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Miquel Angel Soria

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Jun 8, 2018, 1:31:28 AM6/8/18
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Arribo i em trobo amb grans sorpreses. Grande-Marlaska canvia de
jersei i es fa socialista? Si encara té pendents sentències a Europa
per la seva permissivitat de la tortura... Màxim Huerta fa el salt de
Tele 5 a la Cultura? Farà cultura popular o popularitzarà la cultura?
Hi haurà tema.

¿Por qué Rodolfo Walsh?
Natalia Vinelli

Docente en la Carrera de Ciencias de la Comunicación (UBA) y referente
del canal Barricada TV 32.1 de la televisión digital.


Rodolfo Walsh escuchó en un bar de La Plata la historia de un fusilado
con vida. Era 1956 y la decisión de ir tras esa pista fue el punto de
partida de la investigación sobre los fusilamientos de civiles en un
basural de José León Suárez, por orden de la dictadura de Pedro
Eugenio Aramburu. El resultado de su trabajo, editado por entregas y
publicado después bajo el título Operación Masacre, es inaugural del
género de la “no ficción” –en la línea precursora del Facundo-, e
incluso es anterior a la publicación de A sangre fría, del
estadounidense Truman Capote.

Walsh nació en Choele Choel en 1927. Fue comerciante de antigüedades,
corrector de pruebas y traductor. Asistió al nacimiento de la
Revolución Cubana y participó en la fundación de la agencia Prensa
Latina. Después de publicar los libros Los oficios terrestres y Un
kilo de oro, se integró a la dirección del diario obrero más
importante del país, el Semanario CGT de los Argentinos, una
experiencia que funcionó como bisagra respecto de sus maneras de
entender los vínculos entre intelectuales y política.

Durante la apertura democrática del ´73 escribió en el diario
Noticias; cuando fue clausurado y se profundizó la represión comenzó a
diseñar la agencia clandestina ANCLA, realizada en el marco de la
contrainteligencia montonera, organización a la que se sumó luego de
su paso por el Peronismo de Base. Después nació la Cadena Informativa,
más artesanal en su forma, y finalmente las cartas que llevaron su
firma: Walsh ideó medios de comunicación adecuados al contexto en que
les tocaba desarrollarse, en función de la evaluación política de la
etapa.

Si bien no desarrolló un cuerpo teórico sistemático, Walsh ofrece a
las nuevas generaciones una práctica, unas reflexiones y una obra que
ocupan un lugar destacado en el periodismo de investigación, en la
comunicación popular y, por supuesto, en la literatura.

Militante, escritor, periodista, combatiente montonero, cambió el “yo”
por el “nosotros” e hizo el periodismo en la calle, con el grabador
colgado al cuello, registrando la vida cotidiana en el noroeste
argentino o recopilando las voces de la gente común en los barrios y
en las fábricas de Buenos Aires. ¿Quién mató a Rosendo?, es una de las
expresiones de ese arte documental radicalmente político, que señala
una vía para el tratamiento de las fuentes y, dentro de éstas, para la
jerarquización de las voces populares.

Frente al periodismo del puro presente que desconecta razones y
resultados, su praxis permite ubicar los hechos en un sistema, que se
hace visible en tanto totalidad. Toda una enseñanza en tiempos de
trolls, fake news y “postverdad”: su obsesión por el chequeo de la
información, por documentar la verdad cruda de los hechos y hurgar en
el detalle ayuda a pensar un discurso periodístico de
contrainformación capaz de ser apropiado por el público, y por eso
útil en el camino de la emancipación.

Rodolfo Walsh cayó resistiendo su intento de secuestro por parte de un
grupo de tareas de la Armada en 1977, durante la última dictadura
cívico militar. Tenía 50 años y dos hijas. Su cuerpo permanece
desaparecido. Hoy sus textos nos orientan; sus proyectos animan el
impulso de una prensa que no “esquive el bulto” ni se limite en la
obsecuencia y la repetición, sino que –por el contrario- movilice y
provoque: como le decía a Ricardo Piglia en una entrevista de 1970, la
escritura puede ser, según como se la use, “un abanico o una pistola”.
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Miquel Angel Soria

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Jun 11, 2018, 1:20:53 AM6/11/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com, Luis Soria, natalia...@gmail.com, Patricia Herrero Pereña, sori...@hotmail.com, Adelina Escandell i Grases, Aina Soria Sola, Alfons Salmeron, Alvaro Parrilla, Ana Rodríguez Junco, Anna Amat, Anna Pradas, Asun Mallén, Clara, coco, David Laín, Eder, Eduard Marín (dissenyador), Fina Mateo, Francesc Tarrago, Francisco Brandariz, Gonzalo Plata, Jaume Queralt, Joan Anton Soria Cuartero, Joan Linares, Joan Lou, Joan Prats Camps, Jordi López, Lou Iglesias, Marius, Manel Valero, Manolo Moreno, María José Pardo, María Pilar Soria, Miquel Angel Soria, Moisés, Noelia Jiménez, Noemi Brandariz, Oscar Martínez Martínez, Pedro (Lleida), Pepe Benito Lancis, Pere Solà, Pol Acózar, Raúl Rota, Rosa Bofill, Salva Torres, Sergi Martínez Larrégola, Utrilla
Cada dia, el periodista cubà Iroel Sánchez m'envia per correu una
sèrie d'articles de diferents autors que jo tuitejo. Els publica al
seu blog La Pupila Insomne. Avui us envio un dels que publica
habitualment de Javier García Sánchez, a qual més interessant.

El oficialismo de las barras y las estrellas. Por Javier Gómez Sánchez
10 JUNIO, 2018 DE LA PUPILA INSOMNE

Las publicaciones en La Pupila Insomne de artículos sobre problemas
que afectan la vida de los cubanos son recibidos con igual interés por
sus lectores que los textos sobre temas políticos con los que el blog
ha ganado seguidores. Aun siendo una página de colaboración gratuita,
y sin tener contratados webmasters o social media ni dominio propio,
La Pupila ha sumado una comunidad de autores que le envían contenidos
con frecuencia. Es habitual ver el nombre de un autor, tanto en un
texto de tema político, como en uno de crítica social o
administrativa. En varios sentidos es un espacio alternativo de
comunicación valorado por autores y lectores.

Como parte de esto, además de los textos políticos reunidos en el
libro Las flautas de Hamelin, como autor he encontrado en La Pupila
ese lugar alternativo donde he podido publicar una cantidad de textos
críticos sobre la realidad cubana que posiblemente no hubieran visto
la luz en otros espacios editoriales.

Es satisfactorio ver como algunos textos son asumidos por
publicaciones como Cubadebate o La Jiribilla, ampliando su difusión y
promoviendo el debate en la red sobre el tema analizado. De esta forma
en días recientes fue compartido por Cubadebate el texto Lento
movimiento, un llamado de atención hecho desde La Pupila sobre la
existencia de artículos que permanecen en las tiendas ¨en divisa¨ sin
venderse y por lo tanto sin que el Estado pueda recuperar la
inversión. En Cubadebate, con el título Productos ociosos y de lento
movimiento, el tema escaló los 100 comentarios, recibiendo las
etiquetas de ¨Explosión de comentarios¨ y ¨Más intercambio¨.

Curiosamente unas semanas atrás, la publicación en La Pupila Insomne
de una detallada cronología durante los últimos 10 años de la
estrategia de trabajo oficial estadounidense para organizar con el uso
de Internet una –según el diario El País al entrevistar a su fundador–
“alternativa moderada y centrista” para Cuba (por cierto, la
cronología también fue divulgada por Cubadebate), por Iroel Sánchez,
autor y editor de La Pupila, que también ha suscrito trabajos muy
críticos sobre la gestión administrativa y mediática en Cuba, recibió
toda clase de insultos y acusaciones de falsedad (aunque sin rebatir
un solo hecho de la cronología) de integrantes de medios digitales
involucrados o que tristemente han formado parte de los planes
oficiales estadounidenses. Hay que recordar que la estrategia de
obtención de resultados por otros métodos fue reflejada en una
Directiva Presidencial de Barack Obama, estrategia que aun con Trump
en la Casa Blanca no ha dejado de aplicarse. Algo recurrente entre
insulto e insulto fue tildar a La Pupila y sus colaboradores de ser
una partida de ¨oficialistas complacientes¨.

Mis esfuerzos por determinar exactamente qué es un individuo
oficialista solo me han dado resultados claros en cuanto al
periodismo: Un ¨periodista oficialista¨ es aquel que es parte de una
política gubernamental, no quien hace crítica de manera abierta. ¿No
es una política gubernamental de EE.UU y algunos de sus aliados
fomentar “medios independientes” en Cuba como aquellos desde donde se
ataca a La Pupila Insomne? ¿Entonces de qué oficialismo estamos
hablando? No es necesario ser natural de un país para ser oficialista
de su gobierno.

En medio de todo esto, entra en escena el editor de la página Cartas
desde Cuba, quien por largo tiempo se ha dedicado a manipular
información y promover fake news. Para atraer a los lectores, no
utiliza mayormente contenido propio, sino que toma selectivamente
publicaciones de otras páginas y blogs, cambiándoles el título y en
ocasiones mutilándoles el contenido (lo que ha provocado la
reclamación de algún autor), para adaptarlos a sus intenciones
editoriales.

Aunque este señor siente una gran apetencia por todos los temas que
resulten negativos a la sociedad cubana, se había abstenido hasta
ahora de tomar alguno proveniente de La Pupila Insomne.Probablemente
le resultara atractiva la idea de manipular textos críticos de La
Pupila como Poderes vs el Poder Popular,Empobrecimiento HD, Continúa
el empobrecimiento HD, Ni aun después de muertos, Los mangos que no
comimos, La simplificación televisiva del fútbol y el videoclip, La
Lenin y un tren llamado dialéctica, El avance “del nuevo país”,Contra
el tercer bloqueo, ¿Prosperará La Habana?, Un tesoro en el que nos va
la vida, Coherencia, santa palabra, o Subvención y competencia. Hasta
ahora se había resistido, pues resultaría contradictorio para el
discurso de los que hablan de ¨oficialismo complaciente¨ que
apareciera uno de esos contenidos nada menos que Tomado de La Pupila
Insomne. Psiquiátricamente contradictorio.

Pero esta vez no pudo resistir la tentación, supongo que Lento
movimiento le resultaba demasiado atractivo y aunque pusiera Tomado de
Cubadebate, no podía publicar el texto de un autor a quien antes ha
atacado directamente…. Hasta que apareció una posibilidad: Tomarlo de
una página abiertamente contrarrevolucionaria de las que hacen
fanfarria con los temas que tienen alguna repercusión en la prensa
cubana. Por supuesto esas paginillas hacen un bodrio del texto al
estilo de ¨prensa oficialista arremete…¨, agarrando el tema y
tergiversándolo políticamente, tomando fragmentos para sacarlos de
contexto y volverlos a armar a su manera, haciendo una versión y
rebajándolo al nivel intelectual del público que las prefiere como
fuentes informativas, y borrando el nombre de quien lo escribió. Al
parecer el editor de Cartas desde Cuba, Sr. Fernando Ravsberg, (O
Fernando Da Cunha, porque nunca ha aclarado cuál es su verdadero
nombre) tampoco es muy respetuoso con sus lectores pues nada de eso
lo detuvo. Supongo que ni siquiera tuvo que manipular mucho, porque lo
que vino a publicar en su página ya era un picadillo del texto
original.

Eso es lo que pasa cuando uno toma cosas de trasmano, con tal de
publicar los textos críticos que escriben los supuestos ¨oficialistas
complacientes¨, pero tratando de no molestar al oficialismo cubano de
las barras y las estrellas.
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Mejor con Rajoy.jpg
Guerra comercial.jpg
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Miquel Angel Soria

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Jun 12, 2018, 1:30:51 AM6/12/18
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Us passo la cançó, Hotel Tulipán, que Raúl Torres ha dedicat a les víctimes de l'avió a Holguín.
Ve després de les que ha dedicat a Hugo Chávez i a Fidel. 
https://www.youtube.com/watch?v=IWud5KkQBYk


El 11 de junio de Albert Rivera
Javier Pérez Royo

 El 11 de junio es un día más. Desconozco si en algún país del mundo el 11 de junio es una fecha conmemorativa de algún acontecimiento importante, pero en España no lo es. Es seguro que hay un buen número de ciudadanos y ciudadanas para los que el 11 junio es un día importante. Para bien o para mal. Porque les sucedió algo que marcó sus vidas y de lo que no se van a olvidar nunca.

Albert Rivera se ha incorporado a ese grupo. No se olvidará en su vida que el día que se hizo pública la sentencia del caso Gürtel, en la que se acreditaba la financiación irregular del PP desde 1989 y en la que se destruía la presunción de veracidad de la palabra del Presidente Mariano Rajoy, él fue el primero de los líderes que compareció ante los medios de comunicación para afirmar solemnemente que había un antes y un después de dicha sentencia y que, como consecuencia de ello, daba por finalizada la legislatura. A continuación anunció que el 11 de junio había convocado el Comité Ejecutivo del partido para decidir qué medidas pensaban adoptar.

Es 11 de junio. ¿Qué habrá pasado por la cabeza de Albert Rivera al levantarse esta mañana? Estalla una bomba atómica y el presidente del partido que considera que está destinado a llegar a la Moncloa en las próximas elecciones, no se le ocurre nada mejor que posponer durante casi veinte días la toma de decisiones. Nos lo vamos a pensar durante un par de semanas.

Y después se enfada porque los demás sí se ponen manos a la obra de manera inmediata. Pablo Iglesias empujando al PSOE a que presente una moción de censura con el argumento de que Podemos ya había presentado una y que ahora le tocaba a los socialistas. Pedro Sánchez reuniendo por la tarde a su equipo más cercano y decidiendo presentar la moción al día siguiente y todos los partidos nacionalistas situándose ante la ventana de oportunidad que se abría.

En el momento decisivo de la legislatura, Albert Rivera se queda paralizado, pretendiendo a continuación imponer a los demás la salida que a él le interesaba, sin haber contribuido en lo más mínimo en la operación de sacar a Rajoy de la Presidencia del Gobierno. No solamente no hago nada, sino que además quiero que los demás hagáis lo que a mi únicamente interesa. Se puede ser menos inteligente.

Hay momentos en que un líder político se retrata y confirma o pone en cuestión su liderazgo. El día que se hizo pública la sentencia del caso Gürtel fue uno de esos momentos. No ha habido otro tan importante en los últimos años. Y así lo entendió el país con todos los medios de comunicación a la cabeza. Y así lo entendieron todos los dirigentes de los partidos políticos, PP incluido. Albert Rivera fue el único que no supo interpretar lo que había ocurrido. Fue el primero en salir, pero para remitirnos al 11 de junio para que supiéramos las decisiones que su partido adoptaría.

Iñaki Ellakuría en su crónica para La Vanguardia de este 11 de junio (ayer cuando se publique este artículo) habla del “ rictus de contrariedad que no sabe disimular cuando sus planes se tuercen”, que acompaña a Albert Rivera en estas últimos dos semanas, porque él sabe que a nadie más que a sí mismo puede hacer responsable del inmenso error que cometió ese día.

Políticamente Albert Rivera ha ido con el viento a favor desde hace unos años. Los años en los que ha destacado y se ha dado a conocer. En un ambiente muy hostil en Catalunya, pero muy favorable en el resto del Estado. En la primera ocasión en que tenía que enfrentarse con un problema de envergadura, en el que había que demostrar tanto carácter como inteligencia, ha fracasado de manera estrepitosa. ¿Es un indicador de que carece de consistencia para aspirar a lo que pretende?

Mi impresión es que sí.

 
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Miquel Angel Soria

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Jun 13, 2018, 1:32:33 AM6/13/18
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Estem a l'espera de que l'estiu, com és habitual, no sigui un fre als
avenços. No confio massa en la comprensió, per part d'una part de la
nostra societat, d'algunes mesures. Alguns han oblidat ràpidament el
moment en que ells mateixos eren emigrants. Grates una mica i aflora
la xenofòbia.


Al rescate de los refugiados y de la democracia
Rosa María Artal

Cada vez que se produce un episodio con refugiados atrapados en el mar
se desencadenan las mismas diatribas. Y con los mismos falaces
argumentos por parte de la derecha xenófoba que engloba a muchos más
de los que se cree. Lo que está en cuestión es la confrontación entre
ser humanos o inhumanos. Y, una vez tras otra, se demuestra la
proporción que nutre cada lado. Es una batalla crucial. Con posturas
irreconciliables y excluyentes. La diferencia es que una de ellas
ataca los cimientos de la convivencia democrática.

En las leyes internacionales, por muy contradictorias que sean sus
competencias, prevalece, como máxima prioridad, la atención a las
personas cuyas vidas están en peligro. Más aún, la omisión de socorro
a náufragos es un delito. Cierto que se viola impunemente mientras,
desde la Unión Europea a sus ciudadanos, miran para otro lado. Están
dejando pasar atropellos intolerables, impensables en la condición
humana al menos en períodos menos siniestros que los actuales.

Hemos visto pasar en este último tiempo no solo numerosas víctimas
mortales sino rostros atravesados de espanto de niños y adultos. De
dolor, de impotencia. Los hemos visto caminando en el barro, durmiendo
en el suelo, con lluvia y nieve, tras barrotes con los que premiaron
su llegada a la Europa prometida, bajo las miradas de botas militares.
Y nuestra vida ha seguido su curso, ignorándolo. La UE pagó nada
menos que al presidente turco Erdogan para desembarazarse de ellos.
Países miembros de la Unión cerraron sus fronteras.

¿Quieren abordar a fondo el problema? Pues lo primero es revisar la
venta de armas a países en conflicto –como mínimo-. Y ya les aseguro
que eso no va a ocurrir. Hay demasiada gente ganando cantidades
obscenas de dinero con ese negocio. Otro punto esencial a examinar nos
sitúa ante los intereses estratégicos y económicos de Occidente en
países de procedencia de los refugiados. Su papel incluso en provocar
conflictos. Ardua tarea. Con ese lastre de partida habrá que ir a
buscar soluciones a las derivas de esta sociedad. Quizás en el fondo
es el quid de la cuestión.

Xenófobos y neofascistas consiguen mayorías ya en algunos países
europeos. Personas aparentemente normales han colocado con sus votos a
dirigentes de extrema derecha en los gobiernos. Por alguna
incomprensible causa, esos seres obtusos y despiadados se creen
superiores a los migrantes. Es al contrario, el auténtico peligro
para la convivencia son ellos.

Hemos de analizar qué ha podido llevar a una parte de la sociedad a
permanecer impasible ante tanta inhumanidad, a callar, a menospreciar
el dolor exacerbando su egoísmo. Entre los rescatados por Médicos Sin
Fronteras y acogidos en el Aquarius, hay siete mujeres embarazadas y
123 menores que viajan solos. Los hombres han dormido a la intemperie,
las mujeres y los niños a cubierto, cuentan los periodistas que viajan
con ellos. Escasea la comida. Ayuda a entender ponerse en el lugar
del otro, imaginarlo por un momento. Verse en una situación crítica,
con peligro vital, y que salvo unos pocos nadie mueva un dedo. Y el
mundo entero siga con sus charlas incluso sobre ti. Experimentar la
sensación de sentirse tan abandonado. Temer el después. Niños y
adultos vagando, usados, prostituidos. ¿No lo han pensado?

Lo asombroso es que no se vea la sociedad que se está creando y la
ceguera con la que comienza a abrazar el fascismo creyéndolo solución.
No lo es. Por el contrario, hoy es nuestra principal amenaza.

A tener un ministro del Interior como Matteo Salvini no se llega ni en
un día ni por casualidad. Y de hecho en esa senda hay numerosos países
en este momento, por distintas vías. La de Italia pasa por la
corrupción mafiosa incrustada en las instituciones y en una parte de
la sociedad. Por la falta de respuestas políticas a la precariedad.
Por las reacciones de una ciudadanía educada en la frivolidad y la
idiotización televisa. Problemas que reconocemos bien como propios. El
caos italiano ha llevado al poder a una coalición entre el movimiento
-antisistema pero menos- 5 Estrellas y la ultraderechista Liga,
llamada ahora así, sin apellidos. Tan singular que su propio líder,
Matteo Salvini, fue elegido por Calabria, situado abajo, justo en la
punta de la bota de Italia, tras haber combatido en sus discursos al
Sur perezoso. La Calabria, trufada de mafia, que paga 25 euros por 12
horas de trabajo a los emigrantes y en la que, no por casualidad,
acaba de morir asesinado un jornalero de Malí de 29 años.

La ultraderecha, los Salvini de turno, los Albiol, hace crecer el odio
sin aportar soluciones. Sus falaces discurso calan sin embargo en
mentes proclives. Les podemos garantizar que no han sido los
emigrantes los que han precarizado su vida, han sido las políticas del
abuso y fomento de la desigualdad que precisamente ellos practican.
Ese capitalismo salvaje cuyos excesos han vuelto a embarcarnos en el
ascenso del fascismo. Puede afirmarse también, con rotundidad, que el
fascismo no soluciona problemas. Los acrecienta.

Es cierto que Italia se ha comido la mayor parte de la crisis
migratoria. El problema no es solo suyo, es de todos. Hay que tomar
medidas, estudiar soluciones conjuntas dentro de la Unión Europea.
Eficaces y urgentes. La decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de
traer a España a los refugiados a los que el gobierno italiano cerró
los puertos es un paso importante que les conmina a ello. No se acaba
el gran cisma sin embargo entre los demócratas y la chusma inhumana
con la que convivimos y se destapa a la menor oportunidad.

No me digan, como andan por los medios los “expertos” de turno, que
aprueban por humanidad y por mandato de la legalidad internacional la
decisión del gobierno español pero que si las mafias, que si el efecto
llamada y la maldad de las soluciones particulares. ¿Qué es pues lo
que aprueban? ¿Qué mueran las personas rescatadas en el Aquarius, como
han muerto ya miles, mientras volvemos a aplazar las salidas?

Van “creciendo” en las referencias los miles de refugiados que han
llegado a Italia o Europa en su conjunto. Al final, se diría que toda
África y toda Asia residen entre nosotros. Cualquier demócrata
preferiría, si lo piensa bien, tener a su lado a esos miles de seres
humanos tan valientes como para arriesgar su vida por vivir realmente
que a los millones que votan ultraderecha xenófoba, aunque se
autojustifiquen llamándola incluso centro-derecha. Y no digamos ya, en
España, a ladrones que nos han expoliado. Con lo que nos han robado
podíamos vivir decentemente, nosotros y los miles de miles de
migrantes.

Los españoles, algunos, empezamos a ver un punto de luz entre tanta
tiniebla que nos apagaba. Gestos si se quiere, pero algo en otra
dirección. Mucho por hacer. Y a fondo. Quizás, de ese sector de la
sociedad que no cree en la democracia, que la combate y le pone
zancadillas, habrá una parte rescatable entre los tibios, al menos.

El fascismo se combate leyendo y reflexionando. Abriendo la mirada.
Porque ya está aquí. Uno de los pensadores que más se está empeñando
en denunciarlo y combatirlo es el filósofo holandés Rob Riemen.
Aconseja llamar al fascismo por su nombre. No es “populismo” como se
desliza por los medios, en busca a veces de réditos electorales. Ese
populismo es la demagogia de toda la vida, Y el fascismo es el
fascismo. Y llega, advierte Riemen, cuando se pierden los valores.
Pasó en los años treinta. No puedo estar más de acuerdo. Propone como
solución centrarse, regresar, a un Humanismo europeo. Salvar vidas
humanas es el primero capítulo.

Cultura para abrir los ojos, decencia como motor, empatía con los
otros seres humanos. Y proa directa a los que no lo son. A la
ultraderecha xenófoba, al fascismo, a quienes les apoyan y escuchan.
Ahí tenemos a los verdaderos enemigos de la democracia. Y son tantos
ya los que la secuestran que se precisa también rescatarla.
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Miquel Angel Soria

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Jun 14, 2018, 1:31:55 AM6/14/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Al debat sobre l'avortament, una diputada radical argentina compara
les dones amb les gosses. Argumenta que si tenim la mascota prenyada
no anem al veterinari per que la faci avortar sinó que busquem qui es
quedi amb les cries. Genial argument!


Capitalismo y globalización contra la democracia
Alejandro nadal

En 1929 el consejo del secretario del Tesoro Andrew Mellon al entonces
presidente Herbert Hoover fue drástico: Hay que liquidar el trabajo,
las acciones, a los agricultores, los bienes raíces, y sólo así
podremos purgar la podredumbre del sistema. La gente trabajará
emprendedora podrá recoger los escombros y remplazar a los menos
competentes. La Gran Depresión estaba comenzando y la recomendación de
Mellon sintetizó de manera brutal la contradicción entre capitalismo y
democracia. Algunos poderosos agentes económicos pueden invocar las
fuerzas del mercado capitalista para destruir la forma de vida de
millones de personas, sin importar sus opiniones políticas, con tal de
purgar al sistema de toda la podredumbre.

Hace ya casi 30 años, con el colapso de la Unión Soviética, se reavivó
la creencia de que democracia y capitalismo formaban un binomio
indestructible. La globalización era la prueba de que el capitalismo
desbocado era la mejor forma de organizar la vida económica y política
en el mundo. El neoliberalismo se presentó como la vía para una nueva
era de riqueza, bienestar y, desde luego, democracia. Se decía que la
única sombra que amenazaba este panorama se situaba afuera de las
economías capitalistas y se ubicaba en el extremismo que albergaba el
terrorismo islámico.

En el frente económico, el fantasma de una crisis económica parecía
desvanecerse y en su lugar reinaba el optimismo. Los acuerdos
comerciales que cristalizaban el ideal de la globalización se
multiplicaban y la Organización Mundial de Comercio era presentada
como guardián de unas reglas que supuestamente habrían de regir en la
naciente economía globalizada.

Hoy las cosas han cambiado. La desigualdad se intensificó en todo el
mundo. El pacto social que existió en los años dorados del capitalismo
se fue rompiendo a golpes a partir de 1982, un poco a la manera que
recomendaba Mellon, para purgar el sistema. En su lugar se fue
imponiendo el régimen férreo del capitalismo desenfrenado. Y los
resultados no tardaron en mostrar su verdadera cara. El crecimiento se
hizo cada vez más lento. Los salarios se estancaron desde hace más de
cuatro décadas y para la mayoría de la población en las economías
capitalistas la única forma de mantener el nivel de vida tuvo que
hacerse mediante el endeudamiento creciente. La especulación se adueñó
del espacio económico y los gobiernos se convirtieron en amanuenses
del capital financiero.

Ya es lugar común afirmar que las masas en las sociedades capitalistas
se sienten decepcionadas. Su frustración alimenta un rencor que crece
en la confusión política. Por eso se buscan culpables entre los
migrantes o los extranjeros, los gobiernos, las élites o las grandes
corporaciones. Por eso las elecciones han desembocado en triunfos de
gobiernos que transmiten esa engañosa narrativa. Racismo, xenofobia,
clasismo y fascismo son los puntos de referencia de estos movimientos.
Ahí están los ejemplos del partido de Victor Orvan en Hungría, Ley y
Justicia en Polonia, Cinco Estrellas y la Liga en Italia, y, desde
luego, Trump y la victoria del Brexit en Inglaterra. En todos estos
casos el repudio a los gobiernos que en su momento se consideraban
portaestandartes de la democracia liberal se ha hecho más fuerte. El
mensaje es claro: la principal amenaza a la democracia es interna y se
encuentra anidada en la desigualdad intrínseca que es la piedra
angular del capitalismo.

El auge de la globalización neoliberal terminó por minar las frágiles
bases de la democracia en las economías occidentales. Si el
capitalismo está cimentado en la desigualdad, la única manera de
preservar algo que se parezca a la democracia es mediante una
regulación capaz de frenar los abusos de las fuerzas económicas en una
sociedad mercantilizada. El neoliberalismo es la reacción del capital
en contra de esa regulación y la globalización es la culminación de un
peligroso proceso histórico en el que las instituciones democráticas y
el bienestar de la población pasaron a segundo plano. El sueño de que
un capitalismo sin restricciones podría ser el aliado de la democracia
liberal es una quimera, como bien señala Robert Kuttner
(prospect.org).

La globalización neoliberal se organizó alrededor de una idea central:
el libre juego de las fuerzas económicas debe ser el principio rector
de la sociedad. Por eso en esta globalización neoliberal no hay lugar
para una verdadera autoridad monetaria internacional, tampoco existe
una agencia capaz de frenar el crecimiento de los oligopolios o la
concentración de poder de mercado, y no impera una organización que
proteja los derechos laborales. El régimen de la globalización
neoliberal no rinde cuentas a nadie. Ni siquiera a sus principales
beneficiarios, el capital financiero y los grandes grupos
corporativos. Para retomar la senda de la democracia es necesario
revertir el proceso histórico que condujo a la globalización
neoliberal.
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Miquel Angel Soria

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Jun 15, 2018, 1:30:18 AM6/15/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Cada dia sembla més difícil trobar algú que no hagi tingut algun
compte amb la justícia. O amb la pròpia dignitat. Amb aquesta empenta,
espero veure dimitir a l'Arias Cañete, malgrat el verb dimitir no hi
és al diccionari del PP.


Normas no escritas
Javier Pérez Royo

Cuanto mayor es el número de personas que conviven y cuanto mayor es
la extensión territorial en la que se produce la convivencia, tanto
más necesaria es la presencia de normas escritas para que dicha
convivencia sea posible de una manera pacífica. El Derecho se
convirtió en un universo en expansión creciente y acelerada desde que
el Estado Nacional se constituyó en la forma dominante de organización
del poder. El número de normas que se publican en el Estado español en
un solo año es superior a todas las dictadas durante los siglos de la
Monarquía preconstitucional. Con la eclosión de lo que hemos venido a
calificar como globalización, la expansión del universo jurídico se ha
acelerado todavía más. No se puede dar prácticamente un paso sin que
nos encontremos con una norma de referencia para nuestra conducta.

Esta expansión de la norma escrita es imprescindible. Una sociedad
individualista que descansa en los principios de igualdad jurídica y
de libertad personal, se convierte inexorablemente en una cadena
ininterrumpida de relaciones jurídicas, en la que inevitablemente se
producen tensiones y conflictos de manera regular. Disponer de normas
acerca de lo que cabe esperar de cada una de las partes de la relación
jurídica es la única manera de disponer de una referencia objetiva
para dar respuesta a los mismos.

Esta omnipresencia de la norma escrita no hace, sin embargo,
desaparecer por completo la existencia de la norma no escrita en la
ordenación de la convivencia. Al contrario. Cuanto mayor es la
presencia de la norma escrita, más indispensable resulta el respeto de
las pocas, poquísimas normas no escritas, que son en cierta medida la
atmósfera que hace posible la vida en el universo de la norma escrita.

Esta semana lo hemos podido comprobar con dos acontecimientos que han
centrado la atención de la opinión pública. Me refiero, como el lector
probablemente ya ha advertido, a la destitución del ministro de
Cultura y del seleccionador nacional de fútbol. Ninguno de ellos ha
infringido ninguna norma escrita. El exministro infringió una norma
tributaria, sin que dicha infracción llegara a ser constitutiva de
delito y con el pago de la deuda tributaria y de la sanción que se le
impuso, carecía de cualquier antecedente que le inhabilitara para el
ejercicio del cargo. El exseleccionador tenía un contrato con la
Federación que no le impedía entrar en negociación para poder entrenar
a un club de fútbol o incluso a la selección de otro país. El hecho de
que en su contrato hubiera una cláusula de rescisión es la mejor
prueba de ello. Al llegar a un acuerdo con el Real Madrid no ha
incumplido ninguna norma.

Y sin embargo, los dos han incumplido una norma no escrita, que los
inhabilitaba para continuar en el puesto que estaban ocupando. No hay
ninguna norma escrita que obligara a Màxim Huertas a tener que
informar al presidente del Gobierno de que había sido condenado en
sentencia firme por haber defraudado a Hacienda. No hay ninguna norma
escrita que obligaran a Julen Lopetegui a informar al presidente de la
Federación que estaba negociando con el Real Madrid.

Pero ambos tenían la obligación moral de hacerlo. Un Gobierno no puede
operar si los ministros ocultan al presidente información que este
tiene necesariamente que conocer para decidir si los nombra o no. Una
selección nacional no puede competir si el seleccionador le oculta al
presidente de la Federación que en los días previos a que empiece el
campeonato del mundo está negociando su incorporación a un club. En
ninguna parte se pone esta obligación por escrito, porque a nadie se
le ocurre que eso pueda suceder. Es posible que de ahora en adelante
se tenga que hacerlo.

La ocultación de información en una relación que descansa en la
confianza en expresión superlativa, es mucho más grave que el
incumplimiento de una norma escrita, porque es un indicador de una
manera de ser, de un rasgo de personalidad. Si Màxim Huerta hubiera
informado a Pedro Sánchez, se hubiera podido explicar a la opinión
pública el nombramiento poniendo de manifiesto que una condena
tributaria no tiene por qué ser una condena de por vida para ocupar un
ministerio. Si Julen Lopetegui hubiera informado al presidente de la
Federación de la oferta que había recibido del Real Madrid, se podría
haber explicado a la opinión pública y haberlo mantenido como
seleccionador hasta el final del campeonato. Lo que no es admisible es
que personas que están en la élite de la sociedad se comporten de la
forma en que lo han hecho. La degradación moral que posibilita
conductas como estas es lo que resulta preocupante.

Resulta incomprensible que ninguno de los dos anticipara que, para ser
ministro o seleccionador nacional no basta con no haber infringido una
norma cuyo cumplimiento sea exigible ante los tribunales de justicia,
sino que es imprescindible cumplir las normas no escritas a través de
las cuales se reconoce en una sociedad la honorabilidad de una
conducta. No solamente se han faltado el respeto a sí mismos, sino que
nos han faltado el respeto a todos.

Afortunadamente, la destitución ha sido fulminante.

* * *

Gladiadores rebeldes
David Brooks

Lo mismo sucedió el año pasado. La respuesta de Trump fue desinvitar
a los que ya habían dicho que no aceptarían ir a su fiesta.

Pocos días antes, al equipo campeón de la Liga Nacional de Futbol
(NFL), Águilas de Filadelfia, se le retiró la invitación por el niño
de la Casa Blanca, quien se enfureció cuando le avisaron que muchos
integrantes de ese equipo no asistirían al acto. En su lugar, Trump
realizó un acto patriótico donde apremió a la ciudadanía a ponerse
siempre de pie para respetar el himno, pero mientras se entonaba otra
canción patriotera God Bless America, se le olvidó la letra.

Todo fue parte de la larga campaña de Trump por suprimir la expresión
de protesta de atletas –sobre todo los de color– en los campos de
juego durante los tradicionales ritos patriótico-religiosos que marcan
esos espectáculos y que siempre incluyen el himno nacional. De hecho,
la NFL cedió ante las presiones de Trump y en mayo anunció una nueva
regla que obliga a los jugadores a mantenerse de pie durante el himno
o serán multados. Trump festejó la decisión el mes pasado afirmando
que los atletas deben ponerse de pie, orgullosamente, para el himno
nacional y no deberían jugar, no deberían estar ahí, tal vez no
deberían de estar en el país, si se niegan.

Steve Kerr, el técnico del campeón Warriors, quien junto el famoso
entrenador de los Spurs de San Antonio, Gregg Popovich, han sido
feroces críticos del presidente, denunció la decisión de la NFL
señalando que los jugadores de futbol “se estaban hincando para
protestar por la brutalidad policiaca, la desigualdad racial. No
estaban faltando al respeto a la bandera o los militares, pero nuestro
presidente decidió que de eso se trataba… y eso es, de cierta manera,
lo que está mal en nuestro país ahora… Las personas en altos puestos
están buscando dividir lealtades… La bandera es una representación de
lo que somos, lo cual es la diversidad, la protesta pacífica, el
derecho a la libre expresión”.

En 2016, el mariscal de campo Colin Kaepernick, de los 49ers de San
Francisco, rehusó ponerse de pie durante el himno nacional antes de un
partido, declarando: no me voy a poner de pie para demostrar orgullo a
una bandera de un país que oprime a gente negra y gente de color, y
con ello se inició una protesta silenciosa entre jugadores de varios
equipos expresada al hincarse sobre una rodilla durante el himno
nacional, detonando la ira de derechistas, entre ellos el presidente.
Kaepernick ha pagado caro; nadie lo ha recontratado en la liga.

Las expresiones disidentes de atletas son peligrosas para el poder.
Vale recordar los puños en alto de los dos atletas afroestadunidenses,
Tommie Smith y John Carlos, en los Juegos Olímpicos de 1968 en México,
o la figura de Muhammad Alí en defensa de la dignidad
afroestadunidense y su oposición a la guerra de Vietnam, entre tantos
otros.

Algunos analistas de izquierda suelen repetir que, junto a la
religión, el deporte profesional es también el opio del pueblo. Desde
la Roma imperial se hablaba de que la cúpula mantiene quieto al pueblo
con pan y circo. El circo eran los juegos, incluyendo los concursos
entre gladiadores. Al llevar su política racista y de supresión de
disidencia al terreno del deporte, al circo, Trump está provocando una
respuesta de los gladiadores de hoy.

Atletas profesionales declinando invitaciones del presidente para
festejar sus campeonatos y estrellas y técnicos del deporte
profesional denunciando la política nacional e internacional no tiene
precedente, es una especie de rebelión de los gladiadores, algunos de
los cuales –a diferencia de los políticos– son héroes del pueblo.

Cuentan que en el pasado esas cosas eran síntomas de la caída de imperios.
Microrrelato.jpg
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El horror.jpg
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Miquel Angel Soria

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Jun 18, 2018, 1:31:25 AM6/18/18
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Frase recollida a València per un voluntari: "Fa temps que ningú
m'abraçava així".
Un record per José Saramago. Ja fa vuit anys del seu traspàs.

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
PRÁCTICA DEL FEDERALISMO

El federalismo no es verdadero y constituye una flagrante trampa si es
un federalismo de concesión y, más aún, si esta concesión ha sido
ajustada a un hecho constitucional previo sobrevenido desde el poder
de uno de los socios.

Algunos socialistas españoles vuelven a hablar de federalismo. Y no
pocos ciudadanos exigen la derogación de la Constitución del 78, un
aparato trucado que nació del miedo a protagonizar una soberanía
madura que demandaba un duro compromiso con el pensamiento libre y la
asunción de riesgos como los que conlleva, por ejemplo, el derecho a
decidir, que era fundamental para que la Transición no quedara en pura
y hueca retórica; como así ha resultado.

Un español suele reaccionar temerosamente cuando le solicita un
protagonismo comprometedor, como debiera haber sido la construcción
constitucional. Ante una conmoción política que suponga el ser o no
ser, el español huye de su implicación y prefiere que le «decidan»
unos poderes rígidamente permanentes, que se sostienen devorando a sus
propios hijos. La soledad con él mismo, es decir, la soledad
responsable que le signifique, le estremece. Este aspecto me recuerda
la respuesta de un grupo de gallegos al juez que les interrogaba sobre
su denuncia por las bofetadas que habían recibido de un chulo de
romería. «Pero ustedes eran por lo menos diez», observó prudentemente
sorprendido el magistrado. «Eso es cierto, Señoría, pero íbamos
solos».

Si la Constitución del 78 no es eliminada hasta la raíz la práctica
democrática española seguirá consistiendo en escuchar bostezando un
sermón para feligreses de cepillo dominical y agua bendita en el
templo con las puertas cerradas. Es evidente que la «democracia»
retrofranquista del 78 fue concebida para jibarizar la libertad
comprometedora y regurgitar flatulencias producidas por ese rencor
espeso e inespecífico que se multiplica en la historia de una España
resuelta a no hacer nada «urbi et orbe». Es un rencor suscitado por
estas aceptaciones forzadas, por estos compromisos desleales con lo
que de verdad se piensa o se sufre.

Insisto. El gran drama de los españoles es que odian con un odio tan
sugerido, tenaz, inconcreto, acumulativo e inextinguible que han
decidido convertirlo en sustancia jurídico-penal, en delito, para
hacer algo «útil» con él. Pero el caso es que el odio constituye una
aversión o aborrecimiento de tipo moral, lo que le reduce a una
manifestación o sentimiento que no cabe en ningún código, excepto el
canónico. Esto me lleva a pensar si una «vista» por odio, ahora que
está de moda penalmente, debiera desarrollarse en un confesionario y
con un juez revestido con su estola ¿El odio es pecado o es delito?

De ese odio que hablamos participan históricamente las instituciones,
que lo cultivan con una estupefaciente brutalidad intelectual y moral
hasta convertirlo en motor primario de su gobierno sobre un pueblo que
desprecian. Pensaba en ello hace algunos días en que se produjo un
hecho escasamente relevante, pero profundamente significativo: la
intervención y denuncia de un ciudadano por desacato, creo que en
Euskadi, que no respondió al saludo de unos guardias civiles.

Lo grave de esta degeneración jurídico-filosófica es que el odio
convertido en delito simplemente por sus posibilidades de suscitar
hechos materialmente criminales, permite al juez aplicar prisiones
«preventivas» que es otra monstruosidad jurídica de tomo y lomo, ya
que encarcelar para prevenir convierte el vivir cotidiano en un
existir «sub conditionem», lo que eleva al juez a un nivel de
inteligencia celestial. Quizá esta capacidad previsora podría
convertirse en un máster para abrir los tribunales a los
cartománticos. No quiero ni imaginar, en la peor de mis fantasías
parkinsonianas, al juez Llarena observando cuidadosamente la bola de
cristal para detectar lo que yace en una conciencia mientras la
Guardia Civil espera instrucciones. Yo podría perfectamente cometer el
delito de pensar en la instauración de la república segoviana, o
promoverla ideológicamente, en el entrañable pueblo en que ahora vivo.
¿Sería por ello un delincuente?

Pero hoy estamos hablando de los brotes de federalismo que surgen en
el gobierno del señor Sánchez, que se entretiene atrayendo a los
pájaros a base de echarles alpiste. El federalismo es un concepto de
muy difícil interpretación. En principio y muy elementalmente entraña
ese federalismo un acuerdo para que en Estados que alojan
nacionalidades de muy distinto origen étnico, cultural, político,
lingüístico o social –es decir, naciones– puedan convivir esas
naciones reservándose una capacidad de gobierno muy ancha de costuras
en cuanto al ejercicio del poder. Definido así el federalismo su
instalación es tarea muy simple y razonable. Se trata de construir una
estructura política que facilite actuaciones o proyectos que redunden
en un beneficio común. Pero esta estructura no tiene validez alguna si
es vertical y una de las naciones federadas se reserva el poder
preeminente. Los verdaderos federalistas estiman, a la vista de lo que
acabo de afirmar, que la federalización no es fiable si sus
componentes no provienen de una auténtica y previa soberanía política.
El federalismo no es verdadero y constituye una flagrante trampa si es
un federalismo de concesión y, más aún, si esta concesión ha sido
ajustada a un hecho constitucional previo sobrevenido desde el poder
de uno de los socios.

Cabe, no obstante, que una negociación conducente a una realidad
federal pueda contemplarse sin exigir una independencia previa si hay
una recta disposición a negociar sobre una mesa sin condicionamientos
previos de soberanía ¿Pueden Catalunya o Euskadi fiarse en tal sentido
del convocante español para lograr un resultado auténticamente
federal? ¿Permitiría España que el federalismo de que hablan los
socialistas españoles, y teniendo en cuenta sus deslealtades
históricas, fuese algo más que un autonomismo un poco más amplio que
el presente, pero conservando los mismos rasgos chatamente
administrativos? Mientras los posibles federados no tengan confianza
en la verosimilitud del federalismo ofrecido como tal por Madrid, esto
es con su justicia independiente, su orden público encarnado en
fuerzas policiales exclusivamente propias, su hacienda libre y otros
poderes por el estilo, lo ofrecido por los socialistas españoles es
simplemente un cepo para cazar ingenuos. O lo que es más grave, un
camino para elevar la tensión hacia límites muy graves.

Lo primero que debiera hacer el presidente Sánchez sería convocar una
gran y solemne conferencia de nacionalidades asentadas ahora en el
Estado «nacionalista» español para abordar una nueva, honesta y
dinámica constitucionalidad. Si no procede en tal sentido el actual
jefe del Gobierno de Madrid, el conflicto actual con los países
catalanes, con la mayoría de los vascos y una masa cívica relevante en
Galicia conducirá al desmembramiento del Estado español apoyado hasta
ahora en una agónica Europa Unida que está entrando en una visible
desintegración contenida a duras penas por el renacido imperialismo
alemán y sus inestables aliados franceses e italianos. El centralismo
español reviste ya síntomas graves de naufragio. España es una moneda
virtual con la que no se puede hacer ninguna clase de negocios
políticos. El panorama de la gobernación española es absolutamente
deplorable; sin líderes que ofrezcan el más mínimo relieve, con masas
en la calle que solamente pueden aspirar a una sobrevivencia puntual,
con una desvertebración ideológica prácticamente absoluta, con una
moral de saltimbanquis. No dramatizo. Trato tan sólo de unirme a los
ciudadanos que rechazan el mito del apocalipsis, porque saben que ante
«el sufrimiento –como dice Sesboüé– nuestra libertad se ve obligada a
tomar posiciones para bien o para mal. A nosotros corresponde en
definitiva dar sentido al sufrimiento que se nos impone».
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De lo que se salvó Cortázar.jpg
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Miquel Angel Soria

unread,
Jun 19, 2018, 1:28:29 AM6/19/18
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Hi ha diversos temes del dia. Els de sempre: Urdangarín, presidència
del PP, a què ministre li toca ara?, què fem amb els immigrants,...
I algun de nou: Colòmbia, l'abortament a l'Argentina...
I el mundial de futbol.


Si Trump quiere reventar el orden mundial, ¿quién le detendrá?
Yanis Varoufakis

La salida anticipada de Donald Trump y su posterior rechazo a
respaldar el comunicado final del G7 ha dejado a la prensa
internacional perpleja, dejando en evidencia el grado de incomprensión
de la realidad global.

En un intento por mezclar dureza con humor, Emmanuel Macron tuvo la
ocurrencia de decir que el G7 podría convertirse en el… G6. Eso es
absurdo, sobre todo porque sin Estados Unidos, el capitalismo como lo
conocemos (ni hablar de las penosas reuniones del G7) desaparecería de
la faz de la Tierra.

Desde luego, no cabe duda de que mientras esté Trump en la Casa
Blanca, tenemos muchas razones para angustiarnos. Sin embargo, la
reacción del establishment a las jugarretas del presidente tanto en
Estados Unidos como en Europa, llenas de peligrosas ilusiones y
errores de cálculo, constituye probablemente una preocupación mayor
para el establishment.

Algunos tienes esperanzas con la investigación de Mueller, pensando
que Mike Pence sería mejor presidente. Otros prefieren aguantar la
respiración hasta 2020, negándose siquiera a considerar la posibilidad
de un segundo mandato. Lo que ninguno comprende son los grandes
cambios que respaldan las groseras excentricidades de Trump.

El gobierno de Trump está desarrollando un significativo impulso
económico a nivel interno. En primer lugar, aprobó recortes en los
impuestos de la renta y de sociedades fiscales que el establishment
republicano no hubiera podido soñar hace unos años. Pero esto no fue
todo. En privado, Trump dejó pasmada a Nancy Pelosi, la líder
demócrata en la Cámara de Representantes, al aprobar cada programa
social que ella le pidió. Como resultado, el Gobierno nacional tiene
el mayor déficit de la historia del país, con una tasa de desempleo de
menos del 4%.

Al margen de lo que uno opine del presidente, no sólo le está dando
dinero a los ricos, que por supuesto son los que más se benefician,
sino también a muchos pobres. Con una fuerte tasa de empleo,
especialmente entre los trabajadores afroamericanos, la inflación bajo
control y un optimista mercado de valores, Donald Trump tiene el
frente interno cubierto mientras viaja a tierras extranjeras a
enfrentarse con amigos y enemigos.

El establishment antiTrump estadounidense reza para que los mercados
lo castiguen por su derroche. Esto es precisamente lo que habría
sucedido si Estados Unidos fuera cualquier otro país. Mientras se
estima que este año el déficit fiscal alcanzará los 804.000 millones
de dólares y en 2019 llegará a los 981.000 millones, y mientras que se
espera que el Gobierno se endeude en 2,34 billones de dólares más en
los próximos 18 meses, el valor de la moneda se desplomaría y los
intereses se dispararían. Pero Estados Unidos no es un país
cualquiera.

Mientras el banco central del país, la Fed, reduce su programa de
compra de activos vendiendo su stock de activos acumulados al sector
privado, los inversores necesitan dólares para comprarlos. Esto hace
que el número de dólares disponible para inversores se reduzca en
50.000 millones de dólares cada mes. A eso hay que sumar los dólares
que los capitalistas alemanes y chinos necesitan para comprar bonos
del Gobierno estadounidense (en un intento de obtener beneficios de
forma segura) y entonces se puede comenzar a ver por qué Trump cree
que no será castigado con un pánico bancario que afecte a los dólares
o a los bonos.

Armado con el exorbitante privilegio que le da ser dueño de las
máquinas que fabrican dólares, Trump mira los flujos comerciales con
el resto de los países del G7 y llega a una conclusión inevitable: es
imposible que pierda una guerra comercial contra países que tienen un
gran superávit comercial con Estados Unidos (por ejemplo, Alemania,
Italia y China) ni con los que cogen neumonía cada vez que Estados
Unidos coge un resfriado (por ejemplo, Canadá).

Nada de esto es nuevo. Richard Nixon también se enfrentó al
establishment europeo en 1971, mientras que Ronald Reagan exprimió
brutalmente a los japoneses en 1985. Incluso si el lenguaje no era
menos incivilizado –recordemos el resumen de la actitud del gobierno
de Nixon en las inimitables palabras de John Connally: “Mi filosofía
es que todos los extranjeros nos quieren joder y es nuestro trabajo
joderles nosotros antes”. La agresividad actual de Estados Unidos
hacia sus aliados se diferencia de aquellos episodios en dos aspectos.

Primero, desde el colapso de Wall Street de 2008, y a pesar del
subsiguiente reflote del sector financiero, Wall Street y la economía
interna estadounidense ya no pueden hacer lo que hacían antes de 2008,
es decir, absorber las exportaciones de las fábricas europeas y
asiáticas a través de un superávit comercial financiado por un influjo
equivalente de beneficios generados en el extranjero. Este fracaso es
la causa subyacente de la actual inestabilidad económica y política
mundial.

Segundo, a diferencia de lo que ocurrió en los años 70, la última
década de mala gestión de la crisis del euro en Europa ha hecho que el
establishment franco-alemán esté ahora desunido y en retirada, dejando
a los nacionalistas xenófobos y euroescépticos asumir el poder de
diferentes gobiernos.

Trump observa toda esta situación y concluye que, si Estados Unidos ya
no puede estabilizar el sistema capitalista global, igual puede
cargarse todos los convenios multilaterales actuales y comenzar de
cero con un nuevo orden que se asemeje a una rueda, con Estados Unidos
en el centro y todas las otras potencias en el radio, una disposición
de acuerdos bilaterales que le asegure a Estados Unidos ser siempre el
socio más fuerte y así poder beneficiarse de la táctica de “divide y
vencerás”.

¿Puede la UE crear una alianza antiTrump al estilo 'Europe First',
quizá involucrando a China? Después de la salida de Trump del acuerdo
nuclear con Irán, la respuesta ya se ha dado. Minutos después de la
declaración de la canciller Angela Merkel de que las empresas europeas
se quedarían en Irán, todas las empresas alemanas anunciaron su
retirada, priorizando los recortes fiscales que Trump les ofrecía
dentro de Estados Unidos.

En conclusión, tenemos razón al escandalizarnos con Trump: está
ganando al establishment europeo, que se obsesiona con su ignorancia
de las fuerzas que lo socavan y sientan las bases de acontecimientos
espantosos. La responsabilidad recae en los progresistas de Europa
continental, de Reino Unido, de Estados Unidos, que deben imponer un
New Deal internacionalista en la agenda y ganar elecciones haciendo
campaña por ello.

En mis pocos momentos de optimismo, imagino una alianza entre Bernie
Sanders, Jeremy Corbyn y nuestro Movimiento por la Democracia en
Europa, el DiEM25, ofreciendo una fuerte competencia a la
Internacional Nacionalista liderada por Trump. Hace algunos años, un
triunfo de Trump en Estados Unidos, en Europa o en otros sitios sonaba
aún más descabellado que esto. Vale la pena intentarlo.
Urdangarín.jpg
Toros.jpg
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Largas.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Jun 20, 2018, 1:31:23 AM6/20/18
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Els nous murs al món -alguns no tant nous-: el trencament familiar als
USA o la política xenòfoba a Itàlia.
Aquí, les baralles familiars. Ara li toca al PP -i no fa massa només
la visualitzàvem lleugerament-.
Un apunt. Descobreixo que un dels principals assessors de Pablo Casado
és Ángel Carromero. Us sona?


Separación familiar: un crimen

La situación de miles de menores de edad hijos de inmigrantes
indocumentados que han sido separados de sus padres por las políticas
persecutorias del gobierno estadunidense ha llegado a un grado de
escándalo que apela a la conciencia mundial. Ciertamente, el acoso
policial en contra de los trabajadores y refugiados extranjeros no fue
iniciado por el actual presidente del país vecino, Donald Trump, pero
éste lo ha acentuado y llevado a un nivel de inhumanidad sin
precedente, como lo exhibe el caso de los centenares de niños que
permanecen literalmente enjaulados en un almacén de Texas, a la espera
de que las autoridades decidan su destino. Tan sólo en el curso de un
mes, la Patrulla Fronteriza separó a 2 mil 342 menores de sus
familiares en la zona fronteriza con México, lo que equivale a 70
niños por día, de acuerdo con un informe enviado al Senado por el
Departamento de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés), en
lo que, a decir de la senadora Jeanne Shaheen, es una pesadilla
repugnante.

Lo impresentable de esta práctica cruel y xenofóbica puede ilustrarse
con el hecho de que Laura Bush, esposa del ex presidente George W.
Bush, escribió en un artículo publicado por The Washington Post que
nuestro gobierno no debería estar en el negocio de depositar niños en
almacenes reconvertidos o colocarlos en tiendas de campaña
provisionales en el desierto a las afueras de El Paso, como planean
hacerlo las autoridades. Las imágenes de los menores enjaulados,
escribió la ex primera dama, son una evocación siniestra de los
campamentos de internamiento estadunidenses para japoneses en la
Segunda Guerra Mundial, que actualmente está considerado uno de los
episodios más vergonzosos de la historia de Estados Unidos.

La gravedad del atropello, ideado por el asesor de Trump, Stephen
Miller, como una forma de desalentar la migración hacia Estados
Unidos, promovida por el jefe de gabinete, John Kelly, y aplicada por
la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, es tanto mayor
si se considera que no existe ley ni reglamento alguno que la ordene;
es decir, se trata de una medida discrecional y arbitraria.

De manera inesperada, la atrocidad ha resquebrajado la unidad de los
políticos republicanos en torno a Trump y ha colocado a éste ante un
nuevo factor de deterioro de su imagen pública.

En el extranjero las críticas no se han hecho esperar. El alto
comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid
Ra’ad al Hussein, exigió ayer que la Casa Blanca cese de inmediato las
separaciones de niños, denunció esa política como sin escrúpulos y
citó a la Asociación Estadunidense de Pediatría describiendo las
medidas como abuso de niños sancionado por el gobierno, que podrían
llevar a daños irreparables. De su lado, la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos señaló que los niños tienen derecho a no ser
separados de sus padres e instó al gobierno estadunidense a no
privarles la libertad en ninguna circunstancia.

Es impostergable que gobiernos y sociedades del mundo
–particularmente, los de México y Centroamérica, de donde procede la
mayor parte de familias separadas– unan su voz a ese coro de repudio
ante lo que constituye una práctica migratoria inhumana y criminal.


* * *

La sombra de Franco es alargada
Javier Pérez Royo

El PP es un partido “franquista”, un partido que tiene su origen en la
Alianza Popular fundada por Manuel Fraga juntamente con otros seis
exministros de los Gobiernos del General Franco, los conocidos como
“Los Siete Magníficos”, como forma de representar políticamente tanto
en el momento constituyente de 1978 como en el de la inmediata
aplicación posterior de la Constitución, el peso de lo que se
denominaba “franquismo sociológico”. Este partido, que casi desaparece
con los resultados de las elecciones del 15 de junio de 1977 y con las
primeras elecciones constitucionales de abril de 1979, se convertiría
en el partido dominante de la derecha española con la descomposición
de UCD en las elecciones de 1982 y su disolución inmediatamente
después. Un partido de extrema derecha, nacido para que no
desapareciera la huella del Régimen del General Franco en la
Constitución de 1978, se quedó con la representación del conjunto de
la derecha española. Tardó algún tiempo en conseguirlo, el tiempo
necesario para que desapareciera el CDS de Adolfo Suárez, pero lo
consiguió relativamente pronto. En los primeros años noventa la
concentración de todo el espacio de la derecha española en AP,
refundada como PP, se había consumado.

Como no podía ser de otra manera, el PP ha tenido que competir en
democracia y sus líderes han tenido que cultivar las aptitudes
necesarias para poder hacerlo con éxito. No cabe duda de que varios de
los mejores oradores parlamentarios de la democracia española han
estado en las filas del PP y tampoco puede haberla, en mi opinión, de
que han sabido manejar las técnicas de formación de la opinión pública
de manera extraordinariamente eficaz. Ha sido asimismo un partido,
que, aunque estuvo en contra del proceso de descentralización política
iniciado con la decisión constituyente del reconocimiento del derecho
a la autonomía de las “nacionalidades y regiones” en el artículo 2 de
la Constitución, desarrollado ulteriormente mediante los Pactos
Autonómicos de 1981, con base en los cuales se acabó construyendo el
Estado de las Autonomías, supo adaptarse a la nueva estructura del
Estado y hacer del “poder territorial” uno de sus puntos fuertes.
Desde 1991 las elecciones municipales y autonómicas celebradas los
meses de mayo cada cuatro años han sido momentos en los que el PP ha
salido reforzado o muy reforzado.

AP refundada como PP se aclimató a la competición democrática muy
rápidamente. Ya en 1993 estuvo a punto de ganar las elecciones
generales. Desde 1996 ha sido el partido más cohesionado
(aparentemente) y más fuerte (aparentemente) de la democracia
española. La Guerra de Irak y la mentira sobre los atentados del 11M
de 2004 le hizo perder las elecciones generales de ese mismo mes, pero
mantendría su fortaleza. Había dejado de ser el Gobierno de la Nación,
pero continuaba siendo reconocido por la sociedad española como un
partido de gobierno, que en cualquier momento podía volver a ocupar La
Moncloa.

En la competición interpartidaria el PP ha demostrado estar a la
altura de lo que cabe esperar de un partido representativo de la
derecha española. Es en su organización interna, en la competición
política en el interior del partido, en donde ha fracasado. Ha
continuado siendo un partido franquista, un partido presidencialista
al estilo de lo que fue durante decenios el PRI mexicano. La aversión
a la democracia interna ha sido su seña de identidad. Sobre todo
después del fiasco que supuso la presidencia de Hernández Mancha. La
única elección del presidente de la todavía AP por los militantes,
acabó siendo una vacuna contra la repetición de la fórmula. Nunca más.
El presidente designa al sucesor. Y el mando no se comparte. Es
síntoma de debilidad. Franquismo puro.

Un partido con aversión a la democracia en la competición interna,
acaba siendo inexorablemente un partido que no puede competir para ser
un partido de gobierno en una sociedad democráticamente constituida.
Como en cualquier tipo de competición un equipo vale lo que entrena. Y
vale lo que entrena en función del tipo de competición en la que
participa. En la alta competición el nivel de exigencia siempre es
máximo, pero en cada deporte lo es a su manera. En la competición
política también. No es lo mismo competir en la antigua URSS, en la
República Popular China o en la España de Franco, que hacerlo en un
Estado Constitucional Democrático. El entrenamiento tiene que ser
diferente.

Y en las sociedades democráticamente constituidas los partidos tienen
que ensayar la democracia en su competición interna para poder
competir después por el Gobierno de la Nación. La contradicción entre
la naturaleza de la competición por el poder en el interior del
partido y la competición por el poder en el Estado no puede mantenerse
indefinidamente, sin que el partido acabe estallando. El MANDO ÚNICO
transmite una apariencia de fortaleza, pero es realmente un indicador
de debilidad. No puede mantenerse indefinidamente y, cuando
desaparece, se produce el desconcierto generalizado. Simplemente no se
sabe qué hacer.

El PP lo está comprobando. La transmisión autoritaria del liderazgo ha
sido posible en dos ocasiones, de Fraga a Aznar y de Aznar a Rajoy,
pero no más. A la tercera, como dice el refrán, ha ido la vencida. El
resultado está siendo “el rosario de la aurora”. Como espectáculo es
fascinante, pero como estrategia para competir en democracia es
suicida.
El otro muro.jpg
Vasco Gargalo. Muro.jpeg
Dasahucio inminente.jpg
Candidaturas.jpg

Miquel Angel Soria

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Jun 21, 2018, 1:30:48 AM6/21/18
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Amb les notícies que arriben, aviat sentirem parlar de Colòmbia i el
procés de pau més directament.
Els usamericans van adaptant-se a les circumstàncies que ells creen.


El barco Aquarius y cinco muestras de la militarización del saqueo de África

Es falso que los inmigrantes vienen a Europa por razones económicas.
Más del 80% huyen de guerras. Sus parientes han sido asesinados y sus
hogares destruidos. Así concluye un estudio realizado por la
Universidad de Middlesex de Londres en 2015. Cierto. Es Asia el
continente con más hambrientos del mundo, e India, con su capitalismo
más “intocable”, cuenta con 200 millones de almas y cuerpos en la
pobreza absoluta. Pero no se ven avalanchas de indios llegando al
primer mundo en pateras.

Sólo una guerra (o sea, la muerte casi segura y violenta) es capaz de
forzar a millones de familias a cruzar mares, montañas y desiertos,
arriesgándose la vida. Las cerca de 56 millones de personas que desde
1991 (el fin de la URSS) hasta hoy han tenido que abandonar su hogar
en Oriente Próximo y África por las guerras de conquista encabezadas
por EEUU, no han elegido su destino, ya que no tienen control sobre
ello: dependen de quienes los llevan y las tierras que les acogen.

El “caos creativo” para inventar una África a la medida

La misma procedencia de las 630 personas que subieron al Aquarius
muestra el nexo directo entre la actual migración con el nuevo saqueo
militarizado de África por la OTAN. Las economías occidentales en
recesión necesitan recursos naturales baratos, y también nuevos
mercados: “Proteger el acceso a los hidrocarburos y otros recursos
estratégicos que África tiene en abundancia, y garantizar que ningún
otro tercero interesado, como China, India, Japón o Rusia, obtenga
monopolios o trato preferencial” es uno de los objetivos de la
militarización de África, confiesa el director del Centro del Concejo
Atlántico para África en Washington, Peter Pham. Mientras, la marca
del “terrorismo islámico” de la CIA abre sucursales por el mundo como
si fuera McDonald’s, alimentando a las compañías de armas y de
recursos naturales. Bajo el pretexto de la “lucha contra el
terrorismo”, “estabilizar la región”, “misión humanitaria “, o
“mantenimiento de la paz”, el Comando de África de los EEUU (AFRICOM)
ya ha instalado unas 50 bases militares por todo el continente,
mientras aplasta los movimientos progresistas y anticapitalistas,
apuntalando a los regímenes corruptos y dictatoriales que dirigen las
formas más salvajes de gobernar una nación.

Caso Libia

Decenas de miles de ciudadanos de Mali, Sudán, Chad y del resto de
África se dirigen a Libia para huir de guerras o en busca de trabajo,
pero desconocen que aquel país próspero hoy es el centro mundial de la
esclavitud, de la tortura y violación. Antes de que en 2011 la OTAN
planeara derrocar a Gadafi y ocupar Libia, unos dos millones de
inmigrantes trabajaban en este país de 5 millones de habitantes, la
primera reserva del petroleó de África. Ahora, además de los libios
que huyen del país hacia Europa, también lo hacen aquellos inmigrantes
si consiguen salir de aquel infierno.

Caso Nigeria

En el séptimo exportador mundial de petróleo, EEUU con la farsa de
“salvar a las niñas secuestradas” vía militar, intenta instalar la
sede de Africom, hoy en Alemania. Fue en Nigeria donde la petrolera
anglo-holandesa Shell ha sido acusada de “complicidad en asesinato,
violación y tortura” de los nigerianos cometidos por el ejército en la
región petrolífera de Ogoniland en la década de 1990. Las protestas
para expulsar a Shell de Nigeria por el desastre ecológico que acusó
en la región y obligó a desplazarse a comunidades enteras, condujo a
la petrolera a crear una unidad secreta de espionaje, que pasaba
información sobre los molestos activistas a la agencia de seguridad
nigeriana, a la vez que pedía al presidente-general Sani Abacha
“resolver el problema”. Y él lo hizo: ahorcó a 9 líderes ecologistas,
mató a más de 1.000 manifestantes y destruyó unas 30.000 viviendas en
la aplicación de la política “Tierra quemada”. Así, Shell podía
llevarse un millón de barriles de petróleo al día, con tranquilidad.

Las compañías occidentales que buscan el uranio, el oro, platino,
diamante, cobre, tierras raras, coltán, petróleo, gas, o carbón de
África, establecen un control sobre sus gobiernos de África mediante
inversiones, préstamos, “ayudas al desarrollo” y el tráfico de
influencia. No hay nada nuevo: simplemente estamos ante la
actualización de la Conferencia de Berlín de 1884, que repartió África
entre las potencias y de paso teorizó los lazos entre el colonialismo
y el racismo (sistematizado por los británicos en el “Apartheid”).
Luego, asesinaron a los líderes de los movimientos progresistas como
Patrice Lumumba, Amílcar Cabral, Eduardo Mondlane, Samora Machel,
Felix Moumie o Chris Hani, apoyando a las dictaduras más
impresentables del mundo. Más adelante, creaban a monstruos como Bin
Laden pero llamaban “terrorista” a Nelson Mandela.

Caso Sudán

El mismo año de la destrucción de Libia, EEUU dividió al que fue el
estado más extenso de África: unas 50.000 personas (incluidos niños y
niñas) fueron torturadas y asesinadas por los señores de la guerra que
luego ocuparon el poder; otras 2 millones huyeron, ocultados en los
islotes de los pantanos del Nilo, comiendo hierbas silvestres, y
buscando refugio en Etiopía o Uganda. Miles de niñas y mujeres han
sido violadas una y otra vez, incluso en el campo de refugiados de
Juba, la Capital de Sudan del Sur. Hoy, la hambruna afecta a 4,6
millones de personas. La CIA ha vuelto a fabricar “rebeldes” armados
para desestabilizar el país ya que los líderes que impuso han
convertido a Sudan del Sur en el único país de África con contratos de
petróleo con China.

Caso Níger

Los ciudadanos de este país se enteraron de la existencia de una base
militar de EEUU (ilegal por la prohibición constitucional) sólo cuando
cuatro de ellos murieron en una emboscada el mes pasado. El dictador
Mamadu Issoufou fue el director de Somaïr, la compañía de minas de
uranio del país pero bajo control de la compañía francesa Areva. Una
quinta parte del uranio que alimenta la red eléctrica francesa
proviene de Níger, que es, paradójicamente (o no), el penúltimo país
más pobre del mundo. Las empresas occidentales van a por su oro,
uranio y petróleo. Issoufou es como el presidente turco Tayyeb
Erdogan: ha cobrado ingentes millones de euros a la UE para retener a
los inmigrantes.

Federica Mogherini, la comisaria de exteriores de la UE, viajó a Níger
en 2015 expresamente para apoyar la llamada “Ley 36” del país, que
prohíbe a los extranjeros viajar al norte de Agadez, la región donde
EEUU ha construido un mega base de drones de 6 kilómetros cuadrados
por 110 millones de dólares, para desde allí controlar Mali, Argelia,
Libia y Chad. Esta ley ha convertido el desierto en un gran cementerio
para los migrantes africanos: en junio de 2017 unos 50 jóvenes,
abandonados por los traficantes, murieron de sed en el desierto de
Niger cuando iban a Libia. No es casualidad que la sede de la
Organización Internacional para las Migraciones, financiada por la UE,
esté en este país.

Caso Mali

Aquí la esperanza de vida es de 48 años y sus minas de oros están bajo
el control del gigante británico Gold Fields. Tras destruir Libia, la
OTAN miró a Mali: organizó un golpe de Estado en 2012 que derrocó al
presidente Toumani Touré para sustituirlo por el capitán Amadou
Sanogo, entrenado en EEUU. Luego, mandó a las corporaciones como URS y
AECOM, (contratistas del Pentágono) construir nuevos complejos
militares, para que la Fuerza de Reacción Rápida de EEUU en Sahel
amplíe su control sobre la región.

No esperen comprensión, solidaridad, piedad, ni caridad de las
compañías de armas ni de las que buscan maximizar sus beneficios. Lean
algo sobre el secuestro y la tortura de los niños para ser explotados
en las minas de coltán de Congo, y conocerán la verdadera naturaleza
dichas compañías del “primer mundo”. Y luego ¿quieren que estas
personas no huyan de sus tierras?

Nazanín Armanian - 16 JUNIO 2018


* * *

El Mago de Oz va al banco central
Alejandro Nadal

La historia del Mago de Oz ha pasado siempre como un divertido cuento
para niños cuyo tema central es que los milagros siempre son posibles,
aun en circunstancias difíciles. Pero pocos saben que la intención del
autor, L. Frank Baum, era escribir una alegoría política en la que los
personajes representaban segmentos de la sociedad estadunidense a
principios del siglo XX.

Por ejemplo, en la metáfora de Baum, el hombre de paja representa al
campesinado y a los farmers, cuyo análisis político es muy poco
sofisticado. Por eso anda en busca de un cerebro. Por su parte, el
hombre de hojalata personifica a los obreros industriales, explotados
por políticos y líderes sindicales corruptos. Los demás personajes
encarnan otras figuras de la sociedad estadunidense y el famoso camino
amarillo simboliza el patrón oro que muchos suponían podría resguardar
el valor de la moneda y evitar las arbitrariedades de gobiernos y
banqueros.

La creencia de que el patrón oro permitiría combatir los abusos de la
clase política y de los banqueros es una de las creencias populares
más aceptadas aun en nuestros días. No es la única creencia errónea
sobre el funcionamiento de la política monetaria y casi siempre se
acompaña de otro mito clave sobre el sistema bancario: la idea de que
el banco central controla efectivamente la oferta monetaria.

La idea básica del patrón oro es que al fijar por ley el valor de la
moneda en una fracción de ese metal precioso, el valor del instrumento
monetario queda a salvo de las manipulaciones del poder político.
Supuestamente la degradación del valor de la moneda se evita al
asegurar la convertibilidad en algo tangible, como el oro, porque las
autoridades político-monetarias deben mantener las reservas adecuadas
para garantizar el valor de la moneda para tranquilidad de todo mundo.

En realidad un sistema basado en el patrón oro no es garantía contra
las crisis y la pérdida de valor de la moneda. Prueba de lo anterior
es que durante la vigencia de sistemas basados en el metalismo fueron
frecuentes los episodios de hiperinflación y desvalorización de la
moneda. Por otra parte, la historia demuestra que el patrón oro y
otras formas de metalismo sí son una atadura para la política
monetaria. Por eso el patrón oro fue una de las principales correas de
transmisión de los efectos de la crisis de 1929 y contribuyó a
extender las consecuencias de la Gran Depresión. Los países que se
regían por el patrón oro hacían todo lo posible (incluso recurrir al
proteccionismo) para evitar que el oro saliera de sus reservas para
hacer frente a sus compromisos internacionales. La alternativa fue el
ajuste interno y la deflación, y para ello se necesitó aplicar las
recetas tradicionales de austeridad, con lo que la recesión se
transformó en crisis. El patrón oro se convirtió en una máquina para
transmitir y profundizar las secuelas de la Gran Depresión. No por
nada Keynes lo llamó una bárbara reliquia del pasado.

La idea clave del patrón oro es que la oferta monetaria debe estar
atada a las reservas del metal precioso. Pero esa idea ignora todo
sobre el funcionamiento del sistema bancario y el papel del banco
central. Supone que los bancos comerciales son simples intermediarios
entre ahorradores e inversionistas en un mítico mercado de capitales.
En ese mundo fantástico los ahorradores depositan sus ahorros en los
bancos y éstos prestan ese dinero a los inversionistas. El diferencial
entre la tasa de interés pagada a los ahorradores y la que se cobra a
los inversionistas es la ganancia de los bancos por su labor de
intermediación.

Esta idea ingenua sobre el mercado de fondos prestables predomina aún
en análisis modernos de una economía con moneda fiduciaria, por
ejemplo en economistas como Krugman. Pero esa visión no tiene nada que
ver con la realidad. Lo que un banco comercial necesita es encontrar
un sujeto de crédito confiable, con buen historial y, si se trata de
un inversionista, con un proyecto rentable. Pasada la prueba, el
préstamo se autoriza y se abre una cuenta en el banco: por eso los
préstamos crean los depósitos. Cuando la actividad de los bancos lo
requiere, el banco central genera las reservas necesarias para que el
sistema pueda seguir operando. Esta postura acomodaticia del banco
central es la clave de la política monetaria en la actualidad. El
corolario es que el banco central no controla la oferta monetaria.

Si el cuento de Baum es una alegoría política, ¿quién es el Mago de
Oz? Cuando al final Dorotea recorre la cortina y descubre a un
hombrecito cuya base de poder son los globos de aire caliente, el Mago
de Oz encarna el contubernio entre políticos y el poder financiero.
Dorotea revela que los sueños de la población, de los campesinos y
obreros, pueden hacerse realidad. Sólo se requiere descubrir la verdad
del complejo entramado con el que políticos y el sector financiero han
sometido a la economía para beneficio de los especuladores.
Toda la furia del imperio.jpg
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Día Mundial del Refugiado.jpg

Miquel Angel Soria

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Jun 22, 2018, 1:19:31 AM6/22/18
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Sobren les paraules.

Un tribunal roto, una magistrada veleta
Elisa Beni

¡Qué cruel ha sido el destino con C! ¡No sólo fue violada y humillada
sino que ha tenido la desventura de topar con este extraño tribunal
que ha convertido su procedimiento en una aventura jurídica cuyo
último e inesperado episodio acabamos de conocer!

Explicar lo difícilmente explicable. Eso se nos pide hoy. La decisión
de dejar en libertad provisional a los cinco hombres condenados a
nueve años de prisión hasta que haya sentencia firme es posible y hay
que acatarla, pero revela unas dinámicas internas que distan mucho de
ser las habituales y las que hubiera cabido esperar. La justicia penal
es justicia material pero también debe ser justicia segura, justicia
esperable, justicia lógica, justicia explicable y comprensible,
justicia que parezca justa.

La decisión adoptada ayer nos vuelve a mostrar un tribunal fracturado,
con dos magistrados que parecen haber asistido a distinto juicio,
hasta tal punto sus convicciones y valoraciones de las pruebas
difieren, algo que no es lo habitual. Normalmente, aún con profundas
disensiones, los miembros de los tribunales suelen dar la impresión de
haber asistido al mismo plenario. No es el caso. Entre los dos
magistrados está la magistrada Fernandino, la magistrada que cual
veleta ha considerado justo condenar a penas de prisión de nueve años
a estos jóvenes para, inmediatamente después, y contra todo uso del
foro, decidir que era mejor excarcelarlos porque todos los riesgos que
ella misma apreció cuando aún no había habido juicio, ahora que saben
que pesa sobre ellos una condena grave, han milagrosamente
desaparecido.

No hemos podido leer el auto ni nosotros ni las propias partes -otra
curiosa cuestión que está sucediendo en Navarra dónde se filtran los
datos personales y las decisiones aún no escritas- pero es muy difícil
justificar que saber que te han hallado culpable te ponga en mejor
situación que no saber si lo harán o no. Los magistrados podían tomar
y han tomado esta decisión, que se podría entender si en este país
verdaderamente la prisión provisional fuera la excepción y la mayor
parte de los condenados en primera instancia esperaran libres sus
recursos. Si esto fuera así, la mitad de la población reclusa de este
país no existiría y los módulos estarían no tan vacíos como el de
Urdangarin pero mucho más despejados. No es eso lo que sucede. Con una
pena de 9 años la prisión provisional se puede extender hasta los
cuatro años y medio y eso es lo que suele suceder habitualmente. Más
que nada porque los jueces entienden que una vez que sabes lo que te
espera, es más fácil que te des el piro. Y porque además esos jueces,
los mismos que han condenado, se creen su solución jurídica y, por
tanto, esperan que sea confirmada.

¿Qué le ha pasado a la magistrada veleta, la única mujer, para haber
votado la condena y ahora haber apoyado la salida en libertad? ¿No
cree que la condena sea justa? ¿Piensa que sus superiores la van a
anular y que sería injusto hacerles pagar una pena anticipada que no
se les podrá devolver? Fernandino, la magistrada, es también con
seguridad la piedra angular de la difícil e inexplicable solución
jurídica que se halló en la sentencia. Esa sentencia que relata unos
hechos que constituyen una agresión y que luego, por arte de
birlibirloque, condena por abuso. Esa transaccional sólo puede
deberse, como ya conté en su día, a las dudas de esta magistrada a la
hora de sumarse a la tesis de la condena del presidente.

Lo cierto es que C ha tenido muy mala suerte. El tribunal sacó del
procedimiento las pruebas de las intenciones de los ahora condenados.
El tribunal decidió que el juicio fuera a puerta cerrada, de manera
que ahora nadie sino ellos sabe cual de las dos realidades paralelas
que reflejan sus resoluciones fue la que se vio en la sala de vistas.
El tribunal decidió sacar adelante la condena de una forma
incongruente, alejando el tipo aplicado de los hechos que dieron por
probados. Toda una calamidad. Esta sección, sin duda, ha llegado ya a
ese nivel de enfrentamiento humano y profesional que dificulta mucho
juzgar. Cuanto mejor sería que el presidente de la Audiencia de
Navarra separara a sus miembros en otras secciones -que no son
orgánicas- y, por lo tanto, evitara que estos episodios volvieran a
producirse, porque lo que ha sucedido es un drama para la Justicia. No
porque no quepa en derecho, el papel lo aguanta todo y el papel
timbrado también, sino porque está abriendo una grieta de proporciones
difícilmente mensurables entre la ciudadanía y su judicatura.

Es triste pero es evidente. La sociedad navarra está asistiendo a
decisiones que por agravio comparativo, le hacen dudar de la equidad
de la Justicia y de su aplicación por igual. Es imposible explicarles
por qué hace unas semanas la Guardia Civil fue a buscar a sus casas a
los jóvenes de Alsasua condenados alguno a penas de nueve años porque
tras el juicio el riesgo de fuga aumentaba y ahora se deje en libertad
a otros jóvenes condenados a nueve años porque tras el juicio el
riesgo de fuga disminuye. Cada tribunal toma sus decisiones, claro,
cada caso se valora individualmente, pero decir eso y pensar que la
población no va a ver una tremenda discrecionalidad es imposible.

Cierto es que la libertad debe primar en caso de duda. Sólo que este
aserto se aplica más fácilmente en unos casos que en otros. Que se lo
pregunten a los Jordis o a los Junqueras.

C, hubieras merecido mejores jueces.


* * *

Otra decisión repulsiva
Javier Pérez Royo


Tuve la impresión cuando leí la sentencia de “La Manada” que el juez
que firmó el voto particular es el que había marcado el debate en el
interior del órgano colegiado. Consiguió el objetivo que perseguía:
debilitar la convicción de sus dos compañeros de Sala, de tal manera
que no hubiera concordancia entre el relato de hechos probados y la
calificación jurídica de los autores de los mismos.

El voto particular fue inusitadamente extenso. Es posible que los lectores lo
recuerden o no, pero para recordarlo, por si es necesario, es para lo
que estamos los profesores de derecho, que entendemos que forma parte
de nuestra obligación docente no solamente enseñar en las aulas, sino
también proyectar la docencia en el proceso de formación de la opinión
pública. La Universidad es una reserva de conocimiento que tiene que
estar a disposición de la sociedad. Los profesores universitarios
tenemos un estatus privilegiado en comparación co el de los profesores
en los niveles preuniversitarios. Nuestro número de horas lectivas es
mucho menor, la posibilidad de asistir a congresos y seminarios dentro
y fuera del país es mucho mayor, las bibliotecas de que disponemos
suelen ser excelentes...La sociedad invierte mucho en la formación de
un profesor universitario, que debe, en consecuencia, estar disponible
más allá del cumplimiento de su estricto horario lectivo.

Vuelvo tras el paréntesis, al voto particular, que, como decía, fue
inusitadamente extenso. La extensión del voto particular, además del
tono en que está redactado, nos da una idea de lo que tuvo que ser el
debate entre los tres magistrados que componía la sala. Hay un
esfuerzo titánico por parte del autor del voto particular en excluir
que se pudiera contemplar siquiera que la conducta de los miembros de
“La Manada” pudiera ser considerada constitutiva del delito de
violación.

Puesto que en el relato de los hechos era muy difícil que si no había
una coincidencia plena, hubiera una discrepancia absoluta, era en la
calificación jurídica donde se centraba el debate. Sembrar la duda en
sus dos compañeros sobre dicha calificación ha sido la tarea del autor
del voto particular, que, para ello, tenía que llevar su argumentación
hasta un extremo que resulta difícil de entender. Leer el relato de
hechos probados como una orgía en la que habían participado activa y
gozosamente tanto los cinco varones como la chica adolescente, no
puede tener una explicación que no raye con lo patológico.

El autor del voto particular no ve nada punible en los hechos que
tuvieron lugar ese día. Ateniéndonos a sus palabras, él mismo podía
haberse incorporado a “La Manada” y participar en la orgía, ya que lo
que estaban eran manteniendo relaciones sexuales placenteras para
todos los que participaban. Y es con esta posición extrema con la que
consiguió sembrar la duda en sus compañeros de Sala y que quedara
descartado el delito de violación. Buscar el punto intermedio entre
las dos calificaciones extremas. Ni Absolución, ni Violación.

No se que me produce más desasosiego, si la brutalidad del voto
particular o la “debilidad” de los magistrados que dictaron la
sentencia. El autor del voto particular se retrata con la literalidad
del mismo, que, probablemente es un pálido reflejo de la violencia con
que debió expresarse en el debate con sus colegas. Pero la
pusilanimidad de los dos magistrados que dictan la sentencia genera
una desazón muy perturbadora. ¿Cómo se puede ser tan cobarde?

En cualquier caso, una vez dictada la sentencia en los términos que
fue dictada, la decisión de poner el libertad a los integrantes de “La
Manada” no creo que pueda sorprendernos. Creer en una justicia en la
que se toman estas decisiones, resulta muy difícil. Pero no disponemos
de otra alternativa. Hay que seguir peleando con los instrumentos de
que disponemos. Ya tango los suficientes años como para saber que
cualquier tiempo pasado fue peor.
El mensaje.jpg
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Miquel Angel Soria

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Jun 25, 2018, 1:30:20 AM6/25/18
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Joan Manuel Serrat deu enyorar el seu "Mediterráneo", que només
existeix en mans de Líbia. Amb una Turquía en mans d'Erdogan. I una
Itàlia, un altre cop en una mà que fa un gest que pensàvem no tornar a
veure.
I la solució d'Europa: reobrir Argelès, Gurs... i potser Auschwitz.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
LOS REPUBLICANOS

Ser republicano en España es la nostalgia profunda de una realidad que
aún no sabemos si fue simplemente un fulgor en la oscuridad histórica
de España. Ser republicano en España son las masas con sus banderas en
un 14 de abril. No hace falta señalar el año. Solo hay un 14 de abril
en el calendario histórico español. Ciudadanos que descubrían a un
Lorca que hacía la gran propuesta de la realidad: «Compadre, quiero
cambiar/ mi caballo por su casa/ mi montura por su espejo/ mi cuchillo
por su manta». El 14 de abril –no es necesario señalar el año– los
intelectuales abrazaban a Ortega para pedirle que aclarase por qué lo
que nos pasaba era que no sabíamos lo que nos pasaba. El 14 de abril
se horneaban dirigentes que escuchaban a un Azaña que «sembraba a vena
loca a orilla el Henares». Fue un día de jornaleros que por fin
dejaban deslizarse desde sus manos una tierra que ya no daría espigas
de hambre. Los obreros ocupaban la calle y cantaban “La
Internacional”, hartos de una nación que ni siquiera pudo disfrutar un
Imperio que murió preso en la cabeza de unos reyes ausentes en el
enredo alemán, en las batallas imposibles de Flandes, en una Italia
que se les escapaba a chorros por los mármoles del Renacimiento. En la
República del 14 de abril –no importa el año– los payeses catalanes se
pusieron la barretina dominical para ir a las conferencias del Ateneo.
En la República del 14 de abril los vascos batieron el hierro en unas
fraguas con otro son. En la República del 14 de abril los andaluces
renunciaron a venir del norte ibérico enlatados en sus armaduras
encristadas para ser andaluces de al-Ándalus de Blas Infante, el
musulmán bautizado en Coria. En la República de abril los españoles
empezaron a leer y don Quijote rebeló su secreto erasmista. La mujer
vistió un mono obrero el 14 de abril y sobre los rizos juveniles caló
un gorro negro y rojo con las tres iniciales de la soberanía popular.

Ser republicano en España dice mucho más que dar la espalda a la
monarquía. Es una fiesta del pensamiento, de la libertad de palabra,
de la dignidad sin aspavientos, del regreso de los exiliados, de la
posibilidad de ser, del orden sin adjetivos. El republicanismo español
no fue elaborado lentamente como en la gran Europa vecina, sino que
brotó de la roca golpeada por la vara del profeta.

Nací republicano de un padre medio inglés que creyó en la República.
Un día entré en el pequeño gabinete en que leía al amparo de una
mesita que le guardaba el libro mientras daba mechero al tabaco y vi
que movía dubitativamente la cabeza. Me miró, cerró el infolio y me
susurró casi: «No puedo evitarlo; me espanta lo que te voy a decir,
pero creo que regresa Menéndez y Pelayo». Estaba leyendo la “Historia
de los heterodoxos españoles”, de los errantes heterodoxos que no se
resignaron a ser copias de un pasado que quedó inerte en los campos de
Castilla.

Para ser republicano en España hay que afinar el oído para escuchar en
todo su alcance el «¡Levántate y anda!» Pero ¿quiere levantarse el
español? No estoy seguro. El español está sentado en el arcén
poniéndole un parche a la bicicleta. Los socialistas no se deciden a
serlo porque el socialismo no huele a sudor sino que apesta a muerto.
Los cuatro comunistas que quedan están pegados al teléfono para
recibir noticias de los cuatro comunistas que les telefonean. Los
progresistas ponen toda su ambición en mejorar el teléfono móvil para
decir a la familia, cuando aterrizan, que ya han llegado. Y en los
pueblos viejos que habían empezado a hojear el Marx joven en el 14 de
abril luchan ahora para que les dejen soltar de nuevo las vaquillas,
mientras en el Ayuntamiento –que vive de una Diputación que vive de la
Autonomía que vive del Estado– se reparten el presupuesto para
construir un gigantesco palacio de la cultura que no existe. Un poco
más allá, pasado el Ebro, un catalán sigue noblemente empeñado en
levantar la piel del mar para ver al perro que duerme en el fondo. Y
en el norte prosigue la procesión «terrorista» de los vascos que
quieren ser simplemente vascos.

La República nos va a sorprender como a las vírgenes que quedaron sin
aceite en los candiles: sin republicanos. Porque ser republicano en
España es cosa de mucho movimiento y eso no lo reparten las
mensajerías del Sistema porque es transporte para emprendedores. Lo
peregrino es que ahora, en un rapto de democracia precocinada,
desentierren en el Valle de los Caídos a Franco y el Genocida
aproveche la ocasión y se salga definitivamente del féretro ¡Santo
Dios, que futuro!

La República en España es un «todo» que no se puede vender a trozos:
«Un empleo aquí, otro más allá/ y la veredita que baja y se pierde. /
Jardines de Catamarca…» Ya me lo avisaba mi padre cuando salió de El
Pardo la primera tanda de procuradores en Cortes por el tercio
familiar: «Volverá Menéndez Pelayo y tornarán a ponernos un poco de
sal en la lengua cuando nos bauticen en el Jordán de la democracia
seca». Por su parte Mingote dedicaba la portada de ABC a un candidato
en las elecciones por ese tercio que decía en su pancarta: «¡Vota a
Segundez ¡A ti que más te da!». Como ahora.
Sí, necesitamos el «todo» democrático para ser republicanos, porque no
solo de pan vive el hombre. Sobre todo de un pan que han vuelto a
racionar sin que nos demos cuenta porque ha pasado de llamarle bollo a
ser llamado ajuste del déficit público. ¡Tiene miga la cuestión!

Necesitamos esa República del «todo» democrático en que los días de
resurrección no se dejen empeñados «a cuenta» de… Una República en que
las mujeres participen de un gobierno que no sea de ministras y
ministros sino de ciudadanos que no necesiten registrar el sexo para
medir la igualdad. Porque el futuro es algo más que gramática parda.

Yo aún soy uno de aquellos niños republicano que el 14 de abril
abrimos los ojos para cantar a corro callejero aquello de «Ahora que
ya estamos juntos/ vamos a contar mentiras./ En el mar corre la
liebre/ y en el monte, la sardina», mientras el rey embarcaba en
Cartagena. Y en Madrid afilaba su alfanje el pequeño general que
perjuró su bandera dos veces, antes de ser candidato a santo. Después
pasaron cuarenta años. Y después otros cuarenta. Y España continuó
tirando cabras desde una torre medieval para celebrar la fiesta de la
Asunción, mientras los banqueros reclaman más dinero al gobierno para
sostener la banca que gestiona nuestro crecimiento de libre empresa.
«¡Ay, Antoñito el Camborio/ digno de una emperatriz!/ Acuérdate de la
Virgen/ porque te vas a morir./ Tres golpes de sangre tuvo/ y se murió
de perfil». Luego pasaron cuarenta años. Y luego otros cuarenta y
apareció la Arrimadas: «Zapatos color corinto/ medallones de marfil/ y
ese cutis amasado/ con aceituna y jazmín». ¡Ay, Federico García, llama
a la Guardia Civil!
Francisco Franco.jpg
Moraleja.jpg
Una mano.jpg
Vasco Gargalo. Pateras.jpeg

Miquel Angel Soria

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Jun 26, 2018, 1:32:06 AM6/26/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Escriu Luis Bruschtein (Un día de silencio) sobre la jornada d'atur a
l'Argentina: "La adhesión al paro de ayer excedió incluso al
movimiento sindical y se extendió ampliamente a capas medias, a los
comercios y a la pequeña y mediana empresa."
Us passo una imatge d'un impensable Buenos Aires.

El G–7: un deceso que hay que celebrar
Immanuel Wallerstein

Una institución conocida como G-7 sostuvo su reunión anual entre el 12
y el 13 de junio de 2018 en Charlesvoix, Quebec, Canadá. El presidente
Donald Trump asistió al principio, pero se fue pronto. Debido a que
los puntos de vista en ambos lados eran tan incompatibles, el Grupo de
los Seis miembros restantes negoció con Trump la publicación de su
acostumbrada declaración conjunta, que resultó bastante anodina. Trump
se arrepintió y se negó a firmar cualquier declaración. Entonces, los
Seis redactaron una declaración que reflejara sus puntos de vista.
Trump se enojó e insultó a los protagonistas de la firma del
documento.

La prensa mundial interpretó esto como un desaire político recíproco
por parte de Trump y de los otros seis jefes de Estado que asistieron.
Casi todos los comentaristas argumentaron también que esta batalla
política indicaba el fin del G-7 como actor significativo en la
política mundial.

Pero, ¿qué es el G-7? ¿Quién inventó la idea y con qué propósito? Nada
es menos claro. El nombre de la institución misma ha cambiado
constantemente, conforme el número de los miembros varía. Y muchos
argumentan que han emergido agrupaciones más importantes, como aquella
del G-20 o el G-2. También está la Organización de Cooperación de
Shangai, que se fundó en oposición al G-7 y excluye tanto a Estados
Unidos como a los países de Europa occidental.

La primera clave de los orígenes del G-7 como concepto es la fecha del
nacimiento de la idea del G-7. Fue a principios de la década de 1970.
Antes de ese tiempo no había institución alguna en la que Estados
Unidos jugara un papel de participante al parejo que las otras
naciones.

Recuerden que al final de la Segunda Guerra Mundial y hasta los años
60, Estados Unidos había sido la potencia hegemónica del moderno
sistema-mundo. Invitó a reuniones internacionales a quien quiso, por
sus propias razones. El propósito de tales reuniones fue
primordialmente implementar políticas que Estados Unidos pensaba eran
útiles o acertadas –para sí mismo.

Hacia la década de 1960, Estados Unidos ya no pudo actuar de ese modo
tan arbitrario. Comenzó a haber resistencia a sus arreglos
unilaterales. Esta resistencia fue la evidencia de que había comenzado
la decadencia de Estados Unidos como potencia hegemónica.

Por tanto, para retener su papel central, Estados Unidos cambió su
estrategia. Buscó modos en que pudiera ralentizar esta decadencia. Uno
de los modos fue ofrecer a ciertas potencias industrializadas
importantes el estatus de socio en la toma de decisiones mundiales.
Esto tendría que negociarse. A cambio de la promoción del estatus de
los socios, éstos accederían a limitar el grado en que pudieran
alejarse de las políticas que Estados Unidos prefería.

Se podría argumentar, por tanto, que la idea del G-7 fue algo
inventado por Estados Unidos como parte de su nuevo arreglo de
asociaciones. Por otra parte, un momento clave en el desarrollo
histórico de la idea del G-7 fue el momento de la primera cumbre anual
de los líderes máximos, a diferencia de las reuniones de figuras de
menor categoría como los ministros de Finanzas. Esta iniciativa no
vino de Estados Unidos, sino de Francia.

Fue Valéry Giscard d’Estaing, entonces presidente francés, quien
convino la primera reunión anual de líderes máximos en Rambouillet,
Francia, en 1975. ¿Por qué pensó él que fuera tan importante una
reunión de líderes máximos? Una posible explicación fue que él se
percató de que éste era un modo de limitar aún más el poder de Estados
Unidos. Enfrentado con otros líderes, cada uno con diferentes
prioridades, Estados Unidos tendría que constreñirse a negociar. Y
dado que eran los líderes principales quienes firmaban el acuerdo,
sería más difícil para alguno de ellos repudiarlo después.

Rambouillet fue el inicio de una lucha entre Estados Unidos y varias
potencias europeas (pero en especial Francia) respecto de todos los
asuntos importantes del mundo. Fue una lucha en la que Estados Unidos
hizo menos y lo hizo menos bien. Tuvo un rechazo serio en 2003 cuando
no pudo, por primera vez en la historia, obtener siquiera una mayoría
de votos en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas cuando ocurrió
la votación en torno a la invasión de Irak por parte de Estados
Unidos. Y este año en Charlesvoix fue incapaz siquiera de acordar una
declaración conjunta banal con los otros seis miembros del G-7.

Para todo propósito e intenciones, el G-7 está acabado. Pero ¿debemos
lamentarnos? La lucha por el poder entre Estados Unidos y los otros
era básicamente una lucha por la primacía de la opresión hacia el
resto de las naciones del mundo. ¿Estarían mejor estos poderes más
pequeños si ganara el modo europeo? ¿Acaso los animales pequeños se
preocupan por elegir qué elefante los va a atropellar? Creo que no.

¡Todos alaban Charlevoix! Trump tal vez nos hizo a todos el favor de
destruir este importante último remanente de la era de la dominación
occidental del sistema-mundo. Por supuesto, el deceso del G-7 no
significará que la lucha por un mundo mejor haya terminado. Para nada.
Aquellos que respaldan un sistema de explotación y jerarquía
simplemente buscarán otras formas de seguir haciéndolo.

Esto me retorna a lo que hoy es un asunto central. Estamos en una
crisis estructural del sistema-mundo moderno. Una batalla que está en
curso por ver qué versión de un sistema sucesor habremos de
atestiguar. Todo es muy volátil por el momento. Cada lado está arriba
un día, y abajo el siguiente día. En algún sentido somos afortunados
de que Donald Trump sea tan necio como para herir a su propio bando
con tal golpe masivo. Pero no vitoreemos a Justin Trudeau o a Emmanuel
Macron, cuya versión más inteligente de la opresión combate a Trump.
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Miquel Angel Soria

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Jun 27, 2018, 1:30:34 AM6/27/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
El futbol segueix sent el nou opi del poble a alguns països. L'Argentina és un clar exemple. No sembla el mateix aquí, o és que ho miro amb uns altres ulls. Bé, tot això fent referència a aquest mundial.
He trobat aquesta versió del Sonet de Nicolás Guillén. Em sobra l'acompanyament gràfic d'una França que no té res a veure amb François Villon.
https://www.youtube.com/watch?v=by2nXx5MoCU

Allende, el precursor olvidado
Por Atilio A. Boron

Es bien sabido que con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 América latina y el Caribe reanudaron su marcha hacia su Segunda y Definitiva Independencia. El ascenso de Hugo Chávez a la presidencia de lo que luego sería la República Bolivariana de Venezuela es usualmente considerado como el segundo hito en esta larga marcha. Esto es indudable, pero pasa por alto una importantísima etapa intermedia, breve pero de enorme importancia: la que aportara el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular en Chile, entre 1970 y 1973 y que es imprescindible rescatar del olvido en que ha sido sepultada por el inmenso aparato propagandístico de la derecha tanto dentro como fuera de Chile.

Allende llega al Palacio de la Moneda con un programa de gobierno que nada tiene que envidiar al que luego procurarían implementar –en un contexto internacional, económico y político mucho más favorable– los gobiernos bolivarianos de Venezuela, Bolivia y Ecuador. Hombre de inconmovible convicciones socialistas Allende no demoró un segundo en aplicar el programa de la UP, adoptando trascendentales medidas como la nacionalización de las riquezas básicas de Chile: la gran minería del cobre, hierro, salitre, carbón y otras, en poder de empresas extranjeras –entre ellas los gigantes de la industria cuprífera: la Anaconda Copper y la Kennecott– y de los monopolios nacionales. Con una inversión inicial de unos 30 millones de dólares al cabo de 42 años la Anaconda y la Kennecott remitieron al exterior utilidades superiores a los 4000 millones de dólares. No contento con esto Allende nacionalizó casi la totalidad del sistema financiero del país: la banca privada y los seguros, adquiriendo en condiciones ventajosas para su país la mayoría accionaria de sus principales componentes. Nacionalizó a la International Telegraph and Telephone (IT&T), que detentaba el monopolio de las comunicaciones y que antes de la elección de Allende había organizado y financiado, junto a la CIA, una campaña terrorista para frustrar la toma de posesión del presidente socialista. Recuperó la gran empresa siderúrgica, creada por el Estado y luego privatizada. Aceleró y profundizó la reforma agraria, que con su predecesor democristiano había avanzado con pasos lentos y vacilantes. Una casi olvidada ley de la fugaz República Socialista de Chile (4 de junio-13 de septiembre de 1932) facultaba al presidente a expropiar empresas paralizadas o abandonadas por sus dueños. Se constituyó un “área de propiedad social” en donde las principales empresas que condicionaban el desarrollo económico y social de Chile (como el comercio exterior, la producción y distribución de energía eléctrica; el transporte ferroviario, aéreo y marítimo; las comunicaciones; la producción, refinación y distribución del petróleo y sus derivados; la siderurgia, el cemento, la petroquímica y química pesada, la celulosa y el papel) pasaron a estar controladas por el Estado. Todo esto hizo Allende en los pocos años de su gestión, aparte de crear una gran editorial popular, Quimantú, para acercar la cultura universal a chilenas y chilenos y de devolver la dignidad a un pueblo por décadas sometido al yugo de una feroz oligarquía neocolonial.  

Y todo, absolutamente todo, lo hizo el gobierno de la UP sin salirse del marco constitucional y legal vigente, pese a lo cual la oposición: la vieja derecha oligárquica y sectores progresivamente mayoritarios de la democracia cristiana se arrastraron sin el menor recato por el fango de la ignominia, arrojando por la borda su (siempre escaso) respeto por las normas democráticas para fungir como agentes locales de las maniobras criminales de la reacción imperialista. Aquéllas habían sido desatadas por Washington la misma noche del 4 de septiembre de 1970, cuando aún se estaban contando los votos que darían el triunfo a la UP. Furioso, el bandido de Richard Nixon, ordenó sabotear a cualquier precio al inminente gobierno de Allende. El asesinato del general constitucionalista René Schneider, poco antes que el Congreso Pleno ratificara su triunfo, fue apenas el primer eslabón de una tétrica cadena que con la dictadura de Pinochet sembraría muerte y destrucción en Chile.

La permanente solidaridad de Allende con la Revolución Cubana y con todas las causas emancipatorias de la época, antes y después de asumir la presidencia, fue otro de los factores que encendió las iras de la Casa Blanca y su terminante decisión de acabar con él. En 1967, y en su calidad de Presidente del Senado de Chile Allende había acompañado en persona a Pombo, Urbano y Benigno, los tres sobrevivientes de la guerrilla del Che en Bolivia, para garantizar su seguro retorno a Cuba. Por eso el desafío que planteaba el médico chileno: la construcción de un socialismo “con sabor a vino tinto y empanadas”, precursor del socialismo del siglo veintiuno, era viscerablemente inaceptable para Washington y merecedor de un ejemplar escarmiento. Especialmente cuando el imperio, agobiado por la inminencia de una derrota catastrófica en Vietnam, sentía la necesidad de asegurar la incondicional sumisión de su “patio trasero”. Pero Allende, un marxista sin fisuras, no cedió un ápice, ni en sus convicciones ni en las políticas que perseguía su gobierno. Y lo pagó con su vida, como lo dijera en su alocución final por radio Magallanes ese aciago 11 de septiembre de 1973. Y este 26 de junio, al cumplirse 110 años de su nacimiento, se impone un sentido homenaje a esa figura universal, querible e imprescindible de Nuestra América, el gran precursor del ciclo de izquierda que se iniciaría en diciembre de 1998 en Venezuela.

 
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Miquel Angel Soria

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Jun 28, 2018, 1:30:42 AM6/28/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com, Luis Soria, natalia...@gmail.com, Patricia Herrero Pereña, sori...@hotmail.com, Adelina Escandell i Grases, Aina Soria Sola, Alfons Salmeron, Alvaro Parrilla, Ana Rodríguez Junco, Anna Amat, Anna Pradas, Asun Mallén, Clara, coco, David Laín, Eder, Eduard Marín (dissenyador), Fina Mateo, Francesc Tarrago, Francisco Brandariz, Gonzalo Plata, Jaume Queralt, Joan Anton Soria Cuartero, Joan Linares, Joan Lou, Joan Prats Camps, Jordi López, Lou Iglesias, Marius, Manel Valero, Manolo Moreno, María José Pardo, María Pilar Soria, Miquel Angel Soria, Moisés, Noelia Jiménez, Noemi Brandariz, Oscar Martínez Martínez, Pedro (Lleida), Pepe Benito Lancis, Pere Solà, Pol Acózar, Raúl Rota, Rosa Bofill, Salva Torres, Sergi Martínez Larrégola, Utrilla
Avui, quan fa 113 de la revolta del Potemkine, ho recordem en la veu de Jean Ferrat. Els temes del dia, als articles i "monos".
https://www.youtube.com/watch?v=MK6o_aldOcA


Vergonzosa traición
Por Robert Fisk

Será llamada la gran traición. Y hace mucho que sucede. Pero el sombrío mensaje de Washington a los combatientes opositores a Assad del sur de Siria, que no podían esperar ayuda de Occidente en su lucha posterior contra el régimen de Assad o los rusos, figurará algún día en los libros de historia. Es un punto de inflexión en la guerra de Siria, una vergonzosa traición si perteneces a los restos del “Ejército Sirio Libre” y sus acólitos alrededor de la ciudad de Deraa, y una victoria más para el régimen de Assad en su ambición de retomar todo de la Siria rebelde.

Ya, los misiles rusos y las bombas sirias están apuntando al sur y al este de Deraa y fuera de Quneitra y Sweida después de que los combatientes de la oposición rechazaran una paz negociada la semana pasada. Los refugiados huyen nuevamente de las ciudades. Pero las palabras del mensaje estadounidense a los combatientes, publicadas por Reuters y hasta ahora no negadas por Estados Unidos, son sombrías y sin esperanza: “No deberían basar sus decisiones en la presunción o la expectativa de una intervención militar nuestra. En el gobierno de los Estados Unidos comprendemos las difíciles condiciones a las que se enfrentan y aun se aconseja a los rusos y al régimen sirio que no emprendan una medida militar que viole la zona de desescalada”.

