Rv: EXPERIMENTAR LA SALVACIÓN

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Héctor Mario Giraldo Arango

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Sep 14, 2013, 12:08:16 PM9/14/13
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DOMINGO 14 DE SEPTIEMBRE DE 2013 – 24 DEL TIEMPO ORDINARIO
 
SEPAN QUE EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA
 
PRIMERA LECTURA
 
En el monte Sinaí habló Yahveh a Moisés, y dijo: « ¡Anda, baja! Porque tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, ha pecado. Bien pronto se han apartado el camino que yo les había prescrito. Se han hecho un becerro fundido y se han postrado ante él; le han ofrecido sacrificios y han dicho: "Este es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de la tierra de Egipto." » Y dijo Yahveh a Moisés: « Ya veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Déjame ahora que se encienda mi ira contra ellos y los devore; de ti, en cambio, haré un gran pueblo. »  Pero Moisés trató de aplacar a Yahveh su Dios, diciendo: "¿Por qué, oh Yahveh, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, el que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y mano fuerte?  Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel, siervos tuyos, a los cuales juraste por ti mismo: Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; toda esta tierra que les tengo prometida, la daré a sus descendientes, y ellos la poseerán como herencia para siempre. » Y Yahveh renunció a lanzar el mal con que había amenazado a su pueblo.
 
SEGUNDA LECTURA
 
Querido hermano: Doy gracias a aquel que me revistió de fortaleza, a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me consideró digno de confianza al colocarme en el ministerio, a mí, que antes fui un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero encontré misericordia porque obré por ignorancia en mi infidelidad. Y la gracia de nuestro Señor sobreabundó en mí, juntamente con la fe y la caridad en Cristo Jesús. Es cierta y digna de ser aceptada, por todos, esta afirmación: Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores; y el primero de ellos soy yo. Y si encontré misericordia fue para que en mí primeramente manifestase Jesucristo toda su paciencia y sirviera de ejemplo a los que habían de creer en él para obtener vida eterna. Al Rey de los siglos, al Dios inmortal, invisible y único, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
 
EVANGELIO
 
Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús  para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: « Este acoge a los pecadores y come con ellos. »  Entonces les dijo esta parábola. « ¿Quién de ustedes que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido." Les digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión. « O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: "Alégrense conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido." Del mismo modo, les digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.
 
SENTIR LA SALVACIÓN
 
La experiencia salvífica al interior del corazón, nos manifiesta la presencia, la acción y el amor misericordioso de Dios.
Sentirnos salvados despierta en nosotros la actitud de hijos agradecidos.  La misa, que es Acción de GRACIAS, fundamentalmente es para vivir la salvación y expresar nuestro agradecimiento gozoso por tal acontecimiento.
 
¿Hemos sentido el gozo de sentirnos la oveja que Jesús carga sobre sus hombros para volverla al redil? ¿Hemos saboreado la dulzura del perdón?
 
San Pablo es un enamorado del Señor, precisamente, porque al contemplar su vida pasada, se siente LEVANTADO de su situación de miseria en la que antes se vio sumergido; eso es precisamente lo que expresa en la segunda lectura: “me consideró digno de confianza… a mí, que antes fui un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero encontré misericordia… Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores; y el primero de ellos soy yo.”
 
Pablo descubre fundamentalmente que Dios lo ama, precisamente por el perdón que de él ha recibido.
 
Pero si precisamente para eso ha venido Jesús, PARA SALVARNOS DEL PECADO, vino para buscar lo que estaba perdido en nosotros para rescatarlo, para sanarlo, para perdonarlo, para redimirlo… pero a veces ni nos sentimos pecadores; no nos consideramos entonces, necesitados de Dios, y por eso él se aleja.
 
El mundo de hoy ha perdido en gran medida la conciencia de pecado. Y, lógicamente, si no se siente pecador, mucho menos buscará a Dios, ni sentirá necesidad de él. Se parece a un ser humano que ha sufrido algún trauma encefálico que le impide sentir dolor… pude darle una enfermedad terrible y no buscará el médico,  quizá no se dé cuenta hasta que sea demasiado tarde.
 
Otros, si sienten los problemas de la historia, el dolor humano, la descomposición del hombre, pero buscan remedio en la ciencia, en los recursos materiales, o en el mismo hombre.
 
La conversión fundamentalmente se sucede, cuando dejamos de poner nuestra esperanza de salvación en realidades diferentes de Dios (como fue el caso de los israelitas al construirse un toro de metal para adorarlo como dios), y, experimentando la salvación de Dios, nos abandonamos con confianza a su conducción.
 
Señor, concédenos la humildad suficiente para reconocer nuestras flaquezas y pedir tu salvación.
 
Un abrazo
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