Bornin Ondo City, Nigeria, she had her secondary school education at CMS Girl's School Lagos. She attended the University of Ibadan, graduating in 1953 with a BA in English, Latin and History. She taught these subjects in Nigerian schools, and later became Head of the Department of English and Social Studies and Vice-Principal at the National Technical Teachers' College, Yaba (Now Yaba College of Technology). Her first book, My Father's Daughter (1965), published in 1965, has been widely used as a literature text in schools all over the world, and her books have been translated into German, Danish, Norwegian and Greek. Her work is included in the anthology Daughters of Africa (1992).
Segun has championed children's literature in Nigeria through the Children's Literature Association of Nigeria, which she founded in 1978, and the Children's Documentation and Research Centre, which she set up in 1990 in Ibadan. She is also a fellow of the International Youth Library in Munich, Germany.
In 2015, the Society of Young Nigerian Writers under the leadership of Wole Adedoyin founded the Mabel Segun Literary Society (
www.mabelsegunaliterarysociety.blogspot.com), aimed at promoting and reading the works of Mabel Segun.
Centrado en las representaciones plsticas de Sor Juana Ins de la Cruz, el presente trabajo reflexiona sobre la relacin entre la representacin del Barroco de Indias y su contexto de produccin. A partir de las anteriores coordenadas, revisa la obra de la monja y la orientacin epistolar que adquieren sus poemas como forma de evasin de la celda y el hbito.
Focused on the visual representations of Sor Juana Ins de la Cruz, this paper reflects on the relationship between the Baroque of the Indies aesthetics and their context o production. Based on the above coordinates, it reviews the nun's work and the epistolary orientation that her poems acquire as a form of escape from the convent and habit.
En las sociedades fundadas y organizadas segn las orientaciones polticas, ideolgicas y operatorias del panptico es comn que las representaciones carcelarias aparezcan ms o menos disimuladas por desplazamientos, eufemismos o cadenas metafricas en los distintos tipos de discursos producidos en ellas. Asimismo es habitual que las imgenes de la celda y el cautiverio proliferen alegrica y metonmicamente en el orden simblico de las creaciones estticas. De esta manera los discursos comunes y los discursos del arte, aparentemente instalados en esferas culturales distintas y/o distantes, generan sistemas de intercambio cimentados en un sustrato elusivo comn y en un repertorio intercambiable de mecanismos y estrategias para "hablar ante y entre las fisuras de la Ley".
En tal contexto de produccin y en necesario acomodo con el estado de vigilancia y su doble enfoque sobre lo social-corporal y simblico-figurativo, se aprecia que la cautela, la simulacin y el juego de las apariencias funcionan como dispositivos de regulacin "porosos", ambivalentes y tensos, que permiten tanto como determinan las (auto)representaciones de los sujetos emisores de los discursos y las de los creadores de las diversas expresiones artsticas. Un sistema representativo orientado por tales mecanismos no solo trasluce un campo de intersecciones en constante negociacin y sostenido por pactos ms o menos perecederos entre la vigilancia y las necesidades expresivas del imaginario plstico y/o potico, adems revela dos aspectos significativos para la produccin esttica: a) que la operatoria simulacin-disimulacin crea el espacio intersticial donde se configura la posibilidad de la representacin; en este sentido, b) que esa operatoria es conatural de la imagen.
Nuestra Colonia1 en su conjunto es un excelente ejemplo de sociedad vigilada (Foucault 1979) o sociedad cerrada2, as como sus desarrollos culturales son modlicos de los vnculos entre las formas del poder, la esttica y los distintos mecanismos de enmascaramiento y simulacin-disimulacin que operan en los discursos. Si bien esta no es la ocasin para ahondar en los desiguales grados de subyugacin experimentados por los sujetos pertenecientes a la mosaica sociedad colonial, s es importante tener presente esa situacin, en tanto los asuntos que voy a desarrollar focalizan las relaciones entre las representaciones plsticas de Sor Juana Ins de la Cruz y su creacin potica, ambos aspectos especialmente intervenidos -o modelados, en sentido plstico- por las normativas sociales que la llevaron a asumir el hbito de monja y a optar por la celda como lugar de habitacin.
