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Miquel Angel Soria

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Sep 26, 2019, 1:30:21 AM9/26/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Després d'uns dies de vacances, uns altres de refredat fort -encara
dura- i un dia sense internet, tot segueix igual Sr. Murphy.


LIBERALES Y FASCISTAS
Antonio Álvarez-Solís

Sr. Sánchez: lo que sigue es la carta de un liberal que le recrimina
por su fascismo. Que le recrimina constitucionalmente, no vaya a ser
que estimule usted al juez Llarena y den al traste con mi «dolce far
niente» justo cuando voy a cumplir un siglo.

Como nota adicional y antes de seguir adelante: no deja de
sorprenderme la dureza del magistrado contra el «procés» catalán, pues
había afirmado previamente, tal vez en el año 2012: «Lo que no se
puede pretender es que toda la cuestión relativa a atribuir un espacio
significativo a la individualidad catalana y toda esta cuestión
relativa a la integración de Cataluña en España se vaya a resolver
judicialmente, porque no tiene que ser así. Tiene que ser la política.
Los jueces no tienen ninguna capacidad ni ningún instrumento de
solución» ¡Oh, tempora! ¡Oh, mores!, dijo Cicerón ante las maniobras
de Catilina. Creo que fue mi amigo Raimon el que cantaba, claro, en
catalán aquello tan expresivo: «¡Tiras la piedra! ¿a dónde irá?».

Vuelvo al inicio. La carta que le envío, Sr. Sánchez, es correo de un
exiliado dentro de su propio país, que sufre, como piedra en el
zapato, la dictadura actual, pues dictadura es la carrera de sacos o
de votes inconexos, en día de fiesta mayor, en que se ha convertido la
política española y de otros muchos otros países tenidos por
infinitamente más serios que España.

Dictadura donde el pueblo contempla en el ágora, y desde una fatigada
lejanía, los gestos dramáticos de un tirano –académicamente hablando–
que vive de su propio acabamiento. En usted, Sr. Sánchez, resucita la
Hélade decadente, aunque con un mal verso y una arruinada exhibición
del gesto.

Ante todo, y dado el espectáculo de un pueblo con «los pies y las
manos presos» –como cantaba Miguel Hernández, aquel inmenso
republicano asesinado por la cárcel franquista– debo aclarar por qué
le he llamado a usted fascista. No se trata de un insulto –que le
quitaría a usted aún más su frágil sueño– sino de una definición. El
mundo actual ha clausurado la democracia, devorada por el Leviatán
alzado verticalmente sobre un paisaje mudo que contempla una multitud
enajenada. Fascismo es, Sr. Sánchez, la cárcel como razón, el engaño
como sabiduría, el pasmo fingido ante la palabra del otro, el
sacrificio alegado desde la sede ocupada (Sede, asiento del
pontífice)…

En lo descrito por mí, ¿se reconoce usted, Sr. Sánchez? Si no es así
dedíqueme usted una vela ungida con el óleo del perdón.

Frente a la fanfarria de los pífanos del vencedor inconcuso y sus
fasces de autoridad (SPQR) yo no soy sino un liberal que todas las
noches reza con una pregunta simple: «¿En qué me habré equivocado hoy?

Pero, ¿qué es un liberal, Sr. Sánchez? Un liberal es una persona con
la razón en cabestrillo, pues se la rompe cada día y ha de proceder a
escayolarla. Un liberal es un caballero que cuando entra en la
discusión da preferencia a su oponente con la fórmula tradicional:
«Por favor, usted primero». Un liberal es un contable que al contar su
cuenta repite la operación porque le sale de más. Por ejemplo, en el
recuento electoral se pasma de que cierto diputado aparezca en su
lista. Entonces aparta ese diputado con el sencillo comentario de que
«Este diputado no es mío». Un liberal es un señor que cuando alguien
dice «Yo soy una nación» no le golpea la cabeza con el enrollado texto
constitucional sino que le invita a comprobar si su afirmación es
cierta mediante un sencillo referéndum. Un liberal es alguien que se
entrega al debate con la tranquilidad de que puede perderlo y no acude
a un juez para que le de candela al adversario.

En fin, un liberal es una persona que cierra con siete llaves el
sepulcro del Cid, como quería hacer Joaquín Costa tras el desastre del
98 –«Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro del Cid»–, pero
añadiendo a tan luminosa clausura el 155, que no es un autobús sino
una pala de enterrador conservada con mimo en la constitución de 1976,
en previsión de que se produjera un calentón libertario como ha
sucedido en mi Catalunya. Porque Catalunya es una culta nación
libertaria moderada por la Verge de Montserrat, que es conocida como
Morena de la Serra.

En resumen, Sr. Sánchez, que el mundo actual ya no comulga con los
partidos políticos y sólo permite el mapa fascista moteado aquí y allá
por los restos de un maltratado liberalismo que conserva las esencias
de la libertad.

Ante esta realidad uno se pregunta por el futuro que nos espera. Yo
siento, en los recovecos en que todos velamos nuestro culto a la
profecía, que el milenio que abrió Carlomagno en Aquisgrán y que
sirvió de primera piedra a lo que llamamos cultura occidental está a
punto de hincar el pico. Así lo afirman ciertos historiadores que
hablan, calculadora en mano, del milenarismo de las culturas. Sobre el
papel este milenarismo en el contaje civilizatorio parece muy
aceptable, pero no resulta adecuado jugar con tales creencias o
esperanzas pues, tal como rueda lo real, hay que velar tales
consideraciones como lo hizo Don Quitote con sus armas: en el patio
trasero de la casa.

* * *

Día de gloria en el bar de Rick
Por Horacio González

Una siempre recordada escena de Casablanca, el más que célebre film de
1942, con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, nos permite una pequeña
reflexión sobre la resistencia y el insondable sacrificio de hombres y
mujeres insertos en el barro de la historia, como siempre dijo José
Pablo Feinmann. La orquestita del bar de Rick no podía tocar cualquier
cosa, pues allí vigilaba la policía que respondía al gobierno de
Vichy, la administración títere de la ocupación alemana en Francia. La
algo tarambana, pero para el caso realmente amenazante gendarmería
colonial de Marruecos, vigilaba la ciudad de Casablanca. Allí llega
Lazlo, el militante insumiso, como lo llamaríamos hoy. Quiere actuar a
toda costa, manifestar en todo momento su oposición, su justo rechazo
al régimen de ocupación. Y en el bar de Rick, parándose frente a la
orquesta del Café, delante mismo del jefe policial, comienza a cantar
la Marsellesa para que el clarinetista, el pianista, el... el recuerdo
se me desvanece respecto a quienes eran los otros instrumentistas,
para que los músicos, en fin, lo acompañen. Eso no sucede enseguida,
pues los ejecutantes del cabaret, dudan. Es lógico que sientan temor
aun si se tratase de tocar el himno nacional, porque también había
oficiales nazis en el bar, que estaban cantando sus canciones
preferidas. Las circunstancias no parecían propicias en ese sospechoso
garito de Marruecos.

Pero los músicos miran a Rick, el dueño del bar -como todos saben, uno
de las mejores o por lo menos más recordables actuaciones de Bogart.
“Rick”, ese hombre que se declara indiferente a todo, solo absorbido
por sus floreos y desdichas amorosas. ¿Y que hace el aparentemente
impasible Rick? Con un leve parpadeo, un medidísimo cabeceo, indica
que sí, que la orquesta puede desafiar al estrafalario jefe policial y
a los eufóricos nazis. El jefe policial francés reportaba al ejército
de ocupación, pero se cae de francés pícaro y acomodaticio y en su
fondo último también está disconforme con la subordinación de La
France. Y suena la Marsellesa; los parroquianos cantan, el militante
lo cree obra de su desafío a la fuerza de ocupación, de su presencia
de ánimo, de su convicción y de su fe a la redención de la patria.
Allons enfants de la patrie... un jour de glorie est arrivé...

Rick no hace ningún esfuerzo para otorgarse el mérito, esa emoción de
la jornada, él está en otra cosa. Pero cuando las papas queman, en ese
momento culminante donde no es posible estar “au-dessus de la melée”,
por encima de todo lo importante que pasa, ese momento que se define
por un grano de tiempo minucioso y fugaz, allí Rick expone su figura
de aventurero envuelto en su romanticismo subrepticio, algo que nunca
lo había abandonado. Mantenía apagadas, puestas en silencio, las
virtudes del resistente. La gloria se la deja al militante, cuyo papel
no era apenas ingenuo o subalterno. Es cierto que Lazlo, el militante,
se creía iniciador de toda la escena. Pero los hechos se habían
producido por una señal microscópica de Rick. Sin embargo, sin la
mecha ostensible agitada por el militante, Rick tampoco hubiera
actuado. Una acción --la del melancólico aventurero desarraigado-- se
sobrepone a la otra, la del militante afiebrado y convencido. Ambos se
necesitan mutuamente, así como ambos querían a la misma mujer. Los dos
eran uno solo.

Es que el par aparentemente contradictorio entre aventurero y
militante, propagado pero no inventado por Sartre, sigue teniendo
vigencia para pensar las arduas cuestiones de la decisión política. Es
cierto que el film Casablanca es una historia de amor al servicio de
una propaganda en tiempos de guerra, pero como sabemos, ha trascendido
misteriosamente todos sus motivos originales. Por eso no es menos
cierto que plantea la cuestión siempre fundamental sobre una pasión
íntima en medio de una conflagración bélica general. ¿Entonces qué
lado de las emociones básicas triunfa, la memoria amorosa o el
sacrificio patriótico? Este es hoy un problema de nuestra actualidad.
La palabra aventurero no tiene buena fama en la política, sería el que
no aprecia las condiciones que impone la realidad histórica y bordea
la gratuidad de su heroísmo personal. No hay que dejar de mencionar su
inevitable carga peyorativa, pues al aventurero lo rodea la modesta
fama del oportunista. El militante, en cambio, no da pasos
inesperados, está integrado a una organización y su libertad la
obtiene de la necesidad de su relación con el grupo. La libertad del
aventurero es más amplia, pero no conoce su amplitud, pues ella
precisa ser siempre contrastada con el ámbito común, con la rutina de
las instituciones, de las que Rick está ausente.

Lo cierto es que siempre habrá militantes de tales o cuales
resistencias a lo injusto de los poderes que se creen perennes. Aunque
no es vano señalar la necesaria aparición de la pepita de oro del
aventurero, el personaje inesperado que saca los hechos de su
rectilínea y adocenada acumulación. Por eso, una visión sobre el
presente momento nacional, en un relámpago apenas perceptible, nos
aconseja ver al militante con la chispa del aventurero y a éste con el
brillo del militante. Es una fusión, cuanto menos, artística. Un arte
de pequeños signos, de rápidas centellas que solo comprende el ojo
avezado. Si el militante no se exhibiera en su identidad pública y
concreta, no se hubiera iniciado la tensión musical a la que muy
pronto se entregaría la orquestita del bar. Sin el invisible guiño del
aventurero, esa tensión nunca hubiera estallado en la ejecución vital
de la Marsellesa. En el militante habita el ciudadano dispuesto a dar
su parte para generar el día de felicidad pública y justicia
realizada. En el aventurero reside el deseo de romper la insípida
continuidad de los hechos con una inesperada invención artística. Van
de la mano el militante, el ciudadano, el aventurero y el artista,
cada uno lleva el rostro del otro y todos llevan el rostro de los
pobres, los que esperan que ya mismo se corte en dos una historia
tenebrosa para apartar el segmento abominable.

El día en que aquí se produzca ese corte ya está próximo, no tendrá la
resonancia teologal del oscuro día de justicia sobre el que escribió
Walsh, pero en nuestro país posee fecha insigne en el calendario. Será
el 27 de octubre de 2019, día en que cantaremos nuestras canciones
sobre las demás canciones. Son las mismas que en todo lugar y que en
toda historia festejaron esa clase de días, ese memorable e
irreemplazable momento donde una página de vileza se da vuelta
empujada por el viento de la historia y el aliento de infinitas voces.
Se escucharán entre nosotros, como las que se escucharon en ese
momento en la lejana y ensoñada Marruecos, en el bar de Rick.
La bomba.jpg
El viejo truco.jpg
Berrinche.jpg
De justicia.jpg

Miquel Angel Soria

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Sep 27, 2019, 1:30:18 AM9/27/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Un animal a punt de morir es torna molt perillós.Un dia com avui no se
m'oblida mai, perquè.. potser ja estava mort i volien lligar-ho tot
ben lligat. Qui serà el músic que fassi el Al alba correponent?
Zugazart, a Gara, ho recorda. Algú més?


Hay encuestas que asustan
Carlos Elordi

Nada más conocerse la sentencia del Tribunal Supremo sobre la
inhumación de Franco, Aitor Esteban dijo: "Ojalá lo hagan pronto,
porque si vienen los otros…" El portavoz parlamentario del PNV hacía
así pública una inquietud que seguramente tienen muchos, pero que no
está en la escena pública: la de que la derecha gane las elecciones.
Ese fantasma se oculta tras el debate sobre lo que ocurre en la
izquierda. Pero el PP crece en todas las encuestas, incluida la
infausta del CIS. Y en la de GAD-3 para ABC hasta 97 escaños, 31 más
que el 28 de abril, acercándose a un PSOE que se queda con 121.

A diferencia del del CIS, este sondeo no carece de credibilidad entre
los expertos. Y lo que importa del mismo no es el reparto final de
fuerzas que vaticina –del que, por cierto, no sale ningún gobierno
viable, salvo uno formado por el PP y el PSOE, o al revés– sino el
formidable crecimiento del PP en unos pocos meses. Todo indica que
buena parte del mismo se debe a la caída, de similares proporciones,
de Ciudadanos. Pero lo que hay que preguntarse es si esa dinámica se
va a quedar ahí, es decir, si existen o no condiciones para que el PP
pueda seguir arañando votos no solo a Cs y Vox, sino también al PSOE.
Hasta el punto de superarlo. Si eso ocurriese, aunque solo fuera por
un escaño, lo convertiría en el primer partido del Parlamento. Y eso
supondría un cambio radical del panorama político.

Otras encuestas, y sobre todo algún tracking interno de los partidos,
en particular del PSOE, abundan en esa misma dirección, aún sin llegar
a un crecimiento tan sólido del PP como el que apunta Gad-3. En este
sondeo, el PSOE saca un 6% de votos al PP (27,4% frente a 21,4%). ¿Es
esa distancia insuperable en el mes y medio que queda hasta el día de
las elecciones? No necesariamente.

Bastaría que el PP creciera un 3% adicional y que el PSOE perdiera
otro tanto para que los porcentajes se igualaran. Y más que de
eventuales hallazgos de la campaña de Pablo Casado, la clave para que
eso ocurra o no es que Pedro Sánchez aguante en su actual nivel de
voto. Que diga lo que diga el CIS, no parece que es mucho más alto que
el del 28 de abril.

Un primer problema para Sánchez es que el índice de fidelidad de voto
es más alto en el PP que en el PSOE. No muchísimo, pero sí lo
suficiente como para ese sea un factor a tener en cuenta cuando las
diferencias entre uno y otro partido pueden ya no ser tan grandes.

Pero más allá de ese dato, el mayor problema del líder socialista es
que su trayectoria política en los últimos tiempos está demasiado
marcada por sus idas y venidas y por algún sinsentido como para que
eso no haya tenido un impacto negativo en su imagen pública. Para un
sector de la izquierda, en el que seguramente hay unos cuantos
votantes socialistas, su incapacidad para formar un gobierno
progresista es un indicador muy serio de sus límites políticos. Para
el público en general, aunque la parte del mismo que importa a efectos
electorales es el de los ciudadanos susceptibles de cambiar de voto,
Sánchez aparece ahora como un político dubitativo que no parece tener
claro qué camino tomar.

Pablo Casado tuvo una etapa inicial que adoleció de similares
defectos. En grado superlativo, además, como cuando abrazó la causa de
la ultraderecha, una iniciativa que le hundió hasta los 65 escaños,
pero que en el PP alguno sigue defendiendo porque cree que eso frenó a
Vox. Lo cierto es que tras el 28 de abril ha cambiado de registro.
Habla más despacio, a veces lee, se ha dejado barba y evita siempre
que puede el exceso verbal y el tremendismo que antes prodigaba como
si creyera que solo así podía ganarse el puesto que le había caído del
cielo.

A eso algunos le llaman haber emprendido el camino del centro. Para
nada. Sigue siendo igual de derechas y admirador de Aznar. Pero ha
dejado de aparecer como un niñato histérico, ha adquirido formas más
respetables. Ya no produce tanto rechazo ni da miedo. Y no mete la
pata. Evita los charcos, en la medida de lo posible hasta el de
Cataluña, y se da aires de hombre de Estado.

¿Puede este "hombre nuevo" desbancar a Sánchez? Dependerá de que éste
pueda superar los berenjenales en los que se ha metido y de hacer
frente a las graves dificultades que se avecinan a corto plazo. La
crisis catalana y particularmente la situación que se puede crear tras
la sentencia del procés es la primera. La derecha espera que Sánchez
falle en este envite, que no sepa aplicar la dureza que ella exige y
que un sector, seguramente mayoritario, del electorado, de todos los
colores, no solo aceptaría sino que también exigiría si el
independentismo se desmanda. O que se meta en un lío del que no sepa
salir.

La otra es la economía. O mejor, la lectura que hace buena parte de la
ciudadanía, y particularmente la más moderada políticamente, de los
rumores, y evidencias, de que la situación económica está empeorando
seriamente. Hasta el momento, Sánchez parece no haberse enterado de
que la preocupación al respecto aumenta sin parar e insiste en el
único argumento de que el PIB español crece más que los del resto de
Europa, mientras que Casado no deja de lanzar alarmas. ¿Cambiará de
registro y convencerá de que él es el mejor para afrontar los
problemas que pueden llegar y de que no le pasará como a Zapatero? ¿O
más de un ciudadano preferirá a Casado por aquello de que la derecha
se maneja mejor en esos trances?

Sí, lo que está ocurriendo en la izquierda es muy interesante y hay
que seguirlo con atención. Pero a menos de que se produzca un milagro
electoral, ni un buen pacto a tres –PSOE, Unidas Podemos, Mas País–
dará el gobierno, que en todo caso seguiría dependiendo de los
nacionalistas, catalanes y vascos. Y un gobierno PSOE-Ciudadanos
parece cada vez más una entelequia. Por lo que la gran batalla del 10
de noviembre se combatirá entre el PSOE y el PP. Y no cabe descartar
que al final gobiernen juntos. Sobre todo si Casado saca más escaños
que Sánchez.

* * *

Cambio climático: urge la transición energética
Alejandro Nadal

En la actualidad la concentración de gases de efecto invernadero en la
atmósfera alcanza unas 445 partes por millón (ppm). Cada año se añaden
otras 2.5 partes por millón. Si no se logran las metas de reducciones
de emisiones a finales del siglo XXI se habrán añadido unas 300 ppm y
habremos alcanzado el nivel de 750 ppm hacia finales del siglo.

Ese nivel de acumulación de gases de efecto invernadero nos arroja un
resultado alarmante. Los modelos sobre cambio climático más rigurosos
nos dicen que ese nivel de acumulación de gases de efecto invernadero
(GEI) nos da una probabilidad de 50 por ciento de que la temperatura
promedio aumente unos cinco grados centígrados con respecto de la que
prevalecía a mediados del siglo XIX. La última vez que el planeta fue
escenario de temperaturas tan elevadas fue hace cerca de 30 millones
de años.

Desde que terminó la pequeña edad de hielo, hace unos 12 mil años, el
clima se ha mantenido relativamente estable. Eso permitió la
consolidación de la agricultura y el advenimiento de lo que hoy
llamamos civilización. Hoy esa pequeña banda en la que la temperatura
se mantiene benigna se encuentra amenazada.

Hoy los científicos advierten que nos estamos dirigiendo hacia un
cambio de temperatura de tres grados centígrados. Y eso depende de si
se logran las metas de reducciones de los principales países
contaminantes. Con ese cambio climático nuestro planeta será muy
diferente al que conocemos hoy. Desertificación, sequías, incendios
forestales, eventos meteorológicos más violentos y más frecuentes, así
como migraciones masivas serán algunos de los efectos de ese cambio.

Pero lo más grave es que ese cambio es capaz de detonar otros procesos
de generación de más gases de efecto invernadero. Una parte importante
de la superficie terrestre cercana al Ártico se compone de permafrost.
Esa tierra congelada acumula enormes reservas de carbono orgánico y al
descongelarse podría liberar millones de toneladas métricas de metano
y bióxido de carbono. Este efecto de retroalimentación positiva
conduciría a un incremento incontrolable en la acumulación de gases
invernadero. Teniendo su propia dinámica, ya no dependería de nuestras
acciones.

La conferencia de Naciones Unidas en Nueva York esta semana tiene por
objeto concientizar a la humanidad entera sobre el peligro que corre.
No estamos frente a una serie de catástrofes hipotéticas. Aquí y ahora
la humanidad corre el riesgo de su propia extinción. Y tampoco se
trata de un evento catastrófico en un futuro lejano que afectaría a
generaciones que todavía no nacen. Hoy podemos intercambiar miradas
con la generación que será afectada directamente por el cambio
climático. Las niñas y niños que están hoy en la escuela primaria los
que van a sufrir los efectos de estos procesos. Ese es uno de los
mensajes más poderosos de la intervención de Greta Thunberg y su
generación en la sede de Naciones Unidas.

Tiene razón en estar enojados esos jóvenes que vivirán los efectos del
cambio climático. Los acuerdos internacionales para reducir las
emisiones de gases invernadero son a todas luces insuficientes para
limitar el cambio climático a niveles que no sean peligrosos. Aun si
se cumplieran las promesas de reducciones de GEI en el marco del
Acuerdo de París el cambio climático alcanzará entre 3 y 4.5 grados
centígrados para finales del siglo. Ese aumento de temperatura es una
amenaza real sobre la humanidad.

Hoy las emisiones de GEI no están reduciéndose. Después de unos tres
años de estabilizarse, las emisiones han vuelto a aumentar. Los países
con más emisiones son China, Estados Unidos, India, Rusia, Japón y
Alemania. El nuestro ocupa el duodécimo lugar en el plano de emisiones
de GEI. Lo que haga México en este terreno no solamente será una
contribución importante a escala mundial, también tiene que ver con el
bienestar y la seguridad de nuestra población, pues más de la mitad de
los municipios de nuestro país se encuentran marcados por una severa
vulnerabilidad frente al cambio climático (datos de Semarnat).

Frente a este escenario, la política energética de México debe hacer a
un lado la nostalgia por el mundo de los combustibles fósiles y dar
prioridad a la transición energética hacia las energías renovables.
Por ejemplo, otorgar la máxima prioridad a la difusión masiva de
páneles solares y calentadores solares no es un lujo, es una necesidad
urgente. El precio de los páneles solares se ha reducido de manera
extraordinaria en los 15 años recientes y con esquemas de
financiamiento adecuados estas tecnologías podrían difundirse de
manera acelerada.

México no puede continuar la lógica actual de producción de recursos
petrolíferos bajo la premisa de usarlos como palanca del desarrollo y
al mismo tiempo cumplir sus compromisos de reducción de emisiones. Por
ello una estrategia de transición energética debería ser una de las
máximas prioridades del gobierno en México. Después de todo, los que
más van a sufrir el impacto del cambio climático son los pobres.
2019_9_27.jpg
Emergencia climática.jpg
Al menys una.jpg
Juicio político a Trump.jpg

Miquel Angel Soria

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Sep 30, 2019, 1:30:42 AM9/30/19
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https://www.youtube.com/watch?v=j-cxYC4muOQ

La canción es urgente. Teresa Parodi, Víctor Heredia
https://www.youtube.com/watch?v=o1KnvAHUveY  
Yo tuve un hermano
Teresa Parodi, ministra de cultura amb Cristina Fernández, va gravar aquest directe al Teatro Colón de Buenos Aires amb el gran Víctor Heredia.

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
LA INSUFRIBLE LEVEDAD DEL SER

 Leí con inocencia de viejo periodista –el recto periodismo ha de ser inocente ante la realidad para resultar honesto– la respuesta que dio hace unas semanas en la Eurocámara de Bruselas el Sr. Iturgaiz, del Partido Popular, a la Sra. Miranda, también diputada en esa institución, pero por el Bloque Nacionalista Galego. La Sra. Miranda había solicitado que la Cámara Europea, solicitara la libertad de los presos políticos catalanes, entre ellos el Sr. Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana de Catalunya, partido muy ligado al BNG en la batalla nacionalista. Según dispone lo legislado por la institución bruselense la Eurocámara debe intervenir cuando cualquier Estado asociado encarcele a alguien por motivos ideológicos.

No tardó ni un segundo el Sr. Iturgaiz en enfrentarse a la diputada gallega con las siguientes palabras: «Quiero recordarle a la Sra. Miranda que en España no hay presos políticos sino delincuentes y delincuentes golpistas como el señor que usted ha citado. Ha debido tener un lapsus mental, Sra. Miranda. Delincuentes golpistas son esas personas y no presos políticos, que no existen en una democracia como es la española».

Sr. Iturgaiz, si hay algo confuso en la historia del delito y su penalidad, el delito político ocupa el primer lugar en esa confusión. Dediqué muchos años a profundizar en las teorías sobre el constitucionalismo y he llegado a una conclusión que reúne a muchos brillantes teóricos en tal materia: «Es delito político toda actuación que el Estado y sus poderes dominantes declaran que es delito».

Tan resbaladizo es el terreno que usted pisa, Sr. Iturgaiz, que cuando se corteja al delito político y a fin de garantizar su existencia es de ordenanza que se añadan a tan peculiar concepción penal características que la sostengan, contra toda razón, dada su debilidad intrínseca. Características como la violencia en el punible (grave, por el contrario, en la policía estatal, por lo que investiga ahora un juez en el 1-0); como peligrosa para la estabilidad de las instituciones (en España muy frágil según estima el Sr. Sánchez); como injuria a la voluntad cesarista (evidente en la política española). En suma, kelsenianismo puro, que derivó en Alemania hasta dar en la feroz dictadura hitleriana.

Ve justo, Sr. Iturgaiz, tras estas notas, que un Estado respetuoso con la libertad de pensamiento, como dice usted de España, deba recurrir al terrorismo carcelario –demos su nombre real a las cosas, ya que es terrorismo lo que produce terror– para evitar el sueño de libertad de un pueblo?

Yo creo, al pie de su reprensión a la Sra. Miranda, que usted, Sr. Iturgaiz, sufre de gastroenteritis política, desarreglo periódico en este país que audazmente colocan ustedes en la cumbre dada la frecuencia con que atrae al rayo. Si los españoles como usted hablan de democracia refiriéndose a España sería preciso y urgente saber si esa afirmación no es delictiva por impedir el oxigenado proceso de las ideas. Podríamos hablar incluso de un delito contra la salud pública pues aumenta el letal jolgorio retórico en que andamos enredados desde 1978, Año de la Victoria nueva y eterna, frase próxima a otra a la que aludo con cierta prevención y mucho respeto, pues la uso en mis liturgias. De todas formas no quisiera que este derrabe verbal mío sea considerado como una jactancia de esos compatriotas que se dirigen a la audiencia con la majeza descarada de don Mendo: «Y me anulo y me atribulo/ y mi horror no disimulo./ Porque aunque el nombre te asombre/ quien obra así tiene un nombre/ y ese nombre es el de chulo».

Yo no soy un chulo y, mucho menos, un matasiete cuando escribo artículos como el presente, dedicado con respeto a un diputado como usted. Soy simplemente un español al que gustaría que el país en que he venido a caer –aunque tuve ocasiones, malogradas, de aterrizar en Alemania o Gales, como ya escribí otras veces– tributara a la razón kantiana y no al descomedimiento perpetuo. De practicar un imperativo categórico en política, ideas o comportamiento, que ese imperativo sea alemán. De mal, el menos.

Para usted, mi admirada Sra. Miranda, compañera en la galleguidad libre, mi admiración por su decisión y su talento en ver la verdad allá donde se encuentre. Es usted de esos gallegos que no se han dejado llevar por la hermosa y emocionante saudade de Rosalía, cuando ante la soberbia española se asomaba a la ventana de su pazo para dolerse con aquella impotente y emocionante estrofa: «Castelanos de Castela/ tratade ben os galegos./ Cando van, van como rosas/ Cando ven, ven como negros». Veo que usted es de los gallegos de Castelao: «Los ingleses ultrajan a los escoceses; los franceses a los bretones; los castellanos a los gallegos. Y todos esos ultrajes no son más que reconocimiento tácito del «carácter nacional» de los ultrajados... Los buenos gallegos somos expatriados aunque vivamos en Galicia».

¡Ay, Feijoo!; que pena da todo esto; pero que inmensa esperanza, porque como decía Castelao «las vacas y los bueyes merecen más amor que los toros bravos». Galicia es un gran pueblo céltico que nunca fue español.

                                                       


Suelo público.jpg
Sin palabras.jpg
impeach.jpg
El fan.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 1, 2019, 1:31:44 AM10/1/19
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Titulars d'avui a Página 12.

EL DEPREDADOR
Macri lo hizo: la pobreza saltó del 27,3 al 35,4 % en solo un año.

3.250.000 Nuevos pobres
1.100.00o Nuevos indigentes
52,6 % De los menores de 14 años son pobres


Y Lula dice no a la trampa
Por Eric Nepomuceno

Desde Río de Janeiro

No hubo sorpresa, y se abrió un ventanal de expectativas a partir del
anuncio de Lula, divulgado en la tarde de hoy a través de una carta
manuscrita, de que no acepta pasar al régimen semiabierto, como lo
solicitaron los fiscales de la ‘Operación Lava Jato’.

Para Lula, lo único aceptable es que sea declarado inocente. Nada más
le interesa.

Reiterando lo que dice desde que fue condenado en un juicio claramente
manipulado, Lula escribió que no cambia su dignidad por su libertad.

‘Lo que los fiscales realmente deberían hacer es pedir disculpas al
pueblo brasileño, a los millones de desempleados y a mi familia, por
lo mal que hicieron a la democracia, a la Justicia y al país’,
disparó, para luego reivindicar que ‘frente a las arbitrariedades
cometidas por los Fiscales y por Sergio Moro, le toca ahora a la Corte
Suprema corregir lo que está mal, para que haya Justicia independiente
e imparcial’.

Con lo que Lula anticipó ayer, sin esperar la decisión de la jueza
encargada de su caso, Carolina Lebbos, el esfuerzo llevado a cabo por
los fiscales encabezados por Deltan Dallagnol cae por tierra. La idea
era cambiar el régimen de prisión de Lula antes de que la Corte
Suprema adopte alguna decisión, digamos, más radical.

Al mismo tiempo, Lula abrió espacio para una discusión jurídica con
poquísimos precedentes: ¿puede un preso rehusarse al cambio de régimen
de prisión previsto en la ley?

Hay divergencias sobre si se trata de una determinación o una
concesión legal. Son poquísimos antecedentes de presos que se
rehusaron a la mejora de las condiciones de prisión y cuando
ocurrieron han sido siempre bajo el argumento de temer por su vida en
caso saliesen de la cárcel.

Juristas recuerdan que lo que el preso puede es negarse a aceptar
condiciones impuestas por el magistrado responsable, como la
obligación del uso de una tobillera electrónica.

La decisión de Lula presiona a todos los involucrados: si le impone el
uso de la tobillera, Carolina Lebbos concede la posibilidad de que él
se niegue a acatarla. Con eso se justificaría su permanencia en
prisión y, a la vez, se aseguraría espacio para que siguiese exigiendo
la anulación del juicio que lo condenó.

Pero si no hay imposición alguna y se lo fuerza a pasar al régimen
semiabierto o, en caso extremo, a prisión domiciliaria, Lula dirá que
se vio obligado a aceptarla por respeto a la ley, mientras seguirá
luchando hasta que se haga justicia y él logre probar su inocencia.

A la vez, Lula impuso nueva presión sobre el Supremo Tribunal Federal,
cuya omisión lo transformó en cómplice de todas las irregularidades
cometidas por el entonces juez Sergio Moro y los fiscales por él
teleguiados.

La defensa de Lula reivindica que se declare sospechosa la conducción
del juicio a Lula, con énfasis en las conductas de Sergio Moro y
Deltan Dallagnol. También ingresó con un pedido de hábeas corpus
favorable al ex presidente declarando la parcialidad de Moro, pidiendo
la anulación del juicio y la inmediata liberación de Lula.

La suma de todos esos movimientos indica que la jugada de Lula no es
exactamente arriesgada, ya que él no tiene mucho que perder.

Al contrario, ha sido una jugada magistral. Al negar un beneficio
insistiendo que no acepta otra cosa que ser declarado inocente,
refuerza su discurso de siempre. Si le imponen el beneficio, dirá que
él sí, respeta la ley, al contrario de sus verdugos.

Con eso, aumenta y mucho la presión sobre los integrantes de la hasta
ahora muy omisa Corte Suprema brasileña.

Ahora, a ver cómo se portan los integrantes de la instancia más
elevada de la Justicia en Brasil, si con o sin dignidad.

* * *

Traspasar un muro
Hermann Bellinghausen

El anhelo de traspasar un muro es tan antiguo como la existencia misma
de los muros. Hasta aquí es mío, hazte para allá. Los chinos,
acostumbrados al amplio espacio, dieron con la más fenomenal muralla
defensiva. Ni los romanos, tan previsores, idearían algo así de
pretencioso, aunque en murallas intentaron lo suyo mientras dejaban
atrás el complejo provinciano del Rubicón y se internaban en las
Galias, Britania y la Iberia muy extraña, temible la Germania,
válganos los dioses, estos romanos que por paranoia no paraban.

Hay muros ornamentales o socialmente útiles, pero cuando son
antipáticos, temibles o bien oprobiosos, no hay nada más odiado que un
muro que separa, que cercena, que prohíbe. ¿Qué son las fronteras si
no un capricho, inestable por lo demás, de la familia humana? Los
muros de un monasterio medieval y los de una iglesia agustina en
tierras indias de la temprana Nueva España no tienen el mismo
significado. Los monasterios se protegían de las invasiones de
magiares y otros bárbaros. Los misioneros católicos novohispanos,
fortificados, eran cabeza de playa, la punta de lanza de la
colonización total: cuerpos, almas y territorios. La cruz y la espada
que dijera Chesterton.

No nos son indiferentes los muros. Podemos estar ávidos de ellos. Unos
por miedo, como hoy los estadunidenses blancos y los ricos de Lomas
Altas y Huixquilucan. O más venturosamente por la sed de portentos de
nuestros antepasados recientes, el mitote muralista del temprano siglo
XX, denme un muro y les plasmo la historia, la utopía, las
idealizaciones heroicas de la Revolución, las raíces indígenas. Aquel
exceso, en el sentido de abundancia sorprendente, recibiría en los
sesentas el apodo de monotes por parte de los nuevos autores de
caballete y botella de whisky, a gusto en la abstracción ensayaron
paródicos murales efímeros, que hoy más bien parecen proféticos.
Aquellos bien que dejaron su impronta irrevocable en los muros que
logró pintar y esculpir su vasta generación de artistas plásticos
verdaderamente diestros (hasta los zurdos) en la proyección espacial,
las técnicas pictóricas y el empleo de materiales con tanta o mayor
fortuna que los renacentistas italianos, de quienes Diego aprendió
todo antes de empezar. Pocas veces en el mundo han sido los muros
mejor aprovechados que las paredes, fachadas, bóvedas, cárcamos,
escalinatas, salones y patios intervenidos por la Escuela Mexicana de
Pintura. Entonces sí muros, para qué los quiero.

Ya no podemos ser tan ilusos. Nada dura. Hoy los murales, incluso si
son pintas magistrales, nacen para desaparecer vandalizados,
intervenidos o borrados. La pintada del espray es tan volátil como su
nube, nadie aspira a más. Hoy los muros de consideración significan
amenazas escalonadas. Un surtidor de pánico por etapas. Serán cárcel,
frontera ruda, la línea intransitable entre allá y acá, adentro y
afuera, entre pertenecer o ser extraño. Contra tal sacralización de
los muros del poder se gesta una intervención ilegal de los muros
oprobiosos, una rayada, un tag monumental, un mural caprichoso de
diversas proporciones que ni la marea publicitaria logra tapar. Del
odio al muro nace el amor al muro, mío mientras lo pinto, después ya
vemos.

Pintarle un chiste, un insulto al muro serio. Burlarlos con túneles,
oponerles alas, globos, garrochas, o muchas ganas y resistencia a las
temperaturas extremas en los inmensos muros horizontales de los
desiertos. Se erizan la frontera de las dos Coreas, las barreras
punzantes de Melilla en adelante, los infames muros, verdaderas
fábricas de apartheid en Palestina, cárcel colectiva para un pueblo
condenado por designios de Israel con la complicidad del mundo entero.
O la irredenta República Saharahui, confinada por Marruecos.

El muro de Berlín era una cosa en sí. Un símbolo. Un icono. Un
escenario de la resignación. Una monumental chingadera. Por eso su
caída fue estrepitosa y ridícula, la fiesta trascendió ideologías.
Fugaz primavera entre nada y la nada, redibujó el mapa de Europa.

Balsas a través del Caribe, pateras o lo que sea en un Mediterráneo
imprevisible como en la Odisea. Buscan burlar aduanas y los muros del
agua que como preso conoció José Revueltas. Puentes rigurosamente
vigilados, fosos, ríos, barrancas, desiertos en el Sahara y Arizona,
selvas peores que una pared definitiva como Darién. Y todo para
terminar tras los muros de un campo de concentración o un campamento
desamparado, siendo gente que quería ahuecar el ala y dejar atrás el
lado oscuro de la Luna.
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Miquel Angel Soria

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Oct 3, 2019, 1:31:54 AM10/3/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Recupero Robert Fisk, desaparegut durant molt de temps. L'article el
dedica a una notícia que la premsa occidental ha intentat amagar.
Elisa Beni, valent com sempre.


Arabia Saudita, en la histeria
Robert Fisk

Los sauditas están recibiendo una paliza. Las imágenes de video de
hutis y soldados sauditas y sus aliados que son abatidos o se rinden
en la población fronteriza de Najran representan un golpe devastador a
un reino que constantemente amenaza con la guerra a Irán.

Si no puede proteger a sus fuerzas armadas en su propio territorio,
¿qué caso tiene amenazar a Irán con acción militar por la destrucción
masiva de las instalaciones petroleras en Abqaiq y Khurais, hace casi
dos semanas?

Esta es la misma Arabia Saudita que secuestró al primer ministro
libanés Saad Hariri, que bombardeó a millares de civiles en Yemen y
trató de aniquilar la independencia de Qatar. Para no mencionar el
pequeño asunto de cortar en pedazos a Jamal Khashoggi hace casi un año
en el consulado del país en Estambul y luego enterrar en secreto
partes de su cuerpo, de lo cual Mohamed bin Salmán –tal vez el peor
príncipe heredero en la historia saudita– ahora asume la
responsabilidad nacional, pero no personal.

La noticia de que el guardaespaldas personal del rey Salmen ha sido
asesinado en Jeddah –por un amigo, nos dicen– sólo agrega una nota
histérica al caos dentro del país.

¿Pedirán ahora a los estadunidenses actuar como mercenarios para este
reino extraño?

Es evidente que las propias fuerzas armadas sauditas, dotadas de jets,
misiles, asistentes estadunidenses y británicos, son tan deplorables
como siempre. ¿Recuerdan cuando no pudieron defenderse de Saddam
Hussein tras la invasión iraquí de Kuwait en 1990, lo cual provocó un
destile de ejércitos internacionales para protegerlas? Tal vez los
iraníes han concluido que Donald Trump –en las palabras inmortales del
columnista estadunidense Nicholas Kristof– es la madre de todas las
conejitas, pero parece claro que la decisión de Trump de romper los
compromisos de su país conforme al tratado nuclear con Irán es un
desastre colosal.

Ahora se supone que debe defender a una monarquía feroz que amenaza
con la guerra a Irán por los ataques (¿hutíes?) contra las principales
instalaciones petroleras sauditas, pero ¿con qué? ¿Bombardeará a Irán
y luego le pedirá que no devuelva el ataque contra naves
estadunidenses? ¿Contra los soldados estadunidenses en Arabia Saudita?

De hecho, toda esta penosa saga comienza a parecer cada vez más farsa
que tragedia. Se supone que debemos tomar en serio a Irán, pero
¿podemos hacerlo cuando su principal enemigo –un reino que hablaba de
cortar la cabeza de la serpiente (Irán)– se porta como un bufón?

Tal vez sea demasiado pronto para decir que esta es la crisis final en
las relaciones entre Washington y Riad; sabemos que el dinero saudita
puede apaciguar la moralidad de todo el mundo por la disección del
pobre Jamal. Puesto que nuestro propio bufón de Downing Street se ha
alineado con los sauditas, no tiene caso esperar algún comentario
británico.

Pero, muy pronto, los estadunidenses o la Unión Europea tendrán que
hacer lo que Eisenhower cuando envió a Dulles a amonestar a Eden
durante la guerra de Suez de 1956 y decir: ¡Ora, chavo!

Entre tanto, estemos atentos al nuevo capítulo de la comedia. ¿Otro
rugido saudita de desafío a la república islámica? ¿Otro buque
petrolero enviado a Bandar Abbas? ¿Más drones –30 de un jalón– muy
dentro del territorio saudita? ¿O sólo más bodas bombardeadas o
cuerpos de prisioneros en el polvo de Yemen?

Yo apostaría por lo último. Será un nuevo intento de destruir a uno de
los países más pobres del mundo, por parte de uno de los más ricos.

* * *

La confesión de Contestí
Elisa Beni

La confesión de la ex diputada de Vox, Malena Contestí, cobra un
extraordinario valor si uno es capaz de leer e interpretar realmente
cuáles son los datos y los mensajes que la "arrepentida" quiere
transmitir. Lo hace con prudencia, y no sé si con cierto temor, pero
lo hace. Viene a confirmar lo que ya les expuse en otra de mis
columnas sobre cuál es la verdadera etiología de la formación Vox y en
qué se diferencia de otras formaciones de ultraderecha europeas
exceptuando quizá la polaca. Y no digo que sea para mejor. Lo cierto
es que Contestí nos viene a confirmar que la cara con la que la
formación de extrema derecha se presenta a su público y a sus
electores no refleja exactamente sus objetivos ni lo que están
dispuestos a hacer para conseguirlos. Teocracia. Se lo conté en Del
género manipulador, y tengo que confesar que creo que muchos lectores
no hicieron conmigo el viaje necesario para descubrir el peligroso
fondo que acecha en el pozo de Vox. La verdadera cara que esconden
para reclutar a personas y a votos, fachas, vale, pero no por
obligación ultraortodoxos católicos, puesto que hay mucha extrema
derecha laica en Europa. Esta ha sido la piedra contra la que ha
tropezado Contestí y me alegro de que haya salido a contarlo.

No han sido pocos los que han despreciado o menospreciado su
testimonio por el hecho de haberse metido voluntariamente en un
partido de extrema derecha. Ese "ya sabías dónde ibas" con el que
muchos se han despachado el tema. O la descalificación de sus
excorreligionarios que achacan su estampida a un ataque de cuernos por
no ir a revalidar su puesto en las listas. Ni entro en ello. Me da
profundamente igual. No hay caso de arrepentido que no estuviera antes
en la organización a la que destapa. No hay confidente ni colaborador
que no sea útil, incluso a la Justicia, si no fuera porque ha estado
dentro y puede proporcionar información. Ningún fiscal ni ningún juez
desprecia a un testigo por haber sido él mismo parte de lo que
denuncia. Siempre es tiempo para la verdad. Si la sirve alguien por
principios o por venganza, no tiene mayor importancia. Lo que es, es,
lo diga Agamenon o su porquero. Además, y es muy pertinente la cita,
ya enseñó monseñor Escrivá que hay que aprender a decir que no. Ella
ha dicho que no, que no traga más y a nosotros como sociedad nos
interesa mucho que tanto la exdiputada como otros, que acabarán
siguiendo el mismo camino, desenmascaren a un partido que pretende
convertir en leyes civiles los dogmas religiosos de su fe. No hay otro
resumen.

Contestí, que es bien clara para quien sepa leerla, les acusa de
"imposición de su dogmatismo que golpea como un yunque", porque creo
que aún le da respeto relacionar directamente a miembros o
simpatizantes de Vox con El Yunque, la sociedad secreta de origen
mexicano que pretende objetivos propios de una teocracia en los que
sus dogmas y la ley de Dios sean las leyes de los hombres.

¿Cuántos de los votantes de Vox que han picado llamados por los falsos
datos de inmigración y las falsas soluciones o cuántos de los
divorciados que se sienten maltratados en sus sentencias o cuántos de
los que afirman amar a su España más que a nada, hubieran votado a un
partido confesional y ultraortodoxo que quiere retrotraernos a la
época de la dictadura en la que las leyes del régimen eran exactas a
los dogmas de la Iglesia? Pocos. La fórmula no funcionó cuando se
intentó a las claras.

El marketing actual es mucho más efectivo pero para eso, como cuenta
la ex diputada, hay que engañar a los de fuera y a los que llegan. Así
que la tostada se la encuentran muchos cuando están dentro. Yo la
creo. Uno puede ser nacionalista español, ultraliberal, incluso algo
racista y no por ello querer envolverse en rosarios o que sean los
obispos los que nos dicten la ley. Continúa la misiva de Contestí,
"atacan a las organizaciones que no participan del proselitismo
confesional al que Vox pertenece" y nos está insistiendo en la misma
idea. "Hay dogmas de pensamiento", "no es un partido político, es un
movimiento extremista y antisistema", "no hay libertad de conciencia"
y, finalmente, "al calor de la financiación... se ha llegado a un
proselitismo totalitario". La pista de la financiación unida al
proselitismo debería dirigir claramente las investigaciones.

Lo que apunta la ex Vox es algo que algunos no quieren ver pero que es
muy relevante porque "traer el Reino de Dios a la tierra", algo que
dentro de ese movimiento no es una frase ajena, choca tanto con la
Constitución Española que no puede dejarnos impávidos. Por eso es tan
necesario seguir tirando de la cuerda y por eso es tan relevante que
la gente que va saliendo despavorida sea capaz de contarlo. Porque
dentro se apunta al aborto cero, al matrimonio para crear una familia
convencional y numerosa, a la negación de la eutanasia y a todo
aquello que predican los prelados de Alcalá, Córdoba, Oviedo o Burgos,
esos que ya nos explicó Bastante que son de la cáscara amarga y
constituyen la piedra de resistencia al propio Papa. Los nazis que se
colaron en sus candidaturas no son sino una curiosidad. Lo peligroso
son los tipos que se disfrazan de partido de extrema derecha con el
objetivo de convertir los dogmas de la Iglesia en las normas de
nuestra vida. No les vale con que respetemos sus creencias. Algunos
tienen que redimirnos e imponérnoslas.
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Una bona senyora.jpg
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Miquel Angel Soria

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Oct 4, 2019, 1:30:23 AM10/4/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Estem governats per una colla d'inútils. Mires el mapa de la península
i només es salva Portugal. L'esfereidor és que el futur apunta en la
mateixa línia. Per anar a l'arrel s'hauria d'averiguar d'on surten.
Qui es posa a la feina?


Trump monetario: entre lacayos y charlatanes
Alejandro Nadal

El presidente Trump anunció en julio pasado que haría la nominación de
la economista Judy Shelton para ocupar uno de los dos puestos vacantes
en la Reserva Federal. Es la tercera vez que Trump intenta colocar a
alguien de su confianza en la Fed. Las primeras intentonas fracasaron
porque la pelea por lograr la confirmación del Senado se veía difícil.
Algunos de los candidatos eran el hazmerreír de la comunidad y todos
optaron por retirarse antes de sufrir una experiencia todavía más
vergonzosa con un voto negativo de los senadores.

El anuncio del nombramiento de Judy Shelton no fue una sorpresa para
quienes conocen la trayectoria de Trump. De ser confirmada por el
Senado, Shelton podría llegar a ocupar la presidencia de la Reserva
Federal si Trump fuese reelecto. Por eso es interesante examinar la
evolución de las posiciones de Shelton en materia de política
monetaria, en el plano nacional y a nivel del sistema monetario
internacional.

La señora Shelton ha seguido un sendero que algunos califican de
errático, pero quizás sea mejor decir oportunista. Cuando Obama era
presidente, Shelton se opuso a la política de bajas tasas de interés
aplicada para estimular la economía porque constituían una forma de
expoliación de los pequeños ahorradores. Pero ahora que la economía
está en mejores condiciones que en ese tiempo, Shelton ha dado una
vuelta de 180 grados y propone regresar a tasas de interés más bajas,
incluso al límite de cero. Eso es lo que el Donald ha venido diciendo
y Judy lo sabe: aquí aflora la cara de lacayo de la señora Shelton.

Pero este personaje tiene otra faceta. Desde hace tiempo la Shelton
propone el regreso al patrón oro para dar estabilidad al dólar y
mantener su supremacía. Según ella esto permitiría regresar a un
sistema de tipos de cambio fijos y evitaría que países como China
manipulen la política cambiaria para obtener ventajas comerciales.
Esta es la melodía que le gusta a Trump. Pero claro que el Donald no
tiene idea de lo que le está cantando al oído la señora Judy.

La propuesta de regresar al patrón oro es rechazada por todos los
economistas serios del mundo. Y aquí incluimos a economistas de todas
las escuelas de la teoría económica, desde los más convencionales
hasta los más heterodoxos. Solamente una capa de seudoeconomistas en
institutos financiados por círculos ultraconservadores insiste en que
es necesario regresar al patrón oro para estabilizar la moneda y las
finanzas públicas.

Para entender el alcance de esta propuesta sobre el patrón oro
conviene hacer un poco de historia. El periodo entre las dos guerras
mundiales estuvo marcado por una gran inestabilidad económica
internacional. Muchos países recurrieron a frecuentes devaluaciones
para hacer más competitivas sus exportaciones. Cuando estalló la
crisis en 1929 las principales economías del mundo descubrieron que su
lealtad al patrón oro les impedía tomar medidas para frenar las
tendencias depresivas. Por eso la defensa del patrón oro hizo que se
profundizara y extendiera la crisis. La obsesión por preservar el
patrón oro a toda costa se convirtió en la principal correa de
transmisión internacional de la Gran Depresión. A lo largo de la
década de los años 1930 el patrón oro fue siendo abandonado por varios
países.

Los aliados buscaron un mundo diferente para la posguerra y así nació
el sistema de Bretton Woods de tipos de cambio fijos para evitar
devaluaciones competitivas y manipulaciones. Ese sistema estaba basado
en la hegemonía del dólar y su convertibilidad al oro al precio de 35
dólares la onza y se mantuvo hasta 1971, cuando Nixon cerró la
ventanilla de oro y cesó la convertibilidad del dólar. Ese día se
inauguró el mundo de la moneda fiduciaria que Shelton considera la
raíz de todos los males. La señora no tiene idea de lo que es la
teoría monetaria, ni la política fiscal, ni la dinámica de una
economía capitalista. Los males del capitalismo no provienen de la
moneda fiduciaria.

Regresar al patrón oro significa restringir la política fiscal,
maniatar la política monetaria y atar el valor de la moneda al precio
del oro (cuya volatilidad no es cero). En caso de una recesión o una
crisis las autoridades económicas estarían incapacitadas de tomar
cualquier iniciativa. Esto Trump no lo sabe, y si lo supiera le
retiraría la nominación a Shelton.

Judy considera que el sistema monetario internacional carece de reglas
y por eso las manipulaciones de política cambiaria. Por eso piensa que
con un mítico regreso al patrón oro se podría eternizar la supremacía
del dólar en el sistema de pagos internacionales. Ese es el mensaje
que le encanta a Trump. Pero la Judy no le dirá nunca que no hay
manera de que la economía del mundo regrese al patrón oro.

La pregunta en Washington estos días es brutal: entre un personaje sin
principios y otro que es un completo ignorante, ¿a quién escogería
usted? La verdad es que no hay que quebrarse la cabeza. Con Judy
Shelton se tienen ambas opciones en la misma persona.

* * *

Neus Català, la voz de las mujeres represaliadas por los nazis ya
tiene calle en París (pero no en Barcelona)
Oriol Solé Altimira

Neus Català falleció el pasado mes de abril en su pueblo, Els
Guiamets, el mismo que la vio nacer en 1915. Con su muerte se apagó la
voz de la resistencia de las mujeres al infierno nazi. Català era una
de las últimas supervivientes españolas del Holocausto y una de las
que con más conciencia trabajó durante toda su vida para honrar y
conservar la memoria histórica de las víctimas, en especial de las
mujeres. La ciudad de París inaugura este viernes una calle en su
honor y le entregará, a título póstumo, la medalla Grand Vermeil, la
distinción más importante que otorga el consistorio parisino.

Mientras, en Barcelona, los trámites para consagrar un espacio público
a Català se han visto frenados por las elecciones municipales del
pasado mes de mayo y los ritmos propios del consistorio. Todos los
grupos municipales acordaron en abril elevar la propuesta a la
ponencia de nomenclátor, el órgano formado por una decena de
concejales y directivos municipales que decide los cambios de nombre
de calles y plazas. La ponencia del actual mandato, sin embargo,
todavía no se ha constituido, y tampoco hay una fecha prevista para
ello.

Desde la Amical Mathausen, Juan M. Calvo lamenta la "contradicción"
que supone el reconocimiento parisino para Català que en España
todavía está por llegar. "En Francia, los republicanos españoles son
héroes a nivel oficial, en cambio aquí, debido al retraso en las
políticas de memoria histórica, las víctimas son demasiado
desconocidas", sostiene Calvo, que reclama un "mayor reconocimiento"
por parte del Estado a los represaliados y exiliados por la dictadura
franquista que terminaron sufriendo el horror nazi.

"La figura de Neus Català fue tan importante que tuvo cierto
reconocimiento en vida, pero tras su desaparición han ido más rápido
en recordarla oficialmente fuera de nuestras fronteras que dentro",
valora Calvo. La Generalitat, por ejemplo, dedicó el año 2015 a Neus
Català, coincidiendo con los 100 años de su nacimiento, y le entregó
la medalla de oro de la institución. De cara a los homenajes póstumos,
Calvo pide a las instituciones no limitar la memoria de Català a su
vida personal, sino que su reconocimiento sirva para "honrar de forma
global a todas las víctimas, y en especial a las mujeres".

Y es que si el gran público pudo conocer la historia de las mujeres
republicanas a manos de los nazis fue en buena medida gracias a Neus
Català. En 1975, durante un congreso de represaliados en París, a la
periodista y escritora Montserrat Roig le llamó la atención el acento
de Català. Al acabar su discurso, Roig le preguntó si había estado en
Ravensbrück y si conocía a más republicanas deportadas. Hasta
entonces, ninguno de los represaliados que había entrevistado para
escribir Los catalanes en los campos nazis –obra que 40 años después
de su publicación sigue siendo clave para aproximarse a la experiencia
de los republicanos bajo el nazismo– le había explicado que también
hubo mujeres españolas en los campos.

"De no ser por este encuentro con Montserrat Roig, las mujeres
republicanas que sufrieron el horror nazi seguramente seguirían
siendo, como le dijo Neus en 1975, las olvidadas entre los olvidados",
recuerda la la escritora Carme Martí, autora de La paloma de
Ravensbrück (Roca Editorial), la obra que acaba e publicar y que
recoge la vida de Català en forma de novela.

Martí conoció a Català en 2010. La entrevistó para un libro sobre
mujeres en entornos rurales (ella fue hija de campesinos), se
entendieron bien y le propuso escribir una novela en la que contara su
experiencia como testigo excepcional de la Guerra Civil y el
Holocausto: Català, enfermera y militante del PSUC, huyó de España en
1939 con 180 niños a su cargo de una de las colonias de Negrín. En
Francia se enroló en la Resistencia, pero la detuvieron y torturaron
en prisión de Limoges y en 1944 fue deportada al campo de exterminio
de mujeres de Ravensbrück. Fue la prisionera 27.534 en Ravensbrück y
la 50.446 en Holleischen.

"Al llegar al campo, a Neus le dieron unos zapatos que le iban grandes
y se puso a mover los pies para animar al resto de presas. Neus decía
que los nazis le hicieron sufrir hambre, sed, y miedo y que le robaron
el sueño, pero no la alegría", rememora Martí de sus tardes con
Català. "Creo que su actitud en los campos se explica por su profunda
conciencia antifascista, solidaria y feminista", reflexiona la
escritora.

Pese a la vigilancia de las SS, Català y sus compañeras del Comando de
las Gandulas inutilizaron casi 10 millones de balas nazis. Fue
precisamente cuando más armamento necesitaba el ejército alemán.
Primero redujeron la producción y después lanzaron moscas, aceite e
incluso escupitajos a la maquinaria que producía el armamento en la
fábrica de Holleischen. Así hasta su liberación en 1945.

La icónica fotografía de Català con el traje del campo de Ravensbrück,
cuenta Martí –que fue la primera en preguntarle por la fecha de la
imagen–, no fue tomada el mismo día de su liberación, sino semanas
después en el pueblo francés de Sarlat. "Neus decidió conservar el
traje de prisionera. No lo tiró. Desde el primer momento tuvo
consciencia de que el horror que vivieron todas esas mujeres no podía
quedar en el olvido", asevera Martí.

A ello dedicó el resto de su vida. Incluso en sus últimos años, cuando
aceptó la idea de Martí de contar su historia mediante una novela.
"Dijo que el libro no tenía que ser para que la conocieran a ella,
sino para que se supiera el sufrimiento de todas las mujeres",
rememora la escritora.

Antes había presidido la Amical de Ravensbrück y había concedido
entrevistas, pronunciado conferencias y participado en libros sobre el
Holocausto, como el que ella misma escribió: De la resistencia y la
deportación: 50 testimonios de mujeres españolas. Uno de sus mayores
logros fue, en centenares de visitas a colegios, dar a conocer a los
más jóvenes el horror nazi. Tras una de esas charlas, una niña se
despidió de ella pronunciando una frase que la define: la mujer que
venció a Hitler.
Sentit d'Estat.jpg
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La lucha sigue.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 7, 2019, 1:30:22 AM10/7/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
A Portugal hauran de seguir amb la política, que tanrs èxits li dóna, i que no vol Pedro Sánchez. ¡Por Dios, váyase!
El Barça li retira les medalles concedides a Franco en diverses ocasions -1951, 1971 i 1974- amb 671 vots a favor, 2 en contra -seguiran sent socis-  i 7 en blanc.
He trobat una peça rara del mestre Jan Garbarek.
https://www.youtube.com/watch?v=T5KYZ2F9IRs

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
¡POR DIOS, VÁYASE!

Tras las desgraciadas consecuencias de la negociación de paz del premier británico Neville Chamberlain con Hitler en Múnich –la crisis de los Sudetes– para impedir la guerra del 39, el Sr. Churchill se levantó de su asiento en los Comunes y clamó estentóreamente dirigiéndose al premier: «¡En nombre de Dios, váyase!». Y se instaló él para dirigir la guerra inevitable.

Desde mi pequeñez política hoy clamo como el Sr. Churchill: «¡En el nombre de Dios, váyase usted, Sr. Sánchez!». Váyase porque España no es que esté mal gobernada; está clamorosamente, peor aún: risiblemente desgobernada. Es usted un giróscopo de los desaciertos. Se alió usted en las elecciones para la presidencia de la Unión Europea con un socialista tan vanidoso como usted, el Sr. Frans Timmermans, un socialista neerlandés a quien usted aportaría, al parecer, la fuerza decisiva del socialismo español, y obtuvo la mayoría absoluta la Sra. Ursula von der Leyen, del Partido Cristianodemócrata alemán y ministra de la Sra. Merkel. Ahora se ha subido, con trompeta y tambor, al carro de los anti-Trump, haciendo gala de fuerza internacional y ha herido usted gravemente las exportaciones españolas. Finalmente se ha permitido decir a los nacionalistas catalanes, estando usted en la maroma provisional de su cargo, que seguirá metiéndolos en la cárcel si insisten en su soberanismo, con lo que ha cabreado como un mono al secretario del PSC, Sr. Iceta, que es la única fuerza política relativamente seria con que usted cuenta en Catalunya.

A estas alturas de su «brillante» currículum político anda en una compra de votos de cara a las próximas elecciones ofreciendo cinco mil millones en su top manta electoral a las autonomías, dinero que, además de ser miserable en cuanto a su volumen, es de muy dudosa disposición.

¡En nombre de Dios, váyase! Cuando usted sepa que en lo internacional España no tiene peso alguno y ha de reducirse a un trabajo de hormiga para mejorar su triste situación económica y social; cuando usted comprenda que su parlamento está hecho girones, lo que le convierte pobre y automáticamente en dictador a lo Chaplin; cuando se entere de que está convirtiendo la Corona en el «petit roi» de O’Soglow; cuando abandone su tarea de reducir el poder ejecutivo al nivel del tercer poder, o sea, el judicial; cuando usted deje de hablar de si mismo como si fuera una madre Teresa de Calcuta, que murió insomne por cuidar a los desvalidos; cuando usted supere todo eso retorne al principio del ejercicio político para ver si logra un escaño por Cuenca o Huelva, buen y honrado escalón para apoyar el pie en una carrera incipiente. Mientras tanto y en nombre de Dios, ¡váyase usted, Sr. Sánchez! No hunda más a este país que necesita al menos blanquear la fachada para que los grafiteros nos enseñen lo que es la libertad y el ingenio.

Sr. Sánchez, comprendo que usted está en La Moncloa con el revuelto apoyo de los ocupantes de la política actual, que son simplemente ocupas, no le demos vueltas al asunto. Usted gobierna con eso. Yo salvaría del gran naufragio parlamentario a veinte o treinta diputados que normalmente hablan con comedimiento e ingenio. Hasta ahí podemos. Pero el resto parecen extraídos de un descarrilamiento. Por eso escribo –¡dolorosamente!– lo que escribo. Por eso me atrevo a solicitar la formación del partido de la abstención electoral. Amar a un país supone, en muchas ocasiones, retirarse al eremitorio a fin de soñar un nuevo mundo. Como cristiano con la cabeza reposada en mi esperanza colectivista entretengo el alma pensando en el Cristo retirado en el desierto para meditar su misión. Los españoles necesitamos superar con urgencia el ¡oé, oé! de nuestro casticismo hueco. Es doloroso pensar que sólo resultamos serios cuando regresamos de la emigración. Y no sigo en este lamento en que me he enredado porque no más «soy un hombre sincero/ de los que cortan la palma/ y antes de morirme quiero/echar mis versos del alma». ¿Viste, Tadeo?

Ser español es duro. Desde este ángulo de consideraciones comprendo a los catalanes y los vascos, con los que hace tiempo Madrid debiera haberse sentado democráticamente a la mesa para examinar el resol suizo o inglés. A mí me hubiera gustado una confederabilidad templada en silencios medidos y acuerdos sinceros. A veces pienso que embarcados en esa forma política lograron los suizos alzarse con el triunfo en la fabricación de relojes, que a veces son de cu-cú para alertar la conciencia. Pero nos cargamos dos Repúblicas, una de ellas machacando el federalismo con un héroe que entró a caballo en el hemiciclo.

¿Tiene remedio lo nuestro, Sr. Sánchez? Se lo pregunta un anciano español, que está harto de ir de oca en oca y tira porque le toca. ¿Tiene remedio esto que llamamos España? Una España que empezó mal con aquella Reconquista en la que falsificamos ya su principio, diciendo que era asunto de visigodos renacidos tras el vencimiento de musulmanes, cuando fue obra de cántabros, astures, vascones y otras familias que residían desde muy antiguos principios en unas severas nieves y se limitaron a caer hacia el sur para hacerse con unas tierras abandonadas y prometedoras. De ese lío nació lo español, tan poco aprovechado luego.

Pero yo, ¿para qué le cuento todo esto, Sr. Sánchez? Quizá para entretener mis innúmeros años. Porque yo, Sr. Sánchez, soy también un puro viejo en funciones. Pero ya me he ido.

                                              * * *

Los 50 inoxidables años de Monty Python
Por Horacio Bernades

Las vanguardias también envejecen. ¿O no? Monty Python’s Flying Circus, uno de los programas más disruptivos en la historia de la televisión, cumplió medio siglo. Emitido por primera vez el 5 de octubre de 1969 y con cuatro temporadas al aire por la BBC, el show escrito por John Cleese, Graham Chapman, Terry Jones, Eric Idle y Michael Palin (más Terry Gilliam a cargo de las animaciones) significó la presentación pública de los Monty Python, que años más tarde y aprovechando la popularidad brindada por el programa saltaron al cine, filmando tres largometrajes autónomos entre 1975 y 1983. ¿Popularidad, éxito, fama? ¿Pueden haber logrado todo eso cinco humoristas de formación universitaria (Jones y Palin graduados en Oxford, los tres restantes en Cambridge), con media hora semanal de sketches inconclusos, deconstruidos y metalingüísticos, que se burlaban de la vida media británica de la época, con una resuelta propensión al absurdo? Sí, pueden. Pudieron. ¿Podrían hoy?

