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La idea es hablar de la
situación energética nacional e internacional; yo daré el
panorama más global y después Gabriel va a hablar de cómo
vemos la situación hoy en nuestro país y cuál es la respuesta
que creemos hay que darle. La verdad es que, en medio de esta
gran crisis internacional que nos vemos venir, de
repente la imagen de la crisis energética -que también
existe en el mundo y por supuesto en nuestro país- se ha
desdibujado, ha pasado a un segundo plano. Pero evidentemente
el problema de la energía es bastante serio, tiene su aspecto
internacional y, tiene evidentemente -lo que nos interesa a
nosotros- su correlato y características particulares en la
situación nacional.
Pero en medio de esta
conmoción no nos olvidemos de cuál es el peso de la energía,
de los problemas energéticos, en el desarrollo de la economía
mundial. No hay nada que pueda hacerse en el mundo sin
energía; la capacidad de hacer trabajo, de transformar cosas,
requiere del uso de la energía, y de alguna manera la historia
de la civilización, el progreso del dominio del hombre sobre
la naturaleza y su capacidad de transformarla, está ligada al
uso cada vez más intensivo de formas más sofisticadas, más
eficientes y masivas, de la energía.
Porque evidentemente la
producción, esa capacidad de transformación, ha ido aumentando
grandemente a lo largo de la civilización, y además en forma
acelerada; prácticamente en los últimos 50 años se ha
fabricado mucho más que en toda la historia de la civilización
anterior. Y con ello ha habido un uso creciente de la energía
por cada vez mayor población y, por supuesto, un peso cada vez
más importante en el manejo de las economías mundiales y de
las finanzas mundiales de lo que significa ese uso, es decir,
extraer de sus fuentes la energía –que no se fabrica-
transformarla, ponerla en forma que pueda utilizarse para
fabricar bienes y mejorar la calidad de vida.
Así es que evidentemente la
cuestión de la energía y del acceso a las fuentes de energía
ha marcado la historia del mundo, sobre todo en los últimos
tiempos. En las épocas de la sociedad mercantil, en la medida
en que hay una organización social en la que el mercado es el
gran distribuidor de los bienes, y que para fabricar esos
bienes cada vez hace falta más energía, surge por lo tanto la
lucha por los recursos energéticos, es decir por las fuentes
primarias de energía, y la transformación, distribución y
puesta en servicio para la producción se convierte en un
objetivo económico crucial. De allí podemos comprender nuestra
experiencia directa de la cantidad de guerras que ha habido y
hay por el petróleo, por el dominio de las fuentes de energía
en general pero básicamente, desde mediados del siglo XIX, por
el petróleo, cosa sabida por todos.
¿Y por qué el petróleo? Bueno,
como decíamos en la historia de la humanidad se fueron
agotando las fuentes primitivas de energía y encontrando
formas mas eficientes, mas económicas de obtener energía. Y
así, el hombre que al principio utilizaba la leña, el fuego,
como fuente de energía principal para complementar la energía
corporal, pasó de la leña a los primeros combustibles fósiles,
el carbón básicamente, y luego al petróleo. El petróleo y en
el último tiempo el gas, es decir, lo que llamamos los
hidrocarburos, son hoy las fuentes principales determinantes
de energía primaria. Bueno, el petróleo se conoce hace miles
años y tenía diversos usos, incluso como energético se usaba
en sus formas naturales, generalmente como alquitrán, a veces
para dar luz o calor pero en forma muy primitiva, muy
limitada. Toma fuerza a partir de los descubrimientos de los
grandes yacimientos, originalmente en el Cáucaso, en la zona
del Mar Caspio y en EE.UU., lugares donde se generan los
grandes polos petroleros iniciales en el siglo XIX.
El paso del petróleo a ser el
combustible dominante empieza a darse después de la primera
guerra mundial, cuando -como lamentablemente sucede a menudo,
grandes cambios, grandes saltos empiezan con las guerras- se
convierte la Flota inglesa, que operaba con carbón, para
operar con petróleo y se empiezan a desarrollar las grandes
empresas. Digamos que empieza a desarrollarse la política
estatal, las decisiones nacionales alrededor del petróleo
frente a lo que eran hasta ese momento los intereses de
empresas capitalistas, empresas petroleras internacionales,
básicamente las norteamericanas, las inglesas y algunos
desarrollos que había en los países petroleros del Oriente
Medio, pero que todavía no eran determinantes.
