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Miquel Angel Soria

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Aug 29, 2022, 1:31:35 AM8/29/22
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Agosto
29
Hombre de color

Querido hermano blanco:
   Cuando yo nací, era negro.
   Cuando crecí, era negro.
   Cuando me da el sol, soy negro.
   Cuando estoy enfermo, soy negro.
   Cuando muera, seré negro.
Y mientras tanto tú:
    Cuando naciste, eras rosado.
    Cuando creciste, fuiste blanco.
    Cuando te da el sol, eres rojo.
    Cuando sientes frío, eres azul.
    Cuando sientes miedo, eres verde.
    Cuando estás enfermo, eres amarillo.
    Cuando mueras, serás gris.
Entonces, ¿cuál de nosotros dos es un hombre de color?

(De Léopold Senghor, poeta de Senegal)
                                                                 Eduardo Galeano

Aquests dies, de viatge per Sicília, he trobat a faltar la lectura diària de Los hijos de los días.  


El canario en la mina de carbón
Elisa Beni

El objeto más peligroso que le hallaron encima fue un lápiz de cinco centímetros
Kurt Vonnegut

Disculpen que me aproveche de esta última oportunidad de hablar de cosas verdaderamente importantes. Quizá no haya otra hasta, al menos, el próximo verano, pero no lo daría por sentado. La semana próxima, no se preocupen, volveré a ocuparme de lo urgente, que solo a veces es una cresta de lo importante, y las más de las ocasiones no es sino un fuego fatuo con el que nos quieren distraer de ello. La ficción es melodía y el periodismo, nuevo o viejo, es ruido. Lo dijo Vonnegut y llevaba razón, claro. Es un ruido necesario, casi siempre, y un ruido que pretende aniquilarnos o desconcertarnos al menos, en su versión patológica. Pero eso ustedes ya lo saben.

Para Vonnegut –al que querrán leer nada mas terminar esa columna– “los escritores son células especializadas en el organismo social. Células evolutivas”. O deberían. Por eso, aunque él escribió esto mucho antes, llega la hora de recordarlo y de subrayar con él que los escritores –también los que son además periodistas– tienen la obligación política y social de poner de relieve las cosas importantes.

“Un escritor es el canario en una mina de carbón”. ¡Cuántas vidas de mineros salvaron los canarios! Para los muy millennials hay que recordar la particularidad de estos animales ante la inhalación de CO2: “Cuando la concentración supera las 2.000 ppm (0,2%) el canario muestra síntomas muy agudos muy rápidamente mientras que una persona debería estar inhalando esa proporción de gas durante al menos 30 minutos para verse seriamente afectada”. Un canario caído era la indicación de que el grisú estaba manando y el pistón de salida para la vuelta urgente de los trabajadores a la superficie.

Un escritor es el canario en una mina de carbón. Un escritor cae desplomado unos minutos históricos antes de que la humanidad se intoxique sin remedio. Es la voz de alarma, la única posibilidad de ponerse a salvo. No es que la historia no nos haya proporcionado canarios-testigo, es que se ha producido el incomprensible caso de que viéndoles caer, nadie les ha hecho caso. Puede ser, como algunos de ellos han comentado, que una cosa sea saber las cosas y otra el momento en que pueden ser dichas para ser entendidas. Puede ser, aunque es más probable que, a pesar de haber sido enunciadas, simplemente no queramos ni saberlas ni entenderlas.

Vonnegut publicó en 1985 una novela titulada Galápagos. Hace décadas que no se reedita en castellano. La consideraba su mejor novela. En ella la humanidad no sobrevive a la profanación ambiental, al menos no en la forma física que llamamos humana. Una crisis financiera bloquea la economía mundial y, al poco, una nueva infección desconocida convierte en estériles a todos los que la contraen. ¿Todos? No, hay un pequeño grupo que navegaba embarcado y que ha embarrancado en una isla a la que no llega el virus. Están desconectados de todo y pueden reproducirse, mas va pasando el tiempo y se produce el proceso de la evolución de la especie. Los descendientes de los náufragos acabarán siendo algo parecido a focas, con posibilidad de sobrevivir en aquel medio. Adaptación.

Nadie nos dice a veces que la ciencia ficción o la distopía son la forma en la que los escritores cumplen su función de canarios, avisando.

George Turner publicó en 1987 una novela titulada en castellano Las Torres del Olvido, que yo leí durante el confinamiento y que les recomiendo encarecidamente. Transcurre en Australia entre los años 2044 y 2063. El mundo está superpoblado y la mayoría de la población empobrecida vive del salario estatal en torres inmensas de hasta 80 pisos. El clima se ha desestabilizado y el mar ha invadido las costas. Algunos de estos complejos de torres han sido inundados en sus primeras plantas. Los excesos demográficos, el sol perpetuo y el colapso económico derivado de todo ello se une a una epidemia desconocida que asuela a los habitantes. Como dice uno de los personajes, Francis: “el capitalismo murió porque había llegado a sus límites. Los pobres, es decir la mayoría, podían comprar únicamente artículos de primera necesidad, y la catástrofe se abatió sobre los fabricantes cuando la primera necesidad se convirtió inexorablemente en lujo”. Ese canario ya cantaba una melodía que muchos estratos del mundo occidental no quieren oír. Las gentes que nos muestra Turner ya no hacen huelgas ni protestan ni se oponen a la injusticia radical en la que viven, porque “ya nadie cree en un futuro mejor”. Pero sobreviven. Adaptación.

¿Es casual que ambas obras fueran escritas con dos años de diferencia en la década de los ochenta? Podría asegurar que no. No se trata de plagio ni inspiración, se trata de que en los ochenta los escritores, con su sensibilidad de canario, ya eran capaces de respirar el peligro. Probablemente entonces el problema ya era demasiado grande, arrancando como arranca de la Segunda Revolución Industrial, pero ya va siendo hora de que asumamos que los mayores saltos en el progreso se han producido tras el descubrimiento de una fuente ingente de energía que fueron los combustibles fósiles, que parecían inagotables e inocuos. No fueron ni una cosa ni la otra. El mundo es finito, incluso para el mineral radioactivo que predican algunos. Es absolutamente improbable que descubramos y pongamos en marcha fuentes alternativas que proporcionen tanta energía, tan rápido y de forma tan exponencial. Incluso si la transición no se viera interrumpida por la acción de la voluntad puramente humana –como ha sucedido ahora con Putin– es muy difícil encontrar fuentes de energía que satisfagan esa necesidad de crecimiento infinito y de consumo infinito. No es ideología, es la verdad. Ni el hombre es eterno ni los recursos de la tierra son inacabables.

De manera que ya nos lo estaban cantando en los ochenta, pero ahora, cuatro décadas después, cuando ya somos capaces de visualizar los efectos del grisú mientras las pruebas se amontonan, todavía hay quien las niega. ¿Es el sino de la humanidad? Otros acunan otras ficciones, esas en las que la especie emigra en busca de otros mundos que esquilmar. Ni Musk ni Bezos son profetas de la humanidad. Esa salida solo sería de las élites.

Ni ellos ni nadie tiene la solución cierta. Solo atisbos de por dónde no debemos ir y por dónde parece menos suicida avanzar. Ni siquiera el riesgo es el mismo para todos. Mientras África y otras zonas ya sufren al máximo las consecuencias, el sur de Europa amenaza con convertirse en una zona semidesértica. Ni Rusia ni Groenlandia ni Islandia ni el norte en general, que verán deshelarse sus tierras y mejorar sus climas hasta volverse fértiles, están amenazados de la misma forma. De facto, la guerra por el Ártico se desarrolla constante y soterradamente mientras aquí voces esperpénticas nos hablan de la libertad como un escaparate encendido. No son canarios, no cantan, sino que croan.

¿No hay remedio? ¿Tenemos que quedarnos con lo urgente y olvidar lo que no admite dilación? De nuevo acudo a Vonnegut para apuntar una respuesta, a través de su personaje Slazinger en su obra Bluebeard: “La mayoría de las personas no son capaces de abrir la mente a nuevas ideas a menos que un equipo abrementes se ponga a ello”. También nos dice qué tres tipos de especialistas deben constituir ese equipo abrementes: el más excepcional de los especialistas debe ser un genio, una persona capaz de tener ideas nuevas aunque resulten incomprensibles; el segundo especialista debe ser un ciudadano muy inteligente y con buena reputación en la comunidad, capaz de entender esas ideas y de dejar claro que no proceden de un loco y, el tercer especialista, debe ser una persona capaz de explicar cualquier cosa, por complicada que sea, y satisfacer a la mayoría por muy espabilada o muy dura de mollera que sea. Ese último ya saben quién es, y creo que abunda más que los otros dos tipos, el segundo deberían ser los líderes sociales y los políticos de élite pero ¿y los primeros? ¿Nos quedan de los primeros?

La semana que viene les hablaré de la actualidad. No olviden que los canarios también cantan antes de morir.

                                                         * * *
Despertaron al león
Luis Bruschtein*

La corporación de medios se lanzó a toda máquina en un esfuerzo inusitado para competir con la inesperada convocatoria popular que desató el pedido de penas para Cristina Kirchner en la causa Vialidad. Es una disputa de la época: la información virtual, teledirigida, condicionada y monopólica, frente a miles de personas de carne y hueso en una demostración que disgusta a esa corporación y que, por lo tanto, trata de invisibilizarla o bajarle el precio.

Decir que era inesperada, simplemente es hacer referencia al momento porque, ahora o más adelante, se iba a producir en la medida que avanzara la persecución contra Cristina Kirchner. Por desconocimiento o por falta de sensibilidad para las expresiones populares, es probable que en el macrismo existiera la ilusión de que podían llevarse puesta a la vicepresidenta sin que hubiera reacciones considerables.

Error. El macrismo, los medios hegemónicos y los funcionarios judiciales que participan en la causa representan todos lo mismo. Es una causa que se tendría que haber cerrado por falta de pruebas, pero se mantuvo por razones políticas, como sucede también con la causa de los cuadernos. No respetaron el marco legal y forzaron la acusación hasta llevarla a un plano donde la resolución tiene que ser más política que judicial.

Macri, el millonario de los negocios con el Estado

La compulsión del macrismo por forzar como su herramienta principal a la persecución judicial creó un microclima dentro de esa fuerza que presionó aún más en ese sentido. Si se ve a la distancia, resulta incomprensible que alguien de la alianza que llevó a la presidencia a un millonario que hizo su fortuna como proveedor del Estado, crea en la cruzada anticorrupción que ellos han lanzado contra dirigentes kirchneristas.

Mauricio Macri era cabeza del Estado y al mismo tiempo era el que no quería pagarle al Estado por el arrendamiento del Correo. Mauricio Macri era el titular del Estado y al mismo tiempo fue el que cambió la licitación por el soterramiento del Sarmiento para que el Estado, que él encabezaba, le entregara 45 mil millones de pesos a IECSA, de la que era propietario. Y así sucedió con las concesiones a Autopistas del Sol, que pertenecían al Grupo Macri, o con los Parques eólicos, en los que también intervino el Grupo Macri. Sin hablar del blanqueo por el cual benefició a su hermano y a su madre.

Después de los Panamá Papers, donde no apareció ninguna offshore relacionada con los kirchneristas, pero aparecieron cerca de 50 donde figuraba el nombre de Macri, el ex presidente ocupó el top ten de los jefes de Estado más corruptos.

Resulta difícil creer en la buena fe de los dirigentes de la fuerza que llevó al gobierno a este personaje, cuando expresan su indignación por la supuesta corrupción de un gobierno que no les gusta y no dicen nada de la corrupción del que sí les gusta.

Y lo mismo corre para los opinadores independientes indignados, que son implacables con el movimiento popular y no dicen nada del gobierno que apoyaron los que manejan los medios donde trabajan, sean nacionales o extranjeros, y que forman parte del dispositivo macrista. Pero algo tan evidente y objetivo se confunde dentro de un microclima que con el manejo del monopolio mediático puede crear sus propias verdades y mentiras.

El peronismo inesperado

El macrismo no tiene puntos de empatía con los sectores populares. No los entiende. Y no esperaba el aluvión masivo que empezó a juntarse frente al departamento de la vicepresidenta. Apostó a que toda la atención estaba puesta en la inflación y la carestía de la vida. Se equivocaron.

Tampoco conocen bien la lógica del movimiento peronista. Pensaron que las divisiones internas ya no eran conciliables y que el pedido de condena a Cristina Kirchner, las profundizaría. Pero fue al revés. Cuando se cierran filas en el peronismo, son pocos los que quedan fuera. El Cabildo abierto que se realizó el jueves en el PJ porteño reunió a todas las corrientes internas en defensa de la vicepresidenta y la crítica a los jueces y fiscales que juegan en el lawfare.

Pocas veces habrá asistido tanta gente a una reunión del PJ porteño, con miles de personas en las calles aledañas. Y surgieron marchas en lugares como Córdoba o Rosario, que son plazas donde pesa el antiperonismo. En las ciudades más importantes del país se produjeron movilizaciones en defensa de Cristina Kirchner y hubo pronunciamientos de las centrales de trabajadores y de las diferentes corrientes del movimiento obrero. Hablaron los gobernadores y los intendentes, muchos de ellos de provincias donde no gobierna el peronismo.

En el macrismo esta reacción fue tan inesperada que generó a su vez un proceso que, sin saldar las fuertes diferencias ni la discusión por las listas electorales, produjo un movimiento de rejunte. Así, el escenario que hasta pocas horas antes aparecía con fuertes debates en las dos fuerzas principales, cambió apenas el fiscal pidió los 12 años de prisión y la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos para Cristina Kirchner.

El sólo pedido de penas contra la vicepresidenta cambió el escenario político. La oposición no termina de entender que está frente a un fenómeno de liderazgo de masas. Cada artimaña antidemocrática que utiliza funciona como una provocación al dragón. El pueblo se identifica con ese liderazgo y en vez de alejarse cuando lo agreden, se siente agredido él mismo. Es probable que con otros dirigentes funcione la difamación y la persecución judicial. Pero funcionan al revés cuando se trata de un liderazgo popular con raíces en procesos de distribución del ingreso y ampliación de derechos.

El contrataque mediático

El fuerte respaldo a Cristina Kirchner y las movilizaciones que surgieron en forma espontánea en todo el país hizo temblar la estrategia de lawfare en este caso. La respuesta del macrismo fue tratar de taparla moviendo el eje de la atención mediática. Convirtieron las declaraciones del presidente Alberto Fernández en una catástrofe nacional. Taparon la información sobre las movilizaciones masivas en defensa de Cristina con comentarios tremendistas sobre declaraciones inocuas del presidente durante un programa en un canal de televisión del Grupo Clarín.

Alberto Fernández defendió a Cristina Kirchner y criticó a los jueces y fiscales que participan en el lawfare, pero pisó el palito cuando lo llevaron al tema de Nisman. La respuesta sacada de contexto fue presentada como una amenaza contra el fiscal de la causa Vialidad. Forzaron una estupidez hasta presentarla como una amenaza. Legisladores de Juntos por el Cambio pidieron que se le haga juicio político. Todo una grandísima estupidez forzada, puesta en las portadas de los diarios, repetida en los programas de radio y de televisión, para ocultar la verdadera noticia que era el masivo descontento que se manifestaba en respaldo a la vicepresidenta.

El esfuerzo por ocultarla fue tan notorio que expuso la inquietud que despertó en el círculo rojo, en la corporación mediática y en los macristas la respuesta popular masiva contra el intento de proscribir a Cristina Kirchner.

En este cuadro, la perspectiva de una condena a la vicepresidenta implicaría la agudización del conflicto político y social hacia niveles imprevisibles. A partir de la falta de pruebas, el macrismo podría inclinarse al sobreseimiento de la ex presidenta y condenar a los demás acusados. Es difícil que la Corte siga el camino de Brasil donde fue su equivalente, el Tribunal Superior de Justicia, el que desmanteló las causas del lawfare contra el PT. El kirchnerismo ya dijo que no aceptaría un indulto presidencial. Y aún en el caso de que se produjera, tendría que ser acompañado con una profunda democratización del Poder Judicial.

En esta confrontación entre lo virtual y la expresión de multitudes concretas es la representación del intento de arrebatarle al movimiento popular el liderazgo claro que encarna Cristina Kirchner. Y la defensa popular de ese liderazgo es también la defensa de la democracia.

* Periodista y subdirector de Página/12
Manel Fontdevila. Por España.jpg
Orlando Lumbreras. Veraneantes.jpg
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Miquel Angel Soria

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Aug 30, 2022, 1:35:08 AM8/30/22
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Ahir ens colpejava la notícia de la mort de Manolo Sanlúcar, guitarrista al que recordem junt a Paco de Lucía o Vicente Amigo. El millor homenatge és seguir escoltant sonar la seva guitarra.
https://www.youtube.com/watch?v=yABYWk8896M 

Avui també recordem la poesia de Celso Emilio Ferreiro, mort un llunyà 1979.

Llarga nit de pedra

                                            Al mig del camí hi havia una pedra
                                                         hi havia una pedra al mig del camí
                                                         hi havia una pedra
                                                          al mig del camí hi havia una pedra.
                                                             CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE

El sostre és de pedra.
De pedra són els murs
i les enebres.
De pedra el terra
i les reixes.
Les portes, 
les cadenes,
l'aire,
les finestres,
les mirades,
són de pedra.
Els cors dels homes
que a la llunyania esperen,
fets estan
també
de pedra.
I jo, morint
en aquesta llarga nit
de pedra.
Una ciudadanía que huye de las noticias en lugar de buscarlas
Pascual Serrano

El Reuters Institute, junto a la Universidad de Oxford, ha publicado recientemente uno de los informes más ambiciosos sobre periodismo, el Digital News Report 2022. Se basa en estudio de la empresa YouGov, con más de 93.000 encuestados en 46 mercados que cubren la mitad de la población del mundo.

El estudio muestra que aumenta la desconexión entre el periodismo y el público que, además, incluye la caída en la confianza, un declive en el interés por las noticias y, la gran novedad, un aumento de quienes las evitan a propósito.

El informe del año pasado no fue tan negativo para el sector informativo debido a los deseos de información sobre el Covid y a que continuaban unos confinamientos que impedían a los ciudadanos hacer muchas cosas diferentes al consumo de noticias. Pero un año después, la situación ha cambiado. No solamente sigue cayendo la confianza en las noticias, sino que, por primera vez, aparece otro fenómeno: la cantidad de personas que deciden evitarlas.

El interés por las noticias ha pasado del 63% de los ciudadanos en 2017 al 51% en 2022. El porcentaje de gente que dice evitar las noticias ha aumentado bruscamente en todos los países, Brasil o Reino Unido se ha duplicado en cinco años. Mucha gente comenta que las noticias le producen un efecto negativo en su estado de ánimo. Un porcentaje significativo de personas jóvenes y menos estudios dicen que evitan las noticias porque pueden ser complicadas de seguir o de entender.

Otro dato curioso respecto a esta evasión de las noticias se ha producido en torno a la guerra de Ucrania, incluso en los países más cercanos como Alemania y Polonia. Si bien el informe muestra que tras el inicio del conflicto aumentó su seguimiento en televisión, con el paso del tiempo la evasión selectiva de las noticias se ha incrementado aún más, “probablemente debido a una cobertura de naturaleza complicada y deprimente”, afirma el análisis.

En España el porcentaje de población que dice evitar las noticias a veces o a menudo ha pasado del 26% en 2017 al 35% en 2022. Si damos por evidente que un ciudadano informado es una condición imprescindible para el funcionamiento de una democracia, podemos imaginar la gravedad en la que se encuentra nuestro sistema político si una tercera parte de la población, premeditadamente, renuncia a informarse.

No se trata de una bajada de audiencia solo de los medios tradicionales, cuando se señala una disminución del interés en las noticias se incluye también su presencia en redes sociales o cualquier otro formato online. Según el estudio, una de las razones es que muchas personas sienten que no se trata de algo relevante para sus vidas, pero también el formato de las noticias o su selección.

Quienes evitan las noticias esgrimen diversas razones. Para un 29%, el motivo es que la agenda informativa es demasiado reiterativa o que suelen sentirse agotados por las noticias (29%). Una proporción significativa dice que las evita porque no las considera fiables (29%). Alrededor de un tercio de los encuestados (un 36%), sobre todo menores de 35 años, sostienen que las noticias les bajan el ánimo, les provocan discusiones que preferirían eludir (17%) o les generan sensación de impotencia (16%). Una pequeña porción enfatiza que no tiene suficiente tiempo para consumir noticias (14%) o que resultan demasiado difíciles de entender (8%).

Sin duda, cada casuística requeriría un tipo diferente de intervención. Por un lado, es evidente que una sociedad volcada en el placer individual cualquier agenda informativa trágica y alejada le resulta desagradable y evitable. De ahí que los temas que, en principio, son los más importantes en el periodismo (como las crisis políticas, los conflictos internacionales, las pandemias o las catástrofes climáticas) parecen ser precisamente los que alejan de las noticias a algunas personas.

Pero, por otro, que un tercio no se fíe de lo que cuentan los periodistas o que sientan que aburrimos con los mismos temas, sí debería ser un asunto a reflexionar en la profesión. En el caso español, solo un 32% de los encuestados responde que “confía en la mayoría de las noticias la mayor parte del tiempo”.

En la media global, el estudio muestra que solo un 19% de los encuestados considera que los medios priorizan lo que es mejor para la sociedad en vez de sus propios intereses comerciales o políticos. Aunque el mantra neoliberal insiste en que el sesgo que influye en la información son las posiciones políticas, el informe muestra que más gente (un 42%) piensa que son los intereses comerciales (frente al 40% que afirma que la política).

Por último, es evidente que se necesita más pedagogía, más contexto y más antecedentes para que las audiencias encuentren sentido a las noticias. Para que se comprendan los procesos y las informaciones no sean partes de guerra o de conflicto aislados.

La idea de hacer informaciones divertidas y espectaculares alguna vez pudo ser una opción, pero ya no sirve. En el actual mundo de la competencia audiovisual, el entretenimiento como inspiración para las noticias no podrá competir con las series, los videojuegos y toda la oferta de ocio.

Necesitamos que la gente comprenda cómo se relaciona con su vida lo que sucede en la otra parte del mundo, explicarle cómo se llega a esta situación, los intereses de todos los actores y todos los elementos que influyen. Si no hacemos todo eso, las audiencias no entienden, se abruman con el bombardeo de informaciones, no ven en qué les afecta a su vida y terminan viendo una serie en streaming. Pero para eso hace falta que los intereses económicos de las empresas de prensa lo permitan.

Miquel Angel Soria

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Aug 31, 2022, 1:30:11 AM8/31/22
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Ahir recordava Celso Emilio Ferreiro. Al 1955, a Voz y voto, trobem:

Ningún antepasado me sonroja.
Soy nieto de pechero y campesino,
mi sangre no es azul, es sangre roja.

Es sangre que escribió su pergamino
con sudor de labranzas a destajo,
moliendo su prosapia en su molino.

Vengo de la raíz, vengo de abajo,
mi alcurnia se remonta a Adán y Eva
y tengo a gala ser del pueblo bajo.

Por eso estoy del lado de la gleba,
con razón y tesón, siempre a su lado,
viendo como su mar crece y se eleva
en espumas de amor desesperado.
Llueven noches sin luz sobre mis hombros
y a un sueño de futuro voy atado
por años de dolor, siglos de escombros.

Celso Emilio, ho sentim. Poc hem avançat.




Estados Unidos y su historia de crímenes de guerra. (Parte I).
Por Fernando García Bielsa

 Autorizado por el “honorable presidente” Harry Truman, a las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945 un avión estadounidense lanzó sobre la población civil de la ciudad japonesa de Hiroshima una bomba de uranio con potencia explosiva de 16 kilotones, equivalente a 1600 toneladas de dinamita. Acabó instantáneamente con la vida de unas 66,000 personas y causó luego la muerte de otros 140.000 seres humanos.

En sus cálculos criminales y geopolíticos no les bastó ese hecho de inmensa brutalidad, y tres días después, otra bomba nuclear, esta vez cargada de plutonio, fue lanzada sobre la ciudad de Nagasaki, destruyéndola y causando otras 70 000 muertes instantáneas.

A ellos hay que sumar otros centenares de miles de decesos por problemas de salud, lesiones y secuelas relacionados con las bombas y la radioactividad, de acuerdo con datos de la ONU. Murieron en las semanas y meses subsiguientes como resultado de las quemaduras, las radiaciones. Muchos más quedaron afectados como portadores de un gen propenso al cáncer, lo cual ha afectado a sus descendientes. Además, agua, aire y tierra se contaminaron con las secuelas radioactivas, enfermando por décadas a quienes bebieran o se alimentaran con productos de la zona. Los efectos secundarios permanecieron por años, y aún están presentes.

Aquellas acciones criminales, la decisión de lanzar ambas bombas, tuvo lugar cuando ya se había producido la rendición incondicional de la Alemania nazi, y se sabía que la URSS estaba por iniciar una poderosa ofensiva en el lejano oriente que ponía en jaque a los japoneses, quienes buscaban desesperadamente un camino hacia la rendición inevitable.

En marzo de 1945 los japoneses ya habían perdido cerca de medio millón de vidas. Los estadounidenses habían destruido parte de Tokio con sus bombas de napalm M69, con un saldo de alrededor de 80 mil muertos y un número similar de heridos.

“Las usamos – dijo justificativamente entonces Truman refiriéndose a ambas bombas nucleares – para acortar la agonía de la guerra, para salvar la vida de miles y miles de jóvenes estadounidenses…”. Por otra parte, el general Dwight Eisenhower años después hizo un dictamen distinto: “Los japoneses estaban listos para rendirse y no hacía falta golpearlos con esa cosa horrible”.

Según respetados expertos, el frio cálculo geopolítico y la principal razón de usar la bomba fueron para forzar a los líderes japoneses a que se rindieran antes de que los soviéticos entraran a la guerra en el oriente.

Ahora bien ¿fue una anomalía aquella acción del gobierno de Estados Unidos? ¿O ha sido más bien una regla la comisión de crímenes de guerra en el devenir histórico de esa potencia?

Muchos de esos crímenes son inducidos desde la distancia, generando la destrucción y el caos a miles de kilómetros de sus costas, a veces con zarpazos directos, pero crecientemente junto con sus supeditados “aliados” europeos o asiáticos o por mediación de estos. En buena medida Estados Unidos logra y se beneficia de cierta impunidad, y del tratamiento hasta cierto punto indulgente y a veces cómplice de muchos de los medios de prensa.

Con la llamada y manipulada “guerra contra el terrorismo”, desde 2001 Estados Unidos generó un nuevo ciclo de muerte y de ganancias de la industria militar, y ha sobrepasado el número de víctimas de aquellos terribles bombardeos contra dos ciudades japonesas en 1945.

Los crímenes contra la población originaria.

Todo empezó mucho antes. La violencia y la guerra son consustanciales al ser estadounidense. Las acciones violentas de los colonos, las guerras libradas por las tropas federales contra los indios nativos de Norteamérica, así como las repetidas fechorías y masacres contra los mismos durante la expulsión de sus tierras ancestrales hacia lejanos territorios del oeste incluye, pero en cierto sentido sobrepasa, el concepto de crímenes de guerra.

Las matanzas e intentos de aniquilar a los nativos norteamericanos concuerdan plenamente con la definición de genocidio de las leyes internacionales vigentes.

Según los registros históricos y los informes de los medios, desde su fundación, Estados Unidos ha privado sistemáticamente a los indígenas de sus derechos a la vida y los derechos políticos, económicos y culturales básicos a través de asesinatos, desplazamientos y asimilación forzada, en un intento de erradicar física y culturalmente ese pueblo, a esas etnias. Incluso hoy en día, los indios nativos aún enfrentan una grave crisis existencial.

Los sobrevivientes de las naciones indígenas derrotadas fueron internados en reservas, en terrenos áridos; les fueron arrebatados muchos de sus hijos y enviados a internados y casas de pensión, donde sus cabellos fueron cortados y sus lenguas y ceremonias fueron desterradas, en una especie de genocidio cultural. Durante décadas perduró la práctica de fragmentar muchas familias indias y entregar a sus hijos en adopción.

Ellos debieron vivir y presenciar una profunda transformación de su entorno: muchas de sus tierras fueron apropiadas por especuladores blancos; colonos y ganaderos que se asentaban a sangre y fuego despejaban sus cotos de caza, seguido por la ruda huella del progreso: terrenos cercados, carreteras, embalses, perforaciones mineras, ferrocarriles, tendidos eléctricos, nuevos poblados, campos petroleros, etc.

En las praderas del Medio Oeste, cientos de especies de pastos y bosques fueron reemplazadas por monocultivos de soya y maíz o dedicadas a construir embalses sin permiso de las tribus.

Las estadísticas revelan que, desde su independencia en 1776, el gobierno de los EE. UU. lanzó más de 1500 ataques contra las tribus autóctonas, masacrando a los indígenas, tomando sus tierras y cometiendo innumerables crímenes brutales. El 27 de marzo de 1814, unos 3000 soldados atacaron a los indios Creek en Horseshoe Bend, Territorio de Mississippi. Más de 800 guerreros y pobladores creek fueron masacrados.

Entre los crímenes más notorias también está la Masacre de Bear River en 1863, en Idaho, donde mataron a 350 integrantes de la “nación” Shoshone, o la del 29 de diciembre de 1890, cerca de WoundedKnee Creek, en Dakota del Sur.

Al inicio de la colonización en 1619 cerca de dos millones de nativos habitaban lo que hoy es el territorio estadounidense. En los tres siglos subsiguientes muchos perecieron no solo por patógenos y enfermedades, sino principalmente por la violencia de los colonos y las tropas federales para arrebatarles sus tierras y en la expansión hacia el oeste. Se calcula que hacia 1900 solo uno de cada diez nativos sobrevivían, menos de 240 mil, luego de los brutales exterminios del siglo XIX. Por entonces primaba el lema de que solo los indios muertos son los indios buenos (only dead Indians are good Indians).

Es bastante conocido que en la inmensa mayoría de las reservaciones la esperanza de vida está por debajo de muchos países del tercer mundo; los índices de pobreza y desempleo en las mismas suelen ser del 40% o más; prima el alcoholismo y la dependencia de la asistencia social; sufren altas tasas de mortalidad infantil y bajo peso al nacer, así como más bajos niveles de educación y menores lapsos de vida que los blancos.

La proyección imperial mediante la guerra.

Desde su fundación en 1776 solo durante 17 años ese país no ha estado inmerso en conflictos armados. En buena parte de ellos ha sido evidente la recurrencia a la comisión de crímenes de guerra en el contexto de la pretensión de dominio global y del uso de la fuerza, particularmente en los dos últimos siglos.

La política exterior arrogante y agresiva, y la generación de tensiones bélicas no es coyuntural ni depende en lo fundamental de quién habite la Casa Blanca. En la misma se relega la diplomacia y lo multilateral para enfocarse en la intimidación y la fuerza.

Esta es acompañada por campañas de generación de terror, basadas en una muy alta tecnología militar, operaciones encubiertas, aviones no tripulados, la externalización de las labores de combate con el empleo masivo de mercenarios y ejércitos subalternos, y el uso de alrededor de 800 bases e instalaciones militares en el exterior en más de 130 países, desde muchas de las cuales, unidades de Fuerzas Especiales de EE.UU. efectúan acciones ‘quirúrgicas’ letales y cacerías humanas.

Es imposible recoger aquí la totalidad, ni siquiera el grueso de las situaciones, en las cuales Estados Unidos se ha visto involucrado y ha cometido despiadados crímenes de guerra, pero se puede afirmar sin dudas que ese país es el mayor perpetrador de tales horrendos abusos y aberraciones.

                                                       * * *

Estados Unidos y su historia de crímenes de guerra. (Parte II).
Por Fernando García Bielsa


Aunque el orden internacional existente se estableció bajo la hegemonía y, en buena medida, según sus conveniencias, Estados Unidos no dudará en ignorar las reglas estime que algún proceso o circunstancia puedan dañar sus intereses. Esa potencia busca la impunidad y su sistema legal es además inadecuado para fijarle a los criminales las debidas penas que merecen. En el caso de escándalos en el marco militar la regla y el empeño es acudir al encubrimiento de la verdad.

Refirámonos solo a algunos hechos.

En la segundo Guerra Mundial, durante la liberación de Francia y la ocupación de Alemania ocurrieron de manera regular violaciones de mujeres y ejecuciones masivas de combatientes capturados.

Los archivos secretos de tiempos de guerra que se hicieron públicos recién en 2006, aunque a todas luces hacían un recuento parcial, revelan que los soldados estadounidenses cometieron cientos de delitos sexuales en Europa, incluidas 126 violaciones en Inglaterra, entre 1942 y 1945. Un estudio de Robert J. Lilly estima que durante la Primera Guerra Mundial un total de 14.000 mujeres civiles en Inglaterra, Francia y Alemania fueron violadas por soldados estadounidenses.

También múltiples abusos fueron cometidos por las tropas estadounidenses de ocupación en Japón. Mencionemos solo la violación generalizada de mujeres por parte de militares estadounidenses. Académicos estiman que solo en Okinawa hasta 10.000 mujeres pueden haber sido violadas. Aunque muchos de estos crímenes no fueron denunciados o fueron ignorados, se reveló que 1.336 violaciones se perpetraron durante los primeros 10 días de la ocupación de la prefectura de Kanagawa tras la rendición japonesa.

De manera similar, durante la Guerra de Corea fueron cometidos abusos de todo tipo, ejecuciones sumarias de prisioneros y asesinatos de civiles indefensos. Apuntemos solo a la masacre de No GunRi, donde ocurrió la matanza masiva de un número indeterminado de refugiados surcoreanos por parte de soldados estadounidenses del 7º Regimiento de Caballería (y en un ataque aéreo yanqui) entre el 26 y el 29 de julio de 1950 en un puente ferroviario cerca del pueblo de Nogeun-ri, 160 km al sureste de Seúl.

En 2005, respecto a esa masacre, el gobierno de Corea del Sur certificó los nombres de 163 muertos o desaparecidos (en su mayoría mujeres, niños y ancianos) y 55 heridos. Aclararon que no se reportaron los nombres de muchas otras víctimas. La Fundación para la Paz No GunRi, financiada por el gobierno de Corea del Sur, estimó en 2011 que entre 250 y 300 personas murieron. Fueron más altas las estimaciones de los sobrevivientes de aquellos hechos.

La agresión contra Vietnam
58 mil estadounidenses y unos tres millones de vietnamitas murieron en aquel conflicto, incluyendo centenares de miles de civiles. Por miles se podrían citar los crímenes de guerra cometidos por las tropas estadounidenses.

John Kerry, veterano de aquella guerra quien llegaría a ser Senador y Secretario de Estado del gobierno de Obama, compareció en abril de 1971 ante un Comité del Senado y dijo “mi testimonio cubre la demolición de aldeas y arrojar de un avión a sospechosos del Vietcong después de atarlos y amordazarlos… Incluyo la quema de aldeas con civiles en ellas, el corte de orejas y cabezas, la tortura de prisioneros… y el uso de artillería contra poblados indefensos, destrucción de propiedades y ganado vietnamita, el uso de agentes químicos…

De entre centenares de hechos criminales acaecidos y de la impunidad resultante, menciono aquí a modo de ejemplo la masacre de MyLai. Fue el asesinato en masa 504 ciudadanos desarmados en Vietnam del Sur, casi en su totalidad civiles, la mayoría de ellos mujeres y niños, realizado por soldados estadounidenses de la Compañía C del 1er Batallón, 11ª Brigada de la 23 División de Infantería (estadounidense), el 16 de marzo de 1968. Algunas de las víctimas fueron violadas, golpeadas, torturadas o mutiladas, y algunos de los cuerpos fueron encontrados mutilados. La masacre tuvo lugar en las aldeas de MỹLai y MyKhe del pueblo de SơnMỹ durante la Guerra de Vietnam.

De los 26 soldados estadounidenses acusados inicialmente de delitos penales o crímenes de guerra por acciones en MyLai, solo William Calley fue condenado. Sancionado inicialmente a cadena perpetua, Calley vio reducida su sentencia a diez años, luego fue liberado después de solo tres años y medio bajo arresto domiciliario.

Otro de los más grandes crímenes, mencionado por Kerry fue el uso masivo e indiscriminado de agentes químicos contra la población y para desfoliar el país, en particular el uso del llamado agente naranja. De ese agresivo compuesto químico se rociaron decenas de millones de litros para defoliar los densos bosques del país en un intento de descubrir los escondites y las rutas de suministro del Vietcong.

Desde 1961 hasta 1973, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos arrojó aproximadamente 81 000 000 de litros de diversos productos químicos en Vietnam, Laos y Camboya. Más del 60% de esto fue el Agente Naranja. Las acciones del ejército de los EE. UU. para envenenar a estos países y a su gente siguen siendo uno de los mayores crímenes de guerra desde la Segunda Guerra Mundial.

El agente naranja sigue pudriendo los suelos de Vietnam y afectando la salud 50 años después. La exposición a corto plazo a la dioxina puede causar deformaciones. Deficiencias inmunológicas, problemas hepáticos y enfermedades graves de la piel y labios leporinos, entre otros. Además, la dioxina está relacionada con la diabetes tipo 2, la disfunción del sistema inmunitario, los trastornos nerviosos, la disfunción muscular, la alteración hormonal y las enfermedades cardíacas.

Afganistán (Libia, Iraq, Siria y todo el Oriente Medio y el norte de África)
Me referiré solo al primero de esos países, donde Estados Unidos libró su guerra más prolongada. En esos veinte años fueron incontables los abusos, el saqueo y otras fechorías mezclados con una inmensa corrupción de las tropas y las estructuras de ocupación. Como en toda esa región lo que generaron fue el caos y una mayor polarización e inestabilidad.

Posteriormente, la Comisión de Derechos Humanos de NN.UU. instó, especialmente a EE. UU. y el Reino Unido, a que abrieran investigaciones para investigar posibles homicidios ilegítimos cometidos por sus fuerzas en Afganistán. Además de los asesinatos de civiles, también hay muchas denuncias sobre la tortura, el maltrato y el asesinato de prisioneros por parte de las fuerzas estadounidenses en Afganistán.

La Corte Penal Internacional [CPI] dijo que tenía suficiente información para probar que las fuerzas estadounidenses habían «cometido actos de tortura, trato cruel, ultrajes a la dignidad personal, violación y violencia sexual» en Afganistán en 2003 y 2004. Pero hasta ahora, ningún caso se ha abierto en gran parte debido a la obstrucción y negativa a cooperar de los Estados Unidos (que no es miembro de esa corte internacional). Incluso EE.UU. también impuso sanciones a la CPI cuando inició una investigación sobre las atrocidades de guerra de EE.UU. en Afganistán.

El proyecto Costs of War de la Universidad de Brown estima que más de 46.000 civiles afganos perdieron la vida durante la guerra más larga en la historia de Estados Unidos. El ataque con drones errantes del 29 de agosto no fue la primera vez que civiles afganos – en el camino de pastar ganado o recolectar leña – mueren en ataques con tales artefactos bajo la amplia bandera de la guerra contra el terrorismo.

Quedan fuera del recuento la brutalidad de las tropas yanqui durante muchas de sus aventuras en otros confines, los bombardeos a mansalva sobre Belgrado y otras poblaciones serbias de consumo con la OTAN y sin el visto bueno de Naciones Unidas, su apoyo a los continuos crímenes de Israel contra el pueblo palestino, el contubernio con Arabia Saudita cuando se masacra al pueblo yemenita, y mucho más.

Caben pocas dudas para calificar a los Estados Unidos como el mayor perpetrador de crímenes de guerra, tanto por su número como por su envergadura. A lo largo de su existencia, esa potencia ha cometido muchas atrocidades que nunca reciben la misma atención de los medios y de varias instituciones internacionales que las masacres que cometen sus enemigos.
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Miquel Angel Soria

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Sep 1, 2022, 1:31:47 AM9/1/22
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Demà farà un any de la mort de Mikis Theodorakis. Recordem la seva música i la seva militància, ambdues inigualables.



De vallados, puentes levantados y el giro de la historia
Por Atilio A. Boron (Página 12)


Atemorizado por la reacción popular generada por el encarcelamiento del coronel Juan Perón en la isla Martín García dispuesta por el presidente Edelmiro J. Farrell el 12 de octubre, el régimen militar surgido de la Revolución de 1943 dio la orden de “levantar los puentes”. Pretendía de ese modo impedir la anunciada marcha del enorme conglomerado popular -asentado del otro lado del Riachuelo, en los distritos industriales de Avellaneda, Lanús, Valentín Alsina, Quilmes, Berisso, Ensenada entre otros- hacia la Plaza de Mayo, donde se unirían a los contingentes provenientes del Sur de la propia ciudad de Buenos Aires, las barriadas de Barracas, Parque Patricios y la Boca. El resultado es de sobra conocido: el 17 de octubre las masas plebeyas se hicieron presentes en el corazón mismo de la vida política argentina y ese solo hecho, unido al temor de que se produjeran nuevas y más arrolladoras movilizaciones, decretó el fin del régimen militar y forzó la convocatoria a las elecciones presidenciales de febrero de 1946, que proyectarían a la Presidencia de la República a Juan Perón.

El gesto del sábado pasado del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires al establecer un vallado que rodea los accesos a la residencia de Cristina Fernández en plena Recoleta guarda un sugestivo parecido con aquella decisión, políticamente estúpida como la actual de Rodríguez Larreta, de “levantar los puentes” y que a la postre tuvo un efecto exactamente contrario al buscado. El atropello al Estado de Derecho perpetrado por la “Justicia” Federal en la causa Vialidad en contra de Cristina Fernández de Kirchner y algunos de sus colaboradores, en donde lo que brilló por su ausencia fueron los hechos, las evidencias y las pruebas concretas, procuró ser disimulado montando un festival de logomaquia en donde lo importante eran la vacía verborragia y la espectacularidad de los gestos del fiscal Diego Luciani, fielmente reproducidos por los ocupantes de la cloaca mediática que simulan ser periodistas y que hicieron de la palabra “contundente” el latiguillo con que trataron de embrutecer y envenenar a la opinión pública día y noche, durante toda una semana.

Si a eso se le suma la pena solicitada por el hasta ayer oscuro abogadillo -12 años de prisión para Cristina y la inhabilitación de por vida para ejercer cualquier cargo público- se comprenderá que la decisión de Rodríguez Larreta equivale a pretender apagar un incendio arrojando gasolina a las llamas. Un incendio atizado por los vientos de la frustración popular ante la incapacidad del Gobierno para poner fin al gran negocio de la inflación que empobrece a casi todo el país al paso que acrecienta las fortunas de los más ricos.

Súmesele a lo anterior la recomendación de consumar un “golpe blando” -como brota de las insolentes sugerencias del embajador estadounidense: “armen una coalición con el 70 por ciento y dejen a Cristina sola con el 30 por ciento, y háganlo ya, no esperen al 2023”- que arrase con los vestigios de la legislación social argentina (contrarreformas laboral y previsional, avanzar en las privatizaciones pendientes y consolidar las existentes, reducir el gasto social y completar la tarea que el menemismo dejó inconclusa), y la receta para despertar al león dormido, como bien dice Luis Bruschtein en su columna del sábado pasado en Página/12, está servida en bandeja.

De golpe, masas desmovilizadas, sumergidas en el desencanto y agobiadas por las penurias económicas se rebelaron espontáneamente demostrando una vez más -como en el clásico 17 de octubre, como en las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001- que la blandura y tibieza de gran parte de la dirigencia (no de toda, por supuesto) tiene sus límites y que, más pronto que tarde, está condenada a ser compensada por la potencia plebeya una vez que ésta es espoleada por la soberbia y la violencia institucionalizada de sus enemigos de clase.

El gran desafío ahora será cómo hacer para que este nuevo estado de ánimo perdure lo suficiente como para desbaratar las maniobras de la “dictadura mediático-judicial”, que no cesará en sus intentos, y para instalar un clima de opinión más propicio para el campo popular de cara a las cruciales elecciones del 2023. Estábamos mal, pero la historia nos regaló un giro inesperado que alienta las esperanzas y fortalece el alicaído ánimo combativo. Como el que se produjo después de la derrota en las legislativas del 2009 con la celebración del Bicentenario, que reinstaló la política de las calles (la única que puede cambiar al mundo, dicho sea al pasar) en el centro de la vida pública nacional. Habrá que saber aprovechar este momento tan especial.

                                                         * * *

El historiador rebelde
David Brooks

Howard Zinn fue un historiador rebelde dedicado a rescatar la historia de y desde abajo con el propósito de invitar a los de abajo a hacer historia.

En estos días se festeja el centenario de su natalicio (24 de agosto; falleció en 2010) con una serie de foros y obras sobre su extensa contribución como historiador, crítico social, y hasta dramaturgo incluyendo su libro más famoso, La otra historia de Estados Unidos, la introducción a la historia de su país más exitosa (recientemente rebasó más de 4 millones de copias en circulación).

Zinn participó en los grandes movimientos de derechos civiles, justicia económica y social, antiguerra y contra las políticas imperiales de su país. A la vez, fue profesor en la universidad para mujeres afroestadunidenses Spelman College, donde entre sus discípulas estaba la escritora Alice Walker y, después de ser despedido por sus posiciones políticas, en la Universidad de Boston.

Entre las mejores anécdotas para describirlo figura esta: en 1970, cuando Zinn tenía cita ante un tribunal en Boston por un acto de protesta contra la guerra de Vietnam optó por irse mejor a Baltimore para participar como invitado en un debate cuyo título era El problema de la desobediencia civil. Zinn argumentó ahí que “nuestro problema no es la desobediencia civil… nuestro problema es la obediencia civil. Nuestro problema son el número de personas a través del mundo que han obedecido los dictados de los líderes de sus gobiernos y han ido a la guerra, y millones han muerto por esa obediencia… Nuestro problema es que la gente es obediente por todo el mundo frente a la pobreza y la hambruna y la estupidez y la guerra y la crueldad… Ese es nuestro problema”. Al regresar a su universidad para dar su clase matutina al día siguiente, lo esperaban dos detectives de policía para arrestarlo por no presentarse a su cita ante un juez.

En una entrevista con La Jornada –donde Zinn fue colaborador– repitió su posición de que la historia demuestra que el cambio no proviene de las elecciones y las cúpulas políticas, sino desde los movimientos de abajo. Fue una voz disonante aun entre los progresistas durante la elección histórica de Barack Obama, al señalar que él no cumplirá con ese potencial por el cambio, a menos que sea rodeado por un movimiento social suficientemente enojado, poderoso e insistente que lo obligue a cumplir con sus frases abstractas sobre cambio.

Nuestro tiempo y energía debería ser dedicado a educar, agitar, organizar a nuestros conciudadanos en los sitios de trabajo, en los barrios, en las escuelas para construir esos movimientos, los cuales han obligado a los grandes cambios en este país, como en tiempos de Lincoln, o de Franklin Roosevelt, o en los 60.

Siempre recordaba que la historia, entre otras cosas, está conformada por sorpresas que sólo se pueden ver mucho después. Gozaba contar, por ejemplo, que cuando en los 50 él y sus colegas intelectuales progresistas lamentaban que tal vez no había esperanza por un cambio en el país porque la gente no se mueve, justo en esos momentos estaban sucediendo actos pequeños y aislados de rebelión y desobediencia en pueblos del sur de Estados Unidos que después detonarían el gran movimiento de los derechos civiles.

Entre su amplia obra, libros de ensayos, discursos e investigaciones, están también joyas como El arte de revolución uno de los ensayos más sencillos y claros sobre el anarquismo revolucionario (introducción al libro Anarchy and Order del crítico social inglés Herbert Read), y un par de obras de teatro, Marx in Soho, y otra Emma (sobre Emma Goldman).

Zinn, un maestro peligroso que siempre afirmaba que no se puede ser neutral en este mundo, nos invitó no sólo a estudiar historia, sino a hacerla.

Voices of a People’s History –algunas selecciones del documental sobre la obra de lecturas históricas por artistas. https://www.howardzinn.org/collection/the-people-speak/; https://www.peopleshistory.us/watch

You can’t be neutral on a moving train. Documental biográfico sobre Zinn, narrado por su amigo Matt Damon https://www.youtube.com/watch?v=vwuJjWE-XrA
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Miquel Angel Soria

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Sep 2, 2022, 1:30:50 AM9/2/22
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¿Qui els hi havia de dir als vietnamites que la República Democràtica
que acabaven de proclamar (estem a l'any 1945) no podria tenir una
vida tranquil·la per culpa dels de sempre, els països imperialistes
(França i USA)?
Ho Chi Minh llegia el text de la proclamació:

"Compatriotes de tota la nació reunits:

Totes les persones es creen iguals; estan dotats pel seu Creador de
certs drets inalienables; entre aquests hi ha la vida, la llibertat i
la recerca de la felicitat.
Aquesta declaració immortal es va fer a la Declaració d'Independència
dels Estats Units d'Amèrica el 1776. En un sentit més ampli, això
significa: Tots els pobles de la terra són iguals des del naixement,
tots els pobles tenen dret a viure, a ser feliços i a la llibertat.
[...]"

Val la pena buscar el text sencer, llegir-lo i adonar-se de la
lectura que fan, habitualment, els seus creadors.
Ho Chi Minh va haver de tornar a lluitar -i vèncer- per poder oferir
aquelles promeses que només eren paraules en un paper. Avui, la
República Socialista del Vietnam ja les ha realitzades.


Yo también sería desertor
Pere Rusiñol

Al cumplirse seis meses del inicio de la guerra, los mandatarios de
Rusia y de Ucrania han reafirmado su apuesta por seguir combatiendo
hasta la victoria final y total. El jefe de Estado ruso, Vladímir
Putin, disfrazado de Stalin como si estuviera liderando aún un
capítulo más de la II Guerra Mundial contra los “nazis”. Y el líder
ucraniano, Volodímir Zelensky, proclamando que se niega a negociar
hasta que el último soldado ruso haya abandonado la península de
Crimea, un objetivo que hasta los más enfervorizados partidarios de
Ucrania juzgan ahora mismo quimérico.

La guerra puede que vaya para muy largo, pues. Y esto que su balance
en seis meses es escalofriante, con entre 40.000 y 80.000 soldados
muertos -más o menos a partes iguales entre ambos ejércitos-, 5.600
civiles fallecidos en los ataques y otros 7.000 heridos, según el Alto
Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En este caso, la distinción entre víctimas militares y civiles es
extremadamente dudosa, puesto que la carne de cañón de los dos
ejércitos en guerra está integrada también por soldados de reemplazo y
hombres movilizados obligatoriamente para ir al frente, sientan o no
el deber de arriesgarse a morir por la patria. Ello es así tanto en
Rusia como en Ucrania, que al estallar la guerra decretó la
movilización obligatoria de todos los hombres de entre 18 y 64 años.
Desde el pasado 24 de febrero, tienen prohibido salir del país sin
autorización exponiéndose a penas que en tiempos de paz ya podían
suponer hasta cuatro años de cárcel para los insumisos y hasta 10 para
los desertores, según señala un informe de la Organización Suiza de
Ayuda a los Refugiados (OSAR).

La mayoría de los medios occidentales se han sumado a la narrativa
belicista de guerrear hasta la victoria total de las tropas ucranianas
y abundan las entrevistas a patriotas que dicen estar dispuestos a
luchar hasta la muerte. Evidentemente, no se trata de ningún invento,
pero solo es una parte de la realidad: también abundan los casos de
menor entusiasmo. Y de deserciones. Por supuesto, muchos en el lado
ruso, cuyo ejército inició la actual escalada con la brutal invasión
del país vecino. Pero también en el ucraniano, aunque no aparezcan
casi nunca en los medios occidentales.

Más de 15.000 personas han sido detenidas por el régimen de Putin por
su disidencia desde que empezó la invasión, pese a las durísimas penas
a las que se exponían. Y al menos otras 300.000 han huido de Rusia y
20.000 de Bielorrusia -país férreamente alineado con Putin- como
consecuencia de la guerra, según estimaciones de la plataforma de
organizaciones pacifistas internacionales que lidera una campaña ante
las instituciones europeas para que se conceda asilo automático a los
objetores de conciencia y desertores de todos los países en guerra.

Le Monde es una de las pocas excepciones entre los grandes medios
occidentales que ha puesto el foco también en los desertores
ucranianos: en un reportaje reciente calculaba que al menos 6.400
hombres habían intentado salir ilegalmente del país, pero las cifras
son necesariamente muy superiores, en la medida en que la fuente del
diario francés es la propia policía frontera ucraniana, con lo que se
limita a contabilizar los casos que ha conseguido abortar.

Zelensky cortó por lo sano una campaña para revocar la prohibición de
salir del país que sumaba ya 25.000 firmas instando a sus promotores a
trasladarla “a los padres que han perdido a sus hijos, muertos por
defender Ucrania, nuestro Estado y nuestra independencia”.

La respuesta de los gobiernos en guerra es siempre implacable contra
los desertores, insumisos, disidentes y críticos, puesto que la
propagación del virus de la duda en la sociedad es más letal que el
mismísimo enemigo para la campaña bélica en marcha, que necesariamente
exige altas cotas de fervor y fe para estar dispuestos al sacrificio
máximo. Es por ello que se les suele estigmatizar como egoístas y
cobardes.

Pero son justamente lo contrario: se trata siempre de la respuesta más
eficaz para acabar con la atrocidad de la guerra y en muchas ocasiones
exige auténtico heroísmo porque implica estar dispuesto a pagar las
consecuencias de desmarcarse de la jauría de un pueblo enfervorizado
por una causa nacional común. Si los nacionalismos ya exigen
unanimidad en tiempos de paz, so pena de excomunión, en los ambientes
bélicos la disidencia se paga con el máximo oprobio, el desprecio y en
ocasiones hasta la vida, como tristemente sucedió con Jean Jaurès, el
gran socialista y pacifista francés asesinado por un fanático a las
puertas de la I guerra mundial.

“Aquel que, en medio de la guerra, se empeñe en defender la paz entre
los hombres, sabe que su fe pone en riesgo su tranquilidad, su
reputación y hasta sus amistades”, escribió durante esa absurda
contienda el escritor francés Romain Rolland, cuyos lúcidos artículos
antibelicistas escritos en Ginebra mientras colaboraba con la Cruz
Roja se recogieron luego en el ya clásico Au-dessous de la mêlée
[reeditado en 2014 en español por Capitán Swing con el título de Más
allá de la contienda]. Él mismo lo sufrió en sus propias carnes,
claro, aunque luego, cuando ya empezaba a ser obvio para casi todo el
mundo la absurdidad de la carnicería, se le concedió el Premio Nobel
de Literatura.

Desde el final de la guerra fría, el argumento más habitual para
laminar cualquier muestra de escepticismo y disidencia ante las
sucesivas campañas bélicas apoyadas por occidente es que nos
enfrentamos a un nuevo Hitler. ¡Cómo no sumarse a la causa ante
semejante envite que pone muy seriamente en riesgo a toda la
humanidad!

Milosevic era Hitler; como Hitler fueron Sadam Hussein y Muhmar El
Gadafi, y ahora lo vuelve a ser Vladímir Putin (y hasta Volodímir
Zelensky para la propaganda rusa!).

La conclusión obvia de que todos sean siempre Hitler es que en
realidad nadie lo es, por atroces que sean sus regímenes. Y cuanto más
tiempo pasa de la contienda, más suele quedar en evidencia que la
manida apelación a Hitler no es más que un recurso de propaganda para
legitimar las guerras, evitar el debate sobre las responsabilidades
propias -casi siempre el “nuevo Hitler” fue antes un aliado de
occidente- y mantener prietas las filas, también de la opinión pública
occidental.

Con Hitler fuera de la ecuación, yo también sería un desertor: en
Moscú, en Kiev, en Barcelona o en Madrid.

* * *
Crisis sobre crisis
José Blanco (La Jornada)


El debate por el mundo respecto de las permanentes encrucijadas de la
economía se movió, de la preocupación por la inflación, a las señales
de la estanflación, a los datos de una crisis sistémica global. En EU
la Fed no ceja: busca un frenazo económico para detener la tendencia
alcista de los precios, aunque inflija dolor en las familias y las
empresas, apuntó su presidente Jerome Powell.

En EU y en la zona euro (ZE) la actividad económica cae y no hay
políticas económicas en marcha para detenerla. China no será factor de
compensación, porque ahora está en declive. El banco alemán Beremberg
prevé una contracción del PIB en EU y ZE, para 2023, de 0.3 por
ciento, cuando en mayo esperaba un crecimiento de 1,7 por ciento y de
2 por ciento, respectivamente.

No es una crisis cíclica más. El historiador británico Adam Tooze la
llama policrisis. El economista francés Romaric Godin hace este
resumen: Esta vez la crisis combina características de todas las
crisis recientes: una crisis inflacionaria, como en los años 70 o tras
las dos guerras mundiales, que tiene la particularidad de verse
reforzada por las tensiones geopolíticas, unida a un estallido de la
burbuja financiera (el Dow Jones ha perdido 14.7 por ciento desde su
máximo, el S&P 500 ha perdido 19.8 por ciento y el FTSE de Londres 19
por ciento), como en 1987 y 2007. También hay una caída tecnológica,
con el colapso de las criptomonedas, como en 2000, y signos de tensión
en los diferenciales de la deuda soberana de la eurozona, como en
2009; al igual que en 2015, China se encuentra en una fase de
desaceleración, con una importante crisis inmobiliaria; muchos países
emergentes ya se encuentran en situación de turbulencia.

La crisis del gas en la ZE por la guerra en Ucrania está iniciando y
ya acusa deterioros macrosociales. Distinto de los mercados del
petróleo o del trigo, el mercado del gas no es global. La forma común
de abastecerlo es a través de gasoductos, lo que crea mercados
regionales circunscritos por esos medios. La alternativa, el gas
licuado, exige buques tanques hasta de 300 metros de eslora y
terminales porturias específicamente construidos; emprendimientos de
enorme calado, alto costo y muy problemáticos. Véase, por ejemplo, la
crisis política que ha creado en el puerto de Piombino, Italia, el
anuncio en abril pasado de construir una terminal regasificadora y su
previsible gran impacto ambiental. En Gran Bretaña (GB) el movimiento
social Don’t Pay, referido al gas y la electricidad, se enardece y
extiende.

En tanto, el mundo vive efectos extremos por incendios e inundaciones
derivados del daño que, no nosotros, sino la economía capitalista, ha
infligido al ambiente. En Francia, Macron habla del fin de una forma
de ligereza en nuestro mundo; ahora enfrentamos un gran trastorno que
tiene como resultado el fin de la abundancia (de productos,
tecnologías, agua). El invierno será difícil e incierto, los
ciudadanos pueden reaccionar con gran ansiedad, predice. Y la
respuesta: el 22 de septiembre la Confederación General del Trabajo
tendrá una jornada de movilización en el sector sanitario, y el 29 del
mismo mes, una protesta interprofesional; a principios de octubre
habrá una marcha por el poder adquisitivo de France Insoumise. En GB
100 mil trabajadores de la empresa Royal Mail iniciaron la mayor
huelga que se registra en ese país, por aumento de salarios. En África
y en gran parte de Oriente Medio el hambre ha pasado de amenaza a una
lacerante y brutal realidad, acentuada por la guerra por delegación de
EU y la OTAN contra Rusia en Ucrania. Y el imperialismo gringo juega a
recuperar la hegemonía absoluta en un enfrentamiento con China de
tétrico futuro.

Como tantas veces en la historia capitalista, está en curso el alza de
la lucha de masas indignadas. En condiciones de estanflación, veremos
simultáneamente el deterioro de los salarios y el aumento del
desempleo; y oiremos el argumento falaz de una espiral inflacionaria
impulsada por los salarios y los precios. Ya se habla de ella en EU
(p. e., Paul Krugman); la ZE y el mundo periférico recitarán el mismo
guion. El argumento, as usual, elimina la dinámica de las ganancias
del capital: el aumento de salarios impacta en los costos de
producción, por tanto, aumentan los precios, dicen. El argumento
oculta: conservando los mismos márgenes de ganancia; o, peor aún,
aumentándolos, como suele ocurrir, para adelantarse a la inflación.

Más allá del corto plazo, en el que cabe ese argumento artero, el
capitalismo siempre solucionó el necesario aumento de los salarios
reales mediante el aumento de la productividad del trabajo. Lo que es
imposible sin inversión y desarrollo tecnológico en los sectores
productivos. Pero, como lo muestra Michael Roberts, el índice de
productividad ronda el cero, hace décadas, en las economías
desarrolladas. En EU es el más débil en los últimos 40 años. Es el
resultado de los bajísimos índices de inversión privada y pública en
los sectores productivos. La tensión social no puede sino aumentar.
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Miquel Angel Soria

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Sep 5, 2022, 1:30:32 AM9/5/22
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Septiembre
5
Combata la pobreza: mate a un pobre 

En 1638 nació Luis XIV, rey de Francia, Rey Sol.
El Rey Sol vivió dedicado a las gloriosas guerras contra sus vecinos y al cuidado de su ruluda peluca, sus capas espléndidas y sus zapatos de tacón alto.
Bajo su reinado, dos hambrunas sucesivas mataron a más de dos millones de franceses.
Se supo la cifra gracias a que Blaise Pascal había inventado, medio siglo antes, la calculadora mecánica. Y se supo el motivo gracias a Voltaire, que tiempo después escribió:
           -La buena política conoce este secreto: cómo hacer morir de hambre a los que permiten vivir a los demás
                                                                                              Eduardo Galeano

 

La novela del Pepe Mujica
Por Emir Sader (Página 12)

Todo gran período histórico produce grandes personajes. El gran período histórico que vive América Latina en la actualidad produce grandes personajes.

Entre todos ellos se destacan tres, por estar profundamente arraigados en la historia, en las condiciones de vida de nuestros pueblos y en su carácter nacional. Ellos son Evo Morales, Lula y Pepe Mujica.

Uno es un líder indígena boliviano, cocalero, que supo captar y representar las identidades de las poblaciones originarias de su país como nadie. Recuerdo cómo, el día de su elección para ser el primer presidente indígena de Bolivia, estaba celebrando su triunfo en Cochabamba, con su pueblo.

Álvaro García Linera tuvo que llamarlo por teléfono y reiterarle que tendría que ir a La Paz, dar un discurso como nuevo presidente de Bolivia, el primer presidente electo indígena de un país predominantemente indígena, además de ser el primero electo en la primera vuelta. Fue, hizo una declaración desde el Hotel en el que nos hospedábamos, saludó a todos, recibió nuestros abrazos y regresó a Cochabamba.

Un líder que insistió en seguir proclamándose cocalero, en honrar su trayectoria y en honrar la lucha de resistencia de su pueblo contra los bombardeos de aviones estadounidenses, que pretendían quemar los cultivos de coca, que sirven de fuente de energía para la poblaciones originales.

Ver a Evo asumir el cargo en la ciudad más antigua de poblaciones indígenas, en Tiwanaku, antes de tomar posesión formal como presidente, expresó su origen y su identidad. (Ceremonia a la que tuve el privilegio de asistir junto a mi querido y difunto amigo Eduardo Galeano.)

Antes de tomar posesión formal en el Palacio Quemado, en La Paz, las poblaciones indígenas limpiaron por completo el Palacio y la plaza en la que se encuentra, antes de que allí ingresara su líder como presidente indígena de Bolivia.

Evo es un personaje carismático que representa, de la mejor manera posible, la identidad nacional boliviana. Su vida es un capítulo esencial de la propia vida de Bolivia.

Lula, en cambio, nació en el corazón del sector más miserable de Brasil, en el interior nororiental, hijo de la peor época de sequías. Comió pan por primera vez a los 7 años. Huyó de la sequía con sus 8 hermanos sobrevivientes, junto con su madre, Doña Lindu, una guerrera, aunque ha sido analfabeta toda su vida.

Caminaron 13 días en pau-de-arara, con la única ropa que tenían, comiendo poco y mal, bebiendo el agua que encontraban en el camino. Llegaron a San Pablo como los típicos inmigrantes de la década de 1950. Para ser mano de obra barata que construyera la riqueza de la metrópoli paulista.

Lula era vendedor ambulante, limpiabotas, oficinista, vendía toda clase de productos para aportar un dinero que doña Lindu manejaba como podía para la supervivencia de la familia. Elegido para ser el único hijo de doña Lindu que podía estudiar, fue a la escuela técnica, se graduó como obrero mecánico, de donde pasó a ser dirigente sindical, dirigente político, hasta convertirse en el presidente más importante que haya tenido Brasil.

La historia de Brasil en esas décadas resume la historia del país de la manera más expresiva y profunda. La biografía de Lula es la biografía brasileña.

Pepe Mujica es el otro personaje emblemático del período político más importante de América Latina. Tuve la suerte de contar con un libro que busca relatar las características distintivas de Pepe, que lo convierten en el personaje más expresivo de la historia de Uruguay en las últimas décadas del siglo pasado y en las primeras décadas de este.

El día de mi cumpleaños mi hijo Miguel me regaló un atractivo libro con el título: El presidente y el sapo (Dulbinernse, Porto Alegre, 2022), de Carolina de Sanctis, escritora uruguaya, residente en Estados Unidos. Son estos libros los que devoramos al leer, por el encanto del personaje, sus vivencias y la forma en que se relatan.

El libro busca construir lo que habrían sido los años solitarios de Pepe en prisión. Como dijo, para no volverse loco, se puso a hablar con las hormigas, con la rana, que cruzaba su celda. Una reconstrucción hecha, en el libro, por un periodista noruego. Según Pepe, no sería lo que es hoy si no hubiera pasado por todo eso.

Eso plantea las mismas preguntas que pudimos tener con Pepe tanto en la presidencia de Uruguay como en su lugar -que él y su esposa compraron un año después de los 13 años de su confinamiento solitario-. En el libro se mezclan recuerdos de infancia, los duros años de prisión y tortura, conversaciones con la rana, compañera de soledad en la celda, incluso sus vivencias como presidente de Uruguay.

El libro construye la trayectoria de vida de un expreso político, de un expresidente, el presidente más pobre del mundo. Pero, sobre todo, de una persona que, por su vida, por su sensibilidad, concentra en sí los mejores valores que un ser humano puede tener. Leer el libro nos enriquece humana y éticamente.

                                                          * * *

El veneno neoliberal mata la utopía libertaria de Marinaleda
Por Carlos de Urabá (Rebelión)

Una de las virtudes del anarquismo ibérico es que no es teórico, sino que se ha llevado a la práctica.

Durante el mandato de Manuel Azaña, el presidente de la Segunda República española, en Casas Viejas un pueblo de la provincia de Cádiz en enero de 1933  se produjo un levantamiento anarquista que promovía una huelga general contra la “República burguesa”. Inesperadamente un grupo de campesinos pertenecientes a la CNT proclamaron el comunismo libertario y atacaron el cuartel de la Guardia Civil donde dieron muerte a varios agentes. Al correr la voz de alarma las autoridades enviaron refuerzos de la Guardia Civil que ocuparon el pueblo. Entonces  comenzaron  las detenciones y los allanamientos contra los alzados en armas hasta que finalmente Incendiaron la casa donde se habían atrincherado y la resistencia fue completamente aniquilada con una lluvia de balazos que escupían rifles y ametralladoras.  Posteriormente en las batidas atraparon a otros vecinos y como escarmiento los fusilaron en el acto. Al final fueron masacrados  20 hombres, tres mujeres y un niño.

Como podemos ver los campesinos, los jornaleros, los obreros del campo en Andalucía siempre han estado en pie de guerra.  Marinaleda con su comunismo libertario es el heredero directo de Casas Viejas.

Cuando sale una noticia del pueblo de Marinaleda en los medios de comunicación inmediatamente se relaciona con el alcalde Sánchez Gordillo. Es el alcalde rebelde y contestatario más famoso de España y también uno de los más veteranos pues fue elegido en 1979. O sea, que lleva 43 años en el cargo gracias al inclaudicable apoyo de sus vecinos.

El alcalde Sánchez Gordillo

Este profesor de historia nacido en Aguadulce (Sevilla) en 1949 es un orador que maneja magistralmente la dialéctica materialista, aparte de ser un gran polemista, el espadachín de la izquierda anticapitalista capaz de batirse a brazo partido contra los pesos pesados de la derechona españolista. Aunque hoy sus capacidades físicas e intelectuales se han visto mermadas a causa de un ictus él sigue en la briega y con ganas de ocupar la primera línea de fuego. Muchos lo han calificado como un personaje populista más propio de Latinoamérica, es decir,  parece más un guajiro  cubano, un guerrillero de las FARC,  un fedayín palestino o un bandolero. Lo cierto es que reúne todas las condiciones de revolucionario e internacionalista cuya hazaña ha sido colocar en el mapa geopolítico mundial a este pequeño pueblo de la campiña sevillana. Pueblo desconocido hasta que Sánchez Gordillo y sus camaradas organizaron la toma de tierras y  las movilizaciones  contra el paro y la marginación social.

Los pobladores de Marinaleda no son eruditos, se guían más por el instinto, carecen de grandes conocimientos ni saben lo que es el  marxismo leninismo no han leído el Capital o el Manifiesto Comunista o el Libro Rojo de Mao pero son conscientes de lo que significan el hambre, la pobreza y el exilio económico.  Ellos pertenecen a una cultura televisiva, o sea, audiovisual, no son intelectuales o academicistas y la memoria histórica se transmite oralmente. Porque aquí nadie ha olvidado lo acontecido en la la Guerra Civil y la espantosa represión desatada en Andalucía por el general nazi franquista Queipo del Llano que cometió un brutal genocidio contra los “malditos rojos”, ya sean comunistas, socialistas o anarquistas. Marinaleda “una utopía hacia la paz”  es la respuesta a esa inmisericorde dictadura franquista que sufrieron durante 40 años en los que tuvieron que aguantar hambre, miseria e iniquidades.  

El cura Diamantino García

A finales de los años sesenta del pasado siglo XX una camada de jóvenes sacerdotes de carácter rebelde entre los que se destacaba Diamantino García se ofrecieron voluntarios ante el obispado en Sevilla para ocupar los puestos más sacrificados en los pueblos marginados de la Sierra Sur sevillana. Empeñados en hacer realidad la palabra del evangelio de servir a los más pobres y vilipendiados.  Y que mejor que reivindicar a esos campesinos arcaicos, seres toscos y rudimentarios de manos encallecidas y rostros prematuramente envejecidos que habían nacido con ese estigma de parias grabado en la frente.

Aplicaron una catequesis revolucionaria en concordancia con las reformas del Concilio Vaticano II. Diamantino se destacó como hombre profético, un defensor de los derechos humanos decidido a construir una nueva sociedad. Fue uno de los pioneros de la Teología de la Liberación en Andalucía. Porque por encima de todo había que reivindicar la opción por los pobres. Un cura obrero de mística revolucionaria  que desde el púlpito predicaba:  “la tierra es de Dios y no se pude acaparar lo que es de todos en beneficio de una minoría” “Porque la propiedad privada es ir en contra los derechos del pueblo y de la palabra de Dios” Los curas convocaban asambleas, los domingos rojos (el trabajo voluntario), las huelgas y las marchas de protesta. Denunciaba la explotación laboral que rayaba en la semiesclavitud.  A esos seres arcaicos y analfabetas que firmaban con el dedo índice había que devolverles el orgullo y la dignidad. Diamantino  era el más combativo, el primero en la toma de tierras, el primero en organizar los piquetes de  huelgas, el primero en recoger la aceituna  hasta tal punto que se ganó el apodo del “cura de los pobres” Como humanista obsesionado y empeñado en construir una nueva sociedad, dotado de una incontestable mística revolucionaria (marxismo cristiano) este disidente de la iglesia católica hizo un pacto de sangre con los sin tierra. Tras siglos de humillaciones y desprecio había llegado la hora de plantar cara a los poderosos.

Los curas obreros  iban peregrinando por los pueblos de la campiña como Osuna,  Lebrija,  Estepa, Morón de la Frontera, los Corrales, el Coronil  organizando asambleas y reuniones  donde denunciaban los privilegios de los señoritos,  terratenientes y los aristócratas. Como el duque del Infantado al que calificaban de “vil bandido” El  2% de los propietarios posee el 50% de la tierra cultivable. Por eso era tan necesario erradicar el latifundio medieval. Los explotadores y los explotados no se iban a sentar juntos en la iglesia, porque al cura lo consideraban un cómplice del amo o el señorito cuya misión era la de eternizar su poder por medio de los falsos sermones que predicaban la mansedumbre y la obediencia debida a la jerarquía.  Cuando un peón tenía que dirigirse al señorito se descubrían  la cabeza e inclinando la cerviz y sin mirarlos a los ojos pronunciaban el clásico “a mandar mi amo” En ese entonces un jovencísimo Sánchez Gordillo comenzó su formación revolucionaria  que poco a poco fue forjando esa personalidad insumisa y combativa.  Corrían los últimos años de la dictadura franquista y había un gran clamor popular por impulsar un cambio que alumbrara la  libertad y la democracia.

Parte del dinero del trabajo comunal que obtenían recogiendo, por ejemplo, algodón lo invertían en propaganda y campañas electorales del partido PT. El PT se definía ideológicamente como marxista-leninista línea Mao Tse Tung -porque la revolución va del campo a la ciudad- Los labradores abriendo surcos construyeron naciones. Este fue el engendro del SOC (Sindicato de Obreros del Campo)  y que paradójicamente nació en las sacristías porque era el único lugar donde podían escapar de la implacable vigilancia de la Guardia Civil y los servicios secretos franquistas. Diamantino fue miembro fundador del SOC junto al maestro Sánchez Gordillo, Diego Cañamero, Francisco Casero, Gonzalo Sánchez. La fuerza laboral de esos pueblos empobrecidos se veía obligada a emigrar a otras regiones más ricas de España o el extranjero. ¿Qué podían hacer esos jornaleros sin tierra, temporeros acuciados por del desempleo y los salarios de hambre? La mecanización del campo fue la estocada definitiva porque se acabaron los contratos. Por su actitud derrotista a los emigrantes se les consideraba fracasados y acobardados. El andaluz se parece al campesino mexicano que tiene que irse a Estados Unidos a trabajar como temporeros para poder sobrevivir. Miles de andaluces partían también a la vendimia del Rosellón donde los franceses les llamaban “muertos de hambre” o a la campaña de la fruta, fresas, cerezas, manzanas y verduras en distintas regiones de Francia o la recogida del espárrago en Navarra.

Sánchez Gordillo ha reiterado en sus discursos que “es necesario que Diamantino resucite (murió de cáncer en 1995) porque nos hemos quedado huérfanos” Los problemas fundamentales de Andalucía son iguales o peores ahora que en esa época porque la explotación de los trabajadores del campo, principalmente los inmigrantes ilegales, son todavía más desgarradores. Carecen de las mínimas condiciones de vida digna, regularización, una vivienda, seguridad social, salud y educación. Para el imperialismo económico no hay política agraria, sino que se obedece lo que decreta Bruselas y las multinacionales. La ley de reforma agraria es inviable si no se expropia. La reconvención salvaje de la agricultura es la tumba del mundo rural.

Marinaleda es un digno heredero del colectivismo republicano y se inspira en el principio agrario de los soviets con la abolición de la propiedad privada y el “tierra y libertad”  “la tierra es para quien la trabaja”  Zapatista -porque al fin y al cabo los jornaleros andaluces también son indígenas-  La clave del éxito es  asegurar la soberanía alimentaria y no depender de las leyes del libre mercado y los monopolios empresariales.

Tenemos que reseñar algo muy importante y es que entre los diputados de la Junta de Andalucía no existe ningún campesino, todos son funcionarios o burócratas a nómina del estado. Estos  señoritos bien trajeados que devengan jugosos sueldos son los que rigen los destinos de una de las regiones más rezagadas de Europa. No hay ningún descamisado de manos callosas y rostros cuarteados por el sol. Nadie ha empuñado una azada en su vida, ni saben lo que es vendimiar o recoger la aceituna.  

Sánchez Gordillo hace gala de una estética antisistema: barbado y con pañuelo palestino anudado al cuello, con su rostro desencajado vocifera de ira enfrentando al poder establecido: “Andalucía debe tener derecho a decidir” “Andalucía esta secuestrada” “la utopía es necesaria. Seamos realistas, exijamos lo imposible” “el capitalismo está en crisis, tenemos que destruirlo” “el mundo rural está en peligro de muerte” “Cristo fue comunista, un revolucionario” “La verdad es revolucionaria como lo decía el Che y también Cristo”.  Con todo el coraje poniendo el pecho en las huelgas de hambre, en la toma de tierras o las marchas de la “OTAN no y bases fuera”  “Echemos al ejército yanqui de Rota y Morón” También es reconocido como el “Robin Hood andaluz” que se mete en los supermercados a sacar la comida para regalársela a los pobres.

En el ayuntamiento de Marinaleda ondea la bandera republicana como un homenaje a los mártires de la guerra contra los militares golpistas. “no somos lacayos, vasallos o súbditos de un soberano heredero del franquismo, sino jornaleros, obreros del campo” Marinaleda en los años ochentas se conocía con el apodo de «la pequeña Cuba”, uno de los últimos baluartes rojos (el paraíso comunista) que aún quedan en pie en la península. Además, se ha distinguido por su solidaridad  con la causa de los pueblos del Tercer Mundo, especialmente de América Latina, Palestina o los saharauis, y también con Cataluña y Euskadi. Marinaleda es un lugar de asilo para los huérfanos y los desheredados, sobre todo para los inmigrantes clandestinos sin papeles, sin patria ni hogar.  

Los más relevantes proyectos que promueve el alcalde Sánchez Gordillo se refieren a la democracia directa, la autogestión, las asambleas (gobierno colectivo de los trabajadores) el cooperativismo, la ocupación de tierras, el ahorro, la austeridad, la autoconstrucción de una vivienda propia ( se entrega gratis el suelo y las casas se pagan a 15 euros al mes)  Nada de especulación, hipotecas e intereses bancarios.

La base del colectivismo agrario es el trabajo comunal en la finca del Humoso (latifundio expropiado al duque del Infantado) donde se ha instalado un sistema de regadío en la tierra de secano para incrementar la productividad. Porque la campiña es esencialmente de olivo, cereal y girasol ahora cuenta con un molino y almazara de la que se saca grandes beneficios.  Aparte se construyeron invernaderos (2.800 metros cuadrados) para cultivar melón, pepino, pimiento, tomate  y berenjena. Los jornaleros deben realizar un trabajo penoso donde hay que doblar el lomo y sudar la gota gorda -especialmente  en este verano canicular con temperaturas hasta de 45 grados- Todos los obreros del campo ganan un salario equitativo de siete euros la hora.  

Las peonadas se distribuyen según los cultivos de temporada (hortalizas y cosechas de huerto) para luego llevar la materia prima a la cooperativa conservera el Humar de Marinaleda. Allí se procesan las habas, los garbanzos, las alcachofas, el calabacín, el brócoli, los pimientos, el tomate, la aceituna, pipas de girasol, romero, lavanda, orégano, que luego de empaquetarlos son despachados a los centros de distribución y de ahí a las grandes superficies. Porque el producto obtenido debe ser competitivo en el mercado capitalista imperante en España.

El alcalde Sánchez Gordillo no puede en estos instantes hablar con nosotros pues en el año 2018 sufrió un ictus que le limitan el habla y la movilidad, su estado de salud es delicado y debe aislarse porque todavía la pandemia del coronavirus está activa.

La concejala Dolores Tejada

Ante su ausencia amablemente nos recibe en la alcaldía la concejala de Cultura la señora Dolores Tejada. Y es que no son solo los jornaleros los que trabajan en el campo, sino que también existen jornaleras que codo con codo y hombro con hombro están en el tajo junto a los hombres. Pero esta no es una competencia contra sus compañeros, sino todo lo contrario. A cada quien según sus capacidades -reza un mandamiento comunista-. Pero todo tiene un límite porque está claro que un pueblo no lo hace una persona sino un colectivo, y este colectivo es mixto donde las mujeres han adquirido en los últimos tiempos una gran relevancia. “La emancipación de la mujer pasa por la igualdad en el trabajo” -así de contundente nos responde la concejala:  “Debemos demostrar sobre el terreno que no somos el sexo débil como se nos ha hecho creer”  Se necesita mucha moral porque el trabajo del campo es muy duro, se desgasta uno físicamente y encima hay que enfrentar las inclemencias del tiempo. La mujer jornalera es uno de los eslabones indispensables en la cadena de producción.

Pero parece que se les ha colocado en un segundo plano y no se les ha dado el valor que les corresponde. Porque la mujer además de ser trabajadora del campo tiene otras dos funciones vitales: madres y  amas de casa. Es decir, en Andalucía las tradiciones seculares se mantienen y el patriarcado sigue inalterable. La igualdad de género es una materia pendiente en este mundo rural donde tradicionalmente predomina el machismo.  Pero ese feminismo jornalero  de mujeres curtidas con escasos estudios y en muchas ocasiones autodidactas a las que despectivamente llaman de “marujas” rompen moldes y adquiere conciencia de clase. “nosotras somos antimonárquicas, anticapitalistas y anticlericales” En nada se pueden comparar con las mujeres urbanas de clase media o burguesa que tiene más  posibilidades de instruirse, progresar y escalar en la pirámide social. Esa es la gran brecha estructural que perpetua la marginación y la desigualdad.

Si nos remitimos a las crónicas de la República Española encontraremos  maravillosos ejemplos de mujeres, también adolescentes  y hasta  niñas, que participaron con sus familias o la comunidad en las faenas del campo. Porque el trabajo colectivo es vital para asegurar su supervivencia.

Marinaleda como casi todos los pueblos del ámbito rural español sufre una demoledora transformación pues poco a poco va siendo devorado por la Europa capitalista. Ante la ausencia de una República democrática deben resignarse y aceptar la Constitución monárquica de 1978.  La ruralidad representa algo arcaico y retrasado que se opone a la civilización cibernética vigente. La sociedad de consumo los asedia con la propaganda que se trasmite a través  de los medios de comunicación de masas: la televisión, el internet, en especial las redes sociales contribuyen a socavar la identidad del pueblo. Al final estamos creando un país de zánganos ludópatas que se la pasan las 24 horas del día enganchados a sus teléfonos móviles, al  fútbol, la pornografía,  las loterías,  las quinielas cuya única finalidad es ofrecerles vanas ilusiones de hacerse millonarios de la noche a la mañana. La actitud nihilista de los jóvenes y adolescentes mella el espíritu revolucionario y los convierte en individuos alienados y fáciles de manipular. Y lo peor es que se está creando una sociedad de  analfabetos funcionales que se niegan a leer y escribir. Se impone la cultura del selfie y el meme. Las nuevas generaciones tienen otras prioridades como comprarse un coche o una moto, irse de juerga a la discoteca, apostar en los casinos virtuales o planificar las vacaciones en la playa.  Aquí los que han triunfado y se han vuelto multimillonarios a costa de la inconciencia de las masas son los operadores de móviles, los proveedores de internet,  las plataformas de streaming, Netflix, Amazon, Disney, el Facebook, YouTube, Tik Tok, Instagram, etc.  Estos son los enemigos invisibles al servicio del nuevo orden mundial. Sánchez Gordillo reconoce compungido la cruda realidad: “Si no se estudia, si no se lee, si no se despierta el espíritu crítico jamás podremos alcanzar la autodeterminación”

El pueblo de Marinaleda padece una crisis sociopolítica sin precedentes porque muchos de sus habitantes han perdido la fe y ya no creen en el proyecto del “alcalde rojo” Sánchez Gordillo. Si antes incondicionalmente lo sostenían, hoy le han dado la espalda. Es más que evidente el agotamiento psicológico, el envejecimiento y la degradación de un modelo de gestión basado en el culto al líder. El gasto indiscriminado de presupuesto público ha sobrepasado todos los limites hasta el punto de colocar a Marinaleda de 2.700 habitantes como uno de los pueblos más endeudados de Andalucía.

Los empresarios no quieren invertir ni hacer negocios allí pues saben que es un pueblo problemático y donde sin duda les espera la quiebra. La única industria del pueblo -aparte de la cooperativa Humar- es el cultivo de marihuana y su comercialización. Muchos jóvenes obtienen un jornal gracias a su explotación o de lo contrario estarían condenados a emigrar.  

En las últimas elecciones municipales de 2019 la lista de Adelante Marinaleda obtuvo 891 votos (48,74%) mientras Avanza Marinaleda-Matarredonda sacó 847 votos (46,33%) O sea, que la lista de Sánchez Gordillo  ganó por tan solo por 44 votos.  Y es que son 43 años de gobierno en solitario que han traído como consecuencia un severo desgaste. Ante la falta de renovación y caras nuevas cunden el desánimo y la desintegración, ya no existen esa solidaridad y esa fraternidad de antaño. En Andalucía crece la derecha como lo demuestra el resultado de las últimas elecciones andaluzas donde el PP obtuvo la mayoría absoluta. Marinaleda no es la excepción y la gente se ha vuelto reaccionaria e individualista y lo que ambiciona es ganar altos sueldos, irse a vivir a una capital y comprarse un piso o por qué no un chalet o adosado en un condominio con piscina y jacuzzi.

Sánchez Gordillo y su inseparable compañero el dirigente del SAT y exdiputado de Podemos Diego Cañamero han lanzado una férrea defensa contra el ataque de los “fascistas de las tinieblas” que pretenden hundir el proceso revolucionario de Marinaleda. “Los egoísmos personales no caben en los proyectos colectivos” El SAT fundado en el 2007 se reconoce como antifascista, nacionalista andaluz, anticapitalista, internacionalista, antipatriarcal y republicano. La acción directa y las asambleas populares son los fundamentos de su ideario político que se resumen en “la utopía se alcanza con la lucha”

Si uno camina por la calle principal del pueblo se observan varios murales desconchados por el paso del tiempo. La pintada del Che Guevara borrosa y deslucida denota la decadencia y la dejadez en que está sumido el pueblo . El “patria o muerte ¡Venceremos!» que con tanta pasión gritaban en las manifestaciones  ha sido reemplazado por los estribillos vacíos de los raperos o reguetoneros J. Balvin, Chojín, Ozuna, Maluma, Bad Bunny o Rosalía.  La indiferencia y el desencanto campa a sus anchas. El veneno neoliberal se ha inoculado en la sangre de estos pueblos de la Sierra Sur de la campiña sevillana que un día fueron un ejemplo de lucha y de resistencia.  Solo los más radicales veteranos se mantienen firmes y con el puño el alto, tal vez, por puro romanticismo se niegan a claudicar. Sin el relevo generacional el hundimiento será estrepitoso.

Lo cierto es que el asistencialismo convierte a los individuos en unos gandules conformistas, unos seres pasivos resignados a esperar que al fin de mes le ingresen en la cuenta corriente la “paguica” de mil euros. Es decir, la dádiva de la renta básica que aprobó el PSOE y PODEMOS para mitigar el paro y la crisis económica. Pero este tipo de dependencia al fin y al cabo mata la utopía socavando los principios del comunismo libertario y,  además, obstaculiza los cambios sociales “Andalucía no se levanta a base de subsidios de desempleo y las limosnas que otorga el paternalismo gubernamental o la Unión Europea” La realidad es que miles de familias andaluzas se mantienen gracias al PER y las peonadas.  El subsidio agrario es clave para dinamizar la economía de Marinaleda. Con la crisis del coronavirus el gobierno de España estableció ayudas a aquellos que han perdido el empleo como los ERTE para garantizar una prestación de urgencia.

En general la rutina de un jornalero es muy severa: levantarse todos los días a las 5 de la mañana y después de un frugal desayuno disciplinadamente marchar al tajo hasta bien caída la tarde. Especialmente en este verano canicular enfundados con sus monos y sombreros de paja cumplen a rajatabla su infatigable misión.  Los señoritos, terratenientes y ciudadanos los llaman despectivamente de “catetos”, una palabra xenófoba y racista que los rebaja a la categoría de siervos analfabetos. Hasta la mitad del siglo XX  Andalucía era un territorio netamente rural habitado mayoritariamente por campesinos, peones, jornaleros, ganaderos, pastores, arrieros, pescadores o artesanos. En la actualidad sin un desarrollo industrial importante la única salida es el sector servicios y el turismo. Las estadísticas dicen que el 75% de la población andaluza reside en el medio urbano.    

En España la decadencia del mundo rural es tan atroz que el campo  yermo y estéril ya nunca volverá a dar sus frutos. Pero el panorama es aún  más tétrico al contemplar esos pueblos en ruinas que abandonados se caen a pedazos sin que nadie pueda revertir la sentencia. Este ha sido un golpe demoledor para esa España profunda que irremediablemente se extingue. La cultura popular yace momificada en los museos y los jornaleros son un reclamo más del folclore turístico.   La mayoría de los 47 millones de españoles pertenecen al ámbito urbano y han asumido sin ningún reparo su nueva identidad de consumidores WI FI. Pero quizás hoy lo más dramático sea el bajo índice de la natalidad que anuncia de antemano una catástrofe demográfica irreversible. A estas alturas del siglo XXI la única esperanza de salvar a esa España vaciada y esclerótica es que los inmigrantes de otras latitudes la hagan renacer de las cenizas.
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Miquel Angel Soria

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Sep 6, 2022, 1:31:03 AM9/6/22
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Ja hem tornat de la Festa do Avante! L'experiència segueix sent imborrable.

Septiembre
6
La comunidad internacional

El cocinero convocó al ternero, al lechón, al avestruz, a la cabra, al venado, al pollo, al pato, a la liebre, al conejo, a la perdiz, al pavo, a la paloma, al faisán, a la merluza, a la sardina, al bacalao, al atún, al pulpo, al camarón, al calamar y hasta al cangrejo y la tortuga, que fueron los últimos en llegar.
Y cuando estuvieron todos, el cocinero explicó:
   -Los he reunido para preguntarles con qué salsa quieren ser comidos.
Entonces, alguno de los invitados dijo:
   -Yo no quiero ser comido de ninguna manera.
El cocinero dio por finalizada la reunión.
                                                                                       Eduando Galeano, Los hijos de los días.




El mal llamado periodismo
Javier Gallego

Empezamos el verano con la grabación de Villarejo a Ferreras y lo terminamos con el intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner. Ambos asuntos hablan de lo mismo: el mal llamado periodismo dirige las balas, simbólicas o reales. El mal llamado periodismo puede destruir reputaciones, incluso vidas. El mal llamado periodismo es, demasiado a menudo, el arma que empuña la política para disparar. Algunos mal llamados periodistas —lo sabíamos antes de Ferreras— son pistoleros a sueldo de las élites políticas y empresariales. Arriba señalan al enemigo a abatir y abajo los mercenarios lo derriban.

El proceso es siempre el mismo. Demonizan al personaje inventando falsedades, incluso falsas causas judiciales, lo deshumanizan hasta convertirlo en una rata a eliminar y cuando un fanático intoxicado por la agitación y la propaganda decide ejecutar la sentencia, culpan a la víctima de montar una conspiración para victimizarse y ganar popularidad. Ocurrió con Pablo Iglesias cuando le enviaron balas por correo, ocurre ahora con Cristina Fernández después del fallido atentado. La única diferencia es que el ex vicepresidente español no tiene el dudoso enriquecimiento de la multimillonaria vicepresidenta argentina.

Pero cuando la izquierda es el objetivo, a la derecha no le duele en prendas responsabilizar al perseguido de su persecución. Es lo mismo que hacen los machistas con las mujeres violadas: la culpa es suya que va provocando. Lo hicieron Ayuso y Vox —tanto monta, monta tanto— con Iglesias. Lo hace la oposición al peronismo con Fernández. En ambos casos, el mal llamado periodismo es el amplificador de la voz de su amo que irrita y polariza hasta dividir y quebrar nuestras sociedades. La grabación de Ferreras indigna porque aflora las cloacas que olíamos y confirma con pruebas lo que sabíamos, a saber, que los medios de comunicación tienen el poder de manipularnos y manipular la democracia.

En un mundo mediatizado, la opinión publicada se confunde cada vez más con la opinión pública. El poder de los medios para mover sensibilidades y movilizar a las masas es mayor que nunca. Lo hemos visto con el Brexit, Trump o con la campaña de destrucción de Iglesias y Podemos cuando se convirtieron en verdadera alternativa. El mal llamado periodismo es el cáncer que multiplica las células malignas por el cuerpo social. Pero el buen periodismo es su cura, condición indispensable de la salud democrática, antídoto contra la mala prensa.

Por eso, creo que se equivocan quienes atacan a buenos periodistas, que nada tienen que ver con las cloacas, por seguir en la cadena que dirige Ferreras, como el señaladísimo Antonio Maestre. No seamos ingenuos. Inda ya estaba allí y en otras tertulias. Hay muchos como él en radios, televisiones y periódicos. Lo que oímos en los audios de Villarejo no es ninguna sorpresa. Ocurre a diario en los áticos y las cloacas del poder. A diario los periodistas también sufrimos presiones y censuras, no solo los nuevos partidos, recuérdenlo cada vez que vean a un honrado plumilla partiéndose el cobre en los grandes medios. Hay que combatir el veneno no solo aquí fuera, también allí donde se produce. No podemos ceder espacios para dejárselos a quienes lo inoculan. La independencia no puede abocarnos a la irrelevancia.

Puedo entender la decisión de los compañeros de El Salto de dejar Al Rojo Vivo por la incomodidad después de escuchar a su director reconociendo que había dado cobertura a un burdo bulo, pero espero que busquen otras cadenas donde hacerse oír. Siempre lo he dicho: el periodismo no debe ser cuarto poder sino contrapoder. Necesitamos ser la contra a ese mal llamado periodismo. También le daría la vuelta a la manida frase “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Los periodistas tenemos una gran responsabilidad social, de ahí que tengamos un gran poder. No al revés.

Ustedes también lo tienen. No solo el buen periodismo neutraliza al mal llamado periodismo, también una ciudadanía crítica que elige a unos medios y periodistas frente a otros. El público es quien puede cancelar un programa si deja de verlo. No disparen al periodista que hace un buen trabajo, aunque a veces no diga lo que quieren oír. La independencia no es decir lo que tu público quiere escuchar sino decir lo que honestamente crees que debes decir.

                                                               * * *



Pan y rosas (otra vez)
David Brooks (La Jornada)

De repente el movimiento laboral estadunidense estalla con nueva vida alrededor del país, generando esperanza que después de una larga noche de más de cuatro décadas de neoliberalismo hay un nuevo amanecer de solidaridad y lucha de trabajadores, algo para por fin celebrar el Día del Trabajo este lunes (aquí no se festeja el primero de Mayo, a pesar de que nació en Chicago para dar la vuelta al mundo).

Entre lo primero que hicieron Reagan y Thatcher para inaugurar sus regímenes neoliberales fue declarar la guerra contra los sindicatos y dando luz verde a los patrones a reprimir o destruirlos. En los 50 uno de cada tres trabajadores estadunidenses estaban sindicalizados; hoy día son uno de cada 10 y, en el sector privado la tasa de sindicalización es de sólo 6.1 por ciento, en gran medida resultado de la ofensiva neoliberal y el desmantelamiento de los limitados derechos laborales en este país.

Con la reducción del poder de los sindicatos, el nivel de desigualdad económica se disparó a su nivel más alto en casi un siglo, hecho esencial para explicar la crisis política y social estadunidense. Hoy día, tres multimillonarios tienen más riqueza que la mitad de la población, 160 millones, y los salarios reales están igual o por debajo de su nivel de hace medio siglo.

Pero en los últimos meses hay señales de nueva vida para el movimiento laboral, mucho de lo cual es impulsado por jóvenes. Trabajadores en varias de las empresas más conocidas, y más antisindicales, se han organizado y agremiado por primera vez: van más de 225 tiendas de Starbucks con un total de 6 mil trabajadores que han formado sindicatos desde que la primera tienda en Buffalo lo hizo en diciembre de 2021; el primer mega almacén de Amazon con más de 8 mil empleados ganó una elección para formar el primer sindicato dentro del imperio del hombre más rico del mundo, Jeff Bezos; se lograron triunfos en elecciones por un sindicato en partes de Apple, en algunas cadenas de supermercados, trabajadores técnicos en el New York Times, enfermeras, trabajadores de museos, estudiantes de postgrado en universidades, y hasta entre trabajadores en la nueva industria de cannabis legal.

El número de sitios de empleo que han solicitado realizar elecciones para obtener un sindicato ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, se incrementó 58 por ciento en los primeros nueve meses de este año fiscal comparado con el mismo periodo el año pasado.

En 2022, los sindicatos han ganado 641 elecciones, el número más alto en 20 años, según reporta Bloomberg Law, representando a más de 43 mil trabajadores, el doble del año pasado.

Y también se registra un incremento de acciones laborales como huelgas y movilizaciones, desde mineros hasta miles de maestros, enfermeras y en tiendas de comida rápida: en lo que va del año se han registrado 256 huelgas y otras acciones laborales, un incremento de más de 76 por ciento comparado con el año anterior (https://striketracker.ilr.cornell.edu).

Vale señalar que bajo las leyes laborales muy limitadas de Estados Unidos, formar un sindicato no garantiza la negociación de un contrato colectivo. De hecho, la mayoría de los nuevos sindicatos no logran negociar un contrato durante su primer año y ante la nueva militancia, las empresas han despedido a organizadores, intimidado a sus empleados y hasta cerrado locales que se atrevieron a sindicalizarse.

Sin embargo, hay otro factor nuevo que ayudará en responder a las ofensivas antisindicales de la cúpula empresarial y gran parte de la política: el apoyo del público en general. La semana pasada, una encuesta de Gallup registró que un sorprendente 71 por ciento de estadunidenses aprueban/simpatizan con sindicatos, el nivel más alto desde 1965.

No se sabe si todo esto se sostendrá y con ello proclamar un renacimiento laboral, pero por ahora se escucha a lo largo del país esa antigua demanda de pan para todos, pero rosas también.

Bread and Roses (inspirada por la consigna de la gran huelga textilera de 1912 encabezada por mujeres). Judy Collins. https://open.spotify.com/track/1zBpuHWodpDufPON9nnxLY?si=ea791b99cac74d92

Paul Robeson. Joe Hill.

https://www.youtube.com/watch?v=n8Kxq9uFDes&t=103s

Dropkick Murphys. Workers Song. https://www.youtube.com/watch?v=Clj8htWcFhoDe repente el movimiento laboral estadunidense estalla con nueva vida alrededor del país, generando esperanza que después de una larga noche de más de cuatro décadas de neoliberalismo hay un nuevo amanecer de solidaridad y lucha de trabajadores, algo para por fin celebrar el Día del Trabajo este lunes (aquí no se festeja el primero de Mayo, a pesar de que nació en Chicago para dar la vuelta al mundo).

Entre lo primero que hicieron Reagan y Thatcher para inaugurar sus regímenes neoliberales fue declarar la guerra contra los sindicatos y dando luz verde a los patrones a reprimir o destruirlos. En los 50 uno de cada tres trabajadores estadunidenses estaban sindicalizados; hoy día son uno de cada 10 y, en el sector privado la tasa de sindicalización es de sólo 6.1 por ciento, en gran medida resultado de la ofensiva neoliberal y el desmantelamiento de los limitados derechos laborales en este país.

Con la reducción del poder de los sindicatos, el nivel de desigualdad económica se disparó a su nivel más alto en casi un siglo, hecho esencial para explicar la crisis política y social estadunidense. Hoy día, tres multimillonarios tienen más riqueza que la mitad de la población, 160 millones, y los salarios reales están igual o por debajo de su nivel de hace medio siglo.

Pero en los últimos meses hay señales de nueva vida para el movimiento laboral, mucho de lo cual es impulsado por jóvenes. Trabajadores en varias de las empresas más conocidas, y más antisindicales, se han organizado y agremiado por primera vez: van más de 225 tiendas de Starbucks con un total de 6 mil trabajadores que han formado sindicatos desde que la primera tienda en Buffalo lo hizo en diciembre de 2021; el primer mega almacén de Amazon con más de 8 mil empleados ganó una elección para formar el primer sindicato dentro del imperio del hombre más rico del mundo, Jeff Bezos; se lograron triunfos en elecciones por un sindicato en partes de Apple, en algunas cadenas de supermercados, trabajadores técnicos en el New York Times, enfermeras, trabajadores de museos, estudiantes de postgrado en universidades, y hasta entre trabajadores en la nueva industria de cannabis legal.

El número de sitios de empleo que han solicitado realizar elecciones para obtener un sindicato ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, se incrementó 58 por ciento en los primeros nueve meses de este año fiscal comparado con el mismo periodo el año pasado.

En 2022, los sindicatos han ganado 641 elecciones, el número más alto en 20 años, según reporta Bloomberg Law, representando a más de 43 mil trabajadores, el doble del año pasado.

Y también se registra un incremento de acciones laborales como huelgas y movilizaciones, desde mineros hasta miles de maestros, enfermeras y en tiendas de comida rápida: en lo que va del año se han registrado 256 huelgas y otras acciones laborales, un incremento de más de 76 por ciento comparado con el año anterior (https://striketracker.ilr.cornell.edu).

Vale señalar que bajo las leyes laborales muy limitadas de Estados Unidos, formar un sindicato no garantiza la negociación de un contrato colectivo. De hecho, la mayoría de los nuevos sindicatos no logran negociar un contrato durante su primer año y ante la nueva militancia, las empresas han despedido a organizadores, intimidado a sus empleados y hasta cerrado locales que se atrevieron a sindicalizarse.

Sin embargo, hay otro factor nuevo que ayudará en responder a las ofensivas antisindicales de la cúpula empresarial y gran parte de la política: el apoyo del público en general. La semana pasada, una encuesta de Gallup registró que un sorprendente 71 por ciento de estadunidenses aprueban/simpatizan con sindicatos, el nivel más alto desde 1965.

No se sabe si todo esto se sostendrá y con ello proclamar un renacimiento laboral, pero por ahora se escucha a lo largo del país esa antigua demanda de pan para todos, pero rosas también.

Bread and Roses (inspirada por la consigna de la gran huelga textilera de 1912 encabezada por mujeres). Judy Collins. https://open.spotify.com/track/1zBpuHWodpDufPON9nnxLY?si=ea791b99cac74d92

Paul Robeson. Joe Hill.

https://www.youtube.com/watch?v=n8Kxq9uFDes&t=103s

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Miquel Angel Soria

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Sep 7, 2022, 1:32:01 AM9/7/22
to icv-euia_e...@googlegroups.com, jsoriac...@gmail.com, lluis...@gmail.com, patricia.edu...@gmail.com, sori...@hotmail.com, Adelina Escandell i Grases, Agustí Garrote, Aina Soria Sola, Alfons Salmeron, Alvaro Parrilla, Ana Rodríguez Junco, Anna Amat, Anna Pradas, Antonio Vera, Asun Mallén, Clara, coco, David Laín, Eder, Eduard Marín (dissenyador), Fina Mateo, Floren, Francisco Brandariz, Gonzalo Plata, Jaume Queralt, Joan Linares, Joan Lou, Joan Prats Camps, Joan Tafalla, Jordi López, Manolo Moreno, Manuel Touzon Gonzalez, Marius Lou, Marià Pere, María José Pardo, María Pilar Soria, Miquel Àngel, Moisés, Natalia, Noelia Jiménez, Noemi Brandariz, Oscar Martínez Martínez, Pablo Noval, Pedro (Lleida), Pepe Benito Lancis, Pere Solà, Pilar del Amo, Pol Acózar, Raúl Rota, Rosa Bofill, Sergi Martínez Larrégola, torres salva, Utrilla
Atenció al Dossier especial de Le Monde diplomatique en español: Palestina: de la colonización al 'apartheid'-

Setiembre
7
El visitante

En estos días del año 2000, ciento ochenta y nueve países elaboraron la Declaración del Milenio, que los comprometía a resolver todos los dramas del mundo.
El único objetivo que se ha cumplido no figuraba en la lista: se ha logrado multiplicar la cantidad de expertos necesarios para llevar adelante tan difíciles tareas.
Según escuché decir en Santo Domingo, uno de esos expertos estaba recorriendo las afueras de la ciudad cuando se detuvo ante el gallinero de doña María de las Mercedes Holmes, y le preguntó:
   -Si yo le digo, exactamente, cuántas gallinas tiene, ¿usted me da una?
Y encendió su computadora tablet con pantalla táctil, activó el GPS, se conectó a través de su teléfono celular 3g con el sistema de fotos satelitales y puso en funcionamiento el contador de píxeles:
   -Usted tiene ciento treinta y dos gallinas.
Y atrapó una.
Doña María de las Mercedes no se quedó callada:
    -Si yo le digo que en qué trabaja usted, ¿me devuelve la gallina? Entonces, le digo: Usted es un experto internacional. Yo me di cuenta porque vino sin que nadie lo llamara, se metió en mi gallinero sin pedir permiso, me dijo algo que yo ya sabía y me cobró por eso.


El día en el que la vida humana dejó de importar
Rosa María Artal

En apenas tres años hemos vivido dos grandes convulsiones, dañinas en sí mismas, que nos han embarcado en un acordeón emocional. Del golpe de la pandemia al profundo brote belicista y de la clara involución democrática. La música no suena al ritmo de la gente que, desconcertada, anda presionando las teclas más chirriantes.  En apenas tres años nos ha ocurrido de todo y el ruido turba la razón para encontrar el camino.

Ha habido un cambio de paradigma trascendental. El coronavirus, propagado por todo el mundo con un balance sobrecogedor de víctimas en número y extensión, supuso otra enmienda a la totalidad al capitalismo desbocado, al sistema que despreció cuanto era valioso y hasta indispensable para el bien común, en aras del lucro de unos pocos. Pero, sorprendentemente, no se aprendió la lección. Al desatar la primera cuarentena global, la primera paralización casi total de la Historia, políticos sin escrúpulos lanzaron la idea de que era asumible un cierto número de muertos para mantener “el sistema de vida que teníamos”. La misma frase que usan para apuntarnos a la guerra que no se quiso evitar. Ahora la píldora que tragar son las consecuencias de la confrontación que se sufren en el vivir cotidiano.

Lo que ha cambiado trágicamente es el valor de la vida humana. Antes escaso en muchos países, ahora casi generalizado aunque no en todos por igual. Si dejar morir sin siquiera asistencia médica a miles de ancianos enfermos y secuestrados en las residencias –como hizo fríamente la Comunidad de Madrid de forma más drástica y cruel que la mayoría- no pasaba factura y se premiaba en las urnas ¿para qué buscarse complicaciones? Si lo que importa es detentar el poder y se encuentran cómplices ¿para qué desgastarse? Aun así, gobernantes honestos lo siguieron haciendo.

La aceptación de la guerra, por su parte, ha traído consigo un derrumbe de derechos y libertades que parecían intocables. Como detallaba el periodista Pascual Serrano en su libro “Prohibido dudar”, se han desmantelado desde las relaciones comerciales hasta las culturales y políticas, la seguridad jurídica, el discurso ecologista, las vindicaciones democráticas, la bandera de los derechos humanos o la prioridad de inversión en servicios públicos básicos.

Y así, este septiembre de 2022, nos encuentra con una suma de acontecimientos inquietantes marcando una deriva atronadora que estallar de forma impredecible. Una simple enumeración nos lleva a esa Italia que el día 25 se dispone a votar un gobierno presidido por la fascista radical Giorgia Meloni junto al ya conocido Matteo Salvini y el partido del eterno Berlusconi. Las posibilidades de un milagro son prácticamente nulas. Muchos errores previos han conducido a este escenario. Y es seguro que este triunfo de la ultraderecha en Italia será aprovechado en el resto de Europa.

 El que Chile haya rechazado la nueva Constitución y haya que seguir -hasta elaborar un nuevo texto- con la del dictador ultraliberal Pinochet de 1980 es otro fuerte indicio, pero no lo mismo.  Es mucho más complejo. Precisa un análisis profundo como hace Marco Schwartz. Anotemos siquiera que estuvo a punto de ganar la presidencia el ultraderechista Kast, descendiente directamente de nazis alemanes. El odio anti indígena es otro factor de peso. Los chilenos votaron masivamente que querían una nueva Constitución, pero parece que no ésta. Choca en algunos puntos con posiciones de derecha y centroderecha que apoyaron a Boric.

Vayamos al Reino Unido, en una debacle económica sin precedentes a la que ellos añaden la fallida aplicación del Brexit. Los afiliados al partido conservador han elegido a Liz Truss como nueva primera ministra británica. Sus defensores elogian de ella “su capacidad de adaptación”, es decir que cambia de opinión como de chaqueta. Ahora, la encontramos con ganas de emular a Margaret Thatcher –el inicio de la destrucción del Estado del bienestar inglés-, dispuesta a bajar impuestos cuando tiene a la ciudadanía ahogada de problemas y se le tambalean todos los pilares que hay que sufragar. Y aun así el conjunto del electorado sigue apoyando a los tories. La hasta ahora ministra de Exteriores es un tanto peculiar.

Trump, en Estados Unidos, va a por todas. Con evidencias intensas de su participación en el asalto al Capitolio. Le han encontrado en su domicilio documentos sensibles que se llevó de la Casa Blanca. Anuncia volver para cambiar el sistema… a un autoritarismo desconocido hasta ahora en ese país que alardea de democracia. Sus nombramientos en la Corte Suprema están ya volviendo del revés los cimientos del Estado de derecho. Y el Partido Republicano le apoya, al punto de orillar a los miembros críticos con Trump.

Biden y sus muchachos, por su parte, andan provocando a China. Habrían autorizado la venta de armas por 1.100 millones de dólares a Taiwán, incluidos 60 misiles antibuque y 100 misiles aire-aire. Pekín exige que Washington renuncie a la operación. Exige. Y recordarán que la OTAN en Madrid acordó arrastrar a Europa a esa pugna.

Hay más, claro, siempre. La guerras, el hambre y la codicia en países que no cuentan en el concierto internacional salvo para exprimirlos. Los polvorines permanentes de Oriente Medio y Próximo.

Y España. Se preguntan algunos cómo es posible que el presidente Sánchez goce de prestigio en Europa mientras aquí todo son críticas, las medidas del Gobierno a favor de los ciudadanos no son tenidas en cuenta y las encuestas le auguran una derrota electoral.

Pues es que en España la escalada de manipulación mediática alcanza cotas escandalosas que ni se molestan ya en disimular. Incluida RTVE. Ninguna televisión estatal se libra en mayor o menor medida de esa tendencia. Tenemos al poder judicial secuestrado por casi cuatro años, el equivalente a una legislatura, en una flagrante anomalía democrática. Las encuestas viven el genuino “modelo Albert Rivera” que condujo al desprestigio de la demoscopia, pero resulta eficaz a sus promotores al crear tendencias de voto. Se precisan acciones del Gobierno en esos campos esenciales pero no se ven por ningún lado.

Y ahí vemos a Alberto Núñez Feijóo aupado por los medios hacia la Moncloa. El político gallego de las mayorías absolutas era una incógnita para el gran público del resto de España. Aunque los indicios lo situaban en barcos de fariñas. Su tono de voz sin estridencias le colocó el apelativo de “moderado”. Ahora nos deja boquiabiertos a diario. Con tal de “echar”, como dicen, al acosado gobierno de coalición más o menos progresista les sirve.

Engaña a los ancianos para aprovecharse de ellos, cuando fue el PP el que cambió el baremo de revalorización de las pensiones para rebajarlas. Dice que su asesor ha sido siempre el Apóstol Santiago mientras lee sus soflamas como Ayuso, sonroja como Báñez, hace –mal- el papel de falso despistado de Rajoy y suelta las mismas sandeces que Casado, que al menos denunció corrupción en su partido, lo que le costó su expulsión sumarísima. Rescata a condenados por corrupción de la vieja escuela, y se apoya y come con el insigne Almeida y con Florentino Pérez. ¿En serio creen que es el mejor candidato conservador para España?

En el debate del Senado este martes, y frente a los datos y proyectos aportados por Pedro Sánchez, Feijóo ha echado mano de las manipulaciones y la demagogia como si España fuera el único país afectado por las crisis globales de la actualidad. Le ha faltado el tiempo para criticar lo que ha llamado “la docilidad con sus socios de gobierno”, en la línea tradicional del PP de otorgar patentes de partidos buenos a los que coinciden con su ideología. También cree que Sánchez insulta a los periodistas, a esos que mienten como él y que le sirven en contra de la verdad. El presidente del PP, el partido que se niega a renovar el Poder Judicial porque tiene mayoría conservadora, se ha erigido asimismo en defensor de los jueces. No le parece justo que Sánchez sugiera que se dejan presionar, dice. La pena es que las palabras de Sánchez serán con seguridad mutiladas y tergiversadas en buena parte de los medios y saldrá la foto fija y falsa de lo que quieran que salga. Tenemos en esto un grave contratiempo.

Tal vez todo empezó el día en el que se dejó morir a miles de personas porque el dinero de todos no era suficiente, sobre todo si tiene otros fines predilectos. Y a los ciudadanos no les importó, lo asumieron sin problemas. Lo aplaudieron. Pidieron más de eso, más de restar derechos. Más bombas y menos sanidad pública. Más de Meloni, Truss y Feijóo, cada uno en su estilo. Más engaños, más delincuencia mediática. Más crujidos cuando el acordeón se comprime y asfixia. A la espera de aire para expandirlo que no entra solo, hay que moverlo. Las melodías acompasadas y armónicas están algo más lejos pero, si se quiere, se las pueden hacer sonar.

                                                        * * *
La nueva Constitución chilena: entre todos la mataron y ella sola se murió
Marcos Roitman Rosenmann (La Jornada)

No nos equivoquemos, el debate no es el mantenimiento de la Constitución de Pinochet. El plebiscito de entrada, señala y lo hace el pacto entre los partidos políticos, del 15 de noviembre de 2019, cual era el compromiso adquirido: redactar una nueva Constitución. Así lo vuelve a remarcar la declaración institucional de las organizaciones políticas que apoyaron el apruebo, emitida tras conocer el resultado: “el proceso constitucional no ha terminado y el llamado al plebiscito de octubre de 2020 debe continuar… El presidente Gabriel Boric encabezará dicho proceso… cuyo pilar debe ser un Estado social y democrático de derechos, tal y como se ha reconocido transversalmente (…) mediante un diálogo democrático con todas las fuerzas políticas y sociales que estén disponibles para avanzar hacia una nueva Constitución…” A lo cual hay que sumar las palabras de Boric, donde otorga al Congreso un papel relevante en este segundo acto. ¿Por qué entonces tanto revuelo?

Hagamos historia. Los resultados de la Convención Constitucional de 2020 no fueron los esperados por los partidos políticos, ni siquiera por los movimientos sociales más representativos, sindicatos, por ejemplo. Los convencionales eran en su mayoría independientes, sin tradición en la brega política. De sus 155 integrantes, 103 no militaban en ningún partido. De tal modo que la convención se caracterizó por: a) la derecha no alcanzó el tercio para poder vetar las propuestas incómodas; b) los militantes de los partidos eran una minoría; c) los progresistas sumaban un bloque con diferencias menores. En este contexto, la alianza conocida como las dos derechas o el partido del orden tomó las riendas. Hubo de intervenir. Socialistas, demócratacristianos, afines y la derecha de Vamos Chile, llegaron a las mismas conclusiones, el rechazo no era una opción descartable, sólo había que gestionar su presentación. Lo mejor, un boicot y configurar un bloque de centroizquierda nacido de las entrañas de los partidos del apruebo, capaz de generar dudas entre sus potenciales votantes. No todos los huevos en la misma canasta. Así podía reinar la confusión. Mensajes cruzados, anticomunismo y un discurso sobresaturado de emociones, capaz de ocultar las contradicciones. Llevar el debate a una presentación maniquea bajo un supuesto país dividido, sin rumbo y polarizado, ese fue el plan, y dio resultado. Con los medios de comunicación en manos de la derecha era una labor sin aristas. Ahora, tras el rechazo, se impone recuperar la cordura, y reiniciar el proceso, eso sí, con otros jugadores.

Mientras eso eran las corrientes profundas, en la superficie todo parecía ir viento en popa. Composición paritaria, representación para los pueblos originarios, elección directa, comisiones que funcionaban, transparencia, y los convencionales de Vamos Chile aportando su granito de arena. Todo, parabienes. Pero no hacia a la verdad. La convención pronto se vio sacudida. El primer llamado de atención: la descomposición de la Lista del Pueblo. Errores propios, acusaciones de corrupción, protagonismos, luchas intestinas, acabaron en fiasco y su disolución. Una segunda luz ámbar: las elecciones legislativas y la primera vuelta presidencial celebradas el 21 de noviembre de 2021. En ellas, la derecha obtuvo una mayoría en el Senado y mayor relevancia en la Cámara de Diputados.

Así, las instituciones más desacreditas en Chile, los partidos políticos, recuperaban el protagonismo extraviado en la Convención Constitucional. Poder constituido fuerte, Convención Constitucional debilitada. Tercer dato: el triunfo de Gabriel Boric en la segunda vuelta de las presidenciales, un mes más tarde, fue prestado. El miedo al candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast, le proclamó presidente. El escenario cambió el decorado. Una convención adjetivada de caótica, con miembros descontrolados y sin rumbo fue ganando adeptos. El pacto por la paz y una nueva Constitución podía reconducirse. Las élites que tienen el poder en Chile y mueven las aguas, unieron fuerzas. Ex presidentes, ex parlamentarios, ex ministros, académicos, periodistas, gente del espectáculo y la farándula, políticos en activo, vinculados a los gobiernos de la Concertación y Nueva Mayoría, iniciaron su labor. El objetivo, sembrar dudas sobre la Convención Constitucional. Como alternativa, trasladar su redacción a quienes se consideran sus legítimos dueños, los diputados y senadores asentados en el Congreso. Rechazar la propuesta se convirtió en un acto de responsabilidad, y así fue presentado. Todos por una nueva Constitución, pero sin rencores. En resumen, ni Allende ni Pinochet.

¿Dónde está la sorpresa? Como siempre, en el campo de las emociones. El apruebo condensó la esperanza del cambio, donde el pasado neoliberal quedaría sepultado bajo una Nueva Constitución de derechos. Ese fue el discurso y así se hizo saber a la opinión pública internacional, los gobiernos progresistas y la izquierda mundial. ¿Y el rechazo? El comando del Apruebo lo tildó del retorno a las cavernas. Sus efectos, lo sobrellevamos hoy. Tristeza, incredulidad y desazón. Adjetivos que no son capaces de explicar y comprender el proceso que vive Chile arrastrado desde el plebiscito del No, en 1988. En tres décadas, se suman acuerdos espurios, frustraciones, traiciones, y una razón neoliberal que, sin visos de ser tirada, se mantiene bajo diferentes máscaras. Recordemos que en este plebiscito no refrendaba una Constitución sin más. Los convencionales debían ofrecer un texto a consideración de la ciudadanía para un posterior aclarado en el Congreso. Su rechazo no es una catástrofe, aunque representa un revés para el gobierno y en especial para Boric, quien deberá tomar buena nota. Pero todo parece controlado. Cuando la revista Time, a pocos días del plebiscito, dedicó su portada a Gabriel Boric, y tilda del nuevo guardián del orden, manda un mensaje. Pase lo que pase, Boric es hombre de confianza. Habrá nueva Constitución. La lucha sigue.
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Miquel Angel Soria

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Sep 8, 2022, 1:30:51 AM9/8/22
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui fa divuit anys de la mort del poeta gallec Manuel María. Com és
fàcil oblidar, val la pena mantenir-lo en el record i què millor que
amb la seva obra. Per no repetir el molt conegut Acuso á clase media,
us deixo amb un exercici de gallec:

Carta ao director dun banco

Señor Director: vostede sabe ben
que os números son xustos,
mouros, xeados, abraiantes.
Son unha sociedad limitada
anónima, triste, mercantil.
Somentes os ceros son humanos:
tenros, fedondos, ben feitiños.
¿Se vostede puidera -hoxe tan só-
treballar cos ceros, como as nenas
-milagre dos milagres-
treballan, inocentes, cos seus aros!


Carta al director d'un banc

Senyor Director: vosté sap bé
que els nombres són justos,
foscos, gelats, astoradors.
Són una societat limitada
anònima, trist, mercantil.
Només els zeros són humans:
tendres, rodons, ben fets.
¡Si vosté pogués -avui només-
treballar amb zeros, com les nenes
-miracle dels miracles-
treballen, innocents, amb les seves rotllanes!

El ángel de Néstor salvó a Cristina
José Steinsleger (La Jornada)

Uno. La pistola del loco suelto que en la noche del jueves 1º de
septiembre gatilló dos veces a medio metro de la cabeza de Cristina
Fernández de Kirchner (CFK) apuntaba, de paso, a desestabilizar la
vapuleada democracia argentina. De puro milagro o impericia, el arma
del gatillero se trabó y el proyectil quedó en el cargador.

Dos. El fallido magnicidio tuvo lugar frente al domicilio de la
vicepresidenta en Buenos Aires, mientras una multitud cumplía el
undécimo día de solidaridad con ella, luego de que un fiscal de la
tremenda corte pidió 12 años de prisión y la inhabilitación por vida.
¿Algo o alguien meció la cuna del asesino? Fácil, muy fácil,
suponerlo.

Tres. Veamos qué nos dice un celebrado liberal del siglo XX: En una
sociedad ilimitadamente tolerante, su capacidad de ser tolerante va a
ser finalmente reducida por los intolerantes (Karl Popper). Ahora
bien: ¿y quién o cómo se controla la intolerancia de los intolerantes?
¿La sociedad abierta imaginada por Popper (1945)?

Cuatro. Quedémonos, mejor, con nuestros propios pensadores. En
Operación masacre (1957), Rodolfo Walsh escribe: Que la oligarquía
esté temporalmente inclinada al asesinato, es una connotación
importante que deberá tenerse en cuenta cada vez que se encare la
lucha contra ella, para no dejarse conmover por las sagradas ideas,
los sagrados principios y, en general, por las bellas almas de los
verdugos (citado por Horacio Verbitsky, editorial de El cohete a la
luna, 3/9/22).

Cinco. Conociendo el paño, prefiero detenerme en la brutal campaña de
insidia y odio programado, que los medios corporativos y redes
antisociales vienen ejecutando sobre la sociedad argentina, desde hace
14 años. Cosa que ofrece lecturas más complejas y sugerentes que las
meramente conspirativas.

Seis. La campaña empezó a finales de 2007, con el triunfo electoral de
Cristina (54 por ciento de los votos), y el paro agrario-patronal que
se extendió 129 días (marzo-julio de de 2008),

Siete. El odio antikirchnerista es cultivado por diarios como el
oligárquico La Nación, el multimedios Clarín, o el tóxico portal
sionista Infobae, entre otros. En 2016, por ejemplo, una revista de
plumas selectas publicó en la portada un dibujo de Cristina en trance
de llegar al orgasmo, mientras una multitud la aclama en Plaza de Mayo
(Noticias, Ed. Perfil, 7/9/16).

Ocho. Así, los niños que en 2008 tenían cinco años, vivieron su
infancia y adolescencia en una sociedad que, vertiginosamente,
naturalizaba el lenguaje violento, soez, sexista, misógino, racista,
homofóbico. Años en que la mentira y las fake news consiguieron un
poder superior a la verdad de las noticias reales.

Nueve. V. gr.: cuando Mauricio Macri (jefe de jefes de las mafias
argentinas), perdió las elecciones en 2019, su primer comentario fue:
Esto no existió. Y en los últimos meses, canales y radiodifusoras de
aire consultaban a especialistas que decían que la desaparición física
de Cristina (sic), resolvería los problemas del país.

Diez. Inimaginables, las consecuencias de haber visto, en vivo y en
directo, la masa encefálica de Cristina estallando por los aires, y
salpicando a sus seguidores. Absolutamente inimaginables. Detenido por
jóvenes kirchneristas, el frustrado asesino (35 años) fue entregado a
la policía.

Once. En Casa Rosada, el presidente Alberto Fernández convocó a
partidos políticos, gremios de las tres centrales sindicales y
asociaciones de derechos humanos. Allí, se acordó un resbaladizo
documento de consenso, que reclamaba poner fin al discurso de odio.
Tras ser leído en Plaza de Mayo, 300 mil personas cantaron el himno
nacional, a viva voz.

Doce. Macri y dirigentes de oposición, como la fascista Patricia
Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta (jefe de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires), se abstuvieron de repudiar el crimen, cuestionando el
documento: ideológico, partidario, incita a la violencia (sic),
dijeron.

Trece. En comparación con el empleado contra Eva Perón, el odio
antikirchnerista ha pegado saltos de siete leguas, dando igual si es
explícito, edulcorado, implícito o liberal. Y cuando algunas voces
sensatas proponen regular el libertinaje expresivo, sus autores se
victimizan, guareciéndose en la libertad-de-expresión, el derecho a
pensar-distinto, la tolerancia…

Catorce. Con cinismo a prueba de bombas atómicas, 116 diputados del
bloque macrista acaban de pedir al presidente la destitución de
Victoria Donda, titular del Instituto Nacional contra la
Discriminación, la Xenofobia y el ­Racismo.

Quince. En un artículo, Donda escribió: “Las armas de los odiadores
las cargan los Macri, los Bullrich, los Milei…”. Hija de padres
desaparecidos, Victoria nació en cautiverio, y aún trata de averiguar
el día de su cumpleaños (Escuela de Mecánica de la Armada,
julio-agosto de 1977).

* * *
Alegato por el peatón
Hermann Bellinghausen (La Jornada)


De entre los habitantes cotidianos de la calle, el peatón lo tiene
todo en contra. Ocupa el escalón más bajo de la pirámide humana que
circula por la vía pública. Cuando es afortunado, hay banquetas y, si
es más afortunado todavía, cuenta con un parque o una plaza. Por
necesidad ha de ser avispado y ponerse trucha en una urbe donde nadie
está educado para respetarlo. Como no existen reglas, él tampoco las
tiene y cruza por donde puede.

Durante milenios la humanidad fue pedestre; el peatón como tal aparece
con las ciudades. Los cazadores-recolectores, los viajantes y los
merodeadores existen desde que se irguió el homo sapiens. El peatón
(del francés piéton) es aquel que camina por las calles. En la medida
que tenemos piernas útiles y las requerimos para desplazarnos, todos
somos peatones potenciales. Dejar de serlo es asunto de poder. Los
grandes señores de la antigüedad adoptaron el traslado en palanquines,
carretas o carrozas como señal de rango, con las comodidades añadidas
del descanso. Reyes, nobles, obispos, generales, comerciantes
prósperos, abandonaron la actividad del pedester (el que va a pie, en
latín) alzándose del suelo. Lo mismo hizo el jinete. El invento de la
rueda democratizó este tipo de traslado, dejando siempre más abajo al
que, en efecto, transita por su propio pie.

En el mundo moderno, donde tantos vehículos nos elevan del asfalto,
tarde o temprano hasta las princesas, los ricos y los poderosos deben
apearse de sus carruajes y andar como primates que son, aunque eso no
los convierte en peatones. Otras sociedades contemporáneas se han
educado en el respeto a las personas que caminan las calles, se les
cede el paso en las esquinas y se les otorga cierta dignidad, más si
son ancianos, discapacitados o madres con niños. Ello implicó educar
también al peatón y la peatona: no bajar al arroyo intempestiva o
descuidadamente, cruzar por pasos de cebra, pasajes designados o
puentes expresamente peatonales.

La cultura mexicana es salvaje, caótica, abusiva. El transeúnte vive a
su propia suerte y no le queda sino rascarse con sus pezuñas para no
ser arrollado.

Definir quién es peatón implica distinguirlo de quien no lo es. En
primer lugar el automovilista, dueño actual de calles y avenidas.
Encapsulado en su burbuja de fierro y vidrio, ve al mundo pedestre con
desapego si no es que desprecio. O no lo ve en absoluto. Al volante
somos despiadados, indiferentes, abusivos o meramente atrabancados.
Tampoco el pasajero califica momentáneamente como peatón.

Siguen los motociclistas, cada día más numerosos y agresivos.
Expuestos a la intemperie, disfrutan de algunas ventajas de movilidad
sobre el automovilista. En nuestra deseducada sociedad, luchan contra
los coches y contra el reloj, se cuelan entre los vehículos, se pasan
los altos con ligereza y hacen lo que les viene en gana. Les gusta
infundir miedo. Son el transporte ideal para sicarios, ladrones y
repartidores.

Un paria histórico lo fue el ciclista, pero avances recientes en
materia de urbanidad, ahorro de energía combustible, deporte,
recreación y hasta moda han dado el ciclista un mejor estatus,
representado en reglas nuevas, carriles exclusivos y avenidas cerradas
los domingos para el mejor rodar de las familias y los paseantes a
pedal sobre dos ruedas. Con lo simpáticos que pueden resultar, en onda
David Byrne, en México los ciclistas tampoco respetan al peatón y su
nuevo estatus los volvió casi tan agresivos como los motociclistas.

Tampoco el patineto es peatón. Ni el que va en patín del diablo,
también llamado scooter . Y hablando del diablo, es clásico el
demasiado tardío grito de los diableros en los mercados, ¡golpe
avisa!, cuando le echan el bulto a los mortales que se lleva el
diablo.

Hechas estas salvedades obvias, el resto de la humanidad es peatonal y
tiene a todos los antedichos en su contra. Basta ver cómo apresuramos
el paso al cruzar la calle, culpables aun si hay luz verde, ante el
rugir impaciente de las máquinas rodantes. Sabemos que no nos asiste
ningún derecho efectivo.

Las naves degradan al transeúnte día con día. Lo propician las
autoridades y los inversionistas al gentrificar brutalmente barrios,
colonias, espacios públicos. Están al servicio del rico, el fuerte, el
consumidor. Los paraderos de Pantitlán, Chapultepec o Indios Verdes,
los barrios destruidos como Xoco-Mitikah, los bajopuentes del segundo
piso en San Jerónimo y numerosos cruceros donde quiera son ejemplo de
la fragilidad peatonal y lo poco que se respeta al que por necesidad o
gusto todavía camina.

Vivimos más expuestos que el flaneur clásico (Larra, Baudelaire,
Walter Benjamin, Léon-Pierre Fargue), que el patético hombre de las
multitudes de Poe, el posapocalíptico peatón de Ray Bradbury o el
delicioso paseante de Robert Walser. En la Ciudad de México (y tantas
ciudades del país) el peatón nada más estorba. Los malthusianos dirán
que los seres humanos son los que sobran y, sin embargo, seguirán aquí
cuando las máquinas se hayan extinguido.
Manel Fontdevila. Tauromaquia.jpg
El Martín Fierro chino.jpg
Vergara. La gira.jpg
Paco Guimerá. El volcán.jpg

Miquel Angel Soria

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Sep 9, 2022, 1:31:31 AM9/9/22
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Setiembre
9
Estatuas

José Artigas vivió peleando, a lomo de un caballito criollo, y
durmiendo bajo las estrellas. Mientras gobernó sus tierras libres,
tuvo por trono un cráneo de vaca y un poncho por único uniforme.
Con lo puesto marchó al exilio, y en la pobreza murió.
Ahora un enorme prócer de bronce nos contempla, montado en brioso
corcel, desde lo alto de la plaza más importante del Uruguay.
Este victorioso héroe, ataviado para la gloria, es idéntico a todas
las efigies de todos los próceres militares que el mundo venera.
Él dice ser José Artigas.

Eduardo Galeano


Pedro Sánchez vuelve a coger el coche
Javier Gallego


Ha vuelto el Pedro Sánchez más de izquierdas. Porque Sánchez hay
tantos como bolis Bic. Según convenga. Pertenece a esa generación de
políticos veleta, como Casado y Rivera, que se mueven con el aire de
las encuestas. Por fin se ha dado cuenta del retroceso constante en
los sondeos y ha dado un volantazo a siniestra para intentar recuperar
votantes. Como venimos demandándole más de uno. Como hizo él mismo
cuando cogió el coche y recorrió España para recobrar la secretaría
general de su partido. Ha vuelto el Sánchez que iba a las televisiones
a denunciar las presiones del Ibex y los grupos mediáticos para que no
pactara con Podemos. El Sánchez del Peugeot.

Este martes entró con el coche en el Senado pisando rueda y le pasó
por encima a Feijóo. Lo atropelló con el discurso más social de los
últimos años, prometiendo todas las medidas necesarias para proteger a
los ciudadanos frente a la cascada de crisis. Hasta se distanció de
las eléctricas cuando acusó al líder de la oposición de ser el
candidato de las grandes corporaciones de la energía. Desde el cambio
de gabinete, Sánchez ha tomado un camino a la izquierda para intentar
volver a la carrera y les ha dicho a los suyos que se suban al carro y
aceleren. Que empiecen a hacer políticas más progresistas y salgan a
venderlas. Los socialistas han cogido el coche y van en busca del
votante perdido.

Las ayudas al transporte y los viajeros, el control de los beneficios
caídos del cielo, el tope al gas, la excepción ibérica, el decreto
energético son un golpe de timón para salirse de la cuesta abajo sin
frenos en la que iba el Gobierno. Bienvenido sea, aunque el giro sea
más retórico que práctico, más tímido que ambicioso. Los socialistas
no se atreven a meterle mano al mercado energético ni inmobiliario ni
a la reforma fiscal, como les viene exigiendo Unidas Podemos desde el
principio de la legislatura. No hay bemoles para nacionalizar la
energía o intervenir el precio de la vivienda o subirles los impuestos
a los ricos. El PSOE siempre ha sido de conducir con una rueda a cada
lado de la línea. Tampoco flipemos.

Feijóo sigue subido a la burra. A la de Casado. Una burra que no se
mueve, solo rebuzna. El heraldo de la moderación ha resultado ser una
versión menos histriónica de su predecesor, pero igualmente
destructivo e improductivo. No propone, solo sabe decir que no. No a
todo. Ha llegado a criticar medidas que él mismo había defendido y a
demandar otras que había suprimido en Galicia. ¡Pero si hasta se opuso
al debate en el Senado que él había pedido! El martes mostró que no
tiene más proyecto ni recurso que ofender y hacerse el ofendido.
Compara a Sánchez con un dictador de una novela de García Márquez que
probablemente no ha leído y se indigna porque el presidente le llame
“candidato de las eléctricas”.

Hay políticos útiles y políticos utilitarios. Los segundos se pueden
convertir en lo primero cuando los intereses propios se alinean con
los colectivos. Es el caso de Sánchez. Sabe que necesita coger el
coche y cruzar al carril izquierdo para recuperar la confianza de los
votantes. Eso derivará en políticas progresistas que irán en beneficio
de la mayoría. Pero tendría que virar mucho más y mucho más rápido si
quiere recuperar el terreno perdido en la legislatura con más baches y
accidentes de la democracia. No basta con coger el coche para ir a dar
discursos, la gente tiene que sentir que va dentro de ese coche
escapando de la que está cayendo.

* * *

Dos o tres cosas sobre honestidad intelectual
Por Noam Chomsky, Asier Arias (Viento Sur)


En las últimas semanas se han publicado algunas cuantas piezas
interesantes sobre Noam Chomsky en los medios españoles, entre ellas
una curiosa invectiva de Daniel Gascón. La enmienda a la totalidad de
Gascón es en realidad un aperitivo: su propósito no es otro que el de
acompañar a la reproducción en Letras Libres de una carta abierta de
un grupo de economistas ucranianos. Las críticas de los economistas
ucranianos a Chomsky fueron rápidamente respondidas por éste, pero
para entonces la cosa había dejado de interesar al equipo editorial de
Letras Libres. Por suerte, Mientras Tanto sí que ha considerado
interesante traducir y publicar la respuesta de Chomsky a los
economistas ucranianos.

Sea como fuere, la invectiva es reveladora en sí misma, con total
independencia de la cuestión de la carta abierta. Y no es que el
contenido de la invectiva sea particularmente relevante: se limita a
recoger los consabidos lugares comunes–más bien insubstanciales, pero
largamente discutidos– y los adereza con un par de anécdotas
disfrazadas de argumentos. Lo interesante está pues en la forma, no en
el contenido: una forma que comparte con el resto de las condenas
globales a la figura de Chomsky como intelectual público. La receta es
sencilla: se ensamblan dos chichas circunstanciales con tres nabos
intrascendentes y se amaga con el chichinabo resultante una
demostración de las irresolubles contradicciones de Chomsky; después,
se añaden dos o tres citas fuera de contexto y, como guinda, se
reiteran las dos «polémicas» de toda la vida –los señalados «lugares
comunes»: clavos que llevan ardiendo, en su insustancialidad, más de
cuarenta años (cf. infra).

Siguiendo la receta tradicional, Gascón comienza su invectiva
desenterrando y apilando unos cuantos «datos». El «análisis» de estos
«datos» evidenciaría, por su parte, que no es cierto que los
principales medios de comunicación estadounidenses lleven más de medio
siglo haciendo con los escritos políticos de Chomsky lo que predice el
«modelo de propaganda» que desarrollara con Edward Herman: obviarlos.

Así pues, Gascón nos explica que, a pesar de esa supuesta
indiferencia, si uno busca Noam Chomsky en The New York Times
encontrará cerca de cuatro mil referencias. Para cualquiera con alguna
familiaridad con ese periódico y con la obra de Chomsky, el contenido
de esas referencias es perfectamente predecible: reseñas hostiles,
cometarios aislados acerca de asuntos sin la menor importancia (las
opiniones de Tom Wolfe sobre ciencias cognitivas, por poner un ejemplo
al azar), innumerables piezas sin ninguna relación con el trabajo de
Chomsky y otras, claro, de profundo calado: «Noam Chomsky, Elon Musk y
Ayn Rand protagonizan un teatro de títeres».

Entre todas esas referencias, los pocos textos con un contenido
significativo compendian perfectamente el tratamiento que el trabajo
de Chomsky ha recibido por parte del conglomerado mediático
estadounidense. Uno de ellos, titulado «El problema de Chomsky»,
además de ofrecer ese epítome, completa la cita que Gascón nos
escamotea en un intento por demostrar la cuidada atención del Times a
la obra de Chomsky: «a la luz del poder, el alcance, la novedad y la
influencia de su pensamiento, Noam Chomsky es posiblemente el
intelectual vivo más importante de la actualidad». Gascón lo deja
aquí, pero el texto continúa: «Chomsky es también un intelectual
inquietantemente dividido. Por un lado, ha publicado un gran cuerpo de
estudios lingüísticos revolucionarios y altamente técnicos, la mayoría
de ellos demasiado especializados para cualquiera que no sea un
lingüista o filósofo profesional; por el otro, un cuerpo igualmente
sustancial de escritos políticos, accesibles para cualquiera pero
enloquecedoramente simplistas».

A causa de mi trabajo y mis intereses académicos, profundicé en el
primero de esos cuerpos antes que en el segundo. Conforme me adentraba
en ese segundo cuerpo, mantenía en mente la pregunta: «¿son ambos
homologables en rigor, profundidad y minuciosidad, o son los textos
que forman parte de este segundo, en realidad, ‘enloquecedoramente
simplistas’?». Ciertamente, ese segundo cuerpo incluye unos cuantos
textos ligeros y divulgativos, pero en su núcleo encontramos una
cantidad sobrehumana de trabajo tan riguroso y meticuloso como su
trabajo profesional. Por desgracia, han sido pocos los que han probado
ese rigor en careos directos (William F. Buckley, Alan Dershowitz).
Esos pocos valientes nos regalaron valiosos ejemplos de formas más o
menos dignas de mantener el tipo ante un alud documental referenciado
y trabado con precisión quirúrgica.

Volviendo al Times, lo primero que hace Chomsky cada mañana es leerlo,
y sus juicios acerca de ese periódico, y acerca de los medios en
general, son cualquier cosa menos simplistas. Cerremos, con todo, este
episodio recurriendo al método de Gascón, esto es, dejando caer una
mera anécdota. En una ocasión el dentista le preguntó a Chomsky si
sufría bruxismo. Noam no supo qué responder, y le preguntó a su vez a
Carol, su primera esposa. Ésta le explicó que no había notado nada
durante las noches, pero sí un «furioso rechinar» por las mañanas,
durante su lectura del Times. A nadie puede extrañarle ese «furioso
rechinar» en vista de los despropósitos que tan concienzudamente ha
desmenuzado durante años –digamos, por ofrecer algún cabo del que
tirar, desde Por razones de Estado hasta Hegemonía o supervivencia,
pasando, claro, por Los guardianes de la libertad o Ilusiones
necesarias, pero también por La quinta libertad, El miedo a la
democracia (tristemente cercenado en su edición en castellano), Año
501, El nuevo humanismo militar y tantas otras valiosísimas guías para
esos «cursos de autodefensa intelectual» sin los que resulta más que
difícil salir indemne de la inmersión en los sistemas propagandísticos
de las democracias capitalistas.

Los interesantes datos de Gascón no se limitan a la constatación de
que el Times menciona a Chomsky. Tal y como nos explica, también
aparece en Internet. Una búsqueda en Google arroja nada menos que 2,5
millones de resultados, nos ilustra. Debiera sobrar recordarlo, pero
Noam Chomsky no es sólo uno de los mayores especialistas en política
exterior estadounidense. Fue él quien introdujo a la lingüística en el
terreno de juego de las ciencias naturales. Es también uno de los
padres de las ciencias cognitivas, y pueden contarse con los dedos de
una mano el resto de las figuras con un influjo equiparable en la
disciplina. Ha hecho asimismo importantes contribuciones a la
filosofía del lenguaje y la filosofía de la mente, pero también a la
lógica y la teoría de la computación. Gran sorpresa, en fin, que
aparezca en Google y que los académicos de todo el mundo citen
profusamente sus trabajos.

Los sorprendentes datos de Gascón vienen aparejados aquí a un curioso
juego de manos: Chomsky aparece en Internet a pesar de que ha
criticado que el acceso a la red «está restringido» dada su
privatización y su control por parte de «malvadas corporaciones».
Nuevamente, debiera ser innecesario señalar que cuando Chomsky critica
la privatización de Internet no hace otra cosa que poner de relieve
que, al igual que en el caso de la práctica totalidad del resto de las
innovaciones tecnológicas de alguna relevancia, Internet se creó con
fondos públicos, pero no se puso en manos del control público. Al
igual que sucediera con los propios los ordenadores, los satélites, el
láser y un etcétera mayúsculo (pregúntenle a Mariana Mazzucato, por
ejemplo), «los intrépidos emprendedores» se pusieron manos a la obra
sólo cuando llegó la hora de mercantilizar el fruto de largos años de
trabajo e inversión en el sector público. En ese proceso, lo que
podría haber sido acceso público a un bien público controlado
democráticamente se convirtió en acceso de pago a una plataforma de
mercadotecnia de precisión y venta directa controlada por tiranías
privadas –como Chomsky suele recordar, ninguna institución humana se
acerca al ideal autocrático en la medida en que lo hacen las
corporaciones privadas.

Así que el hecho de que el Times menciona a Chomsky sumado al de que
aparece en Internet basta, al pasarlo por el filtro de un par de citas
fuera de contexto, no sólo para tirar por tierra el «modelo de
propaganda», sino también para exponer a la luz del día el lastimero
victimismo, rayano en la conspiranoia, que Chomsky habría venido
fomentando: «¡los malvados capitalistas se afanan por acallarme!». Si
dejamos de lado la mala retórica y tratamos de hacer pie en una
evaluación desapasionada del amplio registro documental disponible, lo
que Chomsky ha hecho en este terreno es amasar y estructurar una
cantidad abrumadora de datos acerca del funcionamiento de los medios
de comunicación, incluyendo en una fracción insignificante de sus
comentarios al respecto su propia experiencia con los medios:
apariciones pregrabadas y anunciadas en la radio pública nacional
sustituidas en el último momento por minutos musicales, tiradas
completas de libros destruidas antes de ser distribuidos, etc.

Al hacer referencia a la publicación de los libros políticos de
Chomsky en EE.UU., Gascón vuelve sobre el victimismo autoindulgente
del lingüista: «acerca de las editoriales en las que publica, [Chomsky
señala que] si lo que uno busca es fama y prestigio, no son la mejor
opción. Pero, en cambio, si uno quiere fomentar la participación y la
acción popular…». Es de suponer que Gascón lo deja en esos puntos
suspensivos para librarse de la tarea de enumerar las editoriales en
las que, en efecto, han aparecido durante todas estas décadas los
libros políticos de Chomsky en EE.UU. Sugerir que persigue la fama con
esas publicaciones es tan ridículo como sugerir que ha sido la
avaricia lo que le ha llevado a emplear cantidades absurdas de su
tiempo y su dinero colaborando con toda clase de iniciativas
políticas. Por lo que a sus artículos políticos se refiere, hemos de
buscarlos también en los grandes medios de masas estadounidenses:
Ramparts, ZCom, Truthout, CounterPunch.

«Chomsky es también un lingüista importante, y no podría [haber]
alcanza[do] ese nivel de influencia diciendo sólo tonterías». «Sólo
tonterías»: estaría bien que Gascón hubiera señalado y discutido con
alguna profundidad una sola tontería en lugar de enhilar juegos de
manos deshonestos y extraer de Google tediosos lugares comunes sobre
un par de notas al pie escasamente trascendentes pero largamente
discutidas.

Como es habitual, entre esas notas al pie destacan en la invectiva de
Gascón el consabido par de párrafos engorrosos sobre Robert Faurisson
y François Ponchaud. En el primer caso, el escándalo consistió en que
Chomsky se sumó a una campaña en defensa de la libertad de expresión
que implicaba a un negacionista del Holocausto. No es necesario un
doctorado en filosofía moral para comprender que defender la libertad
de expresión consiste en defender la libertad para expresarse de
quienes no piensan como nosotros. No obstante, según las fuentes de
Gascón, con ese gesto Chomsky «dio solaz a grupos neonazis de todo el
mundo». Cerremos también este episodio remedando el estilo de Gascón:
con una mera nota suelta. Al tiempo que Letras Libres publicaba la
invectiva de Gascón, a Chomsky le era concedido el premio de la
Reinhard Hesse Foundation y la Deutscher Hochschulverband –que
representa a más de 30.000 académicos alemanes– por su defensa de la
libertad de expresión en las universidades.

En el segundo caso, resulta entre cómico y aburrido tener que señalar
una vez más que Chomsky no defendió a los Jemeres Rojos ni minimizó el
sufrimiento de sus víctimas al apuntar a la responsabilidad de
Washington en el caos que desatara al extender la Guerra de Vietnam a
Laos y Camboya. El affaire Ponchaud se limita, en fin, a lo siguiente:
junto con Edward Herman, Chomsky publicó en 1977 un estudio sobre el
tratamiento por parte de los medios occidentales de diferentes fuentes
acerca de las atrocidades en Camboya. En este contexto reseñaron el
libro de Ponchaud, describiéndolo como un texto «serio» y un «relato
espeluznante del testimonio de los refugiados sobre la barbarie del
trato que recibieran de manos de los Jemeres Rojos», pero criticando
también algunas lagunas del libro de Ponchaud, y asimismo una reseña
del mismo plagada de errores reconocidos después por el propio autor.
En esto consistió «la minimización del sufrimiento de los camboyanos y
el apoyo a los Jemeres». Mientras una rápida búsqueda en Google siga
pudiendo sustituir al análisis desapasionado del registro disponible,
esta conclusión artera continuará reeditándose.

A la enmarañada y tediosa iteración de estos dos lugares comunes añade
Gascón una tercera mancha en el expediente de Chomsky: «se opuso a la
intervención de la OTAN en Kosovo». Bien, el caso es que nadie con el
menor respeto por la legalidad internacional hubiera podido adoptar
otra postura. Pero Chomsky cometió aquí otro pecado: el de indicar,
contra la campaña de relaciones públicas desplegada por los medios
occidentales, que las atrocidades empleadas como pretexto para el
bombardeo no pudieron ser el casus belli real, entre otras cosas
porque un drástico incremento de las mismas era una consecuencia
predecible y predicha de la intervención.

De la enumeración de estos tópicos extrae Gascón la conclusión
habitual: a Chomsky «los crímenes sólo le interesan cuando el culpable
es Occidente». A nadie se le escapa que Noam Chomsky no es Amnistía
Internacional: quizá ni podamos ni debamos pedirles lo mismo. Sin
embargo, lo cierto es que ha apoyado durante años, a menudo de forma
directa y material, a las víctimas de «los crímenes de los otros». Con
todo, es muy cierto también que, ateniéndose a principios morales
elementales, los crímenes que más le importan son aquéllos en los que
tiene alguna responsabilidad. Si asumimos que vivimos en sociedades
libres –y Chomsky no deja de subrayar la inusual medida en que ése es
el caso por lo que a su país se refiere–, nuestras oportunidades de
participación en la vida política y la sociedad civil nos confieren
algún grado de responsabilidad sobre las políticas adoptadas por
nuestros Estados: en un Estado perfectamente democrático, esa
responsabilidad sería asimismo perfecta. De modo que la unilateralidad
de Chomsky es de hecho mayor de lo que Gascón presume. No se trata de
que le interesen particularmente los crímenes de Occidente, sino muy
concretamente los de EE.UU.: paga sus impuestos en ese país y, como
cualquier ciudadano de cualquier Estado en el que existan
oportunidades para la participación significativa, tiene más
posibilidades de tener algún impacto en las decisiones e instituciones
de su país que en las de sus enemigos oficiales. Existe un motivo
adicional para la unilateralidad de Chomsky: EE.UU. es, con mucho, el
mayor promotor de la violencia a escala global.

Huelga incidir en que es más que probable que todos tengamos
importantes lecciones que extraer de la «unilateralidad» de Chomsky,
sobre todo ahora que el conglomerado mediático español se suma a la
fiebre atlantista imperante mientras el contribuyente financia una
peligrosa espiral de rearme. Recordemos, llegado este punto, que la
invectiva de Gascón debe leerse como un exordio, un entrante retórico
para el plato retórico principal, reproducido el mismo día en el mismo
medio: la señalada carta abierta en la que un grupo de economistas
ucranianos objeta los análisis geopolíticos de Chomsky y aboga sin
ambages por la «lucha por la libertad» como única «alternativa». Es de
esperar que la aversión a la unilateralidad de Letras Libres les lleve
a reproducir, algún día, la respuesta de Chomsky a los economistas
ucranianos –mientras tanto, el lector podrá encontrarla traducida en
el número de julio de Mientras Tanto.

El profesor Chomsky, muy atareado pero incombustible, ha tenido la
amabilidad de añadir a lo antedicho los siguientes comentarios.

Coda

Noam Chomsky

La verdad es que no estoy convencido de que merezca la pena seguir
prestando atención a la reedición de esta clase de ejercicios
retóricos, dignificando con ello este tipo de actuación. No obstante,
es claro que cabría entrar en detalles, y lo he hecho en numerosas
ocasiones.

Para dar nuevamente un par de pinceladas, señalaré que, entre esos
detalles, los más reveladores tienen que ver con la cuestión de
Camboya. Nuestro artículo de 1977 trataba sobre la violencia en la
región (Vietnam, Laos, Camboya), reuniendo material de las fuentes
disponibles y denunciando tanto «nuestros crímenes» como los «crímenes
de los otros». Quizá quepa especular acerca de los motivos por los
cuales nuestros comentarios sobre Camboya causaron tanta indignación
mientras el registro sobre nuestros crímenes en Laos y Vietnam sólo
suscitó indiferencia.

