¡Hola, Judith¡
En tu nuevo mensaje me dices que lo de menos es la polémica;
que quieres, por encima de todo, conversar sobre temas que nos rodean
con sentido. Sí. Son la causa de su influencia y transformación.
Dialogar es una de las cosas más importantes de la vida, porque impide
que se vegete y se arrincone uno. Por lo que he leído en el mismo
mensaje, quieres gente que tenga opinión para que pueda juzgar
rectamente, dada su experiencia, según me quieres dar a entender.
También puntualizas que tu deseo es que alguien te haga crítica
literaria sobre lo que estás leyendo. Esto es excitante para mí, ya
que soy un "intérprete" de todo lo que cae en mis manos, pero casi
siempre en desacuerdo con los autores en los estilos; que éstos suelen
ser desmañados y contradictorios; sobre todo, en lo que concierne a
los ensayos, cuentos y novelas, por lo general. Los que tratan de eso
que llaman poesía, tengo un mundo por delante para juzgar, dándole la
vuelta al sentido de esa palabra, muy contraria a la aceptación
mundana y académica.
A propósito de los libros, te voy a dar conocer una máxima
mía que descubrí hace muchos años: " No hay que leer como escribe o
escriben los autores, sino como piensan y buscar sus propias
contradicciones". Así es como leo yo: Sacando conclusiones y
consecuencias. No hay que leer maquinalmente, por sistema, sino con
los cinco sentidos a la vez. Así es como se aprende y se enriquece
espiritualmente uno. No de otra manera.
Si te dejas llevar por los falsos críticos, estás perdida. No
hagas caso, la mayoría de las veces, a los prólogos, introducciones y
otras pérdidas de tiempo. Siempre son favorables al los autores,
aunque sean pésimos. También te diré que infinidad de libros
-ideológicos y religiosos- son verdaderos panfletos; cosa malísima de
leer, por ser perjudicial para la salud mental. E
El día 13 de julio de 2010 22:31, Coltrane
<jazzcoltra...@gmail.com> escribió: