Foto de Fernando Medrano
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El camino
Algunos de los poemas recogidos en el libro “Mitad de amor, dos cuartos de querencias” (1984) fueron escritos en los primeros años 70, antes de venir yo a Villajoyosa. Otros, como el poema “Versos” dedicado a Miguel Hernández, fueron escritos en la época de la Transición, concretamente en el año 1977. Sin embargo, para el poema titulado “El camino”, que hoy cuelgo en este Blog debido a que Mar le ha hecho un magnífico PPS, no tengo una fecha determinada. Sé que fue escrito en Villajoyosa, siendo, por lo tanto, posterior a 1973. El asunto del que trata tampoco me da muchas pistas al respecto, como luego se verá. Puedo intuir que fue escrito rondando el año 1980, pero dándole al error un margen muy amplio. Tampoco creo que tenga mayor importancia para los lectores. Ni siquiera la tiene para mí, por referirse a algo tan genérico y difuso como el sentimiento de insatisfacción que sentía en esa época y que, salvando la niñez, es el mismo que, en una o en otra proporción, he sentido en los diversos períodos de mi vida.
El poema es sencillo en todos los aspectos. Tampoco podía ser de otra forma, puesto que el tiempo que le dedicaba a la poesía era mínimo y no había llegado el día en el que yo iba a entrar a saco en su casa, que es de estrechos reductos y ancha soledad. Y aun así, cuando entré, lo hice mayormente en sábados y domingos y fiestas de guardar, más allá de los momentos robados al sueño y a la noche, como ya he dicho otras veces.
Por cierto, el día en que le oí decir a Umbral que no se podía ser escritor si la dedicación se limitaba a los fines de semana, me dio una rabia tremenda Y no es que quisiera quitarle la razón, que la tenía, sino que veía claramente que ese era exactamente mi caso y que, por mucho que implorara, no iba a disponer de más tiempo para dedicarlo a escribir. Y, la verdad, ¿cómo se podía escribir trabajando diez horas al día cada día?
Un abrazo
El camino
Yo fui una vez un camino
que a algún lugar conducía.
Yo sabía algunas cosas
sin saber que las sabía.
Y camino llegué al monte
donde está la libertad,
pero allí miré más alto,
monté el aire, fui a volar.
Y crucé por una nube
de una vasta soledad,
hasta llegar a ese olvido
donde los dioses están.
Ahora busco en el recuerdo
de mis pasos el pasar,
mas no sé donde empezaron,
no recuerdo adónde van.
Tan sólo a veces recuerdo
que fui camino una vez,
que sabía algunas cosas
y que ahora no las sé.
Del libro “Mitad de amor, dos cuartos de querencias” (1984)
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
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