 

Arribado sobre el fin de la década, casi al mismo tiempo en que The Beatles se separaban, el Flying Circus es uno de los iconos culturales de los 60. Si no hubiera existido Peter Capusotto y sus videos podría afirmarse que nada parecido sería concebible en otro momento que no fuera ése. De hecho, Capusotto y su guionista, Pedro Saborido, tienen a los Python como referentes. Quedan contestadas entonces dos preguntas básicas: 1) ¿se puede heredar a los Monty Python? 2) ¿se puede importar a los Monty Python?

Pero en principio fueron los 60. Y los 60 en Inglaterra. Esto es: psicodelia beatliana (Submarino amarillo, “I am the Walrus”, “Lovely Rita,” su ruta) y larga tradición de lo que los ingleses llaman nonsense y nosotros absurdo. Desde el Tristram Shandy de Laurence Sterne hasta la Alicia de Lewis Carroll hasta Frank Zappa, que era importado pero para el caso sirve igual. Donde más directamente se manifiesta la psicodelia (en fuga ya, en 1969) en el Flying Circus es en las animaciones de Terry Gilliam, quizá lo mejor que hizo en su vida.

Los 60 son también años de deconstrucción (deconstrucción temprana; la edad de oro de la deconstrucción son los 80) y a ella se dedican los cinco Python (más el Python estadounidense, Terry Gilliam) de modo más o menos desenfrenado. En un sketch de la primera temporada del Flying Circus, dos nazis torturan a un detenido. Uno le pega, mientras el otro… aplaude, para hacer “el sonido que en la radio y televisión en vivo representa un cachetazo”. Un personaje llamado Mr. Badger solía interrumpir sketches, diciendo “No voy a interrumpir su sketch, de veras”. Un sketch, el del loro muerto (uno de los más famosos del show) amenaza con volverse infinito. Entonces interviene un coronel y le pone fin, de modo expeditivamente militar.

Más contenidos que el humor latino, los Python nunca llegaron a rasgar decorados, como lo hizo Alberto Olmedo en No toca botón. O el radical Jerry Lewis un lustro antes que ellos, cuando exhibió el decorado completo de El terror de las chicas (1962). Si la deconstrucción es un acto de violencia, la violencia británica tiende a ser más mental que la latina o la del otro lado del Atlántico, más físicas y a la vista.

Pero había sexo & violencia & herejía & locura (las tres primeras, moderadas por el ojo vigilante de la BBC) en el Flying Circus, como corresponde a un producto de los 60. Y las habrá en la obra posterior de los Python, desde ya: pocas cosas más difíciles de ver y de soportar que el señor Creosota de El sentido de la vida, ese señor de unos 200 o 300 kilos que come y come y come en un restorán francés, hasta que un chip último e infinitesimal lo hace vomitar en cadena primero y estallar luego en pedazos, dejando su esqueleto a la vista y chorreando. En el Flying Circus había desnudos (algo tan infrecuente para la televisión en vivo de la época como para la pacatería británica de todos los tiempos), había sexo (fuera de campo, obviamente) y la violencia, aunque moderada, casi de circo para niños (¿no era éste, al cabo, un circo volador?) permeaba toda la serie. Un caballero medieval le sacudía con frecuencia un pavo crudo por la cabeza a quien cuadrara. Al náufrago de precréditos se lo veía realmente perdido y desesperado. El demencial paso de ganso de John Cleese tensiona de sólo verlo. Hay un sketch en el que una patota de ancianas ataca salvajemente a un jovencito indefenso.

Y la locura, claro. En un sketch se habla de un compositor alemán que tiene una treintena de apellidos, y cada vez que se lo nombra es con todos sus apellidos. El efecto que produce es “¿Realmente van a hacerlo de nuevo?”. El reverendo Arthur Belling, un personaje frecuente, hace un llamamiento a enloquecer a la población. En un mundo en el que todos son Superman, hay uno cuya identidad secreta es la de reparador de bicicletas. Es el superhéroe de ese mundo. Los títulos de los episodios no tenían, por otra parte, la menor relación con lo que pasaba en ellos. “La crisis de identidad del hombre en la segunda mitad del siglo XX”, “La hormiga, una introducción” y “La Royal Philarmonic Orchestra va al baño” son algunos de ellos.

Lo que no es muy conocido es la existencia de un pre-Flying Circus. La referencia no va dirigida a “Don’t Adjust Your Set”, programa de humor para niños (pero lo suficientemente zarpado como para generar un fiel culto adulto) del que participaban Eric Idle, Terry Jones y Michael Palin. Se emitió desde diciembre de 1967 hasta mayo de 1969, el momento en que se reunieron los cinco Python originales y decidieron lanzar su propio show. Pero en marzo de 1969 había salido al aire por la BBC un programa llamado Q… Se trataba de un show de sketches surreales, básicamente lo mismo que los cinco mosqueteros tenían pensado. De hecho, al verlo se preguntaron qué hacer. “Terry Jones y yo adorábamos Q…”. dijo una vez Michael Palin. “Fue el primer show de televisión en jugar con las convenciones televisivas”. “La primera vez que lo vimos nos deprimimos mucho, era exactamente lo que queríamos hacer, y estaba brillantemente hecho”, declaró Cleese a su vez. “Pero nadie se enteró de su existencia”. O sea: Q…, el Brian del Flying CIrcus.

Y ahora algo completamente diferente: las cuatro temporadas de Monty Python’s Flying Circus pueden verse en Netflix. Allí puede verificarse si las vanguardias envejecen o tal vez, a veces, rejuvenecen.

 
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Albert da el sí.jpg
Zugazart. ¡Nacionalistak.jpg
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Miquel Angel Soria

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Oct 8, 2019, 1:30:54 AM10/8/19
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Recordatori.
Avui, 100 anys del naixement de la Teresa Pàmies.
52 de l'assassinat a Bolívia d'Ernesto "Che" Guevara.

Clara Serra obre una escletxa per on pot entrar la coherència a Más
País. Serà només un miratge?


La derecha latinoamericana se corroe
Por Emir Sader

El retorno eufórico de la derecha a los gobiernos latinoamericanos
produjo la derrota espectacular de Mauricio Macri, el estado de
excepción de Lenín Moreno en Ecuador para intentar contener la ira
popular en contra de su paquete neoliberal y la proyección de
Bolsonaro como el más ridículo y grotesco jefe de Estado del mundo.
Esos eran los personajes que iban supuestamente a sanear las finanzas
públicas, recuperar el prestigio internacional de nuestros países,
terminar con la corrupción, superar a los gobiernos populistas y
lograr estabilidad, desarrollo y bienestar social.

Han pasado pocos años, no muchos meses, para que los heroicos
personajes de la restauración neoliberal sean personajes ridiculizados
–Macri, Lenín Moreno, Bolsonaro. ¿Quién da algo por ellos? Quien cree
que Macri va a dar vuelta las elecciones argentinas? Quién cree que
Moreno va a lograr salir indemne de la crisis ecuatoriana actual?
Quién cree que Bolsonaro es el futuro de Brasil?

La derecha llegó al poder en países que habían vuelto a crecer, habían
disminuido la desigualdad y tenían buenas relaciones de cooperación
con sus vecinos. Países que lograron estabilidad política, convivencia
pacífica y democrática entre las fuerzas políticas, sociales y
culturales, con un Estado garante de los derechos de todos.

Basta mirar cuál es la situación de países como Argentina, Brasil y
Ecuador, entregados a la recesión, al desempleo, a la miseria, a la
pérdida de apoyo y de legitimidad de sus gobiernos. La derecha ha
hecho todos sus esfuerzos, legales e ilegales, para frenar a los
gobiernos de izquierda y volver a la presidencia de esos países.

Lo que era Ecuador de Rafael Correa y lo que se ha vuelto en manos de
alguien elegido en base al éxito de aquél, para luego traicionar todo
para lo que fue elegido, hacer lo que la derecha planteaba y tirar al
pais al borde del caos, con ocupación militar de las calles de
Ecuador!

Lo que era Brasil de Lula, país respetado a escala mundial, con un
presidente que ha dejado su mandato con el 80 por ciento de
referencias negativas en los medios, pero con el 87 por ciento de
apoyo de la población. Brasil crecía y distribuía renta, saliendo del
Mapa del hambre. Y lo que es en manos de un presidente que nadie
respeta, que ha tirado el país a la miseria y a la violencia
desenfrenada.

Néstor y Cristina rescataron a Argentina de la peor crisis de su
historia, logrando que el país vuelva a desarrollarse y a generar
empleos. Lograron superar el endeudamiento con el FMI y que el país
vuelva a ser respetado en el mundo. En comparación con el país que
Macri no tiene vergüenza de entregar de vuelta a las fuerzas
democráticas, un país que cumple tres años de estanflación, con el
pueblo sufriendo miseria y hambre.

Pero hay una lógica en la locura de lo que la derecha hace en esos
países y quiere hacer en otros. Su rol es, antes que nada, buscar
quitar legitimidad y apoyo popular a los liderazgos populares más
importantes que esos países han tenido. Esos líderes han sido
transformados en los principales enemigos de las oligarquías locales y
de la política norteamericana, porque con sus politicas han
conquistado la confianza de sus pueblos y el prestigio internacional,
privilegiando los procesos de integración regional y no los tratado de
libre comercio con EE.UU.

En segundo lugar, buscaron sustituir políticas económicas que han
privilegiado el desarrollo del mercado interno con el retorno de las
políticas de ajuste fiscal, que promueven los intereses del capital
financiero. Retoman el modelo neoliberal, vigente en el capitalismo
mundial, a pesar de que ha llevado a las grandes potencias a una
profunda y prolongada recesión. Sacar el modelo antineoliberal es
terminar con un ejemplo de política económica alternativa, que prueba
que no hay un solo camino, como el Consenso de Washington y el
pensamiento único tratan de imponer.

La derecha latinoamericana retomó los gobiernos de países como
Argentina, Brasil, Ecuador, y ha demostrado que no han aprendido nada
de su fracaso anterior y del éxito de los gobiernos progresistas.
Fracasan de nuevo, fracasan más, son y serán derrotados de nuevo.

* * *

Pitazos

David Brooks



Los pitazos contra el abuso y empleo ilegal del poder han marcado la
historia de Estados Unidos, sobre todo durante el último medio siglo.
Trump ahora está bajo investigación para un juicio político gracias a
un whistleblower (literal, alguien que sopla, o que da el pitazo), y
vale recordar que los pitazos han ayudado a poner fin a una guerra,
frenar algunos programas de espionaje masivo de ciudadanos y programas
de tortura, revelar corrupción a varios niveles y hasta derrumbar a un
presidente.

Hay una diferencia entre un denunciante y un filtrador, el primero
emplea los canales internos oficiales establecidos por ley para
alertar al Congreso sobre algo indebido en el ejercicio del gobierno,
el segundo intenta entregar información sobre abusos y delitos
oficiales al público generalmente vía los medios. Ambos dan el pitazo
para revelar abusos de poder o actos ilegales.

Para algunos son héroes que rescatan la democracia; para otros son
espías y traidores. Depende de los intereses de las cúpulas en dadas
coyunturas y obviamente sobre qué se está divulgando y sobre quién.

Fue hace justo 50 años que el analista militar Daniel Ellsberg empezó
a hacer copias de los llamados Papeles del Pentá gono que revelaban
las mentiras oficiales sobre la guerra en Vietnam. Fue acusado por la
Casa Blanca de Nixon de violar la Ley de Espionaje y el gobierno
intentó prohibir la publicación de los documentos en el Washington
Post y el New York Times en 1971, disputa que llegó hasta la Suprema
Corte, la cual falló a favor de los medios.

Poco después, estalló el escándalo conocido como Watergate y fue otro
tipo de denunciante, apodado Garganta Profunda ( Deep Throat), quien
guió a los reporteros del Washington Post hasta llegar al fondo de las
operaciones ilegales de Nixon, lo que detonó un proceso de impeachment
y culminó con la renuncia del mandatario antes de que fuera
destituido. La fuente fue revelada en 2005: Mark Felt había sido
durante ese tiempo nada menos que el subdirector de la FBI.

El denunciante (y ahora son dos o tal vez más), un oficial de
inteligencia, quien detonó el proceso de impeachment actual contra
Trump es festejado como un patriota valiente que cumple con su deber
por la cúpula política demócrata que exige que le sean brindadas todas
las protecciones que otorga la ley.

Pero, a diferencia de los denunciantes en el caso Trump, la cúpula
política estadunidense, de manera bipartidista, acusa de criminales a
los filtradores/denunciantes y a los que los publican, incluidos tres
de los más importantes de los últimos años, a quienes han acusado de
violar la ley de espionaje, entre otras: Julian Assange, fundador de
Wikileaks, quien se encuentra encarcelado en Londres con la amenaza de
ser extraditado a Estados Unidos por publicar documentos oficiales
secretos que incluyen crímenes de guerra y manipulaciones
diplomáticas. Chelsea Manning, de nuevo encarcelada por negarse a
cooperar en el caso contra Assange después de que cumplió siete años
de prisión por filtrar documentos militares a Wikileaks. Y Edward
Snowden, asilado en Moscú después de tal vez la mayor filtración de
documentos de seguridad nacional en la historia de Estados Unidos que
revelaron, entre otras cosas, programas de espionaje masivo a
ciudadanos en Estados Unidos y otras partes del mundo.

En su libro recién publicado, Permanent Record, Snowden se identifica
así: Antes yo trabajaba para el gobierno, pero ahora trabajo para el
público.

Y hay varios más que están o fueron encarcelados, perdieron sus
empleos y más por atreverse a alertar sobre programas que son
ocultados a la opinión pública y que van desde tortura hasta métodos
de espionaje e incluso programas secretos de asesinato con drones y
múltiples mentiras oficiales.

Las cúpulas políticas, y sobre todo el sector de seguridad nacional,
en general detestan en principio toda revelación no auto-rizada por
ellos sobre lo que desean ocultar del pueblo al que supuestamente
sirven. Por ello, el debate sobre los pitazos es esencialmente una
disputa sobre la democracia (y dentro de ello, la libertad de la
prensa).
No saparán.jpg
Faci com jo.jpg
Y mientras, en el Valle de los Caidos.jpg
Sobreaviso.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 9, 2019, 2:01:48 AM10/9/19
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A l'Equador, mentre la Tv dóna dibuixos animats, la població es llança
al carrer i les escenes de la policia són esfereidores. Deixen en un
joc de nens les imatges de l'1-O.


Errejón intenta hacerle un Pablo Iglesias a Pablo Iglesias
Isaac Rosa

Me cuentan que ha surgido una nueva e inesperada formación política a
la izquierda del PSOE; una candidatura sin estructura de partido ni
bases, cuyo único capital es la popularidad de su líder y que pondrá
su rostro en las papeletas; que recibe mucha atención de los medios y
lo invitan a todas las tertulias; que compite con su antiguo partido,
sacude el tablero político y divide el voto de izquierda; y que cuenta
con viento a favor, se beneficia del desgaste del resto de partidos y
del hartazgo ciudadano.

Espera, espera, ¿qué me estás contando? Esto ya lo he vivido antes.
Déjà vu, así se llama esa confusión del cerebro, cuando creemos
reconocer una nueva experiencia como si fuese un recuerdo, algo ya
vivido.

Para comprobarlo voy a la hemeroteca, que mi memoria es corta: año
2014. Hace solo cinco años, una enormidad en tiempos políticamente
acelerados como estos. En aquel momento apareció una nueva e
inesperada formación política a la izquierda del PSOE; una candidatura
sin estructura de partido ni bases, cuyo único capital era la
popularidad de su líder y que puso su rostro en las papeletas; que
recibía mucha atención de los medios y lo invitaban a todas las
tertulias; que competía con su antiguo partido, sacudió el tablero
político y dividió el voto de la izquierda; y que contaba con viento a
favor mientras el resto de partidos sufría desgate y la ciudadanía
estaba harta.

¿A ustedes también les suena? Sí, aquella nueva formación se llamaba
Podemos, y su líder, Pablo Iglesias. Su pasado político estaba
vinculado al mismo partido al que venía a disputar el electorado, y al
que pronto superó y engulló. Lo que dio lugar a no pocas teorías de la
conspiración en la izquierda sobre la operación Podemos, no muy
alejadas de las que hoy circulan sobre Mas País. El resto de la
historia, hasta hoy, ya la conocen.

Que Errejón pretenda hacerle un Pablo Iglesias al propio Pablo
Iglesias no sé si es una ironía del destino, una forma retorcida de
justicia poética o la enésima demostración de la historia que se
repite como farsa. Pero para hacerle un Pablo Iglesias a Pablo
Iglesias, Errejón necesitaría varias condiciones: que Podemos se
hubiese convertido en una Izquierda Unida como la de 2014; y que
Errejón tuviese el carisma y la inteligencia política del primer
Iglesias. No merece la pena discutir si esas dos se cumplen, porque
hay una tercera más improbable: que los votantes conservásemos la
inocencia o recuperásemos la ilusión de 2014. Y me da que no:
nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

El déjà vu, la sensación de que ya has vivido antes un suceso que
experimentas por primera vez, es siempre un espejismo: un
cortocircuito del cerebro, un fallo de la memoria, a menudo provocado
por el cansancio. Va a ser eso.

* * *

Fraude consumado
Javier Pérez Royo

Como cabía suponer, el Tribunal Supremo (TS) ha rechazado en el día de
hoy la solicitud de esperar la respuesta del Tribunal de Justicia de
la Unión Europea (TJUE) a la cuestión prejudicial que él mismo había
planteado, con el argumento de que la cuestión había sido planteada
respecto de un incidente que no afectaba al fondo del asunto que el TS
tenía que resolver.

No cabe duda de que es así sustantivamente, pero no está claro que lo
sea desde un punto de vista procesal. Por eso se planteó la cuestión.

No cabe duda de que el TS no tiene que elevar ninguna cuestión al TJUE
acerca de si la conducta de Oriol Junqueras durante los meses de
septiembre y octubre de 2017 era constitutiva o no del delito de
rebelión o de cualquiera de los otros por los que ha sido acusado y
estaba siendo juzgado. Sobre ese asunto el TS no tiene nada que
preguntar, ni el TJUE nada que decir. Desde un punto de vista
sustantivo, repito, la cuestión no admite duda.

No es así, en mi opinión, desde un punto de vista procesal. En el
momento en que se inicia el juicio, Oriol Junqueras era diputado en el
Parlament de Catalunya. Los diputados de los Parlamentos de las
Comunidades Autónomas no tienen inmunidad y, en consecuencia, pueden
ser procesados sin necesidad de solicitar el suplicatorio para poder
hacerlo.

El 26 de mayo, con el juicio muy avanzado, pero todavía no finalizado
y visto para sentencia, Oriol Junqueras es elegido Diputado en el
Parlamento Europeo. La Junta Electoral (JEC) lo proclama candidato
electo y su nombre figura como tal en la lista que la JEC remite para
su publicación al BOE. Los diputados europeos sí son portadores de
inmunidad.

Obviamente, Oriol Junqueras ha podido ser elegido diputado, porque en
cuanto ciudadano español se encuentra en posesión del derecho de
sufragio activo y pasivo, ya que no ha sido privado del mismo por
sentencia judicial firme. Así lo reconoció expresamente la JEC al
permitir que figurara en la candidatura que se sometería a votación de
los ciudadanos. Se presentó a las elecciones porque podía presentarse,
porque tenía derecho a hacerlo.

Una vez reconocido por la JEC que había sido elegido el 26 de mayo, el
estatuto jurídico de Oriol Junqueras pasa a ser otro. A partir de ese
momento tiene inmunidad, ya que el derecho europeo respecto de la
inmunidad remite al derecho interno de los países miembros, y en el
derecho español el Reglamento del Congreso de los Diputados establece
de manera inequívoca que los diputados tienen inmunidad desde el
momento de su proclamación como candidatos electos por la Junta
Electoral y no desde el momento en que ocupan el escaño el día que
prometen o juran la Constitución.

Desde el 26 mayo Oriol Junqueras es portador de inmunidad. Esto no es
discutible.

El problema no es el de si Oriol Junqueras tiene inmunidad o no, sino
el del alcance de dicha inmunidad teniendo en cuenta las
circunstancias en que se encuentra: acusado de delitos muy graves y
con un juicio, que todavía no había quedado visto para sentencia, pero
quedaban muy pocos días para que esto ocurriera.

¿Debe entenderse que la inmunidad obliga al TS a suspender el juicio
desde ese momento, a poner en libertad a Oriol Junqueras y a solicitar
el suplicatorio al Parlamento Europeo o, por el contrario, dado que el
procesamiento se produjo con mucha anterioridad al 26 de mayo de 2019,
el TS podría continuar con el juicio y dictar sentencia sin necesidad
de solicitar suplicatorio alguno?

Este es el objeto de la cuestión prejudicial, aunque formulado de
manera extraordinariamente confusa en el auto de 1 de julio. Es
independiente desde un punto de vista sustantivo de la cuestión que
está sometida a juicio del TS sobre el posible delito cometido por
Oriol Junqueras, pero no lo es desde un punto de vista procesal.

El TS, contra la opinión del Ministerio Fiscal y la Abogacía del
Estado, entendió que tenía que elevar la cuestión prejudicial al TJUE.
Puesto que la cuestión no se podía plantear acerca de si la conducta
de Oriol Junqueras había sido constitutiva de delito o no, únicamente
tenía sentido respecto del momento temporal a partir del cual un
diputado europeo electo tiene inmunidad así como sobre el contenido y
alcance de dicha inmunidad.

Y la respuesta a esta cuestión sí es relevante. No para la sentencia
que el TS pueda acabar dictando, pero sí para el momento en que puede
hacerlo y para los pasos que tendría que dar antes de poder dictarla.
¿Puede dictarla ya o puede tener que poner en libertad a Oriol
Junqueras, dirigir a continuación el suplicatorio al Parlamento
Europeo y dictar sentencia una vez que haya recibido la respuesta a
dicho suplicatorio? Esto es lo que el TJUE tiene que decidir.

Me imagino que la defensa jurídica de Oriol Junqueras se habrá
dirigido ya al TJUE, poniendo en su conocimiento el auto dictado por
el TS y solicitando la adopción de alguna medida cautelar.

Veremos.
Renovación de votos.jpg
¡Qué cruz.jpg
Anar xino-xano.jpg
Sociedade do malgasto.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 10, 2019, 1:31:06 AM10/10/19
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Igual que intenten seguir amagar -o camuflar- el cas d'Altsasu, ja no ho poden fer amb el desastre de l'Equador. Qui tendria la brillant idea de posar Lenin al nadó? Sembla una traició als pares. Avui, Página 12 titula a toda plana Good Bye, Lenin.
Hernández, un dels "moneros" de La Jornada, denuncia el paper que juga el FMI.


La hegemonía del dólar no será eterna
Alejandro Nadal

El 31 de enero de este año varios países de la Unión Europea dieron a conocer la construcción de un sistema de pagos diseñado para dar la vuelta a las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos en contra de Irán. Esas sanciones mantienen un efectivo bloqueo económico sobre el régimen en Teherán desde que Washington abandonó unilateralmente el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) en mayo de 2018. Los países europeos signatarios del acuerdo nuclear (Francia, Inglaterra y Alemania) fueron tomados por sorpresa, pero pronto se dieron cuenta que para rescatar ese tratado era necesario establecer un sistema de pagos que permitiera dar oxígeno a la economía iraní.

Los tres países se unieron para evitar la completa destrucción del PAIC y crearon el Instrumento para Apoyar los Intercambios Comerciales (Instex por sus siglas en inglés). El Banco Central Europeo (BCE) también está creando nuevos canales para estas transacciones. Por su parte, para facilitar los pagos transfronterizos con esos nuevos instrumentos, el Banco Central de Irán creó un Instituto Especial de Comercio y Finanzas. El director general de Instex, Per Fischer, en visita a Teherán ha dejado claro su intención: mantener abiertos los canales de pagos relacionados con el comercio entre Irán y Europa.

Los últimos resultados no son del todo alentadores, pues la red de relaciones financieras que está bajo el control de entidades estadunidenses es demasiado amplia y densa. La mayor parte de las transacciones financieras en el mundo pasan por la red Swift, el acrónimo de la Sociedad de Transacciones Financieras Interbancarias Mundiales. La red Swift no es una cámara de compensación de pagos y tampoco facilita la transferencia de fondos. Simplemente se trata de una red para transmitir mensajes sobre transacciones financieras denominadas en dólares estadunidenses. Las transmisiones son altamente confiables y, por supuesto, el sistema permite detectar cualquier transacción en la que intervengan personas o entidades sancionadas por las autoridades estadunidenses. No por nada al sistema Swift se le ha llegado a llamar el brazo militar del Departamento del Tesoro.

Lo anterior se debe a la peculiar posición que tiene el dólar en el sistema monetario internacional desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad, esa divisa se mantiene como la más importante moneda de reserva en el mundo y como principal medio de pago en las transacciones del comercio global. Sin embargo, el paisaje financiero mundial se ha ido transformando lentamente en los años recientes.

Los datos del Fondo Monetario Internacional muestran que para el segundo trimestre de este año las reservas mundiales en divisas se incrementaron 1.1 por ciento para alcanzar la cifra de 11.7 billones (castellanos) de dólares equivalentes. Las reservas denominadas en dólares estadunidenses sólo se incrementaron en 0.7 por ciento para situarse en 6.7 billones. Es decir, a pesar de que la divisa estadunidense sigue siendo el más importante instrumento de reserva, su peso relativo disminuyó.

La tendencia a la baja ha sido persistente desde hace más de dos décadas, pero se ha ido acelerando gradualmente en los seis años anteriores. En 2014 las reservas en dólares estadunidenses eran 66 por ciento de todas las reservas. Pero hoy, en 2019 (segundo trimestre) ese monto es de 61.5 por ciento. Los episodios en los que las reservas en dólares aumentaron su peso relativo, como en 2014 y 2016, han sido anulados mientras parece consolidarse la tendencia a la baja.

Las pequeñas variaciones cotidianas no parecen gran cosa. Al igual que un glaciar que se desliza lentamente por su cauce, el movimiento es casi imperceptible día a día. Pero al final de unos años la perspectiva sí permite descubrir cambios importantes en el paisaje.

De mantenerse la tendencia de los años recientes, en una década podríamos estar frente a un espectáculo novedoso. El dólar podría dejar de ser la moneda preferida por los bancos centrales para mantener sus reservas. Eso no quiere decir que el sistema Swift dejaría de existir, pero facilitaría el que funcionaran otros sistemas capaces de asegurar el flujo estable de transferencias financieras en todo tipo de divisas. En ese escenario, la capacidad imperial de imponer sanciones financieras a países como Irán o Venezuela se vería constreñida.

Por el momento, los dos principales contendientes para disputarle el cetro hegemónico al dólar, el euro y el yuan, enfrentan sus propios problemas. El primero todavía tiene que solucionar los problemas que le traerá el Brexit, además de las dificultades con Italia y Grecia. El segundo todavía no cumple con el requisito de convertibilidad ilimitada, lo que le resta credibilidad. Quizás la ironía es que personajes como Trump y sus consejeros (si es que todavía le quedan algunos) podrían estar acelerando los cambios que finalmente erosionarán más rápidamente la hegemonía monetaria del dólar.

                                                             * * *

La vergüenza de Altsasu
Elisa Beni

"No podemos dejar de desesperarnos cuando vemos que se abusa de la Justicia"
Jakob Wassermann. El caso Maurizius

Es probablemente uno de los asuntos de actualidad que más insultos, invectivas y descalificaciones me ha costado en los últimos tiempos. Abascal me llamó "rata televisiva" por mis opiniones sobre este caso. Sólo los amigos de terroristas, la chusma, los infectos, los comunistas y los malos españoles podíamos denunciar la barrabasada, la injusticia, el tremendo atentado al Estado de Derecho que se consagró con el tema de la agresión de Altsasu. Sólo los malos. Sólo los que en noviembre de 2016 ya les contamos que esto era una agresión, pero no terrorismo y que había sido espuriamente arrebatada a sus jueces naturales para traerla a la Audiencia Nacional y convertirla en un caso que políticamente daría réditos. Vean con los ojos de hoy "Lo de Alsasua". ¡Y vaya si los dio! Su instructora, Carmen Lamela, una mala instructora, una mujer que tuvo internos como preventivos en FIES a estos jóvenes, se pasea hoy por la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Con toda su calidad. Con esa que le hace ser tan ajustada con la determinación de los delitos y con las medidas que toma. Esa jueza que, estoy segura, hasta duerme por las noches con toda tranquilidad.

Ayer supimos, no ya que no era terrorismo, eso se lo tiraron sus propios compañeros de la Audiencia Nacional (AN), sino incluso que las agravantes que se habían introducido para mantener unas penas elevadísimas –a lo mejor tampoco era plan de haberlos tenido preventivos y acusados de terrorismo, en el peor régimen penitenciario– y que luego quedara muy claro que se había ido de caña. Así que este miércoles esas penas fueron rebajadas del rango de entre los 13 y 2 años, según cada reo, que fijó la AN al de 9 a 1 año que fija ahora el Supremo al suprimir las agravantes de discriminación y en dos casos la de lesiones. Lean lo que yo escribía hace tres años: "Yo creo en la Justicia, por eso sospecho que aunque sea en el Tribunal Supremo, al final sabremos que lo de estos energúmenos no era terrorismo. Entonces a lo mejor la pugna política por la pérdida del poder en Navarra ya está en otro punto y da igual. La cárcel se la habrán comido ellos". Tengo que recordarlo porque aquí te acosan a dentelladas, te insultan, te agravia mucho comentarista y analista de pacotilla, mucho experto de argumentario, porque también saben que en tres años nadie irá a pedirles explicaciones. Al menos que les quede claro que yo les serví la información y el análisis que era debido.

Pero es que, ¿recuerdan?, el presidente del Gobierno puso un tuit y lo firmó: MR. Lo puso en persona. "No habrá impunidad". Y no había duda de hacia dónde había que remar para que te dieran la palmada en la espalda o la toga laureada. No había duda. Y así fue. Quiero reivindicar aquí el papel de la jueza predeterminada por la ley, la del territorio, que tuvo claro lo que se traía entre manos, como la Fiscalía de Navarra o la Audiencia Provincial... Todo ello hasta que alguien, yo creo que poco espontáneamente, presentó una querella en la Audiencia Nacional y permitió que la Fiscalía de este órgano entrara como elefante en cacharrería para llevarse el procedimiento y poder tildar de terroristas a los jóvenes delincuentes, sí, pero agresores de una autoridad, no otra cosa. Algo que debería de haberse sustanciado en Navarra y que podía haberlos mantenido en libertad provisional, como de hecho estaban, hasta que hubiera llegado su juicio y su condena. Pero no, los de Altsasu eran un trofeo que algunos tenían que poner a los pies de los que mandan y que ha merecido sus buenas palmadas mientras fue útil políticamente.

Una puerca vergüenza. Es una vergüenza que se forzara la interpretación del terrorismo para dar gusto al poder político, al que en aquel momento le venía muy pero que muy bien. Una vergüenza. No tengo, sin embargo, esperanza de que el fantasma de los ahora condenados a penas mucho más bajas vaya a perturbar la paz de aquellos que los tildaron de terroristas en papel timbrado. Unos falsos terroristas que fueron a prisión con un auto en el que se copiaban textualmente frases del atestado de la Guardia Civil, sí, esa Guardia Civil a la que se encargó la investigación de los hechos a pesar de que las víctimas pertenecían a ese cuerpo.

Eso ha pasado en la Audiencia Nacional. Eso pasó también con los titiriteros. A nadie le van a devolver la experiencia de haber estado en prisión en el régimen previsto para los terroristas. Hay cosas que la vida no te devuelve. Tampoco vale el argumento de que hay diferencias jurídicas o de que la prueba en juicio ha demostrado luego otra cosa. La juez de Altsasu, juez de pueblo, lo vio desde el principio. Ahora la magistrada que no sabe distinguir el terrorismo juzga en la misma Sala que acaba de decir que ni siquiera los agravantes que mantenían las penas al nivel del terrorismo valen para los delitos de atentado, lesiones y desórdenes públicos.

La lucha legal de las familias continúa porque creen que la injusticia no se ha reparado del todo e injusticia hubo a todas luces. No ha sido la única. El poder de los jueces instructores de la Audiencia Nacional es desmesurado y cuando camina de la mano de una Fiscalía que se precia de sus halcones, la cosa aún es peor. No, no era terrorismo. Aunque haya premios para los que ven el Código Penal con los ojos del poder.

 
Para ser precisos.jpg
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Miquel Angel Soria

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Oct 11, 2019, 1:30:04 AM10/11/19
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Avui, notícies de caire diferent. Per un costat la celebració de la
concesió del Nobel de Literatura a Peter Handke, un dels meus
escriptors de capçalera.
En la mateixa línia, la supervivència, en la mateixa línia, de
Katxetas jatetxea a Lizarra (Estella). Estem d'enhorabona.
Al final un recordatori: han passat 15 anys de la mort de Jacques
Derrida. El seguim tenint molt present.


¿Por qué tantos españoles tienen tirria a los catalanes?
Carlos Elordi

La prueba más contundente de lo mal que está la política española es
que en esta campaña ni en la anterior ninguno de los partidos ha hecho
propuesta alguna sobre qué hacer para rebajar o reconducir la crisis
catalana. A lo sumo alguno de ellos ha avanzado la idea del diálogo,
algo que hoy por hoy no quiere decir nada. Y últimamente ni eso. ¡Ah!
Y también mucha amenaza de aplicar la máxima dureza si el
independentismo se desmanda. Y todo eso no expresa sino
irresponsabilidad, incapacidad o el convencimiento de que no hay nada
que hacer. Es decir, nada bueno.

Y así, mientras las crónicas cuentan que en vísperas de la sentencia
del Supremo en Cataluña hay tensión, angustia o indignación según
piense cada cual, lo que hay en el resto de España es más bien poca
inquietud, porque el asunto no mueve conciencias o porque la mayoría
de los ciudadanos cree que el Estado controlará la situación. Y buena
parte de ella no le hace ascos a que utilice medios muy contundentes
para lograrlo.

La cosa viene de antes, pero en los últimos años Cataluña y España
viven en mundos totalmente distintos y muy alejados. Como
colectividades que sienten y padecen y por muy intensos, aunque
últimamente decrecientes, que sean los intercambios comerciales,
profesionales y personales entre ambos. En España sólo una minoría
políticamente insignificante ha manifestado algún interés por
comprender el cataclismo que se ha desencadenado en Cataluña. Que
llevó, primero, al auge del independentismo, luego al 1-O y que sigue,
sin que nadie tenga claro en qué va a terminar. Que puede ser muy
malo.

La mayoría de españoles, probablemente abrumadora, manifiesta un
rechazo sin paliativos a todo lo que tenga que ver con el nacionalismo
catalán y, de paso, con todo lo que se entiende por catalán. Y esa
actitud es la razón principal de que el problema no solo no tenga
solución sino tampoco salida alguna en un horizonte temporal
previsible.

Porque el independentismo puede entrar en crisis, ya lo está en parte,
y cambiar significativamente su morfología a medio plazo, alimentando
la posibilidad de un nuevo escenario. Pero cualquier cambio en ese
territorio no valdrá de nada si en España se mantiene el rechazo y la
animadversión generalizadas hacia lo catalán.

Y nada indica que eso vaya a modificarse. Porque los principales
actores políticos españoles están empeñados en mantenerlo. Es más, la
política española gira ya desde hace algunos años en torno a ese
rechazo. Entre unos políticos insensatos y unos medios que no lo son
menos lo han convertido en la seña de identidad principal de lo que
ellos llaman "nuestra democracia".

Los independentistas, y los que no los critican, son los malos contra
los que es obligatorio colocarse. Hubo un tiempo en el que había
debate al respecto, en el que se sacaban a colación los excesos, más
bien burradas, de la derecha como explicación del fulgurante
crecimiento del independentismo en los últimos años. Hoy cualquier
apunte en esa dirección ha desaparecido del panorama político,
intelectual y no digamos mediático. Con la excepción de los que hace,
de vez en cuando y no sin problemas, Unidas Podemos.

El PSOE ha renunciado a cualquier veleidad en ese terreno. Porque teme
que la España políticamente correcta, la de derechas y la que no lo es
tanto, se le eche encima y lo machaque si se atreve a adentrarse en el
mismo. Y seguramente teme más a eso que al coste electoral de ese
eventual atrevimiento, que seguirá siendo una incógnita mientras no se
dé paso alguno en esa dirección.

Los socialistas han perdido la iniciativa en el asunto crucial de la
política española. Ahí quien manda es la derecha, lo de Cataluña es
cosa suya y debe pensar que ese protagonismo es una de las claves de
su proyecto de volver al Gobierno, en estas o en las próximas
elecciones. No han improvisado su estrategia. Llevan trabajando en
ella desde hace tiempo. Sin pararse en mientes, como cuando llamó al
boicot a los productos catalanes. Y aunque eso le haya llevado a la
marginalidad en la política catalana.

Están convencidos de que su dureza contra el catalanismo terminará por
doblegarlo, si no destruirlo. Ese es su plan. No tienen otro y están
convencidos de que la mayoría de la opinión pública les apoya en ese
camino. Ellos y sus medios, con no poca autonomía al respecto, han
sabido imponer ese discurso a la mayoría de los ciudadanos. A los que
ya tenían una atávica antipatía de partida hacia los catalanes y a los
que horrorizó el 1-O. Porque temieron que después de eso podía venir
lo peor para toda España.

Esa estrategia puede ser suicida. Porque si las cosas se salen de
madre, que todavía están muy controladas y se puede discursear
alegremente al respecto, Cataluña puede entrar en una espiral que
puede desestabilizar a toda España. Y entonces con violencia de
verdad. Ese riesgo existe, pero advertir de ello empieza a sonar cada
vez más ridículo. Como denunciar que golpeando sin freno a los
independentistas están cargándose la democracia española. Porque, ¿a
cuánta gente le indigna que unos relevantes cuadros políticos lleven
más de dos años en prisión provisional, y no por corrupción, algo que
sólo pasa en Turquía y en las dictaduras más brutales?

* * *

La Iglesia y el Estado, asignatura pendiente
Javier Pérez Royo

Nada de lo que está ocurriendo con la exhumación del general Franco se
explica sin volver al momento constituyente. La Iglesia católica
consiguió ser mencionada expresamente en el artículo 16 de la
Constitución y consiguió negociar con el Gobierno presidido por Adolfo
Suárez unos Acuerdos a lo largo del año 78, es decir, al mismo tiempo
que se estaba haciendo la Constitución. El contenido de dichos
acuerdos estaba fijado antes de que la Constitución se publicara y
entrara en vigor el día 29 de diciembre. Los Acuerdos, sin embargo, se
publicaron el 4 de enero de 1979. Son por tanto unos Acuerdos
materialmente preconstitucionales, pero formalmente
posconstitucionales. La Iglesia sabía que esos Acuerdos no hubieran
podido ser negociados una vez la Constitución estuviera en vigor y con
un gobierno constitucional. Pero era importante que la publicación de
los Acuerdos se hiciera después de la entrada en vigor de la
Constitución, porque de esta manera gozaban de una presunción de
constitucionalidad mucho más fuerte que la que hubieran tenido de
haberse publicado antes.

Con estos Acuerdos, la Iglesia consiguió conservar parte de la
situación de privilegio de la que había gozado durante el Régimen del
general Franco. La Iglesia española, que había sido una pieza clave en
la lucha contra la democracia antes de que se iniciara la Guerra
Civil, continuó siendo una pieza todavía más importante durante la
Guerra Civil y las décadas posteriores. Entendió perfectamente que no
podría mantener íntegramente la situación de privilegio que había
venido disfrutando desde 1936, pero sí supo maniobrar para intentar
conservar lo más posible.

Y lo ha conseguido. No hay ningún país europeo en el que la Iglesia
Católica, o cualquier otra, ocupe una posición similar a la que tiene
en España. Y en el que la contribución de la Iglesia resulte tan
decisiva para la movilización política frente a cualquier proyecto
progresista. En todas las manifestaciones importantes que ha convocado
la derecha española en general y el Partido Popular en particular, la
participación de la Iglesia ha sido decisiva. Lo ha sido en las
convocatorias en materia de enseñanza, en defensa de la religión como
asignatura obligatoria y en contra de la ley de Educación para la
Ciudadanía, contra la ley del aborto, contra el matrimonio de personas
del mismo sexo e incluso contra la reforma del Estatuto de Autonomía
de Catalunya.

En la Iglesia Católica hay un recuerdo muy intenso del reconocimiento
que tuvo por el Régimen del general Franco, sin el cual no habría
llegado a ocupar la posición que le permitió participar en la
Transición de la forma en que lo hizo y ocupar la posición que ahora
mismo ocupa. Por eso no le ha repugnado que el dictador estuviera
enterrado en El Valle de los Caídos y no solamente no ha movido ni un
dedo para su exhumación, sino que se ha resistido de forma expresa o
subrepticia a la misma.

La conducta del prior de la Abadía Del Valle de los Caídos no hubiera
sido, no ya posible, sino ni siquiera imaginable, sin una Iglesia
Católica, que fue durante muchos años una Iglesia de "cruzada" y en la
que hay una parte que se resiste a dejar de serlo. Es esa base
eclesial con una tradición enormemente prolongada en nuestra historia
desde mucho antes de la Guerra Civil, la que hace posible que surjan
figuras tan pintorescas como las del prior, que se atrevan a echarle
un pulso a la democracia. Él sabe que hay mucha complicidad con su
actitud. Y no solamente en VOX, sino también en el PP y Ciudadanos.

La Iglesia Española no ha sido para la Constitución del 78 lo que fue
para la Constitución protodemocrática de 1869 o para la Constitución
democrática de 1931. La radical incompatibilidad de la Iglesia con la
democracia que se dio en nuestra historia anterior no se ha producido
con la Constitución de 1978. Pero eso no quiere decir que se haya
producido una adhesión clara e inequívoca a la democracia. La Iglesia
católica no es un problema de la democracia española, pero el lugar
que debería ocupar la Iglesia en la democracia española sigue siendo
una asignatura pendiente.
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Miquel Angel Soria

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Oct 14, 2019, 1:31:41 AM10/14/19
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Avui, veient el dibuix de Ferreres he recordat una novel·la de
Saramago. Allí es trenca l'istme pels Pirineus; aquí, Marchena ho fa
per l'Ebre.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
EL PORTAZO

Ante todo una reflexión sobre principios del derecho para apoyar a
continuación lo que diga sobre la sentencia ya firme que espera a los
políticos catalanes encarcelados en el conocido Procés. Hablo del
nuevo portazo a la paz.

El hombre, encuadrado por nacimiento en el «jus naturale», o derecho
connatural del ser humano, tiene o debe tener el camino franco hacia
la libertad como receptor ingénito y constante del poder de ese
derecho. El «jus naturale» –libertad de pensamiento, libertad de
expresión, libertad de movimiento– y el hombre se satisfacen
mutuamente. El jus naturale salvaguarda muy principalmente la razón
como creadora de vida ya sea de un individuo o de un pueblo. En
consecuencia, toda norma revestida del carácter mencionado merece un
respeto fundamental y no debiera ser cohibida por el derecho positivo,
de rango filosóficamente muy inferior. Si tenemos en cuenta lo dicho,
y en el marco de los aconteceres ahora juzgados, el deseo de libertad
del pueblo catalán debería ser respetado y no sometido a juicio, sobre
todo teniendo en cuenta que la normativa que se dice quebrantada es de
carácter político y tributa, por tanto, al discurrir de la historia;
no así la libertad o la razón. Considerado así el asunto únicamente el
pueblo es instancia para juzgar acerca de su voluntad básica de serlo.
Tal derecho natural no debiera ser sometido a juicio de no acompañar
su ejercicio con un peligro material para la vida o el uso de la
razón, bienes supremos ¿Y acaso la nación catalana pretendía
protagonizar alguno de los dos males citados? ¿Atentaba a la vida o al
raciocinio?

Alegar a la protección del orden para reprimir no es válida si quien
alega ha contribuido fundamentalmente al desorden con cualquier tipo
de violencia. Más aún desde el poder. ¿Conllevaba daño alguno material
la intención del pueblo catalán? Quien se opone, pues, a la libertad
con la fuerza puede incurrir en crimen ¿Fueron los catalanes
protagonistas de ese crimen? Responder positivamente a esta pregunta
destruiría a mi parecer la razón.

Una sociedad perfecta es la que, con el amor por horizonte, procede a
la guarda y cuidado de la razón en libertad, que constituye ese enigma
metafísico en cuyo marco el hombre se encuentra consigo mismo. En esa
plenitud deja de existir el sufrimiento colectivo, que es entidad
superior al dolor individual.

Todo lo que llevo escrito produce en mí una gravísima preocupación ¿Se
guarda o respeta ese «jus naturale» en la historia? Un recorrido por
las expresiones jurídicas habidas en la historia nos demuestra que el
desconocimiento del «jus naturale» ha sido, en cierto modo, el pecado
original que hace infeliz a la humanidad.

Si en Madrid no alentase, a mi parecer, una voluntad imperialista
superviviente, rencorosa y desordenadamente alimentada por el
desbarajuste político del siglo pasado y principios del presente,
quizá el problema catalán se hubiera ya resuelto hace tiempo. Hubo
momentos claramente favorables a un federalismo o confederalismo que
fue reprimido con violencia por los poderes siempre anacrónicos
parapetados en el bunker madrileño. En ese federalismo o
confederalismo hubiera tenido cabida incluso una economía de sostén de
la España pobre o necesitada de asistencia por parte de la periferia
desarrollada. Pero de esto ni se habla.

El hecho es que la llamada españolidad se ha levantado en armas de
toda clase para restaurar con la violencia política, moral y legal una
imagen totalmente obsoleta y desgarrada. De la mano van en esta
especie de Cruzada gente de las finanzas, de la política, de la
información, de la cultura e incluso de la Iglesia. Todos proceden
como el Mambrú que fue a la guerra. Insisto en lo que escribo porque a
mi manera y con un sentido de ciudadano siempre estupefacto, también
me «duele España». Pero me duele sin perder de vista la realidad del
drama español. Cada vez que contemplo el quehacer político de muchos
diputados, financieros, administradores de justicia o gentes con poder
de la España profunda me rebozo en la capa de César y me digo a media
voz: «¿Tu quoque, fili mi?».

Me gustaría escribir desde otra óptica, pero sería deslealtad. Y no
quiero unirme a los españoles que con deslealtad hacia España
proceden. Servir a un país no consiste en el festival revuelto y sin
sentido en que muchos responsables de España invierten sus horas. Con
su pan se lo coman. Ahora la actualidad madrileña se centra en el
debate, vestido de diversas formas, sobre la nueva sepultura de
Franco. Debate que no sería de considerar si tuviéramos en cuenta el
histórico perjurio a la bandera legal de la República que trataba de
abrir nuevos cauces a España. Tenemos una vehemente inclinación a
descrisnarnos por lo marginal.

Por mi parte, repito, oro por el porvenir del país que me ha caído en
suerte. Creo que hay muchos españoles cuerdos y a quienes les ruboriza
y ofende la situación en que vive España. A su buena voluntad uno la
mía. No seré yo quien de lanzada a moro muerto. Simplemente cumplo con
mi deber de servir a la verdad como escritor y periodista. Ya soy
demasiado viejo para participar en algaradas y correrías. Que cada
cual haga repaso de si mismo. Por mi parte, como padre y abuelo de
catalanes, me acojo al lema catalán de «¡Pau, pau i sempre pau!» del
inmortal Pau Casals.

* * *

Este Estado crea su odio
Suso de Toro

El poder se ejerce por las buenas o por las malas y el modo de
ejercerlo tiene consecuencias distintas: afección o rechazo, afecto u
odio. Este Estado fue fundado por los militares rebeldes y tuvo su
primera capital en Burgos, pero tuvo una inflexión cuando Franco
diseñó su sucesión y los cambios para adaptarse a su contexto
político, la integración en la OTAN y el Mercado Común.

La Transición se hizo con algunos pactos tutelados por la Monarquía y
el Ejército, en los que se integró la Catalunya de "Llibertat,
amnistia i estatut d'autonomia" y garantizó la continuidad de las
estructuras profundas del Estado y de la economía pero también
abrieron aire, dieron juego social y permitieron aliviar presión,
excepto en el País Vasco, donde la respuesta al régimen militar fue
también una respuesta militar que no podía vencer a un Estado y
prolongó la violencia, asesinatos, cárcel y tortura.

Finalmente hemos llegado aquí, este Estado sólo tiene la respuesta de
la violencia para las reclamaciones democráticas de la mayor parte de
la población en Catalunya. Porque su reclamación de votar en un
referéndum catalán es ampliamente mayoritaria como acreditan encuestas
y la misma composición de su parlamento y además es democrática,
porque con independencia de que tenga efecto legal o no, la acción de
votar nunca puede ser delito bajo un Estado democrático.

Desde que el Tribunal Constitucional le negó a los catalanes el
Estatuto que habían votado su parlamento, el español y refrendado en
referéndum, la única respuesta de este Estado centralista ha sido la
negación primero y la violencia después. Y ha respondido según su
naturaleza violenta, este Estado se ha quitado de encima las capas y
afeites y muestra su naturaleza original.

Lo que estamos viendo ahora de modo teatralizado porque estamos en
campaña electoral es parte de lo mismo. Hace dos años se envió fuerza
armada a Catalunya para reprimir una votación, que fue un acto
pacífico de libertad y también de desobediencia civil, todo ello fue
acompañado de una fortísima campaña previa de comunicación que merece
el calificativo de violenta. El sistema de medios de comunicación
español demostró carecer de ética y ser parte de un sistema de poder
opresivo controlado por el Estado y la banca. Difamó al grueso de la
población catalana hasta límites grotescos y ocultó a sus usuarios la
violencia que el Estado empleó contra ciudadanos y ciudadanas
pacíficos de todas las edades. La población española solo pudo acceder
a esas imágenes buscando en los canales internacionales, como en época
de Franco.

Y no se trata de una política de un gobierno, pues antes gobernó el PP
y ahora gobierna el PSOE, sino del Estado mismo. Este Estado cuya
justicia absolvió a guardias civiles que obligaron a meter balas en la
boca y a cantar el Cara al Sol a los parroquianos de un bar, que
condenó de forma terrible a unos jóvenes de Altsasua por una bronca de
discoteca a las cuatro de la madrugada, que tiene presas a personas
dirigentes sociales y políticas catalanas preventivamente siendo
criticadas por organismos internacionales, que tiene presos a varios
civiles incomunicados pero filtrando informaciones convenientes a esa
prensa sicaria del Estado y la banca y que ahora va a celebrar los dos
años de aquella verdadera invasión y ataque a población catalana, ha
repetido que lo volverá a hacer.

Y lo ha dicho el Estado de arriba a abajo. Lo ha dicho el Borbón, que
acaba de afirmar que repetiría hoy las advertencias y amenazas de hace
dos años y que supone un punto y aparte que él mismo sabe definitivo
entre la monarquía y los catalanes. Lo ha dicho el presidente de
Gobierno en funciones quien, a despecho de que en aquel día publicó un
tuit criticando la violencia policial contra civiles, asegura que
repetiría lo que hizo entonces Rajoy. Y lógicamente lo ha repetido con
facundia un general de la Guardia Civil, "lo volveremos a hacer" dijo,
refiriéndose a lo que hizo entonces ese cuerpo bajo el mando de Pérez
de los Cobos.

Es por ello que crean la imagen de una Catalunya violenta, al grueso
de la población le llaman "los independentistas" luego de haber
deslegitimado y estigmatizado una legítima reclamación democrática de
independencia. Necesitan la violencia. Necesitan la violencia para
legitimar un delito cuyo mismo nombre nos devuelve al régimen militar
de Franco, "sedición". Sedición es, según la RAE, "alzamiento
colectivo y violento contra la autoridad (...)" y la querida María
Moliner la hace sinónima de "sublevación", "particularmente,
sublevación militar". Yo he visto a esa ciudadanía haciendo cola desde
la madrugada, a pesar de las amenazas de violencia y el despliegue
policial previo, armada únicamente de un sobre de papel. No concibo
mayor infamia que calificar a esas personas valientes y ejemplares y a
sus dirigentes sociales y políticos presos como violentos. Un Estado
que hace eso y no le importa despertar el odio debe despertar
vergüenza y asco.

El Gobierno, el rey, los partidos en campaña, la Justicia, la mayor
parte de los medios de comunicación se jactan de poder utilizar la
violencia nuevamente. Ocupar o no Catalunya definitivamente, aplicarle
esa utilización del 155, enviar nuevos contingentes policiales,
controles armados en las carreteras…, todas las versiones de la
coacción desde el Estado y distintas formas de violencia son los
argumentos electorales de todos los partidos españoles. Hace tiempo
escribí aquí que no existe un argumento nacional alternativo al de
esta España autoritaria y violenta.

El escaparate montado para sacar los restos de Franco no son ningún
avance democrático, son un cínico reclamo electoral y una añagaza para
desviar la atención sobre el robo de libertades.

Se trata del Estado mismo, un Estado incapaz de integrar y que basa su
poder en la violencia. El Reino de España es el reino del miedo para
las personas libres, ante un Estado así solo cabe la disidencia
democrática.
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Marchena.jpg
Sí, pero....jpg
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Miquel Angel Soria

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Oct 15, 2019, 1:30:04 AM10/15/19
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Passa el temps i igual és que es digui Fernández Díaz que Grande
Marlaska. Els "piolins" ho són encara que no estiguin amarrats al port
de Barcelona. I els caps...millor no parlar-ne.
Els que lluitàvem contra el capitalisme, sabíem que la lluita
continuava. Ara ho saben també els que creien que habíen assolit el
paradís. Ara és oportú el poema atribuït a Bertolt Brecht.

Ellos vinieron, por Martin Niemöller

“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,
no había nadie más que pudiera protestar.”

Oficialmente, el poema fue recitado por primera vez en el sermón que
el pastor Niemöller pronunció (1) en la Semana Santa de 1946 en la
población de Kaiserlautern (Alemania), y que se tituló «¿Qué hubiera
dicho Jesucristo?», en referencia a la apatía del pueblo alemán ante
la crueldad nazi.


El Supremo abandona la ficción
Elisa Beni

"¿Qué significa castigar y quién tiene poder para hacerlo? Alguien lo
formula, pasa la consigna, la maquinaria te atrapa, te destroza:
castigo"

A vuela pluma se pide un análisis de una sentencia de casi 500 folios.
Aun así la aproximación primera a la resolución del Tribunal Supremo
deja claro que el tribunal ha decidido cambiar de género y pasar de la
ficción a la crónica, al menos en los hechos probados. La lectura
atenta de los mismos se parece mucho más a la crónica que pudimos
hacer aquellos días que a la fábula recopilada en la querella de Maza
y continuada después por la Fiscalía del Tribunal Supremo, con el
apoyo de la fiscal general, y del juez Llarena.

No era un misterio que esa rebelión que se remontaba a 2015 y de la
que no se había dado cuenta ni el presidente del Gobierno era una
construcción muy útil para conseguir varios objetivos que se
consideraron prioritarios desde un punto de vista lejano al Derecho
Penal y que no eran otros que mantener en prisión a los líderes
catalanes, atraer la competencia a los órganos centrales y, por
último, conseguir su inhabilitación aplicando el artículo que se
refiere a los procesados "terroristas y rebeldes". Con lo que el
Tribunal Supremo da ahora por probado, casi todo ese andamiaje hubiera
sido mucho más complejo de construir. Era pues un andamiaje más
represivo que jurídico. Ya lo fuimos avanzando desde el principio en
incontables columnas en este medio, baste El difícil camino de la
razón, como ejemplo. Que no había un delito de rebelión era tan de
sentido común que muchos juristas salieron en tromba contra el
despropósito útil al Estado pero poco útil al Estado de Derecho.

Ahora el Supremo pone su foco en lo que todos comprobamos: los hechos
producidos en el Parlament con la aprobación de las resoluciones que
desobedecían al Tribunal Constitucional y los relativos a las
concentraciones producidas durante los registros ordenados por el juez
y el día del referéndum. A fin de cuentas, no estamos en el fallo ante
un delito contra la Constitución sino contra el orden público. La
"quiebra de los elementos objetivos del tipo de rebelión", nos dice el
Tribunal Supremo, "bastaría para excluir esa calificación". Y eso es
lo que catedráticos, penalistas, algunos magistrados y fiscales
valientes y hasta periodistas a los que nos han tratado de todo
defendíamos desde un principio. No se daban los elementos objetivos
del tipo de rebelión.

Y es que para "abortar la conjura" bastó "que el TC acabara con los
instrumentos jurídicos del Parlament" y bastó con una página del BOE
en la que se publicaba el 155. Contra eso se estrella el golpe de
Estado, los golpistas, la rebelión y toda la parafernalia sin
contrapunto de presunción de inocencia que se ha prodigado en
precampañas y campañas sin el menor prurito. No le cabe duda al
Supremo, como no nos cabía a los demás, de que "intentaron tensar la
cuerda sin romperla" y que todo lo que hicieron tenía como finalidad
no conculcar el orden constitucional sino "persuadir al Gobierno
Español". Para que se produzca la rebelión "la violencia tiene que ser
una violencia instrumental y funcional, preordenada de forma directa,
sin pasos intermedios a las funciones que animan a los rebeldes".

Así que de todo lo dicho, lo hiperactuado, lo agrandado, lo forzado,
lo inventado, nada de nada.

Dedica también innumerables páginas el tribunal a la doble misión de
no caer en incongruencia omisiva pero, ademas, a blindar la sentencia
respecto a las reclamaciones ulteriores de vulneración de derechos
fundamentales y de derechos humanos. Así, desde la página 80 a la 254
se desgranan todas las razones por las que el tribunal afirma que todo
ha ido bien y que ningún derecho ha sido vulnerado durante el proceso.
Volveremos sobre eso. También hay unos apartados destinados a salvarle
la cara al juez Llarena, miembro de esa Sala, para argumentar por qué
él se pudo ver volcado a ver en la instrucción paso por paso lo que
veía la Fiscalía y que ha sido ahora barrido por el viento de la
historia y de la Justicia. A ver, en esta historia hay posturas que
han quedado muy al aire, muy cojas, muy del rey anda desnudo. No hace
falta que yo les ponga los nombres ahora, esto es una crónica de
urgencia, pero lo haremos.

Cuestión distinta es la argumentación para llevar a cabo la condena
por sedición siguiendo la senda jurídica aportada por la Abogacía del
Estado. Esa Abogacía que paró los pies a Edmundo Bal que iba, él a su
bola, con la intención de apoyar la rebelión sin haber recibido
instrucciones para ello de ningún gobierno, tampoco del de Mariano
Rajoy. A los héroes les crecen los enanos.

Nos dice la Sala que estamos ante un delito que protege el orden
público. Ya ven que hemos bajado muchísimos escalones y que, al final,
se han concretado en penas elevadísimas, para lo que es la "protección
penal del normal funcionamiento de las instituciones y servicios
públicos, y del ejercicio de la autoridad". Sucede que esta nueva
interpretación de cómo la protección penal del orden público puede
llevarte hasta 13 años a la cárcel puede tener implicaciones
complicadas de futuro. Tal vez sucede que el delito de desobediencia
de un cargo público al Tribunal Constitucional está ridículamente
penado y que aquí no ha dejado de pesar el "escarmiento" debido para
frenar una actitud que, desde luego, no puede producirse en
democracia. La desobediencia civil es popular y no institucional y,
desde luego, abrazarla no exime de las consecuencias.

No deja de estar clara la especial incidencia que tiene en el ánimo
del tribunal el hecho de que la desobediencia se haya producido sobre
órdenes procedentes del Poder Judicial o asimilados. Queda dicho que
"el derecho de protesta no puede mutar en un exótico derecho al
impedimento físico a que se cumpla un mandato judicial". Tomen nota
que de esto hablaremos en el futuro. Tomen nota los de los desahucios
y tantos otros. "La autoridad del Poder Judicial quedó en suspenso",
afirman, y eso sí que no lo van a pasar por alto. "Los hechos del 20
de septiembre y el 1 de octubre estuvieron lejos de una pacífica y
legítima manifestación de protesta" nos dicen, aunque no hay condenado
ni un solo miembro de "los aglomerados y compactados" pero sí de
personas que dicen los lideraban o que estaban muy lejos de allí.

A mí la sedición tampoco me convencía ni me convence. Sigo pensando
que los catalanes se montaron una insurrección demasiado del siglo
XXI, una cosa que no estaba contemplada, y que se utilizan los medios
existentes para castigar lo que se considera no puede quedar sin
castigo porque no se puede consentir.

Ahora les queda cerrar el círculo y Llarena ya ha activado una nueva
euroorden en la que el magistrado, que instruyó el delito que no era,
corre también demasiado. Considera en su texto que si Puigdemont y los
otros huyeron con la imputación -lo que no es cierto puesto que
salieron antes siquiera de que hubiera querella- ahora es obvio que
intentarán irse de Bélgica por la publicación de la sentencia. Una
sentencia por un delito, la sedición, que tal vez sea demasiado del
siglo XIX como para que contemplen la entrega.

No está todo escrito y, desde luego, nada está solucionado.
El conflicto catalán.jpg
La coral.jpg
Al tumulto.jpg
Zugazart.Segur que tomba....jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 16, 2019, 1:30:45 AM10/16/19
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La policia espanyola, "que mai dorm", ja està al darrera dels
promotors del Tsunami democràtic. Però, com sempre, els trobaran quan
tot hagi acabat. Només cal recordar que les urnes de l'!-O les van
trobar als col·legis electorals. Així qualsevol!
Mentre, la vida segueix a l'Equador, al Kurdistan,...


Las penas a los independentistas no son para tanto
Isaac Rosa

Me quedé muy preocupado por lo elevado de las penas a los
independentistas, hasta que escuché y leí a unos cuantos tertulianos y
articulistas que me tranquilizaron: no es para tanto, parecen muchos
años, pero con los beneficios penitenciarios disfrutarán de permisos
en unos meses, saldrán en libertad condicional dentro de tres o cuatro
años, y mucho antes les darán el tercer grado y solo irán a la cárcel
a dormir. Además, parecen condenas muy duras, pero podrían haber sido
peores: hasta 25 años pedía la Fiscalía, que además solicitó que no
tuvieran tercer grado sin cumplir la mitad de la pena.

Me quedé mucho más tranquilo, claro. Incluso puedo añadir algunos
argumentos para quitar otro poquito de hierro a la condena: en la
cárcel no pasan frío, ni hambre, ni hacen trabajos forzosos. Reciben
visitas, conceden entrevistas, y tienen tiempo para hacer deporte o
leer todos los libros que no podrían leer si estuviesen libres. Y a
sus familias las van a querer mucho más cuando salgan, después de
tantos meses de vis a vis. Por no hablar de las batallitas que podrán
contar, y las amistades que harán ahí adentro.

¿Se quedan ustedes también más tranquilos? Yo tampoco. Hablemos claro,
sin paños calientes: las penas son un disparate, que se suma al año y
pico o dos años que ya se han comido en prisión provisional. Los
nueve, diez, doce o trece años que les ha puesto el Supremo son un
castigo y una humillación, y son también una condena ejemplarizante,
un aviso para futuros sediciosos. Y en cuanto a los beneficios, salvo
que el tercer grado llegue antes, Cuixart y Sánchez disfrutarán de
permisos a partir de enero, pero Forcadell (cuya condena es
especialmente sangrante dado el papel que jugó como presidenta del
Parlament) no tendría permisos hasta el 2021, lo mismo que Junqueras,
Romeva, Bassa o Turull.

Si hablamos de libertad condicional, los Jordis la conseguirán dentro
de ¡cuatro años!, Forcadell tendrá que esperar hasta finales del 2025,
y Junqueras hasta junio de 2026. Y el famoso tercer grado, que tampoco
es una bicoca (dormir a diario en prisión), está por ver cuándo lo
obtienen, pues la Fiscalía podría recurrirlo y la última palabra sería
para el Supremo, que durante dos años no ha sido precisamente muy
magnánimo al administrar la prisión provisional. Eso sin contar con
que no le retiren a Cataluña las competencias de prisiones, que ya
todo es posible.

Le pueden poner todos los paños calientes que quieran, pero la
realidad es tozuda: nueve independentistas han sido condenados a duras
penas por unos hechos que el propio tribunal reconoce que no eran tan
graves, no implicaron violencia y no amenazaron en ningún momento el
orden constitucional. Si bajamos al detalle de la sentencia, más
inaceptable resulta que esas nueve personas lleven hasta dos años en
prisión y tengan por delante más cárcel.

Leyendo a tantos juristas que no dan crédito a lo sentenciado, cabe
concluir que el motivo último para condenarlos con tanta dureza es
justificar toda la excepcionalidad de estos dos años: el abuso de la
prisión provisional, el traslado de la causa a Madrid, la suspensión
de cargos públicos, y la barra libre política, mediática, judicial y
policial que permitía todo tipo de excesos apoyada en la gravedad de
lo sucedido. Sin una condena dura, esa gravedad quedaría en nada, y
cabría cuestionar todo lo anterior. Pero no lo vamos a hacer, porque
los presos deberían estar agradecidos de que dentro de unos meses
puedan salir días sueltos o volver a la celda solo para dormir.

