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Un mundo que se derrumba entre guerras interminables, plagas que resucitan a los muertos y dioses antiguos que despiertan de su letargo. Una cazadora marcada por sus heridas atraviesa tierras devastadas, pobladas por criaturas imposibles, mientras enfrenta una verdad que la hundirá en los abismos de lo desconocido. Estamos ante el límite entre lo humano y lo monstruoso, donde sobrevivir implica enfrentar el miedo y la herencia de un pasado que exige un precio.
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En La cacería blanca, el escritor mexicano Eduardo Larrinaga Figueroa construye una historia que comienza en un remoto pueblo asediado por horrores indescriptibles y se expande hasta un clímax apocalíptico que involucra a reinos enteros. La crudeza del dark fantasy y el suspenso del terror más inquietante se dan cita en esta novela que narra la historia de Dana, una cazadora errante que enfrenta monstruos tanto externos como interiores en un viaje épico y visceral. Una obra que seduce por su riqueza simbólica, su universo meticulosamente diseñado y una intensidad narrativa que no da tregua.
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“Larrinaga Figueroa escribe con un estilo directo que está al servicio de la tensión y se sostiene incluso en los pasajes más reflexivos o en los más líricos, y la estructura episódica, organizada en tres grandes partes y más de veinte capítulos, da espacio para que se desarrollen tanto las tramas como la evolución de los personajes”, escribe el venezolano Jorge Gómez Jiménez en su reseña sobre el libro La cacería blanca, de Eduardo Larrinaga Figueroa.
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