Cuando Washington “entiende las difíciles condiciones” que enfrentan sus milicianos aliados y dice que “aconseja” a los rusos y sirios a no violar un alto el fuego –que fue idea de Moscú en primer lugar–, uno sabe que los estadounidenses están quitándole apoyo a otro grupo de aliados. Pero Estados Unidos también se da cuenta de que sus millones de dólares en entrenamiento y armas han pasado a al-Nusra –alias al Qaida de la infamia del 11-S– y que el frente al-Nusra tiene aldeas y posiciones en las afueras  de Deraa, territorio nominalmente en manos de los conocidos “moderados” de la FSA (cuya fuerza mítica, recordarán, fue una vez valorada en 70,000 libras por David Cameron).

Ni Hezbollah ni la relativamente menor Guardia Revolucionaria iraní parecen estar involucrados en la batalla por el sur de Siria; y tengan la seguridad de que los estadounidenses y los rusos, y por lo tanto el gobierno sirio, han acordado que esto debería ser una ofensiva ruso-siria. Tanto Vladimir Putin como quien crea que habla en nombre de Donald Trump habrán asegurado a los israelíes que esta será una batalla interna y que no pondrá en peligro a los Altos del Golán sirios ocupados por Israel. Se supone que el llamado Centro de Operaciones Militares en Amman (o MOC, siglas en inglés) debe armar y financiar al grupo de milicias que aún luchan en el norte de la frontera jordana.  Pero no más.

Los israelíes hasta ahora han atacado objetivos sirios e iraníes en Siria, pero nunca al culto islamista del Estado Islámico ni a al-Nusra / al Qaida. Estados Unidos, desesperado por no haber podido derrocar a Assad, ahora parece haber abandonado la oposición armada al gobierno de Damasco, presumiblemente aconsejando a Israel que regrese al status quo en el Golán que existía antes de la guerra siria, cuando las fuerzas israelíes y sirias estaban separados por una zona de defensa de la ONU; es preferible eso arriesgarse a un tiroteo con Irán o, de hecho, con el ejército sirio.

El MOC, según un ex combatiente de la oposición en Damasco, eligió controlar todas las actividades rebeldes –en teoría, la “FSA”– y específicamente se negó a ayudar hace cuatro años cuando los combatientes en la capital buscaron morteros y artillería para atacar el palacio presidencial. Según la fuente, los oficiales del MOC –un comandante británico y un oficial saudí– ofrecieron solo un reabastecimiento de armas pequeñas. Pero esto fue apenas una advertencia de lo que vendría. Desde entonces, los kurdos han aprendido lo que esto significa en el norte de Siria.

Ellos, por supuesto, han bebido dos veces del vil cáliz de la traición. Kissinger se lo sirvió cuando hizo la paz entre Saddam Hussein y el Sha de Irán en 1975, cortando una operación de la CIA de 16 millones de dólares para ayudar a los kurdos a atacar al dictador iraquí. Luego, los estadounidenses vieron cómo Saddam destruía a los kurdos en 1991 después de decirles que se alzaran contra el régimen de Bagdad tras la liberación de Kuwait.

Siria teme que los israelíes ahora creen su propia “zona de defensa” debajo del Golán, similar en estilo, armamento y crueldad a la antigua zona de ocupación de Israel en el sur del Líbano. Esto duró 22 años, pero se desmoronó cuando la milicia libanesa local de Israel, el Ejército del sur del Líbano, tan ineficiente, indigno de confianza y ocasionalmente tan ficticio como el “Ejército Sirio Libre”, se retiró junto con los israelíes en 2000.

Al otro lado del mapa de Siria, sin embargo, es el poder de Occidente el que ahora parece estar en retirada. Si está dispuesto a darle la espalda a sus antiguos aliados en el sur de Siria y en el norte, entonces Rusia es la ganadora (así como Assad) y todas las frágiles milicias que quedan, en Idlib, a lo largo de la frontera turca y ciertamente en el al sur, están condenadas. Las instrucciones de Estados Unidos a sus aliados afuera de Deraa –“la rendición” podría resumirlo mejor– pueden presentarse como una pequeña victoria: Washington puede afirmar que mantuvo a Irán alejado de Israel. Pero también significará que Estados Unidos y la OTAN han abandonado el derrocamiento de la familia Assad.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

                                                              * * *

Elecciones, democracia y economía
Alejandro Nadal

Normalmente se asocia la democracia con elecciones libres. Esa idea está en el corazón de la concepción comúnmente aceptada de democracia. El supuesto clave de este vínculo entre elecciones y democracia es que a partir de preferencias individuales el proceso electoral permite llegar a decisiones colectivas. Para decirlo de otro modo, esto implica que a partir de las inclinaciones y aspiraciones individuales se puede identificar una decisión social (o de grupo) que sea consistente con la regla de la mayoría. La realidad es mucho más complicada.

En 1770 un matemático y enciclopedista francés, el marqués de Condorcet, mostró que un sistema electoral puede llevar a resultados inconsistentes con la regla de la mayoría. Su demostración es sencilla y utiliza el siguiente ejemplo. Imaginemos un grupo de 60 votantes que deben decidir entre tres candidatos, A, B y C. (En lo que sigue, para denotar que un candidato es preferido a otro utilizamos el signo >.) Condorcet supone que los resultados de la votación son los siguientes. Para 23 votantes las preferencias fueron A > C > B. Las de otros 19 votantes fueron: B > C > A. Otros 16 votantes prefirieron C > B > A. Finalmente, dos votantes prefirieron C > A > B. De acuerdo con esos resultados, el candidato A será elegido porque ha recibido 23 votos. Sin embargo, ése no ha obtenido la mayoría porque hay 35 votantes que han preferido al candidato B sobre el A. El resultado es conocido como la paradoja de Condorcet.

En 1951 el economista Kenneth Arrow desarrolló la idea en un planteamiento conocido como el teorema de imposibilidad. El teorema establece que cuando los votantes tienen tres o más alternativas u opciones distintas, no existe un sistema electoral que convierta las preferencias individuales en un orden o ranking social completo. En síntesis, no se puede pasar a través de la agregación de las preferencias individuales a una función de bienestar social o colectiva.

Estos resultados son bien conocidos en las ciencias sociales. Pero lo más importante no es que un sistema electoral pueda ser inconsistente con la regla de la mayoría. Lo más relevante es que a partir de estos resultados es posible cuestionar la idea de que la democracia es una especie de mecanismo que permite elevar las preferencias individuales al rango de decisiones sociales sobre el bienestar de la colectividad. Para decirlo de otra forma, la democracia no es una máquina para transformar aspiraciones individuales en decisiones sociales. Las elecciones son importantes, pero no son la esencia de la democracia, porque no son un proceso para fabricar consensos.

Todo esto obliga a una reflexión sobre los partidos políticos: ¿serán ellos los agentes esenciales para la democracia como tanto se ha insistido en los debates sobre la transición democrática en México? En realidad los partidos se han convertido en parte esencial de ese entramado electoral que, como hemos visto, es inconsistente con la regla de la mayoría. En teoría, su trabajo consistiría en orientar y encuadrar la opinión para facilitar la agregación de preferencias individuales. En la práctica, como parte del sistema electoral, la prioridad de los partidos es capturar votos más que encauzar el análisis político. No por nada están tan desprestigiados y se les percibe como parte de un engranaje que poco o nada tiene que ver con la democracia. Como decía Simone Weil, los partidos prefieren la opinión sobre el análisis (por esta razón hasta recomendaba su abolición).

En México es común escuchar la queja de que los partidos no tienen propuestas. Pero esa no es una crítica certera. Propuestas hay, y muchas. Lo que no existe es un análisis que indique por qué las propuestas son pertinentes. Es como si un médico procediera a recetar a su paciente sin haberle hecho un diagnóstico para ver si las medicinas prescritas son las requeridas.

El mejor ejemplo de falta de análisis en el actual proceso electoral se encuentra en la dimensión económica. En ninguno de los partidos que hoy compiten en México por las preferencias electorales existe algo que se parezca a un análisis sobre la economía mexicana. Ninguno analiza las características estructurales y la dinámica de la economía mexicana actual o las contradicciones del sistema económico que impiden alcanzar un desarrollo socialmente responsable. Parecería que en el fondo todos los partidos aceptan la falsa idea de que la maquinaria económica se rige por sus propias leyes y no debe ser objeto de una discusión política. Desgraciadamente, los partidos parecen compartir la visión de que la esfera de lo económico es autónoma y su funcionamiento no debe someterse a la incertidumbre de la deliberación democrática. Quizás una vez terminado el actual proceso electoral se pueda llevar a cabo un análisis riguroso sobre los principales obstáculos que impiden el desarrollo sustentable en México.


 
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Miquel Angel Soria

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Jun 29, 2018, 1:31:02 AM6/29/18
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A Mèxic, davant les eleccions, l'ombra de Carlos Slim és allargada. I
si aquí fos Amancio Ortega?
Avui recordo Blas de Otero en l'aniversari del seu trapàs.


El talón de Aquiles del auto del Tribunal Supremo
Javier Pérez Royo

El Talón de Aquiles del auto de la Sala del Tribunal Supremo dado a
conocer el pasado miércoles por el que se otorga firmeza al auto de
procesamiento dictado en su día por el Juez Pablo Llarena respecto del
expresidente Carles Puigdemont y otros políticos nacionalistas se
encuentra en el último párrafo del Fundamento Jurídico Tercero que
dice así: " Finalmente, se alega también que la atribución de
competencia a esta Sala causa la desaparición de la segunda instancia.
Es cierto que ese no es un dato menor que deba ser ignorado, pero esa
posibilidad se ha considerado legítima en el artículo 2 del Protocolo
7º al Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y
Libertades Fundamentales (CEDH), 'en los casos en los que la persona
afectada sea juzgada en primera instancia por el más alto Tribunal".

En un solo párrafo y sin argumentación jurídica la Sala despacha la
cuestión más importante a la que tenía que dar respuesta, que no es
otra que la de la constitucionalidad de la competencia del Tribunal
Supremo para actuar como juez de primera y única instancia en este
asunto.

Se trata de la cuestión más importante porque es el presupuesto del
que depende todo lo demás. Si el Tribunal Supremo no es el “juez
ordinario predeterminado por la ley” (art. 24.2 CE), para entender de
la conducta de los querellados, no podrá ser el juez de primera
instancia, sino que únicamente podría serlo en la segunda y última. No
es la privación del derecho a la segunda instancia lo decisivo, sino
que lo decisivo es que la privación de ese derecho se produce como
consecuencia de la privación de otro: el derecho al juez ordinario
predeterminado por la ley. Sin la violación de este primer derecho, no
se produciría la del segundo.

Esta es la cuestión a la que la Sala del Tribunal Supremo tenía que
dar respuesta y, sin embargo, no da. Por eso digo que en este párrafo
no hay argumentación jurídica. Hay una apariencia de argumentación,
pero no argumentación. El problema al que hay que hacer frente no es
el que dice el Tribunal Supremo, sino otro completamente distinto. El
auto afirma que puesto que en el CEDH se admite la posibilidad “en
abstracto” de que “el más alto Tribunal” entienda en primera instancia
de la conducta de una persona, está justificado que el Tribunal
Supremo de España entienda “en concreto” de la conducta del
expresidente de la Generalitat y demás exconsejeros así como de la
conducta de la expresidenta del Parlament y demás miembros de la Mesa.
Y no es así.

El auto está dando por demostrado lo que hay que demostrar. El que el
Tribunal Supremo pueda ser juez de primera instancia en determinados
supuestos no quiere decir que pueda serlo en este concreto supuesto.
El problema es el inverso al que el Tribunal Supremo plantea. Habría
que demostrar en primer lugar que el Tribunal Supremo es el “juez
ordinario predeterminado por la ley” para entender de la conducta de
los querellados que figuran en el auto de Procesamiento dictado por el
Juez Instructor. Y únicamente después de que esto se hubiera
demostrado, se podría considerar jurídicamente aceptable la exclusión
de la segunda instancia. Pero si el Tribunal Supremo no tiene la
condición de juez ordinario predeterminado por la ley en este caso, no
puede ser juez de primera instancia y sería inaceptable la exclusión
de la segunda.

El interrogante se impone: ¿Puede ser el Tribunal Supremo el juez de
primera instancia en la querella contra el ex president y demás
políticos nacionalistas?

La respuesta es NO. En ningún caso. Ninguno de los querellados es
miembro del Congreso de los Diputados o del Senado y, en consecuencia,
el Tribunal Supremo no es competente para entender en primera
instancia de su conducta. Por ningún tipo de delitos. Es así de
sencillo y así de rotundo.

De la conducta de los querellados únicamente pueden entender en
primera instancia órganos judiciales radicados en Catalunya, que es
donde sucedieron los hechos. En la querella inicial contra el
expresident y los exconsellers el órgano competente era la Audiencia
Provincial de Barcelona y en la querella contra la expresidenta del
Parlament y los miembros de la Mesa el Tribunal Superior de Justicia
de Catalunya (TSJC). Tras las elecciones del 21 D, una vez que Carles
Puigdemont y los demás volvían a tener la condición de Diputados,
sería el TSJC el que tendría que entender de su conducta.

El “juez ordinario predeterminado por la ley” en este caso no puede
ser nada más que el TSJC. Nunca el Tribunal Supremo. El CEDH contempla
la “idoneidad abstracta” del Tribunal Supremo para ser juez de primera
instancia en determinados supuestos. Pero esa “idoneidad abstracta” no
supone automáticamente “idoneidad concreta” para cualquier tipo de
asuntos y para cualquier tipo de personas. Todo lo contrario. Lo que
el CEDH contempla es la excepción y no la norma. Y la excepción tiene
que ser siempre justificada.

Esto es lo que el auto del Tribunal Supremo no hace. Da por supuesta
la competencia que tendría que justificar. Vulnera con ello el
artículo 24.2 de la Constitución en lo que al juez ordinario
predeterminado por la ley se refiere y, como consecuencia de ello,
vulnera también el derecho fundamental a la segunda instancia.

Antes de que se abra el juicio oral sería imprescindible que las
defensas de los querellados interpusieran un recurso de amparo contra
el auto de la Sala del Tribunal Supremo. El contenido constitucional
de la demanda, la “especial transcendencia constitucional” del asunto,
de acuerdo con la jurisprudencia más exigente en este terreno del
Tribunal Constitucional, está presente en este caso de manera
inequívoca.

Sin que el Tribunal Constitucional despeje la duda acerca de la
competencia del Tribunal Supremo para actuar como juez de primera y
única instancia, no se debería abrir el juicio oral. Todos los
querellados que figuran en el auto de procesamiento dictado por el
Juez Pablo Llarena y confirmado por la Sala de Apelaciones de la Sala
Segunda del Tribunal Supremo tiene el derecho a una primera instancia
ante el juez ordinario predeterminado por la ley, que tendría que ser
el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y a una segunda
instancia, en su caso, ante el Tribunal Supremo.

Este es el momento procesal en el que tiene que interponerse el
recurso y en el que el Tribunal Constitucional tiene que verificar si
se ha producido o no vulneración de derechos fundamentales. No se
puede esperar a que se haya celebrado el juicio y haya sentencia. En
ese momento la reparación de los derechos vulnerados sería imposible.

* * *

JOSE MARI ESPARZA ZABALEGI
EDITOR

¿Y SI FUERA AL REVÉS?

Hace dos años, una cuadrilla de navarros fueron a pasárselo en grande
a la Feria de Abril de Sevilla. Tal y como lo habían anunciado, en el
tráfago de la fiesta envolvieron a una chica solitaria y despistada,
le hicieron beber y la metieron en un portal donde la violaron los
cinco por todos los lados. Algo bestial. Incluso grabaron la escena en
siete vídeos. Hecho esto, la dejaron tirada como un guiñapo, le
quitaron el teléfono y siguieron de juerga.

La chica presentó denuncia, la Guardia Civil de Sevilla hizo muy bien
su trabajo y en pocas horas los cinco navarros estaban detenidos,
acusados de violación grupal, con todos los agravantes. Gente
descerebrada, pertenecían a una banda de compinches que se llamaban
así mismo la manada.

Los depravados navarros no eran unos cualquiera. Uno de ellos era un
liberado de Sortu y otro un concejal de EH Bildu. Los demás eran
jóvenes abertzales, entre ellos hablaban cochinadas en euskera y
pertenecían a peñas ultras de los equipos de fútbol vascos. Les
gustaba enseñar sus tatuajes, donde mostraban su ideología: chicas
desnudas, arranos beltzas, ikurriñas, anagramas de los presos.

La violación grupal estremeció a todo Sevilla, Andalucía y a España
entera. El Ayuntamiento sevillano, con su alcalde Juan Espadas a la
cabeza, se presentó como acusación particular en el juicio. Las
mujeres se echaron a la calle. Las imágenes grabadas de esas ratas
comenzaron a llenar las redes y televisiones. Bastaba verlos bailar,
gesticular obscenamente, leer sus mensajes y correos, para darse
cuenta que eran una cuadrilla de babosos, sin más luces que las que
les presta el tenue sol del Norte. Y mala gente: el jefe de la manada,
Patxi, ya había sido denunciado acusado de enfrentamientos con las
hinchadas de otros equipos de fútbol. Además había sido ya condenado
por robo con violencia. Buena prenda, el Patxi.

Pese a todo, al poco de ser detenidos surgieron movimientos en
solidaridad con ellos, entre sus amigos y vecinos. En Iruña, en un
partido de Osasuna hasta sacaron una pancarta con un ¡Aupa Patxi!,
apoyando a su cabestro. Los vecinos de sus pueblos y barrios pedían su
libertad y comenzaron a hacer colectas para pagar sus gastos y
posibles fianzas. Afortunadamente, la Guardia Civil volvió a actuar
con presteza y persiguió esos actos como enaltecedores de la violencia
y del delito.

Antes del juicio, surgió una nueva denuncia que demostraba que esa
cuadrilla de vascos era verdaderamente una piara peligrosa. Una nueva
chica les acusaba de que dos meses antes de los sucesos de Sevilla, en
Pozoblanco, la habían llevado en el coche y en un estado
semiinconsciente habían abusado de ella en manada. También en esta
ocasión grabaron ellos mismos los hechos y divulgaron su fechoría. La
chica despertó desnuda en el coche, con un cerdo a su lado, mientras
en las redes la piara comentaba las escenas y preguntaban si le habían
dado «burundanga».

Este descubrimiento no pasó desapercibido para los jueces del caso,
puesto que indicaba claramente el modus operandi habitual de esa
gentuza y dejaba muy pocas dudas sobre su culpabilidad. El nuevo caso
se incorporó como prueba acusatoria.

Toda la prensa del Estado destacaba además el contexto profesional,
social y político de esos violadores en serie: no era casualidad que
dos de ellos fueran profesionales y militantes de la izquierda
abertzale, desplazados a Andalucía para violar a sus mujeres y
humillar a su población. Así son los separatistas. Ya se sabe cómo
desde las ikastolas se les inculca el odio a España y seguro que la
kale borroka fue la principal escuela esos jóvenes. La condena debía
ser ejemplar.

La Justicia española se puso en marcha como corresponde al Estado de
Derecho. Tres jueces juzgaron los hechos con la independencia y
seriedad que el caso requería, por su enorme impacto social. El fiscal
insistía en que debía juzgarse como terrorismo, dados los antecedentes
de los encausados, y pedía para ellos penas de hasta 30 años de cárcel
para cada uno. Bajo ningún aspecto se contemplaba que adquiriesen la
libertad provisional y les fue aplicada la dispersión carcelaria.

Además, estos hechos habían coincidido en el tiempo con los
protagonizados por otra cuadrilla de abertzales de Altsasu, que
estaban de madrugada en un bar sevillano cuando fueron agredidos por
un numeroso grupo de guardias de paisano, hartos de aguantarlos. Los
de Altsasu presentaron denuncia como agredidos pero los jueces
archivaron de inmediato el caso. Los vascos provocaron primero,
dijeron. La prensa lógicamente interrelacionaba los dos hechos, ambos
protagonizados por jóvenes radicales vascos, racistas y supremacistas,
que actuaban en Sevilla como tierra conquistada.

Fin del cuento. Afortunadamente las cosas no han sido así, sino como
han sido. Mejor padecer a «la Manada» que parecerse a ella o a sus
protectores togados. La pregunta es por qué la historia sería tan
diferente si «el Prenda» fuera un «Patxi» y los tricornios, txapelas.
«La cuestión es saber quién manda, eso es todo», le contestaron a
Alicia en el País de las Maravillas.
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Franco y el veranito.jpg
Acercamiento.jpg
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Miquel Angel Soria

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Jul 2, 2018, 1:33:15 AM7/2/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com, Luis Soria, natalia...@gmail.com, Patricia Herrero Pereña, sori...@hotmail.com, Adelina Escandell i Grases, Aina Soria Sola, Alfons Salmeron, Alvaro Parrilla, Ana Rodríguez Junco, Anna Amat, Anna Pradas, Asun Mallén, Clara, coco, David Laín, Eder, Eduard Marín (dissenyador), Fina Mateo, Francesc Tarrago, Francisco Brandariz, Gonzalo Plata, Jaume Queralt, Joan Anton Soria Cuartero, Joan Linares, Joan Lou, Joan Prats Camps, Jordi López, Lou Iglesias, Marius, Manel Valero, Manolo Moreno, María José Pardo, María Pilar Soria, Miquel Angel Soria, Moisés, Noelia Jiménez, Noemi Brandariz, Oscar Martínez Martínez, Pedro (Lleida), Pepe Benito Lancis, Pere Solà, Pol Acózar, Raúl Rota, Rosa Bofill, Salva Torres, Sergi Martínez Larrégola, Utrilla
La gran notícia del dia: Andrés Manuel López Obrador (AMLO) guanya de
carrer les eleccions a Mèxic. La Jornada li dóna un 49,8 %. A Página
12, un 46%. De totes maneres un resultat que ja han reconegut els
Anaya, Meade i el president Peña Nieto. Veurem que farà Trump, ja que
aquest resultat, tant proper físicament, li trastoca tots els seus
càlculs.
A més a més, la capital federal tindrà una dona ,per primera vegada,
al seu cap -Claudia Sheimbaum.
Les dones segueixen rumb al poder, després del triomf de la candidata
a les primàries del partit demòcrata al districte més fort de Nova
Iork.

Ahora López Obrador
Por Atilio A. Boron

Salvo un escandaloso atraco electoral, todo indica que López Obrador
será el futuro presidente de México. Ratificada ampliamente en las
urnas su ventaja sobre los otros candidatos (confirmada por todos los
“boca de urna”) quedan aún dos incógnitas para dilucidar. Una, si la
maquinaria del PRI enquistada en el estado mexicano le permitirá
asumir la presidencia o si, como ya lo hicieran con él –y antes con
Cuauhtémoc Cárdenas– se le privará de asumir la primera magistratura
del país perpetrando un gigantesco fraude en el conteo de los votos o
en las posteriores instancias de validación de las actas comiciales.
Segundo, la posibilidad de que, ante su indiscutible victoria hubiera
algún atentado criminal contra su persona. Afortunadamente ambas
eventualidades son poco probables pero no deben ser desechadas. El PRI
termina esta elección en el tercer lugar, algo inédito en toda su
historia, reflejo del inmenso desprestigio de esa fuerza política y
del presidente Peña Nieto. Difícilmente podría montarse un despojo
otorgándole la victoria no al segundo, el candidato del PAN, sino al
tercero, que sería el del PRI. Así todo sería temerario descartar una
nueva estafa electoral.

La apelación al magnicidio, por otra parte, tampoco puede ser
rechazada. Figura en el manual de las SOP (“standard operating
procedures”) de la CIA y sería insensato pensar que la agencia ha
abandonado esos viejos hábitos en un momento tan complicado como el de
la actual coyuntura internacional y nada menos que cuando se trata de
la presidencia de México para la Casa Blanca y el Pentágono, el país
más importante del mundo. Rusia puede ser un problema, Irán lo mismo,
Corea del Norte igual, la China también, pero ninguno de ellos
comparte una extensa frontera terrestre (3.185 kilómetros) con Estados
Unidos. Las fricciones y conflictos con aquellos países pueden ser
graves pero circunstanciales, aunque perduren por décadas, pues tarde
o temprano los diferendos serán superados. Pero México es el vecino
intratable, inasimilable, turbulento y que por una maldición
geográfica siempre estará allí, con sus gentes y su cultura del otro
lado del río Bravo. Cuba también, pero no hay contigüidad territorial
con la Isla rebelde. Para la clase dominante imperial México, en
cambio, es un problema que tiene la insoportable permanencia de la
geografía y su pegajosa cercanía. Rusia, Irán, Corea del Norte y China
pueden plantear desafíos y amenazas, pero están muy lejos y separados
de EE.UU. por dos océanos. Por eso es que México es un caso
especialísimo y no está sometido a la jurisdicción del Comando Sur
sino que es el único país del hemisferio cuyo monitoreo y control
militar está en manos del Comando Central de las Fuerzas Armadas de
Estados Unidos. Pensar que a Washington le resulta indiferente una
victoria de AMLO es una imperdonable ingenuidad. Por algo desde el
momento en que comenzó a recorrer el país, mucho antes de que se
proclamara su candidatura, recibió un torrente de ataques del gobierno
estadounidense y sus lenguaraces, capitaneados por el inefable Mario
Vargas Llosa y sus acólitos en toda la región. Y el imperio no se
equivoca al elegir a sus enemigos. Lo que está en juego es mucho, más
allá que la propuesta de AMLO carezca de estridencias radicales. Pero
la lucha contra el narco, la corrupción y las políticas neoliberales,
y un México que vuelva a mirar al Sur y tome una cierta distancia de
Estados Unidos traería una brisa fresca y esperanzadora sobre Nuestra
América. Razones más que suficientes para impedir la llegada de AMLO a
la presidencia. Apelando a cualquier recurso. Habrá que estar muy
atentos.
Ambigüedad.jpg
Otra Manada.jpg
Migraciones.jpg
Avenida Recesión.jpg

Miquel Angel Soria

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Jul 3, 2018, 1:30:16 AM7/3/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Adverteix John M. Ackerman dels perills que haurà d'afrontar AMLO a
partir de ja! No són altres que la divisió històrica de l'esquerra als
moments clau.
Us recomano la lectura de l'article d'Emir Sader Los últimos
intelectuales de la esfera pública.

El día después
John M. Ackerman

No es momento para triunfalismos. La victoria ciudadana en las urnas
con Andrés Manuel López Obrador es apenas el primer paso hacia la
transformación de la República. La llegada de un hombre honesto y
digno a la Presidencia de la República implicará un cambio radical en
las altas esferas del poder y un nuevo contexto para el florecimiento
de la sociedad civil. Sin embargo, el futuro de México no dependerá de
lo que haga o deje de hacer un solo hombre, sino de las acciones de
cada uno de nosotros.

¿La oligarquía aceptará su contundente derrota en las urnas? ¿Qué
harán los periodistas cómplices con el régimen corrupto ahora que se
les acaban los moches desde el poder? ¿Y el gobierno de Enrique Peña
Nieto entregará tranquilamente el poder al nuevo presidente electo?

La lucha por la justicia social y un buen gobierno apenas se inicia.
La jornada electoral de ayer fue marcada por una serie de graves
irregularidades: desorganización en la instalación de las casillas
electorales, insuficientes casillas especiales, robo de urnas,
violencia callejera, un operativo masivo de compra y coacción del
voto, presión sobre beneficiarios de programas sociales y la
continuación de las llamadas de intimidación. Frente a estos graves
problemas, las instituciones públicas hicieron poco o nada para
defender la legalidad del proceso electoral.

Pero a pesar de la indolencia y la complicidad de las autoridades
electorales, los ciudadanos acudieron masivamente a las urnas para
expresar su voluntad respecto de la conformación del nuevo gobierno de
México. El pueblo rebasó a las instituciones y se escuchó su grito de
hartazgo, de coraje y de esperanza por todos los rincones de la
República.

La tarea ahora no debe ser la construcción de una unidad falsa,
cómplice y superficial, sino de generar una coalición entre las
diferentes corrientes democráticas, una verdadera alianza desde abajo
y a la izquierda que cuente con suficiente fuerza para transformar de
fondo al sistema autoritario imperante.

No podemos repetir los errores de Vicente Fox. El pacto de transición
debe ser con la ciudadanía, no con la oligarquía o los mismos
corruptos de siempre. La única forma para llegar al fondo, de extirpar
de raíz los graves problemas de corrupción, pobreza e ilegalidad es a
partir de una transformación profunda de las formas de ­gobernar.

No mentir, no robar y no traicionar, así resume López Obrador su
proyecto de Nación. Estas tres expresiones no pueden quedarse como un
simple discurso electorero, sino que deben convertirse también en los
estandartes de su próximo gobierno. No mentir significa informar, de
manera plena y con total transparencia, a la sociedad sobre todos los
gastos, las acciones y los planes del gobierno. No robar implica
acabar de una vez por todas con la corrupción en absolutamente todos
los niveles de la administración pública federal. No traicionar
significa cumplir con las altas expectativas del pueblo mexicano con
respecto al crecimiento económico, el fin de la pobreza y la
construcción de la paz y la justicia.

No podemos dejar solo a López Obrador. Si bien la crítica al poder
gubernamental es siempre esencial, también tenemos que tener claro que
los gobiernos de izquierda se enfrentan a enormes retos con respecto a
su relación con los poderes llamados fácticos que operan fuera de la
institucionalidad democrática, como los oligarcas, los
narcotraficantes y los grandes medios de comunicación.

La sociedad mexicana ha dado una enorme muestra de valentía, de fuerza
y de dignidad el domingo, primero de julio. Celebremos la victoria.
Nos la merecemos después de tantas décadas de luchas constantes por la
justicia y la democracia, en las cuales han ofrendado sus vidas miles
de héroes ­anónimos.

Pero también hay que ponernos a trabajar. Hoy se abre una enorme
oportunidad histórica para un cambio verdadero. No dejemos pasar este
precioso momento para poner, cada quien, su granito de arena.


* * *

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
LOS CRISTIANOS Y LA REBELIÓN

Leo la noticia a la letra: El Tribunal Supremo español ha confirmado
el procesamiento por rebelión y malversación de la cúpula
independentista de Catalunya. La lamentable calidad jurídica de esta
grave decisión se desvela tristemente en estas palabras que reproduzco
también a la letra: calificar de rebelión lo sucedido en Catalunya,
afirma el Supremo, es «suficientemente razonable» porque se produjo un
«alzamiento» con un uso «torticero» del poder.

La locución «suficientemente razonable» implica una debilidad en el
convencimiento del juzgador si hacemos uso de las modernas teorías
sobre los verdaderos contenidos implícitos del lenguaje.
«Suficientemente razonable» conlleva una escapatoria del solemne
juicio.

El uso del término «torticero» implica, según las mencionadas teorías
del lenguaje, la voluntad de impresionar con un sonido retórico
inhabitual a la ciudadanía que no quedaría impresionada con el término
«injusto», que es lo que significa torticero. El ciudadano español del
común entusiasmará aún más su anticatalanismo tras saber que los
catalanes son «torticeros».

El Tribunal Supremo asume el delito de rebelión por el que optó en
«principio» el juez Llarena, aunque no se «descarta» que en la
sentencia definitiva los hechos pueden ser calificados penalmente de
otra forma, como es la secesión, que no comportaría el medieval
escándalo de tener treinta años en una celda a unos electos en razón
de que pretendían de modo absolutamente pacífico y dialéctico la
libertad de su nación.

La rebelión es delito nacido en otras circunstancias históricas en que
se trataba de reprimir alzamientos militares, lo que no ocurrió en
Catalunya aunque algunos manifestantes se defendiesen físicamente de
la policía que les agredía incluso con proyectiles muy peligrosos. O
ciudadanos que hicieron oposición a la guardia civil, que actuó muy
violentamente no como cuerpo policial sino como detentador de un poder
político institucional dada su autarquía para proceder por su cuenta a
la calificación moral y política de ciertas posturas que luego son
investigadas por el poder judicial como procederes punibles. Ni el
presidente Trump se atreve a este tipo de procedimientos.

Esta es la situación en un país declarado como de mayoría católica
aplastante por el entonces presidente del Gobierno, con púlpito moral
en la Moncloa. Ya sé que el Gobierno actual no está formado por
creyentes, lo que no deja de producir una vez más una paradoja
española.

Y ante esta situación de creyentes que no creen y de demócratas que
evitan la libertad de pensamiento y de los correspondientes procederes
para ejercerla, me permito añadir brevemente lo que sigue, que
asimismo brindo a los brillantes prelados de la Corona que inciensan
solemne y regularmente a los monarcas en ejercicio.

En 1968 el Consejo Mundial de Iglesias emitió el siguiente comunicado
en su reunión de Beirut, a la que asistió la Comisión de Justicia y
Paz de El Vaticano: «Son posibles las revoluciones sin uso de la
fuerza. Todo nuestro esfuerzo debe dirigirse a lograr el cambio
pacíficamente. Sin embargo, cuando el derecho en uso está enraizado en
el status quo y quienes lo sustentan no permiten cambio alguno, la
conciencia humana puede llevar a los hombres a una revolución violenta
como último recurso, en plena responsabilidad claramente aceptada, sin
odio ni resentimiento. Una grave culpa pesa entonces sobre quienes se
opusieron al cambio»

Pero dejemos los términos religiosos utilizados en esta querella y
adoptemos una posición estrictamente filosófica y simplemente moral
acerca de la violencia. La violencia significa llanamente uso de la
fuerza para proceder a una opresión tangible –violencia injusta– o uso
de la fuerza, en este caso de tipo protestatario, para defenderse de
esa opresión inaceptable –violencia justa–. Por ello es indigno hablar
de entrada y con tono acusatorio de violencia unilateral a la
practicada por unos seres humanos que para lograr una convivencia
aceptable han de recurrir a posturas revolucionarias. Rememoro con
emoción los días en que una serie de catalanes beneméritos iniciaban
en Barcelona –siempre en Catalunya– la batalla por sentar en la misma
mesa a los perseguidos comunistas con los acosados cristianos para
proceder conjuntamente a la defensa contra el fascismo alzado en
armas. La reunión trataba de determinar democráticamente hasta qué
punto había de llegar la violencia defensiva de la libertad en todas
sus dimensiones.

Mientras yo releía la historia un ministro del señor Rajoy, el señor
Zoido, advertía con amenaza a los independentistas catalanes que
«presionar a los jueces, periodistas y policías –simplemente presionar
con manifestaciones, pintadas, muestras de rechazo con exhibición de
banderas– era violencia punible». Esa misma línea parece defenderla el
señor Sánchez ahora en La Moncloa. ¿De dónde sacará España cabezas tan
simples y en tan elevado número para constituir todos sus gobiernos?
El movimiento autoliberador de Catalunya practica las actuaciones
descritas para abrir brecha a su libertad –a nuestra libertad–. Eso
acontece y poco más.

Lo que no deja de sorprenderme en un Estado laico como es oficialmente
el español es que se incorporen a la defensa de la españolidad
actuaciones religiosas públicas verdaderamente notables para
ensalzamiento de la unidad intangible de la patria: procesiones con
presencias institucionales, misas de campaña, obligaciones litúrgicas
para los militares… Y esto último sucede con el beneplácito
institucional. ¿Es violencia o no es violencia incorporar a Dios a
esta batalla política? ¡Qué más quisiera yo, como cristiano verdadero
y comunista republicano, que los parados, los jubilados, los
inmigrantes y las mujeres del último escalón laboral pudieran pasear a
San José Obrero escoltado por la legión o por la Guardia Civil
engalanada! ¡Qué más quisiera yo que ver a los grandes empresarios
recibir en sus asambleas al rey mientras se esparce el incienso
bendito en la lectura del decreto mejorando los salarios y el poder
laboral en las empresas!

A mí me parece que nuestros dirigentes políticos han aceptado las
treinta monedas por entregarnos a todos y luego se han subido a la
higuera no para ahorcarse en su desesperación tras la deslealtad
practicada sino para descabezar una magnífica siesta laica.

Pero dejemos la incursión a lo religioso, como escribí al principio, y
ciñámonos a la moral humana, que aunque escasa, también existe.
Volvamos a Catalunya. Todo progresista ha de moverse con un respeto
especial a la capacidad de invención de cada ciudadano y de su nación.
Cauterizar agresivamente la libertad equivale a dejar en la piel la
permanente huella del atropello de la soberanía de ese ciudadano. Y
eso tiene mal arreglo. No basta decir cínicamente, como ha expresado
el señor Sánchez. que la cuestión catalana va a durar muchos años. Al
pie de esta inicua postura los republicanos españoles y los
republicanos catalanes han de encontrarse, mutuamente soberanos, en un
esfuerzo común por el logro de una democracia cierta. Cierta y pronta.
Yo no tengo la menor importancia, pero me gustaría morir en mi fe
cristiana y mi dignidad comunista. Echando alpiste a mis gorriones.
Hacer historia vs prihistoria.jpg
México.jpg
Todo normal.jpg
Regreso al futuro.jpg

Miquel Angel Soria

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Jul 4, 2018, 1:30:52 AM7/4/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Durarà temps la ressaca de les eleccions mexicanes, a l'espera les
esdeveniments. Mentre, aquí, seguirem esperant que l'atansament dels
presoners sigui una etapa curta de l'alliberament.
Amb retard me n'assabento de la mort del filòsof marxista Domenico
Losurdo. Una gran pèrdua. Amb temps revisaré els articles seus que
tinc guardats per veure quin es pot reproduir.
Que la terra li sigui lleu.

La rebelión de los mexicanos
Por Fernando Buen Abad Domínguez

Quedó claro que una victoria contundente, como la de López Obrador en
México es la conjunción de, al menos, tres factores: una vinculación
permanente e irreductible con los frentes de lucha populares; una
interpretación profunda y dinámica del malestar social y una
organización programática basada en recorrer metro a metro el
territorio nacional. Todo eso articulado por una personalidad cuya
tenacidad no entiende de fatigas. “A la tercera va la vencida” Y así
fue.



La victoria de Morena-López Obrador es una rebelión en las entrañas de
una estructura democrática severamente dañada por el corporativismo
bipartidista (PRI-PAN) y por una lista inmensa de vicios y corruptelas
que llevaron a la bancarrota institucional a todo el aparato político.
Una rebelión asediada por la violencia macabra desatada por una falsa
guerra contra el “crimen organizado” que en la práctica no ha sido más
que la militarización “encubierta” de todo el territorio para poner
las riquezas nacionales al servicio de las empresas trasnacionales y
sus cómplices locales. Una rebelión que ha debido sortear miles de
trampas y emboscadas en todos los repertorios odiosos de la
depauperación económica y de las guerras mediático-psicológicas.

México padece la virulencia del neoliberalismo y los embates
coloniales del imperio yanqui. Es un país secuestrado por gerentes
-impuestos por la vía del fraude- para entregar recursos naturales,
para regalar la mano de obra. En México hasta hoy nadie puede
garantizar al pueblo la defensa del territorio y la defensa de los
recursos naturales. Nadie ha podido garantizar el ejercicio
independiente de la justicia. Nadie ha podido frenar al crimen
organizado y su metástasis en todas las estructuras sociales y
culturales del país. Nadie ha podido ejercer rectoría alguna en
materia de democracia comunicacional. Nadie ha podido garantizar el
derecho a la educación, el derecho al trabajo, el derecho a la salud,
el derecho a la alimentación… Nadie ha podido asegurar dignidad a las
personas porque una moral entreguista y rastrera, adoradora del
imperio yanqui, sirve de las maneras más ignominiosas a la opresión.
En ese contexto gana las elecciones López Obrador.

Ahora comienza lo difícil. López Obrador se propone pacificar al país;
terminar con la corrupción y recomponer la economía con dignificación
laboral y salarial. Lograr la inclusión de los más postergados y la
distribución equitativa del presupuesto federal. Eso implica derrotar
a las mafias que secuestraron al Gobierno y al Estado, para hacer
justicia, por ejemplo, a los estudiantes de Ayotzinapa, a los pueblos
originarios y asegurarse perdurabilidad de las acciones para ampliar
la participación social en el gobierno movilizado como organizador
capaz de sumar fuerza que pueda ofrecer soluciones a la fuerza popular
que alcanzó el triunfo.

Los desafíos son muchos y son enormes en un país que tiene desgarrado
hondamente el tejido social pero que, a pesar de los pesares, se
rebeló contra el establishment para hacer visible su multiculturalidad
y su plurinacionalidad unidas a las “clases medias” para sumar la
mayor votación que presidente alguno haya recibido en México y que
líder de izquierda alguno haya logrado.

México enfrenta su futuro inmediato movilizado como nunca con las
plazas llenas, con las calles tomadas, con una movilización magnífica
que incuba ideas emancipatorias. Contra el fraude, contra el saqueo y
contra la explotación históricos… es una identidad nueva, una fiesta
desde abajo una situación social inédita. Bien puede ser que el
nacimiento un nuevo México, esta vez decidido por su pueblo, con las
armas de su democracia en reparación, con una moral renovada y mucha
claridad en los retos, pueda prepararse para derrotar cualquier
intento de regresión. Por lo pronto México hoy es un punto de
inflexión, un desafío a nuestra capacidad de lucha y unidad dentro y
fuera del país… Punto de inflexión para que nos reconozcamos hacia la
toma del poder impulsados con nuestras propias fuerzas populares en
los trabajadores del campo y la ciudad… para cambiar el sistema y
cambiar la vida.

* Director del Instituto de Cultura y Comunicación, Universidad
Nacional de Lanús.
TVE.jpg
Ley Mordaza.jpg
Sonríe.jpg
Contundente e inobjetable.jpg

Miquel Angel Soria

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Jul 5, 2018, 1:30:16 AM7/5/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Llegit ahir a La Hora, de Guatemala: "Un juez condenó a ocho militares
chilenos en retiro a 18 años de cárcel por elsecuestro y asesinato de
Víctor Jara..."
Encara queda algun vivint a Miami, mentre la "justicia" usamericana
decideix la seva extradició a Xile.


Malhechores no, grandes ex presidentes
Por Emir Sader

No, no, Lula no fue el más importante presidente de toda la historia
de Brasil, que era el país más desigual del continente más desigual
del mundo, pero que ha salido por primera vez del Mapa del Hambre de
Naciones Unidas, ha disminuido significativamente las desigualdades,
la exclusión social, el hambre, la pobreza y la miseria. El ha fundado
un partido para asaltar al Estado brasileño, que no es por lo tanto un
partido, sino una pandilla cuya práctica es la corrupción
generalizada.

Lula no nació en la región más pobre de Brasil, ni tampoco ha sido el
dirigente sindical que ha dirigido la huelga más importante en contra
de la dictadura militar, ni el fundador del más importante partido
político de Brasil. Menos todavía ha sido el presidente de más
prestigio y éxito en toda la historia del país.

Cristina, a su vez, no fue, junto con Néstor, los que han recuperado
Argentina de la peor crisis de su historia, sin hacer que el peso de
esa recuperación recayera sobre los más pobres. Tampoco ha hecho
disminuir las desigualdades impuestas por décadas de políticas
antipopulares, ni ha recuperado al Estado argentino, dilapidado por
tantos gobiernos oligárquicos. Simplemente ha puesto en práctica
políticas populistas, que habrán mejorado la vida de algunos, según
dicen.

Rafael Correa no ha sido un gran economista. No ha conducido la
oposición ciudadana a más de un gobierno neoliberal en Ecuador.
Tampoco ha mejorado sustancialmente las condiciones de vida de los
ecuatorianos, ni tampoco ha rescatado la legitimidad de un Estado
destruido a lo largo de tantos gobiernos neoliberales. Tampoco ha
sido el presidente más popular y de más prestigio internacional, por
las obras de su gobierno en la educación, en la infraestructura, en
los procesos de integración regional.

No. Lula, Cristina y Correa han sido simplemente malhechores, que se
han apropiado del Estado bajo promesas demagógicas, y que apenas han
logrado mejorías para un gran número de personas en el continente más
desigual del mundo. Pero mejorías que mal pueden resistir a un buen
ajuste fiscal que les saque los derechos, los empleos y las
esperanzas.

No hay como comparar a sus gobiernos con los de sus sucesores, porque
su populismo ha dejado marcas en la conciencia y en la memoria de la
gente. La única forma de ponerlo en su debido lugar es transformarlos
en malhechores, en practicantes de irregularidades administrativas,
para su provecho personal. Son jueces que hacen de las leyes
instrumentos de persecución política, que judicializan a la política,
para tratar de borrar todo lo que se ha hecho en esos gobiernos, para
que desaparezca de la cabeza y de los corazones de las personas.

Lula está preso y condenado por un proceso sin crimen y sin pruebas.
Intentan impedir que sea candidato por todos los daños que habría
hecho al país y a pueblo brasileño. Y sobre todo porque insiste en
liderar todas las encuestas, demostrando cómo los males que ha hecho a
tantos ha dejado huellas imborrables en la conciencia de tanta gente.

Cristina responde a procesos por lo que ha hecho como gobierno y por
lo que dicen que habría hecho. Pretenden mantener siempre una aura de
sospechas, porque la única forma que creen en que pueden derrotarla,
es mantener niveles de rechazo. Por acusaciones sin pruebas, por
calumnias sin fundamentos.

Rafael Correa acaba de tener su prisión preventiva decretada. Es
criminalizado porque no pueden destruir su imagen en la memoria del
pueblo.

Todos esos líderes populares son víctimas de las más burdas campañas
de calumnias, para buscar destruir reputaciones construidas con
políticas populares, nacionales, democráticas, defendiendo a sus
países y a sus pueblos.

Hay que borrar todo lo que los países latinoamericanos han vivido en
este siglo y la única manera es criminalizar a sus líderes. Jueces
tratan de quitar al pueblo el derecho de decidir democráticamente los
destinos de sus países. ¡Imaginen a Lula candidato a la presidencia de
Brasil! ¡Imaginen al pueblo argentino decidiendo si prefiere lo que ha
sido el gobierno de Cristina o lo que es el gobierno del FMI!
¡Imaginen al pueblo ecuatoriano juzgando lo que Rafael Correa ha hecho
por Ecuador y lo que hacen quienes lo acusan de forma burda.

Lula, Cristina y Rafael Correa son víctimas de persecuciones políticas
promovidas por los medios, por jueces arbitrarios, en contra de la
voluntad de sus pueblos. Para ello tienen que destruir la democracia,
judicializándola, si no saben que los pueblos de esos países dirán que
bajo los gobiernos de esos lideres han vivido los momentos mas
virtuosos de sus vidas. Y que desean retomar ese camino de
solidaridad, de justicia y de dignidad.

* * *

Reconstruir el Estado
Alejandro Nadal

En 1981 la señora Margaret Thatcher explicó en una entrevista al
periódico londinense Sunday Times: La economía es el método, el
objetivo es cambiar el corazón y el alma de las personas. Para la
entonces primera ministra el nuevo orden moral del neoliberalismo
estaría cimentado en el individualismo y el interés personal como
motor de la vida social. El alma de los miembros de la sociedad debía
estar basada en las reglas y principios de ese egoísmo que define a
los agentes de la teoría económica convencional.

No hay que subestimar la retórica de la señora Thatcher. Durante los
11 años que se mantuvo en el poder, cambió a Inglaterra para siempre.
Y parte de su legado es que la agenda y la ideología del
neoliberalismo invadieron las principales economías del planeta. Si
hoy buscamos comprender por qué florecen la corrupción y el fraude,
hay que voltear la mirada hacia esa ideología del neoliberalismo.
Después de todo, el corazón al que se refería Thatcher está animado
por las normas y valores del egoísmo y el materialismo individual.

En la esfera de la política económica el corolario de la ideología del
neoliberalismo es que la regulación sobre la vida económica debe
eliminarse y que el Estado debía reducirse a su mínima expresión. Por
eso, después de tres décadas de sufrir una de las versiones más
fanáticas de neoliberalismo en el mundo, el Estado mexicano necesita
transitar por un proceso de reconstrucción. No es que el Estado haya
sido desmantelado por completo, pero sí ha atravesado una larga etapa
de debilitamiento y muchas de las instancias que han sobrevivido se
encuentran atrofiadas. En México, el neoliberalismo alcanzó uno de sus
principales objetivos: desarmar las instancias públicas que desempeñan
un papel clave en la vida económica.

Para debilitar el Estado mexicano fue necesaria una acción deliberada
y sistemática que remplazó las prioridades del desarrollo por la
supuesta eficiencia de las fuerzas del mercado. Durante el sexenio de
Carlos Salinas de Gortari se estableció una Unidad de Desregulación
Económica (UDE), adscrita a la antigua Secretaría de Comercio y
Fomento Industrial. Este no es el único ejemplo, pero sí uno de los
más significativos sobre el desmantelamiento del Estado mexicano. En
teoría, la UDE debía eliminar los trámites engorrosos e inútiles que
actuaban como obstáculo para la actividad económica. En la práctica,
la UDE llevó a cabo una tarea más profunda de supresión sistemática
del marco regulatorio en un amplio abanico de sectores y actividades
de la economía. En el corazón de su mandato estaba la eliminación del
papel rector que tenía la esfera pública sobre el proceso de
desarrollo económico.

Más tarde, en 1999, se creó la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria
(Conamer), dependiente de la Secretaría de Economía. Entre las
funciones de ese organismo se encuentra administrar el Sistema de
Manifestación de Impacto Regulatorio. A la fecha, el mandato de ese
organismo es garantizar que los beneficios de cualquier nuevo
instrumento regulatorio sean superiores a sus costos. En síntesis, se
busca que el marco regulatorio no estorbe el eficiente funcionamiento
de los mercados.

Aquí yace la esencia de las reformas introducidas en los pasados tres
decenios. En apariencia son de índole administrativa, pero en el fondo
modifican radicalmente la relación existente entre Estado y economía.
Junto con otras prioridades de política macroeconómica, así como la
apertura comercial, esta desregulación colocó el mercado en el centro
de la vida social y lo consagró como el dispositivo social más
importante. El funcionamiento eficiente de los mercados es el bien
supremo al que debía subordinarse la sociedad entera.

Las unidades de mejora regulatoria carecen de herramientas analíticas
serias para aplicar su mandato. Normalmente utilizan estudios de
costo-beneficio, pero ese enfoque está plagado de problemas: su punto
de partida es que los mercados son eficientes. Por eso se busca
comparar el costo de la regulación con los beneficios del mercado sin
restricciones. La conclusión ya está escrita antes de que comience el
análisis: lo recomendable es una regulación minimalista para no
distorsionar los procesos eficientes del mercado.

En síntesis, el objetivo central de la mejora regulatoria fue eliminar
o reducir drásticamente la conducción de una política de desarrollo
económico. Los resultados están a la vista. La economía mexicana se
mantuvo en estado letárgico y las fuerzas económicas que debían
impulsar el desarrollo no acudieron a la cita.

Las elecciones del domingo pasado demostraron que la mayoría del
electorado rechaza este proceso de destrucción del espacio público y
prefiere la promesa de la construcción de un Estado democrático. El
electorado ha comprendido la lección histórica: corrupción y
neoliberalismo van de la mano. No hay rodeos: no se podrá extirpar la
corrupción si se deja intacto el entramado del neoliberalismo y su
ideología.
Duquesa de Franco.jpg
Com aquí.jpg
Encadenada.jpg
Primarias, votos y afiliados....jpg

Miquel Angel Soria

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Jul 6, 2018, 1:30:25 AM7/6/18
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AMLO. El recompte final: 30.046.893 vots. El 53, 17%
Encara no arriba octubre? A part de que ja no farà aquesta calor
insuportable, ens arribarà el darrer Saramago. Què lent passa el temps
per algunes coses...


AMLO y nuestra América
Ángel Guerra Cabrera

La resplandeciente victoria de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y la
coalición Juntos Haremos Historia en las elecciones presidenciales del
domingo primero de julio ha constituido un claro plebiscito contra el
neoliberalismo. Ello la coloca en el ciclo de gobiernos
antineoliberales iniciado en nuestra región en 1999, uno de cuyos
antecedentes es el levantamiento indígena de Chiapas en 1994. La
victoria lopezobradorista estimulará de nuevo a América Latina y el
Caribe hacia el rumbo progresista. México, segunda economía de la
región, con grandes recursos naturales, más de 132 millones de
habitantes y un denso acumulado histórico y cultural, ejerce un peso
político enorme en nuestra América. Sobre todo, si su gobierno es
independiente en política exterior.

Este sería el caso con AMLO, que ha dicho que no se va a subordinar a
la política de ninguna nación extranjera. Si a ello añadimos la
afirmación de que se apegará, en política exterior, a los principios
de no intervención y de solución pacífica de las controversias,
podemos deducir que su gobierno dejará de participar en el Grupo de
Lima y las ilegales sanciones contra Venezuela, cuyo objetivo es el
derrocamiento de su gobierno constitucional. Sumado a lo anterior, al
invocar el apotegma juarista de: todo por la razón, nada por la
fuerza, el virtual presidente electo de México sintoniza con el
espíritu y las esencias de la Proclama de América Latina y el Caribe
como Zona de Paz acordada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños (Celac) en la segunda cumbre de La Habana. No es
aventurado adelantar que a partir de diciembre la política exterior
mexicana asumirá su compromiso con este importante documento, de raíz
juarista, que establece el derecho de cada pueblo a darse la forma de
gobierno que decida. Igualmente, sus miembros, en acato al derecho
internacional y la Carta de la ONU, se obligan a abogar por la
solución pacífica y negociada de las controversias y a oponerse a toda
forma de intervención extranjera en la región.

Es obvio que AMLO va a fortalecer el papel del Estado y la inversión
pública en la economía y en el desarrollo, lo que unido a los
ambiciosos programas sociales, educativos, culturales y anticorrupción
que ha anunciado, y a los citados principios de política exterior, lo
distancian de prácticas consustanciales al neoliberalismo. Lo mismo
puede decirse de las becas para jóvenes que no estudian ni trabajan y
las ayudas económicas para personas de la tercera edad y con
capacidades diferentes.

El cumplimiento, ya anunciado, de los Acuerdos de San Andrés, que
reconocen los derechos y cultura de los pueblos indígenas, implicaría
que la oligarquía y las trasnacionales no podrían continuar
arrebatando y despojando a esos pueblos de sus tierras ancestrales. El
pedir el consentimiento de los pueblos para desarrollar megaproyectos
constituirá una acción antineoliberal de gran trascendencia.

La victoria de AMLO es una gran conquista del pueblo mexicano.
Organizado y motivado por su auténtico liderazgo personal y del
partido Morena, un importante sector nacional impulsó lo que varios
analistas han calificado de insurrección pacífica electoral contra el
neoliberalismo. No sólo contra sus terribles consecuencias en el
deterioro del bienestar económico y social de la población, en la
sujeción inapelable de la existencia a los designios del mercado, sino
contra la espiral incontrolada de violencia que tantos sufrimientos
ocasiona.

Millones de personas hartas de esta situación y sedientas de un
radical cambio de rumbo, sumaron sus votos a los de la fuerza
organizada en Morena. El resultado ha sido una afluencia de 63 por
ciento a las urnas, la llegada de AMLO con gran legitimidad a la
presidencia al obtener 53 por ciento de los votos, mayoría para Morena
y sus aliados en ambas cámaras del Congreso, conquista de cinco de
nueve gubernaturas en liza, incluyendo la capital y el estratégico
Veracruz, así como de congresos estatales e importantes alcaldías.
Pero aun la gubernatura de Puebla podría engrosar su cosecha.

La mayoría legislativa permite a AMLO aprobar y modificar leyes,
aunque no la Constitución. Una ventaja. Pero no hay duda de que la
derecha hará todo lo posible por debilitarlo y desprestigiarlo desde
antes de la toma de posesión, para la que faltan cinco largos meses.
En la historia de nuestra región, el vecino del norte nunca ha
aceptado gobiernos independientes y progresistas. Un pueblo unido y
organizado es el primer requisito para defender el de AMLO.
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Miquel Angel Soria

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Jul 9, 2018, 1:30:21 AM7/9/18
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Quan veiem l'actuació de la justícia al Brasil, el que passa al nostre
país ens sembla un acudit. I és que allà, els milicos encara estan amb
la destral a la mà.Veia un acudit a l'Argentina: Gaby, Fofó i Milico,
i el cap de la policia entre els dos.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
EL GOLPE DE ESTADO

Cuando el Gobierno actual inició el traslado de los presos políticos
catalanes a cárceles de su tierra decidí fijar toda mi atención en
José María Aznar. El traslado de los presos operaba en mí como un
reactivo para determinar la cantidad de fascismo que quedaba en
España. El resultado fue terminante. España sigue anclada en la
inmovilidad ideológica y la morbosidad de comportamientos que
caracterizan a su historia política, siempre en manos de una derecha
sin más pretensiones que la permanencia en el poder, afán que, además,
ha contaminado a una izquierda carente de cualquier atisbo
revolucionario o al menos modernizante, como demostró el
comportamiento del Partido Socialista y de otras formaciones
teóricamente izquierdistas ante la gran posibilidad republicana del 14
de abril de 1931. Aznar aclaró todo esto con una frase sin vuelta de
hoja: «Estamos ante un golpe de Estado sin desarticular». Esa frase
descubrió nuevamente dos características tradicionales en el país: la
pervivencia de un afán de puro liderazgo material y la orfandad que
sufre el español cuando ese liderazgo muestra visos de confusión o
debilidad. El paciente español es un paciente perpetuamente
tetanizado.

Creo que el Sr. Aznar ha dejado entrever en su significativa frase la
necesidad de una intervención política radical-autoritaria con
marchamo monárquico o incluso la entrega del país a una acción armada
posiblemente de carácter militar. Estos comportamientos verbales me
recuerdan los discursos de Calvo Sotelo o de Gil Robles, de Goicoechea
o Primo de Rivera en el Parlamento de la segunda República española.
Si mis lectores quieren valorar lo que digo acudan a las hemerotecas.
En cualquier caso ahí quedan, negro sobre blanco, las palabras del Sr.
Aznar.

Estas manifestaciones represivas creo que desvelan dos realidades muy
preocupantes para el desenvolvimiento público español: que las
instituciones españolas, presuntuosamente surgidas de una falsificada
Transición, están agotadas para protagonizar una política mínimamente
madura y que el Estado o modelo social capitalista, tan rígido en
España, supervive agónicamente mediante vergonzosos comportamientos
autocráticos.

Los presos políticos catalanes están ganando una batalla histórica no
solamente por la razón que les asiste sino por las repercusiones que
su situación puede tener en el mundo relevante. Catalunya es en este
momento una nación capaz de generar clarificaciones de calado sobre la
falta de democracia en la mayoría de los países de la Unión. Europa
empieza a deteriorarse profundamente con estos aconteceres
penitenciarios que minan la teoría optimista de unas globalizaciones
que tras la última guerra mundial se dedicaron realmente a estimular,
en nombre de la seguridad y el progreso, un funcionamiento subterráneo
de poderes que van dejando al descubierto un penoso y creciente
horizonte antisocial. Lo que afirmo queda comprobado por la
resistencia de muchos gobiernos europeos a condenar claramente el
autoritarismo incivil de Madrid. Los propios jueces conniventes con
los gobiernos que han decidido recurrir a la fuerza para sostener un
sistema de vida corrupto en cien aspectos diferentes, ya no usan las
leyes como defensa frente a lo moralmente inaceptable; emplean la toga
que tapa una actitud distinta. Es más, las leyes que se multiplican en
el momento actual son leyes urgentes, carentes de calidad jurídica.
Leyes nacidas de la excepcionalidad y para la excepcionalidad. Por
otra parte la multiplicación de la fuerza policial o militar,
protagonistas además de una eficacia de nivel muy bajo, dota de un
perfil lamentable a la vida social. La violencia de los grupos y
organizaciones que colonizan el Estado y sus aparatos alternan en
muchos casos el gobierno con la delincuencia, convirtiendo en
irrespirable el aire en que malvive la ciudadanía.

Lo paradojal de esta situación es que el libre pensamiento y su
conversión en discurso sanamente político solo funciona en el interior
de las prisiones. En el momento presente esa comunicación oxigenante
entre política y ciudadanía únicamente puede beneficiarse con la
proximidad de los encarcelados a su país. Nada de diálogo en libertad.
Esta magnífica contradicción refleja el desorden lógico en cuyo flujo
se mueven los gobiernos, carentes ya de un lenguaje mínimamente válido
para servir a las ideas. Pero el gran problema, llegados a este punto,
es que esas ideas no existen. En suma, la política presuntamente
dirigente de los Estados neo bárbaros equivale hoy a una liturgia en
que los oficiantes reniegan de la fe.

Esta situación universal en cuyo seno nos asfixiamos está agravada en
España por una larga tradición de fundamentalismo. El lenguaje
político de España se reduce a dos monosílabos concluyentes: el ¡Sí de
la sumisión! y el ¡No a la reflexión! Esta exigüidad de lenguaje
explica por sí misma, y sin necesidad de más discurso, la diferencia
esencial entre naciones como España, Euskadi o Catalunya. El
nacionalismo independentista de las dos últimas ya no precisa mayor
aportación teórica.

Si algo clarifica profundamente la situación en que se encuentra
España, digamos de pasada, es la proclamación como líder del Partido
Popular de la Sra. Sáenz de Santamaría, promovida por los «populares»
andaluces, ejemplo de una concepción muy lamentable de la democracia.
El clasismo de los andaluces constituye ya un dogma. Un clasismo
extremadamente menospreciante y antipopular que llega a manifestarse
hasta en las fiestas populares. Algunos periodistas que han informado
sobre esta elección de la ya líder del PP cuentan que muchas
respuestas reflejaban una postura perfectamente frívola del elector
ante su propio sufragio: «Mire usted, yo he votado a esta señora, pero
no me metan en líos». Es como si hubieran llevado simplemente a la
grupa a la nueva dirigente en las fiestas del Rocío. El gran Madrid
vive de estas periferias jacarandosas. Ahora veremos lo que acontece,
si llega a gobernar, la posible y nueva Thatcher. El Sr. Aznar quiere
volver para regenerar la derecha que, en sus días de esplendor como
gobernante, llevó a España a una Cruzada para la liberación de Irak a
fin incorporar a ese país a la progresiva vida de Occidente. De todas
formas va a ser literalmente muy complicado despertar a España de la
profunda y larga dormición que le produjo el Sr. Rajoy; dormición que
ahora trata de prolongar el Sr. Sánchez reconduciendo a las masas
alzadas frente a la opresión hacia algo que me recuerda a los
fumaderos de opio: cuatro pipadas y a dormir.

No predico extremismos teatrales, ya que aprendí la pintoresca lección
del mayo francés, donde los amantes se dormían en brazos de la pasión
y despertaban como tranquilos padres de familia, pero sí sostengo que
es necesario un periodo en que gane altura ideológica el nuevo big
bang que empieza a brotar de la nada del parado, del grito de la mujer
despreciada, de la terquedad sagrada del emigrante, de la soledad de
los niños y de la indignación de la verdadera inteligencia. Como salgo
huyendo de Sodoma nadie puede pedirme que mire atrás.
Vida de barrio.jpg
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Miquel Angel Soria

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Jul 12, 2018, 1:30:55 AM7/12/18
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Avui fa 29 anys del traspàs de Carlos Puebla. Ei seguim recordant.

https://www.youtube.com/watch?v=Cx77Qp1Q2-s


Guerra comercial y política industrial
Alejandro Nadal

Estados Unidos ha lanzado el primer disparo de una guerra comercial que podría durar mucho tiempo. Donald Trump mantiene un discurso triunfalista que recuerda el de los generales de siempre, que al inicio de una aventura bélica han prometido que los soldados regresarán a sus hogares en unas cuantas semanas. La historia muestra cómo los horrores de la guerra los han desmentido cruelmente.

China ha anunciado su primera respuesta a la ofensiva, sin llevar la confrontación más allá de lo necesario, aunque Washington ha dado a conocer planes para proceder con más aranceles sobre otras importaciones chinas. Si la guerra comercial se detiene en estas primeras escaramuzas, los efectos sobre la economía mundial serán modestos y podrán ser absorbidos sin demasiado problema.

Pero hace una semana, Trump amenazó con imponer aranceles sobre importaciones chinas por un valor de 500 mil millones de dólares, cifra que es casi igual al total de las importaciones estadunidenses en 2017. Y para justificar su último desplante, Trump ha recurrido a una nueva estratagema. La narrativa ya no es sólo que China ha robado empleos, sino le ha quitado tecnología a Estados Unidos e invade sus patentes y secretos industriales. En este discurso mercantilista, los subsidios a las empresas chinas constituyen una fuente de competencia desleal que hay que contener.

En el fondo, lo que Trump y su asesor en comercio internacional Peter Navarro están atacando es la política industrial y tecnológica de China. Pero esa batalla ya la perdió Estados Unidos hace tiempo. Incluso antes de la contrarrevolución de Deng Xiaoping, China ya tenía una industria nuclear y militar bastante diversificada. Y cuando se impone el actual modelo de capitalismo comunista, China estaba preparada para recibir y absorber la tecnología que vendría asociada a las inversiones extranjeras. Hoy, lo que queda es preguntarse si los instrumentos usados por Pekín son compatibles con las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), organismo al que pertenece China desde 2001.

Para la administración Trump, el acceso de China a la OMC fue un error, porque le abrió espacios a su agresiva política de exportaciones sin que Pekín cumpliera con sus obligaciones en materia de reciprocidad. Pero cualquier proceso de solución de controversias en la OMC dictaminará que los instrumentos de la política industrial y tecnológica del gigante asiático son compatibles con las reglas del comercio internacional.

En la actualidad, China considera que su economía tiene ramas en las cuales existe una significativa dependencia tecnológica. Entre los ejemplos destacan aviones, semiconductores y equipo médico de alta tecnología. Y en esas ramas, el Estado chino está realizando inversiones masivas para reducir las importaciones y la dependencia tecnológica. Claro que para un economista neoliberal eso parece anatema, pero resulta que para la OMC todo eso es perfectamente válido.

Es cierto que China adquirió en el seno de la OMC la obligación de no exigir a las empresas que quieran invertir en ese país el que procedan a transferir tecnología. Pero China mantiene un amplio grado de discreción para definir en qué sectores se acepta la inversión extranjera directa (IED) y en cuáles está restringida o regulada. Y entre las ramas sujetas a regulación, China puede decidir que la IED sólo se acepta cuando hay empresas conjuntas en las cuales se aplican esquemas de transferencia y absorción de tecnología. Eso está permitido por la OMC.

El mejor ejemplo de la aplicación de esta política tecnológica e industrial es el ferrocarril de alta velocidad. Las empresas que buscaban obtener contratos para proveer rieles para altas velocidades en el mercado chino tuvieron que asociarse con las empresas estatales de ferrocarriles. Y en esos esquemas de empresas conjuntas se incluyeron contratos para trasladar la producción de partes claves hacia territorio chino.

Otro ejemplo es el de la industria automotriz. En esta rama, China ha podido crear una cadena de valor interna que compite ventajosamente con las existentes en cualquier otro país desarrollado. La razón es que las empresas automotrices extranjeras (como Ford, General Motors y Volvo) tuvieron que transferir capacidad tecnológica a China para poder entrar en ese espacio económico. Hoy se comienzan a ver autos importados en Estados Unidos con el sello Made in China. Las políticas que condujeron a esos resultados nunca fueron impugnadas en la OMC.

El contraste con México es notable. Aquí el reclamo de Trump no es por la presencia de una política industrial y tecnológica activa. Y es que detrás de la fachada de la industria maquiladora, los gobiernos neoliberales abandonaron los objetivos de desarrollo industrial a las fuerzas del mercado. Si la historia económica nos ha enseñado algo, es que ningún país desarrollado alcanzó objetivos de industrialización y adquisición de capacidades tecnológicas endógenas sin la intervención del Estado.

                                                                  * * *

Brasil desempata
Por Emir Sader

El calendario electoral latinoamericano del 2018 incluía disputas importantes que podrían cambiar la fisionomía política del continente. El año empezaba en el marco de la contraofensiva conservadora, con esa tendencia siendo confirmada o cuestionada según los resultados electorales, por lo que representaría la continuidad o el cambio de gobierno en países muy importantes a nivel regional.

Estaban previstas elecciones en México, Brasil, Colombia y Venezuela, además de Costa Rica y Paraguay. A mitad de año, casi todas las elecciones ya fueron realizadas, siendo posible analizar las tendencias predominantes. En las elecciones en los países de más peso han triunfado, en México y en Venezuela, la izquierda, mientras que la derecha ganó en Colombia. En los otros dos países, Paraguay y Costa Rica, ha triunfado la derecha.

Analizando más en detalle , la victoria de López Obrador es la ásignificativa en el continente, por lo que representa la llegada, por primera vez, de la izquierda al gobierno, a la par que produce una profunda crisis de los dos partidos de la derecha y por la dimensión de la victoria de Morena en todo México. Se cierra un largo período de la historia del país y se abre otro, en el que las fuerzas progresistas tienen condiciones para promover cambios estructurales en México. Cómo se proyectará este triunfo el conjunto de América Latina depende de otros factores, entre ellos el resultado de las elecciones en Brasil.

En Colombia, el uribismo volvió al gobierno, pero tiene frente a sí, por primera vez, un liderazgo de izquierda, con Gustavo Petro, que llegó a la segunda vuelta con el 40 por ciento de los votos, ubicándose como el principal opositor al gobierno. Si la extrema derecha triunfó, lo hizo en un escenario político bastante menos favorable que en elecciones anteriores, con una proyección de futuro favorable a la izquierda.

En Venezuela, la reelección de Maduro se dio en un marco muy difícil para su propio gobierno, ya sea por el alto nivel de abstención, por la continuidad de la profunda crisis económica y social en que se encuentra inmerso el país, amén del cerco internacional.

En Paraguay, el Partido Colorado dio continuidad a su gobierno de derecha, triunfando sobre la alianza entre el Partido Liberal y la izquierda. En Costa Rica fue derrotado el candidato evangélico, victorioso en la primera vuelta, pero quien lo ha derrotado es un político tradicional, con un programa neoliberal.

El balance general, por el momento, está equilibrado entre la derecha y la izquierda. El transcurso del año no confirma todavía la continuidad del viraje hacia la derecha, empezado hace algunos años, aun con los triunfos en Colombia, Costa Rica  y Paraguay. Particularmente la victoria en México, pero también la de Venezuela, equilibran la situación.

Los ojos se vuelven ahora hacia las elecciones brasileñas, cuyos resultados van a desequilibrar la balanza para uno u otro lado. Si la derecha brasileña, mediante algún nuevo ardid, logra mantenerse en el gobierno, con un representante directo o con alguna otra versión que indirectamente funcione como continuidad al modelo neoliberal, las transformaciones electorales de este año tendrían un carácter de continuidad del viraje a la derecha en el continente.

Si, al contrario, la izquierda volviera a triunfar por medio de la elección de Lula o de alguien del Partido de los Trabajadores que él indique en caso de que se le impida presentarse en las elecciones, el desempate será a favor de la izquierda. Con victorias en México y en Brasil, se habrá impuesto un fuerte freno a la contraofensiva de la derecha como, asimismo, mediante la alianza entre esos gobiernos, se dará un nuevo impuso al proceso de integración latinoamericano, además de reafirmar políticas antineoliberales, de forma mas moderada en México, de forma mas acentuada en Brasil. El  desempate se producirá el 7 de octubre, si hay un ganador en la primera vuelta, o en tres semanas después si la elección se define en la segunda.

Si la izquierda gana en Brasil, América Latina podría emerger de sus procesos electorales con una nueva fisonomía y dar comienzo a un nuevo ciclo antineoliberal y de integración regional.

 


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Miquel Angel Soria

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Jul 13, 2018, 1:34:14 AM7/13/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
L'editorial de La Jornada mostra l'interès que desperta Espanya Atlalàntic enllà.
Avui faria 88 anys un dels meus poetes socials, Jesús López Pacheco.
Luis Pastor canta Enfermedades del invierno.

https://www.youtube.com/watch?v=dCOOAR8S7Hg&list=PLyo78h4FicXtJ6IggYP7HusX7DYWJGsA2&t=0s&index=16

¡Hay jueces en Berlín!
Javier Pérez Royo

Al que fuera fiscal general del Estado, José Manuel Maza, fue a quien se le ocurrió que la conducta de Carles Puigdemont y de otros políticos nacionalistas durante los meses de septiembre y octubre de 2017 había sido constitutiva del delito de rebelión. Para la inmensa mayoría de los miembros de la comunidad académica, cuya opinión quedó fijada en un manifiesto hecho público y me imagino que también para buena parte, posiblemente para la mayoría de los jueces y fiscales, aunque no podemos saberlo, dicha calificación penal no era la procedente. Pero los jueces de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo que tuvieron que admitir a trámite primero la querella activada por el fiscal general y que han tenido que ir tomando después distintas medidas en el recorrido procesal de dicha querella, sí han considerado que la calificación jurídica de la Fiscalía General era la apropiada y han llegado hasta dictar un auto de procesamiento firme por tal delito de rebelión.  

La verdad judicial española, por el momento, es la de que hay indicios sólidos de que  en los meses de septiembre y octubre se pudo cometer un delito de rebelión por un número determinado de autoridades y dirigentes nacionalistas catalanes. Eso es lo que vienen reiterando todos los miembros del Ministerio Fiscal que han intervenido y todos los magistrados de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo que han tenido que tomar decisiones respecto de las querellas activadas por la Fiscalía General del Estado. Aunque el Auto de la Sala del Tribunal Supremo que dio firmeza al Auto de Procesamiento dictado por el Juez Instructor deja claro en su fundamentación jurídica que estamos en un momento inicial del proceso y que la calificación de las conductas de los querellados como constitutivas del delito de rebelión puede ser revisada, la decisión final del auto es mantener la acusación por rebelión.

La justicia española no ha sido capaz de convencer a la justicia de varios países europeos, Bélgica, Alemania, Reino Unido y Suiza, de que hay indicios en la conducta del señor Puigdemont y demás querellados que permitan tal calificación jurídica. Hasta el día de hoy, 12 de julio, no disponíamos de ninguna decisión firme al respecto de la justicia de alguno de estos países.

A partir de este jueves ya no es así. El Tribunal Superior de Justicia de Schleswig-Holstein ha hecho público un comunicado de prensa en el que da a conocer su decisión de que no considera que la conducta de Carles Puigdemont pueda ser considerada constitutiva de los delitos de rebelión, sedición, desórdenes públicos o corrupción. Únicamente ve indicios de un posible delito de malversación.

Se trata de una decisión firme, que únicamente puede ser recurrida en amparo por Carles Puigdemont ante el Tribunal Constitucional. Para todos los demás: Fiscalía del Land de Schleswig-Holstein, Fiscalía General del Estado, "tribunales españoles" (palabras textuales del comunicado) y  acusación particular, la decisión es firme. No cabe recurso contra ella.

Se trata, por tanto, de una decisión de obligado cumplimiento, que delimita tanto en positivo como en negativo la actuación de las partes implicadas en el proceso.

En positivo, la decisión obliga al fiscal general del Land de Schleswig-Holstein a conceder la extradición de Carles Puigdemont a España, a fin de que pueda ser procesado por el delito de malversación. El Tribunal se expresa en imperativo: el Fiscal General CONCEDERÁ la extradición. La decisión ya está tomada. Únicamente se trata de ejecutarla.

En negativo se impone a los "tribunales españoles" la limitación de no poder perseguir penalmente a Carles Puigdemont nada más que por el delito de malversación. El Tribunal Superior de Schleswig-Holstein recuerda expresamente en el apartado 5 de su comunicado que él asume que los tribunales españoles respetarán el principio de especialidad, de acuerdo con el cual el enjuiciamiento en España se limita ahora a la extradición declarada admisible por malversación, y que no procesarán al perseguido Puigdemont, tras su extradición, por cargos de corrupción o rebelión.

El fiscal alemán tiene que conceder la extradición y el Tribunal Supremo español tiene que juzgar a Puigdemont por malversación. Ni el fiscal general puede no conceder la extradición, ni el Tribunal Supremo español puede rechazarla. Pienso que incluso antes de que la decisión fuera firme, el Tribunal Supremo había perdido el control sobre la euroorden que dictó en su día el juez instructor y no podía dejarla en suspenso o retirarla. Pero de lo que estoy seguro es de que, una vez hecha pública la decisión, ya no puede hacerlo de ninguna manera.

Más todavía. En mi opinión, la Fiscalía General del Estado tiene la obligación de retirar la acusación contra Carles Puigdemont por el delito de rebelión. El Tribunal Supremo por lo que al delito de rebelión se refiere, ya no tiene nada que decir. Ni siquiera puede reflexionar sobre ello. La decisión sobre el alcance de la posible conducta delictiva de Carles Puigdemont ya está tomada. Y es una decisión firme, únicamente recurrible, repito, por el propio Carles Puigdemont.

Obviamente, si no se puede proceder por rebelión contra Carles Puigdemont, que era la máxima autoridad de Catalunya, mucho menos se podrá hacerlo contra los demás querellados. Aunque la decisión del Tribunal Superior de Schleswig-Holstein únicamente afecta de manera directa a Puigdemont, indirectamente afecta a todos los demás querellados.

Más todavía. Todas las medidas cautelares adoptadas tienen que ser levantadas inmediatamente y, por supuesto, tiene que dejarse sin efecto la suspensión cautelar en el ejercicio de la función parlamentaria acordada por el Juez Llarena contra Carles Puigdemont y otros cinco diputados.

El delito de rebelión era un espejismo que estaba en la cabeza, trastornada por alguna razón que no alcanzo a entender, de los últimos fiscales generales designados por Mariano Rajoy y de los Magistrados de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo. El contacto con la realidad democrática europea ha hecho que tal espejismo acabe desvaneciéndose.

No estamos en la España de Franco, aunque parece, tras oír los comentarios de González Pons y de Albert Rivera después de que se conociera el comunicado de prensa del Tribunal alemán, que a algunos políticos de la derecha española les gustaría que todavía estuviéramos en aquella España en la que era posible disfrazar la persecución política como un proceso penal.

Con el Gobierno de Mariano Rajoy se ha intentado. Pero afortunadamente estamos en la Unión Europea y hay forma de defenderse frente a un atropello de esa naturaleza.

¡Hay jueces en Berlín!

                                                                     * * *

España: un paso a la justicia histórica

Dolores Delgado, ministra de Justicia del gobierno español que preside Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) –conformado tras la moción de censura que puso fin a la sucesión de administraciones encabezadas por Mariano Rajoy, del derechista Partido Popular (PP)–, informó ayer que la administración pública buscará asumir la búsqueda y exhumación de víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura franquista que, a casi 80 años del fin de ese conflicto y a 40 de la instauración de la formalidad democrática, todavía se encuentran en fosas comunes.

Asimismo, la funcionaria declaró que se propondrá reformar la Ley de Memoria Histórica para anular las sentencias políticas emitidas por los tribunales de la tiranía, la creación de una comisión de la verdad y la tipificación como delito de la apología del franquismo, lo que apunta principalmente a la Fundación Nacional Francisco Franco, que realiza el elogio sistemático del difunto dictador.

En los términos actuales de la referida ley, el Estado debe subvencionar las actividades de búsqueda y exhumación realizadas por descendientes de los asesinados y desaparecidos por el régimen fascista que gobernó España entre 1939 y 1975, aunque durante el sexenio de gobiernos del PP las subvenciones fueron suspendidas, por lo que los deudos han debido trabajar con sus propios recursos. Por lo demás, la localización y recuperación de restos de las víctimas del franquismo se enfrenta con frecuencia a trabas burocráticas interpuestas por juzgados o por autoridades municipales que deniegan las autorizaciones correspondientes.

A pesar de las décadas transcurridas, los huesos de los asesinados por el bando franquista siguen siendo el símbolo por excelencia de una terrible asignatura pendiente del Estado español contemporáneo, que fue incapaz de procesar a los numerosos verdugos que aún vivían en los años 70 del siglo pasado y que no ha exhibido, hasta ahora, la voluntad política suficiente para deslindarse en forma inequívoca y radical de los innumerables crímenes de lesa humanidad perpetrados por el único de los fascismos originales que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial. Mientras que Francisco Franco yace en un monumento nacional diariamente adornado con flores frescas, cientos de miles de sus víctimas no han tenido ni siquiera derecho a la identificación.

Es difícil de creer que un país miembro de la Unión Europea, como España, sea el segundo país en el mundo (después de Camboya) con el mayor número de restos no recuperados de víctimas de desaparición forzada y que hasta la fecha no se haya limpiado la memoria de los asesinados por los seguidores de Franco. El caso más extremo es el del poeta Federico García Lorca, ejecutado por los fascistas a comienzos de la Guerra Civil, el 19 de agosto de 1936, y cuyos huesos aún permanecen en algún sitio de un parque de Granada, junto con los de otros tres ultimados ese día.

Cabe esperar que la iniciativa del nuevo gobierno español permita sanar de una vez por todas la herida que permanece abierta en el país ibérico y que el Estado español contemporáneo pueda saldar la ignominia y la vergüenza de haber sido edificado sobre fosas comunes.


 
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Miquel Angel Soria

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Jul 16, 2018, 1:34:53 AM7/16/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com, Luis Soria, natalia...@gmail.com, Patricia Herrero Pereña, sori...@hotmail.com, Adelina Escandell i Grases, Aina Soria Sola, Alfons Salmeron, Alvaro Parrilla, Ana Rodríguez Junco, Anna Amat, Anna Pradas, Asun Mallén, Clara, coco, David Laín, Eder, Eduard Marín (dissenyador), Fina Mateo, Francesc Tarrago, Francisco Brandariz, Gonzalo Plata, Jaume Queralt, Joan Anton Soria Cuartero, Joan Linares, Joan Lou, Joan Prats Camps, Jordi López, Lou Iglesias, Marius, Manel Valero, Manolo Moreno, María José Pardo, María Pilar Soria, Miquel Àngel, Moisés, Noelia Jiménez, Noemi Brandariz, Oscar Martínez Martínez, Pedro (Lleida), Pepe Benito Lancis, Pere Solà, Pol Acózar, Raúl Rota, Rosa Bofill, Salva Torres, Sergi Martínez Larrégola, Utrilla
El gran poeta Nicolás Guillén va sobreviure a Carlos Puebla 4 dies.
Avui fa 29 anys. Bon moment per rellegir-lo o sentir els seus poemes
en veus com la de l'Ana Belén en La paloma de vuelo popular.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
UN JUEZ ENTRA EN EL PARLAMENT SIN ELECCIONES

La descomposición del Estado de la modernidad ha tocado techo sin
necesidad de mayores y complejas consideraciones teóricas o políticas.
Se cae a trozos. El juez señor Llarena es el nuevo Maquiavelo que, en
este caso, ha conseguido regresar el Estado basado en la separación de
poderes a un horizonte enredadamente principesco. Para ello le ha
bastado al señor Llarena con aplicar el artículo 384 bis de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal y realizar una única intervención
parlamentaria realizada, además, sin pasar el filtro de las
elecciones. El citado artículo de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
dice a la letra: «Firme un auto de procesamiento y decretada la
prisión provisional por delito cometido por persona integrada o
relacionada con bandas armadas o individuos terroristas o rebeldes
(los afectados son los señores Puigdemont, Jordi Turull, Josep Rull,
Jordi Sánchez, Raül Romeva y Oriol Junqueras) el procesado que
estuviese ostentando función o cargo público quedará automáticamente
suspendido en el ejercicio del mismo mientras dure la situación de
prisión».

Recordemos que el tribunal alemán que rechazó la extradición a España
del señor Puigdemont por el delito de rebelión fundamentó su decisión
liberadora en que las actuaciones de los independentistas catalanes
«no alcanzaron la magnitud de la violencia necesaria» para acceder a
la petición judicial española. Por su parte, la profesora de Derecho
Constitucional en la Universidad de Barcelona, Argelia Queralt, hace
públicas sus dudas de que los seis diputados sean culpables de un
delito de rebelión, y advierte que sin estar condenados se les lesiona
en su derecho fundamental de participación política. Más aún: el señor
Lluís Mestres, miembro de la Asociación Atenas, subraya que el juez ha
aplicado el artículo 384 bis de la citada Ley de Enjuiciamiento
Criminal de forma muy arbitraria. «Ni se trata de terroristas, ni
pertenecientes a banda armada ni de rebeldes porque están en prisión y
localizados. El auto se ha saltado olímpicamente el artículo».

Y ahora vayamos a lo que califico de intervención parlamentaria, sin
ser diputado del Parlament, del juez Llarena, que va de disparate en
disparate, perdida ya, creo, su carta de navegar en el tribunal en que
actúa. ¿Puede el magistrado «sugerir» al Parlament que sustituya
provisionalmente a los diputados que están en la cárcel para evitar
generosamente que los partidos de la mayoría pierdan precisamente esa
mayoría? Es decir, el juez Llarena no solo estima que los encarcelados
son terroristas y pertenecientes a banda armada, despreciando lo que
significa el terrorismo en sus sucesivas interpretaciones históricas,
sino que, además, aporta un «argumento» para sustituir el proceso de
representación parlamentaria por una simple voluntad personal, lo que
apunta a un nuevo ejercicio de la tiranía? ¿En qué queda, pues, lo que
entendemos ahora por soberanía de ese Parlament? Como dice el anuncio
de unos populares pañales para niños: «¡Ni gota, ni gota!». La
situación es delirante. Y este delirio afecta decisivamente al
gobierno del Estado español, en este caso dirigido, desde su
pretencioso poder autónomo, por el ministro de Asuntos Exteriores,
señor Borrell, que ha decido dar a su tarjeta de presentación un valor
de tarjeta de crédito. El señor Borrell ha ordenado a la embajadora
española en Bruselas que reclame al gobierno belga la «inmunidad» para
el señor Llarena, ahora enfrentado a una querella por mala praxis
judicial presentada por los diputados catalanes privados de su
condición de tales. Debe tenerse en cuenta, además, que la posibilidad
de sustitución temporal no existe en el ordenamiento jurídico,
empezando por la Constitución.

A mí lo que más preocupa como ciudadano es este desbarajuste
jurisdiccional en que mete la mano el ministro Borrell, que margina
incluso a la ministra de Justicia. ¿Quién dirige verdaderamente el
Gobierno en Madrid? El señor Sánchez ha desaparecido de la escena como
hacía el señor Rajoy y se ha desatado la guerra de guerrillas, tan
propia de España en todas las épocas. Va a resultar que la Corona
tenga un privado, como ocurría en las monarquías anteriores, ya sea la
de los Habsburgos o de los Borbones, porque la sangre real española se
extinguió tras la desaparición de los reyes católicos.

Decía un significado periodista español, catalán por más señas, que
entre los «mitos» más significativos del independentismo que estaban
disolviéndose figuraba el mito resumido en esa frase que afirma que
«estamos haciendo República». Dejo aparte que ese periodista confunde
mito con falsedad, lo que evidentemente descalifica su notoriedad
cultural, para dedicar unas líneas a trazar el perfil de esos
catalanes en busca de sangre nueva más alta para reforzar el nivel de
su estirpe. Esos catalanes que buscan históricamente un orillo de
españolidad siempre han sido, o al menos en muchos casos, admiradores
de la aristocracia madrileña, que ha de revestirles con el brillo de
la Corona, muy superior al relieve que les da ser comerciantes al por
mayor. Una república catalana les parece un camino hacia la nada.
Insisto en todo esto para que la ansiada república de Catalunya no
llegue con el gusano dentro. Catalunya y Euskadi, con una parte
notable de la inteligencia gallega, siempre han sido la bandera que
necesita el Estado madrileño para superar sus rastrojos tras acabar
con los brillantes ilustrados que tejían esforzadamente, en un
silencio heroico, la ilustración de su patria. Quizá todo esto que
digo «ut supra» tenga su verificación en aquella frase con que
respondió un campesino de Girona a la pregunta que le formulaba mi
inolvidable Josep Pla: «¿Qué le parece a usted que Franco haya hecho
conde al doctor Arruga?», inquirió Pla. El campesino ancló el azadón,
rebañó el sudor de la frente y solo dijo: «Ya ve usted, señor Pla…Tan
buen hombre que parecía…».

Cuando venga la república que, pese a todo, están haciendo, los
catalanes habrán de vigilar con mucha atención a estas familias que
ponen dos velas diferentes en el altar de sus ruegos secretos.
Familias poderosas por su dedicación al trabajo, por su visión de los
mercados, por la calidad de sus productos, por su protección a las
artes… Nada de esto niego, pero familias que tienen dos almas, una de
ellas enamorada del paseo de los reyes que conduce al Palacio de
Oriente. Dicen que bailando Alfonso XIII en los salones de la
Generalitat con una bella dama de grandes y ricos textiles fue
advertido por su ministro de jornada que repartiese un poco más sus
danzas con las restantes aspirantes a los brazos del monarca. «Tenga
Su Majestad en cuenta que está señora pertenece a una gran familia
separatista». El rey miró a su ministro, se atusó el bigote y con aire
de duda respondió a quien le había hecho la discreta advertencia:
«Pues, mira; bailando no se le nota nada».

Eso es lo que me preocupa: que no se les nota, pero se arriman.
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Miquel Angel Soria

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Jul 17, 2018, 1:30:24 AM7/17/18
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Sempre és un plaer redescobrir Bellinghausen. Cada setmana és fidel a
la seva cita amb La Jornada i, com ahir, ens permet mantenir una certa
distància amb els temes habituals. En aquesta ocasió, el "monero" Magú
li fa de caixa de resonància.
Dels temes habituals se n'ocupen el cubà Martirena, Manel Fontdevila i Tasio.

Payán, poesía de vida
Hermann Bellinghausen

No es de extrañar que Carlos Payán resulte poeta. La poesía siempre
estuvo en la médula de su acción y en su actitud ante la vida. Más
bien cabía sospechar que era un poeta secreto, agazapado en el
organizador de proyectos periodísticos, en el sutil sismógrafo de
imágenes, en el editor a la caza de la palabra justa asistido por su
buen gusto. Hoy, que el lenguaje periodístico está tan degradado en lo
lingüístico, y no sólo por culpa de las redes sociales (hay cada
calumnista), la enseñanza de Payán es también literaria. Pertenece a
esos periodistas que habitan el idioma con talento y pasión, como su
mentor Manuel Becerra Acosta, o Julio Scherer García.

Cuando dirigía La Jornada, en la voz del jefe Payán siempre acechaba
una línea de Pessoa, un verso de López Velarde, una malicia de
Quevedo, y no pocas veces ocurrencias auténticamente suyas. Su
relación con el vicio absurdo viene de lejos, lo discreto no quita lo
valiente. Hacia 1958 le ocurrieron dos cosas trascendentales. Una, que
Juan José Arreola, director de la Casa del Lago, inventó los recitales
de Poesía en Voz Alta que se hacían los domingos en la mañana, y lo
invitó a participar. Juntos realizamos los primeros, recordaba en 2013
al recibir una distinción en la Universidad de Guadalajara.

La otra fue su ingreso al Partido Comunista. A la manera de José
Saramago, a ello le atribuye haber encontrado sentido a mi vida y una
ética para enfrentar el futuro. Sin arrepentimiento, en 2013 admitía:
Estábamos equivocados aunque teníamos la razón. El largo camino que lo
llevó al periodismo se concreta en la sucesiva creación de los diarios
independientes unomásuno y La Jornada, en su compromiso con las causas
populares sin temor a los poderes, en su atención sensible a las
artes, la literatura, la cultura alta y la cultura popular. Tales
atributos le permitieron dirigir y estimular a reporteros, cronistas,
articulistas, fotógrafos y moneros mientras lidiaba con los sucesivos
gobiernos nunca afines (por decir lo menos). Sería senador y como tal
siguió apoyando de cerca, igual que en los años 70, los 80 y los 90
del siglo pasado, causas como la zapatista y otras luchas. Luego
incursionó en la producción televisiva de calidad.

Detrás de todo esto corre un hilo permanente de lo que sólo cabe
llamar poesía. Eduardo Vázquez Martín la llamó clandestina, al
presentar el 14 de julio el poemario Memorial del viento (Serie Hojas
del Huerto, 2018). En la misma ocasión, Blanche Petrich, pupila cum
laude del maestro Carlos Payán Velver, relató su evolución como
reportera guiada y respaldada por él; tampoco a ella le sorprende que
Payán tenga sus versos.

Hará un par de años visité a Payán en un confín de Girona, lejos del
mundanal ruido, como dijera Thomas Hardy, al pie de los Pirineos que
Walter Benjamin no cruzó. Ripoll, la población más próxima, cuna de
Cataluña y del anarquismo autónomo, queda retirada. Con su compañera,
la novelista Laura Restrepo, me recibió en una hermosa masía rodeada
de jardines y bosques, un balcón natural sobre los campos. En la
planta superior, vasta y sobria, casi monacal, en la recámara-estudio
había una pequeña mesa con cuadernos, plumas y algún libro, frente a
una ventana abierta hacia los valles. Ahora sé que allí, en la
melancolía del aire libre, nació Memorial del viento, discreta
adoración al amor, el bosque y la vida. Desde el retraimiento, en una
vena que recuerda al tardío Tu Fu (el santo patrono de todos los
poetas que hace un milenio enfrentó las borrascas y exilios de su
tiempo como hombre público, poeta y padre), Payán nos da por fin la
poesía que quedaba debiendo.

A tono con el tono bajo de su voz, en la lectura lo escuchamos situar
su refugio: En las colinas brumosas/ de los Bajos Pirineos,/ el
esplendor dorado del Otoño/ deja ya caer sus oros,/ sus doradas
mieses,/ hasta sepultar la tierra/ bajo una alfombra ocre. Un telar de
sueños y deseos donde un diminuto pájaro/ aparece suspendido y
sorprendido/ en el airepara quien ha sido un testigo activo de la
Historia y de nuestras historias.
Flores y dardos.jpg
La presó.jpg
Exhumar.jpg
Cumbre.jpg

Miquel Angel Soria

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Jul 18, 2018, 1:31:34 AM7/18/18
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He trobat a Twitter

Mi abuela en el banco:

- Quiero sacar 50€
- En ventanilla mínimo 200€,si quiere menos tiene que usar el cajero
- Es que no sé
- Pues venga otro día y un compañero le enseña
- Bueno, deme 200
- Ahí tiene, ¿alguna otra operación?
- Sí, quiero ingresar 150€

També a Twitter. Pascual Serrano recull la notícia de que El País té
més venda a la Republica Dominicana que a Catalunya o Andalucía.


Libertad de difamación y de extorsión
Rosa María Artal

No se puede negar que el cambio de gobierno ha supuesto un terremoto.
Aun aguardando ver materializarse las medidas anunciadas, muestra un
cambio notable en la poza de corrupción y retroceso en la que hemos
vivido. Pero esa podredumbre sigue ahí, no hemos salido, y persiste
en su actitud como las arenas movedizas que succionan y empujan hacia
el fondo.

RTVE ha sido la prueba. Las casualidades apenas caben en tema tan
serio y menos por parejas. Podría ser pero suena especialmente raro.
En todo caso, utilizable. Aviso a navegantes. Ya redoblan, por
supuesto, las alusiones a la “fragilidad parlamentaria” de Pedro
Sánchez, en busca de la profecía autocumplida. El gobierno podría
caer, por más “despistes” de estos o de otros. Ésa es la clave.

Curiosamente, ocurre con un PP al que el impacto de su expulsión del
gobierno -por la sentencia de la Gürtel- ha dejado con todo su hedor
al aire. En su línea, caminan tiesos y perfumados como si nada
ocurriera, pero los navajazos entre las distintas facciones rasgan el
aire. Completan el cuadro sus militantes de quita y pon y su
competición por la derecha de la derecha.

Los Ciudadanos de Albert Rivera hacen cabriolas cada vez más
estentóreas siquiera para que se les vea. También a ellos los ha
desplazado el nuevo gobierno, de ministras y ministros con peso
propio, y un tono del siglo XXI. Con apoyos parlamentarios de
progreso. Para una mayoría de ciudadanos que aspiran a ver sus
problemas resueltos y que no participan del soez sostén de las tramas
que nos invaden.

RTVE era la clave, quién no los iba a decir. Ni Defensa con su costoso
armamento siquiera. En la que dicen nefasta gestación del Consejo,
metieron la cuchara para agitar las aguas muchos más de los que
parece. Y la alucinante campaña de desprestigio para derribar a los
candidatos brinda todo un tratado de las formas que imperan en este
país. Merece la pena analizarlo como fenómeno en sí mismo, como
muestra del modus operandi.

En España funciona algo que no tiene que ver con la libertad de
expresión: es la libertad de difamación y de extorsión. Le pasó desde
al Juez Castro a los denunciantes de la Gürtel, y a cualquiera que
tuerza mínimamente su posición dominante. Y en impunidad. Una especie
de Omertá cuajada de silencios. Se da por aceptado que, a quien le
toca, le tocó. Siempre a los mismos, con preferencia a las mismas.
Mencionar ciertos temas es como pinchar en un nido de avispas.

Son ataques destinados a destruir el honor de las personas a quienes
contemplan como obstáculos. El problema no es solo el PP, es todo el
entramado que rige en España. Que se siente incómodo con el nuevo
gobierno y sus apoyos. O solo con sus apoyos. O con una parte del
PSOE.

De ahí que, como fugaz consejera de RTVE -llegaron a enviarme por
carta certificada el nombramiento del Congreso-, te puedas ver en el
renovado diario El País con un artículo en el que reducen tu extensa
biografía profesional a los tuits recopilados por Inda y similares
hace un par de años, manipulados o descontextualizados de los hilos de
Twitter. Ni siquiera se menciona tu trabajo en el propio diario desde
hace más de 30 años. Ni siquiera el conjunto responde a la estricta
realidad.

Las agresiones diarias en forma de “alertas de Google” –que ya ni lees
pero guardas, según la moda – llegan a este esperpento, nada inocente.
"Comunicado de prensa" de todo un conglomerado televisivo por un tuit
de hace 4 años, difundido ya hasta el colmo.



Son un par de ejemplos, entre decenas. No se acierta a entender por
motivaciones profesionales tanta inquina. El sistema –como en otras
muchas víctimas– se ayuda de la difusión por las tribus wasaperas. La
maledicencia de toda la vida propagada por las zonas del oscurantismo
social. En tiempos de Fake News y con esa falta de criterio el daño
que se infieren a sí mismos se amplifica. Cuesta creer que seres
adultos no se hagan preguntas esenciales. Incluso sobre su
participación activa en los matonismos.

Habría alguna cuestión más que lanzar. Los recolectores de tuits, los
vendedores y compradores de ecografías que porta en la mano una joven
embarazada y tantos otros colegas ¿Cómo les explican a sus hijos a qué
se dedican y consiguen el dinero que traen a casa?

La afinidad de muchos periodistas con el PP y, sobre todo, con la
corrupción, nunca se menciona como apellido de múltiples periodistas.
Marhuenda y poco más. Tampoco demasiado las afinidades del PSOE u
otros partidos. Solo las presuntas con Podemos. El concepto
“independiente” no se contempla.

A estas alturas de la historia, con las revelaciones o reediciones
mejor diseñadas, de cómo operan las cloacas del Estado, cualquier
ciudadano racional tiene las respuestas a casi todas las preguntas.
Mafias policiales enfrentadas. Dosieres. Grandes fortunas edificadas
ofertando, textualmente, “medidas mediáticas y judiciales”. ¿Hace
falta traducción para este servicio?

Y ya nos hemos “olvidado” de la trama Ausbanc y Manos Limpias, por la
que, presuntamente, durante una década -¡una década!- se extorsionó a
bancos y grandes empresas. Que pagaron. Por algo.

Hasta en El Corte Inglés, tan familiar, nos relatan tramas de dosieres.

Y en medio el rey emérito y su amante convertida en testaferro, según
las grabaciones “que desvelan”, nos dicen, dos adalides del periodismo
de investigación y la ética profesional como Eduardo Inda y Pedro J.
Ramírez.

Y voces oficiales diciendo que es mejor dejarlo todo como está.
Incluso hemos leído que España no está preparada para una República.
Lo que implica que estamos mucho más preparados para los Borbones.

Un viejo amigo sueco, al que menciono a veces, profesor de Ciencia
Política, se asombraba del gran número de periodistas conservadores
que detecta en España. Es una excepción en democracias avanzadas. El
periodismo real actúa como vigilante del poder y es difícil asistir
impávido a las injusticias que se producen. Colaborar con ellas se
aleja por completo del espíritu del periodismo.

El panorama es como para echar a correr y no parar hasta Copenhague.
No he dejado de insistir en mis artículos en la dificultad de salir de
este sucio pozo que tan gravemente ha afectado a la sociedad española.
Pero no a toda, hay muchas personas con ganas de cambio e ilusiones.
Con derecho a tenerlas. Y lo maravilloso es ver que sí es posible.

La osadía y la reinvención de Pedro Sánchez y la unión de políticos
para echar la corrupción de las Instituciones siguen siendo
prometedoras. Pero el enemigo acecha, lo lleva en su ADN de escorpión,
en las cuentas corrientes permanentemente hambrientas.

RTVE se ha convertido en la pieza del engranaje que más temen, al
parecer. En ningún otro ministerio u organismo ha habido tanto ruido.
Ojalá sea cierto que nada tuerza un concurso público y que sea una
mayoría de progreso, con ganas de limpieza y reconstrucción, quien
decida.
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Quino. Cumpleaños 86.jpg
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Trump y Putin.jpg

Miquel Angel Soria

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Jul 19, 2018, 1:30:26 AM7/19/18
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El diari Ara utilitza, al seu editorial d'avui, el terme esperpent, que ahir emprava Garcia Albiol.
No hi ha una altra manera d'expressar la "tragèdia"? Què diria Valle Inclán?


Gulliver en el país de la macroeconomía
Alejandro Nadal

Cuando Jonathan Swift escribió Los Viajes de Gulliver, una sátira sobre las vanidades que animan la política y las guerras entre las naciones, todavía no nacía la teoría económica. Pero ya existía una reflexión sobre los precios y la cantidad de moneda en circulación. El mismo Swift participó en una controversia sobre una reforma monetaria en Irlanda, oponiéndose a la introducción de monedas de cobre, argumentando que se degradaría el valor de cada unidad y las de mala calidad desplazarían a las de buena, que serían atesoradas.

En su cuento, Lemuel Gulliver llega al país de Lilliput y se sorprende con su población de hombres diminutos (15 centímetros de altura), pero no le resulta extraño que en el reino exista una economía, con moneda propia, un tesoro público, empréstitos y tasas de interés. Al mismo tiempo, las clases sociales, la división del trabajo y las diferencias de jerarquías y órganos de gobierno le revelan que no es posible agrupar el complejo entramado social en una sola entidad. La heterogeneidad de grupos sociales impedía la agregación de todos los pequeños individuos para pensar en uno solo capaz de representar a todo el reino. Gulliver se percató de que Lilliput era más que la suma de sus partes.

La obra de Swift fue un éxito. Pero tiempo después los economistas resucitaron la idea de que la agregación de los individuos para conformar una sola entidad, sí era posible. En 1890 Alfred Marshall utilizó la noción de empresa representativa (en sus Principios de Economía) para analizar la oferta de mercancías. El objetivo era representar una sola curva de oferta de bienes a nivel agregado con las mismas características de las curvas de costos promedio y marginales de las firmas individuales. Su idea era que la agregación de todas las empresas daría como resultado una empresa que pudiera representarlas para fines analíticos. En 1926 el economista italiano Piero Sraffa demostró que eso era imposible y destruyó las bases analíticas del concepto de Marshall. Pero en 1970 el economista Robert Lucas comenzó a utilizar la noción de agente representativo en modelos macroeconómicos. En los años siguientes el enfoque de Lucas revolucionó la forma de hacer teoría y política macroeconómica.

Por desgracia, el movimiento desencadenado por Lucas y asociados puso a la teoría y a la política macroeconómica por el camino del oscurantismo y la superstición. La noción de agente representativo fue usada por Lucas para aportar fundamentos microeconómicos a la teoría macroeconómica, dándole “rigor y consistencia. Los modelos inspirados en esta corriente reducen el problema económico de una economía a las decisiones que el agente representativo debe tomar sobre optimización, escogiendo entre consumo, trabajo y esparcimiento. Por supuesto, en esos modelos no hay desempleo involuntario, sólo hay esparcimiento.

En 1974, tres economistas muy del establishment, (Hugo Sonnenschein, Rolf Mantel y Gerard Debreu) demostraron con sendos teoremas matemáticos que la agregación de los agentes individuales usados en los modelos neoclásicos no permite rencontrar las propiedades de racionalidad que la teoría convencional atribuye a los agentes individuales. Es decir, la idea del consumidor individual racional que compra menos de un bien cuando aumenta su precio no se conserva en el agregado. O sea que el consumidor representativo se comporta de manera absurda y puede decidir comprar más de una mercancía aunque su precio esté aumentando. Por supuesto, eso destruye la idea de que los mercados siempre alcanzan un equilibrio entre la oferta y la demanda.

