10 Jul 2024 - 15:44 CET
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Redacción.- El lago de los cisnes nunca decepciona. La pieza por excelencia del ballet clásico (con permiso de El cascanueces) está llena de momentos que dejan con la boca abierta y la música de Tchaikowsky es tan parte de la cultura popular que sus compases emocionan sin esfuerzo. La versión canónica de Laura Alonso se encuentra en un difícil medio camino entre una función modesta y un espectáculo de élite, y convierte al ballet en un arte accesible y asequible. La calidad de las interpretaciones deja satisfecho a un público que aprecia un Lago de los cisnes clásico, sin exuberancias ni golpes de efecto, pero solvente y en ocasiones brillante.
José Catalán Deus
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