LA HERENCIA DEL NEOLIBERALISMO: MAS POBRES, MAS DESIGUALES *
La larga noche neoliberal aún no termina en Costa Rica. Después de 30 años de imposiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), ajustes estructurales del Banco Mundial y aperturas privatizantes impulsadas al calor de la firma de los Tratados de Libre Comercio (TLC), el modelo económico impulsado por el bloque oligárquico-financiero en el poder se hunde, hace aguas. Las cúpulas empresariales que han impulsado este modelo excluyente, convocadas a inicios de noviembre por la Revista Summa, concluyeron que no hay crisis en Costa Rica. Para los grandes empresarios nacionales y extranjeros no hay crisis, pero las grandes mayorías de la población la viven todos los días, el publicitado “derrame de la riqueza” nunca se produjo. El modelo fracasó y las evidencias abundan.
Según la Encuesta Nacional de Hogares del lnstituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el porcentaje de familias pobres llegó al 22,4% del total (equivalente a 318.810 hogares), a julio del 2014. Un total de 1.170.634 personas viven en la Costa Rica de hoy por debajo de la línea de pobreza, lo que representa casi una cuarta parte de la población nacional (24,6%). La pobreza extrema, alcanza al 7,2% de la población. La escolaridad promedio en los hogares pobres es de 6,48 años, tres años menos que en la población no pobre.
El llamado Índice de Gini, que mide la desigualdad en los ingresos, para el año 2014 se encuentra en 0,516 puntos, en un nivel similar al del año 2011. El 20% de los hogares acumula el 50% de los ingresos totales a nivel nacional (con un ingreso neto promedio mensual de ¢996.077 por persona), mientras el 20% de los hogares con menor ingreso, acumulan solamente el 4% del ingreso total (con un ingreso neto promedio mensual de ¢54.021 por persona). Los ingresos de los más ricos son 18 veces superiores a los de los más pobres.
De acuerdo con otro estudio del INEC, la Encuesta Continua de Empleo, la tasa de desempleo nacional alcanzó un 10% para el tercer trimestre del 2014 (228.000 personas), afectando más a las mujeres con el 12,4%. El subempleo, es decir las personas ocupadas que laboran menos horas de las que desean alcanzó un 13,4% de la población en edad para trabajar, subiendo en el caso de las mujeres al 18%. El empleo informal llega al 43% de la población en edad de trabajar.
Según el Vigésimo Informe sobre el Estado de la Nación el 32,3% de la población laboral del país (395.292 personas) no reciben el salario mínimo establecido por ley. No tienen salario mínimo ni ningún derecho laboral un total de 102.380 personas asalariadas.
Informa también el Estado de la Nación que un total de 937 mil personas ocupadas, que son parte de 232 mil hogares, no tienen seguro de salud de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS). El servicio doméstico se encuentra entre las áreas más desprotegidas, junto a la agricultura, la construcción y el comercio.
El 41,2% de la población joven (entre 15 y 24 años) son excluidos socio-económicamente. Un 12.9% no trabajan ni estudian, 5.4% son mujeres dedicadas a labores domésticas no remuneradas y un 22.9% sólo se dedica a trabajar.
Todos estos índices se agravan en las zonas rurales. Si el ingreso neto promedio mensual por hogar en la Región Central es de ¢1.203.752 en la región Huetar Caribe es de ¢630.404. El ingreso en la zona urbana es casi dos veces mayor que en la zona rural. Si el porcentaje de hogares pobres en la Región Central llega al 17,2% del total, en la Región Brunca sube hasta el 36,2%. En la Región Norte es donde más aumenta el número de hogares pobres. La tasa de desempleo en las zonas urbanas es del 9,9% mientras en las zonas rurales sube al 10,1%. El incumplimiento en el pago del salario mínimo es mayor en las regiones Brunca, Huetar Caribe y Huetar Norte.
En resumen el país para las grandes mayorías hoy es más desigual y más pobre. El festín es para los “de arriba” y la miseria para los “de abajo”. La pobreza tiene rostros de personas que viven en zonas rurales, mujeres y jóvenes.
No hay duda que estamos frente a momentos decisivos. Se profundiza el modelo neoliberal, tal y como desea la coalición conservadora que defiende el orden antiguo, agotado y corrupto, o se abre paso la coalición progresista, la alternativa decente de lucha y de gobierno capaz de romper las cadenas del neoliberalismo y avanzar en la construcción de una Costa Rica soberana, inclusiva y solidaria.
En el Frente Amplio estamos convencidos de que, como dijo el poeta, “nunca se pone más oscuro que cuando va a amanecer”. Por eso con ilusión y esperanza vamos a seguir fomentando las agendas comunes y la articulación de los movimientos políticos y sociales que resisten al neoliberalismo y construyen programa alternativo. En el parlamento, en los territorios, en los centros de estudio o de trabajo y en las calles, va ir naciendo el modelo postneoliberal y la nueva hegemonía, capaz de reducir la pobreza, acabar con la pobreza extrema y construir una sociedad más próspera, sostenible, culta e igualitaria. Desde el Frente Amplio manifestamos nuestra disposición a acompañar a un gobierno que ha sido electo por su promesa de impulsar un cambio de este modelo de desarrollo excluyente, siempre que se decida a enfrentar con valor a los poderes fácticos que defienden los intereses de la coalición conservadora que nos ha llevado al desastre social y económico que sufrimos.
* Editorial del periódico PUEBLO, publicación del Frente Amplio, Diciembre de 2014.