A partir de entonces, la
historia de concentración y desarrollo de los grandes
capitales y las empresas multinacionales es paralelo en la
industria petrolera, en la industria energética, al desarrollo
de las grandes empresas internacionales y empieza a hacerse
predominante con los grandes descubrimientos de las reservas
en Oriente Medio, evidentemente una zona que durante muchas
décadas -por lo menos hasta ahora- ha demostrado que es el
reservorio más grande de hidrocarburos, básicamente de
petróleo, que hay en el planeta.
Pero se han desarrollado focos
en distintos países distintas cuencas, y se ha producido una
distribución –más bien- de todo el panorama de producción
hidrocarburífera en el mundo entre distintas zonas, pero con
la predominancia hasta estas últimas décadas de las reservas
de petróleo de Medio Oriente, principalmente de Arabia
Saudita, Irán, Irak, incluso los pequeños Emiratos que han
surgido como consecuencia de las luchas políticas alrededor
del petróleo como Kuwait, Bahrein, Qatar, Emiratos Árabes
Unidos, etc. Y en paralelo se han desarrollado las grandes
empresas multinacionales, como las llamadas durante muchos
años 7 Hermanas, grandes empresas petrolíferas entre las
cuáles estaban la Standard Oil de California, la British
Petroleum, Texaco, etc., la Shell, prácticamente empresas
norteamericanas y europeas.
Durante muchos años, y aún en
la actualidad, las grandes petroleras son las primeras
empresas del mundo. Tomemos la Exxon –que es heredera de la
antigua Standard Oil, antes de las leyes anti-trust de EE.UU.-
era la empresa que, por años, más facturaba en el mundo,
después la desplazó durante un tiempo la General Motors y
ahora tenemos a Wal Mart; este es un ejemplo de cómo se han
desplazado en cierta manera los grandes negocios desde
la producción primaria, hacia el comercio y la distribución.
Pero Exxon sigue siendo la empresa que más gana en el mundo,
no la que más factura pero sí la que más gana. Ustedes saben
que en el último ejercicio su ganancia fue del orden de los
u$s 40.000 millones, en un año.
Pero llegamos a una época de
crisis por la disputa del dominio de estos recursos que fue la
llamada “Crisis del Petróleo” hacia el año 1973, y que produjo
un gran reacomodamiento en función del peso de los intereses
nacionales de Oriente Medio. En verdad, prácticamente hasta el
año setenta y tantos, el destino del petróleo de Arabia
Saudita era la consecuencia de un acuerdo que el Presidente
Roosevelt había hecho con el Jeque de Arabia Saudita arriba de
un barco norteamericano, allá por el año 1945. Ahora, los
intereses nacionales empiezan a entrar fuertemente a disputar
o a interferir en los negocios o el dominio de las
transnacionales.
Y llegamos a esta época, es
decir a lo que son estas últimas dos décadas, en la conjunción
de dos procesos que pesan sobre la industria del petróleo. Uno
es lo que se discute como la Era del fin del Petróleo o la Era
del pico del petróleo. Hay una vieja teoría de un geólogo
norteamericano, Hubbert, que afirma que en un país, o en una
región o zona petrolífera, hay un momento de máxima producción
que coincide con el agotamiento de la mitad de las reservas
que hay en la región y a partir de ahí empieza a declinar la
producción hasta la extinción de esa fuente de energía. Esto
está muy discutido, porque hay nuevos descubrimientos, nuevas
formas de exploración y explotación más eficientes, y más
incentivos por el aumento del precio del crudo.
