Bon dia!

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Miquel Angel Soria

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Mar 5, 2018, 1:30:13 AM3/5/18
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Uns dies a Matañascañas, visita a Doñana -que no al Rocío que dejamos
para la Báñez- i excursions a Huelva -el dia de la "mani", Cadis,
Sevilla, Tavira (al Algarve), Jabugo i Aracena. Ara, a la feina.
Els forts constipats que hem portat ens van impedir anar ahir a veure
com baixaven a l'Antonio López del seu pedestal.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
NECESIDAD DEL ESPÍRITU

En el curso de la historia del pensamiento ha sido muy difícil definir
el contenido del término espíritu. Quizá haya que recurrir a Max
Scheler para concretar la cuestión. Según el filósofo alemán, y así lo
resume Ferrater Mora, el espíritu no es la inteligencia práctica, ni
menos aún el psiquismo, sino la intuición de esencias que de una
manera innata se muestran como valores conducentes a la libertad, a la
objetividad y a la conciencia de sí que aparecen en el ser humano
desde un origen trascendente. El espíritu es la revelación de la parte
superior del alma que en él se gesta.

Ha sido necesario decir lo anterior para identificar la sustancia
moral sobre la que aún se asienta, aunque tambaleante ya, la sociedad
presente, carcomida de modo creciente por la violencia, la
irracionalidad y el desprecio de la vida, que pasa de ser un bien
común en la heredad indivisible de la existencia a convertirse en
propiedad individualizada, manipulada y maltratada por quienes la
utilizan como simple herramienta de sus intereses excluyentes. Es
decir, en el análisis de lo que vivimos no aparece ya con relieve esa
sustancia trascendental del espíritu, que nos hermana o debiera
hermanarnos en la libertad y la justicia, o lo que es lo mismo, en lo
que nos hace capaces de verdadero y noble pensamiento.
Desgraciadamente podríamos recurrir, para resumir la situación en que
nos hallamos, al clarificador lenguaje mítico que habla de una
resurrección tempestuosa del pecado original, bazofia elaborada
cotidianamente ahora por la detestable ambición encarnada en un
monstruoso regente del crimen ¿Exagerado el dictamen? Abran los ojos y
vean.

En suma, la existencia actual es una existencia puramente
mecánico-científica que denunciaron incluso marxistas de la vieja
escuela soviética como el profesor Modrzhinskaia, que escribe en su
obra “El futuro de la sociedad”, ya en el 1973: «En el proceso de
formación de la nueva sociedad industrial, encabezada por los
tecnócratas, se produce irremediablemente un acercamiento creciente
entre el socialismo y el capitalismo. A consecuencia de este
acercamiento deberá surgir una sociedad donde los problemas serán
resueltos con arreglo al enfoque puramente profesional de la élite
tecnocrática… La teoría de la similitud creciente del socialismo y el
capitalismo es expandida por algunos teóricos y prácticos de la
planificación en los países capitalistas. Tomando sus deseos por
realidades afirman que los fines de la política económica del Oeste y
del Este se van acercando cada vez más, debido a lo cual ambas
estructuras económicas avanzan en dirección a una ‘estructura óptima’…
Muchos escritores, científicos y hombres públicos destacados de
Occidente plantean con frecuencia creciente la cuestión de que está
aumentando el aislamiento mutuo entre la cultura «humanística»
precedente y la que está surgiendo ahora como un derivado de la
revolución científico-técnica, lo que entraña consecuencias muy graves
para el futuro de la humanidad… G. Walter Hansen ve en la
especialización científico-técnica la creación de un clero científico
irresponsable, absorbido por sus liturgias y sus misterios y, luego,
la revulsión popular contra los conocimientos científicos, un brusco
bajón del crédito científico que sumergiría a la humanidad en épocas
tan terribles y prolongadas como lo haría una guerra atómica... (Todo
esto) de la contradicción entre ciencia y cultura (moral) daría lugar
al repudio de la ciencia por las generaciones posteriores,
(originando) un creciente sentimiento de protesta contra el
empobrecimiento espiritual, un factor, además, de la lucha ideológica
que está socavando los pilares ideológicos del mundo capitalista… Por
su parte el científico inglés A. Standon escribe con gran alarma sobre
la conversión de la ciencia en vaca sagrada que abuse de su poderío y
transforme a los hombres en nulidades adaptándoles a una supuesta
dicha científico-sintética».

La larga cita anterior quiere subrayar la importancia decisiva que los
ingénitos valores espirituales tienen incluso para un marxista
ortodoxo, aunque no se trate en este caso de una espiritualidad
enfocada desde un observatorio religioso. En este sentido hay que
tener muy en cuenta el motor espiritual que movió indignadamente hacia
la justicia social los primeros escritos del joven Marx, autor de la
malentendida frase de que «la religión es el opio del pueblo», que él
entendía no como una forma de intoxicación ideológica siniestra sino
como un consuelo casi fisiológico ante lo que las masas padecían como
irremediable. Hablo una vez más del Marx de “La Gaceta Renana”.

Lo espiritual como dimensión suprema del ser humano revestido de
necesidades y deseos no puede subordinarse a un poder que ha decidido
clausurar, con múltiples procedimientos, la libertad y la soberanía de
un pueblo o de un individuo que no en pocos casos ha acabado por
vender su dignidad y su capacidad de pensamiento dialéctico por menos
de treinta monedas. Una venta que no solo incluye el alma, sino el
mismo lenguaje convertido en vítor servil. Pueblos y capas de
trabajadores en activo que han abandonado a naciones que sufren y a
sectores que debieran defender como se ha de proteger siempre la
estructura moral de la gran familia humana. Defender a todos ante un
bloque aberrante de poderes que además se hundirá irremediablemente
con todo el esclavismo en la bodega.

Repito lo dicho anteriormente: ¿exagerada la presunción que me
conduce? Pues abran los ojos y vean.

Este empobrecimiento del espíritu, eliminado casi por una modernidad
que lo ha sustituído por un psicologismo liviano, alcanza incluso
destructoramente a la elegancia en las expresiones políticas,
económicas y sociales, cada vez más menospreciablemente ejercidas. La
elegancia como vehículo ático que aloje la creación multiplicada y
expansiva de todo lo valioso. Esa elegancia que ha quedado destrozada
en viajes de mercadillo dinástico –de una dinastía ilegitimada desde
la Transición– como el realizado por el actual rey de España al
tribunal supremo de Davos, a fin de obtener de los ásperos poderes
económicos lo que su gobierno ha arruinado en los últimos años. España
huele ya a República. Un viaje, repito, arruinado con una sola frase:
«En España se respeta la ley». ¿Era necesario decir esa simpleza que
además es insostenible? ¿No existe en Madrid un jefe del Gobierno
capaz de extender la top-manta ante los dueños del mundo sin
comprometer nada menos que al monarca? Insisto. Una elegancia que ha
sido arruinada por la torpe ministra de defensa, Sra. Cospedal, que
ofrece aumentar el gasto militar en unos presupuestos en que la
asistencia social está por los suelos en todos los sentidos. Una
elegancia destruida por la violencia policial, por el desbordamiento y
agresividad de unos jueces fuera de sitio y por la simpleza chabacana
de un ministro del Interior que anuncia la imposibilidad de que el aún
president de la Generalitat de Catalunya entre en España aún encogido
en «el maletero de un coche». Gracia andaluza de quisquillas con
manzanilla selecta. Una elegancia maltratada incluso por la pobreza
intelectual de una «brillante» profesora danesa que juega así con la
lógica en su interrogatorio al Sr. Puigdemont: «¿Democracia es sólo
hacer referendos y encuestas de opinión o también respetar la
legalidad y la Constitución?». Pues mire usted, Dra.Wind, nada menos
que directora del Centro Político Europeo: democracia es ante todo
respetar la libre expresión de la ciudadanía, que es el único poder
capacitado para hacer leyes y constituciones. Es terrible pensar en la
decadencia del espíritu, que puede introducir la estupidez en la
Universidad.

¿Tenemos derecho los ciudadanos a serlo verdaderamente? ¿Tenemos
derecho a levantarnos frete al frenesí de la injusticia? Yo soy un
republicano catalán que cree que sí. Y que el ángel que detuvo el
cuchillo de Abraham me salve también a mí.
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Miquel Angel Soria

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Mar 7, 2018, 1:30:23 AM3/7/18
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S'atansa el dia i es nota a la premsa mundial.


8M, la imparable Marea Feminista

Rosa María Artal

Es mucho más que una huelga de un día. Es un tsunami de razones y
coraje. Es el fin del silencio, la constatación de una realidad, la
voz de lo que le ocurre a la mitad de la población. Estamos ya en la
puerta de un 8 de Marzo que cambiará la historia. Hay que verlo desde
dentro para creerlo pero enseguida lo van a sentir también. En su
piel, porque la fuerza feminista nos va a envolver. Y nos va empujar a
un futuro constructivo que ya es presente, que ya lo estamos haciendo.

Hay que dejar de perder el tiempo, otra vez, en los insectos de mal
agüero que intentan entorpecer el camino. Esa serie de hombres y
mujeres reaccionarios situados ante un ridículo épico. No hacen huelga
“porque es anticapitalista”, toma ya. No van porque ya estamos muy
bien y los programas de PP y Ciudadanos nos han apañado no sé qué a
las mujeres. Mejor trabajar, mejor a la japonesa: más tiempo, atando
una escoba a las posaderas para aprovechar mejor la multifunción. Que
si la han organizado en Irán. Por favor, cuídense en Orense, porque
una concejala con este nivel de tara mental puede ocasionarles muchos
problemas.

¡No!, basta. Miremos por encima, a la luz y al horizonte abierto.

Esto es la confluencia de un secular hartazgo, con unas ganas de
luchar, de hacer, de sumar, impactantes y una preparación labrada a
pulso. Personalmente he contemplado, admirada, cómo se ha organizado
el grupo de mujeres periodistas o trabajadoras de la comunicación. El
rigor de los preparativos para este día 8. La convocatoria, que ha
sido una llamada a la que íbamos acudiendo desde múltiples
redacciones, desde los ordenadores de nuestras casas.

¿No se han dado cuenta tampoco de las mareas de mujeres que iban
saliendo en masa a confluir en un punto común?

La claridad de ideas, la rotundidad de objetivos, el orden, los actos,
los vídeos, fotos, mensajes, consignas, logos, todo. Consultas de
dudas, resúmenes diarios. Dudo que haya habido un acto con este nivel
de calidad en el trabajo, de serenidad, de certeza, de ilusión. En una
labor colectiva y transversal en el que destacan sin duda algunos
nombres de las impulsoras que merecen especial agradecimiento. Y en el
que muchas diferencias quedan aparcadas por el bien común. Y ésta es
la gran noticia, éste es el sustrato sobre el que edificar.

Y así ha sido, por lo que vamos viendo, en numerosos sectores. No creo
ser capaz ni de resumir los colectivos que se han sumado. Científicas,
educadoras, investigadoras, estudiantes, enfermeras, abogadas, Kellys,
deportistas, sanitarias, pensionistas, cuidadoras, las mujeres del
ámbito rural. Y quienes lo harán por su cuenta. Esta vez es distinto,
ni se lo imaginan.

Esto viene muy de muy atrás, claro que sí. Los que nacen cada mañana
como en el Día de la Marmota no pueden condicionar la convivencia de
una sociedad. Viene, si lo miramos del 8 de marzo de 1911, del
incendio en la fábrica textil Triangle Shirtwaist de Nueva York en el
que murieron 123 trabajadoras al no poder escapar del fuego porque
estaban las puertas cerradas para evitar hurtos. Solíamos contarlo
cada año. Esa fecha se fijó como referencia para instituir el Día
Internacional de la Mujer Trabajadora pero la reivindicación viene de
mucho antes, del principio de los tiempos, y se prolonga durante
décadas hasta nuestros días. Porque es fruto de una realidad
insostenible, una injusticia flagrante que hay que remediar, y que ya
clama en todos los idiomas, desde diversos puntos del mundo.

La lucha por los derechos de las mujeres tomó renovada fuerza por
reacción a la llegada de Donald Trump a la presidencia de EEUU con su
mochila de machismo y su modelo de mujeres neumáticas en su entorno.
El agravio se hizo insoportable. Aquella marea morada que llenó las
calles, hace algo más de un año, fue un poderoso lazo de unidad, de
pérdida del miedo. Porque siempre ocurre así, un día se sopesa qué
importa más. Salieron luego las actrices acosadas de #MeToo, hartas de
tanta presión y abuso. Y supimos de las enormes dimensiones de un
problema que tantas mujeres guardaban en su desazón. como inevitable.
Y, llegaron, claro está, las disuasiones para que todo siga como toda
la vida. Hasta de otras actrices privilegiadas en el trabajo, menos en
su solidaridad.

Hasta la biología han mentado de nuevo. Una prominente Ciudadana de
FAES y de rencores permanentes a la alcaldesa Carmena por un quítame
ahí unos reyes magos, se ha empleado con fruición: La huelga es una
estupidez, dice. Por mor de la biología -y los prejuicios-, se debe
consentir, al parecer, mayor precariedad e inseguridad laboral, la
brecha salarial, la dificultad de conciliar, un techo de cristal que
resta a la mujer capacidad de dirigir en los trabajos en los que está
tan preparada como el hombre, el acoso sexual o los ninguneos –como
argumenta nuestro manifiesto-. Que la pasión y la posesión machista
lleguen a los golpes y hasta el asesinato.

Mil mujeres han muerto en España a manos de sus parejas o ex parejas
desde 2003, cuando empezaron a contabilizarse de forma más rigurosa.
Que una cifra así, siendo una sola mujer ya un exceso, se considere
dentro de la normalidad da idea del problema al que nos enfrentamos.
Se acepta la excelencia del hombre para opinar en los medios. Hasta
para decidir sobre nosotras. Precisamos solo y nada menos que la
igualdad, y no se da. En el fondo, es la consagración de una teoría y
una práctica que deja a las mujeres como ciudadanas de segunda clase,
en grado de subordinación.



Los mapas de la desigualdad son tan flagrantes que constituyen en sí
mismos la mayor de las evidencias. ¿Qué razón puede justificar tamaña
injusticia? ¿La biología, dicen? ¿La maternidad? ¿La fuerza para
apretar el botón de una máquina de carga? Cuesta creer que todavía
anden colgados de esa alcayata con telarañas tantas mentes obtusas. Y
ahí siguen, erre que erre intentando justificar la pervivencia de los
tópicos. Ninguna razón objetiva lo explica. Argumentos tan pobres y
manidos les retratan. Una huelga internacional y tampoco se libra de
la manipulación del torpe y cutre machismo español como si los ecos de
sus memeces no fueran a salir de los dominios de su cortijo. Mírenlos
como los parásitos que son dispuestos a alimentarse de nuestras
renuncias.

No saben la reserva de talento, fuerza e ilusión que se da entre las
mujeres. Hace tiempo que lo vengo observando en las nuevas
generaciones que enlazan con arraigadas convicciones de todas las
edades. Pase lo que pase este 8 de Marzo, no hay vuelta atrás. No van
a cerrar las puertas de la fábrica incendiada en razón de millones de
mujeres. Nuestras voces se oyen desde el escenario de los Oscars de
Hollywood a las calles de toda España, en ciudades y pueblos. ¿Cómo se
ha podido consentir este vacío, esta negación de nuestros derechos?

Para los que aún sigan intentando hacer el ridículo desde la suprema
cerrazón habrá que contarles cómo ha podido ocurrir este estallido de
afirmación, este dejar de aguantar. ¿Saben quién está detrás de este
histórico 8M de 2018?

Se lo digo. Detrás estamos nosotras, las mujeres.
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Lo imposible.jpg
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Miquel Angel Soria

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Mar 8, 2018, 1:30:14 AM3/8/18
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Avui és un d'aquells dies que no puc utilitzar tot el material. Me he
decidit per la reflexió d'una dona rectora d'universitat! perquè m'ha
recordat el primer pensament d'aquest matí: Espero que el dia d'avui
no es converteixi en un altre Sant Valentí.
També he doblat, com alguns divendres, amb un text de Sandra Russo,
col·laboradora habitual de Página 12.
Per demà encara queda material gràfic.


NEKANE BALLUERKA
RECTORA DE LA UPV/EHU

MÁS ALLÁ DE LAS DECLARACIONES, LA IGUALDAD SE CONSTRUYE CON HECHOS


Este año, el 8 de marzo viene acompañado de un llamamiento
internacional a paros parciales o a la huelga. Pero al margen de esa
circunstancia, de la que trataré después, un día como el de hoy impone
una reflexión sobre el principio de igualdad entre hombres y mujeres,
sobre los progresivos avances que se realizan y sobre las resistencias
que todavía existen para erradicar el machismo como sistema.

Hay datos que se recuerdan en estas ocasiones para describir el camino
que aún nos queda por delante, y voy a recordarlos también hoy, pero
haciendo referencia a la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko
Unibertsitatea (UPV/EHU), el ámbito institucional que conozco mejor y
al que puedo referirme no solo desde la reivindicación, sino también
desde la responsabilidad.

La universidad como institución y la UPV/EHU, más en concreto, ha
logrado notables avances en el ámbito de la igualdad. Los órganos de
gobierno de nuestra entidad son paritarios y el alumnado, colectivo
que de forma más clara representa el futuro, es en buena parte
femenino; pero incluso en este terreno el camino que queda por delante
es aún largo y complejo. Por ejemplo, en las enseñanzas técnicas, la
presencia de las alumnas es minoritaria, apenas un 26%. En los cargos
directivos la presencia de la mujer también es restringida (36% en los
equipos decanales y de dirección de centro; o 33% en las direcciones
de departamento). Dos datos significativos: las mujeres solo dirigen
un 33% de grupos de investigación reconocidos y el número de
catedráticas de universidad ni siquiera alcanza el 25 %.

La exposición de datos como estos no debe ocultar otros: en la
Universidad del País Vasco hemos dado pasos importantes para alcanzar
la igualdad entre hombres y mujeres a través de distintas iniciativas.
Ahora estamos evaluando el II Plan de Igualdad, un proyecto muy
ambicioso que ha desplegado sus efectos en todas las facetas de la
actividad universitaria con tres objetivos fundamentales: integrar la
perspectiva de género; garantizar la igualdad de trato y de
oportunidades; y visibilizar el compromiso de la UPV/EHU con la
igualdad. Junto a todo ello impartimos cursos específicos en materia
de igualdad, nuevas masculinidades, y diversidad de sexo y de género;
también estamos preparando un nuevo protocolo contra la violencia de
género; y hemos puesto en marcha el programa Akademe, que persigue
desarrollar las habilidades de liderazgo de las académicas, con el fin
de motivar su acceso y permanencia en puestos de responsabilidad en la
investigación, la docencia y la transferencia. Y todo ello con el
objetivo de romper con la estructura de relaciones de poder que
también está presente en la universidad.

He querido realizar esa pequeña evaluación de luces y de sombras en la
Universidad del País Vasco antes de dirigir la reflexión a un plano
estrictamente personal. Porque, frecuentemente, ante los problemas que
plantea la igualdad (pero también ante muchos otros problemas
sociales), trasladamos toda la responsabilidad a las administraciones
públicas, y no solemos poner el acento en la responsabilidad personal.

En ese sentido, la lucha por la igualdad no es solo cosa de la
política. La lucha por la igualdad demanda el compromiso personal,
concreto, de muchos hombres y de muchas mujeres. Como en tantos otros
problemas, no se trata únicamente de exigir que el Gobierno (o los
gobiernos) hagan algo. Se trata de medir exactamente qué puedo hacer
yo, hombre o mujer, en mi contexto particular, para impulsar la
igualdad o, muy al contrario, para perpetuar las conductas machistas.

Yo he tenido la extraordinaria oportunidad de desarrollar una dilatada
carrera académica. Fueron necesarios, para ello, una decisión
personal, un compromiso serio, pero también la decisión y el
compromiso de otras personas.

He realizado estancias de investigación en universidades británicas y
norteamericanas, experiencias decisivas para mi carrera académica, y
las realicé sin renunciar por ello ni a mi condición de hija, ni a mi
condición de esposa, ni, por supuesto, a mi condición de madre. Pero
todo eso fue posible no solo por mi compromiso personal, también por
el compromiso de mi ama, de mi aita y de mi marido. Como en el caso de
tantas otras personas, mi desarrollo profesional ha estado lleno de
buenos momentos pero también de desánimos y sinsabores. Estar
temporalmente alejada de mis hijas cuando eran pequeñas, ha sido una
de las experiencias más dolorosas de mi vida. Pero pude llevarla a
cabo gracias al apoyo incondicional de mi ama y de mi aita, que me han
educado en igualdad, y de un hombre que asumió la corresponsabilidad
de llevar adelante nuestra familia compaginándola, muchas veces en
mayor medida que yo, con su actividad profesional: un hombre que fue
capaz de llevar su paternidad hasta el extremo de abnegación y de
trabajo con que normalmente una mujer lleva su maternidad.

Estoy orgullosa de mi trayectoria académica, pero estoy orgullosa,
fundamental e incondicionalmente, de mi familia, de mis hijas y de mi
marido porque sin su apoyo nada de lo conseguido habría sido posible.
No entiendo por qué las cuestiones de igualdad se plantean, en
ocasiones, desde un punto de vista de lucha, conflicto y competencia
entre hombres y mujeres: la igualdad debe afrontarse desde un punto de
vista de alianza y de complicidad. Posiblemente la igualdad debe
afrontarse, al final, desde un punto de vista de amor y de cariño.
Quizás las mujeres debamos preguntarnos si no estamos asumiendo la
reflexión sobre la igualdad desde parámetros estrictamente masculinos:
quizás debamos preguntarnos si no reflexionamos acerca de ella
primando la competencia y el conflicto antes que el amor y la
afectividad.

Entrar en cuestiones tan personales como las que acabo de indicar me
parecía el mejor modo de visualizar algo evidente: el trabajo que
queda por hacer para conseguir la igualdad es tanto o más importante
en el ámbito de las decisiones personales que en el de la política. Y
eso exige el compromiso, la apuesta, el paso al frente de muchos
hombres.

Por eso, y en ese mismo plano de las decisiones personales, comunico
que hoy secundo el paro parcial convocado por distintas organizaciones
feministas. Lo hago a título personal, sin comprometer en modo alguno
a mi institución. Y lo hago, como se puede comprender de lo expresado
hasta ahora, para reivindicar, pero no solo para reivindicar: también
para reconocer el trabajo y el esfuerzo en pro de la igualdad de
muchísimas mujeres, y también de algunos hombres (ojalá fueran muchos
más) que, más allá de las grandilocuentes declaraciones políticas, han
llevado a su vida personal esos principios, pasando del discurso a los
hechos, de la proclama al ejemplo.

En reconocimiento a ellas y a ellos, me sumo al paro parcial, y
manifiesto, de nuevo, el compromiso hacia la igualdad, pero también la
gratitud hacia quienes lo asumen ya con todas las consecuencias.

* * *

Girar
Por Sandra Russo

Tan enigmáticas somos, tan territorios íntimos y remotos, que así como
hemos bajado la cabeza y dicho que sí y hemos olvidado ofensas para no
contrariar al que nos había ofendido, así como hemos postergado
nuestras amplitudes, también resultó que un día, uno más en muchos
días extraordinarios de la historia humana, decidimos detener el
mundo. Vaya propósito para estas criaturas quebradizas y anímicamente
tuberculosas como esa dama que siempre se ahogaba en su camelia; vaya
desquicio inesperado que comenzó a ocurrir hoy. No comenzó a ocurrir
hoy, viene iniciándose desde hace siglos y seguirá. Las mujeres ya
hemos soltado amarras porque hemos visto lo que siempre nos mantuvo
quietas y muy cerca del muelle. Hemos visto que todo lo que durante
siglos se nos ha dicho de nosotras (y tantas, tantas veces hemos
creído como si ese dictado hubiese sido nuestra propia percepción), no
era más que un hechizo mítico que comenzó en cada cultura y en cada
continente a su modo, y en el nuestro, cuando en el relato original se
nos hizo venir al mundo gracias a un pedazo de un varón.

Porque antes del falo fue la costilla. Las mujeres aparecimos cuando
el hombre, que llegó antes al mundo, dice el relato, se sintió solo, y
de una de sus costillas germinó una mujer. La primera reproducción
humana de nuestra especie fue esa reproducción invertida, que sirvió
luego para explicar míticamente la dominación. El patriarcado, que es
el sistema, la perspectiva, la norma, la autoridad, la forma de
explotación y discriminación inaugural de la humanidad, nos concibe
inferiores y aunque las cosas hayan cambiado tanto, hay muchos planos
paralelos en los que no han cambiado casi nada. Fuimos tributos entre
reinos que se unían gracias al matrimonio, botines, herramientas y
patos de la boda necesaria que decidiera el padre, el clan, el consejo
de la tribu, la familia en cuyo centro estaba él. Fuimos las damas,
las putas, las fregonas, las bailarinas virtuosas y las inhábiles,
fuimos las que tallamos en las sombras las esculturas que firmaba un
hombre, y también las que se metieron a monjas para no soportar toda
una vida de obediencia al varón que nos tocara.

Fuimos las chinas que no podían hablar y que inventaron un alfabeto
delirante esmaltado en los ángulos de sus abanicos. Fuimos las niñas
africanas que sintieron la cuchilla entre sus piernas. Fuimos las
Marilyn que le cantaron alguna vez el feliz cumpleaños al poder, y las
que un día, aunque envidiadas por otras, descubrimos que estábamos
completamente solas. Fuimos las que bailaron solas y se pusieron un
pañuelo en la cabeza porque no se podía reclamar, pero sí dar vueltas
y más vueltas a la pirámide mientras hombres armados gritaban
“¡Circular!”. Circulamos. Y así como estamos seguras de que ninguna de
nosotras ha olvidado jamás el aborto que se hizo, porque en cualquier
biografía de mujer ese trance queda grabado como herida o una
cicatriz, hace décadas reclamamos que todas tengamos las mismas
posibilidades de abortar y no morir. Pero también somos las que no
creemos que la maternidad sea nuestro destino obligado ni un síntoma
psíquico repartido equitativamente en el género, las que vemos en las
madres y en las abuelas el clímax del amor materno, el desaforado, el
incontrolable amor materno, que baña hasta a los asesinos de los
hijos, contra los que nunca se pidió más que justicia. Somos ésas
aunque ellas empiecen a faltar. Esas nos parieron donándonos parte de
la identidad femenina que es feminista porque una y otra cosa son
mamushkas, no contrincantes.

“No soy feminista, soy femenina” es probablemente la frase que mejor
sintetiza cómo las mujeres hemos mirado el patriarcado durante siglos
con ojos ajenos, con los ojos del amo. Como si hubiera que renunciar a
alguna parte que reconozcamos propia para admitir que somos además de
otra manera. Somos de muchas maneras, pero hoy, en este mundo y como
están las cosas, somos sobre todo las que advierten que algo hay que
hacer. Que hay parar esta loca idea de supremacía que ahora ya nos da
por sentadas pero no nos tiene por víctimas selectivas. La supremacía
masculina ha derivado en una reacción conservadora que se especifica
en la supremacía del hombre blanco. El que compra, tira o bendice las
bombas que matarán a niños de pieles más oscuras y que viven en
lugares que no importan. Esto tiene que parar. El que descerraja un
disparo para que el muerto o la muerta aprendan quién manda acá. No
alcanza la política ni la sociología ni el psicoanálisis ni las
videncias ni las gargantas más poderosas para pegar el grito
pertinente. Ya no somos nosotras en nuestro cuarto propio, ni nosotras
detrás de la ventana. Somos las que salimos a defender el planeta, la
mano que acaricia a la tierra que están envenenando. Ninguna de las
pestes que cada día provocan tempestades, matanzas, crímenes,
corrupción, guerras, mentiras en los diarios, es ajena al patriarcado.
La verdadera costilla del patriarcado es el dolor.

No hay ningún motivo para seguir creyéndonos chimpancés que dependen
del alfa para su supervivencia. Y mientras tanto, ellos, que son o no
son alfa, que son muchas veces machos humillados y deshechos por otros
machos más poderosos que ellos, proveedores con alacenas vacías, se
van dividiendo entre los que matan y los que comprenden. Todo gira.
Giramos. Y girando es que intentaremos seguir parando el mundo.
Mientras giremos el mundo notará que está quieto, como ha estado
quieto desde hace siglos, quieto en el mismo movimiento, en la misma
manera de entender la fuerza y la debilidad. Todo gira y el paro de
mujeres, que aprendieron de sus madres y de sus abuelas muchas veces
la audacia pero tantas otras la abnegación doliente, es una danza
nueva.

El mundo no se lo esperaba. Y sucedió. Un día, las mujeres rasgamos el
velo y vimos el ilusionismo por el que tantas y tantas fueron a la
hoguera, a la cárcel o a la tumba. Y todos los platos revoleados por
el aire porque la comida estaba fría, y todos los exhibicionismos que
nos obligaron a ver penes desde que fuimos niñas, y todos los papeles
secundarios de todas las películas y todas las historias fueron de
pronto un gran escándalo retrospectivo por los abusos que estaban
basados en una idea antojadiza: debíamos dejarnos someter. Giramos,
aunque estemos quietas, porque paradas danzan en nosotras los millones
de mujeres que no tuvieron la fabulosa chance de gritar juntas que no,
y que basta.
Motivos no faltan.jpg
8M.jpg
La igualdad.jpg
La lista de Auxilio.jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 9, 2018, 1:31:35 AM3/9/18
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Llegeixo a Martin Granovsky, a Página 12, el seu article sobre la
jornada a Buenos Aires i em quedo amb l'imatge del títol: Tantas minas
juntas sonriendo, que algú feia notar ahir als nostres carrers. Si
Rajoy es posava el llaç lila, Mauricio Macri anunciava la presentació
d'un projecte de llei sobre l'equiparació salarial.


Las mujeres me explican cosas
Isaac Rosa


Tras el éxito de la huelga feminista, ruego cuanto antes un
“womansplaining”, para el que muchos hombres somos todo oídos.
Parafraseando el conocido título de Rebecca Solnit, “Los hombres me
explican cosas”, muchos hoy esperamos un “Las mujeres me explican
cosas”, o más en concreto, “Las mujeres me explican cómo hacer una
gran movilización”.

Que la huelga de este 8 de marzo ha sido un gran éxito no merece más
de un párrafo, porque cuesta encontrar a alguien que lo discuta. Y es
que la primera victoria, por goleada y por adelantado, fue la del
relato y la hegemonía.

Ahí va el párrafo, por si alguien todavía duda del éxito: la huelga ha
conseguido todo lo que se espera que consiga una huelga general en
tiempos de precariedad, subempleo, autónomos, atomización laboral y
coacción empresarial: no que paralice el país, sino que lo movilice.
No las calles desiertas, persianas bajadas y fábricas paradas de otro
tiempo, sino huelga total o parcial de quien todavía pueda hacerla (y
han sido millones), concentraciones durante todo el día, cortes de
tráfico, ocupaciones de centros, programaciones de televisión
alteradas, y manifestaciones masivas al terminar el día. Fin del
párrafo.

Lo contrario de toda huelga siempre es la “normalidad”, esa que
siempre invocan los antihuelga. Y este jueves no ha tenido nada de
normal. Un día excepcional, vivido por muchas y muchos como histórico,
y donde vimos expresiones de lucha unitaria muy pocas veces logradas:
por ejemplo, en el sector más visible, el periodismo. ¿Cuántas veces
habíamos visto a periodistas de absolutamente todos los medios
secundar una misma huelga y unirse en una misma concentración? Lo que
no consiguieron años de precarización y despidos masivos, lo ha
logrado el feminismo.

¿Cómo lo habéis hecho, compañeras? Habéis montado de la nada una
huelga sin precedentes, observada con asombro por toda Europa. Habéis
logrado que lo que hace pocos meses parecía una ocurrencia sin mucho
recorrido (¡una huelga de mujeres!) acabase por unir a todo tipo de
colectivos, tejer complicidades intergeneracionales e interclasistas,
desbordar a los sindicatos mayoritarios, ganar las agendas política y
mediática y la conversación en la calle, convencer a las y los
dubitativos, excitar con el olor del peligro a obispos, patronos y la
derecha política y tertuliana, y movilizar enérgicamente a una mayoría
de mujeres con transversalidad abrumadora, de arriba abajo y de
izquierda a derecha. ¿Cómo lo hicisteis, compañeras?

Las mujeres se propusieron parar el mundo, y lo que hicieron fue
ponerlo en marcha: el feminismo sale imparable de este 8 de marzo.
Cualquier movilización futura deberá tomar nota y aprender las muchas
lecciones organizativas y discursivas de esta huelga. Desde las redes
de apoyo y cuidados, hasta la elaboración de un imaginario inclusivo
donde cabían todas y donde todas eran imprescindibles.

Gracias, compañeras, y por favor no dejéis de explicarme cómo se hace.
Y muy especialmente, gracias a mi madre, Ángela Camacho, por educarme
en el feminismo, y porque este jueves me dio otro enorme ejemplo de
dignidad y coherencia. Muy orgulloso, mamá. Gracias.

* * *

El Donald lleva a la guerra comercial
Alejandro Nadal

Una mañana de junio de 1930 el presidente Herbert C. Hoover recibió en
la Casa Blanca al banquero Thomas Lamont, socio del banco J. P.
Morgan. Lamont relató poco después lo que sucedió en la entrevista:
Casi me arrodillé para rogarle al presidente que ejerciera su poder de
veto contra la estúpida ley Hawley-Smoot. Esa norma contemplaba
aumentar los aranceles de cientos de artículos importados por Estados
Unidos a fin de proteger empresas y fuentes de empleo.

La ley había sido aprobada en mayo por ambas cámaras, pero Hoover
todavía podía vetarla y regresarla al Legislativo. Aunque el banquero
tenía toda la confianza del presidente, éste decidió firmar el decreto
dando plena vigencia a ese instrumento legal e incrementando los
aranceles de 890 artículos, desde bienes manufacturados hasta
productos agrícolas. De golpe se desató una feroz guerra comercial,
justo cuando el mundo se hundía en la Gran Depresión.

La ley Hawley-Smoot no provocó esa gran crisis, pero sí contribuyó a
hacerla más profunda y larga. La guerra comercial que ayudó a desatar
sirvió para que la depresión cruzara todas las fronteras. Y el mensaje
de proteccionismo tóxico acentuó los efectos de la crisis: entre 1929
y 1933, los flujos del comercio internacional se desplomaron de 5.3 a
1.8 mil millones de dólares (mmdd).

Es importante recordar este triste episodio a la luz de las
amenazadoras medidas recién adoptadas por Donald Trump. Los aranceles
de 25 y 10 por ciento impuestos por la Casa Blanca a las importaciones
de acero y aluminio, respectivamente, serán contraproducentes por dos
razones importantes.

Primero, porque estas medidas desatarán una guerra comercial
generalizada cuando los países afectados apliquen medidas
compensatorias. La UE, por ejemplo, ha declarado que podría imponer
aranceles a las importaciones de motocicletas Harley Davidson, a los
jeans y hasta al whisky bourbon. Pero las guerras comerciales reducen
el crecimiento y la generación de empleos. No es lo que necesita la
economía global que sigue doliéndose de la gran crisis financiera de
2008.

Segundo, los efectos en cascada dentro de la economía estadounidense
afectarán en forma negativa a las empresas y trabajadores de las
industrias usuarias del acero y aluminio importados. Sectores como el
automotriz, el de electrodomésticos y el de la construcción serán
afectados por el incremento del costo de sus insumos. Y si los
asesores de Trump creen que estos aranceles conducirán a una expansión
de la industria de acero y aluminio, deberían pensar dos veces, pues
construir una nueva planta en esas industrias no se hace de la noche a
la mañana. Los aranceles no frenarán la declinación industrial en
Estados Unidos.

La Casa Blanca afirma querer recuperar la grandeza de la industria de
acero y aluminio. Pero la historia demuestra que la declinación de
esas ramas de la producción en Estados Unidos se debe más a sus
propios errores que a otra cosa. En el caso del acero, después de la
segunda guerra, el dominio de la industria estadunidense era total, y
por esa razón se mantuvo fiel a la tecnología tradicional con hornos
tipo Bessemer. Pero desde los años 50 los europeos comenzaron a
experimentar con tecnologías más eficientes (inyección directa de
oxígeno) que pronto comenzaron a dominar en esa rama. Para los años
70, los hornos de arco eléctrico también se habían difundido, mientras
los gigantes de la industria en Estados Unidos se mantenían aferrados
a la vieja y rígida tecnología. En conclusión, la falta de
competitividad de la industria acerera estadounidense se debe a su
complacencia. Pero para esa enfermedad, la medicina correcta no es una
mayor dosis de proteccionismo.

Los aranceles anunciados por Trump son una advertencia ominosa. Ya en
enero gravó las importaciones de lavadoras y paneles solares y las
nuevas medidas confirman su bravuconería en el ámbito de la rivalidad
comercial. Hoy las probabilidades de que Trump reviente las
negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN) se han incrementado significativamente. Sus principales
asesores en materia comercial, comenzando con el secretario de
Comercio, Will Ross; el representante de Comercio, Robert Lightizer, y
el presuntuoso e ignorante asesor especial, Peter Navarro, han
desplegado abiertamente una postura antiTLCAN. Hoy ese instrumento
entreguista del que tanto se enorgullecen los tecnócratas neoliberales
está pendiendo de un hilo.

Si algo nos enseña la historia económica es que las guerras
comerciales no sirven para cambiar el curso de las profundas
restructuraciones económicas que sufren las economías capitalistas.
Esas modificaciones tectónicas no se pueden revertir con aranceles o
cuotas de importaciones. Además, la historia revela que con frecuencia
las guerras comerciales han estado estrechamente vinculadas a
rivalidades por mantener una hegemonía monetaria. Es casi normal que
por sus efectos económicos negativos, los conflictos comerciales
también terminen por conducir a guerras armadas. El contexto actual
mundial tiene todos esos ingredientes de un coctel explosivo. La
conflagración tendrá repercusiones aterradoras.
¡Vade retro.jpg
8M.jpg
Al día siguiente.jpg
Idígoras y Pachi. 8M.jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 14, 2018, 2:31:09 AM3/14/18
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Avui veig una foto del tema de la setmana. Què fan tantes banderes i
tanta parafernàlia al voltant del fèretre? No haurà estat el Boadella
el dissenyador de l'espectacle?


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
MISERABILIDAD

Ahora resulta, según los «populares» y los socialistas, que la
cuestión catalana impide la dedicación del Gobierno español y sus dos
principales partidos de apoyo a resolver las agudas cuestiones
sociales y políticas, tarea que según el Sr. Rajoy iba en brillante
progresión. La miserabilidad de esta postura hace rechinar los
dientes. Más de cuatrocientos años han tenido a su disposición las
capas dirigentes españolas para sacar adelante, por ejemplo, a una
Andalucía que permanece en tristes índices de pobreza desde que los
Reyes Católicos aplastaron en nombre de un Dios cautivo el magnífico y
rico espectáculo de El Andalus. Es decir, la España perpetuamente
antimodernista y reaccionaria estaba a punto de redimir sus miserias
cuando los catalanes malograron la decisiva y salvífica operación de
última hora. La excomunión judicial caiga sobre ellos ¿Pero podemos
declarar culpable de esa persistente pobreza –pobreza que es
significativa en la actualidad– a una Catalunya que el siempre confuso
Sr. Rajoy ha declarado nada menos que motor y sostén de España? Ahí
sigue la España inmóvil, explotadora de si misma, buscadora siempre de
responsables ajenos para la incuria de sus capas dirigentes. La
España, sempiternamente de «orden público», que se desnuda con
impudicia en el ¡Oé, oé!, con que hoy muchos ciudadanos acompañan la
impresentable agresión del art. 155 de la Constitución a la colonia
espléndida de Catalunya, que debe seguir siendo patrióticamente su
colonia, porque los catalanes, sin adicción alguna en contra, nacieron
españoles y son dignos de castigo por no reconocerlo.

Pero demos una vuelta por la España que se ve violada por un pueblo
que le pertenece. Ahora resulta que el nacionalismo catalán es
responsable del atraso social extremeño que sólo trató de remontarse,
tras siglos de pizarrismo, con un proyecto como el republicano de los
Riesgos del Cíjara, que el Genocida rebautizó en su campaña de
apropiaciones como “Plan Badajoz”, eslabón sin posterior cadena
modernizadora tras la Cruzada ¿Es Catalunya responsable de esa vieja
incapacidad pregonada justamente ahora como irredenta por mor de una
exigencia política? ¿Dónde residen desde hace tantos años esos
extremeños y esos andaluces que encontraron permanentemente formación
en todos los sentidos, pan y trabajo en la pujante Catalunya?
Catalunya no es responsable con su movimiento independentista de que
esos españoles pierdan comba en la modernización que ahora estaba a
punto de suceder en su país de origen de la mano del Sr. Rajoy.
Extremeños y andaluces que cada día son azuzados a la guerra de
respuesta a los ingratos catalanes ¡Cinismo inmenso! No; el movimiento
independentista catalán no impide ningún progreso ideado en la Corte,
ya que en la Corte no se abordó jamás desarrollo periférico alguno.
Más aún, si Catalunya creciera con su libertad, España sería la
primera beneficiada por muchas razones ¿Qué dice de esto que aquí
afirmo esa mariposa jerezana que, incapaz a lo que se ve de superar su
herencia ideológica, ahora pretende con escándalo de la más elemental
razón intelectual e histórica hacerse con el gobierno de la nación
catalana?

Y de los campos secularmente desiertos de Aragón, un reino que
sostuvieron los condes catalanes por incapacidad política de la Corona
aragonesa, ¿qué dicen los gobernantes que gobiernan España en nombre
de su unitaria, férrea y «gloriosa» genealogía política que supervivió
a los movimientos separatistas del XVIII, el siglo del intentado
troceamiento de lo español, sólo porque las grandes potencias europeas
necesitaban esa España única como permanente pieza de regulación del
equilibrio entre ellas? «No olvides que eres francés», dijo el abuelo
del sobrevenido Felipe V, llevado a Madrid para evitar a Francia una
espalda amenazada por el imperialismo alemán.

En resumen, que la nueva etapa del «desarrollo español» está a punto
de malograrse porque una nación que pretende ser ella misma, en virtud
de una historia que siempre miró hacia la ilustrada mediterraneidad,
ha decidido liberarse del cepo madrileño e incorporarse al orden
internacional como pueblo libre para estimular su futuro y vivir con
dignidad. Una nación que, insistamos, ofrece amistad y apoyo a esa
España que mantiene la cárcel y las leyes vaciadas de toda posibilidad
de convivencia –¡que pervivencia de un pasado tan áspero!– como único
argumento para sentarse a la mesa del entendimiento posible. Madrid no
se resigna a perder ese papel suyo de Rastro nacional y único, mercado
donde toda manipulación y toda corrupción, económica o política, es
factible. No trato de abusar del lenguaje sino de ventilarlo con toda
la urgencia posible.

El momento por el que transitamos los españoles es particularmente
árido, estéril en todas sus dimensiones, incluso con flecos de una
comicidad triste, como los que ha puesto a la situación ese anciano y
otrora magnífico payaso Albert Boadella, que tras una etapa brillante
de su protesta antifranquista ha huido a Tabarnia, con la que tampoco
parece vincularse ¿Por qué huir tantas veces, Albert, incluso de los
Joglars que abandonaste en un rapto que no llegué a entender nunca?
Has tirado tu herencia por la ventana.

Lo peor del Gobierno del Sr. Rajoy es que está descoyuntando aún más a
una sociedad como la española, que fue siempre un totum revolutum de
señoritismos lamentables, riquezas inconfesables y dolores profundos.
Una sociedad en que se derramó talento del modo más insensato, hasta
producir un reflejo increíble: que haya una España y unos españoles
que son dos realidades desencajadas.

Sr. Rajoy, usted está al servicio de unos poderes que todos los días
raen un poco más a los agotados españoles. En su mano somos cada día
más pequeños y confusos. La gobernación de España remeda un taller
donde se opera el embalaje de la nada para hacer viajes a ningún
sitio. Sólo tenemos pasado; un pasado hecho casi siempre con futuros
falsos. El empleo del que usted habla todos los días no acorre jamás a
las necesidades básicas de los trabajadores, la seguridad social es un
puro discurso, el desarrollo solemnizado carece de algo tan simple
como el crecimiento del bienestar cotidiano de las masas… Aquí vivimos
en la seguridad de los ricos y el mentido futuro de los pobres
¿Quousque tándem abutere, Catilina, patientia nostra? De momento
usted, Sr. Rajoy, va tirando millas, como dicen los castizos, a la
espera de que sus días tengan más de veinticuatro horas. Lo peor es
que usted procede sin el talento de aquellos pícaros que poblaron en
tantas ocasiones los gobiernos de la Restauración. Ahora el Gobierno
ha perdido incluso la gracia de “La verbena de la Paloma”.

Con el trato dado a la cuestión catalana Madrid ha frustrado una
ocasión de oro para modernizar, al menos, la forma de hacer política.
Seguimos viviendo una gobernación de Guardia Civil, funcionarios a su
aire y jueces que manejan casi siempre el mazo que cierra el proceso
de modo abrupto. Sólo de vez en cuando los pasajeros de bodega atisban
una luz en el horizonte oscuro que permite esa frase fatigada tan
corriente entre españoles: «Parece que al fin llegamos» ¿Pero a dónde?

Alguien ha dicho, ni sé cuándo ni dónde, pero con referencia a la
torpe invasión de Catalunya, esta frase desesperanzadora: «Se ha
empleado poco el 155».
La quema.jpg
Mecheros.jpg
Rebelión sorpresa.jpg
Sosegaos.jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 15, 2018, 2:30:24 AM3/15/18
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Una opinió sobre el nivell de debat polític aquí: "Dejé de ser
marxista por ser español" (Jiménez Losantos /El Mundo/3.2.18). Ese es
el nivel de debate político que vende en España tras "lo de
Catalunya". El de Barrio Sésamo, incluso, resulta muy avanzado para el
unionismo actual, Madre mía, qué pereza.
Joseba Pérez Suárez

Entre muros y aranceles
Alejandro Nadal

Rex Tillerson se opuso en su momento a los aranceles sobre acero y
aluminio aprobados por Donald Trump. Hoy el ex secretario de Estado ha
sido defenestrado, mientras los halcones del proteccionismo dominan la
política comercial en la Casa Blanca. La ignorancia y la demagogia
fortalecen sus posiciones.

Tillerson no fue el único opositor a las medidas proteccionistas. El
secretario de Defensa, James Mattis, también lo hizo al señalar que
dichas acciones sólo alejarían a países que han sido aliados
tradicionales de Estados Unidos. Eso no deja de ser irónico: Trump
basó su decisión para imponer los aranceles en consideraciones de
seguridad nacional al invocar la sección 232 de la Ley de Expansión
Comercial.

La realidad es que nadie cree que las importaciones de acero y
aluminio sean una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Además,
al condicionar la imposición de los aranceles en los casos de México y
Canadá a los resultados de la renegociación del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), Trump ha socavado su propia
argumentación sobre seguridad nacional. O los aranceles son para
proteger una industria que es vital para la seguridad o son una simple
pieza de negociación: no pueden ser ambas cosas a la vez.

Trump ha recurrido a ese subterfugio porque le facilita la tarea legal
y hasta le da cierta protección en el seno de la Organización Mundial
de Comercio. Y digo cierta, porque si bien las consideraciones de
seguridad nacional están contempladas en las secciones pertinentes de
los tratados fundamentales de la OMC (Marrakech 1995 y GATT 1947), es
indiscutible que los socios comerciales también podrán imponer medidas
compensatorias.

De todos modos, los aranceles no servirán para rescatar a esas
industrias. En el caso particular del aluminio, difícilmente van a
resucitar esa industria que está moribunda desde hace años. Entre 2012
y 2017 el volumen de la producción primaria (a partir de bauxita) se
ha desplomado, pasando de poco más de 2 millones de toneladas a sólo
740 mil. En ese mismo lapso la producción, con el uso de chatarra y
desperdicio reciclado, se ha mantenido estable, pasando de 1.6 a 1.4
millones de toneladas. En cambio, las importaciones de aluminio se
dispararon de 3.7 a 6.2 millones de toneladas en ese periodo. Por
cierto, a pesar de que mantiene altísimos niveles de capacidad
instalada, China no es de los principales exportadores hacia Estados
Unidos.

Así que la pregunta es: ¿quién está matando a la industria del
aluminio en Estados Unidos? Y la respuesta no apunta hacia el
exterior. Las causas de la destrucción de la industria de aluminio en
Estados Unidos se encuentran en ese mismo país.

En 1998 había 23 plantas de aluminio en Estados Unidos y hoy tiene
solamente cinco (una sexta planta entrará en operación a finales de
este año). Un factor clave que explica el colapso en capacidad
instalada se encuentra en la crisis de energía que sufrió el oeste de
Estados Unidos en 2000 y 2001. Como es bien sabido (menos por Trump),
la producción de aluminio es altamente intensiva en energía y dicho
insumo tiene un perfil crítico en la estructura de costos unitarios de
esa industria. En 2001 una intensa onda de calor afectó el oeste de
Estados Unidos y provocó un fuerte incremento en la demanda de
energía. Al mismo tiempo, la oferta de fluido eléctrico se vio
comprometida por los bajos niveles de agua en las presas de la cuenca
del río Columbia. Eso causó un fuerte aumento de precios en el sector
eléctrico que afectó negativamente a los productores de aluminio.

Por si fuera poco, las cosas se complicaron todavía más debido a la
desregulación en los esquemas de precios que los proveedores de
energía podían utilizar. Los abusos no se hicieron esperar: en medio
de la oleada de apagones en la región, la empresa Enron hasta retiró
de la red el suministro de una de sus plantas en California,
provocando escasez artificial y mayor alza de precios. Al final de
esos dos años, la mayor parte de los fundidores de aluminio en la
región había cerrado y la capacidad productora de Estados Unidos se
había reducido en 43 por ciento. Por cierto, Enron Corporation fue el
protagonista memorable en 2002 de uno de los peores escándalos de
fraude corporativo en la historia de Estados Unidos.

