Fwd: [Consejo Directivo DENDE] DENDE - Artículo: "Somos una sociedad aún menor de edad" - Lic. Alberto Acosta Garbarino

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Ruben Jacks

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Jun 9, 2015, 11:16:52 AM6/9/15
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Asunto: [Consejo Directivo DENDE] DENDE - Artículo: "Somos una sociedad aún menor de edad" - Lic. Alberto Acosta Garbarino
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Somos una sociedad aún menor de edad

 

Según la encuesta de Latinobarómetro, el Paraguay se encuentra entre los países de la región con la mayor insatisfacción por el funcionamiento de su democracia.

 

Elección tras elección el nivel intelectual y ético de los políticos que son electos es más bajo; y, los temas que dominan la agenda política son lamentablemente las rencillas electorales y los hechos de corrupción que se descubren cada vez con mayor frecuencia.

 

En mucha gente existe la percepción de que vivimos en una situación de anarquía y desgobierno, y que la única manera de restablecer cierto orden y gobernabilidad es con un cambio en nuestra Constitución.

 

Personalmente creo que la misma puede ser mejorada, teniendo en cuenta que fue redactada al poco tiempo de salir de una larga dictadura y sin ninguna experiencia democrática previa.

 

Pero el principal problema que tiene el Paraguay para tener una democracia de mejor calidad no se encuentra en su Constitución, ni siquiera en los políticos, sino en nuestra misma sociedad.

 

El gran pensador argentino Juan Bautista Alberdi decía: "La tiranía ocurre cuando la sociedad está en estado de minoría de edad". Para Alberdi los tiranos que gobernaron nuestro continente fueron la consecuencia de sociedades compuestas por personas sin capacidad de autogobernarse y consecuentemente de tener libertad.

 

Si observamos la historia de la libertad y de la democracia en Estados Unidos, vemos que los primeros inmigrantes que llegaron a sus costas fueron personas que vinieron con sus familias, huyendo de la persecución religiosa de que eran objeto en Europa y dispuestos a construir una nación, donde pudieran disfrutar de la libertad que se les negaba.

 

Las personas que fundaron la patria norteamericana eran personas interiormente libres (autonomía y autocontrol) y diseñaron una constitución que les asegurase dicha libertad.

 

Sin embargo, en América Latina la colonización estuvo a cargo de personas que vinieron a "conquistar", someter e incluso a saquear el nuevo continente.

 

El primer tirano fue el rey de España, que gobernaba por medio de sus virreyes. Después vino la independencia por medio de "libertadores" como Bolívar y San Martín, quienes "nos liberaron" del yugo español, pero se convirtieron en los nuevos tiranos.

 

El Paraguay no tuvo "libertadores", pero la revolución de la independencia fue cooptada por Rodríguez de Francia, quien se declaró dictador perpetuo. A partir de ahí fuimos gobernados por diferentes dictadores, comenzando con los López y terminando con Stroessner.

 

Con esa historia se produjo el golpe de Estado del 3 de febrero de 1989, liderada por militares, que debido al nuevo escenario internacional y regional no tuvieron otra opción que iniciar un proceso de liberalización y democratización.

 

La libertad nos vino primero de afuera (el golpe de Estado) y luego diseñamos un sistema político que nos asegurase dicha libertad (la constitución), pero la sociedad paraguaya era la misma sociedad paraguaya de siempre.

 

Una sociedad con poca educación y acostumbrada a acercarse al Estado a recibir favores (empleo o adjudicaciones) casi siempre amparada por el manto de la corrupción.

 

Una sociedad compuesta por personas que interiormente no son libres sino dependientes del caudillo de turno. Una sociedad compuesta por personas que no creen que su futuro depende de ellos mismos, de su trabajo y capacitación, sino que depende de recibir favores de los gobernantes.

 

Una sociedad que es aún como un menor de edad. La solución es la educación, pero como decía Alberdi, educación no es solamente abrir escuelas y recibir instrucción, sino forjar hábitos y creencias.

 

Un profesional instruido que cree que su futuro depende del Estado o de su patrón, no es un ser libre; pero un agricultor de poca instrucción, pero que tiene la convicción que su futuro depende de su esfuerzo y de su trabajo, sí es una persona libre.

 

Y no es posible tener una democracia sustentable... sin personas libres.