Otra cuestión, no tan
importante desde el punto de vista del negocio petrolero, pero
influye en la vida de la gente, es la agresión al medio
ambiente, debida a la contaminación y el calentamiento
global. Y ella pesa sobre las decisiones gubernamentales
acerca del problema de cómo enfrentar el agotamiento de los
hidrocarburos, reemplazándolo por otras fuentes de energía
menos contaminantes
Es así que de alguna manera,
hay que lograr una complementación de fuentes de energía,
recurrir a otras formas de energía primaria que no sean el
petróleo, porque se acaba, porque es cada vez más caro; y se
discute si el ´pico´ significa realmente el agotamiento o si
es el agotamiento del petróleo barato. Esa es la cuestión.
Pero tanto si se intensifica la explotación del petróleo, como
si se promueven otras fuentes para sustituirlo o
complementarlo, se tiene que tener en cuenta el problema del
calentamiento global.
Si vamos a la física más
elemental ¿el calentamiento qué es?, es la producción de
calor, de energía mal aprovechada, es decir es energía
disipada: todo lo que no se traduce en trabajo, de alguna
manera, se traduce en calor. Y el calentamiento global está
ligado a la contaminación, porque del consumo, básicamente de
los hidrocarburos, surgen los gases de efecto invernadero que
favorecen el calentamiento global y también los contaminantes
que producen la llamada “lluvia ácida”. Así que el petróleo,
los hidrocarburos, son parte importante del conflicto entre el
progreso económico y la conservación del medio ambiente.
Y al mismo tiempo se produce
el proceso de avance de las empresas multinacionales, y de
oposición y disputa por los intereses nacionales, frente
a los intereses de las transnacionales. Y entonces vemos
crecer las peleas de gobiernos progresistas y movimientos
independentistas, por las nacionalizaciones del petróleo, que
llevan a una situación en la cual, hoy día, las grandes
empresas multinacionales no son las dueñas de la mayor parte
de las reservas, es decir, no tienen el domino original de las
fuentes, de los yacimientos. Las reservas de petróleo y de gas
están en gran medida en manos de los países que son los
mayores exportadores, por ejemplo Arabia Saudita, Irán, Rusia,
Venezuela; empiezan a ser dominio de los estados, de las
empresas nacionales, empresas estatizadas, en disputa con las
grandes multinacionales que, en gran parte, han perdido la
posesión de las reservas
No olvidemos que el petróleo
no solo sirve como combustible; toda la industria
petroquímica, la mayoría de las cosas que están aquí arriba de
la mesa están hechas con petróleo, y uno dice, ¿un mundo sin
petróleo, quién se lo imagina, no? Entonces esta es la pelea,
no solo por el cambio del combustible, sino sobre el porvenir
de toda una civilización, de todo un andamiaje productivo que
está basando grandemente en el petróleo.
En este panorama de disputa de
ese mercado viene a caer esta época, después de lo que hemos
sufrido en el mundo, toda esta ola neoliberal desde los años
´80 hasta ahora. Así como después del ´73, la invasión de los
petrodólares impulsó el aumento de la deuda externa, en este
momento la crisis internacional producto de la especulación
financiera, de las ´burbujas’ ha alcanzado también al
petróleo, uno de los grandes negocios del mundo. Y cuando EEUU
–que fuera uno de los grandes países petroleros del mundo y ha
pasado a producir la cuarta parte de lo que consume y lo demás
lo tiene que comprar- y otras grandes potencias que consumen
más de lo que producen, necesitan resolver el problema de la
provisión de petróleo, se producen estas peleas de mercado y
esta situación donde el mercado del petróleo también entra en
la burbuja.
Y ha habido esta disputa entre
los países centrales que estaban presionando a la OPEP para
aumentar la producción, y la OPEP diciendo que el petróleo que
hay alcanza y lo demás es burbuja, especulación; se hablaba de
si es el 40% o 50% del precio, ahora encontramos mágicamente
que se pincha la burbuja y el petróleo que hace algunas
semanas costaba u$s 140 ahora está costando u$s 70. Entonces
la OPEP tenía razón, el petróleo era un mercado más en el cual
estaba desarrollándose esta burbuja inflacionaria,
especulativa, de la cual resulta que las tres cuartas del
dinero que se paga en el mundo es creado a través del dinero,
es ficticio; y es que el dinero representa la producción y si
no hay producción lo otro es aire.