El otro golpe a la industria productora de aluminio en Estados Unidos
se lo propinó la gran crisis financiera de 2008. Cuando se derrumbó la
industria automotriz en Estados Unidos, el precio de la tonelada de
aluminio se colapsó. Después de mantener una tendencia al alza entre
2003 y 2009, el precio de la tonelada de aluminio cayó de 3 mil 291 a
mil 262 dólares entre julio de 2008 y febrero de 2009. La producción
se hizo incosteable y otras cinco plantas cerraron entre 2009 y 2012.

El fraude corporativo y la rapacidad de los banqueros rompieron la
espina dorsal de la industria del aluminio en Estados Unidos. Los
aranceles no la van a reparar.

El martes Trump se trasladó a San Diego para inspeccionar diseños y
prototipos del muro que pretende construir en la frontera con México.
Se hubiera ahorrado el viaje. El único muro que está construyendo es
alrededor de su fallida administración.
Pensiones.jpg
Gaspar el Revolú.jpg
Relatividad y agujeros negros.jpg
Pensiones dignas.jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 16, 2018, 2:30:34 AM3/16/18
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Diu Carlos Hernández que el títol del seu article a eldiario.es era,
fins ara, un acudit. Avui ja té un altre sentit: "Para evitar a la
Fiscalía...hazte franquista, cura o policía".

Impossible prescindir dels articles del profess0r Víctor Moreno.
Molt breu el de l'Emir Sader.


VÍCTOR MORENO
PROFESOR
AMABILIZAR Y AMABILIZACIÓN


Dominar el pensamiento con el lenguaje requiere una concentración
difícil y fatigosa. Tal esfuerzo exige una especialización que, con
frecuencia, deriva en monomanía; a veces, en obsesión. El escritor
austríaco Karl Kraus la padeció, incluso, por culpa de su escrupulosa
utilización exacta de las comas, una obsesión que jamás padecerá,
pongo por caso, Javier Marías.

Si, a priori, el lenguaje jamás dominará el pensamiento, ya que ni
siquiera es capaz de expresarlo, bueno será armarnos de paciencia y no
sufrir fatigas y dolores por tratar de alcanzar un imposible más.

Para qué sufrir por algo inefable, que no existe ni puede existir?
Además, ¿qué sentido tiene dominar el pensamiento cuando este funciona
independiente de nuestra propia voluntad? Nunca se doblega a esta. Al
contrario, el pensamiento piensa a veces lo que la voluntad no quiere
hacer. Tanto que podría afirmarse que nadie piensa exactamente lo que
quiere pensar. En estos casos, lo más aconsejable sería callarse como
una momia. Porque nadie consigue decir exactamente lo que piensa.
Siempre quedan flecos. El lenguaje es siempre una tentativa de
aproximación al pensamiento. En literatura, cuanto más se acercan
ambos, más nos gusta el texto.

Pensar es pesar en la balanza de lo ideal lo que cada uno vive, lo que
hace y lo que no. El problema es que existen tantas balanzas como
cerebros. Cada una con su fiel particular, en función de sus
intereses, sean utilitarios, éticos, políticos y de andar por huerta
propia y ajena.

La relación de pensar con pesar y balanza no es errática. Está fundada
en el hecho empírico de como Cicerón y sus coetáneos se referían a esa
balanza con los términos pendere o pensum, es decir, pender o colgar.
De estos verbos deriva la palabra pensar. No estamos acostumbrados a
pesar las palabras, es decir, a calcular su impacto o, mucho más
humildemente, a mirarlas de cerca y comprobar si, al menos, sus
significantes se atienen a las formalidades lingüísticas al uso común
o, por el contrario, al «terror palabrático». Tampoco acostumbramos a
colgar dichas palabras en la percha de la reflexión, para que se
aireen, antes de soltarlas al circo sonoro de la sociedad.

A veces, el uso fraudulento de ciertos sustantivos tiene su origen en
la ignorancia lingüística de quien habla. Por ejemplo, a diferencia de
lo que se piensa, los sustantivos proceden de verbos y no al revés. Si
se tuviera en cuenta esta matriz deductiva, nos evitaríamos palabras
tan impresentables como innecesarias. Así, parece gustarnos más
derivación que deriva, sustentación que sustento, experimentación que
experimento y leer comunicaciones en vez de comunicados o hablar de la
numeración de la cuenta bancaria en lugar de su número.

Y ¿qué decir de miserabilidad, amabilizar y amabilización?

El diccionario de María Moliner dice que miserable se usa como
«insulto muy violento». Así que no se sabe bien a qué viene acusar a
nadie de miserabilidad política cuando cualquier diccionario te ofrece
el uso de vileza, infamia y canallada.

Curioso. El ser humano dispone de un sinfín de palabras para insultar,
pero tiene que darse el prurito de la originalidad. ¿Tal vez, porque
miserabilidad es más potente insultando que iniquidad, ruindad o
indignidad? Para nada. Si nos atenemos a su posible simbolismo
vocálico y consonántico, miserabilidad es menos contundente,
fonéticamente hablando, que bajeza o vileza.

Ignoro si la tendencia genética de los navarros se inclina más por la
filología que por la filosofía. Lo digo porque, en estos tiempos, en
los comunicados oficiales de algunos políticos y en artículos de
ciertos periodistas, abundan palabras que nunca habíamos oído por
estos pagos, produciéndonos la lógica curiosidad por saber si tales
políticos las han inventado por sí solos o lo fueron por advertencia
de sus consejeros áulicos o compañeros de taberna.

De la noche a la mañana, Iruña se ha visto enriquecida, lexicalmente
hablando, por dos vocablos nuevos: amabilizar y amabilización. Es
verdad que se trata de dos términos de una factura fonética tan tosca
como horrísona. Lógico. El padre de ambos vocablos horribles no es un
discípulo de Baudelaire, sino el Ayuntamiento, quien parece haber
hecho dejación de sus funciones intrínsecas para convertirse en
esporádica sucursal de la RAE.

Como significante, amabilización es alargamiento sin anestesia de
amabilizar. Lamentablemente, sus creadores no se han limitado a
inventar dicha palabra y su derivado amabilización, sino que, incluso,
han optado por una filosofía del Plan de Amabilización. No
especificaron si inspirado en Platón, en Kant o en Hegel, pero me da
que nada tiene que ver con el imperativo categórico kantiano, ni con
la dialéctica hegeliana. Se trata, sin más, de una reurbanización o
reordenación del tráfico en ciertas zonas urbanas, lo que por
experiencia se sabe, que no por Platón, que tales actividades son un
incordio monumental para la ciudadanía en general y para el vecindario
que vive in situ del tráfico, en particular. Quizás, los lingüistas
del Ayuntamiento, conscientes del fenomenal barullo y desorden que
iban a armar con estas obras pensaron que, incluyéndolas en un plan de
amabilización filosófica, evitarían el impacto de sus enojosas
consecuencias, tanto en los vecinos y comerciantes de la zona como en
los transeúntes. Grasiento error. El poder taumatúrgico de las
palabras no existe. Un cólico nefrítico será siempre una tortura,
aunque lo llames «Limerencia».

Pedro Felipe Monlau en su “Diccionario de la lengua castellana”
derivaba pensar de pensare –frecuentativo de pendere, pesar– y que
significa lo dicho: pesar exactamente algo. Con el tiempo, la palabra
aceptaría significados asociados como discurrir, meditar, darle al
zacuto de pensar e, incluso, imaginar.

No soy quién para sostener que la costumbre tan extendida de utilizar
palabras inexistentes no se ajuste al pensamiento racional.

De hecho, los escritores adscritos al non sense y a la patafísica,
como Alfred Jarry y, posteriormente, los surrealistas Breton y Dadá,
se pasaron la vida haciendo del lenguaje lo que les vino en gana.

Lo mismo hizo uno de sus predecesores más insignes: Lewis Carroll,
quien aconsejaba dar a las palabras desconocidas el significado que te
viniera en gana o, en su defecto, mandarlas a freír lechuguinos.

Así que, siguiendo la advertencia del autor de "Alicia a través del
espejo", lo que haremos con miserabilidad, amabilizar y amabilización
será devolverlas a sus autores con un «no gracias», por toscas y
malsonantes. Pero, sobre todo, porque son palabras usurpadoras,
ladronas, invasoras. Y porque su pretendido significado, al menos el
de sus creadores, no se corresponde para nada con lo que realmente
sucede cuando se hacen realidad. Cuando se ponen en marcha, más que
volver amables a las personas, las hace más agresivas e intolerantes.
Sobre todo, si no se ha contado con ellas para participar libre y
voluntaria en dicho proceso filosófico de amabilización.

* * *

Todos contra el neoliberalismo
Emir Sader

Los recientes reveses de la izquierda latinoamericana han llevado a
cuestionamientos respecto de las políticas de alianza que han vuelto
posibles los gobiernos antineoliberales. Esos gobiernos sólo han
conseguido imponer su hegemonía porque han logrado con sus propuestas
de gobierno obtener consensos ampliamente mayoritarios en la sociedad.
Cuando han perdido su capacidad hegemónica, los frentes que habían
constituido fueron resquebrajados y las alianzas desechas.

Pasó algo similar cuando el frente del gobierno kirchnerista se
fracturó, cuando el frente del gobierno del Partido de los
Trabajadores en Brasil igualmente se deshizo, ahora pasa algo parecido
en Ecuador. Pero las alianzas no son la causa, sino el efecto de
propuestas de gobierno que, si funcionan, no tienen por qué debilitar
el frente social y político del gobierno. Si éstos se debilitan, es
porque las políticas de gobierno están perdiendo en la sociedad su
capacidad de convencimiento, de consenso.

Pero, antes que todo, queda la enseñanza de que las alianzas no son
tema de elecciones subjetivas –con quiénes sí, con quiénes no–, sino
de agrupar fuerzas alrededor de un programa de trasfomaciones de
carácter nacional. El criterio de las políticas de alianzas es
objetivo, político. Primero se plantean las propuestas de gobierno,
habrá alianzas con quienes estén de acuerdo con esas propuestas.

Ahora, cuando por lo menos en Argentina y Brasil se discute el tema de
las alianzas –asunto también presente en Ecuador, Bolivia e incluso en
México y Colombia–, es hora de volver a reflexionar sobre los
criterios de las mismas. Alianza con quién, significa acuerdo para
qué. Conforme hacia dónde se quiere ir, se definen las coaliciones.

Hay sectores que proponen alianzas solamente dentro del campo de la
izquierda, sólo con quienes tienen trayectorias y propuestas
similares. Sería condenar a la izquierda al aislamiento y a la
derrota, porque las contraofensivas de la derecha han aislado a la
izquierda, le han quitado aliados, le han puesto en situación de
minoría en la sociedad. Para romper ese cerco, hay que ganar a
sectores con los cuales no hay trayectoria común en el pasado con los
que no se comparten todas las posiciones programáticas. Para ello hay
que definir los criterios objetivos de las alianzas.

La línea de separación de los enfrentamientos estratégicos en el
periodo histórico actual se da alrededor del neoliberalismo, el modelo
hegemónico asumido por el capitalismo ya hace algunas décadas. El
campo popular agrupa a todas las fuerzas, sociales, políticas,
económicas, que se contraponen al neoliberalismo y buscan su
superación. El campo de la derecha, sea en sus expresiones más
tradicionales de derecha o en otras aparentemente más moderadas, se
reúnen alrededor del modelo neoliberal.

En América Latina hoy más que nunca el bloque popular debe agrupar a
todos los que se oponen al modelo neoliberal y se disponen a poner en
práctica un gobierno que supere ese modelo. Un bloque que se oponga a
las privatizaciones del patrimonio público, al debilitamiento de los
sindicatos, a la concentración todavía más grande de los medios, a la
contracción de las políticas sociales, a políticas externas de
subordinación a Estados Unidos.

No importa la trayectoria pasada de las personas y fuerzas, su
naturaleza ideológica. Importa la posición que tienen respecto del
neoliberalismo y al gobierno que pone en práctica esa política.

El desafío más grande para la izquierda no está en reunir a todas esas
fuerzas, sino en organizar el programa antineoliberal, que destaque
los elementos estratégicos de ese programa para definir, a partir de
ahí, los elementos fundamentales de la reconstrucción del bloque
popular antineoliberal. La agrupación de fuerzas es una consecuencia
del programa antineoliberal.
Voto secreto.jpg
Coherentes.jpg
La sentencia de Strasburgo.jpg
Despidos a diestro y siniestro.jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 19, 2018, 2:16:03 AM3/19/18
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ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
GABRIEL MUERE DOS VECES

En los niños hay dos inocencias absolutas: la inocencia para amar y la
inocencia para perdonar mediante el olvido. Cualquier psicólogo con
mediano saber de su ciencia conoce esta infantil entrega abierta e
incondicional al «otro», mecanismo que va oxidando el paso de los años
hasta acabar tantas veces en el agujero negro de la envidia, la
arrogancia y la venganza. Supongo que Adán odió el manzano que le
condujo desde una fausta naturaleza poblada de vida inextinguible a la
realidad de una existencia castrada por la muerte, pero en el gran
mito del paraíso no se habla de que Adán o Eva talaran el árbol, que,
por el contrario, adaptaron a su mundo. No hubo, pues, una cruel
condena perpetua de la naturaleza hostil por parte de nuestros
primeros padres sino que procedieron al traslado de la misma desde la
libertad donada y abundosa a una libertad distinta con pan difícil y
dolor frecuente en un paisaje de esforzada recuperación del alma bajo
la vigilancia del trueno divino. En ningún momento el castigo culminó
en un odio destructivo. El engañador manzano sobrevivió.

Las condenas crueles, permanentes y aniquiladoras del espíritu –según
los psiquiatras el preso empieza a disolver su personalidad y su
pensamiento en el cuarto o quinto año de castigo– no tratan de redimir
la vida del condenado, que en eso habría de consistir el menester de
la justicia, sino de complacer torpes y misteriosas bajezas generadas
en el interior social por la existencia en que obligan a vivir a una
gran parte de la humanidad condenada a la opresión y otras
degradaciones que no sabe superar el «yo» agraviado sino trasladando
ansiosamente su «rabia» a la celda en que está siendo destruido otro
ser. El hombre suele declinar hacia lo paranoico sus desequilibrios,
esos desequilibrios que quieren superarse mediante la expulsión de su
«demonio» hacia otro ser vecino al que convierte en destinatario de su
asfixiante angustia. Una traslación que trata de justificarse en la
condena del criminal.

Yo llego a entender razonablemente esa traslación autorremediadora en
los individuos frágiles ante sus responsabilidades. La enfermedad
ajena alimenta el delirio de creer en nuestra salud. En definitiva,
una traslación que constituye en cierto modo, no lo soslayemos, un
«delito» moral de insolidaridad, que también es una enfermedad
caracterizada por una contrastación oscura y triunfal con la maldad
ajena a fin de cobrar nosotros altura. Yo desprecio olímpicamente –yo,
cada cual responderá de su postura– que ese mecanismo basado en la
paranoia de base sea utilizado como combustible de la política
encaminada a la obtención de votos-poder. En ese punto es asesinado
por segunda vez el inocente Gabriel.

El mantenimiento de la prisión permanente no persigue en tantos casos
una recuperación o magnificación de la justicia sino que es una
concesión a la parte oscura del alma humana. La inacabable pena
impuesta o reclamada y esperada no trata de librar a la sociedad de un
asesino, y mucho menos de que el asesino se bañe salutíferamente en
sus lágrimas hasta la muerte supuestamente ejemplar, sino de comprar a
bajo precio una falsa dignidad por aquellos que muchas veces condenan
desde el tribunal o de aquellos otros que gritan zafiamente en la
calle o en la irrisoria solemnidad parlamentaria, fingida con
finalidades asimismo destructoras. Yo digo estas cosas abiertamente
porque he matado a Gabriel muchas veces. Y mi condena ha operado sin
necesidad de barrotes. El Gabriel inocente operó en mí ser pequeño con
grandeza angélica. Esto es lo que nos enseñó la madre de «Pescadito»
cuando pedía amor y no venganza ante los restos de su hijo.

Pienso, al llegar hasta aquí, que no sería conveniente que se
interpretará lo ya escrito como una negación de la justicia necesaria.
Pero ¿ha de ser una justicia represiva y estéril o una justicia
retributiva y fructífera? ¿Se trata de primar algo tan repugnante como
el miedo y la enfermiza práctica de una venganza inconcreta y
rechazable desviada de su auténtico objetivo o bien se aspira
conjuntamente a dos finalidades nobles: la protección básica de la
sociedad y la recuperación de un ser contaminado por la maldad o la
locura? Recuperando a ese ser, digo ya de entrada, nos recuperamos a
nosotros mismos, que bien lo necesitamos cuando en el fondo de nuestro
ser lo que queremos es la ejecución radical del culpable del daño
habido. Pero está tan mal vista esa petición… Con todo, si
consideramos tal cuestión con frialdad filosófica es más noble quizá
esa pena de muerte requerida desde el fondo de nuestra alma que esa
dilatada muerte dada mediante lo que solemnemente denominamos como
prisión permanente revisable. Pero ocultamos admitir esto último
amparándonos con la capa de la inesquivable y sabia juricidad de la
pena continuada a la que nos lleva a ser tristes protagonistas de una
«modernidad» tan destructora como las restantes «modernidades» que
abrasan al mundo actual. Resulta terrible el relato de todo esto
cuando en nuestro entorno son asesinados pueblos enteros, niños
incluidos, mediante políticas obscenas de las que algún día habrán de
entender auténticos y dignos tribunales populares surgidos de
revoluciones cauterizantes del mal. Porque la humanidad acabará limpia
de la lepra y entonces nos veremos como el rey desnudo a la espera de
que nos vista la luz.

Bien, es imprescindible la ley y sus correcciones, pero esos castigos
deben ajustarse a una moral creciente y sólida. Hay que convertir el
vivaqueo en las celdas y sustituir los caprichosos e indignos castigos
por acciones que exijan del penado una reflexión continuada y
liberadora en el marco limpio del aire purificador, tanto física como
moralmente, sobre su acción recusable al mismo tiempo que se le
facilita el regreso a la ciudadanía. En definitiva, se trata de
admitir que la insolencia del crimen no puede ser sanada por la herida
desgarrada que produce el castigo vengativo en el penado. La alegría
bárbara que comporta el festival de la represión no debe alegrar el
corazón de quienes toman parte en él, ya que se trata de un festival
bárbaro que descompone el débil barniz de la sabiduría que creemos
acumular merced a los siglos. Yo me pregunto muchas veces por qué
España acumula las represiones estrictamente, cruelmente carcelarias
como si el saber y la razón fueran bienes inalcanzables por los
españoles para enseñar a las almas el camino de la consoladora razón.
El delito no se sanea con la brutalidad de una pena de muerte a
plazos, sino con la noble aventura de rescatar a quien ha delinquido
desde ese planeta oscuro que ejercita sus circunvoluciones en un
ámbito ininteligible. Las leyes alumbraron el derecho para evitar el
primitivismo del castigo por el castigo. Gabriel nos ha enseñado a
considerar todo esto. En el relato cristiano de los ángeles Gabriel
habló siempre como mensajero de quien clausuró el infierno. Hago esta
consideración por si llega a oídos de algún católico en el Gobierno.
Digo católico por no recurrir a la gran baza del cristianismo.
Stop racismo.jpg
Día de Padre.jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 19, 2018, 2:30:11 AM3/19/18
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Avui estic molt adormit i he picat on no tocava.
Aquest cap de setmana ha mort Eduardo Ramos, al que vam tenir l'oportunitat de conèixer acompanyant a Pablo Milanés en una de les seves primeres gires per aquí. Era el director del grup i el contrabaix. 
Com a compositor, la seva obra més coneguda és Su nombre es pueblo, que havia dedicat a Fidel. 
Sara González la va popularitzar. Ara us ofereixo una nova versió d'Annie Garcés.


A l'Argentina, el genocida Etchecolatz torna a la presó. La seva malaltia pot ser atesa allà. Mentre poden parlar de retorn, aquí no es pot parlar ni d'entrada.
Violencia.jpg
Arriba parias de la tierra.jpg
El plantón de Susana.jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 20, 2018, 2:33:36 AM3/20/18
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Molt recomanable -i oportú- el darrer llibret de eldiario.es, Mujeres.


Pensar y no pensar
Hermann Bellinghausen

Tuve una amiga que no podía dejar de pensar, y claro, tenía fama de
loca. Digo, en mayor o menor medida a todos nos pasa eso de no poder
detener la actividad mental, pero en ella llegaba a ser agotador.
Cuando decimos uf, dame un respiro, párate un instante maquinita de
pensar, y entablamos la querella entre voluntad y cerebro que da pie a
la conciencia humana. El deseo de suspender el pensamiento –no
apagarlo con somníferos ni atarantarlo con drogas vacías– desde
tiempos remotos y en distintas civilizaciones llevó a gentes
espirituales y ociosas a desarrollar prácticas y tácticas de
vaciamiento mental en alguna suerte de éxtasis o paz, de quietud
amniótica, mística o suspendida en infinita nada como el universo
mismo, importunado apenas por galaxias diminutas como la nuestra.

Dichosos ellos, decía mi amiga, yo no puedo, mientras iba y se metía
una idea tras otra. Son ideas suyas, comentaban con sorna los que no
la comprendían. Ideas que se hace. Pudo haber escrito, tal vez quiso,
pero contra lo que muchos creen, no es lo mismo que pensar aunque
participe en el proceso del pensamiento y devele en parte la maraña,
el laberinto, el yacimiento en bruto, los atajos, trampas y
autoengaños del rejuego mental.

La conversación tampoco equivale a pensar, pero cuando tienes la mente
pura, filosa y desinteresada, como fue su caso, una y otra cosa se
aproximaban mucho. La conversación le proporcionaba un buen camino.
Entre su pensamiento y su conversación corría un paso franco. De
repente sus dardos podían ser tremendos, sin mediar represión
freudiana ni buenos modales cuando tomaba completo dominio del
pensamiento bien pronunciado, preciso, la ocurrencia íntegra sin
cortes, y era incapaz de acallarla.

Para disciplinar e ilustrar sus pensamientos leía continuamente, ávida
del pensamiento de otros. No sorprende la cantidad de libros, que a lo
mejor no eran tantos, pues su lectura, como todo en su vida, era
lenta. Lo notable era la intensidad de su viaje a la página. Algunos
autores la dejaban en un estado de exhausta lucidez, sudaba como
corredor de distancias largas, ciclista de montaña, levantador de
pesas.

El puro pensar exige no hacer nada. El pensamiento en sí es inútil,
insustancial. Adquiere un uso cuando se lleva a la práctica o se pone
en circulación. De otra manera permanece en lo inevitable-vital, como
la respiración del animal y la planta, la sangre oxigenada, la
clorofila de toda floración, y antes, el intrincado follaje que no
deja ver el bosque, pero no significa que el bosque no éste allí.

Con el paso del tiempo aprendió a escuchar. Como decimos de los
músicos, tenía oído absoluto para las palabras. No extraña que supiera
muy bien leer a los poetas y a reconocer las latitudes del canto en la
música. Conoció bien el impulso inútil de los pájaros cuando cantan
irrefrenables, como los pensamientos que le pasaban y se le instalaban
en la cabeza, y lo hacían sólo porque sí.

Con tal grado de potente voluntad, era terca, y cabeza qué digo dura,
durísima. Irrompible, y una idea suya arrojada contra la cabeza de
otro dolía igual que una pedrada. Cumplimentaba aquello de que el
pensamiento es un arma, mas anterior a la Edad de Bronce. Pedernal o
proyectil más duro que la carne y el esqueleto, capaz de alcanzar la
bóveda húmeda de los sesos.

Bueno que fue pacífica, dada a la casi inmóvil reclusión en chozas y
ermitas. Si no, ¿se imaginan cuánta guerra hubiera dado? De por sí dos
o tres gentes perdían el sueño por su culpa. Y es que alguien así,
quiéralo o no, lo deja a uno girando. Ahora informan los científicos
que tratándose del cerebro el tamaño no importa; mas en su caso la
cabeza fue la parte más grande de su cuerpo. La delataban sus grandes
ojos por donde asomaba su inteligencia.

Bienaventurados aquellos que logran no pensar, en soberanía absoluta
de su mente (no me refiero a los embrutecimientos, ni los delirios, ni
siquiera los sueños). Ella no pudo. Una iluminación como la suya
aconsejaba Tao, Nirvana. Ella se seguía de frente. Cuando no insomne,
su sueño era profundo. Soñar no fue su fuerte porque le resultaba
inconcluso y olvidable. Su método era distinto. Su comarca personal
afloraba en la conciencia humana, demasiado humana. Pero sólo humana.
Observación.jpg
Closed arms.jpg
Comienza la primavera.jpg
¡Felicidades, papi.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Mar 21, 2018, 2:30:24 AM3/21/18
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Com es pot veure al final, Hernández, un dels "moneros" de La Jornada,
ens estalvia a nosaltres comentaris sobre la seva opinió de la
llibertat de premsa.
"Las mujeres llevan décadas rebelándose contra el sistema patriarcal.
Falta que nos rebelemos también los hombres". Isaac Rosa.


Reencuentros
Por Emir Sader

En medio de la mayor ofensiva de los jueces y de los medios que lo
atacan, Lula inicia su cuarta caravana por las distintas regiones de
Brasil. Esta vez visitó por las tres provincias del sur del país: Rio
Grande do Sul, Santa Catarina y Parana, provincias hoy básicamente
conservadoras.

La Caravana empezó con un encuentro entre él y Pepe Mujica exactamente
en la frontera, en una plaza que une a los dos países, sentados en un
banco, Lula en la parte brasileña, Mujica en la uruguaya. En Santana
do Livramento y Rivera, respectivamente.

Es un comienzo que es una retomada de las relaciones fraternales que
Brasil y Uruguay habían tenido hasta hace poco. Se han sentado una vez
más lado a lado Lula y Pepe, como dos grandes amigos, que se respetan
y se adoran, como personas y como dirigentes políticos. Y, ante todo,
como dos seres humanos adorados y adorables.

Se sentaron en la plaza que es Brasil y es Uruguay a la vez. Tenían a
su lado a Rafael Correa y a Dilma Rousseff. Recordaron cómo América
del Sur ha avanzado en este siglo. Lula recordó cómo se construyeron
la Unasur y la Celac. Correa agregó sus recuerdos, hablaron de Mar del
Plata, de Hugo Chávez y de Néstor, y también de Evo. Pero, a la vez,
hablaron inevitablemente de la contraofensiva conservadora en la
región. De los retrocesos, de los millones que han vuelto a la pobreza
y a la miseria, de cómo han prevalecido los intereses de la banca, a
través de políticas de exclusión de derechos de la gran mayoría de la
población.

Correa hizo un breve recuento de cómo, en Ecuador, la victoria
electoral se ha vuelto un revés, de cómo el país se ha sumado a los
que han sufrido retrocesos conservadores, de cómo se han restablecido
alianzas con la derecha, de como los medios le hacen el juego a esos
retrocesos, impidiendo que la población sea informada de los cambios
que, indebidamente, se están imponiendo en el país, desfigurando todo
lo que la Revolución Ciudadana había realizado.

Mujica puso el énfasis en dos de sus temas preferidos: la
indispensable unidad de la izquierda, y los valores éticos como
patrimonio de las fuerzas populares. Destacó la suerte de que Brasil
tenga a Lula, pero subrayó que la izquierda lationamericana tiene que
renovarse, forjar nuevos cuadros, profundizar sus raíces populares y
agregar mujeres y jóvenes a sus filas.

El acto se realizó en el primer día de la Caravana de Lula, que
prosiguió hoy en Santa Maria y mañana en São Borja, donde se visitará
las tumbas de Getulio Vargas y de João Goulart. Como siempre sucede,
la Caravana de Lula visita las identidades populares de la región
–sean políticas, musicales o intelectuales– componiendo así un mosaico
de reivindicación de las raíces de la historia brasileña.

Todo esto sucede mientras el Supremo Tribunal Federal discute un tema
que tiene que ver directamente con Lula: el reestablecimiento del
precepto constitucional de que las personas condenadas solo pueden ser
detenidas después de agotados todos los recursos posibles. Práctica en
contra de la cual están los jueces de la llamada operación Lava Jato,
que quieren disponer del derecho de detener a personas cuyas
condenadas no están firmes. El STF incluyó el tema en su agenda justo
cuando empieza la nueva Caravana de Lula.

El estado de ánimo de Lula fue afectado por esa decisión. Quien
convive con él a lo largo de estas cuatro Caravanas, como es mi caso,
se da cuenta que él no ha cambiado para nada desde que empezaron las
persecuciones jurídicas, las amenazas de prisión, de exclusión de la
disputa electoral. Su discurso y su actitud no han cambiado. Sigue
empeñado en probar su inocencia y en reafirmar su derecho a ser
candidato a la presidencia de Brasil, con la gran esperanza de que, en
caso de ser candidato, triunfe en primera vuelta.
Los riesgos.jpg
Preocupación.jpg
Apología del terrorismo.jpg
La cláusula.jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 22, 2018, 2:31:14 AM3/22/18
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A França, on tampoc deu haver presos polítics, el comunista libanès
Georges Ibrahim Abdallah ha pogut, després de 35 anys, dormir a casa
seva. ¡Vergonya!

¡Comparece, Cristina!
Elisa Beni

Cifuentes solicita toda la información sobre su expediente académico a
la URJC para aclarar que cuenta con dos máster

Sólo encuentro un motivo para la ausencia ante las cámaras de Cristina
Cifuentes: que esté recopilando las pruebas y los datos para poder
demostrar que su última titulación académica de posgrado fue obtenida
de forma limpia y transparente. Cifuentes debe una explicación y una
explicación que responda a tal nombre, es decir, que haga comprensible
a la razón los hechos incuestionables dados a conocer por este diario
y que desenvuelva o despliegue -tal es el significado etimológico del
término- una versión acreditada sobre lo que sucedió con su título de
máster. Una explicación fehaciente, con pruebas, transparente, y que
aclare de forma definitiva su honra académica y política. Algo muy
distante de la bochornosa intervención que ha tenido lugar por parte
de académicos de una universidad pública y que no ha conseguido sino
enturbiar y complicar la ya difícil situación de la presidenta de la
Comunidad de Madrid, al contradecir incluso los datos que desde su
entorno se habían dado ya a los periodistas. Los datos remitidos a
última hora de la noche en un comunicado tampoco terminan de iluminar
este oscuro proceso.

A mí me parece absurdo e inexplicable que una mujer con una
licenciatura y un máster en su currículum sintiera la necesidad de
hacer trampa para obtener un título más. Me lo parece aún más si esa
mujer, con demostrada capacidad intelectual, ostenta ya en ese momento
un cargo de tanta relevancia como el de delegada del Gobierno en
Madrid y piensa, además, ser candidata a la presidencia de la CAM.
Todo político debe saber que cualquier esqueleto, tibia o pequeño
huesecillo de falange que tenga guardado en el armario va a ser
rastreado y utilizado cuando más daño pueda hacer por los adversarios
o por los enemigos que normalmente habitan el las propias filas. Así
que, no veo necesidad y por eso espero que Cifuentes autorice a la
Universidad para hacer públicas las actas, muestre su trabajo fin de
máster y enumere los profesores que tuvo, las convocatorias a las que
acudió y exhiba toda la trazabilidad de su trayectoria académica en la
Universidad Rey Juan Carlos hasta borrar la sombra de toda duda.

Es inexorable que lo haga, o que actúe en consecuencia y dimita,
puesto que la consecuencia de una mentira innecesaria -dado que tal
máster no le era preciso para su actividad- es ineludiblemente que la
capacidad de mentir en lo necesario o en lo que produzca beneficio se
da por descontada. Ese es el motivo por el que se han visto obligados
a dimitir de sus cargos tantos políticos europeos que mintieron o
plagiaron. La decencia respecto a los méritos intelectuales y
académicos propios es la esencia de cualquier honestidad posterior.

La investigación de este diario no sólo pone en apuros políticos a la
presidenta de la Comunidad, aunque pueda ser su resultado más vistoso,
sino que cuestiona otras muchas cuestiones que deberán ser aclaradas
por distintas vías. En primer lugar, las alegaciones realizadas por el
rector de la Universidad no han dejado palmariamente claro que no se
haya cometido un delito de falsedad en documento público por parte de
las personas que alteraron las notas en el sistema informático y/o en
las actas que no hemos llegado a ver. Tales hechos deben ser
investigados por la Fiscalía para aclarar las responsabilidades
penales a que hubiera lugar tanto de autores como de encubridores o
colaboradores.

Además el caso cuestiona la propia calidad de la Universidad y su
control sobre los datos académicos y sobre las firmas que dan fe
pública en sus títulos de la obtención regulada de los mismos. No
quedará otro remedio que realizar una inspección regulada por parte
del Ministerio y una auditoría independiente para asegurar la limpieza
del funcionamiento interno de la Rey Juan Carlos. Son muchos los
estudiantes y los posgraduados que merecen que se limpie de sospecha
el sistema y se purguen responsabilidad. Sobre todo porque la conocida
en Madrid como “universidad del PP”, lo cual ya es tremendo de por sí,
ha sido elegida por otros conocidos cargos de la organización para
cursar posgrados cuando ya estaban en política. La sombra de la duda
puede cernirse sobre todos.

El mal también alcanza de alguna manera a la credibilidad del sistema
público universitario español. Por ese motivo, la depuración de
responsabilidades dentro del marco académico no puede ser soslayada.
La mera sospecha de que el amiguismo y las corruptelas hayan podido
servir para expedir títulos académicos es tan atroz que debe ser
barrida por la luz y los taquígrafos.

Por último, el escándalo deja colgados de la brocha a los impolutos
representantes de Ciudadanos. Los autollamados a liderar la limpieza y
la regeneración democrática a través de acuerdos de gobierno y de
códigos de conducta que, miren por dónde, a veces toca cumplir.

Todo está pues pendiente de esa comparecencia pública en la que
Cifuentes ponga sobre la mesa todas las pruebas que sin duda tiene
sobre su vida académica en la Rey Juan Carlos. Lo que es como debe ser
siempre puede ser explicado. El castigo para lo contrario en todo país
civilizado es el abandono del cargo político y el ostracismo en la
vida pública.

Claro que este país es España y Juan Manuel Moreno, Elena Valenciano,
Joana Ortega, Eva Almunia, Estela Goikoetxea y hasta Luis Roldán ya le
precedieron en estos escándalos. Algunos de ellos siguen en sus cargos
como si tal cosa.

Pobre país con tan pobres políticos, pobre.
Todo tiene explicación.jpg
Ley de Amnistía.jpg
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Miquel Angel Soria

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Mar 23, 2018, 2:30:26 AM3/23/18
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Jean Ortiz demana avui, al seu blog de l'Humanité, solidaritat amb Willy Toledo.
"No cal dir que nosaltres, comunistes francesos, demòcrates,
antifeixistes, estem al costat de Willy Toledo, contra els
obscurantistes, els inquisidors d'ahir i d'avui."
Que compti amb mi!


Con la venia, juez Llarena
Neus Tomàs


Ni los tediosos discursos de investidura de Jordi Pujol, los "listines
telefónicos" como los periodistas bautizaron esas aburridas
intervenciones, eran menos convincentes que el discurso que ha
protagonizado Jordi Turull este jueves en el Parlament. Lo recordaron
los plumillas con varios trienios (que todavía los hay) y lo hizo el
socialista Miquel Iceta (que es de los diputados que tenía escaño
cuando Pujol aburría a sus señorías).

Turull no disimuló. Subió a la tribuna sabiendo que no saldría elegido
presidente y pensando en la comparecencia que le espera ante Pablo
Llarena. Por la mañana se había despedido de sus padres por si el juez
del Supremo decreta de nuevo su ingreso en prisión. No solo Turull se
despidió de los suyos. También lo hicieron el resto de imputados a los
que Llarena ha citado para revisar sus medidas cautelares. En muchas
de las conversaciones de pasillo este jueves se habló más de hijos y
padres que de hojas de ruta.

"Diálogo, diálogo y diálogo", resumió un candidato que si en algún
momento soñó con ser president nunca pensó que sería en estas
condiciones. Los que esperaban que defendiese la República catalana se
quedaron con las ganas. Deberá seguir en sus mentes, que es donde la
situó Carles Puigdemont hace unas semanas.

Inés Arrimadas tampoco disimuló. Ni un ápice de cortesía
parlamentaria, ni un mensaje conciliador. Fue otro discurso pensado
solo en contentar a la propia parroquia y como es habitual
íntegramente en castellano. ¿Para qué cambiar de estrategia con los
buenos réditos electorales que le ha dado?

Aunque Ciudadanos crea que es incompatible, Miquel Iceta y Xavier
Domènech demostraron que se puede ser duro, muy duro, y a la vez mirar
hacia adelante para buscar una salida. ERC citó a Unamuno en una
sesión en la que el independentismo compareció más vencido que
convencido. Ahora, tras el descuelgue voluntario de la CUP, la 'vía
Tardà' parece un poco menos estrambótica.

* * *

Crisis profunda, recuperación mediocre
Alejandro Nadal

La prensa internacional de negocios se encuentra confundida. Por una
parte festeja las noticias económicas que parecen indicar que vivimos
una recuperación firme y duradera. Por ejemplo, recientemente celebró
la nueva de que la economía de Estados Unidos había cumplido 92 meses
de crecimiento económico ininterrumpido. Los titulares se escribieron
en automático: La recuperación se consolida.

Pero, por otro lado, esa misma prensa recibe con desaliento todas
aquellas informaciones susceptibles de mostrar que el desempeño
económico sigue siendo mediocre.

El primer lugar de los titulares con las buenas noticias está
invariablemente reservado para el crecimiento del PIB en Estados
Unidos. Sin embargo, el crecimiento en 2017 apenas alcanzó 2.3 por
ciento y ese nivel de expansión fue más bajo que el rebote que siguió
a la pasada recesión. Muchos comentaristas piensan que los recortes a
los impuestos introducidos por la administración Trump permitirán
alcanzar un crecimiento superior. La realidad es que el efecto se
dejará sentir por una única ocasión el año que viene y, además, con
las cicatrices que ha dejado la crisis financiera no es del todo
seguro que ese efecto sea significativo.

Otra muy bien recibida pieza de información es la que concierne a la
caída del desempleo a niveles históricos. Desgraciadamente, casi nunca
se informa que una parte importante de los nuevos empleos generados
por la recuperación corresponde a puestos de baja calidad, sin
beneficios y sin perspectivas de largo aliento. Y tampoco hay espacio
en las noticias, salvo raras excepciones, para decir que esa medida de
desempleo es la más estricta y que si se consideran los demás aspectos
del mercado laboral se podrá observar que la reducción en la tasa de
desempleo también depende en buena medida de la salida de mucha gente
de la fuerza de trabajo. Es decir, muchos que han buscado empleo
infructuosamente durante demasiado tiempo han preferido abandonar la
búsqueda activa de empleo y, de acuerdo con las estadísticas
laborales, han dejado de calificar como desempleados en sentido
estricto. Para decirlo como los nuevos macroeconomistas clásicos, esos
ya no son desempleados y hoy están de vacaciones.

El boletín de noticias casi nunca tiene espacio para informar que los
salarios siguen estancados. Esta preocupante tendencia, que perdura
desde la primera mitad de la década de los 70, no es revertida por las
fuerzas que hoy nos llevan por el camino de la recuperación. La
deficiencia crónica en la demanda agregada que este comportamiento de
los salarios ha traído aparejada ha tenido que ser compensada mediante
múltiples episodios de inflación en los precios de diferentes tipos de
activos o burbujas. Pero aún ese tipo de episodios no fue suficiente y
los hogares tuvieron que recurrir al endeudamiento para mantener sus
niveles de consumo y de vida. Hoy, el mediocre ritmo de crecimiento
que marca esta recuperación se debe en buena medida al
desendeudamiento que practican los distintos agentes de la economía
mientras buscan equilibrar sus hojas de balance.

La prensa de negocios tampoco elabora sobre el tema una postura de
política monetaria, que ya cumple nueve años de mantenerse en la
región de las tasas de interés cercanas a cero. El acrónimo en inglés
para esta postura, ZIRP, ha estado presente en todo el debate sobre la
recuperación. Pero ahora que la Reserva Federal (Fed) ha comenzado a
incrementar la tasa de interés de referencia, tal pareciera que el
tema de la normalización ha desplazado al ZIRP.

Todavía no se alcanza la meta de inflación que la Fed considera
adecuada para una expansión saludable, y cualquier signo que parezca
indicar fragilidad en la recuperación es visto con recelo. Todo mundo
contiene la respiración mientras el Comité de Operaciones Abiertas de
la Fed ajusta su calendario de incrementos futuros de la tasa de
interés. Otra señal de que todavía estamos lejos de los festejos para
celebrar el fin de la crisis.

Además, si bien es cierto que en Estados Unidos se detuvo el programa
de flexibilización cuantitativa desde octubre de 2014, para esa fecha
la Reserva Federal ya había acumulado más de 4.5 billones
(castellanos) de dólares en su hoja de balance. Ese programa de
compras de activos sirvió más que nada para apuntalar a los bancos y
para canalizar recursos hacia la especulación. No se utilizó para
incrementar el crédito al consumo y la inversión productiva. De todos
modos, toda esa liquidez que se inyectó al sistema financiero no se ha
podido reabsorber y sigue impulsando los espíritus animales en la
bolsa de valores. Y a todo esto, habría que señalar también que en
Europa todavía ni siquiera se termina la flexibilización (aunque el
Banco Central Europeo ha bajado el ritmo en la compra de activos) y se
está más lejos de comenzar el periodo de normalización.

El escenario no es brillante para el futuro inmediato de la economía
mundial, por más que la prensa de negocios quiera ofrecer un bonito
paisaje para hacernos olvidar las cicatrices profundas que quedan
después de la crisis.
Nadie lo va a notar.jpg
Cifuentes y el máster.jpg
Catalunya.jpg
Pa' vergüenzas no gana uno.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Mar 26, 2018, 1:30:28 AM3/26/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Hi ha dies que un no desitjaria llevar-se del llit. Despert, amb els
braços creuats sota el cap, mirar el sostre buscant defectes en la
pintura que siguin comparables als del món exterior. Més que res
perquè, al sortir al carrer, disposar d'un mapa dibuixat que ens avisi
dels entrebancs del carrer.
No em tornaré a quedar fins a tant tard davant la tele i els seus informatius.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
CATALUNYA CAMBIA LA HISTORIA

La torpeza de manejar el concepto de Estado de Derecho para que España
siga encarcelando dirigentes catalanes cambia el análisis político que
se ha hecho de los últimos ochenta años en el marco de lo que se
pregona hoy como democracia. Si vale el recurso al Estado de Derecho
vigente para eliminar la posibilidad de innovación política mediante
el empleo de los tribunales y las leyes que ahora manejan –convertidas
en indeclinables– hay que revisar si muchos gobiernos que actualmente
se proclaman democráticos no actuaron en su día –con evidente
prevaricación– mediante el quebrantamiento por su parte del Estado de
Derecho entonces existente. Si lo que planteo es correcto estamos
viviendo una existencia de delito continuado al no haber procedido a
la debida restauración del derecho quebrantado en su día. Nos guste o
no el Estado de Derecho actual ese Estado surgió en España de un
proceder violento ¿O no es así?

Procedamos con indicaciones concretas. En Chile se quebrantó
sangrientamente un Estado de Derecho democráticamente indiscutible, lo
que sí nos pone ante una rebelión que eliminó a muchos chilenos, entre
ellos nada menos que a su presidente, y no fue repuesto lo
criminalmente destruido, que era lo justo. En Alemania, y mediante la
guerra, se eliminó un Estado de Derecho establecido por su parlamento
y un gobierno triunfante en las urnas, incluso con el apoyo de los
democristianos. En la Rusia comunista se desconoció con aplauso de
todo Occidente un Estado de Derecho que había durado ochenta años y
había funcionado diplomáticamente por todo el mundo. Italia actual
procedió de la misma forma, ya que el Estado de Derecho mussoliniano
intervenía con plena admisión en el conjunto democrático internacional
¿Y qué decir de España? ¿Acaso la restauración de la monarquía
presente no aconteció mediante una previa rebelión violenta y
genocida? ¿Acaso el referéndum sobre la reforma política no se hizo
sin la debida y plena oferta entre República y Monarquía, con lo que
se procedió sin juzgar la forma en que fue destruido el Estado de
Derecho republicano, que debiera haber sido repuesto en principio?

Yo no sé qué pensará el juez Llarena de lo sucedido políticamente con
el Estado de Derecho en los últimos y largos ochenta años? Pero me
gustaría conocer su pensamiento acerca del origen del Estado de
Derecho español cuando decide encarcelamientos por una rebelión en que
no aparece por ningún lado la violencia básica que conforma ese
delito, sino es por parte del Estado nacido tras una amplia serie de
singladuras inadmisibles hasta por el mismo Partido Socialista que sus
líderes envenenaron para amortizar la historia de lucha socialista
contra Franco, el Genocida. Esos socialistas apoyan a muerte un
régimen que nació de la destrucción escandalosa de un Estado de
Derecho.

Pero es que además esos encarcelamientos, innecesarios y retorcidos
moralmente, se hacen a título preventivo, es decir, sin delito
certificado en un juicio amplio y solemne sino decidido desde la sede
de un juez al que el Parlamento español debiera advertir que la
política, incluída la referente a una posible violencia, la hace la
representación de la soberanía nacional y no un juez elevado a la
dirección del país por medio de relatos inacabables surgidos de un
cuerpo policial como la Guardia Civil, cuya misión es obedecer órdenes
y no la de tomar el protagonismo de ese relato. Pero quizá lo que más
me duela personalmente no es el 18 de julio en que ha vivido
habitualmente España sino que la mayoría de su periodismo se haya
constituido mayoritariamente en un misérrimo tribunal de justicia.
Esos periodistas que de un modo habitual desbordan la información para
confundirse con los protagonistas de la política dominante.

Como periodista al borde ya de la muerte me pregunto si esos
periodistas no mancillan el recuerdo de aquella profesión brillante
que trató de dar a España los datos necesarios para superar su triste
historia. Periodistas que manejan debates absolutamente vacíos de toda
inteligencia y con final sabido de antemano ¿Qué hacen ante tal
panorama las Asociaciones de la Prensa? Yo no me voy de España no me
«fugo», como suelen decir ladinamente los que reverencian el poder que
deteriora la libertad y la democracia, porque me privaron de medios
materiales, además de carecer ya de disposiciones físicas. Vamos a ser
llanos y a confesar la verdad: vivir en la España de hoy, mi patria,
equivale a permanecer estabulado leyendo la Constitución. Y hablo como
cristiano a los «creyentes» y «progresistas» de mi pueblo y a los
llamados hidalgos en una historia encallada, siguiendo a Hans Küng, a
quien he elegido por maestro: «En un sistema libre y abierto no se
puede establecer por un procedimiento oficial y doctrinario qué es
verdad, qué sentido tiene la vida y cuál deber ser su estilo, en qué
consiste la autorrealización y la humanización, cuáles son los
valores, las prioridades, los modelos, las ideas y las normas. En tal
sistema (libre) está garantizada la tolerancia política, así como la
libertad de conciencia, de información, de investigación y de opinión.
Es un sistema que se basa en la irrenunciable dignidad y libertad del
hombre y se propone garantizar los derechos inherentes a la condición
humana y las libertades democráticas. Derechos y libertades que no son
un fin en si mismos, sino las condiciones institucionales para que el
hombre pueda asumir su plena libertad personal y encaminarse, sin
presiones estatales o partidistas, hacia un fin razonable, hacia algo
que dé sentido a la vida, hacia unos valores, normas e ideales,
procurando así su realización y plena humanización. Eso nos sitúa
ante la problemática del Estado de Derecho, un Estado ideológicamente
neutral, que no necesita fundarse en ninguna filosofía lo que debe
presuponer absolutamente por otro capítulo: la dignidad y la libertad
del hombre».

Realmente, como decía Romanones, «todo programa que no quepa en una
cuartilla está destinado a no cumplirse». Por eso he reproducido la
cuartilla anterior.

Ya no leo esos interminables textos en que los partidos me ofrecen
programas interminables con puntualizaciones retóricas, pero no me
garantizan cosas tan simples como la igualdad de sexos en cuanto a su
única personalidad, la igualdad en el trabajo y su suficiente
remuneración, los servicios sociales como sanidad y educación a
cuantos llamen a la puerta de un hospital o de un centro de enseñanza,
en cuanto no declaren bien extraeconómico los productos que nos regala
la naturaleza, el respeto a la intimidad, la soberanía del pensamiento
social, la libertad para ser persona o pueblo, la desmitificación de
las leyes, la seguridad para que la expresión popular no sea objeto de
medidas por celemines, el protagonismo de lo civil, la condena de la
guerra y la honorabilidad ante los funcionarios ya sean vecinales o de
toga y distinción…

Ante lo que sucede en el Estado español me echo las manos a la cabeza
y me interrogo mil veces para qué sirven los parlamentos y las
instituciones de presunta participación. Cómo son posibles esas
escenas de represión con los jubilados, con las mujeres que expresan
su hartura de falsedades y explotaciones y con los que con honesta
determinación exigen en la calle el reconocimiento completo de su ser
nacional o social. Si hay que subordinar todo eso al Estado de Derecho
me declaro insumiso a quienes siembran la opresión desde ese Estado y
ese Derecho. Y a quien Dios se la dé, san Pedro se la bendiga. Porque
al fin y al cabo ni Dios me obliga a obediencia tan descabellada, ni
Marx me invita a soslayar mis derechos. Y a los dos, en distinto
peldaño, me debo.
Envidia.jpg
La hora del planeta.jpg
El Llarena solitario.jpg
El auto.jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 27, 2018, 1:30:12 AM3/27/18
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Com els temes es van amuntegant, i cal escollir, avui ració doble.
Si es compleix el que no preveu Javier Pérez Royo, obro una ampolla de cava.
A Mèxic, La Jornada li dedica l'Editorial al tema Puigdemont.
L'equip de dibuixants segueixen fent editorials:
Pinto & Chinto, a la Voz de Galicia, sobre els pressupostos.
Miki & Duarte, al Diario de Sevilla i Huelva Información, sobre els ERE.
Manel Fontdevila, a eldiario.es, sobre les lleis a Espanya.
Ferreres, a Ara, sobre les euroordres.
i hi ha més a la cua.


