Cuando el seor celebra la ltima cena dice: porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdn de los pecados. El sacrficio es por su promesa y da fin al antiguo testamento.
La voz proftica es una voz de autoridad, de autoridad divina, Aquellos que son llamados a hablar por el Seor Jehov reciben el poder de Jehov y son ordenados a Su santo orden. Por tanto parece apropiado que pongamos atencin a la naturaleza de la autoridad proftica; o sea el poder del santo sacerdocio entre los profetas del antiguo Israel.
Aunque no estamos seguros de la organizacin exacta de la Iglesia durante las as llamadas pocas pre-cristianas, los lderes del sacerdocio entre los antiguos buscaron cumplir con la voluntad de Dios en todas las cosas. Hombres tales como Adn, Set, Ens, Cainn, Mahalaleel, Jared, Enoc, Matusaln, Lamec y No, fueron sumos sacerdotes; ellos gobernaron la Iglesia y reino en rectitud y en virtud de sus posiciones civiles (el linaje real) y eclesisticas (por el sacerdocio). Otros hombres dignos tambin poseyeron el sumo sacerdocio, pero estos patriarcas fueron los oficiales presidentes y tuvieron las llaves o el derecho a presidir. [6] El lder Bruce R. McConkie ense:
Abel ofreci a Dios un sacrificio aceptable de las primicias del rebao. Can ofreci del fruto de la tierra, y no fue aceptado porque no pudo hacerlo con fe; no pudo haber tenido fe, o mejor dicho, no poda ejercer una fe que se opusiera al plan celestial. La expiacin a favor del hombre debe ser el derramamiento de la sangre del Unignito, porque as lo dispona el plan de redencin; y sin el derramamiento de sangre no hay remisin; y en vista de que se instituy el sacrificio como tipo o modelo mediante el cual el hombre habra de discernir el gran Sacrificio que Dios haba preparado, era imposible ejercer la fe en un sacrificio contrario, porque la redencin no se logr de esa manera, ni se instituy el poder de la expiacin segn ese orden. Por consiguiente, Can no pudo haber tenido fe, y lo que no se hace por la fe es pecado.
James Burgess registr un sermn de Jos Smith, una especie de comentario doctrinal de Hebreos 7, en el cual habl de tres ordenes del sacerdocio: el de Aarn, el patriarcal (el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio, el que posea Abraham), y la plenitud del sacerdocio (la realizacin de las bendiciones prometidas en el convenio eterno del matrimonio). Se reporta que el Profeta dijo:
Pablo est tratando aqu de tres sacerdocios distintos, a saber, el sacerdocio de Aarn, el de Abraham y el de Melquisedec. El sacerdocio de Abraham tena mayor poder que el de Lev (Aarn), y el de Melquisedec tena mayor poder que el de Abraham. . . . Y pregunto, Haba algn poder sellador que acompaara a este sacerdocio [levtico] que pudiera admitir a un hombre en la presencia de Dios? No, pero el de Abraham era un poder o sacerdocio ms exaltado; l pudo hablar y caminar con Dios. Pero an as, consideren lo grandioso que fue este hombre [Melquisedec] cuando el patriarca Abraham le pag una dcima parte de todos sus botines de guerra y recibi una bendicin de manos de Melquisedec, an la ley final o la plenitud de la ley o sacerdocio, lo que lo constituy en un rey y sacerdote segn el orden de Melquisedec o una vida infinita. [24]
Y Jehov dijo a Moiss: Labra otras dos tablas de piedra como las primeras, y escribir sobre ellas tambin las palabras de la ley, segn se escribieron primero en las tablas que quebraste; pero no ser de acuerdo con las primeras, por cuanto quitar el sacerdocio de entre ellos; por tanto, mi santo orden y sus ordenanzas no irn delante de ellos, porque mi presencia no ir en medio de ellos, no sea que los destruya.
Les dar la ley, como la primera, pero ser segn la ley de un mandamiento carnal; porque he jurado en mi ira que no entrarn en mi presencia, en mi reposo, en los das de su peregrinacin. (TJS de Exodo 34: 1-2; nfasis agregado).
Cuando Moiss fue trasladado, las llaves del Sacerdocio de Melquisedec fueron quitadas de los israelitas como pueblo y ces el orden patriarcal del sacerdocio. Es cierto que todava hubo hombres como Aarn, sus hijos, y los setenta lderes de Isarael que posean el Sacerdocio de Melquisedec. Pero el Sacerdocio de Melquisedec ya no pas de padre a hijo. De all en adelante, el sacerdocio que administraba entre el pueblo, por lo general fue el Sacerdocio de Aarn. La ordenacin de algnos hombres al Sacerdocio de Melquisedec y el conferir sus llaves se hizo por una dispensacin especial. [27]
Por consiguiente, en Israel el pueblo comn, el pueblo en general, no ejerci las funciones del sacerdocio en su plenitud, sino que se vio limitado, en cuanto a sus labores y ministerios, principalmente al Sacerdocio Aarnico. La destitucin del sacerdocio mayor se efectu a los del pueblo como grupo, pero el Seor dej an entre ellos a algunos que posean el Sacerdocio de Melquisedec, con el poder para oficiar en todas las ordenanzas al pueblo. Por tanto, Samuel, Isaas, Jeremas, Daniel, Ezequiel, Elas y otros de los profetas poseyeron el Sacerdocio de Melquisedec, y sus profecasy sus instrucciones al pueblo eran dirigidas por el Espritu del Seor y eran vlidas en virtud de ese sacerdocio que no se manifest en forma general en el pueblo de Israel durante todos estos aos.