El espacio fsico y el repertorio gestual (bastante limitados; ms bien icnicos) con que sor Juana fue representada por el imaginario plstico colonial3, sin duda fijaron para la posteridad una imagen suya indisociable del claustro-hbito al que la sociedad colonial del siglo XVII destin a Juana de Asbaje y a tantas otras mujeres que le fueron contemporneas4. Esta identificacin radical, realizada por el artificio del arte, naturaliza y eterniza un hecho absolutamente cultural, en este caso plagado de complejidades y significaciones de diversa ndole. Como sabemos por sus datos biogrficos5, se trata de la muerte de una Juana, la de Asbaje -cuya verdadera aspiracin era el ejercicio intelectual-, en pos de otra Juana de nombre antecedido por la condicin irrevocable de "sor"6, de donde surge una tercera identidad: la de autora. Coherentemente con la operatoria simulacin-disimulacin que seal al inicio, en el traspaso del umbral que marca la muerte simblica para el mundo sucede una serie de desajustes importantes de observar de manera particular. Al contrario de lo que acontece con los apellidos, en donde Asbaje es sustituido -borrado- por "de la Cruz", el significante "Juana" se preserva, de tal manera que la permanencia del significante en las tres condiciones de ser, la laica, la religiosa y la autoral, entre otras cosas, permite trazar una lnea de continuidad y concebir a la autora como una realizacin de la primera Juana, social y legalmente anulada, y simblicamente ausente. Tal continuidad sugiere, de un lado, la inoperancia del "dispositivo sor" en su funcin traslaticia hacia una nueva vida relacionada exclusivamente con la dimensin trascendente; de otro lado, en la lgica simulacin-disimulacin pone de relieve su carcter de "dispositivo de gestin" entre la muerte mundana y la pervivencia de la mundanidad inherente a la condicin autoral y a la produccin literaria. Si en el orden del ritual la secuencia de transformaciones no culmin, como era de esperarse -o como hubiera deseado su confesor Antonio Nez de Miranda-, con la paz espiritual inherente a la condicin de monja de claustro7, en el plano de la representacin plstica y en el orden de los signos que aqu nos interesan, la "sor" plasmada en los retratos se abre a otras dimensiones y se revela como representacin de representacin: como un soporte personae del significante permanente(mente) vaciado -puro-"Juana", que no deja de reescribir(se) en la interpretacin y en la esttica contemporneas, en lo que podramos llamar la "herldica"8 de la actual cultura (neo)barroca latinoamericana.
Abordar las complejidades implcitas en esta condicin eternizada por el imaginario visual, no por la obra de la misma Juana, requiere que realicemos un esfuerzo "desnaturalizador" de la imagen plstica9, si es que queremos atender a la inconcordancia entre ella y la imagen de s misma que sor Juana construy en sus poemas. Sin nimo de entrar en la larga y muchas veces desenfocada discusin sobre la fe de sor Juana10, lo que me interesa sealar aqu es que, a diferencia de lo que sucede en otros textos producidos por monjas, sor Juana no se autorrepresenta como religiosa, pues, en sus poemas, sus hbitos de jernima son prcticamente invisibles11.
Para indagar en el particular sentido que tiene esa invisibilidad, parece razonable revisar la significacin cultural y filosfica de las palabras "hbito" y "celda" en relacin con la imagen icnica de nuestra monja, asi como en relacin con su potica.
Observemos que los trminos "hbito" y "celda" constituyen ambos un lugar de habitacin tanto como un ser-estar en los que interior y exterior son indisociables, pues se habita el espacio arquitectnico de la celda y se incorpora la dimensin material del ropaje de la misma manera que ese espacio y esa vestimenta representan una muy determinada manera de habitar-ser en el mundo. Hbito y celda configuran un "estado" al interior de la sociedad, as como socialmente expresan y representan ese "estado", en la mltiple acepcin social, poltica y espiritual de esta palabra. En este sentido, hbito y celda no solo conforman un "ethos", sino que, adems, desde su materialidad codificada, articulan un discurso sobre lo social, lo histrico y lo trascendente, sin dejar de subrayar nunca la situacin de clausura o destinacin de la vida del sujeto. Si revisamos el sentido que tiene el trmino "ethos" desde Aristteles hasta nuestros das, encontramos que "ethos" indica una forma de vida (la que se desarrolla ritualmente al interior de la celda) tanto como una manera de ser: la que el hbito-costumbre forma (y la que la materialidad del vestido representa).
Si recurrimos al diccionario12 encontamos que la palabra "celda" define tres espacios arquitectnicos y/o emplazamientos polticos, judiciales y culturales de profunda significacin social, tal y como interpret Michel Foulcault. Una celda es simultneamente el aposento de un preso en la crcel, de un estudiante en un colegio o establecimiento anlogo y de un religioso en su convento. Una celda o celdilla es tambin una "Instalacin para manipular, procesar e investigar materiales irradiados", es decir, elementos contaminantes y letales13.
El mismo diccionario define el hbito de manera acorde a la reflexin filosfica. Un hbito es un "Vestido o traje que cada persona usa segn su estado, ministerio o nacin", especialmente el que usan los religiosos y religiosas. Asimismo, un "modo especial de proceder o conducirse adquirido por repeticin de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas". Tambin es un vestido que identifica a los estudiantes y a aquellos que han cometido pecado o delito pblico. Por ltimo, pero no menos sugerente, un hbito es un elemento usado como instrumento de mortificacin.
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