Demasiado bonito para que sea verdad
Javier Pérez Royo


No me creo que Cristina Cifuentes se vaya a querellar contra Raquel
Ejerique e Ignacio Escolar por la información aparecida estos últimos
días en eldiario.es acerca de su título de Máster. He visto esta
mañana su intervención desde el monitor de plasma en el que anunciaba
de manera tajante que iba a querellarse, he visto como sus compañeros
de partido recibían el anuncio con una ovación cerrada y he visto
después que el director de eldiario.es daba por buena la presentación
de la querella en entrevista en Al Rojo Vivo.

No me creo, a pesar de todo ello, que Cristina Cifuentes dé el paso.
Sería demasiado bonito para que acabara siendo verdad. Yo me alegraría
mucho por Raquel e Ignacio y por eldiario.es si la presidenta
cumpliese su palabra y se querellara. Pero no creo que vaya a hacerlo.

Una querella de Cristina Cifuentes sería La Primitiva. La mayor parte
de los lectores de eldiario.es o no habían nacido o eran muy jóvenes
en los primeros años de la democracia, pero los que ya éramos mayores
en los años ochenta nos acordamos perfectamente de lo que supuso para
Pedro J. Rámirez y El Mundo la querella del Ministro del Interior,
José Barrionuevo. Nunca podremos saber qué habría pasado si no se
hubiera activado aquella querella, pero sí sabemos lo que pasó: el
aumento espectacular de las cifras de circulación del periódico y la
notoriedad que alcanzó su director. Ni el Pedro J. ni El Mundo de
antes de la querella eran, ni de lejos, los que empezaron a ser
después de ella.

Una querella de un Ministro o de una Presidenta de una Comunidad
Autónoma como Madrid, que es mucho más que un Ministro, le proporciona
a un medio de comunicación un certificado de calidad de manera
inmediata. Opera como un amplificador que hace que la voz del
periódico, de su director y de sus redactores se oiga donde antes no
se oía.

Y en este caso es, además, gratis. Sobre todo porque la información
que se ha transmitido y que motiva la querella, no es que sea verdad,
sino que no puede no serla. El riesgo para los periodistas o para
eldiario.es cero.

He sido profesor de Derecho Constitucional ininterrumpidamente desde
1966 hasta 2014. He sido profesor emérito con la misma carga docente
durante tres años. Y continúo como profesor honorario, con dos
créditos en el plan docente, que se traducen en 20 horas de clase al
año en el Máster de Derecho Constitucional. He sido además durante
veinte años director del Departamento de Derecho Constitucional y
Coordinador del Máster, además de Rector de la Universidad durante
cuatro años. Y puedo asegurarles a ustedes que lo que escribió Lina
Alvárez hace unos días, “ El sacrificio de aprobar un máster”, acerca
de que “la huella administrativa no puede perderse, entre otras cosas,
porque es la base para las acreditaciones oficiales de los títulos”, o
lo que dijo Javier de Lucas en Hora 25 en el mismo sentido, va a misa,
como vulgarmente se dice.

No hay que haber ido a la Universidad para saber que las cosas no
pueden ser como Cristina Cifuentes dice que han sido. Ningún Estado en
el que sus universidades operaran de esa manera podría sobrevivir. De
generalizarse lo ocurrido en el Máster cursado por Cristina Cifuentes,
todo el sistema educativo -no solamente el universitario- se vendría
abajo y, en consecuencia, la sociedad española entraría en un proceso
de descomposición imparable e irreversible. Las cosas no pueden ser
así.

Lo más grave no ha sido lo que ha ocurrido y que ha sido descubierto
por Raquel Ejerique, sino que, una vez descubierto, se están dando las
explicaciones que se están dando, por Cristina Cifuentes, por el
Rector y por los profesores de la Rey Juan Carlos. Eso indica que la
corrupción ha penetrado en dicha Universidad de manera alarmante.

Pero de ahí a presentar una querella hay un buen trecho. De Cristina
Cifuentes sabíamos que era presuntamente corrupta, pero no nos
imaginábamos que podía ser rematadamente tonta. Es lo que acreditará
si activa la querella.

Por eso no creo que lo acabe haciendo. Sería una estupidez demasiado
grande. Lo siento por Raquel e Ignacio, pero hay cosas que son
demasiado bonitas para que puedan ser verdad. Yo no brindaría hasta
que me hubiera sido notificada la querella.

* * *

Puigdemont: cacería política en Europa

El ex presidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont fue
detenido ayer en Alemania, luego de llegar a ese país procedente de
Dinamarca, en ejecución de una orden de arresto emitida por el
Tribunal Supremo de España, el cual lo requiere por los cargos de
rebelión y malversación que le fueron formulados por el gobierno de
Mariano Rajoy, tras el referendo independentista organizado por el
gobierno catalán el primero de octubre del año pasado y después de la
consiguiente declaración de independencia en suspenso que fue
pronunciada por el propio Puigdemont nueve días más tarde.

La respuesta del régimen español no se hizo esperar: el 27 de octubre,
el senado madrileño aprobó la aplicación del artículo 155
constitucional, a fin de intervenir las instituciones catalanas y
emprender la persecución de los funcionarios gubernamentales y líderes
políticos separatistas. Tras la detención de varios de sus
colaboradores, Puigdemont huyó a Bruselas y desde entonces, en el
exilio, había denunciado el autoritarismo del gobierno de Rajoy –el
cual cuenta con el respaldo de su propio partido, el Popular (PP), y
el del Socialista Obrero Español (PSOE)– y promoviendo la causa de la
independencia catalana.

Con la detención del ex presidente Puigdemont en Alemania el problema
entre Barcelona y Madrid entra en una nueva etapa: la
internacionalización de causas judiciales que tienen un innegable
cariz de persecución y venganza políticas y son resultado de la
incapacidad de La Moncloa para comprender las causas profundas del
independentismo catalán.

Cierto que meter a la cárcel a un puñado de dirigentes separatistas
puede obstaculizar y retrasar la causa independentista, pero no la
erradicará. Ha logrado, en cambio, agudizar la fractura social entre
españolistas y catalanistas, polarizar las posiciones y desvirtuar la
idea de que el Estado español es una democracia funcional, capaz de
procesar las reivindicaciones sociales y las diferencias en el marco
institucional.

Resulta deprimente, en efecto, asistir a una cacería paneuropea
motivada por razones políticas y constatar que en la Europa de las
pretendidas libertades y derechos se otorga a dirigentes nacionales
pacíficos un trato judicial y policial que debiera estar reservado
para delincuentes peligrosos, así como a la fabricación de delitos en
nombre de una razón de Estado –la unidad de España– que tiene su raíz
en una conocida consigna de la dictadura franquista.

Es deplorable, por último, que otros socios de la Unión Europea, como
Alemania, acepten el juego insensato y autoritario de Madrid, pues con
ello se degrada de manera inevitable el sentido mismo de la
institucionalidad europea y sus mecanismos legales. No puede
soslayarse que esos mecanismos tendrían mejores objetivos en los
traficantes de personas y de drogas, integristas de extremada
peligrosidad social, asesinos seriales y políticos y aristócratas
corruptos –muchos de ellos, afiliados al partido de propio Rajoy– que
pululan por el Viejo Continente sin que nadie los moleste.
Fereres. Aula d'idiomes.jpg
A la española.jpg
hacha.jpg
Y así todo el juicio....jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 28, 2018, 1:30:10 AM3/28/18
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Avui un record molt especial per a Miguel Hernández en el 76 aniversari de la seva mort.

https://www.youtube.com/watch?v=vK6KY2Tmgqg

Silvio canta la Segunda elegía que Miguel va dedicar a Pablo de la Torriente Brau.


El juez o la jungla
Pascual Serrano

He de reconocer que el análisis de nuestro sistema judicial tras las decisiones de los tribunales respecto al procés me tiene algo desorientado. No me refiero tanto a si estar o no de acuerdo con estas decisiones, como a la actitud que debemos adoptar ante la “justicia”.

En primer lugar, debemos diferenciar entre compartir o acatar las medidas judiciales. El problema surge cuando, ante las recientes resoluciones (procesamiento por rebelión, encarcelamiento preventivo...) nos planteamos la discrepancia y acusamos al sistema judicial de estar controlado por el gobierno, es decir, de no ser independiente, es decir, adoptar resoluciones injustas, o sea, de prevaricar. Parece lógico que, si llegamos a esa conclusión tras unas determinadas decisiones, no podemos, luego, compartir o aplaudir otras porque no estamos criticando una decisión judicial, sino que hemos desautorizado nuestro sistema judicial a su nivel más alto, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional. A partir de eso, deberíamos considerar lícito no acatarlo, exigir la liberación de presos y considerar legítima la fuga de acusados por considerarlos exiliados en lugar de prófugos en todos los procesos. En los recientes acontecimientos judiciales no se está criticando solo nuestro sistema legal, se está acusando a los jueces de burlarlo aplicando decisiones que no se ajustan a la norma. Cuando algunos hace décadas apoyamos el movimiento de insumisión contra el servicio militar obligatorio no estábamos rebelándonos contra los jueces, sino contra la ley que lo establecía y exigíamos que se cambiara.

En segundo lugar, lo que debemos plantearnos ahora es si, llegados a la conclusión de que los jueces están aplicando medidas injustas, y actuando en consecuencia, no estamos rompiendo nuestro modelo de convivencia. Si inhabilitamos nuestro sistema judicial, poco sentido y lógica tiene aceptar el poder legislativo, puesto que ya hemos llegado a la conclusión que sus leyes no las está aplicando el poder judicial. Menos respeto todavía merece el poder ejecutivo, ya sin control alguno por los otros poderes. En realidad, si el sistema judicial no es legítimo ninguna institución merece ya respeto porque entendemos que el imperio de la ley no está funcionando. Ya todo el entramado de El Espíritu de las leyes de Montesquieu se desploma.

Además, tampoco podemos recurrir a intentos institucionales de cambio o mejora, puesto que hemos llegado a la conclusión de que nuestros jueces encarcelan y reprimen de forma arbitraria y represiva sin respeto a la ley. No vale la pena, por tanto, trabajar por cambiarla. Acatar las decisiones judiciales, no aceptando por tanto que los procesados se fuguen o entender que ante la discrepancia la solución no es otra que cambiar la ley, es fundamental para la convivencia. Uno puede estar en contra de otras instituciones sin que ello afecte al funcionamiento de la democracia. Por ejemplo, algunos no reconocemos la monarquía, nada de lo que diga o haga merece nuestro aprecio, porque rechazamos la propia institución y ningún pronunciamiento de ella -tanto si creemos que nos beneficia como si no- consideramos que tenga valor. Pero es evidente que no se puede adoptar la misma posición frente a la judicatura sin que haya consecuencias en nuestro modelo de convivencia.

Dicho lo anterior, no entiendo cuando, con buena intención, se dice que las decisiones judiciales no colaboran en resolver el problema de Catalunya. Es que los jueces no deben resolver conflictos políticos, sino aplicar la ley, independiente de que como resultado de su aplicación el conflicto se resuelva o se agrave. Cuando una sentencia judicial envía a la cárcel a un asesino, no se plantean si están agravando la situación económica de su familia que puede entonces perder los ingresos económicos que proporcionaba el ahora encarcelado. Simplemente el juez aplica la pena establecida al que se demostró que cometió un delito.

Por tanto, debemos posicionarnos sobre si vamos o no a acatar las decisiones de nuestro sistema judicial, aceptando que las situaciones de injusticia que provoquen son solo el resultado de una legislación inapropiada, injusta incluso. Es lógico que siempre tengamos discrepancias con sentencias y decisiones judiciales, en los recientes encarcelamientos de líderes independentistas podemos debatir y discrepar sobre si se puede considerar rebelión o no, en qué medida hubo o no violencia, y si es proporcionada o no la prisión preventiva. Pero deberíamos asumir que la opción es recurrir a una instancia judicial superior para que vuelva a juzgar (incluso revocar o sancionar a un juez, como sucedió con Pascual Estevill, pero siempre a través de la institución judicial) o a intentar cambiar la ley que se aplicó (el caso de la insumisión al servicio militar obligatorio). Si desautorizamos las decisiones que no nos complacen porque consideramos injustas debido a arbitrariedades judiciales y renegamos de los más altos tribunales, estaremos legitimando también a que corruptos, asesinos y todo tipo de crímenes puedan acogerse al mismo principio de no aceptar ni acatar las sentencias. Eso solo lo puede hacer el que, desde el principio, ya dejó claro que no aceptaba el sistema de convivencia y, en coherencia, se situaba al margen de la ley. Es el caso del grupo armado o la revolución armada que se enfrenta al poder, está en guerra y no puede aceptar el código legal del bando enemigo; o el delincuente común, que no tiene ningún interés en convivir con sus congéneres, solo en sobrevivir con sus crímenes. ¿Acaso en una hipotética Catalunya independiente no exigirían acatar las decisiones judiciales?

Si cargos que formaron parte de nuestro sistema de convivencia como Puigdemont, Gabriel o Rovira pueden “exiliarse” (una decisión comprensible desde el interés estrictamente personal del procesado) porque los jueces les persiguen “injustamente” también lo podrán hacer mañana Urdangarín, Rato o el último asesino de su pareja, aplicando el mismo criterio de “decisiones judiciales no acordes con la ley” que los anteriores. En pocas palabras, de actuar así, estaríamos volviendo a la ley de la jungla. Es el estado de Derecho la única forma de que los débiles puedan ser protegidos. Como Sócrates, debemos entender que la ley se acata o se cambia, lo que no vale es no acatarla cuando la sentencia no nos gusta argumentando que el juez no es justo.

 
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El linchamiento.jpg
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Puigdemont en Alemania.jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 29, 2018, 1:30:10 AM3/29/18
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Mentre esperem com es desenvolupen els esdeveniments, us deixo amb el
resultat de les declaracions de Vargas Llosa a Mèxic, parlant de la
llibertat de premsa. Poc més a afegir.


Vargas Llosa se acorrala solo
Hermann Bellinghausen

En fechas recientes, dos sujetos disímbolos pero públicos han
injuriado de manera inaceptable a los periodistas asesinados en México
por hacer su trabajo. Dos cosas tienen en común Mario Vargas Llosa y
Javier Corral Jurado: son de la derecha agazapada que se dice liberal
(adjetivo cómodo, vacío y en el fondo inaceptable) y son políticos
profesionales. A partir de ahí todo los separa: mientras uno falló en
ser electo presidente de Perú en 1990, el otro impuso su candidatura
para gobernar Chihuahua y ganó. (Sí, se impuso con chantajes a su
partido, que es como funcionan hoy las cosas, el sello de la casa: lo
mismo hicieron los candidatos presidenciales Calderón y Anaya.) Pero
mientras a Vargas (como lo ninguneaba su populachero rival Alberto
Fujimori) le debemos novelas trascendentales para la literatura en
general, particularmente en castellano, a Corral apenas le debemos el
pobre hallazgo de que a Miroslava Breach la asesinaron por (palabras
más, palabras menos) andarle pisando los callos al diablo.

Es frecuente que la notoriedad eche a perder a los escritores, primero
como personas y después, aunque no siempre, como autores. Si Vargas
Llosa se hubiese dedicado a la literatura solamente, la sociedad no
tendría que sentirse ofendida por la constante trivialidad de sus
opiniones. Aun en su actual decadencia creativa, se ve mejor en las
páginas de sus novelas que en la portada de Hola! como cortesano de
los Borbón, o predicando desde la prensa monárquica contra el
feminismo porque amenaza a la literatura. (Qué oportuno que se ponga
el saco ante la efervescencia de protestas femeninas, la littérature
c’est moi, a lo mejor cree que así hubiera reaccionado su ídolo
inverso Victor Hugo.) El novelista que salió del barrio de Miraflores
para hacer ¡boom! en los años 60 hoy se la pasa opinando muy lejos de
su prosa y de la inteligencia arquitectónica de su narrativa.

Otra diferencia entre el gobernador de Chihuahua y el escritor es que
la muerte de Miroslava es de la incumbencia directa del primero y de
los correligionarios a quienes protege. En cambio para el segundo es
sólo un dato. Nuestro impresionante récord le viene bien al novelista
que hace muchos años dejó de investigar bien, como señala Julio
Roldán, crítico especializado en él (Vargas Llosa, entre el mito y la
realidad, Tectum Verlag, 2012). Tal descuido repercute en sus novelas
tardías, profesionales como él mismo, fiel a su método, pero
dolorosamente lejos de La casa verde y Conversaciones en La Catedral,
incluso de sus comedias La tía Julia y el escribidor o Pantaleón y las
visitadoras. En la reciente El sueño del celta (2010) reconocemos su
olfato para una buena historia, la de Roger Casement –recuperada 15
años antes por WG Sebald en Los anillos de Saturno–, pero ya no es el
mismo.

Que haya 100 periodistas asesinados en México es en gran parte por
culpa de la libertad de prensa que permite a los periodistas decir
cosas que antes no se podían, declaró el otro día. Enseguida menciona
al narcotráfico, pero su burrada ya lo delató. ¿Conque es culpa de
nuestra demasiada libertad?

¿Qué pasó con aquel sastrecillo valiente que en 1967 declaraba: la
hora de la justicia social sonará, como suena actualmente en Cuba, y
América Latina toda entera se emancipará del imperio que la saquea, de
las castas que la explotan, de las fuerzas que hoy la ultrajan y la
reprimen?

Ignacio Ramonet expone con claridad la evolución de Vargas Llosa, de
sus años marxistas a la conversión mística al liberalismo, cuando
deviene fan de Ronald Reagan, Margaret Thatcher (su heroína, casi una
madre), Sarkozy, Berlusconi, Aznar. De gobernar Perú, sus recetas
hubieran copiado las del PRI que fingía despreciar. Hoy le gusta
Meade. Su expresión la dictadura perfecta en 1990 usurpaba un lugar
común. En su boca adquirió relieve por la urticaria salinista de
Octavio Paz. Peor cuando añadió en Televisa: No creo que haya en
América Latina ningún caso de sistema de dictadura que haya reclutado
tan eficientemente al medio intelectual, sobornándole de una manera
muy sutil.

Al perder con Fujimori, Vargas Llosa sucumbe a sus demonios. Los
rastros de racismo en sus novelas, amplificados durante la campaña
electoral, le aconsejan desertar. Asqueado por la ingratitud de sus
compatriotas, se exilia definitivamente y renuncia incluso a su
nacionalidad bajo el pretexto de que los peruanos no le merecen,
recuerda Ramonet, y lo llama agitador ultraliberal y conservador
profesional (Le Monde Diplomatique, noviembre de 2010): La máscara
seductora de sus novelas disimula un furioso sectarismo. Después de 40
años, dedica la mayor parte de su tiempo a intervenir en los medios de
comunicación, a arengar y predicar en los congresos del mundo entero,
repitiendo con una insistencia casi fanática los principios
elementales de su ideología. ¿Qué esperar de quien legitimó la
invasión a Irak y justificó el golpe de Estado en Honduras?
El conciliador.jpg
La Macarena.jpg
Antitodo.jpg
Rajoy.jpg

Miquel Angel Soria

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Mar 30, 2018, 1:31:19 AM3/30/18
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Als escacs, per millor defensar el rei, se l'enroca. Aquests dies,
sense haver d'arribar al rei, l'enroc està de moda: C. Cifuentes,
Puigdemont (la CUP).
Ministres cantant El novio de la muerte: Zoido i Méndez de Vigo com si
els hi anés la vida, Català no se la sabia i marcava amb la boca mig
oberta. Vergonya? Cap d'ells.


VÍCTOR MORENO
PROFESOR

EL CRISTO DE LA COSPEDAL

Ni Cristo iba a sospechar que su muerte fuese jaleada en sacrosanto
silencio gracias al movimiento pendular de unas banderas izadas a
media asta en los edificios del Ejército español. La responsable de
este loor diferido, tras dos milenios del deceso del homenajeado, ha
ordenado, ya lo hizo en 2017, que las banderas «medioastadas»
flanquearan al viento desde las 14 horas del Jueves Santo hasta las
00:01 del Domingo Resurrección. Es decir, el tiempo que transcurrió,
según tiene entendida la ministra del ramo militar que no teológico,
entre el momento en que Cristo fue arrestado por los romanos hasta que
lo crucificaron y, finalmente, resucitó motu proprio.

Seamos piadosos y olvidemos por un momento que Cospedal ignora que
vivimos en un Estado aconfesional. Porque, si lo supiera, daría lo
mismo. Hará lo que le dicten sus creencias personales como católica y
«mantillera procesional» que es. Sería inútil invocarle el reglamento
militar. De hecho, la Asociación Unificada de Militares Españoles
(AUME) ya le recordó en 2017 que su actuación de Defensa contraviene
la legalidad. Según el secretario general de AUME: «Con esta
instrucción desobedecen el Real Decreto que regula cuándo se deben
rendir honores fúnebres; en esa legislación deja claro cuándo y en qué
situaciones se deben rendir y no pone que se deba realizar por actos
religiosos».

Como si se lo dicen en arameo. En esta materia, el gobierno de Rajoy y
sus acólitos, desde 2011, siguen el protocolo que marca sus creencias
particulares y no las derivadas de la Constitución (art.16.3).
Cospedal se aprovecha impunemente del poder que le otorga ser ministra
para imponer por encima de la ley sus opiniones individuales
religiosas, sabiendo, además, que discrimina a quienes no piensan ni
sienten lo mismo en dicha materia, y que al hacerlo incumple la
Constitución y el citado Real Decreto. En realidad, le importa un
bledo lo que el resto de la sociedad consuma en materia confesional o
no.

Así que demos por cumplido que la decisión de Cospedal obedece a sus
creencias personales confesionales que coloca por encima de las
legales. Así que ahondemos en ella y comprobemos el basamento
doctrinal en que las sustenta.

Los católicos basan en Jesucristo la apuesta de su fe. Y todos hemos
oído decir que, una vez estirada la pata, resucitaremos. Una merced
del Altísimo. Incluso lo harán quienes no lo desean, lo que tiene su
coña metafísica. ¿Por qué resucitar si uno no lo desea? ¿Hay que
hacerlo por obligación transcendental? Si siempre se ha dicho que Dios
ha dejado al hombre actuar libremente, ¿por qué obligar a nadie a
resucitar cuando ha plasmado ante notario su deseo de no hacerlo? Algo
falla en este teorema.

Y resucitar ¿cómo? ¿De pie, sentado, tumbado, tendido prono o supino;
en el mismo lugar en que se encontraron nuestros cuerpos cuando nos
morimos, lo que daría a situaciones confusas y tragicómicas?
Consolémonos pensando que el decoro divino nos salvará de hacer el
ridículo, incluso después de resucitados. Esperemos. ¿Y qué pasará con
los cuerpos de quienes, desobedeciendo a la Iglesia actual, fueron
reducidos a cenizas por sus familiares y guardadas en el frigorífico
de la cocina o arrojadas al pozo del jardín de casa? ¿Cómo se
recuperarán tales polvos? ¿Regresarán a la funda carnal o al alma que
en vida les dio ánimo, consistencia y movimiento?

La Iglesia tampoco aclara si resucitaremos al estilo Jesucristo, a su
imagen y semejanza, que sería lo más pertinente. Si fuimos creados
como calcomanía de su Padre, lo lógico sería resucitar como lo hizo su
hijo. Pero no hay ninguna encíclica que lo asegure. El único que lo
sabía de verdad era Benedicto XVI y el hombre se retiró a su
particular Tebaida sin aclarar nada al respecto. Y ni por asomo queda
despejada la incógnita de si dicha resurrección se hará en formato
individual o colectiva, si en mogollón o de uno en uno, en plan
populista o en clave socialdemócrata. Es un enigma que no ha resuelto
la teología moderna.

Como puede apreciarse todas estas supersticiones transcendentales
presentan muchas dudas razonables. A ellas, podríamos añadir las
derivadas de las preguntas sin resolver relativas a si solo resucitará
el alma tradicional, entendida como realidad inasible o ectoplasma más
o menos transparente. O si, por el contrario, resucitará el cuerpo en
lo mejor de su edad, con plenas facultades mentales, que es lo que le
gustaría a la mayoría, o, por el contrario, estigmatizado con los
estertores del último ictus sufrido o con el Alzheimer en el instante
en que comenzaba a nublarnos los últimos recuerdos placenteros de la
vida. A ciencia cierta –bueno, hablar aquí de ciencia es como mentar
la física cuántica en un vestuario de futbolistas–, no se sabe nada de
estas melopeas metafísicas.

Nada se dice, tampoco, del estado en que se encontrará el alma al
resucitar de su mortal placidez, habida cuenta que a lo largo de la
vida habrá sufrido su correspondiente desgaste. El alma de Dorian Gray
ya vimos cómo terminó, según su creador Oscar Wilde.

En “La Divina Comedia”, cuando la gente no sabía cómo era el infierno,
el cielo y el purgatorio, y se morían de ganas por saberlo, Dante tuvo
la osadía artística de dibujarlos con palabras. La gente que leía
aquellas descripciones entraba en coma nefrítico, debido al miedo que
les entraba por la «rectancia». Las conversiones fueron
multitudinarias. La Divina Comedia consiguió aumentar el número de
católicos como nunca lo hizo un padre dominico con sus terroríficos
sermones de cuaresmas.

Sería bueno saber en qué supersticiones escatológicas de las apuntadas
imagina Cospedal cuando obliga en contra de la Constitución y del Real
Decreto izar banderas a media asta por motivos religiosos. Al fin y al
cabo, detrás de cada motivo religioso se esconde toda una parafernalia
supersticiosa a cuál de ella más espléndida. Al actuar de este modo,
cual si se tratara de una abadesa conventual, Cospedal coloca el poder
religioso y sus fantasmagorías supersticiosas por encima y en contra
del poder civil, arrojando piedras contra el propio Estado al que
debería representar si tuviese dos dedos de frente laicos como le
obliga la Constitución.

No solo. Utilizando un poder que le ha sido concedido por la sociedad,
la muy diferida se arroga con total impunidad el derecho a imponer a
la mayoría de la sociedad una creencia en la que no todos los
ciudadanos creen, menos aún en las variopintas supersticiones que la
Iglesia se ha inventado alrededor de la figura de Jesucristo, en
especial, referidas a su resurrección, y mucho más a la resurrección
que les espera a quienes, como Cospedal, se consideran fervientes
seguidores. La verdad es que dicho furor teológico debería guardárselo
para manifestarlo en su casa o en su parroquia.

En este sentido, la AUME se quedó corta denunciando el comportamiento
ilegal y supersticioso de Cospedal. Si este gesto de la AUME
cuestionaba el tradicional oxímoron entre inteligencia y militar, más
lo haría si diese un paso al frente y sin ningún tipo de rubor
exigiera la dimisión de la ministra.
Películas de Semana Santa.jpg
Los Presupuestos.jpg
Estado aconfesional.jpg
Accidentes laborales.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 3, 2018, 1:32:04 AM4/3/18
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Gràcies, GARA, per permetre's gaudir un cop a la setmana de la
lucidesa d'un Antonio Álvarez-Solís de 88 anys.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
UNA FRASE DE CHURCHILL

Winston Churchill pronunció una frase que cobra todo su valor de
nuevo: «Habría que destruir Alemania cada cincuenta años». El líder
inglés veía Alemania como una nación bárbara recubierta con la leve
espuma de sus filósofos y escritores. Si nos atenemos a los hechos
históricos Alemania produjo dos veces en medio siglo la ruina de una
Europa a la que ahora agrede de nuevo con su comportamiento político,
económico y social. Alemania conserva la esencia de un poder violento
y absoluto, lo que lleva a muchos europeos a no tener en ella la menor
confianza de que haya cobrado el más pequeño sentido democrático.
Muchos españoles dirán con una natural y rústica simpleza que tras la
cita que he hecho al principio se transparenta mi indignación por el
comportamiento alemán con el Sr. Puigdemont. Pues aciertan. No soy
persona de medias tintas cuando se trata de hacer frente a ideologías
cínicas y radicalmente hipócritas como las que mantiene el Sistema
imperante en la Europa regida por Berlín. Lo que se está haciendo con
Catalunya, en juego simplón entre los poderes ejecutivo y judicial, es
vergonzoso, además de torpe y dañino para España. Ello aparte
¿comprende acaso el Gobierno alemán las situaciones que pueden padecer
los cientos de miles de turistas alemanes que consumen sus vacaciones
en tierras catalanas? Me creo obligado a emplear este triste lenguaje
porque mi fe en la libertad de pensamiento y mi dignidad de
propietario de la soberanía nacional, en la parte alícuota que me
corresponde, han quedado hechas unos zorros con el proceso de insidias
institucionales, falsedades agresivas e increíbles descaros de
lenguaje que condenan la más mínima respiración democrática? Entre
tales descaros está la petición del Consejo del Poder Judicial de que
se proceda a una severa protección policial de los jueces españoles en
Cataluña para evitarles que sean objeto de peligrosas «coacciones»
como esa que acaba de acontecer contra el magistrado Llarena, ante
cuya vivienda en el pueblo gerundense de Das ha aparecido una pintada
acusándole de fascista, lo que en todo caso, ¿no constituiría una
amenaza sino una opinión de quien manejó la expresiva brocha? ¿O acaso
no es asimismo escandaloso que la Moncloa hable de una imposible
acción política, por lo que el asunto queda en manos del poder
judicial? Recordé el lavatorio de manos de Poncio Pilatos.

En mis estudios auxiliares de psicología forense se me apercibía que
nada como una determinada invasión del miedo en la propia personalidad
puede llevar al temeroso a desvaríos que originen respuestas
inadecuadas. A no ser que las peticiones de protección citadas tengan
como destino llevar a los sandios a una admisión de la violencia
represora contra la «violencia» de los supuestos «terroristas». En
este caso se trataría de una miserable incitación al desorden mental
de la ciudadanía española con el fin de lograr de ella aceptaciones
innobles. Escribir «fascista» no constituye violencia material alguna
y sí la constituyen las cargas policiales que el 18 de este mes de
marzo dejaron dieciséis heridos entre manifestantes catalanes que
protestaban pacífica y verbalmente contra el encarcelamiento de sus
dirigentes.

El comportamiento represivo español es tal que el mismo Rajoy ha
recomendado a su gobierno un comportamiento moderado en opiniones y
gestos ante lo que está sucediendo en Catalunya. Es malo, Sr. Rajoy,
destapar la botella en que habita el genio malvado, ya que después es
muy difícil volver a taparla.

Quiero darle una vuelta más a lo dicho por el Sr. Churchill acerca de
Alemania. Tuve una abuela alemana, aristócrata y católica, que hubo de
emigrar, ella creía que temporalmente, para librarse de su propio
entorno de compatriotas tan solemnes como inclementes. Aquí se casó
con un hidalgo asturiano y murió poco antes de la sublevación de
Franco. Ella me describió el alma alemana. Yo siempre pienso que Dios
se la llevó para no intensificar su pena si hubiera visto poco después
como sus endiosados compatriotas formados en la lectura del “Mein
Kampf” nos masacraban con sus Messerschmit y sus Stukas, que
practicaban técnicas de bombardeo sobre poblaciones como mi querido
Mieres republicano. Yo dormía entre fuego y muerte con la inocencia de
un niño y más tarde desperté con la furia de un adolescente que recusó
a esos alemanes mientras leía, sorprendido, las páginas magníficas de
Fichte, Kant, Hegel o la larga serie de pensadores y poetas del
idealismo alemán.

El encarcelamiento de independentistas catalanes ha vuelto a situarme
ante una España de barbaries seculares. Una España que destruyó o
acalló a personalidades como Ibáñez, Vitoria, Valdés… en la época de
la contrarreforma ilustrada y repitió su insolencia con los magníficos
escritores y artistas liberales que fueron víctimas de la España
tenebrosa que resucitó plenamente Fernando VII apoyado por políticos,
clérigos, aristócratas y militares que se ampararon soezmente en la
difusa luz de las Cortes de Cádiz para resucitar su intolerancia en la
simbólica y autoritaria Carta de los Persas. La España, en fin, que no
pudieron remontar dos asfixiadas repúblicas que pretendían redimir la
miseria política y social española.

Repito una y otra vez estas referencias porque España no ha sido
colapsada desde abajo sino violentamente desde arriba. Los
protagonistas de esta conducta, indicada tan simple y sumariamente,
dedicaron toda su existencia a un colonialismo que, desastre tras
desastre, culminó en el agónico colonialismo interno representado por
los repetidos conflictos con Catalunya y Euskadi. Lo que aumenta de
modo intolerable mi rechazo a la situación presente de mi patria
–porque lo es literalmente–; repito: lo que aumenta mi repulsa a la
situación presente, hecha de silencio aniquilador y de explosiones sin
horizonte, de retóricas irritantes y de engaños sin inteligencia, es
que esa situación hoy sea considerada desde la «cumbre» por una mal
llamada Unión que ha ido enterrado con liviandades y mecanismos cada
vez más sañudos a sus viejas y esforzadas ciudadanías. El desamparo
sin rebozo alguno de esas ciudadanías, protagonistas pretéritas de una
empresa brillante en tantos de sus aspectos, es dramático, insultante.
La postura alemana o francesa o italiana frente a unos catalanes que
buscan algo tan elemental como la libertad y la potenciación de su
país añade crespones al lamentable espectáculo de explotación que está
ofreciendo a la mayoría de sus socios la Unión Europea. Catalunya
libre, en una negociación franca e inteligente con Madrid, seguramente
hubiera logrado unir a ambos pueblos en políticas impulsoras de un
verdadero progreso. Cada día veo más clara esta posibilidad. Frente a
la acción reductora de Bruselas en pro de tres o cuatro países que
viven de la dilapidación de su entorno es seguro que un resurgimiento
de la vida propia en esas sociedades en busca de libertad, iniciativa
y protagonismo habría de suscitar una dinámica dinamizadora de nuevo
cuño. La libertad es la energía básica para conseguir la renovación y
el crecimiento. Pero hablamos de una libertad profunda total, no
dimanada de constituciones importadas desde un poder enmascarado y de
dependencias institucionales más allá del propio horizonte. Las leyes
que fijan y administran férreamente la vida han derivado hacia el
control sin alma y el abuso. Son leyes para fijar los pasos, pero no
la andadura. Hacen falta normas ágiles y negociables. Como hacen falta
negociadores y no jueces. En este punto resulta absolutamente claro
que soy secesionista a fin de recobrar la alegría de la
reconstrucción. Ya no es la hora de los imperios agazapados como
cazadores furtivos en el coto de los mercados y ajenos a los ciclos de
veda y reproducción. Sr. Puigdemont, mi saludo.
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A José Couso.jpg
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Miquel Angel Soria

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Apr 4, 2018, 1:30:50 AM4/4/18
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Presupuestos en el reino de la mentira
Carlos Elordi


Los presupuestos que acaba de presentar Cristóbal Montoro en el
Congreso de los Diputados son una patraña descomunal, cuyo único
objetivo real es que el PP siga unos cuantos meses más en el gobierno.
A ese fin espurio se sacrifican todas las tareas que un gobierno
mínimamente serio habría de abordar en ese documento y más en unos
momentos llenos de incógnitas y de amenazas para nuestra economía.
Pero si eso es grave, no lo es menos el hecho de que ninguno de los
compromisos publicitados por Montoro vaya a tener trascendencia social
alguna o que sean estrictamente falsos. Además, y por si esas
engañifas fueran poco, es altamente posible que el texto sea rechazado
por la mayoría de la cámara.

Solo una serie de carambolas casi inverosímiles podría evitar ese
resultado. Primero, los independentistas catalanes tendrían que
acordar un candidato a la presidencia de la Generalitat que no tuviera
tacha judicial alguna. Segundo, el Gobierno tendría que retirar el
artículo 155. Tercero, y tras ello, el PNV tendría que ceder y apoyar
el presupuesto. Todo ello en menos de dos meses. Con los líderes
independentistas encarcelados, en España o en Alemania. Con la
Fiscalía preparando más acusaciones de rebelión. Con la calle catalana
cada vez más caliente, y no sólo por la acción de los CDR. Y con la
posibilidad, cada vez más sólida, de que las fuerzas independentistas
opten, aunque no les guste, por la repetición de elecciones. Para
seguir manteniendo sus banderas en alto. Y sabiendo que volverán a
ganarlas.

En esas condiciones es imposible aprobar un presupuesto. O lo que es
lo mismo, la crisis catalana ha colocado a España en una situación de
excepcionalidad sin precedentes en nuestra democracia. Pretender que
en esas condiciones se pueden aprobar las cuentas públicas como si no
pasara nada es sencillamente contar una mentira. Sólo un cambio en la
actitud del Gobierno hacia el independentismo podría abrir una vía
para la vuelta a la normalidad. Pero Rajoy ya ha demostrado
sobradamente que no quiere hacer nada de eso y, sobre todo, que no
sabe cómo hacerlo.

Y de la mano del ínclito Montoro se limita a lo de siempre, a hacer
campaña electoral. Deprisa y corriendo, inventándose cosas sobre la
marcha para no hundirse más en los sondeos. Hace menos de un mes decía
que las pensiones no podían tocarse, que el 0,25 era el tope. Y ahora
vende que estos presupuestos son “los de las pensiones”. Porque va a
aumentar en un 3 % las percepciones más bajas, las que cobran unos
cuatro o cinco millones de jubilados y viudas. Y sus corifeos se
llenan la boca ponderando ese gesto. Cuando, como mucho, la subida
representará entre 15 y 20 euros al mes. Es decir, casi nada para
quien está con el agua al cuello. Y, además, solo por un año, que en
el próximo ejercicio la referencia volverá a ser el 0,25.

Y algunos dicen que Rajoy ha cedido a la presión de la calle. Para
nada. Si hubiera asumido que la protesta de los pensionistas estaba
mínimamente motivada, lo primero que tenía que haber hecho es reunirse
con sus representantes. Y negociar con ellos. Pero el PP no hace esas
cosas. Porque la realidad le puede hacer daño. Y porque esos delegados
de los pensionistas le habrían tirado a la cara su oferta del 3 % y le
habrían exigido que las pensiones subieran lo que lo ha hecho el IPC y
que derogara la ley del 0,25.

Sí, ciertamente, además del 3% hay una rebaja del IRPF para los tramos
inferiores a los 14.000 euros. Pero eso es también una miseria y,
además, beneficia, por poco que sea, a todos los demás contribuyentes.
Y también es verdad que el presupuesto prevé subir los salarios de los
funcionarios un 8% en los tres próximos ejercicios, algo más del 2,5 %
cada año y eso solo si no cambian las condiciones generales de la
economía, que pueden cambiar. Y no es menos cierto que la partida
destinada a la dependencia aumenta en 46 millones, o sea, en un
porcentaje ridículo comparado con las necesidades que existen en este
capítulo, otra de las víctimas intolerables, tal vez la más sangrante,
de los recortes de Rajoy.

Y Montoro asegura impávido que son los presupuestos “más sociales” de
la democracia. Cuando el importe destinado al seguro de desempleo
sigue a la baja. Cuando no hay iniciativa alguna destinada a propiciar
una mejoría en los salarios más bajos. Cuando las ayudas al alquiler
de viviendas, otra de las medidas cacareadas por el Gobierno, se
traducirán inevitablemente en un nuevo aumento del precio de los
mismos.

En el terreno macroeconómico, menos apasionante en el debate popular
pero crucial, el presupuesto de Montoro no aporta nada. El modelo
económico del PP, de la derecha española, sigue intocado. O mejor aún
sale más reforzado. Porque el gasto publico crece de nuevo menos que
la inflación. Porque el estado se sigue empequeñeciendo a favor de la
economía privada. Olvidándose cada vez más de la inversión pública,
que casi se reduce en términos reales, mientras se mantiene incólume
la inmensa panoplia de subvenciones y deducciones fiscales a las
empresas y el esquema fiscal, tan favorable a los que más ingresan.

Rajoy ha asegurado que, si el presupuesto es rechazado, lo cual es lo
más probable, tratará de que sus contenidos sean aprobados mediante
decretos leyes. Sin añadir que también para eso necesitará de los
votos del PNV. Que los del PSOE no los va a tener, como ha asegurado
desde ya mismo Pedro Sánchez.

O sea que también en ese terreno manda la trampa y la falsedad. Por no
hablar de todo lo que ha quedado fuera de ese presupuesto
exclusivamente destinado a la propaganda. Por ejemplo, y ahí es nada,
la necesidad de una reorientación de la política económica para hacer
frente al creciente endeudamiento público, una debilidad de la
economía española que puede ser dramática, como lo fue cuando estalló
la crisis y en 2012, si cambia el panorama financiero internacional,
algo que puede perfectamente ocurrir según los expertos y que el
aumento de los tipos de interés, que llegará dentro de no muchos
meses, y el de los precios del petróleo, que ya ha llegado y tiene
pinta de quedarse, ya están anunciando.

Y un gobierno que no tiene nada que decir ante cuestiones tan
cruciales, que limita su acción a tratar de engatusar a los más
incautos o a los que están dispuestos a creérselo todo, es el que nos
va a tocar aguantar durante aún bastantes meses. Porque, aunque no
tenga presupuesto, podrá seguir mientras los demás partidos no se
avengan para echarlo. Y siempre que entre tanto no pase algo. Lo cual,
tal y como está el PP, no es para nada imposible.
Cifuentes a punto de explicarse.jpg
España.jpg
Persecuciones.jpg
El gasto en Defensa.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 5, 2018, 1:30:50 AM4/5/18
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Per alguns moments, Madrid va tornar a ser la capital d'España i fins
el 324 va donar en directe la poca vergonya de la seva presidenta.
Ara apareix un nou focus amb la detenció d'Hervé Falciani que ha
deixat descol·locada l'Audiència Nacional (perdó, TOP).


Pregúntenle a la Universidad
Javier Pérez Royo


Ayer tuvimos ocasión de comprobar que Madrid es Madrid. O lo que es lo
mismo, que Madrid no es Murcia. Me imagino que Ciudadanos se habrá
dado cuenta. El Presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia fue
sostenido por la dirección nacional del PP frente a la presión de
Ciudadanos durante bastante tiempo, pero al final lo forzó a dimitir.
La Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid no solamente ha sido
sostenida, sino que, en el momento decisivo, el PP ha cerrado filas en
torno a ella. El Presidente del Gobierno la telefoneó por la mañana
para darle su apoyo y los parlamentarios del PP en la Comunidad de
Madrid acudieron al Pleno por la tarde instruidos no simplemente para
apoyarla, sino para jalearla, como hacen los aficionados de un equipo
cuando acuden a un partido decisivo.

El PP ha ligado su suerte a la de la Presidenta de Madrid. Ha llegado,
sin duda, a la conclusión de que así como una crisis en la Presidencia
de la Comunidad de Murcia no suponía ninguna amenaza para el PP a
ningún nivel y, por supuesto, a nivel nacional, en Madrid no es así.
No era solamente la supervivencia del PP como un partido competitivo
en la comunidad de Madrid lo que estaba en juego, sino que era la
propia supervivencia en tal condición del Partido en toda España lo
que estaba en la balanza. En Murcia se puede ceder. En Madrid, no.

Cuando Cristina Cifuentes interviene en el Pleno lo sabe. Sabe que va
a ser respaldada por todo el PP sin la menor fisura en la versión que
proporcione acerca de la forma en que se matriculó y cursó el máster,
así como acerca de la forma en que obtuvo las calificaciones en las
diversas asignaturas, incluido el Trabajo de Fin de Máster. Cristina
Cifuentes sabe que el PP ha decidido que no tiene otra alternativa,
que el PP ha ligado su futuro al suyo. Sabe, por tanto, que “su
verdad” va a ser la “verdad” del PP.

Ese apoyo sin fisuras de todo el PP exige una intervención sin fisuras
por parte de la Presidenta. Y así lo hizo. Hay una matrícula, unas
actas con unas calificaciones, un título oficial emitido por la
Universidad y nada más. No ha habido ninguna irregularidad. Todo es
verdad. Si el Trabajo de Fin de Máster no aparece, no es un problema
suyo, sino de la Universidad, a la que ella ha autorizado para que lo
haga público. Pregúntenle a la Universidad por qué no aparece. Si el
acta de celebración de la defensa pública del Trabajo de Fin de Máster
no es del día en que tuvo lugar dicha defensa pública en 2012, sino de
hace quince días y si las firmas de dos de la tres profesoras que
figuran en dicha acta han sido falsificadas, tampoco es problema suyo,
sino de la Universidad. Pregúntenle a la Universidad. Y así
sucesivamente. No es mi credibilidad personal, sino la credibilidad de
la Universidad lo que está en juego. Mi palabra tiene la credibilidad
que le dan las actas y el título emitido por la Universidad. Si ha
habido fraude, lo habrá cometido la Universidad. Yo no.

Para Cristina Cifuentes y el PP nada de lo que se ha publicado por
eldiario.es es información “veraz”. No es veraz con respecto a su
conducta. Si hay algo de veracidad, será respecto de la conducta de la
Universidad. Respecto de ella, no ha habido ejercicio del derecho
reconocido y protegido por el artículo 20.1.d) de la Constitución,
sino que se ha producido una intromisión ilegítima a su honor, razón
por la cual se va a querellar contra los dos periodistas que han
destapado la información.

En estos términos ha decidido, no solamente Cristina Cifuentes, sino
el PP en su totalidad, plantear el debate ante la opinión pública.
Todo o nada. Palabra de Cristina Cifuentes, que es palabra del PP,
contra la información publicada tras una investigación acreditada en
eldiario.es y El Confidencial, de la que se han hecho eco los demás
medios de comunicación de todo el Estado.

Previsiblemente, en la Convención del PP que se va a celebrar en
Sevilla este fin de semana se escenificará la continuidad de la sesión
parlamentaria de ayer con un cierre de filas en torno a la Presidenta
de la Comunidad de Madrid. El Presidente del Gobierno se encargará de
reiterarnos que las explicaciones ya han sido dadas y hay que pasar la
página de una polémica estéril.

Pero los hechos son testarudos y, por lo tanto, ayer no se puso punto
final a nada. Entre otras cosas, porque lo que se puso en cuestión con
la intervención de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, avalada
por el Presidente del Gobierno, fue la credibilidad de la Universidad
Pública española, (no solamente la de la Universidad Rey Juan Carlos),
que no puede permitir que las cosas se queden como Cristina Cifuentes
y Mariano Rajoy las han planteado.

La sociedad tiene que tener confianza en los títulos universitarios y
con la estrategia que pusieron en práctica en el día de ayer Cristina
Cifuentes y el PP no es posible que la tenga. El coste va a ser
terrible. Pero no solamente para quien ha obtenido un título de manera
fraudulenta, sino para todos.


* * *

A 10 años de Bear Stearns
Alejandro Nadal

En marzo de 2008 el banco de inversión Bear Stearns cayó en quiebra.
Sus niveles de apalancamiento y exposición en vehículos de alto
rendimiento (que no eran otra cosa que créditos hipotecarios
incobrables) lo habían llevado a la bancarrota. La Reserva Federal
(Fed) presionó a JP Morgan y le prestó 30 mil millones de dólares
(mmdd) para que adquiriera Bear Stearns pagando dos dólares por acción
(cuando se habían cotizado en 133 un año antes). El objetivo era
evitar la quiebra de otros bancos de inversión, como Merryll Lynch y
Lehman Brothers, que también estaban fuertemente comprometidos.

En este mundo, en el que prevalece lo efímero, se podría pensar que la
historia de Bear Stearns ya no tiene interés. Pero la realidad es que
no es un aniversario cualquiera. Se trata de un hecho cargado de
mensajes sobre la naturaleza cambiante del capitalismo y las crisis
que parecen su rúbrica. Es también algo que debe provocar el análisis
sobre las relaciones entre mercados en general y mercados financieros
en especial. Esta reflexión no debe ser un mero ejercicio de
contemplación académica, sino una búsqueda de caminos para evitar una
debacle de mayor amplitud que la de 2008.

El rescate de Bear Stearns iba contra todo lo que preconiza el
evangelio del neoliberalismo: en lugar de dejar que se aplicara la
disciplina del mercado, la Reserva Federal intervino para mitigar los
daños de la caída. Al final, el rescate no pudo detener la debacle.
Seis meses después de la adquisición por JP Morgan, el banco Lehman
Brothers también tuvo que declararse en quiebra, pero esta vez la Fed
decidió que no habría rescate. El derrumbe de Lehman provocó un
terremoto en el sistema financiero mundial.

El mercado y el Estado son presentados comúnmente como entidades
separadas e incluso antagónicas. Los ignorantes portavoces del
neoliberalismo quieren hacer creer que el mercado surge
espontáneamente en un proceso de evolución natural. Al mismo tiempo,
popularizan la visión de que el Estado es un ogro invasivo capaz de
distorsionar el funcionamiento eficiente de los mercados. En esta
visión del mundo, se supone que las leyes imponen un marco de
certidumbre al evitar la arbitrariedad. Pero cuando la crisis amenaza
la estabilidad de todo el sistema, el Estado y entidades como la
Reserva Federal intervienen con gran arbitrariedad. Todo esto ha
erosionado el estado de derecho, la legitimidad del Estado y ha
consagrado el engaño como esencial en las operaciones mercantiles.

Ahora tenemos un coctel explosivo. Después del colapso financiero, el
sistema de préstamos interbancarios se congeló (2008-2012). El rescate
de bancos y grupos corporativos mediante la política fiscal no fue
suficiente para dar confianza al sistema financiero. La Fed inauguró
entonces su postura de flexibilidad cuantitativa, que intensificó la
compra de activos en poder de los bancos. Como bien había analizado
Hyman Minsky años atrás, al estallar la crisis los bancos buscaron
liquidar los activos que tenían en garantía de los préstamos otorgados
y eso provocó el colapso del valor de esos activos: la intervención de
la Reserva Federal estaba dirigida a contener esa caída de precios.
Todo eso contribuyó a calmar los ánimos en los mercados financieros,
pero a un costo que entraña nuevos peligros. La composición de los
activos de la Fed así lo demuestra. En 2009, la Reserva Federal no
tenía entre sus activos ni un título respaldado por hipotecas. Hoy, 40
por ciento de éstos se compone de ese tipo de activos (y no se sabe
cuántas de esas hipotecas son de mala calidad).

