*Carta a las fuerzas de la naturaleza*



Queridas fuerzas antiguas y sabias de la naturaleza:
viento que mueve los caminos,
agua que recuerda y purifica,
tierra que sostiene la vida,
fuego que transforma sin destruir,
luz que orienta incluso en la noche.
Hoy no les escribo para pedir regalos materiales,
sino para invocar lo esencial.
Les pido que abracen a la humanidad
con paciencia y claridad,
que nos enseñen a escuchar de nuevo
Que allí donde haya guerra,
siembren pausas, conciencia y diálogo.
Que allí donde haya miedo,
nazca el coraje de cuidar y comprender.
Que allí donde haya dolor,
fluya la ternura como agua limpia.
Protejan los ríos cansados,
y a las comunidades que resisten
que no somos dueños de la Tierra,
Regalen a los niños y niñas
un futuro habitable y justo.
descanso y reconocimiento.
A quienes crean, cultivan, sanan y sueñan,
la fuerza para seguir sembrando belleza.
Que la paz no sea solo un deseo,
sino una práctica cotidiana.
sea más fuerte que la codicia y el olvido.
Con respeto, gratitud y esperanza,
dejamos estas palabras en sus manos invisibles,
confiando en que aún estamos a tiempo
incluso cuando olvidamos cómo hacerlo.