Esa indignación resultaba moralmente indescifrable ya en aquel primer
momento, en el que todo giraba en torno a una serie de comentarios
consistentes con el registro histórico y que, de hecho, apenas
diferían del contenido de los informes de inteligencia que el
Departamento de Estado estaba haciendo circular en aquel momento.

Pero la vulgaridad del asunto y su carácter moral empeoraron en la
siguiente fase, con la publicación en 1979 de los dos volúmenes de The
Political Economy of Human Rights. En ellos, Ed Herman y yo cubrimos
una amplia gama de crímenes estadounidenses.[1] Ninguno de esos
crímenes dio lugar a muestra alguna de indignación entre los
intelectuales estadounidenses, como tampoco lo hicieron ninguno de
nuestros comentarios sobre los mismos. Tan siquiera merecieron ser
discutidos. The Political Economy of Human Rights incluye en cambio un
capítulo sobre Camboya que, él sí, produjo mucha indignación y un
torrente de protestas, a las que respondimos meticulosamente: cuando
reimprimimos el volumen, no cambiamos ni una coma, porque no había
nada que cambiar.

En aquellos dos volúmenes había dos capítulos explícitamente
destacados: el dedicado a Camboya y el dedicado a Timor Oriental. Una
comparación muy apropiada: misma región del mundo, mismos años, misma
escala y carácter de las atrocidades. En ambos casos expusimos una
extraordinaria cantidad de mentiras, en direcciones opuestas. Había
una diferencia crucial entre ambos casos: Camboya era un enemigo
oficial y no había nada que pudiéramos hacer al respecto; no hubo una
sola sugerencia que no fuera inmediatamente descartada como ridícula.
En el caso de Timor Oriental, la situación era exactamente la
contraria: EE.UU. y sus aliados fueron directamente responsables y
podríamos haber puesto fin a las atrocidades en un solo instante. De
forma que es obvio que se trata de un episodio de mayor trascendencia
moral para el ciudadano estadounidense, y quizá por ello nuestra clase
intelectual lo obvió de consuno, al igual que ignoró nuestro capítulo
sobre el tema. De hecho, aún a día de hoy el papel decisivo de EE.UU.
en la matanza en Timor Oriental –la peor en relación a la población
desde el Holocausto– simplemente se niega.

Por supuesto, hay mucho más que decir sobre éste y los otros casos,
pero los textos están disponibles para cualquiera interesado en
tomarse la molestia de consultarlos.

Nota:

[1] No conocemos edición castellana de The Political Economy of Human
Rights. Sí, en cambio, del germen de la obra, que puede leerse en
Counter-Revolutionary Violence: Bloodbaths in Fact & Propaganda,
también en coautoría con Herman. Este texto, de 1973, apareció
traducido en una rara edición castellana de 1976 bajo el título Baños
de sangre (descatalogada desde entonces, se trata de una traducción un
tanto peculiar, entre otras cosas porque uno no puede saber de qué es
una traducción a no ser que conozca el texto original: los editores no
incluyeron el título del mismo). Es en esta obra de 1973 donde se
traza la distinción entre las diversas formas en que los medios
occidentales tratan las masacres en el tercer mundo (benignas,
constructivas, viles, míticas): el tema de esta coda. También de 1973
es el segundo gran libro político de Chomsky (después de American
Power and the New Mandarins, de 1969; traducido ese mismo año por Juan
Ramón Capella y publicado en Ariel), estrechamente relacionado con el
tema de esta coda: Por razones de Estado (traducido por Joaquim
Sempere y publicado, también en Ariel, en 1975; no nos consta que se
haya reeditado desde entonces). [N. de ed.].
Orlando Lumbreras. Normalidad.jpg
Kalvellido. La-Pertinaz-Sekía.jpg
Jaroriro. Carbón.jpg
Manel Fontdevila. El duelo.jpg

Miquel Angel Soria

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Sep 12, 2022, 1:30:45 AM9/12/22
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Setiembre
12
Palabras vivientes

En este día de 1921, nació Amílcar Cabral en la colonia portuguesa de Guinea-Bissau, en el oeste de África.
Él encabezó la guerra de independencia de Guinea -Bissau y las islas de Cabo Verde.
Palabras suyas:

Cuidado con el militarismo. Somos militantes armados, no somos militares. La alegría de vivir está por encima de todo.
La ideas no viven solamente en la cabeza. Ellas viven también en el alma y el corazón y el estómago y todo lo demás.
Hay que escuchar a la gente, aprender de la gente. No escondan nada ante el pueblo. No digan mentiras: denúncienlas. No pongan máscaras a las dificultades, los errores, las caídas. No canten fáciles victorias.


En 1973, Amílcar Cabral fue asesinado.
No pudo celebrar la independencia de los nuevos países que tanto había ayudado a nacer.


El frustrado magnicidio y sus profetas

Por Atilio A. Boron (Página 12)

Lo ocurrido no fue un crimen perpetrado contra una persona, aunque no haya culminado como se esperaba, sino contra la “democracia de baja intensidad” que existe en la Argentina. Aun así, con sus penosas limitaciones y su incapacidad para construir una sociedad más justa e inclusiva aquélla despierta la furia y la impaciencia de una derecha que no ve la hora gobernar directamente, sin apelar a la mediación de molestos intermediarios que no se atreven a refundar el capitalismo argentino liquidando las principales conquistas sociales de los últimos ochenta años.

Hablo de la derecha pero, ¿qué es la derecha? Respuesta: un heteróclito conglomerado en donde conviven el gran empresariado nacional, los sectores oligárquicos tradicionales y las multinacionales que actúan en casi todas las ramas de nuestra oligopolizada economía. En otras palabras, la derecha tiene su núcleo duro en la cada vez más concentrada riqueza en sus múltiples manifestaciones. Ricos, poderosos y privilegiados son sus miembros si bien conforman un grupo muy inestable dados los conflictivos intereses en juego. Los une la defensa del capitalismo, de la propiedad privada y las riquezas que han acaparado hasta el hartazgo y el odio y temor a los pobres.

No obstante este bloque social cuenta con un director de orquesta que lo ordena, le otorga coherencia y potencia la eficacia práctica de sus intervenciones. ¿De quién estamos hablando? Del inquilino de la embajada de Estados Unidos, Marc Stanley en este caso, que haciendo a un lado todas las reglas de la diplomacia se permitió días atrás proponer públicamente a los líderes de la oposición la estrategia política que deberían adoptar para enfrentar al gobierno nacional, y hacerlo ya mismo, sin esperar al 2023. La intromisión de Stanley estuvo precedida por una larga lista de embajadores que incurrieron en la misma práctica.

El caso más notable fue el de Spruille Braden, que en 1945 organizó desde sus oficinas a la Unión Democrática que se opondría sin éxito a Juan D. Perón en las elecciones del 24 de Febrero de 1946. El inmediato predecesor de Stanley fue Edward Prado, quien llegó a este país enviado por Donald Trump en 2018 asegurando que venía para “trabajar juntos para mejorar el sistema judicial argentino." ¡Y vaya si lo ha mejorado! Gracias a su gestión hoy tenemos fiscales que son un ejemplo para el mundo, como Diego Luciani, que en la “Causa Vialidad” midió sus evidencias no por la rigurosidad de sus pruebas sino por su peso en toneladas, una notable innovación en la ciencia del Derecho.

Quizás debamos señalar entre los logros de Prado la aparición de jueces dotados de una amplísima cultura jurídica, como Federico Villena, quien gracias a su erudición y cosmopolitismo puede decidir si aplica las leyes de este país o las que rigen Estados Unidos para resolver los asuntos que llegan a su juzgado de Lomas de Zamora. En el caso del avión de carga de la empresa venezolana EMTRASUR decidió, con arreglo a las leyes y resoluciones del gobierno de Estados Unidos, retener al Boeing 747 y sus diecinueve tripulantes pese a la inexistencia de datos que prueben la comisión de delito alguno, lo que constituye una flagrante violación de la legislación argentina. Pero, seguramente que aleccionado por Prado Villena sabe que órdenes son órdenes, sobre todo cuando proceden de Washington, y se acatan sin chistar. Para vergüenza de nuestro país, tanto el avión como su tripulación aún se encuentran retenidos en la Argentina.

Por supuesto que este “núcleo duro” de la derecha está acompañado por un conjunto de grupos e instituciones profundamente conservadoras. Las diversas confesiones religiosas, salvo contadísimas excepciones, lo protegen con sus rezos; la dirigencia política tradicional lo hace con sus tramoyas parlamentarias que agigantan la riqueza de los ricos y empobrecen a los pobres y la cloaca mediática aporta su interminable sucesión de fake news y sus escandalosos encubrimientos del pillaje que la clase dominante practica nuestro país y su gente.

Por su parte, amplios sectores del Poder Judicial, especialmente la justicia federal, cuida celosamente sus intereses mediante la descontrolada aplicación de todas las trampas y maquinaciones del lawfare , concebido para sacar del juego político a cualquier líder, lideresa, u organización política que sea percibida como una amenaza a los intereses de las clases dominantes locales y sus jefes en la metrópolis imperial. No es un dato menor que jueces, fiscales y periodistas sean blanco preferencial de los cursos de “buenas prácticas” que regularmente se imparten en Estados Unidos y a los cuales concurren año tras año centenares de latinoamericanos para ser “correctamente” entrenados en sus respectivos oficios.

El ex juez Sergio Moro, de Brasil, que condenó a Lula porque estaba convencido de que había delinquido aunque no tenía pruebas de ello participó en dos ocasiones en esos cursos de “buenas prácticas” de la administración de justicia. Es el caso más famoso, aunque hay un buen número de jueces y fiscales de la Argentina que con sus tropelías ya rivalizan con el brasileño.

Como lo dijimos en otro lugar el ataque a CFK sólo es comprensible en el marco de un “clima de opinión” que estimuló la violencia hasta su paroxismo y en donde la derecha económica y sus representantes políticos, mediáticos y judiciales desempeñaron un papel fundamental como instigadores y autores intelectuales del frustrado magnicidio.

Esto porque tras largos años de prédicas y propalación de cuanta mentira sea imaginable, de innumerables “operaciones” de los servicios y querellas judiciales carentes de todo fundamento (pero ampliamente reflejadas en los medios) se logró el “linchamiento mediático” de Cristina, convirtiéndola en la suprema encarnación del mal. El sicariato mediático le dedicó los más groseros insultos, la hostigó sin límites y la “deshumanizó” hasta convertirla en el mal absoluto, ante el cual lo único sensato que una sociedad puede hacer para protegerse de su nefasta influencia es enviarla a una cárcel e inhabilitarla de por vida para cualquier cargo público o, de no ser esto posible, matarla. Por eso tratan de restarle importancia al frustrado magnicidio; o decir que en realidad fue un autoatentado; o que el potencial asesino es un “lobo solitario” que actuó por su cuenta; o que al fin y al cabo esa violencia había sido sembrada por Cristina y ella estaba recogiendo lo que con fanático ardor sembró durante tanto tiempo. Los medios, los formadores de opinión y la justicia desastrada de este país nada tienen que ver con el criminal episodio.

Un solemne opinólogo de La Nación, Joaquín Morales Solá, llegó a escribir en su editorial del pasado domingo 4 de septiembre que “el odio no existió en la política argentina hasta que los Kirchner se hicieron cargo del poder.” Cuesta creer que un personaje que escribe en el más antiguo periódico de la Argentina pueda ser tan desmemoriado, o ignorante. De no ser ni lo uno ni lo otro, ¿estamos en presencia de un mentiroso serial? Los lectores tienen la última palabra. Seguramente que para este propagandista (no confundir con un periodista, ¡por favor!)

Mariano Moreno tropezó en la cubierta de la nave que lo llevaba a Inglaterra y se cayó al mar, nadie lo envenenó causándole la muerte; a Santiago de Liniers y a Manuel Dorrego no los fusilaron sino que fueron objeto de un mero simulacro, luego de lo cual partieron alegremente rumbo a Europa; la exhortación de Domingo F. Sarmiento (en una carta al fundador de La Nación, Bartolomé Mitre) de que "no trate de economizar sangre de gauchos" es una declaración de amor del sanjuanino por nuestra gente de campo; la “Campaña del Desierto” fue una excursión civilizadora en donde se practicó un robo y un genocidio a escala superlativa, pero sin la menor brizna de odio, desprecio o prejuicio para con los pueblos originarios que poblaban aquellas tierras; tampoco fue el odio lo que hizo que durante la dolorosa agonía de Evita algunos egregios personeros de los valores republicanos escribieran en las paredes de la ciudad “Viva el Cáncer” o convalidaran el bombardeo de los aviones de la Marina sobre la Plaza de Mayo, en un día hábil, matando a 308 personas, entre ellos varios niños, e hiriendo y mutilando a más de ochocientos. Por supuesto no hubo odio que movilizara a quienes ordenaron la ejecución de militantes peronistas en los basurales de José León Suárez, o los que secuestraron por largos años el féretro con los restos de Evita y los que amputaron ambos manos del cadáver de Juan Perón. Como tampoco hubo señales de odio en el “plan sistemático” tortura y desaparición de personas de la dictadura cívico-militar, terrorista y genocida, a la cual el editorialista de La Nación apoyó durante toda su existencia.

Desgraciadamente, la historia de nuestro país está surcada, de punta a punta, por el odio, por el desprecio que la clase dominante siente en relación al pueblo. No fue un invento del kirchnerismo sino que aparece en los albores mismos de nuestra historia como uno de los más gravosos legados de la época colonial. A fines del siglo pasado la filósofa española Adela Cortina acuñó un neologismo: “aporofobia” para referirse al “rechazo, aversión, temor y desprecio hacia el pobre”, actitud que emergía con fuerza en el mundo desarrollado. [2] “Áporos” en griego es una persona pobre, un indigente y “phóbos” ya todos sabemos lo que es: temor, miedo, pánico. La “aporofobia” se ha acentuado en el marco de la crisis actual del capitalismo pero está lejos de ser un fenómeno enteramente novedoso. Está incorporado en el ADN de la sociedad capitalista y recorre toda nuestra historia.

En la actualidad esa patología social está potenciada por la formidable penetración de los medios de comunicación de masas y las redes sociales que formatean las conciencias y predican incansablemente el odio, lo que convierte al magnicidio en una opción completamente naturalizada para ciertos sectores de nuestra sociedad.

Es necesario un castigo ejemplar para los perpetradores del frustrado magnicidio pero también para sus instigadores, lo que será muchísimo más difícil pero igual algunos jueces y fiscales aún no contaminados por la putrefacción de ciertos sectores de la justicia tendrían que intentarlo. Esta operación es indispensable para evitar que la política se degrade y termine siendo reemplazada por un escenario hobessiano de guerra de todos contra todos, en donde el asesinato político y el magnicidio devengan en modos aceptados de hacer política.

Para ello será imprescindible que la democracia haga realidad la promesa de la justicia social y también que desarrolle estrictas regulaciones que penalicen fuertemente los discursos del odio o los llamados a la violencia contra cualquier categoría de personas, definidas sea por su identidad religiosa, de género, de lengua, de etnia, nacionalidad, sus ingresos, su condición de clase o sus creencias políticas.

Si fracasa en este empeño será muy difícil aventar el riesgo de una tenebrosa involución que vaya desde una política alejada de las necesidades de la ciudadanía hacia una insustancial y frustrante “antipolítica”, preludio inexorable del reinado de la violencia.


[2] Concepto desarrollado en su libro (1996). Ética. (Madrid: Santillana, 1996). Ver también la compilación preparada por Mónika Arredondo y el autor de estas líneas: Clases Medias Argentinas: la política del odio y el temor que reúne contribuciones sobre esta problemática de Horacio Gonzáles, Gustavo Varela, Sandra Russo, Oscar Sotolano, Alejandro Grimson, Menara Guizardi y los propios compiladores. (Buenos Aires. Ediciones Luxemburg, 2021)

                                                     * * *

El reparto de la jodienda

La igualdad del sacrificio, aunque es un principio relativo al esfuerzo fiscal, es exactamente aplicable a la gestión del esfuerzo energético actual
Elisa Beni

La primera obligación de la igualdad es la equidad
Víctor Hugo — Escritor francés

Pasamos por la cosas sin rozarlas. Abordamos las cuestiones en extensión y con profusión, pero no en profundidad. No sé si es una cuestión cultural o que no quieren dejar que entremos en la esencia de los problemas. En todo caso, esa es la situación. La sobreexposición no asegura la sobrecomprensión. Por eso no me ha chocado el paso volandero y fugaz, frívolo, que hemos efectuado sobre una cuestión que se ha presentado como la soberbia o la tontería de un jugador de fútbol -Mbappé se llama-, cuando se trata en realidad de un debate de fondo que lleva meses en la opinión pública de varios países y que afecta a un principio formulado por John Stuart Mill, denominado la igualdad de sacrificio. Otros hablan de equidad en el esfuerzo de guerra. Cuando el jugador responde con chulería, lo hace porque los periodistas le preguntan por algo que se discute desde hace meses en Francia. Con las chuflas respecto al “carro de vela” y una polémica sobre los clubes de fútbol nos hemos despachado un asunto que el ministro francés considera que debe ser regulado por al UE y que supone un análisis concreto sobre si las clases más pudientes pueden obviar la “movilización” por su dinero y si el esfuerzo de defensa en esta guerra va a recaer sobre los de siempre. No sería la primera vez.

El inicio del escándalo público han sido cuentas de redes sociales que se han dedicado a monitorizar los desplazamientos de los aviones privados de algunos multimillonarios franceses, canadienses o norteamericanos. Como saben, existen aplicaciones que permiten verificar los movimientos de aviones y barcos y eso incluye a los privados. Así es cómo la opinión pública descubrió que el magnate de los medios francés Bolloré había volado cinco veces en un día (París-Palermo-Niza-París-Toulon-París) o que durante el mes de julio los cinco grands patrons, es decir, Bolloré, Decaux, Pinault, Bouygues y Arnault había emitido 520 toneladas de CO2, el equivalente a las emisiones de un ciudadano francés corriente ¡durante 52 años! No tenemos datos en España, nadie se ha preocupado de ello, pero sí puedo decirles que somos el cuarto país europeo en vuelos privados.

Lo cierto es que los vuelos privados han sufrido un incremento excepcional tras la pandemia en toda Europa. El alquiler de jets privados supone ya el 17% de los vuelos europeos y va en aumento. Ahora no solo vuelan así los que pueden comprarse un avión propio, sino que el alquiler por horas (unos 3.500€ la hora) está batiendo récords. Vuelan para hacer negocios o por razones médicas, pero también por la “necesidad de confort” que se han detectado muchos de los que pueden pagarlo. En román paladino significa que según ha aumentado la masificación en la aviación comercial, ya ni las clase business les aporta la exclusividad que desean y que pueden pagarse. Las cifras de la European Business Aviation Association indican que si en 2019 la aviación de negocios suponía un 9%, en 2021 había escalado al 20%. Y sigue subiendo.

Ante esta cuestión el ministro de Transportes francés tocó un foco importante de reflexión: “Cuando cada francés hace esfuerzos en su día a día, los que más pueden y los que más polucionan deben también actuar”. Formulaba de este modo una condición humana que es difícil de negar y que consiste en que somos una especie llamada a cooperar, sí, pero los humanos cooperamos si los otros cooperan y dejamos de cooperar si entendemos que los demás no hacen su parte. No se trata, pues, exclusivamente de si la contaminación de los jets privados supone solo un 4% de las emisiones, frente al 71% de la comercial, como alega el sector y como repetirán los adeptos a la fórmula del chocolate del loro, que utilizan una y otra vez para negar esfuerzos a las élites. Lo que subyace en el fondo es el modo en el que cada uno va a colaborar para conseguir el ahorro energético y para administrar ese fin de la abundancia que preconiza Macron y que es una realidad a escala.

El debate relevante, el que no se está haciendo en España y el que intentarán evitar algunos espectros políticos, tiene que ver con ese asunto de la igualdad del sacrificio. Aunque es un principio relativo al esfuerzo fiscal, es exactamente aplicable a la gestión del esfuerzo energético actual: “Así como los gobiernos no deben hacer ninguna distinción entre las personas y las clases por lo que respecta a las peticiones que estas puedan hacer, los sacrificios que les exija deben presionar a todos por igual en la medida de lo posible”, establecía Mill. Es lo que yo traducía al lenguaje popular: se trata de repartir de forma equitativa la jodienda. Es evidente que esto supone que la incomodidad, el sacrificio, debe ser equitativo. Para las clases altas, el precio del gas no va a suponer frío y el de la gasolina no va a impedirles desplazarse, pero sí sería una jodienda tener que dejar de gastar energía y de contaminar en sus vuelos privados. No importa que suprimirlos no vaya a arreglar el problema. Tampoco que un ciudadano deje los filetes va a conseguir que los pedos de las vacas y su consumo de agua jodan el planeta. Pero este es un esfuerzo de la humanidad y, o nos jodemos todos, o la caldera explotará. Por eso la respuesta del niñato Mbappé ha soliviantado a los franceses.

Consultando el otro día la falta de equidad que supone que las familias españolas que tienen caldera comunitaria estén pagando el gas mucho más caro que las que la tienen individual -me dicen que el Gobierno es consciente de ello, pero que es difícil de arreglar, ¡toma jodienda desigual!- alguien me decía: “es que estamos en guerra”. Lo asumo. Estamos en guerra. Pero nadie toleraría ahora que, en caso de una movilización de efectivos humanos, los ricos lograran evitar tener que empuñar un arma pagando. Hasta la llegada de la leva obligatoria con Carlos III -el nuestro, verán que he logrado obviar la pesadilla británica en esta columna- las élites podían evitar ir a la guerra mediante el pago. De luchar en la Guerra de Cuba se podía librar uno pagando 6000 reales, el equivalente a 4 años de salario de un trabajador. ¿Quién fue a Cuba? Pues un bisabuelo mío, por ejemplo, como tantos de los suyos.

¿Tolerarían eso ahora? Pues en esta guerra energética, en la que se trata no solo de no poder pagar, sino de no poder conseguir energía, el sacrificio tiene que ser igualitario, la jodienda similar. No tenerlo en cuenta acelerará la defección que espera Putin. Será lo que quiera, pero ha leído a los clásicos rusos y conoce el alma humana.

 



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Miquel Angel Soria

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Sep 13, 2022, 1:30:08 AM9/13/22
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Setiembre
13
El viajero inmóvil

Si no recuerdo mal. en 1883 nació Sandokán, príncipe y pirata, tigre
de la Malasia.
Sandokán brotó de la mano de Emilio Salgari, como otros personajes que
acompañaron mi infancia.
El papá, Emilio Salgari, había nacido en Verona, y nunca navegó más
allá de las costas italianas. Nunca estuvo en el golfo de Maracaibo,
ni en la selva de Yucatán, ni en los puertos de esclavos de Costa de
Marfil, ni conoció a los pescadores de perlas de las islas Filipinas,
ni a los sultanes de Oriente, ni a los piratas de la mar, ni a las
jirafas de África, ni a los búfalos del Far West.
Pero gracias a él, yo sí estuve, yo sí conocí.
Cuando mi mamá no me dejaba salir más allá de la esquina de mi casa,
las novelas de Salgari me llevaron a navegar los siete mares del mundo
y otros mares más.
Salgari me presentó a Sandokán y a lady Mariana, su amor imposible; a
Yáñez el navegante; al Corsario Negro y a Honorata, la hija de su
enemigo, y a tantos amigos que él había inventado para que lo salvaran
del hambre y le acompañaran la soledad.
.
Eduardo Galeano


21 años después
David Brooks (La Jornada)

A 21 años del atentado del 11-S, las fuerzas progresistas
estadunidenses tienen más poder político real y potencial que en
cualquier momento en décadas, y a la vez enfrentan una ofensiva
neofascista sin precedente que amenaza el futuro de la república
estadunidense.

El centro político, el llamado“ mainstream”, admite que ya no tiene el
control absoluto sobre el manejo de la política ni el consenso
suficiente que había garantizado la estabilidad política durante las
últimas décadas. Ahora se habla diariamente, y en los más altos
niveles del poder, sobre amenazas sin precedente al sistema
democrático y hasta de guerra civil.

En el 21 aniversario de los atentados terroristas en Nueva York y
Washington y la declaración de la aparentemente infinita guerra contra
el terror, parte del saldo son las incontables muertes, masivas
violaciones de derechos humanos y la destrucción de varios países
mientras un complejo militar-industrial estadunidense goza de
presupuestos anuales que están por llegar a unos 850 mil millones de
dólares anuales, gasto superior al total combinado de los siguientes
nueve países con los más grandes presupuestos militares en el mundo.

Vale recordar que Noam Chomsky comentó a La Jornada inmediatamente
después del 11-S que ese atentado beneficiaría sobre todo a la derecha
mundial, y a la vez era un golpe severo contra las fuerzas
progresistas, los inmigrantes y con terribles consecuencias en
particular para el pueblo palestino.

Es posible que entre las víctimas, ahora se tendrá que incluir la
misma democracia estadunidense.

Esa guerra antiterrorista aparentemente no contempló a terroristas
domésticos, componente de esa derecha beneficiada, que no tenían que
cruzar fronteras, ya que fueron hechos en EU y que hoy día se han
convertido en lo que el Departamento de Seguridad Nacional califica de
la mayor amenaza doméstica a la seguridad nacional.

Parte de lo que nutre a esos movimientos extremistas, muchos de corte
neofascista, es la devastación de las vidas de trabajadores y
granjeros blancos en sectores rurales e industriales tradicionales,
empezando en los años 70 junto con las consecuencias de la imposición
del neoliberalismo durante los últimos 40 años. Fuerzas de la derecha,
muchas financiadas por multimillonarios, lograron canalizar la ira y
desesperación para lograr, entre otras cosas, el triunfo de Donald
Trump.

Al mismo tiempo, fuerzas progresistas ofrecieron a esos mismos
sectores y a los jóvenes una invitación a una rebelión antineoliberal
que en los años recientes se manifiesta, entre otras cosas, en un
apoyo electoral masivo para políticos como el senador Bernie Sanders y
otros que se identificaron como socialistas democráticos –sigue
asombrando que una mayoría de jóvenes en Estados Unidos hoy dicen
favorecer al socialismo– o defensores de la causa de las mayorías
multirraciales que son el futuro demográfico del país. Esta expresión
fue nutrida por nuevas generaciones que participaron en movimientos
altermundista y más tarde Ocupa Wall Street, Black Lives Matter y del
renovado movimiento ambientalista, entre otros.

Hemos repetido que intentar reportar objetivamente sobre la pugna
política en Estados Unidos durante los últimos seis años se ha tenido
que recurrir a dos palabras que casi nunca se habían usado en décadas:
fascismo y socialismo.

No es que haya desparecido la cúpula política, pero todos los días esa
misma es obligada a reconocer que está enfrentando una crisis
existencial.

Algunos se preguntan, 21 años después del 11-S, si aún existe la
democracia en Estados Unidos.

Hay un desconecte fatal entre un sistema político que promete igualdad
democrática y libertad mientras lleva a cabo injusticias
socioeconómicas que resultan en una desigualdad de ingreso grotesca y
el estancamiento político. Logrado durante décadas, este desconecte ha
extinguido a la democracia estadunidense, concluye el periodista
Premio Pulitzer y analista Chris Hedges.

Y ahora, 21 años después, ¿qué sigue?

The Raconteurs. Old Enough. https://www.youtube.com/watch?v=1qahZ-whM6o

Trombone Shorty. Everybody in the World.
https://open.spotify.com/track/70RbQvnu8FCOQmzViUfDue?si=a814d34e1f66401d

* * *

El gran disparate contra la inflación
Por Juan Torres López (Ganas de escribir)

El Banco Central Europeo acaba de anunciar la mayor subida de los
tipos de interés de su historia. La Reserva Federal los viene subiendo
desde bastante antes y también otros bancos centrales como el de
Inglaterra.

Al mismo tiempo, los gobiernos están anunciando y poniendo en marcha
planes de gasto público multimillonarios: la nueva primera ministra
británica ha anunciado un plan de 115.000 millones de euros. El
gobierno alemán anunció hace pocos días ayudas por valor de 95.000
millones (que se unirían a otros muchos miles de millones ya
aprobados) y la Cámara de Representantes de Estados Unidos dio el
visto bueno en agosto pasado a un nuevo plan de gasto, ahora de
433.000 millones de dólares, a instancias del presidente Biden.

En resumen. Por un lado, los bancos centrales tratan de frenar la
demanda (es decir, el gasto en consumo o en inversión que se realiza
en la economía) encareciendo el coste de la financiación. Y, por otro,
los gobiernos la impulsan, gastando miles de millones en dar dinero a
los hogares y las empresas para que sigan consumiendo o invirtiendo.

Algo tan contradictorio constituye, a mi juicio, uno de los mayores
disparates económicos de la historia y es muy fácil entender por qué.

La inflación es un fenómeno que, sea cual sea la causa que lo
ocasione, tiene una manifestación inequívoca: un desajuste entre la
oferta y la demanda de bienes y servicios que hace que esta última sea
mayor que la primera. Y eso, cuando no está conscientemente provocada
por empresas que tienen suficiente poder de mercado como para subir
los precios arbitrariamente sin perder ingresos.

Por lo tanto, para frenarla es de todo punto imprescindible o bien
lograr que la oferta y la demanda se equilibren, o evitar que las
empresas con demasiado poder impongan su voluntad en los mercados.

Eso se puede conseguir por tres vías: aumentando la oferta,
restringiendo la demanda o poniendo controles sobre los precios en
aquellos mercados donde haya empresas que los suben a su antojo.

Las tres soluciones tienen problemas.

Normalmente, la oferta no se puede aumentar de un día para otro y en
gran cantidad, pues las empresas necesitan tiempo para producir y no
siempre (como ahora) disponen de los recursos o materias primas
necesarias para hacerlo.

Por otro lado, si se restringe demasiado la demanda se puede producir
una parálisis de la economía (matar al enfermo para bajarle la
fiebre).

Y, finalmente, en la economía capitalista de nuestro tiempo no es
fácil que los gobiernos dispongan de poder, medios o voluntad
suficientes para enfrentarse a las grandes empresas (normalmente
globales) y limitar sus precios. Y, si los tienen, puede que el tiro
de esos controles les salga por la culata porque los mercados son los
mercados.

Esta es la razón que explica por qué es tan difícil luchar contra la
inflación en las economías capitalistas y por qué frenarla suele
llevar mucho tiempo o costes muy grandes en materia de actividad
económica, empleo y equidad.

Pero lo que está ocurriendo en los últimos meses es un disparate.

Se podría entender que los gobiernos (sometidos a los grandes
intereses empresariales) no quieran intervenir los precios en los
mercados en los que todo indica que suben por su estructura
oligopólica (multitud de datos así lo confirman). Se podría explicar
que se sientan impotentes ante una escasez de oferta derivada de
problemas de suministro y que, por tanto, se opte por combatir la
inflación disminuyendo la demanda, a pesar de que es perfectamente
sabido que eso producirá un freno general y doloroso de la economía
quizá peor que la propia inflación que se quiere combatir. Pero lo que
no tiene sentido es que tomen medidas que se anulan unas a las otras.

Cuando se necesita que aumente la oferta, no se pueden tomar
decisiones que elevan los costes de las empresas y limitan su
capacidad de producir bienes y servicios (lo que ha pasado en Europa
con las mal diseñadas sanciones a Rusia o con los nefastos sistemas de
tarificación en el mercado eléctrico, por ejemplo).

Y si se quiere restringir la demanda mediante las subidas de los tipos
de interés de la política monetaria, los gobiernos no pueden aumentar
al mismo tiempo el gasto. Lo que tendrían que hacer (si no quieren
anular el efecto de las medidas que tomen los bancos centrales) es
reducir el gasto público corriente y aumentar los impuestos (y, por
supuesto, no bajarlos, como piden los anarcoliberales). Y eso sí,
hacer ambas cosas (política monetaria y política fiscal restrictivas)
de forma equilibrada, ponderada, compensada y, por supuesto,
coordinada, para no disparar a ciegas sino hacia donde efectivamente
se manifiestan los desajustes entre oferta y demanda y para que no
paguen justos por pecadores.

Lo que está ocurriendo en la economía internacional es exactamente lo
mismo que en la película de los hermanos Marx en el Oeste cuando
destrozaban el tren de madera para alimentar con sus trozos las
calderas que lo impulsaban.

Pero no es que los dirigentes de los bancos centrales, de los
gobiernos y organismos internacionales se hayan vuelto tan
completamente locos como Groucho, Chico y Harpo en el cine, como a
primera vista parece. Lo que sucede es que están equivocados porque se
basan en principios y teorías que la realidad ha demostrado que son
completamente erróneos. Y, sobre todo, que eso ocurre porque siempre
tratan de favorecer a los mismos, tal y como sucederá ahora: las
subidas de tipos de interés beneficiarán a los poseedores de dinero y
perjudicarán a los endeudados, frenarán la actividad económica y la
generación de ingresos, y obligarán a que hogares, empresas y
gobiernos tengan que endeudarse en mayor medida o pagar más por su
deuda actual.

Otra vez harán que gane la banca y los grandes oligopolios. Aunque
ahora, como dicen en mi barrio, se están pasando tres pueblos y la van
a liar.
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Kike. Palabras.jpg
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Miquel Angel Soria

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Sep 14, 2022, 1:32:05 AM9/14/22
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Un dia com avui, l'any 1920, naixia Mario Benedetti. L'any 1936 moria Lina Ódena. Són dades difícils d'oblidar.

A LINA ÓDENA

Ni un terror en sus ojos
ni un temblor en su cuerpo.
Ante la muerte, tranquila,
tranquila y seria ante el misterio.
Bala tras bala volcó su pistola
sobre el fascismo siniestro.
Sólo una bala dejó en la pistola
para su pecho.
¡Ay , Lina Ódena, tan tierna, tan niña,
y ya compañera del pueblo!
Porque eras espiga en el campo,
porque eras suspiro en el viento,
porque eras espuma en el mar
y rayo de luz en el cielo
¡ay, Lina Ódena, se quejan y lloran
la tierra y el agua y el aire y el fuego!
Lina Ódena, tan tierna, tan niña,
¡y ya compañera del pueblo!
                                Pedro Garfias

el paraíso

Los verdugos suelen ser católicos
creen en la santísima trinidad
y martirizan al prójimo como un medio
de combatir al anticristo
pero cuando mueren no van al cielo
porque allí no aceptan asesinos

sus víctimas en cambio son mártires
y hasta podrían ser ángeles o santos
prefieren ser deshechos antes que traicionar
pero tampoco van al cielo
porque no creen que el cielo exista
                                  Mario Benedetti (cotidianas)

Es el mercado, amigo
Javier Gallego (elDiario.es)

Mientras Europa se dispone a intervenir el mercado energético, Francia nacionaliza la mayor eléctrica europea y Alemania hace lo propio con la filial alemana de Gazprom, en España se lía parda porque Yolanda Díaz y Alberto Garzón les piden a los grandes supermercados que renuncien a parte de sus márgenes millonarios y bajen el precio de la cesta de la compra. Hasta la ministra de Defensa, Margarita Robles, les dice a sus compañeros, la ministra de Trabajo y Economía Social y el ministro de Consumo, que no hagan esas propuestas “que no les corresponde”. La ministra de Defensa. Es para reírse si no fuera tan serio.

Europa se ha vuelto bolivariana, Francia comunista y Alemania es Venezuela, según el consenso mayoritario en nuestro país donde a la socialdemocracia de Unidas Podemos se le llama ‘extrema izquierda’. Caen los mantras liberales uno tras otro en la Unión Europea —primero la austeridad, ahora el laissez faire— pero aquí nos siguen comiendo el tarro con que al mercado se le mira y no se le toca. Aquí nos siguen repitiendo que subir el salario mínimo paraliza la economía aunque ha ocurrido lo contrario las dos veces en las que el Gobierno lo ha elevado.

Yolanda Díaz quiere subirlo una tercera y les recuerda a los empresarios que quienes más tienen, más deben aportar, pero se le rebelan. Les pide que firmen subidas salariales en los nuevos convenios colectivos y se levantan de la mesa de negociación. En auxilio de los patronos sale (oh, sorpresa) la derecha, pero también el Banco de España, que debería llamarse ‘la Banca de España’. El Ejecutivo presenta esta semana una propuesta de ley para aprobar un impuesto extraordinario a la banca y a las eléctricas por la crisis que estamos viviendo y no se creerán quién se opone: también la derecha y la ultraderecha. Contra todo pronóstico. Quién lo hubiera dicho.

Pero seamos justos. Los liberales de este país también están preocupados por el precio desorbitado de la luz. Esta semana le han enviado al Gobierno una propuesta: hacer que las eléctricas rebajen la factura a quienes reduzcan su consumo. ¿Es que se han vuelto socialcomunistas? No, amigos, la idea es que la rebaja la pague el Estado, o sea, nuestro dinero, para que las eléctricas no pierdan un duro. No es una rebaja a nuestro bolsillo, es quitárnoslo de otro bolsillo como vulgares trileros. Es para reírse si no fuera tan serio.

Todos estos que defienden al mercado por delante de los ciudadanos se autodenominan ‘constitucionalistas’. Me permito recordarles que “toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general”. Es el artículo 128 de la Constitución Española, no la cubana. Los constitucionalistas son los que menos se la han leído.

La petición, que no imposición, de Díaz y Garzón a las grandes superficies para que reduzcan la cesta de la compra renunciando a un pedazo de sus beneficios debería ir acompañada de ayudas al pequeño comercio para que no salga dañado. Es una propuesta mejorable pero abre un debate necesario sobre quién soporta el peso de la inflación y la crisis. Abre un debate que en España no se permite, a saber, si el Estado debe intervenir para proteger a la población. Europa y nuestra Constitución dicen que sí, pero en nuestro país aún rige la máxima de Rato: ‘Es el mercado, amigo’. Al mercado, no se le discute, se le obedece.

                                                 * * *
El colapso
José Blanco (La Jornada)

En marzo de 1972, en vísperas de la conferencia de la ONU sobre el ambiente, el Club de Roma (CR) publicó Los límites del crecimiento (LC), escrito por un grupo de científicos del Instituto Tecnológico de Ma­ssachusetts, un encargo de la propia ONU. LC tuvo algunas actualizaciones posteriores a su publicación, con datos cada vez de mejor calidad. Su conclusión: si las tendencias se mantenían sin cambios, la humanidad sufriría un colapso durante la primera mitad del siglo XXI. A 50 años de la publicación, un amplio número de estudiosos, en artículos académicos y libros, reconocen su enorme realismo. El propio CR conmemora el estudio con un nuevo libro, Earth for All: A Survival Guide for Humanity, de próxima publicación, y con diferentes eventos y programas (https://www.clubofrome.org/ltg50-events/).

El estudio partía de un apotegma simple: no existe ningún sistema de crecimiento infinito. La humanidad ha padecido colapsos múltiples en su larga historia; uno próximo puede ser de mucho mayor envergadura, incluida la extinción. Malthus (1766-1834), el pesimista, creía que el incremento de la población aumentaría a un ritmo geométrico, mientras el crecimiento de los recursos para la subsistencia crecerían a un ritmo aritmético. Como consecuencia de la escasez, habría guerras, epidemias, vicios y crímenes, que llevarían a la población a un límite insuperable: era la tesis del estancamiento. Los estudios de CR son peores: prevén el colapso de los humanos.

LC no era una profecía, no era una revelación, menos aún un programa político. Era apenas un intento de evaluar lo que sucedería con un sistema complejo, como el sistema-mundo, si no se tomaban ciertas decisiones. LC se basó en un modelo llamado World3 para estudiar las interacciones entre las variables globales de población, fertilidad, mortalidad, producción industrial, disponibilidad de alimentos, servicios públicos, recursos no renovables y contaminación. El modelo desarrolló hasta nueve escenarios, de los cuales han sido destacados cuatro: 1) business as usual; 2) business as usual 2; 3) tecnología integral, y 4) mundo estabilizado.

El escenario 1 representa el no hacemos cambios, seguimos como vamos. El objetivo es el crecimiento económico permanente: la proyección del modelo, es el colapso. El 2 considera el doble de recursos que el 1, para responder a la crítica de que había mucho más recursos disponibles de los estimados en los años 1970. En este caso el colapso es una crisis, no por escasez de recursos, sino una crisis ambiental extrema. El 3 incluye el supuesto de los tecnólogos de que la humanidad puede innovar ilimitadamente; podría evitar, por tanto, las catástrofes proyectadas en 1 y 2. Pero ocurre en este escenario un declive acelerado, resultado de una absorción de recursos por la innovación tecnológica que deja sin recursos suficientes a la producción agrícola, y a los servicios sanitarios y la educación. Este escenario se vuelve un imposible. El 4: la humanidad desiste del objetivo de crecimiento permanente; abandona una porción inmensa del consumo, por innecesaria. La sociedad cambia sus prioridades desde el consumo material y el crecimiento industrial ilimitados, hacia la salud, la educación, la reducción de la contaminación; la tecnología se basa en el uso eficiente de los recursos materiales. En el mundo real, ninguna tendencia se acerca a la trayectoria de los supuestos del escenario 4.

LC no incluyó el colapso nuclear, en la actualidad en el más alto nivel de la historia. Es de suponerse que Earth for All, el nuevo libro del CR, lo incluirá. Tampoco discute –quizá no lo haga Earth for All– lo que significa crecimiento económico.

El mundo real es una economía monetaria capitalista. El crecimiento del producto –crecimiento del sector agropecuario y del industrial– ocurre con su par monetario: el crecimiento del ingreso (crecimiento de los salarios, y de las diversas formas de las ganancias de capital). La producción agropecuaria y la industrial tienen lugar, principalmente, en unidades productivas empresariales privadas. El objetivo de los propietarios de esas unidades es obtener ganacias, no el volumen físico del producto; éste importa siempre vinculado a la maximización de las ganancias. Obtenidas las ganancias en un periodo dado, una parte de las mismas acrecientan el valor acumulado del capital; por cuanto el capital crece, es menester alcanzar unas ganancias acordes con un capital mayor; así cada ciclo productivo. El volumen físico de la producción crece, porque es el medio de alcanzar mayores ganancias. El objetivo crecimiento no puede ser removido.

En el ejercicio continuo del crecimiento de la producción, hay ciclos de altas y bajas (las crisis recurrentes), pero la tendencia es crecer, crecer, crecimiento de las ganancias. El freno está fuera de lugar. El aumento del empleo, o significa crecimiento de las ganancias, o su existencia es imposible. El escenario 4 es, en condiciones capitalistas, cándida fantasía.
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Miquel Angel Soria

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Sep 15, 2022, 1:31:48 AM9/15/22
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Setiembre
15
¡Adopte un banquerito!

En el año 2008 se fue a pique la Bolsa de Nueva York.
Días histéricos, días históricos: los banqueros, que son los más peligrosos asaltantes de bancos, habían desvalijado sus empresas, aunque jamás fueron filmados por las cámaras de vigilancia y ninguna alarma sonó. Y ya no hubo manera de evitar el derrumbe general. El mundo entero se desplomó, y hasta la luna tuvo miedo de perder su trabajo y verse obligada a buscar otro cielo.
Los magos de Wall Street, expertos en la venta de castillos en el aire, robaron millones de casas y de empleos, pero sólo un banquero fue a la cárcel. Los demás imploraron a gritos una ayudita por amor de Dios y recibieron, por mérito de sus afanes, la mayor recompensa jamás otorgada en la historia humana.
Ese dineral hubiera alcanzado para dar de comer a todos los hambrientos del mundo, con postre incluido, de aquí a la eternidad, A nadie se le ocurrió la idea.
                                                                                                                          Eduardo Galeano


Miscelánea.
Ana Requena. Cuarto propio (elDiario.es) 

Siempre me ha gustado esta palabra. La aprovecho para mezclar a Isabel II con las Spice Girls y Carlos Alcaraz. Después de que el otro día ganara la final del US Open se ha dicho y escrito por todas partes que es el tenista más joven (tiene 19 años) en alcanzar el número 1 del tenis mundial. Pero no es así.

Martina Hingis llegó al número 1 con 16 años en 1997. Monica Seles, con 17 allá por 1991. Tracy Austin también tenía 17 cuando lo consiguió en 1980. Stefani Graf y Maria Sharapova habían cumplido los 18 cuando llegaron a la cumbre, en 1987 y en 2005, respectivamente. Fue por un tuit de la escritora Pilar Bellver, que además ha jugado al tenis toda su vida, gracias al que me enteré de todo esto. Así que una vez más se ha tomado a lo masculino como lo universal o lo universal como lo masculino. 
                                                                
                                                    * * *
Carta a un autodiagnosticado negacionista
Ética (decrecentista) para Savater
Por Juan Bordera, Antonio Turiel, Fernando Valladares (Rebelión)

Negacionista. Así se titula la columna –la que menos se sostiene que jamás hayamos leído– que Fernando Savater ha publicado en El País. En ella intenta sembrar dudas sobre eso del “consenso científico sobre el clima” y el “decrecimiento”. Y lo consigue, siembra dudas, pero en especial sobre si su capacidad de raciocinio sigue intacta.

Aunque su columna es breve y concreta, Savater comete una notable cantidad de errores. Errores impresionantes e injustificables, máxime teniendo en cuenta que el texto que le publica el periódico –no deportivo– más leído de España no llega a las 350 palabras.

Aunque su columna es breve, Savater comete una notable cantidad de errores injustificables

Primero hace un repaso por las temperaturas que –según él, no da referencia alguna salvo “su diario local”– se registraron en 1947, y comenta que se alcanzaron los 53 grados a la sombra en Miraconcha. Savater quizá no sabe que las medidas se han de tomar con termómetros bien calibrados y homologados, ¿o no se ha fijado las barbaridades que marcan a veces los termómetros de las fachadas de las farmacias o de la calle? La validez del registro de Miraconcha es la misma que la del resto de la columna de Savater, cero. El récord de temperatura español oficial es de 47,6º C. Prosigamos.

Justo después le da por atizar al Club de Roma. Un saco de boxeo habitual de las personas que, o no tienen mucha idea sobre el tema, o tienen tanta idea que saben exactamente dónde tienen que golpear para tratar de evitar recibir ellas el golpe. En defensa de Savater hemos de decir que todo indica que pertenece al primer grupo.

En el texto dice: “En 1972, el respetado Club de Roma anunció entre varias catástrofes que en el 2000 se acabaría el petróleo”. Esto no es que sea impreciso, es que es directamente falso. Para empezar el Club de Roma nunca ha sido excesivamente respetado, pese a que –o precisamente porque– produjo una de las piezas de información científica más impresionantes de la historia, cuyo escenario estándar modelado con ordenadores de 1972 casi ha calcado la trayectoria real de las variables estudiadas. Aquí pueden ver una gráfica que lo atestigua y la entrevista que uno de nosotros realizó hace poco más de un mes a Dennis Meadows, uno de los autores principales de aquella maravilla de estudio. Bien, pues en ningún lugar del informe dice semejante cosa sobre el petróleo, y desde aquí emplazamos a Fernando –permítanos el tuteo a partir de ahora– a que rebusque a ver si encuentra la cita concreta en el informe, –no vale otra cita tipo lo dijo mi diario local– y así la puede publicar en otra columna endeble. Aunque lo más probable es que no haya leído el libro y que solamente haya visto la película (la que montaron los sectores más neoliberales en los grandes medios de “comunicación” que controlan para contrarrestar la ciencia incuestionable del informe).

Continuemos, que vamos por la mitad nada más y aún queda lo mejor: Steven E. Koonin. Atentos al argumento de autoridad en el cual Fernando decide apoyar sus muy dudosas tesis respecto al consenso de miles de científicos sobre la crisis climática, sugiriendo que, como Koonin asesoró a Obama, ya sobra. Jugársela a un hombre, Fernando, peligro. Lo más grave de tu apuesta es que te refieres a este Steven E. Koonin, al cual pueden ver todos los lectores si pinchan en su nombre asesorando a la petrolera British Petroleum (BP), para la cual además trabajó desde 2004 a 2009, como reconoce su perfil de Wikipedia. No sé, Fernando, parece que estamos ante un pequeño conflicto de intereses, ¿no crees? Bueno, qué más da, prosigamos, a ver qué más encontramos.

Afortunadamente, cada semana alguien más se une a la ya extensa lista de apoyos de las ideas del decrecimiento

Ah, sí, antes de seguir, una cosa que nos ha encantado es que dices que Koonin no es un terraplanista. Y en eso, seamos claros, tienes razón: es un terrainfinitista, como tú. Algo mucho más peligroso. Los terraplanistas al menos saben que la Tierra tiene límites. Por muy estúpidas que sean sus posiciones, que lo son, pensar que el crecimiento infinito puede ser posible en un planeta finito es –como mínimo– igual de estúpido, y sin duda mucho más peligroso.

Afortunadamente, cada semana alguien más se une a la ya extensa lista de apoyos de las ideas del decrecimiento, entre los cuales ya podemos contar a presidentes como Gustavo Petro, a buena parte de los miembros del organismo más importante en cuestiones del clima, el IPCC, a científicos del CSIC como dos de lo que aquí escribimos, a premios Nobel como el físico Giorgio Parisi y, lo más importante, a la inteligencia colectiva: al sentido común de la primera asamblea ciudadana por el clima de España, que incluyó el hacer pedagogía sobre el decrecimiento entre sus 172 medidas, o a la mayoría de la población europea, que según este flamante estudio está comenzando a apoyar mayoritariamente las tesis poscrecentistas. Bola extra: como citas a Víctor Hugo y parece que te gustan sus frases, aquí tienes otra: “No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su momento.

Y por fin llegamos al párrafo de la gloria. En él, Fernando se despacha a gusto y proclama que “los apocalípticos que predican el decrecimiento energético son fanáticos, no ilustrados, porque el desarrollo industrial es imprescindible para mejorar la vida humana y luchar contra la miseria. Los males que trae el progreso (los reales, no los inventados) sólo pueden remediarse progresando mejor”. Qué maravilla, no nos digan que no se nota que estamos ante el autor de Ética para Amador, Malos y Malditos y, sobre todo, de Ética para la empresa.

En el mismo año en el que está reventando la crisis energética y de suministros en todo el mundo –que como hemos mostrado con anterioridad, viene de lejos y ha llegado para quedarse–, en el mismo verano en el que se han batido todos los récords en cuanto a olas de calor y fenómenos extremos en medio mundo, y en el que –como reconoce el periódico que te paga– Europa ha padecido el verano más caluroso desde al menos 1880 (desde que hay registros, vamos), en la misma semana en la que algunos de los mejores científicos vivos que tenemos –estos no los paga BP– avisan que estamos cerca del punto de irreversibilidad en cinco de los elementos clave del funcionamiento del Sistema Tierra, vas, Fernando, y te cascas semejante sarta de falsedades y disparates sobre el tema más crucial que afecta a la especie humana.

A alguien a quien tanto le ha preocupado la ética quizá le debería preocupar escribir sobre aquello que al menos entiende. Porque, Fernando, a la vista de tantos y tan acuciantes problemas, ¿te parece ético alinearte con la posición de quienes nos han traído hasta aquí? ¿Te parece éticamente defendible sostener que los mismos que han causado los problemas son los únicos que los pueden solucionar? ¿De verdad quieres que tu legado para las generaciones futuras sea tu indolente desprecio a los males que les aquejarán?

En realidad te damos las gracias, Fernando Savater. Gracias por la transparencia y por la eficacia, gracias por atacar a los decrecentistas –señal de que ignorar el debate ya no funciona– con un nivel argumentativo tan escaso, porque es difícil que tantas tonterías concentradas en tan pocas líneas sean tan útiles para ver lo que se esconde dentro de una cabeza negacionista y terrainfinitista. Esa a la que le da por hacer bromas sobre osos polares para rematar un escrito que no debió escribirse ni sobre todo publicarse. No deberías reírte tanto de la posible extinción de las cosas, Fernando. Piensa que tú fundaste UPyD.

Juan Bordera. Es guionista, periodista y activista en Extinction Rebellion y València en Transició.  @JuanBordera
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Miquel Angel Soria

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Sep 16, 2022, 1:30:28 AM9/16/22
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Entre els molts assassinats comesos a l'ombra de Pinochet, destaca -per la personalitat i la forma com va ser executat- la figura de Víctor Jara. El feixisme sempre ha tingut una preocupació especial per la cultura i més quan aquesta és la del poble.
A nosaltres ens queda la feina de lluitar per evitar -i som conscients de les nostres limitacions- que accions d'aquell tipus es repeteixin. I tenim la memòria i en fem ús d'ella. Cada dia és 16 de setembre de 1973.

https://music.youtube.com/watch?v=r2sYV204DTU


Ha llegado el momento
Javier Pérez Royo (elDiario.es)


El 19 de agosto publiqué en este mismo espacio un artículo, Manuel Chaves y la sentencia de los ERE, en el que manifestaba mi opinión a favor de que el expresidente de la Junta de Andalucía anunciara, el mismo día en que se hiciera pública con la fundamentación jurídica la sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso de los ERE, la interposición de una querella por prevaricación contra los tres magistrados de la Audiencia Provincial de Sevilla y contra los del Tribunal Supremo que la confirmaban.

El momento ha llegado. La condena al expresidente de la Junta de Andalucía por prevaricación administrativa sí que podría ser constitutiva de prevaricación. Ha sido condenado por un delito que no es que no haya cometido, sino que es imposible que lo hubiera podido cometer.

El delito de prevaricación administrativa figura en el Código Penal en los siguientes términos: “A la autoridad o funcionario público que, a sabiendas de su injusticia, dictare una resolución arbitraria en un asunto administrativo se le castigará con la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público y para el ejercicio de derecho de sufragio pasivo por tiempo de nueve a quince años” (art. 404)

¿Dónde está la “resolución arbitraria en asunto administrativo” dictada por Chaves durante los años en que fue presidente de la Junta de Andalucía? ¿En qué momento se produjo el acto administrativo prevaricador del expresidente de la Junta de Andalucía?

En la relación de “Hechos Probados”, tanto de la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla como en la del Tribunal Supremo, Chaves únicamente aparece como presidente del Consejo de Gobierno que aprueba el Proyecto de Ley de Presupuestos o determinadas modificaciones presupuestarias siempre “con el informe favorable del Director General de Presupuestos y de la Intervención General y con estudio y aprobación de la Comisión General de Viceconsejeros”.

Chaves no vuelve a aparecer como protagonista de ningún otro acto o resolución de naturaleza administrativa a lo largo de las más de mil páginas de cada una de las dos sentencias, la de la Audiencia Provincial de Sevilla y la del Tribunal Supremo.

El interrogante se impone: ¿Se puede cometer algún delito por presidir el Consejo de Gobierno que aprueba el Proyecto de Ley de Presupuestos o una modificación presupuestaria? ¿Tienen siquiera sustantividad propia tales actos o son, por el contrario, actos preparatorios para que el Parlamento pueda aprobar dichos Presupuestos y modificaciones parlamentarias?

Un Proyecto de Ley de Presupuestos, si el Parlamento lo rechaza tras el debate inicial de admisión a trámite, queda como un acto vacío que no surte efecto de ningún tipo. El Consejo de Gobierno en materia presupuestaria no decide nada. Es únicamente el Parlamento el que toma una decisión. No hay “acto administrativo presupuestario”. Hay solamente una Ley de Presupuestos. O nada, si el Parlamento no lo aprueba.

Lo mismo ocurre con las modificaciones presupuestarias, que no adquieren nunca la condición de “actos administrativos”, sino simplemente de propuestas gubernamentales para que el Parlamento las apruebe o no.

En el reproche penal que se le hace al expresidente de la Junta de Andalucía falta el presupuesto de hecho del delito de prevaricación administrativa definido en el artículo 404 del Código Penal.

Si la aprobación del Proyecto de Ley de Presupuestos o de las modificaciones presupuestarias hubieran tenido la condición de actos administrativos, tendrían que haber podido ser impugnados ante la jurisdicción contencioso-administrativa. Pero nunca fueron recurridos, porque sencillamente no podían serlo. Difícilmente puede existir, en consecuencia, el delito de prevaricación administrativa sin la existencia de un acto administrativo. Y en todo el proceso de elaboración de la Ley de Presupuestos o de las modificaciones presupuestarias en las que intervino Chaves, no hay un solo acto administrativo con sustantividad para ser impugnado en la vía contencioso-administrativa.

A lo más que se hubiera podido llegar era a considerar que las Leyes de Presupuestos y las modificaciones presupuestarias aprobadas por el Parlamento eran anticonstitucionales, porque habían nacido con un “vicio de origen” consistente en la torticera actuación del Consejo de Gobierno para conseguir confundir al Parlamento y hacerlo aprobar lo que, en ningún caso, debería serlo. De haberse seguido esa vía y de haber prosperado el recurso ante el Tribunal Constitucional, tal vez se hubiera podido posteriormente haber exigido algún tipo de responsabilidad de tipo penal al presidente de la Junta y demás miembros del Consejo de Gobierno. Pero esa vía no ha sido explorada.

Chaves ha sido condenado sin que se identifique en la relación de hechos probados de las dos sentencias ningún “acto administrativo” prevaricador que le pueda ser atribuido.

De todos los delitos contemplados en el Código Penal, el delito de “prevaricación administrativa” es el único que un presidente de una Comunidad Autónoma, igual que el presidente del Gobierno, no puede cometer. Puede cometer cualquier otro, pero no ese.

Es imposible que esto no lo supieran los magistrados de la Audiencia Provincial de Sevilla y del Tribunal Supremo y, en consecuencia, únicamente “a sabiendas” han podido condenar al expresidente Chaves por prevaricación. En cualquier caso, si no lo sabían, la “ignorancia inexcusable” también es constitutiva del delito de prevaricación.

Chaves no puede no querellarse contra los jueces que le han condenado de manera tan descabellada. Tiene que defender su honorabilidad personal y la posición que ocupa la Presidencia de la Comunidad Autónoma en el Estado de las Autonomías, que ha sido desconocida por completo por la Audiencia Provincial de Sevilla y por el Tribunal Supremo.

                                                      * * *
Conjeturas de un magnicidio fallido
José Steinsleger (La Jornada)


Uno. Hace 15 días, a último momento, cambié el título de mi artículo en este espacio. El título era: ¿Y si la matan a Cristina? Un colega con mayor experiencia, me dijo que sonaba agorero. Le di la razón y lo cambié por Argentina vive momentos gloriosos, más optimista. Al día siguiente, intentaron matarla.

Dos. En mi último artículo, advertí que la expresión loco suelto para aludir al extremista que atentó contra la lideresa de millones de argentinos, carecía de signos de interrogación. Adrenalínico gazapo que no pude corregir. La edición había cerrado. https://www.jornada.com.mx/2022/09/07/opinion/015a2pol.

Tres. El yerro pudo surgir tras leer una entrevista a Cristina, durante la campaña electoral de 2017. ¿Cómo te imaginás de acá en cinco años?, preguntó el periodista Gerardo Rozin. La entonces candidata por Unidad Ciudadana respondió: “Qué sé yo, tanto loco suelto [sic]... No sé que pasará dentro de cinco años. Si está el mundo, si se acabó el mundo […] No sé. No tengo comprada la vida” (Telefé, 17/10/17).

Cuatro. Increíblemente, el presidente Alberto Fernández (AF), parece (o simula), no darse cuenta de la gravísima situación del país, habiendo dejado la investigación del atentado en fiscales y jueces de un Poder Judicial que, al asumir la presidencia, él mismo calificó de sótano de la democracia.

Cinco. Los magnicidios suelen incubarse en causas políticas (conspiración, complot), a título individual (insania, despecho ideológico), o en medios de difusión masiva que en forma sostenida y reiterada, direccionan virulentos mensajes de odio contra líderes populares, creando asfixiantes y peligrosos climas de crispación social.

Seis. Prestemos atención, entonces, al diputado Rodolfo Tailhade, entrevistado en la radio El Destape: El 18 de agosto, los legisladores Gerardo Milman y Francisco Sánchez [macristas], presentaron un proyecto de resolución en que advertían la posibilidad de un atentado contra Cristina Fernández de Kirchner, pidiendo al Ministerio de Seguridad información para saber si habían extremado la seguridad de jueces, fiscales y periodistas, que estaban siendo agredidos por las personas que seguían a Cristina.

Siete. Tailhade agrega: El 1º de septiembre por la mañana [día del atentado], Milman presentó otro proyecto de resolución con nuevo pedido de informes, preguntando por qué se había reforzado la custodia de Cristina, y haciendo hincapié en que era absolutamente innecesario, porque se estaba gastando mucha plata [sic]. O sea, todo lo contrario a lo que había dicho 10 días antes.

Ocho. Sigue: “Afirmaban [Milman y Sánchez], que en cualquier momento iba a ocurrir un atentado… También pedían el refuerzo de la custodia de Cristina por si se cometía un atentado. Hablaban incluso de un ‘autoatentado’ para victimizarse”. Pero el 23 de agosto, tan sólo cinco días después de haber presentado el primer proyecto, Sánchez salió a promocionar la instauración de la pena de muerte para casos de corrupción”.

Nueve. ¿Mensaje mafioso al grupo de locos sueltos que participaron en el atentado? Tailhade sospecha que se estaba buscando un nivel de información absolutamente inadmisible, respecto del funcionamiento de la custodia de Cristina.

Diez. Adenda: Milman es un alfil de la lideresa de la oposición, Patricia Bullrich, ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri. En marzo pasado viajó a Ucrania en solidaridad por la ocupación rusa. En la primera semana de junio impulsó el pedido de explicaciones al gobierno de AF por el avión iraní-venezolano [sic], que permanece secuestrado en Argentina (junto con sus 19 tripulantes), a pedido de Estados Unidos.

Once. Veo que en el punto cuatro usé el adverbio increíblemente para referirme al presidente. Atinado. Porque AF puede ser creíble, increíble, o ambas cosas al unísono. Acaban de atentar contra la vida de la mujer que lo puso en el cargo, y acorde con la anomia política y social que envuelve a los argentinos, no se le ocurrió nada mejor que celebrar una misa, pidiendo poner fin a los discursos de odio. ¡Sarasa!

Doce. Sarasa (o zarasa), es un gracioso modismo, distinto al apuntado por la Real Academia (con s, hombre afeminado; con z, tela de algodón estampado), y que en Argentina se usa coloquialmente frente al discurso vacío, inconsistente, improvisado. O para ganar tiempo.

Trece. Tiempo que AF necesita para finalizar su mandato; tiempo que hace un mes, el embajador de Washington Marc Stanley pidió acotar en un acto con la oposición macrista (no esperen a las elecciones de 2023, dijo), y tiempo que arrancó cuando un loco suelto (¿?), estuvo a punto de volar la cabeza de Cristina.

Catorce. El mensaje mafioso fue explícito, convalidando la idea de que en Argentina hay muchos interesados en abonar al caos, dinamitando el de por sí precario equilibrio institucional. Que Cristina me perdone. Ahora, prefiero ser agorero. La tienen en la mira. ¿Quiénes? Adivinen.
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Miquel Angel Soria

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Sep 19, 2022, 1:31:00 AM9/19/22
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La memòria ens permet mantenir viu el record d'aquells personatges que, no essent de la família, els em tingut sempre com si ho fossin. Un dinou de setembre de 2010 moria un d'ells, José Antonio Labordeta. Cantautor, professor, presentador de programes a la TV, però sobre tot company solidari de les causes de la classe obrera. Sempre disposat a participar en els actes en defensa dels treballadors, dels veïns dels pobles més petits de l'Aragó o que tinguessin segell d'antifranquisme. Autor d'una cançó convertida, per decissió dels seus ciutadans, en "himne" de la seva terra. Home de poques paraules però rotundes, com van tenir ocasió de comprovar els diputats a Madrid i, per extensió, tot el país.

https://www.youtube.com/watch?v=HTykbu6dXhg

I amb tot això, una veu. Una veu inoblidable.


Eduardo Chillida y la rebelión contra la gravedad
Sandra Wagner

Esta entrevista, hasta ahora inédita en español, nos vuelve a poner en contacto con la espléndida obra escultórica del genial Eduardo Chillida (1924-2002), futbolista en sus inicios y luego artista del hierro y del espacio, multipremiado y admirado nada menos que por Heidegger y Gastón Bachelard, entre otros, aquí nos dice, con grave sencillez: “Esta es mi motivación, mi motor. Las preguntas, las cosas que no sé, son la base de mi trabajo y de mi vida.”


Eduardo Chillida (San Sebastián, España, 1924-2002) jugó como portero profesional para el equipo la Real Sociedad, en la segunda división de España, y fue uno de los escultores más destacados durante toda la segunda mitad del siglo XX. Su combinación de forma escultórica y significado metafísico se integró al espacio arquitectónico y ambiental para producir distintos sitios urbanos, incluyendo parques públicos en las ciudades vascas de Vitoria-Gasteiz (Plaza de los Fueros, 1980)
y San Sebastián (Peine del viento, 1977).
Chillida consideró su incesante búsqueda de lo desconocido en el arte como una aventura de aprendizaje, y su estudio escultórico de las relaciones temporales y espaciales inspiró libros y ensayos de destacados filósofos, entre ellos Martin Heidegger y Gastón Bachelard. Numerosos premios confirmaron su papel relevante en el campo de la escultura internacional. Las fundaciones e instituciones culturales lo honraron con numerosos galardones, como el Premio de la Fundación Graham de 1957, el primer Premio Wilhem-Lehmbruck de 1966 y el Premio Rembrandt de la Fundación Goethe de 1975. En 1958, la Bienal de Venecia le concedió el Gran Premio Internacional de Escultura, y en 1990 la Galleria Internazionale d’ Arte Moderna, en la misma ciudad, realizó una exposición de sus obras en hierro, titulada. Homenaje a Eduardo Chillida. En 1998 recibió la Rosa de Oro de Palermo en reconocimiento a sus distinguidas contribuciones intelectuales y culturales, así como el Premio a la Trayectoria del Centro Internacional de Escultura. La siguiente entrevista, hasta ahora inédita en español, ocurrió el 1 de noviembre de 1997.

–Su carrera es larga y llena de acontecimientos. ¿Qué ha influido en su evolución como escultor?

–Comencé con trabajos en arcilla durante los primeros años en Francia. Asociaba la arcilla con la luz blanca de las esculturas griegas, pero pronto me di cuenta de que no era mi camino. Regrese infeliz y deprimido al País Vasco desde Francia. En el estudio recordaba todos los días las cosas que había hecho durante el último año, y entonces me detuve para preguntarme: “¿Para qué?” Fue un momento crucial para mí. En ese momento decidí no volver a mirar atrás. Empecé a trabajar con el acero, un elemento natural de la región vasca. La luz que asocio con el acero es oscura y esto resultó fundamental para descubrir mi camino. Ahora trabajo para saber, porque quiero aprender y resolver problemas en el arte. No miro hacia atrás. Para mí existen muchas preguntas, tal vez imposibles de esclarecer. Esta es mi motivación, mi motor. Las preguntas, las cosas que no sé, son la base de mi trabajo y de mi vida.

–¿Cómo ve y comprende el espacio público y el papel del arte en el espacio público?

–En mi caso está muy claro: las obras públicas están abiertas al horizonte y en una escala pública, la escala del hombre. El horizonte es muy importante para mí, siempre lo ha sido. Todos los hombres son iguales y en el horizonte todos somos hermanos, el horizonte es una patria común. Quería hacer un homenaje al horizonte y era una idea que tenía desde mucho tiempo atrás. Sin embargo, los elementos del horizonte no se pueden medir, así que Pili (mi mujer) y yo recorrimos la costa atlántica desde la Gran Bretaña hasta Compostela. Descubrimos que siempre nos encontrábamos con militares, porque la costa es un punto de acceso que todo el tiempo necesita ser vigilado. La costa es un lugar donde se ven grandes distancias y el horizonte es inmenso. Mi obra, Elogio del horizonte (1990), está en la costa de Gijón, y necesitaba ese gran horizonte en específico. Todos los monumentos tienen una historia especial. La ciudad de Barcelona me encargó Elogio del agua (1987) para el parque de la Creueta del Coll. Consulté arquitectos de Barcelona para hallar el lugar adecuado en el parque, pero no encontré nada. De repente vi la cantera llena de agua, y en la cantera era posible suspender la escultura sobre el agua. El reflejo en el agua sugiere el mito de Narciso.

–¿Considera que existe una relación clara entre la naturaleza y su obra?

–Sí, Elogio [del horizonte] está orientado al cielo, mira hacia arriba, y Peine del viento también ocupa un lugar fantástico, pero asociado al mar. El mar ha sido mi maestro y he aprendido mucho de él. Cuando era joven, iba allí en lugar de ir a la escuela. Miraba las olas y pensaba: “¿De dónde vienen?” No sabía que sería escultor, pero creo que ya pensaba en Peine del viento. El lugar es el origen de la obra.

–Las cuestiones que rodean su trabajo tienen que ver con el interior y el exterior, lo sólido y el vacío, el tiempo y el espacio, el peso y la ingravidez. ¿Cree que está resolviendo continuamente estos problemas?

–Las esculturas son muy grandes, y mi obra es una rebelión contra la gravedad. Existe una dialéctica entre el espacio vacío y el lleno, y es casi imposible que exista este diálogo si el espacio explícito y material no está consumado, porque tengo la sensación de que la correspondencia entre el espacio lleno y vacío se produce por la comunicación entre estas dos dimensiones. No se puede simular su volumen.

–¿Quiénes han escrito sobre su obra y cómo percibe estas perspectivas, opiniones y comentarios? ¿Qué escritores cree que comparten su opinión sobre su obra?

–Filósofos como Martin Heidegger y Gastón Bachelard, y el poeta Jorge Guillén, comparten las mismas ideas que yo sostengo en mi obra. Heidegger escribió un libro, El arte y el espacio, en el que habló de mi trabajo: la idea del espacio como un lugar vivo que está en relación con el hombre, y la idea de que la escultura revela el carácter exacto de un espacio. Heidegger me pidió mi opinión porque estaba asombrado de encontrar tantas relaciones entre sus ideas y las mías, traducidas a la escultura. Bachelard escribió el ensayo El cosmos del hierro para mi primera exposición en la Galería Maeght. Yo era joven y Aimé Maeght pensó que sería imposible conseguir que escribiera el ensayo, pero después de reunirme con Bachelard y discutir mis ideas, escribió un ensayo que culminó de este modo: “Viejo filósofo como soy, tengo derecho a respirar como un forjador. Después de haber clavado en un rincón de mi biblioteca algunas fotografías de la obra de Eduardo, me desperté de mejor ánimo.” La poesía de Jorge Guillén ha influenciado bastante mi idea del espacio, puntualmente el poema “Cántico”, en el que escribe “el aire es profundo”, una frase clave que une su obra con la mía. Mi idea es que los canteros sacan la piedra de la montaña pero sin darse cuenta de que la llenan de espacio.

–A menudo ha dedicado obras a distintas personas: Bachelard, Pablo Neruda, así como a los artistas Alexander Calder y Joan Miró. ¿Cómo fueron concebidas sus esculturas para homenajearlos?

–Descubrí conexiones, incluso sin pensar en las personas. Me interesan porque los admiro en la historia del pensamiento. Miró era una persona fantástica, su obra inspira una emoción inusual. Todo el mundo se fijó en él por el color, pero yo me interesé en los dibujos de Miró. Sus dibujos son muy importantes, porque todas sus líneas curvas siempre fueron convexas, nunca cóncavas. Este era un problemática relevante: yo dibujaba líneas cóncavas y las suyas eran convexas. Una línea cóncava encierra un espacio, pero debe ser accesible o está muerta. Él cambió mi forma de ver la línea y el espacio, así que quise hacerle un homenaje, Homenaje a Miró (1985).

–¿Qué papel juegan los premios y el reconocimiento en el arte y en usted?

–Al principio de mi trabajo, en la Bienal de Venecia de 1958, gané el Gran Premio Internacional de Escultura. Eso fue importante para el reconocimiento. Luego compartí el Premio Carnegie de Escultura con Willem de Kooning en la Internacional de Pittsburgh en 1964. En 1991 recibí el Praemium Imperiale de la Asociación de Arte de Japón, y hay otros.

–Su familia juega un papel integral en su vida. Me parece que su hija está haciendo una película.

–Hay muchos artistas en nuestra familia: pintores y grabadores. Susana está haciendo una película para su doctorado en la Universidad de Columbia. Es un documental sobre la relación teórica entre el arte y la ciencia. Hay entrevistas con profesores de arte y ciencia que discuten distintas cuestiones y resuelven algunas problemáticas. Yo aparezco en la película hablando de temas de arte y acerca de Homenaje a Hokusai (1997) en Tokio, una de mis últimas esculturas instaladas públicamente.

–Usted construyó un asentamiento medieval en Zabalaga para la sede de la Fundación Chillida. ¿Cuál es el papel de su fundación?

–Es un lugar para mis esculturas. Quería que estuvieran en un entorno natural. Permanecen en un ambiente lindo, tanto en el paisaje como en la casa, aunque la solución para la casa no está totalmente concluida. La gente del Guggenheim me visitó hace poco, cuando vinieron a visitar su nuevo museo en Bilbao.

–¿En qué trabaja actualmente?

–Muchas cosas: la película con mi hija, la Fundación Chillida; desde hace un año trabajo con piezas en arcilla, fuertes y potentes. Durante mis vacaciones en Menorca, trabajé en ellas totalmente solo en el bosque.

                                                          * * *
Vileza de Trump que Biden mantiene
Ángel Guerra Cabrera (La Jornada)

La feroz política de agresión económica del gobierno de Donald Trump contra Cuba, mantenida, por cierto, casi intacta por Joe Biden hasta la fecha es el centro de este artículo. Pero antes de entrar en esa materia invito al lector a compartir algunas consideraciones sobre la historia de la guerra económica de Estados Unidos (EU) contra la isla.

Esa guerra no comenzó con la orden ejecutiva 3447 del presidente John Kennedy el 3 de febrero de 1962, aunque haya sido el primer paso importante para institucionalizar el bloqueo. Tampoco en 1960, cuando el presidente Dwight Eisenhower suprimió la mayoría de las exportaciones cubanas a esa nación. En rigor, la guerra económica contra la isla y, consecuentemente, los prolegómenos del bloqueo, comenzaron a raíz del triunfo de la Revolución con la acogida por EU de los funcionarios de la dictadura de Batista que huyeron a ese país llevando consigo millones de dólares robados al presupuesto de la nación. Washington les dio asilo y protección, como hizo con los cientos de criminales de guerra y torturadores que lograron fugarse hacia sus costas después de la victoria revolucionaria. Claro, esos fondos nunca fueron devueltos a Cuba. De modo que, visto así, el bloqueo entró en su año 64, los mismos que pronto llevará la Revolución en el poder.

El bloqueo ha sido una política inhumana, pues obstaculiza gravemente el desarrollo económico y social de Cuba y, por consiguiente, dificulta severamente la vida cotidiana de los cubanos y cubanas. Nunca se ha iniciado su desmantelamiento, ni siquiera por el gobierno de Obama, aunque éste facilitara una importante flexibilización de las medidas agresivas contra Cuba y, con el establecimiento de relaciones diplomáticas, comenzara el largo camino hacia una relativa normalización de los vínculos entre los dos países. Pero el bloqueo –siempre ilegal, inmoral y genocida– fue intensificado hasta extremos insólitos por Donald Trump, con la asesoría y activa participación de la mafia de Miami: los Marco Rubio, Díaz Balart, etcétera.

Hay que tenerlo claro, desde entonces comenzó el casi total desmantelamiento de la precaria inserción que, pese al bloqueo, había logrado Cuba en el sistema económico, financiero y comercial internacional. Esto condujo a que el día a día de las personas se convirtiera en un duro rosario de penurias, desde la incertidumbre de cuántas horas de apagón tocarán, cómo alimentar a la familia al día siguiente, cómo transportarse para acudir al trabajo, la incertidumbre de si al llegar a la farmacia encontrarán un medicamento indispensable para la supervivencia, como la insulina, un hipotensor o un simple analgésico para mitigar el malestar.

Mediante una campaña muy bien orquestada de calumnias y presiones diplomáticas contra la colaboración médica cubana, que continúa con Biden, Trump atacó la primera fuente de ingresos de Cuba y privó de atención de salud a millones de personas en el mundo en naciones como Brasil, Ecuador y la Bolivia dictatorial de Áñez, cuyos gobiernos títeres expulsaron a los galenos de la isla. Como reconoció The New York Times, el covid-19 hizo mucho más daño en esos países debido a la expulsión de los médicos cubanos. Igualmente, Trump afectó severamente al turismo, la segunda fuente de ingresos de la isla, al cancelar decenas de vuelos que se dirigían varios días por semana a las más importantes ciudades de provincia y suprimir los viajes de cruceros que visitaban diariamente La Habana, entre otras medidas. También cortó los lazos financieros de Cuba en el mundo al imponer enormes multas a las entidades sospechosas de relacionarse con ella.

En medio de la pandemia, como ha denunciado un informe muy completo sobre el bloqueo de la prestigiosa ONG Oxfam(https://bit.ly/3RUFjUC), el magnate arreció las ilegales medidas coercitivas contra la isla. En ese periodo adoptó 63 medidas contra la economía cubana, sumadas a más de 200 que había tomado antes. No contento con ello, apeló a lo más vil: incluir a Cuba en la ilegal y espuria lista de naciones promotoras del terrorismo que cada año elabora EU, la cual, por sí sola, inhibe a empresas y bancos de hacer negocios con cualquier Estado que la integre por temor a las duras sanciones de la potencia norteña.

Pero creo que nada define mejor las diabólicas medidas del bloqueo a Cuba que una frase, citada en el informe de Oxfam, del Departamento de Contraloría del gobierno de EU: El embargo contra Cuba es uno de los conjuntos más completos de sanciones impuestos a cualquier país, incluidas las demás naciones designadas como promotoras del terrorismo. El supuesto faro de la democracia y los derechos humanos en el mundo mantiene esta medida extraterritorial contra la opinión casi unánime de los demás Estados de la ONU y contra su propia opinión pública. Pero Cuba continúa en pie de lucha por el desarrollo y el bienestar de su pueblo, con o sin bloqueo.

                                                                      * * *

Albert Boadella se ha tomado un coñac
Iñigo Sáenz de Ugarte (elDiario.es)


Todo es una mierda. Albert Boadella contempla el mundo en el que le ha tocado vivir y no oculta su desprecio. La universidad es una fábrica de idiotas. Las ideas progresistas y su “infantilismo” han convertido a los ciudadanos en menores de edad. El teatro está dominado por las subvenciones públicas. El arte no figurativo es un engendro y la culpa es de Picasso. La música actual hace daño a los oídos, porque sólo vale Beethoven. Los toros, bien, eso sí que es un arte, no como el cine. Al igual que el meme del padre de Homer Simpson, Boadella grita indignado a las nubes.

El actor y director teatral de 79 años publica un libro cuyo título –'Joven, no me cabree'– parte de una premisa incorrecta. Él siempre está cabreado. No es necesario que alguien intente enfurecerlo.

La obra es un diálogo con un joven que está realizando un doctorado sobre el teatro y que acude a verle para intercambiar opiniones. El chico es una factoría de estereotipos y habla como un robot: “Busco plasmar una expresión semiótica de la relación verdad-mentira o más concretamente de la revelación-ocultamiento para así sacudir la pereza mental de esta sociedad anclada en valores agotados”.

Evidentemente, Boadella escribe las frases del contrincante y hace lo posible para que parezca un asno pedante. Como cuando Fox News elige a un periodista no muy brillante en sus tertulias televisivas con el fin de que los demás le sacudan a gusto. Si caricaturizas a tu rival, siempre es más fácil ganarle.

Boadella fundó la compañía teatral Els Joglars en 1962, de la que fue su director hasta 2012. La obra 'La torna' lo envío a prisión en 1977 y a un consejo de guerra. Tomó la decisión inteligente de huir a Francia. Sus obras fueron un referente teatral de primer orden en los años setenta y ochenta y un permanente aguijón provocador contra el nacionalismo burgués de Jordi Pujol. Sin muchas posibilidades de actuar en Catalunya –las instituciones controladas por CiU se ocuparon de eso–, al grupo le tocó buscar otras latitudes. Els Joglars disparaba contra todas las formas de poder. La crítica les adoraba.

“El poder más restringido y cercano suele ser el más opresor, por ello se hace imprescindible ampararse en la tradición liberadora del humor, la sátira y el sarcasmo a fin de compensar la prepotencia”, escribió Boadella a cuenta del estreno de 'Ubú President'.

Pasado el tiempo, fue adoptado por Esperanza Aguirre para que dirigiera los Teatros del Canal entre 2009 y 2016 y su sátira descarnada pasó a apuntar en una sola dirección. Boadella asumió el discurso del PP de Madrid para denunciar el contubernio izquierdista-nacionalista. Lo hacía con más gracia que Aguirre, pero no dejaba de ser lo mismo que había criticado: otro artista que complace al patrón que le da empleo burlándose de los enemigos de ese poder.

Boadella y Esperanza Aguirre en un estreno en los Teatros del Canal en 2009. Alberto Martín / EFE

Por eso, le gusta tanto a Cayetana Álvarez de Toledo, que escribe el prólogo del libro: “Las páginas que siguen son una exhibición de sabiduría, sensatez y sentido del humor”. Como cuando Boadella lanza una de sus diatribas contra el sistema educativo y el estado en que deja a sus alumnos con la ya muy gastada mención a la decadencia de la civilización occidental: “No sólo los chinos, hasta los moros se los van a merendar”. Un poco de racismo coloquial y la acostumbrada ignorancia sobre la inminente caída de Roma a manos de los bárbaros.

Pocos asuntos provocan debates tan intensos y exagerados como aquellos en que se combate con la palabra sobre lo que es o no es cultura. Boadella se zambulle en ellos con la intolerancia de quien piensa que sólo él puede establecer el canon.

Lógicamente, no le vale con elogiar con toda la razón a Beethoven o Velázquez. Tiene también que ridiculizar lo que vino después. El Prado es maravilloso, porque “incita a la vida”. Por tanto, su supuesta némesis, el Museo Reina Sofía, “es el tanatorio donde se expone la muerte del arte en nuestro tiempo”.

No está pensando exclusivamente en el arte apoyado por los museos públicos españoles. Encierra a Kandinsky, Miró, Rothko y Tàpies en el apartado de “garabatos infantiles y mugre enmarcada”. Sólo ve basura en las paredes de los museos de arte contemporáneo.

Qué no dirá entonces de la música. Ahí el ser humano ha retrocedido hasta los tiempos del Neandertal: “La música tribal de hoy no le servirá de nada. Son gritos primarios y groseros”. Lo gracioso es que pone en boca del joven coprotagonista una protesta que incluye ejemplos de la música que sí tiene valor en su opinión. “Están Britney Spears, Katy Perry y Lady Gaga”. No es que haya que burlarse de estas intérpretes para poder reírse de las malas artes de Boadella. Seguro que ha tenido que buscar los nombres en Google. Las tres son mujeres, claro.

En una entrevista en El Mundo, se queja de que una de sus últimas obras, ¿Y si nos enamoramos de Scarpia?, que trata sobre “cuestiones feministas”, no se representara fuera de Madrid. El programa cita “la ola actual de macartismo que sufre EEUU”. No hay que leer mucho más para saber que está hablando de la lucha por los derechos de la mujer.

Viniendo de alguien que dijo que “las manos de un macho no están para estar quietas precisamente” al opinar sobre las acusaciones a Plácido Domingo, es fácil imaginar su opinión sobre las relaciones entre hombres y mujeres, sobre quién debe estar arriba y quién abajo.

Boadella tiene una elaborada visión sobre el teatro. Pero es a cuenta de la vida sobre lo que tiene opiniones más gruesas y con las que da el último consejo a su aprendiz: “¡Hay que tener cojones!”. Sólo le falta acodarse en la barra, pedir a gritos un coñac y esperar a que pase una chica para plantarle una mano en el culo.
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Miquel Angel Soria

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Sep 20, 2022, 1:31:33 AM9/20/22
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El periodista cubà Iroel Sánchez ens fa arribar aquest video que mostra el que els usamericans fan amb Puerto Rico i veiem reflectit a casa nostra. Molt aconsellable.

https://lapupilainsomne.wordpress.com/2022/09/18/el-apagon-aqui-vive-gente-video/



Bolsonaro está derrotado
Emir Sader (La Jornada)

Una vez funcionó para la derecha elegir un candidato de extrema derecha. Acompañando la radicalización de sus bases, que ya no querían un candidato del PSDB, eligieron a quien estaba mejor en las encuestas en el campo de la derecha, a Jair Bolsonaro.

A pesar de tener una larga y mediocre trayectoria política e incluso defender posiciones absurdas –a favor del golpe de Estado, la dictadura militar, la tortura, la pena de muerte y el armamento generalizado de la población, entre otras posiciones–, la derecha montó en torno a este candidato una operación monstruosa, centrada en las llamadas fake news y en la connivencia del Poder Judicial y los medios de comunicación para elegir a Bolsonaro.

Pronto la derecha se dio cuenta de que había sido un candidato adaptado a sus necesidades –derrotando al Partido de los Trabajadores (PT)– como gobernante, Bolsonaro rápidamente demostró ser un fracaso. Sin capacidad para comandar los programas de gobierno ni para armar un equipo mínimamente capaz de formular un discurso que pudiera disputar la hegemonía en la opinión pública con el discurso del PT, fue perdiendo apoyos poco a poco, revelando que no sería capaz de ofrecer una administración mínimamente competente o lograr agregar fuerzas políticas en torno a ese gobierno.

Al mismo tiempo, cuando Luiz Inácio Lula da Silva recuperó sus derechos políticos y se proyectó como un fuerte candidato para volver a la presidencia de Brasil, el nivel de rechazo al bolsonarismo se reveló mayor que el antipetismo con el que la derecha había logrado construir la imagen de Bolsonaro.

Llega al final de su gobierno, en vísperas de las nuevas elecciones presidenciales, derrotado. No sólo por todas las encuestas, sino también por su incapacidad para proponer un programa que justifique un segundo mandato. Se limita a señalar los supuestos riesgos para la nación con el regreso de Lula al poder, contando con cierto olvido de lo que fue el gobierno del ex presidente y con la desinformación de parte de la población.

Las posturas de ambos candidatos son reveladoras. Lula habla y es entrevistado como nuevo presidente de Brasil. Sus discursos muestran el diseño de programas y medidas concretas, y sus entrevistadores le hacen preguntas como si fuera el próximo mandatario.

Por su parte, Bolsonaro se comporta como un perdedor, ya sea manifestando estados de ánimo depresivos cuando responde en las entrevistas, en sus declaraciones, en las que sus temas continúan siendo el cuestionamiento sobre los resultados electorales –que sabe que serán negativos para él–, igual en la pregunta respecto a cómo se va a comportar ante el resultado electoral negativo o cómo conducirá, en su opinión, Lula al país.

La secuencia interminable de encuestas –especialmente las más confiables– reitera el nivel de apoyo a Lula, así como los difíciles resultados para Bolsonaro. Tener 50 por ciento de rechazo y 35 por ciento de apoyo sólo lo condena a la derrota. Ademas de que el tiempo es cada vez mas corto para él.

Al mismo tiempo, Luiz Inácio Lula da Silva gana más apoyo, tanto de personas que aún no se habían definido –como de Marina Silva– o el de quienes hasta ahora habían decidido votar por otros candidatos, pero se dan cuenta de que ellos no son viables y que la única forma de derrotar a Bolsonaro es votando por Lula.

                                                        * * *

El PP: extrema derecha 'respetable'
James Rhodes

Hemos llegado al punto de entumecimiento con la política de este país. Ya no hay reglas. Como si se tratase de un juego. Las disputas, riñas y calumnias se han convertido en entretenimiento en lugar de motivos de preocupación. Y aunque un número considerable de personas parece sentir que las personas que están en el ojo público que no son políticos o periodistas deberían abstenerse firmemente de compartir sus pensamientos sobre política, simplemente no estoy dispuesto a hacerlo. Porque ha llegado al punto en que nos precipitamos hacia el borde del abismo.

Basado en interacciones personales tanto en privado como en público con muchos políticos de todos los partidos en este increíble país, estoy feliz de compartir mis pensamientos. Tómelo o déjelo. Repito, esto se basa en interacciones personales.

Me he encontrado con miembros del PP que, por turnos, parecían incapaces de hilvanar una frase (por razones que no quisiera adivinar), tan hambrientos de crédito y poder que han negado intencionadamente su apoyo a mandatos de salvamento a los vulnerables, desprovistos de empatía o compasión, y han sido fríos, calculadores y tan obsesionados con el poder que se han convertido en autómatas cuyo único objetivo es subir la escalera hacia la Moncloa por cualquier medio.

El PP ha sido señalado por lucrarse de la corrupción. No lo digo yo; lo dice una sentencia sobre el caso Gürtel. Han robado, mentido, practicado amiguismo, sobornado y manipulado a lo largo y ancho de España. Y lo han hecho de una manera tan descarada, descuidada y frívola que ahora, quizás con razón, se creen intocables.

Tiene que haber un límite. Tiene que haberlo. Se han perdido vidas bajo la tutela de Ayuso. Miles de ancianos en residencias han muerto sin necesidad, aislados, aterrorizados y solos. Ella no ha honrado a estas víctimas con un período de luto (aparte del período general que promulgó mientras su hermano se lucraba con las mascarillas en plena pandemia), como sí lo hizo con la reina Isabel II. Sin investigación, sin tributo, sin integridad.

Precisamente esta semana el portavoz del PP me acusó públicamente de mentir y me llamó bocazas cuando desafié a su jefe sobre esas víctimas. Actuó como un matón de patio de escuela en lugar de un político. Mantuvo el mito de que Pablo Iglesias fue el responsable de esas casi 8.000 muertes, como si repetir una mentira con la suficiente frecuencia la hiciera realidad. Cero hechos, cero pruebas, cero responsabilidad.

El PP no está ni siquiera en la Moncloa y ya le está fallando al país. Solo sabe poner obstáculos a los avances sociales, intentar tapar sus escándalos de corrupción, secuestrar el poder judicial y protegerse a sí mismos y sus bienes. Los ricos estarán bien con el PP. Los demás sufrirán inmensamente mientras creen erróneamente que las mentiras que les han dicho siguen siendo ciertas. Esa es la toxicidad insidiosa de políticos así.

En el PSOE no son santos. Todos podemos encontrar ejemplos de dónde se han equivocado. Pero tienen ideales que van más allá de la ganancia personal y la sed de poder. Son la única forma viable de avanzar hacia un futuro esperanzador.

Lo digo como alguien que es adinerado y lo sería aún más con un gobierno del PP. Pero, ¿de qué sirve tener dinero si el mundo que te rodea es un pozo negro de corrupción e infelicidad?

Espero con ansias la retribución predecible en cierta prensa después de este articulo. La única forma que conocen estas personas de responder a las críticas es atacando, desprestigiando y poniendo nombres en listas negras. Y eso es porque no existe una defensa real. Lo más triste de todo es que, aunque si son lo suficientemente astutos como para colarse en el asiento del poder en la Moncloa (Dios no lo quiera), seguirán sin poder legítimo. Carecerán de autoridad moral para gobernar. Muchos de los que hoy depositan su confianza en este partido, cuando se den cuenta de lo que son, será demasiado tarde.
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Miquel Angel Soria

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Sep 21, 2022, 1:32:02 AM9/21/22
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Veient -malgrat intentar evitar-ho- la comèdia del funeral d'una reina i coincidint amb l'amenaça d'un nou terratrèmol a Mèxic, recordo al gran poeta mexicà José Emilio Pacheco. L'any 1986, a Miro la tierra (Lamentaciones y alabanzas), escrivia:

El rey ha muerto

 "Ya somos libres. Se acabó la opresión.
Desmantelemos el obsceno palacio.
En nuestra tierra no volverá a haber tiranos."

Todo esto dijo y a continuación
se vistió el manto y la corona,
aún manchados de sangre, del rey depuesto.

Al mateix volum, a Las ruinas de México (Elegía del retorno):

I
9
La casa que era defensa contra la noche y el frío,
la violencia de la intemperie,
el desamor, el hambre y la sed
se reduce a cadalso y tumba.
Quien sobrevive queda prisionero
en la arena o la malla de la honda asfixia.

10
Sólo cuando nos falta se aprecia el aire,
cuando quedamos como el pez atrapados
en la red de la asfixia. No hay agujeros
para volver al mar que era el oxígeno
en que nos desplazamos y fuimos libres.
El doble peso del horror y el terror
nos ha puesto
fuera del agua de la vida.

Sólo en el confinamiento entendemos
que vivir es tener espacio.
Hubo un tiempo
feliz en que podíamos movernos,
salir, entrar y ponernos de pie o sentarnos.
Ahora todo cayó. Ha cerrado
el mundo sus accesos y ventanas.
Hoy entendemos lo que significa.
una expresión terrible:
sepultados en vida.

Rellegint el poeta em faig només una idea del que pot pensar -esperar- el poble de Mèxic. I em sento bastant inútil.


¿Crisis en Catalunya? Claro, la de siempre
José María Izquierdo (elDiario.es)

Se puede leer en cualquier medio: el Gobierno de coalición de Catalunya pende de un hilo. Y así es, a la vista de las diferencias entre ERC y Junts. Es una demostración más de las dificultades, extraordinarias, gigantescas, de gobernar en coalición. Similares movimientos telúricos vive a diario el gobierno de Pedro Sánchez. Pero no vayan ustedes a creerse, como así lo hacen los numerosos tertulianos ignorantes y otras gentes de similar alcurnia, que estamos hablando de una enfermedad patria. Como tampoco lo fue la gripe española, esta dolencia no tiene aquí su origen, y ni tan siquiera su máxima expresión. En la Europa a la que pertenecemos estos males se multiplican, por lo que nórdicos, centroeuropeos o ciudadanos del sur están al cabo de la calle de semejantes angustias, y las viven con la tranquilidad que da el déjà vu de qué me va usted a contar que no hayamos vivido mil veces.

Los actuales problemas que tienen los suecos tras las elecciones para formar gobierno, roto el cordón sanitario a la ultraderecha, aquella sarta de triquiñuelas que nos enseñaron los daneses con Borgen, o la reciente ruptura de la coalición italiana, que ha obligado a nuevas elecciones con la amenaza latente del triunfo del nuevo fascismo, son buena muestra de ello. En Europa han visto pasar todo tipo de coaliciones de partidos, desde el minifundista de seis o siete formaciones, hasta la gran coalición alemana entre la izquierda socialdemócrata y la derecha tradicional, como los tres gobiernos presididos por Angela Merkel. Todas ellas pasaban de la risa al llanto a velocidad de crucero. Y nadie se rasgaba las vestiduras. Los problemas obvios de la convivencia doméstica.

Lo que pasa en este nuestro territorio patrio es que los partidos que están en la oposición, léase el PP, la ferocidad ultra de Vox o la inanidad más patética de Ciudadanos, amplificadas sus opiniones por una prensa de obediencia castrense, falaz, faltona y absolutamente deshonesta, transforman esas naturales dificultades cotidianas en murallas insalvables, en ridículas tragedias griegas. Siempre, claro está, que esos malestares no afecten a gobiernos presididos por la derecha, en cuyo caso la conflagración mundial se convierte en una simple discusión de enamorados, mínimas diferencias que en nada afectan a la firmeza de la unión entre ellos, léase aquella pelea a muerte en la Comunidad de Madrid entre la pujante reina del vermú y el declinante Ignacio Aguado del todavía más declinante Ciudadanos. Cuchilladas y baja por defunción. Poca cosa, según la derecha y su fiel infantería mediática. O las broncas ya manifiestas en el gobierno de Castilla y León.

Es verdad que la batalla en el gobierno catalán va a exigir algo más que buenas palabras para volver a un entendimiento operativo. Las diferencias mostradas en la última Diada y sus posteriores escaramuzas entre los socios no anuncian una paz próxima. La guerra no es menor porque al final de la escapada se debate el gran asunto de fondo: la independencia catalana. Así, a lo bruto. O, por ir al primer paso, a la consulta popular a los catalanes sobre si quieren emprender el viaje por esa senda. Esquerra quiere esperar el momento idóneo, que mejor es aguardar un tiempo para que el resultado les sea favorable, mientras ese sector que de manera simbólica podíamos considerar bajo el liderazgo de Puigdemont, insiste en acelerar el proceso y poner las urnas sí o sí.

Como telón de fondo, los datos que ofrecen las encuestas. En octubre de 2012, un 57% de los catalanes consultados por el Centre d'Estudis d'Opinió de la Generalitat (CEO) contestó que votaría sí en un hipotético referendo sobre la independencia. Pero desde entonces han pasado muchas cosas. Muchísimas. Así que a partir de 2015 ese porcentaje ha oscilado entre el 41% y el 48% hasta llegar al barómetro del pasado junio, en el que el sí se situaba en un modestísimo 40,9%, el porcentaje más bajo de todo el procés. Esos resultados, tienen, como todas las encuestas, el valor que se les quiera adjudicar. Pero no conviene a los independentistas desoír por completo esos datos.

Tampoco el Gobierno de Pedro Sánchez debería fiarse de los números y nunca, nunca, convendría que olvidara que el llamado problema catalán, sea cual sea su dimensión coyuntural, sigue latente y los gestos políticos -y quizá económicos- hay que continuarlos si se quiere encontrar, de verdad, una solución. Porque a lo mejor es cierto que al final de toda esta historia habrá que votar. El Gobierno de Sánchez debería adoptar, entonces, la misma disposición que guía a ERC: encontrar el momento oportuno para esa hipotética consulta para ganarse un no bien claro e indiscutible a la independencia. Y para ello hay que trabajar a conciencia.

De modo y manera que sequen sus lágrimas. No deberíamos preocuparnos en exceso por el presidente Aragonés y sus socios, porque solo un cataclismo de proporciones descomunales haría descarrilar el gobierno de coalición en estos momentos, cuando las cosas pintan más bien turbias para sus afanes de proclamar una Catalunya independiente. Apostemos, pues, porque la tragedia no se consumará, al menos en muchos meses, que con las cosas de comer no se juega.

Al Ojo no le importa perder una vez más el envite, acostumbrado como está, ay, a besar la lona de la derrota.

Adenda. Hartos de carrozas, penachos de plumas y estilográficas averiadas, de filas de señores y señoras con la vista absorta en una riquísima caja de madera con una señora muerta en su interior y de reuniones de gentes riquísimas, ataviadas todas ellas con ridículos ropajes. Millones y millones de libras, euros o lo que ustedes gusten, tirados al pozo de la egolatría de una familia insaciable en dineros y honores y caprichosa hasta la abominación mientras el país -y el entero mundo- viven una crisis salvaje. Ya. Por favor. Ya.

Adenda doméstica. Jaculatoria ante la tarta con las diez velas que celebran el décimo aniversario de elDiario.es: ¡¡¡Y que sean muchos más!!!

                                                                   * * *
Godard no estaba loco
Hermann Bellinghausen (La Jornada)

De las muchas cosas que se pueden decir, burlas o veras, de Jean-Luc Godard, una es definitiva: está todo menos loco. A partir de la década de 1950, su pensamiento evolucionó durante 70 años en la conciencia de que el cine es una mentira. Quizá la mejor de las mentiras, por algo lo eligió como el lenguaje de su vida. Al mismo tiempo, nunca dejó de cuestionarlo.

Se antoja cómodo decir que su cine no es para cualquiera. Que resulta odioso, aburrido o pretencioso. Como si a ese cine y al autor les importara. No se me ocurre otro cinematógrafo más libre e ilimitado. Su confusión de géneros produjo uno solo: el género Godard. El estilo Godard. Y que se jodan.

Puede decirse también que es un ensayista fílmico. Del celuloide a las plataformas actuales, un Montesquieu. Un Voltaire. Un racionalista francés. Un incómodo marxista que va por la libre y toma toda clase de atajos. Un jacobino escarmentado. Hasta cuando más anecdótico o narrativo (digamos Vivre sa Vie, Prenom Carmen, Pierrot le Fou), no deja de recordarnos dónde estamos y de qué trata el juego.

Con La Chinnoise y Simpathy for the Devil se tira a la yugular de las certidumbres de la izquierda del 68 y sus secuelas. Nunca clown, sin cesar se ríe de las miserias del cine, la política, la crítica, el lenguaje. Más que creer en el cine, Godard cree en la literatura y la poesía. Sus personajes –los hay de muchas maneras, en particular mujeres– suelen ser lectores, y leen en pantalla con descaro anticinematográfico.

Un asunto reiterado, inquietante, inestable, es la feminidad. La condición de la mujer. Desde sus cortos iniciales con Truffaut y Sin aliento (1959), hasta Elogio del amor (2001), la mujer, las mujeres, son la clave sin la cual nada vale la pena de ser comprendido.

Severo conocedor de los medios de comunicación, satírico y pensador (más profundo que los académicos) de las tecnologías, los vicios de la propaganda y de las masas, los engaños del arte y sus mercados, la servidumbre del sexo, los límites de la ética al robar, poner bombas, sabotear, asesinar en nombre de algo, o de nada, escenifica sentimientos con ideas, como alega Anna Karina-Marianne en Pierrot le Fou.

Con el tiempo, las fronteras genéricas se borrarían completamente en la cinematografía de Godard. Los festivales lo respetaban, pero le temían. Trataban de premiarlo, a sabiendas de que algo se le ocurriría para molestarlos. Hasta un Óscar honorario le concedieron.

Le debemos que la versión más subversiva quizá de la historia de Jesús sea Je vous Salue Maria (1985), donde María despacha en el taller de carros de su padre. José, su novio, es taxista. Queda preñada en su virginidad inmaculada por algo inexplicable. Godard nos presenta una María sensual y verosímil, un José que aprende con humildad lo que es vivir atormentado. En su momento, el papa Wojtila montó en cólera y exigió que la prohibieran.

Como tío de Carmen –una deliciosa Maruschka Detmers en Prenom Carmen – un tal Jean Godard es un cineasta retirado que se aferra a vivir en un hospital aunque no está enfermo de nada. De algo me voy a enfermar, sostiene. Obligado a darse de alta, colabora con los planes de su sobrina y su banda de asaltantes para efectuar un secuestro, y le montan engañosamente un rodaje falso con el último cuarteto de Beethoven tocado en vivo. En el fondo se trata de la Carmen de Merimée, con un toque de Tom Waits y otro de incesto. Eso acaba en sangre.

Siempre es fiel al riesgo gratuito mas no irracional, y menos nihilista, aunque lo parezca. Amar, vivir, pensar, es peligroso.

La última actuación pública de Godard fue en mayo pasado, al cuestionar al festival de Cannes por arrodillarse ante el presidente Zelensky, de Ucrania, mal comediante, un falso Chaplin. Fue necesaria la puesta en escena de otra guerra mundial y la amenaza de otra catástrofe para que supiéramos que Cannes es una herramienta de propaganda como cualquier otra. Desnudó una vez más al Gran Teatro del Mundo.

Uno puede pensar en Werner Herzog, otro director de ideas que transita con naturalidad de la ficción al documental. Pero Godard carece del descaro (y la disciplina narrativa) de Herzog para epatar a la audiencia. La honestidad (el genio) de Godard le impide hacer trampas. El único gancho de un filme debe ser su verdad. Alguna debe tener; si no, es basura.

Aun en el invierno de su no-locura evitó privarse del placer de ser desagradable con los desagradables y desafiar al poder. Inicialmente provocador y revolucionario, se convirtió en un poeta de la imagen, un pensador del lenguaje (y de la muerte del lenguaje), sempiterno verdugo de la estupidez humana. Un sabio enamorado del amor, la condición menos sabia del mundo.

No cupo en los cines comerciales. No cabe en las plataformas que hoy dominan el mercado. No cabe en festivales ni coronaciones. No cabe en los manuales de cine, a menos que asuman con él que todo es truco y representación. Se atreve a lo que casi ningún cineasta: hace preguntas.

Debió regocijar a Bertolt Brecht en su tumba. Por lo demás, Godard nunca obedeció, fue más libre que Brecht. Tuvo esa suerte.


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Miquel Angel Soria

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Sep 22, 2022, 1:31:57 AM9/22/22
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Setiembre
22
Día sin autos

Los ecologistas y otros irresponsables proponen que por un día, en el
día de hoy, los automóviles desaparezcan del mundo.
¿Un días sin autos? ¿Y si el ejemplo se contagia y ese día pasa a ser
todos los días?
Dios no lo quiera, y el Diablo tampoco.
Los hospitales y los cementerios perderían su más numerosa clientela.
Las calles se llenarían de ridículos ciclistas y patéticos peatones.
Los pulmones ya no podrían respirar el más sabrosos de los venenos.
Las piernas, que se han olvidado de caminar, tropezarían con cualquier piedrita,
El silencio aturdiría los oídos.
Las autopistas serían deprimentes desiertos.
Las radios, las televisiones, las revistas y los periódicos perderían
a sus más generosos anunciantes.
Los países petroleros quedarían condenados a la miseria,
El maíz y la caña de azúcar, ahora convertidos en comida de autos,
regresarían al humilde plato humano.

Eduardo Galeano




El Tribunal Constitucional y la ley del aborto
Javier Pérez Royo (elDiario.es)


¿Puede un Tribunal Constitucional dictar sentencia sobre un recurso de
inconstitucionalidad contra una ley aprobada en 2010, interpuesto por
diputados de un grupo parlamentario que dispuso de mayoría absoluta
entre 2011 y 2016 y no dictó una ley redactada con base en la
argumentación con la que justificaba la anticonstitucionalidad de la
ley que recurría todavía vigente en el día de hoy?

Los diputados del PP que interpusieron el recurso fueron elegidos en
el año 2008. La mayoría de ellos continuarían siendo diputados en la
siguiente legislatura, la resultante de las elecciones en 2011, en la
que su grupo parlamentario dispuso de 186 escaños. Bajo esa mayoría se
produjo una renovación importante del TC.

A pesar de ello, el recurso no ha sido resuelto. Sin que se sepa muy
bien por qué, parece que el actual presidente del TC, cuyo mandato ya
ha caducado y carece, por tanto, de la legitimidad democrática con la
que accedió en 2013, ha considerado que es urgente que se resuelva el
recurso.

¿Tendrá que ver algo esa prisa con el hecho de que está a punto de ser
aprobado un proyecto de ley sobre la interrupción del embarazo por el
Gobierno? ¿Se pretenderá condicionar con la sentencia el contenido de
la nueva ley? ¿Es posible que se esté pensando en declarar
anticonstitucional preventivamente alguno de los preceptos que se sabe
que van a figurar en el proyecto de ley que se está elaborando?

Después de la revisión de la sentencia Roe vs. Wade por el Tribunal
Supremo de Estados Unidos, se puede esperar cualquier cosa. Y más por
parte de un PP, que ha perdido toda fiabilidad. Bajo la presidencia de
Aznar y de Rajoy, el PP era un partido conservador, muy conservador,
pero previsible. Ahora sigue siendo muy conservador, pero además no se
sabe por dónde puede salir en casi cualquier asunto.

Pienso que es importante que el proyecto de ley se apruebe por el
Gobierno rápidamente y que se remita a las Cortes Generales para su
aprobación, dejando la ley de 2010 fuera del ordenamiento jurídico.
Con ello decaería el recurso interpuesto contra la misma y nos
evitaríamos eventuales conflictos.

Sustantivamente, además, el proyecto de ley supone un avance respecto
de la norma actualmente vigente y, en consecuencia, supone una mejor
protección para el derecho de las mujeres a decidir libremente sobre
la interrupción del embarazo.

* * *

¿A causa de qué avanza la ultraderecha?
José Steinsleger (La Jornada)


Uno. Doble y simultánea conmoción. La primera, perturbadora: el
fallido atentado contra la vida de Cristina Fernández de Kirchner
(CFK). La segunda, esperanzadora: el inicio del quinto año de la
Cuarta Transformación (4T), liderada por AMLO. Hechos que guardan
vasos comunicantes.

Dos. ¿Realidades distintas y distantes? Ni tanto. Junto con Lula da
Silva, Luis Arce, Gustavo Petro, Francia Márquez, Rafael Correa,
Nicolás Maduro, Xiomara Castro, Miguel Díaz-Canel, AMLO y CFK
comparten enemigos intercambiables y comunes (leáse: enemigos de la
democracia, y empecinados en imponer el caos en América Latina).

Tres. Todos y cada uno de los líderes referidos han atravesado o
atraviesan procesos políticos de alta complejidad e incierto decurso.
Sin embargo, la voluntad política de sus pueblos ordena la marcha. ¿En
cuál dirección? No adelantarse a la síntesis. Valoremos, por ahora, la
atinada observación del economista Alfredo Serrano Mancilla, quien
propone priorizar el riesgo-pañal por sobre el riesgo-país (leáse: el
derecho a la vida).

Cuatro. Qué cosa… En años de celebración del bicentenario de nuestra
independencia, 70 por ciento de los habitantes de AL y el Caribe
desearían tener el derecho a la vida del restante 30 por ciento. ¿Cómo
ha sido posible esto? ¿Y cómo es posible que en un continente con
ingentes recursos, 70 por ciento piense en qué comerán sus hijos, y el
otro 30 continúe hablando de libertad, democracia, república,
garantías individuales, y aquello de que no sólo de pan vive el
hombre?

Cinco. Quien hace tal reflexión, vive en la franja social habitada por
el referido 30 por ciento. Sin embargo, atento a la crisis terminal de
la cultura occidental (EU, Europa, AL y el Caribe), difícilmente
otorga mayor credibilidad a poderes ejecutivos cautivos de poderes
judiciales hostiles a la justicia, y poderes legislativos pendientes
de sus intereses pecuniarios.

Seis. En ese contexto, la agresividad de las clases dominantes obedece
a que se han quedado sin proyecto, sin discurso y sin propuestas como
las que ellas mismas inventaron, hace más de 200 años (contrato
social, división de poderes, tolerancia, etcétera).

Siete. Brevísimo relato anónimo. Un día, la mentira y la verdad
decidieron bañarse en el mismo pozo. Poco después, la mentira se
vistió con las ropas de la verdad y se fue. Incapaz de vestirse con
las ropas de la mentira, la verdad empezó a caminar desnuda, y todos
se horrorizaban al verla.

Ocho. ¿”Polarización” sin más? ¿“Discursos de odio sin más? Quizá
valga reparar en la opinión de filósofos, sociólogos, politólogos.
Pero a nuestro juicio se trata de políticas programadas y muy
concretas de embrutecimiento informativo. Políticas que las derechas
que se dicen modernas, invisten con las ropas de las viejas mentiras.
Contados, muy contados, los políticos que hablan de concentración de
la riqueza. Prefieren hablar de la pobreza. Y menos de concentración
de los medios. Prefieren hablar de la libertad de expresión.

Nueve. Tomemos en serio las palabras del político neoliberal argentino
Ricardo López Murphy, horas antes del atentado contra CFK: O ellos, o
nosotros. Así como las comedidas de un analista socialdemócrata de Le
Monde Diplomatique, diciendo que el lenguaraz no quiso decir eso. Mira
tú… ¿y entonces qué quiso decir?

Diez. Más allá del terrorífico cambio climático que ya empezó, la
verdad verdadera radica en algo más terrorífico: el presupuesto
militar de Estados Unidos para el año entrante: 850 mil millones de
dólares. O bien, en la serenísima declaración de Liz Truss, flamante
primera ministra de Gran Bretaña: Estoy lista para apretar el botón
nuclear contra Rusia (https://bit.ly/3Ltl9Pv).

Once. Tampoco hay que fingir sorpresa frente a los llamados grupos de
odio, calificados de neo (neonazis, neofascistas, neorracistas,
etcétera). En enero de 1924, por sus palabras y actos, Hitler fue
sentenciado a cinco años de prisión. Pero los puntillosos demócratas
burgueses de la República de Weimar (1918-33), lo liberaron nueve
meses después. ¿A causa de qué? A causa de ideas democráticas,
falazmente entendidas.

Doce. Archisabido: las palabras violentas preceden a la acción. En
este sentido, Biden y Truss superan, con creces, a las ultraderechas
que en las redes antisociales amenazan de muerte a líderes
democráticos y populares. Y el único modo de frenarlas es con leyes
que regulen el contenido de los medios.

Trece. Con idéntico lenguaje, sin asco de sí mismos, ejércitos de
periodistas profesionales de medios corporativos, degradan la libertad
de expresión a mero libertinaje comunicacional. Induciendo, a su vez,
a los extremistas que en las redes antisociales potencian sus
infundios, con agravios, insultos y amenazas de muerte. Así, las
mentiras disfrazadas de verdad, caminan a sus anchas con total
impunidad… y pocos se horrorizan.
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Miquel Angel Soria

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Sep 23, 2022, 1:32:05 AM9/23/22
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La frase "Hi ha persones que mai haurien de morir" la fem servir de forma excessivament lleugera. Però hi ha alguna ocasió en la qual es converteix en un desig real. Això ens passa des del vint-i-tres de setembre de 1973. Aquest dia ens deixava d'acompanyar Pablo Neruda. El recordem des de poemes com Veinte poemas de amor y una canción desesperada o Canto General fins a Los versos del capitán, o Tercera residencia. L'elecció no és gens fàcil. Em quedo amb aquell "capità" que durant molts anys va ser anònim.

La muerta

Si de pronto no existes,
si de pronto no vives,
yo seguiré viviendo.

No me atrevo,
no me atrevo a escribirlo,
si te mueres.

Yo seguiré viviendo.

Porque donde no tiene voz un hombre
allí, mi voz.

Donde los negros son apaleados,
yo no puedo estar muerto.
Cuando entren en la cárcel mis hermanos
entraré yo con ellos.

Cuando la victoria,
no mi victoria,
sino la gran victoria
llegue
aunque esté mudo debo hablar:
yo la veré llegar aunque esté ciego.

No, perdóname.
Si tú no vives,
si
tú, querida, amor mío,
si tú
te has muerto, 
todas las hojas caerán en mi pecho, 
lloverá sobre mi alma noche y día,
la nieve quemará mi corazón,
andaré con frío y fuego y muerte y nieve,
mis pies querrán marchar hacia donde tú duermes,
pero
seguiré vivo,
porque tú me quisiste sobre todas las cosas
indomable,
y, amor, porque tú sabes que soy no sólo un hombre
sino todos los hombres. 


Bienvenido al paraíso fiscal
Javier Gallego
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Bienvenido al paraíso, le escribió Ayuso a Moreno Bonilla en Twitter para felicitarle por eliminar en Andalucía el impuesto de patrimonio, suprimido también en Madrid. La presidenta madrileña no se tapa, aunque no lo dice todo: Madrid es concretamente un paraíso fiscal para ricos. También lo será Andalucía. El impuesto sobre el patrimonio lo pagan solo las 190.000 mayores fortunas y recauda 1.200 millones anuales. Serían 1.000 millones más si se cobrase en la capital de España. Millones para la Sanidad, la Educación y los servicios del resto. Para ayudar a los más desfavorecidos, redistribuir la riqueza y reducir la desigualdad. Cuando se le quita un impuesto a un rico, se le roba una oportunidad al país.

La derecha argumenta que esta ventaja fiscal atrae al capital y dinamiza la economía. No caben más falacias juntas. Primera, los ricos solo pagan unos 6.000 euros anuales de promedio por este impuesto pese a que suman 3,5 millones de patrimonio medio cada uno, así que no se van a mover por esto. Pero lo que es insignificante para ellos, es significativo para el bien común. Segunda, la economía se mueve cuando el dinero se reparte, no cuando se acumula. Y tercera, un país con desigualdad entre vecinos y comunidades, es no solo injusto sino ineficiente. Esto no es comunismo, es liberalismo puro.

El PP no es liberal, es neoliberal. Quiere imponer un modelo de sociedad precarizada con un Estado débil en el que los trabajadores están indefensos y sometidos a una élite intocable, inalcanzable. Es la forma moderna de la sumisión. Pobres cebando a ricos. El drama es que las clases empobrecidas y emputecidas que sirven para engordar el hígado de las clases pudientes acaban eligiendo a quienes les explotan. Esto es así porque el dinero controla no solo los medios de producción, también los medios de comunicación que son medios de manipulación y persuasión de las masas. Una sociedad desigual es una sociedad cautiva. Por eso hace falta un Estado fuerte con una tributación equitativa que provea de defensas sociales, económicas, educativas frente al capital.

España es uno de los países de Europa donde los ricos pagan menos impuestos gracias a los favores que reciben y al dinero que evaden. Por eso recaudamos 7 puntos menos del PIB que la media europea y por eso estamos a la cabeza de la desigualdad. En plena crisis global, no solo la Unión Europea, desde la OCDE hasta el FMI han recomendado gravar la riqueza como se ha hecho en otras crisis. Como hizo Estados Unidos, cuna no solo del capitalismo, también de la tributación progresiva, que llegó a establecer un impuesto a los ricos de hasta el 90% de riqueza después de la 2ª Guerra Mundial. En España vamos en dirección contraria, el PP de Feijóo pisa el acelerador y el PSOE de Sánchez critica pero no le frena.

Los socialistas no solo se han negado una y otra vez al impuesto a los ricos y la reforma fiscal que pactaron con Unidas Podemos, además reprueban a Escrivá por proponer una centralización que acabe con la inequidad entre comunidades. Así los que van delante cada día se alejan más de los que van detrás. Tenemos una oligarquía insolidaria, una derecha que le baila el agua y un partido de Gobierno que se dice de izquierdas pero no se atreve a toserle. Y lamentablemente, tenemos una masa cautiva que cree que es mejor pagar menos, que los listos no pagan y que los impuestos se malgastan. Es culpa también de políticos irresponsables y corruptos que haya cundido esta idea.

Pero nada más patriótico que pagar impuestos. Mucho más que jurar bandera, agitar banderitas y ondear banderones. Los impuestos hacen país, salvan vidas, crean oportunidades y riqueza, promueven el progreso, protegen y educan, construyen sociedades más justas y más sólidas. Los impuestos son una base de la democracia liberal. Pero para que un impuesto sea democrático es fundamental que sea progresivo y defienda a la mayoría de la minoría que quiere vivir a su costa. El paraíso fiscal para ricos de Ayuso, Bonilla y Feijóo, es un infierno para pobres.

                                                     * * *

La guerra no es la respuesta a la profunda inseguridad planetaria
Por Vijay Prashad (Instituto Tricontinental de Investigación Social)

Nos llegan graves noticias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El último Informe sobre Desarrollo Humano (2021-22) registra que, por primera vez en treinta y dos años, el Índice de Desarrollo Humano ha registrado un segundo año consecutivo de descenso. Los avances de los cinco años anteriores en ámbitos como la salud y la educación se han visto anulados por este retroceso. “Miles de millones de personas se enfrentan a la mayor crisis del costo de la vida en una generación”, dice el informe. “Miles de millones se enfrentan ya a la inseguridad alimentaria, debido en gran medida a las desigualdades de riqueza y poder que determinan los derechos a la alimentación. Una crisis alimentaria mundial les afectará más”.

Aunque el informe de la ONU señala la pandemia y la guerra en Ucrania como las fuentes inmediatas de esta angustia, un informe anterior sobre seguridad humana señala que “más de 6 de cada 7 personas en todo el mundo percibían sentirse moderadamente o muy inseguras justo antes del estallido de la pandemia COVID-19”. Ciertamente, la pandemia y las recientes presiones inflacionarias debido al conflicto en Eurasia han hecho la vida más difícil, pero esta preocupación precede a ambos acontecimientos. El problema más profundo es el sistema capitalista mundial, que se tambalea de crisis en crisis, y que ha hecho muy difícil la vida de más de seis mil millones de personas.

En el Instituto Tricontinental de Investigación Social, hemos estado trabajando en la comprensión de la naturaleza de esta seguidilla de crisis y sus causas subyacentes desde nuestra creación hace casi cinco años. A lo largo de este periodo, hemos sido testigos del aumento, no de la cooperación mundial para hacer frente al hambre, el desempleo, los problemas sociales, la catástrofe climática, etc., sino de una mentalidad y unas estructuras que promueven la guerra como solución. El líder aquí ha sido, sin duda, Estados Unidos. Contra China, por ejemplo, ha llevado a cabo una guerra comercial y ha intentado utilizar argumentos de seguridad nacional para perjudicar los avances de la sofisticada tecnología china. Mientras que la mayoría de los países —alentados por el creciente descontento social de las masas— han mostrado voluntad de cooperar a nivel internacional para hacer frente a las preocupaciones más acuciantes de sus pueblos, Estados Unidos ha seguido una peligrosa estrategia de amenazas políticas y confrontación militar para preservar sus ventajas económicas, ya que no puede mantenerlas por medios comerciales.

Para comprender mejor los problemas acuciantes que definen nuestra época, el Instituto Tricontinental de Investigación Social se asoció con la prestigiosa revista socialista Monthly Review y la plataforma pacifista No Cold War para estudiar los nuevos avances en la estrategia militar y en el arsenal de Estados Unidos. Esta investigación ha dado sus frutos en nuestra primera publicación de una nueva serie denominada Estudios sobre Dilemas Contemporáneos. Este estudio, Estados Unidos está librando una Nueva Guerra Fría: una perspectiva socialista, contiene ensayos de John Bellamy Foster (director de Monthly Review), John Ross (miembro de No Cold War) y Deborah Veneziale (investigadora del Instituto Tricontinental de Investigación Social ). La sección inicial de mi introducción al estudio constituye el resto de este boletín.

En la reunión del Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), el 23 de mayo de 2022, el ex secretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger, hizo algunos comentarios sobre Ucrania que tocaron fibras sensibles. Planteó que Occidente, liderado por Estados Unidos, debe posibilitar un acuerdo de paz que satisfaga a los rusos en vez de dejarse llevar por “el estado de ánimo del momento”. “Continuar la guerra más allá de [este] punto”, dijo Kissinger, “no se trataría de la libertad de Ucrania, sino de una nueva guerra contra la propia Rusia”. La mayoría de los comentaristas occidentales sobre política exterior pusieron los ojos en blanco y desestimaron sus observaciones. Sin embargo, hay que reconocer que Kissinger, que no es un pacifista, resaltó el gran peligro de una escalada no solo por el establecimiento de una nueva cortina de hierro alrededor de Asia, sino por  tal vez comenzar una guerra abierta y letal entre el Occidente y Rusia, así como China. Este resultado impensable era demasiado incluso para Henry Kissinger, cuyo jefe, el expresidente Richard Nixon, hablaba frecuentemente de la teoría del loco de las relaciones internacionales: Nixon le dijo a su jefe de gabinete, Bob Haldeman, que tenía “su mano en el botón nuclear” para aterrorizar a Ho Chi Mihn y que capitule.

Durante los preparativos de la invasión ilegal a Irak por parte de EE. UU. en 2003, conversé con un alto cargo del Departamento de Estado que me dijo que la teoría predominante en Washington se reducía a un eslogan simple: “dolor a corto plazo para ganancia a largo plazo”. Me explicó que la opinión general es que las élites del país están dispuestas a tolerar el dolor a corto plazo de otros países, y tal vez de la clase trabajadora estadounidense, que podría experimentar dificultades económicas debido a los trastornos y la carnicería creados por la guerra. Sin embargo, si todo sale bien, este precio va a resultar en una ganancia a largo plazo, ya que Estados Unidos logrará mantener lo que ha tratado de mantener desde el final de la Segunda Guerra Mundial, que es la primacía. Si todo sale bien es la premisa que me dio escalofríos mientras él hablaba, pero lo que me sacudió igualmente fue la insensibilidad sobre quienes tienen que enfrentar el dolor y quienes disfrutarían las ganancias. Se decía muy cínicamente en Washington que valía la pena que los iraquíes y los soldados estadounidenses de clase trabajadora sufrieran impactos negativos (y murieran) mientras las grandes empresas petroleras y financieras pudieran saborear los frutos de un Irak conquistado. Esta actitud: “dolor a corto plazo para ganancia a largo plazo” es la alucinación que define a las élites en Estados Unidos, que no están dispuestas a tolerar el proyecto de construir dignidad humana y la longevidad de la naturaleza.

“Dolor a corto plazo para ganancia a largo plazo” define la peligrosa escalada de Estados Unidos y sus aliados occidentales contra Rusia y China. Lo que llama la atención de la posición de EE. UU. es que trata de impedir un proceso histórico que parece inevitable, que es el proceso de la integración de Eurasia. Después del colapso del mercado inmobiliario estadounidense y la gran crisis crediticia en el sector bancario occidental, el gobierno chino, junto con otros países del Sur Global, dieron un giro hacia la construcción de plataformas que no dependieran de los mercados de América del Norte y Europa. Estas plataformas incluyen la creación del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en 2009 y el anuncio de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI o Nueva Ruta de la Seda) en 2013. El suministro de energía de Rusia y la enorme cantidad de metales y minerales que posee, así como la capacidad industrial y tecnológica de China, atrajeron a muchos países, a pesar de su orientación política, a una asociación con la BRI sustentada por la exportación de energía rusa. Estos países incluyen Polonia, Italia, Bulgaria y Portugal, mientras Alemania es actualmente el mayor socio comercial de China en materia de bienes.

El hecho histórico de la integración de Eurasia amenaza la primacía de Estados Unidos y de las élites atlánticas. Esta amenaza es la que impulsa el peligroso intento de Estados Unidos de utilizar cualquier medio para “debilitar” tanto a Rusia como a China. Los viejos hábitos siguen dominando en Washington, que hace mucho que busca la primacía nuclear para negar la teoría del détente [distensión]. EE. UU. ha desarrollado una capacidad nuclear y una postura que le permitirían destruir el planeta para mantener su hegemonía. Las estrategias para debilitar a Rusia y a China incluyen el intento de aislar a estos países mediante la escalada de una guerra híbrida impuesta por Estados Unidos (como las sanciones y la guerra de información) y un deseo de desmembrar a estos países y luego dominarlos a perpetuidad.

Estados Unidos está librando una Nueva Guerra Fría, es un documento escalofriante, que esperamos que sea leído por personas comprometidas de todo el mundo y que ayude a movilizar una urgente campaña mundial por la paz. La paz es esencial, sobre todo en Ucrania. En el número de septiembre/octubre de 2022 de Foreign Affairs, Fiona Hill (ex asistente adjunta del presidente Donald Trump) y la profesora Angela Stent escribieron que en abril, «los negociadores rusos y ucranianos parecían haber acordado tentativamente las líneas generales de un acuerdo provisional negociado» en el que Rusia se retiraría a las fronteras anteriores mantenidas antes del 23 de febrero y Ucrania prometería no buscar la adhesión a la OTAN.

Sin embargo, en un movimiento revelador de la agenda de Occidente, el primer ministro del Reino Unido en ese momento, Boris Johnson, llegó a Kiev e instó al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky a romper las negociaciones. Aunque Ucrania estuviera dispuesta a firmar un acuerdo de seguridad con Rusia, dijo Johnson, Occidente no lo respaldaría. Así, Zelensky cesó las negociaciones y la guerra continuó. El artículo de Hill-Stent revela la peligrosa táctica de Occidente, que prolonga un conflicto que ha incrementado el sufrimiento ucraniano y ruso, y ha extendido la inestabilidad por todo el mundo, para perpetuar su Nueva Guerra Fría contra China y Rusia.

El 17 de septiembre, la y los autores del estudio serán protagonistas del Foro Internacional de la Paz organizado por No Cold War. Les invitamos a acompañarnos.

El Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU señala que «los puentes que conectan a los distintos grupos son uno de nuestros activos más importantes». No podríamos estar más de acuerdo. Debemos construir más puentes en lugar de bombardearlos.
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Miquel Angel Soria

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Sep 26, 2022, 1:31:20 AM9/26/22
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Setiembre
26
¿Cómo era el mundo cuando empezaba a ser mundo?

Florentino Ameghino fue otro sabio preguntón (l'altre era Miguel Ignacio Lillo, 25-09-1915).
Paleontólogo desde la infancia, era niño todavía cuando, allá por 1865, armó su primer gigante prehistórico en un pueblo dela provincia de Buenos Aires. Un día como hoy emergió cargado de huesos, desde lo hondo de una cueva profunda, y en la calle fue colocando mandíbulas , vértebras, caderas...
   -Es un monstruo de la época mesozoica- explicó a los vecinos-. Muy antiguo. Ustedes ni se imaginan.
Y a sus espaldas doña Valentina, la carnicera, ya no pudo aguantarse la risa:
   -Pero mijito... ¡Si son huesos de zorro!
Y eran.
Eso no lo desalentó.
A lo largo de su vida reunió sesenta mil huesos de nueve mil animales extinguidos, reales o imaginarios, y escribió diecinueve mil páginas que le valieron la medalla de oro y el diploma de honor de la Exposición Universal de París.


Los monarcas pertenecen al basurero de la historia
Por Chris Hedges (Rebelión)

La adulación reverencial a la reina Isabel en los Estados Unidos, que libró una revolución para deshacerse de la monarquía, así como en Gran Bretaña, es directamente proporcional al temor que se apodera de una nación desacreditada e incompetente y a la corrupta élite gobernante mundial.

Los oligarcas globales no están seguros de que la próxima generación de títeres reales, mediocridades que incluyen a un príncipe pedófilo y su hermano, un rey malhumorado y excéntrico que aceptó maletas y bolsos con $ 3.2 millones en efectivo del ex primer ministro de Qatar Sheikh Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani y que tiene millones escondidos en cuentas en el extranjero, estén preparados para el trabajo. Esperemos que tengan razón. “Tener una monarquía al lado es un poco como tener un vecino al que realmente le gustan los payasos y ha pintado su casa con murales de payasos, que muestra payasos en cada ventana y tiene un deseo insaciable de escuchar y discutir noticias relacionadas con los payasos”, escribió Patrick Freyne el año pasado en The Irish Times. «Más específicamente, para los irlandeses es como tener un vecino al que le gustan mucho los payasos y además tu abuelo fue asesinado por un payaso».

La monarquía oscurece los crímenes del imperio y los envuelve en nostalgia. Exalta la supremacía blanca y la jerarquía racial, justifica la regla de clases, refuerza un sistema económico y social que cruelmente descarta, y a menudo condena a la muerte, a aquellos considerados de raza inferior, la mayoría de los cuales son personas de color.

El esposo de la reina, el príncipe Felipe, quien murió en 2021, era conocido por hacer comentarios racistas y sexistas, explicados cortésmente en la prensa británica como «meteduras de pata«. Describió Beijing, por ejemplo, como “espantosa” durante una visita de 1986 y dijo a los estudiantes británicos: “Si se quedan aquí mucho más tiempo, todos tendrán ojos rasgados”.

Los gritos de los millones de víctimas del imperio, los miles asesinados, torturados, violados y encarcelados durante la rebelión de Mau Mau en Kenia, los 13 civiles irlandeses asesinados a tiros en el “Domingo sangriento”, los más de 4.100 niños de las Primeras Naciones que murieron o desaparecieron en las escuelas residenciales de Canadá, las instituciones patrocinadas por el Gobierno establecidas para “asimilar” a los niños indígenas a la cultura eurocanadiense y los cientos de miles asesinados durante la invasión y ocupación de Irak y Afganistán son ahogados por los vítores de las procesiones reales y el aura sacra que una prensa obsequiosa teje alrededor de la aristocracia. La cobertura de la muerte de la reina es tan abrumadoramente insípida, la BBC envió una alerta de noticias el sábado cuando el príncipe Harry y el príncipe William, acompañados por sus esposas, inspeccionaron los tributos florales a su abuela expuestos frente al castillo de Windsor, que la prensa podría también entregar la cobertura a los creadores de mitos y publicistas empleados por la familia real.

Los miembros de la realeza son oligarcas. Son guardianes de su clase. Los terratenientes más grandes del mundo incluyen al Rey Mohammed VI de Marruecos, con 176 millones de acres, la santa Iglesia Católica Romana con 177 millones de acres, los herederos del Rey Abdullah de Arabia Saudita con 531 millones de acres y ahora el Rey Carlos III con 6. 600 millones de acres de tierra. Los monarcas británicos valen casi 28.000 millones de dólares. El público británico proporcionará un subsidio de $ 33 millones a la familia real durante los próximos dos años, aunque el hogar promedio en el Reino Unido vio caer sus ingresos durante el período más largo desde que comenzaron los registros en 1955 y 227,000 personas se encuentran sin hogar en Gran Bretaña.

Los miembros de la realeza, para la clase dominante, valen el gasto. Son herramientas efectivas de subyugación. Los trabajadores postales y ferroviarios británicos cancelaron las huelgas planeadas por salarios y condiciones laborales después de la muerte de la reina. El Congreso Sindical (TUC) pospuso su congreso. Los miembros del Partido Laborista se deshicieron en sentidos homenajes. Incluso Extinction Rebellion, que debería saberlo mejor, canceló indefinidamente su “Festival de Resistencia” planeado. Clive Myrie, de la BBC, calificó la crisis energética de Gran Bretaña —causada por la guerra en Ucrania— que ha llevado a millones de personas a graves dificultades financieras de «insignificante» en comparación con las preocupaciones sobre la salud de la reina.

La emergencia climática, la pandemia, la locura mortal de la guerra de poder de EE. UU. y la OTAN en Ucrania, la inflación vertiginosa, el auge de los movimientos neofascistas y la desigualdad social cada vez más profunda serán ignorados mientras la prensa lanza floridos elogios al dominio de clase. Habrá 10 días de luto oficial.

En 1953 el Gobierno de Su Majestad envió tres buques de guerra, junto con 700 soldados, a su colonia, la Guayana Británica, suspendió la constitución y derrocó al Gobierno elegido democráticamente de Cheddi Jagan. El Gobierno de Su Majestad ayudó a construir y apoyó durante mucho tiempo al gobierno del apartheid en Sudáfrica. El Gobierno de Su Majestad aplastó salvajemente el movimiento independentista Mau Mau en Kenia entre 1952 y 1960, llevando a 1,5 millones de kenianos a campos de concentración donde muchos fueron torturados. Los soldados británicos castraron a presuntos rebeldes y simpatizantes, a menudo con pinzas, y violaron a niñas y mujeres. El Gobierno de Su Majestad heredó una riqueza asombrosa de los 45 billones de dólares que Gran Bretaña saqueó de la India, riqueza acumulada al aplastar violentamente una serie de levantamientos, incluida la Primera Guerra de Independencia en 1857. El Gobierno de Su Majestad llevó a cabo una guerra sucia para acabar con la guerra grecochipriota de la Independencia de 1955 a 1959 y más tarde en Yemen de 1962 a 1969.

La tortura, los asesinatos extrajudiciales, los ahorcamientos públicos y las ejecuciones masivas por parte de los británicos eran rutinarios. Luego de una prolongada demanda, el Gobierno británico acordó pagar casi 20 millones de libras esterlinas en daños a más de 5.000 víctimas de abusos británicos durante la guerra en Kenia y en 2019 se hizo otro pago a los sobrevivientes de la tortura del conflicto en Chipre. El Estado británico intenta obstruir los juicios derivados de su historia colonial. Sus acuerdos son una pequeña fracción de la compensación pagada a los dueños de esclavos británicos en 1835 una vez que, al menos formalmente, abolió la esclavitud.

Durante su reinado de 70 años, la reina nunca ofreció una disculpa ni hizo reparaciones.

El objetivo de la jerarquía social y la aristocracia es mantener un sistema de clases que nos haga sentir inferiores al resto de nosotros. Los que están en la parte superior de la jerarquía social entregan galardones por servicios leales, incluida la Orden del Imperio Británico (OBE). La monarquía es la base del Gobierno hereditario y la riqueza heredada. Este sistema de castas se filtra desde la Casa de Windsor, amante de los nazis, hasta los órganos de seguridad del Estado y el ejército. Rige la sociedad y mantiene a las personas, especialmente a los pobres y la clase trabajadora, en el lugar “adecuado”.

La clase dominante británica se aferra a la mística de la realeza y a iconos culturales en decadencia como James Bond, los Beatles y la BBC, junto con programas de televisión como «Downton Abbey», donde en la versión cinematográfica de 2019 los aristócratas y los sirvientes se convulsionan en febril anticipación cuando el rey Jorge V y la reina María programan una visita para proyectar una presencia global. El busto de Winston Churchill permanece prestado en la Casa Blanca. Estas máquinas de mitos sustentan la relación “especial” de Gran Bretaña con los Estados Unidos. Vea la película satírica “In the Loop” para tener una idea de cómo es esta relación “especial” por dentro.

No fue hasta la década de 1960 que se permitió que «inmigrantes de color o extranjeros» trabajaran en funciones administrativas en la casa real, aunque habían sido contratados como sirvientes domésticos. La casa real y sus jefes están legalmente exentos de las leyes que previenen la discriminación racial y sexual, lo que Jonathan Cook llama “un sistema de apartheid que beneficia solo a la familia real”. Meghan Markle, que es mestiza mixta y que contempló el suicidio durante su tiempo como miembro de la realeza trabajadora, dijo que un miembro de la realeza anónimo expresó su preocupación por el color de la piel de su hijo por nacer.

Comprob´e este asfixiante esnobismo en 2014 cuando participé en un debate de Oxford Union preguntando si Edward Snowden era un héroe o un traidor. Fui un día antes para que Julian Assange, entonces refugiado en la embajada de Ecuador y actualmente en la prisión de Su Majestad en Belmarsh me preparara para el debate. En una lúgubre cena de etiqueta que precedió al evento me senté junto a un ex parlamentario que me hizo dos preguntas que nunca antes me habían hecho en forma sucesiva. “¿Cuándo vino tu familia a Estados Unidos?” dijo, seguido de «¿A qué escuelas asististe?» Mis antepasados, de ambos lados de mi familia, llegaron de Inglaterra en la década de 1630. Mi título de posgrado es de Harvard. Si no hubiera superado su prueba de fuego, habría actuado como si yo no existiera.

Los participantes en el debate (mi lado, que argumentaba que Snowden era un héroe ganó por poco) firmaron un libro de visitas encuadernado en cuero. Tomando el bolígrafo garabateé en letras grandes que llenaron una página entera: “Nunca olvidéis que vuestro principal filósofo político, Thomas Paine, nunca fue a Oxford ni a Cambridge”.

Paine, el autor de los ensayos políticos más leídos del siglo XVIII, Los derechos del hombre, La edad de la razón y el sentido común, criticó a la monarquía como una estafa “Un bastardo francés que desembarca con un bandido armado y se establece como rey de Inglaterra en contra del consentimiento de los nativos es, en términos sencillos, un sinvergüenza mezquino… La pura verdad es que la antigüedad de la monarquía inglesa no soporta el examen”, escribió sobre Guillermo el Conquistador. Ridiculizó la regla hereditaria. “Más valioso es un hombre honesto para la sociedad, y a la vista de Dios, que todos los rufianes coronados que jamás han existido”. Continuó: “Una de las pruebas naturales más extrañas de la locura del derecho hereditario en los reyes es que la naturaleza lo refuta, de lo contrario no lo ridiculizaría con tanta frecuencia, dando a la humanidad un asno por león”. Llamó al monarca “el bruto real de Inglaterra”.

Cuando la clase dominante británica trató de arrestar a Paine, este huyó a Francia, donde fue uno de los dos extranjeros elegidos para servir como delegado en la Convención Nacional establecida después de la Revolución Francesa. Denunció las llamadas a ejecutar a Luis XVI. “Aquel que quiera asegurar su propia libertad debe proteger incluso a su enemigo de la opresión”, dijo Paine. “Porque si viola este deber, establece un precedente que le llegará a él”. Las legislaturas sin control, advirtió, podrían ser tan despóticas como los monarcas sin control. Cuando regresó a Estados Unidos desde Francia condenó la esclavitud, la riqueza y los privilegios acumulados por la nueva clase dominante, incluido George Washington, que se había convertido en el hombre más rico del país. A pesar de que Paine había hecho más que cualquier figura individual para animar al país a derrocar a la monarquía británica, fue convertido en un paria, especialmente por la prensa, y olvidado. Había cumplido su utilidad. Seis dolientes asistieron a su funeral, dos de los cuales eran negros.

Puede ver mi charla con Cornel West y Richard Wolff sobre Thomas Paine aquí.

Hay un anhelo patético entre muchos en los EE. UU. y Gran Bretaña de estar vinculados de alguna manera tangencial a la realeza. Los amigos británicos blancos a menudo tienen historias sobre antepasados que los relacionan con algún oscuro aristócrata. Donald Trump, quien diseñó su propio escudo de armas heráldico, estaba obsesionado con obtener una visita de Estado con la reina. Este deseo de ser parte del club, o validado por el club, es una fuerza poderosa que la clase dominante no tiene intención de abandonar, incluso si el desventurado rey Carlos III, quien junto con su familia trató con desprecio a su primera esposa Diana, lo estropee.

Chris Hedges es un periodista ganador del Premio Pulitzer que fue corresponsal en el extranjero durante quince años para The New York Times, donde se desempeñó como Jefe de la Oficina de Medio Oriente y Jefe de la Oficina de los Balcanes para el periódico. Anteriormente trabajó en el extranjero para The Dallas Morning News, The Christian Science Monitor y NPR. Es el presentador del programa The Chris Hedges Report.

                                                         * * *

La “neocolonización” de la Argentina
Por Atilio A. Boron

En los últimos tiempos la Argentina ha acelerado su deslizamiento hacia una condición neocolonial. Si hubiera que marcar un hito de este proceso diríamos que esta tendencia irrumpe con fuerza durante la dictadura cívico-militar con el estallido de la crisis de la deuda externa, en agosto de 1982. Ésta corrió como un reguero de pólvora por toda Latinoamérica y el Caribe y acentuó la vulnerabilidad externa de nuestros países. Porque, tal como lo observara con sagacidad John Quincy Adams, sexto presidente de Estados Unidos, “hay dos formas de conquistar y esclavizar una nación: una es la espada; la otra es la deuda”.

La recuperación de la democracia atestiguó una tentativa inicial del gobierno de Raúl Alfonsín de enfrentar colectivamente el tema de la deuda externa mediante la creación de un “Club de Deudores” (el Grupo de Cartagena) para negociar, con cierta paridad de fuerzas, con el “Club de Acreedores”. La Administración Reagan fulminó esta iniciativa y a poco andar su radical cuestionamiento ocasionó la salida del ministro de Economía, Bernardo Grinspun, y con ello el fin de los ensayos de gestión macroeconómica heterodoxa. El previsible derrumbe del gobierno alfonsinista abrió el camino para la re-encarnación neoliberal del peronismo. En efecto, el menemismo fue el segundo acto de un proyecto cuyo primer capítulo había sido protagonizado por la dictadura genocida. Junto con las profundas reformas neoliberales del gobierno de Carlos Menem, gran parte de las cuales sobreviven todavía al día de hoy, se acentuó la dependencia de la Argentina en relación con Estados Unidos, reduciéndose los márgenes de autonomía nacional en materia económica y en la política exterior. Con el kirchnerismo esta tendencia hacia la “neocolonización” de la Argentina detuvo su marcha pero sin ser completamente revertida, pese a indudables avances como acabar con la dictadura del FMI o la estatización de las AFJP y la adopción de una política exterior independiente.

En la actualidad hay múltiples indicadores de la acrecentada gravedad de este proceso de creciente heteronomía y sometimiento neocolonial. El escándalo de los puertos privados sobre el río Paraná, la absoluta falta de control sobre nuestras exportaciones agrarias (pero también mineras) y la debilidad del Estado para controlar la dinámica arrasadora de los mercados (caso de la inflación, por ejemplo) son otros tantos indicios, a los cuales se podrían sumar muchos más, de esta progresiva pérdida de soberanía. Pero en los últimos días se han agregado algunos elementos más: la llamativa magnanimidad de autoridades gubernamentales y corporaciones estadounidenses durante la gira del ministro de Economía, Sergio Massa, ¿no exigirá una contrapartida de nuestra parte? ¿O es que sin que nos hayamos percatado el imperio se convirtió en una entidad filantrópica? No creo. Sería un parteaguas geopolítico, pero hasta ahora no se lo advierte.

Si observamos con detenimiento algunas noticias recientes, daremos con rotundos indicios de la mencionada “neocolonización”. Por ejemplo, la Argentina está consintiendo la sigilosa instalación de una base militar de Estados Unidos a pocos kilómetros de Vaca Muerta, sin que el tema haya sido discutido en el Congreso Nacional o en la Legislatura neuquina, y sin haber sido informado a la opinión pública. Segundo: la abierta intromisión del embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, recomendando una estrategia de “coalition building”, en donde convergen todas las fuerzas políticas con la excepción del treinta por ciento que, casualmente, es el caudal electoral del kirchnerismo. Injerencia que, infelizmente, no recibió de nuestra Cancillería la réplica que las normas diplomáticas de la Convención de Viena exigían. Tercero, las reiteradas declaraciones de la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, acerca de la necesidad de preservar este verdadero emporio de recursos naturales que es Latinoamérica para uso exclusivo de quienes habitamos esta parte del mundo y no para, según sus palabras, “nuestros adversarios y competidores que también saben de nuestras riquezas y vienen a nuestro vecindario para apoderarse de esos recursos“. O sea, monroísmo recargado y de ahí la necesidad de instalar una base en Neuquén. Cuarto, y más reciente, la insolente intervención pública de la Amcham (la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina) que con fecha del 22 de septiembre dio a conocer un documento en el cual textualmente dice: "En función del posible tratamiento durante el día de hoy en el Honorable Senado de la Nación sobre el proyecto de ley que pretende sustituir el artículo 21 del Decreto Ley 1285/58, proponiendo la ampliación sustancial de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (Amcham Argentina) manifiesta su preocupación ante la sola posibilidad que esto se concrete". O sea, las empresas estadounidenses ¡se sienten cómodas con la Corte Suprema y el Poder Judicial que tenemos! Para ellas, el cáncer del lawfare no existe, es sólo el delirio de algunos espíritus alucinados en el campo popular. Urge revertir estas tendencias y reconstruir la soberanía nacional porque sin ella la democracia termina convirtiéndose en una farsa.
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Miquel Angel Soria

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Sep 27, 2022, 1:31:37 AM9/27/22
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El 27 de setembre de 1975, ara fa quaranta-set anys, Franco provocava que Il Messaggero di Roma, a tota primera plana titulés: Assassinio a Madrid, amb un subtitol aclaridor: Sdegno e orrore nel mondo per el crimine di Franco.
Aquest dia eren afusellats dos militants d'ETA (José Paredes i Ángel Otaegi) i tres del FRAP (Xosé Humberto Baena, José Luis Sánchez-Bravo i José García). El Papa deia: "Non siamo stati escoltati".
Franco -i els seus- no escoltaven a ningú. Com a conseqüència, a més de les protestes interiors, Franco va viure el trencament de les relacions amb Mèxic i la retirada d'alguns embaixadors (Noruega, Regne Unit i Holanda). L'embaixada a Lisboa va ser incendiada..
Al final... la sensació d'impotència i l'oportunitat d'una cançó de Luis Eduardo Aute, que va trobar un destí diferent al dels seus orígens (d'història d'amor a al·legat contra la pena de mort).
La recordem i també a ells.

https://www.youtube.com/watch?v=zSKYWkEYVsQ


Lesmes nombra heredero
Elisa Beni

Síganme si pueden. Un señor que va a irse de un cargo del que ya cesó legalmente y en el que está en funciones pide un informe que firma un letrado —que también está en una jefatura que ocupa interinamente porque debió abandonarla hace tres años— sobre quién debe sustituirle tras su marcha. Este señor dice en 14 folios que automáticamente lo tiene que reemplazar el que está sustituyendo de forma sui géneris al vicepresidente de un tribunal al no poderse nombrar nueva persona porque lo impide la ley —una reforma aprobada por el Parlamento de una ley orgánica— y que esta misma persona, y por su calidad de persona que ocupa interinamente ese puesto, debe sustituir a la vez al señor en funciones que se larga de un órgano constitucional y que además encarna al tercer poder del Estado. Sustituto por sustituir al que sustituía. Lesmes nombra heredero.

¿Me han podido seguir? Es lo que está a punto de suceder y espero que alguien ponga el grito en el cielo. Supongo que el hecho de que sea un galimatías no ayuda, pero esta decisión de Carlos Lesmes se parece a una sucesión monárquica, que quiere dejar apañada a su manera antes de irse. Me parece extrañísimo que se asuma que un informe interno pedido ad hoc a un funcionario pueda decidir, de forma automática e impuesta, como si fuera la ley la que así lo dice claramente, una cuestión tan grave. De forma bastante acrítica se repite una y otra vez que hay un “informe” que Lesmes va a llevar como si fueran las tablas de la ley, tanto a la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo como al pleno del propio Consejo General del Poder Judicial, sin que nadie pueda alegar nada.

Me contaron que Antonio Hernández Gil cuando explicaba la diferencia entre un dictamen y un informe decía que un dictamen responde a la solicitud de búsqueda en el Derecho de soluciones a un problema y que el informe suponía la búsqueda de argumentos para una solución que ya viene dada. Eso es exactamente lo que yo creo que hace el informe que suscribe Eduardo Fontán Silva, vestir un nombre que Lesmes ya había adoptado. Lo siento, pero yo necesito más explicaciones para aceptar que el somero estudio que firma un señor en una jefatura caducada —un juez del Primera Instancia de Madrid, en realidad, antes de ser nombrado para ello— pueda derivarse en quién ocupe el tercer lugar en la preeminencia de los poderes del Estado. Ojo, y sin que nadie se lo pueda toser, automáticamente.

Lo que sucede es tan grave y tan loco que seguro que cuela. Cuando el PP violenta y gripa un órgano constitucional está forzando que se sucedan en cadena las anomalías y los escándalos. Ahora van a rematarlo. Lesmes se va y decide quién se queda en un puesto del que de hecho él ya cesó por ley en 2018. ¿Por qué el señor más antiguo de los presidentes de sala de un órgano jurisdiccional tiene que ocupar de forma automática la presidencia del órgano de Gobierno de los jueces? Veo un problema de legitimación democrática clara: ¿quién legitima una sustitución automática surgida de una norma de mera sustitución jurisdiccional para la cabeza del tercer poder del Estado? Abunda quien repite acríticamente que no cabe discusión y que los vocales caducados tendrán que asumir a un nuevo presidente en funciones surgido de tan rocambolesca manera. El informe no es que tenga solo una forma de discutirlo, es que tiene muchas y por eso, supongo, se pretende negar la discusión.

El informe soslaya el hecho de que en realidad Lesmes ya cesó por una causa legal como presidente en 2018, al vencimiento de su mandato. Por eso ahora es un salto mortal el aplicar a su marcha el artículo 590 de la LOPJ que dice que “el vicepresidente ejercerá en funciones el cargo de presidente del Supremo y del Consejo General del Poder Judicial en los casos legalmente previstos de cese del presidente y hasta el nombramiento del nuevo presidente”. La primera causa de cese legal del artículo 588 es: “1.ª Por haber expirado el término de su mandato, que se entenderá agotado, en todo caso, en la misma fecha en que concluya el del Consejo por el que hubiere sido elegido”. A mí me parece evidente que Lesmes ya cesó legalmente y que no es ahora, si se marcha, cuando cesa, pero como dicen que esto del Derecho es según cómo… Pues de eso el informe no informa nada.