Por otra parte, el volumen astronómico de liquidez inyectado por la
Fed en el sistema bancario ha servido para promover la creación de una
nueva burbuja especulativa. En efecto, la flexibilidad cuantitativa
inyectó más de 4.4 billones (castellanos) de dólares en el sistema
financiero. Esos recursos debían servir para reactivar la economía
real, pero el banco central sólo opera mediante el mundo financiero, y
es ahí donde se quedó estacionada la liquidez creada por la
flexibilidad cuantitativa. El testigo de este fenómeno es el
crecimiento de los índices bursátiles más importantes. La especulación
y los grandes vicios del proceso de financiarización de la economía
real siguen como antes de la crisis de 2007-2008.

Los esfuerzos por establecer una regulación robusta para el sistema
bancario y financiero mediante la ley Dodd-Frank (2010) fueron
demasiado tibios. Pero hoy, hasta los demócratas contribuyen con la
agenda de desregulación y debilitamiento de esa ley. Y con los efectos
de la superburbuja en los mercados financieros estamos en presencia de
una mezcla tóxica.

La suerte del capitalismo se juega estos años. Cuarenta años de
neoliberalismo a escala planetaria han dejado una cicatriz que no
desaparece fácilmente. Son décadas de creciente dominio del sector
financiero sobre la economía, de un fuerte castigo al gasto social y
una represión de los salarios. El décimo aniversario de Bear Stearns
nos recuerda que quizás estamos frente a un cambio de esencia en el
capitalismo.
Ser o no ser.jpg
cifu.jpg
Presupuestos 'sociales'.jpg
Entre unos y otros.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 6, 2018, 1:30:39 AM4/6/18
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El desig de Bon dia! intenta que superi les contradiccions flagrants a
les que es veu sotmès. Només cal veure els dos articles. I aquelles
notícies que no disposen d'espai. Només una, treta de Página 12: La
policia -per què apareix sempre?- a Neuquén deixa en coma un ciutadà
per robar un perfum que, en realitat, havia comprat. Aquests dies
recordem José Couto.


El gozo de la verdad
Elisa Beni

La tarde de ayer fue una tarde de gozo. Lo fue al menos para mí.
Entiéndame bien, fue una tarde de gozo para los amantes de la Justicia
y de la verdad, para todos aquellos que hervían de indignación al ver
como el órgano supremo de la jurisdicción española construía un relato
para hacer encajar en un tipo delictivo a personas cuya actuación no
lo constitutía. Más allá de cual sea el delito y quiénes sean esas
personas, nadie que conozca los pilares sobre los que se asienta
nuestra civilización y nuestra democracia podía descansar bien
pensando en cómo la razón de Estado atropellaba a la razón a secas y
cómo personas llamadas a ser justas concluían que el fin siempre
justificaría cualquier medio.

Ayer tarde, unos lejanos jueces alemanes demostraron que el viejo
dicho de “Aún quedan jueces en Berlín” sigue siendo aplicable, lo que
honra y eleva al estado centroeuropeo. Unos jueces imparciales, que no
tienen que salvar nada ni a nadie, que no tienen nada que ganar ni que
perder, fallaron que no ha existido violencia alguna en el proceso
independentista ilegal y que, por tanto, no entregarán a Puigdemont
por tal delito. Eso significa que España no podrá juzgarle por él. Me
produce alipori imaginar a los alemanes, los dioses del Derecho Penal
conceptual, leyendo la increíble obra de ficción escrita por Llarena
en papel timbrado. Eso ellos lo guardarán para su coleto pero la
bofetada que le han infligido aún resuena desde el Rin al Manzanares.

El siguiente paso llegará del plat pays, dado que podemos asegurar con
grandes probabilidades de acertar que Bélgica tampoco entregará a los
consellers que allí siguen por el inexistente delito de rebelión.
¿Porque son malos? No, porque son justos. Ese delito no se ha
producido como ya lo han dicho a gritos la inmensa mayoría de los
catedráticos de Derecho Penal de este país. No hace falta ser un lince
para verlo y les dejo a ustedes que rellenen la línea de puntos
respecto a qué hay que ser para estar tan seguro de que las
ilegalidades se convirtieron en crimen nada más aplicar el 155.

Todo esto tiene una parte también terriblemente triste porque afecta
directamente a la credibilidad del sistema judicial español y,
desgraciadamente, lo hará en su totalidad tanto a los órganos que se
prestan a esta represión como a los que no han participado en ella. A
lo mejor tenemos suerte y la cosa ha tocado fondo. Tal vez tras quedar
noqueados por los puñetazos que van a recibir desde cuatro países
europeos, nos planteemos que no podemos seguir eligiendo a los jueces
del Tribunal Supremo de forma politizada y por un sistema de cuotas,
que necesitamos un Supremo con los mejores juristas de España sin
ataduras y sin deudas.

La papeleta que les viene encima no es manca. Ni siquiera es seguro
que Puigdemont, el líder de “su” trama criminal no lo olvidemos, sea
entregado por malversación. Los abogados han mandado traducir las
actas del Congreso en las que el propio presidente del Gobierno y el
ministro de Hacienda manifestaban taxativamente que ni un euro de
dinero de los fondos públicos se usó para financiar el referéndum.
España deberá además acreditar con documentación oficial,y no con
informes de la Guardia Civil, de dónde se malversó dinero y cuánto.
Tampoco es seguro que sea entregado pues por malversación y, además,
este es un delito menor que no justifica ni la prisión preventiva ni
la privación de derechos políticos. Cuando la misma respuesta, que la
violencia es una mixtificación, llegue de Bélgica, de Escocia y hasta
puede que de Suiza ¿en qué papel van a quedar los acusadores y los
jueces españoles? Somos un espacio común de Justicia y España no va a
poder seguir con tal planteamiento sin despertar los recelos sobre el
funcionamiento de su Justicia en la Unión Europea. Ya lo he advertido
otras veces, el artículo 7 se activa para los incumplidores de los
principios fundamentales de la Unión, uno de los cuales es un Estado
de Derecho digno de tal nombre.

Así no se hacen las cosas por mucho que te las aplaudan las masas
acríticas y los más preocupados por castigar y reprimir y mantener el
statu quo que por los principios y las verdades fundamentales. Si
quieren que lo que han hecho los independentistas catalanes sea delito
que lo legislen así y lo tipifiquen en el Código Penal y si existe una
próxima vez, se lo aplican, pero lo que están haciendo es impropio de
una democracia occidental.

Por último quiero felicitar a los defensores del Derecho y de los
derechos humanos y la Justicia que tuvieron la previsión de ver que no
sería posible obtener un juicio imparcial en España y que habría que
buscarlo en instancias europeas. Ellos han hecho más por la Justicia y
la verdad que los que se las dan de justicieros en suelo patrio. Mi
reconocimiento y mi apoyo porque su lucha es la mía y la de millones
de españoles de bien que no queremos ver pervertida nuestra democracia
para conseguir una vendetta.

* * *

Se clausura la ruta democrática en Brasil
Por Atilio A. Boron

La decisión del Superior Tribunal Federal rechazando el pedido de
hábeas corpus presentado por los abogados de Lula lo aparta
definitivamente de la competencia presidencial y lo arroja a la
cárcel, tal como con singular premura lo decidiera esta tarde el juez
Sergio Moro. Lo que antes requería la intervención de las fuerzas
armadas hoy lo hacen nuevos actores, convenientemente adoctrinados y
entrenados por diversas agencias del gobierno de Estados Unidos con
sus programas de “buenas prácticas”. Estos seleccionan jueces,
fiscales, legisladores y periodistas y les ofrecen cursos
especializados sobre los temas de su incumbencia. Uno de esos jueces
es precisamente Moro, que sin prueba alguna condenó a Lula a 9 años y
seis meses de cárcel, lo cual quiere decir que aprendió muy bien las
lecciones que le dieron en el país del norte. El brasileño es tal vez
el más famoso de los muchos jueces y fiscales latinoamericanos que
participan en estos cursos de “buenas prácticas”. En su caso asistió
al programa para instrucción de abogados ofrecido por la Harvard Law
School y también en un workshop sobre lavado de dinero organizado por
el Departamento de Estado, pese a que en Estados Unidos hay cuatro
estados -Delaware, Nevada, Wyoming y Dakota del Sur-.en donde se lava
dinero de forma abierta y descarada. Moro aprendió que es una “buena
práctica” condenar a un acusado aunque no haya evidencias del delito.
Lo mismo había pasado antes con la pandilla de maleantes y corruptos
que se adueñó del Congreso brasileño, que sin prueba alguna condenó a
Dilma Rousseff por corrupción para luego destituirla en un proceso
escandaloso que hundió a los legisladores de ese país en la cloaca más
maloliente de la política internacional.

Pero no basta con jueces y fiscales para concretar los planes
destituyentes del imperio. También se necesitan periodistas que
aprendan y apliquen las malas artes de la mentira sistemática, la
desinformación, la fabricación amañada de consensos, pergeñar y
manipular a la opinión pública con vistosas “pos-verdades” y blindar
mediáticamente a los gobernantes y políticos amigos y para linchar
mediáticamente a los indeseables. No es casual que las opiniones
vertidas por las oligarquías mediáticas sean insólitamente tomadas
como “pruebas” por esos jueces o fiscales cuyos cerebros fueron
prolijamente lavados en Estados Unidos. Por algo el ex presidente
Rafael Correa señala que el obstáculo principal que se interpuso a
todos su planes de gobierno fueron los medios de comunicación,
controlados a voluntad por la oligarquía financiera y sus aliados. En
el caso argentino el blindaje de los gobernantes y políticos amigos es
impresionante. Por ejemplo, el tema de los Panamá Papers ha
desaparecido por completo como también lo hizo el incendio intencional
de Iron Mountain, en donde perdieron la vida diez bomberos y se
convirtieron en humo documentos y testimonios de suma importancia. En
Brasil, actor principalísimo de la condena a Lula y la destitución de
Dilma fue la Red O Globo, violando como casi todos sus congéneres en
toda América Latina las reglas de una nobilísima profesión. En lugar
de periodismo lo que hay, salvo honrosas excepciones, son dispositivos
de propaganda sólo interesados en promover determinados intereses
económicos y políticos y encubrir los delitos de sus aliados. Pero no
basta con jueces y periodistas corruptos: se precisa también contar
con legisladores inescrupulosos dispuestos a lo que sea “si el precio
es el correcto”. Estas categorías sociales han sido entrenadas por
décadas por el gobierno de Estados Unidos en lo que sería el sustituto
funcional de la tenebrosa Escuela de las Américas. El imperialismo
incorporó a sus dispositivos de dominación el mal llamado “golpe
blando”, que en los hechos es una estrategia de destitución de
gobiernos progresistas –incluso aquellos que son tan sólo díscolos
antes las órdenes de la Casa Blanca- que provoca poco después un
verdadero baño de sangre. Para quien tenga dudas basta observar lo
ocurrido en Honduras o lo que viene ocurriendo en Paraguay o en
Brasil, con Río de Janeiro completamente militarizada, y con víctimas
como Marielle Franco, crimen escandaloso que no se pudo tapar como sí
se hizo con el asesinato de Paulo Henrique Dourado, concejal de la
populosa barriada carioca de la Baixada Fluminense, ocurrido apenas
una semana después del crimen perpetrado contra Marielle.

Al pisotear los preceptos constitucionales el Superior Tribunal
Federal deslegitima la democracia y arroja a Brasil a los brazos de la
violencia. Demuestra que de ahora en más nuestros pueblos tendrán que
idear otras estrategias de conquista del poder, porque la ruta de la
democracia parece desembocar fatalmente en la venganza reaccionaria
con la bendición del imperio. No hay muchos dispuestos a tolerar este
resultado.
No nos precipitemos.jpg
Hazañas Bélicas.jpg
El cuento.jpg
Temas del día.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 9, 2018, 1:30:08 AM4/9/18
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Temps convuls el que ens ha tocat viure. Molts noms propis, entre els
que vull destacar el del periodista de 30 anys assassinat a Gaza,
Yasser Murtaja.
De Cuba m'arriba la notícia de la mort de Daniel Chavarría "un cubano
nacido en Uruguay" i autor de novel·les policìaques. Llegeixo a la
contraportada de la seva primera, Joy:"La CIA prepara una invasión de
gérmenes infecciosos con el fin de arrasar la cosecha de cítricos y
arruinar la economía cubana".
Que la terra li sigui lleu.


Lula y la lucha contra las injusticias
Emir Sader

La vida de Lula es la vida de las luchas en contra de las injusticias.
Ahora él es víctima de la más grande, cometida en contra de un líder
político en Brasil.

Desde que nació, Lula peleó contra las injusticias que lo han
victimizado como nordestino y niño nordestino. Luchó contra ese
atropello y los que sufrió su madre, mujer nordestina.

Después, Lula siguió siendo víctima de las injusticias siendo
lustrabotas y office boy, entre otros empleos, como niño nordestino
discriminado en Sao Paulo.

Tomó un curso y se graduó como tornero mecánico. Pasó a ser víctima de
la explotación laboral, situación que lo hizo perder un dedo en una
máquina.

El camino para volverse líder sindical fue para dejar de pelear
solamente en contra de los abusos de los que él era víctima. También
contra los que afectaban a todos los trabajadores.

Cuando fundó el Partido de los Trabajadores y lanzó su candidatura a
la presidencia de Brasil se comprometió a pelear contra todas las
injusticias de que son víctimas todos los brasileños. Cuando se volvió
mandatario del país pasó a combatir esos abusos y lanzó ideas para
luchar contra los atropellos en todo el mundo.

Ahora Lula se ha vuelto víctima de la más grande injusticia contra un
líder político en Brasil, de un proceso fallido, sin crímenes y sin
pruebas, basado en la convicción de un juez partidario, apoyado en un
power point ridículo, condenado por jueces que actúan, en su conjunto,
para forjar una persecución con claro carácter político en contra de
Lula.

Las personas fueron entrando en minucias, pensando en nombres
insignificantes, como Carmen Lucía, Rosa Weber, Barroso, mirando a los
árboles, dejando a un lado las dimensiones gigantescas de la
injusticia que se comete en contra de Lula, resultado de la más odiosa
persecución política.

Todo, en contraste con la grandeza moral y política de Lula, además
del apoyo de masas, en su caso de amor correspondido con el pueblo
brasileño. La forma en que él encara los abusos de que es víctima, las
mentiras contadas sobre él, las campañas de difamación, revelan de
cuerpo entero su carácter. En ningún momento, ni en los días de la
decisión negativa de su habeas corpus por el Supremo Tribunal Federal
(STF) al día en que decidió presentarse, su estado de ánimo ha
cambiado. Siempre animó a las personas difundiendo la convicción de
que va a superar ese obstáculo para que el desánimo y la desesperanza
no se abatieran sobre las personas.

Lula no se quería presentar ante la justicia. La extraordinaria
movilización popular frente al sindicato de los metalúrgicos, en la
región del ABC, ha fortalecido esa posición. El factor decisivo para
que los planes se alteraran fue la posibilidad de que el juez Sergio
Moro decretara la prisión preventiva de Lula, a partir de la fecha y
hora definidos para su presentación.

En ese caso, Lula perdería la posibilidad de solicitar habeas corpus.
El mismo STF perdería cualquiera posibilidad de intervenir, dejando a
Lula absolutamente indefenso frente a Moro.

Fue a partir de esa situación que empezaron las negociaciones para la
presentación de Lula. Él ya se había negado a presentarse en el día,
hora y lugar definidos por Moro, apelando a la gran movilización
frente al sindicato. Asimismo, los efectos de la decisión arbitraria
del STF han fortalecido la versión de que Lula efectivamente es
víctima de persecución política, de que las acusación en su contra no
tiene fundamento, de que él se volverá preso político. Además, de que
con la decisión apresurada de Moro queda plenamente configurado que
los riesgos de prisión alegados en el pedido del HC eran plenamente
justificados, aumentando las posibilidades de que Lula logre un habeas
corpus. Además, la posibilidad de una decisión favorable al
restablecimiento del derecho constitucional a la presunción de
inocencia, discusión en la agenda del STF la semana próxima.

Así, existe la expectativa positiva de que Lula pueda recuperar su
libertad en un plazo relativamente corto. En ese caso su imagen, que
ya cataliza hoy el desgaste de un sistema podrido, sin legitimidad, se
fortalezca aún más. Además, de que durante el tiempo que esté preso
habrá muchas movilizaciones de apoyo, visitas de grandes
personalidades brasileñas y de otros países, haciendo de la detención
de Lula un problema mucho más grande para los que lo han arrestado.

Ningún líder político ha captado los espacios nacionales e
internacionales más importantes como Lula, ni puede volver a su
sindicato y ser acogido de la forma tan extraordinaria, revelando cómo
Lula siguió fiel a sus orígenes. Nunca antes la imagen de Lula se ha
proyectado de manera tan formidable para todo el país. Nunca el brillo
de un líder político fue tan alto, como la luz que proyecta Lula en
estos días. En su discurso de despedida, antes de entregarse, retomó
su historia política, recordó que fue en aquel sindicato donde se
inició en la política y se construyó como dirigente. Concluyó
recordando que las ideas no pueden ser aprisionadas.

El destino de Brasil sigue dependiendo de Lula. Ahora el desafío es
superar la monstruosa injusticia contra él para volver a combatir los
abusos que se cometen contra todos los brasileños.
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Eso dicen todos.jpg
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Miquel Angel Soria

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Apr 10, 2018, 1:30:06 AM4/10/18
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Avui, per variar una mica, us recomano una visita a la revista
cultural cubana lajiribilla.cu. Comença amb tres entrevistes sota el
títol comú La Patria es América. Responen Ernesto Villegas, Ministro
del Poder Popular para la Cultura de Venezuela; Héctor Díaz Polanco,
intel·lectual mexicà i el periodista Víctor Hugo Morales, Un
periodismo suspicaz, agudo, salpicado de sutil lirismo.

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
MIEDO. CARTA A LOS ESPAÑOLES

Leerán esta carta quizá muy pocos; los no globalizados. No importa.
Trata del miedo, que hace del ser humano un despojo maltratado de la
libertad magnífica en que vivieron y por la que murieron en algunos
casos los filósofos áureos que dialogaron con la luz y subieron al
Olimpo. La escribo en mi nueva y postrera casa, en pleno y ensimismado
campo, tras escapar de la ciudad esterilizante y falsamente
cosmopolita de Madrid. Madrid contamina mortalmente la libertad y la
«democracia» de quienes conviven con él. Europa conocerá ya
tardíamente esta contaminación.

Vuelvo a mi propio reencuentro en un hogar pequeño y cálido tras
«huir», como dicen torticeramente los gubernamentales encastillados en
la línea Maginot madrileña, de un ambiente que me iba paralizando poco
a poco. Repito, es una casa chica y cálida que me grita que la utopía
no es un imposible, un sueño de refugio, sino una muestra real de lo
que sería un justo reparto de la riqueza. Me recuerda esta nueva
situación física y moral mía a Fritz Schumacher y su pasión por esa
«economía intermedia», como él la definió, que está al servicio de los
hombres que tienen alma y de una naturaleza que tiene límites. Una
casa abarrotada de estímulos para el pensamiento que se declara libre.
Tan chico es mi nuevo hogar que en él no cabe el miedo ¡Gran Dios, qué
gran descubrimiento, justo ya en la frontera! Ese miedo profundo que
hace de los españoles una nación áspera, secularmente dolorida,
desconfiada, que teme de modo permanente una agresión inconcreta
afrontada con fuerzas débiles desde un confuso genoma autoritario.
Los españoles no padecen de temores concretos, determinados;
simplemente temen, con un temor generalmente inconcreto y desvecinado.
El resultado es que ese temor instalado fantasmalmente en la
estructura vital española conduce a una paradójica agresividad de
respuesta tanto más peligrosa por cuanto carece de sentido. Pero el
español no reconoce hallarse en este trance acre y acusa vulgarmente
de radicalismo punible a quienes denuncian su agresividad e
incapacidad para comprender al «otro» como elemento soberano en el
juego de las libertades. Ignora, por lo visto, que cuando se mira en
el espejo es mirado. Es obvio, sin embargo, que el ser invadido por un
temor difuso sufra una angustia aniquiladora de origen paranoico. Ese
ser angustiado no se atreve a mirar con reposo, a pensar despacio, a
leerse a sí mismo. En el presente histórico vacila entre el crimen
–Franco– y el suicidio –la monarquía quizá–. ¡Qué peligrosos son los
moralmente suicidas para la convivencia o simplemente el contacto! En
cualquier caso vive el español con un corazón extrasistólico. Yo
estimo que de ahí proviene que oiga, pero no escuche y hable para
protegerse, deprisa y mal, un lenguaje que es hermoso. El español
espera acurrucado y furioso ante sus adversarios a que un «héroe»
venal y cínico cree para él la seguridad protectora que él es incapaz
de fabricar con uso de una razón vigorosa. Seguridad engañosa que
destruye lo que al parecer está salvaguardado. De ahí la rudeza
desazonada del pueblo español al comprobar que su playa está desierta
al descender la marea; de ahí, también, que su repetida derrota le
retumbe dramáticamente en el interior. No conquistó jamás el español;
se limitó a huir hacia adelante. El mundo está repleto de españoles
huidos, de españoles valiosos en busca de la paz y de ellos mismos.
Ser español es cosa muy cara; para lograrlo hay que vender la
libertad, el pensamiento, las propiedades morales más íntimas, que
acaban pudriéndose en el desván de los compradores de poder. Todo esto
hace que los españoles confundan, para vivir su irrealidad, el valor
con el himno, la voluntad con la ceguera, la grandeza con el arrebato.

En el escaso pueblo al que me he retirado dedico mi tiempo a pensar en
el perpetuo desamparo de los españoles, yo sufrí ese mal, mientras
miro mi árbol y echo alpiste a los gorriones. Paz, siempre paz. Si los
españoles lograran la paz del alma sus vecinos serían sus vecinos y
con ellos hablarían desde el recaudo de cada cual, que es donde se
forja la palabra en igualdad y con sustancia. España nació sin
levadura, es pan ácimo comido en una mesa carcelaria vigilada por un
loco. Es hermosa España, pero sus dirigentes, miles de dirigentes
tribales, no saben contemplar los gorriones, siempre encañonados por
un furtivo al que entretiene nada más que la destrucción del paisaje
sobre el que suele alzarse el monumento que corona un caballero con su
espada dispuesta sobre el caballo enlucido con gualdrapas y arreos
sobredorados. He leído con detenimiento y abundancia la vida cierta de
esos caballeros que se degollaban mutua y permanentemente en las
Indias no para servir a un rey lejano y sordo sino para llenar el
hueco de su nada interior, tremenda, exasperante. Hay que leer el
Quijote, ese fenomenal tratado político repleto de un erasmismo
acosado por los jueces reales que arrasaron todas las colmenas ayer,
hoy, mañana. En las páginas de la vigorosa historia van encadenados
los galeotes mientras el Caballero los contempla desde la cercanía y
Sancho aclara que «son gente forzada del rey, que va a galeras». El
Caballero fija sus ojos fruncidos en la reata y clama: «¿Es posible
que el rey haga fuerza a ninguna gente? Como quiera que ello sea, esta
gente, aunque los llevan, van de por fuerza y no de su voluntad. Y
aquí encaja la ejecución de mi oficio, desfacer fuerzas y socorrer y
acudir a los miserables». Escribía esto don Miguel ya en los años en
que tenía puesto «el pie en el estribo/ y con ansias de la muerte»,
como comunicó al conde de Lemos al dedicarle la segunda parte del
colosal libro. Conservaba aún en los ojos la luminosa Italia
renacentista que conoció huido de la justicia de Castilla. Mozo de
poco más de veinte años entraba al enriquecedor servicio del cardenal
Acquaviva, joven aristócrata romano herido de letra y horizonte. Fue
don Miguel uno de esos españoles a los que, para nuestra fortuna como
herederos, su patria expulsó hacia el bosque de todas las heterodoxias
que han abierto caminos liberadores a la humanidad desfallecida. Allí,
en la sugestiva Italia del despertar del hombre, recibió don Miguel la
semilla de su grandeza.

Es doloroso constatar esta pertinacia del poder español en
menospreciar y aún perseguir a tantos españoles ejemplares por su
talento, honorabilidad y honradez mientras florecen en la opulencia y
distinción personajes reprobables que hacen de la sociedad española
algo parecido a una larga procesión circular de orgullosos galeotes.
Me recuerda tan inmóvil «teología» del orden y la ley aquella frase
del jesuita granadino Francisco Suárez que tras tanto enredo
metafísico, normativo y castrador que padeció su vida concluyó, para
situar la libertad en sus justos y anchos términos, con aquella frase
que nunca escuchó España: «La voluntad es más perfecta y libremente
actúa cuánto más perfectamente se nueve a sí misma». El miedo no
permite nunca que actúe la voluntad serena, con lo que la libertad que
dicen vivir los españoles, procesionante en el miedo, se convierte en
prostituta.

Aquí termina la carta de un español entristecido a quienes no saben
disfrutar de su patria, fallida por culpa imperdonable de tantos y
tantos de sus dirigentes.
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Guapo, guapo.jpg
Nuevo dolor de cabeza.jpg
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Miquel Angel Soria

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Apr 11, 2018, 1:30:28 AM4/11/18
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Josep Ramoneda diu que anem cap a un autoritarisme post-democràtic. I
posa com exemple el partit de Macron.
Les perspectives no són bones.


¿Desde qué pedestal juzgamos a Cuba? Por Eduardo Duhalde
por La pupila insomne

En octubre del año pasado fui invitado a asistir como expositor al
Segundo Diálogo Presidencial, organizado en Miami por la Cátedra
Mezerhane sobre Democracia, Estado de Derecho y Derechos Humanos del
Miami Dade College, bajo el título “¿Hacia la reinvención de los
partidos políticos?”.

Participamos un grupo de ex presidentes de América Latina, el
secretario general de la OEA Luis Almagro, el ex primer ministro de
España José María Aznar y otros altos funcionarios y ex funcionarios
de la región.

En el transcurso de la reunión, se nos propuso a los invitados firmar
una declaración en la que se condenaba en durísimos términos al actual
gobierno cubano y se convocaba a desconocer el resultado de las
próximas elecciones a realizarse en la isla.

Me negué a firmar ese documento porque sostengo que las naciones de
América Latina debemos mantener una posición firme de defensa de
nuestros derechos, proponiendo soluciones que pasen por el diálogo de
iguales, privilegiando el respeto por los derechos soberanos de cada
país y excluyendo explícitamente las intervenciones armadas, sobre
todo las de potencias extranjeras. También rechacé, por supuesto, el
Premio Payá 2018, que se otorgó a quienes firmaron y que se entregará
en Lima durante la VIII Cumbre de las Américas que se celebra por
estos días.

Las épocas en que los EE.UU se concebían a sí mismos como los
gendarmes del mundo, imponiendo un criterio propio –basado en su
conveniencia- de cómo debían manejarse el resto de los países e
interviniendo en los asuntos internos de las otras naciones son parte
de un pasado al que nadie desea regresar.

Los latinoamericanos en particular sufrimos la aplicación de la
“doctrina del enemigo interno”, impulsada desde la Escuela de las
Américas en Panamá, que dio como resultado las dictaduras sangrientas
que asolaron nuestros países en la década del setenta.

Nos costó tres décadas retomar el camino de la democracia. Por eso,
nadie recibió con mayor alegría que nosotros el cambio de rumbo de la
política exterior estadounidense respecto de Cuba que culminó en las
iniciativas de apertura y diálogo de la presidencia de Obama.

En ese contexto, hoy parecen absolutamente fuera de lugar, por
desubicadas y ahistóricas, las actitudes de la actual administración,
que ha adoptado la prepotencia y la falta de respeto como estilo y el
levantamiento de muros y la imposición de exclusiones como estrategia,
y pretende imponerlos a partir de presiones y alianzas espurias.

Esas actitudes significan un lamentable retroceso en los avances
logrados para finalizar con el bochornoso bloqueo que Estados Unidos
impuso a Cuba en la década del 60 y que la ha mantenido aislada del
continente.

Por otra parte ¿Desde qué pedestal juzgamos a Cuba? ¿Desde unos
Estados Unidos con una crisis social y moral descomunal, donde el
racismo, el consumo de droga y la violencia sin sentido se cobran
miles de vidas anuales?

¿Desde una América Latina azotada por la miseria, la desigualdad, la
violencia, la inseguridad y la corrupción y con una clase política con
menos del 20% de aprobación entre sus ciudadanos?

¿Con qué países comparamos a Cuba? ¿Con los países europeos? Por
supuesto, en Cuba y en toda América Latina el nivel de vida promedio
es inferior al de Europa. Pero si la comparamos con sus pares como
Haití, República Dominicana, el Salvador, Nicaragua e incluso con
todos los países de la región, tomando en cuenta su tamaño y las
condiciones de aislamiento a las que ha sido sometida, su desempeño no
es para nada malo.

Cuba tiene, entre otras cosas, el más bajo nivel de analfabetos de
toda América (incluido Estados Unidos) y un 4.4 % de mortandad
infantil, la más baja de América, menos que, por ejemplo, El Salvador
(16.8%), México (11.6%), Argentina (9.8%), Chile (6.6%) y Estados
Unidos (5.8%).

¿Que Cuba tiene problemas políticos, sociales y económicos serios? Por
supuesto. ¿Y quién no? Así las cosas, parece mucho más sensata y
adecuada al momento histórico la actual política de la Unión Europea
respecto de Cuba.

Explico: el 12 de diciembre de 2016 se firmó el Acuerdo de Diálogo
Político y Cooperación entre la UE y Cuba, abriendo un horizonte de
impulso y actualización a las relaciones políticas y posibilitando una
mayor colaboración en beneficio de los pueblos cubano y europeo.

En el marco de ese acuerdo, se establecieron instancias de diálogo en
áreas como Derechos Humanos, Relaciones Comerciales, Cooperación para
el Desarrollo y Ayuda Humanitaria. Ese creo que debería ser el rumbo a
seguir hoy en la búsqueda de la reinserción de Cuba en el mundo, y no
los intentos lamentables de la administración Trump de aislarnos,
imponiendo sus políticas arbitrarias por la vía de la amenaza y la
extorsión.

Así y solamente así nos ayudaremos entre países hermanos a transitar
hacia realidades más felices, con el menor conflicto y el menor dolor
posible. Y eso no se logra con descalificaciones y amenazas ni mucho
menos con intervenciones armadas abiertas o encubiertas, sino con
diálogo, discusión y respeto por el otro. Todo con la mira puesta en
la búsqueda de acuerdos y consensos.

Eduardo Duhalde es ex presidente de Argentina.

(Clarín)
Gernika2018.jpg
humo.jpg
Cs pide la dimisión de Cifuentes.jpg
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Miquel Angel Soria

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Apr 12, 2018, 1:30:05 AM4/12/18
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Alberto Garzón a una entrevista: "En la universidad hay clientelismo,
caciquismo y tiranías brutales".


La hora de los valientes
Elisa Beni

“El Museo del Prado es más importante para España que la Monarquía y
la República juntas”, dijo Manuel Azaña cuando ordenó sacar hacia
Valencia las obras más preciadas del museo para preservarlas del daño
de los bombardeos. En la película de Mercero, la hora de los valientes
le llegaba a un jovencísimo Gabino Diego que no dudaba en ponerse en
riesgo, también a los suyos, para conseguir llevar a cabo esta
prioridad. Hoy en día en España hay cosas más preciosas que un
autorretrato de Goya que van a necesitar de todos los valientes que
sea posible hallar para defenderlas. Hablo del Estado de Derecho y de
los principios de la democracia liberal que están siendo gravemente
amenazados por la represión que se lleva a cabo del independentismo
catalán.

Rebelión, golpe de Estado y, ahora, terrorismo. La mutación de los
hechos que todos vemos y vivimos en virtud de este impulso justiciero,
que no justo, ha alcanzado las máximas cotas de un surrealismo
represivo que no es ni mucho menos casual. Durante las últimas
semanas, los que habitamos dentro de los medios, hemos asistido a un
incremento de las comparaciones de las protestas de los
autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) con la
autodenominada por el entorno de ETA, kale borroka o lucha callejera.
Primero se empezó con la metáfora. Fueron periodistas afines al
gobierno los que introdujeron la cuestión en la opinión pública y lo
hicieron de forma coincidente, que líbreme Dios de decir que
coordinada y orquestada. Después se incorporaron los portavoces más
bocachanclas y, al poco, nos encontramos con una operación coordinada
desde la Audiencia Nacional que empieza a considerar a los miembros de
tales comités terroristas, dado que los detiene como a tales. Ante el
desconcierto y la perplejidad de muchos, ante la indignación diría yo,
van perfilándose después los juristas de guardia dispuestos a
justificar y argumentar tal tropelía. Todo coincidencia. Lo mismo
hicieron con el tema de Alsasua que no fue terrorismo ni para la
fiscalía navarra ni para la jueza ni para la Audiencia ni para el
TSJN, hasta que empezó a instruirlo la Guardia Civil, que tampoco era
competente para ello, y la Fiscalía se lo llevó para la Audiencia
Nacional. Este juicio, que se celebrará la semana que viene, será
presidido por la mujer de un coronel de la Guardia Civil que no se ha
abstenido, así que todo queda en casa.

En ambos casos se han utilizado mecanismos perfectamente estudiados
para sustraer del conocimiento de las causas a los jueces
predeterminados -los catalanes para los desórdenes y protestas de los
CDR y los navarros para el atentado contra la autoridad y las lesiones
de Alsasua-transformándolos en sendos delitos de terrorismo.
Curiosamente también en ambos casos lo hacen jueces instructores
“novatos” en temas de terrorismo, ambos recién llegados a la Audiencia
Nacional cuando ETA hacía años que no actuaba. El que ha ordenado la
detención de Tamara Carrasco, el magistrado De Egea, ni siquiera es
titular por escalafón de su plaza, sino que ha sido designado a dedo
por el CGPJ como juez de apoyo.

Tal vez por esto, por su falta de contacto con el terrorismo al
proceder de tribunales que no lo juzgan, no quiero ni pensar que sea
por otra cosa, se han olvidado de que en la reforma ampliatoria de los
delitos de terrorismo pactada por el PP y el PSOE en 2015, y ante la
presión y la denuncia que se hizo de la posibilidad represiva que
contenía el nuevo tipo, los socialistas se autoenmendaron y así quedó
reflejado en el artículo 573.bis 4 del Código Penal que dice que los
delitos de desórdenes públicos sólo se considerarán terroristas si se
realizan al amparo de una organización terrorista. Tal y como estaba
recogido antes de esta reforma.

También parecen soslayar que el propio Código Penal español, con la
redacción de los delitos de terrorismo que se alcanzó en 2015,
incumple la Directiva de 2017 de la UE que afirma que “aquellos actos
destinados a obligar a los poderes públicos a realizar o a abstenerse
de realizar un acto, que no estén incluidos en la lista exhaustiva de
delitos graves, NO deben considerarse delitos de terrorismo conforme a
la presente directiva”. Les invito a que repasen la lista de delitos
graves que contiene para que vean dónde queda levantar barreras,
quemar neumáticos o grabar audios diciendo que hay que bloquear el
puerto.

En resumen, que el terrorismo en este caso es un forzamiento de la ley
tan fantástico como el de la rebelión y que en un país en el que los
derechos del imputado sólo se protegen vía recurso vamos a asistir a
cómo tribunales que han sido pertinentemente habitados por personas
afines a la forma de pensar del poder establecido, no rectifican
tamañas barbaridades.

Esto no sólo preocupa, sino que asusta y no sólo asusta, sino que indigna.

Y lo hace porque el estrés al que están siendo sometidos los
principios que sustentan una democracia liberal corre el riesgo de
llevarla a la fractura. Por eso ha llegado la hora de los valientes,
porque es preciso dejar claro que la deriva que está tomando la
respuesta judicial al problema catalán no es ni mucho menos la que
debería adoptarse en una democracia sana. Hay que salir a dar la cara
y a explicar que los delitos que se hayan podido cometer, tanto por
los líderes políticos como por la ciudadanía que les apoya, han de ser
justamente investigados y juzgados pero que eso no significa que sea
aceptable la manipulación que del Derecho Penal se está haciendo para
reprimir al independentismo.

Es la hora de los valientes. Es la hora de los que saben que pretender
responder a la grave situación de Catalunya con las togas es un
artificio que sólo se puede vehicular mediante la vulneración de
derechos y que los derechos fundamentales, como el cuadro de Goya,
merecen una horda de valientes dispuestos a defenderlos porque sin
ellos la democracia tal y como la entendemos se extingue. Cierto es
que se han levantado voces de catedráticos, de algunos jueces y
fiscales con mucha prudencia, de juristas varios. Hace falta que
muchos más pierdan el miedo a decir lo que está sucediendo. Entre
estos muchos más se encuentran los políticos que no deben escudarse en
su respeto a la separación de poderes, cada vez más endeble, cuando
toca denunciar los excesos y los riesgos que acarrean.

Necesitamos que los valientes den la cara. España necesita de esos
valientes. Al menos que cuando desde Europa llegue la bofetada que
deje al desnudo nuestro ya discutible sistema, quede constancia de que
hubo españoles que supieron estar a la altura en la defensa de los
principios comunes.
El futuro.jpg
CDR.jpg
Pegamento.jpg
Correlaciones.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 13, 2018, 1:30:32 AM4/13/18
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Hi ha encara algun jutge amb criteri propi? Anar a l'Audiència
Nacional és com jugar a la Loteria: et pot tocar la grossa o la
Lamela.


El juez Pablo Llarena y la Constitución
Javier Pérez Royo


Al Poder Judicial en general y al Tribunal Supremo en particular le
costó aceptar que la Constitución es norma jurídica y que la ley y las
demás normas que integran el ordenamiento jurídico están subordinadas
a la Constitución y tienen que ser interpretadas de conformidad con la
Constitución.

Todavía en el año 1982, más de tres años después de la entrada en
vigor de la Constitución, el Tribunal Constitucional tuvo que anular
dos sentencias, una de la Audiencia Territorial de Sevilla de 31 de
enero de 1980 y otra de la Sala Primera del Tribunal Supremo de 8 de
abril de 1982, porque ambas ignoraron y abiertamente negaron el valor
normativo inmediato del artículo 14 de la Constitución.

En la primera de ellas, la Audiencia Territorial afirma textualmente
que "el contenido de las Leyes Fundamentales del Estado integra meras
enunciaciones de principio encaminados a orientar la futura labor del
Poder Público, sin eficacia para provocar el nacimiento de derechos
civiles salvo que éstos se desarrollen por leyes ulteriores". En la
Sentencia del Tribunal Supremo se dice que "tal mandato (el del
artículo 14 CE) tiene alcance de una declaración de principio"
necesitada de ulterior desarrollo, y en coherencia con esta
interpretación, no se ha apreciado el efecto derogatorio del art. 14
respecto al artículo 137 del Código Civil en virtud de la disposición
derogatoria tercera de la Constitución" (STC 80/82. FJ 1º).

Es de destacar que el Fiscal General del Estado se opuso a la
estimación del recurso de amparo y argumentó que el Tribunal
Constitucional debía confirmar por su conformidad con la Constitución
ambas sentencias. Significativa coincidencia de Fiscalía General,
Audiencia Territorial y Tribunal Supremo.

Obviamente, el Tribunal Constitucional anularía ambas sentencias por
ser sus "fallos contrarios al derecho de igualdad que perpetúan en el
presente un trato discriminatorio nacido al amparo de la legislación
preconstitucional".

Pensaba que estas resistencias a aceptar la primacía de la
Constitución habían desaparecido en nuestros tribunales de justicia,
pero la instrucción del Juez Pablo Llarena en general y en particular
su auto de ayer impidiendo por segunda vez que Jordi Sánchez pueda
acudir como candidato a la sesión de investidura convocada por el
president del Parlament, ha venido a sacarme de mi error. La
Constitución y el Estatuto de Autonomía, que es materialmente una
norma constitucional y que integra con la Constitución el llamado
"bloque de la constitucionalidad", no son normas jurídicas de obligado
cumplimiento. El Juez Instructor no tiene por qué tomarlas en
consideración cuando tiene que tomar una decisión sobre un proceso de
investidura, a pesar de que dicho proceso únicamente está regulado en
la Constitución y en el Estatuto.

Ahora bien, el Juez Pablo Llarena no se contenta con emular a sus
colegas de la Sala Primera de los primeros años ochenta, sino que va
mucho más allá. Los Magistrados de la Sala Primera fundamentaban su
decisión en el Código Civil. Erraron al interpretar la Constitución en
función del Código Civil, en lugar de interpretar el Código Civil en
función de la Constitución, pero había por lo menos una apariencia de
fundamentación jurídica.

El Juez Pablo Llarena no fundamenta su auto de ayer en ninguna ley.
Aunque parezca increíble, así es. No solamente prescinde por completo
de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, sino que prescinde,
además, de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, ya que el requisito de
que sea "firme" el auto de procesamiento para limitar el derecho de
sufragio pasivo, simplemente no existe. El artículo 384 bis de la LO
4/1988 dice textualmente: "FIRME UN AUTO DE PROCESAMIENTO y decretada
la prisión provisional por delito cometido por persona integrada o
relacionada con bandas armadas o individuos terroristas o rebeldes, el
procesado que estuviere ostentando función o cargo público quedará
automáticamente suspendido en el ejercicio del mismo mientras dure la
situación de prisión". Al no ser FIRME el auto de procesamiento falta
el presupuesto de hecho para que pueda ser aplicado a Jordi Sánchez el
artículo 384 bis. En consecuencia, aunque lo menciona, no puede
fundamentar su decisión en él.

El Juez Instructor ha tomado, pues, su decisión sin fundamentarla en
ningún precepto legal. Y lo ha hecho así, porque no hay absolutamente
nada en el ordenamiento jurídico con base en lo cual se pueda tomar la
decisión de impedir que Jordi Sánchez acuda a la sesión de
investidura. La decisión carece de cualquier fundamentación jurídica.
Formalmente es una decisión judicial. Materialmente es una decisión
privada, con la que se subvierte el ejercicio de la función
jurisdiccional tal como está definida en la Constitución.

* * *

Cumbres al borde del abismo
Ángel Guerra Cabrera

En un planeta empujado por Washington y sus aliados israelíes y
europeos hacia lo que podría convertirse en un conflicto bélico de
pronóstico reservado, inicia mañana el segmento de jefes de Estado y
de gobierno de la Cumbre de las Américas. Las mentiras de las últimas
semanas, primero de la gobernante británica, Theresa May, sobre el
caso del ex espía Serguei Skripal y, más recientemente, del presidente
estadunidense, Donald Trump, sobre el nunca confirmado ataque químico
en la ciudad siria de Duma, recuerdan las inexistentes armas de
destrucción masiva en Irak, pretexto para acometer un baño de sangre,
la destrucción del Estado y el patrimonio cultural del país árabe.
Curiosamente, este montaje ocurre en el momento en que el ejército
sirio culmina, con sólido apoyo ruso, una arrolladora ofensiva y ha
liberado al país de terroristas.

Precisamente, Trump atribuyó la cancelación a última hora de su
participación en la cumbre a la necesidad de ocuparse de la situación
en Siria y vigilar los acontecimientos en el mundo. En realidad, el
magnate no tenía ningún deseo de visitar una región de la que quiere
aislarse con un muro, a la que desprecia y para la que reserva sólo
ataques y amenazas, ensañado con los migrantes, su población más
desvalida y vulnerable. Los medios de difusión estadunidenses esta vez
parecen decir la verdad cuando atribuyen la cancelación de su viaje a
la tormenta de conflictos personales y políticos, internos y externos,
que lo agobia. De la misma manera, ceder a la tentación de distraer en
este momento la mirada de Estados Unidos y el planeta hacia una
aventura bélica podría ser vista por el atribulado emperador como la
tabla de salvación que lo exorcice de esos demonios.

Mientras tanto, en Lima sesiona del 10 al 14 de abril la Cumbre de los
Pueblos, paralela a la cumbre oficial, que ha hecho eco de las
numerosas luchas de nuestra América contra el neoliberalismo plus. En
el centro de su atención han estado la organización de la resistencia
contra los megaproyectos capitalistas que arrasan comunidades
indígenas, afrodescendientes y mestizas, despojan a nuestros pueblos
de sus recursos naturales, estimulan el cambio climático y contaminan
gravemente lagos, ríos, mares y suelos.

Igualmente, en primer plano, desde la inauguración en el teatro de la
Derrama Magisterial en Lima ha sido muy combativa la solidaridad con
Venezuela –excluida ilegal y arbitrariamente de la Cumbre de las
Américas–, Cuba –con Fidel presente siempre–, Bolivia, y con ese
símbolo de la dignidad de la patria grande, que es el compañero Lula.
Como bien dijo él a sus partidarios antes de dirigirse a la cárcel: a
partir de ahora soy una idea y las ideas no se encarcelan.

Están sesionando también un foro de la sociedad civil y uno juvenil,
en cuya organización intervienen la OEA y en el segundo, además, la
Young American Bussines Trust, que han aplicado evidentes métodos
excluyentes y antidemocráticos. Manifestados tanto en la sesgada
selección de participantes como en la composición de las mesas, cuya
convocatoria ha sido un fracaso. Se dio el caso escandaloso de la
exclusión de varias importantes organizaciones indígenas peruanas del
foro sobre pueblos originarios y de los delegados cubanos del diálogo
de los jóvenes con representantes de los gobiernos. Es elocuente el
material audiovisual que muestra grandes salones casi vacíos, donde se
ven más meseros y personal de seguridad que delegados.

Encima, la admisión de contrarrevolucionarios, cabecillas de siglas
que no convocan a nadie en Cuba y son totalmente ajenos a las luchas
de su pueblo por la independencia, la democracia y la soberanía.
Detrás de esta manipulación política para impedir que se expresen las
causas sociales no es difícil adivinar la mano de los indeseables Luis
Almagro, secretario general de la pestilente OEA, y Marco Rubio,
rabioso senador de origen cubano al que Trump ha entregado el manejo
de la política hacia Cuba y Venezuela. El último, con desesperados
intentos de robar reflectores desde que se enteró que no asistiría el
magnate.

Mañana comienza la recta final de la Cumbre de las Américas con las
ausencias del presidente Nicolás Maduro, de la ejemplar Venezuela en
resistencia, y por primera vez la del presidente de Estados Unidos.
Pero en la voz del mandatario cubano, Raúl Castro, se escucharán las
verdades de los pueblos, esas que Trump nunca hubiera querido oír,
como en las de su homólogo boliviano, Evo Morales. Creadas por
Washington, estas cumbres pugnan contra la unidad latinoamericana y
caribeña, aunque pueden servir de tribuna a los gobiernos dignos.
Argentina. 'Dejà vu'.jpg
The walking dead.jpg
¡Almas cándidas!.jpg
Thrillers de ayer y de hoy.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 16, 2018, 1:30:45 AM4/16/18
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Ahir tornava a sortir amb força, a Barcelona, la idea d'una solució
transversal a la paràlisi de les nostres institucions i a
l'alliberament dels presos. Però, si de de ser clar, no confio massa
en la ceguesa d'alguns, ajudats per "palmeros" de fora. I tot ho
deixem en mans del temps, que passa.


Una querella imprescindible
Javier Pérez Royo



La querella que anunció el pasado viernes el president del Parlament
es imprescindible no solo para Catalunya sino también para España,
pues lo que está en juego no es solamente la investidura del president
de la Generalitat, que no es asunto menor, sino también cuál es el
contenido y alcance del principio de independencia del poder judicial,
sin el cual no es posible el Estado de Derecho.

El juez Pablo Llarena dictó un auto el pasado día 12 de abril por el
que impidió que el candidato propuesto por el president del Parlament,
Jordi Sànchez, acudiera a la sesión de investidura convocada para el
día 13. Este es el motivo por el que el Parlament de Catalunya ha
decidido querellarse contra él por prevaricación.

El delito de prevaricación consiste en una quiebra del principio de
legitimación democrática del poder. El poder judicial también tiene
que tener legitimación democrática, ya que dicho principio “es la base
de TODA nuestra ordenación jurídico-política” (STC 6/1981). No puede
haber manifestación del poder del Estado sin legitimación democrática.
Esta es una regla que no admite excepción.

Y el poder judicial recibe su legitimación democrática de la sumisión
a la ley: “sometido únicamente al imperio de la ley” (art. 117.1 CE).
Dependencia de la ley e independencia del juez son las dos caras de la
misma moneda. El juez es independiente frente a todos, frente a
cualquier voluntad particular, porque está “sometido únicamente a la
voluntad general, a la ley”.

El juez tiene que acreditar en cada paso que da en el ejercicio de la
función jurisdiccional cuál es la ley, cual es la manifestación de la
voluntad general con base en la cual toma una decisión. Su voluntad
particular tiene que ser expresión de la voluntad general. El juez es
por tanto independiente de todo menos de la ley. Si no puede acreditar
que está aplicando la ley, está cometiendo delito de prevaricación,
porque ha quebrado el principio de legitimidad democrática.

Y esto es lo que el juez Llarena no hace en su auto de 12 de abril. El
auto tiene 54 páginas. En ellas el juez no identifica ni una sola
norma jurídica en la que descanse su decisión de no permitir que Jordi
Sánchez acuda a la sesión de investidura. Repito: ni una sola norma
jurídica. La voluntad particular del Juez Llarena no es expresión de
la voluntad general, sino que es pura y simplemente manifestación de
su voluntad individual. No se somete a la ley, sino que sustituye la
voluntad general respecto de la investidura del President de la
Generalitat por la suya propia.

La investidura está regulada en positivo en la Constitución y en el
Estatuto de Autonomía de Catalunya. De manera exclusiva y excluyente.
En este terreno existe una reserva absoluta a favor del “bloque de la
constitucionalidad”. En negativo, la investidura está condicionada por
el Código Penal y por la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

La Constitución y el Estatuto exigen:

1. Que el President del Parlament haga una propuesta tras haber
oído a todos los grupos parlamentarios.

2. Que el candidato propuesto sea diputado del Parlament.

El Código Penal exige que el candidato no esté privado del ejercicio
del derecho de sufragio por sentencia judicial firme. Esta última
exigencia no figura en la Constitución y el Estatuto, pero ha sido
admitida de manera pacífica desde siempre.

