en el versículo 12 sí habla de ministerio. Mira que aquí dice:

 

“[…] A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio”

 

¡Ah! pero no habla de ministerios en plural, sino del ministerio, y la palabra griega es “diakonía, que quiere decir un servicio. Fíjate que es diferente a otra palabra griega  que es “leitourgos”, porque “leitourgos” sí se usa en un sentido sacerdotal, litúrgico. Inclusive la liturgia es un culto público, es un servicio litúrgico para el pueblo.

 

Claro, lo que el apóstol Pablo está diciendo es que él constituyó a unos de una manera y a otros de otra. Sí, mira lo que dice aquí en el versículo 11:

 

“[…] A unos apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros

 

Sí, él no está haciendo un listado de dones espirituales, él está poniendo ejemplos, está afirmando que Dios dio esos dones y que los cristianos debemos estar unidos en Espíritu. Por eso el tema central es “La unidad del Espíritu” no los ministerios. Fíjate que los editores de Sociedades Bíblicas Unidas le pusieron como subtítulo a esta porción bíblica: “La unidad del Espíritu”.

Los traductores de la Reina Valera no entendieron que allí el tema central sean los ministerios, no, ese tema no está ni siquiera insinuado allí.

 

Efesios, ese asunto de los cinco ministerios lo interpretaron ustedes por su cuenta, porque aquí no lo dice. Cuando en esta epístola se habla del ministerio se refiere a uno solo, no a cinco, sino a uno solo. Mira lo que dice aquí en el versículo 12:

 

“A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio […]”

 

¿Cuál ministerio? El versículo lo dice, el ministerio de la edificación del cuerpo de Cristo.”

 

¡Ummm! ¿Sabes dónde estuvo el error de interpretación de este texto bíblico? En la palabra constituyó:

 

“Y Él mismo constituyó a unos […]”

 

¡Claro! esa palabra constituyó es la clave del asunto. Mira, resulta que en el griego hay siete palabras que se han traducido en la Reina Valera como constituir. Y esas palabras son.

 

1.   “Kathistemi”  Que significa designar a alguien para una posición o establecer o constituir.

2.   “Tithemi”. Que es una parecida a “kathistemi” y también significa establecer o poner, sólo que “kathistemi” es una forma intensificada de “tithemi”, o sea que se refiere a un nombramiento en propiedad.

3.   “Cheirotoneo”. Que se usa para designar, como cuando se votaba algo en la asamblea legislativa de Atenas.

4.   “Katartizo”. Que significa preparar o hacer apto.

5.   “Ginomai”. Que quiere decir venir a hacer.

6.   “Poieo”. Que significa hacer.

7.   “Didomi”. Que quiere decir dar, como un árbol, que da fruto.

 

Inclusive en Marcos 4:7-8, donde está la parábola del sembrador, se usa la palabra griega “didomi” cuando en el versículo siete dice que la que fue arrojada entre espinos no “dio” fruto. Y también en el versículo ocho cuando dice:

“[…] la que cayó en buena tierra sí dio fruto […]”

 

Allí “dio” es también la palabra griega “didomi”. Osea que es dar en un sentido de entregar, de otorgar, de florecer, de regalar.

 

¡Claro! ahí está el error. Mira, el apóstol Pablo cuando les escribe a ustedes en el versículo 11: 

 

“Y Él mismo constituyó […]”

 

No se refiere a que nombró, a que estableció, a que se crearon unas jerarquías, a que se nombraron a personas en determinadas posiciones, no, no. Él se está refiriendo es a que el Señor regaló, dio, como un fruto. Se refiere a que entregó unas capacidades a los miembros de su iglesia.

 

Si no hubiera sido así entonces hubiera utilizado mejor la palabra griega “kathistemi”, que es nombrar en una posición, o establecer, o constituir. O al menos hubiera usado la palabra “tithemi”.