Vamos con el tema de la figura del vicepresidente del Tribunal Supremo de la que ahora quieren tirar, porque también tiene todas las mandangas del mundo. Esta vicepresidencia no existía, se la sacó de las ganas Gallardón. De hecho, solo hay una persona que la haya ocupado, Ángel Juanes, ya jubilado. No se pudo nombrar a otro después, y todo han sido apaños internos interinos y el último interino es el que se pretende pasar a presidir el CGPJ. La figura del vicepresidente encalabrinó a los propios miembros del Tribunal Supremo en su día. Tanto que hicieron una asamblea y comisionaron a Gonzalo Moliner para que llevara su malestar por lo que consideraban “la creación de un comisario político”, al PP y a Gallardón.

Hasta ese momento lo que había tenido vicepresidente había sido el Consejo General del Poder Judicial de 1985 a 2014 (Adolfo Carretero, Manuel Peris, José Luis Manzanares, Luis López Guerra, Fernando Salinas, Fernando de la Rosa), pero esa figura emanada del propio pleno, que hubiera podido ser reclamada ahora para sustituir a Lesmes en funciones, no existe porque se la cargó Gallardón. Yo veo mucho trago democrático en pretender que el presidente de Sala más antiguo del Supremo sea automáticamente el presidente en funciones de un órgano constitucional. Sobre todo porque de toda la vida la doctrina ha entendido que es el presidente del CGPJ nombrado por el pleno el que deviene en realidad presidente del Supremo y no a la inversa.

El informe, hecho para soportar ese salto, se apoya además en la sentencia del Tribunal Constitucional 191/2016 en la que se resolvían las causas de inconstitucionalidad de la reforma de Gallardón que alegó el propio PSOE. En ella se impugnaba también la idea de que el vicepresidente del Tribunal Supremo pudiera sustituir al presidente del CGPJ no siendo miembro de este último. Y el Constitucional, sin aceptar ni una pega a la tropelía Gallardón, afirmaba que “en la hipótesis de que el presidente del Supremo y del Consejo General del Poder Judicial deba ser sustituido pro tempore en el ejercicio de uno u otro cargo, la presidencia del Consejo la ejercerá el vicepresidente del Supremo no bajo esa condición sino a título de presidente en funciones del propio TS y también del Consejo”. Solo que ya saben que no existe ya un vicepresidente del TS nombrado y que, como dice el propio informe, cuando ese puesto quedó vacante “no se adoptó acuerdo formal de nombramiento ni se produjo toma de posesión en el cargo como vicepresidentes, pues lo ejercieron en funciones”.

En resumen: Lesmes ha introducido en el orden del día del pleno del jueves un informe sobre su eventual sustitución “de forma automática” que es muy discutible y también muy discutido. Ni siquiera los vocales caducados del CGPJ se muestran de acuerdo, ya que dicen que se ningunea al pleno que nombró tanto al presidente del Supremo como a su vicepresidente. ¿Qué van a hacer? ¿Van a asumir el automatismo? ¿Se van a ir todos a su casa, como mandaría la decencia, a ver si el Partido Popular se deja de juegos dilatorios y estratégicos y se devuelve la normalidad institucional?

Como al común de los mortales esto les parece un lío y no ven claras las graves consecuencias, harán y desharán a su medida. Porque en algunos casos, no contentos con interpretar la ley, pretenden hacerla. En todo caso el CGPJ sin Lesmes y con el sustituto por sustituir al que sustituía queda ya además de caducado descompuesto.

Y así, paso a paso, lo que en realidad se descompone es nuestra democracia.

                                                             * * *

La causa de las ultraderechas
Por Jorge Alemán (Página 12)


Se habla, y está muy presente en los análisis actuales, de factores multicausales en el origen de las ultraderechas.

En este caso, solo señalaré dos que me parecen tener un rol relevante.

En primer lugar, una transformación estructural del Capitalismo en sus condiciones materiales. El capitalismo en su forma neoliberal, ya no puede, por su propio funcionamiento, disponer de su superestructura clásica. En su modo inédito de apropiación del Estado y de la Democracia, ha erosionado todo el tejido institucional del denominado capitalismo industrial o fordista. El nuevo paradigma de crecimiento concentrado y extensión cada vez más amplia de la desigualdad exige que las derechas hayan emprendido desde hace años una batalla integral en el campo político, cultural y simbólico hasta poder obtener en distintos segmentos de la población una "vida de derechas" incluyendo una "izquierda de la derecha".

En cierta forma, se podría definir a la nueva ultraderecha como la decisión internacional de dar esa nueva batalla en todos los frentes y adaptando a la misma, a las particularidades constantes de cada país. Al ser una nueva batalla, los actores involucrados que proceden de un mundo anterior deben redefinir sus identidades clásicas: viejos políticos se incluyen en el espectro ultraderechista. Esta batalla comprende básicamente combatir a la conjunción del populismo y el feminismo en su propósito de generar una experiencia contrahegemónica al neoliberalismo. El populismo y el feminismo son los dos vectores históricos emergentes de las luchas populares en su intento de recuperar la democracia de la apropiación neoliberal, que siempre intentará destruir la experiencia colectiva en la toma de decisiones.

En segundo lugar la denominada producción de subjetividades que tiene una especificidad a destacar; el programa de destrucción de los vínculos sociales y sus archivos de memoria histórica provoca que existan miles de vidas incapaces de reconocer un legado histórico. Viviendo en un presente deshilachado oscilan entre una culpabilidad autodestructiva, por no haber encontrado el lugar que permita sostener sus vidas, y un odio sin sublimación posible, hacia aquello que el lawfare, el aparato mediático y corporativo concentrado, identifica como el lugar del "robo del goce" que les falta.

El ideal cumplido del discurso capitalista es precisamente éste: el robo realizado por las estructuras de explotación y opresión es orientado hacia los proyectos políticos transformadores.

Si el populismo lucha contra la explotación, y los feminismos contra la opresión, el neoliberalismo es el intento más logrado que intenta desterrar estas praxis, para que todo se vuelva una práctica repetitiva en la reproducción del sistema.

Por esta razón es siempre urgente que las praxis que se definen por frenar y transformar el mundo que las ultraderechas pretenden someter se deben imponer a si mismas un nuevo ejercicio de pensamiento capaz no solo de interrogar al aparato de dominación sino al sujeto que en cada uno existe, y está intentando realizar la experiencia colectiva de este presente.
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Miquel Angel Soria

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Sep 28, 2022, 1:31:33 AM9/28/22
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Setiembre
28
Receta para tranquilizar a los lectores

Hoy es el día internacionalmente consagrado al derecho humano a la información- Quizá sea oportuno recordar que un mes y pico después de las bombas atómicas que aniquilaron Hiroshima y Nagasaki, el diario The New York Times desmintió los rumores que estaban asustando al mundo.
El 12 de septiembre de 1945, este diario publicó, en primera página, un artículo firmado por su redactor de temas científicos, William L. Laurence. El artículo salía al encuentro de las versiones alarmistas y aseguraba que no había ninguna radioactividad en esas ciudades arrasadas, y que tal radioactividad no era más que una mentira de la propaganda japonesa.
Gracias a esa revelación, Laurence ganó el Premio Pulitzer.
Tiempo después, se supo que él cobraba dos salarios mensuales: The New York Times le pagaba uno, y el otro corría por cuenta del presupuesto militar de los Estados Unidos.


Conversos contra ERC
Pere Rusiñol

El debate de política general en el Parlament de Catalunya es un buen retrato del extraño momento que vive la política catalana: un presidente de la Generalitat de Esquerra Republicana (ERC), Pere Aragonès, a la defensiva y en ocasiones acorralado como si fuera un botifler cualquiera por sus socios de Junts per Catalunya, que le exigen con vehemencia un plan urgente más radical y de desafío inmediato al Estado.

De súbito, a tantos políticos formados en el paciente gradualismo pujolista les ha entrado una prisa descomunal. Y señalan con el dedo acusador a los tibios desde la nueva fe del converso.

Hace más de 20 años, cuando el pujolismo agonizaba con el único apoyo de José María Aznar y del PP, que sellaron en el Pacto del Majestic una entente cordiale que duró entre 1996 y 2003, me tomé un café en el Parlament con Josep Huguet. Yo era entonces un periodista novato de la sección de Política de El País, y el diputado republicano ejercía de ideólogo de la nueva ERC, que acababa de recuperar la consideración de partido serio tras liberarse de las continuas performances de Àngel Colom y Pilar Rahola.

Huguet dibujó en una servilleta las sucesivas fases que, según me contó, iban a llevar a su partido a la presidencia de la Generalitat y, en última instancia, a la independencia de Cataluña: recuperación de la cohesión interna de ERC; adopción de un discurso práctico y útil para la vida cotidiana que extendiera su influencia más allá de los grupos nacionalistas y catalanohablantes de siempre; impulso de campañas muy concretas que, como sugirió luego Ernesto Laclau en La razón populista, pudieran ser entendidas y compartidas por amplios sectores populares —ya sea la abolición de los peajes, la mejora de los trenes de Cercanías o el “escándalo” del déficit fiscal—; pacto con la izquierda para desplazar del poder a Convergència, el partido de Pujol, y reemplazarlo como principal “partido nacional”; reforma del Estatut para ampliar el poder político y económico de la Generalitat; sustitución del PSC como primera formación de izquierdas en Cataluña, y, finalmente, con toda la acumulación de fuerzas conseguida en este largo proceso, lanzamiento del gran pulso al Estado.

En aquel momento, ERC contaba con apenas 13 de los 135 diputados de la Cámara catalana, por lo que yo le escuchaba con cierta condescendencia, sin ocultar mi escepticismo. Pero mientras la izquierda tradicional competía entre sí para ver quién se desprendía antes de las herramientas analíticas del marxismo, Huguet y la cúpula de entonces en ERC, procedente en buena medida del PSAN y otros grupos marxistas independentistas, siguieron empleando las que aún les resultaban útiles, especialmente todas las que tenían que ver con la visión gramsciana de construcción de hegemonía.

Para mi pasmo, todas y cada una de las fases apuntadas en la servilleta se han ido cumpliendo con precisión casi milimétrica. Y a un ritmo mucho más rápido incluso de lo que los mismos impulsores soñaban. Tras la sucesión de avances, el proceso se encuentra ahora, según el esquema esbozado en la servilleta, en la típica fase de acumulación de fuerzas, a la espera de que se den las condiciones para intentar una nueva ofensiva, que se daría ya muy cerca del final del camino trazado.

Y sin embargo, sectores nada desdeñables del independentismo se ensañan contra ERC, a la que acusan nada menos que de traidora y timorata. En algunos casos, la crítica es coherente con la propia trayectoria maximalista, como la que procede de la llamada “izquierda independentista”, de la que forma parte la CUP, que toda la vida ha apostado por una vía rupturista y de confrontación radical con el Estado. Pero el grueso más numeroso y ruidoso de los críticos se mueve alrededor de Junts per Catalunya, el partido impulsado por exmilitantes de Convergència: son los que se indignan con la fe del converso.

Mientras Huguet escribía en la servilleta, cuando ERC llevaba casi en solitario la antorcha independentista en la periferia de la política catalana, la mayoría de los que ahora dicen tener tantísima prisa prosperaban plácidamente en la pax romana que había establecido el pacto del Majestic suscrito por José María Aznar y Jordi Pujol en 1996.

Laura Borràs, ahora lideresa de los más puros, vivía alegremente la vida completamente ajena a la política: a ella misma le gusta explicar que es “hija política del 1 de octubre”. Uno de sus más destacados lugartenientes, el abogado Jaume Alonso Cuevillas, aún no se había quitado la pulsera con la bandera rojigualda que le gustaba exhibir ante sus colegas. El secretario general de Junts, Jordi Turull, lograba tras el pacto entre CiU y el PP su primer cargo en la Generalitat —director del Incavol, el instituto del voluntariado— tras años como concejal de Convergència, mientras que la actual presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Dolors Feliu, fue aupada a la dirección jurídica de la Generalitat en 2011, justo coincidiendo con la segunda luna de miel entre CiU y el PP, protagonizada por Artur Mas y Alicia Sánchez-Camacho.

Por su parte, uno de los periodistas de referencia de este espacio de nacionalistas puros —José Antich, ahora propietario y director de El Nacional— llegó a director de La Vanguardia por designio personal de Aznar y con la misión, que inicialmente cumplió a rajatabla, de fortificar la Santa Alianza entre CiU y el PP, ensañarse con los independentistas y enaltecer a los Borbones. Fue mucho después, cuando los vientos ya soplaban en otra dirección, que fichó para el periódico del conde de Godó a Pilar Rahola, quien tras cosechar apenas el 0,9% de los votos en las últimas elecciones en las que se ha presentado, las municipales de 1999, había encontrado acomodo en las páginas de El País pese al estigma de simbolizar “el régimen del 78”.

Hasta Carles Puigdemont vio llegada la hora de dar el salto en plena luna de miel entre CiU y el PP: en 1999 se convirtió, siempre con el carné de Convergència, que ha tenido en el bolsillo durante cuatro décadas, en el primer director de la ACN, la agencia de noticias impulsada por la Generalitat.

La vida de los que se caen del caballo parece empezar siempre en ese mismo instante de la conversión. Y todavía cegados por la luz de la epifanía, empiezan a buscar traidores.

                                                     * * *

No es centro derecha, es fascismo
Javier Gallego

El fascismo vuelve al poder en Italia cuando se cumplen 100 años de la Marcha sobre Roma que coronó a Mussolini. La admiradora del Duce, Giorgia Meloni, líder del partido Hermanos de Italia, que no oculta su simbología de origen fascista, ha ganado las elecciones italianas con la coalición de ultraderecha que forma junto al extremista Salvini y al populista Berlusconi. Ambos hicieron caer a Mario Draghi convencidos de que unas elecciones anticipadas les beneficiarían, pero los italianos les han castigado con un mal resultado, solo maquillados porque gobernarán gracias al ascenso espectacular de su socia, la única de los tres que no tenía responsabilidades de gobierno, que ha multiplicado por seis sus votantes. Hay una Italia que ha votado harta de todo y de casi todos.  

A esa Italia hastiada de la crisis y la política se ha dirigido Meloni que se ha presentado como una mujer de la calle, la alternativa a los burócratas de Bruselas y de Roma, a las élites irresponsables de los que sus aliados forman parte. Una paradoja que también le funcionó a Trump, otro multimillonario como Berlusconi que presume de antisistema. Cuando la gente deja de creer en la democracia, vota contra ella. O deja de votar. Han sido los comicios con la participación más baja de la historia. El populismo ultra gana cuando gana la antipolítica.

Es el resultado de muchos gobiernos que se han creado y destruido por apaños entre dirigentes sin que los votantes participaran. Por qué voy a confiar en la democracia, por qué voy a darles mi confianza si ellos se lo guisan, ellos se lo comen y me dejan las migajas. También es el resultado de blanquear al neofascismo. La RAI lo llamaba ayer “centro derecha”. Aquí ABC y La Razón le dicen “derecha” a secas y El Mundo, “derecha dura”. Si se llama demócrata a un nazi, el nazi acaba con la democracia. Lo escribió Goebbels que se reía de lo que llamaba “la estupidez de las democracias” que permiten a sus enemigos utilizar sus mecanismos para destruirla.

Es el mal de toda Europa. La normalización de la anomalía autoritaria de la que son responsables los medios y políticos, sobre todo de la derecha, pero también de la sociedad del espectáculo en su conjunto, incluida parte de la progresía, que ha convertido la información en entretenimiento y hace negocio con los miedos de una población angustiada. El miedo al paro, al migrante, a la inflación, al okupa. No serán conscientes del monstruo al que han invitado a entrar hasta que se apodere de la casa. Eso sí será una okupación generalizada y no la que anuncian en la publicidad de alarmas.

Por ahora no se sienten amenazados porque no son ellos quienes sufren las consecuencias. Son los más vulnerables. Son los migrantes, las mujeres (especialmente las feministas), el colectivo LGTB, las clases más pobres. En Italia, en Suecia, gobernarán partidos xenófobos, racistas, homófobos, machistas y clasistas. Veremos el odio materializarse en violencia y exclusión. Veremos hablar de ciudadanos de primera y de segunda. Veremos expulsiones y pérdida de derechos. Retrocesos y represalias. Vemos a Europa desestabilizada por Putin y sus colegas de la liga ultranacionalista.

Pero no todo está perdido. Los resultados engañan si no se miran con lupa. Italia no se ha hecho fascista. Son muchos más los que no han votado a la extrema derecha, pero sus partidos se presentaban por separado y el sistema italiano favorece las coaliciones. De hecho, si el centro izquierda se hubiera unido podría haber disputado la victoria. La izquierda europea y española deberían aprender la lección. Las divisiones restan, la suma multiplica. Es un deber del progresismo dar respuesta a las necesidades materiales de la gente, a las angustias de la ciudadanía. Dejar de perderse en debates internos, atender a los problemas externos, unir identidad y clase, escuchar a la calle.

Por supuesto, tendrán siempre al capital que tratará de evitar cualquier transformación. Como contaba la película italiana Novecento de Bernardo Bertolucci, son las élites las que auparon al fascismo para conservar sus privilegios. No le queda otra a Europa, a los demócratas, a las izquierdas que defender los derechos de la mayoría frente a los neoliberales y neofascistas que los amenazan.


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Miquel Angel Soria

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Sep 29, 2022, 1:31:12 AM9/29/22
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Setiembre 
29
Un precedente peligroso

En 1948, Seretse Khama, el príncipe negro de Botswana, se casó con Ruth Williams, que era inglesa y blanca.
A nadie le cayó bien la noticia. Y la corona británica, dueña y señora de buena parte del África negra, nombró una comisión de expertos para estudiar el asunto. La boda entre dos razas sienta un precedente peligroso, dictaminó la comisión del reino británico, y la pareja fue condenada al exilio.
Khama encabezó, desde el destierro, la lucha por la independencia de Botswana. En 1966, se convirtió en el primer presidente, elegido por amplia mayoría, en votación indudable.
Entonces recibió, en Londres, el título de sir.
                                                                                                                          Eduardo Galeano
 

Solidaridad, esa palabra que desprecia el PP
José María Izquierdo (elDiario.es)

¡Cuánto lamenta el Ojo tener que repetirse una y otra vez, malhadada sea su estampa! Pero es que hoy se ve obligado a escribir, qué pesada carga la nuestra, que si acierta en sus predicciones no es por listo, quizá, es por viejo y reviejo, lo que no tiene mayor mérito que el de haber nacido hace muchos, muchos años. Dijimos aquí mismo hace menos de un mes, concretamente el 6 de setiembre, que la palabra a vigilar iba a ser “impuestos”, ese martirio que nos iba a atormentar durante meses, justo hasta las próximas elecciones. Seguíamos, en realidad, la estela de nuestro buen amigo José K., que ya en mayo escribió otro artículo con el titulillo: ¿Impuestos o libertad? ¡Qué gran falacia!

Vaya una retahíla de citas —pregunten si quieren la fuente— con escaso orden, pero gran concierto. “Los sueldos de los directivos de banca suben un 5%, y el de los empleados un 0,75%”. “Treinta y cuatro de las empresas del Ibex repartieron 100 millones entre sus presidentes o consejeros delegados. La mejor pagada, Ana Botín, 11,34 millones”. “El sueldo de los directivos del Ibex, entre 23 y 118 veces más alto que el de sus trabajadores. La persona mejor pagada de Repsol cobra 387 veces el salario medio de esa empresa, en Inditex, 298 veces y en el Santander, 222 veces”. “Crece el número de ricos en España: en 2021 se contabilizaron 246.500 grandes fortunas, un 4,4% más que el año anterior”; “12,5 millones de españoles se encontraban en riesgo de pobreza y/o exclusión social; el 9,5, bajo el umbral de pobreza severa”. “Los bancos de alimentos crecen y las comidas gratis para las personas necesitadas se acercan a dos millones”. Y así podíamos continuar hasta el fin del espacio más o menos reservado para este Ojo semanal.

Pues bien, ¿a qué cabeza desabrochada, a qué corazón o hígado insensible se le ocurre organizar toda su estrategia política sobre la base de favorecer obscenamente a los ricos y olvidarse —ahí os quedáis, parias de la tierra— de los más desfavorecidos o incluso, para no dramatizar, de la clase media tan mayoritaria en esta sociedad de la que pretenden ganarse sus favores? No crean que esta obviedad, para usted y para otros millones de españoles, lo es para todo el mundo. En absoluto. La reina del vermú, Isabel Díaz Ayuso, el arrojado andaluz José Manuel Moreno y otras gentes del mismo partido, esa derecha troglodita a la que tanto queremos, incluido su jefe Núñez Feijóo, creen firmemente que esa estrategia, transitada ya desde hace años por el neocapitalismo más feroz, made in USA o United Kingdom —ahí tienen a Trump o a Liz Truss—, les va a llenar de bóbilis bóbilis el cesto de los votos. Y allá, en la esfera celeste de los personajes más repelentes, se nos aparece José María Aznar, el gran mentiroso, ridículo gurú neoliberal, para pedir que haya más multimillonarios. “¡Necesitamos dos millones de ricos!”, gritó el turulato con el embudo en la cabeza.

Fíjense que quizá no se equivocan estos vulgares adoradores del becerro de oro, porque el populismo de baja estofa vende y vende desde hace siglos. Da igual que Andalucía ofrezca unos datos aterradores sobre paro o pobreza. Es más: se trata de la comunidad que recibe más millones del Fondo de Solidaridad, el resto de comunidades, incluida Cataluña, soltando dinero para que el señorito Moreno, dadivoso y retrechero, regale millones a los más ricos del lugar. ¿Preguntan si nos hemos vuelto locos? En absoluto: así es la derecha y así será, con su primer dirigente andaluz de puja con su compañera madrileña —¡gensanta, qué cosas dice y hace!— para atraerse a todos los mandangas que intentan evadirse de sus responsabilidades fiscales, amén de ejercer de sietemachos frente a los catalanes, esos mismos que sueltan la pasta para ellos, vengan aquí a esta Andalucía humilde, sí, pero que siempre será España, España. ¿Le molesta al señor Núñez esta piratería de uno de sus adalides? La esfinge ni movió un dedo. Allá se peleen entre ellos, que yo estoy para otras cosas, debió pensar mirando el duelo de soslayo.

¿Por qué se van a preocupar por argumentar con mentiras? Dicen que el Impuesto de Patrimonio no debería existir porque ya se grava la renta de las personas físicas. ¿Hay que repetir que es un argumento no ya falaz, sino simplemente mentiroso, como así lo han señalado todos los expertos de todo el mundo, porque este impuesto grava las rentas indetectables o, simplemente, las que se han ocultado en la renta personal? En el PP lo saben, llenas sus listas de expertos en todo lo que tenga que ver con la pasta, pero les da igual, que el griterío de la calle les basta. ¿Servicios sociales? ¿Y eso qué es? Qué más da que falten profesores, enfermeras o médicos. Esas son cosas de pobres, que los ricos ya tienen sus centros privadísimos, rodeados de jardines y dotados con la última tecnología. Son los nuestros.

Prepara el Gobierno un gravamen a las grandes fortunas. Y dice la ministra del ramo —modosa— que tendrá carácter temporal. ¿Y eso? ¿Acaso los ricos van a dejar de serlo al tiempo que los pobres abandonarán sus chamizos para habitar en espléndidos palacios? ¿Por qué temporal?

Adenda. La derecha sueca, otrora biempensante, sumó votos y calculó que jamás llegaría al poder si no bendecía y abría la puerta a la ultraderecha. Ganaron. Berlusconi —¡horror imperecedero!— ha hecho lo mismo en Italia. Venid conmigo, que así venceremos. Y en efecto, la fascista Meloni se ha hecho con el país, una triste amenaza para esa Europa que defiende las libertades. Núñez Feijóo ha hecho igual: vengan los ultraderechistas de Vox a gobernar con nosotros, bienvenidos sean si sirven para apuntalar a la buena España y acabar con el gobierno de rojos y separatistas. Por ahora, un mismo camino indecente, un futuro negro para el progreso y la igualdad. Ah, y la izquierda atomizada en Suecia e Italia. ¿Tomamos nota?

                                                               * * *

Referendo em Donetsk alcança 86% de participação no 4º dia
REDAÇÃO OPERA MUNDI. São Paulo (Brasil)

A participação da população no referendo sobre a adesão à Rússia em Donetsk ultrapassou alcançou 86,89% no quarto dia de votação, segundo o chefe da Comissão Eleitoral, Vladimir Vysotsky, nesta terça-feira (27/09).

Vysotsky disse que mais de um milhão de pessoas compareceram às urnas, além de, ainda de acordo com ele, das 411 mil pessoas que votaram no exterior.

Nesta terça-feira, ocorre o último dia do referendo e o único em que as comissões eleitorais de distrito funcionarão presencialmente.

Segundo Vysotsky, o órgão eleitoral concedeu às comissões territoriais o direito de reduzir independentemente as horas de trabalho das sessões de distrito neste dia, pensando na questão de segurança de quem vai votar.

Nos quatro dias anteriores, por razões de segurança, os votos foram recolhidos por comissões visitantes. A votação em referendos começou na sexta-feira (23/09) com cidadãos das regiões de Donetsk e Lugansk participando para decidir se querem ou não se tornar independentes e se incorporar à Rússia.

Reprodução
Votação começou na sexta-feira (23/09) com cidadãos das regiões de Donetsk, Lugansk e cidades de Kherson e Zaporíjia

Desde que tenham passaporte ucraniano ou outro documento que comprove sua identidade e que residam ou tenham nascido nas regiões independentistas, qualquer pessoa pode votar. A consulta também está ocorrendo nas cidades de Kherson e Zaporíjia, esta última famosa por ter uma central nuclear.

Cerca de 200 observadores internacionais estão na Rússia para acompanhar o processo, entre eles intelectuais, jornalistas, diplomatas e outros profissionais da América Latina, África, Europa e Ásia.

Caso a opção pelo “sim” vença, todas as pessoas da região se tornarão cidadãos russos, com os mesmos direitos e deveres de quem nasceu na Rússia.

(*) Com Sputnik.
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Miquel Angel Soria

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Sep 30, 2022, 1:31:17 AM9/30/22
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Algunes males lengües diuen que el president Biden està "gagà".
Llegit a Página 12 (Buenos Aires):

JACKIE
Joe Biden estaba hablando en una conferencia dedicada a la lucha contra la obesidad y la inseguridad alimentaria, cuando dedicó un momento para agradecer a los presentes, y en particular a quienes se involucraron con esta causa. “Jackie, ¿estás aquí? ¿Dónde está Jackie?”, preguntó entonces el presidente de Estados Unidos, mientras parecía buscar en la sala a Jackie Walorski, una congresista republicana conocida por su compromiso con el tema. Pasaron unos segundos sin obtener respuesta y Biden se vio obligado a seguir su discurso, no sin antes acotar: “Creo que ella iba a estar aquí”. La legisladora falleció el mes pasado.



El advenimiento de monsieur Reynders
Elisa Beni

Es sumamente raro que los hombres cuenten una cosa simplemente como ha sucedido, sin mezclar al relato nada de su propio juicio
Spinoza

Monsieur:
No sé si usted es consciente de que su venida a España ha sido presentada desde múltiples instancias más como un advenimiento que como un viaje de trabajo. No sé hasta qué punto hay connivencia suya en ello. Lo que sí puede ver en cualquier resumen de prensa es que muchos esperan de usted que, convertido en juez todopoderoso, determine quién tiene razón y quién no en el tremendo quilombo que se ha organizado en nuestro Estado de Derecho por la continuada y persistente resistencia del Partido Popular a cumplir con sus deberes constitucionales. Es más, me temo que unos cuantos esperan que su veredicto pueda ser usado como herramienta política y de relato contra el adversario.

Leo que sus compatriotas dicen que los adjetivos que mejor le cuadran a usted son inteligente, frío y cínico… No tengo el gusto de conocerle para poder rebatírselo, pero los dos primeros le van a ser muy necesarios y el último quizá le permita zafarse de las trampas que le irán colocando. Por supuesto, en este país no le importa a nadie que usted haya venido a preparar con algunos ministros la próxima presidencia europea o a estudiar la propuesta de aprobación de sanciones penales a aquellos que eludan las medidas restrictivas de la UE o a preparar la cumbre de cortes constitucionales o a cualquiera de las otras cuestiones que figuran en los órdenes del día. No, usted ha venido de hoz y coz a hacer de mediador aunque en sus palabras usted mismo lo limite a “animador de negociaciones”. Le confieso que en este país lo que no nos falta precisamente son animadores.

No se le puede negar que se va a reunir con todo el que se lo ha pedido y que el minutado de su agenda es toda una declaración: con hora y media van a la cabeza los ministros Garzón y Calviño -con los que comerá- y la ministra de Justicia; luego llegan los de la hora justa, que son Lesmes, el presidente del TC y el fiscal general del Estado, y ya luego bajamos a los 45 minutos del ministro Bolaños, que comparte minutado -y es curioso aunque lo hayan dividido en dos encuentros diferentes en dos días- con el trío Arrimadas, Bal y Vázquez Lara, lo que le da a Ciudadanos más tiempo de entrevista que a González Pons, al que dedicará 40 minutos. No sabemos el orden del día ni los motivos de esas entrevistas, como tampoco lo que centrará sus 45 minutos de encuentro con Hay Derecho, una fundación que no es tampoco neutra, y a la que va a dedicar un cuarto de hora más que a las asociaciones judiciales Francisco de Vitoria y APM. Así, a bote pronto, yo diría que Ciudadanos, un partido en vías de extinción, tiene un curioso relieve en su agenda, pero serán cosas mías.

Usted ya es consciente de que se las ve aquí con tres fuerzas dominantes tirando de los hilos: los dos partidos principales y los intereses corporativos judiciales, que en última instancia han sido colonizados por el partido conservador. Sepa que el PP es el responsable del mayor destrozo legislativo que haya afectado nunca al CGPJ y que fue un ministro suyo, Ruiz-Gallardón, el que lo neutralizó para entregárselo maniatado a Lesmes. No les salió como pensaban, pero así fue. También es responsable del destrozo institucional actual. Ahora son los más entregados a su advenimiento, como en una nueva epifanía europea, y esperan de su “mediación” que obligue a los socialistas a aceptar su versión del relato -esto es muy importante- y las condiciones que nunca podrían imponer según la Constitución y la legislación española. Usted verá, pero estos señores que ningunearon y hasta casi faltaron al Consejo de Europa cuando se le ocurrió aprobar una petición para que se dejara de perseguir a Puigdemont y otros políticos catalanes mediante el derecho penal y las órdenes europeas de detención, ahora sólo besan los pies por los que pisa GRECO, un organismo del Consejo de Europa. Lo mismo vale para otros tantos de los que usted va a recibir estos días. Eso sin mencionar que el PP ha tenido legislaturas varias para hacer que los jueces se eligieran a sí mismos para el CGPJ y que nunca lo ha hecho. Espero que al menos alguien le haya hecho reparar en que esos 12 vocales judiciales en España constituyen mayoría absoluta y controlarían el órgano, y no como en su país, Bélgica, en el que son elegidos así los 20 vocales judiciales, pero tienen a su lado otros 20 de otra procedencia. Eso marca una diferencia ¿no cree?

No entiendo que desde la UE se pueda imponer ningún sistema concreto para los nombramientos judiciales, dadas las diferencias existentes entre los estados miembros. De eso se trata, no se llame a engaño, de cambiar un sistema por otro sin debate democrático. Quieren que usted diga que las cosas tienen que ser de una forma sí o sí, pero usted y yo sabemos que no puede hacerlo. Según Ginsburg hay cuatro métodos posibles de nombramientos de la judicatura: el mecanismo de nombramiento de órgano único (el ejecutivo), los nombramientos profesionales, el mecanismo de nombramiento cooperativo y el mecanismo de nombramiento representativo y la mayoría están presentes en la UE, que no ha intentado jamás homogeneizarlos. Aquí lo que pretenden es cambiar de uno a otro dando la impresión de que no cabe un debate democrático en este país antes de legislar o no legislar al respecto. Como ciudadana me indigna esa idea. La presión en la opinión pública ha querido trasladar que los nombramientos profesionales propugnarán una especie de judicatura neutra ideológicamente -esa vieja idea tan franquista- que usted sabe mejor que nadie que es una entelequia. Digamos eso a los alemanes que con tanta naturalidad asumen la ideología de los suyos y demostremos que debido a ello no quedan jueces en Berlín. Sería burlesco.

El Instituto Internacional para la Democracia advierte de los problemas que pueden dar cada uno de los sistemas -ninguno es perfecto- y también el de elección de los jueces por los jueces: “Una judicatura que se auto perpetúa puede proteger la independencia y profesionalidad judiciales, pero también puede concentrar el poder en la magistratura superior, lo que mermaría la independencia de los jueces individuales, aumentaría el conservadurismo de los tribunales, y les restaría representatividad, responsabilidad y sensibilidad ante el público”. No deje que intenten descargar sobre usted la responsabilidad de si España debe asumir ese modelo o no. Pas question. El modelo actual ha estado plenamente en funcionamiento desde 1985 y nunca se han producido disfunciones salvo cuando el Partido Popular ha perdido el poder en las urnas y ha pretendido mantenerlo en otras instituciones. Es un hecho perfectamente comprobable.

Por último, verá que algunos le reprochan no ser neutral, porque calibran el número de horas que ha pasado o va a pasar reunido con personas que ven las cosas de una manera frente a las que la ven de otra. Yo no lo voy a hacer. No creo que sea su papel decidir que una anomalía forzada por un partido puede convertirse en una obligación inmediata y formal de legislar contra la actual mayoría en la Cámara. Así que anímelos, anímelos, pero no olvide quiénes han roto dos veces una negociación ya firmada. Y no olvide tampoco que la última norma aprobada democráticamente para impedir a un CGPJ fuera de plazo seguir copando los tribunales no es sino la pataleta parlamentaria ante el descaro y el cinismo con que un partido, el PP, se ha reído impunemente de las normas y de las instituciones.

Que le sea leve.

Veuillez agréer, Monsieur, l'expression de mes salutations distinguées.

                                                            * * *

Brasil: el Lula que viene
Por Emir Sader

Desde Río de Janeiro

Ya no hay duda de que Lula volverá a ser elegido presidente de Brasil. Los márgenes de duda son si será elegido en primera o segunda vuelta.

Hay gente que se pregunta, ¿qué Lula se viene? Lula tiene toda la razón al recordar siempre que ha gobernado Brasil durante ocho años y no debe haber dudas sobre cómo gobernará. A algunos, que aún plantean dudas sobre si Lula hará un gobierno democrático, les recuerda que perdió tres elecciones presidenciales, sin cuestionar nunca sus resultados.

Ganó y gobernó siempre democráticamente. Convivió perfectamente con otros poderes de la república y con los medios de comunicación, que siempre se opusieron fuertemente a su gobierno.

Lula eligió democráticamente a su sucesora Dilma Rousseff, quien fue reelegida y no pudo gobernar en el nuevo mandato, sólo porque se montó un golpe de Estado reconocido ahora hasta por el Poder Judicial, reconociendo que no hubo irregularidades contables, la excusa que se usó para destituirla. El propio Lula fue arrestado, acusado sin fundamento legal e inhabilitado para ser elegido nuevamente en 2018.

Restaurar la democracia

A pesar de ser inocente, Lula se presentó ante la policía, aceptó la detención y demostró su inocencia en los 26 procesos  que sufrió. Salió libre, rescató sus derechos políticos, volvió a postularse para presidente y ahora está cerca de volver a triunfar. Todo democráticamente. Nadie tiene una trayectoria tan democrática como Lula, tanto cuando perdió elecciones como cuando las ganó. Cuando fue arrestado y cuando fue liberado. Cuando fue candidato y cuando gobernó.

¿Qué Lula vuelve a gobernar? preguntan algunos. Como si existieran varios Lulas. Como si Lula fuera a decidir, cuando sea elegido, qué tipo de gobierno llevará a cabo.

Lula tiene una continuidad impresionante en sus propuestas y en sus planes de gobierno. Siempre defendió la democracia, la practicó y luchó contra la dictadura como ahora lucha por la restauración de la democracia. Siempre ha puesto en práctica una lucha incansable contra las desigualdades sociales y regionales, a través de la prioridad de las políticas sociales, la distribución del ingreso, la generación de millones de empleos con contrato laboral y el aumento de los salarios siempre por encima de la inflación.

Lula siempre ha defendido los derechos de las mujeres, los pobres, los negros, , la comunidad LGBT, a los más frágiles y a los más necesitados. Siempre propuso y practicó conversaciones y negociaciones para solucionar los problemas del país.

Por eso, Lula volverá a ser elegido con el apoyo masivo de mujeres, pobres, negros, nordestinos y jóvenes.

Reforma fiscal

Pero Lula ha avanzado y tiene nuevas propuestas. En primer lugar, propone una reforma fiscal, ya que el Estado brasileño está en bancarrota. Para tener los recursos para impulsar la reanudación del crecimiento económico y retomar la centralidad de las políticas sociales: educación, salud y asistencia social.

Una reforma que grava a los más ricos es considerada por él como una condición indispensable para poner en práctica sus programas históricos para combatir las desigualdades sociales y regionales en Brasil.

El programa de Lula tiene dos ejes fundamentales: la restauración de la democracia en Brasil y la reanudación de las políticas económicas antineoliberales. Un Lula que valora más la democracia y es más claramente antineoliberal. Con la reanudación de la política exterior soberana que siempre lo caracterizó.

¿Hasta qué punto las amplias alianzas de Lula de hoy cambian las posiciones políticas históricas de Lula? Nada, básicamente. En la composición del gobierno, probablemente.

Por todo eso, Lula es el candidato favorito en las elecciones del próximo domingo, probablemente para triunfar en la primera vuelta. Este es el Lula que volverá a ser presidente de Brasil.
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Miquel Angel Soria

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Oct 3, 2022, 1:31:00 AM10/3/22
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El dia 3 d'octubre de 1897 naixia a París Louis Aragon.
Com un resum del seu pas pels espais més estimats, serveixi la breu versió feta de Les poètes, per Jean Ferrat.

https://www.youtube.com/watch?v=JbKgDzZAu2s


Brasil hiperbólico
Isaac Rosa

Me acabo de enterar de que el domingo hay elecciones en Brasil, del poco caso que le estamos haciendo. Normal, bastante tenemos nosotros con lo nuestro, y Brasil es un país que nos pilla lejos. Además hablan un idioma que debe de ser tan incomprensible como el de los portugueses, que los tenemos más cerca y tampoco le echamos cuentas, como para estar pendientes de los lejanos brasileños.

Pero estas elecciones deberían importarnos, pues van con nosotros más de lo que creemos. No ya porque sea uno de los países más poblados del mundo, y su suerte crucial para todo el continente americano: es que además Brasil es el mayor representante, diría que el ejemplo máximo y más avanzado, de casi todo lo que hoy nos preocupa.

Para desgracia de los brasileños, el gran país sudamericano se ha convertido en los últimos tiempos en un concentrado de todo aquello que convulsiona la política global y que llena nuestras agendas, análisis, columnas y tertulias. Un concentrado tan reconcentrado, que hasta resulta exagerado, hiperbólico, cuando lo miras de cerca. Hagan la prueba, piensen en cualquier calamidad de los últimos años, y ya verán cómo Brasil está a la cabeza:

¿Ascenso de la ultraderecha? En Brasil no es que crezca, es que está en el gobierno, y además con su representante más demencial. Tanto, que ni los periodistas conservadores se atreven a llamarlo “derecha radical”, “derecha alternativa” y otros eufemismos que se aplican por aquí a las Meloni y compañía. Bolsonaro es fascista sin disimulos, sin medias tintas, sin careta. Es tan fascista que hasta parece una caricatura, de tan bestias que son sus pronunciamientos, su nostalgia confesa de la dictadura, su apología de la violencia, su querencia militarista y sobre todo sus políticas.

¿Polarización, aumento del enfrentamiento político? En pocos países como en Brasil, donde bajo el gobierno de Bolsonaro la polarización ya es violencia, incluyendo amenazas, palizas y asesinatos, mientras crece la posesión de armas de fuego y el todavía presidente acelera la creación de milicias a su servicio.

¿Manipulación informativa, fake news, bulos, uso de las redes sociales? Tal cual la política de comunicación de Bolsonaro. Así llegó al poder, así se ha mantenido, y así ha conducido su campaña electoral.

¿Candidatos que cuestionan y rechazan los resultados de las elecciones? En el caso de Bolsonaro no espera a la noche electoral: lleva meses poniendo en duda el sistema de voto, y avisando de que no piensa aceptar los resultados si no le favorecen.

¿Lawfare, acabar con el adversario político mediante la “guerra jurídica”? En Brasil fueron los pioneros, cepillándose primero a la presidenta Dilma Rousseff, y a continuación al hoy candidato Lula da Silva, injustamente encarcelado e inhabilitado. Un golpe de estado judicial que sirvió de modelo para otros procesos similares en Latinoamérica.

¿Amenazas a la democracia? Ahí está Brasil, donde las elecciones se plantean en modo de emergencia nacional para salvar la democracia tras los destrozos de Bolsonaro. Lula ha conseguido reunir junto a él a todo lo que en Brasil no es Bolsonaro, de izquierda a derecha, incluidos viejos rivales políticos.

Si no tienen bastante, seguimos, que hay más. ¿Negacionismo? Da igual de qué negacionismo hablemos, Bolsonaro los reúne todos en su persona: negacionista de la pandemia, las vacunas, el cambio climático, la violencia contra las mujeres, la ciencia… Todo lo cual no solo se ha traducido en exabruptos, sino sobre todo en políticas despiadadas.

Y por supuesto la propia pandemia, puestos a listar calamidades recientes: en pocos países ha golpeado como en Brasil, donde la resistencia del presidente negacionista a aceptar las evidencias médicas, tomar medidas de control y vacunar a la población, ha provocado cerca de 700.000 muertos.

Podemos seguir, si se les ocurren más problemas recientes: ¿revancha conservadora contra los derechos de minorías oprimidas? Siento repetirme, pero de nuevo la respuesta es Bolsonaro, el presidente misógino, homófobo y racista que no solo con sus palabras, también con sus políticas, ha alentado el aumento de la violencia contra estos colectivos.

Ya digo: Brasil con Bolsonaro ha concentrado, reconcentrado todas las calamidades de nuestro tiempo, y de manera hiperbólica. Veremos qué pasa el domingo: si la respuesta democrática de la ciudadanía brasileña es igual de hiperbólica, y con la victoria de Lula se pone fin a la oscura etapa de Bolsonaro. O si la respuesta de este a su posible derrota es tan hiperbólica como lo ha sido su gobierno, y deja en anécdota los sucesos del Capitolio. Esperemos que, en tal caso, la comunidad internacional sea igual de hiperbólica en su defensa de la democracia y contra el golpismo.

                                                         * * *

La "correlación de fuerzas" como pretexto

Por Atilio A. Boron (Página 12)

El tema de la “correlación de fuerzas” me quita el sueño. No porque sea tan desfavorable en la mayoría de los países de la región sino por una actitud -sumamente extendida en el campo del progresismo y la izquierda- que la concibe como una categoría ontológica y, de modo tácito, un obstáculo insuperable. Prevalece un fatalismo que desemboca primero en el posibilismo; esto es, gobernar sólo dentro de los estrechos límites de lo posible y, finalmente, en la capitulación del proyecto transformador ante la fuerza, supuestamente inexpugnable, del capital y sus representantes.

En varias intervenciones públicas a propósito de las futuras elecciones brasileñas salí al paso de esa postura que revela una lectura defectuosa del Gramsci cuando aconsejaba combinar el pesimismo de la inteligencia con el optimismo de la voluntad. El problema es que en el progresismo esta última también está contaminada por el pesimismo. Para refutar esta lectura derrotista opté por apelar a un par de ejemplos históricos, convencido de que el asunto no se resolvería en el plano de una abstracta polémica en el plano de las ideas. Recordé dos experiencias notables en donde una “correlación de fuerzas” negativa se revirtió en pocos meses. Paso a describirlas.

Una tuvo como protagonista a Salvador Allende, que llegó a la presidencia de Chile en 1970 con apenas el 36 por ciento del voto popular. Tenía en su contra ambas cámaras del Congreso, la judicatura, el poder económico, el establishment político, la Iglesia, una buena parte de la intelectualidad, los medios de comunicación y el activo sabotaje de “la embajada”. Desde la misma noche en que obtuvo su victoria, un inolvidable 4 de septiembre de 1970, el presidente estadounidense Richard Nixon dio la orden de hacer cuanto fuera necesario para impedir que Allende asumiera como presidente. “Ni un tornillo ni una tuerca para Chile”, dijo el muy bandido. Y además que ponía a disposición de sus operadores en Santiago una partida inicial de diez millones de dólares para financiar la agitación subversiva. Para colmo, una parte de las capas medias que veían con buenos ojos al proyecto de la Unidad Popular desconfiaban de su viabilidad, conscientes del histórico poderío de la derecha para contener al progreso social. Sin embargo, pese a esta desfavorable “correlación de fuerzas” Allende consumó lo que, con el beneficio que otorga medio siglo de perspectiva histórica, no dudaríamos en caracterizar como una revolución: estatizó el cobre; las más grandes empresas industriales; el sistema bancario; garantizó la alimentación popular; reforzó los derechos laborales y la sindicalización obrera y campesina; avanzó resueltamente en la reforma agraria; expandió la educación y la salud públicas y desplegó una audaz política exterior independiente. Todo eso pese a una muy desfavorable “correlación de fuerzas” signada por las continuas huelgas patronales, fuga de inversiones, la implacable hostilidad de Estados Unidos, el desabastecimiento programado por los grandes empresarios, la escalada de los precios y toda suerte de sabotajes. Al cabo de tres años de gobierno, en las elecciones parlamentarias del 4 de marzo de 1973 la Unidad Popular se enfrentaba a una prueba de fuego. Toda la oposición se aglutinó para esa batalla decisiva y conformó la llamada Confederación de la Democracia, con la esperanza de capitalizar el descontento de la población por la carestía de los artículos esenciales, el desabastecimiento y las permanentes huelgas patronales y, con una aplastante mayoría en el Congreso, votar el desafuero del presidente. Abiertas las urnas y para sorpresa de muchos, la Unidad Popular incrementó significativamente su gravitación electoral llegando al 44 por ciento de los votos, desde el 36 por ciento del año 1970. El “golpe parlamentario” era una vía cerrada para la derecha y el imperialismo, y a partir de ese momento ambos decidieron que había llegado la hora de jugar la “carta militar.” Todos sabemos como terminó esa historia.

El otro ejemplo lo ofrece Néstor Kirchner. Su llegada a la presidencia no pudo ser menos promisoria. Postulado por el Frente para la Victoria salió segundo en la primera vuelta electoral, con poco más del 22 por ciento de los votos y detrás del candidato triunfante Carlos S. Menem que obtuvo un 24 por ciento. El ballottage previsto para dirimir la elección del presidente fue precedido por numerosas encuestas que expresaban el repudio que suscitaba la figura de Menem, por lo cual éste optó por no presentarse a la definitiva contienda electoral. Al iniciar su mandato el 25 de Mayo del 2003 Kirchner carecía de un volumen significativo de votos populares y suficiente respaldo parlamentario. Fuera del ámbito institucional los poderes fácticos se posicionaron fuertemente en su contra. Una prueba de lo adverso que le era la “correlación de fuerzas” lo ofrece el artículo escrito por el principal editorialista del diario La Nación, José Claudio Escribano. Comentando la inminente asunción de Kirchner a la presidencia escribió, el 15 de Mayo, “que la Argentina ha resuelto darse gobierno por un año.” Su pronóstico, compartido por muchos en este país fue rotundamente desmentido por los hechos y el kirchnerismo gobernó durante 12 años, y sigue siendo hoy la principal fuerza política del país. Pese a esa debilidad inicial señalada por Escribano el gobierno de Kirchner redujo sustancialmente los niveles de pobreza e indigencia resultantes del experimento neoliberal de Menem y sus continuadores de la Alianza entre la UCR y el Frepaso; manejó con mano firme la recuperación económica del país; renovó la Corte Suprema de Justicia; restableció los juicios por delitos de lesa humanidad; canceló por completo la deuda con el FMI y poco después de haber concluido su mandato, su sucesora, Cristina Fernández de Kirchner, acabó con los fondos de pensión y creó un régimen previsional público, amén de otras políticas de extensión de derechos y empoderamiento popular que se impusieron tras vencer enconadas resistencias. Como si lo anterior no fuera suficiente, Kirchner revolucionó la política exterior de la Argentina estableciendo sólidos vínculos con el Brasil de Lula y la Venezuela de Chávez y, en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, lideró junto a ellos nada menos que el rechazo al ALCA, el principal proyecto geopolítico de Estados Unidos para esta parte del mundo para todo el siglo veintiuno. Si alguien fue testigo del fenomenal cambio en la “correlación de fuerzas” que produjo Néstor Kirchner es quien fuera su jefe de Gabinete de Ministros y hoy presidente de la Nación, Alberto Fernández.

Lección para los líderes progresistas: las “correlaciones de fuerza” no son esencias inmodificables y pueden ser cambiadas. Son construcciones históricas y dependen de la sabiduría y madurez de la dirigencia, de su capacidad para comunicarse con -e interpelar a- su base social y, por supuesto, de su voluntad para luchar contra todos los obstáculos y trampas que erigen las fuerzas conservadoras con las cuales ningún consenso, salvo en cuestiones de poca monta, será posible. La dirigencia progresista latinoamericana debería recordar que hace poco más de un siglo Max Weber definió a la política como una “guerra de dioses contrapuestos” y por eso la persistente búsqueda de acuerdos de gobernabilidad con la derecha que caracteriza a los progresismos latinoamericanos -al igual que su culto a la moderación- están condenadas al fracaso. Entre otras cosas porque en tiempos tan inmoderados como los que vivimos la moderación lejos de ser una virtud es un vicio y antesala de la capitulación ideológica. Charles Fourier, uno de los padres fundadores del socialismo utópico dijo una vez que “no es con la moderación como se hacen las grandes cosas”, y en Latinoamérica y el Caribe hay grandes cosas que deben ser hechas. Weber, situado en los opuestos de Fourier, coincidía con éste cuando advertía, en su conferencia La Política como Vocación que "un gobernante sólo puede obtener lo posible si trata de lograr lo imposible una y otra vez". Los líderes del progresismo y la izquierda latinoamericana deberían tomar nota de estas enseñanzas de la historia e intentar lo imposible para que sus gobiernos consigan ampliar el horizonte de lo posible, absteniéndose de pretextar que la “correlación de fuerzas” no les permite hacer lo que es necesario hacer y para lo cual fueron elegidos. La historia demuestra la maleabilidad de la “correlación de fuerzas”, siempre y cuando exista una firme voluntad de luchar contra los obstáculos que se oponen a cambiar a un mundo tan inhumano e injusto como el actual.
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Miquel Angel Soria

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Oct 4, 2022, 1:31:08 AM10/4/22
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Octubre
4
Día de los animales

Hasta hace algún tiempo, muchos europeos sospechaban que los animales
eran demonios disfrazados.
Las ejecuciones delos bichos endemoniados, por horca o por fuego, eran
espectáculos públicos tan exitosos como la quemazón de las brujas
amantes de Satán.
El 18 de abril de 1499, en la abadía francesa de Josafat, cerca de
Chartres, un cerdo de tres meses de edad fue sometido a proceso
criminal.
Como todos los cerdos, él no tenía alma ni razón, y había nacido para
ser comido. Pero en lugar de ser comido, comió: fue acusado de haber
almorzado a un niño.
La acusación no estaba fundada en ninguna evidencia.
A falta de pruebas, el cerdito pasó a ser culpable cuando el fiscal,
Jean Levoisier, licenciado en Derecho, alcalde mayor del monasterio de
Saint Martin de Laon, reveló que la devoración había ocurrido en
Viernes Santo.
Entonces el juez dictó sentencia. Pena capital.

Eduardo Galeano


Ética fascista para Savater
Antonio Maestre
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Nadie prestaría demasiada atención ya a la deriva reaccionaria
grotesca de Fernando Savater. Pero sigue sorprendiendo. Existe un
grave problema de inmersión discursiva reaccionaria en espacios que
eran un hogar para las ideas humanistas. Savater está profundizando en
esa grieta construyendo relato desde páginas donde la norma era sentir
calor con palabras de Haro Tecglen o Manuel Vázquez Montalbán. El
filósofo pervierte su legado construyendo una hegemonía
colaboracionista o connivente con el fascismo de nuestro tiempo que
causa estupor, lástima y tristeza.

El artículo de Fernando Savater titulado “Europa en vilo por Meloni”
minimiza la importancia de la llegada al poder de Giorgia Meloni y
Fratelli de Italia porque se ha realizado por las urnas, poniendo en
duda su carácter fascista y equiparando lo dañino de su ideología a
otras formaciones, en este caso Podemos, que considera más lesivas o
al menos iguales. Las premisas del artículo de El País solo pueden ser
defendidas desde la más absoluta amoralidad o ignorancia. A todos nos
consta que Fernando Savater no es un ignorante, solo un intelectual
que tiene la ética envejeciendo regular.

La construcción fanáticamente equidistante de la exposición
savateriana hace tiempo que es conocida, pero alcanzó una nueva
dimensión con una argumentación lógica que Amador le habría lanzado a
la cara. Savater argumenta que el fascismo no puede serlo si llega al
poder por las urnas y por el contrario es fascista quien se moviliza
en manifestaciones si el fascismo llega al poder por las urnas. No
solo considera que la libre expresión de un derecho como el de
movilización es una concepción fascista de la actividad política
cuando él piensa que no debe ser ejercido, sino que además elude los
procesos de conformación del posfascismo actual y el fascismo
histórico, que utilizó las urnas como método para lograr el poder y
cambiar una democracia en una dictadura desde el poder por la vía
democrática.

No solo es preciso recordar el manido ejemplo del NSDAP de Adolf
Hitler que tras el putsch de Münich llegó a la conclusión de que la
manera más efectiva de lograr el poder sería por la vía democrática,
convirtiéndose en julio de 1932 en la fuerza más votada del Reichstag
al lograr el 37,4% de los votos. Meloni ha logrado el 26%. El
resultado de Adolf Hitler que repetiría en noviembre de 1932
consiguiendo otra vez ser la fuerza más votada con el 33% de los
sufragios no modifica su condición, no era más nazi cuando
estratégicamente quería lograr el poder con un golpe de Estado en
1923. Ha habido otros ejemplos históricos de partidos de corte
fascista o nazis que lograron el poder pasando las urnas, como el
Partido Nacional Cristiano de Octavian Goga, que logró el poder de
manera efímera en Rumania por encargo del rey Carol II ateniendo a los
preceptos legales que en ese momento existían en el país. El partido
con una esvástica en su logo y profundamente antisemita no definía sus
ideas excluyente por el modo en el que logró el poder.

Esa concepción de toma del poder por la vía de las urnas, sin
romperlas antes de lograrlo, es la diagnosis que han realizado los
partidos posfascistas tras la Segunda Guerra Mundial. Es la que se ha
impuesto en un partido de corte fascista como el que es heredero del
Movimiento Social Italiano que representa Meloni tras un proceso de
adaptación transitado por Giorgio Almirante y Gianfranco Fini. La
instauración en Europa de estados fuertes hizo llegar a la conclusión
generalizada en la extrema derecha europea de que no sería posible la
toma del poder por la fuerza y era necesario ser un miembro más de las
democracias liberales para cambiarlas desde dentro. Giorgio Almirante
en su mensaje al comité central en 1969 planteó el dilema al que
estaba sometida su formación: “Estamos ante dos caminos: alternativa
al sistema o alternativa en el sistema”. Ese último es el camino que
ha elegido Giorgia Meloni, pero eso no cambia un ápice su ideología
fascista ni ausencia de cultura democrática.

La segunda parte del artículo es aún de peor moralidad. “Supongamos
que Giorgia Meloni tenga ideología fascista : ¿será una catástrofe
irremediable?”. Los cuestionamientos de Fernando Savater son
grotescos, amorales y desinformados. Ese cuestionamiento sí es una
muestra de ignorancia superior, porque no es necesario suponer nada,
basta con informarse sobre la cultura política de Giorgia Meloni y su
partido para aseverar atendiéndose a los hechos que Fratelli de Italia
es una formación posfascista. Pero no contento con degradarse realiza
la equiparación propia de aquellos que en su deriva reaccionaria
quieren ocultarse, por vergüenza ante el hombre que un día fueron, en
una equidistancia de punto dulce entre lo que consideran dos
ideologías totalitarias, el fascismo y el antifascismo, el racismo y
el antirracismo, la tolerancia y la intolerancia, considerando que no
podrá ser peor la llegada de un gobierno fascista a Italia porque en
España tenemos en el gobierno a una formación que defiende los valores
democráticos y humanistas de respeto al diferente. Una ideología
progresista que la pluma de Savater hace tiempo que despreció
degenerando su figura y la de todos aquellos que, respetando el papel
donde expone sus excrecencias, le leemos con pesar y melancolía por el
daño que se hace a sí mismo y a un columnismo respetable.

* * *

Brasil: victoria de Bolsonaro y la ultraderecha
Por Eric Nepomuceno (Página 12)

Desde Río de Janeiro

La ventaja del expresidente de centroizquierda Lula da Silva sobre el
ultraderechista y actual mandatario Jair Bolsonaro ha sido de
alrededor de escasos cuatro puntos. Si los sondeos y encuestas
indicaban una ventaja de entre siete y diez puntos, esa ha sido la
primera victoria de Bolsonaro. Pero la segunda y más contundente
victoria se dio tanto en la formación de lo que será a partir de 2023
el Congreso como en los gobiernos provinciales.

La verdad es que el abyecto y desequilibrado Bolsonaro sorprendió por
cómo obtuvo resultados especialmente positivos en todo el país. A
excepción del nordeste pobre, de donde Lula salió para seducir y
conquistar todo el país, Bolsonaro ganó en todas las demás regiones.
Exceptuando a Minas Gerais en el sudeste, el ultraderechista desmintió
todos los sondeos que indicaban una ventaja de Lula que oscilaba entre
razonable y amplia.

No hay manera de entender que el general retirado Eduardo Pazuello,
que cuando fue ministro de Salud se reveló cómplice del proyecto
genocida de Bolsonaro, distribuyendo toneladas de medicamentos que no
solo eran probadamente ineficaces contra la covid-19 sino que también
provocaban daños colaterales, al tiempo que rehusaba la distribución
de vacunas de comprobada eficiencia, haya sido ahora el diputado
provincial más votado en Río de Janeiro.

Tampoco resulta explicable cómo Sergio Moro, el juez venal y
manipulador que llevó a Lula a la cárcel en un juicio basado
exclusivamente en indicios y no en pruebas, salga ahora como el
senador más votado en la conservadora provincia de Paraná. Y su
cómplice en la manipulación, el coordinador de fiscales Delton
Dalagnoll, haya sido electo diputado con los votos que consiguió.

Como senadora por Brasilia se eligió a la exministra de la Mujer,
Ciudadania y Derechos Humanos, Damares Alves. La misma que dijo que se
hizo evangélica cuando, subida a un árbol de goiaba, recibió la visita
de Jesucristo. Y que, cuando asumió el ministerio, determinó que "los
niños se visten de azul y las niñas de rosa". La misma, además, que
destrozó todo el aparato de defensa de la Memoria erguido en tempos de
Lula y Dilma como mandatarios.

La verdad es que por todo el mapa brasileño lo que se vio fue el
crecimiento furioso o la confirmación de una base amplia y
aparentemente sólida que oscila entre la derecha y la ultraderecha.

Sigue siendo bastante amplia la posibilidad de que en la segunda
vuelta Lula da Silva logre derrotar a Bolsonaro y volver a la
presidencia. Pero igualmente quedó claro que será una batalla bastante
más difícil de lo que se preveía.

Y lo que realmente suena preocupante es que si logra esa victoria,
tendrá que gobernar con un Congreso que continuará plagado de
aberraciones y con la mayoría de los gobernadores provinciales aliados
al ultraderechista que Lula deberá derrotar para volver a la
presidencia e intentar salvar el país.

Me permito concluir con una observación personal. La noche de este
domingo ha sido una sorpresa y un golpe en mi ya un tanto exhausta
alma. Jamás supuse que llegaríamos, luego de estos más de tres años y
medio del peor y más asqueroso gobierno desde la redemocratización, a
los resultados del domingo.

No se trata de situarse entre uno u otro bando. Se trató y se trata de
situarse entre civilización y barbarie. Por más críticas que existan
contra Lula, no hay comparación posible. Nunca jamás, siquiera en
tempos de la dictadura que duró larguísimos 21 años, este país ha sido
tan destrozado y degradado.

Lula dijo al pronunciarse luego del resultado que no se trata de un
final del juego, sino de una prórroga. Lo lamento, Lula. Mi temor es
otro: que no se trate de un final del juego, sino de un intento
suicida de fin del país.

He vivido dos exilios. Y no sé si tengo alma para un tercero.
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Miquel Angel Soria

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Oct 5, 2022, 1:31:45 AM10/5/22
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El 5 d'octubre de 1934 començava la coneguda com Revolución de Asturias, un moviment obrer destinat a acabar amb la República per instaurar una República Socialista.
Als tres dies estava quasi tota Astúries en mans dels treballadors, incloses les fàbriques d'armes de Trubia i La Vega. Als deu dies un exèrcit de 30.000 treballadors es plantejava, a Mieres, la possibilitat de marxar contra Madrid.
Gil  Robles va encarregar als generals Franco i Goded  dirigir la repressió des de l'Estat Major a Madrid i aquests recomanen el transport de tropes de la Legió i Regulares.
Com l'alliberament d'Astúries, la repressió posterior foren molt dures. Ja ho avisaven aquests fulls anònims llençats sobre Mieres:

"Rebeldes de Asturias, rendíos. Es la única manera de salvar vuestras vidas: la rendición sin condiciones, la entrega de las armas antes de veinticuatro horas. España entera, con todas sus fuerzas, va contra vosotros, dispuesta a aplastaros sin piedad, como justo castigo a vuestra criminal locura. La Generalidad de Cataluña se rindió a las tropas españolas en la madrugada del domingo. Companys y sus hombres esperan en la cárcel el fallo de la Justicia. No queda una huelga en toda España. Estáis solos y vais a ser las víctimas de la revolución vencida y fracasada. El daño que os han hecho los bombardeos y las armas de las tropas no son nada más que un triste aviso del que recibiréis implacablemente si antes de ponerse el sol no habéis depuesto la rebeldía y entregado las armas. Después iremos contra vosotros hasta destruiros sin tregua ni perdón. ¡Rendíos al gobierno de España! ¡Viva la República!




Brasil y la paradoja de la tolerancia
Javier Gallego

En su obra de 1945, La sociedad abierta y sus enemigos, escrita durante la Segunda Guerra Mundial, el filósofo Karl Popper explicaba la hoy muy conocida paradoja de la tolerancia según la cual si no ponemos límites a los intolerantes, acabarán con la tolerancia, es decir, con las democracias y sus libertades. Es una obviedad que estamos reviviendo en este inicio de siglo después de sufrirla a mediados del siglo anterior con el auge del nazismo y el fascismo. De Europa hasta América, de Trump a Bolsonaro, de Orbán a Meloni, las democracias están siendo socavadas desde dentro por quienes utilizan los mecanismos democráticos para imponer una ideología iliberal, autoritaria y excluyente. Son los intolerantes que se aprovechan de la anchura de las sociedades abiertas para clausurarlas.

Brasil es el mejor ejemplo de la paradoja de Popper porque los fascistas han utilizado todos los recursos que ofrece la democracia liberal para hacerse con el poder: la política, la justicia, los medios y la empresa. Gracias al lawfare, la guerra legal, la ultraderecha tumbó a la presidenta Dilma Rousseff con un impeachment, una moción de censura, que fue un golpe encubierto, mientras un juez encarcelaba a Lula Da Silva en un proceso que después fue revocado. Lula pasó más de 500 días en prisión y no pudo presentarse a las elecciones de 2018 que ganó Bolsonaro, quien nombró ministro de Justicia al juez que le había allanado el camino, Sergio Moro. Ahora Moro ha sido elegido senador en las nuevas elecciones brasileñas. Normalidad democrática. Sigan circulando.

La elección de Moro es solo una muestra más de cómo la tolerancia ilimitada permite a los fascistas incrustarse en las democracias para seguir devastándolas. Para eso cuentan con la inestimable ayuda de la élite económica, política y mediática, el dinero por decirlo en una palabra, que se infiltra en los poderes públicos y manipula a la opinión pública a través de las redes y la prensa. La primera campaña de Bolsonaro fue un paso más allá de la estrategia de intoxicación masiva de Trump por su uso no solo de los medios mayoritarios y las redes sociales sino también de las redes privadas del Whatsapp. El bombardeo de bulos telefónicos fue tanto o más eficaz que la propaganda por televisión, radio y prensa.

Lamentablemente, funciona. Funciona en Italia, en Suecia y en Brasil. Bolsonaro no ha ganado, pero ha resistido. Cincuenta millones de brasileños le han votado. A pesar de haber negado el coronavirus, de que su país tiene el 10% de las muertes globales por Covid, a pesar de sus aberraciones homófobas, aporófobas y racistas, de fomentar la deforestación del Amazonas, de la persecución de ecologistas y las sospechas de su implicación en el asesinato de la feminista negra Marielle Franco, a pesar de la militarización del gobierno y de su apología de la dictadura. Cuando la élite manipula a la masa para que permita la intolerancia, la intolerancia se enquista y es muy difícil arrancarla.

Lo hemos visto con Bolsonaro y antes con Trump. Son fenómenos que desbordan la figura del líder y pueden volverse incontrolables como ocurrió en Estados Unidos con la toma del Capitolio. Puede suceder también en Brasil si Bolsonaro sigue alimentando las sospechas de fraude electoral como hizo su sosias yanqui. Ambos demuestran que los enemigos de la sociedad abierta están dentro: en áticos, despachos, redacciones y cloacas. Aquí en España teníamos este fin de semana un ejemplo palmario de los cómplices infames del auge de la intolerancia, Fernando Savater quien, en su tribuna de El País, legitimaba a Meloni porque había ganado en las urnas. También lo hizo el nazismo cuando se dio cuenta de que no podía hacerlo por la fuerza.

Popper advertía de que los intolerantes dejarán un día las razones para pasar a las armas y los puños. Empezarán por decir a sus seguidores que sospechen de los razonamientos. Exactamente como ya está sucediendo. En ese caso, dice, “deberemos exigir que todo movimiento que predique la intolerancia quede al margen de la ley y que se considere criminal cualquier incitación a la intolerancia y a la persecución”. Apenas nada se está haciendo en este sentido. Al contrario, son los fascistas los que se valen de las leyes para perseguir y aniquilar libertades. Como reza el manido poema de Niemöller, cuando vengan a por nosotros, será demasiado tarde.

                                                           * * *

Jesús Quintero, el hombre que amaba a los nadies
Por Silvina Friera (Página 12)

La voz del andaluz de los rizos sublevados llegaba hasta la última fila del teatro Lope de Vega De Sevilla. Entonces actuaba y todavía no era apodado El loco de la colina, como uno de sus programas más emblemáticos. Su rebeldía era de clase; quería mirar y oír a los olvidados, los marginales, los anónimos, los oprimidos, esos nadies que suelen ser tan ignorados como invisibilizados. Fue el “niño pobre” que se convirtió en un periodista y presentador reconocido. La nube de humo de su cigarrillo le daba una pizca de mayor intimidad y misterio a esas entrevistas que parecían una clase magistral de periodismo y psicoanálisis por el modo en que trabajaba con los silencios, con lo no dicho. El periodista español Jesús Quintero murió este lunes a los 82 años en la residencia geriátrica Nuestra Señora de los Remedios. Fuentes próximas a su familia confirmaron que el mítico comunicador almorzó por última vez, luego se fue a descansar y ya no se despertó.

No hubo milagros en la vida de Manuel de Jesús Rodríguez Quintero. Nació el 19 de agosto de 1940 en San Juan del Puerto, en la provincia de Huelva. Su padre era electricista y su madre, campesina. Ella solía decirle a su hijo que era “más raro que un perro verde y un ratón colorado”. No sabía, la madre, que le estaba sirviendo en bandeja el nombre futuro de dos programas. Como quien gambetea un destino prefigurado –continuar el oficio de su padre o trabajar como obrero-, al joven le picó el deseo de la actuación. Pero al terminar una función en el teatro Lope de Vega de Sevilla, un hombre de la radio, el periodista Rafael Santiesteban, muy impresionado por la voz de ese actor en ciernes, se acercó para decirle que podía hacer radio.

Comenzó su carrera radiofónica en los años 60 en Radio Nacional de España, animando las tardes con el programa Estudio 15-18. El programa le resultaba insuficiente; quería algo más. Entonces le propuso a los directivos El hombre de la roulotte, que consistía en recorrer el país en una furgoneta llena de libros y sartenes entrevistando a los “nadies”, gente sin fama pero con historia, personajes anónimos con una vida interesante.

Creía en la palabra (y el silencio) como medio de comunicación. Prefería la radio porque es “más verdad que la televisión”. Él clasificaba los silencios: el de dos personas que no tenían (ni tienen) nada qué decir y aquellas que saben que el silencio puede ser sorpresa y acercamiento. El loco de la colina nació como un programa radial nocturno en Radio Nacional de España (1980 a 1982) y posteriormente pasó a la Cadena Ser (1986); el programa fue emitido también en Uruguay y Argentina.

El ritmo era pausado; ese animal de radio, de mirada profunda y silencios que podían provocar irritación, incomodidad y hasta perplejidad era una especie de gran oreja que sabía escuchar los problemas de los desesperados y solitarios. Detrás de esa voz que se escuchaba hasta en el último cuarto de pensión estaban los guiones de Raúl del Pozo y Javier Salvago. Si el periodista, locutor y presentador no era dueño ciento por ciento de sus palabras, sí lo era de ese estilo que implicaba que se mantenía un rato sin decir nada. En silencio. Un silencio que podía aumentar la fascinación o provocar la objeción sin medias tintas.

El loco de la colina batió récords de audiencia con cerca de un millón de oyentes. Hasta la revista Gente se ocupó del fenómeno y habló con el periodista que declaró entonces que el programa era “su terapia ocupacional nocturna”, que “se aferraba al micrófono como un náufrago”, como “alguien que miraba las estrellas sin olvidar lo que pasaba a los demás en la tierra”. Jesús quería que el entrevistado le contara sus cosas. “No voy a acosarlo, ni chuparlo, ni vencerlo. Nunca uso la estocada. Si ha de morir se matará solo y con sus propias palabras. No me creo nada esa moda del reportaje agresivo”, explicaba y aclaraba: “Si te pones contra el entrevistado, lo pierdes. Si llegas arrogante, también. Si llegas muy humilde, te derrota. Hay que decirle sin palabras ‘Tú eres quien eres… pero yo no soy un tonto'”.

Las sombras eclipsan el lado luminoso. Una neurosis depresiva hipocondríaca puso en pausa, en 1986, la carrera del andaluz de los rizos sublevados y los silencios que abrazan sin palabras. En ese período de retiro creó la emisora Radio Romántica, que posteriormente fue clausurada por carecer de licencia. Dos años después volvió al ruedo con El perro verde, que se estrenó en la TVE (Televisión Española) en 1988. El éxito continuó y lo llevó a viajar a México, Argentina –el programa se emitió por ATC en 1989- y Uruguay. En la televisión pública española también hizo Qué sabe nadie (1990) y en Antena 3 los ciclos Trece noches o La boca del lobo. En los 90 llegarían La noche americana, El lobo estepario –que hizo en Buenos Aires, en Radio Millenium en 1998-, Cuerda de presos y El vagamundo. En los 2000 presentó Ratones coloraos y La noche de Quintero, programa con el que volvió en 2007 a la TVE.

En El perro verde mezclaba famosos y desconocidos. ¿Cómo no recordar al perro blanco y lanudo que lo acompañaba en el estudio y se quedaba todo el tiempo echado en el piso? Jesús amaba a los “nadies”; eran sus entrevistados preferidos. Algunos recordarán al hombre que no contestaba ninguna de sus preguntas porque finalmente resultó ser mudo. O la conversación con los 11 mendigos, durante una cena. Entre sus entrevistas más recordadas se destacan las que hizo a Diego Maradona, Jorge Luis Borges, Eduardo Galeano, el subcomandante Marcos, Antonio Escohotado, Facundo Cabral, Felipe González, Baltasar Garzón, Pepe Mujica, Joaquín Sabina y Arturo Pérez-Reverte. En 1999, para el ciclo que tuvo en Azul TV, entrevistó al entonces presidente Carlos Saúl Menem, a quien le preguntó: “¿Nunca fue musulmán? ‘No -respondió Menem- siempre fui católico, apostólico, riojano... digo, romano”. Cuando entrevistó a Robledo Puch en la cárcel de Sierra Chica, el Chacal le dijo emocionado: “¡Ah!, ¿usted es El loco de la colina?”.

El mejor creador de atmósferas (radiales y televisivas) confesó que lo llamaban loco porque nunca había tenido un sentido práctico de la vida. “Me llaman loco porque aún creo en los grandes sueños, en las utopías… Y porque no renuncio a la felicidad. No comprendo a quienes están dispuestos a todo para alcanzar el poder, la riqueza o la fama. Antonio Banderas me dijo: ‘La fama es un rumor a seis metros’. Tenía razón”, recordó Jesús en una entrevista con El Español en febrero de 2020. Ser un buen comunicador no implica ser un buen administrador. Intentó tener una productora con la que ganó dinero, pero perdió más por malos negocios, además de llevar una vida bohemia. También gestionó el Teatro Quintero, donde programaba espectáculos de teatro y música. Para pagar sus deudas vendió su casa. “Me he arruinado tres o cuatro veces en mi vida. Si no trabajo, bajo los techos, bajo el nivel. Vivo con lo justo. Nunca seré yo un nuevo rico. Siempre seré un antiguo pobre”.

El andaluz de los rizos sublevados fue una especie de detective que buscaba que lo oculto quedara al descubierto. El hombre que murió mientras dormía fue el compañero de cientos de náufragos nocturnos embelesados con ese loco que respiraba palabras y exhalaba silencios.
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Miquel Angel Soria

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Oct 6, 2022, 1:31:12 AM10/6/22
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Avui, els comunistes seguim recordant Josep Gibert i Clols, que ens
deixava el 6 d'octubre de 2007, per tornar, definitivament, a Venta
Micena, al costat de "l'Home d'Orce" al que ara fa 40 anys havia
descobert. Què millor que les paraules d'un dels seus col·laboradors
per recordar-lo i, en molts casos -malauradament- conèixer-lo.
Alfonso Iglesias Diéguez escriu:

"En Josep Gibert vaig trobar un científic excepcional, del que vull
destacar cinc qualitats fonamentals: la coherència, la integritat, el
rigor, la generositat i l'honestedat.


Josep Gibert fou un home de profundes conviccions ètiques i
polítiques, que projectà al su treball científic; en aquest sentit,
Josep Gibert fou un gran defensor de la democratització de la ciència,
el que significava implicar als joves en els projectes científics,
fomentar sa formació intel·lectual i científica, incorporar a dones
als seus equips d'investigació, crear un grup de treball o una escola
independent de qualsevol centre estranger, fomentar l'organització
matricial d'equips autònoms però interelacionats entre sí… i fomentar
la divulgació i la difusió de les idees científiques, tant en fòrums
especialitzats como entre un públic general sense formació específica.
Un exemple: Josep Gibert optà por presentar el descobriment de Venta
Micena, tant les restes humanes como les edats i la fauna, en
Paleontologia i Evoluciò junt als seus col·laboradors d'aquells
moments, no amb els Lumley en L’ Anthropologie.



Escuela de rebeldes
David Brooks (La Jornada)

En un lugar de las montañas del sureste de Estados Unidos, una escuela
popular para y de rebeldes festejó sus 90 años el pasado fin de
semana.

Fue en el Highlander Research and Education Center (al inicio llamado
Highlander Folk School) en las montañas Apalaches, en Tenesi, donde
durante nueve décadas se han encontrado rebeldes estadunidenses para
intercambiar estrategias, canciones, contar sus experiencias y con
ello nutrir a diversos movimientos sociales que han transformado al
país desde el sur con la convicción de que otro Estados Unidos es
posible.

Fue en Highlander donde se elaboró y preparó la histórica huelga
general del sector textilero en los años 30, donde en los 50 el
reverendo Martin Luther King llegó para dialogar con otros líderes y
activistas, donde fueron capacitadas figuras icónicas como Rosa Parks,
de ese movimiento de derechos civiles. Desde los años 30 hasta los 60
fue uno de los pocos lugares en el sur de Estados Unidos donde
afroestadunidenses y blancos se podían reunir. Fue ahí adonde llegó
Paulo Freire a dialogar con uno de los fundadores de Highlander, el
educador popular Myles Horton.

Ahí también se han reunido granjeros y pequeños productores para
intercambiar ideas sobre cómo enfrentar la crisis agraria, luchar
contra los transgénicos y el control de semillas de las
trasnacionales; organizadores mineros, de trabajadores de
procesamiento de carnes, entre otros, han encontrado ahí un diálogo
para fortalecer sus luchas sindicales. Ahí se exploran estrategias
para enfrentar la globalización económica y la agenda neoliberal
aplicada dentro de este país, facilitar encuentros entre comunidades
pobres en las montañas del sur con pueblos en otras partes del mundo
que enfrentan las consecuencias de operaciones de empresas
trasnacionales.

Además de ser un tipo de escuela sobre la praxis política, económica y
social, Highlander también es un centro de cultura popular y parte de
su trabajo es preservar y compartir las expresiones de los movimientos
sociales en el sur con libros, fotos, documentos, arte gráfico y sobre
todo canciones. Fue en Highlander donde Pete Seeger, el gran cantautor
de folk, junto con el músico Guy Carawan y el reverendo King
elaboraron y empezaron a difundir la versión de We Shall Overcome que
se convirtió en el himno del movimiento de derechos civiles.

Es, pues, un lugar peligroso. Fue clausurado por las autoridades un
tiempo en los años 50 al ser tachada de escuela comunista en plena era
macartista. Fue atacada por el Ku Klux Klan y otras agrupaciones
ultraderechistas, y esos no son incidentes del pasado lejano; el
pequeño edificio de sus oficinas fue incendiado y destruido en 2019
por lo que se sospecha fue un grupo supremacista banco.

Horton (1905-1990) escribió que Highlander es una idea tercermundista.
Ha funcionado en los Apalaches y en el sur estadunidense porque tienen
mucho en común con los países del Tercer Mundo, o segmentos del éste,
dentro de otras sociedades.

De hecho, hace unos años Highlander se volvió bilingüe porque muchas
de las nuevas luchas sociales en el sur ahora están encabezadas por
migrantes mexicanos y centroamericanos. Más aún, Highlander y Horton
han realizado intercambios con educadores populares en varios países,
desde Sudáfrica hasta Brasil y Filipinas, entre otros.

Horton escribió en sus memorias ( The Long Haul): “si quieres
construir una sociedad democrática tienes que actuar democráticamente
en todo sentido... Estoy de acuerdo con el Che Guevara: el verdadero
revolucionario está guiado por grandes sentidos de amor. Si ese amor
no forma parte, acabarás en una sociedad fascista”.

Highlander se define a sus 90 años como un catalizador del movimiento
social y hoy continúa con su larga historia nutriendo las luchas para
democratizar desde abajo, y desde el sur profundo, a este país
invitando a los que festejaron su aniversario este fin de semana a
practicar la historia del futuro desde ahora.
(https://highlandercenter.org/)

Pete Seeger. We Shall Overcome.
https://open.spotify.com/track/7kfXLa8qHHmdn3ANhe65FH?si=62ca184cf02840b4

* * *

Lanzarote, José Saramago y Pilar del Río: una historia de amor
Gumersindo Lafuente

La censura fue el último empujón que llevó a José Saramago a
Lanzarote. En abril de 1992, el Gobierno del conservador Cavaco Silva
decidió eliminar un libro de Saramago de los elegidos para representar
a la nueva literatura portuguesa en Europa. El Evangelio según
Jesucristo no gustaba a las piadosas mentes católicas del Gobierno
portugués. Además, su autor era comunista y, por último, aseguraban,
el libro estaba mal escrito. Seis años más tarde Saramago ganó el
Nobel de Literatura, no hay mucho más que decir.

Hoy, 30 años después, con la libertad de expresión de nuevo amenazada,
es una maravilla leer La intuición de la isla (Itineraria), un libro
de amor a la vida escrito desde la alegría y el talento de Pilar del
Río, la mujer que compartió los últimos 24 años de la vida del
escritor portugués.

Saramago soñó la balsa de piedra, esa gran barca en la que se
convertiría la península Ibérica. Desgajada de Europa transportaría
personas y culturas de un lado al otro del mar. El sueño tomó forma y
realidad el día en el que Lanzarote se cruzó en su vida y decidió
instalarse allí para convertir su casa, A Casa, en un semillero de la
mejor literatura contemporánea. Ensayo sobre la ceguera, nos cuenta
Pilar, fue la primera obra escrita en la isla. “¿Y si todos fuéramos
ciegos?”, se preguntó el escritor. Necesitó llegar a Lanzarote para
encontrar la respuesta.

Saramago trabajó mucho en su estudio de A Casa, pero no solo. Había un
jardín soñado que ir construyendo. Estaba el mar, Fuerteventura en el
horizonte, la Isla de Lobos un poco más cerca. Pero, sobre todo, lo
más importante eran los amigos. Lanzarote, ya el hogar de José y
Pilar, pronto se convirtió en un lugar de encuentro y diálogo.
Escritores, directores de cine, políticos. Amigas y amigos
convirtieron A Casa en un foro abierto de tertulias, comidas —el
bacalao siempre presente— y risas.

Pilar del Río lo cuenta con soltura y ternura. Son píldoras de una
vida intensa, llena de anécdotas que nos transportan a la trastienda
sencilla de personas notables. Los auténticos no necesitan oropeles.
Cuenta Pilar que José, impresionado tras ver El sol del membrillo, la
película en la que Víctor Erice retrata el placer y el dolor del
trabajo del pintor Antonio López, decide plantar en el jardín de A
Casa dos membrilleros. Uno se llamará Antonio López, el otro Víctor
Erice. “No pudo ser —escribe Pilar— un membrillero resultó manzano, y
otro, membrillero auténtico, no resistió la dulzura del clima de la
isla, reclamó grados bajo cero, frío y lluvias, y como no lo consiguió
se dejó ir a otra realidad, la de los árboles confundidos por humanos
de buena voluntad y pocos conocimientos botánicos. El error fatal de
confundir árboles no fue el único cometido en el jardín de A Casa,
donde los sentimientos estaban por encima del sentido común”.

José Saramago murió en Lanzarote: “No hubo tragedia en A Casa el día
18 de junio de 2010, sí un íntimo y profundo luto que se transmitía
apenas con miradas, apenas con el silencio”. Pilar cuenta cómo las
cenizas del escritor, cubiertas por tierra de su jardín de Lanzarote,
reposan bajo un olivo centenario de Azinhaga, su pueblo natal,
sembrado frente a la Casa dos Bicos, sede de la Fundación Saramago en
Lisboa. Junto al árbol, en el suelo, una leyenda: “No subió a las
estrellas porque pertenecía a la tierra”. La frase final de Memorial
del convento se convirtió en el mejor epitafio.

¡Qué fácil es enamorarse de Saramago a través de las palabras escritas
por Pilar del Río! Obrigado, Pilar; obrigado, José.
Vergara. Presupuestos generales antisociales.jpg
Miki y Duarte. Los presupuestos, el musical.jpg
Rep. Biblioteca.jpg
Fisgón. Balance de Lula.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 7, 2022, 1:30:25 AM10/7/22
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Avui, si no ens hagués deixat prematurament, Noel Nicola, un dels fundadors de la Nueva Trova Cubana -junt a Silvio i Pablo- faria 76 anys.
La millor manera de recordar-lo és escoltant alguna de les seves cançons.  Sempre em quedo amb la mateixa (encara que les versions siguin diferents):

https://www.youtube.com/watch?v=cGt5VmB4U-o


La ley de memoria y la memoria sin ley
Isaac Rosa

En octubre de 2022, 47 años después de la muerte de Franco, 44 desde la aprobación de la Constitución Española, 83 transcurridos desde el final de la Guerra Civil, con cada vez menos supervivientes entre las víctimas, sucedidas varias generaciones de hijos, nietos y bisnietos… en España se aprueba una ley de memoria democrática. Y yo estoy temiendo el momento en que, mañana mismo, me llamen los habituales periodistas europeos que siempre me llaman para pedirme mi opinión sobre el tema, que a la prensa extranjera le excita mucho eso de que los españoles sigamos a vueltas con la memoria tantos años después.

Mi primera sensación con la aprobación de la ley, y sobre todo con los debates previos, ha sido un ‘déjà vu’ que imagino han sentido muchos: esto ya lo hemos visto antes. En concreto, 15 años antes, cuando la ley de memoria de Zapatero. De hecho, algunas medidas ahora incluidas llaman la atención porque ya estaban en discusión hace quince años, y hasta las habíamos dado por resueltas. Las fosas, por ejemplo. ¿En serio seguimos en el mismo punto 15 años después? ¿Cómo se lo explico a los periodistas europeos?

La nueva ley promete cumplir todo lo que en su día dimos por hecho con la ley anterior, y que quince años después comprobamos que no, que sigue pendiente. Sobre el papel, las medidas suenan bien, incluso muy bien. Luego desciendes al detalle, la letra pequeña, y te encuentras mucha “comisión técnica” que estudiará el asunto, aplazamientos de temas por concretar, fórmulas indefinidas, y ausencias que explican la resistencia de algunos socios de gobierno, y la decepción de las asociaciones de memoria y de familiares de represaliados.

Pregunto a mi amigo Emilio Silva, que algo sabe de memoria desde que hace más de veinte años exhumara la primera fosa desde la Transición. Me confirma su decepción: no cree que la ley sirva para investigar y en su caso perseguir a los responsables de los crímenes franquistas, ni confía en que el Estado vaya a hacerse cargo de las exhumaciones. Ve mucha falta de concreción, echa en falta medidas de reparación que llevan tantos años esperando, y lamenta que las víctimas del franquismo sigan siendo “víctimas de segunda” para la democracia española.

Por su parte, los partidarios de la nueva ley celebran y subrayan avances de gran importancia para la normalidad democrática, y que en efecto están en la ley: reconocer la ilegalidad del franquismo y de sus sentencias, la creación de una fiscalía para los crímenes de la dictadura, un banco de ADN de víctimas, la apología del franquismo como causa para extinguir fundaciones franquistas, más contenido democrático en la enseñanza…

¿Es una ley ilusionante o decepcionante? ¿Pondrá fin de una vez a la vergüenza de las fosas comunes, o seguirá siendo una tarea lenta, dependiente de la voluntad de los familiares y asociaciones, y a merced del ayuntamiento o el juzgado de turno? ¿Responde a la demanda de verdad, justicia y reparación, o hará falta otra ley de memoria dentro de otros quince años? ¿Qué le digo al periodista alemán que mañana me preguntará qué pasa con el franquismo en España?

Le diré lo que digo siempre: que por suerte la memoria democrática de este país no depende de que se apruebe una ley. La memoria democrática de España se viene levantando desde hace décadas, algunas veces gracias a las leyes, pero más a menudo a pesar de las leyes. Son todas esas mujeres y hombres, víctimas, hijos, nietas, bisnietos, compañeras, miembros de asociaciones, profesoras, investigadores, antifascistas y demócratas todas, que llevan décadas reparando, dignificando, construyendo memoria, con sus propios medios, contra todo tipo de obstáculos, con poca o ninguna ayuda de las administraciones y a veces obstaculizadas por estas.

Si la nueva ley ayuda, bienvenida sea. Y si no, tengamos la tranquilidad de que la memoria democrática, que no es algo del pasado sino fundamental en este presente regresivo, no la fija el BOE, ni depende de mayorías parlamentarias o cambios de gobierno, sino de toda esa gente que lleva años peleándola. Ha sido durante mucho tiempo una memoria sin ley y, ahora que tenemos ley nueva, seguirá yendo muy por delante, forzando sus límites, llegando más lejos. Gracias.

                                                          * * *

Para qué sirven los impuestos
Javier Gallego

Los impuestos son como el algodón, no engañan. Se distingue a la derecha de la izquierda por lo que piensan de los impuestos. Para los primeros atacan al beneficio privado, para los segundos son una inversión en el bien común. Los neoliberales sostienen que los impuestos a las grandes fortunas ahuyentan al capital y desincentivan la inversión, pero obvian que las infraestructuras y subvenciones de las que se aprovechan se pagan con el dinero de todos. Los progresistas (y algunos liberales clásicos) defienden que la riqueza que produce el trabajo no se acumule solo arriba sino que se reparta por abajo para asegurar el Estado del Bienestar y corregir las desigualdades. No hay democracia sin progresividad, no hay seguridad y justicia social sin impuestos.

Hoy la derecha española se ha lanzado a una carrera loca por bajarles los tributos a los más ricos. Se han quedado solos. Hasta la nueva Margaret Thatcher, la primera ministra británica, Liz Truss, que anunció lo mismo, ha tenido que dar marcha atrás ante el desplome de la libra y la oposición de su propio partido y de los organismos internacionales. A diferencia de la crisis anterior, donde el consenso fue que pagara la mayoría los desperfectos de la minoría, ahora el consenso desde el FMI a la UE es el contrario: que paguen más los que más tienen para que el exceso que están acaparando se reparta, el dinero se mueva y la sociedad funcione.

Ayuso, gurú de este “socialismo para ricos” en el que le quitamos a la mayoría para que la minoría no contribuya, no solo mantuvo los regalos fiscales de Esperanza Aguirre a las grandes fortunas, además vendió una bajada del IRPF por tramos que se notaba muy poco en los tramos de abajo, pero mucho en los tramos de arriba porque acumulaban las reducciones de todos los tramos anteriores. ¡Eureka! En el colmo del cinismo, anunció un imposible: “Menos impuestos, más servicios”. Madrid es la comunidad que menos invierte en servicios sociales per cápita siendo la comunidad más rica por el efecto capitalidad y por el dumping fiscal. Cuando encuentre usted cerrado su centro de salud, grite “¡libertad, libertad!” a ver si se lo abren.

El cinismo es contagioso. Moreno Bonilla, pide ahora 1000 millones al Gobierno para combatir la sequía después de haber renunciado a los 900 millones que recaudaba por impuesto de patrimonio. El regalo que el presidente andaluz le ha hecho a los cuatro ricos andaluces quiere que lo paguemos todos los españoles. En sentido contrario, la izquierda anunciaba una reforma fiscal que incluye un impuesto a los ricos y a las eléctricas por su exceso de beneficios (como venía pidiendo Unidas Podemos desde el inicio de la legislatura), una subida del IRPF y del Impuestos de Sociedades para las rentas altas y las grandes empresas y una bajada para las rentas bajas y las PYMES, y una reducción del IVA de los productos de higiene femenina del 10% al 4%. Cómo estará la “información” de este país que no solo se han quejado las élites, también los pobres a los que beneficia la rebaja.

El mayor éxito del neoliberalismo es haber conseguido que los explotados defiendan a los explotadores. Hay guerra de clases y la están ganando. Frente a la demagogia, la pedagogía. La educación de cada hijo cuesta unos 5000 euros anuales, 100.000 euros toda su formación, que pagamos entre todos. Entre todos ponemos 1800 euros para la salud de cada uno de nosotros. Podemos no necesitarlos, pero siempre dispondremos de los 90.000 euros que cuesta de media curar un cáncer. Tu calle, las aceras, papeleras, contenedores, farolas de tu calle, tu centro social, tu centro de salud y tu residencia de mayores, las carreteras, los trenes, los puertos, los aeropuertos, tus gestores públicos, tu bienestar y servicios sociales… lo pagan los impuestos.

El Gobierno acaba de aprobar los terceros Presupuestos Generales del Estado con un récord en gasto social y una inversión histórica. Eso lo pagan los impuestos. Para eso sirven. Al impuesto a los ricos lo ha llamado la coalición “Impuesto de Solidaridad”. A la derecha le ha disgustado el nombre. Por qué será. Porque ellos no son solidarios, son más de la competitividad de todos contra todos. Los impuestos son lo contrario: cooperar todos con todos. Los que más tienen con los que menos.
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Miquel Angel Soria

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Oct 10, 2022, 1:31:37 AM10/10/22
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Octubre
8
Los tres

En 1967, mil setecientos soldados acorralaron al Che Guevara y a sus poquitos guerrilleros en Bolivia, en la Quebrada del Yuro. El Che, prisionero, fue asesinado al día siguiente.
En 1919, Emiliano Zapata había sido acribillado en México.
En 1934, mataron a Augusto César Sandino en Nicaragua.
Los tres tenían la misma edad, estaban por cumplir cuarenta años.
Los tres cayeron a balazos, a traición, en emboscada.
Los tres, latinoamericanos del siglo veinte, compartieron el mapa y el tiempo.
Y los tres fueron castigados por negarse a repetir la historia.

Octubre
9
Yo lo vi que me veía

En 1967, cuando el Che Guevara yacía en la escuela de La Higuera, asesinado por orden de los generales bolivianos y sus lejanos mandantes, una mujer contó lo que había visto. Ella era una más, campesina entre los muchos campesinos que entraron en la escuela y caminaron, lentamente, alrededor del muerto:
   -Pasábamos por allí y él nos miraba. Pasábamos por allá y él nos miraba. Él siempre nos miraba. Muy simpático era.




La ultraderecha arraigó en nuestras sociedades
Raúl Zibechi (LaJornada)

Si alguien tiene la ilusión de que la ultraderecha es un fenómeno pasajero, la primera vuelta de las elecciones brasileñas debe convencernos de lo contrario. Llegó para quedarse, como sucede en Italia, Estados Unidos, Chile, Colombia y cada vez más en países como Argentina y Uruguay, donde no tenía una sólida tradición.

El Partido Liberal (PL), de Jair Bolsonaro, se convirtió en la primera fuerza política al conseguir 99 diputados y aumentar de forma considerable su representación, al igual que en el Senado, donde obtuvo 13 bancas. El PT eligió 68 diputados que con sus aliados (PV y PCdoB) suman 80, y sólo nueve senadores.

El Parlamento es tan derechista como lo fue desde la elección de 2018 que ganó Bolsonaro. Sumando a los partidos aliados, Bolsonaro alcanza 198 diputados, en tanto Lula podría alcanzar 223, si logra acuerdos con algunos partidos de centroderecha. Quedan 92 bancas de un total de 513 que, según el relevamiento de Folha de Sao Paulo, pueden inclinarse hacia quien ofrezca mejores cargos o facilidades para hacer negocios.

Si el Parlamento será un espacio espinoso que hará de Lula, en caso de ser elegido, un presidente centrista, la ultraderecha se hizo con la mayoría de los gobiernos de los estados, que juegan un papel clave en la gobernabilidad, ya que influyen en la cámara federal y en las estatales.

Lo que parece insólito es que tras cuatro años de deterioro de la economía, del pésimo manejo de la pandemia y de actitudes antidemocráticas permanentes, Bolsonaro obtenga más de 50 millones de votos que muestran un país partido en dos mitades, división que va continuar luego de la segunda vuelta el 30 de octubre.

El fuerte arraigo de la ultraderecha, tanto en Brasil como en otros países, debe hacernos reflexionar sobre sus causas profundas, para operar de modo más eficiente e intentar frenar esta oleada.

Lo primero a considerar es la crisis sistémica global que está desarticulando el sistema internacional de estados y las alianzas entre ellos. En cada región y país se generan tendencias a la ingobernabilidad y al caos. La disputa entre la potencia en decadencia, Estados Unidos, y la ascendente, China, es un factor de desestabilización que favorece la generalización de guerras entre naciones.

En este clima, crece la polarización política, social y cultural entre clases, colores de piel, sexos y generaciones. La violencia de arriba abajo es el modo en que las clases dominantes pretenden remodelar las sociedades según sus intereses, abandonando cada vez más toda tendencia a la integración de los sectores populares y pueblos. Se trata de un desafío inédito para las fuerzas antisistémicas que no estamos acertando a debatir y a actuar en consecuencia.

La segunda es la tremenda des­politización existente en las sociedades, la notable expansión del consumismo con su carga de alienación y parálisis ante los desafíos que representa la crisis/tormenta en curso. Las nuevas capacidades de la dominación mediante las tecnologías más avanzadas (desde redes sociales y celulares, hasta inteligencia artificial) no están encontrando respuestas a la altura de las amenazas planteadas a la humanidad.

Es cierto que en este punto las izquierdas tienen su cuota de responsabilidad por haber abandonado toda actitud antisistémica. Pero si afinamos la mirada, encontraremos que en otros periodos las izquierdas reflejaban las resistencias de abajo, pero no las creaban. Nadie enseñó a las clases trabajadoras a neutralizar el fordismo y el taylorismo, del mismo modo que nadie enseñó a los pueblos originarios y negros a enfrentar el colonialismo, ni a las mujeres a encarar el patriarcado.

Aunque deseo estar equivocado, creo que es la propia rebeldía, característica que siempre anidó en la humanidad pobre y violentada, lo que hoy está siendo neutralizado por las clases dominantes. Tal vez sea un fenómeno apenas urbano, donde la exposición a los mecanismos de dominación es considerablemente mayor. Quizá por eso, nuestros periplos en busca de espacios en resistencia sean mayoritariamente hacia áreas rurales, lejos del mundanal ruido mediático.

Por último, creo que nuestros análisis están demasiado escorados hacia las ideologías, como si fueran la clave de bóveda para explicar el creciente arraigo de las ultraderechas. Pero los seres humanos nos movemos por cuestiones más ligadas a la vida real, aunque no necesariamente por una racionalidad instrumental. Las ideologías vienen después de haber tomado posición, como modo de justificar y de dar vuelo a lo ya decidido.

La potente espiritualidad que anida en los pueblos que resisten, no puede ser casualidad. Compartir espacios y tiempos de celebraciones es la argamasa de las comunidades, sin cuya cohesión emocional y mística no sería posible ni resistir, ni soñar con un mundo diferente al que nos oprime. La espiritualidad es lo primario común de la vida; pero al no sentirla, naufragamos en la pura soledad.

                                                          * * *
La democracia menguante
Beñat Zaldua (LaJornada)


El PSOE y Podemos acordaron esta semana en Madrid el anteproyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado. Todo un éxito que, si negocian como es debido con sus socios vascos y catalanes, garantizará un final de legislatura más tranquilo de lo que se auguraba. Son unos presupuestos expansivos, dignos a priori de un gobierno más o menos progresista, que en tiempos de inflación y, probablemente, recesión, elevan el mal llamado gasto social (¿quién dice qué es gasto y qué es inversión?).

Da la impresión de que, pese a todo, quizá algo se aprendió de la crisis financiera y de deuda de 2008: la receta de la austeridad supone dar un paso adelante cuando uno está al borde del abismo. Que se lo digan si no a la ahorradora Alemania, que acaba de presentar un segundo plan de 200 mil millones de euros para capear la crisis energética.

Pero no venimos a hablar de las cuentas públicas españolas, sino de algo más profundo que dejan entrever. El aumento del gasto social respecto a los presupuestos de 2022 es de 26 mil 54 millones de euros, de los cuales 19 mil 457 millones corresponden a las pensiones de jubilación. Es decir, tres cuartas partes del aumento se las lleva un sector social muy determinado. En contraste, el aumento para las becas de estudiantes, por ejemplo, apenas crece en 390 millones.

No se trata de criticar una subida de las pensiones acorde a la inflación, a la que los pensionistas tienen todo el derecho, sino de señalar algo más concreto. En el Estado español se acaba de inaugurar un curso político marcado por las elecciones: en mayo hay municipales y autonómicas, y en el último trimestre, elecciones generales. No hay que hacer un derroche de malicia para vincular las citas electorales con el considerable aumento de la pensiones –que otros años los afectados se ven obligados a pelear con uñas y dientes–. La razón es muy sencilla: la gente mayor vota más.

Parece inteligente contentar a un sector electoralmente importante. Probablemente lo sea, pero esta lógica esconde una de las grandes amenazas sobre las menguantes democracias europeas. Si las personas mayores reciben mayores atenciones y recursos por su mayor peso electoral, quiere decir que otros sectores que votan mucho menos, reciben menos. Esto es perverso y peligroso.

Esta diferencia se da en términos generacionales, pero también de clase social y de origen. Elección tras elección se constata que cuanto mayor es la renta, menor es la abstención electoral. En el Estado español, la participación supera ampliamente 80 por ciento en los barrios ricos, mientras en colegios electorales situados en barrios de rentas bajas no llega a 40 por ciento. Está igualmente demostrado que los migrantes votan mucho menos, muchos porque lo tienen vetado y otros muchos porque no se sienten implicados.

Esto desemboca en un círculo vicioso de difícil salida que ha sido reiteradamente señalado por investigadores como Braulio Gómez, de la Universidad de Deusto. Si jóvenes, pobres y migrantes no votan, su valor electoral desciende, lo que hace que sus deseos, necesidades y preferencias apenas lleguen a las agendas de los partidos; algo que, a la postre, impide que se vean recogidos en políticas públicas. A su vez, esta desatención a estos sectores desincentiva la participación y allana el camino a cotas de abstención cada vez más grandes. Para qué votar si no me hacen caso. El resultado es una democracia cada vez más restringida, más clientelar y menos representativa.

Normalmente, estas advertencias quedan restringidas a los pocos análisis poselectorales dedicados a la abstención, pero el proyecto de presupuesto español ofrece una ocasión de oro para señalar los efectos de este fenómeno generalizado, por lo menos, en toda Europa.

La izquierda camina desorientada en este viejo continente. De hecho, apenas anda. Una de las razones, quizá, sea mirar a los problemas incorrectos, o desde una óptica equivocada. Cuando la extrema derecha gana las elecciones en Italia, la izquierda corre desbocada a la autoflagelación. Y no falta quien culpa de la victoria neofascista a la propia izquierda, recuperando un mantra recurrente: la base social de la izquierda, la clase trabajadora, está optando por la extrema derecha.

El problema de este análisis, dejando al margen la inutilidad política de la culpa, es que no resiste la prueba empírica. La pérdida de influencia de la izquierda, en general, no se debe a que sus votos vayan a la derecha, sino a que se quedan en casa. Apenas se ha reparado en que la abstención ha marcado un récord nunca visto en Italia. La desilusión y la impotencia han hecho mella, lógicamente, y amplias capas de la población susceptibles de votar a la izquierda se preguntan de qué sirve ir a un colegio electoral a depositar una papeleta. Por contra, recientes victorias latinoamericanas como la de Petro en Colombia o Boric en Chile han venido de la mano de la movilización de la juventud, las mujeres y otros sectores habitualmente desactivados electoralmente.

O se ensanchan los muros de esta menguante democracia representativa o tendremos Melonis para rato.
Vergara. Enrique Ossorio.jpg
Manel Fontdevila. El crack.jpg
Fisgón. La marcha de Europa.jpg
Iñaki y Frenchy. Alambres.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 11, 2022, 1:31:32 AM10/11/22
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Aquests dies al calendari s'acumulen aconteixements que no ens deixen temps suficient per poder recordar-los. 
Demà tindrem en la memòria l'inici de la guerra de Cuba, l'any 1868. Però és que el diumenge, 9 d'octubre, ens havia deixat, l'any 1978, un dels cantants més recordats, Jacques Brel. En els temps que vivim, sembla que no ser angloparlant és una maledicció. Els que als nostres temps d'estudiants vam conèixer com a llengua estrangera el francès hem caigut en desgràcia.
Per tot això, Visca Jacques Brel! 

i per facilitar, una versió subtitulada.
https://www.youtube.com/watch?v=EI132HpLCL4

Hablando de salud mental en el ascensor
Isaac Rosa

Abrí el ascensor y me encontré a una vecina que también bajaba. Nos dimos los buenos días y, tras unos segundos de silencio incómodo, saqué tema de conversación para rellenar el ratito hasta la planta baja. Como apenas nos conocemos, probé con el típico tema de ascensor, cuando no sabes de qué hablar:

“Vaya cómo está últimamente la salud mental, ¿eh?”. A lo que ella respondió con otra frase hecha: “Fatal, sí, y dicen que va a ir a peor”.

“Vaya, vaya”, continué, y añadí unos pocos comentarios superficiales sobre el aumento del consumo de ansiolíticos y antidepresivos, que somos el segundo país europeo con más población afectada, cómo se han disparado las consultas de niños y adolescentes... “Precisamente este lunes es el día mundial de la salud mental”, rematé.

“Sí, ya sé”, respondió mi vecina, y me sonrió en el espejo: “Hoy escribirás un articulito sobre el tema, ¿no?”

Articulito, dijo, y como vio mi cara de sorpresa, suavizó un poco: “Perdona, es que estoy hasta el gorro del temita. Artículos, reportajes, entrevistas a expertos, declaraciones políticas, hashtags en redes, famosos que comparten sus problemas de salud mental, campañas institucionales, palabras de la reina, lacitos de colores. Y libros, muchos libros, no solo ensayos, también novelas, y películas y series, que a veces no tienen nada que ver con la salud mental pero les buscan alguna relación para vincularlas al tema del momento.”

“Bueno”, protesté yo, “mejor eso que no hablar, como ocurría hasta hace poco. Hoy la salud mental está en la agenda, es importante”.

“Que sí, que sí”, concedió mi vecina, “que yo estoy a favor de que se hable de salud mental, claro que sí. Sobre todo de que puedan hablar las personas afectadas, que les quitemos estigmas y miedos, y que veamos la dimensión colectiva del problema. Hay que hablar de salud mental, sí, pero el problema es cuando solo hablamos. No se corresponde la enorme presencia pública del tema con las escasas medidas tomadas. Y puede pasar que, de tanto oír hablar, de tantas buenas palabras, lo consideremos ya en vías de solución y nos desentendamos. Ya está en agenda, venga, pasemos a otra cosa. Mira lo que ha ocurrido con los cuidados. Hace unos años eran también el tema. Artículos, reportajes, entrevistas, declaraciones, campañas, famosos, reina, libros, novelas, películas. Los cuidados, la importancia de cuidar, poner los cuidados en el centro, la sociedad de los cuidados… ¿Y qué ha cambiado desde entonces? Se lo leí a Arlie Russell Hochschild, en La mercantilización de la vida íntima: hablaba de cómo se había producido una escalada en la retórica pública del cuidado, apuntando a conseguir una sociedad más cálida y gentil, más cuidadosa, pero eso no había tenido efectos en una realidad cada vez más angustiosa: ”El cuidado se ha ido al cielo en el terreno ideológico, pero en la práctica se ha ido al infierno“, decía la socióloga norteamericana. Y quizás estamos ahí con la salud mental: llevarla al cielo del discurso, mientras dejamos en el infierno del día a día a quienes viven con cada vez más malestar. O dicho en palabras de Javier Padilla y Marta Carmona en su imprescindible ensayo 'Malestamos': ”La salud mental es el nuevo hablar-de-qué-tiempo-hace“. Conversación de ascensor, vaya. Hablamos, hablamos, hablamos, ¿y qué hacemos?”.

Ahí estuve rápido y, a punto de alcanzar la planta baja, repliqué con algunas medidas recientemente anunciadas, aumentos en presupuestos y recursos públicos, el Plan de Acción de Salud Mental aprobado por el gobierno…

“¿El gobierno?”, me interrumpió mi vecina. “¿Sabes cuál es la principal medida que ha aprobado este gobierno para mejorar la salud mental, sin saberlo? La reforma laboral. Y se les ha quedado corta, cortísima. Pero por ahí deberían empezar: el trabajo, fuente de buena parte de la mala salud mental. Claro que hacen falta más profesionales, más recursos en la sanidad pública. Pero el fondo del problema es estructural, es político: la vida que llevamos.”

Me salió canturrear a Battiato, que siempre viene al pelo:

"Por la tarde vuelvo a casa con un malestar especial

No sirven tranquilizantes o terapias

Se quiere otra vida…“

Pero mi vecina no estaba para cantar: “Precariedad, incertidumbre, vivir en el alambre, falta de perspectivas, derrumbe de expectativas, miedo al futuro... El trabajo, pero no solo el trabajo. Que nos creemos que el problema de salud mental es por la pandemia, y viene de lejos. Sin descuidar la atención médica necesaria, hay que resolver las causas de fondo, que para la mayoría de gente son sociales, económicas, laborales…”

“Ya”, dije empujando la puerta para salir, “ya me lo sé: tú lo que necesitas no es un psicólogo sino un sindicato”.

“Pues no”, negó mi vecina, sujetándome el brazo. “Necesitamos las dos cosas. Y además, que el psicólogo sea de la sanidad pública. Toma, anda, léete esto”, y sacó de la mochila un ejemplar de Malestamos.

Ahí nos despedimos. Me dejó chafado, la verdad. A ver cómo escribía yo ahora mi articulito. La próxima vez que coincida con un vecino en el ascensor, hablo del tiempo o del fútbol.

                                                           * * *

Mad (Locura)
David Brooks

Joe Biden advirtió el jueves pasado que estamos al borde del Armagedon, si es que su contrincante Vladimir Putin cumple con su amenaza de usar un arma nuclear táctica en Ucrania. Tanto Biden como Putin han amenazado con consecuencias catastróficas si alguien impide lo que ellos quieren durante los últimos meses. Ahora el mundo esá en manos de dos personas que amenazan usar todo para lograr sus supuestos objetivos racionales de poder.

Biden indicó que no hemos enfrentado la posibilidad de Armagedon desde Kennedy y la crisis de los misiles en Cuba hace 60 años, culpando a Putin de llegar a este punto por su invasión de Ucrania en comentarios en una cena para recaudar fondos electorales para el Partido Demócrata en Nueva York (¿será recordada como la ultima cena?)

Que un presidente se atreva a decir que las cosas han llegado a este punto es nada menos que una confesión de fracaso, ya que el primer deber de un mandatario –según ellos mismos– es garantizar la seguridad de su pueblo. Echarle la culpa al contrincante es, por supuesto, de esperarse. Washington sigue pretendiendo que es inocente en la crisis monumental en torno a Ucrania, pero los propios arquitectos y operadores estadunidenses de la guerra fría –de George Kennan hasta Henry Kissinger, entre otros– advirtieron que brotaría una nueva guerra fría y un conflicto como el de Ucrania si Estados Unidos continuaba violando el acuerdo verbal con Gorbachov de no buscar ampliar su alianza militar europea al desmantelarse la Unión Soviética.

Ambos, Putin y Biden –y aliados de ambos– comparten responsabilidad por lo que debería de ser un delito de lesa humanidad: amenazar a la humanidad proclamando que están dispuestos a contemplar el apocalipsis en sus juegos de poder con todo y sus justificaciones racionales. Nos están invitando al mismo manicomio.

Aunque palabras apocalípticas sobre una guerra nuclear no son nada nuevo, sí sorprende que después del comentario alarmante de Biden no pasó nada: no cambió el debate político cotidiano aquí, no fue el tema principal en los medios, no hubo reunión de emergencia en la ONU ni tampoco se emitieron alertas a la población sobre bajo cual escritorio uno debe esconderse si estalla la bomba. Ni los pacifistas y sus ONG, ni centros de análisis, organizaciones civiles dedicadas al bienestar de las mayorías, ni fuerzas de izquierda aquí convocaron a reuniones y movilizaciones inmediatas. ¿Por qué?

¿Nadie les cree? Al día siguiente, el viernes, la encargada de prensa de la Casa Blanca señaló que los comentarios de Biden no estaban basados en ningún tipo de nueva inteligencia y no había información de que Rusia estaba contemplando usar armas nucleares de manera inminente. O sea, ¿fue sólo otro ejemplo más de un político que se salió del guión? Nada más que en este caso, ese político, como su contrincante, tiene su dedo sobre el botón nuclear.

¿O todos están acostumbrados a vivir bajo la sombra apocalíptica nuclear que, a fin de cuentas, ha acompañado a la humanidad desde 1945, cuando primero se usaron estas armas por nadie menos que Estados Unidos?

Vale repetir que la doctrina del llamado equilibrio nuclear, que imperó entre ambas superpotencias, giraba sobre el entendido de que usar sus armas nucleares contra el otro era suicidio mutuo y resultaría en la destrucción del mundo (de hecho, aún existen suficientes armas nucleares para hacer justo eso). Esa doctrina se llamaba Destrucción Mutua Asegurada y sus siglas en inglés son MAD, palabra que se traduce como loco. Sigue vigente... y sigue siendo una locura.

No hay otra respuesta racional mas que exigir que se vayan ambos líderes por atreverse a amenazarnos con el fin de nuestro mundo. Cualquier otra sería sencillamente mad.

Tom Lehrer. We Will All Go Together When We Go. https://open.spotify.com/track/2ILOKStuQTILjVsb1icklE?si=b2da715b82d1437d

Trombone Shorty & Allen Toussaint. On Your Way Down. https://open.spotify.com/track/4rVNF535Hq51io9BmEyyhK?si=7d325d636550439c
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Gonzalo Vilas. Segredos.jpg
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Miquel Angel Soria

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Oct 11, 2022, 6:13:10 AM10/11/22
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Octubre
12
El Descubrimiento

En 1492, los nativos descubrieron que eran indios,
descubrieron que vivían en América,
descubrieron que estaban desnudos,
descubrieron que existía el pecado,
descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro
mundo y a un dios de otro cielo,



Sánchez y Aragonès tienen tiempo. Aprovéchenlo
José María Izquierdo

Acabamos nuestra prédica de la semana pasada con esta frase: peor,
imposible, refiriéndonos al bochinche catalán. Pero como decía mi
amigo gallego, todo es empeorable, y ahora tenemos en el suelo,
derrumbada con estrépito, la torre humana de la unidad independentista
que ha gobernado Catalunya desde mayo de 2021. Ni dos años ha durado
el ensueño del quimérico objetivo común, ese tótem mágico del Estado
independiente de Catalunya. Un disparate todo el proceso, rematado con
esa traca final del voto de la militancia. Un desenlace ridículo,
pelea a garrotazos entre fundamentalistas y pactistas, todos agitados
por la cachiporra del bien aposentado vecino de Waterloo.

Qué bárbaros estos hooligans irredentos, menos de tres mil votos, a
los que seguro que ya en tiempos de la convergente era Pujol les
importaba un celemín la corrupción pantagruélica de toda la dinastía,
a Corleone nos suena el apellido de la larga familia, que ahora han
trasladado sus veneraciones a la señora Borrás, expulsada de sus
cargos por (presuntamente) repartir sacas de dinero –público,
naturalmente- entre amiguetes y correligionarios. Ya recuerdan ustedes
la famosa frase, más o menos textual: son unos sinvergüenzas, pero son
nuestros sinvergüenzas. De aquella poderosa Convergència de millones
de votos, que obligaba al fatuo Aznar a hablar en catalán en privado,
hasta la miseria actual, convertidos todos ellos, banqueros y
empresarios de postín, en descamisados miembros de la CUP. Una risa.

Pero ustedes ya saben que todo el fin de semana los ubérrimos y
numerosísimos columnistas han escrito resmas de páginas sobre Junts y
Esquerra. Hartos están de leer Aragonès o Turull. Pero al Ojo, para
ser sinceros, le interesan más las relaciones que ha habido, hay y
habrá entre el Govern y el Gobierno, entre Madrid y Barcelona, entre
Moncloa y el Palau. Los años se suceden como semanas y ya nadie
recuerda –memoria de pez es poco- lo que ocurría en uno y otro sitio
hace apenas cinco o seis años, que a todos nos parecen cosas de varias
décadas atrás. Y no.

En Madrid, por ejemplo, todo ha transcurrido a una velocidad
vertiginosa desde aquella tragedia de la inoperancia del PP, la
paralización culposa de Mariano Rajoy, la impericia manifiesta de
Soraya Sáenz de Santamaría, la vergonzosa y culpable actuación
delictiva de la policía patriótica. Junto a aquella corrupción
rampante que acabó con el Gobierno, el llamado problema catalán se fue
enquistando sin que el PP supiera qué hacer frente a una situación
cada vez más compleja y en constante combustión. Llegó el 1 de octubre
de 2017 y aquel descalzaperros acabó como era lógico: en el horror del
155 y otras barbaridades, superados unos y otros –Gobierno y Govern-
por la incompetencia o la locura. Y unas relaciones feas, antipáticas,
desagradables, entre catalanistas y españolistas. Un ambiente fétido.

¿Qué ha pasado desde entonces, justo desde que gobierna Pedro Sánchez?
Hay que ser muy jenízaro y fanático para negar que el ambiente ha dado
un giro de 180 grados. Que la ira se ha atemperado lo suficiente para
que las relaciones entre los ciudadanos sea civilizada y tolerante.
Cierto que en La Moncloa tuvieron que aguantar carros y carretas,
incluidas las insultantes ocurrencias de aquel bendito Quim Torras, la
historia le guarde en sus amplias mazmorras, pero al final se logró
que tras aquellas turbulencias que amenazaban tsunamis continuos, el
mar se aquietara lo suficiente para celebrar en absoluta paz y
tranquilidad unas elecciones democráticas, con urnas de verdad y sin
porras de por medio, en las que los catalanes eligieron libremente a
sus representantes, como siempre había ocurrido hasta aquellos años de
los gobernantes incapaces. De la guerra a sable al diálogo, difícil,
claro, pero diálogo. De los cañones y la guerra sucia del PP a la
política de verdad, a la del diálogo y la negociación. ¿Les parece
poco?

Y ese es, justamente, el panorama que no quieren los extremistas
partidarios del cuanto peor, mejor. Poca explicación requiere la
actitud de quienes han dado la patada al Govern para instalarse
extramuros. Ellos sabrán. Pero es la misma política que siguen las
huestes de Núñez Feijóo, boicoteando, con sus declaraciones y los
argumentarios a los medios que comen en sus pesebres, con las
acostumbradas acusaciones de romper España al gobierno de Sánchez.
Cuando no aparece la reina del vermú, esa lenguaraz Isabel Díaz Ayuso,
tan desahogada como para ir a Barcelona a vocear que el 155 fue poca
cosa, que más tiempo y más duro es el jarabe que necesitaban los
catalanes. ¿Quizá también el potro, los látigos de siete colas, los
aplasta pulgares? Y no está sola, que cuenta, cuando menos, con el
apoyo de Cayetana Álvarez de Toledo, la candidata del PP que logró
hundir a su partido hasta la mayor de las irrelevancias: ¡una
diputada!

¿Y Junts? Pues ahí están, a la intemperie. Hay quien cree que
Puigdemont acaricia la idea de que Feijóo gane las generales y
gobierne con Vox. Entonces ellos, los puros, los independentistas de
verdad, volverán a la guerra abierta contra Madrid, viva la rebelión y
la república de Cataluña, ganando para su partido, tenga el nombre que
tenga, los votos de los catalanes de pro, en detrimento de ERC,
aquellos pactistas que pagarán su culpa los traidores, como en la
canción, bien que en otro contexto muy distinto, de Pablo Milanés.

Por lo pronto, ERC sigue gobernando y Aragonès ha rehecho el Govern
con algunas personalidades más cerca que lejos de los socialistas.
Veremos qué pasa con el PSC, pero Sánchez no debe tener dudas: hay
otra oportunidad para ahondar en el diálogo entre ambos partidos.
Todavía hay tiempo para profundizar y trabajar en una solución viable
para el llamado problema catalán. Ahora es el momento. Negocien y
acuerden, hasta lograr que Puigdemont y Borrás cristalicen en inútiles
estatuas de sal con sus delirios.

Adenda: No duda el Ojo en adjudicar el muy insigne título de Canalla
de la Semana al vicepresidente y consejero de Educación de la
Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, el mismo que no veía pobres en
Madrid, que ha dicho, tipo indigno, que las familias de los fallecidos
por Covid en las residencias madrileñas, 7.291 ancianos, aquella
vergüenza de Díaz Ayuso, “ya lo han superado”.

Adenda segunda: Se puede ser un mamarracho, y al tiempo, peligroso
dirigente de Vox. No hay más que ver su aquelarre del fin de semana.
Coros y Danzas, el bombero torero y Trump, todos juntos. Un logro.

* * *
¿Sabes qué, neandertal?
José Blanco (La Jornada)


En una foto muy difundida, el Nobel paleogenetista Svante Pääbo
levanta la calavera de un neandertal con su amplia, un tanto tétrica y
enigmática sonrisa. Pääbo la mira cara a cara y sonríe también: dímelo
todo, revélame tu vida y tu historia. Ya sé que llegaste a lo que
habría de ser el inmenso territorio de Eurasia antes que nosotros; que
cazabas y comías mamíferos pequeños, que te gustaban las almejas, los
langostinos, los peces y una gran variedad de vegetales; ya había de
todo eso, o cosas semejantes. Ya sé que fuiste precursor del muralismo
con tu arte rupestre en cuevas de Cantabria, Extremadura y Andalucía.
Con pigmentos negros y sobre todo rojos, te diste vuelo pintando
animales; también figuras geométricas: la abstracción de la forma. Y
enterraste a tus muertos, porque alcanzaste autoconciencia y
conciencia de la finitud de la vida. E hiciste ritos de canibalismo en
pos de la trascendencia.

Seguimos los pasos de ustedes por Europa, Oriente Próximo, Oriente
Medio y Asia Central. Vimos sus huellas en la tierra y en la hierba,
las olimos, nos las aprendimos. Las primeras veces que nos
encontramos, nos vimos con extrañeza, casi con espanto. Nos
acercábamos, lanzábamos aullidos estridentes, corríamos a escondernos
y volvíamos a acercarnos temblando de miedo. Nos parecíamos, pero
ustedes olían diferente; y qué enorme cabeza tenían. Nosotros éramos
más altos, pero ustedes, más fuertes. Los ruidos raros que ustedes
emitían no se parecían a nuestros gruñidos. Pero seguro que aprendimos
algunos de sus berridos y bufidos que apuntaban a cosas de aquel mundo
que apenas estábamos descubriendo. Y seguro que ustedes también
aprendieron de algunos de nuestros gruñidos. Pero no están ustedes
aquí para contarlo. Muchos de aquellos entrañables sonidos sin duda
perviven en nuestras lenguas.

Los de entonces formábamos grupos más grandes que los de ustedes;
cuando combatíamos por cosas de comer, ustedes terminaban corriendo.
Aunque los carambazos que ustedes nos propinaban con sus puños eran
más rudos que los nuestros; ustedes tenían más fuerza, pero nosotros
éramos más, así que, aunque nuestras armas para golpear eran iguales a
las suyas, casi siempre, no siempre, ¡qué va!, ganábamos.

¿Sabes qué, neandertal?, convivimos como 200 mil años. Ahora ya no es
así. Es triste que ustedes ya no existan. Pero vivimos mucho más
tiempo juntos que el tiempo que hemos estado sin ustedes. Debo
confesártelo: llevamos muy poquitito tiempo de haber caído en la
cuenta de que ustedes existieron, así de ciegos hemos sido. Cuando nos
enteramos de ustedes, por más de un siglo muchos nos sentíamos muy
afligidos de pensar que tuvimos abuelos comunes; los abuelos de
ustedes fueron también nuestros abuelos, en África. También era
deplorable, aún lo es, que no tengamos unos primos de especie. Es de
verse cómo otros mamíferos como nosotros, hoy, tienen muchísimos
primos. Los perros tienen: lobos, coyotes, hienas, chacales. No se
diga los gatos: tigres, leones, guepardos, linces, leopardos, pumas,
cerca de 40 especies, cuántos primos.

Pero no sólo los guardamos a ustedes en la memoria. Los llevamos en
nuestra sangre, más precisamente en nuestro ADN. Cada vez parece más
cierto que, de cierta forma, nosotros y ustedes desaparecimos, porque
dicen los estudiosos que fue por hibridación, una de las hipótesis que
gana más adeptos. Aunque eso suena como a probeta: La hibridación, en
relación con la genómica, es el proceso en que dos moléculas
complementarias de una sola hebra de ADN y/o ARN se unen y forman una
molécula de doble cadena. La unión depende del apareamiento apropiado
de las bases entre las dos moléculas de una sola hebra. ¿Sabes qué,
neandertal? Ese apareamiento apropiado no pudo ocurrir sin el que
ustedes y nosotros cumplimos quién sabe cuántos cientos de miles o,
mejor aún, millones de veces. Una de ustedes y uno de nosotros, y al
revés, nos miramos con lujuria, nos olimos, nos ensalivamos
lamiéndonos, nos compenetramos más o menos por las bases,
apropiadamente, como dicen del ADN y del ARN los que saben. Hay
algunos de nosotros a quienes no les tocó nada de aquellos romances
tan compulsivamente lascivos. Son nuestros hermanos nacidos en África.
Ni modo, queridos, el mundo no es perfecto.

Después de aquel afortunado encuentro concupiscente, nosotros ya no
volvimos a ser los mismos porque, aunque fuere en una medida pequeña,
nuestro ADN ya no era el mismo. Desaparecimos los que fuimos y
aparecimos nosotros los de hoy. Ustedes desafortunadamente no
resistieron el encontronazo de los amores hibridantes. Lo dicho, el
mundo no es perfecto. Pero los llevamos con nosotros porque, ¿sabes
qué, neandertal?, los genes son inmortales. Morimos las personas, pero
nuestros genes siguen en la prole humana, indefinidamente. Así que si
nosotros los acabamos a ustedes, por hibridación o como fuere, también
los hemos hecho inmortales. No es poca cosa.
Manel Fontdevila. Lesmes dimite.jpg
Miki y Duarte. El bloqueo.jpg
Rep. El túnel.jpg
Daniel Paz -Rudy-. El fantasma del peronismo.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 11, 2022, 6:30:11 AM10/11/22
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Avui l'ordinador ha fet de les seves. Estava preparant, amb força
temps, el Bon dia! de demà. S'ha saltat totes les normes i ha deixat
el text de l'Eduardo Galeano a punt d'acabar, a falta de tres línies
que us adjunto

...
y que ese dios había inventado la culpa y el vestido
y había mandado que fuera quemado vivo quien adorara al sol y a la
luna y a la tierra y a la lluvia que la moja.

Miquel Angel Soria

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Oct 13, 2022, 1:30:44 AM10/13/22
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Octubre
13
Los robots alados

Buena noticia. En el día de hoy del año 2011, los jefes militares del mundo han informado que los drones podrán seguir matando gente.
Estos aviones sin piloto, tripulados por nadie, dirigidos a control remoto, gozan de buena salud: el virus que los atacó no fue más que una molestia pasajera.
Hasta a hora, los drones han echado sus lluvias de bombas sobre víctimas indefensas en Afganistán, Irak, Pakistán, Libia, Yemen i Palestina, y otros países esperan sus servicios.
En la era de las ciberguerras, los drones son los guerreros perfectos. Matan sin remordimientos, obedecen sin chistar , y jamás delatan a sus jefes.
                                                                                 Eduardo Galeano, Los hijos de los días.

De los márgenes al centro
Pere Rusiñol

El estreno de En los márgenes, la opera prima de Juan Diego Botto como director, coprotagonizada por Penélope Cruz, ha logrado colocar el foco en el drama de los desahucios en este país con un guión, que el propio Botto firma junto a la periodista y cofundadora de ElDiario.es Olga Rodríguez, que bebe del método periodístico y aspira, por tanto, a acercarse a la verdad tras un exhaustivo trabajo sobre el terreno con muchas horas en asambleas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

La verdad que retrata la película, y que emerge sin concesiones que la harían más comercial y digerible para el sistema, es uno de los episodios más terribles de la historia reciente de nuestro país: centenares de miles de personas -alrededor de 500.000 familias, según se desprende de los registros de lanzamientos recopilados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)- han sido desahuciadas en España desde el inicio de la crisis financiera global, que arrancó con la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers, en 2008.

La cifra es sobrecogedora, por más conocida que sea, y los desahucios siguen siendo un problema muy importante pendiente de resolver, pero en los años de plomo tras el crash financiero, que son los que retrata la película, alcanzaron una virulencia nunca vista. Una auténtica hecatombe social, que no fue consecuencia de ninguna fatalidad inevitable, sino el producto de las decisiones políticas que se tomaron con un objetivo central: salvar a la banca a cualquier precio.

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, noqueado por la virulencia de una crisis que no vio venir, se entregó en el tramo final de su mandato a la patronal bancaria -como simbolizó el indulto, ya en tiempo de descuento, al banquero del Banco Santander Alfredo Sáenz-, que le garantizaba al menos la compra de deuda soberana en plena tormenta de la prima de riesgo. El Gobierno quedó paralizado ante el aumento súbito de los desahucios, que empezaron a generalizarse, propulsados por una ley hipotecaria tan beneficiosa para la banca  y perjudicial para los ciudadanos que acabó siendo declarada incompatible con el marco jurídico de la Unión Europea, que forzó su reforma años después, cuando los estragos más brutales eran ya irreparables.

Sin embargo, fue con la llegada al Gobierno del PP de Mariano Rajoy que los desahucios alcanzaron su cenit, con Luis de Guindos -¡precisamente el exdirectivo de Lehman Brothers!- como ministro de Economía y arquitecto de todo el proceso de reestructuración financiera. En esta ocasión ya no se trataba de parálisis, sino de una política fría para apuntalar a la banca y, al mismo tiempo, reducir la cuantía del rescate europeo, una de las prioridades políticas que el Ejecutivo de Rajoy perseguía a toda costa, aunque provocara “daños colaterales” de enorme envergadura. Tantos como que 500.000 familias perdieran sus viviendas y otras tantas, o más, vieran evaporar los ahorros de toda una vida que habían depositado en las llamadas participaciones preferentes.

En el caso de los desahucios, los bancos necesitaban precipitarlos a toda velocidad -con la antigua norma, bastaba un mes de impago para iniciar el procedimiento- con el fin de  parchear los enormes agujeros contables derivados de la crisis financiera global. Cada hipoteca que retrasaba el pago suponía aumentar la cartera de fallidos, un auténtico roto en las cuentas de los bancos, que entonces perdían agua por todos lados. En cambio, un rápido desahucio hacía posible la magia contable de mantener el activo aún a precio de burbuja, a la espera de que algún vehículo ad hoc -acabó llamándose Sareb- lo adquiriera de forma opaca y a precios probablemente hinchados para limitar la magnitud de las minusvalías.

Además, cuanto más saneado pareciera el sector financiero, menor iba a ser la cuantía del rescate y, por tanto, menor también la dependencia del Gobierno de Rajoy de los hombres de negro de la UE. Para reducir al máximo posible el monto solicitado a Europa, Guindos optó también por sacrificar a los centenares de miles de ahorradores que habían adquirido participaciones preferentes a las antiguas cajas, que sufrieron quitas de hasta el 90%, con lo que el rescate solicitado pudo reducirse por esta vía en al menos 13.000 millones de euros, según demostró el periodista Andreu Missé, cofundador de Alternativas económicas,  en La gran estafa de las preferentes.

Los estragos sociales del rescate bancario en España -con más de un millón de víctimas de desahucios y de quitas brutales de preferentes- fueron más agudos que en ningún otro país de la UE como consecuencia directa de la respuesta política que se dio a la crisis. Pero es que, además, la reestructuración financiera pilotada por Guindos ha sido también la que más dinero público requirió de todo el continente: a finales de 2021, y según datos oficiales, España ha destinado 73.000 millones de euros al saneamiento bancario, muy por encima del segundo país, Alemania, que ha afrontado una factura de 49.000 millones.

En cambio, el objetivo central de toda la política de Rajoy y Guindos -proteger a los pesos pesados de las finanzas a cualquier precio- fue un éxito rotundo: los grandes bancos son ahora más fuertes que nunca, tras absorber a la mayoría de competidores medianos y pequeños -España es líder europeo en concentración bancaria, con los cinco grandes en posesión de más del 70% de los activos totales-, eliminar a competidores tan incómodos como las cajas de ahorros, que antes de la crisis aún gestionaban más del 50% de los depósitos en este país; someterse a un lifting que le ha permitido adelgazar en trabajadores (-36%) y oficinas (-65%) y volver, a partir de 2021, a pulverizar los récords históricos de beneficios, por encima incluso de las fabulosas cifras de los años de la burbuja.

No es extraño que el gran artífice de semejante balance, Luis de Guindos, fuera promocionado al cargo de consejero del Banco Central Europeo (BCE), puesto de enorme prestigio desde el que hoy sigue velando por la buena salud de la banca.

Al relato oficial del éxito, al que tanto contribuyeron también los grandes medios de comunicación bajo control de la misma banca, le incomoda enormemente la cara B del balance de la reestructuración financiera, que incluye los colosales estragos sociales que trataron de ocultar debajo de la alfombra. Es normal, pues, que la película de Juan Diego Botto haya provocado tantos sarpullidos, sobre todo en las hiperventiladas redes sociales: aunque el poder prefiera no verlos, los desahucios han dejado de estar en los márgenes y se han situado otra vez en el centro.

                                                               * * *
Italia: chau, chau, Bella ciao
José Steinsleger /I (La Jornada)


Corre abril de 2011, y cerca del colosal Altare della Patria, en honor de Vittorio Emanuelle II, primer rey de Italia unificada (1861), saboreo un exprés en el Antico Caffe Castellino. El rutilante pastel de mármol blanco enceguece. Fascismo innato, pienso. Pero en mi folleto de turismo dice que el altare fue erigido en 1911, y Benito Mussolini apareció 10 años después.

De repente, en la calle, una columna de alegres manifestantes entonando Bella ciao, la épica canción de los partisanos antifascistas. “¡Despedida del cavalliere, el Julio César de los medios!”, exclama el mesero en alusión al primer ministro Silvio Berlusconi.

Hiperbólicos, los italianos viven en un país hermoso, con la gastronomía más exquisita del mundo, y un poquito de historia: entre Tarquinio el soberbio y Federico Fellini, 2 mil 500 años de derecho romano, mil 500 de catolicismo, 500 de cultura renacentista y… mejor, no sigo. Una partisana monumental se interpuso entre mi café y el monumental Altare della Patria.

Regreso al presente. A finales de septiembre, 26 por ciento de los italianos votaron por el ultraderechista Fratelli d’ Italia, partido liderado por Giorgia Meloni, antifeminista rabiosa. Sumando los votos de Fuerza Italia (Berlusconi) y Liga del Norte (Matteo Salvini), la patria de Maquiavelo queda en manos de una inquietante mayoría parlamentaria (42 por ciento). ¿Cómo se llegó a este desenlace?

Regreso al pasado. A finales de la Segunda Guerra Mundial, en la Asamblea Constituyente de junio de 1946, los partidos antifascistas se pronuncian en favor de la república. El democristiano (PDC) presenta un programa de reformas estructurales idéntico al de socialistas y comunistas.

La táctica electoral da resultado. El PDC consigue 35.2 por ciento de la votación, seguido de socialistas (PS, 20.8) y comunistas (PC, 18.9). Alcide de Gasperi (ex bibliotecario del Vaticano y fundador del PDC) es nombrado jefe de gobierno. El PC queda a cargo de los ministerios de Finanzas y de Tesoro, y Palmiro Togliatti (gran escamoteador del legado de Antonio Gramsci) ocupa el de Justicia.

Las clases dirigentes y grandes latifundistas se quejan. En mayo de 1947 (año de creación de la Agencia Central de Inteligencia), De Gasperi recibe una invitación de Washington, donde le explicarán que la guerra caliente contra el nazifascismo ha terminado. A su regreso, despide a todos los ministros comunistas.

En tanto, el Vaticano mete la cuchara. En un artículo de 2013, el subcomandante Marcos, recuerda: En 1948, el Papa Pío XII declaró que cualquier italiano católico que apoyara a los candidatos comunistas en las elecciones parlamentarias de ese año, sería excomulgado, e instó a la Acción Católica a apoyar al PDC. Agrega: “el 23 de junio de 1949, Pío XII excomulgó a todos los comunistas italianos y sus simpatizantes, como años después lo hizo con Juan Perón. Pero se negó a hacer lo mismo con Benito Mussolini y con Adolfo Hitler…” (Rebelión, 23/6/13).

1950/1960. Años del Estado social, con gobiernos democristianos progresistas. Vía Plan Marshall, reconstrucción y colonización económica estadunidense. Notable creatividad en arte, cultura, pensamiento. Entre otros grandes directores de cine, los filmes de Pier Paolo Pasolini (poeta, comunista, católico) estremecen a la sociedad. La única novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa (El gatopardo, 1957), describe el clima de época, extrapolado a las luchas por la unificación de mediados del siglo XIX: Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie.

1970/1980. Los nostálgicos del fascismo (Movimiento Social Italiano, MSI), se convierten en la cuarta fuerza política del país. En Trento, surgen las Brigadas Rojas (BR). Con la oposición de Washington y Moscú, el jefe de gobierno Aldo Moro (democristiano), sella el compromesso storico con el eurocomunista Enrico Berlingher (1975).

Un agente estadunidense enviado por Henry Kissinger, advierte a Moro: “Debe abandonar su política de colaboración con todas las fuerzas políticas… o lo pagará más caro que el chileno Salvador Allende. Nosotros jamás perdonamos” (Sergio Zavoli, La notte della Republica Roma, Ed. Nuova Eri).

Tres años después, las BR secuestran a Moro. Su cadáver fue encontrado en la cajuela de un automóvil estacionado, simbólicamente, entre las oficinas de la DC y el PC (Via Caetani, Roma, 9 de mayo de 1978). El gobierno democristiano de Giulio Andreotti (fratello de la mafia), se lava las manos.

En Inglaterra y Estados Unidos, arranca el modelo neoliberal ensayado en Chile. Un polaco anticomunista es nombrado Papa (Juan Pablo II) y desde los balcones del Vaticano desayuna impartiendo la bendición a Ugo Vetere, alcalde comunista de la Ciudad Eterna. El gatopardismo democristiano pierde pelaje y Giorgia Meloni (Roma, 1977), empieza a dar sus primeros pasos.
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Miquel Angel Soria

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Oct 14, 2022, 1:30:42 AM10/14/22
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Avui, ja fa set anys -com passa el temps!- ens deixava l'amic Jordi Miralles. ¿Com oblidar aquelles reunions als vespres a l'escola a Hostafrancs, on aspiràvem a canviar el món i fer-lo més habitable? 
Estic convençut de que la terra li ha estat lleu. 

Avui també fa anys -des del 1933- que naixia el que seria un poeta inoblidable: Gabriel Aresti.
Recordo el gran treball que faria pel desenvolupament de l'euskera, encara visible.
Com oblidar aquellos versos de Harri eta herri  (Pedra i poble):

Defensaré 
la casa de mon pare.
Contra els llops,
contra la sequera,
contra l'usura, 
contra la justícia,
defensaré
la casa, 
de mon pare.
Perdré
els bestiars,
els horts,
els pinars;
perdré
els interessos,
les rendes,
els dividends,
però defensaré la casa de mon pare.
Em prendran les armes
i amb les mans defensaré
la casa de mon pare;
em tallaran les mans
i amb els braços defensaré
la casa de mon pare:
em deixaran
sense braços,
sense espatlles,
i sense pits, 
i amb l'ànima defensaré
la casa de mon pare.
Em moriré
es perdrà la meva ànima,
es perdrà la meva fillaa,
però la casa de mon pare
seguirà 
en peu.



Los mejores memes sobre la guerra nuclear
Isaac Rosa

¿Cuánto tardaría un misil nuclear en llegar a España desde Rusia? (incluye simulación de cómo un misil lanzado desde Kaliningrado alcanzaría Madrid en menos de cuatro minutos, “causando millones de muertos y heridos”).

Esto es lo que pasaría si Putin decide activar una bomba nuclear (incluye infografía sobre cómo funciona el maletín nuclear y la cadena de mando).

Guía para saber qué hacer ante un ataque nuclear: estos son los pasos que hay que seguir (incluye vídeo tutorial para saber dónde esconderse y cómo lavar la ropa).

La fiebre del yodo. ¿Para qué sirve? ¿Me salvará de un ataque nuclear? (Spoiler: no compres pastillas de yodo en la farmacia, que esas no valen).

Los anteriores titulares corresponden a “noticias” aparecidas en los últimos días en una cadena española de televisión cuyo nombre es múltiplo de tres. En la misma cadena, en uno de sus programas de infotainment mostraron días atrás una colorida infografía donde, sobre un mapamundi, dibujaban cómo sería una guerra nuclear, marcando sucesivos países destruidos, y un contador donde iban sumando los muertos de millón en millón, mientras el presentador los cantaba como si fuesen premios de la lotería.

No es la única, también otras televisiones, periódicos y digitales han tonteado estas semanas con la guerra nuclear en una línea muy similar: instrucciones para caso de ataque, esquemas con el funcionamiento de un misil, mapas con estrellitas señalando los impactos, y mucha imagen de archivo con hongos atómicos. En algunos casos, los titulares jugaban descaradamente al clickbait. No he querido buscar, pero no me sorprendería que ya ofreciesen contenidos del tipo “¡Los mejores memes sobre la guerra nuclear!”. Si ya los han visto, no me lo cuenten.

Y si solo fuese el periodismo amarillista… También los gobernantes mundiales, lejos de ofrecernos mensajes tranquilizadores o hacer un esfuerzo por desescalar al menos verbalmente, hablan de la guerra nuclear con una ligereza que raya la frivolidad, y que uno no sabe si tomarse como prueba de lo improbable del suceso, o por el contrario como alarmante muestra de inconsciencia. O incluso aun peor: como una desquiciada escalada verbal, que añade tensión, y de paso justifica el envío de más armamento y la cada vez mayor implicación de los países de la OTAN en esta guerra, mientras aleja cualquier posibilidad de solución pacífica.

Los medios, los gobernantes, ¿y nosotros? ¿Nos tomamos en serio la creciente retórica guerranuclearista, o hacemos clic en la noticia con el mismo interés o desinterés con que leemos otras de deportes o de las últimas lluvias? ¿Se nos atraganta la cena viendo el mapa de la destrucción mundial en el televisor, o sentimos un inconfesable cosquilleo, esa fascinación por el apocalipsis pop, tan propia de nuestro tiempo?

Es cierto que, en los momentos más calientes de la Guerra Fría, cuando el famoso “reloj del fin del mundo” adelantaba minutos vertiginosamente, muchos cómicos, y la ciudadanía en general, recurrían al humor como válvula de escape contra el histerismo nuclear. Era compatible tener miedo con reírse del apocalipsis. Pero hoy, no teniendo la mayoría de ciudadanos memoria directa del miedo nuclear, asistimos indiferentes, cuando no fascinados. Y otra diferencia importante: entonces había un fuerte movimiento pacifista y contra las armas nucleares, así como esfuerzos políticos por desactivar los conflictos. Todo eso que hoy echamos de menos en medio de tanta noticia delirante y tanto discurso irresponsable.

                                                           * * *
Huracán sobre huracán
Rosa Miriam Elizalde (La Jornada)


Ernest Hemingway aprendió en Cuba que el mejor modo de pasar un huracán es teniendo el oído atento a un radio de baterías y las manos ocupadas con una botella de ron y un martillo para clavetear puertas y ventanas. El escritor estadunidense se apropió de la jerga típica de meteorólogos y pescadores cubanos que hablan de la mar, en femenino, y del huracán como demonio o brujo maligno, y que acostumbran decir, cuando una tormenta sale de la isla, que entró en el canal o que cruzó de tierra.

De los encontronazos con los ciclones y las aguas turbulentas salió esa joya de la literatura que es El viejo y el mar y que hizo exclamar a William Faulkner, otro gigante, que Hemingway había encontrado a Dios.

En una isla ubicada en el cruce de los vientos es imposible no convivir con la cultura del huracán que existe en las Antillas desde las más remotas evidencias de vida, unos 6 mil años antes de Cristo. Fueron los taínos indocubanos quienes dieron nombre al fenómeno y lo dibujaron como una espiral, símbolo rotatorio del viento, que podía encarnar en una serpiente monstruosa capaz de envolver en sus anillos todo universo conocido.

En la realidad y en la mitología, el huracán ha producido por igual fantasías tremendas, al decir del más grande novelista cubano, Alejo Carpentier, que se inspiró en el paso del meteoro de 1927 sobre La Habana para escribir algunos pasajes de su novela ¡Écue-Yamba-Ó! La tormenta, escribió Carpentier, produjo el traslado de casas, intactas, a varios kilómetros de sus cimientos; goletas sacadas del agua, y dejadas en la esquina de una calle; estatuas de granito, decapitadas de un tajo; coches mortuorios, paseados por el viento a lo largo de plazas y avenidas, como guiados por cocheros fantasmas y, para colmo, un riel arrancado de una carrilera, levantado en peso, y lanzado sobre el tronco de una palma real con tal violencia, que quedó encajado en la madera, como los brazos de una cruz.

No hay grandes diferencias entre esa descripción y lo que hemos vuelto a ver por estos días en Cuba. El huracán Ian dejó tres fallecidos, más de 89 mil viviendas afectadas en la provincia de Pinar del Río, el destrozo de miles de hectáreas de cultivos, cementerios de árboles y de postes del alumbrado público, el país totalmente a oscuras durante horas, y miles de historias que convierten en pálidos relatos cualquier cosa que hayan contado dos genios literarios como Hemingway y Carpentier.

La destrucción puede tener variantes infinitas, pero el huracán es de las pocas cosas que no han cambiado en miles de años para los antillanos. Llámese como se llame y pase con más o menos furia, antiguos y modernos lo han considerado como una criatura viva que va y viene a lo largo del tiempo y que no siempre es cruel. Cuando los excesos no se dan, las aguas y los vientos refrescan el calor del verano y benefician la agricultura, y todos felices.

Sin embargo, esta será la primera vez que un fenómeno natural tan conocido y recurrente pasa por Cuba acompañado de otro de igual o mayor fuerza destructiva, pero creado artificialmente en los nuevos laboratorios digitales y de una maldad que no podían prever los antepasados taínos.

Mientras soplaban en el norte de Pinar del Río rachas de viento superiores a 200 kilómetros por hora, más de 37 mil cuentas en Twitter replicaban la etiqueta #CubaPaLaCalle, con llamamientos a las protestas, el corte de carreteras, el asalto a instituciones de gobierno, el sabotaje y el terrorismo, con instrucciones de cómo preparar bombas caseras y cocteles molotov. Menos de 2 por ciento de los usuarios que se activaron en esta movilización virtual estaban en Cuba. La mayoría de los que llamaban a calentar las calles se conectaron a las plataformas tecnológicas estadunidenses desde un cómodo sofá a cientos de kilómetros del país que permanecía a oscuras. Quizás algunos en la isla conservaban su radio de baterías, pero millones de cubanos lo que tenían en la palma de la mano no era la botella de ron hemingwayana, sino un celular conectado a Internet (el país de 11 millones de habitantes tiene 7.5 millones con acceso a las redes).

Hagamos un ejercicio. Imagínate, lector, el panorama: estás angustiado con el aquí y el ahora. No tienes electricidad, ni agua potable. La poca comida que has adquirido con gran dificultad y conservado refrigerada, se arruinará en poco tiempo. No sabes qué ha pasado con tu familia que vive en el occidente, donde los daños son apocalípticos. No tienes idea de cuánto durará esta nueva crisis y la vida cotidiana antes del huracán ya era desesperada con el bloqueo económico de Estados Unidos, la inflación y el desabastecimiento, pero ves en tu móvil que todo el mundo (en Internet, claro está) parece que hace y tiene de sobra, mientras miles de vociferantes (y sus robots y sus troles) gritan que el culpable de tu desgracia es el gobierno comunista. Tu única fuente de luz es la pantalla del móvil, que funciona como la alegoría de la caverna de Platón: estás sentado de espaldas a un fuego llameante, mientras entre la hoguera y tú pasan figuras virtuales. Sólo ves los movimientos de sus sombras proyectadas sobre las paredes de la cueva-pantalla, y esas sombras susurran la solución a tu desesperada realidad: #CubaPaLaCalle.

En ningún otro momento de la historia, una minoría emigrada tuvo tanto poder económico, mediático y tecnológico para intentar hundir a su país con sus parientes encima, antes de tenderle una mano en medio de una tragedia nacional. ¿Qué mexicano que vive en Estados Unidos antepone sus diferencias políticas a la ayuda para sus familiares después de un terremoto? ¿Por qué no lo hacen tampoco los salvadoreños o guatemaltecos que viven fuera, ahora que el huracán Julia devastó Centroamérica?

Es inédito e inaudito que puedan llegar en simultáneo el huracán de toda la vida y el huracán de los odios virtuales, pero eso acaba de ocurrir en Cuba. Terrible.
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Miquel Angel Soria

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Oct 17, 2022, 1:31:46 AM10/17/22
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Octubre 
17
Guerras calladas

Hoy es el Día contra la pobreza.
La pobreza no estalla como las bombas, ni suena como los tiros.
De los pobres, sabemos todo: en qué no trabajan, qué no comen, cuánto no pesan, cuánto no miden, qué no tienen, qué no piensan, qué no votan, en qué no creen.
Sólo nos falta saber por qué los pobres son pobres.
¿Será porque su desnudez nos viste y su hambre nos da de comer?
                                                                                                                         Eduardo Galeano

I un Wynton Marsalis en un prudent segon pla:
https://www.youtube.com/watch?v=TLYcpQF_USQ


Los demócratas no pueden centrarse solo en el aborto para mantener su mayoría en el Congreso
Bernie Sanders

Como alguien que tiene un historial de votación 100% a favor del aborto y que está indignado por la horrorosa decisión del Tribunal Supremo de anular la sentencia Roe v. Wade, no hay duda de que los demócratas deben seguir enfocados en el derecho de las mujeres a controlar su propio cuerpo. Se trata de una lucha que la mayoría de los estadounidenses quiere que llevemos a cabo y que, ante la posición extremista de los republicanos sobre este asunto, les hace realmente vulnerables.

Sin embargo, a medida que nos adentramos en las últimas semanas de las elecciones de mitad de mandato de 2022, me alarma escuchar el consejo que muchos candidatos demócratas están recibiendo de parte de consultores del establishment y de los directores de comités de acción política (“super-Pacs”), tan bien financiados: el alegato final de los demócratas debe centrarse únicamente en el aborto. Acorta los anuncios de 30 segundos sobre el aborto y avanza tranquilo a la victoria.

No estoy de acuerdo. En mi opinión, aunque el asunto del aborto debe permanecer en primer plano, sería una negligencia política que los demócratas ignoraran el estado de la economía y permitieran que las mentiras y distorsiones republicanas se queden sin respuesta.