Desde 1988, en que se aprobó la LO 4/1988, mediante la que se modificó
la Ley de Enjuiciamiento Criminal, hay un nuevo límite que impone el
nuevo artículo 384 bis de dicha ley. No es preciso una sentencia firme
para privar del ejercicio del derecho de sufragio, sino que basta con
un “auto de procesamiento firme por delito cometido por persona
integrada o relacionada con bandas armadas o individuos terroristas o
rebeldes…”.

Este era el 12 de abril el derecho aplicable en lo que a la
investidura se refiere. No hay nada más en nuestro ordenamiento
jurídico. Nada más que con base en la Constitución y el Estatuto o en
el Código Penal o la Ley de Enjuiciamiento Criminal el Juez Instructor
podía tomar la decisión de no permitir que Jordi Sànchez acudiera a la
sesión de investidura.

Y no podía hacerlo. Porque Jordi Sànchez es el candidato propuesto por
el President del Parlament, es diputado electo, no hay sentencia firme
que le prive del ejercicio del derecho de sufragio y no hay auto firme
por el delito contemplado en el artículo 384 bis de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal.

Este es el fundamento de la querella. El auto es un auto contra legem.
No es que carezca de cobertura legal, sino que se ha dictado contra lo
que expresamente dice la ley, entendiendo por tal la Constitución y el
Estatuto de Autonomía más las leyes orgánicas que son de aplicación en
este caso.

A esta imputación de haberse “independizado de la ley”, de haber
sustituido la voluntad general por su voluntad particular, es a la que
tendrá que responder el Juez Pablo Llarena. ¿Con base en qué ley va a
justificar su auto el Juez Instructor?

El Magistrado del Tribunal Supremo al que le corresponda la
instrucción de la querella primero y a los Magistrados que tengan que
resolverla después tendrán también que dar respuesta a esta cuestión.

¿Ha sido el Juez Pablo Llarena el juez independiente previsto en la
Constitución o el juez arbitrario y caprichoso que se ha considerado
que no está sometido a la Constitución y el Estatuto de Cataluya ni a
la ley?

La respuesta a este interrogante es lo que está en juego. Y esto no
interesa solamente a Catalunya sino a toda España.
Un caso extraño.jpg
Justicia en Altsasu.jpg
14 de abril.jpg
brotes verdes.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 17, 2018, 1:30:13 AM4/17/18
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Escriu l'humorista Andy Borowitz al The New Yorker: "Mèxic va
sorprendre al món (...) a l'acceptar pagar per la cura psiquiàtrica de
Donald J. Trump." El president mexicà va declarar que havia autoritzat
el pagament "malgrat les crítiques al seu país de que el tractament
podia ser més car que el mur fronterer". Va argumentar que "quan la
seguretat del món està en joc, 800 dòlars l'hora és barat".

Estaríem per aquí disposats a pagar el que fos pels nostres "casos"?


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
LA CORRUPCIÓN DEL LENGUAJE

Alguien con personalidad significada debería poner coto a la
degeneración del lenguaje que fue utilizado en plenitud creadora desde
las «esferas» en que hablaban los filósofos cuando aún existía la
filosofía o arte de la inteligencia. Las «esferas» como idea de «lo
completo, de lo acabado, de lo perfecto, de lo pleno». Así lo define
Ferrater Mora, catalán formado en la Universidad de Barcelona y
«huido» de España por haber luchado en el bando republicano. Como de
costumbre. En el exilio hizo la obra que hoy es indispensable en la
cultura universal. Como buen catalán engarzó liberalismo personal y
anarquismo amable, de los que dice: «Tanto el anarquismo como el
liberalismo han subrayado la importancia del disentimiento respecto a
las opiniones establecidas y el papel fundamental que desempeñan la
crítica y la oposición frente a todo poder establecido y arraigado, el
cual tiende a perpetuarse a sí mismo y a aplastar todo disentimiento».
Decía Empédocles que la esfera es la imagen del mundo cuando el amor
lo penetra enteramente. Permítanme los lectores que comience este
papel con tal solemnidad, pero es que dirijo este memorial nada menos
que a un ministro para que se anime a remontar su escasez intelectual
y su elementalidad política. Si el ministro del Gobierno español Sr.
Zoido supiera algo de estas cosas no destruiría la lengua española al
hablar, en consuno con sus jueces, de los movimientos independentistas
catalanes como actos «vandálicos», como «violencia terrorista», como
«agresión a la ley»... Conozco el tremendismo andaluz, la volubilidad
lingüística andaluza, la fragilidad andaluza para incardinar los
significados más peregrinos en cualquier concepto o palabra que quiera
usarse para hacer de ella no una herramienta normalizada de
entendimiento sino un cascanueces adquirido quizá en cualquier
economato policial.

España está viviendo una hora de decadencia intelectual, y por tanto
política y moral, que arrastra a la nación española a la soledad más
absoluta. Y al decir esto tengo en cuenta la nómina degradada que
conduce la empequeñecida vida europea, que empuja nada menos que a la
canciller de Alemania a apoyar al régimen español enfrentándose a unos
jueces y unos dirigentes socialdemócratas de su país que han
recuperado en cierto modo la voluntad de poner las cosas en su sitio
ante la persecución sufrida por el hasta ahora presidente Puigdemont.
Por cierto ¿qué harán ante esta situación los socialistas españoles
frente a las voces de estos dirigentes socialistas alemanes?

Señor ministro: no se puede hablar, decentemente, de los sucesos de
Catalunya empleando términos como «vandalismo», como «terrorismo»,
como «rebelión», como «populismo», como «amenaza»… Esos términos
pertenecen a un discurso histórico muy distinto al actual y han
sufrido el consiguiente desgaste, hasta el punto de invalidarlos para
ser aplicados a lo que tiene un simple perfil de protesta social
protagonizada por un pueblo que defiende su ansia de libertad y su
decisión soberana de ser él mismo y no una provincia colonial de
España. Conste que hablo como español que ha dedicado mucho tiempo a
la consideración respetuosa de su lengua, que ha sido decapitada por
su misma madre, la Real Academia ¡Que pájaros vuelan ahora en la
venerable jaula!

Sr. ministro: hablar de actos vandálicos en Catalunya es, cuanto
menos, revolvente, que equivale a «dar vuelta a la cosa entera hasta
llegar al punto de donde salió». Dícese académicamente del vandalismo
que «conlleva espíritu de destrucción que no respeta cosa alguna,
sagrada ni profana» ¿Y es eso lo que ha visto usted, señor ministro,
hacer a los catalanes cuando salen a la calle en pro de su República?
Pues si usted ha visto eso es comprensible que se haya dado un
testarazo con el juez alemán que ha liberado, al menos en parte, al
Sr. Puigdemont.

Y ahora vayamos a lo de terrorismo o «sucesión de actos de violencia
ejecutados para infundir terror» o «miedo, espanto, pavor de un mal
que amenaza o de un peligro que se teme (RAE)». ¿Su Guardia Civil se
ha enfrentado a todo eso con el terror en la piel, cuando el valor se
le supone? ¿O acaso ha visto a los seguidores de la Sra. Arrimadas
atrancarse en sus hogares ante el bufido de la bestia independentista?
¿Si es terrorismo lo que protagonizan los nacionalistas catalanes qué
diremos del uso de explosivos, de las embestidas brutales con
vehículos, de los apuñalamientos masivos? Sr. ministro…

Rebelión... ¿Dónde están las armas o los instrumentos de combate que
deben acompañar a los rebeldes para lograr la victoria? No será que
usted llama rebeldes a los que expresan más o menos alborotadamente su
voluntad de libertad y leyes propias. Sr. Zoido, la rebelión fue un
delito decimonónico para incriminar a militares levantiscos o reducir
la guerrilla en las colonias. Rebelde era Franco, por ejemplo. O la
Guardia Civil del 23F. Rebeldes eran los pueblos que luchaban en
Africa para liberarse de la esclavitud colonial. Sr. ministro, no hay
rebeldes de ese tipo en Catalunya. Tirar una piedra a un guardia que
perseguía a los manifestantes con armas contundentes no vale la
solemnidad de un alto tribunal y una condena extraordinaria, a no ser
que hablemos de una venganza deleznable por su perfil y su antigüedad.
El juez alemán lo vio así.

¿Y qué me dice usted, Sr. ministro, de la incriminación política por
sabotajes? ¿Pueden merecer ese nombre las sentadas en las vías
públicas, la invalidación de una cabina de pago en cualquier
autopista, la quema de unos neumáticos, cosas que puede resolver la
guardia municipal? ¿Merece eso que se encargue a un magistrado del
Tribunal Supremo la apertura solemne de un proceso con resultados que
quedarán en los anales negros de la historia? ¿Pero qué clase de
gobierno tiene España? ¡Hasta dónde ha destruido la política y tantas
instituciones ese gobierno! El Sr. Rajoy y otra vez la derecha
española han reconducido a esta nación a límites de los que no queda
ni calendario. Unos límites apropiados para que ese peruano
saltimbanqui, el Sr. Vargas Llosa, resuelva constituirse en líder de
la inteligencia española con frases como la que reproduzco: «Si el
nacionalismo puede construirse también se puede desmontar». Así de
simple. Hablo de un Premio Nobel.

Sr. Zoido, ante este panorama me creo validado para usar también el
lenguaje a mi manera. Creo que muchos españoles estamos esposados a la
barbarie de ese lenguaje hecho tiras y empleado con plena ajenidad de
sentido. Yo diría, por tanto, que nos encontramos ante una realidad
teratológica, esto es, monstruosa, anormal, deforme. Me permitirá por
tanto, Sr. Zoilo, que tire una piedra al gobierno al que usted
pertenece. Acepto que después ustedes me procesen por rebelión,
terrorismo y aún por malversación si no demuestro que esa piedra la he
pagado con mi pensión de jubilado.

Estoy con la Santa: «Vivo sin vivir en mí/ y tan alta vida espero/ que
muero porque no muero». Sé que estoy haciendo populismo, al que el Sr.
Cebrián se refirió en Perú y en acto empresarial solemne como «esa
lacra que opera en los países democráticos y occidentales desde hace
muchos años. Catalunya –concluyó el académico de la Real Academia y
huido del lenguaje– es un ejemplo de populismo formidable». Leí, volví
a leer y acudí al diccionario: «Populismo.– Perteneciente o relativo
al pueblo». El Sr. Cebrián debió confundirse con populacho, que es «lo
último de la plebe». Pero del Sr. Cebrián hablaremos otro día. Uno es
un viejo débil y no puede con tantas cosas a la vez.
La impunidad.jpg
¡A la carga!.jpg
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Miquel Angel Soria

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Apr 18, 2018, 1:30:08 AM4/18/18
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La "justícia?" està enfeinada aquests dies. Bé, parlar de la justícia
no és del tot correcte, millor seria parlar del "TOP" -com es veu a
l'article de Miguel Castells i Patxi Zabaleta- i del Tribunal Suprem.


MIGUEL CASTELLS Y PATXI ZABALETA
ABOGADOS

ALTSASU

Los jueces. El caso Altsasu no es la consecuencia sólo de una
legislación antiterrorista. Toca también la cuestión de los jueces. De
forma simplista y para entender determinadas situaciones, suelo decir
que no hay administración de justicia sino jueces que administran la
Justicia, cada juez con su contexto personal e ideología. Por
circunstancias histórico-culturales, entre ellas la masacre de la
guerra de 1936 y su posguerra y la campaña de limpieza
ideológico-cultural de los cuarenta años de franquismo, la mayoría
sociológica española hoy es conservadora y, en el tema vasco y en el
tema catalán, reaccionaria. Esta mayoría se encuentra igualmente
presente entre los jueces y fiscales. Una muestra de ello nos la
ofrece la cifra de miembros de cada una de las cinco asociaciones de
jueces y de cada una de las tres asociaciones de fiscales. La
Asociación Profesional de la Magistratura es en número de jueces la
mayor de las asociaciones, supera en más del doble a la que le sigue y
su ideología se suele identificar con la del PP (dicho en Wikipedia).
E incluso en la minoritaria asociación progresista de Jueces para la
Democracia, los jueces que son progresistas en los temas vasco y
catalán son a su vez minoría dentro de dicha asociación. Precisamente,
el procés ha revelado divergencias en el seno de Jueces para la
Democracia que motivaron la salida de un grupo de jueces catalanes y
la creación por los mismos de Agora Judicial, nueva asociación a la
que es de desear toda clase de parabienes.

La Audiencia Nacional. Ciertamente la Sala de lo Penal de la Audiencia
Nacional es el órgano en el que se produce una mayor concentración y
radicalismo del sector judicial conservador. En el caso de Altsasu,
como en otros, la Audiencia Nacional está aplicando la legislación
antiterrorista con un criterio más represivo que el pretendido por el
legislador antiterrorista. O, al menos, con un criterio tan
intensamente represivo como el querido por el legislador, lo que ya es
decir. Pero el peso de la mayoría conservadora es patente en el
funcionamiento del conjunto de la organización judicial, sobre todo en
sus órganos más altos. Un ejemplo son las resoluciones, sobradamente
conocidas, del magistrado Pablo Llarena Conde, juez instructor de la
Sala Segunda del Tribunal Supremo en el caso Puigdemont y otros altos
cargos de la Generalitat. No es causalidad que el magistrado Llarena
ostentara la presidencia de la Asociación Profesional de la
Magistratura en el periodo 2013 a 2015. Y que en las apelaciones
relativas al caso Puigdemont y cargos de la Generalitat, la Sala
Segunda del Tribunal Supremo está apoyando, de todas todas, las
resoluciones de Llarena. Que la justicia es independiente quiere decir
que Rajoy no telefonea a éste o a aquél juez; pero el teléfono sobra
cuando el problema es que este juez piensa igual que Rajoy.

En un artículo publicado en un periódico de ámbito vasco, en enero de
2015, el catedrático de derecho internacional privado Juan José
Álvarez, manifestaba: «En ningún país europeo existe un tribunal de
excepción semejante a la Audiencia Nacional. En otros países que han
vivido fenómenos de terrorismo (…) se excluye a la institución del
jurado de la competencia (…) de tales delitos, pero se atribuye la
competencia a juzgados ordinarios, sin necesidad de crear tribunales
centrales». Y tras un claro razonamiento concluía: «la normalización
democrática ganará en credibilidad cuando se dé el paso, tan necesario
(…), de desmantelamiento de un tribunal de excepción (la Audiencia
Nacional) que representa una anomalía democrática».

En abril de 2016, en un debate sobre la Audiencia Nacional de ETB2 en
el que interviene el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia del
País Vasco Juan Calparsoro, los abogados Boye de Madrid y Castells de
aquí, un profesor de derecho procesal de la Universidad de Deusto y el
periodista Yoldi de Madrid, todos salvo el periodista, o sea todos los
juristas, se pronuncian fundamentadamente a favor de la clausura de la
Sala de lo Penal de Audiencia Nacional. También Margarita Robles
Fernández, magistrada, diputada del PSOE y en la actualidad portavoz
del grupo en el Congreso, se mostró, en entrevista grabada por la
misma televisión, contraria a la existencia actual de la Sala de lo
Penal de la Audiencia Nacional. La asociación Jueces para la
Democracia, aunque no se ha pronunciado oficialmente, revela, a través
de los artículos publicados en su revista, una opinión generalizada de
que las competencias de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional
deben ejercerse por los jueces naturales, que son los jueces y
tribunales de los territorios en los que se ha cometido el hecho que
se juzga. Y entre los jueces que han expresado dicha opinión en la
revista, algunos han sido magistrados de los altos Tribunales. Creemos
que la idea de la sinrazón o mejor dicho contra razón jurídica de la
Audiencia Nacional se encuentra extendida, aunque absolutamente
carente de coordinación, en los ambientes jurídicos.

Pero para comprender por qué existe la Audiencia Nacional, hay que
mirar para atrás. La Audiencia Nacional se crea a través de tres
decretos dictados el mismo día 4 de enero de 1977, a saber: El Decreto
1/77, que crea la Audiencia Nacional, el Decreto 2/77, que suprime el
TOP (Tribunal de Orden Público), y el Decreto 3/77 que transfiere a la
Audiencia Nacional toda la competencia en la materia llamada de
terrorismo y alguna más. De este modo y sin solución de continuidad se
crea la Audiencia Nacional, se extingue el TOP y pasan a aquélla las
competencias y función de éste y también las que desempeñaban en la
represión política los Consejos de Guerra. Y los funcionarios del TOP
que lo desean siguen en la Audiencia Nacional. Por ejemplo R. Gómez
Chaparro del Juzgado de Instrucción de Orden Público adscrito al TOP
pasa a ser titular del Juzgado Central nº 1 de la Audiencia Nacional.

Orígenes. Pero el origen franquista de la Audiencia Nacional va más
allá. Arranca de una serie de anteproyectos el primero de los cuales
se redacta en 1967, bajo el ministro de justicia Antonio Mª Oriol
Urquijo. Los anteproyectos denominaban al órgano judicial proyectado
Tribunal Central de lo Penal, aunque ya uno de ellos le llama
"Audiencia Nacional". Fruto de éstos anteproyectos fue La Ley de Bases
de la Justicia, sancionada y, en el BOE de 30.11.1974, promulgada por
Francisco Franco. Sus bases 7ª y 9ª contemplan la creación del
Tribunal Central de lo Penal que previéndose, en aquella fecha, como
una actualización del TOP franquista, devino a posteriori el
antecedente directo y condicionante de la Audiencia Nacional del
régimen hoy vigente. El primer presidente de la Audiencia Nacional fue
Rafael Mendizabal Allende, que posteriormente fue magistrado de los
Tribunales Supremo y Constitucional y Juez ad hoc del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos. Mendizabal había sido procurador en Cortes
designado por Franco y se autoatribuye la paternidad de la idea, ya en
los años sesenta, de crear la Audiencia Nacional.

En Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Portugal, existen leyes
especiales para el terrorismo; pero la función de juzgar el hecho
reprochado la desempeñan jueces naturales y no especiales. La
disolución de la Audiencia Nacional, permítasenos aplicarle la
expresión analógica de búnquer judicial, será un primer paso,
necesario e importante en el camino hacia un sistema judicial que nos
aproxime al resto de Europa.
Másteres campechanos.jpg
Atrápame si puedes.jpg
Otitis.jpg
Los Masteros.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 19, 2018, 1:30:10 AM4/19/18
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Avui la notícia és l'esperada elecció de Miguel Díaz-Canel com a
president de Cuba.
Als altres fronts poques novetats el que ens dóna temps de llegir el
llarg article d'Slavoj Zizek.
Demà el complement d'Alejandro Nadal.


Sujetos felizmente manipulados, no gracias
Por Slavoj Zizek

Si hay una figura que se destaca por ser el héroe de nuestro tiempo es
Christopher Wylie, un canadiense gay vegano que, a los 24 años, se le
ocurrió una idea que llevó a la fundación de Cambridge Analytica, una
empresa de análisis de datos que tuvo un rol clave en el referéndum en
el que ganó la separación del Reino Unido de la Unión Europea. Más
tarde, Wylie se convirtió en una figura clave en las operaciones
digitales durante la campaña electoral de Donald Trump, creando la
herramienta de guerra psicológica de Steve Bannon. Su plan era
irrumpir en Facebook y cosechar los perfiles de millones de usuarios
en Estados Unidos y usar su información privada y personal para crear
perfiles psicológicos y políticos sofisticados, y luego llenarlos con
anuncios políticos destinados a trabajar en su maquillaje psicológico.
En cierto punto, Wylie estaba realmente asustado: “Es una locura. La
compañía ha creado los perfiles psicológicos de 230 millones de
estadounidenses. ¿Y ahora quieren trabajar con el Pentágono? Es como
Nixon con anabólicos”.

Lo que hace que esta historia sea tan fascinante es que combina
elementos que generalmente percibimos como opuestos. La derecha
alt-right se presenta como un movimiento que se dirige a las
preocupaciones de la gente común, blanca, profundamente religiosa y
muy trabajadora que representa los valores tradicionales simples y
odia las excentricidades corruptas como homosexuales y veganos pero
también a nerds digitales, y ahora nos enteramos que sus triunfos
electorales estaban dirigidos y orquestados precisamente por uno de
esos nerds que representa todo a lo que ellos se oponen... Hay más
que un valor anecdótico en este hecho: es evidentemente una señal de
la vacuidad del populismo de la derecha alternativa que tiene que
depender de los últimos avances tecnológicos para mantener su
atractivo provinciano. Además, disipa la ilusión de que ser un nerd
informático marginal significa automáticamente una posición
antisistema “progresiva”. A un nivel más básico, una mirada más
cercana al contexto de Cambridge Analytica clarifica cómo la
manipulación fría y el cuidado del amor y del bienestar humano son las
dos caras de la misma moneda.

En El nuevo complejo militar-industrial de grandes volúmenes de datos
Psy-Ops, que apareció en The New York Review of Books, Tamsin Shaw
aclara “las empresas privadas desempeñan un papel en el desarrollo y
despliegue de tecnologías de conducta financiadas por el gobierno”; el
caso ejemplar de estas compañías es, por supuesto, Cambridge
Analytica:

“Dos jóvenes psicólogos son fundamentales en la historia de Cambridge
Analytica. Uno es Michal Kosinski, que concibió una aplicación con un
colega de la Universidad de Cambridge, David Stillwell, que mide los
rasgos de personalidad analizando los “me gusta” de Facebook. Luego
fue usado en colaboración con el Proyecto de Bienestar Mundial, un
grupo del Centro de Psicología Positiva de Pennsylvania que se
especializa en el uso de datos para medir la salud y la felicidad para
mejorar el bienestar. El otro es Aleksandr Kogan, quien también
trabaja en el campo de la psicología positiva y ha escrito ensayos
sobre la felicidad, la bondad y el amor (según su currículum, un
artículo anterior se tituló ‘Down the Rabbit Hole: A Unified Theory of
Love’ ‘Adentro del agujero del Conejo: Una Teoría Unificada del
Amor`). Dirigió el Laboratorio de Prosicialidad y bienestar, bajo los
auspicios del Instituto de Bienestar de la Universidad de Cambridge”.

Lo que debería atraer nuestra atención aquí es el “cruce bizarro de
investigación sobre temas como el amor y la bondad con los intereses
de defensa e inteligencia”: ¿por qué esta investigación provoca tanto
interés de las agencias de inteligencia británicas y estadounidenses y
contratistas de defensa, con la ominosa Darpa (Agencia de Proyectos de
Investigación Avanzada de Defensa del Gobierno de Estados Unidos)
siempre acechando en el fondo? El investigador que personifica este
cruce es Martin Seligman: en 1998, “fundó el movimiento de psicología
positiva dedicado al estudio de los rasgos y hábitos psicológicos que
fomentan la felicidad y el bienestar auténticos, generando una enorme
industria de libros populares de autoayuda. Al mismo tiempo, su
trabajo atrajo el interés y la financiación del ejército como una
parte central de su iniciativa de resiliencia del soldado”.

Por lo tanto, este cruce no está impuesto externamente a las ciencias
de conducta por manipuladores políticos “malos”, sino que está
implícito en su orientación inmanente: “El objetivo de estos programas
no es simplemente analizar nuestros estados de ánimo subjetivos, sino
descubrir los medios por los cuales podemos ser “empujados” en el
sentido de nuestro verdadero “bienestar” como lo entienden los
psicólogos positivos, que incluyen atributos como la resistencia y el
optimismo”. El problema es que, por supuesto, este “impulso” no afecte
a individuos en el sentido de superar sus “irracionalidades”
percibidas por la investigación científica: las ciencias
contemporáneas de conducta más bien “intentan explotar nuestras
irracionalidades en lugar de superarlas. Una ciencia que está
orientada hacia el desarrollo de tecnologías de conducta seguramente
nos verá como sujetos manipulables más que como agentes racionales..
Si estas tecnologías se están convirtiendo en el núcleo de las
operaciones cibernéticas militares y de inteligencia de Estados
Unidos, parece que tendremos que trabajar para evitar que estas
tendencias afecten la vida cotidiana de nuestra sociedad democrática”.

Tras el estallido del escándalo Cambridge Analytica, todos estos
acontecimientos y tendencias fueron ampliamente cubiertos por los
medios de comunicación progresistas, y la imagen general que se
desprende de ello, combinado con lo que también sabemos acerca de la
relación entre los últimos avances en la biogenética (cableado del
cerebro humano , etc.), proporciona una imagen adecuada y aterradora
de las nuevas formas de control social que convierten el buen
“totalitarismo” del siglo XX en una máquina de control bastante
primitiva y torpe. Para comprender todo el alcance de este control, se
debe ir más allá de la relación entre las empresas privadas y los
partidos políticos (como es el caso de Cambridge Analytica), a la
interpenetración de las empresas de procesamiento de datos, como
Google o Facebook y las agencias de seguridad del Estado - Assange
tenía razón en su libro clave extrañamente ignorado en Google: para
entender cómo nuestras vidas están reguladas hoy, y de qué manera esta
regulación se experimenta como nuestra libertad, tenemos que
centrarnos en las relaciones oscuras entre las empresas privadas que
controlan nuestros bienes comunes y las agencias secretas estatales.
No deberíamos escandalizarnos ante China sino ante nosotros mismos que
aceptamos la misma regulación y creemos que conservamos plena libertad
y medios solo para lograr realizar nuestras metas (mientras que en
China las personas son plenamente conscientes de que están reguladas).

El mayor logro del nuevo complejo cognitivo-militar es que la opresión
directa y obvia ya no es necesaria: los individuos están mucho mejor
controlados e “impulsados” en la dirección deseada cuando siguen
experimentándose como agentes libres y autónomos de sus propias vidas
... Pero todos estos son hechos bien conocidos, y tenemos que dar un
paso más.

La crítica predominante procede en forma de desmitificación: debajo de
la investigación que parece inocente sobre la felicidad y el
bienestar, se discierne un oscuro y oculto complejo gigantesco de
control y manipulación social ejercido por las fuerzas combinadas de
corporaciones privadas y agencias estatales. Pero lo que se necesita
urgentemente también es la movida opuesta: en lugar de preguntar
solamente qué contenido oscuro está oculto debajo de la forma de
investigación científica de la felicidad, deberíamos enfocarnos en la
forma misma. ¿El tema de la investigación científica sobre bienestar
humano y felicidad (por lo menos en la forma en que se practica hoy en
día) es realmente inocente, o ya está permeable al control y la
manipulación?.¿Qué pasa si las ciencias no están siendo utilizadas
incorrectamente, qué pasa si encuentran aquí precisamente su uso
adecuado? Deberíamos cuestionar el crecimiento reciente de una nueva
disciplina, “estudios de la felicidad” - cómo es que en nuestra era de
hedonismo espiritual cuando el objetivo de la vida está directamente
definido como la felicidad, la ansiedad y la depresión están
explotando? Es el enigma de este autoboicot de la felicidad y el
placer lo que hace que el mensaje de Freud sea más actual que nunca.

Como sucede a menudo, Bhután, un país en vías de desarrollo del Tercer
Mundo, explicó las absurdas consecuencias sociopolíticas de esta
noción de felicidad: hace dos décadas, el reino de Bután decidió
centrarse en la Felicidad Nacional Bruta en lugar del Producto Bruto
Interno; la idea fue creación del ex rey Jigme Singye Wangchuck, quien
buscó dirigir Bhután al mundo moderno, mientras preservaba su
identidad única. Ahora con las presiones de la globalización y el
materialismo creciendo, y el pequeño país listo para sus primeras
elecciones, el inmensamente popular nuevo rey de 27 años educado en
Oxford, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, ordenó a una agencia estatal
calcular cuántos entre los 670.000 habitantes del reino son felices.
Los funcionarios dijeron que ya habían llevado a cabo una encuesta a
unos 1000 personas y hecho una lista de parámetros para ser feliz,
semejante el índice de desarrollo que lleva a cabo las Naciones
Unidas. Las principales preocupaciones fueron identificadas como
bienestar psicológico, salud, educación, buen gobierno, niveles de
vida, vitalidad comunitaria y diversidad ecológica... esto es
imperialismo cultural, si alguna vez lo hubo.

Deberíamos arriesgarnos un paso más y preguntar sobre el lado oculto
de la noción de la felicidad misma, ¿cuándo exactamente puede la gente
decir que es feliz? En un país como Checoslovaquia a fines de las
décadas de 1970 y 1980 la gente efectivamente ERA feliz. Se cumplían
tres condiciones fundamentales para la felicidad entonces. (1) Sus
necesidades materiales estaban básicamente satisfechas –no demasiado
satisfechas, ya que el exceso de consumo puede generar infelicidad en
sí mismo–. Es bueno experimentar una breve escasez de algunos bienes
del mercado de vez en cuando (sin café durante unos días, luego sin
carne, luego sin televisor): estos breves períodos de escasez
funcionaron como excepciones que le recordaban a las personas que
debería alegrarse de que los productos estuvieran generalmente
disponibles; si todo está disponible todo el tiempo, la gente toma
esta disponibilidad como un hecho de la vida y no apreciarían su
suerte. La vida, por lo tanto, se desarrolló de manera regular y
predecible, sin grandes esfuerzos ni sorpresas y uno se retiraba a su
propio nicho privado. (2) Una segunda característica muy importante:
existía el Otro (el Partido) a quien culpar por todo lo que estaba
mal, de manera que uno no se sentía realmente responsable -si había
una escasez temporaria de algunos bienes, aún si una tormenta causaba
un gran daño, era “su” culpa. (3) Y, por último pero no menos
importante, había un Otro Lugar (el Occidente consumista) sobre el que
a uno le era permitido soñar, aún visitar a veces –este lugar estaba a
una distancia correcta, no demasiado cerca, tampoco demasiado lejos–.
El deseo era la fuerza que impulsaba a la gente a ir más lejos y
terminar en un sistema en que la gran mayoría es definitivamente menos
feliz...

La felicidad es por lo tanto en si misma, (en su mismo concepto, como
Hegel lo hubiera dicho) confusa, indeterminada, inconsistente -
recuerden la respuesta proverbial de un inmigrante alemán a los
Estados Unidos cuando le preguntaron “¿Es usted feliz?”, contestó:
“Si, si estoy muy feliz aber gluecklich bin ich nicht…”. Es una
categoría pagana: para los paganos, el objetivo de la vida es vivir
una vida feliz, (la idea de vivir “felizmente toda la vida” es ya una
versión cristianizada del paganismo), y la experiencia religiosa o la
actividad política mismo son consideradas la más alta forma de
felicidad (ver Aristóteles)- con razón el Dalai Lama tiene tanto éxito
recientemente rezando por el mundo su evangelio de felicidad y con
razón está encontrando la mayor respuesta precisamente en Estados
Unidos, el último imperio de la búsqueda de la felicidad..

La felicidad consiste en la incapacidad o la poca disposición del
sujeto para confrontar las consecuencias de su deseo: el precio de la
felicidad es que el sujeto permanece atrapado en la inconsistencia de
su deseo. En nuestra vida diaria, (pretendemos) desear cosas que
realmente no deseamos, de manera que, en última instancia, lo peor que
puede pasar es que obtengamos lo que “oficialmente” deseamos. La
felicidad es intrínsecamente hipócrita: es la felicidad de soñar con
cosas que realmente no queremos.

¿No encontramos un gesto similar en gran parte de la política de izquierda?

Cuando un partido radical izquierdista pierde por poco las elecciones
y la toma del poder, uno a menudo detecta un oculto suspiro de alivio:
gracias a Dios que perdimos, quién sabe en que problema nos hubiéramos
metido si hubiéramos ganado... En el Reino Unido, muchos izquierdistas
admiten en privado que la casi victoria del Partido Laborista en las
últimas elecciones es lo mejor que les pudo pasar, mucho mejor que la
inseguridad que podría ocurrir si el gobierno laborista hubiera
tratado de implementar su programa. Lo mismo vale para la perspectiva
de una eventual victoria de Bernie Sanders en Estados Unidos: ¿cuáles
hubieran sido sus oportunidades contra la arremetida del gran capital?
La madre de esos gestos es la intervención soviética en Checoslovaquia
que aplastó la Primavera de Praga y su esperanza de un socialismo
democrático. Imaginemos la situación en Checoslovaquia sin la
intervención soviética: muy pronto el gobierno “reformista” tendría
que confrontar el hecho que no había una posibilidad real de un
socialismo democrático en ese momento histórico, de manera que tendría
que elegir entre reafirmar el control del partido –por ejemplo,
estableciendo límites claros a las libertades y permitiéndole a
Checoslovaquia convertirse en uno de los países capitalistas liberal–
demócratas de Occidente. De alguna manera, la intervención soviética
salvó la Primavera de Praga, salvó a la Primavera de Praga como un
sueño, como una esperanza que, sin la intervención, una nueva forma de
socialismo democrático hubiera emergido.... ¿Y no ocurrió algo similar
en Grecia cuando el gobierno de Syriza organizó el referendo contra la
presión de Bruselas para que aceptaran las políticas de austeridad?
Muchas fuentes internas confirman que el gobierno estaba secretamente
esperando perder el referéndum, en cuyo caso debían bajarse y dejar
que otros hicieran el trabajo sucio de ajuste. Como ganaron, esta
tarea les tocó a ellos y el resultado fue la autodestrucción de la
izquierda radical en Grecia.. Sin ninguna duda, Syriza hubiera sido
mucho más feliz si hubiera perdido la consulta.

Entonces, volviendo a nuestro punto de partida, no solamente somo
gente “feliz” controlada y manipulada que secretamente e
hipócritamente exigen ser manipulados por su propio bien. La verdad y
la felicidad no van juntas: la verdad duele, trae inestabilidad,
arruina el fluir de nuestras vidas diarias. La elección es nuestra:
¿queremos ser felizmente manipulados o exponernos a los riesgos de la
creatividad auténtica?.

* Filósofo y crítico cultural, es profesor en la European Graduate
School, director internacional del Birkbeck Institute for the
Humanities (Universidad de Londres) e investigador senior en el
Instituto de Sociología de la Universidad de Liubliana. Su última obra
es Porque no saben lo que hacen (Akal) y Antígona (Akal). Próximamente
Territorios inexplorados. Lenin después de octubre (Akal).
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¡Con Cuba no se metan!.jpg
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Miquel Angel Soria

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Apr 20, 2018, 1:30:10 AM4/20/18
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Tinc ganes, moltes, de visitar Sant Esteve de les Roures. L'únic
problema és que la vikipèdia no el situa geogràficament. Potser una
pista la dóna la seva situació a les platges lleidatanes.En fi, que el
poble, on segons van informar els pikoletos al Llarena solitario es
van produir 315 actes de violència el 1-O, s'ha convertit en notícia
perquè, sense existir, té tot tipus de servei, inclús un bisbat.
Jo el vull anar a visitar!

Facebook en el capitalismo crepuscular
Alejandro Nadal

En junio de 1999 un estudiante universitario llamado Shawn Fanning
puso en operación una plataforma para compartir música. La innovación
permitía a los usuarios acceder a la música almacenada en sus
computadoras en condiciones de reciprocidad. Fanning bautizó su
plataforma como Napster, apodo que usaba para burlarse de los hackers.

Napster no era una red centralizada y permitía a los participantes
tener acceso a una vasta discoteca a un costo marginal: en su apogeo
llegó a contar con más de 70 millones de usuarios. Y luego, las cosas
se pusieron feas.

Fanning fue demandado por las compañías disqueras y en 2001 perdió el
juicio por promover la descarga ilegal de material protegido por las
leyes de derechos de autor que amparaban a las disqueras. Así se
impusieron los esquemas centralizados y de paga. Los nostálgicos de
los años en que se pensaba que el capitalismo desaparecería porque las
redes sociales hacían obsoletos los viejos esquemas de concentración
de poder deben reconsiderar su análisis.

La comparecencia de Mark Zuckerberg ante el Congreso estadunidense
hace unos días fue una farsa y un episodio más de la campaña de pido
perdón del creador de Facebook. También mostró que la mayoría de los
legisladores no sabía nada sobre el funcionamiento de la plataforma.
Cada legislador tuvo cinco minutos para hacer preguntas, así que el
interrogatorio fue superficial y sólo sirvió como operación de
relaciones públicas del jefe de Facebook. También reveló que
Zuckerberg no sabe nada de historia, economía ni ética.

No es la primera vez que un escándalo marca las operaciones de
Facebook. En 2010, el Wall Street Journal descubrió que esa aplicación
estaba vendiendo información privada sin el consentimiento de los
usuarios a compañías rastreadoras de Internet y agencias de
publicidad. Peor aún: en 2014, Facebook llevó a cabo experimentos
sobre las cuentas de 689 mil usuarios (sin su conocimiento) y mostró
que era posible hacerlos sentir más optimistas o pesimistas mediante
la manipulación de las informaciones que supuestamente les enviaban
sus amigos en un proceso denominado contagio emocional. El experimento
mostró que la formación de opiniones podía condicionarse por el
consumo dirigido de noticias y que esto podía tener graves
repercusiones sobre preferencias electorales.

Hay sabemos que entre 2015 y 2016, Facebook vendió más de 100 mil
dólares de espacio publicitario a “granjas de trolls” en Rusia y que
126 millones de cuentas de usuarios estadunidenses estuvieron
expuestas a noticias enviadas por estos perfiles falsos de supuestos
ciudadanos concernidos. No estoy implicando que la elección de Trump
se decidió de este modo, eso nunca lo sabremos (las corruptelas y el
entreguismo del Partido Demócrata fueron más importantes). Lo que
quiero destacar es que hoy que se destapa la cloaca con los tratos con
la empresa Cambridge Analytica se abren nuevas perspectivas sobre las
relaciones entre la agregación de datos individuales y el modus
operandi del capitalismo contemporáneo.

Las palabras big data denotan un acervo gigantesco de información
personalizada que sólo un poderoso algoritmo puede procesar para
elaborar un perfil preciso de cada usuario con fines comerciales. Lo
importante es no sólo el uso comercial de estas bases de datos, sino
el hecho de que colosos como Amazon, Google o Facebook pueden ahora
incursionar en la manipulación política y hasta en funciones propias
de un gobierno. El modelo de capitalismo financiero que hoy domina la
economía mundial tolera y parece promover estas nuevas incursiones en
el mundo del big data.

Y es que la acumulación y procesamiento de datos personales permite
profundizar la apropiación de nuevos espacios de rentabilidad para un
capitalismo que sufre una caída crónica en la tasa media de ganancia
desde hace cuatro décadas. El neoliberalismo se ha basado en la
supresión salarial y la destrucción del poder social y político de la
clase trabajadora. Aun así no ha podido contrarrestar su crisis de
rentabilidad ni evitar la concentración de la riqueza y tampoco ha
podido evitar el semiestancamiento en el que se encuentra la economía
mundial. En ese contexto, agregar y cosechar datos es una oportunidad
que el capitalismo no quiere desperdiciar. Y para aprovecharla se ha
llevado a un nuevo estándar la mercantilización de las relaciones
sociales. El gigantismo y la concentración de poder se han
intensificado para convertir la esfera de la vida privada en
mercancía.

Por cierto, en México el consejero presidente del Instituto Nacional
Electoral (INE) anunció hace poco que se había firmado un convenio con
Facebook para evitar que las noticias falsas desorientaran a los
votantes y afectaran el proceso de las próximas elecciones. El momento
escogido para suscribir tal convenio no pudo ser más desafortunado. En
medio del peor escándalo en la historia de Facebook, poco faltó para
que el INE lo elevara a rango de autoridad electoral. ¿Quién decidirá
lo que es noticia falsa? ¿El INE? El atraso e incompetencia de los
funcionarios del instituto electoral son ejemplares.
Llega la III República.jpg
Y sigue....jpg
Ferran. Ojito....jpg
¿Ninguneo.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 23, 2018, 1:31:14 AM4/23/18
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Aquells que compren llibres habitualment no cal que aguantin les aglomeracions que es produeixen avui. Les roses, cada dia.
Però hi ha un autor que no puc evitar recomanar: Rafael Reig, Para morir iguales, Tusquets.
I aquest, als seus amics, ha recomanat, Petri Tammine, Novela negra, Meettok.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
1932

Hace unos días escribí un papel sobre la frase en que Churchill afirmaba que «habría que destruir Alemania cada cincuenta años». Por mi parte hacía de tan bello y eficiente país un duro juicio que trataba de desplegar en esta otra frase mía el contenido de lo manifestado por el político inglés: «Alemania –escribía yo– era vista por el líder británico como una nación bárbara recubierta con la leve (y espléndida) espuma de sus filósofos, músicos y escritores». Cuando me enteré poco después que unos jueces del land de Schleswig-Holstein habían rechazado la petición española de extradición del Sr. Puigdemont, al no considerar la existencia del delito de rebelión en los pasos dados para convertir Catalunya en República independiente, me di a pensar que me había excedido al reproducir y acompañar la frase del inglés. Pero he aquí que debo retornar a los juicios condenatorios sobre la repetida política alemana y sus áridas posiciones de dominación, con mi elogio, sin embargo, para los serenos magistrados que firmaron la sentencia protectora del presidente catalán, que por tal he de tenerlo mientras el Parlament no decida otra cosa.

Desde que el Sr.Puigdemont recobró la libertad la canciller alemana, Sra. Merkel –que se definió a si misma como pragmática «independiente de toda ideología»– ha multiplicado sus movimientos políticos para estimular la conciencia alemana en apoyo de la pretensión española, incluso con el riesgo inicial de perder el apoyo del Partido Socialista alemán, algunos de cuyos miembros aplaudieron la sentencia que provocó, sea dicho de paso, una acusada y general histeria en Madrid, que arrumbó su europeísmo de hojalata para reclamar una vigorosa asistencia clásica y urgente sin ningún matiz de cultismo. Es evidente que España se dejó de “modernidades sutiles” sobre leyes y constitucionalismos y resucitó un lenguaje bélico repleto de un nacionalismo retro imperialista. Decidió salvar como fuera su nacionalismo de Estado, que es la columna vertebral de lo español. A mí esta postura de la canciller germana me regresó a los años dramáticos de 1932 y 1933, que acabaron con la instalación democrática de Hitler en el poder merced al decisivo apoyo electoral de los católicos que años más tarde, tras una guerra típicamente alemana, se alzarían con el santo y la limosna en el CDU y el CSU, ambos de ideología cristiano-democrática, extremadamente integrista en el CSU de Baviera. De aquellas elecciones salió el gobierno de Von Papen, aristócrata, militar y católico muniqués, que instaló en su gabinete a Adolf Hitler, meteóricamente encaramado después en la dictadura más dura conocida en Europa y de la que tomó norma y ejemplo el gran Genocida español, que ni siquiera tuvo que recurrir a los tejemanejes parlamentarios hitlerianos. La quema del Reichstad el 27 de febrero de 1933, que los nazis atribuyeron a los comunistas con el fin de aniquilarlos, simbolizó la nueva época.

He de recordar que por aquellos años era nuncio en Berlín el cardenal Pacelli, elevado pocos más tarde al pontificado y que nunca abandonó del todo su admiración, según mis noticias, por el “hombre nuevo” alemán. Pío XII aprendió en Berlín a “fabricar” para el futuro los cristianos-demócratas abastecidos de espíritu dictatorial, abanderados en la iglesia de las grandes y piadosas encíclicas sociales, sibilinos, tornasolados y decididamente autoritarios, como fue De Gasperi, que huido de los nazis se refugió en El Vaticano donde forjó la figura del gobernante paternal pero férreo que luego se multiplicó en el abonado campo europeísta. De esa tribu surgieron, en una mala imitación, muchos de los “padres” constitucionalistas de esta España, que han retrocedido desde la “fitness” parlamentaria inventada en 1976 hacia una primitiva y simple gobernación de jueces carcelarios, políticos urdidores de grotescas esperanzas y líderes radicalmente vacíos de todo espíritu social, visiblemente antidemocráticos y hundidos en el lodazal de las corrupciones. Esos dirigentes que empuñan el as de bastos convertido en Constitución para golpear la ya difícil pretensión de la libertad.

Sobre el actual y pobre escenario europeo, plataforma de todas las medianías, domina otra vez el “hombre nuevo” alemán, bávaro por los cuatro costados de la política, europeísta con criaderos de corral, que resucita su dureza tan pronto como se roza el ala de su poder.

Baviera sigue siendo el más poderoso land alemán, con su rica economía industrial, sus quince millones de habitantes y su concentración de grandes empresarios en Munich, que hacen de esta ciudad el gran Berta de la política germánica. Baviera tiene teléfono rojo con la cancillería federal, que ha puesto contra la pared la sentencia de unos modestos, pero exactos jueces de Schleswig-Holstein. Sra. Merkel, eso lo dice usted con la brillantez a la que nos hemos referido ya: nada de ideologías. Es decir nada de conceptos morales sobre la vida en el mundo que no quepan en las suculentas apuntaciones en el libro de contabilidad con su “debe” y su “haber”.

Desde luego no siento en mi análisis que lo que está sucediendo en Alemania y en su actual protectorado europeo tenga identidad material con lo que aconteció en 1932 y 1933. Lo que quiero dejar claro es que lo que está ocurriendo en Alemania y Europa refleja en lo esencial el mismo espíritu que podría culminar en los sucesos paralelos a los de los años treinta –esto es, en la aparición del gran líder y del belicismo correspondiente– a poco que se abra un periodo de recesión política y económica con la consiguiente desestabilización de la sociedad y la aparición de la agitación en la calle, que se considerará engañada por un crecimiento que no ha tenido ni un efecto de igualdad ni una real proyección de futuro para las masas explotadas. Algunos líderes como el Sr. Macron ya hablan, con un lenguaje de bombero, de recaptar la adhesión de las clases intermedias con términos que tratan de establecer un nuevo escalonamiento que incremente la base social del neoliberalismo. Y así habla el simplicísimo y fascistizante presidente francés de «democracias iliberales», que amenazan el modelo europeo, y «democracias liberales» que están dispuestas a enfrentar con benevolencia la cólera popular. O sea, el Sr. Macron ya ha echado mano de retóricas que disuelven la vieja y vigorosa filosofía política francesa al decir «que frente al autoritarismo que nos rodea la respuesta no es la democracia autoritaria sino la autoridad de la democracia». La frase me recuerda al famoso retruécano de «dábale arroz a la zorra el abad», que por ahora era el único capicúa existente en el lenguaje convertido en admiración de estultos. Pues bien, el muchacho francés practica este ajedrez para analfabetos. Me parece oir la nueva carcajada de Voltaire. En suma, que el presidente francés cerró con otra perla inolvidable por majestuosa su intervención en Estrasburgo para anunciar lo que piensa hacer con Europa: «No es el pueblo el que ha abandonado la idea europea sino que es la traición de los ciegos lo que la amenaza». Ahora le toca a los ciegos apuntarse a la nueva marsellesa. ¡Vuelve, Sócrates, y evita que hayamos de tomar la cicuta millones de miserables! La oratoria del Sr. Rajoy empieza a ser el gran triunfo de España en el marco europeo y Marianne ha tenido que renunciar al gorro frigio y adquirir un sujetador español para taparse el desnudo pecho revolucionario ¡Oé, oé!

Sí, tengo ante mí la estampa de los años 30 del pasado siglo y me estremece lo que espera a las generaciones que me sigan.
Himno nacional.jpg
Zoido.jpg
coche.jpg
Ahogo.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 24, 2018, 1:30:13 AM4/24/18
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Raúl Torres, del que tenim encara molt present Galopando con Fidel, li dedica a Raúl Castro El último mambí:

https://www.youtube.com/watch?v=TSPQbW3sEcA

Davis Brooks acaba un article que titula Vanguardia:

"La ex esclava y líder afroestadunidense Sojourner Truth, en un discurso en Ohio en 1851 sobre la igualdad, comentó: Entonces un pequeño hombre vestido de negro allá atrás, él dice que las mujeres no pueden tener los mismos derechos que los hombres, ¡porque Cristo no fue mujer! ¿De dónde llegó tu Cristo, pero de dónde llegó tu Cristo? ¡De Dios y una mujer! El hombre no tuvo nada que ver con Él.

La vanguardia es sustantivo femenino."


VÍCTOR MORENO
PROFESOR

UNA DE RELATOS

Muchas son las investigaciones históricas publicadas sobre Navarra en estos últimos veinte años. Felizmente. Pero, ¡maldita sea!, solo las que publica ese mastín del navarrismo-españolista y de las JONS, llamado Del Burgo junior, provoca herpes en la piel de quienes se postulan como guardianes de la esencia vasca de estas tierras.

Y casi siempre para rebatir cuestiones como que lo vasco estuvo en las entrañas del devenir de Navarra desde la primera Glaciación y que los asesinados en la guerra de exterminio librada en Navarra en 1936 por carlistas y falangistas fueron más de 675, es decir, 3.400 asesinados. Y que si la Paccionada y el Convenio Económico…

¿Algo más? Sí, pero el grueso de la controversia suele reducirse a esos epígrafes. El resto de las investigaciones queda postergado en el cesto del nada misericordioso olvido. Ni siquiera son motivo de reseña en la prensa, motivo por el cual apenas llegan a la sociedad.

Alguno dirá: ¿para qué? Para llegar a la conclusión universal de que «no existe un solo relato definitivo de la historia, sea esta de Navarra o de Alcorcón», no hacen falta muchos estudios y visitas a los archivos. Además, si no nos ponemos de acuerdo, no solo en la interpretación de un hecho ocurrido hoy mismo, sino en admitir simplemente que haya existido, ¿cómo aceptar sin fricción lo que consta en los papeles de archivo fechados hace 200 años? Si no aceptamos el presente histórico, el pasado, menos.

De boquilla convenimos en que existen muchas versiones, todas válidas, decimos alegremente, pero será nuestra mirada y nuestra versión la que pretenda imponerse frente a las otras. Y ello, incluso, aceptando la imposibilidad de llegar a conclusiones definitivas, sean de Agamenón o su porquero. Lo habitual es no ponerse de acuerdo con nadie que no piense como uno. Y haremos bien. Por supuesto. Hay que llegar al consenso desde el disenso y, si no es posible, al menos permitir que los disidentes sigan vivos.