El Seor, por necesidad, ha mantenido siervos autorizados en la tierra que posean el sacerdocio desde los das de Adn hasta la actualidad; de hecho, desde el principio nunca ha habido un momento en que no hubiera hombres en la tierra que poseyeran el Santo Sacerdocio. An en los das de la apostasa. . . . nuestro Padre Celestial ha tenido el control y tuvo siervos debidamente autorizados en la tierra para dirigir su obra y para detener, al menos hasta cierto punto, los estragos y la corrupcin de los poderes inicuos. A estos siervos no se les permiti organizar la Iglesia ni oficiar en las ordenanzas del evangelio, pero detuvieron los avances del mal, hasta el punto que el Seor lo consider necesario. [29]
Y as es como obramos con la perspectiva de que todos los profetas del Antiguo Testamento tuvieron el Sacerdocio de Melquisedec. No podemos decir exactamente en que forma Isaas y Miqueas, que fueron contemporneos, se relacionaron el uno con el otro, o quien supervis a quien. No sabemos quien estuvo a cargo cuando Jeremas, Ezequiel, Habacuc, Abdas o Lehi ministraron en el oficio profetico. Me resulta inconcebible que cada uno haya cumplido sus labores profticas independientes el uno del otro. El Dios que los llam y les dio el poder es un Dios de orden y no de confusin (vase DyC 132: 8), y suponemos que sus labores fueron coordinadas y dirigidas por alguien que tena las llaves apropiadas del reino; el derecho de presidencia, el poder director (vase DyC 107: 8). Desafortunadamente, estos principios no se encuentran en ninguna parte en el registro del Antiguo Testamento.
El canon del Antiguo Testamento, sus manuscritos, ediciones y versiones antiguas se tratan en los artculos: Biblia, Biblia Hebrea, Canon del Antiguo Testamento, Cdice Alejandrino, Masora, Manuscritos de la Biblia, Versiones de la Biblia, etc. Asuntos relativos al origen y contenido de los libros individuales se proponen y contestan en los artculos respectivos de cada libro. Este artculo se circunscribe a una introduccin general sobre el texto de las partes del Antiguo Testamento escritas en hebreo; para los pocos libros compuestos originalmente en griego (Sabidura, [[2 Macabeos) y aquellos cuyo original semtico se perdi (Judit, Tobas, Eclesistico, 1 Macabeos) no requieren tratamiento especial.
El punto de partida seguro para una correcta evaluacin del texto del Antiguo Testamento es la evidencia que se obtiene de los manuscritos. Respecto a esto, lo primero a observar es que no importa cuan antiguos sean los manuscritos ms viejos---los primeros son del siglo IX d.C.---desde el tiempo en que los libros fueron compuestos, hay una tradicin uniforme y homognea respecto al texto. El hecho es todava ms sorprendente, pues la historia del Nuevo Testamento es muy diferente. Tenemos manuscritos del Nuevo Testamento escritos a menos de 300 aos despus de la composicin de los libros, y en ellos hallamos numerosas diferencias, aunque pocas de ellas son importantes. Las variantes textuales en los manuscritos del Antiguo Testamento se limitan a diferencias bastante insignificantes de vocales y muy raramente de consonantes. Aun cuando tomamos en cuenta las discrepancias entre las escuelas orientales, o babilnicas, y occidentales, o palestinas, no se hallan diferencias sustanciales. La prueba para la concordancia entre los manuscritos fue establecida por B. Kennicott despus de comparar ms de 600 manuscritos ("Vetus Testamentum Hebraicum cum cariis lectionibus", Oxford, 1776, 1780). De Rossi ha aadido bastante a dicho material ("Vari lectiones veteris Testamenti", Parma, 1784-88). Es obvio que la notable uniformidad no se puede deber el azar; es nica en la historia de la tradicin del texto, y todava ms notable puesto que el imperfecto sistema de escritura hebreo no poda sino ocasionar muchos y variados errores y deslices. Adems muchas peculiaridades en el mtodo de escritura los muestran uniformes en todos lugares. Las variantes falsas se retienen iguales, de modo que el texto es claramente el resultado de igualamiento artificial.
Ahora surge la pregunta: Hasta dnde podemos remontar este cuidado en manejar el texto para la posteridad? Filo Judeo, muchas autoridades sobre el Talmud y rabinos y letrados judos de los siglos XVI y XVII favorecan la opinin de que el texto hebreo, como se lee hoy da en los manuscritos, nos fue escrito y legado desde el principio sin adulteracin. Las obras de Elas Levita, Morino, Capelo han demostrado que esta opinin es insostenible; e investigaciones posteriores han establecido la historia del texto en sus rasgos esenciales. La uniformidad de los manuscritos es esencialmente el trabajo de los masoretas, que no fueron finalizados hasta despus de la escritura de los manuscritos ms antiguos. El trabajo de los masoretas consista principalmente en la preservacin fiel del texto transmitido. Ellos realizaban esto al mantener estadsticas exactas sobre el estado completo de los Libros Sagrados. Se contaban los versos, las palabras, las letras; se compilaban listas de palabras similares y de la forma de las palabras con el deletreo completo y real, y se catalogaban las posibilidades de posibles errores. La invencin de los signos para vocales y acentos---cerca del siglo VII---facilit la fiel conservacin del texto. Las separaciones incorrectas y la conexin de slabas y palabras fueron casi excluidas desde entonces.
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