Este país lleva décadas enfrentándose a crisis económicas estructurales que han provocado el declive de la clase media estadounidense. Ahora es el momento de que los demócratas dirijan la lucha contra el reaccionario Partido Republicano y destapen su visión contraria a la clase trabajadora en lo que respecta a las cuestiones que más importan a los estadounidenses de a pie. Esto es lo que hay que hacer, tanto en materia de política como en medidas a adoptar.

Tenemos más desigualdad económica que en cualquier otro momento de la historia moderna de este país. Tres personas tienen más dinero que la mitad más pobre de nuestra nación. ¿Hay algún republicano dispuesto a subir los impuestos a los multimillonarios o acaso quieren empeorar una situación ya mala de por sí ampliando las exenciones fiscales de Trump para los ricos y derogando el impuesto sobre el patrimonio?

Hoy en día, el 60% de los estadounidenses llega justo a fin de mes y millones trabajan por salarios de hambre. ¿Hay algún republicano en el Congreso dispuesto a aumentar el salario mínimo federal a al menos 15 dólares la hora?

Estados Unidos paga, por mucho, los precios más altos del mundo en materia de medicamentos de prescripción. ¿Hay algún republicano dispuesto a permitir que Medicare empiece de inmediato a negociar con la industria farmacéutica el precio de los medicamentos y así reducir su coste a la mitad?

Tenemos un sistema sanitario disfuncional que, a pesar de ser el más caro del mundo, permite que 85 millones de estadounidenses no tengan cobertura médica  o que la misma resulte insuficiente. ¿Hay algún republicano que crea que la asistencia sanitaria es un derecho humano y apoye la cobertura universal?

Seguimos siendo la única potencia mundial que no garantiza permisos a las madres que tienen bebés o que necesitan cuidar a sus hijos enfermos. ¿Hay algún republicano a favor de que se otorguen al menos 12 semanas de baja remunerada por razones médicas y familiares?

La lista continúa: el cuidado de los niños, la vivienda, la asistencia sanitaria a domicilio, la asequibilidad de la universidad. Para cada una de estas cuestiones de enorme importancia, el Partido Republicano no tiene prácticamente nada que decir para abordar las apremiantes necesidades de los estadounidenses de ingresos bajos y medios. Y lo que proponen suele empeorar la situación.

Sin embargo, como muestra una encuesta tras otra, los republicanos gozan de un mayor índice de confianza que los demócratas en la gestión de la economía, el tema más importante para la gente. Creo que si los demócratas no contraatacan en materia económica, presentando un programa fuerte a favor de los trabajadores, podrían quedar en minoría tanto en la Cámara como en el Senado tras las elecciones del mes que viene.

Y no son solo las crisis estructurales a largo plazo lo que los demócratas deben atender. Es el escandaloso nivel de avaricia corporativa que vemos a diario lo que está alimentando la inflación que afecta a tanta gente.

Mientras que el precio de la gasolina se ha disparado a lo largo del último año, las cinco grandes compañías petroleras han obtenido 59.000 millones de dólares de ganancia solo durante el segundo trimestre de este año y están gastando 88.000 millones de dólares en la recompra de acciones y en el reparto de dividendos para beneficiar a sus ricos accionistas.

Mientras que los precios mundiales de los alimentos se dispararon en más de un 33% el año pasado y se espera que suban otro 23% este año, los multimillonarios de la industria alimentaria y agroalimentaria mundial aumentaron su riqueza en 382.000 millones de dólares durante la pandemia.

Mientras seguimos pagando, de lejos, los precios más altos del mundo por los medicamentos de prescripción, tres de las mayores empresas farmacéuticas de Estados Unidos —Pfizer, Johnson & Johnson y AbbVie— aumentaron sus ganancias en un 90% el año pasado hasta alcanzar los 54.000 millones de dólares.

Mientras que el 46% de los estadounidenses se salta o posterga la asistencia sanitaria que necesita porque no puede pagarla, el año pasado las seis mayores compañías de seguros médicos de Estados Unidos registraron más de 60.000 millones de dólares en beneficios.

¿Qué tienen que decir los republicanos sobre las empresas que están cobrando a los estadounidenses precios escandalosamente altos mientras disfrutan de ganancias récord? Hablan mucho de la inflación, ¿pero qué van a hacer al respecto? ¿Tiene alguno de ellos el valor de considerar un impuesto sobre los beneficios extraordinarios? En absoluto.

No se pueden ganar elecciones en este país si no se cuenta con el apoyo de la clase trabajadora, pero no se puede contar con ese apoyo a menos que se deje claro que se está dispuesto a enfrentarse a los poderosos grupos de intereses especiales y a luchar por los millones de estadounidenses que atraviesan dificultades económicas. Ya sea ampliando el subsidio mensual de 300 dólares por hijo que expiró en diciembre y que redujo la tasa de pobreza infantil en más de un 40%, aumentando las prestaciones de la seguridad social, ampliando la cobertura de Medicare para que incluya servicios dentales, auditivos y oftalmológicos o haciendo que las guarderías sean asequibles, los demócratas deben apoyar a la clase trabajadora de este país y poner en evidencia la hipocresía de los republicanos.

Nada de lo que sugiero aquí es “radical”. De hecho, es extremadamente popular. Es lo que el pueblo estadounidense quiere. Si cerramos esta crucial campaña de mitad de mandato con una visión clara y unificada respecto a cómo satisfacer las necesidades de las familias trabajadoras, hacer frente a la avaricia de las empresas y proteger el derecho de las mujeres a elegir, comenzaremos a reconstruir la confianza entre los demócratas en Washington y las familias de clase trabajadora de este país.

Y ganaremos las elecciones.

Bernie Sanders es senador por el estado de Vermont y presidente del Comité de Presupuesto del Senado.

                                                           * * *
El otro Marsalis
Juan Arturo Brennan (La Jornada)


Me imagino que nadie en su sano juicio pondrá en duda la afirmación de que Wynton Marsalis (Nueva Orleans, 1961) es el trompetista de jazz preeminente de nuestro tiempo. Y al mismo tiempo, es probable que muchos de sus fans desconozcan al otro Marsalis, a ese que hace muchos años tocaba y grababa música clásica, ámbito en el que podía competir de igual a igual con los mejores. Un buen día, hace ya bastante tiempo, Marsalis decidió cancelar de tajo y por completo sus interpretaciones de los grandes clásicos del repertorio, por una razón clara y contundente: a partir de ese momento habría de dedicarse por entero y con una energía inexhaustible al más importante de sus proyectos, que es el de hacer del jazz no sólo una forma suprema de expresión, sino también una importante herramienta de educación musical en Estados Unidos, en el entendido de que el jazz no sólo es un sonido cabalmente nativo, sino que también representa la mayor aportación estadunidense a la cultura del mundo. ¿Dónde quedó, pues, aquel otro Marsalis, el Marsalis clásico?

Venturosamente, quedó registrado en una discografía amplia y variada que, estrictamente, debiera formar parte indispensable del acervo de sus muy numerosos admiradores. Desde el punto de vista cronológico del repertorio, esa discografía se inicia con las grabaciones que dedicó a un nutrido espectro de música barroca representado por compositores como Bach, Händel, Scarlatti, Torelli, Purcell, Stanley, Charpentier, Mouret, Fasch, Molter y algunos de menos renombre, como Clarke, Dandrieu, Stradella, Predieri. En esta vertiente del trabajo de Marsalis destaca el delicioso disco Baroque Duet, en el que acompañó las brillantes arias cantadas por la soprano Kathleen Battle.

Viene después su registro de los dos conciertos históricamente más importantes, los de Haydn y Hummel, complementados con el interesante, aunque menos destacado, concierto de Leopold Mozart. Muy atractivos, también, los discos que Marsalis grabó con el Ensamble de Alientos Eastman, dirigido por Donald Hunsberger. Uno de ellos, dedicado a una variada selección de obras de concierto de Vaughan Williams, Hindemith, Copland y Karel Husa. En el otro, de espíritu más ligero, Marsalis toca el cornet en un brillante homenaje a algunos de los grandes cornetistas/compositores del tránsito entre el siglo XIX y el XX, como Jean-Baptiste Arban, Herbert Clarke, Jules Levy y Herman Bellstedt, condimentados con piezas de Paganini y Rimski-Korsakov; una muestra cabal de virtuosismo puro, lúdico y extrovertido.

En lo personal, aprecio particularmente un par de compactos que este otro Wynton Marsalis dedicó a la música del siglo XX. En uno de ellos logró versiones potentes y energéticas de tres de las obras más importantes del repertorio francés, de trascendencia universal: los dos conciertos de André Jolivet y el concierto de Henri Tomasi. Aquí, Marsalis contó con la complicidad de otro gran músico de nuestro tiempo admirado por su rigor, su lucidez y su musicalidad impecable: el finlandés Esa-Pekka Salonen, quien dirige a la Orquesta Filarmonía.

Finalmente, otro registro sonoro indispensable de Marsalis, titulado On the Twentieth Century, en el que tiene como notable colaboradora a la pianista Judith Lynn Stillman. Este disco se caracteriza por una sugerente y muy bien lograda combinación de piezas de espíritu ligero (que no light) de Poulenc y Bernstein, con otras de mayor trascendencia creadas por Ravel, Honegger, Enesco, Tomasi, Bozza y el estadunidense Halsey Stevens. La última pieza de este disco es una versión seria, austera y profunda de la que quizá sea la obra camerística para trompeta más importante de todo el repertorio, la Sonata para trompeta y piano de Paul Hindemith.

En estos días revisité un buen número de tracks de estos discos, y ello me hizo reafirmar la convicción de que estoy entre quienes sí extrañan al Marsalis clásico, a la vez que reconozco y admiro su dedicación exclusiva al jazz, así como el trabajo y la energía que dedica para hacer del jazz una poderosa herramienta de comunicación, educación y, sí, empoderamiento. Todo eso viene a cuento porque el día 29 de octubre Wynton Marsalis se presenta en el Auditorio Nacional con su incomparable banda, la Orquesta de Jazz del Lincoln Center. La recomendación sale sobrando.

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Miquel Angel Soria

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Oct 18, 2022, 1:31:44 AM10/18/22
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Haití és un els països del món dels que només tenim notícies quan la gana el domina o el vigilant d'occident -ara també el Canadà- envia vehicles blindats perque la policia pugui reprimir la població que protesta de la política del primer ministre. Això és el que denuncia Opera Mundi des de São Paulo. L'experiència ens ensenya que darrera arriben les tropes d'assalt com ja van fer als darrers terratrèmols. És la forma d'ajudar els pobles que necessiten menjar i un bon govern. Són els primers passos per posar una nova estrella a la senyera.


Vox se descompone
Javier Gallego

Vox está en proceso de descomposición. Interna y externa. Pierden a Olona después de su batacazo en Andalucía, Abascal cesa a Ortega Smith como secretario general por el malestar en los territorios y van cuesta abajo en las encuestas. Por si fuera poco, cuatro ex dirigentes, incluido un ex vicepresidente, airearon las miserias del partido en el último Salvados. El esperpéntico Viva 22 fue la prueba visible y risible de la decadencia. Muera 23 debería ser el próximo. Empezaron dando risa y pena, luego dieron miedo y asco, y ahora vuelven a dar más lo primero que lo segundo. Cuando uno se convierte en meme es que ha pasado a ser parodia.

El momento de Vox ha pasado, aunque nunca se puede descartar que la mala hierba rebrote. Pero hace tiempo que se percibe el agotamiento del fenómeno y de las circunstancias que lo propiciaron. Las recordaron los participantes en el programa de Gonzo: Vox es el cabreo españolista ante lo que consideraban tibieza del PP frente al desafío del independentismo. Vox es el “a por ellos” de la calle, el “maricomplejines” de Losantos a Rajoy, los exabruptos de Terstch, los gargajos de Inda y la carcundia de El Gato al Agua ladrando como un perro rabioso. Son los rebotados de la derecha que aplauden el discurso del rey y se tiran al monte para salvar la unidad de España con la bandera y el casco de los tercios.

Después vino toda la agenda nacionalcatólica que acompaña a la fiebre conservadora: el odio a los rojos, al feminismo, al inmigrante, a las bolleras y maricones, a los bildutarras y a todos los que atentan contra Dios, la Patria, el Rey, la Familia y las buenas costumbres de los buenos españoles. Los demás no merecemos ese nombre, somos el enemigo al que hay que borrar de un país que tiene una triste tradición expulsando y eliminando a los que no encajan en la visión monoteísta y monocorde de España. Como he escrito antes, Vox es el 15M de la derecha, es decir, es el anti 15M. Reacción frente a la acción, reaccionarios frente al progreso.

Pero el independentismo que fue su primera razón de ser vive su propia descomposición y la fórmula del odio permanente pierde fuelle con el uso y abuso. Es como la exaltación del borracho, que resulta ridícula cuando se pasan los efectos de la borrachera. Vox ya no es la novedad, no cuenta con el factor sorpresa y sus trucos resultan previsibles. Tampoco se puede vivir siempre en el enfado ni oponerse por sistema al avance de los tiempos. Aunque en España hay un gen retrógrado que se activa con facilidad, también hay una sociedad abierta que vive en el presente.

Y más que nada, lo que provoca la implosión de Vox es Vox mismo. El partido de Abascal es el chiringuito de Abascal para las paguitas de Abascal y sus amigos. Lo contaban los ex dirigentes en Salvados y el periodista Miguel González en su libro Vox S.A.: más que un partido, es una empresa con una cúpula directiva formada por los cuatro colegas del jefe y dedicada a hacer dinero vendiendo nostalgia y miedo. No hay democracia interna y actúan como una mafia contra la disidencia. Una dictadura sin estructura tiene los días contados en cuanto vengan mal dadas. Es cuestión de tiempo que se desmorone y se desmembre.

Ya lo estamos viendo. Hay deserciones y delaciones. Hay traiciones y ejecuciones. Olona cayó por querer mando en plaza y enfrentarse al Caudillo. Ortega Smith ha perdido el favor del César. Las provincias se rebelan. Esto suele acabar con un motín y un apuñalamiento. Por lo pronto ya hemos visto su debilidad en Andalucía. Lo de Castilla y León fue solo un espejismo. No hicieron más que recoger lo que caía de Ciudadanos. No obstante, no hay que dar al bicho por muerto mientras los populares gobiernen con su apoyo y los grandes medios sigan blanqueando a un partido que tiene neonazis entre sus miembros. Tendrían que empezar por llamar al neofranquismo por su nombre                                                          

                                                                       * * *

¿Oligademocracia?
David Brooks

Estados Unidos, según su propia cúpula política, está enfrentando un momento de inflexión, en el que la democracia misma está al borde del precipicio, y con ello podría fundirse el faro del mundo libre (¿qué desastre?)

Parte del deterioro de la democracia estadunidense fue documentado en la última audiencia pública del comité de investigación sobre el 6 de enero que dejó claro que un presidente impulsó un plan premeditado para revertir los resultados de una elección federal, incluido un intento de golpe de Estado. Videos revelados públicamente por primera vez la semana pasada por el comité ofrecen escenas que todos hemos visto antes –de una cúpula política evacuada por servicios de seguridad a un tipo de búnker en algún lugar secreto mientras la turba destruye el palacio de los políticos– pero en países del llamado tercer mundo, no en la capital del autoproclamado líder de mundo libre. El liderazgo legislativo de ambos partidos fue evacuado a lo que ahora se sabe fue el Fuerte McNair, en las afueras de la capital; el vicepresidente estaba en un cuarto seguro debajo del Capitolio, mientras los fanáticos del presidente, quien observaba todo en su televisión en la Casa Blanca, amenazaban con ejecutarlos.

La conclusión del comité es que si el autor intelectual del delito, Trump, no es obligado a rendir cuentas, estas escenas se repetirán y con ello, se podría marcar el fin de este sistema. Pero vale señalar que la gran mayoría de candidatos republicanos en las elecciones intermedias de noviembre han expresado apoyo a la gran mentira de Trump de que la elección de 2020 no fue legítima, reportó el New York Times. El sistema oficial está bastante descompuesto.

Pero todo esto no es la causa de fondo del deterioro de la democracia estadunidense. La democracia aquí fue asaltada por la agenda neoliberal aplicada por ambos partidos durante los últimos 40 años. Los datos son igual de dramáticos y mucho más nocivos a la democracia que el asalto ultraderechista al Capitolio.

Sólo para mencionar algunos: hubo un traslado de riqueza de 90 por ciento de abajo al 1 por ciento más rico de unos 50 billones de dólares durante las últimas cuatro décadas, calcula la RAND Corporation. La remuneración de ejecutivos en jefe se incrementó por mil 460 por ciento desde 1978 y ahora ganan 399 veces más que el trabajador típico hoy día (en 1989 esa ecuación era de 59 a 1), según el Economic Policy Institute (https://www.epi.org/publication/ceo-pay-in-2021/).

Hoy día tres hombres tienen la misma riqueza que la mitad más pobre de los estadunidenses (160 millones de ciudadanos); el 5 por ciento más rico de los estadunidenses concentran dos tercios de la riqueza nacional. Desde que estalló la crisis del covid hace tres años, la riqueza de los multimillonarios se ha incrementado por más de 50 por ciento a casi 5 billones de dólares; mientras el incremento en deuda de los consumidores en el 90 por ciento de abajo registró un incremento sin precedente para llegar a 300 mil millones de dólares, reportó el proyecto Inequality.org del Institute for Policy Studies (https://inequality.org).

Ahora tenemos mayor desigualdad de ingreso y de riqueza que en cualquier momento en los últimos cien años, dijo el senador Bernie Sanders, y subrayó que hoy es más cierto lo dicho por el reverendo Martin Luther King, Jr en los años 60 que tenemos que reconocer que no podemos resolver nuestros problemas hoy hasta que se lleve a cabo una redistribución radical del poder económico y político en Estados Unidos.

El país es, o está por ser, una oligarquía. Es la causa de fondo del deterioro cada vez más acelerado de lo que queda de esta democracia. Ante ello, son la continuación de las luchas altermundistas de principios de este siglo, a los Indignados, Ocupa Wall Street y las huelgas griegas y la primavera árabe de hace justo 11 años en contra de la agenda neoliberal, y ahora una ola de rebeliones laborales que podrían estar resucitando el movimiento sindical estadunidense que son algunas de las verdaderas fuerzas democratizadoras que aun podrían rescatar a este país.

Pete Seeger. I Don’t Want Your Millions, Mister. https://open.spotify.com/track/0X6gehsvYFEkEPEshBpRL8?si=3df00124c1be4c2d


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Octubre
19
Invisibles

Hace dos mil quinientos años, al alba de un día como hoy, Sócrates
paseaba con Glaucón, hermano de Platón, en los alrededores del Pireo.
Glaucón contó la historia de un pastor del reino de Lidia, que una vez
encontró un anillo, se lo colocó en un dedo y al rato se dio cuenta de
que nadie lo veía. Aquel anillo mágico lo volvía invisible a los ojos
de los demás.
Sócrates y Glaucón filosofaron largamente sobre las derivaciones
éticas de esta historia. Pero ninguno de los dos se preguntó por qué
las mujeres y los esclavos eran invisibles en Grecia, aunque no usaban
anillos mágicos.


Xi no sé qué
Isaac Rosa

Si la semana pasada era la salud mental el tema de conversación en el
ascensor de mi edificio, estos días por supuesto solo se habla de
China, de Xi Jinping y del Congreso del Partido Comunista Chino. No
hay mañana en que no suba, me encuentre a un vecino y nos liemos a
discutir si Xi se va a perpetuar en el poder, si hay riesgo de un
nuevo Mao, qué pasa con Taiwán…

No, obviamente no es tema de conversación. Ni en el ascensor, ni en
casi ninguna parte, y diría que tampoco en los medios y tertulias,
salvo grandes acontecimientos como el de este fin de semana. Yo mismo,
no recuerdo si he escrito alguna vez sobre China. He tenido que buscar
el nombre del presidente en Google para escribirlo bien. Y si hace una
semana, o dentro de una semana, me preguntan cómo se llama el máximo
dirigente del país, balbucearía. Venga, no os hagáis los listos,
confesad también vuestra ignorancia: ¿cómo se llamaban los últimos
presidentes chinos? ¿Sabéis decir el nombre de cinco científicos,
escritores, actores y deportistas chinos? Vale, cinco es un abuso ¿uno
al menos? ¿Habíais oído hablar de Wuhan (nueve millones de habitantes)
antes del COVID? ¿Sabíais de la existencia de Guangzhou, Tianjin,
Xiamen o Wanxiao, todas entre las mayores ciudades del mundo? No te
hagas el enteradillo, tú, que la última me la he inventado.

Ya sé, uno no puede saber de todo, y esa misma ignorancia la tenemos
hacia buena parte del planeta. Prácticamente todo lo que no sea
nuestro pequeño occidente desarrollado. Pero hablamos de China, oiga.
Décadas oyendo que el futuro será de China, que va a desplazar a
Estados Unidos como primera potencia, que el centro del mundo está en
Asia. Hemos visto a Washington señalar a China como amenaza en su
estrategia nacional de seguridad, y lo mismo sobre la cumbre última de
la OTAN (pese a la lejanía de China con el Atlántico Norte) o el
desatado Borrell. Todos coinciden: ojo con China, que va a por todas,
que se quiere comer la tarta entera, que ya es la potencia de
referencia en Asia y África, que nos tiene cada vez más pillados por
la deuda y la dependencia tecnológica, que ya veremos si todo esto no
acaba en guerra, fría o caliente…

Y sin embargo, ni idea de China. Nuestro conocimiento es inversamente
proporcional al creciente poder económico, geoestratégico, comercial,
militar y tecnológico del gigante asiático (toma tópico). Y peor que
ignorancia: desinterés absoluto. Aunque parezca que estamos todos
matriculándonos para estudiar chino o pidiéndolo como extraescolar en
los colegios, la realidad sigue siendo esa: ignorancia y desinterés.
Tópicos, chistes, simplificaciones. Nos refugiamos en el tradicional
“hermetismo” chino. Es que son muy complicados. Es que son muy
diferentes. Es que son muchos, todo es a gran escala, no nos entra en
la cabeza. Es que no los entendemos, ni su lengua, ni su alfabeto, su
cultura, sus tradiciones, su comida. ¡Si hasta son comunistas! ¡Si no
somos capaces ni de distinguirlos, todos nos parecen el mismo chino,
el de la tienda de tu calle, genéricamente llamado “el chino”!

No sabemos apenas nada de China, ni de los chinos, ni de su política o
su historia, no digamos su cultura. Está claro que, en su disputa por
la supremacía mundial, a China le importa un bledo la hegemonía
cultural, que parecía indisociable de todo proyecto de dominio
económico y político. No la necesita, puede ganar peso e influencia
mundial sin que conozcamos la lista histórica de todos sus
presidentes, los nombres de todos los estados y hasta al último
secundario de su cine, como sí ocurre con Estados Unidos. No la
necesita, como tampoco necesita que deseemos una vida china como sí
deseamos el American Way of Life.

Pues más nos vale enterarnos de qué va todo esto de China. Si su
influencia va a ser cada vez mayor, mejor conocerlos. Si el nuevo
orden mundial pasa por China, y cada movimiento en el tablero global
(desde el proteccionismo económico a la disputa energética, pasando
por la guerra de Ucrania o por supuesto Taiwán) tiene algo que ver con
la rivalidad estadounidense con China, mejor saber de qué va todo
esto. Y si esa rivalidad, como temen algunos analistas, nos aboca a
una futura confrontación, mejor estar bien informados para que en la
próxima crisis mundial no nos den una vez más gato por liebre,
propaganda por información.

* * *
El regreso de Nuestro hombre en La Habana
Luis Hernández Navarro (La Jornada)


En la Cuba de los años 50, en plena guerra fría, el vendedor de
aspiradoras inglés Jim Wormold fue reclutado por el Foreign Office
británico, para tareas de espionaje. La Habana era vista, en aquel
entonces, un lugar clave para la estrategia comunista en la región.

Con tal de ganarse un poco de dinero extra, el improvisado agente
secreto proporcionó a sus patrocinadores reportes falsos sobre los
avances de la subversión en la isla. Lo mismo inventó inexistentes
colaboradores que pergeñó fantasiosos informes. Su desparpajo llegó al
extremo de, utilizando los planos de una moderna aspiradora que vendía
en su tienda, avisar a sus superiores que el gobierno cubano estaba
fabricando una poderosa arma de destrucción masiva en las cumbres
nevadas de la isla. Para tapar sus embustes, el agente Wormold se vio
obligado a fabular mentiras cada vez más grandes.

Aunque parezca absurda, la parodia de los servicios secretos ingleses
desarrollada por el extraordinario Graham Greene en su libro Nuestro
hombre en La Habana es más común de lo que se cree. Un viejo dirigente
del sector progresista la Democracia Cristiana salvadoreña platicaba
cómo, al terminar la guerra civil en su país, tuvo acceso a algunos
informes de la CIA en que se daba cuenta de su presencia en reuniones
a las que nunca asistió. Los espías, simple y llanamente, inventaron
su participación en esos encuentros.

En el torrente de documentos que han aflorado en las últimas semanas
varios recuerdan la fantasiosa trama de Nuestro hombre en La Habana.
Uno, fechado en enero de 2020 (https://bit.ly/3s2NXWi), caricaturiza y
falsea la dinámica social y la red de nexos de la Cecop, organización
popular guerrerense enclavada en el Acapulco rural, que rechaza la
construcción de una presa en el río Papagayo y lucha en defensa de sus
recursos naturales y contra la inseguridad pública.

De entrada, el informe confunde el nombre de la organización. Dice que
se llama Consejo Estatal para la Concertación de Obra Pública, cuando
Cecop es acrónimo de Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la
Presa La Parota. Y, encarrerado, sin dar una sola prueba, asegura que
su finalidad es realizar obras ilícitas (cobro de cuota, extorsión,
abigeato y privación ilegal de la libertad), aprovechando el poco
nivel escolar de las personas que habitan en las comunidades de
Cacahuatepec para manipularlos contra el gobierno.

La Cecop lleva 19 años de resistencia ejemplar. Su más importante
triunfo es impedir la construcción de la presa porque el pueblo no la
quiere. Por lo pronto, sólo falta la firma del presidente López
Obrador para cancelar definitamente el megaproyecto del río Papagayo.
En abril de 2011, la Fundación Sergio Méndez Arceo le entregó el
Premio Nacional de Derechos Humanos. En agosto de 2006, Rodolfo
Stavenhagen, relator especial de la ONU sobre Derechos Humanos y las
Libertades Fundamentales de los Indígenas, los reconoció como “un
movimiento legítimo en defensa de los derechos humanos fundamentales e
hizo varias recomendaciones al Estado mexicano sobre el conflicto que
les daba la razón.

Según el informe de la Sedena, en la estructura de la organización,
debajo del líder Marco Antonio Suástegui, se encuentran como
litigantes, los integrantes del Centro de Derechos Humanos de la
Montaña Tlachinollan, el abogado Vidulfo Rosales y el antropólogo Abel
Barrera. La trayectoria de Tlachinollan es modélica. Quien desee
conocer su historia puede leer Desde el corazón de la Montaña, escrita
por Luis Hernández Navarro y Abel Barrera (https://bit.ly/3MFyq8m).

Aunque el documento busca presentar a Vidulfo y a Abel como
delincuentes o peligrosos subversivos, ambos son figuras éticamente
intachables, profundamente respetadas por movimientos sociales y
defensores de las garantías individuales en todo el mundo.

Rosales nació en 1976 en el poblado de Totomixtlahuaca, municipio de
Tlacoapa, Guerrero. La región, mayoritariamente me’phaá o tlapaneca,
se encuentra lejos de los grandes centros urbanos de la Montaña y la
Costa y, durante muchos años, estuvo prácticamente incomunicada. Para
llegar desde allí a Tlapa, se requería día y medio, y trasladarse a
pie durante seis horas para llegar adonde pasaba el autobús. Él es
indígena y está orgulloso de serlo. De la mano de su padre, aprendió a
hacer surcos y a sembrar maíz, frijol y calabaza.

En 1990 fue a la preparatoria en Tlapa. Para ganarse la vida,
trabajaba en una tienda que vendía pollo en la que no le pagaban
salario y lo discriminaban. En Chilpancingo estudió para abogado,
mientras lavaba coches y camiones. Desde que terminó su carrera ha
puesto desinteresadamente sus conocimientos al servicio de las
comunidades.

La lista de premios y reconocimientos nacionales e internacionales de
derechos humanos cosechados por Abel Barrera es enorme. Entre muchos,
están el Robert F. Kennedy, de Aministía Internacional, el Amalia
Solórzano de Cárdenas y el de Conapred.

A Abel lo marcó la injusticia cuando era seminarista en su natal
Tlapa, Guerrero, y vio cómo la policía judicial y los soldados bajaban
de la Montaña a indígenas amarrados como si fueran animales. Los
traían caminando, salvajemente golpeados, con la ropa raída y los pies
desnudos y ensangrentados. Algunos de los detenidos ni siquiera
llegaban hasta la ciudad: los colgaban en el camino. Desde entonces no
ha cejado en su empeño por defender a los más humildes.

Guerrero es laboratorio de la contrainsurgencia. Desde hace décadas
Vidulfo y Abel han luchado contra los abusos, la discriminación y la
impunidad que ésta ha dejado a su paso, y acompañado la digna
resistencia que la enfrenta. Es inadmisible que el regreso de Nuestro
hombre en La Habana los criminalice y pretenda desacreditar su
trayectoria.
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Miquel Angel Soria

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Octubre
20
El profeta Yale

En 1843, Linus Yale patentó la cerradura más invulnerable de todas,
inspirada en un invento egipcio de hacía cuatro mil años.
A partir de entonces, Yale aseguró las puertas y los portones de
todos los países, y fue el mejor guardián del derecho de propiedad.
En nuestros días, las ciudades, enfermas de pánico, son cerraduras gigantescas.
La llaves están en pocas manos.

Eduardo Galeano

Una d'aquestes claus la utilitzen els usamericans per bloquejar Cuba.
Opera Mundi publica que actualment, els efectes dels 60 anys de
bloqueig representen 154 bilions de dòlars USA.
I tot això malgrat fa uns 30 anys, una gran majoria de països de l'ONU
demanen el seu acabament.



Liz Truss no es una anomalía: la culpa del caos en Reino Unido es de
todos los 'tories'
Owen Jones (The Guardian)

Es innegable que Liz Truss era la persona menos adecuada para dar la
cara por sus propias políticas económicas: mostraba la misma seguridad
en su comportamiento que un ciudadano aleatorio al que de repente
hubiesen nombrado director de la escuela local.

Tras convertir en ratas de laboratorio a sus propios conciudadanos
para un experimento diseñado en la sala de juntas de los think tanks
de la derecha financiados de manera opaca, ahora le prohíben el acceso
a su propio laboratorio. La primera ministra está herida de muerte,
sepultada por los mismos “mercados” a los que en otra época adoró y al
frente de unas políticas que hace apenas unos días habría denunciado
como diseñadas por la “coalición anticrecimiento”.

Exigir la destitución de Truss es una idea abstracta porque, en gran
medida, la primera ministra ya no está en el poder. Pero hay que
prestar atención a lo que ocurra en estos próximos días y semanas: no
podemos permitir que el Partido Conservador culpe a Truss de todo
esto, consagre a su sucesor, cierre filas y vuelva a comenzar como si
todo regresara a la normalidad.

Rehabilitar a los monstruos –o, al menos, no hacer que los villanos
rindan cuentas– es uno de los motivos por los que Reino Unido se
encuentra en medio del caos actual. Gracias a eso los tories han
mantenido su habilidad para reinventarse y han sobrevivido, hasta
ahora gestionando la época más desastrosa que se recuerde de cualquier
gobierno británico, según un montón de parámetros.

No olvidemos lo que ocurrió con Theresa May. Tras perder
descuidadamente la mayoría parlamentaria de los tories, su propio
partido la condenó a seguir en el cargo con la esperanza de que fuera
ella la que absorbiera un fuego de mortero que de otro modo se habría
dirigido contra todo el Partido Conservador. Una vez cumplido el
propósito, despidieron de forma segura a May y anunciaron a Boris
Johnson como el líder de un gobierno nuevo, inocente de los pecados
cometidos por su predecesora.

Los culpables

No hay más que ver la forma en que George Osborne, ministro de
Economía entre 2010 y 2016, acude a una entrevista en el principal
programa político de la cadena Channel 4 en calidad de testigo, y no
como acusado en el banquillo. No hay un político más culpable que
Osborne de este caldero hirviendo en que se ha convertido la sociedad
británica: su política de austeridad, cargada de ideología, está en el
origen del mayor recorte salarial visto en los tiempos modernos,
responsable de alimentar un descontento fundamental para el triunfo
del Brexit en el referéndum de 2016. Ahora Osborne protesta contra
políticas económicas que desafían imprudentemente las reglas del
mercado, como si la deuda británica no hubiera perdido la calificación
AAA durante su gestión económica.

Pero más relevante es observar a Jeremy Hunt, el nuevo primer ministro
de facto de Reino Unido, sobre el que un analista político ha dicho:
“Escuchar a Hunt en las entrevistas de esta mañana era como llegar a
un mar azul y en calma tras semanas con una tormenta de fuerza 10”. Es
difícil no concluir que muchos de los autodenominados moderados
entienden la política como una cuestión de sensaciones, no de
sustancia. El historial de un político importa menos que la
tranquilidad que generan sus dotes de comunicación.

El propio Hunt admitió que como ministro de Sanidad fue demasiado
lento a la hora de aumentar la plantilla del Servicio Nacional de
Salud (NHS, por sus siglas en inglés). Un eufemismo sobre cómo
desatendió una escasez grave de personal en el NHS, que nos dejó mal
preparados para la pandemia. ¿Cómo puede argumentar de manera creíble
que ofrecerá una alternativa a la Trusseconomía cuando era él quien
pedía un impuesto de sociedades aún más bajo de lo que Truss había
soñado? Su nuevo “consejo asesor económico” está compuesto por
banqueros y gestores de fondos de inversión, dos de los pocos grupos
de la sociedad británica que pueden decir que se han beneficiado de
los últimos funestos años.

Hunt es un hombre ideológicamente comprometido con la austeridad. En
2019, alabó “el genio de David Cameron y George Osborne” por la forma
en que “convencieron al país para que aceptara los recortes del gasto
público más agresivos de nuestra historia en tiempos de paz, sin que
se produjeran revueltas por el poll tax [en referencia a las protestas
de 1990 que siguieron a la introducción por parte del Gobierno de
Margaret Thatcher de un nuevo impuesto per cápita]”. Por ello no
tendrá ningún reparo en imponer otra ronda de recortes, que
estrangulará el crecimiento y agravará la crisis del coste de la vida.

Luego está Rishi Sunak, al que ahora presentan como un profeta
reivindicado por haberse opuesto a la Trusseconomía antes que nadie.
Pero darse cuenta de que un conductor acelerando hacia el acantilado
va a provocar una carnicería no te convierte en adivino. Sunak es el
hombre que se jactaba de llevar dinero de comunidades urbanas pobres
hacia los distritos ricos de los tories y pedía que se tratara como
extremistas a todos los que “vilipendian” a Reino Unido, el tipo de
autoritarismo desquiciado que se podría esperar de Viktor Orbán.

Como ministro de Economía, Sunak defendió con éxito a los escépticos
del confinamiento y en el otoño de 2020 se aseguró de retrasar unas
restricciones que terminarían imponiéndose con más dureza y durante
más tiempo cuando los contagios se salieron de control. Sunak no es el
adulto en la habitación sino otro de los culpables del establishment.

Penny Mordaunt y Ben Wallace, los otros dos tories que ahora figuran
entre los posibles sucesores de la primera ministra, podrán ser
presentados como “caras nuevas” pero también apoyaron la economía de
quema y tala que ha empobrecido a Reino Unido en medio de una crisis
de productividad, con infraestructuras que chirrían y servicios
públicos tambaleantes.

Por eso no podemos dejar que presenten a Truss como una anomalía o
como una abominación. Esto no ha sido un espasmo ni una fuga
ideológica, sino un punto final coherente para 12 años nefastos. Ha
sido un esfuerzo conjunto llevado adelante por el equipo productor del
Partido Conservador, los conservadores de Cameron y los
euroescépticos, los espartanos y los johnsonistas, desde los One
Nation Conservatives (Conservadores de Una Nación) hasta el European
Research Group (Grupo de Investigación Europea). Por acuñar una frase,
estaban todos unidos en esto. Y no habrá ninguna esperanza hasta que
sean destituidos todos y cada uno de ellos, y el partido tory sea
inelegible durante una generación.

* * *

El caso del avión venezolano: final previsible pero silenciado
Por Atilio A. Boron (Página 12)

Una medida del carácter delincuencial del sicariato mediático en la
Argentina la proporciona la cobertura dedicada al caso del avión
venezolano de la empresa Emtrasur. Durante casi cuatro meses se
acribilló a la opinión pública con toda clase de falsedades, de
miserables fake news que lesionaban el honor y buen nombre de las
personas y producían un enorme daño a sus familiares. Y, por
añadidura, al retener al único avión de carga de que disponía la
República Bolivariana de Venezuela se obstaculizaba el suministro de
todo tipo de mercancías; entre ellas, la insulina requerida por los
pacientes diabéticos de ese país. En las primeras semanas que
siguieron a la detención de los tripulantes y el secuestro de la
aeronave las noticias del caso se traducían en escandalosos títulos en
las portadas de los medios hegemónicos o en los zócalos de la
telebasura que día a día embrutece a la población. Esto daba pábulo a
una tropa de sinvergüenzas disfrazados de periodistas que con absoluta
inmoralidad e irresponsabilidad acusaban a los tripulantes del avión
de ser terroristas; o de mantener “vínculos con la Fuerza Quds de la
Guardia Revolucionaria Iraní y la organización terrorista Hezbollah”
amén de inventar cualquier otra patraña por el estilo.

La infamia de este pseudoperiodismo reposaba en el chapucero manejo de
la causa que realizara el juez federal de Lomas de Zamora, Federico
Villena, que no titubeó un instante en olvidarse de cada una de las
clases de Teoría General del Derecho (que se dicta en el primer año de
la carrera de Abogacía) para privar de su libertad a un grupo de
personas sin que mediara prueba alguna de que habían cometido algún
delito, ni eran solicitadas por la Interpol, la CIA, el FBI, el Mossad
o el MI6 inglés. La presunción de inocencia, principio fundamental del
Derecho moderno, fue oportunamente archivada por ese tinterillo a
cargo del juzgado hasta que, más de tres meses después, la situación
se hizo insostenible. O, hasta que sus verdaderos mandantes (¡miren al
Norte!) les dijeron que ya era suficiente y que como Sergio Moro en
Brasil ya había hecho lo que le pedían. El juez y la fiscal Cecilia
Incardona se esmeraron en revolver en el basurero delictivo durante
cuatro meses para tratar de encontrar alguna prueba de que esos
venezolanos e iraníes habían cometido algún delito o eran temibles
terroristas. Mientras buscaban los detuvieron, y como era previsible
no encontraron absolutamente nada. Pero, obedientes a los mandatos del
imperio y de la recalcitrante derecha argentina, el juez y la fiscal
retuvieron a la tripulación y a la aeronave. En ambos casos sin
fundamento alguno. Al cabo de unos tres meses tuvieron que sobreseer a
catorce y, un mes más tarde, liberar a los restantes cinco por la
previsible “falta de méritos”.

Estos malos funcionarios de la Justicia Federal alimentaron a los
mercenarios de la desinformación que pululan en las cloacas del
periodismo para desparramar sus mentiras y calumnias a diestra y
siniestra. Es de esperar que el Consejo de la Magistratura tome cartas
en el asunto y aplique una sanción ejemplar al juez y la fiscal que
entendieron en la causa por su desprecio a las reglas más elementales
del Derecho; por haber mancillado el honor de diecinueve personas y
por haber archivado la legislación argentina para subordinar su
actuación a reglamentos, resoluciones o leyes de Estados Unidos. El
resultado enturbió las relaciones entre la Argentina y la República
Bolivariana de Venezuela, a la cual este país todavía le debe la
entrega de dos buques petroleros de tamaño medio (el Eva Perón y el
Juana Azurduy) que fueron encargados por Hugo Chávez en el 2007,
pagados por completo, y que para nuestra vergüenza aún se encuentran
“en construcción” en Astilleros Río Santiago sin haber sido entregados
en tiempo y forma a PdVSA. Pero Estados Unidos quería darle una
lección a la Argentina en el sentido que no toleraría el
fortalecimiento de nuestros vínculos con la tierra de Bolívar y
Chávez, y encontró en una Justicia corrupta los instrumentos aptos
para producir ese resultado. Y en un sistema de medios que haría las
delicias de Joseph Goebbels los copartícipes necesarios de esta
operación delictiva.

Y ahora, ¿quién pagará los daños personales, morales y materiales de
este mamarracho jurídico-mediático? ¿Cómo se reconstruirá la
deteriorada relación con Caracas, cuando aún retenemos el avión porque
Washington así lo decreta, como también ordena que ni YPF (¡una
sociedad anónima con mayoría accionaria estatal!) ni Shell abastezcan
de combustible al avión? Lo que nos lleva a una perturbadora pregunta:
¿hemos arrojado por la borda todo atisbo de soberanía nacional? ¿Ni
siquiera podemos abastecer de combustible a un avión de un país
hermano? ¿Tan bajo hemos caído? ¿Sabremos reaccionar a tiempo, antes
de convertirnos de modo irreversible en una colonia de Estados Unidos?
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Miquel Angel Soria

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Oct 21, 2022, 1:31:13 AM10/21/22
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Octubre
21
Estallaos los unos a los otros

Allá por el año 630 y pico, un célebre médico y alquimista chino
llamado Sun Simiao mezcló nitrato de potasio, salitre, azufre, carbón
de leña, miel y arsénico.
Estaba buscando el elixir de la vida eterna. Encontró un instrumento de muerte.
En 1867, el químico sueco Alfred Nobel patentó la dinamita en su país.
En 1876, patentó la gelignita.
En 1895, creó el Premio Nobel de la Paz. Como su nombre lo indica, el
premio nació destinado a recompensar a los militantes pacifistas. Lo
financió una fortuna cosechada en los campos de batalla.

Eduardo Galeano

Després van venir els premis Sajarov i similars.


Italia: chau, chau, Bella ciao
José Steinsleger /II y última (La Jornada)

El asesinato de Aldo Moro nunca fue esclarecido. Pero indirectamente
logró su objetivo: nadie volvió a mencionar el compromesso storico
entre democristianos (PDC) y comunistas (PC). A meses del crimen,
muere el papa Juan Pablo I (28 de septiembre de 1978). Albino Luciani
apenas dura 33 días en el trono de Pedro. Según el Vaticano, su
familia no autorizó la autopsia del pontífice.

En las antípodas teológicas de Luciani, el arzobispo de Cracovia Karol
Wojtyla (cruzado anticomunista y amigo de Washington), ocupa la
vacante con el nombre de Juan Pablo II. Simultáneamente, arrecian las
denuncias contra el gobierno de Arnaldo Forlani (PDC, 1980-81). Lo
acusan de estar infiltrado por Propaganda Due (P2), logia masónica
ilegal dirigida por Licio Gelli, de estrecha relación con la Santa
Sede. Los miembros de la P2 se autodenominan frati neri (monjes
negros).

El PDC da un paso al costado: Giovanni Spadolini (liberal), jefe de
gobierno. Pero en junio de 1982, en el distrito financiero de Londres,
a orillas del Támesis, un cartero madrugador encuentra el cuerpo de
Roberto Calvi, colgado del puente Blackfriars (frailes negros).
Miembro de la P2, Calvi era presidente del Banco Ambrosiano (o Banco
del Vaticano).

El también llamado banco de los curas quiebra. Prominentes empresarios
y banqueros van a prisión. Michele Sindona (lavador de la Cosa Nostra)
abunda en detalles del caso. Cuatro años después, en la prisión de
Voghera (Pavia) donde Sindona cumple perpetua, le sirven un café con
cianuro y estira la pata.

Por su lado, Spadolini le suelta la mano al prestigiado general de
Carabineros Carlos Alberto Dalia Chiesa (celoso investigador del caso
Moro) y lo nombra en un cargo con dedicatoria: Prefecto de Palermo
(Sicilia). En septiembre de 1982, la Cosa Nostra lo asesina junto con
su esposa. Pero ¡ánimo!... Italia ha ganado el Mundial y Sofía Loren
pasa 30 días en el bote por evasión fiscal.

El PDC empieza a perder votos. Una coalición progresista elige como
jefe de gobierno al socialista Bettino Craxi (1983-87). En tanto, la
otra Italia toca el cielo con las manos: ¡Diego Armando Maradona en el
Napoli! (1984).

Los italianos descubren que la democracia también puede ser excitante.
En 1987, la actriz porno Ilona Staller, mejor conocida como Cicciolina
(Queridísima), es elegida diputada por el progresista Partido Radical.
Sin argumentos para atacarla, patológicamente insidiosas, las derechas
recuerdan que en su departamento de Roma, tenía un tigre de Bengala.
Pamplinas. Cuando la diva entra al recinto parlamentario, los
legisladores de izquierda, centro y derecha corren tras ella, pegando
gritos de alegría.

En vísperas de la primera guerra del Golfo, la honorable Cicciolina se
ofrece a tener relaciones sexuales con el líder iraquí Saddam Hussein.
Pero como nada es gratis, el precio resulta impagable: la paz en la
región arábigo-pérsica. Luego, cambia de camiseta (es un decir), y
funda el Partito dell’Amore (1991).

La implosión del socialismo realmente existente (1989/90) rompe al
PCI. Su secretario general, Achille Ochetto, abandona el viejo nombre
y solicita el ingreso a la Internacional Socialdemócrata. El
legendario partido que en 1984 llegó a ser el más votado, se divide en
tres: Demócrata de Izquierda (PDS), Refundación Comunista (RFC) y una
facción menor: RFC de los comunistas italianos.

En 1992, por primera vez, el PDC pierde la mayoría absoluta.
Encabezado por Giuliano Amato (Partido Demócrata, centroizquierda), el
nuevo gobierno decreta un programa de ajuste, rechazado por una huelga
acatada por 10 millones de trabajadores.

A todo esto, una niña de 15 años, nacida en un barrio de Roma, toca el
timbre de la puerta blindada del Frente de la Juventud, brazo del
Movimiento Social Italiano (MSI, luego Alianza Nacional). La hacen
pasar, y allí deslumbra a los anfitriones. Les dice: Mussolini fue
para mí un buen político. Todo lo que hizo, lo hizo por Italia.
Giorgia Meloni recibe el carné de afiliación, y en 1996 se alza como
líder nacional de Azione Studentesca.

En la segunda mitad del siglo pasado, la bizarra política italiana
gira en torno a una mesa de ocho patas: PDC+Vaticano+logia
P2+MSI+bancos y financieras+partidos derechistas+servicios de la
CIA/OTAN, y por sobre todo, los muchachos todo terreno del mezzogiorno
(sur del país): Cosa Nostra (Sicilia), Dranghetta (Calabria), Camorra
(Nápoles) y Sacra Corona Unitá (Abulia).

Por último, ocho filmes inolvidables que tratan de lo descrito
brevísimamente hasta aquí: Roma, ciudad abierta (Roberto Rosellini,
1945); Acattone (Pier Paolo Pasolini, 1960); Rocco y sus hermanos
(Luchino Visconti, 1960); Los compañeros (Mario Monicelli, 1963);
Amarcord (Federico Fellini, 1973); Novecento (Bernardo Bertolucci,
1976); El padrino III (Francis Ford Coppola, 1990) y Mario, María,
Mario (Ettore Scola, 1993). El avance de las ultraderechas italianas
será comentado en artículos posteriores.

* * *
Lula y la desafiante situación brasileña
Ángel Guerra Cabrera (La Jornada)


La segunda vuelta de las elecciones brasileñas, el 30 de octubre, es
probablemente el más importante y enconado enfrentamiento electoral
efectuado en nuestra América desde la elección de Hugo Chávez en 1998.
Esta elección va más lejos que decidir sólo quién gobernará al gigante
sudamericano en los próximos cinco años, el país más extenso, poblado
y con la economía más importante de nuestra región, octava en el mundo
por su PIB. Tampoco decidirá sólo quién regirá el país entre
neoliberalismo y antineoliberalismo, pues en Brasil lo primero que
está en juego es la defensa y reconquista de los derechos democráticos
básicos, ya muy mermados los sociales y laborales por Temer y
Bolsonaro, que el ex militar amenaza con arrollar junto a los
políticos, para cumplirle a los empresarios que lo apoyan. Esta
elección se trata también –¡cuánto!– de si se va a dar el golpe de
muerte a lo que queda de bosque amazónico, pulmón de oxígeno del
planeta, como es el objetivo de los capitales del agronegocio socios
de Bolsonaro. Es, a la vez, un episodio clave en la disputa por
nuestra América entre las fuerzas democráticas y progresistas, que
pugnan por la soberanía nacional, la multipolaridad, y la lucha contra
la desigualdad y el hambre y las que abogan por entregar todo al
mercado y al capital financiero.

Lula fue habilitado para competir electoralmente cuando el Tribunal
Supremo de Brasil lo absolvió de los falsos cargos que le formularon
el venal juez Sergio Moro y su compinche el fiscal Deltan Dallagnol.
Pero ello no pudo borrar la imagen de un corrupto desempeño
gubernamental del lulismo en el gobierno, instalada en amplias capas
de la población por la descomunal campaña de mentiras desencadenada
por los medios hegemónicos brasileños e internacionales. Unido esto al
avance político del bolsonarismo, Lula ha tenido que crear una gran
coalición que incluye a importantes sectores de la centro derecha que
antes lo adversaron, pero también a sus tradicionales aliados de la
centro izquierda y los movimientos sociales más combativos de Brasil,
como fórmula para asegurar una victoria convincente ante la grave
amenaza antidemocrática del bolsonarismo.

Moro y Dallagnol forman parte del programa del Departamento de Estado
de EU para, con el pretexto de combatir la corrupción, implementar en
nuestra región el lawfare contra los candidatos o funcionarios
defensores de propuestas contrarias al neoliberalismo y favorables a
las causas populares con el fin de liquidarlos políticamente, una
suerte de muerte civil. Todo ello en perfecta conjunción con la labor
de desinformación y difamación de la avasalladora red de medios
hegemónicos y nuevas estructuras de redes digitales al servicio del
imperio. El lawfare se ha aplicado también contra los ex presidentes
Manuel Zelaya, Fernando Lugo, Cristina Fernández, Rafael Correa, Evo
Morales y varios de sus seguidores. Además, fue el instrumento para
dar el golpe de Estado contra Dilma Rousseff y para inhabilitar a Lula
como candidato presidencial cuando marchaba delante en todas las
encuestas y así abrir el camino a Bolsonaro.

Aunque la irrupción de Bolsonaro en la arena política después de
décadas de gris y corruptísimo desempeño como diputado no obedece sólo
a ello, sí suprimió el formidable obstáculo que le interponía Lula.
Hoy sabemos que dos años antes el ex capitán había recibido luz verde
del entonces comandante en jefe del ejército, general Villas Boas,
para contender por la presidencia. A la vez, resulta evidente que la
crisis de las políticas neoliberales y el éxito de las políticas
progresistas y redistributivas del PT habían agotado la hegemonía de
la élite brasileña, que necesitaba de un personaje de fuera como
Bolsonaro: una suerte de lumpen de la política, apenas ilustrado, pero
con indudable carisma, viveza y capacidad para conectar con grandes
sectores de la sociedad brasileña caracterizados por su ignorancia,
oscurantismo y fanatismo religioso, o sus ligas al crimen organizado
–como son los famosos milicianos–, o con los militares retirados
llenos de ínfulas de poder y de enriquecimiento. Alrededor de 6 mil de
éstos han sido dispersados por Bolsonaro en toda la administración
pública, otro problema con el que tendría que lidiar Lula.

Lula continúa dando una heroica pelea en ruta a la segunda vuelta
frente a fuerzas y obstáculos muy difíciles de vencer. Uno de ellos es
cómo gobernaría con un Congreso de mayoría bolsonarista y derechista,
que incluso tiene los votos para aplicarle el impeachment. Su campaña
ha sido un desbordamiento tal de masas que parecería enrumbarlo
directamente al Palacio de la Alborada. Aunque después de los errores
de las encuestas en el primer turno, los cinco puntos de ventaja que
le asignan ahora abren espacio a la duda. Otra vez prefiero confiar en
el optimismo de la voluntad que en el pesimismo de la razón.
Vergara. Liz Truss cumple su sueño.jpg
Miki y Duarte. Sin hogar.jpg
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Miquel Angel Soria

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Oct 24, 2022, 1:30:17 AM10/24/22
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Ja havíem vist el video, però ara ho llegim a Página 12 (Buenos Aires). Freud a Psicopatologia de vida quotidiana ja parlava dels lapsus linguae:

GOEBBELS

"Creo que Madrid es un baluarte de las ideas que defendemos y que también defiende Isabel". El entusiasmo de Mario Vargas LLosa por Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la comunidad de Madrid fue in crescendo en su discurso. "Es una persona a la que me gusta comparar con el presidente de los Estados Unidos que era..." y comenzó a dudar, hasta que uno de los panelistas le apuntó el nombre de Ronald Reagan. Sin embargo, el Nobel de Literatura completó: "Ronald Goebbels" y siguió en su elogio, sin darse cuenta de haberla equiparado con el ministro de Propaganda de Adolf Hitler. En la celebración por los veinte años de la Fundación Internacional para la Libertad Vargas Llosa dio involuntariamente una pista de hacia dónde mira la derecha en el mundo.



En eso consistió vuestra famosa Guerra Civil
Isaac Rosa (elDiario.es)

“Un aparador, una mesa, un mueble haciendo juego, lámpara, seis sillas, cuatro sillones de mimbre, dos mecedoras, cinco cuadros, dos platos de adorno, tazas, vasos y platos sueltos (…) cazuelas y pucheros de aluminio (…) Cama grande completa con mesillas, dos banquetas, armario, cómoda, coqueta, lámpara, cacharro de adorno (….)”.

Son solo unos pocos fragmentos del expediente nº 956 del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Valencia, en 1939. Detalla hasta el último mueble, adorno o menaje encontrado en el domicilio del investigado, paso previo para su incautación. Hasta los ceniceros y las cortinas. También varios cuadros, de los que no se menciona autoría, aunque sabemos que eran de Ramón Gaya o José María Ucelay, entre otros. Y una biblioteca con seis o siete mil libros.

El expediente, localizado en el Arxiu del Regne de València por el investigador Pascual Llopis, fue instruido contra el escritor Max Aub cuando ya estaba fuera de España. El propio Aub se reencontró con algunos de sus libros treinta años después, en su breve y amargo regreso. Estaban en la biblioteca de la Universidad. El resto, perdido el rastro, como todos sus bienes incautados.

Es un caso entre miles, entre cientos de miles de represaliados por el franquismo que, además de asesinados, encarcelados, depurados o exiliados, sufrieron la incautación de sus bienes. Como las decenas de cuadros y objetos valiosos que decoran hoy el Instituto Ramiro de Maeztu, según la importante investigación de Peio H. Riaño en este periódico.

La biblioteca de Aub o los cuadros del Ramiro son una mínima parte del interminable saqueo que los vencedores de la Guerra Civil ejecutaron sobre los vencidos. Pinturas, esculturas, tapices, bibliotecas, sí, pero también casas, miles de casas, en muchos casos previo desahucio de la familia de un asesinado, que quedaba totalmente desamparada. Fincas. Fábricas, tiendas, farmacias, imprentas, bodegas. Vehículos, animales de campo, cosechas almacenadas. Sedes de sindicatos, partidos, ateneos obreros y republicanos, asociaciones. Dinero, millones de pesetas depositadas en bancos, guardadas en domicilios, o en moneda republicana que perdió todo valor. Joyas, cuberterías, objetos familiares. Y todo ese menudeo: sillas, lámparas, ceniceros, armarios llenos de ropa.

No solo bienes: el saqueo incluyó los empleos de los vencidos. Puestos de trabajo ocupados por los leales, y a menudo por los delatores, lo mismo un alto cargo que una portería. Empleos públicos que tras la depuración se repartían a ex combatientes y familiares de las víctimas del bando franquista. Profesorado, cátedras universitarias depuradas a fondo y donde se instalaron quienes por méritos propios nunca las habrían conseguido. Y otro día hablamos del saqueo añadido que siguió a la guerra y posguerra: las empresas beneficiadas por la dictadura.

De mucho de ese saqueo quedó constancia documental. Porque aunque en sus primeros momentos fue una razia al calor de la guerra, consentida y favorecida por las autoridades, pronto el expolio quedó a cargo del Estado franquista, que lo organizó y dirigió mediante sus tribunales represivos, y lo anotó y registró en decenas de miles de expedientes de incautación. Todo quedó documentado, minuciosamente documentado, tal era la confianza en su impunidad que tenía el franquismo.

¿Cuántos patrimonios familiares, cuántos éxitos empresariales, cuántas posiciones de poder se ganaron en la guerra y la dictadura a costa de los vencidos, y se mantuvieron intactas ya en democracia? Una parte del patrimonio expoliado se restituyó, sobre todo el de partidos y sindicatos (y no todo, ni a todos), pero la mayor parte del saqueo sigue intacto. ¿Es demasiado tarde ya para recuperar lo incautado y reparar a los expoliados? La pregunta más bien sería: ¿por qué no se ha abordado antes, mucho antes?

Mi hipótesis, llámenme conspiranoico: los obstáculos y retrasos que las víctimas del franquismo han encontrado en democracia para obtener reparación, y que hacen que en pleno 2022 siga pendiente lo más básico (la recuperación de las fosas comunes), han tenido un objetivo: retrasar lo máximo posible la última reclamación, la económica, en la confianza de que no quedase nadie vivo para reclamarlo. Que nos olvidásemos todos, que el paso del tiempo sancionase el expolio como irreparable, cosa del pasado, de otra época, como si hablásemos de los mármoles del Partenón en el Museo Británico (que además Grecia sigue reclamando). O que no se pudiera seguir el rastro y encontrar a sus legítimos propietarios, como si fuesen piezas babilónicas que durante milenios pasaron de imperio en imperio, de saqueo en saqueo.

Nada de eso. No hace milenios, estamos a tiempo. Este viernes entra en vigor la ley de memoria democrática, que contempla una auditoría de bienes incautados, primer paso para resarcir a los afectados. Se da un plazo de un año para realizarla, pero buena parte del saqueo está ya investigado, documentado, por historiadores, asociaciones y las propias familias.

Ahí está, por ejemplo, el famoso Cortijo Gambogaz, cerca de Sevilla, “comprado” por Queipo de Llano en una operación que fue pura ingeniería financiera para darle apariencia de legalidad, y por supuesto blindada ante notario. Queipo, que saqueó hasta el espacio para su tumba, enterrado en uno de los lugares más populares y visitados de Sevilla, la Basílica de la Macarena. En vigor la ley, no hay más excusas.

Llevo años recomendando una de las mejores novelas de la literatura española reciente, que permanece desconocida pese al esfuerzo de editores y lectores fieles: Jugadores de billar, de José Avello. No es una novela sobre la guerra civil, pero ésta es su fondo moral. Y hacia el final del libro hay un diálogo que he citado mil veces, cuando uno de los protagonistas, tras descubrir el origen sangriento de la fortuna familiar, sentencia: “En eso consistió vuestra famosa guerra civil. Un robo escriturado y legalizado ante notario”.

                                                                 * * *
Los niños españoles de Morelia
José M. Murià (La Jornada9


Habiendo recordado en artículos recientes la gesta de dos ilustres cardenistas a favor de los republicanos españoles, además de la gira del Barça por México, que hasta se dice que, a la postre, le acabó salvando la vida a este equipo, viene a cuento recordar a los 456 infantes conocidos como los niños de Morelia, quienes, por cierto, hicieron el viaje de venida en el mismo barco que el club blaugrana.

Se trató del Mexique, que zarpó de Burdeos el 25 de mayo e hizo su arribo al puerto de Veracruz el 7 de junio de 1937.

Claro que los jugadores vinieron en primera clase y casi todos los niños en tercera. Sólo a unos cuantos los mandaron para arriba porque ya no cabían abajo.

La intención era liberarlos del hambre que se padecía especialmente en las poblaciones grandes del levante peninsular. La premisa era que la República ganaría la guerra y los viajeros regresarían pronto a sus lares como si en México hubiesen pasado por una especie de veraneo.

El error del vaticinio dio lugar a que prácticamente cada uno de ellos vivió su tragedia, aunque cabe tener presentes los daños que pudieron padecer de haberse quedado bajo los bombardeos fascistas y con tan pocos alimentos.

En Morelia fueron albergados en una escuela de nombre España-México, establecida en una vieja casona habilitada ex profeso, que duró entre cuatro o cinco años.

Cabe recriminar a los dirigentes de las organizaciones de republicanos españoles que, con la excusa de sus muchas necesidades, prácticamente no les hicieron caso alguno, ni siquiera cuando la dicha escuela se cerró y sus alumnos, a pesar de que todavía eran de corta edad, quedaron a la buena de Dios y ello dio lugar a todo tipo aventuras.

Asimismo, cuando sobrevino lo que le llaman democracia, éste fue uno de los últimos grupos en ser tomado en cuenta para recibir alguna ayuda.

Unos cuantos, por razones muy diversas, pudieron regresar relativamente pronto a España, lo cual hizo de ellos la envidia de cuantos se quedaron. Pero muchos años después, en un encuentro que hubo en Lleida de los que se fueron con un nutrido grupo de los que habían permanecido en México, éstos se dieron cuenta de que la vuelta a la España franquista resultó ser muchísimo peor que permanecer en México.

Entre los que se quedaron, tal vez, en general, las niñas fueron motivo de mayor atención, pues fueron amparadas por familias muy conservadoras de Puebla y Guadalajara, temerosas de que se dieran a la mala vida y deseosas de inculcarles los buenos preceptos católicos. De tal manera, fueron incorporadas a muchos hogares decentes en calidad de sirvientas de lujo o damas de compañía… Recuérdese que su formación ideológica había sido hasta entonces de una aguzada izquierda.

Muchos varones, por cierto, se quedaron en Morelia, aunque su alta sociedad no los vio nunca bien, otros más acabaron en la capital y se diluyeron en ella. Pocos fueron a dar a otro lado, pero en general puede decirse que, a pesar de que al principio algunos fueron un tanto conflictivos, a la postre, sin que la mayoría destacara de manera especial, ni social ni económicamente, pueden catalogarse como hombres de bien.

Vale la pena leer un libro autobiográfico de Emeterio Payá Valera, editado en Morelia, en Jalisco y en Cataluña, a cuya memoria está dedicado este artículo.
Manel Fontdevila. Dibujos animados.jpg
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Miquel Angel Soria

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Oct 25, 2022, 1:31:26 AM10/25/22
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Un dia com avui, l'any 1881, naixia Pablo Ruiz Picasso.
Què afegir a una història prou coneguda?
Recordo, als inicis dels 70 del segle passat, quan Mundo Obrero
publicava els llistats de les persones que donaven suport econòmic a
l'existència del PCE, que apareixia una aportació, crec recordar que
era d'1 milió de pessetes, -xifra impensable- que ens despertava, als
més novells, la curiositat.
Amb el temps vam descobrir que aquell personatge no era una altre que
el famós Picasso, comunista de tota la vida.
Ja teníem una altra raó per admirar l'autor del Gernika.


Elio y aquella maldita lujuria
Por María Seoane (Página 12)

Una tarde de enero de 1991, en un hotel de la ciudad de Trinidad, en
Cuba, escuché a los jurados de Novela del premio Casa de las Américas
reírse a carcajadas. Los que integrábamos el jurado del grupo de
periodista para definir el premio de Testimonios --junto con el
uruguayo, exlíder tupamaro y expreso junto con Pepe Mujica durante una
década en los pozos de la dictadura uruguaya, Eleuterio Fernández
Huidobro; el chileno-cubano Orlando Contreras, el cubano Gregorio
Ortega y la ecuatoriana Marianella Martínez-- no pudimos sino
contagiarnos de la fiesta. ¿Qué pasa?, preguntamos. Uno de los jurados
no dijo: “Estamos leyendo una novela desopilante... Esa maldita
lujuria, de un argentino llamado Antonio Brailovsky”.

Guardé silencio, pero mi alegría fue inmensa cuando supe que esa
novela había ganado. Les conté entonces cómo había conocido a Elio,
como lo llamábamos en los lejanos sesentas, en aquellos tiempos
arduos, cuando estudiábamos Economía en la Universidad de Buenos
Aires. Una tarde de octubre de 1966, a los pocos días de la reapertura
de la facultad de Ciencias Económicas luego del golpe militar de junio
de ese año, llegué durante la hora de la siesta al patio de la
Rotonda. Estaba casi desierto. Así que recorrí varias aulas hasta
llegar a la 15, al lado donde había estado el local de Eudeba,
vandalizado por la guardia de infantería de los militares que violaron
la autonomía universitaria arrasando lo que olía a cultura a pesar de
la resistencia estudiantil la noche del 28 de junio de 1966. El aula
estaba desierta: sólo un alumno, flaco y rubio, con mirada melancólica
y cuerpo encorvado estaba sentado en medio del enorme salón en
silencio. No pude contener mi curiosidad y le pregunté qué hacía, qué
esperaba allí. “Nada”, me dijo. Y agregó: “Solo recordar cómo era la
multitud comprando los libros que ya no están”.

Así comenzó un diálogo con él que no se interrumpiría hasta otro golpe
de Estado, en marzo de 1976. Nuestra amistad, entonces, arrancó en el
aula 15. Hasta 1969 intercambiábamos poesías, cuentos, discusiones
políticas. El era un militante del viejo socialismo de Alfredo
Palacios; yo prefería algo más frontal, más guevarista como mandaba la
época. Solíamos juntarnos en el bar Los Estudiantes a intercambiar
textos: en esa época, él prefería hacer cuentos de ciencia ficción;
yo, poesía. A veces, nos escapábamos al viejo cine Real a ver dibujos
animados en medio de exámenes tediosos como la vez que dimos libre
Historia Económica Argentina en una mesa que duró dos días con 600
inscriptos.

Y cada vez que podíamos nos colábamos en alguna ópera o ballet en el
“gallinero” --la platea más alta y barata-- del Teatro Colón.
Compartíamos el amor por la Opera. Elio era sensible y tenía un alma
pacífica. No lo sacudían las injusticias con brotes de colera. En
plena noche del Onganiato, con su primera pareja y unos amigos
solíamos jugar a la huija para preguntar cuándo terminaría la
dictadura y si alguno de nosotros seríamos apresados por lanzar
volantes clandestinamente en la facultad.

Todavía éramos tan jóvenes... Elio me llevaba dos años. Había nacido
en 1946. Y amaba los ritos de la religión judía de sus padres; sus
comidas y fiestas de guardar. Pero era laico en sus convicciones
políticas. Y, sobre todo, amaba la naturaleza. Con él y un grupo de
amigos logramos bañarnos por última vez una noche de enero de 1967 en
que descansábamos de la preparación de una materia, en la Costanera
del Río, cerca de la vieja playa Saint Tropez. Lo escuché maldecir por
la contaminación ya entonces: era una rareza alguien tan preocupado
por las cuestiones de la naturaleza. Dejamos de vernos en 1973. Él
pudo recibirse de economista. Y comenzó su carrera de periodista en el
Cronista Comercial. En 1977, poco antes de salir al exilio, intenté
verlo. Pedirle ayuda. O simplemente volver a charlar para revivir, tal
vez, un tiempo de que todo era posible. Que la muerte aún no rondaba
sobre nuestra generación. Lo llamé desde un teléfono público del bar
La Opera. Cuando me atendió, corté. Finalmente temí no sólo por él.
Temí por el peso de la culpa de ponerlo en peligro.

No lo volví a ver hasta mi regreso, en 1984. Ya para entonces, Elio se
había casado, tenido hijos, descasado y vuelto a casar. Ya era un
reconocido profesor de Economía y un defensor del medio ambiente
destacado, quizá uno de los fundadores de ese movimiento en nuestro
país. Supe que había comandado, valientemente durante la dictadura, un
juicio por la venta del herbicida conocido como 2.4.5.T o agente
naranja.

Para Elio, la política y la ecología eran la ruta elegida: no quería
cambiar el mundo atropellando al poder: sólo quería parar la
depredación para que el mundo fuera un sitio mejor. Mis caminos y los
suyos de bifurcaron por intereses profesionales y personales
--parejas, hijos, trabajos--, pero siempre guardamos la tibia
sensación de haber habitado un tiempo de amistad profunda y
definitiva. Enseñó Ecología y Defensa del Ambiente en cada lugar y
país donde pudo; escribió solo o acompañado por su segunda pareja,
Dina Foguelman, más libros sobre el tema que nadie en la Argentina.
Solo cinco novelas. Pero ahora que lo pienso, la del premio de Casa de
la Américas tuvo que ver definitivamente con esta historia. Cuando le
pregunté qué quería decir ese título “Una maldita lujuria”, me dijo:
“¿Te imaginás lo que pudieron sentir los conquistadores cuando
descubrieron las Cataratas del Iguazú o El Amazonas con ese despliegue
de flora y fauna y ríos... con esa lujuria de la naturaleza?”.

Si. Puedo imaginar, querido Elio, que tu muerte hace llorar el Amazonas.

* * *

El derecho divino del rey inviolable
Joaquim Bosch (elDiario.es)

Hubo un tiempo ancestral en el que los reyes aseguraban que sus
privilegios procedían del derecho divino. Dios los había puesto en lo
más alto de forma mágica, como por arte de encantamiento. No se podía
exigir responsabilidad por sus actos al monarca: era la divinidad en
la tierra y juzgar al rey era tan irrealizable como imputar un delito
a Dios. La inviolabilidad real es un vestigio de aquellas
concepciones.

La sociedad democrática actual parte de visiones muy distintas. Los
cargos estatales no deben sus puestos a ninguna deidad sobrenatural,
sino que están fundamentados en la legitimidad democrática. Cada
persona cuenta con un voto para elegir a sus gobernantes. Los derechos
y deberes se desarrollan desde el principio de igualdad ante la ley. A
partir de ahí, podemos exponer una premisa difícil de cuestionar para
cualquier demócrata: todos los cargos públicos deberían actuar con
transparencia, rendir cuentas y dar explicaciones de su gestión.

Ese axioma no habría de contemplar excepciones. Debe aplicarse a los
alcaldes, a los presidentes autonómicos o al presidente del gobierno.
Y también al jefe de Estado, tanto en una república como en una
monarquía parlamentaria. Solo se puede defender lo contrario si se
invoca el arcaico derecho divino de los reyes, como si siguiéramos en
la Edad Media. Lo resume muy bien José Antonio Zarzalejos, periodista
monárquico de prestigio y nada sospechoso de revolucionario, cuando
indica que una monarquía parlamentaria carece de sentido si no actúa
con transparencia, austeridad y ejemplaridad responsable.

Por ejemplo, si cualquier cargo político debe presentar una
declaración de bienes, con la finalidad de prevenir incrementos
patrimoniales fraudulentos, sería conveniente que el jefe de Estado
hiciera lo mismo. Si cualquier organismo público debe divulgar cómo
ejecuta sus presupuestos, no se acaba de entender que la Casa del Rey
pueda actuar con opacidad en la gestión económica del dinero público
que recibe. Si cualquier gobernante debe responder penalmente por
percibir un soborno, representa una carta blanca muy inquietante que
el jefe de Estado sea inviolable y pueda quedar impune si perpetra
exactamente la misma conducta. Como señala Andrés Boix, determinados
blindajes son dudosamente conciliables con las tendencias normales en
una democracia.

De hecho, los escándalos que han afectado al rey emérito pueden
relacionarse con facilidad con esa ausencia de controles y con esa
presencia de privilegios. Probablemente, con una regulación adecuada
de la institución no se habría llegado a la situación actual. En
palabras de Elisa de la Nuez, en una democracia moderna es una
anomalía que la jefatura del Estado quede al margen o por encima del
ordenamiento vigente.

Una gestión integral contra la corrupción no puede ignorar la enorme
relevancia del principal órgano simbólico y representativo del país.
El deterioro institucional en ese ámbito acaba impregnando al conjunto
de la vida pública, como las filtraciones de un tejado que dañan hacia
abajo toda la vivienda. Entre otras cuestiones, nuestro crecimiento en
calidad democrática pasa por la incorporación de controles,
contrapesos y mecanismos de transparencia en ese vértice
institucional. Seguro que habrá quienes se opongan y muestren su
añoranza por el sacrosanto derecho divino. Sin duda, los demócratas
deberíamos profundizar en los valores de la ejemplaridad.
Vergara. El timo.jpg
Iñaki y Frenchy. Agradecimientos.jpg
Kalín. Cadena de mando.jpg
Hernández. Al pie de la letra.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 26, 2022, 1:31:28 AM10/26/22
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Octubre
26
Guerra a favor de las drogas

Tras veinte años de cañonazos y miles y miles de chinos muertos, cantó
victoria la reina Victoria: China, que prohibía las drogas, abrió sus
puertas al opio que los mercaderes ingleses vendían.
Mientras ardían los palacios imperiales, el príncipe Gong firmó la
rendición, en 1860.
Fue un triunfo de la libertad: la libertad de comercio.

Eduardo Galeano




Salario, precio... ¡y ganancia!
Isaac Rosa

Este lunes ya es veinticuatro, así que doy por hecho que lo primero
que harás al levantarte no será leer este artículo, sino abrir en el
móvil la app del banco. Sentado en el váter, es lo primero que miras,
antes incluso del tiempo o los estados del Whatsapp. ¿Qué tal va la
cosa? ¿Llegamos a fin de mes, o ya tiramos de tarjeta de crédito?
Verás qué risa cuando vayas esta tarde al súper. De veinte euros no
baja cada vez que entras en la frutería, y no cargas más de seis o
siete kilos de lo que sea. Y espera, que falta el recibo de la luz.

La subida de precios nos ha caído tan a lo bestia que no hacemos ya ni
chistes al pedir la vez en la tienda. La sensación de que nuestro
saldo bancario es un contador luminoso que corre hacia atrás veloz,
imparable. Que nuestro sueldo vale menos, cada vez menos. Que somos
más pobres. Solo es comparable a cuando pasamos de la peseta al euro,
¿lo recordáis? Esa sensación de estafa permanente, de que nos han
metido la mano en el bolsillo, de ser turistas en un país rico. Pero
es nuestro barrio.

¿Y qué podemos hacer? No sé.. Se me ocurre una tontería. Ni caso, es
una chorrada, lo primero que me pasa por la cabeza… Venga, lo suelto:
subir los salarios. Subirlos tanto como los precios. Qué bobo eres,
Isaac; no sabes que si subimos los salarios puede ser peor, entraremos
en la “espiral salarios-precios”, nos golpeará la “inflación de
segunda ronda”. Y las pobres empresas, piensa en ellas, será el tiro
de gracia. Basta preguntarle al frutero. Él no tiene asalariados, pero
eso da igual. Cuando se trata de subidas salariales, los medios no
acuden con el micrófono al consejo de administración de una eléctrica,
un banco, una multinacional o una cadena de supermercados: le
preguntan al frutero de tu calle. Al bar de desayunos. Somos un país
que presume de innovación, talento, grandes empresas que conquistan el
mundo…, hasta que alguien pide subir salarios, y entonces de golpe
volvemos a ser una callecita de barrio llena de pequeñas tiendas y
bares a las que ningún desaprensivo querría apretar más.

Ya puestos, pregúntale mejor al librero. Dile que te consiga un
ejemplar de un librito que viene al pelo estos días: Salario, precio y
ganancia. Me acuerdo mucho de ese título estos días en que tanto
hablamos de salarios y precios, y tan poco de ganancias. Salario,
precio y ganancia. Insisto: salario, precio Y GANANCIA. No os voy a
decir el autor, buscadlo en Google. Es un panfletillo de hace siglo y
medio donde se niega la relación entre los salarios y los precios, y a
cambio se afirma la dependencia entre salarios y ganancias: la subida
de sueldos no afecta tanto a los precios, como a las ganancias de las
empresas.

Debe de ser un texto obsoleto, o su autor un indocumentado. Si no, no
se entiende que estos días hablemos tanto de salarios y precios, y tan
poco de salarios y ganancias. Porque mientras los precios no dejan de
subir, y los salarios pierden poder adquisitivo, los beneficios
aumentan y aumentan… Las empresas ya han recuperado el nivel de
beneficios previo a la pandemia, y la rentabilidad de las empresas
crece a “una tasa muy alta” según el Banco de España. Resumo: precios
disparados, sueldos devaluados y beneficios al alza. ¿Hace falta que
haga un esquema, o se entiende?

Ya se empieza a hablar de “otoño caliente”, ese clásico. Por toda
Europa la espita del malestar va soltando golpes de vapor en forma de
huelgas, protestas, conflictividad. En España nos lo estamos tomando
con calma, pero el 3 de noviembre hay una convocatoria sindical bajo
el lema “Salario o conflicto”. Porque de eso se trata: quién paga la
inflación y sus consecuencias. Y solo hay tres candidatos para
pagarla: los trabajadores, las empresas y el Estado. Adivinen quién de
los tres está haciendo menos sacrificio hoy. Y no hablo del frutero
del barrio. En la crisis de 2008 cayó casi todo el esfuerzo en los
trabajadores: devaluación interna. En la crisis actual el Estado está
asumiendo una parte importante, amortiguando el coste social, pero la
parte mayor sigue sobre los trabajadores, con la devaluación salarial
más grande en cuarenta años. ¿Y las empresas? Cri-crí, cri-crí…

El panfleto del que hablaba antes acaba, por cierto, recomendando una
solución más drástica que la mera negociación colectiva, para abordar
no los efectos, sino las causas de esos efectos: “la abolición del
sistema de trabajo asalariado”. Ahí lo dejo, por si un día nos
hartamos de mirar la app del banco nada más levantarnos. Ánimo.

* * *
Argentina 1985
Carlos Bonfil (La Jornada)


En una época, como la actual, en que una parte del Poder Judicial ha
servido, en varios países, para elaborar amparos y requisitorias
tendientes sabotear o derrocar sistemas democráticos legalmente
constituidos (los casos de Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva
son al respecto emblemáticos), resulta aleccionador volver la mirada,
cuatro décadas atrás, al momento histórico en que el fiscal Julio
César Strassera (un Ricardo Darín impecable), protagoniza el llamado
Juicio de las Juntas, primer proceso en la historia latinoamericana en
el que una dictadura militar fue juzgada por un tribunal civil por sus
crímenes en contra de la población argentina.

Después de siete años de un poder autoritario sin contrapesos,
encabezado por el presidente y general Jorge Rafael Videla, entre 1976
y 1983, el nuevo gobierno democrático de Rafael Alfonsín promueve la
comparecencia de miembros destacados de la junta militar, no ya ante
un tribunal castrense como era el deseo de los enjuiciados, sino
frente a autoridades civiles que recabarían más de 800 testimonios de
secuestros, abusos y torturas cuyo propósito fue amedrentar a la
población. Argentina 1985, la cinta de ficción más reciente del
director bonaerense Santiago Mitre ( El estudiante, 2011; La
cordillera, 2017), construye su relato en torno de la vida profesional
y privada del testarudo fiscal Stassera, de los duros dilemas morales
a los que se enfrenta en su reto de juzgar a militares en un entorno
muy hostil, un peligro latente y constante que tiene como consecuencia
afianzar los lazos afectivos con su familia –esposa y dos hijos
adolescentes– quienes participan de modo muy activo en las delicadas
vicisitudes del padre.

Este drama judicial de Santiago Mitre bien pudo haberse contentado con
explotar las fórmulas manidas del subgénero de cine de tribunales, y
plasmado su narración en un telefilme salpicado de notas
melodramáticas. Después de todo, el recurso a una fórmula sentimental
había ya lastrado, a los ojos de algunos críticos, una cinta tan
reveladora y necesaria como La historia oficial, (Luis Puenzo, 1985),
filmada el mismo año en que se llevó a cabo el juicio histórico a las
Juntas. A esto se añaden los referentes inevitables de cintas como JFK
(Oliver Stone, 1991) y Juicio en Nuremberg (Stanley Kramer, 1961),
entre otras. Lo que confiere a la cinta de Mitre una calidad especial
es su apuesta por ser una cinta comercial, susceptible de llegar a un
público muy amplio, que consigue ir más allá de los convencionalismos
tributarios de Hollywood, para describir de modo directo una política
sostenida de intimidación colectiva y llamar por su nombre a lo que en
esencia fue un terrorismo de Estado. Considérese el testimonio
impactante de la joven científica Adriana Calvo (Laura Paredes), una
mujer obligada a dar a luz en la parte trasera de un auto, maniatada y
con los ojos vendados, y los atentados con explosivos en la vía
pública que mercenarios cercanos al poder militar multiplicaron en
vísperas del fallo final.

Hay dos líneas narrativas igualmente interesantes. Por un lado, el
tema de una brecha generacional abolida, cuando luego de suspicacias
iniciales, el fiscal Strassera decide formar su equipo con jóvenes
recién egresados de las facultades de derecho, y en primer término con
el cómplice entusiasta Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani), su fiscal
adjunto. Por el otro, las vacilaciones tardías de dos personajes
simpatizantes de la dictadura (el abogado defensor de los militares,
interpretado por Héctor Díaz, y la mujer burguesa, madre de Ocampo,
quien paulatinamente cobra conciencia de la fragilidad de sus primeras
convicciones políticas). Mitre rehúye las caracterizaciones fáciles,
los maniqueismos morales y el victimismo a ultranza, favoreciendo en
cambio una composición compleja de los protagonistas centrales.
Incluso en el retrato de los militares en el banquillo de los
acusados, mismos que pudieran volverse villanos rutinarios, el
director opta por la mirada opaca e inexpresiva de los asesinos
(Videla no deja de leer un diario durante parte del proceso), hasta el
momento en que el equilibrio se rompe, y después del fallo todos
prorrumpen en vociferaciones injuriosas en contra de la galería
indignada que los condena. A casi cuarenta años de aquel célebre
Juicio a las Juntas, en el país austral quedó largamente sofocada toda
intentona de sublevación militar golpista. La recuperación que hace
Mitre de esa memoria histórica sólo puede ser hoy un signo elocuente
de cómo el cine de ficción argentino puede ganar, muy decorosamente,
en atractivo popular y en pertinencia política.

Ara és visible a Cinemes Verdi.
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Miquel Angel Soria

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Oct 27, 2022, 1:30:20 AM10/27/22
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El dia 27 d'octubre de 1930 va nèixer  a Mèxic el que seria un dels grans poetes cubans de la Revolució, Fayad Jamís.

CON TANTOS PALOS QUE TE DIO LA VIDA

Con tantos palos que te dio la vida
y aún sigues dándole a la vida sueños.
Eres un loco que jamás se cansa
de abrir ventanas y sembrar luceros.

Con tantos palos que te dio la noche
tanta crueldad y frío y tanto miedo
eres un loco de mirada triste
que sólo sabe amar con todo el pecho.

Construir papalotes y poemas
y otras patrañas que se lleva el viento.

Eres un loco de mirada triste
que siente cómo nace un mundo nuevo.

Con tantos palos que te dio la vida
y aún no te cansas de decir: te quiero.

Us deixo la versió de Mercedes Sosa:

https://www.youtube.com/watch?v=EIvsqKnG8CA



Ley de Vivienda Ya
Javier Gallego (elDiario.es)


Hay una exigencia que debería ser irrenunciable para aprobar los nuevos Presupuestos Generales: la Ley de Vivienda. La ha pedido insistentemente Unidas Podemos y con la misma insistencia la ha esquivado el PSOE. Hasta 52 prórrogas ha tenido en el Congreso la tramitación de un proyecto que está en el acuerdo de investidura de los socios de la coalición. Afortunadamente, Bildu y ERC han puesto como condición para su apoyo a los Presupuestos el desbloqueo de la ley en la que quieren incluir un tope a las hipotecas variables y una prórroga de los límites al alquiler hasta fin del año que viene. Mientras los que se autodenominan “constitucionalistas” se oponen o se ponen de medio lado, los acusados de salirse de la Constitución son los que más se empeñan en cumplirla.

Artículo 47 de la Carta Magna: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”. Para asegurar lo primero se tiene que dar lo segundo, que las autoridades regulen en interés de la mayoría y en contra de los especuladores. Durante el gobierno de Rajoy, la derecha hizo lo contrario. Regaló suelo, ventajas fiscales y hasta vivienda de protección oficial a los fondos buitre y absorbió los activos tóxicos de las cajas de ahorro durante la crisis financiera por un valor de 35.000 millones de euros. El entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró que a los españoles no nos costaría un euro. Hoy es vicepresidente del BCE. Premio a su gestión.

Se cumplen 10 años de la creación de ese “banco malo”, la SAREB, que asumió el agujero negro de las cajas formado por inmuebles, suelo edificable y créditos a promotores. El Estado fue el principal avalista y por imposición de la Unión se ha terminado comiendo el pastel de la deuda. Mejor dicho, nos lo hemos comido los españoles. A cambio, el Gobierno de Sánchez aprobó este enero convertirse en el accionista mayoritario, tomar el control que compartía con algunos bancos y añadir la “utilidad social” como objeto de la entidad. Eso significa que dispone de más de 54.000 viviendas, 21.000 obras en construcción y 30.000 parcelas urbanizables. Pero no ha significado que el partido que se dice socialista haya aprovechado para transformar todo ese ladrillo en un parque de vivienda pública para sacarnos de la cola de Europa.

España tiene 2,5 viviendas sociales por cada 100 hogares, 10 veces menos que Austria. El Gobierno acaba de anunciar la construcción de 17.000 viviendas sociales dentro de un plan que contempla hasta 100.000; sin embargo, podría hacer algo mucho más fácil, liberar los pisos del banco malo. Por ahora, solo lo ha hecho con 15.000. El PSOE no hace más que dar largas. Mientras retiene casas sin gente en un país con gente sin casa, los que ganan son los bancos y los fondos que controlan el mercado. No es casualidad que Ábalos se opusiera a limitar los precios, como tampoco lo es que Sánchez se reuniera en Nueva York con Blackstone. El mayor casero de España.

Ese es el problema. Estamos en las garras de los buitres (y de quienes les alimentan). La mayoría de españoles no puede comprarse una casa, los jóvenes no pueden emanciparse, hay adultos de 40 años con trabajo que aún comparten piso, somos el país de la OCDE que más sueldo gasta en vivienda y el año pasado se produjeron más de 110 desahucios diarios, la mayoría por alquiler. El hogar es el núcleo de la vida. Sin casa no se puede construir un futuro. Sin proyecto vital, la población envejece, no podemos pagar las pensiones, la economía no circula, el país colapsa. Sin derecho a techo no hay igualdad, no hay justicia, no hay democracia.

Hay soluciones. La vivienda social, la recuperación de inmuebles, las ayudas al alquiler, los límites a los precios y al número de casas en manos de grandes tenedores, el control del mercado negro… Como siempre ha dicho la PAH, sí se puede. Pero no quieren. Tendría que ser una exigencia de toda la sociedad. Un clamor. Ley de Vivienda Ya. Cumplan con la Constitución. Sean un Gobierno de izquierdas.

                                                                * * *

Lula avanza en la recta final
Por Emir Sader (Página 12)

Desde Río de Janeiro

En la recta final hacia las elecciones en Brasil, las cosas se mueven, pero no en la dirección esperada por Jair Bolsonaro. Roberto Jefferson, político vinculado a Bolsonaro hace tiempo, estaba en prisión domiciliaria, promoviendo todo tipo de provocaciones – incluso llamó prostituta a una ministra del Supremo Tribunal Federal-, hasta que la justicia decidió que vaya a la cárcel.

Cuando la policía lo fue a buscar, Jefferson reaccionó disparando docenas de balas contra los patrulleros, lanzando también dos granadas, que hirieron a tres policías. Se resistió varias horas, hasta que terminó  entregándose. Bolsonaro dijo que nunca se había sacado fotos con Jefferson, que no era su amigo. Hasta que se publicaron docenas de fotos de Jefferson, muy amistosamente, con Bolsonaro.

El ministro de interior fue enviado por Bolsonaro para hacer algún tipo de mediación, haciendo de ese episodio un caso de Estado. Un periodista de Globo fue gravemente agredido por un bolsonarista.

Este lunes, después del movido fin de semana, se conoció la encuesta para la elección presidencial de una de las dos encuestadoras confiables, IPEC, con el mejor resultado para Lula desde la primera vuelta, cuando Lula tuvo ventajas de 5 puntos -que luego bajó a 4-.

En el nuevo sondeo, contando los votos válidos y todavía sin medir las consecuencias negativas para Bolsonaro de este último incidente, Lula tiene 54 % de los votos, Bolsonaro 46, una diferencia de 8 puntos. Así, Lula recupera una tendencia ascendente, a menos de una semana de la votación.
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Miquel Angel Soria

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Oct 28, 2022, 1:30:30 AM10/28/22
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L'ASSEMBLEA DE CATALUNYA NO POT SER POSADA A LA PRESÓ PERQUÈ ÉS AL CARRER

Els 113 detinguts de Santa Maria Mijancera (el 28 d'octubre de 1973)
fem la següent declaració a la qual s'adhereixen altres presos
polítics de Barcelona, adreçada a l'Assemblea de Catalunya, i a través
d'ella a tot el poble, en ocasió del segon aniversari de la primera
sessió de l'Assemblea de Catalunya.
Ens acusen de constituir la Comissió Permanent de l'Assemblea i creuen
que empresonant-nos poden endarrerir la lluita del nostre poble per la
llibertat i l'enderrocament de la dictadura. La nostra detenció ha
desvellat una resposta popular molt àmplia i ha demostrat que
l'Assemblea de Catalunya no és un grup format per unes persones o
altres, sinó que la formen la gran majoria dels sectors democràtics de
Catalunya. L'Assemblea de Catalunya no pot ser posada a la presó
perquè és al carrer.
Interpretem les múltiples accions i altres proves de solidaritat de
què hem tingut notícia -a les fàbriques, als barris, a les comarques,
dels col·legis professionals, per part d'amplis sectors de l'Església
Catalana, dels estudiants, etc.- no solament com una prova de
solidaritat envers nosaltres, sinó també com un refermament de
l'adhesió popular a la lluita per les llibertats democràtiques i
nacionals que l'Assemblea de Catalunya expressa en els seus quatre
punts programàtics:

1.- La consecució de l'Amnistia general dels presos i els
exiliats polítics.
2.- L'exercici de les llibertats democràtiques fonamentals:
llibertat de reunió. d'expressió, d'associació -inclosa la sindical-,
de manifestació i dret de vaga, que garanteixin l'accés efectiu del
poble al poder econòmic i polític.
3.- El restabliment provisional de les institucions i dels
principis configurats en l'Estatut de 1932, com a expressió
d'aquestes llibertats a Catalunya i com a via per exercir el dret
d'autodeterminació.
4.- La coordinació de tots els pobles peninsulars en la lluita
democràtica.

Des del 7 de novembre de 1971, aquests punts han estat presents en les
nombroses lluites unitàries dutes a terme per diversos sectors del
nostre poble i els han donat coherència i sentit polític convergent.
L'enfortiment de l'esperit solidari registrat aquests dies tant al
carrer com a la presó és la millor garantia que el camí d'unir tots
els sectors democràtics i antifeixistes en la lluita contra la
dictadura és bo i ens portarà a la conquesta de les llibertats
democràtiques i nacionals de Catalunya.

VISCA L'ASSEMBLEA DE CATALUNYA!
Barcelona, 7 de novembre de 1973.

Cada any, d'una manera o altra, hem de mantenir viu el record d'una
detenció que va ser un important pas endavant en la lluita contra la
dictadura. Pensàvem que ens anàvem a menjar el món.
Com no puc oblidar la cançó dels 113, obra de Josep Ayza, pescador de
Vilanova i la Geltrú, que va comptar amb l'arranjament de Carles
Santos. Aquells dies a la Model van donar per a molt.

Catalunya terra nostra,
apinyats com tots els vents.
Volejant la llibertat,
barres, reixes que empresonen
l'esperit mai no podran.

Catalans eixamplem pit,
que nosaltres som l'eixida.
Cantem tots per la unitat,
endavant la nostra lluita.
L'Assemblea i Catalunya,
ja és un fet i seran fruits.

Com l'entradeta és una mica llarga, reduiré la resta.

Vía Campesina
José Blanco (La Jornada)


La guerra necia avanza con EU buscando conseguir el hundimiento de
Rusia, causando daños sin retorno en la Unión Europea (UE) y más
profundos en África, donde el hambre arrolla a los de abajo: es la
democracia gringa recomponiendo su hegemonía destructiva sobre el
orbe. Las derechas y ultraderechas de la UE, en ese entorno, van
copando el poder político en medio de la agitación social.

Las economías afectadas por una pandemia que no cesa, suman en su
contra la estanflación en puerta. The Economist avisa de un desplome
mundial en el precio de la vivienda con unos impactos en el sector
financiero que dan miedo. La inflación fluctúa en altos niveles y no
cede. La Reserva Federal de EU prosigue su política prorrecesión.
Gustavo Petro apunta al carácter de los mandobles: EU casi está
arruinando a todas las economías del mundo: toman decisiones para
protegerse ellos solos, a veces sin pensar en lo que ocurrirá, sin
importar lo que suceda en los demás países; a través de sus medidas se
saquea a Latinoamérica. El alza de las tasas de interés en EU –y la
consiguiente caída de los precios de los activos financieros– saca
capitales especialmente de la UE y de AL, que huyen a refugiarse en el
dólar provocando de paso la devaluación de las monedas; en
consecuencia, los mayores precios de las exportaciones de los países
periféricos y la consiguiente caída en su demanda internacional,
suscitan impagos de la deuda externa; acto seguido aparecerá el FMI
con su recetario de ajustes.

México no debería confiar en su carácter de miembro del bloque de
Norteamérica. Este hecho parcialmente explica la resistencia de su
moneda a la depreciación cambiaria, pero no es garantía de un acceso
suficiente a los alimentos. No estamos planeando alcanzar, con
programas visibles, una soberanía alimentaria que es hoy necesidad
imperiosa para los países periféricos. Sobre ello escribe Silvia
Ribeiro en La Jornada (22/10/22): Soberanía alimentaria: el camino a
seguir. La misma tesis, con los mismos referentes, leo en Il Manifesto
(23/10/22), a Barbara Nappini: La soberanía alimentaria no es sinónimo
de autarquía.

El pasado 16 de octubre, Vía Campesina, el mayor movimiento global de
organizaciones campesinas, publicó el manifiesto La soberanía
alimentaria es la única solución y camino a seguir. Declaración
política en el Día Internacional de Acción por la Soberanía
Alimentaria de los Pueblos contra las Trasnacionales, en la que
afirma: “La crisis alimentaria en este momento es inédita, porque se
desarrolla en medio de un contexto global más difícil que el de la
crisis alimentaria y de combustibles de 2008. La intensidad y
frecuencia de los choques climáticos se han más que duplicado en
comparación con la primera década de este siglo. En los últimos 10
años, alrededor de mil 700 millones de personas se vieron afectadas
por desastres relacionados con el clima, de las cuales casi 90 por
ciento se convirtieron en refugiados climáticos. El hambre, la
desnutrición y la pobreza son más difíciles de superar debido a las
guerras, los conflictos y los desastres naturales en curso… Pero
acabar con el hambre no tiene que ver sólo con el abasto. Hoy día se
produce suficiente comida para alimentar a todos en el planeta. El
problema es el acceso y la disponibilidad de alimentos nutritivos… El
fracaso de las políticas neoliberales y de la agricultura industrial
(incluidos los transgénicos) en el aumento de rendimientos y
ganancias, condujo a la concentración del poder corporativo en unas
pocas empresas trasnacionales que controlan macrodatos, tierras
agrícolas, recursos oceánicos, semillas y agroquímicos, apuntan a
dominar cada vez más nuestros sistemas alimentarios, y se apropian de
80 por ciento de los alimentos producidos por los agricultores
familiares”.

Es imperioso para los gobiernos de la periferia, para los productores
y comercializadores, para las organizaciones de consumidores, hacer
suyas las tesis de Vía Campesina. Entre sus demandas están: a) “el
cese de la especulación alimentaria y la suspensión de la
comercialización de productos alimentarios en las bolsas de valores.
El precio de los alimentos comercializados internacionalmente debe
estar vinculado a los costos de producción y seguir los principios del
comercio justo, tanto para lxs productorxs como para lxs consumidorxs;
b) el cese del control de la OMC sobre el comercio de alimentos y la
exclusión de la producción de alimentos de los acuerdos de libre
comercio…; c) la creación de un nuevo organismo internacional para
llevar a cabo negociaciones transparentes en acuerdos mercantiles
entre países exportadores e importadores, para que los países que
dependen de las importaciones de alimentos puedan tener acceso a los
mismos a un precio accesible.”

Vía Campesina insiste en el nexo entre la alimentación y las políticas
alimentarias, la producción agrícola, los ecosistemas, los territorios
y las comunidades que los habitan, su cultura e identidad: es un
vínculo vital de la existencia.
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Iñaki y Frenchy. Errores.jpg
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Miquel Angel Soria

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Oct 31, 2022, 2:31:58 AM10/31/22
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Malgrat el martiri constant de l'oblit, sempre hi ha algun moment en
el que la memòria aconsegueix obrir-se pas per a defensar un record
que, al final, es converteix en inesborrable.
Avui, 31 d'octubre, ens segueix faltant, des de l'any 2004, el
company, l'amic, Josep Serradell. El que durant molts anys només
coneixíem com a Roman.
Ara, gràcies a l'Arxiu Josep Serradell, segueix sempre viu amb nosaltres.


Núñez Feijóo, frente a su derecha
Carlos Elordi

Lo más probable es que, al final, no haya pacto para renovar el
Consejo General del Poder Judicial. Y no porque no haya entendimiento
entre los negociadores, que parece haberlo y prácticamente pleno. Sino
porque la derecha del PP no está por la labor de lo que para ellos es
conceder un tanto a Pedro Sánchez. Y todo indica que en estos momentos
Núñez Feijóo carece de la fuerza política interna necesaria para hacer
frente a esa resistencia. Si las negociaciones fracasan, Isabel Díaz
Ayuso y la poderosa oligarquía de la derecha madrileña habrán impuesto
su voz una vez más.

De manera huidiza, pero para que todo el mundo la entendiera, la
presidenta de la Comunidad de Madrid ha vuelto a indicar que está en
contra del pacto. En un parlamento breve pero claramente aprendido de
memoria, Ayuso ha declarado este jueves: “He dicho lo que corresponde
a quien corresponde”. Y nadie, y menos dentro del PP, ha dudado sobre
el sentido de esas manifestaciones.

La presidenta madrileña, cada vez más portavoz de las posiciones más
radicalmente conservadoras del PP, no quiere pacto porque según ella a
Pedro Sánchez, que ella suele pintar prácticamente como un monstruo,
no hay que darle ni agua. Pero también porque no contempla
favorablemente que Núñez Feijóo se consolide como el líder moderado y
abierto al diálogo que dijo ser cuando llegó a la presidencia del PP y
del que cada día quedan menos trazas, sobre todo por la presión que
sobre él ejerce la derecha del partido.

Y aunque nadie en el partido quiera hablar de ello, Feijóo es el gran
rival de Ayuso y su cerebro pensante, Miguel Ángel Rodríguez, cuyo
objetivo prioritario, a alcanzar cuando sea posible, es desde hace
tiempo conquistar la presidencia del Partido Popular. Si el PP no
consigue arrebatar el poder a la izquierda, esa meta estaría cercana.
Si gana las generales, la cosa se aplazaría. Pero seguramente tampoco
desaparecería del todo entonces.

En resumidas cuentas, que Feijóo, aun cuando parezca mentira, tiene
hoy su principal problema en la presión que sobre él ejerce la derecha
del partido. Cuyo principal bastión es la poderosa derecha madrileña,
agrupada en torno a Díaz Ayuso, con José María Aznar y otros
dinosaurios de por medio y con exponentes máximos del poder financiero
y económico como referentes activos y muy influyentes.

Ese núcleo de poder, seguramente más pesado que el que representan los
barones regionales amigos de Feijóo, está en estos momentos en rumbo
de colisión con el gobierno de coalición y le importa mucho menos que
a la dirección del PP el papel que pueda jugar Vox en la tarea del
acoso y derribo en la que lleva empeñado desde hace algunas semanas.
La beligerancia abierta, sin muchos precedentes, de máximos exponentes
de la banca y de las compañías energéticas contra las medidas fiscales
y de otro tipo que el Gobierno ha venido adoptando es un claro indicio
de que ese mundo está ya en guerra.

El papelón que está haciendo Antonio Garamendi es otra muestra de la
intensidad de la batalla que se está librando. La facción más
derechista de la dirección de la CEOE no le perdona que se aviniera a
pactar importantes medidas laborales y salariales con el Gobierno hace
unos meses. Y quiere simple y llanamente echarle del cargo en las
elecciones que se celebrarán dentro de pocas semanas.

Para tratar de evitar ese designio, que parece que es ineluctable,
Garamendi se ha vuelto un duro de un día para otro, se niega siquiera
a hablar de subidas salariales y hasta sugiere, como hizo el otro día
un consejero de Vox en Castilla-León, que hay trabajadores que no
quieren trabajar. Su transformación es notable. Pero todo vale con tal
de conservar el puesto… y las prebendas que este reporta: 300.000
euros al año, entre otras cosas.

Con respecto al futuro del Consejo del Poder Judicial, la tesis que
parece mandar entre quienes están presionando a Feijóo para que no
pacte, además del rechazo a que Pedro Sánchez se salga con la suya, es
que el reparto de fuerzas en el interior del Consejo le sería mucho
más favorable a la derecha si ésta gana las elecciones que el que hoy
existe, que da la mayoría a la izquierda. Conviene, por tanto, esperar
solo un año. La polémica en torno a la reforma del delito de sedición
como impedimento para firmar un pacto, es una mera excusa. Entre otras
cosas porque el Gobierno puede perfectamente proponer ese cambio en
Las Cortes aun cuando fracasen las negociaciones para renovar el
Consejo.

Y la pregunta que subyace a todas esas peleas entre bambalinas es si
Núñez Feijóo va a ser capaz de revolverse contra quienes le presionan
-y que ya le han hecho endurecer su tono político- y retomar las
riendas del partido. Es de imaginar que lo va intentar. Pero un
fracaso del pacto para renovar el Poder Judicial en el que Feijóo se
ha empeñado personalmente tras el aldabonazo que para él supuso la
dimisión de Lesmes, no es el mejor inicio para ese camino. Se puede
abrir por tanto un escenario lleno de incógnitas. La principal es si
Feijóo aceptará seguir siendo presidente y cabeza electoral del de un
partido cuyas decisiones le vienen impuestas desde fuera.

* * *
Mike Davis (1946-2022)
Maciek Wisniewski (La Jornada)

1. El miércoles pasado, tras una larga lucha contra el cáncer, murió
Mike Davis, autor, militante, teórico marxista y profesor emérito de
UC Riverside (véase: bit.ly/3DcD3lT). Tenía 76 años. Davis ha sido un
historiador pionero de la clase obrera estadunidense, del desarrollo
urbano y crítico feroz de los aparatos económicos, políticos y
militares. Uno de sus argumentos principales era que los desastres
naturales (sequías, inundaciones, calentamiento global, etcétera) no
tienen nada de natural, sino que son generados o exacerbados por
acumulación desenfrenada, codicia y racismo.

Era un intelectual público y pensador de la calle fundamental para la
acción política radical. Un autor que entendía su obra como
contribución a la causa de la liberación humana y del socialismo de la
vieja escuela con su centralidad en el trabajo, en la organización y
en la necesidad de calibrar las posiciones según la coyuntura
(bit.ly/3DFhYSG). Comenzó trabajando en un matadero y de camionero,
luego se fue a la universidad y se interesó por el marxismo. En
tradición del propio Marx, los asuntos centrales para él siempre han
sido la propiedad y el poder económico (no por ejemplo la
desigualdad). En los 80 vivió en Irlanda y en Gran Bretaña, donde fue
editor en New Left Review ( NLR).

2. Autor de unas dos decenas de libros, es mejor conocido por su
tratado sobre Los Ángeles, City of Quartz (1990), un bestseller que
diagnosticó una situación urbana a punto de estallar (y que estalló
dos años después con el asesinato de Rodney King). Una edición que
cambió la perspectiva de toda una generación de investigadores, abrió
nuevas sendas en estudios urbanos y fue seguido por Ecology of Fear
(1998). En Late Victorian Holocausts (2000) argumentó de modo
contundente que las hambrunas en India decimonónica y la muerte de
decenas de millones de personas eran consecuencias directas del
gobierno colonial, de la fanática implementación de la ideología del
libre mercado y las nuevas tecnologías (ferrocarril, etcétera),
mientras en Planet of Slums (2005) estudió las realidades urbanas de
la mayoría de la humanidad. Los que leyeron The Monster at Our Door:
The Global Threat of Avian Flu (2005) sabían qué se podía esperar
cuando salieron las primeras noticias sobre el coronavirus. Otra gran
parte de su trabajo no está en sus libros, sino en incontables
artículos e innumerables entrevistas (que valdría la pena editar en un
tomo).

3. Su diagnóstico sobre la profundidad del colapso capitalista
resultaba devastador. La etiqueta profeta de los catástrofes no le
gustaba nada (bit.ly/3zjhjDC), pero reflejaba el meollo de su análisis
y lo desesperante de los tiempos en los que estamos y en los que ya
superamos muchos puntos de inflexión. Nunca se había puesto tanto
poder económico, mediático y militar en tan pocas manos, enfatizaba
Davis, fustigando, de paso, a la clase dominante, por carecer de
cualquier visión y enfocarse sólo en gestionar la multifacética crisis
en curso −económica, ecológica, etcétera− (bit.ly/3W99kmk), que no es
nada coyuntural, sino el fracaso del capitalismo para generar empleos
e ingresos sostenibles, lo que hace que una gran mayoría de la
humanidad sea excedente y desechable (bit.ly/3zdG7gk).

4. Davis, famosamente, no tenía pelos en la lengua, algo que, según
muchos, conservó de su época de camionero. Su tiempo en NLR, por
ejemplo, fue lleno de travesuras (pero, también, los ingleses se
escandalizan con todo). En una ocasión causó desmayo en el equipo
cuando a uno de los colaboradores rechazados e inconformes le mandó
una carta que decía: “Estimado profesor Genovese: fuck you!”; en otra,
en una reunión, derramó al piso la colección de sus mascotas del
escritorio: una serpiente de liga, un ajolote y un sapo africano
carnívoro (bit.ly/2LYAGrD). Pero cuando una vez a alguien de la
oficina se le ponchó la llanta, era el único que sabía qué hacer con
ello. Su animosidad con Fredric Jameson −en muchos sentidos la
antítesis de él−, otro gigante del marxismo estadunidense a quien no
le ahorraba críticas, reflejaba la peculiaridad de su figura. Solía
ser excesivamente honesto con los compañeros que, según él, se
ablandaban −implementando la crítica despiadada de todo lo que existe
marxiana a la vida cotidiana (bit.ly/3zmHHfT)−, pero a la vez era
extremadamente generoso como académico y como mentor.

5. Aparte de autor −aunque él mismo subrayaba que no era un escritor,
apenas un contador de historias ( lat.ms/3sC5vJ3 )− era un incansable
organizador que a pesar de su desolador análisis mantenía optimismo y
esperanza, subrayando que había que luchar con o sin ella
(bit.ly/3gP40o7). En los meses pasados, compartiendo sus últimos mails
con jóvenes colegas, decía que se iba en paz, sabiendo que deja toda
una nueva generación de luchadores. Su principal consejo a jóvenes
activistas: nunca ceder las calles (bit.ly/3DINq2t). En una de sus
últimas entrevistas le preguntaron cómo era posible que se mantuviera
tan optimista, decía: he visto suceder milagros. He visto a gente
corriente hacer cosas heroicas. Cuando has tenido el privilegio de
conocer a tantos grandes luchadores no puedes deponer la espada,
incluso si las cosas parecen objetivamente sin esperanza. Y añadía: lo
que nos mantiene en marcha es nuestro amor mutuo y nuestra negativa a
inclinar la cabeza, a aceptar el veredicto, por poderoso que parezca.
Es lo que la gente común tiene que hacer. Hay que amarse unos a otros.
Hay que defenderse unos a otros. Tienes que pelear (bit.ly/3zhv3yX).
¡Mike Davis, presente!

Dilluns passat ja trobàvem a faltar el seu article!
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Gonzalo Vilas. Tampouco.jpg
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Miquel Angel Soria

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Nov 2, 2022, 2:30:18 AM11/2/22
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Pier Paolo Pasolini va ser assasinat aquest dia de 1975. Avui, 47 anys després, correria el mateix risc a l'atansar-se a la platja d'Ostia. Què poc ha avançat la societat!
Nosaltres el seguim recordant pel que era: un poeta, novel·lista, director de cinema, però. sobretot, un comunista irreductible.
Us deixo un fragment de Les cendres de Gramsci:   

III
Un drap vermell com el que porten
enrotllats al coll els partisans
i, a prop de l'urna, sobre el terreny

groguenc, diversament vermells, 
dos geranis. Allà estàs tu, proscrit
y amb dura elegància no catòlica,

catalogat entre morts extranys:
Les cendres de Gramsci... Entre
esperança i fe antiga m'atanso

a tu, arribat per casualitat  a aquest
estret passeig davant de ta tomba,
del teu esperit lliure, aquí sota, 

entre els llibres. (O potser és quelcom 
divers, quelcom més extasiat i humil,
èbria simbiosi adolescent de sexe

i mort...) I des d'aquesta nació 
on no va tenir descans la teva pasió
sento com un equívoc -aquí

a les serenes tombes- per quina raó
-en la nostra sort inquieta- vas destil·lar
les pàgines supremes en els dies

del teu assassinat...

Fins aquí el fragment. Potser em repeteixo. Ho sento, però seguirà sent així en els temps...


¿De verdad hay un PP blando?
José María Izquierdo

El constructo funciona. Hay un ala dura en el PP, fea, depredadora, insaciable, negada al diálogo y fanática de su propia biblia. Así que es eso lo que ha pasado: sus presiones han sido de tal calibre que Feijóo se ha visto obligado a ceder y romper los acuerdos con el Gobierno para la renovación del Consejo del Poder Judicial. Añadan, además, un ala igual de feroz en sus apoyos mediáticos que ha logrado doblar las calicachas y las calicorvas al líder del partido conservador.

Comprada esta burra, apenas si nos damos cuenta de que este relato, tan falso como un duro de madera a ojos del Ojo, lleva en sí mismo una explicación benevolente, engañosa y artera tanto para juzgar los hechos, gravísimos, como para suavizar el horror de la propia persona del interesado. Porque el revés de la trama permitiría leer, para quienes gozan de inmensas tragaderas, la siguiente farsa: Feijóo es en realidad un tipo moderado, representante del ala dialogante de la derecha, que se ha visto forzado a rectificar sus buenas intenciones por las irresistibles presiones del ala dura de su partido y de una parte de la prensa de la derecha, solo una parte, intransigente y contraria a cualquier negociación con el Gobierno.

Son muy libres, si así lo quieren, de seguir en esa nube beatífica y acabar su narguile en paz y armonía con el universo, todos somos buenos, hermano sol, hermana luna, pero ya les digo que han comprado mercancía averiada. Y si siguen leyendo, suya es la responsabilidad, podrán comprobar por qué el Ojo es tan desagradable, incluso con algunos de nuestros compañeros de trinchera. Les ofrezco algunas pistas, que si así lo desean pueden tirar a la papelera. Esta es una sociedad libre.

La primera de ellas es la constatación manifiesta de que el Partido Popular, como la prensa y las televisiones de la caverna son cosa bien distinta cuando gobierna la derecha y cuando lo hace la izquierda. Repasen: en tiempos de Felipe González -¡váyase señor González!, gritaba aquel Aznar rabioso-, de Rodríguez Zapatero -¡Ha traicionado a los muertos!- declamaba el truhan Rajoy, hasta cualquier exabrupto que gusten desde que gobierna Pedro Sánchez. En esos tiempos son, partido y medios, insultantes, groseros, mentirosos, capaces de las mayores tropelías. Pero es que ahora, con el gobierno de coalición, ese síndrome de míster Hyde se ha agudizado porque La Moncloa no solo está habitada por rojos peligrosos, sino que los mismísimos bolivarianos y chavistas gobiernan este país como si fuera su terruño. De tal manera que todo el conglomerado de las derechas, políticas y económicas, jueces incluidos, nunca se olviden de los jueces, lleva conjurado desde el mismo día que PSOE y Podemos iniciaron su mandato. La consigna es una y a primera sangre: hay que echar a Sánchez, sea como sea y cueste lo que cueste. ¿Derecha, ultraderecha? Irreconocibles las diferencias, invisibles las sutiles fronteras entre unos y otros.

¿De dónde sale entonces, dónde observan ustedes, en qué basan sus análisis para insistir en que en esta legislatura hay un ala blanda y negociadora en el PP? Hagamos, cual tour guiado, un rápido recorrido, sin ánimo de ser exhaustivos, por esta España nuestra (muerta, dicen que escribió Cecilia antes de pasar por la censura), recordando a los grandes prohombres del partido. En el País Vasco sigue Carlos Iturgaiz, que logró que el PP pasara de la nada a la más absoluta de las miserias en las únicas elecciones a las que se presentó. Eso sí, el portafolios de Mayor Oreja lo llevaba con gran dignidad. Duro, no, lo siguiente. ¿Decimos algo de Castilla y León, ese vicepresidente de Vox tan bocachancla, con el beneplácito de su presidente popular, sonrisa ante las babosadas de su inferior en jerarquía? De ahí llegamos a Madrid, con la reina del vermú a la cabeza, nunca pactar con rojos y bolivarianos, contagian la enfermedad de Hansen, comúnmente llamada lepra. Inútil insistir en las cosas que dice y hace la doña Rogelia de Miguel Ángel Rodríguez, que a su vez, ella misma nos quiere hacer creer, es quien maneja a Rockefeller, el cuervo convertido en Núñez Feijóo. ¡Qué gracia tantos monigotes! Y no nos olvidamos, cómo hacerlo, de Moreno Bonilla y sus apretadas relaciones con los correligionarios de Abascal. ¿Dónde, repetimos, ven ustedes el ala dialogante, democrática y abierta en este Partido Popular? Porque podemos seguir por Cuca Gamarra en el Congreso o Javier Maroto en el Senado. ¿Blandos, duros, blandiblú?

Y lo mollar: esparcidos por la Vía Láctea los ominosos restos del pimpollo Casado, su sucesor al frente del PP es un señor que nunca ha demostrado especiales signos de moderación ni la menor capacidad de pactar con sus oponentes. Jamás le tembló el pulso para iniciar campañas falsas, sucias y rastreras contra su contrincante socialista para presidir la Xunta de Galicia, Emilio Pérez-Touriño, ni para romper acuerdos firmados (es fácil: miren en Internet) tal y como ha hecho ahora. Es el mismo dirigente que ya gran jefe del PP dio su visto bueno a la gobernanza con Vox. El político gris que presume de compostura, pero al que no le importa desoír a Europa, destrozar aún más la Justicia y hasta incumplir reiteradamente la Constitución, un escándalo, y se comporta cual perroflauta en campamento. Por lo demás, ya le oyen sus intervenciones en el Senado. ¿De verdad las cosas que dice, los insultos sin cuento, las cifras mentirosas, son propios de personas moderadas? ¿Es blanda o dura su postura ante Cataluña, su última disculpa para romper con el Gobierno, la agravación de las penas a los independentistas como única salida política?

Ah, la prensa y los tertulianos. ¿Son ustedes capaces de diferenciar a los columnistas de Abc o El Mundo, dicen que prensa seria -¿blanda?- de los duros de Okdiario o de los de Libertad Digital, ese panfletillo salvado gracias al dinero del PP del locutor mañanero con embudo en la cabeza que algún despistado ha dicho en estos días que pinta algo? Con Felipe González crearon el famoso y siniestro sindicato del crimen, con Zapatero se desataron -quien firma esta crónica llegó a publicar un libro con las mil frases más feroces de la prensa de entonces- y lo de hoy lo tienen ustedes ante sus ojos: basura y más basura.

Nadie torció a Feijóo. Es él, fiel mayordomo, sabedor de lo que quieren quienes le nombraron, quien camina haciendo eses y con una única idea fija en la frente: acabar con Sánchez, exterminar a Sánchez.

Adenda. Ganó Lula en un último y dramático suspiro. Bolsonaro calla. Y todos aguardamos el rugido de la fiera. Espera de terror, que para eso estamos en Halloween. ¿Por dónde aparecerán los cuernos y el tridente para darnos un susto de muerte?

                                                          * * *
El rugido de un avión de guerra de EU en un aeropuerto civil irlandés
Vijay Prashad (La Jornada)


Este no es un aeropuerto normal, me dijo Margaretta D’Arcy mientras oíamos el estruendo de un Hércules C-130T que se preparaba para despegar del aeropuerto irlandés de Shannon, después de las 3 de la tarde del 11 de septiembre de 2022. El avión de la Marina estadunidense (matrícula 16-4762) había volado desde Sigonella, estación aeronaval de EU en Italia. Antes, un C-40A de la misma Marina (16-6696) partió de Shannon hacia la base militar estadunidense de Stuttgart (Alemania), tras volar desde la Estación Aérea Naval Oceana, en Virginia. Shannon no es un aeropuerto normal, dijo D’Arcy, porque –a pesar de que es un aeropuerto meramente civil– permite que entren y salgan aviones militares estadunidenses, y la puerta 42 del aeropuerto funciona como su base de operaciones avanzada.

D’Arcy (88 años), legendaria actriz y documentalista irlandesa, es miembro habitual de Shannonwatch, grupo activista que –desde 2008– celebra vigilias mensuales cerca del aeropuerto. Los objetivos de Shannonwatch son frenar el uso militar estadunidense del aeropuerto de Shannon, detener los vuelos de entrega por el aeropuerto y obtener la rendición de cuentas de ambos por parte de las autoridades irlandesas competentes y los líderes políticos.

Según un informe de Shannonwatch titulado El aeropuerto de Shannon y la guerra del siglo XXI, el uso del lugar como base de operaciones avanzada de EU comenzó en 2002-03, y esta transformación fue y es profundamente ofensiva para la mayoría de los irlandeses.

El artículo 29 de la Constitución irlandesa de 1937 establece el marco de la neutralidad del país. Permitir que un ejército extranjero use suelo irlandés viola el artículo 2 de la Convención de La Haya de 1907, de la que Irlanda es signataria. No obstante, según John Lannon, de Shannonwatch, Dublín ha permitido, desde 2002, el paso de casi 3 millones de tropas estadunidenses por Shannon, e incluso ha asignado un oficial permanente al aeropuerto.

A D’Arcy le brillan los ojos cuando relata su paso por el Campamento de Mujeres por la Paz de Greenham Common, en Berkshire (Inglaterra), en el que participaron activistas de Gales, quienes acamparon para impedir el almacenamiento y el paso de misiles de crucero estadunidenses en esta base militar británica. Ese campamento comenzó en 1981 y duró hasta 2000. D’Arcy fue a la cárcel tres veces durante esta lucha (de al menos 20 veces que estuvo en prisión por su activismo antibélico). Fue bueno, me dijo, porque nos deshicimos de las armas y la tierra fue devuelta a la gente. Se necesitaron 19 años. Las mujeres luchamos constantemente hasta conseguir lo que queríamos. Cuando D’Arcy fue detenida, las autoridades penitenciarias la desnudaron para registrarla. Se negó a volver a ponerse la ropa y realizó una huelga de hambre y una protesta desnuda. Con ello, obligó a las autoridades a poner fin a la práctica de los cacheos al desnudo. Si actúas con dignidad, los obligas a tratarte con dignidad, me dijo.

Parte de este acto de dignidad incluye resistirse a permitir que el aeropuerto de su país sea usado como instrumento de las guerras de EU en Afganistán e Irak. Desde 2002, varios valientes han entrado en el aeropuerto y han intentado intervenir aviones estadunidenses. El 5 de septiembre de 2002, Eoin Dubsky pintó No way (de ninguna manera) en un avión estadunidense (por lo que fue multado); luego, el 29 de enero de 2003, Mary Kelly sacó un hacha a la pista y golpeó un avión, causando 1.5 millones de dólares en daños (también fue multada). El 3 de febrero de 2003, los Pitstop Ploughshares (cinco activistas que pertenecían al Movimiento de Trabajadores Católicos) atacaron un avión C-40 de EU –el mismo que Mary Kelly había dañado anteriormente– (una historia relatada vívidamente por Harry Browne en Hammered by the Irish, 2008). También pintaron Pitstop of Death (la parada de la muerte) en un hangar.

Aunque Dublín ha declarado que se opone a esta práctica, la policía irlandesa no ha subido a estos vuelos para inspeccionarlos. Como signataria del Convenio Europeo de Derechos Humanos y de la Convención de Naciones Unidas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, Irlanda tiene el deber de impedir la colaboración con las entregas extraordinarias, una postura adoptada por el Consejo Irlandés para las Libertades Civiles. En 2014, los parlamentarios irlandeses Mick Wallace y Clare Daly fueron detenidos en Shannon por intentar registrar dos aviones estadunidenses que, según ellos, transportaban tropas y armamento. No confiaban en las falsas garantías de Dublín. ¿Cómo lo saben? ¿Registraron los aviones? Por supuesto que no, declararon.

En 2006, Conor Cregan conducía su bicicleta cerca de Shannon. La inspectora de policía del aeropuerto, Lillian O’Shea, que le reconoció por las protestas, se enfrentó a él, pero Cregan se marchó. Finalmente fue detenido. En el juicio de Cregan, O’Shea admitió que la policía había recibido órdenes de detener y acosar a los activistas en el aeropuerto. Zoe Lawlor, de Shannonwatch, me contó esta historia y luego dijo: estos acosos refuerzan la importancia de nuestra protesta.

En 2003 y 2015, el Sinn Fein –el mayor partido de la oposición en la Asamblea de Irlanda del Norte– presentó un proyecto de ley de neutralidad para consagrar el concepto de neutralidad en la Constitución irlandesa. El gobierno, dijo Sean Crowe, del Sinn Féin, ha vendido la neutralidad irlandesa pieza a pieza en contra de los deseos del pueblo. Si el pueblo irlandés asume la idea de la neutralidad, será gracias a los sacrificios de personas como Margaretta DArcy, Niall Farrell y Mary Kelly.
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Miquel Angel Soria

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Nov 3, 2022, 2:31:10 AM11/3/22
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Noviembre 
3
La guillotina

No sólo los hombres perdieron la cabeza por ella. También hubo mujeres, que la guillotina mató y olvidó, porque no eran importantes como la reina María Antonieta.
Tres casos ejemplares:
Olympia de Gouges, fue decapitada por la revolución francesa, en 1793,para que no siguiera creyendo que también las mujeres son ciudadanas;
en 1943, Marie-Louise Giraud marchó al patíbulo, en París, por haber practicado abortos, actos criminales contra la familia francesa;
mientras al mismo tiempo, en Múnich, la guillotina cortaba la cabeza de una estudiante, Sophie Scholl, por distribuir panfletos contra la guerra y contra Hitler:
       -Qué pena -dijo Sophie-. Un día tan lindo, con este sol, y yo me tengo que ir.



A pan y agua
Elisa Beni (elDiario.es)

La democracia es un destino compartido, depende de todos nosotros
Levitsky y Ziblatt

Hubo una vez en que la Iglesia estuvo sin Papa dos años y nueve meses. Ese tiempo de sede vacante fue provocado porque los llamados a ponerse de acuerdo en Viterbo estaban profundamente enfrentados políticamente -unos a favor de un papa Anjou y otros, contra cualquier papa francés- y no tenían especial interés en poner fin a esta situación. Véanse las similitudes, no hay nada nuevo bajo el sol. No se trataba solo de que no consiguieran pactar por una mayoría reforzada de 2/3 un nuevo rector de la Iglesia sino que las presiones se producían a la luz del día. Carlos de Anjou, rey de Sicilia, se trasladó a Viterbo durante el cónclave y el propio Felipe III de Francia llegó a viajar a la ciudad italiana para ejercer su influencia.

Hartos de una situación insostenible, las gentes de Viterbo decidieron varias cosas. La primera medida fue no dejarlos volver a sus palacios y encerrarlos con llave (cum clavis, de ahí viene cónclave) en el palacio episcopal hasta que pactaran. Como aquello tampoco funcionó a la primera, continuaron con las presiones sobre los electores. Primero les redujeron la comida, luego pasaron a no darles más que pan y agua. Los vecinos de Viterbo llegaron a arrancar el tejado del palacio episcopal para que los reacios al pacto sufrieran las inclemencias del tiempo. Al final, sometidos a esta presión y a tales incomodidades, dieron en elegir a Gregorio X, un tipo que ni siquiera era cardenal pero que sirvió para lograr un acuerdo entre las partes.

Como no era la primera vez que este bloqueo sucedía -ni en nuestro cercano caso del CGPJ tampoco- el propio Gregorio X se preocupó de promulgar nuevas normas para la elección que impidieran que esta situación se reprodujera. Los llamados a llegar al acuerdo serían encerrados y aislados, a partir del tercer día solo recibirían una comida y al quinto día sin acuerdo, solo pan y agua. Además, dejaban de percibir sus rentas eclesiásticas hasta que pactaran el nombre del Papa. En la actualidad, como saben, los cardenales son encerrados en la Capilla Sixtina, tienen vedada cualquier comunicación externa y el acceso a los medios de comunicación y juran el secreto total de lo que suceda en las negociaciones. Y es que un pacto en el que se baraja tanto poder siempre tiene los mismos riesgos. Naturaleza humana y política. Nada nuevo.

Si de algo no se puede acusar a la Iglesia Católica es de no saber manejar las luchas de poder terrenales. Nunca pensaron que la solución fuera reducir la mayoría de 2/3 necesaria, que dota al electo del respaldo y la legitimidad, sino forzar a los que están obligados a obtenerla a negociar. No se trata de cambiar las reglas del juego sino de forzar a los jugadores a hacer su papel. Lo que hay que introducir son normas que obliguen y fuercen al acuerdo.

La elección de los vocales del CGPJ es parlamentaria. Son los diputados y los senadores los que tienen que llegar a la suma de 3/5 para obtener los nombres concretos. El único cambio que puede realizarse en el proceso es aquel que les obligue a no salir sin un acuerdo y que les penalice por el retraso. Pretender que el remedio a la negativa del PP a cumplir su obligación constitucional es cambiar las reglas del juego para poder prescindir de su concurso es actuar con la misma violencia respecto a la norma democrática que ellos. Cualquier intento de reforma de las mayorías establecidas afectaría de forma irreparable a la legitimidad democrática del órgano constitucional, dado que el único argumento que respalda esa elección en sede parlamentaria es, precisamente, el de dotarle de legitimidad democrática mediante un amplio respaldo que tiene expresamente vedado, por sentencia del Tribunal Constitucional, reproducir a modo de espejo la aritmética de la representación parlamentaria.

No se puede alterar la mayoría reforzada de 3/5 para la elección de los vocales. Ya fue bastante sonado y discutido el recorte de la facultad de nombramientos del CGPJ, aun teniendo en cuenta que buscaba dejar a la derecha sin alicientes para mantener el bloqueo. Un nuevo cambio de reglas resultaría escandaloso y, de llevarse a efecto, solo lograría la muerte de la legitimidad del Consejo así nombrado, darle una baza de indudable fuerza al Partido Popular y provocar un estupor en Bruselas de difícil solución. Solo buscando destrozar del todo la institución se puede plantear esa reforma, a la que ya se negó con buen criterio el PSOE hace un año. ¡Hasta para cerrar una terraza hacen falta 3/5 en la junta de vecinos!

Lo que sí se puede hacer, y sería lo inteligente, sería endurecer las condiciones de aquellos que no tienen ningún interés en pactar o en que se pacte. No pierdan de vista tampoco eso de las rentas. Hay mucho interés económico detrás de no irse, de aceptar el bloqueo y de no dimitir. Es mucho más fácil y aceptable restringir los ingresos de unos vocales “en funciones”, para evitar que tengan la tentación de dejar ir un bloqueo que les asegura un sueldo elevadísimo durante más tiempo del reglado. También pueden llevarse a cabo otras reformas que fuercen la elección, como no dejar tomar decisiones en funciones que no sean del trámite imprescindible y que, además, para ser firmes deban ser refrendadas después.

Por mí, qué quieren, los ciudadanos deberíamos tener el mismo ansia que los de Viterbo y meter en una sala del Congreso a los representantes de los grupos parlamentarios bajo llave, sin prensa y sin móviles, y pasarles un escueto refrigerio para que ardieran en deseos de acabar y volver a sus casas. Aislarlos de toda influencia, de los medios afines, de las encuestas de voto y hasta de los magistrados del Tribunal Supremo.

Eso incluye forzar a las presidencias de ambas Cámaras a poner en marcha el proceso porque es a ellos a quienes la Constitución Española ordena directamente hacerlo. Es escandaloso que en todo este desastre institucional se haya hablado hasta del rey pero no se mencione el incumplimiento constitucional de Meritxell Batet y Ander Gil. No son dos marionetas o, al menos, no es ese el papel que les otorga la Constitución. Nunca podrá decirse, como dice Echenique, que el PP está dando un golpe mientras sean en realidad las Cámaras y sus presidentes los que no cumplen su papel. Los candidatos están oficialmente sobre su mesa. ¿Por qué no los han sometido a votación? Mientras esa anomalía siga sobre la mesa no se puede plantear ningún cambio parlamentario en la elección. Ambos tienen una obligación personal e institucional pero si necesitan una orden, entonces es del PSOE del que la esperan.

¡Voten! Las cosas se votan. Si van acordadas de antes, muy bien, pero si no se ha logrado acuerdo hay que cumplir lo que marca la ley suprema de este país.

A pan y agua deberíamos tener a más de uno. Y sin rentas eclesiásticas.

                                                       * * *

Brasil: Bolsonaro en estado puro
Por Eric Nepomuceno (Página 12)

Desde Río de Janeiro

Luego de un estruendoso silencio de más de 44 horas, el ultraderechista Jair Bolsonaro finalmente anunció ayer que haría un pronunciamiento al país.

Se esperaba un reconocimiento de la derrota frente a Lula da Silva, el pasado domingo, aunque el nombre del ganador no fuese mencionado.

Los medios de comunicación fueron convocados para estar en el Palacio da Alvorada, residencia presidencial, a las tres de la tarde.

Pasada una hora y cuarenta y cuatro minutos, Bolsonaro apareció, rodeado por ministros y figuras de su entorno político.

Estaba sonriente, tratando de aparentar tranquilidad luego de la victoria de Lula da Silva.

Y finalmente habló al país. Lo que se vio y oyó fue Bolsonaro en estado puro. O sea: bizarro, cobarde y mentiroso.

Dos minutos y cuatro segundos

Fueron escasísimos dos minutos y cuatro segundos, en que el nombre de Lula y las palabras “victoria” o “derrota” no fueron oídas.

Empezó por agradecer los 58 millones de brasileños que votaron por él, para en seguida decir que “los actuales movimientos populares son fruto de la indignación y sentimiento de injusticia” por la forma en que se dio el proceso electoral.

Clasificar el violento cierre de carreteras por todo el país como siendo “movimientos populares” es, vale reiterar, Bolsonaro en estado puro.

¿Será que él no sabe que las ocupaciones de las carreteras fueron incentivadas directamente por asesores muy cercanos a su despacho presidencial, y convocadas dos semanas antes del día de la elección, cuando ya sobraban indicios de su derrota?

Es imposible creer que Bolsonaro ignore actos de violencia registrados en carreteras por medio Brasil, como dejar a niños y mujeres embarazadas sin agua y caminando kilómetros y kilómetros bajo el sol, amenazadas de violencia física.

Criticó, muy de paso, los métodos utilizados por los que bloquean carreteras, diciendo que “no podemos actuar como la izquierda, que siempre perjudica la población”.

Peligroso

Los responsables por el cierre de carreteras esparcieron, por las redes sociales, mensajes convocando a las Fuerzas Armadas para intervenir, impidiendo que Lula asuma la presidencia el primero de enero de 2023. De paso pidieron la prisión de varios integrantes del Supremo Tribunal Federal y convocaron a sus seguidores a empuñar armas en defensa de la “democracia” y, claro, del mismo Bolsonaro.

Horas antes, el desequilibrado ultraderechista había invitado a los integrantes del Supremo Tribunal Federal para una reunión en la residencia presidencial. Oyó un más que sonoro “no” unísono: solo habría reunión después de que hiciese una declaración pública reconociendo, con toda claridad, el resultado de las urnas.

Con su postura patética y bizarra de ayer, Bolsonaro logró algo inesperado: clavó el féretro de su gobierno dos meses antes del plazo previsto por la Constitución.

Él seguirá como presidente, claro, pero todo lo demás se diluyó en el barro inmundo que lo rodea.

Qué hará de aquí en adelante es puro misterio. Y puro peligro.
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Miquel Angel Soria

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Nov 4, 2022, 2:31:08 AM11/4/22
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Avui recordem que l'any 1780, al poble de Tinta, al sud de Cuzco, José
Gabriel Condorcanqui (més conegut com Túpac Amaru II) i la seva dona,
Micaela Bastidas, van iniciar la rebel·lió per l'emancipació política
del Perú. La seva lluita es va extendre a Bolívia, l'Argentina i Xile.
Va acabar amb la seva execució pública per ordre del virrei Francisco de Toledo.


Brasil: la victoria de Lula y el golpe de Estado continuado
Boaventura De Sousa Santos (La Jornada)


El domingo pasado quedó claro que en Brasil se está produciendo un
golpe de Estado. Se trata de un nuevo tipo de golpe cuyo curso tal vez
no se vea afectado sustancialmente por el resultado de las elecciones.
Por cierto, con la difícil victoria de Lula da Silva su ritmo será
ciertamente afectado. Se trata de un golpe que comenzó a ponerse en
marcha en 2014 con la impugnación de los resultados de las elecciones
presidenciales ganadas por Dilma Rousseff; continuó con el impeachment
de la presidenta Rousseff en 2016; y con el encarcelamiento ilegal del
ex presidente Lula, en 2018, para impedirle presentarse a las
elecciones que ganó el presidente Bolsonaro, principal beneficiario
del golpe en su fase actual. Con la elección de Bolsonaro terminó la
primera fase del golpe y comenzó una segunda. Al igual que Adolf
Hitler en 1932, Bolsonaro dejó claro desde el primer momento que había
utilizado la democracia exclusivamente para llegar al poder y que, una
vez conseguido este objetivo, ejercería el poder con el objetivo
exclusivo de destruirla. En esta segunda fase, el golpe tomó la forma
de un lento vaciamiento de la institucionalidad democrática y de la
cultura política, cuyos principales componentes fueron los siguientes.

En el ámbito de la institucionalidad: la explotación de todas las
debilidades del sistema político brasileño, en particular del Poder
Legislativo, profundizando la mercantilización de la política, la
compra y venta de votos de los representantes del pueblo en el periodo
entre elecciones y la compra y venta de votos de los electores durante
los periodos electorales; la complicidad del Poder Judicial
conservador, incapaz de imaginar la igualdad de los ciudadanos ante la
ley y acostumbrado a convivir tanto con el imperio de la ley como con
el imperio de la ilegalidad, según los intereses en juego; la captura
de las fuerzas armadas a través de la distribución masiva de cargos
ministeriales y administrativos.

En el ámbito de la cultura política democrática: la apología de la
dictadura y sus métodos represivos, incluida la tortura; el uso masivo
de las redes sociales para difundir fake news y promover la cultura
del odio y una ideología del bienestar vaciada de cualquier contenido
que no sea el del malestar o el sufrimiento infligido al otro
construido como enemigo; la capilarización en el seno del tejido
social del imperialismo religioso conservador estadunidense
(evangelismo neopentecostal) vigente desde 1969 como política
contrainsurgente preferente.

Esta fase concluyó al final de la primera vuelta de las elecciones
presidenciales el pasado 2 de octubre. A partir de entonces, entró en
una nueva fase basada en un ataque frontal al núcleo duro de la
democracia liberal, al proceso electoral y a las instituciones
encargadas de garantizar su normal desarrollo. Esta fase es
cualitativamente nueva debido a dos factores.

En primer lugar, se ha puesto de manifiesto la internacionalización
del ataque a la democracia brasileña a través de organizaciones
globales de extrema derecha originadas y financiadas por la
plutocracia estadunidense. Brasil se ha convertido en el laboratorio
de la extrema derecha mundial donde se pone a prueba la vitalidad del
proyecto fascista global en el que el neoliberalismo se juega un nuevo
(¿último?) aliento. El objetivo principal es la elección de Donald
Trump en 2024. Informaciones fiables nos dicen que las empresas de
desinformación y manipulación electoral vinculadas al notorio fascista
Steve Bannon se instalaron en dos pisos de una de las principales
calles de Sao Paulo desde donde dirigían las operaciones.

En esta fase electoral, las dos estrategias principales fueron las
siguientes. La primera fue la intimidación para evitar el voto
equivocado y los beneficios a cambio del voto correcto ofrecidos por
la clase empresarial baja y los políticos locales. La segunda,
utilizada durante mucho tiempo por las fuerzas conservadoras de EU
bajo el nombre de vote supression. La supresión del voto consiste en
un conjunto de medidas excepcionales, siempre bajo el barniz de la
normalidad legal, destinadas a impedir que los grupos sociales más
proclives a votar al candidato opuesto a los golpistas ejercieran su
derecho al voto: bloqueos de carreteras, exceso de celo en el control
de los vehículos que transportaban a los potenciales votantes,
intimidación para provocar el abandono, suspensión del transporte
gratuito decretado por la ley electoral para promover el ejercicio del
derecho al voto de los más pobres.

¿Y ahora qué, Brasil? La democracia brasileña ha sobrevivido a esta
nueva fase del golpe de Estado en curso. A ello contribuyó la notable
e intrépida implicación de los demócratas brasileños, que vieron en su
voto la prueba de una vida mínimamente digna, la afirmación de su
autoestima en términos de civilización y el principio activo de la
energía democrática para los difíciles tiempos que se avecinan.
También contribuyó la firmeza de las instituciones de justicia
electoral, en medio de presiones, desautorizaciones e intimidaciones
de todo tipo. Pero sería una locura irresponsable pensar que el
proceso golpista ha terminado. No ha terminado y entrará en una nueva
fase porque las condiciones y las fuerzas nacionales e internacionales
que lo reclaman desde 2014 siguen vigentes y no han hecho más que
reforzarse en estos últimos años.

El golpe de Estado continuado entrará en una nueva fase. En lo
inmediato, será probablemente la impugnación de los resultados
electorales para compensar el fracaso de los golpistas en conseguir
los resultados que querían con sus múltiples fraudes. Después, el
golpe adoptará otras formas, a veces más subterráneas, con la
utilización del crimen organizado para intimidar a las fuerzas
democráticas, y a veces más institucionales, con la movilización
artera del Poder Legislativo para crear una situación de
ingobernabilidad permanente, es decir, con la amenaza de destitución
del gobierno elegido y de las altas esferas del sistema judicial.

Aunque el objetivo de los golpistas a medio plazo es impedir que el
presidente Lula complete su mandato, el proceso golpista continuará y
sólo será verdaderamente neutralizado cuando los demócratas brasileños
se den cuenta de que la vulnerabilidad de la democracia es en gran
medida autoinfligida, por la arrogancia en pretender ser la única
condición para la legitimidad del poder en lugar de asumir que su
legitimidad estará siempre al borde del colapso en una sociedad
socioeconómica, histórica, racial y sexualmente muy injusta.

* * *

La derecha inconstitucional
Javier Gallego

El acuerdo entre PSOE y PP para renovar el Consejo General del Poder
Judicial estaba hecho la semana pasada. Por fin. Después de cuatro
años de bloqueo inconstitucional de los populares. Pero el jueves El
Mundo le deja este recadito en su portada: “El PP teme la reacción de
la derecha política, judicial y mediática al pacto del CGPJ”. Es la
cabeza de caballo ensangrentada en la cama de Feijóo. La misma mañana
Losantos le manda una bala en su homilía diaria. Le advierte de que no
llega a presidente si sigue cediendo frente a los socialistas. Sutiles
no son. La extorsión funciona. Feijóo se acochina, baja la cerviz y
obedece. Renuncia al acuerdo con la excusa de que el PSOE quiere
reformar el delito de sedición. Queda claro que quien dirige la
oposición no es su líder sino la Caverna con maneras de mafia y que
nuestra democracia está prisionera de esa derecha inconstitucional,
incivil y tabernaria. Democracia plena.

Esto da la medida de la escasa calidad de nuestro sistema. La cloaca
destruye las alternativas progresistas y la caverna maneja la
alternativa conservadora. Una portada de periódico y un editorial
radiofónico son capaces de tumbar en una mañana la renovación de la
Justicia que se alarga cuatro años. Renovar el CGPJ es un mandato
constitucional, no hacerlo es ilegal. El PP lo ha bloqueado hasta en
tres ocasiones, siempre en legislaturas en las que no gobernaba. En
las dos últimas décadas, populares y socialistas han gobernado una
cada uno, pero los Consejos con mayoría conservadora han durado 15
años. De esa forma se han asegurado el mando de la sala 2ª del Supremo
y de la Audiencia donde se juzgan sus casos de corrupción y desde
donde pueden perseguir a los rivales, como hace el juez
García-Castellón con Unidas Podemos. Ya lo dijo Cosidó en aquella
filtración: “Controlaremos la sala 2ª por detrás”.

Tampoco es que lo escondan. En estos cuatro años, el PP se ha
inventado hasta 20 razones para incumplir la ley. La última es otra
falacia. Jamás se había obstaculizado la renovación por una reforma
legal. El cambio del delito de “sedición” para incluir la violencia
como condición necesaria no es una cesión al independentismo, que ni
siquiera lo ha pedido para aprobar los Presupuestos, es una adecuación
a la legislación europea. El Ejecutivo tiene la legitimidad y el apoyo
de la Cámara para hacerlo. Intentar impedirlo es otro chantaje de la
derecha iliberal y mafiosa. La democracia no es tal cuando poderes
públicos y privados conspiran contra la soberanía popular. No es
democracia plena un sistema en el que las decisiones no las toman los
cargos electos sino un difuso poder en la sombra que se denomina
“derecha política, judicial y mediática”.

Feijóo es una marioneta en manos de esa derecha inconstitucional que
tiene secuestrada a la Justicia y acusa al Gobierno de ilegítimo y
golpista mientras da un golpe a la Constitución. En su jueves negro,
un Feijóo titubeante, inseguro, soltó que la novela de George Orwell,
1984, fue publicada el año al que hace referencia el título, treinta y
cuatro años después de la muerte del autor. Si la hubiera leído,
sabría que se ha convertido en un peón más del Ministerio de la Verdad
que le vigila y le controla para que no se salga del guión que le
dictan.

Parece que los guionistas están escribiendo su muerte prematura.
Federico está a una homilía de pedir que tiren a Feijóo por la borda y
nombren a Ayuso capitana. No descartaría que ocurriera. La Brunete
mediática saliva con la posibilidad de presentar a Isabel La Católica,
el Azote de la Izquierda. Se han dado cuenta de que Feijóo es más
flojo y más torpe de lo que parecía en Galicia. No es lo mismo moverte
por tu tierra con la mayoría de la prensa a favor que soportar los
ladridos de la jauría madrileña. El gallego ha cometido el mayor error
que puedes cometer ante unos matones: mostrar debilidad. Si lo
eliminan para poner a Ayuso, España se enfrentará a la posibilidad de
tener un gobierno tan ultra como la Caverna que la jalea.
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Miquel Angel Soria

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Nov 7, 2022, 1:31:20 AM11/7/22
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CONSTITUCIÓ DE L’ASSEMBLEA DE CATALUNYA
“Des de les 9 del matí del 7 de novembre de 1971, van començar a entrar a l’església, amb tota discreció, membres de les diverses delegacions que havien d’assistir a l’esdeveniment històric. Hi havia homes i dones de tota condició: intel·lectuals i obrers, advocats i pagesos, lluitadors dels dos bàndols de la guerra civil, vells i joves, creients i no creients, ciutadans i camperols... Encara plovisquejava quan els primers en arribar comprovaven, a la mateixa plaça de Sant Agustí, si hi havia el “semàfor” previst: una noia amb un jersei vermell i una guitarra. Era la senyal que tot anava bé. Aquell dia hi hagué més assistents a missa que altres vegades, ...”
Així començava l’historiador Josep M. Colomer la narració dels primers moments de la celebració de la Primera Sessió de l’Assemblea de Catalunya.

Ara, cinquanta-un anys després, ho seguim recordant.





Lula: tercera llamada, tercera
José Steinsleger (La Jornada)


Uno. Luiz Inácio Lula da Silva ganó el balotaje (60.3 millones de votos), frente al impresentable Jair Bolsonaro, quien no admitió su derrota (58.2 millones). ¿Qué tal diferencia de apenas 1.8 por ciento (dos millones entre 118.5 de votos válidos), fue un triunfo ajustado en el país-continente habitado por 218 millones de almas?

Dos. A las encuestas hay que ponderarlas como lo que son: técnicas de “ marketing electoral”, programadas con dolosa cientificidad. Porque en sus mediciones, invariablemente, descartan lo inconmensurable: la conciencia de los pueblos.

Tres. Aclaración pertinente: si son honestas, bienvenidas las encuestas o la fatigosa teorización permanente. Bien que mal, ayudan a ensanchar el conocimiento. Pienso, por ejemplo, en obras como El antiedipo (1972) y Mil mesetas (1980), de Gilles Deleuze y Félix Guattari (reunidas en el volumen Capitalismo y esquizofrenia). En particular la segunda, que sirvió de base para el polémico ensayo Imperio, de Toni Negri y Michael Hardt (2000).

Cuatro. Tomado de la botánica, Deleuze y Guattari desarrollan el concepto de rizoma, entendido como unidad heterogénea arbórea que carece de centro, y cuyos brotes en las plantas pueden ramificarse en cualquier punto, raíz, tallo o rama. Según ellos, el rizoma permitiría develar, entre otras disciplinas, la distribución de poder y autoridad en el cuerpo social.

Cinco. Textos que por mi culpa, por mi culpa, por mi culpa, no entendí bien. Quizá porque me formé como técnico mecánico y tornero especializado en diseño de matrices para motores de combustión interna. Aunque algo del rizoma apareció cuando en la fábrica donde trabajaba, un dirigente sindical preguntó quien podía redactar un pliego de peticiones, sin faltas de ortografía. Alcé la mano, y así me hice periodista.

Seis. Sentí orgullo, entonces, cuando José Saramago me dedicó uno de sus libros, apuntando: Al otro tornero mecánico. El Nobel lo era, y… ¡Lula también! Pero con los años, el legendario líder metalúrgico de Sao Paulo (a quien los espertise en asuntos revolucionarios califican de reformista o progresista), fue democráticamente elegido en dos ocasiones, y partió en dos la historia de Brasil.

Siete. Así están las cosas en América Latina: izquierdas y derechas pagadas de sí mismas, y subestimando la conciencia de los pueblos. Las unas, perdidas en los bucles de la teorización permanente. Y las otras, representadas por la diputada bolsonarista que en víspera de la votación, en un barrio exclusivo de Sao Paulo, persiguió a un simpatizante de Lula con una pistola automática.

Ocho. Lula se paseó por el mundo explicando a los genios el funcionamiento de la economía, en un país explotado hasta la médula, y cautivo de los intrincados rizomas de su identidad nacional. El factor hambre, entre los principales.

Nueve. En sus gobiernos (2003-10) y el menos progresista de Dilma Rousseff (2011-16), más de 33 millones dejaron de sentir hambre. Pero con el capitalismo esquizofrénico de Bolsonaro, el hambre volvió a tocar las puertas en un país que figura entre los mayores productores agropecuarios del mundo. Ni hablar del negacionismo del covid-19, que demoró la compra de vacunas (700 mil muertos).

Diez. Como bien recuerda la periodista Mercedes López San Miguel, Bolsonaro llamó a tomar cloroquina y a no usar el tapaboca… defendiendo el Estado mínimo y el desprecio por la vida ( Página/12, 31/10/22).

Once. La inobjetable victoria de Lula ha dado lugar a miles de comentarios y análisis. No obstante, pocos advirtieron qué la señora Michelle Bolsonaro concurrió a las urnas con una camiseta estampada con la bandera de Tel Aviv.

Doce. El profesor Michel Gherman, de la Universidad Federal de Río de Janeiro e investigador del Centro de Estudios del Antisemitismo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, manifestó que el episodio fue una subida de tono.

Trece. A su juicio, el país que se representó en la camiseta de la saliente primera dama no es real, sino una nación imaginada: la defensa de una franja de la sociedad israelí con perspectivas tribales, y marcada como un espacio exclusivo de la blanquitud, la violencia, la liberación de las armas, la exaltación del ultracapitalismo y el cristianismo.

Catorce. “Intentaron enterrarme vivo…”, dijo Lula. En efecto: con cancha inclinada, referí en contra, corporaciones mediáticas y redes antisociales vomitando mierda, y varios líderes y seguidores asesinados por los que odian la democracia… los votos de Lula valen por cinco, en comparación con los del pirómano de la Amazonia.

Quince. En fin… cuando los pueblos se enojan, hacen tronar el escarmiento. Palabras de un líder de América Latina que no voy a nombrar, porque ahorita la fiesta es del estadista probo y probado de 77 años, que en Brasil doblegó a los sicarios del oscurantismo y la sinrazón.

                                                       * * *

Eyacular en el patio
Elisa Beni

Los hijos comienzan amando a sus padres; al volverse mayores los juzgan; a veces los perdonan.
Oscar Wilde

Una jueza francesa ha prohibido a unos padres inscribir a su hijo con el muy común nombre de Pierre (Pedro) con toda la razón del mundo. Los buenos señores se apellidan Tombale y en francés, pierre tombale es lápida. Unos padres con dos dedos de frente no deberían ni en broma querer eso para uno de sus retoños, pero parece que sí, que o no repararon o les daba exactamente igual lo que el futuro le fuera a deparar a su hijo con tal nombre y no sólo en la noche de Halloween.

Esa misma circunstancia se ha reproducido estos días en el País Vasco con la magistrada que ha denegado la inscripción de una niña con el nombre de Hazia, con base a la norma de la ley, que impide inscribir a los niños con nombres que tengan connotaciones negativas o que atenten contra la dignidad de los menores. En el Labayru Hiztegia aparece la siguiente entrada: “Hazia isuri edo Hazia bota: adj. lok. ad. dau. Eyacular”. Me imagino a los crueles compañeritos, dentro de unos años, gritándole en el patio de la ikastola a la niña, en un imaginativo cruce del euskera y el castellano: ¡Hazia, bota!, ¡Hazia, bota! El mero hecho de que exista esa posibilidad, de que a mí o a cualquiera se le ocurra con cierta facilidad, refrenda la aplicación de la legalidad realizado por la magistrada vitoriana. El superior interés del menor no es una frase hecha sino un concepto legal de prioritaria aplicación.

