Muy queridos míos,
Les escribo para compartirles otro milagro que Dios me ha ayudado a que se haga una realidad en mi vida. En mi caso los médicos que me atendieron me desahuciaron, dijeron que en el mejor de los casos yo iba a quedar en estado vegetal, no me daban posibilidades de vida, mucho menos trabajar, y desde que tenía 6 meses del derrame cerebral estoy trabajando, muchísimo menos desarrollar una tesis doctoral, y el pasado 9 de febrero del 2016 en la ciudad de Valencia (España) tuve la gran bendición de defender mi tesis doctoral. ¡CON DIOS TODO ES POSIBLE! (Mateo 19:26).
Mi tesis doctoral estaba asociada al desarrollo de una herramienta de software para la detección temprana y el diagnóstico de fallos, un tema que apoya la Seguridad de Procesos, algo que parece teórico, pero que no lo fue para la población de Bhopal (India), donde el 3 de diciembre de 1984 ocurrió un incidente que mató a más de 10.000 personas en menos de una semana, y ha matado o dejado con serias secuelas físicas y genéticas a cientos de miles en más de 25 años de la tragedia.
Fueron muchos los retos técnicos que representó el realizar un proyecto de tal complejidad, pero en todos ellos DIOS NOS ESCUCHÓ. Nos iluminó y dio sabiduría para abordar cada dificultad y resolverla, nos mostró el camino que debíamos recorrer. Nos ayudó y nos dio aliento para continuar adelante aún a pesar de que había momentos en los que no se veía un camino de salida. Nos abrió puertas y nos bendijo grandemente.
En diciembre del 2010 tuve la gran bendición de defender el DEA (Diploma de Estudios Avanzados), que es como una fase intermedia del doctorado, por videoconferencia con España, y salió aprobado.
Primero debo darle las gracias a Dios por ayudarme a terminar con éxito el doctorado (aunque la investigación científica nunca acaba), luego debo darle las gracias al personal de las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja, quienes con su trabajo me permitieron poner en práctica los conceptos aprendidos, al personal del centro de investigación donde trabajo, cuyo apoyo siempre ha sido incondicional.
NO VALEN LOS TITULOS, NI EL DINERO, NI LAS POSICIONES, LO UNICO QUE VALE ES NUESTRA RELACION CON EL PADRE CELESTIAL, POR ESO HAY QUE BUSCARLO INCANSABLEMENTE, INCANSABLEMENTE. Esto puede sonar muy fuerte para aquellos que tienen títulos, pero les diré esto: Ninguno de los títulos que tengo impidió que pasara por lo que he pasado. Sin embargo Dios sí ha hecho más llevadero todo. Es un gran engaño el que nos hace la mente; yo antes era muy arrogante, orgulloso, pensaba que estaba por encima de los demás, porque Dios me había premiado con una gran inteligencia. Ahora me encuentro en actitud de aprendizaje. La palabra de Dios dice en Eclesiastés 1:2 “vanidad de vanidades, todo es vanidad”. “Teme a Dios, y guarda Sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13). Jesús dijo: “¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Mateo 16:26). Debemos reconocer a Dios en todos nuestros caminos.
Yo pensaba antes que la excelencia de una persona está marcada por los títulos académicos que se tengan. Ahora sé que EL CAMINO A LA VERDADERA EXCELENCIA COMIENZA POR LA BÚSQUEDA DE DIOS QUE SE HAGA (la excelencia comienza por tener certeza en lo que se cree). No soy un fanático, no puedo serlo por mi formación científica, pero reconozco que la búsqueda de Dios es lo más importante que TODO ser humano debe realizar.