Pero ¿a quién le estorban los resultados científicos cuando lo que se busca es una bonita ideología? Los teoremas de Sonneschein-Mantel-Debreu fueron convenientemente escondidos y desterrados de las aulas donde se enseña la teoría económica. Y los modelos macroeconómicos de expectativas racionales con agentes representativos siguieron siendo el caballito de batalla de los bancos centrales y los ideólogos del neoliberalismo. Claro, sufrieron varias metamorfosis (modelos de ciclos de negocios, modelos neo-keynesianos y nuevos clásicos) y pasaron por sesiones de maquillaje matemático y econométrico para disfrazar la estulticia (modelos dinámicos estocásticos de equilibrio general). Quizás el resultado más conveniente de esos modelos es que las crisis se esfuman.

La teoría macroeconómica neoclásica está enferma. Desde el punto de vista científico, el programa reduccionista de la teoría macroeconómica basado en la posibilidad de agregar a los habitantes de Lilliput para concebir una especie de nuevo Gulliver conduce a resultados aberrantes. El mundo que nos rodea es heterogéneo y orgánico. Si el reduccionismo (el todo es igual a la suma de sus partes) sigue utilizándose en macroeconomía no es por sus virtudes analíticas, sino por su eficacia ideológica.


                                                            * * *

Un naufragio moral
Raquel Ejerique

Los guardacostas libios no son guardacostas. En realidad son miembros de las milicias. No pertenecen a un cuerpo oficial de servicio público, básicamente porque lo público en Libia no existe, no hay Estado. El contrato que firmaron con Italia solo tiene una cláusula: que venga a Europa el menor número posible de negros porque no nos caben en nuestras calles asfaltadas.

El código penal allí no es un código y se trata como delito simplemente intentar irse. Emigración en grado de tentativa. Como se les llenan las prisiones, pues van haciendo hueco a tiros, como contó Elvis a la periodista Gabriela Sánchez. Aunque cueste imaginarlo, también se divierten violando, vejando, pegando a quienes son más vulnerables que ellos. Menos mal que se derrocó a Gadafi porque ahora podemos estar tranquilos dejando el mayor reto migratorio de la historia en manos de ese país en ruinas. Cómo será Libia que lo único que dice Josefa, rescatada el miércoles de las tablas rotas de lo que fue una barca es:  "Libia no, Libia no".

Eso que ves no es la barca naufragada y rota a la deriva. Es la descomposición de la dignidad europea, y solo ha quedado en la foto ese navío al fondo, un velero de Proactiva Open Arms, una ONG pequeña y privada que ha salvado a Josefa, que milagrosamente resistió 48 horas en el mar, sin agua para beber y rodeada de gasolina. Al final, los derechos humanos los convertiremos en cuestión de fe y milagros en manos de organizaciones no gubernamentales. Josefa ha sobrevivido, si a lo que le queda por delante de trauma y adaptación en Europa se le puede considerar vida plena.

El niño bocarriba y casi sumergido no es un niño. Era una persona con derechos, era el futuro, el hijo de alguien, el nieto de alguien y el centro del amor de alguien. Él también quería, y esperaba, y esperó panza arriba pero no lo suficiente para el milagro de que un grupo de rescate particular lo encontrara en medio del mar por casualidad, tras haber interceptado una conversación entre una patrullera libia y un barco mercante. Mala suerte. Ahora los derechos humanos también son cuestión de suerte.

La mujer bocabajo tampoco es una mujer, es la rendición de los países europeos que sí pueden y no quieren. Han derivado su responsabilidad y pretenden que otros países sin garantías de respeto a los derechos humanos se ocupen. Son los países que pagan para que la mujer bocabajo no venga, que es lo mismo que fomentar que venga arriesgando su vida. Han echado del Mediterráneo a las ONG de salvamento para que se encargue Libia, la misma que no tiene Estado y veja y pega y mata. La mayoría de países no cumplen las cuotas de refugiados y siguen charlando de vez en cuando sobre cómo arreglarlo.

Salvini no es el primer ministro italiano, aunque le hayan dejado usurpar el puesto y el relato de un país que fue la cuna de la civilización y el derecho. Es un ministro de Interior que agita como un sonajero las vísceras de Italia. Es el cristalizador de una idea suficientemente popular como para volcar unas elecciones: la culpa de la pobreza es de los más pobres, no de los ricos ni de los gestores corruptos. ¿Cansados de disparar hacia arriba? Disparemos para abajo. Mientras su discurso le dé éxitos electorales y protagonismo, Salvini no dejará de utilizarlo y calentarlo sin escrúpulos. Hasta dónde llevará los ánimos él, su colega Viktor Orbán, el silencio acomplejado de los países europeos y la indolencia de quienes sí pueden hacer algo es un misterio cuyas consecuencias ya estudiaremos en los libros de historia.

Esta es la foto del desastre humano y el naufragio moral. Como ahora hay internet, información e imágenes, no podremos decir que no lo sabíamos. Aunque siempre podremos decir que en esta foto se ve un accidente náutico, con una mujer bocabajo, un niño bocarriba, el casco rojo de un socorrista, Josefa y una embarcación de recreo al fondo.

 


Primarias.jpg
La manada1.jpg
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Naoufal Lahlali.jpg

Miquel Angel Soria

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Jul 20, 2018, 1:30:29 AM7/20/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Quino, davant l'ús de Mafalda amb un mocador blau -dels
anti-abortistes- ha fet pública la seva denúncia explicant que sempre
ha estat per la defensa dels drets humans -en general- i dels drets de
les dones -en particular-.
Recuperant antigues formes de publicar les novel·les, eldiario.es
publicarà diàriament -des del dilluns 23- l'obra d'Isaac Rosa,
il·lustrada per Manel Fontdevila, Buscando a Franco.
Comença Així:
Es de noche, conduzco hacia el norte, me persiguen y llevo a Franco en
el maletero. Sí, Franco. Francisco Franco Bahamonde. Dictador español,
1892-1975. Su cuerpo embalsamado. O lo que queda de él...

Ens veiem dilluns.


VICTORIA INTERNACIONAL DEL INDEPENDENTISMO CATALÁN
Editorial de Gara
2018/07/20

El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena renunció ayer a la
extradición del president exiliado Carles Puigdemont para que sea
juzgado solo por el delito de malversación de fondos públicos. Además,
dejó sin efecto las órdenes de detención y entrega internacional
contra Puigdemont y el resto de políticos catalanes en el exilio,
manteniendo solamente las órdenes de detención dictadas para el Estado
español.

El juez firmó un auto lleno de reproches hacia la actuación de los
tribunales alemán y belga que, no solo muestra el empecinamiento en la
propia causa, sino también la prepotencia. Evidencia asimismo la
absoluta falta de dotes diplomáticas de la judicatura española, de las
que sí hizo gala el tribunal alemán, que trató de evitar el ridículo
de sus colegas españoles; pero estos se empeñan en subrayar sus malas
artes y su soledad frente a Europa, en una clara muestra de renacido
espíritu numantino. Por otra parte, Llarena reconoce en su auto que el
tribunal alemán «deteriora indebidamente» la causa que ha instruido,
es decir, reconoce que deja en evidencia que el sumario carece de
fundamentos jurídicos. A pesar de ello, el juez lo mantiene contra el
resto de procesados con el solo objeto de continuar la estrategia de
castigo al independentismo catalán, reafirmando de este modo el
carácter político del proceso, renunciando a impartir justicia y
convirtiéndose él mismo en el brazo ejecutor del castigo. De esta
forma, Llarena viene a dar la razón a las denuncia internacionales de
falta de independencia judicial en el Estado español.

El auto de Llarena permite a los exiliados recuperar la libertad de
movimientos y otorga al independentismo catalán una importante
victoria en el arena internacional. Evidencia el carácter político del
proceso y la urgencia en liberar a los dirigentes encarcelados. No
obstante, las victorias internacionales de poco sirven si no existe
una estrategia clara en el seno del independentismo. Mucho menos con
el Estado enrocado en la represión.

* * *

Aborto y adopción
Por Eva Giberti

Ante las discusiones que el tema aborto suscita aparecen personas que
afirman “que lo tengan y después lo den en adopción” ¿Cuánto saben del
“dar en adopción”? ¿Cuántas veces hablaron con las mujeres que
cedieron a sus criaturas en adopción? ¿Cuándo aprendieron la
diferencia entre aquellas mujeres que padecieron la desdicha de ceder
una criatura amada y la otra que entregó a un ser que la violación le
impuso? Para esas personas todo es igual, por ejemplo para las
preadoptantes que quieren “tener” un hijo a cualquier costo y por otro
lado la existencia de otra mujer que pudo “tener” el niño que las
otras precisan. Tener quiere decir poseer una cosa o disfrutar de
ella.

Resulta claro el lenguaje que posiciona a quienes desean adoptar a
estas “cosas” resultantes de un aborto fallido, al mismo tiempo que
asumen el enfrentamiento con otra mujer que no quiere “tener” a ese
producto que otras necesitan.

Los preadoptantes actuales, a pesar de estas otras preadoptantes
que sobrevuelan como caranchos, son personas que han aprendido que no
se adopta “porque tienen mucho amor para dar” como se decía antes,
sino porque hay niños que tienen derechos y necesidades, y disponer de
una familia es uno de esos derechos. No son una cosa que se lleva a
casa porque “yo preciso satisfacer mis ansias de maternidad”. Los
adoptantes en serio, han avanzado y saben y cultivan lo que
antiguamente se pervertía regulado solamente por el deseo personal.
Salvadas sean algunas excepciones. En este punto podrían introducir la
trampa: “¡Ah! Entonces reconoce que se está gestando un niño y que el
aborto asesina a un niño que se podría dar en adopción”. Ni en sueños
entraré en ese desfiladero tramposo. Por el contrario, afirmo que la
mujer decide aquello que desea, que quiere hacer con su cuerpo.

Lo oculto

Aquello que el actual debate oculta, más allá de las importantes
contribuciones que hemos escuchado acerca de la interrupción
voluntaria del embarazo, lo oculto –o escasamente mencionado– es la
figura de la mujer antes y después de ser protagonista del tema, la
mujer cuyo deseo sexual la condujo a establecer una relación coital
con un sujeto por el puro placer de gozar. Si pensó en mantener una
relación estable con él o no, no lo sabemos ni interesa.

Entonces nos encontramos con la realidad, que ella podría presuponer
–o no, según fuera su información– acerca de lo que sucedería si el
sujeto se negaba a impedir la irrupción de espermatozoides violentos e
invasores. O que sin negarse sólo pretendía ejercer su papel de macho
dominante.

De allí a la primera falta de menstruación, para confirmar luego el
embarazo y verificar, con desesperado arrepentimiento, que tendría que
abortar, innumerables ideas y proyectos de abortos se sucedieron en
sus días. Ni podía ni quería un hijo. Ella tan solo había ejercitado
su sexualidad. Este es el punto que el tema de la interrupción
voluntaria del embarazo oscurece: el placer sexual de la mujer. El
patriarcado se ha sentado en el trono del Zigoto para oficializarlo. Y
para sancionar, por su intermedio y pretendidamente para siempre, el
castigo por la decisión femenina de gozar con su sexualidad, cuándo
quiera, con quién y cuándo lo quisiera.

Lo que otros prefieren

Veamos si, como ejercicio contradictorio y fantasioso mantuviésemos la
idea de gestar una criatura sojuzgando de alguna manera a la gestante
–que no quiere mantener el embarazo– y de esa decisión se produjera
una criatura, esa criatura llevará consigo la maldición de no haber
sido deseado, más aun, de haber sido vituperado mientras ensoñaba en
el útero.

Entonces, al nacer, surgiría la maldición bíblica, “parirás con
dolor…” ¿Quién ha dicho que se refiere exclusivamente a los dolores
físicos del parto? La maldición habla de dolor y el recuerdo duele,
como duelen los arrepentimientos por los que esta mujer que pretendió
gozar deberá atravesar sin ninguna necesidad, solamente porque a
alguien con poder se le ocurrió que ella “debería tenerlo para
entregarlo en adopción”. Pretendiendo morigerar la violencia de la
frase “que lo dé en adopción” con un imaginario programa de
acompañamiento que, de acuerdo con la interrupción del embarazo, los
uruguayos –desde hace décadas– transformaron en realidad.

Decir la verdad

Si alguien arriesgara esta índole de adopción, a “esa cosa”, en su
momento habrá que contarle “la verdad”. O sea decirle: “En realidad
vos deberías haber sido un aborto porque la mujer que te tuvo quiso
matarte antes de nacer. Pero nosotros (padre y madre adoptantes) te
salvamos la vida”. Decirle algo distinto sería mentirle.

Pero claro, no haría falta ser tan directos. Podría dulcificarle el
relato ¿Cómo?

En el horizonte, siempre la temida sexualidad de las mujeres. A la que
de todas maneras se busca neutralizar, ahora capturándola para
convertirla en una madre que reniega de su hijo y lo mata ¿Podrían
inventar algo peor? Seguramente sí, transformando a la mujer en una
usina productora de “cosas adoptables” resultados de la manipulación
ética del Zigoto. Como lo escribe María Moreno: La propuesta de
adopción (…) ha sido pensada borrando a las mujeres y enajenando su
libertad a una coacción que las convierte en objetos bajo la forma de
incubadoras.

El propósito es anular el deseo y el derecho sobre su cuerpo de esta
mujer que es prioridad y es anterior a la intervención de quienes
pretenden atarla definitivamente a una experiencia de amor, o a una
jugada de placer, pero siempre a un compromiso con su cuerpo que ella
eligió libremente para disfrutar de su sexualidad. Pero no para
cambiar definitivamente su historia personal.
Otro duro día.jpg
Llarena.jpg
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Los restos de Franco.jpg

Miquel Angel Soria

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Jul 23, 2018, 1:30:32 AM7/23/18
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Jean Ortiz, al seu blog a l'Humanité, no perd Espanya de vista - des
de Pau li queda a mà-.Ahir titulava: "Trois partis d'extrême droite en
Espagne?"
A Catalunya, la dreta es radicalitza sota altres amagatalls.
Álvarez-Solís ja està al vuitanta.nou anys. Per molts anys més!

Lo más pronto posible, pero no de forma inmediata
Javier Pérez Royo

Salvando las distancias, el debate sobre la independencia de Catalunya
en el Congreso del PDCAT celebrado este pasado fin de semana recuerda
al debate sobre el “revisionismo” que se produjo en la Segunda
Internacional tras la publicación del libro de Eduard Bernstein “Las
premisas del Socialismo y las tareas de la Socialdemocracia”.

La independencia ocupa en la estrategia del PDCAT definida este fin de
semana el lugar que el socialismo acabó ocupando en la de los partidos
socialdemócratas a partir de las primeras décadas del siglo XX. Es un
objetivo que hay que alcanzar, pero recorriendo un camino en el
interior de las instituciones representativas del Estado, que llevará
el tiempo que sea necesario. “Lo más pronto posible, pero no de manera
inmediata”. Vale.

Es curioso que este debate se haya producido en un partido, el PDCAT,
heredero de otro, Convergencia Democrática de Catalunya, con el que
Jordi Pujol reconstruyó la opción nacionalista que representó la Lliga
hasta la Guerra Civil. Convergencia ha sido, con mucha diferencia, la
expresión más acabada del nacionalismo autonomista en la historia de
Catalunya. No ha habido ningún partido nacionalista que tenga una
ejecutoria comparable a la suya. Lo que no tiene es ejecutoria
independentista. La independencia no ha figurado en su programa
político ni en sus programas electorales desde su fundación hasta
prácticamente el momento previo a su disolución. En el programa para
las elecciones catalanas de 2012 todavía no figuraba la independencia
en la oferta que se hacía a los ciudadanos. El nacionalismo catalán
que pretende articular políticamente el PDCAT carece, por tanto, de
tradición independentista. Sí cuenta con una tradición muy importante
de partido de gobierno dentro del sistema político configurado a
partir de la entrada en vigor de la Constitución de 1978. De partido
de gobierno de la Comunidad Autónoma de Catalunya y de partido de
gobierno del Estado, en la medida en que su contribución ha sido
decisiva para que hubiera mayoría de investidura en varias ocasiones.
Una de las razones por las que la Constitución española ha tenido
éxito ha sido por la aportación del nacionalismo catalán y también del
vasco, pero, sobre todo, del nacionalismo catalán, a la gobernabilidad
del Estado. A la inversa, el salto de la autonomía a la independencia
de dicho nacionalismo ha provocado la crisis constitucional de mayor
envergadura desde el comienzo de la Transición.

Este tipo de debates suelen permanecer abiertos durante bastante
tiempo. No se cierran fácilmente y, sobre todo, no se cierran de
manera expresa. El debate se va difuminando con el paso del tiempo.
Es muy difícil conseguir una aproximación al objetivo final, que va
desdibujándose lenta pero inexorablemente. Así les ocurrió a los
partidos socialdemócratas europeos con el socialismo. Y lo mismo,
previsiblemente, le va a ocurrir al nacionalismo catalán con la
independencia.

La ruptura que la aproximación a la independencia supone con el Estado
es muy difícil de alcanzar. Especialmente cuando el partido que
intenta conseguir esa aproximación lo que ha hecho toda su vida y lo
que sabe hacer es gestionar y no organizar operaciones de ruptura con
el sistema político en el que está inserto. Convergencia ha sido un
partido de gobierno y no un partido insurgente. Es muy bueno
resistiendo frente a las pretensiones de “asimilación”, pero no lo es
en absoluto para ser protagonista de un levantamiento insurreccional,
es decir, de una rebelión. En los meses de septiembre y octubre del
año pasado quedó claro para todo el mundo, menos para el Fiscal
General y los Magistrados del Tribunal Supremo, que vieron lo que
nadie vio. No hubo levantamiento insurreccional por ningún lado.

La independencia es un espejismo, es una ilusión óptica o de la
imaginación, que en la distancia puede parecer verosímil, pero que se
desvanece en la proximidad. La independencia se ve como posible porque
está lejos. Es imposible en la inmediatez. Por eso, el cuando sea
posible, no acaba llegando nunca. Es verdad que los espejismos
conducen a veces a errores de juicio que pueden tener consecuencias
negativas. Ya hemos tenido ocasión de comprobarlo. Afortunadamente, la
renuncia a la inmediatez parece que aleja la repetición de nuevos
errores.

Es obvio que la reafirmación del objetivo de la independencia no
facilita la tarea del presidente del Gobierno, pero estoy seguro de
que no lo habrá sorprendido. No puede no saber que el conflicto
constitucional de Catalunya todavía tiene recorrido. Y que se pondrá
fin al mismo en algún momento, que ahora mismo no se puede saber
cuándo será.

* * *

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
OCHENTA Y NUEVE AÑOS

Ante todo, mi gratitud a quienes me han felicitado por mi ochenta y
nueve aniversario. Dios les pague su caridad. No hubiera iniciado este
papel con tal referencia a mi persona –sería vanidad absurda en quien
no puede tener objetivamente vanidad alguna– de no prestarse mi edad a
ciertas consideraciones sobre mi nacionalidad española. Creo
sinceramente que ser español durante casi noventa años tiene alguna
suerte de mérito. Por mucho menos han sido concedidas brillantes
cruces al valor. He de subrayar, sin embargo, que mi españolidad esta
diluida en una dosis elevada de celtismo que aportaron tanto mi
bisabuela galesa como mi abuela alemana, que procedía de una nación
que antes de ser Prusia oriental perteneció políticamente al Gran
Ducado de Moscú. Por si ello no fuera ya relevante en mi constitución
espiritual, soy descendiente de las tribus célticas que partiendo del
norte peninsular se asentaron en tierras irlandesas o del marco
escocés. Yo creo mucho en el poder de lo étnico. El ser humano está
hecho sobre todo de paisaje y lengua, dos elementos milenarios que
hornean a los pueblos. De los celtas dijo un gran historiador catalán
que era el único pueblo germánico incapaz de formar imperios. De ahí
su relegación a tierras extremas y defendibles. Los castros gallegos,
por ejemplo, certifican esto que digo de modo muy sumario.

Lo español, típicamente entendido, tiene otras características
distintas a las célticas: España fue amasada muy deprisa –España es
ácima– y merced a un juego de imágenes sobrecargadas de invención
urgente y con una población muy discontinua. Cuando nace el reino de
León, con monarcas asturianos –que tuvieron una relación principesca
con la brillante corte carolingia, como demuestra el prerrománico
asturiano–, surge una sociedad atribulada e inestable que aprovecha
grandes vacíos territoriales que no generan ninguna cohesión social y
cultural. La cultura estaba constituida con retazos romanos dispersos
y escasos –sorprende un monarca como Alfonso el Sabio– y la economía
supervive a duras penas merced a las grandes haciendas romanas
desligadas hacía ya tiempo del Imperio que desaparece. La anarquía que
produce una dinámica tan sobrevenida y desarticulada impide hablar ni
siquiera idealmente de lo español. La corta presencia visigoda no
cobra por su parte, ni mucho menos, una profundidad determinante de
una verdadera nación de límites peninsulares. Mientras todo eso sucede
en lo que luego será Castilla y sus forzadas adherencias, los condes
dependientes de la corte carolingia en tierras del este pirenaico van
adquiriendo soberanía y asentando lo que será la futura Catalunya, ya
convirtiéndose en una realidad política plenamente mediterránea. Por
su parte Navarra despliega también otra entidad poderosa y madura al
norte y al sur de los Pirineos. Con la enérgica y dilatada presencia
musulmana, al menos hasta Toledo, y con expansiones sólidas hacia el
este, el sur peninsular se convierte en El Andalus, como nación con
una cultura propia, un comercio vivo y unas relaciones internacionales
poderosas. España, como tal España, sigue sin aparecer. Y Castilla
empieza a dibujarse como asiento de un poder basado en una dinámica
bélica tumultuosa y con variadas direcciones que prefiguran ya lo
español, intervenido seguidamente por dinastías que, asentadas en
España, la convierten en una pura fuente de recursos al servicio
exhaustivo de sus políticas imperialistas en las áreas europeas de su
procedencia dinástica. En el siglo XVIII culmina el enclaustramiento
de España y su renuncia a la Europa de la Ilustración. España es ya
España.

Todo esto que acabo de relatar muy elementalmente con el desorden
propio de la prisa y, por tanto, moteado de errores que en este caso
estimo secundarios, da lugar a una castellanización de España
caracterizada por un imperialismo sin más imperio finalmente que el
ejercido por Madrid sobre naciones aherrojadas dentro de sus fronteras
y sometidas a gobiernos autoritarios o golpistas; por una pérdida de
libertades políticas y sociales que crean un ambiente empobrecido en
que florece la sumisión; por un control del pensamiento que hostiga
todo diálogo verdadero; por una corrupción expansiva y elemental; por
una agresividad institucional que satura el aire de violencia… Todo
ello hace de España un lugar incómodo, donde la irresponsabilidad
generalizada se sostiene sobre una tribalidad que agavillan
violentamente líderes sin más ambición que su propia supervivencia.

En ese marco caudillista he cumplido los ochenta y nueve años. Según
sea quien gobierne solo me queda la esperanza continuada de que los
dirigentes sigan trabándose en sus constantes querellas y se olviden
una vez tras otra de la ciudadanía, que se alimenta de sus propios
disparates. España es una pura sumisión magnificada. Lo que me
pregunto una y otra vez es dónde está aquella Europa que nos han
prometido reiteradamente para ampliar siquiera un poco el patio de
recreo de la prisión. A mí, por ejemplo, me gustaría ser estonio. Me
atraen los mares del norte. Sin existiera de verdad una Europa Unida
podría llegar a los noventa años sin verme amenazado por otras Reinas
Católicas que retornarán si logra la Sra. Sáenz de Santamaría auparse
a un poder donde ya está sentada la Sra. Díaz en Andalucía. Por
ejemplo. Luego continuaremos con otro Borbón que seguirá teniendo en
su corazón la voluntad del primero que llegó al trono de Madrid con
una orden terminante de su abuelo, rey de Francia: «Trata bien a los
españoles, que te amarán, pero no olvides que eres francés».

Es desalentador ser español. Ser español me recuerda las cartillas de
racionamiento y el día del Plato Único que inventó el franquismo para
unir patrióticamente a los que ni siquiera tenían plato. Para celebrar
mis primeros ochenta y nueve años mi señora me ha regalado un diminuto
armatoste en que puedo pedalear sin moverme de la butaca en que me
siento todos los días para seguir los debates de la Sexta sobre lo que
harán con los huesos de Franco. Dicen que mejoraré notablemente de mi
parkinson, que tanto reposo me da, y que recobraré algo de la memoria
que antes tenía. Justo lo que tampoco deseo. Mi memoria quedó
depositada en la casa de empeños republicana.

A España le sobran los sufridos médicos de la Seguridad Social a fin
de llegar antes al paraíso que Dios prometió devolvernos, única y
triunfal salida que nos queda. A no ser que acierten los catalanes o
los vascos en su pretensión de libertad, a cuyas tierras iré
emocionalmente en mi patera de emigrante ideológico, aunque ahora
disfruto en la tierra de Segovia, que no ha perdido el sello romano
que conserva en su acueducto.

Yo lo que pretendo es tener una bicicleta de verdad y pedalear
enérgicamente entre las nubes como hacían los muchachos que querían
irse con E.T.
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Miquel Angel Soria

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Jul 24, 2018, 1:30:59 AM7/24/18
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Lectura imprescindible per aquells, que sense ser absolutament
nacionalistes -difícil situació- es deixen portar per alguna
vel·leïtat propera al romanticisme.


Hacer la vida imposible a los demás
Javier Pérez Royo

Los tres candidatos a la presidencia de la Generalitat del único
partido que, tras las elecciones del 21 de diciembre del año pasado,
estaba en condiciones de ocuparla, están en el exilio o en prisión. Y
además, acusados de un delito de rebelión, cuya prescripción, para el
que se encuentra en el exilio, se producirá dentro de veinte años y
con la posibilidad, para los que ahora mismo se encuentran en
situación de prisión provisional, de ser condenados a una pena
privativa de libertad de hasta treinta años.

Este es el dato más importante para entender lo que está ocurriendo
políticamente en Catalunya y, de rebote, en España. ¿Qué cabe esperar
de personas, de ideología nacionalista, cuyo horizonte personal son
decenios de exilio o de cárcel? ¿Qué incentivos pueden tener para que
se pueda hacer una vida normal en Catalunya o en España? Para ellos,
la normalización política, de Catalunya y de España, supone quedar
confinados en la situación en que se encuentran. Únicamente creando
una situación insoportable, pueden tener alguna esperanza de acabar
encontrando una salida.

Y a eso se están dedicando. Y tienen bazas importantes para hacer
avanzar su plan. Tanto dentro del nacionalismo como fuera, en la
relación del nacionalismo catalán con los demás partidos de Catalunya
y del Estado.

Dentro del nacionalismo se encuentran en una posición inexpugnable. Es
imposible oponerse a quien está en el exilio o quienes están en la
cárcel, acusados de un delito que no han cometido. Esto no lo piensan
solamente los nacionalistas catalanes, sino que lo pensamos muchos más
ciudadanos no solamente de Catalunya, sino del resto del Estado y de
la Unión Europea. Pero para los nacionalistas catalanes supone estar
sometidos a una suerte de mandato imperativo, que no gusta a un
porcentaje considerable, pero frente al cual no se puede articular un
mandato alternativo. En la situación en que se encuentra Catalunya, la
política nacionalista se dirigirá desde el exilio y la cárcel. Y quien
no esté de acuerdo, se tiene que apartar, como ha hecho Marta Pascal.
La han acompañado un 35% de los militantes del PDeCAT, que no son
pocos, pero en una protesta puramente testimonial.

Una vez conseguida una posición que es mucho más que hegemónica dentro
del PDeCAT, viene el asalto a ERC, al que no le va a ser fácil
resistir el ataque. La operación de acoso y derribo a Marta Pascal no
es nada para la operación que se avecina contra ERC. El President del
Parlament está siendo ya el primer destinatario de la embestida. ¿Qué,
si no, fue la reunión de la Mesa del Parlament de la semana pasada? O
te pliegas a lo que te exigimos, o no puedes ejercer de President y
tienes que mantener el Parlament cerrado. ¿Cuánto tiempo puede Torrent
mantenerse como President con el Parlament cerrado? Mi impresión es
que dentro de ERC no tienen preparada una estrategia de defensa. No
saben cómo parar la avalancha que se les va a venir encima. Y esto no
ha hecho nada más que empezar. Carles Puigdemont es, dentro del
nacionalismo, el único que tiene diseñada una estrategia para
enfrentarse al Estado.

Una vez que Carles Puigdemont haya conseguido imponerse en el conjunto
del nacionalismo catalán, la estrategia de desestabilizar el sistema
político español será el siguiente paso. Y con los votos de los que
dispone en el Congreso de los Diputados lo puede conseguir. La
continuidad de la legislatura está en manos de Puigdemont. Tendría que
producirse una rebelión contra su liderazgo por parte de los diputados
del PDeCAT para que no fuera así. Es algo que posiblemente le
agradaría a varios de ellos, pero a lo que no se va a atrever ninguno.
Carles Puigdemont no va a permitir que los diputados del PDeCAT
vuelvan a tener la autonomía que han tenido en la moción de censura
que ha hecho presidente a Pedro Sánchez.

La decisión de perseguir por el delito de rebelión a Carles Puigdemont
y demás dirigentes nacionalistas catalanes, de la que ha presumido
Mariano Rajoy en su discurso de despedida de su partido y de la
política en el pasado Congreso Extraordinario del PP, ha sido una
decisión ruinosa, que puede acabar llevándonos a una situación de
desgobierno generalizado. Porque el nacionalismo catalán no tiene la
fuerza suficiente para conseguir la independencia de Catalunya, pero
sí para hacernos la vida imposible a todos los españoles, catalanes
incluidos.

En esas estamos.
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Miquel Angel Soria

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Jul 25, 2018, 1:30:24 AM7/25/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Formes normals d'exercir la violència d'Estat:
A França els guàrdies privats de Macron actuen com a policies repressors (cas Benalla).
A l'Argentina es compleix el somni de Macri -que poc canvia el nom- i l'exèrcit fa tasques de policia. (Els generals tornen al poder).
I aquí, seguim...


VÍCTOR MORENO
PROFESOR

MEMORIA DESDE EL RESPETO

La memoria ha sido considerada como simple contenedor de datos y, por esta razón, mal vista en el sistema educativo. «Aprender de memoria» era de personas poco inteligentes. La memoria no pensaba. Su ejercicio se reducía a tomar datos y colocarlos en la estantería del cerebro. Como actividad desprovista de inteligencia era ajena a la abstracción y al pensamiento.

Un grasiento error.

Primero, porque la neurociencia sugiere que la memoria responde a abstracciones y que su funcionamiento se rige por la asociación entre conceptos. La creación artística, poética y narrativa, no existe sin su concurso. El cerebro y la memoria nos ayudan a entender lo que procesamos.

Segundo, el cerebro no necesita mucha información para extraer un sentido de las cosas.

Tercero, la mente olvida los hechos en los que dejamos de pensar, pero le cuesta hacerlo cuando se asientan en emociones y afectos.

Cuarto, la memoria funciona en ausencia de referentes, sean hechos y personajes del pasado, también, edificios, por lo que no hay que temer su desaparición si nuestro propósito es recordar gracias a ellos. La memoria no los necesita. Es capaz, por ejemplo, de saber que, cuando la derecha está en el poder no respeta ni a Dios, y, cuando no gobierna, se alía con el Diablo para conseguirlo. En ambos casos, un peligro para la salud democrática.

A propósito de edificios, concito de pasada la opinión del profesor de arte, Santiago Amón, para quien sería un acto civilizador para Madrid demoler la Catedral de la Almudena. Y no reivindicaba esta destrucción por razones ideológicas o por anticlericalismo, sino por la fealdad de dicha catedral. Y proponía que las ciudades españolas establecieran un premio anual para destruir monumentos e inmuebles horrendos que, en su opinión, «abundaban en el país». ¿Como el de Los Caídos? Sin duda.

Las personas llevamos la vida recordando como indica la neurociencia actual. Por eso, decir que la memoria de los vencidos está dañada por el odio y el rencor es mucho decir y poco precisar. Por el contrario, quienes afirman que la memoria que se pretende cultivar en las nuevas generaciones será memoria limpia y adánica, son tan voluntariosos como ingenuos.

Admitir, por ejemplo, que el mantenimiento resignificado de Los Caídos hará que la gente se vuelva más pacífica, no es utopía, es falacia. Crear un Centro de la Memoria acompañado por todas las virguerías didácticas y transversales habidas y por haber estará muy bien para crear puestos de trabajo, pero que lo sea para conseguir que las próximas generaciones eviten lo que nuestros mayores no consiguieron, es falso espejismo. Sabemos que las personas más expertas en esta especie de conductismo moral jamás obtuvieron enseñanza de las guerras pasadas y actuales. Se han bañado en las aguas de la barbarie cuantas veces lo ha exigido el mismo detritus: Patria, Dios y Dinero.

Algunos dicen que el fascismo se combate mediante prácticas democráticas, plurales y divergentes, impulsadas por gobiernos responsables, manteniendo la dignidad, la libertad individual y la soberanía popular por encima de cualquier veleidad arquitectónica, del pasado o del presente. Así debería ser, pero no lo es, porque no existen dichos gobiernos, ni han existido.

En este contexto, ¿de qué sirve la memoria como frontón contra la barbarie? De nada. El ser humano ha demostrado a lo largo de la historia que las trágicas consecuencias de sus conflictos las ha olvidado por completo. Le importa poco saber que en las guerras mundiales y la guerra española murieron millones de personas, que se torturó y se asesinó de forma tan impune como genocida. Y que, para mayor escarnio, a quienes dirigieron tales muestras de barbarie se les sigue teniendo como héroes, aclamados por gentes de su misma calaña moral.

Desengañémonos. Hay gente que sigue defendiendo a Franco, sin condenar sus crímenes y su dictadura, como hacen, no solo los nostálgicos, sino políticos del PP, como Casado o Méndez de Vigo, a quienes les parece bien que no se gaste un euro en sacar la momia del Valle, pero sí que gobiernos derechistas subvencionen la Fundación Franco con 150.000 euros. ¿Cómo es posible reconciliarse o entenderse con este personal? Llevan tatuadas en la piel las palabras del dictador cuando firmó en el decreto del 1 de abril de 1940, sobre la construcción del Valle de los Caídos: «La dimensión de nuestra Cruzada no puede quedar perpetuada por los sencillos monumentos con los que suelen conmemorarse en villas y ciudades. Es necesario que las piedras que se levanten tengan la grandeza de los monumentos antiguos para que las generaciones futuras rindan tributo de admiración a los héroes y mártires de la Cruzada», que no de los muertos de ambos bandos, como suele decirse.

En una democracia, no tendría que haber problema alguno en disentir desde la memoria o desde el presente. El problema empieza cuando vemos que las víctimas piden verdad, justicia y reparación, y los herederos ideológicos del franquismo, no solo abominan tales palabras, sino que sus representantes políticos tienen la desfachatez de decir que lo mejor es olvidar. O, en el colmo del cinismo, exhiben como modelo de esta reconciliación «a aquellos comunistas y militantes de Alianza Popular que se abrazaban emocionados, tras aprobar la Constitución». Casado dixit. Olvida este derechista las veces que él y políticos de su camada han utilizado el término comunista para condenar cualquier propuesta de izquierdas, como hiciera hasta el hartazgo el régimen franquista.

No es cuestión de olvidar, ni de recordar, ni de abrazarse, ni de reconciliarse con el enemigo. Tampoco de superar el pasado, sino de convivir con él como se pueda. Para ello sería urgente y necesario conocerlo, aceptarlo y, después, olvidarlo… si la base emocional que lo avala lo permite y uno lo desea. La memoria es capaz hacer tales abstracciones.

Tampoco es asunto de tolerancia, sino de respeto. En inglés, francés y castellano la palabra procede del latín, re-specere, con el significado de «mirar atrás» y que se interpreta como «valorar la trayectoria o el pasado de alguien o de algo», de ahí la expresión «tener respeto a alguien».

La derecha de este país no ha respetado jamás a quienes sigue teniendo hoy como adversarios históricos por su condición de republicanos y caídos, muchos asesinados impunemente, en defensa de la II República. Nunca, la derecha los ha tenido como legítimos representantes políticos de una parte de la historia de este país. Siguen siendo escoria, es decir, rojos, comunistas y republicanos.

Este es el quid de la cuestión. La memoria de la derecha no creo que cambie jamás su chip mental en este aspecto. Sería reconocer su crimen. Y ella quiere reconciliarse olvidando este detalle.
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Miquel Angel Soria

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Jul 26, 2018, 1:30:17 AM7/26/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
¡Siempre es 26! Avui fa 65 anys de l'assalt al Cuartel Moncada.
També 143 anys del naixement d'Antonio Machado.

I aquí, com sempre: d'escàndol en escàndol.

La hija de Marchena
Elisa Beni

La transparencia y la limpieza deben regir los actos de toda
administración y, como no, aún más si cabe del órgano de Gobierno de
los jueces que son aquellos llamados a controlar la de los otros. Por
eso, cuando la sombra de la duda se cierne sobre sus actos es
necesario que estos sean explicados, aclarados y dejados fuera de toda
sospecha ante la ciudadanía y ante aquellos que puedan haberse visto
agraviados por ellos. Si el acto que semeja mancillado lo es, además,
por la sombra del nepotismo, no cabe dilación a la hora de hacerlo.

Este es el caso de la publicación este martes en el Boletín Oficial
del Estado de la adjudicación de la plaza número 36, de la
convocatoria pública de 35 plazas de fiscal, a la hija del presidente
de la Sala II del Tribunal Supremo, Manuel Marchena. Hace calor y en
muchos rincones de España, jóvenes esperanzados estudian su oposición
con gran sacrificio personal. Ayer estaban soliviantados. ¿Cómo se
concede la plaza número 36 si sólo había 35 plazas? ¿Cómo es que esa
plaza inesperada es para Sofía Marchena Pereda, hija del magistrado
Marchena? ¿Deben comenzar a desconfiar de algo que les parecía tan
sólido y neutro y justo como una dura oposición? ¿Debemos hacerlo los
ciudadanos? Voy a intentar responder a algunas de estas preguntas pero
es seguro que serán otros los que tendrán que hacerlo para asumir su
responsabilidad.

Comenzaré por el principio para ver dónde se hayan las grandes dudas
de un proceso que puede resultarles farragoso.

La hija de Marchena aprobó en 2016 la oposición común a las carreras
fiscal y judicial con una nota de 68’20 y eligió irse a la Escuela
Judicial para ser juez. Según los datos públicos de la convocatoria,
el último aspirante que eligió ser fiscal tenía un 50’66 lo que
significa que ella podía haber elegido ser fiscal. No fue así. Optó
por ser juez. Esto es importante porque una vez elegida una u otra
carrera, la permeabilidad entre ambas es nula. Sofía Marchena se
incorporó a la Escuela Judicial y al mes de estar en ella tuvo que
abandonarla por una enfermedad. Lo cierto es que no es la primera vez
que esto sucede, evidentemente. La ley ya dice claramente que a quien
le suceda esto, se le permitirá incorporarse a superar su fase de
Escuela con otra promoción. ¿Por qué no pasa eso con la hija de
Marchena? ¿Por qué no se espera a que se recupere para volver a
incorporarse?

Lo que sucede es algo bien distinto. El día 21 de diciembre de 2017,
al filo de la Nochebuena, se toma un acuerdo en la Comisión Permanente
del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) mediante el cual la
aspirante a juez Marchena es suspendida como funcionaria en prácticas
por su enfermedad pero, además, resuelve que la hija de Marchena "se
incorpore a la relación de aspirantes que superen el proceso selectivo
inmediato al dictado de esta resolución", es decir, la retrotrae al
momento en el que aún no había elegido entre ser juez y fiscal. ¿Por
qué se hace esto? Es inaudito. Ningún director de la Escuela Judicial
recuerda que un caso de ausencia por enfermedad se resolviera de
ninguna otra manera que como está indicado: volviendo a iniciar el
curso con otra promoción. El acuerdo de Nochebuena dice además que
conservará la nota y todos sus derechos. Podría parecer justo pero al
propio CGPJ no se lo ha parecido puesto que, a pesar de haberlo
acordado, hoy hemos sabido que se le asignó otra nota inferior a esa
(52’31) justo por debajo del último admitido "para no perjudicar a
nadie". ¿Cómo se explica que el CGPJ acuerde y publique en BOE una
cosa y luego no la cumpla para no perjudicar?

¿Cómo y por qué adopta este acuerdo la Comisión Permanente -el
sanedrín reducido de Lesmes-? ¿A petición de quién? Aclaremos que un
órgano de este tipo no se pronuncia en el vacío sino que el problema o
la cuestión ha de llegar por vía legalmente autorizada para estimular
la adopción de ese acuerdo. El CGPJ ha aclarado que tal cuestión llegó
a la mesa de la Permanente a través de una propuesta de la Directora
de la Escuela Judicial. ¿Por qué y a título de qué la directora de la
Escuela propone que se adopte una resolución sobre un problema cuya
solución ya se conoce porque la fija la ley? ¿En qué términos lo hace?
Nunca se había dado un caso así. Ninguna otra vez un director de la
Escuela Judicial ha consultado que sucede con un alumno enfermo al
CGPJ, ¿tiene algo que ver que la directora consultante sea la mujer
del magistrado Llarena que pertenece a la sala que preside el padre de
la joven?

La citada resolución se publicó a hurtadillas justo antes de
Nochebuena e incluía la indicación de que podía ser impugnado durante
dos meses ante la Sala Tercera del Tribunal Supremo. Como se ha visto
ningún opositor o interesado lo vio o lo impugnó así que devino firme
y eso es lo que utiliza ahora el CGPJ para revestir de legalidad lo
que sigue pareciendo totalmente ajeno a la normalidad de una
oposición.

Como hemos dicho, la hija de Marchena ha optado esta vez por elegir la
carrera fiscal. Ha tenido la posibilidad debido a su infausta
enfermedad de volver a replantearse sus opciones profesionales y
elegir otras, algo que le está vedado a todos los demás componentes de
su promoción y de las restantes. Nunca había pasado. Ya es cosa del
destino que vaya a suceder con la hija del presidente de la Sala II
del Tribunal Supremo.

Insiste mucho el CGPJ en que no se ha perjudicado a nadie, pero es que
ni siquiera este extremo lo podríamos firmar a ciegas. Yendo la última
de los aprobados, con una nota que no es la suya ni la aprobada en la
Permanente sino elegida a posteriori, ha elegido fiscal en una plaza
inexistente en principio. ¿Le ofrecieron a los anteriores opositores,
del 93 al 97 que eligieron juez la plaza supletoria, la plaza de más?
¿Eligieron juez todos por voluntad propia o alguno lo hizo porque la
plaza 35 ya se había consumido por el opositor 92 y ya no quedaban
más?

El presidente del CGPJ debería de explicar todos estos extremos y
mostrar la documentación pertinente para alejar la sospecha de que
esto seas una cacicada a la que se ha revestido de una legalidad nunca
vista antes para permitir que la hija del magistrado Marchena cambiara
su elección de juez a fiscal sin volverse a examinar. Deberíamos poder
ver los términos del escrito de la directora de la Escuela y los
informes técnicos o deliberaciones que llevaron a este acuerdo. En
caso contrario muchos opositores y muchos que no lo somos vamos a
pensar que el triángulo mujer de Llarena-Padre Marchena y Lesmes se
cerró para hacerle un favor concreto a una persona determinada. Eso en
castellano del que le gusta a Reverte se llama nepotismo. Eso lanzaría
una sombra de duda sobre el sistema de acceso a la judicatura y al
ministerio fiscal y nos enseñaría hasta que punto de desvergüenza
institucional se puede llegar.

Las explicaciones dadas hasta el momento, como les he mostrado, no son
suficientes. Hay un dicho jocoso en el mundo judicial que dice que en
el CGPJ el principio de legalidad resulta revolucionario. Es un
chascarrillo. Es seguro que todo el proceso pasa de largo la prueba
del algodón, sólo tienen que mostrárnoslo.


* * *

La economía mundial en la encrucijada
Alejandro Nadal

En 1931 John Maynard Keynes escribió un ensayo sobre Las posibilidades
económicas de nuestros nietos. En él describió con profundo optimismo
el potencial que en el largo plazo conlleva el desarrollo del
capitalismo. Entre las perspectivas que pronosticaba para 2031 estaba
la semana de trabajo de 15 horas. La población dedicaría el resto de
su tiempo a la cultura y el esparcimiento. Al comenzar la Gran
Depresión, Keynes escribía estas reflexiones como un antídoto contra
la desesperanza que comenzaba a predominar. Sus predicciones no se han
cumplido y las crisis recurrentes, el deterioro ambiental y la
profunda desigualdad que imperan en el mundo vuelven a alimentar el
pesimismo.

Una gran distancia separa las perspectivas de largo plazo sobre el
capitalismo y lo que ocurre en la coyuntura actual. Pero no hay que
olvidar que el viaje más largo se compone de pequeños pasos. Los
fuertes vientos de fronda y profundas contracorrientes que hoy sacuden
la economía mundial son las palabras con las que se escribirá mañana
la historia del capitalismo.

Lo que hace unos meses podía parecer una frágil recuperación hoy se
presenta como un paisaje sombrío. Existen fuerzas que estimulan el
crecimiento, pero coexisten con varios factores que frenan la
expansión. ¿Cuál será el desenlace? O la recuperación se consolida y
la economía mundial avanza por un sendero de tímida expansión, o el
deterioro se profundiza y resurge el espectro de una crisis más
profunda que la anterior.

En caso de que la recuperación llegue a consolidarse, no hay que
esperar tasas de crecimiento espectaculares. Pero sí habría un periodo
de cierta estabilidad y se alejarían (temporalmente) los nubarrones
que marcaron los años inmediatos a la crisis de 2008. En contraste, si
la recuperación es perturbada, la situación se complicará y se podría
retornar a esos años en los que el sistema financiero del mundo
amenazaba con desintegrarse.

Los datos sobre crecimiento comenzaron a revertir la tendencia
negativa desde 2013, pero la trayectoria que sigue la economía mundial
es frágil y no es posible hablar de crecimiento sostenido. Hoy 85 por
ciento del crecimiento mundial es atribuible a dos economías: China y
Estados Unidos. El resto del mundo, con la Unión Europea y Japón a la
cabeza, continúa con tasas de crecimiento más bien mediocres. ¿Será
duradero el crecimiento en "ChinAmérica", como algunos llaman al
entrelazamiento de estas dos economías? Cualquier descalabro en ese
binomio tendría graves consecuencias a escala mundial.

La respuesta no es evidente. En la economía china la expansión ha
descansado excesivamente en el crédito y buena parte del sistema
bancario en ese país se encuentra en dificultades. En 2008 la deuda
total en China era equivalente a 141 por ciento del PIB, pero en 2017
esa proporción había pasado a ser 256 por ciento. La mayor parte de
ese endeudamiento (163 por ciento) corresponde a las empresas, y los
términos de los contratos que rodean esos créditos se desconocen. La
opacidad del sistema bancario en China es una de las características
más inquietantes de esa economía. Por otra parte, el nivel de ingreso
per cápita en China (15 mil 400 dólares en 2017) hace muy difícil para
los hogares sobrellevar esa carga de endeudamiento. Si el banco
central decide incrementar las tasas de interés para controlar el
apalancamiento y la creación de crédito, la carga de la deuda se
incrementará y se frenará el crecimiento. El aterrizaje no será suave
y las repercusiones globales no se harían esperar, sobre todo en el
caso de los exportadores de productos básicos que tienen en China uno
de sus principales mercados.

En Estados Unidos el crecimiento hoy está soportado por un estímulo
fiscal cuyos efectos no van a durar más allá de 2019. La reforma
fiscal de Donald Trump se ha acompañado de buenos resultados en
algunos indicadores económicos. Pero los salarios siguen estancados,
la desregulación financiera se mantiene y los bancos han seguido
creciendo y concentrándose. De los 15 bancos que recibieron ayuda
durante la crisis, 11 son ahora más grandes de lo que eran en 2008: la
tendencia hacia mayor concentración en el sector bancario se mantiene
y eso no es una buena señal. La generación de empleo arroja cada
trimestre datos aparentemente positivos, pero esos empleos no son de
buena calidad y la medida amplia de desempleo sigue siendo elevada.
Además, la Reserva Federal piensa que ya hay presiones inflacionarias
y seguirá aumentando la tasa de interés, lo que frenará el
crecimiento. Hay que añadir la guerra comercial que Trump ha desatado
y cuyos destrozos irán mucho más lejos de lo que alcanza a imaginar su
narcisismo infantil.

No es la Gran Depresión, pero tampoco es el brillante escenario que
describía Keynes para el futuro de los nietos. En la intersección de
la coyuntura económica y las reflexiones sobre el largo plazo, es
tiempo para repensar las estrategias de desarrollo económico.
En los aviones.jpg
Vuelve Aznar.jpg
Grecia1.jpg
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Miquel Angel Soria

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Jul 27, 2018, 1:30:55 AM7/27/18
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“Pero volvamos al himen. Esta membrana es un sello físico que
contribuye a que la mujer se inicie con mayor racionalidad en la vida
sexual. Todos los sellos, no sólo los sexuales, tienen como misión
ayudar a reflexionar sobre la acción que se llevará a cabo. Por
ejemplo, en las tiendas elegantes las prendas de vestir tienen un
sello que, quien lo rompe debe comprar la mercadería; a diferencia de
los mercados persas en los que se puede probar una mercadería sin
sellos ni garantías y si es utilizada a lo largo de unos días y no
complace al comprador, éste podrá regresar al puesto de venta y
cambiarla por otra (...)”.

(De “Gobernar es poblar. ¿Paternidad responsable o fornicación
asistida?”, de Abel Albino.)
Una de les múltiples perles del metge argentí, amic -i defensat- de
Mauricio Macri.


¿Nuevos ricos y nuevos pobres? Por Javier Gómez Sánchez

25 JULIO, 2018 DE LA PUPILA INSOMNE

Uno de los temas que llamó la atención en las más recientes sesiones
de la Asamblea Nacional, dedicadas a la discusión del Proyecto de
Reforma Constitucional, fue el de la limitación de laconcentración de
la riqueza. Ya con anterioridad los cónclaves del PCC y de la propia
ANPP que dieron lugar a los Lineamientos primero, y la
Conceptualización después, debatieron el asunto.

Lo cierto es que estamos ante un tema en el que no acabamos de definir
una combinación efectiva entre el criterio subjetivo y la vida
práctica. Igualmente persiste cierta confusión entre acumulación de
riqueza y concentración de riqueza. La acumulación de riqueza es
existente en cualquier sociedad, todos lo hacemos en un monto u otro.
No es eso lo que se desea limitar, aunque con frecuencia se confunde,
lo que me recuerda cuando una periodista española me preguntó si en
Cuba se pretendía poner un tope a la cantidad de dinero que la gente
podía tener en el banco.

La concentración es la posesión en pocas manos de una cantidad de
medios de producción existentes y que al ser lógicamente de un número
limitado, implica una minoría propietaria y mayoría desposeída. La
concentración de riqueza, entiéndase de medios de producción, en unas
pocas manos privadas, conlleva a la concentración de poder en esas
manos. La típica situación en que un puñado de grupos empresariales
privados tiene más poder en un país que el propio gobierno. El clásico
drama del capitalismo entre la concentración de la riqueza y la
socialización del trabajo que la produce.

El disfrute real de la riqueza, los mecanismos de socialización, el
carácter verdaderamente colectivo, la calidad y el buen manejo de la
forma de propiedad estatal, así como el tipo de producciones y
servicios que deben permanecer en ella, ha sido de amplio debate a lo
largo de los últimos 10 años en Cuba. Pero hasta ahora la única manera
de socializar, además del trabajo, la apropiación de la riqueza- junto
a las fórmulas de cooperativa también presentes en Cuba- es la
redistribución por el estado. Ante la lamentable impresión de que lo
que es del Estado ¨no es de nadie¨, se debe recordar que lo privado es
solo de uno o de unos pocos.

Se debe recordar a quien lo necesite que en el capitalismo más
desarrollado e incluso en el menos, los gobiernos no renuncian a la
propiedad estatal sobre grandes empresas de servicios básicos y
estratégicos o de explotación de recursos naturales. Cuando por la
tendencia de algún partido temporalmente en el poder, estas han sido
en totalidad o en parte privatizadas, muchos casos han traído
consecuencias negativas con gran impacto social, y abundan los
ejemplos en que la empresa es recuperada por el Estado.

La simple recaudación de impuestos, papel al que se pretende limitar
el Estado, no es por sí sola suficiente ante las necesidades de un
país con necesidades sociales de desarrollo, sino que deja en manos de
los productores privados la imposición absoluta o mayoritaria de los
términos de un tipo de servicio. No necesitamos ir muy lejos para
esto, en Cuba lo hemos visto básicamente en el transporte público y su
dependencia de los privados, con el intento de imposición de tarifas
más elevadas y la respuesta del Estado de crear alternativas con los
Taxi Rutero (forma cooperativa) y la estatal Transmetro (forma
estatal).

Durante las recientes sesiones, según lo divulgado por Granma, uno de
los diputados ¨expuso la duda de que el proyecto se refiere a la
limitación de la concentración de la propiedad y no incluye, como sí
lo hacen los Lineamientos, el tope a la concentración de la riqueza.¨
Por lo que otro diputado, miembro de la Comisión, ¨explicó que al
elaborar este artículo se tuvo en consideración la propiedad y no la
riqueza, porque cuando no existe la concentración de la primera, es
muy difícil que aparezca la otra¨

Otro diputado, agregó: ¨Es el alcance de la propiedad la que podemos
regular, no así el de la riqueza (…) Lo que tenemos que definir es que
hay una propiedad privada, ya la ley se encargará de definir cuál será
su alcance¨

Creo que una de las cosas que más domina la visión sobre este asunto,
no es realmente el prejuicio hacia la riqueza y sus ¨nuevos ricos¨
cómo solo quieren presentar algunos, aunque no deja de estar presente,
sino que en la mirada por el lado contrario, en Cuba todavía en este
momento vemos la riqueza individual como una señal de prosperidad
colectiva.

Venimos de una situación de tanta precariedad material que es
entendible que pensemos así.

La necesidad actual y futura de que una parte significativa de la
población pueda existir y proveerse de alimento, vivienda, empleo,
transporte y esparcimiento de forma no dependiente del Estado y que lo
haga a partir de una forma lícita, marcaron la naturaleza de las
Reformas y de la apertura del trabajo por cuenta propia. Su existencia
en un porcentaje cada vez mayor respecto al total de la población,
aunque inevitablemente minoritario, permitiría concentrar más recursos
colectivos del Estado en las garantías para todos, como seguridad
ciudadana, educación, salud y la atención de los que tienen menos
posibilidades o son más vulnerables.

La distorsión salarial domina el cristal con que se ve el
funcionamiento del sector privado, a pesar de que desde las
autoridades laborales, sindicales y la propia prensa han venido dando
alarmas de las condiciones de explotación presentes en este
-desconocimiento de derechos como la protección por maternidad,
vacaciones y accidentes de trabajo, por ejemplo-, la actual y
desproporcionada capacidad de pago de los privados hace que estos sean
vistos no solo como meros empleadores sino como proveedores de una
economía personal superior a la media para sus empleados. El que pone
un paladar en Cuba y da empleo a 10 personas que se benefician también
de esas distorsiones cambiarias y tarifarias, por despiadado que sea,
no es considerado un explotador sino un benefactor.

Las condiciones actuales, bajo las que se expanden las dinámicas de
mercado, hacen que aún no se manifieste una de las reglas más básicas
del capitalismo, aquella mencionada más arriba en la que a través de
la explotación del hombre por el hombre, la minoría rica se basa en la
existencia de la mayoría pobre.

O sí, pero ocurrió en este país hace tanto tiempo que la mayor parte
de la población no lo vivió.

Es para mantener eso dentro de unos límites socialmente sostenibles
que debería preocuparnos el efecto futuro de la concentración. Las
amargas experiencias en el transporte público y la venta de productos
agrícolas, hacen pensar también en el carácter del medio de producción
sobre el que se ejerce la propiedad y los servicios. Una lección de lo
que ocurre cuando se deja a la libertad falsa del mercado un servicio
de primera necesidad. El anunciado ¨experimento¨ en el que el Estado
proveerá combustible a bajo precio a los propietarios de transportes
públicos, los llamados ¨carrotenientes¨ a cambio de que bajen el
precio del pasaje es un camino diferente y prometedor.

Tal vez deba analizarse, además de la acumulación de medios de
producción en unas pocas manos, la acumulación de manos sobre unos
pocos medios de producción. Con un número limitado de ¨almendrones¨ de
dedicados al ¨boteo¨, hemos mantenido una larga cadena de choferes,
titulares y arrendadores sobre los bolsillos de los pasajeros,
incluyendo “inversionistas” desde el extranjero que gracias a nuestras
distorsiones logran la rentabilidad sobre la fuerza de trabajo y otros
costos que nunca obtendrían en el país donde residen. No definir desde
un inicio en ese sector la relación entre larealización de la
actividad y la propiedad sobre el medio de produccióncon que se
realiza, permitió eslabones parasitarios e insostenibles en la cadena.

Pero tal vez sea en algunas zonas citadinas y en las ofertas
comerciales que van surgiendo en ellas, dónde se pueda comenzar a
apreciar más la capacidad de empobrecimiento que acompaña al
enriquecimiento, ante la carencia y escasa proyección local de
acciones que mitiguen su efecto.

En el texto Juntos y revueltos, en enero del 2017, comenté cómo la
diferencia económica ¨ha ido introduciendo cambios en la composición
social de algunas zonas geográficas en la capital cubana (…) para dar
lugar a un nuevo tipo de propietarios con un mayor manejo
económico.(…)Se van perfilando ciertos conflictos indirectos de
convivencia entre la ¨nueva clase media¨ (No ¨nuevos ricos¨, es
ridículo llamar rico a quien posee una casa y un auto chino de tercera
categoría para la industria automotriz) y las capas más proletarias al
vivir juntas en municipios en que el segundo grupo seguirá siendo
mayoría.¨

Posteriormente La Pupila Insomne publicó lo textosEmpobrecimiento HD y
Continúa el empobrecimiento HD, en el cual alertaba de las
consecuencias sociales de la conversión por parte TRD y CIMEX de
varios de sus establecimientos en zonas del municipio Playa, de
tiendas de productos a precio normal a tiendas de alimentos exclusivos
de marcas a altos precios:

¨Nos vuelven más pobres en la medida en que no se construyen nuevas
tiendas, sino que se eliminan o reducen a las que con dificultad el
promedio de los ciudadanos puede acudir para sus necesidades básicas,
y las sustituyen por otras solo al alcance de una ínfima minoría¨
Empobrecimiento HD. Julio, 2017.”

“Para los productos nacionales u otros a precio ¨normal¨ han quedado
un par de estantes y neveras al fondo de la tienda. Como si los que
viven en esa zona de Playa fueran todos ¨nuevos ricos¨ o diplomáticos
extranjeros. Lo más triste en el flamante supermercado fue ver, en
medio de ese esplendor de pacotilla, como las personas que buscaban
inclinándose en la magra nevera donde quedaba alguna hamburguesa
barata o alguna bolsa de yogurt nacional de menos de 1 cuc, las cosas
que la población más compra, eran personas ancianas y evidentemente
humildes.¨ Continúa el empobrecimiento HD.Enero, 2018.

En un encuentro al que nos invitaron algunos directivos de una de esas
empresas estatales a raíz de la publicación de Empobrecimiento HD en
Cubadebate, escuchamos que el criterio por el que se habían guiado
para hacer los cambios es que en la zona había emergido una población
con un alto poder adquisitivo y que los pobladores que no lo tenían
podían ir a comprar a ¨otros lugares¨ (Entiéndase buscar otras
tiendas).

Aunque reconozco que en cierta medida se ha ido rectificando la
situación en algunas de las tiendas que se mencionaron como ejemplo,
crea alarma constatar que es posible que como mismo el naciente sector
privado reproduce algunos de los vicios de los servicios estatales, la
mentalidad típica del rentismo privado puede ser reproducida por una
empresa estatal en el socialismo, algo que sería inadmisible.

Lo que debe preocuparnos no es exactamente el enriquecimiento, sino el
empobrecimiento que como efecto secundario, si no contamos con
políticas sociales que lo eviten, este nos pueda llegar a producir.
Reyes de ayer y de hoy.jpg
El pequeño Casado.jpg
INDIOS.jpg
Militares.jpg

Miquel Angel Soria

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Jul 30, 2018, 1:30:42 AM7/30/18
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La justícia, en tots els àmbits, segueix sent una herència del franquisme.


Las cicatrices del juez Piñar
Ruth Toledano

Tras hacerse pública la condena contra Juana Rivas, la ministra
portavoz Isabel Celaá se dirigió a los medios de comunicación
pronunciando esas frases que tienes que decir cuando estás en el
Gobierno, relacionadas con el acato y el respeto debidos a las
sentencias judiciales, es decir, a la separación de poderes en un
Estado de derecho. Pero no quiso evitar decir que hay sentencias que
“duelen más” y su cara dejaba traslucir una indisimulable
consternación. Me identifiqué con ese gesto que no era de crispación
indignada sino de la seriedad que congela el habla si no tienes que
hablar por obligación. Ante el televisor, yo también me había quedado
muda unos minutos antes, cuando la noticia fue que Juana Rivas había
sido condenada a cinco años de cárcel y a seis sin la patria potestad
de sus hijos. Lo que dejaba muda y dolía, más allá de la condena
misma, eran los términos del juez Manuel Piñar, quien dictó sentencia
tan rápidamente que cabe sospechar que la traía redactada de casa. El
juez que criticó a la Fiscalía por el “excesivo celo ideológico de
proteger a la mujer”, que se opuso a la Ley Contra la Violencia de
Género y que se refiere al “feminismo radical” para insistir en la
violenta falacia de “las falsas maltratadas”.

Esos términos heladores de la sentencia contra Juana Rivas eran el
prefacio de lo que sabríamos después acerca del juez Piñar (que bien
podría llamarse Blas). Los medios recordaron que hace unos años dictó
una sentencia que rebajaba la indemnización que pedía una joven de
Granada tras un accidente con argumentos tan perversos argumentos como
que la cicatriz, en una chica tan atractiva, podía ser un aliciente
sexual. Dijo que los muslos son una parte del cuerpo que las mujeres
no enseñan sino en traje de baño o en circunstancias tan íntimas que
no te fijas en los detalles. Bueno, un asco. El problema es que ese
asco es la máxima autoridad para juzgarte, interpreta las leyes, te
absuelve o te condena, decide tu destino. Le ha tocado a Juana Rivas
como le tocó en 1999 a una chica con la secuela de una cicatriz. Para
contener las nauseas, he de pensar, literalmente, en términos
poéticos: No hay cicatriz, por brutal que parezca, / que no encierre
belleza. / Una historia puntual se cuenta en ella, / algún dolor. Pero
también su fin. / Las cicatrices, pues, son las costuras / de la
memoria, / un remate imperfecto que nos sana / dañándonos. La forma /
que el tiempo encuentra / de que nunca olvidemos las heridas.

Me repito los versos del poema ‘Las cicatrices’, que la poeta
colombiana Piedad Bonnet publicó en 2011 en su libro Explicaciones no
pedidas. Pienso que, sí, la cicatriz del muslo de aquella chica
granadina encierra, como todas las cicatrices, la belleza del fin de
un dolor y el daño sin fin de la herida que fue. Y pienso en la otra
herida: la que un juez abrió a aquella chica cuando le habló en
términos brutales. La herida que ese juez abrió, como quien abre una
cabeza con un mazo, en la prosa de la historia. Así puedo pensar que
otras heridas también serán cicatriz, que nunca olvidaremos pero
podremos sanar, que con historias puntuales vamos rematando las
costuras de nuestra memoria. Solo así puedo no seguir muda ante un
televisor. Solo en esta cadencia y estas formas soporto hoy constatar,
una vez más, que la libertad y la dignidad de las mujeres estén
secuestradas por jueces con togas como pasamontañas, jueces como
Manuel Piñar, que rajan a las mujeres con sentencias como cuchillos y
dejan cicatrices que recorren de arriba abajo el cuerpo de nuestra
historia.

* * *

Ejercicio encanallado de la función jurisdiccional
Javier Pérez Royo

Es obvio que las decisiones judiciales no pueden ser sometidas a
ratificación popular. El principio de “exclusividad jurisdiccional”,
que está presente entre los principios constitucionales relativos al
poder judicial en todos los Estados democráticamente constituidos,
exige que sean jueces y magistrados los únicos que puedan administrar
justicia, así como también que los jueces y magistrados no puedan
hacer otra cosa que administrar justicia. El Poder Judicial es un
compartimento estanco en el interior del Estado Constitucional. No se
puede penetrar en él desde fuera, pero tampoco él puede proyectarse
hacia el exterior. Esto es lo que quiso decir Montesquieu en su famoso
capítulo “Del Espíritu de las Leyes” sobre la división de poderes al
calificarlo como “invisible y nulo”.

Únicamente los jueces y magistrados pueden, por tanto, administrar
justicia y una decisión judicial únicamente puede ser corregida en el
interior del poder judicial a través del sistema de recursos. Esto no
puede ser siquiera sometido a discusión, a menos que nos situemos
fuera del “Estado de Derecho”.

Ahora bien, la Constitución en el artículo 117.1 dice que “la justicia
emana del pueblo”. Son las primeras palabras del primer artículo del
Título VI de la Constitución, “Del Poder Judicial”. Esto es lo primero
que el constituyente subraya respecto de dicho poder. La justicia “se
administra” por jueces y magistrados, pero dicha administración tiene
que “emanar del pueblo”.

Hacer visible que la “justicia emana del pueblo” es, en consecuencia,
la primera obligación de jueces y magistrados en el ejercicio de la
función jurisdiccional. Y es una obligación que exige dos cosas:

La primera es un respeto escrupuloso al principio de legitimidad
democrática que se expresa a través “de la sumisión del juez al
imperio de la ley” (art. 117.1 CE). A diferencia de los poderes de
naturaleza política, legislativo y ejecutivo, cuya legitimidad
democrática es visible, porque son elegidos periódicamente por los
ciudadanos, la legitimidad del poder judicial no lo es. El juez tiene,
por tanto, que hacerla visible, Tiene que justificar que no es su
“voluntad particular” sino la “voluntad general” la que se impone con
la sentencia que él dicta. La subjetividad del juez debe brillar por
su ausencia. Cuando esto no ocurre, es una señal de que no se está
ejerciendo la función jurisdiccional de manera apropiada.

Ahora bien, el respeto del principio de legitimidad democrática es
condición necesaria, pero no suficiente. Hace falta algo más. La
interpretación de la ley tiene que hacerse de manera que resulte
inteligible para la opinión pública. No es imprescindible que la
comparta, pero sí lo es que no le repugne.

Y ello exige un esfuerzo de empatía por parte del juez, que no es
fácil. Y no lo es porque los ciudadanos que ejercen la función
jurisdiccional no son no ya “representativos” sino ni siquiera
“expresivos” del “pueblo”, del que emana la justicia que ellos
administran. Más bien todo lo contrario. El juez es un técnico, un
especialista, que adquiere la condición de juez después de haber
obtenido la licenciatura en Derecho y de haber superado unas pruebas
acreditativas de su capacidad muy exigentes. El juez se caracteriza,
en consecuencia, no por parecerse a los demás ciudadanos, sino por no
parecerse a ellos. No hay nada más extraño al ciudadano en el proceso
de administración de justicia que el juez que la imparte.

Y sin embargo, ese especialista tiene que convencer con la
fundamentación jurídica de la sentencia que está aplicando de manera
independiente e imparcial la ley. De que es la “voluntad general” y no
“su voluntad particular” la que figura en la sentencia. Convencer a
la sociedad y no a quienes han sido partes en el proceso, cuya opinión
está condicionada por su condición de parte. El juez tiene que tener,
como decía Jefferson, un “respeto decente a la opinión pública”, tiene
que conseguir que la ciudadanía acepte su independencia e
imparcialidad en el proceso de administración de justicia. Y eso
únicamente lo puede conseguir con la fuerza persuasiva de su
argumentación.

Si no es así, el proceso de administración de justicia se encanalla y
se convierte en lo contrario de lo que debe ser. Pocas cosas afectan
tanto a la convivencia como la pérdida de confianza en la
administración de justicia. Y dicha pérdida es inevitable cuando una
decisión judicial no se entiende. En tales casos es cuando suele
producirse un rechazo espontáneo y masivo contra esas decisiones
judiciales encanalladas. Es lo que ocurrió con la sentencia de “la
manada” y lo que está ocurriendo con la sentencia de “Juana Rivas”. La
reacción ciudadana cuando se produce de la forma en que se ha
producido en estos casos, es la certificación de que se ha producido
un ejercicio desviado, encanallado de la potestad jurisdiccional.

Y ese ejercicio desviado y encanallado, como dijo la Ministra Isabel
Celáa tras hacerse pública la sentencia de Juana Rivas, duele. Cuando
llueve sobre mojado, duele todavía más.
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Promesas de Sánchez.jpg
taxi.jpg
En concierto.jpg

Miquel Angel Soria

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Jul 31, 2018, 1:33:33 AM7/31/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui, revisant l'Humanité -es compleixen 104 anys de l'assassinat de
Jean Jaurès al Café du Croissant- trobo un article de Jean Ortiz que
recorda el vuitantè aniversari de "El paso del Ebro" (25.07.1938)

EL MALTRATO SALARIAL A LOS JÓVENES
Realmente qué es lo que mantiene el maltrato salarial o el desempleo
en la juventud? ¿Acaso los jóvenes están menos preparados ahora y no
hay tiempo de ponerles en marcha pese al ejemplo del eficaz
aprendizaje que en el pasado administraban las propias empresas? ¿O es
que también hay que ahorrar el salario del aprendiz? ¿Es posible
alegar que los jóvenes pueden esperar porque no tienen unas
obligaciones familiares tan agobiantes? ¿Es admisible el argumento de
que los jóvenes rechacen el trabajo por la ruindad del salario? ¿Es
que prefieren una movilidad geográfica y unas libertades más
complacientes? ¿Sueñan esos jóvenes parados con un futuro más
satisfactorio que el logrado (¿?) por los veteranos y por tanto no se
resignan a esa situación que les ofrece el presente?

Puede ser que todas estas suposiciones contengan una dosis de certeza
en determinados momentos y acerca de unos concretos jóvenes, pero creo
que esta miseria laboral que impide la adultez a los jóvenes está
concebida por la sociedad poderosa con un propósito social abyecto. No
soy un maníaco conspirativo, porque el cimiento moral del sistema
neoliberal está cada vez más visible y no se precisa recurrir a
senderos secretos para penetrar en su entraña, pero estoy convencido,
como tantos otros observadores, que frecuentemente se recogen de
inmediato en su concha para no complicar con declaraciones su status
–puestos en las instituciones, anclaje en la universidad, comodidad en
las fundaciones, asientos corruptos en los consejos de las
multinacionales...–, estoy convencido, repito que vivimos un momento
histórico donde expertos con una opinión privada distinta a la que
sostienen en público –mienten a sabiendas– mueven una infernal
maquinaria de carácter psicológico y social que adapta las multitudes
a los propósitos más miserables del Sistema. En tal sentido la
juventud es uno de los objetivos preferentes de esos camaleónicos
«especialistas» que sólo se sinceran en ámbitos muy reducidos como si
en lo manifiesto quisieran salvaguardar «razonablemente», aunque no
posea legitimidad, el equilibrio de lo que está consagrado como
sistema real e indiscutible ¿Y qué quieren conseguir los mencionados
inverecundos de esa juventud maltratada con paros angustiosos o
nóminas de vergüenza? Simplemente domarla. Son domadores muy estimados
por los mercados. El joven ha de ser domado tenga o no tenga formación
o capacidad de trabajo; ha de eliminarse en él una posible voluntad de
batalla, un pálpito revolucionario, para tornarlo animal de granja. Se
supone que una vez domado por un trabajo impuesto y con un pequeño
donativo en el bolsillo el joven será transferido a la población
laboral adulta con su pulso vital ya en mínimos, que es lo que
requieren los «mercados». Es lo que Hegel resume en esta frase tan
significativa acerca de la adaptación a lo tenido por real: «Si el
aprender se limita simplemente a recibir no da mucho mejor resultado
que el escribir en el agua».

He alimentado mi sospecha acerca de esa intención de anular la natural
energía juvenil de protesta en la contemplación de las manifestaciones
que empiezan a resurgir en la calle. En la composición humana de esas
manifestaciones, sobre todo en sus vanguardias, predominan
trabajadores de edad madura o muy madura que han salido al fin de las
cavernas en que su alma de clase invernaba. Pero no abunda la juventud
ni en la primera línea de esos veteranos manifestantes ni en el tronco
de la manifestación. Son manifestaciones con un estado mayor
nuevamente concienciado y una débil infantería juvenil que sigue la
protesta a su modo sin orden ni control. Una infantería en la que
predomina como mucho la «rabia» confusa, el deseo de destrucción
física y de venganza urgente, pero no la disciplina y la eficacia
necesarias para reconquistar la riqueza que pertenece a los
trabajadores pues la han fabricado con su trabajo. Porque la tierra,
hay que recordar tajantemente, no la han enriquecido los «mercados» y
el dinero corrupto sino el trabajo y el consumo que sostienen como
máquina primaria los trabajadores y su mundo. Ellos heredaron esa
tierra que han saqueado los butroneros que habitan el dinero y el
poder. Los jóvenes dudan, quizá, de esto que subrayo y a muchos les
sugiere un populismo trasnochado, resto de un pasado revolucionario
esfumado en la lejanía. Hay jóvenes que ni siquiera entienden el
generoso jubileo de los muchachos que hincharon el brillante globo del
mayo francés del 68, que sin saberlo protagonizaron esta máxima
hegeliana que yo reclamo ahora para los cristianos proletarios de
Dios: «Lo primero que hay que aprender aquí es a estar de pie».

Los jóvenes que no combatan con el elevado espíritu que rehaga la
moral de conquista de un trabajo digno y justo irán acomodándose a una
disciplina servil y, en el mejor de los casos, a un «dolce far niente»
en el que permanecer mediante la ironía ante lo «imposible» de cambiar
la realidad. De vez en cuando, en este desierto democrático, se abre
el cielo de las instituciones y desde él dejan caer sus usufructuarios
un maná escaso y monótono –«¡el gobierno, gritan los gobernantes,
anuncia nuevas ayudas!»–; un maná acompañado de una voz tonante que
proclamará con voz de milagro la frase maldita de «¡esto es lo que
hay!». Mas para que ese maná sea aceptado por los desheredados han de
disponer los poderes de un pueblo que haya nacido bajo el imperio de
su sermón. El futuro del Sistema continuará protegido en la
impenetrable arca de la alianza. Ahí está mi primera conclusión sobre
la manipulación de los jóvenes por quienes les convencen del valor de
la dogmática capitalista. Yo me permito en este momento subrayar el
atentado que supone deslumbrar los espíritus con una ciencia degradada
a cientifismo; de unos saberes que solamente pueden medrar si
previamente se ha aniquilado la sabiduría, que es el único camino para
juzgar rectamente la vida. Eso es crimen moral y perversión material
porque como escribe Bloch «no es posible dar a nadie lo que no se
tiene de antemano», como es progreso verdadero y futuro en que quepa
al menos un poco de felicidad, que es bienestar más dignidad.

La inteligencia, que solamente se identifica en el diálogo honrado, ya
no es el signo distintivo y fundamental de la vida humana. La
inteligencia sólo se genera en la igualdad del diálogo, en el
respetuoso manejo y conocimiento cabal de las palabras, en el
pretendido objetivo de la paz como vínculo vital con el «otro», en la
manifestación genuina de la soberanía de los pueblos y de los
individuos mediante su mutuo conocimiento. Hegel decía de la
inteligencia que es «la facultad cognoscitiva». ¿Y quién «conoce» en
este periodo de la historia? ¿Quién vive hoy en una sociedad civil
repleta de estímulos intelectuales y morales y no en el seno
antropofágico y esterilizante del Estado tal como funciona en manos de
los «mercados»? La equivocación del materialismo marxiano es rechazar
el pensamiento puro como trabajo, cuando marxianamente el trabajo que
produce una sociedad auténtica está en la producción de cosas
materiales, dicho sea sencillamente. Pero las equivocaciones deben
superarse depurando la dialéctica y no encastillándose en los
principios. Lo revolucionario deja de serlo cuando se produce en el
seno de una dialéctica obviamente continuada. Y lo que hace el
Sistema, digamos para concluir, es adormecer a los jóvenes para evitar
el cambio de dirección de la sociedad ahora dominada por una
postmodernidad destructora de todo conocimiento dinámico y creativo;
de toda justicia. Como dice pícaramente una copla de romería galaica:
«Comamos, bebamos/ poñámonos gordos/ e si nos molestan/ fagámonos
sordos».
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Miquel Angel Soria

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Aug 1, 2018, 1:30:18 AM8/1/18
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La justícia dedica -també- el mes d'agost per a estiuejar.
L'injustícia -abandonada- no troba la força per fer vaga i guanyar-se
unes merescudes vacances.
Algunes forces polítiques -al mig i al poder- ja no saben per on tirar.
David Brooks informa d'algunes experiències.


Frente a Goliat
David Brooks

Siempre ha estado omnipresente en México y en otros países
latinoamericanos la inevitable interrogante para quienes buscan y se
atreven a impulsar un cambio real y profundo: ¿Qué hacer con el
gigante al lado, sabiendo que buscará frenar o, por lo menos,
condicionar ese cambio?

La ilusión de que jugando bien, bajo las reglas del dueño del juego
–lo que algunos argumentan es un pragmatismo necesario–, ha llevado
casi siempre, tarde o temprano, a derrotas. En coyunturas como la
nuestra, en la cual se promete impulsar un cambio, la suposición de
algunos, de que uno puede jugar tan hábilmente sobre el tablero del
más poderoso –incluso usando su vocabulario–, es la receta arrogante
para un fin trágico.

Los triunfos de quienes se atrevieron a impulsar cambios reales en
décadas recientes en los países vecinos del gigante –algunos mediante
revoluciones armadas, otros vía revoluciones electorales y otros más
con alianzas novedosas– comparten un elemento común en su origen: no
jugaron sobre el tablero y/o rompieron las reglas del gigante.

En el cuento bíblico, David primero se prepara para una batalla
convencional de espadas contra Goliat, pero se da cuenta de que no
puede ganar así y levanta las piedras que lanzará contra su opositor.
Con ello rehúsa comportarse como se esperaba en un duelo, lo cual
desconcierta a Goliat, quien no sabe cómo responder.

El autor y ensayista Malcolm Gladwell exploró por qué a veces los
David ganan contra los gigantes. Cita al politólogo Iván Arreguín
Toft, quien examinó todas las guerras libradas en los pasados dos
siglos, entre contrincantes 10 veces más poderosos que sus opositores
débiles, y encontró que los primeros vencen en 71.5 por ciento de esos
conflictos. Pero lo más sorprendente era ese tercio de batallas en que
los débiles ganaban a los gigantes. El politólogo descubrió que en los
casos en que los débiles reconocían su desventaja y buscaban una
estrategia no convencional, el porcentaje de triunfo de los David
subió de 28.5 a 63.6 por ciento. Cuando los menos favorecidos optaron
por no jugar con las reglas de Goliat, ganaban, reporta Gladwell,
quien subraya que ganan aun cuando todo lo que pensamos que sabemos
sobre el poder indica que no debieron ganar.

Gladwell exploró otros casos, entre ellos el de T.E. Lawrence
(Lawrence de Arabia), en su exitosa campaña rebelde contra la
ocupación de Arabia del poderoso ejército turco, en la cual, con su
ejército irregular de beduinos, buscó sus flancos más débiles y en
lugar de poder armado usó la velocidad en sus asaltos y sabotajes.
Todo culminó en la ciudad porteña de Aqaba, donde los turcos se habían
preparado sólo para los ataques que esperaban desde los buques
británicos, pero Lawrence montó el ataque desde el desierto. Los
turcos, sencillamente, no pensaban que sus contrincantes serían lo
suficientemente locos para atacarlos desde el desierto, escribe
Gladwell.

El autor también investigó a un equipo de basquetbol de niñas de 12
años, que con un nuevo entrenador sin experiencia en ese deporte
decidió cambiar la coreografía tradicional del juego y aplicar una
presión defensiva constante sobre el otro equipo –con el resultado de
que al no jugar de la manera esperada, su equipo más débil empezó a
triunfar sobre equipos muy superiores.

Gladwell recuerda que Lawrence no era militar, sino arqueólogo y
poeta, y que David no era guerrero, sino pastor, que se enfrentó a
Goliat con las herramientas de su profesión –su honda y bastón, con
los cuales protegía a sus ovejas. A veces los expertos, profesionales
y otros maestros del pragmatismo no necesariamente son los que saben
por dónde y cómo.

hay otro secreto que puede ser parte de una respuesta a la
interrogante eterna de cómo imaginar un cambio al estar junto al
gigante: hay Davides dentro de la tierra de Goliat que también están
desafiando las reglas de este juego y comparten algunos de los mismos
anhelos de un cambio democrático real que se expresan del otro lado de
la frontera (ese será tema para la próxima columna).
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Miquel Angel Soria

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Aug 2, 2018, 1:31:04 AM8/2/18
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En l'antifranquisme actiu, les vagues eren un motor per avançar. Algú
pensa que la seva funció no és la mateixa ara?
A Buenos Aires, massiva mobilització a Plaza de Mayo a un any de la
desaparició de Santiago Maldonado.

Silencios y fake news en el Marchenagate
Elisa Beni

El que más y el que menos ha recibido valiosos regalos con motivo de
su boda o de sus bodas. Ninguno creo que podamos presumir de haber
recibido como Sofía Marchena la creación de una plaza de fiscal con
nombre propio, con cambio de partida y alteración de los Presupuestos
del Estado. Y esto es lo que ha sucedido. La que me cuentan flamante
novia del pasado sábado no volverá tras su luna de miel a incorporarse
a la Escuela Judicial en Barcelona sino que cursará sus estudios en el
centro de formación de fiscales en Madrid (CJE), ciudad en la que
tiene la pareja fijada residencia. Una situación que ya les
explicábamos en La hija de Marchena y en Marchenagate y que ha
propiciado la indignación y la exigencia de transparencia en primer
lugar por parte de los opositores, que fueron los primeros en detectar
y denunciar la anomalía y la sombra del nepotismo, y de asociaciones
de jueces y fiscales que representan a más de 1.500 profesionales.
Sólo las asociaciones a las que pertenecen la mayor parte de los
protagonistas de este anómalo episodio, sobre el que pende la sospecha
clara de favoritismo y corrupción institucional, han decidido ponerse
de perfil y no contestar a las demandas de información. Al menos sus
cuadros de mando, dado que me constan la perplejidad y la molestia
evidente de muchos de sus asociados de base.

Cuentan mis fuentes, tanto periodísticas como de las carreras judicial
y fiscal, que tanto el padre de la afortunada novia, Manuel Marchena
presidente de la Sala II del Tribunal Supremo, como el Consejo General
del Poder Judicial y otros implicados en el escándalo, han ido
transmitiendo a todo el que ha querido oírles que el problema con la
joven Marchena estaba relacionado con el riesgo que suponía mantenerla
estudiando en Barcelona mientras su padre presidía el juicio y
redactaba la sentencia contra los exmiembros del Govern. De ahí el
cambio imposible de carrera. Casi todos los que consideran que el fin
justifica los medios han comprado la mercancía, tan a las claras
averiada para cualquiera que quiera hacer la más mínima comprobación,
y han considerado que todo el asunto está ya explicado. Todo muy
jurídico y muy periodístico. Ironía. Si tan claro fuera que el
inaudito episodio protagonizado por el CGPJ y la Comisión de Selección
con la hija de Marchena no tiene sombra de duda, entenderán que miles
de jueces y fiscales lo habrían visto a la primera. No ha sucedido así
sino que han exigido la documentación necesaria para estudiar cómo se
produjo tal ingeniería jurídica y además están que trinan.

Los que lo tienen tan claro podrían haber consultado las fuentes que
ponen de manifiesto que los problemas de Sofía Marchena en la Escuela
Judicial comenzaron desde su llegada a la misma y que su desaparición
del centro de formación de jueces se produjo a principios de marzo de
2017, una fecha en la que nadie tenía ni la más mínima idea de qué
acontecimientos iban a sucederse en septiembre y octubre en el
Parlament. Ni la más mínima idea. En aquel momento hubo mucho
oscurantismo en la Escuela y según afirman compañeros de curso apenas
se les insinuó que sufría anemia y que se encontraba mal. Todos los
testigos consultados afirman que nada de lo acaecido con la alumna
tuvo nada que ver con la situación política de Cataluña. Nada había en
el Tribunal Supremo ni nada se esperaba. De facto la querella
interpuesta por Maza fue admitida a trámite por Manuel Marchena el 31
de octubre de 2017. Para esa fecha, la alumna Marchena llevaba ocho
meses sin aparecer por la Escuela.

Fue después cuando la directora de la Escuela Judicial, Gema Espinosa,
a la sazón esposa del magistrado Llarena, remitió un informe/propuesta
al CGPJ sobre la alumna Marchena debido a la inaudita situación que,
según ellos, se había producido. Este extremo deberá también ser
aclarado. ¿Qué tenía de inaudita una baja prolongada por enfermedad?
He documentado varios casos, uno de ellos de una alumna que sufrió un
cáncer de mama durante su año de Escuela Judicial y otro de una
magistrada, cuyo nombre luego resultaría conocido, que tuvo un
embarazo complicado que la obligó a ausentarse durante la mayor parte
del periodo de formación. ¿Qué se hizo? Se incorporó al año siguiente
y completó su año para ser juez. ¿Qué había de inaudito, insólito,
desacostumbrado o especial en el caso de la hija de Marchena? ¿Por qué
han montado este pitote nunca visto para que pueda cambiarse y ser
fiscal y quedarse en Madrid a completar su formación? Los que han
comprado el supuesto riesgo de residir en Barcelona de una mujer a la
que nadie conoce, no sé si saben que conseguir plaza de fiscal en
Madrid al terminar el año de formación es casi imposible y que la
mayoría de las plazas que quedan por cubrir son en Cataluña. ¿También
veremos una alteración de los destinos?

Según parece, los muñidores administrativistas creen haber dejado
atado y bien atado el tema para evitar que se produzca ningún recurso
que pueda obligar a que la Justicia revise lo actuado. Para el caso de
que no fuera así, ya se han encargado de poner en marcha la disuasión
tanto entre los opositores, a los que los propios preparadores están
diciendo que no se signifiquen para evitar represalias, y entre los
perjudicados de la promoción 68. Por su parte, en el Ministerio de
Justicia actual se asegura que no tienen margen de maniobra legal y
que sólo les queda suscribir la lista aumentada de 36 alumnos de
fiscales y poner en marcha un “farragoso procedimiento” ante el
Ministerio de Hacienda para solicitar el cambio de esa partida
presupuestaria. Vemos pues como una decisión de la Comisión Permanente
del CGPJ va a acabar alterando los Presupuestos Generales del Estado.
Según estas fuentes han sido los técnicos del Ministerio los que han
dictaminado que no cabe margen de maniobra para paralizar tal decisión
tras ser adoptada por la Comisión Mixta de Selección. Confirman que
ésta aprobó el Acuerdo de Nochebuena del CGPJ tras una fuerte
disensión entre sus miembros dado que algunos manifestaron claramente
que éste era nulo de pleno derecho. A pesar de eso, y tras la
refriega, se plegaron y lo aceptaron por unanimidad.

El actual Ministerio socialista no niega que la posición política, no
administrativa o formal, no está aún definida y que ésta se
manifestará en el Congreso cuando el Gobierno deba contestar las
preguntas presentadas por Unidos Podemos, a instancias de Alberto
Garzón. Este mismo grupo ha pedido que Lesmes comparezca de forma
urgente para explicar las zonas conflictivas y oscuras de este asunto.
En el Congreso tendrá que explicar la ministra si sabe cómo se hizo
para asignar una nota a Sofía Marchena distinta a la publicada en BOE
y por qué se creó una plaza adicional a las convocadas para ella y en
qué soporte legal se basaron tales actuaciones. Los parlamentarios
quieren saber también de qué partida salió, en qué fecha se solicitó
la transformación de la plaza y si el Gobierno va a instar a la
Fiscalía General a llevar ante los tribunales estos hechos.

Y es que, a pesar de que lo que se presenta como un probable acto de
nepotismo para favorecer a la hija del presidente de la Sala Segunda
del Tribunal Supremo haya sido revestido de legalidad, de una forma
que muchos de los actuantes consideran intocable al no haber
recurrentes ante lo Contencioso-Administrativo, otros juristas han
comenzado a estudiarlo desde el punto de vista penal para analizar si
los funcionarios y personas intervinientes pudieron cometer algún tipo
de delitos con su actuación.

No hay conspiraciones, no hay grupos de presión, no hay intereses
ocultos. Sólo el deseo de asegurar que la transparencia y la legalidad
y los principios de mérito y capacidad sigan rigiendo en el acceso al
Poder Judicial y al Ministerio Fiscal. Nada justifica sembrar la duda
sobre esta cuestión y nadie, ni siquiera la hija de Marchena, merece
como regalo la pérdida de credibilidad del sistema.

* * *

Creación monetaria y señoraje de los bancos privados
Alejandro Nadal

El proceso de creación monetaria por los bancos comerciales privados
en una economía capitalista es un misterio para muchos economistas. La
fuente de esta confusión se encuentra en el análisis del papel de los
bancos en la teoría económica convencional. Urge hacer una crítica
profunda de la teoría macroeconómica ortodoxa en este punto.

Los aficionados de la historia del pensamiento económico saben que el
papel de los bancos comerciales privados en una economía capitalista
fue muy bien entendido por teóricos como Joseph Schumpeter y Hyman
Minsky. Pero la teoría ortodoxa no recogió esas enseñanzas y prefirió
el camino del oscurantismo y los cuentos de hadas.

Según la teoría ortodoxa los bancos son simples intermediarios. La
narrativa es tan sencilla como engañosa: los ahorradores llevan sus
ahorros a depositarlos en los bancos. Éstos prestan ese dinero a los
inversionistas que demandan capitales. La diferencia entre los
intereses que pagan a los ahorradores y los que cobran a los
inversionistas otorga ganancias a los bancos por su trabajo de
intermediación. Ese relato curioso no tiene nada que ver con la
realidad.

Al otorgar un crédito, un banco no necesita comprobar que tiene
depósitos en su bóveda. Simplemente verifica que el solicitante del
préstamo es cumplidor, que tiene garantías suficientes o que el
proyecto es viable. Acto seguido abre una nueva cuenta al cliente y le
asigna un depósito por la cantidad del crédito solicitado. Es decir,
el crédito es la operación que crea el depósito (y no al revés, como
supone la teoría ortodoxa).

El banco prestamista se obliga a poner a la disposición del
prestatario la cantidad del crédito en dinero de alto poder, es decir,
en billetes emitidos por el banco central. El prestatario se obliga a
regresar al banco la suma de dinero en moneda de alto poder. El
receptor del crédito puede ahora usar una chequera o su tarjeta de
débito en operaciones con otros agentes.

Al usar su tarjeta de débito está firmando una promesa de entregar
cierta cantidad de dinero de alto poder. Todos los bancos reconocen
sus títulos recíprocamente y por eso sirven como circulante en las
transacciones que mueven toda la economía de un país. Las cuentas
entre bancos son saldadas todos los días en una cámara de
compensación.

Aunque el banco central sigue teniendo el monopolio de la emisión del
dinero de alto poder, la cantidad de dinero de alto poder en
circulación es muy pequeña y en el agregado monetario no representa
más de 5 por ciento. Esto es típico de todas las economías modernas.

Es evidente que la creación monetaria por el poder soberano tiene
muchas ventajas. La más importante es el señoraje, palabra que
proviene del poder exclusivo que tenía antaño el señor feudal para
acuñar monedas. Es una ventaja económica que se calcula como la
diferencia entre el costo de producción de la moneda y su valor
nominal.

Emitir un billete de mil pesos tiene un costo ínfimo y por tanto el
señoraje sobre ese billete es cercano a mil pesos. Pero la cantidad de
billetes de alto poder en circulación es muy pequeña. La mayor parte
del circulante es emitido por los bancos privados.

En esencia, eso significa que el privilegio por señoraje ha sido
transferido a los bancos comerciales privados que crean moneda en el
momento de otorgar un crédito. Y si la creación monetaria se hace por
conducto de medios electrónicos, el señoraje aumenta mucho porque el
costo de producción de las unidades monetarias transferidas es
despreciable.

¿Cómo se calcula el señoraje de los bancos comerciales privados por su
creación monetaria? La parte medular de la metodología (que es
compleja) considera las ganancias por intereses que perciben los
bancos al emitir deuda que es usada como dinero. En otros términos, el
señoraje de los bancos privados no proviene directamente de un aumento
en su poder de compra al emitir dinero. Se genera porque sus pasivos
son aceptados por los agentes en la economía como dinero. Ninguna otra
entidad tiene la capacidad de emitir deudas que son utilizadas como
circulante en una economía.

Las ganancias por señoraje son considerables y son un subsidio de toda
la sociedad a los bancos privados. En el Reino Unido han sido
estimadas en 23 mil millones de libras esterlinas anuales, monto
equivalente a 1.2 por ciento del producto interno bruto anual (PIB).

Un ejercicio parecido en el caso de México (ajustando diferencias por
el tipo de sistema bancario y la profundidad del sistema financiero)
podría arrojar un señoraje de 0.7 por ciento del PIB anual, lo que en
el año que corre significaría unos 8 mil 400 millones de dólares. Un
bonito regalo para los señores del dinero.

Es evidente que cualquier discusión sobre el futuro del país debería
considerar las ganancias asociadas a la creación monetaria y las
formas de recuperar las ventajas de señoraje para la sociedad. Este
privilegio no puede quedar en manos de los bancos comerciales
privados.
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Miquel Angel Soria

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Aug 3, 2018, 1:31:12 AM8/3/18
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A l'Ara ja es pregunten si els CDR no són uns nous Guardians de la fe.
Conseqüència de les agressions a sus d'ERC, PdeCat i la CUP!!!
Quin llibre enarboraran? Un retrat del Puigdemont? Quin camí -diferent
dels partits anteriors- creuen que s'ha de seguir?



Indefensos ante la piara
Carlos Hernández

Será culpa de la mentalidad de algunos jueces, de una legislación
obsoleta, de esta sociedad machista o, muy probablemente y en
discutible proporción, de la suma de estos tres elementos. Será
responsabilidad de quien sea o de lo que sea, pero no hay duda de que
algo muy serio está fallando en nuestro país. Somos muchos, quiero
creer que tantos muchos como muchas, los que nos preguntamos qué tiene
que ocurrir para que la piara vuelva al corral del que nunca debió
salir. ¿Tienen que volver a ser pillados in fraganti encima de una
joven drogada? ¿Tendremos que esperar a que maten a alguien?
¿Dejaremos correr los días y los meses, sin hacer nada, para ver si
alguno de ellos, sino todos, acaba fugándose al sureste asiático?

No voy a insistir en el pecado original: aquella lamentable sentencia,
acompañada de la enfermiza argumentación del voto particular, que
dejaba en mero abuso sexual lo ocurrido en el portal de Pamplona.
Tampoco puedo aportar nada a lo ya dicho por multitud de asociaciones,
articulistas y mujeres indignadas sobre la posterior e inexplicable
puesta en libertad de los cinco integrantes de la piara. Sí creo que
es el momento de insistir en que el paso del tiempo y de los
acontecimientos ha cargado de razones a quienes criticaron aquella
decisión y ha dejado en muy mal lugar a la mayor parte de los jueces
de este país.

Es hora de recordar que en el mes de abril, tras la indignación
generada por la aparente bondad de las condenas, todas las
asociaciones profesionales de la judicatura fueron cerrando filas
entorno al tribunal sentenciador. Escuchamos incluso a los
habitualmente sensatos portavoces de Jueces para la Democracia
defender con vehemencia al colega que solo vio un “ambiente de
jolgorio y regocijo” en unos hechos que la víctima sintió, padeció y
describió como una brutal violación múltiple. Vimos a 750 magistrados
españoles, hace menos de un mes, presentar una queja ante el Consejo
Consultivo de Jueces Europeos por la “la gravísima amenaza que se ha
alzado contra la independencia judicial en España” debido a la
contestación social que había provocado la actuación judicial en este
caso.

A todos ellos no puedo dejar de lanzarles tres mensajes. El primero es
que me encanta, y creo que en esto coincido con el sentir unánime de
la sociedad española, que den la cara y ondeen con firmeza la bandera
de la independencia del poder judicial. El segundo mensaje, y este es
solo mío, me empuja a recordar que ese mismo arrojo deberían haberlo
tenido también cuando el Partido Popular y sus secuaces mediáticos
criminalizaron a un juez por investigar una minucia llamada Gürtel; o
cuando un ministro de Justicia arremetía contra los fiscales que
destapaban casos de corrupción; o cuando el portavoz parlamentario del
partido gobernante llamaba “pijo ácrata” y “demagogo indecente” a un
magistrado de la Audiencia Nacional. En todos estos casos y en muchos
otros, salvo honrosas excepciones, la inmensísima mayoría de esos
togados que hoy claman contra quienes cuestionaron y cuestionan al
tribunal de la piara, se pusieron a silbar, miraron para otro lado y
escondieron debajo de la cama la bandera de la independencia judicial.
Una cosa es usarla para plantar cara al feminismo y otra muy diferente
es enfrentarse con ella al poder político del que dependen sus
carreras, sus ascensos y, en definitiva, sus emolumentos.

Me falta un último mensaje, el tercero y quizás el más importante:
señores jueces corporativistas, estaban ustedes equivocados. No son
otros que los propios miembros de la piara los que no han tardado ni
tres meses en poner en evidencia su error. Si grave fue que uno de
ellos intentara sacarse un pasaporte, más elocuente ha sido lo
ocurrido este miércoles en Sevilla. Un tipo condenado por abusos
sexuales, en libertad provisional, supuestamente observado
constantemente por una sociedad indignada… se mete en unos grandes
almacenes, roba unas gafas y se da a la fuga en un coche lesionando a
dos vigilantes de seguridad. Toda una muestra de que está acojonado
por lo que le ha pasado, preocupado por su futuro y profundamente
arrepentido de sus actos. Toda una demostración de que su abogado
tenía razón cuando definía a este y al resto de sus compinches como
unos “buenos hijos” cuya imagen estaba siendo “destrozada y sus
nombres vilipendiados”. Por cierto, no puedo dejar de preguntarme si
dormirá tranquilo por las noches el señor Agustín Martínez. No
cuestiono el derecho a la defensa que tiene cualquier acusado, por vil
que sea el crimen que haya podido cometer, pero de ejercer como
abogado, a pasearse día y noche por los platós de televisión
glorificando a sus clientes y criminalizando a su víctima, hay un
océano de indecencia.

En cualquier caso y por lamentable que sea, este presente grotesco no
es lo más relevante. Lo que está ocurriendo no hace sino confirmar la
imagen de la piara que ya se había dibujado con total claridad en el
pasado. Hay cosas cuestionables… el vídeo en el que se ve a cuatro de
ellos abusar de otra joven en Pozoblanco no lo es. Hay hechos
opinables… los mensajes de Whatsapp en los que hablan, entre otras
muchas barbaridades, de utilizar burundanga para violar, no lo son.
Hay testimonios discutibles… el de una joven de 18 años que afirma
haber sido violada por los protagonistas de los vídeos y los mensajes
antes citados, no lo es.

Urge, por tanto, que el poder judicial vuelva a encerrar a toda la
piara. Se ha caído por su propio peso la principal razón por la que
fueron puestos en libertad provisional: ese “trabajado” argumento
jurídico de que sería “poco menos que impensable” que reincidieran
porque sus rostros eran muy conocidos por la opinión pública. Digan lo
que digan las asociaciones de la magistratura, ni la sentencia había
por donde cogerla ni el voto particular era presentable ni el auto de
libertad provisional estaba justificado. Pedir a los jueces que
rectifiquen no es un ataque a su independencia, es un acto de puro
sentido común
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Miquel Angel Soria

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Aug 6, 2018, 1:30:20 AM8/6/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
El mes passat, al concert que cada any fa l'orquestra BNC a la platja de Sant Sebastià, a la Barceloneta, vam descobrir aquesta peça Danzón Nº 2 del compositor mexicà Arturo Márquez. Per la frescor que desprèn, em sembla molt oportuna per aquest temps. Les orquestres ho acaben d'arrodonir.
https://www.youtube.com/watch?v=hvFDFPDhUlo

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS

LA LEY

Una vez más sobre las ruinas de una sociedad que ha vuelto a despreciar el pensamiento moral florece la multitud de las leyes. Las leyes arraigan abundantemente en ese tipo de tierra reseca y miserable. Surgen como esas flores de raíz pobre y presencia irrisoria que tienen colores muertos y señalizan el horror del vertedero. Esta sucesión milenaria de quebrantos y restauraciones resulta cíclica. A los años de virtud filosófica sigue inexorablemente el lenguaje de las armas que por su brutalidad simple busca la justificación en las leyes. Cuando la espada romana decapitó la espléndida sabiduría helénica que había culminado en el siglo de Pericles sintió vergüenza de su acerbo dominio desnudo y envainó la espada en la funda brillante del derecho. La sofisticada careta funcionó con eficacia y desde entonces los tiranos absuelven cada vez con más frecuencia su primaria y continuada represión del alma que se enfrenta a su poder con el subterfugio de castigar la insolencia del crimen, que es tan leve siempre en los poderosos y tan repugnante en los pobres.

En esta época de incontinencia moral y destrucción del alma por campanudos personajes que disponen de las vidas distorsionándolas o ennobleciéndolas en el inicuo juego de sus espejos legales suelo recordar el discurso de mi abuelo sobre la justicia y las leyes, que prodigaba en los largos paseos en que yo caminaba lento a su lado. Mi abuelo era un hombre de rotunda presencia, con manos lentas e ilustradas dirigidas por unos ojos de un extraño tono glauco azulado y su pelo lucía el blanco hermoso del algodón en la rama. Fue alcalde conservador de una rica ciudad asturiana minera e inquieta, con huelgas poderosas que mi abuelo respetaba preocupadamente mientras aportaba dinero propio para costear obras privadas que aliviaran la carencia de salarios en los hogares de los huelguistas; «mis mineros», solía subrayarme. Vivió más de ochenta años y al fin murió pobre. Su féretro fue llevado a hombros por una multitud de rojos obviamente antifranquistas que se detenían de vez en cuando para que los curas rezaran un «Padre Nuestro» ritual, la única norma que respetaba mi abuelo, y que siempre bendijo su amanecer cuando era alcalde. Mi abuelo era mucho de Dios y poco de iglesia, si he de decirlo todo acerca de él. Gracias a mi abuelo supe que las leyes están inventadas para extender el poder de los poderosos y abrigar despreocupadamente la muerte, el hambre o el destierro de los que luchan por la libertad o, simplemente, por el pan nuestro de cada día, ya convertido en mandato legal más allá de las colecciones legislativas. Lo único que me angustia de esta historia que acaba justamente aquí es la duda que sufro acerca de si quedarán suficientes rojos para enterrarme a mí debidamente.

Y ahora sigamos, poniendo el reloj en hora.

Nada tan perverso como la ley si no está vivida más allá del horizonte de su obscena letra. Miro en derredor de mi persona y confirmo esto que acabo de escribir al comprobar la burla moral en que constantemente habitamos repletos de miedo a los tribunales, rama del poder político que vicia independencia jurisdiccional. Los jueces de Catalunya desvelan esta implicación en el poder político español cuando se preguntan a dónde irán cuando la vida en Catalunya se les vuelva diariamente imposible tras su incumplimiento de la moral procesal. La pregunta pone de relieve el fondo de no pocos magistrados ajenos al país que se prestan a asfixiar.

El problema catalán –que es problema merced a la cerrazón de Madrid para superar el problema español– está destapando lo que una mayoría de ciudadanos mantenía al recaudo del secreto en su intimidad: la quiebra del respeto a las leyes. El escepticismo ante la ley que debiera constituir el granero que suministrase el grano para la resiembra moral es evidente. El mundo actual, que vive una cínica teoría mecanicista, ha decidido disimular con leyes circunstanciales y de laboratorio el agujero abismal que ha dejado el colapso de la conciencia. La gente subsiste en una democracia escénica que se apoya en la presunta creencia de que decide en libertad sobre lo que ya está decidido previamente por la minoría que se solapa con el poder. Somos en este momento un robot alimentado con la sangre artificial que suministran los postes parlamentarios, en manos de empresas sostenidas por la moneda falsa de las leyes ubicuas.
La única esperanza ante este desértico panorama, con solo vida en los oasis del poder, reside en la rebelión que empieza a ser visible en el ámbito universitario, formado por una juventud cansada de que desde la cátedra muchos profesores hayan dejado de explicar vida para distribuir normas muertas que administran saberes agarrotados. Si se me permite usar respetuosamente la imagen del Cristo juvenil profesando la verdad en el templo repleto por las palabras adúlteras del sacerdocio diré que el panorama de hoy requeriría restaurar la sabiduría cierta frente a los saberes esterilizantes.

Como escribió Oliver Cox el capitalismo está inventando unas profusas transacciones con legalidades, ya sean económicas o morales, que son «más o menos productivas según el poder relativo que las acompañe». Ese es el poder que funciona tan descaradamente en España. ¿Pero quién da cobertura y sostiene ese poder español en el fondo tan frágil? Entre estas transacciones o legalidades con las que busca sostener la España infecunda su secular pobreza están las retóricas leyes constitucionales y otras normas importadas sostenidas por poderes externos que quizá respondan al vulgar eslogan de que la familia unida permanece unida o, en este caso, la colonia unida permanece unida. Hay que añadir a esta triste realidad una clarificación hecha en las Naciones Unidas por Kwame Nkrumah, primer presidente de Ghana y líder de la Conferencia Nacionalista de los Combatientes Africanos por la Libertad: «La Organización –se refería a la que entonces presidía– constituye una tentativa de substituir el antiguo sistema de explotación colonial por otro nuevo de colonialismo colectivo que será más fuerte y más peligroso que los antiguos males que tratamos de liquidar en este continente». Hablaba Nkrumah en 1962 de Africa, presa de su pobreza física y cultural. Hoy, cincuenta años después, esa afirmación alcanza de pleno a una Europa que está vigilada por toda suerte de armas que cohiben la libertad. Quizá el arma más aniquiladora sean las leyes no dictadas por las naciones sino por los que sujetan desde el gran poder a esas naciones. Africa ya no está tan lejos.

Durante la larga Edad Media quizá una las cuestiones más debatidas se refería al derecho natural. Se sostenía mayoritariamente que el derecho natural era la ley más elevada en la vida del ser humano dado su origen trascendente. Era un derecho innato que no podía ser descalificado por las normas jurídicas de factura humana. Al menos esa la teoría –hechos aparte– que guiaba las actuaciones judiciales. Con el tiempo y la sucesión de modernidades este derecho quedó reducido a un ámbito filosófico en que se habla de difusos Derechos Humanos y los diversos poderes procedieron a dictar legislaciones «positivas» empapadas por sus intereses. El derecho natural quedo reducido a una antigualla académica. Pero yo me pregunto si no es hora de rescatar el derecho natural como expresión del Espíritu para que ante las leyes rapaces vuelvan a resurgir los verdaderos derechos «ad ovo» que se resumen en la libertad para «ser», en la soberanía humana ante los códigos del opresor, en la recuperación de una herencia de igualdad y justicia. Ante todos esos bienes las Constituciones no son más que huchas del poder infame.


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Miquel Angel Soria

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Aug 7, 2018, 1:30:44 AM8/7/18
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Quan la premsa capitalista dóna les versions interessades dels esdeveniments, trobo aquest article a la revista cultural cubana La Jiribilla.
Com acompanyament, aquí va una versió de La comparsa, d'Ernesto Lecuona -autor de Malagueña- interpretada pel genial pianista cubà Frank Fernández i l'Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar.
https://www.youtube.com/watch?v=Ngk9AAx67vU

 
Fallido intento de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro (informe especial)
Misión Verdad • Cuba

Los hechos ya conocidos de la operación

En medio de una multitudinaria actividad en la avenida Bolívar de la ciudad de Caracas, a propósito del 81 aniversario del nacimiento de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), dos drones cargados con material explosivo estallaron cerca de la tarima presidencial, cuando el primer mandatario nacional se disponía a cerrar su discurso frente a los presentes.

Ante la magnitud de la explosión, la transmisión en cadena nacional fue suspendida, los efectivos presentes reaccionaron con maniobras de repliegue y los protocolos de seguridad para resguardar la vida del jefe de Estado fueron debidamente activados.

 

Minutos después, ante la confusión generada, el ministro de comunicación e información, Jorge Rodríguez, confirmó que se trataba de un atentado y que el presidente Maduro y los altos funcionarios civilies y militares del Estado venezolano que estaban en la tarima, salieron ilesos. Siete efectivos militares resultaron heridos por las explosiones, los cuales ya reciben cuidados médicos.

Según versiones policiales, donde los drones cayeron luego de la explosión se constató la existencia de material explosivo. Fuentes "extraoficiales" relatadas por un periodista opositor, de nombre Román Camacho, recalcaron que los artefactos contenían explosivos C4.

Minutos después, un grupo denominando "Soldados de Franelas", vinculado al extinto grupo paramilitar del ex Cicpc, Óscar Pérez, que a finales del año pasado realizó varios atentados armados a instituciones civiles y militares con el país, se adjudicó el atentado por redes sociales.

Este reconocimiento anuló la narrativa del "autoatentado" o de "una explosión aislada" en un edificio aledaño a la avenida Bolívar, que algunos operadores en redes sociales y medios internacionales, como Associated Press, habían tratado de instalar para distraer la atención y encubrir responsabilidades.

La célula encabezada por Pérez fue desmantelada mediante un fuerte enfrentamiento con las fuerzas de seguridad a principios de este mismo año muy cerca a la capital venezolana, específicamente en El Junquito. Sin embargo, la vuelta a la escena de uno de sus remanentes, indica que la carta paramilitar contra Venezuela también sigue sobre el tablero.

Al final de la noche, el presidente Nicolás Maduro compareció ante el país, relató lo ocurrido y destacó que los autores materiales del atentado están detenidos. Las primeras pesquisas, según el jefe de Estado, arrojan la vinculación del eje Bogotá-Miami, del presidente saliente de Colombia, Juan Manuel Santos, y de operadores radicados en La Florida.

Los aspectos simbólicos y materiales: selección del momento, lenguaje corporal y lógica del espectáculo

El intento de magnicidio mostró, también, una carga de violencia simbólica específica, dirigida a entidades políticas sensibles a la estabilidad del país y al Estado en general. La naturaleza del evento que se daba en la avenida Bolívar, como quienes integraban la tarima presidencial, a su vez describe la selección de un momento específico para llevar a cabo la operación.

Se celebraba el aniversario de la GNB, cuerpo militar encargado del orden interno que en la revolución de color del año pasado fue clave en neutralizar el avance paramilitar de la guarimba y su infraestructura logística.

Atacar justo en ese acto y no en otro al Presidente, llevaba consigo el correlato simbólico de exhibir al cuerpo castrense como vulnerable y sin capacidad de respuesta, lo que debía servir para reflotar en el discurso público, mediante un acto de conmoción (fallido) a gran escala, el clima de confrontación violenta desarticulado por la Asamblea Nacional Constituyente hace un año.

Pero el atentado falló, y en consecuencia lo que tenía que desencadenarse si lograba su objetivo de afectar la vida del Presidente: la acumulación de una "masa crítica" vía propaganda para propiciar el caos, aprovechar la situación para generalizar una retórica del alzamiento propagada desde poderes externos y "resolver" el "vacío de autoridad" con una medida de fuerza externa (militar, probablemente), o al menos plantearla, como único mecanismo para "estabilizar" la nación e imponerle la banda presidencial a los múltiples próximos presidentes de Venezuela que aguardan gobernar.

Sólo pensando en lo peor, y en lo que ayer fue lo más probable, podemos agarrar dimensión de la zona de peligro extremo en la que acabamos de entrar.

Un dato simbólico no menor: en el acto se encontraba el jefe de Estado, el alto mando militar y los representantes de los poderes públicos venezolanos. En un mismo palco, la síntesis material, humana, de los elementos constitutivos del Estado venezolano. En esa selección del momento, el intento de magnicidio plasmó su planteamiento de fondo: matar al Estado y a los cuerpos físicos que representan todavía la delgada frontera entre la paz y la guerra.

La avenida Bolívar contempla un conjunto de atributos (espacio abierto, edificios de altura en sus adyacencias, etc.) que dieron un sentido de oportunidad para realizar el atentado, en tanto la manipulación de los drones explosivos podía llegar al objetivo sobreexplotando algunas debilidades en la seguridad.

Sin embargo, que haya sido en medio de una cadena de radio y televisión describe la intención de imprimirle cierta lógica del espectáculo al hecho funcional a eternizar en el imaginario colectivo un precedente mortal para la historia contemporánea del país. No sólo buscaban matarlo, sino que fuera un hecho espectacular, mediatizado y en cadena nacional.

En la política, a veces el lenguaje corporal dice más que los discursos. Y en ese renglón el presidente Maduro entra a la historia precisamente por su conducta en una situación en definitiva extrema: en el momento de la explosión, se le vio inalterable, tranquilo, incluso con disposición a continuar el discurso con la muerte en frente.

Si este momento sirve como precedente para internalizar hasta dónde están dispuestos a llegar los operadores de la guerra contra Venezuela, también es útil para ver la determinación de Maduro y su fortaleza justo cuando la muerte truena.

Paramilitarización de la política, tecnificación de la violencia y los saltos cualitativos desde el Golpe Azul

Es con el Golpe Azul (fallido) que se introduce con mayor nitidez en la política venezolana un tipo de violencia política donde el factor armado juega un papel central. Es allí donde comenzó a encontrar puntos de convergencia la conspiración interna en el mundo castrense (patrocinada desde el extranjero), el espectro más demente de la oposición venezolana y el suministro financiero estadounidense y colombiano hacia agendas antipolíticas. Allí se destacaron Julio Borges y Antonio Ledezma como operadores de guerra sucia.

Es desde ese plan de bombardear el Palacio de Miraflores y asesinar al presidente Maduro que, hasta la actualidad, puede observarse una mutación operativa, una ampliación en las capacidades y una profesionalización en los métodos, que viene aumentando su presencia en la vida política del país.

Muestra de ello no fue sólo el grado de preparación en guerra urbana en los operadores de las guarimbas de 2014 y 2017, sino la emergencia de una versión criolla del Estado Islámico, caso Óscar Pérez y su célula, con un sentido sofisticado y selectivo de la violencia irregular. Sus ataques a instituciones civiles y militares así lo demostraron.

Desde los sucesos en la finca Daktarí en el año 2004 en adelante, pasando por todos los planes de magnicidio desmantelados por el aparato de seguridad venezolano, hasta llegar a Óscar Pérez, la huella del paramilitarismo colombiano está presente. Y lo que se ve con mayor nitidez, en términos de retrospectiva, es un cambio en sus formas de ejecución, pero también en la selección de sus focos.

Al no tener en el escenario actual las condiciones que propicien una guerra abierta bajo la coordenada colombiana, el tratamiento o la forma de llegar al objetivo se adapta.

Y la prueba material de esa tecnificación es precisamente el uso de un dron artillado. Este mecanismo representa una de las mortales innovaciones dentro de los recursos bélicos del Estado Islámico, debido a las ventajas tácticas y financieras que implica para matar con mayor nivel de efectividad.

Este mecanismo, a su vez, ha sido importado y adaptado por el mundo del narcotráfico, siendo el mexicano el que lo ha instrumentalizado con mayor nivel de visibilidad.

El uso de este instrumento, más que describir un nivel de experticia y preparación relacionado a un tipo de violencia profesionalizada, pone las trazas de la operación en operadores paramilitares que sirven como canal de importación de las novedades del terrorismo.

Justo allí donde lo anecdótico se vuelve estratégico, y un susto como el de ayer en síntoma de algo más grave: el fenómeno paramilitar como una estrategia para alterar la naturaleza pacífica y democrática de la población venezolana. La expansión del Estado fallido colombiano también se narra por ahí.



 

Bogotá-Miami: el centro de operaciones

Un reportaje del medio especializado en finanzas Bloomberg, publicado el mes de junio, ratificó lo que sabemos desde el Golpe Azul: Colombia ha servido como base de operación, financiamiento y coordinación de planes golpistas (y magnicidas) contra Venezuela.

Esta vez se llamaba "Operación Constitución" y había sido planificada en Bogotá, con respaldo de financieros y militares colombianos. El objetivo era secuestrar a Maduro y llevarlo a juicio, aunque no dice ante cuál instancia. Con sólo tener dos dedos de frente, se puede decir que sería el “Tribunal Supremo en el exilio”, el cual utiliza el Congreso colombiano para sala de reuniones y específicamente para "enjuiciar a Maduro".

El paisaje que se ha venido dibujando en 2018 es uno donde los altos funcionarios estadounidenses y colombianos presionan abiertamente para intentar forzar un golpe de Estado en Venezuela, promocionándolo unas veces como forma de amnistía, y otras como un medio para “restituir la democracia” que la oposición venezolana no pudo.

La publicación de Bloomberg describe con nitidez el papel del gobierno colombiano en la planificación y coordinación de esta estrategia, pero también certifica, con igual nivel de claridad, su respaldo en lo que a la guerra en términos generales contra Venezuela concierne (contrabando, ataque a la moneda, paramilitarismo, etc.).

La siguiente secuencia habla por sí sola: luego de permanecer callado por meses, el autoexiliado Julio Borges, de quien sabemos que no le hace el feo cuando golpes de Estado se trata, resucitó en redes sociales para predecir que la caída de Maduro estaba cerca. Al unísono, el presidente Juan Manuel Santos también alertó que el fin de Maduro era inminente.

Dos pruebas irrefutables de algún tipo de involucramiento, o al menos conocimiento de causa, de un tipo de respaldo público con premeditación, con respecto a lo que sucedió ayer, pues sólo un intento de magnicidio es lo más parecido a sus profecías.

Ambos discursos, así como el reportaje de Bloomberg y los intensos llamados de funcionarios estadounidenses dirigidos al estamento militar venezolano en todo 2018, deben visualizarse, también, como maniobras de ablandamiento a la opinión pública, del imaginario colectivo, con el objetivo de obligar a la población a naturalizar una salida violenta o un hecho de conmoción en el corto plazo.

Preparar el cerebro del país para aceptar que algo trágico está por venir, viene acompañado, en este caso, por una estrategia de consentimiento forzado, artificial, donde la gente acepta una desgracia como algo lógico y ya predicho.

El presidente Maduro también señaló al estado de La Florida, cuna de los sancionadores crónicos de Venezuela (Marco Rubio, Ileana Ros, etc.), pero también de operadores de guerra sucia que se autoexiliaron allá. Como es el caso de José Antonio Colina, protegido por Marco Rubio y animador de la diáspora en Miami, que se hizo famoso por colocar bombas en la embajada de España y el CNE en 2003, y más recientemente por enviar implementos para dotar a los grupos violentos que protagonizaron las guarimbas.

El plan de recuperación económica: el acelerante

El plan de recuperación económica diseñado por el presidente Maduro y su equipo de gobierno ha sido una estrategia presentada como integral para atacar los focos sensibles de la guerra económica y devolverle al país la estabilidad.

El plan implica un reordenamiento de la política monetaria y cambiaria, una reorganización del subsidio a la gasolina y una despenalización (mediante la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios) en el mercado de divisas para restarle influencia a los indicadores del dólar paralelo en la formación del sistema de precios.

Estas medidas dibujan un mapa de intereses económicos que se verán afectados, sobre todo en lo que corresponde a la gasolina. Y eso sí que es un asunto estrictamente binacional.


 

Regiones importantes del oriente colombiano, sus élites políticas ligadas al narcotráfico y al paramilitarismo, incluso su tejido económico y empresarial, dependen del saqueo a los combustibles venezolanos para mantener un estado artificioso de soberanía económica que no es tal.

Lo que está en juego con las medidas planteadas por Maduro no sólo es un cambio en las reglas en el juego, que podría inhabilitar focos sensibles de la guerra económica, o lo que es lo mismo, la pérdida total de capital político de la oposición y Estados Unidos, sino la propia subsistencia primaria de un sistema paraeconómico que al otro lado de la frontera vive del canibalismo de nuestros combustibles.

Ciertamente, ese factor apuntala aún más el involucramiento del lado colombiano, pues el cambio que pueden vivir esas regiones producto de la regularización sobre el comercio de gasolina le impone un nuevo foco de estabilidad, por estrenarse, al gobierno colombiano, que posiciona como una política de Estado derrocar a Maduro para mantener el orden actual de las cosas.

La zona de peligro estratégico y la etapa de conflicto post-sanciones económicas

Si lo vemos en perspectiva, en términos formales, puramente legales y políticos, Estados Unidos, el gran operador de la guerra contra Venezuela, ya tocó sus propios límites.

Avanzar por la vía de las sanciones implica fortalecer a Maduro, según sus propios think-tanks, o propiciar un conflicto con inversionistas y empresas con intereses en mantener relaciones tolerables con Venezuela. Avanzar por la vía militar tampoco es una opción en las condiciones actuales, razón por la cual se acentúa la tercerización de las operaciones contra la economía y la seguridad de Venezuela desde Colombia, bajo mecanismos paramilitares, diplomáticos, comerciales y financieros.

A nivel internacional, la OEA está fatigada del tema Venezuela (al igual que el Grupo de Lima) y resolver la situación llevando a Maduro al Tribunal Supremo en el exilio o la Corte Penal Internacional, no tiene todavía el nivel de maduración necesario para interrumpir el plan económico de recuperación. Hablando de la oposición interna, sucede la misma deriva: un país con múltiples conflictos no los ve como una referencia.

Entonces parecemos entrar irrefrenablemente a una zona de peligro que tiene a las sanciones como puntos de negociación y arietes de desmantelamiento económico, pero no como desenlace en sí mismo, más allá de que sea permanente la búsqueda por hacer coincidir el caos que genera el bloqueo financiero con una nueva modalidad de violencia que le dé algún saldo político a la oposición. Y en ese sentido, Colombia, esperando el nuevo gobierno de Iván Duque, quiere asumir el liderazgo que a lo interno colapsó.

El poder formal ya avanzó hasta donde le marcan los límites de la legalidad, lo que hace de la zona de peligro estratégica un escenario donde los ataques por venir estarán orientados a la criminalidad, a los asesinatos políticos, al recrudecimiento del colapso económico, y a las demás variantes que ofrece la guerra sucia y las jugadas extrapolíticas.

La imagen del atentado fue consistente y sintetiza el nuevo escenario de recrudecimiento iniciado después del 20 de mayo, aquel donde se le imprime a la situación venezolana un sentido de inseguridad total, donde toda la vida (política, institucional, económica, humana) de la sociedad está en riesgo, suspendida en cuanto a derechos constitucionalmente consagrados, en cuanto a lo que políticamente se ha conquistado; donde, también, las nuevas modalidades de muerte social implantadas contra Venezuela, mediante el bloqueo financiero (entre otros crímenes), plantean hacerse masivas y naturales a nuestro metabolismo social.

Y si el plan de recuperación económica busca frenar ese proceso, entonces hay que socavarlo. Y si las sanciones y la presión internacional no pueden, si no podemos colocar a la población en contra, entonces hay que matar al líder. Ese es el razonamiento que los llevó a asesinar a Patrice Lumumba, Martín Torrijos, y tantos otros. Si no puedo controlarte, te mato.

Y matar, en esos términos, implica, por sobre todas las cosas, fracturar una sociedad, romperla para siempre. Eso buscaban ayer, y nuevamente no pudieron.

 
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Miquel Angel Soria

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Aug 8, 2018, 1:30:17 AM8/8/18
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Malament ho té Casado quan tot el PP -com un sol home- surt en la seva
defensa. Jo, al lloc d'ell ja tremolaria després de conèixer
l'experiència de Cifuentes. Només falta veure al Carroñero -ai!,
Carromero- enarborant la bandera de l'inocència.

Pablo Casado: la ética y la ley
Javier Pérez Royo

Pablo Casado es licenciado en Derecho. La Universidad Complutense
acaba de certificar que no ha encontrado nada anómalo en su expediente
académico, a pesar de que la mitad de las asignaturas las había
aprobado en cuatro meses el mismo año en que fue elegido diputado
autonómico, cuando había necesitado siete años para aprobar la otra
mitad. Pero la Universidad Complutense ha certificado que no se ha
encontrado nada que permita concluir que Pablo Casado obtuvo su título
de forma no limpia. No ha dicho que lo obtuviera de forma limpia, sino
que no se ha podido demostrar que no lo hiciera. Si lo obtuvo de forma
limpia o no, lo saben Pablo Casado y los profesores que le aprobaron
doce asignaturas en cuatro meses. Tras la certificación de la
Universidad Complutense los demás tenemos que aceptar que Pablo Casado
es licenciado en Derecho.

La ley no es la que decide cuándo un comportamiento es ético. Decide
únicamente cuál es el límite que no se puede traspasar. Un estudiante
puede copiar en un examen y si el profesor no lo descubre, puede no
solo aprobar sino obtener una muy buena nota. Obviamente su conducta
no es ética, pero una vez que la nota figura en su expediente
académico es legalmente inatacable. Así es y así debe ser. No sería
posible la convivencia si así no fuera.

Las garantías constitucionales en el proceso penal son uno de los
avances civilizatorios más importantes que se han producido en la
historia de la humanidad. Sin el derecho a no declarar contra uno
mismo y no confesarse culpable no se podría vivir. Y sin embargo, con
ese derecho no se está protegiendo comportamientos éticos, sino más
bien todo lo contrario. En defensa propia, en un proceso penal no
solamente se puede faltar a la verdad, sino que se tiene derecho a
faltar a la verdad.

La ley no dice que ese comportamiento sea ético. Simplemente considera
que es el mal menor, ya que, de no estar reconocido ese derecho, se
posibilitaría la tortura como forma de obtener la prueba de la
culpabilidad. Una persona puede haber cometido un delito y un delito
espantoso y, sin embargo, puede no ser condenada porque no se ha
podido destruir su presunción de inocencia con una actividad
probatoria de cargo obtenida con todas las garantías
constitucionalmente exigibles. Cuando se anulan grabaciones en las que
quedan constancia de actos delictivos porque han sido obtenidas
anticonstitucionalmente, los protagonistas de la conducta delictiva
son absueltos. Pero no por ello su conducta se convierte en éticamente
aceptable.

Pero no hay que llegar tan lejos. Vamos a quedarnos en un terreno en
el que, sin duda, el Sr. Casado se reconoce con seguridad, porque es
el terreno en el que se ha movido en los últimos quince años, es
decir, durante la mayor parte de su vida adulta. El terreno de su
partido.

Cuando el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, envió a
Luis Bárcenas el conocido sms “Luis sé fuerte. Hacemos lo que
podemos”, no es evidente que no estuviera haciendo algo jurídicamente
punible, aunque no fuera nada fácil demostrar que lo estaba haciendo.
Pero no cabe duda de que su conducta era éticamente reprobable.

O hablemos de “cohecho impropio”, que es uno de los delitos que la
jueza en su exposición razonada al Tribunal Supremo considera que
usted puede haber cometido. El presidente de la Comunidad de Valencia,
Sr. Camps, fue exonerado de responsabilidad penal por dicho delito
por un tribunal del jurado, a pesar de que había acreditación
indiscutida de que había recibido a lo largo de varios años trajes
regalados por “su amiguito del alma”, el conocido como El Bigotes. De
acuerdo con la ley, interpretada por el Tribunal del Jurado y
confirmada posteriormente por el Tribunal Supremo, la conducta del
presidente Camps no fue constitutiva del delito de cohecho impropio.
¿Hay alguna duda de que su conducta fuera éticamente reprobable?

La ley y la ética operaron en planos distintos, entre los que hay una
frontera, es decir, contacto pero también separación. Para saber esto
no hace falta haber estudiante de derecho. Pero para un estudiante de
derecho es un conocimiento inexcusable.

La universidad Complutense se ha cubierto de gloria con un alumno como usted.
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Miquel Angel Soria

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Aug 9, 2018, 1:30:19 AM8/9/18
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En aquest moments, al Senat argentí discuteixen la Llei de l'Abortament. Una marea de mocadors verds l'envolta. Parlen de 38 partidaris del no i 31 del si. Esperem un canvi, com al Congrés.
Una revista a publicat un inèdit d'Ernest Hemingway, A Room on the Garden Side, transcorre al Ritz de París i data de 1956.
Canción a Fidel, de Carilda Oliver Labra (veus no gaire conegudes -la riquesa artística de Cuba-):
https://www.youtube.com/watch?v=0e-Ng9bFQAY

Por la boca muere el pez
Elisa Beni

 Uno de los efectos más evidentes que sin duda ha tenido ya la exposición razonada  respecto a Pablo Casado elevada por la juez al Tribunal Supremo es el de descubrirnos hasta que punto la velocidad de los aprendizajes de éste -primero lentos y luego vertiginosos- le ha provocado una importante confusión de conceptos que muestran un panorama desolador. Casado y su panoplia de jóvenes dirigentes para la renovación han mostrado en el plazo de escasos días que no han digerido cuestiones básicas y que pretenden gobernarnos con una sopa espesa de ideas sobre qué sea el Estado de Derecho, la Ley, la Ética, la Moral o la Verdad que, ciertamente, resulta preocupante. De los dirigentes salientes del principal partido de la oposición podíamos esperar cinismo, tancredismo, juegos malabares o directamente mentiras pero nunca que no tuvieran claras cuestiones básicas sobre las que se asienta todo intento de levantar el gobierno de una democracia occidental.

La frase que me dejó más que muerta procede del propio Casado: “La ley es la ética de la República. La ética la marca la ley” ya que descubre cómo todo un licenciado en Derecho no sólo no parece haber entendido cuestiones básicas sino que muestra una capacidad de extraer conclusiones muy extravagante. Vamos a dar por bueno que algún expresidente de la República Francesa en algún momento pronunciara la frase “La ley es la ética de la República”. Y digo vamos a dar por bueno porque no he encontrado en francés ninguna cita ni similar. En cualquier caso si lo hubiera dicho hubiéramos entendido a qué se refería.

La República es una forma del Estado y el Estado no es un ser humano con capacidad moral. El Estado asume como barreras de su actuación las condensadas en la ley como limites comunes adoptados por los representantes de sus ciudadanos. Lo asombroso es la inferencia que hace el líder del Partido Popular a continuación: “La ética la marca la ley”. No sólo la conclusión que extrae de la frase es errónea -no dice eso en absoluto- sino que muestra que no ha comprendido nada respecto al papel de la ley en una sociedad democrática y mucho menos que tenga claro el concepto de ética y moral y cómo el único sujeto moral posible es el individuo. La moral es la ley de comportamiento que cada uno se dicta a sí mismo y cuyo cumplimiento y castigo dependen también del propio sujeto moral.

En la República, o en la Monarquía Parlamentaria, da igual la forma que adopte el Estado en una democracia occidental, la ley supone el mínimo ético pactado entre los ciudadanos. La ley es el límite que como sociedad hemos fijado, la barrera a partir de la cual no toleramos el comportamiento y lo sancionamos. La ley es el mínimo comportamiento ético y, desde luego, como norma de vida sólo a los seres con poca conciencia moral les servirá. Dicho de otra manera, aquel individuo cuya única norma personal de comportamiento sea no infringir las leyes será un ser de una ética tan rala que no merezca ningún aplauso especial. Afortunadamente existen millones de seres humanos que tienen un listón más alto y que aspiran a ser mejores personas. No querer saber que existen comportamientos humanos de una rectitud y una altura moral encomiable que deben ser reconocidos por todos es o no vivir en este mundo o desear otro mucho peor. Me gustaría aconsejarle al que se siente futuro presidente de este país -quizá corriendo tanto como con sus cursos- que mejor se rija por el imperativo categórico de Kant que constituye una guía magnifica, un mandamiento autónomo, para regir el comportamiento humano de forma moral en todas sus manifestaciones: obra de modo y manera que la máxima de tu voluntad pueda ser elevada a ley universal.

Si Casado en lugar de trastabillar con los conceptos hubiera usado el imperativo categórico en su día, se hubiera dado cuenta rápidamente de que aceptar que un título expedido por una universidad te pueda ser entregado sin realizar los estudios y actividades necesarias para el aprendizaje, por mucho que tu voluntad te lo pida, no podría ser nunca convertido en una norma universal. La norma “entreguemos titulaciones sin asistir a clase ni hacer exámenes a todos”, destruiría nuestro sistema de educación y formación y acabaría con los principios de mérito, esfuerzo y capacidad. Es imposible que lo que a él le fue dado se convirtiera en la vara de medir para todos ergo no era ético.

La loca afirmación de Casado ha sido la más llamativa, pero el resto de su núcleo duro no se ha quedado a la zaga. Maroto dice: “si la jueza no ve delito, su trabajo ha terminado; no es habitual llevarlo al Supremo para ver si allí ven algo”. Cierto es que el ex alcalde de Vitoria no es jurista pero una persona pública no puede tropezarse tanto con el concepto de la exposición razonada que recoge la Ley de Enjuiciamiento Criminal ni puede aturullarse tanto con la verdad. La verdad, si hubiera asomado siquiera la nariz al documento judicial en vez de refregarse con el argumentario es que la jueza ¡no es que vea delito es que ve dos en concurso ideal!

Cuando el ingeniero García Egea afirmaba a la SER que “todas las acusaciones se han ido archivando una a una” y “la jueza ha reconocido que todo se hizo correctamente” quiero suponer que está asumiendo argumentos que le han pasado porque que una mente de ingeniero se aparte tanto del duro dato objetivo y de la realidad de lo que contiene la resolución de la instructora me resulta inverosímil. Preocupante también que Dolors Montserrat no se cansé de pregonar que “el caso es irrelevante” ya que carece de sentido dejar al desnudo la poca visión política que esa afirmación demuestra. El caso no es irrelevante ni lo era cuando decidieron elegir a Casado como líder. Cualquier analista sensato ponía entre los elementos a valorar la posibilidad cierta de que sucediera lo que de facto ha sucedido.

Así que ahí tiene el Partido Popular a sus renovadores, boqueando como peces en el suelo de la lonja. No se que estarán pensando algunos de los arrinconados cuando hayan leído con asombro estas manifestaciones. A mí no es precisamente la caída o no del líder del PP lo que me inquieta (ya les expliqué en Lo que destruyen). Incluso siendo perverso, Casado es un hacedor nato de espacio para que pesque el PSOE en el electorado del centro del eje de abscisas. De otros no lo podemos predecir porque, recuerden, lo de que Soraya era la candidata de la izquierda sólo lo dice la derecha.

 
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Miquel Angel Soria

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Aug 10, 2018, 1:30:27 AM8/10/18
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Eneko, de forma gràfica, ens informa de que les armes que venem a
l'Aràbia Saudí serveixen per matar innocents al Iemen o a on calgui.
Darrera, el compte corrent de la monarquia.
A l'Argentina,la societat cada cop més trencada. Esperem que es noti a
les properes eleccions.

Límites de la recuperación económica en EU
Alejandro Nadal

La expansión de la economía estadunidense a partir de 2009 lleva ya
acumulados 109 meses de crecimiento sin interrupción y se perfila para
romper el récord de duración de una onda expansiva. Hoy esa marca
corresponde a la del periodo 1991-2001. Pero todo esto no puede
impedir la formulación de la pregunta clave: ¿cuánto durará la actual
fase de expansión?

Donald Trump se jacta de haber sido el responsable de este buen
desempeño de la economía. Pero sus engañosos discursos no mencionan
que el ciclo de la recuperación comenzó antes de que llegara a la Casa
Blanca. La fase ascendente del ciclo arrancó a finales de 2009 y se
fortaleció con el estímulo fiscal puesto en marcha por la
administración de Barack Obama. Ese paquete inyectó 720 mil millones
de dólares en la economía al reducir impuestos, generar empleos
directos y extender beneficios por desempleo en los sectores de salud
y educación.

La política monetaria también tuvo impacto en la recuperación. Ya
desde 2008 la Reserva Federal (Fed) redujo la tasa de interés de
referencia a un nivel cercano a cero por ciento. Y en diciembre de
2008, después del colapso del banco de inversión Lehman Brothers,
anunció el arranque de su programa de flexibilidad cuantitativa. Este
programa de compra de activos emproblemado s en manos de los bancos
inyectó más de 4 billones (castellanos) de dólares en el sistema
bancario y financiero. Aunque no se tradujo en inversiones productivas
y mucho del paquete terminó inflando una enorme burbuja en la bolsa de
valores, la expansión económica recibió una inyección de adrenalina
con esa política heterodoxa de la Fed. Así es que la recuperación se
debe menos a las fuerzas competitivas del mercado que a la
intervención del Estado, tanto por el lado fiscal como por el
monetario.

Pero como todas las recuperaciones económicas después de una recesión,
la actual onda expansiva llegará a su fin. Quizás el freno en la
actividad económica se haga sentir justo cuando arranque la campaña
electoral en la que Trump buscará la relección. La realidad es que el
estímulo fiscal que acompañó la reducción de impuestos a los estratos
más ricos tendrá efectos temporales y hacia finales de 2019 el impulso
macroeconómico derivado de estas medidas se habrá agotado. Además, la
normalización de la política monetaria (con sus alzas en tasas de
interés y la reducción de la hoja de balance de la Fed) será un freno
adicional para la actividad económica. Finalmente, la guerra comercial
que Trump ha iniciado con China, la Unión Europea, Canadá y México no
está ayudando a fomentar nuevas inversiones.

Quizás el hecho más importante que comienza a dejar sentir sus efectos
es la normalización de la política monetaria. Esta normalización
consiste en primer lugar en alejarse más del territorio de tasas de
interés cercanas a cero. Por eso los aumentos en la tasa de interés
van a seguir su curso mientras prosiga la expansión y la tasa de
inflación se mantenga cercana a la meta de 2 por ciento definida por
la Fed.

En días recientes Trump ha acusado a la Fed de sabotear sus esfuerzos
para mejorar la economía. Esas acusaciones no tienen precedente en la
historia de la Reserva Federal, pero no alterarán el calendario de
incrementos en la tasa de interés. Uno de los efectos de esos aumentos
seguirá siendo el fortalecimiento del dólar estadunidense, lo que
tendrá repercusiones negativas sobre el sector exportador. Y si a todo
esto añadimos las consecuencias de la guerra comercial, el panorama se
antoja más complicado de lo que creen los economistas del equipo de
Trump. El gasto de los consumidores sigue siendo el principal motor
del crecimiento en Estados Unidos y se verá afectado por el efecto
combinado de todos estos factores y el hecho de que los salarios
siguen estancados. Finalmente, los precios de crudo y de materiales
como el acero y el aluminio (afectados por los nuevos aranceles
aplicados por la Casa Blanca) también pesarán negativamente en el
sector productivo.

El impacto de los aumentos en la tasa de interés no debe subestimarse.
El rescate mediante la flexibilización cuantitativa de la política
monetaria generó uno de los episodios más intensos de inflación en los
precios de activos financieros en la historia del sistema financiero
estadunidense. Por eso los aumentos en la tasa de interés tendrán
repercusiones profundas, incluso para la economía mundial. Las
empresas estadunidenses deberán refinanciar el equivalente a 4
billones de dólares en bonos emitidos en los años recientes, y deberán
hacerlo con tasas de interés mayores. Cualquier sacudida en este
proceso conducirá a un número importante de quiebras y muchos bancos
no tendrán más remedio que recortar el crédito. La economía volverá a
entrar en recesión, y ya veremos a quién le echa la culpa el actual
ocupante de la Casa Blanca. Por lo pronto, las consecuencias para el
resto del mundo no serán buenas noticias.

* * *

Réquiem por las industrias. Por Carlos Ávila Villamar
por La pupila insomne

Cada país tiene una balanza económica en la que (desde una visión
simplificada) se resta el total de dinero gastado en importaciones del
total de dinero ganado en exportaciones. El resultado debería ser
siempre positivo, de lo contrario, el país estaría consumiendo más de
lo debido. Ahora bien, en un planeta perfecto sin inflación, es
imposible que todos los países se desarrollen, o al menos que todos
mantengan sus balanzas positivas. Pensémoslo: no hay forma matemática
en la que todos ganen sin que nadie pierda. Cada dólar o euro que sale
en números verdes al final de la cuenta de un país es un dólar o un
euro que sale en números rojos al final de la cuenta de otro. En
realidad todo esto se hace más complejo cuando interviene la
inflación. Las monedas se devalúan con el tiempo porque en un año
siempre hay más dólares, rublos o pesos mexicanos de los que había el
año anterior, por tanto las balanzas comerciales están deformadas y en
teoría es posible que todos los países terminen el año con números en
verde. Esta deformación, sin embargo, solo favorece a algunos, a
aquellos con industrias más fuertes, por lo general.

Una economía lo suficientemente fuerte suele verse respaldada por una
moneda fuerte. Hemos ocultado hasta ahora otro elemento importante en
el proceso, que es la moneda en la que se realizan los intercambios
comerciales. Somos un país pequeño y débil en su economía (bloqueada
rígidamente por Estados Unidos), usamos monedas extranjeras para pagar
nuestras importaciones, pero pensemos qué pasaría si fuéramos,
digamos, Gran Bretaña. Nuestro mercado interno sería sólido, con cien
libras esterlinas siempre se puede comprar algo, por tanto nos
podríamos dar el lujo de pagar en nuestra propia moneda, sobre la que
tenemos el control. Gran Bretaña no se ve afectada por la inflación de
la libra esterlina, puesto que ella misma la produce. Por el contrario
otro país que comercie con libras esterlinas, puesto que no las
imprime y debe someterse a la constante devaluación, se encuentra en
obvia desventaja. El colmo de este sistema injusto yace en el dólar,
gracias al cual ocurren un número impensable de intercambios
comerciales cada minuto. Gracias al predominio del dólar en el
comercio internacional, Estados Unidos literalmente explota al resto
de las economías.

En nuestro tiempo se habla de la necesidad de romper la hegemonía del
dólar. No tendría sentido hacerlo solo para iniciar una hegemonía del
rublo o del euro, ni tampoco para una hegemonía repartida entre
monedas impresas (la palabra es inexacta, porque la mayor parte del
dinero ni siquiera se imprime) en dos o tres países, que se beneficien
del resto del mundo. Lo ideal sería un equilibro de las múltiples
monedas, pero no podemos esperar que tal equilibrio sea concedido por
amabilidad. Cuba no puede esperar que el mercado internacional se tome
en serio el peso cubano si no tiene un mercado interno fuerte que lo
respalde. En algún momento a mediano o a largo plazo, supongo, tal vez
existan las condiciones para que las importaciones se puedan pagar en
pesos cubanos. Queda claro, tendríamos que aceptar en retribución que
nos pagaran a nosotros en pesos cubanos por el ron o el azúcar, pero
no habría nada de malo en ello. La economía cubana se estaría
alimentando y retroalimentando, en una doble rueda. La moneda pude
impulsar el mercado interno tanto como el mercado interno puede
impulsar la moneda.

En teoría el gran problema por el que Cuba no puede desarrollar sus
industrias enfocadas en el mercado interno es la falta de divisas para
realizar la importación de materias primas. Como los productos
nacionales terminados no se cambiarían por dólares o euros, sino por
pesos cubanos o convertibles, se suele pensar que afectarían la
balanza comercial. Nada más falso. Numerosos productos con alta
demanda en las tiendas se traen de países tan diversos como China,
México o República Dominicana. Los gastos totales de esas
importaciones, de hecho, serán siempre mayores que los gastos por la
importación de acero, algodón o plástico. Si importáramos acero para
fabricar ferretería destinada al consumo interno, en apariencia
afectaríamos la balanza: todo lo contrario. Estaríamos dejando de
importar ferretería, que como producto agrega más valor que el acero.
La diferencia se traduciría en beneficios directos para la balanza, en
un primer lugar, y en el fortalecimiento del peso cubano, en un
segundo.

La industrialización trae consigo un fenómeno que el turismo desconoce
y que es vital para el verdadero desarrollo de cualquier país. Los
fabricantes de ferretería podrían conseguir altos salarios (antes se
deben flexibilizar mil trabas burocráticas), lo cual subiría levemente
el poder de compra local y permitiría hacer rentables a nuevas
empresas, que a su vez pagarían más a sus trabajadores y subirían un
poco más el poder de compra, y así progresivamente. Nuestras arcas
solo podrían permitirse construir un puñado de fábricas en los
primeros años, queda claro, pero a mediano y a largo plazo se estaría
edificando una economía sólida e independiente, con una competencia
sana y bien controlada dentro del propio sector estatal.

No siempre se necesita esperar que venga un inversor extranjero para
hacer una fábrica. En realidad lo preferible debería ser que las
industrias tuvieran el mayor número posible de acciones cubanas, así
se evitaría la fuga de capital, y lo más importante: podríamos decidir
qué cosa producir. Ahora mismo para montar una fábrica se debe esperar
a que algún capitalista extranjero quiera invertir en ella. Muy
probablemente la fábrica solo monte piezas que ya se han elaborado en
otros lugares (en los que ya ha invertido el capitalista), y por tanto
permita bajísimos márgenes de ganancia para el estado cubano, ganancia
que será inmediatamente desviada hacia el sector presupuestado,
gracias a la multiplicidad cambiaria. De esta forma las industrias
cubanas dirigidas al consumo interno en general suelen abarcar apenas
una o dos etapas del ciclo productivo, suelen compartirse con
accionistas extranjeros, suelen quedar con poco dinero y por tanto
pueden modernizarse poco y pagar poco a sus trabajadores. Aunque se
mantiene la política en papeles de desarrollar las industrias, me
parece que seguimos bastante estancados y no se han tomado medidas
verdaderamente precisas para concretarla.

Hay un elemento que tienen en común todos los países desarrollados:
una industria fuerte. Gran Bretaña, Francia e Italia reciben millones
de turistas cada mes, y sin embargo el turismo no constituye el motor
de sus economías, sino más bien una alternativa para recuperar el
dinero que británicos, franceses e italianos sacan del territorio
durante sus vacaciones. Las primeras inversiones pueden salir de los
montos (nada despreciables) que ahora se dedican a seguir
desarrollando la industria turística cubana, que suele dar divisas
rápidas. El turismo es incapaz de generar la bola de nieve del mercado
interno, que fortalece la moneda y por tanto la economía. Nos hace más
dependientes a factores externos y (al acaparar inversiones que
deberían ir para la ampliación de las industrias) nos obliga a
importar productos tales como galletas y cerveza, cuya demanda en
otros tiempos éramos capaces de satisfacer. No nos damos cuenta de que
la escasez de numerosos productos en nuestro país (que hace posible,
por ejemplo, la millonaria reventa de ropa comprada en México o
Panamá) es una oportunidad fabulosa que desaprovechamos de construir
industrias rentables y generar empleos bien remunerados. Para el
desarrollo de la industria cubana todavía hace falta eliminar unas
cuantas trabas, pero es bueno recordar que de ella depende en última
instancia la sustentabilidad y la solidez de la economía socialista.
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Miquel Angel Soria

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Aug 14, 2018, 1:30:37 AM8/14/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Ahir vaig anar a passar una mica de calor a Balaguer. Ho trobava a faltar,
Ahir també, Fidel Castro hagués fet 92 anys. Ho recordo amb aquesta improvisació de Frank Fernández
https://www.youtube.com/watch?v=-dIWOZFOu1c
Un record també per a Samir Amin. Que la terra li sigui lleu.

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
LA COMPRA DE LA DEMOCRACIA

No solo en España sino en el resto del mundo, sobre todo en los países sometidos a una democracia pervertida,  no habrá que olvidar a quienes, con voluntad enferma, ocupan obscenamente el poder convirtiéndolo en beneficio doloso. Hay que eliminar a quienes están exhibiendo triunfalmente sus apetencias, que no son sino una explotación  monstruosa del mundo. La labor requiere la creación, aunque sea con esfuerzos en apariencia perdidos, de islas de libertad. Hay que mover una propuesta popular para enfrentar públicamente a quienes tienen a las ciudadanías aplastadas por su bota. No cabe soñar con un futuro medianamente confortable si no se resuelve este problema sanitario. Porque no se trata de negociar políticas sino de neutralizar enfermos, que una vez y otra repetirán su locura.

2018/08/13

Pero hablemos hoy de España porque ha resucitado sin pudor alguno su violencia histórica, que hace del gobierno  una cruel exhibición de inhumanidad. España es en este momento un mercado de  democracia prostituida. Quizá haya de ser un pequeño pueblo, demográficamente hablando, como es el catalán, el que rompa con la fuerza de su presencia en la calle el cascaron del fascismo dominante.

Pero procedamos punto por punto a airear este mercado de artículos seudoembarcaciones. Empecemos por la Corona –el rey como persona no me importa– de la que tengo el derecho a hablar libremente porque en teoría representa mi poder democrático, mi libertad en la cumbre, mi dignidad. Mas  la Corona española es ilegítima hablando en términos democráticos y se comporta como tal.

Esto lo escribí ya en “Interviú” en el año 1976. Si hay algo que demuestre la ilegitimidad democrática de esta Corona, alumbrada por el gran Genocida, son las actuaciones que el Gobierno ha protagonizado en tierras catalanas, convirtiendo la adecuada intervención moderadora en una reprobable tarea policial de la que han participado sin reparo alguno una serie de deudoras instituciones financieras, un intervenido mundo de la información, un conjunto de poderes intermedios que viven de los presupuestos nacionales y unas organizaciones partidarias y sindicales que pasan por caja a fin de no morir de inanición.

¿Tengo o no derecho a hablar como ciudadano de estas realidades desordenadas por la actuación corrupta de los estamentos encargados precisamente de hacer frente a la corrupción?  Al menos eso denuncian las noticias y comentarios que trasmiten unos medios informativos que se están autodestruyendo con sus falsedades.

Sí, lo escribí ya en 1976, poco antes de que un antiguo e íntimo amigo en la batalla antifranquista me ofreciese un acta de diputado y un puesto ministerial en las únicas elecciones que ganó Adolfo Suárez, pronto abatido por los ávidos manipuladores de la gran estafa de Suresnes ¿Es así o no es así, Sr. Guerra, que ahora pide una expeditiva eliminación de los que buscan la libertad? No puedo creer en una Corona que designó el gran perjuro de banderas haciendo sucesor suyo «a título de rey» a un joven que invalidó a su padre tras jurar los Principios del Movimiento Nacional ante un pueblo emborrachado e hipermétrope por sufrir una prisión inicua durante cuarenta años.

Esto, repito, lo escribí ya en 1976 y seguí escribiéndolo en los siguientes años «constitucionales» alzados en andas por un referéndum sin alternativas y aupado a la «perfección» democrática por comunistas desleales, por socialistas mensajeros y por liberales que siempre subrayaban la lealtad cívica de todos los uniformados al poder civil ¿Puedo repetir todo esto  amparado por una   democracia que, se diga lo que se diga, fue gestada en vientres de alquiler? Esa democracia que ante el primer envite  auténticamente democrático se ha ido por los famosos desagües del Estado en los que está situado, al parecer, el cauce del Tribunal Constitucional, cuyos protagonistas han conseguido cambiar la augusta toga por un prudente traje de empleado.

Sigamos planeando sobre la situación antidemocrática que padecemos. Al Tribunal Constitucional le ha bastado un recurso firmado por el atropellado mimosín que lidera el extinguible Partido Socialista de Cataluña para suspender solemnemente un pleno de las Cortes catalanas para declarar la independencia de Catalunya, pleno que al parecer barajaban como posibilidad algunos diputados de ese Parlament, con lo que tan alta magistratura española ha creado nada menos que el delito de ideación política, figura que no acierto a encajar en ninguna doctrina de la filosofía del derecho. ¿Qué pensarán esos magistrados de la «justicia» que aplicaron para suspender un pleno parlamentario no convocado con el argumento especioso de que se trataba de impedir una posible medida que contendría una «relevante y general repercusión social y económica»?  

¿Aquí quién legisla? Porque lo que hizo el Constitucional fue legislar preventivamente. ¿Cómo explicarán en su momento esos jueces ese comportamiento de fondo penal sobre un hecho no consumado? Porque llegará un día en que todo eso será juzgado si arriba por fin la ley como cierta y la libertad como fundamento de la conciencia. ¿O siempre será punible que quienes leemos a Kant sostengamos que en ocasiones la ley puede estar vacía de moral y también sus servidores?

Vayamos al hecho que luce el gobierno español como una victoria antinacionalista: la resituación fuera de Catalunya, aunque sea sólo gestualmente, de  algunas relevantes entidades financieras , cuya decisión es tan frágil que sus grandes figuras no han tenido la elemental fuerza para emigrar a Madrid a fin de consolidar su voluntad unitaria y la teoría financiera en que se apoyan. Llevar la fachada de la sede principal a Alicante o a Mallorca, mientras se conserva el gran aparato director en el lugar de origen, resulta absolutamente ridículo.

Pero hay en este ademán algo muy fácil de explicar: la posibilidad de que Madrid, ante una desobediencia como la que enfrenta, exija la devolución  del préstamo multimillonario que hizo a esas entidades el Estado con dinero de los presupuestos públicos cuando crepitaba su solidez por administración lesiva. Ayudas de cuyo retorno ha dejado de hablarse porque lo urgente es ahora encontrar recursos para sostener, entre otras cosas, unas miserables pensiones y unos arruinados mecanismos de asistencia social, como la ayuda anti desahucios o el mantenimiento de la energía en los hogares mártires del invierno. Conste que algunos ingenuos ya avisamos sobre la trampa cuando observamos la malicia de un Gobierno que no deseaba comprometerse con el Banco Central Europeo en el rescate de la banca, como hicieron los restantes Estados comunitarios, porque prefería tener en sus manos una deuda con la que amenazar  si se hacía políticamente necesario. En eso consistió el triunfo Rajoy cuando explicó a la sociedad española su brillante idea patriótica, de la que, como es lógico, no volvió a hablarse.

Y mientras otros prestatarios pueden negociar con el BCE su deuda España anda huída por Bruselas. Unos bancos catalanes pagan ahora su sumisión financiera antisocial con una ayuda que parece extraída de «La ópera de dos centavos»: irse a veranear una temporada a Palma o Alicante. Lo que yo me pregunto es si los catalanes en guerra por su libertad no decidirán prescindir de esos bancos. Las ideas españolistas están hundiendo hasta el lenguaje: condenan la «secesión unilateral» de Catalunya ¡Claro que es unilateral, ya que una secesión bilateral, que es irse uno del otro a la vez, es una invención magnífica que se llama acuerdo!

 
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Miquel Angel Soria

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Aug 15, 2018, 1:32:00 AM8/15/18
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Quina serà la pròxima obra pública en fer fallida?
Aposto pel govern d'un tal Sánchez. No crec que aguanti -o que li
aguantin, millor- el paper d'Hamlet molt de temps.


Brasil, entre dos polos
Por Emir Sader

El liberalismo en Brasil siempre ha sido una farsa para justificar el
modelo primario exportador y un argumento para destruir la economía
nacional. La derecha se ha valido del liberalismo incluso para
justificar el golpe militar de 1964 y la dictadura, que llegaría para
defender los intereses de los individuos, amenazados por un supuesto
riesgo de una dictadura estatizante, impuesta por el nacionalismo.

Pero fueron las corrientes nacionalistas las que han garantizado el
derecho de todos, el derecho de organización y de protesta de la
población, que han defendido la soberanía nacional y la democracia.
Nunca Brasil ha visto tan respetados los derechos de todos como en los
gobiernos del PT, en este siglo. La derecha tradicional ha fracasado
al defender los intereses del mercado y del capital internacional,
intensificando la recesión económica y las desigualdades sociales en
los años 1990.

Al apoyar el golpe, la derecha tradicional brasileña ha cometido un
suicidio. Carga con el peso de las políticas neoliberales, con la
adhesión al golpe del 2016 y con el apoyo al gobierno de Temer. Ahora
siembra la impopularidad de sus candidatos –el más representativo,
Geraldo Alckmin–.

La desesperación de la derecha tradicional no viene solo de la
posibilidad inminente de la quinta derrota consecutiva, sino también
de la posibilidad de quedar fuera de la segunda vuelta, superada por
el candidato de la extrema derecha. Lo que, además, los llevará a
tener que definirse entre el candidato del PT y Bolsonaro.

Porque la derecha tradicional salió de escena con el apoyo al golpe
en contra de Dilma y a la política económica del gobierno de Temer.
Carga así sobre sus espaldas esas opciones, por su obsesión por el
neoliberalismo y su odio al PT y a Lula, que la han llevado al
suicídio.

En el Brasil de hoy, mirando las elecciones de octubre, solo dos
ideas-fuerza tienen peso: la representada por Lula y la representada
por Bolsonaro (foto de ambos). Solamente esas dos perspectivas
despiertan interés y pasión, movilizan mentes y corazones, en
direcciones totalmente antagónicas.

O Brasil retoma el camino del desarrollo económico con la perspectiva
de la inclusión social y la distribución de la renta, o avanza por el
camino del autoritarismo, de la represión y de la exclusión social.
Así se plantean las alternativas hoy para Brasil. Las otras son
periféricas, complementarias o se diluyen sin personificar proyectos
de país ni de sociedad.

No se trata de que las alternativas electorales conduzcan
necesariamente al enfrentamiento entre Lula y Bolsonaro. Otra
alternativa de derecha puede llegar a la segunda vuelta, para
enfrentar al candidato petista, pero sin un proyecto que galvanice a
sectores significativos de la sociedad. Serán estas alternativas para
quienes ubican al PT y a Lula como el riesgo más grande para sus
intereses, y se entusiasman con un proyecto que ya había fracasado en
los años noventa y ahora vuelve a fracasar con el gobierno Temer.

Brasil tiene esas dos alternativas. O derrota el sesgo autoritario,
represivo y excluyente de Bolsonaro o tendrá que enfrentar las
consecuencias de esa opción aventurera de los que prefieren cualquier
cosa, menos el retorno del PT al gobierno.

Aunque la derecha tradicional intente presentarse como alternativa a
Bolsonaro, buscando diferenciarse de él, compone el mismo campo de la
derecha de Brasil hoy. Así como el campo de la izquierda está
inevitablemente representado por Lula y por el PT: es la única
alternativa real de derrota de la derecha y de la extrema derecha, así
como el rescate de la democracia y del desarrollo económico y de la
justicia social.
El sentir de la calle.jpg
Aquarius.jpg
Juanjo Mata..jpg
Marilena Nardi.jpeg

Miquel Angel Soria

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Aug 16, 2018, 1:31:37 AM8/16/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Trump diu de la seva ex-assessora negra que és una gossa! I ens
estranyàvem quan algun dirigent festejava els gols dels seu equip.
Calia mantenir les formes... la diplomàcia...


El magnicidio y el Golpe Maestro. Por Ángel Guerra Cabrera
DE LA PUPILA INSOMNE

El intento frustrado de magnicidio contra el presidente Nicolás
Maduro y el alto mando político–militar chavista forma parte de la
flexibilidad de la guerra no convencional, híbrida o de cuarta
generación. Es aplicado por Estados Unidos para lograr el “cambio de
régimen” y el llamado golpe suave contra los gobiernos incómodos, como
en Georgia, Ucrania, Brasil, Argentina y ahora Nicaragua, cada uno con
sus características particulares. Parte de una concepción estratégica
y táctica que se adapta rápidamente, sin complicaciones burocráticas y
a bajo costo, a las cambiantes condiciones del teatro de operaciones.

La movilización de masas chavista y la firmeza de su dirección
política frente a las guarimbas de 2014 y 2017 derrotaron al “golpismo
desde abajo”. Lo derrotaron fulminantemente en 2017 con la
convocatoria y concurrida elección de la Asamblea Constituyente.
Seguida de la victoria de las fuerzas revolucionarias en las
elecciones regionales y en mayo de este año con la relección de
Maduro. Posteriormente, una oposición desmoralizada y profundamente
dividida no ha podido, ni parece ser capaz, de recomponerse
políticamente del batacazo sufrido. El resultado es que Maduro, con el
apoyo electoral, no solo del chavismo, sino de sectores no militantes
pero hartos de la violencia y el desasosiego ocasionados por los
golpistas, trasformó la insurrección contrarrevolucionaria en un país
en paz. Recuérdese los chavistas y no chavistas, sobre todo negros y
pobres, linchados y hasta prendidos como antorchas a plena luz del
día. El más emblemático tal vez, el caso del joven Orlando Figuera,
cosido a puñaladas y quemada su piel en 53 por ciento.

Si no se pudo derribar a Maduro “desde abajo”, ahora se trata de
golpearlo “desde arriba” para provocar la fractura social deseada,
estimulada también por la feroz guerra económica y la presión
internacional, a la que se han prestado varios gobiernos
latinoamericanos de derecha, entre ellos, el saliente en México y no
se diga el desprestigiado Luis Almagro, secretario general de la
impresentable OEA.

El intento de magnicidio fracasó, pero esa alternativa estaba
contemplada por Washington y la oligarquía bogotana, que ha convertido
a Colombia en el otro centro operativo, junto a Miami, del plan del
Golpe Maestro(GN) contra Caracas, endosado por el almirante Kurt
Tidd, jefe del Comando Sur(CS). En Miami hay un protagonista principal
de esta trama, el senador Marco Rubio.

Por las confesiones de los implicados, fue en una finca cercana la
frontera colombo-venezolana donde se entrenaron los dos comandos
operadores de los drones cargados de explosivos lqanzados contra la
tribuna en la ceremonia por el 81 aniversario de la Guardia Nacional
Bolivariana. También mencionaron al líder opositor Julio Borge,
establecido en el país vecino, como el cabecilla político del plan. La
misma noche de los hechos, Maduro señaló al saliente presidente Juan
Manuel Santos como responsable de la desmantelada operación.

Si el magnicidio tenía éxito, se abría un escenario favorable: el
vacío de autoridad, para promover una acción golpista en el seno de
una Fuerza Armada Nacional Bolivariana presuntamente descabezada, pues
dada la naturaleza de la ceremonia era previsible la presencia del
general en jefe Vladimir Padrino y de todo el alto mando militar justo
al lado del presidente. También se creaba una coyuntura propicia para
una intervención militar, no necesariamente directa estadounidense.
Según el almirante Tidd, en el GM se consigue participarían fuerzas
de la Conferencia de Ejércitos Americanos con el apoyo político de la
OEA.

Si el plan fracasaba, “forzar un escenario de inseguridad generalizada
donde elementos terroristas sean enfilados hacia operaciones de
sicariato político, con el fin de debilitar al Estado venezolano y
atemorizar a las bases chavistas”, aduce un estupendo análisis del
sitio chavista Misión Verdad
´(http://misionverdad.com/la-guerra-en-venezuela/segundo-informe-especial-intento-de-magnicidio-contra-maduro).

Con Iván Duque en la presidencia, pupilo del fascista Álvaro Uribe, la
amenaza desde Colombia contra la Revolución Bolivariana tiende a
mantenerse, o a incrementarse. Dos días antes de la toma de posesión
de aquel, Uribe llamó a un golpe militar en Venezuela y sugirió que
Washington lo promoviera. Tres días después, el nuevo canciller Carlos
Holmes ofreció al líder opositor Julio Borge, apoyo “incondicional
para rescatar la democracia y la legalidad en Venezuela”. Una semana
más tarde fue el mismo Duque quien manifestó que esperaba una
transición hacia unas elecciones “libres” en el país contiguo. Todo
esto, a la vez que recibimos en nuestras tierras la visita de James
Mattis “Perro Loco”, jefe del Pentágono, quien termina su gira justo
en Bogotá. En la agenda, ha dicho el mismo, está incluida Venezuela.

* * *

El imperio y la militarización del sistema financiero
Alejandro Nadal

Hace tres meses Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo con Irán en
materia nuclear, que fue firmado en 2015 e incluyó a ese país, a los
miembros del Consejo de seguridad de Naciones Unidas y Alemania. Los
demás signatarios y la Agencia Internacional de Energía Atómica
consideran que Teherán está cumpliendo los términos del acuerdo; pero
el ocupante de la Casa Blanca ha preferido denunciar el pacto e
imponer sanciones económicas y financieras sobre la república
islámica.

El castigo tendrá serias consecuencias sobre la economía iraní. Las
actividades afectadas en lo inmediato rodean el sector automotriz, la
compra de aviones comerciales y hasta la adquisición de metales
preciosos. Por eso es que el rial, la divisa iraní, se ha devaluado 40
por ciento en los últimos tres meses. Y en noviembre entrará en acción
una segunda ola de sanciones que afectarán al sector petrolero y al
sistema financiero de la república islámica, incluyendo el banco
central.

La Unión Europea (UE) ha lamentado la decisión estadunidense. Pero
Trump ha respondido amenazadoramente que aquellos que no reduzcan sus
vínculos económicos con Irán tendrán que atenerse a las consecuencias.
¿Podrán los europeos proteger sus empresas frente a las amenazas de
Estados Unidos? La Comisión Europea ha reiterado su compromiso de
mantener los canales financieros con Irán, así como sus importaciones
de petróleo y gas. Pero algunos proyectos económicos que hoy se
encuentran amenazados incluyen una inversión de la empresa francesa
Total de 5 mil millones de dólares (mmdd) para desarrollar el campo de
gas natural más grande del mundo, otra inversión de una empresa
noruega para construir plantas solares y el compromiso de Airbus para
vender cien aviones a Iran Air.

Para proteger estos y otros proyectos la UE ha activado el llamado
Estatuto de bloqueo, un mecanismo adoptado en 1996 para contrarrestar
los efectos de sanciones económicas impuestas por otros países. El
estatuto permite a empresas europeas desconocer resoluciones
judiciales impuestas extraterritorialmente. Pero las nuevas sanciones
financieras van mucho más lejos que cualquier medida relacionada con
un bloqueo o boicot comercial.

El 6 de agosto venció el plazo fijado por Washington para que las
empresas europeas no energéticas cerraran todas las transacciones en
dólares con entidades iraníes y para las empresas en el sector
energético el plazo vence el 4 de noviembre. A partir de esas fechas
una empresa europea podría, por ejemplo, establecer una empresa
fantasma para evadir el boicot comercial. Pero ningún banco europeo
aceptaría poner en riesgo su acceso al espacio financiero en el que
sigue dominando el dólar estadunidense.

En 2010 el Congreso estadunidense aprobó la Ley 111-95, que recurre al
arma más importante en el arsenal económico: el bloqueo de las
transacciones financieras. Esa norma establece un castigo letal, no
sólo a los bancos iraníes, sino a cualquiera que tenga tratos
financieros con esas entidades. Básicamente la ley estipula que
cualquier banco extranjero con relaciones de corresponsalía con bancos
en Irán sería excluido del espacio financiero estadunidense. En 2011
el castigo se extendió para cubrir transacciones con el banco central
de Irán.

Esas son las sanciones que hoy enfrentan los bancos europeos. Si
deciden mantener relaciones con entidades iraníes perderán sus cuentas
de corresponsalía con el sistema bancario y financiero de Estados
Unidos. Eso tendría como efecto en cascada la pérdida de una cantidad
importante de su cartera de clientes y todas sus operaciones en las
que intervienen dólares se verían seriamente perturbadas.

Estas sanciones secundarias colocan a las economías europeas
directamente en la línea de fuego. Con razón el ministro de finanzas
francés ha declarado con irritación que Europa no puede convertirse en
un vasallo de Estados Unidos. Pero una encuesta reciente reveló que la
mayoría de las empresas y bancos europeos creen que el Estatuto de
bloqueo es un tigre de papel.

A Irán le queda el apoyo de Rusia y China. Será un recurso importante
y quizás Teherán fortalezca su alianza con esas potencias, algo que
Washington seguramente ya estará anticipando. Pero aun para las
empresas de esos países la amenaza de quedar fuera del espacio
financiero estadunidense será un elemento a tomar en cuenta y tendrán
que tomar sus providencias.

Sabemos que el gasto militar de Estados Unidos supera el de los
siguientes 10 países en esa escala. Pero si las sanciones impuestas
contra Irán son susceptibles de tener más impacto que antes, eso no se
debe al gigantesco arsenal militar estadunidense sino a la capacidad
de Washington de utilizar su hegemonía monetaria en la economía
mundial. Y si bien es cierto que algún día la supremacía del dólar
llegará a su fin, mientras se mantenga esa posición dominante el mundo
no podrá evadir los efectos de la militarización del espacio
financiero.
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Miquel Angel Soria

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Aug 17, 2018, 1:31:23 AM8/17/18
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Demà farà 82 anys de l'assassinat de García Lorca. 82 anys en una fossa comuna, que és on la seva família prefereix que segueixi.
A Cuba, una altra gran poetessa segueix viva amb 96 anys, Carilda Pliver Labra. De la seva obra surt aquesta Canción a Fidel, en el seu 90 aniversari:
https://www.youtube.com/watch?v=0e-Ng9bFQAY

VÍCTOR MORENO
PROFESOR

TRADICIONES RELIGIOSAS: PROCESIONES

Durante los meses de verano, especialmente en agosto, se prodigan las fiestas patronales en pueblos y ciudades. Pocos serán los que no tengan a gala presumir de su tradicional procesión religiosa católica. Afortunadamente, ni a judíos, musulmanes, protestantes y evangélicos les ha dado por apuntarse a esta liturgia tan abrasiva como invasiva del espacio público. ¿Imaginan el espectáculo? Estaríamos todo el santo año viendo desfilar por las calles a estas peñas de creyentes tan voluntariosos como pelmas manifestando su fe. Menos mal que a los ateos, a los deístas, a los agnósticos y masones no les ha entrado esta fiebre en el cuerpo, porque, entonces, sería el anuncio de un apocalipsis real y verdadero.

Es curioso reparar en que pocas de las tradiciones religiosas que vienen celebrándose en España desde Recaredo han desaparecido tras la venida de la Constitución, que declara aconfesional al Estado. Lógico. Lo aconfesional no quita lo valiente y en un Estado social y de derecho hasta la Iglesia tiene derecho a expresarse en las calles con el permiso civil correspondiente.

Además, si a muchas ciudades y pueblos les quitas estas tradiciones religiosas, los toros y las vaquillas, se quedarían en cueros. Las procesiones que persisten se utilizan como ocasión para manifestar la fe en Dios, y como un aval identitario de pertenencia. A quienes no asisten a estas manifestaciones todavía se les increpa diciéndoles que «no parecen ni del pueblo».

Solemos pensar que lo que hacemos lo decidimos libremente, pero difícilmente será libre una decisión que asegura que «lo que se hace, se hace por tradición». Suena a «por imperativo legal» al que se acogen con desgana ciertos políticos al votar en agrias circunstancias.

Son actos que tienen las características de un fatalismo atávico, como si sus ejecutores estuvieran condenados a repetirlos para cumplir el expediente exigido por su ADN. De hecho, si esta tradición promulgara otra representación, la harían igual. Más que un acto voluntario, parece reflejo y automático. Podría hablarse de «autómatas por tradición». Toca, pues se hace.

El problema se agudiza cuando se dice que este comportamiento, que se repite como hábito heredado, pertenece a la normalidad más absoluta, pues, «es lo que siempre se ha hecho». Lo que siempre se ha hecho se ha convertido en norma, en costumbre, en tradición y uno la cumple, porque la sarna con gusto no pica. Pero se olvida cómo este «siempre se ha hecho así» se instaló entre nosotros. Muchas veces lo hizo gracias a la coacción, persecución, tortura y hasta la muerte de quienes se oponían a tales manifestaciones religiosas. De hecho, las tradiciones que más se resisten a desaparecer son aquellas que se fundaron gracias a la represión de quienes se oponían a ellas.

Las tradiciones religiosas con pedigrí se han impuesto por el concurso de la fuerza del poder civil en connivencia con el poder religioso. Las tradiciones no se ponen per se, se imponen. No surgen por generación espontánea. Hay gente que afirma que estas tradiciones religiosas tampoco hacen daño, así que no tiene sentido reprocharles su celebración. Naturalmente. No parece que tras una performance de este tipo, el nivel de criminalidad aumente en la sociedad. Los réditos de estas tradiciones están en el reforzamiento institucional que recibe la Iglesia, gracias al cual se crece y puede exigir al Estado, en nombre de estas multitudes que la aplauden, beneficios que nada tienen que ver con la metafísica y sí con la manteca del PIB.

Quienes defienden la pervivencia de estas tradiciones religiosas rara vez reflexionan en el hecho de que muchas de ellas tuvieron un origen poco decoroso con la tolerancia; menos, con el respeto hacia los disidentes, antaño herejes; en la modernidad, librepensadores. Los archivos reflejan muchos casos sucedidos en pueblos y ciudades donde aquellos que por sus convicciones, no solo no participaban en dichos jumelages, sino que los criticaban por tenerlos como disparates mayúsculos, serían castigados. La chanza mostrada por cierta población hacia las procesiones religiosas no es de ahora. Las denuncias y multas contra los «libertinos», hechas, paradójicamente, por el poder civil, tampoco. En este sentido, el Código Penal ha sido inflexible. Sigue castigando cualquier «irreverencia» contra este tipo de manifestaciones religiosas, sobre todo, cuando se transmutan en sentimiento religioso herido, categoría que a muchos jueces del establishment les parece más punible que una violación.

La mayoría de las tradiciones religiosas nacen en el seno del pueblo, pero no las crea el pueblo. En muchos casos, son ocurrencias debidas a un sujeto imaginativo con mucho tiempo libre. Sucede tras un hecho, por regla general calamitoso, una peste o una guerra. El pueblo, tras haber implorado al santo del lugar, este, «milagrosamente», lo salva de la destrucción. El sujeto –individual o colectivo–, propone la idea de celebrar un acto en honor del santo para darle gracias por haber librado al pueblo de una catástrofe segura, caso de no haberlo invocado. Cada año se repite el rito. Luego, vendrán el escriba y el exégeta dándole consistencia documental, convirtiendo esa celebración en un momento excepcional en la historia del pueblo.

Extraña que este modelo de fabricar tradiciones religiosas haya entrado en crisis en nuestra época. No será por falta de acontecimientos calamitosos. Hemos padecido cantidad de catástrofes en los últimos años y no parece que la performance de invocar a un santo para contrarrestarlas haya ingresado en el cómputo actual de tradiciones con solera.

El imaginario social ya no se presta a tales veleidades teológicas. La población lastimada, aunque creyente, no parece creer en este tipo de milagros, como sí lo eran los ediles de Iruña de 1599 cuando pidieron la intervención divina para que los librase de la peste que amenazaba la ciudad. Tras recorrer las calles de la capital en procesión con el símbolo de las cinco llagas de Cristo y la corona de espinas, los efectos de la plaga cesaron. En agradecimiento, cada año el consistorio renueva el Voto mediante un solemne acto en el que los concejales, vestidos de aquella manera y, portando el reverso de la medalla corporativa en el que figura el emblema de las llagas de Cristo, desfilan por la ciudad presididos por la bandera negra de la ciudad.

Ignoro cuál es el problema metafísico que tienen los desahuciados de este mundo para no imitar a los ediles de Iruña. ¿Acaso cabe mayor peste que vivir sin casa aunque la Constitución (C. III. Art. 47) establezca el derecho del individuo a tenerla?

Aprendan los desahuciados de estos ediles y, si no, del equipo de fútbol del Club Atlético Osasuna que, sin ningún rubor, ni pudor, ni miedo al ridículo, ha marchado jacarandoso a Javier para hacer una ofrenda floral al patrón de Navarra, en lugar de encomendarse al bueno de Ezcurra, expresidente de Osasuna, que sería lo preceptivo, porque este sabía de fútbol, pero Javier, san Francisco Javier, quiero decir, ¿qué, coño, puede saber de fútbol? Y si no sabe, ¿cómo podrá interceder por Osasuna ante la Divina Providencia?

 


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Miquel Angel Soria

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Aug 20, 2018, 1:30:56 AM8/20/18
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Trobo a Página 12:
CALZONCILLOS

Como un alumno que se copia en un examen, el candidato de la
ultraderecha brasileña, Jair Bolsonaro, acudió al último debate
presidencial en la RedeTV con la palma de su mano escrita con birome:
“encuesta”, “armas” y “Lula” fueron las palabras clave que se anotó.
El insólito machete no tardó en ser motivo de burlas en Brasil, sobre
todo en las redes sociales. Un periodista finalmente le preguntó sobre
el “ayudamemoria”. La respuesta pintó de cuerpo entero al ex militar:
“¿Cuál es el problema? ¿Qué más querés saber, el color de mis
calzoncillos?”

Rescatando a Llarena
Elisa Beni

Hasta la fecha el sufrido contribuyente español se ha visto abocado a
rescatar bancos y concesionarios de autopistas varios, pero no se
había dado el caso hasta el momento de que se nos pidiera que
rescatáramos a un juez. Sin embargo, eso es exactamente lo que está
sucediendo. El magistrado Llarena, con el dudoso apoyo de su amigo
Lesmes, el amo del calabozo del CGPJ, pretende que se utilice dinero
público para pagar la representación legal de Pablo Llarena en un
pleito civil en Bruselas y, además, que en caso de que éste se pierda
y sea condenado, se utilice el dinero de todos para pagar la
indemnización, que sería simbólica, y hacer frente a las costas, que
no lo serían tanto.

Ya saben, era esa demanda civil presentada por Puigdemont y los ex
consellers Serret, Comin, Puig y Ponsatí de protección del honor por
manifestaciones privadas realizadas por el magistrado en conferencias
(patrocinadas por BMW, en FAES y en universidades de verano) en las
que se habría vulnerado su derecho a la presunción de inocencia por
parte del juez que instruye su caso. Esa demanda civil que le partía
la caja a Llarena y al resto del mundo y que el entonces juez decano
de Madrid consideró que no debía ni de hacerle llegar. Esa demanda que
ha seguido su curso legal y que mantiene su citación para septiembre.
Lo que era una coña y una ocurrencia hace dos meses ha terminado
poniendo en marcha mecanismos inauditos para el rescate de Llarena.
Con el dinero de todos. Y ojo a eso. Porque lo que se sustancia en
Bruselas -lugar de residencia de los demandantes- es si el magistrado
Llarena, que en sus escritos judiciales considera presuntos autores de
un delito de rebelión y malversación a los catalanes, ha cometido un
ilícito civil al dar por hecho en manifestaciones privadas que lo han
cometido. Se preguntarán ¿y qué tiene que ver el CGPJ y el Ministerio
de Justicia y, sobre todo, nuestro dinero con lo lenguaraz que sea
Llarena o lo que se le escape el subconsciente cuando va por ahí de
gira? Pues eso mismo me pregunto yo y me parece que también Justicia
debe de estudiar muy bien la situación antes de tomar una decisión que
pudiera suponer una mala utilización de fondos públicos, ya que esto
tiene un nombre muy feo. Ya saben.

Estábamos en que Llarena y los demás reían a mandíbula batiente hace
dos meses por la demanda y que éste desestimó rápidamente la
recusación que se le hizo por considerar que tenía pleito con estas
personas, lo cual es motivo legal para abandonar el caso. ¡A él no le
interfería nada! Hace unos días, sin embargo, el juez presentó una
petición de amparo ante el CGPJ al encontrarse perturbado en su
independencia. ¿Y cómo puede uno no tener interés alguno y desestimar
una recusación por un tema y semanas después afirmar que ese tema le
perturba tanto que precisa amparo? Pues ya ven. Voy a intentar
explicárselo. El imperturbable magistrado se ha dado cuenta de que el
procedimiento civil belga sigue adelante y que podía optar por estar
representado o en ausencia. Esto último no permite ninguna defensa así
que ¿tenía que contratar un abogado y pagarlo de su bolsillo? Vaya
faena. Además, pensándolo bien, incluso podía perder y aunque las
indemnizaciones ascendieran a cinco euros, el pago de las costas
incluyendo los honorarios de los abogados podía dispararse a un pico.
Con el bolsillo propio amenazado, Llarena ha pedido sopitas. Estas
sopitas no eran de fácil cocción. Me cuentan que el propio Lesmes
afirmó en la Permanente que tuvo una conversación con la Abogada
General del Estado para ver cómo se podía hacer que fuera la Abogacía
la que se hiciera cargo de la situación. Esta le dijo que así, sin que
se excitara la cuestión desde el Consejo, iba a ser más bien
imposible. Así que, se pusieron a excitar y la excitación ha
consistido en la utilización espuria de la figura del amparo que está
pensada para preservar la independencia judicial respecto a otros
poderes del Estado.

No acaban ahí las invenciones y las anomalías. De facto para conceder
el amparo se vivió una sesión de alta tensión de la Comisión
Permanente del CGPJ en la que no faltaron literalmente los gritos. Y
es que la solicitud de amparo de Llarena no debería de haber sido ni
siquiera tramitada. La ley recoge un plazo preclusivo de diez días
para presentarlo desde el momento en que se produzca el hecho
perturbador. Se ha llegado a rechazar la tramitación de peticiones de
amparo por pasarse un día del plazo. Pues bien, la de Llarena se ha
pasado no un día sino casi dos meses. Este motivo fue alegado por una
de las vocales que se negaba siquiera a estudiar la petición al
considerarlo ilegal. Nada importó al bulldozer Lesmes. Además, la
petición de amparo conlleva un error conceptual dado que el mecanismo
para garantizar la independencia poco tiene que ver con las acciones
privadas de un magistrado y la posibilidad de que éstas le cuesten la
pasta. Así que se habla de proteger frente a inmisiones del extranjero
la indemnidad de la jurisdicción española cuando ningún riesgo sufre
en un procedimiento personal, pero es que, además, eso no constituiría
tampoco motivo de amparo. Lo cierto es que en la tumultuosa reunión
llegó a resonar la frase: “A ver, que estamos hablando de dinero
respecto de una persona que vive de su sueldo”. Así que se exige el
rescate del magistrado Llarena y así se lo ha hecho llegar el CGPJ al
Ministerio de Justicia.

La demanda civil presentada en Bélgica dice textualmente: “el juez
Llarena ha cometido una falta AL MARGEN DE SU FUNCIÓN JURISDICCIONAL”.
Ahora Lesmes ha decidido que, si el magistrado ha sido un bocazas, lo
tenemos que pagar todos. El Ministerio ya ha dicho que la Abogacía del
Estado no puede actuar y que, en todo caso, habría que contratar
abogados. Ojo con esto. Ojo. Usar fondos públicos para pagar abogados
en asuntos privados es algo no aceptable. De nombre feo.

No hay motivos para que los ciudadanos rescatemos a un magistrado
bocazas. A ver cómo lo explican.
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Miquel Angel Soria

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Aug 21, 2018, 1:30:23 AM8/21/18
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A Sevilla varis membres de La Manada van ser expulsats, pels usuaris,
d'una piscina pública. Es van haver d'amagar en una dependència i no
van poder sortir fins que la piscina va tancar.
Ai, la memòria!

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
LA BRUTALIDAD

Si hay algo que distinga radicalmente el acontecer político español de
la práctica política catalana es la expresión y los modos. Ahí está
una de las diferencias más visibles entre ambos pueblos. No hago,
pues, esta observación exclusivamente ante los sucesos que quebrantan
hoy las duras relaciones entre los dos gobiernos –enfrentamiento que
implica ya gravemente a la calle– sino que me refiero a múltiples
conflictos históricos en que la rudeza española ha suscitado una
natural indignación de los catalanes.

Aludo, repito, a una continuidad histórica en que la política de
Madrid ha estado siempre presidida por una incivilidad lastimosa, por
una renuncia radical a la práctica serena de la razón, que la ha
descalificado en gran parte del mundo a cuya vecindad pertenece.

Este tenor bravucón de la españolidad contamina incluso a los medios
de comunicación, poblados de invitados que en los últimos tiempos
aúllan de modo creciente en una confusión irritante. Seguí con ciertos
reparos las tertulias en “La Sexta”, pero llegaron a un punto de ira
tal algunos de los conductores y tertulianos de sus espacios de
opinión que me obligaron a retornar a los productos televisivos
dedicados a los alienígenas. En el fondo un español razonador y
sensato no es más que un alienígena que ansía regresar a su estrella.

Me gustaría decir algunas cosas que parecen contradecir mi constante
discurso en favor de la revolución social y de la libertad para ser
uno mismo, cosas ambas que forman la osamenta de mi pensamiento, pero
lo que sigue trata en realidad de una simple exposición sobre lo que
significa la «piel», o sea, las formas y su función en la vida
pública.

Insisto en que no pretendo exhibir un nuevo estilo de pequeño burgués.
Como comunista he de elegir entre el Lenin sutil y el Stalin bárbaro.
Como cristiano he de optar entre el Espíritu que nos habla y los
latigazos de los penitentes en la procesión escoltada por las armas.

La inelegancia en las formas que constituyen la epidermis verbal sobre
todo, conlleva por si misma y de modo inmediato un contenido negador
de derechos esenciales para validar la relación intersubjetiva y, en
consecuencia, esas formas groseras desmienten de inmediato la fe
democrática que dicen poseer quienes proceden con desdén y, aún más,
con cólera y frenesí en la comunicación con el «otro». Para no
insistir en lo doméstico brindo la persona y proceder del Sr. Trump
para explicar gráficamente lo que estoy diciendo.

La mala calidad de la epidermis, en este caso española, suele delatar
las infames profundidades que nutren esa capa exterior de nuestra
personalidad. El comportamiento de España en sus relaciones externas,
en este caso con Catalunya, nos conducen a la constatación de una piel
escamosa y reseca propia de quien corrientemente acepta la sumisión
total ante el poderoso o la crueldad radical ante el sometido bien sea
por aniquilación de su alma o por anonadar su fuerza mediante la
destrucción oportunista de sus capacidades de respuesta.
Las formas externas violentas delatan una fisiología general agónica,
en este caso una fisiología política agotada. Si contemplamos la
expresión cambiante y ruinosa de su epidermis política es aplicable al
jefe del Gobierno español esta frase de Walter Benjamín en sus
“Discursos interrumpidos”: «La pretendida imagen interior que de la
propia naturaleza llevamos en nosotros mismos –me refiero al naufragio
de la energía creativa en el líder español– es, de un minuto para
otro, pura improvisación».

Frente al servilismo para la supervivencia con que se sirve la mesa
del sátrapa aparece seguidamente en ese líder, y como compensación,
una fuerza espesa ante el dominado por las armas o las leyes. Escribe
Edgar Morin en su “Autocrítica”: «La injuria o el mutismo se
convierten en las armas esenciales de la acción» de este sujeto
desarbolado. La injuria institucional o el mutismo del incapaz, que no
tiene en cuenta lo que Viktor Frankl escribió desde el campo de
exterminio alemán en que murió su mujer y él sobrevivió a duras penas:
«Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las
libertades humanas –la elección de una actitud personal digna ante un
conjunto de circunstancias– para decidir su propio camino», pero esta
incapacidad «para decidir su propio camino» en gobernantes o
ciudadanos proviene de que han perdido «el instinto que les diga cómo
han de operar; en ocasiones no saben siquiera lo que les gustaría
hacer. En estos casos hacen lo que otras personas hacen (conformismo)
o hacen lo que otras personas quieren que hagan (totalitarismo)».

En el aspecto que nos ocupa también es aludible el título de la obra
del psiquiatra austriaco: “El hombre en busca de sentido”. El hombre,
el ciudadano, el gobernante, el elector… Si uno no busca el sentido de
su existencia, que está implicada en la existencia de los demás,
¿existe? Es más, el gobernante que sostiene su quehacer en la inanidad
de un pensamiento simplemente rencoroso es proclive a los procederes
más tristes y peligrosos.

Franco era una muestra clínica de esto que digo. Y Franco sigue ahí,
en esos españoles que vitorean a la Guardia Civil que marcha para una
posible guerra colonial. No trato de exacerbar violencias sino de
afirmar con fe plena que las leyes acartonadas no son un buen
tratamiento para conservar viva la lozanía de la piel moral, de la
voluntad política y de la creatividad de la razón.

Algo de todo esto vino a decir el monje que oró públicamente por la
libertad de su patria en la cumbre de Montserrat. Yo no nací catalán,
pero como dije a unos miles de vascos en una reunión para mi
inolvidable: «Si sois libres, yo soy libre», porque la libertad es la
piel sana que permite respirar al mundo más allá de las Constituciones
con casco antidisturbios.

Hablaba al comienzo de este papel de la elegancia en la acción
política. Me refería a eso que vulgarmente se denomina las formas. Las
formas en la comunicación, es decir, la cortesía y el respeto en el
tratamiento de los problemas que casi diariamente nos enfrentan, me
parecen importantes porque depositan una fianza –eso que tan cínica y
aviesamente se usa ahora– sobre el propósito de verdad entre iguales.

El propósito de verdad se esfuma cuando los actos de represión se
agudizan y sustituyen al discurso de los argumentos. La verdad es
dialéctica y, por tanto, contradictoria y se confunde en no pocas
ocasiones con la utilidad, pero esta confusión debe aclararse en un
clima de confianza mutua.

Lo más grave de la guerra con Catalunya –las leyes injustas que se
aplican en esta operación equivalen, en un sentido moral, a armas
químicas– no son las heridas que produzcan hoy sino las cicatrices que
perduran a lo largo de años interminables. En algunas familias
catalanas la postura contra la independencia de su patria se
convertirá en una herencia que habrá que esconder en no pocos casos a
sus descendientes y en un desván incómodo. Es el peor futuro que puede
elaborarse para la paz de la conciencia.

La lucha por la libertad se inscribe siempre en un recuerdo
perdurable, pero la renuncia a esa lucha queda, por poderosa que
pretenda ser la absolución, como un desecho que impide una visión
gratificante del paisaje espiritual. Esta es la razón por la que el
mundo actual permanecerá como una sombra.
En Catalunya.jpg
Sánchez se Torra.jpg
Terra de políticos.jpg
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Miquel Angel Soria

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Aug 22, 2018, 1:30:24 AM8/22/18
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Bolivia, aquest país desconegut i folklòric. Com Portugal, per als
"media" no existeix.

El milagro boliviano
Luis Hernández Navarro

El Deber es el periódico más vendido en Bolivia. Es un diario serio,
clásico de las élites de Santa Cruz, el centro comercial del país. Su
orientación es claramente conservadora. Expresa sin ambigüedad los
intereses de la derecha tradicional cruceña.

El pasado 6 de agosto, 193 aniversario de la independencia boliviana y
de la creación de la república, publicó en sus páginas una encuesta
encargada a Captura Consulting. En ella se preguntó: Cuál presidente
de la historia moderna de Bolivia generaba mayor admiración. La
respuesta fue contundente: Evo Morales ocupó el primer puesto con 41
por ciento de las opiniones. Muy por debajo de él, con apenas 14 por
ciento, quedó Carlos Diego de Mesa.

Al interpretar en el mismo rotativo el significado del sondeo, Diego
Ayo, ­ahora analista político, opositor furibundo del presidente
Morales, ex viceministro de Participación Popular del gobierno
neoliberal en Bolivia y funcionario de Usaid, respondió: Estamos
frente a una suerte de leyenda, y eso hay que decirlo sin
mezquindades. Evo ha significado la ciudadanización política del
aimara, lo cual es un cambio paradigmático.

Fue el presidente Evo Morales quien me habló sobre el sondeo de El
Deber en la entrevista que le hice en Cochabamba el pasado 10 de
agosto. Estaba sorprendido. “Esa no es nuestra encuesta, es la
encuesta de la derecha –me dijo–. Ustedes saben que algunos medios de
comunicación no nos quieren para nada. Y, además de eso, es una
encuesta realizada solamente en las ciudades y nuestra fuerza siempre
han sido las áreas rurales”.

Para él, el mensaje de ese sondeo es muy preciso: el pueblo se plantea
que es necesario continuar con nuestra revolución democrática y
cultural. Explicó: Hicimos un gran cambio de un Estado colonial a un
Estado plurinacional. Económicamente nacionalizamos los recursos
nacionales, recuperamos las empresas. El pueblo quiere que Evo termine
las grandes obras. La sociedad boliviana está moralmente conforme con
su proceso de transformación.

Evo Morales asumió la presidencia el 22 de enero de 2006. Desde esa
fecha, en buena parte como resultado de la conquista de su soberanía
energética y la recuperación estatal de empresas estratégicas, la
economía boliviana es una locomotora que no se detiene. En 2006, el
producto interno bruto (PIB) era de alrededor de 6 mil millones de
dólares y ahora es de más de 37 mil millones. En los recientes 10
años, la economía ha crecido en promedio anual de 5 por ciento, a
pesar de la caída en el precio del petróleo y las materias primas. En
2014 aumentó 5.5 por ciento; en 2015, 4.9 por ciento; en 2016, 4.3 por
ciento, y en 2017, 4.2 por ciento. En 2018 crecerá en torno a 4.8 por
ciento.

“Cuando llegamos –me contó en Cochabamba– sólo se exportaba gas
natural y se importaba gas licuado del petróleo (GLP). Ahora estamos
exportando GLP. Tenemos dos plantas separadoras de líquidos y una
planta de GNL (gas natural licuado). Ahora nosotros tenemos una planta
de GNL y estamos acá preparados para exportar GNL a otros países
vecinos, y no perdemos la esperanza de exportarlo a otros continentes.
Antes se importaban fertilizantes y ya estamos exportándolos a Brasil.
En temas de construcción de caminos, estamos integrando el oriente al
occidente. Tenemos aeropuertos ya terminados y algunos por terminar.
Hemos empezado con la industrialización. En el litio estamos
invirtiendo cerca de mil millones de dólares. En el momento en que
terminemos la industrialización del litio estoy convencido de que
vamos a poner el precio del litio para el mundo, porque tenemos la
reserva más grande del mundo. Hemos empezado a industrializar el
hierro, ya no vamos importar hierro para la construcción.”

La riqueza generada ha servido para combatir la pobreza. Ésta se
redujo a 36.4 durante 2017 frente a 59.9 de 2006. Su nivel histórico
más bajo. A pesar del multilingüismo, la tasa de analfabetismo es
ahora de solamente 2.7 por ciento, a diferencia de 27 por ciento de
1995. El cuarto lugar en América Latina. Entre 2005 y 2016 el
coeficiente Gini de desigualdad bajó de 0.60 a 0.41.

A diferencia de épocas anteriores, la presidencia de Evo Morales se ha
caracterizado por la estabilidad. Ha encabezado el Estado durante 12
años. No siempre fue así. “La historia cuenta que en 24 horas había
tres presidentes –me dijo en Cochabamba–. Cinco años antes de mi
llegada al gobierno, cada año había un presidente. En 2001, Hugo
Banzer Suárez; en 2002, Jorge Tuto Quiroga; en 2003, Gonzálo Sánchez
de Lozada; en 2004, Carlos Mesa, y en 2005, Eduardo Rodríguez. Así era
la situación política del país”.

Como demuestra la experiencia boliviana, los milagros existen. Su
proceso de transformación muestra que es posible seguir un modelo no
neoliberal, que recupere la soberanía popular, descolonice el Estado,
pague la deuda histórica con sus pueblos originarios y abra las
puertas a la participación popular en las decisiones trascendentales
de la nación.

* * *

La “lepenización de los espíritus”
Jaume Asens - Teniente de alcalde de Barcelona

"Orden y seguridad"

“Ciudadanos trabaja por todos los ciudadanos y los pequeños comercios:
queremos combatir las mafias y velar por el cumplimiento de la ley"

"Es hora de que haya orden en las calles y que los ciudadanos se
sientan seguros. ¡Basta de la dejadez!"

Esta es la campaña que, con la etiqueta #CallesOkupadas, ha lanzado el
partido de Albert Rivera contra el top manta a raíz de la agresión a
un turista norteamericano en Barcelona. El episodio fue utilizado, en
efecto, para presentar al colectivo como un grupo organizado,
peligroso, que insultaba y “embestía” a los turistas. Con ello se
contribuía a instalar la imagen de que Barcelona, o Madrid, estaban
inmersas en una deriva de desgobierno dañina para sus intereses
turísticos. La idea era sencilla: crear una situación de emergencia
que exigiera restablecer el “orden y la seguridad” con medidas
excepcionales.

Es difícil no ver tras este relato sesgado la marca del “populismo
punitivo” que se extiende cada vez más por Europa. Eso en Francia se
conoce desde hace años como la “lepenización de los espíritus”. No por
casualidad, no fueron pocos a los que la campaña de C's les recordó a
la extrema derecha de Le Pen o incluso al fascismo de Primo de Rivera.
Visto desde esta perspectiva, es una prioridad atajar ese simplismo
cortoplacista. Que las imágenes de agresiones son una escena
lamentable a rechazar está fuera de duda. Que la tensión entre la
policía y quien se dedica a la venta ambulante deriva a veces en
violencia gratuita e injustificada, también. Sin embargo, pretender
atribuir la violencia aislada de unos pocos a todo un colectivo es un
despropósito en toda regla.

Esa caracterización de los hechos no es inocente. En primer lugar,
sirve para ocultar las múltiples formas de violencia a la cual los
manteros se ven expuestos cotidianamente. La mayoría de ellos
aceptarían de buen grado trabajos más seguros y alejados de las
inclemencias de la calle. Si no lo hacen es porque la misma
legislación de extranjería -apoyada por C's- se lo impide y los
condena a una ilegalidad irremediable. En segundo lugar, el relato es
útil para desvincular el fenómeno de las políticas de exclusión social
o la masificación turística de ciertas zonas urbanas. Después de todo,
lo que sí perjudica seriamente la imagen de las ciudades afectadas es
precisamente un relato alarmista alejado de la realidad. En tercer
lugar, permite hacer pivotar el debate sobre el espacio público y la
seguridad alrededor de un marco cultural cómodo para la derecha. Los
discursos del miedo a los manteros, inmigrantes o refugiados, hacen
mella entre una población rodeada de inseguridades vitales. Colocar
los focos sobre los más vulnerables, presentándolos como los
principales culpables de la inseguridad en los barrios, o de la falta
de empleo, puede ser un recurso útil. Naturalmente, para obtener votos
entre una población cada vez más empobrecida. Pero también para atizar
desconfianza y miedo entre los de abajo mientras se absuelve a los
propios responsables de la crisis.

Lo preocupante es que ese “populismo punitivo” es un recurso tentador
que recluta no solo a sus partidarios entre las filas conservadoras
sino también entre las izquierdas. Sin ir más lejos, el PSC y ERC se
han sumado sin contemplaciones al bloque reaccionario de “ley orden”
promovido en Barcelona. Ya en el 2005 les arrastró a su terreno de
juego cuando se aprobó la llamada “ordenanza del civismo”. Incluso
hasta el punto que su discurso de firmeza a veces superaba el suyo en
gestos y declaraciones. No pocas veces han llamado la atención algunas
voces sobre el cambio de rumbo de los socialistas desde que no forman
parte del gobierno barcelonés. O ciertos sectores de los republicanos
– como por ejemplo los propios diputados Ruben Wagensberg y Gabriel
Rufián – han expresado su incomodidad por el uso partidista de un
fenómeno tan delicado por parte de sus compañeros de partido.

En verdad, el fenómeno del top manta nos alerta sobre un problema
estructural que se consolida por todas partes por la combinación de
factores geopolíticos, económicos y sociales. Para hacerle frente, las
recetas exclusivamente punitivas promovidas por la derecha se han
mostrado hasta ahora ineficaces. Y ante la carencia de resultados
palpables, alimentan un espiral represivo que siempre acaba exigiendo
una vuelta de tuerca más. A primera vista, sobre-actuaciones de este
tipo sirven para calmar los ánimos de quienes creen que hay que
aplicar “mano dura” para poner fin a la conflictividad urbana. A pesar
de ello, este enfoque ha tenido un menguado balance durante esta
última década. La dureza retórica contrasta a menudo con una exigua
eficacia práctica sobre el terreno. En el caso del top manta, la
pretensión de borrarlo por la vía únicamente represiva ha fracasado en
todas partes donde se ha querido materializar. También en los
municipios gobernados por la derecha donde sus alcaldes expresan a
menudo la sensación de desbordamiento e impotencia. Y en Barcelona, el
fenómeno no ha disminuido a pesar de que en 2016 se llegó a la cifra
récord de casi 80.000 actuaciones de la Guardia Urbana y más de un
millón de objetos decomisados.

Es evidente que cualquier abordaje riguroso de la problemática tiene
que empezar haciendo pedagogía democrática y evitar caer en la
tentación de reproducir los marcos mentales de la derecha. No puede
estigmatizarse a las personas de colectivos vulnerables como cabezas
de turco del malestar social. Y no hay soluciones policiales que sean
mágicas o definitivas. Por el contrario, la estrategia debe ser
transversal: combinar acciones preventivas y disuasivas en el control
del uso del espacio público con otros de tipo social. Barcelona, por
eso, ha sido la primera ciudad europea donde se han hecho ciertos
pasos innovadores desde una óptica de los derechos de la ciudadanía.
Los cambios en el circuito del empadronamiento, los planes de
ocupación, o la cooperativa de Diomcoop, son algunas de las medidas
que han permitido sacar a 130 vendedores ambulantes de la calle y
tratarlos como ciudadanos de pleno derecho.

Este tipo de iniciativas, a pesar de ir en la buena dirección, son
insuficientes. Que sean la norma, y no la excepción, dependerá de si
hay una mayor implicación del resto de administraciones públicas. Otra
condición indispensable para encauzar la problemática es levantar las
barreras legales a la regularización de las personas “sin papeles”.
La falta de permisos de trabajo y de residencia son el principal
factor que los empuja a buscar formas ilegales de subsistencia. En un
contexto de crisis como el actual, por eso, el guión preestablecido
por la derecha va en la dirección contraria. Lejos de impulsar una
alternativa enfocada hacia la garantía de derechos, utiliza a los
manteros como amenaza latente en beneficio propio. Con ello, se elude
una discusión de fondo, no demagógica, sobre las causas reales,
económicas y políticas, de la inseguridad en nuestras ciudades.

Ante esta disyuntiva, las izquierdas deben tomar partido. O se suman a
las políticas punitivas que, como solía decir Eduardo Galeano,
“escupen a la gente”. O se suman al frente en defensa de los derechos
humanos. No se trata, como querrían los sectores más conservadores, de
políticas realistas contra políticas irrealistas. El supuesto realismo
de quienes confunden la “seguridad en los derechos” con el “derecho a
la seguridad” es un realismo estrecho de miras. Por el contrario, el
único modelo sostenible de seguridad es el fundado no en la demagogia
del populismo punitivo, sino en un modelo de escrupuloso respeto a los
derechos sociales, políticos y civiles de todos.
Reabrir heridas.jpg
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Miquel Angel Soria

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Aug 23, 2018, 1:31:21 AM8/23/18
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Avui es commemora l'assasinat "legal" de Sacco i Vanzetti.


El código postal de la mano invisible
Alejandro Nadal

El capitalismo ha sufrido una transformación esencial en los pasados
cuatro decenios. La financiarización es el sello de esta mutación que
va más allá de una modificación superficial. La forma de producir
puede todavía estar marcada por máquinas y trabajo, pero la
circulación ha comenzado a comerse la producción.

A lo largo de su breve historia, el capitalismo ha experimentado
cambios profundos en sus métodos de producción y en la aceleración de
la rotación de las inversiones para apresurar la recuperación con
ganancias. Pero a partir del colapso del sistema de Bretton Woods, en
1971, el capital sufrió una metamorfosis que hoy amenaza con
destruirlo todo. Para empezar, el quehacer de la política
macroeconómica se ha subordinado a las prioridades del sector
financiero. Y las finanzas se han convertido en el corazón de la
dinámica capitalista, invadiendo la esfera de las actividades de las
empresas no financieras y el comportamiento de los hogares.

Un estudio reciente de Atir Mian y Amir Sufi, investigadores de las
universidades de Princeton y Chicago, respectivamente, explora la
conexión entre el otorgamiento de crédito por la banca comercial y los
episodios de inflación en el precio de bienes inmuebles. La
investigación se llevó a un gran nivel de desagregación y examina la
expansión del crédito y la evolución de los precios de casas a escala
de códigos postales. El resultado no sorprende: la disponibilidad de
crédito está fuertemente asociada con la adquisición agresiva de
activos inmobiliarios, forzando los precios al alza y generando una
burbuja. Cuando por presiones inflacionarias las tasas de interés
comienzan a elevarse, el crédito, que antes era accesible, comienza a
contraerse y su costo se convierte en el principal enemigo de los
prestatarios. Las burbujas inmobiliarias no se limitan a las
construcciones residenciales: los desarrollos inmobiliarios con fines
comerciales y la edificación de espectaculares edificios de oficinas
también entran en el juego.

El ciclo de auge y colapso de la burbuja es bien conocido. Y este
comportamiento puede extenderse a todo tipo de bienes, desde casas
hasta los famosos commodities o productos básicos (granos, metales,
crudo). Cualquier mercancía se convierte en activo, pues es también
reserva de valor y hoy hasta las mercancías que no existen son
intercambiadas alegremente en el mercado de futuros.

Keynes sabía que la función de reserva de valor para cualquier activo
constituía una fuente de inestabilidad, volatilidad y anuncios de
crisis. También Marx consideró este aspecto de la circulación en sus
análisis sobre el capital dinerario y financiero. Pero hoy la novedad
es que la lógica de las empresas no financieras y de los hogares ha
asimilado la forma y modus operandi del mundo de las finanzas y la
especulación. Este proceso comenzó hace mucho y así lo revelan los
estudios de autores como William Lazonick. En la actualidad se ha
llegado al paroxismo de la financiarización, porque el neoliberalismo
dejó en el abandono los sectores de la salud, la educación y la
vivienda. Todo eso en aras de mantener finanzas sanas y generar
recursos para pagar la deuda pública. El estancamiento de los salarios
agudizó el problema. Los hogares no han tenido más remedio que
recurrir al crédito para solventar sus necesidades: la reproducción de
la fuerza de trabajo es víctima de la extracción sistemática de
ganancias financieras. Es lo que Costa Lapavitsas ha bautizado como la
expropiación financiera de la clase trabajadora.

Muchos afirman que, debido a que la tasa de ganancia ha experimentado
una tendencia declinante desde hace cinco decenios (a partir de 1966
para ser más precisos), el capital ha buscado refugio en el ámbito de
las finanzas y la especulación. Según Lapavitsas, la evidencia
empírica no sostiene esta hipótesis, porque aun en los periodos de
recuperación de la tasa de ganancia la financiarización ha seguido
avanzando. Sin embargo, la expansión del sector financiero y su lógica
no se enciende y apaga como un interruptor eléctrico. Las
instituciones que promueven la financiarización continúan su trabajo
aun cuando la tasa de ganancia muestre una recuperación transitoria.
Por eso la tendencia secular en la caída de la tasa de ganancia
coincide con el florecimiento del mundo de las finanzas.

En este contexto también es interesante citar los trabajos de Fernand
Braudel y Giovanni Arrighi, quienes ven en la expansión y supremacía
del sector financiero la decadencia de toda una época en el caso de
las potencias capitalistas que alguna vez gozaron de hegemonía a
escala mundial (Génova, Holanda, Inglaterra y ahora Estados Unidos).
Así, además de una transformación esencial, el auge financiero
marcaría también el crepúsculo de una era.

Hoy, la residencia de la mano invisible de las finanzas se encuentra
en todos los códigos postales. En la puerta de la entrada se puede ver
un letrero que dice: “Bienvenidos al hogar de la volatilidad y la
crisis”.

* * *

Cuando nadie paga a los periodistas
Pascual Serrano

El periodista freelance Hibai Arbide Aza, de origen español pero
radicado en Atenas, desde donde colabora como corresponsal con el
canal de televisión Telesur, tuiteaba el pasado 24 de julio dos
propuestas que le llegaron por mensaje directo a su cuenta de Twitter
durante los graves incendios declarados en Grecia. Transcribo
textualmente las conversaciones que difundió Hibai Arbide mediante
capturas de pantalla:

- Hola Hibai, soy X de Telecinco, del programa de Ana Rosa. Nos
gustaría contactar contigo para que nos contases cómo se está viviendo
todo. Puedes pasarme tu teléfono personal?

- ¿Cuánto pagáis?

- No pagamos, lo siento, solo sería una conversación por skype.

- Eso que llamáis "solo una grabación" es mi trabajo de corresponsal y
no trabajo gratis.

La otra conversación es la siguiente:

- Buenos días Hibai! Contacto contigo de parte de X, emisora de radio
catalana, porqué estamos buscando a algún catalán/español (a poder ser
periodista como tú) para que nos informe, en antena, sobre los
incendios de Atenas. Nuestro programa es de 16h a 19h y entrarías al
principio de todo, a las 16h. Espero tu respuesta, muchas gracias!

- No he entendido bien ¿pedís una crónica pagada a un periodista, o un
testimonio sin pagar?

- Hola buenas! Era para tener un testimonio, pero ya hemos encontrado
otro testimonio, muchas gracias igualmente.

- Para la próxima, si buscáis periodistas pagad.

Otro periodista freelance en Túnez, Ricard González, cuenta que desde
Telecinco, con motivo de un atentado en 2015, le llamaron, le grabaron
la conversación sin su permiso y luego la emitieron en el noticiero
como si fuera su enviado.

Resulta muy habitual que los medios llamen a algún periodista, más o
menos cercano al lugar de los hechos, insinuando que solo quieren una
opinión personal o un comentario cuando en realidad lo que están es
ahorrándose en corresponsal o enviado especial. Muchos estamos
acostumbrados a que, cada vez que sucede en España un acontecimiento
de relevancia internacional, nos llamen de algunos medios
latinoamericanos, según dicen, para recoger nuestros comentarios, no
les importa que el hecho suceda en Madrid y uno se encuentre en
Barcelona o Las Palmas. Las audiencias escuchan a alguien que está en
el país (no necesariamente en el lugar de los acontecimientos) y lo
asocian con una cobertura periodística de los hechos. Y no se trata de
medios comunitarios o pequeños medios locales, sucede incluso con
radios públicas estatales que, de esta forma, se ahorran el gasto de
corresponsales o enviados.

Ya hoy va siendo muy extraño que un medio elija un periodista, le
pague el viaje y los gastos y lo tenga cubriendo un determinado
acontecimiento en un lugar lejano. Eso, que parecería lo lógico y
siempre lo fue, hoy es casi ciencia ficción. La realidad suele ser
diferente y con toda una diversa casuística en la que no suele entrar
el caso del medio que paga dignamente al periodista y cubre sus
gastos. Hay medios, e incluso profesionales a título personal, que
organizan un crowdfunding en Internet para recaudar fondos con los que
viajar y escribir sus reportajes. Por ejemplo, convocan un
crowdfunding durante tres meses para conseguir entre 600 y 1.400
dólares que cuesta un reportaje de investigación. Lo paradójico es que
se necesita más tiempo -y probablemente más esfuerzo- para conseguir
el dinero que para hacer el reportaje. Eso sin contar todo el trabajo
por conseguir fondos para reportajes que no lograron la ayuda
necesaria.

En otras ocasiones, los gastos de los periodistas son cubiertos por
asociaciones y colectivos que organizan algún evento. El mercantilismo
imperante en el periodismo ha provocado que todo contenido informativo
que no sea negocio o interés político quede fuera de objetivo. La
Marcha Mundial de las Mujeres denunciaba en Mali que, además de pagar
para que los medios fueran a cubrir determinada actividad, hay que
ofrecer alimentación y transporte a los profesionales de la prensa. Yo
mismo pude escribir varios reportajes y entrevistas desde Gaza porque
viajé con parte de los gastos cubiertos por la Asociación
Internacional de Juristas Demócratas o desde el Sáhara gracias a los
organizadores del Festival Internacional de cine del Sahara. Se trata
de reportajes que, en el caso de la prensa escrita, nunca se pagan por
encima de los 150 euros, es imposible que cubran los gastos si no
encuentras alguien que los asuma. Cada vez más encontramos en nuestros
países reportajes que se hacen con el presupuesto de las ONG para el
desarrollo que cubren los gastos de enviados especiales a un país. Si
esas organizaciones no desviasen un dinero -que debería ser para el
desarrollo- ningún medio aceptaría destinar gasto alguno a los
periodistas para informar de esos acontecimientos. Estamos ante una
grave irregularidad periodística porque el resultado es que un
acontecimiento será noticia o no en función de que alguien -que no es
el medio periodístico con un criterio profesional- haya pagado los
gastos y honorarios del periodista.

La precariedad del periodismo y la naturalidad con la que se asume es
tremenda. Son numerosos los medios que sistemáticamente no pagan a sus
redactores ni a sus columnistas de opinión. Numerosos y de todo el
espectro ideológico. Unos porque los explotan laboralmente, otros
porque apelan a su simpatía ideológica y otros escudándose en que
están comenzando a andar. Es habitual ese razonamiento de que se trata
de una cooperativa de periodistas que, como acaba de nacer, por ahora
no pagan a los colaboradores, quizás más adelante cuando se consoliden
puedan permitirse pagarles. Ninguna cooperativa de fontaneros diría a
un fontanero externo que a él no le pagan porque de momento los
ingresos se los guardan para los cooperativistas accionistas, más bien
al contrario, los primeros pagos son para los profesionales externos y
los accionistas son los que asumen el trabajo gratuito a la espera del
éxito del proyecto.

Sin duda las audiencias y los lectores tienen también responsabilidad
en lo sucedido. La saturación informativa y el concepto de que tenemos
derecho a estar informados hace olvidar que la buena información
alguien la debe pagar. El desprecio de gran parte de la ciudadanía al
valor del trabajo periodístico y, por tanto, a su pago, bien directo o
indirecto, ha provocado que nos encontremos con un producto
absolutamente depreciado en su valor de cambio. Los medios no pagan
viaje, gastos y honorarios a un periodista para enviarlo a Gaza o
Siria porque los ciudadanos no son conscientes del valor y el coste de
un reportaje in situ desde esos lugares. O vamos reconociendo y
apreciando el valor de esas informaciones y reportajes o solo seremos
testigos de las noticias que tengan detrás un interés que nada tenga
que ver con el periodismo.
Los políticos.jpg
Inmatriculaciones.jpg
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Política de calado.jpg

Miquel Angel Soria

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Aug 24, 2018, 1:30:35 AM8/24/18
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Versió jazzística de Frank Fernández

https://www.youtube.com/watch?v=pi1VTOfwAZk

La estrategia de Lula
Por Emir Sader

El PT mantiene la candidatura de Lula, a pesar de la condena y de los
varios procesos que todavia tiene por delante. Todos los indicios que
llegan desde distintas instancias del Poder Judicial apuntan hacia la
imposibilidad de su candidatura.

Sin embargo, las cosas son mucho mas complejas para los que quieren
impedirla. A dos semanas del comienzo del horario electoral en radio y
TV (espacio cedido por ley a los partidos y sus candidatos), y a un
mes de que los nombres de los candidatos a la presidencia de Brasil
entren en la urna electrónica, no es tan simple para la derecha
cercenar el derecho de Lula a ser candidato.

El tramite normal impediría una decisión judicial en contra de Lula en
menos de 14 días, siete de los cuales le tocan a la defensa. Mientras
tanto, él no puede ser impugnado como candidato. Por lo que Lula
debería poder participar del horario electoral.

El desafío de Lula es alargar el máximo de tiempo posible su presencia
en la televisión, en lo posible hasta por lo menos el 17 de
septiembre, cuando las listas de los candidatos van a la urna
electrónica y ya no pueden ser alteradas, lo cual es factible, ya que
falta menos de un mes. Si se deja a un lado los ocho días de fin de
semana, quedan 22 días hábiles para que los jueces juzguen un caso
inédito y de enorme relevancia y repercusión nacional e internacional
en tres tribunales distintos –el Tribunal Superior Electoral, el
Superior Tribunal de Justicia y el Supremo Tribunal de Justicia.

Los jueces, sin embargo, operan en contra de Lula con velocidad
máxima, dado que se trata de una persecución política que intenta
impedir de su candidatura, sabiendo que si es candidato gana en
primera vuelta.

Pero si hasta el 17 de septiembre no hay sentencia final, la foto y el
nombre de Lula estarán en la urna electrónica el 7 de octubre, día de
la elección presidencial, aunque que sea impugnado inmediatamente
después de esa fecha, porque no hay cómo sacar su nombre de la urna
electrónica a partir de esa fecha. si su victoria fuera cuestionada,
asumiría Fernando Haddad, que será registrado como su compañero de
fórmula.

El Tribunal Superior Electoral definió que la defensa de Lula tiene, a
partir del 23 de julio, siete días para responder las 16 acusaciones
en su contra. A partir de esa fecha habrá cuatro días para oír a los
testigos, cinco para la recolección de pruebas y otros cinco para los
alegatos finales.

Después de esos tramites el juez relator puede tomar una decisión o
transferir la cuestión al pleno del tribunal. Este proceso podría
estirarse hasta el 14 de septiembre. La decisión puede ser apelada.
Tres días después vence el ultimo plazo para cambiar nombres de los
candidatos.

Así, se prevee que Lula y Haddad aparecerán en los programas de TV por
lo menos en siete programas electorales, en cadena nacional, de dos
minutos y medio cada uno y en 68 spots de 30 segundos en los
intervalos comerciales, por un total de 34 minutos. Es un tiempo en
que la aparición de Lula debe consolidar todavía mas su imagen frente
a toda a población y su capacidad de influenciarla.

Es por ese camino sinuoso y complejo que Lula puede protagonizar una
candidatura inédita: ser candidato a la presidencia de Brasil
condenado y preso, haciendo campaña desde la cárcel y triunfando en
primera vuelta, en poco más de un mes y medio. Una situación inédita
no solo para Lula, sino para historia política mundial, que solo
sería posible por la absurda situación en que lo ha puesto la justicia
brasileña: víctima de un proceso forzado, sin pruebas. Y, preso, Lula
actúa más que nunca en la articulación política de su candidatura y de
las otras candidaturas del Partido de los Trabajadores y de la
izquierda, al tiempo en que ve su apoyo en las encuestas subir todavía
más y los adversarios pelearse entre sí, sin amenazarlo, y a la vez,
la posible candidatura de Haddad recibiría la trasferencia directa de
los votos de Lula, en caso de que tenga que ser el candidato a la
presidencia de Brasil.

Después del espectacular acto de masas en Curitiba, cuando fuimos a
registrar la candidatura de Lula, Haddad ha empezado una nueva
caravana por el nordeste, para presentarse como el vice de Lula. Ese
día, en Curitiba, lanzamos un libro sobre una caravana de Lula, la del
Nordeste de Brasil, que tuve el honor de editar, el primero de una
colección de cinco, con los cuales llevamos el bellísimo testimonio de
fotos de los viajes históricos de Lula.

Cuanto más fuerte se revela el apoyo popular de Lula, más se fortalece
la decisión de la derecha de intentar inviabilizar su candidatura. La
victoria de Lula, apoyado en un movimiento popular muy organizado
–como las marchas que llegaron el día 15 a Brasilia los han
confirmado– sería una derrota gigantesca para toda la derecha, no solo
los candidatos que se identifican con el gobierno Temer, sino también
para la judicatura y para los medios de comunicación.

Es una disputa que aparece como una enfrentamiento jurídico, pero que
es una dura pelea política, entre jueces por una parte, apoyados por
los medios, y el movimiento popular y la fuerza política de Lula. Es
en medio de esos enfrentamientos que surgió la decisión de la Comisión
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en favor de los derechos
de Lula a ser candidato y participar de la campaña electoral.

La resolución cayó como una bomba sobre el gobierno, la Justicia y los
medios. Ministros del gobierno –incluido Aloisio Nunes, canciller, ex
militante del Partido Comunista y de la Alianza Nacional Liberadora,
de Carlos Marighella– se manifiestan exactamente en los mismos
términos que lo hacían los ministros de la dictadura, cuando los
gobiernos militares eran condenados por organismos internacionales.
Dicen que se trata de una ingerencia indebida en un asunto interno de
Brasil. De hecho Brasil tenía la alternativa de no haber firmado el
pacto internacional en que las Naciones Unidas se basan para condenar
al gobierno brasileño, pero una vez que lo firmaron tienen que
obedecer sus decisiones.

Lula ya ha enfrentado situaciones inéditas en su vida política de mas
de 50 años de luchas. Ha liderado las más grandes huelgas obreras de
la historia de Brasil, ha sido tomado preso, ha sido reelegido
presidente del sindicato no reconocido por la dictadura, ha vivido las
más distintas circunstancias hasta convertirse en el presidente más
importante de la historia de Brasil y el líder de izquierda de más
prestigio en la actualidad a nivel mundial. Pero nunca podría imaginar
que llegaría a la situación actual, en la que puede llegar a ser
reelegido presidente de Brasil desde la cárcel.

Circulando esta semana por Brasilia, pude ver los imágenes de los que
es el vacío de poder en el país. El Palacio del Planalto,
completamente cercado por fuerzas militares, frente a las tres
columnas –una de ellas llevaba el nombre de Columna Prestes– del MST
(Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra) que, llegado desde
distintas partes de Brasil, con miedo se acercaban al edificio donde
se supone que Temer trabaja. El Palacio del Jaburu, del vice
presidente, donde vive Temer, dado que ha abandonado la residencia
oficial del presidente, es un edificio no solo completamente protegido
por militares, sino también con alambre de púa, como si se tratara de
un presidio.

Por otra parte, uno se acerca al Palacio de la Alvorada, la residencia
presidencial, donde Lula vivió ocho anos, y lo ve completamente
abandonado, como imagen del vacío de gobierno que vive Brasil. El
Congreso, a su vez, de vacaciones electorales, igualmente vacío. El
Tribunal Superior Electoral, cercado por una manifestación de decenas
de miles de personas que fueron registrar la candidatura de Lula, con
imágenes de Lula Libre proyectadas en su edificio (foto).

Hay más poder en la pequeña celda de Curitiba, desde donde Lula
articula el retorno a la presidencia de Brasil, que en todos esos
edificios vaciados de legitimidad.
El Gobierno del cambio.jpg
Urdangarín (2).jpg
Emojis.jpg
Hundiéndose.jpg

Miquel Angel Soria

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Aug 27, 2018, 1:30:22 AM8/27/18
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El usamericans no necessiten guerres per regular la població, es maten
ells mateixos.
Un dia com ahir, Julio Cortázar faria 104 anys. Seguim celebrant els
seus aniversaris:
Yo tuve un hermano...


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
UN APUNTE ANTROPOLÓGICO

Durante los últimos quince días en que he permanecido hospitalizado y
por lo tanto escasamente activo en mi comunicación con los lectores de
GARA he tenido tiempo para penetrar con mayor rigor en una de las
cuestiones que más me apasionan como ciudadano español: la
personalidad de los españoles. En definitiva la historia es el proceso
de construcción de la personalidad frente al medio, asunto vital en un
mundo gravemente despersonalizado. ¿Ha tenido España esa personalidad
o la conserva?

Ustedes saben que una posible definición de la personalidad –concepto
de por sí muy evanescente– se apoya en la conjunción de lo que se
desea ser con la posibilidad de conseguirlo. Hay, pues, una
personalidad no sólo individual sino una personalidad colectiva, una
personalidad de pueblos. Esta última personalidad madura mediante
conflictos vecinales que sueldan las piezas que llegan a constituir la
futura nación con base en el contendiente más agresivo, que tiende a
la expansión sobre marcos donde se impone a su vez una creciente
familiaridad y modos de comportamiento y de objetivos primordiales.
Los conflictos pueden separar, pero también pueden fundir. Es el caso,
por ejemplo, de Castilla y León. Castilla absorbió la personalidad de
León pese a la superioridad cultural y antigüedad social de este
último hasta borrar su singularidad, cosa que Castilla no pudo hacer a
lo largo de su historia con Navarra, Euskadi o Catalunya, que siguen
sosteniendo una sólida personalidad. Otro ejemplo próximo y notable de
absorción de la personalidad es el que condujo a la creación del
«francés» actual, esta vez con un éxito notable. Francia, la nación
constituida en torno al núcleo duro de París. absorbió la culta
Provenza, que tenía incluso su propio y hermoso lenguaje, y otras
regiones, hoy integradas en la personalidad francesa con una fuerza
notable, hasta reducir aquellas históricas regiones a unos perfiles
claramente folklóricos y poco más.

El problema más interesante en todas estas dinámicas consiste en saber
qué personalidad, colectiva o individual, ha surgido de las distintas
absorciones sucedidas en lo que hoy entendemos por Europa. ¿Hay
verdaderamente «un francés», «un italiano» o «un alemán» sólidamente
integrados en una personalidad compacta o, al menos, relativamente
sólida? Yo creo que sí, aunque con salvedades agravadas en Italia. En
España, que es lo que más se me alcanza, creo que no se ha conseguido
«un español». Eso que llamamos el «español» no es un producto
consolidado sino un fluido viscoso de cocina estatal en el que meten
su cuchara poderes caracterizados por su autoritarismo político, por
un centralismo cerrado y orwelliano, por un «progresismo»
inconsistente basado en la acumulación de beneficios provenientes
mayoritariamente de fuentes exactivas que niegan todo sentido de
futuro de cara a la aparición de una convincente forma de «ser»
ciudadano productivo en igualdad de posibilidades. La españolidad,
basada en un patriotismo hueco y de pura explotación, como son hoy la
inmensa mayoría de los patriotismos, se protege introduciendo sus
huevos, como el cuco, en el nido ajeno de la globalización y otros
internacionalismos que funcionan como puros vientres de alquiler.

En el caso español hay que añadir que esta creación de la personalidad
«colectiva», española que desde Madrid se trata de mantener como hecho
indiscutible, fue realizada al amparo del invento del Estado-nación,
con raíz castellanista, como el primero, además, en el ámbito europeo,
antigüedad que explica además que sea uno de los primeros que está en
riesgo de disolución dado su largo desgaste, regla que suele
predominar en la dinámica histórica.

Si esto que afirmo responde a la realidad estamos obligados a
profundizar en mi modesta tesis de que hay que investigar con urgencia
qué es lo que debe suceder al Estado-nación ahora existente al amparo
de la globalización –la última trampa del capitalismo– y otros
«universalismos» que tratan de pudrir la democracia que queda y la
paupérrima soberanía popular residual ¿Hay que regresar al
Estado-nación pleno que desean resucitar varios nacionalistas uncidos
al capitalismo o hay que fomentar un etnicismo, con su aparato
representativo correspondiente, que dé verdadera vida de carácter
social y político a las naciones ahora oprimidas?

Creo, con mucho convencimiento, que restaurar la etnicidad como base
de la soberanía política, no implica retrogradar la historia sino
devolverla a un punto inicial de recreación del valor humano que opere
como un Big bang cargado de energía. Es curioso que muchos científicos
políticos mantengan la política como una acción de crecimiento y
perfeccionamiento lineal frente a la realidad de sus colegas en las
restantes ciencias materiales que dan por inconclusa la circularidad
del universo. Según estos últimos la creación es continuada, como una
recreación. Mueren las galaxias en un proceso de aparición de galaxias
nuevas.

Volviendo a la cuestión de imaginar, sobre bases sólidas, otro modo de
hacer política parece evidente que la galaxia existente, ya sea la del
viejo capitalismo o del superado materialismo dialéctico, han perdido
fuerza genética al quedar vacías del espíritu que debería mover desde
un fondo moral trascendente la concepción del ser humano como algo muy
superior a un puro instrumento de producción ya sea al servicio del
poder capitalista ya sea al servicio de un Estado absolutista tenido
por socialista. El capitalismo y el socialismo son un supuesta piel
distinta colocada sobre una misma osatura carcomida por toda suerte de
inmoralidades. Valores muertos; galaxias en extinción. Necesitamos
recuperar la capacidad natal que se conserva en el desván en que se
engendraron las naciones; los baúles en que se conserva la lengua
original con que cada pueblo bautizó su nacimiento; las ambiciones
singulares, iguales para todos los ciudadanos y distintas
fraternamente en su modo de producirse. El poder únicamente es
legítimo cuando se nutre de estas dos energías que nos fueron
entregadas desde el enigma inicial de la vida: la libertad de «ser»
cada día que amanece en la tierra que nos pertenece. Solamente hay una
Constitución que respeto: la que manifiesta en su artículo único que
podemos constituirnos.
La Transición.jpg
Allanamientos.jpg
Cómo superarse.jpg
Boa persona.jpg

Miquel Angel Soria

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Aug 28, 2018, 1:30:20 AM8/28/18
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Avui es compleixen 35 anys de la mort de José Bergamín, un dels poetes
que hem de seguir recuperant.


HERMANN BELLINGHAUSEN
LIBERTAD DE EXPRESIÓN, UN FRUTO DEL 68

En el largo plazo, una de las herencias centrales del 68 mexicano es
la libertad de expresión, algo que hoy hasta valor mercantil tiene y
poca gente discute su pertinencia. Los usuarios de redes, las cabezas
parlantes del tubo y los opinadores actuales ni cuenta se dan de que
gozan de ella, a veces llevándola a niveles que dan vergüenza, pero es
intocable. O casi, este sexenio todavía vimos periodistas radiofónicos
silenciados en su medio por incomodar al poder político. Años luz de
esto, hace 50 años nadie osaba desafiar al presidente en voz alta, y
el que lo hacía pagaba caro: Othón Salazar, Demetrio Vallejo, Valentín
Campa, Rubén Jaramillo en el extremo. La prensa era una mera
borregada, igual la burocracia, las clases medias y las acomodadas. La
ropa sucia se lavaba en casa, como en la galería de Las buenas
conciencias (1959) de Carlos Fuentes.

La estabilidad social había consolidado un patriarcado autoritario que
se reproducía en todo y era el modelo familiar dominante. Con la Era
de Acuario, el Verano del Amor y la Revuelta Juvenil, el monolito
paternal descubrió una mocedad encabronada que quería más, que quería
todo, que quería otra cosa. La respuesta en automático fue no. ¿Ni
siquiera diálogo? Ni siquiera. Los estudiantes politécnicos y
universitarios despertaron de la siesta institucional a patadas,
bazucazos y ballonetazos.

La fiesta y el choque resultan inseparables. La huelga deviene una
casa abierta donde los muchachos y las muchachas corren libres, con
algo en común. Después de probarla, uno sólo quiere más libertad. La
estabilidad, la seguridad, la obediencia y la tradición se devalúan
súbitamente en el clima de aquella canción inolvidable de Enrique
Ballesté, Eso de jugar a la vida: En mi casa mi familia se adormila en
su sillón/En mi casa se ha quedado a vivir la tradición/ En mi casa
las paredes se respetan como a un Dios/ En mi casa hay una Iglesia que
se llama comedor/ En mi casa a mis padres yo les hablo con su voz/
Pero a veces en mi casa el silencio es lo mejor.

El movimiento estudiantil se expande, es tema de pensamiento y
conversación en las universidades de provincia (el presidencialismo es
centralista), algunas paran. El estudiantado capitalino se esponja.
Según recuerda Francisco Pérez Arce, los jóvenes sesenta y ocheros se
están enamorando de sí mismos, de sus acciones, de su espíritu
justiciero, de su causa. No hay modestia (Caramba y zamba la cosa,
Ítaca, México, 2017). El 27 de agosto de 1968, el movimiento
estudiantil alcanzó el punto más alto de su capacidad organizativa y
poder de convocatoria, como bien apunta Pérez Arce. Lo hizo Gustavo
García en estas páginas 10 años atrás (27/8/08). Hace 30 años muchos
lo habíamos conmemorado votando por Cuauhtémoc Cárdenas.

La marcha al Zócalo convocada por el Consejo Nacional de Huelga
resulta fantástica. El desafío de los jóvenes va viento en popa. Están
convencidos de tener la razón. Papá gobierno piensa lo contrario y
decide escarmentarlos. La festiva guardia permanente que dejan los
estudiantes en la Plaza esa noche es reprimida con violencia. El 28 de
agosto comienzan el conteo de los muertos y la represión creciente. La
resistencia se cimbra. Las nubes se ponen negras.

Un acto notable del 68 fue la concentración de empleados del Estado el
mismo día 28 en la misma Plaza, ya barrida y trapeada, para
desagraviar a la bandera, símbolo del inamovible poder patriarcal. Los
trabajadores capitalinos se insubordinan, ofendidos y humillados por
el acarreo hipócrita del PRI-gobierno, balan como borregos y también a
ellos les tocan los guamazos y los muertos. De ahí al 2 de octubre
todo será hostil y espinoso.

Tomaría años afianzar una libertad de expresión. En la hipocresía de
los eufemismos, era impensable imprimir la palabra chingada en un
periódico, o llamar ignorante o corrupto al presidente; hoy lo hace
cualquiera. Nada que fuera menos que Sí, Señor Presidente. La impronta
periodística de Carlos Monsiváis y Julio Scherer, definitiva como
sería, hubo de brotar de las cenizas del movimiento estudiantil y
suceder en los años posteriores, cuando el cine nacional se llena de
sexo, sangre y palabrotas, florecen el teatro contestatario y el amor
sin matrimonio; José Revueltas sale de la cárcel y del ostracismo
cultural. Lentamente, el desafío antiautoritario se irá saliendo con
la suya.
Exhumemos.jpg
Retornos y salidas.jpg
Lazos.jpg
Despedoda republicana.jpg

Miquel Angel Soria

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Aug 29, 2018, 1:31:46 AM8/29/18
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Avui és un d'aquells dies que l'actualitat no la porten només els
"moneros". Avui la porten també els articles escollits.
Josep Fontana, que la terra et sigui lleu!


Josep Fontana y la historia como arma de futuro
Joseba de la Torre - Catedrático de Historia Económica en la
Universidad Pública de Navarra

Para aquellos que aprendimos el oficio de historiador a comienzos de
los años ochenta del siglo pasado, Josep Fontana fue uno de los
referentes esenciales. Los escritos de Fontana conjugaban el rigor
metodológico y la pasión por construir una historia nueva, en la que
el historiador actuase como la conciencia crítica de la sociedad del
tiempo presente. Estas dos ideas han impregnado la amplísima labor
historiográfica de este maestro de historiadores y enseñantes. Hemos
perdido este martes a uno de los grandes historiadores europeos del
siglo XX.

Cambio económico y actitudes políticas

Seis décadas separan el primero y el último de sus libros. Miles de
páginas de análisis lúcidos y casi siempre certeros de materias y
cronologías arduas y diversas. Todas ellas revelan que su compromiso
de historiador trascendía la academia y perseguía arrojar luz sobre
las tinieblas del pasado español para conquistar un mejor futuro. Nada
ajeno a su militancia antifranquista, de hombre de izquierdas, que
pagó con la expulsión de la universidad en 1966. En ese contexto se
explica que en los primeros años 70 Fontana dirigiese su tarea
universitaria a desentrañar las claves de la revolución liberal, la
quiebra de la hacienda, las finanzas de la guerra napoleónica o la
formación del mercado español en medio de un tiempo tan lejano. Esa
historia económica revelaba la complejidad de los hechos políticos y
las respuestas sociales que tienen lugar en los momentos de cambio.
Explicar las bases del fin del absolutismo borbónico y el diseño de un
nuevo sistema político, económico e institucional cobraba otro sentido
en la antesala del final del franquismo. Su crítica profunda a la
Transición democrática quizás se cargó de razones ya entonces.

De paso, Fontana estaba contribuyendo al nacimiento y desarrollo de la
historia económica como disciplina (aunque después se sintió más
historiador social). No se trataba de una invocación mecánica al
materialismo histórico más fosilizado, ni la respuesta a un
historicismo ya agotado ni al revisionismo liberal que se avecinaba.
Fue el resultado de un conocimiento oceánico de la historiografía
europea más innovadora y de casi cualquier avance en otras ciencias
sociales. No había libro nuevo o viejo que se le escapase, forjado ese
espíritu enciclopédico en la librería de su padre. La biblioteca
personal requirió de varios pisos en el Poble-sec para alojarla, antes
de que acabase donándola a la Universitat Pompeu Fabra. Ese es desde
hace más de veinte años su legado material a las generaciones futuras
de investigadores sociales.

El legado inmaterial es más difícil de ser tasado. Entre finales de
los 70 y la década de los 80, el páramo español de la historia
contemporánea comenzó a mutarse en vergel gracias, entre otras
razones, a las ediciones y traducciones de la mejor versión del
marxismo anglosajón y centroeuropeo que algunos editores tan
aguerridos como ilustrados impulsaron bajo la dirección de Fontana.

Maestro de historiadores, siempre dejó manejarse a sus discípulos en
absoluta libertad. La historia agraria, industrial y fiscal se
beneficiaron de ello. Fontana creaba escuela también fuera de la
universidad, entre numerosos profesores de bachiller, para acabar con
la lacra de la vieja historia de los de arriba, tan desconectada de la
realidad en que viven sus estudiantes. Su escritura es sencilla,
rotunda y bella. Al alcance de todos, de aquí su brillo como
divulgador de la historia.

Pasado, presente y futuro de un mundo extraño

Esa conciencia crítica saltó fronteras con su réplica a la soflama
neocon de “el fin de la historia”. Contra el desconcierto ideológico
que engendraba la desaparición del bloque soviético y la aparente
victoria final del ultraliberalismo, Fontana llamaba a mantener viva
la capacidad de razonar, preguntar y criticar. Fue lógico que la Gran
Recesión de 2008 radicalizase ese compromiso frente a la desigualdad y
la defensa de los sacrificados en el altar de la prosperidad global,
ante las que no había que resignarse. Ya lo había hecho mucho antes.
Cuando explicaba en 1986 la esperanza frustrada de la II República y
la naturaleza siniestra del franquismo liquidando la democracia y
frenando las expectativas de crecimiento económico y desarrollo
social. Uno de sus recuerdos de infancia más vividos era el saqueo de
la casa de sus padres por las tropas de Franco en la toma de
Barcelona. O en 1994 al desvelar el espejismo del progreso europeo.
Sus ensayos más recientes, Por el bien del Imperio y El siglo de
Revolución, de 2011 y 2017, sintetizan una visión muy personal de la
historia del siglo XX, la del tiempo en que le tocó vivir.

Nos hemos quedado sin Fontana. Su legado como historiador permanecerá.


* * *

Josep Fontana: maestro de maestros
Xavier Domènech Sampere

Es difícil escribir estas líneas después de la muerte del que ha sido
un referente personal e historiográfico no de una sino de muchas
generaciones de historiadores y ciudadanos en Catalunya y España.
Generaciones que aprendimos con él, según una feliz expresión de su
maestro Pierre Vilar, a pensar históricamente nuestro presente,
revistando incesantemente el pasado para ver en él no sólo los caminos
que llevaban hasta nosotros y cómo se produce el cambio histórico,
sino también, como le gustaba citar de T.S. Eliot, “por el corredor
que no tomamos, hacia las puertas que no abrimos”: por el corredor que
aún podemos tomar, hacia la puerta que todavía podemos abrir. Y es
difícil escribir estas líneas porque en ellas no se puede sintetizar
lo que significó la obra y la vida de Josep Fontana (una tarea ingente
que abordaran sin duda los hijos de la Casta de Clío en los próximos
años), como imposible es sustraerse del impacto emocional de su
ausencia. Del impacto emocional de saber que el primer libro de
historia que cayó en mis manos, encontrado en la biblioteca en mi
primer año de instituto, no fue otro que el de “Historia. Análisis del
pasado y proyecto social" o de haber podido asistir años después a sus
clases de doctorado y encontrar en las conversaciones con él el
estímulo del que ha sido sin duda un maestro de maestros.

Alumno de Vicens Vives, pero muy especialmente de Pierre Vilar, Josep
Fontana estuvo marcado por su militancia temprana en el antifranquismo
catalán y por su intento renovado de dar sabia en nuestras tierras al
proyecto de Historia total, aunque con el tiempo fue mucho más allá de
ella. Sus dos líneas principales de trabajo y preocupación constantes
se interrelacionaron en este sentido de manera fecunda (a pesar de que
su camino nos llevó también mucho más allá, hacia la historia del
siglo XX o la construcción de una reflexión sobre el hecho nacional
catalán). La primera de ellas intentaba analizar y explicar el
tránsito del antiguo régimen al capitalismo, y del absolutismo al
Estado liberal, no como una realidad “necesaria” “de un progreso
definido de manera unívoca”, sino como un proceso complejo donde se
impusieron unas opciones frente a la diversidad de líneas de
desarrollo posible, como la construcción de un nuevo mundo que en sus
contradicciones llega hasta nuestros días. En este campo sus obras son
prolijas y van desde su primer libro “La quiebra de la monarquía
absoluta (1814-1820)”, con un impacto enorme en la historiografía de
los años setenta, hasta la culminación, que no conclusión, de este
proyecto con ese diamante de sabiduría que fue “De en medio del
tiempo” publicado en 2006.

Pero es imposible comprender estos trabajos sin su constante
preocupación, en lo que fue su segunda gran línea de aportaciones a
nuestro conocimiento, por la teoría social y la historiografía que lo
situó siempre a la vanguardia de la ciencia histórica durante décadas.
Trabajos que se cimentaron desde la publicación en los primeros
ochenta de “Historia. Análisis del pasado y proyecto social” hasta el
impresionante “La historia de los hombres” en 2006, pasando por ese
grito contestatario de un viejo rockero inmensamente joven que fue “La
historia después del fin de la historia” a principios de los noventa,
cuando Fukuyama y todos los propagandistas del nuevo orden neoliberal
pretendían convencernos de que la historia había terminado y sólo nos
restaba vivir bajo su yugo. Con esos trabajos insustituibles, marcados
por el compromiso constante con el cambio político, social y cultural,
nos introdujo en la escuela de los historiadores marxistas británicos,
la escuela de los E.P. Thompson, los Hobsbawm, los Hill o Rodney
Hilton, fue sin duda uno de los mejores lectores de Gramsci, Lukács y
Korsch entre nosotros, hizo de Walter Benjamin y Marc Bloch una fuente
de inspiración para la renovación de nuestra historiografía y con
ello, con todos ellos, remontándose desde Ibn Khaldun o Vico hasta
Ranahit Guha, construyó uno de los legados más fecundos de nuestra
historiografía.

Todo ello nos alejó de cualquier mecanicismo y nos enseñó que aquello
que no trascendió al proceso histórico, que es tan rico en términos de
experiencia histórica como lo que trascendió, no puede ser obviado sin
más. Porque la obra y la vida de Josep Fontana estuvieron marcados por
el compromiso. Por el compromiso con la enseñanza, y de ello da fe su
trabajo constante con profesores de historia de secundaría para la
renovación pedagógica, con el compromiso con la vida. Le escribía
Pierre Vilar en una carta de 1957 a un joven Fontana “No es una
ciencia fría la que queremos, pero es una ciencia”. Y fue a partir de
allí que construyó una obra que nos iluminó de forma diferente el
siglo XIX y XX en un proyecto de “Una historia que se realice en el
interior de este mundo revolucionado y cambiante (…) que cumpla la
exigencia que formulaba Bloch de convertirse (...) y que nos ayude a
rencontrar la dimensión de la utopía: la esperanza, como decía Martí i
Pol, del hecho que (…) Porque hay algo que conviene que quede claro.
De todo lo que sosteníamos en el pasado, hay algo que no nos
avergüenza y de lo que no hemos renegado: el propósito de seguir
luchando por un mundo donde haya la mejor igualdad posible dentro de
la mayor libertad. En este combate no importa perder una batalla,
porque sabemos que otros lo seguirán. E incluso si hubiéramos sabido
de avanzada que era inútil, porque todas las batallas se perderían,
habría valido la pena librarlas". Porque, como afirmaba en un pasaje
especialmente querido por él de Paul Éluard, “otros las ganarán. Todos
los otros”.
Gran verdad.jpg
Running.jpg
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Miquel Angel Soria

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Aug 30, 2018, 1:30:25 AM8/30/18
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Avui fa 39 anys de la mort de Celso Emilio Ferreiro.
Us deixo un dels poemes que més me l'identifiquen:

GOETHE

Aquel señor burgués condecorado,
usía o excelencia bien cebado,
que ronca con placer en la noche larga
y tiene mujer feliz, de teta oblonga,
con dos hijos menguados, deportistas,
un poco libertinos y "juerguistas",
idiotas por la madre, por el padre gordos;
poniendo dientes de perro que husmea los huesos
se pone agruñir y muerde:
"Yo prefiero la injusticia al desorden."

Veig als Casado, Rivera, Arrimadas et alt.


ROBERT FISK
PERIODISTA

¿GUERRA COMERCIAL DE EEUU CON TURQUÍA POR UN PASTOR? NO LO CREA

Se necesita un golpe de genio para ablandar el corazón del pobre Recep
Tayyip Erdogan. Aquellos de nosotros que siempre hemos creído que
Erdogan era poco equilibrado, todavía debemos estar consternados de
que un presidente estadounidense infinitamente más desequilibrado que
la variedad turca esté tratando de empobrecer al segundo aliado
militar más importante de la OTAN. Es cierto que Erdogan encerró a
50.000 turcos –incluido un pastor estadounidense, aunque más tarde–
tras del intento de golpe contra él hace dos años, pero ¿no rompió ese
récord el presidente y mariscal de campo de Egipto, Abdel Fattah
al-Sisi, al encerrar a 60.000 presuntos islamistas en las prisiones de
su propio país? ¿Y qué hay de las ejecuciones masivas de Haider
al-Abadi en Iraq? ¿O esa desagradable crucifixión en Arabia Saudí hace
tres semanas, sin mencionar esa horrible guerra en Yemen donde los
niños parecen ser asesinados día sí y día también? ¿O la costumbre
israelí de abatir a decenas de palestinos desarmados en Gaza? ¿O ese
tonto en Corea del Norte que apela al sentido del humor de Trump?

Si el apellido de Erdogan significa «valiente halcón» en inglés, al
sultán de Estambul ciertamente le han cortado las alas. O eso se
supone que es lo que debemos creer. Trump, que no da un vistazo al
número de inocentes encarcelados o destruidos en el mundo, de repente
trata de castrar a Turquía, y todo porque el pastor Andrew Brunson
permanece bajo arresto domiciliario allí, por supuestamente apoyar el
plan de golpe de Estado supuestamente organizado por el antiguo colega
de Erdogan. el supuestamente hipnótico imán Mohamed Fethullah Gulen,
que actualmente reside en el propio país de Trump.

No creo ni una sola palabra de todo eso. Trump hizo muy poco alboroto
en torno al el cautiverio de Brunson durante muchos meses. Le costó
casi un año y medio montar una rabieta sobre el buen hombre cristiano
de familia y misionero en Izmir, cuyas principales actividades parecen
ser saludables: barbacoas, picnics, natación, películas y juegos de
mesa por las noches, citando a su hermana Beth, «la típica familia
estadounidense aunque viva tan lejos». Los cristianos evangélicos
estadounidenses se indignaron por el arresto de este hombre piadoso
–el cristianismo estaba siendo juzgado, por supuesto– y su presidente
favorito finalmente tuiteó que «este hombre inocente de fe debería ser
liberado de inmediato».

Y así sucedió que la ira de Trump fue azuzada por el presidente
musulmán que encerró a un hombre que solo estaba haciendo el trabajo
de Dios en la confortable ciudad costera de Izmir. El doble arancel de
EEUU al acero y al aluminio ayudó en el colapso de la lira turca, que
perdió este año el 45% de su valor, aunque Erdogan también podría ser
culpado por su negativa a subir las tasas de interés contra la
inflación. Pero seamos sensatos. ¿Todo esto por un pastor
presbiteriano?

No. Porque aquí está la lista real de los crímenes de Erdogan. Está
comprando el sistema de misiles ruso S-400 para Turquía. Se niega a
aceptar el apoyo de los EEUU a los aliados kurdos del YPG. Permitió
que los combatientes islamistas pasaran sobre la frontera de Turquía
con Siria junto con una gran cantidad de armas, morteros y misiles, a
lo que Washington no tenía objeciones en ese momento desde que los
EEUU estaban tratando de derribar al examigo de Erdogan, Bashar
al-Assad. Luego, después de derribar un avión ruso a lo largo de la
frontera con Siria en noviembre de 2015 –por lo que fue inmediatamente
boicoteado por Moscú–, Erdogan abrazó a Putin. Fueron entonces los
rusos y los iraníes quienes primero advirtieron a Erdogan sobre el
inminente «golpe de Gulen» contra él en julio de 2016. Habían estado
escuchando el tráfico de la radio interna del Ejército turco y
avisaron al sultán de Estambul.

Y ahora Erdogan está ayudando a Irán a esquivar las sanciones
estadounidenses que se impusieron después de que Trump rompió
flagrantemente el acuerdo nuclear de 2015 y, en una decisión que
demuestra la respuesta cobarde de los propios conglomerados petroleros
de la Unión Europea a la locura de Trump, ha anunciado que continuará
importando petróleo iraní. Por lo tanto, se atenuará la amenaza
adicional de Washington de mayores sanciones petroleras contra Irán.
Arabia Saudí, uno de los aliados más cercanos de Trump, donde la
libertad religiosa para personas como el pastor Brunson nunca ha
existido, ya está furioso con Erdogan. No hace mucho tiempo, el
príncipe heredero Mohammed bin Salman denunció a Turquía como parte de
un «triángulo del mal»: los otros pedazos del «triángulo» eran el Irán
chií y los militantes islamistas.

Por tanto, usted puede ver cómo se están alineando las cosas en el
Medio Oriente en este momento. Erdogan ha hecho buenos amigos con
Putin y el líder supremo de Irán y, como un adversario de Arabia
Saudí, está naturalmente en los mejores términos posibles de amistad
con Qatar, cuyo Emir, en un momento milagroso que incluso el pastor
Brunson podría envidiar, acaba de prometer una inversión de 15.000
millones de dólares a Turquía. El asedio de Qatar por Arabia Saudí
comienza a verse tan miserable como su guerra contra los chiíes de
Yemen. Las tropas turcas están estacionadas en Qatar para «proteger»
al pequeño emirato contra su vecino más grande y amenazante, y todos
sabemos quién es. Y, dado que las relaciones entre Siria y Qatar se
están recalentando constantemente, aunque en una escala más pequeña,
me pregunto quién se beneficiará más.

Bashar al-Assad, tal vez? Las tropas rusas ahora patrullan las líneas
sirio-israelíes debajo de los Altos del Golán ocupados. Los rusos han
prometido a Israel que las comparativamente pocas fuerzas iraníes en
Siria se mantendrán al menos a 50 millas de este sector. El aliado de
Rusia, Siria, necesita aplastar el bastión islámico final en Idlib con
la ayuda de Rusia y obligar a los combatientes más intransigentes de
la provincia a regresar a Turquía. Qatar tiene el efectivo para
reconstruir Siria y así extender su influencia a través de la masa de
tierra del Levante hacia el Mediterráneo. Si Qatar inyecta aún más
miles de millones a Turquía, entonces podremos ver algún tipo de
alianza estratégica entre Doha y Ankara. ¿Y un redescubrimiento de la
amistad familiar entre Erdogan y Assad?

En contraste con este horizonte, Erdogan no necesita ser un «halcón
valiente». Solo un viejo pájaro astuto.
Agresiones.jpg
El método Sánchez.jpg
Pastillero.jpg
Necrológicas.jpg

Miquel Angel Soria

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Aug 31, 2018, 1:30:50 AM8/31/18
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Viure aquest món (sic), en el que el que ahir era blanc, avui serà
negre i demà passat potser gris -i ens queden encara la resta de
colors de l'Arc de Sant Martí- em recorda aquell que al matí obre
l'armari i no sap que posar-se per sortir al carrer. Al final decideix
quedar-se a casa.
Bé, tot és una metàfora.


The Killer
Belén Gopegui

Todo empezó con aquella miniserie ligeramente excepcional. Big Little
Lies. Allí varias mujeres mataban, de forma improvisada, a un hombre y
se ponían de acuerdo para guardar silencio. Era un comienzo tímido
pues las mujeres conocían al hombre, les había hecho daño y seguía
agrediéndolas cuando le mataron. Sin embargo, muchos coincidieron en
señalar que abrió la veda. Después de algunos merodeos más llegó The
Killer: detectives, investigación y crímenes que no cesan. La sinopsis
no llamaba la atención. Hasta que encontraron el primer cuerpo, el
segundo, el tercero, y resultó que todos pertenecían a muchachos
jóvenes, no muy corpulentos, bellos, delicadamente torturados por el
asesino. En efecto, parecía claro que se trataba de un asesino que
amaba a los muchachos. Tras el séptimo crimen, sin embargo, las pistas
apuntaban a una mujer. Llamaba la atención que la sospechosa no
conociera a los muchachos, que no le hubiesen hecho nada, que tampoco
se estuviera vengando en nombre de alguna otra persona. Ella se
limitaba a seguirlos, los atacaba con el clásico pañuelo de
cloroformo. Los encerraba, torturaba, mataba y dejaba señales en sus
bellos cuerpos mutilados, posteriormente fotografiados por la policía.
En la segunda temporada quedaba demostrada su culpabilidad. La
asesina, brillante, enigmática, seductora a pesar de, o tal vez
gracias a, su crueldad, era encerrada en prisión. Todo el mundo
suponía que volvería a escapar para que diera comienzo la tercera
temporada.

Aquello sí que fue el pistoletazo de salida: en cada plataforma
aparecieron dos o tres series de lo que se designó como “psicópatas
asesinas”. La verosimilitud estaba garantizada, ni siquiera eran
siempre necesarias armas y gimnasios, cualquier mujer podía atacar a
un muchacho joven, sobre todo si lo hacía sin motivo, por el mero
hecho de que fuese hombre, mejor joven y bello según ciertos cánones.
O chicos adolescentes y preadolescentes. Las series no se molestaban
demasiado en argumentar por qué mataban. Es decir, hablaban de la
infancia de cada asesina, de sus traumas, de su extraordinaria
inteligencia. Pero en cuanto a establecer la relación entre eso y el
hecho de asesinar jóvenes de sexo masculino, se atenían a la
convención. Al cabo, nunca han sido necesarias las justificaciones:
ver a un chico solo por la calle, desear tocarle, que el chico se
revuelva un poco entre ofendido y extrañado es algo que puede conducir
fácilmente al estrangulamiento. Y cuando ya se ha hecho una vez, por
qué no repetir.

Cundió un cierto malestar entre la audiencia. Sobre todo el día en
que, en Minnessota, apareció el primer muchacho asesinado y mutilado.
Nadie estaba a favor de prohibir nada, esa era la típica falacia que
se usaba para desautorizar a quien mostraba su escepticismo o su falta
de entusiasmo. Pero la novedad radicaba en que tampoco nadie estaba a
favor de criticar ninguna serie de psicópatas asesinas. Todo el mundo
coincidía en que la ficción era un espacio para dar rienda suelta a
las fantasías, romper tabúes y formular preguntas e incomodar un poco
sin ton ni son, esto es, incomodar por incomodar. Y algo incómoda sí
era esa reiteración de jóvenes, adolescentes y, de vez en cuando,
niños (masculino específico) asesinados.

Algunas mujeres comentaron que el crimen gratuito no solía formar
parte de los procedimientos con que ellas descargaban su impotencia o
sus desequilibrios, y que tampoco era cuestión de dar ideas. En
seguida se las tachó de inmaduras incapaces de apreciar un arte
insondable. Ellas no estaban de acuerdo, pero no insistieron. Pues, a
qué negarlo, poder poner cualquier producto audiovisual, especialmente
si te gustaban las series policíacas, sabiendo que no encontrarías a
ninguna mujer mutilada dentro de una maleta, o atada y exhibida en su
palidez cadavérica, o violada antes o después de haber sido asesinada,
etcétera, tenía su aquél.

No es que las mujeres quisiesen ver a los jóvenes en esa situación.
Ahora bien: ¿qué podían hacer si las ficciones estaban hechas para dar
rienda suelta a los mundos oscuros que nos habitan, si la vida no
siempre es justa, mucho menos la imaginación, y el arte es, en
definitiva, una indagación, no importa si con trampa, en la realidad?
El llamado "psicópata asesino" nunca les había parecido una
explicación demasiado plausible acerca de lo que estaba mal en el
mundo: unos seres extraños actúan así, en cuanto lo solucionemos la
paz volverá a nuestra comunidad. Aguda no era. O quizá aún no habían
captado su vasta profundidad. Entretanto, qué sensación nueva y, por
cierto, nada desagradable, la de dejar de morir, al menos en la
pantalla, por el simple hecho de no ser hombre. Seguía habiendo
disparos y muertes, pero ahora cuando mataban a una mujer en una serie
policíaca había un motivo, como solía pasar con los hombres,
relacionado con sus acciones, perseguir a un ladrón, querer un alijo
de droga; la novedad era no morir porque sí, no morir por llevar
inscrita la condición de posible asesinada en los órganos genitales.

Hubo quien quiso saber si no les desagradaba verse retratadas como
psicópatas asesinas. ¿Verse retratadas?, preguntaron a su vez. No, en
absoluto se veían retratadas porque la asesina en serie siempre
recibía un tratamiento relevante como personaje, tenía identidad, un
pasado tormentoso, unos propósitos. En cambio de las asesinadas de
antes apenas se sabía algo más que su sexo, y eso sí tenía
pretensiones de generalizar.

Las mujeres también eran hermanas, amigas, etcétera, de muchachos
jóvenes, adolescentes y niños semejantes a las víctimas de series o
películas. Lamentaban que, en los últimos tiempos, éstos tuvieran que
ir con un poco de miedo por la calle. Que, en el imaginario, el sonido
quedo de las deportivas de un muchacho de quince años en una calle
solitaria se hubiera convertido en una llamada casi irresistible para
la asesina que anduviera cerca. Pero, la verdad: estaban hartas de
discutir. No les agradaba que les atribuyeran la intención de criticar
algo tan sagrado, y tan ajeno a los estereotipos más difundidos, como
la ficción. En ese lugar tan libre, donde las obras, tan distintas
entre sí, expresaban sólo la singularidad irrepetible de cada creador,
si ahora había a razón de cincuenta historias de asesinas de muchachos
por año era por una mera cuestión de individualidades que habían,
milagrosamente, coincidido.

Las mujeres preferían, desde luego, que se innovara, que en lugar de
sustituir al psicópata asesino por la psicópata asesina, se imaginaran
otras formas de dar rienda a los terrores y de lidiar con los tabús.
Pero si lo decían en voz alta las acusarían de hacer una lectura
demasiado plana acerca de algo tan complejo como un conjunto de
episodios y películas de asesinas en serie. Así pues, encendieron las
pantallas, disfrutaron de no ver a sus congéneres troceadas, y
comieron verduras de las eras.

* * *

Rebautizar el Nafta no salvará a Trump
Alejandro Nadal

En 1998 el director de General Electric, Jack Welch, hizo una
declaración reveladora. Lo ideal, dijo, sería que tuviéramos cada
planta en una barcaza y que la pudiéramos mover siguiendo los
movimientos de las divisas y los cambios económicos. Eran los años en
que cientos de empresas optaban por instalarse en países como China o
México para aprovechar los cambios económicos, eufemismo que
significaba mano de obra barata.

El sueño de tener plantas industriales en barcazas para escoger el
espacio más rentable para atracartenía un paralelo en el mundo de la
especulación financiera. Ahí los flujos de capital pueden decidir
entre distintos destinos en función de las disparidades de tasas de
inflación, tipo de cambio y tasas de interés, y migrar de un lugar a
otro sin mayores problemas. Pero la fantasía de la economía de las
barcazas se pudo hacer realidad mediante los acuerdos comerciales que
dieron estabilidad para erigir plantas industriales en los países con
mano de obra barata.

Pasados escasos 20 años, un narcisista director de negocios
inmobiliarios y productor de un reality show tuvo el instinto de leer
las emociones de los principales afectados por la globalización
neoliberal. Donald Trump pudo interpretar los sentimientos de parte
importante del electorado estadunidense, que se había sentido
traicionada por la economía de las barcazas y creía que la historia
los había dejado atrás. La retórica vulgar y populachera del Donald
hizo el resto y así llegó a la Casa Blanca.

Hoy, Trump enfrenta el periodo más negro de su presidencia: está
rodeado de serios problemas legales, con sus más allegados
colaboradores declarados culpables, enjuiciados o bajo investigación.
En las elecciones legislativas de noviembre se juega todo: si el
Partido Demócrata recupera el control de la Cámara de Representantes
(y quizás hasta el Senado), podría iniciarse un proceso que culminaría
con la destitución del presidente. Para sobrevivir, Trump necesita un
golpe de propaganda para sus bases.

Ayer se le presentó la oportunidad: la Casa Blanca dio a conocer el
nuevo acuerdo con México para reformar el TLCAN. Trump aprovechó de
inmediato para insistir en que el nuevo pacto ya no se llamaría Nafta
y que de ahora en adelante se hablaría del acuerdo comercial
México-Estados Unidos. En los próximos días y semanas veremos a este
personaje alardear en todos los foros posibles que cumplió su promesa
de campaña, que esencialmente consistía en renovar o destruir el
TLCAN. La demagogia va a estar desatada y sus aliados en Fox News ya
hablan de una victoria histórica.

Hay varios componentes del acuerdo, pero el más importante se
relaciona con la industria automotriz y modifica las reglas de origen:
el componente regional para gozar de las ventajas del acuerdo aumenta
de 62 a 75 por ciento. Además, entre 40-45 por ciento del contenido de
los vehículos debe ser manufacturado por trabajadores que ganen al
menos 16 dólares por hora.

La realidad es que el nuevo acuerdo cambiará poco las cosas en
términos del déficit estadunidense y en materia de empleo. Para
empezar, las industrias tienen hasta el primero de enero de 2023 para
adaptarse a las nuevas condiciones. Por otra parte, las reglas de
origen son engañosas, pues muchos componentes contabilizados como
nacionales tienen, a su vez, un alto contenido importado, de tal
manera que el nuevo umbral de 75 por ciento puede, en la realidad, ser
significativamente menor. Será difícil determinar si un vehículo que
pesa casi tres toneladas y se compone de más de 30 mil piezas cumple o
no las nuevas reglas de origen. En los próximos años veremos un
ejército de consultores y cabilderos peleando con las autoridades
estadunidenses sobre este punto. Pero eso es lo de menos: por el
momento lo que importa a Trump es poder salir frente a su público, en
cada rally de la campaña hasta las legislativas de noviembre, y
machacar que él sí cumple sus promesas de velar por la gente que fue
abandonada por la economía de las barcazas.

En el caso de México, el nuevo acuerdo tampoco cambiará mucho las
cosas. Como instrumento para promover el alza de salarios en la
economía mexicana, el tratado de libre comercio ha fracasado
rotundamente a lo largo de sus 24 años de vida.

Para Trump la operación de relaciones públicas no servirá de mucho en
los tribunales, sobre todo cuando comience a declarar el señor Allen
Weisselberg, su ejecutivo de finanzas de 20 años y alguien que sabe
dónde están escondidos todos los cadáveres financieros. Weisselberg ha
recibido inmunidad en un pacto con las autoridades federales para
divulgar todo lo que sabe, y eso sí debe tener preocupado a Trump.
Hasta la Fundación Trump, supuestamente dedicada a la filantropía,
está siendo indagada por haber servido de frente para todo tipo de
marrullerías. En fin, si la demagogia sobre la muerte de Nafta sirve
para distraer la atención, supongo que eso es mejor que desatar una
guerra con Irán.
El Tribunal.jpg
Coleccionables.jpg
A cada porco....jpg
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Miquel Angel Soria

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Sep 3, 2018, 1:30:28 AM9/3/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui, si no ens hagués deixat prematurament, Eduardo Galeano faria 78
anys. No sabem que pensaria sobre "el procés" però és ben segur que
tindria una opinió formada que podria exposar des del bell mig de la
Plaça de Catalunya, com en altres moments.
El recordem i l'enyorem molt. Gràcies, Eduardo.

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
EL INVENTO DEL MIEDO

No puedo alejar de mi memoria una frase que destruyó en mí muy
rotundamente y para siempre la imagen de la moral institucional
española. Una frase que no tuvo la respuesta colectiva amplia y
crítica que se merecía. La pronunció, como no, Felipe González, el
político al que debería abrirse un gran juicio popular histórico al
margen del marco jurisdiccional. Un juicio popular de carácter ético
que aclarase la adhesión o la repugnancia de los españoles a este tipo
de manifestaciones. España necesita aclararse con ella misma. Creo que
deberían irse eligiendo los éforos correspondientes: «El Estado –dijo
el Sr. González– también tiene sus desagües». Eran los tiempos del GAL
y sus crímenes nunca aclarados. No añado más.

Esta frase ha resumido, en los últimos años de mi vida, la dolorosa
reflexión que sobre mi patria natal ha ocupado desde la primera
juventud mis estudios morales y políticos. Creí siempre que el mejor
servicio que podía hacer a España era seguir, en mi irrelevancia, los
pasos de aquellos que se enfrentaron al inmovilismo intelectual,
político y religioso que impidió a los españoles convertirse en un
pueblo capaz de sostenerse en la historia.

A veces se me ha acusado de desamor a la que natalmente es mi patria.
Pero creo que se ama más desde el entregado y honrado servicio a la
verdad, sea modesto y sin afán de recompensa, que desde el vocerío
vacío de información y repleto de banderas que velan una realidad que
destruye todo espíritu de mejora o simplemente de confesión con
propósito de enmienda. Escribo estas cosas que suenan tan retóricas
para evitar que mi alma se pudra en la cueva en que únicamente pueden
vivir las aves que como los vampiros esperan las noches de caza boca
abajo.

Dicho todo lo que antecede, que una vejez respetable suele recuperar
con la renacida ingenuidad del niño, prosigo con la intención que ha
movido este papel que tiene su principio en la enseñanza y obligación
de la verdad que nos transmitió don Miguel en el encriptado “Don
Quijote” y en un Erasmo que se negó a enseñar en España con unas
significativas palabras: «Non placet Hispania». Eran también tiempos
peligrosos, pero algunos españoles se unieron a la revolución de la
verdad que acontecía en muchas sociedades de Europa para abrir camino
a la inteligencia y el enriquecimiento de la libertad. Volvemos a
estar en esa difícil batalla.

Durante los últimos días se ha puesto en marcha una cínica mecánica
que consiste en poner de relieve un falso miedo contra personas o
sociedades dignas a las que se quiere eliminar radicalmente de la
acción política haciéndolas protagonistas de una ruda intención
criminal detectada en cuatro simplicísimas actividades de protesta.
Nada más hipócrita y despreciable. Una pintada se convierte en un
crimen; un grito, en un ataque con pretensión sangrienta. Camino de
perder escandalosamente la batalla en los tribunales europeos contra
el abierto y digno deseo independentista de Catalunya el fracasado
juez Llarena, por ejemplo, se ha apresurado a solicitar la mayor
protección personal contra unos catalanes que al parecer quieren
acabar mortalmente con su «heroica» voluntad de devolver a España su
grandeza secular. El «héroe» tiene miedo. Sociedades de jueces y
fiscales, y adheridos al espíritu del «Oé oé», se han dirigido con
alarma al Sr. Sánchez para que disponga una amplia y tupida protección
que garantice la seguridad de este magistrado del Supremo que, sin
embargo, sigue participando en cenas y reuniones sociales en tierras
catalanas.

Todo este movimiento es escandaloso, espurio y sobre todo de una
simplicidad infantil.

En primer término acusa al brillante gobierno socialista de no atender
a la seguridad de un alto funcionario judicial que cuenta, juraría,
con sólidos y naturales elementos de escolta. Yo esperaba que el
alegre ministro del Interior explicara la verdad subyacente a este
asunto, pero se conoce que el Sr. ministro tiene otras cosas que
cargar a su espalda.

En segundo término me sorprende que un juez del Supremo y su
circunstancia hablen de cosas que parecen poner de relieve la
existencia de una «ETA» catalana.

En tercer lugar no comprendo que don Pedro Sánchez no aclare esta
situación que de ser cierta parecería asunto que justificaría la
intervención de los poderosos organismos internacionales.

En cuarto lugar se echa en falta que la cúpula policial aclare su
quehacer fundamental de protección y seguridad.

Si de verdad fuera verdad que el Sr. Llarena viviera al borde del
abismo, sin protección alguna eficaz, podría aparecer la descabellada
posibilidad que alguien deseara esa muerte para cambiar toda política
de entendimiento en torno al problema catalán. Pero una acción de tal
calibre sólo está prevista en el directorio de la CIA y otras grandes
organizaciones de «inteligencia» entre las que no creo que figure el
servicio de espionaje español, que ni siquiera ha podido prevenir los
asaltos a las alambradas de Ceuta y Melilla para disponer de las
fuerzas adecuadas de defensa.

Pero y de verdad, ¿hay alguien que crea que el miedo esparcido sobre
la seguridad del Sr. Llarena no es otra chapuza de la política
española ahora dedicada al turismo del presidente del gobierno, Sr.
Sánchez?

Yo creo que el Sr. Llarena a quien ha de tener miedo es al mismo
Tribunal Supremo, por intento de voladura desde su interior.

En definitiva, que podría hablarse de la pobreza de la política
española, ya que si estos «descuidos» se producen en torno a un juez
encargado de vigilar la unidad española, ¿qué pasará con la seguridad
del dinero custodiado en el Banco de España en cuya puerta suele haber
un simple guardia civil que parece estar aguardando la hora del
relevo?

La ligereza de lo español vive de estas curiosas noticias que
sustituyen la verdadera y necesaria reflexión política con estos
verbeneros acontecimientos. En los últimos días hemos pasado de la
sorpresiva constatación de que se ha quedado pequeño el muelle
construido para un gran submarino de la flota a la posibilidad de que
los catalanes decidan asesinar a un juez dedicado a meterlos en la
cárcel. Nuestra política está sostenida sobre acontecimientos que
llevarían a formular fundamentales preguntas de Willy a Mafalda.

* * *

Samir Amin: camarada en la lucha
Immanuel Wallerstein

Conocí por primera vez a Samir a principios de la década de 1960.
Había leído sus primeras obras, y me habían llamado la atención.

Caminaba por Dakar y le pregunté si podíamos reunirnos. No creo que
supiera quién era yo o que hubiera leído alguno de mis textos.

No obstante, con amabilidad me invitó a cenar con él. Muy pocos de sus
admiradores en todo el mundo mencionan siquiera su amabilidad. Para
mí, este es uno de los elementos claves de su personalidad.

Tan pronto comenzamos, nos dimos cuenta de lo cercanas que eran
nuestras visiones. Ambos creíamos que vivíamos en un mundo
capitalista. Y sentíamos que debíamos organizarnos para destruirlo.
Ambos creíamos que el pensamiento marxista seguía siendo algo
esencial. Pero pensábamos que no era un dogma y que debía
actualizarse.

Poco tiempo después conocí a Gunder Frank. Había leído mi borrador de
lo que después sería el volumen uno de El moderno sistema-mundo. Fue
muy entusiasta y ofreció escribir una reseña para su publicación.
Luego conocí a Giovanni Arrighi y descubrí que él también compartía
nuestros puntos de vista.

Giovanni, Gunder, Samir y yo nos convertimos entonces en la Banda de
los cuatro. Escribimos dos libros juntos en un formato especial.

Cada libro constó de cuatro capítulos individuales, en los que
compartimos nuestras visiones sobre el asunto central. Los libros
tenían una introducción común que relacionaba las premisas que
compartíamos. Había también una conclusión común que indicaba nuestras
diferencias.

La intención era mostrar que concordábamos en algo importante. Yo
diría que en 80 por ciento del todo. Al abordar nuestras diferencias
había varias alineaciones en todas las cuestiones. Samir y yo
concordábamos en la mayoría.

Samir y yo nos mantuvimos en estrecho contacto durante los años
subsecuentes. Vivía en los aviones dando la vuelta al mundo. No tenía
yo su energía, pero me mantuve siendo su camarada en la lucha.

Sólo hay una lucha. Debemos transformar el mundo.
Fuertes lluvias en Cataluña.jpg
Lectura no sectaria.jpg
Manifiesto franquista.jpg
El diálogo en el siglo XXI.jpg

Miquel Angel Soria

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Sep 4, 2018, 1:30:19 AM9/4/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Ens han presentat a Mc Cain com si fos un angelet. La tramà està en
comparar-lo amb Trump o en enfocar-lo des de la seva posició anti
Trump.. Des dels USA, David Brooks s'encarrega de posar-lo al lloc que
li correspon.
Eric Nepomuceno aconsegueix fer nostra la tragèdia del Museo de
Historia del Brasil. Algú hauria de pagar. Però, en aquest món, sembla
que tots vivim de perfil, com si esdeveniments con aquest -i
situacions pitjors- no anessin amb nosaltres.
Em quedo amb el final d'aquest article i amplio la perspectiva:
"Pero son fríos. No calientan ni alumbran a la memoria.
Quizá por eso se salvaron."


Memoria quemada
Por Eric Nepomuceno

Desde Río de Janeiro

El fuego empezó a eso de las siete y media de la noche del domingo.
Los bomberos llegaron al inmenso palacio que abrigada el Museo
Nacional unos cuarenta minutos después y no había agua suficiente en
los camiones hidrantes más cercanos.

Se intentó buscar agua de un laguito. Luego llegaron camiones con
agua. A lo largo de cuatro infinitas horas continuaban llegando
camiones-cisterna. Pero ya era inútil.

A eso de las ocho de la noche algunos investigadores que trabajaban en
el Museo se arriesgaron e invadieron el predio de doscientos años que
se quemaba. Estaban desesperados, y la desesperación venció el miedo.

Salieron cargando cajones. Lograron sacar a unas mil especies de
moluscos. Pero adentro había decenas de miles, muchos de ellos
desaparecidos del planeta. Lo que lograron sacar es nada más que un
rasguño de aquella memoria.

Quisieron volver a entrar, pero ya no les fue posible. Vieron,
impotentes e inertes, cómo se derrumbaba todo. Todo fue siendo
devorado por un fuego feroz.

Había una invaluable reliquia: el esqueleto de la primera mujer que
existió en Brasil. Se llamaba Luzia y tenía una edad calculada entre
doce mil y trece mil años. Convivió con mastodontes y otros seres
gigantescos. Gracias a ella se rehízo toda la investigación sobre la
ocupación de las tierras que conforman esta nuestra pobre América.

Había momias egipcias, unas 700, la mayor colección de América latina.
Había frescos sobrevivientes de la destrucción de Pompea. Había una
formidable recolección de idiomas y leyendas y tradiciones indígenas.
Estudiosos aseguran que era el más amplio y completo acervo de idiomas
indígenas del continente latinoamericano. Había miles de objetos de
naciones originarias de Brasil y de otras latitudes que desaparecieron
de la faz de la tierra.

Había una de las principales colecciones de distintos tipos de
saurios. Había el sarcófago de Sha Amum Em Su, uno de los únicos del
mundo que jamás fueron abiertos. Y una colección de cinco millones de
insectos.

Había dos bibliotecas extensas que, entre sus miles de ejemplares,
abrigaban libros centenarios.

Había fósiles de animales y plantas que ya no existen. Había parte
importante de la historia de la antropología y de la ciencia no del
país o de la región, sino de la humanidad.

Había explicaciones sobre el surgimiento de Brasil, material para
ayudar a conocer y entender el cruce de raíces que nos creó.

Había veinte millones de piezas. Veinte millones.

Desde hace años que el Museo Nacional creado en 1818 por el entonces
rey de Portugal Don João VI gritaba por socorro. La antigua residencia
de la familia imperial brasileña necesitaba manutención urgente. Había
cables de electricidad expuestos, había filtraciones, había madera
siendo devorada por insectos. La pintura de las paredes estaba
descascarada.

El presupuesto para manutención se respetó hasta 2014. Al año
siguiente, cuando se empezaba a gestar en el Congreso el golpe
institucional que en 2016 destituiría a la presidenta Dilma Rousseff,
ese presupuesto se redujo a poco más de la mitad de lo previsto. E,
instalado el gobierno de Michel Temer, a menos de un tercio. Menos de
un tercio.

El mes pasado la dirección del museo lanzó una colecta por las redes
sociales. Necesitaba 50 mil reales –unos doce mil de los dólares de
hoy– para rehabilitar y reabrir la sala más visitada.

No logró siquiera eso del gobierno federal. Doce mil dólares.

En el gran palacio del cual ahora no quedan más que las paredes
quemadas se firmó la Ley Aurea, que liquidó con la esclavitud en
Brasil. Y la primera constitución del país.

Quedaron las paredes chamuscadas y nada más. Hay riesgo de que las
paredes internas se derrumben. Quedará entonces la fachada y nada más.

Si ocurre ese derrumbe, tendremos la metáfora perfecta del Brasil en
que vivo: pura fachada. Nada más que fachada y una gran puerta que no
conduce a nada.

Había la memoria de un país desmemoriado. Había.

Todo o casi todo se quemó. Su acervo era considerado uno de los cinco
más importantes del mundo. Biólogos y antropólogos cruzaban aires y
mares para estudiar un material considerado único.

Asesinaron al Museo Nacional con la misma frialdad con que tratan de
asesinar al país. La misma perversidad, el mismo cinismo, la misma
atrocidad helada.

Se quemó la memoria, la historia. El abandono y la desidia quemaron
todo. Faltó quemarnos a nosotros, a los sobrevivientes de un país
devastado y desgraciado.

Una colección de meteoros y meteoritos se salvó. Sabían enfrentar el
fuego, sobrevivieron al abandono a lo largo de los tiempos.

Pero son fríos. No calientan ni alumbran a la memoria.

Quizá por eso se salvaron.


* * *

Ficciones oficiales
David Brooks

Las cosas están tan mal aquí que una reunión de algunos de los
principales responsables de guerras ilegales, crímenes de lesa
humanidad, tortura, golpes de Estado, desaparecidos, vigilancia masiva
de ciudadanos, crisis económicas que destruyeron las vidas de
millones, y de la impunidad por todo esto, fue elogiada como un
llamado a la recuperación de la decencia, la integridad y la verdad,
ante el enfant terrible en la Casa Blanca.

En las ceremonias funerarias del senador John McCain se presentó casi
toda la cúpula política estadunidense (incluidos los altos mandos
militares). Los ex presidentes Barack Obama y George W. Bush fueron
las estrellas, junto con líderes legislativos de ambos partidos,
diplomáticos, asesores y periodistas de esos que admiran a y se hacen
amigos de (y a veces se incorporan a) esa cúpula. Y, de pilón, entre
los oradores estaba nadie menos que Henry Kissinger.

Se volvió –y así se cubrió– como un festejo de la real grandeza de
este país; algunos medios liberales lo describieron como la reunión
más grande de la resistencia contra Trump. Con ello fue proyectado
como una manifestación muy bien vestida y portada contra el actual
régimen. El presidente non grato, como lo nombró el Washington Post,
expresamente desinvitado de todas las ceremonias, se fue a jugar golf.

Lo que se mostró, afirmaban muchos, era esa America pretrumpiana tan
respetada y respetable. Richard Haass, presidente del venerable
Council on Foreign Relations, comentó que la ceremonia fue “una
importante declaración de política exterior al mundo, de que la
America que habían conocido y admirado tanto, aún existe”.

McCain era un gran militarista. Para él, señala Matt Taibbi, en
Rolling Stone, dondequiera que Estados Unidos tenía un problema de
política exterior, la solución siempre era bombardearlos hasta la
chingada. Fue bautizado como héroe por su servicio militar en la
guerra de Vietnam, donde su avión fue derribado mientras estaba
bombardeando a civiles (como en toda guerra moderna). Aunque asumió
algunas posiciones loables (contra la tortura extrema y por una
reforma migratoria integral), uno de sus últimos actos en el Senado
fue votar en contra de poner fin al papel estadunidense en la guerra
en Yemen (donde recientemente una bomba fabricada y proporcionada por
Estados Unidos mató a 40 niños en camiones escolares) y a lo largo de
décadas fue opositor de medidas de derechos civiles. También puede
decirse que al seleccionar a la patética ultraconservadora Sarah Palin
como compañera de fórmula en su campaña presidencial, en 2008, abrió
algunas de las puertas que llevaron a Trump al poder.

Bush y su gente son responsables de guerras ilegales libradas con
justificaciones fabricadas, el uso de la tortura, el campo de
concentración extralegal de Guantánamo y, para acabar, la peor crisis
económica desde la Gran Depresión. Obama es responsable de continuar
esas guerras y de dejar impunes a los que habían violado las leyes
nacionales e internacionales de derechos humanos; de rescatar y dejar
impunes también a los responsables de la crisis económica provocada
por el fraude más grande de la historia –dejando un saldo de más de 8
millones de desempleados, la pérdida de vivienda de millones más– e
implementar políticas que aceleraron la desigualdad económica
beneficiando al 1 por ciento más rico de este país (no es tan
misterioso entender por qué muchos trabajadores blancos que sufrieron
las consecuencias y votaron por Obama se sintieron defraudados otra
vez, y votaron por Trump en la pasada elección). Y de Kissinger, ni
hablar, su currículum antivitae se cuenta por volúmenes.

Aun más, en esta era trumpiana, la disputa entre la cúpula por la
versión oficial de Estados Unidos no necesariamente es lo mismo que la
lucha por la verdad.

El resultado de una total sustitución de la verdad basada en hechos
con mentiras no es uno donde la mentira ahora será aceptada como
verdad y la verdad será difamada como mentira, sino que el sentido por
el cual nos ubicamos en el mundo real se está destruyendo. Hannah
Arendt.
¿Y si....jpg
Llarena citado.jpg
Para ir concretando.jpg
Curso político.jpg

Miquel Angel Soria

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Sep 5, 2018, 1:30:35 AM9/5/18
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M'arriba la notícia de la mort d'Elisa Serna. Que la terra li sigui lleu!
Us passo la seva versió del poema de Lluís Serrahima musicat per Maria del Mar Bonet: Esta gente qué querrá.
https://www.youtube.com/watch?v=A7HZH7dlwgo

La tabarra del 155
Javier Pérez Royo

Deberíamos haber aprendido que el 155 no solamente no contribuye a resolver ningún problema, sino que hace más difícil encontrar una respuesta para todos. Pero no lo hemos hecho. Apenas levantada la aplicación del 155 y constituido el Govern de la Generalitat con la presidencia de Quim Torra, Ciudadanos y el PP han iniciado una competición por ver quién es más exigente en solicitar la aplicación de nuevo de dicho artículo. La tabarra del 155 nos ha acompañado durante todo el verano y parece que quiere seguirnos acompañando desde el inicio del curso político.

Albert Rivera y Pablo Casado parecen empeñados en convertir la excepción en norma. O se ejerce el derecho a la autonomía por las autoridades de Catalunya en los términos en que nosotros consideramos que tiene que ser ejercido o exigimos la aplicación del artículo 155 para conseguirlo. Para Catalunya la Constitución territorial es la Constitución a cuya interpretación dan su conformidad Ciudadanos y el PP. De no ser así, la Constitución territorial se reduce al 155. Este es el pensamiento de ambos líderes sobre la Constitución Territorial.

El pensamiento no puede ser más corrosivo.  El 155 está pensado para que no se tenga que hacer uso del mismo nunca. Es lo que ha ocurrido con el artículo equivalente de la Ley Fundamental de Bonn. Esta era la interpretación prácticamente unánime de la doctrina española respecto de dicho artículo. En todo caso, nunca se pensó por nadie que hacer uso de manera habitual del artículo 155 podía ser compatible con la vigencia de la Constitución de manera estable e indefinida.

El compromiso entre el principio de unidad política del Estado y el derecho a la autonomía de las “nacionalidades y regiones” que integran España fue el compromiso más decisivo de todos los que se alcanzaron en el proceso constituyente de 1978. Así fue reconocido expresamente por los portavoces de todos los grupos parlamentarios en la sesión de 5 de mayo de 1978 en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados en la que se inició el debate constituyente propiamente dicho.

Si ese compromiso no se puede mantener operativo de manera normalizada, nos encontramos  ante una crisis que formalmente es una crisis parcial, pero que materialmente es una crisis total.  Pues se trata de  una crisis que afecta a uno de los dos pilares en que descansa el edificio constitucional, pero sin el cual tampoco puede mantenerse en pie el otro. El primero es el compromiso que supuso la definición de España como un Estado social y democrático de Derecho. El segundo es el relativo a la unidad del Estado con reconocimiento del derecho a la autonomía. La Transición española fue una transición doble: de la Dictadura a la Democracia y del Estado centralista y unitario al Estado políticamente descentralizado. El Estado unitario y centralista no podía ser la forma de Estado de la Democracia española. En esto hubo un acuerdo prácticamente unánime. Únicamente la mitad de los diputados de Alianza Popular no participaron de ese consenso. Para todos los demás grupos parlamentarios era indiscutible.

Democracia y Estado de las Autonomías eran indisociables para los constituyentes españoles de 1978. No habría descentralización política sin democracia, pero tampoco podría construirse una democracia sin incluir la descentralización política, sin el ejercicio real y efectivo del derecho a la autonomía.

Esta inequívoca vinculación constituyente entre Democracia y Autonomía es incompatible con el recurso de manera habitual del 155. Dicho recurso es la negación en la práctica de dicha vinculación y, por tanto, una negación de la fórmula de gobierno en su integridad tal como acabó siendo formulada en la Constitución y desarrollada posteriormente mediante la legislación orgánica a través de la cual se desarrolló el Estado social y democrático de derecho y de los Pactos Autonómicos a través de los cuales se construyó el Estado de las Autonomías.

El recurso habitual al 155 no es una manera de proteger la Constitución, sino de destruirla.  Lo que están haciendo Albert Rivera y Pablo Casado con su tabarra del 155 es conectar directamente con la mitad de los parlamentarios del Grupo Parlamentario de AP que votaron en contra de la Constitución en 1978. Y que lo hicieron en buena medida por el reconocimiento del derecho a la autonomía de las “nacionalidades y regiones”. Nadie debe llamarse a engaño.
Obaid.jpeg
Luc Descheemaeker 2.jpeg
El séquito.jpg
Día da Patria galega.jpg

Miquel Angel Soria

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Sep 6, 2018, 1:32:25 AM9/6/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Quan creia que part dels fantasmes que ens aguaiten ja havien estat
eliminats -alguns havien actuat de caça-fantasmes- surt Xavier
Doménech per fer-nos evident que no ha estat així. Els egoismes
partidistes, la lluita per mantenir uns llocs de treball on no cal
treballar -sobretot- i les orelleres sempre posades, han començat a
minar el que semblava un gran projecte.
Serem capaços de començar a utilitzar l'escombra i fer de Sirex?

Orígenes y mutaciones del capitalismo
Alejandro Nadal

Para la teoría económica, el capitalismo es la forma más acabada en la
historia de las organizaciones sociales, y como tal, casi no ofrece
horizontes de mayores transformaciones, pues la perfección no tolera
cambios. Muchos analistas, incluso críticos del capitalismo, comparten
esta visión (o falta de visión) histórica.

Sin embargo, algunas características sobresalientes de la economía
mundial hoy invitan a pensar que estamos frente a transformaciones que
implican cambios esenciales del capitalismo. Por ejemplo, el dominio
del sector financiero y la nueva ola de automatización en todo tipo de
actividades aparecen como rasgos emergentes que podrían anunciar una
nueva formación en el devenir del capitalismo. ¿Somos testigos de una
monumental metamorfosis social y económica de dimensiones históricas?

Para responder esta interrogante no es ocioso examinar los orígenes
del capitalismo. Y una de las primeras sorpresas que se lleva mucha
gente cuando se confronta al tema de los inicios del capitalismo es
que éste no nace en las ciudades y no tiene nada que ver con lo que se
denomina la burguesía citadina. En efecto, desde hace miles de años
existieron grandes concentraciones urbanas, pero en ellas no surgió
algo que se pareciera al capitalismo. Esas urbes coexistieron con
intrincadas redes comerciales, pero no engendraron el capitalismo.
Incluso en las ciudades del norte de Italia, con una clara vocación
mercantil, sofisticados instrumentos de crédito y donde se inventó el
sistema de contabilidad por partida doble, no se encuentra la cuna del
capitalismo. Y es que la lógica del comportamiento mercantil, comprar
barato para vender caro, no está interesada en transformar los medios
de producción para maximizar ganancias.

La historia del capitalismo es breve (no tiene más de 250 años), pero
siempre sorprende a más de uno saber que esta forma de organización
social tiene orígenes agrarios. El análisis de la historiadora Ellen
Meiksins Wood demuestra que el nacimiento del capitalismo se produce
en la matriz de relaciones agrarias en Inglaterra hacia finales del
siglo XVII. Ahí los grandes latifundios existentes dieron lugar a
relaciones de mercado que hicieron lo que el capitalismo sabe hacer
muy bien: transformar las condiciones de producción para maximizar
ganancias.

La propiedad de la tierra en Inglaterra había estado altamente
concentrada desde tiempo atrás y eso obligó a que vivieran en ella
trabajadores rurales que no siendo propietarios debían pagar una
renta. La centralización del poder político en ese país se tradujo en
una peculiar combinación de hechos. Por un lado el Estado estaba al
servicio de la clase terrateniente y le garantizaba la estabilidad en
su propiedad. Pero por el otro, los dueños de la tierra no tenían
grandes medios extra-económicos (militares o de servidumbre política)
para explotar a los trabajadores que vivían en sus tierras. Éstos ya
se habían convertido desde mucho tiempo atrás en verdaderos inquilinos
rurales y para hacerlos más productivos los grandes propietarios de
tierras comenzaron a descansar cada vez más en la coerción del
mercado.

Desde el siglo XVI los propietarios de tierra empezaron a obligar a
sus inquilinos a competir entre sí en lo que se convirtió en un
mercado de acceso a la tierra. Los trabajadores rurales tenían
entonces que introducir mejoras en los terrenos para obtener más
productividad y así poder pagar una mayor renta. Las rentas sobre la
tierra se determinaron cada vez más por las presiones del mercado, en
contraste con otras partes de Europa donde la renta era fijada por la
costumbre y las tradiciones. Los trabajadores rurales que salieron
derrotados en esta competencia perdieron el acceso a la tierra y se
convirtieron en proletarios asalariados, aun antes de las grandes
expulsiones ligadas a los cercamientos de las tierras (enclosures).
Así se consolidó una compleja relación de coerción por las fuerzas del
mercado que forzaba la introducción de mejoras en los medios de
producción para maximizar ganancias. La transición hacia el despliegue
completo de relaciones capitalistas de producción no tardó mucho.

Hoy la financiarización y la automatización amenazan desde ángulos
diferentes la racionalidad pura de la producción capitalista. La
lógica de las finanzas está fincada en la diferencia cuantitativa
entre inversión y rendimiento: no está interesada en transformar los
medios de producción. Y si su racionalidad es absorbida por las
empresas no financieras, lo que sucede al interior del proceso de
producción le tiene sin cuidado.

Por su parte, la automatización entraña un desafío inédito para el
capitalismo: lleva al extremo las presiones del mercado coercitivo
para transformar los medios de producción al grado de hacer peligrar
la base misma del cálculo del excedente y la explotación. Los
complejos mecanismos microeconómicos por los cuales estas mutaciones
llevarán a una transformación esencial todavía no terminan de
desplegarse.


* * *

Los réditos de la incoherencia
Elisa Beni

Esta es la historia de unas personas que por mor de criticar y
combatir una cosa de la que abominan terminan haciendo lo mismo y
elevado a la enésima potencia. Sí, esta es la historia de los
preclaros defensores de la indemnidad de la jurisdicción española y de
la limpieza del juego jurídico y que para limpiarlo de añagazas se
convierten en trileros. Esta es, en definitiva, la historia de los que
para combatir lo que consideran un inaceptable ataque a la
independencia del españolísimo Llarena, a través de una demanda civil
en Bélgica por declaraciones privadas, se dejan caer con un asunto
penal contra una jueza belga por un acto realizado con toga y en sala
de vistas.

Ustedes juzgarán. Yo me he pasado varias horas hablando con reputados
juristas que trabajan en tan distintos ámbitos como la abogacía, la
alta judicatura o la cátedra y me he divertido mucho con sus espantos:
"Querella delirante", "absoluta gilipollez sin sentido", "demencial",
"de chiste". Algunos de ellos opinan también que la demanda civil
belga no tendrá recorrido; pero aquí de lo que se trata es de este
nuevo y surrealista movimiento sobre cuyos posibles objetivos
hablaremos más tarde. La llamada 'Asociación Movimiento 24DOS para la
defensa del derecho de defensa', que se constituyó por abogados para
optar a la presidencia del Colegio de Madrid, ha presentado una
querella contra la jueza belga que celebró la vista del martes, contra
el abogado Boye dicen que como director letrado de la demanda belga y
contra Puigdemont y los cuatro exconsellers como demandantes además de
a la traductora jurada. Los acusa de los delitos de prevaricación y
usurpación de funciones (a la jueza belga Dessy), de inductor a la
prevaricación de la jueza y del delito de presentación de traducción
falsa o de falsedad documental (al abogado Boye) y de también
inducción a la prevaricación y a la usurpación de funciones de la
jueza (sic) a los demandantes.

Esperen, respiren. Sí, unos abogados están diciendo en una querella
presentada ante la Audiencia Nacional que la jueza que se puso la toga
y se sentó a cumplir el procedimiento civil belga prevaricó y usurpó
funciones pero, si aún se pueden sujetar a la silla, esos mismos
abogados añaden que un abogado indujo a la jueza a hacerlo y que los
propios clientes indujeron a la magistrada a cometer ese delito. Sin
duda hasta el más profano verá lo absurdo del planteamiento que sería
hilarante si no fuera un síntoma más de lo que está sucediendo y del
'todo vale' si te alineas con el lado correcto. Sucede que, intentando
imitar los pasos de los estrategas legales de los ex miembros del
Govern, y puede que por ser personas tan de orden y tan de la casta,
pues como que no son capaces ni de construir mínimamente un armazón
legal que se sujete siquiera para la foto.

En primer lugar, y según todos los expertos consultados, son incapaces
de sustentar siquiera de forma mínima que España tenga jurisdicción
para un asunto así. Se remiten a la competencia de la Audiencia
Nacional para unos u otros delitos pero olvidan justificar por qué
España tiene jurisdicción en este caso. El artículo 23 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, que establece la jurisdicción española
incluso para la ya restringida jurisdicción universal, no contiene
ningún punto que permita afirmar que España tiene jurisdicción en este
asunto. En primer lugar porque no serían delitos cometidos por
españoles en territorio español ni tampoco por españoles en territorio
extranjero (la jueza es belga y el abogado alemán/chileno) ni estarían
comprendidos entre los considerados de Justicia Universal.

Tampoco forman parte de los delitos del 23.3 que permitirían perseguir
a extranjeros en el extranjero. Así que, haciendo un juego de
prestidigitación, nos dicen que hay competencia porque aplican la
teoría de la ubicuidad. La citada teoría viene a decir que un delito
se entiende cometido en el lugar de la acción y también en aquel en el
que se produzcan los efectos. Claro que, olvidan de forma
inexplicable, que la teoría de la ubicuidad es predicable de la
competencia y no de la jurisdicción y es que, definitivamente, los
juristas de bien no valen para estas encomiendas. Resumiendo, que esa
teoría sirve para determinar si son competentes los juzgados andaluces
o los madrileños pero que no se refiere a la jurisdicción española
sobre actos fabulosamente delictivos cometidos en el extranjero. "No
se molestan ni en hacer una construcción mínimamente aceptable que
justifique la jurisdicción extraterritorial española", comenta
socarrón alguien puñetero.

Respecto a los delitos que imputan, sólo he encontrado hilaridad. "Es
de chiste que se considere usurpación de funciones aquí la actividad
de un juez que admite una demanda en su país" y más si lo plantean
como remedio contra la inaceptable actitud de los defensores de los
procesados expatriados por sus abogados. "Una traducción infiel
tampoco sería una falsedad, porque el juez debe verificar la
traducción por sus propios medios y además tampoco se produce en
España", continúa otro pasmado togado.

La primera querella presentada por VOX contra la juez belga ha caído
por reparto informático en la juez Lamela que la envió ayer mismo a la
Fiscalía para su informe. La presentada por los prestigiosos abogados
entró por guardia en el Juzgado de Instrucción Nº 5 pero ha ido como
es preceptivo a reparto al decanato y me informan de que será
acumulada con la anterior en el juzgado de Lamela. Las apuestas que me
cruzan los que saben me indican que es casi impensable que la Fiscalía
apoye con su informe una querella de este tipo, pero ya nuestros ojos
han visto tanto...

En todo caso no puedo avanzarles qué réditos concretos buscan estos
abogados delestablishment jugando esta carta. Lo que es seguro es que
no juegan a pérdidas. Que un catedrático de procesal amigo de
Marchena, un ex miembro del Tribunal Supremo hermano de Victoria Prego
y una prestigiosa letrada mujer de Pedro J. Ramírez hayan intentado
emular en plan cutre a los, según ellos, "fraudulentos y falsarios"
abogados de Puigdemont no sabemos qué ventaja les puede reportar.
Quizá crean que sus despachos van a llenarse de españoles muy
españoles y mucho españoles tras esto. Tal vez busquen amedrentar a
otros abogados en sus defensas o sólo posicionarse en el lado que
estiman irremisiblemente ganador o hacerse simpáticos ante los
magistrados que verán sus asuntos. Eso sólo ellos lo saben. Ahora sólo
nos falta ver si hay alguien más dispuesto a seguirles por esta senda
tan dudosa. Ya ni lo más peregrino puede darse por imposible si
contribuye al único fin que ahora es relevante. Ese es el drama.
La expulsión del paraíso.jpg
Inmatriculaciones.jpg
Borbones.jpg
El miedo.jpg

Miquel Angel Soria

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Sep 7, 2018, 1:30:19 AM9/7/18
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Com ha d'haver moments per poder riure, us recomano, si us ho heu
perdut, recuperar els tres últims dies de El Intermedio i la seva
oferta de guardar la mòmia de Franco mentre li troben nou destí.
Ahir, davant l'amenaça de la presentació d'una querella per part de la
Fundación Francisco Franco, van seguir fent el que no fan els
legisladors, justícia històrica.


El fracaso de Macri y Temer
Por Emir Sader

Gobiernos gemelos, los de Argentina y de Brasil, siguieron los mismos
guiones. Superar a gobiernos populistas, que habían hecho gastar a sus
países más de lo que podían –“Vivir por encima de sus posibilidades”,
como les gusta repetir–, restablecer el equilibrio en las cuentas
públicas, controlar la inflación. Y listo, las economías retomarían
sus cauces normales, orientadas por los equilibrios mágicos del
mercado.

Para crear las condiciones para que la gente aceptara los
inconvenientes que las medidas de ajuste traerían, estaba el arsenal
de acusaciones en contra de los gobiernos populistas, tanto en los
gastos excesivos en políticas sociales, como en los casos de
corrupción, lo cual daría tiempo a la transición entre las herencias
recibidas y el porvenir glorioso de las economías liberadas de las
trabas estatales.

Bastaría retomar los ajustes fiscales como eje de las políticas
económicas, para que las inversiones de adentro y de afuera de los
países llegaran ansiosas por obtener pingües ganancias en los procesos
de privatización y la expansión económica. Asimismo, los éxitos
permitirían sepultar definitivamente los liderazgos populistas
nefastos, responsables de todos los males de los países.

Pero, de repente, factores extracampo e incluso desde adentro del
campo hacen que el gobierno de Mauricio Macri tenga que hacer una
intervención televisiva patética, depresiva, desesperanzada, para
anunciar que lo peor estaba todavía por delante para los argentinos,
que la situación de los pobres empeoraría todavía más.

Su gobierno gemelo, que ni siquiera ganó elecciones para llegar a la
presidencia de Brasil, llega a su final reducido a su mínima
expresión. Ningún resultado económico positivo, su ministro de
Economía, candidato a la presidencia de Brasil, tiene un 1 por ciento
de apoyo.

Naufragan juntos las dos esperanzas del gobierno de los Estados
Unidos, abrazados al modelo neoliberal. Llevando a la debacle a los
dos países, que se habían recuperado de los efectos de la primera
experiencia neoliberal y volvieron a sufrir sus consecuencias
desastrosas. Las esperanzas blancas del imperio caen estrepitosamente.
Pasarán a la historia como breves intentos desesperados por recuperar
un modelo fracasado.

Intentaron borrar de la historia de los dos países todo lo que habían
vivido en los años anteriores de este siglo y de la memoria de las
personas lo que había mejorado sus vidas. Se han valido de todo:
acusaciones, apelaciones al olvido, recuentos falsos, pero la realidad
no se deja llevar por esas trampas.

Macri y Temer están derrotados. Sus políticas han fracasado. Sus
gobiernos están en pedazos. Las personas de los dos países están
indignadas y rebeladas en su contra. Fueron breves intervalos
borrables de nuestras historias. Personajes grotescos, ridículos,
mediáticos, cuyo discurso se ha agotado rápidamente.

Uno elegido por un operador de marketing, que mal sabe explicar por
qué su hechizo se ha agotado tan rápidamente. El otro, triste figura
de un golpe, nunca ha dejado de ser un mediocre personaje que será
fragorosamente derrotado en las elecciones de octubre en Brasil.

Han fracasado, como fracasan todos los gobiernos neoliberales, porque
ese modelo no tienen capacidad de generar amplios apoyos sociales,
menos todavía los de carácter popular. Porque promueven los intereses
del capital especulativo, que no genera expansión económica sino, al
contrario, vive del endeudamiento de gobiernos, de empresas y de
personas, reproduciendo los mecanismos de recesión económica.

Es una circunstancia histórica única para la izquierda recomponer la
capacidad hegemónica de un programa antineoliberal. Todas las
diferencias deben estar subordinadas a la recomposición del bloque
popular, democrático y nacional. En Brasil, ese proceso ha avanzado
mucho. En Argentina puede perfectamente avanzar. Llegaríamos al final
de 2019 con gobiernos hermanos de nuevo, aliados, ejes de los procesos
de integración regional, de rearticulación de los organismos
regionales.

Habremos pasado por inmensos sufrimientos, pero estaremos a la altura
de aprender de los errores del pasado reciente y de volver a
protagonizar la historia latinoamericana como países aliados y
solidarios, camino que Néstor y Lula encauzaron.
Empleo a la española.jpg
Cambio de hora.jpg
Divorcio a la vista.jpg
Daniel Murphy.jpeg

Miquel Angel Soria

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Sep 10, 2018, 1:30:25 AM9/10/18
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No ho podem oblidar. Tal dia com demà, l'any 1973, ens colpejava la
notícia del cop d'estat a Xile. Més tard coneixíem la mort violenta de
Salvador Allende, que junt amb les forces d'esquerra havia intentat
portar el país a un món més just i solidari.

Un acudit (de El Jueves):
¿Cómo se dice falangista en euskera?
ALBERRI BERA

Bona diada!


ANTONIO ALVAREZ SOLÍS
EL FLAUTISTA DE HAMELIN

En cinco días de viaje ha volado 34 horas para visitar solemnemente
cuatro países latinoamericanos. No sé lo que habrá costado a España,
tan necesitada de medios para paliar tantas pobrezas domésticas y
cumplir con tantos apremios sociales, esta descomunal excursión que no
ha tenido otro propósito, según él, el presidente, que la de reforzar
la imagen española en aquellos pagos. Es decir, un desfile de
pasarela.

Primera conclusión: por costear verdaderas, auténticas y urgentes
actividades políticas media docena de líderes catalanes están en la
cárcel bajo la delicuescente acusación de malversación de fondos
públicos. O sea...

Para ventilar el aire político de aquellos países trasatlánticos el
Sr. Sánchez ha dicho esto tan claro: «En Venezuela no se puede decir
que hay una democracia cuando hay presos políticos y no se respetan
los derechos humanos». Aclaremos: se refiere el presidente español a
individuos, relevantes en muchos casos, que fueron juzgados y
condenados por los tribunales venezolanos, entre otras cosas por
promover actividades armadas y ocupación irregular de instituciones
políticas –cosa que ya habían protagonizado en los años del presidente
anterior– con resultados de muertes múltiples y profundos daños
materiales en los bienes fundamentales de la nación venezolana.

Segunda observación. ¿Hacemos un recuento de lo que afirmo a la vista
de los catalanes procesados y encarcelados preventivamente
–¡preventivamente!– nada menos que por rebelión y sedición,
acusaciones rechazadas de raíz de por varios tribunales europeos? O
sea…

Otra frase volandera al calor de este viaje del joven promotor de las
nuevas generaciones españolas bien vestidas por fuera y mal
acondicionadas por dentro: «Torra trata de homogeneizar a una sociedad
catalana que es plural». Real Academia de la Lengua Española:
«Homogeneizar: transformar en homogéneo, por medios físicos o
químicos, un compuesto o mezcla de elementos diversos». Pregunto: ¿qué
elementos físicos o químicos emplea el Sr. Torra para lograr el
catalán único en su sofisticado laboratorio? Yo solo conozco un
elemento físico capaz de lograr esa homogeneización: la batidora de la
Guardia Civil. Y un elemento químico, las leyes urgentes, tendenciosas
y posiblemente prevaricadoras que han inundado la sociedad española. O
sea...

Ahora una frase al margen del viaje, pero que resume la visión de la
Moncloa sobre la resolución del problema catalán. La pronunció Isabel
Clará, portavoz del Gabinete de Madrid: «Este Gobierno cree que tiene
que haber la suficiente inteligencia en el otro lado como para
aprovechar la oportunidad del pasillo abierto en política. Por eso el
presidente Sánchez le dice (al señor Torra): «Usted sabe a dónde
llevaría el desacato. Trabajamos para desbloquear el conflicto y
avanzar». Pregunta aclaratoria: ¿Pueden los catalanes negociar
verdaderamente cuando Madrid llama desacato, con su trascendencia
carcelaria, a su tarea soberanista? Pues eso.

Cuarta reflexión de este escribidor que ha echado mano de su viejo
tratado de lógica estudiada en cuarto de bachillerato a fin de
quitarse de los dedos el chicle penitenciario de Clará, que salta de
un dedo a otro cuando uno quiere librarse de él: si uno sabe ya a
donde lleva la repetición de la solicitud catalana, entiende que la
verdadera inteligencia política aplicable a la cuestión consiste en
que los catalanes salgan como rayos hacia la frontera.

Madrid entiende que no todos los catalanes piensan lo mismo sobre su
independencia, razón que acepta el president Torra y que por ello
brinda a la Moncloa la solución luminosamente sencilla de un
referéndum, que constituiría la «oportunidad que hay que dar a la
política» según el elegante viajero que ha salido del aeropuerto
«Adolfo Suárez» en una larga gira de otoño para explicar lo que es ese
gran invento de «una nación de naciones», como dicen algunos
brillantes expertos de la actual Universidad tan escasa de talento,
sexadores que han logrado dar con una gallina que es capaz de producir
huevos con cuatro yemas.

El señor Rajoy, con su infinita vanidad española, ha dado paso a un
flautista de Hamelin que lleva tras sí a todos los ratones del país
convertidos en «los hombres del mañana», como se decía en tiempos del
que traicionó tres veces la bandera a la que había jurado fidelidad,
previa la eliminación de sus compañeros que sirvieron a la
Constitución republicana destinada a convertir a los españoles de
granja en dignos habitantes de un país con derecho a la cultura, a la
dignidad de una verdadera coexistencia y a la libertad de ser ellos
mismos.

Lo que más dificulta la solución de este embrollo español no reside en
la atadura constitucional, ya que al fin y al cabo la Constitución es
una ley perfectamente sustituible por otra ley del mismo rango.
Bastaría aprobar un texto distinto mediante la oportuna consulta a la
ciudadanía. Lo que realmente hay que aclarar es como podrían subsistir
la mayoría de los territorios que forman el grueso de la españolidad
sin el 35% de la riqueza global que aportan Catalunya y Euskadi al
Estado de Madrid. Ahí está el quid de la cuestión. Sólo un puñado de
provincias españolas podrían subsistir por su cuenta. Eso es lo que
hay negociar, pero no desde esa miserable forma del federalismo
socialista, que consiste en un mercado de cargos municipales o
autonómicos.

¿Es posible esa negociación que señalo para salir del problema
catalán? Es posible. Le derecha vasca ya roza de alguna manera esa
orientación con su «cupo», con el que compra al Estado español
determinadas cosas –entre ellas la libertad protegida para su banca.
Pero esto constituiría otro relato distinto al presente–.

Una Catalunya independiente podría constituir un apoyo muy beneficioso
para España, sobre todo teniendo en cuenta el papel que a mi parecer
está reservado a Catalunya cuando empiece a resolverse el problema que
tiene en stand by la ribera del Mediterráneo. El norte y el centro de
Europa tienen perdida la partida de la globalización, que hoy es un
negocio averiado a repartir entre Rusia y Estados Unidos. Inglaterra
ha visto claramente esta deriva histórica y ha procedido a reinventar
algo parecido a una Commonwealth bajo la sombrilla de evitar la
explotación de una serie de pueblos por los dos bloques dominantes.

Europa, la Europa clásica, la del centro y la del norte, va a
distanciarse crecientemente del Mediterráneo, que siempre ha sido el
mar de Catalunya ¿Ve Madrid el beneficio que le supondría una íntima
relación con una Catalunya soberana, libre de movimientos? Y ante esa
posibilidad ¿vale la pena regresar al «medievalismo» del 155 y a una
política carcelaria condenada por Cervantes a comienzos del siglo
XVII?

Piense en ello el Hamelin socialista que anda por ahí tocando una
flauta de pobre.
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Europa.jpg
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gasolina.jpg

Miquel Angel Soria

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Sep 12, 2018, 1:32:27 AM9/12/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
A l'últim programa del Jordi Évole vaig recuperar el record de La Ronda de Boltaña. Quins temps!
Us deixo una mostra d'ella.

https://www.youtube.com/watch?v=NWEZGgSGdiU

Recuperar el orden constitucional
Javier Pérez Royo

Tuve la suerte de tener durante cuatro años consecutivos a D. Alfonso de Cossío como profesor de Derecho Civil. D. Alfonso fue decano de la Facultad de Derecho y Decano del Colegio de Abogados de Sevilla. Fue un eminente profesor y un eminente abogado. Como en la década de los sesenta el catedrático era prácticamente el único docente que impartía la asignatura y el número de alumnos era todavía relativamente reducido, el contacto con D. Alfonso fue muy intenso.

La clase que impartió sobre el concepto de seguridad jurídica es de las que te marca en tu proceso de aprendizaje del oficio de jurista. La empezó con una provocación. En un pleito nunca se sabe lo que puede pasar porque no se puede descartar el elemento irracional que es el juez. Lanzada la provocación, que provocaba la risa en los alumnos acompañada por la risa hacia dentro que lo caracterizaba, iniciaba la explicación.

El sistema de administración de justicia, nos decía D. Alfonso, descansa en una doble desconfianza. Una desconfianza, en primer lugar, en la condición humana, ya que si los seres humanos fuéramos ángeles, el derecho no sería necesario. Y una desconfianza específica, en segundo lugar, en la condición humana de quienes participan activamente en el proceso de administrar justicia: abogados, fiscales y, sobre todo, jueces, que son los titulares del poder judicial.

La irracionalidad es radicalmente insuprimible. La condición humana es la que es y no se puede descartar por completo en la conducta del ser humano en cualquier terreno en que pueda proyectarse. No puede descartarse, por tanto, en el proceso de administración de justicia. Justamente por eso dicho proceso tiene que estar definido de tal manera que no elimine la irracionalidad, porque es imposible, pero sí que reduzca al máximo la posibilidad de que tal irracionalidad haga acto de presencia y, sobre todo, acto de presencia de manera definitiva e irreversible.

Este es uno de los componentes esenciales del Estado de Derecho. El proceso de administración de justicia tiene que reducir al máximo la subjetividad del juez en el ejercicio de la función jurisdiccional. Tienen que ser reglas objetivas, independientes del órgano que tiene que administrar justicia, las que dominen el desarrollo del proceso. Estas reglas objetivas son las que figuran en el artículo 117 de la Constitución, el primero del Título VI, “Del Poder Judicial”.

El desconocimiento de estas reglas conduce inevitablemente al disparate, a la emergencia de la irracionalidad en el proceso de administrar justicia. El proceso activado contra el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y varios de los que fueron consejeros designados por él, así como también contra la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, y varios de los miembros de la Mesa de dicho Parlament, es una buena muestra de ello.

La aplicación de las medidas aprobadas por el Senado en desarrollo del artículo 155 de la Constitución por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, combinada con la actuación inmediatamente después del Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, alteraron los principios constitucionales relativos al poder judicial previstos en el artículo 117 de la Constitución.

La suspensión del Govern, con la consiguiente pérdida del fuero jurisdiccional de sus miembros, fue aprovechada por el Fiscal General para activar querellas por rebelión contra el president y varios de los consellers ante la Audiencia Nacional. Tras la disolución del Parlament, aunque la presidenta del mismo no había perdido el fuero jurisdiccional, porque era miembro de la Diputación Permanente, el Fiscal General activó querella contra ella y varios miembros de la Mesa ante el Tribunal Supremo.

Esta es la primera quiebra. La Audiencia Nacional no es competente para entender del delito de rebelión. Y no lo es de acuerdo con su propia jurisprudencia. El Pleno de la Audiencia Nacional había decidido que en ningún caso se puede considerar que dicho órgano puede entender del delito de rebelión. En el caso de que el Fiscal General considerara que la conducta de Carles Puigdemont y sus Consellers era constitutiva del delito de rebelión, tendría que haber activado la querella ante la Audiencia Provincial de Barcelona. En el caso de Carme Forcadell y demás miembros de la Mesa, que sí mantenían el fuero jurisdiccional, la querella tendría que haberse dirigido al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya.

La Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo no deberían haber aceptado nunca la querella y debían haberle indicado al Fiscal General que la dirigiera a los órganos competentes. Debían haberle indicado que ellos no eran “el juez ordinario predeterminado por la ley”, que exige la Constitución.

Quiere decirse, por tanto, que todas las decisiones que han adoptado tanto la Audiencia Nacional como el Tribunal Supremo lo han sido de manera anticonstitucional, independientemente, además, de que no se dieran las circunstancias que permiten la adopción de la medida de prisión provisional contra algunos de los querellados.

De esta vulneración del derecho al juez ordinario predeterminado por la ley, que ha acabado conduciendo a la concentración de todas las querellas en el Tribunal Supremo, se deriva la privación del derecho a la segunda instancia de los querellados. El Tribunal Supremo pasa a ser el Tribunal “de primera y única instancia”, con lo que se vulnera otro de los derechos fundamentales característicos del proceso penal.  

En esta doble vulneración inicial de la Constitución está el origen de todos los disparates. Ya no lo podremos saber nunca, pero el interrogante no puede dejar de plantearse: ¿Hubiera aceptado la Audiencia Provincial de Barcelona calificar la conducta de Carles Puigdemont y de sus Consellers como constitutiva del delito de rebelión? ¿Lo hubiera aceptado el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya respecto de la conducta de Carme Forcadell y demás miembros de la Mesa del Parlament? ¿Habrían adoptado las medidas cautelares que han adoptado la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo?

El convencimiento de que todos estos interrogantes hubieran tenido un no por respuesta, fue el que condujo al Fiscal General a coger el atajo de la Audiencia Nacional  y del Tribunal Supremo, en el que se han acabado concentrando todas las querellas.

La opción era una opción anticonstitucional, pero como, una vez aceptada la tramitación de las querellas por el Tribunal Supremo, todos los recursos que se pudieran interponer contra dicha aceptación tenían que interponerse ante el propio Tribunal Supremo, se tenía la seguridad de que ninguno prosperaría y que, en consecuencia, el procesamiento por el delito de rebelión estaba garantizado.

Si Carles Puigdemont no se hubiera sustraído a la acción de la justicia y hubiera fijado su residencia en Bélgica, así habría sido. Pero al no haber sido así, el Tribunal Supremo se ha visto forzado a tener que convencer a la justicia belga y también a la alemana, como es sabido, de que la conducta de Carles Puigdemont ha sido constitutiva del delito de rebelión y que debería concederse la extradición, a fin de que pudiera ser juzgado por tal delito.

Y en este intento ha fracasado estrepitosamente. La intuición del Fiscal General de que los órganos judiciales radicados en Catalunya, que eran los “jueces ordinarios predeterminados por la ley”, no iban a considerar la conducta de Carles Puigdemont constitutiva del delito de rebelión, que le llevó a coger el atajo del Tribunal Supremo, se ha confirmado con la actuación de la justicia belga y alemana. Nadie, excepto el Fiscal General, la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo han visto el delito de rebelión. Si se hubiera seguido el orden constitucional, el delito de rebelión no habría llegado nunca al Tribunal Supremo, porque no habría superado el filtro de la primera instancia en los órganos judiciales radicados en Catalunya, Audiencia Provincial de Barcelona y Tribunal Superior de Justicia de Catalunya.

Por eso ahora nos encontramos donde nos encontramos. Con unas querellas que se han tramitado anticonstitucionalmente con vulneración de derechos fundamentales. Con un juicio que no se puede abrir porque no se puede proceder contra el president y, al no poder hacerlo, tampoco se puede proceder contra los consellers. Y con una parálisis del proceso político a través del cual tendría que encontrarse una salida al laberinto en que nos hemos metido.

Todavía es posible recuperar el orden constitucional. Depende de la Fiscalía General del Estado. Bastaría con que se ordenara la retirada de la acusación por el delito de rebelión. Ello conllevaría inmediatamente la puesta en libertad de los querellados que están en prisión y la devolución de la causa por el Tribunal Supremo al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya. En estas condiciones se podría solicitar con plenas garantías la extradición de Carles Puigdemont. Una vez exigidas las responsabilidades penales por el TSJC, el Tribunal Supremo intervendría en el supuesto de que se interpusiera algún recurso contra su sentencia.

Este es el orden natural, el orden constitucional del que nunca deberíamos habernos desviado y al que todavía se puede volver.

Soy consciente de que las dificultades para la Fiscal General del Estado son máximas. Pero la ocasión exige que la titular del cargo esté a la altura de lo que la historia exige de ella. Solamente ella puede recuperar el orden constitucional y posibilitar que, sin dejar de hacer justicia, el proceso de integración de Catalunya en el Estado vuelva al terreno de la POLÍTICA.

 
La dimisión.jpg
Las eléctricas.jpg
Máster.jpg
Un otoño caliente.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Sep 13, 2018, 1:31:06 AM9/13/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Michael Moore, en un ja llunyà 2003 va escriure Què han fet amb el meu
país, tio? Potser les situacions no són comparables, però no puc
evitar el plantejar-me la qüestió. L'esfondrament de les Torres
bessones van fer de 155? Aquí no tenim petroli, però...quins serien
els Bin Laden als que George W. Bush amagaria per salvar-los de la ira
popular?
Massa preguntes i poques respostes. Potser Javier Pérez Royo comenci a
respondre.

La responsabilidad de las derechas española y catalana
Javier Pérez Royo

La STC 31/2010 sobre la reforma del Estatuto de Autonomía de Catalunya
se hizo pública a finales de junio, unos meses antes de que se
iniciara un ciclo electoral que se abriría con las elecciones
parlamentarias catalanas en noviembre de ese mismo año, continuaría
con las elecciones autonómicas y municipales en mayo de 2011 y
concluiría con las elecciones generales de noviembre de ese mismo año.
Una situación muy parecida a la que nos encontramos en este 2018,
sustituyendo Catalunya por Andalucía.

En esas tres convocatorias electorales, noviembre de 2010, mayo y
noviembre de 2011, se produciría un retroceso considerable de las
izquierdas española y catalana y un avance igual de considerable de
las derechas española y catalana. La superposición de la crisis de la
Constitución territorial, que activó la STC 31/2010, a la crisis del
Estado social de derecho consecuencia de la crisis económica de 2008,
tendría un impacto notable en el mapa electoral. El ciclo de
recuperación de las izquierdas que se inició con las elecciones
catalanas de 2003, que acabaron con los 23 años de gobierno de CiU, y
que continuó con el triunfo contra pronóstico del PSOE en las
elecciones generales de 2004, quedó interrumpido de forma brusca. La
combinación de ambas crisis, la social y la territorial, desarboló a
las izquierdas y empoderó a las derechas.

Los resultados electorales son concluyentes. Las derechas en
Catalunya, CiU, PP y C's pasaron de 65 escaños (48, 14 y 3) en las
elecciones de 2006 a 83 (62, 18 y 3) en las de 2010. Las izquierdas,
PSC-PSOE, ERC e IC, a la inversa, pasaron de 70 (37, 21 y 12) en 2006
a 48 (28, 10 y 10) en 20010. El vuelco no pudo ser más espectacular.

En las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2011 el
hundimiento del PSOE y el triunfo del PP fue de dimensiones colosales.
Habría que remontarse a las elecciones generales de 1982 y a las
municipales y autonómicas de 1983 para encontrar un desequilibrio
similar entre las derechas y las izquierdas. Como en el artículo
reflexiono exclusivamente sobre Catalunya y su integración en el
Estado, me voy a limitar a hacer referencia a los resultados
municipales en Catalunya, que son muy expresivos.

En las elecciones municipales de mayo de 2011 se produjo por primera
vez desde 1979 el triunfo de CiU. El PSC-PSOE había ganado hasta
entonces todas las elecciones municipales sin excepción, habiendo sido
suyos todos los alcaldes de Barcelona y demás capitales de provincias
así como todos los presidentes de las Diputaciones provinciales. En
2011 CiU ocuparía por primera vez la alcaldía de Barcelona.

En las elecciones generales de noviembre de 2011 se confirmaría ese
avance de las derechas y retroceso de las izquierdas en España y en
Catalunya. En España con la abultada mayoría absoluta de Mariano Rajoy
y en Catalunya con el sorpasso, también por primera vez desde 1977,
del PSC-PSOE por CiU. El PSC-PSOE pasó de 25 escaños en 2008 a 14 en
2011, mientras que CiU pasó de 10 a 16.

Las derechas española y catalana recibieron en la resaca de la STC
31/2010 un espaldarazo notable. A lo largo de los treinta años largos
desde la entrada en vigor de la Constitución y el Estatuto de
Autonomía de Catalunya nunca se había producido una concentración de
poder en las derechas españolas y catalana de tanta intensidad y una
superioridad tan clara de la derecha frente a la izquierda. La apuesta
de la sociedad española y catalana por la derecha para hacer frente a
la doble crisis, la social y la territorial, parecía obvia.

En 2010 y 2011 no hubo, además, presión del nacionalismo en la calle.
Se produjo la enorme manifestación de rechazo de la STC 31/2010 el 10
de julio. Pero las “Diadas” de 2010 y 2011 no fueron multitudinarias.
En la de 2010 la cifra de asistentes osciló entre los 9.000 de El País
y los 15.000 de la Guardia Urbana. Y en la de 2011 prácticamente
igual. Hasta 2012 no se produciría la primera Diada en que los
asistentes se contarían por centenares de miles.

Las derechas española y catalana contaron, por un lado, con el “aviso”
de la manifestación del 10 de julio y no podían no saber, por tanto,
que la integración de Catalunya en el Estado pasaba por un momento de
crisis aguda. Obtuvieron, por otro, un apoyo enorme tanto por los
ciudadanos de todo el Estado como concretamente por los de Catalunya,
para dar una respuesta al problema. Y dispusieron de un tiempo
razonable sin presión en la calle para entablar una negociación y
encontrar una salida.

Ni la derecha española ni la derecha catalana avanzaron lo más mínimo
en la dirección de buscar un acuerdo. Fantasearon ambas. La derecha
catalana con la fantasía de la independencia, de que la inacción del
Gobierno de la nación le permitiría acumular fuerzas para acabar
imponiendo la celebración de un referéndum sobre lo que
eufemísticamente se denominaba “derecho a decidir”. La derecha
española con la fantasía del soufflé, que acabaría desinflándose por
sí solo.

Ambas fantasías nos han conducido hasta aquí. El problema ha ido a más
y las condiciones para hacerle frente hoy son mucho peores desde todos
los puntos de vista. El divorcio entre España y Catalunya, limitándome
a su reflejo en los resultados electorales en todas las elecciones
celebradas a partir de las autonómicas catalanas de noviembre de 2010,
salta a la vista. La proximidad entre el sistema político español y el
subsistema político catalán entre 1977 y 2010 ha desaparecido. La
distancia es enorme. No hay además mayorías claras en ninguno de ellos
para poder entablar algún tipo de negociación ni en el interior de
cada uno de ellos ni entre ambos. Y hay, además, una intervención del
Tribunal Supremo que hace imposible que tal negociación, en el
supuesto de que políticamente pudiera entablarse, llegara a ningún
lado.

Cuando un problema es real, y el de la integración de Catalunya en el
Estado lo es, dejar pasar el tiempo sin hacer nada no conduce, como
pensaba Mariano Rajoy, a encontrar una solución, sino a todo lo
contrario. El problema se pudre y la dificultad para resolverlo se
multiplica. Después de la Diada de 2018 no creo que pueda existir la
más mínima duda. Los hechos son testarudos. Ahí están las siete Diadas
desde 2012.

La responsabilidad de las derechas española y catalana es enorme. Pero
esas derechas siguen siendo las que son y con ellas habrá que
encontrar una salida del laberinto.
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Reciclaje.jpg
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Miquel Angel Soria

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Sep 14, 2018, 1:30:36 AM9/14/18
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Quina sort tenen aquells que quan acaben els estudis no els han de
justificar amb qualsevol tipus de treball.


Septiembre en Manhattan
Alejandro Nadal

En Manhattan el mes de septiembre puede tener un significado que rima
con la crueldad. Este próximo día 15 se cumplirán 10 años del colapso
del banco de inversión Lehman Brothers. Esa quiebra ha sido la mayor
en la historia del capitalismo (los activos de la empresa sumaban más
de 640 mil millones de dólares) y marcó la erupción de la gran crisis
financiera de 2008. Hoy el señor Richard Fuld, el entonces responsable
de Lehman Brothers, sigue echando la culpa del desastre a los
funcionarios del gobierno y a los reguladores de la comisión de
valores. Fuld es hoy director de otra casa de bolsa llamada Matrix
Private Capital y se embolsa millones cada año. Mientras tanto, este
décimo aniversario transcurre con la prensa de negocios y muchos
académicos al servicio del poder financiero coreando elogios a la
recuperación.

Es cierto que en junio del año entrante la economía estadunidense
cumplirá 10 años de crecimiento ininterrumpido. Muchos dirán
admirativamente que es el periodo de recuperación más largo en ese
país y Trump será uno de los primeros en reclamar el mérito de
semejante proeza económica. Pero la tasa de crecimiento en estos años
(2.2 por ciento) ha sido mediocre y esta será la primera vez desde la
Segunda Guerra en que el ciclo ascendente no ha podido alcanzar ni un
sólo año una tasa de crecimiento de 3 por ciento. Todo parece
confirmar la tendencia secular hacia tasas de crecimiento cada vez
menores.

Las cifras sobre desempleo son presentadas como prueba irrefutable de
una recuperación robusta. Después de todo se han alcanzado tasas que
son compatibles con una situación de pleno empleo. Pero esa conclusión
es engañosa. Si el desempleo se pudo abatir de ese modo es porque una
buena parte de la población en edad de trabajar desesperó y abandonó
la búsqueda de un buen puesto de trabajo: esa gente no cuenta como
desempleada. Además, todavía existe una fuerte proporción de empleos
de tiempo parcial y otros que bien merecen la calificación de empleos
chatarra por su mala calidad. Lo más grave es que los salarios apenas
han comenzado a recibir algunos débiles aumentos y va a pasar mucho
tiempo antes de que se pueda hablar de una verdadera recuperación en
su poder adquisitivo.

Todo eso pasa a segundo grado cuando la Reserva Federal (Fed) y el
Departamento del Tesoro exclaman triunfalmente el buen éxito de sus
políticas no convencionales para rescatar la economía estadunidense.
Destaca la inyección de 4 billones (castellanos) de dólares al sistema
financiero para comprar activos chatarra y reflotar a los bancos y
todo tipo de organizaciones financieras. Preferible salvar a los
banqueros y sus secuaces que a los dueños de créditos hipotecarios,
muchos de ellos víctimas de prácticas crediticias predatorias. La
realidad es que los recursos entregados de esta forma al sistema
financiero, bancario y no bancario, nunca se tradujeron en créditos
para la economía real y mucho menos en inversiones productivas.
Pasarán muchos años antes de las actuales políticas de normalización
permitan reabsorber esos activos y restaurar a la Fed su postura
normal.

Las burbujas creadas por la Reserva Federal a lo largo de los
anteriores 20 años han servido para apuntalar la demanda agregada. En
un contexto marcado por el estancamiento de los salarios (iniciado en
1973) la inflación artificial en el precio de activos como casas o
acciones y otros títulos financieros permitió a una parte importante
de la población mantener su nivel de consumo. Desde 1990 a la fecha
podemos contar tres grandes burbujas: la burbuja de las empresas de
tecnología a finales de la década de los 90 (dot.com), la burbuja de
la gran crisis financiera entre 2003 y 2008, y ahora la gran burbuja
llamada la burbuja de todas las cosas. Esta denominación puede parecer
extraña. En realidad se refiere a que la astronómica inyección de
liquidez al sistema financiero mediante la flexibilización
cuantitativa terminó por inflar artificialmente el precio de todo tipo
de activos en un mercado de valores sobrecalentado: desde acciones del
complejo FANG (Facebook, Amazon, Netflix y Google) hasta metales y
criptodivisas. Pero al igual que en episodios anteriores, esta burbuja
también reventará, sólo que el impacto será peor que el de las crisis
que ya vivimos.

Dice T. S. Eliot, en su poema La tierra baldía, que abril es el mes
más cruel. Puede ser. Eso depende de varios factores. Por ejemplo, en
Europa, abril es sinónimo de la explosión de energía y belleza que
acompaña a la primavera. Pero irónicamente abril también puede ser el
más cruel porque la guerra suele renovarse en esos días, como en 1915:
ya terminadas las nevadas y desaparecido el fango, la infantería y la
caballería motorizada reanudan la ofensiva en medio de la primavera.
En Manhattan, en cambio, el mes de septiembre estará asociado por
siempre con la guerra económica y con millones de víctimas que
perdieron empleos, un patrimonio y hasta la vida.
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Miquel Angel Soria

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Sep 17, 2018, 1:30:19 AM9/17/18
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Ahed Tamimi va poder sortir de Palestina i ser present a la Fête de
l'Humanité. Un petit triomf contra els sionistes.
Antonio Álvarez Méndez, més conegut com Álvarez-Solís segueix
mantenint la seva joventut mental i ideològica. Ens dóna algun ensurt
de tant en tant, però segueix ferm.

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
MUERTOS SELECTOS

No hace mucho tiempo aún, creo que fue el 8 del pasado agosto, un
misil de Arabia Saudita –la potencia musulmana que enriquece a lo más
selecto del religioso capitalismo occidental– destruyó un autobús en
Yemen. Sobre la pobre carretera de un pobre país quedaron cincuenta
cuerpos deshechos, la mitad niños. La noticia ocupó cuatro líneas de
la prensa democrática occidental ¿Eran los muertos musulmanes buenos o
musulmanes malos? No lo sé. Lo que sé es que ahora España ha enviado a
Riad –la Corte de los grandes amigos de la Corte española– 400 misiles
de guiado láser y suma precisión que permanecían almacenados en los
polvorines del Ejército español que los había adquirido a
Norteamérica. En principio la ministra de Defensa del Gobierno de
Madrid había denegado este envío en nombre del humanismo socialista,
pero al final aceptó esta venta, seguramente convencida por la
reflexión del engolado y ensoberbecido ministro de Asuntos Exteriores
de la Moncloa, Sr. Josep Borrell, procedente del desleal socialismo
catalán, que advirtió muy ufano que este armamento es de precisión y,
por tanto, no provoca efectos colaterales, que siempre producen una
mala impresión. «Con este tipo de armas no puede haber esos bombardeos
producidos con armas menos sofisticadas un poco lanzadas al azar y que
provocan esa clase de tragedias que todos hemos condenado», ha
afirmado tan pancho este tapicero de muebles políticos comprados en
una multinacional que lo garantiza todo durante tres meses, que es el
margen de seguridad con que trabajan los ministros del actual
gobierno. O sea, que Arabia Saudí entrará, gracias a España, en la era
de los muertos selectos. De esos muertos que da gloria verlos, aparte
del prestigio correspondiente. Ahora me explicó por qué el Partido
Socialista de Catalunya se desprendió de este muchacho y se lo encajó
en su momento a Felipe González.

Yo no he conocido gobierno más elástico que el del Sr. Sánchez, que
ahora sigue conservando a la ministra de Defensa tras haberla dejado
con el trasero al aire. Claro que, si bien se mira, el gobierno actual
no anda sobrado de repuestos ministeriales tras los descubrimientos de
que muchos cargos de este calibre habían falsificado las notas de sus
estudios. Grave cuestión que impide a los sumos dirigentes dedicarse a
la mejora de la sanidad, el refuerzo de las pensiones o la seguridad
del empleo. En mi tiempo, de estas falsificaciones se ocupaban los
padres, mas ahora han quedado en manos del parlamento y de una serie
de periodistas que se saltan todas las vedas para llevarse algo a la
boca.

Este sofisticado asunto de los misiles que matan tras haber comprobado
el carnet de identidad de los bombardeados quizá desvíe la atención
sobre una Universidad que por no comprobar nada de la ciencia que
imparte no comprueba siquiera si los alumnos están en clase en el
momento de la clase. Políticos absolutamente incapaces de lograr un
solo avance social para los pueblos que gobiernan en nombre de parados
que quieren trabajar; socialistas asentados en las nóminas oficiales
de la gestión política, que es el único sector donde no hay paro. Por
ejemplo, a mí me llamó poderosamente la atención que el vicepresidente
de la Junta de Andalucía, socialista de toda la vida, celebrase con
saltos de demonio en carnaval esta «noticia esperanzadora» de la venta
de misiles que matan con tanta precisión, ya que ello evitará el
despido de los trabajadores de Navantia, que estaban mano sobre mano
en los astilleros por falta de «carga de trabajo» como dicen los de
Cádiz. Al festival con que se ha regalado el Sr. Jiménez Barrios,
vicepresidente de la Junta de Andalucía y consejero de la Presidencia,
amén de responsable de Administración Local y Memoria Democrática, lo
que ha de darle mucha «carga de trabajo», se ha unido nada menos que
la presidenta de Andalucía, Sra.Díaz, que llamó reiteradamente a
«garantizar y mantener», un contrato del que dependen seis mil empleos
en Cádiz y Galicia. Quizá la Sra. Díaz tenga una información de
«clase» sobre esos misiles que al parecer solamente van a acabar con
banqueros y capitalistas del Yemen y otros enemigos de Riad, lo que
hace recordar en cierta manera la Revolución de Octubre vista desde un
ángulo muy saudí.

Yo me pregunto, una vez más, por qué Andalucía no ha logrado salir de
la pobreza desde que dejó de ser al-Ándalus, la gran potencia del
Mediterráneo, y se convirtió en una de las reservas más irrisorias del
empobrecido populismo occidental, repleta de procesiones con arma
presentada y agitación de faralaes. Conste que he tratado con
trabajadores andaluces muy emprendedores y progresistas, pero esto me
ha sucedido casi siempre en Catalunya, donde ha llegado a obtenerse un
andalucismo «gran reserva», que no tiene nada que ver con el
españolismo andaluz de la Sra. Arrimadas, por ejemplo, forjado en un
hogar paterno donde privaba un espíritu policial que pertenece
incrustado en el reloj parado de España, al que ahora quieren dar
nuevamente cuerda unos socialistas que estrenan ADN militar.

Lo que justifica con más vigor el separatismo catalán es la existencia
de este obrerismo español que ha renunciado hace años a su entraña de
clase y está dispuesto a servir al horror del capitalismo armado a
cambio de un salario que sus dirigentes van administrando en una
economía sin horizonte alguno. Porque los astilleros de Cádiz volverán
a quedarse «sin carga» de trabajo tras poner la quilla a la última
corbeta con que el Madrid bancario y ministerial o ministerial y
bancario, ha comprado cuatro días más de agonía a un pueblo que paga
con papeletas electorales la limosna del gran «moro». Y en esta
ocasión hablamos de bombas perfectamente guiadas para que las víctimas
vuelvan a ser los ciudadanos apretujados en el autobús que transporte
a los parados y a sus niños. Porque en definitiva el enemigo no serán
los selectos que quiere eliminar ahora, según dice, el califica que
vela su brillante destino celestial desde la Meca. Un cohete guiado
nunca apunta a un banco ni al regimiento de la guardia. Esto me lo ha
asegurado un empresario catalán que está pensando ya en la inevitable
República que Catalunya viene elaborando más o menos conscientemente
desde los tiempos de la guerra de los remensas del siglo XV. Pongamos
por caso. Cuando llegue ese momento –¿ocho o diez años?– muchos
andaluces emprenderán una nueva vida catalana en el Mediterráneo. Como
antes, como siempre. Yo estaré cantando el “Rosa d’abril/ Morena de la
Serra” en los Bruchs si queda algún sitio libre para comer después el
pollo con langosta en Palamós, manjar de pacto entre agricultores y
pecadores al que me aficionó Josep Pla, simplemente un pagés que
adoraba París y escribía un castellano celestial.
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Miquel Angel Soria

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Sep 18, 2018, 1:31:19 AM9/18/18
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Avui és un d'aquells dies que els dibuixants fan d'editorialistes. Hi
ha dos temes: les titulacions acadèmiques i les bombes intel·ligents
del Borrell. -Més que ell?-.
A l'Humanité, Jean Ortiz fa una crida a salvar Marinaleda, a la que
posa en perill el govern de Susana Díaz. Volen obligar als
cooperativistes a comprar les terres que "han guanyat amb la seva
lluita"
Coneixerem el que passa a España gràcies als camarades francesos?

Federalismo republicano frente a los monstruos
Alberto Garzón Espinosa

Mientras polémicas intrascendentes sacuden día tras día nuestra
actualidad política, otra serie de procesos están desarrollándose en
nuestro país sin que reciban la atención debida. Entiéndase bien: no
es que el trabajo de fin de máster de Casado sea un tema
insignificante, pues es síntoma de la corrupción desaforada en algunas
universidades, del clientelismo político de toda la vida y del tipo de
educación clasista que lleva años imponiéndose en España, sino que no
permite ver la panorámica completa. Por decirlo de otra manera, los
chanchullos y mentiras académicas de los líderes políticos no dejan de
ser meros árboles, podridos, de un bosque mucho más grande y cuya
propia existencia está severamente comprometida.

Partamos de un punto básico: para relacionarnos entre nosotros los
seres humanos levantamos instituciones que nos facilitan la vida. Nos
dotamos de reglas comunes que evitan que tengamos que empezar siempre
desde cero. Imagínense que cada vez que tuviéramos un pleito contra
alguien tuviéramos que iniciar un largo debate sobre qué es la
justicia y cómo y quién la aplica… la vida sería insufrible y caótica.
Si las instituciones están bien diseñadas pueden ser muy duraderas e
incluso pueden rebasar en tiempo la vida de cualquier ser mortal. Esa
es la razón por la que a veces nuestro pensamiento nos traiciona y nos
hace creer que esas instituciones siempre estarán ahí en el futuro:
que valores como la igualdad, la libertad o la justicia siempre se
definirán e interpretarán de la misma forma. Sin embargo, la historia
ha demostrado sin cesar que las instituciones están permanentemente
mutando, y que a veces lo hacen más radicalmente a través de reformas
parciales e incluso por revoluciones.

Pues bien, el pilar central de nuestras instituciones políticas
actuales, la Constitución, de la que nos dotamos como sociedad en 1978
en el marco de la Transición a la democracia desde la dictadura, está
manifiestamente desbordada y en no pocos aspectos superada por los
acontecimientos. Está en crisis, y hay una enorme batalla política
para redefinir esas instituciones o incluso crear unas nuevas. Esto no
sería un gran problema si no significara al mismo tiempo que lo que
está en crisis es el proyecto de país que cristalizó en aquella
Constitución y que hoy es incapaz de contentar y satisfacer a una gran
parte de la sociedad, especialmente a las periferias sociales
golpeadas por la última crisis económica. Y, parafraseando la conocida
sentencia gramsciana, mientras aquella no termina de morir tampoco
ninguna otra comienza a nacer. O, dicho de otra forma, a un proyecto
de país herido y malogrado sólo cabe oponerle otro proyecto de país,
que sea realista y hegemónico.

Una alianza republicana

La luz entra a través de las grietas, y en ocasiones sus rayos son
señales difíciles de percibir. Esto es lo que, creo, sucede con el
nuevo Gobierno. Se ha querido ver en la llegada al poder de Pedro
Sánchez una muestra de habilidad táctica, una contingencia inesperada
o incluso una fatalidad debida a errores individuales en la derecha
española. Me temo que es más complejo. Aunque sea ocioso señalarlo, si
Pedro Sánchez es presidente es porque un conjunto heterogéneo de
organizaciones políticas hemos querido que así sea. Y no lo hemos
querido en abstracto o por afinidad programática, sino como resultado
de un contexto determinado: lo que nos ha unido es la repulsa a una
forma de entender la democracia, el país y a unos contenidos concretos
sobre cómo debe funcionar España. En efecto, el Gobierno del PP se
había caracterizado, durante los últimos siete años por su creciente
autoritarismo, un sistemático recorte de los servicios públicos, la
complicidad con la corrupción que carcomía al Estado por dentro y en
una visión reaccionaria de lo que es y ha de ser España. Todos estos
elementos, unidos, generaron un polo de oposición que, en una
circunstancia particular y probablemente inesperada en su forma, ha
permitido iniciar un proceso de cambio.

Por eso es tan importante identificar bien cuál es el sostén político
y parlamentario de Pedro Sánchez. Se trata de una alianza republicana,
no explicitada como tal, que ha convergido en un momento puntual como
reacción a la deriva derechista y reaccionaria que carcomía al país.
Ni más, pero tampoco menos. En este experimento se han depositado
esperanzas que, sin ser revolucionarias, tampoco son fáciles de
satisfacer. Entre otras cosas porque da la sensación de que no todos
en el PSOE han entendido bien qué está sucediendo en España.

Piénsese que el Gobierno de Pedro Sánchez tiene la oportunidad de
abrir canales y reflexiones para repensar nuestro modelo de país. Pero
lo que necesitamos es, en última instancia, asumir que hay una etapa
que se ha agotado definitivamente. Cuarenta años después de la
aprobación de la Constitución Española de 1978, nuestro país se ha
transformado económica, social, tecnológica y políticamente hasta el
punto de que en numerosos aspectos esta constitución ha sido
desbordada y debe actualizarse. La reflexión sobre ese modelo de país
es la que debe hilar explícitamente el debate político en este
momento, sin hurtar la palabra a la población.

Republicanismo federal

Para mí, un proyecto de país alternativo al que se desvanece es la
República Federal. La República como proyecto dotado de contenido,
valores y principios que puede permitir satisfacer las necesidades
básicas de las familias trabajadoras, en un diseño institucional de
libertad positiva y de Estado Social fuerte. Y el federalismo como
forma concreta que puede resolver un problema específico de
identidades que está ahogando las energías políticas y sociales de
España.

Obsérvese, sin embargo, que cualquier alternativa enfrenta y
enfrentará resistencias. Ya sea para contraponerse al republicanismo
catalán o al español, en los últimos años las fuerzas conservadoras y
reaccionarias de España se han levantado de sus aposentos para
censurar cualquier atisbo de cambio. Esto es especialmente notorio en
relación a la casa Real y a la cuestión territorial. Téngase en cuenta
que uno de los elementos más conservadores presente en nuestra
Constitución actual es precisamente el referido al de la unidad de
España. Como es conocido, tanto el artículo 2 como sobre todo el
artículo 8, que atribuye a las Fuerzas Armadas la garantía de la
unidad de España, son residuos del franquismo y de una concepción de
país extraordinariamente estrecha, convirtiendo a los militares en
fuerza deliberante en lugar de institución supeditada al poder civil.
Y es que el problema es que por el devenir histórico de nuestro país,
dominado casi siempre por las derechas, España ha sido identificada
preferentemente con la idea de un país homogéneo, centralista y
uniformizador. Desde el siglo XIX la derecha española, desde Cánovas
hasta el franquismo, pasando por Primo de Rivera, han señalado,
perseguido y asesinado todo sujeto que discrepara mínimamente de esa
visión, ya fueran aquellos elementos republicanos, independentistas,
comunistas, masones o federalistas. La «España de verdad» siempre ha
querido deshacerse de la «anti-España».

Nuestro gran reto es, precisamente, recordar que hay otra idea de
España que habla de un país diverso, plurinacional y de justicia
social. Una noción que ancla en el siglo XIX, en la confluencia del
republicanismo federal de matriz liberal y el movimiento obrero
emancipador. Esa es, precisamente, la España republicana que ha sido
expresión de las mejores mentes de nuestra historia.

Y no por casualidad la vuelta de estos monstruos se materializan
especialmente en dos instituciones singulares: la Casa Real y el Poder
Judicial.

En los últimos meses hemos conocido más información sobre la Casa Real
y sus sucios tejemanejes financieros. No se trata de una noticia
nueva, pues existían indicios de estos hechos desde hace muchos años.
Ahora lo que tenemos son pruebas, a modo de declaraciones por parte de
actores principales, de que esos hechos pueden ser verdad. Se trata de
hechos que afectan muy gravemente a la Hacienda Pública, a la
Seguridad y soberanía del país y a la imagen y decencia de España, y
que han podido tener lugar gracias a una arquitectura institucional
que blinda los actos de una familia concreta, la Borbón, y al silencio
cómplice de muchas instituciones del Estado que han maniobrado para
proteger, en distinto grado, la monarquía. Probablemente bajo la falsa
creencia de que defender la monarquía es defender al país.

Quizás el PSOE es de esta extravagante opinión y por eso está
prefiriendo mantener la posición de defensa a ultranza de la Casa
Real. Con sus votos ha impedido incluso que se pueda debatir en el
parlamento sobre la necesidad o no de iniciar una comisión de
investigación sobre los hechos conocidos de los borbones (cuentas en
paraísos fiscales, intermediaciones comerciales con dictaduras, tratos
de favor a familiares en tramas corruptas, etc.). Desaprovechando la
oportunidad de abrir un debate sobre el modelo de país, considera aún
necesario proteger una de las instituciones más corruptas del país.

En todo caso, no es casualidad que durante años el actual rey de
España haya guardado silencio respecto a todos los problemas sociales
que asolan a nuestro país, y sin embargo decidiera exponerse hace un
año con un discurso reaccionario y autoritario sobre la cuestión
territorial. En realidad, la propia existencia de la Casa Real Borbón
está vinculada a un modelo de país donde la unidad de España es
entendida de una forma totalizante y homogeneizadora. Esto lo saben
muy bien en Cataluña.

No hace falta entrar en un intenso debate historiográfico sobre qué es
España, cuándo surgió y cómo está compuesta para darse cuenta de que
lo que tenemos actualmente en Cataluña es un conjunto social, voluble
pero significativo, que aspira a la independencia de Cataluña frente
al resto del país. Lo que es relevante es entender que se trata de un
conflicto político, vinculado a los relatos culturales, que no puede
esconderse ni abordarse con herramientas que no sean eminentemente
políticas. Es del todo punto inconcebible creer que puede moldearse a
gusto la opinión y la creencia a base de actuaciones policiales y
judiciales. Estamos destinados, aunque le pese a la derecha
reaccionaria de este país, a sentarnos a dialogar y a repensar el
modelo territorial.

De ahí que el Poder Judicial español haya iniciado una especie de
cruzada contra el independentismo. En particular, el Tribunal Supremo
(esa institución compuesta abrumadoramente por varones) está en cabeza
de esta reacción. Su presidente, Carlos Lesmes, anunció hace unos
días, no por casualidad junto al rey Borbón, que «si la Constitución
es golpeada no puede renunciar a defenderse». El lenguaje bélico o el
hecho de que siempre esas defensas hercúleas se refieran a la unidad
de España y no al sistemático incumplimiento de la obligación de
garantizar los derechos sociales nos hace percibir bien el sesgo
político del asunto. Defender España incluso a costa de los españoles.
Probablemente Lesmes se vea como un cruzado más, o directamente como
el elegido: aquel que se ve en la obligación de chantajear al Gobierno
de España para que los españoles paguemos los excesos judiciales de
otro cruzado destacado, el juez Llarena.

Todo lo que está ocurriendo en las múltiples causas contra los
independentistas es un despropósito sin pies ni cabeza. Las altas
instancias del Poder Judicial se han emancipado de toda templanza y no
solo han mostrado su verdadera cara, sino que han decidido intervenir
activamente en política con sus planteamientos reaccionarios. A las
extravagantes resoluciones contra dirigentes políticos y sociales del
independentismo, que pronto harán un año en prisión provisional sin
juicio ni garantías reales, se suman los ataques a la ministra de
Justicia, las exigencias al poder ejecutivo (la separación de poderes
parece sólo tener un sentido) y las levas que han montado entre los
jueces y abogados para alimentar este clima reaccionario. Las
contradicciones del modelo de país han hecho despertar al monstruo, y
lo que hasta hace un tiempo era políticamente incorrecto (como admitir
a trámite una denuncia por el anacrónico delito de injurias a los
sentimientos religiosos o meter en prisión a cantantes y tuiteros por
sus comentarios en redes sociales) ahora es una práctica habitual
entre algunos jueces que parecen sacados de la noche más oscura de la
dictadura.

No se puede dejar de observar que todos estos fenómenos no hacen sino
comprometer aún más a las instituciones del sistema político del 78.
Aunque muy probablemente estos actores, como los borbones, los jueces
y los grandes empresarios de la metrópoli se vean a sí mismos como
salvadores de la patria, en realidad lo que están haciendo es acelerar
el desgaste del modelo que defienden. Por una sencilla razón ya
apuntada: es insostenible mantener este modelo por la vía policial o
judicial, con palos, multas y prisión.

Yo estoy convencido de que más temprano que tarde viviremos en una
República Federal, y que ese será precisamente el punto de encuentro
entre quienes aspiran legítimamente a la independencia de sus
territorios y quienes defendemos una España de las familias
trabajadoras de toda condición e identidad. No obstante, ciertamente
nada de esto está escrito de antemano. La crisis del régimen político
no se ha cerrado, ni podrá hacerse sin elevar alternativos proyectos
de país que sean consistentes en términos sociales e históricos. El
modelo que aquí describo podría serlo. Pero ello requiere de una
izquierda capaz de entender cuáles son los retos reales y que tenga
también el valor suficiente para abordarlos.

De momento, el PSOE está bloqueado; pero soplar y sorber se antoja una
tarea imposible y, por lo demás, bastante frustrante. Tarde o temprano
el PSOE tendrá que elegir entre reacción y alternativa. Y sabe ya
Pedro Sánchez que la reacción ni olvida ni perdona, y en este clima no
es menor, por ejemplo, que Albert Rivera le llame «presidente
interino». El mensaje debe ser claro: si el PSOE quiere seguir
teniendo opciones de llegar en el futuro al Gobierno tendrá que seguir
entendiéndose con la alianza republicana que aspira a construir nuevas
instituciones. La fragilidad de este Gobierno no es sólo una cuestión
numérica, sino de proyecto político.

Por su parte, la izquierda tendrá que comprender que sólo con un
proyecto de país como bandera, que aspire a ser hegemónico, podrá
hacer frente a las nuevas formas que tomarán los monstruos
reaccionarios en nuestro país. En efecto, la extrema derecha en España
se vehicula siempre a través no sólo de la xenofobia y el racismo sino
particularmente del modelo territorial, de la disyuntiva entre la
«España» y la «Anti-España». Esa es la verdadera batalla en la que no
valen medias tintas ni juegos tácticos, sino voluntad, determinación y
mucha organización.

Quizás convenga añadir, para terminar esta reflexión, que un modelo
alternativo de país, una República Federal, sólo puede ganarse el
favor de las clases populares y las familias trabajadoras si es capaz
de ofrecerse como solución de los problemas cotidianos, materiales o
no, de ellas mismas. República es y ha de ser sinónimo de esperanza.
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Miquel Angel Soria

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Sep 19, 2018, 1:30:26 AM9/19/18
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L'espectacle protagonitzat ahir per l'Aznar -en la línia Trump- a més
de ser un plagi era vergonyós; calia tenir un fetge enorme per
aguantar-lo. I a més a més, amb la cobertura d'una comissió que no
serveix per a res. Em recordava la compareixença de Pujol en una altra
comissió al nostre parlament.

Sobrevivir gracias a la muerte
Pascual Serrano

Finalmente el Ministerio de Defensa ha autorizado el envío a Arabia
Saudí del cargamento de 400 bombas de precisión láser paralizado por
Margarita Robles la pasada semana. El gobierno saudí amenazó con
suspender a su vez la compra a España de cinco corbetas por valor de
1.813 millones de euros, de llevarse a cabo la suspensión de contrato
anunciada por la ministra. Este contrato, según la empresa pública
encargada de la construcción, Navantia, generaría cerca de 6.000
puestos de trabajos, entre directos e indirectos. El asunto ha
provocado un interesante debate entre intereses y valores enfrentados.
Por un lado, trabajadores que veían peligrar sus empleos y que se
vieron apoyados por diferentes políticos, especialmente por el alcalde
de Cádiz, José María González, Kichi, quien afirmó: “el contrato (de
Navantia con Arabia Saudí) me parece necesario. Significa trabajo y
nosotros somos constructores de barcos, lo hemos hecho desde la época
de los fenicios. En Arabia Saudí los derechos humanos no son
respetados y estoy en contra de eso, pero mientras, ¿qué comemos? Hoy
en día soy alcalde de esta ciudad y la responsabilidad es mirar por el
interés de sus vecinos y la construcción de los barcos no va a acabar
con la guerra en Yemen. Si no los hacemos nosotros, los harán otros”.

Expuesto lo anterior debemos de contemplar algunos datos necesarios
para comprender la situación.

El 25 de marzo de 2015, una coalición internacional dirigida por
Arabia Saudí atacó desde el aire a las milicias de los hutíes en
Yemen, uno de los países más pobres de Oriente Medio. Era el inicio de
la guerra que, desde entonces, golpea a la población del país árabe.
Los saudís quieren derrocar a los rebeldes hutíes, de religión chiíta,
que llegaron al poder de Yemen a principios de 2015. A diferencia del
gobierno anterior de Yemen, el gobierno hutí se alinearía con Irán,
Rusia o China, algo intolerable para Arabia Saudí y Estados Unidos.
Por ello, en 2015, armas valoradas en casi 546 millones de euros
salieron de las fronteras españolas con destino a Arabia Saudí, un 46%
más que en 2014.

El mismo año en que comenzó la guerra de Yemen, el Gobierno del
Partido Popular autorizó contratos para vender, durante los años
siguientes, armamento valorado en 584 millones de euros a esta
monarquía del Golfo. Entre los tipos de armas que España permitió
exportar al país saudí había rifles, obuses, municiones, torpedos,
misiles. Entre ellas estaban las 400 bombas de precisión láser cuya
venta se planteó frenar por el Ejecutivo de Sánchez ante el riesgo de
que pudieran utilizarse para bombardear Yemen. Las bombas que vamos a
vender a Arabia Saudí son similares a las que en 2015, les vendió la
Administración de Obama: 4.000 bombas GBU-12 Paveway II. Trump, por su
parte, prometió vender 104.000 bombas guiadas a los saudíes.

Uno de los motivos por los que el Gobierno de Pedro Sánchez anunció
que revisaría las condiciones de venta de armamento español a los
países de la coalición fue que, pocos días antes de esa decisión, el 9
de agosto de 2018, un proyectil lanzado por la coalición liderada por
Arabia Saudí cayó sobre un grupo de niños que viajaba en autobús
escolar al norte de Yemen. Al menos 40 menores murieron en el ataque.

Amnistía Internacional ha documentado más de 36 bombardeos que
“podrían constituir” violaciones y crímenes en virtud del derecho
internacional. Las bodas, funerales, los mercados y los centros
médicos son algunos de los objetivos de los bombardeos de la coalición
liderada por Arabia Saudí en Yemen. El 23 de abril la aviación saudí
bombardeó la celebración de una boda en la provincia yemení de Haya,
33 personas fallecieron y 41 resultaron heridas a causa del ataque,
cuyo objetivo fueron las tiendas de invitados. Una imagen difundida
por medios locales permitió identificar el origen de la munición
utilizada en el ataque. Se trataba de los restos de una bomba guiada
por láser GBU-12 Paveway II, fabricada por la empresa norteamericana
Raytheon. Estos son ejemplos de la “utilidad” y “eficacia” de las
bombas que venderemos a Arabia Saudí.

Desde el inicio del conflicto, según datos de Naciones Unidas, 6.660
civiles han muerto y 10.563 han resultado heridos, aunque “la cifra
real es probablemente significativamente más alta”, reiteran los
expertos. Las fuerzas saudíes también han cometido “tratos crueles y
tortura, actos denigrantes, violaciones y al reclutamiento de niños
menores de 15 años o haberlos utilizado como parte activa en las
hostilidades”, según la ONU. Un total de 2,3 millones se han
desplazado internamente a causa de la violencia.

En cuanto a las corbetas que estamos fabricando para los saudíes, que
nadie imagine que son unos pacíficos barcos civiles. Se trata de
buques de guerra que, en el mejor de los casos, sirven, según
denuncian las ONG’s, para mantener el bloqueo naval que impide a Yemen
la llegada de la ayuda humanitaria.

En esas corbetas se transportan helicópteros artillados (NH-90,
AB-212, AB-412 o Eurocopter AS-565) y hasta dos embarcaciones
semirrígidas de 5,5 metros de eslora cada una, lo que permite realizar
acciones de asalto. Al tratarse de un buque de guerra, puede
incorporar varios cañones de hasta 76 mm y sistemas de misiles SAM y
SSM, así como dos lanzadores triples de torpedos.

Por supuesto que los trabajadores de Navantia y sus familias tienen
derecho a sobrevivir. Pero visto la anterior, toca reflexionar si es
ético sostener esa manutención en la muerte de miles de civiles por el
ejército de una monarquía absolutista. Sentencias del tipo de “si no
las vendemos nosotros se las venderán otros” o “mi responsabilidad es
mirar por el interés de mis vecinos como alcalde”, como han dicho los
sindicatos y el alcalde de Cádiz, son razonamientos inmorales e
incluso xenófobos. Recuerda ese argumento de la ultraderecha de que
los que importan son los españoles y no los seres humanos. ¿A Kichi le
importan los gaditanos (mejor dicho, su puesto de trabajo) y no los
seres humanos no gaditanos? ¿De verdad el sindicalismo español no sabe
ni de internacionalismo, ni de derechos humanos, ni de solidaridad
hasta el punto de interesarse solo por los empleos de su empresa? Hubo
un tiempo en que trabajadores de Europa se negaban a trabajar en las
industrias que vendían armamento al bando golpista de Franco. Es
evidente que todos los que defendemos el fin de la venta de armas a
Arabia Saudí o cualquier otra dictadura debemos pensar en una
alternativa para esos trabajadores, como desde el ecologismo la
planteábamos para los mineros del carbón u otras reconversiones
industriales que hubo en España. Algunas veces me parece estar viendo
la película El Verdugo, de Berlanga, donde el protagonista plantea que
lo suyo es solo un trabajo que, además, quiere que herede su hijo.
Porque si se trata de mantener de puestos de trabajo y mantener a tus
hijos a costa de cualquier cosa, también el ladrón de bancos o el
torturador (menos mal que alguien asumió perder un puesto de trabajo
cuando se jubiló Billy el Niño) deberían mantenerse. La humanidad ha
mejorado cuando los principios éticos y los derechos humanos se han
puesto por delante de cuestiones particularescomo el empleo de
algunos, es el caso de la prohibición de las bombas de racimo o las
minas antipersona, o el embargo a la Sudáfrica del apartheid. Es
indiscutible que, en todos esos casos, se perdieron muchos puestos de
trabajo, pero se entendió que había un motivo mayor.

Del mismo modo, países como Alemania, Bélgica, Holanda o Noruega ya no
autorizan ni exportan armas que se puedan utilizar en el conflicto de
Yemen, siguiendo directrices de la ONU y el Parlamento Europeo.

Lo preocupante es que España vive un boom en la venta de armas al
mundo como nunca antes en su historia. Los millones de euros
facturados entre el 2015 y 2017 han convertido a España en uno de los
mayores proveedores mundiales de armas a Arabia Saudí. En estos años,
ha ocupado el cuarto puesto en la lista de los principales
exportadores de armas a la monarquía del Golfo, y ha conseguido
posicionarse como el séptimo país del planeta que más comercializa
armamentos y material bélico. Quizás lo que está haciendo la industria
militar española es aprovecharse de que otros países sí tienen
escrúpulos para apropiarnos de ese mercado.

Existe otro detalle todavía mucho más preocupante, como señala Pere
Ortega, del Centre Delàs d’Estudis per la Pau, Navantia, empresa
pública propiedad del Estado, es una empresa donde su cuenta de
resultados siempre ha sido negativa. En 2016 se perdieron 230
millones, y en los últimos diez años 730 millones de euros. Y si
pierde dinero es porque los costes de producción de sus buques son
superiores al valor de su venta. Por tanto, las cinco corbetas que se
venderán a Arabia Saudí por 1.800 millones para cubrir sus costes de
producción deberían tener un valor más elevado. Las pérdidas se
subsanan con recursos del Estado, es decir, ni Navantia ni los
españoles ganamos dinero vendiendo esas armas a los saudíes, al
contrario, se las vendemos por debajo de su coste, estamos
subvencionando las armas con las que Arabia Saudí masacra en Yemen o
impiden la llegada de alimentos y ayuda humanitaria a una población
donde se calcula que siete millones de personas están al borde de la
inanición. Este es otro argumento para ir trabajando en una
alternativa a los trabajadores de Navantia. Como señala Ortega, los
sindicatos de Navantia, el ayuntamiento de Cádiz, el Gobierno de
Andalucía y el Gobierno del Estado no se han puesto a investigar y
diseñar un plan de conversión de esa naviera. No se ha buscado la
complicidad de colegios profesionales de ingenieros, de asociaciones
profesionales y de empresarios para llevar un plan de revitalización
de la zona. Y seguro que es posible una reindustrialización y puesta
en marcha de nuevos servicios en toda la bahía de Cádiz para limitar
el impacto negativo de una conversión industrial de Navantia. Según
Ortega, ese es el único camino para una empresa, que todos los años
pierde dinero y cuyos puestos de trabajo son ineficientes por lo que
valdría más la pena estudiar su conversión del ámbito militar y pasar
a producir bienes y servicios de carácter civil que, cuando menos, no
producirían ese desgarro moral, que es vender armas para la guerra.

Es curioso como, desde el poder, se apoyan unas causas de defensa de
puestos de trabajo y no otras. Paradójicamente la mayoría no sabe que
España está perdiendo dinero y puestos de trabajo por apoyar las
sanciones a Rusia e Irán propuestas por Estados Unidos, puesto que se
está bloqueando importantes ventas a esos países, sobre todo de
productos agrícolas, sin que ni medios ni gobernantes hayan protestado
o al menos reconocido. Países que, por cierto que no están
bombardeando a nadie.

La sociedad española en general debe hacer suyo el problema de los
puestos de trabajo de Navantia, pero también los trabajadores y sus
familias deben hacer suyo el drama de la muerte de miles de personas
por las armas que ellos fabrican. Esa es la solidaridad que nos hace
humanos.

Pascual Serrano es periodista. Su último libro es ‘Medios
democráticos. Una revolución pendiente en la comunicación’ (Akal,
2016)
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Miquel Angel Soria

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Sep 20, 2018, 1:30:18 AM9/20/18
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¿Els que fan turisme a Sudàfrica veuran la realitat que explica Alejandro Nadal?
És curiosa la coincidència entre dos humoristes que treballen tant
lluny l'un de l'altre: Manel Fontdevila i els Miki & Duarte. Potser és
la lògica conseqüència d'estar amatent a tot el que succeeix al nostre
voltant.


Sudáfrica: del apartheid al neoliberalismo
Alejandro Nadal

La transición en Sudáfrica de un régimen de racismo institucionalizado
a una democracia electoral es un acontecimiento de gran relevancia.
Desgraciadamente, este giro no se reflejó en la situación económica.
En un tiempo récord el Congreso Nacional Africano (CNA), el partido
que había liderado la lucha contra la opresión racista, abrazó y
consagró las políticas del neoliberalismo que habían cimentado el
sistema de explotación y desigualdad del apartheid. El análisis de la
economía política de este proceso de transición es una lección
importante para cualquier gobierno que aspire a un cambio social y
económico real.

A finales de la década de 1980 la situación en Sudáfrica había llegado
a un callejón sin salida. Los enfrentamientos habían drenado la
energía de ambos bandos y los militantes del CNA sabían que el aparato
represivo de la minoría blanca estaba agotado y rebasado. Pero aun
así, una insurrección final con tintes violentos conduciría a un baño
de sangre.

La minoría blanca confiaba en su formidable arsenal policiaco-militar.
Pero el régimen estaba en plena bancarrota política y su aislamiento
internacional lo llevaría al fracaso en caso de escoger el camino de
la represión. Además, el apartheid chocaba con la lógica de la
acumulación capitalista al impedir la libre movilidad del trabajo.
Toda la industria en Sudáfrica estaba sufriendo los inconvenientes.
Había llegado el tiempo de negociar para asegurar un acuerdo de
transición ventajoso.

Durante la segunda mitad de los años 1980 las reuniones secretas entre
la élite económica y los altos mandos del CNA se multiplicaron. Cuando
Nelson Mandela fue liberado en 1990, los contactos se hicieron más
frecuentes. Mandela y Harry Oppenheimer, el magnate de la industria
minera y de diamantes, se reunían para comer en Little Brenthurst, la
casa de campo del industrial. Para la minoría blanca el objetivo era
crear condiciones que permitieran la transición política sin
sacrificar los privilegios económicos adquiridos durante el apartheid.

En el acuerdo final de transición negociado entre el CNA y la minoría
blanca, el ingrediente sobresaliente fue el de la democracia
electoral: una persona, un voto. Pero esta paridad política escondía
la desigualdad económica: la nueva constitución garantizó los derechos
de propiedad de la minoría sobre tierras, minas, fábricas, bancos y
telecomunicaciones. La ley suprema consolidó la profunda desigualdad
que siempre había prevalecido en Sudáfrica.

El programa de los años de lucha del Congreso Nacional Africano
incluía un fuerte proceso de nacionalizaciones de industrias
(especialmente en la minería) y una robusta reforma agraria. Todo eso
quedó en el olvido con la nueva Constitución. Además, el CNA aceptó el
pago de la deuda acumulada durante los años del apartheid y el nuevo
gobierno acabó pagando más de 2 mil millones de dólares anuales por
concepto de intereses de deuda odiosa acumulada antes de 1994. Es
decir, aceptó pagar por los créditos que habían sido utilizados para
oprimir a la mayoría de la población. Hasta la autonomía del banco
central fue ratificada como parte del paquete de organización
económica (al mando del instituto monetario quedó el funcionario que
lo había dirigido durante los años del apartheid). Los principios de
austeridad y finanzas públicas sanas también fueron incorporados como
elemento esencial de la nueva estrategia económica.

Es decir, el gobierno de unidad nacional abrazó los principios del
neoliberalismo. Los instrumentos utilizados para convencer a los
mandos del CNA incluyeron numerosas promesas de nuevas inversiones
incumplidas, la corrupción, el engaño, la intimidación y hasta el
asesinato (como en el caso de Chris Hani).

En última instancia, el Congreso Nacional Africano adoptó la idea de
que la economía de Sudáfrica era un mecanismo delicado que sólo los
expertos de la minoría blanca podían manejar con eficiencia. Solamente
los peritos versados en la ortodoxia neoliberal podrían guiar la
política macroeconómica. Los dictados neoliberales en materia de
estabilidad de precios y recortes presupuestales serían la brújula del
nuevo gobierno.

Hoy sabemos que estabilidad de precios no es sinónimo de estabilidad
macroeconómica y que el manejo correcto de la deuda pública mediante
el superávit primario conduce al desastre. Pero en 1994 el gobierno
sudafricano prefirió las migajas para el gasto social y algo de
inversiones en obras públicas sobre los cambios medulares en la
estrategia económica heredada del apartheid.

El resultado para Sudáfrica no sorprende: estancamiento, desempleo de
27 por ciento, desigualdad y pobreza cada vez más intensa. Los niveles
de violencia y criminalidad no se quedan atrás, porque es imposible
combatir la criminalidad sin abandonar el neoliberalismo. La lección
es clara y en México no debemos ignorarla: no tocar nada para mejor
administrar el modelo neoliberal y pretender que los beneficios
lleguen por goteo a la mayoría no es una buena estrategia.
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Miquel Angel Soria

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Sep 21, 2018, 1:30:26 AM9/21/18
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Demà, al "Jardín de Invierno" del Parque de José Antonio Labordeta de Saragossa, es fa un homenatge al cantautor mort el 19 de setembre de fa 8 anys. Hi seran la tortosina Montserrat Castellà, el aragonès Jorge Perna i, com no, La Ronda de Boltaña.
Una oportunitat de fer una escapada. Us paso algunes mostres. 

https://www.youtube.com/watch?v=3y_eVqyROOA
https://www.youtube.com/watch?v=L5ryxlIVQoY

VÍCTOR MORENO
PROFESOR

¿SÍNDROME DE GRAHAM GREENE?

Durante estos últimos años, se ha discutido mucho en torno al pecado/delito de la pederastia infantil y juvenil protagonizada por sacerdotes, a quienes, como diría el escritor católico Graham Greene «Dios parece haberles olvidado en sus pensamientos». Y cito al autor de las novelas "El tercer hombre" y "El poder y la gloria", porque, en el asunto de la pederastia eclesial, ciertos católicos hablan de un supuesto síndrome de Greene.

Graham Greene era un bebedor y un putero compulsivo. Tanto es así que llevaba anotadas en una libreta el nombre de sus 47 prostitutas favoritas, ubicadas en Londres, Capri y Antibes. Se separó de su primera mujer en 1948, lo que no le impidió compartir su soledad con otras cinco. Finalmente, terminaría sus días en 1991, en los brazos de Ivonne Cloette, tal y como lo relata su biógrafo amigo Leopoldo Durán.

A Greene le gustaba el sexo tanto como escribir. Una inclinación cultivada que no llegaría a ofuscar del todo su inteligencia, pues en el summum de los escándalos para católicos pusilánimes, consideraría a Juan Pablo II «un horror de papa; un reaccionario», al mismo nivel de espanto que le producía el presidente Reagan.

Sin duda que Greene estaba adornado por lo que en estos tiempos de tanto sonambulismo ético se podría denominar aprobación moral selectiva. Tanto que, para escándalo de ingenuos, no le molestaban ni los ladrones honrados (¿?), el asesino afectuoso y el ateo supersticioso, una figura desde luego insoslayable en su literatura, lo mismo que el sacerdote pecador a los ojos de los hombres, pero santo a la sabiduría infinita de Dios.

A los católicos les gusta recordar que Greene dejó escrito que en el alma del peor criminal sigue habiendo la posibilidad de que llegue a ser un santo, y que en el alma de la persona más santa hay siempre suficiente maldad como para que se convierta en un criminal. En realidad, Greene se limitó a hacer la paráfrasis del texto paulino que decía: «Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia». San Pablo, obviamente, era parte y juez del enunciado.

De hecho, Greene no dijo esta boca es mía ante los numerosos escándalos de pederastia protagonizada por sacerdotes, tanto en Europa como en el mundo. No sé si tuvo tiempo de comprobar si la mierda que iba saliendo a la luz pública lo mantuvo en la idea de que en el alma de un pederasta podía albergarse el aparato digestivo de un santo. Ignoro, también, cuál es el criterio del Vaticano en esta sublime cuestión, es decir, si de verdad cree que los pederastas son santos y en los que no hemos sabido apreciar su oscura santidad. En cualquier caso, para contrastar esta santidad sería condición sine qua non preguntar por ella a quienes fueron sus víctimas. La verdad es que es muy difícil llegar a la santidad –no la que postulaba Greene, más literaria que otra cosa–, si el apéndice inferior transformable solo se satisface violentando el sancta sanctórum de un niño o de un adolescente.

A los católicos les molesta que los analistas de este pecado/delito –pecado para la Iglesia; delito para el Código Penal–, caigan en la hipérbole y pongan a los católicos, lleven o no sotana, bajo sospecha. No. Sabemos bien que no todos los católicos, ni todos los curas de este mundo, son pederastas. También, hemos leído que si el papa se marchara con una corista a bailar tangos o a hacer la picardía –actividad amatoria nada original entre los papas del pasado por lo menos–, la fe del católico seguiría intacta. Sin duda. Lo mismo sucede con los partidos políticos. Siguen siendo honrados a pesar de haberse convertido en una factoría de corruptos en serie.

Es lo que sugería en líneas anteriores: la permisividad moral selectiva está a la orden del día. Perdonamos sin excusas los delitos de la familia pero no los del vecino aunque el crimen sea el mismo. Lo vemos a todas horas y en todas las tesis y másteres de este mundo.

Pero hay un dato histórico que los católicos solapan continuamente y que origina que el papa actual no actúe de modo justo con las víctimas de este holocausto consumado por sus clérigos. No basta con que el papa condene el pecado (sic) y se rasgue las vestiduras en sus peripatéticas visitas. Es inaudito que la pederastia perpetrada por un sacerdote se siga considerando en la práctica pecado y no delito. Esto es una infamia y un insulto, porque los delitos de los curas siguen considerados por el poder civil de un modo discriminatorio.

Hace bien poco que el Vaticano ha ordenado la suspensión durante 10 años del sacerdote José Manuel Ramos, de la diócesis de Astorga (León), acusado de abusos sexuales cometidos hace 35 años en el colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria, en Zamora. ¿En qué cárcel ha ingresado este sacerdote? ¿Alguien lo sabe?

El papa habla de sus pederastas como si fueran pobres pecadores que albergaran en el fondo del bazo un alma de santidad a lo Graham Greene. ¿Existe algún acuerdo con el Vaticano por el que sus violadores quedan exentos de que se les aplique la justicia correspondiente? El tono afable y perdonavidas con el que este papa recrimina sus abusos, pues lo suyo es justicia divina, arroja la evidencia de que en este campo del crimen no existe la justicia humana.

En este contexto, y como ocurre en tantísimos acontecimientos protagonizados por la Iglesia, convendría recordar que esta fue mucho más justa en este asunto que la que apunta la actual autoridad vaticana. Se acusa muchas veces a los anticlericales por proponer medidas punitivas drásticas contra estos pecadores exigiendo que se los trate como a cualquier laico pederasta. Quizás, tengan razón y a lo mejor les gustaría aplicar a estos sacerdotes lo que el papa Pío V, san Pío, no vaciló en proponer como solución al escándalo de homosexualidad, pederastia y efebofilia entre el clero, allá por el siglo XVI.

En "Horrendum illud scelus" –ese horrendo crimen–, escrito en 1568, sería así de contundente: «Por lo tanto, el deseo de seguir con mayor rigor que hemos ejercido desde el comienzo de nuestro pontificado, se establece que cualquier sacerdote o miembro del clero, tanto secular como regular, que cometa un crimen tan execrable, por la fuerza de la presente ley sea privado de todo privilegio clerical, de todo puesto, dignidad y beneficio eclesiástico, y habiendo sido degradado por un juez eclesiástico, que sea entregado inmediatamente a la autoridad secular para que sea muerto, según lo dispuesto por la ley como el castigo adecuado para los laicos que están hundidos en ese abismo».  

Y estaría bien que los partidos políticos de izquierda impulsaran de una vez por todas un decreto ley, no para certificar esa diferencia entre pecado y delito pues es más que un hecho, sino que el cura pederasta, aunque tenga en el fondo un alma de santo greeneano, termine en una cárcel del Estado y no en un convento cisterciense. Solo por justicia.

 
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Miquel Angel Soria

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Sep 24, 2018, 1:30:40 AM9/24/18
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A Cubadebate comenten el concert nº 95 als Barris de la Habana, de Silvio Rodríguez. I la presentació d'una nova cançó que us envio: Jugábamos a Dios. No serà també aquí una blasfèmia?

https://www.youtube.com/watch?v=7oG9spN75-w
 
ANTONIO ÁLVAREZ-SOLÍS
CARTA AL PRESIDENTE LULA

Sé que usted, señor presidente, no leerá nunca esta carta. Está escrita desde un pequeño pueblo español que no figura en el mapa si no es por el habitual cartel para orientar en un cruce de carreteras locales. Es, pues, una carta íntima que me escribo a mí mismo para votar en la urna de la libertad obrera en que usted ha convertido su celda con admirable lealtad y sacrificio. Una urna que no necesita el refrendo de esa Constitución que los poderosos manipulan agónicamente como la única fuente de su poder frente al clamor de los desheredados a los que usted puso mantel y esperanza. No es, por tanto, este papel una carta dolorida por la derrota sino una papeleta electoral emitida con todo su valor creativo por el pueblo, que es el que sí sabe lo que quiere.

Duró poco la democracia tras la larga y cruel dictadura militar que padecieron los brasileños y que ahora retorna revestida con el negro y solemne sayón de los jueces, encargados de la renacida Inquisición que sigue funcionando bajo el conocido supuesto de salvar a las instituciones del riesgo del pueblo que como decían ciertos «ilustrados» es el sector de los «ciudadanos que no sabe lo que quiere». De esto entendemos mucho los españoles actuales, sometidos a un «jacobinismo de clase» que ha sido recargado con la energía del fascismo. Otra vez las persecuciones policiacas, de nuevo la violencia legal, creciente uso de la cárcel que aloja no solo a los que actúan con la ambición de la libertad sino a los que explicitan unas ideas que el Estado observa de través como si se tratara de prevenir el terrorismo.

Señor presidente, Latinoamérica ha vuelto a la dominación de quienes creen, con el apoyo de los nuevos sabios, que el honesto reparto de la riqueza entre los llamados ciudadanos de pala y pico –¿ciudadanos?– constituye una invitación a la destrucción de la gran «propiedad», base de la moral social y sabio motor de la «modernidad productiva», impulsora del crecimiento general. Eso lo sabe usted mucho mejor que yo, ya que ha sido usted quien rescató del hambre y de muchas otras penurias a millones de compatriotas sin más invención que hacer realidad el principio elemental de que los frutos del trabajo pertenecen a los que se inclinan duramente sobre la tierra o destruyen sus horas en la incertidumbre más inhumana de su porvenir. Por si ese triunfo que usted inicio no fuera bastante para los brasileños, éstos adquirieron una dignidad que les permitió ocupar plaza en el gran concierto de las naciones para convertirse en camino a seguir a fin encontrar una nueva luz. Usted, señor presidente, fue obrero que hizo del trabajo una renacida alegría que redimió lustros de opresión y desprecio. Dios sea la luz que alimente su retrato en la difícil y complicada historia del ennoblecimiento humano, que ahora vuelve a sufrir el ataque de quienes afirman nada menos que desde la Organización de Estados Americanos que habrá que destruir con las armas el foco de esperanza venezolano. Limpieza total.

Yo le escribo esta carta desde una Europa que va muriendo de asfixia institucional. Porque las instituciones no son herramienta noble al servicio del ciudadano sino cepos arteros donde la libertad queda encarcelada para evitar la auténtica soberanía de los pueblos, que hacen camino al andar, como dijo el poeta republicano.

Yo entiendo, como parece entenderlo plenamente usted, que las leyes surgen de la necesidad que está ahí, en el ámbito de cada hora. Subordinar esa necesidad a la ley inmóvil de unos explotadores dogmáticos constituye un crimen de lesa humanidad. Y ese crimen produce una respuesta en la que luego rebuscan los falsarios el delito del desorden. Sí; evidentemente no hay revolución sin riesgo de violencias o comportamientos censurables según una visión puesta en el punto cero del juicio, pero esos riesgos no son inmanentes de la violencia popular sino explosiones trascendentes producidas por una inacabable política de explotación. No hay nada tan vecinal y pacífico como una sociedad libre de leyes y constituciones provocadoras. Nada que busque más el acuerdo que una sociedad propietaria de sí misma. Usted, señor presidente, protagonizó en grado sumo esta política de integración en la justicia, pero esa justicia fue raptada, conservada y manipulada arteramente en el polvorín de los explotadores.

Mientras escribía esta carta se reunieron en Madrid Felipe González y José María Aznar, los dos grandes falsificadores de la soberanía popular. Como aquí se piensa a ras de tierra bastarán cuatro frases extraídas de esa reunión para saber lo que nos pasa, que es lo que pasa asimismo a los brasileños, que están encarcelados como usted, aunque los barrotes sean aún más duros.

Escuche usted, señor presidente, alguna de esas manifestaciones, que hablan por sí solas. Resumiré lo que pueda.

Señor González: «Nosotros hemos discutido en serio muchas veces, pero no se nos ha ocurrido nunca romper las reglas del juego».

(La política como juego, no como trabajo profundo de la inteligencia)

Señor Aznar: «Los sentimientos no generan los derechos. Las reglas se respetan».

(Los sentimientos determinan la vida. Sin sentimientos el ser humano es una máquina sin amor manejada por un robot diabólico al que han infundido una regla que anula la libertad ¿Es usted ese robot, señor Aznar?)

Señor González: «Cada generación quiere hacer su propia obra, como decía Jefferson».

(Seguro habrá querella por parte del señor Jefferson, al que el señor González ha convertido implícitamente en padre de la Constitución del 78, sin respeto alguno por su edad. Lo malo es que esa idea se la apropie la señora Arrimadas).

Señor Aznar: «¿Por qué un país que puede explicar una historia de éxito (como dicen en Lugo, manda carallo) pone en cuestión los pilares de este éxito que consiste en no mirar atrás y reconocer la pluralidad de la nación española?

(Primero, España siempre ha mirado hacia atrás. Quizá para comprobar si viene la Guardia Civil o el cardenal primado. Segundo, una nación nunca es plural, por eso justamente es una nación. Lo que puede ser plural es el Estado como ámbito. ¡Ay, esos estudios…! Tendría usted que hacer un máster, señor Aznar).

Señor González: «Se dice que uno de los pactos del régimen del 78 es el bipartidismo. ¡Fue lo que decidió la gente!».

(Otro máster. Este en psicología del entusiasmo. Lo que decidió el entusiasmo de la gente fue la muerte del genocida. Nadie leyó la Constitución. Los españoles creyeron que se había acabado el calvario; pero no).

Señor Lula, mi querido presidente. Usted es lo que nos queda para enarbolar la bandera universal de la libertad y la igualdad. Aunque esté usted en la celda mire por el ventanuco y diga con el poeta: «Azul de cielo/ y en la cuadrícula/ el meridiano y el paralelo». Porque, pese a todo, sigue siendo nuestra la geometría.

Un fuerte y respetuoso abrazo, presidente.

 
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Miquel Angel Soria

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Sep 25, 2018, 1:30:34 AM9/25/18
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Aquests dies recordem l'actitud de la policia mexicana per frenar la
lluita dels estudiants ara fa 50 anys. Clouria, el 2 d'octubre, amb
la matança de Tlatelolco.


Los errores del “izquierdismo”
Por Atilio A. Boron

El domingo 7 de octubre tendrá lugar la primera vuelta en las
elecciones presidenciales del Brasil. Todo parecería indicar que el
ultraderechista Jair Bolsonaro (foto) prevalecería en esa instancia,
pero sería derrotado en el ballottage por Fernando Haddad, quien fuera
elegido como candidato a la vicepresidencia por Lula y quien luego
conformó una fórmula con Manuela d’Avila, del PCdoB. De este modo, el
tan celebrado (por politólogos y “opinólogos” de los grandes medios)
“centro político” desapareció casi sin dejar rastros en Brasil. Es que
con políticas como las impulsadas por el régimen golpista de ese país
una opción centrista carece por completo de sentido. Ante la brutal
reinstalación de un neoliberalismo puro y duro con la gestión de
Michel Temer, como también ocurriera con Mauricio Macri en la
Argentina, pocas cosas serían menos razonables –¡y posibles!– que
apostar a un compromiso o un acuerdo entre quienes hoy gobiernan para
beneficio de una minoría opulenta y de los intereses imperiales y
quienes pretenden hacerlo para el pueblo y las grandes mayorías
nacionales. Resumiendo, es casi un hecho que la disputa final será
entre Bolsonaro y Haddad. Los representantes del “centro político”,
Marina Silva y Gerardo Alckmin, el gobernador del Estado de San Pablo
y delfín de Fernando Henrique Cardoso, se hunden en un 7 y 6 %
respectivamente en intención de voto y el versátil Ciro Gómez no logra
despegar de un tercer lugar cada vez más lejano de los punteros. En
los últimos días Bolsonaro cosechó el apoyo de importantes sectores
del establishment, dispuestos a cualquier cosa con tal de evitar el
retorno del “populismo” lulista al Palacio del Planalto. Pero aún así
el ex capitán del ejército, que dedicó su voto de destitución de Dilma
a su camarada de armas que la había torturado, concita el rechazo del
44 % de la población, lo que le impone un techo difícil de perforar.
Ante esta configuración de factores no sería extraño que Michel Temer
tuviera que entregarle las insignias del mando a Fernando Haddad el
próximo 1 de enero.

Ante ello, surge la pregunta: ¿cuál debe ser la postura de la
izquierda ante un ballottage entre una fuerza reaccionaria, xenófoba,
fascista y otra que representa una alternativa que sin ser radical
significa un movimiento en una dirección moderada de socialismo? Ya en
el pasado esta opción atribuló a las fuerzas de izquierda en Brasil,
cuando debiendo elegir entre la candidatura derechista de Aécio Neves
y la de Dilma Rouseff, optaron por la neutralidad. Poco después lo
mismo acontecería en la Argentina, cuando las alternativas eran
Mauricio Macri y Daniel Scioli. Y de nueva cuenta, la ultraizquierda
eligió el camino autocomplaciente de la pureza dogmática y el
descompromiso con las demandas y las necesidades de la clase
trabajadora y decretó, como antes en Brasil, que “ambos eran lo
mismo”. Pero ni Dilma era Aécio ni Scioli era Macri, y los sectores
populares con sus renovados sufrimientos y privaciones están
experimentando, de forma salvaje, las diferencias entre unos y otros,
negadas por el infantilismo izquierdista y su visión abstracta de la
política. Es que para una lectura talmúdica y antidialéctica del
marxismo, tanto Macri como Scioli, o Aécio y Dilma, eran políticos
burgueses y por lo tanto “daba lo mismo el triunfo de uno u otro”.
Franklin D. Roosevelt y Adolf Hitler eran políticos burgueses, como
hoy lo son Donald Trump y Bernie Sanders. Pero, ¿fueron, son lo mismo?
¡De ninguna manera! Y no se hace política con abstracciones de este
tipo; tal vez sirvan para enseñar un mal curso de ciencia política, o
de teoría marxista. Pero la vida real pasa por otro lado. La eficacia
de la acción política se encuentra en el arte de navegar en un mar de
sutiles matices y contradicciones, nunca en el diáfano lago de las
categorías abstractas, siempre “claras y distintas” como quería
Descartes. En su radicalismo retórico la ultraizquierda se desnuda
como tributaria de una visión de la política propia del liberalismo,
que concibe a la historia como el despliegue de los “grandes líderes”
y desecha por completo el entramado de fuerzas sociales en pugna,
mismo que, como se comprueba en el caso de la Argentina, establece
límites a lo que sus jefes pueden hacer. El genocidio de los pobres,
de los ancianos y de los niños en la Argentina que impulsa Macri es
posible porque la fuerza social que encabeza está dispuesta a
acompañarlo en tan funesta empresa. Aunque Scioli hubiese querido
hacer lo mismo –cosa que no descarto a priori– no habría podido,
porque su base social le habría impuesto límites infranqueables a tan
nefasta iniciativa. ¿Habrá que recordarle a la ultraizquierda que es
la lucha de clases la hacedora de la historia, no tal o cual líder en
particular?

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Volviendo a Brasil: lavarse las manos en el ballottage brasileño es
una política suicida para la izquierda radical que sería la primera
víctima de las hordas fascistas que comanda Bolsonaro. Para intervenir
en la coyuntura cualquier fuerza política o social debe partir del
reconocimiento de sus fortalezas y debilidades. Si la ultraizquierda
que hoy en Brasil proclama su “neutralidad” en la lucha electoral
hubiera acumulado una fuerza política capaz de disputar la presidencia
entonces el voto podría canalizarse en dirección propia. Pero ese no
es el caso, desgraciadamente. Las usuales críticas al “malmenorismo”,
que pretenden tapar el sol con un dedo, tratan infructuosamente de
ocultar esa debilidad de larga data y los límites de la desprestigiada
consigna del “tanto peor, tanto mejor”, porque si algo ha enseñado el
capitalismo en las últimas décadas fue su formidable capacidad de
metabolizar la protesta social y de erigir enormes obstáculos al
surgimiento de una conciencia y una organización política
anticapitalistas. El desconocimiento de esta realidad, el optar por la
neutralidad entre un fascista y, pongamos, un reformismo coherente
como el que representan Haddad y d’Avila sólo puede traer renovados
sufrimientos a las clases y capas populares del Brasil, dificultar aún
más la organización del campo popular y alejar todavía más las
perspectivas de una revolución anticapitalista. La penosa experiencia
argentina debería hacerlos reflexionar: Macri criminalizó la protesta
social y armó un formidable aparato represivo que dificulta
enormemente las imprescindibles labores de organización y
concientización de la clase. De triunfar Bolsonaro, ayudado por la
deserción de la ultraizquierda, la situación del campo popular en
Brasil sería aún peor. Eso, siempre y cuando, ante la perspectiva
irreversible de un triunfo de Haddad en el ballottage la derecha
brasileña no se anticipe a lo que sería un desastre para su proyecto
–por el cual destituyeron a Dilma, encarcelaron a Lula, instauraron a
un monigote como Temer para impulsar una legislación
ultrareaccionaria, etcétera– y decida postergar hasta nuevo aviso el
llamado a las urnas, o anulándolas en caso de que tengan lugar y
Bolsonaro sea derrotado, o provocando la destitución de Temer e
instaurando un gobierno de transición que “normalice” el país en un
plazo de dos o tres años, suficientes para inventar candidatos más
aptos que el ex capitán del ejército, desarticular lo que queda del
movimiento popular y desbaratar cualquier estrategia que éste pudiera
concebir para competir en las elecciones. Como es bien sabido, “el
lawfare” da para todo.

En su tiempo Lenin detectó sagazmente los errores del “izquierdismo” y
cómo, pese a sus intenciones, con su dogmatismo libresco retrasa en
lugar de acelerar el proceso revolucionario. El examen de la dolorosa
experiencia argentina debería ser un antídoto para erradicar
definitivamente la enfermedad infantil del “izquierdismo” que tanto
daño ha hecho a la causa de la revolución en toda Nuestra América. La
derrota de Bolsonaro es un imperativo categórico para las fuerzas
genuina y realísticamente empeñadas en la construcción de una
alternativa anticapitalista. Una vez consumada, las fuerzas de
izquierda deberán profundizar sus esfuerzos para, de una buena vez,
constituir una mayoría política y social -cosa que al día de la fecha
está largamente demorada- que impulse la necesaria radicalización de
un eventual gobierno del PT y sus aliados. Sé que toda esta
argumentación puede sonar como inaceptable, o “malmenorista”, para
algunos sectores del trotskismo, el anarquismo posmoderno y el
autonomismo de la antipolítica. Pero, como decía Gramsci, sólo la
verdad es revolucionaria, y a la hora del ballottage esa verdad se
impondrá con la inexorabilidad de la ley de la gravedad para impulsar
a las fuerzas populares del Brasil a impedir el triunfo de un
fascista. Salvo, claro está, que los compañeros del gigante
sudamericano me convenzan de que están en condiciones de conquistar el
poder del estado e imponer el socialismo por la vía insurreccional,
dejando de lado las trampas y maquinaciones de la democracia burguesa.
Sería una gran noticia, pero hablando con la franqueza que debe
caracterizar el diálogo entre revolucionarios, creo que esa
alternativa es, por el momento, absolutamente ilusoria y fantasiosa.
Y, además, paralizante y suicida.
La alcantarilla.jpg
Transición energética.jpg
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Tasos Anastasiou.jpeg

Miquel Angel Soria

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Sep 26, 2018, 1:30:42 AM9/26/18
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Mentre a la resta del país s'aixequen les catifes per mostrar les
restes de l'escombrada amagades, a Catalunya tot queda en discursos
institucionals, mentre les institucions segueixen fent vacances. Estic
totalment d'acord amb el titular de la Rosa María Artal.
Algú es dedicarà a fer política amb els gestos i no amb la boca?


La vida pública envenenada
Rosa María Artal

En España solo puede gobernar la derecha o inundan la vida pública de
crispación. La vieja máxima se está cumpliendo a rajatabla.
Optimizando los nuevos recursos. Ahora ya no van solo a envenenar el
estado de ánimo social sino a recobrar el poder a cualquier precio.

Desde el despliegue de Rajoy contra Zapatero algunos factores
fundamentales han cambiado. El principal, no el único, es cómo ha
quedado al desnudo el Régimen del 78. Con sus compromisos y
dependencias. Con una monarquía tocada a pesar de las trabas al
conocimiento que pone su inviolabilidad. Con su corrupción
institucional. Con la universidad de los máster VIP. Con una justicia
escandalosamente a la medida. Con la alarmante figura de las presuntas
mafias instaladas recopilando dosieres para la extorsión selectiva.

El proceso nos lleva a un PP que da la presidencia a Pablo Casado. Un
candidato capaz de defender con un desparpajo inaudito que el PP
valenciano puede enorgullecerse de su gestión en la comunidad,
obviando un legado de corrupción descomunal, detenciones, desfalcos,
prevaricaciones, fiascos que dejaron profundos agujeros en las arcas
públicas. Con tres presidents, trece consellers, tres alcaldes, y
numerosos cargos más imputados o en la cárcel. Es solo una muestra de
lo que el PP de Casado es y se dispone a hacer.

El de Rajoy también cuestionó desde el primer día al gobierno de José
Luis Rodríguez Zapatero. Lo tachó de ilícito porque ellos habían
pensado ganar y el electorado se hartó de su sucia manipulación de los
atentados del 11M. Por eso era ilícito. Los insultos de Rajoy a
Zapatero recorrieron el alfabeto completo desde acomplejado a bobo
solemne, desde chisgarabís y cobarde a grotesco, desde insolvente a
rastrero, desde traidor a turbio, veleidoso y zafio.

Le frió a preguntas –más de 200– en el Congreso sobre la conspiranoia
en torno a la autoría que se habían montado con El Mundo de Pedro J.
Ramírez y el resto del brazo mediático. Le organizaron varias
manifestaciones con apoyo de obispos y autobuses llegados a Madrid de
otros puntos de España para cuestionar leyes o la política
antiterrorista que, por cierto, terminó dando frutos.

Rajoy, como Casado, también aprovechó un viaje a Europa para denostar
al Gobierno español. En abril de 2009 y ante líderes del PPE. Solo le
dieron dos minutos de uso de la palabra y los utilizó para criticar al
ejecutivo del PSOE. Gracias a su asesor Moragas consiguió hasta una
condena del Partido Popular Europeo contra Zapatero, incluidos Angela
Merkel, Nicolas Sarkozy o Silvio Berlusconi. Misión cumplida.

Lo de Pablo Casado ha sido aún más patético. Como el chivato de la
clase, pillando al presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, en
un pasillo para soltarle: España es un desastre, es que este gobierno
socialista… Ese día confirmamos que nada positivo se puede esperar de
semejante persona. En el doloroso conflicto del Estado con Catalunya
afirmar que el independentismo negocia con la pistola encima de la
mesa es de una beligerancia ofensiva y profundamente irresponsable.
Pablo Casado es un pirómano y con él la democracia no está segura.

En este tiempo, el bipartidismo fue duramente cuestionado por las
consecuencias de sus políticas. Nadie quitó nada a nadie, ya lo habían
perdido. Y afloró en competición otra derecha, Ciudadanos, que en su
proceso mutante, desde un presunto centrismo, ha acabado también en el
radicalismo ultra del que en realidad partió. Sus líderes y lideresas,
en permanente campaña, comparten con el PP de Casado la estrategia de
crear crispación. Dispuestos a sacar jugo del contencioso con
Catalunya hasta de la piel de los limones.

Conviene recordar antecedentes y situar los hechos en su contexto
ahora que la trama del comisario Villarejo marca la agenda política.

La trama Villarejo

En este tiempo –y desde mucho antes– ha operado un siniestro
personaje, el comisario José Villarejo, hoy en prisión preventiva,
acusado de integrar una organización criminal dedicada entre otros
delitos a extorsiones, cohechos y blanqueo de capitales. Por sus
medallas, relaciones y reconocimientos parece que muchos utilizaron
sus servicios bajo mano. Nos dicen ahora con tierna inocencia que
Villarejo " destapó la vulnerabilidad de las bases de datos de la
Policía". Después de jubilado, sin tener en cuenta su vida en activo,
"tuvo supuestamente acceso al menos en 121 ocasiones a información
sensible para sus presuntas extorsiones". El sumario contiene
grabaciones de los trabajitos de extorsión que hacía, presuntamente, a
una selecta clientela. La crème de la crème.

El caso es que Villarejo grabó o adquirió supuestamente todo lo
susceptible de ser utilizado. A cambio de cuantiosas cantidades de
dinero, ese dato es esencial. Era un negocio. Presuntamente. Y habría
adquirido otras grabaciones de interés. Así supimos aquello de Corinna
y Juan Carlos I sobre lo que han corrido un tupido velo. Se lanzó como
presión, con sus voceros habituales. Hasta ahí llegaba el poder de los
extorsionadores.

La información por ese mecanismo está viciada. Aunque sea cierta. Muy
viciada. En mi opinión. Pero se da por válida y tiene consecuencias
por sectores. A Juan Carlos de Borbón no le afecta, a Dolores Delgado,
ministra de Justicia, sí. De igual modo que hay masters y tesis
tratadas con un doble rasero flagrante.

Villarejo celebró múltiples comidas y cenas sociales. A las que
asistió hasta Pablo Casado, según contaba Patricia López de Público,
que ha investigado a fondo las cloacas del Estado. A Dolores Delgado
la derecha y sus mecanismos le pusieron la proa desde el minuto 1. Y
no por comer con Villarejo, ni por la conversación que le grabaron,
nunca es ése el proceso. Se diría que buscan con qué atacar y lo
lanzan. En el cine negro lo hemos visto mucho.

Con el material para chantajes del que disponen pueden hacer caer…
casi a quien quieran. Y ésa es una poderosa razón para el silencio.
Para afianzar o dar el poder a quien quieran también sirve. Haya
comido, cenado o desayunado con Villarejo. O con los invitados a
otras cenas y meriendas de postín donde tanto se gesta también. Pedir
que dimita Dolores Delgado o cualquiera que tenga amistad con las
cloacas -que no es el caso de la prestigiosa fiscal-, como ha hecho
Pablo Iglesias, sería prácticamente dejar desierta la política,
notables sectores del periodismo y del poder. Y eso no va a pasar. No
así.

No estaría de más, de cualquier modo, que los altos cargos o posibles
altos cargos renueven sus votos de decencia y de prudencia.

Resumiendo: Las cacerías selectivas del aparato parten de grabaciones
hechas presuntamente por el Comisario Villarejo destinadas, según la
acusación, a extorsionar y cobrar. Para él o para otros por encargo.
Un país que se sustenta en eso para adoptar decisiones, tan
arbitrarias además, tiene un problema serio.

Al ministro del Interior de Rajoy, Jorge Fernández Díaz, le grabaron
en sus manejos de la operación Catalunya, en el propio ministerio, con
su gente. Montajes de falsos delitos contra políticos,
congratulaciones por "el hundimiento de la sanidad catalana",
fiscalías que afinan acusaciones. Y ahí lo tenemos, defendiendo en el
Congreso los huesos de Franco.

El problema es que la extorsión y el fomento de la crispación les
funcionan. La cacería da frutos.

Las redes sociales como amplificador

Las redes sociales, otro gran factor que no existía en la anterior
etapa, han venido a trasmitir y amplificar los mensajes. Soy defensora
a ultranza –y probada– de la libertad de Internet. El medio no es
responsable de nada, lo son en su caso las personas que lo usan.

El éxito de la estrategia es ya medible en las redes y en la calle:
repiten los mensajes de la derecha a veces hasta en el mismo orden y
entonación de los predicadores mediáticos. Desde el lumpen a las
estrellas Herrera y Alsina. Con el correspondiente surtido de
tertulianos de radio y televisión. Ya no hay más que tesis
presidenciales, ministras socialistas y catalanes malvados .

Es un cóctel envenenado. Van a por el gobierno del PSOE con las malas
artes ensayadas contra cualquier izquierda previamente. Crispación,
extorsión y elogio de la pasividad y la estupidez. En este país
obligado permanentemente a elegir el mal menor, lo último es ceder a
los chantajes. Y lo anterior permitir que se produzcan en un Estado de
Derecho.
Penosas explicaciones.jpg
Encuestas a favor.jpg
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Ropa de narcofosas.jpg

Miquel Angel Soria

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Sep 27, 2018, 1:31:24 AM9/27/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
La situació de paràlisi passarà a ser permanent? Serà Celia Villalobos
la única capaç d'ocupar el temps e no deixar volar coloms?
Quines preguntes més rares que em faig.
Recordeu la carta a Manuel Valls del diputat Jean-Claude Lefort, l'any
2013? No caldria recuperar-la?


Lola y la manzana
Elisa Beni

“Tú no quieres la verdad porque en zonas de tu interior de las que no
charlas con tus amiguetes, me quieres en ese muro”

Algunos hombres buenos

Toda mujer es Eva para el perverso. Toda mujer es la portadora del
fruto prohibido. La fuente del pecado, siempre. La causa de la caída.
Alguien ha decidido ahora que sea la ministra Delgado la portadora del
fruto envenenado para Sánchez y se han empeñado en que no sólo él
muerda sino que toda la sociedad española se emponzoñe con él. Lo
cierto es que cualquier debate público que se desprenda de un tal
lodazal está contaminado. Hay una teoría de derecho penal que se
denomina "del fruto del árbol envenenado" y que, resumiendo, viene a
decir que si hay una fuente de prueba que se haya obtenido ilegalmente
todo lo que penda de esa prueba queda invalidado. Borrado. Fuera del
proceso. Lo que procede de la mierda vuelve a la mierda y no puede
servir para nada limpio y menos para juzgar a las personas.

Metafóricamente, esto es perfectamente trasladable al asunto en el que
quieren envolver a la ministra y al Gobierno y mañana vayan a saber a
quién. Si algo que procede de fuente ilícita es capaz de invalidar
todo un procedimiento judicial ¡cómo no va a invalidar un debate
público! Si un asesino, un violador, un traficante no puede ser
condenado con pruebas de un origen turbio; si la mínima garantía exige
que las pruebas sean adveradas, que sean peritadas para evitar
manipulaciones, si eso mismo está obligado a hacer el periodismo,
¿cómo vamos a basar una exigencia de responsabilidad política, de
honestidad personal, en algo aún con peor sustento?

Sabemos que hay alguien intentando hacer su voluntad mediante medios
envenenados. No entiendo que nadie en su sano discernir pueda plantear
que lo más limpio es darle lo que pide y aceptar sus condiciones. Esto
sólo es posible si hay a quienes nuestra sana convivencia democrática
les importa menos que la consecución del poder y ¡ojo! pues hasta
estos podrían verse envueltos en la ciénaga. Es más, a todos los
efectos, hasta el contenido debería resbalarnos, pues no tiene más
relevancia real que la de un rumor.

Exactamente eso es lo que nos han dado. Primero intentaron insinuar
que había una sombra de cohecho sobre una fiscal y un juez y esto fue
desmentido tajantemente por la propia Fiscalía de la Audiencia
Nacional y por el organismo internacional implicado. Aparcaron esa
historia rota y acudieron ya a la víscera, a esa que rezuma olor a
cavidad y que siempre encuentra receptores en esa pituitaria ancestral
que unos reprimen y otros azuzan. El Parlamento no es lugar para esta
evisceración y ninguna limpieza del espacio público puede apoyarse en
esa corrupción.

El control del poder y la exigencia de responsabilidad precisan que se
produzca el descubrimiento de un hecho inaceptable producido en el
ámbito del poder o bien de un hecho anterior que denote
comportamientos inapropiados para el ejercicio del cargo que no se
conocieran antes. Aceptar como dádiva un título universitario es uno
de esos casos, ser lenguaraz en una comida diez años antes, no.

Dicen algunos que quieren marcar músculo político que nadie que haya
tenido relación con tipejos puede estar en un gobierno y podrían
llevar razón, pero para eso tendríamos que definir qué es un tipejo y
qué es estar a su lado. Hemos tenido hasta gobiernos de tipejos. El
comisario Villarejo no sólo no fue siempre un proscrito del sistema,
sino que fue un puntal alabado del mismo. De ese sistema que se parece
al muro del que hablaban en Algunos hombres buenos y que fue no sólo
tolerado sino ensalzado cuando en este país se peleaba con saña por no
sucumbir ante el terrorismo de ETA u otras amenazas. En aquellos años,
Villarejo era sin duda un tipo oscuro y del que se podía pensar que
andaba en las lindes pero del que no se sabía que fuera un criminal
que hubiera montado todo un sistema de enriquecimiento y chantaje a
cuenta de sus trabajos para el Estado. Él sí sabía a qué se dedicaba,
claro, y él sí que buscó acercarse a todos aquellos puntos de poder
que eran de su interés.

La ministra comió alguna vez en grupo con él, otros muchos fiscales y
jueces lo hicieron, políticos y periodistas. Muchos magistrados y
fiscales a los que admiran muchos españoles, del Tribunal Supremo, del
Tribunal Constitucional, también de la Audiencia Nacional participaron
en cursos y conferencias auspiciadas por él desde un instituto
denominado Schola Iuris. ¿Era sospechoso un policía condecorado por
los gobiernos de todo signo? ¿Todo el que se relacionó con él está
contaminado? Todo eso lo digo con la tranquilidad de que yo, que soy
una mindundi, y que nunca me he topado en mi vida con él, puedo
responder que no.

Lo que sí conocí fue a las gentes de la Audiencia Nacional durante
catorce años. Por eso puedo decirles que las relaciones dentro de un
tribunal que era una isla en sí mismo y en el que habitaban como
endemismos egos y personalidades de toda dimensión, eran relaciones
humanas de doble signo: uno el que unía por las dificultades
personales que tal trabajo producía para todos y otro el de las
diferencias de criterio, amistades y enemistades y luchas de poder que
se entrecruzaban de por medio. Como en todas partes, pero aumentado
hasta el infinito. No descubriré nada si digo que lo mismo que grabó
el infame o parecido se dijo de los ahora protagonistas en otros
círculos y que hay que saber muy bien cómo cambiaron las alianzas y
cómo voltearon amistades y enemistades para interpretar lo que
pretenden que oigamos. No tiene sentido. Era otro tiempo, otras vidas,
otras cuestiones. Ni las personas ni sus formas ni sus relaciones son
las mismas desde hace mucho tiempo. El fruto está envenenado y además
proviene de una ouija.

Lo que no practico para mi vida privada no lo quiero para la pública.
Me enseñaron muy pronto a no dar pábulo a los rumores, a no dar
credibilidad a quien no la tiene, a no pedir cuentas sino de lo que
pertenece al espacio común. Aprendí ya como periodista a diferenciar
lo que tiene interés informativo de lo que no. Lo que cada uno piense,
lo que diga sin pensar, lo que no piense pero diga en espacios
privados allá cada cual. Azoten o falten. Lo hagan con otros o
conmigo. No pueden convertir el espacio democrático en el espacio de
venganza de los criminales ni en un patio de porteras porque este país
no lo merece por muchos réditos que piensen algunos que puede darles.

Eso sí, denle a la bestia la sangre que reclama y estén seguros de que
siempre volverá a por más.

* * *

Sudáfrica: de Sharpeville a Marikana
Alejandro Nadal

Una distancia de 180 kilómetros separa las localidades de Sharpeville
y Marikana en la provincia de Gauteng, Sudáfrica. Por la carretera N1
el recorrido toma menos de dos horas. Pero por un trágico paralelismo,
la distancia histórica entre ambos lugares es mucho más corta. Ambos
sitios han sido escenarios de terribles masacres en contra de una
clase trabajadora que sólo aspiraba a mejorar sus condiciones de vida
luchando por medios no violentos.

La mañana del 21 de marzo 1960 una manifestación pacífica en contra de
la ley de pases llegó hasta el centro de Sharpeville. Esa legislación
imponía rígidos controles sobre el desplazamiento de la población
negra en todo el país. Esa norma era una pieza importante en la
política de segregación racial que desde 1948 buscaba consolidar el
dominio de la minoría blanca. Los pases oficiales muy rápidamente se
convirtieron en rutina odiosa para la población negra. A lo largo de
la década de los años 1950 el Congreso Nacional Africano (CNA)
organizó movilizaciones pacíficas para luchar contra el sistema de
pases, así como el régimen de localización forzosa de la población
negra en los townships, que no eran otra cosa que tugurios en los que
el hacinamiento y la miseria convivían con la represión como hermanos
gemelos.

Ese día la policía abrió fuego contra los manifestantes y cuando
cesaron los disparos 69 personas yacían muertas, incluyendo mujeres y
niños. Otras 180 habían sido heridas por las balas. Para tratar de
controlar la indignación que siguió la matanza, el gobierno impuso el
estado de sitio e intensificó la represión, proscribió el CNA (que
pasó a la clandestinidad) y en unos cuantos días arrestó a más de 11
mil personas. El nombre de Sharpeville recorrió el mundo, atrayendo la
atención sobre el oprobioso régimen del apartheid y la lucha de la
mayoría negra.

En los años que siguieron a la masacre, la lucha contra el apartheidse
recrudeció. Y en el plano internacional, a pesar de que Pretoria tenía
como aliados a Inglaterra y Estados Unidos, el aislamiento del
gobierno sudafricano se convirtió en pesadilla para la minoría blanca.
En el frente interno, el CNA siguió proclamando la nacionalización de
minas y fábricas, así como una profunda reforma agraria, como
estrategia para dar el control de la economía a la mayoría negra.

La lucha culminó en 1990. Ese año el gobierno de Sudáfrica legalizó
las actividades de los partidos políticos que se habían opuesto al
apartheid y comenzó a negociar el final del régimen que había
institucionalizado la segregación racial. En las elecciones de 1994,
el CNA (en coalición con la Confederación de Sindicatos y con el
Partido Comunista Sudafricano) obtuvo más de 62 por ciento de votos.

La adopción de posiciones cercanas a los postulados del neoliberalismo
comenzó desde la transición y se consolidó al aprobarse la nueva
Constitución en 1994. Desde entonces cada gobierno contribuyó a
colocar candados legales e institucionales sobre la economía del país,
con el fin de hacer más difícil modificar el entramado de la política
económica neoliberal. Al final del mandato de Nelson Mandela, primer
presidente democráticamente electo en Sudáfrica, el neoliberalismo ya
se había convertido en la estrategia económica de la nueva república.
Sus sucesores (Thabo Mbeki, Jacob Zuma y Cyril Ramaphosa) continuaron
profundizando el proceso. Zuma y Ramaphosa han estado involucrados en
graves escándalos y acusaciones de corrupción.

Aquí es donde Marikana entra en la historia. En esa localidad se
encuentra la mina de platino del consorcio británico Lonmin, ubicada
en la faja de Bushveld, que contiene las reservas más importantes de
ese metal en el mundo. En esa socavón más de 3 mil mineros iniciaron
una huelga por mejores salarios el 10 de agosto de 2012. Cuatro días
más tarde un contingente de la policía abrió fuego contra los
trabajadores, matando a 36 e hiriendo a 78. Ese fue el peor acto
represivo desde que terminó el régimen del apartheid.

Posteriormente una comisión de investigación encontró que la mayoría
de los muertos había recibido disparos por la espalda. La misma
comisión reveló que al iniciarse la huelga en Marikana, la empresa
Lonmin había solicitado la intervención de Ramaphosa para tratar de
controlar a los mineros. Era un paso natural, pues ese personaje había
pertenecido al consejo de administración de esa y otras empresas. Cabe
recordar que uno de los instrumentos preferidos de cooptación
consistió en invitar a los altos cuadros del CNA a formar parte del
consejo de algún grupo corporativo.

La gran diferencia entre Sharpeville y Marikana es que en el segundo
caso fue el mismo gobierno del CNA el responsable de la masacre. Eso
permitió a muchos hacer la conexión entre la desigualdad y pobreza que
hoy imperan en Sudáfrica, la herencia del apartheid y la brutal
explotación a la que hoy está sujeta buena parte de la población. En
Marikana, Sudáfrica descubrió que detrás del apartheid siempre había
estado la lucha de clases.
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Miquel Angel Soria

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Sep 28, 2018, 1:30:31 AM9/28/18
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Llegeixo a Página 12 un titular esfereïdor, que no necessita
comentari: Si ves al futuro dile que no venga.
Es podria fer una tesi doctoral d'aquelles que només tenen títol.

¿Se puede insultar a Dios y a la Virgen María?
Javier Pérez Royo

Dios y la Virgen María son susceptibles de ser insultados. Saber qué
es Dios es completamente imposible. Tampoco es posible saber qué es la
Virgen María, aunque es obvio que existió una mujer llamada María,
madre de Jesús. Pero una cosa es la persona física María, madre de
Jesús, y otra muy distinta la Virgen María. Como persona física madre
de Jesús, María no pudo ser virgen. En consecuencia, la Virgen María
no es la persona física que dio a luz a un hijo, sino una "invención"
de un credo religioso.

Ahora bien, si no es posible saber qué son Dios y la Virgen María, sí
podemos saber con seguridad lo que no son. No son "personas" en el
sentido en que es definido este concepto en el Código Civil. Y sin el
concepto de persona no se puede operar en el mundo del derecho. Es la
condición sine qua non para que pueda existir una relación jurídica.

Al no ser "persona", al no haberlo podido ser nunca, porque Dios y la
'Virgen' María son 'invenciones', carentes de soporte físico, no es
posible que puedan ser insultados. Ni por Willy Toledo ni por nadie.
Nadie podrá demostrar jamás que Dios y la Virgen María se han sentido
insultados.

Los interrogantes se imponen: ¿puede alguien sentirse insultado porque
sus sentimientos religiosos le conducen a creer en la existencia de
unos seres que no pueden ser insultados? ¿Con qué legitimidad procesal
puede actuar alguien en nombre de Dios y de la Virgen María? ¿Donde
está el poder en términos jurídicos para poder actuar ante los
tribunales de justicia en nombre de Dios y de la Virgen María? ¿Cómo
acredita un ciudadano que está jurídicamente legitimado para denunciar
a otro por haber insultado a Dios y la Virgen María? ¿Podría el Papa
o, en su defecto, el obispo de la diócesis correspondiente otorgar
jurídicamente un poder para que un católico pudiera actuar ante los
tribunales de justicia de cualquier país ante un insulto a Dios y la
Virgen María?

La legitimidad procesal no la puede tener cualquier ciudadano por el
hecho de considerar que él tiene esos sentimientos religiosos. Alguien
con autoridad para confirmar la existencia de tales sentimientos
religiosos tiene que intervenir. En una Iglesia jerárquicamente
ordenada, como es la Iglesia Católica, únicamente puede ser un Obispo,
el de Roma o el de alguna de las diócesis. El abogado de Willy Toledo
debería exigirle al juez que exigiera el poder con base en el cual los
denunciantes tienen legitimidad procesal para hacer la denuncia.
¿Habría algún Obispo que estuviera dispuesto a otorgar un poder
general para pleitos con este objeto y, en el caso de que lo hubiera,
habría algún notario que aceptaría poner su firma tras una escritura
de poder para pleitos con tal contenido? Los interrogantes pueden
multiplicarse hasta el infinito.

La construcción jurídica del tipo delictivo de ataque a los
sentimientos religiosos es imposible. Políticamente se puede decidir
la persecución de lo que se considera un ataque a los sentimientos
religiosos. Las caricaturas de Mahoma, es un ejemplo inequívoco. Pero
jurídicamente, no es posible hacerlo. El sentimiento religioso es, por
definición, individual. No es objetivable. No puede, en consecuencia,
convertirse en el presupuesto de hecho de ningún tipo delictivo. Nadie
puede convertir 'su' sentimiento religioso en un bien jurídico que
permita activar el ius puniendi del Estado.

Una cosa es la negación del holocausto y otra muy distinta cagarse en
Dios y en la Vigen María, la procesión del coño insumiso o hacer
caricaturas de Mahoma. Lo primero es la negación de un crimen de lesa
humanidad, que tiene conexión con un fenómeno religioso, pero que no
se condena por la conexión con ese fenómeno religioso, sino por el
carácter inequívocamente criminal de la operación de exterminio de los
judíos, cuya veracidad se niega. Lo segundo es una manifestación de la
libertad de expresión, que puede resultar desagradable a determinadas
personas, pero nada más. Las caricaturas de Mahoma, la procesión del
coño insumiso y el cagarse en Dios y la Virgen María tienen el mismo
estatuto jurídico. Es libertad de expresión y no un acto constitutivo
de delito.
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Miquel Angel Soria

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Oct 1, 2018, 1:31:34 AM10/1/18
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Fa un any que a aquestes hores ja estàvem esperant l'aparició d'algun
tipus de policia que impedís realitzar allò que, des de la mort del
dictador, havíem fet amb tota normalitat. Aquí no va passar res, però
això no evita que recordi a Joaquín Sabina, cantant al final de El
muro de Berlín: "Siempre que luchan la KGB contra la CIA gana al final
la policía".


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
UN PARLAMENTO MESOPOTÁMICO

Antonio Álvarez-Solís hace en este artículo algunas reflexiones sobre
el lenguaje no verbal de algunos parlamentarios del Congreso español,
para finalizar haciendo una propuesta para hacer frente al uso de los
«lenguajes y gestos indecentes».

2018/10/01

El aspecto y comportamiento de los parlamentarios españoles más
destacados desde la Constitución de 1978 me ha obligado reflexionar
muy seriamente sobre la restauración científica de la fisionógmica,
ciencia juzgada hoy como obsoleta, basada en que puede conocerse el
carácter, personalidad o ideas de un individuo por medio de sus
comportamientos o rasgos físicos exteriores, sobre todo de su cara.

Ante todo, ya que lo expreso así con frecuencia, he de insistir en que
se trata de reflexionar seriamente, ya que en España emplear el verbo
reflexionar sin el aditamento de la seriedad no ofrece garantías
sólidas. Aquí la española cuando besa es que besa de verdad

La fisionógmica fue descubierta en Mesopotamia, cuando Mesopotamia era
Mesopotamia, pero fue manejada auxiliarmente por algunos médicos
europeos hasta hace unos años. Luego desapareció de la ciencia. Y a mí
me parece que prematuramente.

He seguido casi todos los plenos de las Cortes españolas y la
asociación de lo que dicen algunos parlamentarios con el gesto que
emplean para decirlas me retorna a ciertas consideraciones de la
fisiognomía, lo que no significa ofensa alguna sino una invitación a
sacar consecuencias útiles de esta equivalencia entre el gesto y el
contenido de lo que se dice a fin de clasificar el talento del orador
o de la oradora de turno. He de decir que a la oratoria parlamentaria
actual han hecho aportaciones muy novedosas una serie de señoras que
han añadido al contenido intelectual de su discurso la gracia de
movimientos de lo definitoriamente femenino, como popularizaron las
zarzuelas. El debate entre la ministra de Defensa y una serie de
diputados acerca del eutrapélico Sr. Marlaska, ministro del Interior,
se convirtió en viral, aunque no acierto a saber lo que quiere
expresar este término que más bien parece apropiado para su uso en el
marco sanitario. Es más, yo no creo que deba llamarse debate a lo que
aportaron los diputados que participaron en el encuentro que yo
prefiero calificar de gresca.

En cualquier caso bueno será añadir ciertas consideraciones sobre
movimientos corporales y gesticulaciones que no contribuyen nada a dar
hondura a lo que se está debatiendo nada menos que en el parlamento,
cuyos miembros, aparte de dotarles de un ejemplar de la Constitución
debieran recibir una cartilla de buenas maneras sociales para
convertir en un valor sustancial la convivencia parlamentaria. De
aceptar esta sugestión mía me permito recomendar el librito que los
Hermanos Maristas editaban en Edelvives y que desapareció con el
Movimiento Nacional, que prefirió dar preferencia a la muerte por la
patria a denostar gestos tan disolventes como escarbarse la nariz
durante la misa y otras reuniones colectivas de parecida importancia.
Al fin y al cabo morir por la patria constituye un acto poco
frecuente. No sé si lograré convencer de esto que sostengo a Willy
Toledo, que es un teólogo a la inversa agobiado quizá por un
estreñimiento pertinaz.

Yo no digo, y así Dios me salve, que para ser diputado haya que ser
ilustrado, sino que solo reclamo ciertas posturas y convenciones que
sirvan a los ciudadanos españoles para desfilar amicalmente hacia sus
respetables domicilios tras asistir, por ejemplo, a un encuentro de
fútbol. España tiene derecho y aún obligación a otras indignaciones
más valiosas dada la triste situación en que vivimos. Por ejemplo,
entiendo que se llegue a tirar aviones de papel contra los coches de
la Guardia Civil, como al parecer ha denunciado el cuerpo policial en
su lucha contra el terrorismo separatista, que quiere romper España,
que al parecer está elaborada con una cerámica mal cocida.

La política, según Nietzsche, solo tiene por objeto robustecer el
Estado –sea cual sea el Estado– frente al pueblo que padece. Por eso
las protestas populares se alimentan de una libertad que los Estados
–aristocráticos, capitalistas, socialistas o comunistas– aborrecen
porque trata de destruir un poder que siempre representa a una minoría
opresora movida por el mismo egoísmo, la misma maldad e idéntico afán
de esclavismo. En este momento histórico ese poder, que se siente al
borde de su acabamiento, se manifiesta y delata en el lenguaje
envilecido y alborotador de sus dirigentes; lenguaje del que quiero
decir algunas cosas bajo mi manzano solitario y al tiempo que regalo
un puñado de alpiste a mis gorriones que pían siempre con la misma
cortesía.

Dada la miseria moral con que proceden los Estados, delatada desde los
tiempos de la vieja Grecia –Sócrates prefirió envenenarse a pervivir
en otro Estado–, yo quisiera proponer un armisticio ante el uso de los
lenguajes y gestos indecentes a fin de que el ciudadano corriente
pueda vivir y morir debidamente sedado. ¿En qué consistiría ese
armisticio, que debía poner en marcha el Parlamento para resaltar su
ejemplaridad? En poca cosa: uso de movimientos reposados –para huir de
esos meneos de lonja pescatera, tan propios en su verdadero lugar–;
alguna solemnidad en el manejo protocolario –con expresiones como
«siga usted, por favor»; severidad y prudencia en el juicio –«aunque
lo sea, nada obsta a su parecer político que sea usted maricón, cosa
muy respetable en el Renacimiento»–; cierta ceremonial en la cita de
estadísticas, omitiendo versos como aquellos dedicados a un
parlamentario en tiempos anteriores: «Sr. Don Manuel Garay/ usted nos
está engañando/ usted nos está robando/ el poco dinero que hay»; una
visible gravedad en las acusaciones: «No diré que nos engaña/ pero
parece verdad/ que no fue a la Facultad/ para gobernar España»…

Uno no trata ya de que España sea un ejemplo de rectitud. Eso nos
dejaría en muy mala situación en Bruselas. Se trata de que las chicas
no se quiten el sostén ante la Virgen del Perpetuo Socorro. Se trata
de que no meen en los cementerios a falta de programa político. Se
trata de que se peinen debidamente en la apertura de la legislatura.
Se trata de que las niñas hagan caca y los niños no hagan caco, que ya
hay de sobra en ciertas instituciones bancarias…

En una palabra, se trata de que las familias españolas no tengan que
encerrar en el baño al hijo mayor, diputado, porque hay visita y no
vaya a meter la pata cuando el cabeza de familia diga aquello de:
«Este es el retrato de mi tatarabuelo que al parecer tuvo algo que ver
con una señora que descendía de Guzmán el Bueno».
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Miquel Angel Soria

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Oct 2, 2018, 1:31:47 AM10/2/18
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Avui fa 50 anys de la matança de la Plaça de les Tres Cultures
(Tlatelolco) a Ciutat de Mèxic. La Comissió de la Veritat, creada amb
el temps, ja comptabilitza més de 300 morts, 700 ferits i 5.000
detinguts. Una festa pels paramilitars i els militars!


De títeres y cabezas
Hermann Bellinghausen

Una de las aventuras poéticas más singulares de la actual lírica en
México es la de Arturo Dávila (1958), quien durante dos décadas ha
creado un cuerpo de sólidas sátiras que, como corresponde al género,
no dejan títere con cabeza. Deliberado y consciente, toma prestado o
roba abiertamente ideas, golpes verbales y versos-hechos-idea de una
diversidad de autores que, en torno a sus versos desvergonzados,
adquieren cierta unidad imprevista. En su principio está su fin, en
los feroces versos de Juvenal, Marcial, y el fino y procaz Catulo.
Pero es en la realidad, en su aquí y ahora, que las Sátiras (Hiperión,
Madrid, 2018) muerden mejor. Dávila se cura en salud con un epílogo
explicativo para quien lo leyere donde exhibe trucos, fuentes y
costuras, se delata y uno lo agradece con provecho. Mas la fuerza de
la colección reside en que no necesita ninguna explicación para
decirse en elocuentes burlas, maliciosas insinuaciones, ironías y
soplamocos dirigidos al amigo que trepó al poder traicionando sus
principios, la mujer que desdeñó al poeta para casarse con un sucio
político, el mal poeta que prospera en la corte y en las encuestas.

Vienen a parar al deshuesadero de Dávila ideas, traducciones por la
espalda, paráfrasis y parodias de los satíricos latinos, o bien Ezra
Pound, Oscar Wilde y Coleridge, pero sus aguas mayores fluyen del
castellano, con Borges y contra Neruda, ¿o al revés?, con y contra
Góngora, en guardia ante Quevedo, en sintonía con Girondo, Cardenal,
Reyes y destacadamente, ya que lo menciona, Efraín Huerta, sea el
furioso, sea el chistoso. Compuesta por tres libros (Catulinarias,
publicado en 1998; Poemas para ser leídos en el Metro, de 2003, y el
inédito La cuerda floja), la trilogía de Sátiras es quizá la primera
bocanada de aire lúdico en nuestra poesía desde los Poemínimos,y
aunque no los mencione (ni tendría por qué hacerlo), se alimenta de
los desenfados de Leduc y Novo.

Nacido en Ciudad de México, Dávila lleva una vida académica en
Oakland, donde radica hace años. Quizá la distancia, suerte de
autoexilio, lo salva de ataduras para reírse de sí y de nosotros,
pasar demoledoras facturas y explotar nuestros ridículos prójimos.

Hoy que el insulto pobre y malsano se practica en masa, que los haters
son legión y la verdad es lo que menos importa, la cuidada poesía de
Dávila, con su humor elegante, ofrece un antídoto muy recomendable al
veneno contemporáneo.

Estudioso de José Revueltas, Miguel Hernández, y ahora del náhuatl,
realizó la edición crítica de Homero en Cuernavaca, de Alfonso Reyes,
a quien ha dedicado atentísimos ensayos. Sin extremar sus
pretensiones, se mueve en la literatura como pez en el agua. Me
cuentan que te gustaron mis poemas / (algunos) / y que te hicieron
reír: / si supieras quién los inspira / tal vez te hicieran llorar.

Se dice jugador de carambolas verbales, préstamos literarios e
intertextualidades que busca renovar lo viejo. Se gasta una broma
poscolonial a don Luis de Góngora y Argotealabando la belleza de una
muchacha morena, nativa de América: oh púrpura morena oh mora roja. Y
aunque las musas se hagan parcas, de pronto sueltan un chiste, que no
es poco en poesía como supo Efraín: Caco vio el auto nuevo de
Patricio. / Patricio nunca vio su auto de nuevo.

Cada poema un personaje, o dos, una lápida para reputaciones y
vanidades, una crítica que evita la carcajada. El cisne muere al
cantar, / Ligia, / cuenta la mitología griega: / hay quienes tendrían
que morir / antes que atreverse a cantar. O Juan quiere casarse con
Juana / porque es muy inteligente, / pero Juana no quieres casarse con
Juan / porque es muy inteligente. Reclama a Claudia huir de sus besos,
pero no escaparás de mis versos advierte, otros te verán envejecer, /
jinetes serán de tu blancura.

Política, economía, sexo, noticieros, la historia y la literatura
caben aquí. Reír de la amargura otorga un seguro de vida poética.
Confiesa Dávila: “Escribo poca poesía y me conformo con una que otra
visita esporádica de las musas. Me interesa más ser feliz que ser
poeta, y prefiero terminar como fray Luis de León, ‘ni envidiado ni
envidioso’”. Para referirse a su generación de viejóvenes se ampara
una vez más en Reyes: Que cada quien siga escribiendo sus poemas; ya
Dios escogerá los suyos.


* * *

Postales estadunidenses
David Brooks

A veces la luz está brillando sobre mí / Otras veces apenas puedo ver
/ Recientemente se me ocurre: Que viaje tan largo y extraño ha sido…”:
Grateful Dead

Nos despedimos de Chicago y cientos de kilómetros más hacia el oeste
visitamos a dos amigos que viven en una granja en Wisconsin, un estado
históricamente progresista pero que en años recientes se volteó hacia
la derecha. Nos explicaron que el giro político se debía al fracaso de
los demócratas y progresistas en cumplir con su compromiso de defender
a los granjeros. Recordaron que el país perdió en sólo unas tres
décadas 9 millones de granjas familiares, se impuso en su lugar un
modelo corporativo de agricultura masiva donde ahora aproximadamente
un millón de personas son responsables de casi el total de la
producción agraria del país.

Pero lo que más les sorprende ahora aquí es una creciente corriente
progresista que rechaza la cúpula política y que se identifica con el
socialismo democrático de Bernie Sanders. En una reunión del Partido
Demócrata local a la cual llegaron para medir las cosas, unas mujeres
de la tercera edad les preguntaron que qué tipo de demócratas eran,
que si eran de Hillary, y cuando respondieron delicadamente que más
bien tipo Bernie, los abrazaron exclamando, ahora sí podemos hablar
clarito. Poco después, mientras uno atendía una mesa del Partido
Demócrata local en una feria rural, le preguntó a una joven de 16 años
que estaba dando vueltas por ahí si le interesaba la política.
Respondió firmemente que en 2020 ya podré votar y vamos a echar a
todos estos, y lo voy hacer en honor de Elizabeth Cady Stanton (la
filósofa y líder del movimiento de las mujeres por el voto en el siglo
XIX) y porque se cumplirá el centenario de que las mujeres
conquistaron el derecho al voto en este país. Lo dejó callado, me
estaba dando una lección de historia.

Comentan que “durante décadas evitamos usar la palabra ‘socialismo’
para no asustar y obstaculizar el trabajo de organización, y ahora
resulta que es la palabra necesaria en el trabajo político local
aquí”.

De ahí pasamos por los llanos de Minnesota y Dakota del Norte,
paisajes que contienen largas historias de luchas de inmigrantes
escandinavos; de granjeros, mineros, ferrocarrileros y empacadores de
carne. Por aquí se oyen los ecos de antiguas luchas indígenas y las
contemporáneas: al sur, Wounded Knee, símbolo de resistencia indígena
en el siglo XIX como en el XX; al norte, la histórica movilización de
Standing Rock hace poco mas de un año.

Pasamos por Idaho, un cachito de Washington y llegamos a la costa de
Oregon. Estaciones de radio nos ofrecían un licuado de mensajes
antimigrantes, programas cristianos con reverendos tratando de
convencernos de que no era demasiado tarde para encontrar a Jesús (y
enviarles donativos, mientras) y, de repente, radio en español con
música, noticias y chismes mexicanos. Un espectacular en la carretera
afirmaba: Jesús sí existió, más allá de la duda razonable. Bueno
saber. En una gasolinera perdida en medio de la nada se anunciaba
Coca-Cola hecha en México.

Oregon es tierra de John Reed y una gran tradición anarcosindical
importada por inmigrantes europeos. El sindicato de estibadores en la
costa fue fundado por comunistas (el primer líder fue un australiano)
y sigue entre los más progresistas. En el pueblito turístico de
Yachats en la costa hay una panadería que se llama Pan y Rosas. Ahora
esas mismas luchas, para pan y rosas también, son libradas por
mexicanos y otros latinoamericanos, entre otros inmigrantes.

En Portland platicamos con una extraordinaria luchadora por los
derechos civiles, antiguerra, ambientalista, sindicalista desde los 60
hasta hoy día, quien nos contó cómo los jóvenes, junto con veteranos
de luchas sociales, están creando un mosaico, aún fragmentado, de
rebeliones unidas por un furioso noa lo que ahora se ha impuesto en el
poder, y que de ahí esta brotando tal vez la última esperanza para
este país en esta coyuntura.

En este viaje por una de las épocas más oscuras de este país, de
repente se asomaba la luz del alba.
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El Máster de Casado (y II).jpg
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Miquel Angel Soria

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Oct 3, 2018, 1:32:33 AM10/3/18
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D'aquí uns dies veurem com es van concretant les diferents amenaces.
Hi ha alguns que sí les compleixen.


Lo siento mucho, no lo volveré a hacer. O sí.
Rosa María Artal

Diez años después del estallido formal de la crisis financiera
internacional nos encontramos con otra aún más preocupante, si cabía.
El FMI confiesa –ellos dicen alerta – una deuda global récord, un 60%
mayor que en 2007 en los movimientos previos que precedieron al
derrumbe financiero. Son 182 billones de dólares, 156 veces el PIB
español, y creciendo vigoroso al ritmo de 18 billones de dólares desde
la primavera.

Una sociedad aturdida y crispada atiende los cantos de sirena de
quienes causaron la crisis y borran su memoria, reforzados ahora por
una deriva ultraderechista que recorta libertades y democracia como
absurda panacea. Diez años después de la llamada crisis hay más
desigualdad, más precariedad en los más débiles, y la sombra del
fascismo empieza a nublar el cielo por su tamaño.

Atribuye el FMI la causa central al proteccionismo estadounidense que
aboca a una guerra comercial. Los más perjudicados son la UE y los
países emergentes. Solo que olvida decir que Trump es hijo de sus
salidas a la crisis de 2008 y que la UE sufre las secuelas del
errático tratamiento que aplicaron. Mejor dicho, errático no, sabían
perfectamente lo que hacían.

Grecia es el símbolo y la víctima. Tenemos un país al que los
gobiernos conservadores y socialistas, de Nueva Democracia y PASOK,
han dejado en bancarrota. La quiebra se produce con el gobierno de ND
y tras falsear las cuentas en su día para entrar en el Euro con ayuda
de Goldman Sachs. La empresa que empleó a Mario Dragui, el que ya es
presidente del BCE, y forma la Troika, con el FMI, y el Consejo
Europeo, los jefes de gobierno de la UE.

En un informe interno de hace algún tiempo, el FMI reconocía que
sacrificó a Grecia por presiones políticas para proteger a los bancos
–principalmente franceses y alemanes – expuestos a la deuda griega.
Estamos en 2010 cuando la tragedia empieza. Ocurrió en directo ante
nuestros ojos y lo contamos, pero las presiones seguían desviando la
atención. Fue la época en la que se echaban presidentes para poner
empleados del poder financiero. El tiempo en el que se coaccionó a
Grecia para que no eligiera un gobierno progresista. Cuando les
hicieron comerse el "No" a un referéndum de consulta sobre las crueles
condiciones del rescate.

Para entonces los gobiernos que, asustados, por el castillo de naipes
caído tras Lehman Brothers, habían prometido “refundar el capitalismo”
se empleaban a fondo en refundar a los ciudadanos y que pagásemos sus
facturas. Para entonces ya había habido un 15M en España y una
indignación extendida por muchos países. Para entonces ya había
surgido Podemos y entrado en el Parlamento Europeo y amenazado la
burbuja bipartidista. Los grandes medios luchaban en las filas del
poder.



Prensa española de la época

La Troika quería un castigo ejemplar. Grecia solo representaba el 2%
del PIB de la UE pero nos hicieron creer que por ese agujero se iba
Europa. No aceptaron las condiciones negociadoras del nuevo gobierno
griego. Iñigo Sáenz de Ugarte hizo un trabajo ejemplar en donde se
muestra hasta cómo iban tachando con bolígrafo las propuestas
griegas. De ahí que salieran tan risueños de estas reuniones.

El Eurogrupo se ensañó con Grecia. Varoufakis, ministro de finanzas se
fue, Tsipras acató. El FMI y el resto de la Troika convirtieron a
Grecia en un protectorado que debía consultar hasta si compraba
aspirinas. Se atacó con prioridad lo que da lucro a la rapiña: las
pensiones, la sanidad, los inmuebles, infraestructuras y bienes
públicos. Y llega el dinero, y lo primero es pagar a la UE, y después
a los bancos, siempre los bancos. Y no queda apenas nada para la
gente.



Y casi no se han hecho las primeras anotaciones, de entra y sale, en
las cuentas del Estado cuando se aplican las exigencias de los
rescates. Comienzan de inmediato las privatizaciones de los
aeropuertos –requeridas como condición del Eurogrupo – y los
adquiere, oh, gran casualidad, el grupo alemán Fraport. Entre ellos
los de las islas turísticas de Corfú, Mikonos o Santorini. El grupo
Fraport (Aeropuerto de Fráncfort), tiene como accionista principal al
estado de Hesse. Es solo un ejemplo de la subasta, despiece y
liquidación de Grecia. No es la primera vez que se cambia deuda por
territorio, pero cada vez chirría más en un siglo XXI. El paisaje del
hambre y la miseria se acrecentó . Los periodistas, grandes
periodistas, Joaquín Estefanía y Ana Cañil, contaban en la
presentación de su libro sobre la crisis griega que los amigos
respondían de esta forma a la ritual pregunta de viaje: ¿Qué os
llevamos? Y era comida y productos de primera necesidad.

Y va y dice el FMI algo así como “Lo siento mucho, no volverá a
ocurrir”. O ni eso. Y lo grave es que volverá a ocurrir mientras la
ciudadanía no reaccione. Que se diría estamos en puertas de que pase
otra vez.

Porque volvemos a empezar. Nos alertan. Otra “crisis” de la Deuda.
Mayor. Un 60% más. Es tan apetitosamente lucrativa. Tras Grecia
cayeron también Irlanda y Portugal. Y se dio un ultimátum a España.
Hasta Obama llamó a Zapatero para que fuera buen chico y metiera la
tijera. Rajoy, exultante, se alegraba de que España estuviera en el
corredor de las crucifixiones culpando a Zapatero. Es un eterno Déjà
vu. Elegido por mayoría absoluta, aplicaría una especie de rescate en
diferido, gran parte del cual se ha dado por irrecuperable.

En agosto de 2011, cuando los mercados “castigan” sin cesar a Europa,
nos encontramos con una brutal elevación de sus primas. Los bonos
griegos se disparaban a 1.256 puntos con un rendimiento que llegaría
al 18,50%. Ni en el casino. Los irlandeses y los portugueses alcanzan
ya casi los 900 puntos, aportando ganancias del 11%. Los de España,
con un 400, rentan un 6%.

La inconsciencia y la ignorancia compran. En la Italia de Salvini que
detiene alcaldes progresistas. En la Europa que está reventando sus
Constituciones. En la España que conspira desde la podredumbre de sus
cloacas.

Polluelos piadores incasables de las falsas bondades de este
capitalismo de Casino buscan clientela para las urnas. ¿No añoran
ustedes al PP como dice Pablo Casado? ¿No sueñan con un gobierno
presidido por Albert Rivera? ¿Y por el mentor de ambos el gallo
guerrero que vende libros y su sistema? ¿Y con una bandera o dos que
tapen todo?

De lo que no pueden albergar la mínima duda es de esta máxima que
dicta la experiencia: esa deuda monumental de 182 billones de dólares
que sube como un suflé nos la harán pagar a los ciudadanos. En dinero
o en especie. Hasta en democracia. Y algunos se seguirán riendo.
En aguas europeas.jpg
Lesiones.jpg
Ultimátum.jpg
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Miquel Angel Soria

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Oct 4, 2018, 1:30:24 AM10/4/18
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És interessant conèixer altres versions allunyades de la nostra
realitat. Aquí teniu l'opinió d'un diputat de Podemos a l'Assemblea de
Madrid.
i, com cada dijous, la lliçó d'economia de l'Alejandro Nadal.


Quien Mucho Abarca

por Hugo Martínez Abarca
1-O 2018: El día que acabó el Procés

El proceso independentista catalán ha tenido dos principales
fortalezas. En primer lugar una transversalidad política que lograba
una unidad de acción que ha abarcado desde los herederos de
Convergència hasta el izquierdismo de la CUP. En segundo lugar un
pacifismo militante, imperneable a provocaciones, que facilitaba
colocar a la vista de todo el mundo la respuesta policial y judicial
del Estado en el lado del autoritarismo y la desproporción.

Ayer probablemente se derrumbaron ambos cimientos del procés.

Es obvio que la unidad de acción lleva semanas resquebrajándose. No es
fácil de conjugar esa unidad con la evidente parálisis del Govern, que
sabe que no puede dar un paso más pero mantiene una verborrea cada vez
más incoherente con sus propios hechos. Ayer mismo cristalizó la
distancia entre los hechos y las palabras con especial evidencia: por
la mañana Torra pedía más empuje a los CDR y por la noche los mossos
de Torra cargaban contra los CDR por pasarse con los empujones. Ayer,
primer aniversario de la gran movilización soberanista que supuso el 1
de octubre era difícil encontrar una crítica a Rajoy, Llarena, Rivera
o incluso Sánchez o Iglesias. Desde la calle se criticaba a Torra y a
su conseller de Interior; desde Bruselas, desde la cárcel… se
criticaba los excesos de los manifestantes. Es difícil pensar que la
unidad de acción independentista pueda volver en un tiempo.

Y es igualmente obvio que las imágenes de ayer debieron hacer la boca
agua de quienes llevan meses teniéndose que inventar violencia y acoso
a las instituciones para justificar la respuesta represiva que dan y
la que quieren dar. Hay que reconocer el mérito que ha tenido durante
tantos meses tan duros haber impedido la menor acción violenta de
prácticamente ningún descontrolado. Y ayer tampoco se produjo ningún
acto de violencia contra las personas ni contra las cosas (es decir,
nada capaz de herir a alguien o de destrozar algo; al menos en las
imágenes que he visto); sin embargo el enfrentamiento con los mossos
hasta lograr encerrarlos en el Parlament, el intento de abrirlo y la
entrada en la Delegación de la Generalitat en Girona rompen
drásticamente el instrumento de mayor fuerza política y
propagandística (especialmente para el resto del mundo) que había
acumulado el independentismo. No olvidemos que para acusar de rebelión
a los Jordis tuvieron que calificar como violencia el hecho de que
otras personas hubieran dejado un coche policial lleno de pegatinas; y
que para el resto de presos la violencia de la que se les
responsabiliza es la que ejerció la policía dirigida por Moncloa
contra las personas que querían votar el 1 de octubre. Ni que eso sólo
ha colado en la Plaza de las Salesas de Madrid. Al norte de los
Pirineos no hay juez que se lo trague.

El otro rasgo principal del independentismo es probablemente el que lo
ha conducido a una derrota (si se quiere temporal): ser absolutamente
incapaz de medir sus fuerzas. Todo lo que sucedió desde el 3 de
octubre del año pasado tenía varios pecados (por ejemplo el de
interpretar engañosamente una exitosa movilización como un efectivo
referendum vinculante). Pero el más letal de ellos fue hacer como que
daban pasos que les resultaban imposibles; y además, como eran
imposibles, realmente no los daban, por lo que el único efecto de tal
simulación era servir de excusa al Gobierno del PP para una respuesta
exacerbada.

Esa incapacidad para medir sus fuerzas sigue vigente. En los discursos
de Torra y en las exigencias de quienes ayer pedían hacer efectivo el
supuesto mandato del 1 de octubre. El independentismo catalán fue
derrotado duramente. Pueden pensar que fue una derrota temporal (que,
usando una peligrosa metáfora bélica, fue una batalla, no la guerra),
pero fueron derrotados. Hay quienes desde el autoritarismo español no
quieren asumir su victoria para tener excusas para seguir castigando:
piden ahora un nuevo 155 sin mayor motivo. Pero es suicida para los
independentistas no ser conscientes de esa situación de contundente
derrota. Y también es letal para quienes no queremos su independencia
pero sí aspiramos a una convivencia normalizada y democrática en
Cataluña y en el conjunto de España.

* * *

Salarios y el mito del mercado laboral en México
Alejandro Nadal

La teoría económica desempeña un papel fundamental en nuestra visión
del mundo y de la sociedad. Desgraciadamente, ha contribuido a
distorsionar nuestra perspectiva y ha deformado la percepción de las
fuerzas que guían el devenir de los acontecimientos humanos. Quizá en
ningún espacio esto ha sido más destructivo que en el ámbito del
llamado mercado laboral. Es en este ámbito en el que más urge
sacudirse la tiranía de las ideas.

Los salarios bajos han sido una de las características centrales de la
economía mexicana desde hace décadas. Hasta en las negociaciones sobre
el TLCAN uno de los temas centrales sobre los que insistió Estados
Unidos fue la necesidad de incrementar los salarios, que alcanzan uno
de los niveles más bajos de Latinoamérica. Se dijo que los salarios
deprimidos conferían una ventaja competitiva artificial a la economía
mexicana, casi similar a la que puede proporcionar la manipulación del
tipo de cambio. Los poderes establecidos en México se llevaron así la
sorpresa de ver que la presión para incrementarlos no provenía de
sindicatos incómodos, sino de Washington.

Este año los salarios contractuales aumentaron 5.5 por ciento y se
espera que el incremento llegue a 6 por ciento a finales de diciembre.
El alza en términos reales es mucho más modesta, pues se espera que la
inflación para finales de año alcance 4.5 por ciento.

La evolución de los salarios contractuales sigue de cerca la del
mínimo, que en la actualidad es de 88.36 pesos diarios. Desde hace
mucho los aumentos al salario mínimo han estado ligados a la inflación
esperada y no a la efectiva, lo que explica buena parte del desplome
de su poder adquisitivo. Hasta el Consejo Coordinador Empresarial ha
afirmado estar de acuerdo en incrementar el salario mínimo a 98 pesos
diarios para ajustarlo con los criterios del Coneval, que son
bajísimos. En la actualidad, 80 por ciento de la población que percibe
un ingreso por su trabajo recibe hasta cinco salarios mínimos, y 50
por ciento recibe hasta tres salarios mínimos por su trabajo.

Las autoridades económicas han sido prisioneras de visiones sobre el
mercado laboral que son completamente falsas. Una de ellas es que a
los factores de la producción, capital y trabajo, les corresponde lo
que aportan a la producción. En su versión más extrema, esta idea
descansa en la teoría de la productividad marginal. A pesar de haber
sido desacreditada en los debates teóricos de la controversia de los
dos Cambridge sobre teoría del capital (que se desarrolló entre 1955 y
1966), esa visión distorsionada sigue siendo aceptada por la derecha y
la izquierda, y hasta por amplias capas del público.

La otra visión descansa en la idea de un mercado laboral en el que la
oferta y la demanda de trabajo determinan el precio (salario) del
factor trabajo: cuando bajan los salarios, las empresas contratan
mayor cantidad de personal. Cualquiera que conozca algo sobre plantas
industriales y coeficientes de utilización de la capacidad instalada
sabe perfectamente que las empresas contratarán más trabajadores
cuando hay expectativas de que el mercado se mantendrá estable o en
expansión. Si se espera que el mercado estará deprimido, una empresa
no contratará más trabajadores aunque bajen los salarios. Esta imagen
de lo que sucede en las relaciones laborales también ha sido
ampliamente criticada, porque las curvas de oferta y demanda en ese
mítico mercado ni siquiera pueden apoyarse en la teoría económica
convencional. Por ejemplo, es posible que la oferta de trabajo
disminuya al incrementarse los salarios, porque los empleados podrían
optar por menos horas laborales y aún así obtener el ingreso que
desean.

Todo esto ha tenido repercusiones en la teoría macroeconómica a través
de las críticas de Friedman y la escuela monetarista, y posteriormente
la escuela de expectativas racionales con Robert Lucas a la cabeza.

En el modelo de Friedman, los esfuerzos por reducir el desempleo a
partir de cierto umbral (llamado la tasa natural de desempleo) serían
infructuosos y llevarían a trabajadores y empresas a ajustar sus
expectativas sobre inflación aumentando sus demandas de salarios más
altos e incrementos de precios. Esta concepción llevó a la idea de una
tasa natural de desempleo a partir de la cual los esfuerzos por
reducir la desocupación serían infructuosos y sólo generarían mayor
inflación. El Banco de México sigue pensando en este marco conceptual
a pesar de haber sido desacreditado y de que se ha demostrado que no
puede servir como guía para la política macroeconómica.

Los salarios se determinan por relaciones de poder económico y un
enramado institucional que no es neutro. La idea del mercado laboral
es un poderoso y engañoso instrumento basado en curvas de oferta y
demanda y tasas naturales de desempleo.

Pero ni esas curvas ni la tasa natural existen. Son construcciones de
una teoría económica que requiere urgentemente una crítica responsable
y una revisión radical.
Rato.jpg
El secreto del éxito.jpg
Otoño caliente.jpg
No se olvida.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 5, 2018, 1:30:32 AM10/5/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui pensava que ja començava a ser un bon dia per a iniciar l'anàlisi
de la situació a casa, un cop s'havia agafat la suficient perspectiva.
Però els esdeveniments s'acceleren i l'únic que resta és el dinosaure
d'Augusto Monterroso. I les misèries que surten a la superfície quan
tothom vol mantenir la seva quota de poder, per ridícula que sigui.
Això ja ho conec per experiència.


Kafka en el Parlament
Neus Tomàs

Hace siete meses, Àlex Cubero, uno de los periodistas que cubre
habitualmente la información parlamentaria en Catalunya, escribió un
tuit que se ha convertido en el mejor resumen de la actividad (cuando
la hay) en la Cámara catalana: "Lío en el Parlament. Da igual cuando
leas esto". De lío en lío hasta demostrar que la capacidad de
enredarse que tienen Junts per Catalunya y ERC en sus broncas diarias
solo puede explicarse por la falta de respeto mutuo a la que han
llegado y al poco que demuestran tener a los electores. Y no solo a
sus votantes, puesto que paralizar la celebración de plenos por sus
desavenencias se ha convertido en una triste costumbre en el
Parlament. La excepcionalidad que supone tener presos encarcelados de
manera injusta y dirigentes en el extranjero no justifica espectáculos
como los de esta semana.

Si hubiese que buscar responsables del penúltimo desaguisado en las
filas independentistas seguramente el origen hay que atribuírselo a
una parte de la cúpula de Junts per Catalunya. El presidente del
Parlament, Roger Torrent, el dirigente con mayor proyección en ERC,
hasta ahora se había negado a desobedecer y eso le costó un
enfrentamiento con Carles Puigdemont que algunos aún no le han
perdonado.

Sea por los agravios acumulados o porque cada vez es más lo que les
divide, JxCat ha tensado esta vez la cuerda del pacto con los
republicanos hasta el límite de poner en riesgo la legislatura. Es
cierto que el juez Pablo Llarena no puede limitar la soberanía del
Parlament. Tan cierto como que los partidos independentistas deben
decidir si les conviene o no tener a más imputados.

Los diputados procesados no pueden votar y desde el mes de julio ya no
cobran el sueldo. De facto no son diputados pero el grupo de
Puigdemont-Torra se niega a explicarlo así (es fácil pensar que temen
que los gritos de "traidor" les dejarían sordos en Twitter).

Al final, tras suspender el pleno durante siete horas, este jueves
JxCat aceptó entregar el escrito que les reclamaba Torrent desde la
mañana para poder reprender la sesión del debate de política general.
Ese que se presupone que es uno de los debates importantes. La
alternativa a no llegar a un acuerdo era que la mayoría parlamentaria
saltase por los aires. Se ha preservado el pacto aunque los letrados
de la Cámara ya les han alertado de que se arriesgan a que el
Constitucional sea más duro que Llarena.

¿Hay algo más absurdo que quedarte en minoría durante lo que quede de
legislatura para castigar a tu socio? Tal vez no, pero no descarten
que veamos episodios más kafkianos en el laboratorio de pruebas del
absurdo en que se ha convertido el Parlament.

El pacto entre Junts per Catalunya y ERC nació con la separación de
bienes firmada y pronto se comprobó que ni unos ni otros tenían
intención de disimular sus diferencias. Hace cinco meses que Torra
tomó posesión pero este es un Govern que está ya en tiempo de
descuento.

Tenían y tienen estrategias diferentes y a veces contradictorias. Tres
ejemplos: un presidente del Parlament y un vicepresidente que
defienden posiciones divergentes respecto a si hay que acatar o no a
los letrados, un presidente de la Generalitat y un vicepresidente que
no están de acuerdo en si hay que presionar o no a Pedro Sánchez con
un ultimátum, y unos grupos parlamentarios en Madrid que se enteran
por los medios de lo que sus jefes negocian en Barcelona. Todo eso en
solo una semana.

Que frente al independentismo no haya una oposición con un proyecto
alternativo común ni una solución para un conflicto que va para largo
no debería ser ni excusa ni eximente para no gobernar ni respetar las
mínimas reglas parlamentarias.

* * *

Un mensaje de aliento desde el 5 de octubre
Por Ariel Dorfman

El próximo 6 de noviembre, las elecciones en los Estados Unidos van a
decidir si los demócratas son capaces de tomarse la Cámara de
Representantes y tal vez el Senado, poniendo coto a la corrupción y
demasías de un billonario racista y misógino que ganó la Presidencia
en forma fraudulenta. Una victoria tan fundamental dependerá de un
fenómeno que me ha llamado la atención desde que vine a vivir a este
país en 1980: el hecho de que muchísimos de los que pueden votar no lo
hacen (en los últimos comicios para el Congreso en el 2014, sólo
ejercieron ese derecho 36,6 por ciento de los ciudadanos hábiles).
Escépticos o indiferentes o meramente fatigados, parecen creer que su
voto no tendrá efecto alguno. Están equivocados. Tal vez en este
momento crucial en que ya ha comenzado el proceso de “early voting”
(la posibilidad de sufragar durante el mes anterior a las elecciones),
sería bueno que a esos norteamericanos que se abstienen tan
inconscientemente se les contara la historia de una elección diferente
que se llevó a cabo treinta años atrás en un país lejano en que
también se decidía dramáticamente, como sucede hoy en la patria de
Obama, el destino de su pueblo.

El 5 de octubre de 1988 se llevó a cabo en Chile un plebiscito que iba
a determinar si el perverso General Augusto Pinochet, cuyo golpe
militar de 1973 había derrocado al gobierno constitucional, seguiría
en el poder por otros ocho años más (aunque todos sabíamos que era de
por vida).

En esa ocasión parecía inverosímil que un tirano tan omnipotente y
astuto pudiera perder una contienda que tenía todas las de ganar. Me
acuerdo que muchos enviados internacionales (incluyendo un
corresponsal del New York Times con que conversé) creían que tal
hazaña era imposible. Además de los militares y la policía, Pinochet
controlaba el Ejecutivo y el Legislativo (había abolido ambas ramas
del Congreso), y el amedrentado poder judicial. Sus cómplices civiles,
una combinación de la vieja oligarquía y los “piranhas”, nuevos y
voraces millonarios advenedizos que se habían enriquecido gracias a
las políticas neoliberales de los Chicago Boys, eran dueños absolutos
de la economía y de los mayores medios de comunicación. Más
intimidante todavía era el miedo que asolaba a Chile. ¿Cómo podía
esperarse que hombres y mujeres que habían sufrido y presenciado
ejecuciones, acosos, tortura y exilio durante quince interminables
años, fueran capaces de superar un terror tan cotidiano como
implacable? ¿Podría una población acostumbrada a callarse sacar la
voz?

La respuesta me la dio una modesta y enjuta anciana en una población
periférica del gran Santiago, un encuentro que ocurrió unos días antes
del referéndum. Como miles de voluntarios pacíficos a lo largo de
Chile, participé en un puerta-a-puerta que tenía por objeto informar a
la gente acerca de sus derechos. Esa tarde, la señora respondió con
cautela a mi presencia, solo invitándome a entrar a su casa cuando
estuvo segura de que nadie en la vecindad nos estaba acechando.

Viendo su desconfianza, le expliqué que nadie sabría nunca lo que ella
había resuelto en la soledad de la cámara secreta. Durante un buen
rato, no respondió ni una palabra, hasta que, finalmente: “El sabe”,
dijo. “Tiene un ojo adentro del lugar donde se vota, sabe todo lo que
hacemos. Y me va a quitar mi fonolita, mi techo, cuando se dé cuenta
de lo que hice”. Aun así, cuando nos despedíamos, susurró unas
palabras de aliento y desafío en mi oído: “Voy a votar contra él. No
voy a perder mi única oportunidad de que se oiga mi voz”.

Unos días más tarde, esa mujer se unió a casi cuatro millones de sus
compatriotas para derrotar a la dictadura. Contra todos los
pronósticos, 56 por ciento del país le notificó al General que sus
días estaban contados. No sería fácil, pero habíamos comenzado el
largo, arduo camino de retorno a la democracia.

Esa noche, acompañado de mi esposa y nuestros dos hijos, y rodeado de
innumerables amigos y vecinos, bailé en las calles de Santiago,
integrándonos a una ola festiva que se desplegó por toda la nación. Al
final de cuentas, nuestro triunfo no fue ni tan extraño ni tan
improbable como los observadores suspicaces habían augurado. Fue un
triunfo que provino de una profunda tradición democrática que la
intervención militar no pudo sofocar, y de la lucha, sacrificio y
movilización de centenares de miles de activistas que acompañaron a
personas como aquella anciana en su búsqueda de la dignidad. Ella supo
mirarse en el espejo de su propio coraje, intuyendo de que algo tan
aparentemente frágil como una mano marcando una papeleta solitaria, un
susurro de esperanza y desafío, puede cambiar la maldición de la
historia.

Este es el recuerdo que invoco hoy, desde los Estados Unidos, cuando
su pueblo se pregunta si será posible rescatar esta democracia
apremiada. Me gustaría creer que los ciudadanos de la patria de
Lincoln y Rosa Parks, en circunstancias mucho más auspiciosas que las
que existían en Chile, son tan valientes y devotos de la libertad como
esa anciana en Santiago que logró desterrar la apatía y vencer el
temor. Y quiero creer que, junto a la mayoría de este país donde hoy
vivo y al que llamo también mío, voy a encontrarme bailando en las
calles la noche del 6 de noviembre, celebrando que el fin de la
pesadilla que se llama Donald Trump comienza a vislumbrarse.
La iluminación.jpg
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Restos del 1.0.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 8, 2018, 1:31:01 AM10/8/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Si hi ha algú que tingui quelcom per mostrar-se optimista, que ho
comuniqui ràpidament. Si la situació ja no era gens prometedora, només
ens faltava tenir els resultats de les eleccions al Brasil. Penso que
encara les veurem més negres: ens falta l'empresonament de la Cristina
Fernández a l'Argentina i altres actuacions similars a Amèrica i -per
què no?- a Europa.
El meu nom de guerra encara no està cremat.


ANTONIO ÁLVAREZ-SOLÍS
CATALUNYA Y EL ESTADO

Hay algo muy preocupante sobre la cuestión catalana: la incapacidad
intelectual, que alcanza a todo Occidente, para abordar ese problema
como algo mucho más profundo que un simple y clásico separatismo
circunstancial. Los acontecimientos de Catalunya tienen un alcance
trascendental. Nos sitúan ante la muerte del Estado contemporáneo que
sucedió a su vez al largo periodo del absolutismo y que tuvo su
brillante expresión liberadora en la Revolución Francesa, que abrió la
puerta a un capitalismo en el que se acomodaron las clases medias
creadas por la Ilustración y que ahora han agotado su ámbito de vida.

Como dice el profesor Niño Becerra estamos ahora iniciando el tránsito
hacia una civilización radicalmente distinta a la aún dominante, que
creó para su protección un Estado de las «libertades» como culminación
absoluta de la «modernidad democrática». Ese Estado es el que ahora
está en plena putrefacción y arrastra a su final a la sociedad
subyacente. En suma, el capitalismo, autor de esa estatalidad, vive su
última etapa –la especulativa– entre convulsiones muy difíciles de
entender porque no se trata de una simple revolución dentro del
sistema para depurar un momento social injusto o un mal reparto de
papeles. El periodo histórico que constituye la llamada modernidad ha
conocido cientos de tales revoluciones sin que el Estado sometido a
esas conmociones haya perdido su perfil estructural. Simplemente ha
pasado, en diversos casos, de ser un estado capitalista a ser un
estado fascista o un estado comunista, pero con idéntica mecánica de
poder administrado por minorías que aspiraban a un cambio de objetivos
materiales, pero sin alterar la estructura de legalidad como estado al
que no cabía oponerse sin incurrir en delito. Son revoluciones que
podríamos clasificar como cambio del modelo de «contabilidad».

Ahora estamos ante otro momento radicalmente distinto; un cambio de
civilización con una moral absolutamente diferente. No se trata de
reformar la economía del hombre sino de cambiar radicalmente su moral.
O lo que es lo mismo, de recuperar al hombre. Ahí es donde naufraga la
averiada nave del Estado de las leyes absolutas como vehículo de una
existencia que ya no tiene futuro alguno. En los movimientos populares
de Catalunya, por ejemplo, no se habla de diseñar una economía
distinta –al menos de forma sobresaliente– sino de restaurar el
sentido catalán de la existencia. El esfuerzo por lograr la
independencia en Catalunya tiene un fondo moral que los catalanes han
conservado quizá por su lejanía del Estado español. Catalunya ha
vivido una existencia caracterizada por un mediterranismo alimentado
por dos factores que han ido regenerándose en si mismos: una cultura
repleta de espiritualidad o fondo religioso y un anarquismo filosófico
profundamente respetuoso con el ser humano y paradójicamente vecinal y
constructivo. La frontera con Aragón y la que mantuvo en la Provenza
contra la barbarie franca del norte, fronteras que siempre protegieron
a Catalunya de la tentación imperialista de Francia o España, la han
mantenido en una singularidad cultural y política que le ha permitido
conservar un corazón de dimensiones universales movido por un alma
ajena a grandezas disolventes. Es lo que expresa la sardana de "La
Santa Espina": «Son i serem gent catalana/ tan si es vol com si no es
vol». Hay que añadir a esta canción la siguiente orden del gobernador
civil de Barcelona general Losada, que el 5 de setiembre de 1924
publicó la siguiente circular: «Habiendo llegado a este Gobierno Civil
la sardana ‘La Santa Espina’, un himno de odiosas ideas y criminales
aspiraciones he acordado prohibir que se toque y cante la mencionada
sardana en la vía pública, salas de espectáculos y sociedades y en las
romerías o reuniones campesinas, previniendo a los infractores de esta
orden que procederé a su castigo con todo rigor». El conflicto de
siempre entre la libertad y la opresión.

Hablar de Catalunya como semilla de una libertad enérgicamente
individual apoyada en los contrafuertes de un colectivismo germinal
quizá parezca un exceso partidario por mi parte. Pero la historia nos
demuestra una y otra vez que la colosal aventura de una nueva forma de
existencia no parte de los grandes ámbitos geográficos o políticos
sino de los recogidos rincones autoprotegidos por unos valores que se
cultivan en haciendas pequeñas donde se sueñan durante siglos los
horizontes generosos. Las naciones se fortalecen ahí; se conservan ahí
¿Y qué es el ser humano sin la savia nacional, donde se cultivan los
valores de la proximidad, empezando por el valor de la lengua que
explica el propio paisaje o el valor de lo vecinal que sueña? Dejemos
ya de reducir la vida a una aritmética de grandes y mentirosos
cálculos para retornar al conocimiento de los números familiares.
Pensaba en ello al meditar una y otra vez la grandeza moral de la
proximidad que ni oculta el pecado ni promueve la blasfemia. El
Mediterráneo es la cuna de las pequeñas y admirables invenciones,
desde la filosofía ahora destrozada, hasta el arte en cuyo seno sólo
cabe el alma del que mira. Y Catalunya tiene un espléndido pasado
mediterráneo y un futuro espléndidamente mediterráneo.

De la llamada «movida» catalana, ofendida en todos los aspectos por
leyes sin sentido, jueces agresivos, políticos ridículamente
imperialistas, yo quiero admirar públicamente a esos alcaldes
catalanes que ejercen realmente el poder que recogen cada día a las
puertas de sus vecinos para transformarlo después en mercancías de
diversa índole, en pensamiento, en amistad, en debates que abren las
puertas a otros debates…Admiro a esos alcaldes que, cuando es
necesario, plantan cara a sus mismas instituciones nacionales
seguramente porque saben que ellos son las verdaderas instituciones.
Si los catalanes consiguen su república saben que de inmediato
surgirán docenas y docenas de repúblicas que se esparcirán por toda
Catalunya, por sus municipios, por sus fiestas, por sus iglesias… Y la
libertad del hombre nuevo va por ahí. Se trata de ser cada uno en
todos. Para tener patria hay que suprimir las fronteras, para tener
leyes hay que eliminar las constituciones, para ejercer libertad hay
que poder usar la del otro, para ser cortés hay que apresurarse a
ofrecer una silla al que llega, si puede ser, de paisano. Aún recuerdo
a una señora que al penetrar en su casa me dijo con presteza y una
sonrisa: «Agafi una cadira per seus culs». Así se hace un país.
Ofreciendo una silla honrada para empezar a hablar.
El acto.jpg
Papá, ¿qué es un lunes.jpg
En modo campaña.jpg
A natureza é sabia.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 9, 2018, 1:31:33 AM10/9/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Vista Alegre comença a posar a cadascú al seu lloc. El PP ja no els hi
servei d'amagatall. Ara anirem a reforçar l'ocupació de la justícia,
com ha aconseguit el Trump.
Emir Sader creu que hi ha esperances al Brasil. Creuarem els ditd.


Radicalmente anticonstitucional
Javier Pérez Royo

"El principio de legitimidad democrática que enuncia el art. 1,
apartado 2, de la Constitución es la base de TODA nuestra organización
jurídico-política". Son palabras de una de las primeras sentencias del
Tribunal Constitucional, la 6/1981. El principio de legitimidad
democrática se proyecta en TODA nuestra organización
jurídico-política. Ningún acto de cualquiera de los poderes públicos
puede estar en contradicción con la proyección que ha hecho el
constituyente de dicho principio en la arquitectura constitucional.
Ninguno, repito.

Lo decisivo, por tanto, a la hora de enjuiciar la acción de cualquiera
de los poderes del Estado, legislativo, ejecutivo y judicial, es
verificar si encaja o no con la proyección que del principio de
legitimación democrática ha previsto el constituyente para dicha
acción.

Para ello es preciso empezar por ver cómo se proyecta en la
Constitución el principio de legitimación democrática del artículo 1.2
respecto de los poderes legislativo y ejecutivo, a fin de comprobar
qué diferencias establece entre uno y otro.

Respecto del poder legislativo la proyección se caracteriza por dos
notas distintivas:

1ª Es una proyección directa. El Congreso de los Diputados es el único
órgano constitucional que está legitimado democráticamente de manera
directa. Los 350 diputados son elegidos directamente por los
ciudadanos de cada una de las provincias, que es la circunscripción
electoral.

2ª Es una proyección sobre los 350 diputados como partes de un órgano
constitucional, en el que, desde la perspectiva de la legitimación
democrática, su posición es de completa igualdad. Ningún diputado es
portador de manera individualizada del principio de legitimidad
democrática. Todos lo son conjuntamente en condiciones de igualdad. No
hay relación jerárquica alguna entre los diputados desde la
perspectiva de la legitimidad democrática.

Respecto del poder ejecutivo la proyección se caracteriza por dos
notas, que son el reverso de las que acabo de mencionar:

1ª Es una proyección indirecta. El poder ejecutivo no tiene
legitimación democrática directa, sino que la recibe del Congreso de
los Diputados.

2ª Es una proyección que se individualiza en el presidente y no en el
órgano colegiado, en el Consejo de Ministros. Es el candidato a
presidente el que acude al Congreso de los Diputados a presentar "su"
programa de gobierno y a solicitar la confianza de la Cámara para
ponerlo en práctica. Al presidente y únicamente al presidente es al
que transmite la legitimidad democrática el Congreso en la votación de
investidura. Después, el presidente designa y remueve libremente a los
ministros que son "sus colaboradores" en la ejecución de "su" programa
de gobierno. Entre el presidente y los ministros no hay igualdad desde
la perspectiva de la legitimación democrática. El presidente de la
Constitución de 1978 no es "un primus inter pares", como lo era en el
presidente en las Constituciones de 1845 y 1876.

Esta proyección constitucional diferenciada del principio de
legitimación democrática respecto de los poderes legislativo y
ejecutivo es obviamente vinculante para el poder judicial, que no
puede hacer abstracción de la misma a la hora de enjuiciar los actos
de los miembros de cualquiera de los dos.

Es obvio que a cualquier diputado se le puede exigir responsabilidad
de manera individualizada por cualquiera de sus actos, sin que tal
exigencia de responsabilidad tenga que extenderse a la de cualquier
otro de los miembros del Congreso. Cada diputado es independiente de
todos los demás desde la perspectiva del principio de legitimación
democrática. No hay relación jerárquica de ningún tipo entre ellos.

Pero ¿qué ocurre cuando la responsabilidad penal ha de exigirse por un
"acto de gobierno"? ¿Puede la Fiscalía y el Tribunal Supremo decidir
discrecionalmente a qué miembro o a que miembros del Gobierno, del
Consejo de Ministros, exige dicha responsabilidad? ¿Puede dirigirse la
acción penal únicamente contra el presidente? ¿Puede dirigirse contra
los ministros sin dirigirla contra el presidente?

Desde la perspectiva del principio de legitimidad democrática, la
respuesta está en las preguntas. Es obvio que la acción penal podría
dirigirse exclusivamente contra el presidente, sin extenderla a los
ministros. Pero es también obvio que no puede dirigirse contra los
ministros, sin que se haya dirigido contra el presidente. Los
ministros son "colaboradores" del presidente en la acción de gobierno.
Pueden ser "corresponsables", pero no responsables sin que el
presidente lo sea.

La proyección del principio de legitimidad democrática es exactamente
igual en el Estado que en cada una de las Comunidades Autónomas.

Ante este problema se encuentra la Fiscalía y el Tribunal Supremo a la
hora de determinar la responsabilidad penal por el 1-O en Catalunya.
Es obvio que la convocatoria del referéndum fue un "acto de gobierno"
y no un acto de una o varias consejerías.

Con base en el principio de legitimidad democrática se podría actuar
contra Carles Puigdemont exclusivamente; o contra Carles Puigdemont y
algunos de los consejeros; o contra todo el Gobierno. Pero si no se
actúa contra Carles Puigdemont, no se puede actuar contra nadie. La
responsabilidad de los consejeros es individual, como lo es siempre la
responsabilidad penal, pero derivada de la del presidente, que
"dirige la acción de gobierno", no independiente de la del presidente.
En consecuencia, sin exigir responsabilidad penal para el presidente,
no se puede exigir responsabilidad penal para los consejeros.

No hay otra interpretación constitucionalmente posible del Código
Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ya que, como dejó dicho
el Tribunal Constitucional, el principio de legitimación democrática
es la base de TODA nuestra organización jurídico-política.

* * *

Bofetada
David Brooks

La derecha acaba de tomar el poder de las tres ramas del gobierno federal.

Un hombre acusado de hostigamiento y hasta de violación por 19 mujeres
logró colocar a otro hombre elitista acusado por tres mujeres de abuso
sexual en uno de los puestos más poderosos del país mientras miles,
tal vez millones, de mujeres coreaban: vergüenza, vergüenza.

Por 50 a 48 votos en el Senado, el margen más pequeño en más de un
siglo, el juez Brett Kavanaugh fue ratificado como uno de los nueve
jueces en la Suprema Corte; nombramiento vitalicio que tendrá severas
consecuencias por mucho más tiempo que esta presidencia.

Con ello hubo doble bofetada a este país: una a todas las mujeres
conscientes, especialmente a cualquiera que haya sido víctima de
violencia sexual, y otra a la integridad del sistema judicial.

A pesar de que miles de mujeres se manifestaron y realizaron actos de
desobediencia civil en los últimos días –cientos de ellas arrestadas
en el Capitolio y en edificios de las oficinas del Senado–, de que más
de mil 200 profesores de leyes, varias escuelas de leyes (incluidas
Harvard y Yale, alma mater del nuevo juez de la Suprema), la
Asociación de Abogados de Estados Unidos (ABA) y hasta un juez supremo
retirado (algo sin precedente) expresaron su oposición a Kavanaugh
tanto por las acusaciones contra él como por su comportamiento
partidista que anuló la cualidad profesional de imparcialidad
necesaria para cualquier juez, éste fue ratificado el sábado.

Con ello se logró el sueño de Trump y los líderes legislativos
republicanos de consolidar una mayoría conservadora en la Suprema
Corte, y por ahora conquistar el control de las tres ramas del
gobierno.

Todo esto poco después de una audiencia ante el Comité Judicial del
Senado donde la profesora universitaria Christine Blasey Ford tuvo la
valentía de recontar públicamente un día traumático hace 36 años: el
intento de violación sexual por un Kavanaugh borracho. En una masiva
expresión de solidaridad, miles de mujeres compartieron por redes
sociales y medios sus propias historias como víctimas de ataques
sexuales y promovieron la consigna yo sí te creo ante una ola
derechista cuestionando la credibilidad de Ford (quien recibió tantas
amenazas que ella y su familia tuvieron que mudarse y vivir en una
especie de clandestinidad en estas semanas).

Trump y sus cómplices fueron cautelosos al inicio al cuestionar la
credibilidad de la víctima, pero no se aguantaron mucho y empezaron a
burlarse de Ford y sus defensores y con ello, ilustrando las razones
por las cuales las mujeres evitan reportar casos de violencia sexual a
las autoridades o políticos. Los republicanos, incluido el juez,
acusaron que las protestas, las expresiones de repudio y los políticos
opositores eran parte de un complot de la izquierda para descarrilar
la ratificación de Kavanaugh. Trump de inmediato buscó usar este
triunfo con fines electorales y tuiteó: no le das poder a una chusma
enojada de izquierda. Los demócratas se han vuelto demasiado
extremistas y peligrosos para gobernar. Republicanos creen en el
imperio de la ley; no en el imperio de la chusma. Voten republicano.

En todo esto hay indicios claros de algo más peligroso que una pugna
política sobre la aprobación de un juez. Algunos expertos siguen
advirtiendo sobre los paralelos históricos de regímenes fascistas, y
lo dicen tanto conservadores tradicionales como liberales. El cineasta
y activista Michael Moore alerta que todo está en juego en esta
próxima elección intermedia, y que si la oposición a Trump no logra el
triunfo esta podría ser la última elección libre en este país.

Después de la histórica Marcha de Mujeres que enfrentó a Trump el
primer día de su presidencia, el estallamiento de movimiento #MeToo
que está tumbando a hombres poderosos en todos los ámbitos, en esta
elección hay un número sin precedente de mujeres candidatas al
Congreso y otros puestos de elección.

Tal vez las mujeres podrán rescatar al país de este precipicio el 6 de
noviembre en las elecciones intermedias donde toda la Cámara de
Representantes, un tercio del Senado y varias gubernaturas están en
juego.
La familia.jpg
Grandes contradicciones.jpg
Plagios.jpg
Un días de estos reventamos.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 10, 2018, 1:37:36 AM10/10/18
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Ahir va fer 40 anys de la mort de Jacques Brel. Segueixo recordant que
"Els burgesos són com els porc: quant més vells, més rucs".
https://www.youtube.com/watch?v=EI132HpLCL4

Avui ja fa aproximadament 1.300 cops que envio el Bon dia! M'aniré a
buscar un pastís amb una gran espelma i també brindaré per la vostra
paciència aguantant-me.


El votante es la princesa a cortejar (todavía)
Rosa María Artal

Si la histriónica sonrisa de Jair Bolsonaro hiela la sangre de
cualquier demócrata, aún preocupa más el júbilo de los seguidores de
este ultraderechista masivamente votado para ser el próximo presidente
de Brasil. Racista, homófobo, machista al punto de considerar a su
única hija entre cuatro varones “una debilidad” de sus capacidades, le
entregan sus destinos sus propias víctimas. Miles de mujeres salieron
a la calle contra Bolsonaro pero otras muchas le aclaman. “Solo” uno
de cada tres electores de Bolsonaro es mujer, nos dicen. O con más
precisión: un tercio de los electores es mujer a pesar de que
considere a algunas “tan feas que no merecen ser violadas”. Defensor
de la pena de muerte, de la muerte sin reglas porque el error de las
dictaduras en torturar en lugar de asesinar, de los golpes de Estado.
De destruir la democracia en la que no cree, en definitiva. Brasil es
el ejemplo más claro de un pueblo que va a lar urnas para
autodestruirse, como ya ocurriera con la Alemania de Hitler. En mayor
número -un 46% de los votantes- que quienes auparon al nazismo en los
años 30.

Los mercados aplauden el éxito de Bolsonaro, suben las bolsas y el
apetito por sus bonos y ya se relamen por la anunciada venta de sus
empresas públicas. Una entidad bancaria española, Bankinter, se suma
a la causa y manda un mail a sus inversores en el que se felicita por
la victoria de Jair Bolsonaro por ser “pro-business”. En cómo lo
haga, no entran, aclaran.

Y esta realidad que nos abofetea no es para contemplarla entre receta
y receta de un programa de cocina que incluya a unos cuantos despojos
sociales famosos, un revolcón en camas a la intemperie televisiva o el
más reciente chascarrillo del último idiota con aspiraciones de poder.
El futuro se nos viene encima y tiene color de destrucción. De
estupidez y odio en mezcla letal.

Es el modelo que ya aupó a Donald Trump a la Casa Blanca para que
ampliara sus negocios. El tiempo ha confirmado los temores. La
economía global se resiente por el proteccionismo que aplica y que,
dicen, a la larga perjudicará también a EEUU. Su política contra la
inmigración, con la separación de familias, con niños arrancados de
los brazos de sus padres, podría considerarse un delito de Lesa
Humanidad. Está pudriendo las instituciones. Acaba de verse con el
forzado nombramiento Brett Kavanaugh como miembro vitalicio del
Tribunal Supremo. Quienes en el Partido Republicano, su partido, le
ayudan a cometer estos destrozos son sus cómplices, como cuantos
callan pudiendo hacer oír su voz.

A este lado del Atlántico, los fascistas franceses e italianos –éstos
en el gobierno con Salvini – firman alianzas para las próximas
elecciones europeas. La UE se pudre con los gobiernos ultras que
crecen en su seno. Hungría, Polonia, Eslovaquia, Malta, Bulgaria,
Austria, netamente, y con fuerte presencia en otros muchos, hasta los
nórdicos. Y si alguien –en extremo iluso – cree con estos gobiernos
acaba la corrupción, no tienen más que ver Bulgaria. Una periodista de
30 años ha aparecido violada, desfigurada y asesinada. Investigaba
desvío de fondos de la UE. Es la tercera periodista asesinada en poco
menos de un año dentro de la Unión.

La derecha española borra memorias y se sube al carro destructor.
¿Saben cuál es, según sus declaraciones, “el ideal” de Pablo Casado?
"Para mí el mundo ideal es que Foro, PAR, UPN, Ciudadanos, y Vox
estemos unidos o en coalición”, ha declarado. Comparte el líder del PP
muchas ideas con Vox, dice. Y aún lo ha concretado más en la COPE:
"Casado cree que Vox defiende, como PP y Cs, los mismos "valores
esenciales". De temblar. Sentir como propios los "valores esenciales"
de la ultraderecha, muchos de ellos fuera de la Constitución. No hay
motivos aún para la alarma, dicen. Estas perlas sueltas no bastan,
pero flota un insistente rumor de ola, una tendencia, una moda a
abrazar que no es ninguna insignificancia.

¿Cómo es posible que personas adultas y presuntamente decentes crean
estas soflamas y se apunten a su propia autodestrucción? Causas hay,
pero ha llegado la hora de insistir en que informarse es un deber de
ciudadanía. Y el tiempo de reclamar lo más obvio: que pensar es un
valor irrenunciable del ser humano. Solo la inmadurez grave inclina a
actuar únicamente por emociones, sin un gramo de racionalidad.

Razones para el descontento, soluciones suicidas

La historia se repite, sí. Los abusos del capitalismo volvieron a
desembocar en una crisis (2008) que empezó siendo económica y acabó
siendo social por lógica matemática. Lo que llaman recuperación se ha
hecho a base de esquilmar a los sectores más vulnerables. Los datos lo
demuestran. Una vez más. “El 10% de la población española más rica ha
pasado de acumular un 44% de la riqueza neta total en 2008 al 53% en
2014, según un estudio del Banco de España”, cita el fundador de
Alternativas Económicas Andreu Missè. Lo ha hecho a costa del 20% más
pobre. El empleo crece, aunque no para pagar las facturas. Y mucho
menos alquileres de 1.700 euros. Según adelantó, casi al principio de
esta senda, el Premio Nobel Joseph Stiglitz “la desigualdad ha sido
una opción elegida, no un resultado económico inesperado”. Esto
implica que existe otra opción: la de priorizar los intereses de los
ciudadanos. Aunque parece que buena parte de los interesados no están
por la labor. Hundiéndonos al resto.

La devaluación más devastadora de esta crisis ha sido la del ser
humano. Personas responsables se preguntan cómo tratar a los
ciudadanos ante esta ola creciente del fascismo. No como a niños. Hay
que evidenciar, como hacía el periodista de La Vanguardia, Pedro
Vallín en Twitter, las informaciones sesgadas y alarmistas de los
medios. Saber que con ellas hacen caja. Antes de que Trump fuera
elegido presidente de los Estados Unidos, Les Moonves, destacado
directivo de CBS dijo: “Donald Trump quizás no sea bueno para los
estados Unidos pero es una bendición para las televisiones”.

Esas bendiciones se vuelven veneno cuando no se digieren. El
electorado aún es la princesa a cortejar –ya sabemos que la realeza
queda fuera de toda consideración machista que se aplique a la plebe
–. Se multiplican los análisis para saber si ha fallado la izquierda o
la derecha tradicional en enamorarla para que esté cayendo rendida en
brazos de los nuevos fascismos. Que son los de siempre, por cierto.
Votan a Le Pen, por ejemplo, porque “l a izquierda solo se preocupa de
buscar el voto de jubilados y funcionarios”. La derecha y la
ultraderecha, no, al parecer. Vean la pasión de Rivera y Casado por el
funcionariado policial.



Amplios sectores de la sociedad española se levantan enaltecidos por
una bandera utilizada ya para la crispación y el odio. Con políticos
lanzados a por su silla de poder a cualquier precio. Con la furia en
el gesto y la mirada. O la risa desencajada de los bolsonaros del
mundo. El PP no ha querido perder la ocasión y ha presentado su
campaña, España en tu balcón. España es una bandera. Enseñas varias,
emblemas de los nacionalismos. Sus seguidores creen, al parecer, que
les llenarán sus despensas, y les darán casa, empleo y futuro. O ni
siquiera eso. Con las banderas, basta.

La gran diferencia entre el Crack del 29 y la crisis actual es que
–tras el ascenso de los fascismo y la guerra mundial que provocaron –
se aplicaron medidas correctoras. El presidente Franklin D. Roosvelt,
aconsejado por el economista John Maynard Keynes, ya había separado la
banca privada de la de inversión, la hucha del casino. Hoy desregulada
otra vez. La Administración norteamericana elevó los impuestos hasta
tasas del 90% para las rentas más altas durante más de dos décadas.
Igual que el Reino Unido. Los gobiernos neoliberales los rebajaron. En
España se llegó a cotas del 65%. Eran gestos más que realidades netas
pero ahora no nos pueden decir que los beneficiarios de la crisis “se
resisten” a una justa retribución. A subidas mínimas que nos deben al
resto. Una política de redistribución fiscal es imprescindible. Y
acabar con las trampas toleradas de la elusión y la evasión fiscal.

Y eso es competencia de los gobiernos. ¿Alguien con dos dedos de
frente cree que estos problemas los van a resolver los políticos reyes
de la demagogia?

En los cuentos de hadas en los que muchos parecen vivir la princesa
preside los torneos en los que sus pretendientes luchan por su mano.
Allá van con la bandera que carga la rabia desde los hombros, las
ojeras, la burla de los valores esenciales degradados, cada cual con
lo que le funcione para seducir. Pero la ultraderecha no cree en la
democracia, no es demócrata, habrá que recalcar esa obviedad. No
buscan conquistar a la princesa de los incautos, sino su reino. Se
aconseja hablar claro a este electorado Para que no se queme en su
propio incendio y arda nuestra vida con sus llamas.

* * *

El último que apague la luz
Neus Tomàs

Cuando los ciudadanos designan a sus representantes lo hacen pensando
en que lo harán lo mejor posible. O que al menos no serán más
incompetentes que el resto. Aunque todo principio tiene excepción y el
independentismo ha decidido que sus acciones se conviertan en una
excepción permanente. La capacidad de poner a prueba la confianza de
sus electores y la paciencia de todos, sean o no votantes suyos, ha
llegado a unos límites que sonrojan como país.

Quim Torra sonreía este martes en su escaño al lado de un hierático
Pere Aragonès mientras se sucedían las votaciones del debate de
política general. El president sonríe incluso cuando cuesta atisbar
por qué. Y este martes era difícil entenderlo. Hace menos de una
semana se fotografiaron juntos en el Palau de la Generalitat para
transmitir el mensaje de que procurarían no dar más espectáculos.
Ambos sabían, mejor que nadie, que si bien intentarán aguantar hasta
la sentencia del juicio a los presos, el show en que se ha convertido
la política catalana no nos lo ahorrará nadie.

Junts per Catalunya ha dinamitado la mayoría parlamentaria con el
argumento de que sus cuatro diputados procesados no se pliegan a las
exigencias del juez Pablo Llarena. Son diputados que en la práctica
están suspendidos puesto que ni votan ni cobran el sueldo. Una de las
evidencias de esta legislatura es que empieza a estar científicamente
probado que hiperventilar y decir la verdad son ejercicios
incompatibles. A modo de nota aclaratoria hay que recordar que
hiperventilar no es una práctica atribuible solo al independentismo.

Este martes el Parlament podría haber reprobado al rey o haber
proclamado el derecho "inalienable" de Catalunya a la
autodeterminación. Pero no lo ha hecho porque el independentismo se ha
restado a si mismo cuatro votos. No han conseguido que prospere la
votación por culpa suya pero seguirán criticando a Felipe VI y
exigiendo a Pedro Sánchez que se avenga a celebrar un referéndum como
si en el Parlament no hubiese pasado nada. ¿Se podría hacer peor? No
es descartable aunque el listón está ya muy alto.

Una de las diferencias entre la pasada legislatura y esta es que ERC
ha decidido atender a los consejos de los letrados del Parlament. No
es un detalle menor sobre todo por contraste, puesto que JuntsxCat
sigue sin hacerles caso cuando no le conviene. Al final será otra vez
el Tribunal Constitucional quien decida por ellos.

Leídas las interlocutorias del juez Llarena podría considerarse que
los juristas del Parlament actúan con un exceso de celo y que el miedo
de algunos diputados a ser inhabilitados hace el resto. Pero, más allá
de interpretaciones, la cuestión de fondo es que una parte del
secesionismo ha optado por cambiar de estrategia y optar por el
pragmatismo, mientras otro sigue abrazado a un simbolismo que los
afines a Carles Puigdemont han bautizado como legitimismo.

El presidente del Parlament, Roger Torrent, ya tiene tres querellas,
dos de Ciudadanos y una de Vox. Los valientes que con 140 caracteres
le acusan de cobarde no tienen ninguna. Eso en la república virtual.
Fuera, Junts per Catalunya y ERC han empezado ya la próxima campaña
electoral pese a que sería más exacto decir que siguen en campaña.
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Miquel Angel Soria

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Oct 11, 2018, 1:30:57 AM10/11/18
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El desembarcament del Granma és la referència més propera, però avui
fa 150 anys de l'inici de la Guerra de Cuba que hauria de portar
l'illa a la primera independència.


Sí, Rufián, estamos organizadas
Elisa Beni

No es un guiño. No es una palabra. No es Rufián ni éste ni aquel. Es
una actitud. Es una constante. Es algo que hincha, que carga, que
indigna. Toda mujer que ocupa una posición en el espacio público lo ha
sufrido una y otra vez. Esa sensación clara y evidente de que el
hombre que tienes enfrente te está vejando por la sencilla razón de
que es un tío y puede. Y da igual de que partido o de que ideología
sea cada una de las partes. Da igual porque el significado es el
mismo: un hombre avasallando a una mujer.

Siento tener que confesar que después de oír las versiones a
posteriori me sigo creyendo la de la mujer. La sororidad no lleva una
marca partidaria. Es muy probable que yo misma haya sentido ganas de
darle un aullido a Beatriz Escudero alguna vez. Puede incluso que no
la soporte. Da exactamente igual. Puedo empatizar en este caso
totalmente con ella y, vista su reacción espontánea, puedo sentir el
tipo de indignación que ella sintió porque es un sentimiento que he
tenido muchas veces. De la respuesta ya hablamos luego.

Por supuesto que Rufián también es muy capaz de llamarle palmero a un
diputado. No lo dudo. Pero que la invectiva pudiera dirigirse a un
hombre no resta efecto al hecho cierto de que se lo dijo a una mujer.
El otro día tuve una refriega similar en un plató cuando un
contertulio se despachó diciendo que "en el Ministerio de Justicia
manda Garzón". Cuando le recriminé su postura machista al ningunear y
tratar de marioneta a la ministra de Justicia me contestó diciendo,
cómo no, que también puede ser títere un hombre y luego me mandó a la
mierda. Misma situación, intervinientes de signo político cruzado. Lo
mismo me da que me da lo mismo. De la respuesta ya hablamos luego.

He visto en directo llamar gorda a Colau para rebatir sus argumentos
sobre la pobreza y, claro, también se lo podían haber dicho a un
hombre pero se lo dijeron a ella. Cada día observo cómo me dicen fea o
gorda o inútil cuando disienten con mis opiniones y son palabras que,
evidentemente, podían dirigirse a un hombre pero me las dicen a mí. Me
han mandado, a mí y a otras periodistas, tomarme una pastillita cuando
les he parecido demasiado vehemente -claro, también podrían recetar a
los hombres pero no lo he oído jamás- o bien bajar la voz cuando los
detractores de mis posiciones consideran que lo que no les gusta
resuena demasiado. Supongo que todo esto podría sucederles a los
hombres pero, de facto, no les sucede.

Pablo Iglesias le guiñó el ojo a Pilar Gómez en La Sexta después de
una refriega dialéctica y también se lo podía haber guiñado a Ferreras
pero no fue así. Supongo que se puede descalificar también a un hombre
diciéndole que sus libros se los escribe su mujer o que sus artículos
se los dicta no sé qué abogada pero eso no sucede nunca. Es a mí a
quién me faltan así.

Así que sí, me creo a la diputada pepera que no me gusta y considero
que su indignación fue espontánea y me da exactamente igual si babeaba
con Cascos o no, porque estoy segura de que a un hombre Rufián lo
hubiera chuleado también, es algo que no se si alguna vez podrá
mejorar, pero de otra forma. El guiño que él niega es la gota que
rebosa el vaso y por eso intenta hacerlo pasar por otra cosa. Nadie
que sea objetivo puede considerar su versión al constatar que,
preguntado por la cuestión a la salida por mujeres periodistas, no
tuvo otra ocurrencia que espetarles: "me gusta ver que están
organizadas y seguro que irán a la mani del 8 de marzo". Sí, Rufián,
estamos organizadas. Las mujeres periodistas, de izquierdas y de no
izquierdas, fuimos una parte importante en el éxito de la pasada
manifestación del 8 de marzo y pensamos seguir siéndolo en sucesivas
convocatorias. Las mujeres periodistas estamos muy hartas del trato
que muchos hombres osan tener con nosotras cuando estamos ejerciendo
nuestro trabajo. Seguro, seguro que también serían capaces de hacerle
lo mismo a hombres, no dudamos de la falta de educación de algunos,
pero sabemos fehacientemente que a quien nos lo hacen es a nosotras. Y
nos hemos organizado, claro que sí.

El machismo es transversal porque es estructural y una estructura no
se construye a lo largo de los siglos sólo sobre una ideología. El
machismo vertebra y permea toda la sociedad y eso incluye hombres,
mujeres, fachas, centristas, izquierdistas, patrioteros e
independentistas. Esa es la desgracia de las mujeres, que para
liberarnos de todo ello tenemos que luchar contra atavismos
fuertemente engarzados en demasiadas personas y demasiadas
instituciones. Lo haremos.

Me dirán que esto del machismo es una palabra arrojadiza que sirve
para todo. No es así, desde luego, pero si son incapaces de
comprenderlo, si no tienen la sensibilidad para poder percibirlo y
evitarlo, les voy a dar un consejo: traten con respeto a las mujeres.
Siempre. En todo lugar. Y, sobre todo, cuando están ocupando sus
responsabilidades públicas. Más aún si representan a otros ciudadanos.
Guárdense los adjetivos, las bromitas, los guiños y las
descalificaciones. No dudamos de que son todos unos hombrecitos ni de
que se atreverían a usarlas también con un hombre. ¡No lo duden, ante
la duda háganlo con un hombre! Dense entre ustedes sus masajes de
testosterona, quítense el mérito para dárselo a sus amantes, novias o
amigas, señalen con pena los defectos físicos de sus colegas tíos y
apénense por el poco sexo que deben tener con esa pinta y esas ideas.
¡Adelante, no se corten! Y de paso si ven a alguna mujer hacer lo
propio no duden en comunicárnoslo por correo certificado. Me temo que
no van a gastar mucho en sellos.

Sólo me queda ese ¡imbécil! sonoro y solitario retumbando por ahí. Ese
que yo he pensado mil veces pero que se ha quedado vibrando dentro de
mi cerebro sin que jamás haya visto la luz. Hay que encontrar la forma
de recobrar la dignidad que te han quitado sin caer en más indignidad.
Así que dejemos al tertuliano que nos manda a la mierda y no entremos
en esa dinámica porque no nos hace falta. Contención y lucha, señora
Escudero. Estoy segura de que si en marzo se viene con nosotras a la
mani encontrará una forma hermosa de sacarse esa rabia de dentro. Es
una fuerza catártica la que despedimos. Y es que estamos organizadas.
Claro que sí.

* * *

Calentamiento global para el premio Nobel
Alejandro Nadal

La humanidad está en el umbral de un fracaso de proporciones colosales
en su intento por mantener el calentamiento global en un nivel
moderado. Si se quiere evitar que el cambio de la temperatura mundial
alcance una cota superior, lo que llevaría a un desastre de
dimensiones cataclísmicas, se requiere que todas las economías del
mundo apliquen medidas sin precedente para reducir sus emisiones de
gases de efecto invernadero. Es la principal conclusión del informe
especial del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC)
dado a conocer el pasado 6 de octubre. El IPCC es el brazo científico
de Naciones Unidas sobre el tema del calentamiento global.

El informe especial del IPCC se concentra en los efectos de un
calentamiento global de 1.5 grados centígrados sobre los niveles
preindustriales. El Acuerdo de París lo considera un nivel moderado,
muy por debajo de la meta de 2 grados que se considera objetivo
alcanzable si todos los países cumplen sus promesas para reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Desgraciadamente, los
datos para 2017 muestran que las emisiones han seguido aumentando.

En 2006 se publicó el informe Stern, en Inglaterra, sobre la economía
del cambio climático. El análisis fue por encargo del Tesoro británico
y fue bien recibido por la mayor parte de los expertos sobre cambio
climático, pero no así entre los economistas del medio académico.

Una de las principales conclusiones del informe Stern era que se
necesitaban inversiones cuantiosas para mitigar los futuros daños del
calentamiento global.

En el futuro, el impacto negativo del calentamiento global podría
alcanzar entre 5 y 20 por ciento del PIB. Por tanto, era importante
aplicar medidas para reducir las emisiones de GEI, ya fuera mediante
un impuesto sobre las toneladas de carbono emitidas o vía un (muy
controvertido) mercado de cuotas transferibles o algún otro mecanismo
que penalizara las emisiones de GEI.

El mensaje central era: es necesario incrementar los precios del
carbono para reducir las emisiones de GEI.

La estimación de daños que hizo el informe Stern para los perjuicios
en el futuro fue considerada por muchos economistas como una
exageración que buscaba justificar el monto de las inversiones
necesarias en la actualidad para mitigar los daños futuros. Así
fundaba Stern su conclusión de que las emisiones de GEI debían
reducirse drástica e inmediatamente.

Un día de noviembre en 2009, el economista William Nordhaus (de la
universidad de Yale) escribió una nota a su colega Nicholas Stern, en
Londres, autor del informe que lleva su nombre. En el mensaje,
Nordhaus señalaba a Stern que su trabajo se había adelantado unos 50
años. Y no era un elogio. Nordhaus estaba decididamente en el bando de
los académicos que criticaron la metodología y las principales
resultados del informe Stern. Quizás dentro de 50 años, bromeaba
Nordhaus, las conclusiones a las que llegaba Stern podrían
justificarse, pero no ahora.

Ayer recibimos la noticia de que William Nordhaus ha recibido el
premio Nobel por sus trabajos sobre la economía del cambio climático.
Es irónico que casi el mismo día que se anunció este premio se hubiera
dado a conocer el informe especial del IPCC. Para este economista, la
principal falla del informe Stern era que al utilizar una tasa de
descuento muy baja justificaba la necesidad de realizar grandes
inversiones para reducir las emisiones y mitigar los efectos del
cambio climático.

Un ejemplo permite aclarar por qué la tasa de descuento es el número
más importante en la economía del cambio climático. Supongamos que se
van a necesitar 100 millones para indemnizar a las generaciones
futuras por los daños que estamos provocando con el cambio climático.
Tendríamos que depositar cierta cantidad hoy en el banco para obtener
esos 100 millones en unos 60 años. ¿Cuál es la suma de dinero que
necesitamos poner hoy en el banco si quisiéramos obtener 100 millones
dentro de 60 años? El valor presente de esos 100 millones con una tasa
de descuento muy baja, digamos de uno por ciento, es de 55 millones,
pero si la tasa es de 3 por ciento sólo necesitamos 17 millones,
porque esa tasa de interés compuesto alta es lo que va a realizar el
trabajo de obtener los 100 millones dentro de 60 años.

El informe Stern considera que la tasa de descuento debe ser de 1.4
por ciento, pero Nordhaus considera que debe ser más cercana a 3 o 4
por ciento, porque debe estar cerca de las tasas comerciales y de
equilibrio de largo plazo. Aquí el flamante premio Nobel patina,
porque las decisiones sobre inversiones de interés público
relacionadas con el cambio climático no pueden equipararse a las de
las inversiones privadas en el sistema financiero. En síntesis, para
Nordhaus las inversiones que hoy se requieren para mitigar el daño
futuro son modestas. Su conclusión va radicalmente en contra de lo que
recomienda con un grito de emergencia el informe especial del IPCC.
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Miquel Angel Soria

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Oct 12, 2018, 1:30:26 AM10/12/18
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Quan les propostes són assenyades, la majoria al Parlament arriba al
80%. PP i C's mostren la seva real força. En un futur li jauran de
cedir la seva part -no crec que a Catalunya sigui molt gran- a Vox.
Diuen a Página 12 que fins i tot Le Pen es queixa de les exageracions
de Bolsonaro. Tindrà por del seu efecte contraproduent?
La memòria comença a fer estralls. Avui és la festa de la hispa... què?


Un año electoralmente hobessiano
Javier Pérez Royo

Vox dice a gritos lo que una parte muy importante del PP, la que ganó
el Congreso extraordinario que llevó a Pablo Casado a la presidencia,
piensa, dice en privado e incluso se atreve a insinuar sibilinamente
en público. La valoración de Pablo Casado del mitin de Vistalegre,
subrayando sobre todo las coincidencias, es lo suficientemente
elocuente.

En el primer semestre de 2019 se producirá la definitiva salida de
Gran Bretaña de la Unión Europea a finales de marzo y, casi sin
solución de continuidad, las elecciones al Parlamento Europeo, que son
las más generales, en la medida en que participan todos los ciudadanos
en un cuerpo electoral único. En España dichas elecciones generales
europeas coincidirán con las municipales, que son también generales,
en la medida en que participan todos los ciudadanos españoles, aunque
divididos en miles de cuerpos electorales distintos. Y con las
elecciones en 14 de las 17 Comunidades Autónomas.

¿Se puede mantener en tales circunstancias la separación entre la VOZ
y el ALTAVOZ? ¿Cuánto tiempo se puede mantener el PP diciendo sotto
voce lo que Vox va gritando por todas las esquinas? ¿Podrá mantener su
credibilidad como opción política si no dice de manera inequívoca lo
que le gustaría decir, pero no se atreve a hacerlo? ¿Podrá competir
con Vox ante un electorado que, previsiblemente, se va a ir
polarizando a marchas forzadas?

Ocho meses son pocos o muchos según la perspectiva de análisis que se
privilegie. Mi impresión es que en 2019 van a ser muchos. Vox ya ha
alcanzado "visibilidad", que es lo más difícil de conseguir para poder
empezar a competir electoralmente. Una vez que se alcanza visibilidad,
el potencial de crecimiento se acelera. Podemos y Ciudadanos son un
buen ejemplo. Y la penetrabilidad en el sistema electoral de las
elecciones europeas, municipales y autonómicas es mayor que en las
elecciones al Congreso de los Diputados y el Senado. El número de
escaños es muy superior en las elecciones europeas, en las municipales
y en las autonómicas, que en las llamadas elecciones generales, y, en
consecuencia, es necesario un porcentaje más reducido del voto para
obtener un escaño.

Esto es algo que los ciudadanos lo saben. Y los que no lo saben, lo
van a aprender en estos ocho meses. Los ciudadanos españoles están
aprendiendo a aprender muy deprisa. Van a aprender que su "libertad
real" en el ejercicio del derecho de sufragio es mayor, que su voto
por un partido que no sea alguno de los dos mayores, no tiene por qué
ser, como ha sido en el pasado, un voto inútil.

En el terreno de la izquierda no parece que nos vayamos a enfrentar
con grandes sorpresas. El voto de izquierda va a estar dividido, pero
de una manera previsible. No hay nada que en este momento permita
prever que el PSOE o Podemos tengan que hacer ajustes de calado en el
discurso con el que se van a presentar ante los ciudadanos en los
próximos meses en cualquiera de las elecciones. Ni en el discurso
político y social, ni en el territorial.

Pero en el terreno de la derecha resulta difícil anticipar cómo van a
conseguir hacer oír su voz el PP y Ciudadanos con el ALTAVOZ de Vox
atronando por todo el territorio del Estado en todas las direcciones
imaginables. Y con interferencias europeas (Salvini, Le Pen,
Orban...), que es imposible por el momento saber qué impacto pueden
tener en los votantes españoles, pero que pueden hacer más visibles e
incluso respetables a una opción extrema como Vox e incomodar al mismo
tiempo de manera notable al PP y Ciudadanos.

El monopolio de la derecha del que ha gozado el PP desde 1991 se ha
acabado. Gracias a ese monopolio en España se ha impuesto la ficción
de que no había "extrema derecha". La pérdida del monopolio nos va a
hacer ver no solo que existe, sino que en el futuro inmediato es la
que va a marcar el paso, al que la derecha tendrá que ajustarse.

2019 va a ser un año electoralmente hobbesiano.

* * *

El precio de la distensión
Gemma Ubasart i Gonzàlez - Doctora en Ciencia Política por la
Universitat Autònoma de Barcelona

Este fin de semana, Colau propuso en público un pacto para aprobar
los presupuestos del Estado, catalanes y de Barcelona recurriendo a la
mayoría política que echó de la Moncloa a Rajoy. Eso es, un acuerdo
entre PDeCAT, ERC, socialistas y Comuns-Podemos. Sin independentistas
no pueden salir adelante las cuentas del Estado. Y sin la colaboración
de Catalunya en Comú y/o PSC difícilmente se conseguirá un presupuesto
en la Ciutadella. Con ello se buscaría dar un cierto nivel de
estabilidad a las instituciones públicas, en sus distintos niveles
territoriales, en un momento de excepcionalidad y transitoriedad.
Interdependencias aritméticas pero también políticas.

Republicanos y socialistas se apresuraron a responder negativamente a
la propuesta de la alcaldesa de Barcelona. Pero lo cierto es que en
los hechos los diversos actores citados están trabajando para acercar
posturas. Tanto en Madrid como en Barcelona se allana el camino para
el entendimiento. El pasado 2 de octubre, JxCat, ERC y Comuns (con una
aceptación tácita por parte del PSC) aprobaban el procedimiento para
suspender temporalmente los diputados encausados y cumplir la
interlocutoria de Llarena. Se abría así un nuevo marco de actuación de
geometría variable en el Parlament. También resulta remarcable la
respuesta que obtuvo el president Torra a su ultimátum al presidente
Sánchez por parte de los partidos independentistas: Rufián (ERC) y
Bonvehí (PDeCAT) dejaban claro que su apuesta era seguir explorando
las potencialidades del nuevo escenario abierto a partir de la moción
de censura al Partido Popular.

Sin embargo, no sería buena idea que el gobierno de Sánchez pensara
que las cosas están hechas. Declaraciones eufóricas como las de
Borrell valorando la ruptura del independentismo (“pues parece que
está vez si va en serio, parece que sí que se ha producido una ruptura
ya manifestada en votos”), pueden hacer calibrar equívocamente la
situación. Existe una demanda independentista que se manifiesta
ininterrumpidamente desde 2012 en las elecciones, la demoscopia y la
calle. Esta no desaparecerá de una día para el otro. No lo ha hecho, a
pesar de conflictos internos, represión o falta de dirección política.
La crisis del estado autonómico ha llegado para quedarse. Además, la
judicialización del conflicto ha generado malestar y descontento, con
importantes dosis de emotividad: una parte importante de la ciudadanía
(catalana y española) no entiende que haya políticos y activistas en
la cárcel. La desproporcionalidad del tipo penal de rebelión para
juzgar los “hechos de octubre” o la falta de justificación de la
prisión provisional enquista el conflicto y dificulta su gestión.

Porque no todo puede reducirse a la fractura interna o a problemas de
convivencia, por mucho que la portavoz Celáa insista en ello. Si estos
existen, tienen que resolverse entre catalanes. Lo que se espera del
Gobierno español es que acompañe la senda de la distensión. Dialogo y
ley, sí. Pero también empatía. Empezar a poner encima de la mesa la
posibilidad de reforma del modelo de organización territorial, aunque
sabemos que la legislatura Torra y Sánchez son transitorias y esta no
se producirá ahora. Y generar un clima de opinión que haga frente a
los discursos punitivistas y revanchistas de una parte de la caverna
mediática y de ciertas corporaciones del Estado. Todo ello para que el
precio de la moderación, a ambos lados del tablero, sea el más
reducido posible.

Principio del formulario

Final del formulario
El proletariado según Rivera.jpg
Constitución2.jpg
La hucha.jpg
Tutoriales.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 15, 2018, 1:30:47 AM10/15/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Després de llegir l'article de l'Ignacio Escolar, he pensat que era
motiu de reflexió. Us l'atanso.

Se llama Europa del bienestar, no extrema izquierda
¿Son "de extrema izquierda" las medidas pactadas entre el PSOE y
Unidos Podemos para los presupuestos? En absoluto. Basta con
compararlas con lo que hace el resto de Europa.

Ignacio Escolar

“En pocos años estaremos pasando hambre, como en Venezuela”, dicen
sin despeinarse desde el PP contra el acuerdo para los presupuestos
que ha alcanzado el Gobierno del PSOE con Unidos Podemos. Son unos
presupuestos “comunistas”, de “extrema izquierda”, que “castigan a la
clase media” y que “tumbarán España si Europa no los tumba antes”,
aseguran desde la derecha. El análisis comparado de las medidas
propuestas con la realidad europea deja clara la demagogia populista
de estas críticas.

El salario mínimo en España subirá hasta los 900 euros brutos
mensuales. ¿Venezuela? No. La Europa democrática. Pese al notable
aumento, España sigue muy por detrás de Francia (1.498 euros
mensuales), Irlanda (1.614 €), Reino Unido (1.463 €), Bélgica (1.562
€), Holanda (1.594 €) o Alemania (1.498 €).

Las pensiones crecerán lo mismo que la inflación. ¿Cuba? No. Es el
mismo mecanismo de revalorización que aplican en Francia, Austria,
Italia o Hungría. Es también lo que hace unas semanas acordaron todos
los partidos en el Pacto de Toledo, también Ciudadanos y el PP.

Los Ayuntamientos podrán limitar las subidas en el alquiler de
viviendas en aquellos barrios donde los precios se hayan disparado.
¿El comunismo de Corea del Norte? No. Es una copia de la regulación
que está aplicando la conservadora Angela Merkel en Alemania.

Los permisos de paternidad y maternidad crecerán paulatinamente en los
próximos tres años hasta alcanzar las 16 semanas intransferibles tanto
para la madre como el padre: 112 días. ¿Extrema izquierda? No. También
Suecia equipara el permiso de maternidad y paternidad, pero con una
gran diferencia: allí son 480 días. Pese al aumento, los permisos en
España continuarán por detrás de los que tienen en la mayor parte de
Europa.

Limitaciones a la publicidad de las apuestas online, que tendrán las
mismas restricciones que la publicidad del tabaco. ¿Venezuela? No. Es
similar a la regulación que ya ha aprobado Italia y que están
estudiando otros países europeos.

Reducir a 1.000 euros los pagos en efectivo por parte de empresarios y
profesionales. ¿Extrema izquierda? Lo dudo mucho. Las limitaciones al
pago en efectivo llegaron a España de la mano del último Gobierno PP,
como una de las vías más eficaces para combatir la economía sumergida.
El límite anterior era de 2.500 euros, y el entonces ministro
Cristóbal Montoro (PP) planteó bajarlo hasta los 1.000 euros hace ya
dos años.

El gasto de los presupuestos aumentará en 2.000 millones de euros. Si
se añaden las pensiones, el acuerdo pactado supone algo más de 5.000
millones: un 0,5% del PIB. ¿Insostenible? No. Los ingresos
presupuestados son mayores y España hoy tiene un gasto social del
24,7% del PIB. La media europea es del 29%.

El impuesto de la renta para aquellos que ganan más de 130.000 euros
anualespasará del 45% al 47% en el tramo estatal. Para los que cobran
más de 300.000 euros, será del 49%. ¿Un castigo a la clase media? No.
La subida solo afecta a uno de cada doscientos contribuyentes
españoles, poco más de 90.000 personas: el 0,5% del total. El tipo
máximo español en el IRPF seguirá por debajo del de Suecia (57,1%),
Portugal (56,5%), Dinamarca (55,8%), Holanda (52%) o Bélgica (53,7%),
y a un nivel similar al de Francia (50,2), Alemania (47,5%) o Irlanda
(48%).

Nuevo impuesto a las transacciones financieras: una tasa del 0,2% de
cada operación de compraventa de acciones en bolsa y similares.
¿Venezuela? No. Este gravamen fue pactado por Alemania, Austria,
Bélgica, Eslovaquia, Estonia, Francia, Grecia, Italia, Portugal... y
también España. El compromiso para ponerlo en marcha se tomó hace
cuatro años, en 2014. En aquel momento gobernaba con mayoría absoluta
el PP de Mariano Rajoy, no el PSOE.

El impuesto de Sociedades se rebaja del 25% al 23% para las pequeñas
empresas. Para las grandes empresas, que facturen más de 20 millones
de euros, se mantiene el 25% pero se establece un tipo mínimo del 15%
sobre la base imponible, que limitará las numerosas deducciones que
hoy logran las multinacionales. ¿Comunista? No. El 25% en Sociedades
es superior a la media de la UE (21,9%) pero está por detrás de Italia
(27,8%), Alemania (30,2%), Bélgica (24%) o Francia (34,4%). Y que las
grandes multinacionales paguen al menos el 15% tampoco es “de extrema
izquierda”: es pura justicia porque hoy su tipo medio efectivo está en
el 6,14%, mucho menos de lo que paga cualquier trabajador.

Nuevo impuesto para las grandes empresas tecnológicas que operan en
España. ¿Extrema izquierda? Lo dudo mucho. Se trata del mismo impuesto
que anunció el Gobierno del PP hace poco más de medio año. Y esta tasa
parte de una recomendación de la propia Comisión Europea.



ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
NO HUBO GUERRA CIVIL

Una de las preocupaciones más urgentes que ocupan la cabeza de los
dictadores cuando alcanzan el poder es la adulteración de los
significados lingüísticos a fin de que las masas crean que les hablan,
por fin, del logro sano y urgente de objetivos revolucionarios –¡por
fin!– hasta ahora prostituidos o envenenados por los ricos
«populistas» de izquierda o los eternos garduños de la derecha.

Más de medio mundo está en este momento reconducido hacia el fascismo
o la tiranía, en cualquiera de sus modos de presentación, mediante el
falseado empleo de los términos históricamente más nobles para
intentar una verdadera revolución moral. Y así, el tirano actual
ofrece el «sano» liberalismo, la «política» eficaz, la economía del
«progreso», el respeto al «orden» público, la «necesidad» de un Estado
fuerte, la «moderación» del pensamiento, el «saneamiento» de las
leyes… Un fascismo que añade a la liviandad absoluta de su ser la
seguridad insultante de que «nosotros haremos todo eso, pero bien».
Explotación más profunda porque suma a su maldad ínsita la
degeneración de la inteligencia en el pueblo, que convierte el olvido
en una virtud envenenada.

Añadamos; el problema de estas mejoras sin abordar el cambio total del
modelo económico y humano radica en que los avances que se anuncian
–ad calendas graecas, además– y que se prometen sin necesidad de
cambiar la estructura política actual y su mecanismo de soberanía,
están sometidos a poderes globalizadores que pueden invalidar el
anunciado proceso de avance social dentro del capitalismo. Veremos en
que acaban las mejoras que ha prometido con cierta inmediatez el
actual jefe del Gobierno español cuando haya de enfrentarse al
programa obligatorio en lo económico, en lo social, en lo militar
diseñado por las grandes instituciones globalizadoras.

Retornemos al discurso. La falsificación del lenguaje tiene por
objeto, en este caso, el elevar el crimen vulgar a la posible nobleza
de la guerra. Pero en España se practica la estafa verbal de denominar
como «guerra civil» a un genocidio absolutamente primitivo. Si este
crimen se califica de guerra se justificaría una amnesia social que
nos normalizase. Pero exigir ese olvido para un suceso puramente penal
malogra una memoria correctora de futuros brotes del más ruin
fascismo, como está aconteciendo ahora. Los que vivimos de niños ya
conscientes los valores auténticamente revolucionarios que contenía la
República, en primer lugar la libertad que poblaba el aire –yo los
percibí en mi permanencia de algo más de año y medio en la Asturias
republicana– no podemos reducirnos, como acabo de afirmar, a una
amnesia generalizada que impida todo proceso de aprendizaje sobre lo
que es un crimen a secas. Una amnesia que explica la apatía española,
que se genera en la infravaloración constante de la realidad criminal
que soportamos.

Y con esta afirmación de noble «guerra civil» con que calificamos la
tragedia criminal en que hemos vivido se hurta la auténtica realidad
de lo que no fue más que un crimen rastrero. En España no hubo una
guerra civil en los años treinta sino un miserable golpe de Estado que
acabó con todas las legitimidades republicanas, entre ellas –¡y tiene
pelendengues la cosa!– la legitimidad de la mayoría del generalato y
mandos superiores que fueron asesinados por media docena de poderosos
uniformados por dentro y por fuera que, una vez más, traicionaron a su
bandera y su servicio a la sociedad que había determinado acabar con
la triste realidad española de un poder podrido perpetuamente en su
interior.

En España no hubo una guerra civil porque esta denominación solo debe
emplearse cuando una parte importante de la sociedad
institucionalmente significativa se enfrenta a la otra parte de la
sociedad que también tiene un perfil relevante en el ejercicio de la
política y el gobierno. Por ejemplo la guerra civil norteamericana. En
realidad la guerra civil procede de la existencia de dos sociedades
que se tienen por maduras y que no acaban de resolver su entendimiento
para convivir. ¿Y esa guerra es la que sucedió en España? ¿Había dos
sociedades armadas y con similitudes de poder en el ámbito político
efectivo de España?

Ciertamente España sufría en su tránsito unas tensiones producidas por
una clase explotadora enfrentada a otra explotada que por fin se había
encaramado al poder mediante las urnas y que reclamaba su victoria
para entrar en la modernidad social, institucional y democrática, a
pesar de todos los pesares. Frente a la sociedad inmóvil en que se
obligó a habitar inmemorialmente a la mayoría ciudadana, las urnas
decidieron suprimir por fin el cerrojo de la sumisión. Y apareció la
República con sus conmociones lógicas, con desajustes que requerían
cantidades inmensas de tiempo operativo en la libertad, en la
democracia, en la reflexión colectiva. Y todas estas carencias de
tiempo operativo fueron resueltas por unos puñados de españoles
cultivados en la barbarie que desconocieron el más mínimo liberalismo
y procedieron a apuñalar por la espalda el proceso de auténtica
construcción civil en nombre de una tradición que respiraba una
cotidianeidad exangüe.

¿Podemos olvidar todo eso que tenía el valor de sementera? ¿Podemos
hablar de respeto a unos muertos y sus herederos que se propusieron
continuar el sistema de asentamiento de indios que las minorías
poderosas de España trasladaron a Latinoamérica desde una España que
vivió secularmente en el espíritu de esos asentamientos? ¿Alguien
puede llamar guerra civil a la agresión practicada por una minoría que
alojaba el verdadero espíritu del bandolerismo serrano en un Estado de
«orden público»? Habría que reeditar obras como “Los latifundios
españoles” para explicarnos a nosotros mismos como era el alma de esos
propietarios que preferían quemar las cosechas antes que subir una o
dos pesetas diarias a los trabajadores de sus propiedades?

Los que magnificaron horrorizados la quema de iglesias por un pueblo
que no admitía la prolongación del régimen de prepotencia bendecido
por tantos prelados que poco después firmaban la Carta colectiva que
«santificaba» al Genocida, deberían investigar qué daños psicológicos
produce una opresión permanente a lo largo de tantos siglos. Es más,
nuestros historiadores a la violeta, que ahora sostienen la doctrina
del olvido, deberían investigar si todos los incendiarios de templos
fueron republicanos enojados o fueron «personajes» que cobraron el
barato por inventar o magnificar un terror que recomendaba suscitar el
llamado Director desde su refugio navarro. Un terror que costó miles
de muertos a unos socialistas leales cuyos sucesores hacen ahora
filtiré.

¿Guerra civil lo del 36?
El nostre candidat.jpg
Salario mínimo.jpg
Esto no es un chiste.jpg
El FMI advierte.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 16, 2018, 1:31:25 AM10/16/18
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En política, com passa amb els petits, la darrera oportunitat
d'aconseguir quelcom, quan les idees són inexistents, és la de la
pataleta.
Això és el que faré quan sigui gran.


La monarquía y el Parlament de Catalunya
Javier Pérez Royo

¿Hay alguna manera de impedir que en el Parlament de Catalunya se
hable sobre la Monarquía? ¿Se puede prohibir que se tramite alguna
iniciativa parlamentaria para debatir acerca de si la Monarquía
parlamentaria debe ser la forma política del Estado español? Tras la
celebración de ese debate, ¿se podría prohibir que se votara una
moción a través de la cual el Parlament pudiera hacer pública su
opinión acerca de dicha cuestión? Dado que el Parlament de Catalunya
tiene constitucionalmente atribuida la iniciativa para la reforma y
revisión de la Constitución, ¿no podría entenderse que un debate y
votación de esa naturaleza sería el paso previo para iniciar el debate
acerca de una proposición de ley de revisión de la Constitución con
dicho contenido, que tendría que ser aprobada en el Parlament para
remitirla a continuación a la Mesa del Congreso de los Diputados para
que recibiera la tramitación parlamentaria correspondiente?

Todos estos interrogantes tienen una respuesta inequívoca en la
Constitución española. Desde una perspectiva jurídica no cabe duda de
que el Parlament puede manifestar políticamente su disconformidad con
la Monarquía y puede aprobar incluso un proposición de ley para que
mediante la oportuna revisión de la Constitución se la haga
desaparecer de nuestra fórmula de gobierno.

Esto no tiene nada que ver con la inviolabilidad del Rey y entra sin
lugar a dudas en la competencia del Parlament. De la del Parlament de
Catalunya y de la de todos los Parlamentos de las demás Comunidades
Autónomas. El Parlament no puede aprobar una moción con la finalidad
de que se exija al Rey algún tipo de responsabilidad. Contra esto es
contra lo que protege el instituto de la inviolabilidad. No contra la
libertad de expresión o contra la iniciativa de revisión
constitucional. El Parlament no puede solicitar que se exija
responsabilidad al Rey, pero sí que la Monarquía parlamentaria deje de
ser la forma política del Estado español.

Jurídicamente es así, pero políticamente es disparatado que así sea o,
mejor dicho, que esto ocurra. Por eso no deberíamos haber llegado
nunca al punto en que ahora nos encontramos. La Monarquía y Catalunya
no pueden ser objeto de discusión conjuntamente. Se puede discutir si
la Monarquía debe o no ser la forma política del Estado. Se puede
discutir acerca de la fórmula de integración de Catalunya en el
Estado. Pero mezclar ambas cuestiones hace imposible el debate e
impide encontrar una respuesta que sea políticamente pacificadora y
que sea susceptible de ser canalizada jurídicamente para cualquiera de
ellas.

Encontrar una fórmula de integración de Catalunya en el Estado, que
sea aceptable tanto en Catalunya como en el resto de España va a ser
muy difícil, aunque habrá que encontrarla. Ni la independencia ni el
155 son alternativas. Este es un problema materialmente constituyente,
al que, sea fácil o difícil, como dijo Manuel Azaña en las Cortes que
debatieron en 1932 el Estatuto de Autonomía de Catalunya, la
democracia española tiene que encontrarle una respuesta.

Esa fórmula no es posible encontrarla, si no se deja a la Monarquía
fuera del debate. Y para dejarla fuera, son necesarias iniciativas de
naturaleza política, que permitan que la discusión en Catalunya y
entre Catalunya y el Estado se pueda desarrollar con alguna
perspectiva de llegar a algún tipo de acuerdo. ¿No es esta una
perspectiva que debería ser tomada en consideración para intentar
salir del círculo vicioso en que nos encontramos?


* * *

La derecha de Baviera tiene un mensaje preocupante para Pablo Casado
Iñigo Sáenz de Ugarte

En cada cita con las urnas que se celebra en Europa en estos tiempos,
se plantean incógnitas similares: si resisten los partidos
tradicionales, si avanzan los partidos ultraderechistas o
euroescépticos o si la fragmentación del voto hace muy difícil la
formación de un nuevo Gobierno.

Las elecciones del Estado alemán de Baviera han sido otro ejemplo de
este debate permanente y tienen una lectura española desde el momento
en que Pablo Casado imprimió un sello más intransigente a la política
del Partido Popular sobre inmigración al poco de ser elegido. El
mensaje que le llega de Baviera es que se arriesga a acabar peor de lo
que estaba.

La CSU ha dominado la política bávara desde la Segunda Guerra Mundial.
Este domingo, tuvo su segundo peor resultado electoral desde entonces
con un 37,2%, 10,5 puntos menos que en 2013. Los socialdemócratas se
hundieron al perder la mitad de sus votantes y caer al 9,6%. Los
Verdes doblaron los suyos y llegaron al 17,5%. La ultraderecha de AfD
entró por primera vez en el Parlamento bávaro con el 10,2%. Un partido
regional bávaro –Votantes Libres– que está en el grupo liberal en el
Parlamento Europeo tuvo un leve ascenso al llegar al 11,6%.

En el campo de la derecha, los resultados no son muy diferentes a los
producidos en Baviera en las elecciones generales de 2017. Entonces,
la CSU alcanzó el 38,8% y AfD, el 12,4%. Precisamente para corregir
esa tendencia, Horst Seehofer –ministro de Interior y líder de la CSU–
endureció su discurso contra la inmigración y amenazó a la canciller
Merkel con tomar medidas unilaterales en la frontera sur alemana.
Merkel consiguió parar el golpe con un acuerdo que sólo era una tregua
a la espera de las elecciones de Baviera.

El objetivo de Seehofer era claro: para frenar el ascenso de AfD y sus
ideas xenófobas era necesario comprar una parte de su discurso,
imponer mayores restricciones a la llegada de extranjeros y reconocer
en la práctica que la decisión de Merkel de recibir a centenares de
miles de refugiados en 2015 había sido un error.

El desafío fue de tal magnitud que los medios de comunicación alemanes
empezaron a plantear si no estábamos ante los días finales de Angela
Merkel, en el poder desde 2005. Una portada de Der Spiegel convertía
su gesto habitual de juntar las manos en un reloj de arena en el que
caían los últimos granos.

El veredicto de los muy conservadores votantes bávaros ha demostrado
hasta qué punto la estrategia de Seehofer ha resultado un fracaso. En
cierto modo, Merkel puede cantar victoria, pero no del todo. Sus dos
socios en el Gobierno federal, CSU y SPD, han salido mortalmente
heridos de esta cita. Los socialdemócratas deben volver a reflexionar
sobre si su presencia en el Gobierno de coalición es un factor que
acelera su decadencia. Las elecciones en el Estado de Hesse el 28 de
octubre, donde gobierna la CDU, pueden desencadenar una crisis
política nacional.

Tampoco se puede decir que el presidente del Gobierno bávaro, Markus
Söder, tuviera una idea muy efectiva con otro intento para encandilar
a los votantes más conservadores al decidir en mayo ordenar que se
colgara un crucifijo en cada edificio público del Estado federado. La
CSU es un partido socialcristiano, pero reafirmar el cristianismo como
un elemento básico de la cultura alemana, como quería Söder, sólo
pretendía excluir a los residentes en Baviera de otras religiones.

En la encuesta de ARD difundida al cierre de los colegios hay una
explicación sobre por qué los votantes tenían otras prioridades. Les
preguntaron en ese sondeo cuáles eran los temas que más les
preocupaban. Fueron educación (52%), vivienda (51%), medio ambiente
(49%) y migración (33%). Y eso a pesar de que han sufrido desde 2015
un diluvio de opiniones y noticias a cuenta del debate sobre la
inmigración, con frecuencia en tonos muy sombríos.

Como es lógico, una gran mayoría de los votantes de AfD (78%) daba
prioridad a la inmigración como asunto decisivo en su sentido de voto.
Sólo el 33% de los votantes de la CSU en estas elecciones estaba en
esa línea. Seehofer, líder de la CSU desde hace diez años, no conocía
a sus votantes.

Este gráfico sobre trasvases de votos entre partidos revela con el
caso bávaro hasta qué punto un partido conservador puede perder votos
por ambos lados del espectro ideológico si convierte la inmigración en
uno de los rasgos definitorios de su estrategia. La CSU sí perdió un
número importante de votantes hacia AfD, lo que era probablemente
inevitable: 160.000 con respecto a los comicios de 2013, cuando
Alternativa por Alemania aún no existía.

Pero fueron muchos más los que se fueron hacia los Verdes (190.000) o
los Votantes Libres (220.000).

Hay otro dato más que no suele aparecer en los análisis electorales,
pero que es imposible evitar: la muerte. O siendo más sofisticado, el
hecho de que algunos partidos cuentan con votantes mayores que otros.
Esa fue la principal vía de agua para la CSU por la que se fueron
240.000 votantes.

Los partidos tradicionales suelen tener en muchos países votantes de
más edad. En principio, eso es una garantía en la medida de que los
mayores de 65 años van a las urnas en mayor porcentaje que los menores
de 30 años. Hay un inconveniente, como bien acaba de comprobar la CSU.

El problema también afectó al SPD en Baviera, con 100.000 votantes
menos que en 2013 a causa de su fallecimiento. Por el contrario, los
Verdes sólo perdieron 20.000 por esa razón.

Los disturbios provocados por los neonazis en la ciudad oriental de
Chemnitz en los últimos días de agosto después del asesinato de una
persona y los rumores y teorías de conspiración propagados desde
entonces para relacionar delincuencia e inmigración alentaron un clima
de miedo del que muchos decían que beneficiaría a AfD y obligaría a
conservadores y socialdemócratas a endurecer su discurso si querían
contener a los ultras en las urnas.

Ese análisis tan extendido no ha resultado muy acertado en Baviera.
Los Verdes presentaron un mensaje abierto y no vengativo hacia la
inmigración, y obtuvieron su mejor resultado histórico recibiendo
votos de la CSU, el SPD y Votantes Libres. El domingo, 240.000
personas se manifestaron en Berlín contra el racismo y la xenofobia.

Acercarse a la extrema derecha para imitar su rechazo a la inmigración
es algo que un partido conservador puede pagar caro. En votos.
En precampaña.jpg
La distribució.jpg
Eduardo Arroyo.jpg
Lo rancio.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 17, 2018, 1:30:39 AM10/17/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Als acudits del final, on Daniel Paz -de Página 12- posa "argentinos",
podeu llegir "catalans". És la situació en la que es troben els
científics de renom repatriats per Catalunya, davant la manca de
recursos públics per treure profit a la seva feina.
Aquí no volem ni als "nostres". Si fem política en més d'una direcció,
ens perdem. I amb la situació, no serveix de res anar deixant molles
de pa pel camí. Algú se les menjarà.

La necedad de los nuevos líderes de la derecha
Rosa María Artal

Los nuevos liderazgos en la derecha y ultraderecha han alumbrado un
preocupante modelo de político. Un ser desinhibido, cínico, mentiroso
compulsivo, irresponsable, con escasas luces, profundamente inculto y
conservador hasta las trancas. Tanto, que no les queda apenas espacio
para un hilo de luz que ilumine las zonas oscuras. Lo alarmante es que
deben responder a un prototipo de ciudadano votante que se siente
identificado con ellos, capaz de creerles y subirse a su carro.

En la línea de Donald Trump que, mirando para sí al menos tiene claros
sus negocios, surgen los Bolsonaro en Brasil y esta caterva de
ultraderechistas europeos, españoles también, desmedidos, desaforados,
encabritados, sin un gramo de complejo o pudor por lo que dicen y
hacen. Tras años viendo cosas que no íbamos a creer, la realidad nos
ha sobrepasado y sabemos que esto es solo la antesala de lo que está
por venir, si los cuerdos no reaccionan a la amenaza.

Pablo Casado, presidente del Partido Popular, lo es porque en el
tándem final de unas extrañas primarias, los compromisarios preferían
al diablo antes que a Soraya Sáenz de Santamaría. Dicho sea en
términos coloquiales, no textualmente satánicos. Tantos años de Gürtel
y el abecedario de la corrupción llevaron al PP a esa tesitura. Casado
apuntaba maneras desde el principio. Ahijado de Aznar y Aguirre, capaz
de defender lo indefendible con esa expresión un punto cínica que
exhibe cada vez que suelta una astracanada de entidad.

Casado carece de todo complejo, de toda prudencia. El joven líder se
nos ha ido a Bruselas a "tranquilizar" a la UE ante los Presupuestos
del gobierno y Unidos Podemos y a decirles que él está "preparado para
gobernar". Intimó con Juncker el presidente de la Comisión, al
abordarle en un pasillo para soltar que España es un “desastre” con
este gobierno socialista. Y ahora va a pedir la venia porque al
parecer no somos los españoles los que votamos sino las manos del
mercado y del mando de la UE.

Su segundo, Teodoro García Ejea, otro brillante lumbreras, encuentra a
Casado un hombre sensato. Y cree muy acertado que vaya a la capital
comunitaria a informar de que "no toda España está representada por el
señor Sánchez e Iglesias (sin señor) y es bueno que se sepa en
Bruselas". Hasta ahora, allí no tiene ni idea de los resultados
electorales en nuestro país, del gobierno actual, ni de nada. Es lo
que tiene volver a ser la Reserva Espiritual de Occidente y cocer el
espíritu en privado. O pensar que todos son de su condición.

"¿Qué otro país puede decir que un nuevo mundo fue descubierto por
ellos?", dijo Pablo Casado provocándonos un hipo incontrolable. "La
Hispanidad celebra el hito más importante de la humanidad, solo
comparable a la romanización", añadió henchido de orgullo. Mostrando
esa incultura honda que caracteriza a su modelo político. Y un
patrioterismo de citas de almanaque. Toda la historia de la humanidad,
desde las expediciones prehistóricas a los grandes hitos del progreso,
reducida al imperio español. Los latinoamericanos más benevolentes se
mofaron de él: "Ahora puedo comprar carne en el supermercado en vez de
ir a cazar", comentaron en El Intermedio, de la Sexta. Los
historiadores serios le dicen a Casado: "Es el relato del
franquismo". Hace falta osadía para decir y para oír esto sin
pestañear.

Casado incurre en graves irresponsabilidades. Puede darse el caso de
que alguien le escuche con atención creyendo que es un líder político
con aspiraciones de gobierno. Insultó a los andaluces a quienes ofertó
banderas que todo lo enjugan. Casado es más de nacionalismo
castellano, de Santa Inquisición y Reyes Católicos. Contó que “En
Cataluña no se puede vivir en las calles sin el riesgo de que te
insulten o amenacen por el idioma en el que hablas”, algo
rigurosamente falso. Pero que calienta un conflicto del que, junto a
Ciudadanos, busca réditos electorales, sin pensar en las víctimas que
ocasiona. Políticos presos por un año ya en algunos casos bajo
acusaciones cada día más cuestionadas. Acaba de sumarse el ex
presidente del Tribunal Constitucional. Pascual Sala no ve los delitos
de rebelión y sedición en la causa del 'procés'.

Albert Rivera, el presidente de Ciudadanos, se ha convertido en una
especie de bot que repite cuatro ideas, con gesto agrio, mirando a
derecha e izquierda, inmune a todo argumento que le demuestre lo
erróneo de sus afirmaciones. Que el acuerdo de presupuestos no
“podemiza” la economía, no es de extrema izquierda, se llama Estado
del Bienestar y lo disfrutan desde hace años varios países europeos,
como explicó detalladamente el director de eldiario.es Ignacio
Escolar. Que la subida de impuestos no está dirigida a “la clase media
trabajadora”. Afecta a quienes ganan más de 130.000 euros. “A uno de
cada doscientos contribuyentes españoles, poco más de 90.000 personas:
el 0,5% del total”, escribe Escolar. Luego están los que rompen España
y liquidan la democracia y Sánchez, okupa en la Moncloa. Albert
Rivera termina su discurso y vuelve a empezar, una y otra vez. Una y
otra vez. Su colega Inés Arrimadas dice exactamente lo mismo y en el
mismo tono. Algo más sobreactuada en su exposición. Como Rivera, igual
te corta un lazo amarillo que te saca una bandera rojigualda de debajo
del bolso. Tiene un registro algo más amplio.

Ofende la inteligencia escuchar estos eslóganes en una letanía
continua. Falta mucha racionalidad, reflexión, en el contexto. Respeto
por la verdad y por la dignidad del engranaje político. En este punto,
no son los únicos, bien es verdad.

PP y Ciudadanos, junto a sus medios de apoyo, han creado mecanismos ya
indelebles. La palabra “Venezuela”, por ejemplo, se ha incrustado en
las conexiones neuronales de una serie de votantes españoles de forma
que la escuchan y reaccionan con odio soltando la clave programada:
Podemos. Y, encadenado, comunista, Maduro, China. ETA, a veces. Y ya
no hay cabida para más. Producen vergüenza ajena. Todos ellos, sus
líderes más aún, permanecen impermeables a otros códigos como Arabia
Saudí, Yemen, Siria, Brasil, México, Hungría, Polonia, Eslovaquia,
Austria, Bulgaria, Rumanía, etc... donde elegir tienen para acabar
siempre en la misma obsesión. Tan eficaz con su gente. Habrán
observado que Rivera ya no nombra a la Argentina de Macri, después de
visitarle y convertirle en modelo, el país se ha ido a pique, y ha
tenido que pedir créditos al FMI resucitando los fantasmas del
corralito.

Vox, en su paseo triunfal por el paraíso de los nostálgicos del
fascismo, ha recuperado el brindis de los Tercios de Flandes: “ Que el
traidor a España no encuentre perdón”, según nos cuenta un emocionado
El Español de Pedro J. Ramirez. Por este camino llegamos a Atapuerca,
aunque allí encontraríamos una apuesta decidida por la evolución.

Todo esto no es un juego. Es hora de saber el peligro que entraña. No
valen paños calientes, medias tintas, eufemismos, ni las falsas
objetividades del dar una de cal y otra de arena. Hay razones de peso.
En mayor o menor medida, mantienen un inquietante extremismo. Aunque
ellos crean lo contrario.

El actor Harrison Ford lanzó un poderoso discurso en la reciente
Cumbre contra el cambio climático: "¡Dejad de dar el poder a quienes
no creen en la ciencia!", clamó. Lo que lleva a otras exigencias
asociadas: Dejad de darle el poder a quienes no creen en la
Democracia. Y en quienes no creen en la decencia ni la practican.

Nunca se puede dejar el poder en manos de necios, cínicos y déspotas.
Bons clients.jpg
El otro Preparado.jpg
Ministro en la sombra.jpg
Científicos.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 18, 2018, 1:30:50 AM10/18/18
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L'article de l'Alejandro Nadal no pot deixar tranquil a ningú i el
pitjor de tot és que no ha estat mai catastrofista, més aviat
investigador seriós de l'economia.


Pablo Casado avanza hacia su propio desastre
Carlos Elordi

Veremos si los sondeos lo confirman. Pero la impresión de no pocos
observadores es que el experimento Pablo Casado no está funcionando.
Que el personaje tiene muy poco contenido y que su liderazgo es
puramente de fachada. Cada día sus asesores ponen en su boca nuevos
slogans, nuevas banderas que él enarbola disciplinadamente sin
trasmitir nunca una convicción profunda en lo que dice. Entre otras
cosas porque no tiene tiempo de asimilarlos pues al día siguiente
tiene que decir otra cosa. Una dinámica construida sobre bases tan
débiles va a tener inevitablemente poco recorrido. El PP vuelve a
tener un serio problema.

A Casado le han construido un discurso muy poco original. Porque
repite, casi sin puesta al día alguna, los que sus predecesores
entonaron en otros momentos del pasado. Y más concretamente el del
acoso a Felipe González por parte de José María Aznar y el José Luis
Rodríguez Zapatero a cargo de Mariano Rajoy. El del “váyase señor
González” y el de “con usted España va al desastre”.

Prácticamente con las mismas palabras. Y sin venir mucho a cuento.
Simplemente porque no tienen otros recursos. Pero esa táctica no va a
funcionar. Porque las circunstancias políticas son muy distintas de
las que se verificaban en esos precedentes. Felipe González llevaba
catorce años en el poder, lo ejercía como si fuera suyo por principio,
y eso, aparte de los escándalos y de su enfrentamiento con unos
sindicatos que entonces eran fuertes, habían hartado a no pocos de los
españoles que le votaban. Pero Pedro Sánchez no lleva ni cinco meses
en el gobierno, no ha hecho nada ignominioso y, en general, la gente
que no milita está más bien a ver qué hace, sin animadversiones
particulares contra él.

Y cuando se le lanzaron al cuello, tras ser derrotados dos veces en
las urnas por él, Zapatero estaba demostrando demasiado a las claras
que no estaba a la altura de la formidable crisis económica y social
que asolaba a España. Su gobierno era una tortura. Para todos y
también para él. Hasta el punto de que muchos meses antes de las
elecciones anunció que se quitaba de en medio, que no volvería a
presentarse. Hoy, en cambio, las cosas están relativamente tranquilas,
no hay cataclismo económico alguno en el horizonte y si hay una
urgencia económica y social es la de reparar el daño sufrido por los
que más han pagado por la crisis.

Esos muchos millones de españoles no pueden entender los mensajes
catastrofistas de Pablo Casado. Les tienen que sonar a trampa. Y a
buena parte de los que están mejor que ellos también. Y con más
motivos. No es creíble que el PP diga ahora que vamos hacia Venezuela
o hacia la recesión cuando hace cinco meses, con ellos al mando, las
cosas estaban exactamente igual y un día tras otro sus portavoces
pregonaban que aquel era un mundo feliz.

Entonces, ¿por qué lo dicen? Sobre todo porque el Partido Popular está
mucho peor de lo que habitualmente se comenta y porque en esas
condiciones la fuga hacia delante sin mayores contemplaciones es una
solución técnica. Mientras dure, que puede que no sea mucho.

Casado y los suyos hablan de la moción de censura como si fuera una
afrenta que se hubiera sacado de la manga el PSOE. Olvidando que el
gobierno de Mariano Rajoy había llegado al punto de lo imposible, por
la corrupción y porque buena parte de los españoles, seguramente una
mayoría muy amplia, ya no le aguantaban. Incluidos no pocos exponentes
del poder económico e institucional que empezaban a temer por sus
intereses si esa situación se prolongaba. También en este ámbito hay
que buscar algunas de las razones del éxito de la moción de censura.

Casado y sus asesores no pueden permitir que se hable de eso, que se
coloque de nuevo al PP frente a sus miserias y carencias. Tienen que
taparlo como sea. Por eso llenan los telediarios de ocurrencias que
casi siempre son despropósitos. Porque no tienen otra cosa. En la
misma dirección presiona la necesidad de ocultar el desgarro interno
que ha supuesto el triunfo de Casado en el Congreso, la defenestración
de las dos personas que controlaban el partido de Rajoy, Cospedal y
Saénz de Santamaría, y los miles de cuadros nombrados por ellas que se
han quedado sin empleo.

Está claro que esa táctica tiene muy poco recorrido. Seguramente el
inicio de la campaña andaluza acabará con la misma o la dejará en muy
poca cosa. Porque lo que ahí se jugará será la primacía en la derecha
con Ciudadanos. Una pugna que es el principal reto que tiene el PP y
que Casado soslaya, seguramente porque no se siente muy firme en ese
terreno, para solaz de un Albert Rivera que empieza a manejarse
después de haber estado unos meses en fuera de juego.

De la improvisación y la falta de solidez de la actual estrategia del
PP habla muy claramente la suerte que ha corrido José María Aznar.
Casado contó con él para ganar el congreso. Y luego lo colocó en el
pedestal de referente supremo del partido, al que él y los suyos
reverenciaron sin rubor. Pero ahora Aznar ha desaparecido. ¿Por qué
quería ocupar demasiado espacio y eso no les convenía o porque alguien
les ha convencido de que la imagen del ex-presidente está demasiado
deteriorada para ayudar a recuperar espacio político, a batir a
Ciudadanos incluso en el terreno de la derecha más clásica?

O Casado cambia de discurso e impone una táctica en la que él sea algo
más que el transmisor de los mensajes que le fabrica su gabinete o su
futuro está seriamente comprometido. Y no sólo porque en Andalucía
puede llevarse un batacazo –que no está dicho, porque en esa región el
PP no es pequeña cosa o, al menos no lo era- sino, sobre todo, porque
su estrategia de acoso y derribo de Pedro Sánchez no tiene viso alguno
de que vaya a dar resultado. Porque los problemas del líder del PSOE
están en otro ámbito, sobre todo en Cataluña, y él al PP ya lo batió
el 1 de junio.

Volviendo del congreso del PP, Javier Arenas dijo –y Pepe Oneto le
oyó– que Casado podía correr la misma suerte que Hernández Mancha, que
aguantó en el cargo solo dos años. Y entonces se comentó que Núñez
Feijoo esperaba tranquilo su oportunidad, que si había renunciado a
presentarse en 2018 era porque creía que lo tendría mejor tras de que
otro, Casado, corriera con el peso de la transición. La hipótesis de
que eso se verifique en un inmediato futuro sigue abierta.

* * *

Crisis financiera: la medicina equivocada
Alejandro Nadal

La teoría económica ortodoxa sobre el funcionamiento del sistema
bancario nada tiene que ver con el mundo real de las finanzas. En el
plano académico eso explica la ignorancia de los economistas
neoclásicos sobre las causas de la crisis financiera de 2007. Pero lo
realmente grave es que la mayor parte de las autoridades económicas en
el mundo (bancos centrales y agencias reguladoras) sigue utilizando
las herramientas de esa teoría ortodoxa, a pesar de ser lógicamente
inconsistente y de haber sido desacreditada por los acontecimientos.

El pasado septiembre, Claudio Borio, economista en jefe del Banco de
Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), declaró que
existe un alto riesgo de que la economía mundial sufra una recaída con
consecuencias potencialmente más graves que las de la Gran Recesión.
Las declaraciones vienen de uno de los funcionarios más lúcidos del
BIS, alguien que acertadamente pudo leer las señales de los
indicadores financieros más relevantes para predecir la crisis de
2007. Lo más alarmante del anuncio de Borio es su empleo de una
metáfora médica: Hoy ya no tenemos más medicinas para curar al
paciente y asegurar su recuperación.

Para seguir con la alusión a la medicina, después del colapso de 2008,
los bancos centrales del mundo desarrollado recetaron a sus maltrechas
economías un remedio muy fuerte: para contrarrestar los efectos de la
crisis aplicaron de manera persistente tasas de interés cercanas a
cero (e incluso negativas en algunos casos) e inyectaron cantidades
astronómicas de liquidez al sistema financiero. Pero esa medicina
tenía contraindicaciones y efectos colaterales indeseables.

Uno de esos efectos es el intenso síndrome de abstinencia cuando la
medicina es interrumpida. Los efectos sobre los mercados emergentes
están a la vista, pues los préstamos desde Estados Unidos a empresas
no bancarias en los mercados emergentes se han duplicado desde la
crisis financiera y hoy rebasan 3.7 billones (castellanos) de dólares.
Según Borio, las crisis de Argentina y de Turquía son consecuencia de
lo anterior, debido al ajuste en la política de la Reserva Federal que
ha prometido seguir con aumentos graduales en la tasa de interés y del
anuncio del Banco Central Europeo sobre la terminación de su programa
de estímulo (flexibilidad monetaria) a finales de año.

Pero el problema central de la política monetaria no convencional que
aplicaron los países desarrollados para enfrentar el colapso de 2008
no es solamente el de los síntomas de retiro de la medicina al llegar
el momento de la normalización. El principal inconveniente es que la
medicina no estuvo dirigida a curar al paciente, sino a rescatar el
statu quo que imperaba antes de la crisis.

El propio Borio señaló que uno de los efectos de la flexibilidad
monetaria aplicada en Estados Unidos y por el Banco Central Europeo ha
sido promover un frenesí de préstamos con estrategias que siguen de
cerca los infames CDO o títulos de deuda respaldados por créditos,
bonos o hipotecas como garantía. En los años que precedieron la crisis
de 2008, estos títulos eran agregados como técnica para distribuir y
disminuir riesgos, así como para bajar el costo del crédito y
comisiones a los prestatarios. Esos paquetes después eran vendidos en
los mercados financieros como vehículos de inversión. Hoy esa práctica
ha privilegiado a un tipo de CDO, los llamados CLO, que no son otra
cosa que títulos respaldados por préstamos (típicamente deuda de
empresas pequeñas y medianas). La práctica de rempaquetarlos y
venderlos es similar a la de los títulos respaldados por hipotecas. Lo
importante es que los CLO constituyen (al igual que sus hermanos
gemelos, los CDO) un fuerte incentivo para el apalancamiento y para el
abuso en la adopción de riesgo.

Es bien sabido que las tímidas medidas regulatorias adoptadas en
Estados Unidos (bajo la administración Obama) fueron muy débiles para
corregir excesos. Además, después de la aprobación de la ley
Dodd-Frank en 2010 las principales restricciones introducidas fueron
debilitadas en los reglamentos que debían hacer aplicable la
legislación principal. Por eso no sorprende el renacimiento de las
prácticas crediticias tóxicas que tanto contribuyeron a detonar la
crisis en 2008.

Los bancos en Estados Unidos desencadenaron una crisis que aniquiló la
riqueza de millones de familias y destruyó 9 millones de empleos. Los
bancos fueron rescatados sin un rasguño, mientras 10 millones de
familias perdieron su casa. La política del banco central fue generosa
con los bancos, inyectándoles liquidez con tasas de cero por ciento.
Hoy, después de 10 años, el banco central habla de normalización, pero
confirma la luz verde para que los bancos puedan seguir su peligroso
juego depredador. Esta subordinación a las necesidades/necedades del
sistema financiero anula por completo el mito de la autonomía del
banco central y confirma la necesidad de un control responsable y
democrático sobre sus actividades.
La tomba.jpg
El imán.jpg
Casado va a la Merkel.jpg
Canadá.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 19, 2018, 1:30:24 AM10/19/18
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Qué comentar a la vista dels articles i ela acudits?


VÍCTOR MORENO
PROFESOR

¿PUBLICIDAD NAZI?

Llevo más de dos años viendo un cartelón enorme publicitario a la
entrada de una ciudad. Su objetivo es promocionar la venta de unos
pisos de última generación en una urbanización edénica, y todo eso que
se dice para engatusar a futuros compradores con rentas per cápita tan
altas como los pisos en cuestión. Lo más paradójico de esta publicidad
no es la imagen de esa torre babélica de hormigón ultramoderna, sino
la frase con que se acompaña dicho propósito: «La calidad de vida es
más importante que la vida misma» (Alexis Carrell).

Si nos detenemos en el contenido de la frase y tratamos, no solo de
comprenderla, sino de interpretarla y, a continuación, valorar su
alcance pragmático, nos toparemos con el hecho evidente de estar ante
un eslogan que hizo época para justificar la eugenesia, propiciada por
el nazismo de Hitler.

De hecho, unos meses después de que Hitler se hiciera con el poder
mediante unas elecciones que nadie discute que fueran democráticas, su
recién instaurado régimen nazi promulgó una ley para prevenir la
descendencia con enfermedades hereditarias, exactamente el mismo día
en que se proscribía la creación de nuevos partidos políticos, el 14
de julio de 1933.

Esta norma eugenésica permitía la esterilización forzada de aquellas
personas que sufrieran trastornos mentales o neurológicos, sordera,
malformaciones, ceguera o tuvieran inclinaciones nocivas como, por
ejemplo, el alcoholismo. Se dice pronto, pero 400.000 personas de raza
aria serían esterilizadas dado que su estado lamentable, mental y
físico, no les permitía acceder a una calidad de vida superior como
quería el régimen nazi. Y la calidad era más importante que la vida.
Los judíos, gitanos y enfermos mentales no autóctonos serían gaseados
sin más preámbulos en los campos de exterminio. Se dirá que Hitler no
inventó la eugenesia, y es verdad. Lo suyo fue el genocidio puro y
duro. Pero Karl Brandt, nombrado responsable por Hitler para el
programa de eutanasia T4 sería sentenciado a muerte en los juicios de
Nüremberg el 20 de agosto de 1947, siendo ahorcado en la prisión de
Landsberg en 1948.

Es verdad que la eugenesia venía de lejos, pero sin irnos a Esparta,
digamos que Galton (1822-1911), primo de Darwin, con un hijo de este,
Leonard, liderarían en Inglaterra el movimiento eugenésico. Un
movimiento que afectó seriamente la salud mental de más de un
intelectual y de un político conocidos de la época, tanto en Reino
Unido como en el resto de Europa.

Solo recordaré la figura de Winston Churchill, quien, siendo ministro
del Interior en 1910, propuso esterilizar a 100.000 degenerados
mentales (sic) y enviar a otros varios miles a campos de concentración
para salvar a la raza británica de la decadencia. Que, más tarde, se
convirtiera en el carnicero de Dresde no parece efecto tan
descabellado en su currículum.

En 1913, el premio Nobel de Medicina, Charles Richet, en su obra “La
selección humana” (1919), dedicaría un capítulo a «la eliminación de
los anormales», donde afirmaba: «Lo que hace al hombre es la
inteligencia. Una masa de carne humana sin inteligencia humana no es
nada. Hay mala materia viva que no es digna de ningún respeto ni de
ninguna compasión. Suprimirlos resueltamente sería prestarles un
servicio, pues jamás podrán otra cosa que sobrellevar una existencia
miserable». No sería el único premio Nobel que se mostrara tan
caritativo y tan piadoso con la gente que él, en aquella época de
nulos eufemismos, denominaba anormales o tontos.

Un año anterior, en 1912, el médico francés Alexis Carrel recibía,
también, el premio Nobel de Medicina. Si las opiniones de Richet eran
dinamita bien cebada, propias de un miserable cabrón, las de Carrel
sentarían cátedra en el nazismo. Autor de la frase publicitaria a la
que he aludido, se convertiría en uno de los grandes inspiradores de
la eugenesia.

Carrel (1873-1944) fue un cirujano francés. En su haber consta la
perfección de la técnica para suturar vasos, dando así un gran empuje
a la cirugía cardiovascular y a los trasplantes. A pesar de su
formación científica, le dio la venada por estudiar científicamente
las curaciones de Lourdes, en las que creía con fe del converso. Dado
el ambiente hostil creado en torno a su figura, en 1904 dejaría
Francia y marcharía a Montreal (Canadá) y, más tarde, a Chicago donde
siguió investigando gracias a ciertas ayudas financieras.

Parte de su testamento espiritual, por decirlo de alguna manera, se
recoge en “L’homme cet inconnu” (El hombre ese desconocido), y cuya
traducción aparecerá en España en 1936. En él defenderá sin tapujos la
eugenesia: «Es necesario hacer una selección entre la multitud de los
hombres civilizados. Sabemos que la selección natural no ha jugado su
papel desde hace largo tiempo. Que muchos individuos inferiores han
sido conservados gracias a los esfuerzos de la higiene y de la
medicina. Y que su multiplicación ha sido perjudicial para la raza».

Jubilado, Carrel regresó a Francia en 1939. Ocupada por los nazis,
colaboró con el gobierno de Vichy y dirigió la fundación francesa para
el estudio de los «problemas humanos». Desde su cargo, propagó sus
ideas sobre la eugenesia. Tras el triunfo de los aliados en 1944,
sería cesado. Regresó a Paris donde murió el 5 de noviembre de ese año
a consecuencia de un infarto, por lo que no sería acusado por sus
ideas nazis y racistas.

Tras 45 años de olvido pertinaz, su nombre sería rescatado por el
Frente Nacional, de Le Pen, en 1991. Curioso. Sus ideas racistas
volvían a renacer gracias a un partido netamente fascista. No podía
ser de otra manera.

Hay que añadir que, al igual que ha sucedido con varios científicos,
tanto alemanes como norteamericanos, su nombre ha sufrido justamente
un intenso ostracismo. Sus paisanos consideraron que sus ideas y su
comportamiento durante el periodo de Vichy pesaban mucho más en la
balanza que los méritos que le dieron el premio nobel. En la ciudad de
Montreal, su Ayuntamiento decidió cambiar el nombre de calles y
parques que llevaban su nombre.

En Francia, el nombre de Carrel se retiraría de las calles de más de
una veintena de ciudades, excepto en Paris. Sin embargo, en el
distrito cinco, donde las pocas placas que quedaban con su recuerdo,
las destrozarían o las sustituirían con nombres de ciudadanos
anónimos. Surgió lo que se conocería con el nombre de affaire Carrel,
provocando, como es habitual en estos casos, un enfrentamiento entre
partidarios como enemigos del cirujano.

Triste constatarlo, pero las ideas de la eugenesia y del racismo, en
definitiva, del fascismo, no han desaparecido de este mundo. Y surgen
cuando menos te lo esperas. De hecho, nunca hubiera pensado que, dados
los antecedentes señalados, me habría topado yo en 2018 con una
publicidad al servicio de una empresa constructora de pisos, haciendo
apología de la eugenesia, utilizando el eslogan de uno los más
cotizados racistas e ideólogos de extrema derecha, llamado Alexis
Carrel. Increíble.

* * *

Derecho a la propia muerte
Javier Pérez Royo

Desde una perspectiva jurídica no hay ningún argumento contra el
reconocimiento de la vertiente negativa del derecho a la vida, es
decir, del derecho a la propia muerte. Todo lo contrario. El derecho a
la vida entra dentro del círculo de la libertad personal y no hay, en
principio, ninguna razón para negar a un individuo el derecho a poner
fin a su vida.

Digo derecho y no libertad. Porque libertad para poner fin a la propia
vida se tiene. El suicidio no está tipificado como delito. De lo que
se trata es de tener derecho, es decir, de poder recabar ayuda para el
ejercicio del mismo. La sociedad podrá regular las condiciones de
ejercicio de tal derecho a la propia muerte y determinar en qué
supuestos y de qué forma se puede obtener el concurso de la sociedad.
Pero una negación absoluta del derecho a la propia muerte no puede ser
fundamentada jurídicamente. Podrá fundamentarse desde una perspectiva
religiosa, pero no jurídica.

Justamente por eso, estoy convencido de que este derecho va a acabar
siendo reconocido en el continente europeo de una manera prácticamente
generalizada en poco tiempo. Y que va a acabar siéndolo sin que quede
vinculado a las situaciones extremas a las que ahora mismo está
circunscrito el debate sobre la eutanasia.

Voy a acudir a un ejemplo de hace unos años para que se entienda por
qué debe ser así. Ocurrió en los primeros días de 2002 en Boston. El
almirante Nimitz y su esposa, de 86 y 89 años respectivamente,
esperaron que llegara la entrada del año 2002, a fin de poder extender
cheques libres de impuestos a favor de sus hijas, despidieron a
continuación a la enfermera que les cuidaba por la noche y se
suicidaron mediante el consumo de determinadas pastillas. Dejaron una
nota en la que se pedía expresamente que no se intentara en ningún
caso devolverlos a la vida y en la que, sobre todo, explicaban las
razones de su decisión:

“Nuestra decisión ha sido adoptada después de un considerable periodo
de tiempo y no ha sido ejecutada en medio de una acuciaste
desesperación. No se trata tampoco de una manifestación de un
desarreglo mental. Consciente, racional, deliberadamente, hemos tomado
de forma absolutamente libre las medidas para poner fin a nuestras
vidas a causa de impedimentos físicos que merman nuestra calidad de
vida debido a la edad, visión desfalleciente, osteoporosis, molestias
en la columna y dolorosos problemas ortopédicos”.

En el reportaje que publicó The New York Times se informó de que el
tema del suicidio había sido abordado durante la Navidad de 2001 por
el almirante y su esposa con sus hijas y que ante la recomendación de
una de ellas que tomaran Prozac, ellos contestaron enérgicamente que
no estaban deprimidos, sino simplemente que no le encontraban sentido
a seguir viviendo en las circunstancias en que se encontraban. Hemos
tenido una vida maravillosa y esto ya no es vida.

¿Por qué tuvieron que suicidarse el almirante y su esposa? ¿Por qué no
pudieron estar acompañados de sus hijas y recibir las pastillas de su
médico de cabecera? Dos ciudadanos que había cumplido con todas sus
obligaciones y que habían prestado servicios indudables a la sociedad,
¿con base en qué razonamiento jurídico se les podía denegar la ayuda
para que pudieran ejercer el derecho a morir como ellos querían
hacerlo?

El debate de la eutanasia hay que desvincularlo de situaciones
extremas. Hay que tomar todas las garantías que sean necesarias para
que no exista la más mínima duda de que la voluntad de poner fin a la
propia vida es “consciente, racional y deliberada”, pero no es
necesario esperar a que se llegue a una situación terminal para poder
practicarla.

Sería de agradecer, en cualquier caso, que se evitaran comparaciones
hirientes, como las que hace el Grupo Parlamentario Popular en la
exposición de motivos de su enmienda a la totalidad al proyecto de ley
del Gobierno. Ni la venta de órganos ni la esclavitud son términos de
comparación aceptables.
Movimiento Nacional.jpg
Tejerina.jpg
¡Qué campechanos.jpg
La gota fría.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 22, 2018, 1:31:00 AM10/22/18
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Alguna cosa es mou quan Pablo Iglesias visita Junqueres i parla amb
Puigdemont. Dins dels comuns, Nuet (EUiA) i Elisenda Alamany esmenen
els comuns de Colau amb una nova plataforma. Caldrà seguir amb atenció
el que surti demà.
ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
FASCISMO GALOPANTE

Por favor, lean ustedes esto, aunque generalmente los españoles no
leen o leen muy poco, sino que funcionan preferentemente con refranes
que les orientan la vida. Ejemplo de actualidad: ¿para qué perder el
tiempo en adquirir una mínima cultura meteorológica cuando hay
refranes que previenen perfectamente lo que está ocurriendo con los
desbordamientos de los ríos: «Si las orejas sacude la burra/ lluvia
segura» ¿ Pero cómo de intensa la lluvia? ¿Con qué graves
consecuencias?

Los alcaldes no preguntan nada de eso a la burra, a la que en el fondo
menosprecian por ajena a todo porte informático. Saben los alcaldes
que va a llover en abundancia, pero fomentan o permiten que se sigan
construyendo casas, calles o carreteras en las ramblas por donde
vuelven a discurrir las aguas que a veces recuperan su viejo y
olvidado camino ¿Pero hay algún alcalde o concejal que haya hecho esas
elementales lecturas o consultas autorizadas sobre meteorología?

Supongo que los munícipes encargados de medio ambiente en poblaciones
aragonesas, por ejemplo, no se fiarán ya del adagio que dice: «Por la
Pilarica/ agua muy rica». Y se pondrán en contacto con especialistas
en esta materia para indicar, al menos al amigo de turno, la
conveniencia de ser previsor en el negocio de la construcción. De
todas maneras estas concesiones municipales, hechas con burra o sin
burra, debieran estar severamente condenadas porque en catástrofes
como las actuales se han producidos muertes que cabrían en la figura
penal del homicidio por imprudencia.

Gobernar es eso: leer, saber, vigilar activamente… No basta con contar
votos y pactar distribuciones de escaños. Gobernar es como rezar; hay
que hacerlo todos los días y con la debida humildad.

Si se lee con constancia y deseo de servir al mundo y a la patria, en
este caso España, no se puede decir en el marco de las uvas pasas de
Málaga esto que acaba de expeler el futuro primer ministro por el
Partido Popular, Sr. Casado, si gana las elecciones: «La Hispanidad es
probablemente la etapa más brillante no solo de España sino del
hombre». Oigo las ovaciones de una serie de braceros andaluces y de
los señoritos que les echan algunos euros de vez cuando: «¡Mira lo que
sabe el diablo del chico, que debió conocer a los Reyes Católicos. No
hay como ser universitario fino y vivir en Madrid!».

Pero la cosa no había dado fin al llegar el relato al primer hombre,
que podría haber sido perfectamente andaluz. Siguió el Sr. Casado:
«América fue descubierta desde Andalucía. Por ello América debería ser
un puntal de desarrollo para lo andaluz». «Ya están pasando el
cepillo», me dijo un buen amigo que tuvo un sublevado de Franco en su
familia andaluza y que no acaba de explicarse por qué al-Ándalus llegó
a su pobreza actual –un 30% de paro real– tras ser durante siglos una
gran potencia mediterránea en lo económico, en lo cultural, en lo
científico, en lo arquitectónico… ¿Qué fue de aquel pueblo que inventó
hasta el weekend inglés por un visir que aceptó volver a su cargo –se
había retirado a la sierra por edad– si el Califa que lo requería le
garantizaba esos tres días de descanso para pensar y tejer bellas
alfombras.

Pero Casado estaba en plenos juegos artificiales y como decimos los
asturianos «no se agachó por elles». Clausuró la historia universal
con este redondeo triunfal: «La Hispanidad es probablemente la etapa
más brillante no solo de España, sino del hombre» ¿Pero de qué hombre
habla repetidamente el líder de la derecha? Es intrigante. «Nunca
antes se había logrado trasladar la cultura, la historia, la religión
de una nación a tantos sitios a la vez. Solo el Imperio Romano –¡dale
con los romanos!– aguanta la comparación. Y eso con la ayuda de San
Pedro, que si no.

Pues bien. «El drama andaluz es que durante cuarenta años no ha habido
alternancia; el pueblo se ha sentido abandonado por la red clientelar
y de corrupción». O sea, que si triunfa el Sr. Casado y llega a la
Moncloa, los andaluces se librarán de la red clientelar para dedicarse
a la pesca con anzuelo. Lo malo es que con el Sr. Casado lleguen sus
aliados naturales de Ciudadanos y de VOX, que son la quinta esencia
del fascismo puro y duro, dirigidos por el Sr. Rivera y el Sr.
Abascal, que no son nada remisos a iniciativas como las siguientes:
ilegalización de partidos independentistas, aplicación del artículo
155 sin necesidad de ilícito previo, supresión de la venta callejera
que perjudica gravemente a las grandes cadenas comerciales, rechazo
absoluto de inmigrantes –supongo que eximirán a los que se hagan
socios del Madrid–, aumento del presupuesto militar para ir a matar
infieles, protección terminante y casi exclusiva a la clase media
–¿dónde estará la clase media?–, policía única en España y debidamente
protegida, aumento del poder de la magistratura –¡a por ellos,
Llarena!–, fomento de la personalidad de los héroes nacionales y de
sus hazañas mediante homenajes multiplicados, –¡niños, un beso a mamá
y papá antes de iros a la cama y otro para el Sr. Hernán Cortes, que
nos estará escuchando!–, derogación de la ley de memoria histórica,
que ha permitido que se cuelen en la historia un montón de rojos,
agravamiento de penas por ofensas y ultrajes a España, Estado unitario
–supongo que se cambiará el cartel de «Bienvenido a España» por el más
adecuado de «Bienvenido al Estado español»–, castigo de las huelgas y
encarcelamiento de piquetes…

Es decir, tendremos un Estado en el que la «virtud» tratará de
recordar con demérito la sociedad de los padres peregrinos que
fundaron Estados Unidos.

A mí los Sres. Casado, Rivera y Abascal me sugieren que está por
surgir el IV Reich alemán, que es lo que falta para dar fin a una
Europa que, de alguna manera, soñó imperial y noblemente el emperador
Carlomagno en el siglo IX, quien entre otras cosas puso la primera
piedra de los condados de la Provenza y transpirenaicos que
evolucionaron hasta su conversión en Catalunya. Este último dato,
universalmente conocido por los historiadores se lo facilito al Sr.
Casado para que entienda que Catalunya es una nación que siempre miró
hacia el Mediterráneo al margen de la hispanidad. ¡Una nación, Sr.
Casado, que no se resigna a ser el apéndice de una hispanidad que
sirvió de despensa estrujada y tristemente de banca forzosa a
dinastías que tenían sus ambiciones depositadas en geografías lejanas!
No me cansaré de repetir todo esto aunque sea en Málaga. Sr. Casado:
usted es mi esperanza de que los españoles se den cuenta de que
habitamos un fascismo espeso y municipal.

* * *

CLIMA

El taxista estaba en Ezeiza con un cartel que decía “Pan para el
mundo” cuando fue abordado por dos miembros de la Policía de Seguridad
Aeroportuaria, quienes no muy amablemente lo conminaron a bajar el
cartelito. Lo acusaban de estar encabezando una protesta política. Lo
llevaron aparte, lo obligaron a identificarse, lo registraron para
verificar que no estuviera armado y una vez que dio sus explicaciones
lo dejaron seguir trabajando. Es que estaba esperando la llegada de un
integrante de la ONG alemana “Brot für die Welt” (pan para el mundo),
que iba a participar del Sínodo de la Iglesia Evangélica del Río de la
Plata. Al taxista le permitieron volver a esperar al pasajero, pero lo
obligaron a cambiar el cartel para que sólo figurara el nombre de la
persona. “El episodio parecería risueño si no fuera que esconde la
violación de varias garantías constitucionales. Refleja el clima que
se está viviendo en Argentina”, manifestó Nicolás Rosenthal, director
de la Fundación Hora de Obrar.
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La diferencia.jpg
Salario mínimo.jpg
gogue. Contar ovellas.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 23, 2018, 1:31:58 AM10/23/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Els problemes al món es multipliquen i no podem fer com l'estruç:
existeixen. Permetre accions com la de l'Aràbia Saudí o el Trump
deixen l'ésser humà sense la seva essència.


De Waterloo a Lledoners
Javier Pérez Royo

Con la perspectiva que proporciona el paso del tiempo parece claro que
Carles Puigdemont acertó en su estrategia de fijar su residencia en
Bélgica y defenderse desde allí frente a la querella por rebelión
activada por el Fiscal General del Estado José Manuel Maza. No
solamente ha conseguido no ser extraditado a España para poder ser
juzgado por tal delito o por el de sedición, sino que ha dejado en
evidencia a la Fiscalía General, a la Audiencia Nacional y al Tribunal
Supremo, que, tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de
Schleswig-Holstein, ante la que se han allanado no recurriéndola ante
el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, han venido a reconocer
que no pueden argumentar persuasivamente ante ninguna instancia
judicial europea su calificación como delito de rebelión de la
conducta de Carles Puigdemont. Jurídicamente, la victoria de Carles
Puigdemont sobre la Fiscalía, la Audiencia Nacional y el Tribunal
Supremo ha sido una victoria por goleada.

Pero no solo jurídicamente ha sido una estrategia acertada. También
políticamente lo ha sido. Su audacia le permitió ganar contra
pronóstico las elecciones del 21-D, superando a ERC y convirtiendo, en
consecuencia, a su partido en el único que podía ocupar la presidencia
de la Generalitat.

Sin la moción de censura y la sustitución de Mariano Rajoy por Pedro
Sánchez en la presidencia del Gobierno, dicha estrategia es probable
que continuara reportando dividendos políticos a Carles Puigdemont.
Con Mariano Rajoy en La Moncloa, la posición hegemónica de Puigdemont
en el nacionalismo catalán era prácticamente inexpugnable.

Pero ahora ya no es así. Con Mariano Rajoy no se podía hacer política.
Con Pedro Sánchez sí se puede. Se está haciendo. Hay reuniones
bilaterales. Hay discusión sobre la eventual Ley de Presupuestos
Generales del Estado que el Gobierno pueda remitir a las Cortes
Generales. Y desde Waterloo y sin aceptar siquiera la posibilidad de
delegar su voto en el Parlamento, con lo cual el nacionalismo deja de
tener la mayoría, convirtiendo de paso en irrelevantes los cuatro
escaños de la CUP al tiempo que revaloriza extraordinariamente los
nueve escaños de En Comú Podem, su posición política no es que se
debilite, sino que genera un vacío que tiene que ser llenado.

Es lo que está ocurriendo. La desventaja que ha tenido en este último
año Oriol Junqueras por carecer de libertad de movimiento como sí
tenía Carles Puigdemont, se ha corregido a la inversa. Desde la cárcel
de Lladoners Oriol Jonqueras puede tener un protagonismo, que Carles
Puigdemont no puede tener desde Waterloo.

Dado el calendario electoral que se avecina y que, tras las elecciones
andaluzas del 2 de diciembre, obligará a todos los partidos a tomar
decisiones a una velocidad de vértigo y reaccionar con esa misma
velocidad a las que tomen los demás, Carles Puigdemont puede dejar de
ser un activo para el espacio convergente y convertirse en una suerte
de hipoteca. Oriol Junqueras ya ha podido tomar la decisión de quien
va a encabezar la lista de la candidatura para el Ayuntamiento de
Barcelona y para las elecciones al Parlamento Europeo, desbaratando
con esa iniciativa la posibilidad de que el nacionalismo pudiera
concurrir con candidaturas unitarias en todas las elecciones del mes
de mayo. Carles Puigdemont no sabe siquiera si tiene autoridad
suficientemente reconocida como para tomar esa decisión.

El tiempo corre muy deprisa y la dirección en la que apuntan los
acontecimientos está poniendo ya y va a poner todavía más en el futuro
inmediato en una posición muy difícil a Carles Puigdemont. Sin su
presencia en el espacio convergente va a tener mucha dificultad en
ocupar con la eficacia exigible para una fuerza política que ha
significado lo que ha significado y que continúa significando lo que
significa en Catalunya el lugar que tiene que ocupar. En el espacio
convergente está semimaniatado en un momento en el que va a necesitar
reaccionar permanentemente a mucha velocidad.

Lo que ocurre es que un problema de esta naturaleza para el espacio
convergente es un problema para toda Catalunya y, por conexión o
consecuencia, como se dice en las sentencias del Tribunal
Constitucional, para todo el Estado. La democracia española no puede
operar con normalidad con una Catalunya políticamente mutilada, lo sea
de la forma que sea.

* * *

¿Cuál crisis?
David Brooks


No hay una crisis migratoria en Estados Unidos.

Tal vez el peor error de políticos en México y América Latina –tanto
de derecha como progresistas– es aceptar la narrativa del gobierno
estadunidense y responder con promesas de cooperación para buscar
soluciones a un problema que no existe. Al aceptar la ficción y
participar dentro de ella, se hacen cómplices de un complot político
derechista con tintes fascistas aquí.

Veamos: la inmigración indocumentada a Estados Unidos está hoy día en
uno de sus puntos más bajos desde 2000, y el año pasado llegó a su
nivel más bajo en casi medio siglo. Los cálculos sobre flujos de
inmigración indocumentada generalmente se miden con base en el número
de detenciones por las autoridades en la frontera con México. En 2000
se registraron aproximadamente un millón 600 mil detenciones, bajaron
un poco a mediados de esa década a poco más de un millón, y desde
entonces se han desplomado. Durante el gobierno de Obama se registró
un promedio de medio millón de detenciones cada año, y en el año
fiscal de 2017 fueron sólo 310 mil 531; la cifra más baja desde 1971.

Más aún, en años recientes se ha registrado un influjo neto negativo,
es decir, que más mexicanos (aproximadamente un millón) han retornado
a su tierra de los que han cruzando al norte de manera indocumentada.

Hoy día, los casi 44 millones de inmigrantes de todas partes que viven
en Estados Unidos (una quinta parte de todos los inmigrantes en el
mundo) representan 13.5 por ciento de la población nacional, casi el
triple del porcentaje de hace medio siglo, pero aún debajo del nivel
récord de 14.8 por ciento que representaban en 1890, reporta el Centro
Pew. La gran mayoría –76 por ciento– son legales.

El régimen de Trump manipula las estadísticas para generar la idea de
una crisis al medir incrementos en estos últimos meses comparados con
el punto más bajo en la historia reciente el año pasado o enfocados
sobre algún subgrupo (por ejemplo, menores no acompañados), para
volverlos dramáticos (como recordaba Mark Twain: hay tres tipos de
mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas).

Ahora, la insistencia de Trump en frenar la embestida de la caravana
centroamericana –cuya imagen de una masa humana avanzando hacia
Estados Unidos es oro para sus propósitos– tiene mucho que ver con la
coyuntura político-electoral en la cual el presidente ha anunciado
explícitamente que la retórica antimigrante es clave para la
estrategia electoral republicana que busca defender su control de
ambas cámaras del Congreso en los comicios intermedios el 6 de
noviembre.

La migración de México y Centroamérica hacia Estados Unidos en años
recientes es resultado directo de un sistema que margina a millones;
uno de los mayores éxitos de este modelo es la exportación de los
seres humanos.

Centroamérica y enormes regiones de México son subsidiados –y
rescatados– por los inmigrantes. Los mexicanos en Estados Unidos
envían entre 24 y 28 mil millones de dólares cada año. En 2017, las
remesas a América Latina y el Caribe llegaron a 75 mil millones de
dólares. En Honduras y El Salvador, las remesas representan casi 20
por ciento del PIB.

Estados Unidos es el principal promotor de este modelo, y el que
impone las condiciones. Cuando países intentan otra ruta, como se ha
demostrado en tiempos recientes en America Latina, son calificados de
amenazas a la democracia y la libertad. Vale recordar que esto es una
visión bipartidista. Por ejemplo, fue Hillary Clinton, como secretaria
de Estado, quien apoyó el golpe militar en Honduras contra un
presidente demasiado bolivariano que llevó a la instalación del
régimen actual y, entre otras consecuencias, cobró la vida de
luchadoras sociales como Berta Cáceres.

No hay crisis migratoria. En el contexto trumpiano, los inmigrantes
son lo que eran los judíos para los nazis. Cooperar con ese régimen
sobre este asunto es complicidad con algo parecido. Los nuevos campos
de concentración en Estados Unidos ya están llenos de inmigrantes y
sus niños, y todos los días hay redadas y detenciones, mientras en
mítines masivos el líder nutre la histeria de odio contra los otros.

Que eso esté sucediendo es la crisis.
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Miquel Angel Soria

unread,
Oct 24, 2018, 1:31:34 AM10/24/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui us recomano la lectura de Traición, de Walter Mosley. Ja veureu
que allò que penseu de les policies -no faig referència al gènere- és
cert i que Villarejos hi ha arreu.
És d'aquelles novel·les que no pots deixar fins que l'has acabada.
Així, de pas, deixen un marge de temps a la política local oerquè es
vagi aposentant.


¿Quién compra este futuro?
Rosa María Artal

El banco 'millennial' inglés Revolut busca un responsable de negocio
para España. Los aspirantes deben conseguir, en una semana, que 2 00
personas abran una cuenta y metan diez euros. Es la prueba decisiva.
Pero no les pagarán por la gestión consigan o no el puesto. Ha sido
una de las noticias más vistas en este medio al inicio de la semana.
Al mismo tiempo, la cadena de supermercados Dia, comercio tradicional,
cae en picado. En una semana ha perdido el 55% de su valor en Bolsa. Y
sigue bajando. No supone el hundimiento del sistema pero sí potentes
síntomas de los cambios que se están produciendo en nuestra sociedad.
Y, justo, cuando electores obnubilados se prestan a escuchar los
cantos de las orcas asesinas de los fascismos.

El mundo está cambiando a una velocidad vertiginosa, sin que muchos
sean conscientes de cuánto implica. Lo hace ahora mismo. Impelidos
cada semana a apagar algún fuego, los periodistas terminamos dejando a
un lado las grandes transformaciones que se cuecen. Un tsunami que
arrasa con las formas de lo conocido, creando nuevas normas. Las
preocupaciones de hoy dejarán paso a otras que se desarrollan en
terreno desconocido.

Nos están marcando otra manera de vivir. Pisos nicho sin apenas
espacio para moverse, escasez brutal de empleo cargado de incógnitas y
formas diferentes de funcionar y relacionarse. Coexistiendo con el
inmovilismo y la regresión y un frívolo desentenderse de todo.
Tendiendo a la precariedad. En un campo en el que viene a pastar y
cazar la ultraderecha.

Soluciones "habitacionales"

El hogar, de entrada. Vamos leyendo las ofertas de “soluciones
habitacionales” -toda una declaración de intenciones- que del globo
sonda pasan a la realidad. Se están alquilando ya “estudios”, cuatro
paredes, de 15 metros cuadrados. "Aunque no hay cocina, la habitación
viene equipada con un microondas, una placa de inducción y una
nevera", recogía un reportaje de la Cadena SER. Y, todavía más
espectacular, por entre 510 y 550 euros al mes. Auténticos zulos,
armarios, como pude comprobar en el Manhattan de los 90 que se fue
extendiendo en tendencia. Hay otros, por supuesto. Los de 120 metros
cuadrados ya andan por 1.700 euros de alquiler y la derecha política
afirma que cobrar 900 euros de salario mínimo es un derroche. El
modelo neoliberal se impone y se acrecienta. Se reafirma en su función
especulativa, no social. Y hasta Alemania que la había preservado, cae
en las alzas de precios. Habría que revertir la tendencia.

La crisis del comercio

El empleo es la otra gran variable. No salen las cuentas. La burbuja
que ahora mismo está explotando es la del comercio, el minorista en
particular. Un sector que da trabajo a millones de personas en todo el
mundo. EEUU, el paradigma del consumo, viene cerrando establecimientos
desde la gran crisis de 2008. El año pasado fue una hecatombe. Ahora
mismo, al gigante SEARS le quedan 900 tiendas de las 3.500 que tuvo y
prevé cerrar 188 de aquí a primeros de año. Ha presentado ya su
expediente de quiebra. Los centros comerciales, el gran símbolo de
esta fase del capitalismo, se encuentran en un momento difícil.

Cada vez desciende más la actividad comercial en tiendas físicas. La
tendencia ya ha pasado a Europa. Se escriben libros sobre el
apocalipsis del retail. Artículos que, sin duda, quedarán postergados
por alguno de los ataques de los políticos sedientos de poder, algún
zarpazo de los medios, alguna boutade de cualquier de los actores de
ese gremio. La vida real sigue su marcha entretanto.

Antonio M. Vélez contaba hace unas semanas en eldiario.es las firmas
europeas que ya están sufriendo la debacle experimentada en Estados
Unidos. La británica Marks and Spencer, la sueca H&M, están cerrando
tiendas, como ya lo hiciera la alemana C&A. Inditex también se está
viendo afectada en su comercio internacional. Pérdidas millonarias en
Carrefour que atribuyen a la compra de Día en Francia. A la propia
cadena Dia ya la vemos. Visibles problemas en El Corte Inglés,
inconfesos. Rumores de fusiones. De todos con todos. Ya no venden lo
que vendían: venden distinto, es el comercio el que ha cambiado y
lleva camino de cambiar más. Se citan como causas principales, los
avances tecnológicos y la demografía. La robótica. La uberización. La
compañía que da nombre al movimiento planea alquilar por horas, como
los coches, a camareros, azafatas o guardas de seguridad. De momento,
llegarán por su propio pie, se supone. Uber ya planea repartir comida
con drones para resolver el problema del tráfico, dice. Habla de
"hamburguesas voladoras". Son dos noticias del día. Cambian los gustos
también: clientes jóvenes que prefieren adquirir experiencias y
productos menos habituales. Hubo una alocada sobreabundancia de
tiendas. Algunos países todavía van en la fase de abrir sin tino.

Todas las grandes superficies se están adaptando. Los usuarios ya no
acuden tanto a la tienda física como a Internet, convertida en la vía
preferida para buscar antes de adquirir. El comercio electrónico está
arrasando, entre los jóvenes sobre todo. En Media Markt de San
Sebastián de los Reyes, Madrid, pude comprobar que el espacio para
recoger pedidos está ganando terreno, enorme terreno, en la tienda. De
un modo casi exponencial. Aún se recoge en las tiendas. Aún. Amazon,
la gran cadena de distribución, se multiplica en los envíos. Todos
quieren ser Amazon, con lo suyo y lo ajeno. Empezamos a ver un futuro
de empleos de repartidores masivo… hasta que sean sustituidos por
drones. Habrá empleo para constructores de drones, programadores de
drones. De momento.

Los trabajadores del comercio afectados son, según los datos, 42
millones en EEUU, el 25% de la población activa. El 20% en el Reino
Unido y en España entre el 16% y el 18%. Pero en el fondo afecta a
muchas más profesiones alrededor, al empleo indirecto.

Otra forma de vivir

Lo estamos viendo. Los cines desaparecen de las calles que se llenan
de tiendas de ropa barata. Todavía. Se mantendrán algunas solo, lo más
probable es que pasemos a las plataformas de distribución que
proliferan. Para ver en el metro. En el parque. En el bar. En el
gimnasio. En casa. En las que merman. Según el alquiler o la compra
que podamos pagar con los empleos que habrá o no habrá pero están
cambiando.

Trabajando en casa también. O en el metro, el parque, el bar, la
biblioteca. Con la información y hasta la educación que nos llega por
los medios. En donde ya se ve a bancos aconsejando sobre la educación
de los hijos en vídeos que ofrecen entre las noticias los periódicos.
Vigilados, desde en las compras hasta en los pensamientos escritos.
Otra forma de relacionarse. Donde lo virtual toma gran protagonismo.

Son solo apuntes del futuro que ya tenemos en la puerta, que la ha
traspasado en muchos casos. La Cuarta Revolución Industrial está aquí,
la Industria 4.0, I4 también la llaman. Están aquí cuando algunas
cabezas no han pasado de la primera o la segunda. A todas se fue
adaptando la Humanidad.

Nada previsto para los menos hábiles y competitivos

Lo que parece seguro es que no habrá empleo para todos o no el que
conocemos. Ni suficiente población activa para sostener a la inactiva.
No por este camino. Los afamados expertos, citados para todo, avisan
sin cesar de estos cambios pero no tanto de cómo resolver la ecuación.
No, por este camino. Y tampoco contemplan muchos más. Hablan de
mejorar las habilidades, los talentos, de especializarse y ser
competitivos. De Skills Revolution, Talent Magnet, Digital Leader.
Mientras tanto se educa en el adormecimiento. Y no se prevé nada para
los menos hábiles y competitivos. Hay otras vías, más sociales, más
humanas de abordar el tiempo que viene.

Buena parte de los jóvenes lo tienen claro: les hemos preparado un
futuro que no hay quien lo compre ni con regalos de oferta. No parece
que les interese adquirirlo y menos sufragarlo con estas cargas.
Buscarán sus soluciones. ¿Y los demás? ¿Todos?

España ocupa el último lugar en inversión pública en I+D de la OCDE
en datos de 2015. España ha descendido con Rajoy al puesto 26 en el
Índice de Desarrollo Humano desde el 13, en el que estuvo con
Zapatero.

¿Usted les dejaría la gestión a los chicos de los másters fantasma y
las acusaciones fraudulentas? ¿A los que enfangados en sus intereses
ni se enteran de lo que realmente debería ocuparles? ¿A quienes agitan
banderas por todo proyecto de país? ¿Somos conscientes del futuro que
viene?

El mundo cambia, como es su obligación. Lleva haciéndolo desde el
comienzo de los tiempos. La involución lleva a la barbarie que ya
vemos. Y solo los peces muertos siguen la corriente, como dice un
proverbio foráneo que ha terminado siendo internacional.
Sobreprotección.jpg
Los tres mosqueteros.jpg
Estrasburgo falla.jpg
Qui mana.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Oct 25, 2018, 1:30:24 AM10/25/18
to icv-euia_e...@googlegroups.com
A mida que vas coneixent l'opinió dels experts realment independents,
la preocupació va en augment. I no em refereixo només a una -o dos-
branques de l'activitat humana. Per això cal tenir molta cura en
l'elecció dels "voceros". Els interessos tenen un gran poder.


Dinero endógeno: escondido a plena vista
Alejandro Nadal

Ya es lugar común criticar a los economistas convencionales por su
incapacidad para entender la crisis de 2008. Hay muchas razones para
dirigir una severa amonestación a estos economistas. Pero hay una
crítica que es fundamental y que no ha recibido la atención que
merece, quizá porque está relacionada con un fenómeno que se ha
mantenido escondido a plena vista de todos: el dinero endógeno.

Estas palabras pueden sonar algo enigmáticas, porque van en contra de
un mensaje transmitido por autoridades y académicos sin interrupción
desde el nacimiento de la teoría económica. El mensaje corresponde a
la pregunta: ¿De dónde viene el dinero? La respuesta tradicional tiene
tres componentes centrales. Primero, no existe una fábrica de dinero,
pero sí un instituto emisor que tiene el monopolio de la creación
monetaria y se llama banco central. Segundo, ese organismo es
independiente de las fuerzas económicas y del mercado, por lo que sus
decisiones sobre la cantidad de dinero que hay que emitir son externas
a la economía. A ese dinero emitido por el banco central se le
denomina dinero exógeno. Tercero, los bancos son simples
intermediarios entre los agentes que depositan sus ahorros en sus
bóvedas y aquellos que recurren a los bancos para satisfacer su
demanda de capitales para invertir.

Todo eso forma parte de una historieta que es falsa. Existe una mejor
y más certera descripción del fenómeno de creación monetaria. Proviene
de los trabajos de economistas que han cuestionado los dogmas
oficiales. En esta visión alternativa la mayor parte del dinero es
creado no por el banco central, sino por los bancos comerciales
privados. Y esta creación monetaria se lleva a cabo mediante un
proceso que no tiene nada que ver con el cuento de hadas de la
intermediación bancaria. En síntesis, los bancos no necesitan que un
agente deposite sus ahorros para poder otorgar un préstamo. El proceso
es al revés: cuando un banco otorga un préstamo, en esa misma
operación crea un depósito. En lugar de requerir de un depósito para
poder realizar el préstamo, los depósitos son creados al otorgar el
crédito.

El crédito otorgado por el banco corresponde en rigor a una creación
monetaria. La creación de dinero deja de ser monopolio del banco
central y responde a las necesidades de crédito de la economía. Es
decir, la oferta monetaria es determinada por la demanda de crédito. A
ese circulante se le denomina dinero endógeno,porque su cantidad
depende de las fuerzas al interior de la economía y no de las
decisiones de un instituto como el banco central. Los bancos
comerciales privados pueden satisfacer esa demanda de crédito creando
dinero de la nada.

Para darnos cuenta de que el cuento sobre la intermediación bancaria
es falso, basta echar un vistazo a los agregados que constituyen la
oferta monetaria en cualquier economía capitalista. Ese examen
revelará que el dinero emitido por el banco central es sólo una
pequeña parte (no más de 5 o 6 por ciento) del total de la oferta
monetaria. El resto es emitido por el sistema bancario comercial
privado. Lo que mueve a la economía es el dinero creado por los bancos
privados mediante los préstamos que otorgan.

Pero si la creación monetaria se lleva a cabo mediante el otorgamiento
de crédito, ¿cómo sabe el sistema bancario cuando detenerse? O, para
decirlo de otro modo, ¿cuándo saben los bancos en su conjunto cuando
ya no es prudente otorgar más crédito? La respuesta es que no lo sabe,
porque no hay límites intrínsecos al otorgamiento de crédito. No
existe un foco rojo que mande la señal inequívoca de que la economía
se ha saturado de crédito (o, lo que es igual, de dinero endógeno). El
crédito no es como un producto industrial de la economía real, en la
que la sobre-producción envía la señal de que los inventarios están
creciendo (la mercancía no vendida se está acumulando). En el caso de
los bancos, para cuando el sistema bancario se percata que se ha
rebasado el umbral de saturación, ya es demasiado tarde. Buena parte
de la crisis de 2008 se debe a este fenómeno.

Las implicaciones del fenómeno de dinero endógeno son enormes y no
deben evadirse. Este concepto, que la escuela postkeynesiana tanto ha
contribuido a desarrollar, exige redefinir los temas centrales de la
teoría y la política macroeconómicas, entre ellos las causas de la
inflación, la determinación y el papel de la tasa de interés, la
relación entre ahorro e inversión y, por supuesto, la regulación
bancaria y del sistema financiero.

Pero mientras los economistas del sistema y la enseñanza de la teoría
macroeconómica continúen perpetuando las falsedades de la ortodoxia,
no se podrá avanzar en estos temas.

La creación monetaria por los bancos privados es lo que permite a la
economía moverse. Está en todas partes y nos parece tan natural que
por eso mismo pasa desapercibida. Decía Sherlock Holmes que no hay
nada más invisible que lo que es obvio. Seguramente estaba pensando en
el dinero endógeno.

* * *

Prefacio para un desastre
Por Atilio A. Boron

Habrá que luchar hasta el final, pero la victoria de Jair Bolsonaro
parece ya la crónica de una muerte anunciada. Y la palabra muerte está
bien usada porque eso es lo que representa este personaje de la
“lumpen-política” que durante casi 28 años pasó desapercibido en el
corrupto Congreso brasileño. Muerte cuando propuso entrar con un
“lanzallamas” al ministerio de Educación para erradicar hasta el
último vestigio de las enseñanzas del gran educador Paulo Freire.
Muerte porque bajo su égida habrá un considerable refuerzo del
autoritarismo en la escuela y en la sociedad, y se librará una guerra
sin cuartel al pensamiento crítico en todas sus variantes. Muerte
porque ha prometido represión y cárcel para todos quienes representan
el pasado petista, aunque no pertenezcan a ese partido. Declaró en
varias oportunidades que va a ilegalizar al marxismo y al “gramscismo”
(aunque no dijo cómo) y que recortará drásticamente el presupuesto de
facultades e institutos de investigación en ciencias sociales. Según
este santo varón, su gobierno invertirá en ciencias “que produzcan
cosas” (lavarropas, palas, tornillos, etcétera) y no palabras o
ideologías.

Este verdadero troglodita, al que circunstancias fortuitas y un golpe
de la Diosa Fortuna lo convirtieron en el casi seguro presidente de
Brasil, fue favorecido con enormes sumas de dinero (por completo
ilegales) una vez que la clase dominante brasileña cayó en la cuenta
que los protegidos por Fernando H. Cardoso como candidatos del PSDB y
la elite tradicional de Brasil agrupada en el PMDB eran repudiados o
ignorados por el electorado. Pragmática e inescrupulosa como siempre
la derecha llegó a la conclusión que si no se podía derrotar al
lulismo con sus candidatos “democráticos” propios – tal como antes
ocurriera con José Serra (dos veces) Geraldo Alckmin, y Aecio Neves-
debía hacerlo con cualquiera que pudiera, aún cuando fuese un patético
emisario rescatado de las cloacas de la dictadura que asoló al país
por más de veinte años. Se ratifica por enésima vez que la derecha no
tiene la más mínima lealtad hacia la democracia, como lo demuestra su
apoyo a Bolsonaro. Además éste cuenta con el respaldo de Donald Trump
para reorganizar a la derecha en todo el hemisferio y el asesoramiento
del equipo que dirigió la campaña presidencial de Trump. Se dice
además que Steve Bannon en persona está colaborando en la estrategia
propagandística del “candidato del orden”.

Un dato muy significativo es que la campaña presidencial no se nota en
las calles de Río. Ni un afiche, ni un pasacalles, una pintada en un
murallón, nadie volanteando, ¡nada! Es que en esta nueva era de la
“antipolítica”, astutamente promovida por la derecha, la política fue
convenientemente apartada de la vía pública, y si bien esto es una
tendencia general y creciente, en el caso del Brasil esta
despolitización de la calle fue potenciada por el más fatídico error
de la gestión del PT: confiar ingenuamente en que el ejercicio del
poder político por parte de un partido de izquierda, o progresista,
podría descansar en el rodaje de las instituciones supuestamente
democráticas (que no lo son). La consecuencia fue la suicida
desmovilización y desorganización de sus propias fuerzas políticas,
comenzando por el PT, siguiendo con la CUT y ninguneando a los Sem
Terra. El resultado: una Dilma indefensa frente a los lobos del
mercado que se movían a sus anchas en las estructuras institucionales
del estado burgués, especialmente en el Congreso y el Poder Judicial.
Por eso la política no está en las calles, y los pocos que salen son
mayoritariamente partidarios de Bolsonaro. Todo circula por la
Internet y, en menor medida, por los diarios, la televisión y la
radio. Un distraído turista procedente del “cinturón bíblico” de
Estados Unidos, digamos Mississippi o Alabama, jamás se daría cuenta
que en pocos días más este país se juega su futuro, en una opción
dramática. Pero si el visitante incursionara en la telaraña de la web,
allí se percataría de lo que está ocurriendo y observaría a la lucha
política librada sin cuartel, pero en el ciberespacio. Esto plantea un
enorme desafío para las fuerzas populares porque deberán aprender a
moverse en un campo minado que sus enemigos inventaron y conocen a la
perfección. No obstante, si movido por su fe nuestro visitante
asistiera a alguno de los miles de templos evangélicos dispersos por
todo el Brasil también se daría cuenta de que hay una elección
presidencial en ciernes. Comprobaría, para su mayúscula sorpresa, que
los pastores y sus ayudantes al terminar la ceremonia religiosa se
dirigen a la salida y entregan a cada uno de los feligreses un volante
en donde se dice a quién se debe votar para presidente, gobernador,
etcétera, porque son esos candidatos, y sólo ellos, los que Dios dijo
que hay que votar. Deplorable trasmutación del modelo del partido
bolchevique –con su ética militante, su organización, su conciencia
revolucionaria- puesto ahora al servicio de la reacción y de la
contrarrevolución ¡nada menos que por unas iglesias!

Las evangélicas en Brasil constituyen un aparato político formidable
–presentes en grados diversos en varios países de Nuestra América, y
de creciente gravitación en Argentina- pero su eficacia no sólo reposa
en la militancia y la labor cotidiana de sus pastores y agitadores en
el territorio sino también en la persistencia de un núcleo duro
conservador –muy arraigado en los sectores más atrasados del campo
popular- pero de inestables preferencias políticas. Según algunos
analistas este sector representa un treinta por ciento de la
población y si a comienzos de siglo se inclinaron por el PT (y se
mantuvieron en ese espacio político durante catorce años, retenidos
por las políticas sociales del gobierno) ahora cortaron amarras y lo
hacen por Bolsonaro. Un factor decisivo de esta ruptura fue la
creencia, abiertamente inculcada por la prensa canalla, de que el
tsunami de la corrupción en Brasil –simbolizado en la operación Lava
Jato- sólo puede ser atribuido a la maldad del PT y sus dirigentes.
Ese vendaval de dirigentes políticos, empresarios y funcionarios
desfilando por les estrados judiciales y terminando en la cárcel tuvo
un impacto tremendo sobre la conciencia popular y potenció la
insatisfacción ante la crisis económica y el aumento de la
criminalidad, o al menos la percepción de tales cosas fogoneada
impúdicamente –como en la Argentina de la época de Cristina
Fernández- por la prensa hegemónica. Es impresionante constatar como
hombres y mujeres del pueblo repiten esa letanía –el PT robó y
corrompió- cada vez que se les pregunta la razón de su voto por
Bolsonaro. Si algo demuestra esta reiterada respuesta es la escasa
capacidad que tuvo ese partido de explicar la muy larga historia de la
corrupción en Brasil, quienes fueron sus principales agentes y
beneficiarios, y los mecanismos legales y judiciales que posibilitaron
su funcionamiento. Tarea que, por cierto, no fue intentada por los
gobiernos del PT. Pero, claro está que para poder hacerlo había que
tener medios de comunicación y una política para los medios. Y el PT
no tuvo ni lo uno ni lo otro.

Cuando culmine el proceso electoral y se constituya la Cámara de
Diputados muy probablemente Bolsonaro y sus aliados lleguen a
controlar los dos tercios de los votos. Con ellos podrán introducir
una serie de reformas hiper-retrógradas a la Constitución de 1988. Una
de ellas, anticipada por el candidato presidencial, figura la
criminalización del activismo social y de las organizaciones sociales
cuyas acciones constituirían un crimen contra la seguridad del estado
y el orden público y sus responsables deberían cumplir largas condenas
en la cárcel. Habrá que ver si esto finalmente logra ser aprobado en
el Congreso. El tema no es si el PSL, el partido de Bolsonaro tendrá
los votos, sino la intensidad de la reacción anti-PT que podría
sedimentarse en un enorme bloque parlamentario con número suficiente
para aprobar esas reformas. Si no lo tuviera, la tradicional
corrupción de la política brasileña permitiría comprar los votos
necesarios para satisfacer las retrógradas aspiraciones de Bolsonaro y
la clase dominante de Brasil que, de este modo, constitucionalizaría
los decretos y las leyes de Michel Temer. Dicho todo esto, sólo un
milagro podría revertir esta brutal deriva autoritaria de la
democracia brasileña. Pero los milagros no existen en la vida
política.
La gran pregunta.jpg
Festa.jpg
Arabia Saudí.jpg
Incompetencia.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Oct 26, 2018, 1:30:26 AM10/26/18
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A la Xina no han perdut el sentit de l'humor al més alt nivell.
El video al que fa referència Ignacio Escolar al final del seu
article, es pot trobar a l'original a eldiario.es.

LLAMADAS
The New York Times publicó que los servicios de inteligencia de Rusia
y China están interceptando las llamadas del iPhone de Donald Trump.
El presidente norteamericano acusó, como ya es usual, al diario de dar
noticias falsas, pero el gobierno chino lo tomó con humor. La vocera
de la cancillería china, Hua Chunying, dijo que alguien está tratando
de ganar el Oscar al mejor guión y sugirió al mandatario que abandone
el teléfono de Apple y que se haga de un modelo de la marca china
Huawei que, dijo, son más seguros.


Las mentiras de Pablo Casado sobre el golpe, la Gürtel o la guerra de Irak
Ignacio Escolar

Pablo Casado (a Pedro Sánchez): “Que no se victimice. Yo no lo he
llamado golpista. Yo he dicho que el Gobierno es responsable de no
poner coto al golpe al Estado que están realizando los
independentistas”

Falso. Pablo Casado fue bastante claro y la frase no admite esos
matices. El líder del PP acusó al presidente del Gobierno,
literalmente, de ser “partícipe y responsable del Golpe de Estado que
se está perpetrando en España”.

Casado y los demás portavoces del partido están ahora intentando
reescribir el diario de sesiones y cambiar el “golpe de Estado” por un
“golpe al Estado”, que no es lo mismo, aunque siga siendo falso.
Porque tampoco se está perpetrando, en presente, un golpe al Estado.
Afortunadamente, hoy en Catalunya la situación no es la misma que hace
un año.

Imaginen, es un suponer, qué habría pasado si hubiese sido Sánchez el
presidente del Gobierno durante el octubre catalán de 2017; durante la
consulta del 1-O y la declaración de independencia. ¿Habría respaldado
Pablo Casado al Gobierno del PSOE del mismo modo en que lo hizo Pedro
Sánchez con el PP? La respuesta, vistas su declaraciones, parece
obvia.

Pablo Casado: “A nosotros se nos ha llamado de todo. A Aznar le han
llamado asesino por participar junto con 47 países en las labores de
reconstrucción de Irak como Gobierno de España en un mandato de
Naciones Unidas”

Falso. Ni eran labores de reconstrucción, ni fueron 47 países ni
contaban con mandato de Naciones Unidas.

Las críticas e insultos a Aznar fueron por liderar la guerra de Irak,
no la reconstrucción de Irak. Hubo que reconstruir ese país porque
antes fue arrasado por una invasión militar que en absoluto contó con
el respaldo de la ONU.

“La guerra fue ilegal”, declaró en 2004 el entonces secretario general
de Naciones Unidas Kofi Annan. Y España no jugó un papel secundario
dentro de la coalición que participó en esa guerra. Aznar fue uno de
los principales responsables políticos, junto con George W. Bush y
Tony Blair; protagonistas, junto con José Manuel Durão Barroso, de la
reunión donde se anticipó la invasión contra el mandato de Naciones
Unidas. Una cumbre que se celebró en las Azores, no en la ONU.

También es falso que fueran “47 países”. Es otro ejemplo más de lo
mucho que improvisa el presidente del PP, un genio a la hora de
colocar datos falsos o inexactos en cada frase. La coalición que
participó en esa guerra ilegal sumaba apenas diez países y en ella no
estaban la inmensa mayoría de nuestros socios europeos.

Los “47 países” fueron los participantes en una conferencia de
donantes posterior a la guerra, que se celebró en Madrid y donde se
adjudicaron los préstamos y los contratos para la reconstrucción del
país. Y no, no fue porque España participara en esa conferencia por lo
que insultaron a Aznar.

Además, los insultos de “asesino” a los que se refiere Casado no son
en absoluto comparables a su acusación de golpista al presidente.
Aznar fue increpado por estudiantes anónimos durante un acto en la
Universidad de Oviedo; el expresidente les respondió con un gesto
grosero. No fue insultado por el líder de la oposición desde la
tribuna del Congreso.

Pablo Casado: “A Rajoy se le ha llamado indecente supuestamente por no
vigilar más la conducta irregular de dos alcaldes de pueblos”

Es cierto que Pedro Sánchez le dijo a Mariano Rajoy, en un debate
electoral, que “el presidente debe ser una persona decente y usted no
lo es” (Rajoy contestó llamándole “ruin, mezquino y deleznable”).
Pero no es verdad que fuese por “supuestamente no vigilar” “a dos
alcaldes”. La corrupción en el Partido Popular, bajo la presidencia de
Rajoy, se pasó más de “dos pueblos” y en la sentencia de la Gürtel,
además de varios alcaldes, también están condenados varios cargos
autonómicos, un exdiputado nacional y dos tesoreros del PP.

También es falso que sean solo dos y que sean simples “pueblos”. Entre
otros muchos cargos, están procesados o condenados en la Gürtel los
exalcaldes de Pozuelo de Alarcón (85.000 habitantes), Arganda (53.000
habitantes), Boadilla (51.000 habitantes) y Majadahonda (71.000
habitantes).

Pero la decencia de Rajoy no se perdió porque dejase de vigilar estos
municipios madrileños, sino porque presidió un partido que se financió
de forma ilegal desde su fundación; una organización donde existió una
caja B que se nutría de donativos ilegales de empresarios y de la que
salían sobresueldos en dinero negro. Rajoy fue también el presidente
del “sé fuerte” al corrupto Bárcenas cuando la justicia encontró su
fortuna en Suiza. El presidente de un partido condenado a título
lucrativo por corrupción.

Decencia, según la RAE: “Dignidad en los actos y en las palabras,
conforme al estado o calidad de las personas”.

Casado: “Aquí no se trata de decir ‘ahora no respiro, me tiro al suelo
y pataleo”

Claro que no. Aquí se trata dignificar mínimamente el debate político
en lugar de crispar a la sociedad con mentiras o falsas acusaciones
que cuestionan la legitimidad de un gobierno democrático. Unas
mentiras que, en otros países, no se toleran en política.

“Pero aquí no pasa nada”, como decía el propio Casado en otra ocasión.
No se pierdan este vídeo. El Casado del pasado le recuerda al
presidente del PP lo más básico.
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El nuevo Cánovas del Castillo.jpg
gogue. Soto del Real.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Oct 29, 2018, 2:30:21 AM10/29/18
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La portada de Página 12: El Cristo de Corcovado plorant sang. Els
articles d'opinió centrats en el triomf de Bolsonaro. Els acudits,
igual. Nosaltres, per aquí.

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
SOBRE LA INDEPENDENCIA JUDICIAL

No creo que se pueda ya hablar de la solemne independencia judicial ni
alabar la ejemplar calidad moral de ese antiquísimo y solemne poder
que parecían respetar hasta en su propio ámbito las monarquías
absolutas. Sencillamente, ese poder independiente ya no existe, ni
aparentemente en muchos casos. Es más, si reflexionamos a fondo se
puede decir que nunca existió la función judicial como verdadero poder
soberano. Normalmente constituía una fachada para justificar acciones
impopulares o conflictivas. Desde Aristóteles se anda buscando
obsesivamente una definición objetiva de lo justo; concepto fluido y,
por lo que diremos ahora, ocasional. Se ha tratado de que la justicia,
sobre todo en el marco institucional, determine lo racional o
irracional en los comportamientos humanos, el reparto equitativo de
los bienes, la igualdad social frente a cualquier otro poder, la
capacidad de ensalzamiento o de destrucción de la vida. Concretar lo
justo constituye una inútil pretensión. Los tribunales de justicia son
un revestimiento, más o menos estético, del poder ejecutivo que actúa
desde el Estado con su poder absoluto y de clase. Estoy convencido,
incluso, de que el barroquismo de la vestimenta judicial forma parte
importante de la ficción de lo eminente. No se trata de ninguna
frivolidad esto que digo. Todos los poderes con ejecutividad singular
son poderes uniformados o revestidos que así acentúan su superioridad
de hecho o de derecho mediante unos distintivos que proclaman esa
capacidad de acción liberada de todo control de la ciudadanía. Los
revestimientos expresivos de calidad de acción tienen un origen
sacerdotal. Por tanto, un origen que no tiene nada que ver con la
quimera de la soberanía popular en el castigo o la recompensa.

Todo esto que venimos afirmando ut supra tiene su origen en el
escándalo que se ha organizado en el Tribunal Supremo domiciliado en
Madrid a propósito de una sentencia que traspasaba el abono de unos
determinados y sensibles gastos hipotecarios del comprador al banco,
por estimar los jueces que era moralmente justo no esquilmar a los que
solicitan alguna asistencia para amparar su debilidad. En suma,
trataron esos singulares y benéficos magistrados de evitar una
explotación más de la ciudadanía. Y ahí empezó Cristo a padecer. No
habían pasado veinticuatro horas cuando el propio Tribunal Supremo
declaraba en suspenso su propia sentencia, con lo que los bancos
volvieron a cargar los citados gastos al cliente en la constitución de
la hipoteca.

Lo que descubre el fondo enfangado de este clamoroso desbarajuste son
las tenebrosas razones aducidas por otra serie de jueces para poner en
cuarentena la sentencia que trataba de mejorar justamente a los
consumidores de productos bancarios. Se alega por los «duros» la
descapitalización de la banca, sobre todo si la sentencia en favor de
los hipotecados tiene efectos retroactivos, lo que obligaría a los
bancos a retornar unos dieciocho mil millones de euros a los
ciudadanos explotados.

Lo que produce más indignación en la calle es que la argumentación de
muchos magistrados del Supremo, partidarios de recomponer la situación
en favor de la banca, no tenga contenido moral, sino razonamientos del
más duro capitalismo. Sorprende a los ciudadanos del común que se eche
mano de una posible ruina de los banqueros –lo que es ridículo,
además, por engañoso– cuando esa banca aún no ha devuelto gran parte
del rescate decidido por el Sr. Rajoy para restaurar la normalidad
bancaria, cuya cuantía llegó a los sesenta mil millones de euros a
cuenta del presupuesto público. Por lo visto, el negocio bancario
español no ha incorporado la primera regla del capitalismo, que
consiste en la libertad del ejercicio comercial con el riesgo
correspondiente.

Todavía más, esos bancos que claman ante la posible devolución a los
españoles de un dinero que lucraron a cuenta de una ciudadanía
necesitada de vivienda en muchos casos, han exportado repetidamente
los fondos logrados con frecuente rudeza en una España empobrecida
hacia aventuras financieras exteriores que, entre otros «beneficios»,
les permitieron evadir impuestos en cantidades muy difíciles de
evaluar.

Creo que es hora, por parte de la llamada izquierda, de diseñar una
sociedad donde la banca y los bienes naturales –aguas, subsuelo,
minerales, viento y otras energías que genera espontáneamente la
naturaleza, como ese sol escandalosamente privatizado– sean
administrados por empresas públicas debidamente controladas por
mecánicas transparentes y sujetas preferentemente al servicio del
entorno. La corrupción ya no sería tan fácil y los beneficios podían
ser aplicados con un verdadero espíritu social… ¿Utopía? ¿Acaso la
utopía no ha sido siempre una dimensión constitutiva del espíritu
humano, que siempre ha avanzado por su huella? Alguien a quien debo el
entendimiento de la trascendencia como dato del origen superior de la
personalidad, que me obliga al servicio de los demás, me ha hecho la
caridad de explicarme, en calma y viendo unos árboles en que viven los
pájaros de mi amistad, que el universo es la utopía de Dios. Pero esta
reflexión la dejo aquí a fin de que no entre como un torrente en
alguna comisión de nuestro Parlamento razonablemente laico, que emplea
todas sus capacidades en aclarar estos problemas de excursionismo por
las cumbres ya que el empleo, la vivienda, las pensiones, la sanidad o
la cultura son problemas resueltos.

Evidentemente lo justo es un concepto muy delicuescente al que los
gobernantes suelen recurrir por su posibilidad multiuso, en estas
épocas estériles del gran café parlamentario, para obviar una
responsabilidad escandalosa ante una situación de extrema penuria
material, amén de la falsificación histórica correspondiente.
Descubrir que hay un Cristo en un cruce de caminos provoca extrañas
teologías laicas que evitan la pregunta sustancial sobre la maltratada
permanencia de esos caminos. Descubrir una hoz y un martillo que
señala un lugar heroico de la resistencia republicana en la guerra del
36 es momento de recordar que España peligra ante ETA, lo que ayuda a
mantener en prisión a cuantos manejan una voluntad de soberanía para
su nación. Ante tal trance cualquier gobernante habla de esas
situaciones que declaran sustancialmente injustas y, en ciertos
asuntos, incluso terroristas. Caballeros como el actual dirigente del
Partido Popular, que actúa siempre con la escolta vocinglera del
presidente de “Ciudadanos” en procura de un fascismo alentado con
descaro desde un Sistema que vive de la violencia policial, la mordaza
sobre el pensamiento y la resurrección de la cárcel como argumento
defensor de la paz.

¿Hablamos de lo justo y de lo injusto? ¿Hablamos de la independencia
del poder judicial? ¿Puedo seguir hablando de todo ello como ciudadano
sin verme privado de mi mismo?
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Miquel Angel Soria

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Nov 2, 2018, 2:31:21 AM11/2/18
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Avui fa 43 anys va ser assassinat Pier Paolo Pasolini. No l'oblidem!
A Cuba, quan demanaven l'alliberament dels 5, el pianista Frank Fernández i una colla de membres de la Trova -grans i joves- van fer una versió d'una cançó popular usamericana -Tie a yellow ribon round the old oak tree- que parla de llaços grocs i la llibertat. No recordo si ja us la vaig passar, però torna a tenir actualitat.

https://youtu.be/LtLiglq5asQ

MARIO ZUBIAGA
PROFESOR DE LA UPV-EHU

CHIQUITA GANAR

 Partida perder. El juego es la vida, o su metáfora. En el mus a veces se gana con un órdago, y, en ocasiones, es preferible jugar piedra a piedra. Se puede ir de farol o con buenas cartas, pero no es una buena opción especular con manos pobres, sin recorrido más allá de lo táctico. Y es que jugando «a pequeña» no hay rédito en el resto de los lances: ni grande, ni pares, ni juego, ni punto.

El trasunto teórico de esta antigua sabiduría se resume en el debate entre dos Carlos, Popper y Marx. Es decir, los que entienden la política como una ingeniería prudente de incrementos parciales y los que consideran que solo la tensión utópica permite avanzar en la libertad y la igualdad de la ciudadanía. Los que se apuntan a la praxis pacata –prueba y error, sin peligro apreciable–, y los que están guiados por la luz de un proyecto comunitario, que a veces exige asumir el riesgo de perder parte de lo ya conseguido con el fin de dar un salto cualitativo que mejore realmente la vida colectiva. Los que ante la complejidad del mundo optan por la abstención, y los que desean cambiarlo, para lo que es imprescindible cierto grado de simplificación de la realidad.

Esta sesuda discusión filosófica tiene también su expresión politológica de medio alcance. Por un lado, están los que desde los procedimientos reglados y la apelación al consenso se contentan con reformas epidérmicas del sistema; por otro, los que son conscientes de que todo acuerdo es el resultado de una relación de fuerzas contingente cuya definición depende de la protesta colectiva. Aquí, el Maquiavelo de los “Discursos” sonríe sarcástico ante los que consideran perversa la polarización y abjuran de «los disturbios que, asustando sobre todo a los que los cuentan, fueron la causa de la libertad de Roma». La de Roma y la de toda sociedad en la que se asuma, con Tilly, que ninguno de los derechos de los que hoy disfrutamos llegó de la mano del estricto respeto a la legalidad vigente, en ausencia de revueltas y tumultos.

Sin embargo, sería un error rechazar de plano una u otra visión de la realidad. Ambas son necesarias –la que abre espacios de oportunidad y la que gestiona la normalidad–, el secreto estriba en acertar con los tiempos: cuál es el momento de luchar y cuál el de administrar.

Por ello, es preciso conectar este debate teórico con la coyuntura política concreta. Así, en nuestro caso, estas dos posiciones son perfectamente identificables en los discursos presentes en el ágora vasca en lo referente a la actualización de nuestro autogobierno.

Los popperianos prefieren una reforma menor, de corto alcance. Una reforma que, retocando aquí y allá el estatuto vigente, posibilite un recorrido institucional pacífico asumible hoy por el sistema: reconocimiento nacional inocuo, sin alcance político alguno, cierta clarificación competencial y promesas consociativas pendientes de una hipotética reforma constitucional. Por supuesto, el derecho a decidir quedaría arrumbado, a la espera, en su caso, de mejores tiempos. Es decir, seguir jugando «a pequeña».

Esta hoja de ruta es deudora de una determinada lectura del momento político. Se resume en estas líneas: «No es tiempo de proponer un nuevo pacto con España. La derecha está desaforada y peligra el autogobierno. A corto plazo, solo cabe apuntalar el endeble gobierno de Sánchez en Madrid y confiando en su reedición a partir del 2020, trabajar en una agenda que permita afianzar la autonomía de la mano de los nuevos-viejos aliados de siempre –socialistas y republicanos unionistas–, en el eje Madrid-Iruña-Gasteiz». Es decir, un remedo del frente antifascista del 36, se supone que ahora por lo civil. Aunque como dice el amigo Tardá, con esta gente, nunca se sabe.

Aun asumiendo en parte esta interpretación de la coyuntura, la táctica incremental aparejada a la misma puede estar equivocada. Con ocasión del inicio de congreso de Eusko Ikaskuntza en Baiona, el profesor Claveranne alertaba del «síndrome de la rana»: ese batracio que se va acostumbrando a la temperatura creciente de la cazuela y para cuando se da cuenta de que no puede aguantar el calor, ya está cocido. En la actual situación, no basta con adaptarse a unas circunstancias cada vez más desfavorables. Hay que hacer mudanza.

La pugna entre modelos se está produciendo a escala global –desde Salvini a Bolsonaro pasando por el «casadoriverismo» hispano–, y las fuerzas que pretenden responder a la incertidumbre con más libertad deben ofrecer una alternativa clara y firme en defensa de la democracia. Parafraseando la conocida reflexión del presidente español Adolfo Suárez, corresponde a la clase política «hacer normal en las instituciones lo que ya es muy normal en la calle». Y a la vista de las encuestas y los procesos participativos recientes, lo que (por ahora) es normal en nuestras calles se resume en tres ideas:

-Respeto a la pluralidad y reconocimiento recíproco de la legitimidad de todos los proyectos de país.
-Garantía del autogobierno y de los derechos sociales necesarios para una vida digna.
-Posibilidad de deliberar y decidir sobre todas las cuestiones: sobre las relaciones con Europa, con el Estado, con otros territorios de Vasconia y sobre cuestiones sociales relevantes.

Deberíamos añadir una cuarta idea: el acuerdo. La implementación del debate social y el diálogo político para que los procedimientos que nos lleven a un nuevo estatus sean acordados. Como en Escocia, Quebec o Cataluña, este es el quid de la cuestión: ¿Debe convertirse la viabilidad procedimental impuesta desde el estado en condicionante del alcance de la reforma? Evidentemente no.

El discurso dominante repite hasta la saciedad lo inadecuado del ejemplo catalán, imputando al soberanismo la culpa del actual bloqueo político. Es este un discurso, no solo cínico –el que critica un procedimiento frustrado es su máximo responsable–, sino también ajeno a la lógica dominante en los países democráticos. La lógica del acuerdo procedimental equitativo, la lógica de la claridad. Canadá y el Reino Unido no han pretendido ahogar una pretensión legítima imponiendo un procedimiento que la hace imposible. Allí no hubo graves conflictos, aquí la gente sigue encarcelada.

Por eso, precisamente para evitar que a medio plazo se repita en nuestro país lo que ocurrió en Cataluña, es conveniente no caer en los mismos errores. Básicamente el que cometió el Gobierno español al rechazar un ejercicio acordado del derecho a decidir. Una formulación que ni siquiera exigía una reforma legal. Ahora, cuando la corriente consensual de fondo en Cataluña busca retomar esa oportunidad fallida –la del referéndum acordado–, sería un grave error que en la actualización de nuestro autogobierno no se previera tal cosa.

Incluso sin tomar por ahora en consideración un escenario unilateral, la operatividad futura de la opción reformista, popperiana, pasa hoy por una regulación concreta del derecho a decidir. Aquí y en Cataluña. Un derecho a decidir que debería interpretarse en un marco deliberativo, sin frivolidades, pero garantizando viabilidad real a todos los proyectos. Incluido al reformista, porque sin derecho a decidir, dentro de 40 años, debatiremos acerca del incumplimiento del estatuto del 2020. Déjà vu del futuro.

El derecho a decidir está recogido en el acuerdo sobre las bases para la actualización del autogobierno, aprobado en el Parlamento Vasco el pasado verano. Un acuerdo cuasi-clandestino que debería ser conocido a fondo, para que el texto articulado que se elabore a lo largo de estos meses «salvaguarde y sea conforme» a la voluntad de una amplia mayoría de nuestro país. Adjuntamos un enlace al documento: https://bit.ly/2RkjEWx

Diseñar hoy el nuevo autogobierno vasco en función de su hipotética asunción en un futuro e inestable Congreso español no tiene sentido alguno. Denunciar hoy su presunta inconstitucionalidad, en un momento en el que todo el régimen político español –desde la Monarquía a la estructura territorial– está sujeto a discusión, es un absurdo lógico. La obsesión por poner puertas al campo suele acabar mal, y, en ocasiones, la excesiva prudencia es la que desencadena el caos posterior.

No es fácil saber si este periodo terminará con otro órdago o se resolverá «tanto a tanto». En todo caso, conviene acumular triunfos –voluntades ciudadanas–, y no olvidar que Cataluña es y será siempre nuestra pareja preferida. No en vano, los contrincantes son los mismos, y nuestras cartas juegan en la misma partida. La de la soberanía y la libertad. A la grande.

 
Vamos bien.jpg
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Damocles.jpg
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Miquel Angel Soria

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Nov 5, 2018, 1:30:19 AM11/5/18
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Un dia d'aquests somiava que tornàvem a l'època de les reunions
clandestines. Pensava que era un pas enrere, però després de rumiar-ho
molt he descobert que a les reunions discutiríem de política que
sempre és millor que fer-ho de la propera llista electoral. Aleshores
em vaig despertar i les eleccions encara eren allí.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
JUEGOS DE MESA

En torno a la mesita en que nos reunimos en mi casa ya no se habla de
política con habitualidad. Se ha agotado la materia prima. La política
es una manifestación de pensamiento denso que funciona con ideologías;
pero las ideologías también han muerto. Incluso las ideologías
fundamentales sobre la vida y la muerte, que antes reunían a los
amigos en la casa en que se seguía en vivo la extinción de un
moribundo. «Era un socialista magnífico» se podía escuchar a los que
tomaban café con pastas junto a la habitación funeraria. Es decir, era
un socialista con un diseño ejecutivo de la sociedad. En otros casos
se alababa la riqueza del que se iba al más allá: «¡Las cantidades que
soltó para misas por el alma de sus empleados demostraban la bondad de
su creencia religiosa; Cristo abominaba de los rojos. Me lo aseguró mi
cuñado Luis, que es canónigo en Covadonga!», decía una señora que
sostenía que los ricos también tienen corazón y que sólo el
capitalismo podía sacar adelante al mundo. Unos hablaban desde la
izquierda; los otros desde la derecha, pero siempre funcionaba, con
más o menos inteligencia, un catecismo ideológico. Hasta en esa hora
tremenda de la muerte se aludía al modelo político que había
prevalecido en el que respiraba ya muy poco.

Todo eso ya no existe. Con el que muere no se va el protagonista de un
pensamiento social sino un escaño, un negocio oscuro o una
confabulación. Por eso ya no se muere en casa. Se envía al hospital al
que agoniza, ya que en él es más fácil y discreto organizar una
conversación sobre el sillón que queda libre en el parlamento o en la
empresa. Una enfermera advertía que la tertulia era más fácil en
Cardiología, que tenía más espacio. En cierta ocasión oí algo
terminante en un pasillo hospitalario: «Este cabrón se nos va
justamente cuando hay elecciones». Eso no se dice en familia, una
institución asimismo quebrada o insegura.

Ahora se funciona de otra manera. A los moribundos se les envía al
hospital, entre otras cosas para que el paciente sea sedado y no pueda
ver la pantalla que registra sus últimas constantes vitales y se le
ocurra cualquier cosa acerca de los papeles que guarda en su despacho
sobre el dinero en B. Es una de las infinitas variables para
neutralizar al que libera espacio en la Mesa del Congreso o en el
consejo de administración de una hidroeléctrica. De vez en cuando
suena un teléfono móvil en el hospital a través del que un familiar
del intubado pregunta por el estado agónico de su pariente. «Cuando
acabe el partido pasaré por ahí, a no ser que haya una urgencia», dice
el que llama, que a continuación marca el número del secretario
general del partido, al que pasa un mensaje desde la tribuna del
Albacete FC: «Pepe, es seguro; mi primo Leoncio casca».

La política ha muerto. Es como si se hubiera detenido para siempre la
Creación. Las ideologías contenían promesas de las que había que
responder ante ciudadanías que aún creían en su soberanía. Promesas
que de ser defraudadas daban lugar a conmociones sociales a las que
ningún juez, por estimulado que estuviera, podía hacer frente con el
delito de rebelión, como sucede ahora en España para sonrojo de la
llamada modernidad. Lo que quedaba de esa rancia figura legal fue
aplicado a alzamientos armados en el marco del último coloniaje como
sucedió con los franceses en Argelia, que se levantó en armas para
reconquistar su soberanía. Pero ese delito no cabe en la modernidad,
que ha decido seguir otros cauces menos llamativos, aunque siempre más
eficaces. España aún no ha comprendido los estilos de la época.
Todavía vive en la radicalidad de la fuerza. La política española no
se ha hecho nunca con ideas sino con la Guardia Civil.

La política, para ser una realidad del pensamiento constructor de
sociedad con vida, necesita un estímulo trascendente que linda siempre
con el pensamiento religioso o moral. Decía el viejo marxista
Horkheimer que «la política que no contenga teología, aunque sea de
una manera muy poco consciente, no dejará de ser, a final de cuentas,
un negocio, por muy hábil que éste sea».

Lo más delicado ahora en este marco donde se toman las decisiones que
nutren el gobierno de la sociedad consiste en saber donde reside el
verdadero poder: ¿en el Banco Mundial, en la ONU, en la OTAN, en
Suiza, en Wall Street, en la Casa Blanca, en el despacho de un
banquero que no tiene banco…? Por otra parte no se sabe nunca la hora
en que sucederán las cosas en el ámbito rector del Sistema, que no se
dirige desde una política ideológica, sino desde la contabilidad
instantánea en torno a la mesa de juego en que se ha convertido la
política, que ahora tiene solamente cuatro dados.

En mi tristeza puse sobre la mesa las fotos de los dirigentes que
empiezan a protagonizar Europa y debajo de las fotos, frases
importantes suyas. Primera constatación: físicamente eran iguales
(irrelevantes), intelectualmente eran de literatura corta (de solapa),
sus preocupaciones eran las mismas (el de enfrente), su información
política (de diario digital), su desdén (festivo), su presencia
(frágil), su fascismo (residual), su futuro (bisiesto)…

Llamé a la secretaria de uno de ellos, con cuyos padres había hecho
hace sesenta años la travesía ferroviaria en el Shangai express que
unía La Coruña con Barcelona en treinta y seis horas. La pedí que me
dijera algo sobre lo mío. Me pregunto qué era «lo mío». Le aclaré que
era la pensión. «Dentro de cinco o seis años comprobará usted la
mejora», me contestó la socialista que había dejado el PP. Le aclaré
que tenía noventa años. «Lo pasaré a la comisión», me dijo muy
solícita. «¿Y mientras tanto, qué?». «Quizá podría irse a vivir en
Estonia, que es de la Unión Europea», me ayudó la atenta funcionaria.
«¿Y si ustedes pierden las elecciones…?», apuré a la señorita. «Pues
puede regresar con los emigrantes estonios que vengan a España. Pero
no sea usted pesimista porque la política está ahí para resolverlo
todo». Me emocionó y le prometí enviarle una bandejita de panellets ya
que yo soy de Esquerra Republicana.
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