 

Es más, te cuento que “La Biblia al Día”, de la Sociedad Bíblica Internacional, año 1979, lo ha traducido así:

 

“Y a algunos les dio el don de ser apóstoles; a otros el don de predicar bien; a otros el don de ganar personas para Cristo y guiarlas para confiar en Él como Salvador y a otros el don de velar por el pueblo de Dios como el pastor vela por su rebaño y enseña los caminos de Dios.”

 

Y fíjate que “Dios Habla Hoy” de las Sociedades Bíblicas Unidas lo ha traducido así:

 

“Y él mismo concedió a unos ser apóstoles; y a otros profetas; a otros anunciar el mensaje de salvación; y a otros ser pastores y maestros”

 

Claro que la Reina Valera del 1960, la Reina Valera del 95 y la Nueva Versión Internacional lo han dejado constituyó.

 

Pero no peleen por eso, ya sabes amigo efesio que lo que quiere decir con constituyó es que les dio, les regaló esas habilidades, esas capacidades.

 

Ahora, yo sé que a ustedes de todas maneras les ha  quedado una duda: ¿cuál es la diferencia entre don y ministerio?

 

Permíteme amigo corintio tu carta y veámosla detenidamente en el capítulo 12.

 

¡Ah!, ya entiendo, aquí está la respuesta, en los versículos cuatro, cinco y seis. Mira lo que dice:

 

“Ahora bien hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo, y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo, y hay diversidad de operaciones, pero Dios que hace todas las cosas en todos es el mismo.”

 

¡Ya entiendo! Es que hay que diferenciar tres palabras claves aquí: dones, ministerios y operaciones. Veamos de nuevo el versículo cuatro:

 

“Ahora bien, hay diversidad de dones […]”

 

Observa bien, la palabra que se ha traducido como “dones” es la palabra griega “charisma”. Colócala en tu Biblia. A un lado de la palabra dones, y sigamos leyendo el versículo cuatro de 1Corintios 12:

 

“[…] pero el Espíritu es el mismo”

 

Espíritu, cuando veas esta palabra con “E” mayúscula, como en este caso, se refiere al Espíritu Santo, y es la palabra griega “pneuma”.

 

Veamos ahora el versículo cinco:

 

“Y hay diversidad de ministerios […]”

 

La palabra griega que se ha traducido como “ministerios” es “diakonía”. Y “diakonía” quiere decir servir, socorrer. Sigamos leyendo el final del versículo cinco:

 

“[…] pero el Señor es el mismo”

 

Ahí está Señor con “s” mayúscula, y se refiere a Jesucristo, esa es la traducción de la palabra griega “Kyrios”, que algunos autores pronuncian como “kurios”, debido a que esa “u” suena como una “u” francesa, muy parecida a la “i” del castellano. “Kyrios”, esa es la palabra griega para Jesucristo, puesto que él es el amo, el dueño, el Señor, como se enfatiza en el Nuevo Testamento.

 

Pasemos ahora a leer el versículo seis:

 

“Y hay diversidad de operaciones […]”

 

Operaciones, esa es la palabra griega “energemata”, con “g” de gato, “energemata”, que quiere decir poder, energía, fuerza, potencia. Inclusive de ahí viene la palabra energía. Y termina así el versículo seis:

 

“[…] pero Dios […]”

 

Ahí está Dios con “d” mayúscula, en griego es la palabra “theos”, y se está refiriendo al único y verdadero Dios, al Dios Padre. Y finaliza así este versículo seis:

 

“[…] que hace todas las cosas en todos es el mismo

 

¡Claro! ya entendí. Mira, hagamos parejas:

 

·        La primera pareja dones y Espíritu.

·        La segunda pareja ministerios y Cristo.

·        Y la tercera pareja operaciones y Dios Padre.

 

¿Si entendiste? Mira, ¿quién da los dones? El Espíritu Santo. Listo, ahí tenemos la primera pareja.

 

¿Quién da los ministerios y quien los dirige? Jesucristo. Listo, ahí tenemos la segunda pareja.

 

¿Y quién da las operaciones? Dios el Padre. Ahí está la tercera pareja.