Muchas veces demasiada ciencia nos puede alejar de Dios, lo cual no debe ser así. Hice un gran amigo que también es otro milagro de Dios. Me compartió su testimonio: A mi amigo los médicos le detectaron un tumor en el centro del cerebro. El tumor le produjo hidrocefalia. La hidrocefalia le produjo un dolor de cabeza muy fuerte, y cuando fue inicialmente a consultar al doctor, le dijeron que lo que tenía era resaca debido a las borracheras de fin de año (mi amigo tomaba bastante bebidas alcohólicas). Cuando se internó en la clínica, lo tuvo que hacer en silla de ruedas, porque los pies no le ayudaban ni siquiera a caminar. Lo operaron inicialmente de la hidrocefalia que presentó y le insertaron la válvula de Hakim en la cabeza (el mismo tipo de válvula que me insertaron a mí en la cabeza). Mi amigo tenía muchas ganas de salir adelante, y mucha fuerza de voluntad. Lo operaron luego y le sacaron el tumor luego de una cirugía que duró doce horas. Luego durante la recuperación en la casa le hicieron veinticinco sesiones de radioterapia. Mi amigo es muy joven, está estudiando en la universidad. Al comienzo su mamá lo acompañaba a la universidad. Tiene algunos problemas para caminar, algunos problemas ópticos, y su mano izquierda está semidormida, pero LE DA LAS GRACIAS A DIOS POR LA VIDA QUE LE REGALÓ, porque pudo haber sido peor, pero gracias a Dios no lo fue. Cuando mi amigo estaba en la clínica, en los dos meses de hospitalización que tuvo, había momentos en los que su ánimo caía, y cuando él más se desesperaba, algo lo tranquilizaba, le decía que no se preocupara, que estuviera tranquilo, que era una prueba por lo que estaba atravesando, pero era para bien. Dicha prueba cambio a mi amigo, y lo que le decía que era para bien, tenía toda la razón, fue para bien. Su relación con sus papás cambio, ahora son sus amigos, dejó de abusar de las bebidas alcohólicas. Mi amigo siente que cuando le sacaron el tumor, también le extirparon todo lo malo de la vida. Hoy por hoy, mi amigo es una persona feliz, donde quiera que llega la gente lo abraza y se siente feliz de verlo. Mi amigo me confesó que si Dios lo pusiera a escoger entre seguir una vida normal sin que se le presentara el tumor, y la dura prueba que pasó, él escogería que le saliera el tumor, porque él mismo reconoce que su vida no iba a terminar bien si él hubiera continuado en esos pasos. Pobre de aquel que no tiene a Dios en su corazón. Mi amigo se ha parado delante de sus compañeros para compartir su testimonio de vida (eso es de elogiar en alguien de tan corta edad). Mi amigo no creía en Dios antes. Pasaba las horas refugiado en la lectura de libros científicos. Mi amigo ahora nos aconseja darle gracias a Dios a cada instante. Mi amigo es consciente de que Dios le puso esta dura prueba para compartirla y poder ayudar a otras personas.
La soberbia es la que hace reñir la ciencia con la fe, pero en realidad no tienen que reñir, se necesita humildad para reconciliarlas (esto no es dicho por mí, sino por un gran hombre de ciencia). El camino de la humildad es lo que necesitamos para dejarnos guiar por Dios (Salmos 25:9). La soberbia y la altivez de los ojos, por el contrario, son reprobadas por Dios (Isaías 10:12). Los pecados son fruto de la soberbia, la soberbia es la alocada idea de que puedes vivir sin Dios: tú eres tu propio dios; nadie tiene que decirte lo que debes o no debes hacer; tú eres el dueño de tu vida. El tiempo se encarga de demostrarte que esa loca idea te hace descender a las profundidades más oscuras del comportamiento humano (Abdías 4). Ríndete a Jesús, entrégale tus planes, colócate en Sus manos. En lugar de correr detrás de la creación, debemos hacer del Creador maravilloso nuestro compañero de cada instante de nuestra vida (Amos 5:8).
El director del Proyecto Genoma Humano, autor del libro “El lenguaje de Dios”, declara que los humanos hemos comenzado la batalla entre ciencia y fe, y nos corresponde acabarla. Añade que se puede encontrar a Dios en el laboratorio de igual forma que en una catedral y que desentrañar los misterios de la naturaleza aumenta el sentimiento de sobrecogimiento, más que eliminarlo. Considera que la fe es una forma de comprender los misterios profundos que la ciencia es incapaz de resolver. Dice el científico que evidentemente, necesitaremos a la ciencia para que nos ayude a resolver muchos de nuestros problemas (enfermedades, sistemas de comunicación, cuidado del planeta), pero una aproximación puramente materialista, desprovista del aspecto espiritual de la humanidad, nos empobrecerá. Dice el científico que tanto ciencia como fe son formas de buscar la verdad. La ciencia la busca observando cómo funciona el mundo natural, y la fe busca respuestas a cuestiones más profundas, como ¿por qué hay algo en lugar de nada? o ¿cuál es el sentido de la vida? o ¿existe Dios? Todo requiere un cierto elemento de fe, no se puede ser científico si no se tiene fe en el hecho de que existe un orden en la Naturaleza y que ésta se comportará de una manera reproducible y predecible.