No es mi intención comentar mucho más una resolución que, o bien sería prevaricadora -gratuita, injusta, sin motivación en la ley-, que desde luego no lo parece, o bien es legal y lo que queda es recurrirla ante la Dirección General de Registros y Notariado. No, lo que a mi me llama la atención de esta movida en la que se han visto implicados diarios de solera, la Euskaltzaindia (Real Academia de la Lengua Vasca) y múltiples políticos y particulares en redes, son las cuestiones sociales que pueden extraerse, ninguna demasiado halagüeña.

La primera de ellas es la convicción que parece generalizada de que la voluntad es fuente de legalidad. Esta destructiva idea es centro ahora mismo hasta en el Congreso de grandes polémicas. De lo leído sobre la pretendida niña Lefa -llamémosla así para entender el alcance de lo que piden- me parece extraer la generalización de una idea patrimonial de los hijos que pretendidamente coloca la mera volición de los progenitores por encima de cualquier otra disposición. Esto no afecta sólo a la elección del nombre, como en este caso, sino a la voluntad de que a tus hijos no les enseñen en la escuela lo que a ti no te interesa; lo que estamos viendo con los terraplanistas, creacionistas estadounidenses y con la ultraderecha respecto a la educación sexual en España. Esto es tan antiguo como los romanos, ya saben, el esclavo era patrimonio del paterfamilias. El Estado de derecho nos impide tratar a los hijos peor que a esclavos y protege a ciudadanos aún indefensos de las veleidades de quienes biológicamente les han traído al mundo sin que por ello devengan propiedad de los mismos, como si fueran mascotas. Un nombre puede destrozarte la infancia y, con la infancia, la psique. No hace falta ser un lince para saberlo. El Estado de derecho nos protege de nuestros propios padres y hasta de nosotros mismos, impidiéndonos aceptar la esclavitud, la mutilación y otras tantas cuestiones que afectan a nuestra dignidad.

Esto nos lleva a la segunda cuestión, a la pregunta obligada: ¿qué buscan estos padres eligiendo nombres imposibles paras sus vástagos? Hemos pasado de imponer los incómodos nombres del santoral, incluido el martirologio romano, -Cristóforo, Cojoncio- o los castellanos nombres godos de los padrinos -Eduvigis, Gertrudis- a ponerles a los críos nombres de artistas o de personajes de series televisivas. Hasta para eso es permisiva la norma de inscripción española, pero tiene límites. La antroponimia de los tiempos modernos es muy poco inspiradora. ¿Por qué quiere un padre ponerle a su hijo Messi o Khaleesi, Arya o Daenerys? Todos se han aceptado. La ramplona épica de la época parece no entender que esos nombres acompañarán a una persona toda su vida o hasta que hartos de ellos decidan cambiárselos en el Registro alegando, cómo no, los inconvenientes derivados de tales caprichos. Habría que explorar esas ansias de pretendida exclusividad para ellos o para sus retoños que parecen acompañar a estas insensatas decisiones. Ha habido intentos de registrar a un niño como Satán u O’Donnell y a niñas como Luba (guante, en gallego), Mandarina, Autonomía y Río. ¿Por qué no Tortilla, que es tan patriótico? A lo mejor la existencia de cientos de páginas dedicadas a proponer 'nombres originales' nos den una pista antropológica de los devenires del narcisismo social. Pero ¿y los hijos?

La tercera cuestión que llama la atención es lo fácil que es convertir en agravio identitario cualquier cosa. La Academia de la Lengua Vasca ha ofrecido un informe a los familiares de la espero que imposible Hazia para su recurso. En medios bien tradicionales se ha presentado el caso como una imposición de odio a lo vasco, como si en euskera no existieran, como en todas las lenguas, nombres propios y nombres comunes y como si por ser una lengua difícil pudiera predicarse que es posible usar para las personas cualquiera que suene exótico. He mostrado muchas veces el cariño que le tengo a esa lengua de mis antepasados, pero precisamente por ello soy consciente de la larga lista de nombres de persona que ya tiene el euskera. Nadie ataca ni a la lengua ni a sus hablantes, pero hasta los catalanes han hecho del asunto de Lefa (perdón, de Hazia) un tema identitario.

No se puede olvidar tampoco la campaña emprendida contra la magistrada del Registro Civil de Vitoria que, hasta donde se ha publicado, ha cumplido con la norma y que no “se impone a la voluntad de los padres y decide que Hazia se llame finalmente Zia”, como se ha titulado en Vitoria, sino que dio los días preceptivos a los progenitores para elegir otro nombre y ante la negativa de estos hizo lo que la ley le exige. Recursos y no linchamientos es lo que necesitamos. La libertad en una democracia no consiste en la preeminencia absoluta de la voluntad de cada uno de los ciudadanos, sino en la elección soberana de estos dentro de los márgenes establecidos por la ley. Y esas líneas rojas, también la de la prohibición de inscripción de ciertos nombres, siempre tienen detrás razones fundadas, aunque cada vez más ignaros las desconozcan o las atropellen.

Los hijos perdonan a los padres, pero sólo a veces.  
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Miquel Angel Soria

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Nov 8, 2022, 1:31:38 AM11/8/22
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Avui Nicaragua recorda Carlos Fonseca, Cap de la Revolució Sandinista,
mort en combat l'any 1976. I el segueix recordant mitjançant els
poetes llatinoamericans, a través dels seus ulls.
Com va dir Tomás Borge quan, a la presó, va conèixer la seva mort:
"Carlos es de esos muertos que nunca mueren".

EL DISFRAZADO

Pensar en Carlos es decir:
que se disfraza de lustrador
de tornapulero,
de estudiante
de viejito
que nunca lo agarran
que se les va en las narices
que está aquí i allá
que el pueblo lo esconde porque no es distinto
al pueblo sino que es él, pueblo
y el día que los diarios publicaron
regocijados su foto
el pueblo dijo:
se disfrazó de muerto.
Mario Martínez Caldera, Noviembre
de 1980. Nicaragua

MUCHACHITO

Muchachito de barrio,
muchachito sin menú,
muchachito de una sola camisa
y de un solo pantalón largo.
Toma, te doy mi corazón,
para que saques de él
un tren.
Los soldaditos de plomo
de tus sueños segovianos;
los aviones ligeros
y los fusiles de nueve milímetros
para tu revolución.
Tómalo todo, muchachito de barrio,
muchachito sin menú.
llévate mi corazón y juega con él.
Luis Ángel Berrios, León,
1959. Nicaragua


Greta mal, las del museo mal, protestar contra el cambio climático siempre mal
Isaac Rosa (elDiario.es)


“Atentan en el Prado contra Las Majas de Goya”, titulaba un diario
español. Atentan. Atentado. La palabra no se ha caído ahí, está
escogida con toda intención. Ya saben cómo se llama a quienes comenten
atentados. No hace falta ni que lo escriban, nos sale sola en cuanto
leemos “Atentado”: terroristas. Daba igual que la acción fuese más una
performance que un atentado, sin intención de dañar, solo llamar la
atención: un atentado.

Curiosamente, graciosamente, ese mismo periódico que tan bien escoge
las palabras, se mofaba hace tres años de otra activista, la joven
sueca Greta Thunberg, que no echaba puré sobre cristales protectores
ni se pegaba al marco de un cuadro. “El show de Greta”, titulaba
entonces al informar de la llegada de la activista a la cumbre de
Madrid. Durante meses ese mismo periódico, y otros similares que
también condenan hoy con dureza lo del Prado, pusieron la lupa sobre
Thunberg para desvelarnos que en realidad no era tan ecologista como
decía, que sus viajes también contaminaban, que era una niña
consentida, que tenía problemas mentales, que acabaría siendo una
muñeca rota, que su familia era esto o lo otro, mientras sus
columnistas, tan graciosos siempre ellos, hacían juegos de palabras y
rimas simpatiquísimas con la muchacha. “Ecolojeta”, la llamaba uno.
“La profeta loca”, decía otro. “La niña de la curva ecológica”,
remataba el más ocurrente.

Conclusión: si protestas como Greta, haciendo huelga frente a tu
instituto los viernes, viajando en tren a una cumbre y pronunciando
discursos, mal. Si protestas como las activistas del Prado, que no
causaron ningún daño pero consiguieron sobresaltarnos, mal también.
Niñata una, terroristas otras. Inofensiva una, peligrosas otras. Todas
mal. Tampoco es que esos mismos periódicos aplaudan cuando las
activistas cortan carreteras, irrumpen en actos públicos, arrojan
pintura en la puerta de una empresa o señalan una industria
contaminante. En el mejor de los casos las ignoran, las invisibilizan.
Todo mal.

Conclusión: no protesten, niñas. O háganlo sin molestar, que nadie
tiene la culpa del cambio climático: ni las Majas de Goya, ni los
turistas interrumpidos en su disfrute del museo, ni los conductores
atascados por su inoportuna sentada en mitad de la calle, ni los
gobernantes que ya se reúnen en cumbres para arreglarlo, ni las
empresas que mira tú cómo se comprometen con reducir emisiones,
plantar árboles y usar correo electrónico en vez de cartas de papel.
No protesten, no hagan el ridículo, no cometan atentados.

En el mismo periódico, en cualquiera de esos periódicos que llaman
terroristas a unas y niñatas ecolojetas a otras, pasas la página y te
encuentras con la noticia de que los últimos ocho años han sido los
más cálidos de la historia, el aumento del nivel del mar se ha
duplicado en treinta años, y las palabras del secretario general de la
ONU avisando de que el cambio climático “a velocidad catastrófica está
devastando vidas y formas de vida en todos los continentes”.

Y ahí, en ese pasar la página, a un lado lo del museo, al otro el
último informe, en ese pasar una simple página es cuando algo nos hace
clic, o quizás crac. Una de las dos cosas no puede ser verdad: o las
activistas, lo mismo Greta que las del museo, se equivocan; o la ONU y
los expertos se equivocan. Porque si el cada vez más amplio consenso
científico está en lo cierto, y estamos entrando en una zona incierta
e incontrolable, que va a tener (que ya está teniendo) consecuencias
terribles sobre la parte más vulnerable de la humanidad y compromete
nuestra vida futura en el planeta, entonces lo criticable no es que
manchen el cristal protector o el marco de un cuadro, sino que no
hagan algo más, mucho más que una pintadita en un museo. Que no
hagamos algo más, mucho más, nosotros que nos indignamos tanto (yo el
primero) al ver el arte, el Arte, amenazado y profanado, y lo
rechazamos y nos burlamos y nos ponemos estupendos y les damos
lecciones de activismo, como antes nos tomamos a coña (yo el primero)
a la cría sueca; pero nos indignaremos un poquito menos (yo el
primero) cuando dentro de diez días la cumbre de Egipto se cierre con
otro fiasco.

¿Mi opinión sobre lo del museo? Muy mal, claro. Todo mal, siempre mal.

* * *
Lula en la encrucijada internacional ¿y ahora qué?
Marcos Roitman Rosenmann (La Jornada)


El triunfo de Lula tiene dos frentes. En el plano interno no esperemos
demasiado. La heterogénea alianza de gobierno pondrá cotos a las
reformas. Si el proyecto hambre cero canalizó sus esfuerzos entre 2003
y 2021; hoy, en un país donde las armas campan a sus anchas, Lula
centrará su proyecto en bajar los decibelios del enfrentamiento
político y devolver cierto grado de confort a los sectores medios,
mediante el consumo. Pero, además, deberá enfrentarse a 30 por ciento
de la población adscrita al credo evangelista, movilizado por
Bolsonaro. Son sus huestes, harán lo que les diga. Tienen una visión
mesiánica del quehacer político en Brasil. Dios y el diablo. Bolsonaro
encarna el bien y Lula el mal. La utilización de Bolsonaro de
futbolistas como Neymar, Paulinho, Lucas Maura o Felipe Melo y viejas
glorias como Rivaldo, Robinho, Cafú o Ronaldinho en su campaña es
parte de la nueva estrategia evangelizadora que llama a la
resurrección de Dios encarnado en la figura de Jair Bolsonaro. En esta
fiebre evangelizadora, Donato, ex jugador de la selección nacional,
una vez conocidos los resultados, pidió, cito textual: ir a la guerra
para poner fin al comunismo de Lula da Silva en Brasil. Ahí radica uno
de los escollos a los que se enfrentará el nuevo gobierno de manera
inmediata. Y no por casualidad, tras su triunfo, Lula señaló: el
pueblo quiere libros en lugar de armas.

Un segundo frente, en el cual Lula podrá desplegar su prestigio, es en
el campo de las relaciones internacionales. En él, sus virtudes como
líder regional son un activo. En su anterior mandato fue valiente y
asumió un compromiso antiimperialista. Apuntaló Unasur, potenció el
comercio interregional, impulsó la Celac, respaldó la revolución
cubana, realizó alianzas con Hugo Chávez y fue impulsor de la
soberanía regional. Su figura ganó enteros, proyectándose a escala
mundial como una persona dialogante; sin olvidar el rechazo al
intervencionismo estadunidense en el golpe de Estado que derrocase, en
2009, al presidente de Honduras, Manuel Zelaya.

Sin embargo, el mundo que llevó a Lula al Palacio de la Alvorada en
2003 se ha esfumado. Los acontecimientos en el este de Europa han
precipitado una coyuntura caracterizada por un estado de guerra
permanente. Occidente, la OTAN y Estados Unidos mantienen una posición
de fuerza contra todo aquel que manifieste su rechazo a la guerra. La
hoja de ruta ha sido alterada. Múltiples crisis se han profundizado.
Bajo el manto de la pandemia del covid-19, es prioritario combatir el
cambio climático, el calentamiento global, el hambre, la crisis
energética y la profundización de las desigualdades, aspectos crónicos
del capitalismo.

Con el gobierno de Bolsonaro, Brasil perdió peso en el escenario
mundial. Su militancia en el negacionismo lo convirtió, según la
revista Nature, en una amenaza para la ciencia, la democracia y el
medio ambiente. Lula deberá reposicionar a Brasil. De ello depende, en
gran medida, la estabilidad de la región y, al mismo tiempo, el éxito
de su gobierno. De ahí la importancia de haber logrado un pronto
reconocimiento del triunfo electoral, sin ambages, por parte de la
comunidad internacional. Al hacerlo, ésta trasmitía una advertencia al
presidente saliente: no toleraría, al menos en principio, ningún
intento desestabilizador o conato de guerra civil de su parte. Aunque
es un buen comienzo, a partir de enero de 2023, se desatarán las
hostilidades. Lula deberá lidiar con un globalismo de guerra
practicado por Joe Biden y sus aliados.

Estados Unidos se resiste a perder cuotas de poder a escala mundial.
Ser el factótum del mundo libre es prioritario para cualquier gobierno
estadunidense, sea republicano o demócrata. El enemigo a batir no es
Rusia. Su bestia negra es China. El apoyo al gobierno de Zelensky, en
lo militar y económico, es el pretexto para obligar a China a tomar
partido por Occidente y abandonar a Rusia a su suerte. Brasil puede
desnivelar la balanza, recuperando el papel de los BRICS y, sobre
todo, haciendo de América Latina un puente para la paz. Lula da Silva
es un punto de inflexión en la geopolítica del hemisferio sur. Además
no estará solo. El contrapeso ejercido por gobiernos conservadores se
ha roto o debilitado. Hoy es imposible revivir el Grupo de Lima contra
Venezuela.

América Latina, salvo excepciones, asume las políticas diseñadas por
la Casa Blanca para la región, y la OEA es un ejemplo de ello. Las
divergencias en materia de migración, la lucha contra el crimen
organizado y los cárteles de la droga suelen desaparecer en cuanto se
trata de la seguridad hemisférica. Las fuerzas armadas
latinoamericanas son dependientes del complejo militar industrial
estadunidense. Cuando algún país ha buscado otros mercados para
abastecer a sus ejércitos, Estados Unidos recurre a la amenaza o
paraliza inversiones de capital, hasta torcerle el brazo. En
conclusión, Lula tendrá, en el plano internacional, un mayor aval en
sus políticas. Además, China no es considerada un enemigo manifiesto
en la región. Al contrario, sus inversiones y los tratados bilaterales
son bien vistos. Su presencia no conlleva poner de rodillas a los
gobiernos o aceptar condiciones draconianas, como sí las imponen
Estados Unidos y la Unión Europea con sus empresas trasnacionales.
Ello abona el terreno para redefinir el papel de Brasil y América
Latina en el escenario mundial, en el que Luiz Inácio Lula da Silva es
una figura crucial. De él depende que la balanza se incline por la
soberanía de los pueblos de nuestra América o hacia una mayor sumisión
al poder imperial.
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Vergara. Ayuso.jpg
Miki y Duarte. Encuentros y desencuentros.jpg
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Miquel Angel Soria

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Nov 9, 2022, 1:30:35 AM11/9/22
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LA HISTÒRIA NO S’HA ACABAT

Avui faria 100 anys un dramaturg d’aquells que necessiten l’esforç de la memòria per a mantenir el seu record, Lauro Olmo.

Ja sé que a molts els hi sonarà a xinès però, en uns temps en els que la lluita contra els desnonaments és més gran, la seva figura hauria de ser present.

Lauro Olmo ja era conegut  des de l’estrena, l’any 1962, de La camisa, obra que reflectia la tragèdia de les persones obligades a subsistir, emigrat a d’altres països. Gran part de la seva obra va patir els efectes de la censura

 I si parlava més amunt dels desnonaments actuals és perquè Lauro Olmo, a començaments dels 70, va ser protagonista principal de la lluita veïnal contra l’enderroc dels habitatges del Barrio de Pozas, a Madrid. Durant tres anys va mantenir una pancarta al balcó, mostrant la seva posició contrària, fins que la policia el va treure de casa per la força el 1972. Per això és parla d’ell com “el escritor sitiado” Va retardar el seu desnonament unes hores perquè va pintar a la porta una bandera espanyola que els policies no gosaven colpejar.

Ell era el darrer habitant del barri. Anys més tard, com sol passar, el Tribunal Suprem li va donar la raó. Ja era tard.

Recordem Yves Montand (1991)
https://www.youtube.com/watch?v=mv3iY4v9EOc


Nador fue otro Tarajal
Javier Gallego

La semana pasada un documental de la BBC señalaba la responsabilidad de España en algunas de las muertes en la masacre en la frontera entre Nador y Melilla el pasado 24 de junio. Este lunes, una delegación de parlamentarios españoles visitaba la zona y la Guardia Civil reconocía que disparó 86 botes lacrimógenos, 28 botes de gas y 65 pelotas de goma. Antes, un informe del Defensor del Pueblo, la oficina que dirige Ángel Gabilondo, denunciaba que se habían producido el rechazo de 470 personas en la frontera española sin respetar la legalidad nacional e internacional. La BBC calcula que hubo 300 devoluciones ilegales de España a Marruecos.

Por supuesto, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lo niega todo, desmiente al medio británico y respalda la actuación policial. “Bien resuelto”, como dijo Sánchez en agradecimiento no solo a nuestros cuerpos de seguridad, también a los marroquíes. Aunque el presidente no había visto las imágenes de lo ocurrido cuando pronunció esa frase infame, su precipitación le perseguirá siempre. “Bien resuelto” llamó a un operativo que provocó, por lo menos, 23 muertos, según datos de la propia presidencia. Sabemos que fueron más. La ONU reconoce 37. Las ONG calculan 70. La BBC reporta la desaparición de 77 personas.

Recordemos que en la tragedia de Tarajal, de 2014, fallecieron 15 hombres en el mar mientras la Guardia Civil les disparaba desde tierra. Entonces fueron más pelotas de goma (145) pero muchos menos botes de gas (solo 5). Entonces murieron ahogados; ahora, aplastados y asfixiados entre nubes de humo. Entonces Pedro Sánchez criticaba a Rajoy por eludir responsabilidades y su partido pedía explicaciones a un PP y un ministro de Interior que ocultaban la intervención policial en las muertes, ahora el PSOE se niega a una comisión de investigación en el Congreso y Marlaska presume de transparencia aunque ha evitado enviar todos los vídeos que el Defensor del Pueblo le ha pedido.

Marlaska miente. Hay vídeos que muestran claramente cadáveres por aplastamiento en la zona que la Guardia Civil señaló a los periodistas de la BBC como parte de suelo español. Hay vídeos que confirman las devoluciones en caliente que el ministro niega. Hay testimonios de los agentes españoles que reconocen el uso de la fuerza en el área en la que se produjo el embotellamiento que provocó algunas muertes. Hay supervivientes que aseguran haberse visto atrapados entre la violencia de ambos cuerpos policiales. El jefe del dispositivo español cuenta que no abrió la puerta donde se amontonaban los cuerpos porque temió por la vida de sus hombres. La que se perdió es la vida de los otros. Los otros hombres. Los que no son los suyos. Los nuestros.

Tampoco actuaron los servicios médicos. Activistas marroquíes denunciaron que las ambulancias españolas estaban paradas al otro lado de la valla, a pocos metros, mientras algunas personas agonizaban. Ángel Gabilondo también ha pedido explicaciones al respecto. Faltan muchas explicaciones. Del ministro del Interior y del presidente que lo respalda. Han muerto entre 40 y 80 personas atrapadas en un fuego cruzado entre las fuerzas de España y Marruecos. Hemos visto terribles palizas de los policías marroquíes a los migrantes y a la Guardia Civil devolviéndolos y dejándolos en manos de esos cafres. Hemos visto cuerpos amontonados en el suelo como carne, cabezas y bocas partidas sangrando, personas derruidas por los golpes y el agotamiento.

Nador fue otro Tarajal. Peor aún. Han muerto muchos más. Como en la playa de Ceuta, en la valla de Melilla, la Guardia Civil empleó una violencia que pudo provocar muertes o evitó que se salvaran vidas. La parte socialista del Gobierno tiene una responsabilidad que debe aclarar. Sus socios de Unidas Podemos se lo han exigido, pero el ministro de Interior sigue mintiendo y escondiéndose y el presidente sigue encubriéndole y encubriendo al Reino de Marruecos cuando reprime y mata a refugiados, ya sea en Nador o en los campos saharauis. Marlaska debería dimitir por mentirnos o Sánchez destituirlo para dejar de ser cómplice.

Lo más desgarrador, simbólico e indigno del asunto es que el ministro dice que esos cadáveres que se le adjudican a España murieron, en todo caso, en lo que llaman “tierra de nadie”. Tierra de los Nadie. De los desechos que nadie quiere. Así es como llaman a la fosa común en la que no hay ley ni derechos humanos. Curiosamente, cuando se trata de la muerte de los otros, las naciones soberanas están dispuestas a renunciar a su territorio. Pero cuando alguien intenta avanzar un paso más allá para salvar su vida, le disparan, le gasean y lo matan a palos. Como si fuera un perro. Menos que un perro.

                                                               * * *

El retorno de los muertos
Hermann Bellinghausen (La Jornada)


En el mundo globalizado, costumbres y tradiciones dan por cambiar rápidamente. Muchas desaparecen. En México, La Fiesta de Muertos ofrece especial evidencia de estos cambios. El frenesí histriónico y masivo que despierta de un tiempo a esta parte lleva a rastrear de dónde viene esta transformación. Mercadotecnia más, o menos, sin duda ello demuestra a qué grado se trata de una conmemoración viva. En las ciudades ha devenido carnavalesca. Pero hasta hace poco no era así.

Este comentarista ya ha reflexionado sobre el tema y lo que ubica como orígenes de esta feroz modernización de nuestro tú-a-tú con la muerte y los muertos. Entre los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI, los mexicanos, legales o no, radicados en el sur de Estados Unidos, particularmente California, engarzados con la imaginería chicana que pisa fuerte hace décadas y tiene en Mictlán su apogeo mitológico, dieron un giro a la celebración de la Noche de Muertos lejos de las tumbas verdaderas, en parques, escuelas o patios, muy a la manera de sus pueblos: ofrendas, tamales, música, rezos, trago, lágrimas y risas. Su vecindad calendárica con el Halloween (no entraremos aquí a las brumas medievales o precortesianas que avecindan las noches de brujas y de muertos) atrajo de pronto a los estadunidenses propiamente dichos, blancos, sobre todo, pero también de origen indio, coreano, ruso o filipino ya bien americanizados.

El Halloween en Estados Unidos sí es carnavalesco entre los adultos y hasta orgiástico, sumamente divertido. Se disfrazan y deschongan inspirados en cuentos y películas de horror, abundantes en la zona pulp de ese cultura. Con Muertos encontraron un motivo para alargar la fiesta una noche más, y cambiar su disfraz por uno menos aterrador que sangrantes máscaras y maquillajes: las calacas que los mexicanos exhibían en monigotes entre papel picado, veladoras y retratos de los parientes difuntos.

Al público le gustó la idea de cubrirse la cara de blanco y negro para pintar su calavera. Al principio fue para los niños. Pronto, muchos pagaron por maquillarse. La Noche de Muertos se hizo grande en California. Implicó a los sectores tolerantes o amantes de lo mexicano en la sociedad dominante; no fue cosa de republicanos o racistas, sino de gringos progresistas.

Luego vinieron las producciones hollywoodenses que popularizaron estos outfits y maquillajes en escenarios mexicanos: A Night In Old Mexico (2013), 007 Spectrum (2015) y Coco (2017), cada una más taquillera que la otra. Así, los sueños satíricos de José Guadalupe Posada y su huella en el muralismo adquirieron fachas y escenarios reales gracias al ánimo carnavalesco de los vecinos del norte.

Las empresas de turismo, moda y pronto todo el mercado capitalista se poblaron de papel picado, gente decorada y disfrazada de calaca Catrina o esqueleto trajeado. Y cada año más millones de los bombones amarillos del cempasúchil en las decoraciones de temporada.

Permítaseme un salto al pasado. Hacia los años 60, la muy populachera fiesta de muertos ocurría en los panteones de pueblo. Se expresaba en panaderías y mercados, pero las clases media emergentes no andaban poniendo ofrendas. Si acaso comían calabaza en tacha y pan de muerto. Iban a misa. México era casi nomás católico (o ateo, pero sensible al folclor nacional). La fiesta no era muy distinta de la que vieron Eisenstein y Tissé. La de Maclovia (Emilio Fernández, 1948), Macario (Roberto Gavaldón, 1960), Yanko (Servando González, 1961) y hasta la muy alburera comedia-drama Día de Difuntos (Luis Alcoriza, 1988). Mucho panteón y veladoras, ferias en los pueblos y los barrios.

Entonces vino el terremoto un septiembre de 1985. La mortandad, la desgracia y la tristeza fueron generales. La población, sacudida, espantada y conmovida se movilizó. Mes y medio después se conmemoraron los muertos. Y una cosa entrañable, atávica tal vez, reavivó la tradicional instalación de ofrendas al estilo campesino y popular en hogares, escuelas, oficinas, aparadores. El Zócalo de la capital fue una constelación de ofrendas encendidas llenas de sentimiento, dolor y desahogo. Nuestros muertos estaban con nosotros como nunca antes. Y celebrábamos seguir con vida.

Como se dice, de ahí pal’ real. Las fiestas de Muertos conquistaron a las clases medias y al proletariado urbano. La fiesta estaba de regreso en vecindades, colonias y fraccionamientos. Llegados al ciclo de violencia, secuestros y asesinatos en el siglo XXI, nuevos sentidos alimentaron la conmemoración. Masacres y desapariciones confirieron a esa fecha su sentido trágico y de reclamo.

Publicistas, funcionarios y prestadores de servicios turísticos ven crecer la fecha en sus bolsillos. Ya todos nos pintamos la cara y desfilamos detrás de James Bond por cortesía de los gobiernos capitalinos. Se agregó un nuevo ingrediente, soterrado por evasión pero acuciante: el efecto mortal y mental de la pandemia próxima pasada. Catarsis después de la peste.


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Miquel Angel Soria

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Nov 10, 2022, 1:30:39 AM11/10/22
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Noviembre
10
Día de la ciencia

El médico brasileño Drauzio Varella ha comprobado que el mundo invierte cinco veces menos dinero en la cura del mal de Alzheimer que en estímulos para la sexualidad masculina y en silicona para la belleza femenina.
      -De aquí a unos años -profetizó-, tendremos viejas de tetas grandes y viejos de penes duros, pero ninguno de ellos recordará para qué sirven.
                                                                                                                            Eduardo Galeano


Mejor un mundo de mindundis
Pere Rusiñol (elDiario.es)

Cuando todo un gran magnate supuestamente se refirió a mí como un xitxarel·lo, acertadamente traducido en algún medio por “mindundi”, varias personas me contactaron para trasladarme su solidaridad por el “insulto” proferido en sede parlamentaria.

Y sin embargo, sigo sin ser capaz de ver insulto alguno, sino más bien la constatación de una realidad que convendría incluso reivindicar: todos somos mindundis. Aceptarlo es una de las mejores formas de avanzar hacia un mundo que sea más vivible para todos y menos arrasado por los efectos destructores de los Grandes Hombres Providenciales, ya sean estos estadistas o magnates, líderes únicos e irremplazables a cuyo excepcional talento debemos nuestras dichas y hasta el poder respirar. Y más aún en estos tiempos de polarización política extrema y de crisis, el fermento ideal del que suelen emerger los Grandes Hombres Redentores, que envueltos en su cháchara grandilocuente nos acaban llevando al desastre.

El relato histórico hegemónico suele estar muy condicionado por el marco narrativo trazado precisamente por estos Grandes Hombres, que se imponen a los demás a menudo con el uso de la fuerza o a partir de métodos en que el fin, en algún momento, acaba justificando los medios. Es normal, pues, que de ahí salga siempre realzado el talento, la bondad y la genialidad extraordinarias del Hombre Imprescindible frente a sus antítesis, encarnadas por sus abominables rivales políticos o personales, y a la mediocridad de los pobres mindundis.

Sin embargo, en el mejor de los casos la realidad es muchísimo más matizada. Y casi siempre el Hombre Imprescindible acaba creyéndose, tarde o temprano, una especie de Dios Todopoderoso, con funestas consecuencias para todos.

Lo explica muy bien el prestigioso historiador británico Ian Kershaw en su último libro, Personalidad y poder. Forjadores y destructores de la Europa moderna (Crítica, 2022), en el que se interroga sobre las características psicológicas y su relación con el poder de los supuestos grandes hombres, cuya impronta condicionó el siglo XX para bien o para mal, un selecto grupo en el que Margaret Thatcher es la única mujer en la lista del historiador.

Los Grandes Hombres son implacables en su hambre de poder y en sus certezas, tanto si son dictadores como si operan en democracia. Inevitablemente, con el tiempo van eliminando cualquier visión mínimamente crítica -en las dictaduras, incluso físicamente; en las democracias, respetando la vida pero no necesariamente mucho más-, y van acumulando un poder cada vez más absoluto hasta que finalmente, alcanzada ya la categoría de semidioses, intentan arrastrar a la manada hacia su Tierra Prometida. Muchas veces con funestas consecuencias para la vida de los seres humanos, que a fin de cuentas es lo que más debería importar, por muy loables -o no- que fueran las intenciones iniciales, incluso de los que Bertolt Brecht llamaba “los imprescindibles”.

Obviamente, cuanto más sólidas sean las instituciones democráticas y los contrapoderes -en la política, en la empresa o en el periodismo-, más difícil será que acabe triunfando este instinto hacia el endiosamiento de los Grandes Hombres redentores, que suelen emerger también en las democracias occidentales ante la sucesión de crisis, el deterioro del nivel de vida, el aumento de la polarización, la erosión de las instituciones y la conversión de las estructuras de los partidos, primarias mediante, en meros instrumentos al servicio del Líder Máximo.

La narrativa histórica de los Grandes Hombres va mucho más allá de la política y afecta de lleno también a la ciencia y a los avances de la Humanidad, atribuidos habitualmente a seres únicos y geniales -casi siempre hombres-, prescindiendo de sus equipos, de su entorno vital y hasta de lo más importante: de la acumulación de conocimientos previos aportados durante miles de años por millones de mindundis. De hecho, como explica el historiador David Christian en La historia de todo (Crítica, 2019), un sugerente ensayo que sintetiza 13.800 millones de años de historia en 500 páginas -un antídoto perfecto ante cualquier delirio de grandeza de los autoproclamados Imprescindibles-, la clave de los espectaculares avances de la humanidad no reside en las genialidades individuales, sino en la capacidad de “compartir y acumular millones de intuiciones personales a lo largo de un gran número de generaciones”, un magma que algunos llaman “noosfera” y otros “evolución cultural acumulativa”, entre otras expresiones. Ante semejante magma, hasta el mayor de los genios acaba siendo contingente en la larguísima cadena de avances que acabarían llegando en cualquier caso: un mindundi.

El gran valor del feminismo no es únicamente la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, sino también la invitación a repensar estas narrativas heredadas y a cuestionarse qué es realmente importante y bueno para la vida y qué mitos construidos por el relato oficial para que admiremos a los Grandes Hombres resulta que son contraproducentes y hasta nos acaban llevando a las guerras, la destrucción del planeta, la infelicidad o la sumisión.

Bajo este prisma alternativo que sugiere el feminismo, donde los cuidados valen más que la fuerza, los Grandes Hombres casi siempre empequeñecen, mientras que todos aquellos hombres y mujeres arrojados por el pensamiento hegemónico a la categoría de mindundis adquieren de pronto otro contorno, muchas veces vital para la vida. Lo pudimos comprobar en los meses duros del confinamiento durante la pandemia, cuando los Grandes Hombres estaban noqueados en casa mientras millones de mindundis permitían, bajo condiciones extremas, que la vida siguiera adelante para todos.

De la misma forma que no hay amos sin esclavos, tampoco hay Grandes Hombres sin mindundis. Y qué descanso sería para la humanidad y para el planeta reconocernos al fin todos como mindundis y vivir liberados de tanto redentor.

                                                              * * *
¿Debe la prensa de derecha servir a la izquierda?

Marcos Roitman Rosenmann (La Jornada)


De seguro el enunciado es provocador. Pero no son menos las afirmaciones vertidas desde cierta izquierda social y política cuando se pierden elecciones. Siempre acaban por culpar a la prensa de derecha de los malos resultados. Ejemplos: en Chile, los medios de comunicación, en manos de dos grupos empresariales, se dice, han sido los responsables de manipular a la población para rechazar el borrador constitucional. La campaña del miedo y la guerra sicológica, subrayan, crearon el estado de ánimo propicio para arrimar el ascua a su sardina. En España, Podemos achaca su debacle a la persecución mediática. Una campaña premeditada, subrayan, de la derecha a través de sus medios de información y las cloacas del régimen. Dichas campañas tóxicas los insultan y ningunean.

¿Qué ocurre cuando falla la premisa? ¿Acaso en Colombia la prensa de derechas hizo campaña por la izquierda? Más bien lo contrario y aun así no evitaron el triunfo de Gustavo Petro. ¿Y en Perú? Una retahíla de mentiras se lanzaron contra Pedro Castillo, pero fracasaron. ¿Y Bolivia? Luis Arce fue sometido a todo tipo de descalificaciones y también fracasaron estrepitosamente. La evidencia no cuadra.

¿Alguna vez en la historia del capitalismo sus medios de comunicación han tenido un comportamiento democrático? Durante la guerra fría, en el llamado mundo libre, la línea editorial de los mass media públicos y privados actuaron bajo un mismo lema: el anticomunismo. BBC, RAI, Efe, Afp o NBC, CBS, CNN o FOX. Cualquier noticia referida a la URSS, China y aliados se adjetivó como suceso ocurrido en países comunistas. Las imágenes emitidas eran en blanco y negro. Su finalidad, producir, en el ojo del observador, una sensación de ser, los países comunistas, infiernos sumidos en la tristeza. El color fue deliberadamente sustituido por una fotografía tosca, de baja resolución, para proyectar un mundo gris con gente cuya alma les había sido arrebatada por los perversos comunistas. En América Latina, África o Asia, los movimientos de liberación nacional fueron adscritos a ideologías disolutas que atacaban la familia católica y las buenas costumbres. Marxistas, comunistas, socialistas, maoístas o troskistas recibían el mote de terroristas. Hoy, cualquier candidato que no responda su perfil es adjetivado despectivamente como izquierdista.

No conozco medio de comunicación, perteneciente a los grupos de poder, cuya política editorial consista en apoyar candidatos de izquierda. No es su cometido. Más bien actúan protegiendo sus intereses. El doble rasero a la hora de informar es habitual. Veamos. La guerra de Israel contra el pueblo de Palestina, salvo excepciones, se invisibiliza. Sus crímenes se minimizan o convierten en acciones defensivas contra el terrorismo de Hamás. Por el contrario, en otra guerra, hechos de la misma envergadura, en Ucrania, son relevantes para condenar al ejército invasor ruso y pedir la actuación del Tribunal Internacional Penal.

De siempre, en el capitalismo, los partidos de izquierda, los sindicatos de clases y movimientos sociales anticapitalistas han sido vilipendiados. Los mass media del poder deben cumplir: denigrar a sus dirigentes. Nadie escapa a su acción difamatoria. Marx, Engels, Lenin, Bakunin, Rosa Luxemburgo o Gramsci son carne de cañón. Y en América Latina, Sandino, Lázaro Cárdenas, Jacobo Arbenz, Juan Bosch, Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Salvador Allende o Hugo Chávez. La derecha no ha tenido ningún remilgo en usar sus medios de comunicación para desprestigiar a la izquierda. Sus campañas se valen de la mentira y la calumnia. Juegan sucio, buscan manipular y controlar las emociones. Está en su ADN. Otro ejemplo: el EZLN y la campaña contra el subcomandante Galeano .

Para las clases dominantes y las empresas trasnacionales la democracia es un eufemismo. Los medios de comunicación, no nos engañemos, son armas de destrucción masiva. Disparan a discreción y tienen perfectamente calibrado el blanco. Sea contra una reforma fiscal progresiva, una mayor inversión pública en sanidad, vivienda, educación o una subida salarial. Esos y no otros son sus objetivos. Vivimos en un mundo en guerra y, en su interior, los medios de información de la derecha no dan tregua. A ella, hoy se unen los multimillonarios del capitalismo digital. Bill Gates, George Soros, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos o Elon Musk.

En conclusión, ¿alguien piensa que los capitalistas y sus medios de comunicación social deberían hacer publicidad positiva a sus enemigos?, ¿La derecha debería inmolarse en nombre de la izquierda? El poder no renunciará nunca a las campañas del miedo y la desinformación. Jugar con las emociones y el dolor forma parte de la guerra sicológica, para quebrar voluntades y anular la conciencia crítica. Quienes se proclaman víctimas de la derecha mediática harían mejor en diseñar una estrategia que rompa su inercia paralizante. Es necesario asumir responsabilidades. Parafraseando a Paulo Freire, hacer pedagogía política, o como señala Pablo González Casanova: pensar para ganar.
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Miquel Angel Soria

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Nov 11, 2022, 1:30:58 AM11/11/22
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Un dia com avui recordem dos poetes que ens van deixar, però seguim mantenint a la memòria: el grec Iannis Ritsos (1990) i el català Miquel Martí i Pol (2003).

Baixaven amb guerreres trencades, amb fusells vells
sense pa a la motxilla ni bales.
Només amb petits rius furiosos tancaven el seu pas darrera d'ells.
Havien caminat mesos i mesos per desconegudes pedres
per la neu junt el les eves oliveres i les seves vinyes-
un va deixar allà adalt un peu una mà
un altre un gran tros de la seva ànima
cadascú d'ells un o més morts.

Després tornaren amb les ferides i membres congelats
enterraren els seus fusells a les roques, en la neu, en els buits dels arbres
al corral, entre la teulada i el sostre, en l'obscur traster
que surt per la part del darrera de la nit amb un petit canelobre d'oli de paciència
(...)
                                                           Iannis Ritsos, El darrer segle abans de l'home


Ai!, quin pes tan feixuc als muscles
em fa sentir aquesta gent que treballa
només per assolir un futur sòlid i estable
i que envelleix, neguitejada i recelosa, 
davant la persistent maldat dels homes.
Aquesta gent loquaç i adelerada
que, sense esforç aparent, 
separa el bé del mal
i amb un índex feixuc i reptador
aplica càstigs i anatemes.
Aquesta gent tenaç, que fa negocis
i que els defensa amb urc, i a poc a poc
esdevé lletja i agressiva i trista...
Ai!. quin pes tan feixuc;
quin mal gust a la boca!
                         Miquel Martí i Pol. Amb vidres a la sang

Homo Veterano
Por Rodrigo Fresán (Página 12)

Desde Barcelona

UNO El próximo 11 de noviembre Kurt Vonnegut (autor muy inteligente y perfecto para imperfectos tiempos estúpidos de guerras estúpidas, de esas imperfectas guerras que pueden cambiar de nacionalidad pero siempre tienen el mismo nombre) cumpliría cien años de no haber muerto el 11 de abril de 2007 para, se supone, descansar en paz and so it goes...

Su obra, por supuesto, sigue dando guerra.

DOS Y, sí, Rodríguez desconfía de números redondos y de efemérides compactas; pero no le parece mal evocar una vez más a lo/s inolvidable/s (ya lo hizo este año con Joyce y con Kerouac y volverá a hacerlo con Proust) honrando memorias a través de ejercicio noble, acaso más noble que el de la lectura: el de la relectura.

¿Y cuántas veces Rodríguez leyó Matadero-Cinco? Muchas pero nunca suficientes. La novela que consagró a Vonnegut en 1969 es de esos libros para todas las estaciones porque trata sobre esa particular actividad del ser humano: la nada ideal e injustificada destrucción justificada en el nombre de supuestos ideales. Matadero-Cinco fue, también, libro que sacó a Kurt Vonnegut del purgatorio de ser un escritor de género más o menos ciencia-ficcional-contracultural para ascenderlo al paraíso de los meritorios y mejores súper-ventas generacionales primero y luego al de los perpetuos clásicos best-sellers multigeneracionales.

Y Matadero-Cinco está escrita a mitad de camino de lo que puede ser entendida como una trilogía que arranca con la casi precuela Madre noche (1962 y donde Vonnegut se propuso y consiguió la proeza de escribir "una novela muy graciosa sobre el nazismo") y culmina con Barbazul (1987), suerte de secuela subliminal de Matadero-Cinco. Las tres juegan un poco con la novela de espías, de sci-fi y de formación/deformación artística. Pero las tres están unidas y reunidas por la, para Vonnegut, autobiográfica Segunda Guerra Mundial y la también auto-referencial idea del sobreviviente de nacimiento hasta su muerte como figura protagónica. Pero en una y otra y otra más lo que se impone y unifica a sus tres "héroes" es la idea/ideología del veterano. Y de que el veterano siempre tiene una historia que contar porque vivió y sobrevivió para contarla.

Los tres --el más que doble espía radiofónico Howard W. Campbell Jr., el óptico "despegado del tiempo" Billy Pilgrim, y el pintor expresionista abstracto Rabo Karabekian-- son veteranos de guerra pública: la Segunda Mundial (que rebautizó como Primera Guerra Mundial a la que hasta entonces era Gran Guerra que, por su tamaño se consideraba y quería irrepetible). Y ahí van y vienen intentando llevar en paz sus batallas privadas que, se sabe, rara vez dan tregua y suelen ser interminables.

Y Kurt Vonnegut lo sabía casi mejor que nadie. Y por eso --piensa Rodríguez-- decidió ponerlo por escrito y con mucha gracia, en todo el sentido de la palabra.

TRES En la introducción autobiográfica a Matadero-Cinco, Vonnegut relata el momento en que, por fin, todas las piezas sueltas encajaron luego de tanto años de intentar armar la estrategia de ese puzzle. Llevaba mucho tiempo queriendo contar su paso por la guerra. Pero no sabía cómo. Por fin, este momento iluminador y definitivo acontece cuando Vonnegut --por entonces aficionado a beber demasiado y a hacer llamadas telefónicas de trasnoche-- visita a un hermano de armas, Bernard O'Hare, y se ponen a conversar/evocar el frente de batalla en la cocina. Hasta que Mary, la esposa de O'Hare, estalla con un "¡Pero no se dan cuenta de que ustedes eran bebés por entonces!" Y luego le reprocha a Vonnegut el que, seguro, acabará escribiendo algo como esas películas con Frank Sinatra y Dean Martin y John Wayne donde los soldados son "viejos verdes" y no "los niños que ustedes eran... Y la guerra se verá como algo maravilloso y así tendremos más guerras en las que más jóvenes morirán". Entonces Vonnegut entre conmovido y deslumbrado (y, sí, ahí y aquí está esa foto del bebé soldado Vonnegut) declara: "Mary, te prometo que si alguna vez termino ese libro al que ya le dediqué más de cinco mil páginas arrojadas a la basura, no habrá en él sitio ni papel para John Wayne o Frank Sinatra. Es más: lo subtitularé La cruzada de los niños".

Dicho y hecho.

Prometido y cumplido.

CUATRO Kurt Vonnegut siempre se refirió a la cuestión en términos más o menos similares y así se lo volvió a explicar a Martin Amis en una entrevista en 1983: "Yo siempre pensé que si alguna vez podía llegar a escribir algo de mi experiencia en Dresde, eso sería todo, y luego nada. Pero después de Matadero-Cinco hice mucho más de lo que jamás hubiese esperado. Así que ahora, como ya no siento ninguna obligación para conmigo mismo, me he vuelto alguien que hace algo más personal, más libre de toda idiosincrasia... No sé, no sé... Allí estaba Dresde, una hermosa ciudad rebosante de museos y zoológicos: lo humano en su más excelsa expresión. Y cuando subimos a la superficie, ya no había nada... No quedaba nada de esa ciudad por la que pasaban aviones aliados pero nunca arrojaban bombas porque no tenía mucho sentido. Hasta entonces. Muchas personas entienden el bombardeo a Dresde como algo correcto e insignificante en comparación a lo que hicieron los nazis en los campos de concentración. Puede ser. Yo nunca discuto esa idea. Pero menciono de pasada que lo sucedido es que a todos los que esa noche estaban en esa ciudad sin defensas ni interés estratégico-militar alguno --bebés, ancianos, los animales del zoológico y, por supuesto, miles de nazis rabiosos-- se les aplicó la pena de muerte sin juicio previo. Ese raid aéreo no acortó la guerra ni en medio segundo, no debilitó al ejército alemán de ningún modo, no liberó a ni un solo prisionero de un campo de concentración. Sólo una persona se benefició de todo ello. ¿Y quién fue? Yo. Recibí unos cinco dólares (y sumando) por cada persona que murió ahí y entonces. Imagínatelo."

CINCO Y, sí, digámoslo, el estilo de su imaginación le viene de familia: la madre de Vonnegut se suicidó el Día de la Madre mientras el joven Kurt se planchaba el uniforme para saltar a las trincheras de la bestial Batalla de las Ardenas, la más grande derrota militar en la historia de los Estados Unidos. Entonces, a Vonnegut y a su escuadrón se le ordenó cargar pero no lo hicieron porque "No veíamos nada... Nadie lo hizo. Si mis compañeros lo hubiesen hecho, yo también lo hubiese hecho. Pero no tenía sentido. Y eso es lo bueno de una guerra una vez que se asume el hecho de que no hay nada bueno en una guerra: el que mientras estás metido en ella no te preocupas ni por un segundo en hacer lo correcto... Quizás, cuando recordemos guerras, deberíamos desnudarnos y pintarnos de azul y andar todo el día en cuatro patas gruñendo como cerdos. Seguro que sería un forma más fiel y honesta de hacerlo en lugar de tanta oratoria y banderas al viento y rifles bien aceitados".

Así, a partir de Vonnegut (quien se adelantó a tantas cosas y cosos raros; pensar en las personas de Trump Presidente y Elon Musk Rex como personajes tan pero tan suyos) cada vez cuesta más contar una guerra de manera normal. Y lo es porque cada vez cuesta más asumir la "normalidad" de cualquier guerra, incluyendo a la de hoy y a la de mañana, ahí afuera, cada vez más adentro.

Tal vez esto sea una buena noticia.

Más o menos.

Hi Ho.

                                                                * * *
Argentina 1985 (ficción y realidad)
José Steinsleger (Página 12)


Uno. Decía Bertold Brecht que la función del arte es entretener. Obviamente, no se refería a entretener para estupidizar. El arte verdadero conmueve, concientiza, ilumina, devela y moviliza eso que, genéricamente, llamamos condición humana.

Dos. En los siglos XVII y XVIII, el teatro isabelino inglés y del Siglo de Oro español convocaban a públicos que gritaban, silbaban, mentaban y arrojaban verdurazos a los actores. Y en ocasiones el mensaje de las obras los impulsaba a subir al escenario, en defensa de buenos o malos. ¡Aquello sí era arte participativo!

Tres. Poco a poco, los hábitos del honorable público se morigeraron, encauzando sus catarsis en soledad, o con quienes a su lado reían, lloraban, opinaban. Los niños son extraordinarmente receptivos al arte. Recuerdo, por ejemplo, haber llorado viendo una película en la que los malos daban una paliza al cowboy bueno, protagonizado por Ronald Reagan.

Cuatro. Desde el cine mudo, los formatos de Hollywood son inalterables. Por sobre todo, el héroe individual que cumple con su deber moral, librando batallas de toda índole contra la adversidad y que en el epílogo termina consagrado por un público que ha observado los acontecimientos, sin poder interferir en ellos.

Cinco. En la plataforma de Amazon (o sea, en soledad), acabo de ver Argentina 1985 (Santiago Mitre, 2022), filme que yuxtapone ficción y realidad. Excelente dirección y edición, conmovedor guión, impecable realización, actuaciones formidables y mensaje (lo siento) ajustado a las necesidades del mercado hollywodense, que exige el héroe individual.

Seis. La película de Mitre narra las consecuencias del terrorismo de Estado que entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983 padeció la sociedad argentina. Así como el histórico juicio a los comandantes de la dictadura cívico/eclesiástica/militar (1985). Hecho sin precedente en los anales de la justicia universal y que en el filme deja la sensación de que la justicia es posible.

Siete. Argentina 1985 nos presenta a un héroe real y ficticio a la vez: el fiscal Julio César Strassera (1933-2015), quien en vísperas del golpe genocida fue nombrado fiscal federal por los militares, y en 1981 promovido como juez federal de sentencia. Pero, durante su gestión, Strassera jamás dio lugar a los miles de habeas corpus interpuestos por los familiares de los ciudadanos que desaparecían o morían en la mesa de tortura.

Ocho. ¿Cómo tomar, entonces, las propias palabras de Strassera, cuando en el alegato final del juicio habló de perversión moral, condenando a los genocidas a perpetuas y largas sentencias y haciendo llorar con su vibrante Nunca más?

Nueve. ¿Héroe o canalla? Si el primer calificativo fuera válido, el general Milton Eisenhower sería el gran justiciero de la Segunda Guerra Mundial. Y esto pasa cuando por razones de mercado, el héroe individual ficticio se superpone al héroe colectivo real. Por ejemplo, la desdibujada aparición en el filme de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que posibilitaron la derrota de la dictadura, y la tenaz presión política para juzgar a los militares en ­democracia.

Diez. En 1998, los organismos de derechos humanos obligaron al presidente peronista Carlos Menem a dictar un decreto disponiendo que los establecimientos educativos dedicaran el 24 de marzo al análisis crítico del golpe. En 2002, durante la presidencia del peronista Eduardo Duhalde, una ley estableció la conmemoración oficial bajo la denominación de Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Y en 2006, durante el mandato del también peronista Néstor Kirchner, otra ley estableció la condición de feriado de la fecha.

Once. Pese a ello, el presidente Mauricio Macri (jefe de jefes de las mafias políticas argentinas) dictó en 2017 un decreto estableciendo la movilidad del feriado. Que poco después fue dejado sin efecto, debido al rechazo del peronismo y los organismos de derechos humanos.

Doce. Argentina 1985 es un filme que llega en un momento crucial en la vida democrática del país sudamericano. Formalmente, en Argentina hay independencia de poderes, pero con un Poder Judicial usurpado por una banda de jueces y fiscales mafiosos que responden a Macri, y los expertos en lawfare (persecución político-judicial) del Departamento de Estado y la embajada de Washington en Buenos Aires.

Trece. Cuando el cine o el teatro incursionan en política, suele aclararse, por si las moscas, que se trata de una ficción. Algo parecido acontece con las non-fiction novels. No obstante, convengamos en que no es igual contar una historia terrible que aconteció hace dos siglos, a la de tan sólo 40 o 50 años. La memoria está fresca y, por sobre todo, la de los activistas y organismos de derechos humanos, que no dejan pasar gato por liebre.
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Miquel Angel Soria

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Nov 14, 2022, 1:30:44 AM11/14/22
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El 14 de novembre de 1921 es va fundar el PCE, Ara, cent un anys
després, un grup que s'autodenomina Abogados Cretinos -o és
Cristianos?- denuncia davant la justícia a la direcció de Correos per
emetre un segell commemoratiu de la data.
En aquest país no és pot dir mai allò de "Ja ho he vist tot" perquè no
és cert; i com diria l'inefable M Rajoy, és fals.


La mano invisible del mercado
Por Jorge Majfud (Página 12)

Poco después de la destrucción nuclear de Hiroshima y Nagasaki, el
presidente Truman declaró a la prensa: “Le damos gracias a Dios porque
esto haya llegado a nosotros antes que a nuestros enemigos, y rezamos
para que Él nos pueda guiar para usarlo según Su forma y Sus
propósitos”. Literalmente alguien (Dios, para una mente fanática) puso
las bombas atómicas en sus manos, ya que el presidente Truman no supo
del Proyecto Manhattan hasta después de la muerte del presidente
Roosevelt, unos meses antes, en 1945.

Con frecuencia las agencias secretas saben más que los presidentes
que, desde el punto de vista de quienes no deben rendir cuentas al
pueblo, son flores de un día. Los presidentes pasan, las agencias
secretas permanecen. Esta tradición de espionaje y de ejecución de
políticas propias (siempre “por una buena causa”) sufrió un intento de
supervisión por parte de comisiones especiales del parlamento, luego
de las revelaciones de la comisión Church en 1975, pero nunca fue muy
efectiva ni sistemática. Los mismos integrantes de la Comisión de
Seguridad del parlamento de Estados Unidos son fanáticos defensores de
las intervenciones ilegales en otros países, como el senador de
Florida Marco Rubio, o, cuando no lo son, reciben una cuota limitada y
fraccionada de información clasificada. “Somos como honguitos” se
quejó uno de los miembros de la Comisión Selecta del Senado sobre
Inteligencia, Norman Mineta, en los 80s. “Ellos [la CIA] nos dejan en
la oscuridad y nos alimentan con un montón de bosta”.

Según la profesora y miembro del directorio de la poderosa contratista
militar Kratos, Amy Zegart, “la protección de la información de las
fuentes y de los métodos es para la seguridad nacional de Estados
Unidos; ninguna democracia puede ser totalmente transparente”. Cien
páginas más adelante, en su libro Spies, Lies, and Algorithms (2022),
reconoce: “el trabajo de los espías y de los soldados se ha vuelto
indistinguible en muchas formas; los ataques de drones son planeados y
ejecutados en conjunto tanto por la CIA como por el Pentágono, a veces
juntos y a veces cada cual por su parte”. Según el profesor de la
Universidad de Texas, Bobby Chesney, “los ataques con drones de la CIA
se realizan bajo la autoridad de acción encubierta del Título 50, lo
que significa que las operaciones no deben ser reconocidas ni
informadas”.

Claro, tampoco los ciudadanos publican las claves de acceso a sus
cuentas de banco, pero ese derecho al “secreto” desaparece cuando el
secreto esconde actividades ilegales. La vieja excusa de la “seguridad
nacional” radica en la elasticidad semántica del término. Sólo por
considerar lo ocurrido en Estados Unidos después de 9/11, podemos ver
que ningún grupo terrorista islámico puso nunca la existencia de este
país en peligro, como puede serlo una verdadera guerra, pero en nombre
de “la seguridad nacional” se exterminaron derechos de los mismos
ciudadanos estadounidenses a la privacidad de su información y se
desató una tormenta de censuras y autocensuras en los medios, para no
hablar de la escandalosa e impune violación sistemática de los
derechos humanos de miles y millones de personas alrededor del mundo.
John Mueller, profesor de la Universidad Estatal de Ohio lo puso de
forma didáctica: “el número de personas que cada año son asesinadas
por terroristas musulmanes en todo el mundo es, más o menos (…) la
misma cantidad de personas que mueren ahogadas en la bañera”.

Pese a todo, y no por casualidad, el presupuesto de Washington
invertido en “seguridad nacional” desde los misteriosos atentados del
9/11 se ha incrementado tanto como toda la economía de Brasil o de
cualquier país europeo. Prácticamente nada de esas fortunas hicieron a
los ciudadanos estadounidenses más seguros sino más paranoicos y menos
libres. En el proceso, unas pocas corporaciones multiplicaron sus
fortunas.

La misma existencia de estas super poderosas agencias fue varias veces
cuestionada, con resultados trágicos. La primera vez fue cuando
fracasó la invasión a Cuba en 1961. El presidente John Kennedy había
heredado este plan de la CIA que debía repetir el éxito del golpe de
Estado en Guatemala siete años antes. El plan contaba con que la
población cubana se iba a unir a los invasores luego de una campaña de
propaganda mediática. Pero Ernesto Che Guevara había estado en
Guatemala cuando se puso en práctica esta estrategia y, una vez la
Revolución cubana expulsó al títere de Washington, Fulgencio Batista,
Guevara afirmó: “Cuba no será otra Guatemala”. Se refería al control
nacional de la prensa para evitar la inoculación de la CIA en un nuevo
sabotaje social. Ocurrió que Guevara estaba en lo cierto y la nueva
invasión planeada por la CIA fracasó debido a que los cubanos se
pusieron del otro lado. Furioso por el fiasco, Kennedy amenazó con
disolver la CIA, despidió a su poderoso director, Allen Dulles y le
informó a su vicepresidente, Lyndon Johnson, que no contaría con él
para la reelección… Unos meses después fue asesinado en Dallas. El
agente cubano de la CIA Antonio Veciana asegurará, en su libro Trained
to Kill (2017), que había visto al asesino Lee Oswald unas semanas
antes en Texas, hablando con su jefe, David Atlee Phillips.

Un nuevo intento de disolución de la CIA llegó poco después de la
Guerra Fría, en 1990. El ex agente de la Agencia y autor de varios
libros sobre política internacional, William G. Hyland, en 1991 afirmó
que “nunca antes Estados Unidos había estado menos amenazado como
ahora”. El teniente General y ex jefe de la NSA, William Odom y el
senador Daniel Patrick Moynihan directamente recomendaron abolir la
CIA. El New York Times informó: “Sin la amenaza soviética, ¿por qué no
abolir la CIA y dejar que el Departamento de Estado se haga cargo? La
CIA es el producto por excelencia de la guerra fría y, ahora que la
guerra ha terminado, la agencia pertenece al pasado”. En 1991,
Moynihan presentó un proyecto de ley para abolir la Agencia. La misma
CIA publicó un documento, ahora desclasificado, mencionando los
repetidos fracasos de la agencia, incluido su incapacidad para ver los
problemas económicos de la Unión Soviética y mucho menos su posterior
colapso. Claro que lo más probable es que estos “fracasos” como el que
llevó a la guerra en Irak “basado en información de inteligencia
incorrecta” se deban a otra tradición entre los mismos agentes, jefes
y funcionarios de estos poderosos agencias secretas: su tendencia a
exagerar las amenazas ficticias y no ver (o ver tarde) las amenazas
reales, como el ataque a las Torres gemelas. La idea es alimentar la
idea de que son indispensables para la seguridad nacional. Es decir,
todo aquello que mantenga y amplifique el estado de paranoia de la
población.

Nadie puede abolir agencias que son más poderosas que cualquier
congreso y hasta que cualquier gobierno. Menos cuando son la mano
invisible de las grandes corporaciones. Como el mismo presidente de la
Comisión Permanente sobre Inteligencia de la Cámara de Representantes
Lee Hamilton confirmó en 2007, citando al comic The wizard of ID,
“Todos tenemos que vivir según la regla de oro: es decir, quien
controla el oro hace las reglas”.

* * *
Los médicos cubanos en Bolivia
Tanalís Padilla* (La Jornada)
Hoy se cumple el tercer aniversario del golpe de Estado contra el
entonces presidente de Bolivia Evo Morales. Varios actores propiciaron
la destitución del primer presidente indígena en un país donde entre
41 y 62 por ciento de los habitantes se identifican como indígenas.
Casi tres semanas antes del golpe se habían llevado a cabo elecciones
en las cuales Morales había sido relegido con 47 por ciento del voto
con poco más de 10 puntos sobre su contendiente más cercano.

Desde antes de las elecciones la derecha había indicado que no
aceptaría unos comicios que dieran el triunfo a Morales. La oligarquía
cruceña movilizó sus fuerzas de choque fascistas, los cuales, a la
victoria de Morales, se dedicaron a atacar y a torturar a militantes
de su partido, en ocasiones quemando sus casas y amenazando a
familiares de varios mandatarios del MAS. Carlos Mesa, líder centrista
y también candidato a la presidencia, alentó la desestabilización
proclamando que había habido un fraude monumental al que había que
responder con una movilización permanente. A escala internacional la
OEA legitimó el golpe con su reporte que apuntaba –sin legítima
evidencia– que las elecciones habían presentado manipulaciones
intencionadas y serias irregularidades. Su secretario general, Luis
Almagro, sigue sosteniendo esta visión a pesar de los numerosos
análisis internacionales que demuestran la no evidencia de fraude.

Desde que Morales asumió la presidencia en 2006 las condiciones de
vida para la gran mayoría del pueblo boliviano mejoraron
impresionantemente. Su administración invirtió en salud pública,
educación y pensiones; nacionalizó las industrias de gas, petróleo,
electricidad e hidrocarburos; distribuyó tierra a campesinos; redujo
el hambre considerablemente; aumentó el salario mínimo real 140 por
ciento, y bajó la pobreza 40 por ciento y la extrema pobreza 60 por
ciento.

Un componente esencial en la mejora de las condiciones de vida fue la
llegada de médicos cubanos. No era la primera vez que Cuba manifestaba
este tipo de solidaridad con el país andino. En su libro Healing the
Masses, Julie Feinsilver detalla cómo, en la década de 1980,
arquitectos y personal cubano construyeron tres unidades pediátricas
de cuidados intensivos en Bolivia, entregándolas completamente
equipadas. Cuba también vendió medicamentos al país a un costo 10
veces menor que las farmacias trasnacionales.

El internacionalismo médico cubano se intensificó dramáticamente con
la llegada de Morales a la presidencia y bajo el marco de la Alianza
Bolivariana para las Américas (ALBA). En su libro Healthcare without
Borders, John Kirk da una idea de su alcance y dimensión: entre 2006 y
2013 arribaron de Cuba 816 médicos, 305 técnicos de salud, 68 personal
de apoyo y 19 dentistas que se desplazaron a las áreas más pobres.
Llegaron a atender a 22.3 por ciento de la población boliviana.
Además, bajo la Operación Milagro, se les devolvió la vista a 632 mil
87 personas (incluyendo a Mario Terán, el asesino del Che Guevara). En
este periodo llegaron 265 profesores de medicina cubana a dar
capacitación en 191 clínicas bolivianas. Por si fuera poco, también
había 3 mil 800 médicos bolivianos formados en Cuba y 4 mil 302
cursando carreras de medicina gratuitamente en la Escuela
Latinoamericana de Medicina en La Habana.

Esta colaboración continuó durante el tercer mandato de Morales hasta
que en 2019 llegó a un abrupto fin con el golpe de Estado. Las fuerzas
golpistas añadieron a su campaña racista antindígena, una fuerte dosis
de xenofobia anticubana. Fueron poco originales, pero muy efectivos:
que los cubanos no eran médicos bien formados; que les quitaban el
trabajo a los médicos bolivianos; que fomentaban el comunismo, y que
estaban repartiendo armas y propaganda al pueblo que defendía a
Morales.

En los días en que se gestó el golpe, elementos del ejército y de la
policía catearon las residencias de los brigadistas cubanos
denigrándolos, apuntándoles con armas y desnudando a las mujeres; se
llevaron sus objetos personales además del dinero para cubrir sus
estipendios, así como computadoras y autos (de propiedad cubana) que
los brigadistas utilizaban para desplazarse a atender pacientes. Hubo
amenazas de quemar sus residencias y, en El Alto, cuatro miembros de
la brigada fueron apresados por la policía. La jefa de la misión
medica cubana, Yoandra Muro, describió la experiencia diciendo: te
acostaste siendo un médico digno y querido y te levantaste siendo un
terrorista.

Ante tales amenazas, el gobierno cubano retiró sus 730 brigadistas,
tarea nada fácil, ya que estaban desplazados por todo el país, eran
detenidos en retenes, y sus colaboradores bolivianos estaban bajo
igual asedio. “Te dolía como ser humano irte –rememoró después Muro–
saber que dejabas 33 hospitales en Bolivia que se quedaban sin
profesionales, que se quedaban sin un cirujano, sin un pediatra, sin
un anestesiólogo, y esto duele desde el punto de vista humano, médico
sobre todo.”

En octubre de 2020 el golpe fue revertido con la elección del Luis
Arce del MAS. A pesar de su abrumadora victoria, la derecha no
abandonó sus intentos por sabotear la democracia como se puede ver en
sus actuales acciones para desestabilizar al país. En Bolivia, como en
otros países latinoamericanos con gobiernos de izquierda, las fuerzas
de la reacción siguen fuertes y cuentan con un aliado imperial. Sigue
un clima adverso que, gracias al bloqueo estadunidense, nadie conoce
mejor que el pueblo cubano. Su histórica respuesta de
internacionalismo médico nos muestra un camino de solidaridad regional
en beneficio de los más necesitados.

* Profesora-investigadora del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Autora de Unintended Lessons of Revolution, una historia de las
normales rurales.
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Miquel Angel Soria

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Nov 15, 2022, 1:31:50 AM11/15/22
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Noviembre
15
Hugo Blanco nació dos veces

En el Cuzco, en 1934, Hugo Blanco nació por primera vez.
Llegó a un país, Perú, partido den dos.
Él nació en el medio.
Era blanco, pero se crió en un pueblo, Huanoquite, donde hablaban
quechua sus compañeros de juegos y andanzas, y fue a la escuela en el
Cuzco, donde los indios no podían caminar por las veredas, reservadas
a la gente decente.
Hugo nació por segunda vez cuando tenía diez años de edad. En la
escuela recibió noticias de su pueblo, y se enteró de que don
Bartolomé Paz había marcado a un peón indio con hierro candente. Este
dueño de tierras y gentes había marcado a fuego sus iniciales, BP, en
el culo del peón, llamado Francisco Zamata, porque no había cuidado
bien las vacas de su propiedad.
No era tan anormal el hecho, pero esa marca marcó a Hugo para siempre.
Y con el paso de los años, se fue haciendo indio este hombre que no
era, y organizó los sindicatos campesinos y pagó con palos y torturas
y cárcel y acoso y exilio su desgracia elegida.
En una de sus catorce huelgas de hambre, cuando ya no aguantaba más,
el gobierno, conmovido, le envió de regalo un ataúd.

Eduardo Galeano


Médicos en Uber, pacientes atendidos por el doctor Google
Isaac Rosa

La otra noche Isabel Díaz Ayuso estaba cenando en su casa, al final de
otro día intenso: un duro cruce con la oposición en la Asamblea,
varias entrevistas donde le cuestionaron su gestión sanitaria,
dimisiones de médicos, caos en las urgencias, una huelga convocada,
manifestación el domingo… Estaba cenando, ya más relajada, cuando de
pronto sintió que no podía respirar. Me ahogo, pensó. Le faltaba el
aire, tenía una fuerte opresión en el pecho, y cuando trató de hablar
no era capaz de pronunciar, balbuceaba, intentaba pedir ayuda y no le
salían las palabras. Un familiar la llevó deprisa al centro de salud,
pero encontraron las urgencias cerradas y un cartel en la puerta
escrito a mano: “No hay médico”. Corrieron al hospital, pero lo mismo
habían hecho muchos otros pacientes, desbordando las siempre
sobrecargadas urgencias. Tras más de cuatro horas un celador le dijo
que aún tendrían que esperar otras dos horas. Como se sentía mejor,
consultó al doctor Google: comparó sus síntomas con lo que ponía en
una web, se autodiagnosticó crisis de ansiedad y se fue para casa.
Para quedarse tranquila, pidió cita en atención primaria. Se la dieron
para dentro de tres semanas, y además en consulta telefónica, no la
verán en persona.

No, no fue Díaz Ayuso la protagonista de esta historia, sino una buena
amiga mía, esta misma semana. Pero podía haberle ocurrido a Ayuso. O a
ti. Cualquiera conoce historias similares en su entorno o en carne
propia: urgencias cerradas o sin médico en el centro de salud,
urgencias hospitalarias con varias horas de espera, citas con semanas
de retraso, y podríamos añadir las demoras de meses para un
especialista o una cirugía. Solución: doctor Google, autodiagnóstico,
automedicación. O sanidad privada, que bate récords de usuarios desde
la pandemia, y que en Madrid tiene el mayor porcentaje de ciudadanos
con seguro privado, no por casualidad: son ya dos décadas de acoso y
derribo a la sanidad pública. Si en su día fueron a por los
hospitales, entregados en su construcción y gestión a empresas, ahora
la diana está en la atención primaria.

No es solo Madrid, ya lo sé, no es la única comunidad con listas de
espera, atención primaria desbordada, intentos privatizadores. Yo vivo
en Andalucía, qué me vais a contar. La pandemia saltó las costuras del
sistema entero, pero esa mayor conciencia que supuestamente nos dio el
virus, no se ha traducido en políticas públicas. Hace años presumíamos
de tener una de las mejores sanidades del mundo, ¿recordáis? Hoy en
cambio nos consolamos diciendo que por lo menos aquí no tenemos que
pedir un crédito para un tratamiento, como en Estados Unidos. Sí,
seguimos siendo afortunados, y las trabajadoras y trabajadores de la
sanidad pública siguen salvándonos la vida, pero lo hacen cada vez más
al límite. Y a costa de su propia salud, nada menos.

No es solo Madrid, pero cuidado que Madrid es la avanzadilla y el
laboratorio de lo que acaba llegando a otros territorios. Lo último,
los médicos trasladados ¡en coches de Uber! en mitad de la noche es la
mejor imagen del destrozo actual, y del que está por venir.

Llevamos años repitiendo el lema de “La sanidad pública no se vende,
se defiende”. ¿Se defiende? No, no “se defiende” sola, hay que
defenderla. Y tampoco podemos esperar que la defiendan sus
trabajadores, como si fuese responsabilidad suya. Bastante tienen con
defender sus derechos laborales y no salir huyendo a otras comunidades
o países por las malas condiciones y la sobrecarga. La defensa de la
sanidad pública es tarea de toda la población. Porque además los
trabajadores solos no pueden, no tienen suficiente fuerza, ni es justo
exigirles que lo hagan; ya hacen mucho tapando los agujeros del
sistema. Insisto: a costa de su salud, menuda paradoja.

* * *
Reunión de la derecha mundial aquí: ¿para qué?
Fernando Buen Abad D.* (La Jornada)


Afalta de líderes emblemáticos para el presente, la derecha se reúne a
reciclar ataques contra la humanidad. Hablarán, en nombre de Dios,
sobre cómo reprimir a los pueblos, imponer reformas laborales y
fortalecer sus armas de guerra ideológica. Hablarán en nombre de la
libertad y de la democracia. Reciclarán sus valores –o antivalores–,
porque les preocupan los populismos que inquietan al idilio burgués,
mientras la realidad, cruda y dura, reacomoda todo. Comenzando con la
ideología de la clase dominante que se asusta, y se desespera, cuando
pierden poder sus elíxires y sus chantajes. Cada día les es menos
fácil esconder los muertos y la miseria que el capitalismo fabrica. Y
están organizando, lo sabemos, cosas peores. ¿Cómo lo disfrazarán sus
mass media? https://cpacmx.com/.

Se reunirán, con su instinto monopólico a cuestas. Congregarán sus
contradicciones mientras el mundo acusa estragos de fracaso
civilizatorio. Ellos saben que no hay manera de defender al
capitalismo que se encargó de destrozar toda posibilidad de
prosperidad para la humanidad entre guerras, debacles
económico-políticas, pandemias y devastación de la dignidad humana.
Compartirán discursos de ambigüedad salivosa y, entre manotazos de
ahogado, tratarán de organizar su idea de democracia de élite, con su
pluralismo de soliloquios, para asegurarle lugar al discurso único de
endeudar a todos y asegurar la renta de unos cuantos. A cualquier
precio.

Se reúnen para organizar su sobrevivencia, en el escenario electoral
próximo, y porque saben que ya no son capaces de mangonear a sus
anchas, ni siquiera en los campos semánticos de sus intereses. Saben
que entró en crisis su inteligencia y su misticismo escapista. Por eso
se pertrechan con más armamentos legalistas y leguleyos; financian la
guerra judicial en su laberinto histórico; arman guerras contra los
trabajadores disfrazadas de reformas laborales; reordenan el mapa del
saqueo de los recursos naturales, y reorganizan sus fuerzas represoras
de cuerpos e ideas… todo eso con alharacas por la corrupción y la
inseguridad mientras promueven todas las baratijas del neofascismo.
Exhibirán, sin pudor, una moral monopólica que requiere la
desaparición de toda competencia. ¿Y nosotros qué hacemos mientras?

Ellos advierten su derrumbe y se disponen a cerrar toda salida hacia
una nueva sociedad. Se devanan los sesos para lograr modificaciones en
las más rancias manías del control y el reformismo. Se reúnen para
consolidar blindajes a su modelo económico, desde las bases de sus
estructuras jurídicas y militares… su pérdida de ideas y de futuro en
la espiral descendente y abismal de su decadencia. También repasarán
el instructivo imperial protocolizado por la derecha madre que
recrudece su cada día más mediocre decisión de refugiarse en el reino
de la mediocridad mediática. No es un juego de palabras es el relato
de una decadencia que, cuanto más se hunde, más farándula se vuelve y
más peligrosa puede resultar si nos descuidamos. Su reunión contendrá
nichos de obsecuencia y ridículo entre vahos de intransigencia
individualista sin importar cómo se llamen. Y, mientras, serán
aplaudidos por sus teles.

Eso que les queda como agenda político-económica será dirimido a
tirones de egolatrías lenguaraces domesticadas para fabricar
eufemismos que camuflan, de mil maneras, el odio de clase burgués. Sus
más conspicuos representantes tienen la tarea infausta de idear
ilusiones rentables para sus jefes… crearles espejismos sobre sí
mismos y sobre su destino mesiánico. Sus mejores ideas se pudren en el
caldo irracional de sus planes de ganancias y sus modelos de negocios.
Ya veremos cuántos gobiernos se hacen cómplices de cada acuerdo
pergeñado en esta reunión. Por eso fundan reinos de espionaje
desesperado y procaz como neoestrategias para reprimir y,
especialmente, para sembrar pruebas falsas a quien se les antoje
sacrificar en sus campos de guerra judicial. De sus aulas y
laboratorios de pensamiento sólo emergen proyectos de usura, evasión,
fraude y desfalco.

No es mala idea tomarse en serio lo que se discuta en éste y otros
encuentros. Observarlo de cerca, decodificar sus mensajes patentes y
latentes. Saldrán con la consigna de impregnarnos su optimismo y
convencernos de que ellos son lo mejor que pudo pasarnos. Avanzarán
hacia la radicalización de sus protocolos de saqueo y explotación, con
modalidades retóricas nuevas cargadas con campañas mediáticas y hacia
un modelo de control que les crece desigualmente. Hoy les vemos el
rostro, con mayor nitidez histórica y les vemos su declinación que, no
sin amenazas, encierra la advertencia de una época peor. No todo en el
derrumbe del capitalismo es noche y silencio. Por el contrario, para
los pueblos es claridad y fortaleza porque nace, firme, la certeza de
que otro mundo es posible, necesario y urgente. Si atendemos nuestras
debilidades como se debe.

* Director del Instituto de Cultura y Comunicación y Centro Sean
MacBride de la Universidad Nacional de Lanús
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Miquel Angel Soria

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Nov 16, 2022, 1:30:08 AM11/16/22
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Gran acció de la memòria, i de la seva vídua Pilar del Río, i dels
molts amics seus i seguidors de la seva obra. Ningú diria que celebrem
el centenari del naixement de José Saramago, perquè el tenim, molt
viu, en obra en la nostra biblioteca, en persona en el racó del pit on
guardem el cor. I acudim als seus primers versos d'un llunyà 1966 -Os
poemas possíveis- on trobem un premonitori
EPITAFI PER LUÍS DE CAMOES

Què sabem de tu, si només vas deixar versos,
Què memòria va quedar al món que vas viure?
Del nèixer al morir vas guanyar cada dia
O van perdre ta vida els versos que vas escriure?

O al segon llibre de poemes Probablement alegria
PAISATGE AMB FIGURES

No hi ha gaire que veure en aquest paisatge:
Camps inundats, branques nues
De salzes i àlbers encrespats:
Arrels descobertes que varen canviar
El natural del sol pel cel buit.
Aquí ens agafem les mans i caminem,
Trencant boires.
Jardí del paradís, obra nostra,
Som aquí els primers.


De la exhumación de Queipo de Llano a la exaltación de Millán Astray
Javier Pérez Royo

Casi sin solución de continuidad hemos asistido a dos interpretaciones
no diferentes, sino antagónicas, diría yo, de la recientemente
aprobada Ley de Memoria Democrática.

La Hermandad de la Macarena, después de mantener enterrado durante 71
años en lugar preferente de la Basílica al general Queipo de Llano,
aceptó dar cumplimiento a la Ley y exhumó los restos del general y los
de su mujer, que fueron entregados a sus familiares, que procedieron a
su incineración en el cementerio de Alcalá de Guadaíra. También
procedió a continuación a retirar la placa enaltecedora del general
que acompañaba a los restos enterrados delante del altar.

Los 71 años transcurridos desde que Queipo de Llano fue enterrado
hasta que sus restos han sido exhumados hablan por sí solos. Aunque no
cabe duda de que hay muchos hermanos de la Macarena a los que
repugnaba que el general estuviera enterrado en la Basílica, tampoco
puede haberla de que para la mayoría no presentaba ningún problema y
que incluso lo podían considerar un timbre de honor. Pero la ley se ha
aplicado y quiero creer que con el paso del tiempo la mayoría
entenderá que es bueno para la Hermandad que así haya sido. De momento
no ha habido ninguna manifestación de repulsa contra la exhumación.

Frente a este ejemplo de interpretación de la Ley de Memoria
Democrática, a los pocos días hemos asistido en Madrid a una
interpretación no distinta, sino contradictoria, con la exaltación de
Millán Astray como fundador de la Legión, al que han erigido una
estatua de 7 metros en La Castellana, en un lugar muy próximo al de la
escultura de homenaje a la Constitución de 1978. Las palabras del
alcalde de Madrid en el acto público de colocación de la estatua dejan
pocas dudas acerca de la finalidad que se persigue con la colocación
de la misma.

La colocación de la estatua no puede haberse producido sin la
autorización del Ayuntamiento de Madrid. Este es el acto
administrativo decisivo de interpretación de la Ley de Memoria
Democrática, que tendría, en mi opinión, que ser estudiado por el
Ministerio Fiscal, con la finalidad de verificar si tal acto
administrativo es compatible con la Ley de Memoria Democrática o no lo
es. Y en el caso de que no lo fuera, interponer el recurso
correspondiente ante la jurisdicción contencioso-administrativa para
que tomara la decisión definitiva.

Pienso que debería hacerse de manera inmediata y, en el supuesto de
que la Fiscalía llegara a la conclusión de que el acto administrativo
municipal es contrario a la Ley, el escrito de interposición del
recurso debería incluir la solicitud de medidas cautelares como cubrir
la estatua hasta el momento en que se dictara sentencia.

En mi opinión, ha habido una deliberada voluntad de incumplir la Ley
de Memoria Democrática. El recurso ante los Tribunales de Justicia es
la forma de reaccionar frente a tales incumplimientos. Pero hay que
hacerlo ya. Y con solicitud de medidas no cautelares, sino
cautelarísimas.

* * *

La maldición de TUR
Elisa Beni

Ex abundantia cordis loquitur lingua

Estos días tengo una obsesión: no hago sino mirar a los tejados de
Madrid por ver si de las chimeneas sale humo. Les adelanto, no sale.
Les aclaro, no se han puesto aún las calefacciones, sobre todo las
centrales. La temperatura mínima por la noche será hoy de cuatro
grados, no está saliendo el sol para calentar los edificios a mediodía
y solo depende de la calidad del aislamiento el calor que son capaces
de guardar. 'Winter is coming', que ya somos todos de Invernalia.

El Quijote recogía una frase evangélica sobre la tendencia del ser
humano a hablar de lo que tiene lleno el corazón. Escribo con una
bolsa de agua caliente sobre las piernas, así que, ¿de qué iba a
hablarles mi pluma? La batalla del gas es de tal naturaleza que se
escapa a nuestro control. No sé cuándo podré calentar mi casa, como no
lo saben muchos millones de hogares de las zonas más frías del país.
El Gobierno hizo su trabajo –aunque lo podía haber hecho algo mejor–;
ahora son las grandes compañías energéticas las que se hacen las locas
y los impedimentos burocráticos y la falta de personal y de empresas
autorizadas los que nos tienen inmersos en una inmensa bola… de nieve.
Empieza a hacer frío, y hará más. El reloj corre contra nosotros por
muy concienciados que estemos de nuestra participación como soldados
pasivos frente al general invierno.

El Gobierno hizo sus deberes. Costó. Probablemente si no hubiera
tardado tanto en aprobar la TUR 4 para comunidades, habría habido más
plazo para cumplir los trámites. Afortunadamente se dio cuenta de que
no podía dejar a 1,7 millones de hogares imposibilitados para poner la
calefacción. No lloremos por el gas derramado ahora. Cuando les digo
que imposibilitados, no exagero. Los precios ofrecidos por las
gasistas a las comunidades de vecinos multiplicaban por cinco los del
año pasado. Eso suponía pagar en muchos casos entre 1.500 y 3.500€ al
mes según tamaño de la vivienda, orientación y frío exterior para
mantener las mismas condiciones térmicas que otros inviernos. Nadie
puede pagar cinco veces más de lo que pagaba anteriormente (bueno,
casi nadie… yo, desde luego, no).

Así que tenemos la TUR (Tarifa de Último Recurso), que es la tarifa
más económica ahora mismo para todo usuario, individual o colectivo.
Leo pasmada que las empresas están cabreadísimas con el Gobierno por
esta migración hacia el mercado regulado con precios más asequibles:
“El único consuelo de las comercializadoras es que la mayoría de los
usuarios son absolutamente desconocedores de que pueden pagar mucho
menos”. Hace falta tener cuajo. La cuestión es que esa tarifa solo
pueden darla las cuatro comercializadoras de último recurso de las
grandes empresas del sector y que para la mayoría de los usuarios está
resultando misión imposible. Los consumidores individuales ven cómo no
se les coge el teléfono, cómo han hecho desaparecer el indexado de las
webs de contratación y todo tipo de tropelías que han llevado a la
Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a abrirles
un expediente informativo para que noten su aliento en el cogote y se
corten un pelo. Y es que la Comisión Nacional del Mercado de Valores
(CNMV) calcula que en el mercado libre obtenían un beneficio bruto de
hasta 332€ por cliente individual y año, mientras que con la TUR
apenas sacan 20€ netos. Es lo que tiene esa loca carrera empresarial
consistente no solo en tener beneficios sino en tener que ganar cada
año más, incluso en los años del general invierno, aunque tu país se
muera de frío. No deja de ser un pulso también al propio Gobierno. Tú
legislas y yo te pongo la zancadilla. A ver quién gana.

Lo de las comunidades de vecinos es otro mundo con pesadillas propias,
como de Álex de la Iglesia. El Gobierno ha aprobado al fin para ellas
la TUR 4, pero ha puesto varias condiciones para poder solicitarla.
Aquí viene la madre del cordero de muchas familias ahora. La primera
condición es estar al corriente de los recibos anteriores; con esto no
hay muchos problemas. Otra, tener contadores individuales o
instalarlos antes de septiembre del año que viene, mediante aprobación
en junta. En las casas más nuevas, los contadores están, pero en las
demás están celebrando juntas a toda mecha –supongo que se bajarán la
butater–, aunque se temen que no van a llegar y les pueda caer una
penalización dado que no hay suficiente mano de obra en las empresas
instaladoras para cubrir la demanda y no se comprometen a cumplir el
plazo.

Después viene la idea de exigir que estén pasadas las OCA-RITE –sopa
de letras que acabo de conocer ahora–, que son las Revisiones de
Instalaciones Térmicas de Edificios por Organismos de Control
Autorizado. ¡Esto ya está siendo el acabose! Ahí es cuando el vecino
ingenuo y aterido descubre que la empresa de mantenimiento de su
comunidad no está homologada para emitir esos certificados, que las
homologadas no dan abasto y hay lista de espera y, en otros casos, que
para pasar la revisión precisa hacer reformas o arreglos en su sala de
calderas que tampoco habrá tiempo de realizar antes de que apriete el
frío, porque las empresas no tienen piezas ni mano de obra suficiente
y la demanda es inmensa. Sin esos papeles, la comercializadora no te
da la TUR. Sin TUR, las calderas no se arrancan, porque las
comunidades creen con buen criterio que a los precios actuales
tendrían que hacer frente a múltiples impagos de vecinos.

¿Era absolutamente necesario cargar con tantas exigencias –que no
tiene el consumidor unifamiliar– una tarifa que se aprobó tarde,
cuando ya era una emergencia? Me van a decir que hay un Real Decreto y
unas normas, pero, a sabiendas de que los inmuebles van con retraso,
¿no se podía dar una moratoria para pasar las inspecciones y,
mientras, permitir la contratación? Se trata de que se pueda encender
al menos en diciembre, que tampoco es mucho pedir. Son los papeles,
las juntas, las revisiones, las reformas y el remoloneo de unas
empresas que van a perder las jugosas ganancias de consumidores de más
de 50.000 kw/h al año. Nos abocan ¿a Navidad?, ¿a la próxima Filomena
en enero?

Ese es el motivo por el que las chimeneas no echan aún humo blanco y
no saben cuándo lo podrán echar. Ha habido amigos y compañeros que me
han aportado ideas magníficas del tipo comprar ...... (escriba sobre
la línea de puntos el aparato eléctrico ¡oh, my God! que se le ocurra.
Eléctrico, ya ven). No se cansen: no hay estufas de pellets ni
empresas que te las instalen a tiempo. Alguien me comentaba que
calienta bolsas de semillas, pero en el microondas. Yo llevo puestos
unos calcetines canadienses para la nieve y he comprado bolsas de
agua, aunque añoro la hora de pillar el edredón de pluma. Otros
recomiendan que, si no contestan las empresas, se mande un burofax
para acreditar la fecha de solicitud en caso de pleito. Los
administradores de fincas dicen que tengamos paciencia, que parece que
estas semanas van a dar altas.

Aunque tengo frío, no cambio un ápice mi posición respecto a lo único
que cabe hacer con el ansia expansionista de Rusia. Creo que hacemos
lo debido. Lo que considero bochornoso es lo que hacen las grandes
compañías energéticas y me parece muy poco operativo el laberinto
burocrático en el que están metidas muchas comunidades de vecinos.
Ningún vecino puede hacer nada por acelerarlo y eso me enciende. A lo
mejor con esto y unos mitones me basta para no perecer ante las teclas
en estas mis columnas. A lo peor lo que toca es hacerse una bohemia e
irse a escribir a los cafés que ahora están petados de nómadas
digitales.

Una maldición, ya les digo.
Vergara. Ayuso tenía razón.jpg
Rep. Prometen hasta las estrellas.jpg
Miki y Duarte. 'Las midterms'.jpg
Kike. Policía de Neandertal.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 17, 2022, 1:31:24 AM11/17/22
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Noviembre
17
El otro oído

Hoy murió, en 1959, el músico brasileño Heitor Villalobos.
Él tenía dos oídos, uno de adentro y otro de afuera.
En sus años mozos, cuando se ganaba la vida tocando el piano en algún putero de Río de Janeiro, Villalobos se las arreglaba para ir componiendo sus obras, como si tal cosa: cerraba el oído de afuera a la barahúnda de carcajadas y bebederas, y el oído de adentro se abría para escuchar, nota tras nota, su música naciente.
Después, en los años maduros, el oído de adentro fue su refugio contra los insultos del público y los venenos de los críticos.
                                                                                                                           Eduardo Galeano

Us deixo amb algun dels seus Preludis
https://www.youtube.com/watch?v=9q7UlMiMQ-s



Estados Unidos: una elección más hacia la Edad Media

Por Jorge Majfud (Página 12)


Nuestras sociedades están moldeadas en la comercialización de la vida, la cual, en Estados Unidos, ya existía desde mucho antes (¿qué no fue el sistema esclavista sino eso mismo?), pero comenzó a radicalizarse en sus formas actuales a principios del siglo XX. El mercado y su púlpito mediático se basan en dos sentimientos básicos y primitivos que hicieron posible la sobrevivencia de la especie: el miedo y el deseo. Dos fortalezas que hoy son debilidades. Para el mercado, el deseo se centra en su impulso sexual (sin sexo no se venden ni autos ni canciones) y en la promoción del miedo.

En las democracias secuestradas, la política es un mercado, no solo del poder sino al servicio del mercado financiero. Por lo tanto, el miedo y el deseo también son sus dos componentes fundamentales. El deseo (la utopía) ha sido un bastión de la izquierda, como el miedo (la distopía) lo ha sido de la derecha. Como estamos en un tiempo histórico claramente distópico (ya no intentamos imaginar un mundo justo y feliz, sino salvarlo de la catástrofe social y climática) la derecha vende más fácil.

Es lo que está ocurriendo en casi todo Occidente y, en particular, en el centro ideológico de ese mundo comercializado, propenso a la narrativa irracional de la propaganda comercial y del sermón religioso, despegado de toda evidencia. De ahí, por ejemplo, que los negacionistas de las elecciones suelen ser los partidos de derecha. ¿Qué más negacionista que una religión o la cultura del consumo?

Los anuncios políticos de los republicanos, como en Florida, se centraron en la inoculación del miedo a los inmigrantes y a la “ideología de género”. Los diez millones de inmigrantes ilegales, los trabajadores más abnegados del país, poseen en su conjunto una criminalidad mucho más baja que el resto de la sociedad, pero son el blanco perfecto de la industria del miedo porque no sólo no pueden hacer lobby como la mafia de Florida sino, además, no votan. Por su parte, la “ideología de género” no es un mal reciente que va a destruir a la Humanidad, como plantean estos políticos, sino que es más vieja que las pirámides de Egipto: es el milenario machismo, con su necesidad de poder y con sus miedos sexuales. Si supieran que la aristocracia europea usaba peluca, calzas y tacones altos (símbolo de masculinidad, debido al uso en la equitación que le dieron los árabes), que los niños en de la clase alta hasta hace poco eran vestidos de niñas, como el caso del presidente F. D. Roosevelt, y que los colores rosa y celeste por sexo fueron una invención reciente de las tiendas estadounidenses, se caerían de espaldas. O, más probable, lo negarían.

En otra publicidad, el candidato republicano a la gobernación de Arizona apareció en un pueblo del siglo XIX en el Lejano Oeste batiéndose a duelo con su oponente, con el Viejo Biden y con la senadora Pelosi, mientras detrás suyo un cowboy (el violador histórico de todas las leyes y fronteras) grita: “estamos cansados de las fronteras abiertas”. Otro, un cochero desde su carroza, agrega: “estamos cansados del precio del combustible…”

La elecciones de termino medio de este martes han sido solo un capítulo más en este descenso a la pornografía política. Aunque sumaron victorias en la cámara baja y en la elecciones de gobernadores, los republicanos no lograron dividir las aguas del Mar Rojo, lo que significa una frustración con dos resultados movilizadores para las elecciones presidenciales de 2024.

Primero, el candidato indiscutible del partido, Donald Trump, recibió un golpe anímico, ya que los votantes lo identifican a nivel nacional, como con el candidato a la gobernación de Pensilvania, la estrella de programas de televisión seudocientíficos, el Doctor Oz. Tal vez porque Oz es un turco musulmán, sus credenciales de conservador trumpista no le dieron para derrotar a un candidato demócrata que lucha por unir dos frases, debido a un reciente accidente cardiovascular.

Segundo, el discípulo preferido de Trump, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, arrasó en su estado, siendo reelegido con casi un 60 por ciento de los votos. Si este fenómeno no se dio en el resto del país y perjudicó a Trump, la buena votación de DeSantis lo catapulta para las elecciones de 2024. Los votantes frustrados correrán a sus brazos, a pesar de que hasta ayer, según las encuestas, tenía la mitad de apoyo que Trump. De hecho, ya ha comenzado a dar discursos eufóricos, como si hubiese sido elegido presidente y estuviese listo para extender su cruzada neo medieval, llevando sus prohibiciones a mencionar la existencia de gays, de revisar la historia racista en las secundarias o sugerir que los estudiantes universitarios graben a sus profesores buscando alguna inclinación ideológica.

Los ideólogos de la “libertad del mercado” (para los dueños del mercado), naturalmente, pidieron el voto para los republicanos. El hombre más rico del mundo, el afroamericano Elon Musk, luego de comprar Twitter por 44 mil millones prometiendo “luchar por la libertad” y “mantener la red social políticamente neutral”, no solo suspendió la cuenta de una comediante por imitarlo, sino que le pidió a sus 100 millones de seguidores en Twitter que votasen por los republicanos. El mismo que felicitó a la golpista Jeanine Áñez en Bolivia y, ante la acusación de haber participado en el golpe contra Evo Morales por el litio para sus autos Tesla, aseguró que “seguiremos dando golpes de estado cuando se nos antoje”.

Este estilo de exabrupto impune es un clásico de las derechas que tienen derechos especiales. El racismo, el clasismo y el sexismo están permitidos por la gracia de algún dios, lo cual quedó demostrado en Brasil con Bolsonaro y en muchos otros países.

Es probable que la frustración de este triunfo amargo en la elecciones del 8 de noviembre lleve a Trump a redoblar esta estrategia para competir contra DeSantis. Pocas horas atrás afirmó que la filtración realizada por la periodista que informó antes de tiempo sobre la reciente decisión de la Corte Suprema de revocar el derecho al aborto bajo circunstancias especiales, debe ser castigada con la cárcel para que allí encuentre una esposa más fuerte que la viole. El público conservador lo aplaudió con entusiasmo.

Sin candidatos jóvenes de peso, hasta el 2024 los demócratas echarán mano a las cartas que le quedan, como el uso del veto del presidente Biden.

Cuando las aguas y la violencia social llegue a las puertas de las mansiones de Florida y Texas, tal vez haya un nuevo ciclo político como el de los años 60. O tal vez la gradualidad de la catástrofe solo consolide el negacionismo fanático de la realidad.

                                                                   * * *
Costumbres en peligro
Vilma Fuentes (La Jornada)


Las cosas van mal en Francia. Este octubre se presenta como un otoño difícil: huelgas, manifestaciones, vida cara, inseguridad y violencia se suceden en aumento cada día y confirman que la moral francesa cae cada vez más bajo para entrar en una atmósfera francamente pesimista. Del París es una fiesta de Hemingway no parecen quedar muchos vestigios. Para colmo, siguiendo la tradición bien arraigada en Francia de un juego contradictorio, los ciudadanos como los comentadores, se dividen en dos campos: el de quienes pretenden que todo va bien y el de aquellos que sostienen que todo va mal. De un lado, el gobierno; del otro, la oposición política. O, más bien, las oposiciones, puesto que éstas son diversas y, en muchas ocasiones, opuestas entre ellas, de izquierda, de extrema izquierda, de izquierda ecologista y/o feminista, de derecha, de extrema derecha con matices de todo género.

Violencia criminal y delictiva, pero también violencia individual de quien pierde la calma en una altercación que lo saca de quicio a causa de la larga fila para obtener unos litros de gasolina. En efecto, la penuria de carburante, debida a las restricciones ligadas a la guerra en Ucrania y la interrupción de los intercambios comerciales con Rusia, provoca incidentes graves, e incluso catástrofes, al impedir a los automovilistas llenar su tanque a fin de poder circular libremente para ir a su lugar de empleo o realizar su trabajo de distribuidor, taxista y otras labores que obligan a desplazarse. Y cuando la situación se bloquea, la cólera sube cada día a un nivel más inquietante que, por el momento, llega sólo a los golpes entre dos individuos cuando uno de ellos abusa al aprovisionarse con una cubeta de gasolina después de llenar su tanque.

Como si todo esto no bastara, acaba de producirse una espantosa tragedia que lleva a su colmo la cólera y la desesperación de los franceses. Una adolescente de 12 años, Lola, fue asesinada después de ser torturada y violada. Lo más abominable de estos hechos es que, según la investigación policiaca, el crimen fue cometido por una mujer de 24 años, quien confesó, pero sin dar en el curso de sus confusas revelaciones ninguna explicación comprensible a su acto criminal.

Los siquiatras hacen sus estudios, pero el público no está dispuesto a satisfacerse con un análisis que permitiría, método ya utilizado por algunos abogados, escapar a un proceso en justicia si se la considera penalmente irresponsable, tal como establece el derecho francés.

Muchos ciudadanos rechazan este procedimiento y desean un castigo ejemplar, pues violencia y crimen se multiplican cada año. Un neologismo circula: ensalvajamiento, término introducido por Chevènement, antiguo ministro muy apegado a los valores de la República, inquieto por la pérdida de los valores republicanos entre la juventud, como por la pérdida de respeto a la autoridad, sobre todo desde las revueltas de mayo de 1968.

Hoy, el ensalvajamiento designa la metamorfosis de una sociedad donde las querellas ya no se deciden con palabras, sino con puñales. Los franceses no reconocen su país, lejos ahora de la Douce France cantada por Trenet. Cada día, los medios informan que unos salvajes arreglaron sus cuentas con armas.

El tráfico de droga se ha desarrollado en forma considerable y los traficantes, jóvenes o no, a menudo organizados en bandas con métodos cuasi militares, no dudan en servirse de armas para matar como para beneficiarse con el negocio de armas que se venden bien.

Si se gana más dinero con el tráfico de droga, ¿por qué buscar un trabajo?, se preguntan jóvenes que sueñan enriquecerse por cualquier medio, pues el dinero se ha vuelto el valor universal más respetado. La cuestión no se plantea sólo en Francia y concierne a muchos países, entre los cuales no puede evitarse pensar con tristeza en México.

Un ambiguo bálsamo para la situación económica en Francia es el turismo en aumento mientras el euro baja.
Manel Fontdevila. Los sanitarios.jpg
Falco. Peligro periodismo.jpg
Rep. El reloj.jpg
Miki y Duarte. La reforma del delito de sedición..jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 21, 2022, 1:30:25 AM11/21/22
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Avui, la millor manera de començar el dia és recordant Hebe de
Bonafini i la lluita de les "Madres de la Plaza de Mayo" i el llistat
dels desapareguts que Página 12 va publicant encara cada dia en la
primera página.


Con Hebe de Bonafini bajo la dictadura militar argentina.
Por Néstor Kohan (La pupila insomne)



En tiempos de negacionismo, impostada “nostalgia” por la dictadura
militar y apología bochornosa del neonazismo, la lucha histórica de
las Madres de Plaza de Mayo continuará marcando el camino. Y Hebe
nunca se irá de nuestros corazones.No fue la única madre de plaza de
mayo ni tampoco la primera. Pero muy probablemente sea la más
conocida. Se ganó ese lugar peleando, en primera fila, en plena
dictadura. Vehemente, apasionada, siempre polémica, Hebe se queda en
lo mejor de la historia del pueblo argentino. Una de las banderas
inconfundibles de la Patria Grande. Los torturadores, secuestradores y
desaparecedores, perros sirvientes del empresariado y las
multinacionales, seguirán teniéndole miedo para siempre. A ella, a
todas las madres (de ambas líneas), a las abuelas, a los hijos y las
hijas.
Quisieron enlodar a Hebe (y su pañuelo blanco) con operaciones de
inteligencia, pretendiendo ligarla a dinero sucio. Como eso generó
resistencia y muchas discusiones en la Universidad Popular Madres de
Plaza de Mayo, uno de los personajes sombríos, encargado de la tarea
sucia, confesó en un libro “Me llevó seis años erradicar a todos los
troscos” [sic]. El objetivo era, claramente, dinamitar el mito,
destruir su prestigio ético y moral de alcance internacional,
deslegitimar su lucha histórica.
No pudieron. Nunca podrán. Aunque vandalicen los pañuelos. Aunque los
mafiosos de la lumpen-burguesía, dueños de la TV, los diarios y toda
la economía argentina, continúen despotricando contra “el curro de los
derechos humanos” [sic], según el lenguaje de cloaca al que nos tienen
acostumbrados. (En Argentina “curro” no significa trabajo, sino robo).
Varias generaciones nos formamos en diversas militancias junto a Hebe
y las Madres, desde la dictadura militar en adelante. Las bancamos en
mil disputas, movilizaciones, iniciativas, marchas y rondas. Sin
obsecuencia. Discutiendo cuando había que discutir. De frente, cara a
cara e incluso por escrito. Pero sabiendo siempre de qué lado de la
barricada y la lucha de clases hay que ubicarse. Cuando los
mercenarios de los grandes monopolios de (des)información intentaron
convocarnos para el insulto contra Hebe, les dimos la espalda sin
dudar un segundo. Idéntica actitud adoptaron otros compañeros y
compañeras. Con el enemigo… “ni un tantito así”, como dijo alguien a
quien Hebe admiraba mucho.
(Reproducimos a continuación una entrevista que le hicimos a Hebe
cuando estábamos organizando el centro de estudiantes de la escuela
secundaria, todavía bajo la dictadura militar. La primera entrevista
que le hacían chicos tan chicos, según la propia Hebe y Juanita, otra
madre entrañable. La entrevista fue incorporada muchos años después a
un libro prologado por Osvaldo Bayer: Las armas de la crítica y la
crítica de las armas, del 2007.

Gracias Hebe, muchas gracias. Acá no termina nada. La lucha sigue.
¡Hasta la victoria, siempre!

Néstor Kohan
20 de noviembre 2022

Era una típica tarde triste de invierno porteño. Se cerraba junio de
1983. Ese día hacía frío y estaba nublado. En el centro de Buenos
Aires la humedad pegajosa potenciaba el humo de los caños de escape
hasta el hastío. Todavía la dictadura militar estaba en el poder. Con
la complicidad del empresariado y la dirigencia política agrupada en
la “Multipartidaria”, las Fuerzas Armadas preparaban su retirada
ordenada. Recién se levantaba la veda política. Enlas universidades y
en los colegios se volvían a organizar los centros de estudiantes,
todavíailegales y clandestinos. Tres miembros del por entonces
naciente Centro de Estudiantes del ILSE (dos de 16 años y uno de 15)
entrevistamos a Hebe de Bonafini, presidenta de las Madres de Plaza de
Mayo. Estos adolescentes se negaban a creer en el discurso pedagógico
oficial que en esos años escuchaban diariamente en las aulas (contra
la “subversión” y el “terrorismo”). Pero sospechaban que las Madres de
Plaza de Mayo no los iban a atender. Se equivocaron. Como si hubiesen
sido periodistas famosos de una cadena de noticias internacional, Hebe
de Bonafini, a pesar de la ingenuidad de aquellos jóvenes que hoy nos
hace sonrojar, se sentó a conversar pacientemente con ellos para
explicar qué era realmente la dictadura militar y quiénes eran sus
cómplices civiles. Una actitud que esta madre de plaza de
mayo jamás abandonó y que sigue ejerciendo varias décadas después con
nuevas generaciones de estudiantes que se acercan con el mismo asombro
y similar inquietud a la recientemente fundada Universidad Popular
Madres de Plaza de Mayo.

Los siguientes son los tramos centrales de aquella entrevista –hasta
ahora inédita– de junio de 1983 que marca una pintura de época
mostrando las complicidades políticas que ya en aquel momento –mucho
antes de la obediencia debida, el punto final y el indulto– las Madres
de Plaza de Mayo cuestionaban.

Pregunta: Nosotros queremos hablar con ustedes. Estamos organizando un centro de
estudiantes, estamos haciendo una revista y queremos llevar su
pensamiento al colegio…
Hebe de Bonafini: Te imaginás que es muy importante que jóvenes como
ustedes estén interesados por este problema…
P: ¿Algún colegio las había entrevistado antes?
Hebe de Bonafini: No, nunca de la escuela secundaria.
P: Nosotros lo que pretendemos es contar cómo nació el movimiento de
las madres, la agrupación… Hebe de Bonafini: Ustedes saben que la
dictadura militar a partir de un golpe de estado toma el poder y
comienza una brutal represión sistematizada y de a montones, sobre los
jóvenes, tanto universitarios como con los trabajadores que no tenían
la misma idea que la dictadura.Es decir, los jóvenes políticos que
denunciaban todo lo que esta dictadura iba a hacer. Ya se veía cómo
venía y comenzaban las desapariciones masivas. Si bien es cierto que
ya desde 1974 y 1975 había habido desapariciones, ya que los militares
estaban en el gobierno peronista, a partir de 1976 se hacen masivas y
terribles. Entonces las madres, cada una que le iba desapareciendo un
hijo, comenzaba a hacer los trámites que le parecía, que sabía o que
alguien le decía. Aunque ninguna de nosotras, cuando desaparecen
nuestros hijos, sabemos qué es lo que realmente había que hacer. Unos
aconsejan una cosa, otros aconsejan otra, y entonces comenzamos a
hacer todo tipo de trámites: el trámite primero era el habeas corpus,
después ir a ver a la policía, después ir a ver al ejército de la
zona. Cuando ya se salía de la zona íbamos donde nos mandaban.
P: ¿En la actualidad el trabajo cómo es?
Hebe de Bonafini: Entonces nosotras a partir de eso nos fuimos viendo
las mismas personas en los mismos lugares. Un día resolvimos –a partir
del 30 de abril de 1977– ir a la plaza para juntarnos. Esto ocurrió a
partir de la idea de una madre –Azucena Villaflor de De Vincenti– que
hoy está desaparecida; ir a la plaza a denunciar y a juntarnos para
ver si algún día podríamos “cruzar”, decíamos, la casa de gobierno, y
pedirle al gobierno que nos dijera dónde estaban nuestros hijos.
P: Cuántas madres son?
Hebe de Bonafini: La primera vez fuimos 14 madres. Hoy somos miles en
todo el país, porque tenemos grupos funcionando en todo el país.
P: ¿Hay madres en otros países?
Hebe de Bonafini: No, en todo nuestro país hay madres de plaza de
mayo. En otros países hay grupos de apoyo a las madres. En A emania
hay un grupo de madres, en Holanda, en Francia. Cuando van las madres
de aquí esas madres les dan apoyo.
P: ¿Y las madres brasileñas, uruguayas?
Hebe de Bonafini: Brasileñas no hay. Las madres uruguayas son madres
con hijos desaparecidos en la Argentina.
P: ¿Y madres chilenas?
Hebe de Bonafini: En Chile ya hay menos y luchan por los hijos
desaparecidos en Chile. En cambio las madres uruguayas luchan por los
120 uruguayos desaparecidos en la Argentina.
Entonces a partir de eso este movimiento crece y desde 1978 –del
mundial de fútbol– nos conocen en todo el mundo. Porque el mundial
hace que a pesar de todo lo que pasa las madres no dejan de ir a la
plaza, entonces nos empiezan a filmar y así es como el mundo nos
conoce. También a partir de las acciones de las madres.
P: Hubo un episodio donde ustedes fueron a la plaza y el relator de
fútbol Muñoz también llamó a toda la gente a la plaza. ¿Cómo fue ese
hecho?

Hebe de Bonafini: Eso fue en el ’79 con el mundialito de fútbol. Muñoz
llamó a la gente a la plaza cuando nosotros estábamos haciendo cola
para denunciar ante la OEA. Fue una cosa muy triste realmente.
P: ¿Fue allí cuándo empezaron a filmarlas?
Hebe de Bonafini: No, ya en el ’78 nos habían empezado a filmar. Pero
para el exterior. En el país realmente no éramos conocidas. Había muy
poca gente que sabía que existíamos. Y hoy [1983], todavía no hay
mucha gente que sepa que las Madres de Plaza de Mayo existimos y
porqué existimos, qué es lo que hacemos. Inclusive la gente está muy
confundida.
Nosotras somos madres que de lavar, planchar y cocinar salimos a esto.
Ninguna de nosotras
hizo política antes.
P: En este momento, ¿hay actividad política?
Hebe de Bonafini: Lo que nosotras hacemos es netamente político.
Porque es un problema político y a nivel nacional. Lo que nosotras no
hacemos es partidismo ni propiciamos ningún candidato. Y las madres de
la comisión no se pueden afiliar a ningún partido político. Por los
estatutos, eso ya está prefijado así, otras madres sí. Pero acá no se
le pregunta a ninguna madre a qué partido político pertenece, ni
tampoco le preguntamos qué es lo que hacía el hijo.
Es una madre que tiene su hijo desaparecido. Nosotras luchamos por la
vida y por la libertad.
Esa es nuestra lucha.
P: ¿Podría contarnos algún caso de desaparición?
Hebe de Bonafini: En 1977 –el 8 de febrero– a la una y media de la
tarde se llevan a mi hijo Jorge. Un estudiante de Física a punto de
recibirse, le faltaba sólo una materia, cuarenta días para recibirse
de físico, tenía tres cátedras en la universidad, era ayudante también
y desarrollaba una gran actividad universitaria, política, por
supuesto. Un brillante joven, estudioso, trabajador.
Se lo llevan a la una y media de la tarde, lo torturan en su propia
casa, él era casado.
Se lo llevan. El 6 de diciembre de 1977 se llevan a mi hijo Raúl.
Había una huelga en una fábrica, él estaba en una reunión. También era
estudiante de Ecología y Ciencias Naturales, pero era sindicalista,
porque trabajaba en YPF y se lo llevan…
El 26 de mayo de 1978 se llevan a mi nuera. Estaba en una confitería
conversando con otras compañeras. Era estudiante de Psicología y
Medicina y profesora de francés…
P: ¿Por qué piensa que ocurrieron estos hechos?
Hebe de Bonafini: Mis hijos eran disidentes políticos, eran opositores
a la dictadura. Estaban completamente en desacuerdo con lo que la
dictadura hacía y con lo que iba a hacer. Para aplicar un plan
económico como el de Martínez de Hoz hubo que hacer desaparecer a
30.000 jóvenes. De otra manera no hubiera podido suceder eso.
P: ¿Tuvo noticias de ellos después?
Hebe de Bonafini: Las noticias eran extraoficiales. Por alguna gente
que salió del campo de concentración. Mi hijo estuvo primero en la
comisaría 5° de La Plata donde había junto con él setenta jóvenes. Yo
me entero de esto porque un hombre que fue conmigo a la escuela, lo
llevan por el robo de un reloj y lo meten en una celda con setenta
jóvenes y había un joven que hablaba de alguien que se llamaba Hebe. Y
este hombre dijo: “¿no será Hebe de Bonafini?” y él le dijo: “Sí,
mirá, es mi mamá. ¿Vos cómo sabés?” Y este hombre le respondió: “Yo
fui con tu mamá a la escuela. Cualquiera de los dos que salga se debe
comprometer a avisar”. Salió este hombre y me busca, ya que hacía 40
años que no me veía y me dice: “Yo estuve con tu hijo, en una misma
celda, estábamos en condiciones
infrahumanas, había 70 jóvenes, con un solo inodoro o piletón donde
hacíamos las necesidades, el botón lo apretaban los mismos milicos de
afuera cuando se llenaba. Porque eran 70 personas, imaginate vos… Nos
daban de comer una sola vez al día, los golpeaban con una goma
constantemente, era una cosa espantosa…”. Mi hijo Raúl estuvo en el
campo de concentración Lacacha, de donde salieron varias personas que
tuvieron contacto conmigo y me han dicho cómo estaba y en qué
condiciones. Estaban permanentemente encapuchados y atados a un
elástico de cama viejo, roto, de pies y manos.
P: ¿Por qué piensa que si se los llevaron a un campo de concentración,
después los soltaron?
Hebe de Bonafini: Esto fue tan indiscriminado que yo pienso que se
llevaron al montón.
P: ¿No fue de una determinada ideología a los que se llevaron?
Hebe de Bonafini: Yo creo que a los de izquierda, por supuesto. Yo
hablé con una joven que no sabe por qué la dejaron en libertad. Ella
cree que porque un vecino suyo que era un alto jefe militar, que vivió
toda la vida al lado de la casa de ella, la conoció cuando la estaban
torturando y él mismo le dijo: “¿vos reconocés mi voz?” y ella le
contestó que no, aunque sí la reconocía. Al otro día la pasearon en un
auto y la soltaron. Ella cree que a este hombre, que la vio nacer, le
dio lástima y la saltó. Ella cree, no sabe…
P: ¿Las Madres fueron reprimidas?
Hebe de Bonafini: Sí, claro. Muchas veces.
P: ¿En qué forma?
Hebe de Bonafini: Muchas veces me llevaron detenida. Me reprimieron
cuando hace poco me tomaron en una esquina y tres tipos me dijeron que
me van a matar. Tengo mi casa completamente pintada de rojo. Como
ustedes recién han visto al entrar, la Casa de las Madres está pintada
con leyendas como “Madres terroristas”, “Casa subversiva”, etc. Una
metodología netamente nazi, al mejor estilo nazi…
P: ¿Ustedes pidieron protección policial?
Hebe de Bonafini: Nosotras no queremos protección policial. Nosotras
queremos que la policía investigue quién pinta.
P: ¿Los que las amenazan son grupos oficiales o extra oficiales?
Hebe de Bonafini: Esto está totalmente comandado por la policía y el
ejército. Acá no hay grupos parapoliciales o paramilitares.
P: ¿Alguna vez fueron reprimidas en la plaza?

Hebe de Bonafini: Sí, muchas veces. Pero nosotras tomamos la actitud
de que cuando se llevan a una, vamos todas. La última vez que nos
llevaron se llevaban a tres madres y nos fuimos 68, todas en un
colectivo, todas presas a la comisaría por nuestra propia voluntad.
P: ¿Cuándo fue eso?
Hebe de Bonafini: En el ’80, la última vez.
P: ¿Hubo un episodio con un cura, en la Iglesia, cuando ustedes se
refugiaron en la Catedral?
Hebe de Bonafini: Sí, algunas veces cuando nos refugiábamos allí, la
Catedral cerraba las puertas…
P: ¿Y qué actitud toman hacia la Iglesia?
Hebe de Bonafini: Nosotras no vamos más a la Catedral. Cuando nos
corren, preferimos que nos corran los policías y no que nos saquen los
curas.
P: ¿Y la Iglesia qué opina de la entidad?
Hebe de Bonafini: La Iglesia como cuerpo no ha hecho absolutamente
nada por los desaparecidos. Se ha silenciado. Es cómplice. La Iglesia
que silencia es cómplice. Hay honrosas excepciones, excelentes
personas como Monseñor De Nevares, como el padre Capitanio, como el
padre Antonio Puigjané. Sí, hay honrosas excepciones.
P: ¿Qué opinan de que Hesayne les había prohibido el paso a los militares?
Hebe de Bonafini: No, es el padre Capitanio. Hesayne hizo una denuncia
muy fuerte, pero no prohibió la entrada de los militares en la
Iglesia. Me parece perfecto que se les prohiba entrar a la Iglesia,
ojalá todos los curas tomaran esa actitud.
P: ¿Por qué cree que tomaron esa decisión ahora y no en un principio?
Hebe de Bonafini: El padre Capitanio desde siempre lo hizo. Lo que
pasa es que ahora se hizo público, y lo hizo como norma pastoral.
Desde siempre tuvo la conducta de que en su parroquia no entraran
militares y lo decía en cada homilía. Yo soy muy amiga del padre
Capitanio, para mí es como un hijo, tiene los mismos años que tiene mi
hijo…
P: Si llegamos al próximo gobierno constitucional, ¿el método de
trabajo será el mismo?
Hebe de Bonafini: Sí, el mismo. Si no cambian las cosas va a ser el mismo.
P: ¿Piensan que obtendrán una respuesta?
Hebe de Bonafini: Nosotros creemos que sí. Porque al gobierno que
asuma no le va a quedar otra salida: o nos deja o nos reprime.
P: ¿Hablaron con algún partido político?
Hebe de Bonafini: Sí, con todos.

P: ¿Qué actitud tomaron los dos principales partidos políticos?
Hebe de Bonafini: Esos partidos políticos se animaron a heredar 30.000
desaparecidos. Nosotras, desde siempre, le dijimos: ¡No hereden esto
que es el problema más grave que tiene el país! Ellos no hicieron lo
que debían, o sea, haber alzado su voz contra la Junta Militar. Por el
afán de llegar a elecciones se mantuvieron muy cautos… y no hicieron
lo que debían.
P: ¿La propia Junta Militar podría dar una solución?
Hebe de Bonafini: Claro, si ellos saben qué pasó con nuestros hijos…
P: ¿Pero ellos dirían que son culpables?
Hebe de Bonafini: Y bueno… no hay otra. Si lo hicieron que digan.
P: ¿La Justicia Federal no sería mejor?
Hebe de Bonafini:¿Qué Justicia? Ahora no hay Justicia. Ahora la
Justicia es cómplice.
P: ¿Y durante el gobierno constitucional?
Hebe de Bonafini: Cuando llegue el momento vamos a ver qué pasa. Por
ahora la Justicia es cómplice.
P: ¿Por qué la institución Madres de Plaza de Mayo no se une a las
otras entidades por los derechos humanos? ¿Por qué están tan
separadas?
Hebe de Bonafini: Hay muchas diferencias. Nosotras somos la única
institución que lucha por los derechos humanos de los desaparecidos.
Por la libertad y la vida de los desaparecidos.
P: ¿Y las demás?
Hebe de Bonafini: Las demás luchan por muchas cosas…
P: ¿Ustedes van a los actos políticos?
Hebe de Bonafini: Vamos a los actos políticos y a los partidos
políticos a hablar pero de nuestro problema.
P: ¿A todos los partidos políticos?
Hebe de Bonafini: A todos. A dar charlas a todos los partidos
políticos y a la Universidad y a todos los lugares donde nos llaman.
Esta noche vamos a una charla del PTP [Partido del Trabajo y el
Pueblo–PCR], hemos ido a la Unión Cívica Radical, hemos ido al
Justicialista, a la Juventud Peronista, al Partido Intransigente, al
Partido Obrero.
P: ¿Por qué no hay hombres en esta entidad?

Hebe de Bonafini: Porque las madres salimos a pelear: primero solas,
porque nuestros maridos tenían que conservar el trabajo para mantener
nuestras casas y después porque las madres eran menos vulnerables.
P: ¿En qué sentido?
Hebe de Bonafini: Porque un hombre que sale a la calle a gritar en
1977 hubiera sido hecho desaparecer y a las madres nos menospreciaron.
Dijeron: “estas mujeres…pobres locas…”.

P: ¿Hubo madres que fueron hechas desaparecer por luchar por los desaparecidos?
Hebe de Bonafini: Sí, tenemos tres madres desaparecidas: Azucena
Villaflor de De Vincenti, María Ponce de Bianco y Esther Ballestrini
de Careaga. Ellas son tres de nuestras madres que fueron hechas
desaparecer por buscar a sus hijos.
P: ¿Tuvieron noticias de ellas?
Hebe de Bonafini: No, nunca.
P: ¿En qué fecha ocurrió esto?
Hebe de Bonafini: El 8 de diciembre, junto con las monjas francesas.
Las llevaron, las hicieron desaparecer en la Iglesia Santa Cruz,
cuando se estaba juntando dinero para una solicitada.
P: ¿Había gente afuera?
Hebe de Bonafini: Todo el mundo lo vio, pero nadie pudo hacer nada
porque los grupos perfectamente armados se llevaron a las madres que
estaban en esa iglesia.
P: ¿Los hombres estaban encapuchados o se los veía?
Hebe de Bonafini: A los hombres se les veía la cara.
P: ¿Se hicieron procesos judiciales?
Hebe de Bonafini: No, nada. Nosotros abrimos y denunciamos pero los
procesos nunca siguen…
P: Si comparamos la actitud de la gente hace cinco años y ahora, ¿es la misma?
Hebe de Bonafini: No, no es la misma. Porque la gente tomó conciencia
de lo que estaba pasando.
P: Y fue conociendo…
Hebe de Bonafini: Y fue conociendo a partir de las denuncias que hemos
hecho constantemente las Madres. Creo que el movimiento de las Madres
ha servido para eso: denunciar, denunciar y denunciar…y que la gente,
el pueblo y sobre todo los jóvenes tomen conciencia de nuestra lucha y
de porqué estamos luchando.

P: Usted dijo que los militares se llevaban a la gente al montón. Pero
¿no fue bajo una determinada ideología como la de la Seguridad
Nacional?
Hebe de Bonafini: Sí, es cierto, pero la ideología de la Seguridad
Nacional era para ellos, para los milicos, la seguridad era para
ellos. Eso era un pretexto.
P: ¿Nos puede explicar en qué consistía esa ideología?
Hebe de Bonafini: La ideología de la Seguridad Nacional es la que se
emplea en toda América latina para reprimir al pueblo, para no dejarlo
levantar cabeza, para no dejarlo reclamar lo que le corresponde y la
seguridad es nada más que para los militares, ya que los militares
ahora en América Latina se están mostrando como los represores del
propio pueblo.
En toda América Latina los militares en lugar de defender a la patria
se convierten en captores del propio pueblo. Nosotros estuvimos años,
y estamos todavía, bajo las botas.
Donde todo lo dirigen ellos, hasta el Teatro Colón. Se creen tan
imponderables que hasta eso
dirigen. Entonces esa “seguridad” es la de ellos.
P: ¿Dónde nació esa ideología?
Hebe de Bonafini: Esa ideología nació en una de las escuelas de
Estados Unidos para militares latinoamericanos, en el Wespoint.
P: Entonces los militares argentinos están muy influidos por ellos…
Hebe de Bonafini: Sí, por supuesto. Acá hay culpables…
P: ¿Qué actitud tomaron las Madres el año pasado, cuando fue la guerra
de las Malvinas?
Hebe de Bonafini: Las Madres seguimos pidiendo por nuestros hijos. No
creíamos para nada en lo que los militares decían. Y mucha gente pensó
que estábamos locas. Nosotras decíamos: “van a ver cuando se den
cuenta de todo lo que mienten los militares. ¡Esto es una farsa, esto
es una mentira!”. Todo lo que han dicho los militares en estos años es
una inmensa mentira. Con el tiempo nos van a dar la razón. Todo esto
es una gran mentira.
P: En qué forma se podría ayudar a las Madres de Plaza de Mayo?
Hebe de Bonafini: Difundiendo, explicando el drama de los
desaparecidos en la Argentina para que el pueblo y fundamentalmente
los jóvenes se enteren y tomen conciencia y también sepan qué piensan
las madres.

* * *

Odiamos tanto a Irene
Isaac Rosa

Me van a perdonar que hoy me quede un poco corto el artículo, pero he
borrado los dos primeros párrafos. En el primero, comenzaba por dar mi
opinión sobre la polémica de la semana, la ley del “solo sí es sí”,
las revisiones de condenas, la respuesta de la ministra de Igualdad,
el trabajo que su ministerio viene haciendo… Eliminado entero. Se van
a quedar con las ganas de saber si me parece una buena ley o está
hecha con los pies, si el problema son los jueces machistas o la
ineptitud ministerial, si Montero viene haciendo un gran trabajo o es
una calamidad. Para lo que quiero contar, cualquier prólogo al
respecto quitará fuerza, sonará a obligados gritos de rigor, excusatio
non petita, que la defiendo por estar en su bando, o que la defiendo
sin dejar pasar la oportunidad de darle un palito.

El segundo párrafo también fuera. Según lo he releído, he apretado la
tecla de retroceso durante varias líneas. Era una recopilación de
insultos a Irene Montero, leídos en columnas y escuchados en tertulias
radiofónicas y televisivas esta semana. Un párrafo entero, ya digo.
Solo de esta semana, que si me pongo a recopilar desde que la ministra
tomó posesión se me va la hora. Insultos únicamente publicados en
medios, sin asomarme al pozo de Twitter, que daría para llenar varias
páginas. Los iba a copiar aquí de muestra, pero qué necesidad de
darles más eco. Fuera el segundo párrafo.

No sé qué piensan ustedes de la labor política de Irene Montero, si la
respaldan o la critican, ni qué piensan de la ley o los jueces. No me
lo cuenten, no lo escriban en los comentarios abajo. No me importa,
pueden también ustedes borrar su primer párrafo de toma de posición,
porque la pregunta es otra: qué piensan del segundo párrafo, omitido
pero que estoy seguro de que conocen bien. Toda esa agresividad, falta
de respeto, desprecio, burla, olimpiada de ingenios cavernícolas,
violencia verbal. Todo ese odio, llamémoslo por su nombre.

Diría que no tiene precedentes en cuatro décadas y pico de democracia.
Ministros cuestionados ha habido muchos, cómo no. Objeto de burla,
unos cuantos, desde los chistes del ministro Morán en los ochenta que
los más veteranos recordarán. Merecedores de constantes y muy duros
ataques de la oposición y de los medios, sobran los ejemplos. En cada
gobierno hay al menos un ministro diana, que recibe más ataques y mofa
que el resto. Suelen funcionar como pararrayos, desvían hacia ellos
buena parte de la energía opositora. Como el payaso que se lleva todas
las bofetadas en el circo. Pero insisto: nada comparable a la
hostilidad que recibe Irene Montero.

Es verdad que viene ya odiada de casa, que la ojeriza de la derecha (y
no solo la derecha) es anterior a su llegada al Consejo de Ministros.
Pero desde que tomó posesión ha sido un machaque sin fin. Da igual lo
que haga o diga, incluso si en realidad no lo hace o lo dice, que
también vale. Da igual si acierta o se equivoca, si se empeña o
rectifica, que siempre la esperan con la lengua cargada el tertuliano
aguerrido, el graciosete con programa de radio, el columnista filólogo
y por supuesto el adversario político con el bazuca al hombro a poco
que Montero asome por el Congreso o por la rueda de prensa tras el
Consejo para anunciar algo. Y eso sin contar, insisto, el pozo sin
fondo de las redes sociales. Parafraseando aquel cuento de Cortázar
(Queremos tanto a Glenda) sobre unos fanáticos conjurados en su
adoración por una famosa actriz, aquí hay mucho matón compartiendo una
idea fija, obsesiva: Odiamos tanto a Irene. Así, sin apellido, que en
su odio hay también ese paternalismo machista de llamar a las niñas
solo por el nombre.

Tampoco es sorprendente. Al margen de su desempeño político, Montero
reúne en su persona todo aquello que en España más excita al odiador
político o mediático: es mujer. Es joven. Es de izquierda. Es
feminista. Es de Podemos. Es parte del gobierno de coalición
“social-comunista”. Es ministra de Igualdad. De ella dependen leyes
muy controvertidas. Una sola de esas características ya te asegura tu
cuota de menosprecio e insultos cavernícolas, al margen de tus
aciertos o errores. Si reúnes varias, no hay paraguas que te cubra. Si
las cumples todas, ni un búnker. Ella además tiene bola extra: odio en
gananciales. Es la pareja de Pablo Iglesias, otro que ha recibido
ataques (y mucho más que insultos) como nadie antes en la democracia.

Vuelvo a los párrafos eliminados. Da igual si estás a favor o en
contra de ella, de su tarea, de sus leyes o de sus últimas
declaraciones. Da igual el primer párrafo, la opinión que te merezca
Irene Montero. Lo importante es el segundo párrafo, aunque lo haya
borrado. Es inadmisible. Una anomalía democrática muy preocupante, y
que solo puede ir a peor, pues no van a parar hasta acabar
políticamente con ella.
Manel Fontdevila. Los problemas de Irene.jpg
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Kalín. MAR y sus muñecos.jpg
Gonzalo Vila. 'Spoilers'.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 22, 2022, 1:30:27 AM11/22/22
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Publicat a Página 12 (Pirulo de tapa) de forma anònima:

EL PÉTALO (A HEBE)

Hoy la democracia acaba de perder un

pétalo.

Voy a guardarlo para que ilumine la

penumbra

Para que nos arome el alma, la memoria.

Como solía hacerlo cuando vivo ardía

amamantando sueños, esperanzas.

Desde un pañuelo blanco se ha caído,

extraña y bella forma florecida.

Y así parece tan pequeño, tan indefenso que

estremece.

Sin embargo dio tanto amor, tantas

verdades

que me pregunto cómo haremos para seguir

en pie,

ya sin su guía.

Te abrazo desde aquí, madre querida,

madrecita de todos, compañera.

Te doy las gracias por encender las luces

que los sables

fueron rompiendo a dentelladas.

Y por darle a la patria tu coraje imbatible.

No te fuiste, querida, perfumarás la vida.

                                                    * * *

Noviembre 
21
El partido más triste de la historia

En 1973, Chile era un país prisionero de la dictadura militar, y el Estadio Nacional se había convertido en campo de concentración y en cámara de torturas.
La selección chilena iba a disputar, contra la Unión Soviética, un partido decisivo para clasificar a la Copa del Mundo.
La dictadura de Pinochet decidió que el partido debía disputarse en el Estadio Nacional, sí o sí.
Los presos que el estadio encerraba fueron trasladados de apuro y las máximas autoridades del fútbol mundial inspeccionaron la cancha, césped impecable, y dieron su bendición.
La selección soviética se negó a jugar.
Asistieron dieciocho mil entusiastas, que pagaron entrada y ovacionaron el gol que Francisco Valdés metió en el arco vacío.
La selección chilena jugó contra nadie.
                                                                                        Eduardo Galeano, Los hijos de los días.

                                                          * * *
L'any 1988, un día com avui, ens deixava el poeta Erich Fried. Nascut a Viena, als 17 anys va sortir cap a Londres amb sa mare, després de que la Gestapo assassinés a son pare. Allà va tenir coneixement de la mort de la seva àvia a Auschwitz. Va tenir els primers contactes amb organitzacions comunistes i amb vint-i-tres anys va publicar el seu primer llibre de poemes. La seva activitat pública contra les guerres i la injustícia van ser constants  en la segona meitat del segle XX.

XERRADA AMB UN SUPERVIVENT

Què vas fer per aquell temps
que no haguessis degut fer?
"Res"

I què no vas fer
que haguessis degut fer?
"Això i allò
tal cosa i tal altra:
algunes coses"

Per què no ho vas fer?
"Perquè tenia por"
Per què tenies por?
"Perquè no volia morir"

Van morir altres
perquè tu no volies morir?
"Crec 
que sí"

Tens quelcom més que dir
sobre el que no vas fer?
"Sí: preguntar-te
que haguessis fet tu al meu lloc"

No ho sé
y no puc jutjar-te.
Només sé una cosa:
demà cap de nosaltres
seguirà viu
si avui tornem 
a no fer res

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Miquel Angel Soria

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Nov 23, 2022, 1:31:04 AM11/23/22
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Ahir, a Espanya, va morir Pablo Milanés.

https://www.youtube.com/watch?v=sB5W1EOUGig

Sempre el recordarem.


HEBE
Por Jorge Alemán (Página 12)

Escuché su nombre por primera vez en Madrid durante la noche negra del destierro

Cuando los canallas campeaban a sus anchas

en las avenidas del pánico

Este país tan repleto de traidores siempre da lugar a las grandes excepciones del coraje que no retrocede ante nada

Por ello con usted comenzó la otra historia

El punto de partida de la potencia mesiánica y salvífica que iba a romper el eje de la tiranía

Tan solo con un pañuelo blanco y la voluntad de una madre popular que cargaba sobre su cuerpo intenso la palabra inmortal de la justicia.

                                                                 * * *
 La actualidad en dos tiempos
Hermann Bellinghausen

De la patada

Lo bonito del juego, contra lo repugnante del negocio capaz de montar un teatro doblemente falso para la escenificación gloriosa del deporte más mundial de todos. Recordemos que robarse a la mala los Juegos Olímpicos en Brasil en 2016 fue parte medular del plan golpista que tiró a Dilma, entambó a Lula y anidó a la sorpresiva serpiente bolsonarista. Si bien menos que el Mundial de Futbol en Qatar, causó alarma humanitaria la explotación de miles de trabajadores migrantes que levantaron la infraestructura de la justa deportiva global.

Fue evidente la corrupción en el desenlace olímpico-golpista con la connivencia de las federaciones deportivas en casi todos los países que cotizan en la Organización de Naciones Unidas. Jugosas ganancias de las constructoras millonarias y la derrama turística y mediática que siguió. Tiempo después aquellos obreros del África subsahariana y Haití llevarían su ola migratoria a la frontera de Chiapas.

El Mundial de Qatar pinta para mucho peor. Sin ser una guerra, según datos quizás inexactos de The Guardian, ya habría costado la vida de más de 6 mil 500 personas (y miles de heridos) que edificaban estadios, rascacielos, zonas residenciales, grandes centros comerciales, hoteles y vías ultrasónicas de comunicación para un pequeño país que chapotea en millones de dólares y no juega futbol.

El sacrificio de los trabajadores (por accidentes laborales, enfermedades u otros) materializó los delirios de grandeza de la población local (catarí), minoritaria, muy rica, dominada por hipocresías y prejuicios teológicos y sexistas.

Al menos 60 por ciento de los habitantes actuales de Qatar son albañiles, mecánicos o galeotes de Nepal, India, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka o algunas naciones africanas. Otro 20 por ciento serían profesionistas extranjeros. Su selección nacional incluye 13 jugadores recientemente nacionalizados, por no decir comprados.

Se ha documentado cómo la mano de obra fue reclutada en sus propios países durante la pasada década y llevada a Qatar con grandes promesas; muchísimos trabajadores acabaron atrapados en campos desérticos, talleres y construcciones gigantescas. Son o fueron propiedad desechable de grandes compañías internacionales.

A los inconformes por falta de pago o malos tratos se les deportó enseguida. Sus viviendas recuerdan la vida en prisión bajo un calor que ni los camellos. Pesadilla sin aire acondicionado, oculta para los visitantes.

Además del abuso laboral, en su raíz este torneo en el Golfo Pérsico es un caso extremo de corrupción, con la complicidad de los jerarcas de la FIFA, gobiernos como el de Francia y caudales de dinero y lujos vertidos por los jeques y príncipes sobre las apuradas economías europeas. El Mundial de Qatar fue comprado a la vista de todos. No hubo sobresalto de decencia o pudor que no tuviera precio. El escándalo hundió al suizo de la FIFA y al ídolo Platini. La vergüenza internacional fue múltiple, pero digerible. Y habrá futbol.

Doblegaremos nuestras contradicciones éticas para presenciar un espectáculo de lujo con los mejores bailarines de la pelota en el universo bajo un diluvio de basura virtual, y gritaremos gol con júbilo o frustración incomparables.

Robos

Todo el tiempo nos están robando algo. Cómo estará la cosa que ahora es común que te roben la identidad. Aquella basada en una credencial para votar y, más precisamente, en cuentas bancarias, documentos oficiales, operaciones financieras y legales. A eso se reduce nuestra endeble identidad.

La omnipresencia de cámaras encendidas, con indudable utilidad criminalística, funciona como instrumento de control, vigilancia y espionaje indiscriminado a la ciudadanía. La identificación facial masiva gana en sofisticación y exactitud. No somos dueños ni de nuestro rostro.

Gracias a este hurto de la intimidad podemos ver en los noticieros y las redes sociales cómo nos atracan en una farmacia, una esquina, un autobús. Paradójicamente, el voyerismo espía ya es potestad de cualquiera con celular en mano ante lo que se presente.

Cómo bajan o balean a un conductor o sus pasajeros, cómo arrebatan en la esquina a una madre de su hija muchachita sin que nadie intervenga, cómo masacran un banquete o un velorio.

A la vista del público, nos convertimos en el mirador del otro. El panóptico total que Jeremy Bentham no soñó.

Se cierra el círculo: nos roban identidades, chips o tarjetas, del mismo modo que nos bajan la cartera, el reloj, las llaves, el bolso, la nave. Y lo vemos mientras nos roban la verdad quienes disputan el poder. La disfrazan a conveniencia. Dicen defender lo que amenazan en operaciones propagandísticas desde cualquier plataforma disponible.

En nombre de mentiras flagrantes se siguen provocando guerras, satanizando y criminalizando ciudadanos. Se despoja a los campesinos de sus tierras a cambio de un sabroso progreso de humo, se desplaza a los pobladores urbanos de sus casas, se deja pelona a la madre naturaleza al agotar sus irrepetibles riquezas.
Manel Fontdevila. Sanidad en huelga.jpg
Miki y Duarte. Qatar.jpg
Daniel Paz -Rudi-. Qatar.jpg
Orlando Lumbreras. Edición 27.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 24, 2022, 1:31:21 AM11/24/22
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui fa sis anys de la mort de Fernando Macarro Castillo "Marcos Ana". 
Llegim José Saramago:
     "Díganme cómo es un árbol, díganme cómo es la justicia, no me digan como es la dignidad". Díganles cómo es un árbol porque la cárcel como un insaciable vampiro, va sorbiendo poco a poco los recuerdos del mundo exterior, díganles cómo es la justicia porque ahí donde se encuentran, entre cuatro paredes inmundas o ante el pelotón de fusilamiento, ésta es una caricatura innoble, un remedo grotesco, la mismísima máscara del oprobio. Pero no les digan qué es la dignidad porque la han conocido íntimamente, con ella se han acostado y con ella se han levantado, comieron en su mesa o le ofrecieron su hambre, y entre unas horas y otras, enfrentando carceleros y verdugos, cerrando los labios y los dientes bajo los extremos de la tortura, esos hombres reinventaron la dignidad humana en los lugares donde, según el catón de los criminales, deberían acabar perdiéndola...."
     Així comença el seu pròleg a Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida, Marcos Ana, 2007. 


Yo me quedo con Pablo y con todas esas cosas
Isaac Rosa (elDiario.es)

Hagamos la prueba. Antes de seguir leyendo, escucha una canción de Pablo Milanés, por ejemplo esta: 'Años'. Si al reconocer la melodía no te da un pellizco; si al escuchar en su voz los dos primeros versos (“El tiempo pasa / nos vamos poniendo viejos”) no sientes un calorcito feliz subiéndote por el pecho; y si al llegar a “en cada conversación / cada beso, cada abrazo / se impone siempre un pedazo / de razón” no te tiembla la mandíbula y te entran ganas de llorar un poquito de pura alegría y de pura pena y de puro agradecimiento, entonces no sigas leyendo, este artículo no es para ti. En tal caso, si no has sentido nada de lo anterior, lo más probable es que te suene Pablo Milanés, te haya llamado la atención la noticia de su muerte, te acuerdes de alguna canción, seguramente en versión ajena, y te quedes con el titular favorito de la prensa más mustia: “el cantautor que rompió con la revolución cubana”. No, este artículo no es para ti.

Si por el contrario has sentido en solo un minuto de canción el pellizco, el calorcito y las ganas de llorar y la alegría, la pena y el agradecimiento, entonces eres de los míos, de los nuestros, de los de Pablo; y al saber hoy de su muerte y escuchar otra vez sus canciones más emblemáticas y queridas, has recuperado sensaciones perdidas y te has vuelto a sentir joven y vivo y enamorado y revolucionario.

Si tienes más de sesenta años, entonces los años prodigiosos de Pablo Milanés (apenas una década en que dejó una lista impresionante de canciones ya míticas) te pillaron joven. A ti y al país: tus ganas de vida y de libertad y de cambiar las cosas y hasta de revolución eran los de tantos españoles que hicieron suyos los versos de Pablo, su felicidad contagiosa, su mezcla de denuncia y belleza, justicia y amor, el pan y las rosas; su ternura que era íntima y era también la ternura de los pueblos, la del Caribe y toda Latinoamérica en años de tanta esperanza como dolor.

Tenías sus vinilos, sonaba siempre al final de mítines y fiestas políticas y sindicales, en el Primero de Mayo o en la Fiesta del PCE. Compartiste su esperanza revolucionaria, y posteriormente también sus dudas, contradicciones y decepciones sin perder aquella esperanza ni dejar de ser revolucionario. Te emocionaste profundamente al tararear “en una hermosa plaza liberada, me detendré a llorar por los ausentes”, en un tiempo en que te dolía Chile pero además temías por una España todavía amenazada de sables. Sentiste que sus canciones de amor hablaban de ti y de tu primer enamoramiento, y canturreabas la irresistible “Te quiero porque te quiero”. Sentiste con él la nostalgia anticipada y el desencanto, “dónde estarán los amigos de ayer”.

No te gusta eso tan manido de “la banda sonora de una generación”, pero no se te ocurre otra expresión hoy: en tu banda sonora está Pablo, como está Silvio y están todos aquellos artistas, también españoles, que compartieron con Pablo escenarios, duetos y composiciones cruzadas, en aquella feliz fraternidad cubana-española. Durante años, cada vez que Pablo regresaba, con disco nuevo o concierto, eras tú el que regresaba, el que volvías a ser joven, vivo, enamorado y revolucionario.

Si en cambio tienes menos de sesenta, Pablo está íntimamente unido a tu infancia y adolescencia, también hoy te has emocionado hondamente. La música de tus padres, los versos que de tanto oírlos te aprendías sin entender del todo, cambiando palabras. La música que sonaba en el coche en los largos viajes y tus padres tarareaban con un nudo (“Yo pisaré las calles nuevamente…”) que entonces no entendías pero que se te contagiaba. La música que años después rescatarías llevándote los viejos vinilos a tu primer piso compartido, la que también acompañó años después tus primeras militancias y la caseta de la feria de tu barrio o de tu pueblo con el rincón cubano donde ponen los mojitos más ricos y siempre sonaba Pablo y sonaba Silvio, y tú a veces decías que eras más de Silvio por motivos más políticos que artísticos (y porque tus padres ya eran más de Pablo que de Silvio), pero te seguían vibrando aquellas canciones que versionaban artistas jóvenes hasta hoy, y siempre el mismo pellizco y la misma conexión con tu infancia y con la juventud de tus padres. No te gusta eso tan manido de “mi educación sentimental”, pero en la tuya está Pablo.

Cantautor superdotado, con un instinto tremendo para la melodía, fue también un gran poeta, deja versos sencillos y profundos, de gran sensibilidad, irresistibles y hermosos (“Yo me quedo con todas esas cosas / pequeñas, silenciosas. / Con esas yo me quedo”), pero además encontraba en poemas ajenos una música tan evidente que ya no podrían cantarse de otra manera. Le debemos que nos descubriera la música cubana (“Amo esta isla / soy del Caribe”), y que nos diese a conocer a Nicolás Guillén (“De qué callada manera se me adentra usted sonriendo…”), que se convirtió en el letrista más afortunado de toda una generación (de esos mismos años es un álbum tan bello como “La paloma de vuelo popular”, con Ana Belén cantando a Guillén).

Trabajador incansable, con una enorme obra discográfica, no se quedó en aquellas primeras canciones convertidas en himnos, de cuyas rentas hubiera vivido cómodamente cualquier artista durante décadas. Él siguió componiendo y dejando canciones más maduras, más serenas, igual de hondas y emocionantes. Si no tuvieron el mismo alcance que las anteriores no se lo achaquemos a él, sino que nosotros, los de entonces, ya no éramos los mismos. En cambio él, que pudo despedirse de su gente en La Habana con un concierto memorable hace unos meses, siguió siendo el mismo, como siguió siendo revolucionario hasta el último día.

                                                          * * *


Víctor Heredia recuerda a Pablo Milanés y aquella legendaria visita con Silvio Rodríguez en 1984

¡Éramos tan jóvenes!
Por Víctor Heredia

También la democracia, Todavía tambaleaba sobre sus temblorosas piernas recién estrenadas. Habían pasado apenas unos pocos meses y la nueva realidad nos alentaba a pensar un futuro luminoso y pleno de libertades, ya lejos del oprobio de la censura, las amenazas y los exilios. Las canciones que habíamos escrito en silencio, casi a escondidas, sonaban en las radios y la televisión. Todo era posible entonces, hasta la alegría. Se había sufrido mucho y faltaban cuestiones que resolver desde la justicia con los dictadores, pero todo parecía encaminarse.

Y entonces llegó la noticia del posible concierto de Silvio y Pablo. Todo el arco musical argentino se tensó ante tamaña noticia. ¿La Nueva Trova en casa? Parecía un sueño. Y el día llegó. Y llegó con regalos. Tanto Silvio como Pablo ofrecieron generosamente cantar con cada uno de nosotros. En mi caso repasé mentalmente cuales eran las canciones que podía cantar de cada uno de ellos sin hacer papelones, hasta estudié las tonalidades para ensayar con el debido conocimiento en cada caso. Pero la generosidad de Silvio me alivianó la tarea. Propuso cantar a dúo mi "Todavía cantamos". Y allí fuimos, a concretar aquél Obras Sanitarias repleto de juventud y consignas, de esperanza y aroma a libertad.

Tengo presentes la euforia, la fuerza poderosa de una generación que había sufrido el calvario de la Dictadura y sus horrores. Pérdidas familiares, persecuciones, torturas en muchos casos, exilios, incertidumbres pero allí, ese día, estaban con nosotros. Silvio y Pablo lo hacían posible, le cantaban al hombre nuevo, a una Argentina que resurgía desde sus cenizas, desde su oscuridad más dolorosa. De eso me acuerdo. De la maravillosa unidad que nos abrazaba reafirmando que desde allí, desde ese abrazo nuestras cicatrices sanarían.

Todavía sigo pensando en ello, en aquél país donde el abrazo y la hermandad nos ayudaron a pensar en la alegría, lejos del odio que hoy nos rodea con su abyecto sin sentido.

Aquél concierto abrió una puerta luminosa que todavía propone un camino. Solamente digo que podríamos empujar otra vez entre todos para volver a abrirla.

Para darnos el gusto de debatir sin insultos, sin rencores. De abrazar al vecino, de soñar como entonces.

Lo merecemos.
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Miquel Angel Soria

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Nov 25, 2022, 1:30:43 AM11/25/22
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Avui fa sis anys erem a La Habana. Si com deia el poeta: "la muerte del Che fue para nosotros como un mazazo en la nuca", la de Fidel va fer el mateix efecte en nosaltres. Com diria Tomás Borge: "Aquests són dels morts que mai moren", d'aquells imprescindibles.
                                                     * * *
Noviembre
25
Día contra la violencia doméstica

En la selva del Alto Paraná, las mariposas más lindas se salvan exhibiéndose. Despliegan las alas negras, alegradas a pincelada, rojas o amarillas, y de flor en flor aletean sin la menor preocupación. Al cabo de miles y miles de años de experiencia, sus enemigos han aprendido que esas mariposas contienen veneno. Las arañas, las avispas, las lagartijas, las moscas y los murciélagos miran de lejos, a prudente distancia.
El 25 de noviembre de 1960, tres militantes contra la dictadura del generalísimo Trujillo fueron apaleadas y arrojadas a un abismo en la República Dominicana. Eran las hermanas Mirabal. Eran las más lindas, las llamaban mariposas.
En su memoria, en memoria de su belleza incomible, hoy es el Día mundial contra la violencia doméstica. O sea: contra la violencia de los trujillitos que ejercen la dictadura dentro de cada casa. 


¿Por qué un monumento a Fidel Castro en Moscú, por qué ahora?
Por Iroel Sánchez (La pupila insomne)

En Moscú acaba de inaugurarse un monumento al Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, en una plaza también llamada Fidel Castro en la capital de la Federación de Rusia. La iniciativa de un grupo de ciudadanos rusos fue calorizada por el Presidente Vladimir Putin, al extremo de que él mismo pronunció las palabras de inauguración e invitó para la ocasión a su homólogo cubano Miguel Díaz-Canel. En su intervención Putin realizó un argumentado elogio de Fidel, con un análisis de su personalidad y su impacto en la historia.

“Dedicó toda su vida a la lucha por el triunfo de las ideas de la paz, la justicia, por la libertad de los pueblos oprimidos, por una vida digna para la gente de a pie, por la igualdad social. Uno de los líderes más brillantes del siglo XX, una personalidad legendaria”, dijo el Presidente ruso al iniciar sus palabras sobre Fidel y agregó que el Comandante y sus compañeros “abnegadamente defendieron la soberanía de su país natal, no dejaron que lo destruyeran por invasiones de mercenarios, sanciones, por embargos económico-finacieros ni intentos de aislamiento desde afuera. Lograron defender el derecho de Cuba a su propio modelo de desarrollo según sus valores nacionales, no impuestos externamente. Consiguieron que en el mundo se tomara en cuenta y se respetara la opinión cubana.”

En esas palabras, transmitidas por los principales medios de comunicación rusos, Putin se dirigía la delegación cubana presente en el lugar, pero también al pueblo de la Federación Rusa y al mundo. Obviamente, el ejemplo de Cuba y Fidel, siempre victorioso, es un símbolo de que frente a las agresiones estadounidenses de todo tipo el único camino de triunfo es la unidad nacional, y la firmeza política.

En la memoria de muchos rusos Fidel y la Revolución cubana simbolizan una época en que el poderío soviético desafió exitosamente a Estados Unidos. La llegada al poder de Fidel y sus compañeros en 1959 significó una renovación del ideal emancipador socialista que había sido duramente golpeado en la URSS por la etapa de Stalin y dio a los soviéticos, a diferencia de la relación que tenían con sus aliados de Europa del Este, la posibilidad de conocer un país pequeño que trataba de igual a igual a las principales potencias del momento, incluyendo a la misma URSS, y tenía en la más alta estima su soberanía nacional.

Para los rusos, el Fidel Castro de bronce, con su ropa militar de campaña, y de más de tres metros de alto, que desde ahora se erige altivo en una plaza de Moscú, tiene mucho que decirle a ellos y también al mundo de hoy: Estados Unidos, sus bloqueos, y sus pretensiones hegemónicas pueden ser desafiadas y derrotadas. Si lo hizo Fidel desde una pequeña isla del Caribe sin grandes recursos naturales, cercada y sancionada por Estados Unidos, cómo no va a poder hacerlo una Rusia que es el país más extenso del mundo y prácticamente autosuficiente en todo tipo de recursos y producciones. Ese es uno de los mensajes subyacentes en el nuevo coloso de bronce.

Cuando el bicentenario del inicio de las luchas de independencias de América, el para nada fidelista diario español El País pidió a una impresionante lista de intelectuales latinoamericanos -desde Gabriel García Márquez a Mario Vargas Llosa- que seleccionaran al hombre más influyente en la historia de la región: El primero de la lista fue Simón Bolívar, el segundo Fidel Castro. Le seguían en la relación dos nombres muy vinculados a la Revolución cubana y que el propio Fidel se encargó de dar a conocer por el mundo: José Martí y el Che Guevara.

“¡Qué lejos hemos llegado los esclavos!”, expresó Fidel al recibir a Nelson Mandela, en visita de agradecimiento a Cuba por su contribución a la liberación de su pueblo del yugo del apartheid. Y justo cuando se reclama en muchos lugares derribar monumentos a colonizadores y esclavistas, es noticia en la prensa mundial una estatua gigante a Fidel Castro. El hombre que pidió a los cubanos no le hicieran ninguna ni nombraran calles y plazas con su nombre no pudo impedir que, muy lejos de Cuba, en lugares como Moscú o Sudáfrica, se perpetúe en el bronce su legado. Porque como Bolívar, Fidel es un libertador, pero no sólo de los cubanos o los latinoamericanos sino de los oprimidos del mundo, incluyendo a los pueblos africanos.

En su discurso inaugural del monumento, Putin se refirió a sus conversaciones con Fidel en las dos ocasiones que visitó Cuba y subrayó la última en julio de 2014, donde el líder cubano le habló de la formación de un mundo multipolar. La asociación con lo que estamos viendo hoy, cuando la tradicional hegemonía estadounidense es contestada desde diversos lugares del planeta tampoco es fortuita. De México a Argelia, de Rusia a Turquía, de China a Colombia, ya no puede Washington imponer agendas ni obligar a excluir al gobierno de La Habana. En todos esos lugares, por encima del abundante dinero estadounidense empleado en demonizarla, la figura de Fidel Castro es conocida, respetada y admirada por gobiernos y pueblos. Y lo es porque precisamente, su ejemplo de dignidad basado en el conocimiento profundo de las sociedades, una sólida ética y una rebeldía innata contra las injusticias sigue teniendo mucho que enseñar a un mundo aun muy desigual e injusto.

(Al Mayadeen)

                                                              * * *

Cazar a Irene Montero
Javier Gallego

Hay una cacería contra Irene Montero solo superada por la persecución a Pablo Iglesias y se ha acentuado precisamente desde que este abandonó la arena parlamentaria. No le perdonan que sea su pareja, mujer, joven, de izquierdas y ministra del Gobierno socialcomunista que come niños, viola a tu hermana y se acuesta con etarras y separatistas. Hasta ahora ha tenido que aguantar insultos, humillaciones y burlas muy alejadas de la legítima crítica política, pero con la polémica en torno a la ley del “solo sí es sí” se han cruzado todas las líneas. El PP abrió la veda. La llamó “inútil” en el Congreso y aseguró que había provocado un efecto llamada para violadores que mañana estarían violando en las calles. Era la señal del cuerno que esperaban los amantes de la caza de la ultraderecha.

Este miércoles, la diputada de Vox, Carla Toscano, vestida con su fachaleco, cogió el fusil, se subió a la tribuna del Parlamento y disparó. La llamó “obsesa sexual” y “libertadora de violadores”, la acusó de ser “lo peor que le ha pasado a España en mucho tiempo” y aseguró que “su único mérito es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”. Los jueguecitos de palabras los escribe Federico por la mañana y los sueltan sus perros de presa por la tarde. En la sede de la soberanía popular. Les pagamos por confundir el Parlamento con una tertulia de Intereconomía. El presidente en funciones de la Cámara ordenó que se retirara del diario de sesiones la frasecita de marras, pero Montero le pidió que la dejara para que quede constancia del machismo de los fascistas y en el futuro no lo sufran otras.

Le aplaudo a la ministra la sororidad y la entereza. Los del fachaleco aplaudieron en pie a su compañera. Como dijo Alfonso Guerra, cada cual se retrata por lo que aplaude. No obstante, no es la primera vez que Montero recibe exabruptos del grosor del cañón de una recortada. La han acusado de defender la pederastia por unas palabras sacadas de contexto sobre la sexualidad de los adolescentes, de no condenar las muertes en la valla de Melilla por el montaje de un tuitero de ultraderecha, incluso de malversación por hacerse una foto en Times Square en un viaje oficial a Naciones Unidas. Recuerda a la campaña de acoso y derribo contra la que fue primera ministra de Igualdad, Bibiana Aído. Y no es casualidad. Es un ataque al feminismo. Un ataque dirigido a disciplinar y desalentar a las mujeres que se atreven a enfrentarse al patriarcado.

En el caso de Irene Montero, no soportan que promueva leyes feministas como el consentimiento y en defensa del colectivo LGTBI como la ley trans. Ni soportan que sea pareja de quien es. Consiguieron convertir a Iglesias en enemigo público número uno hasta forzar su salida de la política institucional porque su nombre no sumaba, restaba. Al olor de la sangre, han salido como hienas a devorarla a ella. Quieren que la cacería termine en matanza. A su labor de matarife se entrega cada día la jauría. No pararán hasta que la cesen o dimita. Espero que ni Sánchez ni Montero cedan al ruido de rifles porque es la ministra, junto a Yolanda Díaz, que más derechos efectivos está impulsando en esta legislatura. Por eso la odian.

Pero, ojo, nada de lo que está pasando es inofensivo. La violencia verbal atrae la violencia física. Se han normalizado comportamientos inaceptables en democracia. Desde las tribunas de la prensa y del parlamento les han puesto en la diana y los más desaprensivos les han enviado balas en sobres y los perros de caza han salido a morder la presa hasta la puerta de su casa. Demos gracias porque hasta ahora no haya ocurrido ninguna desgracia, pero recordemos el intento fallido de asesinato a la presidenta argentina como advertencia de lo que puede pasar cuando quienes tienen el poder de la palabra deshumanizan a una persona, como hacían los nazis con los judíos o los hutus con los tutsis, como han hecho con Iglesias llamándole “Coletas”, “Chepas” o “Rata”, hasta convertirla en una lacra social a la que debe eliminarse como a una alimaña. Unos apuntan, otros aprietan el gatillo.
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Miquel Angel Soria

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Nov 28, 2022, 1:30:49 AM11/28/22
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Noviembre
28
El hombre que enseñaba aprendiendo

En el año 2009, el gobierno de Brasil pidió disculpas a Paulo Freire.
Él no pudo agradecer el gesto, porque llevaba doce años de muerto.
Paulo habías sido el profeta de una educación solidaria.
En sus comienzos, daba clases bajo un árbol- Había alfabetizado a
miles y miles de obreros del azúcar, en Pernambuco, para que fueran
capaces de leer el mundo y ayudaran a cambiarlo.
La dictadura militar lo metió preso, lo echó del país y le prohibió el regreso.
En el exilio, Paulo anduvo mucho mundo. Cuanto más enseñaba, más aprendía.
Hoy, trescientas cuarenta escuelas brasileñas llevan su nombre.

Eduardo Galeano


El insulto como estrategia política
Joaquim Bosch (el Diario.es)

Los insultos suelen ser los argumentos de quienes carecen de
argumentos. Sin duda, una frase ingeniosa, una ironía bien trabada o
una expresión burlesca pueden adornar un razonamiento, pero la
descalificación personalizada como estrategia de destrucción se sitúa
en un plano muy distinto. El ataque meramente ofensivo siempre es un
signo de indigencia mental.

En nuestras instituciones ha aumentado bastante la agresividad verbal
en los últimos años. Además, la ramplonería en la discusión colectiva
se ha acentuado. Ese descenso alarmante en la calidad del debate
público se ha reflejado en los indicadores internacionales que evalúan
a nuestro país. Es cierto que el recurso al insulto se ha producido de
forma puntual por cargos públicos de todo el espectro ideológico. Pero
es igualmente cierto que no resulta equiparable una actuación
individual con una estrategia premeditada como seña de identidad.

Los discursos ultraconservadores avanzan en nuestro país y en otras
partes de Europa. Están valiéndose de métodos que no son nuevos y que
han sido analizados en su contexto histórico. Los fascismos
incorporaron desde sus orígenes ese discurso incendiario, plagado de
falsedades, injurias y desautorizaciones de las instituciones
democráticas. Eran herramientas centrales en sus planes de asalto al
poder.

El contraste con los planteamientos democráticos es sustancial. Al
igual que los derechos humanos, la democracia moderna es hija de la
racionalidad ilustrada. Implica un análisis colectivo de los problemas
sociales, a partir de los datos que resultan probados o que se pueden
acreditar. Como enfatizaba Manuel Azaña, la democracia debe ser el
estadio más elevado de la cultura.

En cambio, la irracionalidad de las arengas totalitarias se dirige más
a las emociones primarias. Es habitual la búsqueda de chivos
expiatorios hacia los que encauzar los odios sociales. Victor
Kemplerer nos explicó cómo el nazismo animalizó a quienes consideraba
sus enemigos. La caracterización de los judíos como ratas fue una de
sus constantes. A través de patrañas masivas sobre conspiraciones
apocalípticas o maldades inventadas, se lograba el apoyo de sectores
sociales manejables. Con toda razón, Antonio Machado afirmó que el
arma más destructiva del fascismo era la mentira.

Los planteamientos ultraconservadores han cambiado, porque las
sociedades actuales son diferentes de aquellas en las que surgieron
los fascismos. En realidad, en gran parte estamos ante fenómenos
novedosos. Los grupos actuales más implantados no preconizan el uso de
la violencia, ni cuentan con grupos paramilitares. Aceptan formalmente
el sistema democrático y no anuncian su destrucción, aunque niegan la
legitimidad de los resultados electorales cuando no les benefician. De
momento, los riesgos consisten en que podamos transitar hacia
democracias autoritarias, con limitaciones de los derechos de las
mujeres, de los migrantes o de personas por su orientación sexual.

Sin embargo, el uso del irracionalismo en la estrategia mantiene
visibles continuidades. La naturaleza humana no se modifica tan
fácilmente y siguen siendo viables las tácticas de manipulación
emocional. Lo podemos detectar en nuestro país con ese recurso al
insulto permanente, a la fabricación de bulos masivos, a las teorías
conspirativas más variadas. Como sabía Mark Twain, la historia no se
repite, pero a veces rima.

Ante esas estrategias, los demócratas no deberían jamás abandonar las
perspectivas racionales. Entrar en las dinámicas de las diatribas
ultraconservadoras supone aceptar su marco conceptual y debilitar el
sistema democrático. La regla general es que el insulto desprestigia
más a quienes lo emiten que a quienes lo reciben. Más aún: una cosa es
insultar y otra dar trigo. Sin embargo, eso puede cambiar en
situaciones excepcionales de incertidumbre económica, social e
identitaria, sobre todo si los gobernantes llevan a cabo una gestión
desacertada. Los riesgos son aún más elevados si hay serias divisiones
entre los demócratas.

Como demuestra la historia, la insatisfacción social puede llevar a
multitudes descontentas a adherirse a proclamas altisonantes de tipo
falaz. Es fundamental siempre examinar si el Estado democrático está
gestionando adecuadamente las demandas ciudadanas. Una pregunta muy
pertinente siempre ha sido por qué un pueblo culto como el alemán pudo
permitir la expansión del nazismo. Daniel Goldhagen encontró una
respuesta: la seducción de un discurso plagado de mentiras, insultos y
temores imaginarios que pudieron propagarse en un contexto adecuado.

* * *

Caperucita roja cumple mil años
Por Jorge Majfud (Página 12)

En política, como en el resto del mercado, existen dos motores
fundamentales: el miedo y el deseo. Más en una cultura basada en el
consumo y en un sistema mercantil y exitista, casi siempre presentados
como si se tratase de un organismo natural regido por una única ley,
la Ley de la Oferta y la Demanda. Esa misma cultura se retroalimenta
de la idea de que ambos, el mercado y su ley primera, son expresiones
lógicas, abstractas y universales; no un sistema y una ley regulados y
dirigidos por una ideología hegemónica y sus diferentes políticas
locales. Pero todo sistema social dominante se basa, a su vez, en la
explotación por parte del poder de las emociones más primitivas del
ser humano.

El arte, aunque con un propósito diferente, también está lleno de
obras que combinan estos dos poderosos motores de la vida psicológica
y social. Los ejemplos más descarnados se encuentran en los cuentos de
hadas, en las historias sobre seres misteriosos en todos los
continentes. No por casualidad las áreas del cerebro que disparan
estad dos emociones profundas se encuentran casi en el mismo
vecindario neuronal.

En la antigua Grecia, este impulso miedo-deseo se ilustró con los
sátiros. Mil años más tarde, una de las historias surrealistas más
antiguas, luego consideradas como cuentos para niños (mucho antes de
los hermanos Grimm), es el de la Caperucita roja. Como en un sueño,
esta historia (sobre todo en sus versiones originales antes que Disney
la higienizara con moralina protestante) mezcla sexo, crueldad,
misterio, engaño y muerte de formas tan inverosímiles como poderosas,
lo cual se prueba con la misma edad del cuento en su versión escrita
en latín: en 2023 la inocente Caperucita cumplirá mil años
sobreviviendo al peligro del lobo en el bosque y en la casa del campo.

Pero del par erótico miedo-deseo, solo el primer término representa la
moralización del poder para reprimir al segundo par, el que lleva a la
tentación y al rompimiento de la prohibición, de la fruta del Edén.
Represión y seguridad se confunden, como el miedo y el deseo se
confunden en el amor o en la violencia. La prohibición (la escrita y
la interiorizada en la auto represión) representa la civilización, la
ley, civil, moral o religiosa (Crítica de la pasión pura, 1998). Por
estas mismas razones, el miedo es la cara visible de la luna. Del otro
lado está el deseo, la necesidad de transgresión, de cambio.

El miedo y el deseo llenan también las novelas policiales, de
misterio, las películas comerciales y hasta el cine-arte. Crímenes,
violaciones, la bella y la bestia, vampiros que clavan sus dientes en
el sensual cuello de la indefensa mujer... Por no ir a la siempre
recurrente Grecia antigua o al Renacimiento, con sus estereotipos
sexuales: los hombres racionales tenían un pene minúsculo, tipo el
David o el Adán de Miguel Ángel, mientras los peligrosos y holgazanes
sátiros del bosque (fantasías dionisíacas, irracionales) eran
representados con penes tamaño burro de carga.

La misma percepción se lee en las cartas de los esclavistas blancos
del siglo XIX, temerosos de que la liberación de los negros esclavos
condujera a una violación masiva de las mujeres blancas, cuando la
realidad indicaba lo contrario: no sólo los hombres negros debían
sufrir del látigo y el fusil, sino que las violaciones eran de los
amos y patrones blancos contra sus esclavas o sirvientas negras, casi
siempre menores de edad, como fue el caso del Padre fundador de la
democracia estadounidense Thomas Jefferson y de prácticamente todos
los demás honorables esclavistas desde Canadá hasta la Argentina. Este
miedo-deseo pornográfico linchó a miles de negros liberados luego de
la Guerra Civil en Estados Unidos. Linchamientos preventivos —y
legales, como lo recomendaba la educadora, feminista y primera
senadora por Georgia Rebecca Latimer Felton, quien en 1898 recomendó
linchar a los negros que ganaron las elecciones en Carolina del Norte,
ya que, afirmaba, los negros, cuanto más educados y cuanto más
participan en política, mayor amenaza suponían a la virginidad de las
mujeres blancas—.

El mismo patrón es explotado actualmente y desde hace generaciones,
por la poderosa industria de la pornografía, la cual abunda en
“hombres negros sobre mujeres blancas”. Es decir, el miedo del poder
abre una válvula de escape en su propia imaginación. Es la tradición
de la festividad que rompe las reglas sociales y da vuelta su orden
político una o dos veces al año, en contraste con la necesidad del
ritual que, tanto en las religiones como en los tics psicológicos,
necesita repetir cierto orden para sentir que tiene algún control
sobre el futuro incierto, sobre lo inesperado, sobre lo temido, sobre
lo que en realidad no tiene control.

Según Stephens-Davidowitz en su análisis de Big Data (Everybody Lies,
2017), las mujeres consumen dos veces más videos pornográficos donde
se ejerce violencia contra las mujeres que los hombres. No hace falta
aclarar que esto no significa ninguna valoración moral o ética, ya que
refiere a fenómenos psicológicos. Uno de los personajes de mi novela
Crisis (2012), uno de esos personajes detestados por su propio autor,
lo había resumido así: “Al final, después que todas estas tonterías
pasan, las aburriditas amas de casa, las correctas profesionales de
corte feminista desean un macho que las humille en la cama. Sólo así
recuperan sus olvidadas capacidades orgásmicas, deseando todo lo que
su educación y su buena moral aborrece…” Está en el índice de
cualquier libro de Freud: en las ficciones, en los cuentos populares,
el sexo ha sido cubierto por una espesa capa de simbolismo, como en
los sueños. Hay que agregar: cubierto por el término más visible y
represivo: el miedo.

Este factor constituyente de miedo y deseo también tiene una
explicación en la más profunda prehistoria. En 2008 el profesor de
psicología de la Universidad de Michigan (miembro del Laboratorio de
Biopsicología y Neurociencia Afectiva) observó que la dopamina,
procedente del núcleo accumbens (área central del hipotálamo) y
motivador de los animales en su búsqueda de recompensas placenteras
(comida, sexo, drogas), también es responsable de la producción de
miedo. Una vez que el equipo Michigan inhibió la producción de
dopamina en ratones, no sólo decreció en ellos el deseo por
recompensas, sino también, de forma simultánea, las ansiedades
producidas por el miedo. El mismo equipo logró identificar las áreas
del cerebro que efectivamente se relacionan con el miedo y el deseo, y
encontraron que ambas estaban separadas por milímetros. Tanto el miedo
como el placer son los responsables del éxito de supervivencia de la
especie. Un éxito, claro, plagado de conflictos, de euforia y de
dolor.

Una vez más, no es casualidad que los poderes del momento, desde los
regímenes autoritarios clásicos hasta las democracias liberales
dominadas por la ideología del mercado y un número reducido de señores
feudales, dueños de unas pocas corporaciones, hayan explotado y
amplificado en su beneficio estas dos reacciones constitucionales de
cada individuo. Desde los discursos políticos hasta los masivos
anuncios publicitarios y, más recientemente, la dinámica algorítmica
de las redes sociales.

* Fragmento del próximo libro del autor, Moscas en la telaraña.
Iñaki y Frenchy. Ruidos.jpg
Manel Fontdevila. El examen.jpg
Gonzalo Vilas. ¿Quosque tandem.jpg
Miki y Duarte. Black-Friday.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 29, 2022, 1:30:25 AM11/29/22
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Sense fer cap esforç, només un petit exercici de memòria i la visió de
les fotografies de deu persones, ens situem quaranta-set anys enrere.
A les fotos destaca la figura de Marcelino Camacho. Ell i la resta ja
s'havien popularitzat malgrat els esforços de la dictadura franquista
per amagar les dures penes a les que havien amenaçat als "10 de
Carabanchel" en el conegut "Procès 1001". Recordava Cristina Almeida:
"Aquí demanaven 20 anys de presó. Eren unes penes que no les posaven
ni als que mataven al rei, perquè el Codi Penal s'acabava quasi en
aquestes penes". Era l'any 1972.
Avui recordem el dia de la concessió de l'indult, tres anys més tard.


Dónde está el gobierno más radical de la historia de España, que yo lo vea
Isaac Rosa (elDiario.es)

El PSOE se radicaliza. La deriva radical del PSOE. El gobierno más
radical de la historia de España. Pongan en Google cualquiera de esas
frases y verán qué risas. Pueden también cambiar el sujeto, Sánchez en
vez de PSOE: Sánchez se radicaliza. La deriva radical de Sánchez. El
presidente más radical de la historia de España. Y lo mismo si en vez
de PSOE ponen Unidas Podemos, o la izquierda sin más. La izquierda se
radicaliza. La deriva radical de la izquierda española.

Llevamos seis o siete años escuchando el mismo mensaje por parte de la
derecha política y mediática. Y ya vale de publicidad engañosa,
hombre. Ya vale de jugar con nuestros sentimientos. Que los votantes
radicales de izquierda nos ilusionamos cada vez que oímos o leemos a
un portavoz del PP, un tertuliano o columnista, un editorial de
prensa, un tuitero o un mensaje cuñado en el grupo de WhatsApp
alertando del gobierno radical, social-comunista y populista. Y luego,
cuando nos asomamos al balcón para ver si ha empezado ya la
revolución, nos encontramos a un gobierno que aprueba plácidamente sus
terceros presupuestos generales, saca uno tras otro todos sus
proyectos de leyes con amplias mayorías, aumenta el gasto en Defensa,
se alinea totalmente con la OTAN y toma medidas que reciben el visto
bueno de Europa. ¡Ya vale de jugar con nuestros sentimientos!

La matraca empezó en 2015, con Podemos primero, y con Unidas Podemos
después, cuya deriva radical, izquierdista y populista era vaticinada
hasta por el PSOE de entonces. Pero mira, luego le alcanzó también al
propio PSOE: con la segunda llegada de Pedro Sánchez en 2017 se nos
dijo que el partido se radicalizaba y “podemizaba”. Hasta El País
avisó, en un editorial delirante, de que al PSOE le llegaba “el
momento populista”. Lo mismo en la moción de censura de 2018, pactada
con radicales, independentistas y batasunos. Y tras las elecciones de
2019, que traían un “gobierno Frankenstein”, cesiones a los enemigos
de España y amigos de ETA, y un giro populista y por supuesto radical.
“El gobierno más radical de la historia de España”, así lo bautizó
Casado, y la fórmula tuvo éxito. Desde entonces las advertencias se
renuevan semanalmente. Esta misma semana, en la bronca del Congreso. Y
hace cuatro días, mi presidente andaluz, el moderadísimo Moreno
Bonilla, avisando que el PSOE está “muy tirado a la izquierda” y “en
manos de la izquierda más radical”.

Ni caso, no se ilusionen. Luego te encuentras con que, más que
podemizarse el PSOE, pareciera que Unidas Podemos se ha pesoizado un
poquito, moderando sus posturas tras entrar en el gobierno, dirigiendo
ministerios sin romper nada, y pactando leyes y medidas que son
cualquier cosa menos radicales. En cuanto a los socios satánicos que
sostienen a Sánchez, ahí está Bildu, participando en la vida
parlamentaria con normalidad y apoyando leyes socialdemócratas; y lo
mismo ERC, que en vez de organizar referéndums ahora participa en la
cogobernanza del Estado.

La verdad es que la única deriva radical que uno ve es la de la
derecha, radicalizada hacia posiciones cada vez más derechistas. No
digo Vox, que ya viene radicalizado de casa, sino el PP, que ni con el
“moderado” Feijóo ha frenado la inercia ultra que inició Casado y que
ahora sostienen Ayuso, el gobierno castellanoleonés de coalición, y la
prensa conservadora, empeñada en mantener la matraca del “gobierno
social-comunista” mientras le marca la línea dura al PP. No solo
radicales: también antisistema, empeñados en bloquear las
instituciones, no pactar nada y no renovar los órganos de la Justicia,
el Constitucional o RTVE.

Años escuchando que viene el lobo de la izquierda radical, y lo único
que se nos ha radicalizado, y mucho, es la derecha. Menos lobos.

** *
Días de dolor e indignación
Eric Nepomuceno La Jornada)

Son días de dolor sin fin e indignación ardiente. El pasado martes
amanecí con la noticia de la muerte de un gigante llamado Pablo
Milanés, uno de los hermanos que me regaló Cuba, mi segunda patria. Y
al anochecer, el mismo martes me sacudió de indignación un nuevo
intento golpista de Jair Bolsonaro, el peor y más abyecto presidente
de la historia de mi destrozado país.

Conocí a Pablito en 1979, cuando estuve en Cuba por segunda vez. Desde
entonces no nos despegamos nunca más. Cuando él estaba en Río venía a
mi casa, nuestra casa, y a cada viaje mío a La Habana comíamos juntos,
muchas veces en casa de él. Pablito, a propósito, era un cocinero
estupendo.

A veces pasábamos largo rato sin comunicarnos, pero cuando retomábamos
el contacto, siempre fraterno, era como si nos hubiéramos juntado el
miércoles anterior. El nuestro ha sido un tiempo permanente.

Llevaré conmigo en lo más hondo del alma la sonrisa solar de mi
hermano Pablito, su generosidad, su infinita capacidad de poesía, de
interpretar no sólo a su país, sino a toda nuestra América y
enseñarnos al mundo.

Tengo un Everest de los más cálidos recuerdos de Pablito, un océano de
afecto en permanente marea llena. Una sonrisa que alumbraba al mundo y
a la vida. En el pecho cargo un vacío oscuro y lleno de dolor.

Todavía tambaleaba con la noticia de esa pérdida irreparable cuando
supe que el Partido Liberal de Jair Bolsonaro –vaya ironía: de liberal
no tiene más que el nombre, es un amontonado de esperpentos y
ladronzuelos– había entrado en el Tribunal Superior Electoral con un
pedido de anulación del resultado de la segunda vuelta de la votación
que eligió a Lula da Silva.

El pedido, sin pies ni cabeza, fue denegado, y el Partido Liberal
recibió una multa de unos 4 millones de dólares por haber
clarísimamente intentado tumultuar aún más el ya muy conturbado
escenario político de la transición entre el actual y moribundo
gobierno y el que empezará con Lula en el primer día de 2023.

Si era obvio que la solicitud, impuesta por Bolsonaro a su partido,
sería rechazada por absurda, ¿cuál era el objetivo de divulgarla?

Dar más munición a los enloquecidos grupos de extremistas que cierran
carreteras en el país, que se concentran frente a cuarteles e
instalaciones militares pidiendo la intervención para impedir que Lula
asuma la presidencia. Elevar más y más la tensión que no encuentra eco
entre partidos políticos y no va más allá de grupitos extremadamente
radicales.

Bolsonaro tendría una opción: prepararse para asumir la cabeza de una
oposición durísima al gobierno que vendrá.

Optó por prepararse para tumultuar aún más el país, y con eso agregó
otro crimen más a la ya extensa lista que podrá llevarlo a los
tribunales.

Mi indignación quizá se suavice cuando ese tiempo haya pasado.

Mi alma en pedazos volverá a recomponerse, pero con una diferencia
irreparable: habrá siempre el hueco, otro hueco más, esta vez por el
viaje sin vuelta de Pablo Milanés, mi hermano Pablito.
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Miquel Angel Soria

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Nov 30, 2022, 1:30:23 AM11/30/22
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Noviembre
30
Cita en el paraíso

En el año 2010, se inició otra conferencia mundial, la mil y una, en
defensa del medio ambiente.
Como de costumbre, los exterminadores de la naturaleza le recitaron
poemas de amor.
Ocurrió en Cancún.
Mejor lugar, imposible.
A primera vista, Cancún es una tarjeta postal, pero esta vieja aldea
de pescadores se ha convertido, en el último medio siglo, en un
modernoso y gigantesco hotel de treinta mil habitaciones, que en el
camino de su prosperidad ha aplastado los médanos, los lagos, las
playas vírgenes, los bosques vírgenes, los manglares y todos los
obstáculos que la naturaleza oponía a su exitoso desarrollo. Hasta la
arena de las playas ha sido sacrificada, y ahora Cancún compra arena
ajena.

Eduardo Galeano


De la locura de Vox a la división en la izquierda
José María Izquierdo (elDiario.es)

Empecemos por el espectáculo, entre zafio y grotesco, de las huestes
de Abascal en el Congreso. Arrancó la ridícula performance la diputada
Carla Toscano, horas en el espejo para parecerse a la llorada por sus
correligionarios Macarena Olona, esa mujer “casi tan brillante como un
hombre”, que dijo aquel dirigente de Vox. Pero el volatín más difícil
del circo, vean cómo hacemos triples saltos nunca vistos desde la
época de los tiranosaurios, llegó con el diputado Víctor Manuel
Sánchez del Real, que en plan Estopa, y perdido todo recato, se abrió
la camisa como si la juerga flamenca de Camarón ya hubiera llegado al
clímax propio de las altas horas de la madrugada. Hombre de físico
poderoso y decires tronantes, apostó por el papel de rey godo, quizá
Turismundo, a lo mejor Sisebuto. Ya se han publicado por tierra, mar y
aire sus chocarrerías contra la ministra Irene Montero y sus afines,
más propias de un vulgar patán que de alguien que funge como ideólogo
del jefe Abascal, que es lo que es, ni se les ocurra reírle las
gracias al energúmeno, así que quedo eximido de transcribirlas.
Tildaban de bárbaros los romanos a los godos. ¡Quiénes somos nosotros,
mero polvo en el camino, para llevar la contraria a aquellos sabios
que hasta construyeron el Acueducto de Segovia!

Va encontrando su camino la extrema derecha que representa Vox, esa
mezcla de españolismo cutre -los toros, el mantón, los churros, las
medallitas de esta u otra virgen- con la sofisticación, y el dinero,
no se olviden nunca de ello, del neoliberalismo más enloquecido,
trabajada la extraña amalgama con las técnicas depuradas y muy
probadas de los Bannon y compañía, que por ahí andan sus triunfos,
Donald Trump como máximo logro de sus maquinaciones y mentiras. El
partido de Abascal ya está metido en ese cañón del Colorado que tiene
en el griterío, el insulto y la bravuconada su manera de hacer
política, pasto imprescindible para repugnantes redes sociales y una
prensa de la derecha dizque moderada, pero en realidad indistinguible
del panfleto más deleznable.

Claro que esta buscada estrategia de enfangar la política, convertir
el Congreso o cualquier otra institución en un albañal es una de las
hazañas más recurrentes de la extrema derecha, incluidas las tácticas
nazis que llevaron a Hitler al poder. Siempre, siempre, se ha visto
apoyada por una derecha melindrosa, escasamente democrática en su
fuero interno, continuamente inmersa en la duda de qué hacer frente al
salvajismo de estos amantes de la cachiporra, verbal en unos casos, de
dura madera en otros. Por un lado, saben que seguirles a la guerra les
quita votos de centro, pero necesitan de las grietas que abren -aunque
sea a machetazos, qué más da- en la fortaleza del adversario. Tampoco,
bien lo saben, pueden enfrentarse a ellos con gallardía y decencia,
porque todo parece indicar que están más que dispuestos a echarse en
manos de los trogloditas si necesitan sus votos para gobernar, véase
Castilla y León. Así que la tinta se extiende y podemos contemplar el
ignominioso espectáculo de ver cómo esa derecha bien educada en
colegios de pago es incapaz de mostrar cierta decencia y decirles a
los godos bocachanclas, como Sánchez del Real, por ahí no queremos
acompañarlos, cesen en la bochornosa táctica de chapotear en las
sentinas.

Con todo, anda el Ojo más preocupado con otra cuestión, ya expuesta en
articulillos anteriores, y me temo que tendremos que abordarla en
otros próximos. Se trata de la unidad de la izquierda o, por mejor
decir, de la imposible conjunción de las fuerzas progresistas. Es
inútil. Y doloroso. Da igual que el Gobierno afiance sus anclajes con
la aprobación, mayoría amplia, de los terceros Presupuestos Generales
consecutivos, logro inédito en los últimos tiempos, y de un valor
difícil de medir en esta época de zozobra y con un gobierno de
coalición, obligado a gestar esa mayoría con muy difíciles
negociaciones. Andan las cosas medianamente bien encarriladas en
economía, gracias a unas relaciones muy trabajadas en Europa, y con
cierta holgura podría Sánchez presentar un cuadro decente de todo lo
conseguido -a pesar de las siete plagas que nos han ido cayendo, una
tras otra- ante las elecciones municipales y autonómicas ahora, en
mayo, como en las generales, allá en noviembre. Pero miras a su
izquierda y se te encoge el ánimo. ¿Qué hemos hecho para merecer este
castigo divino, otro sufrimiento más, miramos hacia el cielo como
Scarlett O’Hara y ganas nos dan de gritar “aunque tenga que matar,
engañar o robar, a Dios pongo por testigo de que jamás volveré” a
votarles?

Es tan obvio que las dos patas, PSOE y los grupos más a la izquierda,
deben mantener -o mejorar- su potencia de fuego para ganar las
elecciones, y evitar que gane esa derecha terrible del PP y Vox que
hemos visto al comienzo, que resulta hasta infantil recordarlo. Pero
es que son ellos, tan solo ellos, quienes se han enzarzado en una
pelea de gallos implacable, tú quieres mandar más que yo y eso no te
lo consiento. Por ahora el cuadro que todo el mundo tiene delante es
una pelea feroz entre Sumar y Podemos, como ya hemos contado en esta
columna. No insistiremos mucho, pero les dejo con la tragedia griega
en la retina de que lleguemos a las elecciones con dos candidatas,
Yolanda Díaz, por un lado, y por otro, Irene Montero. Y allá a su
frente, como en los versos de Espronceda, Pablo Iglesias. ¿Y usted qué
hace aquí? podíamos preguntarle.

Seguro que hay muchos españoles que consideran, ignora el Ojo si son
suficientes para renovar mandato, que la labor de este Gobierno se
merecería cuatro años de prórroga, tras lucir un abultado rimero de
medidas sociales en su haber. Parece menos feo este Frankenstein,
incluso hay quien ve cierto atractivo en tanto tornillo, pero es
seguro que los posibles votantes nunca van a ver con entusiasmo un
gobierno que resulte de sentar en el Consejo de ministros a gentes que
se sacan los ojos entre ellos. Delante de todos y, además, haciendo
ostentación.

Para matarlos.

Adenda 1: ¿También nos dividimos en el feminismo? ¿Somos incapaces de
pactar un texto que sea aceptable por unas y por otras? Es tarea
imposible explicar a las buenas gentes que van a ir a votar que
señoras jóvenes y menos jóvenes, con un amplio currículo y una
devoción por la democracia demostrada en momentos bien difíciles,
permitan este triste espectáculo de enfrentamiento y desunión. Un
esfuerzo más con esa ley trans, por favor.

Adenda 2. Ya queda menos para que veamos a los muy fanáticos
seguidores de Vox en la madrileña plaza de Colón poniéndose los
teléfonos en la cabeza rogando a los extraterrestres que viajen hasta
la Tierra para derrocar a Pedro Sánchez. Los seguidores de Bolsonaro
ya lo han hecho. Tiempo al tiempo.

* * *
¿Nuestra más grande debilidad?
Fernando Buen Abad Domínguez* (La Jornada)


Una denuncia, por sí sola, no produce conciencia, tampoco acción. Eso
es escandalosamente doloroso cuando se trata de nuestra mayor
fragilidad política en materia de comunicación que es, muy
posiblemente, nuestra peor debilidad en los campos de lucha de la
izquierda o del progresismo. Podríamos consagrar la vida a denunciar
estragos propinados por la mafia que se adueñó de la comunicación y
seguir pasando ¡nada! Así nos ha ido. Ni las derrotas más alevosas nos
han conducido a frenar (y menos a resolver) las causas de los daños y
derrotas que nos impone el capitalismo, también, con sus mass media o
armas de guerra ideológica.

Nadie tiene escapatoria. Ha sido un clamor en el Foro de Sao Pablo en
Caracas, del 18 al 20 de noviembre, en la Universidad Internacional de
las Comunicaciones. En las filas de los nuestros todas las direcciones
y los dirigentes deberían poner barbas a remojo por sus conceptos o
prejuicios acumulados en materia de comunicación. Revisar sus
convicciones más firmes e interrogarse de dónde las sacaron, cómo
aprendieron a repetirlas, en mérito de qué les confieren pasión y
confianza y qué resultado les ha ofrecido su coctel de ideas
comunicacionales. Un porcentaje grande de las direcciones y los
dirigentes jamás participó en alguna capacitación y menos en el diseño
de tácticas y estrategias comunicacionales contrahegemónicas. Abunda
cierto sentido común influido por el palabrerío de publicistas
mercantiles o asesores rentados que con encuestas, focus groups o
artilugios cuantitativos, imponen verdades convincentes para lubricar
el tránsito de los dineros no poco inefables.

En este baile danzan dirigentes en trances de esclavitud ideológica
comunicacional sin importar la fase de su lógica estereotipada, tanto
en proceso de campaña electoral como en el diseño de estrategias de
salud, educación, vivienda o cultura. Creen que las fórmulas de lo
exitoso, para el mercado, pueden ser trasplantadas para hacer exitosos
los enunciados políticos de las gestiones gubernamentales. Un enredo
teórico-metodológico carísimo y sin resolver. No hay peor sordo que el
que sólo se escucha a sí mismo convencido de que sus ideas, sus medios
y sus modos son un encanto comunicacional. Calco odioso del estilo
burgués.

Existen al menos cinco antídotos contra las manías comunicacionales
del individualismo y el mercantilismo infiltrados en alguna izquierda
y progresismo: 1) la agenda temática no debe salir de las suposiciones
o conjeturas de coyuntura, sino de las luchas sociales; 2) los
gobiernos deben equiparar su base instrumental para la comunicación
con una política democratizadora de las herramientas para la
comunicación; 3) dejar de transferir dinero del pueblo a monopolios
mediáticos; 4) transparentar el financiamiento de la comunicación,
toda, y 5) desarrollar instrumentos científicos especializados en el
perfeccionamiento del relato transformador, su comunicación y
retroalimentación.

No debería haber dirigentes populares, en pie de lucha, que no
hubieren cursado una especialidad en comunicación transformadora,
actualizándose para dominar la ubicuidad y la velocidad comunicacional
de los pueblos. Pero la realidad es desoladora. En el paisaje de
nuestras derrotas comunicacionales reina la soberbia y las soluciones
de maquillaje. Nada de esto niega los avances y las excepciones
honrosas que suelen ser insuficientes. Nada borra las buenas
intenciones ni los buenos propósitos que de nada o muy poco sirven si
reina, además, la desorganización y el marasmo semántico de los
intereses individuales por encima de los temas comunes. Tienen
responsabilidad suprema los gobiernos, que parecen estar más
dispuestos a la connivencia con la estulticia mediática burguesa que
con una verdadera revolución comunicacional desde las bases sociales.
Es un talón de Aquiles el avance de derechas y ultraderechas.

Urge, hoy, una corriente de la comunicación emancipadora contra el
neonazifascismo. Abrir una lucha a fondo contra ideas, medios y modos
del supremacismo histriónico. Sus financiamientos, sus difusores, sus
predicadores y sus cómplices. Pero vemos lentitud y no vemos opción
posible de una plataforma cumbre de los países para organizarse y
resolver los problemas actuales de la comunicación. Como propuso el
Informe MacBride. Por eso la urgencia de un segundo informe en Un solo
mundo, voces múltiples. Ofende la nula voluntad política de muchos
gobiernos ante la necesidad de un nuevo orden mundial para la
información, la comunicación y la cultura. Eso duele e indigna.

Ya es bastante complicado y peligroso entablar escrutinio crítico al
modelo de comunicación hegemónico burgués y no es menos complicado el
litigio científico entre los nuestros. Nada de eso omite la
obligación, de método, que exige presentar credenciales de fraternidad
y camaradería incluso en el trabajo de la crítica y la autocrítica de
nuestras filas. Pero eso no nos hará suaves ni permisivos. Ya tuvimos
demasiado de eso.

Urge la acción que repare vacíos y organice a las fuerzas para una
contraofensiva híbrida, creativa y contundente que actualice los años
de atraso que ponderamos desde que la Comisión Internacional para el
Estudio de los Problemas de la Comunicación produjo el Informe
MacBride (1980) Un solo mundo, voces múltiples por un nuevo orden
mundial de la información y la comunicación. Urge decisión política,
sinceramiento y audacia. Urge una cumbre latinoamericana y caribeña en
sobre comunicación para abolir las esclavitudes semántica,
tecnológica, jurídico-política, financiera y semiótica. ¿Tendremos el
coraje? Vamos muy lento.

* Filósofo y director del Instituto de Cultura y Comunicación y del
Centro Sean MacBride, Universidad Nacional de Lanús
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Miquel Angel Soria

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Dec 1, 2022, 1:30:49 AM12/1/22
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Diciembre
1
Adiós a las armas

El presidente de Costa Rica, don Pepe Fiueres, había dicho:
      -Aquí lo único que anda mal es todo.
Y en el año 1948, suprimió las fuerzas armadas.
Muchos anunciaron el fin del mundo, o por lo menos el fin de Costa Rica.
Pero el mundo siguió girando y Costa Rica se salvó de las guerras y los golpes de Estado.
                                                                                                                   Eduardo Galeano

També, l'any 1941, naixia l'escriptor "de la Franja" Jesús Moncada. El trobem molt a faltar.


Ultraderecha, frenar sus afanes expansionistas
José Murat* (La Jornada)


En el devenir zigzagueante y azaroso de la historia destaca en esta tercera década del siglo XX, para mal, un afán expansionista de la derecha neofascista, la ultraderecha, cuya élite ideológica por primera vez sesionó en México y por segunda vez en América Latina, con un mensaje regresivo, arcaico e intolerante, atacando los valores de la democracia, la libertad, la ilustración, la igualdad y la justicia.

Es una ultraderecha que, como afirma Anne Applebaum en su texto El ocaso de la democracia, no cree en los valores de la civilización y hoy critica no sólo al socialismo, sino a la democracia representativa, la tolerancia religiosa, la independencia del Poder Judicial, la libertad de expresión y de prensa y las instituciones republicanas.

Es una derecha antidemocrática que se consolida en sectores de Estados Unidos, que viene de perpetuarse en Hungría, de ganar en Italia, de crecer en Francia, de aumentar en estridencia mediática en España y de enquistarse –aunque no de triunfar– en Brasil; una ultraderecha que amenaza con regionalizarse y ya tiene cabezas de playa en la oposición de Chile y Argentina.

Una ultraderecha que embiste y llama a aniquilar todas las expresiones del pensamiento progresista, especialmente el socialismo igualitario y el liberalismo con compromiso social y defensor de los derechos de la mujer y del hombre, los derechos humanos. No sólo gobiernos en funciones, sino lo que, en su paranoia, percibe como amenaza a sus intereses mercantiles, clasistas, raciales e individualistas.

La llamada Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), ya con 50 años de creación, se gestó entre sectores oscurantistas de Estados Unidos, críticos de la democracia liberal, de las minorías raciales y del establishment de ese país, y poco a poco ha ido extendiendo sus tentáculos a otros países y a otros continentes. Hoy es el epicentro de la ultraderecha mundial, a la manera de una Internacional Ultraderechista, la némesis de la Internacional Socialista.

A nivel continental, pretende ser un contrapeso ideológico del Foro de Sao Paulo, como declaró en la Cumbre de Santa Fe uno de los organizadores: así como Lula fundó el Foro de Sao Paulo con una agenda radical muy fuerte, el CPAC se reúne en México para marcar una ruta; es el inicio de un movimiento en defensa de la vida, la patria, las libertades fundamentales que hoy están en juego.

Como en tiempos de la guerra fría, los ponentes abordaron los presuntos peligros de los gobiernos socialistas y del Foro de Sao Paulo, que tiene como objetivo la destrucción de las personas, por lo que se declararon en pie de guerra contra el progresismo que quiere censurar ideas, en contra del aborto y en defensa del binarismo de género, es decir, en contra de la diversidad sexual.

Se trata de un movimiento que, decíamos, tuvo una gestación doméstica en nuestro vecino del norte, en la década de los 70, en plena guerra fría, con la bandera de detener al comunismo, el real y el imaginario, pero que ahora se constituye en una red de organizaciones y figuras mediáticas que tienen como nueva cruzada frenar los cambios en el mundo y aún involucionar hacia los valores tradicionales: fin al Estado y la educación laicas; un nacionalismo chovinista, hostil con los inmigrantes; una sociedad cerrada, refractaria con las minorías; rechazo a las preferencias personales; penalización del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo.

También, de manera destacada, una ideología cerrada a la realidad del cambio climático y el calentamiento global, cuando debiera ser compromiso y lucha común de todos los gobiernos y de todos los seres humanos, más allá de las ideologías; trabajar por la conservación de los equilibrios de la naturaleza y restaurarlos ahí donde se han trastocado.

Es una constelación de fuerzas regresivas que se une para detener cambios que se perciben como destructores de la identidad nacional, para regresar el reloj de la historia y restaurar valores medievales, para cancelar los derechos de las minorías y las mujeres, aún aquellos que tenían estatus de derechos adquiridos y consumados, con tutela constitucional, en la misma capital del llamado mundo libre.

Por eso, en la Cumbre de la CPAC se dieron cita, de manera presencial o virtual con mensajes grabados, figuras de varios países. Del continente americano, actores centrales del trumpismo, como Steve Bannon; Eduardo, hijo del aún presidente de Brasil Jair Bolsonaro; el ex candidato derechista a la presidencia de Chile, José Antonio Kast, un nostálgico de Pinochet; Javier Milei, ex candidato perdedor de la derecha en Argentina, entre otros. De Europa participaron, en un formato u otro, Víctor Orbán, primer ministro de Hungría; Santiago Abascal, dirigente de Vox en España; representantes de la familia Le Pen, íconos del neofascismo francés, y una delegación del gobierno ultraderechista de Italia, entre otros.

En suma, el mundo no está a salvo de la amenaza de la ultraderecha trasnacional, ni están blindadas a perpetuidad las conquistas de la civilización, la ciencia, la ilustración, la democracia, la lucha social y, en general, el pensamiento progresista. Los valores con visión de futuro tienen que defenderse, hoy y siempre.

*Presidente de la Fundación Colosio

                                                        * * *

Once problemas de nuestro tiempo
Por Jorge Majfud (Rebelión)

La necesidad real de un pensamiento latinoamericano propio continúa siendo una vieja utopía, no porque no haya materia pensante en nuestro continente sino porque todas las formas propias fueron reprimidas y demonizadas desde el año 1492.

Desde entonces, el continente ha pasado de mano en mano hasta nuestros días, en que la ideología dominante y neocolonial del mercado asfixia cualquier alternativa, bajo el antiguo y efectivo recurso de la demonización, pagada por las corporaciones financieras y propagadas por los medios que la sirven y por los fanáticos que la sufren.

Aunque en proporciones diversas, el poder ha estado siempre en manos de una minoría. Si consideramos como progreso social la distribución equitativa de poder en una sociedad, podemos ver que, por lo menos en los últimos quinientos años en Occidente, todos los progresos políticos, sociales y económicos han sido consecuencia de otras minorías alejadas del poder. Estas minorías fueron criminalizadas, demonizadas, desacreditadas y sufrieron amenazas, ejecuciones, matanzas o, simplemente, el silencio de las mayorías cómplices del poder. Así, mientras estas minorías criticaban y resistían la brutalidad del sistema esclavista, no pocos negros, indios, mujeres y pobres enseñaban a otros negros, indios, mujeres y pobres a ser buenos negros, indios, mujeres y pobres.

Ahora, no sin paradoja, los islamófobos están llevando a Occidente al mismo proceso que produjeron las potencias occidentales en el mundo persa-árabe, transformando países seculares y socialistas en paradigmas del fanatismo religioso (“El lento suicidio de Occidente”, 2002). La teocratización de la política actual no se reduce a presumir de que Dios vota a nuestro partido político y nos ayuda a ganar campeonatos de fútbol, sino al entrenamiento cultural (producto de una adoctrinación que comienza en la infancia) por la cual el mayor mérito intelectual es tener fe a cualquier precio. Si bien esto es incuestionable dentro de cualquier religión, pierde sentido cuando esos mismos individuos salen de sus tempos y confunden su religión con su ideología y su iglesia con su país.

Para cualquier ciencia, hasta una evidencia está condicionada a nuevos datos de la realidad que la corrija. En una religión ocurre precisamente lo contrario: si la realidad contradice nuestros deseos, peor para la realidad. No existe ninguna institución o filosofía más radicalmente negacionista que una religión. Lo digo desde un punto de vista técnico de la palabra, en principio sin valoración de juicio. Si este negacionismo está bien dentro de un dogma o un credo religioso, no podemos decir lo mismo en lo que se refiere al mundo factual.

De ahí, por ejemplo, la nueva moda de la negación de las elecciones sin indicios para hacerlo y sólo cuando los fanáticos las pierden. Ocurre en todo el mundo donde esta cultura religiosa madurada en el sur esclavista de Estados Unidos se ha propagado, probando una vez más la naturaleza neocolonial de un centro hegemónico, decadente pero todavía con dientes.

11 necesidades a considerar:

1.      Un nuevo paradigma democrático y ecologista, que supere el consumismo y el dogma del mercado. Para ello, es urgente limitar las donaciones corporativas a los políticos.

2.     Un derecho universal a la verdad y la transparencia. Las corporaciones que crezcan más allá de un límite de poder político y social desproporcionado deberán ser limitadas de diferentes formas, como la inclusión de representantes del pueblo con idoneidad en el área para controlar las acciones de la corporación. Estos comités deberán tener una naturaleza internacional.

3.      Reducción radical de la concentración del poder acumulado por las corporaciones privadas y transnacionales. No existe democracia ni trasparencia en sus acciones ante un poder desbordado.

5.      Descentralización del poder, tanto de las corporaciones como de los países que las protegen con sus gigantescos poderíos militares.

6.      Eliminación de las agencias secretas como órganos ejecutivos de gobiernos paralelos.

7.      Recuperación de una neoilustración, donde el paradigma del individuo culto, de la lucha por la igual-libertad vuelva a ser tenida en cuenta como elemento fundamental en la lucha por la verdad y contra el actual fanatismo neomedieval.

8.      Necesidad de una democratización efectiva. A principios del Renacimiento europeo, el capitalismo significó una forma de democratización, reemplazando en cierta medida los privilegios hereditarios de la nobleza por el valor más impersonal del dinero. Pero el capitalismo no inventó la democracia ni siquiera la democracia moderna. Por el contrario, la usó cuando no pudo destruirla. El proceso de democratización en Europa comenzó con los humanistas a mediados del siglo XV, y muy probablemente hubo una forma de proto democracia en los primeros tres siglos del cristianismo, cuando sus miembros eran inmigrantes perseguidos y su forma de subsistencia comunitaria había estimulado por primera vez la idea de igualdad. Por su parte, los nativos americanos no sólo eran menos machistas que los europeos, sino que practicaban diferentes formas de democracia, tolerancia y diversidad, como los iroqués en Norteamérica, aún antes de que llegaran los conquistadores que los masacraron y corrompieron con una sobrada arrogancia racista que continúa hasta hoy. El capitalismo corporativo de los últimos siglos es la reproducción del sistema esclavista americano y del feudalismo europeo al que se opuso en sus inicios.

9.      Internacionalización de derechos básicos, no solo en sus declaraciones sino en su ejecución. La ONU es un perro sin dientes, donde se da el absurdo de que, por ejemplo, desde hace décadas casi todas las naciones del mundo votan contra el bloqueo de Cuba y éste se mantiene con el voto de dos países. Es un organismo necesario, pero anacrónico en su arquitectura, la cual debe ser reestructurada, por ejemplo, en el aumento de numero de países con derecho al veto en el Consejo de seguridad. O directamente eliminando el derecho discriminatorio al veto.

10.  Salario Universal. La crítica a esta propuesta basada en la promoción de holgazanes es arbitraria. Los holgazanes siempre han existido en cualquier clase social. Aunque se repite que los pobres son pobres por no esforzarse lo suficiente, podemos entender que los ricos no son ricos por esforzarse más que el resto. Más allá de los méritos, que existen en casos ejemplares y excepcionales, éstos no explican la realidad: el sistema capitalista acumula los beneficios de una forma patológica, y una vez que este proceso comienza casi al azar, luego no hay espacio para ninguna competencia. Un multimillonario y expresidente como Trump lanzó su propia red social para competir con Twitter y fracasó. Las super compañías crecen y monopolizan un mercado hasta que mueren por nuevos inventos, ninguno de los cuales es producto de sus propietarios, aplaudidos como genios por la masa obediente. El salario universal no eliminará al salario tradicional ni a los nuevos emprendimientos; por el contrario, los potenciará. La mayoría de la actividad creativa se ha realizado siempre de forma gratuita o sin pensar directamente en los beneficios. El salario universal no solo potenciará las fuerzas creativas de los individuos sino que, al no depender su existencia de un salario condicionado a su obediencia, también los liberará de su miedo a exigir verdad, justicia y más democracia, algo que la minoría en el poder teme como a la muerte.

4.      Descomercialización de la información. Casi todos los grandes inventos tecnológicos, como los descubrimientos científicos y los progresos sociales fueron realizados por gente que no estaba pensando en las ganancias económicas de su esfuerzo. Cuando no fueron desarrollos de los Estados. Tanto la radio como Internet no se desarrollaron por la inversión de ninguna empresa privada. Ambas fueron secuestradas (privatizadas) en su plena madurez: la radio en los 30s e Internet en los 90s. La información se corrompió cuando se convirtió en un producto, sobre todo en un producto al servicio del poder de turno bajo el disfraz de la libertad y el pragmatismo. Como en tiempos de la esclavitud, la libertad del dueño del dinero y del látigo. Sin caer en la tentación de la censura estatal (para eso los comités de control antes mencionados) los gobiernos del mundo pueden hacer mucho si se deciden a regular (es decir, a revertir) el poderoso mercado de la opinión pública. Mucho más si coordinan esfuerzos y se logra, por ejemplo, una unión de naciones latinoamericanas.

11.  Inversión en educación pública y descomercialización de la educación. Reestablecer un equilibrio entre las humanidades y las asignaturas técnicas. Volver al estudiante como educando y no como cliente. La (1) comercialización de la educación, como (2) la salud y (3) los comercialización de los medios de comunicación, han producido una comercialización de la vida. Es decir, una nueva forma de esclavitud voluntaria, lo que hasta el siglo XIX se llamaba indenture y servidumbre.

(VII Congreso Interoceánico de Estudios Latinoamericanos. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. 17 de noviembre de 2022.)

Video de la conferencia: https://www.youtube.com/watch?v=WHMrb-DROM8
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Miquel Angel Soria

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Dec 2, 2022, 1:31:54 AM12/2/22
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Diciembre
2
Día contra la esclavitud

A mediados del siglo diecinueve, John Brown, blanco, traidor a su raza, traidor a su clase, asaltó un arsenal militar de Virginia, para entregar armas a los esclavos negros de las plantaciones.
El coronel Robert Lee, jefe de la tropa que cercó y capturó a Brown, fue ascendido a general; y poco después comandó el ejército que defendió la esclavitud durante la larga guerra del sur contra el norte de los Estados Unidos.
Lee, general de los esclavistas, murió en la cama. Fue despedido con honores militares, música marcial, cañonazos y palabras que exaltaron las virtudes de este grandioso genio militar de América.
Brown, amigo de los esclavos, fue condenado por el asalto al arsenal: asesinato, conspiración y traición al Estado. Murió ahorcado en 1859, en el día de hoy.
En el día de hoy, que por casualidad es el Día contra la esclavitud.
                                                                                             Eduardo Galeano


Sí, jóvenes, están hablando de vuestras pensiones
Isaac Rosa

Estábamos un grupo de amigos tomando una cerveza en una terraza. Madres y padres que nos conocemos del colegio de nuestras hijas, cuarentones ya todos, varios divorciados, la mitad autónomos, un par de funcionarios. De pronto alguien comentó, en medio de una conversación sobre cualquier cosa: “Bueno, yo dentro de diez años pienso jubilarme”. Se hizo el silencio, solo roto por las risas de quienes pensaban que era un chiste. Pero no, no bromeaba: el que hablaba era el mayor de la reunión, había cumplido ya los cincuenta, y como profesor universitario podría optar a un retiro temprano. Así que sí, en diez años esperaba estar ya jubilado.

De pronto, la reunión de amigos se vio sacudida por “la información” -por usar la expresión de Martin Amis, en su caso referida a la conciencia de muerte-. Nos dimos cuenta de que un día también nosotros nos jubilaríamos. Un día no tan lejano. Para espantar el susto, bromeamos sobre el tema, echamos cuentas de años restantes, que siempre serían más por las sucesivas reformas, los autónomos lloriqueamos de nuestras previsibles pensiones de miseria, alguno comentó la prejubilación de su padre con cincuenta y tantos, quién pillara algo así. Esa noche tendríamos un pensamiento sobre el tema antes de dormirnos, un ejercicio de imaginación, vernos con sesenta y muchos, setenta. Un jubilado. ¿Yo jubilado? Venga ya. Hasta mañana.

Me acordé de ello al escuchar la propuesta del ministro Escrivá para ampliar los años de cálculo de las pensiones. Puede parecerles una anécdota tonta, pero ilustra una realidad: la de una generación, la mía -nacidos en los setenta- que nunca ha pensado en su jubilación. Que sigue sin pensar en ello. Que con más de cuarenta, rozando incluso los cincuenta, seguimos sintiéndonos jóvenes, eternamente jóvenes, ridículamente jóvenes, y creemos muy lejano ese horizonte de jubilación. Peor aún: creemos que nunca va a llegar. Hemos crecido escuchando las trompetas del apocalipsis del sistema de pensiones: cada poco se nos recordaba que el sistema es insostenible, y una y otra vez había que reformarlo, retrasando la edad de retiro y ampliando los años cotizados, alejando siempre un poco más ese futuro.

De crisis en crisis (y mi generación ha conocido ya varias), con la precariedad mordiéndonos los tobillos y susurrándonos al oído en las noches de mal dormir, de alguna manera dimos por perdida nuestra pensión. Nos olvidamos de ella. Asumimos que cuando nos llegase la edad ya no quedaría gran cosa. Migajas. Caridad. Nada. Nos volvimos punkis de la jubilación: no future. Tampoco es que nos hiciésemos un plan privado de pensiones, ni comprásemos un cerdito de barro para ir atesorando moneditas. Simplemente nos olvidamos del asunto. No iba con nosotros. Siempre íbamos a ser jóvenes, solo teníamos que compararnos con las fotos de nuestros padres a la misma edad. Nosotros seríamos jóvenes de cuarenta, jóvenes de cincuenta, jóvenes de sesenta, y hasta ahí llegaba nuestra imaginación. ¿Quién se podía imaginar a sí mismo sentado en un parque en horario laboral -salvo estando en paro-, apoyado tópicamente en la valla de una obra, recogiendo nietos del colegio y cobrando cada primero de mes una pensión por no hacer nada?

No, mi generación no ha pensado en su jubilación. Los que sean funcionarios, tal vez. El resto, bastante tiene con seguir trabajando, que no cambie el viento, sortear la precariedad, no perder pie en el alambre. Por no hablar de los autónomos. Cuando me encuentro escritores de mi edad, autónomos como yo, les pregunto por su base de cotización. La mayoría cotiza por la mínima. En muchos casos porque no pueden permitirse una mayor. Pero a veces también la mantienen cuando podrían aumentarla. No piensan que un día se jubilarán y su pensión se verá drásticamente menguada por tantos años de cotizar el mínimo. No piensan que un día se jubilarán, y punto.

Espera, que además tenemos hijos y tampoco pensamos en que un día seremos los jubilados que tengamos que ofrecer a nuestros hijos el mismo colchón, el mismo préstamo, la misma entrada para la casa, el mismo aval para el alquiler, el mismo regalo de boda, la misma ayuda para llegar a final de mes que nuestras jubiladas madres y padres nos han prestado tantas veces. No quiero deprimirles, pero piensen en ello un ratito.

Si esto le pasa a mi generación, no digamos quienes vienen detrás. Los de verdad jóvenes. Treintañeros que no han conocido otra cosa que crisis y precariedad desde 2008. Nostálgicos del mundo de ayer, el de sus padres, idealizados en lo económico y laboral. Veinteañeros que ni siquiera han empezado a trabajar. Nativos precarios, vestidos con una camiseta pop con el lema de “la generación que vivirá peor que sus padres”.

Pues sí, jóvenes (los de verdad y los que nos seguimos creyendo jóvenes): que sepáis que todos nos jubilaremos. También tú. Sí, tú. Llegará el día. Y más nos vale preocuparnos por ello. Más nos vale no desentendernos, por ejemplo, de la actual reforma del sistema de pensiones, esa que puede ampliar otra vez el período de cálculo hasta los treinta años. Que no está claro si esa ampliación nos beneficia -como dice el ministro- o nos perjudica -como dicen Unidas Podemos y los sindicatos-; pero en cualquier caso seremos nosotros los beneficiados o perjudicados. Más nos vale atender, informarnos, protestar cuando haga falta, defender nuestros derechos. Sí, los nuestros. Porque esta reforma, como las anteriores y las que vengan después, no son para los ya jubilados -que por cierto ya pelean por lo suyo, ya podemos aprender de su lucha-, sino para los pensionistas del futuro. Es decir, nosotras, nosotros. Que sí, que vale, que seguiremos siendo jóvenes con setenta años. Jóvenes y precarios. Jóvenes y pensionistas precarios, como no nos espabilemos.

                                              * * *
Guerra cultural
José Blanco (La Jornada)


Las posturas recientes de las derechas mexicanas, acompañadas en presente continuo por las ultraderechas internacionales, todas plantadas sin complejos en la coyuntura mexicana –faltaba más–, echadas para adelante como nunca lo habían necesitado, han declarado, a nueva escala, una guerra sin cuartel al gobierno de la 4T. Lo habían venido haciendo desde el primer día en que empezó el que ven como un gobierno abominable y absurdo; por ello será necesaria una respuesta de las fuerzas gobernantes a la altura de este desafío actual y su complejo futuro cercano. Sin solución de continuidad, las derechas golpearán con sus enormes fuerzas mediáticas y todo su poder económico para salvar el que, están seguros, es un espacio de su propiedad: el país. Nadie debería dudarlo. Gritando al ladrón, al ladrón, proseguirán diciendo que el gobierno de AMLO polariza y está destruyendo el país, mientras intentan dotar de organización al sector del privilegio. Ciertamente las derechas no la tienen fácil. No lo habían necesitado porque reinaban en solitario. Pero lo intentarán ahora con fuerza creciente.

El gobierno de la 4T y Morena no pueden aflojar el paso ni en lo más mínimo en estos últimos dos años de gobierno, que incluye la campaña política para la renovación del Poder Ejecutivo en 2024. Tampoco puede perder un solo minuto el pueblo de México. Las alertas están sonando y no dejarán de sonar. Más allá del tono festivo de la formidable, impresionante marcha popular del domingo pasado, esa manifestación fue el banderazo de salida. La continuidad en el esfuerzo de poner las bases para un Estado de derecho y de bienestar social requerirá de una mayoría calificada en el Congreso para hacer posibles las reformas necesarias. Es indispensable ganar esa mayoría.

Es imprescindible una reforma total del Poder Judicial, asunto que ha estado a la vista de quien quiera verlo por demasiado tiempo, incluyendo la reforma integral del INE y del tribunal electoral. El mundo conoció el proceso italiano de Mani pulite (manos limpias), a partir de febrero de 1992, cuando un grupo de magistrados puso en el banquillo a 3 mil 175 imputados y sacó a la luz un sistema de financiamiento ilegal de los partidos. El proceso certificó el fin de la llamada Primera República, y la muerte de los partidos tradicionales (Democracia Cristiana, Partido Socialista Italiano, Partido Comunista Italiano y otros). Hace unos meses, una encuesta de Demos-Libera para el semanario L’Espresso –que le dedicó un número especial al aniversario de Manu pulite–, indicó que 60 por ciento de los italianos cree que nada ha cambiado desde 1992, y que la corrupción parece seguir siendo un fenómeno endémico y latente. No hay país que se salve, los sistemas judiciales nacen tocados por la corrupción y así viven. Sólo hay que ver el horror del sistema judicial de los gringos. Es preciso un cambio en el enfoque y métodos de la autonomía de ese poder: los enquistados de por vida, no tienen contrapeso alguno.

Morena y AMLO conquistaron el poder político en 2018 mediante una coalición disímbola hasta decir basta. La negra experiencia electoral de AMLO le aconsejó sumar hasta lo que ahora no hace sino restar: el monrealismo, los evangélicos, los verdes, y una larga lista de rémoras engendradas por el neoliberalismo corrupto. Es hora de empezar a depurar con miras al futuro. Morena y AMLO sabrán sopesar si los electores del presente y del futuro cercano son ya suficientes para hacer innecesarias esas pésimas compañías. Una vida sana de la República exige esa limpieza.

La guerra en curso que las derechas intentan escalar no es en nuestros días una disputa por el poder, sino una lucha más profunda e importante: la guerra cultural. El polo del privilegio histórico mentirá sin cuartel, como lo ha venido haciendo en todos los medios de comunicación. Y continuará procurando persuadir con sus argumentos neoliberales: somos dueños de la verdad y los únicos que sabemos gobernar. Morena no tiene tiempo para velar armas. La guerra cultural, la información verdadera, la formación política del pueblo tiene que ser una tarea intensa y continua, no sólo para los tiempos de la campaña. Una vez ganada la contienda de 2024, la guerra contra el gobierno será peor que la enderezada contra AMLO. El nuevo gobierno no puede bajar la guardia ni desistir en la tarea de transformar la vida de la República, abatiendo las desigualdades, aumentando los derechos de todos, creando una economía sólida que garantice el bienestar del pueblo mexicano, pero no podrá ocuparse en la medida necesaria de las tareas de la guerra cultural, como ahora lo hace AMLO. Le corresponde a Morena esa tarea indispensable y tiene que prepararse para la lucha continua. Explicar y explicar sin descanso.
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Miquel Angel Soria

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Dec 5, 2022, 1:31:42 AM12/5/22
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Diciembre
5
La voluntad de la belleza

El presidente de la Sociedad Española de Historia Natural dictaminó, en 1886, que las pinturas de la caverna de Altamira no tenían miles de años de edad:
      -Son obra de algún mediano discípulo de la escuela moderna actual- afirmó, confirmando las sospechas de casi todos los expertos.
Veinte años después, los tales expertos tuvieron que reconocer que estaban equivocados. Y así se demostró que la voluntad de belleza, como el hambre, como el deseo, habían acompañado desde siempre la aventura humana en el mundo.
Mucho antes de eso que llamamos Civilización, habíamos convertido en flautas los huesos de las aves, habíamos perforado los caracoles para hacer collares y habíamos creado colores, mezclando tierra, sangre, polvo de piedras y jugos de plantas, para alindar nuestras cavernas y para que cada cuerpo fuera un cuadro caminante.
Cuando los conquistadores españoles llegaron a Veracruz, encontraron que los indios huastecos andaban completamente desnudos, ellas y ellos, con los cuerpos pintados para gustar y gustarse:
      -Éstos son los peores- sentenció el conquistador Bernal Díaz del Castillo.
                                                                                           Eduardo Galeano


Caja de maravillas
Hermann Bellinghausen (La Jornada)


Si nos detenemos a pensarlo (no a usarlo, para eso todos se detienen a pie o en carro donde quiera y sin orillarse), se trata de un utensilio maravilloso. La humanidad anterior vivió sin siquiera sospecharlo. Pequeña caja de maravillas que nos permite ser testigos del mundo en vivo. Nos hace reporteros, camarógrafos y más: enciclopedistas. La información, la imagen y los datos han tomado el lugar del conocimiento. En tiempo real tenemos acceso a todo. Dije todo. Basta pensar un tema, un sitio, un nombre para tenerlos al alcance. Ninguna música en existencia nos es ajena. La cinematografía resulta accesible sin límite, no hay que esperar restrenos o cineclubes. Basta con rozar el cristal mágico para abrir ventanas infinitas. La gente va en el Metro viendo películas, chistes gráficos o a uno de sus contactos.

Permite encontrarnos con quien sea en no importa dónde. Adicionalmente, su certera telegrafía instantánea determina nuestras relaciones en franca anulación de las distancias y la ley de probabilidades. Pone a nuestro alcance la ubicación exacta de las personas, nosotros incluidos. Nos evita ir de compras, hacer filas. Resuelve trámites y asuntos. Tenemos el banco a domicilio, 24/7. Nuestros ancestros no supieron que la necesitaban. Los jóvenes hoy se preguntan cómo pudieron vivir sin ella, la extensión última de nuestra mente en el sentido de Marshall McLuhan.

Accedemos en segundos a la comunidad global más grande y horizontal que ha existido. Un noventaitantos por ciento de los humanos somos, deja tú contemporáneos, simultáneos. Las generaciones recientes no imaginan cómo fue antes el mundo. Comentarios como el presente les resultan obvios e inútiles, quizá con cierto valor historiográfico. Las tramas narrativas que leíamos se vuelven cada día menos comprensibles.

Vemos qué desayunó nuestra abuelita sin visitarla o cómo luce un Maserati revestido en oro sin viajar al Golfo Pérsico. Accedemos a extravagantes o absurdas opiniones y confesiones no pedidas de desconocidos. Averiguamos las condiciones atmosféricas en cualquier rincón del planeta. Confirmamos al instante los resultados deportivos, que tal famoso puso el cuerno o fue corneado, quién ganó la batalla en una guerra. Mientras mamamos un torrente de anuncios explícitos o subliminales.

Qué pobre en comparación la biblioteca de Alejandría. Borges se hubiera desmayado en este laberinto. Historia, ciencia, artes, leyes y filosofía comparten el aire desventajosamente con el entretenimiento y las nuevas necesidades, no previstas por Agnes Heller. Sí, un toque de dedo nos separa del Museo del Prado, pero sobre todo de nuestros próximos zapatos, la pornografía suave o dura y otros pasatiempos ordinarios.

Jugamos sus juegos. Consultamos lo que nos venga en gana. Insultamos a quien nos venga en gana. Inventamos fotos. Respondemos a máquinas que nos interrogan. Hablamos solos en la calle sin que nos metan al manicomio. Vivimos la edad de oro de la conectividad. Nunca hubo un instrumento más accesible para crear falsedades, fealdad o belleza. Combina en su casi totalidad los avances tecnológicos del siglo anterior.

Pero los sueños de la razón producen monstruos. Comunicados como nunca, vivimos en soledad y aislamiento sublimados. Y lo peor: supervigilados. Somos amigos de perfectos desconocidos. No quitamos los ojos, ni los oídos, ni los dedos de la pantalla que nos domina. Es común ver a la gente en los parques, el Metro, las casas, las aulas, los mercados, viendo el celular en su mano. Nadie contempla, ni lee un libro. El contacto visual se considera peligroso o de mal gusto.

No podemos ocultarnos, ni callar, ni cerrar los ojos por completo. Dormimos con el celular en un costado y le hacemos más caso que a los sueños.

No hace falta ir preguntando para llegar. No requerimos explorar ni tenemos pretexto para extraviar el camino. En vez de orientarnos, adivinar o improvisar, seguimos instrucciones. Los mapas devinieron derroteros definidos que vía satélite indican dónde, qué y cómo.

Ya nadie puede andar de flâneur, o paseante, con impunidad. El ocio atento amerita condena universal. No existen finisterre, retiro ni refugio sin señal. Se esfumaron la intimidad, el silencio, la reflexión, la contemplación empática. Atravesamos el paisaje sin observarlo, hundidos en el breve cristal que nos confirma que existimos, y sólo alzamos la vista para tomar fotos o videos atropelladamente, de preferencia con el foco puesto en nosotros mismos: yo y el paisaje, yo al espejo.

La caja de maravillas, merced a su vía líquida y sus hipnóticos canales abiertos, nos quitó la posibilidad de perdernos libremente a la manera de Walter Benjamin y de los cronistas ambulantes del siglo XIX: Larra, Poe, Baudelaire, Loti, Prieto, Gutiérrez Nájera, Twain. Ahora, ¿qué podrá sorprendernos, cómo vamos a encontrarnos? Ya nadie se busca a sí mismo; mejor se autorretrata y lo comparte con un público igualmente hipnotizado. Pandora reloaded, punto y seguido.

                                                          * * *

Ni una menos  
Por Flor de la V (Página 12)

Hoy les quiero hablar de un tema que debería interpelarnos a todxs y no solo a las mujeres o a feministas. El 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Según la Organización de las Naciones Unidas, una de cada tres mujeres en el mundo es víctima de violencia. Un porcentaje tan alto indica que las consecuencias necesariamente afectan a toda la sociedad. Por eso debemos luchar y atacar las causas de este profundo problema y esforzarnos por desarmar los estereotipos de género y las normas sociales negativas.

El 25 de noviembre, en esta fecha importante y simbólica, fue encontrada en un zanjón Eliana Pacheco, brutalmente asesinada. Estuvo cinco días desaparecida. Eliana fue asesinada de un modo tremendamente brutal, que refleja un ensañamiento evidente.

La triste realidad marca que desde hace varios años, la Argentina sigue teniendo un número muy alto de víctimas. Sé que los números son fríos y más cuando nos referimos a personas. En este caso, es necesario ponerlos sobre la mesa para que tomemos conciencia de que el peligro está más cerca de lo que pensamos. Según el Observatorio Nacional Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), desde el 1ro de enero al 19 de noviembre del 2022 hubo en Argentina 208 femicidios y al día de la fecha ya son más. Las estadísticas son alarmantes y reflejan una triste realidad que espanta: Argentina posee una tasa nacional de 0,7 femicidios cada 1000.000 mujeres.

Cuesta creer que el porcentaje más grande se lo llevan las parejas y ex parejas de las víctimas: es increíble que existan personas que sean capaces de asesinar a quienes alguna vez dijeron amar. Según los números del observatorio Mumalá, el vínculo con el femicida es clave: el 61% son parejas o exparejas, un 12%, lo forman hombres conocidos por la víctima, otro 12% son hombres familiares directos, un 6% de hombres que son familiares indirectos. Luego hay un 4% de casos sin datos, y solo un 5% se compone de hombres desconocidos de la víctima.

El informe evidencia el nivel de brutalidad que expresan estos crímenes: el 35% de las víctimas fueron asesinadas con armas blancas, el 23% por golpes, 17% con armas de fuego, 15% asfixia, 7% quemadas y un 3 % sin datos. En una nota que dio Yanina Muñoz, referente de Mumalá en Tucumán, ella explicaba que un dato que tomaron y que resulta muy preocupante es el aumento de intentos de femicidios: 377 en ese periodo relevado.

Me estremece pensar que, pese a la toma de consciencia de los últimos años, sigue creciendo la violencia machista, como si esto, en vez de disminuir, multiplicara la respuesta criminal. A pesar de las marchas y los reclamos con pedidos urgentes de medidas que podrían aligerar el drama que vivimos, la escalada no se detiene. La visibilización de la situación evidentemente no resuelve un fenómeno que es muy complejo. Además, el castigo social no parece modificar el accionar de las personas violentas o, aún peor, quizá hasta pareciera alimentar su ira.

¡¡¡Por favor!!! ¿Cuándo va a terminar esta locura? ¿Cuándo dejaremos de enviar el mensaje «llegué a casa»? Llegué viva, no me violaron ni me tiraron en una zanja. El año que viene volveremos a elegir representante: sea quien sea, a quien conduzca nuestro país, le suplico que tenga en su agenda como prioridad tomar una serie de medidas concretas, completas y eficaces que detengan o al menos disminuyan esta locura que estamos viviendo. Cuánta tristeza evitable, ¡por favor! ¡Cuánta alma desgarrada, cuánta noche a plena luz del día!


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Miquel Angel Soria

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Dec 7, 2022, 1:30:18 AM12/7/22
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Diciembre
7
El arte no tiene edad

En el año 1633, día más, día menos, nació Gregório de Matos, el poeta
que mejor sabía tomarle el pelo al Brasil colonial.
En 1969, en plena dictadura militar, el comandante de la sexta región
denunció por subversivos sus poemas, que dormían el sueño de los
justos desde hacía tres siglos en la biblioteca de la Secretaría de
Cultura dela ciudad de San Salvador de Bahía, y los arrojó a la
hoguera.
En 1984, en un país vecino, la dictadura militar del Paraguay prohibió
una obra que iba a estrenar el teatro Arlequín, por tratarse de un
panfleto contra el orden, la disciplina, el soldado y la ley. Hacía
veinticuatro siglos que la obra, Las troyanas, había sido escrita por
Eurípides.

Eduardo Galeano


Pueblo de ciudadanos
Luis Linares Zapata (La Jornada)


Salieron a la calle presurosos, con alegría y entrega evidente.
Respondieron al llamado de la voz presidencial para testificar su
apoyo a la labor desplegada por este gobierno que se enfila en su ruta
final. Saturaron avenidas y plazas, tal y como tantas veces lo
hicieron en el pasado. En sus marchas anteriores fueron definidos por
la incesante búsqueda de adherentes a un movimiento que planteara la
firme reconstrucción nacional. Para, a continuación, formar un partido
que les permitiera disputar el poder. Labraron, con celo y coraje, una
propuesta de futuro que reconocieron como propia y se prepararon para
triunfar en la necesaria contienda electoral. Ahora se muestran, con
abertura consciente, para proseguir, con consistente empeño, en
continuar lo mucho que ya se ha iniciado. Saben estos ciudadanos que
lo propuesto como igualitaria ruta, ahora desde el poder político ya
conquistado, es algo que les pertenece, que responde a sus inquietudes
y esperanzas. A eso y no a otra aventura se les llamó y persiguiendo
esos impulsos caminaron apretujados.

Las muestras de vigorosa salud, de entrega que patentaron en calles de
la gran ciudad, pero también en otras adicionales de la República,
llevan un claro mensaje inscrito. Y éste habla del deseo, del hecho de
ser llamados para ahora patentizar su adhesión a una causa justa.
Desean y exigen vivir en una República armónicamente balanceada en su
integración. Una República que vaya eliminando la desigualdad, la
discriminación y el olvido de los necesitados. Pujan por la justicia
que a muchos les falta todavía. Por aquellos que no la han
experimentado de manera cotidiana. Tal vez ni siquiera la palpan con
obligada certeza, porque han sido permanentemente segregados.

Saben y lo reconocen con prestancia, que el Presidente personifica esa
fuerza que les responde, que les guía y desean estar cerca de él, en
su cercano entorno. Quizá esto implique lo que piensa el filósofo
Enrique Dussel sobre el mesianismo de Andrés Manuel. Un mesianismo
básico, que apunta al ser escogido como guía por el pueblo. No una
imagen construida de palabras altisonantes, peyorativas o enclavadas
en retórica vacía, agrandada por los medios de comunicación. Sino un
mesianismo trabajado, día y noche desde los lugares donde habita,
sufre y sueña el pueblo. Un pueblo emancipado que se viene
trasmutando, que se ve, a sí mismo, como un ciudadano con derechos y
obligaciones.

Esta marcha, ahora ya famosa (27N), lleva esos y otros significados
que la hacen distinta de las que le precedieron. Esta implica el deseo
de dar continuidad al modelo distributivo y mostraron que amasan
suficiente energía colectiva para lograrlo. Para completar lo que
falta, para enderezar lo torcido, perseverar en lo iniciado y para
encarrilar la vida organizada por esos rumbos ya inscritos. El
Presidente tiene, sin duda, la capacidad y visión para guiar a esa
mayoría de mexicanos que le prestan oídos. Cerca ya espera el cambio
de generación. Cerca queda la difícil labranza de una candidatura que
asegure el perfeccionamiento del quehacer en proceso constructivo,
obligado por el mismo pueblo ciudadano.

La otra marcha (14N) juntó a los que habrán de disputar el poder de
conducir a la nación. Ahora ya se conoce quiénes son, lo que quieren y
la fuerza que tienen. Son, sin duda, también, un pueblo ciudadano
lanzado a la conquista del Poder Ejecutivo federal y a lograr mayorías
que le permitan gobernar.

Desean restablecer su lugar perdido. Esta es la realidad democrática
del país. Una democracia que, contrariamente a lo pregonado, no está
en riesgo. Que es un fenómeno colectivo en proceso, pero con
suficiente energía para dar a cada quien lo que merece y puede ganar
con su trabajo participativo. No se trata de quitar a unos para poner
a otros, sino para, en conjunto y con las contradicciones, oposiciones
y la colaboración debida, asentar el futuro anhelado.

Quizás lo anterior suene un tanto optimista, hasta inocente, tal vez.
Pero hay que plantearlo porque a eso obligan los millones que han
marchado. Las acciones y logros del gobierno son hechos concretos y
palpables aunque se insista, hasta con torpeza, en negarlo desde la
oposición conservadora. El volumen de recursos públicos para beneficio
popular no son cifras alegres. Han ido directamente a las manos de
quienes los usarán en su alivio y trabajos. Se ha iniciado el proceso
de rescate de marginados incidiendo en la igualdad. El salario de los
trabajadores aumenta con firmeza y el empleo patentiza el esfuerzo de
rescate. Las obras de infraestructura ya empujan al sur y le
permitirán equilibrar oportunidades. Serán fuente de empuje para
labrar su presente.

* * *

Estado soberano de la República Palestina
Por Ramón Pedregal Casanova (Rebelión)


… el ministro para las colonias, Winston Churchill, sostuvo en 1922
con igual determinación que Palestina había quedado excluida de la
promesa de McMahon ya desde el principio:

Se aduce esta carta (la de sir H. McMahon del 24 de octubre de 1915)
porque transmite al jerife de La Meca la promesa de reconocer y apoyar
la independencia de los árabes dentro de los territorios propuestos
por él. Pero esa promesa iba acompañada de una reserva contenida en
ola misma carta que, entre otros territorios, excluía también de su
plan las partes de Siria situadas al oeste del distrito de Damasco. El
gobierno de S. M. sentenció siempre que en esa reserva se incluían el
vilayet de Beirut y el sanyak independiente de Jerusalén. De la
promesa de sir H. McMahon quedaba excluida, por tanto toda Palestina.

Del libro Historia de Palestina. Desde la conquista otomana hasta la
fundación del Estado de Israel. Autor: Gudrun Krämer. Traducción de
José Luis Gil Aristu. Editorial Siglo XXI.

¿Recuerdan el día en el que la ONU bajo dirección inglesa,
incumpliendo sus principios de creación de respeto a las naciones y
los pueblos para mantener la paz, partió Palestina con su mano
imperialista, repito que no con la mano que acordó su fundación, y
entregó al mundo financiero sionazi la mayor parte del país? Fue el 29
de noviembre de 1947. En tal fecha dieron los imperialistas la señal
de invasión, de ocupación, de guerra para empezar a recuperar sus
antiguas colonias. El imperio inglés, y seguidamente el que crecía
hasta ser lo que es hoy, iban a comandar el nuevo orden, y las bandas
terroristas organizadas provenientes de Europa que llevaban, y llevan,
la insignia de los neocolonizadores.

A pesar de tanto odio, tantas matanzas, tanto extranjero que invadió e
invade Palestina, 73 años después desde aquel día nefasto, la lucha de
resistencia de los patriotas palestinos continúa. La resistencia del
pueblo palestino no se doblega ni ante el poder más inmenso que ha
existido sobre la faz de la tierra, ese es el aparato militar que se
subraya, sin ocultación ninguna, ante el mundo con el nombre Israel –
EEUU. Actúa acoplando permanentemente su acción político – militar
sobre la región, moviendo cada ficha en función de la conquista –
destrucción del área, y empleándose en la compra fraudulenta de los
regímenes que están inmersos en la corrupción, en el medievalismo, o
en la esclavitud del pueblo del que viven, desde su nacimiento han
vivido única y exclusivamente de llevar la guerra de conquista. El
proyecto de Israel – EEUU es la continuación del imperialismo,
expansión, sometimiento, fragmentación de las naciones que se resisten
a ser explotadas. Los imperialismos tienen como tarea la división de
las naciones, y su disolución si es posible, léase los planes ya
conocidos contra Rusia, y en éste caso se encuentra Palestina: el
objetivo general del imperialismo es la disolución de cuanto pueda
significar nación palestina.

Pero Palestina ha conquistado espacio político en el mundo, ha sido
reconocido como Estado por 135 países, y son 138 los países que le
reconocen en la ONU como Estado observador, de un total de 193, luego
hay 58 países que no quieren que Palestina ocupe su lugar en la
Historia. Esos 58 son los dirigidos por el imperialismo, contando con
que a Israel lo quieren presentar como país independiente, el cinismo
llega hasta ahí. No hay ningún país en el mundo como la entidad
sionista, no hay ningún país, solo una entidad creada artificialmente
para el fin que vemos que realiza, nada como el ente sionista
participa de la carne que come el régimen dictatorial que representa
Biden. En otro ejemplo digno de mención demostrativa tenemos cómo año
tras año solo vota contra el bloqueo criminal a Cuba EEUU -Israel,
¿será para que conste como uno solo enfrentado al resto del mundo?

Entre las neocolonias del imperio que cumplen con el mandato de acabar
con Palestina, se encuentran esos regímenes enriquecidos con las
materias primas de los continentes que se habían repartido con su
conquista hace más de 200 años, el capitalismo no se hizo a si mismo,
se hizo sobre la sangre de los pueblos que arrasaba, sepa usted que el
imperio estadounidense tomó su nombre, EEUU, en 1772, mientras que
Palestina es conocida con ese nombre desde el año 135 después de
Cristo, sufriendo el látigo de otros imperios, pero nunca
desapareciendo.

Entre las luces de Palestina es preciso que en las fechas en que nos
encontramos se recuerde que la mayoría inmensa de los países en la ONU
en 1977, declaró el 29 de noviembre Día Internacional de Solidaridad
con el Pueblo Palestino. En esa misma fecha en 1947 cuando el mando
era británico en la ONU, habiendo entonces 50 miembros y con la
posición en contra de los países árabes y Cuba, el imperio mandador de
entonces y sus súbditos decidieron el negocio de la partición y
entrega al sionismo aprobando la resolución 181. En esa resolución se
decían comprometidos a dar paso a la creación del Estado de Palestina,
cosa que nunca ha sucedido.

¿Qué es de obligado cumplimiento en la ONU para el ente sionista?:
nada de lo que remita a la existencia de Palestina y a su advenimiento
como Estado. Pues si el crédito de la ONU, a éstas alturas, es exiguo,
debe hacerse de obligado cumplimiento la resolución aprobada en la
Asamblea General que, contra su fundación, dividió y dijo proyectar el
derecho a la independencia del pueblo palestino .

El pueblo palestino no quiere que el 29 de noviembre se quede como una
fecha simbólica. Quienes impiden que se haga realidad para todo el
mundo el Estado de Palestina son los tres imperios, EEUU, Inglaterra,
Francia, que ocupan el Consejo de Seguridad frente a Rusia y China,
que lo aprueban. El Consejo de Seguridad de la ONU no obedece a los
votos de la Asamblea General, es el órgano que aprueba o desaprueba
sin contar más que con los intereses de los dominantes por mayoría, y
ya sabemos quienes son ahí, el Consejo de Seguridad es contrario a la
democracia, EEUU, Inglaterra y Francia son los que votan en contra de
Palestina, más allá de esos 53 que les siguen en la Asamblea General.

Ante nuestros ojos y oídos los medios de propaganda imperialista
quieren hacer que aparezca “demócrata” y como amigo de esos 53 el
fruto de su inspiración, la entidad sionazi, el neocolonialismo, el
brazo que les practica el terror contra toda Palestina y más allá, el
que no respeta ningún principio ni resolución de la ONU, eso si, con
el arropamiento de EEUU, su nave nodriza, el mayor enemigo de los
pueblos soberanos, democráticos, independientes y libres.

La lucha del pueblo palestino continúa por la consecución de su
reconocimiento como Estado, aprobado por la mayoría de los Estados. La
lucha del Pueblo Palestino es, en fecha tan señalada como el 29 el
noviembre, por el Estado soberano de la República Palestina.
Fisgón. Proyectos divergentes.jpg
Miki y Duarte. Y mientras, en el Congreso.jpg
Daniel Paz -Rudi-. Qué justicia de m....jpg
Teta Monero. Fórmulas.jpg

Miquel Angel Soria

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Dec 8, 2022, 1:30:46 AM12/8/22
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Diciembre 
8
El arte de las neuronas

En 1906, Santiago Ramón y Cajal recibió el Premio Nobel de Medicina.
Él había querido ser artista pintor.
Su padre no lo dejó, y no tuvo más remedio que convertirse en el científico español más importante de todos los tiempos.
Se vengó dibujando lo que descubría. Sus paisajes del cerebro competían con Miró, con Klee:
      El jardín de la neurología brinda emociones artísticas incomparables- solía decir.
Él disfrutaba explorando los misterios del sistema nervioso, pero más disfrutaba dibujándolos.
Y todavía más, más todavía, disfrutaba diciendo a viva voz lo que pensaba, a sabiendas de que eso iba a darle más enemigos que amigos.
A veces preguntaba, sorprendido:
      -¿No tienes enemigos? ¿Cómo que no? ¿Es que jamás dijiste la verdad, ni jamás amaste la justicia?


El poeta agradecido
Hermann Bellinghausen (La Jornada)


Es probable que el estado de ánimo predilecto de Gaspar Aguilera (1947-2021) rondara muy cerca del saxo de Ben Webster o algo así. Si algo alimentó su poesía, su pensamiento y su sensibilidad fue todo el buen jazz, algo tan explícito en su prosa como en la poesía misma, que para él, a la manera de Luis Cardoza y Aragón, era el único principio de realidad.

De principio a fin, la claridad y lo directo habitan su poesía y la hacen generosa, nos trazan el mapa de su ojo crítico y sus fantasías, la concreción del verso y el deleite erótico, la evanescencia del amor y el encantamiento del mundo, la pasión inextinguible por la lectura y la respiración sabrosa de Miles Davis, Jan Garbarek, Gato Barbieri o Stan Getz.

Si algo enseña su escritura es gratitud. A los poetas en primer lugar. Nunca tuvo pudor para sembrar epígrafes por donde sus versos habrían de pasar. En parte, su obra es un museo de versos ajenos, un libro en sí a la manera de Walter Benjamin y su famoso proyecto de escribir un libro compuesto sólo por citas (los pasajes), santo y seña de reminiscencias inacabables en la poesía que amó. También por eso su obra está poblada de nombres venerados, referencias, digresiones históricas, políticas y plásticas (como su galería Los lienzos del deseo). En Gaspar, lo referencial era personal.

La conjunción de sus poetas y lo que él escribía constituye la bitácora de aquellos episodios que siempre vale la pena vivir y de los amigos que uno quiere frecuentar. Sin ser confesional está diciéndonos la verdad: Te admiro, lluvia, / no por tu frialdad y desencanto, / sino por tu persistencia y humedad / que tiene mucho de la mujer que amo. Un gran viaje el de sus lecturas, tanto como las huellas que pisa con reverencia en Praga, Salzburgo, Moscú, Valparaíso, La Habana, Chicago.

Nace en Parral, Chihuahua, en 1947, apenas cuatro meses después que su paisano Carlos Montemayor, y como él, un intelectual comprometido, un hombre de izquierda. Estudia derecho, pero ya en 1974 está entregado a la poesía con el taller y la revista Pireni, y en 1978 casi gana el Premio Nacional de Poesía de Aguascalientes.

Establecido en Morelia, participa en 1981 como poeta michoacano en el Festival Internacional de Poesía de Morelia, quizás el mayor encuentro de lectura poética celebrado en nuestro país, organizado por Homero Aridjis y auspiciado por Cuauhtémoc Cárdenas, entonces gobernador. Compartió el foro con los futuros premios Nobel, Seamus Heaney, Günther Grass y Thomas Tranströmer, además de Borges, Ginsberg, Chumacero, Nandino, Popa, Tomás y Francisco Segovia, Sorescu, Ida Vitale, Voznesenski, Cabral de Melo Neto, los cinco de La Espiga Amotinada. Muy jóvenes, Coral Bracho y Verónica Volkow. Si alguien estuvo allí en casa fue Gaspar, por todas las razones que se nos puedan ocurrir.

Al recorrer su poesía, parcialmente reunida en Los ritos del obseso: Poesía 1985-1998 (con poema-prólogo de José Emilio Pacheco, Siglo XXI, 1999), y más aún en sus ensayos y comentarios para diferentes revistas y en Imago Mundi (Pellicanus, 2010) o sus celebraciones musicales en Coloraturas y silencios (Editorial Lectura, 2010), encontramos un sostenido y bello homenaje a la poesía y a la belleza misma, lo cual también se manifiesta en su escritura final, como Los últimos poemas de Dante (Colibrí-BUAP, 2005). Tal mano guía su estupenda antología de poetas cubanos nacidos entre 1958 y 1972 Un grupo avanza silencioso (UNAM, 1991) y la nada fugaz reflexión La fugacidad del instante amoroso en la poesía de Octavio Paz (IMCED, 2007). También Julio Cortázar: el lenguaje lúdico y la imaginación (La Zonámbula, 2011) y, con Margarita Vázquez, El brillo de la hierba húmeda: Antología de mujeres poetas de Michoacán (Eon, 2011).

Gaspar hizo de la gratitud una forma de inspiración y alta generosidad, para fortuna de su poesía que, pese a lo dicho aquí, nunca es libresca ni derivativa, sino suya y bien distinguible. Poeta del amor, el erotismo y las crudezas del sexo (también produjo un deleitable antología de poesía erótica, Paisaje a medio cuerpo, Jitanjáfora, 2008), donde pone las manos pone la bala: Ocúltame bajo tu permanente desnudez / en tu mano profunda / en tu llano pefecto / en tu saliva sabia.

En su Autoepitafio establece: Donde estuvo el amor / puso la boca // Donde estuvo el dolor / ofreció el cuerpo // Donde estuvo el deseo / ofició con sordidez de piel y labios / Donde estuvo el rencor / puso la risa / Donde estuvo el olvido / puso el sueño / Donde estuvo el engaño / la memoria / Donde estuvo el adiós / puso su nombre.

Respira la dicha del desdichado como hace la música de blues. Con Joe Cocker bebe las canciones de los Beatles. El piano de Keith Jarret será la pista sonora de su deseo cumplido. En Coloraturas y silencios se atreve a sugerir un soundtrack para su lectura. Muy Cortázar, sí, muy Rayuela, pero totalmente Gaspar.

La poesía fue su país, su casa, su mujer. Los poetas amados y sus versos, los mejores amigos. Siempre lo supo y lo vivió en consecuencia.

Fins aquí l'article de Bellinhausen.

José Emilio Pacheco li va escriure aquest pròleg per Los ritos del obseso: (poesía, 1982-1998), Siglo XXI:

¿Cómo voy a escribirte un prólogo, Gaspar?

Deja los prólogos 
para los muertos
que necesitan que alguien hable por ellos.

Tú no:
tu poesía es de aquí y ahora.
Escribes por nosotros,
para nosotros.

Dices lo que quisiéramos decir.
Sentimos nuestros
tus edenes y tus infiernos.

Hacemos visible el malestar y el placer,
la dicha y el terror de estar vivos ahora.

Deja que tu poesía emprenda el vuelo
y navegue sin lastre
hasta el lugar del encuentro.

¿Con quién?
No sé,
pero seguramente con alguien
que dará voz a tus palabras en llamas.

Deja que ardan en cada página tuya.
Sigue adelante sin mirar a los lados..

Tú tienes la palabra.
Úsala.
Hónrala.



Miquel Angel Soria

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Dec 9, 2022, 1:31:51 AM12/9/22
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El 9 del 12 de 1931 fou aprovada la Constitució española per les Corts
constituents, després de les eleccions generals del 31 que van seguir
a la proclamació de la Segona República.
Conté una àmplia declaració de drets. Incorpora als drets individuals
propis de l'Estat liberal, altres de caràcter econòmic, social i
cultural, més uns referents a la famíliai, a l'article 39, desenvolupa
els de caràcter polític i sindical.
Van estar en vigor fins l'acabament de la Guerra civil.


Cartas de una guerra lejana
Isaac Rosa

No sabemos si el remitente es un pirado en busca de notoriedad, los
servicios secretos rusos, los ucranianos para liarla más, o el
Gobierno español por no sabemos qué retorcidos motivos (la
ultraderecha ya ha puesto en circulación el bulo). Lo cierto es que al
abrir el buzón había cuatro, cinco, seis cartas con material
pirotécnico. Y las seis con mensaje claro, seis chinchetas en el mapa
que si las unimos como en los pasatiempos dan un mensaje claro: guerra
en Ucrania. O más bien: España y la guerra de Ucrania.

En casi nueve meses de guerra, esas seis cartas son el único daño que
ha sufrido nuestro país, aparte del coste económico de la crisis
energética europea. En guerras anteriores en que estuvimos implicados
sufrimos daños mucho mayores: soldados muertos sobre el terreno, o en
accidente aéreo regresando del frente, además de periodistas
asesinados o secuestrados. En esta de Ucrania, hasta ahora solo unas
cartas con pirotecnia. Hace un par de meses las teles sensacionalistas
nos asustaban y entretenían simulando ataques nucleares sobre nuestras
capitales, pero nada. Unas cartas chapuceras.

Claro, Isaac, es que en las otras guerras participábamos, en esta no.
Bueno, bueno, permítanme que lo discuta. No voy a hacerle el juego al
que envía las cartas, ya bastante publicidad le dan los medios
retransmitiendo en carrusel cada nueva carta encontrada. Pero si algo
consiguen esas cartas enviadas al Gobierno, a Defensa, embajadas, una
base aérea o un fabricante de armas, es recordarnos algo que
preferimos olvidar, que no queremos ni saber: que ésta también es
nuestra guerra. Podemos seguir usando el eufemismo de “ayuda a
Ucrania”, pero lo cierto es que España, como el resto de la Unión
Europea y la OTAN, estamos metidos hasta las trancas en la guerra de
Ucrania. Con menos intensidad que otros países, pero ahí estamos. Y la
mejor prueba de ello no es ni el envío continuo de armamento y dinero,
ni la formación de militares ucranianos, ni el centro de satélites de
Torrejón que facilita imágenes aéreas a Kiev: la mejor prueba de que
somos parte en la guerra es el cierre de filas mediático, el consenso
informativo. Pensamiento único, decía Andrés Ortega hace unos días
aquí. Propaganda de guerra, por llamarla por su nombre. Como no se ha
visto igual en otras guerras. Propaganda que incluye, como primera
medida, no decir que nos hemos metido en una guerra que está dejando
enorme destrucción y miles de muertos, y cuyas consecuencias
geopolíticas a medio y largo plazo ya veremos.

No entro a discutir si es legítimo o no tomar parte de esta guerra, si
no hay más remedio e incluso deberíamos implicarnos más, o si
deberíamos quedarnos al margen y apostarlo todo a la diplomacia y la
negociación por difícil que sea. Conozco de sobra los motivos a favor
de intervenir, no me convenzan, ya sé quién es Putin. Lo que señalo es
que, esté bien o mal, no ha habido debate público sobre el asunto.
Empezando por negar la evidencia: que nos hemos metido en una guerra.
Nosotros, el país del “no a la guerra”.

Pero espera, que en el buzón hay otra carta, también de la guerra. En
este caso no es una carta explosiva, aunque casi duele más: es una
carta del periodista español Pablo González, que lleva nueve meses
aislado en una cárcel polaca sin que se respeten sus derechos, sin
juicio y con la sola prueba de una vaga acusación de colaboración con
el enemigo. Tras nueve meses ha recibido por primera vez visita de su
familia, y les ha entregado una carta que viene a recordarnos que, en
esa guerra que también es nuestra, un periodista nuestro está
encarcelado, pasando frío y mal alimentado, sin derechos y con al
menos otros tres meses de prisión incomunicada por delante.

Las cartas, todas, se olvidan pronto. En unos días no nos acordaremos
ni de las incendiarias ni de Pablo González, y se nos volverá a
olvidar que andamos metidos en una guerra. Lejana, pero nuestra.

* * *

Pasarse la Constitución por el forro
Javier Gallego

Este martes 6 de diciembre, volveremos a ver a diputados y diputadas,
jueces y juezas, llenarse la boca con la Constitución que se pasan por
el forro sin complejos. Especialmente insultante será la hipocresía de
los representantes del Partido Popular que celebrarán con pompa y
boato el día de nuestra Carta Magna mientras bloquean la renovación
del Poder Judicial con la ayuda de jueces muy bien llamados “okupas”
por el director de este diario, Nacho Escolar. Los populares no solo
llevan cuatro años impidiendo el relevo del CGPJ en contra de la
legalidad sino que ahora también obstaculizan, con la complicidad de
los magistrados conservadores, el reemplazo en la cúpula del Tribunal
Constitucional, que se ha convertido en el menos constitucional de
todos los tribunales.

La derecha española, que se autodenomina “constitucionalista” y llama
“golpista” a este Gobierno con irritante insistencia, lleva toda la
legislatura fuera de la legalidad y perpetrando un golpe técnico a la
soberanía popular, esto es, a los españoles a los que tanto presumen
defender con banderas y pulseritas. El asunto es de gravedad máxima.
Primero porque Feijóo rompió el acuerdo de renovación del órgano de
los jueces por orden de los medios conservadores, dejando claro que la
derecha la dirige la prensa y la empresa, no sus representantes
elegidos en las urnas.

Segundo porque el Partido Popular pretende hacer desde los tribunales
lo que no puede hacer en la tribuna del Congreso, tumbar la acción de
gobierno declarando inconstitucionales las leyes y medidas que aprueba
el legislativo, como la reforma laboral, el ingreso mínimo vital o las
leyes del aborto y la eutanasia, que están recurridas en el Tribunal
Constitucional, controlado ilegalmente por la mayoría conservadora. Y
tercero porque los populares quieren librarse de la acción de la
Justicia que juzga sus casos de corrupción, metiendo la mano negra por
detrás de las togas. El líder de la oposición es una marioneta de la
prensa y el capital, los jueces son marionetas de la derecha, la
democracia es un guiñol.

Tres en uno, tres golpes en uno: subvierten el orden constitucional,
destruyen la separación de poderes y la independencia de los jueces y
boicotean el poder legislativo desde el poder judicial y desde el
cuarto poder. Que la derecha tiene un origen golpista es un hecho que
ellos mismos no han desmentido jamás distanciándose con claridad del
franquismo y que reafirman cada vez que no gobiernan. Detrás de estas
maniobras subyacen un hecho histórico y otro histérico. El histórico
es la negativa de la derecha a aceptar que el poder no les pertenece
por derecho divino o natural. El histérico es el miedo de la derecha
mediática y económica a volver a perder las elecciones porque Feijóo
no es el líder carismático con el que esperaban derrotar a Sánchez.

A estas alturas, el conservadurismo español preferiría a Ayuso al
frente del PP, pero como no pueden descabezar al partido por segunda
vez en una legislatura, están intentando descabezar al Gobierno por
medios antidemocráticos, manipulando a la opinión pública y a la
justicia para derribar al Ejecutivo y al Legislativo. Cuentan con el
apoyo, aunque debilitado, de la ultraderecha de Vox, un partido
contrario al espíritu de la Constitución y a los consensos
mayoritarios, que actúa como ariete desestabilizando la actividad
parlamentaria con sus aspavientos y practicando la lawfare. Son la
falange del puño con el que la derecha quiere tomar el poder.

La buena noticia es que las últimas encuestas vaticinan que la
coalición y sus socios de investidura resisten los puñetazos gracias a
la acción del Gobierno. Los votantes valoran positivamente las medidas
sociales y económicas que han subido el salario mínimo y han reducido
el paro, temporalidad o la inflación. El Día de la Constitución es un
momento idóneo para recordarles al Consejo de Ministros y a sus
aliados en el Parlamento que los principios constitucionales son el
mejor programa electoral. Están aún lejos de cumplirlos. Pero cuanto
más se esfuercen por asegurar la vivienda y el trabajo dignos, la
libertad de expresión y la igualdad de todos los españoles, la
intervención pública del sector privado en defensa del interés
general, más cerca estarán de revalidar la victoria electoral.
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Gonzalo Vilas. 'Frío'.jpg
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Miquel Angel Soria

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Dec 12, 2022, 1:30:15 AM12/12/22
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Tal dia com avui, l'any 1995, ens deixava el poeta Ángel Crespo. Aprofitem un poema per recordar-lo.

Con la siniestra mano

Concededme, dioses, que escriba
con la siniestra mano, pero no
le concedáis destreza. Que ella sola
se afane en enseñarme, que las líneas

que trace sean,
como las rimas, tortuosas;
que una letra pueda leerse,
indiferentemente,
como una alabanza, un vituperio
a vuestros gestos inmortales
de dioses o de diosas;
que los versos inhábil- se entrecrucen

como vuestras miradas y silencios;
y, así, tan lentamente

como vuestras auroras y ocasos,
vaya sumando mundo
esa torpe escritura:
recobrando azul para el cielo
(que no era luz),
y el temblor de las aguas
(del pozo de los pozos), y
en todo, y lo demás, la sed perdida
(en sus cauces nacientes);
y cuando ya mis líneas quiera
enderezarse -ya adiestrada
mi torpe adrede mano-,
volváis los ojos displicentes
para que yo quiera deciros
no sabré con qué mano.



Cómo destruir la Constitución
Pere Rusiñol

La Constitución española acaba de cumplir 44 años y semejante longevidad supone todo un hito en la convulsa historia del país. Pero en realidad se trata de otra Constitución, reconstituida por los sectores derechistas que en su día la vieron con enorme recelo. Y sin necesidad de ninguna gran reforma formal.

El texto que los diputados constituyentes aprobaron, y que el pueblo español ratificó en el referéndum del 6 de diciembre de 1978, es el mayor logro del espíritu de consenso de la Transición tantas veces ensalzado. Pero demasiado a menudo se olvida cuáles fueron las fuerzas políticas que integraron el núcleo central del gran acuerdo de país: socialistas, comunistas, Unión de Centro Democrático (UCD) y nacionalistas catalanes.

Exacto: todos han sido arrojados a las tinieblas de la Anti-España por los que han acabado ejerciendo de sumos sacerdotes del relato sobre la Constitución, transformándolo según sus intereses particulares. Y ello a pesar de que muchos de los nuevos fundamentalistas de la Constitución proceden de una tradición política que desempeñó como mucho el papel de actor secundario, cuando no abiertamente hostil, en el gran pacto totémico de la Transición.

Ciertamente Alianza Popular (AP), el antecesor del actual Partido Popular y en cierta medida, aunque no jurídicamente, también de Vox, fundado por destacados ministros del franquismo, acabó sumándose al consenso constitucional y pidió formalmente el voto afirmativo en el referéndum. Sin embargo, fue la pata cuantitativamente menor de los grandes acuerdos y, con diferencia, la menos comprometida con la voluntad de consenso: el partido de los magníficos del franquismo -en el que ya militaban José María Aznar y Mariano Rajoy- no solo se dividió en la votación en el pleno del Congreso -nueve votos a favor, dos abstenciones, cinco en contra-, sino que en comisión se había opuesto, y con virulencia, a algunos de los acuerdos que luego fueron clave para garantizar las décadas de estabilidad que vinieron a continuación.

La oposición de los antecesores del PP llegó a aspectos realmente sustanciales de la Constitución: nada menos que la organización territorial, que dio paso al Estado de las Autonomías; el papel de los sindicatos, que la Constitución blinda al máximo nivel a pesar de que la propaganda de la derecha suele reducirlos a un hatajo de vividores, y el derecho al divorcio, punto de partida de las reivindicaciones feministas más elementales a los que la derecha suele oponerse inicialmente, como fuerza de choque de la jerarquía católica, y  acaba finalmente aceptando cuando no le queda más remedio.

La Constitución contiene innumerables apartados que muestran hasta qué punto el papel de la derecha dura de la época, la hegemónica en nuestros días, fue completamente subalterno en el gran consenso alcanzado: distingue entre “nacionalidades” y “regiones” (artículo 2); otorga la máxima protección a la libertad de expresión (artículo 20), dibuja un sistema tributario “inspirado en los principios de igualdad y progresividad” (artículo 31), define la salud, el trabajo y la vivienda como derechos y no como servicios o activos de mercado (artículos 35, 43 y 47), exige para los trabajadores  “una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de sus familias” prohibiendo expresamente la discriminación salarial por razón de sexo, así como garantía de “suficiencia económica” para los pensionistas; deja la puerta abierta a la planificación de la economía por parte de los poderes públicos (artículo 38) y subraya de forma tajante que “toda la riqueza del país en sus distitntas formas, y sea cuál fuere su titularidad resta subordinada al interés general” (artículo 128).

Y sin embargo, el último macrosondeo del CIS sobre tendencias sociales, del mes pasado, refleja cómo la Constitución se está convirtiendo en la gran bandera de la derecha menos involucrada en su gestación: los electores que más dicen confiar en la Carta Magna son los votantes del PP (7,65, en una escala del 1 al 10) y de Ciudadanos (7,48). Los votantes de Vox se sitúan en una franja similar de confianza que los del PSOE (6,93 y 6,99, respectivamente), claramente por encima de la media (6,36).

¿Se la habrán leído? Poco importa: diga lo que diga el texto original, la clave es cómo ha ido evolucionando la interpretación de la norma, que ha acabado convirtiendo muchos derechos fundamentales en papel mojado -como sucedía en las Constituciones soviéticas-, al tiempo que ha ido reforzando su lectura conservadora, asimilándola casi a una especie de Tablas de la Ley de la Unidad de la Patria.

Esos sectores inicialmente más reacios a la Constitución la han acabado tamizando para que sea una herramienta al servicio de su visión de España -con el 155 como nueva piedra filosofal- y ya pueden permitirse considerar meros brindis al sol muchos de los derechos cuya inclusión en el texto justificó en su día que la izquierda se sumara al famoso consenso. Por esto les gusta tanto lo que antes veían con muchas reticencias.

Esta transmutación ha sido posible sobre todo a través de la paciente y continuada toma del Tribunal Constitucional, el intérprete último de la norma, por parte de estos sectores más derechistas. Lo ha explicado muy bien Bonifacio de la Cuadra, uno de los periodistas que mejor cubrió los debates constitucionales y que luego fue referencia del periodismo jurídico durante tres décadas en El País, en el libro Democracia de papel (Catarata, 2015) y otros trabajos, en los que demuestra cómo muchas de las críticas habituales a la Transición y a la Constitución deberían dirigirse en realidad a la evolución posterior y a sus relecturas, más que al proceso original y a su texto fundacional resultante.

Durante muchos años, la derecha ha ido situando y moviendo peones en lugares clave de la judicatura y singularmente del Tribunal Constitucional, mientras la izquierda parecía a por uvas o incluso facilitaba la contrarreforma nombrando a jueces de marcado carácter conservador en pos del consenso.

De ahí la enorme importancia de tomarse en serio el golpe judicial en marcha desde hace meses, incluso incumpliendo la propia Constitución en el proceso de renovación del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), para que la derecha mantenga en la práctica el control del organismo clave con independencia de que llueva, truene o haga sol.

Si el golpe prospera, sería la mejor garantía de que la Constitución que una vez fue de consenso acabe convirtiéndose definitivamente en la Constitución de la derecha más reacia a su aprobación. Es decir: en la mejor forma de destruirla aunque sea dedicándole las más grandilocuentes alabanzas.

                                                               * * *
Un fantasma recorre Iberoamérica: el anticomunismo
Héctor Alejandro Quintanar* (La Jornada)


La represión de los años 60 y 70 en México en la llamada guerra sucia fue el rostro más sangriento del anticomunismo gubernamental mexicano. Si bien este anticomunismo desde el Estado no tuvo la magnitud sistemática de los anticomunismos de las dictaduras militares del resto de América Latina (pues fue más discreto que abierto y no abandonó cierto proyecto económico nacionalista), fue suficiente para abrir heridas sociales aún vigentes.

Las bajezas de la guerra sucia (desapariciones, asesinatos, torturas) iban acompañadas por una vulgata ideológica, tanto en medios privados como voceros del gobierno, que en su momento quiso criminalizar estudiantes, campesinos en lucha por territorios, radios comunitarias o comunidades indígenas. A pesar de la amnistía de López Portillo hacia grupos armados en 1978 para dar fin a la guerra sucia, los estertores de ésta sobreviven hoy en la posguerra fría.

Ejemplo: en septiembre de 2014, cuando el crimen de Ayotzinapa, mientras el gobierno pergeñaba el montaje de la verdad histórica, voceros oficialistas apuraron a vincular, sin pruebas, a los estudiantes normalistas con radicalismos y narcotráfico, como solía hacer el anticomunismo colombiano ante las izquierdas desde la guerra fría. A las derechas mexicanas les cuesta interpretar a sus adversarios sin ansiedades conspirativas o sin fantasmas geopolíticos.

La explicación anida en que el pensamiento conservador, por una raíz religiosa, suele ver la sociedad como algo jerárquico e inmutable, y si alguien trastoca ese orden, necesariamente debe tratarse de algo externo, conspirativo, agente de alguna fuerza maligna que acecha desde la sombra. Sean los masones (como se pensaba en la revolución francesa); los hebreos (como se pensaba en la Rusia zarista); o los comunistas soviéticos (como se pensó en Occidente desde 1917 hasta la caída del muro de Berlín), este imaginario de enemigos que representan una amenaza global que busca vulnerar un orden local es una pulsión arraigada en muchas derechas desde hace dos siglos. Luego de tan prolongada existencia, esta mezcla de anticomunismo y geopolítica sólo cambió de antagonista.

Hoy, es frecuente que en las disputas políticas latinoamericanas siempre exista algún actor de izquierdas que sea acusado por las derechas –con más imaginación que datos– de ser algún tipo de agente de venezolanización, o vinculado al régimen de Maduro, o cosa parecida. Esta inercia latinoamericana se secundó en España, cuando en julio pasado se probó que un grupo de periodistas deshonestos acusó –sin pruebas– a Pablo Iglesias y a Podemos de haber recibido financiamiento de Venezuela, consigna con que sus contrincantes políticos buscaron demeritarlo. Similarmente, en enero de 2008 en la contienda presidencial española, Mariano Rajoy acusó a su rival del PSOE, Rodríguez Zapatero, de ser un peligro para la unidad española. Un peligro para España, intromisión venezolana en favor de un candidato. ¿Dónde escuchamos esas falacias antes? Sí, en la campaña presidencial del PAN en México de 2006, que fue la pionera en Latinoamérica en reactivar las taras anticomunistas contra amenazas geopolíticas, aunque con la novedad de tener ahora su sede en Caracas, ya no en Rusia.

Las derechas liberales mexicanas usaron este discurso instrumental en campañas, aunque después no fueran congruentes con él. Así, en 2007 Felipe Calderón restableció relaciones con Venezuela, luego de que Vicente Fox –de forma inédita– las rompió en 2005, en medio de acusaciones deliberadamente falsas de intromisión electoral contra la embajada ­venezolana.

Pese a tal falsedad, el episodio sirvió para dar insumos a las ansiedades conspirativas de las derechas más reaccionarias de Iberoamérica, que hoy persisten en vincular a sus rivales con alguna conspiración internacional con sede en Venezuela o el Foro de Sao Paulo. Lo hacen Frena en México; Jair Bolsonaro en Brasil; los libertarios en Argentina, o Vox en España, siguiendo el ejemplo panista de 2006.

La agenda de estos actores reaccionarios no deja dudas: quieren “combatir al marxismo cultural y el lobby gay y feminista”. Cambiemos lobby por conspiración y tenemos la misma pulsión oscurantista desde el medievo: la idea conservadora de que alguien, por defender sus derechos humanos básicos, en realidad opera en las sombras como amenaza externa contra la sociedad local. Su miedo hoy son los derechos sexuales. Su miedo ayer fue la conjura judeo-masónica-soviética. Su miedo antier fue Satán. Su pulsión es irracional siempre. A esta ansiedad iliberal se suele sumar como refuerzo la amenaza geopolítica venezolana que inventó la derecha liberal mexicana en 2006.

Paradoja: el gobierno de México, panistas y priístas, que nunca secundó a la línea más dura del anticomunismo geopolítico de Washington durante el siglo XX, se tornó, sin embargo, en el siglo XXI en la bisagra de continuidad para esa inercia intolerante, que hoy contribuye a que el comunismo siga existiendo como fuente de odio gratuito, recorriendo el mundo, como fantasma de leyenda, incluso después de su muerte.

* Académico de la Universidad de Hradec Králové, República Checa. Autor del libro Las raíces del Movimiento Regeneración Nacional.
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Manel Fontdevila. El gran debate de la izquierda.jpg
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Miquel Angel Soria

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Dec 13, 2022, 1:30:23 AM12/13/22
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Diciembre
13
Día del canto coral

En 1589, el papa Sixto V decidió que los castrados cantaran en la
Basílica de San Pedro.
Para que los cantores fueran cantoras, sopranos capaces de notas
agudas y gorjeos sin pausa, les mutilaban los testículos.
Durante más de tres siglos, los castrados ocuparon el lugar de las
mujeres en los coros de las iglesias: estaban prohibidas las pecadoras
voces de las hijas de Eva, que ensuciaban la pureza de los templos.

Eduardo Galeano

Aquest mateix dia, però l'any 1789, l'Inquisició prohibia la lectura
de llibres sobre la Revolució Francesa.

Sempre va ser dimarts i tretze?


El antinacionalismo es mala estrategia
Javier Pérez Royo

Manuel Fraga Iribarne, siguiendo la estela de Don Antonio Cánovas,
defendió la tesis de la “mayoría natural” con base en la cual se tenía
que dirigir el Estado. La estrategia política ganadora sería la que
consiguiera traducir dicha “mayoría natural” en “mayoría
parlamentaria”. Y eso es lo que representaba su apuesta por la
constitución de Alianza Popular para competir electoralmente tras la
muerte del general Franco.

El fracaso de la estrategia no pudo ser mayor. En 1977 y 1979, es
decir, en las dos primeras ocasiones en las que se celebraron
elecciones democráticas, la “mayoría natural” se tradujo en menos del
10% de los sufragios válidamente emitidos. En 1979 por partida doble,
ya que ese listón del 10% no se consiguió superar tampoco en las
elecciones municipales que se celebraron inmediatamente después de las
generales.

Es verdad que dicha “mayoría natural” reviviría tras la descomposición
de UCD a partir de 1982. Pero lo sería circunscrita al espacio de la
derecha. AP se convertiría en la expresión indiscutible de la “mayoría
natural” de la derecha española. Pero solo de la derecha en sentido
estricto. De dicha “mayoría natural” quedaba excluida “la mayoría
real” que integraban no solamente los electores de los partidos de
izquierda de tradición socialista y comunista, sino todas las demás
expresiones políticas de la sociedad española, muy significativas en
Catalunya y País Vasco, pero también en otros territorios del Estado.

La “mayoría natural” no refleja la “complejidad y diversidad” de la
Constitución material de España. En las dos ocasiones en que ha
parecido que podía hacerlo, en las elecciones generales de 2000 y
2011, en las que el PP obtuvo una mayoría parlamentaria absoluta, se
ha podido comprobar que esa “mayoría natural” es flor de una
legislatura. El PP perdería las elecciones en 2004, tras la ejecutoria
de José María Aznar en su segunda legislatura, y en 2015 no las
perdería formalmente, pero sí materialmente, ya que, tras la
ejecutoria de Mariano Rajoy entre 2011 y 2015, el PP continuaría
siendo el primer partido y sería investido presidente en 2016, pero
sin que dicha mayoría de investidura fuera mayoría de Gobierno. La
“moción de censura” en 2018 lo pondría de manifiesto. Desde entonces,
la derecha se ha fragmentado y no ha dejado de ser minoritaria en
España en ningún momento. De ahí la estabilidad de los gobiernos
presididos por Pedro Sánchez desde entonces, a pesar de todos los
pesares, incluido el ocasional “fuego amigo”.

Desde 2015, la estrategia del PP ha consistido en evitar que se pueda
revertir su acción de Gobierno con mayoría absoluta desde 2011. No
tiene ningún proyecto de país que no sea el puramente conservador del
pasado inmediato. A los Gobierno presididos por Pedro Sánchez les está
costando mucho superar la resistencia del PP, pero lo está
consiguiendo. De ahí los tres Presupuestos Generales aprobados con una
muy amplia mayoría parlamentaria y de ahí las 176 leyes aprobadas
también con esa misma mayoría. Las Cortes Generales han recuperado el
ejercicio de las “potestades legislativa y presupuestaria” (art. 66.2
de la Constitución), que habían caído en desuso desde 2016.

La no renovación del Consejo General del Poder Judicial y el intento
de bloquear la renovación parcial del Tribunal Constitucional a través
de ese CGPJ “en funciones” son los restos que le quedan al PP de su
mayoría absoluta de 2011 a 2015. De ahí que el incumplimiento
descarado de la Constitución sea la única política del PP en este
momento. Es una manera de reconocer de manera inequívoca su condición
minoritaria.

España no se puede gobernar establemente con una estrategia
“antinacionalista”, porque dicha estrategia desconoce la Constitución
Territorial material de España. Cuanto más pronto lo reconozca el PP
mejor será para él y, sobre todo, mejor será para toda España. Con su
política actual, el PP únicamente puede pretender que el sistema
político español no funcione. Pero nada más.

* * *

Penoso retroceso democrático
Por Atilio A. Boron Página 12)


Las escandalosas proporciones que ha asumido la lenta pero incurable
putrefacción de la Justicia Federal en la Argentina junto a las
sensacionales revelaciones de la reunión de un grupo de jueces,
fiscales, un ministro de seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, un ex agente de los servicios de inteligencia y dos altísimos
funcionarios del Grupo Clarín en la residencia del usurpador británico
Joseph Lewis en Lago Escondido marcan con rasgos ominosos el momento
actual de la vida política argentina.

¿Cómo caracterizar esta situación, cuando este 10 de diciembre
deberíamos estar celebrando los 39 años de nuestra recuperada
democracia? Lamentablemente el diagnóstico no hace lugar a optimismo
alguno: nuestra democracia ha sufrido un significativo retroceso. Hoy
la Argentina tiene un sistema político mucho menos democrático que el
que había hace cuatro o cinco atrás. El tumor maligno que se anidaba
en Comodoro Py ha hecho metástasis y ha tomado a gran parte de la
Justicia Federal. La monstruosidad jurídica perpetrada con la Causa
Vialidad y la condena descargada sobre Cristina Fernández de Kirchner,
para hablar tan sólo de este caso: seis años de cárcel más
inhabilitación de por vida para desempeñarse en cualquier cargo
público significa que la proscripción ha vuelto a regir la vida
política de este país.

Nada nuevo. Ya ocurrió en el pasado después del golpe de estado de
1955, cuando la derecha y su instrumento militar impusieron dieciocho
años de proscripción al peronismo. Esa política pretendió “volver el
país a la normalidad” previa al 1945, y lo que logró fue
institucionalizar al “partido militar” como el despótico árbitro final
de la vida pública argentina. Numerosas asonadas, dos sangrientas
dictaduras militares (1966-1973 y 1976-1983) y más de treinta mil
desaparecidos fueron algunas de sus consecuencias de aquella decisión.
Después de tan traumática experiencia, potenciada por la Guerra de las
Malvinas, se selló un pacto entre los diferentes actores políticos por
el que nunca más se recurriría al golpe militar para dirimir los
conflictos que se agitaban en el seno de la polis.

El problema es que ese pacto hoy está roto: el recurso a la violencia
se ha naturalizado en las huestes furiosas y cada vez más intolerantes
de la derecha. Su lenguaje y su gestualidad trasuntan una violencia
pocas veces vista en nuestra recuperada democracia; el fallido
magnicidio de intentado en contra de la vicepresidenta de la Nación ha
sido naturalizado por el sicariato mediático e inclusive en sede
judicial se habla de “tentativa de asesinato” y no de magnicidio. Y
ahora la proscripción, de Cristina pero también de la condición
ciudadana de un tercio del electorado de este país. No sólo ella no
puede aspirar a desempeñar un cargo público; a causa de la sentencia
arriba mencionada quienes tienen depositada su confianza en su
liderazgo se han visto despojados de sus derechos políticos, se han
desciudadanizado, reducidos a la condición de ciudadanos de segunda
clase que no pueden hacer valer sus preferencias en la esfera
política.

El “partido militar” no existe más, pero el imperio y la derecha han
trabajado arduamente para reemplazarlo por un “partido judicial” que,
lawfare mediante y en alianza con el duopolio que con sus fakenews,
calumnias y encubrimientos envenena el alma de argentinas y
argentinos. Unos y otros se han adueñado del país y en Argentina como
en casi toda Latinoamérica persiguen, encarcelan y proscriben a los
líderes populares. Se impone reconstruir nuestra democracia. Para ello
el gobierno debe convocar sin más demora a una “consulta popular no
vinculante” para que sea el pueblo quien decida los pasos que deberán
tomarse para acabar con la mafia enquistada en la Justicia Federal y
democratizar el sistema de medios, condiciones indispensables para
acabar de una buena vez con el poder de la “dictadura
mediático-judicial.” Sin esa convocatoria y sin un “hecho de masas”
que permita doblegar las resistencias de la derecha nuestra democracia
irá languideciendo hasta dar a luz a renovadas y más siniestras formas
de despotismo.
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Miquel Angel Soria

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Dec 14, 2022, 1:31:04 AM12/14/22
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Diciembre
14

El fraile que se fugó siete veces

En 1794, el arzobispo de México, Alonso Núñez de Haro, firmó la condenación de fray Servando Teresa de Mier.
En el aniversario de a visita de la Virgen María a tierras mexicanas, fray Servando había pronunciado un sermón, ante el virrey, el arzobispo y los miembros de la Real Audiencia.
Más que sermón, un cañonazo. Fray Servando se había atrevido a afirmar que no había casualidad ni coincidencia: la Virgen María era la diosa azteca Tonantzin, y el apóstol Tomás era Quetzalcóatl, la serpiente emplumada que adoraban los indios.
Por haber cometido escandalosa blasfemia, fray Servando fue despojado de su título de doctor en filosofía y se le prohibió, a perpetuidad, enseñar, recibir confesiones y pronunciar sermones. Y fue condenado al destierro en España.
A partir de entonces, siete veces estuvo preso y siete veces se fugó, peleó por la independencia mexicana, escribió las más feroces y divertidas calumnias contra los españoles y también escribió serios tratados sobre el proyecto de república, libre de ataduras coloniales y militares, que él proponía para cuando la nación mexicana fuera dueña y señora de sí. 
                                                                                          Eduardo Galeano


Este artículo no lo puede escribir una Inteligencia Artificial
Isaac Rosa

Como era día festivo y afuera llovía, yo también me entretuve con el nuevo juguete tecnológico: ChatGTP, la Inteligencia Artificial de la empresa OpenAI, que está disponible para el público y estos días recibe la atención de los medios y las redes sociales. Aparte de ponerla a prueba con preguntas rebuscadas, dilemas morales, chistes y peticiones con trampa, yo hice lo mismo que cualquiera que estos días se acerca a ella: pedirle que haga mi trabajo. Que escriba este artículo.

Y tengo que deciros, compañeras y compañeros columnistas, que podéis estar tranquilos por ahora: la inteligencia artificial no puede sustituiros. Ya oigo vuestros suspiros de alivio, pero esperad: no puede sustituiros, salvo que escribáis con prosa de redacción escolar, manejéis lugares comunes y hagáis refritos de wikipedia y de cosas leídas en las redes. Huy, allí al fondo veo a alguno nervioso.

Tampoco reemplazará a los periodistas de información, excepto si se dedican a redactar noticias planas y perezosas, corta y pega de agencia, con nada de investigación propia más allá de Google. En cuanto a los escritores literarios, también podemos estar tranquilos, compañeros novelistas, dramaturgos y poetas: ChatGTP tiene la creatividad de un niño (un niño espabilado, sí), un manejo pobre de la ironía, las metáforas y otros recursos, y sus lecturas son escasas y superficiales: habla de oídas de autores y obras, confunde nombres y títulos (no le pregunten por Juan Benet, que se lía), imita estilos con escasa gracia y, al menos a mí, no consigue interesarme ni menos aún emocionarme con sus intentos de escribir un cuento o un poema.

Supongo que en otras actividades en principio menos creativas, en las que importa más el manejo de grandes cantidades de información y su procesamiento rápido, funcionará mejor. Programadores, ingenieros, inversores, laboratorios, juristas, seguridad, qué sé yo. Pero tras el deslumbramiento inicial, leo a expertos muy escépticos. Es un paso más, incluso un paso importante, pero está muy lejos de reemplazar a la inteligencia humana. No deja de ser una versión avanzada de lo que ya hacen los sistemas automatizados de atención al cliente. Sí, da más conversación, pues habla de cualquier tema; pero de todos los temas habla con la misma desvergüenza: un cuñadobot. Quizás algunos tertulianos sí deberían preocuparse. En resumen: es una Siri con más mundo. Ni siquiera da para enamorarse si te pilla con el día tonto, como le pasaba al protagonista de ‘Her’.

No se confundan, no soy tan tecnófobo ni tecnoescéptico como pueda parecer. Al contrario, me fascina cada uno de esos pasos, desde el día en que con diez años escuché a un Renault 25 decir con voz de coche fantástico: “puerta derecha delantera abierta”. Pero me canso del papanatismo con que recibimos ciertas novedades, que siempre vienen de empresas a las que regalamos publicidad que les vendrá muy bien a efectos financieros (en este caso es una empresa de Elon Musk) y para disputar con sus competidores (yo que Google sí me preocuparía). Y no solo le regalamos publicidad: para jugar un rato, a esta ya le hemos dado nuestros datos personales, correo, teléfono, cookies e información implícita en nuestras interacciones con ella.

La pregunta sigue siendo: ¿es una amenaza para nuestros empleos? ¿Seremos sustituidos algún día por una IA? Pues depende. Porque más allá de lo obvio (que la robotización ya ha expulsado a numerosos trabajadores manuales, y ahora empieza con los cualificados), hay muchas actividades para las que sigue siendo más eficiente y rentable un humano. O mejor dicho: un humano precario, barato y explotable. Sin salir del periodismo: ¿quién necesita que una IA escriba artículos planos y basados en búsquedas de Internet, pudiendo hacerlo un freelance, un becario, un redactor mal pagado? Tardan unas horas en vez de unos segundos, pero a cambio dan poca lata, el mantenimiento es barato, se actualizan solos y, si se les aprieta, pueden ser creativos donde la IA no llega. En su caso, la IA les ayudará en el día a día, pero no para trabajar menos sino para ser más productivos.

Si de progreso tecnológico hablamos, yo todavía me acuerdo de cuando (hace dos días) profetizaban que en pocos años habría coches sin conductor por las calles, drones repartiendo paquetes, robots haciendo el trabajo penoso y en general trabajaríamos menos horas, tendríamos más tiempo libre. Y ya ves dónde estamos: taxistas y VTC compitiendo a cara de perro en las calles, riders repartiendo paquetes en bicicleta, humanos trabajando como máquinas disponibles las 24 horas, el trabajo invadiendo nuestras vidas. Bienvenidos al futuro.

Al final el artículo me ha quedado un poco cuñado. Igual sí que lo ha escrito la Inteligencia Artificial esa. A saber.



El estropicio
Elisa Beni

Cuerpo a tierra que vienen los nuestros.
Pío Cabanillas

Soy consciente de que se libra una batalla y de que hay francotiradores acechando a los supuestos traidores que no se aposenten de forma visceral en una u otra trinchera. No me busquen en ellas. El diagnóstico es una cosa y, el tratamiento, otra. La receta no puede curar un mal a base de matar al enfermo.

Comparto plenamente el diagnóstico sobre la imposible posición en la que la derecha política y judicial ha puesto a las instituciones. Llevo casi una década desgranando el lento, constante y contundente destrozo institucional emprendido por el PP coincidiendo con el inicio de sus graves problemas al descubrirse su sistema de corrupción interna. Comparto el diagnóstico en la cuestión catalana y, aunque el Gobierno no pueda ser más explícito, también es culpa del PP y de la derecha judicial haber emprendido una represión penal sobre los graves hechos de Cataluña para la que ha sido preciso un estropicio consistente en torcer y forzar y reinterpretar múltiples normas (de competencia, de jurisdicción, de derecho procesal y sustantivo). Lo de Cataluña tenía un antídoto previsto por la CE llamado artículo 155 -que tanto miedo daba activar, repasen esas horas, y que finalmente se usó- y después pareció que tan grave paso no era suficiente si no se hacía pasar por la cárcel como diera lugar a los líderes catalanes.

Comparto plenamente el diagnóstico de que es un destrozo democrático inaceptable que la derecha socave el principio democrático de tolerancia mutua pretendiendo la ilegitimidad de las otras opciones del juego democrático. Comparto así mismo que es necesario, para encauzar el futuro, enmendar el daño social creado por una creativa venganza penal que ni los catalanes no independentistas comprendieron.

Eso no significa que comparta de forma ciega la medicina que se está a punto de recetar en grageas de reformas de la LOPJ y del Código Penal. Lo que nos ha traído aquí es muy peligroso, entrar en la misma dinámica para contrarrestarlo también lo es. No analizo ahora la culpa de base del PP y la derecha judicial -todo se arreglaría con que desistieran de su destructiva actitud para conservar poder usando argucias de la peor estofa democrática- sino si las formaciones progresistas pueden considerar que el fin justifica los medios y tirar por la calle de en medio. Lo que me pregunto es si hay que detonar las mismas armas sucias que han detonado ellos. Lo que me inquieta es hasta dónde puede llevarnos, en un tiempo tan inestable, la colocación de cargas, aunque sean controladas en los cimientos democráticos, constituidos por contrapesos tanto escritos como informales.

Ninguna constitución sirve por sí misma para garantizar la democracia. Ni siquiera la de Weimar, redactada por las mejores mentes jurídicas de su época, lo logró. La democracia es un sistema humano y lleva en su interior las dinámicas de autodestrucción propias del comportamiento de la especie. Por eso, junto a la norma básica, las democracias establecen toda una serie de autotrampas, para lograr atrapar y cortar esas derivas que humanamente sabemos que se van a producir. Derivar entra dentro de lo esperable, destruir el sistema de contrapesos y de reglas para hacerlo más fácil es casi un suicidio. Por eso no sé si moralmente los progresistas pueden permitírselo. Soy una romántica, siempre pensé que sí existía esa superioridad moral que a la derecha tanto le duele y le molesta.

Me producen dudas las reformas del Código Penal a la carta. No es forma de hacerlo la que se impone para un fin concreto ni buenos los plazos urgidos. El indulto fue una respuesta contundente al mal que antes he esbozado. La reforma de la malversación me resulta difícil de aceptar a priori, al menos sin un texto concreto. A mí me parece que sí hay otras muchas cosas, además de llenarse el bolsillo, que pueden llevar a un político a corromperse en la gestión del dinero público, como el clientelismo o la financiación de su partido. La lucha contra la corrupción es un baluarte que no se puede abandonar.

Me produce muchas dudas el descenso de la mayoría necesaria para que el CGPJ nombre a los miembros del Constitucional. Una mayoría reforzada es uno de esos contrapesos democráticos. No me vale que me digan que el TC aceptó la reforma de Zapatero que cambió esas mayorías en los nombramientos judiciales, porque lo que hizo ZP fue subirlas -aumentó el contrapeso- y lo que se hace ahora es bajarlas -se disminuye el contrapeso-. No me cabe duda del sucio juego infantil que se traen los vocales conservadores enquistados en el CGPJ. Me da vómitos su actitud. Lo que me pregunto es si esa era la solución. No entiendo cómo no se ha obtenido la dimisión en bloque de los vocales progresistas para dejar el órgano sin quorum y, por tanto, inservible para los manejos de la derecha. ¿No era más fácil eso que la burda solución de desbaratar un contrapeso democrático? ¿Mueve el PP a toque de estrategia a sus vocales afines y no puede el sector progresista lograr una dimisión?

Puede argumentarse la utilización del derecho penal ante el surgimiento de un nuevo problema, tal es la negativa de los vocales de un órgano constitucional a cumplir sus obligaciones legales. Tiene complicaciones técnicas que no sabemos cómo se articularán. Leo que se pretende que se les pueda imputar un delito de desobediencia o de prevaricación omisiva si no efectúan los nombramientos en el plazo de tres días. ¿Se puede cometer un ilícito penal omisivo en el ejercicio de una función constitucionalmente atribuida? No administran justicia, así que es dudoso que puedan cometer un delito contra la Administración de Justicia y tampoco son funcionarios ¿Hablan de un delito contra la Constitución? No se sabe. Nueve individuos conjurados no pueden hacer saltar por los aires todo el diseño constitucional, pero es difícil abonarse a ojos cerrados a esa carta de respuesta. La amenaza parece altamente inoperante puesto que deberían ser sus pares de la sala II los que aplicaran este precepto pero, como los conjurados son valientes sólo si no se la juegan, ya han convocado un pleno para hacer lo que se negaban a hacer. A lo mejor la mera amenaza resulta tan eficiente que nos podemos ahorrar una reformar que a saber para qué y quién podría emplear en el futuro. Eso espero.

Tampoco apoyo el golpe en la mesa de nombrar a dos políticos como miembros del TC, algo que no entra dentro de nuestra cultura democrática, que no es la misma que la francesa, entre otras cosas porque nuestro TC ha acumulado características jurisdiccionales y hasta de ejecución que lo hacen diferente a otros constitucionales. Me parece indigno haber criticado y pataleado por el nombramiento de Enrique Arnaldo, Concepción Espejel, de Enrique López o de otras inaceptables elecciones del PP, y ponerme ahora en primer tiempo de saludo.

Por último, me repugna el alineamiento descarado y cobarde de tantos juristas: de los de la derecha porque jalean el destrozo que les beneficia y de los de la izquierda porque aceptan o callan ante el estropicio provocado desde sus trincheras. Sin los magistrados y los juristas nada de esto hubiera sido posible. Son demasiado culpables para sacarlos de la ecuación.

Hay muchas dudas éticas, políticas y técnicas que plantearse antes de aplaudir. ¿El fin justifica los medios? Estos medios son muy discutibles en sí. ¿Podemos continuar la destrucción de contrapesos democráticos para contrarrestar un mal cierto? ¿Tenemos derecho a exigir que los “nuestros” sean mejores? ¿Qué vamos a hacer cuando esta misma lógica la apliquen otros, por ejemplo, y la vida no lo quiera, Vox?

Servir certidumbres a veces es pecado de lesa simpleza.                                                         * * 
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Miquel Angel Soria

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Dec 15, 2022, 1:31:04 AM12/15/22
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Avui hagués estat l'aniversari de Chico Mendes. Aquesta extraordinària
cançó dels mexicans Maná ens el manté viu.

https://www.youtube.com/watch?v=1HWvNaby25o


América latina: tierra inestable
Por Emir Sader (Página 12)

Desde Río de Janeiro

Cuando el panorama general latinoamericano parecía encaminarse hacia
un horizonte de estabilidad política, con mayoría de gobiernos
antineoliberales, de los cuales la elección de Lula parece ser la
cúspide, el continente vuelve a temblar.

En medio de una crisis interna dentro del propio gobierno peronista
argentino, el Poder Judicial aprovechó la oportunidad para imponer una
cruda sentencia a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Reacciona
tocando un punto clave en América Latina: la colusión entre los medios
de comunicación y el Poder Judicial, para proteger a los gobiernos,
con el espectro de los militares aún sobrevolando países.

El discurso de Cristina es un hito en la lucha contra el lawfare y los
intentos de judicializar la política. Ella no acepta la situación en
la que la quieren poner con la condición de ser condenada por
corrupción e impedida de ejercer cargos públicos. En sus palabras: "me
quieren ver presa o muerta".

Declaró que no se pondrá bajo el amparo de ningún cargo público, nunca
más volverá a postularse para un cargo, luchará con el corazón
abierto. Se pone en la posición de quien seguirá siendo perseguida por
sus verdugos, que casi lograron matarla y que ahora quieren excluirla
de la vida política argentina.

La vida política argentina nunca volverá a ser la misma. De hecho,
este es un capítulo más desde el intento de asesinato, el primero de
septiembre de este año. Cristina nunca ha dejado de ocupar el centro
de la vida política argentina, desde que fue electa presidenta en 2007
y fue reelecta hasta 2015. Ella representa la actualización del
peronismo, a través del llamado kirchnerismo, el movimiento popular
argentino más importante, fuerte y expresivo desde sus inicios, hace
casi ochenta años.

Cristina responde poniendo en jaque a la justicia argentina. Toca el
punto más agudo de la transición democrática que vive América Latina:
el intento de tutela que el Poder Judicial, aliado con los medios de
comunicación, intenta imponer a la democracia latinoamericana.

La vida política argentina no volverá a ser la misma desde el discurso
de Cristina. Todos tienen que posicionarse en relación al desafío que
ella acepta y las acusaciones que hace contra la coalición
mediático-legal, a la que llama Partido Judicial. El propio proceso de
redemocratización está en jaque. O se deshace de esta tutela, o
fracasará.

El autogolpe en Perú es un episodio más del largo proceso de ruptura
institucional que vive el país desde la década de 1990. Tuvo como
exponente a Alberto Fujimori, quien asumió abiertamente un gobierno
autoritario, que duró toda la década de 1990 y combinó este tipo de
gobierno con el mismo modelo neoliberal de Vargas Llosa. Fujimori
combatió, no menos violentamente, a la oposición de la guerrilla
Sendero Luminoso.

La acción simultánea de Fujimori y Sendero destruyó radicalmente el
sistema político peruano. A fines de esa década, el Congreso impuso un
parlamentarismo que le permitió, mediante procedimientos ágiles,
derrocar presidentes.

Hubo cinco presidentes derrocados por juicios políticos, incluido el
expresidente Alan García quien, acusado de corrupción, se suicidó para
evitar su arresto. La hija de Fujimori se postuló sucesivamente en las
elecciones posteriores al fin del gobierno de su padre.

Esta sucesión de gobiernos derrocados hizo que en las elecciones de
2021, un maestro y líder popular de un remoto pueblo de la provincia
peruana, Pedro Castillo, lograra derrotar por muy poca diferencia a la
hija de Fujimori, Keiko Fujimori, quien concentró sus votos en Lima,
mientras que Castillo en las provincias.

Sin partido político ni fuerzas de apoyo consistentes, Castillo hizo
un gobierno errático, de izquierda a derecha, cambiando repetidamente
de posición y composición del gobierno. Fruto de esa trayectoria
errática, Castillo terminó aislado en el Congreso.

Aún con el continuo crecimiento económico del país, Castillo no logró
transformarse en el líder autoritario que sectores de la opinión
pública, especialmente en Lima, comenzaron a pedir, para reponer el
“orden” en el país.

El último acto del gobierno de Castillo lo convirtió en otro
presidente depuesto. Esta vez, tras intentar un autogolpe para cerrar
el Congreso e instalar un régimen de excepción.

Tras darse a la fuga y finalmente tener que entregarse, fue detenido.
Su vicepresidenta, Dina Boluarte, de inmediato asumió como una
presidenta más sin lazos sociales sólidos, sin un proyecto de gobierno
consecuente.

Perú aún no se ha recuperado de su destrucción en la década de 1990.
No será con la toma de posesión de una nueva presidencia, que esa
destrucción será superada.

“¿Cuándo se jodió Perú?”, comentan dos amigos charlando en un café, en
el gran libro de Vargas Llosa, Conversación en la Catedral, como quien
da por hecho que el país está jodido. ¿Cuándo superará el Perú lo que
pareciera ser su destino?

* * *
Poesía mapuche: un renacimiento
Hermann Bellinghausen (La Jornada)


La historia del pueblo mapuche es la de una negación. Se dirá que lo
mismo pasa y ha pasado con todos los pueblos originarios del
continente. Sí, son 500 años de invasión y colonización permanente,
hasta hoy que se le llama extractivismo. Antes fue cristianización,
luego progreso. El nombre es lo de menos. Lo que importa es el
despojo. El caso de la impostura bélica sobre los pueblos originarios
en Argentina y Chile reviste crueles particularidades.

Solemos olvidarlo, pero el siglo XIX, al consolidarse las nuevas
patrias, herederas de los conquistadores y colonizadores europeos,
resultó especialmente maligno para los indígenas. Estados Unidos,
tanto como México, Brasil, Chile y Argentina, les declararon la guerra
en diversas formas. En cada caso privó la noción de que eran
irredentos, hostiles, peligrosos, o estorbaban. Si para los sicópatas
Andrew Jackson y Julio Roca las naciones posteriores al dominio
europeo tenía un derecho casi divino, inmanente, sobre esos
territorios nunca ganados del todo, para el joven y progresista
Gabriel Boriç son terroristas, como repiten desde Pinochet todos los
presidentes chilenos.

Había que quitarlos del camino, masacrarlos llegado el caso,
expulsarlos a las periferias de las ciudades o semiesclavizarlos bajo
el sistema de raya, la reducción en reservaciones o de peones en las
estancias cabalgadas por el gauchaje arrasando con la indiada.

Un rostro incruento del sostenido etnocidio americano es el genocidio
demográfico. En nuestro país, por más que se esforzaron, no lograron
salirse con la suya. En Argentina en cambio funcionó muy bien hasta
hace relativamente poco; el país se creía sin población indígena,
enteramente conformado por los que bajaron de los barcos. Uruguay
borró el registro de los charrúas en los mismos años que se ganaban el
Far West, la Amazonía, Pampa y el Desierto (el sueño del blanco es:
Llegué a un desierto, soy el primero). Pero la demografía moderna se
enfrentó con un milagro: la multiplicación de los inexistentes. En
Argentina pasaron de casi cero a 165 mil en 1968. Para 2005 sumaban
600 mil, y en 2010 cerca del millón.

Resurgieron guaraníes, wichi, kollas y otros. Los más incómodos son
los mapuche y su lengua mapuzungun, o mapudungun. Sostenidas campañas
oficiales y de prensa les niegan el derecho a ser dueños de sus
territorios, como si los invasores fueran ellos y no Míster Benetton y
los latifundistas de la Patagonia.

No es culpa de los mapuche que Wallmapu arraigue en ambos lados de la
muralla andina. Mientras en Chile son terroristas y las ciudades los
desvanecen, en Argentina son usurpadores y se les desvanece todavía
más en las ciudades. Pero una fuerza interna ha ganado significación
en ellos: su lengua. En la Araucanía y la Argentina llevan décadas
dando letra a su idioma en cantos y proclamas, al grado de que podemos
hablar de una poderosa literatura bilingüe, frecuentemente en
castellano, que pugna por florecer en mapudungun, reaprenderlo,
aprehenderlo en escrituras memorables. Liliana Ancalao, presente en la
Feria Internacional del Libro de Guadalajara este año, encarna el nudo
de fértiles contradicciones que afirma la existencia física, mítica y
espiritual del pueblo mapuche.

Según cita Andrea Echeverría, las identidades que actualmente componen
al pueblo mapuche son nagche, huilliche, rankvlche, cadiche,
pehuenche, pikunche, wenteche, tewelche y lafkenche (Yeyipun en la
ciudad: Representación ritual y memoria en la poesía mapuche,
Universidad de Guadalajara, 2021). Ellos y ellas han decidido
reconectar el ombligo con su lengua y con la tierra, creando un corpus
literario hermoso y elocuente, único a escala continental.

Ancalao, originaria de Comodoro Rivadavia, pasó de aprendiz tardía de
su idioma primero a indispensable autora con un work in progress que
se suma a los Chihuailaf, Lienlaf, Huenún, Añiñir, Miranda Rupailaf,
Huinao y Huirimilla de Chile. Místicos, magos, sabios, feministas,
ancladas y anclados en su memoria ancestral o reinventados en la urbe
hostil. Algunos de los textos y cantos más radicales de las Américas
vienen de las mapuche, no activistas sino activadas, en Chile y
Argentina. El célebre Pedro Lemebel, mestizo, paladín de la
creatividad gay, siempre dijo con orgullo: Me crié entre mapuches.

Una prueba de la existencia humana y la verdad histórica de los
mapuche es su proteica capacidad de crear literatura, como han
demostrado durante los recientes 40 años, en una lucha lejos de estar
perdida.

Liliana Ancalao se encuentra en el medio de dos lenguas. El mapuzungun
es el idioma para convocar a las fuerzas en la intimidad del amanecer.
El idioma para guardar. Para callar. Encontró en el “castilla’” la
posibilidad de expresar la profundidad que la inundaba, y la nostalgia
de mi cosmovisión me llevó por el camino a recuperar mi idioma.

Así, declara: Siento como mapuche, escribo en castellano y me
autotraduzco, con torpeza, al idioma que me seduce con su inmensidad y
profundidad azul.
Fisgón. Llanto por un aumento salarial.jpg
Manel Fontdevila. El golpe.jpg
Miki y Duarte. Turrones.jpg
Miki y Duarte. Turrones.jpg

Miquel Angel Soria

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Dec 16, 2022, 1:30:11 AM12/16/22
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Avui fa cent dos anys del naixement de Rafael Alberti.
En 1978 va escriure uns poemes contra els dictadors d'Amèrica
                                        per una carpeta de gravats
                                        del pintor xilè Sebastián Matta.
D'ells selecciono el dedicat (com si fos avui) a 

Pinosanguinochetburundá

El Inmenso el Inmenso
el más destacagado hijo de atrás del Grande
el atiranorror
el despomastaorror
el funéreo funerísimo funegeneralísimo
el más destacarancho roedor
comedor
triturador
nato quebrantahuesos
vampiro chupador
el más destacagado traidor
usuroador gorgojo
pojo incendiario
Pinosanguinochetburundá el Inmenso
el más destacagado ovario
de mi madre Adefesia
hija y madre del Grande
el cagador de dólares
borrapueblos
borrudo
robacobriboludo petroludo





Gobernar es arriesgar
Javier Gallego

El PP pide elecciones anticipadas, Vox plantea otra moción de censura para la galería y la derecha toda llama golpista a Sánchez. Nada nuevo cara al sol. No han aceptado la legitimidad del Gobierno, van a aceptar que el Gobierno gobierne. Por ahora, los únicos que han dado un golpe blando o técnico al orden constitucional en esta legislatura son los populares y los jueces que bloquean ilegalmente la renovación del Consejo del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. No todas las reformas que plantea el Ejecutivo me parecen acertadas, pero si salen adelante será por la mayoría parlamentaria que es la representación de la soberanía popular, por más que moleste a los conservadores. Ellos no creen que la democracia emane de las urnas ni de la tribuna del Congreso sino de las tribunas de prensa y de los tribunales bajo sus flechas y yugo.

De los indultos del procés a los cambios en la sedición, la malversación y el nombramiento de los jueces, todo le parece golpismo a la derecha echada al monte. Pero solo la reforma de la malversación puede suponer un retroceso en algunos aspectos, aunque dentro de un perfecto orden democrático. Los indultos que iban a romper España han conseguido lo contrario, desinflamar la tensión con Cataluña y sacar el conflicto de los juzgados para devolverlo al Parlamento. Lo mismo pasa con la reforma de la sedición, necesaria también para equiparar el delito al ordenamiento europeo. Por supuesto que son medidas pactadas con Esquerra, pero dándole la vuelta a la frase de Clausewitz, eso es precisamente la política: la continuación de la guerra por otros medios, por medio del diálogo.

En esa reforma de la sedición, se incluye la modificación del mecanismo de elección de los jueces del Constitucional, forzado por el bloqueo de los vocales del CGPJ nombrados por el PP que se niegan a elegir a los dos magistrados que les corresponde elegir después de que el Ejecutivo haya nombrado a los suyos. Quieren seguir teniendo la mayoría en el tribunal de garantías donde la derecha ha recurrido la ley de eutanasia o la reforma del aborto. Una lawfare de manual. Usar el poder judicial para boicotear al legislativo. Con la nueva redacción de la Ley Orgánica del Poder Judicial, los jueces que se declaren en rebeldía serán castigados por delito de desobediencia o prevaricación. No se puede consentir que los encargados de hacer cumplir las leyes se sitúen al margen de ellas. De hecho, creo que el Gobierno debería ir aún más allá legislando para que se castigue también a quienes obstaculicen la renovación del máximo órgano de los jueces.

Más discutible es la enmienda de la malversación que Rajoy reformó en 2015 fundiendo en un mismo delito la malversación con ánimo de lucro y sin ánimo de lucro. Lo hizo para disuadir al independentismo de hacer otro referéndum como el de Artur Mas. No lo consiguió. La propuesta del PSOE aceptada por Esquerra distingue tres tipos: con ánimo de lucro, con uso privado del patrimonio y con un uso diferente al establecido, como en el referéndum catalán. Este último tipo reduce las penas a un máximo de 4 años, 8 menos que el máximo anterior, por considerar que la equiparación que hizo el PP era desproporcionada. Antes era desproporcionada, ahora me lo parece la rebaja, que deja muy barato el uso indebido del dinero de todos.

La reforma se hace ex profeso para beneficiar a los dos únicos políticos catalanes aún procesados por malversación, José María Jové y Lluís Salvadó, de ERC, pero evidentemente no afecta a los indultados y tampoco le servirá a Griñán, porque fue condenado por el lucro de terceros. Bulos de la derecha aparte, la reforma ha provocado alarma social también en la izquierda que ha hecho de la persecución de los corruptos su bandera. La distinción de tipos es una mejora necesaria, la excesiva reducción de penas es dar muchas ventajas a quienes despilfarran o malversan lo público. Entiendo la necesidad de dar pasos en la negociación con Cataluña, pero la lucha contra la corrupción debería ser innegociable.

En cualquier caso, aun estando en contra en parte, aplaudo cuando este Gobierno arriesga, gobierna y legisla, incluso tomando decisiones impopulares, algunas que no comparto, por la estabilidad de la legislatura, por el bien de las mayorías y por encima del ruido de sables de quienes siempre van a estar en contra. Esos no entienden por qué la gente no sale con antorchas a tomar las Cortes o la Moncloa, a pesar de que los conservadores regalan un bidón de gasolina con cada periódico y en cada tertulia. Puede que la mayoría de españoles estén tan hartos del conflicto y de la crispación, que aprueben que el Gobierno apague incendios y acalle el griterío. Lo que es seguro es que la mayoría respeta la voluntad de las urnas mucho más que esa minoría histérica e histriónica.

                                                                * * *
Novela de la Revolución
Juan Rulfo (La Jornada)

Con autorización de la Fundación Juan Rulfo, presentamos este fragmento de un texto inédito del autor jalisciense en torno a la narrativa mexicana de los siglos XIX y XX, fechado en 1982. El documento se incluye en Una mentira que dice la verdad.

El movimiento literario denominado de la Revolución irrumpe en nuestras letras como un impulso no superado antes ni después de su aparición.

Nace con Mariano Azuela, quien a pesar de haber publicado Los de abajo en 1915, mientras se encontraba desterrado en Texas, no será sino después de 1930 cuando se da a conocer en México, editado en Madrid por Espasa Calpe. Aparte de Los de abajo, las novelas subsiguientes tratan problemas urbanos, como María Luisa, Los fracasados, Mala yerba, Andrés Pérez, maderista y otras 14 novelas. Sin embargo, las más conocidas y apreciadas siguen siendo Los de abajo y Nueva burguesía. Su Cien años de novela mexicana ha sido bastante discutida por su carácter polémico.

Martín Luis Guzmán, originario de Chihuahua, donde nació en 1887, también publicó en España La sombra del caudillo, única novela que escribió, pues El águila y la serpiente es, como el resto de sus obras, un libro de memorias. En ella incluye algunas anécdotas de la Revolución, como La fiesta de las balas, que le fueron relatadas por subalternos de Villa; pero lo hace en forma esporádica. Su biografía de Pancho Villa, a quien trató como reportero y en la cual quiso retratar la forma de expresarse de este guerrillero, es una de las menos logradas de su producción. Escribió también libros de viajes y la biografía –única que existe– de Francisco Javier Mina, titulada Mina el mozo, que carece de valor literario. Político de carrera larga, dedicó sus últimos años al periodismo. Fundó la revista Tiempo, patrocinada por el Estado.

La sombra del caudillo sigue siendo su obra maestra, aunque como todos los que escribieron sobre la Revolución refleja su frustración acerca de este movimiento. Resulta por lo tanto lógico que los mejores novelistas de la Revolución hayan sido editados por primera vez en España, así como que pocos o ninguno de ellos fueran partidarios de esta acción, que costó tantas vidas y que, mediante el caudillismo de Obregón y Calles, se convirtió en bandera que todos los gobiernos de nuestro país, sin excepción, siguen exaltando.

Rafael F. Muñoz. También natural de Chihuahua (1899-1972) y tal vez el mejor novelista que salió de este grupo, relata en sus cuentos numerosos episodios testimoniales, pues desde muy joven anduvo en la bola como periodista. Sin embargo, no hizo reportajes sino relatos y novelas. Entre las segundas, Si me han de matar mañana, mientras en El feroz cabecilla y otros cuentos de la Revolución reúne una serie de cuentos de gran categoría y vigorosamente escritos, tales como El hombre malo, Los perros y, sobre todo, Oro, caballo y hombre. Este último relata la trágica y a la vez paradójica muerte de Fierro, uno de los más sanguinarios lugartenientes de Villa. Con todo, su obra maestra es sin duda Se llevaron el cañón para Bachimba, la historia del ejército derrotado de Pascual Orozco. Coincide sin proponérselo con la obra del venezolano Arturo Uslar Pietri, quien en Las lanzas coloradas también relata el camino hacia la derrota de Boves, el enemigo de Bolívar.

Bachimba es, a mi parecer, la mejor obra escrita sobre la Revolución. Su atmósfera, su lirismo, la intensidad de su acción son llevados mediante una prosa bien estructurada hasta conseguir el ambiente literario, quizás espontáneo, pero logrado de modo magistral. Su otra novela, Vámonos con Pancho Villa, no tiene el alcance ni las ambiciones del Cañón para Bachimba. Esto se debe a que fue hecha por encargo para la realización de una película norteamericana.

Gregorio López y Fuentes, nacido en Papantla, Veracruz, intentó numerosos temas, entre ellos el indigenismo. Tiene varias obras, aunque la única que se salva por su calidad es Campamento. El indio, que le valió un premio en Estados Unidos, tiene muchos defectos, entre otros la falsa imagen con que trata el problema indígena, pues sencillamente parece desconocer sus costumbres.

José Vasconcelos, oaxaqueño y hombre de incalculable cultura, escribió su tetralogía sobre el fracaso de la Revolución. De estos cuatro libros sólo ha quedado para la posteridad el Ulises criollo, libro también de memorias, pero donde golpea con dureza la época del caudillismo. Filósofo e historiador, esotérico y místico, fue no obstante uno de los intelectuales de mayor talento que ha dado nuestro país en el presente siglo, y su obra seguirá considerándose perdurable aún por mucho tiempo. Murió lleno de amargura y desilusionado detrás de un escritorio de la Biblioteca México. Sin embargo, dejó grandes admiradores y discípulos, y un hálito de respeto para su persona y sus obras.

Autor de hermosos cuentos de carácter costumbrista, es también quien denuncia, en su novela El resplandor, las miserias de nuestro pueblo como una demostración de que el movimiento revolucionario no logró resolver las carencias de la mayoría.

Sobre este tema, escribieron de la misma manera Nellie Campobello, de Durango (1909), quien tiene novelas como Cartucho y Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa. Sus libros están llenos de bocetos y retratos revolucionarios, sin llegar a crear una obra propiamente realizada. Quien también escribió muy poco, pero de gran calidad, fue el jalisciense Cipriano Campos Alatorre, nativo de Tonalá. Los fusilados y otros cuentos integran la única obra que dejó terminada. Murió muy joven, siendo maestro rural de Milpa Alta, DF. Con ellos puede decirse que se cierra el ciclo de la Revolución.


Vergara. Esa otra reforma.jpg
Rep. Tiempo de descuento.jpg
Daniel Paz -Rudi-. Todo es fútbol.jpg
Manino. Castillo.jpg

Miquel Angel Soria

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Dec 19, 2022, 1:31:40 AM12/19/22
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Una rectificació: el divendres passat el número dos va fer una
entremaliada i es va canviar de lloc. El naixement de l'Alberti va ser
fa cent vint anys i no cent dos.

El 19 de desembre de 1936 moria a Majadahonda el periodista cubà,
Pablo de la Torriente Brau. No he trobat millor manera de retre-li
homenatge que recordar el poema que li va dedicar Miguel Hernández.

ELEGÍA SEGUNDA

A Pablo de la Torriente,
comisario político.

"Me quedaré en España, compañero",
me dijiste con gesto enamorado.
Y al fin sin tu edificio tronante de guerrero
en la hierba de España te has quedado.

Nadie llora a tu lado:
desde el soldado al duro comandante,
todos te ven, te cercan y te atienden
con ojos de granito amenazante,
con cejas incendiadas que todo el cielo encienden.

Valentín el volcán, que si llora algún día
será con unas lágrimas de hierro,
se viste emocionado de alegría
para robustecer el río de tu entierro.

Como el yunque que pierde su martillo,
Manuel Moral se calla
colérico y sencillo.

Y hay muchos capitanes y muchos comisarios
quitándote pedazos de metralla,
poniéndote trofeos funerarios.

Ya no hablarás de vivos y de muertos,
ya disfrutarás la muerte del héroe, ya la vida
no te verá en las calles ni en los puertos
pasar como una ráfaga garrida.

Pablo de la Torriente,
has quedado en España
y en mi alma caído:
nunca se pondrá el sol sobre tu frente,
heredará tu altura la montaña
y tu valor el toro del bramido.

De una forma vestida de preclara
has perdido las plumas y los besos,
con el sol español puesto en la cara
y el de Cuba en los huesos.

Pasad ante el cubano generoso,
hombres de su Brigada,
con el fusil furioso,
las botas iracundas y la mano crispada.

Miradlo sonriendo a los terrones
y exigiendo venganza bajo sus dientes mudos
a nuestros más floridos batallones
y a sus varones como rayos rudos.

Ante Pablo los días se abstienen ya y no andan.
No temáis que se extinga su sangre sin objeto,
porque este es de los muertos que crecen y se agrandan
aunque el tiempo devaste su gigante esqueleto.


Robin Hood al revés
Javier Gallego

El Banco de España ha constatado que los beneficios de las mil mayores
empresas españolas no financieras han crecido siete veces más que los
salarios y que han mantenido o mejorado su rentabilidad con la
inflación, trasladando el encarecimiento de los costes a los precios.
En román paladino: la inflación la pagamos los clientes y los
trabajadores y la cobran los empresarios. En cristiano: ellos no solo
no pierden sino que se mantienen o crecen con la crisis. Son crisis
para el resto, para ellos son oportunidades. España es Robin Hood al
revés. La gran empresa les quita a los de abajo para dárselo a los de
arriba. En marxiano: la plusvalía. En castellano: nos roban.

La palabra clave es beneficios. Mientras la sociedad está en números
rojos, las grandes compañías siguen haciendo caja. Tú no puedes
ahorrar, ellos se enriquecen. Tú no llegas a fin de mes, para ellos
siempre es agosto. Cuando pierden, socializan las pérdidas. Cuando
ganan, no reparten las ganancias. Y cuando llega una crisis, se las
ingenian para convertirlo en negocio. La inflación no solo la provocan
la guerra de Ucrania o la subida de la energía, también la codicia de
los empresarios que aprovechan la coyuntura para sacar aún más tajada.

El crecimiento de las empresas españolas no es de ahora. El Banco de
España ya calculó que sus beneficios habían subido un 62% en el primer
trimestre y que superaban incluso a los de antes de la pandemia. La
tendencia se confirmó tres meses más tarde y se ha consolidado este
fin de año con una subida del 21% en el último trimestre. Suma y
sigue. Suma mientras al trabajador le resta porque la vida sube por
culpa también de esas ganancias avariciosas pero no suben los
salarios. Repitamos el dato: los beneficios han crecido siete veces
más que los sueldos. Resulta obsceno escuchar al presidente de los
empresarios, Antonio Garamendi negarse a subirlos porque podría
provocar más inflación. La monda.

De obscenidades va bien servida la Patronal española. En septiembre se
indignaron porque el Gobierno aumentara las pensiones y la cotización
de las rentas más altas al nivel de la inflación de entonces. En
octubre se opusieron a un pacto de rentas que subiera los salarios y
repartiera el peso de la carga porque eso “hundiría la economía”. En
noviembre seguían escabulléndose de la negociación porque Garamendi
estaba en campaña para ser reelegido presidente. En diciembre, la CEOE
rompe toda posibilidad de diálogo porque Yolanda Díaz aprueba que
Inspección de Trabajo tenga que certificar los ERES de las empresas.
Quieren que el Estado les financie los despidos colectivos sin que el
Estado pueda fiscalizar las circunstancias. De verdad que son la
monda.

Pues como suele decir la ministra, les voy a dar unos datos (que
aparecen en Edificio España, el libro del periodista económico Javier
Ruiz): el 1% más rico concentra casi el 25% de la renta nacional; en
los últimos diez años se ha quintuplicado el número de millonarios;
con la crisis financiera los más pobres perdieron 1 de cada 3 euros y
los ricos solo 1 de cada 10; el IVA que castiga más a las rentas bajas
supone casi el 50% de los ingresos de Hacienda en 2020; el impuesto de
sociedades se ha reducido casi a la mitad en los últimos 20 años; los
pobres tuvieron muchos más contagios y perdieron mucha más renta que
los ricos durante la pandemia; el 55% de los que nacen pobres mueren
pobres en España. No hay más preguntas, Señoría.

El ascensor social está roto y no hay escaleras. El sistema está
diseñado para que así sea. Los impuestos no redistribuyen la riqueza,
la extraen de abajo hacia arriba, igual que el capitalismo. Cuando el
Gobierno decreta un impuesto a los ricos, las eléctricas y los bancos,
la derecha se rasga las vestiduras. La razón es sencilla: 2 de cada 3
votantes ricos votan a la derecha y la ultraderecha, mientras que la
mitad de los votantes más pobres dan su voto a la izquierda. Los
pobres votan menos que los ricos. Así funciona esta falsa democracia.
Así el capital controla, explota y somete a las masas. Las empobrece,
las enferma, las mata y las expulsa del sistema para que no puedan
cambiar las cosas. Es una forma de dictadura que solo necesita las
armas cuando pierde el poder o la gente revienta. La historia de
siempre. La lucha de clases. Robin Hood, el bueno, no es de ahora.

* * *

La palabra del año: golpe
Isaac Rosa

Entre las tradiciones entrañables de estas fechas, además de la
lotería y las cenas navideñas, está la elección de “la palabra del
año”. Un pasatiempo periodístico y cultural que todos los años merece
su ratito de atención y chistes, y da tema de conversación en las
cenas familiares. No sé cuándo ni dónde empezó la simpática tradición,
pero se hace en muchos países. En España se ocupa de ello la Fundación
del Español Urgente, Fundéu, y desde 2013 las elegidas anualmente han
sido escrache, selfi, refugiado, populismo, aporofobia, microplástico,
emoji, confinamiento y, el año pasado, vacuna. ¿Cuál será la palabra
protagonista de 2022? Tachán, tachán…

Yo apuesto por “golpe”. No por el golpe confuso de Perú, ni el golpe
estrafalario que la policía alemana desmanteló hace unas semanas, sino
por el golpe nuestro de cada día, el golpe que no cesa, el golpe que
está todo el día en boca de políticos, columnistas, tertulianos y, a
fuerza de repetirlo, también ya en la calle, y por supuesto en los
grupos de WhatsApp. Reconózcanlo, ¿cuántas veces han pronunciado
últimamente golpe, golpista y golpismo?

Parecía ser parte del vocabulario sobre todo de la derecha política,
mediática y de bar, que lleva no este año sino ya unos cuantos
acusando de golpista al gobierno “ilegitimo”, al independentismo
catalán, y hasta al último alcalde de pueblo que saque un poco los
pies del tiesto: un golpista. Pero los recientes acontecimientos, las
maniobras de la derecha para impedir la renovación del Constitucional
y el CGPJ, hasta la última jugada al límite de este jueves, han hecho
que la izquierda la incorpore con naturalidad: lo del PP y sus jueces
es un golpe, un golpe blando, un golpe judicial, un golpe togado, un
golpe sin sables, pero golpe al fin.

El pleno de este jueves fue la apoteosis del golpismo verbal. Si
hiciésemos una “nube de palabras” con las pronunciadas en el Congreso,
sería la de mayor tamaño. El PSOE recordó el golpe de 1936 y el 23F,
Vox acusó al gobierno de dar un “golpe institucional”, Unidas Podemos
habló de “golpe silencioso”, Ciudadanos equiparó las enmiendas con el
“golpe separatista” de 2017, y el PDeCat recordó que, para golpe, el
que les dio a ellos el mismo Constitucional.

Por supuesto, “golpe” fue tendencia en Twitter durante una intensa y
agónica mañana hasta que en el último minuto el Constitucional levantó
el pie del acelerador. Y lo mismo en la calle, donde el golpe había
ganado las conversaciones, con la misma polarización que en el
Parlamento y los medios: si coincidías en el ascensor con el vecino de
derecha te soltaba algo sobre el golpismo social-comunista que quiere
cargarse la división de poderes, el Estado de Derecho y España tal
como la conocemos. Si en cambio al abrir del ascensor estaba la vecina
de izquierda, los golpistas eran los magistrados esos del
Constitucional que estaban a punto de dar un paso sin precedentes,
sin-pre-ce-den-tes, repetía con tono tertuliano.

No sé ustedes, pero a mí todavía me cuesta pronunciar “golpe” con esa
facilidad que a veces parece ligereza. Estoy de acuerdo en que el
intento de la derecha por conservar el poder judicial (que en este
país es el poder, y punto) a toda costa es muy grave, sentaría un
precedente tremendo, y amenazaría a cualquier gobierno que en el
futuro intentase un programa transformador. Guardarte para ti el botón
de apagado/encendido del juguete democrático, gobierne quien gobierne,
para poder tumbar una y otra vez lo que legisle el parlamento o decida
el gobierno, es como para que los ciudadanos hiciésemos algo más que
tuitear muy fuerte o escribir artículos. Firmo de la primera a la
última palabra un artículo como el de Marcos Pinheiro en este
periódico. Poca broma.

Pero llamarlo golpe… No sé, tal vez soy yo, que tengo sobrevalorada la
palabra, a la que siempre le añado el apellido aunque se omita: de
Estado, golpe de Estado. O será que me evoca otros golpes que en el
pasado incendiaron mucho más que redes sociales y tribunas
parlamentarias, y no se pararon con una votación parlamentaria o un
recurso judicial de último minuto. Y ya sé que hay golpes que no
necesitan tanques por las calles ni disparos al techo del Congreso, y
que por eso triunfan más fácilmente, porque no parecen golpes. Pero
con esta, como con otras palabras mayúsculas de uso corriente en
nuestra vida política y periodística, aparte de no contribuir a la
agresividad verbal en que vivimos, temo que el abuso nos impida
distinguir el día que llegue el golpe, el de verdad, no blando. Ya
saben, tanto decir que viene el lobo, y al final te come.
Vergara. En otro mundo.jpg
Manel Fontdevila. El fútbol.jpg
El mundial de la vergonya.jpg
Orlando Lumbreras. Pan y Messi.jpg

Miquel Angel Soria

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Dec 20, 2022, 1:30:42 AM12/20/22
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Diciembre
19
Otra exiliada

A fines de 1919, doscientos cincuenta extranjeros indeseables partieron del puerto de Nueva York, con prohibición de regresar a los Estados Unidos.
Entre ellos, marchó al exilio Emma Goldman, extranjera de alta peligrosidad, que había estado presa varias veces por oponerse al servicio militar obligatorio, por difundir métodos anticonceptivos, por organizar huelgas y por otros atentados contra la seguridad nacional.
Algunas frases de Emma:

La prostitución es el más alto triunfo del puritanismo.
¿Hay acaso algo más terrible, más criminal, que nuestra glorificada y sagrada función de la maternidad?
El Reino de los Cielos ha de ser un lugar terriblemente aburrido si los pobres de espíritu viven allí.
Si el voto cambiara algo, sería ilegal.
Cada sociedad tiene los delincuentes que se merece.
Todas las guerras son guerras entre ladrones demasiado cobardes para luchar, que mandan a otros a morir por ellos.




El golpista Núñez Feijóo
Carlos Elordi

El problema catalán amenaza nuevamente con provocar una catástrofe en España. El intento de Pedro Sánchez de entenderse con Esquerra Republicana reduciendo las consecuencias penales de los condenados del procés ha suscitado una ola de nacionalismo español -que el PP quiere capitalizar y que le ha llevado a movilizar al Tribunal Constitucional contra el Gobierno y el Parlamento- que puede terminar muy mal. Aunque no haya tiros ni amenazas grandilocuentes, la crisis de estos momentos es la más grave que la democracia española ha vivido desde el golpe del 23-F.

Este jueves, los vocales no adictos al PP del Tribunal Constitucional han logrado que el organismo posponga su decisión sobre la petición del PP de paralizar la votación del Congreso sobre la reforma del sistema de renovación del citado tribunal, en el que varios de sus miembros, entre ellos su presidente, tienen desde hace meses su cargo caducado, pero que se niegan a abandonar. Gracias a ese retraso, seguramente no previsto en el plan del PP del utilizar ese tribunal en el que tiene una mayoría ilegítima y en el que el presidente del mismo, Pedro González Trevijano, es uno de los magistrados que tiene el cargo caducado, el Congreso de los Diputados ha iniciado su pleno en el que se ha aprobado, entre otras cosas, la citada reforma del Constitucional, así como la de los delitos de sedición y malversación que reducirían las penas de condenados por el procés.

Pero la paralización podría llegar la semana que viene, cuando la petición del PP sea votada por la mayoría derechista del Tribunal y antes de que las reformas aprobadas por el Congreso tengan que ser debatidas y aprobadas por el Senado. Por tanto, el choque de trenes institucional entre el poder legislativo y el Constitucional se ha pospuesto unos días. Pero es casi seguro que va a llegar porque no parece que el PP vaya a echarse atrás después de haber dado un paso tan contundente y articulado con González Trevijano.

Núñez Feijóo ha roto su atonía de los últimos meses jugando en el tema más querido por la derecha: la unidad de España. La reforma del Tribunal Constitucional propuesta por el Gobierno es una pieza clave en el empeño de desdramatizar las relaciones con el independentismo catalán, porque si el PP pierde la mayoría que ahora tiene en ese organismo, los cambios que Pedro Sánchez quiera propiciar con ese fin podrían encontrar menos obstáculos.

En los últimos días habían llegado numerosos indicios de que la aceptación por parte de Sánchez de algunas demandas del independentismo catalán había sido muy mal recibida en amplios ámbitos de opinión. Y no solo en los de la derecha más centralista y anticatalana, sino incluso en el propio PSOE. El antinacionalismo vasco y catalán es una de las señas de identidad del socialismo tradicional desde hace un siglo y sigue presente en el partido, como lo prueban las fuertes críticas que las iniciativas de Sánchez han merecido a los presidentes autonómicos de Castilla-La Mancha y Aragón.

La supuesta intención electoralista de esas críticas no haría sino confirmar la solidez del sentimiento antinacionalista que existe en amplios sectores de la opinión pública y no solo de esos sectores. Hay una movilización importante de la derecha social por este asunto y se palpa en la calle y en muchos despachos de profesionales relevantes. En esos ambientes, cualquier trato de favor hacia los independentistas, por mínimo que sea, se considera una traición, y la revisión de las durísimas y en cierta medida injustificadas condenas a los líderes del procés, también.

Teniendo en cuenta esas reacciones, algunos en la izquierda se preguntan si Sánchez no ha ido demasiado lejos y, sobre todo, demasiado rápido. Olvídese por un momento la burda acusación de que el líder del PSOE ha propuesto sus reformas con el único fin de afianzarse en el poder. Porque no tiene sentido jugarse tanto cuando habrá elecciones generales dentro de un año y Sánchez se juega su futuro en las mismas por lo que decida hacer el terreno de las relaciones con el independentismo catalán. Entre otras cosas y más allá de juegos tácticos para afianzar su actual mayoría.

Que España no puede avanzar manteniendo abierta la crisis catalana es algo que han comprendido muy bien muchos líderes europeos. Aquí el fanatismo centralista no permite ver muy clara esa obviedad. Sánchez, al igual que antes Zapatero, ha decidido hacer frente a ese toro atendiendo por primera vez en años a lo que se reclama desde Cataluña, frente a la tradicional y fatídica cerrazón del PP ante esa realidad diferente e inevitablemente conflictiva. Y esa intención no puede ser criticable por muchos sinsabores que pueda provocar.

Núñez Feijóo se ha puesto a la cabeza de los que quieren parar los pies al líder socialista. Aprovechando eventuales errores de procedimiento en las iniciativas del Gobierno, posiblemente nacidos, en el caso de que existan, del apresuramiento con que éstas se han adoptado y que seguramente era necesario. Y también utilizando posiciones de fuerza como la que el PP tiene injustamente en el Tribunal Constitucional y, más en general, en la cúpula judicial.

La batalla que acaba de empezar se va a librar en ese terreno y también en el más amplio de la política. El plan de Feijóo es seguramente el de deteriorar la buena imagen que Pedro Sánchez tiene en la mayoría de la opinión pública creando la sensación de que la gestión del líder socialista solo genera problemas y que lo mejor que puede pasar es que se vaya de La Moncloa. El nuevo grito de guerra del líder del PP -“elecciones ya”- condensaría esa intención. Preparémonos porque vienen curvas y cada día va a ser un afán. No precisamente tranquilo.

                                                       * * *

¡GOOOOOOOOL de Qatar!
Isaac Rosa
bo
Instrucciones previas: este artículo hay que leerlo en voz alta, incluso muy alta, casi gritando. Hay que leerlo a toda velocidad, sin pausas, casi sin respirar, hasta llegar al final. Hay que leerlo con el tono encendido de un periodista deportivo que en la radio retransmite un partido de fútbol, una gran final, una jugada de peligro, con toda su intensidad y emoción. Venga, aclaren la garganta, cojan aire, allá vamos:

Atención que coge la pelota Qatar, avanza por el terreno de juego dispuesta a organizar su mundial, se encuentra una férrea defensa por parte de quienes denuncian la celebración en un país que no respeta los derechos humanos, el mundial de la vergüenza lo llaman, pero Qatar se mueve deprisa, perseguida por activistas y organizaciones, finta con dificultad y está a punto de perder la pelota entre acusaciones de sobornos a la FIFA, tropieza con varios miles de trabajadores muertos pero no se detiene, cruza la línea central y cuidado que se oyen propuestas de boicot, ojo ahí con ese boicot que puede hacer mucho daño, ciudadanos, deportistas, famosos, periodistas, marcas comerciales, políticos que proponen boicotear el mundial, no ir, no participar, no patrocinar, no informar, Qatar cae al césped pero consigue levantarse, cambia el juego hacia la otra banda, donde se abre paso gracias a la defensa más floja de quienes sugieren que el mundial beneficiará a los qataríes y les ayudará a conseguir más derechos y democracia, atención que Qatar ha encontrado un buen pasillo ahí, avanza a la carrera, encara a quienes juran que no van a ver los partidos -así lo afirman en sus redes sociales, “no pienso ver ningún partido del mundial de la vergüenza”-, Qatar los deja atrás y regatea varios intentos de protesta, jugadores con brazalete que al final se lo quitan, alguna declaración política, futbolistas que se tapan la boca por la falta de libertad de expresión, pero Qatar les hace un sensacional caño y prosigue su carrera, tiene ahora muchos metros despejados por delante porque una vez empezado el torneo los ciudadanos están más pendientes de sus selecciones, las protestas pasan a segundo plano, los primeros partidos despiertan las habituales emociones, polémicas, momentos memorables, veteranos jugadores que enfrentan su último mundial, jóvenes promesas que ilusionan, goleadas, derrotas inesperadas, equipos que dan la sorpresa, y mientras Qatar continúa con la pelota se oyen cada vez menos críticas, los medios de comunicación -con honrosas excepciones- se entregan por completo a la cobertura, las audiencias de los partidos demuestran que la gente sí está viendo el mundial, claro que está viéndolo, audiencias millonarias, récords incluso, las autoridades de algunos países acuden a los partidos, se sientan en la tribuna junto a viejas leyendas del balón, las marcas usan el mundial con alegría y ya sin reparo en sus campañas, y así Qatar prosigue su internada con la pelota, sin apenas resistencia ya, pero un momento, ojo ahí que la selección española ha sido eliminada y eso puede hacer que los españoles se desentiendan del mundial y dejen de verlo, pero no, tampoco ocurre, porque vienen los cuartos de final, las semifinales, y reaparecen viejas rivalidades nacionales, revanchas pendientes, derrotas injustas, leyendas recordadas, todo es cada vez más emocionante y a estas alturas del mundial ya todo el mundo ha perfeccionado su disonancia cognitiva, todo el mundo ha encontrado una buena coartada para ver los partidos sin sentirse culpable (qué le vamos a hacer, no verlo no arregla nada, el fútbol es así, nadie dijo que fuese limpio antes, los escándalos son consustanciales al fútbol, ya hubo mundiales vergonzosos en el pasado, hay mucha hipocresía y dobles varas de medir, a lo mejor es cierto que el mundial sirve para ayudar a los qataríes, nos merecemos un entretenimiento, la responsabilidad no puede caer en el lado del aficionado, si tan malo es no deberían haberlo permitido las autoridades, y no jodan, esto es fútbol, es pasión, no es racional, déjennos verlo en paz), y ahora sí, rendida toda defensa Qatar entra en el área controlando el esférico con comodidad, no queda por delante ningún adversario que lo impida, el portero mismo parece distraído, mirando a otro lado, mirando a la final, porque está Argentina, el país donde el fútbol es religión, nos encanta ver a los argentinos apasionados, y Messi que es Dios, Messi que es Maradona reencarnado, Messi que fue condenado por fraude fiscal pero no jodan ahora con eso, no importa, como no importa el Qatargate que estalla de pronto en Europa pero ya da igual porque estamos en la final, la prórroga, los penaltis, vamos, Qatar, vamos, que ya está en el área pequeña, se detiene, se toma su tiempo, da una patadita floja y manda la pelota al fondo de las redes, gol, gol, gooooooooool, gol de Qatar, golazo de Qatar, gooooooooooooooooooooooool, impresionante cómo Qatar ha conseguido cruzar el campo entero, regatear a todos los defensores, superar hasta el último oponente y ha marcado un golazo, un gol para la historia, un gol que será recordado en el futuro, cada vez que haya que designar una nueva sede deportiva sabiendo que no pasa nada, que después de Qatar todo es posible, no hay candidatura mala, no hay miedo al rechazo, este golazo demuestra que el ruido se olvida en cuanto echa a rodar la pelota, y dentro de unos años, qué digo años, semanas, días, casi nadie se acordará de los trabajadores muertos ni de los derechos de las mujeres o la homofobia, no habrá ya mundial de la vergüenza porque solo nos acordaremos de este gol, gol, goooooooooooooooooooool…
Vergara. La democracia.jpg
Manel Fontdevila. El ultracentro.jpg
Orlando Lumbreras. Pan y Messi.jpg
Miki y Duarte. La reforma del Código Penal..jpg

Miquel Angel Soria

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Dec 21, 2022, 1:31:51 AM12/21/22
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Ahir al vespre vàrem tenir l'oportunitat d'assistir a un espectacle de
teatre genial, Una noche sin luna de Juan Diego Botto. Si encara
queden localitats, no us podeu perdre. L'homenatge que li ret a García
Lorca es converteix en un homenatge total a tots aquells que encara
segueixen esperant la llum a les cunetes del nostre país.
L'homenatge es va convertir, al final, en un reconeixement a l'actor,
amb tot el Teatre Nacional dempeus, aplaudint-lo durant varis minuts.
Inoblidable!


Que pasen los constitucionalistas
Isaac Rosa

Año 2008: La crisis financiera global toma tierra en España en forma
de crisis económica y social que pronto se lleva por delante cajas de
ahorros, empleos, casas desahuciadas y derechos sociales. Mientras
tememos un rescate europeo y el Gobierno aplica recortes y
contrarreformas, entran en nuestra conversación conceptos como prima
de riesgo, subprime o banco malo… ¿Hay algún economista en la sala,
por favor?

Las teles y radios se llenan entonces de economistas, que también
copan las tribunas de prensa y pronto las listas de libros más
vendidos. Encorbatados unos, informales otros, despliegan su capacidad
pedagógica y sus habilidades comunicativas con una pizarra y ejemplos
sencillos. No hay tertulia sin su gurú económico, no hay programa que
deje de llamar a alguno cuando precisa la opinión del experto. También
en los partidos ganan peso los responsables económicos y los asesores
en la materia. Descubrimos que hay economistas liberales y economistas
socialdemócratas, y hasta algún economista marxista, pues resulta que
la economía, vaya por dios, no es una ciencia exacta, lo que por otro
lado permite entretenidísimos duelos dialécticos entre economistas en
televisión, cada uno armado de su pizarra y sus trucos retóricos, y
nosotros con palomitas. Cada ciudadano lleva dentro un economista,
como antes un seleccionador nacional. ¡Niño, estudia economía, que es
lo que tiene futuro!

Año 2014: Comienza la crisis del sistema político español. En pocos
años aparecen nuevos partidos, se desploma el bipartidismo, triunfan
candidaturas municipalistas, los parlamentos se fragmentan, las
investiduras fracasan y se repiten elecciones, se especula con
acuerdos de gobierno, moción de censura, nuevas repeticiones
electorales, la política acelerada deja cadáveres por todas partes. El
pactómetro es el juguete de moda, las noches electorales son el nuevo
Eurovisión, intentamos escribir bien D’Hondt. ¿Hay algún politólogo en
la sala, por favor?

Los economistas son desplazados por los pujantes politólogos en teles,
radios, tribunas de prensa y listas de libros más vendidos.
Encorbatados unos, informales otros, despliegan su capacidad
pedagógica y sus habilidades comunicativas. No hay tertulia sin su
gurú político, no hay programa que deje de llamar a alguno cuando
precisa un experto que interprete una realidad cambiante, convulsa,
impredecible. También en los partidos ganan peso los estrategas,
consultores, asesores de campaña y comunicación. Descubrimos que hay
politólogos de derecha y politólogos de izquierda y hasta algún
politólogo marxista, pues resulta que la ciencia política, vaya por
dios, no es una ciencia exacta, lo que por otro lado permite
entretenidísimos duelos dialécticos entre politólogos en televisión,
cada uno armado de sus paralelismos internacionales, sus sondeos y sus
trucos retóricos, y nosotros con palomitas. Cada ciudadano lleva
dentro un politólogo, como antes un economista y aún antes un
seleccionador. ¡Niño, estudia políticas, que es lo que tiene futuro!

Año 2022: Comienza la crisis constitucional. El poder judicial
bloqueado, el Tribunal Constitucional atrincherado, derecha e
izquierda acusándose de golpismo. Nos aprendemos el nombre del
presidente del alto tribunal (incluso decimos “alto tribunal” con
naturalidad), manejamos términos como recusación, cautelares y hasta
alguna expresión en latín. Políticos, jueces y periodistas disputan
sobre legalidad, legitimidad, enmiendas, nombramientos por tercios…
¿Hay algún constitucionalista en la sala, por favor?

Pues sí, ha comenzado la edad de oro del experto en derecho
constitucional. Ya están entrando con fuerza en teles, radios y
páginas de periódico. Encorbatados unos, informales otros, etcétera.
Se los rifan en las tertulias, también cada partido tiene su experto
en derecho constitucional para fijar posición. Y también descubrimos
que hay constitucionalistas de derecha y constitucionalistas de
izquierda, y no sabemos si queda algún constitucionalista marxista,
pues resulta que el derecho constitucional, vaya por dios, ¡tampoco es
una ciencia exacta!, lo que permite que dos constitucionalistas igual
de catedráticos e igual de prestigiosos discrepen sobre quién ha dado
el golpe a quién, cada uno armado con sus sentencias, precedentes y
artículos del código tal o cual. No tardaremos en llevar dentro un
constitucionalista de andar por casa, como antes un economista, un
politólogo y un seleccionador (y puntualmente un virólogo o un
vulcanólogo, que también tuvieron su minuto de gloria). ¡Niño, estudia
derecho constitucional, que es lo que tiene futuro!

Bromas aparte, el relevo de expertos en los últimos quince años, de
economistas a politólogos y ahora constitucionalistas, muestra una
secuencia muy evidente en la evolución de España: de la crisis
económica y social pasamos a la crisis política, y de esta a la actual
crisis constitucional. Crisis… Crisis… Crisis… Unan los puntos, como
en los pasatiempos, y verán el dibujo resultante. ¿Que no lo ven? ¿Hay
algún experto en pasatiempos en la sala, por favor?

* * *

Democracia privatizada
Pere Rusiñol

La brutal crisis derivada de la insubordinación del Poder Judicial, de
mayoría conservadora, ante la renovación obligada del Tribunal
Constitucional ha puesto de manifiesto las imperfecciones del diseño
institucional de este país, que posibilitan que mandatos caducados
puedan atrincherarse en sus sillones ejerciendo de juez y parte, y se
atribuyan además la legitimidad última no solo de interpretar la ley
sino hasta de crearla, sin ningún tipo de control externo: suspenso en
democracia.

La crisis institucional es tan grave que permite que pase muy
desapercibida una característica de apariencia más secundaria pero
también muy reveladora del deterioro de la calidad de la democracia en
España: uno de los líderes de la insumisión en el Consejo General del
Poder Judicial (CGPJ), el órgano de gobierno de los jueces, que
esquiva nombrar a los magistrados del Alto Tribunal para poder así
materializar la renovación que exige la Constitución, es nada menos
que socio en ejercicio de Cuatrecasas, uno de los grandes bufetes de
abogados de este país -1.700 profesionales, el segundo en facturación-
y referencia indiscutible para los procedimientos y causas judiciales
que afectan a las elites y a los poderosos, los únicos que disponen
del dinero necesario para contratar sus servicios.

José María Macías, socio de Cuatrecasas y vocal del CGPJ, ha ejercido
públicamente como hombre fuerte del sector conservador y líder de la
rebelión sin ningún tipo de reparo y sin que nadie se escandalice por
ello. La ley ciertamente lo permite y ahí está precisamente la raíz de
un problema que va incluso mucho más allá de esta crisis ya de por sí
tan importante: la creciente privatización de la democracia y la
normalización del fenómeno.

En nombre de incorporar a profesionales -o “talento”, dicen algunos- a
las instituciones públicas, y bajo la influencia de una creciente ola
antipolítica, que presenta al conjunto de la clase política como a una
banda de ineficientes chupópteros, el régimen de incompatibilidades se
ha ido haciendo cada vez más laxo hasta alcanzarse el sueño de todo
lobbista: poder ocupar directamente el puesto sobre el que se desea
influir.

Esto va mucho más allá de las famosas “puertas giratorias”, mediante
las cuales los profesionales abren un paréntesis en su carrera
corporativa para ocupar un puesto gubernamental relacionado con algún
ámbito prioritario para su empresa. Desde ahí pueden impulsar medidas
normativas que colman las aspiraciones de su empresa y hasta de su
sector y luego, una vez alcanzados los objetivos, regresan a su puesto
corporativo original, donde suelen ser recibidos (y se comprende) con
champán y un merecido ascenso.

En casos como los de Macías no hay ni siquiera necesidad de abrir
ningún paréntesis: se puede ser a la vez socio de un gran bufete de
abogados y vocal del órgano de gobierno de los jueces, cuyas funciones
son, entre otras, decidir los ascensos de los magistrados y también
los nombramientos, incluidos dos puestos del Tribunal Constitucional.

Todo es perfectamente legal, ya se ha subrayado. Pero los jueces, como
cualquier ser humano, tienen sin duda memoria y llegado el caso se
acuerdan muy bien de quiénes han sido los artífices de sus ascensos.

Por muy rectos que sean los magistrados -y la gran mayoría
evidentemente lo son- no deja de causar estupefacción que el hombre
fuerte del CGPJ, que lidera además una estrategia de confrontación
extrema con el Gobierno y el Parlamento, en alianza -no necesariamente
concertada- con la mayoría actual del Tribunal Constitucional caducado
y con todas las derechas, ofrezca mientras tanto sus servicios
profesionales con total normalidad en la web corporativa de
Cuatrecasas. Y con la especialidad, muy bien publicitada, en
litigaciones y hasta en recursos especiales y de casación. Es decir:
¡recursos de amparo ante el Tribunal Constitucional!

Utilizando el lenguaje tecnocrático que tanto gusta a los que
defienden la creciente privatización de la Administración: ¿cuánto
valor aporta a Cuatrecasas poder contar con semejante “activo” en la
cartera de servicios que ofrece a sus acaudalados clientes?

Es difícil de precisar, pero indiscutiblemente muy elevado. Quise
preguntárselo al bufete, pero una portavoz me trasladó muy amablemente
la semana pasada este mensaje: “Nos encontramos en fechas complicadas
con el cierre de año con un alto flujo de trabajo. En esta ocasión, no
podemos atender tu petición”.

El drama es que no se trata de un caso excepcional. Y no es únicamente
la derecha la que promueve a puestos de responsabilidad institucional
a profesionales en ejercicio de gran valía pero con evidentes
conflictos de intereses potenciales. El fenómeno está tan normalizado,
en nombre siempre de la eficiencia, la profesionalización y la
atracción del talento, que ni siquiera genera ya sorpresa o debate.

Socio de Roca Junyent y secretario del ICF

En 2015, el Gobierno de la Generalitat de Catalunya, en aquel momento
integrado por Convergència Democràtica (CDC) y Esquerra Republicana
(ERC), promovió como secretario de la Junta de Gobierno y de la
Comisión Ejecutiva del Instituto Catalán de Finanzas (ICF) al abogado
Joan Roca, hijo del histórico fundador de CDC Miquel Roca y socio de
Roca Junyent, el gran bufete fundado por su padre cuando dejó la
política. Y ahí sigue, siete años después sin que nadie haya expresado
reserva alguna.

El ICF, que aspira a ser un banco público, es un organismo financiero
de gran importancia para que las empresas accedan a financiación. No
sólo directamente, a través de créditos del propio ICF, sino también
como facilitador, puesto que a menudo es precisamente el aval previo
de esta entidad pública el que acaba desencadenando que la banca
convencional se sume también a las operaciones.

El bufete Roca Junyent publicita abiertamente en su cartera de
servicios que cuenta con una potente área bancaria y financiera,
“especialista en el asesoramiento de todo tipo de entidades que operan
en el mercado financiero o de crédito”, líderes en operaciones de
financiación. De nuevo: es todo muy legal, seguro. Pero sin que ello
implique poner en entredicho ninguna integridad personal, el conflicto
de intereses potencial parece también muy evidente: ¿una empresa
interesada en obtener financiación del ICF no puede pensar que quizá
podría ser una buena idea contratar los servicios profesionales de
Roca Junyent?

Ojo: no fue CDC quien aupó a Joan Roca como secretario de los órganos
de gobierno del ICF, sino la consejería de Economía dirigida entonces
por Oriol Junqueras y Pere Aragonès, líderes de ERC.

En la democracia privatizada, aupar a un socio de Cuatrecasas al CGPJ
y de Roca Junyent al ICF parece hasta un signo de la apertura que
exigen los nuevos tiempos: el interés general ya no se deja en manos
de la desprestigiada clase política, sino de los más destacados
profesionales al servicio de sus extraordinarias empresas.
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Miquel Angel Soria

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Dec 22, 2022, 1:31:49 AM12/22/22
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Diciembre
22
La alegría de volar

Hay quienes aseguran que los hermanos Wright inventaron el avión, en
estos días de fines de 1904, pero otros sostienen que Santos Dumont
fue, un par de años después, el creador del primer aparato digno de
ese nombre.
Lo único cierto de toda certeza es que trescientos cincuenta millones
de años antes, unas alitas despuntaron en el cuerpo de las libélulas,
y las alitas fueron alas que siguieron creciendo, durante algunos
millones de años más, por las puras ganas de viajar.
Las libélulas fueron las primeras pasajeras del aire.

Eduardo Galeano



Resucitando a Pedro Garfias
Elena Poniatowska (La Jornada)


Ver a María de Alva, la excelente novelista regiomontana, en la Feria
del Libro de Monterrey y adentrarme en su novela sobre un solitario
personaje venido de España en los años 40 fue un regreso al pasado.
Hace más de cuatro décadas, en las calles que rodeaban los diarios
Excélsior, Novedades y El Universal, en Bucareli y Paseo de la Reforma
(se decía que varios editorialistas escribían su columna en el
Ambassadeurs) era fácil reconocer a Pedro Garfias sentado frente a una
mesa de café. Muy abandonado por sí mismo pero muy querido, todos lo
festejábamos.

Ahora, María de Alva lo convierte en héroe, el personaje principal de
su excelente novela, Un corazón extraviado.

–Cuando yo era alumna de la carrera de letras en el Tec de Monterrey,
el profesor de literatura española nos dijo: Hay un poeta del 27
enterrado en Monterrey, y eso ejerció una fascinación sobre mí porque
en esa época Monterrey era una ciudad a la que no se le reconocía nada
de cultura...

–¿Cómo no se le iba a reconocer, si en Monterrey Alfonso Reyes es un príncipe?

–Eso sí, pero Alfonso Reyes vino a la Ciudad de México. En esa época,
Monterrey contaba con el Tec y la Universidad Autónoma de Nuevo León,
uno o dos museos y eso era todo. Para una estudiante de 19 años, en
los años 80, pensar: Hay un poeta del 27 aquí enterrado, amigo de
Federico García Lorca, me pareció una historia fascinante. Esa
fascinación por Pedro Garfias nunca la perdí. En la librería Cosmos,
fundada por exiliados de España en Monterrey, entré adolescente a
comprar libros y ahí los dependientes me dijeron: El fantasma de Pedro
Garfias anda por aquí.

–¿Por eso se apasionó por la vida de Pedro Garfias?

–Esa historia se metió en mi cabeza desde muy joven. Luego me pasó
algo muy curioso aquí en la Ciudad de México. Viví en la colonia
Juárez y me quedaba muy cerca El Péndulo de la Condesa, y fui un día,
caminando, y me encontré un disco de Víctor Manuel y Ana Belén, y lo
compré. Ya en mi casa, escuché Asturias, ese gran poema hecho canción,
pero no sabía que su autor era Pedro Garfias, el poeta enterrado en
Monterrey, y eso me lo hizo muy fascinante y poderoso. Empecé a sentir
tristeza porque muy poca gente sabe quién fue Pedro Garfias, es un
poeta muy perdido.

–¿No tuvo el alcance de León Felipe o de Juan Rejano?

–No figura en la foto famosa del Ateneo de Sevilla ni tampoco en la
primera Antología poética del 27, de Gerardo Diego, como que quedó
fuera del canon de grandes autores españoles exilados en México. En
1938 fue soldado en la guerra civil; Antonio Machado le entregó el
Premio Nacional de Literatura y considero que es el poeta más
importante del país. ¿Cómo puede ser que Garfias se haya perdido
tanto?

–¿En España no se editó su poesía?

–Se sabe poco de su existencia. Supe de él sólo por investigadores de
la Universidad Complutense de Madrid y por otro estudioso de Sevilla
que lo escogió, pero la gente común y corriente no lo conoce y en las
librerías no se encuentra un solo libro suyo. Más allá de Pedro
Garfias, la pregunta que me gustaría que hiciera algún investigador
es: ¿Por qué unos se pierden y otros se hacen famosos cuando sus
méritos son muy semejantes?

Muchos factores contribuyen a la fama de un poeta. En el caso de Pedro
Garfias, sus circunstancias no fueron las adecuadas, no conoció al
editor indicado, la guerra y el exilio le hicieron mucho daño; debemos
cuestionar un poco por qué varios escritores o pintores figuran poco o
nada.

–Recuerdo al pintor Arturo Souto, maestro de Vicente Rojo…

–Vivimos en un mundo muy perverso, donde sólo ciertas cosas alcanzan
el reconocimiento gracias a la publicidad y muchas son olvidadas
porque no tienen la menor idea de cómo promocionarse. Algunos llegan
por razones publicitarias y no por méritos de creación. La publicidad
lanza cualquier cosa, a pesar de sus pocos méritos. Eso a mí me da
mucha desesperación, por eso me apasionó escribir sobre Pedro Garfias.
Cuando pude encontrar sus tesis de doctorado, me di cuenta de que tuvo
una vida apasionante y es una pena que no se conozca.

–¿Qué hizo de emocionante?

–Estuvo en Madrid en los años 20 y 30, una época en sí emocionante: el
fin de la monarquía, la entrada de la segunda República, el voto para
la mujer, la guerra civil, el levantamiento de Franco, por sólo citar
la situación política pero, además, él estuvo rodeado por todos los
grandes artistas de la Generación del 27, la efervescencia artística
de su época que desgraciadamente fue acallada por la guerra y luego la
dictadura. Pedro Garfias sí obtuvo cierto reconocimiento porque fue
Premio Nacional y luego soldado en la guerra, y tuvo bastantes
aventuras como soldado. Él y Miguel Hernández son los únicos poetas
que fueron soldados.

Otra cosa que me da mucha ternura es la precariedad económica con la
que siempre vivió, a diferencia de Salvador Dalí o Luis Buñuel, que
venían de familias acomodadas. Tampoco eso le ayudó; batallar siempre
con el dinero impidió que se desarrollara como otros que comían todos
los días...

–De él se decía mucho que el alcohol iba a matarlo

–Pero el alcohol vino después, Elena.

–Conocí a Juan Rejano, a León Felipe, a poetas y escritores que
entrevisté en el café París y todos decían que era muy difícil
ayudarlo porque él escogía la cantina. Juan Rejano era muy amigo de
Garfias y estaba siempre en el café Madrid... León Felipe vivió un
tiempo en el observatorio de Tonantzintla con Guillermo Haro y le
dedicó un poema. También Fernando Benítez le dio trabajo a Elvira
Gazcón, a Luis Cardoza y Aragón, de Guatemala, y a muchos más que
hicieron México en la Cultura y dieron un fundamento escrito a la
cultura mexicana de los años 20. De Rejano decían que era un rey moro
y de Garfias que a la una de la tarde ya estaba perdido.

–Juan Rejano siempre fue muy cercano a Garfias porque llegaron juntos
en el Sinaia, vivieron muy pegados. Es cierto que Pedro Garfias fue
alcohólico pero la falta de dinero viene de muy atrás. En el caso de
Pedro Garfias no sólo fue el alcohol, sino una serie de pérdidas
importantes. Lo que creo es que no se le reconoció lo suficiente. A él
lo frustró mucho que Gerardo Diego no lo incluyera en su Antología
poética del 27.

* * *

La deconstrucción del consenso antifascista de posguerra
Por Rafael Poch de Feliu

La invasión de Ucrania está dando un nuevo impulso a un proceso que
viene de lejos: la reescritura de la historia europea en unos términos
impensables hasta hace bien poco.

Entro en una librería de Barcelona repleta de libros sobre el
conflicto de Ucrania. La mayoría en la ortodoxia atlantista. Autores
anglosajones que psicoanalizan la criminal mente de Putin, y cosas por
el estilo, para explicar la crisis bélica más peligrosa desde la
tensión nuclear de 1962 con motivo de Cuba. Son raros los libros no
hostiles, como la semblanza del presidente ruso del periodista alemán
Hubert Seipel (Putin, el poder visto desde dentro. Ed. Almuzara). En
literatura, la librería recomienda Orfanato, del escritor ucraniano
Serhiy Zhadan.

Zhadan fue premiado hace poco en Alemania. En la Paulskirche de
Frankfurt, “cuna de la democracia alemana”, pues allí se reunieron en
1848 los delegados de la primera representación electa de la nación,
el escritor ucraniano recibió el “premio de la paz” del gremio de
libreros alemanes, cosa que, seguramente, debe impresionar a los
libreros españoles. Zhadan trata en sus libros a los rusos de
“criminales”, “horda”, “bestias” y “basura”. No es la primera vez. En
2012, ese mismo premio se lo dieron a un exaltado escritor chino, Liao
Yiwu, que en su discurso ante las autoridades alemanas describió a su
país como “imperio inhumano y montaña de basura que debe desintegrarse
para la tranquilidad del mundo”. Es, podríamos decir, la modesta
contribución de los libreros alemanes al entendimiento y la paz entre
los pueblos.

En la Europa de hoy, trátese de los Nobel o del gremio de libreros
alemanes, cualquier galardón suele estar enfocado a la promoción de la
imagen de enemigo que exige el ambiente bélico. Parece que la primera
condición para recibir un premio, en materia de paz, derechos civiles
o literatura, es ser un opositor radical de cualquier régimen
adversario, sobre todo Rusia, China o Bielorrusia. Repasen la lista.
No se trata de los desmanes contra los derechos humanos de esos
países, que son tan conocidos como flagrantes. De lo que se trata es
de la política de derechos humanos occidental, es decir, del selectivo
uso político de ese recurso, tradicional ariete contra el adversario
geopolítico. Viene de muy lejos.

En la actual situación europea, son los países de Europa del Este,
particularmente Polonia, las repúblicas bálticas y últimamente
Ucrania, quienes marcan la pauta. Por iniciativa polaca, el Parlamento
Europeo aprobó en septiembre de 2019 la infame resolución que
responsabilizaba por igual a la Alemania nazi y a la Unión Soviética
del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Este año, el 23 de noviembre,
la Cámara ha dado un paso más al declarar a Rusia país “patrocinador
del terrorismo”, citando sus estrechas relaciones con toda una serie
de países, entre ellos Cuba, víctima del terrorismo donde las haya.
Pocos días después, el 30 de noviembre, el Bundestag declaró como
“genocidio”, es decir, como un acto deliberado y planificado de
aniquilación contra un grupo nacional concreto, la terrible hambruna
sucedida en Ucrania entre 1932 y 1933 en el contexto de la
colectivización agraria estalinista.

“Holodomor”

La tesis del “holodomor” –una matanza deliberada de campesinos
ucranianos– formaba parte de la narrativa antirrusa del exilio
ucraniano en Canadá. Esa narrativa fue muy popular entre autores de la
derecha y se ha ido imponiendo como oficial en Ucrania desde finales
de los años noventa, incluso en los libros de texto, junto con la
reivindicación y rehabilitación de las personalidades y acciones de la
extrema derecha nacionalista de Ucrania Occidental de los años treinta
y cuarenta, aliados y colaboradores de los nazis y luego de la CIA.
Los protagonistas de aquel colaboracionismo dan nombre hoy a muchas
calles y avenidas de todo el país, sustituyendo a menudo a Tolstoi,
Lermontov o Chéjov en el callejero. La del “holodomor” es una tesis
muy funcional para la consolidación y promoción de la nueva identidad
ucraniana antirrusa y prooccidental abrazada en Kiev, a la que la
criminal invasión rusa ha dado un espaldarazo quizás definitivo, por
lo menos en gran parte del país. Pero, ¿qué decir de su verosimilitud
histórica?

Vaya por delante que la URSS de los años treinta y cuarenta bajo
Stalin y, aún antes, la Rusia soviética posrevolucionaria y de la
guerra civil de la década de los veinte, fue un espacio de crímenes,
violencia y barbarie verdaderamente extraordinario, contemplado
incluso en el marco general de la historia moderna universal de los
siglos XIX y XX. Sin embargo, la evidencia histórica no sostiene la
tesis de un genocidio nacional contra los ucranianos.

En los años 1932 y 1933, la mortandad por hambre fue espantosa en
Ucrania y así lo refleja la estadística demográfica. En 1933, por
ejemplo, nacieron 359.000 y murieron 1,3 millones de personas en
Ucrania. Esas cifras incluyen mortalidad natural, pero está claro que
la primera causa de muerte esos años fue el hambre. Forzando la
confiscación de grano y determinando el sacrificio –por razones de
subsistencia de los propios confiscados– de la cabaña nacional, que no
se recuperó hasta bien entrados los años cincuenta, el Estado cometió
un crimen contra todos los campesinos, independientemente de su
nacionalidad. Si las cifras de hasta tres millones de muertes directas
e indirectas por hambre en Ucrania son correctas, su marco general son
los siete millones de muertos atribuidos a la hambruna en el conjunto
de la URSS. Es decir, la mayoría de las muertes por hambre de aquellos
años tuvieron lugar fuera de Ucrania; en el curso medio del Volga, en
Bashkiria, en el Kubán, en la región del Ural, el Extremo Oriente,
zonas geográficamente aún mayores que Ucrania, o en territorios como
Kazajstán, con 1,5 millones de muertos, lo que representa una
proporción “nacional” de muertes (más del 30% de la población kazaja)
muy superior a la de Ucrania. Esos años también hubo escasez y grandes
estrecheces campesinas en Galitzia, hoy Ucrania occidental, que
entonces ni siquiera pertenecía a la URSS, e incluso problemas en la
región polaca de Cracovia, lo que sugiere un panorama de cosechas
fallidas (“neurozhai”, un término muy familiar en la historia agraria
de la Rusia zarista) que la brutalidad de las decisiones políticas
agravó monstruosamente en la URSS.

La evidencia histórica muestra, por tanto, que por dolorosa y grave
que fuera, la situación no fue solo ucraniana. Pero, ¿fue
“planificada”, como sugiere el propio término “holodomor” y la
calificación de “genocidio”?

En la URSS de Stalin, como en la Alemania nazi, o en la reacción de
los jóvenes turcos al ocaso imperial otomano, hay evidencia documental
de matanzas planificadas. Por ejemplo, en enero de 1942 la Conferencia
del Wannsee, al lado de Berlín, decidió la “solución final” de los
nazis para los judíos. En 1941, con su invasión de la URSS, los
militares alemanes aplicaron una política de hambruna inducida,
documentada en el llamado “Generalplan Ost”. Lo mismo podemos decir de
la acción de los jóvenes turcos para exterminar a la población armenia
en 1915, precisamente la situación que creó el término de genocidio.
¿Y qué decir del “gran terror” de Stalin de 1937? También ahí hay
documentos que prueban una voluntad y acción planificadas para
eliminar oponentes políticos y “sectores superfluos”, fueran
campesinos opuestos a la colectivización, delincuentes comunes, la
vieja guardia bolchevique, la oposición de izquierdas, anarquistas,
socialrevolucionarios o mencheviques, pero no hay nada –y los archivos
han sido rastreados a conciencia– referido a una matanza étnica de
ucranianos ejecutada, además, por el propio Partido Comunista
Ucraniano. Todo eso nos lleva a algo diferente: una colosal y feroz
represión política, en el caso del “gran terror” de 1937 (800.000
fusilados), y una política agraria, unida seguramente a otros
factores, de una dimensión criminal extraordinaria, pero no a una
acción planificada para aniquilar ucranianos, que es la tesis que el
genocidio supone.

Tierras de sangre

En la sección de Historia de la misma librería barcelonesa, encuentro
el libro Bloodlands (Tierras de sangre, en su título castellano), del
profesor de Yale Timothy Snyder, aparecido en 2011, gran éxito de
ventas y aclamado por la crítica liberal. El título del libro refleja
el hecho histórico de la enorme carnicería que tuvo por escenario la
Europa central/oriental en los años treinta y cuarenta del siglo XX.
La confluencia y contacto de los regímenes hitleriano y estalinista en
ese escenario sirve para presentar un paralelismo entre ambos
regímenes que contiene el catálogo casi completo del revisionismo
histórico de la guerra y el periodo entreguerras en el Este de Europa
llevado a cabo por la derecha y extrema derecha de Polonia, Ucrania y
Alemania con el fin de introducir un signo de igualdad entre ellos que
ignora aquella consideración de Raymond Aron (¿quedan aún autores
conservadores de tal calidad en la Europa de hoy?) según la cual “hay
diferencia entre una filosofía cuya lógica es monstruosa, y otra que
puede dar lugar a una monstruosa interpretación”.

En busca de ese signo de igualdad, Snyder afirma que la política
racista del Tercer Reich “no era muy diferente” de la situación en la
URSS, donde la nacionalidad de cada cual figuraba en el documento de
identidad. Como si el antisemitismo ruso, claramente resurgido con
Stalin, fuera comparable con el judeicidio nazi. También presenta como
“étnica” la masacre estalinista de polacos, cuando la simple realidad
es que Stalin mató polacos por el mismo motivo que mató comunistas y
opositores en general: en su calidad de adversarios políticos reales o
potenciales, incluidos en esa categoría los comunistas polacos cuyo
partido había sido muy crítico con la línea de Stalin. Como recuerda
Clara Weiss en su extensa crítica del libro de Snyder, “es un hecho
histórico que alrededor del 90% de los judíos polacos que
sobrevivieron al Holocausto (y solo el 10% de la población de 3,5
millones de judíos polacos de preguerra sobrevivieron) lo hicieron en
la Unión Soviética”.

Snyder afirma textualmente algo tan estrambótico como que “la
revolución bolchevique fue un efecto colateral de la política exterior
alemana de 1917”, una tesis que la propia ultraderecha rusa hace suya.
Su libro de 500 páginas (en la edición inglesa) ni siquiera menciona
el genocidio de entre 250.000 y medio millón de gitanos europeos. La
matanza de prisioneros de guerra soviéticos, entre 3 millones y 3,5
millones, se presenta como “resultado de la interacción de los dos
sistemas”, pero lo que más llama la atención es su tratamiento
solapadamente exculpatorio para los nazis de la enorme carnicería
(alrededor del 20% de la población) perpetrada en Bielorrusia. El
autor defiende una linea argumental cercana a la de los exnazis en la
Alemania de la posguerra, según la cual su violencia en Bielorrusia
fue una consecuencia y respuesta a la actividad partisana, cuando la
realidad es que esta fue respuesta a la brutalidad de la masacre nazi
con sus famosos “Einsatzgruppen”, como explica el historiador suizo
Hans Christian Gerlach en Calculated Murders, una obra que ha sido
criticada por los historiadores de la derecha alemana. Sin embargo,
Snyder escribe enormidades como que “la guerra partisana fue un
perverso esfuerzo interactivo de Hitler y Stalin, cada cual ignorando
las leyes de la guerra y escalando el conflicto detrás de las líneas
del frente”.

Snyder separa ese espacio geográfico centroeuropeo de su marco
mundial, lo que excluye de la observación matanzas que se inscriben de
pleno derecho en el mismo ciclo histórico: desde la invasión italiana
de Abisinia (1935/1936), una guerra fascista con más de 250.000
víctimas civiles y uso de armas químicas que fue puente entre el
decimonónico colonialismo imperial y el expansionismo nazi, hasta los
350.000 judíos asesinados de propia iniciativa en la Rumanía de la
Garda de fier, el medio millón de muertos de la Guerra Civil Española
y la represión franquista (entre el 2% y el 2,5% de la población total
española de la época), los centenares de miles de serbios masacrados
por los ustachas croatas, o los 24 millones de víctimas chinas del
imperialismo japonés en Asia del periodo 1937-1945.

La pregunta metodológica que el libro de Snyder presenta al
historiador es si es posible separar la violencia de aquel periodo en
Europa central oriental de su contexto general europeo y mundial
marcado por la lucha contra el fascismo y el imperialismo. La
respuesta es que tal ejercicio es necesario siempre y cuando lo que se
busca sea el mencionado signo de igualdad entre los dos regímenes
examinados.

Snyder conoce perfectamente –dedicó un libro a ese tema– el papel del
nacionalismo ucraniano en las masacres de judíos, su colaboracionismo
con los nazis y su encuadramiento en la división “Galichina” de las
SS, cuyos jefes, con Pavlo Shandruk al frente, son honrados hoy en los
sellos de correos del país. También conoce el hecho, ahora incómodo de
recordar, de que la mayoría de los dos mil o tres mil matarifes de los
campos de exterminio que ayudaban a los nazis en Treblinka, Belzec y
Sobibor, los famosos “travniki”, eran ucranianos occidentales. Snyder
no menciona nada de todo eso en su libro. Tampoco menciona la
complicidad polaca en el Holocausto y solo muy de pasada el
protagonismo báltico, pese a la enormidad del judeicidio cometido en
Lituania (95% de la población judía local), fundamentalmente a manos
de lituanos, aspecto que aun hoy se oculta en ese país.

Desde este balance es fácil comprender el cúmulo de honores y
condecoraciones polacas, bálticas y alemanas recibidas por Snyder
desde la publicación de Bloodlands (en Wikipedia figuran hasta una
docena). Lo que es más difícil de comprender es el considerable
aplauso académico y mediático recibido por esta obra, cuyo principal
mérito es dar argumentos históricos a la actual expansión atlantista
hacia las fronteras rusas.

En su último libro (The Road to Unfreedom: Russia, Europe, America,
2018), Snyder se retrata como un vulgar propagandista de la nueva
guerra fría que responsabiliza directamente a Putin no solo de la
leyenda de haber “escoltado” a Trump hasta la presidencia, sino
también del brexit, del referéndum independentista de Escocia, de la
salida masiva de refugiados sirios hacia Europa, del ascenso de la
extrema derecha en Europa y hasta de la hostilidad hacia los negros de
la policía en Estados Unidos. Solo falta imputarle la muerte de
Manolete.

Surgido de las ruinas de la Segunda Guerra Mundial, el consenso
antifascista de posguerra fue descrito por el historiador Ian Buruma
como “la ola de idealismo y de determinación colectiva de construir un
mundo más igual, pacífico y seguro”. La izquierda había liderado la
resistencia al fascismo, mientras que los conservadores estaban
frecuentemente manchados por el colaboracionismo con regímenes
fascistas. La democracia social y la creación de la ONU fueron
resultado de aquel clima. Su deconstrucción comenzó en los años
ochenta con el neoliberalismo de los Reagan y Thatcher, que la
socialdemocracia fue abrazando paulatinamente. El colapso de aquella
mezcla de socialismo y dictadura en el Este de Europa y de la
socialdemocracia en el Oeste hizo emerger concepciones que se creían
extinguidas o definitivamente marginalizadas. Hoy están en el centro
de la narrativa del establishment, en las resoluciones de los
parlamentos europeos y en la sección de éxitos de nuestras librerías.

Con la inestimable colaboración de la invasión rusa, la guerra de
Ucrania está dando un preocupante nuevo impulso al revisionismo
histórico y a las más negras tendencias revanchistas.
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Miki y Duarte. Argentina.jpg
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Miquel Angel Soria

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Dec 23, 2022, 1:30:15 AM12/23/22
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Demà farà 40 anys de la mort de Louis Aragon.

ESPAÑA EN EL CORAZÓN
                           (Del Nou desamor)

Sis línies tortes una pluja sobre les flors
El nom de Neruda amb tinta incolora
I per a nosaltres dedicar el cor de Delia
Un llibre de versos que em va tornar fa
Vuit dies Fa vuit dies quan la notícia
Va venir a nosaltres amic del teu perill mortal
Em va ser retornat aquest llibre el trenta-nou robat
Ple de segells La coberta esquinçada
D'una biblioteca d'història on posar-ho
No sé quins botxins ni quins assassins el llegeixen
L'únic de tots els llibres que aquella gent m'ha pres

Així que aquí esteu de nou entre nosaltres a París.

I per recordar Aragon, qui millor que Jean Ferrat?

https://www.youtube.com/watch?v=JbKgDzZAu2s



Tiros al techo y tiros al pie
Javier Gallego

La derecha celebra que el Constitucional haya paralizado una votación del Parlamento por primera vez en democracia. Celebra que unos jueces que llevan meses incumpliendo la Constitución que les obliga a dejar el cargo hayan evitado la aprobación de las enmiendas que les obligarían a cumplir la ley. Celebran un fracaso, un choque de poderes, un bloqueo institucional. Eso es la derecha española, los que se felicitan por la quiebra del sistema. No son antisistema, no les vamos a regalar la palabra, son los pro sistema corrupto, amañado, los del todo atado y bien atado. Son las rémoras del Régimen del 78 que quieren apuntalar sus defectos y destruir sus aciertos.

El tiro que creen haberle dado al Gobierno es un disparo en su propio pie. Gracias a esto ha quedado meridianamente claro que ellos y solo ellos son los que bloquean la Justicia. Que todo esto se podría haber evitado si no torpedeasen el correcto funcionamiento de las instituciones. Creen que han obtenido una victoria pero han conseguido lo contrario. Porque el Constitucional solo ha criticado el defecto de forma, no el fondo del asunto, y finalmente la reforma se aprobará: el Gobierno corregirá el procedimiento, presentará una proposición de ley, saldrá adelante, el tribunal se renovará y el PP quedará como origen de la mayor crisis democrática que se recuerda.

Feijóo piensa que está acelerando hacia la Moncloa, lo que ha hecho es pasarse de frenada y quedarse solo al margen de la ley. Cree haber dado en la diana, pero se ha señalado a sí mismo como blanco. Cuando el Gobierno rectifique, el líder de la oposición se quedará sin excusas y al descubierto. Ha salido de la trinchera y no lleva balas. Antes este tema no le penalizaba, ahora le culpabiliza. Es el típico movimiento precipitado para hacer jaque al adversario que termina con un jaque mate en contra. En ajedrez hay que prever las siguientes jugadas y Feijóo está demasiado pendiente de lo que digan las portadas de mañana. Hoy dan palmas, ya llegará la bofetada.

Dos conclusiones podemos sacar de este penoso incidente. La primera es que las instituciones no pueden ser el chiringuito de nadie. No solo el PP, también el PSOE, como CiU y PNV en sus feudos, han convertido las administraciones en su negociado. No puede ser que hablemos de jueces de parte y de partido. No puede haber medios públicos secuestrados por comisarios políticos. La soberanía emana del pueblo y solo al pueblo pertenece. España necesita una reforma a fondo, del fondo y de los fondos. Controles democráticos, separación de poderes, transparencia plena. Las izquierdas nacidas o renacidas en las plazas donde se pedía una democracia real, en forma de 15M o de independencia, deben impulsar ese cambio radical que ha caído en el olvido y negarse a participar del juego de trileros del bipartidismo y el caciquismo que entienden la política como un cambio de cromos.

La segunda es que la derecha tanto nacional como global se ha desplazado a la ultraderecha colocándose al borde o al margen de las democracias liberales. Amenazan con fantasmas del pasado y conquistas sociales del presente como enemigos del sistema, pero son ellas las que lo están poniendo en peligro: de Trump y la toma del Capitolio a Boris Johnson y el Brexit, de Orban a Bolsonaro, de los neonazis alemanes que planeaban un IV Reich a Putin que invade Ucrania para refundar la Gran Rusia, de la vía unilateral que se niega a abandonar la derecha catalana a la vía unilateral que se niega a abandonar la derecha española. No cabe esperar que vuelvan próximamente a las vías comunes. Las izquierdas tienen que responder a la deriva iliberal de las derechas con más democracia si no queremos que la democracia descarrile.

                                                              * * *

Los últimos estertores del golpe de Estado de 2010
Javier Pérez Royo

Este artículo va dirigido, por supuesto, a los lectores de elDiario.es, pero lo he escrito pensando especialmente en los dirigentes de los partidos políticos que configuraron la mayoría de investidura de Pedro Sánchez, mayoría que se ha mantenido, con muchas dificultades, pero se ha mantenido, cohesionada como mayoría de Gobierno a lo largo de la legislatura.

Después de lo ocurrido esta semana, en la que la democracia ha sido arrastrada al borde del precipicio, hay que adoptar medidas de defensa que dificulten y, si es posible, imposibiliten que pueda volver a ocurrir.

Es obvio que la renovación del Tribunal Constitucional (TC) es lo más urgente. Es el único órgano a través del cual la derecha española puede dar un golpe de Estado. El golpe de Estado del 23F de 1981 eliminó el riesgo a través del poder militar. Desde entonces el poder militar, que se había auto atribuido una función de “tutela” sobre el poder civil a lo largo de nuestra historia de los dos últimos siglos, ha dejado de poder ejercerla. No hay “poder militar” en la democracia española.

El único órgano constitucional a través del cual se puede dar un golpe de Estado es el TC. En febrero de 2007 la columna que publicaba periódicamente en El País se tituló 'Golpe de Estado'. La publiqué a raíz de la decisión de los magistrados conservadores del TC de recusar a Pablo Pérez Tremps por haber publicado, mucho antes de que se iniciara el proceso de reforma del Estatuto de Autonomía de Catalunya, un artículo sobre las relaciones entre el Derecho Comunitario y el Derecho interno que recogía las intervenciones en un seminario organizado por el Institut d'Estudis Autonòmics. Obviamente, a Pablo Pérez Tremps no se le permitió participar en la decisión sobre su propia recusación. Ni a él se le pasó por la cabeza hacerlo.

Advertía en aquel artículo de febrero de 2007 que en el TC se estaba fraguando un golpe de Estado y que, de no abortarlo, las consecuencias serían espantosas.

El golpe tardó tres años en abrirse camino, pero consiguió hacerlo a través de la STC 31/2010. Una norma que había seguido escrupulosamente lo previsto en la Constitución y en el Estatuto de Autonomía para su reforma, que había sido aprobada con una mayoría de casi el 90% en el Parlament de Catalunya, que había sido pactada entre la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados y la Delegación del Parlament, que había sido aprobada en referéndum por una mayoría del 75% y que había estado en vigor desde 2006 sin que se hubiera producido perturbación alguna digna de mención en el funcionamiento del Estado de la Autonomías, fue anulada parcialmente por el TC, que impuso, además, una interpretación de determinados artículos que despojaba a la reforma de todo su sentido.

El TC desconoció la “fórmula de integración de las nacionalidades en el Estado pactada en 1978”: pacto entre el Parlament y las Cortes Generales + Referéndum, e impuso a Catalunya un Estatuto contrario al pactado y refrendado. El TC se autoatribuyó la facultad de “definir” la fórmula de integración de Catalunya en España. No la de resolver algún conflicto que hubiera podido producirse, que hasta el momento no se había producido ninguno, o que pudiera producirse en el futuro en la fórmula de integración definida en el Estatuto reformado, que es para lo único que lo habilita la LOTC, sino la de sustituir el pacto entre los dos Parlamentos y el referéndum ciudadano por su propia voluntad.

El golpe de Estado fue un éxito rotundo. En las elecciones catalanas del otoño de 2010, el tripartito presidido por el PSOE sufrió un descalabro espantoso, mientras que CiU y el PP tuvieron unos resultados excelentes. En 2011, en las elecciones municipales y autonómicas de mayo y en las elecciones generales de diciembre, el PP tendrá el mejor resultado con diferencia desde la entrada en vigor de la Constitución. Ni siquiera el PSOE en su mejor momento llegó a acumular tanto poder como lo hizo el PP en ese año.

El problema para el PP fue la “gestión” del golpe de Estado. En los cuatro años de la legislatura 2011-2015, el PP dilapidó la mayor parte del capital político obtenido, y desde diciembre de 2015 la derecha española no solo se fragmentó y dejó de estar representada en régimen de monopolio por el PP, sino que dejó de ser mayoritaria en España. De ahí que en 2018 se aprobara por primera vez en la historia de la democracia una moción de censura contra el presidente del Gobierno de la Nación, que llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa. La ejecutoria de Mariano Rajoy desde 2011 vino a confirmar una tesis que no está escrita en ninguna parte, pero que opera de manera inexorable: España no se puede gobernar contra Catalunya. Con base en el anticatalanismo no se puede gobernar establemente el país.

A la inversa, con un programa contra España y por la independencia no se puede gobernar establemente Catalunya. El tránsito de la autonomía a la independencia del nacionalismo catalán ha sido un camino hacia ninguna parte.

Al PP, a la derecha española en general, le queda del golpe de Estado de 2010 la mayoría conservadora en el CGPJ y en el TC. Por eso está defendiendo su no renovación con uñas y dientes.

Con esa mayoría conservadora en ambos órganos ha intentado dar un nuevo golpe esta semana, haciendo lo que no se ha hecho jamás en ninguna democracia parlamentaria digna de tal nombre: interferir en el ejercicio de la potestad legislativa de las Cortes Generales y paralizar el proceso de aprobación de una ley. Algo inédito en Derecho comparado.

Estamos asistiendo a los últimos estertores del golpe de Estado de 2010. Los partidos que constituyen la mayoría de gobierno en esta legislatura tienen que hacer todo lo que está en su mano para pararlo y renovar el Tribunal Constitucional en todo caso.

En la proposición de ley que parece que se va a tramitar parlamentariamente se debería incluir, además, una reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en la que se fijara que los vocales del CGPJ cesan en el momento en que se cumplen los cinco años de su mandato y que no es posible, en ningún caso y bajo ninguna circunstancia, la prórroga del mismo.

El CGPJ es un órgano de Gobierno y, por tanto, de naturaleza política y tales órganos no admiten prórroga, ya que su renovación depende única y exclusivamente de la manifestación de voluntad del cuerpo electoral en las elecciones generales correspondientes.

La composición del CGPJ no se puede desvincular del principio de legitimidad democrática, que es lo que viene haciendo el PP desde hace más de cuatro años. Hay que acabar con esa desvinculación e impedir que pueda repetirse en el futuro. Espero que los partidos que constituyen la mayoría de gobierno estén a la altura que cabe esperar de ellos.

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Miquel Angel Soria

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Dec 26, 2022, 1:31:44 AM12/26/22
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Avui és un dia de naixements sonats:
1904 Alejo Carpentier
1930 Jean Ferrat
1953 Amaury Pérez
Aquest dos últims semblem més sonats però no podem oblidar La consagración de la primavera, Concierto barroco o El arpa y la sombra de l'Alejo Carpentier. Com tot el seu, de lectura obligatòria.
Ho anem llegint mentre escoltem Amaury Pérez o Jean Ferrat:

C'est beau la vie:
https://www.youtube.com/watch?v=ECwyPQB4fgE

Hacerte venir:
https://www.youtube.com/watch?v=ECwyPQB4fgE


(in)Feliz navidad
Quan Zhou

“Bendiciones”, le dijo él a sus padres.

-¿Porqué dices eso si tú eres ateo? - le pregunté yo.

-Es una costumbre, lo decimos mucho en Venezuela para despedirnos.

En una reunión de trabajo con unas clientas que residen en EEUU, me comentaban que en su entorno se suelen felicitar con un “Happy holidays” o “Seasons greetings” por escrito (para mi gusto, un huevo sin sal). Una de ellas me decía que, en su círculo de amigas, el amigo invisible, a quien se llama comúnmente “Secret Santa”, ha pasado a ser “Secret snowflake” (copo de nieve secreto) por disociarlo de Santa Claus, que también puede ser algo religioso/navideño. Navidad sin navidad. Yo bromeaba diciendo que nos acercábamos rapidisimamente a estar celebrando el solsticio de invierno, al paganismo universal. Lo cual tampoco estaría mal, ya que la fiesta de invierno volvería a uno de sus orígenes.

Para mi la navidad siempre tuvo un regusto amargo. Pese a que mi familia es cristiana, la diferencia cultural hace que no la celebráramos como en occidente. Vamos, que no la celebrábamos en absoluto, ni regalos, ni comidas (nosotros celebramos el año nuevo lunar). De pequeña soñaba con que mi padre fuera Arnold Schwarzenegger, que fuera corriendo a la juguetería a luchar por la Barbie que yo quería (como en las comedias navideñas de los 90), que nevara mucho y ver renos (imposible en la Costa del sol), y despertarme con los regalos de los Reyes Magos. En definitiva, soñaba con juguetes y soñaba con no ser diferente de mis amigos, y que al llegar el 8 de enero a clase, a la maldita pregunta de la profesora de ¿qué te han traido los reyes?, decir una gran lista de cosas en lugar de morderme la lengua porque pensaba que todo era mentira, y que si los reyes eran tan “justos” y traían cosas a la gente que se portaba bien, por qué David, que se portaba como el demonio, tenía tantos regalos. Con la distancia y los años, comprendí que daba igual la fiesta: hubiera sido navidad o fiesta de la cosecha del solsticio de invierno, no habría sentido tal angustia si no hubiese existido la imposición homogénea de una tradición como la norma. Si la felicidad, los regalos, las comilonas y la gran familia no fuese lo que “todo el mundo tiene que hacer”, dejando fuera las tradiciones de mi familia o la ausencia de celebración.

Con la edad comprendí que no éramos la única familia para la que la navidad no era “the best season of the year”. No hay que ser china para sentirse desconectada. Hay pérdidas, divorcios, soledad, familias disfuncionales. Hay cenas incómodas. Hay dificultades económicas que hacen que no haya para regalos. Hay diferentes religiones que te hacen sentir muy diferente en clase, en la calle y en la sobremesa de las películas en Antena 3. Comprendí que la navidad muchas veces trae amargura, también por la imposición de ser todos súper amigables, tiernos y, sobre todo, tener una súper familia, mucha gente que te arrope, y a veces no es posible. A veces, hay navidades buenas, a veces, hay navidades muy malas. A veces puede haber consuelo o solución al problema (como en casa de mi amiga Anna, donde siempre hay sillas para quien se sienta perdida en estas fiestas), pero, a veces, no los hay.

Escuchaba en el podcast de somos estupendas un programa sobre salud mental en navidad. Mencionaban que una de las soluciones a la angustia emocional que te causa la navidad es entender que sí, que son fiestas, pero serán especiales si tú quieres que lo sean.

Ultimamente pienso mucho en el valor de lo que no se dice, el valor de lo que se deja entrever entre el ruido de nuestras palabras. ¿Qué queremos decir cuando decimos “Feliz Navidad”, “Seasons Greetings” o “Bendiciones”? ¿Qué reciben las personas que se sienten fuera o desconectados de la navidad? Quizás nos estamos equivocando de ángulo de visión o en la verbalización. Por mi parte, seas de la religión que seas, hagáis lo que hagáis en tu casa, lo celebréis o no, haya regalos o no, estés sola o acompañada, decidas salir de fiesta o quedarte en bata en casa con el gato, yo te deseo el bien, y eso es lo que quiero decir cuando expreso “Feliz navidad” o “Felices fiestas”: que tienes mis mejores deseos para ti, que mejore tu economía, que encuentres trabajo, que mejore tu salud, que la huelga sobre la sanidad pública salga, que lo que te haga bien a ti, salga.

Y, si eso no se entiende con un “Feliz navidad”, igual empezaré a saludar o despedirme con un horrible pero dulce “Mis mejores deseos”.

                                                 * * *

Brasil: de nuevo felices
Por Emir Sader

Desde Río de Janeiro

Han sido seis años miserables. Después de 14 años de reanudación del crecimiento económico, la distribución del ingreso, la creación de empleo. Después de que los brasileños han elegido presidente, cumpliendo con las responsabilidades y rituales de su cargo.

Después de ser respetado e incluso envidiado por el mundo ahora. Después de tener relaciones cordiales y de cooperación con los países vecinos. Después de tener una prestigiosa imagen en todo el mundo.

Después de haber abandonado la vergonzosa costumbre de encontrar a miles de personas abandonadas en las calles, viviendo al aire libre. Después de acostumbrarse a ser el país más desigual del continente y más desigual del mundo.

Después de habitar tradicionalmente el Mapa del Hambre. Después de ser conocido como un país de desempleo estructural. Después de ser un país que vivía con un racismo estructural.

Después de vivir en un país de exclusión social, desigualdades sociales y estructurales. Después de aceptar tener la región más pobre en el nordeste, con más hambre y enfermedades.

Tristeza

Después acostumbrarse a tener golpes de Estado que, de vez en cuando, rompen con la democracia. Después de vivir con la tristeza de la gran mayoría, su desesperanza. Después de estar rodeado de las mentiras de los principales medios de comunicación.

Después de aceptar que el noreste sería una región sin agua, sin derechos, sin trabajo, sin futuro. Después de aceptar que las riquezas del países fueran apropiadas por grandes empresas extranjeras.

Después de tener mujeres discriminadas, atacadas, asesinadas a diario. Después de convivir con millones de trabajadores sin contrato de trabajo, sin derechos, sin garantías elementales.

Después de acostumbrarse a convivir con el latifundio, con la falta de acceso a la tierra para la gran mayoría de los trabajadores rurales. Después de aceptar que millones de brasileños son analfabetos, viven muchos años menos que los ricos, tienen muchas más enfermedades que otros.

Después de aceptar que solo las élites tienen acceso a los medios. Que la élite hable a través de periódicos, revistas, radios, televisiones, libros, arte. Que los que anden por las calles con los coches, con seguridad, con tranquilidad, siendo minoría.

Después de ver a los ricos elegir y reelegir a sus candidatos a diputados, alcaldes, gobernadores, presidentes.

Los brasileños han decidido elegir un presidente trabajador, nordestino, pobre, sindicalista. Decidieron que ya no iban a dejar que Brasil fuera gobernado por los ricos, en función de sus intereses.

Han decido no dejar mas que la gente muera sin cuidado, sin hospitales y sin medicamentos. Decidieron dejar de estar desempleados, tener trabajos eventuales para sobrevivir, trabajar sin permiso de trabajo, sin derechos, sin sindicatos.

Acceso a la vivienda digna

Decidieron que nadie necesita vivir en la calle, abandonado. Que toda persona tiene derecho a tener su casa, su lugar para vivir. Que toda persona tiene derecho a comer tres veces al día. Que todos los trabajadores rurales tengan derecho a tener acceso a la tierra y a vivir dignamente.

Han decidido que una mujer puede ser presidente de Brasil. Y han tenido razón, porque ella lo ha hecho muy bien. Han decidido que sin desarrollo económico, distribución de renta y generación de empleos, no pueden ser felices.

Los brasileños llegan felices al nuevo año, aun habiendo tenido un desempeño muy malo en el Mundial de Fútbol. Vuelven a pensar en futuro con esperanza.

Vuelven a estar seguros que al final del próximo ano el país estará reconstruido. Dejaran de tener tanta gente viviendo abandonada por las calles.

Que él volverá en pocos días, a tener un gobierno que cuida del país, que cuida de las personas. A tener un país respetado. Quizás, incluso, con un equipo nacional un tanto mejor.

Será una rebelión bien distinta, mucho mayor de la que los brasileños han tenido en los seis años anteriores. A sabiendas que vuelven años mejores, alegres, felices.
Manel Fontdevila. Dibuix encara actual.jpg
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Miquel Angel Soria

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Dec 27, 2022, 1:30:42 AM12/27/22
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Sempre és especial celebrar el naixement d'aquella persona que tindrem
constantment present.
El 27 d'aquest mes de l'any 1933 naixia el que seria un important
poeta comunista, Carlos Álvarez. El 74, a la presó de Carabanchel,
escriu:

Porque ser hombre obliga, compañero...
-dije en un verso antiguo que hoy repito.
Porque ser hombre obliga a que lo escrito
lo tengas que hacer luego verdadero.

Si tu latido sientes prisionero
del ajeno dolor; si escucha el grito
de todo lo que sufre, yo te invito,
poeta, a que demuestres lo sincero

de la palabra fraternal y abierta
con que sembró la furia de tu mano
semilla de esperanza en el barbecho.

Que la muerte está hundiéndonos la puerta
y entrándose en España grano a grano,
y hace falta el escudo de tu pecho.


Un gran discurso del rey
Isaac Rosa
SEGUIR AL AUTOR/A

Me pareció muy acertado el discurso de Nochebuena del rey, tanto en el
diagnóstico de los problemas como en la forma de reaccionar ante los
mismos. Un discurso ejemplar, de compromiso con la Constitución y sus
valores integradores, incidiendo en la necesidad de respeto, diálogo y
colaboración entre todas las instancias públicas para que se puedan
alcanzar los grandes acuerdos que se precisan. La fortaleza de las
instituciones es clave para los retos de futuro de España.

Su discurso es el reflejo de su cercanía a la España real: brillante,
oportuno y equilibrado. Fue un gran acierto su mensaje de unidad y
futuro, invocando los valores de la Constitución, la libertad y la
Unión Europea; valores alejados de los extremos que dividen y no
integran. El rey está siempre al lado de los ciudadanos, está
cumpliendo de forma intachable la hoja de ruta de la monarquía, una
institución abierta y comprometida con la sociedad. En la dificultad y
la esperanza, reconforta tener cerca a un referente como su majestad.

Felipe VI invitó a la unidad frente a la división, al diálogo y no al
enfrentamiento, al respeto frente al rencor, al espíritu integrador
frente a la exclusión, en pos de la convivencia cívica, serena y en
libertad de todos los españoles. Esa es la actitud que él ha
acreditado desde que se ciñó la corona. Fue una atribución pertinente
y oportuna, una apelación tanto al conjunto de la ciudadanía como, muy
especialmente, a la clase política, subrayando así el delicado
contexto en el que nos encontramos. De ahí el extraordinario valor que
tiene la apelación a nuestros problemas políticos. Frente a la
polarización, la fractura ideológica y el progresivo enconamiento en
que nuestra vida pública e institucional se ha instalado, don Felipe
reivindicó con rotundidad el valor de nuestra Constitución.

Algunas de las preocupaciones centrales de los españoles lo son
también del rey Felipe VI. No dice lo que hay que hacer, sería
impensable en una monarquía parlamentaria, pero sí dibuja las
urgencias de nuestro tiempo desde la razón. En instantes de la vida
nacional sometidos a avatares excepcionales y azarosos, los españoles
aguardamos con afán singular al mensaje de Nochebuena del rey para
hallar respuesta y guía. Son momentos de tribulación, y la sociedad
angustiada y herida necesita el liderazgo y el ejemplo que el rey nos
brinda en esta nación que no anda sobrada de leales.

P.D: No, este artículo cortesano, hueco y pomposo no lo ha escrito una
inteligencia artificial monárquica. Tampoco me han hackeado la cuenta,
ni bebí demasiado en Nochebuena, tranquilos. Es aún peor: los dos
primeros párrafos son un corta y pega con valoraciones de PP y PSOE al
discurso del rey, tanto de sus portavoces como de algunos dirigentes
territoriales, frases barajadas, mezcladas y desordenadas. Intenten
adivinar quién ha dicho qué. Los dos últimos párrafos son también un
corta y pega, pero con frases tomadas de los editoriales de los
diarios El País, El Mundo, ABC, La Razón y La Vanguardia. Intenten
adivinar de qué periódico es cada frase.

P.D.2: Tanto las valoraciones de los partidos como los editoriales de
los periódicos son… del año pasado. Corresponden al discurso del rey
en la Nochebuena de 2021.


* * *

El Mundial: ¿Masa o Pueblo?
Por Jorge Alemán (Página 12)

Todo el mundo ya lo ha vislumbrado en sus distintas versiones, en esta
selección había algo predestinado, el nudo Messi-equipo-pueblo cumplía
con una misión, términos tales como "justicia poética", la alusión
misma a lo inexplicable presente en la mística de la canción que se
popularizó, muertos de las Malvinas, el Diego en el cielo con sus
padres, lo que no se podrá entender, etc, constituyen versiones
plebeyas de lo sagrado. Con el aditamento de la expansión transversal
de una hinchada en distintas naciones (especialmente del llamado
tercer mundo) y la llamativa atracción de los niños del planeta hacia
el genio rosarino.

Jamás se había visto como un deseo decidido de ganar la copa se
traducía en una voluntad colectiva cuyo inevitable desenlace era la
fusión amorosa. La que iba a provocar, convocando la presencia de
millones de personas, un testimonio ejemplar de amor incondicional en
el pais de las confrontaciones irreductibles.

Y aquí surge un interrogante que desborda a la fiesta inevitable ¿Los
millones que ocuparon las calles eran un fenómeno de masas o
constituían la presencia de un pueblo? Esto tiene una difícil
respuesta. Por un lado se cumplieron todas las condiciones de la masa:
una pasión amorosa que unifica a todas las subjetividades en relación
al objeto amado del equipo nacional. En cambio si tomamos a la
definición de Pueblo como categoría política y entendemos al mismo
como un sujeto histórico cuyo sentido es disputar la hegemonía al
poder, no podríamos responder inmediatamente que se trataba, en este
sentido estricto, de un Pueblo. No obstante hay una línea delgada y
porosa que separa y une a los dos ámbitos. Aquello que irrumpió como
masa puede según las distintas temporalidades políticas devenir
Pueblo. Mañana lo sucedido puede ser leído de otro modo según la
manera histórica en que los hechos se recojan.

El trasfondo dramático de estos interrogantes lo constituye el hecho
de que se vive en el tiempo histórico de una impotencia evidente, o al
menos una dificultad explícita, en los proyectos nacionales y
populares, para sentir que son acompañados por un pueblo en tanto
sujeto histórico de un transformación de gran calado.

Lo sucedido con la toma de la ciudad por millones de personas envía un
mensaje al futuro próximo que aún no estamos en condiciones de
descifrar. Por ahora solo sabemos que los medios de la derecha
neoliberal internacional no desearon en ningún momento compartir la
alegría incomparable del triunfo de la selección.
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Miquel Angel Soria

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Dec 28, 2022, 1:30:41 AM12/28/22
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La història ens serveix, entre altres coses, per fer presents moments
marcats a foc en la nostra memòria. Segur que no ens coincideixen a
tots els mateixos; jo n'oblido el 28 de decembre de l'any 1970. I el
recordo perquè va ser el que em va fer sortir al carrer Major de
Lleida, per primer cop, a manifestar-me.
Faig memòria: el franquisme havia condemnat a nou penes de mort i
altres penes a 15 militants d'ETA (a tres, la pena de mort era doble).
La resposta a nivel mundial va provocar que al consell de ministres
del dia següent, es decidís, per unanimitat, concedir l'indult de les
penes de mort.
Els advocats defensors, entre els que vull destacar la presència de
Josep Solé Barberà, van jugar un paper molt important al llarg del
procés.

De vuelta a la realidad
José María Izquierdo

Ha venido bien la campanada de Tezanos y su CIS sobre las próximas
elecciones. Enjaulados entre las togas infames y las sucias maniobras
en la oscuridad del PP, se enredaban las horas en un bucle en el que
nada avanzaba. Así que avive el seso y despierte, dejemos de
contemplar cómo se pasa la vida y volvamos a los sucesos
consuetudinarios que acontecen en la rúa. El boicot miserable de la
derecha judicial y política es abominable, pero el mundo real tiene
más vertientes. Conviene que nos agiten con los datos de aquí y de
allá, que si Extremadura o La Rioja. Porque este es el momento, y ya
es tarde, para asumir que tenemos ahí, a la vuelta de la esquina, unas
elecciones muy importantes.

Volvemos, pues, a las elementales reglas de sumar y restar. Las
operaciones son más complejas en estas próximas elecciones, por cuanto
los escaños que asigna la Ley d’Hondt dependen en ocasiones de un
mínimo puñado de votos, imposible de medir con precisión en los
sondeos, sean los que sean. Pero hay, con todo, algunas grandes
consideraciones que conviene tener en cuenta. Entre ellas, y no es
menor, la constatación, una vez más debemos enfrentarla, algo olvidada
con tanto ajetreo, de que la derecha de Feijóo va a necesitar en no
pocos lugares la muleta de Abascal.

Así que a la extrema derechización a la que ha conducido el líder del
PP a su partido, nos hacíamos cruces con el pimpollo Casado, habrá que
sumar, si las urnas no nos dan grandes sorpresas, la carga ideológica
ultra, feroz y antidemocrática de las huestes de Vox. Hace tiempo que
habíamos renunciado a la táctica de asustar con la llegada de la más
salvaje ultraderecha, pero quizá tengamos que volver a agitar el
espantajo, porque la realidad nos obliga a ello. Es obvio para
cualquier analista que el PP de Núñez no va a renunciar a agarrarse a
Vox allá donde lo necesite para expulsar a la izquierda. El odio es
superior a cualquier raciocinio. Echar a los rojos, echar a los rojos,
echar a los rojos. Ese es el único leitmotiv del partido de la calle
Génova, ayuno de ofertas en materia económica o política, como se ve
en todas las intervenciones de su insulso y pedestre líder.

Hay serios y respetados analistas que insisten en que gastar demasiada
munición en campaña sobre la extrema derecha no conduce a nada porque
el respetable ya tiene asumido el papel de Vox y apenas si produce ese
rechazo que tanto proclama la izquierda. Es posible que así sea, pero
al Ojo le gustaría que nunca, jamás, desapareciera de nuestro
horizonte la percepción del peligro cierto que significa que esta
extrema derecha se haga con las instituciones públicas. Porque lo
primero que va a intentar es destrozarlas, introducir el mortal gusano
para que se autodestruyan, en aras de unas fieras privatizaciones. Ni
sanidad pública, ni educación pública. ¿Exageraciones? Ya me dirán
ustedes si no es exactamente esa la política diseñada en la Comunidad
de Madrid por la reina del vermú, adelantada de su partido en esta
materia y trompeta anunciadora de lo que ocurriría con la llegada de
los suyos, los ultraliberales, sin las ataduras de las que aún no se
ha podido desligar.

Pero antes que en el enemigo habrá que fijarse en el campo propio.
Cuenta el Gobierno actual con no pocas garantías para asumir una
defensa encarnizada de lo hecho hasta ahora y de ofrecer, incluso, un
futuro más digno y decente. Puede presumir de una política económica
más que aparente, bien situada en el ranking europeo y con escasas
fisuras para que la oposición, inane, distraída con otras cosas,
encuentre vías de destrucción. Tiene, ahí es nada, una firme mayoría
parlamentaria, que le ha permitido salvar con bastante comodidad
decenas de proyectos en el Congreso, incluidos tres Presupuestos
seguidos, hazaña nunca lograda hasta ahora.

¿Es suficiente? Seguro que no, pero no es mala palanca para la salida.
Por eso conviene que no se ponga nervioso y evite los malos pasos de
las últimas leyes, atropelladas y chapuceras. Calma, mucha calma, que
cada paso hay que pensarlo no una, sino dos o tres veces. Los
agobiados son ellos, que van perdiendo. El poder, ya lo decía
Andreotti, no desgasta: lo que desgasta es no tenerlo. El que va por
delante debe girar la cabeza de vez en cuando, no vaya a ser, pero los
nervios para los otros. Cabeza fría y métodos científicos para
enfrentarse a los problemas. Aislar el mal y atajarlo. Con
tranquilidad y con rayo láser, evitando daños colaterales indeseados.
Por lo demás, paso amplio y elegante, como los andares de Richard
Gere. ¿Luchar contra la inflación? Claro. ¿Mejorar las pensiones y el
salario mínimo? Por supuesto. ¿Leyes progresistas en temas sociales o
educativos? Faltaría más. ¿Ayudas a los más necesitados? Es lo
nuestro. Así, como una apisonadora, marcando el ritmo. Y, por
supuesto, vigilancia estrecha y colaboración obligada con las
candidaturas de los distintos territorios. ¿Molestos? Como pedrada en
ojo de boticario. Pero son los que son y los que se presentan. Ajo,
agua y postrados a sus pies.

Todavía nos falta llegar a ese territorio que el Ojo repite una y otra
vez, ante los vituperios de algunos lectores, en su absoluto derecho
de llamar perro miserable a este modesto columnista. Se trata de la
unidad de la izquierda más allá del PSOE, en efecto. Ya pueden
insultar cuánto y cómo gusten, pero este Ojo seguirá escribiendo y
defendiendo a todos los acimuts que si la izquierda no entiende que
debe ir unida a las elecciones es porque esa alegre rondalla valora
con más cuidado salvaguardar su cómodo asiento que lograr un
importante resultado que redunde, finalmente, en satisfacer las
necesidades, que son muchas, de los ciudadanos. Ea, ahí queda dicho.

Adenda. Nada que decir del insustancial discurso del Rey. Se empeñan
los comentaristas cortesanos en que Felipe VI supo definir con rigor
los males que nos aquejan. No es verdad, lo que supo es evadirse de
los problemas, sortearlos sin mojarse y jugar, como siempre, al a mí
que no me pillen. Discurso para tirar a la basura.

* * *

Los peligros del neoliberalismo religioso en el Estado de austeridad
Por Vijay Prashad

El Informe mundial sobre salarios 2022-23 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) hace un seguimiento del terrible
hundimiento de los salarios reales de miles de millones de personas en
todo el planeta. La enorme distancia entre los ingresos y la riqueza
del 99% de la población mundial y los ingresos y la riqueza de […]

El Informe mundial sobre salarios 2022-23 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) hace un seguimiento del terrible
hundimiento de los salarios reales de miles de millones de personas en
todo el planeta. La enorme distancia entre los ingresos y la riqueza
del 99% de la población mundial y los ingresos y la riqueza de los
multimillonarios que constituyen el 1% más rico es espantosa. Durante
la pandemia, cuando la mayor parte del mundo experimentó una dramática
pérdida de sus medios de subsistencia, los diez hombres más ricos del
mundo duplicaron sus fortunas. Esta desigualdad extrema, ahora
totalmente normal en nuestro mundo, ha producido enormes y peligrosas
consecuencias sociales.

Si caminamos por cualquier ciudad del planeta, no solo en los países
más pobres, encontraremos grupos cada vez más grandes de viviendas
congestionadas por la indigencia. Reciben muchos nombres: bastis,
bidonville, daldongneh, favelas, gecekondu, kampung kumuh, villas,
barracas, poblaciones y Sodoma y Gomorra. Allí, miles de millones de
personas luchan por sobrevivir en condiciones innecesarias en nuestra
era de enorme riqueza social y tecnología innovadora. Pero los
multimillonarios se apoderan de esta riqueza social y prolongan su
huelga fiscal de medio siglo contra los gobiernos, que paraliza las
finanzas públicas e impone una austeridad permanente a la clase
trabajadora. La constrictiva presión de la austeridad define el mundo
de los bastis y las favelas, donde la gente lucha constantemente por
superar las obstinadas realidades del hambre y la pobreza, la casi
ausencia de agua potable y sistemas de alcantarillado, y la vergonzosa
falta de educación y atención médica. En los bidonvilles y las villas,
la gente se ve obligada a crear nuevas formas de supervivencia
cotidiana y nuevas formas de creer en un futuro para sí mismos en este
planeta.

Estas formas de supervivencia cotidiana pueden verse en las
organizaciones de subsistencia —casi siempre dirigidas por mujeres—
que existen en los entornos más duros, como en el barrio urbano
marginal más grande de África, Kibera (Nairobi, Kenia), o en entornos
apoyados por gobiernos con pocos recursos, como en la Comuna Altos de
Lídice (Caracas, Venezuela). El Estado de austeridad en el mundo
capitalista ha abandonado su deber elemental de dar auxilio, y las
organizaciones no gubernamentales y benéficas proporcionan vendajes
necesarios pero insuficientes a sociedades sometidas a inmensas
tensiones.

No muy lejos de las organizaciones humanitarias y de subsistencia se
encuentra un elemento fijo en el planeta de los suburbios: las bandas,
las agencias de empleo de la miseria. Estas bandas reúnen a los
elementos más desfavorecidos de la sociedad —en su mayoría hombres—
para gestionar una serie de actividades ilegales (drogas, tráfico
sexual, chantajes de protección, apuestas). Desde Ciudad
Nezahualcóyotl (Ciudad de México, México) hasta Khayelitsha (Ciudad
del Cabo, Sudáfrica) y Orangi Town (Karachi, Pakistán), la presencia
de matones empobrecidos, desde ladronzuelos o malandros hasta miembros
de bandas a gran escala, es omnipresente. En Río de Janeiro (Brasil),
los favelados de Antares llaman “bocas” a la entrada de su barrio, las
bocas donde se puede comprar droga y las bocas que se alimentan del
tráfico de drogas.

En este contexto de inmensa pobreza y fragmentación social, la gente
acude a distintos tipos de religiones populares en busca de alivio.
Por supuesto, hay razones prácticas para ello, ya que las iglesias,
mezquitas y templos proporcionan alimentos y educación, así como
lugares de reunión comunitaria y actividades para las infancias. Allí
donde el Estado aparece sobre todo en forma de policía, las y los
pobres urbanos prefieren refugiarse en organizaciones caritativas que
a menudo están relacionadas de una u otra forma con órdenes
religiosas. Pero estas instituciones no atraen a la gente solamente
con comidas calientes o canciones nocturnas; hay un encanto espiritual
que no debe minimizarse.

Nuestro equipo de investigación en Brasil ha estudiado el movimiento
pentecostal durante los últimos años, realizando investigaciones
etnográficas por todo el país para comprender el atractivo de esta
confesión en rápido crecimiento. El pentecostalismo, una forma de
cristianismo evangélico, surgió como motivo de preocupación porque ha
empezado a moldear con ideas tradicionalistas la conciencia de la
población urbana pobre y de la clase trabajadora de muchos países,
siendo clave en los esfuerzos por transformar a estas poblaciones en
la base de masas de la nueva derecha. El dossier no. 59,
Fundamentalismo e imperialismo en América Latina: acción y resistencia
(diciembre de 2022), escrito por Delana Cristina Corazza y Angélica
Tostes, sintetiza las investigaciones del grupo de trabajo sobre
evangelismo, política y organización popular del Instituto
Tricontinental de Investigación Social (Brasil). El texto traza el
ascenso del movimiento pentecostal en el contexto del giro de América
Latina hacia el neoliberalismo y ofrece un análisis detallado de por
qué han surgido estas nuevas tradiciones religiosas y por qué encajan
tan elegantemente con sectores de la nueva derecha (incluyendo, en el
contexto brasileño, con las aventuras políticas Jair Bolsonaro y los
bolsonaristas).

En el siglo XIX, un joven Karl Marx captó la esencia del deseo
religioso entre los oprimidos: “El sufrimiento religioso es, al mismo
tiempo, la expresión del sufrimiento real y una protesta contra el
sufrimiento real”, escribió. “La religión es el suspiro de la criatura
oprimida, el corazón de un mundo sin corazón y el alma de condiciones
desalmadas. Es el opio del pueblo”. Es erróneo suponer que recurrir a
formas de religión se debe únicamente a la necesidad desesperada de
bienes que el Estado de austeridad no ha estado dispuesto a
proporcionar. Aquí hay mucho más en juego, mucho más incluso que el
pentecostalismo, que se ha ganado nuestra atención, pero que no está
solo en su labor en los suburbios pobres urbanos. Tendencias similares
a las del pentecostalismo son visibles en sociedades dominadas por
otras tradiciones religiosas. Por ejemplo, los da’wa (‘predicadores’)
del mundo árabe, como el televangelista egipcio Amr Khaled,
proporcionan un calmante similar, mientras que en India, la Fundación
Arte de Vivir y una serie de sadhus (‘hombres santos’) de poca monta
junto con el movimiento Tablighi Jamaat (‘Sociedad para la Difusión de
la Fe’) proporcionan su propio consuelo.

Lo que une a estas fuerzas sociales es que no se centran en la
escatología, la preocupación por la muerte y el juicio que rige las
tradiciones religiosas más antiguas. Estas nuevas formas religiosas se
centran en la vida y en vivir (“Yo soy la resurrección y la vida”, de
Juan 11:25, es una de las favoritas de los pentecostales). Vivir es
vivir en este mundo, buscar fortuna y fama, adoptar todas las
ambiciones de una sociedad neoliberal en la religión, rezar no para
salvar el alma sino para obtener un alto índice de rentabilidad. Esta
actitud se denomina Evangelio de la Vida o Evangelio de la
Prosperidad, cuya esencia se recoge en las preguntas de Amr Khaled:
«¿Cómo podemos convertir las veinticuatro horas en beneficio y
energía? ¿Cómo podemos invertir las veinticuatro horas de la mejor
manera posible?”. La respuesta es el trabajo productivo y la oración,
una combinación que la geógrafa Mona Atia llama “neoliberalismo
religioso” o “neoliberalismo piadoso”.

En medio de la pobreza desesperante en el Estado de austeridad, estas
nuevas tradiciones religiosas ofrecen una forma de esperanza, un
evangelio de la prosperidad que sugiere que Dios quiere a quienes
luchan por obtener riqueza en este mundo y que mide la salvación no en
términos de gracia divina en la otra vida, sino en el saldo actual de
la cuenta bancaria de cada uno. A través de la cooptación afectiva de
la esperanza, estas instituciones religiosas, en general, promueven
ideales sociales que son profundamente conservadores y odiosos hacia
el progreso (en particular hacia los derechos LGBTQ+ y de las
mujeres).

Nuestro dossier —una primera aproximación al surgimiento de este
abanico de instituciones religiosas en el mundo de los pobres urbanos—
se aferra a esta apropiación de la esperanza de miles de millones de
personas:

Los retos de la construcción de sueños y de un futuro provocan en
nosotros la necesidad de crear una esperanza que pueda realmente
experimentarse en el día a día. También es nuestra tarea rescatar
nuestra historia y hacer que la lucha por los derechos sociales se
traduzca en organización popular a partir de espacios de formación y
comprensión de la realidad, sin dejar de entender los nuevos lenguajes
y posibilitar vivencias de solidaridad colectiva, de ocio y
celebración. En estos esfuerzos, es importante que no descuidemos ni
descartemos formas nuevas o diferentes de interpretar el mundo, como
por ejemplo, a través de la religión, sino que promovamos un diálogo
abierto y respetuoso entre ellas para construir unidad en torno a
valores progresistas compartidos.

Esta es una invitación a una conversación y a la praxis en torno a la
esperanza de la clase trabajadora que tiene sus raíces en las luchas
por superar el Estado de austeridad en lugar de rendirse a él como
hace el “neoliberalismo piadoso”.

En febrero de 2013, Jabhat al-Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria,
fue a la ciudad de Maarat al-Nu’man y decapitó una estatua de setenta
años del poeta del siglo XI Abu al-Alaa al-Ma’arri. El viejo poeta les
enfureció porque a menudo se le considera ateo, aunque en realidad era
sobre todo anticlerical. En su libro Luzum ma la yalzam, al-Ma’arri
escribió sobre las “ruinas desmoronadas de los credos” en las que un
explorador cabalgaba y cantaba: “El pasto aquí está lleno de malas
hierbas. Entre nosotros se proclama en voz alta la falsedad, pero se
susurra la verdad (…) Se niega un sudario al Derecho y a la Razón”. No
es de extrañar que los jóvenes terroristas —inspirados en su propio
evangelio de la certeza— decapitaran la estatua realizada por el
escultor sirio Fathi Mohammed. No podían soportar la idea de una
humanidad resplandeciente.
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Miquel Angel Soria

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Dec 29, 2022, 1:31:13 AM12/29/22
to icv-euia_e...@googlegroups.com
El 29 de decembre de l'any 1896 naixia David Alfaro Siqueiros, un dels
tres grans muralistes mexicans junt a Diego Rivera i José Clemente
Orozco.
Amb setze anys es va afiliar a l'exèrcit constitucionalista per
lluitar per la Revolució mexicana el que el va portar a descobrir "les
masses treballadores, els obrers, camperols, artesans i els
indígenes... (i sobre tot), les enormes tradicions culturals del
nostre país, particularment en el que fa referència a les
extraordinàries civilitzacions precolombines." Acabaria afiliat al
Partit Comunista de Mèxic.


Resignados a una larga guerra
Rafael Poch


El 5 de diciembre Ucrania atacó dos bases de la aviación estratégica
nuclear rusa, en Riazán y Sarátov, a centenares de kilómetros de su
frontera. Inmediatamente después, el secretario de Estado de Estados
Unidos, Antony Blinken, dijo que Washington “ni anima ni contribuye a
que los ucranianos ataquen territorio ruso”, pero fuentes militares
americanas y rusas apuntan que esos ataques, con viejos artefactos
soviéticos TU-141 de los años setenta reconvertidos en misiles de
crucero, han sido posibles gracias a modernos sistemas de comunicación
y navegación satelitales de Estados Unidos. El 16 de diciembre, la
agencia Tass mencionaba a una empresa de Arizona como fabricante de
los sistemas utilizados en diversos ataques a territorio ruso e
incluso citaba el nombre del aeropuerto polaco (Rzeszow), en el que se
habrían hecho las pruebas y montajes de los aparatos.

La implicación directa e intensa de recursos militares de la OTAN en
Ucrania, no solo armas y dinero, sino también fuerzas especiales y
todo tipo de recursos electrónicos y de posicionamiento de última
generación, no solo desde el inicio de la invasión sino desde
inmediatamente después del cambio de régimen en Kiev del invierno de
2014, es algo conocido y admitido:

“Lo que hicimos a partir de 2014 fue crear las condiciones”, explicó,
entre otros, el jefe de operaciones especiales, Richard Clarke, en
agosto en una entrevista con David Ignatius en The Washington Post.
“Cuando los rusos invadieron en febrero llevábamos siete años
trabajando con las fuerzas especiales ucranianas, con nuestra
asistencia crecieron en número y sobre todo crearon capacidad tanto en
combates de asalto como en operaciones de información”.

Atacar las bases rusas es perfectamente legítimo para Ucrania, tanto
más cuando los bombarderos estratégicos rusos TU-95 han lanzado
misiles contra objetivos ucranianos tras despegar de esas bases, pero
desde el punto de vista de la dialéctica de las superpotencias
nucleares, es una jugada de alto riesgo. Produce escalofríos imaginar
que China o Rusia hicieran posible con su tecnología militar ataques
de México a una base nuclear de Estados Unidos en California o
Minnesota. Y eso es el equivalente a lo que está ocurriendo.

Los dirigentes rusos saben a lo que se exponen si atacaran satélites
de Estados Unidos

Un funcionario del Ministerio de Exteriores ruso dijo que la
utilización de satélites de Estados Unidos convierte a su vez esos
recursos en legítimo objetivo militar ruso, y un conocido analista
militar chino del portal guancha.cn ha recomendado a los rusos que no
se metan en tal “peligro mortal”. Putin convocó al Consejo de
Seguridad nacional tras los ataques del 5 de diciembre, pero,
afortunadamente, los dirigentes rusos saben a lo que se exponen si
atacaran satélites de Estados Unidos y parecen coincidir más con el
analista chino que con su elocuente diplomático.

Ese es el tipo de insensata ruleta al que se está jugando en Ucrania.
Ilustra perfectamente la múltiple y contradictoria naturaleza de esta
guerra. Múltiple porque la criminal invasión rusa de Ucrania, que
tantos sufrimientos está causando a la población civil, no habría sido
posible sin los elementos de guerra civil que el cambio de régimen de
2014 desencadenó en el interior de Ucrania, mediante la imposición de
la narrativa nacionalista antirrusa y atlantista a los grandes
sectores de la población que no estaban de acuerdo con ella,
especialmente, pero no solo, en Crimea y en el Donbás. Lo uno no
habría sido posible sin lo otro.

Contradictoria, porque con esa importante reserva, uno puede defender
el legítimo derecho de los ucranianos a su soberanía e integridad
territorial y oponerse al mismo tiempo a la guerra por procuración que
Estados Unidos y la OTAN están llevando a cabo en Ucrania contra
Rusia, con China en mente. A estas alturas resulta imposible hacer
pasar por abstracta especulación este planteamiento, abiertamente
suscrito sin el menor tapujo por sus protagonistas. El último de ellos
en explicarlo ha sido el comandante del Stratcom, Charles Richard, uno
de los máximos jefes militares de Estados Unidos:

Ucrania es un campo de pruebas en el que se están midiendo las capacidades rusas

“Esta crisis de Ucrania en la que ahora estamos es solo un
calentamiento. La gran crisis (‘the big one’) está por venir y no
tardaremos mucho en ser puestos a prueba de formas que no hemos
conocido en mucho tiempo”, explicó Richard en una conferencia a
principios de noviembre. Ucrania es un campo de pruebas en el que se
están midiendo las capacidades rusas y “probando y observando nuevos
avances en tecnología y adiestramiento que están cambiando la forma de
combatir”, explica el New York Times.

Este es el aspecto esencial que impide a la izquierda abrazar la causa
ucraniana al lado de quienes acaban de incendiar el Oriente Medio
desde Libia a Afganistán, pasando por Siria, Yemen e Irak con el
resultado de más de tres millones de muertos y cuarenta millones de
desplazados y refugiados, y que ahora calientan motores para la
tercera guerra mundial. Y este es, precisamente, el panorama que
determina la posición mayoritaria del Sur global en este conflicto,
mientras en Europa una pseudoizquierda de derechas (la divisoria entre
izquierda y derecha es el apoyo al neoliberalismo y al belicismo)
baila al son de los tambores de guerra y del militarismo envuelta en
la bandera ucraniana.

La mayoría de los países del mundo han condenado en la ONU la agresión
rusa a Ucrania y al mismo tiempo se han desmarcado de las sanciones
contra Rusia diseñadas para “arruinar” a ese país (según la ministra
de exteriores alemana, Annalena Baerbock) y “desmantelar paso a paso
la capacidad industrial de Rusia” (en palabras de Ursula von der
Leyen), por citar solo a dos políticas europeas, fallidas
protagonistas de unas sanciones tan ruinosas para la UE como
beneficiosas para Estados Unidos, económica y geopolíticamente. Aún
menos consenso obtiene en el mundo la línea occidental de armar sin
límite a Ucrania y la mala fe negociadora demostrada en los acuerdos
de Minsk de 2015, cuyo objetivo era “ganar tiempo” (Angela Merkel en
declaraciones a Die Zeit) con el fin de “crear unas fuerzas armadas
poderosas” (Petro Poroshenko, expresidente de Ucrania), y en el
manifiesto desinterés por una solución de paz negociada demostrado en
los últimos meses. ¿Qué pasa mientras tanto en Moscú?

Sesión de noche en el primer canal de la tele rusa. Aquellos rostros
irritados de estrellas fachas de la televisión, aquellos semblantes
cabizbajos de patrióticos expertos y analistas de los meses de
septiembre y octubre con motivo de la exitosa contraofensiva
ucraniana, han dado lugar a otra cosa. Ahora los mismos personajes
desprenden una chulesca confianza. Anuncian un próximo giro de la
situación en el frente. La economía rusa funciona, se adapta, las
relaciones exteriores se transforman y estrechan. El comercio ruso con
China no solo no se encoge, sino que aumenta dinámicamente, confirma
The Wall Street Journal. Las sanciones son impotentes. En Europa
crecen las tensiones y las dificultades. Privada de energía eléctrica,
Ucrania se vacía y envía allá a sus centenares de miles de refugiados
que se harán cada vez más engorrosos. La sociedad rusa se conforma con
las versiones oficiales, como hacía la sociedad americana con la
guerra de Irak, tragándose los argumentos justificatorios con la misma
tranquilidad. Los Patriot que los americanos van a entregar a Ucrania
son modelos antiguos, no demasiado eficaces y carísimos, se dice.
¿Cuánto tiempo podrán aguantar americanos y europeos tan ruinosa
subvención de guerra? En Estados Unidos, el establishment está
dividido, con el Departamento de Estado dispuesto a continuar la
guerra hasta el último ucraniano y el Pentágono, mucho más cauto, como
si se tomara en serio lo de la “ofensiva de invierno” rusa. Hasta el
jefe del Estado Mayor del ejército, el general Mark Milley, advertía
en noviembre que no hay victoria a la vista en esta guerra… Por lo
demás, el parte diario de ataques ucranianos indiscriminados contra
ciudades del Donbás (escuelas, hospitales), condecoración de heroicos
defensores de la patria, y un Putin relajado y en plena forma copando
largos segmentos del telediario. ¿Occidente se cansará?

En Afganistán tardaron veinte años en cansarse de aquella guerra
absurda en la que se gastaron 2,3 billones de dólares, y cuando lo
hicieron fue para concentrarse mejor en la actual jugada contra Rusia
y China, por lo que el asunto tampoco pinta bien para Moscú. Incluso
si los militares, apoyados por Washington, acaban desplazando a
Zelensky en Kiev con miras a una negociación, será muy difícil que
Ucrania acepte lo que los rusos definen como “las realidades sobre el
terreno”: cederles los 100.000 kilómetros cuadrados que ocupan, de los
600.000 que tiene Ucrania. Y todo lo que no sea eso –y puede ser mucho
menos– sería una derrota para Rusia, cuyo régimen se juega su
existencia en esta guerra. Respecto a Occidente, cualquier paz con
aspecto de victoria rusa confirmaría su declive ante la mayoría del
mundo. Así que todo apunta hacia una larga guerra.

Con ese pronóstico, la pregunta es quién podría remediarlo, ¿quién
podría mediar?

El mejor terreno para afianzar su mandato Lula lo tiene en la política exterior

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, tomará posesión de
su cargo el 1 de enero. Su reconocimiento del Estado palestino en las
fronteras de 1967, secundado por media docena de países
latinoamericanos, su exitosa mediación con Irán, que hizo posible el
acuerdo nuclear del que Estados Unidos se desdijo, y, sobre todo, su
liderazgo en la integración continental suramericana y consolidación
de los países emergentes con objetivos comunes de integración
política, reforma de las “instituciones internacionales” de Occidente
y desdolarización, enfureció al imperio y explica, según su propia
versión, el golpe seguido de encarcelamiento que Lula sufrió en Brasil
en 2018. Ahora sus circunstancias son muy diferentes a las que le
llevaron al poder en 2003: ha ganado las elecciones por los pelos, no
hay una buena coyuntura expansiva para el reparto de renta sino al
contrario, y, además, tiene enfrente a una poderosa extrema derecha
bolsonarista con enorme respaldo social. Como ha apuntado Steve
Ellner, el mejor terreno para afianzar su mandato Lula lo tiene en la
política exterior: volver a afirmar un liderazgo brasileño al frente
de un gran movimiento internacional de países no alineados.

El conflicto de Ucrania, la demostrada incapacidad de las potencias
por resolverlo y su común apuesta por una larga y desastrosa guerra
que no parece poder tener vencedores, ofrece a Lula un reto para
demostrar su credibilidad a la hora de alcanzar un acuerdo con el
respaldo de la verdadera “comunidad internacional” que desde la ONU ha
marcado la línea: condena de la invasión rusa y, al mismo tiempo,
oposición a una guerra del hegemonismo occidental que debilite el
papel ruso en el equilibrio mundial. Ese debilitamiento tendría
consecuencias desastrosas no solo para la potencia nuclear rusa, con
los peligros que ello conlleva, sino para todo el sur global en su
pulso con el hegemonismo belicista occidental.

Estas son consideraciones que no cuentan en Europa y Estados Unidos,
pero que son básicas en América Latina, Asia, África y Oriente Medio.
Con una mediación hábil en Ucrania, Lula podría ser el abanderado de
los intereses de la mayoría de la población mundial.

* * *

Hans Magnus Enzensberger, despedida y un puñado de anécdotas
Por Demian Paredes (Página 12)

Irreverente y rebelde, Hans Magnus Enzensberger falleció el pasado 24
de noviembre, a los noventa y tres años. Polígrafo, autor de poesías,
novelas, ensayos, libros para niños, obras teatrales y guiones, nació
en 1929 en Kaufbeuren, estudió Literatura y Filosofía en Friburgo y en
Hamburgo, y en Francia en la Sorbona. Fue redactor, editor y profesor.
Sus primeras publicaciones fueron los poemarios Defensa de los lobos
(1957) y Hablar alemán (1960), y entre 1965 y 1967 perteneció al Grupo
47, reunión de escritores y artistas que incluso planificó una revista
que –pese a la abundante correspondencia, actas y borradores– nunca
vio la luz. Como traductor, se ocupó de César Vallejo y Rafael
Alberti; además del castellano, tradujo del francés y el inglés. Y,
recibiendo importantes premios y reconocimientos nacionales e
internacionales –además de traducciones de sus obras a múltiples
idiomas–, residió en Noruega (donde editó la revista Kursbuch),
Italia, Estados Unidos, México y Cuba. Como se puede apreciar con este
acotado recuento, Enzensberger fue un espíritu tan lúcido como lúdico,
inquieto y siempre despierto, atento a las señales y fenómenos de los
tiempos que le tocaron vivir, siempre con independencia de criterio,
con espíritu abierto, crítico y polémico.

Como ocurre con cualquier auténtico escritor, Enzensberger dejó gran
parte de su vida impresa en sus propios libros. Por ejemplo, en el
volumen más reciente Un puñado de anécdotas (2022), donde revisita los
años de infancia, con el recuerdo del crack de octubre de 1929 en Wall
Street, ocurrido poco antes de su nacimiento, junto a una variedad de
episodios, con abundantes fotos públicas y familiares, reproducciones
facsimilares de periódicos y documentos, y objetos de época,
acompañando e ilustrando los textos.

El autor que recuerda se autonombra o indica sencillamente, en tercera
persona, con su inicial, “M.”, y da cuenta, a lo largo de situaciones
y eventos de sus primeros lustros de vida, del Tercer Reich, pasando
por la posguerra, hasta lo que serán “los ‘68” en Europa y América,
con un hilo conductor: un interés, una necesidad acuciante, rayando el
fanatismo, por la lectura y los libros.

En una Alemania crecientemente racista, militarizada y regimentada, el
niño M. disfruta las experiencias de las mudanzas de casas, debido a
los trabajos profesionales de su padre. “Una aventura” en la que lo
que ve y oye acrecienta los misterios e incógnitas del lenguaje: “le
gustaba la furgoneta de mudanza verde oliva y observaba cómo los mozos
subían armarios, cajas y cómodas por la escalera. No le importaba que
algunas cosas se rompieran y que algunos trastos acabaran en la
basura. Tenía que aprender nuevas palabras. ¿Qué era una oficina de
giros postales? ¿Qué se suponía que era eso de un giro postal? ¿Qué
escondía ese nombre? ¿La vivienda para funcionarios era solo un
eufemismo? Pero ¿de qué?”. De su polifacético padre dice conservar
Llega el nuevo fotógrafo, un libro de herencia, y aún más sobre él:
“Cuando ya no quedaban libros ingleses en Alemania, el padre de M.
tradujo más de una docena de novelas, cuentos y ensayos. La lista de
autores es impresionante, desde Somerset Maugham hasta George Orwell.
Consiguió los textos originales en anticuarios; eran ediciones de
folleto de Tauchnitz Editions. Mecanografió los textos con una máquina
de escribir portátil y los encuadernó, todo para un solo lector: su
esposa. Nunca pensó en ganar dinero con eso o con sus otros
pasatiempos. El mercado se lo dejaba a los comerciantes, verduleros y
bancos”. En “Guerras de niños” se recuerdan los distintos barrios y
las bandas y pandillas que allí se vivían y actuaban, en una urbe
desolada, en crisis por la guerra, y así cierra el texto: “A veces, M.
se sentía como un turista en las incursiones en su propia ciudad, como
si no perteneciera a ninguna parte”.

Más experiencias y ocurrencias: un tío profesor de química que
menciona elementos en una conversación en voz baja (más allá de los
conocimientos que se imparten tradicionalmente en clases), y el joven
M. relacionándolo con la novela recién leída de Hans Dominik Peso
atómico 500, de la novedosa ciencia ficción, a la sazón género
prohibido en el Tercer Reich. Y junto a eso, las llamadas “chicas
relámpago”, un cuerpo auxiliar femenino de telecomunicaciones –con un
uniforme y logo con dos rayos eléctricos– vigilante del espacio aéreo.

Y siguen los libros en las anécdotas: desde una biblioteca pública
absolutamente vacía, salvo por el responsable a cargo, sitio ideal
para ocultarse de los obligatorios ritos y ceremonias públicas
–Enzensberger dice que, como Günter Grass, tuvo que vestir varias
veces uniformes de las Juventudes Hitlerianas–, hasta encuentros y
cruces fortuitos. Acontecimientos como el de un tren que explota tras
un ataque aéreo, y las mercancías que se desparraman, y la gente
acudiendo a “buscar restos utilizables de la carga destrozada”. De
cualquier explosión podía surgir alguna sorpresa para alguien curioso
y con hambre de lecturas: “De los escombros, M. recuperó intactas las
ediciones del correo militar de las obras de Theodor Storm y Will
Vesper. También encontró una selección de Hölderlin, en una edición
enorme, que Goebbels había enviado a los soldados del frente para
sugerirles ‘morir por la patria’”.

Enzensberger se refiere al sistema escolar y a varios de sus
personeros bajo el nazismo, pero también aprovecha su puñado de
anécdotas para plantear una crítica de carácter más abarcativo y
general: “El éxito a la hora de enseñar de tales educadores dejaba
mucho que desear. Pero lo que se conoce como ‘formación’ nunca ha sido
el objetivo principal de la escuela, lo que queda demostrado por el
hecho de que el personal docente necesita tres o cuatro años para
enseñar a los niños a leer y escribir, a sumar y multiplicar, unas
habilidades que cualquier niño normal puede adquirir en seis semanas
con facilidad”. Y dice, a modo de conclusión: “La larga estancia
obligatoria en la escuela sirve más bien para ensayar las reglas
básicas de la política, probar las relaciones de poder, las intrigas,
las alianzas cambiantes, los ardides de guerra y los acuerdos”.

En “Línea Sigfrido”, Enzensberger recuerda que, para 1944, sólo
Goebbels hablaba de “la victoria", y M. es parte de un grupo de
jóvenes reclutados, unos “desanimados estudiantes”, para ir al
Palatinado a cavar zanjas -inútilmente- durante 12 días. Fin de la
historia: “Como premio, los participantes en ese largo e inútil viaje
oficial recibieron una medalla de chapa de la Orden de la Carne
Congelada al regresar a casa: era el nombre irónico de la medalla que
recibían los soldados del Frente Oriental. M. la tiró por la letrina
ese mismo día”.

Títulos como “Búsqueda errante de declaraciones que valga la pena
escuchar” y “Un estudiante de Medicina en prácticas falso” ya indican
el tenor de las aventuras del protagonista, quien además se anotó en
un seminario de Heidegger para terminar “repugnado” por “la
incapacidad del filósofo para dialogar”: “nadie tuvo la oportunidad de
hablar”. Y en “Viajes austeros”, narra las experiencias de hacer
autostop: “Según dicen, M. llegó de esta manera a Sevilla, a Kalmar e
incluso a Estambul”.

En otro libro de corte autobiográfico, Tumulto (2014), Enzensberger
reflexiona en torno a otra etapa vivida, recuperando cuadernos y notas
de juventud, ya avanzados los años de la segunda posguerra. Unos
“Garabatos de diario sobre un viaje por la Unión Soviética y sus
consecuencias”, de 1966, reflexionan durante un viaje a la URSS sobre
una de sus instituciones: la Unión de Escritores Soviéticos. Dice: “En
Occidente uno no se hace una idea de la importancia política, del
poder y de la riqueza de dicha institución. Estar afiliado a ella es
una cuestión existencial para cualquier escritor soviético. Quedar
excluido equivale a la muerte social”. El joven Enzensberger veía con
sus propios ojos y mediante la información que le llegaba el bluf, una
década luego, de lo que fuera aquel histórico XX Congreso del PCUS,
para una supuesta desestalinización. Consigna: “En 1964 Joseph Brodsky
fue detenido en Leningrado y condenado a cinco años de trabajos
forzados por ‘parasitismo’. Sólo hace poco fue puesto en libertad
después de que su caso provocara un escándalo internacional. Y no fue
el único. André Amalrik sufrió una suerte similar. También el escritor
Andréi Siniavski acabó mal por haber hecho publicar sus críticos
ensayos en el extranjero bajo el seudónimo de Abram Tertz. Un tribunal
de Moscú lo condenó, en el simulacro de proceso al más puro estilo
estalinista, a siete años de prisión agravada en un campo de
reclusión. Recuerda la campaña contra los ‘cosmopolitas sin raíces’
desencadenada por el jerarca del Kremlin a principios de los años
cincuenta”.

En “Recuerdos de un tumulto (1967-1970)”, Enzensberger indica que en
el Berlín del ‘68, él estaba en Berkeley: “Allí también había mucha
movida”, anota. Y en en su estadía en Cuba, además de las
conversaciones con Haydeé Santamaría, y de un encuentro con Fidel
Castro, junto a la mención de Lezama Lima y su “obra capital”,
Paradiso, la existencia de “tiendas especiales” para los miembros del
gobierno y los visitantes “expertos extranjeros”, con excelentes
productos que no estaban al alcance del cubano común y corriente: “Yo,
con mi alma sencilla de izquierdista, sospechaba de tales privilegios
y vacilaba en hacer uso de ellos”.

A veces como descolocado, y/o desentendido, el escritor llega a
mencionar que, por entonces, ¡prefirió con un colega discutir sobre
“el futuro de la poesía experimental” que sobre la Primavera de Praga!

Otro recuerdo: “en Moscú también me reencontré con Neruda. Cuando iba
a Rusia, sólo podía haber para él la mejor habitación con la mejor
esquina de la mejor planta del hotel Nacional, con el Kremlin al
alcance de la mano. Enseguida me invitó a desayunar. La camarera, con
cofia y delantal blanco, acercaba en su mesita rodante lo que él
ordenara: blinis, caviar y champán. Apartaba las cuestiones
ideológicas con un mero gesto de la mano. ‘¿Qué estás haciendo?’, me
preguntó. ‘¿Cuándo vienes a Chile? ¿Qué quieres beber? ¿Té? ¿Vodka?
Ten, te regalo mi último libro, una edición de lujo, sólo hay cien
ejemplares.’ Y me puso una dedicatoria con su garra desbordante.
Consideraba natural que todo aquello le correspondiera por su
condición de poeta. Actuaba como si fuera lord Byron, si bien este
célebre antecesor suyo seguramente pagaba sus facturas de su propio
bolsillo. Esa actitud fachendosa se había convertido en su segunda
naturaleza”. Hacia el final de Tumulto, en “Después (año 1970 y
siguientes)”, aventura, cerrado el proceso de radicalización y ruptura
de “los ‘68”, una relación entre teoría y filosofía, y por comparación
apuesta por la literatura, desobligada de toda definición o concepto
cerrado-definitivo, con sus formulaciones abiertas e indeterminadas en
múltiples áreas y aspectos, lo que permite al autor múltiples
libertades para desarrollar su oficio, alejado de todo precepto u
obligación política.

ALMACÉN DE IDEAS

Otro volumen de Enzensberger, Mis traspiés favoritos. Seguidos de un
almacén de ideas (2011), lista y glosa proyectos descartados, más o
menos avanzados, que por una u otra razón no terminaron de
concretarse: una obra teatral sobre Lenin y Parvus -discutiendo
fuertemente en una visita que le hace este último- durante la primera
guerra mundial; revistas, como Gulliver (“Algunos de los instigadores
de este proyecto éramos los sospechosos de siempre: Uwe Johnson,
Ingeborg Bachmann, Martin Walser, Günter Grass y yo”), y otra que se
llamaría Story: “Una publicación mensual que ofreciera exclusivamente
short stories y reportajes de buen nivel literario. Debería hacer la
vista muy gorda a la usual diferenciación entre literatura seria y no
tan seria. La short story de un premio Nobel debería poder aparecer
junto a un policial atrapante; un reportaje sobre un centro de
investigación neurológica, junto a un artículo sobre los entretelones
de una película de Bollywood. Todo estaría permitido: desde la ciencia
ficción hasta la forma clásica de novela breve o una narración
olvidada de la literatura universal”. “Lo que sí quedaría totalmente
descartado”, agrega a modo de chiste o remate, “sería la teoría
literaria, al igual que el tono académico”.

En la obra enorme de Enzensberger se destacan en la narrativa
volúmenes como El corto verano de la anarquía. Vida y muerte de
Durruti, y Hammerstein o el tesón, novela dedicada a uno de los
prominentes jerarcas del ejército alemán que se opuso a los planes de
Hitler. En ensayos, Política y delito, El laberinto de la inteligencia
y El perdedor radical, son algunos títulos destacables, al igual que
Conversaciones con Marx y Engels, delicioso libro donde el autor
recopila y edita las cartas entre estos, repletos de epítetos de los
más variados (y hasta alternadamente opuestos) hacia amigos y
enemigos, y cartas, recuerdos e informes de terceras personas sobre
esta famosa dupla y su entorno.

Ya la década de 1960 conoció los trabajos de Enzensberger en
castellano, no sólo por traducciones de editoriales españolas (Seix
Barral, y poco después Anagrama, quien ha terminado publicado un buen
grueso de su obra), sino de la Argentina: por caso, la revista Sur
publicó en 1963 su ensayo “Aporías de la vanguardia”, y poco después
Sudamericana el volumen Poesía alemana de hoy (1945-1966), con
traducción de Rodolfo Alonso y Klaus Dieter Vervuert, con siete piezas
de dos poemarios. Y hay que destacar los discursos de Günter Grass,
recordando a su colega junto a otros por su poesía de posguerra,
novedosa, conteniendo un “nuevo tono, agudo, exacto y juguetón”, y la
opinión del crítico norteamericano Harold Bloom en El canon
occidental, valorizando y rescatando para el futuro el libro de
Enzensberger Poesías para los que no leen poesías. Su otro gran título
en este registro, El hundimiento del Titanic (1978), traducido al
castellano por Heberto Padilla, alterna la catástrofe histórica con su
propia experiencia, medio siglo después, en la Cuba revolucionaria, y
la pérdida de un poema del mismo nombre, enviado por correo,
concluyendo así una suerte de metapoema que recupera aquello y lo
remoza, en un cruce entre historia y humor, experiencia personal y
documentos periodísticos, con metáforas en abarcativos y sorprendentes
alcances. Porque si hay algo fundamental en la obra de Enzensberger es
su calidad de poeta.

>Fragmentos de Un puñado de anécdotas

UNA PRIMERA DECEPCIÓN

Cuando M. todavía era lo suficientemente pequeño como para pasar entre
las piernas de un adulto, vio a un hombre que consiguió reunir a media
ciudad para que lo saludara.

La vida cotidiana quedó suspendida, cerraron la avenida de
circunvalación y se interrumpió el servicio de todos los tranvías.
Gente con brazaletes y cintos de cuero formaban una barrera para
contener al público. Una promesa flotaba en el aire. M. no tenía la
edad suficiente para entender lo que la gente esperaba, pero se dejó
llevar por la vorágine de la multitud.

Se deslizó entre las relucientes botas de caña alta de los gigantes y
vio un coche con la capota descubierta que se acercaba por la calle
ancha y vacía, precedido por un convoy de motocicletas. Una nube de
júbilo se alzó, el público estiró el cuello, levantó los brazos y
gritó.

En el coche había un hombre insignificante con bigotes y la vista fija
hacia delante. Llevaba el pelo pegado a la frente. Levantó el brazo
derecho y lo dejó caer bruscamente de nuevo.

Entonces, la comitiva terminó de pasar, la barrera se disolvió y la
multitud se dirigió animadamente a los puestos de salchichas y las
mesas de las terrazas para recuperar el ánimo. ¿Eso era todo? M. no
sabía lo que era un nazi. Esa abreviatura no figuraba en su
vocabulario. No podría haber dicho lo que esperaba. Pero tenía que ser
por fuerza algo inaudito. Después de todo, el Führer había pasado por
delante de él. Le hubiera gustado estar tan entusiasmado como algunos
de los presentes, pero solo había notado una sensación de aburrimiento
en el estómago. Era como si le hubieran regalado un paquete prometedor
en Nochebuena que resultara estar lleno de serrín.

M. tiene más que agradecer a sus decepciones que a sus fantasías.



SOBRE EL VICIO DE LA LECTURA

Tuvo suerte con sus padres. Casi siempre le dejaban hacer lo que
quería, al contrario del mundo exterior, que siempre tenía reglas, ya
fuera en la escuela, en los desfiles o en los gimnasios. Maestros,
funcionarios, compañeros de clase, conserjes, sacerdotes, policías,
todos querían algo de él que no le gustaba. Solo en casa estaba
tranquilo.

Nunca quiso matar a su padre ni acostarse con su madre. Ciertamente le
encantaban Sófocles y sus tragedias y le gustaba leer los extraños y
divertidos relatos de Sigmund Freud, pero le resultaban exóticos, como
si se trataran de imágenes de colonias lejanas. Incluso trabajos
científicos que caerían después en sus manos, como Autoridad y familia
o Eros y civilización, no pudieron cambiar eso.



En casa de sus padres, no había libros prohibidos. Esa es una de las
razones por las que sucumbió al vicio de la lectura a la edad de cinco
años. En aquella época, no le gustaban los supuestos libros
infantiles, que apenas merecían ser llamados así porque se leían en un
abrir y cerrar de ojos; sospechaba que detrás de tal escasez de placer
se encontraba el ánimo de fraude de los editores codiciosos. Prefería
obras más voluminosas. Uno de esos “libros de verdad”, gruesos e
interminables, la colección de cuentos de hadas de los Grimm, estaba
encuadernado en lino verde, impreso en tipografía Fraktur y decorado
con centenares de xilografías de Ludwig Richter, en cuya frondosa
vegetación el ojo podía pasearse durante horas. En la biblioteca de su
padre, sin embargo, realizó otros descubrimientos emocionantes.
Estudió detenidamente La mujer de los pueblos primitivos y La belleza
del cuerpo femenino con una linterna bajo la colcha.
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Miquel Angel Soria

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Dec 30, 2022, 1:30:11 AM12/30/22
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Després d'haver estat informada l'Assemblea de Catalunya, sorgeix, el
30 de decembre de l'any 1975, el Consell de Forces Polítiques de
Catalunya, format per ERC, Front Nacional de C., PSUC, UDC, el Partit
Popular de C., el Partit Carlí de C., CDC, Convergència Socialista de
C., Esquerra Democràtica de C., PSAN i el Reagrupament Socialista i
Democràtic de C.
Es presentava com un organisme polític-unitari català per avançar cap
al trencament democràtic. Es declarava obert a altres grups polítics
de disciplina catalana que acceptessin les bases programàtiques,
estratègiques i les seves funcions, que eren:
a) l'orientació, amb vocació de direcció, de la política general en
funció del trencament democràtic;
b) la negociació unitària a,b la resta de l'Estat espanyol; i
c) la iniciació d'un procés de mobilització i negociació que culmini
amb la constitució d'un futur Govern Provisional de la Generalitat de
Catalunya. A tal fi farà totes les consultes necessàries i
sol·licitarà les ajudes i adhesions que cregui precises.
Després de les eleccions generals de 1977, es disolgué.

Una feliç entrada d'any a tothom! Urte berri on!


La comida terrible y las raciones muy pequeñas, según la derecha
Isaac Rosa

El chiste lo cuenta Woody Allen en la apertura de Annie Hall: “Dos
señoras de edad están en un hotel de alta montaña, y dice una: vaya,
aquí la comida es realmente terrible. Y contesta la otra: sí, y además
las raciones son tan pequeñas…”. La queja por la queja: esta comida no
hay quien se la coma, pero ya podían poner más. Me acordé este martes
del chiste, cuando escuché a la portavoz del PP valorando las nuevas
medidas anticrisis del Gobierno: dijo en la misma frase que las
medidas anunciadas “son malas”, “llegan tarde”, “una improvisación de
último minuto”, “no son las que necesitan los españoles”, “son una
mala copia de las propuestas por el PP”… y además “se quedan cortas”.
Ahí lo tienen: la comida terrible, y las raciones pequeñas. Oposición
de hotel de alta montaña para jubilados.

Entiendo el descoloque de la derecha, pues no es fácil quejarse de ese
menú, que toca puntos muy sensibles de la economía real (la cesta de
la compra, la vivienda, el transporte), y además ver cómo el Gobierno
cierra el año por todo lo alto, sin que se hayan cumplido los
vaticinios catastrofistas que el PP lanzaba hace unos meses. Un mal
día para la derecha, pero tranquilos, que seguro que Feijóo lo arregla
en su comparecencia de esta semana cuando haga balance del año.

Ya puede esforzarse, porque este martes el Gobierno de coalición ha
fijado un relato potente para el largo año electoral que tenemos por
delante: el escudo social, no dejar a nadie atrás, ni en la pandemia
ni ahora con la guerra y la inflación. Cada parte de la coalición
apunta a su electorado. Por el lado del PSOE, confrontando con el
recuerdo de lo que hizo el PP en la crisis económica de 2008: “España
hace diez años importaba rescates a su sector bancario y ahora exporta
soluciones económicas justas y eficaces”, dijo Sánchez con buena
puntería. Por el lado de Unidas Podemos, presentándose como socio
imprescindible para que haya avances sociales: Ione Belarra se mostró
“especialmente satisfecha de haber podido convencer a nuestro socio de
gobierno” y “contenta por haber arrancado algunas medidas muy
importantes”. Convencer, arrancar, negociaciones de madrugada.

¿Qué me parece a mí el plan anticrisis del Gobierno? Ya que me lo
preguntan, diré que a mí sí me gusta la comida de este hotel, pero
también veo un poco escasas las raciones, no sé si llegan para todos,
y especialmente para los más hambrientos. En este caso no usaré un
chiste, sino un meme muy popular en las redes sociales. Lo habrán
visto más de una vez: en una piscina, una madre juega con su hijo,
mientras a pocos metros otro de sus hijos está a punto de ahogarse,
desatendido. El meme a veces incluye una segunda imagen: en las
profundidades, el esqueleto olvidado de quien ya se ahogó hace tiempo.

Pensaba en ese meme al ver las medidas del Gobierno. Mientras el
primer niño sigue a flote, bien atendido, salvando más o menos el año
y hasta pasando unas buenas navidades, al segundo niño le lanzan ahora
un flotador, que algo le ayudará en estos momentos, por supuesto. Pero
bajo el agua está quien ya se ahogó, y que ni siquiera vemos ya:
millones de familias que ya vivían al límite sin pandemia ni guerra, y
como a perro flaco todo son pulgas, se han ido más abajo estos años
pese a los flotadores y escudos sociales. Pienso en tanta gente
especialmente vulnerable, por ejemplo los supuestos beneficiarios del
Ingreso Mínimo Vital (que por cierto no recibirán el cheque de 200
euros anunciado). Digo “supuestos beneficiarios”, porque desde hace
meses hay colectivos y trabajadores sociales que denuncian las
dificultades de acceso, las trabas burocráticas que dejan fuera a los
más necesitados, o la gente a la que retiran la prestación sin previo
aviso, o les reclaman documentación imposible, o hasta su devolución,
y que sufren un calvario burocrático. Ahí es donde las raciones
deberían ser más generosas.

Ya ven, un chiste y un meme, esa es toda mi aportación hoy. No tengo
precio como analista navideño.

* * *
¿Fin o principio de año?
Vilma Fuentes (La Jornada)

Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos acogen el final de un
ciclo y la llegada de un nuevo año con ritos seculares y tradiciones
casi atávicas. Las diferencias entre el día y la noche eran evidentes
para nuestros ancestros como para seres pertenecientes a otros reinos,
animal o vegetal, y, a veces, incluso, especies minerales. Darse
cuenta, concebir, el término de la vuelta que da la Tierra alrededor
del Sol, movimiento de translación que, durante siglos, se atribuyó al
astro solar girando alrededor de nuestro planeta, no apareció con la
evidencia inmediata que ofrecen el alba y el ocaso, nacimiento y fin
del día, cuando las tinieblas nocturnas desataban los temores
ancestrales de una oscuridad sin fin. La fe en la resurrección del
día, fe debida a la costumbre duradera de ver aparecer el Sol,
permitió dormir con tranquilidad a los hombres, así creyesen reales
los sueños que, en esas épocas remotas, confundían con lo vivido
despiertos. Los miedos desencadenados por el fin del año han tenido
una vida más larga y siguen existiendo, aquí y allá, cuando se asocia
ese final a la desaparición del mundo. La celebración del inicio de un
nuevo año, esa exaltación festiva de la población humana, de un lado
al otro del planeta, del Este al Oeste, sobrecoge en una u otra forma
a cada quien. Los sentimientos más diversos estallan, bombas o
burbujas, durante el conteo regresivo del último minuto del año que se
acaba, los 12 segundos de adiós a ese año. Un nuevo conteo comienza y
algunas tradiciones proponen, cuando no exigen, realizar algunos
gestos y actos rituales: tragar 12 uvas, tomar de un trago la copa de
champán, formular un deseo cada uno de esos 12 primeros segundos si se
desea verlos realizarse, vestir ropa interior roja, quemar viejos
calcetines, arrojar agua fuera de las puertas de casa para barrer los
males... En fin, ritos o supersticiones que se funden en un júbilo
planetario a la vez nostálgico y esperanzado. Momento jubilatorio que
alcanza su clímax de euforia en ese segundo cero, segundo póstumo y
primigenio, donde se abre la fisura sin fondo de un tiempo sin tiempo.

Fin de ciclo que invita a hacer el balance del año que termina como a
formular buenas intenciones para el que comienza. Contables o
soñadores, con nostalgia o con esperanza, los seres humanos se sienten
conmovidos por algo más profundo: esos secretos ocultos,
reminiscencias temblorosas tan pronto surgidas como olvidadas. Pasado
y futuro se fusionan en el corazón y la mente de hombres y mujeres, en
el espíritu humano.

Los filósofos se preguntan qué es el tiempo cuando creen comprender
que el ser no existe sino en el tiempo. Pero el poeta dice que no es
el tiempo el que pasa, que somos nosotros quienes pasamos. No se trata
de retomar los profundos conceptos desarrollados por el filósofo
Martin Heidegger. Basta recordar el título de su libro Sein un Zeit
(Ser y tiempo) para comprender la cuestión que plantea; es decir, que
entre el Tiempo y el Ser hay una relación esencial y existencial. De
ahí nacerán las escuelas de pensamiento existencialistas como las que
se oponen a ellas, siguiendo la tradición de la controversia, la cual
permite a los pensadores dar unos pasos en el camino que abrió
Parménides ante el milagro que es ser.

Sólo queda decir que fin y principio de año marcan un momento que no
puede vivirse sin emoción. Las fiestas organizadas en estas fechas son
las pruebas de que una cierta turbación necesita ser controlada aunque
no sea sino con unas copas de champán y algunos abrazos que nos
acerquen unos a otros, sensibles seres sacudidos por el paso
despiadado del tiempo. A la vez, símbolo y metáfora de la muerte que
se pone en escena a fin de año, como es también símbolo y metáfora del
nacimiento. Brindemos por ambos símbolos, abracémonos para reír y no
llorar. Que sea un momento de dicha, una alegría, el reconocimiento
del milagro de existir y la gratitud por esta efímera felicidad.
Daniel Paz -Rudi-. Las colonias.jpg
Vergara. Cuarto en la línea sucesoria.jpg
Miki y Darte. ¡Felices fiestas.jpg
Fisgón. Carta de un junior a Santa.webp

Miquel Angel Soria

unread,
Jan 2, 2023, 1:31:38 AM1/2/23
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Aquest Bon dia! fa el 2.300 de la nova època. Gràcies per la paciència.
Ahir, celebràvem el 64 aniversari del triomf de la Revolució Cubana. I semblava que va ser ahir!
Un dia com avui, de l'any 2017, ens deixava John Berger, escriptor, crític d'art, pintor... britànic. Trobem a faltar els seus articles. Ens quedem amb una frase: "En la cultura de la globalització no es percep cap altre lloc ni cap altre model que el de la presó; i la intel·ligència humana queda reduïda a l'avidesa."


Perú: viejo monroísmo y militares antipueblo
José Steinsleger (La Jornada)

Uno. A vuelo de dron, echando una mirada realista sobre el continente, cabe preguntarse hasta dónde la hegemonía estadunidense está en crisis. En Asia, África y parte de Medio Oriente, tal hegemonía viene, en efecto, declinando. ¿Pero en América Latina y el Caribe (ALC)?

