He terminado de leer la reciente obra de Enrique Fowler Newton y la verdad que no deja de sorprenderme la precisión que alcanzan sus escritos cada vez que decide activar su pluma, muchas de ellas representadas a través del sentido común. Es muy probable que
coincidamos en que, sus obras maestras, que ya forman parte de la doctrina de las buenas prácticas contables, constituyen bibliografía obligatoria en las carreras de grado, referidas a la Ciencias Económicas. En esta última obra, nos recuerda las limitaciones
lógicas que tienen las normas contables, porque deben lidiar con la realidad que imponen las circunstancias, ¿Cómo pretender normas contables perfectas, si serán aplicadas a personas que somos totalmente imperfectas? Este trabajo nos obliga a los docentes,
a repensar nuestras prácticas, esto es, aun comprendiendo las limitaciones que tienen las normas, no debemos presentarlas como verdades únicas y debemos animarnos a tener un juicio crítico, para luego incentivar esta práctica a nuestros estudiantes.
Juan Carlos Martín