Mi tesis doctoral es un aporte a la convivencia con la naturaleza. Busca disminuir los incidentes ambientales, las pérdidas de vidas humanas. Dios nos puso como administradores de la tierra (Salmos 115:16), pero el problema surge cuando creemos que somos los dueños de la tierra y abusamos de nuestro dominio. La tierra paga las consecuencias de nuestros abusos y es lo que vemos hoy en día: Contaminación, sobreexplotación de la tierra, lo que genera a su vez hambrunas, inundaciones, etc. El dueño de la tierra vendrá a pedirnos cuentas de nuestra administración, y qué vamos a responderle? No hay que esperar a lo que viene después de la muerte para disfrutar de las promesas de Dios, podemos hacerlo aquí y ahora. El reino de los cielos ya está entre nosotros (Lucas 17:20-21). Quien tiene a Jesús en el corazón, ya tiene el reino de los cielos. Debemos ser instrumentos de paz para este mundo (Filipenses 4:7). Muchas veces culpamos a Dios por los desastres naturales que acaban con muchas vidas, y que afectan a muchas personas. Pero debemos darnos cuenta que Dios solo quiere bendecirnos (Jeremías 29:11), y somos nosotros mismos los responsables de todas las tragedias naturales.
La voracidad del ser humano por los recursos naturales del planeta no conoce límite. El autor del libro “La Tierra se agota” augura que la Tierra, actualmente en una encrucijada ecológica, se volverá contra la humanidad en forma de catástrofes naturales y altos niveles de contaminación. En los últimos 50 años hemos acabado con la mitad de las especies que existían. Existen todo tipo de amenazas, cosas terribles que van a ocurrirle a nuestro planeta si no cambiamos con urgencia nuestra forma de comportarnos y de relacionarnos. Estamos comenzando a comprobar los primeros cambios adversos que se están produciendo en la atmósfera como consecuencia de nuestras acciones. La destrucción de los hábitats no solo impide el sustento de las personas, sino que afecta el clima y al mundo entero.
Si le preguntara a cualquiera si el compromiso con el planeta, con la vida es importante, muy seguramente me diría que sí, pero si verificáramos cómo nos comportamos diariamente y si estas actuaciones evidencian un real compromiso con la vida, encontraríamos inconsistencias, nuestro problema es cultural (cultura es lo que se hace, no lo que piensa o se cree). PROPONGO TRABAJAR EN DOS ASPECTOS: EL ESPIRITUAL Y EL CULTURAL: En lo espiritual debemos tener una comunión diaria con Jesús. Los cristianos hacemos algo llamado el devocional, que es levantarse muy temprano en la mañana a buscar a Dios (Salmos 63:1, Salmos 90:4). Necesitamos de una comunión diaria con Jesús (Efesios 2:4-6), para a través de la voluntad santificada vencer el pecado. No hay que tener miedo de formar parte de una minoría, una minoría que no ceda en sus principios por la presión del mundo, una minoría que gane almas para Dios (Juan 17:3). Estamos ante una encrucijada en el planeta: Seguiremos contaminando? Acabando con los recursos naturales? Hasta cuando? Ó vamos a tomar conciencia y cuidar lo que Dios nos ha dado para administrarlo sabiamente? Y aunque los problemas que tenemos adelante son muy complejos y de consecuencias funestas para todos, hay problemas que tienen consecuencias eternas, y que debemos aprender a dimensionar. Durante este devocional oramos (Lucas 18:1-8, Apocalipsis 5:8) y le damos gracias a Dios por todas las bendiciones que derrama en nuestras vidas, le pedimos por todo el mundo, comenzando por nuestras familias y siguiendo por nuestros seres amados. Le pedimos a Dios perdón por nuestras faltas, y le suplicamos que se haga Su voluntad en nuestras vidas y en las vidas de todos aquellos que se quieran entregar a Él. Seguimos con las peticiones específicas que tengamos. Nos revestimos con la armadura de Dios (Efesios 6:10-18), para enfrentar la batalla diaria. Sólo es posible vivir una vida de obediencia en la medida en que vivamos una vida de oración (Lucas 6:12). Leemos la palabra de Dios (Romanos 10:17), en orden ó desorden (aunque he encontrado más fructífera su lectura en orden). Reflexionamos sobre lo que Dios nos quiso decir a través de los textos leídos. En el silencio de la reflexión es cuando el fuego del Espíritu se enciende en nuestro corazón para consumir los sentimientos, pensamientos y hábitos errados de la vida (Salmos 39:3). La lectura de la palabra de Dios puede ser acompañada con lecturas adicionales de otros textos. Durante todo el día, en cada acto que hagamos, tenemos muy presente lo dialogado con Dios en la mañana, y permitimos que sea Él Quien guíe nuestros pasos. Desarrollamos las actividades que normalmente todo el mundo realiza, pero las hacemos para la gloria, la honra y la alabanza de Dios. La oración derrumba las dificultades, abre las puertas cerradas, da energía y poder para una vida victoriosa, y nos concede habilidad y fuerza para anunciar el evangelio (Efesios 6:18). No es una vida de retiro la que propongo, sino una vida normal, pero con la oración como canal fundamental de comunicación con Dios. Dios nos habla poderosamente todos los días, nos dice qué hacer, cómo comportarnos, qué decir, y nosotros qué hacemos normalmente? Cerramos nuestros oídos y no lo escuchamos. DEBEMOS APRENDER A DIALOGAR CON DIOS, Y ESCUCHAR LO QUE TIENE PARA DECIRNOS.
En lo cultural, debemos tener un real compromiso con la vida. Hay que eliminar el uso de bolsas de plástico. Reciclar la basura. No destruyamos los árboles. No utilices tanto tu vehículo. El agua es un recurso muy valioso y lo tenemos que proteger. Hay varias formas en las que podemos contribuir al ahorro del agua:
Al ducharse hacerlo en menos tiempo.
Cerrar la llave cuando nos enjabonemos y afeitemos.
En la casa, si tenemos luces prendidas que no utilizamos, apaguémoslas. No tiremos basura en las calles. Tengamos una mentalidad de cero papel: Antes de imprimir algún documento pensemos si realmente es necesario. Si podemos imprimir a doble cara, hagámoslo; debemos aprender a reciclar las basuras, apartando los desechos biológicos del material reciclable; compensar el daño ambiental causado, sembrando árboles por ejemplo; usar documentos electrónicos. En ambientes industriales debemos tener una cultura libre de incidentes, debemos auto cuidarnos, cuidar a los otros y al medioambiente, debemos usar los elementos de protección personal, hacer un análisis de riesgos y valorar todas las circunstancias antes de abordar una tarea. Luchemos juntos por prevenir que actividades mineras acaben con el agua y contaminen el medio ambiente. En fin, son muchas las cosas que podemos y debemos hacer para ayudarle a la naturaleza.
El compromiso con la vida, el respeto y cabal cumplimiento de los derechos humanos y la protección ambiental, deben estar presentes en todas nuestras actividades. Tener un compromiso con la vida es actuar para garantizar un entorno sano, seguro y limpio en las actividades diarias, anteponiendo la integridad de las personas, del medio ambiente y de la comunidad como valor prioritario. Implica identificar y valorar de manera anticipada los riesgos e implementar las acciones necesarias para eliminarlos, controlarlos o reducirlos.
La contaminación que vemos en la Tierra ha visto un gran crecimiento debido al consumismo que nuestra sociedad moderna ha generado:
http://www.youtube.com/watch?v=zpJFnwQGcwMOtro mundo es posible. Donde se puedan dar los sueños de nuestros hijos. De acuerdo a estudios internacionales, en el año 2050 necesitaríamos dos planetas Tierra para alimentar el consumismo que nos avasalla.
Hay muchas iniciativas para cuidar de la naturaleza:
http://www.conservation.org/learn/Pages/initiatives.aspxwww.cartadelatierra.orgDebemos aceptar las enseñanzas divinas, los consejos de Dios, consignados en Su palabra. (Proverbios 8:10). Dios nos hizo a Su imagen y semejanza (Génesis 1:26), con sueños e ilusiones, con posibilidades de grandeza (Salmos 8:4-8), y nos nombró administradores de la Tierra (Génesis 1:28), pero hemos malversado lo que nos dio Dios, y no hemos entendido que no somos los dueños de la Tierra, tan solo somos sus administradores (Salmos 24:1-2). Tú debes ser el cambio que deseas ver en la tierra.
TODO LO QUE TENGO NO ME PERTENECE. TODO LO QUE SOY Y TENGO ME LO REGALÓ EL CREADOR PARA COMPARTIRLO. DONDE ESTA TU HERMANO? No vamos a resolver el problema de la contaminación, ni la hambruna que azota al mundo, porque tienen raíces profundas, el pecado, pero aunque no lo aceptemos somos guardianes de nuestros hermanos (de todo el mundo) (Génesis 4:9), y podemos y debemos darle un pan al necesitado, debemos cuidar de nuestro planeta, orar por la salvación del mundo. Debemos apoyar iniciativas solidarias, aquellas que propenden por un mundo más justo, más equitativo para todos, que buscan eliminar el analfabetismo, organizar a las personas más necesitadas en cooperativas que ayuden a todos sus miembros, aquellas que buscan una remuneración más justa para todos los trabajadores. Tú no puedes voltear la mirada, debes comprometerte con los más necesitados. Y aunque debemos desear heredarle un mejor mundo a nuestros hijos, debemos pensar en heredarle al planeta mejores hijos. Es en el hogar donde los hijos aprenden respeto, convivencia, amor, y a cuidar de su planeta. La misericordia de Dios se debe ver en nuestros pequeños actos de bondad que todos los días hagan de esta tierra un sitio más justo.
