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to mundos invisibles
Fuente: James L. Oschman, Ph.D.
Reiki y Ciencia
La energía en el desempeño atlético y artístico
Hace más de cincuenta años, el distinguido profesor de Yale, Harold
Saxton Burr, reconoció el vínculo directo entre todas las funciones
corporales y los campos energéticos producidos dentro y alrededor del
cuerpo. Basado en una serie de estudios conducidos entre 1932 y 1956,
Burr afirmó que todas las perturbaciones, tanto físicas como
emocionales, aparecen en el campo mucho antes que cualquier síntoma o
estructura patológica sea detectada por los métodos usuales de
diagnóstico. Más aún, la corrección o normalización del campo
energético revierte el proceso degenerativo. A esta investigación no
se le prestó la debida atención que merece.
Los descubrimientos de Burr son de una profunda relevancia en la
medicina complementaria y en el comportamiento humano. Desde un punto
de vista biológico, los sentidos magnéticos y electromagnéticos son
características incorporadas de los organismos, las cuales varían
desde las bacterias a los mamíferos. La evolución le ha brindado a los
animales la sensibilidad para navegar, para encontrar los alimentos e
identificar los depredadores, y para predecir el tiempo, los
terremotos y otros cambios en la tierra.
Para mantener la sincronía y la posición en el espacio dentro de los
grupos, se necesita un sofisticado funcionamiento de complejos
sistemas sensoriales y motores. El fenómeno también está muy bien
demostrado en algunas escuelas de artes marciales, en las cuales
existe un entrenamiento en la percepción y la respuesta a un atacante
sin usar la información sensorial usual.
En la ciencia médica se utilizan electrocardiogramas y
electroencefalogramas que demuestran que el cuerpo produce campos
eléctricos mensurables. La Ley de Ampère establece que estos campos
eléctricos deben estar acompañados por campos magnéticos en el espacio
circundante del cuerpo. Estos campos biomagnéticos han sido
documentados. Los mecanismos por los cuales los campos magnéticos
afectan las funciones celulares, se han desarrollado en detalle. Todos
los elementos de la tesis de Burr han sido confirmados.
Los campos electrodinámicos proveen la base para una variedad de
terapias, en las cuales la información es obtenida del campo
energético del paciente y el campo del terapeuta se usa para
conectarlo con el paciente a fin de mejorar la salud física y
emocional.
Estos campos electrodinámicos juegan un papel fundamental, cuando los
atletas o los artistas deben alcanzar el máximo de su rendimiento.
Para el atleta o el ejecutante, los campos energéticos pueden
emplearse de varias maneras, tanto para evitar lesiones como para
acelerar el proceso de sanación cuando estas ocurren. Una lesión en
una parte determinada del cuerpo puede haber ocurrido por debilidad o
desequilibrio en otra área. Por ejemplo, los problemas en las rodillas
o los tobillos a menudo surgen porque los músculos alrededor de la
pelvis o en la zona lumbar tienen hipertonicidad, hipotonicidad o
están desequilibrados.
La medicina energética tiene importantes aplicaciones en situaciones
donde una rápida restauración de la función en un jugador o ejecutante
individual, es vital para el esfuerzo del equipo. Cuando un jugador se
lesiona, un terapeuta que se encuentra familiarizado con los métodos
energéticos, podrá usar su propia energía y la del grupo para iniciar
repentinamente el proceso de sanación de varias maneras, lo que puede
realizarse sin interferir con los esfuerzos del equipo médico por
vendar, entablillar o aplicar frío a una articulación lesionada, por
ejemplo.
Aspectos Clínicos de los Campos Biológicos
I
ntroducción para los Profesionales de la Salud
La aplicación crucial de los campos eléctricos y electromagnéticos
naturales y artificiales han tenido una larga y polémica historia.
Los investigadores médicos emplean magnetómetros sensibles denominados
SQUIDs para trazar el mapa del entorno biomagnético del cuerpo humano
en la salud y la enfermedad. Las actividades eléctricas del cuerpo que
son bien conocidas y que ofrecen la base de los electrocardiogramas,
electroencefalogramas y electromiogramas, tienen sus respectivas
contrapartidas biomagnéticas, denominadas magnetocardiogramas,
magnetoencefalogramas y magnetomiogramas. Estos campos biomagnéticos
mensurables se extienden en el espacio alrededor del cuerpo. Luego de
un largo período de haber desalentado la aplicación clínica de los
campos eléctricos o electromagnéticos, los investigadores ortopédicos
desarrollaron una terapia de los campos electromagnéticos pulsantes
(PEMF), que estimula la reparación de la falta de unión en las
fracturas. Vastas pruebas clínicas llevaron a la FDA a aprobar este
aparato en 1979, por ser seguro y eficaz. El método fue modificado
para el tratamiento de tejidos blandos como los nervios, ligamentos,
la piel y los capilares. Esta investigación está empezando a ofrecer
una base científica lógica para algunos de los efectos sutiles de las
terapias complementarias como Reiki, toque terapéutico, terapia de la
polaridad, masajes y acupuntura.
La electrofisiología se convirtió en una importante herramienta en la
investigación de las células y los tejidos.