¿Qué ha pasado con todo este
período neoliberal? Y ahora llegamos a este sistema, que en la
Argentina, en función de una situación política muy especial
–y esto es de otra discusión en la cual no vamos a entrar- se
aplicó lisa y llanamente y con una gran eficacia, un período
de liberalización absoluta, de privatización total de la
economía de la cual las primeras víctimas han sido las
empresas del Estado, y básicamente las empresas de energía.
Las más grandes privatizaciones de Argentina han sido las de
YPF, Gas del Estado y Segba y también la de Agua y Energía.
Pero la energía primaria estaba en el petróleo y el gas, que
significaban el centro. Sin hacer aquí la historia de YPF,
sabemos que era realmente la base en un país que, en energía
era relativamente independiente, sin ser un país petrolero,
pero sí un país con petróleo y autoabastecido. Y la ola de
neoliberalismo llegó a borrar absolutamente todo esto y nos
dejó en la situación actual.
Entonces, un poco como
escenario de lo que expondrá Gabriel sobre la situación actual
y las soluciones que vemos, es esta crisis que se generó en
los ´90. Es decir, esta situación energética muy precaria,
donde básicamente todas nuestras formas de energía dependen
fuertemente del petróleo y del gas, porque las otras formas de
energía primaria que tenemos, hidroelectricidad, energía
nuclear, del carbón, son formas que tienen un porcentaje
todavía poco desarrollado o pequeño. La perspectiva de las
energías alternativas es a mediano plazo, incluso ni aquí ni
en el mundo pueden ofrecer realmente un panorama cierto de en
qué porcentaje pueden ir reemplazando al petróleo y al gas en
un plazo previsto.
Y en ese sentido estamos en
una situación muy difícil, porque evidentemente primero ha
sido la entrega total de todos los resortes de manejo de las
reservas y de la comercialización del petróleo y el gas a las
empresas, es decir, un descuartizamiento total del poder del
Estado en ese aspecto, no solo en el hecho de entregar las
empresas sino del descuartizamiento real. Un ejemplo es Gas
del Estado, que quedó divida en 9 empresas y realmente no
puede desarrollarse así una política ni con el Estado ni con
los privados.
Y se han dado en medio de toda
esta situación una serie de vaivenes y alternativas en la cual
se han producido grandes negocios, porque hay empresas que se
han quedado con los activos prácticamente a muy bajo precio y
después los han comerciado y han entrado otros capitales que
no tienen nada que ver, capitales totalmente ajenos a la
actividad energética que de repente se hacen dueños. Entonces
cada central eléctrica es un mundo, cada máquina eléctrica es
una fábrica con su propia economía. Hay una serie de hechos,
resultado de todo este proceso de privatización, de
desmembramiento de las empresas energéticas, que hace que
realmente sea difícil recomponer un manejo razonable del
sistema energético que nos lleve a una situación de cierto
equilibrio.
Lo que vemos es que se han
liquidado muchas reservas, hemos pasado de tener 30 años...
las reservas se miden a veces diciendo, a ver “¿cuánto
consumimos este año?, ¿cuántas reservas tenemos? Tenemos para
30 años” Pero tenemos para 30 años si seguimos
consumiendo lo mismo, si consumimos más, tenemos menos. Bueno,
en petróleo hemos pasado de tener 30 años de reservas a tener
5 o menos, y en el gas también, de tener 40 y pico de años a
tener 8 ó 7.
Lo real, para que esté claro,
prácticamente desde el 2004 el Estado está subsidiando
grandemente el problema de la energía, cada vez a costos más
crecientes. Es decir, subsidios al transporte público,
subsidio a las industrias porque tienen que usar fueloil en
lugar de gas, importación de fueloil porque no alcanza (no se
hace una refinería desde hace varias décadas en el país). Y
después hasta importación de gas natural licuado, con alquiler
de barcos por lo cual pasamos de pagar el gas argentino que le
hemos vendido barato a Chile durante muchos años a u$s 3 el
millón de unidades térmicas, a importarlo de Bolivia a u$s 6 ó
7, y a pagarlo a $ 16 ó 17 -una relación de 4 ó 5 veces más-
para el caso del gas licuado.