Nuestras convicciones son producto de miradas prismáticas sobre una realidad pasada y presente. Un prisma es un cuerpo geométrico que al pasar la luz, este la descompone en sus colores primarios; por ejemplo, la luz blanca (como la solar) da un espectro de siete colores (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, índigo y violeta). Obviando la metáfora, digamos que la mirada del historiador es de esa naturaleza. Cada cual utiliza su prisma obteniendo una luz distinta, un relato que será fruto de su luminoso ímpetu ideológico o político; además de las inevitables correcciones religiosas, morales, sexuales y artísticas que deslizará sobre el cuerpo investigado. “El oficio de científico” (Anagrama, 2003), ensayo de P. Bourdieu, es concluyente a este respecto.

Lo común, excepto en casos como el de Del Burgo, que es de presbicia crónica, será admitir la existencia de muchos relatos diferentes, pero caigamos en la ingenuidad pensando que esta declaración evitará el atrincheramiento ideológico de quienes defienden tal axioma, que son todos, incluso los que tratan de imponer el suyo.

La palabra relato procede del verbo “refero”, que significa volver a llevar. Cuando lo estudiábamos en el bachiller, supimos que era verbo “polirrizo”, de varias raíces. Dos de estas hacían que significara referir y relatar y, por tanto, transferir y trasladar. Cuando el historiador refiere, relata o traslada lo que encuentra en el archivo, significa que su mirada prismática traduce ese contenido en versión, es decir, en una de las muchas vueltas que pueden darse de él. Al no ofrecerse desnudamente el texto, sin interpretación, surge la controversia y la perversión de la historia y, en menor grado, la conversación. Palabras todas ellas derivadas de la misma raíz, de versio, lo que tiene su retranca semántica.

Como ya señalaron los estructuralistas, Barthes, Todorov y Bremond, entre otros, son innumerables los relatos existentes. Así es, pero, difícilmente, habrá consenso en admitir si lo sucedido en estos pagos durante estas últimas décadas, fue mito, epopeya, leyenda, cuento, fabulación, historia, narración, falsificación o, simplemente, relato.

Como supongo que se seguirá traficando con el pasado, y su relato me gustaría recordar que en narratología, el relato se articula siguiendo cuatro principios que tejen su trama. Estos son el de selección, de sucesión, del punto de vista y de jerarquía.

El de selección es una purga de la documentación original que el historiador abstrae con la finalidad de trasladar su relato a la sociedad. Y elegir implica abandonar. Como sucede en literatura, aquello que no se cuenta es, a veces, mucho más importante que lo que se cuenta. Aclarar qué criterios llevan al relator a seleccionar estos o aquellos hechos debería ser de obligado uso. El principio de selección es clave para el posterior desarrollo de lo que se cuenta. Su ejercicio no es neutral, ni inocente. Analizarlo de forma minuciosa aclararía muchos prejuicios y estereotipos.

El de sucesión se refiere al ordenamiento cronológico con que se desarrollan los hechos. Una actividad aparentemente inofensiva. No lo es, porque su ejercicio solapa con frecuencia el principio de causalidad. Según se presenten, algunos hechos serán causa de otros, mientras que estos, tan importantes o más en el devenir, serán mera comparsa. El relato de la Guerra Civil en Navarra por parte de Del Burgo padre y compañía fue modélico ordeñando este principio en beneficio propio.

El punto de vista se refiere al narrador utilizado que refiere, transfiere y traslada lo seleccionado. Existen tres tipos de narradores: omnisciente –lo sabe todo–; nesciente –no sabe nada–; y equisciente –sabe lo que saben los protagonistas o testigos. No podemos fiarnos de la objetividad de ninguno de ellos, porque la verdad de su relato ya está dañada antes de que digan nada, pues su mirada depende del principio de selección. Lo mismo que la objetividad, pues esta no existe, ni siquiera en el documento original, del que supuestamente se parte para transferir el relato. Tan peligrosa puede ser la primera persona del singular como la tercera.

Por el principio de jerarquía, el relato se entrega a la conformación de un conjunto de conceptos y de términos seleccionados con los que se pretende unificar el discurso del relato. Son palabras talismanes. Cada historiador tiene las suyas haciendo de ellas señas de identidad. Y no solo. Según sea la carnaza del relato a trasladar, los conceptos jerarquizados serán también diferentes.

Visto lo visto, exigir objetividad en la transferencia o traslado de un relato es bendita ingenuidad. Las vueltas que sufre son innumerables.

Todo está infectado desde el principio por el uso que se hace de los principios señalados. Nadie, que yo sepa, está dispuesto a descubrir sus cartas conceptuales o ideológicas. Porque todos somos trileros. Eso sí. Reconozcamos que nadie como el gran jefe de este monipodio, Del Burgo Trile. Desgraciadamente, no se encuentra solo.

 


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Miquel Angel Soria

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Apr 25, 2018, 1:30:59 AM4/25/18
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La Revolució dels Clavells sí que va ser una transició!


Corrupción institucional
Javier Pérez Royo



El Estado Constitucional es la primera forma de organización del poder
en la historia en la que se produce la separación del poder político
de la propiedad privada. El poder político había sido hasta ese
momento un correlato de la propiedad de la tierra. Con el Estado se
produce la separación del primero de la segunda. El poder no es de
nadie. Por eso tiene que ser un poder “representativo”. Por eso se
habla de Estado Representativo. Empieza siendo de unos pocos, porque
el vínculo con la propiedad no desaparece de la noche a la mañana,
pero la tendencia es a ser representativo de todos. El sufragio
universal forma parte del código genético del Estado.

Justamente por eso, la corrupción es la patología más grave para el
Estado. Porque la corrupción es la privatización del poder, la
subordinación por vías soterradas y espurias del poder político a la
propiedad privada. La corrupción ataca al Estado en su núcleo
esencial. Lo ataca en aquello que lo hace ser tal, que lo diferencia
de las demás formas políticas que han existido en la historia.

Las formas de manifestación de la corrupción son muy variadas, pero
todas encajan en alguna de estas dos categorías: la corrupción
personal o la corrupción institucional.

La corrupción personal, entendiendo por tal tanto la de una persona
física como la de una persona jurídica (partido político, sindicato,
agrupación empresarial, empresa privada que trabaja para la
Administración Pública, o Empresa prestadora de un servicio público…),
es la que normalmente se asocia por la casi totalidad de la opinión
pública con la corrupción. Se suele entender por corrupción de manera
casi exclusiva, el desvío de recursos públicos a bolsillos privados.
Bolsillos insisto que no son necesariamente los de una persona física,
aunque siempre hay bolsillos de personas físicas que participan en el
desvió de recursos públicos hacia la caja de las personas jurídicas.
Rajoy necesita a Bárcenas de la misma manera que Bárcenas necesita a
Rajoy. Y ambos necesitan al PP. Y González a Rodríguez Sobrino. Y
Granados a Marjaliza. Y Camps a Ricardo Costa y así sucesivamente. La
persona física y la persona jurídica están indisociablemente
vinculadas.

Pero junto a este tipo de corrupción, está la corrupción
institucional, que es todavía más grave, porque pasa desapercibida,
porque no es considerada siquiera como corrupción. El caso de Cristina
Cifuentes salta a la vista. Han sido innumerables los comentaristas,
que, en sus intervenciones públicas de estos días en prácticamente
todos los medios de comunicación, hacían la salvedad al opinar sobre
el polémico Máster, que realmente no estábamos ante un caso de
corrupción, sino ante algo de naturaleza distinta. Intolerable, que
exigía la dimisión inmediata de la presidenta, pero que no era
corrupción, porque no se había apropiado de dinero público.

Resulta curioso que haya acabado siendo así, porque el término
corrupción se incorpora a la teoría política para definir la
corrupción institucional, para definir la “desnaturalización” de una
institución como consecuencia de la forma en que se hace uso de la
misma no necesariamente vinculada con el enriquecimiento personal. Son
las instituciones las que se corrompen por el ejercicio desviado de la
función de la que cada una de ellas es portadora. Los “burgos
podridos” de la historia electoral inglesa anterior a la Reforma
Electoral de 1832. O la degeneración caciquil de todo el sistema
representativo de la Monarquía Española durante todo el siglo XIX y
primeros decenios del siglo XX. Se desfiguran las instituciones, se
las desnaturaliza. Obviamente en beneficio propio, pero no
necesariamente patrimonialmente contable.

Este es el tipo de corrupción de la que ha sido, presuntamente,
protagonista Cristina Cifuentes. Ha desfigurado dos instituciones
directamente mencionadas en la Constitución: la Delegación del
Gobierno en la Comunidad Autónoma y la Presidencia de la Comunidad de
Madrid. Y ha desnaturalizado el principio de “autonomía universitaria”
de la Universidad Pública Rey Juan Carlos, así como desfigurado el
“derecho fundamental” a la libertad de cátedra de los profesores del
Máster que ella decía haber cursado.

Cuando Cristina Cifuentes decía que había cursado el Máster era
delegada del Gobierno. ¿Qué imagen pueden tener los ciudadanos de la
Delegación del Gobierno si la persona que la ocupa puede hacer un
Máster que exige la presencia a clase de las tardes de los jueves y
viernes y de los sábados por la mañana? ¿Qué imagen pueden tener los
ciudadanos de unos profesores que califican con sobresaliente a una
alumna que ni va a clase, ni se examina, ni entrega trabajo de ningún
tipo? Eso como se llama: ¿libertad de cátedra o prevaricación?

Cuando se ha descubierto por El Diario.es el fraude, Cristina
Cifuentes era ya presidenta de una Comunidad Autónoma, que tiene
competencia exclusiva en materia de educación y de la que depende, en
consecuencia, la Universidad Rey Juan Carlos. ¿Qué imagen pueden tener
los ciudadanos de la Presidencia de la Comunidad Autónoma, si la
persona que la ocupa genera en el Rector la obligación de ordenar que
se “reconstruyan actas” y de dar una conferencia televisada juntamente
con dos profesores del Máster, para cubrirle la espalda con la mentira
de que se ha tratado de un error de “transcripción”? ¿Qué imagen
pueden tener los ciudadanos de la “autonomía” de una Universidad que
acepta someterse a esa degradación?

El Máster de Cristina Cifuentes, tanto mientras aparentó que lo
cursaba, como después de que se descubriera el fraude, es uno de los
casos más graves de corrupción institucional que uno puede imaginarse.
Porque ha arrastrado, además, a la Asamblea de la Comunidad de Madrid
con una comparecencia bochornosa de la presidenta y un cierre de filas
de los diputados del PP, preludio del que se escenificaría en la
Convención de Sevilla el fin de semana siguiente, con defensa
numantina de María Dolores de Cospedal y palabras de apoyo de Mariano
Rajoy.

El Máster de Cristina Cifuentes ha sido la expresión de una corrupción
institucional de alcance general. Por las personas e instituciones
implicadas y porque desnaturaliza el derecho a la educación, que
constituye, juntamente con el derecho a recibir información y el
derecho de participación, la tríada definidora de la ciudadanía y, por
tanto, de la igualdad constitucional. El derecho a la educación es,
además el vehículo institucionalizado del principio de “mérito y
capacidad”, que, desde el Preámbulo de la Constitución Francesa de
1791, es lo que diferencia la sociedad del “Antiguo Régimen”,
constituida en torno a la categoría de “privilegio”, de la sociedad
del Estado Constitucional, constituida en torno al principio de
“igualdad”.

Dicho en pocas palabras: la conducta de Cristina Cifuentes ha sido,
presuntamente, la conducta al mismo tiempo más corrupta y más
corruptora de todas las que hemos tenido noticia desde la entrada en
vigor de la Constitución.
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El grupo de Cospedal.jpg
¡Desagradecidos!.jpg
La memoria.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 26, 2018, 1:31:06 AM4/26/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui, -segueix l'empatx d'ahir sobre les pràctiques mafioses al PP- fa
1.200 dies de l'enviament del Bon dia!
Per això, article doble.


Crema de lodo
Elisa Beni

Cristina Cifuentes ha dimitido por haber aceptado que le regalaran un
título académico al que no tenía derecho y por haber mentido sobre
ello. Las informaciones y las pruebas obtenidas por este diario y la
exigencia de responsabilidad política por unas acciones que han
destapado una trama corrupta en la Universidad Rey Juan Carlos,
mediante la comisión de delitos para favorecerla, son motivo
suficiente para derribar a un político en cualquier lugar del mundo.
La regeneración democrática y la decencia así lo exigen.

Lo de las cremas no ha sido sino el puñetazo en el estómago para que
el poder se mantenga en su sitio y no cambie de manos. El remate de
los que no quieren regeneración alguna. Ese es el motivo por el que la
dimisión de Cifuentes como presidenta de la CAM no deja exclusivamente
un rastro alegre de triunfo de la verdad y la justicia, sino un
regusto amargo de corrupción, fango y cieno. Nos han hurtado, a
nosotros también, el funcionamiento acompasado de los pilares
democráticos tanto de la prensa libre y profesional como de una
dimisión inmediata o una moción de censura perfectamente lícita.

La falta de escrúpulos ha vuelto a negarnos la alegría de la
honestidad. Los tiempos mafiosos se han impuesto mediante la
humillación pública de la excrecencia que ya molestaba no a la moral
sino al mantenimiento en el poder, única fuerza que mueve algunos
molinos. El Partido Popular, en un nuevo alarde de cinismo, ha
considerado "insostenible" la difusión de unos hechos privados que
ellos mismos ya conocían mucho antes de nombrar candidata a Cifuentes.
Lo que no fue obstáculo para hacerla delegada del Gobierno o para
nombrarla candidata a la Comunidad y luego presidenta, ha sido el
toque a rebato para que todas las inaceptables defensas de su máster y
de su comportamiento se conviertan en fuerza ejecutora de la mujer a
la que custodiaban hasta ahora.

Y es que mangar dos tarros de crema vulgar es muy cutre para ellos.
Eso es lo que nos han mostrado. Los bolsos, los trajes, los sobres,
las cajas de puros, los Jaguar. Eso es otra cosa, primo. Una mujer con
zapatos de Prada no distrae en el bolso dos putos botes de crema de
supermercado. ¡No se puede perdonar, te lo juro por La Mer! Lo cierto
es que los rumores sobre una supuesta cleptomanía de la presidenta
madrileña han recorrido los cenáculos madrileños durante años. Tantos,
que hasta se le ha preguntado por ello en entrevistas.

La diferencia ahora ha sido el video. La humillación. El lodo que
segregan esos dos vulgares tarros. Un video que no debería existir y
esa es otra de las cuestiones. La mierda está tan alta que casi nos
perdemos los detalles. El video no puede conservarse más de 30 días
por imperativos legales y Eroski afirma que fue destruido. ¿Quién y
cómo lo guardó como baza para un golpe como el de ayer? En la
Universidad quedó rastro porque los documentos oficiales lo dejan y
así debe ser, pero no es el caso del vídeo.

¿Por qué no hubo un procedimiento por falta? ¿cómo y quién lo paró?
¿quién guardó el video y por qué? Puede que a muchos este mundo de
"gestapillos", espías, corrupción, mierda, amenazas y cintas de video
les resulte muy entretenido, pero esa es la angustia de la que debemos
salir. Jamás habíamos contemplado un lodazal como éste. Nunca. Una
mierda que fluye desde que Aguirre llegó al poder con métodos espurios
hasta ahora. Tres presidentes de la CAM y los tres dimitidos por la
porquería que rezuma. ¿Alguien cree que los madrileños merecen esto?
Seguro que muchos sí, porque les seguirán votando.

Mientras, en la Audiencia Nacional Isabel Gallego, la mano derecha de
Aguirre, sigue cantando y clasificando el cieno en el cieno de Prada,
el de Granados, el de Figar o el de Lamela. Cuando se hacen quinielas
para sustituir a Cifuentes se está metiendo la mano en la misma charca
para buscar una rana que resista el paso de al menos un año. Un año.
Allí está puesta la vista, de los que quieren seguir y de los que
quieren llegar. Regalarle ese tiempo a Gabilondo para que se hiciera
la campaña no era solución para nadie. Tampoco para los naranjas a los
que, todo hay que decirlo, este repentino golpe bajo les ha venido
también a las mil maravillas porque el empecinamiento de Cifuentes
estaba empezando a abocarles a una moción de censura que era su último
deseo.

No tengo la esperanza de que nada que no sea un desalojo del poder de
los populares permita asomarse realmente al pozo negro que es ese
partido en Madrid. Aún así, todos ellos, los unos y los otros, deben
saber que las espadas están en alto y que no se va a reparar en medios
a la hora de hacer valer las exigencias de vasallaje. Mejor hubiera
hecho Cifuentes en dimitir desde el principio, aunque debía darle
rabia soltarlo todo por el huesecillo de un máster sabiendo cómo debe
saber los esqueletos que guardan otros. Les recomiendo a todos a
partir de ahora la exomolegesis, la confesión pública, la apertura de
los armarios antes de presentarse a nada o de aceptar nada. Evitar el
chantaje por la purificación propia.

"Ita una poenitentia, quae tamen publice agitur" (Hay una sola
penitencia y se hace públicamente). Espero que empiecen pronto.

* * *

Arsenales nucleares: el mensaje desde Siria
Alejandro Nadal

El 14 de abril Estados Unidos, Inglaterra y Francia lanzaron 103
misiles contra tres diferentes objetivos en Siria. El ataque fue la
respuesta a informaciones sobre el empleo de armas químicas en contra
de la población civil en las afueras de Damasco. Los inspectores de la
Organización para la Prohibición de Armas Químicas todavía no han
podido corroborar que dicha agresión tuvo lugar.

Washington insiste en que el régimen de Bashar al Assad mantiene un
programa de armas químicas y, según el Pentágono, el ataque destruyó
las instalaciones clave de dicho sistema. El parte oficial
estadunidense afirma que todos los misiles dieron en el blanco.
Ninguno fue interceptado. “Happy saturday” fueron las primeras
palabras de la vocera del Pentágono al comenzar su conferencia de
prensa.

La versión rusa sobre el ataque presenta un panorama distinto. El
Ministerio de Defensa ruso afirma que se lanzaron 112 misiles
defensivos tierra-aire en contra de los misiles atacantes. El
coeficiente de intercepción, según Moscú, fue de 69 por ciento. El
vocero ruso señala que Estados Unidos no utilizó sus sistemas de
supresión electrónica para bloquear las defensas antiaéreas sirias.
Aunque el Pentágono asegura que sus aviones de guerra electrónica
fueron desplegados en el Mediterráneo oriental y en el mar Rojo, Moscú
sostiene que estaban fuera de alcance del teatro de operaciones y
pretende así apuntalar su afirmación de que más de 70 misiles
atacantes fueron interceptados.

Es normal que los partes de guerra transmitan mensajes contrastantes.
Pero hay que notar que esta vez las diferencias son mayúsculas. Si el
coeficiente de misiles interceptados es tan alto como Moscú afirma,
eso significaría que la tan glorificada supremacía estadunidense en
materia de misiles habría dejado de existir. Sin embargo, esa versión
sobre la capacidad de las defensas sirias tampoco ha sido confirmada
por fuentes independientes.

Es claro que la situación en Siria se asemeja cada vez más a las
guerras por procuración de la guerra fría. Y de esto se deriva un
importante mensaje: seguimos estando muy cerca de una guerra nuclear.
Por eso la pregunta sobre la capacidad tecnológica de Rusia es
relevante.

En un discurso el pasado primero de marzo, Vladimir Putin presentó una
panorámica sobre los nuevos componentes del arsenal nuclear
estratégico ruso. Uno de ellos es verdaderamente revolucionario: el
vehículo de reingreso a la atmósfera Avangard. Este sistema otorgaría
a Rusia la capacidad de extender el alcance de sus misiles
estratégicos de manera significativa, permitiéndole atacar cualquier
blanco en el mundo desde direcciones novedosas, incluyendo la del Polo
Sur. Pareciera que Putin está queriendo comunicarse con el
establishment político-militar en Estados Unidos. ¿Qué le quiere
decir?

El sistema Avangard es un deslizador hipersónico, cuyo diseño le
permite iniciar el reingreso a la atmósfera como cualquier otra ojiva,
pero al llegar a capas más densas puede rebotar y reiniciar una nueva
fase de vuelo exoatmosférico y así extender notablemente su alcance.
Además, puede utilizar superficies de control aerodinámico para evadir
defensas antimisiles para la fase endoatmosférica. Dotado de ese
sistema, Rusia podría atacar cualquier punto en Estados Unidos
sobrevolando el Polo Sur. Ninguna instalación militar o de comando y
control estadunidense se encuentra preparada para un ataque desde esta
dirección.

Los principios del Avangard son conocidos desde hace mucho tiempo,
pero dominar la tecnología para hacerlo operativo no ha sido fácil.
Sin embargo, el sistema ya entró en la fase de producción en serie y
las autoridades militares rusas insisten en que en 2019 el sistema
alcanzará su fase operativa. El despliegue de un misil balístico de
alcance casi ilimitado y de vehículos terminales capaces de maniobrar
en la fase final del trayecto anulan cualquier sistema de defensa
anti-misiles y proporciona una ventaja estratégica a su poseedor.

El sistema Avangard no es el único ejemplo del nuevo poderío militar
ruso. El consenso entre los expertos militares independientes es que
los misiles 3M22 Zircon, capaces de alcanzar ocho veces la velocidad
del sonido, han hecho obsoletos los costosísimos portaviones
estadunidenses y sus flotillas protectoras. Para un análisis detallado
y más ejemplos, véanse los artículos de Paul Craig Roberts y de Andrei
Martyanov en el blog del US Naval Institute.

Desde que George W. Bush decidió abandonar (en 2001) el Tratado de
Prohibición de Defensas Antimisiles (conocido por sus siglas en inglés
como ABM), la percepción en Rusia es que Estados Unidos nunca dejó
atrás los reflejos de la guerra fría. La expansión de la OTAN le
confirmó esta percepción. Putin tiene muchos (y muy serios) defectos,
pero aquí no estamos hablando de su capacidad de alardear. La
plataforma tecnológica rusa es real y revela que los mitos sobre la
supremacía y la invulnerabilidad de Estados Unidos son precisamente
eso: mitos.
El organigrama.jpg
Dimisión.jpg
Jaque Máster.jpg
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Miquel Angel Soria

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Apr 27, 2018, 1:33:01 AM4/27/18
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"Es el típico juez desastre" diuen del jutge Ricardo Javier González
González, companys se professió.


UNA SENTENCIA QUE ASUME LA CULTURA DE LA VIOLACIÓN

La sentencia que condena a «La Manada» formada por José Ángel Prenda,
Jesús Escudero, Ángel Boza, el militar Alfonso Jesús Cabezuelo y el
guardia civil Antonio Manuel Guerrero a nueve años de cárcel por abuso
sexual, descartando la agresión por ausencia de violencia e
intimidación, absolviéndoles por grabarla en vídeo y limitando el robo
del móvil a un hurto es un peligroso antecedente que cuestiona el
valor de las denuncias por violación, pone una carga de la prueba
inaceptable sobre la víctima y enardece a los machos y a los
depredadores. El voto particular del juez Ricardo González reivindica
la cultura de la violación, es repulsivo, cruel e inasumible en un
Estado de derecho avanzado.

No es que nueve años de cárcel no sean muchos, suficientes,
ejemplarizantes o justos. El debate principal no es la condena, es
sobre todo la sentencia. Tal y como sostienen varias corrientes del
feminismo, la tentación punitiva debe ser ajena a un movimiento que
tiene en la liberación, la igualdad y la justicia sus principales
valores, que denuncia un sistema patriarcal del que la cárcel es uno
de sus máximos exponentes. Eso sí, no se puede obviar lo parcial que
resulta la justicia en el Estado español, la discriminación que hace
entre unos delitos y otros y, en concreto, su miopía y su ceguera ante
la violencia machista.

La gran masa social que salió ayer indignada a las calles de Euskal
Herria y otras ciudades del Estado no clama venganza, no pide la ley
del talión. Está ante todo exigiendo respeto a las víctimas de la
violencia sexista. Ayer esa ciudadanía acompañaba a esa joven
indefensa y valiente. Lo que reivindica la sociedad es precisamente
justicia y el fin del patriarcado como sistema injusto que es. La
mayoría reclama que las estructuras de este sistema, desde las
instituciones políticas hasta los tribunales, dejen de minusvalorar la
violencia que se ejerce cotidiana e impunemente contra las mujeres.
Frente a ese sistema, el feminismo es una revolución, y se puede
frenar, pero no parar.

* * *

Un general que no sabe qué es democracia
Por Emir Sader

Un general brasileño manifestó preocupación por la democracia, lo que
demuestra que no sabe lo que es democracia. Antes que nada, porque no
le toca a un general hacer ese tipo de declaración política. Lo cual,
por sí solo, es antidemocrático, no está entre las funciones que le
son atribuidas. El general debiera estar preocupado por la protección
de las fronteras del país respecto del tráfico de drogas y de
armamentos, entre otras funciones.

Pero el general tampoco conoce la historia de Brasil, en particular en
lo que atañe a la democracia. La última vez que los generales se
manifestaron preocupados por la democracia, se valieron de esa
supuesta preocupación para destruir la democracia en Brasil, de la
forma más brutal. Empezó así el período más sombrío de la historia del
país, que duró 21 años y que destrozó todo lo que se había sido
construido de democracia.

Bastaría que el general leyera los libros de historia para darse
cuenta de lo que no es democracia, producto de la acción de sus
colegas de la institución. Todo empezó con actitudes como esa, de
preocupación militar por la democracia, que llevó a todo lo de
negativo que trajo al país.

Al mismo tiempo, el general no conoce Brasil. La democracia fue
violentada hace pocos años y, al parecer, el general no se dio cuenta
que el voto popular no fue respetado y que una presidenta fue impedida
de ejercer el mandato para el cual había sido reelecta
democráticamente. Por lo que se sabe, el general no manifestó
preocupación alguna por la democracia en aquel momento.

Más recientemente, un ex presidente, el único hombre público que tiene
la confianza de la gran mayoría del pueblo –porque gobernó Brasil de
la forma más democrática, dejando el gobierno con un 87% de apoyo–,
fue condenado sin haber cometido ningún crimen y sin que exista
ninguna prueba de irregularidades que él haya cometido.

Por lo que se sabe, el general no se dio cuenta, una vez más, que la
democracia estaba siendo destruida. Sus preocupaciones se centraban en
las acusaciones de corrupción sin fundamento en contra de ese hombre
público.

Si conociera Brasil y a su pueblo y supiera lo que es democracia, el
general sabría que lo que amenaza a la democracia es el hecho de que
el país fue siempre, hasta recientemente, el más desigual del
continente más desigual de mundo, de que el país ha estado, hasta hace
poco, en el Mapa del Hambre de la ONU.

Si hubiera estudiado un poco el tema, sabría que la extrema pobreza,
el hambre, las inmensas desigualdades son incompatibles con la
democracia, régimen en el que todos debieran ser iguales frente a ley,
pero que, en nuestras sociedades, son extremadamente desiguales.

Lo que amenaza a la democracia es que militares se pronuncien sobre el
sistema político y amenacen intervenir impunemente. En lugar de
castigar a los subordinados que han cometido ese crimen en contra de
la democracia, el general hizo declaraciones en la misma dirección.

Nunca hubo en Brasil un régimen tan corrupto como la dictadura
militar, cuando los escándalos eran escondidos por la censura ejercida
por los militares en contra de los medios. La corrupción siempre ha
existido en Brasil, todavía más en la dictadura militar. Lo que
amenaza a la democracia es la falta del ejercicio libre y soberano del
pueblo para decidir los destinos del país, sin interferencias
indebidas del Poder Judicial y sin amenazas de nuevo golpe militar.

Infelizmente las Fuerzas Armadas brasileñas han impuesto una amnistía
para se autoamnistiarse de los crímenes cometidos durante la
dictadura, legitimando hasta la tortura, calificada como crimen por el
derecho internacional. Brasil ha quedado, hasta hoy, a contramano de
ese derecho, por mantener esa herencia vergonzosa de la época de la
dictadura militar.

Lo que las FF.AA. más temen son las Comisiones de la Verdad, como han
manifestado sobre la intervención militar en Río de Janeiro. ¿Por qué
ese temor a la verdad? Deberían, al contrario, acatar las resoluciones
de la Comisión de la Verdad sobre los crímenes cometidos durante la
dictadura militar y asumir una profunda autocrítica, que incluya nunca
más meterse en política, ni manifestar cualquier preocupación, menos
todavía amenazar volver a intervenir, que es la amenaza más grande a
la democracia en Brasil.

La única forma de garantizar la democracia en Brasil es con
elecciones directas y libres, dejando en manos del pueblo el derecho a
decidir, sin injerencias ni de jueces, ni de militares, en los
destinos del país. En ese caso Brasil volvería a tener una democracia,
sin ningún tipo de tutela.
La dimisión de Cifuentes.jpg
La sentencia.jpg
Feria del Libro.jpg
La manada.jpg

Miquel Angel Soria

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Apr 30, 2018, 1:30:12 AM4/30/18
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Cada dia ho és d'alguna cosa.Avui és el Dia Internacional del Jazz.
Oportú per deixar -només una estona- de banda els temes del dia, que
són sempre els mateixos. Us recomano la lectura dels articles d'opinió
de eldiario.es. Hi ha una bona col·lecció!



La historia oculta de 6 canciones míticas para celebrar el Día
Internacional del Jazz

Cada 30 de abril se celebra el Día Internacional del Jazz y se
escuchan canciones célebres que cambiaron la historia de dicha música.
Pero, ¿qué sabemos de ellas?

Buceamos en el origen de algunos de los temas más importantes de la
historia del jazz

Francesc Miró

Los orígenes del jazz, como los de casi cualquier estilo musical, se
vuelven más difusos cuánto más se intenta definirlos. A menudo se
puede leer que el jazz como tal nació en Storyville en Nueva Orleans,
un barrio de mala fama abundante en bares y burdeles en los que se
cometía todo tipo de ilegalidades entre tráfico de opio, prostitución
y asesinatos por cuentas pendientes. Y que en este barrio se hizo un
nombre Buddy Bolden, conocido como el primer músico de jazz de la
historia.

Sin embargo, historiadores como Donald Marquis aseguran que si nos
remontásemos a testimonios y entrevistas de la época, a hechos
demostrables, casi ninguno de los primeros músicos de jazz tocaron
nunca en el barrio de marras. Mucho menos Buddy Bolden, que no pisaba
burdeles ni sitios que considerase moralmente dudosos. Amén de que él
mismo, "bien puede ser la figura más enigmática que esta música ha
producido en su historia", decía músico e investigador Ted Gioia en
Historia del Jazz. No se conserva ni una sola grabación de este
músico, y sus creaciones no aparecieron mencionadas por escrito hasta
1933, dos años después de su muerte, y unas tres décadas después de
que Bolden hiciera su aportación al revolucionario nacimiento de un
nuevo estilo de música norteamericana.

Esta indefinición la encontramos tan solo dando unos poquísimos pasos
en el terreno de sus orígenes, pues los antecedentes del jazz se
remontan a la africanización de la música americana durante los siglos
siglos XVIII y XIX. Sus raíces se encuentran en melodías entonadas por
esclavos, cuyo acervo también está presente en el nacimiento del blues
y en gran parte de la cultura norteamericana.

No es de extrañar, pues, que cuando hablamos de algunos de los temas
más conocidos e influyentes de esta música también existan múltiples
lecturas de su origen. Rescatamos algunas de El canon del jazz: los
250 temas imprescindibles, delicioso ensayo escrito por Ted Gioia y
publicado España por Turner, así como de la célebre lista de las
canciones esenciales del jazz que eligieron más de dosmil oyentes de
NPR Music y la cadena estadounidense Jazz24. Casi todas las hemos
escuchado una y mil veces y, sin embargo, desconocemos su origen y
significado. Celebramos el Día Internacional del Jazz rastreando la
historia detrás de grandes canciones.

So What, de Miles Davis

So What es la primera canción del álbum más vendido de la historia del
jazz: Kind of Blue de Miles Davis, y una de las melodías más
escuchadas de su obra. Sin embargo, no la haría famosa él sino a su
contrabajista Paul Chambers. La canción, algo insólito en 1959, se
puede interpretar como un diálogo constante entre el contrabajo y los
solistas de viento, que parecen preguntarse y contestarse algo
constantemente de forma brillante. "Si el jazz fuese una guerra",
decía Ted Gioia enEl canon del jazz, con esta canción "Davis anunció
de repente el fin de la carrera armamentística: dejó a un lado los
misiles y las cabezas nucleares y optó por apañarse con el equivalente
musical de palos y piedras".

La canción era la expresión de una voluntad íntima de Miles de
desnudar la música que tocaba, de tratar de forma reduccionista el
jazz. ¿Cómo? Podríamos decir que las canciones populares del jazz de
la época exigían, por ejemplo, que el solista cambiase constantemente
de escalas. En cambio, lo que proponía Davis era alejarse de toda
variación y limitarse a una sola escala sin remilgos. Al mínimo.
Aquello irritó a más de un músico de su banda, pero cambió la historia
del jazz.

My Favorite Things, de John Coltrane

Cuando Coltrane tocaba My Favorite Things, casi todo el mundo la
conocía pero no precisamente por el músico de Richmond. Esta canción,
compuesta originalmente por Richard Rodgers con letra de Oscar
Hammerstein II, se hizo muy popular gracias a The Sound of Music, el
musical de Braodway que entraría en los anales de la historia
convertido en una película aquí conocida con el nombre de Sonrisas y
lágrimas.

No obstante, en su día casi nadie veía la pieza como algo traducible
al jazz, y muchos miraron de reojo a Coltrane cuando defendió que
aquello era un diamante en bruto. Cuanto más le decían que no había
manera de adaptarla, más se empeñaba él, hasta el punto de que la
primera vez que la grabó en estudio, en 1960, la pista duraba catorce
minutos y ocupaba más de un tercio del elepé homónimo. Sea como fuere,
quienes le contradicieron metieron la pata porque la canción se
convirtió en un tremendo éxito y, con los años, se ha convertido en
uno de los más célebres devaneos de la historia entre el cine y el
jazz.

I Can't Give You Anything but Love, de Ella Fitzgerald

A los especialistas les encanta discutir sobre la autoría de este
célebre tema, pues su origen sigue siendo incierto. Se dice que la
compuso Fats Waller, gran pianista de swing, que en 1929 le contó a un
periodista que había malvendido una composición que se había
convertido en todo un éxito. Años después Andy Razaf, afamado letrista
que había trabajado con Waller, abrió el interrogante en torno al robo
de la canción. En el lecho de su muerte, una amiga íntima le pidió que
tararease su letra favorita de cuantas había escrito, a lo que Razaf
contestó entonando I Can’t Give You Anything but Love.

Sea como fuere, la canción se convirtió en una de las más escuchadas
de la era delswing. De hecho, se hizo tremendamente popular tras el
estreno en Broadway de The Blackbirds of 1928, un musical en el que se
interpretaba la canción mediante una coreografía de escaleras que
Shirley Temple haría famosa. Pero sin duda la versión más célebre
vendría a cargo de la voz de Ella Fitzgerald que la tocaría toda su
vida. En 1974, tras décadas dándole vida sobre los escenarios, la
Reina del jazzsorprendió a todo el mundo con una versión junto con
Clark Terry que luego se incluyó en el álbum Fine and Mellow. Hoy es
considerada una de las mejores canciones de la historia del jazz.

Take Five, de Dave Brubeck

"En su momento estaba dispuesto a cambiar los derechos de autor de
Take Five por una maquinilla de afeitar usada", confesaría en Dave
Brubeck en 1976 en una entrevista radiofónica. El pianista y
compositor le había pedido a su saxo alto, Paul Desmond, que le
compusiese una pieza para un disco que reuniría canciones con métricas
poco habituales. Pero cuando descubrió lo que Desmond había preparado,
arqueó la ceja pensando que aquello iba a ser un fracaso sonoro. Se
equivocó y reconoció su error, pues no solo se convertiría en una de
las canciones más radiadas del jazz, también en unos compases que
influirían en las primeras bases de rap, en las interpretaciones de
bandas marciales y hasta en el canto habitual en corales.

Ante la sorpresa, Desmond aseguró que aquello era una señal y que la
canción tenía un propósito que se les escapaba. A su muerte dejó
estipulado que los ingresos derivados de los derechos de autor de esta
canción irían a parar a la Cruz Roja estadounidense. Se calcula que la
institución lleva recaudados seis millones de dólares con aquella
canción que bien podría haberse cambiado por una maquinilla de
afeitar. "Puede que Take Five sea el éxito musical más insospechado de
su época", escribía Ted Gioia en El canon del jazz.

Take The A Train, de Duke Ellington

Take the A Train podría no haberse escuchado jamás y hoy no sería una
de las canciones más famosas de El Duque del Jazz si este no hubiese
mantenido una abierta batalla con la ASCAP -la SGAE norteamericana-. A
mediados de los cuarenta, la sociedad de autores le prohibió abrir sus
conciertos con la canción con la que lo había estado haciendo, Sepia
Panorama. Ante el veto, buscó una sustituta y Billy Strayhorn,
colaborador habitual, sacó un as en la manga que llevaba tiempo
trabajando: Take the A Train. Este no se la había enseñado antes por
miedo a que pensase que se parecía demasiado a una canción de Fletcher
Henderson, acérrimo rival de El Duque. Pero cuando se atrevió a
hacerlo, aquello le encantó y desde entonces la orquesta de Ellington
abriría siempre con Take the A Train.

Con los años, El Duque hizo varias versiones del trabajo de Strayhorn.
La más famosa, titulada Manhattan Murals, pasó a la historia del
Carnegie Hall con el nombre de Ellington como coautor de la pieza. Sin
embargo, la huella de esta canción de Ellington-Strayhorn se quedaría
por siempre en la historia del jazz.

God bless the Child, de Billie Holiday

De los rifirrafes con la ASCAP también surgieron otras voces y
canciones, algunas fundamentales para la historia del jazz como fue la
de Billie Holiday. En 1940, la SGAE norteamericana se declaró en
huelga para sacar mayor retribución de las emisoras de radio, lo que
se tradujo en que muchísimos compositores se quedasen fuera de las
ondas durante meses. Pero como no hay mal que por bien no venga,
resultó una oportunidad de oro para aquellos que no estaban afiliados
a la ASCAP. Así fue como Billie Holiday consiguió que su God bless the
Child se convirtiese en una de las canciones más populares del
momento.

La canción nació del encuentro de la cantante con Arthur Herzog, un
compositor neoyorquino. Se conocieron después de un concierto y,
mientras hablaban de lo que podían hacer juntos, Holiday soltó "God
bless the Child". Herzog le preguntó qué significaba y Holiday le
contó que era una expresión popular del barrio obrero en el que se
crió, en Fell’s Point, Baltimore: "Es lo que siempre se decía cuando
tu madre tenía dinero, tu padre tenía dinero, tu hermana y tu prima
tenían dinero, pero tú no tenías ni un centavo", le dijo. La expresión
se convirtió en canción... y la canción en hito del jazz.
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Alabaré, alabaré....jpg
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Miquel Angel Soria

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May 1, 2018, 1:30:05 AM5/1/18
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Atansant-se el 1er de Maig, els cleptòmans s'han multiplicat. Deu ser
una forma de reivindicar el treball inexistent. Ara hi ha fins i tot a
l'àmbit de la Casa Blanca on ha desaparegut un bonic arbre plantat per
dos treballadors de reconeguda solvència: Macron i Trump. Tot sigui
per desviar l'atenció de qüestions més importants. Aquí ja ho fa el
Rafa Català amb la sentència d'Iruña.

Ens veiem a la Mani!


UZURI ABOITIZ HIDALGO ETA AMAIA ZUFIA ERDOZAIN*
INTEGRANTES DE BILGUNE FEMINISTA

EN EL UNO DE MAYO TRES VECES REBELDES... ¡Y LAS QUE HAGA FALTA!

El mundo que conocemos se va desvaneciendo y vamos pasando de un
capitalismo que intentó seducirnos con la promesa del bienestar y la
igualdad a un capitalismo que acepta, sin ningún pudor, que aquí
solamente hay sitio para unas pocas personas. El proyecto neoliberal
actual profundiza en el autoritarismo y en las jerarquías de clase
racistas y patriarcales. Las áreas en las que gobiernan los poderes
corporativos van incrementándose mientras surgen nuevas formas de
explotación de las personas, llevando hasta el extremo la
precarización de nuestras vidas.

Mientras tanto, el mercado va desarrollándose de manera cada vez mas
compleja y los limites del viejo mundo se vuelven porosos: ¿Cómo no
confundir las horas de vida con las que tienen que ver con el empleo
cuando las jornadas laborales se han diluido completamente? ¿Cuántas
son las personas que ejercen el autoempleo mientras realizan labores
de cuidado? ¿Cuántas, las que se sienten empresarias en estos tiempos
en los que nos han inculcado la idea del emprendimiento hasta la
médula? ¿Cuántas en el sector agrícola, que a pesar de las
dificultades priorizan la calidad, mientras los poderes públicos
sostienen la agricultura industrial? Las relaciones laborales han
cambiado, la clase trabajadora está dividida y muchas veces sus cargas
de trabajo son invisibles. Además, la posición social (raza, sexo,
edad, procedencia y/o variedades de funcionalidad corporal, entre
otras) no nos sitúa de igual manera.

Por eso, y para responder al reto que tenemos delante, nos corresponde
actualizar nuestro contexto y método analítico. Debemos interpretar
las dimensiones productiva y reproductiva de la economía de un modo
articulado, para poder desarrollar desde ahí, una lucha de clase
creadora, sólida y renovada.

El feminismo aporta claves importantes en ese sentido: partiendo desde
la situación de cada persona e identificando sus desequilibrios, para
poder construir un marco político común. Nos alejamos así, del
paradigma que concluye que un único proceso de liberación superará
todos los tipos de sometimiento; debemos pasar de la graduación
estéril de las luchas, a las conexiones entre sí. Porque solamente
lograremos nuevas alianzas identificando nuevos sujetos, sin
instrumentalizar la lucha de nadie. Es indispensable la articulación
de diferentes y diversos caminos, ritmos y sujetos políticos para
poder hacer frente al capitalismo.

Asimismo, el feminismo ha sido capaz de visualizar la base sexuada del
capitalismo y la dimensión socioeconómica de género, situando la
diferenciación entre hombres y mujeres dentro de una estrategia
político-económica. Pero, sobre todo, el feminismo ha sido capaz de
poner una labor importante en el centro de la lucha anticapitalista:
La idea de que para derrocar el sistema, hay que terminar con su eje
heteropatriarcal.

Ante esto, reivindicamos la soberanía feminista, como proyecto para
recuperar la libertad de decidir sobre nuestras vidas y nuestros
territorios. Esta es una apuesta firme para construir la
responsabilidad colectiva de sostener la vida. Porque defender la vida
no es una tarea abstracta o idealizada, sino tomar un posicionamiento
político concreto en torno a la idea de qué es llevar una vida digna;
contraria a las incineradoras, a favor del reparto de la riqueza y en
pro de colectivizar los modelos de producción, en contra de los
despidos, el derecho a la sanidad universal, etc.

Hemos mencionado los aprendizajes del feminismo pero como decía Rosa
Luxenburg, «Quien es feminista y no es de izquierdas, carece de
estrategia. Quien es de izquierdas y no es feminista, carece de
profundidad». Así es como lo entendió el feminismo vasco desde el
principio. Nosotras ya sabíamos que el género no reunía todas nuestras
opresiones. Por eso nos hemos fundamentado en la idea de la triple
opresión: la de sexo-género, clase y nación. Y esta ha sido nuestra
base para analizar la realidad y proponer alternativas.

En este camino el marxismo nos ha dotado de herramientas teóricas y
metodológicas para poder detectar estructuras de explotación; para
radiografiar las diferentes dimensiones de opresión en los ámbitos
socioeconómicos, ideológicos y políticos. Hemos identificado así, la
dimensión material de la opresión de la mujer así como la posición que
tenemos en este modelo de producción. Hemos entendido que la praxis
política y la teoría van juntas de la mano cada vez que
«corporalizamos» nuestros discursos y politizamos nuestros cuerpos.

Seguimos profundizando en la ruptura hacia el sistema como lo lleva
haciendo desde hace 40 años el movimiento feminista de Euskal Herria.
La huelga feminista del pasado 8 de marzo escribió un nuevo capítulo
en la historia. Hemos politizado las inquietudes de las mujeres,
sacado a la luz los conflictos ocultos y hemos extendido la
incomodidad política en diferentes direcciones. En ese sentido,
contamos con la capacidad para articular liderazgos colectivos entre
mujeres diferentes y diversas.

Pero, sin lugar a duda, el capitalismo tiene en marcha estrategias
para barrernos de golpe intentando convertir nuestra lucha en un
espectáculo sin contenido o un producto de consumo. Ante esto,
queremos aclarar que el feminismo no es de las élites, ni de la
falsedad que se crea en torno al concepto de igualdad. No somos las
luces moradas de San Mames e Iberdrola. No somos productos de Inditex.
No somos efímeras palabras provenientes de intereses partidistas. No
somos los paros del 8 de marzo de la reina Letizia o de Ana Rosa
Quintana.

Nacimos para revolucionar los modelos de producción y sociales
capitalistas y en ello nos ratificamos. Desde el 8 de marzo, hasta el
1 de mayo: gora borroka feminista!

*Firman también: Marina Sagastizabal Emilio-Yus, Saioa Iraola Urkiola,
Irati Gonzalez Larena, Naia Torrealdai Mandaluniz, Miren Aranguren
Etxarte, Rosa Iriarte Laset, Amaia Andrieu Sanz, Edur Epelde Pagola,
Maider Gonzalez Perez, Hegoa Ugalde Villa, Alazne Beltran de Lubiano,
Aiora Epelde Agirre, Jenofa Berhokoirigoin Hirigarai, Idoia Arraiza
Zabalegi eta Izaskun Guarrotxena Martinez

* * *

El día y la noche del trabajador

Por Emir Sader

Nunca como actualmente, en todo el mundo, tanta gente vive de su
trabajo, pero nunca como actualmente, en todo el mundo, tanta gente
trabaja sin sus derechos garantizados.

Una sociedad cuya riqueza es resultado de lo que hacen diariamente los
trabajadores cada vez les reconoce menos, cada vez garantiza menos sus
empleos, sus derechos, sus salarios minimamente dignos.

Es alrededor de las actividades del trabajo que vive la mayoría
aplastante de la gente en todo el mundo. Entre despertar muy temprano,
gastar algunas horas en un trasporte muy malo, cumplir una larga e
intensa jornada de trabajo, retomar el mismo transporte de retorno,
llegar a la casa y recomponer las energías para reempezar la misma
jornada al día siguiente, discurre la vida de millones y millones de
personas en todo el mundo.

Para la gran mayoría, se vive o se sobrevive para trabajar. No hay
tiempo para mucho más. Ni se puede escoger en qué trabajar. Cuando hay
trabajo.

Porque lo que más caracteriza hoy el mundo del trabajo, en cualquier
parte del mundo, en mayores o menores proporciones, es el trabajo
informal, el trabajo precario, sin contrato de trabajo, con trabajo
intermitente, como define la nueva y cruel legislación del trabajo en
Brasil. Es decir, trabajo sin garantía de continuidad, sin vacaciones,
ni licencia de salud o maternidad, ni aguinaldo, ni nada de lo que
está presente en los contratos formales de trabajo.

La misma identidad del trabajador se va debilitando, en la medida en
que la mayoría tiene varias actividades a la vez, para poder componer
el presupuesto familiar. Tantos de entre ellos cambian de actividad de
un mes a otro, se arreglan como pueden, juntando varias changas en el
mismo día.

Las organizaciones de los trabajadores, que defienden sus
reivindicaciones, a su vez, también se debilitan, dejando a los
trabajadores cada vez más fragilizados frente a la ofensiva en contra
de sus derechos elementales. En varios países, reformas ya aprobadas
en los Congresos o aún en marcha, en la práctica cancelan toda base
mínima de negociación y dejan que el desempleo presione a los
trabajadores para que acepten cualquier condición de trabajo, por la
necesidad elemental de su supervivencia y la de su familia.

Una de las imágenes más tristes de nuestras sociedades es la figura
del desempleado, que sale tempranito de su casa, golpeando de puerta
en puerta, en la búsqueda de alguna fuente de supervivencia. Que en
gran parte de los casos recibe una respuesta negativa, esto es, se le
dice que ni por el miserable sueldo mínimo se lo puede contratar, que
él no vale ni eso. Y tantas veces ni le dice a su familiar que ha
perdido su trabajo, que es un desempleado, hace como qué cuando
deambula buscando trabajo, como si estuviera trabajando, pero llega un
momento en que todos se dan cuenta que falta lo elemental en la casa,
que el desempleo ha ingresado también en ese hogar.

Y el desempleado no tiene ni a quién reclamar. Mientras el derecho a
la propiedad está garantizado en las constituciones, aunque se refiera
al derecho de una minoría, el derecho al trabajo no tiene ley que lo
garantice o alguien a quién reclamar. Como si el derecho al trabajo no
se refiriera a la gran mayoría de la población y el derecho a la
propiedad a una ínfima minoría.

Cuando las fuerzas conservadoras toman la ofensiva, quien paga el
precio más caro es el trabajador. El ve amenazado su empleo, sus
derechos, su salario, su educación, su salud. Este primero de mayo
–Día del Trabajador y no del Trabajo, como algunos insisten en decir–
encuentra a la gran mayoría de los trabajadores del mundo en situación
penosa. Perdiendo derechos y con muchas dificultades para defenderlos.

Sin embargo, la mayoría aplastante de nuestras sociedades, aunque
pueda no identificarse como tal, es trabajador, vive de su trabajo.
Una actividad que diferencia el hombre de los otros animales, porque
solo el hombre transforma la naturaleza para sobrevivir y, así, se
transforma a sí mismo. Pero en la sociedad capitalista, el trabajador
no es dueño de su trabajo, lo arrienda para poder sobrevivir, no tiene
poder sobre lo que produce, a qué precio produce, para quién produce,
cómo produce y no se reconoce en los productos de su mismo trabajo. Es
un trabajador alienado, que aliena su capacidad de trabajo y es
alienado por el proceso de producción, que hace que él sea alienado
respecto de lo que él mismo ha producido.