* * *

Idiotez política contra kurdos
Robert Fisk

Qué perfidia. ¿Existe una palabra más solemne que pueda aplicarse a
semejante traición? Los kurdos, aliados de Occidente, son traicionados
una vez más. Antes Kissinger, ahora Trump. Y aquí vienen de nuevo los
turcos con sus juegos fronterizos, fingiendo que combaten el
terrorismo cuando están perfectamente preparados para ayudar a Al
Nusra en Afrin, en tanto el petróleo de Isis fluye hacia su país. Y de
pronto Trump cae en cuenta de que los turcos no son buenos aliados,
cuando hace cuatro días estaba feliz de dejarlos invadir el norte de
Siria.

Nada puede ser más ilustrativo del manicomio en Washington que la
política descabellada y divisionista que los estadunidenses aún
afirman sostener en el norte de Siria. Cien mil desplazados, docenas
de civiles muertos. En Damasco, el régimen de Bashar al Assad debe de
estar apreciando esta farsa, aunque las posibilidades de recuperar
territorio de manos de Turquía probablemente parecen mucho más
peligrosas ahora. Pero la perspectiva de que los invasores de Siria se
combatan unos a otros suscitará amargas reflexiones en un Estado en el
que el gobierno casi ha ganado su guerra.

En cuanto a Trump mismo, sus ridículos comentarios sobre Turquía y los
kurdos –y sobre Normandía, por todos los cielos, e incluso sobre la
Segunda Guerra Mundial– sólo prueban una vez más que el jefe de la
Casa Blanca ha perdido la razón. Los estadunidenses salen de Siria,
nos dijo hace meses. Luego vuelve a decirlo. Y esto, antes de que
alguien haya pensado en la resurrección del Isis, tal vez escapando de
sus prisiones en la frontera. ¿Una vez más tendremos al Isis en
Europa? ¿O huyendo entre los 3.6 millones de refugiados con los que
Turquía ha amenazado a Europa?

No sólo Trump desencadena el caos. Es todo el imperio estadunidense,
su demencial política exterior y la corriente de partidarios de Trump,
cuya ignorancia está ahora en el centro del establishment de
Washington. ¿Cómo puede la Unión Europea quedarse tan campante
mientras Turquía ha adoptado lo que parece ser una limpieza étnica en
gran escala? Porque son sus milicias árabes las que ahora aparecen en
el norte de Siria. ¿Cómo puede alguien justificar esta vileza?

Qué manera tan trágica, aterradora y deplorable de traicionar a los
kurdos. ¿Así es como Erdogan pretende pasar a la historia, después de
16 años en el poder? Primero acusa a su propio ejército de estar
detrás del intento de golpe en su contra en Turquía, y luego envía a
ese mismo ejército a Siria. Tal vez Erdogan y Trump tienen más en
común de lo que imaginamos.

Pero los sucesos de la semana pasada también han mostrado cómo la
gobernabilidad internacional se ha derrumbado en Medio Oriente, cómo
la falla en los centros de poder –sobre todo en la nación más poderosa
de la Tierra– ha conducido a una guerra endémica y sin solución
posible. Por culpa de la misteriosa estupidez de Trump, docenas
perecen ahora en la región. Medio Oriente vive ahora en un mundo
triste y peligroso, y lo será cada vez más en las próximas semanas.

Qué lejanas parecen las revoluciones de 2011, con qué rapidez han
desaparecido las pequeñas luces de esperanza. Egipto es hoy una
dictadura brutal. Libia continúa en el caos. Lo mismo Yemen. No existe
una sola democracia funcional en el mundo árabe (salvo quizá Líbano).
Y los estadunidenses todavía creen en las nuevas libertades en Arabia
Saudita… aunque no, desde luego, para un periodista perdido, residente
en Estdos Unidos, cuyo cuerpo desmembrado quizá jamás podremos
encontrar. Hoy habría que escuchar la voz de Jamal Kashoggi. Pero su
memoria ha sido borrada por la sumisión total de Trump a la familia
real saudita. Perfidia, ni más ni menos.
Les teràpies.jpg
La sentencia.jpg
zugazart. Història.jpg
La represión.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 17, 2019, 1:30:23 AM10/17/19
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Zugazart, al diari Gara, ens fa l'editorial d'avui. Mirem la Lluna
o el dit que l'assenyala?


¿Alguien ve una salida?
Javier Pérez Royo

El Tribunal Constitucional habló con la sentencia 31/2010. El Tribunal
Supremo acaba de hacerlo con la sentencia dada a conocer este lunes.
¿Han contribuido ambas sentencias a encontrar un mejor encaje de
Catalunya en el Estado?

Los parlamentarios del PP interpusieron el recurso de
inconstitucionalidad contra la reforma del Estatuto de Autonomía de
Catalunya, que el TC resolvería con la sentencia 31/2010. El Fiscal
General del Estado, designado por Mariano Rajoy, activaría
inmediatamente después de la suspensión del Govern y de la disolución
del Parlament en aplicación del artículo 155, las querellas que han
acabado siendo resueltas por el Tribunal Supremo este pasado lunes.

Tanto el Constitucional como el Supremo han sido los brazos ejecutores
de la política del PP para la integración de Catalunya en el Estado.
Un partido que es casi extraparlamentario en Catalunya ha conseguido
que el Constitucional desautorice el pacto que hicieron las Cortes
Generales y el Parlament y desconozca el referéndum de ratificación de
dicho pacto, obligando a los ciudadanos de Catalunya a ejercer su
derecho a la autonomía con base en una norma impuesta desde el
exterior. Ese mismo partido ha conseguido que el Supremo condene por
sedición a los miembros del Govern y de la Mesa del Parlament contra
los que se querelló el Fiscal General por él designado.

En Catalunya el PP no representa a casi nadie, pero ha conseguido que
el máximo intérprete de la Constitución y el órgano supremo del Poder
Judicial ejecuten "su" política territorial. No ha conseguido que su
política territorial tenga el más mínimo apoyo ciudadano, pero la
impone a través de los tribunales.

Esta anomalía democrática está en el origen de todo lo que está
pasando en Catalunya y en su relación con el Estado. La derecha
española es muy minoritaria en Catalunya (y también en el País Vasco).
Va camino de serlo cada vez más. Y sin embargo, pretende que sea su
política territorial la que se imponga en ambas "nacionalidades". Y el
Constitucional y el Supremo le dan la razón. Y una vez que se la han
dado, ya no hay nada más que decir. Cuando entran los tribunales, se
acaba la política.

Con la fórmula del 78 había la posibilidad de ir dando forma a la
evolución de las relaciones entre Catalunya y el Estado a través de la
negociación interparlamentaria y el referéndum de ratificación de
dicha negociación. Pero ¿es posible hacerlo una vez que esa fórmula ha
sido desechada por el Constitucional y ha sido sustituida por el
ordeno y mando del PP?

¿Por qué no se somete a referéndum el Estatuto de Autonomía tras la
sentencia 31/2010 para comprobar si los ciudadanos lo aceptan o no? El
ejercicio del derecho a la autonomía presupone que se ejerce con base
en una norma aprobada por los ciudadanos. Por eso el referéndum era el
último paso del proceso previsto en la Constitución. En Catalunya
desde la sentencia 31/2010 no es así.

Con dicha sentencia no solamente se declararon anticonstitucionales
algunos artículos del Estatuto reformado y se impuso una determinada
interpretación de otros, sino que se hizo saltar por los aires la
fórmula de integración de la nacionalidad catalana en el Estado. ¿Es
posible recuperarla? Y si no es así, ¿hay alguien que disponga de una
fórmula alternativa?

La ausencia de respuestas a estas preguntas indican la profundidad de
la crisis constitucional en que estamos inmersos. La transferencia de
la política territorial a los Tribunales, Constitucional primero y
Supremo después, nos ha traído hasta aquí. ¿Hay alguien que vea una
salida?

* * *

Pobreza: ¿tema macroeconómico o problema administrativo?
Alejandro Nadal

El llamado Premio Nobel de Economía ha sido entregado este año a tres
investigadores que han desarrollado una novedosa línea de trabajo
sobre la pobreza en el mundo. Se trata de Abhijit Banerjee, Esther
Duflo y Michael Kremer, quienes desde hace ya dos décadas cultivan un
enfoque experimental sobre la forma de combatir la pobreza.

Las investigaciones de Banerjee-Duflo-Kremer (BDK) se han concentrado
en reducir las grandes preguntas sobre la pobreza y transformarlas en
interrogantes más sencillas y manejables. El objetivo de Banerjee y
Duflo ha sido desentrañar la verdadera naturaleza de la pobreza
eliminando las caricaturas y estereotipos. También han buscado
comprender mejor cómo reaccionan los pobres frente a los incentivos.

En 2003 fundaron el Laboratorio Abdul Lateef Jameel de Acción sobre
Pobreza (J-PAL) en el MIT y desde entonces han llevado a cabo muchos
experimentos en diversos países de África y Asia. Una parte importante
de su trabajo se ha concentrado en buscar mejorar el aprovechamiento
escolar de los niños. Como resultado de las actividades del J-PAL, hoy
más de 5 millones de niños han recibido atención especial en escuelas
primarias de India para optimizar su aprovechamiento. Estos
economistas también han realizado estudios e intervenciones en materia
de nutrición infantil.

El trabajo de BDK es muy interesante y, sin duda, ha contribuido a
cambiar la vida de muchas personas pobres en varios países. Sin
embargo, sus investigaciones experimentales tienen muy poco que ver
con las causas de la pobreza y con la forma de remediar el problema de
manera duradera. Para empezar, nada en el análisis de BDK está
relacionado con la política económica neoliberal, que ha dominado el
destino de los países en los que han realizado sus experimentos. Ni la
política fiscal, ni la de apertura comercial y financiera ocupan un
lugar importante en los análisis por los que estos investigadores
reciben el Premio Nobel de Economía. Y, para colmo, el tema de los
salarios estancados y castigados tampoco es un asunto digno de recibir
atención en sus experimentos. Tal pareciera que el problema de la
pobreza ha dejado de ser un problema macroeconómico y se ha convertido
en un malestar de índole administrativo o gerencial. Es como si el
capitalismo o el neoliberalismo no tuvieran nada que ver con la
verdadera naturaleza de la pobreza.

Según datos del Banco Mundial, hoy existen unos 760 millones de
personas en el mundo en condiciones de pobreza extrema, es decir, con
un ingreso inferior a 1.90 dólares estadunidenses. Pero esos números
son engañosos. Ese indicador de 1.90 dólares tiene una historia
absurda y no es representativo de nada más que del hecho de que
cualquier persona que tenga un ingreso equivalente realmente está en
peligro mortal. Muchos investigadores han señalado que una cota de
7.40 dólares diarios sería más realista si se quiere medir la pobreza.
Otros, como el también investigador de Harvard Lant Pritchett,
consideran que una medida de pobreza más razonable sería de 10 o 15
dólares diarios.

¿Qué sucede si se utiliza la medida de 7.40 dólares diarios? En ese
caso, se observa que el número de personas que viven en pobreza ha ido
creciendo desde 1981 (cuando se iniciaron estas mediciones) y hoy
supera la cifra de 4 mil millones de personas. Es decir, más de la
mitad de la población mundial vive en una condición de pobreza y
padece fuertes niveles de inseguridad alimentaria y de salud. Esto es
más consistente con los datos sobre las débiles tasas de crecimiento
económico, salarios estancados y, por supuesto, los análisis sobre
desigualdad creciente en el mundo.

Desgraciadamente al Banco Mundial le ha costado trabajo abandonar sus
convenientes datos sobre pobreza extrema, con los cuales puede
alardear que la pobreza disminuye en el mundo. Todo esto es un
adecuado telón de fondo para la obra de Banerjee-Duflo-Kremer, que,
sin poner en entredicho la dinámica del neoliberalismo, contribuye a
perpetuar la idea de que la pobreza es una trampa personal de la que
un individuo puede escapar si realmente hace los esfuerzos necesarios.
Ya sólo faltaría concluir que no hay pobreza involuntaria.

En contraste con el trabajo de BDK, este año salió publicado un nuevo
libro de Thomas Piketty, Capital e ideología. Es una propuesta de
cambios profundos en la estructura del capitalismo, buscando
trascender a un arreglo social más acorde con la época llena de
amenazas que vivimos. Entre las recomendaciones más importantes se
encuentra la de otorgar 50 por ciento de los asientos en los consejos
de administración de las empresas a los empleados y trabajadores.
Piketty también recomienda una profunda reforma fiscal que permita
gravar la riqueza extrema y que haga posible financiar un programa de
renta básica universal. Este es el tipo de análisis y propuestas que
permitirán hacer realidad un mundo en el que la pobreza sea realmente
un fenómeno marginal y, quizás, hasta un simple malestar
administrativo.
Drets.jpg
zugazart. ¡Biolentzia.jpg
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Miquel Angel Soria

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Oct 18, 2019, 1:30:39 AM10/18/19
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Ahir ens va deixar la gran Alicia Alonso, Que la terra li sigui lleu.
Ara comencen els treballs del sociòlegs per a esbrinar les
característiques dels grups de joves indignats a Barcelona. Si no
simplifiquen, tenen feina per llarg. Espero que els primers que trobin
la resposta no siguin el duo Torra-Buch, pròxims representants a
Eurovisió.


Bolivia: lo que está en juego en esta elección
Por Atilio A. Boron

Este domingo el pueblo de Bolivia deberá tomar una decisión
trascendental, que excede el significado de una elección presidencial.
Sin restarle valor a ésta, lo que está en juego es una opción
histórica, un desafío para las naciones que componen el Estado
Plurinacional: consolidar los formidables avances realizados durante
la presidencia de Evo Morales -que convirtió a la otrora atrasada,
estancada y siempre convulsa economía boliviana- en la más dinámica de
Latinoamérica o, en cambio, optar por un melancólico retorno al
pasado.

Arnold Toynbee tenía razón cuando decía que la evolución de las
sociedades (y las civilizaciones, en su caso) dependía de la respuesta
que fuesen capaces de dar ante los grandes desafíos que de tiempo en
tiempo las confrontan. Y el que hoy se le plantea a las naciones del
Estado Plurinacional es saber si tienen la sabiduría y la valentía
para proseguir por la senda que convirtió a ese país en el más
luminoso ejemplo de progreso integral de la sociedad, no sólo en el
ámbito de la vida económica sino también en el político y cultural; o
si respondiendo a prejuicios ancestrales o temores atávicos se
acobardan ante las implicaciones de las profundas transformaciones que
tuvieron lugar en el país y retroceden, buscando refugio en un pasado
borrosamente recordado y que la oligarquía mediática se encarga de
idealizar. No sólo eso: también de ocultar el holocausto social y
económico que produciría en Bolivia el retorno de sus antiguos
gobernantes y sus gastadas políticas. Debería ser suficiente echar una
mirada a la tragedia argentina o ecuatoriana para persuadir a la
población de que la restauración de la hegemonía neoliberal que
Bolivia padeció por décadas desataría una catástrofe de
inconmensurables proporciones, más allá de ser en sí mismo un
imperdonable error.
Los medios, punta de lanza del imperio en la guerra de quinta
generación, obnubilan la visión de la realidad porque en esa
“prehistoria” de Bolivia mal podrían esconder la crónica pobreza de la
enorme mayoría de la población, el desprecio y maltrato a los pueblos
originarios y los pobres en general, la absoluta debilidad de un
estado incapaz siquiera de pagar a sus funcionarios, la indefensión
popular ante la rapacidad de las oligarquías locales y el
imperialismo, el saqueo de sus bienes comunes, la migración forzada de
millones en busca de una vida mejor y la ferocidad con que los
gobiernos de turno reprimían a quienes luchaban por una vida digna.
Este maligno ejercicio de fomentar la desmemoria y ocultar los
sufrimientos del pasado es una estrategia comunicacional cuyo es
objeto adormecer las conciencias y fomentar la desconfianza o el temor
ante la positiva evolución experimentada por Bolivia desde el 2006.

Transformación que modificó arcaicas relaciones sociales, que puso fin
al sometimiento y la humillación de las naciones originarias, que
eliminó el analfabetismo, que sacó de la pobreza a millones de
personas, que redistribuyó significativamente la riqueza, expandió la
educación y la salud públicas y que recuperó las riquezas naturales
para todos los bolivianos. Y que puso fin a lo que parecía ser la
incurable maldición de la inestabilidad política con sus secuelas de
violencia, caos social y estancamiento económico. Estas positivas
mutaciones fueron reconocidas inclusive por personas e instituciones
poco amigables con el socialismo comunitario, como el Financial Times
por ejemplo, que en su edición del 27 de Octubre del 2015 publicó un
voluminoso suplemento dedicado a “La Nueva Bolivia” y en donde se
dijo, entre otras cosas, que dada la excepcional importancia del litio
en las nuevas tecnologías de la información y comunicación este país
bien podría ser la Arabia Saudita del siglo veintiuno. Es obvio que
cambios de esta magnitud modifican esclerotizadas relaciones de fuerza
y es por eso que la oposición a Evo, en un esfuerzo desesperado, apela
a cualquier recurso con tal de que bolivianas y bolivianos decidan
retornar al pasado. Disponen de enormes recursos para ello: dinero,
bancos, empresas, el apoyo de “la embajada”, medios de comunicación
con los que pueden difamar y mentir con total impunidad. Pero ¿se
habrá olvidado el pueblo boliviano de las matanzas ocurridas bajo el
gobierno de Sánchez de Lozada, o de los que cayeron durante las
heroicas “guerras del gas” y “del agua”? No creo. Es difícil tapar el
sol con un dedo. Pude comprobar hace pocos días el carácter vivaz y
vibrante de la sociedad civil en Bolivia. Estoy seguro que ante del
desafío de Toynbee optará por seguir avanzando por el camino trazado
por Evo y los movimientos sociales en lugar de caer en la ilusión de
creer que la fórmula que tantas veces fracasó (a manos de Sánchez de
Lozada, Banzer, Quiroga, Mesa) y que tantos sufrimientos y penurias le
ocasionaran en el pasado sería ahora milagrosamente exitosa si esos
mismos personajes, o sus amigos, ahora la volvieran a aplicar.

* * *

VÍCTOR MORENO
PROFESOR

NAZISMO Y COMUNISMO

El pasado 19 de setiembre, el Parlamento Europeo adoptó una resolución
estableciendo taxativamente que «el comunismo y el nazismo son la
misma cosa» y, por tanto, igual de condenables. Según estos políticos,
metidos a semiólogos, comunismo y nazismo eran idénticas formas de
totalitarismos. ¿Qué decir?

No solo los filólogos, también los historiadores saben que ambos
conceptos no son sinónimos. Y que establecer esta relación semántica
unívoca es tan frívola como falsa. Ya dijo Lewis Carroll que las
palabras significan lo que deciden que signifiquen quienes mandan
aunque no tengan ni repajolera idea de semiótica y de semántica. De
ahí que diga que la palabra comunismo y nazismo guardan la misma
afinidad semántica que haya entre una llave inglesa y una calabaza.
Que el nacionalsocialismo y el estalinismo hayan perpetrado masacres
indignas, no es causa para caer en la chapucería terminológica.
Nazismo y franquismo nos repugnan con idéntica intensidad, pero no se
pueden identificar conceptual ni pragmáticamente. Su recorrido
histórico es bien dispar.

Paradójicamente, aunque nazismo y comunismo conciten tragedias y
genocidios varios, los comunistas, los de antes, los de ahora y los de
todos los tiempos y lugares, lo tienen peor. Primero, porque, al
parecer en Europa ya no quedan nazis, y, segundo porque según el
Parlamento Europeo, «no han evolucionado y siguen privando a sus
ciudadanos de libertad, soberanía, derechos humanos y desarrollo
socioeconómico». En cambio y como es notorio, en el resto de los
países europeos no adscritos a la barbarie comunista la ciudadanía
vive completamente libre, soberana a la hora de tomar decisiones
individuales y colectivas. Y, en cuanto a sus derechos, libertad de
expresión, lingüística, educativa y religiosa los ejercen sin
problemas con el poder judicial, quien se desvive para que el Estado
de Derecho funcione a satisfacción de la ciudadanía.

Es curioso constatar que las derechas de este país no se hayan
prodigado ante este acuerdo del Parlamento Europeo, pero quienes sí lo
han hecho aprovecharon el evento para recordar que Rusia tiene «un
mausoleo en la Plaza Roja cobijando la momia de Lenin, un tirano
sanguinario». Solo le faltó decir que más sanguinario que Franco y,
por tanto, más digno de ser exhumado de dicho nicho que el Dictador
ferrolano. Máxime, si se tiene en cuenta que el Parlamento Europeo no
ha condenado el franquismo, ni tampoco a su sanguinario dictador, lo
que evidencia la finura semántica de su condena.

En el punto 18 de la resolución del Parlamento Europeo, se dice que
«la existencia en espacios públicos de estados miembros de monumentos
y memoriales (parques, plazas, calles, etc.) glorificando regímenes
totalitarios, abre la vía para la distorsión de hechos históricos
sobre las consecuencias de la segunda guerra mundial y la propagación
del sistema político totalitario». ¿Distorsión histórica? ¡Venga ya!
Aquí la única distorsión es identificar semántica y pragmáticamente el
comunismo con el nazismo, soslayando de modo artero la histórica
connivencia de este con del franquismo. Al no hacerlo, quienes se
sienten herederos del franquismo y que nunca lo condenaron
públicamente, tampoco el nazismo, ni siquiera cuando conocieron las
barbaridades de los campos de exterminio, se subirán a la parra de la
indecencia retórica preguntando «¿por qué la ley de la memoria
histórica protege ese totalitarismo?». Entiéndase. El totalitarismo
del comunismo representado, en este caso, por una escultura dedicada a
las Brigadas Internacionales que lucharon contra el nazismo y cuya
presencia en una plaza la derecha considera «apología del terrorismo
comunista» y, por tanto, objeto de destrucción.

Aquí es donde entiendo que el Parlamento Europeo más desbarra. ¿Cómo
es posible que el comunismo de las Brigadas Internacionales sea igual
al nazismo cuando luchó contra éste? ¿Cómo es posible decir que el
franquismo no es clon del nazismo hitleriano si hasta organizó una
División Azul –los «camisas azules» de Arrese–, para luchar contra el
comunismo?

Hitler subió al poder en 1933. El régimen franquista se identificó con
él desde 1936. Esta unidad espiritual e ideológica duró hasta la
muerte de Hitler en 1945. El propio dictador español tenía en la mesa
de su despacho una fotografía del nazi. Por estos lares, quien mejor
reflejó esa afinidad ideológica fue “Diario de Navarra”, periódico
netamente hitleriano, nazi, y fascista declarado en un periodo
concreto. El 28 de setiembre de 1937, escribirá el papel navarro:
«Entrada triunfal de Hitler y Mussolini en Berlín. El eje Berlín Roma
es indestructible. Ambos caudillos ponen de relieve el espíritu
creador del fascismo y nacionalsocialismo y su voluntad de colaborar
con los demás pueblos y de luchar por la cultura y civilización
europea contra el comunismo».

El 2 de mayo de 1945, cuando muera “Diario de Navarra” sostendrá:
«Hitler muere en su puesto de mando. Luchó hasta el último momento
contra el bolchevismo (...) Dios nos permita mantenernos con quien
venimos combatiendo el comunismo soviético, intrínsecamente perverso».
“Diario de Navarra” nunca condenó el nazismo; el régimen franquista,
tampoco. Así que, ¿quién distorsiona la historia? Ignoro si el
comunismo es un monstruo. Si lo es, no se entiende que los países de
Europa lo sigan alimentando, estableciendo relaciones económicas con
países que lo han incubado.

Como esto siga así, pronto veremos al Parlamento Europeo pedir a la
Academia Sueca que retire con carácter retroactivo los Premios Nobel
de literatura a los escritores comunistas. Entre ellos a José
Saramago.
Ahora, España.png
Grandes soluciones.jpg
Marionetas.jpg
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Miquel Angel Soria

unread,
Oct 21, 2019, 1:31:49 AM10/21/19
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Avui hauríem de deixar parlar al silenci.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
NI HONRA NI BARCOS

Como posiblemente no viviré cuando se hagan realidad mis augurios de
hoy anoten esta fecha: 14 de octubre del 2019, Catalunya gana la
batalla de su independencia, Europa se desentiende de España y el Sr.
Sánchez ha perdido las elecciones porque unos, los españoles jarifos
del ¡oé-oé!, le dirán al presidente del Gobierno que ha llegado a poco
en su represión y los honrados y prudentes le acusarán de ensangrentar
un país que aspiraba al cambio en la justicia y la calma. Obra usted
sin tino, Sr. Sánchez, porque tiene miedo en su odio. Y ese miedo es
lo que impide una buena política. Si no acierto con al menos dos de
las tres previsiones pueden ustedes enterrarme en el Valle de los
Caídos porque quedará lugar libre cuando las almas de los republicanos
asesinados consigan derrotar por fin al general Franco, que alcanzó la
gloria tras abjurar la bandera constitucional de la República y
conseguir la promesa inglesa de velar por su futuro si salía mal la
sublevación de Melilla. Londres temía una URSS con influencia en
Madrid. Se equivocó en eso Londres, pero acertó con Franco en cuanto a
la fragilidad de su honor.

Es decir, todo lo que acabo de suponer sobre los acres sucesos de
Catalunya me recuerdan, lateralmente por ser expresión viva de la
incomestible «españolidad», el comportamiento del almirante Cervera
cuando permitió a los norteamericanos que destruyeran su flota, navío
a navío, bajo la fausta declaración de que prefería honra sin barcos
que barcos sin honra. Pues bien, España, Sr. Sánchez, se ha quedado
hoy, como el almirante, pero sin barcos y sin honra ante un futuro
desgraciado. Todo eso apoyado en una sentencia que nació de la
injusticia moral y de un inenarrable manejo de lo jurídico. Con esa
sentencia ni los condenados pasarán la jornada entre rejas; ni
conseguirá usted, Sr. Sánchez, evitar cien peticiones de indulto; ni
los catalanes se sentirán derrotados –Barcelona y l’Hospitalet están
siendo reconquistadas–, ni usted, Sr. Sánchez, logrará más votos
electorales en una operación mal calculada de «¡Clavijo y cierra,
España!». Esos socialistas que, traición tras traición a su origen,
huyen de su compromiso con los trabajadores, con los jubilados, con
los que día a día pierden su empleo. Solamente los socialistas
andaluces celebrarán hoy su oscuro futuro político porque aún les
duele la oscura manipulación a que fuero sometidos en la última
consulta autonómica.

La sentencia es también un visado de cara al futuro de algunos
magistrados que dirán en el futuro con dengues de picardía: «Hice lo
que pude para que la tormenta no hiciera garrear el ancla de la vieja
España». Mientras tanto, los catalanes añadirán a su habitual canto de
gloria en Montserrat la entonación de su otro himno que hoy cambia en
triunfo sus múltiples e impuestas melancolías: «¡Gloriosa Catalunya,
patria del meu cor…!». ¿Y qué harán ahora el Gobierno de Madrid con
tantos policías y guardias civiles con «los pies y las manos presos»
en un solar cuyos habitantes no les dirigirán la palabra?

Me figuro la costosa unanimidad lograda por los magistrados para
firmar un papel que tiene el resignado y cómico garabato de un
tanguillo de Cádiz : «¿A donde irá ese barquito/ que cruza la mar
serena./ Unos dicen que a Almería/ y otros, que ‘pa’ Cartagena».

Si Aristóteles hubiera nacido en Madrid ni un ejemplar hubiera vendido
de su famosa “Política”. Porque Madrid no es tierra del zoon
politikon, sino de una sola parte del enunciado filosófico «¿Pero
quién piensa en La Moncloa».

Ya puede usted seguir llorando, Sr. Sánchez, porque ese estropicio no
lo arregla ni un rosario con los pies desnudos, ni una misa en el
Pilar del arrebato. Los españoles le recordarán a usted «todo de negro
hasta los pies vestido», como en el verso de Antonio Machado.
Recordarán «su» televisión, que trató de reflejar la «furia» de los
catalanes, en una muestra de adulteración informativa, y sólo lograba
planos de la Policía y de la Guardia Civil repartiendo enfurecidos
golpes.

La política es otra cosa, Sr. Sánchez, por eso le grité a usted lo que
aventó el Sr. Churchill al Sr. Chamberlain, que había creído vencer a
Hitler en Nuremberg: «¡Váyase usted, Sr. Sánchez!». Váyase porque en
las fotografías ya le he detectado unas ojeras que van a más. Unas
ojeras que acabarán por alcanzarle el alma.

Gobernar es otra cosa, Sr. Sánchez. Usted debiera haberse trasladado
hace tiempo a Barcelona para hablar al Parlamento catalán.

Rajoy dejó en la miseria múltiple a los ciudadanos; ahora usted les
pone el pie encima con una política plagada de fracasos. Como tengo
cuarenta años más que usted me permito darle un consejo: nunca meta
usted en la cárcel a los políticos porque es imposible devolverlos a
la libertad después sin que trasformen la ofensa en victoria. Usted
está fabricando héroes que no pretendían serlo. Usted está
convirtiendo un pueblo que no pretendía más que libertad en
combatientes que no aceptan la derrota.

Ahora veremos que pasa en Madrid con los del «Procés», que tomarán su
última copa a la seis en la Gran Vía para llegar a tiempo a cenar en
la Modelo.

Ha firmado usted su pena de muerte política, Sr. Sánchez. Al menos el
almirante Cervera blasonó de honra. ¿Y usted? lo siento porque usted
está abriendo la puerta a «Vox», la viruta de Franco. Conozco de hoz y
coz la «españolidad».

Continuación: "Crónica de una crónica (II)"

* * *

El analista de arriba y la calle
Raúl Zibechi

Los pueblos y los sectores populares, las mujeres y los varones de
abajo, están ganando las calles en todo el mundo. En Barcelona y en
Hong Kong, en París y en Quito, y en un largo etcétera imposible de
abarcar en pocas líneas. A mi modo de ver, este sólo hecho da para
celebrar, para el regocijo de quienes deseamos el fin del capitalismo,
porque éste no sucederá sin confrontación y lucha de calles, entre
otras formas similares de pelea.

La poderosa reorganización de los aparatos represivos los ha hecho
casi invulnerables a la protesta, de modo que desbordes como los que
vimos en periodos anteriores (siempre recuerdo el mítico Cordobazo de
1969, cuando obreros y estudiantes derrotaron en la calle a la policía
del régimen militar), son cada vez más infrecuentes. Por eso la lucha
de calles, es tan importante, como escuela y como horizonte.

Es cierto, por otro lado, que con marchas y acciones directas no es
posible trascender el sistema, que hacen falta por lo menos dos
cuestiones centrales: una crisis sistémica profunda, como las que se
registraron en Europa hacia el final de la guerra de 1914-1918, y una
potente organización de los pueblos, no sólo para afrontar la crisis,
sino de modo muy especial para construir los mundos otros llamados a
expandirse mientras vamos deshidratando la hidra capitalista.

Los pueblos organizados y los militantes celebramos las pequeñas
victorias, la multiplicación de caracoles en Chiapas o el frenazo al
paquetazo del FMI en Ecuador. Nos conmovemos con esos miles que
arañaron las piedras, literalmente hasta sangrarse, para erigir
barricadas con adoquines y trozos de edificios en Quito. Nos
indignamos con la represión que provocó una decena de muertos y mil
300 heridos.

Festejamos los avances. En Loja y Azuay se crearon asambleas populares
autónomas, espacios organizativos de abajo para construir poder
popular, dar continuidad al proceso y articular planes y acciones, nos
dice un militante contra la minería del sur. Valora, de forma muy
especial, que los 12 días de lucha hayan sido la primera experiencia
para toda una generación, porque no está pensando en tomar el palacio,
sino en la continuidad de la pelea.

Otros compas estiman la trascendencia de que haya emergido una nueva
generación de militantes y dirigentes indígenas y populares, así como
la importancia del protagonismo masivo de las mujeres. En paralelo, se
emocionan con los estudiantes que armaron centros de acopio, albergues
y cocinas comunitarias, integrando así una lucha campo-ciudad.

Son los temas estratégicos que deberían preocuparnos, porque de ellos
depende el futuro, y no si la acción favorece a tal o cual potencia
global, a tal o cual político que quiere llegar o volver al palacio.

Por eso nos indigna, por lo menos a quien esto escribe, cuando el
analista de arriba se limita, desde su escritorio, a censurar a los
dirigentes, sean de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de
Ecuador (Conaie), del pueblo mapuche o del EZLN, porque no hicieron lo
que ellos consideran oportuno o necesario.

Los pueblos no son acarreados por los dirigentes, como suele creer el
analista de arriba, porque no se molesta en preguntar y, sobre todo,
en escuchar razones de la gente común. Si lo hiciera, descubriría una
lógica propia, diferente por cierto a la del académico o del político
profesional, porque responde a necesidades concretas que no pasan por
la academia y la literatura especializada.

Sinceramente, me parece insignificante, por decirlo en tono amable, si
la lucha nuestra beneficia a China, a Rusia o a Estados Unidos. Son
tres potencias imperiales que están dispuestas a masacrar pueblos,
para seguir acumulando poder y capital.

Me parece igualmente poco importante si una lucha de abajo, con toda
su cuota de dolor y sangre, termina beneficiando a tal o cual
candidato a la presidencia. No es ése el camino de los pueblos. Todo
lo que fortalezca el protagonismo y la organización de los de abajo es
muy positivo, más allá de consecuencias que nunca se pueden medir a
priori.

Hubo un tiempo en que el analista de arriba era, sistemáticamente,
parte del sistema. En las pasadas décadas, sobre todo a partir de la
caída del socialismo real y de las derrotas de la revoluciones
centroamericanas, han surgido multitud de analistas que se dicen de
izquierda, pero no se manchan las manos, ni ponen el cuerpo en las
barricadas, ni escuchan a los pueblos.

Se sienten portadores de la verdad, cuando deberían ser apenas
trasmisores del pensamiento y la acción colectivas. No puede haber
análisis valederos que subestimen a los pueblos. Siempre fue y será
una actitud propia de la derecha, funcional al sistema.

No se vale que unos pongan los muertos y otros usen los cuerpos
ultrajados como escaleras, materiales o símbolos. No queremos ser
escaleras de ustedes, dicen los aymaras a los políticos corruptos.
Sólo sirven los análisis nacidos del compromiso, no con los de abajo,
sino abajo y a la izquierda.
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Visions.jpg
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Viste....jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 22, 2019, 1:32:01 AM10/22/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
https://twitter.com/seodking/status/1186064252957839362?s=03
Segueixen les mobilitzacions, però perden intensitat. Ara ja comencen
a ser per demanar la llibertat dels darrers detinguts. Això ha
provocat la seva extensió. Seguirà la comèdia judicial? Tots a
l'espera de les eleccions.


No va solo de independencia, va de democracia
Javier Gallego

El problema de Cataluña no va solo de independencia, va de democracia.
Va de que la mitad del electorado quiere dejar España y entre un 70% y
un 80% quiere votar en qué país vivir. Va de que cientos de miles de
manifestantes llevan años tomando las calles y pidiendo ser escuchados
por el Estado pero las únicas respuestas que han recibido son el mazo
y la porra. Va de que hay un enorme movimiento de masas que reclama
revisar su contrato social y no se le puede contestar con represión
policial, sentencias judiciales y amenazas políticas. Va de que se ha
puesto a prueba al sistema democrático español y ha vuelto a responder
con ley, orden y mando.

Puedes estar en contra del independentismo, pensar que sus líderes han
instrumentalizado a sus bases, que se han saltado las leyes de todos y
han dejado a la mitad de Cataluña al margen, que los corruptos se han
parapetado en la bandera, que es una lucha clasista más que una lucha
de clases, que es una pataleta burguesa más nacionalista que social,
que hay supremacistas infiltrados, etc... Puedes cuestionar todo lo
que quieras las razones para la independencia, pero es incuestionable
que detrás hay una reclamación popular de más democracia ante un
sistema en crisis, como había en el 15M y los indignados.

Lo que se discute no es solo el modelo territorial, es el modelo de
Estado y el pacto del 78. Es una petición masiva de participación en
la construcción de un país diferente que para los independentistas es
una República catalana y para todos es otro Estado español que podría
ser federal, plurinacional, incluso republicano. La ruptura en
Cataluña es una enmienda a la totalidad de la monarquía, el
centralismo, el bipartidismo, el autoritarismo y las estructuras
franquistas que perviven en el sistema.

No es casual que coincida la dificultad de exhumar a Franco con la
dificultad de votar un nuevo orden. El problema de España que se
revela en el problema de Cataluña es que el antiguo régimen se resiste
a que lo exhumemos y lo enterremos. De ahí que el statu quo, con el
rey y los partidos cortesanos a la cabeza, reacciona con virulencia
para impedirlo. El poder quiere una segunda Transición que lleve a una
Restauración, porque si dejara votar a los catalanes, tendría que
dejarnos votar a todos, y muchos tienen miedo de que les quitemos de
enmedio como al Caudillo.

El procés no es un proceso anticonstitucionalista como dicen los que
se autodenominan constitucionalistas, es un proceso constituyente. Por
eso los republicanos y demócratas verdaderos, no los de boquilla y
pulserita, aunque no compartamos los fines separatistas del
independentismo, deberíamos apoyar sus medios democráticos: más
participación de los ciudadanos en las decisiones esenciales. Que
voten los catalanes y que votemos todos los españoles en qué nuevo
país queremos vivir.

No se puede seguir negando la marea democrática que inunda Cataluña.
El desbordamiento de estos últimos días es la demostración de que ni
la represión policial ni la cárcel ni el 155 pueden contenerlo. Al
contrario, cuanto más se estrecha el río, más se desbordan las aguas
provocando indeseables episodios de violencia callejera y excesos
policiales. Cuando la calle se desborda es porque el cauce legal se ha
quedado pequeño y hay que encontrarle un nuevo cauce político antes de
que tengamos que lamentar daños irreparables. Es sencillo aunque lo
hagan difícil. Hay que hablar y escuchar. Votar y acatar. Democracia,
vaya.

* * *

Neumáticos en llamas en Beirut
Por Robert Fisk

Desde Beirut

Pensé que los días en que pateaba neumáticos en llamas de las rutas
habían terminado. Solía despejar el camino en Belfast en 1972. Luego,
a menudo, hacía lo mismo en Beirut.

Pero allí estuve ayer, mientras mi fiel conductor Selim esperaba
pacientemente que le diera la mano al miliciano local y le explicara
por qué quería llegar a Damour (a unos casi 20 kilómetros al sur de
Beirut) y agitar mi pequeña tarjeta de prensa libanesa en su cara, y
usaba mis mejores zapatos marrones para sacar sus neumáticos en llamas
de la carretera.

Estaban calientes. Solo mirar las llamas hizo que me dolieran los ojos.

Eso es lo que se supone que deben hacer los neumáticos en llamas, por
supuesto. Y los conductores libaneses, detrás nuestro, se volvieron y
se fueron a casa.

Bueno, lo superamos. Y Selim conducía y se reía de que lo hubiéramos
hecho. Pero este era un asunto muy serio. El ejército se mantuvo
alejado; La policía aconsejó a los automovilistas que se fueran a
casa. Ley y orden: ¿recuerdas esas viejas palabras? - eran menos
importantes que el derecho de paso legal. Pero, durante varias horas,
Selim y yo ejercitamos nuestro propio derecho de paso.

En su mayor parte, los hombres que encendieron estos fuegos
pertenecían al Movimiento Amal, el grupo chiíta controlado por Nabih
Berri, el presidente del parlamento libanés. O eso me dijeron, y no
discutí al respecto.

Esto cuenta su propia historia. Algunos eran muy pobres y lo parecían,
y realmente no los culpo por sus acciones. El Líbano nunca fue una
nación muy rica, a excepción de sus comerciantes sunnitas y banqueros
cristianos, y estas eran las personas que no tenían suficiente para
comer. Durante días, habían estado protestando por su destino. La
libra libanesa había caído, el precio de los alimentos se había
disparado, todo es cierto, lo prometo, y protestaron.

No estaba sorprendido, pero había algo nuevo y sorprendente sobre
esto. Toda esta semana, las montañas del Líbano se han quemado. Su
gran gloria de pinos y maravillosas laderas de las montañas han
florecido en llamas. Los tres helicópteros contra incendios del
gobierno yacían pudriéndose en el aeropuerto internacional de Beirut
(el gobierno no hacía el mantenimiento necesario) y necesitaba que
Grecia, Chipre y Jordania enviaran sus aviones para apagar las colinas
en llamas. Mi propio departamento en el paseo marítimo de Beirut
apestaba a humo. El miércoles por la noche, Dios visitó el Líbano; él
viene aquí ocasionalmente, he decidido, y empapó el país bajo la
lluvia y la tempestad. El jueves por la mañana, mi balcón estaba
cubierto de arena y ceniza.

Déjenmeme hacer una pequeña pregunta. En el paseo marítimo de Corniche
donde vivo, la Avenue de Paris, como el mandato francés decidió que
debería llamarse en la década de 1920, casi todos los bloques de
departamentos están vacíos. Salvo para aquellos que comparten el
pequeño bloque donde vivo, no hay nada ni una luz.. Se puede conducir
al centro desde aquí, durante kilómetros hasta el centro de Beirut, y
no encontrarán una luz. Estos edificios son propiedad de inversiones,
en su mayor parte de iraquíes, pero también de sirios y sauditas, y
nadie vive allí.

En un país donde los pobres del Valle de Beqaa y los refugiados de
Siria y los refugiados palestinos (de los cuales, por supuesto, ya no
hablamos, ya que son los restos destruidos del estado israelí) existen
en chozas, estos poderosos centinelas del efectivo están triunfantes :
vacíos, ricos y vergonzosos.

Así que me temo que tendremos más neumáticos en llamas en la rutas.

De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12
El encuentro.jpg
Borrokismo.jpg
desconexión.jpg
Als infiltrats.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 23, 2019, 1:31:39 AM10/23/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Un amic del fill -Bernardo, xilè, artesà que a ra viu a Berlín- demana
ajuda. Vol que fem el possible per denunciar el que passa al seu país.
Avui li dedicó l'atenció. M'ajuden Página 12 i La opinión


AMANDA

“Te recuerdo Amanda, la calle mojada, corriendo a la fábrica, donde
trabajaba Manuel”, dice la canción de Víctor Jara. “Habla del amor de
dos obreros, de cualquier fábrica, en cualquier lugar, de lo que
existe dentro del alma”, explicó el propio Jara antes de ser torturado
y asesinado por la dictadura chilena. En la tercera noche de toque de
queda ordenado por el presidente chileno Sebastián Piñera, con los
militares en la calle para evitar las manifestaciones contra el
gobierno, se viralizó un video en el que la canción de Jara actúa como
símbolo de resistencia. Desde un edificio una mujer canta. Se escucha
la música a capela e inmediatamente después los aplausos y gritos de
aprobación de los vecinos.

Sebastián Piñera, al que els xilens diuen Piraña, ha demanat perdó
-per alló de la guerra- i ha anunciat una serie de mesures de tipus
social. Ja veurem què passa.
Capten un audio de la seva dona, al mig de les protestes: "Vamos a
tener que disminuir nuestros privilegios". La traidoria dels micròfons
oberts. La poca vergonya dels que no prenen cap precaució. Aquí ja
coneixem a una colla.


El tsunami chileno
Por Atilio A. Boron

El régimen de Piñera -e insisto en lo de “régimen” porque un gobierno
que reprime con la brutalidad que todo el mundo ha visto no puede
considerarse democrático- se enfrenta ante la más seria amenaza
popular jamás enfrentada por gobierno alguno desde el derrocamiento de
la Unidad Popular el 11 de septiembre de 1973. Las ridículas
explicaciones oficiales no convencen ni a quienes las divulgan; se
oyen denuncias sobre el vandalismo de los manifestantes, o su criminal
desprecio por la propiedad privada, o por la paz y la tranquilidad
para ni hablar de las oblicuas alusiones a la letal influencia del
“castro-madurismo” en el desencadenamiento de las protestas que
culminaron con la declaratoria del “estado de emergencia” por parte de
La Moneda, argumento absurdo y falaz antes esgrimido por el corrupto
que hoy gobierna al Ecuador y abrumadoramente desmentido por los
hechos.

El estupor oficial y el de los sectores de la oposición solidarios con
el modelo económico-político heredado de la dictadura carece por
completo de fundamento, a no ser por el anacronismo de la opulenta
partidocracia dominante (una de las mejor remuneradas del mundo), su
incurable ceguera o su completo aislamiento de las condiciones en que
viven -o sobreviven- millones de chilenas y chilenos. Para un ojo bien
entrenado si hay algo que sorprende es la eficacia de la propaganda
que por décadas convenció a propios y ajenos de las excelsas virtudes
del modelo chileno. Este fue ensalzado hasta el hartazgo por los
principales publicistas del imperio en estas latitudes: politólogos y
académicos del buen pensar, operadores y lobistas disfrazados de
periodistas, o intelectuales coloniales, como Mario Vargas Llosa,
quien en un reciente artículo fustigaba sin piedad a los “populismos”
existentes o en ciernes que atribulan a la región a la vez que
exaltaba el progreso “a pasos de gigante” de Chile.

Este país es para los opinólogos bienpensantes la feliz culminación
de un doble tránsito: de la dictadura a la democracia y de la economía
intervencionista a una de mercado. Lo primero no es cierto, lo segundo
sí, con un agravante: en poquísimos países el capitalismo ha arrasado
con los derechos fundamentales de la persona como en Chile,
convirtiéndolos en costosas mercancías sólo al alcance de una minoría.
El agua, la salud, la educación, la seguridad social, el transporte,
la vivienda, la riqueza minera, los bosques y el litoral marino fueron
vorazmente apropiados por los amigos del régimen, durante la dictadura
de Pinochet y con renovados ímpetus en la supuesta “democracia” que le
sucedió. Este cruel e inhumano fundamentalismo de mercado tuvo como
consecuencia que Chile se convirtiera en el país con el mayor
endeudamiento de hogares de América Latina, producto de la infinita
privatización ya mencionada que obliga a chilenas y chilenos pagar por
todo y a endeudarse hasta el infinito con el dinero que les expropian
de sus sueldos y salarios las pirañas financieras que manejan los
fondos de pensión. Según un estudio de la Fundación Sol “más de la
mitad de los trabajadores asalariados no puede sacar a una familia
promedio de la pobreza” y la distribución del ingreso, dice un estudio
reciente del Banco Mundial, sitúa a Chile junto a Ruanda como uno de
los ocho países más desiguales del mundo. Por último, digamos que la
CEPAL comprobó en su último estudio sobre la cuestión social en
Latinoamérica que el 1 por ciento más rico de Chile se apropia del
26,5 por ciento del ingreso nacional mientras que el 50 por ciento de
los hogares más pobres sólo accede al 2.1 por ciento del mismo. ¿Este
es el modelo a imitar?

En suma: en Chile se sintetizan una explosiva combinación de libre
mercado sin anestesia y una democracia completamente deslegitimizada,
que de ella sólo conserva el nombre. Degeneró en una plutocracia que,
hasta hace pocos días -pero ya no más- medraba ante la resignación,
desmoralización y apatía de la ciudadanía, engañada hábilmente por la
oligarquía mediática socia de la clase dominante.

Una señal de alerta del descontento social fue que más de la mitad de
la población (el 53.3 por ciento) en edad de votar ni siquiera se
molestó en acudir a las urnas en la primera vuelta de la elección
presidencial del 2017. Si bien en el ballottage la abstención se
redujo al 51 por ciento Sebastián Piñera fue electo con apenas el 26.4
por ciento de los electores inscriptos. En pocas palabras, sólo uno de
cada cuatro ciudadanos se sintió representado por él. Hoy esa cifra
debe ser bastante menor y en un clima en donde por doquier el
neoliberalismo se encuentra acosado por las protestas sociales. Ha
cambiado el clima de época, y no sólo en Latinoamérica. Sus falsas
promesas ya no son más creíbles y los pueblos se rebelan: algunos,
como en Argentina, desalojando a sus voceros del gobierno a través del
mecanismo electoral, y otros intentando con sus enormes movilizaciones
–Chile, Ecuador, Haití, Honduras- poner fin a un proyecto
insanablemente injusto, inhumano y predatorio. Es cierto: hay un “fin
de ciclo” en la región. Pero no, como postulaban algunos, el del
progresismo sino el del neoliberalismo, que sólo podrá ser sostenido,
y no por mucho tiempo, a fuerza de brutales represiones.

* * *

La caverna
José Blanco

La opinión, Mx. 22.10.2019

Hace años que España, en medio de una barahúnda creciente, lentamente
se adentra en una caverna cada vez más oscura. El Estado español cerró
una etapa con la sentencia del procés; penas de 13 a nueve años de
cárcel a Oriol Junqueras y a otros líderes catalanes, por sedición y
malversación, sólo para abrir otra etapa –imprevisible– de historia
futura. España está hoy en un peor momento que el que vivía antes del
fallo del procés.

Con una sensibilidad política queratósica, a buen resguardo en el
principado de Asturias, la realeza española montaba la escena para la
hermosa Leonor. Brillos, encajes y bailarinas doradas, el primer look
de fiesta de la princesa, fue su apuesta para el histórico momento.
“Con un diseño corola de encaje a la última con el que finalmente se
distanció del armario de la infanta Sofía”, debutó como princesa de
Asturias, según la reseña de ¡Hola!

Simultáneamente medio millón de catalanes protestaban en las calles de
Barcelona contra el fallo del procés y sus encarcelados, en múltiples
puntos de la ciudad las fuerzas del orden sometían a quienes
protestaban con excesos de toda índole, y los sindicatos catalanes
independentistas Intersindical-CSC y la Intersindical Alternativa de
Cataluña (IAC) convocaban a una jornada de huelga general.

Escenas de dos mundos concurrentes en el tiempo. La realeza
corroyéndose a sí misma, al parecer inadvertidamente.

Ya se sabe: un Estado no puede permitir ser disminuido bajo ninguna
forma, aunque la forma con la que reprime e intenta dar escarmientos a
los independentistas, políticamente lo disminuya. Las contradicciones
parecen insuperables. Entre otras, las de los independentistas y los
españolistas; entre los independentistas mismos, por sus posiciones
distintas respecto a la vía de la autodeterminación. Más los catalanes
que no quieren marcharse de España, pero quieren una mayor y más
profunda autonomía. Han surgido, además, unos sin clara identidad
Comités de Defensa de la República (CDR). Nadie trabaja para superar
esas contradicciones, todo lo decide una fuerza determinante: una que
no quiere cambio alguno en el statu quo.

Los partidarios del inmovilismo, los poderes económicos, los poderes
de facto, los grandes partidos españoles, el PSOE, el PP, y ahora,
además, Ciudadanos y Vox, blanden la ley, sin ver, precisamente, que
lo que está en cuestión es la ley, y no sólo se trata del estatuto
autonómico de Cataluña, sino también el proceso retorcido que condujo
hacia ese estatuto.

Javier Pérez Royo, catedrático emérito de derecho constitucional de la
Universidad de Sevilla, dice que el estatuto de Cataluña no es el
estatuto de Cataluña. Es el estatuto que el Partido Popular, a través
del Tribunal Constitucional, consiguió imponerle a Catalunya contra la
manifestación de voluntad expresamente formulada por el Parlament de
Catalunya y pactada con las Cortes Generales y contra la manifestación
de voluntad del cuerpo electoral de Catalunya expresada en referéndum.

Cataluña es la única región o nacionalidad que ejerce su actual
autonomía con base no en una norma aprobada por sus representantes
democráticamente elegidos, pactada con los representantes de todos los
ciudadanos del Estado y ratificada en referendo, sino con una norma
impuesta por el Tribunal Constitucional a instancia del PP.

Es el gobierno español el que ha colocado a Cataluña en una situación
cada vez peor, desde el punto de vista jurídico y político. Ahora no
es posible siquiera saber qué proporción de los catalanes están en qué
posición, porque ahora ¡tienen vetado llevar a cabo un referendo!

Y nada de lo que ocurre es nuevo, sino secuela de una transición
democrática cuyo acto fundacional fue la designación, por el dictador
Franco, de Juan Carlos de Borbón como rey de España. La Constitución
española de 1978, que plasmó un (falso) acuerdo social posfranquista,
dejó sin resolver los dos temas políticos principales que España ha
vivido en gran parte de su historia: el problema de la monarquía
versus la república, y el problema de las autonomías. Vascos y
catalanes han sido las nacionalidades (así las llama la Constitución)
que más impugnaciones han levantado contra el gobierno español. Pero
lejos de procesar políticamente los manifiestos desacuerdos sobre los
estatuos autonómicos, ya el gobierno de la derecha (PP), o el de la
izquierda (PSOE), blanden el artículo 155 constitucional, que dota al
Estado español de un mecanismo coactivo para obligar a las comunidades
autónomas que incumplan las obligaciones que les impone la
Constitución de 1978 u otras leyes.

Daniel Raventós y Gustavo Buster escribieron: El Tribunal Supremo ha
demostrado ser un poder del régimen del 78, por si faltaba alguna
evidencia empírica más. Un poder que ha reinterpretado la sedición con
la finalidad específica de poder castigar a los presos políticos. Un
poder que ha cambiado la ley sin que intervenga el Parlamento, lo que
es un fracaso del estado de derecho. España cava cada vez más en su
caverna.
Conversación.jpg
El Chile de Piñera.jpg
Chile hoy.jpg
Converses improbables.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Oct 24, 2019, 1:30:22 AM10/24/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Una associació de familiars de represors xilens s'ha dirigit als
"milicos" demanant desobediència.
Hi ha alguna semblant a Espanya? Tinc la quasi seguretat de que no. Al
78 no vam acabar amb el franquisme.


Indepes, republicanos, antifranquistas: uníos
Javier Gallego

La losa de Franco pesa 1500 kilos. Más o menos, como un coche. Han
tardado 44 años en levantarla. No hace falta decir mucho más para
explicar el verdadero peso del Franquismo en España. Es inmenso. Casi
inamovible. De hecho, su exhumación, aunque tenga una fuerte carga
simbólica, es poco más que un cambio de sitio. Después de muchas
dificultades, lo sacan de un mausoleo para llevarlo a un panteón donde
seguirán honrándolo.

Le dedicarán un responso el prior franquista del Valle de los Caídos y
el hijo del golpista Tejero. Fascistas celebrando misas en honor de un
dictador. Todo en orden. Democracia a tope. No sería posible algo así
en Alemania. Aquí sí. España no ha sacado la basura en cuatro décadas
y por eso hay gente que quiere salir huyendo de casa.

Por razones históricas y estratégicas, el independentismo vincula a
España con Franco. No hacen apenas distinciones y sí muchas
exageraciones. Ni toda España es franquista como algunos quieren hacer
ver, ni tampoco el Estado español es una dictadura, como demuestra que
puedan llamárselo libremente, pero tiene inclinaciones autoritarias y
deficiencias democráticas graves. Porque el diagnóstico indepe es
cierto: la España actual es heredera del Franquismo.

La monarquía fue restaurada por el dictador, el monarca criado en sus
pechos y el nuevo rey ya dijo el 3 de octubre que todos quietos. La
policía, la judicatura, la Iglesia, las grandes fortunas y el Ibex se
acostaron franquistas y se levantaron demócratas y se les nota. El PP
fue fundado por un ministro de Franco, Vox es su escisión más facha,
Ciudadanos se pone tan de perfil con el tema que, a menudo, les llaman
falangitos y el PSOE quiere quitarse el muerto de encima pero tiene
lazos que le atan bien atado a la carcundia y siempre se pone del lado
del orden (y del mando).

Cuenta Javier Pérez de Andújar en Catalanes todos que para limpiar el
pasado franquista de sus mayores, los niños bien de Cataluña se
hicieron catalanistas. Ahora algunos se han hecho indepes para huir de
sus pecados, pero no se nos olvida que en el 15M llamaban a los
indignados "violentos" y "golpistas", entre ellos el president Torra.
Son separatistas porque quieren separarse de su pasado.

Pero el movimiento social independentista les ha pasado por encima, va
por libre, no lo controlan y eso es lo que nos interesa a quienes
creemos que la lucha de la calle es una oportunidad para minar el
franquismo sociológico e institucional en toda España. Por eso creo
que la izquierda española y la catalana no separatista debe sumarse a
la reclamación de más democracia de la revuelta en Cataluña, aunque no
comparta todas sus aristas. Porque es democrática, antifranquista y
republicana.

Hay una ola de protestas que recorre el mundo —Ecuador, Chile, Hong
Kong, Cataluña, el feminismo, la lucha por el clima— a las que les une
la oposición al poder que decide al margen de la mayoría en beneficio
de la minoría económica que manda. La crisis que se avecina las hará
más necesarias. Es el momento de aunar fuerzas. En el caso concreto de
España, mi deseo es que indepes, republicanos y antifranquistas se
unan para pedir un nuevo proceso constituyente. Si no, aunque le
cambien el colchón, Franco seguirá en la cama.

* * *

El mito del desarrollo sustentable
Alejandro Nadal

En 1987 se publicó el informe de la Comisión Mundial sobre Desarrollo
y Medio Ambiente. El documento, intitulado Nuestro futuro común,
consagró la definición del desarrollo sustentable como la satisfacción
de las necesidades de la generación presente sin comprometer la
capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias
necesidades. Desde entonces, el desarrollo sustentable se ha
convertido en la referencia más importante de la agenda internacional
sobre política económica, social y ambiental.

El desarrollo sustentable (DS) es la pieza central de tratados
internacionales, como la Convención de Diversidad Biológica y la
Convención Marco sobre Cambio Climático. En 2015 se adoptaron los
Objetivos del Desarrollo Sustentable por todos los miembros de
Naciones Unidas. Se trata de un llamado para erradicar la pobreza,
proteger el planeta y asegurar que toda la población goce de paz y
prosperidad para el año 2030.

No cabe duda que el DS tiene gran potencial de movilización de
recursos. Pero también es cierto que cuando las palabras desarrollo
sustentable se usan libremente y sin referencia alguna a un contexto
económico específico, corren el peligro de convertirse en una especie
de fórmula mágica cuya invocación hace desaparecer cualquier problema.
En lugar de una referencia de política económica se convierten en un
cosmético que permite disfrazar todo tipo de abusos.

Lo anterior se explica porque el DS no puede ocurrir en un vacío
socioeconómico. En el contexto actual, dicho objetivo se tendría que
alcanzar en el marco de economías capitalistas o economías de
producción monetaria. Pero aquí es donde se complican las cosas: es
necesario tomar en cuenta la naturaleza y dinámica de estas economías.
En particular, hay que considerar que las economías capitalistas son
capaces de mantener niveles socialmente inaceptables de desempleo
durante largos periodos. Esto ya debería ser una razón para pensar con
más cuidado los alcances del DS.

Hay varias características fundamentales de las economías capitalistas
que deben ser consideradas en cualquier análisis del desarrollo
sustentable. La primera es que el crecimiento no es una manía o
resultado de una moda, como muchos seguidores de la economía ecológica
piensan. La acumulación de capital es la esencia de estas economías, y
eso significa crecimiento. Y no cualquier crecimiento: entre más
rápido sea el proceso de acumulación, mejores resultados para la
voracidad del capital.

Por cierto, el hecho de que las tasas de crecimiento en las
principales economías del mundo sean cada vez menores desde hace
cuatro décadas no parece llamar mucho la atención en discusiones sobre
sustentabilidad. Si tan malo es el crecimiento, ¿cómo explicar que el
deterioro ambiental ha seguido empeorando a lo largo de todo este
periodo?

La segunda característica de las economías capitalistas es su
inestabilidad. Entre otras cosas, esto se debe a que la inversión, el
componente clave de la demanda agregada, es intrínsecamente inestable.
Y el rol dominante del sector financiero, así como la actividad
profundamente procíclica del sector bancario, agrava esta tendencia.
La última crisis de 2008 (y el hecho de que la recuperación hoy esté
en peligro) muestra que este rasgo del capitalismo está en conflicto
directo con los ideales del DS.

Una tercera característica concierne el conflicto distribucional que
yace en el seno de las economías capitalistas. Quizás la mejor
expresión de esto está en el estancamiento salarial que afectó a casi
todas las economías capitalistas del planeta desde 1970. Y, por
supuesto, todo esto está íntimamente relacionado con la creciente
desigualdad, la deficiencia crónica en la demanda agregada y los
altísimos niveles de endeudamiento de los hogares. De no tomarse en
cuenta estas características, la idea de DS se convierte en un par de
palabras huecas.

Hay un problema adicional. Se trata de la cárcel mental que mantiene
prisionera a la política económica. El mejor ejemplo es el de la
política fiscal, que ha estado maniatada por la superchería de la
disciplina fiscal. El dogma de que cualquier déficit fiscal debe ser
condenado es una de las más claras manifestaciones de esta prisión.
Uno de los recursos más socorridos para apuntalar esta falacia
consiste en hacer una comparación espuria y concluir que, al igual que
cualquier hogar, un gobierno no puede vivir por encima de sus
recursos. Incluso, muchos gobiernos que se califican de izquierda se
encuentran en esta prisión de la disciplina fiscal. Y como esta
mentira coexiste con la idea de que no se puede hacer una reforma
fiscal, pues entonces hay que recortar el gasto en salud, educación y
medio ambiente, es decir, todo lo que se necesita para el famoso
desarrollo sustentable.

Parecería que el mito difícilmente será realidad un día. Y la lección
es inmediata. O rescatamos el planeta, o rescatamos el capitalismo.
Cada día parece más claro que no vamos a poder hacer las dos cosas al
mismo tiempo.
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Futbolistas en lucha.jpg
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Miquel Angel Soria

unread,
Oct 25, 2019, 1:30:54 AM10/25/19
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Un detall: Ahir, prenent el tallat en un bar ple i amb la pantalla de
tv donant l'espectacle de l'exhumació. Ningú, però és que ningú,
mirant-se la pantalla. La incredulitat em va fer fregar els ulls; vaig
donar un cop d'ull pel conjunt del local. La primera impresió seguia
sent vàlida. De res servien els jocs malabars del Garcia Ferreras.
Gent farta?


Esta vez han perdido
Carlos Elordi

Ha habido que esperar décadas, ha habido incertidumbre casi hasta el
ultimo minuto. Pero, al final, el franquismo y todo lo que lo rodea,
lo comprende y lo justifica, ha perdido. De la manera más rotunda en
más de cuarenta años. Sin paliativos. Se había opuesto con toda su
fuerza a que se sacaran los restos de Franco del Valle de los Caídos y
no lo ha conseguido. A pesar de haber movilizado sus aún hoy notables
recursos. El cómo se ha llegado a un resultado tan tajante ayudará a
comprender el porqué. Y el retraso, más achacable a las duras
circunstancias que a la desidia de algunos, ilustra lo complicada y
única que es la situación de un país, España, que todavía está muy
condicionado por su pasado.

La mañana de ayer ha sido emocionante para muchos españoles. Como en
los momentos cruciales de nuestro devenir democrático, la gente
buscaba en la calle al amigo para poder transmitir sus sentimientos.
Dos de las voces que quien escribe ha escuchado en esas horas decían
"¡Ay si mi padre hubiera podido vivirlo! Y no digamos mi abuelo".
Baltasar Garzón, expulsado hace nueve años de la carrera judicial por
haber osado investigar los crímenes del franquismo, confesaba en La
Sexta que estaba emocionado. Él, que es siempre tan parco a la hora de
expresar sus sentimientos.

Ninguno de los muchos millones de españoles que tienen recuerdos
dolorosos de lo que Franco hizo a los suyos en la Guerra Civil y en la
infinita posguerra vivió con indiferencia los hechos. Para no pocos
supusieron una victoria, un "esta vez hemos ganado". Y eso es motivo
de alegría. Justo lo que, desde hace cuarenta años, la derecha quiere
evitar. Que la España de izquierdas, en el sentido más amplio de la
palabra, se regodee por haber golpeado, siquiera parcialmente, la
memoria sagrada del franquismo, les duele en lo más hondo.

Vox ha expresado ese sentimiento con nitidez, incluso con rabia. Hasta
el PP ha sido más prudente. Porque quiere huir del charco que para sus
intereses supondría entrar en un debate que le llevaría a pronunciarse
sobre el franquismo, algo que siempre ha rehuido, pero que de una u
otra manera está en sus señas de identidad ideológica, mal que les
pese a unos cuantos de sus dirigentes. Y que una y otra vez los ha
llevado a oponerse a cualquier iniciativa tendente a la recuperación
de la memoria histórica, entre ellas a la exhumación de Franco.

Veremos si esa actitud comedida se mantiene o si la presión de Vox y
de algunos sectores de su base, no les obliga a modificarla. Pero no
hay duda de que también el PP ha perdido algo con lo ocurrido ayer.
Desde el optimismo más extremo se podría esperar que esa derrota
sentimental y simbólica, más que política, llevara al primer partido
de la derecha a revisar su cerrazón en esta cuestión, a dar algún paso
adelante del que saldría beneficiada la democracia española. Pero hoy
por hoy eso es seguramente demasiado pedir.

Guste o no guste en el variopinto mundo de la izquierda, el éxito de
ayer es atribuible al empeño que el Gobierno de Pedro Sánchez ha
puesto en conseguirlo. Dando los pasos adecuados en un terreno tan
complejo y lleno de trampas como el que se extendía delante del
horizonte de la hasta hace muy pocas semanas hipotética exhumación.
Quien quiera negar ese mérito se equivoca. O peor, se colocará en
contra de los sentimientos que en estos momentos, y puede que no por
mucho tiempo más, tiene buena parte de los votantes potenciales de
izquierda. Y posiblemente no pocos nacionalistas catalanes y vascos
que desde siempre están en contra del franquismo. Por haberlo sufrido.

¿Beneficiará todo eso al PSOE el 10 de noviembre? Se podría decir que
sí. Pero vaya usted a saber. Porque sus rivales van a contratacar en
otros frentes. Y quedan aún más de dos semanas para las elecciones. En
todo caso, si la exhumación da una ventaja electoral a los socialistas
tampoco habría que indignarse. Porque la política también consiste en
saber aprovechar las oportunidades. Y, además, esta no era una bicoca,
podía perfectamente salir mal.

Con el éxito de ayer, Pedro Sánchez no ha tapado sus muchos fallos,
contradicciones y limitaciones políticas. Pero ha rehecho en parte su
figura. Es posible que haya mejorado la opinión sobre el líder
socialista que hasta ayer tenían no pocos de los que se han alegrado
de que Franco haya salido del Valle y de que la derecha se lo haya
tenido que tragar. Pero eso no es pecado. Y veremos cuanto dura.

* * *

Chile arde, la OEA apunta a Bolivia
Ángel Guerra Cabrera

La combativa y pujante rebelión popular de Chile no es meramente por
el aumento desmesurado al boleto del Metro en Santiago. Esa fue la
gota que colmó la copa por un cuarto de siglo de pinochetismo
agazapado que ahí ha seguido en espacios estratégicos, incluidos el
poder económico, político, mediático y las fuerzas armadas y de
seguridad.

Ha habido en Chile sí, una suerte de escenografía democrática para
maquillar al fascismo realmente existente. La cruenta represión desde
los primeros momentos ante una protesta totalmente pacífica, que sólo
consistía en saltarse los torniquetes del Metro, primero, de cientos
de adolescentes y jóvenes y, después, de miles de personas de todas
las edades, caldeó aún más los ánimos. El aumento hacía subir el
precio en 30 pesos, equivalentes a 0.042 centavos de dólar por viaje,
en promedio mensual se ha calculado su costo por persona en cerca de
14 por ciento del salario mínimo.

Pero la insubordinación generalizada de los chilenos, como ocurre en
Honduras y Haití, ocurrió y volverá a ocurrir en Ecuador, expresado
con votos en Argentina y antes en México, es contra décadas de
miseria, desprecios, discriminación, grosera y creciente desigualdad y
gobierno autoritario.

Con una Constitución y una cultura política heredada del pinochetismo,
con la marginación económica, política y el empobrecimiento creciente
de la mayoría de la población, con la privatización y destrucción de
los sistemas públicos de educación y salud, es un verdadero chiste
decir que en Chile hubo una transición democrática o que hay un
sistema democrático que funcione. Lo que cabe es preguntarse cuánta
democracia puede ofrecer el neoliberalismo, en el que los gobernantes
venden las riquezas naturales, privatizan todo y, a la vez, se
enriquecen obscenamente sin consultar a sus pueblos.

En sistemas donde con la inversión de millones de dólares en las
campañas electorales, los candidatos se venden como un tubo de pasta
dental y responden a las protestas con la brutalidad y saña que hemos
visto en Francia, Cataluña, Ecuador, Honduras, Haití, Colombia, Perú
y, no olvidar, Estados Unidos. En Chile ha sido asombrosa la sevicia
de los milicos y antimotines intoxicados de coca.

Sin embargo, llevamos décadas escuchando a los medios y a la academia
hegemónicos decir maravillas acerca de los grandes éxitos económicos,
democráticos y hasta sociales del modelo chileno, made in Chicago por
su autor intelectual, el pontífice neoliberal Milton Friedman. Por lo
pronto, estoy esperando que la señora Bachelet, alta comisionada de la
ONU para los Derechos Humanos, vaya más allá de confesarse triste y
condene –como injustamente y sin pruebas lo hizo con Venezuela
bolivariana– los asesinatos, palizas, torturas y violaciones a hombres
y mujeres en plena calle, de día y de noche, que estamos viendo con
horror en el material fílmico que circula en redes y en los pocos
medios que informan la verdad sobre 10 días de protestas incesantes.

No obstante, más tibia aún que Bachelet, la repugnante OEA del
energúmeno Luis Almagro cita, con carácter extraordinario, a su
Consejo Permanente, pero no para conocer de los crímenes de lesa
humanidad que está cometiendo contra su pueblo el gobierno que
encabeza Sebastián Piñera, sino para enjuiciar la elección
presidencial en la Bolivia de Evo Morales. Esa sí ejemplo de
democracia participativa y protagónica, por haber liquidado la
república oligárquica con una Constituyente popular que fundó el
primer Estado plurinacional de América Latina y el Caribe, que
reconoce todos los derechos de los pueblos indígenas que la habitan y
de todos sus ciudadanos, mencionada por sus tasas de crecimiento
chinas y el aumento constante de la prosperidad general debido a que
la riqueza se distribuye con justicia, lo que ha llevado al
abatimiento de la pobreza y la desigualdad, la creación de un sistema
de educación y salud pública que era inimaginable antes de Evo, pues
Bolivia competía con Haití anteriormente por sus bajísimos índices de
desarrollo humano.

Ahora, Estados Unidos y la derecha, con el racismo que les es
característico, se enfadan por la tardanza en el conteo de votos de
las remotas regiones indígenas serranas y amazónicas y cínicamente
gritan fraude. Es muy sencillo de entender. En esas zonas habitan
innumerables pueblitos de 100 o menos habitantes muy alejados y
aislados entre sí, que aunque las comunicaciones se hayan desarrollado
mucho en tiempos evistas, todavía no cuentan en su mayoría ni con
conexión telefónica. De modo que es harto conocida la dilación
existente en el conteo de esos votos, siempre favorables a Evo.

En lo que andan Washington y la oligarquía local hace meses es en otro
intento de golpe de Estado contra el presidente indígena y para
conseguirlo han comenzado una ola de incendios contra tribunales
electorales. El terrorismo es lo suyo, pero Evo y el pueblo siempre
los han derrotado.
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Miquel Angel Soria

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Oct 28, 2019, 2:31:19 AM10/28/19
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Mauricio Macri, el del ¡Sí se puede!, es va quedar pel camí. A les
municipals, a Colòmbia, guanyen les esquerres. A l'Uruguai guanya el
Frente Amplio, però no pot evitar la segona volta.
Quan li queda als Bolsonaro, Piranya o Moreno?


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
CARTA AL SR. IGLESIAS

Sr. Iglesias: ¡Que difícil es hoy la lealtad en la política española!
No me refiero ya a la lealtad con ideas en la recámara –que es la
lealtad seria– sino a una lealtad personal e incolora; más bien a una
simple simpatía de café con churros. Pero hasta este tipo de lealtades
ligeras se me escurre a veces entre los dedos como agua para
chocolate. Recordemos en esa magnífica película –“Agua para
chocolate”– la escena en que un personaje siente la angustia de un
buñuelo al ser aproximado a la sartén hirviente. Pues ese buñuelo soy
yo, Sr. Iglesias, tras su afirmación de que la defensa de la
autodeterminación y la recusación de la monarquía tal como hicieron
los nacionalistas en el Parlament de Catalunya son puras
«gesticulaciones» ¿Se da usted cuenta, Sr. Iglesias, de su
sorprendente aproximación a las posturas facciosas predominantes en
Madrid? Posturas facciosas entendidas por mí como identificación
ideológica, no como injuria despreciable ¡Agua para chocolate!

Desde ahora exigiré a usted, para no dejarme llevar por una simpatía
residual, que en la mesa ideal en que usted y yo compartimos a veces
un izquierdismo patriótico figure, como garantía de certeza en lo que
se diga, un mantel con la bandera republicana, ofendida un millón de
veces por el fascio español, aunque fuera en su día la enseña de un
verdadero Estado democrático y de derecho como ahora se repite a modo
de loro en jaula. Esa bandera operará en mí como un fiel contraste de
lo que digamos. En ese recuerdo republicano que me revive ¿aún exige
usted, Sr. Iglesias, perfeccionismos nacionalistas en la dura y
complicada batalla? ¡Ay, Carmela!

Cómo hablar con sosiego en el Parlament cuando la calle catalana ha
sido descordada por la violencia adosada a la ley y el orden? ¿Cómo
hablar británicamente cuando sobrevuela la locución española un
dirigente español y posible «premier», el Sr. Rivera, que se atreve a
decir esta monumental cosa: «El nacionalismo es incompatible con la
democracia»? ¡Él, criticando al nacionalismo! ¡Él! ¿Cómo hacerse oir
serenamente en un país que admite tal desvarío sin mostrar horror
alguno?

Sr. Iglesias, no se puede exigir ordenada política en esa tempestad de
grito, cárcel y policía. No se puede hablar con el talante que usted
requiere, Sr. Iglesias, cuando el lenguaje adversario se emite en un
infantil balancín de la inconsecuencia; cuando el residente de la
Moncloa exige que su oponente se arrodille para solicitarle perdón por
sus ideas.

Sobre ese mantel republicano del que antes hacía mención, usted habría
de hablarme, si llegara ese encuentro, de progreso, de izquierda, de
amor al pueblo y de libertad, sin brindarme otro churro como el que ha
mojado usted en su chocolate aguado.

Sr. Iglesias, tras leer su mentada frase acerca del perfeccionismo
exigible para avanzar en la libertad de Catalunya me fui a la cama con
los ojos húmedos y al pasar ante el armario de luna de la habitación
mil pájaros me cantaron una canción republicana perteneciente al
momento en que la calle defendía heroicamente la democracia de los
«rojos», aunque España no era fascista ni roja; era, profundamente, un
Estado democrático de derecho. Pero un Estado hecho por el hombre y
para el hombre. Un Estado que, antes y después de dos Repúblicas muy
breves, se dedicó a construir una historia no hecha de principios sino
de finales incombustibles anclados en el puerto al que nunca llegó el
gran navío de la modernidad.

Era, Sr. Iglesias, el 18 de julio de 1936 y yo, niño de siete años
cumplidos ese día, escuché atentamente desde una ventanilla del tren
estacionado en Venta de Baños, y que me llevaba de vacaciones a casa
de mi abuela paterna, el mensaje que permaneció en mí durante el resto
de mi vida: «¡Compañeros de la UGT, mañana a la huelga general de
ferrocarriles contra el levantamiento faccioso de Africa!». Pocas
horas después me recibía mi familia en el Mieres de las minas y me
convertí en un niño republicano de por vida, que se forjó en libertad
bajo las bombas alemanas e italianas y asistió por último al
desmadejado paseo de las unidades moras victoriosas que ayudaron a
Franco bajo la mentida promesa de dar la soberanía al Marruecos
jalifal frente al Sultanato del Marraquech francés. Hoy, pasados los
noventa, sigo siendo un niño republicano al que le arrebataron España.
Tan solo me he equipado con otro diálogo intrapersonal: ¿qué fue de
aquella UGT? ¿Qué queda de aquel sueño de libertad? ¿Por qué no surgen
a la luz aquellos republicanos? Acaba de publicarse un libro de
Preston sobre la traición, dice el título, del 1976 a los españoles.
Yo creo que ese título es un error. En 1976 muchos españoles se
traicionaron a sí mismos, porque esos españoles no eran ni son de
izquierdas o de derechas, de un partido o de otro, progresistas o
reaccionarios; son simplemente españoles a la espera de otro líder.
Dios nos ampare, pero más que de inverecundos españoles, de nuestros
vocingleros dirigentes que se declaran demócratas mientras encienden
el televisor para ver el vaivén de lo que queda de Franco.

Digo todo lo que antecede con el espíritu modernista y discretamente
audaz del Ramón Gómez de la Serna en su “Automoribundia”, que
conferenciaba sobre España a la luz de una vela y después se comía la
vela. Sigo siendo un niño al que la República se le ha quedado viva
entre los brazos ¡Ay, Carmela! Todo lo demás, Sr. Iglesias, agua para
chocolate.

* * *

El pasado nunca está muerto. No es ni siquiera pasado (Faulkner)
Javier Pérez Royo

Santos Juliá abre su libro Transición con una cita de Juan Benet: "La
Guerra Civil de 1936 a 1939 es el acontecimiento histórico más
importante de la España contemporánea y quién sabe si el más decisivo
de su historia". El historiador, fallecido el día anterior al traslado
de los restos del general Franco del Valle de los Caídos a
Mingorrubio, manifiesta su conformidad con la afirmación de Juan
Benet, acentuándola todavía más: cuarenta años después de su muerte,
hay que suprimir todas las cautelas. El "quién sabe" tiene que ser
sustituido por "sin duda alguna".

La Guerra Civil fue un enfrentamiento a muerte entre los dos bandos a
los que quedó reducida la extraordinaria complejidad de la sociedad
española de las décadas anteriores, tras el cual "el vencedor nunca
accedió a ningún tipo de pacto que posibilitara la reconstrucción de
una comunidad política con los perdedores y volviera a integrarlos en
la vida nacional". Por ello, "la Guerra Civil no fue la culminación de
una historia, sino su quiebra brutal, un corte profundo infligido a la
sociedad española que, desde 1939, quedó amputada para siempre de una
parte muy notable de sus gentes y de su historia"

Francisco Franco fue la encarnación del bando vencedor, que consiguió
no solo estabilizar un régimen político hasta su muerte, sino que
consiguió condicionar de manera decisiva el futuro régimen que vendría
a sustituirlo. Las piezas centrales del sistema de poder que articula
jurídicamente la Constitución de 1978 no fueron definidas en el
proceso constituyente que se inició tras las elecciones del 15 de
junio de 1977, sino que provienen directamente o del General Franco:
la Monarquía, o de las Cortes franquistas inmediatamente después de la
muerte del dictador, que a través de la Ley para la Reforma Política,
definirían la composición de las Cortes bicamerales que aprobarían la
Constitución y que mantendrán dicha composición en el texto
constitucional, o del Gobierno preconstitucional de Adolfo Suárez, que
mediante Decreto-ley aprobó el sistema electoral del Congreso y el
Senado.

Estos tres elementos, que son los decisivos en el ejercicio del poder
juridificado en la Constitución de 1978, no son resultado de un
proceso constituyente democrático, sino que son herencia del Régimen
del General Franco. La Restauración de la Monarquía, la composición de
las Cortes como órgano constitucional representativo del pueblo
español y su sistema electoral, no han sido definidos por el poder
constituyente del pueblo español, sino que se introdujeron sin debate
constituyente de ningún tipo en el texto constitucional que se
sometería a referéndum el 6 de diciembre de 1978.

Hay un cuarto. La Iglesia Católica, que también se incorporó de forma
espuria al sistema de poder del 78, a través de la negociación de unos
Acuerdos entre el Estado y la Santa Sede, que fueron negociados por el
Gobierno de Adolfo Suárez antes de que estuviera aprobada la
Constitución, pero que fueron publicados el 4 de enero de 1979, unos
días después de que la Constitución hubiera entrado en vigor.
Materialmente son preconstitucionales, pero formalmente no lo son.
Tanto la Iglesia como el Gobierno de Adolfo Suárez, sabían que esos
acuerdos no hubieran podido ser aprobados en democracia, pero que para
la democracia sería muy difícil, por no decir imposible, revisarlos. Y
así ha sido.

La Monarquía, un Congreso de los Diputados ligeramente devaluado en su
composición y un sistema de elección desde la perspectiva del
principio de legitimidad democrática, un Senado incompatible con
dichos principios de legitimidad y una Iglesia Católica que mantiene
su posición privilegiada predemocrática, han encorsetado el proceso
político y han condicionado fuertemente el esfuerzo por ir levantando
las hipotecas heredadas de la Guerra Civil y de las décadas del
Régimen de las Leyes Fundamentales.

Con un sistema de poder definido desde el pasado, ha resultado
imposible enfrentarse a lo que ese pasado había sido. La "parte
amputada" a la que se refería Santos Juliá, ha continuado siendo parte
amputada. La sociedad española no ha podido o no se ha atrevido
siquiera a mirar a ese pasado e intentar "integrarlo en la vida
nacional".

De ahí viene la permanencia durante 44 años de los restos del general
Franco en El Valle de los Caídos; de ahí viene la incapacidad de
abordar la nulidad de las sentencias dictadas por los tribunales
militares o de excepción después de la Guerra Civil, de ahí vienen los
más de cien mil ciudadanos desparramados por las cunetas y un largo
etcétera.

La exhumación del General Franco era un primer paso indispensable para
que la sociedad española empiece a mirar a su pasado e intentar una
auténtica reparación. Ya hemos visto lo difícil que ha sido. No menos
difícil va a ser el camino que queda por recorrer.

El pasado en España nunca ha sido pasado. Kant decía que España es el
reino de los muertos, que los muertos la poseen, que los muertos la
dominan. Lo hemos visto con la exhumación de Franco. Pero también lo
podemos ver con la utilización del terrorismo como instrumento de
represión años después del fin del terrorismo y de la disolución de
ETA. La utilización de un pasado terrorista para reprimir conductas
que no pueden ser calificadas de tales. En la Audiencia Nacional no
dejan de multiplicarse los procesos por terrorismo en estos últimos
años. Ahí está el caso de Alsasua. Parece que ahora se está iniciando
la traslación de dicha estrategia para hacer frente al nacionalismo
catalán.

¿Hasta cuándo?
Ese tema mo lo tocan.jpg
Piñera.jpg
Aviso.jpg
A la llibreria.jpg

Miquel Angel Soria

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Oct 29, 2019, 2:30:36 AM10/29/19
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El resultat de les eleccions a l'Argentina, la situació a Xile i
altres països, el manteniment de la política de Sanders als USA, ...
mostren un panorama que, no fa massa, era impensable. Només ens falta
donar des d'aquí una petita empenta. Som-hi!


La afrenta continental
Hermann Bellinghausen

Latinoamérica, que nominalmente comienza al sur del río Bravo y llega
hasta la vecindad Antártica, anida más de una veintena de naciones que
ahora, en tiempos de redes sociales y trascendentes despertares
indígenas, parecen estarse hablando como nunca después del ciclo
independentista en la segunda década del siglo XIX.

Se dice fácil. La dudosa integración regional siempre brilló en el
discurso, aunque no quedase claro si con ella se pretendía poner en
orden el patio trasero de Estados Unidos, su zona de interés
irrenunciable desde la Doctrina Monroe, o por el contrario construir
un bloque regional para dejar de ser del interés exclusivo de
Washington, el Pentágono y las grandes corporaciones estadunidenses
que han ocupado, cultivado, explotado, extraído y extenuado las
riquezas naturales del subcontinente durante 170 años. Un proceso que
se inicia con la invasión a México y la enajenación de la mitad de su
territorio, y lo continúan las bananeras, petroleras y mineras que
ocuparon y saquearon la que algunos románticos llaman Nuestramérica.
El número de golpes de Estado, invasiones militares y filibusteras,
guerras civiles y amafiamientos territoriales propiciados,
patrocinados y sostenidos por Estados Unidos es tal que a ningún país
del área la faltan episodios de injerencia y daño directo.

La afrenta imperial, permanente hasta hoy, nunca generó respuestas
continentales. Para impedirlo han servido la Cuarta Flota, la CIA, la
devaluadísima Organización de Estados Americanos (OEA), los tratados
de libre comercio y la renta permanente de territorios (plantaciones,
bases militares, campos petroleros) en Centroamérica, grandes
extensiones de Sudamérica y colonias explícitas como Puerto Rico: el
síndrome de Guantánamo devora las ambiciones yanquis. Este sí que ha
sido nuestro destino manifiesto, la verdadera maldición de la
Malinche.

Sin esquematizar demasiado, las revueltas populares en aparente
reacción en cadena, revelan un descontento unánime contra el estado de
cosas propiciado por los intereses yanquis. Así como los países se
libraron de España hace dos siglos, ¿podrán desafiar con eficacia la
tutela imperial de Washington? Es mucho estirar la liga tal vez, pero
no se recuerda un ciclo de concatenaciones y simultaneidades en la
revuelta como ahora. Contra las políticas económicas impuestas por las
agencias internacionales. Contra los gobiernos que las implementan y
sostienen corrupta y autoritariamente. Contra desigualdad inherente al
capitalismo. Chile es la última mecha que prende, pero ya antes de
Ecuador vimos desafíos nacionales en Haití, Nicaragua, Honduras,
Brasil y Argentina, así como la reacción electoral, antineoliberal en
principio, y por hartazgo ante la violencia y la corrupción en México,
que ha de verse a la luz de las recientes experiencias progresistas en
la región, que no dejaron de obedecer las reglas del capitalismo y le
fueron funcionales hasta ser sustituidas inestablemente por gobiernos
proyanquis.

El actual ciclo de protesta popular –al que los gobiernos responden
con violencia, mala fe, manipulación mediática y criminalización
estúpida como vemos en Haití, Ecuador y Chile, y antes en Nicaragua–
encuentra al imperio sumergido en una bancarrota moral interna sin
precedente, a merced del granguiñolesco titular de la Casa Blanca y
sus pocos émulos en la región, más allá del peligrosísimo payaso
Bolsonaro y el desvergonzado títere Almagro, quien degradó totalmente
lo que quedaba de la OEA. Macri ya se va.

Cuba y Venezuela, en resistencia nacional, atraviesan una dificultad
crónica bajo bloqueo, que en el caso venezolano hace poco alcanzó para
generar grandes protestas de signo contrario a las que vemos en Haití,
Ecuador y Chile, y que a diferencia de éstas, cuentan con el respaldo
de Washington, la OEA, el trono de España y la Comunidad Europea.
Bolivia también experimenta turbulencia. Con un gobierno incómodo para
Washington, el Fondo Monetario Internacional y la OEA, las protestas
no revisten tanto reclamos contra la política económica impulsada por
el FMI y los intereses estadunidenses, como por el presunto fraude
electoral y un descontento larvado en muchos sectores bolivianos, no
sólo en la derecha, tras la tercera relección de Morales y el grupo de
empresarios y políticos que lo rodean.

Para que el actual ciclo de descontento no acabe como la primavera
árabe en un reforzamiento autoritario, una brutalidad neoliberal más
descarnadamente fascista y fundamentalista (adelantada por Bolsonaro,
no se rían) y un desmembramiento de las fuerzas reunidas (estudiantes,
mujeres, indígenas, trabajadores, artistas, intelectuales), se
necesita poner en primer lugar de cualquier estrategia aquello que
cancele el predominio imperial de Washington.

¿Qué sigue después de inundar las plazas, tumbar o arrodillar
presidentes? La ilusión de lograrlo votando gobiernos que prometen
cambiar el rumbo no ha sido suficiente, y como vimos en Brasil, Chile
y Argentina, rebota en regímenes de ultraderecha. Falta mucho por
andar.

* * *

El corazón
Por Luis Bruschtein

Un gobierno que no reelige después de cuatro años tiene que ser muy
malo. Sobre todo si tiene el respaldo del poder económico, del FMI, de
Washington y de los grandes medios de comunicación. Y perder en
primera vuelta por una diferencia de ocho puntos demuestra que fue una
gestión todavía peor. Lo normal es que hasta con una gestión mediocre,
haya reelección. La derrota de Mauricio Macri, con todo el respaldo de
los poderes fácticos, ha sido humillante.

El hombre que en 2015 perdió en primera vuelta y ganó en segunda por
poco más de un punto, pero fue presentado por la corporación de medios
como un triunfador olímpico, ahora que ha perdido en primera vuelta
una reelección que por lo general la sociedad concede al gobierno
instalado, su derrota es presentada por los grandes medios como “una
gran elección”. Y alguno hasta llegó a decir que fue casi “un empate
técnico”.

Antes de las PASO, las encuestas mostraban que el Frente de Todos
ganaría por cuatro puntos de diferencia, y que habría segunda vuelta
con muchas posibilidades de que la ganara Macri. Mucha gente,
esclavizada a la ola conservadora por su antiperonismo, decidió en las
PASO hacer un llamado de advertencia por la desastrosa gestión de la
economía. Y el resultado fue pavoroso para el gobierno.

Macri hizo campaña. “Mauri lo da vuelta”. Pero no pudo regresar a la
situación previa a las PASO, ni siquiera pudo pasar a segunda vuelta.
Con todo el respaldo que tiene este gobierno, ha sido una derrota
humillante no importa cómo la quieran presentar.

La alegría sana, desbordante, una alegría que estuvo aguantada,
reprimida, y que ahora explotaba se vió en la cara de las cientos de
miles de personas que se acercaron al búnker del Frente de Todos a
festejar. Después se hará el recuento más fino, el balance más
preocupante. Pero esa explosión de alegría fue el saldo básico. Un
chico de once años le agradecía al padre por estar ahí: “La historia
es importante, papá –muy serio-- pero más importante es ser parte de
la historia”. Chupate esa mandarina filosófica.

Esa multitud que fue calificada durante estos cuatro años como vagos,
fanáticos, choriplaneros, violentos, chorros y toda la gama de
insultos denigrantes que pueden existir, que aguantó a pie firme la
discriminación, la destrucción de sus trabajos y de sus bolsillos, del
futuro de sus hijos, esa multitud, con todo derecho, quiso festejar.
Fue una alegría liberadora, reivindicadora, enormemente reparadora. Y
ojalá que dure.

La derrota del macrismo fue humillante porque tendría que haber sido
una reelección de fácil trámite, porque perdió en primera vuelta y con
una diferencia de ocho puntos. Pero lo que más le duele al macrismo es
que la humillación que está sufriendo fue pergeñada por la persona que
trataron de destruir durante muchos años, difamándola
sistemáticamente.

Cristina Kirchner estuvo todas las semanas de estos cuatro años en las
tapas de los grandes medios, en los programas periodísticos centrales
de radio y televisión como protagonista de fakenews y llegó a ser
citada para declarar el mismo día en ocho causas diferentes en su
contra. Se montó un gran circo judicial para presentarla como villana.
Todas querellas armadas por los servicios de inteligencia y abiertas
por funcionarios judiciales adictos al oficialismo. Para destruirla
como adversaria política, atacaron también a sus hijos. Y la menor,
Florencia, está convaleciente en Cuba en gran medida a causa de ese
ensañamiento.

A pesar de esa demoledora campaña y del injusto acoso judicial, que no
cedió en ningún momento de estos cuatro años, Cristina Kirchner pudo
consolidar un núcleo duro del 35-38 por ciento de los votos y desde
allí conformar la convocatoria de unidad del peronismo y hacia otras
fuerzas no peronistas que provocó la derrota de Macri.

Circuló en las redes que el CEO del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, no
pudo votar porque no tenía el documento indicado. Cierto o no, lo real
es que el ejecutivo del poderoso grupo, quizás ahora el más poderoso
del país gracias al macrismo, es una de las pocas personas que vota
todos los días.

Gran parte de la sociedad no tiene demasiada idea de la gravedad que
en todo el mundo se les asignó a los Panamá Papers; gran parte de la
sociedad ha naturalizado que un presidente trate de borrar la deuda de
sus empresas con el gobierno, o que en un blanqueo incorpore por
decreto a su familia, lo que está expresamente prohibido en la ley.
Pero esa parte de la sociedad conoce hasta la saturación las causas
abiertas contra Cristina Kirchner.

Cristina Kirchner percibió que todo el poder de fuego de sus
adversarios estaba concentrado en ella y en algunos de sus
funcionarios más cercanos y tuvo la inteligencia de designar a Alberto
Fernández para encabezar la fórmula. Ella atrajo el fuego enemigo y
Alberto Fernández se dedicó a construir el Frente de Todos. El
macrismo fue derrotado por la pésima gestión económica y por esa
estrategia.

El gesto de Cristina Kirchner fue de gran generosidad, porque sabe que
Alberto Fernández tiene pensamiento propio. No nombró a un pelele, el
Albertítere, como lo quiso presentar la campaña macrista. Alberto
Fernández será el presidente y ella la vice. Cada quien deberá
amoldarse a esos roles y funcionar por acuerdos que ya están
seguramente muy aceitados. Ese acuerdo será el corazón del próximo
gobierno. El corazón sobre el que apuntará el enemigo.
Lógica neoliberal.jpg
Giro a la izquierda.jpg
La eterna pregunta.jpg
Democràcia.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Oct 30, 2019, 3:12:18 AM10/30/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Els diaris ens proporcionen, de tant en tant, relats de la història
més propera, aquella més íntima, capaç d'emocionar-nos i fer-la més
entenedora. Això m'ha passat amb Hugo Soriani i el seu "Hugo",
publicat a Página 12. Ho vull compartir. Potser l'efecte no serà el
mateix en tots. Serà una llàstima.
El deixo sol. O no...Rep ha dibuixat aquesta esperança.

Néstor
Por Hugo Soriani

¿Y a quién querés que ponga, a Mao Tse Tung?, soltó Néstor hace varios
años, cuando lo llamamos desde el diario para comentarle sin demasiado
entusiasmo el nombramiento de Martín Redrado al frente del Banco
Central.

Luego, cuando otros medios también lo interrogaban sobre el mismo
tema, cambió a Mao Tse Tung por Carlos Kunkel, para continuar la
ironía pero con un personaje más cercano.

El domingo se cumplieron nueve años de su muerte y me levanté pensando
en él, en Néstor. Su apellido era difícil y aún después de dejar atrás
a Menem, a gran parte de los argentinos le costaba pronunciarlo. Era
un trabalenguas el apellido de ese flaco que era el nuevo presidente.

Ni él se lo esperaba. Visitaba el diario cuando todavía gobernaba
Santa Cruz. A veces venía solo y a veces con Cristina. Se sentaba en
la cabecera de la mesa, en nuestra sala de reuniones de la antigua
sede de la avenida Belgrano y empezaba a discutir con cualquiera que
se le pusiera adelante. Nos decía que venía a someterse al
interrogatorio del “Soviet Supremo”, y que nunca ningún bolche le
había logrado torcer el brazo. Era un provocador nato, pero simpático.
Imposible enojarse o no seguirle la corriente.

Nos decía que hacíamos un buen diario pero muy zurdo, que no
entendíamos nada, que él nos iba a demostrar que el peronismo era el
único movimiento capaz de transformar la Argentina en un país justo y
solidario.

Pedía agua, movía las manos y nunca dejó de voltear el vaso. Era algo
torpe, firme en sus ideas y rapidísimo para la chicana. Cómo no
apasionarse con un tipo que recitaba una agenda política igual a la de
Página.

“Vos no me creés nada, flaco, me decía, no me creés porque sos trosko,
pero te vas a sorprender cuando veas que las transformaciones se
pueden hacer sin haber leído La Revolución Permanente. Ustedes los
zurdos son peores que los hinchas de Independiente”, y soltaba esa
carcajada contagiosa que desarmaba la réplica o el enojo.

Cuando venía con Cristina hablaba menos, le cedía la palabra, la
miraba atento y cuando la interrumpía o contradecía guiñaba un ojo
cómplice, buscando apoyo.

Trabajaba para ser presidente en el 2007, “y si no será en el 2011,
pero voy a ganar, y después va a ganar Cristina, porque vamos a
transformar el “ispa””. Usaba el lunfardo para acortar distancias, y
lo conseguía.

Se paraba, gesticulaba, desafiaba con preguntas, con chistes, con
cualquier recurso que tuviera a mano para vencer las resistencias del
interlocutor de turno. Hablaba de renegociar la deuda externa, de
estatizar empresas, de sumar a los movimientos sociales, de juzgar a
los genocidas, de aumentar las jubilaciones, de convencer a los
docentes.

Daban ganas de creerle al flaco, pero era difícil. Demasiadas
dictaduras, palos y gases en la vida de los que veníamos de los
setenta. Demasiadas muertes. Y luego las mentiras de Menem, De La Rúa
y Duhalde.

Pero sus promesas eran tentadoras y en medio de tanto escepticismo
daban ganas de arrimarle alguna ficha. Después de todo uno seguía
creyendo en la política, y siempre buscando apostar de nuevo.

Cuando Duhalde se dio por vencido, y los nombres de Kosteki y
Santillán se sumaron a la lista de muertos por la represión, todo se
precipitó.

Los planes de Néstor se adelantaron y sus visitas al diario eran
después de sus recorridas de campaña. Llegaba traspirado, feliz y
vaciaba sus bolsillos para mostrar los papelitos que la gente le
dejaba. Recuerdo uno que decía: “Néstor querido, compañero, no te
mueras nunca”. A ese le fallaste. ¿O no?

Y ganó. Ganó en 2003 y las charlas se hicieron más ricas y más intensas.

Lo vimos descolgar los cuadros de los genocidas en el Colegio Militar.
Lo escuchamos declararse hijo de las Madres de Plaza de Mayo. Lo vimos
abrir los portones de la Esma, y entrar junto a los sobrevivientes y
los organismos de derechos humanos, para pedir perdón en nombre del
Estado.

Junto a otros ex presos políticos, lo acompañamos una mañana a la
terrible cárcel de Caseros, donde luego de apretar el detonador
simbólico que tiró abajo el último de sus muros, me abrazó muy fuerte
y me dijo al oído: “viste flaco, vos no me creías pero voy cumpliendo,
volteé el muro, tengo buena puntería, ustedes los troskos no entienden
nada de política”, y soltó una carcajada que iluminó la mañana.

El domingo se cumplieron nueve años de su muerte. Los mismos años que
estuve detenido, salvo que unos se pasaron demasiado rápido y los
otros demasiado lentos.

A la noche, desde una fotografía gigante, Néstor participaba del
festejo. “Gracias Néstor, gracias por todo lo que nos enseñaste, donde
sea que estés, nos estás acompañando”, dijo Alberto.

A nueve años de su muerte, con Alberto, Cristina, las Madres y las
Abuelas también volvió Néstor Kirchner. A ese que le pidió en el
papelito que no se muriera nunca, tampoco le falló.
Soles.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Oct 31, 2019, 2:31:38 AM10/31/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Hi ha dies que les notícies s'amunteguen i has de decidir, amb la
seguretat de que hauràs de deixar de costat articles importants. Això
va passar ahir amb l'aparició de l'article de Soriani
Avui es planteja una situació igual i és que el món està convuls. Per
això val la pena seleccionar aquells que ens aporten un raig de sol
entre la foscor o -millor- intentar sortir del laberint. Així es tria
sol el Pirulo de Tapa de Página 12 d'ahir.

ACROSTICO
La jueza de Garantías de Zapala, Leticia Lorenzo, viene llamando la
atención. Empezó a escribir sus fallos con lenguaje inclusivo y ahora
desconcertó con un acróstico que se lee en una sentencia a siete años
de prisión por abuso sexual agravado. “Típico de marchirulo” es la
frase que aparece uniendo la primera letra de cada oración de la
página 41. Lorenzo le dijo al diario Río Negro que “la sentencia está
fundada, cumple con todos los requisitos. La podés calificar de
chiquilinada, pero los fundamentos no están en el acróstico”.


El retorno del arsenal barroco
Alejandro Nadal

En su obra Movimientos seculares de la producción y los precios
(1930), Simon Kuznets señaló que la principal causa del atraso de una
industria reside en la reducción de su ritmo de innovación
tecnológica. Para Kuznets, el desarrollo tecnológico puede alcanzar un
ritmo muy acelerado de mutaciones y mejoras. Pero cada mejoría reduce
las oportunidades de mayores progresos en el futuro. Cuando eso
sucede, el ritmo del crecimiento y las inversiones se hacen cada vez
más lentos.

En esos casos el ritmo de cambio técnico se mantiene introduciendo
pequeñas innovaciones que mejoran marginalmente el desempeño de la
plataforma original, pero a un costo cada vez más alto. Todo termina
pareciéndose a una pieza de arte barroco, en la que la acumulación de
capas ornamentales sólo lleva al manierismo y la extravagancia. En
materia de armamentos, el término de arsenal barroco fue inicialmente
acuñado por el físico Herbert York, uno de los desarrolladores de la
bomba atómica y después fue popularizado en un libro extraordinario de
Mary Kaldor sobre tecnología militar.

Hoy la idea del arsenal barroco, caro y decadente, regresa con la
portentosa aventura del avión F-35. Es uno de los mejores ejemplos
sobre los efectos negativos de la tecnología militar sobre la
industria civil.

Hace 20 años el Departamento de Defensa en Estados Unidos dio a
conocer los planes para un nuevo avión de combate. En gran despliegue
de publicidad se habló de una nave furtiva que garantizaría la
supremacía aérea hasta bien avanzado el siglo XXI.

Desde los planos originales, el F-35 tenía como misión llenar
múltiples requisitos. Debía volar más rápido que sus antecesores,
poseer mayor maniobrabilidad, alcance y poder destructivo. Sería capaz
de despegar y aterrizar verticalmente, y tendría una mayor y más
sofisticada capacidad para la guerra electrónica. Alcanzar esta serie
de objetivos simultáneamente ya se anunciaba como una tarea difícil.
Por si esto fuera poco, el F-35 debía ser un avión furtivo (o lo que
en la jerga anglosajona se denomina stealth).

Ese último requisito tiene muchas implicaciones para la arquitectura
del avión. Para lograr una huella de radar pequeña y lograr evadir las
defensas enemigas, un avión furtivo debe estar revestido de material
que absorba las señales de radar. Adicionalmente, todo el armamento y
tanques de combustible adicionales tienen que estar al interior del
fuselaje. De lo contrario, la silueta electrónica del avión sería
visible para los radares enemigos.

El resultado final fue un desastre tecnológico, militar y económico.
El F-35 resultó ser el avión militar más caro del mundo (con un costo
aproximado de 120 millones de dólares por ejemplar). Además, su
desempeño es inferior en cada uno de los rubros en que se pensaba
tendría superioridad. Mientras el F-35 es capaz de alcanzar una
velocidad de Mach 1.3, sus predecesores pueden desplazarse a
velocidades superiores a Mach dos. En lo que concierne a la
maniobrabilidad, el F-35 no puede dar las vueltas en ángulos cerrados
que se necesitan para evadir defensas anti-aéreas. Es cierto que el
F-35 puede aterrizar verticalmente en la cubierta de un barco, pero
eso es lo que lo hace menos rápido. Ciertamente no tiene la velocidad
para tratar de escapársele a un misil S 400 ruso, que alcanza
velocidades de hasta Mach 14. Este deficiente desempeño se relaciona
con las restricciones que cada uno de sus múltiples objetivos impone
sobre los demás.

El revestimiento y la silueta del F-35 le permiten absorber o desviar
las señales de radar, pero no lo ocultan totalmente. La cantidad de
señales de radar que un objeto regresa al emisor se mide por su perfil
transversal de radar. Los aviones de la cuarta generación (F-18)
tienen un perfil de entre cinco y 10 metros cuadrados. El perfil
transversal de radar del F-35 es mil veces más reducido, lo que le
permite acercarse a las defensas y blancos enemigos antes de ser
detectado. Sin embargo, todo eso depende de la longitud de ondas de
radar utilizadas. En 1999, un F-117 estadunidense furtivo fue
derribado por un misil antiaéreo en Yugoslavia. Ese misil no era muy
sofisticado, pero se usó un radar de onda larga y el tan publicitado
Stealth Nighthawk no pudo evadirlos.

El F-35 ya es considerado uno de los peores fiascos en la historia de
la industria militar. Su costo ha rebasado todas las previsiones y
alcanza ya la cifra de 1.4 billones (castellanos) de dólares durante
la vida útil del proyecto. La red de proveedores del contratista
principal, Martin Lockheed, cubre todo el territorio estadunidense.
Así que el efecto de arrastre de este desplante tecnológico decadente
ha contaminando el tejido industrial de todas las entidades
federativas.

Así como el programa de máquinas herramientas de control numérico del
Pentágono tuvo efectos negativos en la industria de máquinas
herramientas de Estados Unidos durante los años 1950-60, hoy las
preferencias del complejo militar industrial siguen erosionando la
competitividad de la industria estadunidense.

* * *

Trump mata a Bagdadi... y revive al Isis
Robert Fisk

Por lo regular, el Señor da y el Señor quita. Pero esta semana, en la
Casa Blanca celestial, las cosas funcionaron al revés. El señor Trump
le quitó la vida a Abú Bakr al Bagdadi y luego revivió al Isis al
decirnos que había amagado con enviar a los asesinos sobrevivientes de
su organización a las fronteras de Reino Unido y de otras naciones
europeas.

¡Cómo se habrán reído los chicos del Isis al escuchar esa oferta
extraordinaria! Cómo sus camaradas que están en gestación dentro de
nuestras fronteras se habrán animado con esa sugerencia. Durante años
nos hemos indignado con el vicioso culto del Isis, pero no contábamos
con el culto de Trump.

Cierto, la locura particular de Trump no es tan costosa en vidas
inocentes como la del Isis (a menos, claro, que uno sea palestino o
kurdo o uno de los 60 mil presos políticos de Al Sisi). Y, dado que
los estadunidenses y los rusos ya han afirmado antes que habían matado
a Al Bagdadi, tal vez sea prudente dejar pasar los tres días de rigor
por si acaso el malvado brinca por allí en otro video. Quizá recuerdan
que a Osama lo matamos cuatro veces antes de que fuera cierto.

Pero esta vez Trump hasta dio las gracias a Rusia, Siria e Irak… ¿con
Siria se habrá referido acaso al régimen de Assad? De ser así, sin
duda es algo que deberá debatirse en el palacio presidencial de
Damasco, cuyo ejército ha estado combatiendo al Isis –entre muchos
otros– durante más años que el ejército estadunidense.

Pero también dijo Trump que el apoyo de las naciones europeas fue una
tremenda decepción porque no quieren repatriar a sus nacionales que
son miembros del Isis, y añadió: “Yo les dije realmente: si no los
reciben, voy a ponerlos allí en sus fronteras y pueden divertirse
capturándolos de nuevo… Podrían regresar… no pueden volver a nuestro
país. Tenemos mucha agua entre nuestro país y ellos”.

Bueno, eso no sólo fue extraño, sino que sencillamente es el lenguaje
del manicomio. Fue una verdadera motivación para los sobrevivientes
del Isis.

Si fue como ver una película, entonces, claro, tenía que venir con el
toque hollywoodesco de Trump.

Y, por supuesto, Trump nos dijo que Al Bagdadi “murió como un perro,
como un cobarde… llorando, gimiendo y gritando”. Bueno, puede ser. Más
bien parece la forma en que mueren los niños. Sus tres hijos, para ser
precisos. Es un poco difícil imaginar a Al Bagdadi gritando y llorando
en su túnel sin salida mientras tanteaba para detonar su cinturón
suicida (prueba, desde luego, de que siempre supo que Estados Unidos
iría por él). En cuanto a que el mundo es ahora un lugar mucho más
seguro, bueno, habrá que esperar. Estos cultos islamitas tienen por lo
regular un líder en crisálida esperando tomar el lugar del difunto. O
una versión todavía peor de su propia cruel institución.

Como de costumbre, tendremos también que esperar unos días más para
saber cuántos otros inocentes fueron abatidos en esta incursión.
Sugerir que todos eran miembros del Isis tiene también algo de
hollywoodesco.

Tengamos algo por seguro: la historia original del ataque a Al Bagdadi
va a cambiar. Nos enteraremos de otras cosas. ¿Hubo involucramiento
israelí? ¿Cuánta ayuda dieron los rusos? ¿O los sirios? ¿O los kurdos?
¿O tal vez el mismo Isis, si ya estaba cansado de su abyecto
liderazgo? O fue sólo algún tipo interesado en los 25 millones de
dólares de recompensa…

Pero, por el momento, Trump tiene un halo refulgente a los ojos de sus
partidarios republicanos. Si su ejército –y recuerden, dado el apoyo
de los militares a Trump, probablemente es su ejército– puede acabar
con el terrorista más buscado del mundo, ¿entonces qué es esta
tontería del juicio político que preparan sus enemigos internos
demócratas? ¿Cómo se puede comparar abatir a Al Bagdadi y hacer un
mundo más seguro con esas ridiculeces sobre Ucrania?

Y Trump pudo observarlo casi todo en vivo, así como Obama presenció la
muerte de Osama. Bueno, en una era en que se puede transmitir por
Internet la muerte de inocentes, por lo menos ahora pescaron a los
chicos malos.
Una sonrisa.jpg
Bèlgica.jpg
Esas voces.jpg
Ola antiliberal.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 4, 2019, 1:31:45 AM11/4/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Mentre mantinguem la monarquia, ja podem anr fent eleccions. El
resultat varia ben poc.


ANTONIO ÁLVAREZ-SOLÍS
LA FACHADA

Cuando se va de Maó a Ciutadella, en mi inolvidable isla de Menorca, y
a pocos kilómetros de la ciudad episcopal, se divisa desde la
carretera la larga fachada de un hermoso castillo. Detrás de esa
fachada solamente hay el discreto edificio de una masía. Es decir, se
trata de una fachada cinematográfica.

El pasado miércoles leí que el presidente en funciones del Gobierno de
Madrid había rehabilitado, de cara a las próximas elecciones, la
declaración del PSOE hecha en Granada el año 2013 y la declaración del
mismo partido hecha en Barcelona el año 2017. En ambos manifiestos los
socialistas españoles reconocían tres cosas: que Catalunya era una
nación, que había que fortalecer el autogobierno autonómico catalán y
que debía introducirse en la normativa legal la figura del
federalismo.

Poco después el Sr. Sánchez quemaba esos documentos y declaraba que la
sentencia del Supremo sobre los encarcelados del Procés –puro gesto
imperialista– sería mantenida con todo rigor por su gobierno y que no
cabía hablar siquiera de un posible indulto. Esta variación de la
derrota socialista, como se dice en términos marineros, es la que ha
suscitado en mí el recuerdo de la fachada de Menorca, que con su
divertida vaciedad unas veces representa el poder inconsistente de una
isla y, otras, la burla a la realidad. También cabría asignarle el
deseo de guerra perpetua, que es la que los gobiernos de Madrid atizan
contra Catalunya.

El 14 de octubre publiqué en estas mismas páginas y bajo el título “Ni
honra ni barcos” un artículo que empezaba de la siguiente manera:
«Como posiblemente no viviré cuando se hagan realidad todos o parte de
mis augurios de hoy anoten esta fecha: 14 de octubre del 2019, fecha
de la sentencia del ‘procés’; Catalunya ha ganado la batalla de su
independencia, Europa se desentiende de España y el Sr. Sánchez ha
perdido las elecciones».

Ya ha empezado la cuenta atrás para la comprobación del pronóstico. En
primer lugar un regordete bailarín, el Sr. Iceta, secretario general
del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), ha obligado al Sr.
Sánchez a reconocer la existencia de la nación catalana, la necesidad
de una Generalitat con autoridad de gobierno y la conveniencia de un
federalismo que, si se quiere honrado y verdadero, habrá que pactarlo
con los catalanes, ya que federarse no equivale a recibir un don de
rodillas sino a obtener lo pretendido con ejercicio de la propia
voluntad soberana. A «uno» no le federalizan; «uno» se federaliza.
Otro engaño más, no; Sr. Sánchez.

De todas maneras bienvenido fuere ese federalismo. En estos días
dedico horas a la lectura del opúsculo kantiano titulado “Sobre la paz
perpetua”, en el que el brillante prusiano asegura que la guerra es
muy difícil de neutralizar con la «razón pura» –pues los intereses de
los gobernantes son insaciables–, pero que cabe reducirla
sensiblemente con argumentos de la «razón práctica», como por ejemplo
el federalismo. Según lo que leo, la práctica del federalismo absorbe
energías que desvía del afán bélico. Algunos políticos que detestan la
guerra no hacen más que construir federalismos –la Unión Europea vale
como muestra– para enjuagar la apetencia bélica antes de que se
convierta en una nueva sangría. Creo que usted me entenderá y quizá
llegue a meditarlo respecto a la guerra permanente con Catalunya, en
la que usted es Campeador.

Convengamos: España no precisa ni parlamentarios mal retorizados, ni
militares heroicos, ni sotanas patrióticas, ni jueces a la letra, ni
fuerza pública enfurecida… Lo que España requiere con urgencia es
fósforo. En suma, que el nuevo paso dado por usted, Sr. Sánchez,
recuperando de urgencia el federalismo para mí dudoso, puede dejarle
la parte inferior de su espalda al aire si esta vez ha hablado verdad,
pues se verán defraudados franquistas recoletos de Vox, que crujirán
los dientes; andaluces reclamando la ayuda satánica para rescatar a su
abofeteada líder; una Corona a punto de ser republicana por compromiso
con un sospechoso juego federal y con unos vascos de boina azul
bailando un «aurresku» para ir entrenando las piernas. Como dicen mis
queridos habaneros para abrirse paso en el autobús: «¡Pasito alante,
varón!».

Y ante todo eso tan manipulado, ¿qué haría, Sr. Sánchez, si torna a
reprobar? Pues si vuelve para mentir, cambiar nuevamente de sentido el
carro. Y decir entre llantos que prefiere la muerte política a
traicionar a España. Para esparcir tal cosa tiene usted, Sr. Sánchez,
un brillante cuerpo expedicionario de ministras perfectamente
entrenado. Todo acontecería como si lo cantara Gardel en aquellos años
en que el rey del tango enseñó a toda mi generación a ser vida en uno
mismo y a adivinarla en los demás. Escuche, Sr. Sánchez: «Del barrio
La Mondiola sos el más rana./ Y te llaman garufa por lo bacán./ Tenés
más pretensiones que bataclana/ que hubiera hecho suceso con un
gotán./ Durante la semana, meta al laburo./ Y el sábado a la noche sos
un dotor./ Te encajas las polainas y el cuello duro/ y venés al centro
de rompedor./ ¡Garufa, pucha que sos divertido!/»

Perdóneme Sr. Presidente en funciones, si le hablo medio en lunfardo,
pero llevo esa lengua en el alma. Soy republicano a troche y moche y,
por tanto, recobro mi libertad, tan machacada, en estos ensueños
liberales en que no hay Constituciones, ni eurodiputados, ni CIAS, ni
togas... Soy catalán porque allí levanté familia y tuve Mediterráneo
«que cubre de azul/ las largas noches de invierno». A esos catalanes
tranquilos, muy leídos y buenos huéspedes de quienes les visitan no se
debe acorralar con policías y leyes. Sobre todo porque solo quieren
ser catalanes ante un plato de «llagosta amb pollastre», pactado entre
payeses y gentes de la pesca. Plato también federalista.

* * *

Agonía y muerte del neoliberalismo en América Latina
Por Atilio A. Boron

En las últimas semanas el neoliberalismo sufrió una serie de derrotas
que aceleraron su agonía y en medio de aparatosas y violentas
convulsiones desencadenaron su deceso. Tras casi medio siglo de
pillajes, tropelías y crímenes de todo tipo contra la sociedad y el
medio ambiente, la fórmula de gobernanza tan entusiastamente promovida
por los gobiernos de los países del capitalismo avanzado, las
instituciones como el FMI y el BM y acariciada por los intelectuales
bienpensantes y los políticos del establishment yace en ruinas. La
nave insignia de esa flotilla de saqueadores, el Chile de Sebastián
Piñera, se hundió bajo el formidable empuje de una protesta popular
sin precedentes, indignada y enfurecida por décadas de engaños,
artimañas leguleyas y manipulaciones mediáticas. A las masas chilenas
se les había prometido el paraíso del consumismo capitalista, y
durante mucho tiempo creyeron en esos embustes. Cuando despertaron de
su sonambulismo político cayeron en la cuenta que la pandilla que las
gobernó bajo un manto fingidamente democrático las había despojado de
todo: les arrebataron la salud y la educación públicas, fueron
estafadas inescrupulosamente por las administradoras de fondos de
pensión, se encontraban endeudadas hasta la coronilla y sin poder
pagar sus deudas mientras contemplaban estupefactas como el 1 por
ciento más opulento del país se apropiaba del 26,5 por ciento del
ingreso nacional y el 50 por ciento más pobre sólo capturaba el 2.1
por ciento. Todo este despojo se produjo en medio de un ensordecedor
concierto mediático que embotaba las conciencias, alimentaba con
créditos indiscriminados esta bonanza artificial y hacía creer a unas
y otros que el capitalismo cumplía con sus promesas. Pero ninguna
utopía, aún la del mercado total, está a salvo de la acción de sus
villanos. Y éstos irrumpieron personificados en las figuras de unos
adolescentes: su osadía en el metro de Santiago hizo trizas el hechizo
y grandes sectores de la ciudadanía se percataron que habían sido
burlados y estafados y salieron a las calles para expresar su
descontento y su cólera. Los satisfechos consumidores se convirtieron,
de la noche a la mañana, en “vándalos” o en una revoltosa banda de
“alienígenas” –para usar la elocuente descripción de la mujer del
presidente Piñera- que comprobaron con rabia que habían sido
condenados a sobrevivir endeudados de por vida, víctimas de una
plutocracia -insaciable, intolerante y violenta- y de la corrupta
partidocracia cómplice de aquélla. Allí están, todavía hoy, luchando
por poner fin a tanta desdicha.

El neoliberalismo sufrió otra derrota en Bolivia, cuando el presidente
Evo Morales fue reelecto con el 47,08 por ciento de los votos contra
el 36,51 por ciento obtenido por Carlos Mesa, candidato de Comunidad
Ciudadana. Pese a que el presidente le sacó una ventaja de 10.57 por
ciento de los votos (más del 10 % que señala la legislación boliviana
para declararlo ganador en primera vuelta) y que no hubo ninguna
denuncia concreta de fraude sino tan sólo gritos y aullidos de la
oposición ésta exige que se convoque al balotaje. Dicen que las
irregularidades habidas en la transmisión y difusión del escrutinio
(explicada convincentemente por las autoridades bolivianas) unido lo
exiguo de la diferencia obtenida por Evo (pero por encima del 10 %,
por supuesto) obliga a proceder de tal manera. Si este fuera el caso
deberían ordenar también la anulación de la elección presidencial de
1960 en Estados Unidos cuando John F. Kennedy aventajó a Richard Nixon
por 0.17 centésimos (49.72 versus 49.55 %). Mesa que perdió por una
diferencia de 10.57 por ciento haría bien en llamarse a silencio. No
lo hará, porque había advertido que desconocería otro resultado que no
fuera su victoria. Si gano, la elección fue limpia; si pierdo, hubo
fraude. Nada nuevo: la derecha jamás creyó en la democracia, mucho
menos en estas latitudes.

En línea con este generalizado clima ideológico de repulsa al
neoliberalismo, en la Argentina la experiencia neoliberal de Mauricio
Macri fue repudiada en las urnas. Ampliamente porque lo que hubo el 27
de Octubre no fue la primera vuelta dado que ésta tuvo lugar, de
hecho, en las PASO y allí las distintas alianzas políticas midieron
sus fuerzas. En esa ocasión quedó demostrado que sólo Macri poseía los
votos como para desafiar el poderío electoral del Frente de Todos el
presidente atrajo las preferencias de electores de derecha que habían
optado por otras candidaturas y probablemente con un segmento
mayoritario de la mayor afluencia ciudadana que concurrió a las urnas
el domingo. De todos modos hay algunas incógnitas que despiertan
suspicacias sobre el veredicto de las urnas. Por ejemplo, el hecho de
que la fórmula Fernández-Fernández sólo hubiera acrecentado su caudal
electoral en unos 250.000 votos, disminuyendo su gravitación
porcentual con relación a las PASO en casi un uno y medio por ciento,
se hace difícil de entender. Sí que su rival lo acrecentase, pero que
lo hiciera en 2.350.000 votos y casi siete y medio por ciento mueve a
la curiosidad, sobre todo en un contexto de profundización de la
crisis económica. Misterios de la aritmética electoral que seguramente
serán develados con el escrutinio definitivo. De todos modos, los casi
ocho puntos porcentuales que separan a Alberto Fernández de Macri son,
para un balotaje, una diferencia muy significativa. En la segunda
vuelta de la elección presidencial del 2015 Macri se impuso a Daniel
Scioli por dos puntos y medio, 2,68 % según el escrutinio definitivo.
Lo cierto es que la ardua tarea de reconstruir a la economía y sanar
las profundas heridas que el macrismo dejó en el tejido social sólo
será posible abandonando las recetas del neoliberalismo. Éste ocasionó
en la Argentina una crisis peor aún que la derivada del traumático
desplome de la Convertibilidad en el 2001 y los estallidos sociales de
Chile (y los de Ecuador, Haití y la elección de AMLO en México)
deberían disuadir al próximo gobierno de creer que lo que hay que
hacer es avanzar por el camino abierto en Chile hace casi cincuenta
años.

No es fácil discernir lo que brotará de las cenizas del
neoliberalismo. Será dictado por los avatares de las luchas sociales,
por la clarividencia de sus fuerzas dirigentes; por su audacia para
hacer frente a toda clase de contingencias y preservar la preciosa
unidad de las fuerzas políticas y sociales democráticas y de
izquierda; y por la eficacia con que se organice y concientice al
heterogéneo y tumultuoso campo popular. Será una tarea hercúlea, pero
no imposible. La incertidumbre domina la escena, pero donde hay una
certeza absoluta es que ya más nadie en Latinoamérica podrá engañar a
nuestros pueblos, o pretender ganar elecciones, diciendo que “hay que
imitar al modelo chileno”, o seguir los pasos del “mejor alumno” del
Consenso de Washington. Esto fue lo que por décadas recomendaron -en
vano, visto el inapelable veredicto de la historia- el antes locuaz y
ahora silente Mario Vargas Llosa junto a la pléyade de publicistas del
neoliberalismo que gracias a su privilegiada inserción en los
oligopolios mediáticos y aparatos de propaganda de la derecha
diseminaban a voluntad sus falacias y sofismas. Pero esto ya es
pasado; la historia se encargó de refutarlos.
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Miquel Angel Soria

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Nov 5, 2019, 1:31:15 AM11/5/19
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https://www.youtube.com/watch?v=Zp40yUFNXqs

M'han fet conèixer aquest grup. Val la pena seguir la lletra. Atenció a les seves lletres ("A la sombra de la sierra"). Són de Gandia.

Avui fa 56 anys de la mort de Luis Cernuda. Sempre en la memòria.
Us deixo la primera estrofa de A un poeta muerto (F.G.L.)

Así como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por eso te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire.


Ya han pasado
Javier Gallego

Los fascistas ya han pasado. Han pasado de ser una anomalía a aparecer como tercera fuerza en las encuestas y pasear con chulería su discurso antidemócratico, xenófobo y machista por las televisiones del país. El blanqueo que la derecha y los medios han hecho de la ultraderecha ha dado sus frutos. Enhorabuena. Hay que agradecerles a todos ellos que ahora forme parte de la normalidad política un partido que niega la violencia de género, que acusa a los inmigrantes irregulares de delincuencia y amenaza con ilegalizar partidos democráticos. Gracias por lavarle la cara al fascismo y hacer que parezca una ideología más. Gracias por dejar que vuelvan a pasar.

Mientras en Alemania los partidos se unen para declarar el estado de emergencia nazi, aquí el PP y Ciudadanos han dado entrada en las instituciones a Vox, un partido con franquistas y neonazis en sus filas (La Marea acaba de descubrir al último: un cabeza rapada que estuvo en la cárcel por su paliza a un profesor al que provocó una invalidez). Aquí un programa de risas como El Hormiguero invita al líder de una formación que quiere acabar con protección especial a mujeres y homosexuales o con el rescate de migrantes en el mar. Aquí nos echamos risas con una ideología que fomenta el odio y la muerte. Aquí se trata con respeto a una ideología que no respeta.

No se puede ser tolerante con los intolerantes porque acaban imponiendo su intolerancia, como explicaba Karl Popper. Por eso es tan necesario el gesto de Aitor Esteban (PNV) negándole el saludo a Espinosa de los Monteros después del debate en el que el dirigente de Vox dijo que ellos prohibirían a los nacionalistas vascos. En el mismo debate este personaje infame se reía cuando Irene Montero recordaba a las víctimas de las cunetas. A quienes se ríen de la memoria de los muertos no se les saluda ni se les discute, se les combate. En España ocurre al contrario, los medios reproducen sus falsos debates y hablan más del no saludo de Aitor Esteban que del saludo fascista que Vox hace sin hacerlo.

De lo que no se habla ni la mitad en las televisiones es de que Rocío Monasterio firmaba planos sin tener el título de arquitecta, que su marido fue condenado por no pagar las obras de su mansión o que ambos tenían en casa un despacho sin licencia y vendieron viviendas sin los correspondientes permisos. Si lo llegan a hacer Iglesias y Montero la turba les entra en el chalé con antorchas. A los millonarios franquistas ni les tosen en las tertulias en las que ellos se permiten llamar "asesinas y violadoras" a las Trece Rosas.

Más aún que en las elecciones anteriores hay una Alerta Fascista. La exhumación de Franco y el incendio en Cataluña ha dado aliento a esta carcundia que se aprovecha además del hundimiento de Ciudadanos. Ya pasaron y han vuelto a pasar. Sólo una izquierda movilizadísima puede volver a echarlos. Si se queda en casa, que luego no se sorprenda de que el fascismo avance.

                                                         * * *

Feia anys que no tenia notícies de Javier Sádaba. Ara l'he recuperat.

JAVIER SÁDABA
La posibilidad de la autodeterminación

Antes quiero dejar claro que no entro en si el 'procés' es lo más adecuado, si estoy a favor o no de una postura determinada o de

En los últimos días varios autores de diarios generalistas de difusión mayoritaria han unido todas sus baterías con la intención de arruinar el concepto de derecho de autodeterminación centrando el foco en Cataluña. Todos dicen casi lo mismo como si obedecieran con religiosa fidelidad una suprema consigna y, cosa intelectualmente inapropiada, escriben con un dogmatismo que sacudiría al más escudado contra lo que, como decía Hume, no es tanto signo de fanatismo sino de necedad.

No dudan, están seguros de lo que dicen y los que se oponen a sus supuestos razonamientos serían unos mentecatos o ignorantes o cínicos. Por otro lado, flacos en argumentos, se extienden en adjetivos despectivos. Por ejemplo, nacionalismo o autodeterminación despreciables, excluyentes, nocivos y toda una larga lista de lindezas. Y del innombrable, por execrable para ellos, derecho de autodeterminación no se cuestionan la intrincada noción de derecho sino la idea de vacía y perversa, siempre según ellos, de la autodeterminación. Cuando debería ser al revés. Cada uno de los humanos, por ser libres, nos autodeterminamos y dicha autodeterminación sería posible llevarla a la práctica colectivamente. Los derechos, por el contrario, son un verdadero lio a la hora de fundamentarlos, distinguirlos, numerarlos o aplicarlos.

Escriben con un dogmatismo que sacudiría al más escudado contra lo que, como decía Hume, no es tanto signo de fanatismo sino de necedad

Pero lo que llama poderosamente la atención es el uso que hacen de la básica noción de imposible. Para ellos la autodeterminación, 'in casu de Catalunya', sería un imposible. Esto, en términos lógicos, es una barbaridad al alcance no solo de un estudiante de primero de lógica sino de uno de primaria. Todos los objetos del mundo, del tipo que sean, son posibles. Podremos constatar luego si son fáciles, difíciles, probables, improbables o improbabilísimos pero nunca imposibles. Porque la imposibilidad es una categoría lógica.

Es imposible que algo sea blanco y negro al mismo tiempo o que yo sea Javier y no Javier. Esto se sabe desde Aristóteles. Más aun, lo sabemos por el mero hecho de hablar y entendernos. La contradicción rompe la comprensión. Es como si desconectáramos un circuito eléctrico. Por eso decir que la autodeterminación de los catalanes o los de las islas Feroe no gozan de la posibilidad de autodeterminarse sino que están sometidos a una losa que se llama imposibilidad es o no saber de qué se habla o confundir interesadamente.

 

En lo que sigue voy a exponer algunos puntos que no suelen ser tratados en lo que respecta al tema y son tapados por montones de palabras que parecen balas que van de trinchera a trinchera. Antes quiero dejar claro que no entro en si el 'procés' es lo más adecuado, si estoy a favor o no de una postura determinada, si detrás de todo el problema no se esconden otros o de si no hay aspectos de la realidad que debían movilizarnos más. Un ejemplo es la desigualdad entre pobres y ricos o la desnutrición infantil. Y todo ello en España y no en un lejano o lejanísimo lugar. Esto supuesto, comenzaré diciendo que la autodeterminación de la parte de un Estado del que quiere o separarse o una cosoberanía o cualquier otras fórmulas más, no es un portazo. Se han ofrecido, en Quebec, por ejemplo, catálogos para un previo entendimiento de las partes en conflicto. De ahí que equiparar la autodeterminación con marcharse de casa y llevarse los muebles, por ejemplo, sea falsa. En segundo lugar, la separación en cuestión

se puede contemplar como algo de 'facto', un hecho, o como algo que atañe al mundo de las normas o de 'iure'. De 'facto' o de hecho no hay duda de que, y es una muestra mínima, Escocia ha tenido su oportunidad, Quebec lo mismo y un largo etcétera que ha ocurrido en Europa y fuera de Europa. Inmediatamente suele contraargumentarse que se trata de situaciones distintas. Dicho de otra manera, que la analogía no vale. Tiene gracia que los mismos que se niegan a admitir las analogías las utilizan en cuando les parece oportuno. Añadamos que los humanos aprendemos por analogía, es el modo de aumentar nuestro conocimiento y, es obvio, que ningún proceso es exactamente igual a otro. Se trataría de igualdades y no de analogías. Y no hay un Estado igual a otro.

Los humanos aprendemos por analogía, es el modo de aumentar nuestro conocimiento y, es obvio, que ningún proceso es exactamente igual a otro

Otra de las manifestaciones que se utilizan contra los llamados, según el eco que deseen obtener, independentistas, soberanistas o separatistas es que partirían la ciudadanía, en este caso, la catalana, en dos. Es claro que si el cien por cien estuviera a favor o en contra el problema desparece. Es por eso que en estos casos en lo que se necesita es una votación o Referéndum. Pero es que el argumento se puede dar la vuelta y decir que es una parte la que ya está sometida a la otra. La cuestión que importa consiste en que aquellos que quedaran en minoría no perdieran sus derechos o quedaran discriminados.

Desde el punto de vista del Derecho se niega que exista tal derecho. Y eso es falso. Podrá ser todo lo controvertido que se quiera en su concreción pero no hay que ser un experto jurista para saber que desde el año 1918 y por obra del presidente de EEUU Wilson se hace referencia a la necesidad de compaginar la integridad de un estado con la separación voluntaria de uno de sus componentes. Como es falso afirmar que la Constitución española no contempla dicho derecho. Lo hace dificilísimo pero no lo niega. Todo lo contrario.

La democracia está por encima de la más perfecta de las Constituciones. Y, por cierto, existen estados que no se rigen por un texto constitucional

El Derecho Internacional se refiere de modo muy general a la libre determinación de los pueblos, las Naciones Unidas, con versión distinta en la Asamblea o en el Consejo, también lo recogen. Y, cosa decisiva, incluso si no hubiera ninguna Constitución con el derecho de separación pactada hay que decir de una vez por todas que son los individuos los que hacen las leyes y no al revés. Expuesto de otra manera, la democracia está por encima de la más perfecta de las Constituciones. Y, por cierto, existen estados que no se rigen por un texto constitucional.

Un dato que suele pasarse por alto es que es necesario distinguir entre naturaleza y cultura. Los que ponen como base indiscutible una especie de eterna nación, concepto oscuro donde los haya, que genera un Estado, España por ejemplo, piensan o dicen pensar que ese Estado-Nación es como un árbol, una piedra o una obra diseñada por la naturaleza. Es lo que creyó el viejo y desgatado concepto romántico de Nación o tema extenuante en los interminables debates de las distintas Internacionales Socialistas. Sea como sea, una comunidad que se da normas y se compromete a cumplirlas es un producto cultural, obra de la libertad humana. Esta distinción es esencial y raramente se oye una palabra sobre esta decisiva diferencia. Y las diferencias son no menos esenciales si queremos entendernos.

Se podría continuar la lista de contraargumentos frente la avalancha de propaganda de un lado. No dudo de que la propaganda se pasea por todos los lados. Seguro que yo habré cometido algún error en lo que he escrito. Si es así lo rectificaría enseguida. Dudo que alguien se dé por enterado. Y es que por encima, o mejor, por debajo, de falacias, mala argumentación, y falsedades, no decir la verdad, está, y es una desgracia, la obediencia. La obediencia al jefe o al grupo.

*Javier Sádaba es un filósofo español y catedrático honorario en la Universidad Autónoma de Madrid,

 
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Miquel Angel Soria

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Nov 6, 2019, 1:30:30 AM11/6/19
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Quan sorti tota la policia al carrer el dia de reflexió, no serà
propaganda electoral?
Farà quelcom la Junta Electoral?

Darrer paràgraf del poema de Luis Cernuda Impresión de destierro:

Andando me seguía
como si fuera solo bajo un peso invisible,
arrastrando la losa de su tumba;
mas luego se detuvo.
"¿España?", dijo. "Un nombre.
España ha muerto." Había
una súbita esquina en la calleja.
Le vi borrarse entre la sombra húmeda.


¿Os acordáis de cómo derrotamos al fascismo el 28A en las urnas?
Isaac Rosa

Parece que fue ayer cuando derrotamos al fascismo en las urnas, ¿os
acordáis? Fue en las generales del 28 de abril, a las que llegamos
movilizados (y muy asustados) ante el posible ascenso de la extrema
derecha. No faltamos a las urnas aquel día, y convocamos a toda
nuestra gente para que no se quedara en casa en una jornada histórica.
¿Recordáis el alivio en la noche electoral, al ver que no pasaban del
quinto puesto y no sumaban con las otras derechas?

Por supuesto, no nos dimos por satisfechos ni nos dormimos en los
laureles, que además eran laureles mustios: habían entrado en el
Congreso con 24 diputados, y sobre todo habían logrado colocar sus
temas en la agenda y desplazado hacia la derecha al resto de partidos.
Mantuvimos la movilización, y un mes después volvimos a derrotar al
fascismo, esta vez en las europeas, municipales y autonómicas.

Como los ultraderechistas se convirtieron en decisivos en
ayuntamientos y comunidades, dimos la batalla para que no entrasen en
ningún gobierno. En esa batalla contamos con la mayor parte de medios,
periodistas y tertulianos, que entendieron la emergencia democrática y
alertaron contra la normalización institucional de un partido
fascista. Las propias bases de PP y Ciudadanos se mostraron contrarias
a cualquier colaboración, y sus dirigentes, siguiendo el ejemplo de
sus homólogos europeos, decidieron aislar a la ultraderecha, no contar
con sus votos, incluso al precio de perder gobiernos autonómicos y
ayuntamientos. "Jamás gobernaremos con neofranquistas, xenófobos y
machistas", repitieron aquellos días Casado y Rivera.

El acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos, que facilitó un gobierno
progresista, fue otro paso importante: las políticas sociales del
nuevo gobierno atacaron decisivamente la desigualdad social,
quitándole así al fascismo uno de sus combustibles. Sin capacidad de
influencia, quedó aislado en el Congreso. Y cada vez que uno de sus
portavoces abría la boca, era duramente contestado por el resto de
partidos a izquierda y derecha.

Como sabíamos que al fascismo no se le derrota solo en las urnas ni en
las instituciones, asumimos la tarea de quitarle el suelo bajo los
pies, secar sus caladeros y abrir cortafuegos. La mayoría de
ciudadanos llevamos meses trabajando (yo el que más) en los barrios y
en los centros de trabajo, creando lazos comunitarios y redes de apoyo
mutuo, reforzando sindicatos y movimientos sociales, así como haciendo
tarea educativa y cultural para desactivar su discurso. Frente al
miedo que lo alimenta, hemos construido seguridad colectiva,
comunidad.

Hay que destacar el trabajo ejemplar de los medios durante estos
meses, especialmente las televisiones: se comprometieron a no
blanquear al nuevo partido, al que nunca han dado barra libre en
platós y tertulias. Las pocas veces que sus portavoces eran
entrevistados, quedaban desenmascarados por periodistas fuertemente
comprometidos con la democracia y que rebatían cada una de sus
mentiras. Muy sonado fue el rechazo de "El hormiguero" a invitar al
líder ultra. Todos recordamos las palabras de su presentador, Pablo
Motos: "En mi programa no hay espacio para fascistas".

La verdadera prueba de fuego llegó con la sentencia del 'procés' y las
protestas en Cataluña. La serenidad mostrada por todos los partidos,
su exquisitez democrática, y el cuidado de los líderes en no
sobreactuar y evitar discursos incendiarios, así como la ejemplaridad
con que los medios han evitado espectacularizar el conflicto, ha
dejado poco espacio para los fascistas, que en su petición de mano
dura y medidas excepcionales no han encontrado quien les secunde.

Normal que estos días, cuando toca volver a las urnas, acudamos con
tranquilidad y confianza. Sobre todo tras el debate electoral del
pasado lunes: fue admirable ver cómo el resto de candidatos, e incluso
los presentadores, rebatían con calma pero con toda contundencia, y
sobre todo con evidencias y datos, cada una de las barbaridades que
intentó colar el líder ultra, que no pudo soltar su mitin en 'prime
time' como pretendía.

El domingo iremos a votar con convicción pero sin miedo. Vivimos en
una democracia fuerte, donde no hay espacio para el fascismo. Y
estamos orgullosos de ello.

(Y pese a todo, y pese a lo mucho por hacer y la autocrítica
necesaria, que no falte nadie el domingo. A votar)

* * *

75 años del FMI y Banco Mundial, la rapiña
José Blanco

En julio de 1944 fueron fundadas en Bretton Woods esas dos
instituciones siniestras para los países periféricos. Hace unos días,
su reunión anual conjunta celebró sus 75 años como parte decisiva de
la gobernanza económica mundial por parte de los líderes de los países
centrales: la dirección del FMI en manos de Europa, la del BM en las
de Estados Unidos. En los hechos también el FMI está en manos de EU:
es su principal accionista. EU es el único país con poder de veto –por
el peso de sus acciones– en las decisiones de esa organización
financiera que opera como un banco privado a favor de los intereses de
Wall Street. EU también domina la Sociedad para las Comunicaciones
Interbancarias y Financieras Mundiales (Swift, por sus siglas en
inglés).

¿Motivos para festejar el cumpleaños 75? A la vista están las sombrías
perspectivas de la economía mundial, recesión o lento crecimiento en
todo el mundo (China aparte); amenazas de un inmenso nuevo quebranto
financiero mundial; aumento de las tensiones comerciales; una
enloquecida desigualdad, ahora ya no sólo entre los países centrales y
los periféricos, sino dentro de ambos polos; una descomunal crisis
odiosa –creada contra los intereses de los ciudadanos– de los países
­periféricos.

El norte continúa con su cuento del crecimiento y el desarrollo
mientras sigue operando en favor de la especulación financiera sobre
todas las cosas, y atizando sin cesar el aumento de la deuda eterna en
los países del sur. A la vista está, también, la acción de consuno
entre el FMI y el BM y los grupos políticos y económicos globalizados
de los países del sur. En México tenemos ahora hasta generales del
Ejército (Gaytán) cabalmente subyugados por la ideología neoliberal de
esas instituciones.

En su reunión conjunta FMI y BM advierten sobre una nueva crisis
internacional de la deuda y subrayan los nubarrones que ven en los
severos problemas de deuda que enfrentan Ecuador, Argentina y Haití,
como si no hubiera sido el FMI el creador de los programas de ajuste y
de reforma estructural que llevaron a esa crítica situación. El Comité
para el Desarrollo y el Comité Monetario y Financiero Internacional,
dependientes de la Junta de Gobierno del FMI, señalan el empeoramiento
de la situación de la deuda de los países dependientes, pero nada
dicen sobre los programas para resolver las crisis de la deuda una vez
desatadas; se sabe: sólo mayores dosis de su misma medicina.

Es clara la necesidad de una restructuración completa de la
arquitectura del sistema financiero internacional, comenzando por
ubicarlo en el lugar de servicio a los sectores productivos que
siempre debió corresponderle, y evitando volver a erigir una moneda
nacional como divisa internacional con indecibles ventajas para
succionar ingreso de todas partes, como ha ocurrido con el dólar.

Pero mientras ello no ocurra –o acaso sea compensado o sustituido por
el sistema cuya construcción ha iniciado el BRICS– es apremiante
reformar el modo en que el FMI concede sus préstamos en situaciones de
endeudamiento insostenible, como la que viven países como Argentina,
Ecuador o Haití. Es imperioso que la evaluación para la concesión de
créditos, en cualquier circunstancia, incluya por sistema los efectos
de los montos, tasas y plazos, sobre los derechos humanos, las
prioridades del desarrollo convenidas internacionalmente, como los
objetivos 2030 de la ONU, y la impostergable agenda de las cuestiones
de género. Estos criterios se tornan acuciantes en condiciones de
deuda impagable, como es el caso de los países referidos.

Entre las mayores intervenciones del FMI están: México 1994, 18 mil
millones de dólares (mmd); Asia 1997, 36 mmd; Rusia 1998, 22.6 mmd;
Brasil 1998, 41.5 mmd; Turquía 2000, 11 mmd; Argentina 2001, 21.6 mmd;
Grecia 2010, 139.7 mmd; Portugal 2011, 99 mmd; nuevamente Argentina
2018, 57.1 mmd. Con las intervenciones del FMI las economías de esos
países no hallaron caminos a la estabilidad, sino eficaces recetas
hacia el desastre nacional y social.

En Argentina, no sólo el FMI y el BM se hicieron cargo del gobierno
después de la administración kirchnerista. Junto con Macri llegó un
equipo de banqueros y financieros argentinos a poner orden: la deuda
externa pasó de 38 por ciento del PIB al término del gobierno de
Cristina Fernández a 93 por ciento del PIB con Macri; y es uno, entre
muchos otros adversos indicadores financieros de la gestión
neoliberal.

El mundo ha pasado, empeorando, del consenso de Bretton Woods, al
Consenso de Washington y, de ahí, al Consenso de Wall Street. Con un
centro que rapiña y una periferia cada vez más atracada.

Alberto Fernández, el presidente electo de Argentina, se encuentra en
México. Las reglas que rigen el endeudamiento del FMI deben ser
profundamente reformadas. En alguna parte, en algún momento, los
acuerdos internacionales entre los países de la periferia deben
comenzar, al efecto de procesar esa reforma: ¿por qué no empezar ahora
mismo?
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Miquel Angel Soria

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Nov 7, 2019, 1:31:37 AM11/7/19
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Avui Javier Gallego titula el seu article Votad, malditos. Doncs això.


Trump por 187
Por Atilio A. Boron

La obsesión norteamericana por lograr el anhelado “cambio de régimen”
en Cuba recrudeció hasta extremos otrora inexplorados bajo la
presidencia de Donald Trump. Si la necesidad de incorporar la isla
rebelde a la jurisdicción de Estados Unidos se remonta hasta 1783,
fecha de la famosa carta enviada desde Londres por John Adams a las
autoridades de las apenas independizadas Trece Colonias urgiéndolas a
actuar en consecuencia, el paso del tiempo no hizo sino exacerbar tan
maligna pretensión. Máxime cuando el 1º de enero de 1959 Fidel y sus
compañeros consumaron la derrota del sanguinario peón a quien la Casa
Blanca le había encomendado el manejo de Cuba como una cercana y muy
conveniente posesión de ultramar, un lugar en donde el poder
corporativo, el gobierno de Estados Unidos, la clase política y la
mafia podían reunirse para urdir sus planes a cara descubierta y a
salvo de las leyes y los ojos de la opinión pública estadounidense.
Todo esto fue retratado con maestría en el libro de Mario Puzo, El
Padrino II, y en la estupenda versión cinematográfica de su libro.

Pero “en eso llegó Fidel” y todo aquello se vino abajo. Desde ese
momento el gobierno de Estados Unidos no cesó de conspirar un minuto
contra la Revolución Cubana. La isla “era de ellos” y no toleraron que
se la hubieran arrebatado. La frustración y la agresividad fueron
acumulándose a medida que la revolución avanzaba y se consolidaba, a
escasas noventa millas de sus costas. Para colmo de males era (y es)
un pésimo ejemplo porque demuestra que si un país subdesarrollado y
escasamente dotado de recursos naturales se libera del yugo
imperialista y sus lugartenientes locales puede ofrecer a su población
derechos de exigibilidad universal (a la salud, la educación, la
seguridad social) que en Estados Unidos son mercancías muy costosas y
que no están alcance de todos. Año tras año las tasas de mortalidad
infantil de Cuba, comparables sólo a las de los países de mayor
desarrollo social en el mundo, son una bofetada a la arrogancia de
Estados Unidos y una prueba irrefutable de la inequidad del
capitalismo. La osadía cubana, para decirlo con pocas palabras, es
inadmisible e intolerable y urge acabar con ella.

Donald Trump -un niño setentón, maleducado, caprichoso y violento-
seguramente que “oyó voces” que le decían que esa era su misión en la
historia. Fiel a esa alucinación ha lanzado un ataque sin precedentes
en contra de Cuba en un vano intento de retornar la isla a su
condición neocolonial. Sueña con una nueva “Enmienda Platt”, el
escandaloso agregado a la Constitución de Cuba impuesto luego de la
ocupación norteamericana que legalizaba su absoluta sumisión a
Washington, y pasar a la historia con una quimérica “Enmienda Trump”
que consagre la definitiva anexión de la isla a la jurisdicción de
Estados Unidos. El pobre no sabe con quién se ha metido. Rodeado de
hampones y de menos que mediocres consejeros piensa que redoblando la
agresión contra Cuba hará que su pueblo caiga de rodillas y le jure
fidelidad a un personajillo como él. Gyorg Lúkacs decía que un conejo
parado en la cima del Himalaya seguía siendo un conejo. Sentado en el
trono imperial este animalito también seguiría siendo lo que es. Lo
mismo pasa con Trump. Furioso porque es consciente de que la
declinación del poderío estadounidense es lenta pero irreversible y
porque sabe que en menos de 10 años China superará económicamente a su
país (como ya en parte lo ha hecho, con la ventaja que conquistó en la
estratégica tecnología 5G); impotente para poner en vereda al gigante
asiático y a Rusia y para jugar un rol arbitral en Oriente Medio luego
del fracaso de la aventura imperial en Siria; irritado por la tímida
pero creciente desobediencia y vacilaciones de sus aliados europeos
que lo perciben como un déspota impredecible y veleidoso; fastidiado
con sus lacayos latinoamericanos que no logran extirpar al “populismo”
(Vargas Llosa dixit) de sus países o de presidentes ineptos para
sostener el modelo neoliberal sin amenazantes turbulencias (Piñera en
Chile, Moreno en Ecuador, o Macri en Argentina) y necesitado de los
votos de la Florida para la próxima contienda presidencial se ha
lanzado con enfermiza inquina en contra de Cuba. Nada menos que 187
resoluciones aprobó su gobierno para hostilizar a la isla, decretando
la aplicación del Capítulo III de la Ley Helms-Burton que ningún
presidente de Estados Unidos había considerado conveniente
implementar, hasta una serie interminable de sanciones económicas y
restricciones destinadas a sumir a los cubanos en penurias y
privaciones con la esperanza de que éstas desatarían un estallido
social que pondría fin a la revolución.

La lista sería interminable: limitación de los vuelos de aerolíneas
estadounidenses exclusivamente a La Habana sin poder llegar a otras
ciudades; sanciones para los buque-tanques que lleven petróleo a Cuba
o para los mercantes que transporten mercancías desde o hacia la isla,
luego de lo cual durante seis meses no podrán amarrar en ningún puerto
de Estados Unidos; prohibición de hacer tierra en cualquier puerto
cubano a los numerosos cruceros que surcan el Caribe; sanciones a los
bancos que intermedien en el comercio exterior de la isla; limitación
a las remesas que los cubanos residentes en EEUU puedan enviar a sus
familiares; bloqueo selectivo a la importación de medicinas y
alimentos; interdicción para alquilar a Cuba aviones que tengan más
del 10 por ciento de tecnología o insumos originarios de Estados
Unidos y presiones sobre las líneas aéreas para que reduzcan o
eliminen de sus itinerarios cualquier ciudad cubana. Todo esto ante la
complicidad de los gobiernos de los países europeos, de la Unión
Europea, supuesta reserva moral de Occidente y heredera de la
tradición kantiana de la paz y fraternidad universales que admiten,
cual si fueran republiquetas de cartón pintado (en realidad lo son) la
extraterritorialidad de las leyes estadounidenses y la agresión del
“Gorbachov americano” -como un muy lúcido amigo cubano lo bautizara-
contra todos quienes se opongan a su prepotencia, llámese Cuba,
Venezuela o Nicaragua, en Nuestra América. Seguramente que por su
ignorancia Trump desconoce la historia de David y Goliat. Los cubanos
resistieron sesenta años de bloqueo del Goliat del norte, y resistirán
sesenta años más. Aprenderá esta lección en carne propia cuando, en no
mucho tiempo, emprenda su viaje sin retorno por el inodoro de la
historia.

* * *

El capital natural: metáfora peligrosa
Alejandro Nadal

Desde hace tiempo se ha difundido la idea de que estamos destruyendo
la naturaleza porque no le hemos puesto un precio a sus diferentes
componentes. Según ese razonamiento, el que la naturaleza no tenga
precio conduce a la idea de que su destrucción no tiene, por tanto,
costo. Y esto es lo que explica el terrible proceso de destrucción
ambiental. Si sólo pudiéramos atribuir un precio para todo lo que está
en la naturaleza podríamos tener una idea clara del costo económico en
el que estamos incurriendo y se evitaría así la destrucción del medio
ambiente.

Esta es una idea enraizada en el pensamiento económico tradicional. No
sólo está profundamente equivocada. También entraña una amenazadora
visión sobre las relaciones entre las fuerzas de mercado y la
naturaleza en una economía de producción monetaria.

Vinculada con esta supuesta lógica económica se encuentra la noción de
capital natural, producto de una de las más insensatas y peligrosas
metáforas que se han introducido en la economía ambiental (neoclásica)
y en la economía ecológica (que nunca pudo hacer una crítica seria de
la teoría neoclásica). Según esta idea, los componentes de la
naturaleza pueden ser concebidos como un capital o un acervo que
produce servicios. Los abogados de esta visión del capital natural
proponen utilizar diversas técnicas de valuación de la naturaleza para
poder asignar a esos servicios ambientales y así tener una medición
rigurosa sobre el costo de la destrucción ambiental.

Los defensores de esta metáfora del capital natural insisten en que
así como se puede apreciar el valor de un acervo de capital en la
esfera económica, es posible proyectar el rigor de la teoría económica
para poder apreciar el valor del capital natural que estamos
destruyendo. Lástima que no están familiarizados con la teoría
económica. Si lo estuvieran no habrían escogido este camino para
tratar de imprimirle rigor científico al tema de la valuación de la
destrucción ambiental.

De todas las metáforas derivadas de la teoría económica, la más
desafortunada es la del capital natural. Entre 1955 y 1970 se llevó a
cabo una de las controversias más importantes de teoría económica y
fue precisamente sobre la teoría del capital. El resultado de este
debate fue contundente: en una economía en la que los medios de
producción son mercancías producidas, los precios dependen no sólo de
la tecnología de producción, sino también del estado que guarda la
distribución del ingreso entre trabajadores y capitalistas. Este
resultado fue terrible para la teoría económica que pretendía
determinar la tasa de ganancia en la productividad marginal del
capital. Para determinar la productividad marginal del capital es
necesario medir el capital en términos de valor (o precios), pues los
componentes del capital son entidades físicas heterogéneas (máquinas,
camiones, tractores, edificios) que no pueden ser sumados. Pero si los
precios dependen también de la tasa de ganancia, tenemos una
circularidad desastrosa: la tasa de ganancia depende de los precios y
éstos de la tasa de ganancia. La idea de que se puede medir el capital
independientemente de las condiciones de la distribución tuvo que ser
abandonada.

Los promotores de la metáfora del capital natural ignoran todo lo que
esto implica y con sus técnicas de valuación de la naturaleza
pretenden medir con precisión económica los componentes de la
naturaleza. Desgraciadamente, muchos biólogos y ecólogos profesionales
han sucumbido frente al engaño de un supuesto rigor en el pensamiento
económico y han terminado por abrazar con gran fervor esta noción de
capital natural. Ya podrían mostrar un poco más de precaución al
aproximarse a una disciplina de la que no conocen ni la historia ni
los conceptos fundamentales, ni los debates teóricos que han marcado
su desarrollo.

La noción de capital natural es promovida hoy por poderosos organismos
internacionales. El gobierno británico acaba de lanzar una iniciativa
sobre la economía de la diversidad biológica. Se trata de un informe
que estaría destinado a tener la misma resonancia que el Informe
Stern, sobre economía del cambio climático, dado a conocer en 2006.
Esta vez el estudio será dirigido por Partha Dasgupta, economista de
Cambridge que ha sido gran promotor de las ideas de capital natural y
de la valuación de los componentes de la naturaleza. El Informe
Dasgupta, que desde ahora se está promoviendo como documento clave
para frenar el deterioro ambiental, será dado a conocer en octubre
2020, justo antes de la Conferencia de las Partes de la Convención
sobre Diversidad Biológica.

La metáfora de capital natural no conduce a una mayor precisión en la
medición del deterioro ambiental. Además, no permite analizar los
verdaderos motores económicos de la destrucción ambiental. Los que
proponen poner precio a todo lo que hay en la naturaleza son como el
cínico que nos describe Oscar Wilde, uno que conoce el precio de todo
pero el valor de nada.
Amenazas al orden público.jpg
Proximitats.jpg
Democracia.jpg
La campaña de Ciudadanos.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 8, 2019, 1:32:42 AM11/8/19
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Demà llegirem les enquestes d'Andorra.
Frase: "El PP de Pablo Casado es la formación nerudiana: gana cuando
calla porque está como ausente". Daniel Gascón al Periódico de Aragón.
Fa 43 anys moria en combat, a Nicaragua, Carlos Fonseca, un d'aquells
"que nunca mueren" en paraules de Tomás Borge.
"necesitamos apoyo para tanta pesadumbre.
Es preciso juntar hombro con hombro,
agarrarnos de la fraternidad como de una mano para no caer
y seguir adelante, adelante, adelante, adelante..."

Fernando Gordillo (1962)


Los pueblos decidirán el desenlace
Ángel Guerra Cabrera

Una potente contraofensiva popular recorre nuestra América y más allá.
En tierras latinocaribeñas podría decirse que comenzó por Haití en
enero de este año, se reavivó la llama de la lucha en Honduras, que en
octubre logró una importante demostración a escala nacional, mientras
en Ecuador estallaba en octubre una sublevación indígena y popular
contra un paquetazo del Fondo Monetario Internacional (FMI), seguida a
finales de ese mes de una gran rebelión con votos en Argentina, en
rechazo al gobierno de Mauricio Macri, sus políticas de hambre y
desempleo neoliberales y al arrasamiento de la economía y las
condiciones sociales de vida por los condicionamientos, igualmente, de
un préstamo del FMI. Casi a la par que en Ecuador, en Chile se
producía una insurrección antineoliberal pacífica que ha crecido
impetuosamente, al abarcar desde sectores muy desfavorecidos a clase
media alta y extenderse sin pausa a todo el territorio nacional hasta
la actualidad, cuando continúa desafiando diariamente en las calles
una ola represiva Piñerapinochetista.

No podía haber otro momento mejor para la celebración en La Habana del
primero al 3 de noviembre del Encuentro Antimperialista de Solidaridad
en Defensa de la Democracia y contra el Neoliberalismo al que
asistieron mil 332 delegados de 789 organizaciones sociales y
populares, de solidaridad, de articulaciones regionales y globales, de
partidos políticos e intelectuales, de 86 países. Dicha reunión contó
con una activa y relevante participación de jóvenes de ambos sexos y
mujeres, con una composición de personas informadas, formadas y
dispuestas para la lucha. Tras tres intensísimos días de trabajo en
paneles y comisiones, este formidable colectivo produjo una
declaración final en la que puede leerse este diagnóstico y reflexión:

Vivimos un nuevo momento en la historia. Los pueblos en las urnas, en
las calles y en las redes sociales demuestran con su voto y sus
protestas, el agotamiento de la ofensiva imperial conservadora y
restauradora neoliberal de la derecha oligárquica, en alianza con el
fundamentalismo religioso, el poder mediático, el capital y las
empresas trasnacionales que, de la mano del imperialismo
norteamericano, en su naturaleza depredadora, excluye a amplios
sectores de la población, destruye el trabajo digno, la vida en
armonía con la naturaleza y pone en peligro a la especie humana.

Los pueblos están demostrando que es posible derrotar la ofensiva
imperial, que en sus propósitos acude a la criminalización de la
protesta social, el confinamiento y desplazamiento de poblaciones, el
asesinato de líderes sociales y políticos, el feminicidio, la
persecución a líderes de gobiernos progresistas y a la judicialización
de la política.

Se abren tiempos de esperanza. La unidad es vital y constituye un deber.

La reunión de La Habana tuvo como ejes del debate en comisiones: la
solidaridad con Cuba y otras causas justas, el libre comercio y las
trasnacionales, descolonización y guerra cultural, comunicación y
lucha social, juventudes, estrategias y continuidad en las luchas;
democracia, soberanía y antimperialismo, integración, identidades y
luchas comunes.

Presidido por Raúl Castro, líder del Partido Comunista de Cuba, el
Encuentro fue concluido con emotivas y sustanciosas intervenciones del
presidente de Venezuela Nicolas Maduro, y de Cuba, Miguel Díaz Canel.

Maduro se refirió al importante papel de Fidel Castro como pionero en
la lucha de ideas contra el neoliberalismo cuando se anunciaba el fin
de la historia y cundía el pesimismo, primero al convocar en Cuba
numerosas reuniones de organizaciones sindicales, populares, de
intelectuales, académicos y partidos políticos para debatir sobre la
deuda externa y luego al hacer lo mismo cuando Estados Unidos pugnaba
por imponer el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA).
Fidel, dijo, contribuyó a crear conciencia sobre estos temas y preparó
el camino para la entrada en la escena política regional de Hugo
Chávez. Maduro también se refirió a las felicitaciones que envió Evo
Morales al encuentro, a Raúl y a Díaz Canel: El indio Evo va a
triunfar y a resistir a esta amenaza fascista, dijo vía telefónica el
mandatario boliviano al venezolano en relación con el intento de golpe
de Estado de Estados Unidos y la oligarquía minutos antes de iniciar
la sesión de clausura del encuentro.

La libertad de Luiz Inácio Lula da Silva fue demanda constante del
encuentro, que acordó acciones en esa dirección.

Díaz-Canel expresó que a nivel global se advierte gran preocupación
por los retrocesos en temas como la paz, autodeterminación y soberanía
de las naciones, el enfrentamiento al cambio climático, los derechos
humanos, la justicia social y la equidad económica. Subrayó el papel
de los pueblos, que se levantan y no cejarán en su lucha de
emancipación pese a los intentos imperialistas de restaurar la
doctrina Monroe, como se está observando.

* * *

Sin los partidos nacionalistas no hay gobernabilidad
Javier Pérez Royo

El sistema electoral español es neutro para los partidos
nacionalistas catalanes y vascos. Ni los beneficia, ni los perjudica.
Obtienen el número de escaños que les corresponde. Se trata, por
tanto, de unos escaños "limpios", expresión del principio de igualdad.
El PP y el PSOE no pueden decir lo mismo.

Conviene subrayarlo. Los partidos nacionalistas catalanes y vascos
tienen una legitimidad democrática indiscutible para participar en la
dirección política del país. Sus escaños son más expresivos del
principio de igualdad que los del PP o PSOE, que reciben una prima de
la configuración del sistema electoral que procede de la Ley para la
Reforma Política, última de las "Leyes Fundamentales" y del Real
Decreto-ley de marzo de 1977, preconstitucional por tanto, en el que
se definió el sistema electoral. La "desviación calculada" del
principio de igualdad en la composición del Congreso de los Diputados
beneficia a PP y PSOE, pero no a los partidos nacionalistas.

Los nacionalismos catalán y vasco forman parte, pues, de la
"constitución material" de España. No sé si a ellos les gustará serlo
o no, pero es así. Tampoco sé si a los nacionalistas españoles les
gusta o no, pero es así. Los seres humanos, como reza la leyenda de
este blog, hacemos la historia en condiciones independientes de
nuestra voluntad. Y una de esas condiciones es que los nacionalismos
catalán y vasco son parte inescindible de la "constitución material
española". Al menos, por el momento y en el tiempo en que es posible
hacer predicciones.

Esa parte de la "constitución material" se expresa política y
electoralmente en la proporción que le corresponde de manera
democráticamente indiscutible. De ahí que no se puede no contar con
ella en la dirección política del país. A menos que, como ha propuesto
Ciudadanos, se pretenda excluirla del Congreso de los Diputados
estableciendo una "barrera electoral" calculada a nivel de todo el
Estado, que imposibilitaría que los partidos nacionalistas la pudieran
superar. La amputación de la "constitución material" para hacer
posible la gobernabilidad es una propuesta tan descabellada, que no
merece siquiera ser tomada en consideración.

España tiene que ser gobernada democráticamente contando con los
nacionalismos catalán y vasco, es decir, con su "constitución
material" sin amputar. Esto no es una opción, sino una exigencia
inexcusable. Puede que, en una determinada legislatura alguno de los
dos partidos de gobierno, PSOE o PP, tengan una mayoría suficiente en
el Congreso de los Diputados para poder gobernar en solitario sin
apoyo adicional, pero eso que ha ocurrido en el pasado en la mitad de
las legislaturas, es poco probable que ocurra de ahora en adelante y,
en todo caso, no puede considerarse una forma estable de dirigir el
país. El sistema político español, sin la contribución de los
nacionalismos catalán y vasco, tiende al bloqueo.

Y sin embargo, de esto no se habla, como pudimos comprobar en el
debate del pasado lunes. No se habla de que, para que España no quede
bloqueada, hay que desbloquear la relación con Catalunya. Este es el
problema más importante con el que tiene que enfrentarse el sistema
político español, al que no se puede dar respuesta ni con la Ley de
Seguridad Nacional, ni con el 155 de la Constitución ni con el Estado
de excepción. Con este tipo de respuestas el bloqueo no hace más que
aumentar. El de Catalunya y el de España.

La izquierda española tiene que perder el miedo a plantear el problema
en los términos en que únicamente puede buscarse una respuesta de
naturaleza política. Con la amenaza permanente de la represión nos
encerramos en un círculo vicioso. Lo estamos comprobando desde hace
unos años. En la noche del próximo domingo lo volveremos a comprobar.
Sin los partidos nacionalistas no habrá investidura.
El PSOE en campaña.jpg
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Massa stress.jpg
Mano tendida de Trump.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 11, 2019, 1:31:17 AM11/11/19
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Avui és un d'aquells dies en els que tothom parla del mateix -com
evitar-ho?- mentre els sentiments estan a l'altra banda del oceà. Les
alegries i les tristors es barregen; al cap i a la fi, Bolívia i
Brasil tenen fronteres.
Deixem-ho estar.


Un pan como unas tortas
Elisa Beni

Pues genial. Cómo me joden los profetas, aunque el profeta sea yo
misma. No hacía ninguna falta ser un genio del análisis para saber que
una repetición electoral no iba a ser la panacea que diera a los
socialistas el gobierno mágico y solitario. No, no lo era. Pero qué
sabremos los pobres ciudadanos idiotas que no manejamos las pócimas de
la demoscopia ni los cadáveres destripados de los pájaros de agüero.
No sabemos nada, pero hemos dado en la diana.

Enhorabuena. Ya hemos hecho un pan como unas tortas. Pero un pan de
masa madre es el que hemos hecho. No sólo el PSOE ha perdido escaños,
que uno no tira los dados de nuevo cuando tiene jugada si no es para
saltar la banca, sino porque se ha abierto la puerta grande para que
salga el torero de la ultraderecha patria, de una vez por todas, con
un resultado duplicado y convertido en una amenaza de gran calibre.

Gracias. No sólo han pasado sino que corean a su líder diciendo ¡a por
ellos! No hay nada que tenga más importancia ni más relevancia ni que
merezca análisis en esta triste y jodida noche electoral. Una noche
que no tenía por qué haber existido. De nuevo, gracias mil. Mi aplauso
final por haber perdido tres escaños y por haber permitido que la
extrema derecha se convierta en la tercera fuerza de un parlamento
europeo, con una fuerza de las más importantes en Europa. Mi sentido
aplauso. También para los que no cogieron lo que se les puso en la
mano aunque no fuera lo justo o fuera un farol o se hiciera a desgana.
Mil gracias a todos. Ahora sí que vamos a dormir tranquilos. Ahora que
salen al balcón ofreciéndose como alternativa patriótica y, sólo hay
que entenderlos, reclamándose como partido único al que se pueden y
deben unir todos.

Puede que para esta noche me hayan pedido un análisis, pero bastantes
va haber ya desgranándose, con gran sapiencia, en la milésima de las
cifras. No hay nada más importante que saber que tres millones y medio
de españoles consideran que es una opción apoyar a los xenófobos, a
los antifeministas, a los homófobos, a los nacional católicos, a la
España centralizada y única. No creo que se pueda escribir otro
titular porque si no es posible disolver en la nada, con un cruce de
dedos, a los dos millones y medio de independentistas catalanes ¿cómo
vamos a abordar a los tres millones y medio de nacionalistas españoles
resucitados y creados y recreados por obra y gracia de Vox?

Nos jugamos nuestro destino. Nos jugamos la democracia. Estamos ya en
el lugar de las naciones que han tenido que hacer frente a la extrema
derecha iliberal aun tapándose al nariz. Y eso es lo único que espero.
Eso es lo único que cabe.

De los resultados electorales sólo nos queda la urgencia de ser
capaces de entender que somos mayoría los que apostamos por nuestra
imperfecta y perfectible democracia, con todas nuestras diferencias.
Incluso los que apuestan por la democracia aunque quieran hacerlo con
otras fronteras.

Los progresistas podían habernos evitado este trago. Ahora tienen una
especie de segunda oportunidad pero mucho más complicada. Ni siquiera
que el viento de la historia acabe de barrer a Ciudadanos puede opacar
esta necesidad imperiosa. No vamos a entender otra cosa. La historia
no va a entender otra cosa. Así que a ver si se dejan de inventos los
doctores liendres y a ver si los que tienen la responsabilidad se
enfrentan a ella de una vez por todas. No hay asesor que te rescate de
esa horrible verdad. Ya ni siquiera esa cacareada abstención
patriótica del PP solucionaría nada. El escenario es de pesadilla y
eso no lo han visto los que se creen infalibles, pero era tan sencillo
como darle cuerda al juguete de un niño.

Son tres millones y medio y el resto una gran mayoría de españoles que
tiene sus preferencias claramente del lado de la democracia que
disfrutamos, del Estado de las autonomías, del Estado del bienestar,
de las libertades, de la igualdad de las mujeres y de los derechos
humanos.

Hay que frenarlos y no cabe ninguna otra combinación.

Enhorabuena, machotes, hemos hecho un pan como unas tortas.

* * *

El golpe en Bolivia no liquida la historia
Por Luis Bruschtein

Los bolivianos acaban de derrocar de manera golpista al mejor gobierno
de su historia. Los mensajes de Carlos Mesa donde felicita “al pueblo”
por haber derrotado “a la dictadura” serán en poco tiempo un
testimonio de la enorme barbaridad que cometió la derecha de ese país
en connivencia con Estados Unidos, las Fuerzas Armadas y las Fuerzas
de Seguridad.

Hay situaciones que parecen calcadas de otros procesos similares en la
historia de la región. Los golpes contra Perón en Argentina, Salvador
Allende en Chile y contra Chávez en Venezuela. Una copia de la etapa
inicial con una gran campaña nacional e internacional de desprestigio
a través de los medios. Una segunda etapa de agitación de las capas
medias. Y finalmente la intervención de los militares y policías.

En el caso de Venezuela, la movilización popular en defensa del
proceso iniciado por Chávez permitió que se recompusieran los sectores
militares que respaldaban el proceso popular y que cortaran el golpe
de cuajo. Salvador Allende dio la vida en el golpe de Pinochet. En el
caso de Perón volvió a repetirse una vieja encrucijada: armar el
pueblo para resistir el golpe o retirarse para evitar un baño de
sangre. El pueblo en armas, sin disciplina ni entrenamiento ni
organización militar puede ser fácilmente masacrado por una fuerza
profesional mejor armada.

Hay un supuesto mundo “democrático” que festeja la caída de Evo a
manos de turbas violentas que expresaron un racismo extremista contra
coyas y aymarás. Es un mundo “democrático” que necesita ser defendido
por las turbas fascistas del Comité Cívico que lidera Luis Fernando
Camacho.

No hace falta tener la bola de cristal para predecir la curva
decadente que comenzará a transitar Bolivia con la caída de Evo
Morales. Es la misma que recorrió la Argentina a partir del ’55. Y que
hubiera recorrido Venezuela. El litio y los hidrocarburos dejarán de
revertir utilidades hacia los sectores populares y esa riqueza se irá
del país o quedará concentrada en pocas manos. Es la Bolivia del
pasado. A la que esquilmaron la plata, a la que saquearon el estaño,
la Bolivia petrolera con grandes bolsones de miseria. La que Evo
Morales había sepultado.

Evo Morales fue votado por el 47 por ciento de los bolivianos y ahora,
sobre la base del terror creado con los ataques e incendios de
domicilios de dirigentes populares, se lo quiere presentar como un
dictador que perdió las elecciones. En vez de defender a esa mayoría
popular que lo votó, las Fuerzas Armadas le pidieron la renuncia como
reclamaba el candidato Carlos Mesa, que sacó más de diez puntos menos.

Para las Fuerzas Armadas, la paz se logra defendiendo los derechos de
la minoría, cuando tendría que haber actuado en defensa de la decisión
soberana de la mayoría. Es la historia del golpismo. Las mayorías no
necesitan que los militares hablen en su nombre.

Los militares, los grupos dominantes de la economía, la derecha, no
aprendieron de la historia. Los gobiernos que realizan
transformaciones populares y democráticas como el de Evo Morales no
desaparecen con un golpe.

Podrán silenciar a los medios disidentes, podrán reprimir las
protestas y perseguir a los dirigentes, encarcelar y asesinar
luchadores, pero la semilla germinará en el pueblo. No pueden parar el
viento, no pueden parar el sol. Los millones de campesinos que
encontraron dignidad en sus vidas, los millones de bolivianos que
conocieron un país solidario con Evo Morales tienen memoria. Ese
recuerdo lo hará más grande con el tiempo. Lo convertirá en un
gigante, en símbolo y bandera de nuevas luchas populares. Un golpe no
pacifica ni liquida la historia.
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Miquel Angel Soria

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Nov 12, 2019, 1:30:19 AM11/12/19
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Llegint el que arriba de Bolívia, el bon dia! haurà de centrar-se en
altres qüestionsque no tinc a l'abast.
Aquí us deixo el Pirulo de Tapa del Página 12 d'avui.:

HUMILDES

“Lamento el golpe de Estado orquestado en Bolivia. Sobre todo por el
pueblo boliviano, y por Evo Morales, una buena persona que trabajó
siempre por los más humildes”, escribió en su cuenta de Instagram
Diego Maradona. Días atrás, había compartido un video en el que
felicitaba al mandatario boliviano por su éxito en las elecciones.
“Evo, hermano mío, ganaste otra vez. Ahora saben bien que nosotros
tenemos el poder del amor y del cariño a la gente. Los demás quieren
solamente enriquecerse, nosotros queremos que la gente coma. Te
felicito Evo, hermano. Y me acuerdo siempre del ‘Tren del Alba’,
cuando te conocí”.


La mayoría de gobierno sigue siendo la de la moción de censura
Javier Pérez Royo

La derecha española agotó en la legislatura 2011-2015 su opción de
dirigir políticamente al país. Por el momento, obviamente. Obtuvo en
2011 una mayoría "hegemónica" en las elecciones municipales y
autonómicas de mayo y en las generales de noviembre. Únicamente en las
generales de 1982 y en las municipales y autonómicas de 1983 tuvo el
PSOE una mayoría similar. La mayoría socialista empezó a debilitarse
en el ámbito autonómico y municipal en 1991 y quebró por completo en
1995. En 1996 lo haría en el ámbito estatal. El PP ha agotado su
mayoría hegemónica en una legislatura. En 2015 ganó las elecciones con
123 escaños y hubo que repetirlas. En julio de 2016 las ganó con 137
escaños y pudo formar gobierno por la abstención del PSOE, pero con
una potencial mayoría alternativa, como se pondría de manifiesto en la
moción de censura.

Desde 2015, si exceptuamos la posibilidad de una "gran coalición" o en
abril de 2019 la posibilidad de un gobierno PSOE-Ciudadanos, la única
mayoría de gobierno posible ha sido la de la moción de censura.
Después del 10N seguimos en las mismas, con la circunstancia de que la
posible coalición PSOE-Ciudadanos ha desaparecido del horizonte. O
gran coalición o un aggiornamento de la mayoría de la moción de
censura. Esas son las dos opciones no de investidura, sino de gobierno
de legislatura.

En el perímetro delimitado por la moción de censura hay 191 escaños. 8
menos de los que había el 29A. Pero de sobra para que no haya ninguna
alternativa posible. Tras la sustitución de Ciudadanos por Vox,
todavía menos. El espacio configurado por PP y Vox es impenetrable,
pero suma lo que suma. El de Ciudadanos ha pasado a ser irrelevante.
El de todos los partidos que hicieron posible la moción de censura
sigue ahí y en ese espacio hay que moverse para encontrar una fórmula
de gobernabilidad.

Dentro de este espacio hay que poner fin a todos los cordones
sanitarios. Hay que hablar entre todos, sin la exclusión de nadie, e
intentar alcanzar los acuerdos que sean posibles. Obviamente, no todos
podrán estar en todos los acuerdos, pero sí es posible a través de una
geometría variable gestionar las diferencias entre los distintos
partidos en un marco de gobernabilidad general, en el que cada partido
pueda aportar algo y sentirse reconocido.

Desde el 10N ya no se tiene en frente a la derecha, sino a "los fachas
de siempre", como ha dicho Aitor Esteban, que quieren acabar con el
Estado de las Autonomías, ilegalizar a los partidos nacionalistas,
derogar la ley de memoria histórica, acabar con el pacto contra la
violencia de género y un largo etcétera. El programa de Vox es una
"enmienda a la totalidad a las Constitución", que no es un programa
anticonstitucional, pero que no deja de ser una enmienda a la
totalidad. Es el discurso dominante en este momento en la derecha
española, como tuvimos ocasión de comprobarlo en las intervenciones de
Pablo Casado y Santiago Abascal ayer mismo al dirigirse a sus
militantes tras conocerse los resultados de las elecciones.

Se dejó pasar la ocasión del 29A y se le ha dado una segunda
oportunidad a la derecha española. De ella ha salido el crecimiento
espectacular de Vox. No se le puede dar la tercera. Hay que moverse en
el espacio delimitado por la mayoría de la moción de censura para
conseguirlo. Los números dan para ello. La opción democrática de la
sociedad española frente a una derecha que pretende volver a las
andadas ha sido clara. Fue muy clara el 29A. Y aunque no tanto,
también ha sido muy clara el 10N. Hay que traducirla en gobierno y en
programa de gobierno para que la sociedad se recupere del enorme
destrozo que provocó el Gobierno de la mayoría absoluta del PP entre
2011 y 2018.
Gran jugada.jpg
A por ellos.jpg
Nuevas palabras para el 10N.jpg
Júbilo.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 13, 2019, 1:30:58 AM11/13/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
A Bolívia, el Juan Guaidó es diu Jeanine Añez. Es va autoproclamar
presidenta sense quòrun al Congès ni suport constitucional. Aquí
alguns estaran contents perquè porta la "ñ".


Españoles, no nos dejéis (gobernar) solos
Isaac Rosa

Después de firmar el acuerdo y darse el abrazo, Sánchez e Iglesias se
acercan al micrófono y lanzan un mensaje conjunto a la ciudadanía, en
plan SOS:

"¡Españoles, no nos dejéis solos, no permitáis que terminemos de
negociar este acuerdo solos, y sobre todo no nos dejéis gobernar
solos!

No nos dejéis solos y os vayáis ya a celebrar, que esto es solo un
primer paso, queda mucho por hacer, y ya nos conocemos y nos conocéis:
son varios años de desencuentros, acuerdos fallidos, desconfianza y
acusaciones, recelo y no poco resentimiento acumulado, y todo eso no
se evapora con un abrazo ni firmando un documento de principios
generales. Empujadnos en los próximos días, no permitáis que nos
levantemos de la mesa, vigiladnos y exigidnos, no sea que la acabemos
cagando otra vez cuando toque concretar políticas y repartir carteras.

No nos dejéis solos de aquí a la investidura, que faltan demasiados
días y se van a multiplicar las presiones y las maniobras para
sabotear este acuerdo. Nos van a poner todos los palos imaginables en
las ruedas, nos van a buscar las vueltas e intentar enfrentarnos.
Tenemos en contra a los partidos de derecha y a sus millones de
votantes, a la mayoría de medios, articulistas y tertulianos, por no
hablar del fuego amigo, los versos sueltos de nuestras propias filas
que tampoco faltarán a la cita. Y por supuesto el poder económico, al
que no le gustaba una coalición en primavera, y sigue sin hacerle
gracia.

Tampoco os vayáis el día que tomemos posesión y empecemos a gobernar.
Ahí es cuando de ninguna manera nos podéis dejar solos, porque todos
los mencionados en el párrafo anterior y algunos más se van a dedicar
a dispararnos con todo desde el primer minuto, van a magnificar cada
uno de nuestros errores y desencuentros, van a explotar cualquier
contradicción. Nos van a poner una lupa de aumento, de las que
incendian allí donde apuntan. Nos van a exigir ceses y dimisiones en
cada tropiezo, ni un minuto de tregua. Algunos jugarán sucio, desde la
cloaca si hace falta.

No nos dejéis solos en los próximos años, reforzad nuestra fragilidad,
ayudadnos a superar los momentos críticos que viviremos, porque nos
toca gobernar un país en profunda crisis: social, política,
territorial, y puede que otra vez económica a la vuelta de la esquina.
Nos tocará tomar decisiones difíciles, nos torcerán el brazo más de
una vez. Os vamos a decepcionar, ya estáis avisados; os va a parecer
poco todo lo que hagamos, vais a lamentar unas cuantas oportunidades
perdidas, pero pensad que este no será el mejor gobierno sino solo el
mejor posible en las actuales circunstancias.

Criticadnos, por supuesto; denunciad nuestros incumplimientos,
exigidnos coherencia y valentía, montadnos manifestaciones y hasta
huelgas, pero no nos dejéis solos, que para resolver lo mucho
pendiente, lo urgente y lo venidero, hace falta mucho más que un
gobierno: al fascismo -ese que con nuestra torpeza hemos contribuido a
engordar- no se le combate solo ganando elecciones, ni siquiera
gobernando. Hay mucho trabajo que hacer fuera de las instituciones, y
buena parte de ese trabajo os toca a vosotros.

No nos dejéis solos, porque esto en una emergencia. No solo el
fascismo: más aún la emergencia social en la que viven tantos, y la
emergencia climática que hoy no nos tomamos en serio y nos acabará
alcanzando, y la insoportable incertidumbre ante el futuro. Si no
ponemos todas nuestras fuerzas en combatir esas emergencias y reducir
esa incertidumbre, el fascismo ganará terreno. Y mucho más si
fracasamos en este intento.

No nos dejéis solos, hacedlo por vosotros. Porque si sale mal no será
un fracaso del PSOE y de Unidas Podemos, de Pedro y Pablo. Será
también vuestro fracaso, y lo pagaremos muy caro todas, todos".

* * *

Bolivia, una nueva estrategia para el golpe de Estado
Marcos Roitman Rosenmann

El gobierno de Evo Morales ha sido derrocado. Se cumple la máxima. Sin
la participación de las fuerzas armadas y las plutocracias desplazadas
del poder, la ruptura del orden constitucional se antoja inviable. Los
golpes de Estado no son blandos, duros, de guante blanco, simplemente
son. La alianza cívico-militar es condición sine qua non para su
triunfo. Otra cosa es el papel de los actores comprometidos en la
sedición golpista. La estrategia depende de la coyuntura, la
correlación de fuerzas y el contexto internacional. Los tiempos
cambian. Hoy, en Bolivia vemos emerger nuevos factores en la
estrategia golpista. Destaca la aparición de un personaje atípico:
Luis Fernando Camacho, empresario, presidente del Comité Cívico de
Santa Cruz, ligado a los golpistas que en 2010, encabezados por Branko
Marinkovic y Eduardo Rózsa Flores, croata-bolivianos, buscaban
proclamar la independencia en los departamentos de Santa Cruz, Beni,
Pando y Tarija. Camacho toma fuerza tras las elecciones del 20 de
octubre, lanzó acusaciones de fraude electoral reforzadas por
organismos internacionales de carácter regional (OEA), la prensa
internacional y la derecha latinoamericana. De manera interna cuenta
con el apoyo de las iglesias evangélicas y aglutina el desprecio de
los criollos hacia los pueblos originarios. En su ascenso desplaza del
tablero al ex candidato presidencial Carlos Mesa y su coalición
Comunidad Ciudadana. Asimismo, la oposición en la Asamblea Legislativa
tampoco controla la situación. En este contexto, Camacho declara: El
señor Carlos Mesa tuvo tiempo para acompañar esta lucha, pero la
búsqueda de querer ser presidente le ha hecho perder la objetividad de
una lucha mayor, que es la paz del país. Un iluminado se convierte en
figura determinante. Ya no se trata de convocar a nuevas elecciones,
se busca la inhabilitación política del presidente. Se llama a tomar
las calles, las instituciones, los locales del MAS, secuestrar a sus
dirigentes y familiares, quemar sus casas, generar miedo. El odio
acumulado por la plutocracia en un país donde la dominación
oligárquica se funda en un discurso de superioridad étnico racial es
el aglutinante. Alcaldes atados a los árboles, obligados a caminar de
rodillas, insultados, sacados de sus hogares, apaleados, amenazados de
muerte. La violencia en manos de hordas suple la acción de las fuerzas
armadas y la policía amotinada. Una situación novedosa en la técnica
del golpe de Estado, sin olvidar el anticomunismo. La embajada de Cuba
y Venezuela son asaltadas por encapuchados. México ofrece asilo al
presidente y sus sedes se abren a un exilio forzado.

Las fuerzas armadas educadas en la doctrina de la seguridad nacional,
no han sufrido grandes transformaciones en estos años de gobiernos del
MAS. Ni siquiera el ascenso a teniente, capitán o mandos de tropa
provenientes de los sectores populares altera la dependencia
ideológica de las fuerzas armadas a las directrices de la seguridad
hemisférica diseñada por Estados Unidos y el Comando Sur. Su
comandante en jefe, Williams Kaliman, pide la renuncia de Morales. El
golpe de Estado se consuma. Con su actitud, lanzan un mensaje: no
haremos nada por mantener el gobierno legítimo. Mientras, la policía
sigue el mismo comportamiento dejando hacer. El discurso anticomunista
de guerra fría aflora como argumento.

En un acto estudiado, Camacho se traslada a La Paz, rodilla en tierra
y Biblia en mano, da gracias a Dios, deposita su ultimátum en la Casa
del Pueblo. Cita a Pablo Escobar, llama a seguir su ejemplo y anotar
el nombre de todos los traidores de la patria. Mesa ha perdido el
control. En un intento por tomar la iniciativa declara sentirse
emocionado por la renuncia de Evo y en su Twitter sentencia: A
Bolivia, a su pueblo, a los jóvenes, a las mujeres, al heroísmo de la
resistencia pacífica. Nunca olvidaré este día único. El fin de la
tiranía. Agradecido como boliviano por esta lección histórica. ¡Viva
Bolivia! Haga lo que haga el presidente Morales, no tiene
interlocutores. Carlos Mesa se convierte en comparsa. La OEA declara
el proceso electoral del 20 de octubre un fraude. Los aliados de
Camacho no condenan el golpe. Macri y Bolsonaro, tanto como los
gobiernos de Chile y Colombia, se niegan a calificar los
acontecimientos de golpe de Estado. Estados Unidos se alegra de la
renuncia y apoya el golpe.

Las organizaciones populares, sindicatos y fuerzas sociales que
acompañaron el proceso sufren una ruptura. Las contradicciones se
hacen explícitas y los reproches afloran. Lo que tanto costó construir
en tres lustros del MAS puede desaparecer en horas o días. Los logros
sociales, económicos, étnicos, culturales, de género que hicieron de
Bolivia un ejemplo en programas de salud, educación y vivienda serán
demonizados, considerados los causantes del golpe de Estado. Vuelven
los tiempos de oscuridad. Por ahora las noticias no son alentadoras.
Sólo cabe resistir.
Chulada.jpg
Bienvenido, hermano.jpg
Més a la dreta.jpg
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Miquel Angel Soria

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Nov 14, 2019, 1:31:20 AM11/14/19
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https://teveo.cu/media/MChzuwSY3kEjZMg7
L'últim de Buena Fe, Patakí de Libertad.
 I mentre, com als millors temps, amenacen cremar la biblioteca -30.000 volums- dels vicepresident Álvaro García Linera.

Los libros de Álvaro García Linera, la mano derecha de Evo Morales
Emir Sader

Conocí a Álvaro en un seminario en México y de inmediato establecimos una conexión que creció a lo largo de los años. Cuando organicé la Enciclopedia Contemporánea de America Latina y el Caribe, le pedí la entrada sobre Bolivia y mandó un texto formidable (Actualmente estoy actualizando la Enciclopedia y le pediré que me mande una nueva versión).

Me acuerdo que con el pago que recibió, Álvaro compró su primera computadora. Mantuvimos siempre el contacto y le seguí cuando Evo lo invitó a ser su candidato a vicepresidente. En 2005 viajé a Bolivia y estuve en la primera campaña electoral con él. Me acuerdo que el sábado previo a les elecciones fuimos a Santa Cruz de la Sierra. Ya en el aeropuerto le abordaron empresarios intentando hacer contactos porque pensaban que se convertiría en presidente.

De vuelta, no había vuelos comerciales porque no hay transporte publico entre ciudades el mismo día de la votación. Un empresario brasileño productor de soja ofreció su avión. Álvaro lo aceptó, pero con la condición de que el mismo empresario viajara con nosotros para evitar cualquiera trampa.

Estuvimos juntos el mismo día de las elecciones siguiendo el recuento de votos. Me acuerdo de Álvaro llamando a Evo, para intentar convencerlo de que fuese a La Paz a hacer una declaración como presidente electo. Evo quería estar con su gente en Cochabamba, pero aceptó venir, hizo su declaración y volvió con su gente y su mundo.

Me acuerdo que salimos con Álvaro hacia El Alto, la gente quería escucharlo. Álvaro conducía, feliz, a más de 100 kilómetros por hora. Fue recibido como un gran líder y pronunció un discurso para el pueblo de El Alto.

Volví a Bolivia para la toma de posesión de Evo y de Álvaro. Por la mañana tomamos café en la casa de Álvaro. En su declaración de bienes para asumir como vicepresidente, Álvaro declaró sus 10.000 libros y su salario de profesor de universidad. Eran todo lo que tenía. Evo llego con pan, enseguida salimos hacia Tihuanaku, la mas antigua ciudad indígena de Bolivia, donde Evo tomaría posesión antes de la ceremonia oficial en La Paz.

Salimos en una furgoneta Kombi. Evo llevaba unos jeans. Pero en el momento en que el pueblo, que iba caminando hacia la ceremonia, descubrió que Evo iba en el coche, lo paraba a cada rato. Él salía para abrazar a la gente y pronunciar unas palabras.

Cuando llegamos allá, Evo nos dejó y fue a encontrarse con las autoridades indígenas. Me acuerdo que me senté en la primera fila del gran espacio abierto, con Eduardo Galeano. De repente apareció Evo vestido con los trajes de los pueblos indígenas, como un dios. Mientras, las mujeres indígenas limpiaban la plaza del Palacio Quemado para recibir a su líder mayor. Evo y Álvaro finalmente tomaron posesión y empezaron los gobiernos mas importantes de la historia de Bolivia.

Estuve yendo regularmente a Bolivia a lo largo años. En uno de esos viajes prometí a Evo que le llevaría a ver un partido de fútbol en el estadio de Maracaná, pero no he podido todavía cumplir mi promesa con él. Estoy seguro que lo haré.

Siempre que me encontraba con Álvaro en Buenos Aires, hacíamos un periplo por varias librerías con el coche oficial de Álvaro. Eran operaciones devastadoras por la cantidad de libros que él compraba. Los libreros llegaron a identificarme como el amigo de Álvaro. Concluida la operación, lo acompañaba, con el coche lleno y superpesado, al aeropuerto militar de donde el salía con el avioncito hacia La Paz.

Cuando lo iba a ver en Bolivia, siempre le llevaba libros, desde luego. Cuando se casó, Álvaro salió de su modesto y pequeño apartamento hacia una casa más grande donde pudo colocar todos sus libros, su biblioteca en crecimiento constante e irrefrenable.

Álvaro, el más importante y el mejor intelectual latinoamericano contemporáneo, me acompañó, a su vez, en mi mandato como Secretario Ejecutivo de CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales). Es un orgullo haber tenido el proceso boliviano como el más importante proceso político de mi mandato.

En CLACSO –así como también en Brasil– hemos publicado gran cantidad de libros de Álvaro. La dupla Evo-Álvaro era una combinación perfecta. El artículo de Álvaro sobre indigenismo y marxismo es una obra prima, una actualización genial de la obra de Mariategui, un trabajo teórico de limpieza de campo, indispensable para el surgimiento de Evo como líder y la comprensión del fenómeno boliviano.

Siempre hablábamos por teléfono, especialmente en los momentos mas álgidos de la lucha en Bolivia. Yo lo traje a Brasil para el lanzamiento de su libro 'La potencia plebeya'. Dio una conferencia en la Universidad de Río de Janeiro y pude mostrarle un poco de la ciudad.

Los últimos tiempos, acá y allá, han sido turbulentos. Lo seguía con ansiedad, buscando noticias o directamente a través de su fiel jefe de gabinete, Héctor. Le mandaba noticias de Brasil y le pedía noticias de allá.

Finalmente, los acontecimientos se han precipitado de manera infernal y el proceso boliviano ha acabado con la renuncia de ambos para evitar una massacre. Veo la foto de Evo y de Álvaro llegando a México y, simultáneamente, la noticia de que no solo han saqueado la casa de Evo, sino que también acechan la de Álvaro y amenazan con quemar sus 30.000 libros.

Me imagino, además de todo el dolor por lo que pasa en Bolivia, el dolor que estará sintiendo Álvaro. Pero no te preocupes, Álvaro. Vamos a recomponer tu biblioteca, libro por libro, en México, en Argentina, en Brasil, en Francia, donde sea.

Bolivia también va a recuperar su democracia, su régimen plurinacional, el poder del pueblo. Evo y tú volveréis a brazos del pueblo, igual que Lula ha recuperado su libertad en los brazos del pueblo.

                                                 * * *

Bolivia en la tragedia de América Latina
Alejandro Nadal

El proceso de cambio social iniciado por la victoria de Evo Morales hace 14 años estuvo apuntalado por una victoria política de las clases explotadas en la sociedad boliviana. El triunfo electoral casi no cuenta con paralelismos en los procesos de lucha en la región. La vía a un socialismo al estilo Bolivia parecía quedar despejada.

Ese triunfo político coincidió con lo que se ha denominado el superciclo de los commodities. A partir de 1995, el índice de precios de las materias primas aumentó espectacularmente. Eso permitió a gobiernos, como los de Kirchner, Lula, Correa y Evo Morales, mantener ingresos fiscales suficientes para soportar los programas sociales que eran la médula de su estrategia económica y que ayudaron a la gente que había sido más abandonada durante la larga noche del neoliberalismo. Los programas brasileños, como el de Cero Hambre y Bolsa Familia, tuvieron su paralelismo en los distintos bonos que el gobierno entregaba puntualmente a Bolivia.

Esos programas sociales constituyeron un respiro para la gente que recibía los pagos. No sólo se trataba de una ayuda material para sobrellevar la pesada carga cotidiana que el castigo neoliberal había impuesto desde hacía años. También representaban un mensaje de aliento, en el sentido de sentir que alguien por fin se había acordado de las clases más golpeadas, lo que representó una inyección de optimismo y, yo diría, hasta de alegría política.

Sin embargo, en una economía capitalista las fuerzas que mantienen a la gente en la trampa de la pobreza no desaparecen con esas entregas de dinero en efectivo. El otorgamiento de bonos en Bolivia amplió sin duda la capacidad de consumo de los estratos de menores ingresos, pero eso no necesariamente constituye una política redistributiva duradera. Por cierto, esa es una lección que el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador no parece querer entender. Claramente, se requiere algo más y a escala macroeconómica para que esos programas tengan un alcance distinto. Lo que sí es claro es que los programas sociales basados en pagos en efectivo no son sinónimo de una política para el desarrollo.

La industria extractiva siguió jugando un papel clave en la economía boliviana. La estrategia de desarrollo del gobierno de Evo Morales siguió dependiendo de la extracción de algunas materias primas claves. El oro, el zinc y el gas llegaron a representar cerca de 65 por ciento de las exportaciones totales. Es cierto que el gobierno de Evo Morales procedió a nacionalizar el sector hidrocarburos (las grandes compañías trasnacionales permanecieron como los grandes operadores del sector). Y también es cierto que los impuestos y regalías que el gobierno pudo renegociar con esas compañías le permitieron alimentar sus programas sociales y ciertos proyectos de inversión. Pero una estrategia basada en las exportaciones de materias primas tenía que verse afectada tarde o temprano por las variaciones de precios de esos productos. Tal como lo previó Raúl Prebisch hace ya más de seis décadas, los ciclos de precios de las materias primas son un enemigo mortal del proceso económico en América Latina (y eso vale para cualquier país que sea dependiente de los mercados de commodities). Bolivia no es una excepción, y cuando el superciclo de los commodities terminó por la crisis de 2009 los efectos negativos no tardaron en dejarse sentir.

En el terreno de la minería, las cosas tomaron un cauce todavía más complicado. Una parte de la industria minera siguió en manos de grandes empresas trasnacionales, mientras otro segmento estuvo explotado por cooperativas mineras. Ahí las contradicciones fueron de otra índole. Una parte del sector se opuso a la sindicalización de los trabajadores, lo que llevó a violentos enfrentamientos. En otras localidades muchas comunidades se opusieron a los grandes proyectos mineros, con sus secuelas de contaminación y destrucción. Detrás del mito sobre la protección de los derechos de la Pachamama en la Constitución, Bolivia siguió siendo un territorio devastado por las secuelas del extractivismo (éste es uno de los países más contaminados del mundo por mercurio).

Evo Morales obtuvo 61 por ciento de los sufragios en las elecciones de 2014. Pero en el referendo de 2015, para reformar la Constitución y permitirle postularse una cuarta vez, Evo fue derrotado. Grave error político cometió Evo cuando buscó por otros medios dar la vuelta a ese resultado negativo. Además de las contradicciones que ya experimentaba el modelo boliviano, este error abrió las puertas al golpe por una oposición que nunca abandonó su odio al presidente indígena y todo lo que representaba.

Hoy, América Latina sigue atrapada en una inserción defectuosa en la economía mundial. Habiendo abandonado el proyecto de industrializarse desde la década de los años 80, Latinoamérica sigue siendo prisionera de una tragedia que se llama extractivismo. Y las donaciones en dinero a los más pobres pueden ser un paliativo, pero no constituyen una estrategia de desarrollo ni un proyecto redistributivo duradero.

 


 
El salto.jpg
El jutge Llaneras.jpg
Las dos bolivias.jpg
Es un golpe de Estado, imbéciles.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 15, 2019, 1:30:20 AM11/15/19
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Per què opinar sobre el que tothom ens creiem capacitats per fer-ho? Em recorda les converses del bar sobre el futbol: Tots serien el millor entrenador. Després, el temps dóna la raó a algú.Em preocupa Bolívia, Xile, Brasil... ahir era l'Equador. Casa meva, sempre.
El Cervantes de Joan Margarit. 
VELLA INFLUÈNCIA D'ISLA NEGRA

Restes de desarmar l'últim veler,
els ossos grans i foscos de Neruda
estan colgats de sorra enfront del mar.
Ara la seva poesia hiverna
fatigada del vol d'albatros o de còndor,
amb ressons de la meva joventut
i roman dintre meu com una fusta noble.
L'exiliat de la petita
Librería Española de París
va voler que deixés, per a Neruda,
el meu llibre de versos dedicat.
Vint anys més tard encara hi era,
posat a vendre entre molts altres llibres
de la literatura del fracàs.
He trigat tant a aprendre.
Just abans de la mort seré el poeta
al qual Neruda hagués fet cas un dia.
I encara als seus poemes
busco aquell noi que va provar d'escriure,
callat i amb els ulls purs del seu ofici,
i busco el seu perdó.


Us deixo el Pirulo de Tapa d'avui a Página 12:

CHILE
La artista chilena Mon Laferte llegó a la ceremonia de los Grammy Latinos, en Las Vegas, con un saco negro. En la alfombra roja, cuando cientos de medios internacionales se preparaban para hacer la foto de rigor, se abrió el saco, dejó sus tetas al descubiero y mostró un mensaje escrito en su cuerpo: “En Chile torturan, matan y violan”. En el cuello llevaba un pañuelo verde, el símbolo por la legalización del aborto que se impuso desde Argentina. Luego, al recibir el premio al mejor álbum de música alternativa, leyó una décima de la poeta y payadora La Chinganera: “Chile me dueles por dentro/ me sangras por cada vena/ me pesa cada cadena/ que te aprisiona hasta el centro/ Chile afuera, Chile adentro/ Chile al son de la injusticia/la bota de la milicia/ la bala del que no escucha/ no detendrá nuestra lucha/ hasta que se haga justicia”

VÍCTOR MORENO
PROFESOR

¿FRANQUISMO Y PAZ? IMPOSIBLE

Quien lee libros de Historia que circulan por escuelas, institutos y universidades, y algunos archivos, comprobará que los reconocimientos dedicados a quienes fueron artífices del golpe de Estado, cerebros intelectuales de la barbarie que advino durante y después de la guerra, seguirían celebrándose mientras duró el régimen franquista. Poco importaba que los agasajados fuesen militares genocidas o gentes sin escrúpulos morales que, al socaire de la guerra, se hicieron millonarios usando métodos incompatibles con el Código Penal, aunque adujeran que todo era legal, incluso los asesinatos cometidos donde ni siquiera hubo frente de guerra.

Pero, sin lugar a dudas, la figura del Innombrable superará con creces el grado de obstinación en que se instalaron quienes se adhirieron al golpe de Estado en contra de un gobierno legítimamente constituido. El franquismo, más que régimen político, fue una secta religiosa en la que su líder fue elevado a categoría de Papa y la camarilla de los agolpados a su pollera a obispos y cardenales. El resto fue una sacristía ambulante que vio en dicho genocida un emisario de la Divina Providencia, cualidad que hasta la Iglesia consagró bendiciendo con hisopo la herejía de convertirlo en «caudillo por la gracia de Dios».

Del dictador se exaltó todo y no indicaré qué partes compusieron esa totalidad corporal y espiritual. Lo relacionado con su persona sería glorificado mediante la correspondiente efeméride de obligado cumplimiento. Por eso, extraña que al morir, en lugar de trasladar su cuerpo al valle, no lo fragmentaran y cada una de sus minúsculas partes se repartiera en formato de relicarios y escapularios entre sus devotos y entusiastas… si es que no lo hicieron sin enterarnos.

Ni siquiera el tiempo transcurrido terminaría con esta fiebre franquista de santoral y que subió la temperatura antidemocrática de una parte de la sociedad, manteniendo a la otra parte humillada y vencida «sine die».

Para entender la permanencia de este franquismo sociológico se aducen algunas causas, entre ellas, la vergonzosa dejación de Europa y de EEUU permitiendo una dictadura criminal y genocida, pero, sobre todo, la brutal represión del régimen, que fue simultánea con la exaltación de quien le dio nombre y la humillación permanente de quienes perdieron la guerra que nunca quisieron.

La exaltación del dictador fue tan obscena que convirtió la adulación en el único sistema posible para relacionarse con el régimen y sus administraciones. La dictadura jamás permitió la existencia de ciudadanos libres; solo, la categoría de siervos.

Probablemente, uno de los más ultrajantes insultos del régimen franquista hacia las familias republicanas represaliadas fue la iniciativa de ciertos gerifaltes de la dictadura pretendiendo que la sociedad se movilizara para pedir el Premio Nobel de la Paz para el militar golpista. Revelaría la infamia e inmoralidad en que se había instalado el régimen. ¿Qué cabeza, en posesión de un ínfimo nivel ético, podía solicitar el Premio Nobel de la Paz para un golpista, para un militar perjuro que había llevado a su país a una guerra, legalizando el asesinato de miles personas, porque pensaban de modo diferente? Franquismo y Paz es un oxímoron como pocos. Se repelen entre sí, como Vox y democracia.

En el año 1964, el Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Madrid, propuso a los ayuntamientos de España, primero, la erección de un monumento al citado golpista y, segundo, pedir «su adhesión a la campaña correspondiente de las Autoridades y a quienes concierna, para a su vez hacerlo al Comité encargado, y pedir el PREMIO NOBEL DE LA PAZ para el Caudillo que tanto lo merece, ya que con su sacrificio e inteligencia ha hecho posible para todos los españoles y para el mundo entero estos 25 AÑOS DE PAZ».

El dictador jamás recibió tal premio. Pero no cantemos victoria con carácter retroactivo. Hace poco, el Parlamento Europeo desaprovechó la ocasión de condenar el régimen franquista. Fue una negativa que muchos franquistas celebraron como si le hubieran concedido dicho premio al dictador con carácter póstumo. Y no lo dudemos. Caso de que a la momia le hubieran concedido dicho galardón, los papeles habrían dicho: «Franco, premio Nobel de la Paz, por haber librado a Europa de miles de comunistas». Y Europa hubiese aplaudido el gesto, añadiendo, como dicen sus secuaces de hoy, que «Franco fue el único que tuvo cojones para derrotar al comunismo». Y, si el Parlamento Europeo actual identificó comunismo y nazismo por aberrantes, pero no el franquismo, saquen conclusiones.

Tiene su contrarréplica ética y consoladora saber que, en ese año de 1964, el Premio Nobel de la Paz recayó en Martin Luther King Jr. «por su resistencia no violenta a la discriminación racial en Estados Unidos». Y, como las comparaciones son odiosas, sobre todo para quien sale perdiendo en ellas, pues eso, que el lector saque las suyas.
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Golpe.jpg
Un projecte il·lusionant.jpg
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Miquel Angel Soria

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Nov 18, 2019, 1:30:08 AM11/18/19
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Després d'una setmana, recuperem a Ávarez-Solís..Es un retorn...a la
utopia? Si és així, malament anem.

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
REGRESO A LA VERDAD

He leído en minuto y medio el papel sobre el acuerdo de gobierno entre
los socialistas y el partido del Sr. Iglesias. Evidentemente ese papel
no dice nada o lo dice todo. Dice nada en su oferta de principios, que
es una oferta de obviedades. Dice todo cuando expresa la voluntad de
gobernar conjuntamente por parte de Podemos y del PSOE. La
vicepresidencia que ostentará el Sr. Iglesias es la madre del cordero
frente a un Sr. Sánchez que ha reducido su carta de contenidos
políticos y sociales a un digestónico «¡Sí o sí habrá gobierno».
Parece mentira que tras decir tal cosa el Sr. Sánchez pueda volver a
la Moncloa como inquilino de pleno derecho. Pero puede volver. Sí o
sí.

¡Qué panorama! El Partido Popular está vacío de política social.
Ciudadanos está encinta. El líder de Vox habla de defender a España
porque no sabe qué defender. Es una mala hora para el fascismo
institucional porque todo es fascismo. O Sistema. Un fascismo que no
puede ofrecer grandes aventuras porque ya vivimos en una aventura
colmada, incapacitada, muerta. No cabe ya más capitalismo en el
capitalismo. Las gloriosas marchas antañonas de los héroes fascistas
puede derrotarlas un modesto diputado que se sentará en el Parlamento
para decir que Teruel existe. Teruel, con la estatua de su pequeño
«Torico» frente a una delegación del Banco de España que ya no es
banco ni es España. El dinero español está en las Islas Vírgenes. Pero
¿qué dinero? ¿qué vírgenes? El dirigente de Vox sabe que si estira el
brazo con la mano de palma abierta algún curioso le preguntará al paso
que qué tiempo hace.

Solo nos queda Iglesias, pero Iglesias no cree en Dios.

Los periódicos y las televisiones se han acomodado en este paisaje y
hablan de las posibilidades de la izquierda frente a la derecha o de
las posibilidades de la derecha frente a la izquierda a fin de no
abordar el verdadero debate: ¿Sistema o Libertad? Porque lo otro no
tiene sentido. No existe más que la derecha, porque la izquierda es
una derecha colocada a la izquierda de la derecha.

Como todo lo que acabo de escribir me aburre he decidido emplear mis
días en redactar un programa político a fin de facilitárselo al
diputado de «Teruel existe», porque solamente él podría desarrollarlo.
Ya diré al final por qué.

– Es necesario frenar urgentemente la digitalización porque arruina el
trabajo social, que es el hecho con las manos sobre la materia y, por
tanto, crea puestos de trabajo y dignidad laboral.

– Hay que crear tecnologías avanzadas, pero intermedias, para
aprovechar una informática no de sustitución sino de asistencia al
trabajo social. Sobra la farsa de la inteligencia artificial.

– Hay que proteger la producción nacional y dar cauce a su consumo
mediante el freno a las importaciones todopoderosas. EEUU, China y
Rusia, por ejemplo, lo hacen.

– Hay que crear una banca pública que adinere las empresas de gran
contenido social, como esas cooperativas que evitaron, al menos hasta
ahora, la decadencia de la industria vasca.

– Hay que potenciar el estándar medio de la sanidad pública, la
enseñanza superior gratuita, los transportes intermedios, el comercio
local frente al comercio invasivo.

– Hay que disminuir la reiteración de servicios públicos, como evitar
cuatro niveles de policía, unas fuerzas armadas de anhelo
internacional y una variedad deslumbrante de escalones de gobierno,
primando la política de proximidad.

– Hay que potenciar el origen electivo popular de la justicia, como
sería, por ejemplo, el cuerpo fiscal; a fin de evitar servidumbres en
la magistratura.

– Hay que aumentar el volumen de la vivienda social mediante el
crédito social correspondiente, el anclaje de alquileres, la
vigilancia cooperativa para evitar pillajes.

– Hay que resucitar la soberanía frente a los organismos internacionales.

¿Se pueden hacer estas cosas o cosas como estas? Yo creo que no, a no
ser que, empezando por el primer piso de la sociedad, se remodele la
formación infantil y juvenil con resurrección de principios
humanísticos. A no ser que nos decidamos a hablar de Sistema social no
como aplicación de parches sino como invención filosófica y
sociológica, incluyendo el horizonte espiritual. Un Sistema que no se
basará en la mecánica de derechas y de izquierdas sino en una profunda
reflexión al margen, repito, de políticas de pillaje.

Decía al principio que este programa se lo envío al diputado de
«Teruel también existe», porque le he pensado como un ser de vuelo
bajo y cetrero. He repasado el panorama político español y estoy
meditando, a mis ya largos noventa años, si merecería la pena crear un
esperanzado partido político bajo el título de «Fieles Difuntos para
el Progreso».

A veces me pregunto cómo los españoles permiten que los acomodados en
las altas cumbres de la política o de la economía no proceden a
taparse la cara para salvar su identidad cuando hablan de la «España
vacía», es decir, la inmensa España del interior dedicada al
monocultivo de papeletas electorales ¿Por qué existe esa España?
¿Quiénes son responsables de esa España vacía a la que se dedican
líderes como el de Vox a fin de que no se rompa? Una España con
dirigentes empresariales que claman constantemente para que no se les
aumenten los impuestos bajo la especie de que son ellos los que crean
trabajo y riqueza ¿Qué trabajo? ¿Qué riqueza?

* * *

Más allá de Vox, PP, PSOE y Unidas Podemos: España, una grande y libre
Marcos Roitman Rosenmann

Habrá gobierno de coalición. El PSOE y Unidas Podemos se reconcilian.
Era puerto de llegada para evitar la caída de Sánchez e Iglesias,
cuestionados en sus organizaciones. El abrazo esconde debilidades.
Presidente y vicepresidente. La sorpresa no lo es tanto. No tenían
otra salida, salvo pacto contra natura, PSOE, PP y Ciudadanos,
impensable en esta coyuntura, aunque muchos no pierden las esperanzas.
Para avalar el acuerdo, se apela a una urgencia: frenar el auge de la
extrema derecha. Vox y sus 52 diputados. Así, para garantizar
políticas progresistas suscriben un acta de intenciones, cuyos
enunciados genéricos conllevan a abrir diálogo con las fuerzas
independentistas en Cataluña, ser más Europa, favorecer el empleo de
calidad, articular una fiscalidad progresiva, luchar contra el cambio
climático, favorecer a las pequeñas y medianas empresas, profundizar
en las políticas de igualdad de género, revertir la despoblación de la
España vaciada, mantener un equilibrio presupuestario y garantizar el
acceso a los bienes culturales. Curiosamente se apela al régimen del
78, como parteaguas, aquel que aborrece Unidas Podemos para sellar la
firma y abrir la negociación.

Un peligro acecha a la convivencia en España. El recurso del país en
riesgo, sea cual sea el peligro, se adueña trasversalmente del español
medio, sin distinción de clase, género, nivel cultural u opción
ideológica. Para unos es la extrema derecha; para los otros, el
comunismo, el migrante ilegal. Arma de doble filo, los votantes de Vox
ven peligrar la unidad de España y la convivencia. El PSOE y Unidas
Podemos ven como la democracia se pone en entredicho.

Español, español, soy español, entonan los cientos de votantes que se
agolpan en la sede de Vox la noche del domingo 10 de noviembre.
Incrédulos, y borrachos de éxito, afirman: el pueblo español ha
resucitado. No más vergüenza, humillación, traiciones y miedo. Sus
dirigentes, defienden los mismos principios que antes lo hacían en el
Partido Popular. El orgullo de sentirse español, la falta de
autoridad, de orden, de ley. Laxos contra el independentismo débil,
contra quienes manipulan la historia, aprobando la ley maldita de la
memoria. España se rompe, mientras sus enemigos crecen. Sólo cabe
luchar. Unidad contra el comunismo, unidad contra los separatistas,
unidad contra los republicanos, unidad contra el feminismo, unidad
contra los abortistas. Vox agita la bandera de la unidad.

Para demostrar sus razones, el ejemplo está en la exhumación del
cadáver del dictador. Como el Cid, Franco gana batallas después de
muerto. A hombros de familiares y acólitos, cubierto con la bandera
preconstitucional, es un desatino. Para la derecha toda, Ciudadanos,
Vox y Populares, supone una afrenta, una cobardía y un desagravio a la
familia del caudillo. Vox despierta los sentimientos de una España de
ley y orden, de paz y progreso, sin migrantes, transexuales, gay,
feministas ni corruptos. El traslado de los restos es prueba del
envalentonamiento de los enemigos de España, arropados por una
derechita cobarde, un Poder Judicial entregado y una Iglesia que los
abandona. Es necesario recuperar el orgullo de sentirse español, de
recuperar el pasado mancillado. Los traidores juegan en campo propio.
El Partido Popular les deja huérfanos de liderazgo. Ellos en cambio,
van a los barrios populares, se movilizan, reivindican las
tradiciones, el toreo, las monterías, los coros y danzas nacionales,
las procesiones. Se solidarizan con los desempleados, alertan sobre
los peligros de los migrantes ilegales, la inseguridad ciudadana, el
consumo de drogas. El español, subrayan, se siente abandonado,
ninguneado. Vox recupera las esencias. Gana adeptos. En España no hay
3.5 millones de franquistas o neonazis, pero sí ciudadanos
desorientados, presa fácil de una propuesta de ley y orden. Muchos
dirigentes de Vox provienen del Partido Popular, han coqueteado en sus
filas o son jóvenes cuya desafección política los convierte en carne
de cañón del discurso chovinista, xenófobo y racista. Ellos toman el
testigo, España les reclama. Sin complejos, es necesario reconquistar
y defender la bandera. Huestes de la España altiva, orgullosa. La
unidad de España está en juego, se desangra. Los independentistas
catalanes, las autonomías, la corrupción política, la disolución de la
familia, la pérdida de autoridad, el desprecio a la Corona. Nada de lo
español perdura. Vox gana, aflora como la nueva derecha, no la extrema
derecha. En eso consiste su éxito. Apela a los sentimientos profundos
de una España grande y libre. Apelar al triunfo electoral de la
extrema derecha en España tiene consecuencias. Acaba por
desnaturalizar a la izquierda, que se entrega a la socialdemocracia,
adscrita a los poderes económicos de la Troika y las políticas de
seguridad de la OTAN, todo a cambio de sillones ministeriales que
satisfagan las ansias de poder.
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Miquel Angel Soria

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Nov 19, 2019, 1:30:11 AM11/19/19
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Ja fa un temps, des de l'aparició del Bernie Sanders, que alguna cosa
es mou als USA: "En la meva opinió això es diu cop d'Estat".


El fraude de la OEA para el Golpe en Bolivia

Cómo se contruyó el relato que dio base al derrocamiento y
proscripción de Evo Morales. Un documento del prestigioso CEPR, que
tiene dos premios Nobel en su Junta Consultiva, demuele las
conclusiones que alimentaron al discurso golpista.

Por Ernesto Tiffenberg

“Declarar es muy fácil, probar y comprobar es lo difícil”, fue la
frase con que Fernando del Rincón, periodista de CNN, abrió su
programa destinado a hablar del “fraude” en las elecciones bolivianas.
Pese a todos sus esfuerzos, él tampoco lo logró. Declaró mucho y probó
poco y nada.

Algo parecido le pasó a la Organización de Estados Americanos (OEA) .
Dedicada desde la noche misma de las elecciones a darle argumentos a
la oposición golpista --sembrando sospechas sobre el recuento de votos
y hablando de “un inexplicable cambio de tendencia”--, se cuidó sin
embargo de utilizar la palabra “fraude” , que no figuró en ninguna de
sus declaraciones.

El único que rompió la consigna fue nada menos que el secretario
general del organismo, el uruguayo Luis Almagro, expulsado del Frente
Amplio por impulsar la intervención militar en Venezuela, quien
aseguró el martes en la sesión extraordinaria de la OEA que “en
Bolivia hubo un golpe de Estado el 20 de octubre cuando Evo Morales
cometió fraude electoral”.

Pero más allá del uso de la palabra “fraude”, los documentos de la OEA
fueron la columna vertebral sobre la que se construyó el relato que
habilitó el golpe de estado en Bolivia . La validez de sus
conclusiones quedó severamente cuestionada cuando el Centro de
Investigación en Economía y Política (CEPR) dio a conocer su trabajo
¿Qué sucedió en el recuento de votos de las elecciones de Bolivia de
2019? El papel de la Misión de Observación Electoral de la OEA , que
demuele las apresuradas conclusiones del documento apadrinado por
Almagro.

El CEPR es un prestigioso centro de investigación con base en
Washington, fundado por los economistas Dean Baker y Mark Weisbrot. Su
Junta Consultiva incluye a dos premios Nobel de Economía como Robert
Solow y Joseph Stiglitz.

El relato de la OEA

Todo el relato de la OEA se basó en la interrupción por casi 24 horas
del escrutinio provisorio (llamado Transmisión de los Resultados
Electorales Preliminares, TREP) cuando ya estaban cargadas el 83,85%
de las actas.

El sistema electoral boliviano prevé que será declarado ganador el
candidato que supere el 50% de los votos o el que, con más del 40%,
aventaje por 10 puntos a su inmediato competidor. Cuando el conteo
rápido fue interrumpido, Evo Morales había pasado el 45,7% del total y
le llevaba 7,87% a Carlos Mesa, el otro candidato con aspiraciones.

Cuando se retomó el conteo rápido y se llegó al 95,63% de las actas,
el resultado fue de 46,86% para el presidente y 36,32 para el
opositor, con más de 10 puntos de diferencia. Finalmente, en el
escrutinio oficial, el oficialismo llegó al 47,08%, un 10,5% por
encima de Mesa. En otras palabras, Evo había sido reelegido sin
necesidad de recurrir a un ballottage.

El principal argumento de la OEA para reclamar que se repitan las
elecciones fue “el cambio drástico y difícil de explicar en la
tendencia de los resultados preliminares [del conteo rápido]”. Sin
embargo, sostiene el informe del CEPR, “la misión no proporcionó
evidencia sustentando estas declaraciones que sugieren que el conteo
rápido podría ser incorrecto o ‘difícil de explicar’”.

El conteo rápido y el oficial

Los investigadores del Centro estadunidense muestran que la mayor
parte de los señalamientos de la OEA se hacen sobre el escrutinio
provisorio y no sobre el oficial, que se inició poco después y no se
interrumpió en ningún momento.

El conteo rápido se realiza en base a fotografías de las actas y su
única función es responder a la ansiedad de los medios y la población
con resultados creíbles a pocas horas de terminada la votación. (Dicho
sea de paso, la propia OEA recomendó que se haga.) Pero esos
resultados no tienen ningún valor legal.

En Bolivia, el único cómputo vinculante es el oficial, confeccionado
por los Tribunales Electorales en base a las actas verdaderas. Eso
explica por qué, en la noche de las elecciones, grupos coordinados de
opositores atacaron, y en varios casos incendiaron, algunos de los
locales donde se llevaba a cabo el recuento oficial, obligando a
trasladar el lugar de trabajo de las autoridades electorales. Esas
“mudanzas” serían utilizadas después por la OEA para cuestionar el
funcionamiento del escrutinio.

El estudio de CEPR muestra también que, contrariamente a lo sugerido
por la oposición, los dos escrutinios confluyeron en un resultado muy
similar. “Al final, el conteo oficial, que es legalmente vinculante y
completamente transparente, coincidió estrechamente con los resultados
del conteo rápido”, afirmó Guillaume Long, uno de los investigadores.

El cambio de tendencia

Lo que explica el “cambio de tendencia” que tanto preocupó a la OEA no
es otra cosa que el fuerte contraste entre el voto ciudadano y el voto
rural. Las preferencias en los centros urbanos, donde crece la
participación de los sectores medios y altos, son menos favorables a
Evo Morales que en los territorios campesinos, el área pobre de la que
él mismo proviene. Lógicamente, las actas de las urnas ciudadanas
llegan a los centros electorales antes de las que provienen de los
apartados sectores rurales. De allí surge la consistencia de la
tendencia proyectada desde el comienzo mismo del conteo, que muestra
la paulatina y permanente ampliación de la diferencia entre Morales y
Mesa, hasta llegar al 10,5 final.

No conformes con esas proyecciones, los expertos del CEPR realizaron
más de 500 simulaciones en base a los resultados informados con el
83,85% de las actas, cuando se interrumpió el conteo rápido, y
concluyeron que el triunfo de Evo Morales por más de 10 puntos no sólo
era posible sino altamente probable.

Del fraude a la inconstitucionalidad

Todos estos datos explican por qué poco a poco se fue abandonando el
argumento del “fraude” en el escrutinio de los votos, para resucitar
con más fuerza la “inconstitucionalidad” de la participación del
Presidente aymara en las elecciones. Cabe recordar que Evo Morales
perdió en 2016 por estrecho margen un prebliscito sobre la posibilidad
de habilitar su candidatura para un nuevo periodo. Y que finalmente
logró en 2017 un fallo del Tribunal Supremo que le dio luz verde a sus
aspiraciones .

Más allá de las opiniones que merezcan esas dos iniciativas del
presidente depuesto, actualmente no pueden tener la menor relevancia.
El fallo que lo habilitó fue aceptado tanto por la oposición interna,
que legalizó las elecciones al presentarse, como por los organismos
internacionales que ahora aparecen al frente del cuestionamiento, como
la OEA, que le dio pleno respaldo en mayo de 2018. “Decir que Evo
Morales no puede participar sería absolutamente discriminatorio”,
proclamó por aquellos días el propio Luis Almagro.

Pero los vientos cambiaron. Una de las pocas definiciones de la
autoproclamada presidenta provisoria de Bolivia, Jeanine Áñez , fue
justamente anunciar su decisión de anular ese fallo del Tribunal
Constitucional.

Si lo hace, quedaría expuesto el principal objetivo del Golpe: la
proscripción de Evo Morales, de la misma forma que la destitución de
Dilma Rousseff y la prisión de Lula da Silva tuvieron el objetivo de
proscribir al primer presidente obrero de la historia de Brasil.

¿Serían democráticas unas elecciones con el principal candidato
proscripto, aunque acaba de obtener nada menos que el 47 por ciento de
los votos? Los argentinos están calificados para opinar al respecto,
después de todo algo muy parecido se vivió después del golpe militar
que derrocó a Juan Domingo Perón y lo proscribió por décadas. No solo
la sangre de los asesinados por la represión une a los dos países.

Algunos datos más que interesantes para seguir leyendo

1. Antonio Costas, el vicepresidente del Tribunal Electoral que con su
renuncia abonó buena parte de las denuncias periodísticas sobre el
supuesto “fraude”, aseguró a los medios que quisieron escucharlo que
su disgusto fue con la “innecesaria” suspensión del conteo rápido. Y
reveló que ésta se produjo por una alerta de ataque informático, pero
que el “alboroto” técnico y la “impericia” del Tribunal, no cambiaron
de ninguna manera la veracidad de los resultados.

2. Según la ley boliviana, una vez que los jurados electorales firman
el acta de recuento de una mesa, el día de las elecciones, los votos
físicos ya no tienen valor, puesto que en ningún caso se ha de volver
a contarlos. Si un acta recibe observaciones, se vuelve a votar en la
mesa a la que esta corresponde. Así que nadie se preocupa demasiado
por conservar con cuidado los votos. Eso explica por qué pasaron al
olvido los videos de denuncia, que se viralizaron en las redes y los
medios en la noche de las elecciones, donde jóvenes exaltados
mostraban papeletas y urnas como “prueba” del fraude, mientras sus
compañeros les prendían fuego.

3. Declaraciones de Evo Morales al diario español El País desde
México: “El golpe de Estado empezó el 21 de octubre, después de las
elecciones, con la falsa acusación de que había fraude. Ahora me doy
cuenta de que la denuncia es el verdadero fraude. Durante dos semanas,
se va intensificando y el golpe se consuma cuando la policía se
amotina y pasa a ser golpista. Pedimos un diálogo con los cuatro
partidos que tienen representación parlamentaria. Para evitar muertos
y heridos, yo digo que no haya segunda vuelta sino elecciones y sin
Evo candidato, con nuevos miembros del tribunal electoral. Y siguieron
agrediendo. Hasta que renuncié, no había muertos de bala. Después, van
cuatro o cinco.

En la madrugada del domingo, la OEA ya tenía listo el informe
preliminar haciendo ver que había habido fraude. El compromiso era
otro, porque nos habían dicho que no lo tendrían listo entero hasta el
12 y nos pidieron hasta el 13, es decir, hasta hoy. Yo pedí que me
contactaran con el secretario general, Luis Almagro, a las tres o
cuatro de la mañana, pero no quiso. Hablé con su jefe de Gabinete,
Gonzalo Koncke, le dije que con ese informe iban a incendiar el país,
que iba a haber muertos. Dicen que gané, pero no con claridad,
entonces, debería haber segunda vuelta, pero no, quieren nuevas
elecciones. Es una decisión política. Ahora dicen que hicimos un
autogolpe. Luis Almagro espera instrucciones del Gobierno de Estados
Unidos, así se puede entender. Yo tenía cierta esperanza en la OEA. Le
dijimos que hicieran la auditoría, estaba convencido de que no hubo
fraude. Nunca en la vida me ha gustado hacer algo ilegal. El tema de
fondo es que no aceptan el voto indígena. Después del primer informe,
el TREP, ganaba con el 7% pero faltaba el voto rural, el voto
indígena. Dije que íbamos a ganar. Rechazan el voto indígena, es
regresar a tiempos del pasado, a tiempos de la colonia.”
Los no golpes.jpg
La pena capital.jpg
Tarde de frío.jpg
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Miquel Angel Soria

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Nov 20, 2019, 1:30:16 AM11/20/19
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Els orígens del mal estan en la monarquía. Ara els borbons; ahir. els
austríacs. Esperem que demà, la República li posi solució.


1519: la demolición de un orbe
Hermann Bellinghausen

La desgracia y destrucción de Tenochtitlan en 1521, y de toda una
civilización continental, se origina en un embuste de Hernán Cortés,
quien deformó para siempre la ‘‘verdad histórica” de su encuentro en
1519 con Moctezuma II, tlatoani del lugar tan principal. El capitán de
marras haría creer a su rey austriaco que los indígenas le ofrecieron
su lealtad, cosa que nunca ocurrió pero a él le permitiría justificar
la guerra contra ellos si acaso ‘‘traicionaban” dicha lealtad. Escribe
la historiadora Camila Townsend: ‘‘Cortés sólo deseaba decirle a Su
Majestad el rey Carlos lo que Su Majestad necesitaba escuchar”, luego
de admitir que ‘‘nunca sabremos lo que Moctezuma realmente dijo”. En
cinco siglos, los historiadores no han desentrañado esa laguna
fundamental. Nunca lo harán.

La verdad no se perdió en la traducción oral de Malintzin, una mujer
avezada, educada, perspicaz, con don de lenguas, moderna. La verdad se
perdió en la traición a la traducción. Como documenta Townsend en su
magnífica biografía a contraluz Malintzin, una mujer en la Conquista
de México (Ediciones Era, 2015), ella, conocedora de los elaborados
códigos de la cortesanía mexica, fue escueta y directa al transmitir
su versión en maya a Jerónimo de Aguilar, y éste, que odiaba a los
indios, la pasó al castellano del invasor. Fue la única que realmente
entendía qué estaba pasando: ‘‘Sólo ella podía resolver las
dificultades que surgían a medida que se definían las reglas de
convivencia entre dos grupos de hombres que no se entendían para
nada”.

Eso define los días y semanas posteriores a la llegada de Cortés y su
gente a la portentosa ciudad, centro de un área poblada por un cuarto
de millón de personas. En los días finales de 1519 se definirá para
siempre la que Eduardo Subirats llama ‘‘guerra santa contra el indio”.
Justificará la invasión, demolición y expoliación del continente en
las décadas posteriores. Su impronta en el siglo XXI sigue ardiendo,
de México a Wallmapu. El primer –y casi único– crítico de la
brutalidad y la falsía de los suyos, Bartolomé de Las Casas, décadas
después romperá la unanimidad teológica que fundamentó la conquista.
En Filosofía y tiempo final (Afínita Editorial, México, 2014) Subirats
reporta con rigor casi doloroso las denuncias y juicios lascasianos, y
cita un pasaje determinante de los Tratados del dominico:

‘‘El primer ingreso o pie, con que los españoles entraron en las
Indias y en cada provincia, reyno y parte dellas, desde que se
descubrieron por el año de 1492 hasta hoy inclusive, que somos
diziembre de 1563, fue violento, nefando y tyránico y crudelísimo, y
de crueles enemigos; y tal que ninguna gente, por bárbara y sin ley e
razón que fuera, pudiera hacello. Asimismo el progreso y desorden del
gobierno que por todo aquel orbe pusieron.”

Subirats concluye además que ‘‘es absurdo pretender” que no triunfó la
doctrina de Ginés de Sepúlveda (quien postulaba la ausencia de alma en
el indio). Los invasores hicieron en ‘‘su” América lo que les vino en
gana. La dimensión del genocidio y el saqueo siguen sin parangón
histórico. Lo justificaron con triquiñuelas cortesanas, militares y
teológicas. Tal cinismo lo inauguró el propio Cristóbal Colón. Como en
las Cruzadas, los obnubila y absuelve a todos el sentido de una
‘‘misión”.

No podían saberlo Moctezuma II, sus aliados, sus sacerdotes ni sus
enemigos, que eran casi todos los demás pueblos, no sólo los
tlaxcaltecas. La misma Malintzin, nahua y popoluca de la costa de
Coatzacoalcos, era víctima del imperio a cuyas entrañas la condujo la
casualidad en un rol clave; dominaba las sutilezas de un mundo vasto y
antiguo que sólo a los europeos parecía ‘‘nuevo”. En el fondo, sugiere
Townsend, Malintzin quería volver a su casa, de donde fue arrancada
muy joven y llevada como esclava de lujo a tierras mayas. Participaba
de aquella abundancia de genio y sofisticación en artistas de palabra
e imagen, chamanes, arquitectos, agricultores, administradores,
educadores y astrónomos de inusitados rigor y pulcritud. La
historiadora neoyorkina registra la reacción de Alberto Durero al ver
en Bruselas una exposición de las piezas mexicanas que enviara Cortés
al emperador de ambos: ‘‘En todos los días de mi vida no había visto
nada que regocijara mi corazón tanto como esos objetos, pues entre
ellos he visto maravillosas obras de arte y me pasmo ante los sutiles
entendimientos de los hombres de otras partes”.

Paso a paso, los españoles conocieron la dimensión de sus crímenes.
Aunque lo negaran, sabían que arrasaban a gentes de razón, una razón
que los espantaba. Tras ellos vendrían otros imperios que hasta
‘‘buenos los harían”, a pesar de la Leyenda Negra de gusto inglés pero
en cuyo origen estaría el propio Las Casas, el testigo incómodo.

* * *

¿La paz social de Andalucía cuesta 680 millones? ¡Póngame dos!
Isaac Rosa

Cada vez que oigo que la trama de los ERE en Andalucía se montó en su
origen para "mantener la paz social", pido la cuenta, y corro a mirar
la factura para ver cuánto ha costado. 680 millones, dice la sentencia
que este martes ha condenado a varios ex dirigentes de gobiernos
socialistas. Entonces me digo como el del chiste, aquel del mendigo
que pide un euro para un bocadillo, y un listo le dice "toma dos euros
y me traes otro para mí". ¿La paz social de Andalucía cuesta 680
millones? ¡Pues póngame dos!

La expresión apareció literal en algunos documentos de la Junta que
modificaban el sistema de subvenciones, o aumentaban el dinero
destinado a ayudar a las empresas en crisis, en base a ese argumento:
"el mantenimiento de la paz social". En unos años, recordemos, en que
la crisis económica arreciaba y grandes empresas cerraban o despedían
por cientos.

Y la misma "paz social" ha sido evocada por los hoy condenados
repetidas veces, cuando declaraban en el juicio o ante la prensa: la
intención fue buena, era necesario ayudar a los trabajadores afectados
por cierres y reestructuraciones, y evitar así un mayor daño social.
Una noble idea, bienintencionada, que se habría echado a perder por
culpa de unos cuantos caraduras que destinaron el dinero a otras
cosas; esa es la versión exculpatoria de los socialistas. Este martes,
tras oír la sentencia, el mismo PSOE andaluz insistió en defender la
honradez de sus ex presidentes: ha quedado probado que no se
enriquecieron, no montaron una trama para forrarse, sino para una
buena causa que acabó torciéndose, dicen.

Te dicen "paz social" y no suena mal, ¿verdad? "Paz" es un concepto
positivo, nadie quiere su contrario, la guerra. Y "social" presupone
necesidades, sensibilidad, ayuda a los desfavorecidos. ¿Alguien puede
estar en contra de que un gobierno destine dinero a conseguir y
mantener la "paz social"? Pues sí. Yo, por ejemplo.

Para mí el peor delito de los ERE no está en la corrupción, el
descontrol de dinero público, las cantidades desviadas, el fraude, el
clientelismo, los amigos beneficiados, el favoritismo a los
ayuntamientos afines, los intrusos, el fondo de reptiles, las
prostitutas o la coca. Todo eso, siendo delictivo, vino después, fue
consecuencia. El delito está en su origen, en el propio concepto: en
esa idea de comprar la paz social dedicando unos cuantos cientos de
millones para que no haya guerra social.

De un partido socialista y obrero (la S y la O de las siglas PSOE,
recordemos) uno espera algo mejor que paz social: justicia social. Esa
de la que siguen muy faltos los andaluces, después de décadas de
gobiernos socialistas. El dinero ahora sentenciado se usó para
pacificar, y se quiso hacer a cualquier precio, cuanto antes,
prescindiendo de controles. Se debería haber utilizado, además de para
ayudar a quienes lo necesitasen, para transformar el sistema
productivo, evitar la desindustrialización de comarcas enteras, crear
empleo y no solo aliviar el desempleo, combatir un modelo económico
injusto, históricamente injusto, y en el que siempre pierden los
mismos cuando vienen mal dadas.

Pero claro, la justicia social no la compras con 600 ni con 6.000
millones, cuesta algo más.
Discriminación en México.jpg
El colmo.jpg
Chaves y Griñán.jpg
Futur.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 21, 2019, 1:31:33 AM11/21/19
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Algú va dir, en alguna ocasió, que als USA no hi ha cops d'Estat
perquè no tenen Ambaixada dels USA. Això demostra Carlos Fazio al seu
article.
Altres coses: Ahir, gràcies a Javier Gallego, vaig tenir l'oportunitat
d'escoltar al poeta i trovador aragonès Ángel Petisme. La cançó,
Bufandas rojas, encara no l'he trobada. L'acompanyen les Iaioflautes
de Barcelona i és un homenatge a Martí Bielsa.
Us passo la lletra:

BUFANDAS ROJAS

Si abres esa maleta de Ana encontrarás
la historia de un país que perdió la memoria.
Golondrinas del duero que no vieron el mar,
trece años de frío, una bufanda roja.
Llegaron a Argelés con una tricolor,
la lluvia y la derrota, el hambre, ¡Allez, allez!
Colgaron de sus cuellos su nombre en un cartón,
la historia de los pobres se repite otra vez .

Hazme un hueco en el mundo
o en la maleta de Ana.
Y deja de preguntarte
¿por quién doblan las campanas?

Somos la historia, somos mujeres,
bufandas rojas en los andenes.
Somos memoria, somos papeles,
bufandas rojas en los andenes.

Bufandas rojas…

Maricarmen ya nadie nos llevará hacia el sur,
es tan triste la nieve que viaja en ataúd.
Décadas más tarde al país regresamos,
hermanos y paisajes que no reconocíamos.
Quizás tú y yo no somos ya de ninguna parte,
sólo queda el recuerdo y las cartas de madre .
Todo el mundo es ahora una enorme frontera,
quien olvida su historia no rompe sus cadenas.

Hazme un hueco en el mundo
o en la maleta de Ana.
Y deja de preguntarte
¿por quién doblan las campanas?

Somos la historia, somos mujeres,
bufandas rojas en los andenes.
Somos memoria, somos papeles,
bufandas rojas en los andenes.


Golpe made in USA en Bolivia
Carlos Fazio

El golpe de Estado cívico-policial-militar-mediático en Bolivia fue
planificado desde la embajada de Estados Unidos en La Paz (como
reconoció en entrevista con La Jornada el derrocado presidente
constitucional y legítimo Evo Morales Ayma), y reúne todas las
características de la guerra irregular o híbrida: la combinación de
operaciones sicológicas y otras técnicas clandestinas de
desestabilización social, con actividades paramilitares de tipo
insurreccional de hordas urbanas que generaron un caótico desorden
criminal –lo que incluyó fanáticos crímenes de odio clasista y de
supremacismo racial contra personas identificadas con el evismo–,
apoyadas por el terrorismo mediático y en las redes digitales
(Twitter, Facebook) para generar una supuesta “unanimidad
antigubernamental (propaganda golpista, desinformación, fake news,
trolls, bots) y el accionar político-diplomático de Washington, con
Donald Trump a la cabeza de un grupo de perritos falderos regionales,
que coordinados desde la Organización de Estados Americanos (OEA) por
el inefable Luis Almagro se sumaron al coro de la contrarrevolución,
en particular, el brasileño Jair Bolsonaro, el colombiano Iván Duque y
su mentor, el ex presidente Álvaro Uribe.

La secuencia sediciosa avalada públicamente desde Washington por los
senadores ultraderechistas estadunidenses Marco Rubio, Bob Menéndez y
Ted Cruz, que contó con el apoyo in situ de grupos religiosos
evangélicos y agentes encubiertos del Pentágono y la CIA (Agencia
Central de Inteligencia) bajo la fachada de los Cuerpos de Paz, tuvo
como plataforma de lanzamiento convocatorias de la revanchista clase
media urbana tradicional en las ciudades de Cochabamba, Santa Cruz y
La Paz, que a través de grupos de choque paramilitares armados
salieron a cazar, escarmentar y matar collas (indígenas de los barrios
marginales) e infundir terror mediante la quema de sedes
gubernamentales y casas privadas, y llamadas atemorizantes a
ministros, parlamentarios y autoridades comunales del MAS (Movimiento
al Socialismo) y dirigentes sindicales, operaciones que dada su
extensión y magnitud, necesitaron para su coordinación datos de
inteligencia y coordinación militar.

Como suele ocurrir en las distintas modalidades golpistas, el asalto
al poder es precedido por el accionar terrorista de escuadrones de la
muerte y grupos paramilitares, mientras aguardan en las sombras los
factores reales de la asonada putchista: las fuerzas militares y
policiales. El actual caso boliviano no fue la excepción. Primero
apareció en escena el comandante general de la policía boliviana,
Vladimir Yuri Calderón Mariscal, quien llevó a gran parte de la fuerza
policial a la rebelión el 9 de noviembre, justo un día antes de la
renuncia de Evo Morales. En 2018, Calderón Mariscal se desempeñó como
presidente de Agregados Policiales de América Latina en Estados Unidos
de América (Apala), con sede en Washington, DC, que mantiene reuniones
de forma permanente con las agencias federales más importantes de
Estados Unidos (Interpol, DEA, ICE y FBI) y está integrada de facto a
las redes de la llamada comunidad de inteligencia.

El otro funcionario clave que ayudó a consumar el golpe del 10 de
noviembre fue el general William Kaliman, comandante en jefe de las
fuerzas armadas de Bolivia, quien sirvió como agregado militar en la
embajada de su país en Washington, DC, en 2013. Él fue quien sugirió a
Evo Morales que renunciara, quebrando el orden constitucional. Una
década atrás, Kaliman −el hombre que apareció en algunas fotos de la
coyuntura con gafas negras al lado del presidente Evo Morales, en una
emulación trágica del general Augusto Pinochet−, participó en los
cursos de la escuela de entrenamiento militar en Fort Benning,
Georgia, conocida en el pasado como la Escuela de las Américas (SOA,
por sus siglas en inglés). El propio Kaliman asistió a un curso
llamado Comando y Estado Mayor, en la SOA, en 2003.

El regreso al golpismo en América Latina de la mano de Washington,
redita el papel tradicional de los oficiales militares y policiales
entrenados por Estados Unidos como herramienta fundamental para forzar
el cambio de régimen en Bolivia. Como dijo el ex vicepresidente de
Bolivia, Álvaro García Linera, la profecía autocumplida que exigía no
reconocer el resultado electoral, se consumó tras el amotinamiento
policial y el golpe militar, que concluyó con la investidura de una
senadora, Jeanine Áñez, como presidenta del país a manos de un general
del ejército, institución que tras desconocer la sucesión
constitucional opera ahora de nueva cuenta como una fuerza de
ocupación interna.

Otro actor en la emergencia golpista es el líder cívico Luis Fernando
Camacho (el Bolsonaro boliviano), personaje histriónico y carismático
de ultraderecha, desconocido hasta hace pocas semanas fuera de Santa
Cruz. Al frente de las hordas neofascistas motorizadas 4x4 de limpieza
étnica, el empresario gasero-financiero de 40 años, miembro de la
logia Los Caballeros de Oriente y exhibido como narco-lavador en los
Panama Papers, entró con su Biblia a un desierto Palacio Quemado –el
viejo edificio del poder hoy trasladado a la Casa Grande del Pueblo– e
imbuido de una ritualidad medieval se arrodilló en el piso para que
Dios vuelva al Palacio.

Bajo la arenga religiosa del Macho Camacho: Bolivia para Cristo, la
Pachamama nunca más volverá a entrar a este palacio, citadinos
mestizos descendieron la Wiphala (bandera quechua-aymara símbolo de la
identidad indígena) del frente del edificio y la quemaron
públicamente, como parte de una contienda cultural que pretende la
restauración del panteón del Estado criollo republicano y hacer
escarnio de la simbología política indígena. Lo que en otros términos
significa la destrucción del Estado plurinacional y de la ciudadanía
intercultural alcanzada durante el mandato de Evo Morales; la
anulación de los derechos indígenas consignados en las leyes. Es
decir, devolver al indígena a la condición de No ciudadano, No sujeto,
lo que no deja de tener cierta analogía con la colonización española,
con la cruz y la espada sobre los indígenas.

Como declaró Evo Morales a La Jornada, si el nombre del golpe está en
la embajada de Estados Unidos, el apellido es litio. No es casual que
poco antes de las elecciones presidenciales, Ivanka Trump, hija del
inquilino de la Casa Blanca, visitara la localidad de Purmamarca, en
el noroeste de Argentina y limítrofe con Bolivia, que con Chile
conforman el triángulo del litio. Allí se concentra 75 por ciento de
las reservas globales de ese elemento motivo de la codicia
geoestratégica de las dos superpotencias, Estados Unidos y China, en
guerra económica. El litio se usa para las baterías de los autos
eléctricos, las computadoras portátiles, los teléfonos móviles y las
cámaras digitales, y Bolivia posee reservas de 21 millones de
toneladas de litio, las mayores del mundo, entre el salar de Uyuni,
los yacimientos de Coipasa y Pastos Grandes. Ese, pues, parece ser el
motivo fundamental del golpe de Estado cívico-militar made in USA en
Bolivia.
L'extrema dreta.jpg
Los ERE.jpg
Mesa de negociación.jpg
Los ERE, Sánchez e Iglesias.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 22, 2019, 1:31:42 AM11/22/19
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El tsunami democràtic arriba a Colòmbia.. Massives concentracions
contra la política de Duque, a semblança de Xile o Bolívia. La
població ja s'ha afartat.


¿Quién quiere unas nuevas elecciones?
Carlos Elordi

Esperar es un verbo que no existe para los medios de comunicación de
nuestros días. Todo lo que no ocurra o pueda ocurrir en el giro de un
día, como mucho, no tiene cabida. Y, sin embargo, quien no quiera
perderse por los intrincados vericuetos del actual momento político
español está obligado a tener paciencia. Porque salvo sorpresas
inimaginables, todo el pescado está vendido, todos los elementos que
van a configurar el inmediato futuro están encima de la mesa. Y dentro
de un par de semanas se terminarán articulando. En consecuencia, hay
que esperar. Sin ansia.

Hay quien no puede. Sobre todo porque el signo bajo el cual se están
configurando las cosas contradice abiertamente sus intereses. Y no
tiene más remedio que golpear con todo lo que tiene a mano para tratar
cuanto menos de confundir a la gente. El caso más claro de esa
situación, no solo incomoda sino también peligrosa, es el del Partido
Popular, que corre el riesgo de quedar muy mal colocado durante
bastante tiempo si la coalición PSOE-Unidas Podemos termina haciéndose
con el gobierno.

Pablo Casado está tan acosado por esa perspectiva que está diciendo
tonterías. Como que si Pedro Sánchez logra ser investido "con los
apoyos que sea" - ¿incluido el del para él demonio independentista
ERC? -, el PP ofrecería al PSOE, y por tanto también a Unidas Podemos,
un pacto presupuestario.

Es un sinsentido tan grande que no merece mucho comentario. No solo
porque para qué iba a querer Sánchez ese pacto si lo normal sería que
aprobara su presupuesto con los mismos partidos que han apoyado su
investidura. Sino porque esa idea contradice todo el planteamiento
sobre el que el PP basa su batalla contra su principal rival
electoral, es decir, contra VOX. ¿Qué diría Santiago Abascal si Pablo
Casado pactara con la izquierda y, por vía indirecta, aprobara que ERC
le hubiera dado La Moncloa?

Son ocurrencias de alguien que no las debe tener todas consigo. Entre
otras cosas porque una parte, y no precisamente despreciable, de su
partido ha dejado de ocultar que no está para nada de acuerdo con cómo
lo está haciendo su líder. Que Alberto Núñez Feijóo, el candidato más
claro a quitarle el puesto, encabece esas críticas habla de la
importancia de esas tensiones.

Y todo empieza porque Pablo Casado cometió un error de bulto en la
misma noche electoral. Porque en lugar de ofrecerse a entenderse con
el PSOE en el momento mismo en que se conocieron los resultados, se
refugió en un "ya veremos" que permitió a Pedro Sánchez ganarle por la
mano confirmando el pacto con Pablo Iglesias menos de venticuatro
horas después. Después de esa metedura de pata, cualquier iniciativa
para sacar la cabeza estaba condenada al fracaso. Ahora a Pablo Casado
no queda sino rezar para que ERC no dé su brazo a torcer y el líder
socialista se vea obligado a buscar otro camino. Eso partiendo de la
base de que ni el PP ni el PSOE quieren nuevas elecciones. Porque a
los dos les podrían ir muy mal.

Otros que no pueden permitir que Pedro Sánchez se salga con la suya
son los componentes de la caverna socialista. Y no sólo por razones
ideológicas sino también por una cuestión de supervivencia. Porque si
sale el gobierno de coalición, su jubilación será definitiva y sin
paliativos. No solo habrá dejado de existir su influencia en el
espectro socialista, sino también el uso que hacen de ella en sus
relaciones con los poderes fácticos de la economía y de no pocas
instituciones que ya desde hace mucho tiempo son sus principales
interlocutores.

En ese contexto es muy relevante la consulta interna socialista de
este sábado. Es de suponer que Pedro Sánchez la ha convocado porque
está seguro de que va a ganarla, de que la mayoría de los afiliados
votará a favor de la coalición con Unidas Podemos. Sólo cabe esperar
que esta vez su predicción acierte plenamente. Y si hacía falta un
indicio de que por ahí deben de ir los tiros, José Bono ha anunciado
que apoyará esa salida, distanciándose como nunca de Felipe González,
Alfonso Guerra y Rodríguez Ibarra.

¿Qué ha llevado a estos últimos a volver a enfrentarse abiertamente
con Pedro Sánchez? Aparte de los motivos personales antes esbozados,
algo muy importante para ellos y para quienes, en los más diversos
ámbitos de la sociedad, con ellos coinciden. Que no pueden permitir
que Pablo Iglesias y los suyos entren en el gobierno, que la izquierda
menos conciliadora toque poder. Ese es un anatema que les ha guiado
desde hace muchas décadas.

El horror de Alfonso Guerra ante el riesgo de que un partido
independentista catalán sea un ingrediente decisivo del éxito de un
Pedro Sánchez al que siempre han combatido, tiene seguramente menos
peso que lo anterior. No porque la vieja guardia del PSOE, o cuando
menos algunos de sus más destacados miembros, hayan dejado de ser tan
centralistas como siempre o porque también ellos empiecen a reconocer,
como ve cada vez más gente, que sin diálogo, o "negociación" que no es
tanta la diferencia, del pantano catalán no se va a poder salir nunca.
Sino porque su experiencia política -la de unos dirigentes que
pactaron tanto con Jordi Pujol, que a la postre era tan soberanista
como Puigdemont, solo que más listo y más serio- les debe sugerir que
un acuerdo para que ERC se abstenga no puede ser el fin del mundo.

Llegados a este punto, y visto que ni el PP ni Felipe González y los
suyos tienen una alternativa al planteamiento de Pedro Sánchez, queda
la incógnita final. ¿Será Oriol Junqueras el único, aparte de Santiago
Abascal, que terminará prefiriendo unas terceras elecciones con tal de
no perder peso en la escena política independentista? No cabe hacer
pronósticos, la lógica que hace pensar que Esquerra se abstendrá puede
ser desmentida por una salida final inesperada. Habrá que esperar.
Futuro perfecto.jpg
Culpables.jpg
Humonegro.jpg
¡Exclusiva.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 25, 2019, 1:34:07 AM11/25/19
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https://www.youtube.com/watch?v=KGiG8oGcokA
Un dia com avui, a Santa Clara, ja fa tres anys, ens despertava la cançó de Raúl Torres. Ja no ens deixaria aquells dies a La Havana. Ja no em deixa mai.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
EL DECORADO ESPAÑOL

 Habrá que reanudar la cacería de catalanes por los retamares europeos si Madrid quiere dar vida al decorado político español, que también se ha encapotado en la Comunidad Europea, excedida por su parte de arbitrantes de entelequias. Ahora se trata de apalabrarse con Bruselas, que anda apretada de dinero y sobrada de intereses, y por lo que a España hace, renuente con nuestras cuentas, sobre todo desde que hace pocos días los pretendientes del gobierno nuevo han anunciado abrir la puerta del paraíso social a la mejora de salarios, al saneamiento de servicios e incluso galonear las pensiones como si todos viniésemos de honrada familia sin necesidades. ¡Oé, oé, a por ellos!

«¿Con qué dinero van a hacer ustedes todo eso?», ha preguntado a la ministra española de Economía, Nadia Calviño, el Sr. Moscovici, comisario europeo de Asuntos Económicos de la Comunidad. La escena resulta hilarante. Nadia, la gallega que administra la nada española, trata de burlar al mosqueado Moscovici, que se teme lo peor. El teatro de Moliere abre de nuevo sus puertas a ‘‘Le bourgeois gentilhome’’, cuyo maestro de danza asegura que «un Estado no puede subsistir sin música, pues todas las desdichas del hombre le suceden por no saber bailar». Papel muy ajustado a Nadia, que gusta de tocar el piano de acompañamiento.

«Ustedes –clama el comisario– han obviado la reducción de la deuda; ustedes corren el riesgo de no cumplir el pacto de estabilidad; ustedes se desvían significativamente de las reglas dictadas por Bruselas para el crecimiento; ustedes prometieron rebajar el déficit del PIB –producto interior bruto, en nuestro caso brutísimo– del 2,5% al 2% y, por el contrario, a ustedes les crecerá esa cifra hasta el 2,3% este año y no bajarán del 2,2 % el año que viene; ustedes hacen peligrar la sostenibilidad de las pensiones…».

Y al llegar a este punto el que clama al fondo soy yo, pensionista de larga duración aunque de cinturón muy prieto: «¡Las pensiones ni tocarlas! ¿Quiénes son ustedes, ministros o comisarios, para enredar con las pensiones como si fueran una atención o socorro social desparramado gentilmente desde el poder, cuando mi pensión es bien mía como ahorro de currante en la empresa social? Es más, veamos la cosa en su misma sustancia de origen: los gobiernos recaudan un dinero de los sufridos trabajadores para asegurarles en el futuro un correspondiente nivel de vida cuando llegue el momento de su agotamiento laboral y, por tanto, esas pensiones deben no solo conservarse como propiedad de los trabajadores sino conservar ese pactado nivel suficiente de vida. No me vengan ahora con el ritornello de que me mejorarán lo mío como si lo mío fuera o fuese de ustedes».

Sr. Comisario: Usted debiera avergonzarse tanto como debiera hacerlo la pianista Nadia ante el panorama que nos descubre. No es decente saber que los gobiernos que enumero están casi como España: Portugal, Eslovenia, Eslovaquia, Finlandia, pero ¡también! Bélgica, Francia, Italia. Los papeles que obran en la Comisión Europea –y entiendo por obrar simplemente estar en el organismo– así lo desvelan.

¿Pero qué le pasa a Europa que necesita tanto dinero para mantener en pie ese invento de la Comunidad? Cuando nació tal cosa nació para otra cosa, concretamente para regular la producción del carbón y del acero, para suprimir ciertos puntos de fricción histórica –como Alsacia, que siempre constituyó un sueño francés cuando la poseían los alemanes y un sueño alemán cuando la tenían los franceses–; para suavizar relaciones laborales y mercantiles; para garantizar una alimentación suficiente... El Mercado Común fue parto de políticos presentables. Recordemos, por ejemplo: Adenauer, Churchill, De Gásperi, Fontaine, Hallstein, Monnet, Schuman, Spaak, Kohl, Mitterrand... ¡Y los analizábamos con dureza…! ¿Comparamos? ¡Oh, no! Recemos un Padre Nuestro y ofrezcamos la penitencia debida arrodillados como penitencia frente al digitalizado retablo actual.

Mas ¿qué le pasa ahora al mundo del sistema capitalista? Porque todo es capitalismo. Estados Unidos retorna a un inventado nacionalismo viejo y ahora repintado de baile y CIA; China quiere resucitar un nacionalismo maoísta vestido hoy de brillantes corales digitales; Rusia reajusta un zarismo atropellado que toma impulso talonando en ceremonias en que reaparece allá atrás la desmayada bandera roja con la hoz dorada; la Commonweal británica anda en maniobras para asegurar una economía semicorsaria; Alemania revive el Sacro Romano Imperio sembrando de empresas bucaneras los países que yacen a su sombra. Y el dormido gigante del sudoeste asiático relee en silencio las páginas en que el alemán Schumacher le invita, desde el más allá, a que suene de una vez y con resonancia larga el gong de una economía budista de proximidad.

Mientras todo esto crepita en la sartén de la última cena capitalista –a la que ya no valen los sesgados remedios bélicos o semibélicos del 29 o el 76–, dos potencias ahí al lado, han sido sorprendidas metiendo descaradamente la mano en el cajón de Bruselas, como la Francia que se ahoga en un nuevo 18 de Brumario encabezado por un Luis Napoleón aún «más chico» y la Italia de Giuseppe Contino, al que se le disuelve la sombra mussoliniana en la playa de Lampedusa en que retoza Salvini.

No es la mía queja apocalíptica. Es pura lágrima de un ciudadano al que le pusieron cuatro libros delante y le facilitaron unas gafas sucias para leerlos ¡Trampa, Sr. Comisario, trampa! Trampa gorda para ciudadano chico.
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Miquel Angel Soria

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Nov 26, 2019, 1:31:39 AM11/26/19
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Ens mouen encara les celebracions -o no- del dia d'ahir. Els
"moneros" segueixen ocupant-se d'elles. Jo recordo unes dècimes de
Yoerky Sánchez del 2004.
Comandante, los ilusos
sueñan que cuando no estés
tendrán a Cuba a sus pies,
esclava de sus abusos.
Sietemesinos obtusos
Que han hecho el famoso informe:
No saben tu fuerza enorme,
cuando no estés, Comandante
estará un pueblo gigante
que se pondrá tu uniforme.


Los tuertos y los ciegos
Hermann Bellinghausen

Los tuertos de Sebastián Piñera, como legítimamente podemos llamar a
las 217 (algunas fuentes hablan de 300) personas con traumas oculares
severos por acción directa y deliberada de la fuerza pública chilena,
serán un karma quemante de los muchos que el aún presidente de Chile
cargará hasta la tumba, y en la memoria histórica. Como los maestros
socialistas desorejados por nuestros fanáticos cristeros, o las manos
de esclavos del rey Leopoldo II en el Congo un siglo atrás, esa
mutilación punitiva quintaesencia los acontecimientos en curso en la
nación austral: impedir que la gente vea.

Tal subproducto represivo de elocuencia metafórica representa una
parte mínima del daño humano que causan hoy las fuerzas públicas en
varios países de América Latina, obedeciendo a gobiernos
deslegitimados pero muy peligrosos en Haití, Ecuador, Bolivia, Chile,
Nicaragua y ahora Colombia. Allí se han de-satado grandes protestas
contra la política económica, la falsa democracia, la desigualdad, el
golpismo, la violencia contra indios, mujeres, estudiantes y
trabajadores. Visto globalmente, estamos ante una guerra contra las
sociedades, una guerra permanente, si bien en latencia en la mayoría
de las naciones. La modalidad robocópica para aplastar marchas
pacíficas o no tanto, cortejos fúnebres, campamentos y bloqueos se
repite en todo el mundo. En Barcelona la policía tiene su propia
cuenta de ojos rotos. Israel lleva 300 ojos de palestinos, aunque en
un lapso de años. Las mismas gaseadas, palizas y balaceadas se han
visto en Moscú, Londres, Teherán, y se ven en París, Gaza, Hong Kong y
dondequiera que asomen la cabeza el descontento popular, la defensa
territorial y la resistencia comunitaria.

Los poderes planetarios lo saben. En la actual fase de brutalidad
capitalista han decidido asumir el costo de la violencia
institucional, el terrorismo de Estado, la represión, la cárcel, la
tortura y el asesinato. Del mismo modo han determinado no arredrarse
ante el cambio climático, del cual son causantes y beneficiarios
principales. It’s a Brave New World, eso los movimientos de protesta
lo tienen claro, aunque no necesariamente los analistas convencidos de
que el bando de los buenos va ganando, que el despertar de los pueblos
será definitivo, que nada detendrá al progresismo; incluso los hay que
polarizan sin autocrítica el propio campo popular con posturas
patriarcales y autoritarias en Bolivia, Venezuela y México. Los
árbitros internacionales (ONU, OEA) son inútiles o cómplices.

Quizá debamos eludir por lo pronto la dicotomía victoria-derrota. La
idea de victoria propició la caída del gobierno en Bolivia y empobrece
el debate en blanco y negro, como ocurre en México entre chairos y
fifís; no distinguen matices o colores. No que estén a salvo los Trump
y Bolsonaro, aunque sigan lejos de haber perdido. Menos a salvo están
los pueblos. No han ganado, ni siquiera donde parecen haberlo hecho
últimamente. Recordemos el error de lectura que impidió prever el
desenlace de la Primavera Árabe, la cual, excepto Túnez, reforzó el
autoritarismo, y terminó como desastre nacional en Libia, Yemen y
Siria.

El momento latinoamericano está escalando. Puesto que los gobiernos no
pueden evitar que la gente vea lo que viene sucediendo, deciden
nublarle los ojos con lágrimas dolorosas, o lastimarles la visión. Si
los movimientos son festivos, resolvieron violarles y matarles la
risa, como ilustra el crimen policiaco cometido en Chile contra
Daniela Carrasco, La Mimo. No son excesos, son mensajes.

Este autoritarismo criminal cuenta con sus fuerzas armadas en todos
los casos, y con aliados que creímos apagados: las peores expresiones
de racismo, clasismo, fanatismo religioso, vandalismo de derecha,
feminicidios, violencias contra mujeres, estudiantes, gays, migrantes,
líderes comunitarios. La represión es directriz para los gobiernos, de
Standing Rock a La Paz, de Palestina a Rojava. Una guerra verdadera.
Nos quieren ciegos, y tienen tecnología y estrategias para lograrlo.

Reaccionan contra los amenazantes despertares de las mujeres y los
indígenas en particular: la saña que les aplican en las Américas habla
también de un despertar de las intolerancias y odios que parecían
adormecidos, controlados por cierta civilidad legal. La reacción, la
derecha y el fascismo tienen bases, recursos y ningún pudor.

Las lógicas de control y regulación de los cuerpos se profundizan
durante los estados de emergencia, declara una investigadora
lesbofeminista chilena. O como lo pone el cineasta Costa Gavras: El
fascismo está volviendo de manera muy popular, nadie entiende por qué.
Se ha vuelto más popular que los derechos humanos.

Si no prevalecen los acuerdos democráticos pacíficos, habrá dolor y
castigo contra los heroísmos catárticos, incluso fotogénicos. La
represión que nos quita un ojo bien puede privarnos del otro.

Es momento de no permitirnos ceguera alguna. El urgente cambio
sistémico necesita ser a fondo, o la oscuridad seguirá creciendo.
Cuna del neoliberalismo.jpg
Exigències.jpg
Lo primero.jpg
Por las que ya no están.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 27, 2019, 1:30:18 AM11/27/19
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Maroto, aquell senador del PP per l'autonomia de Castella-Lleó, va ser
escridassat al Parlament venessolà ("Feixista" i "Visca Catalunya") a
l'intervenir a favor de Guaidó.
No són rucs, són provocadors. O també.
Avui, l'editorial de Gara està dedicat a Mikel Zabalza. Vaig conéixer
a la que era la seva núvia i comentava que l'aigua que tenia als
pulmons no podia ser del Bidasoa ja que era aigua neta. Afegim: com la
que devia haver a la banyera d'Intxaurrondo.


Educación para la Ciudadanía Precaria
Isaac Rosa

Lo hemos conseguido, el sistema educativo español ha alcanzado un
nuevo logro: la extensión de la precariedad docente a todos sus
niveles. Aquello tan viejo (y tan falso) de la ardilla que cruzaba la
península de árbol en árbol, podemos decirlo hoy de los estudiantes:
nuestros hijos podrán recorrer todo el trayecto educativo, de punta a
punta, de principio a fin, de la guardería al máster, saltando de
profesor precario en profesor precario. Con un poco de suerte habrá
alguno que en veinte años de enseñanza no se cruce con ningún profesor
con buenas condiciones laborales. Supera eso, Finlandia.

Empezarán en la primera etapa de infantil, de 0 a 3 años, donde los
recibirán educadoras pésimamente pagadas (930 euros al mes por hacerse
cargo de nuestros bebés). Luego saltarán a la educación obligatoria,
que cruzarán de cabo a rabo: infantil, primaria, secundaria. Con un
24% de interinos en la enseñanza pública, es fácil que a tus hijos les
toquen en cada curso unos cuantos de esos profesores despedidos en
verano, sin vacaciones pagadas ni continuidad en un mismo centro, y
que a menudo comienzan el curso sin saber dónde trabajarán. Y esto en
la pública, que en la concertada encontrarán aún peores condiciones
laborales, con temporalidad, sueldos más bajos y más alumnos por
profesor.

En la universidad tendrán incluso más papeletas para disfrutar de la
docencia precaria, pues allí ya son mayoría: profesores asociados,
ayudantes, investigadores, todos con sueldos muy bajos e insuficientes
horas de clase. Si además tu hijo quiere reforzar su formación
haciendo un curso de idiomas, o cualquier otro tipo de enseñanza no
reglada, le esperan academias llenas de falsos autónomos, profesores
que cobran solo las horas de clase, a tiempo parcial y sin alcanzar
mínimos.

Espera, espera, que no es solo el personal docente: el conocimiento de
primerísima mano de la precariedad laboral lo pueden experimentar
nuestros hijos también fuera de clase, en los pasillos, aulas de
refuerzo, comedor, patio o hasta el baño. Como me recuerda mi
compañero Daniel Fernández, de CGT Enseñanza de Andalucía, la
externalización de cada vez más servicios, desde la limpieza a las
aulas matinales y extraescolares, combinada con la sobrecarga y
escasez de personal que sufren todos los profesionales de refuerzo
(pedagogía terapéutica, logopedas, integración...), están convirtiendo
nuestros centros educativos en un estupendo muestrario del deterioro
laboral.

Si les preocupa las consecuencias que todo ese deterioro tiene sobre
la calidad educativa, pueden estar tranquilos: no pasará demasiada
factura a nuestros hijos. ¿Saben por qué? Porque todos esos precarios
que llenan colegios, institutos, facultades y academias, suelen
sobreponerse a la incertidumbre, la desmotivación y las dificultades
para implicarse en proyectos. La mayoría de esos precarios pone todo
de su parte y más para que nuestros hijos reciban la mejor educación
posible (la mejor posible, insisto: la mejor que permiten las
circunstancias adversas, que no es la mejor educación que querríamos).

Mírenlo por el lado positivo: nuestros hijos saldrán mejor preparados
para la vida que les espera ("la vida que les espera" tampoco es
ninguna condena ni destino inevitable: en nuestra mano está frenar hoy
esa uberización laboral que no va a respetar ningún sector). Ya que no
todos los alumnos tienen en casa madres y padres precarios, el sistema
educativo garantiza la igualdad, que todos conozcan de cerca la
precariedad. Su presencia en aulas y pasillos será parte de su
educación. Tomémoslo como una nueva asignatura, transversal y
continua, fundamental para la supervivencia: Educación para la
Ciudadanía Precaria.

* * *

MIKEL ZABALZA: 34 AÑOS SIN QUE ADMITAN LA VERDAD
2019/11/27

El 26 de noviembre de 1985 Mikel Zabalza fue detenido por la Guardia
Civil en Donostia y posteriormente desapareció. Según la versión
oficial, durante su detención en Intxaurrondo fue trasladado a
Endarlatsa por la Guardia Civil para buscar un supuesto zulo. Allí se
dio a la fuga saltando al río Bidasoa. Durante 20 días rastrearon el
lugar en el que supuestamente se había escapado, sin encontrar ni
rastro. Veinte días más tarde, el 15 de diciembre, la Guardia Civil
encontró su cuerpo en el río Bidasoa, precisamente en el lugar en el
que, según la versión oficial, había desaparecido.

Lo que ocurrió con Mikel Zabalza no fue un hecho aislado, sino uno más
dentro la lucha contra la insurgencia en la que sistemáticamente se
conculcaron los derechos humanos de la ciudadanía vasca. Todos los
estamentos que debían velar por su respeto tienen algún grado de
responsabilidad. Prevaleció la razón de Estado y se ocultó la verdad
con el siniestro objetivo de «no dar bazas al enemigo». Treinta y
cuatro años después, y a pesar de que ETA ha desaparecido, los
familiares y amigos de Zabalza y la sociedad vasca en general continúa
sin conocer la verdad de boca de los responsables de su muerte. Y sin
verdad difícilmente puede haber justicia y reparación, y mucho menos
garantía de no repetición. Como señaló el portavoz de la plataforma
Mikel Zabalza Gogoan en el homenaje del pasado domingo en Orbaizeta,
verdad y justicia son las bases sobre las que se ha de construir la
convivencia.

A pesar de que el Estado sigue sin admitir que torturó hasta la muerte
a Zabalza y fingió su desaparición, no hay margen al engaño. Con
perseverancia las víctimas conocerán la verdad y podrán sanar esas
heridas profundas. La sociedad debe acompañarlas. El encuentro
organizado ayer por el Foro Social en el Parlamento de Nafarroa entre
Roberto Manrique e Idoia Zabalza es un paso más en ese camino por
escuchar y perseverar para construir la convivencia por encima de
ocultaciones y obstáculos.
Calentamiento.jpg
Violència de gènere.jpg
Arrugas.jpg
Latinoamérica.jpg

Miquel Angel Soria

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Nov 28, 2019, 1:30:26 AM11/28/19
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Sembla que estem al "ferragosto". Les notícies no són notícies.


España y sus lobos
Elisa Beni

"Hitler se volvió loco en el 43 (...) Quiso mandar a los heridos a
Bayreuth para que vivieran sus propias epifanías wagnerianas"

Alex Ross, El ruido eterno

Amo la música clásica a pesar de Prokofiev. Sí, Prokofiev estuvo a
punto de matar mi incipiente afición. Nunca he llegado a comprender
por qué en los colegios franquistas usaban con aquella fruición a
Prokofiev para iniciarnos en la música sinfónica. Ya ven, la
composición Pedro y el Lobo se la encargaron al camarada Prokofiev en
1935 desde el teatro central de Moscú y, con toda su pedagogía
musical, Pedro es un joven pionero soviético, una organización creada
por Lenin. Que digo yo que las monjas no debían saber de dónde salían
aquellas flautas y aquellos oboes. Prokofiev y un joven leninista en
pleno franquismo. El vinilo estaba en toda clase de música de primaria
que se preciara. Lo que hay que oír.

Aun así quedaba claro, y grabado en el espíritu. que al lobo lo
representaban tres trompas que te metían el miedo en el cuerpo, pero
de verdad. Cuanto mejor hubieran hecho poniéndonos la Dance of the
Knights de Romeo y Julieta. Pero a lo que íbamos es a ver si aguzamos
el oído y nos damos cuenta de cuándo entran las trompas en nuestro
espacio democrático, porque estoy convencida de que la banalización de
la llegada del lobo sólo sirve a los intereses de éste y que tanto
darle a las trompas y hacerlas entrar a trio en cada ocasión sólo hará
que el aviso real y tonante que un día debamos hacer a los ciudadanos
caiga sobre un inmenso vacío y sólo nos deje el silencio.

Últimamente veo que las trompas del lobo se hacen resonar a cada
momento. Que cada vez más políticos hinchan los carrillos para llamar
a su propio lobo, sin que ningún argumento racional les asista, que
otros pretenden que el lobo ya nos ha devorado como democracia y como
nación mientras resuena el viento y ya el pueblo se atruena y se
acostumbra y convive con la fanfarria sin que vayamos a poder
despertarlo ni tocarle a rebato cuando menester sea. Tanto habremos
dicho que el lobo llega que, ya saben, nadie querrá oírnos mientras
está a punto de devorarnos.

Es importante, decisivo diría yo, que lleguemos a un fuerte consenso
sobre quién es el lobo y, sobre todo, sobre cómo y cuándo vamos a
alertarnos para tomar medidas de protección contra él y cuáles será
esas medidas. Nos va en ello la supervivencia. Me estoy cansando tanto
de oír comparar a la democracia española con Turquía o incluso, madre
de dios, con China como de escuchar lo peor de Prokofiev.

No, España es una democracia consolidada y llena de problemas. España,
como el resto de las democracias occidentales está sufriendo una
crisis y los embates de aquellos que quieren usar el sistema para
destruirlo. España tiene las tensiones comunes entre poderes, los
deseos de unos de invadir a los otros, el empeño por deshacerse de los
controles establecidos y tantas otras disfunciones que son el caballo
de las democracias desde siempre y que están pasados ahora por el
tamiz de las tecnologías y de la geopolítica del siglo XXI. Una
democracia que está sometida a críticas generacionales, a agotamientos
estructurales, a protestas y exigencias de los perdedores de la crisis
y la globalización y a la influencia desmedida del poder económico
cada vez en menos manos. No hay nada que suceda en España que no
suceda en Francia, Alemania o Gran Bretaña. Con sus matices, si uno va
a la esencia de los problemas y de las inestabilidades, hay esquemas y
parámetros que se repiten pero en ninguno de esos países la democracia
presenta encefalograma plano.

No, Sánchez no es el lobo que nos convierte en turcos. No, Rajoy y el
PP tampoco son el lobo fascista que devorará la democracia, aunque
hayan intentado magrearla y dejarla un poco más a su merced. No, la
separación de poderes no ha muerto del todo, y mucho lo desearían
muchos políticos, por mucho que lo anunciara Alfonso Guerra. Ni era
cierto entonces ni es cierto ahora. No, no saquemos las trompas a
pasear por este camino. No, no es cierto como claman los
independentistas, que el Estado de Derecho español esté desmoronado y
merezca una salida rápida y en tromba hacia un país nuevo. Y eso lo
digo a pesar de ser muy consciente de los abusos y pisoteos de
derechos que se han hecho por considerar que la razón de Estado y la
sacrosanta unidad de España eran más importantes que el respeto a los
principios y a las normas. No, eso es una mierda que tenemos que
mejorar, pero no es el lobo. No toquemos las trompas, ni en catalán ni
en vasco, porque no van por ahí las cosas. Poca broma con el lobo. En
España el lobo no se llama ni PSOE ni PP ni Podemos ni ERC ni... en
España el lobo tiene voz desde hace poco y debemos reservar toda la
fuerza de los pulmones para bramar y detenerle.

No, España no es Turquía ni Hungría ni Polonia ni Venezuela ni
siquiera la América de Trump... aún. Lo que si corremos es el riesgo
de deslizarnos rápidamente por esa pendiente. Por eso hay que estar
pendientes de los síntomas para tocar las trombas sólo cuando sea
necesario. Que la ciudadanía sepa que si se da la alerta es con causa
y no con demagogia. La periodista turca, represaliada, Ece Temelkuran
expone clarísimamente esos pasos en su libro "Como perder un país Los
siete pasos que van de la democracia a la dictadura". Y ella no es una
teórica, como pueda serlo yo, sino una superviviente. Para perder un
país hay que: "crear un movimiento, trastocar la lógica y atentar
contra el lenguaje, apostar por la posverdad, desmantelar los
mecanismos judiciales y políticos, diseñar tu propio modelo de
ciudadano, dejar que ese ciudadano se ría del horror y construir tu
propio país a tu medida". Y todos sabemos qué piel lleva el lobo que
cumple con estos asertos y con los que se contienen en "Como mueren
las democracias" de Levitsky y Ziblatt o en "Algo va mal" de Tony Judt
o en tantos otros que nos han marcado las señales de alarma. Esos son
los momentos de tocar las trompas porque ahí sí que viene el lobo. El
lobo viene además acechando con desprestigiar a Naciones Unidas y
después a la Unión Europea para finalmente dejarnos sin dique de
contención frente a su dentellada final.

Así que, por favor, dejad de decir unos y otros que esto es Turquía o
que es China o que es... cualquier hipérbole falsa para contentar a
vuestros electorados y a vuestros lectores. Dejad de escribir, los
otros, que el nuevo gobierno que se diseña será Venezuela o será
Bolivia... porque ese fin del mundo ya los escribieron los más mayores
cuando Felipe se calzó 202 diputados y ni el mundo ni la CEOE se han
desplomado y el Ibex sigue gozando de buena salud.

Que no suenen las trompas sino cuando sea necesario. Que suenen con
tino y con raciocinio y no con emoción. Dejad de tronitronar
catástrofes y dictaduras mientras. Todos sabemos quién es el lobo y si
al PP se le ha olvidado bueno será un esfuerzo democrático por
volvérselo a mostrar.

En caso contrario, el día que las conjuremos para salvarnos, el pueblo
estará dormido, como los niños de mi clase con Prokofiev, y nos
despertaremos en el vientre de la bestia.

* * *

Bill Gates, agricultor africano
Alejandro Nadal

Hace 15 años el multimillonario Bill Gates anunció que “la revolución
verde había dejado de lado al continente africano” y comenzó una
cruzada para llevar los beneficios de esa transformación productiva a
toda África.

A partir de los años 1960 la revolución verde permitió incrementar de
manera importante los rendimientos (toneladas por hectárea) de ciertos
cultivos clave, en especial trigo y arroz, en algunas regiones de
India. Esos aumentos se debieron a un paquete tecnológico que incluía
el uso de semillas de alto rendimiento, insumos agroquímicos y, por
supuesto, inversiones en irrigación. El crecimiento de los
rendimientos puede atribuirse casi por igual al empleo de semillas
mejoradas, fertilizantes e irrigación.

Estos son los beneficios que tanto impresionaron a Bill Gates.
Desgraciadamente, Gates no leyó con atención las señales que estaban
en el campo en toda África. El mensaje era claro: no es que la
revolución verde hubiera pasado de largo a África. Simple y
sencillamente, había fracasado.

Entre 1980 y 2004 el Consejo Consultivo de Centros de Investigación
Agrícola Internacional (Cgiar) invirtió 160 millones de dólares
anuales en transformar y modernizar la agricultura en África. Con esas
inversiones no es posible afirmar que la revolución verde simplemente
había ignorado al continente africano. La realidad es mucho más
compleja e interesante. Pero Bill Gates prefiere configurar otra
narrativa más a su gusto.

La revolución verde vino acompañada de varios problemas graves. Sin
los insumos de agroquímicos y la irrigación, los rendimientos no
podían aumentar y las semillas maravilla se quedaban sin rendir sus
frutos. Por ese motivo los beneficios fueron para los agricultores más
privilegiados. De hecho, muchos de los campesinos más pobres perdieron
sus tierras al no poder enfrentar el peso del endeudamiento para pagar
los insumos. Esto condujo a una mayor concentración de la tierra. Por
el lado de la huella ecológica, la revolución verde y sus insumos
químicos dejaron cuerpos de agua contaminados, suelos maltratados por
la falta de rotación de cultivos y una fuerte erosión genética. En
India había alrededor de 30 mil variedades de arroz utilizadas en la
producción antes de la revolución verde. En la actualidad, la cosecha
en ese país se produce a partir de unas 10 variedades.

Con este saldo es difícil imaginar que alguien quisiera repetir la
experiencia en África. Pero en 2006, la Fundación Gates lanzó su
iniciativa “Alianza para la revolución verde en África” (Agra). Su
objetivo: duplicar los rendimientos e ingresos de más de 30 millones
de hogares rurales en el continente para 2020. En estos días se ha
dado a conocer una investigación de Tim Wise (Universidad de Tufts y
Small Planet Institute), en la cual se demuestra que después de 10
años de inversiones multimillonarias las metas de la iniciativa Agra
están lejos de ser alcanzadas. El análisis examina información a
escala nacional para los 13 países cubiertos por Agra y también evalúa
datos a nivel hogar en tres de ellos: Malawi, Zambia y Mozambique.
(Este importante documento está disponible en afsafrica.org).

Wise demuestra que existe poca evidencia de que Agra esté en camino de
hacer realidad sus objetivos sobre rendimientos e ingresos. Cuando se
encuentran señales de progresos en esos rubros eso se debe a la
existencia de programas gubernamentales de subsidios para la
adquisición de insumos: la difusión del paquete tecnológico de Agra no
se llevaría a cabo sin esos subsidios.

Se puede pensar que buscar una solución tecnológica para cualquier
problema es el sesgo natural de una persona con la formación de Bill
Gates. Pero quizás hay algo más profundo. En 2010 la Fundación Gates
invirtió 23 millones de dólares en la compra de 500 mil acciones de
Monsanto, el gigante de las semillas transgénicas y los agroquímicos
como el glifosato. Desde entonces la postura respecto de los
transgénicos ha sido ambigua, pero hoy se sabe que Agra también
incluye ese tipo de semillas en sus programas de difusión tecnológica.

Lo más grave de Agra es que deja de lado otro tipo de trayectorias
tecnológicas que son más eficientes para el manejo de agua, suelos y
recursos genéticos. Por ejemplo, técnicas de permacultura y
agroecología ya son aplicadas en muchas regiones de África y han
demostrado ser más eficientes y menos agresivas con el medio ambiente.

Estas técnicas conservan la agrobiodiversidad y son además intensivas
en trabajo, lo que permite crear y conservar empleos en el medio rural
y proporcionan una mayor soberanía en las decisiones de los
agricultores sobre la mezcla de producto y las técnicas de producción.

Organizaciones como Vía Campesina y la Alianza para la Soberanía
Alimentaria en África son dos ejemplos de organizaciones que buscan
construir desde abajo opciones que son tecnológicamente sanas y
socialmente responsables. A final de cuentas, Bill Gates prefiere
buscar la solución que desea el capital: apropiarse del proceso
productivo campesino y convertirlo en un espacio de rentabilidad.
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El árbol.jpg
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Miquel Angel Soria

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Nov 29, 2019, 1:31:20 AM11/29/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Com Carlos Elordi o Ángel Guerra Cabrera, al món tot són preguntes.
Alguna resposta, com la de l'Uruguai és ben decebedora. Esperem que
les més properes no ho siguin, encara que amb un Pedro Sánchez -i
pitjor l'equip que l'envolta- no es pot esperar res de bo.


¿Hay que asustarse por Vox?
Carlos Elordi

Sólo si Vox termina haciéndose con el PP, provocando una ruptura
interna de ese partido o imponiéndole sin matices su política, cabría
temer la peor suerte para este país. Sin ser imposible, esa
perspectiva parece lejana en estos momentos. Vox es un peligro real
porque ya tiene fuerza suficiente para condicionar la dinámica
política. Pero no es ni mucho menos el principal actor de la escena,
contrariamente a lo que parecen entender algunos medios, y no todos de
derechas, más interesados en dar espectáculo que en proporcionar
información. Y no está ni mucho menos claro que el futuro del partido
de Abascal vaya a ser tan risueño como su fulgurante ascenso del
último año.

Para empezar, Vox carece de una estructura sólida y articulada como
para rentabilizar políticamente su peso parlamentario. No es tanto un
problema de afiliados, que por ahí puede crecer sin problemas, sino de
cuadros. La mayoría de los que se han dado a conocer en los últimos
tiempos son personas de muy poca solvencia política. Está claro que
Santiago Abascal es el más sólido de ellos, pero le falta aún mucho
recorrido para ser un líder potente. Las carencias de Javier Ortega
Smith son evidentes: es un facha de los de siempre, pero hasta el
momento no ha dado una sola prueba de tener algo más que ese "coraje
guerrero" que tan bien visto está entre los suyos. En la pareja
Espinosa de los Monteros, ella parece tener algo más que su marido,
pero ambos están metidos en un lío judicial que antes o después puede
terminar mal.

Luego están los generales, retirados, que forman parte de su grupo
parlamentario, todos ellos únicamente conocidos por su indeleble
historial de fidelidad a Franco y el franquismo, lo cual no es un gran
capital político en los tiempos que corren. Y el inefable Francisco
José Alcaraz, expresidente de la Asociación de Víctimas del
Terrorismo, que debe tener sus ideas muy claras pero que no las
expresa nada bien. Y el juez andaluz Francisco Serrano Castro, que
pareció llegar al Parlamento Andaluz con el principal afán de vengar
la afrenta que había sufrido cuando le inhabilitaron por prevaricación
en un caso de separación.

También han aparecido puntualmente algunos personajes de segunda fila,
más jóvenes y casi todos procedentes del ámbito del derecho, pero
ninguno se ha distinguido por otra cosa que por su adscripción
ultraderechista.

Con esos mimbres tan endebles y con algún apoyo no despreciable como
el de los sectores más antediluvianos del catolicismo español, Vox ha
cosechado un éxito electoral formidable y en un tiempo récord. Eso
sólo puede explicarse porque Abascal y los suyos han tenido la virtud
de estar en el sitio adecuado en el momento que les hacía falta. Es
decir, han sabido ofrecerse como refugio a una corriente de opinión
surgida recientemente, o al menos en los últimos dos o tres años.

Y la crisis catalana explica prácticamente por sí sola el nacimiento
imprevisto de ese fenómeno. No porque esa gente descubriera de repente
su rechazo al independentismo, que otros millones de españoles, y no
sólo de derechas, comparten. Sino porque entendieron, con rabia en la
mayoría de los casos, que el partido al que la mayoría de ellos había
votado siempre, el PP, no había estado a la altura de las
circunstancias, que Rajoy no se había atrevido a golpear al
independentismo con la fuerza que ellos requerían y había terminado
por contemporizar con un 155 aguado e ineficaz. "Traición", gritaron
las huestes de Abascal en las teles recónditas que entonces les
acogían. Y ese grito caló.

El racismo y la fobia contra los inmigrantes es otro de los
componentes del ideario de los votantes corrientes de Vox que hemos
podido escuchar directamente. Pero salvo en algunas zonas de fuerte
presencia de trabajadores extranjeros, pesa bastante menos el
anticatalanismo. Porque los problemas que plantea la inmigración son
mucho menos graves en España que en otros países del entorno europeo.
Y porque aparte de episodios de tensión la cuestión no arde en la
calle aunque exista.

La animosidad de Vox contra las políticas de género tiene tal vez más
consistencia que lo anterior. Porque refleja otro rechazo. El de la
España machista, en la que tantas mujeres se inscriben, al crecimiento
del feminismo y a los relativos éxitos políticos obtenidos por este en
los últimos años. Esa sí que es una bandera que motiva a buena parte
de los votantes de Vox. El que muchos de ellos militen en el
catolicismo más reaccionario, no precisamente tolerante en este punto,
ayuda no poco. El punto débil de esta línea son los asesinatos de
mujeres, que por mucha trampa que hagan Abascal y los suyos, no se
pueden negar.

Partiendo de la base de que el antieuropeísmo de Vox y su propuesta de
acabar con el Estado de las Autonomías son tan genéricos y demagógicos
que no añaden mucho y de que su programa económico es un recorta y
pega del del PP, ¿se puede construir un proyecto político que aspire a
hacer con el poder únicamente sobre la base de esos argumentos?

En principio se diría que no. Pero la respuesta a esa pregunta depende
del PP. Si el partido de Casado logra definir tanto un espacio propio
como una línea autónoma pondrá las cosas difíciles a Vox. Si no lo
consigue, el partido de Abascal condicionará hasta tal punto la
política del PP que terminará por ahogarlo.

Y Cataluña será de nuevo el terreno en el que se dirimirá esa
querella. Porque si Pedro Sánchez y Pablo Iglesias logran formar
gobierno con la abstención de ERC y el apoyo del PNV y de casi todo el
arco nacionalista y regionalista, el nuevo gabinete dará un giro a la
política territorial que se ha aplicado en la última década. Y una
actitud distinta hacia la crisis catalana será una de las claves del
mismo.

¿Competirá el PP con Vox por ver quién se opone con más dureza a esa
nueva línea? ¿O entenderá que ese nuevo rumbo es lo que habrá, si
Pedro Sánchez no falla, que ese gobierno Frankenstein tendrá serias
opciones de durar y que no tendrá más remedio que adaptarse a los
nuevos tiempos, sin renunciar a sus esencias? El futuro de Vox depende
en buena medida del camino que escoja el PP. Y de que unos y otros, en
el futuro gobierno y en la oposición hagan las cosas mínimamente bien.
Si no aciertan tendremos que empezar a asustarnos.

* * *

Por qué protestan?
Por Ángel Guerra Cabrera

27 NOVIEMBRE, 2019 DE LA PUPILA INSOMNE

A raíz de la extensión por gran parte la geografía nuestroamericana
de radicales protestas sociales, a veces gigantescas, los llamados
expertos en los medios hegemónicos tratan de encontrarles una
explicación. Que la desigualdad y la pobreza son asignaturas pendiente
en América Latina y el Caribe, que la llamada clase política está
divorciada de la población, que existe un déficit democrático, que no
hay un robusto sistema institucional y ello favorece la corrupción y
la impunidad, que la generalizada falta de oportunidades de estudio y
trabajo para los jóvenes crea gran inconformidad; que las nuevas
tecnologías de la información han interconectado al planeta, hecho que
crezca la expectativa de vivir mejor y que existe una incapacidad de
los gobiernos para satisfacerla. En realidad, todos estos problemas
existen y originan grandes injusticias o conflictos, pero son efectos,
indudablemente perniciosos, generados por otros problemas mayores de
tipo estructural. Se insiste en la imposibilidad de llegar a un
diagnóstico general sobre lo que está ocurriendo. Es cierto que hay
problemas diversos. Cada país tiene problemáticas particulares que
requieren recetas propias para su solución. Pero eso no significa que
no haya flagelos estructurales que sufren por igual países como
México, Haití, Honduras, Colombia, Chile, Perú, Argentina, por solo
mencionar aquellos donde recientemente los pueblos se han rebelado
contra el estado de cosas existente, haya sido mediante el voto
-México y Argentina- o con enérgicas manifestaciones en las calles en
reclamo de sus derechos humanos y en repudio al sistema dominante que
los conculca.

El grave problema metodológico que tiene achacar solo a los
mencionados problemas el drama de los pueblos latinocaribeños es que
obvia el primerísimo y más acuciante dato que yace en su origen: la
subordinación de nuestras economías, finanzas, tecnología y modelos
políticos al sistema mundial de dominación del imperialismo,
capitaneado por Estados Unidos. Ello tiene un correlato inmediato en
la aplicación a las naciones de Nuestra América de los patrones de
acumulación capitalista vigentes en cada etapa histórica. Es necesario
insistir en que, desde que fuera impuesto en los setenta a sangre y
fuego en el Chile de Pinochet, este patrón de acumulación es el modelo
neoliberal, rápidamente extendido y aplicado con particular crudeza en
las décadas siguientes en nuestra región, con excepción de Cuba, donde
Fidel y su pueblo se negaron rotundamente a aceptarlo. Otro correlato
es la ola fascistizante mundial que emana de la crisis de hegemonía de
Washington y su temor a dejar de ser el hegemón único. El
neoliberalismo implicó, e implica, un saqueo descomunal del fruto del
trabajo de nuestros pueblos mediante el cobro de la deuda externa; la
privatización entre amigochos de las empresas y bienes públicos; la
dictadura del Fondo Monetario Internacional sobre las economías y la
vida de las personas, reforzado por el sofisma de la independencia de
los bancos centrales; el libre flujo de capitales especulativos, que
ha arrasado reiteradamente economías nacionales; el achicamiento y
privatización de las dependencias gubernamentales anteriormente
dedicadas a servicios públicos, mientras crecen desmesuradamente las
fuerzas de seguridad y sus presupuestos; la socialización de las
pérdidas del capital, ergo el “rescate” de los bancos; la contención
salarial y la privatización de los fondos solidarios de pensiones, que
ha conducido al deterioro perenne de los ingresos de los trabajadores
y de los jubilados; falta de oportunidades de estudio y desempleo
ascendente, que canceló la movilidad social; desmantelamiento del
campo, pérdida de la soberanía alimentaria, entronizamiento de la
comida chatarra y crisis galopante de salud pública. Agresión
sistemática a los ecosistemas por la minería, la agricultura intensiva
y los proyectos sin cuidado ambiental. En síntesis, se trata de una
cada vez mayor transferencia de riqueza hacia el 1 por ciento mediante
un despojo sin límites a la abrumadora mayoría y una agresión a la
vida, humana y de las demás especies.

Es esta tragedia de grandes proporciones la que explica las
explosiones sociales que como un huracán recorren nuestra región,
aunque también se prefiguran en los países ricos. No es casual que la
más extraordinaria, creativa y, ferozmente reprimida, sea la chilena,
allí donde supuestamente se logró el mayor éxito económico y la
democracia más madura. Pero la represión, cada vez más cruda, se
enseñorea donde quiera que hay insubordinación como ha ocurrido
recientemente en Ecuador, Colombia y Bolivia. Aunque Honduras sirvió
de conejillo de Indias de este cruel ciclo represivo desde el golpe de
Estado contra el presidente Zelaya. El caso de Bolivia es
extremadamente escandaloso pues allí la rebelión popular es contra un
golpe de Estado fascista de manufactura estadounidense que pretende
cercenar el más exitoso modelo de desarrollo económico, justicia
social y democracia política de nuestra región.
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Miquel Angel Soria

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Dec 2, 2019, 1:30:51 AM12/2/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Llegint l'article de l'Álvarez-Solís recordo l'error -o no- d'aquell periodista que a la tv va canviar el Carmen Calvo per Carmen Polo. Jo ho vaig considerar un gran encert; també he de dir que no m'he fixat si l'actual llueix collars.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
CARMEN CALVO NO EXISTE

La España del Sr. Sánchez ha entrado en la delicuescencia. El suceso que me lleva a tal conclusión es simplemente prodigioso: la vicepresidenta del Gobierno en funciones no existe. Habla, negocia, recibe a los periodistas, pero no es más que una abstracción inmaterial que nos sitúa angustiosamente ante un misterio aterrador: para existir hay que aparecer en la Constitución. Y ella no ocupa lugar en tan exquisito papel. Repito, la ley de leyes española no declara abiertamente que la Sra. Calvo exista. Quizá esta inexistencia sea uno de los grandes problemas que invalidan la política española, convertida en la historia fantasmal de los castillos escoceses.

Mas aclaremos todo esto. Vayamos al momento sísmico del que hablo. En una rueda de prensa un periodista, seguramente titulado universitario, le pregunta a la Sra. Calvo, una sólida andaluza nacida en Cabra y por tanto socialista de raza, si en las negociaciones con los soberanistas catalanes figurará nada menos que el derecho a la autodeterminación. La ministra egabrense mira de frente al informador y su respuesta es rotunda, verdaderamente estremecedora, por colocarnos ante un horizonte vaporoso, repleto de imágenes inconcretas: «El derecho a la autodeterminación no existe –dice la vicepresidenta–; no está en la Constitución». Y pasa a otro tema ¡Ay, como se hubiera estremecido el hispalense arzobispo San Isidoro, uno de los creadores del europeísmo, ya en el siglo VI! ¡Qué tiempos aquellos, en que la razón era sevillana!

Ahora bien, el derecho de auto determinarse es uno de los esenciales en el jusnaturalismo o centón de realidades jurídicas primigenias que establece la razón para derivar de tal raíz nada menos que el mundo del derecho positivo. La razón apareció antes que la Constitución del 76 ¡Pero no importa! Por ejemplo: el asesinato no está registrado en la Constitución, pero existe vigorosamente como injuria decisiva a la vida y, por ello, ocupa todo un capítulo como homicidio cualificado en el Código Penal. Pregunta consecuente: ¿ha de estar el asesinato en la Constitución para existir como realidad punible? El lector argüirá que matar resulta algo detestable; por lo menos, inestético, pero según la filosofía vicepresidencial la realidad no es realidad si no está definida en las tablas constitucionales. Tal vez esa terquedad en exigir realidades tangibles en vez de aceptar lo ideal por parte del pueblo judío fue lo que determinó a Moisés a solicitar al Señor las pétreas tablas de la ley –¡la constitución, la constitución!– que acabaron con la verbena en torno al becerro de oro.

Creo, pues, que la pregunta del periodista a la Sra. Calvo fue una pregunta necia o, al menos, tendenciosa. Quizá quien la hizo fuera un compañero cercano a Vox, partido empeñado en encarcelar disidentes, disolver partidos y devolver España a los ideales que funcionaban bajo palio y eran incensados abundantemente. Pero lo que acabo de escribir es una pura elucubración.

La cuestión hay que reducirla a su mismidad, como se dice en lenguaje filosófico. La Sra. Calvo ¿existe o no existe si nos atenemos a lo manifestado por la rotunda política? Yo no me atrevería a plantear personalmente tal cuestión a la vicepresidenta del Gobierno español dado, además, la dureza o acritud de sus rasgos faciales –o visage, como dicen cultamente los franceses–, pero me decido a manifestar por escrito mis fundadas reservas ante esta doctrina ministerial. Para mí la Sra. Calvo existe. Tal vez inconstitucionalmente; pero está ahí.

Lo que parece evidente es que este quid pro quo filosófico –ruego a los servicios de La Moncloa la traducción de la frase– ha sido inducido por la sed de gobierno que sufre nuestro premier, que le lleva no solo a negar la existencia divina en el orden espiritual sino a decir que ha ganado las elecciones a pesar de que no cuenta con escaños suficientes para formar gobierno. Dos fantasías peligrosas. Dios necesse est; Sánchez non necesse. La frase es una variante de lo que dijo Pompeyo para resucitar el valor en sus legionarios ante la tempestad que ponía en serio peligro sus naves: «Navegar es necesario; vivir no lo es».

Si yo tuviera residencia política en la gobernación de Catalunya exigiría de mis contradictores españoles el certificado de estudios primarios, dado como es utilizado el lenguaje básico por Madrid. ¿No está justificada esta prevención cuando la vicepresidenta del Gobierno nacional se permite negar la existencia de las columnas de Hércules que sustentan nada menos que el principio del ser humano? ¿Puede la Sra. Calvo negar con una sola frase toda la sabiduría acumulada durante más de mil años en el baúl de la filosofía del derecho? ¡Ahí, en ese punto, es donde debiera penetrar con su alfanje el magistrado Sr. Llarena, el Myo Cid del extrarradio español! En nombre de Sócrates me atrevo a decir ¡váyase usted, Sra. Calvo! Séame perdonada la furia que hoy expelo, retenida en una cortés discreción desde que la reduje al silencio cuando, no hará dos meses, el Sr. Sánchez dijo a quienes le rodeaban que daba fin a su visita a Huesca para continuar hacia Aragón. Como escribe Esquilo en ‘Los persas’: «Cuando uno mismo se afana en su perdición, los dioses colaboran con él». No se puede vivir en un país volcánico sin haber cursado los correspondientes estudios básicos de sismología política. Apoyándome en esos estudios elementales digo con toda determinación ¡Yo existo¡ ¡La voluntad de independencia existe¡ Quizá esto no esté tan claro en lo que se refiere al Gobierno de Madrid.

                                                   * * *

El agravio a los muertos
Álvaro García Linera*

 Ni los muertos estarán seguros ante el enemigo si este vence.
W. Benjamin


Un multitudinario cortejo fúnebre recorre las calles de El Alto y La Paz. Por delante van dos féretros y detrás miles y miles de dolientes. Son gente humilde; pobladores de El Alto, artesanos, campesinos, vecinos, madres, indígenas de las provincias de La Paz, Potosí, Cochabamba y Oruro. Han caminado con su dolor cerca de 10 kilómetros, y a su paso salen trabajadores, comerciantes y estudiantes llorosos que se persignan, aplauden y entregan agua y pan a los que marchan. La ciudad está paralizada, y la gente de los barrios populares está de luto. Hace unos días, en la zona de Senkata ocho pobladores fueron asesinados con armas de fuego militar, más de un centenar fueron heridos de bala, llegando a 34 los muertos en los últimos nueve días del golpe de Estado en Bolivia.

Han bajado desde El Alto para reclamar justicia por sus muertos; han caminado tanto para que las personas vean lo que está pasando, ya que los medios de comunicación amordazados no hablan de la tragedia sufrida; marchan horas y horas para decirle al mundo que no son terroristas ni vándalos; que ellos son el pueblo.

Y es que desde el día del golpe de Estado todas las movilizaciones de sectores populares y campesinos que salieron a defender la democracia y el respeto al voto ciudadano fueron objeto de una feroz campaña de desprestigio que desbordó las redes y los medios de comunicación. No se hablaba de obreros, ni de vecinos, ni de indígenas. Se trataba de peligrosas hordas, de vándalos que amenazan la paz social. Y cuando los habitantes de la valiente ciudad de El Alto y los indígenas y campesinos bloquearon carreteras, un rabioso lenguaje se apoderó de los golpistas y medios de comunicación: terroristas, narcotraficantes, salvajes, criminales, turbas borrachas saqueadores y otros adjetivos fueron utilizados para descalificar y criminalizar la protesta de las clases menesterosas.

Desde entonces, mujeres de pollera con hijos en la espalda, niñas escolares que acompañan a sus padres, jóvenes universitarios, obreros soldadores, campesinos de poncho y vendedores de helados son el nuevo rostro de los peligrosos sediciosos que quieren incendiar el país. Esta estigmatización de la plebe sublevada, especialmente si son indios, no es nueva. Durante la Colonia, en el siglo XVI, Fray Ginés de Sepúlveda comparó a los indígenas con los monos; el cura Tomás Ortiz los calificó de bestias; en el siglo XIX se hablaba de razas degeneradas, y las dictaduras del siglo XX mutaron hacia la delincuentización del indio insurrecto, calificándolo de “subversivo“, sedicioso, que quiere poner en riesgo la propiedad, el orden y la religión.

Ahora, las clases medias tradicionales realizan una vergonzosa fusión verbal entre el lenguaje colonial con el de contrainsurgencia. Ni sus intelectuales orgánicos educados en universidades extranjeras pueden escapar a este llamado de la sangre y el prejuicio racial. Para ellos las marchas de vecinos son reuniones de delincuentes borrachos, los bloqueos de caminos de campesinos son actos de terrorismo y los asesinados por la bala militar son ajustes de cuentas entre maleantes. La forzada mesura con la que todos estos años los escribas conservadores habían calificado a los indios empoderados, hoy se desbocan como un torbellino de prejuicios, insultos y descalificaciones racializadas.

Habían aguardado toda una década mordiéndose los dientes para no escupir sobre los indios y mostrarles su desprecio, y ahora, amparados en las bayonetas, no dudan en descargar todo su odio de casta. Es el tiempo de la venganza y lo hacen enfurecidos. Es como si quisieran borrar no sólo la presencia del indio que los derrotó, y por eso son capaces de matar con tal de que Evo no sea candidato; además desean arrancar su huella de la memoria de las clases humildes asesinando, encarcelando, torturando, amenazando a quienes pronuncien su nombre. Por eso queman la Wiphala que Evo introdujo en las instituciones del Estado, por eso queman las escuelas que él hizo construir en los barrios populares, por eso aplauden y brindan por la militarización de las ciudades. Ya no hay espacio para la dignidad ni el decoro de una clase que se revuelca frenéticamente en el lodo del autoritarismo, la intolerancia y el racismo.

Y es contra ello que marchan las clases humildes de El Alto y las provincias. Bajan por miles, 200 mil, 300 mil. El número ya no importa. El poder que ellas defienden no es el de una persona ni el que Weber teorizó como capacidad de influir en el comportamiento de otro. Para las clases populares la experiencia de poder de los pasados 14 años es el de ser reconocidas como iguales, el de tener derecho al agua, a la educación, al trabajo, a la salud en similares condiciones que el resto de los ciudadanos. El ejercicio del poder para el pueblo ganado en las urnas, más que la de una capacidad de mando ha sido la de una experiencia corporal diaria de poder mirar de frente a los demás sin tener que avergonzarse del color de piel o la pollera de madre, es haber sido tomados en cuenta como seres humanos, es el poder vender en el mercado, labrar la tierra o ser autoridad sin ninguna barrera de apellido. De ahí que, si bien la experiencia del poder estatal para las clases subalternas –como lo vio Gramsci– es, en primer lugar, la construcción práctica de su unidad como bloque social, la manera de verbalizar y comprender moralmente ese poder ha sido la conquista de la dignidad, es decir, su experiencia de pueblo como cuerpo colectivo autodignificado.

Por eso la mujer de pollera y el obrero lloran cuando el fascismo quema la Wiphala, lloran cuando Evo es expulsado, lloran cuando son impedidos de entrar a las ciudades. Lloran porque están despedazando el cuerpo simbólico y real de su unidad y de su poder social. Y cuando llevan sus muertos por delante en medio de miles de crespones negros y boleros de caballería fúnebres, lo hacen para pedir a las clases pudientes el respeto a sus muertos, a esos muertos que son el umbral último donde los vivos, sea de la clase o condición social que sean, deben detener su orgía de sangre y odio, para venerar la virtud de la vida.

Pero la respuesta de los golpistas es atroz, inmoral, dantesca. Disparan gases lacrimógenos, disparan balas, desplazan sus tanquetas y los féretros quedan en el piso, envueltos en una nube de gases escoltados por gente que se arrodilla y se arriesga a la asfixia antes que abandonarlos.

No respetan ni a los muertos grita la gente. No es una frase de protesta, es una sentencia histórica. La misma que pronunciaron los padres de los agredidos de hoy, cuando otro golpe militar en el fatídico noviembre de 1979 ametralló desde aviones estadunidenses Mustang a los dolientes que rezaban y hacían ofrendas a los familiares difuntos en el Día de los Muertos o Todos Santos. Los aventureros del golpe militar de entonces, después de su efímera borrachera de victoria, quedaron aparcados en la cloaca de la historia, lugar en el que con toda seguridad estarán pronto los golpistas de hoy. No se puede agraviar impunemente a los muertos, porque en la cultura del pueblo ellos forman parte de los principios básicos reguladores del destino de los vivos.

La brutalidad de los golpistas hoy obtiene el miedo de la gente, pero ha abierto las puertas de un resentimiento generalizado. Las suturas con las que las seculares grietas clasistas, regionales y raciales habían sido cerradas han estallado por los aires dejando unas heridas sociales sangrantes. Hoy hay odio por todos lados, de unos contra otros. Las clases medias tradicionales quisieran ver el cadáver de Evo arrastrado por las calles, como el del ex presidente Villarroel en 1946. Las clases plebeyas quisieran ver a los ricos cercados en sus barrios padeciendo de hambre por la falta de alimento. Una nueva guerra de razas anida en el espíritu de un país desgarrado por la felonía de una clase que halló en el prejuicio colonial de superioridad la defensa de sus privilegios.

Ya lo dijimos, la fascistización de la clase media tradicional es la respuesta conservadora a su decadencia social fruto de la devaluación de sus aptitudes, capitales, oportunidades y saberes legítimos frente a la “invasión“ de una nueva clase media de origen popular e indígena con repertorios de ascenso social más eficaces en el Estado indianizado de la última década. No es que hayan tenido una depreciación de su patrimonio –que de hecho aumentó pasivamente debido a la expansión económica generalizada del país–, sino de sus oportunidades y apuestas de mayor ascenso social aprovechando el crecimiento exponencial de la riqueza nacional.

Pero esto no ha limitado un hecho relevante de las estructuras de clases sociales y de los procesos de hegemonía política: la irradiación estatal de las clases medias. En sentido estricto el Estado es, en su regularidad, el monopolio del sentido común de una sociedad. En tanto que el poder político es, con mucho, la creencia y convicción de unos del poder de otros, es en cierto modo también un tipo de sensación intersubjetiva. Se trata del espeso mundo de las narraciones profundas con efecto estatal. La opinión pública, esto es, las narrativas, símbolos y sentidos de comprensión de la legitimidad que pugna por realinear el sentido común político, en gran parte es concentrada por las clases medias tradicionales por disposición de tiempo, recursos y especialización laboral.

En Bolivia, el ascenso social de nuevas clases medias indígena-populares ha venido acompañado por nuevas narrativas y sentidos de realidad, pero no con la suficiente solidez como para irradiarse o contraponer la racialización del discurso de las clases conservadoras y ser soporte de una nueva opinión pública predominante. Las clases medias tradicionales poseen la experiencia en las formaciones discursivas y en los sedimentos históricos del sentido común dominante, lo que les ha permitido expandir retazos de su modo de ver el mundo más allá de la frontera de clase, incluso en partes de las nuevas clases medias y sectores populares. De hecho, la nueva clase media más que una clase social con existencia pública movilizada es una clase estadística, es decir, aún no es una clase con irradiación estatal.

De ahí las dramáticas formas con las que las fuerzas indígena-populares intentan escenificar y narrar sus resistencias. Se trata de otras maneras de construcción de opinión pública y de articulación del sentido común que se irradia a otros sectores sociales, pero a raíz del hecho de fuerza del golpe de Estado, ahora subalternizadas, fragmentadas.

Mientras tanto, el fascismo cabalga como un jinete enloquecido al interior de las murallas de los clásicos barrios de clase media. Ahí, la cultura y las razones han sido erradicadas sin disimulo por el prejuicio y la revancha. Y parece ser que sólo el estupor fruto de un nuevo estallido social o de la debacle económica que asoman en el horizonte, producto de tanto odio y destrucción, podrá agrietar tanta irracionalidad escupida como discurso.

*Vicepresidente de Bolivia en el exilio

 
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Miquel Angel Soria

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Dec 3, 2019, 1:31:12 AM12/3/19
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El divendres passat vaig estar a la presentació del darrer llibre de Sabino Cuadra Lasarte, ¡No os importe matar! Sanfermines 1978: Crimen de Estado. Van se dues hores intenses -l'autor i Joan Tardà- sobre un tema que havia conegut per la novel·la històrica de Juan Retana 22 de septiembre, San Fermín.
Rodolfo Martín Villa va posar en pràctica una política de terra cremada que facilités el trànsit a una Constitució diuen que democràtica.
Els drets d'autor del llibre de Sabino Cuadra estan destinats a pagar el procesament de l'antic Ministre d'Interior.

La mafia que gobierna en la sombra
Javier Gallego

Primero el BBVA, ahora Iberdrola están siendo investigadas por encargar al turbio comisario Villarejo el espionaje de rivales empresariales y, en el caso de la eléctrica, también de políticos que entorpecían la construcción de una central de la compañía. Tanto el entonces presidente del banco, Francisco González, como el todavía presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, están señalados como promotores de las operaciones. Dos grandes del Ibex implicados en prácticas mafiosas. Quién lo hubiera imaginado.

El BBVA espió a Sacyr, Iberdrola a Florentino Pérez, presi del Madrid y ACS, en busca de información comprometedora que les hiciese desistir de su intento de comprar las dos empresas implicadas en el espionaje. Los espiados no son mejores que los espías. Ambos están salpicados también por escándalos de corrupción y mordidas a partidos en España y pufos en Latinoamérica. Unos y otros, espiados y espías, tienen filiales en paraísos fiscales.Y todos se han beneficiado de los acuerdos de nuestro país con otros países para no tributar casi o tributar cero. Luego, las puertas giratorias.

Gobiernos que benefician a empresas que benefician a gobiernos. La lista de leyes y tramas para hacerse favores mutuos es interminable. El espionaje no es más que otro capítulo de la serie Los Padrinos. Las cloacas del Estado no trabajan sólo para los partidos, también para los empresarios. Para el Estado paralelo, el Estado en la sombra. Los que gobiernan de facto. Imponen leyes, reciben amnistías, obtienen contratos. Es todo el mismo lodazal, la misma piara.

Son los mismos que conspiraron para evitar que Sánchez pactara con Podemos en 2016 y que ahora quieren acabar con el gobierno de coalición. No es casualidad que Iberdrola y BBVA contraten a Villarejo, el muñidor de los informes falsos contra los de Pablo Iglesias, aireados por la cloaca periodística. El mismo lodazal, la misma piara. Ya lo dijo Villar Mir: "lo importante es que no se nos dé la presencia de Podemos porque desajustaría la economía". La economía de los de su ralea, se entiende.

Este lunes, en el inicio de la Cumbre contra el Cambio Climático en Madrid, Endesa compraba todas las portadas de los grandes periódicos para anunciar sus soluciones contra la contaminación. Endesa es la empresa con más emisiones contaminantes de España en 2018, según un informe del Observatorio de Sostenibilidad de estos mismos días. Endesa ha sido multada más de una vez por fraude a los consumidores. En Endesa se han colocado Aznar, Solbes, De Guindos o Elena Salgado. Endesa tiene paraísos fiscales y deudas con Hacienda. Sus lavados de cara los está pagando usted muy caro con su dinero (y el periodismo, con su prestigio).

Los que contaminan y corrompen, los que evaden impuestos, los que inventan escándalos y espían al vecino, los que te suben la factura y te bajan los sueldos, los que especulan con el suelo, los que compran a políticos y medios, los que mandan, quieren seguir haciéndolo sin límite alguno. Por nuestra democracia, nuestro planeta, nuestro bolsillo, hay que ponerles freno. Hagan posible el gobierno de coalición. Alguien tiene que defendernos de la extorsión, el expolio y el chantaje. Aunque sólo sea un poquito.

                                                   * * *

Retornos del fascismo
Hermann Bellinghausen

Los nuevos brotes de fascismo digamos clásico, de matriz occidental y en principio cristiana, nos recuerdan que esa infame construcción ideológica del siglo XX no murió bajo los escombros del búnker hitleriano en 1945. Había florecido con pasmosa fluidez por toda Europa. Pocos países dejaron de tener gobiernos colaboracionistas y pronazis, con las salvedades extremas de Gran Bretaña y la Unión Soviética. Tras su fracaso, se engendró en toda Europa, para resucitar sin empacho durante la década de 1990 entre los nuevos nostálgicos del Tercer Reich, la Gran Serbia y el franquismo. Los países del ex bloque soviético, Alemania incluida, resultaron fértiles para el neofascismo y las ideologías conservadoras y excluyentes. Ya presenciamos las últimas guerras civiles balcánicas y hoy vemos purificaciones antimigrantes en Hungría y Polonia, sin obviar las recurrentes recaídas en estas posturas por la vía electoral en Austria, los Países Bajos, España, Francia o Italia.

Hay un fascismo latinoamericano que logró penetrar culturalmente el sur. Alarmados, lo vemos en Bolivia estos días, donde asoma montado en el racismo no superado de una sociedad colonizada, presuntamente no indígena y blanca, reposicionada al calor del golpe de Estado de 2019. El monstruo acechaba en Santa Cruz y Beni y ahora también lo reivindican inconscientemente los ricos, los mestizos y las clases medias en La Paz y Cochabamba.

Algo más que una curiosidad maniática, la fantasmagoría nazi que recorre algunos relatos de escenario chileno de Roberto Bolaño son tan sólo registro ingenioso de una bestia latente en Argentina, Brasil, Bolivia y Chile. Entre mito y realidad, estos países fueron receptores de la dispersión nazi. El caso Eichmann confirmaría la complicidad sudamericana, ampliamente conocida y que se manifestó con soltura en los periodos de dictadura militar.

En otro renglón, quizás el más peligroso, tenemos el protofascismo blanco estadunidense, con su tradición y hasta su aristocracia; la estirpe pronazi de los Bush heredó parte del oro de los nacionalsocialistas, que como banqueros resguardaron y luego confiscaron. La nación del genocidio indio y el repulsivo Ku Klux Klan acogió, por razones no sólo militares, a la élite científica y técnica del Tercer Reich; allí se generó un fascismo cowboy enamorado de la bomba atómica (Doctor Strangelove), del oro y lo dorado, que en 2017 encumbraría en la presidencia a un magnate de origen ario y modales brutales que constituye una verdadera desgracia democrática. Describirlo como fascista puede resultar inexacto, pero no se yerra del todo. Basta ver lo cómodo que se siente el actual titular de la más paranoica Casa Blanca de la historia ante las expresiones de fundamentalismo blanco, nacionalismo rascuache y mal disimuladas conductas violentas contra la gente de colores.

Y aunque nada ofende más a la opinión pública judía y proisraelí que mencionar a Israel al hablar de fascismo, las agresivas expresiones ultranacionalistas de los colonos que avanzan sobre Palestina con respaldo del ejército y los partidos políticos en el poder no difieren demasiado en sustrato, lenguaje y prácticas del fascismo clásico occidental que alguna vez los tuvo como sus víctimas favoritas. Nadie dijo que el fascismo no podía ser judío; el antisemitismo se transfiere a otros otros, de manera similar a la de Europa y América hoy: el negro, el indígena, el árabe. El ultranacionalismo israelí invoca al mismo dios de los europeos, los estadunidenses, el feroz Bolsonaro y hasta de la patética presidenta interina de Bolivia.

En una célebre conferencia de 1995, Umberto Eco apuntaba los 14 síntomas del que llamó Ur-fascismo, o fascismo esencial: Enaltecimiento de la tradición y rechazo al modernismo. Irracional culto de la acción por la acción. Su sincretismo no tolera el pensamiento crítico. Crece y busca consenso explotando y exacerbando el miedo a la diferencia. Surge de la frustración individual o social. Respira por el resentimiento. Sólo admite un privilegio, el más vulgar de todos, haber nacido en el mismo país. Pacifismo le significa colusión con el enemigo. Desprecia a los débiles e inferiores. Su ideal de heroísmo se vincula con el culto a la muerte. Es machista. No reconoce los derechos del individuo, el pueblo se concibe como entidad monolítica. Cultiva un léxico pobre y una sintaxis elemental (https://ctxt.es/es/20190116/Politica/23898/Umberto-Eco-documento-CTXT-fascismo-nazismo-extrema-derecha.htm). En fin, exactamente todo lo que estamos viendo crecer en el siglo XXI.

 
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Miquel Angel Soria

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Dec 4, 2019, 1:30:33 AM12/4/19
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Alguns polítics, davant d'aconteixements especials -la cimera a
Madrid- acaben perdent la poca dignitat que tenien (si és que tenien
alguna). No són molts: VOX, PP i altres negacionistes.


Yo también recelaba de Greta, hasta que oí a mi hija y a Ana Rosa Quintana
Isaac Rosa

Viene a España Greta Thunberg, y cada uno puede elegir su propia
Greta: 1) el símbolo de la lucha contra el cambio climático Greta, 2)
el referente para millones de jóvenes Greta, 3) la joven activista
Greta, 4) la cría valiente pero con sobreexposición Greta, 5) la chica
que debería estar en clase Greta, 6) la hasta en la sopa Greta, 7) la
niñata insoportable Greta, 8) la inofensiva títere del poder Greta, 9)
la loca esa de Greta.

En esa escala de Gretas, ¿en cuál se sitúan ustedes? No tiene que ser
una posición fija, algunos nos hemos ido deslizando por la misma,
hacia delante y hacia atrás según el momento. En mi caso, durante un
tiempo me situé en la zona media, en el 4 ("cría valiente pero con
sobreexposición"), y llegué a poner un pie en la casilla 5, con riesgo
de dar el paso fácil a la 6, y desde ahí despeñarme por la escalera
para acabar haciendo chistes sobre "la loca esa de Greta".

Pero en los últimos tiempos he rehecho el camino: sin perder mi
preocupación (paternalista, claro) por la excesiva presión sobre
alguien tan joven, he ido viéndola como una joven activista (una entre
tantos que a su edad ya se movilizan), un referente para millones como
ella, y hasta un símbolo de la lucha contra el cambio climático. Para
desandar hacia el otro lado de la escala, han sido fundamentales dos
personas: mi hija Olivia, y Ana Rosa Quintana. Vayamos por partes.

Mi hija: tiene solo un año menos que Greta, y lleva ya tiempo sin
perderse una movilización feminista ni una acción ecologista.
Ecofeminismo, diríamos. El feminismo lo ha mamado en casa, y ha
llegado a la adolescencia justo cuando la lucha feminista se convertía
en el movimiento social más potente. Pero en su conciencia
medioambiental ha sido decisivo el ejemplo de Greta, desde que la
joven sueca empezó a faltar a clase y sentarse sola frente al
parlamento sueco. Desde entonces, mi hija va a todas las sentadas
frente al Congreso, asume y difunde los hábitos de vida que debemos
cambiar, y sabe mucho más que yo de activismo medioambiental.

Sé, por sus amigas, por hijas de conocidos, y por los muchos jóvenes
que estos días se movilizarán frente a la Cumbre, que ella no es la
única que se hizo activista tras ver vídeos de Greta, escucharla ante
Naciones Unidas, o verla cruzar el mar en barco ("¡esta semana llega
Greta a Madrid!", se dicen con gran excitación).

Que sí, que ya sé que ni Greta Thunberg ni mi hija ni todos esos
jóvenes van a resolver un problema de tanta complejidad, y que implica
a los que seguramente son los intereses más poderosos hoy en el
planeta. Ante su activismo juvenil, podemos mirar a Greta y a mi hija
con una sonrisita condescendiente, adultocéntrica, seguramente
patriarcal, llena de incomprensión y resentimiento generacional
("estos niñatos que nos culpan a nosotros…"). O podemos entender que
para millones de chavales empieza aquí su socialización política, su
toma de conciencia y paso a la acción, que tal vez en poco tiempo irá
mucho más allá de sentarse frente al Congreso, pintarse la cara en las
manís, o cruzar el Atlántico en catamarán.

Qué pronto se nos olvidan nuestros primeros pasos en el activismo, a
menudo con causas que en su día eran vistas por nuestros mayores, por
los mayores de cada época, con la misma condescendencia, incomprensión
y resentimiento. Aquellas inocentes acampadas del 0'7, que no
consiguieron gran cosa pero a muchos nos metieron de cabeza en el
activismo social y político. O más reciente, esos niñatos del 15M, con
sus manitas al aire, ¿se acuerdan?

Pero estos días no solo he oído a mi hija y a sus coetáneas. También
he escuchado a Ana Rosa Quintana, y que me perdone por personificar en
ella, que ni siquiera es la peor. He escuchado a Ana Rosa, y a algunos
de sus colaboradores, y a varios presentadores de radio, y a numerosos
tertulianos por todas las televisiones y radios, y a columnistas de
prensa, y a varios políticos y ex políticos, todos hermanados en su
ignorancia, repugnancia y mofa hacia la joven Greta Thunberg. Llevan
más de un año riéndose de la niñata, malcriada, mesiánica, perturbada,
histérica, mamarracha (palabras todas escuchadas esta semana); y ahora
que viene a España ha estallado el jolgorio final, que va mucho más
allá de Greta, incluye todo tipo de cuñadeces sobre el cambio
climático propios del negacionismo más cobarde (ese de "yo no soy
negacionista, yo defiendo que hay que hacer algo, peeeeero…").

Yo no sé si Greta va a conseguir mucho, poco o nada. Y tengo claro que
frente a la grave crisis climática hace falta mucho más. Pero cuando
escucho a mi hija, y a Ana Rosa y compañía, yo tengo claro cuál es mi
lado.

* * *

Insatisfacción
Por Noé Jitrik

Brasil tenía cuando Lula inicia su primer mandato muchos millones de
pobres, algunos pobrísimos. Al final, 40 millones, el estilo brasileño
es el gigantismo, dejaron de serlo. ¿Lo reconocieron? ¿Lo
agradecieron? Habían sido beneficiados, pero cuando lo metieron preso
brotaron como hongos millones de disconformes que, ni cortos ni
remisos, votaron a Bolsonaro, un sujeto gris al que en otra época,
cuando no se habían creado palabras descriptivamente más precisas, se
designaba como “frenético”, un charlatán agresivo que no se cansa de
denigrar al que les mejoró la vida ni de proclamar que la cárcel que
le han armado es lo mejor que le puede pasar a Dios y al mundo entero.

No es lo único. Aquí, en este rincón del universo, pasó algo
semejante: presencié la ira de un señor muy bien vestido que insultaba
sin contención a Cristina porque el aumento de su jubilación le
parecía escaso, quería más, creía que merecía más, declaraba que
porque no le llegaba a él lo que creía que merecía Cristina se lo
llevaba para ella, razón más que suficiente para no votarla. Pero,
igual que en Brasil y ahora que en Bolivia, muchos que no tenían por
qué quejarse de la misma manera no sólo no votaron lo que ella
proponía sino a quien sin duda les quitaría lo poco que habían
obtenido, gran triunfo de Macri. Unos, los brasileños, otros, los
argentinos, estaban “insatisfechos”, de los bolivianos ni hablar, y
esa turbia insatisfacción estaba en el fundamento de una decisión que
le está costando a esos países lo que nunca se habría podido imaginar
de empobrecimiento, endeudamiento, mediocridad, falsedad y todo lo que
podemos registrar sin mayor esfuerzo, en Bolivia de genocidio.

Por supuesto que gran parte de los millones que algo recibieron en
Brasil, Argentina y Bolivia, en virtud de una política distributiva, y
de otros que no necesitaron de tal distribución, actuaron
razonablemente, apoyaron y sostuvieron a Lula, no se creyeron las
patrañas judiciales contra Cristina y apoyan a Evo, todavía en
silencio mientras escribo esto, y celebran que Lula haya ganado una
parte de la batalla pero me interesan, o preocupan, los otros, los que
permitieron y permiten, o contribuyen a una situación que es tan
peligrosa como criminal y grotesca considerando, si pienso en Brasil,
lo que es un país en el que han nacido y creado muchos seres de
excepción, me basta con mencionar al Alejaidinho, a Guimarâes Rosa, a
Dorival Caymmi, a José Guilherme Merquior, a Caetano Veloso.

Debe haber variadas razones para explicar tan lamentable
comportamiento aunque las condiciones básicas sean peculiares y
propias de cada uno de esos países: la que más me gusta ahora, por más
parcial y limitada que sea --renuncio a las grandes razones--, es la
de la “insatisfacción”. Me atrevo a pensar que eso, la insatisfacción,
que se manifiesta como una especie de sabor amargo, es un ímpetu, una
fuerza poderosa, rendirse a ella es casi místico, casi una fuente de
goce como podría haberlo pensado Freud que, pobre, no se asomó al
espectáculo que ofrece América Latina.

Pero lo que tal vez no llegó a pensar es que la insatisfacción es una
especie de regulador de nuestras relaciones con el juego entre el dar
y el recibir y que, por lo tanto, afecta la vida entera, en todos sus
momentos. No nos dan lo que creemos que merecemos, dan lo que no
merecen a muchos que están cerca, la insatisfacción obnubila, ciega,
terminamos por no tener idea de los límites entre lo que creemos que
tenemos que recibir y lo que efectivamente se nos puede dar y si en lo
personal logramos equilibrar esos movimientos cuando se trata de un
país las dimensiones cambian y de pronto de producen aberraciones como
la brasileña y la boliviana.

Las insatisfacciones están por todas partes, es como un océano en el
que pataleamos sufriendo lo que acarrean, sin poder manejarnos
adecuadamente para sobrenadar. Eso se sabe y padece, el problema es
cómo entenderlas en su índole y en su genética. Apenas apunto algunos
de sus rasgos siento que el concepto se me escapa, cubre tanto que
quizás sea un equivalente de la humanidad misma, es más o menos como
la basura, que está por todas partes.

Ese concepto, o término, no funciona, ya lo señalé, sólo en lo
político amplio sino también y con alarmante frecuencia en lo
individual, en las relaciones humanas, vale la pena señalarlo: en un
sentido, es probable que respuestas que uno espera --satisfactorias--
sean pobres y generen ese sentimiento, por ejemplo una declaración de
amor rechazada, un trabajo cuyo valor es ignorado, un ascenso en el
empleo indefinidamente pospuesto, un apoyo amistoso que no se produce
y, en un sentido opuesto, también lo sufre una vanidad exigente y
susceptible pero que se siente objeto de una desconsideración o de un
desdén, hay mucha insatisfacción en ambas vertientes.

Lo que en esto quiere decir es que hay insatisfacciones no
compartibles y hasta algo estúpidas y otras justificables, producto de
injusticias, hay que poder distinguir. No es un misterio que hay un
enjambre de situaciones y que, olvidando las propias, hay que soportar
todas las insatisfacciones, de uno u otro tipo: siempre son molestas,
uno no sabe qué hacer con ellas seguramente porque no sabe cómo
manejar las propias.

