La militarización del país con el pretexto del
narcotráfico, la entrega de estructuras civiles a militares,
las contradicciones internas y la depuración de las fuerzas
armadas; la posibilidad de que gané un candidato que
le retire el manejo de miles de millones de pesos del presupuesto
a las cúpulas castrenses, la subordinación de
las fuerzas armadas mexicanas a los mandos norteamericanos,
las “Reformas estructurales sobre seguridad” que
el gobierno de Calderón se propone aprobar antes de dejar
el poder, entre otros factores, perfilan la posibilidad de que
pronto haya en México un golpe militar de derecha.
Los golpes de Estado tan socorridos para la burguesía
en la década de los 70´s se revivieron el 28 de
junio de 2009 en Honduras, donde los militares depusieron al
presidente electo Manuel Celaya e impusieron a Roberto Micheletti.
El pretexto fue el cumplimiento de una orden judicial emitida
por la Corte Suprema de Justicia de Honduras. Lo de fondo fue
que Celaya estaba a punto de implementar una serie de medidas
que no fueron del gusto de los sectores dominantes de ese país
y de los Estados Unidos.
Este golpe militar no tuvo la magnitud represiva que tuvieron
el de Pinochet en Chile, ni los de los militares argentinos,
brasileños, uruguayos o bolivianos, en los 70´s,
pero igualmente hubo desaparecidos y asesinados. El de Honduras
fue un golpe militar más “moderno”, planeado
para que a pesar de las protestas nacionales e internacionales
cumpliera su función de detener y controlar la organización
popular hondureña.
En México la estructura militar sigue siendo intocada,
manejándose como un poder aparte, el cual ha sido incrementado
con el pretexto de la “guerra contra el narcotráfico”.
La posibilidad real de que Andrés Manuel López
Obrador gane las elecciones trae consigo un nerviosismo en las
altas estructuras militares que de acuerdo con los últimos
acontecimientos (que incluyen la detención de Generales
de alto rango), nos muestra que el ejército y la marina,
ni son tan honestos como lo pregonan, ni tampoco son un bloque
monolítico donde la disciplina militar esté por
sobre de las contradicciones de los grupos de poder. Comenté
en su momento que Calderón podía decidir el día
en que los militares saldrían a las calles, pero que
le sería imposible a cualquier autoridad civil decidir
el día en que deberían de regresar.
No es casualidad que Andrés Manuel López Obrador
ya dio los nombres de casi todo su gabinete (incluyendo el de
Seguridad Nacional), pero no ha dicho nada de los mandos militares,
pues esto implica otro tipo de negociación, sobre todo
con aquellos que no están de acuerdo en que se forme
una policía nacional que los sustituya en esa “guerra”
que significa muerte para muchos elementos de tropa, pero un
gran negocio para las cúpulas.
Pero para poder dar un golpe de facto es preciso que todos los
militares de alto rango estén de acuerdo o mínimamente
se disciplinen, por lo que antes de tomar una determinación
de este tipo es preciso realizar una depuración ¿Será
que ya se inició con la detención del General
Tomás Ángeles y otros militares de alto rango?
Esto que afirmé no es una especulación pues los
detenidos, aunque en retiro reciente, son parte de las altas
estructuras del ejército. El General Tomás Ángeles
fue candidato a ser titular de la SEDENA con Felipe Calderón,
pero fue relegado como segundo de a bordo de 2006 a 2008, teniendo
un enfrentamiento constante con el actual titular General Enrique
Galván Galván y el Secretario de Seguridad Pública
Genaro García Luna.
Los “consentidos” del gobierno de Felipe Calderón
fueron los militares a quienes desde el principio les dio jugosos
aumentos de sueldo, pero además les permitió manejar
altísimos presupuestos con todo lo que esto significa
en un país donde la corrupción es el pan de todos
los días. Además, los puso en el centro del poder
del combate al narcotráfico lo que también implica
poder acceder a los millones de dólares que los narcotraficantes
“derraman” hacia autoridades que les permiten seguir
con sus negocios ilícitos.
Después de lo que ha sucedido con la detención
de los varios militares del más alto rango ¿quién
puede defender el carácter incorruptible de los miembros
del ejército?
Ante esta realidad todos los mexicanos y mexicanas conscientes
deben de considerar en sus tácticas de lucha y autodefensa
el ¿qué hacer? Ante un golpe militar en nuestro
país.