Necesitamos de la gracia y la misericordia de Dios TODOS los días. No se puede tener suficiente de ellas. En Filipenses 2:9-11 nos dice que Su nombre representa Su ser, describiendo quién es Él, “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” No es a través de milagros que vamos a tener una relación estrecha con el Padre, es a través de una relación estrecha con Jesús (Juan 6:57). Todos queremos hallar la felicidad, pero es a través de la senda de vida que la vamos a hallar (Salmos 16:11). Y el camino, la verdad y la vida son Jesús (Juan 14:6-9). Debemos buscar todos los días a Dios (Proverbios 8:34), debemos reflexionar en Su palabra, en Sus promesas, en Sus mandatos (Salmos 119:4), para que el Maestro no diga “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46). En Zacarías 4:6 dice: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Dios”.
Debemos tener fé en Dios, y confiar en Él, y no en los hombres (Jeremias 17:5-8). En Marcos 11:22-24 Jesús dijo: “Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.”
El poder de la palabra es muy grande, pero hay que creer lo que Dios prometió. Decirlo y creerlo es la manera de dar resultados, es el positivismo en el que hay que moverse. Nuestras palabras muchas veces son negativas, y la palabra tiene poder. Le ponemos voz a la palabra de Dios desde nuestra boca. La palabra de Dios es una declaración en nuestras vidas. Lo que declaramos con nuestra boca así va a ser. De la abundancia del corazón habla la boca (Lucas 6:45). La mejor manera de contrarrestar las palabras negativas es llenarse de Dios. Debemos declarar bendición diariamente en nuestras vidas (Romanos 10:8-10).
Hay que ser atrevidos con la vida. Somos nosotros mismos los que le ponemos límite a las bendiciones que Dios quiere derramar en nuestras vidas. A todos viene la oportunidad, lo que hay que hacer es aprovecharla (Eclesiastés 9:11). Para Dios no existe el pasado, tan solo existe el presente y el futuro. Aunque hayamos pecado, si nos arrepentimos y lo buscamos sinceramente de todo corazón, tendremos Su perdón, y los deseos de nuestro corazón, lo que se necesita es tener la actitud apropiada y el compromiso de comportarnos como verdaderos hijos de Dios. Debemos buscar las bendiciones de Dios en nuestras vidas, es mucho más fácil seguir igual en nuestras vidas, pero Dios siempre nos coloca la disyuntiva, el camino fácil ó el camino difícil. Cuál vamos a escoger? Los miedos los debemos vencer afrontándolos y no huyendo de ellos.
Debemos nutrirnos de pensamientos positivos (Filipenses 4:8). A Dios le interesa nuestros pensamientos, porque afectan nuestras palabras y actos. Dios quiere que tengamos pensamientos buenos, porque ellos son pensamientos saludables, y nos hacen bien física y mentalmente. Es fundamental crecer todos los días, en el Espíritu sobre todo. El manejo de las emociones es clave.
Dios se revela a nosotros a través de muchas formas: A través de Su palabra, a través de otras personas, a través de la naturaleza (Salmos 19:1-2). Debemos estar atentos para escuchar Su voz y captar lo que quiere decirnos. Debemos cuestionarnos por lo que nos dice a través de Su creación, además de que la hemos envenenado, contaminado, la hemos matado, hemos sido malos administradores. Nos ha ocurrido como narra Proverbios 15:5 “El necio menosprecia el consejo de su padre; mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente.” Hemos construido riqueza a partir de muchas injusticias que claman desde esta tierra.
El juicio de Dios se aproxima sobre la tierra (Isaías 24:1-10). Debemos estar preparados. Pero si lo buscamos de todo nuestro corazón, lo hallaremos por Su gracia y por Su misericordia: “y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13). Todavía podemos disfrutar de la gracia y la misericordia de Dios. Por eso hay que buscarlo ahora, antes de que sea demasiado tarde (1 Samuel 15:27-28).
Debemos acercarnos a Dios como dice en Santiago 4:8 “Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.” Y Dios promete que si nos acercamos a El, El nos acompañará durante todas las pruebas (Isaías 43:2): “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Debemos volvernos a Su reprensión: “Volveos a mi reprensión; he aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, y os haré saber mis palabras.” (Proverbios 1:23)
He visto a muchas personas invertir las prioridades en su vida, con resultados catastróficos. El orden que Dios quiere que coloquemos para las prioridades en nuestras vidas es primero El, luego la familia, el hogar, y tercero el trabajo. Cualquier violación de este orden de prioridades traerá consigo desolación a nuestras vidas.