 

 

 

ALBERTO ACOSTA GARBARINO

Presidente

Fundación Desarrollo en Democracia

 

Publicado el 07 de junio de 2015, en el Diario ÚLTIMA HORA

 

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Rubén Jacks

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Jun 17, 2015, 8:55:02 AM6/17/15
to Los Petardos ** Los Petardos

Asunción - Paraguay

 

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La lógica amigo o enemigo es antidemocrática

 

Durante la dictadura de Stroessner todos los que se oponían al régimen eran considerados enemigos y traidores a la patria. Por eso muchos opositores fueron apresados, torturados, exiliados y no pocos asesinados.

 

Recuerdo como si fuera ayer la mañana del 3 de febrero de 1989, cuando al recorrer las calles, uno podía sentir el ambiente de libertad y el espíritu de reconciliación y paz que vivía gran parte de nuestra sociedad.

 

Ese espíritu que se vivió en los primeros años de nuestra joven democracia, hizo posible que en un ambiente sereno, se discutiera y analizara democráticamente nuestra nueva Constitución.

 

Lamentablemente esa relación política –casi idílica– rápidamente se fue deteriorando, como consecuencia de comportamientos antidemocráticos de la mayoría de nuestros políticos.

 

Ese comportamiento antidemocrático se pudo observar en los fraudes electorales que se hicieron en las internas del hegemónico Partido Colorado y en las conspiraciones para interrumpir los mandatos presidenciales de Cubas y de Lugo.

 

Parecía que el amplio triunfo electoral de Cartes y el retorno del Partido Colorado al poder iban a calmar las aguas, pero la virulenta pugna electoral en las internas del partido de gobierno, nos están llevando nuevamente al enfrentamiento y la división.

 

No existen dudas que gran parte de nuestra clase política, solamente sabe hacer política dentro de la lógica de amigo o enemigo.

 

Este reduccionismo en el entendimiento de la política, es la base del pensamiento de Carl Schmitt, un politólogo alemán y uno de los principales pensadores del Tercer Reich de Hitler.

 

Según la visión de Schmitt solamente podemos entender lo que ocurre dentro de cualquier campo de la actividad humana en base a criterios.

 

Por ejemplo: no podemos entender la moral si no tenemos un criterio de qué es el bien y qué es el mal; no podemos entender la estética, si no tenemos un criterio de qué es lo bello y qué es lo feo; no podemos entender la economía, si no tenemos un criterio de qué es rentable y qué no es rentable.

 

De la misma manera, decía Schmitt, no podemos entender la verdadera política –no la teórica– si no sabemos quiénes son nuestros amigos y quiénes son nuestros enemigos. Y los enemigos, para Schmitt, eran todos aquellos que tenían posiciones diferentes a la nuestra.

 

Con gran vehemencia criticaba a la democracia, donde el que piensa diferente es visto solamente como un adversario de turno o un competidor político, y no como un enemigo.

 

Para empeorar aún más las cosas, la lógica de Schmitt se ha aplicado tanto a la política interior como a la política exterior. Existen muchos estudios que apoyan la idea que para que una sociedad se pueda mantener unida internamente, es necesaria la presencia de un enemigo externo común.

 

Para la Iglesia Católica sus enemigos fueron la masonería y el protestantismo, para la Alemania nazi sus enemigos eran los judíos, durante la Guerra Fría para los Estados Unidos el enemigo era el comunismo y ahora el enemigo es el terrorismo islámico.

 

Aquí en Paraguay, luego de una relativa paz en el primer año del gobierno de Cartes, hoy estamos viviendo nuevamente un ambiente de crispación y de enfrentamiento.

 

La injerencia de Cartes en la interna colorada, la radicalización de sus opositores en el grupo denominado G15 y las sucesivas leyes aprobadas en el Senado para enviar un mensaje político al presidente, están crispando cada vez más el ambiente y afectando el futuro del país.

 

En este ambiente es imposible tener un debate sereno de ideas sobre los grandes temas nacionales. Todo se limita a apoyar a un bando o al otro.

 

O uno es amigo o es enemigo. Evidentemente así no se podrá construir el desarrollo del Paraguay... al menos en democracia.

 

 

ALBERTO ACOSTA GARBARINO

Presidente

Fundación Desarrollo en Democracia

 

Publicado el 14 de junio de 2015, en el Diario ÚLTIMA HORA

 

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