Aleyda Gaspar e Iñaki txo Ruiz (Zirrimarra.mx-eh)
DF, 17 de julio de 2007
Nuevamente la represión en Oaxaca. Sesenta personas detenidas y
desaparecidas, 40 heridas, el joven Emeterio Merino Cruz Vásquez
muerto por estallamiento de vísceras y con el cráneo destrozado, y
otro a punto de morir por lo mismo. Dos luchadores sociales más,
asesinados por dos asesinos en el poder: el gobernador Ulises Ruiz y
presidente de México Felipe Calderón.
Una vez más, como lo ha hecho desde hace más de un año, cuando atacó
cruelmente a los maestros y maestras, el gobierno mexicano decidió
usar la represión policíaca y militar, las detenciones arbitrarias y
el asesinato en contra de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca
(APPO), integrada por una buena parte del magisterio del estado,
decenas de organizaciones indígenas y campesinas, y centenas de
oaxaqueñ@s.
El conflicto inició en julio del 2006 con la movilización de miles de
maestras y maestros oaxaqueños en demanda de mejores salarios y
condiciones laborales; la respuesta del gobernador llegó el 14 de
junio, sin mediar diálogo, lanzó un artero ataque contra el plantón
que mantenían en el zócalo de Oaxaca, con miles de policías estatales
y federales, y otros tantos militares, que por cierto, salieron
corriendo ante la lucha aguerrida de los docentes. A partir de esos
acontecimientos el magisterio, decenas de organizaciones sociales y
ciudadanos comunes formaron la APPO, que hasta el momento ha tenido
por lo menos 30 asesinados, cientos de encarcelados, decenas de
desaparecidos y más de mil detenidos.
El enfrentamiento de este lunes surge del ataque de la policía a
participantes de la fiesta popular de la Guelaguetza, que el
gobernador Ulises Ruiz y todos los gobiernos anteriores se habían
apropiado para beneficio turístico y su enriquecimiento personal. Como
el año pasado, en esta ocasión la APPO intenta reivindicar esta fiesta
como un espacio cultural popular y no permitir su utilización con
fines de lucro, por lo que el boicot a la fiesta oficial sigue en pie.
El asesino gobernador del estado de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, llevaba
tiempo desarrollando un plan mediático para convencer al país y al
mundo de que en Oaxaca ya estaba todo resuelto y el conflicto acabado:
pura fachada, fotos, personajes, propaganda, mentiras. Nada más lejos
de la realidad: en Oaxaca persisten y se agudizan las desigualdades
sociales, el empobrecimiento de la sociedad, las duras situaciones del
campo, la emigración a Estados Unidos, la explotación de las mujeres y
los niñas y niños. Oaxaca se pelea con Chiapas, Guerrero, Hidalgo y
Veracruz, el primer lugar en pobreza extrema. Sumemos a esto las
consecuencias de la dura represión que viene sufriendo el pueblo
oaxaqueño organizado en la APPO: asesinadas, encarcelados, detenidas,
desaparecidos, torturadas, amenazados, escondidas.
La política mexicana apesta. Todo se le desmorona al presidente
ilegítimo, Felipe Calderón, el espurio, como lo llaman por acá:
primero, el chinogate o dinero incautado a un empresario chino
nacionalizado mexicano y relacionado con el narco, que estaba
destinado a la campaña de Felipe Calderón y ahora está perdido;
segundo, las recientes acciones armadas del Ejército Popular
Revolucionario (EPR) contra instalaciones de Petróleos Mexicanos
(Pemex), en represalia por la detención-desaparición de dos de sus
militantes en la Ciudad de Oaxaca; y tercero, la visita del presidente
español Rodríguez Zapatero, con un claro interés en blindar y aumentar
las posiciones de las transnacionales españolas (sobretodo las
bancarias y las hoteleras) en la expoliación de México.
La APPO lo tiene claro, sabe alerta sobre una próxima "ofensiva (con
policías estatales federales y el ejército) en contra del pueblo de
Oaxaca", y explica: "Hay condiciones propicias para ello, en medio del
mega-escándalo en que ha entrado el equipo de FECAL a raíz de su
involucramiento con el Chino, ante lo cual necesitan tender una
cortina de humo ahogando en sangre la lucha del pueblo de Oaxaca,
además de utilizar de pretexto la detonación de los artefactos
explosivos en los ductos de PEMEX en Querétaro y Guanajuato".
Es muy probable que sea así, pues la derecha que gobierna México (y
el PRI antes) ha demostrado en todo momento que carece de escrúpulos
para sostenerse en el poder. Felipe Calderón sigue apoyando
abiertamente a Ulises Ruiz, luego del pacto que hicieron, "yo te
mantengo como gobernador, tú legitimas mi gobierno". Ambos un par de
asesinos y ladrones que seguirán aliándose con lo más selecto de la
mierda mexicana e internacional para seguir aplastando cualquier
persona o grupo, del tamaño que sea, que busque justicia e igualdad.
¿Cuál es la salida al problema? Pues para empezar, o sea ya, la de
Ulises Ruiz, Felipe Calderón y todos sus cómplices. ¡Alto a la
represión en Oaxaca!
Policía protege a auditorio contra danzantes
Escrito por Chico Zapote