El propósito de las pruebas es probar nuestra fé y enseñarnos a confiar en Dios. Fue en mis limitaciones que el amor de Dios se perfeccionó (2 Corintios 12:9). Dios convierte las situaciones más difíciles y dolorosas en bendiciones. ¿A qué vinimos los seres humanos a este mundo? Alguien me dijo que a aprender y a enseñar. A dejar un legado para toda la humanidad. No a hacer dinero, el dinero es efímero, nadie se va de este mundo con trasteo, todo lo dejamos, luego no es a hacer dinero o cosas materiales que vinimos a este mundo. VINIMOS A ESTE MUNDO CON UN PROPOSITO, EL PROPOSITO DE DIOS, Y EL ÉXITO EN LA VIDA CONSISTE EN DESCUBRIR ESE PROPOSITO Y SERLE FIEL. Lo que nos permite realizar cada cosa en nuestras vidas, lo damos por sentado, pero no es así, no tiene porqué ocurrir, todo ocurre por la gracia y la misericordia de Dios, y eso nos permite incrementar nuestra fe. Amigo es quien me hace mejor persona (Proverbios 27:17). Los problemas son buenos amigos. A los hijos de Dios todas las cosas les ayudan a bien (Romanos 8:28). Jesús es la respuesta de Dios a la desesperación del hombre. Dios nos habla también a través de los problemas. Estamos gobernados por Su propósito (si le permitimos actuar en nuestra vida), y esto nos permite crecer. Debemos aprender la lección de depender de Dios. Aprendemos en medio de las lágrimas, a veces Dios nos deja avanzar por nuestros propios caminos para enseñarnos que solo pueden llevarnos a la frustración (Jueces 7:2).
Solo se puede recibir de Dios cuando se tiene hambre de Él. Debemos disponernos para recibir de Dios lo que Él quiere que sepamos. Debemos ser ejemplo para otros, luz en medio de la oscuridad, que nuestra vida sea testimonio para tocar otras vidas, y la manera de hacer esto es dando buen ejemplo. Nos gusta recibir bendiciones y promesas, pero olvidamos que primero se necesita disciplina, fe, servicio, compromiso, dominio propio, templanza, y compartir con los demás. Para recibir bendiciones de parte de Dios primero debemos obedecerlo (Gálatas 3:6-10). Dios no solo nos pide que no hagamos lo malo, Dios nos pide que hagamos lo bueno. En 1 Corintios 9:24 dice: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.” Debemos correr la buena carrera de hacer la voluntad de Dios todos los días, y Su voluntad está consignada en Su palabra, por eso es tan importante reflexionar todos los días sobre ella.
El servicio es fundamental, venimos a esta tierra a servir. Adquirimos un propósito muy valioso en la vida, cuando nos dedicamos a servir a los demás. Desde nuestra situación actual, desde el trabajo que tenemos, desde el Emprendimiento, desde nuestra familia, pero no con intereses egoístas sino con la convicción que nuestra felicidad se logra ayudando a la realización de las demás personas, preocupándonos por su bienestar, por sus problemas, por sus necesidades, y ayudándolas.
Dios quiere prosperarnos, pero especialmente en lo espiritual (Salmos 1:1-3; Salmos 122:6; 2 Crónicas 20:20; Nehemías 2:20; 3 Juan 1:2), y para ello debemos invertir (Eclesiastés 11:1-2), no solo el dinero, sino también nuestro tiempo, nuestro amor. Pero para prosperar debemos hacer las cosas a la manera de Dios (Josué 1:8). Hay que vivir la vida de acuerdo a los principios divinos. Vivir la vida es aceptarla con sus riesgos y desafíos, es colocar cada gota de sangre y cada gramo de energía para construir un sueño. HAY QUE APRENDER A SOÑAR. Pero los sueños se alcanzan poco a poco.
Afirma del autor del libro “Vive tu sueño”, “Los grandes hombres y mujeres de la historia no fueron grandes por el dinero, ni la gloria que alcanzaron, ni por las posesiones que lograron. Fueron grandes porque se entregaron a sí mismos por otros y por causas que vivieron más allá de ellos. Su sueño perdura más allá de ellos porque vivieron para los demás”. Afirmó un profesor y científico estadounidense desahuciado: “No podemos cambiar las cartas que se nos reparten, pero sí cómo jugamos nuestra partida”. Este profesor dictó su última charla en la universidad, ahora titulada “Cómo cumplir verdaderamente los sueños de tu infancia”. El contenido profundo del discurso de este profesor es que nunca nos olvidemos de soñar, que luchemos por conseguir nuestras metas, que los obstáculos son estímulos en el camino y que nos basemos en el optimismo, el agradecimiento y en saber perdonar y pedir disculpas con sinceridad.