 

En estos tres versículos, 1Corintios 12:4,5,6, está la Trinidad de Dios. Allí están el Espíritu Santo, el Hijo y el Padre.

 

¡Claro! Mira, te voy a poner un ejemplo. Voy a hacer una ilustración de tipo organicista, como la que hace Pablo diciendo que la iglesia es como un cuerpo humano.

 

Aquí está mi hija Laura. Ella tiene dos ojos y dos oídos ¿ya? Esos órganos digamos que son las habilidades, son las capacidades, son los dones. Se los dio el Espíritu Santo. En griego serían los “charismas”.

 

Ahora ¿qué hacen los ojos? Ver. ¿Y que hacen los oídos? Oír. Pero necesitan un cerebro, una cabeza que maneje los ojos y maneje los oídos para que tú sepas cuando abrir los ojos, para dónde voltearlos, hacia donde dirigir tu oído, a qué cosas prestar atención.

 

Resulta que esa cabeza se llama Cristo y Cristo es el que le da la función, el servicio, la ministración a esos ojos y a esos oídos. A ese servicio le vamos a llamar ministerio. En griego sería la palabra “diakonía”.

 

Pero es que los ojos para ver y los oídos para oír necesitan energía, necesitan un poder que los ponga en operación, lo que en griego se llama “energemata”. ¡Ah ya! Dios es el que da esa “energemata”, esas operaciones, esa energía, ese poder.

 

¡Claro!... ¡ahora sí! Mira, esos ojos y esos oídos son los dones que dio el Espíritu Santo, los “charismas”. Pero para que esos ojos y esos oídos puedan cumplir una función, un servicio, una ministración, una “diakonía”, es necesario que ésos carismas sean dirigidos por un cerebro, una cabeza, y la cabeza es Cristo.

 

Cristo es el que ordena cuándo se abren y cuándo se cierran y cuando voltean para un lado y para otro. Recuerda que Él es modelo de “diakonía”, él dijo: “Yo no he venido para ser servido, sino para servir.

 

Cristo es entonces quien coordina todos los miembros del cuerpo, entre ellos los ojos y los oídos. Cristo es el que maneja el ministerio o la “diakonía” de los ojos y los oídos que el Espíritu Santo le dio a Laura.

 

Pero resulta que para que esos dones, que son los ojos y los oídos, cumplan el ministerio de ver y oír, necesitamos que Dios el Padre envíe su poder, que su energía fluya a través de ellos.

 

¿Si ves?

 

·        El Espíritu Santo dio los carismas: los ojos y los oídos.

·        Cristo dio el ministerio: ver y oír.

·        Y Dios el Padre dio el poder: para que puedan ver y para que puedan oír.

 

Así es en la iglesia de Cristo en el planeta tierra. El Espíritu Santo da los dones a sus hijos, las habilidades, las capacidades para hacer un trabajo específico en beneficio de otros. Luego viene Cristo y toma a esos cristianos con esos dones y les asigna un ministerio específico, una tarea, un servicio específico dentro de su iglesia. Y finalmente el Padre da el poder, la energía, para que esos dones puedan ser activados en el ejercicio ministerial.

 

Recuerden que el mismo Jesucristo, que estaba lleno del Espíritu Santo, dijo: “Los milagros que yo hago no los hago yo, sino el Padre”. Ni siquiera dijo que los hacía el Espíritu Santo. Él nunca dijo que era el poder del Espíritu Santo, no, él dijo que era el Poder del Padre.

 

Miren, antes de que se me vayan mi querido corintio, romano y efesio, les quiero compartir lo que dice 1Pedro 4:10. Y para entender bien este texto, antes de leerlo, vamos a hacerle algunas notas marginales. Pongamos debajo de cada palabra clave en español, cuál fue la palabra griega que allí se tradujo del texto original al castellano. ¿De acuerdo?

Bien, donde dice “don”, pongamos debajo la palabra griega “charisma”, que quiere decir: don, regalo, dádiva.