En este año, en particular, la vida del trabajador es tormentosa. Si
tiene empleo, no sabe hasta cuándo podrá tenerlo. Si tiene empleo,
tantas veces no tiene contrato de trabajo firmado. El empleo ha dejado
de ser fuente segura de mantención, de condiciones de vida mínimamente
dignas para él y para su familia.

Un Día del Trabajador que más se parece a una noche por la
inseguridad, por la ofensiva retrógrada respecto de los derechos
básicos que el trabajador necesita y merece. Que el próximo 1º de mayo
sea de nuevo un día de fiesta, de celebración, de conquistas
garantizadas, de empleo seguro y de salario digno.
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Miquel Angel Soria

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May 2, 2018, 1:31:18 AM5/2/18
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Llegint l'article del David Brooks un se n'adona de que els fantasmes
particulars de cada país segueixen lliures deixant sentir la sorollada
de les seves cadenes. Només cal gratar una mica la fina superfície que
els amaga. Els seus noms són legió.
Sort que estem ja només a dos dies de la celebració del bi-centenari
del naixement de Karl Marx.


Antiterrorismo
David Brooks

Auno le tiembla la mano escribiendo, reportando, ciertas cosas. Y uno
duda si dar aún más detalles sobre lo más oscuro y bárbaro sólo sirve
para alimentar el nihilismo, o a fin de cuentas sólo lo normaliza más,
o si acaba funcionado como anestesia. O peor, que nos volvemos sólo
simples mirones del paisaje del horror. Antes uno hacía eso leyendo el
Alarma o yendo a ver ciertas películas (ahora resulta que tal vez
algunos de los filmes de horror más extremos son documentales).

Pero según algunos sabios, hay que confrontar el horror para superarlo
y transformarlo, ya que no hacerlo, no reportarlo, no responder, no
actuar, es volverse cómplice.

El jueves pasado se inauguró el Monumento Nacional por la Paz y la
Justicia en Montgomery, Alabama. Ahí están instaladas 805 columnas de
acero suspendidas de un techo, cada una representando un condado, y
grabadas sobre ellas los nombres de más de 4 mil 400
afroestadunidenses y otros que fueron linchados entre 1877 y 1950.
Fueron espectáculos públicos, a veces con miles de espectadores, y
además de ahorcados, a veces fueron quemados vivos, castrados o
desmembrados, casi siempre en público, a veces en frente de
tribunales. Las razones para algunos de estos actos brutales: por
caminar demasiado cerca a una mujer blanca, por tener la foto de una
mujer blanca, o una mujer embarazada que se atrevió a protestar por el
linchamiento de su esposo.

Es parte del terrorismo racial que forma parte de la historia de este
país, afirma Bryan Stevenson, fundador de la Iniciativa de Justicia
igualitaria que diseñó y construyó el monumento y un museo dedicado al
asunto y cuyos bisabuelos eran esclavos. “No hemos creado espacios en
este país que ofrezcan la historia de la desigualdad racial, de la
esclavitud, del linchamiento, de la segregación que motive a la gente
a decir ‘nunca más’”, comentó en entrevista con el Washington Post.

Afirmó que los afroestadunidenses, “a pesar de la brutalidad, a pesar
del odio a pesar de la violencia, seguimos insistiendo ‘busquemos un
camino para avanzar adelante’. Y es una historia notable de una
comunidad de gente que desesperadamente sólo desea la paz”, afirmó
Stevenson. Agregó que parte de la visión para el museo es crear un
país donde de aquí a 100 años, la gente negra y café no serían
presuntos peligrosos y culpables, donde reconocemos esta historia,
donde logramos recuperarnos de ella. Indicó en entrevista con el New
York Times: no me interesa hablar de la historia estadunidense porque
quiero castigar a Estados Unidos. Quiero liberar a Estados Unidos.

Y es que a pesar de los grandes avances, sobre todo el cambio generado
por el movimiento de derechos civiles, ese pasado sigue muy presente.
Tal vez ya no hay linchamientos, pero hoy día existe la encarcelación
masiva; la profesora de leyes Michelle Alexander reveló que hay más
hombres negros en las prisiones que el número de esclavos poco antes
de la Guerra Civil. Mientras tanto, las condiciones de los que viven
en la pobreza (sobre todo las comunidades afroestadunidenses y
latinas) no han avanzado en medio siglo, con todo lo que eso implica
para educación, salud y empleo.

Ese terrorismo racial desatado contra los inmigrantes africanos que
llegaron en cadenas para ser el combustible de la economía
estadunidense, ha sido ejercido en cierta medida contra olas de otros
inmigrantes (irlandeses, italianos alemanes, chinos, y
latinoamericanos) desde hace siglo y medio. De hecho, entre los
linchados –aunque la gran mayoría eran afroestadunidenses– también
hubo mexicanos, judíos, indígenas, y hasta algunos disidentes
progresistas blancos; o sea, cualquiera que pudiera ser considerado
una amenaza al dominio cristiano blanco.

Y en momentos en que la clase política necesita un enemigo para
dividir a los pobres, versiones de ese mismo terrorismo racial se ha
aplicado una y otra vez hasta hoy día.

El sábado, el presidente Donald Trump, en un discurso ante un mar muy
blanco de sus fanáticos en Michigan preguntó: ¿hay hispanos en el
salón. No, no tantos, está bien, poco antes de afirmar que “toda esta
gente que se está volcando a través de la frontera van a votar (por
los) demócratas (…) muchas veces no saben qué están haciendo ni por
qué lo están haciendo, pero tenemos que tener fronteras y pronto (…)
necesitamos el muro”. Poco antes, Trump grabó un mensaje para apoyar
la campaña de un representante federal en Arizona donde advertía que
si ganaba el contrincante demócrata, los inmigrantes ilegales se
volcarán sobre tu frontera, trayendo con ellos sus drogas y su crimen.

Algunos expertos señalan que Hitler estudió los sistemas económicos y
legales racistas de Estados Unidos para desarrollar sus políticas. De
hecho, hace una semana, hubo un desfile público nazi en Georgia. Un
comentarista advirtió: cuando los nazis no tienen miedo de caminar por
las calles de Estados Unidos, y los afroestadunidenses sí, pues mejor
despierta y escucha la chingada alarma. Un 57 por ciento de los
estadunidenses –incluyendo más del 80 por ciento de los
afroestadunidenses y un 75 por ciento de los latinos– opinan que Trump
es un racista, según una encuesta reciente de AP-NORC.

Ese mismo terrorismo racial se expresa en las tácticas de las
autoridades migratorias, quienes están literalmente arrancando a niños
de los brazos de sus madres (más de 700 niños han sido separados de
sus padres inmigrantes desde octubre, reportó el New York Times), en
el juego cruel con que se amenaza a los jóvenes indocumentados que
llegaron siendo menores de edad (los dreamers) como en las
declaraciones del presidente y sus seguidores de que las familias
centroamericanas que llegan a pedir asilo son amenazas a Estados
Unidos.

Pero los inmigrantes, los esclavos liberados, los perseguidos, los
refugiados, los otros, son las reales fuerzas antiterroristas en
Estados Unidos, son los que han obligado a este país a enfrentar sus
propios horrores y que una y otra vez lo invitan a cumplir con sus
propias promesas de libertad y justicia para todos.
1 de Mayo 2018 en La Habana.jpg
Los jueces.jpg
Ni para protestar.jpg
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Miquel Angel Soria

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May 3, 2018, 1:31:02 AM5/3/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
"La manada" ja té moltes ramificacions. Ha marcat el 1er de Maig,
desperta els monstres (Elisa Beni) -no sé per què penso en el conte
d'Augusto Monterroso: "Cuando despertó, el dinosaurio aún seguía
allí"- i, per a Javier Pérez Royo pot ser la causa d'unes eleccions
anticipades.


A los monstruos no mirar
Elisa Beni

Hace mucho tiempo que sabemos que Los Simpson son el Nostradamus de
nuestra época. Casi todas las historias han sido contadas, casi todo
ha sido avanzado en la serie. Como modernos Julio Verne nos ofrecen
soluciones para todo tipo de problemas fruto de un futuro que ya
intuían. Lo que sucede en Internet con las mujeres y, precisando más,
lo que está sucediendo estos días como reacción a las protestas y a
las voces que se han alzando para clamar por el respeto a nuestra
libertad sexual y por el fin de las estructuras que nos convierten en
víctimas o sospechosas, ha terminado por recordarme a un capítulo en
el que la feminista Lisa nos daba una solución que ya se me antoja
insuficiente. En él, la pequeña amarilla interpretaba junto con Paul
Anka la canción: "A los monstruos no mirar". Los monstruos.

En la noche del martes al miércoles, sendos hilos en las webs
Forocoches y Burbuja.info publicaron datos personales de la víctima de
'la manada'. Su nombre, sus dos apellidos, alguna foto y su perfil de
Linkedin. Se trataba de una venganza por denunciar, por acusar, por
pedir Justicia. No es la primera vez que lo hacen. Lo llaman CSI y
consiste en poner a miles de foreros a buscar pequeños datos y
detalles que, cruzados, les permiten llegar a la identidad. No lo han
inventado ellos. No son precisamente listos. Lo han copiado de otros
foros igual de nauseabundos. "Esta bien que tengamos esto para
presionarlas y que dejen en paz a los jueces. Ahora depende de ellas y
de cuanto les importa la chabala (sic) que ya te digo que nada pero
bueno".

No es la primera vez ni será la última. Hay lugares en los que
denigrar a las mujeres es un ejercicio que les resulta tan habitual
como hurgarse la nariz o rascarse los huevos. Casi puedo imaginarlos.
Por no mencionar a otras compañeras y otras mujeres, a las que no he
pedido permiso para difundir tales insultos, a mí misma me han
dedicado hermosos hilos en los que, tras mostrarse contrarios a mis
palabras o escritos, se despachaban con lindezas tipo "tiene pinta de
que le mola el anal hardcore de un pepero machista mientras le mete
con el palo de la fregona ostias en las costillas al grito de viva
españa zorra". He elegido uno suave para no amargarles el desayuno.

Ni tampoco son lugares aislados. Las reacciones vividas en Twitter
tras el éxito de la etiqueta #Cuéntalo han demostrado también la
rabia, la ira y la bajeza con la que se responde a la libre expresión
de las ideas, pensamientos y reivindicaciones de las mujeres. El
ambiente es irrespirable y, en sí, es también una agresión permanente
a las mujeres que queda prácticamente impune y que tiene efectos sobre
muchas que prefieren silenciarse a recibir tal cúmulo de agresiones
verbales como reciben las que osan.

La utilización de mecanismos legales es muy complicada ciertamente
pues obliga a interponer acciones individuales, una a una, en las que
debe levantarse la identidad. En el caso de las mujeres públicas -y lo
pongo adrede así para que algún badulaque haga el chiste fácil
propiciado por lo atávico de nuestra lengua-, no tendríamos lugar en
el día para perseguir e intervenir sobre una fosa séptica de tal
magnitud. Ahí es dónde viene al caso el sabio consejo de Lisa Simpson
sobre no mirar a los monstruos porque si no los miras, dejan de crecer
y se autodestruyen; y porque si no los miras, ningún daño pueden
causarte. Lo cierto es que esta tónica está siendo adoptada por cada
vez más mujeres. Yo, personalmente, tengo puestos todos los filtros
que Twitter ofrece para no ver las notificaciones indeseadas. A
cambio, es seguro que me pierdo comentarios jugosos o que dejo de
contestar a personas de bien que quieren intercambiar ideas conmigo. A
los monstruos no mirar.

No es suficiente. No vale. Amnistía Internacional ha hecho público un
estudio titulado "Toxic Twitter- A Toxic place for women" en el que ha
condensado un decálogo de lo que las mujeres quieren que Twitter sepa
de una vez sobre los abusos en Internet. Que a Dorsey, su presidente,
se le llene la boca diciendo que su compañía hace un llamamiento "a
apoyar a las mujeres de todo el mundo para conseguir que se escuchen
sus voces" no es de ningún modo suficiente porque Twitter es ya
también un lugar peligroso para las mujeres.

En este informe, se comprueba cómo los abusos que se practican en las
redes y foros en Internet contra las mujeres están teniendo graves
consecuencias para nuestra libertad de expresión. En primer lugar,
porque muchas están autocensurando lo que publican para evitar
agresiones o ataques. En el caso de las mujeres que tenemos voz en los
medios, los ataques suelen producirse inmediatamente después de haber
escrito artículos de opinión o de haber sostenido posturas
contundentes. Demasiado contundentes para una chica. Es preocupante
también el mensaje que pueden estar recibiendo las más jóvenes cuando
ven que mujeres poderosas, políticas y líderes de opinión son
impunemente atacadas. Eso, recoge el estudio, puede ser disuasorio a
la hora de optar por tener ese tipo de lugar público.

Twitter ha manifestado estar haciendo un esfuerzo, pero lo cierto es
que no parece interpretar de manera coherente las denuncias que las
mujeres realizan. Lo dice Amnistía Internacional y lo he comprobado yo
misma. Es muy difícil que se actúe contra cuentas que insultan
gravemente de forma sistemática o que realizan críticas abusivas
contra, por ejemplo, aspectos físicos por haber emitido una opinión.

En realidad nada tendría porque ser así. La libertad de expresión ha
existido en nuestras sociedades mucho antes de que unos tipos crearan
un modelo de negocio que les ha hecho multimillonarios, que ellos
diseñaron, y que responde a sus intereses y no probablemente a los de
los usuarios. Lo de no estar no me vale. Son ellos los que tienen que
estar como hasta ahora han estado todas las empresas y medios de
comunicación que en el mundo han sido: con responsabilidad.

Las mujeres no vamos a parar y los hombres que quieren acompañarnos en
la lucha creo que tampoco. Esto no tiene marcha atrás. Puede que
podamos no mirar a los monstruos, pero exigimos que tampoco sean
alimentados ni cobijados por empresas que viven de nuestra propia
presencia en sus sistemas.

Un día de estos, querido Twitter, puede que te hagamos una huelga.
Desengáñate, sin personalidades conocidas, tu interés es bastante
relativo. Sin gente que aporte contenidos, te quedas exhausto. Sin
mujeres y sin hombres decentes, te conviertes en un lodazal que nadie
soportaría. Es hora de exigir a las empresas y a las personas que se
están forrando con estas tropelías que asuman su responsabilidad
porque las redes también deben ser un lugar seguro para las mujeres.

"Si Twitter valora a las mujeres, si valora nuestra seguridad, debe
desarrollar mecanismos que realmente nos protejan", dice el informe.
Ellos y todos los demás.

Queremos que la red sea un lugar seguro para todas y tenemos la fuerza
para conseguirlo. No vamos a parar.

* * *

¿Elecciones anticipadas?
Javier Pérez Royo

La trayectoria de Cristina Cifuentes una vez que el eldiario.es hizo
pública la forma fraudulenta en que había conseguido el título de
máster por la Universidad Rey Juan Carlos debería haber vacunado al PP
contra el error de retrasar indefinidamente la adopción de decisiones
inevitables. Cristina Cifuentes no tenía ninguna posibilidad de
sobrevivir políticamente al conocimiento público de la falsificación
de su expediente académico. Ninguna es ninguna. Y todo el mundo lo
sabía. Cuanto más se tardara en tomar la decisión, peor. Han sido
varias semanas de agonía rematadas con un golpe mafioso.

Da la impresión de que vamos a asistir a la repetición del mismo error
con Rafael Catalá. Todo el mundo sabe que no puede continuar siendo
ministro de Justicia tras sus declaraciones del martes pasado a la
Cope sobre el juez autor del voto particular en la sentencia de 'la
manada'. Independientemente de que haya realmente algo en la
ejecutoria profesional de este juez que lo inhabilitase para formar
parte del Tribunal que dictó sentencia o de que no lo haya. Es decir,
independientemente de que el ministro de Justicia tuviera razón al
decir lo que dijo o no la tuviera.

Lo más grave sería que el ministro tuviera razón y que el juez Ricardo
Javier González tuviera una mancha en su expediente que le impidiera
formar parte del Tribunal y que, sabiéndolo todos, empezando por el
ministro, se le hubiera permitido formar parte del mismo. Esta
posibilidad es terrorífica, porque pone en cuestión todo nuestro
sistema de administración de justicia, con una muy difícil, por no
decir imposible, posibilidad de reparación.

Si se acabara por saber que este juez no podía ejercer la función
jurisdiccional y todos sus compañeros de la Audiencia Provincial y los
miembros del Consejo General del Poder Judicial, sabiéndolo, no
hicieron nada para impedirlo, ¿hasta dónde tendría que llegar la
exigencia de responsabilidad? ¿Qué ocurriría con todas las sentencias
dictadas con anterioridad por un Tribunal del que este juez ha formado
parte? ¿Qué confianza puede tener la sociedad en un sistema de
administración de justicia en el que se impone una “complicidad
silenciosa” que posibilita que se acabe dictando una sentencia como la
de 'la manada' con un juez que no está en condiciones de formar parte
del Tribunal? Las preguntas se multiplican hasta el infinito.

El voto particular de Ricardo Javier González es espantoso. Pero la
hipótesis que ha puesto en circulación el ministro de Justicia lo es
mucho más. Puesto que, según el ministro, la circunstancia “singular”
del autor del voto particular la conocían “todos”, es la totalidad del
poder judicial la que se ve acusada, al menos de negligencia, sino de
algo mucho más grave. Si el ministro de Justicia tuviera razón. se
tendría que proceder a una depuración del poder judicial que es,
literalmente, imposible.

Un ministro de Justicia no puede decir lo que ha dicho. Y si lo dice,
tiene que ser destituido de manera fulminante. El martes por la mañana
tendría que haber sido cesado. El presidente del Gobierno no debía
haber dado tiempo a que las Asociaciones de Jueces y Fiscales
redactaran el comunicado solicitando su dimisión. Antes de que los
jueces y fiscales pudieran reaccionar, tendría que haber sido cesado.
Puesto que las declaraciones ya no se pueden hacer desaparecer,
políticamente se tendría que haber actuado para que desaparecieran del
debate inmediatamente después de que se hicieron públicas. Puesto que
no se pudo evitar que se hicieran, había que evitar que se entrara en
debate sobre ellas y sobre si el ministro podía continuar siéndolo o
no.

Esto es lo que hubiera hecho un presidente del Gobierno con instinto
de conservación. Es lo menos que se puede esperar. Mariano Rajoy, que
conoce además bien la carrera judicial, no pudo no darse cuenta de que
lo que su ministro de Justicia había dicho no se puede decir en ningún
caso. Ni jurídica ni políticamente. En consecuencia, no podía dejar
pasar ni un minuto sin reaccionar, porque, de lo contrario, no es el
ministro sino él mismo el que se coloca en una situación insostenible.
Si Rafael Catalá ha cometido un error, Mariano Rajoy, desde el momento
en que tuvo conocimiento de las declaraciones y no lo destituyó, está
cometiendo uno más grave.

Cristina Cifuentes era presidenta de la Comunidad de Madrid. No era
miembro de "su" Gobierno. Rafael Catalá sí lo es. Con respecto a
Cristina Cifuentes tenía responsabilidad como presidente del partido.
Con respecto a Rafael Catalá la tiene como presidente del Gobierno. El
Congreso de los Diputados únicamente otorga la confianza al candidato
a presidente del Gobierno con base en un "programa político del
Gobierno que pretende formar" (art. 99. 2 de la Constitución). Los
ministros son colaboradores del presidente del Gobierno en la
ejecución del programa político con el que éste ha solicitado la
confianza de la Cámara.

Mariano Rajoy no puede desentenderse de lo que ha dicho su ministro de
Justicia. Cuanto más tiempo se desentienda, peor para él. La crisis de
Cristina Cifuentes ha sido grave para el PP y para el Gobierno de la
Comunidad de Madrid. Todavía está por ver como se resuelve la
investidura en el Parlamento de la comunidad. La crisis de Rafael
Catalá es grave para el presidente del Gobierno.

O se resuelve ya o es posible que nos veamos abocados a elecciones anticipadas.
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Miquel Angel Soria

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May 4, 2018, 1:30:07 AM5/4/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Després de 200 anys, Marx segueix tan viu com en l'època de la seva
millor producció. Des de l'Argentina, país fuetejat pel
neoliberalisme, José Pablo Feinmann ho reivindica.

Estic acabant de llegir El desarme, d'Iñaki Egaña publicat per
Txalaparta, que ajuda a entendre l'actual moment d'ETA... I el paper
-o la seva absència- jugat per Marianico el Corto i, en alguna part,
per Manuel Valls, un dels Altres catalans que Candel va oblidar a
propòsit.

Que la veu de Josu Urrutikoetxea ens acompany!

Marx
Por José Pablo Feinmann

El 5 de mayo es el bicentenario de Marx. Su muerte fue decretada
tantas veces que pareciera haberse vuelto inmortal. En su Crítica de
la razón dialéctica, Sartre dijo poderosamente: “El marxismo es la
única filosofía viva de nuestro tiempo porque no han sido superadas
las condiciones que le dieron existencia”. Si no está vivo el marxismo
sin duda lo está Marx. El siglo XX creyó enterrarlo con la caída del
comunismo. Los filósofos estructuralistas franceses emprendieron la
tarea. Había que salir de Marx y entrar en Nietzsche y Heidegger. La
tarea se hizo por medio de la destrucción del sujeto.

Con su ensayo “La época de la imagen del mundo”, Heidegger entrega el
camino adecuado. Esa época es la del cartesianismo. Aquí, lo
vinculante es la subjetividad. El mundo es imagen del sujeto y lo
subjetivo es la materia vinculante de todos los entes en medio de la
tarea por olvidar al ser. Luego Foucault habrá de soldar esto con su
sorprendente análisis del cuadro de Velázquez, “Las meninas”. Antes,
Adorno y Horkheimer cambian el eje del marxismo de la Teoría Crítica.
Pasan de la lucha de clases al conflicto del hombre con la naturaleza
y critican lo que llaman razón instrumental.

En sus “Tesis de filosofía de la historia”, Benjamin destruye el
decurso teleológico de la historia, base de la dialéctica hegeliana y
marxista. Deleuze habrá de partir de la afirmación aristocrática de
Nietzsche y se afirmará en la positividad spinoziana y nietzscheana.
Lo negativo, que es esencial en Marx, queda de lado. En lugar de la
negatividad del obrero trabajador se elige la veracidad del grupo
aristocrático del Nietzsche de la “Genealogía de la moral”.

Benjamin escribe: “Nada perjudicó más a la clase obrera alemana que
creer que nadaba a favor de la corriente”. Luego vienen los
posmodernos, fervientes antimarxistas. Vattimo hablará de la sociedad
transparente. Una transparencia garantizada por los medios de
comunicación. El lenguaje se deconstruye en dialectos .La historia
deviene fábula. Sin más, en Baudrillard, un verdadero talentoso, se
comete el crimen perfecto, muere la historia.

Hay una secreta alegría en el modo que se festeja este bicentenario de
Marx. Se lo siente más vivo que durante buena parte del siglo XX, en
su peregrinaje soviético. Hoy, es parte de las luchas por la libertad.
Molesta a la izquierda dogmática tanto como al neoliberalismo, que
busca tratarlo bien, con buenos modales. Incorporarlo a las nuevas
filosofías livianas. Marx es un núcleo duro. De joven es un romántico
hegeliano. En 1843 escribe su “Introducción a la filosofía del derecho
de Hegel”. Este bello texto habla de la ignominia y de la tarea de
volverla más ignominiosa, publicándola. Postula que la filosofía
encuentra en el proletariado sus armas materiales así como el
proletariado encuentra en ella sus armas espirituales. Habla del
hombre como ser supremo para el hombre. Y también de la crítica de las
armas y las armas de la crítica. La filosofía es la cabeza de la
emancipación del hombre y su corazón es el proletariado. Y concluye
diciendo que la filosofía no puede realizarse sin la superación del
proletariado y el proletariado no puede superarse sin la realización
de la filosofía.

Este texto está lleno de hegelianismo. Sucede que Marx nunca dejó de
ser un gran hegeliano. El Manifiesto del partido comunista, de 1848,
es uno de los más grandes textos políticos jamás escritos. Marx se
refiere a las grandes tareas revolucionarias de la burguesía. Creó el
sistema mundo. Sometió el mundo rural al urbano. Reescribe varias
páginas de Facundo, que es tres años anterior al Manifiesto. Tanto
Marx como Sarmiento vieron en el desarrollo de las ciudades el avance
de la civilización.

El colonialismo eurocéntrico que late en sus textos sobre la India,
México y Bolívar tiene su raíz en la dialéctica de Hegel. También su
cita de Goethe: “Qué importan los estragos/ si los frutos son
placeres/ ¿No mató a miles de seres/ Tamerlán en su reinado?” El
Capital corrige el punto de vista. Las atrocidades de la burguesía son
analizadas con la crueldad que merecen. La violencia es la partera de
la historia. El capital viene al mundo chorreando sangre y lodo.
Antes, el capítulo sobre el fetiche de la mercancía es una obra
maestra de la filosofía. El misterio y el fetiche de la mercancía
radican en ocultar sus medios de producción. El colonialismo de los
textos del ‘50 amaina ya en sus bellos textos sobre Irlanda. Y en sus
años postreros dejará en claro, en su célebre carta a Vera Zasoulitch,
que El Capital no es una filosofía de la historia. Mientras haya
injusticia y despojo habrá Marx, porque fue el filósofo que propuso
cambiar el mundo, no sólo interpretarlo.

* * *

Trump y las olas de la desindustrialización
Alejandro Nadal

En el año 483 antes de nuestra era, el emperador persa Jerjes mandó
construir un puente que permitiría a su poderoso ejército atravesar el
Helesponto para atacar Atenas y Esparta. De este modo vengaría la
derrota sufrida por su padre Darío años atrás, cuando una tormenta
hundió la flota persa al pie del monte Atos. Pero los elementos
volvieron a conspirar en su contra y un temporal destruyó el entramado
de pontones antes de que las huestes de Jerjes pudieran utilizarlo.

El emperador montó en cólera y mandó decapitar a los ingenieros
responsables de la obra. Después ordenó a sus esbirros azotar con 300
latigazos las tercas olas del mar, según la crónica de Herodoto en su
Historia.

El relato se ha convertido en fábula sobre lo estúpido que es buscar
responsables donde no los hay. Y desde ese punto de vista casi no
tenía paralelo hasta que Donald Trump llegó a la Casa Blanca.

Durante su campaña, el candidato Trump anunció varias veces su
intención de revertir el enorme déficit comercial de Estados Unidos
con China. Y en más de una ocasión acusó al gigante asiático de
propiciar y llevar a cabo la desindustrialización de Estados Unidos.
Se llevaron nuestras fábricas y se robaron nuestros empleos, vociferó
durante la campaña, al tiempo que denunciaba los acuerdos comerciales
promovidos por sus antecesores.

Pero Trump se equivoca: las fuerzas que explican el espectacular
proceso de desindustrialización por el que atravesó Estados Unidos son
más endógenas que externas. Todas tienen un común denominador: se
trata de factores incrustados en el tejido económico estadunidense.
Están relacionadas con la falta de una política industrial y otras
están vinculadas con la política monetaria y la expansión del sector
financiero. Todas ellas se gestaron en el vientre de la economía
estadunidense durante los pasados cuatro decenios.

Entre 1979 y 2017, el empleo en el sector manufacturero estadunidense
pasó de 19.7 a 12.5 millones de personas. Esos 7 millones de puestos
de trabajo se perdieron en tres olas. La primera se desató en los años
80, con la difusión de la manufactura flexible que permitía
diversificar de manera rentable las líneas de producción al interior
de una planta. Ese resultado provenía de nuevos diseños en máquinas
herramientas que posibilitaban el rápido intercambio de las piezas
medulares para trabajar y cortar metales con alta precisión. La
aplicación de la microelectrónica permitió una reprogramación rápida
para producir lotes más pequeños de gran variedad de piezas diferentes
en lugar de producir una cantidad masiva de la misma pieza para
alcanzar economías de escala.

Numerosos estudios confirman que buena parte de la industria de
máquinas herramientas estadunidense no pudo adaptarse a esta nueva
realidad industrial y tecnológica. Esa industria no pudo entender que
el mundo de las economías de escala estaba siendo remplazado por las
llamadas economías de alcance, en las que es menos costoso producir
varios productos en la misma planta que producirlos en plantas
separadas.

La segunda ola se gestó en la política monetaria. Entre 1979 y 1983,
la Reserva Federal incrementó la tasa de interés líder de nueve a 19
por ciento para frenar la inflación (que alcanzaba 10 por ciento anual
en 1980). Esta es la tasa que rige los préstamos interbancarios de
corto plazo para administrar requerimientos de liquidez. Pero los
mismos bancos añaden un margen a esa tasa en sus transacciones
comerciales y la tasa de interés en un préstamo comercial llegó a
alcanzar 29 por ciento. El objetivo antinflacionario se alcanzó, pero
los efectos colaterales fueron fatales.

El aumento en la tasa de interés propició un flujo de capitales hacia
Estados Unidos y la apreciación del dólar respecto de otras divisas no
se hizo esperar. Las exportaciones de manufacturas estadunidenses se
desplomaron. En algunas industrias clave, como la de máquinas
herramientas, el impacto fue nefasto. Cuando la Reserva Federal se dio
cuenta del daño, ya era demasiado tarde. Los cadáveres entre las
empresas de la industria manufacturera podían contarse por centenares.

La tercera ola es más bien un tsunami y proviene de la
financiarización de la economía estadunidense. Las empresas se dieron
cuenta de que sus hojas de balance podían servir para generar
ganancias mediante la ingeniería financiera. La búsqueda de mayor
competitividad mediante mejor calidad se quedó atrás. Mucho se ha
escrito sobre este fenómeno, en especial por William Lazonick, de la
Universidad de Massachusetts.

Al igual que Jerjes, Trump está castigando al enemigo equivocado. Las
olas a las que condenó a sufrir golpes de látigo no son las que
imagina su mente narcisista. A las fuerzas económicas no se les puede
disciplinar a fuetazos. La demagogia de Trump podrá haber surtido
cierto efecto entre las clases golpeadas por la desindustrialización,
por ejemplo en el llamado cinturón de chatarra en los estados de
Michigan y Pennsylvania, pero no podrá devolver la vida a las empresas
que quedaron en el campo de batalla.
Dibujante.jpg
Cremallera.jpg
Ferran. Libertad de Prensa.jpg
¡ETA nunca muere!.jpg

Miquel Angel Soria

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May 7, 2018, 1:30:36 AM5/7/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Sembla que els moviments feministes i els dels jubilats ja siguin
imparables i que els bocamolls del govern no facin altra cosa que
ajudar-los.

Esperem novetats.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
UNA SOCIEDAD ARMADA

Nada encapota tanto el futuro de España como esa frase del señor Rajoy
sobre su determinación de mantener la política antiterrorista
refiriéndose evidentemente a la autodisolución de ETA, que ha sido
acompañada además por un reconocimiento del dolor producido. ¿Por qué
no admitir con esperanza y aún satisfacción esa voluntad de la
organización armada vasca de desaparecer de la historia española?
Tengo el íntimo convencimiento de que mantener activo ese espíritu de
represión de algo que ya no existe viene a justificar una política
cargada a su vez de distintas represiones respecto a la ciudadanía en
general. Lo expresó tajantemente el señor González cuando justificó
los terribles desagües del Estado. Esa es la política sempiterna de la
derecha española. Lo dicho por Rajoy tiene una dimensión temible y
contaminante respecto a su entorno y le genera impotencia para
gobernar serenamente. El señor Rajoy vive angustiado y necesita una
diana en que polarizar esa angustia que le produce su impotencia para
dominar los problemas cotidianos. Este tipo de comportamiento ha
llegado a generar un español inespecíficamente temeroso y habituado a
vivir en un Estado armado que le proteja de sus numerosos fantasmas y
eso demanda la existencia de un enemigo fantasmal que dé sentido a su
furor permanente. Nadie o casi nadie ha llegado a la conclusión de que
su enemigo es él mismo.

Un Estado que legisla siempre, salvo los dos periodos republicanos,
especialmente el de la segunda República, como si cada uno de sus
ciudadanos hubiera de resignarse a ser vigilado permanentemente, so
pretexto de protección, y a vivir por ello en una situación
excepcional que exige un patriotismo marcial que arrumba toda
civilidad, es un Estado fallido. Madrid, el Madrid que colorea a lo
más típicamente español, se mantiene fomentando la convicción popular
de que la mayoría de sus gobiernos mantiene con un generoso y duro
patriotismo una protección pública a cualquier precio, ya sea social,
económica, política o jurídica. Es necesario, pues, que ETA siga
existiendo como sea. Esa derecha que procede de forma tan
menospreciante de toda razón y justicia, con decidida y descarada
violencia, ya está buscando otro Franco, cuya vigorosa presencia
restablezca un caudillaje que, como tal, se alza sobre una vaciedad
ideológica convertida en virtud política. Esto que digo resulta
patente en el crecimiento de algo tan decididamente autoritario como
«Ciudadanos», cuya doctrina consiste en no tener ideología sino en
proceder con un ejercicio de gobierno basado en la «realidad». Esto
es, en una práctica de la democracia «interpretada», incluso con toda
suerte de habituales corrupciones: corrupción política –España ocupa
el segundo lugar en Europa–, corrupción moral y corrupción económica.
Vuelven los días, o están volviendo, de resurrección de los grandes
discursos del Dictador en la Plaza de Oriente con multitudes que
gritaban desaforademente ante el ídolo aquello tan significativo de
«¡Si ellos tienen ONU nosotros tenemos dos!». ¿Es así o no es así,
señor Rivera, el hombre que no piensa a fin de instalarse en la
Moncloa?

La decisión de volver a la vida uniformada, exterior o interiormente,
exige, en consecuencia, un reverdecimiento de la irrisoria calidad
política que siempre ha caracterizado a una España basada en un
sistema colonial que ahora, tras tanto desastre, está reducido al
control de Catalunya y Euskadi bajo acusaciones de rebelión,
violencia, sedición, odio y otras figuras delictivas urgentemente
afrontadas con leyes circunstanciales firmadas por neodictadores
recamados por un institucionalismo podrido y un democratismo
irrisorio. Como hizo cínicamente Franco, cuyo terrorismo hemos
olvidado en pro de la concordia y atendiendo a lejanía en el tiempo
que, en este caso sí, es prudentemente atendible en servicio de la paz
y la cordura.

Lo que más espanta en este panorama es que la iglesia española se
enfrente al episcopado vasco por la postura evangélica de esos cinco
obispos vascos que pisando con adaptable calzado de deporte han
expresado su esperanza ante la clausura de un triste periodo de
violencia y muerte. Y digo que es lo que más me espanta porque
recuerda la Carta colectiva del episcopado español de adhesión a la
«Cruzada» del Genocida, alegando la necesaria defensa de la católica
España. España fue declarada oficialmente santa y agredida en su
santidad, tras lo cual se procedió a la brutal poda de «rebeldes».
¿Rebeldes?

Cuando el señor Rajoy habló de la defensa de la democracia en España,
legando la «falsa» decisión de ETA, me pareció escuchar las trompetas
del cinismo, sopladas por el españolismo de sus partidos políticos,
que llaman a una inextinguible lucha contra dos naciones peninsulares
que aspiran a una elemental cosa, manifestada prudentemente una y otra
vez: la libertad de ser para convertir su innegable singularidad en
vida regular y propia ¿Se puede definir esto como rebeldía, violencia,
traición, palabras solemnes para una inicua solemnidad? ¿Pueden hablar
dignamente los vascos de su dignidad cuando ETA sigue ahí, al parecer,
aunque haya mostrado arrepentimiento por el mal causado y procedido a
su disolución?

Yo no hablo de todo esto como «separatista» sino como razonable
ciudadano que respeta el derecho de otras ciudadanías, como en este
caso cabe decir de catalanes y vascos. Aplaudí la libertad de la
India, de los pueblos eslavos, de Irlanda, de Noruega, de Polonia, de
una serie de naciones árabes y me pareció siempre que era una vía
justa recurrir a los referendos que traten de situar estas cuestiones
sobre el carril de la razón y de la libertad de pensamiento. Creo que
es miserable acudir al argumento del terrorismo de perpetuación, o
sea, inextinguible, cuando las armas han sido abatidas. Soy cristiano
y me debo a mi cristianismo; soy demócrata y me debo a mi esperanza
democrática; soy revolucionario y creo en la resistencia pública y
pacífica –sí, pacífica, señor Llarena– de los hombres y los pueblos
que se creen reprimidos; quiero ser justo y no puedo en consecuencia
acallar mi pensamiento; soy pacífico y aprecio toda paz, aunque tenga
la forma de un simple armisticio. Muchas veces he proclamado que el
ser humano debe estar por encima de las leyes porque me guía el
convencimiento de que el hombre no ha sido hecho para el sábado. Quien
opine lo contrario consulte a su alma sobre su estado de salud moral y
el merecimiento del aprecio honrado con que dice proceder.

Lo que denuncio con toda la energía que haya en mí es el rencor que
trasuda el impotente Gobierno español y sus órganos de comunicación.
Leo en "El País", había de ser él, que "ETA nos engaña" y añade a su
titular esta frase ramplona y oronda de primitivismo: «La democracia
no debe permitir a la banda su historia criminal». ¡Terrible! Un
periódico que blasona de su agnosticismo reclama un Dios
veterotestamentario que hunda en los infiernos eternos a quienes
intentan nada menos que lavar su historia. ¡No vale el
arrepentimiento, no vale la paz, no vale el propósito de enmienda
hecho en confesión pública! «¡Oé, oé, a por ellos; hagamos con su piel
nuestro hábito inconsútil!». España será grande mientras Viriato y
Curro Jiménez sean la referencia de los españoles.

Todo esto me entristece porque por nacimiento estoy amarrado al palo
mayor de España, que grita en cubierta esta frase de "El País": «ETA
fue derrotada por las fuerzas de seguridad del Estado, no hubo
mediación internacional de ningún tipo para precipitar su fin».
Simplemente, les pudimos, les derrotamos. España es grande con su
guardia civil, sus jueces y sus prisiones. Con su ira
veterotestamentaria rezada en la Moncloa.

* * *

GERARDO TECÉ
PERIODISTA

LUEGO VINIERON A POR EL AMARILLO



Siempre he escuchado, con una ceja arqueada y la otra a punto de
arquearse, eso de que el ser humano se adapta a cualquier cosa. La
frasecita, tan extendida, tiene todo el sentido dicha desde el sofá de
casa y siempre refiriéndonos a la supuesta capacidad de aguante que
tienen otros que no son uno mismo. Yo actualizaría el imaginario
popular en lo referente a la elasticidad de las tragaderas con algo
así como: «El ser humano se adapta a cualquier cosa que le pase a los
demás». Ya saben, aquello de «Luego vinieron por los judíos, y yo no
dije nada». Además de adaptarnos, es decir, además de comenzar a
percibir como natural lo que hace un rato era impensable, las personas
tenemos el tic nervioso de acabar justificando de una manera u otra
esa nueva situación que pasa por encima de otros. (...)

España, históricamente sumergida en la etapa de adaptarse a cualquier
cosa que le caiga encima a otro, está inmersa ahora en una segunda y
más peligrosa fase: la de justificarlo en lugar de avergonzarse o
mirar para otro lado. Tras los tuiteros detenidos (...), los raperos
condenados a cárcel (...), los titiriteros y sus marionetas encerrados
en preventiva (...), las instalaciones artísticas atacadas o
censuradas (...), las narices de payaso multadas (...) o los políticos
acusados de rebelión (...), llega el debate sobre los silbidos o el
color amarillo. Reprimir es como comer pipas. Es que silbar el himno
es una forma de violencia, nos explican desde el Ministerio de
Interior, que de violencia sabe un rato. Si se han requisado prendas
de color amarillo es para evitar altercados, nos cuentan desde la
Policía, experta de repente en marketing cromático: esa palabra
libertad sobre color amarillo chillón no genera tranquilidad. Y
compramos el argumento. Justificamos, uno tras otro, atropellos graves
que no nos afectan, convirtiendo nuestro país en una democracia
ejemplar –lo sabemos, vemos el Telediario cada día–, pero cada día con
más parecidos a Marruecos o Turquía.

La España sin complejos, esa que anhelaban desde hace décadas
pensadores como Jiménez Losantos o Norma Duval, ha llegado y se
extiende a capas nuevas, a nuevos perfiles. Preguntado en una
entrevista por la encarcelación del rapero Valtonyc, el compañero de
oficio y cantante Loquillo, inmerso en la fase dos –justificación–,
respondía, desde la libertad del sofá desde el que hacía la
entrevista: «Me importa un pepino. ¿Han censurado a un rapero? Por
favor, que a todos nos han censurado 20 veces, ¿qué me quiere usted
contar? Chico, si te arriesgas, te expones a que te partan la cara,
esto ha sido siempre así. A este oficio se viene llorado de casa». El
ser humano rapero lo aguanta todo, sentenciaba el cantante catalán.
Quiero ser bien pensado. No creo que, mientras una parte del país
entre la que me encuentro está preocupada, la otra esté entusiasmada
por vivir en un lugar casposo y represivo que da pasitos en dirección
a lo que ya fuimos. No, no todo el que justifica la represión contra
otro, perpetrada desde arriba, es un fascista. No funciona así. Nunca
ha sido así en la historia. Funciona con comodidad. La comodidad
necesaria para seguir viviendo en el mito que nos corresponde por
lugar y momento. En este caso, el de la Champions de las democracias.
Un mito que nos obliga últimamente a justificar lo injustificable. A
hacer el encaje de bolillos que permita que nos gobiernen con
naturalidad unos poderes con métodos mafiosos, al grito de «Viva la
Ley». Y le respondemos a Al Capone: «¡Viva!».

© Sin Permiso
La venda.jpg
En privado y en público.jpg
A todas las madres.jpg
Marx.jpg

Miquel Angel Soria

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May 8, 2018, 1:30:51 AM5/8/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Ja ho diu Kalvellido a l'acudit: Plou! I plou arreu: a Barcelona, a
Madrid, a Berlín... Ja ho deia Marx, facció Groucho: Sortint del no
res hem arribat al més alt de la misèria.


Os jodéis
Javier Gallego


El PP cuando habla más claro es cuando cree que nadie le escucha. Ahí
nos enteramos de lo que verdaderamente piensa. Un micrófono pilló a
Andrea Fabra gritándoles a los parados "que se jodan" y otro ha
captado a la Secretaria de Comunicación de Moncloa, Carmen Martínez
Castro, expresando lo que el gobierno le haría a los jubilados que
protestan: "qué ganas de hacerles un corte de manga de cojones y
decirles: ¡pues os jodéis!". Difícil decir más tacos en menos
palabras.

Es muy significativo que lo diga la responsable de comunicación de
Rajoy, un presidente que se pasa las legislaturas haciendo cortes de
manga a la ciudadanía y mandando a hacer puñetas a los problemas. El
pijerío español siempre ha sido de aparentar clase, pero hablar peor
que en los arrabales. Hablan como los caciques en el cortijo y los
generales de los cuarteles, con el palillo en la boca y la mano en los
genitales. El lenguaje es el espejo del alma y en el caso de los
populares refleja cómo nos miran por encima del hombro y se pasan por
el forro nuestras quejas.

Así que éste es el mensaje del gobierno a sus ciudadanos: os jodéis y
que os jodan. Os pisoteamos y encima os hacemos la peineta. Lo han
hecho con parados, desahuciados, dependientes, maestros, científicos,
jóvenes, emigrados, periodistas, precarios, becarios, médicos,
enfermeros, funcionarios y últimamente con los jubilados, empeorar sus
condiciones materiales e injuriar a quienes protestan.

Lo siguen haciendo en cada decisión que toman. Que os jodan, vamos a
rescatar autopistas pero no a pensionistas. Os jodéis pero no vamos a
dedicar ni un duro a los muertos de las cunetas. Que os jodan que
vamos a nombrar sucesor de la corrupta Cifuentes a su delfín, Ángel
Garrido, demostrando que nada nos importa. Os jodéis porque vamos a
seguir manipulando la radiotelevisión pública a pesar de la
movilización de sus profesionales. Que os jodan, porque vamos a seguir
judicializando la política y politizando la justicia. Os jodéis porque
vamos a perseguir a todo el que se mueva.

Y nos joden porque pueden. Porque ven que roban y engañan y aún hay
millones que les votan. Porque Ciudadanos les respalda, mantiene
gobiernos corruptos como los de Moncloa, la Puerta del Sol o Murcia y
bloquea con el PP todas las reformas, a pesar de que dijo que venía a
traer la regeneración. Y porque la oposición no es capaz de convencer
a la mayoría de que son una alternativa mejor, ya sea por puñaladas
propias o por cuchilladas ajenas. En cualquier caso, con un voto
cautivo de derechas y una izquierda desarmada, como diría el gobierno:
estamos jodidos.

* * *

Increíble
David Brooks


Si algo define a este régimen estadunidense es el volumen sin
precedente de mentiras y engaños. Pero lo más asombroso es que ha
logrado que eso no tenga ninguna consecuencia... por ahora.

La semana pasada, otras dos mentiras (hubo más, pero estas fueron las
más comentadas) se sumaron a la larga lista, algo poco novedoso, más
allá de que como ya se han acumulado tantas el propio presidente y sus
servidores se hicieron bolas entre sí. En su primer acto público para
defender a su viejo cuate, Rudy Giuliani, ex alcalde de Nueva York y
recién contratado abogado del presidente, declaró públicamente que
Trump –quien lo había negado tajante– sí sabía del pago de 130 mil
dólares hecho por su abogado privado Michael Cohen a la actriz porno
Stormy Daniels, a cambio de su silencio sobre una aventura sexual poco
antes de la elección de 2016. Más aún, reveló que Trump había
rembolsado el dinero a su abogado, pero aseguró que los fondos no
provenían de la campaña (lo cual sería un delito).

Preguntado sobre lo dicho por su abogado, Trump afirmó: no estamos
cambiando ninguna historia sobre esto, y reiteró que no sabía del
pago, y que Giuliani apenas había empezado a trabajar el día anterior,
y que necesitaba poner en orden sus hechos. Giuliani después intentó
corregir afirmando que Cohen había hecho lo necesario por proteger a
la familia del mandatario ante las falsas acusaciones de Daniels, y
que el presidente no estaba enterado de los detalles. Acto seguido,
Giuliani calificó sus propias declaraciones anteriores de rumores, y
explicó que apenas había empezado a trabajar en estos asuntos, hace un
par de semanas (y no el día anterior, como afirmaba su jefe). Dijo no
saber si Cohen pagó a otras mujeres por lo mismo. A la vez, el New
York Times reportó que Trump sabía del pago a la actriz porno meses
antes de que lo negó en entrevistas con reporteros. Ahora se requiere
de una guía para saber quién dijo qué y cuándo.

Mientras tanto, la semana pasada el ex doctor personal de Trump
sorprendió a todos cuando reveló que su declaración de que el entonces
candidato gozaba de perfecta salud había sido dictado por su paciente.
O sea, ni eso tiene credibilidad.

Para los comediantes este gobierno sigue siendo un regalo de los
dioses, ya que, como comentó uno de ellos, “el material casi se
escribe solo”.

Hay tantas mentiras, engaños y distorsiones que el Washington Post
mantiene un proyecto permanente que registra en una lista cada
afirmación falsa o engañosa del gobierno de Trump. Hasta la más
reciente actualización, el primero de mayo, el conteo ya llegó a un
total de 3001 en los 466 días desde que Trump llegó a la Casa Blanca,
un promedio de 6.5 afirmaciones falsas o engañosas por día. Vale
señalar que desde que ingresó a la Casa Blanca, una mayoría de
estadunidenses siempre lo han calificado de deshonesto y poco decente,
según las encuestas.

La pregunta ya no es si Trump miente y engaña –algunos sugieren que él
mismo no puede distinguir entre la realidad y la ficción, o
sencillamente no le importa–, sino por qué todos los demás tanto
dentro como fuera del país lo toleran.

Algunos señalan que políticos dentro del país, incluso su propio
gabinete, sólo buscan cómo utilizarlo para sus propios intereses, para
después huir, antes de que se hunda el barco. Para los líderes
extranjeros, como comentó a La Jornada un observador veterano de la
política exterior, el manejo con el líder del país más poderoso ya no
se trata de diplomacia, sino mas bien de sicología.

El hecho es que este pueblo eligió, o permitió la elección de alguien
que siempre ha engañado y mentido; eso quedó más que documentado en su
carrera como empresario, en la cual ha mentido acerca del tamaño de su
fortuna, la altura de la Torre Trump y durante toda su campaña. De
cierta manera votaron por él porque denunció que todos los políticos
son mentirosos y que este país ha sido engañado por todos sus
antecesores; en eso podría decirse que fue honesto. Votaron por él no
por su honestidad, sino para sacudir al sistema político, señalan
algunos expertos políticos y encuestadores.

Múltiples investigaciones y procesos judiciales están tratando de
comprobar sus mentiras y sus intentos de encubrir sus falsedades.
Entre éstas están la encabezada por el fiscal especial Robert Mueller
(incluye la colusión con los rusos y obstrucción de la justicia), una
investigación criminal contra Cohen y demandas civiles que incluyen la
de Stormy Daniels (cuyo nombre real es Stephanie Clifford) y otra por
Summer Zervos, quien alega que sufrió hostigamiento sexual por parte
de Trump durante su participación en el programa El aprendiz.

Por tanto, la otra pregunta es que si llega el momento en que la
verdad lo alcance, ¿habrá consecuencias o no?

Uno puede engañar a toda la gente parte del tiempo, y a algunas
personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a toda la gente todo
el tiempo, es el famoso dicho que siempre se le atribuye a Abraham
Lincoln (aunque algunos historiadores dicen que eso no está
comprobado, uno ya no puede creer en nada). Pero en esta coyuntura,
¿eso todavía vale? Dicen una y otra vez que, con Trump, Estados Unidos
está viviendo una realidad post-verdad.

Algunos consideran que el caso de Cohen, detonado en parte por Stormy
Daniels, podría ser más peligroso para Trump que los otros en el
futuro cercano, porque de ahí podrían surgir no sólo otros episodios
parecidos, sino todo tipo de negocios poco conocidos y potencialmente
sospechosos (es un gran comerciante de engaños).