Nosotros somos del tamaño de nuestros sueños. Tuve la gran bendición de asistir a una conferencia dictada por un gran amigo en el centro de investigación donde trabajo. La conferencia trataba sobre el cerebro y cómo conquistar los sueños. Una definición de sueño es: “Es un cuadro del futuro que infunde energía a tu mente, voluntad y emociones, facultándote para hacer todo lo que puedas para lograrlo”. Algunas frases dadas durante la conferencia fueron: “El más importante descubrimiento de esta generación es el entendimiento de que los seres humanos pueden alterar sus vidas alterando su actitud mental”. “Todos somos responsables por los pensamientos que albergamos en nuestra mente. Tenemos la capacidad de pensar lo que deseemos. Nuestras actitudes y comportamientos negativos y autodestructivos se han originado en la manera en que hemos elegido pensar”. “Hay dos clases de personas en este mundo: los realistas y los soñadores. Los realistas saben hacia donde van, los soñadores ya han estado allí”. “El éxito: No sucederá a menos que usted decida hacerlo suceder. No es un golpe de suerte. No es un derecho divino. No es un accidente de nacimiento. ¡ES UNA ELECCIÓN! ”. Mi amigo planteaba como elemento clave del éxito la práctica intensa, para lo que se necesita ser soñador, tener alta autoestima, tener mentalidad de abundancia, tener carácter, capacidad de crecimiento, decisión, efectividad, entusiasmo, equilibrio, fe, pasión y responsabilidad.
Debemos ser fuertes y esperar en el Señor (Salmos 31:24). Es la única manera de conquistar nuestros sueños. Debemos elevar nuestro espíritu para conquistar el potencial que Dios quiere de nosotros. Se hace necesario exigirse cada día para desarrollar y fortalecer nuestros talentos y elevar la mirada para ver más allá de lo evidente. Se hace necesario desarrollar una visión que nos encienda y mantenga animados durante toda vida. Muchas veces en la vida nos sentimos perdidos e incapaces, pero nada de eso es cierto; se hace necesario pasar por el crisol de la prueba y de la oscuridad, para que logremos aprender la lección que se hace necesaria en cada momento de nuestra existencia.
En Mateo 19:21 le dijo Jesús al joven rico: “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.” Debemos erradicar todo aquello que nos separa de Dios. Debemos ser auténticos en nuestra relación con Dios. Debemos cambiar primero lo de adentro, y es Jesús Quien nos ayuda a realizar esta transformación (Mateo 23:26).
Debemos orar y trabajar (Proverbios 14:4). Dios nos dio manos para buscar las oportunidades. La persona que aprende a depender de Dios, crea las oportunidades, no las encuentra por casualidad. Debemos edificar nuestras vidas. Para mí hubiera sido muy fácil darme por vencido ante las dificultades que se me presentaron en el doctorado. Pero Dios me dio la fortaleza y la sabiduría para sortear esas dificultades. En Proverbios 14:1 dice: “La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba.” Debemos actuar como la mujer sabia. Debemos edificar nuestras vidas. No podemos ser perezosos. Que no nos tenga que decir Dios “Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?” (Proverbios 6:9). Las oportunidades no llegan solas, hay que buscarlas, la victoria es la recompensa del trabajo.
Todo tiene un precio, ahora lo sé. Y debemos estar dispuestos a pagarlo, si queremos vencer. El precio que debemos pagar por no tener una vida común, es no hacer las cosas de manera común, sino ser excelentes en cada cosa que hacemos. Impregnarle a cada cosa un sello particular, el sello de la excelencia. Me quito el sombrero ante lo que hacemos en el centro de investigación donde trabajo. Todos de alguna manera estamos siempre vendiendo algo, una idea, nuestro tiempo, nuestro trabajo, pero la gran mayoría de las personas trabajan con un producto ya terminado. Nosotros por el contrario vendemos un producto que aún está en construcción. Los desarrollos que estamos realizando son únicos en el mundo, son como nuestros pequeños hijos. Llegué a pensar para mis adentros: “¿quién me mandó a meterme en esta vaca loca? Podría estar muy cómodo trabajando con un producto probado y de trayectoria.” Pero luego pensé: “Las responsabilidades no se eluden, se enfrentan.” Nosotros sabemos muy bien que cada victoria implica nuevos retos, implica sacrificios muchas veces, pero el sabor que deja la victoria en cada uno de ellos, bien vale la pena.