Para redondear, estamos en una
situación crítica, porque aunque va a seguir habiendo energía
en el país, va a seguir habiendo discriminación, va a haber
sectores que tendrán cortes y sectores que no, dependiendo del
peso político que tengan o el ruido que puedan hacer. Hay
aumento de tarifas y los pobres van a seguir pagando; y van a
seguir teniendo prebendas las grandes empresas, las mineras, a
las que se las subsidia mientras que las empresas chicas que
no se pueden comprar un grupo electrógeno y van a tener que
cortar la producción, como ha pasado en las últimas épocas de
racionamiento, sobre todo en invierno. Y esa cuenta, esa
cuenta de subsidios y de tapar agujeros, porque no hay una
política global, nos está saliendo cada día más cara.
Estamos en una situación en
que la cuenta energética se va a convertir en una segunda
deuda externa. Y mientras tanto el pueblo sufre lo que nos va
a contar acá, Gabriel Martínez.
* Ingeniero. Miembro de la
Comisión Directiva del MORENO. |
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YPF vuelve a subir
los precios
YPF dio a conocer un nuevo
aumento en el precio de los combustibles para todo el país En
Capital Federal hubo retoques de entre un 2 y un 6 % y el
litro de nafta premium ahora costará $3,2, la super
pasará a $2,653 y el gasoil a $1,926, con subas de un 6%, un
3% y un 2%, respectivamente. En el interior los valores son
más altos.
El resto de las compañías
-Esso, Shell y Petrobras- suelen seguir los movimientos al
alza. Según datos del mercado, en lo que va del año, los
combustibles registraron subas de hasta un 30 por ciento. Se
estima que los nuevos valores cuentan con el visto bueno del
Gobierno, aunque desde septiembre el secretario de Comercio
Interior, Guillermo Moreno, inició una cruzada para que las
empresas -YPF, Esso y Petrobras, pero no Shell, que no acepta
sus reclamos- retrotrajeran los valores en el surtidor y
amenazó a las empresas con prohibir
exportaciones.
Biodiesel
En 2008 Argentina
elaborará 1,4 millones de toneladas de biodiésel, más del 10%
mundial, convirtiéndose en el tercer productor, por detrás de
EEUU y Alemania. Las ventas se estiman en 1.500 millones de
dólares. Argentina exporta más del 90% del biodiésel que
produce a Estados Unidos y Europa, y el resto es para consumo
interno.
A fines de 2006, el
país contaba con una capacidad instalada de 155.000 toneladas
de producción de biodiésel repartida entre seis empresas como
Vicentin, Sonergy y Biomadero. El año pasado ingresaron en el
mercado los gigantes de la industria aceitera, lo que motivó
un salto en la capacidad productiva nacional, que alcanzó a
585.000 toneladas.
OPEP y la
crisis
Con la caída de
casi 50% desde los u$s 147 que costaba el barril en julio, la
OPEP adelanta su reunión originalmente prevista para el 18 de
noviembre, al 24 de octubre. Discutirá “la crisis
financiera global, la situación económica mundial y sus
impactos sobre el mercado del petróleo”. La OPEP no sólo
examinará la cuestión del precio del petróleo, sino también la
de la recesión económica. Voces en la OPEP señalan que Arabia
Saudita y otros productores del Golfo pueden soportar precios
menores aún a u$s 60 el barril, dado sus muy bajos costos de
extracción, mientras que otros, incluyendo Irán,
Venezuela e Irak necesitan precios mayores para equilibrar sus
presupuestos. OPEP recientemente rebajó en 450.000 barriles
por día su pronóstico de demanda para el año 2009, a 87.2 mbd.
Algunas empresas consultoras del mercado aseguran que en el
segundo cuatrimestre del 2009, la OPEP debería recortar su
producción en alrededor de 1mbpd, sino quiere acumular
stocks crecientes hacia el fin del año. Rusia,
segundo exportador mundial después de Arabia Saudita, no forma
parte de la OPEP, pero participó como observador en la reunión
de OPEP de setiembre y viene colaborando en los recortes de
producción para sostener el precios del crudo, ya que
necesitaría precios altos para sostener la inversión que
reclaman sus empresas petroleras.
