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| Movilización del Yo Soy 132 mexicano. |
Existe incredulidad, enojo,
frustración ante la prepotencia del poder. La llamada de Peña Nieto a dar la
vuelta a la página es una respuesta intolerante para que "olvidemos" lo que
ellos hicieron en este proceso, para limpiar sus crímenes, sus delitos, sus
irregularidades. La sensación en la gente es otro, no olvidaremos, no
perdonaremos, no los reconoceremos jamás. Tendrán ellos el poder, las decisiones
y el gobierno, pero no gobernarán sobre nosotros, no con nuestra voluntad,
porque nuestra voluntad nos pertenece. Su gobierno, sus instituciones, sus
políticos, sus comunicadores, sus analistas políticos son la bazofia
que sólo genera un discurso, su discurso, un discurso que no es nuestro.
Podrás imponer, pero jamás nos podrán convencer, decía
Unamundo.
Malos
tiempos vienen. Los priístas son unos mentirosos empedernidos, unos saqueadores
consumados y unos corruptos culturalmente atrofiados. Los panistas apuestan a
que si colaboran podrán en el pasado concertacesionar con el poder. A diferencia
del PRI, el PAN no tiene mucho que negociar, más que su voto en el parlamento
logrado en un medio de ilusos. Estos que votaron por el PAN presenciarán la
bancarrota del PAN como "Oposición". Ambos pretenden ignorar al pueblo y a la
resistencia que se esta levantando. Creen que comprando voluntades, reprimiendo,
aislando y golpeando a la oposción podrán salirse con la suya. Una diferencia
notable entre el PRI antiguo y a los partidos post-revolucionarios, es que los
priístas perdieron poder de convocatoria y manejo de masas. Hoy los priístas no
tienen masas, se parecen más al PAN que al anterior PRI. Las masas están en la
izquierda, las masas están con la oposición progresista. Pero tener masas, para
la oligarquía no es suficiente, se trata de manipular a través de los medios,
pero este juego esta llegando a su final.
La diferencia entre el gobierno de Díaz Ordaz y el de
Peña Nieto, es que Díaz Ordaz mantenía un control sobre las masas y sobre la
ciudadanía de décadas. La mayoría de la generación de nuestros padres, no estaba
dispuesta a enfrentarse al régimen. Las generaciones actuales no piensan lo
mismo. Comienza a construirse en el mediano plazo una oposición nacional que
postula un nuevo proyecto de nación. Por eso ellos no podrán gobernar nuestras
voluntades, ni convencernos y menos hacer que nos treguemos sus mentiras.Un
México que deje de saquearnos y que robe el dinero del erario. Hoy se decanta
ese proyecto, van quedando fuera los priístas, los panistas, las huestes de Elba
Esther, el séquito del niño verde y los venales de los chuchos dentro del
PRD.Juanjo dice: El “mesías” de más de 15 millones de mexicanos se hunde cada vez más. ¿Te parecería lógico y/o sensato que yo me presentara ante los medios de comunicación anunciando que soy el único que puede “salvar” a México de la situación en la que se encuentra? ¡Por supuesto que no!: Hay muchísimos mexicanos que pueden hacerlo igual o mejor que yo…
Pues eso es lo que ha venido anunciando AMLO desde hace 12 años, y eso es lo que estuvo anunciando Cuauhtemoc Cárdenas durante 18 años, hasta éste último se cansó de hacer el ridículo, y espero que también AMLO ya se haya cansado, principalmente por el bien de México pero también por su propio bien. Solamente a una persona desquiciada mentalmente se le puede ocurrir que él es el único que tiene capacidad para reformar eficientemente todos los problemas sociales, políticos y económicos de un país, cualquiera que sea. El que sí puede decir, que pudo decir, y que podrá decir en toda la Historia de la Humanidad, y en cualquier lugar del Mundo, que es el único que puede salvarnos de todos los males es Jesucristo; todos los demás hombres y mujeres que hemos existido y que existiremos en la Historia Universal somos falibles y necesitamos trabajar en equipo (sin descalificar ni excluir a nadie) para resolver los problemas que tenemos en común.
Lo más increíble, triste y lamentable es que más de 15 millones de mexicanos ven como un mesías a AMLO, lo cual demuestra el dicho popular tan importante: “el que no conoce a Dios, ante cualquier ´burro´ se hinca”; esos 15 millones de mexicanos no conocen a Dios, pero tampoco conocen lo que es la democracia, el sentido común, la justicia social, el valor de las instituciones, etc., esto significa que, a pesar de que en México tenemos el enorme amparo de La Virgen de Guadalupe, hay muchísimos mexicanos que no conocen a Dios todavía, y se dejan deslumbrar por un “espejo” como lo hicieron los aztecas ante los españoles, ya quedó demostrado que ese personaje político que es su “mesías” no es más que un payaso, neurótico, paranoico, inepto e incompetente.
Es imperativo que se realicen exámenes psicológicos a los candidatos a puestos públicos, especialmente a los puestos más importantes. Hay un candidato que está paranoico, se llama Andrés Manuel López Obrador, y él mismo lo demuestra cada día: ya descalificó a los partidos políticos a los que él no pertenece, ya descalificó al mismo IFE, ya descalificó a los medios de comunicación; ya descalificó a las empresas encuestadoras; y lo que es peor, ya te descalificó a ti, que no votaste por él, de manera que, según él lo único que tiene validez y veracidad es su propio partido político y él mismo como candidato. Aunque él hubiera resultado ganador, habría descalificado a los senadores y a los diputados que no estuvieran de acuerdo con él o con sus ideas o propuestas; luego descalificaría a los gobernadores que no pertenezcan a su partido político (y les limitaría o negaría los recursos federales), y, cuando las cosas no le salieran bien o cuando se equivocara en alguna decisión que tomara, hubiera terminado descalificando a México o le hubiera echado la culpa a Estados Unidos (principalmente) o a otros países.
Luigi dice: Si AMLO y sus vasallos rojillos, caballerosamente, reconocieran su derrota ante Peña Nieto y le alzaran la mano, tendrían más respetabilidad.