¿QUIERES SER GRANDE? Hay que servir (Marcos 10:43-44). En Salmos 8:4 dice: “¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?” Y la respuesta es: Somos hijos maravillosos de Dios, si aceptamos la promesa preciosa que Dios nos hizo en Jesús, de hacernos Sus hijos, si aceptábamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador.
En Isaías 54:1-17 dice: “Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Dios. Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas. No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; Dios de los ejércitos es Su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Dios, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Dios tu Redentor. Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Dios, el que tiene misericordia de ti. Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré. Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas. Y todos tus hijos serán enseñados por Dios; y se multiplicará la paz de tus hijos. Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti. Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir. Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Dios, y su salvación de mí vendrá, dijo Dios.” No podemos seguir siendo bonsáis, muy hermosos pero sin frutos. Dios nos ha llamado a dar muchos frutos. Las limitaciones están la mayoría de las veces en nuestra mente. El fruto que debemos dar es llevar a muchos a los pies de Jesús.
Los cristianos dicen “nosotros somos cristianos, entonces sí somos salvos”, los católicos dicen “nosotros somos católicos, entonces sí somos salvos”, los musulmanes dicen “nosotros somos musulmanes, entonces sí nos podemos relacionar con Dios”. Nosotros como seres humanos siempre pensando en lo que nos separa antes de lo que nos une. Nos une que adoramos al mismo Dios. Dios es Uno sólo (Deuteronomio 6:4-5; Santiago 2:19; Romanos 3:30; 1 Corintios 8:6; 1 Timoteo 2:5), y es el mismo, para cristianos, para católicos, para musulmanes, para todo el mundo. Y es cierto que hay que reunirse con cristianos, con católicos, o con musulmanes, para recibir la palabra de Dios, que es el alimento espiritual, el combustible que mueve nuestro vehículo interno, pero más allá de las religiones, lo que Dios quiere es tener una relación personal con cada uno de nosotros, y lo que debemos hacer es buscarlo.
Por qué no debemos dejar de buscar a Dios? En 1 Pedro 5:8-9 dice: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.” Tenemos un adversario que está como león rugiente buscando a quien devorar. En Proverbios 8:17-18 dice: “Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan. Las riquezas y la honra están conmigo; Riquezas duraderas, y justicia.” En el Salmo 105:4 dice: “Buscad a Dios y su poder; Buscad siempre Su rostro.” En Santiago 4:7-10 dice: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y El se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y El os exaltará.“ Si queremos a Dios más cerca, hay que buscarlo. Nosotros somos los más privilegiados al buscarlo.
No hay nadie más pobre que quien no tiene un sueño. Yo tengo un sueño: Que TODO EL MUNDO hable de la gracia y la misericordia de Dios. En 2 Timoteo 1:6-7 dice: “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” Dios nos dio unos dones, unas capacidades, y hay que ponerlas a trabajar. Necesito de su ayuda para cumplir este sueño. Si cada uno de nosotros se compromete a que por lo menos 1.000 personas inscriban sus correos electrónicos aquí:
http://groups.google.com/group/mensajes-de-reflexion-sobre-la-busqueda-de-Diosy lea y medite en las reflexiones, seremos algunos reflexionando sobre la búsqueda de Dios. Dios nos dijo, a través del apóstol Pablo, que debíamos ser luz para el mundo: “para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;” (Filipenses 2:15). Mi sueño es que podamos formar una comunidad de práctica sobre la búsqueda de Dios, donde trabajemos en equipo y encontremos valor en aprender juntos, capitalizando las experiencias para el mejoramiento permanente. Nos debe unir la pasión y el interés por la búsqueda de Dios. Debemos estar conectados, no tan sólo juntos, compartiendo las lecciones aprendidas durante la búsqueda, las historias de éxito, y nuestras necesidades también. Reenvíen este testimonio y las reflexiones a todos sus contactos, para así tocar muchas vidas (Salmos 105:1). HAY QUE GANAR GENTE PARA DIOS POR AMOR Y NO POR TEMOR. La ley de la tenencia progresiva dice que para poder tener más, debo tener algo, un sueño, una meta (Mateo 25:14-29). Para que esto se haga evidente en nuestras vidas, hay unos principios que hay que manejar: Debemos tener bien claro Quien es el dueño de todo, y quien el administrador (1 Crónicas 29:9-12), la ley de la mayordomía; el principio de la ley del uso (que dice que debemos poner a funcionar el talento que Dios nos ha dado, la práctica hace al maestro); la ley de la fidelidad (la fidelidad a Dios nos trae prosperidad y bendición); la ley de la revelación (Lucas 24:45), debemos entender a Quien servimos,
Les agradezco todas sus oraciones por terminar con éxito la tesis doctoral, Dios se las retribuirá.
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