Banquero
petrolero
En una nota del
diario Crítica Digital, se informa que Raúl Moneta,
el ex banquero -emblema de los negocios y las privatizaciones
menemistas- participa en millonarios emprendimientos
energéticos a través de su empresa Raiser S.A. en sociedad con
la estatal Enarsa; su gran consejero fue José Luis Manzano, ex
ministro de Menem, empresario también dedicado a la
explotación petrolera. Entre los asesores de Raiser se destaca
Alberto Kohan, ex secretario general de la Presidencia.
Raiser forjó
sociedad con la firma estatal Energía Argentina (Enarsa). En
septiembre de 2006, la Unión Transitoria de Empresas entre
Raiser y Enarsa, obtuvo la adjudicación del área Medanitos Sur
para la exploración de petróleo y gas en La Pampa. Dicha
provincia también le concedió a la UTE la exploración de las
áreas Gobernador Ayala y Salina Grande. Además Raiser,
asociada con Enarsa y REFSA (empresa petrolera de la provincia
de Formosa), ganó la concesión del área petrolera Selva María.
Y en Neuquén, junto con Hidenesa (empresa petrolera de la
provincia), obtuvo la explotación de la rica área gasífera
Loma Ranqueles.
En mayo de 2007, se
dice que Raiser realizó una oferta conjunta con Enarsa para
comprar el 5% de las acciones de Repsol-YPF ofreciendo pagar
1.000 millones de dólares, antes de que comprara la familia
Ezkenazi.
Gas Natural
Comprimido
Luego de los
aumentos de las naftas y el gasoil, sube el precio del GNC. En
el Gran Buenos Aires el metro cúbico llega a $ 1,054, con un
incremento de casi un 8% en el último mes; hasta febrero del
2007 el GNC estuvo en torno a los $ 0,80 el m3. Aunque en
teoría los precios en el mercado local son libres, los dueños
de las estaciones -en su mayoría Pymes- saben que necesitan,
para aumentar sin sufrir presiones, la venia oficial a través
del Enargas, el ente regulador del sector; esperan llevar el
metro cúbico a $1.20.
En el país hay más
de 1.500 estaciones de servicio que venden GNC y el Gobierno
quiere que los precios sean más uniformes a nivel nacional: el
gas para vehículos cuesta en las provincias hasta 30% más que
en Capital, donde se abastecen unos 40.000 vehículos. En el
país se convierten a GNC unos 7000 vehículos por mes.
Santa Cruz:
Ley de Utilidad Minera
El Gobernador
Daniel Peralta anunció el envío a la Cámara de Diputados de la
Provincia de Santa Cruz, del proyecto de “Ley de Utilidad
Minera", destinado a regular el uso del suelo para las
actividades de este sector. Dijo que "la iniciativa va a
implicar que los diputados de Santa Cruz deban determinar los
lugares donde el gobierno puede permitir la explotación y en
qué sectores esta actividad va a estar absolutamente
vedada".
Así se espera
compatibilizar el fomento de la industria minera -como
generadora de mano de obra santacruceña, y motorizando la
economía de las localidades a través de la provisión de
insumos y servicios- con la preservación del medio ambiente y
los recursos naturales. Por fuera del área geográfica
determinada en el proyecto, no se otorgarán nuevos permisos
para la explotación minera.
Opositores a la ley
interpretan que se trata entonces de establecer qué zonas
serán sacrificadas a favor de las mineras, algo similiar a lo
que se propone en la vecina provincia de Chubut, donde los
pobladores rechazan la actividad minera. En ambos casos,
mientras se excluirían las zonas cordilleranas con nacientes
de los cursos de agua, las extensas regiones áridas de
la meseta -donde el agua es escasa y por lo tanto más
importante para la supervivencia y las actividades
productivas- quieren ser liberadas al accionar de la
extracción minera. Y se preguntan que “...si se resguarda
una zona ¿significa que en otra se puede contaminar y saquear?
Lo que no es bueno en un lugar ¿puede transformarse en bueno
en otro lugar?” |