"Aniversario 44"
1, de febrero del 2009.
Bella:
Hoy
cuando el mundo adelgaza y hay que ceñirse los cinturones, quiero llevar hasta ti
el gozo de haber convividos juntos, en estos años de lucha. Lo anuncio con el
optimismo que nos acompañó desde el primer día. No te envío
una sarta de flores que debe solemnizar momentos como estos porque la Yagruma, que
espera quizás un momento mejor, no ha querido florecer; ello no
impidió el júbilo de este corazón que vibra por ti, por ellos...
¿Quién nos iba a decir que estuviéramos festejando aquellos
instantes que comenzaron como juegos de niño y finalmente nos fue haciendo el uno
para el otro? ¿Quién nos lo iba a decir si en más de una
ocasión nos traicionó la juventud y el techo parecía caernos
encima? Creo que algunas veces cedimos a los intrusos que invadieron nuestras
parcelas.
Menos mal, Bella, que el anhelo de que nuestros frutos crecieran fuertes
espantó a los parásitos. Encontramos la suerte __ o mejor, la buscamos __
en la tierra de nadie. Hoy nos amamos sinceramente, eso lo fondeó los cimientos
de algo que ahora es ya sempiterno, aún cuando nuestros cabellos pretenden
esquivar el zig-zag de los años.
Ahora, al volver al camino con las
manos llenas de ti, tengo la certeza que nos queremos, que
estamos más unidos como las flores de la Yagruma, quien parece haber hallado la
ocasión.
Saludos de, Carlos Manuel.