El Profesor Burr y sus colegas publicaron evidencias de que se puede
diagnosticar las primeras etapas de las patologías, incluido el
cáncer, por las perturbaciones en el campo eléctrico del cuerpo y que
al restablecer un campo normal se detiene el progreso de la
enfermedad. Estos conceptos fueron transmitidos de manera general,
dado que los médicos se centraron en los enfoques farmacológicos
emergentes y sumamente exitosos.
Campos Biológicos en la Medicina Complementaria
La idea de que el intercambio energético de algún tipo ocurre entre
los individuos, es el tema central en muchas técnicas de sanación,
incluido Reiki, toque terapéutico, terapia de la polaridad, Qi Gong y
masajes. Ya se hallaban referencias sobre las interacciones
energéticas en la literatura psicoterapéuticas, en Freíd (1856-1939),
quien propuso que un intercambio de energía entre el profesional y el
paciente opera a nivel inconsciente, afectando la salud mental,
emocional y física del paciente (Freíd 1862).
Una cuidadosa investigación ha demostrado repetidamente una amplia
variedad de efectos que pueden ocurrir con o sin toque físico, lo cual
indica que la energía de algún tipo puede ser irradiada o esparcida
entre el profesional y el paciente. Los efectos han sido demostrados
por las tasas de sanación de heridas (Wirth 1990), del dolor (Séller
1986), niveles de hemoglobina (Krieger 1974), crecimiento de tumores
(Bengston&Krinsley 2000) y estados emocionales (Quinn 1984). A pesar
de todos estos trabajos de investigación, la biomedicina occidental ha
continuado justificadamente escéptica debido a la falta de un
mecanismo plausible que explique la naturaleza de este intercambio
energético, o sobre cómo puede tener algún efecto psicológico o
emocional.
Una cantidad de escuelas de terapia complementaria enfatiza la
importancia de lograr un estado relajado y de cuidados por parte del
profesional. Por ejemplo, la literatura sobre toque terapéutico
describe el papel del profesional, explicando que debe enfocarse
completamente en el bienestar del receptor en un acto de amor y
compasión incondicionales. (Quinn & Strelkauskas 1993)
Cuantificar las Emociones
Hasta no hace mucho tiempo, estas afirmaciones hubieran tenido muy
poco significado para la medicina científica, por la aparente
imposibilidad de cuantificar los fenómenos como el amor y la compasión
incondicionales. Esta situación ha cambiado recientemente debido a la
asombrosa investigación realizada en el Instituto HeartMath en Boulder
Creek, California. Los investigadores allí establecieron las
correlaciones psicológicas mensurables de los estados emocionales,
empleando un sofisticado análisis del espectro de frecuencia del
electrocardiograma y las medidas de la variabilidad del ritmo
cardíaco. Estas son medidas muy apreciadas por los investigadores
médicos y los clínicos.
La variabilidad del ritmo cardíaco (HRV) puede convertirse
matemáticamente en densidad espectral de energía (PSD), que es una
prueba no invasiva de la función nuerocardíaca integrada y que se
emplea de manera habitual. En la medicina clínica, esa medida se ha
utilizado para:
Distinguir entre la regulación simpática y parasimpático del nodo SA
(Ori y otros 1992)
Predecir la mortalidad luego del infarto de miocardio (Kleiger &
Millar 1978), ataque congestivo del corazón (Saul y otros 1988) y
durante una angiografía coronaria (Saini y otros 1988)
Predecir el riesgo de rechazo luego de un trasplante (Binder y otros
1992)
Caracterizar enfermedades psicológicas, incluida la depresión profunda
y los desórdenes por pánico (Yeragani y otros 1991)
Caracterizar los cambios autónomos asociados con la hostilidad (Sloan
y otros 1994)
Predecir el riesgo a partir de la hipertensión (Markovitz y otros
1993)
La investigación realizada en HeartMath reveló que los distintos
estados emocionales tienen correlaciones electrofisiológicas
específicas. Este descubrimiento fue publicado en una importante
revista médica que es revisada por sus pares (McCraty y otros 1995).
Un cambio desde la frustración al aprecio, por ejemplo, conduce
rápidamente a una modificación en la variabilidad del ritmo cardíaco.
La intencionada concentración en el corazón y los sinceros
sentimientos de cariño, pueden conducir a una variación más regular
del ritmo cardíaco; los investigadores se refieren a esta condición
como coherencia. Cualquiera que tenga acceso a una electrocardiografía
puede confirmar este fenómeno. En términos de la fisiología, este
estado refleja un equilibrio entre los ritmos de las ramas simpática y
parasimpático del sistema nervioso autónomo, que regulan el ritmo
cardíaco.
Conclusiones
La importancia de la investigación resumida aquí, va más allá de la
desmitificación y la validación de terapias complementarias.
Dado lo que sabemos sobre los fenómenos, es concebible que estemos en
condiciones de documentar un esquema para las interacciones de campos
energéticos benéficos que pueden producirse entre los individuos.
Dicho esquema puede involucrar las ondas cerebrales y, posiblemente,
los efectos sobre el sistema nervioso autónomo, la liberación de
neuropéptidos y el sistema inmunológico. Tenemos ahora una hipótesis
lógica y probable para empezar a explicar los efectos clínicos de una
amplia variedad de enfoques como lo son Reiki, toque terapéutico,
terapia de la polaridad, masajes y acupuntura.
James L. Oschman, Ph.D. James L. Oschman, Ph.D.
Fuente: James L. Oschman, Ph.D.