 

Donde dice: “minístrelo”, escribamos debajo la palabra griega “diakoneo”, que quiere decir: ofrecer un servicio, atender a alguien.

 

Aquí no se refiere al ejercicio sacerdotal, o sino se usaría la palabra griega “leitourgos”. “Diakoneo” hace referencia es al ejercicio en favor de alguien, ayudar a alguien.

 

Ahora, donde dice “administradores” coloquémosle al frente la palabra griega oikonomos”. “Oikonomos viene de “oikos”, que es casa, y “nomos”,  que es disponer.

 

Digamos entonces que oikonomos” se puede traducir como: servir, dispensar, atender las necesidades de alguien.

 

Y eso es administrar, es dar, servir, como cuando el médico le dice a la enfermera: “Señorita adminístrele tres miligramos de esta medicina a este paciente”.

 

Sigamos. Viene ahora la palabra “multiforme”, que es la traducción de la palabra griega “poikilos”. Pongamos debajo entonces “poikilos”, que significa: diverso, variado, de muchas formas o aspectos.

 

Luego tenemos la palabra “gracia”. Pongamos debajo la griega “charis” que significa: gratuito.

 

Ahora tenemos la palabra “Dios”, que es la traducción de la palabra griega “theos”, y con “theos” se está hablando en este texto del único y verdadero Dios, y no de dioses como pensaban los griegos.

 

Bueno, ya tenemos las anotaciones en griego, ahora, leámoslo en castellano de corrido:

 

“Cada uno según el don que ha recibido minístrelo a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”.

 

Apreciados corintio, romano y Efesio, entiendan una cosa: la gracia de Dios es multiforme, no es uniforme, es multiforme. Acuérdate romano que en la misma carta que Pablo les mando a ustedes, en el capítulo 12 versículo 2 dice:

 

“No os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”.

 

Muchachos, les invito a que renueven ese entendimiento, les invito a que cambien esa manera de pensar, quítense ésas limitantes, quítense esas formaletas que tienen en la cabeza. Tienen una manera de pensar demasiado esquematizada y a Dios no lo podemos meter en esquemas humanos.

 

Tú no puedes decirme que sólo hay tantos dones, tantos ministerios y hay tantas operaciones y que eso es todo. Decir eso es ajustarte al pensamiento tradicional de algunos, pero no a la sana interpretación bíblica.

 

No podemos decir que el Espíritu Santo sólo da las habilidades que nosotros pensamos.  O que Jesucristo sólo nos puede usar a nuestra manera. O que el poder del Padre sólo puede fluir como nosotros lo imaginamos.

 

Es mejor ser honestos y decir que no sabemos cuántos dones hay en la Biblia, ni cuántos ministerios, ni cuántas operaciones. Lo único que podemos decir es que Dios hace y se mueve como quiere, y que hay varios dones, ministerios y operaciones.

 

El manejo de la iglesia es algo que compete a la Trinidad de Dios, y Dios no tiene que consultar nuestras opiniones o conceptos. Dios hace lo que quiere y como quiere. Él verá cómo maneja su iglesia, pues la iglesia es de él, no nuestra.

 

Mis amados hermanos corintio, romano y efesio que Dios los bendiga. ¡Hasta pronto!

 

Listo. Cerramos el telón y salimos de la escena, de ésa película a la que nos metimos imaginariamente.

Sé que ustedes han vivido plenamente la experiencia y han podido comprender esta verdad sobre lo que son los dones, los talentos, los ministerios y las operaciones.

 

Ahora, ha llegado el momento de qué te pongas delante del Señor y le pidas que por favor te muestre cuáles fueron los talentos y dones que te dio.

 

Y cuando tengas claro cuáles fueron tus talentos y tus dones, entonces pídele que te muestre cuál es el ministerio que debes desarrollar.

 

Y luego, ponte a trabajar en ese ministerio para que los dones sean activados al lado de los talentos y el poder de Dios comience a fluir a través tuyo.

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