Dos. Resta menos de un año para recordar las proféticas palabras del presidente James Monroe, pronunciadas hace 200 años: América para los americanos (2 de diciembre de 1823).

Tres. Tenaces luchas antimperialistas corrieron desde entonces. Sin embargo, los gobernantes y congresistas de ­Washington no parecen dispuestos a mover el dedo del renglón. Y aquel monroísmo (que se creía superado) amaga con renovados bríos en el presente. V. gr.: el golpe contra Evo Morales en Bolivia (2019) y el perpetrado contra Pedro Castillo en días pasados.

Cuatro. ¿Desde dónde retomar, entonces, los ideales de integración, cooperación y unidad de ALC? ¿Desde una Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), paralizada por el presidente Alberto Fernández, uno de los gobernantes más desconcertantes del continente?

Cinco. Hace 40 años, en una didáctica ponencia dictada en la UNAM, el politólogo chileno Antonio Cavalla Rojas (1943-2012) demostró que el sistema interamericano (acordado en 1948, año de constitución de la OEA) no era más que la lectura geopolítica impuesta por Estados Unidos y sus aliados latinoamericanos, desde los tiempos de Monroe.

Seis. “Fue el inicio del periodo –explica Cavalla Rojas– de la geopolítica en ‘seguridad continental’ y ‘seguridad nacional’. Añade: “Los geopolíticos estadunidenses se vistieron entonces de ‘internacionalistas’, posando como teóricos científicos y asépticos entre nuestros estudiantes de relaciones internacionales”.

Siete. La revolución cubana (1959) y la bolivariana (1999) combatieron el viejo monroísmo, caracterizado por anexiones territoriales, expediciones punitivas, torpes golpes de Estado, y el supuesto de la inmadurez geopolítica latinoamericana. Tesis que hasta nuestros días, progresistas y retrógrados, repiten con tozuda necedad.

Ocho. Asignatura pendiente: la revisión, análisis y valoración de las ideas geopolíticas de militares de nuestra América (Cárdenas, Perón, Vargas), que entre los decenios de 1930 y 1960 se atrevieron a pensar en una geopolítica de raíz popular, afincada en lo que el general chileno Carlos Prats (asesinado por Pinochet en 1974) llamó una estrategia geoeconómica. O sea, de dominio nacional de los recursos naturales.

Nueve. En su ponencia, Cavalla Rojas puso de ejemplo el pensamiento geopolítico peruano, que tomó vuelo tras el golpe del general Juan Velasco Alvarado (3 de octubre de 1968), dando paso a una experiencia militar inédita, realizando un conjunto de transformaciones económicas que proyectó a su país con una voz independiente y antimperialista en el contexto internacional (1968-76).

Diez. El núcleo intelectual de la revolución peruana tuvo lugar en el Centro de Altos Estudios Militares (CAEM). Su exponente mejor conocido fue el general Edgardo Mercado Jarrín (1919-2012), imbuido de las ideas de Juan D. Perón, Getulio Vargas y el egipcio Gamal Abdel Nasser.

Once. Básicamente, y en oposición al monroísmo emanado del National War College (y copiado por los militares brasileños), Mercado Jarrín se adelantó varios decenios a su época. Para empezar, estimaba que la bipolaridad entre Oriente y Occidente había sido superada por el desarrollo histórico, y que no regía para los países latinoamericanos. Y luego, que si el Estado es un concepto jurídico, la nación es un concepto sociológico.

Doce. Añade el militar peruano: La fuerza armada no es el gobierno, ni la nación, ni el Estado. Ella pertenece al Estado en cuanto es uno de sus pilares básicos y garantía del ordenamiento normativo.

Trece. Por ello expresa: En definitiva es el gobierno, haciéndose eco de las interpretaciones de los diferentes grupos, en los cuales juega un papel fundamental la participación de las organizaciones de base, a quien compete identificar el interés nacional, y concretarlo en objetivos nacionales.

Catorce. El CAEM velasquista revirtió el uso bastardo y asesino que, en estos momentos, descargan las fuerzas armadas de Perú contra su propio pueblo. En este sentido, Mercado Jarrín afirmó, categóricamente: El fin esencial de toda acción política son las mayorías nacionales, las masas, a las que hay que interpretar y promover.

                                                    * * *

Apología de la 'vestición'
Elisa Beni

Lo obsceno del porno no consiste en un exceso de sexo, sino en que allí no hay sexo
Byung-Chul Han

Hubo una vez en que conseguí una entrevista a cambio de un paseo. Tenía yo 19 años bien puestos y un miedo cerval a no llevar a la emisora lo que me habían pedido, así que cuando José Luis García Berlanga me propuso trocarme las declaraciones por mi acompañamiento a ver las gónadas del caballo del Espartero –puro Berlanga, ya ven– no me lo pensé. La entrevista quedó bien, pero lo mejor fue la experiencia como cicerone de un personaje así. Ni me extrañó el pedido ni me perturbó. Tampoco lo hizo la conversación con un director erotómano, fetichista y desinhibido; tengan en cuenta que yo era admiradora del “pornographe du phonographe” –¡añorado Brassens!– y que en aquella época el deseo de los hombres ni nos daba miedo ni nos parecía una agresión. Natura amor.

Total que íbamos hacia El Espolón logroñés y, mientras, me contaba el maestro una de sus fantasías eróticas que él llamaba la de la vestición. Agotado el mostrar, le parecía a Berlanga que era especialmente erótica la imagen de la vestición de una mujer desnuda a la que poco a poco fuera revistiendo de delicadas prendas. Algo más tarde descubrí que, además, la palabra vestición tenía un componente algo irreverente ya que es el término utilizado para nombrar la toma de hábitos de un novicio o novicia o el revestimiento del manto de una Virgen. Puro Berlanga, insisto.

¿Por qué me pongo nostálgica? Porque soy una señora madura y porque eso le permite a mi cerebro establecer relaciones a veces inquietantes. Habrán oído hablar de la erótica del poder. Un concepto que se ha quedado antiguo, como casi todo los relativo al Eros que agoniza, si es que no ha muerto ya de mala puñalada. Nos sirven ahora la pornografía del poder, descarnado, abierto en sus grutas y sus flujos, fálico y brutal. El poder humillador o humillado, practicado por jóvenes de cuerpos y mentes pulidos, sin relieve ni arruga, y por viejos desenfrenados y nefandos.

Puede que no hayan cambiado en esencia las tortuosas cavernas por las que se desliza esa parte inmunda que les pone tan cachondos. Lo que sí ha cambiado es su exhibición desinhibida. De todo este episodio de bondage y sumisión de los órganos constitucionales –casi siempre por unos, también a veces por los otros–, de la exhibición del manoseo, de los golpes fálicos en las cara del adversario, de toda esa pornografía, lo que más me ha llamado la atención es que parece que no precisa ya ni de investigación ni de explicación ni de análisis.

Ellos montan la escena y luego nos la muestran y explican a su manera. Son pornstars y guionistas y cámaras a la par que onanistas del relato. Ahora resulta que todo es una jugada del Gobierno, que hizo virar a sus peones a tiempo para aceptar una propuesta de los conservadores y dejarles sorprendidos. Gran jugada. Ahora resulta que todo era una jugada de los conservadores, que crearon una dupla con una candidata mujer, progresista y feminista para que les fuera imposible explicar no votarla. Gran jugada.

O tal vez sacar de la ecuación al vocal cuyo hermano tenía que abstenerse. O tal vez el miedo a que ese vocal, liberado del compromiso de su hermano, votara esa dupla de los conservadores. O a que Europa censurara tanto gore. O quizá la sospecha de que un buen magistrado no se merecía llegar al TC con el estigma de una mayoría rebajada y una imposición gubernamental en solitario.

¡Lo cuentan! No es nuevo y es parte del problema que los propios vocales del CGPJ se prestan a ser soldados de una especie de grupo parlamentario inexistente comandado por uno de ellos, que es el que enlaza directamente con Ferraz o con Génova o con Moncloa, llegado el caso. Esos vocales que son parte de la ignominia y de la vergüenza y lo son de uno y otro lado. Ya no se tapan y van desnudos.

Ha llegado a saberse que Álvaro Cuesta les puso en orden y les dijo que ya no iban a votar a Bandrés, que ya le habían avisado a este que no saldría. Hemos sabido cómo los conservadores han hecho la pinza ordenada por el PP desde que rompieron ignominiosamente el último pacto. ¡Lo hacen con luz y taquígrafos! Yo, que he vivido por dentro tantos nombramientos, me asombro. Desnudos, abiertos, penetrados.

Por eso es preciso hacer apología de la vestición. Un moderno les diría ahora ¡tápense un poco! Y como es improbable que ellos solos decidan volverse a poner lentamente las prendas de la independencia, el prestigio, el sentido crítico, la responsabilidad frente a los pares, lo más probable es que tengamos que imponerles que lo hagan si queremos acabar con esta orgía de oprobio.

Esa es una de las cosas buenas de María Luisa Segoviano y que se ha dicho poco: tiene 72 años y si le sumas los nueve de mandato es harto improbable que vaya a tomar decisiones en función alimenticia de nuevos cargos o destinos. ¿Qué hacen llevando al Constitucional a señores y señoras que cuando salgan necesitarán seguir trabajando? Y en puestos mejores, que nadie quiere ser degradado. Habría no que rebajar sino que endurecer las condiciones para acceder a estos cargos. 15 años de ejercicio jurídico son una broma. En 15 años de ejercicio de cualquier cosa puedes aprender lo justo para no irte dando contra las paredes, pero no para establecer los pilares legales de toda una sociedad. Digamos que con eso le habríamos puesto lencería fina a este desastre.

Luego habría que decirle al pueblo en general, y al cualificado en particular, que castigue la pérdida de compostura. El mantenimiento del prestigio, de la imagen ante los pares; el poder llevar la frente alta, era un freno natural al desenfreno de la ambición. No entiendo que la carrera judicial, y el mundo jurídico en general, no someta a los hielos del ostracismo a los trepas.

La Constitución y la ley no son el problema, es el uso obsceno que se hace ellas. El PP no tiene nada que decir en los nombramientos que debe realizar el CGPJ. El Gobierno ya ha nombrado a los dos magistrados que le concede la Carta Magna y no tiene que decir nada respecto al progresista que nombre el CGPJ. Se la trae al pairo y hasta nos lo cuentan. Exijan que se cumpla el espíritu de la ley. Necesitamos a personas con ideas sobre la vida y la política –¡cómo no, son órganos políticos y no tribunales!– pero no sumisos. Esa sumisión pornográfica destila su ponzoña hasta manchar a todos los jueces, incluso los honestos que lo único que hacen es currar cada día sin medios y sin expectativas de mejorar profesionalmente.

A los amantes de la pornografía, un último consejo: no jadeen demasiado con ninguno de ellos, pueden quedarse corridos cuando cambien inopinadamente de idea. A las pruebas me remito.
Vergara. El emperador está desnudo.jpg
Gonzalo Vilas. 'monSERGAS'.jpg
Fisgón. Lo que está en juego.jpg
Rep. El descanso merecido..jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 3, 2023, 1:31:16 AM1/3/23
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Enero
3
La memoria andante

En el tercer día del año 47 antes de Cristo, ardió la biblioteca más
famosa dela antigüedad.
Las legiones romanas invadieron Egipto, y durante una de las batallas
de Julio César contra el hermano de Cleopatra, el fuego devoró la
mayor parte de los miles y miles rollos de papiro de la Biblioteca de
Alejandría.
Un par de milenios después, las legiones norteamericanas invadieron
Irak, y durante la cruzada de George W. Bush contra el enemigo que él
mismo había inventado se hizo ceniza la mayor parte de los miles y
miles de libros de la Biblioteca de Bagdad.
En toda la historia de la humanidad, hubo un solo refugio de libros a
prueba de guerras y de incendios: la biblioteca andante fue una idea
que se le ocurrió al Gran Visir de Persia, Abdul Kassem Ismael, a
fines del siglo diez.
Hombre prevenido, este incansable viajero llevaba su biblioteca
consigo. Cuatrocientos camellos cargaban diecisiete mil libros, en una
caravana de dos kilómetros de largo. Los camellos también servían de
catálogo de obras: cada grupo de camellos llevaba los títulos que
comenzaban con una de las treinta y dos letras del alfabeto persa.

Eduardo Galeano


2022, el año que tampoco hicimos la revolución pero no fue tan malo
Isaac Rosa

Cada año por estas fechas, cuando toca hacer balance de los 12 meses
últimos, me viene siempre a la cabeza el título de una novela tan
imprescindible como poco leída, publicada en 2005: El año que tampoco
hicimos la Revolución. Firmada por un anónimo Colectivo Todoazen y
editada en el sello Caballo de Troya, se presentaba como una “novela
de misterio” que pretendía responder a “la pregunta del millón: ¿cómo
puede ser que en un año en que los beneficios empresariales se
acercaron al 25% y los salarios apenas crecieron un 3% no haya
explotado la revolución social?”

La “novela” era en realidad una recopilación de recortes de prensa,
noticias económicas, políticas, sociales y culturales, “ordenadas para
construir un sentido”. Y desde entonces imagino cada año una
actualización, sustituyendo las noticias de entonces por otras del año
en cuestión, para acabar resultando en la misma pregunta: “¿cómo es
posible…?” Este 2022 sin ir más lejos, en que ha sido especialmente
sangrante la oposición entre beneficios crecientes y sueldos
menguantes por la inflación. Pero no, este año tampoco hicimos la
revolución.

Vale, no hubo revolución, pero sí hicimos algunas cosas buenas. A la
hora de hacer resumen y balance del 2022, las palabras habituales son
guerra, inflación, crisis energética, ola de calor, incendios,
tragedia de Melilla, ultraderecha en Italia (y en Castilla y León),
asesinato de mujeres… Sin negar todo eso (y otras que ya olvidamos
pero tan malas o peores, como la nueva decepción en la cumbre del
clima), 2022 también ha tenido sus cositas buenas. Incluso muy buenas.
No revolucionarias, pero sí suficientes para hacernos la vida mejor,
darnos algo de esperanza en lo venidero, y cerrar el año con un sabor
de boca no tan amargo. Acompáñenme en este repasito por el lado bueno
de 2022, que hoy tengo el día Mister Wonderful.

Para empezar, no ha habido apocalipsis. No lo quiero decir muy alto,
que todavía le quedan unas horas al año, pero hemos salido vivos. Ni
apocalipsis nuclear (que rondó la conversación pública en varios
momentos), ni apocalipsis económico en el caso español. Solo por esto
ya habrá quien descorche el cava, pero esperen, que hay mucho más.

Por el lado oficial, tanto legislativo como gubernamental, no seré yo
quien les haga la campaña electoral venidera, pero lo cierto es que ha
sido un año en que dio gusto leer el BOE algunas semanas. Con todos
los reparos que queramos ponerles, siendo seguramente mejorables, pero
hemos tenido reforma laboral (por primera vez a favor de los
trabajadores), aprobada en el último minuto del 2021 pero vigente este
año y que está dejando la temporalidad en mínimos históricos. Además,
leyes de libertad sexual, de familias, de las personas trans, de
memoria democrática, de reforma del aborto.., y medidas anticrisis,
subidas del SMI y de las pensiones no contributivas. Y una muy
importante, por justicia histórica: más derechos laborales para las
trabajadoras del hogar. Ya digo, pónganles todas las pegas que
quieran, pero no ha estado mal la agenda social.

Las mejores noticias no llegaron de ningún gobierno, sino de nuestra
gente. Ha sido un año de importantes huelgas, en pleno conflicto por
no perder más poder adquisitivo. Y lo mejor: huelgas exitosas. Son
muchos los colectivos de trabajadores que han conseguido este año sus
reivindicaciones (salariales mayormente) mediante la lucha sindical.
¿Hacer huelga no sirve para nada? Pregúntenselo a las y los
trabajadores de Aena, Renfe, el Metal en varias provincias, Inditex en
la Coruña, la recogida de basuras de Reus, el control de accesos en
Mercabilbao, las empresas estibadoras del puerto de Barcelona, la
limpieza de edificios y locales en Cataluña, la limpieza del gobierno
vasco, las árbitras de la Liga Femenina... Huelgas desconvocadas tras
lograr subidas salariales y desbloqueos de convenios.

Entre todas ellas, dos emblemáticas y que deberían alegrarnos el año a
toda la clase trabajadora: la del Metal en Cantabria, 20.000 personas
en huelga durante 20 días hasta que la mediación del ministerio de
Trabajo movió a la empresa a un acuerdo de subida salarial. Y la
heroica huelga de las trabajadoras de limpieza del Guggenheim de
Bilbao, que tras ¡nueve meses! de paros lograron una subida del 20% en
sus sueldos y el fin de las jornadas parciales, que festejaron “con
botellas de champán, fregonas al viento y bailando El vals del
obrero”. Bravo por ellas.

Fuera de España todo es guerra, claro. Pero vimos a Lula derrotar al
fascismo negacionista de Bolsonaro, y a Gustavo Petro convertirse en
el primer presidente de izquierda en Colombia, marcando un prometedor
giro continental. Ni el trumpismo en Estados Unidos, ni Le Pen en
Francia, recordarán 2022 como un buen año. Y la lucha de las mujeres
iraníes es de este año, pero apostamos que será aún más noticia en
2023.

Por el lado científico siempre caen unas cuantas buenas, al menos
esperanzadoras: este año nos anunciaron una inmunoterapia que frena el
cáncer de mama en el 75% de los casos, un fármaco oral que reduce la
progresión de tumores también en mama, otro fármaco contra el
Alzheimer, o el descubrimiento de las células que causan metástasis en
el cáncer de colon. Habrá otras que se me escaparon, pero estas ya
suenan bien. Algunas además por investigadores españoles. Añadan dos
astronautas salidos de nuestra educación pública, y un poquito
orgullosos sí podemos estar.

¿Qué más? Queipo fue echado de la Macarena, y allí estaba Paqui
Maqueda para recordar a sus víctimas. Se reanudaron las exhumaciones
en Cuelgamuros, y el juzgado impidió que los Franco se llevasen nada
del Pazo de Meirás. También en materia de memoria, nuestro Peio H.
Riaño nos está dejando una importante investigación sobre el saqueo
franquista que acabará teniendo consecuencias.

Los sanitarios se movilizaron para defender la sanidad pública en
varias comunidades, y en el caso de Madrid con huelgas y una histórica
manifestación junto a la ciudadanía. Las plataformas de vivienda
impidieron cientos de desahucios, porque sí, sigue habiendo
desahucios. La Invisible de Málaga resiste, pese a los intentos de
desalojo. Los amigos de La Marea consiguieron su ambicioso
crowdfunding. La Audiencia de Barcelona archivó la querella de Jaume
Roures contra el periodista Pere Rusiñol.

Estoy ya en la pedrea del sorteo, lo sé, pero es que si me pongo, no
paro. Son muchas las buenas noticias de un año en el que, aunque ya ni
nos acordemos, dejamos atrás lo peor de la pandemia, la mayoría de
restricciones, y recuperamos todas las fiestas y celebraciones
populares tras dos años de verlas suspendidas o reducidas.

En lo cultural, me apunto a la alegría por el buen momento del cine
español, sobre todo las cineastas. Y me alegro especialmente por el
éxito de En los márgenes, y de todo lo que hacen Juan Diego Botto y
Olga Rodríguez, que se lo merecen. También se llevó Juan un Max a
mejor actor, y me hicieron igual de feliz otros premios a gente que
admiro y/o quiero: el Princesa de Asturias a Juan Mayorga, el Euskadi
de Literatura a Edurne Portela, el Dulce Chacón a Jesús Carrasco, así
como la reedición de Maquis de Alfons Cervera, o la serie sobre El
hijo zurdo de Rosario Izquierdo, que son dos de los grandes.

Luego cada uno tiene sus motivos personales para recordar este año
como no tan malo, incluso bueno. Mi mujer pasó cuatro revisiones
oncológicas y salió todo bien. Mi hija mayor empezó en la universidad.
Encontramos nueva casa. Gané un premio literario. Conocí a alguna
gente que ya es imprescindible.

Así contado, no ha estado tan mal el año, ¿verdad? Y todo esto es a
vuela pluma, con lo que recuerdo, que habrá mucho más. ¿Qué buenas
noticias salváis vosotros en vuestro balance? ¿Podemos brindar por el
año que acaba, aunque tampoco hayamos hecho la revolución, y saludar
2023 con menos desconfianza y algo más de esperanza? Salud y feliz
año.

* * *

Investidura de Lula: volvió Brasil
Por Emir Sader

Desde Río de Janeiro

No, no es el Brasil del fútbol, todavía. Nos falta fútbol técnico e
hinchada pero podemos aprender de Argentina. A Lula le gusta una frase
que sintetiza bien, en su opinión, el movimiento actual de Brasil.
Volver, que significa que el país fue a otro lugar, se ausentó dejó de
estar donde ya habíamos estado.

¿Dónde estaba Brasil? El país había sido llevado a un terreno hasta
entonces desconocido. El del aislamiento internacional, el de la
defensa de posiciones absolutamente contrarias a las que el país
tradicionalmente había defendido. El del predominio de los bancos
privados en la economía. El de los ricos por encima de los pobres. El
de las personas abandonadas en las calles.

Una país que se desconoció a sí mismo. Que dejó de ser un país
cordial, amistoso con los otros, alegre. Que dejó de ser lo que había
sido para transformarse en una cosa monstruosa, que niega los valores
universales, empezando por la democracia.

No se reconocía mas el país de la musica, del fútbol, del arte, de la
fiesta. Pasamos a ser un país que no se reconocía más a sí mismo.
Teníamos gobiernos en los que no nos reconocíamos, que no habíamos
elegido, que se hablaban a sí mismos y no a los brasileños.

Los gobernantes eran las personas más odiosas. El pueblo, los
profesores, las mujeres, los negros pasaron a ser odiados por los
gobernantes.

Fueron seis años que parecieron una eternidad. Se vivía cada día con
un peso que parecía eterno. No solo el país no era el mismo. Todos nos
sentíamos como personas extrañas, alejadas de nosotros mismos.

Lula consiguió que las personas griten en las manifestaciones:
"¡volvió Brasil! ¡volvió Brasil!"

El que vuelve ahora para toma posesión de la presidencia de Brasil es
el llamado Lula 3. Una ceremonia tensa. Porque a pesar de que
Bolsonaro, coherente con su actitud desde su derrota en el balotaje,
se ausentó completamente, prácticamente renunció a lo que quedaba de
su mandato y viajó a Orlando, la parte más radicalizada de sus
correligionarios insisten con sus manifestaciones.

Toda la programación del ceremonial tuvo que ser revisada – desde el
itinerario hasta el carro blindado o abierto, con o sin chaleco
antibalas para Lula. Por el clima creado por la tentativa de atentado
terrorista una semana antes de la investidura de Lula.

Aún así, la asunción se da en un clima de fiesta. No es solo un año
nuevo. Es un tiempo nuevo, duramente conquistado.

Pero a partir de ahora tenemos un presidente que nos representa. Cuya
vida describe prácticamente la historia del país.

Retomamos el camino interrumpido por un golpe. Retomamos la
democracia, con un presidente electo democráticamente por tercera vez.

Brasil tendrá un feliz 2023.

El sentimiento de que Brasil volvió llegó plenamente a todos. Todos
nos fuimos sintiendo brasileños de nuevo, plenamente.
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Miquel Angel Soria

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Jan 4, 2023, 1:30:57 AM1/4/23
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Enero
4
Tierra que llama

Hoy nació, en 1643, Isaac Newton.
Newton nunca tuvo, que se sepa, amantes ni amantas.
Murió virgen, tocado por nadie, aterrorizado por la amenaza de
contagios y fantasmas.
Pero este señor miedoso tuvo el coraje de investigar y revelar
el movimiento de los astros,
la composición de la luz,
la velocidad del sonido,
la conducción del calor
y la ley de la gravedad, esa irresistible fuerza de atracción de la
tierra que nos llama y llamándonos nos recuerda nuestro origen y
nuestro destino.

Eduardo Galeano




Los Simpson ya predijeron lo de 2023, y los expertos también
Isaac Rosa (elDiario.es)

Pronósticos para 2023, recién deshojado el calendario: no hagan muchos
planes, porque este año empezará la Tercera Guerra Mundial, con armas
biológicas y por supuesto nucleares. Si sobrevivimos, también nos
caerá encima un asteroide. ¿Cuál es la fuente de estas predicciones?
Los Simpson, por supuesto. Un capítulo en el que Bart descubre un
asteroide que se dirige hacia nuestro planeta, y otro en que el
habitual presentador de noticias avisa de que Estados Unidos y China
se han declarado la guerra y se espera un masivo ataque nuclear.

Si no les parece muy rigurosa la profecía simpsoniana, también tengo
la de Nostradamus, un clásico de estas fechas: 2023 será un año
marcado por hambrunas y guerras, la economía global colapsará, y
llegará una gran catástrofe mundial: “Durante cuarenta años no
aparecerá el arco iris. La tierra seca se volverá más seca y se verán
grandes inundaciones.” Esto último puede referirse al cambio
climático, aunque también podría ser la guerra nuclear. Tachen lo que
más rabia les dé.

Si tampoco les convence Nostradamus como argumento de autoridad -hay
gente muy quisquillosa-, tengo en el banquillo a unas cuantas
videntes, consultadas en los últimos días por medios de todo el
planeta. Una habla de una inminente “tragedia climática”, otra ve un
“gran atentado”, y no falta quien adivina “la muerte de una reconocida
celebridad”. Una tormenta solar que afectará a las comunicaciones, un
nuevo virus, y por supuesto un desastre nuclear, son otras de sus
esperanzadoras visiones.

Los Simpson, Nostradamus, videntes de teletarot nocturno… Para los
pejigueros también tengo a Bill Gates, que hace unos días publicó su
carta para 2023, como cada año. Dice que “se avecinan cinco años
complicados” por la pandemia, la guerra en Ucrania y el cambio de
ciclo económico, además de “unas elecciones difíciles y una guerra
civil” en Estados Unidos. Pero no todo será malo: habrá un importante
avance médico contra el VIH, y nueva tecnología climática. Es verdad
que sus previsiones de otros años se cumplieron regulinchi, pero es
Bill Gates, el fundador de Microsoft, no tu cuñado en Nochevieja.

Más vaticinios publicados estos días, a cual más chungo. BlackRock, el
mayor fondo de inversión mundial, ve venir una recesión “muy
dolorosa”. Los bancos de inversión Morgan Stanley y JP Morgan
coinciden en que “vienen curvas” económicas que traerán aumento del
desempleo, además de volatilidad bursátil. El banco danés Saxo Bank
prevé un repliegue mundial hacia “economías de guerra”, y se la juega
con una próxima dimisión de Macron en Francia, no me pregunten por
qué. El gurú Peter Schiff, que yo tampoco conocía pero por lo visto es
un gurú, anuncia una recesión “peor que la Gran Recesión de 2008”.
Gurús hay muchos más, todos con sus previsiones del nuevo año, pueden
buscarlos en Google. También analistas, centros de estudios,
fundaciones y escuelas de negocios, cada uno con su mensaje para 2023:
subidas de tipos, inflación, recesión, incertidumbre, inestabilidad,
etc.

Ah, y por el lado oficial, la OCDE y el FMI rebajan las previsiones de
crecimiento para nuestro país. El Banco de España es por una vez más
optimista y no ve recesión (aunque “sin descartar ningún escenario”),
pero sí avisa de más inflación, subidas de tipos, debilidad económica
y pérdida de confianza con reducción del consumo.

Pero Isaac, ¿cómo pones en el mismo plano a los Simpson, Nostradamus,
las del Tarot nocturno y los expertos económicos, lo mismo bancos que
fondos y gurús, y hasta nuestro Banco de España? Tienen razón, pido
disculpas y rectifico: los Simpson han acertado muchas veces en los
últimos años. Además, sus predicciones no están marcadas por ningún
interés ni ideología, y sus vaticinios no tienen consecuencias ni
funcionan como profecía autocumplida al generar la misma desconfianza
y pesimismo que anuncian. Un respeto para los Simpson. Feliz año.

* * *

Lula, entre dos fuegos
Por Atilio A. Boron (Página 12)

La asunción a la presidencia del Brasil de Luiz Inacio “Lula” da Silva
es una gran noticia para Latinoamérica y el Caribe. Se supone que el
gigante sudamericano recuperará el protagonismo internacional que supo
tener en el pasado y contribuirá a revivir o dinamizar los diversos
procesos de integración en curso en la región, algo más importante que
nunca en el bicentenario de la nefasta Doctrina Monroe.

La agenda incluye desde la revitalización del Mercosur hasta la Celac
(Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), pasando por la
Unasur, para mencionar apenas los más significativos. Una señal de la
reorientación de la política exterior brasileña es el compromiso del
nuevo presidente de no sólo participar en la próxima cumbre de la
Celac -que se realizará en Buenos Aires el 24 de enero- sino también
de reincorporar Brasil a ese organismo, del cual se había marchado por
una decisión del gobierno de Jair Bolsonaro.

Obviamente esta es sólo una parte de la agenda que tiene en sus manos
Mauro Vieira, el canciller de Lula. El reforzamiento de los lazos con
los países del Sur Global es otra de sus prioridades, así como
insistir en la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
para garantizar en dicho órgano un asiento permanente para Brasil. Y,
sin duda, otro tema prioritario será el relanzamiento del BRICS, el
acuerdo entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, actualmente
sumido en un difícil (más no insoluble) proceso de ampliación
auspiciado por Beijing que contempla la incorporación de Argentina,
Egipto, Indonesia, Kazakhastán, Saudi Arabia, Emiratos Árabes Unidos,
Nigeria, Senegal y Thailandia. Luego de su viaje a la Argentina Lula
tiene en principio agendada un par de visitas altamente conflictivas:
a la Casa Blanca, en primer lugar; y luego a Beijing. Ambas en el
primer trimestre del año.

Dicho lo anterior Lula deberá apelar a todas sus artes diplomáticas y
de hábil negociador para no quedar entrampado en la cruzada que la
Administración Biden ha lanzado contra dos socios de Brasil en el
BRICS: contra Rusia, mediante la “guerra por procuración” o “guerra
proxy” librada en suelo ucraniano con la complicidad de los indignos
gobiernos neocoloniales de Europa; y la creciente escalada guerrerista
en contra de China, el “enemigo principal” según el reciente documento
del Consejo de Seguridad Nacional porque, según allí se dice, es el
único país que tiene la voluntad y la capacidad de rediseñar en su
beneficio el actual orden mundial. Rusia tiene lo primero, la
voluntad, pero no la capacidad. La guerra en Ucrania es una
estratagema orientada precisamente a erosionar esa capacidad.

Pero China es otra cosa. Para Brasil el país asiático es de lejos su
primer socio comercial: el intercambio entre ambos llegó, en 2022, a
los 135.000 millones de dólares, más del doble del que se registra con
los Estados Unidos. Los gestos de Biden en relación al gigante
asiático no pueden ser más beligerantes, y embarazosos para Lula:
desde invitar a un representante de Taiwán a su inauguración
presidencial, un gesto sin precedentes desde que Estados Unidos
reconoció oficialmente a la República Popular China, y hacer lo propio
en ocasión de su malhadada “Cumbre por la democracia”, en donde el
enviado de Taipei se sentó junto nada menos que a Juan Guaidó y otras
figuras de su calaña. Aparte de ello hay que recordar las continuas
provocaciones que fuerzas estadounidenses realizan en el Mar del Sur
de la China, o la visita de Nancy Pelosi y tratar de negar el acceso
de microchips a China.

Lula sabe que otro de sus socios en el BRICS, la India, tampoco es
vista con buenos ojos hoy por Washington porque su redoblado
intercambio comercial con Rusia es interpretado como una contribución
económica a su esfuerzo militar en Ucrania y a aminorar el impacto de
las sanciones que Biden impuso contra Rusia. Por lo tanto, detrás de
las amables sonrisas que quedarán estampadas en la fotografía oficial
en el Salón Oval de la Casa Blanca lo más probable es que, una vez que
se retiraron los fotógrafos, la tensión que hoy caracteriza al sistema
internacional se traslade con toda su fuerza al encuentro entre ambos
mandatarios. Washington necesita aliados incondicionales para su santa
cruzada contra Rusia y China, y lo peor que puede hacer Brasil, y
cualquier otro país latinocaribeño, es embarcarse en una pelea que nos
es por completo ajena y en la cual tiene casi todo para perder y nada
para ganar. Lula seguramente sabe que uno de los pocos modos que tiene
para evitar ser reclutado para esa guerra es fortalecer la unión de
los países de Nuestra América. Ojalá pueda actuar, o lo dejen actuar,
en consecuencia.
Daniel Paz -Rudi-. Los Reyes Magos.jpg
Vergara. Adiós a 2022.jpg
Manel Fontdevila. El feministo.jpg
Paco Guimerà. Sorpresa.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 5, 2023, 1:30:24 AM1/5/23
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L'any 1982, José Martí funda el Partido Revolucionario Cubano.
Aquest és el resultat d'una gran tasca feta a l'exili. Ja el 26
de novembre de 1981, al Liceu Cubà de Tampa fa una crida als seus
compatriotes "a poner alrededor de la estrella, en la bandera nueva,
esta fórmula del amor triunfante: Con todos y para el bien de todos,
uno de cuyos principios forma parte hoy de nuestra Constitución (...)
yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los
cubanos a la dignidad plena del hombre".
Un dia més tard fa una crida a la unitat de tots els compatriotes
que viuen a l'exili, al discurs conegut com Los Pinos Nuevos -en
commemoració del vigèssim aniversari de l'afusellament dels vuit
estudiants de Medicina-: "Rompió de pronto el sol sobre un claro del
monte, y allí, al centelleo de la luz súbita, vi por sobre la hierba
amarillenta erguirse, en torno al tronco negro de los pinos caídos,
los racimos gozosos de los pinos nuevos: ¡Eso somos nosotros: pinos
nuevos!"
Al dia següent, en un emotiu mitin, l'acomiaden els emigrats que
donen a conèixer públicament les Resolucions acordades a Tampa,
considerades les bases del Partido Revolucionario Cubano.
Els inicis de 1892 anuncien l'arribada d'importants moments
històrics pel procés revolucionari. A només cinc dies d'iniciat l'any,
són aprovats en assemblea a Cayo Hueso, les Bases i els Estatuts
secrets del Partido Revolucionario Cubano.

"¡Bello es, cuando el peligro mayor del país en el trato áspero y
apartado de sus habitantes, ver nacer un partido de revolución el
mismo día en que proclamó la constitución democrática de la
república!"


Un buen propósito para 2023: cumplir el artículo 47 de la Constitución
Isaac Rosa

Yo también he hecho mi lista de buenos propósitos para 2023: trabajar
menos, dormir más, aprender un nuevo idioma y cumplir el artículo 47
de la Constitución. Vale, es la misma lista de otros años, pero
necesito un poco de ayuda. Sobre todo para cumplir el artículo 47, que
como ustedes yo también me sé de memoria, de tantas veces como lo he
incluido en la lista de propósitos. Venga, repitan conmigo,
canturreando con la misma melodía con que nos aprendíamos en EGB las
tablas de multiplicar y los ríos con sus afluentes: “Todos los
españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y
adecuadaaaaa. Los poderes públicos promoverán las condiciones
necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo
este derechoooooo, regulando la utilización del suelo de acuerdo con
el interés general para impedir la especulacioooooón…”

No me parece mal propósito como sociedad, como país, para este 2023:
garantizar vivienda digna y adecuada para toda la población. Es año
multielectoral, y la vivienda toca tanto a ayuntamientos y comunidades
como al Gobierno central, así que la vivienda debería ser la prioridad
en las venideras campañas electorales. Pero es que además en los
próximos días se discutirá la Ley de Vivienda (iba a escribir “la
nueva Ley de Vivienda”, pero es la primera, nunca hemos tenido una de
ámbito estatal en democracia, como si fuese un problema menor o
reciente). Así que estamos en un año perfecto para un objetivo tan
realista como ir al gimnasio, dejar de fumar o estudiar inglés: solo
depende de que haya voluntad.

Tampoco se me ocurre ningún propósito más urgente, que afecte a más
gente y de forma más grave. La vivienda es el gran incumplimiento
constitucional de la democracia: sucesivos gobiernos se han
desentendido del asunto, lo han dejado a merced del mercado,
convertido en motor económico y elemento especulativo, cuando no
directamente una forma de corrupción. Pasamos una burbuja inmobiliaria
y su dramático pinchazo, y no aprendimos lección alguna, al contrario:
entregamos buena parte de nuestro parque residencial a fondos buitres,
y lo que entonces era sobre todo un drama hipotecario, es hoy por
igual un drama hipotecario y un drama de alquiler, con los precios de
vivienda nueva y usada subiendo a un ritmo que no se veía desde 2007,
y los alquileres en máximos históricos (en Barcelona la renta ¡media!
supera ya los 1.000 euros mensuales).

Si hacemos buenos propósitos, hagámoslos a lo grande. Queremos una
política de vivienda estatal, y sus equivalentes autonómicas y
municipales, que atiendan todas las necesidades, que son muchas.
Empezando por abajo, por quienes directamente no tienen vivienda:
miles de personas que habitan infraviviendas. Incluidos asentamientos
chabolistas, que siguen estando ahí pese a que solo los veamos cuando
salen ardiendo, como hace una semana en Montcada, donde cientos de
personas malviven junto al río Besòs. O en Lepe, Níjar y otras zonas
de temporeros. O en la periferia de numerosas ciudades, como recuerda
la campaña chabolista.es de la Fundación Secretariado Gitano. También
en esos márgenes de la sociedad hay que cumplir el artículo 47.

Continuando por quienes sí tienen una vivienda, por precaria que sea,
pero acaban desahuciados. Porque sí, sigue habiendo desahucios, miles
cada año pese a las muchas veces que hemos oído que se paralizaban.

Siguiendo por quienes no pueden disfrutar una vivienda sino solo una
parte, obligados a compartir casa, alquilar y realquilar habitaciones,
por no tener ingresos suficientes para una vivienda propia. Los
jóvenes, por supuesto, pero no solo, que cuando hablamos de
emanciparse parece que solo pensamos en treintañeros. Familias
distintas conviviendo forzosamente bajo un mismo techo; personas de
todas las edades que tras un divorcio, un despido o cualquier revés
vital se ven obligados a compartir piso; y trabajadores de zonas
turísticas que teniendo un empleo e incluso un sueldo digno no pueden
pagar una vivienda.

Junto a los anteriores, quienes viven en alquiler y sufren subidas
abusivas, o ven cómo su piso es vendido a un fondo, o son acosados
inmobiliariamente para que se vayan, expulsados del centro de las
ciudades hacia los barrios, donde su llegada expulsará a otros vecinos
hacia la periferia, en una onda expansiva sin fin. Y quienes tienen
una vivienda en propiedad, pagando precios desorbitados, hipotecados a
merced de una subida de tipos que lo haga inasumible. Unos y otros,
alquilados e hipotecados, todos entregando un porcentaje de sus
ingresos muy por encima de lo razonable, muy por encima de lo que
debería costar un derecho constitucional.

No hace falta que insista, por desgracia la mayoría sabe de lo que
hablo, ¿verdad? Y es que la violación del derecho constitucional a la
vivienda es uno de los fenómenos más universales y democráticos de
España: poca gente queda fuera. Por algo somos el país que más
condenas por vulnerar el derecho a la vivienda recibe del Comité de
Derechos Económicos y Sociales de la ONU.

¿No les parece un buen propósito para 2023? Pues venga, que la
voluntad no cae del cielo, hay que trabajársela. Tendremos que empujar
mucho en este año, en la Ley de Vivienda y en las sucesivas
elecciones, para que el derecho a la vivienda deje de ser un buen
propósito navideño.

* * *

Muere Joseph Ratzinger, el «rottweiler de Dios»
Por Marc Vandepitte (Opinión)

Joseph Ratzinger ha fallecido a la edad de 95 años. Se le conoce
fundamentalmente como papa, pero sus principales hazañas hay que
buscarlas en el período en el que fue Prefecto de la Congregación para
la Doctrina de la Fe. Efectivamente, en este cargo fue el artífice de
una de las mayores campañas ideológicas y políticas de la posguerra,
la llamada «Restauración». Veamos un breve panorama.

El neoconservadurismo

En 1978 Karol Wojtyla (nombre del papa Juan Pablo II) es nombrado para
liderar la comunidad religiosa más grande del mundo. Se encuentra
frente a una iglesia postconciliar en estado de profunda crisis:
asistencia a la misa y vocaciones en caída libre, un elevado número de
divorcios entre católicos, rechazo de la autoridad papal sobre el
control de la natalidad; un mundo lleno de herejía.

Quiere un cambio radical. No más riesgos ni experiencias, se terminan
las reflexiones y los debates. Del Concilio Vaticano II (1962-1965)
probablemente se conserven los textos, pero se entierra el raciocinio.
El papa se prepara para una política eclesial centralizada y ortodoxa,
acompañada de un rearme moral y espiritual.

Para lograrlo juega con destreza con el clima de la época que, por
cierto, presenta muchas similitudes con la actual. A mediados de la
década de 1970 comienza una profunda crisis económica. El clima
espiritual optimista de la década de 1960 oscila y se caracteriza por
una aspiración a la seguridad y a la protección, al anhelo de una
autoridad – preferiblemente carismática -, un despertar ético, la
evasión hacia un ámbito privado e irracional, etc.

Es en este trasfondo donde se desarrolla el “conservadurismo”. Este
nuevo conservadurismo ya no se limita a la defensiva, sino que lanza
una ofensiva política e ideológica.

Varias personalidades “fuertes”, como Ronald Reagan y Margaret
Thatcher, apoyan esta corriente. Sirviéndose hábilmente de los medios
de comunicación masivos interpretan una tendencia mundial para acoger
a un Salvador, con una visión simplista del mundo que irradia
seguridad y optimismo, etc.

El rottweiler de Dios

Un dolor de cabeza aún más importante para el papa es el ascenso de
una Iglesia popular progresista en América Latina. Wojtyla es polaco y
anticomunista hasta el tuétano; uno de los objetivos de su vida es
combatir enérgicamente el marxismo y el comunismo en el mundo.

Dado que la influencia del marxismo en la Iglesia de base y en la
teología de la liberación es innegable, pondrá todo su empeño en
restablecer el orden en el continente. Para ello, cuenta con Ratzinger
que es nombrado en 1981 Prefecto de la Congregación de la Doctrina de
la Fe, algo así como el Ministerio de la Ideología y de la Información
del Vaticano. Ejerce este mandato durante un cuarto de siglo y hará un
excelente uso de él para imprimir su marca sobre el acontecer mundial.

Ratzinger se convierte en el artífice de una ofensiva pastoral y
eclesial de envergadura a la que denomina “Restauración”, cuyo
objetivo es fortalecer el aparato directivo central y desmembrar toda
forma de disidencia dentro de la Iglesia. Ratzinger pronto demuestra
ser un verdadero y gran inquisidor, lo que le valdrá el nombre de
“rottweiler de Dios”.

Toda la Iglesia católica está en la mira, pero las flechas se dirigen
principalmente hacia América Latina, donde el impacto político es
mucho más importante, por lo que, en adelante nos limitaremos a este
continente en este artículo.

La aniquilación de la Iglesia del pueblo y de la Teología de la Liberación

El primer paso es la creación de una base de bancos de datos de las
conferencias episcopales, los teólogos de la liberación, los
religiosos progresistas, los proyectos pastorales sospechosos, etc. En
casi todas las diócesis se nombran obispos y cardenales
ultraconservadores y abiertamente de derecha.

Tan solo en Brasil se nombran una cincuentena de obispos
conservadores. Al final de la década de 1980 cinco de 51 obispos
peruanos son miembros del Opus Dei. Chile y Colombia siguen el mismo
camino. Los obispos disidentes están bajo presión, algunos reciben
cartas de advertencia, a otros se les prohíbe viajar o se les llama a
rendir cuentas.

Esta política de nombramientos es aún más grave ya que el episcopado
desempeña un papel importante en ese continente. En muchos casos es la
única oposición posible a la represión militar, a la tortura, etc. Si
los obispos de Brasil y Chile se hubieran callado, como efectivamente
hicieron los de Argentina, el número de víctimas de la represión
habría sido mucho mayor.

A niveles inferiores también se hace la depuración. Se trabaja de
nuevo la formación de los sacerdotes presionando a seminarios e
institutos de teología, reorientándolos o cerrándolos. Se intenta
controlar mejor a los religiosos que a menudo suelen ser los
protagonistas de la iglesia de la liberación. Se presta especial
atención a los teólogos. Desde entonces se les limita haciéndoles
prestar el nuevo juramento de fidelidad.

En 1984 Ratzinger redacta la «Instrucción de la Sagrada Congregación
para la Doctrina de la Fe sobre algunos aspectos de la ‘Teología de la
liberación’» en la que ataca frontalmente a los teólogos de la
liberación, especialmente a los de América Latina. Un año más tarde
prohíbe expresarse a Leonardo Boff, una de las principales figuras de
este movimiento. Se intensifica el control sobre los periódicos
católicos y allí donde se juzga necesario, se les censura, se
sustituye el consejo de redacción o se les pone bajo presión
financiera.

Se ponen bajo control los proyectos pastorales progresistas o incluso
se les pone fin. Considerada demasiado progresista, en 1989 la
Asociación Internacional de la Juventud Católica deja de ser
reconocida por el Vaticano y debe ceder su lugar a la antiizquierdista
y confesional CIJOC.

Junto a la destrucción de todo lo que es progresista, se da inicio a
proyectos gigantescos cuyo objetivo es poner a los fieles en el buen
camino. Evangelización 2000 y Lumen 2000 son proyectos a gran escala
destinados a América Latina, los cuales tienen a su disposición como
mínimo tres satélites. Dichos proyectos son preparados por personas y
grupos de derecha ultraconservadores: Comunione e Liberazione, Acción
María, Renovación Católica Carismática, etc. Los colaboradores de esos
gigantes mediáticos comparan sus actividades a una especie de nueva
“potencia de luz”.

Las personas que saben leer son inundadas con libros religiosos de
ediciones baratas. Se jubila a algunos sacerdotes y religiosas. La
cúpula de la Iglesia católica cuenta con el apoyo financiero del mundo
empresarial para estos proyectos.

Cruzada anticomunista

Nada se deja al azar. Uno a uno se eliminan todos los pilares de la
Iglesia popular de América Latina. Los observadores hablan del
desmantelamiento de una Iglesia. Se trata de una de las campañas
ideológicas y políticas más importantes de la posguerra. Esta campaña
es compatible con la cruzada anticomunista de la Guerra Fría. También
se puede ver como una revancha de Estados Unidos por la pérdida de
poder durante los años anteriores.

Durante las décadas de 1960 y 1970 los países del tercer mundo
fortalecieron su posición en el mercado mundial. Impusieron precios
más altos para las materias primas con lo que elevaron su poder
adquisitivo en el mercado mundial. El punto culminante es la crisis
del petróleo de 1973.

En 1975 Vietnam inflige una aplastante derrota a Estados Unidos. Poco
tiempo después la Casa Blanca es humillada en dos ocasiones, primero
por la revolución de los sandinistas en su patio trasero (1979) y
posteriormente por el drama de los rehenes en Irán (1980). A su
llegada al poder Reagan se siente además amenazado por la actitud de
independencia económica de Estados tan importantes como México y
Brasil.

La Casa Blanca no se rindió y desencadenó una contraofensiva en
diversos frentes. La Teología de la Liberación fue uno de los
objetivos más importantes. A finales de 1960 se consideró la teología
de la liberación, aún en una fase embrionaria, una amenaza para los
intereses geoestratégicos de Estados Unidos, como demuestra el informe
Rockefeller.

En la década de 1970a se crearon centros teológicos que debían iniciar
la lucha contra la Teología de la Liberación. Pero fue sobre todo a
partir de loa década de 1980 cuando esta contraofensiva alcanzó su
punto más alto. Estados Unidos pagó miles de millones de dólares para
apoyar la contrarrevolución en América Latina.

Esta guerra sucia dejó decenas de miles de víctimas. Escuadrones de la
muerte, paramilitares y también el ejército regular hicieron el
trabajo sucio. En las filas de los movimientos cristianos de
liberación cayeron muchos mártires. Los más conocidos son Monseñor
Romero y los seis jesuitas de El Salvador.

Para Luchar contra la Teología de la Liberación en su propio terreno
se introdujeron sectas protestantes que recibían un fuerte apoyo
financiero de Estados Unidos. Dichas sectas debían intentar atraer a
los creyentes por medio de consignas que enganchaban y mensajes
sentimentales. Para alejarlos de la influencia perniciosa de la
Teología de la Liberación se utilizaron medios electrónicos costosos.

En este caso la religión resulta ser el opio del pueblo en su forma
más pura. En esta guerra religiosa también se moviliza al ejército.
Los oficiales de alto rango de las fuerzas armadas latinoamericanas
redactaron un documento para darle consistencia al “brazo teológico”
de las fuerzas armadas.

Misión cumplida

Los esfuerzos conjuntos de Ratzinger y de la Casa Blanca dieron sus
frutos. En la década de 1990 se asestó un despiadado golpe a la
Iglesia de base en América Latina. Muchos grupos de base dejan de
existir o funcionan difícilmente por falta de apoyo pastoral, por
temor a la represión, porque ya no creen en el avance esperado o,
simplemente, porque fueron liquidados físicamente.

El optimismo y el activismo de las décadas de 1970 y 1980 dieron lugar
a la duda y la reflexión. El análisis de la sociedad pierde peso a
favor de la cultura, la ética y la espiritualidad, lo que beneficia
totalmente los planes de Ratzinger.

Globalmente el centro de gravedad pasa de la liberación a la devoción,
de la oposición a la consolación, del análisis a la utopía, de la
subversión a la supervivencia. El relato del Éxodo da paso al
Apocalipsis y a los Apóstoles.

Al final del siglo la Iglesia de base ya no es una amenaza para la
clase dirigente. Por el momento, tanto el Vaticano como el Pentágono y
las élites locales de América Latina tienen una preocupación menos.
Esta tregua finaliza pronto con la elección de Chávez a la Presidencia
de Venezuela, pero eso es otra historia.

En 2005 Ratzinger es recompensado por su exitosa labor de restauración
y es elegido a la cabeza de la Iglesia católica, pero es mucho menos
brillante como dirigente que como inquisidor. En definitiva, es un
papa incompetente.

Deja una institución debilitada, amenazada por la escasez de
sacerdotes, por la pérdida de fieles en Occidente y por los reiterados
escándalos. No logró poner orden en los asuntos del Vaticano. Quizá
sea esta una de las razones por las que abdicó en 2013.

Ratzinger entrará en la historia sobre todo como aquel que llevó a
cabo la restauración de la Iglesia católica y neutralizó la Iglesia
del pueblo de América Latina. No son méritos desdeñables.
Manel Fontdevila. Como Dios manda.jpg
Vergara. El precipicio.jpg
Iñaki y Frenchy. Promesas.jpg
Daniel Paz -Rudi-. Vulgaridad.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Jan 6, 2023, 1:31:16 AM1/6/23
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui fa 111 anys, els Reis ens portaven el naixement de Celso Emilio Ferreiro. És un d'aquells regals que, per inesperat, adquireix un valor més gran. Fent un petit exercici de memòria, no és gens difícil recordar alguns dels poemes de Longa noite de pedra que, als 50 anys, el consagrava definitivament com a poeta.
Busquem a d'altres llibres: "A Cementiri privat, aquell on posa a la paret:

Si els qui jeuen dins no poden sortir
i els que viuen fora no volen entrar,
aquests gruixuts murs que encerclen els sepulcres
són un monument a l'idiotesa humana."

trobem

L'hecatombe

Aquí, en aquest lloc agrest
foren sacrificats els innocents.
Pocs s'en recorden ja de l'holocaust,
però nosaltres no el podrem oblidar
mentre visquem.
Tots els anys venim aquí
per a maleir els victimaris.

L'espavilat

Acostumava a dir aquest brètol:
quan escapis, estimat,
procura anar sempre al davant.

L'optimista

Va morir convençut de que el P.T.B.
-producte territorial brut-
del que tant parlaven els diaris,
eren les dotzenes de rucs,
d'alcaldes muls,
de burgesos incults,
de rústics incivils
i d'altres il·lustres despulles
que en grans ramats
troten pel nostre país.

Va dir al morir: no m'explico
perquè emigra tanta gent
sent el nostre un país tant ric.


1973
José Blanco (La Jornada)

Hace 50 años el mundo capitalista se rompió. No ha vuelto ni volverá a la ruta triunfante que halló al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Los años de oro del capitalismo corrieron de 1950 a 1973. Después de ese breve periodo, el capital se hundió en un túnel implacable: no puede evitar la pesadilla de alcanzar sus anheladas ganancias sólo generando desigualdad creciente, vale decir, fabricando una bomba de tiempo.

Los gobiernos de los países dominantes creyeron que 1973 era el inicio de una recesión más de las muchas que el capitalismo ha padecido; pronto se percataron: los problemas económicos en curso eran algo fuera de serie. En septiembre de 1973 EU asestó el golpe de Estado en Chile contra Allende, orquestado por Henry Kissinger. Vino después el salvaje experimento en ese país, con políticas extremas de mercado libre. De la observación de Chile derivaron las fórmulas implantadas a mandobles contra la sociedad, tanto en los países dominantes como en los dominados. El imperialismo estaba imponiendo la era neoliberal.

En los años 1980 Ronald Reagan y la señora Margaret Thatcher encajaron sus respectivos países en la horma neoliberal, y metieron un frenazo a la economía mundial para disciplinar a los trabajadores mediante un alto desempleo en todas partes. Uno de los efectos de esas decisiones fue el golpe de gracia al socialismo realmente existente. La URSS y los países que la siguieron llegaron a conformar un bloque que abarcó a un tercio de la humanidad. Ese mundo se hundió en los años 1990.

Al iniciar 1974 el mundo Occidental estaba atónito. Así lo reveló un artículo de primera plana de The New York Times, del 6 de enero de ese año, titulado Boom to gloom: Del auge a la crisis. Estas son sus primeras líneas: Sucedió muy deprisa. Un minuto, parecía, había un auge económico mundial. Al minuto siguiente, amenazaba una recesión económica mundial. El capitalismo no ha salido de ese golpe que halló a EU en la juerga de sus años dorados.

Con algunos nubarrones, 1972 marchaba viento en popa para el capital. Había una inflación persistente; se ignoraba que la stagflation se había afincado. Había desorden monetario y problemas en la balanza de pagos de EU que llevaron a Richard Nixon, el 15 de agosto de 1971, a poner fin a la convertibilidad del dólar, pero nada parecía contener el auge económico. En 1972 la economía de EU creció 5 por ciento, el más alto crecimiento desde 1966; el gasto de los hogares era fuerte y la inversión crecía.

El anecdotario de 1973 y 1974 revivió sucesos de 1929. En este año EU expandía su influencia, y su vicio híperconsumista (los felices años 20) era anhelado en el mundo; la borrachera impedía ver la fragilidad del sistema financiero. Las instituciones concedían préstamos a diestra y siniestra que mantenían el nivel de consumo, mientras la inversión aumentaba en títulos bursátiles cuyo valor no dejaba de crecer. El jueves 24 de octubre de 1929 la burbuja especulativa reventó y hundió la bolsa de Nueva York: un misterioso rayo estruendoso descendido de un cielo sereno había despedazado la felicidad.

Entre 1950 y 1973 la economía de los principales países dominantes había crecido a tasas de entre 5 y 6 por ciento; Japón, 9 por ciento. Esa fue la fiesta concluida bruscamente en 1973. Luego siguió el declive: la tasa de crecimiento del producto fue cayendo en medio de agudas fluctuaciones hasta llegar al batacazo de 2008. En 2009 el PIB mundial decreció 1.3 por ciento. En 2020 decreció 3.1 por ciento, empujado al abismo por la pandemia. Desde 2010 el producto crece a tasas inferiores al promedio del periodo 1973-2008, y muy inferiores a la edad de oro. El derrumbe del bloque del socialismo real hizo creer a EU que gobernaría el mundo en solitario. Error craso. Tan pronto como en 2001 se produjo el ataque terrorista a las Torres Gemelas; seguía habiendo por el mundo pueblos enteros disconformes con una vida cuya suerte indigna deriva de la dominación internacional de EU. En el siglo XXI Estados Unidos debió iniciar 10 intervenciones militares. Una de 20 años, en Afganistán. Tres están vigentes (Irak, Siria y Mozambique).

Otro artículo también del 6 de enero de 1974 de The New York Times, reseñaba: “La economía británica se encuentra en estado de sitio con pocos paralelos en el mundo en tiempos de paz. Enfrentada a una larga lista de males económicos, la nación se desliza rápidamente hacia una recesión cuya profundidad final nadie puede calibrar en estos momentos… La crisis energética, sin duda más aguda aquí que en cualquier otro lugar, es sólo una parte del problema. Los problemas básicos de Gran Bretaña son anteriores a las interrupciones en el suministro de petróleo de Oriente Medio y existían mucho antes de que el gobierno se planteara imponer a la nación una semana laboral de tres días para conservar la energía”.

A finales de 2020, la deuda planetaria alcanzó 226 billones de dólares, equivalente a 256 por ciento del PIB mundial. Una crisis financiera mayor se avecina. Hace sólo 50 años empezó esta historia.

                                                                    * * *

Por qué la banca siempre gana
Pere Rusiñol (elDiario.es)


El año 2022, que por fin hemos logrado dejar atrás, ha sido especialmente duro para la gran mayoría de personas y empresas de este país. Justo cuando parecía que podíamos empezar a respirar tras los estragos de la pandemia, la invasión rusa de Ucrania puso la economía mundial de nuevo patas arriba y desató una hiperinflación nunca vista en cuatro décadas.

Son legión los que han ido con la lengua fuera solo para llegar a fin de mes y devolver los créditos contraídos en el pozo pandémico: no hay tregua para las clases populares.

En este entorno general de pesadilla, unos pocos han vivido, en cambio, un año de ensueño: según las estimaciones de los expertos, los grandes bancos españoles han pulverizado todos sus récords históricos de beneficios. Digo bien: superiores incluso a las estratosféricas ganancias de los años locos de la burbuja de 2006 y 2007, cuando era el grueso de la sociedad la que estaba viviendo la vida loca.

Según el consenso del panel de expertos de Bloomberg, cuatro de los cinco principales bancos españoles lograron en 2022 los mayores beneficios de toda su historia. Todos, salvo el Banco Sabadell, que se queda muy cerca de lograrlo. Entre los cinco (Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell y Bankinter) suman nada menos que 20.000 millones de beneficios en 2022, el mismo año en que para la gran mayoría de ciudadanos y pymes de este país llegar a fin de mes se ha convertido en una auténtica odisea.

Los dos gigantes, el Banco Santander y el BBVA, suman ellos solos casi 16.000 millones: 9.346 el primero y 6.380 el segundo: ¡que corra el champán!

Estas cifras son evidentemente fabulosas, pero todavía se agrandan más cuando se comparan con algunas de las partidas públicas dirigidas a afrontar los grandes retos que tenemos como sociedad. Los presupuestos del Estado para 2023 consignan apenas 4.675 millones para Medio Ambiente -¡en un año clave para tratar de revertir el cambio climático!-, 3.472 millones para políticas de vivienda, cuya dificultad de acceso es el principal propulsor de pobreza, y 1.800 millones de euros para Cultura y Deportes. Y todo ello tras conseguirse recursos adicionales, publicitados también como “históricos”, gracias al mecanismo europeo de recuperación y resiliencia creado para hacer frente a los estragos de la covid.

Parece claro que hay formas distintas de “hacer historia”: los beneficios históricos del Banco Santander equivalen casi a todo el presupuesto histórico del Estado para Medio Ambiente, Vivienda, Cultura y Deportes juntos.

“Cueste lo que cueste”

El establishment económico y político suele justificar los estratosféricos beneficios de la banca con el famoso mantra de “¡Es el mercado, amigo!” o bien ensalzando a los banqueros como si fuesen todos directivos de gran talento, capaces de hacer auténticos milagros en beneficio de sus accionistas.

Pero se trata de fábulas: ni es el mercado ni existe este talento sobrenatural. Como explica la prestigiosa economista Mariana Mazzucato en el espléndido El valor de las cosas. Quién produce y quién gana en la economía global (Debate, 2019), en las últimas décadas los gobernantes han sobreprotegido a los grandes bancos siguiendo el dogma neoliberal de que los gigantes financieros son buenos para el conjunto del sistema cuando, en cambio, se acumulan las evidencias de que en realidad es todo lo contrario.

Esta sobreprotección en nombre del interés general, que ha impulsado la concentración -especialmente aguda en España- en detrimento de la competencia, ha generado un terreno de juego en el que, como en el casino, la gran banca siempre gana. Cuando pintan bastos, los poderes públicos salen al rescate “cueste lo que cueste”. Y cuando el viento va de cara, se les impulsa para que alcancen todavía una mayor potencia siguiendo el dogma de que ello es bueno para el conjunto de la sociedad a pesar de que, como subraya Mazzucato, el sector hace ya décadas que no genera valor, sino que se limita a extraerlo, ahí sí que con gran pericia.

Los extraordinarios beneficios de la banca española en 2022 hay que analizarlos con este paradigma de sobreprotección, y no según la fábula del mercado o del talento inigualable de sus directivos, a pesar de que estos perciban sus cuantiosos bonus como si el mérito fuera suyo.

Respirador permanente

Cuando los excesos de la banca global condujeron a la Gran Recesión mundial a partir de 2008, los poderes públicos rescataron a los “bancos demasiado grandes para caer”  con ingentes cantidades de dinero.

El rescate en España, pilotado por uno de los suyos -Luis de Guindos, exbanquero de Lehman Brothers y hoy consejero del Banco Central Europeo (BCE)- fue el más caro de toda la Unión Europea: sumamos ya una factura de 74.000 millones de euros. Pero no se trata solo del rescate en sí mismo, sino que, además, durante toda la década siguiente el sector financiero vivió enchufado al crédito ilimitado concedido por el BCE en condiciones extremadamente beneficiosas: un auténtico respirador para toda la banca sobreprotegida.

No hay que atesorar ningún talento especial para coger dinero prestado del BCE en condiciones excepcionales y prestarlo con un interés. Este esquema de apoyo público incondicional, y no supuestas cualidades excepcionales de los banqueros, es lo que salvó a los bancos y condenó a las cajas de ahorro: a los primeros se les permitió acceder a este fabuloso respirador, que en cambio se negó a las desventuradas cajas.

El respirador se ha ido adaptando desde entonces a cada nueva crisis. Cuando se entró en el ignoto terreno de la deflación, con tipos de interés negativos que hacían trizas la posibilidad misma de negocio bancario, el Banco Central siguió prestándoles abundantes sumas de dinero, también a tipo negativo, con lo que los beneficios se lograban ya directamente con este préstamo inicial, sin ni siquiera necesidad de buscar luego a clientes para cobrarles un interés.

Es decir: un fabuloso negocio para los bancos sin hacer absolutamente nada más que tomar prestado un dinero y devolver una cantidad menor a su vencimiento.

¿Cuál es el talento que se requiere para ganar dinero así?

Este mecanismo, alentado por el BCE y concretado por los bancos centrales nacionales, supuso en España 2.863 millones de euros de beneficios a la banca en 2021, como ha explicado Ernesto Ekaizer, y, en consecuencia, una merma equivalente para el Banco de España: una generosa ayuda no incluida en el coste de la reestructuración oficial, pero difícilmente atribuible al “mercado” o al talento de genios de las finanzas o de la “generación de valor”. Si acaso, siguiendo la argumentación de Mazzucato, a genios de la “extracción de valor”.

Y, de repente, llegó la hiperinflación: un escenario catastrófico para el ciudadano de a pie, pero de ensueño para la banca, que ya pudo subir los tipos a todo tren y gracias a ello amasar los famosos beneficios históricos. Hasta el 90% de los fabulosos beneficios de 2022 se deben a la subida de tipos, según los expertos de Bloomberg.

La banca ya no necesita el respirador y se prepara para repartir dividendos nunca vistos en el primer trimestre de 2023, totalmente ajena a la crisis social y mientras sus servicios de estudio y jurídicos advierten contra el peligro de que suban los salarios y del modesto impuesto del Gobierno para sus beneficios extraordinarios, que se proponen recurrir.

Y sin necesidad de guardar demasiado para el día de mañana a pesar de los negros nubarrones que acechan a la economía. ¿Para qué, si ya se sabe que cuando se complique volverá el respirador público?

No es el mercado ni el talento; es el casino: la banca siempre gana.
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Miquel Angel Soria

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Jan 9, 2023, 1:30:10 AM1/9/23
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Enero
9
Elogio de la brevedad

Hoy se publicó, en Filadelfia, en 1776, la primera edición de Sentido común.
Thomas Paine, el autor, sostenía que la independencia era un asunto de sentido común contra la humillación colonial y la ridícula monarquía hereditaria, que tanto podía coronar a un león como a un burro.
Este libro de cuarenta y ocho páginas se difundió más que el agua y el aire, y fue uno de los papás de la independencia de los Estados Unidos.
En 1848, Karl Marx i Friedrich Engels escribieron las veintitrés páginas del Manifiesto comunista, que empieza advirtiendo: Un fantasma recorre Europa... Y ésta resultó la obra que más influyó sobre las revoluciones del siglo veinte.
Y veintiséis páginas sumaba la exhortación a la indignación que Stéphane Hessel difundió en el año 2011. Esas pocas palabras ayudaron a desatar terremotos de protesta en varias ciudades. Miles de indignados invadieron las calles y las plazas, durante muchos días y noches, contra la dictadura universal de los banqueros y los guerreros.

A aquest breu text d'Eduardo Galeano se li podria afegir la carta -La Universal, per a García Márquez- que Rodolfo Walsh (nascut el 9 de gener de 1927) va adreçar a la Junta Militar argentina en la que denunciava els mètodes i objectius de la dictadura militar, despullava tot l'horror de les desaparicions i els camps de tortura i extermini, i feia pública l'entrega dels país que feien govern i oligarquia als poders financers internacionals.
Avui La Universal és un testimoni de la brillantor, del nivell de compromís polític i la qualitat periodística del que va ser un gran escriptor, però encara més un gran revolucionari.


Un cuento de reyes (y reinas)
Isaac Rosa

Como es día de reyes, y lo que esperamos al despertar es un regalo que nos alegre el día, en vez de un artículo hoy les voy a regalar un pequeño cuento. Por supuesto es un cuento de reyes. O de reinas. Es decir, un cuento republicano, que también los republicanos tenemos derecho a ilusionarnos con reyes (magos). Un pequeño ejercicio de política ficción, o hasta de fantapolítica, si prefieren, aunque habrá quien lo vea realista.

La historia comienza con una princesa, como tantos cuentos. A la vuelta de las vacaciones navideñas, la princesa visita un colegio el primer día de clase, que eso es muy de la realeza: visitar un centro de enseñanza, uno público y de barrio, charlar con niños y profesores, hacerse unas fotos, mostrar simpatía, naturalidad. Campechanía incluso. Está a punto de cumplir la mayoría de edad, toca trabajarse la imagen, preparar su futuro reinado, volverse imprescindible para su pueblo ya desde muy joven, ganar ese aura tan propio de la familia real: institucional, solemne, como de moneda o sello, pero a la vez familiar. A su padre le funcionó, confía en que a ella también.

Todo va bien, la princesa recorre los pasillos acompañada por el equipo directivo, hace preguntas sobre el proyecto de centro, se interesa por un mural que denuncia el cambio climático, saluda amistosamente a los estudiantes en el recreo, firma autógrafos en las carpetas, sonríe mucho, a los niños y a los fotógrafos y cámaras que la acompañan. Se asoma a las aulas de los más pequeños, finge asombro y entusiasmo con las manualidades, les pregunta qué les han traído los reyes, protagoniza un par de momentos simpatiquísimos con dos chiquitines encantadores. Finalmente entra en un aula para tener un breve encuentro. Sexto de Primaria. Son los mayores del colegio, pero todavía niños, once años, no darán ningún problema, eso pensaron en su equipo.

Recibida con un aplauso, se queda de pie, se apoya informal en la mesa del profesor, dirige un saludo, algo envarado pese a intentar mostrarse cercana. Pregunta a los estudiantes: cuáles son vuestras asignaturas favoritas, qué tal se os dan las mates, habéis pensado ya qué vais a estudiar. Y la inevitable pregunta: ¿qué queréis ser de mayor? Hay manos levantadas, revuelo, el profesor pide orden, tranquilos, contestad de uno en uno. Yo quiero ser médico. Yo, bióloga, me encantan los animales. Yo seré científica. Arqueólogo, pero de dinosaurios. Futbolista. Profesora.

“Yo quiero ser reina”. La clase estalla en una carcajada al escuchar a la niña de la segunda fila, también la princesa ríe por la ocurrencia. “Lo digo de verdad, yo de mayor quiero ser reina”, insiste muy seria, provocando nuevas risas y ganando toda la atención de los fotógrafos y cámaras, los periodistas acercan micrófonos y grabadoras, ya tenemos la anécdota del día.

-¿Qué pasa, no puedo ser reina yo también? -pregunta la niña, y su tono un poco insolente no deja claro si hay ingenuidad o mala intención en sus palabras, se encienden las primeras alarmas entre los acompañantes de la princesa pero ella mantiene la sonrisa, sigue confiando en una broma infantil, preadolescente, así lo indican las risas del resto de la clase.

-¡Tú no puedes ser reina! -grita un crío en la última fila.

-¿Por qué no? -se gira la niña.

-¡Porque tú no eres hija del rey! -explica el chico, y todavía hay inocencia en la escena, solo los adultos presentes -director, profesora, funcionarios, periodistas- temen una intención política. Por si acaso, alguien debería cortarlo antes de que deje de ser un incidente simpático. La princesa sigue sonriendo, pero hay algo, no sé, rígido en su expresión, una máscara. En realidad nada perceptible ha cambiado en su gesto, son los adultos quienes vemos incomodidad en su sonrisa, los adultos presentes y los adultos que un rato después veremos los vídeos y fotos, pronto virales.

-Dime, ¿por qué yo no puedo ser reina y tú sí? -pregunta directamente la niña a la princesa, con un tuteo que hasta ese momento era signo de cercanía y ahora de repente resulta agresivo. Hay cuchicheos nerviosos en la comitiva, el director propone seguir la visita, se hace tarde, pero todas las cámaras apuntan a la princesa, que sin perder la sonrisa inicia una explicación, un poco titubeante y seguramente impropia para ese auditorio: habla de constitución (Constitución, pronuncia con mayúscula), instituciones democráticas, monarquía parlamentaria, estabilidad, servicio público, y mientras habla, sintiendo sobre ella la mirada de la niña que hizo la pregunta y la de todos sus compañeros y la de quienes la veremos luego en vídeo, la princesa tiene una revelación, punzante e inesperada como un calambre: yo no seré reina.

Como el tópico ese de la vida pasando ante tus ojos en el momento de la muerte, también la princesa ve pasar en un segundo toda su vida, pero su vida futura, lo que vendrá a continuación, en las siguientes horas, días, meses: los telediarios muestran la anécdota del día. “La niña que quiere ser reina”, repiten todavía divertidos. “La niña que puso en un pequeño aprieto a la princesa”, admiten otros. “La niña republicana”, titula un medio digital. Algunos columnistas hacen la fácil analogía con el cuento del emperador desnudo. Las redes sociales comparten el vídeo y generan cientos de memes en pocos minutos.

A la tarde se conoce el nombre de la niña, algún periodista lo averiguó: Elvira. “La reina Elvira”, así la llaman al final del día. Podía haber quedado todo ahí, una anécdota, un pequeño aprieto, pero en los días siguientes el tema da juego en tertulias y columnas de prensa, mientras en redes sociales #ReinaElvira se mantiene en lo más alto. En las calles aparecen pintadas, algún artista gráfico diseñó un retrato de la niña coronada, imitando los dibujos de Banksy, la plantilla es reproducida por las calles de todo el país, y en camisetas que un colectivo republicano vende en internet.

Los habituales bomberos pirómanos entran en escena con todo el equipo: como respondiendo a una orden, decenas de columnistas y tertulianos abandonan el chiste y cierran filas con la monarquía (la Monarquía), ensalzan su papel institucional, los mejores cuarenta y cinco años de nuestra historia, alaban al rey y a la princesa, organizan actos de desagravio. Se pasan de frenada, claro, se exceden en su entusiasmo cortesano y acaban provocando el efecto contrario: la campaña por la “reina Elvira” coge más fuerza, en redes sociales pero también en las calles, con más pintadas y algunas concentraciones ya de indudable signo republicano, ondean banderas tricolores.

No faltan un par de excesos policiales al disolver concentraciones, varias multas por pintadas, y el previsible juez con exceso de celo que admite un par de denuncias por injurias a la corona contra colectivos y ciudadanos anónimos. Todo suma para la campaña antimonárquica, que no deja de ganar adeptos, y además parece tener el viento a favor: una nueva investigación periodística sobre el anterior rey, emérito y exiliado de lujo desde hace años, saca a la luz revelaciones sobre su fortuna, sus prácticas corruptas y sus impresentables amistades; nada que no se supiera, pero que profundiza la crisis de la monarquía. Así la denominan ya los medios más críticos: “crisis de la monarquía”.

Los partidarios del rey y la princesa hacen un intento más, y recurren a otra estrategia habitual en estos casos: echar fango. La niña protagonista del incidente, la tal Elvira, mira tú por dónde, ¡no es la niña espontánea e inocente que podía parecer! Sus padres están vinculados a un partido de izquierda, ajá, ya lo sospechábamos. Participaron en alguna candidatura municipalista tiempo atrás, sus firmas aparecen en manifiestos a favor del indulto de presos independentistas, contra la OTAN y similares. No son trigo limpio. ¡Evidentemente estaba todo preparado, la niña había sido manipulada, lo sucedido responde a una campaña de los habituales enemigos de España! Demasiado tarde, o demasiado alto el tiro: lejos de apagar el fuego, lo aviva más. El debate republicano, inexistente hasta unas semanas antes, gana espacio en los medios pero también en el parlamento, donde varios grupos presentan iniciativas que son tumbadas por la mayoría. La intervención de un diputado a favor de la república se viraliza.

Pasan los meses y la controversia no remite. La niña Elvira, que no ha vuelto a aparecer en escena e incluso sus padres la han cambiado de colegio para protegerla de los medios, se ha convertido en un icono republicano. Llegan las elecciones, y cuando todos esperaban que el tema fuese arrumbado por la contienda partidista, se convierte inesperadamente en elemento central de la campaña. Hay partidos que acuden a las elecciones llevando en su programa un referéndum sobre monarquía y república. Pese a los esfuerzos de los moderadores, algunos candidatos sacan el tema insistentemente en los debates televisivos.

Las elecciones dejan un parlamento fracturado, sin mayoría clara. La única posibilidad de gobierno pasa por una coalición que incluya a los partidos declarados republicanos. La derecha política y mediática pone el grito en el cielo, acusa al todavía presidente de vender la Monarquía, la Constitución, la estabilidad institucional y la unidad del país a cambio de apoyos parlamentarios. Por supuesto, en el frente republicano hay independentistas, comunistas y filoetarras, nada extraño. Hay una gran manifestación monárquica en Colón. Hay pronunciamientos de militares retirados, y un partido de ultraderecha propone defender la monarquía (la Monarquía, o incluso LA MONARQUÍA) en las calles. El mensaje navideño del rey, que se convierte en el más visto de la historia, incluye una defensa de la monarquía que no contenta a nadie: demasiado tibio para los partidarios, moviliza aun más a los detractores.

En medio de una creciente crispación, el partido gobernante rechaza las exigencias de sus socios y acaba por disolver las Cortes y repetir las elecciones. En la nueva campaña electoral el debate republicano gana todavía más presencia, se convierte en el tema central, el eje que divide a los partidos. El todavía presidente se muestra ambiguo cuando le preguntan si aceptaría una consulta. El Constitucional admite preventivamente un recurso para paralizar un referéndum que aún no existe. Los medios hablan de “elecciones plebiscitarias”. Cuando se cierran las urnas, los sondeos apuntan a una mayoría republicana.

Camino del exilio junto a su familia, la princesa recordará aquel día tras las navidades, la visita al colegio, aquella niña, su pregunta inoportuna que ahora, aquí, en el aula, mientras su vida futura pasa ante sus ojos, vuelve a escuchar, repetida:

-¿Por qué yo no puedo ser reina y tú sí?

                                                                             * * *
La propaganda de la propaganda
Fernando Buen Abad Domínguez* (La Jornada)  


Suele ser contraproducente e ingenua (cuando no sospechosa) la fe que algunos depositan en las estrategias mercantiles de propaganda política predominante. Abundan la cursilería, el chantaje y la banalidad en los estereotipos propagandísticos burgueses que suelen pecar de costosos e ineficaces, porque muchos de los clientes son, a su vez, superfluos, cursis, chantajistas y oportunistas. Y les gusta lo mismo. Incluso el engaño.

No son pocas las industrias de la propaganda trasnacionales, infiltradas en el mercado político latinoamericano, que anhelan seducir al destinatario enmarcando a sus clientes en fotos o películas con paisajes idílicos o acompañantes felices… es el recetario básico desplegado por las agencias de imagen que facturan demagogia a raudales. Todas las empresas de propaganda venden principalmente su negocio, sus servicios y su ideología. El cliente cree que trabajan para él, y paga, mayormente, con dinero del pueblo o con donativos generosos que se agencia para devolver, más tarde, de algún modo. No siempre del mejor.

En su lógica narrativa, la industria de la propaganda vende creatividad e ingenio a clientes generalmente iletrados en el campo del diseño o de la logística discursiva. Suelen ser clientes cautivos del individualismo, arrinconados por su vanidad y hambrientos de notoriedad, capaces de sucumbir al relato que les despliegue algún osado vendedor de imagen. Reina en esas estrategias la pachanga cuantitativa que se manosea al antojo del mercado. Tarde o temprano, en la base de la inmensa mayoría de los ejercicios propagandísticos burgueses, está la moral aritmética que se concentra en conseguir el mayor número de votos a cambio de oropeles demagógicos carísimos. Los hemos padecido por décadas.

Muy lejos queda el programa político sustentado en las necesidades objetivas de las luchas sociales. Muy en las sombras queda el marco teórico-político y el sinceramiento de las tradiciones concretas a que rinden obediencia los candidatos. Brillan por su ausencia las denuncias concretas a las desigualdades imperantes y suele omitirse la denuncia contra el capitalismo, causante originario de las mayores desgracias históricas que la especie humana padece. Nadie, o casi nadie, esboza con claridad los caminos para salir de la opresión, la explotación y el saqueo que nos victiman a todas horas y en todas partes. No abunda la propaganda de las ideas o los programas y a cambio se despliega una verborragia ambigua e insustancial que apela a la defensa de la democracia reinante sin interpelar a la democracia burguesa que tantas emboscadas nos ha tendido en todo el mundo. Es un palabrerío literal o iconográfico que además de inútil es costosísimo. En sentidos múltiples.

Para los destinatarios de la propaganda política es casi imposible discernir lo que le exhiben atribulado por los estímulos (mayormente conductistas) que manipulan mensajes con razones empiristas de cierta interpretación oportunista de la cultura, el contexto y la ideología. Los propagandistas sustentan su negocio en la idea de que el receptor es una especie autómata ignorante que votará por una imagen seductora capaz de darle voz a su analfabetismo político y a sus confusiones en un imperio de falacias plagado con desinformación, anti-política e interpretaciones caprichosas sobre la realidad. Es un comercio desleal que fabrica frivolidad, estereotipos, prejuicios y confusiones revestidos con creatividad para obligar al destinatario a preferir una candidatura como se elige una mercancía cualquiera. El mudo reducido al voto que excluye a la crítica, a la contrastación, a la interpelación y al derecho fundamental a ser informado con calidad, exactitud y compromiso. Se elude ingeniosamente la responsabilidad comunicacional de informar, responsablemente, sobre la realidad, la solidaridad y la igualdad.

Toda la industria de la propaganda expresa los vicios de la época, no genera en los destinatarios una conciencia crítica ni un sentimiento de participación directa, ni una reflexión aguda sobre el sistema político en el que estamos obligados a votar. Las mercancías en la industria de la propaganda venden personalismos que dicen representar habilidades de gestión capaces de resolver problemas nunca suficientemente explicitados. Venden habilidades para sostener la cohesión del sistema y los más audaces suelen ser reformistas que ofrecen cambios de superficie que no afecten al fondo del verdadero problema civilizatorio que nos ahoga.

Cuando se expiden las facturas de la industria de la propaganda no hay manera de reclamar responsabilidad por lo que propagan. Inventan su realidad al antojo del cliente y normalmente cancelan la posibilidad de organizar a la comunidad para alcanzar una sociedad con justicia social participativa, dinámica y comunitaria. Tal industria de la propaganda política es una maquinaria impune de manipulación que tiende a cancelar en los votantes, el derecho a discernir la verosimilitud o la falsedad de los mensajes que se propagan. Son máquinas de guerra ideológica autorizadas para mentir si eso fuese del interés central de quien les paga. La industria de la propaganda política es responsable de innumerables fechorías éticas que han construido y reproducido modelos políticos deleznables a lo largo de las décadas y han configurado un principio ideológico de impunidad en el que, con dinero y estrategias territoriales, se puede presentar como salvadores del mundo a cualesquiera cuyos atributos reales sean exactamente lo contrario al bien común y a la mejoría de la vida sin explotación, sin saqueo y sin humillaciones. Urge una revolución profunda en la producción de la propaganda política, pero ahora en manos de los pueblos. Propaguémoslo.

* Director del Instituto de Cultura y Comunicación y Centro Sean MacBride de la Universidad Nacional de Lanús



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Miquel Angel Soria

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Jan 10, 2023, 1:30:24 AM1/10/23
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Escriu Rosa Miriam Elizalde:
"Julio Antonio Mella alcanza a decir que José Magriñá es el
responsable y luego: "¡Machado me ha mandado matar! ¡Muero por la
Revolución!" -És el 10 de gener de 1929- (...) Llueve en la calle de
Abraham González casi esquina con Morelos, en la Colonia Juárez, de
México, y tal vez sea esa cortina de agua y el aire frío que disloca
la compostura de los árboles deshojados, la responsable de esa
melancolía y de la fuerza con la que regresan los ecos de los disparos
y de aquellas palabras".
Tina Modotti, que l'acompanyava en el moment del seu asassinat, escriu
en un document fet públic l'any 2020:
"El asesinato de Julio Antonio Mella en las calles de la capital de
México el 10 de enero de 1929 ha sido uno de los crímenes políticos
más sensacionales cometidos en los últimos años en el mundo, Sin duda
todos recuerdan todavía los detalles de aquel crimen.
Mella ha sido uno de los dirigentes más destacados del movimiento
revolucionario de América Latina. Cubano de nacimiento empezó su
actividad en el movimiento revolucionario organizando a los
estudiantes en asociaciones de izquierda. Gracias a él se creó en Cuba
una Universidad Popular para los obreros. Poco después comprendió que
su mejor servicio para la causa revolucionaria sería dedicar todo su
saber, todas sus capacidades, a las luchas políticas y económicas del
proletariado. Fue uno de los fundadores del Partido Comunista de Cuba
y uno de los dirigentes más prestigiosos del movimiento
antiimperialista latinoamericano."


Yo, juez en campaña
Elisa Beni

Cuanta más inocencia pierde el mundo, más inocencia en la mirada
necesitas para verlo
Martin Amis — Novelista británico

Imaginen que son jueces en campaña. Imaginen que la propuesta del PP
para renovar el Poder Judicial que ha presentado en el Congreso, que
es una añagaza, fuera aceptada por mayoría absoluta; imaginen que nos
creyéramos que esta es una imposición de Europa que no podemos
soslayar.

Imaginen que ese es el bálsamo de Fierabrás para nuestros problemas y
que conseguido un consenso improbable, estamos en un escenario nuevo
en el que los jueces en ejercicio van a elegir a la mayoría de los
vocales del CGPJ —son doce de veintiuno—, y que controlarán así el
órgano constitucional, sin importar realmente qué juristas de otra
procedencia sean nombrados por el Congreso y el Senado. Yo, juez,
estoy en campaña electoral para que me voten mis pares. Eso es lo que
propone, sin querer realmente, porque nunca que han podido lo han
practicado, el Partido Popular para explicar a su parroquia por qué se
niegan, cuan republicanos norteamericanos irredentos, a cumplir su
papel constitucional. Por eso dudo que nunca lo lleven a efecto, los
populares tampoco se fían de los jueces como para entregarles de manos
atadas el poder. Además, tienen antecedentes, cuando Robles y Almenar
cogieron las riendas, nada tuvieron que decir los partidos porque
mandaba la corporación.

Yo, juez, estoy en campaña. No tengo pasta para contarles mi programa
a mis colegas de toda España. ¿Podrán subvencionarme marcas u
organismos? Hazte de una asociación y ellos te procurarán los votos.
Oigan, que más de la mitad de la carrera no está asociada, porque se
conoce bien los mamoneos de las ejecutivas y no quiere ser marcado.
Puede presentarse igual. ¿Y qué hago ejerciendo en Montilla para que
me vote el de Madrid o el de Cubilledo? Use el correo corporativo y
extienda su programa. Misión imposible, hasta para Iván Redondo, pero
voy a probar. Puedo ser ocurrente y ofrecer durante meses o años a mis
colegas un curro gratuito —¿novedades de jurisprudencia? ¿Estudios
sobre temas concretos?— y así, facilitándoles el trabajo hacer que me
conozcan. Casos hay. O también puedo intentar hacerme famoso. Si me
entra un gran caso y la lío parda pero a favor de corporación, miel
sobre hojuelas. A mí en mi juzgado no me entran nunca esos casos. ¿Has
probado la tele? Empiezas a salir aquí o allá y si logras un
equilibrio entre lo que la tele busca y lo que tus colegas aplauden te
harás conocido de toda la carrera. A lo mejor no hay tele para tanto
candidato. Sí, es verdad, mejor intento hacer llegar mis propuestas a
los compañeros o les sorteo cruceros a St. Barth.

Soy un juez en campaña. Voy a comunicarles a mis pares que me preocupa
mucho el mal servicio que damos y la soberbia con la que tratamos a
otras profesiones jurídicas. Voy a explicarles que creo que hay que
endurecer el régimen disciplinario y escudriñar con más afán a los que
se corrompen o simplemente se acomodan, para lograr dar un mejor
servicio al ciudadano y a la sociedad. ¿Estás loco? ¿Quién crees que
te va a votar con semejante programa? Bueno, vale. Pues propongo
rebajar el volumen de trabajo y los módulos y defender a los jueces a
ultranza de todo ataque y exigir aumentos de sueldo y aumentar las
posibilidades de permisos y de situaciones especiales y proteger que
siempre, siempre, siempre se pueda volver a ejercer desde cualquier
sitio porque, a fin de cuentas, todos queremos tener el mayor
recorrido personal y económico posible. Bravo. Eso es un candidato.
Oiga ¿pero eso a los ciudadanos nos interesa algo? No sé, pero es que
yo me debo al voto de los míos, soy un candidato. ¿Por qué nos han
dicho entonces que todo sería mejor para la sociedad si ustedes se
votaban entre ustedes, si ahora sólo prometen cosas para su electorado
que son los otros jueces? Pues como todos. ¿No lo hacen los políticos?
¿Qué esperaba? Ni que fuéramos tontos o ángeles del cielo. Nosotros a
lo nuestro que es lo que importa y lo que da votos. Yo juez candidato.

Ese es el riesgo mayor de la propuesta trampa del PP y de la exigencia
de las asociaciones judiciales de la elección de los jueces por los
jueces. Es obvio que si usted es juez o juez candidato le interesa
pero ¿y a los demás, a la sociedad? No hay otra explicación posible
para convencernos de la bondad inefable de esta fábula que
persuadirnos de que por el hecho de ejercer la judicatura eres un
ángel, desprovisto de intereses, puro, asexuado, divino. No cuela. Ese
es el verdadero motivo de que no nos traiga cuenta tragar con esa
exigencia de las asociaciones judiciales. No les niego que yo hubo un
momento en el que llegué a creerme el afán benéfico y altruista de los
togados por el hecho de serlo. Me caí de ese guindo, como de otros
muchos.

Eso sí, hay una parte de la propuesta realizada por el PP que tiene
mucho interés y en la que se quedan cortos, porque una propuesta
regeneradora de este tipo no les interesa ni a ellos ni a ningún otro
partido político, puede que ni a los mismos jueces. Eso es lo que la
hace especialmente atractiva ¿no creen? A lo mejor si no les renta a
ninguno de ellos es verdaderamente interesante para los ciudadanos.

Se trata, por ejemplo, del amago de elevar el número de años de
ejercicio necesarios para poder ser nombrado para el Tribunal Supremo
o para el Tribunal Constitucional. Les aclaro, cuanto más años de
ejercicio se pidan, más viejo es el candidato, habida cuenta de que
hay que pasar por una carrera universitaria y una oposición y una
escuela antes de empezar a ejercer. Si en vez de diez o quince años se
piden 25 o 30 años de experiencia, inmediatamente se está devolviendo
a la cúpula a los magíster, a los experimentados, a los que ya tienen
menos edad de ser títeres y menos necesidades de futuro alimenticio y
ambicioso. Ahí es donde el PP, amagando con esta idea, se queda corto
y yo le animo a que la eleve y la eleve. Una de las ventajas de la
magistrada Segoviano, al llegar al TC con 72 años, es que poca
obediencia debida debe tener ya que no creo que aspire a recibir
nuevos nombramientos y prebendas al terminar su mandado con 81 años.
¿Se entiende lo que digo? Fue el PP el primero que osó llevar a
cuarentañeros al Supremo para que les duraran para siempre y los demás
partidos, vista la trampa, se unieron a la fiesta. Eleven esa edad.
Hay sitios que están hechos para la sabiduría, la templanza y el estar
de vuelta de todo, que no hay mejor forma de ser independiente que no
ansiar y no desear nada más. Eso sí que nos interesa a los ciudadanos,
aunque estén seguros de que a los partidos no.

El otro derrotero, por el que amaga y no termina de dar el PP en su
propuesta, es el de las puertas giratorias. Quieren dificultar el
regresar de ministro a juzgador y establecen un colchón de dos años en
el que el político-juez quede a disposición del CGPJ para tareas
varias. Eso sería bonito y efectivo si no fuera porque casi ningún
juez que haya dejado de poner sentencias quiere en realidad volver a
ponerlas. Juzgar, poner sentencias, es abrumadoramente agotador.
Créanme, nadie que ha probado está loco por volver a un cutre juzgado
atascado, a decidir, a estudiar, a lidiar con procedimientos y
responsabilidades. Normalmente lo que quiere es otra canonjía. Y a los
partidos lo que les interesa es procurársela, porque así funciona el
clientelismo. ¿Y a los ciudadanos? Esa vaina no va con ustedes,
circulen. Tampoco debería ser posible volver de la empresa privada o
de la abogacía sin límite de tiempo. ¿Por qué aprobar una oposición
con 25 años te permite abandonar el servicio público y emprender para
ganar más pasta o más poder -en la política, en lo privado- y tener
siempre, siempre, siempre el comodín de volver?

Esos son los verdaderos motivos por los que un CGPJ corporativo, con
promesas corporativas, con lealtades corporativas no es del interés de
los ciudadanos, como tampoco lo es un CGPJ partidista, con promesas
partidistas ni lealtades partidistas. Así que el verdadero problema no
es tanto si un órgano constitucional tiene mayoría progresista o
conservadora, sino si tiene una composición de profesionales decentes
e independientes, no sujetos a los designios de un partido ni a los
intereses de su corporación. Gentes que piensen en la sociedad y en
servirlas. Yo, juez candidato, nunca ganaría con tal programa.

* * *

De las nubes de esperanza a la dura realidad en Brasil
Por Eric Nepomuceno

Luego de la asunción presidencial más multitudinaria de la historia de
Brasil el pasado 1 de enero y de una fiesta popular que sacudió a todo
el país, Lula da Silva empezó a gobernar. El presidente y sus
ministros sabían que el escenario de la herencia recibida del
ultraderechista Jair Bolsonaro sería tenebroso: un país literalmente
destrozado en cada aspecto de la vida pública. Pero aun así, hubo
sorpresas y ninguna fue agradable.

Natuza Nery, una periodista de Globo News que no podría ser señalada
de izquierda o lulista, hizo una revelación que puso en claro cómo
Bolsonaro actuó antes de huir a instalarse en Orlando, Florida, lejos
de la mano de la Justicia brasileña. Contó que el sábado 31 de
diciembre, víspera de la asunción de Lula, integrantes de su equipo
fueron al Palacio do Planalto, sede de la presidencia que él asumiría
al día siguiente, para una inspección inicial. Y no pudieron acceder
al despacho presidencial en el tercer piso: la puerta estaba cerrada y
la llave había desaparecido. Fue necesario convocar a un profesional
para abrirla.

Más que una muestra de hostilidad del mandatario fugitivo, se trata de
una muestra de cómo Bolsonaro arrolló no solo las buenas maneras y el
civismo, sino a la democracia misma y sus principios de convivencia.
Una vez más, el ultraderechista reiteró que para él, no existen
adversarios, sino enemigos.

Lula armó un gobierno con 37 ministerios, algo inédito desde la
redemocratización en 1985 luego de 21 años de dictadura militar. Tuvo
que incluir a los partidos que se unieron en una especie de Frente
Amplio para asegurarse la victoria ante Bolsonaro, con un abanico de
posiciones que tampoco tuvo antecedentes en la vida política del país.

Los ministerios clave fueron entregados al PT, partido de Lula.
Algunos de importancia, pero menor, pasaron a los aliados. Y los de
mayor e inédita representatividad, a representantes de sus respectivos
sectores: indígenas, afro-descendientes, mujeres, campesinos y
personas sexodiversas.

En esta primera semana de gobierno, además de anunciar el regreso de
una serie de programas sociales eliminados por Bolsonaro como “Hambre
Cero” y “Bolsa Familia”, se lanzaron medidas urgentes de protección
ambiental y derechos indígenas. También se vio el derrumbe de varias
iniciativas del presidente ultraderechista.

Lula anunció la anulación de decretos que permitieron que proliferasen
en Brasil la distribución de armas y municiones. Además, impuso el
plazo de un mes para que se analicen más de un centenar de medidas que
pusieron bajo secreto de Estado por cien años, a una serie de actos de
gobierno: el objetivo era “preservar la intimidad y la seguridad” de
Bolsonaro y familia, amigos e integrantes de su gobierno.

Ocurre que la ley que determina la aplicación de tal secreto es clara
y concisa. En el caso de Bolsonaro, se quiere ocultar quiénes
visitaron la sede de la presidencia, el Palacio del Planalto
-residencia del mandatario- y el Palacio da Alvorada, algo que la
legislación actual no prevé bajo ninguna hipótesis. Pero el
ocultamiento también alcanza movimientos de ministros y medidas
adoptadas en el Ejército para proteger a militares que rodearon
laboralmente al ultraderechista.

Juristas y analistas políticos aseguran que al eliminar el secreto
impuesto por Bolsonaro, surgirán nuevas y contundentes pruebas de
ilegalidades cometidas bajo sus órdenes. Si se confirma esa hipótesis
y los casos son llevados a la Justicia, lo mínimo que sucederá a
Bolsonaro es que se le prohíba candidatearse a un cargo político
durante ocho años.

Lula y sus ministros han sido cautos, principalmente en relación a
medidas concretas en economía. Las presiones y amenazas de sacrosanta
e invisible entidad llamada “mercado”, se aflojaron indicando su
disposición al diálogo, al menos en este primer momento.

Del lado de Bolsonaro, se observa un palpable vaciamiento de su
figura, elevando las dudas sobre su futuro político. Varios de sus
aliados buscan puentes de diálogo con el nuevo gobierno,
característica consolidada en un país con 32 partidos políticos
activos, de los cuales 22 tienen asiento en el Congreso. En su huida
hacia EE.UU, Bolsonaro se eclipsa cada día más.

En Brasil, Lula sabe que la fiesta se terminó y que es hora de bajarse
de las nubes de esperanza y poner los pies en la dura realidad. Para
eso, realizó el pasado viernes una reunión con sus 37 ministros. El
objetivo: limar asperezas e imponer armonía. Es que ahora habrá que
gobernar. Con urgente paciencia y método.
Vergara. Buenos propósitos.jpg
Manel Fontdevila. Pánico en los Alpes.jpg
Miki y Duarte. Trabajo.jpg
Gonzalo Vilas. Iso do galego.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 11, 2023, 1:32:04 AM1/11/23
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Dos anys i dos dies després de l'intent d'assalt al Capitoli de
Washington, es produeix l'assalt al de Brasília, encara que més
amplificat. Els usamericans, amb l'ajut inestimable de l'OEA, han anat
intentant lliurar-se de l'enemic a l'Amèrica Llatina. La culpa la
tenen els cubans que, ja en el primer intent, no es van deixar fer.
Mentre, maniobres de distracció; primer a Vietnam, i passant per Irak,
Afganistà, Síria o Líbia, i ara a Ucraïna.
Nosaltres, esperant.


Tres eméritos: el bueno, el feo y el malo
Isaac Rosa

Tres eméritos han sido noticia en la primera semana de enero, tres
eméritos de tres poderes bien diferentes: la iglesia católica, la
monarquía y el sindicalismo de clase. El Papa emérito Joseph Ratzinger
a.k.a Benedicto XVI, enterrado en el Vaticano; el rey emérito Juan
Carlos de Borbón, que ha celebrado su 85 cumpleaños lejos de casa; y
el ex secretario general de UGT Nicolás Redondo, fallecido hace unos
días, y que si bien no tenía el inexistente título de “líder obrero
emérito”, era reconocido con similar autoridad y honores.

Qué diferentes los tres eméritos, ¿verdad? Perdonen el recurso fácil y
trilladísimo de parafrasear el mítico título de Sergio Leone, pero es
que en su coincidencia temporal les va al pelo a los tres eméritos: el
bueno, el feo y el malo. Ya se imaginan quién es cada uno.

El bueno es, obviamente, Nicolás Redondo. La unanimidad en su
reconocimiento y la calidez y sentimiento en su despedida, en alguien
que llevaba casi tres décadas fuera de foco, dan la medida de su
importancia. Para quienes crecimos en hogares de izquierda, en los
primeros años de democracia Nicolás Redondo y Marcelino Camacho eran
nuestros working class heroes, leyendas vivas y a la vez tan cercanos
como de nuestra propia familia. Líderes austeros, coherentes y de
principios firmes en un tiempo de cambio de chaqueta y naciente
cultura del pelotazo.

En su muerte se recuerda la histórica e irrepetible huelga de 1988, el
14D cuya alargada sombra sigue pesando sobre el sindicalismo posterior
hasta hoy. Los más jóvenes no pueden hacerse idea del terremoto que
supuso aquella jornada de calles vacías y televisión en negro, pero
también dejó una fractura traumática en la familia socialista, entre
el partido y el sindicato durante un siglo hermanos. Durante las tres
mayorías absolutas del PSOE, el sindicalismo de clase fue la única
oposición real, sin la que el giro liberal del felipismo habría sido
más profundo, rápido y doloroso. Fiel a su militancia obrera, Nicolás
Redondo eligió siempre el sindicato frente al partido, desde su
renuncia inicial a dirigir el PSOE, hasta su alejamiento y finalmente
ruptura con el gobierno de González.

Con sus contradicciones y sombras, que también las tendría, hay que
reconocer la enorme deuda que la clase trabajadora en España tenemos
con Nicolás Redondo. Vaya mi agradecimiento y recuerdo.

El feo de este trío de eméritos le ha tocado a Joseph Ratzinger, el
Papa Benedicto XVI. Obviamente no me refiero a su fealdad física, sino
a la fealdad de su breve papado, tan feo que por contraste Bergoglio
nos resulta de natural guapo sin mucho esforzarse. Llegó al Vaticano
tras haber sido durante años la mano derecha de Juan Pablo II (que
como Papa era de derechas, no, lo siguiente; así que imagínense lo que
significaba ser su “mano derecha”), y en las notas de prensa en su
elección todos subrayamos dos palabras: nazismo e inquisición. Lo
primero lo disculpamos porque era muy joven cuando ingresó obligado en
las Juventudes Hitlerianas; lo segundo se refería a sus años como
prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo
Oficio, sí), cargo en que fue un auténtico inquisidor de la ortodoxia,
imponiendo el rigor doctrinal y persiguiendo a teólogos de la
liberación, sacerdotes progresistas en general y aperturistas al
entendimiento con otras religiones.

Como Papa fue lo mismo que Juan-Pablo-Segundo-te-quiere-todo-el-mundo,
pero sin su carisma. Igual de intransigente con la checklist habitual
del ultracatolicismo: aborto, sexo, anticonceptivos, homosexualidad,
eutanasia… Check, check, check, no dejó ni una sin marcar. Pero además
su papado estuvo marcado por escándalos de corrupción, la filtración
del Vatileaks, y los casos de pederastia por todo el mundo. La muerte
le ha librado de ser el primer papa en sentarse en el banquillo, por
presuntamente encubrir abusos sexuales cuando era arzobispo en Munich.
Ya digo: feo, feo.

El bueno Nicolás Redondo, el feo Ratzinger, y el malo, pues ya saben,
nuestro emérito de cabecera: el rey Juan Carlos, que lleva tres años y
medio en su exilio dorado, impune y sin abrir la boca ante la sucesión
de escándalos. El jueves pasado cumplió 85 años, pero su aniversario
ha pasado desapercibido. Qué diferente hace unos años, cuando cada 5
de enero merecía páginas de periódico y minutos televisivos de
peloteo, felicitaciones y regalos institucionales, y no faltaba su
campechanía para contarnos lo bien que estaba, en plena forma.

Cuando hace una década cumplió 75 hubo un generoso despliegue
informativo y nos hartamos de ver su álbum de fotos, aunque ya estaba
perdiendo popularidad. Solo unos años antes, al cumplir 70, todavía
vigente el “pacto de silencio” político y mediático, el rey montó (o
le montamos, más bien) una cena oficial en palacio con 500 invitados.
Pueden leer aquí la lista de invitados al cumpleaños. A la hora de los
brindis tomó la palabra y expresó su “orgullo por lo mucho que juntos
hemos conseguido”, y su “renovada determinación de seguir trabajando
como Rey, con la misma pasión y entrega, al servicio de España y de
todos los españoles”. No hace falta que yo añada nada, ¿verdad?

Ahí los tienen, tres eméritos que se han ganado su lugar en los libros
de historia y que recordaremos por motivos bien diferentes: el bueno,
el feo y el malo.

* * *

Brasil: crónica de un ensayo anunciado
Por Atilio A. Boron (Página 12)

Lo ocurrido en Brasil es algo inédito en la historia de ese país.
Pero, paradójicamente, era algo previsible. Hubo muchas señales de que
la derecha radical, neofascista o neonazi, no estaba dispuesta a
permitir que se consumara en paz y ordenadamente la asunción de Lula
como nuevo presidente del Brasil. Claros indicios de que apostaba a un
golpe militar, para lo cual golpeaban la puerta de los cuarteles y
acusaban públicamente de cobardes a los militares por no “rescatar al
país” de las garras del comunismo y su arma mortal: “la ideología de
género”.

Lo mismo que se hizo en Chile en los meses finales del gobierno de
Salvador Allende. La receta es la misma, “made in America”: movilizar
a un segmento de la “sociedad civil”, ganar las calles, precipitar la
intervención militar y tumbar al gobierno indeseable. Por eso lo
ocurrido era algo que estaba presente en el nefasto “clima de época”
alimentado por la inexorable declinación de Estados Unidos como
superpotencia mundial y su recargada virulencia.

El signo de esa revuelta bolsonarista guarda una notable similitud con
lo acaecido casi exactamente dos años antes en el Capitolio de Estados
Unidos. En este país tuvo lugar un 6 de enero, en Brasil el 8. La
coincidencia no es casual, habida cuenta de la existencia de una muy
activa y muy bien financiada internacional neofascista que tiene como
su gurú ideológico y organizacional a Steve Bannon, exasesor de Donald
Trump. Pero las coincidencias no terminan allí. El objetivo fue el
mismo: demostrar cómo un grupo decidido y relativamente pequeño (en
Brasil, unas cuatro mil personas) puede apoderarse a voluntad de la
sede de los tres poderes del Estado y, si algunas condiciones maduran,
hacer que las fuerzas armadas den un paso al frente y consumen la
re-edición del infausto golpe de estado de 1964. Por eso lo ocurrido
es un ensayo, una prueba. Seguramente volverán a la carga para crear
una situación que finalmente termine por convertir en inevitable un
arbitraje militar.

Claro que lo anterior depende en gran medida de lo que haga el
gobierno de Lula. Por empezar tendrá que decretar la intervención de
la gobernación de Brasilia, cómplice necesaria por su pasividad ante
los revoltosos. Tendrá también que reemplazar a la cúpula de los
servicios de inteligencia del Estado, que fueron incapaces –o no
quisieron- anticipar esta situación y advertir a las autoridades del
peligro que se avecinaba. Y otro tanto tendrá que hacer con las
fuerzas armadas. Por otra parte, el presidente Lula tendrá que
convencerse que deberá movilizar y organizar a su base electoral y
recuperar el control de calles y plazas. En caso contrario, la
estabilidad de su gobierno podría llegar a verse muy comprometida. Ni
las instituciones ni las diversas ramas del aparato estatal le
responden tal cual manda la Constitución. Su único reaseguro es la
movilización popular.

Hablábamos más arriba del “clima de época” en el que hay que enmarcar
lo sucedido. Repasemos: en 2021 se produjo lo del Capitolio; el 2022
fue pródigo en acontecimientos similares. En Julio miles de
manifestantes en Sri Lanka tomaron por asalto la residencia oficial y
la oficina del presidente, e incendiaron la del primer ministro. El
signo político no era reaccionario, pero la forma de la protesta sí lo
fue. En diciembre se frustró un intento neonazi de ocupar
violentamente el Bundestag y varios parlamentos de los Landers
alemanes. En septiembre se produjo el frustrado intento de magnicidio
en contra de Cristina Fernández de Kirchner, aún lejos de estar
esclarecido; en diciembre la destitución de Pedro Castillo en Perú;
ahora la tentativa en Brasil. Y antes, a no olvidarlo, tal vez
inaugurando este ciclo, el cruento golpe neofascista en Bolivia.

El obvio pero sistemáticamente negado “déficit democrático” de los
sistemas políticos que se pretenden democracias (¡y que no lo son!) se
combina con los efectos de la crisis capitalista y los desquiciantes
movimientos de las placas tectónicas del sistema internacional en
Ucrania y Taiwán. Y esto, políticamente hablando, es dinamita. Para
desactivar esta bomba de tiempo se requerirá de mucha habilidad
política, inteligencia y fuerza, para tomar decisiones difíciles que
provocarán encendidos debates. Ojalá que Lula pueda demostrar que
posee esas virtudes.
Vergara. Listas de espera.jpg
Rep. Piquetes.jpg
Manel Fontdevila. Los monstruos.jpg
Nanino. Realismo.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 12, 2023, 1:31:06 AM1/12/23
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12 de gener de 2008. Quan un poeta ens deixa, correm el risc de que l'abandó sigui total. Qui es deu atansar ara a la llibreria a comprar una obra d'Ángel González? Hi serà al fons editorial?
L'any 1996, Paco Ignacio Taibo I escriu al pròleg de A Todo Amor. Antología personal (Visor):
"Hay un curioso instante en el que el poeta tiene conciencia de que es poeta; es el momento de la revelación y el hallazgo; el asombro también. El poeta a partir del momento en que se sabe poeta, ha de mirarse de otra manera a sí mismo, hereda de pronto todo el prolongado prestigio del oficio y se advierte tocado por la magia (...) Yo estaba a allí cuando Ángel González supo que era poeta y al mismo tiempo yo supe que Ángel González era poeta.(...) Para que Ángel González se llamara Ángel González, fueron necesarios

hombres de toda mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo". 

 Afortunadament, el poeta encara segueix entre nosaltres.



Tranquilos, que España no es Brasil
Isaac Rosa

Os veo preocupados por si dentro de un año, tras las elecciones generales, nos encontramos en España con un grupo de mamarrachos violentos asaltando el Congreso y la Moncloa, como el domingo en Brasil o hace dos años en el Capitolio norteamericano. Así que vengo a tranquilizaros: no, España no es Brasil, aquí no tenemos una derecha empeñada en cuestionar la democracia como Bolsonaro. Pero sobre todo, lo de Brasil no es un estallido repentino, son décadas de cocción a fuego lento: Bolsonaro lleva al menos 30 años cuestionando la democracia, arrojando sombras sobre los procesos electorales y deslegitimando a sus rivales. Solo así se entiende el reventón del otro día, que haya tanta gente dispuesta a comprar la trola conspiranoide. Para comprobarlo, repasemos algunos hitos en la carrera de Bolsonaro, y ya verán cómo no son comparables:

1993. Bolsonaro pierde unas elecciones que su partido y los medios afines daban por ganadas. En la misma noche electoral, dos jóvenes dirigentes bolsonaristas llamados Javier Arenas y Alberto Ruiz Gallardón cuestionan los resultados e insinúan un posible pucherazo, como se puede ver en este vídeo.

1993-1996. Tras su derrota, el bolsonarismo se conjura para derribar al gobierno socialista y provocar un adelanto electoral. Una operación de acoso y derribo, dispuestos incluso a poner en riesgo “la estabilidad del Estado”, y en la que participaron políticos pero también directores de medios, periodistas, columnistas y “algunos medios financieros”, como reconoció tiempo después uno de los conjurados, Luis María Anson: “Había que terminar con el presidente, y era la única manera de sacarlo de ahí”.

2004. Tras ocho años en el poder, poco antes de las elecciones se produce un atentado terrorista con casi 200 muertos. El gobierno de Bolsonaro intenta durante varios días manipular la información a su favor, miente a sabiendas, oculta datos y presiona a directores de periódicos. No consigue su objetivo, pierde las elecciones, pero una parte del bolsonarismo no aceptará el resultado electoral y se instalará durante años en una teoría de la conspiración.

2004-2008. El bolsonarismo alienta la citada teoría de la conspiración, construida y difundida desde sus medios afines. Durante años una parte del bolsonarismo insistirá en la idea delirante de una trama policial y política para desalojarlo del poder, implicando en la misma a otros países, servicios de inteligencia, cloacas del Estado y adversarios políticos, además de insultar miserablemente a las víctimas y sus familiares. “Los que idearon los atentados no están ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas”, dijo el líder derechista brasileño en unas polémicas palabras que avalaban la visión conspiranoide. Aunque quedó demostrada la falsedad de su tesis, todavía hoy te encuentras votantes bolsonaristas convencidos de que les robaron aquellas elecciones.

2018-2022. Tras un nuevo paso por el gobierno, Bolsonaro es desalojado del poder mediante una moción de censura. A partir de ese momento el bolsonarismo lanza un único mensaje: el nuevo presidente socialista “es un presidente ilegítimo”, pues fue apoyado por “partidos contrarios a la Constitución, comunistas, separatistas y terroristas”. Ilegítimo, pero también traidor, felón, desleal, golpista y el calificativo más querido por la ultraderecha: okupa. Un agresivo Bolsonaro pedía ayuda “para echar a este okupa”. Pese a que el socialismo gana en las dos siguientes elecciones, el bolsonarismo mantendrá la acusación de ilegitimidad y bloqueará la renovación de los órganos judiciales para conservar el control sobre los más altos tribunales.

Pues ya lo ven: el asalto golpista de Brasil no ha ocurrido de repente. Son al menos treinta años de no aceptar por las buenas las derrotas electorales, cuestionar el sistema democrático cuando no le favorece, bloqueo institucional, conspiraciones y deslegitimación del adversario. Solo así se explica que tanta gente compre su relato. Por suerte nosotros estamos muy lejos de eso, ¿verdad? A ver si así, llamando a las cosas por su nombre, se entiende.

                                                             * * *
Francia se inquieta
Vilma Fuentes (La Jornada)

Cabría preguntarse cuáles son los motivos de las críticas y la tristeza expresadas ante el discurso y la actitud del papa Francisco durante la ceremonia fúnebre de la misa dedicada al recién fallecido Benedicto XVI. Sobre todo cuando estos comentarios y reproches no provienen de anticlericales empedernidos, de integristas islámicos, militantes de religiones adversas o de partidarios del ateísmo. La cuestión es legítima cuando los murmullos y las reprobaciones se manifiestan, curiosamente, en medio de fervientes fieles católicos de Francia.

Los reproches son variados, más o menos expresivos, algo ambiguos: la brevedad de la ceremonia, una homilía donde Su Santidad Francisco hizo una sola y mínima alusión al pensamiento, la obra y la persona del difunto Papa, cierta distancia, si no sequedad, en la conducta de Francisco hacia su antecesor cuando se piensa que Benedicto XVI hizo un elogio expresivo y convincente del hombre que heredó el pontificado. Nuevas lamentaciones de los fieles que se agregan al murmullo de quejas que se levantaron ante algunas disposiciones de Francisco que contradicen principios religiosos dictados por Benedicto XVI durante su ejercicio de pontífice.

Reproches que, sin duda, se originan en estratos más profundos, anteriores, de la actual evolución del cristianismo en Europa y, particularmente, en Francia. Ya desde hace buen tiempo, la jerarquía católica francesa no ha hecho gran cosa, por no decir que no ha hecho nada, para detener la progresión de un proceso de descristianización en este país. Los ataques a las iglesias católicas se suceden sin que haya mayor protesta, mientras la más ligera agresión a una mezquita o a una sinagoga levanta la indignación general. ¿Para qué hablar de la profanación de tumbas en los cementerios católicos, que pasan más o menos desapercibidas, mientras las degradaciones en camposantos de las otras dos importantes religiones, aunque netamente minoritarias, sean condenadas y causen numerosas manifestaciones de protesta. El wokismo y la política correcta a la moda censuran, de inmediato, cualquier expresión que parezca antisemita, musulmana o judía. Como si la Iglesia católica se sintiera culpable de la evangelización de otros pueblos, la suplantación de otros cultos por el cristiano, las Cruzadas, en fin, el dominio religioso sobre buena parte del planeta, el clero dirigido desde el Vaticano ha ido cediendo el terreno a otras creencias y parece renunciar a un lugar que deja vacío de espiritualidad. Pero la necesidad de lo espiritual busca y encuentra esa espiritualidad en la práctica y la fe de otras religiones, como la musulmana en sus formas suaves, o, por el momento minoritariamente, en las formas más agresivas y fanáticas del islamismo.

Hasta ahora las cabezas del pontificado habían procurado cierta neutralidad en nombre del ecumenismo religioso. Por vez primera, el Papa es originario del continente americano. Es lógico un cierto tercermundismo de un pontífice nacido en Argentina. Pero Su Santidad Francisco parece creer que el gran remplazamiento es el único futuro posible de Europa: la desaparición del cristianismo en un continente poblado por islamistas. El Papa, así, no puede prever la vida de la Iglesia católica más que en América Latina.

En estos tiempos tambaleantes de demolición de la cultura francesa y la civilización occidental, la cual no podría dejar de extenderse a otros continentes dado el carácter conquistador del islamismo, sería necesario, si queremos sobrevivir un poco de tiempo más, sin por ello ignorar la fugacidad de la Historia humana, meditar en una frase cuya profunda sabiduría puede alargarnos la vida. Frase de Paul Valéry, inscrita en el frontón del palacio del Chaillot frente a la torre Eiffel: Nous, civilisations, savons que nous sommes mortelles.

Esta advertencia suena hoy con fuerza y muchos franceses temen asistir a la desaparición de su cultura, su tradición y su espiritualidad.
Hernández. Así no se puede.jpg
Umpiérrez. Bandera de Brasil.jpg
Daniel Paz -Rudi-. ¿Què mirás, bobo.jpg
Manel Fontdevila. Asaltos.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 13, 2023, 1:30:44 AM1/13/23
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Enero
13
Tierra que brama

En el año 2010, un terremoto tragó buena parte de Haití y dejó más de
doscientos mil muertos.
Al día siguiente, Pat Robertson, telepredicador evangélico, lo explicó
desde los Estados Unidos: este pastor de almas reveló que los negros
haitianos eran culpables de su libertad. El Diablo, que los había
liberado de Francia, les estaba pasando la cuenta.

Eduardo Galeano

Si no és el mateix, predicadors evangélics apareixen al Capitol
usamericà i a Brasília. Com diria el poble: que Deu ens agafi
confesats.


Cuca Gamarra y el “fascismo eterno” de Umberto Eco
Javier Pérez Royo

“No sé definir la pornografía, pero, cuando la veo, la reconozco”. Son
las palabras del juez de la Corte Suprema de EEUU Potter Stewart, por
las que es recordado más allá del ámbito judicial o académico. Las
pongo en conexión siempre que las recuerdo con las palabras de Iñaki
Gabilondo en la primera entrevista en la que le preguntaron por Vox.
“He vivido casi la mitad de mi vida bajo el Régimen del General Franco
y reconozco al franquismo en cuanto lo veo”, respondió Iñaki. Vox es
franquismo, esa forma singular española de expresarse el fascismo
“originario” o “eterno” en los términos en que lo caracterizó Umberto
Eco (Los 14 síntomas del fascismo eterno; CTXT, 16/01/2019).

“Las apariencias engañan”, dice un conocido refrán. Justamente por
eso, es necesaria la ciencia, añadiría Carlos Marx. “Si la forma de
manifestación de los fenómenos económicos en la superficie de la
sociedad coincidieran con la determinación interna de los mismos, la
ciencia sería superflua”. La ciencia es necesaria porque las cosas no
son lo que parecen. Esto es conveniente recordarlo de manera
permanente, especialmente en esta época de “posverdad” y de bullshit.
Sin ciencia no es posible la democracia como forma política.

Pero “no hay regla sin excepción” y hay determinadas manifestaciones
de algunos delitos en los que las apariencias no engañan. La negación
de las apariencias en estos casos son expresión de lo que Donald Trump
y su gente defendían y defienden con su teoría de los “hechos
alternativos”.

Viene a cuento esta introducción a raíz de las palabras de Cuca
Gamarra sobre el asalto a las sedes de los tres poderes del Estado en
Brasil. En España, con Pedro Sánchez, sería un caso de desórdenes
públicos, vino a decir, como si la reciente reforma del Código Penal
hubiera hecho desaparecer el delito de rebelión de nuestro
ordenamiento y hubiera tipificado como desórdenes acontecimientos como
el asalto al Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021 o el asalto
a las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia este pasado
domingo.

Por esta razón, las palabras de Cuca Gamarra, salidas directamente de
Génova 13 y utilizando el canal oficial del PP para transmitirlas, no
son solamente indecentes, como las ha calificado Joan Baldoví, sino
que son una forma de manifestación del “fascismo originario” o
“fascismo eterno” tal como lo caracterizó Umberto Eco.

Pero, puesto que a la señora Gamarra le gusta comparar lo que ocurre
en España con lo que ocurre en otros países iberoamericanos, como
Brasil ahora y Venezuela antes, me parece que resulta oportuno hacerle
la siguiente pregunta: ¿Qué tienen que ver las imágenes de Brasil que
ha visto todo el mundo este pasado domingo con las imágenes del 1 de
octubre de 2017 en Barcelona? ¿Hay alguien que pueda equiparar las
conductas de los ciudadanos de Catalunya acudiendo a unas escuelas a
depositar una papeleta en una urna con la violencia de los energúmenos
brasileños de este pasado domingo? ¿Todas pueden ser calificadas como
constitutivas del delito de rebelión? ¿Lo ocurrido en Catalunya el 1
de octubre de 2017 tiene la misma naturaleza que lo ocurrido en
Washington el 6 de enero de 2021 o en Brasilia este pasado domingo?

Porque los miembros del Govern y de la Mesa del Parlament y los
presidentes de Omnium y la ANC fueron procesados por el delito de
rebelión, aunque al final fueran condenados por el delito de sedición.
Pero la calificación como delito de rebelión fue la que dominó todo el
proceso. La que permitió que permanecieran durante el desarrollo del
mismo en prisión. La que permitió que se les aplicara el artículo 384
bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para dejar en suspenso su
condición de parlamentarios ganada en las urnas. La que permitió al
Tribunal Supremo torpedear la sesión de investidura en Catalunya en
más de una ocasión. Y varias más que no es necesario reseñar en un
artículo como este.

La monstruosidad de esa calificación penal y el desarrollo de todo el
proceso con base en dicha calificación es lo que la comparación de las
imágenes de Barcelona del 1 de octubre de 2017 con las imágenes del
asalto al Capitolio en Washington, para impedir la certificación de un
resultado electoral, o con las imágenes de Brasilia, para incitar al
ejército a intervenir, pone de manifiesto.

Esto es lo que resulta escandaloso y no la desaparición del delito de
sedición de nuestro ordenamiento, de donde debía haber desparecido
hace muchos años. Porque el delito de sedición es un delito
predemocrático, que carece de sentido en el siglo en que vivimos. No
ha habido ni una sola condena por sedición en las democracias europeas
después de la Segunda Guerra Mundial.

“España apesta a franquismo”, dijo Rafael Chirbes en su última
entrevista en El Periódico pocos meses antes de morir. Esa peste a
franquismo es la que reflejan las palabras de Cuca Gamarra sobre lo
ocurrido en Brasil el pasado domingo. Que fue, además, la primera
reacción oficial del PP, no desautorizada posteriormente por el
presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo.

* * *

Por qué lo de Brasil o el Capitolio podría ocurrirnos
Javier Gallego

El peligro para las democracias tiene un nombre: ultraderecha. También
se le conoce por otros: fascismo, trumpismo, bolsonarismo… Dos años y
dos días después del esperpéntico asalto al Capitolio de Estados
Unidos, una turba de bolsonaristas brasileños hizo exactamente lo
mismo tomando las sedes del Congreso, la Presidencia y el Supremo de
Brasil como una tragicómica horda de bárbaros. A nadie puede
sorprenderle la repetición de la jugada. Como Trump, Bolsonaro se ha
negado a reconocer su derrota electoral. Como Trump, ha sembrado dudas
sobre el proceso electoral. Como Trump, ha evitado asistir a la
transición de poder. Como Trump, ha alentado las manifestaciones por
todo el país contra la victoria de su rival político. Como Trump, ha
tardado horas en condenar el asalto y lo ha hecho de medio lado. Y
como Trump, ha rechazado su implicación en los hechos. Tanto monta
monta tanto, Trump como Bolsonaro.

El patrón es el mismo. Creas una masa enfurecida de negacionistas y
conspiranoicos a base de inyectarles, por redes y medios, cantidades
industriales de bulos y propaganda. Deslegitimas a tu adversario
acusándole de rojo, masón, corrupto, ilegal, terrorista, bolivariano…
Siembras dudas sobre el proceso electoral, sobre los políticos y la
política, sobre la democracia misma. Agitas todos los ingredientes en
la coctelera y te sale un cóctel molotov que estalla en una llamarada
de rabia y odio. La muchedumbre se lanza sobre las instituciones para
recuperar el poder que creen que les ha sido robado. Son golpistas
salvando al país de un supuesto golpismo. Es la “Noche de los
Cristales Rotos” de la nueva ultraderecha. Como en el nazismo, se
utiliza a civiles para desatar el caos. Como en el nazismo, hay
fuerzas de choque avivando el fuego.

Llama la atención cómo estas hordas entran en los Parlamentos sin
apenas oposición policial. No son solo cuatro chalados, es el aparato
el que conspira con ellos. Durante semanas han acampado por todo el
país y frente al cuartel militar de Brasilia, Bolsonaro los recibió en
el palacio presidencial, su mujer fue a rezar a la acampada, miles han
llegado en autobuses financiados por empresarios golpistas, el
gobernador del Distrito Federal es bolsonarista, el secretario de
Seguridad del DF fue ministro de Seguridad con el anterior gobierno y
Lula cometió el error de nombrar como ministro de Defensa a un
conservador que veía las manifestaciones con buenos ojos y no tomó
ninguna precaución para evitar el asalto. Es la crónica de un golpe de
Estado anunciado. Es la ultraderecha empresarial, militar, mediática y
política conjurada para provocar el levantamiento.

Pasó en Estados Unidos, ha pasado en Brasil, puede pasar en España.
Aquí la oposición lleva años macerando el caldo de cultivo que ha
reventado la olla en Norte y Sudamérica. Aquí tenemos a militares que
sueñan con fusilar a media España, que disparan a dianas con la cara
del presidente y sus ministros o envían balas a los miembros del
Gobierno. Aquí tenemos jueces del más alto grado declarándose en
rebeldía ante la Constitución y cloacas políticas y periodísticas,
policiales y judiciales, confabulándose contra las urnas. Aquí los
medios ultraconservadores han empezado a esparcir la sospecha sobre el
proceso electoral. Aquí la portavoz del PP, Cuca Gamarra, ha
reaccionado al asalto contra Lula acusando a Pedro Sánchez de
blanquear los golpes de Estado en España (en referencia a los
catalanes). Así construye el golpismo la ultraderecha: les dice a los
suyos que nuestro presidente es golpista así que está justificado
derrocarlo. Por el medio que sea. Deberíamos aprender de lo que ha
ocurrido en Brasil y EE.UU. y depurar de las instituciones a todos los
elementos antidemocráticos que ponen nuestra convivencia en riesgo.

Hablemos claro. Cada vez que el PP pacta gobiernos con los amigos de
Bolsonaro y Trump, cada vez que Ayuso, Abascal o ahora Feijóo pone en
duda la legitimidad democrática del Ejecutivo y sus socios, cada vez
que acusan al Gobierno de coalición de okupa, están creando el clima
para que ocurra lo mismo que en Washington y Brasilia. Si te pasas el
día llamando al gobierno ilegítimo y golpista, acusando al presidente
de dictador, calificando sus medidas de inconstitucionales y
descalificando al Parlamento que le apoya, no te extrañe que alguien
te crea y dé un golpe de Estado creyendo que defiende a su país.

Es un movimiento global de la ultraderecha contra las democracias.
Está sucediendo en Estados Unidos donde el ala más reaccionaria de los
republicanos bloquea la elección del presidente del Parlamento. Está
sucediendo en Italia y en la Iglesia Católica en todo el mundo donde
desde Meloni, Salvini, Abascal, Bannon y Orban a los prelados más
reaccionarios se movilizan para acabar con el Papa Francisco después
de la muerte de Ratzinger. Está sucediendo en España donde han
convocado otra manifestación en Colón contra “el golpe a la
democracia” del gobierno. Lo venimos avisando desde hace años, lo que
ha sucedido al otro lado del charco podría suceder a este lado. Hasta
ahora los golpes han fracasado, pero podrían tener éxito.

Algo falla en nuestras sociedades cuando los demócratas no son capaces
de hacer la democracia más atractiva que el golpismo. No se trata solo
de parar a los golpistas, se trata de hacerlos indeseables para la
mayoría del pueblo. Se trata de hacer ver que los que dicen defender
el orden son el caos. Se trata de señalar a la derecha que es cómplice
y responsable de darles aliento. Se trata de repetir que el peligro
para la democracia no es la extrema izquierda: es la extrema derecha
la que asalta los Parlamentos.
Vergara. Perfil moderado.jpg
Rep. Sponsors.jpg
Miki y Duarte. Brasil.jpg
Fisgón. Experiencia.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 16, 2023, 1:31:30 AM1/16/23
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El periodista cubà Iroel Sánchez va crear la pàgina web La pupila
insomne. D'ella va sorgir el programa de la Tv cubana La Pupila
asombrada. Al darrera es troba la figura de Rubén Martínez Villena,
advocat, poeta, mort a La Habana el 16 de gener de 1934.
Silvio Rodríguez va posar música a alguns dels seus poemes.

https://www.youtube.com/watch?v=z-xMHHyWCqI


Feijóo no es Bolsonaro, Ayuso no es Trump, no nos pasemos
Javier Gallego

Me desdigo. Reniego de mi artículo anterior. España no es Brasil,
Feijóo no es Bolsonaro, Ayuso no es Trump y Abascal no es franquista,
no nos pasemos. Aquí no puede ocurrir lo que ha ocurrido en Brasilia
ni en el Capitolio de Estados Unidos. La derecha española ha cerrado
filas con la democracia y el Gobierno después del asalto a las
instituciones brasileñas. Feijóo ha sido claro. Ha negado haber
calificado a Sánchez como “líder soberbio”, “caudillista” o
“presidente más autoritario de la democracia” y ha criticado con
dureza a quienes sugieren que prepara un “asalto institucional” para
“perpetuarse” en el poder. Eso son paparruchas, bulos de Ok Diario, ha
comentado risueño ante Eduardo Inda que ha pedido perdón por
inventarse más noticias que una granja de bots chinos.

El moderadísimo líder de la oposición está convencido de que “hay
multitud de indicios racionales que acreditan que” NO “existe un plan
premeditado para alterar sustancialmente las bases de la convivencia
democrática” y que nadie puede decir que en España no se respeta “la
democracia parlamentaria”. Es una infamia decir que Pedro Sánchez ha
convertido “a toda la nación en rehén” del independentismo y el
terrorismo, ha rematado con énfasis en un foro del diario ABC en el
que empresarios, políticos y periodistas, demócratas todos, han
mostrado su adhesión al parlamentarismo y las mayorías parlamentarias.

¿Y cuál es la mayoría parlamentaria en España?, le ha preguntado un
periodista un poco quisquilloso. El gallego ha explicado pacientemente
que la mayoría la forman los no menos de 185 votos con los que el
Gobierno ha aprobado sus Presupuestos y sus leyes y la minoría es el
PP que tiene solo 88 diputados, 32 menos que el PSOE. Una cosa es
hacer oposición y otra muy distinta cuestionar el resultado de las
urnas y de las votaciones del Congreso, ha zanjado entre sonoros
aplausos, con la sala puesta en pie lanzando vivas a la democracia.

Entre los asistentes, la más efusiva aplaudiendo era Isabel Díaz
Ayuso, que ha reconocido que es una exageración llamar a Sánchez
“tirano” y “autoritario”, expresiones que jamás ella le hubiera
dedicado, mucho menos insultos como “felón”, “traidor”, “incapaz”,
“mediocre”, “mentiroso compulsivo”, “incompetente” o “catástrofe”,
como hizo Pablo Casado. De hecho, por su incontinencia y su extremismo
la presidenta madrileña tuvo que echarle a patadas del partido, según
ha confesado horas después en los micrófonos de Federico, al que
también se le ha escapado algún “viva la democracia, muera el
golpismo”.

En la misma línea se ha expresado el líder de Vox, Santiago Abascal,
que ha retirado su denuncia contra el Gobierno en el Supremo por
“conspiración para la rebelión” y se ha denunciado a sí mismo por
decir que la reforma del Código Penal es “un golpe de Estado”. Hay
días en los que se le calienta el morro y se viene arriba como
Carrero, ha confesado el líder ultra mientras se abofeteaba en la boca
por la que habían salido palabras como “okupa” o “dictador” dirigidas
al presidente y sus ministros.

También Cuca Gamarra ha mostrado su arrepentimiento y ha borrado el
tweet en el que decía que en España lo que había pasado en Brasil
serían solo “desórdenes públicos” por culpa de la reforma de Sánchez
del delito de sedición. Poco después, ha publicado otro pidiendo
perdón porque los independentistas no fueron condenados por “sedición”
sino por “rebelión”, un delito en el que no existe violencia
instrumental contra el orden constitucional. El que tiene boca se
equivoca y Twitter lo carga el diablo, se ha excusado la portavoz
parlamentaria del PP, abofeteándose la mano con la que tuitea.

En tromba han salido otros compañeros suyos a disculparse por comparar
las manifestaciones de “Rodea el Congreso” con lo sucedido en Brasilia
y Washington. Entre ellos, el propio Feijóo y el también moderadísimo,
Borja Sémper, nuevo portavoz de los populares que se ha estrenado
haciendo pedagogía y explicando a la ciudadanía que no es lo mismo un
asalto vandálico con armas y miles de detenidos, incluso un muerto en
Estados Unidos, que una manifestación legal en las inmediaciones del
Parlamento que no irrumpe en la Cámara ni interrumpe la actividad
parlamentaria. Como Sémper ha reconocido, esto que lo entiende hasta
un niño, les cuesta entenderlo a algunos miembros de su partido.

Pero ha sido unánime la condena del PP a quienes, como Trump y
Bolsonaro, ponen en duda el sistema de voto. Especialmente contundente
ha sido Esteban González Pons que se ha afeado a sí mismo por sugerir
que Sánchez podía manipular las elecciones porque controla Indra, la
empresa encargada de comunicar los resultados. El eurodiputado ha
reconocido que se le olvidó que el recuento se hace en cada mesa con
interventores de todos los partidos, que Indra solo centraliza los
datos y que es muy fácil descubrir el fraude. Vox también ha
abandonado la teoría del pucherazo y ha anunciado su pronta disolución
porque si la democracia funciona, ellos no pintan nada. El PP se lo
está pensando.

* * *
México SA
Carlos Fernández-Vega (La Jornada)

Thank you, mister president. Dice Joe Biden que Estados Unidos brinda
más asistencia al exterior que cualquier otro país, todos juntos, en
todo el mundo, no solamente en el hemisferio (occidental), sino a todo
el mundo; desafortunadamente, nuestra responsabilidad no termina en
él: estamos en el centro de Europa, Asia, Medio Oriente, África,
sureste asiático; así que ojalá pudiéramos enfocarnos en solamente una
región, pero los hacemos en múltiples regiones y en esto tenemos que
trabajar. Siento confianza en que podemos hacer mucho más en los
próximos años.

Tiene razón, sin duda: Estados Unidos asiste a todos, porque tiene
alrededor de 800 bases militares fuera de su territorio y regadas en
los cinco continentes, en las que mantiene desplegadas cerca de 200
mil tropas. ¡Qué mejor asistencia que esa! (versión gringa). Por
cierto, en América Latina y el Caribe, la primera en instalarse,
ilegalmente, fue en la Bahía de Guantánamo, Cuba, en 1898, y a partir
de 1903 obtuvo arrendamiento perpetuo del presidente Tomás Estrada
Palma, impuesto por los propios gringos, y ahí la mantiene, violando
la soberanía cubana y el derecho internacional.

La declaración de Biden se dio luego de que, en el marco de la reunión
bilateral México-Estados Unidos, el presidente López Obrador le dijo
que es el momento de terminar con ese olvido, ese abandono, ese desdén
hacia América Latina y el Caribe, opuesto a la política de la buena
vecindad de ese titán de la libertad que fue el presidente Franklin
Delano Roosevelt, y comenzar con usted, porque no habría otro
dirigente que pudiera llevar a cabo esta empresa, una etapa nueva
entre los pueblos y naciones del continente a partir del respeto y de
la ayuda mutua.

El mandatario mexicano recordó que el 13 de marzo de 1961, el
presidente John F. Kennedy dio a conocer el plan conocido como Alianza
para el Progreso. En ese entonces, Estados Unidos invirtió, en 10
años, 10 mil millones de dólares que, a los precios de hoy, serían 82
mil millones de dólares en beneficio de los pueblos de América Latina
y el Caribe y ese ha sido lo único importante en realidad que se ha
hecho en materia de cooperación para el desarrollo en nuestro
continente en más de medio siglo.

Pero, no hay que olvidarlo, la Alianza para el Progreso –palo o
zanahoria, según la docilidad del régimen asistido– y el liderazgo
estadunidense se tradujo en decenas del golpes de Estado en la región
–en nombre de la democracia, desde luego–, y la cooperación, siempre
en el marco de la muy gringa doctrina de seguridad nacional, solo se
dio para tumbar gobiernos legalmente constituidos, reprimir
movimientos sociales, impedir el avance del comunismo (¡faltaba más!),
apropiarse de los bienes nacionales, masacrar la soberanía y someter a
los países aliados.

Pero Biden estaba instalado en su nube eterna y tras las palabras de
López Obrador se animó a decir aquello de que Estados Unidos brinda
más asistencia al exterior que cualquier otro país, no solamente en el
hemisferio, sino a todo el mundo. Lo cierto, sin embargo, es que para
2023 el Congreso estadunidense aprobó un presupuesto de defensa
cercano a 860 mil millones de dólares, del que se nutren las 76 bases
militares que los gringos tienen desplegadas en América Latina y el
Caribe. Salvo en México –por lo menos no físicamente, aunque no hay
que olvidar la Iniciativa Mérida, con Calderón–, Bolivia y Venezuela,
muchos países regionales han obtenido (léase se les ha impuesto) ese
tipo de asistencia (aparte, la CIA y tantas otras agencias de ayuda),
es decir, bases militares aquí y allá. Los países con la mayor
asistencia de ese tipo son Alemania (194 bases), Japón (121) y Corea
del Sur (83), de acuerdo con información del Departamento de Defensa
(Base Structure Report 2018). América Latina y el Caribe cuentan con
76, pero va por muchas más.

Aparte de esos logros, gracias a las asistencias estadunidenses, hay
que recordar la imposición de gobiernos a modo en los países
latinoamericanos y caribeños, y la creciente dependencia regional en
el plano económico, financiero, comercial, tecnológico, industrial,
alimentario, militar, cultural, político y muchísimo más. No hay
rincón del planeta en el que esa asistencia no esté presente (
remember Ucrania), con el costo consabido, pero desde luego nunca en
el contexto en el que el presidente estadunidense lo afirma.

Las rebanadas del pastel

Entonces, si esa es la asistencia que cacarea y ofrece Joe Biden, pues
simplemente no, gracias.
Hernández. Grito de la derecha.jpg
Manel Fontdevila. Abu Dabi Kid.jpg
Fer.jpg
Título de periodista independiente.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 17, 2023, 1:31:59 AM1/17/23
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"Sense dignitat no hi ha llibertat, sense justícia no hi ha dignitat, i sense independència no hi ha homes lliures"
El 17 de gener de 1961 va ser assassinat a trets el líder revolucionari, i el primer en ocupar el càrrec de 1er. ministre de la República Democràtica del Congo, Patrice Lumumba. La seva mort va ser la culminació de dos plans d'assassinat interrelacionats dels governs usamericà i belga, que van utilitzar còmplices congolesos i un escamot d'execució belga per portar-la a terme.
Avui, Lumumba és considerat un heroi nacional i una icona de la resistència anticolonial i antiimperialista.

Una mañana en el corazón de África

Durante mil años tú, negro, sufriste como un animal,
tus cenizas fueron esparcidas al viento del desierto.
Tus tiranos construyeron los templos mágicos y brillantes
donde preservar tu alma, donde preservar tu sufrimiento.
El bárbaro derecho de los puños, y el derecho blanco al látigo.
Tú tenias derecho de morir, también podías llorar.

En tu tótem tallaron hambre y cautiverios sin fin,
E inclusive al abrigo de los bosques acechaba una muerte
Horriblemente cruel, solapada, reptando hacia ti como ramas de
los agujeros y cimas de los árboles
Ciñendo tu cuerpo y tu doliente alma.
Entonces pusieron una gran víbora traicionera en tu pecho,
En tu cuello colocaron el yugo del agusrdiente,
Cambiaron tu apacible vida por el brillo de las perlas baratas,
Tus riquezas increíbles, que son inconmensurables.

Desde tu choza, el tam-tam sonaba en la oscuridad de la noche
Llevando tristes lamentos hacia las fuentes de ríos poderosos
Sobre muchachas violadas, ríos de sangre y lágrimas,
Sobre barcos que zarpaban hacia el país donde el hombrecito
Se revuelca en un hormiguero, y donde el dólar es rey,
A la tierra condenada, que llaman la madre patria.

Allí tu hijo y tu esposa fueron molidos, día y noche,
Por un terrible molino despiadado, destrozándolos con terrible dolor.
Eres un hombre como otros. Te predican para que creas
Que el buen dios blanco reconciliaría al fin a todos los hombres.
Por el fuego sufriste, y cantaste los cantos plañideros
Del mendigo sin hogar, que canta a las puertas de las casas.
Y cuando la locura te poseyó y tu sangre hirvió en la noche
Danzaste, gemiste,
Como la furia de una tormenta a las palabras de una melodía humana
De un millar de años de penar, surgió una fuerza de ti
en la voz metálica del jazz, un grito de liberación desconocido
Que resonó en el continente como una marejada gigante

El mundo entero, sorprendido, se despertó aterrorizado
al ritmo violento de la sangre, el ritmo violento del jazz,
el blanco palideció ante este nuevo canto,
Que lleva antorchas púrpuras en la oscuridad de la noche

¡Ha llegado el alba, hermano, el alba! Mira nuestros rostros,
Una nueva mañana despunta en nuestra vieja África.
Nuestra sola será la tierra, el agua, los ríos poderosos
Que el pobre negro entregó durante mil años

Y las resplandecientes luces del sol brillarán de nuevo para nosotros
Secarán las lágrimas en vuestros ojos y los escupitajos de vuestra cara
En cuanto rompáis vuestras cadenas, los grillos pesados,
Los tiempos malvados y crueles se irán para no volver más.
Un Congo libre y bravío surgirá del alma negra
¡Un Congo libre y bravío, el florecer negro, la simiente negra!
                                                                        Patrice Lumumba

 


Teocracia, el latido de Vox
Elisa Beni

El cuerpo de las mujeres no es un bien público
M. Schiappa

El último embate de Vox contra el derecho y la libertad de una mujer a no llevar a término un embarazo no deseado se inscribe dentro de una voluntad expresada a lo largo del mundo de devolver a las mujeres “a su lugar” reasignándoles a la fuerza su función reproductiva. Poca broma. La historia del latido está copiada de la Hungría de Orbán, que adoptó por decreto en septiembre pasado esta fórmula de coacción emocional, y es equiparable en término de chantaje a los rezos, las ecografías y los espectáculos organizados por los ultracatólicos junto a las clínicas de interrupción del embarazo y que ha sido tipificado penalmente en fecha reciente. Y ese colegio de médicos que responde con el silencio a injerencias que jamás consentiría en otros temas. Ese impulso de devolver a la mujer al puesto instrumental que ocupó durante siglos es un fantasma que recorre el mundo.

El dechado de pensamientos profundos que es García-Gallardo, a la sazón vicepresidente de una comunidad autónoma en el siglo XXI, ha relacionado su inaceptable propuesta con el fomento de la natalidad; ese hombre que “no sabe de embarazos” y que es contrario “al sexo por placer” porque “incide negativamente en la natalidad”. Natalidad, por las buenas o por las malas. Natalidad, quieran las mujeres o no quieran. En último término, como los húngaros y otros iliberales, está proponiendo en realidad un estatuto de la mujer como incubadora, en el que un presunto latido, un proyecto de vida inviable sin ese cuerpo femenino, “tiene ya derechos sobre el cuerpo 'que habita', mayores incluso a los de la mujer a quien éste pertenece”, en palabras de Veronique Voruz.

El latido como chantaje. Los videos de falsas operaciones de aborto con fetos destrozados como chantaje. Chantaje a la incubadora para que, tras haber tomado una decisión dolorosa y racional, un choque emocional la devuelva al lugar en el que la quieren. Esa expropiación del cuerpo de la mujer que pretenden llevar a cabo los fundamentalistas -“sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra”, aunque esté a reventar- pretende llevar a las leyes de los Estados la intervención de las vidas de las mujeres.

No es una broma esa expropiación del cuerpo femenino. En Washington, un juez ordenó que una mujer sufriendo una enfermedad fatal fuera sometida a cesárea para extraer el feto por imperativo legal. En Iowa, un hospital recibió a una mujer embarazada que, tras caerse por una escalera, lo comunicó a la policía por si había una “tentativa de homicidio en la persona del feto”. En Utah, una mujer que dio a luz dos gemelos, uno vivo y otro muerto, fue procesada por homicidio por no haber aceptado una cesárea unas semanas antes. En Louisiana, una mujer fue al hospital por sangrados vaginales de origen desconocido y estuvo un año en prisión acusada de asesinato en segundo grado. La lógica de la mujer incubadora. La mujer puesta en su sitio. Mas el cuerpo de las mujeres no es un bien público.

El chantaje del latido o de la ecografía es sólo un primer paso. Tragas con eso y después, poco a poco, irá llegando lo demás. La tentación de devolvernos de una patada al sitio subordinado a la biología del que salimos a base de mucha pelea es demasiado fuerte. De hecho, hay fuerzas muy diversas que pueden estar interesadas en ello. Voruz menciona tres: la religión, el capitalismo y la ciencia. La ciencia, porque su avance está dirigido a dejar de percibir el cuerpo de la mujer como un todo adecuado a su naturaleza: así, los vientres gestantes, los óvulos cedidos o vendidos o tratados, los úteros en función incubadora para terceros. El capitalismo, porque ha convertido la reproducción en un ciclo de consumo: de la fertilización a la crianza, todo se compra y se vende. La religión, porque desea la vuelta de la mujer al lugar originario al que la hembra fue destinado por el hacedor.

Los cuerpos de las mujeres que son libres o intervenidos a expensas de los legisladores. Hoy libre disposición, mañana a la cárcel por pretenderla cuando lo cierto es que las mayorías sociales son o favorables a la protección del derecho al aborto o bien neutras, no combativas al respecto. Esa minoría que quiere devolvernos a nuestra caverna. En España más de un 80% quiere o asume ese derecho y la propia cúpula del PP con Rajoy afirmaba que esos fanáticos antiabortistas “no son nuestros votantes, se nos fueron hace tiempo”. ¿A expensas de qué están pues los derechos de las mujeres? Ley. Recurso constitucional sin fallar. Nueva ley. ¿Y si el PP es secuestrado por la necesidad de los votos de Vox a nivel nacional?

En Francia son conscientes de la vulnerabilidad de un derecho de las mujeres que depende de los vaivenes partidista y por eso el año pasado iniciaron el procedimiento para reformar la Constitución e introducir un bis en su artículo 66 que rezara: “La ley garantizará la efectividad del acceso al derecho a la interrupción voluntaria del embarazo”. Pasó el Congreso y encalló en el Senado por 139 votos a favor y 172 en contra, luego debería darse un referéndum. Volverán a intentarlo a pesar de que su Consejo Constitucional falló que el derecho al aborto es un componente del derecho a la libertad de las mujeres, derivado del artículo 2 de la declaración de derechos del ciudadano de 1789.

El cuerpo de una mujer no le pertenece sino a ella y en una democracia liberal occidental ese derecho debe estar reconocido. El que no quiera hacer uso de él que no lo haga, pero no puede haber fluctuaciones ni convertirse en moneda de cambio política ¿Para cuándo un consenso entre los partidos democráticos que asuma que la mayoría de la sociedad española así lo entiende? ¿Hasta cuándo van a seguir jugando con nosotras y con nuestra libertad como arma electoral? Blinden este derecho y déjense de historias. Esta sí que es una exigencia irrenunciable del feminismo y hasta de las mujeres que no se declaran como tales, tal vez porque están seguras de que nadie podría obligarles a ser madres en la España del siglo XXI.

Teocracia y neoliberalismo. Ese es el latido verdadero de Vox.

                                                          * * *

Tenemos TC progresista, salvo que sea un oxímoron
Isaac Rosa

Pedro Sánchez ha dado un vuelco ideológico al Tribunal Constitucional (TC). Avasallador, ha pasado un rodillo, lo ha secuestrado. Ha culminado el asalto a la justicia para ponerla a su servicio. Ya tiene lo que quería: un TC a merced del sesgo ideológico, poroso a los deseos de la izquierda. El Gobierno tendrá más fácil garantizarse sentencias favorables a las leyes aprobadas con sus socios parlamentarios. Como no pueden reformar la propia Constitución, socialistas y comunistas han designado un TC que interprete como acorde a nuestra Carta Magna lo que antes no lo era. Se consuma así la estrategia gubernamental para dominar el principal contrapoder del Estado de derecho. Aunque se produzca la alternancia política, no la habrá en la Justicia, una vez que el sanchismo prevalecerá al mando. El dominio del Constitucional por la izquierda sugiere un futuro muy negro.

¿Ustedes también salivan al leer el anterior párrafo? Está redactado copiando frases dichas y escritas por la derecha política y mediática en las últimas horas, tras la elección de Conde-Pumpido al frente del Constitucional. Si eres de izquierda, se te hace la boca agua al leerlo. ¡Un TC al servicio del gobierno social-comunista! ¡El máximo intérprete de la Constitución convertido en correa de transmisión de la izquierda! ¡Un alto tribunal que valide leyes progresistas en vez de suspender preventivamente todo lo que recurre la derecha!

No se emocionen, que luego vienen las decepciones. Es como cuando desde la derecha repiten a diario lo de “el gobierno más radical de la historia”, que te lo acabas creyendo y luego sales a la calle y no ha empezado la revolución.

Lo cierto es que el Constitucional ha cambiado de mayoría, no por ningún asalto sino aplicando (y con retraso) la normalidad democrática. Y el nuevo equilibrio va a durar al menos dos legislaturas más, lo que favorecería a un gobierno de izquierda, o al menos nos protegería algo ante un eventual gobierno de derecha y ultraderecha. ¿Podemos entonces felicitarnos por contar en los próximos años con una lectura menos rígida de la Constitución? Dejando a un lado la habitual hipérbole derechista, la pregunta es: ¿tendremos de verdad un Constitucional “progresista”? ¿Puede existir algo así, dado el tradicional sesgo conservador en la justicia a todos los niveles, y muy especialmente en el TC? Demasiadas veces hemos visto que la toga funciona como el tricornio del chiste aquel del marciano: en cuanto te la pones, te vuelves más conservador.

Pronto lo comprobaremos, en cuanto eche a andar y vaya resolviendo, que tiene mucha tarea pendiente. La que tiene en el cajón desde hace años (leyes todavía de los tiempos de Zapatero, como la del aborto), la que ha acumulado en esta legislatura (la reforma laboral, la eutanasia, la ley de infancia o la de los riders), y la que va a seguir sumando por esa costumbre de las derechas de llevar al TC cualquier cosa que salga del parlamento. Este viernes, sin ir más lejos, Vox presentará un recurso contra la Ley de Memoria Democrática. Con ese llevan ya 45 recursos de inconstitucionalidad en esta legislatura. Los de Abascal trabajan más en la ventanilla del TC que en el Congreso.

Cuando vayan llegando las sentencias sobre todos esos asuntos, comprobaremos si de verdad tenemos un Tribunal Constitucional progresista, o si la expresión es un oxímoron, a sumar a otras construcciones graciosas e imposibles como guerra humanitaria, banca ética, mercado libre, desarrollo sostenible, amor eterno o monarquía moderna. Seguramente muchos nos conformaríamos con que no fuese tan conservador como hasta ahora, porque demasiadas veces “justicia conservadora” no ha parecido un oxímoron, sino una redundancia.
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