Daniels dice que actúa sólo en nombre de la verdad, y es muy posible
que ella goce de mayor credibilidad que el presidente de Estados
Unidos; en los hechos, ella nunca ha mentido sobre quién es y qué
hace.

Todo lo cual podría llevar, tal vez, al final más apropiado para este
capítulo de la historia de este país, donde la nota principal de todos
los medios sería: “una estrella de cine porno rescató a la república
estadunidense”.
Mira lo que he hecho.jpg
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Miquel Angel Soria

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May 9, 2018, 1:30:15 AM5/9/18
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No sé què fer amb la televisió, si castigar-la de cara a la paret
esperant millors temps o llençar-la pel balcó. Potser la solució serà
un entremig: castigar-la mentre dóna algun informatiu.
Ja veurem què fer.

La televisión como prima a la posesión del poder
Javier Pérez Royo


Cuando en la lección dedicada al derecho a la información llegaba el
momento de hablar de la televisión, solía decirles a los alumnos que a
los países había que dividirlos en dos grupos: en uno estarían
aquellos en los que la democracia llegó antes que la televisión y en
el otro aquellos en los que la televisión llegó antes que la
democracia. En las constituciones de ambos grupos el derecho a la
información suele estar reconocido en términos parecidos, pero el
ejercicio del derecho suele ser diferente en los primeros que en los
segundos.

En los países europeos la televisión nació como servicio público
prestado en régimen de monopolio y así se mantuvo durante mucho
tiempo. Hasta 1988 no empieza a operar la televisión privada en
España. La televisión ha sido durante decenios el medio de transmitir
información con más incidencia en el proceso de formación de la
opinión pública. Tanto en los países que ya estaban constituidos
democráticamente como en los que no lo estaban. En estos últimos
todavía más.

Como la importancia de la televisión como instrumento de formación de
la opinión pública se advirtió desde el primer momento, en los países
democráticos se adoptaron medidas, a fin de que no se pudiera hacer
uso de ella de manera manipuladora. La televisión debía ser un
servicio público y no una “prima a la posesión del poder”. Y en
general, en todos ellos se ha conseguido que la televisión pública se
haya insertado de una manera razonablemente objetiva en el proceso de
formación de la opinión pública.

España, no está de más recordarlo en este contexto, ha sido el último
país de Europa Occidental que se constituyó democráticamente. Con casi
treinta años de retraso con respecto a los que se constituyeron tras
la Segunda Guerra Mundial. Y a diferencia de Grecia y Portugal, que
también se constituyeron democráticamente en los años setenta y que
rompieron con el “régimen de los coroneles” o con el “régimen
salazarista”, en España no se produjo una ruptura con el Régimen
nacido de la guerra civil, sino que “se transitó” lentamente de las
Leyes Fundamentales de Franco a la Constitución de 1978. Los aparatos
de poder del Régimen de Franco se mantuvieron durante esos años de
transición e incluso algunos más y, entre esos aparatos, la RTVE
ocupaba un lugar destacado.

En España la RTVE nació más que como “una prima a la posesión del
poder”, como un “botín de guerra”, como lo era en general todo el
Estado. Y si el Estado ha dejado de serlo con la Constitución de 1978,
la RTVE no ha dejado de seguir teniendo ese carácter de “prima a la
posesión del poder”. Obviamente no de la misma manera que en la época
de Franco, pero no ha dejado de serlo. Con el añadido, además, de que
las Televisiones de las Comunidades Autónomas se inspiraron en el
modelo estatal y se configuraron como instrumentos de los Gobiernos de
las mismas. El desastre para el derecho a transmitir y recibir
información ha sido monumental. Lo continúa siendo.

Únicamente en los años de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero,
que ha sido, con diferencia, el presidente del gobierno con más
sensibilidad en lo que al ejercicio de los derechos fundamentales se
refiere (ley de igualdad, ley de plazos, matrimonio entre individuos
del mismo sexo, ley de dependencia, ley de memoria histórica...), se
trató de institucionalizar una RTVE que fuera razonablemente objetiva
y neutral. Y se consiguió en buena medida. Han sido los únicos años
desde la entrada en vigor de la Constitución en 1978 en que la RTVE ha
sido el servicio público reconocible como tal en una sociedad
democrática.

Pero ese modelo sería revisado por El Gobierno de Mariano Rajoy, que
ha vuelto a la consideración de la RTVE como una suerte de “botín” que
le corresponde al vencedor de la contienda electoral.

A pesar de que, en esta legislatura, tras haber perdido el PP la
mayoría absoluta, se ha intentado poner fin al sectarismo que ha
presidido la ejecutoria de la RTVE de estos últimos años y se han
alcanzado acuerdos casi por unanimidad en esa dirección, el Gobierno
está consiguiendo torpedear la aplicación de tales acuerdos. Y de
paso, estamos asistiendo a los momentos de máxima degradación del
servicio público. Tal vez sean los años más negros de la RTVE en
democracia.

En mi opinión, en una eventual reforma de la Constitución tendría que
contemplarse la inclusión en ella de la RTVE y garantizar de esta
manera su autonomía respecto del Gobierno. Que no se pueda volver a
considerar la RTVE como una “prima a la posesión del poder”.
Las encuestas.jpg
Carlos Marx.jpg
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¡Viva el Primero de Mayo.jpg

Miquel Angel Soria

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May 10, 2018, 1:30:04 AM5/10/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
PSOE i Cs desueixen amb la seva fidelitat al PP i deixen penjada a Ada
Colau quan els hi volia parlar de com limitar el preu dels lloguers
dels habitatges.
Així es fa l'alta política.
I la política casolana no ens deixa veure la més gran, com diu l'Elisa Beni.


Se está liando
Elisa Beni


Se está liando ahí fuera y nosotros, como siempre, distraídos con
nuestras cosas, que ni siquiera son tales cosas sino meros casos.
Nuestro aislacionismo, nuestro aldeanismo, no se sabe si es genético o
sobrevenido. Nunca estaremos seguros de si nos adaptamos, como
organismos en perpetua evolución de la especie hispánica, a la
dinámica a la que nos forzó el dictador o si es que constitutivamente
estamos programados para pretender vivir fuera del pulso de la
historia, ajenos a los acontecimientos más relevantes, como si estos y
sus consecuencias no fueran a alcanzarnos de plano igualmente, con la
agravante necesaria de nuestro estupor por la sorpresa.

Pensamos tan poco en lo que deberíamos que aún no nos alcanza para
darnos cuenta de si es la pobreza intelectual y de miras de nuestros
dirigentes la que nos sume permanentemente en debates estériles,
fútiles y vanos o si somos nosotros y nuestra frivolidad inherente los
que hacemos que nuestros estadistas se alejen de los focos de interés
real y de las tendencias geopolíticas y tecnológicas que van a cambiar
el paisaje y hasta el paisanaje. Aquí, como es sabido, los países, las
ideas, los problemas, sólo nos sirven como triunfos de bastos para
arrearle al oponente en algún empeño absurdo. Alguien nos atizará con
Austria en pleno rostro para demostrar sus tesis sobre la inviabilidad
de las pensiones o refregaremos al que se tercie con la experiencia
finlandesa sobre la renta universal básica. Estados Unidos es un campo
más amplio y lo mismo nos servirá para apuntalar cualquier teoría
neoliberal sobre la educación o el negocio como para estacar al
represor que pretende que quemar una bandera o pitar un himno debe
arrastrarnos a presidio, quien sabe si como peligrosos criminales.

Somos una sociedad absurda. No hace falta haber sufrido un desastre en
las colonias para reparar en ello. El siglo se está despertando de su
letargo histórico. Está a punto de dar ese vuelco que cada siglo da
para dejar de ser una prolongación agónica del anterior y despertar a
una nueva realidad que lo caracteriza. Cada uno lo ha hecho a su
manera, casi nunca encomiable. Da igual que algunos profetas olvidados
se paseen por columnas perdidas de nuestros diarios o por espacios
opacos de nuestros medios, como si fueran enviados que recorren los
caminos con una campanilla alertando de lo que viene. Da igual porque
tenemos que seguir ocupados de los mentirosos, los vagos, los
mezquinos, los malvados, los ladrones o los inmorales que nos
gobiernan o que nos quieren gobernar.

Esta filípica viene a colación del tiempo que llevo pasando sobre las
olvidadas páginas de internacional de nuestros medios y de las de
otros países, conteniendo el aliento ante las tensiones, las
evoluciones y los sesgos, los peligros, que se advierten claramente
sin que observe reflejo alguno en nuestro país ni en las agendas
mediáticas ni en los discursos y declaraciones de nuestros líderes.
Todo nos pillará de nuevo con el paso cambiado. En algún momento, no
muy lejano, tendremos que volver nuestra atención hacia hechos graves
que no conoceremos ni comprenderemos y sobre los que no podremos
ejercer control alguno. Nos devorarán como lo hizo la crisis que se
inició en Estados Unidos con su propia burbuja y que nos pilló
ampliando los créditos que nos ofrecían para dar una vuelta todo
incluido por el Caribe por el precio de una ampliación de hipoteca. Y
puede que sea aún peor.

Por concretar, Trump al que algunos elementos patrios aún defienden
porque defender al poder y sobre todo al poder máximo, lo ostente
quien lo ostente, siempre es un reflejo fácil para ellos, sigue
liándola más bien pelirroja que parda en términos que pueden cambiar
los frágiles equilibrios mundiales con consecuencias imprevisibles.
Trump ha decidido romper unilateralmente el pacto nuclear con Irán y
darle en la boca a la Unión Europea, a los grandes países como Rusia y
China y al inefable Macron, que jugó el papel la semana pasada de
muñidor de un mantenimiento del acuerdo alcanzado para obtener sólo
una turuleta desafiante en cuanto volvió la espalda. La cuestión es
que Irán estaba cumpliendo el pacto y que el presidente norteamericano
ha decidido saltarse las evidencias para alinearse con Israel y Arabia
Saudí en un desafío al resto de Occidente que puede hacer saltar por
los aires de nuevo la zona más conflictiva del planeta. Y ya sabemos
que eso nunca sale gratis. Todo por unos votos, por una aceptación
popular que poco tiene que ver con la realidad, esa realidad que no es
ya que no se conozca, sino que no importa. Esa es la palanca sobre la
que pivotará la mutación del ya demasiado dilatado siglo XX en pleno
siglo XXI. Aquí nos reímos cuando en 2016 se designó en EE. UU palabra
del año a posverdad. Algunos siguen sin entender el concepto. Piensan
que se trata de la conocida amiga mentira. No es así. No se trata de
que no digan la verdad sino de que a sus oyentes ésta no les importa
ya.

Supongo que no habrán llegado hasta aquí. El reto de saltar sobre
nuestras propias pequeñeces mezquinas para echar una ojeada a lo que
de verdad puede cambiar nuestras vidas y la sociedad tal y como la
entendemos no suele ser muy popular. Ahí tenemos el esfuerzo solitario
de Macron por intentar hilvanar un futuro nuevo para esa Unión Europea
que dejamos agonizar o que directamente se denuesta en muchos puntos
del continente. Nosotros ya le dimos la espalda. El morbo era entrar
en el club. Luego no queremos saber nada de un club que nos admite
como socios. Puro marxismo.

Nos hacen falta idealistas en un momento en que tal palabra sólo
inspira afanes inmobiliarios. Nos hacen falta idealistas porque eso
supondrá que tendrán ideas y que éstas se definirán en ideales hacia
los que caminar como individuos y como pueblos. Si esto existiera, si
existiera una meta al final del camino, quizá nos sería mucho más
fácil convencernos de hacerlo juntos. Sin destino, sin final, sin
motivo y sin ideal todo es tan huero como la pequeña política en la
que agonizamos. Y ahí fuera, otros la están liando.
Retomar el hilo.jpg
#Yo no te creo.jpg
Candidatos.jpg
Nuevo ministro.jpg

Miquel Angel Soria

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May 11, 2018, 1:30:17 AM5/11/18
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Ja fa 43 anys de l'assassinat de Roque Dalton pels seus companys.
Genial imatge la de l'aspirina del tamany del sol.

SOBRE DOLORES DE CABEZA

Es bello ser comunista,
aunque cause muchos dolores de cabeza.

Y es que el dolor de cabeza de los comunistas
se supone histórico, es decir
que no cede ante las tabletas analgésicas
sino sólo ante la realización del Paraíso en la tierra.
Así es la cosa.

Bajo el capitalismo nos duele la cabeza
y nos arrancan la cabeza.
En la lucha por la Revolución la cabeza es una bomba de retardo.
En la construcción socialista planificamos el dolor de cabeza
lo cual no lo hace escasear, sino todo lo contrario.

El comunismo será, entre otras cosas,
Una aspirina del tamaño del sol.

DESPUÉS DE LA BOMBA ATÓMICA

Polvo serán, mas ¿polvo enamorado?


VÍCTOR MORENO
PROFESOR

EL PERDÓN DE ETA Y EL DE RAJOY



No puedo sacudirme de encima la estupefacción y el aburrimiento abisal
que me han producido las declaraciones del presidente del Gobierno y
las de políticos afines, además de intelectuales y editoriales de
periódicos, cuando, tras la declaración de que ETA anunciaba su
liquidación definitiva, han manifestado que “no había nada que
celebrar”.

¿Cómo es posible decir eso cuando la sociedad española si algo deseaba
de verdad era la desaparición de ETA desde in illo tempore?

¿No era este el fin al que por activa y por pasiva suspiraba la
sociedad? La clase política institucional se ha pasado media vida
exigiendo que la defensa de la independencia de Euskadi se hiciera en
el Parlamento y en las instituciones democráticas, y no mediante la
extorsión, el secuestro, el asesinato y la goma-2. Resulta que, ahora,
una vez conseguido tal reinserción, no es motivo de celebración.
Asombroso.

¿Qué es lo que el Estado de Derecho encuentra en la desaparición de
ETA que no le hace gracia? ¿Por qué la anhelada desaparición de ETA no
se ha convertido en una noticia celebrada unánimemente por las fuerzas
políticas y sociales del Estado?

Cuesta mucho entender esta retórica un tanto sospechosa, desde el
momento en que todos repiten el mismo guion. Una consigna que parece
haber sido dictada en un master impartido por el ministerio del
interior. Se quiera o no se quiera reconocer, lo cierto es que habría
que hablar de una noticia histórica,–esta vez sí, porque es la primera
vez que ocurre–, pero, dado que, al parecer, existen causas o
explicaciones que se escapan a nuestro análisis, lo dejaré simplemente
en noticia.

El genio humano es complicado y retorcido de ganas. ETA nos molestaba
de mala manera cuando existía y actuaba; luego, cuando existía pero no
actuaba; y, ahora, cuando ha decidido hacerse el harakiri definitivo
no es motivo de celebración.

No lo puedo remediar. Sospecho que existe algo extraño en este
comportamiento tan clónicamente aplaudido -casi teledirigido- y que no
encaja con una explicación racional a secas, y, por el contrario, sí
arroja la presencia de adherencias un tanto turbias, no sé si dignas
de estudio psiquiátrico, asesorado, eso sí, por algún politólogo.

Según ha trascendido a los periódicos, una de las razones de esta
desidia institucional se debe a que en el comunicado de ETA no se ha
pedido perdón a todas las víctimas, resultado de sus acciones
terroristas y al hecho perturbador de que aún existen unas 358
víctimas -esto sí que es exactitud numérica-, y cuyos tristes casos y
desgraciados, lamentablemente están aún por esclarecer. El perdón
ofrecido por ETA ha terminado de calificarse como “un perdón parcial”.

Comprensibles explicaciones, pero no satisfactorias.

A fin de cuentas, el acto fundamental de esa performance no es que ETA
pidiera perdón o no. De hecho, ETA, o quien sea, puede pedirlo a la
humanidad entera, a las víctimas afectadas por sus acciones
terroristas, y, a continuación, las familias de estas víctimas mandar
a la mierda dicho perdón.

Al fin y al cabo, nadie tiene por qué aceptarlo. Menos aún si proviene
de alguien que ha asesinado impunemente a tu padre o tu hijo. Nadie
está obligado a perdonar a un criminal. Si lo hace, pues formidable.
Si no lo hace, motivos tendrá. Que ETA pida o no pida perdón, parcial
o urbi et orbi, es parte de la retórica a la que nos tiene
acostumbrado cierto sentimentalismo vacuo que esconde más basura que
auténticas emociones sinceras, siempre controladas por el cerebro.

A Rajoy y al arco político de la derecha que representa su partido,
les importa un pepino que ETA haya pedido perdón por activa, por
pasiva o por aoristo griego y que sigan sin aclararse el destino y
paradero de 358 víctimas de ETA.

¿Desde cuándo a la derecha política de este país, heredera en su mayor
parte del franquismo y del sector que ganó la guerra, gracias a la
cual ocuparon los puestos claves de las instituciones públicas y
gubernamentales de este país, le han importado las víctimas vengan de
donde vengan?

Tiene bemoles que una organización, calificada siempre como criminal,
pida perdón aunque sea parcial a las víctimas y el Estado de Derecho,
que presume de ser más ético que un a priori kantiano, lleve ochenta
años sin pedir perdón de ningún tipo a las víctimas del 36, miles de
ellas todavía en paradero desconocido. ¿Acaso esas víctimas no forman
parte de la memoria de ese Estado de Derecho y de la defensa de la
democracia genuina, basada en la soberanía popular y en un Parlamente
elegido en unas elecciones libres y directas por la ciudadanía y no
derivado de un golpe de estado?

Estoy convencido de que muchas familias descendientes de asesinados en
1936 se darían con un canto en las narices si el Gobierno actual en
nombre de la Democracia y de su defensa les hiciera un homenaje con
carácter retroactivo o diferido a los españoles que sufrieron el mismo
destino trágico, tiro de gracia en la nuca y la tumba somera de una
cuneta.

Y mucho más motivo de celebración lo sería si el Gobierno actual
ayudara a los movimientos sociales que llevan años luchando en soledad
por la recuperación de miles de cuerpos de familiares sin recibir
ayuda alguna por parte de dicho gobierno. ¿Ayuda, digo?

Al contrario, el gobierno actual del PP ni la ha prestado, sino que,
una y otra vez, ha obstaculizado conscientemente el desarrollo y
aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, llegando hasta mofarse
de sus protagonistas, como lo hiciera el portavoz del PP en el
Congreso, R. Hernando, mostrando sin tapujos cuál es su actitud ante
ciertas víctimas.

Resulta triste constatarlo, pero Rajoy y sus ministros aún no saben lo
que es pedir perdón a las víctimas del 36 en nombre del propio Estado,
ni de quienes durante un tiempo se consideraron herederos legítimos
ideológicos. Es que ni siquiera han sido capaces de llegar a pedir ese
miserable perdón parcial que denuncian y desprecian en boca ajena.
Crisis externas e internas.jpg
Aprobetxategi.jpg
Eutanasia.jpg
¡A las cunetas!.jpg

Miquel Angel Soria

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May 14, 2018, 1:30:04 AM5/14/18
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Després de la "fumata bianca" espero que els temps no siguin tan
foscos. Encara que no confio massa.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
MICHIHITO



El distrito de Tama, una de las treinta y dos alcaldías que posee el
área gigantesca de Tokio, no ha conseguido que Michihito Matsuda
llegue a alcalde al conseguir solamente 4.013 sufragios frente a los
34.000 que logró su contrincante. Michihito es el primer robot que se
presenta a unas elecciones. Tras la consulta Michihito no ha hecho
ninguna clase de declaraciones a la prensa, no se sabe si por
discreción o porque sufrió un cortocircuito.

Quizá mucha gente se eche las manos a la cabeza ante esta nueva clase
de aspirantes a gobernar, pero los españoles ya sabemos algo de
fantasías al contar con Ciudadanos. Ahora mismo el señor Rivera, con
patente de inventor, ha ofrecido la alcaldía de Barcelona al ex primer
ministro francés señor Valls, con lo que el señor Valls puede
convertir en residencia veraniega el palacio municipal barcelonés. Me
gustaría apercibir al señor Rivera con una canción del tiempo de mi
infancia, que decía a la letra: «Si vas a París, papá/cuidado con los
apaches./ Si en juerga de taxis vas/ procura salvar los baches…». En
cualquier caso uno no deja de asustarse ante sucesos tan descomunales,
como diría don Quijote. Y ahora volvamos a Michihito.

Los padres de Michihito, los señores Matsuda y Murakami, han publicado
su desilusión por el fracaso en las urnas, ya que Michihito tenía como
objetivo fundamental acabar con la voluminosa corrupción presente en
las calles de Tama. Ahora bien, yo no sé si es preferible la
corrupción humana a que un ser con alma de cables e «inteligencia»
instalada pueda alcanzar nada menos que el poder político. El
sentimiento, la conciencia, las emociones, la duda y la bondad, por
ejemplo –lo que supone la columna vertebral de la hombredad como
define Zubiri–, no pueden generarse ni siquiera organizarse en un
robot, aunque sea de muy buena familia o incluso de una familia
piadosa. Desde los albores de la humanidad nacemos con una intendencia
religiosa de la que forma parte preeminente una emoción o curiosidad
sobre el «más allá» que en teología suele explicarse como dotación
exclusiva del ser humano y que no puede producirse por la robótica,
que es intrascendente. Quizá Michihito sea un buen sintoísta, como son
sus padres, pero el sintoísmo y el budismo son estrictamente una forma
social de vida que puede introducirse en un robot como programa, pero
sin procedencia metafísica. La misma libertad constituye una
desiderata humana que nace con el ser como condición «sine qua non»
para que el ser pueda serlo. La libertad no es una substancia
robotizable sino una dimensión innata del espíritu que, incluso, no
tiene nada que ver con un factor tan esencial como es la evolución. El
hombre está impulsado, además, por necesidades que le interrogan, que
le constituyen desde su infancia y a las cuales responde con una
voluntad genuina ¿Y qué decir del dolor moral, que es mucho más que
una expresión ingrata del proceso biológico? ¿Acaso siente ese dolor
Michihito cuando su juego de energías sufre un descalabro? En el
momento en que surge ese dolor la respuesta brota de una reserva
asimismo moral que nos conduce a una acción correctora no registrada
en un diseño previo de posibilidades. En ese momento sufriente se
revela la función de la libertad en nuestra mente y el corazón nos
revela lo que es justo y necesario. Concluyamos: el mal que nos
maltrata apronta la visión del bien con que recomponer la vida
auténticamente humana. La búsqueda de ese bien impulsa la creación de
mecanismos de defensa que en el ámbito social suelen cristalizar en
leyes y en el ámbito personal funcionan como decisiones. Este carácter
de la ley como defensa de los desajustes colectivos exige, sea dicho
de paso, que la ley se mueva por una voluntad crítica a fin de dotarla
de la debida flexibilidad, ya que el bien que dicen proteger tiene un
desarrollo histórico. Tengamos esto último muy en cuenta, porque las
leyes pueden degenerar en corrupción si impiden un momento necesario
de dinamismo moral ¿Caben tan sutiles dinámicas en un robot?

Y cómo fabricar robóticamente ese principio motor innato que es la
admiración y que según Piaget hace que el niño, y transcribo del
maestro Cabada Castro, «empiece a sentirla por su madre en los
primeros estadios de la existencia? El niño a los dos o tres años se
interesa ya por el origen de si mismo, de sus padres y de las cosas
que le rodean». Parece tratarse –dice el psicólogo alemán B. Grom– de
«la primera intuición global de una total dependencia de origen
metafísico». Sócrates afirmaba que el principio de la filosofía es la
admiración, «pues no hay otro principio de la filosofía sino éste». ¿Y
verdaderamente qué posibilidades hay de que el robot cambie su
finalidad mediante el surgimiento de la admiración? El robot percibe,
de acuerdo con su diseño, y reacciona en línea, pero no funciona a
impulsos de la admiración.

Michihito no puede sustituir al político. La política es una
herramienta de la libertad, o debiera serlo, que opera más allá de las
fronteras trazadas robóticamente. Una cosa es la ayuda robotizada para
resolver operaciones y, otra, la decisión creativa «ab initio».
Depende como se fabrique el contenido del robot. En cualquier caso
cabe indicar el inicio de ese juego maquinal en la modesta máquina
registradora de nuestros abuelos. No es necesario levantar tanto el
vuelo científico o técnico. Incluso cabe introducir la falsedad en un
robot.

Lo que siempre me sorprende es que el cientifismo avanzado o
simplemente el vigoroso tecnicismo, tan brillantes de saberes
materiales como pobres de sabiduría, se enfrenten hoy victoriosamente
a las creencias religiosas tachándolas de inservibles e incluso
engañosas. Cierto es que el dogmatismo religioso debería subordinarse
en buena medida a la libre emoción de lo trascendente que es base del
sentimiento moral más profundo y de la esperanza con que parece venir
equipado el ser humano, pero sustituir ese dogmatismo castrador, que
quiere administrar la luz, por un dogmatismo exquisito que ha decidido
embotellarla en la lámpara, me parece un modo de cambiar las orejas
por el rabo, según establece un proverbio de mi tierra asturiana. Ese
dogmatismo también castrador en infinidad de aspectos no parece
conducir al engrandecimiento del hombre. Como dice otro refrán, esta
vez aragonés, creo, establece que «poco adelanta un perro con un
cantazo». Cuando nos expulsaron del paraíso nos entregaron la tierra,
según establece tan bello mito, con un certificado muy exacto sobre el
origen de la vida humana y ahora andamos firmando acuerdos con la
serpiente para divinizar Silicon Valley. A mí me gustaría conocer que
piensa Michihito de esta cuestión.

El peligro más agudo que conlleva la creciente robotización consiste,
creo, en el menosprecio creciente de la persona humana para la
superación de sus escaseces, especialmente de las morales, o lo que es
lo mismo, el trueque del alma por la matemática del juego para
entretener la vaciedad inverecunda en que hemos sumergido el espíritu.
El robot se convierte en antropófago si se le permite rebasar su
función auxiliar, cosa que los padres de Michihito han pretendido al
postularle para político. Añadamos que cuando el robot es humano, cosa
que existe, la catástrofe y el crimen resultan inevitables.

Las pretensiones de poder están recargándose de tal forma que esas
pretensiones ya no son «de qué» sino «para qué»; han rebasado el marco
ético de la realización encaminada al desarrollo humano para tornarse
armas de asalto a la riqueza colectiva. Lo siento porque Michihito me
inspiraba una cierta ternura muy próxima a las evanescencias
infantiles.
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Miquel Angel Soria

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May 15, 2018, 1:30:08 AM5/15/18
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Espero que les posteriors inauguracions de les ambaixades de Guatemala
i Paraguai a Jerusalem no provoquin la mateixa celebració, per part de
l'exèrcit sionista, que la dels USA. I que en tot cas serveixi com a
revulsiu a aquells països que podrien tenir l'intenció de
traslladar-se.


La libertad de expresión y el juego de la cuerda
Isaac Rosa



Estaba yo el otro día en un bar junto a la Audiencia Nacional, cuando
entraron un fiscal y un ministro cuyas identidades no desvelaré. Se
acodaron en la barra, pidieron dos botellines y se pusieron a hablar
relajadamente. Pegué la oreja, y esto es lo que escuché:

-MINISTRO: Hoy pagas tú las cervezas.

-FISCAL: ¿Y eso?

- MINISTRO: La apuesta, acuérdate. Lo del Valtonyc ese, el rapero.
¿Qué te dije yo? Que lo metíamos en la cárcel y no pasaba nada.

- FISCAL: Bueno, nada, lo que se dice nada... Se ha montado una
campaña en su defensa.

- MINISTRO: Nada, los cuatro de siempre. Los que se apuntan a un
bombardeo y se oponen a cualquier cosa, los sospechosos habituales,
los independentistas por supuesto, unos cuantos músicos, un vídeo
solidario y sí, mucho tuitero indignadísimo. Y para de contar.

- FISCAL: Es verdad que a la mayoría de la gente no le importa un
chaval rapero que canta burradas, y muchos hasta aplauden que vaya al
trullo. Pero aunque sean pocos los que lo apoyan, hacen mucho ruido.

- MINISTRO: Déjalo en ruidito. Mira por ejemplo todos esos políticos y
famosetes que se pronuncian. La mayoría lo defiende con pinzas: añaden
los gritos de rigor (“no estoy de acuerdo con la condena, aunque sus
letras me parecen deleznables”) o recurren a comparaciones que en la
práctica suponen aceptar el marco de discusión: “si fuera franquista
no le habría pasado…”, “y mientras, Jiménez Losantos diciendo
salvajadas en la radio…”, que es como decir que lo malo no es recortar
la libertad, sino que el recorte no sea igual para todos. O esa otra
coña de “Urdangarín en Suiza y Valtonyc en prisión”, como si el
encarcelamiento del rapero hubiese sido más aceptable después de
enchironar también al duque.

- FISCAL: Vamos, que otra vez nos han vuelto a comprar la moto.

- MINISTRO: Averiada y sin ruedas. Una moto tras otra. Esta gente es
así, no aprende. Les pasó con el terrorismo, que ha sido un coladero
sin fondo. Les pasa con la libertad de expresión o los límites del
humor, que les cogemos siempre con el pie cambiado. Y les va a volver
a pasar con las fake news: tanto alboroto con las mentiras de toda la
vida, que acaban viendo razonable controlar la información. Siempre
que sea para defender “la verdad”, claro.

- FISCAL: Bueno, así llevan años. Comprando motos averiadas, dejándose
meter goles. No es raro: una sociedad de ofendidos, de escándalo
fácil, que quiere resolver cualquier conflicto por la vía penal, y que
no tiene memoria de sus propias luchas históricas por las libertades.
Aunque yo pensaba que la entrada en prisión marcaría un límite por el
que ya no pasarían.

- MINISTRO: Nada. La cárcel ya no impresiona tanto. ¿No ves que llevan
años pidiendo cárcel para todo lo que no les gusta? A cada escándalo
exigen una reforma del código penal. Han acabado banalizando la
prisión. Mira los nueve catalanes esos: más de seis meses entre rejas,
y aquí no ha pasado nada. Menos drama. En cuanto el rapero entre en la
celda se olvidan de él, y hasta el siguiente caso.

- FISCAL: He visto algún manifiesto por ahí circulando, y unos cuantos
artículos de prensa. Que si libertad de expresión esto, que si
libertad de expresión lo otro…

- MINISTRO: Pero no entienden cómo funciona. La libertad de expresión
es como el juego de la cuerda, ese de dos equipos tirando cada uno por
un extremo. Si ellos tiran fuerte, la consiguen alargar por su lado.
Si aflojan, somos nosotros los que les recortamos metros. Así ha sido
siempre con todos los derechos y libertades, que no son fijos ni
absolutos, están en permanente disputa y negociación, día a día. Pero
especialmente con la libertad de expresión: nosotros tiramos siempre,
nosotros nunca aflojamos; y si ellos no sujetan fuerte, los
arrastramos hacia acá. La libertad de expresión nunca es ilimitada
(como ninguna libertad, vaya), y en cada país y época tiene unos
límites, que se fijan según la fuerza con que tire cada lado.

- FISCAL: Anda que si la Transición se hubiera hecho con estos flojos
tirando de la cuerda…

- MINISTRO: Ahí está. Cada sociedad tiene la libertad de expresión que
se merece. Es decir, la que es capaz de defender. En España las
libertades democráticas habrían sido mucho menos amplias si no hubiese
habido gente tirando de la cuerda ya desde el tardofranquismo, y que
se quemaban las manos antes que soltar la soga en los años duros de la
Transición. Mira tú los años ochenta: las burradas que se podían
cantar, escribir, bromear o dibujar, y no pasaba nada. Había barra
libre. Y era porque tiraban fuerte los cabrones. Pero luego empezaron
a aflojar, y hoy basta que les demos un tirón de vez en cuando para
seguir recortándoles. ¿Qué, pedimos otra ronda?

- FISCAL: No, que tengo una vista con dos tuiteros. O humoristas, no sé.

- MINISTRO: Venga, a seguir tirando de la cuerda.

(por si algún fiscal lee esto, aclaro que es un ejercicio de FICCIÓN.
Que con lo corta que se nos está quedando la cuerda, yo no me fío…)
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Miquel Angel Soria

unread,
May 16, 2018, 1:30:06 AM5/16/18
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Avui, els dibuixants editorialitzen sobre el tema del dia.
Vergara a eldiario.es: Dureza
Eneko a el jueves: Gaza
Pinto & Chinto a La Voz de Galicia: gaza
Hernández a La Jornada de Mèxic: Nombramiento


La democracia puede desvanecerse de la noche a la mañana
Rosa María Artal


Dejemos de llorar por el 15M. Dejemos de pensar en lo que puedo ser y
no fue, porque lo que hoy amenaza nuestro presente aterra. Dejemos de
llorar por la leche derramada dado que estamos en trance de verter
lágrimas de dolor irreparable. Múltiples y muy claros síntomas apuntan
a un camino que conduce al fascismo. Con algunos matices diferentes,
la versión fascismo siglo XXI. Y a una creciente campaña para su
normalización. Algunos de sus exponentes están ya en la agenda
mediática. Y en los propios medios incluso.

La ultraderecha actual viene envuelta en modelos de diseño y una
vaciedad de mensajes que se inscribe en lo pueril. Es lo que cuadra a
la sociedad, a una parte de la sociedad, que se ha dejado formatear a
esa misma imagen. El cuñadismo al poder que podría caer en la
tentación de saltarse buena parte de los procesos imprescindibles en
democracia. Abusar de los atajos, de las fakenews que al mismo tiempo
dicen combatir en un redoble del cinismo. Temibles sus señalamientos y
su irresponsabilidad. Trump es el prototipo, pero no está solo. El
modelo se está expandiendo y brotan esquejes por medio mundo. En
Europa. En España. Sin reparar en la extrema peligrosidad del
fenómeno.

Nuestro país es proclive a esa tendencia. Un artículo de The New York
Times se preguntaba hace unos días por qué se están rompiendo tantas
democracias y citaba en la primera frase a España: “Italia, Polonia,
Hungría e incluso España: la democracia europea está en ruinas”. Luego
venía un listado de los habituales.

Una de las razones fundamentales -explicaban los autores y lo
comparto completamente- está en el poso que dejan las dictaduras. “Más
de dos tercios de los países que han pasado a la democracia desde la
Segunda Guerra Mundial lo han hecho bajo las constituciones escritas
por el régimen autoritario saliente”, dicen. En esas circunstancias
han procurado salvaguardar a las élites y darles una ventaja en
política y en competencia económica. “Para lograr estos fines incluyen
factores como el diseño del sistema electoral, los nombramientos
legislativos, el federalismo, las inmunidades legales, el papel de los
militares en la política y el diseño del tribunal constitucional”.

En este contexto y con una severa recesión económica puede ocurrir que
“el descontento ciudadano cristalice en furia e incite a los votantes
a expulsar en masa a los partidos políticos tradicionales”. Y
“conducir finalmente a la desaparición democrática” cuando los actores
principales de la política apelan a la demagogia.

En España, clavan el diagnóstico. Nosotros tenemos viejos y nuevos
entusiastas adictos a la demagogia. Además.

El sustrato antidemocrático, impregnado de corrupción, nos lleva a
asistir a hechos espeluznantes que no hubieran sido admitidos hace
bien poco. No en el famoso 11M del 11. Ahí tenemos vigente y renacido
un Ducado de Franco que se están comiendo todas las élites y que, como
decía nuestro compañero Carlos Hernández, no será tan difícil de
suprimir cuando Felipe VI le quitó a su hermana y a su cuñado el
Ducado de Palma. Es un conjunto inmenso donde el viejo franquismo y
la eterna ultraderecha sientan sus reales sin el menor pudor. Un
sector de la justicia se muestra tuerta al enjuiciar sus atropellos.

Es un país en donde está a punto de entrar en la cárcel una persona
por cantar. Se juzga a una revista por un chiste. A la mínima –y a
causa de las reformas que votaron y no retiran PP, PSOE y Ciudadanos-
cualquier cosa puede ser considerada terrorismo. Es un país en el que
el bocazas mayor del reino propone desde los micrófonos bombardear
Barcelona, atentar en Alemania, o descargar una escopeta sobre
políticos que le cae mal, en total impunidad.

Es un país en el que los líderes de Ciudadanos, Rivera y Arrimadas en
cabeza, presionan para saltarse la voluntad de la mayoría de los
catalanes y los propios mandatos constitucionales y no solo seguir
sino intensificar la soga del artículo 155 en Catalunya. Pedro
Sánchez, reunido con Rajoy, se apunta al tutelaje. Se ha mostrado
dispuesto a activar el 155 con contundencia, si el Govern toma el
camino de Torra y a mantener el control de las cuentas públicas de la
Generalitat . Desde el PSOE, Pepe Blanco propone que Rajoy nombre
presidenta a Arrimadas (el gran plan del sistema) porque es "lo
normal". ¿En serio no chirría todo esto a los demócratas?

Denunciarlo no es apoyar las ideas y los excesos del nuevo presidente
catalán, Quim Torra. O cualquier disyuntiva excluyente entre blanco o
negro. Salvo la que preserva valores fundamentales como la verdad, la
justicia, la democracia. Precisamente los que no admiten medias
tintas. El problema es que la torpeza malintencionada actual no
entiende o no quiere entender que el maniqueísmo se supera al término
de la infancia. Esta puede ser la gran falla de base que nos está
conduciendo a un futuro realmente temible.

Hablamos ya un día de El cuento de la criada ( The Handmaid's Tale),
publicado por la escritora canadiense Margaret Atwood en 1985, y
renacido en 2017 al convertirse en serie de televisión. En una nueva
introducción, la autora apunta ideas clave: “Como nací en 1939 y mi
conciencia se formó durante la Segunda Guerra mundial, sabía que el
orden establecido puede desvanecerse de la noche a la mañana”. Asegura
que no sirve decir “esto aquí no puede pasar”. Porque, “en
determinadas circunstancias puede pasar cualquier cosa en cualquier
lugar”.

Cita Atwood los temores que suscitó Trump desde que puso el pie en la
Casa Blanca. Con él se instaló “la percepción de que las libertades
civiles básicas están en peligro junto con muchos de los derechos
conquistados por las mujeres”. Porque “las mujeres y sus descendientes
han sido la piedra de toque de todo régimen represivo de este planeta”
a lo largo de la historia. No ocurre solo en EEUU ni mucho menos.
Repasen la lista de las democracias en ruinas.

Añade la autora de El Cuento de la Criada que “muchos regímenes
totalitarios han recurrido a la ropa -tanto prohibiendo unas prendas,
como obligando a usar otras- para identificar y controlar a las
personas. Así resulta mucho más fácil señalar a los herejes”. No
pienses en amarillo, se podría añadir. Usa rojigualda en bandas anchas
o estrechas.

Ve Margaret Atwood al alza –también- “la proyección del odio contra
muchos grupos”. Muchos. Los extremistas solo ven odio en el odio
ajeno. Y no olvida hablar de la complicidad con la tiranía de algunos
entre las propias víctimas. Los que aceptan la merma de sus derechos a
cambio de una cierta protección.

La democracia, toda tu vida, se puede ir al traste en un momento, en
cualquier momento. Te pueden matar a sangre fría en una protesta
cuando se abre una cadena de resultados previsibles. Eligen a Trump,
un necio, ególatra y malintencionado. Por sus intereses personales
cambia su embajada a Jerusalén en el polvorín israelí. El Ejército
mata a 49 palestinos. Hiere a más de 2.400. Así, precisamente,
triunfaba la involución en El Cuento de la Criada.

El principal valor de escribirlo ayuda a que no se cumpla, dice
Margaret Atwood, quizás para alentar la esperanza. A buscar resortes
para salir de ese canal de bordes elevados que nos impide ver el
conjunto y el rumbo, desde luego.

En 2011, una gran parte de la sociedad española entendió, tras la
indignación de las plazas del 15M, que no debía votar otra vez al
gobierno del PSOE. No atendió tanto a la segunda parte del enunciado:
tampoco al PP. Y así le dio mayoría absoluta. Manos libres para
cuanto quiso y quiere hacer.

Ahora mucha gente va comprendiendo que el diluvio de destrozos,
insultos y desfachatez del PP hacen insostenible su gobierno. Y se
disponen a solucionarlo –dicen las encuestas y los medios, dicen,
dicen que no sé yo- entregando el poder a Albert Rivera y sus
Ciudadanos. Cada vez que España tiene un problema serio, se va más a
la derecha. Y a una sociedad más banal, más perdida.
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Miquel Angel Soria

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May 17, 2018, 1:30:10 AM5/17/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui fa 9 anys de la mort de Mario Benedetti. Es impossible
oblidar-lo. Com no oblidem Gaza. Per cert, en quin lloc d'Espanya
jugaran el partit de futbol AMISTÓS entre Argentina i Israel?

Recordeu el codi de barres dels productes israelians adaptat a un
semblant al de l'estat espanyol per provocar confusió en el boicot:
851


155 por tiempo indefinido
Javier Pérez Royo

En los estados de excepción se sabe cómo se entra, pero no cómo se
sale. Eso es así en general, pero más todavía cuando la adopción de la
medida de protección excepcional del Estado tiene su origen en un
problema que afecta a la Constitución Territorial. Si la ruptura de la
"normalidad" se produce como consecuencia de un problema de naturaleza
territorial, es muy difícil reparar lo que se ha roto. En las crisis
de esta naturaleza, "la normalidad" se ha ido deteriorando lenta y
progresivamente y, cuando se produce la ruptura, lo hace en la forma
de un terremoto de magnitud considerable, tras el cual ya no hay
"normalidad" a la que volver. El edificio constitucional no puede ser
reparado.

Lo que está ocurriendo en España tras la activación del artículo 155
de la Constitución ejemplifica perfectamente lo que acabo de decir. No
tengo la menor duda de que el Presidente del Gobierno, cuando decidió
hacer uso de la "coacción federal" prevista en dicho artículo, pensaba
en una suspensión temporal del ejercicio del derecho a la autonomía en
Catalunya con la finalidad de volver a "la normalidad" lo más
rápidamente posible. Todavía tengo menos duda de que esa era la idea
del Secretario General del PSOE e, inicialmente, también la de Albert
Rivera. El 155 de la Constitución como un paréntesis breve, que se
extendería el tiempo necesario para la celebración de elecciones e
investidura de un president de la Generalitat.

Si la aplicación del artículo 155 de la Constitución se hubiera
reducido a la disolución del Parlament y a la convocatoria de
elecciones y si a dichas elecciones hubieran podido acudir los
dirigentes nacionalistas sin que se hubieran activado querellas contra
ellos que los llevaron a la cárcel o al exilio, tal vez hubiera sido
posible abrir algún tipo de diálogo tras el resultado electoral y la
suspensión del derecho a la autonomía en Catalunya habría tenido una
duración muy breve.

Desgraciadamente, eso ya no podremos saberlo. Lo que pudo haber sido y
no fue es la expresión más acabada de lo radicalmente imposible. En
esas estamos. Unas elecciones con los candidatos de la única opción
que puede formar gobierno en el exilio o en la cárcel no pueden ser
nunca un camino de retorno a "la normalidad". Son la certificación de
que "la normalidad" está rota de manera irreparable. Entre otros
motivos, porque una vez que se activan procesos judiciales, se pierde
el control político de la situación. Y se pierde de manera
irrecuperable.

En el proceso de investidura tras el resultado electoral del 21-D
hemos tenido ocasión de comprobarlo. En lugar de ser un proceso
protagonizado por el president del Parlament y por el Pleno del
Parlament, ha estado dominado por el juez Pablo Llarena. A partir de
ese momento no solamente no hay forma de entablar ningún tipo de
diálogo, sino que se avanza inexorablemente en la peor de las
direcciones posibles.

Quim Torra ha sido investido president de la Generalitat y
prácticamente todo el mundo fuera de Catalunya y casi la mitad de los
ciudadanos catalanes se están llevando las manos a la cabeza a medida
que han ido conociendo su trayectoria política. Nos estamos enterando
de lo que este señor ha dicho y escrito a lo largo de muchos años.
Prácticamente nadie sabía quién era. Hoy todo el mundo sabe quién es.

Pero lo que no se está diciendo es que Quim Torra ha sido candidato a
la investidura porque el juez Pablo Llarena interrumpió el proceso de
investidura de Jordi Turrull. Jordi Turrull pronunció su discurso de
investidura y se sometió a una primera votación, en la que no obtuvo
la mayoría absoluta. El juez instructor decidió que volviera a
ingresar en prisión antes de la segunda votación e interrumpió de esta
manera el proceso de investidura.

El discurso de Jordi Turrul fue el más moderado que se puede esperar
en las circunstancias actuales de un nacionalista catalán. Tanto en el
fondo como en la forma. No fue un discurso desafiante ni hiriente.
Pero se le impidió que pudiera ser elegido president. Y se hizo además
de manera anticonstitucional.

El resultado ha sido dejar las manos libres a Carles Puigdemont para
que ponga en práctica la estrategia más radical de todas las
imaginables en este momento. Eso es lo que supone la designación de
Quim Torra como candidato a la Presidencia.

Hay problemas que únicamente se pueden resolver mediante la expresión
de manera directa del principio de legitimación democrática. Cuando se
hace intervenir al poder judicial, que también tiene legitimación
democrática, pero indirecta, se hace imposible cualquier tipo de
solución.

El 155 de la Constitución en manos del juez Pablo Llarena no es la
solución de nada, sino la certificación de la quiebra de la
Constitución Territorial de 1978. Tenemos 155 de la Constitución por
tiempo indefinido.


* * *

Especulando sobre inteligencia artificial
Alejandro Nadal

El martes 23 de abril de 2013,cuando el reloj marcaba las 13:07, los
operadores en el piso de remates de la Bolsa de Valores en Nueva York
vieron el siguiente mensaje de Twitter en sus monitores: Última: Dos
explosiones en la Casa Blanca; Barack Obama, herido. En unos instantes
el mercado entró en una caída vertiginosa y en los siguientes 90
segundos el indicador Dow Jones perdió 160 puntos, eliminando las
ganancias del día. En minutos se confirmó que el mensaje era falso.
Había sido generado por hackers que penetraron la cuenta de la agencia
Associated Press. Y así como había comenzado el vendaval, de pronto
todo regresó a la normalidad. Pero en esos minutos de frenesí
financiero se generaron pérdidas por más de 140 mil millones de
dólares.

El episodio ilustra de manera singular uno de los principales
problemas que enfrenta en la actualidad la globalización financiera,
en la medida en que se ha ido profundizando el empleo de sistemas de
inteligencia artificial (IA). Hoy, cerca de 70 por ciento de
transacciones en los mercados financieros se lleva a cabo mediante
computadoras institucionales. Y, por supuesto, la velocidad de las
transacciones se ha acelerado vertiginosamente. En los mercados de
bolsa más desarrollados del mundo un título permanece en manos de un
participante del mercado un promedio de 22 segundos antes de entrar
nuevamente en otra transacción. La especulación automatizada ya domina
en los mercados financieros.

Una pregunta llama la atención de los operadores de bolsa: ¿son más
eficientes los sistemas de IA que los métodos tradicionales para
obtener mejores rendimientos en una cartera de inversión? La respuesta
no es evidente. La mayor parte de los operadores todavía prefiere el
uso del análisis convencional, en el que los indicadores sobre la
salud económica y financiera del corporativo que emite un determinado
título son la base para tomar una decisión. Aunque muchos operadores
son excelentes para hacer un buen análisis en poco tiempo sobre un
emisor de títulos financieros, hay muchas otras variables que
necesariamente serán ignoradas. Es ahí donde entra la capacidad de un
programa para procesar enormes cantidades de datos en una fracción de
segundo.

Los métodos tradicionales de evaluación siguen siendo válidos cuando
se trata de tomar una decisión sobre la adquisición de un activo para
obtener un buen rendimiento. Sin embargo, cuando se busca adquirir un
título con el único propósito de venderlo inmediatamente para obtener
una ganancia, las cosas cambian. En un entorno en el que proliferan
las opciones sobre una gran variedad de activos, incluyendo derivados
y todo tipo de productos exóticos, es vital poder sintetizar grandes
cantidades de información y poder comparar diferentes senderos de
transacciones para poder explotar con ventaja los diferenciales de
precios entre distintos títulos. Es aquí donde las computadoras y sus
sistemas de IA muestran su superioridad frente a los análisis
tradicionales.

Otra pregunta se relaciona con el efecto que tiene el empleo de
sistemas de IA sobre la volatilidad y estabilidad de los mercados
financieros. Muchos analistas consideran que el uso de computadoras
elimina el factor emocional de la ecuación, reduciendo la volatilidad
y el riesgo de un pánico financiero. Pero lo cierto es que los
predictores de los algoritmos de esos sistemas de IA están diseñados
para replicar el mismo comportamiento de cualquier operador frente a
una señal de alarma. En otras palabras, si alguien grita ¡fuego! a la
mitad de una función de teatro, esos predictores también aconsejan
salir como rayo hacia la puerta más cercana. Los múltiples episodios
de pánico financiero generados por fallas en la tecnología en años
recientes son testimonio de lo anterior.

Las plataformas que permiten transacciones en un entorno no lineal, en
el que imperan el caos y la incertidumbre, todavía están en una fase
experimental. Esos nuevos modelos de IA para la especulación
financiera buscan alcanzar rutinas de comportamiento con una lógica no
lineal, incorporando variables aleatorias y mimetizando el
comportamiento humano para resolver problemas. Eso es algo paradójico,
pues pareciera que ahora se busca reintroducir en la ecuación los
parámetros (de conducta humana) que antes se buscaba eliminar para
maximizar los beneficios de la IA.

Es prematuro predecir el resultado final de esta evolución. La
difusión de computadoras con capacidad de aprender ya está ocurriendo,
y los operadores de corredurías pueden sentir que sus puestos de
trabajo están amenazados. En la medida en que avance la capacidad de
estos sistemas para analizar océanos de datos y detectar tendencias,
aumentará su capacidad para tomar las decisiones que en su mayoría
siguen reservadas a un operador humano. La IA no va a cambiar la
naturaleza de la especulación financiera ni sus efectos nefastos en el
plano macroeconómico, pero sí puede hacerla más peligrosa por la
velocidad y volúmenes involucrados en cada transacción.
Embajada y embajadores.jpg
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