En algunos momentos, sobre todo en lo que concierne a lo individual se
genera insatisfacción mediante una deliberada y hasta estratégica
aplicación de la indiferencia, que es una forma distinguida del
“ninguneo”, muy popular en varios lugares del mundo, en nuestro medio
no falta; en algunos y muy destacados casos el “reconocimiento” y la
“atención” lo reducen: lo que va de uno, la indiferencia, al otro,
tiene en la actitud crítica un vehículo eficaz para discernirlo, claro
que la actitud crítica no acude con tanta presteza como debería y el
insatisfecho sigue mascando tan turbulento sentimiento que, en lo
individual, no lleva a ninguna parte.

Pero en lo político sí, conduce a tomar decisiones que, como en los
casos mencionados, son torpes y tienen consecuencias muy indigestas
para el conjunto. ¿Qué se puede esperar del voto de explotados y
humillados que votan por explotadores y humilladores? Si lo vemos de
este modo, tal vez podamos explicarnos el giro a la derecha que azotó
y azota a varios países de América Latina, no puedo considerar cómo
opera esto en otros lugares del mundo. Nubes de insatisfechos apuestan
a la destrucción del conjunto y de ellos mismos, una verdadera e
incomprensible calamidad. Así logró sus triunfos el macrismo, así se
impuso Bolsonaro, así desmemoriados bolivianos aúllan en las calles el
odio a ese Evo que les dio prosperidad, paz y bienestar.

¿No es ese sentimiento, cuando es inexplicable, cuando brota porque
no se ha comprendido, porque no tiene palabras, equivalente a un
ataque de la irracionalidad buscada, elegida? ¿Con eso hay que
convivir? ¿Hay que admitir que forman parte de ese “todos” que se
invoca como prueba de amplitud y generosidad? ¿Hay “todos” o hay
“partes”? ¿Forman parte del “todos” los que queman la casa de Evo
Morales? ¿Son sólo “insatisfechos?
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La fórmula correcta.jpg
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Miquel Angel Soria

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Dec 5, 2019, 1:31:33 AM12/5/19
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El decimista cubà Yoerky Sánchez parla de la sanitat cubana i dels
seus protagonistes. Per cert, penso que un poble que viu escanyat no
té gaire possibilitat de contaminar

¡Qué bella es la "esclavitud"
de quienes viven atados
a los valores sagrados
que anidan en la virtud!
Los que llevan la salud
y curan distintas penas
están llenos de cadenas
que ellos mismos se colocan
porque todo lo que tocan
lo tejen con manos buenas.


La dictadura perfecta
José Blanco

Vargas Llosa, súbdito de Felipe VI de España, dijo el viernes que ve
mal la administración de AMLO. Teme por un México de regreso a la
dictadura perfecta. El súbdito de un rey que vino a Cuba a hablar de
¡democracia! ha vuelto a proferir una de sus gansadas perfectas y,
como era de esperarse, ha sido imitado nuevamente por los replicantes
mexicanos: los persistentes defensores del régimen neoliberal en
retiro. No es extraño que Vargas Llosa sea un neoliberal: ha sido un
alto beneficiario de ese régimen, abrazó tempranamente la ideología de
ese sistema de expoliación y ha sido profundamente construido por
ella.

Los historiadores probablemente registrarán al discurso neoliberal
como uno vuelto sentido común en tiempo récord. No parece haber otro
caso en la historia humana: en muy pocos años penetró la mente de
mayorías sociales con un discurso con el cual se proclamaba la
libertad individual como régimen social, mientras se construía en los
hechos un sistema de expoliación.

El abuso en el uso del término neoliberal no debiera perder de vista
el hecho contundente apuntado. En el marco del capitalismo, lo
contrario del régimen neoliberal es el Estado de bienestar. Ambos son
creaciones humanas: propuestas de organización del Estado y la
sociedad. Pero el discurso neoliberal, sin engañarse a sí mismo,
engaña: cree que el suyo es un orden natural, el de la libertad
individual, y que todo lo que se oponga a ese orden debe ser rechazado
y combatido. Para el neoliberalismo la intervención del Estado en la
economía –especialmente en la economía– es contra natura por
antonomasia; más precisamente expresado, la intervención del Estado en
la acción libre de los individuos en el mercado debe ser rechazada
categóricamente por todos. Todos tenemos unas cualificaciones que
debemos vender en el mercado, nos dicen. Si obtenemos poco es porque
pocas son nuestras cualificaciones y talentos: auméntelos para
venderse mejor. Y los neoliberales se ufanan: reclamamos para todos
esa libertad; de modo natural libres nacimos todos y toda fuerza
opuesta a esa libertad es opresión, autocracia, dictadura,
autoritarismo, que deben ser resistidos, combatidos, controlados.

Libre mercado = orden natural autónomo = pilar organizativo de la
sociedad. Esta es la patraña sobre la que se construye el discurso
neoliberal. En mis tiempos de estudiante el libre mercado era sólo un
supuesto simplificador para empezar a conocer los sencillos principios
de funcionamiento de un mercado de productos en la asignatura de
microeconomía neoclásica (una asignatura entre 30 o 40), donde un
(inexistente) homo œconomicus (otro supuesto simplificador) se guiaba
por la competencia, la información perfecta y el comportamiento
racional orientado por la utilidad marginal de un producto cualquiera.

El mercado libre neoliberal es producto de unas ideas, unas prácticas,
unas reglas, unas instituciones, unas leyes: un producto humano
absolutamente, no un resultado de la naturaleza: ¿hay alguna duda?
Este orden social produjo un ínfimo grupo de ganadores y un mar de
perdedores, en proporciones nunca vistas en la historia humana. Cuando
el neoliberalismo fue instituido en los años 1980, el punto de partida
fue un estado de desigualdad escalofriante. El resultado del libre
mercado fue a peor: la economía del 1%.

El ideal utópico del libre mercado soñado por los neoliberales se
derrumba porque produjo el estado distópico de la realidad efectiva
del presente, hoy enfrentada por grandes oleadas de disconformes que
protestan en el mundo. La posverdad del neoliberalismo va reduciendo
su poder de discurso imbatible. En Chile ha sido puesto en el
banquillo con una demanda más clara que en ninguna otra parte: un
nuevo pacto social: otra creaciación humana, esta vez humana en el
mejor sentido de la palabra.

Desde que Adam Smith imaginó la economía como una esfera autónoma
dirigida por una mano invisible, existía el riesgo de que el mercado
se convirtiera no sólo en una parte de la sociedad, sino en la
sociedad misma. Especialmente a partir de los años 1980 la idea
Friedrich Hayek –que vivió hipnotizado por el sistema de precios– se
hizo realidad: el Estado sólo tendría como función mantener libre al
mercado (y mantener a raya a los disidentes). El aterrador mundo de
hoy es el resultado de ese éxito. En términos históricos eso se acabó:
el dominio ideológico del neoliberalismo está volviéndose añicos. A
escala humana veremos a muchos estados cometer, en nombre de la
libertad individual, horrores sin cuento.

La economía tiene que ser una técnica, como creía Keynes, para
alcanzar fines sociales deseables, que son siempre resultado de una
deliberación pública, política, democrática, que ha de tener lugar
justamente fuera del mercado. Una deliberación que produzca un Estado
de bienestar social. La dictadura perfecta del mercado libre anhelada
por los neoliberales, sólo produce monstruos o insensibles súbditos
del dogma neoliberal, como Vargas Llosa.

* * *
Almeida ecologista.jpg
La lideressa-baronessa.jpg
La tiranía y el escribidor.jpg
Vox entra en la mesa del Congreso.jpg

Miquel Angel Soria

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Dec 6, 2019, 1:30:49 AM12/6/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Bon dia, constitucionalistes.
Com no em sento -amb les condicions que li atorga part de la societat
actual- doncs, no faig festa
I per arrodonir la jornada, treballo més i us envío tres articles.
Un dia com avui, l'any 1931, es concedia l'autonomia a Catalunya.
Quelcom havíem de celebrar!

El fracaso histórico del capital
Alejandro Nadal

Las manifestaciones de los últimos 12 meses en Chile, Ecuador, Perú,
Haití, Irak, Irán, Hong Kong y hasta Francia han adquirido un carácter
insurreccional por sus dimensiones y la amplitud de sus reclamos.
Muchos pensarían que estos movimientos no tienen un hilo conductor y
que todos obedecen a causas distintas. Los detonadores, en cada caso,
parecerían ser muy distintos. Pero un análisis más cuidadoso permite
identificar varias raíces comunes, en las que se mezclan las políticas
de austeridad, una profunda desigualdad, el dominio del capital
financiero y la concentración de poder de mercado en pocas
corporaciones. Son los rasgos definitorios de esta etapa del
capitalismo que se ha denominado neoliberalismo.

Las señales del fracaso y ruina del neoliberalismo se encuentran en
todas partes. La creciente e intensa desigualdad es, quizás, la señal
más poderosa. Proviene de muchas causas, entre las que destaca la
contracción en los salarios desde la década de los años 1970. El
estancamiento económico en que ha caído la globalización neoliberal es
otro signo de que algo está muy mal en las entrañas del capitalismo
mundial. Ponerle la etiqueta de estancamiento secular a este proceso
de ralentización puede servir para calmar las conciencias y ayudarlas
a ahuyentar los malos augurios. Pero cuando uno pregunta por las
causas de este fenómeno, casi nadie se atreve a poner el dedo en la
llaga: el estancamiento secular se debe a una caída en la inversión
que, a su vez, está ligada a una baja en la tasa de ganancia.

El sector financiero, que en las primeras etapas del capitalismo le
fue aliado fiel, hoy se ha convertido en una máquina que impone su
racionalidad a la economía real y mantiene su rentabilidad a través de
la especulación. La masa de liquidez que hoy ocupa su espacio de
paraísos fiscales rebasa los 22 billones (castellanos) de dólares. Las
prioridades de la política macroeconómica obedecen a los mandatos del
capital financiero, mientras el desempleo y subempleo son la cicatriz
de estas políticas. El deterioro de los servicios de salud y educación
en la mayoría de los países desarrollados es un hecho bien
documentado. Finalmente, todo esto se acompaña de un proceso
destructivo en todas las dimensiones del medio ambiente. Cambio
climático fuera de control, pérdida de biodiversidad, erosión de
suelos y contaminación de acuíferos son sólo algunos de los aspectos
más claros de este deterioro que hoy es una amenaza para toda la
humanidad.

¿Cómo leer este proceso de ruina del capitalismo? Una posible
respuesta es ver en esto el fracaso de una forma particular de
capitalismo, el neoliberalismo, pero no del proyecto histórico
planteado por el capital. Todo esto exige un análisis más cuidadoso de
lo que constituye el neoliberalismo.

En la década de los años 1930 los economistas ultraliberales Ludwig
von Mises y Friedrich Hayek buscaron inyectar nueva energía a la
ideología de un liberalismo que no había sabido qué hacer con el
ascenso del fascismo, que no estaba resolviendo los problemas
económicos de su tiempo y que, además, veía en la teoría
macroeconómica de Keynes una amenaza. Usaron toda la superchería de la
ideología del mercado libre para lograrlo. El resultado fue un
adefesio que el marxista Max Adler calificó por vez primera de
neoliberalismo.

Tal como lo describieron Von Mises y Hayek, el nuevo sistema era la
esencia del capital. En su mediocridad como economistas, estos autores
develaron la esencia de la economía política burguesa y enseñaron la
esencia del capital. Su actividad panfletaria sentó las bases de lo
que después sería la agenda neoliberal en teoría económica y en
política: privatizar todo, desregular la vida económica y dejar actuar
a las fuerzas del mercado. En pocas palabras, en el neoliberalismo no
encontramos una excrecencia del capitalismo, sino la expresión más
pura de su esencia. Y desde esa perspectiva, la ruina del
neoliberalismo es efectivamente el fracaso del capital.

El fracaso significa que el proyecto histórico del capital se ha
agotado y hoy está en decadencia. A finales del siglo XVIII Hegel
escribía: Una época se termina cuando hace realidad su propio
concepto. Parafraseando esta idea, se podría decir que en este momento
la esencia de la época del capital se ha hecho realidad concreta en
todas sus especificaciones en y a través del neoliberalismo. Así se
expresa en toda su objetividad el potencial esencial del capitalismo:
en las especificaciones del neoliberalismo se concretiza el proyecto
histórico del capital en su versión real más acabada. En consecuencia,
con el fracaso del neoliberalismo hemos llegado al acabamiento del
capital y a la terminación de su época.

Pero esto no es un punto de reposo. La fase crepuscular del capital
durará todavía muchos años, pero serán años de grandes sacudidas
políticas y sociales, dado que las contradicciones del capital
explotarán en crisis prolongadas. La esencia de la nueva época ya no
será el capital, sino la lucha por la libertad y la justicia.

* * *

La paradoja del inmigrante de Schrödinger: acusar a los extranjeros de
robar trabajos y también de ser vagos que viven de ayudas
Moha Gerehou

La teoría desarrollada por el físico austríaco Erwin Schrödinger a
partir de un experimento aplicado a un gato en 1937 terminó por acuñar
un nuevo concepto que llevaba su apellido. Simplificando al máximo las
conclusiones, demostraba que aplicando las leyes de la física cuántica
el gato podía estar vivo y muerto al mismo tiempo. Décadas después la
teoría se ha convertido en una expresión cotidiana para describir
situaciones a priori contrarias pero que coexisten.

El discurso político y social sobre la migración no ha sido una
excepción, y lo que ideó Schrödinger se ha utilizado para describir lo
que ocurre cuando conviven a la vez los argumentos que defienden que
los extranjeros le quitan el trabajo a los nacionales con el que
sostiene que los inmigrantes se aprovechan de las ayudas públicas
porque son vagos que no trabajan.

Es el concepto del Inmigrante de Schrödinger, popularizado en Estados
Unidos y que se utiliza como meme. Pero la certeza es que un análisis
sobre ambas afirmaciones demuestra cómo conviven en el tiempo los dos
discursos, especialmente en la política, aunque los datos y los
expertos digan lo contrario.

Los extranjeros y el empleo de los nacionales

En febrero de 2015 aparecieron en Madrid unos carteles que apuntaban
al hashtag #LoNuestro con el siguiente mensaje: "6 millones de
inmigrantes, 6 millones de parados. ¡No es racismo, son matemáticas!".
Un año antes la encuesta de 'Actitudes hacia la inmigración' elaborada
por el CIS preguntó a los españoles por la afirmación de que los
inmigrantes quitan el trabajo a los españoles. Un 48% dijo estar
bastante o muy de acuerdo con ello.

En ese mismo estudio, preguntados por si los inmigrantes hacen el
trabajo que los nativos no quieren hacer, el 67% de los que
contestaron decía estar de acuerdo o muy de acuerdo con la afirmación.

Estas ideas no han sido ajenas a la clase política tanto a nivel
nacional como internacional, utilizándolo para defender que los
trabajadores autóctonos tengan preferencia en el acceso el empleo bajo
el criterio de la nacionalidad. Con ese argumento de la prioridad
nacional, Vox hizo campaña en el último ciclo electoral, llevando en
su programa medidas como "la reducción de un 10% de las cotizaciones
de la empresa, para nuevos contratos indefinidos para trabajadores de
nacionalidad española en situación de desempleo".

A nivel internacional hay más ejemplos como el de la líder del Frente
Nacional francés, Marine Le Pen, que ha convertido este en uno de sus
principales caballos de batalla. En una entrevista en LaSexta en 2014
decía lo siguiente: "Apuesto por la prioridad nacional. Creo que a
competencias iguales los empleos deben de reservarse en Francia para
los franceses". De la misma opinión, pero respecto a los ciudadanos de
EEUU, es Donald Trump, que por ejemplo describía su plan para la
inmigración como uno que pone "en primer lugar los empleos, los
salarios y la seguridad de los trabajadores estadounidenses".

No es casual que esta visión esté extendida por todo el mundo. Gonzalo
Fanjul, investigador en la Fundación PorCausa, lo achaca a un "sentido
patrimonialista de la riqueza y del Estado. En la medida en la que
consideras que tus derechos están vinculados a tu territorio crees que
existe una preeminencia".

Fanjul señala que "intuitivamente es lógico que la gente piense en la
economía como una tarta fija en la que lo que no se comen unos se lo
comen otros, pero la economía es una tarta que va creciendo o
reduciéndose, con la inmigración jugando un papel fundamental. Y la
realidad es que contribuyen a la economía mucho más de lo que se
benefician y, cuando las cosas van mal, sufren primero el golpe".

¿Hay alguna relación entre el desempleo en la población española y el
aumento de la migración? Los datos no dicen eso, sino todo lo
contrario. Echando la vista atrás al punto en el que hubo un mayor
aumento de la población extranjera en España, entre 2002 y 2007, los
datos del INE arrojan una conclusión clara: la tasa de paro descendió
en todas las comunidades autónomas.

"Siempre es más fácil culpar al más débil"

Hay sectores laborales en los que la población migrante es mayoritaria
por diversos motivos. Uno de ellos es el de las trabajadoras del
hogar, en el que el 89% son mujeres y, la mayoría, de origen
extranjero. Para Edith Espínola, portavoz de la Asociación Sedoac
(Servicio Doméstico Activo), la creencia de que los extranjeros
'quitan el trabajo' a los nacionales "es una muestra de un discurso de
odio que se intenta generar para endilgarle a la población migrante la
falta de trabajo. Siempre es más fácil culpar al más débil".

Espínola sostiene que además, en el caso de las mujeres migrantes,
"sustituyen el trabajo que han hecho durante siglos las mujeres
españolas y, cuando ellas han dejado de hacerlo, se sigue sometiendo a
otra mujer, en este caso migrante". La portavoz de Sedoac achaca esto,
entre otros motivos, a que "por la ley de extranjería tenemos que
cotizar todos los meses para mantener el permiso de residencia, y lo
único que lo permite es tener un trabajo que tiende a ser de servicio,
como en hostelería, cuidados o limpieza".

Otra de las salidas para el empleo de la población migrante es el
emprendimiento. En el impulso de esta modalidad se encuentra Koop SF
34, una cooperativa asentada en Bilbao, inspirada en la de Mondragón y
dirigida por George Belinga. "Es el discurso clásico de los que no
saben cómo funciona la economía. En cualquier país que crece hay
inmigración", explica vía telefónica. Según su experiencia, "con las
leyes tal y como están estipuladas y la novedad que es la inmigración
para España hay pocos caminos para la integración de las personas.
Cuando la gente quiere hacer algo y no meter 60 horas sin generar
apenas dinero, muchos hacen iniciativas emprendedoras para ayudar a
sus países de origen".

La inmigración y el acceso a las ayudas

En los últimos meses ha sido la extrema derecha de Vox la que ha
capitalizado el discurso sobre que la inmigración tiene privilegios a
la hora de recibir las ayudas públicas, o que simplemente son
receptoras de las mismas porque no quieren trabajar. Pero ni son los
únicos en difundir este discurso ni es algo nuevo en la política
española. Uno de los casos más sonados fue el de Javier Maroto en su
etapa como alcalde del PP en Vitoria. Afirmó en 2014 que "algunas
nacionalidades en nuestra ciudad viven principalmente de las ayudas
sociales y no tienen ningún interés en trabajar o integrarse".

El último caso más sonado lo protagonizó Santiago Abascal en un mitin
de campaña para las elecciones del 10N. El líder de Vox comenzó a leer
una lista de apellidos, asumiendo sin detallar su nacionalidad que
todas esas personas eran extranjeras, para extender la falsa idea de
que los inmigrantes tienen privilegios en ayudas sociales, en este
caso para el alquiler. No obstante, tal y como comprobó Maldita, ni la
legislación sobre ayudas al alquiler de la Comunidad de Madrid
"discrimina a los nacionales" ni los receptores de esta subvención son
en su mayoría extranjeros.

Más instituciones han refutado las tesis que ponen el foco en la
inmigración, también en relación a las prestaciones relacionadas con
el desempleo. Según un informe publicado por el Ministerio de Empleo
en 2016, "el porcentaje de parados que recibe prestación o subsidio
por desempleo es menor entre los inmigrantes", algo que en
consecuencia pone de manifiesto "su menor protección frente al
desempleo, y su consecuente mayor riesgo de pobreza y exclusión
social".

"Los argumentos de sobreutilización y abuso del sistema de protección
social por parte de la población están injustificados". Es una de las
conclusiones de los autores de un estudio de la Fundación La Caixa, en
el que sostienen que los inmigrantes en España aportan más al Estado
del bienestar de lo que reciben. El informe ahonda en algunos de los
motivos que explican la posición de la población extranjera: la
precaria situación laboral, los bajos salarios, la cobertura
imperfecta de otros sistemas de protección social y la escasez de
redes de solidaridad familiar y social.

El investigador Gonzalo Fanjul sostiene que "en la medida en que los
inmigrantes están sobrerrepresentados en las capas sociales más
vulnerables recurren más ayudas sociales, pero es por una cuestión
económica".

Ante la difusión del discurso sobre las ayudas, la ONG Cáritas decidió
salir al paso en su última memoria, en la que destacaron que "la
mayoría de las personas acompañadas por Cáritas –más del 60%– son
españolas o de la UE". "Las personas inmigrantes a las que
acompañamos duplican el riesgo de pobreza y de exclusión social de las
personas autóctonas", añadieron.

* * *

Un violador en tu camino y las masculinidades tóxicas
R. Aída Hernández Castillo*

En las pasadas semanas las mujeres han tomado las calles y plazas en
distintas ciudades del mundo para denunciar las violencias de los
estados patriarcales mediante un performance llamado Un violador en tu
camino. Mujeres de todas las edades, con paliacates morados y verdes y
una cinta negra que cubre sus ojos, han denunciado la manera en que
las instituciones de justicia, las fuerzas de seguridad, los
gobernantes, las iglesias han sido cómplices silenciosos o
participantes directos de las violencias que afectan cotidianamente la
vida de las mujeres. En Chile, Colombia, México, Ecuador, Francia,
Estados Unidos, Inglaterra, Sudán, el texto elaborado por el grupo
feminista Las Tesis, traducido a distintos idiomas, denuncia: “El
patriarcado es un juez que nos juzga por nacer, y nuestro castigo es
la violencia que ya ves…”. Han expuesto también la complicidad de los
jueces y los medios de comunicación que criminalizan a las víctimas,
respondiendo Y la culpa no era mía, ni donde estaba, ni como vestía.

Cuando hace año y medio, cuatro mujeres chilenas de la ciudad de
Valparaíso, decidieron formar el grupo Las Tesis, no imaginaron que su
llamado se haría viral y que mujeres de todo el mundo harían eco a sus
textos y expresiones artísticas. Sibila Sotomayor y Daffne Valdés, del
área de las artes escénicas, Paula Cometa Stange, historiadora que ha
incursionado en el ámbito del diseño y Lea Cáceres desde el diseño de
vestuario, decidieron traducir a un lenguaje y accesible las
principales tesis de feministas como Rita Laura Segato y Silvia
Federicci, para mostrar que las masculinidades tóxicas que ejercen
cotidianamente violencia sobre las mujeres cis y trans, son producto
de un sistema patriarcal, alimentado y reproducido desde los Estados.
En México, sus estribillos han inspirado a miles de mujeres de todas
edades, clases sociales, preferencias sexuales, identidades étnicas, a
salir a las calles y denunciar las desapariciones, las masacres, los
desplazamientos forzados, las violaciones, los feminicidios, así como
la indiferencia de una sociedad machista, que está más preocupada por
la estética de los edificios que por la vida de las mujeres.

Ha sido sorprendente la misoginia y el odio con la que muchas personas
han respondido en las redes sociales a las protestas de las mujeres
que toman las calles, confirmando la fuerza ideológica que tiene la
violencia patriarcal en sus distintas manifestaciones. Lo que la
sociedad aún no reconoce, es que la violencia patriarcal nos está
matando a todos y todas, y es la responsable de una de las peores
crisis humanitarias que se ha vivido en México, con más de 40 mil
desaparecidos, 26 mil cuerpos en fosas comunes esperando ser
identificados, con tres feminicidios diarios y 2 mil 833 mujeres
asesinadas en lo que va del año. Urge reconocer que la reproducción de
la violencia patriarcal, es un problema que se debe enfrentar
comunitariamente, no es un problema sólo de las mujeres, y que si bien
los perpetradores de estas violencias extremas, son hombres, también
lo son la mayoría de los cuerpos de jóvenes pobres y racializados, que
aparecen en las fosas clandestinas. Estamos ante contexto feminicida,
pero también ante un juvenicidio en donde los jóvenes más pobres y
marginados de la sociedad, están siendo también víctimas de las
masculinidades tóxicas (las propias y las de otros) y de la violencia
patriarcal. La cultura de paz que necesita urgentemente nuestro país,
debe pasar por la desestructuración de la violencia patriarcal, que se
reproduce cotidianamente en las casas y calles, y que es el caldo de
cultivo de las violencias extremas que denuncian las jóvenes en sus
performance. Las Tesis y las miles de jóvenes que se reunieron en el
Zócalo o frente a la Rectoría de la UNAM, son nuestra conciencia
crítica, la sociedad mexicana tiene la oportunidad de escuchar su
llamado y salir de la indiferencia, o continuar con la complicidad del
silencio.

* Investigadora de Ciesas
Vergüenza de género.jpg
Memoria histórica.jpg
Hielo.jpg
Shahid Atiqullah.jpeg

Miquel Angel Soria

unread,
Dec 9, 2019, 1:31:07 AM12/9/19
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Macri perd les eleccions fins i tot a Boca Junior, on va començar el
seu camí. Rep, a la seva tira Fin, ho deixa ben clar.
Ahir van començar a treure les reixes que dividien den dos la Plaza de
Mayo, obra magna de Macri.

Avui sí que és el dia de la Constitució, però la de la República de
1931. Visca la República!


Bolivia: la hora de la autocrítica
Katu Arkonada*

Después de varios análisis denunciando el golpe de Estado en Bolivia,
y el saldo sangriento de más de 30 personas asesinadas y mil
detenidas, es hora de empezar a analizar los errores cometidos por el
proceso de cambio boliviano, errores sobre los que se han montado los
golpistas para no volver a cometer los mismos en el escenario político
y electoral que se viene en los próximos meses.

Este análisis (auto)crítico parte también desde el más absoluto
compromiso con el proceso de cambio que transformó Bolivia durante 13
años, y desde la lealtad al MAS-IPSP y a su líder Evo Morales, siempre
acompañado por Álvaro García Linera, y en contra de cualquier
utilización perversa de la crítica, como se ha venido haciendo desde
ciertos sectores de centro-izquierda, o desde algunos feminismos
latinoamericanos.

Los procesos hay que vivirlos, hay que conocerlos desde el barro de la
militancia, y no criticarlos desde la academia o una supuesta
equidistancia, mucho menos si esa crítica sirve para terminar
justificando un golpe de Estado.

Mucho se habla estos días del supuesto error de Evo al forzar su
repostulación en 2016. Incluso una funcionaria que ha cobrado dinero
público por muchos años escribe ahora: Ese es el tamaño del daño que
le ha hecho a nuestra democracia el intento de repostulación del ex
presidente Evo Morales. El primer gran error fue colocar en el Estado
a gente sin ningún compromiso que a las primeras de cambio se ha dado
la vuelta y apoya o cuanto menos contemporiza con el gobierno
golpista. Sustituir el instrumento por el Estado, por funcionarios
mediocres sin compromiso político, es un primer error. El MAS-IPSP se
convirtió en un instrumento de ascenso social (impregnado de
corrupción, además).

Bajar banderas, de la mano de estos funcionarios mediocres, para
querer hablar a las clases medias desde el liberalismo, fue un segundo
error determinante. Más que atraerlas, se reforzó su conservadurismo.
La apuesta siempre debía haber sido volcarse sobre el núcleo duro, el
movimiento indígena originario campesino, y no sobre las clases
medias, que ya estaban perdidas, pues no sólo no veían los beneficios
inmediatos del proceso, al contrario de los sectores populares, sino
que además iban siendo politizadas contra el proceso por los medios de
comunicación.

El tercer error fue justamente confiar en los medios de comunicación,
todos ellos justificando hoy a los golpistas, y así como en los
medios, también en las élites económicas cruceñas, que apoyaron
mientras el gobierno tenía músculo, pero se dieron la vuelta
rápidamente.

El cuarto error fue confiar en la Organización de Estados Americanos
(OEA). Pensar que como no se había hecho fraude, el Ministerio de
Colonias del Imperio nos iba a dar la razón. Ya hace mucho nos
avisaron que al imperialismo ni un tantito así, pero no aprendimos. Y
este error terminó siendo determinante en el golpe de Estado, junto
con la confianza excesiva en la policía (golpista estructural) y
militares.

Y el quinto error, volviendo al inicio, no fue buscar la repostulación
de Evo, sino el momento en que se hizo (a un año de haber ganado con
61 por ciento de los votos) y no comunicar bien para qué se hacía
(terminar lo que se empezó con una agenda clara de pobreza cero y
derechos en 2025, Bicentenario de Bolivia). La no repostulación no
estaba en la Constitución, fue fruto de la correlación de fuerzas en
la constituyente, impuesta por una derecha que incluso en el referendo
sólo pudo ganar 51-49 por ciento gracias a la mayor campaña de guerra
sucia y fake news de la historia de Bolivia. Quienes no son demócratas
son ellos, desde el proceso siempre se buscaron fórmulas legales y
constitucionales para volver a postular al único líder que permite la
cohesión y unidad de los sectores tan heterogéneos que componen el
MAS-IPSP.

¿Qué hacer?

Dos frentes de batalla se abren ahora. En primer lugar, seguir
denunciando el brutal golpe que tanta sangre boliviana ha cobrado.
Denunciar todas las vulneraciones de derechos humanos de los golpistas
e impulsar la vuelta de Evo Morales a Bolivia para poder ordenar los
diferentes intereses corporativos que se expresan en el MAS, incluida
la propia Asamblea Legislativa Plurinacional.

En segundo lugar, levantar las banderas originales del proceso, que
nunca debieron ser arriadas. Las y los candidatos deben ser quienes
han estado ahí desde el inicio, el núcleo que nunca te abandona,
quienes han peleado en las calles de Bolivia contra el golpe o han
sido fieles a Evo cuando todo se desmoronaba.

Hay que estar claros de que no han dado un golpe de Estado, con la
complicidad e impulso estadounidense, para entregar el poder en abril
en unas elecciones. Es necesario, por tanto, prepararse para una
travesía por el desierto, como hizo el kirchnerismo en Argentina, o
está haciendo el correísmo en Ecuador. Toca resistir desde la
Asamblea, y atrincherarse en lo territorial, ganando todos los
municipios y gobernaciones que se pueda, demostrando que el MAS-IPSP
es la mayor fuerza político-electoral del país.

Quizás sea necesario discutir si el golpe de Estado en Bolivia ha sido
fruto de un exceso de democracia que provocó una escasez de
oportunidades de ascenso social para los históricamente privilegiados,
pero de lo que no hay duda es de que también es parte de una
estrategia imperial donde el gas, y sobre todo el litio, también
tienen mucho que ver.

*Ciudadano vasco, con nacionalidad boliviana y carnet de militante del MAS-IPSP.

* * *

Plutocracias, oligarquías y violencia en América Latina

Marcos Roitman Rosenmann

El siglo XXI muestra las fisuras del neoliberalismo. Sus efectos han
quedado al descubierto tras décadas de aplicar sus recetas. Sólo ha
podido mantenerse mediante el ejercicio de la violencia y la
militarización de la sociedad. Baste observar las consecuencias en los
países cuyas plutocracias y oligarquías se han dado el festín en
nombre de la economía de mercado. Ante las protestas ciudadanas la
respuesta ha sido represión y muerte. Mientras los gobiernos de Chile
o Colombia, por citar dos referentes actuales, desvían la atención
hacia el vandalismo callejero, una cortina de humo para tapar sus
vergüenzas, invisibilizan las manifestaciones de cientos de miles de
personas cuyas demandas se reivindican pacíficamente. Las imágenes que
recibimos sólo trasmiten la necesidad de ley y orden. Así se justifica
la violencia de Estado.

¿Pero qué ha pasado? se preguntan los gurús del neoliberalismo. Según
su doctrina, sólo había que trasformar ciudadanos en consumidores. Una
tarea que se creyó superada con éxito. Despolitizar y desideologizar.
Romper las trabas a la explotación de la fuerza de trabajo. Reformar
el mercado laboral, flexibilizar el empleo, abaratar el despido, crear
contratos basura y hacer de las pensiones un negocio en manos de las
financieras. En síntesis, ensalzar al empresario como creador de
riqueza, empleo y gestor de lo público. Todo se llevó a cabo bajo el
pomposo nombre de reforma del estado. Se reeducó al trabajador, Hay
que enseñarles a pescar y no darles el pescado; debía ser competitivo
y emprendedor. A lo dicho, restaba proporcionar un marco
constitucional y redefinir la democracia como democracia de mercado.
En esta labor, el gurú Von Mises advierte cual es el verdadero sentido
de la democracia de mercado, cuyo eje consiste en desentenderse de la
personal moralidad, de la justicia absoluta. Prosperan a la palestra
mercantil, libre de trabas administrativas, quienes se preocupan y
consiguen proporcionar a sus semejantes lo que éstos, en cada momento,
con mayor apremio desean. Los consumidores, por su parte, se atienen
exclusivamente a sus propias necesidades, apetencias y caprichos. Esa
es la ley de la democracia capitalista. Los consumidores son soberanos
y exigen ser complacidos. Para cerrar el círculo, John Rawls,
prohombre del neoliberalismo, complementó la propuesta con su peculiar
visión de la justicia, la cual legitima las desigualdades sociales y
económicas si traen ventajas y se fundamentan en la lucha competitiva
de todos los consumidores.

Bajo este paraguas, las plutocracias latinoamericanas se expandieron,
impusieron la dictadura del mercado y vieron crecer sus alforjas.
Gobierno de ricos, para ricos, excluyentes y sobre-explotadores.
Amasan grandes fortunas con un poder omnímodo sobre las personas y la
naturaleza, dinamitando los mecanismos reguladores que actúan sobre el
mercado. Plutócratas que han controlado la política, definiendo las
estrategias de acumulación, y subordinando la sociedad a sus
apetencias y caprichos. Criminalizan al pobre, en tanto sujetos que no
han sabido luchar en un mercado competitivo, desaprovechando sus
oportunidades. La sociedad debe identificarlos, aislarlos. Es la
guerra contra el pobre. La aporofobia se extiende.

En Brasil, Colombia, ahora Ecuador, amén de Honduras o Paraguay, Perú,
o tras el golpe de Estado en Bolivia, los métodos utilizados son los
mismos, revertir y reprimir avances sociales. Hoy, se mira a Chile,
cuna del neoliberalismo, oasis de paz al decir de Sebastián Piñera,
hasta que la eficiente economía de mercado le estalló en la cara. La
respuesta ha sido negar la evidencia. Subrayar como hacen Ricardo
Lagos y Vargas Llosa que las protestas son del primer mundo. Ejemplo
de haber superado el subdesarrollo. Por tanto, no cabe retroceder,
sino dar un paso adelante. El neoliberalismo muriendo de éxito, sería
el enunciado. Además quienes protestan, dirá Vargas Llosa, son niños
malcriados que tampoco tienen necesidades, son unos privilegiados, se
quejan de vicio. Por eso hay que actuar con dureza y fuerza. La
violencia está justificada. Ahora se busca recomponer el sistema, la
alianza entre plutocracia y oligarquía. Parafraseando a Platón, el
gobierno de los intereses particulares, amigos de los honores y la
admiración para los ricos, fijan los límites del poder, valiéndose de
la fuerza de las armas, o bien, sin llegar a tanto, por medio de la
intimidación de sus amenazas de llegar al uso de la fuerza y de la
violencia. Es la oligarquización del poder.

América Latina está en la encrucijada. Bolivia muestra como un golpe
de Estado puede acabar destruyendo en meses, las políticas sociales,
culturales, étnicas y de genero levantadas durante 14 años de
esfuerzos colectivos. Con sus aciertos y errores, Bolivia pasó a tener
una ley de pensiones dignas para los mayores de 65 años, las mujeres
vieron aumentar su participación exponencialmente en los cargos
públicos. Se construyeron 114 hospitales, la atención médica se
generalizo entre la población rural y los sectores populares, se
ampliaron las carreteras, se edificaron más de mil escuelas, el índice
de analfabetismo paso de 22.7 por ciento a 2.3 por ciento, se
reconoció la identidad de los pueblos indígenas con el primer Estado
Plurinacional en la historia de América latina. Se nacionalizaron las
riquezas básicas, se expulsaron las bases militares estadunidenses.
Avances que serán eliminados, tildados de comunistas, para justificar
el retorno de las viejas oligarquías y las plutocracias que apoyados
en las fuerzas armadas han decidido masacrar a su pueblo con el fin de
recuperar sus privilegios.
Alarmante aumento.jpg
Fin.jpg
Hay que reciclar.jpg
No és mareig.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Dec 10, 2019, 1:30:28 AM12/10/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Actualitat:
A Israel, el 2 de març, tercera elecció en menys de 12 mesos.
A l'Argentina, l'aparició d'una marieta és un símbol de bona sort.
(Veure tira de Rep). Aquí quin és aquest símbol?


Catalanofobia
Lluís Orriols

Déjenme que empiece este artículo con mi anécdota favorita sobre la
catalanofobia. En invierno del 2005, Isabel Pantoja viajó a Barcelona
para promocionar su nuevo álbum, 'Sinfonía de la Copla'. En su paso
por Radio Teletaxi, cuando el periodista Justo Molinero se interesó
por su opinión acerca de la campaña de boicot a los productos
catalanes, la tonadillera respondió: "estas navidades brindaré con
cava catalán y, luego, con champán del bueno". Meses más tarde Pantoja
quiso aclarar en el diario ABC su postura sobre la cuestión y añadió
que "los que tengan más dinero que brinden con champán, y los que
menos, con cava". No se trataba, pues, de un desliz anticatalanista
sino de una cuestión de estatus social. Aún con ello, Pantoja nos
regaló uno de los momentos más hilarantes de la triste campaña de
boicot al espumoso catalán.

El boicot al cava es sólo uno de los numerosos episodios que
ejemplifican la escasa simpatía que despiertan los catalanes en el
resto de España. La catalanofobia viene de lejos, sin duda. No
obstante, la virulencia de la crisis territorial que vivimos desde el
inicio del proceso soberanista puede hacernos pensar que seguramente
el anticatalanismo esté hoy más extendido que nunca. ¿Realmente es
así?

Hace unas semanas el Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), el CIS catalán,
publicó una encuesta sobre conflicto territorial en España en la que
se incluían preguntas sobre el grado de simpatía por los habitantes de
las distintas comunidades autónomas. Según el CEO, los catalanes son,
de lejos, los ciudadanos que más rechazo generan entre los españoles.
En una escala de 0 (caen muy mal) a 10 (caen muy bien), los catalanes
alcanzan un aprobado justo (5,6), una cifra notablemente inferior a la
del resto de comunidades autónomas, la mayoría de las cuales alcanzan
valoraciones por encima del 7 sobre 10.

¿Por qué los catalanes no gozan de buena prensa? En cierto modo,
existen razones para esperar que los españoles sientan una menor
simpatía hacia Cataluña que hacia otras comunidades autónomas. Los
prejuicios y estereotipos negativos tienden a ser más intensos cuanto
mayores son las diferencias culturales, lingüísticas o religiosas.
Debido a ello, es esperable que los territorios con lengua propia y
mayores hechos diferenciales acaben activando más fácilmente la
confrontación de "nosotros vs. ellos" y, en consecuencia, acaben
fomentando más prejuicios.

Esta explicación parece cumplirse en el caso de por ejemplo el País
Vasco y Cataluña, con lenguas propias, pues son precisamente estas
comunidades autónomas las que gozan de menos simpatía entre los
españoles. Sin embargo, no ocurre lo mismo con Galicia. A pesar de que
alrededor del 40 por ciento de su población tiene el gallego como
lengua materna, los gallegos son el tercer colectivo que más simpatía
genera, sólo por detrás de los andaluces y los asturianos. La
diferencia entre Galicia y Cataluña o País Vasco sugiere que en las
filias y fobias territoriales van algo más allá de la lengua o de los
hechos diferenciales. Es necesario también tomar en consideración la
confrontación política y por los recursos entre territorios.

En efecto, el anticatalanismo perece estar estrechamente vinculado a
la confrontación política. En el pasado el rechazo a los catalanes
estaba muy vinculada al papel de CiU en la conformación de mayorías en
el Congreso de Diputados. Los cánticos de "Pujol, enano habla en
castellano" en frente de Génova 13 en 1996 no sólo respondían al
rechazo a Cataluña como comunidad con rasgos nacionales diferenciados,
sino también a la sensación de injusticia que provocaba la estrategia
de CiU de intercambiar de estabilidad parlamentaria a cambio de
mejoras para Cataluña y su autogobierno.

Con el inicio del proceso soberanista en 2012, los partidos
nacionalistas catalanes dejaron atrás ese tradicional rol pactista y
apostaron por una agenda rupturista. En este sentido, es probable que
la actual hostilidad que provocan los catalanes hoy esté a más
vinculada a la crisis constitucional que al "mercadeo" de competencias
por estabilidad.

La virulencia de la confrontación política tras el proceso soberanista
puede llevarnos a pensar que la catalanofobia hoy es mayor que en
otras épocas. Pero, ¿realmente es así? ¿nos encontramos ante una ola
de hostilidad hacia los catalanes sin precedentes? Si comparamos la
encuesta reciente del CEO con la que el CIS publicó en 1996, los datos
parecen indicar incluso lo contrario*. En general, los catalanes caen
algo mejor hoy, pues la simpatía ha pasando del 4,9 al 5,6 sobre 10.
Entre 1996 y 2019 no solo ha mejorado la imagen de los catalanes, sino
también la de la práctica totalidad de las gentes del resto de las
comunidades autónomas, especialmente la de los vascos. Los catalanes
siguen siendo el colectivo que genera mayor rechazo, pero hoy el
rechazo es menor del que era casi dos décadas atrás.

El gráfico 1 muestra la relación entre anticatalanismo e ideología
(izquierda vs derecha), comparando 1996 con 2019**. Del gráfico se
desprende una conclusión muy llamativa y, en cierto modo,
contraintuitiva. Si bien en 1996 el rechazo a los catalanes era
transversal, actualmente es una actitud especialmente presente entre
los españoles conservadores. Su imagen ha mejorado de forma
significativa entre los votantes de centro y sobre todo entre la
izquierda, pero se ha mantenido baja entre la derecha.

En definitiva, los datos no parecen compatibles con la tesis de que el
proceso soberanista haya alimentado la catalanofobia. En realidad el
rechazo a los catalanes era más intenso y más generalizado cuando la
confrontación política se centraba en la estrategia de CiU de
"mercadear" apoyo en el Congreso de los Diputados a cambio de
beneficios o transferencias para Cataluña.

Si bien en 1996 la catalanofobia estaba muy débilmente relacionada
con la ideología, en la actualidad ha cobrado un papel crucial. De
hecho, entre la izquierda la antipatía que despiertan los catalanes es
muy moderada. En el gráfico 2 se puede constatar cómo entre los
votantes más progresistas no existen grandes diferencias entre la
simpatía que despiertan los catalanes con respecto a los madrileños o
los murcianos.

Así pues, la catalanofobia parece estar hoy más relacionada con la
ideología que en 1996. Los catalanes caen mal a uno de cada tres
españoles de derechas y para el 14% el rechazo es máximo (con
valoraciones de 0 sobre 10). Este último porcentaje es tres veces
inferior para el caso de la izquierda. Aún así, es importante leer las
cifras sin sensacionalismos. La catalanofobia se trata una actitud
minoritaria incluso entre la derecha: es más probable encontrarse por
la calle a un español conservador que no tenga una valoración negativa
de los catalanes que lo contrario.

¿Por qué la catalanofobia está hoy más relacionada con ser de
izquierdas o derechas? Déjenme que ofrezca una respuesta tentativa: la
irrupción de Podemos en el espacio de la izquierda. Esta formación ha
defendido en numerosas ocasiones la existencia de la plurinacionalidad
de España, se ha sentido cómoda en la aceptación de la diversidad
lingüística y ha intentado alejarse de discursos homogeneizadores.
Además, ha simpatizado con algunos de los postulados más destacados
del independentismo, como por ejemplo la aceptación de un referéndum
como instrumento para zanjar la crisis catalana. Estas posiciones
pueden haber ayudado a que sus votantes no hayan vivido el proceso
soberanista con tantos sentimientos de rechazo. Los datos de la
encuesta del CEO son en cierto modo compatibles con esta tesis. En
efecto, si bien la catalanofobia está casi tan extendida entre los
votantes del PSOE que entre los del PP, esta actitud es marginal entre
los votantes de Unidas Podemos.

En definitiva, a pesar de la severidad del conflicto territorial no
parece que la catalanofobia hoy esté más extendida que en otras
épocas. En los tiempos de Jordi Pujol el rechazo que generaban los
catalanes era más intenso y más transversal en lo ideológico. La
catalanofobia pervive en la misma intensidad entre los españoles
conservadores, pero se ha reducido de forma significativa entre los
españoles más progresistas.

* * *

Con la verdad en los huesos
Hermann Bellinghausen

Los caminos del dolor en busca de los desaparecidos (esa aberración
conceptual) son duros. Cómo no agradecer que alguien esté dispuesto a
caminarlos, y más aún, a desentrañar científicamente los misterios de
estas desapariciones, dar con sus restos humanos y permitir que
cierren las heridas de quienes viven en la incertidumbre y el vacío
emocional. Hace 35 años se estableció un grupo pionero, hoy ejemplo a
escala internacional, que recorre tales caminos, acude a las fosas y
aniquila las mentiras del poder, por mucha verdad histórica que les
quieran imponer. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF)
nació para la búsqueda de los borrados durante la guerra sucia y la
dictadura en su país. Gracias a las consecuencias políticas y
jurídicas de sus hallazgos, su labor planteó un paradigma de valor
universal. Por terrible que resulte, es indispensable escarbar
terrenos o dragar estanques para localizar e interrogar a los huesos,
que siempre dicen la verdad. Por eso desaparecen.

Al calor de la inefable Feria Internacional del Libro de Guadalajara,
el EAAF recibió el Premio Latinomericano Juan Gelman de Ciencias
Sociales. Mara la Madrid, viuda del poeta, entregó el reconocimiento
que conceden por primera vez el Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales (Clacso) y la Universidad Nacional de Quilmes. La ocasión
permitió presentar el libro Ciencia por la verdad (Buenos Aires,
2019), que conmemora los 35 años del EAAF. Allí se cuentan muchos
episodios de su andar, no todos. Están, por supuesto, las experiencias
en Ciudad Juárez y en torno a los 43 de Ayotzinapa, que ganaron para
el equipo la gratitud y la admiración de familiares, activistas y
organizaciones sociales. Pero su espectro es mucho mayor.

El EAAF consolida una incómoda disciplina forense guiado por Clyde
Snow, especialista texano, de quien aprendieron que uno puede trabajar
durante el día y llorar por la noche. La arqueología del pasado
reciente, que todavía duele, combate la impunidad, normal cuando
masacres, persecuciones y guerras civiles hacen lo suyo sin
consecuencias legales. La experiencia argentina, y por extensión
uruguaya, de los años 70, requirió de una verdad que sólo los muertos
mismos podían revelar.

Pronto, su labor devino necesaria en el mundo entero. Viajaron a
Kurdistán, luego fueron convocados por el Tribunal Penal
Internacional para la ex Yugoslavia a investigar las masacres en
Bosnia, Croacia y Kosovo. Con el tiempo acudieron a Etiopía, Haití,
Surinam, Sierra Leona, Togo, Zimbabue, Timor Oriental, Tailandia,
Vietnam, Líbano, Chipre, Chad, Kenia, Ucrania, Georgia, Irán, Irak,
Paraguay, Honduras, El Salvador, India, Sudáfrica, Canadá, España y
Bolivia. En años recientes, indagaron los feminicidios y la
desaparición de migrantes y víctimas del crimen organizado en
México.

De su reporte se desprende una toponimia de la infamia: El Mozote,
Campo Algodonero, Playa Santa Teresita, Cocula, Canal San Fernando,
Dos Erres, Kotebe, Patio 29, Arsenal de Tucumán, Raboteau, Birjinni.
El EAAF ha hurgado la ruta de los centroamericanos en su camino al
norte. En el siglo XXI México se convirtió en cementerio oculto para
miles de desaparecidos propios y ajenos. Somos el país de las fosas,
las barrancas, los basureros.

Al menos ahora los desaparecidos no están solos, ni sus deudos.
Pensemos que hasta hace poco aquí nadie contaba los muertos, en
especial indígenas, cuando eran reprimidos. No tenían nombre, ni
número, ni sepultura, ni familia que los reclamara. No existían. Un 15
de junio de 1980, por ejemplo, ocurrió en Chiapas una masacre de
indígenas que casi de inmediato fue olvidada. El Ejército federal,
comandado por el general Absalón Castellanos Domínguez, y un grupo de
ganaderos con uniforme militar, atacaron con gran capacidad de fuego a
la comunidad inerme de Wololchán (o Golonchán, municipio de Sitalá).
Oficialmente hubo 12 muertos, pero tanto terratenientes como líderes
campesinos coinciden en que fue mucho mayor el número (Enemigos
íntimos: terratenientes, violencia y poder en Chiapas, Aaron
Bobrow-Strain, Cimsur-UNAM, 2015). Las decenas de heridos se curaron
como pudieron. Las familias desalojadas fueron dispersadas,
perseguidas, ignoradas. Y muchos de sus caídos quedaron por ahí, en
fosas clandestinas. No sólo no se investigó el crimen, el general
Castellanos Domínguez fue premiado con la gubernatura.

El rescate de los desaparecidos ataja la inhumanidad de sus ausencias.
Especialistas como el EEAF, como a su modo periodistas y grupos que
asisten a sobrevivientes y familiares, deben estar preparados para
tener luego que curarse y vivir con las cicatrices de la verdad. Con
ellas también se construye.

La inolvidable protagonista de El fantasma de Anil, novela de Michael
Ondaatje, es una antropóloga forense originaria de Sri Lanka (como el
escritor mismo) que regresa a su país tras 18 años de ausencia.
Formada en el extranjero y destacada en Guatemala y otras locaciones
del horror, la conmociona encontrar en su tierra natal la muerte
fresca y la muerte seca. Acude a la poesía para recuperar su
humanidad. Y, sin embargo, las más oscuras tragedias griegas parecen
inocentes comparadas con lo que ocurre aquí. A manera de conjuro, la
poesía recorre el reporte del EEAF: Vallejo, Gelman, Neruda, el kurdo
Sherko Bikas o la buscadora de desaparecidas Susana Chávez, quien
desde Ciudad Juárez escribiera antes de ser asesinada: Así voy en mí
misma / perdiendo la cuenta / de tus huesos.
Buena suerte.jpg
Urdangarin.jpg
Moi duro ven este inverno.jpg
Larga negociación.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Dec 11, 2019, 1:32:02 AM12/11/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui hi ha una acumulació de notícies. A l'Argentina li dedicaré
l'atenció demà -si no surt quelcom de més urgent. Rep torna a fer un
editorial de la seva tira.
La nostra espera té premi: reapareix Álvarez-Solís. Imagino que la
visita a Jordi Cuixart del president de l'alemany Die Linke devia anar
en la línia que apunta.
Ferreres ens sorprén amb una manca d'anàlisi en el tema de les
tarifes del transport a Barcelona. Aquesta família que ens presenta
deu ser de fora de Barcelona, si no no s'entén.Aquesta queixa l'he
sentida entre els que van a Barcelona de tant en tant.

ANTONIO ÁLVAREZ-SOLÍS
LECTURA DE LA DIGNIDAD

Como es obvio suponer un verdadero izquierdista –si hemos de admitir
honradamente tal pretensión ideológica– no visita a un preso político
de izquierdas si no es para animarle en su sufrimiento carcelario,
mostrarle su adhesión de compañero y animarle con su presencia. Pero
renuncio por mi parte a multiplicar el alcance político de lo que
acabo de decir como muestra de respeto al encarcelado. El momento
político que vivimos no es apropiado para una lección teórica sino
para proponer acciones y asistencias. Y en eso estoy. Me limitaré,
pues, a hablar de dignidad.

¿Cómo es posible que los secretarios generales de UGT y Comisiones
Obreras acudan a la celda del Sr. Junqueras con el fin de solicitar
únicamente el apoyo de Esquerra Republicana para la instalación sólida
del Partido Socialista Obrero Español en la gobernación del país
aduciendo únicamente que se trata de «acabar con la interinidad del
gabinete presidido por el Sr. Sánchez para que se pueda recuperar la
normalidad política con un ejecutivo que pueda al fin aprobar unos
presupuestos para impulsar la economía española, paliar los problemas
de los servicios públicos y ayudar a la superación de la pobreza y
desigualdad que según los sindicatos se están enquistando en España»?
Este largo y por tantos motivo turbador párrafo lo he extraído de ‘‘El
País’’, que es sorprendentemente el abrevadero de la llamada izquierda
española ¿O acaso se habló de algo más en esta notable visita? Por
ejemplo: la superación de unas insolentes sentencias, la recuperación
del diálogo en torno al problema catalán, la reinstalación de los
condenados en el Parlament, la recuperación de la soberanía nacional
hoy delegada en el poder judicial… Si contuvo todo eso la visita hay
que decirlo con claridad, pues la calle ha de recibir esperanza
democrática y seguridad de que las libertades han de primar sobre las
leyes ya que, de no ser así, sabremos con certeza que vivimos un
régimen que creíamos superado. Como decía don Juan a don Luis en el
‘‘Tenorio’’: «Los muertos que vos matais/ gozan de buena salud».

Repaso términos contenidos acerca de la despreciable pretensión
sindical, si se limitó a lo publicado, mientras rememoro con nostalgia
la figura de un Marcelino Camacho, incluso de un Nicolás Redondo.

«Recuperar la normalidad política». ¿Qué entienden por normalidad
política los Sres. Sordo y Álvarez? ¿Cabe hablar de la recuperación de
esa normalidad cuando nada menos que los dos grandes dirigentes
obreros han de acudir a la celda de uno de los más significados
conductores políticos de Catalunya que soporta cadenas por pedir que
se respete la libertad de su pueblo para elegir destino?

«Impulsar la economía española». ¿En qué dirección cabe realizar ese
impulso cuando riadas de parados, de pensionistas, de médicos y
sanitarios, de universitarios, de transportistas, de jóvenes
desorientados bloquean calles y carreteras sin saber siquiera por
dónde cae el norte de su existencia?

«Paliar los problemas de pobreza y desigualdad» ¿Cómo paliar la
desigualdad ante la generalizada penuria que hace iguales a más de la
mitad de la ciudadanía española, que sufre la pobreza como maldición
estructural, lo que supone continuada situación de vida?

«En España no se puede instalar una mayoría de izquierdas sin las
izquierdas catalanas». ¿Y eso lo dice usted engoladamente, Sr.
Álvarez, desde su sillón de la UGT, cuando es patente que usted ha
tenido que ir a visitar a esa izquierda en los centros penitenciarios
donde extingue largos años de reclusión? ¿Pero cómo no le echan a
usted a patadas de su cargo esos ugetistas que dice conducir? Porque
ser sindicalista es situación y ejercicio que obligan ante todo a
ciudadanía.

Lenguaje soez moralmente hablando, proceder inicuo políticamente
interpretado, burla política si nos referimos a la claridad necesaria…
Leo todo eso con mis lentes de común uso, a no ser que me oculten
cosas tan principales en la visita que nos sitúen a todos los
ciudadanos en una clandestinidad de cuyo contenido no haré
descubrimiento, ya que este se certifica por si mismo.

Mientras hayamos de recurrir a sobre interpretaciones o a contenidos
supuestos no es válido recurrir a exhibiciones democráticas ni a
discursos de victoria de las libertades. El Sr. Junqueras ha de
recuperar la libertad por petición abierta en el marco supremo del
Parlamento. Y después de esto digan dueñas lo preciso acerca de
procederes en la gobernación o las mejorías a lograr. Porque, además,
esas mejorías serían hacederas con tal de superar poderes que se
ocultan y rescatar riquezas viajeras. Vivimos un mundo inmundo, una
sociedad sucia, unos poderes inciviles. No solo aquí, sino allá y aún
más allá. Pero de todo ello no vale hablar en una celda, pues si se
procede así puede quedar asimismo presa la palabra.

Yo iría a ver al Sr. Junqueras para decirle que preciso su libertad
para garantizar la mía. Mientras alguien carezca de libertad para
decir yo no tendré capacidad de eco para engrandecer lo dicho. Después
de conseguir esa libertad debatiríamos a campo abierto de economía, de
moral, de necesidades; pero al aire libre, con la paz ya lograda, el
horizonte ya liberado, la simple y hermosa claridad alumbrando.
¿Simplezas? Pues sí. Pero si son simplezas, ¿por qué armar tal barullo
con emociones tan desmedradas como esa visita ? Un filósofo en
apariencia tan oscuro como Heidegger escribe lo que sigue nada menos
que en su ‘‘Introducción a la metafísica’’: «La lucha es combate
originalísimo, pues solo ella permite que surjan los combatientes como
tales. La lucha aloja y desarrolla lo inaudito, lo hasta entonces no
dicho ni pensado. Los creadores, es decir, los poetas, los pensadores,
los hombres de Estado soportan esa lucha y con ella seducen al mundo
de modo manifiesto. Solo así el ente o ser llega a ser mundo y
constituye la historia propiamente dicha». Pero también se puede
decir, asomados al balcón distinto de lo bufo, que vivir es en ciertas
manos ‘‘Ópera de dos Centavos’’: «Samuel Meier y otros ricos/ nadie
sabe dónde están./ Mackie tiene sus riquezas/ ¿pero quién lo
probará?». Con todo esto en la mano podemos entender lo que nos pasa y
tranquilizar así a Ortega, que no sabía lo que nos pasaba.

* * *

LA REVOLUCIÓN DE LAS TARIFAS
Pau Noy

En el territorio de la Barcelona real el 80% de viajes interiores son
sostenibles, uno de los valores más altos de Europa. Añadiendo al
cómputo los viajes exteriores la cuota sostenible es del 75%. Hay
todavía un 25% de viajes que se hacen en vehículos insostenibles o muy
poco sostenibles, coche o moto. Digo viajes, y no personas, porque
muchos de estos viajes los hacen el 10% de ciudadanos que usan el
transporte público pero no regularmente. Cuando termine este año TMB
habrá transportado 633 millones de viajes, un 3% más que el año pasado
continuando la senda de crecimiento imparable del mandato de Colau,
tras superar el cuatrienio negro de Trias.

En este contexto la administración municipal, metropolitana y de la
Generalitat han acordado un nuevo marco tarifario recogiendo lo que
muchos veníamos diciendo desde hace al menos dos décadas, que con la
tarjeta T-10 no era posible ni hacer una política tarifaria social ni
una que atrajese nuevos usuarios al transporte público. Un viaje con
T-10 cuesta igual si se hace uno al mes, uno cada día, si se es
residente o visitante ocasional de la ciudad. Un euro por viaje. Por
eso esa tarjeta ha dejado de ser multipersonal y se ha incrementado en
10 céntimos el precio del viaje. Y para que quede claro se le ha
puesto un nuevo nombre, T-Casual. A cambio se ofrecido una importante
reducción del 25% en el precio del abono mensual, rebautizado con el
inequívoco nombre de T-Usual, hasta un imbatible precio de 40 euros, a
la vez que se reducido también fuertemente –un 24%- el precio de la
tarjeta trimestral T-Jove, a 27 euros al mes.

Lo que se espera

Lo que se hace con esta revolución tarifaria es equipararnos con las
ciudades de Europa donde el título de transporte dominante es el
abono, mensual o anual. Barcelona dejará de ser la anomalía europea.
Suiza, con ocho millones de habitantes, tiene 2,5 millones de abonos
de transporte. Por eso es el campeón del mundo en el uso de transporte
público y debido a ello el país helvético necesitó hacer su revolución
en el sistema de transporte (Bahn 2000) para atender las demandas
crecientes. En Barcelona la mayoría de ciudadanos pasarán de tener un
pago por uso, como sucedía con el internet del año 2000, a una tarifa
plana, como la que tenemos ahora en internet. El efecto de la tarifa
plana siempre es el mismo, incrementar el uso del producto “porque ya
está pagado”.

Mi pronóstico es que en los próximos tres años veremos crecimientos
porcentuales de viajeros cercanos a los dos dígitos, cuando siempre se
movían en el intervalo de 1-4%. Probablemente acabaremos el año 2022
con 800 millones de viajes en TMB. Por eso se han comprado 54 trenes
nuevos. Esto significa que cada barcelonés hará de media un viaje cada
día en transporte público, 365 viajes al año si sumamos los de FGC y
Renfe, que se verán menos afectados por la ola de crecimiento debido a
que sus usuarios hacen viajes más largos. Barcelona se va situar al
nivel de Friburgo, capital mundial de todas las políticas ecologistas,
también la del transporte público y movilidad. Allí se hizo lo mismo
pero en 1984.

El nuevo marco tarifario quedará así: los menores de 17 años no pagan,
los menores de 25 pagarán menos de 1 euro al día, los usuarios
regulares 1,3 euros al día, la mitad de jubilados viajan gratis y a la
mayoría de la otra mitad los viajes les salen a 40 céntimos.

Quedan cosas por arreglar. La más urgente es la creación de un título
de transporte para familias que vienen a Barcelona el fin de semana.
Alemania marca el camino de cómo hacerlo.
Les noves tarifes.jpg
Una verdad incómoda.jpg
Tanta alegría....jpg
Acabouse a discusión....jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Dec 12, 2019, 1:30:33 AM12/12/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Sembla que l'Argentina es torna -una altra vegada- el pulmó d'Amèrica
Llatina. Cada cop l'OEA trobarà menys suport i els USA hauran de
canviar d'estratègia. Per un temps, un respir.
Per aquí sembla que el vent bufa en el mateix sentit i a la mateixa
velocitat. S'han aprés allò de que quant més a poc a poc es contamina
menys.

El discurso de Alberto Fernández: la ética de las prioridades
Por Sandra Russo

Alberto Fernández estructuró su discurso inaugural sobre la base
cultural, filosófica, humanista que tiene en mente. Y tuvo hallazgos.
Desplazó la palabra “grieta” para seguir hablando de “fracturas”. Y ya
desde ahí posicionó su enunciación: no llega representando “a los del
otro lado de la grieta” del oficialismo macrista. Se desmarcó. Estamos
empezando otra cosa, una etapa en la que no se fomentarán los odios
que tanto sirven para alimentar a las ultra derechas.

En un tono no confrontativo pero perfectamente localizado en todos los
avances de políticas que enunció, Alberto ya es un presidente con la
marca de la etapa histórica que le toca. Evocando a Néstor Kirchner
cuando propuso un contrato ciudadano social para encontrar grandes
consensos en torno a las urgencias, y agregó que cada sector irá a
discutir su “verdad relativa” en busca de alguna verdad superadora.

Otro hallazgo conceptual para describir qué camino conduce a ese nuevo
contrato social, Alberto habló de “una ética de las prioridades”. Y
siguió hablando del hambre. A quienes dijo que tiene en mente por la
concepción que su gobierno tendrá de la justicia social, serán “los
últimos”. Y es importante que ese concepto cale hondo, muy hondo,
sobre todo si las cosas van bien. Porque en la experiencia del último
gobierno de Cristina, amplios sectores que se habían beneficiado
extensamente con las políticas inclusivas empezaron a querer “un
cambio” antes de que un treinta por ciento de la población hubiera
sacado la cabeza del barro.

Cada una de las cosas que de las que habló Alberto ayer están basadas
en esta concepción de la “casa común”. Dijo muchos “nunca más”, y
recibió aplausos fuertes. “Nunca más al secreto”, a los gastos
reservados, al lawfare, a la política opaca que distribuye dádivas o
amenazas, o al que compra la opinión de periodistas.

También su visión geopolítica y su posición esbozada sobre cómo se
llevará adelante la negociación por la deuda, confluyen en que los
muertos no pagan, otro hito de Néstor. Pero esta vez, aplicada no sólo
a los países, sino a la población argentina que no puede esperar más
para recibir dedicación del Estado.

Alberto se convirtió ayer además en el primer presidente del mundo
que, según dijo en uno de los tramos más aplaudidos, hará suya la
consigna de NiUnaMenos. Su párrafo a favor de las mujeres y diversidad
fue fascinante, por lo escaso de ese discurso en varones con poder.

Por su propuesta política y económica, por el contexto regional en el
que llega, por la descomposición del modelo ortodoxo en todo el mundo,
es posible que si Alberto cuenta con el apoyo activo del pueblo y de
sectores comprometidos con este otro modelo, la Argentina pronto
volverá a ser, como lo fue con los buitres en su momento, un caso
testigo para el mundo, que hoy, en América, en Asia y en Europa, busca
salir del laberinto neoliberal.

* * *

Asumió Alberto Fernández, feliz año nuevo
Por Martín Granovsky

Proclamó el inició de un contrato social “fraterno y solidario”.

Su hijo, que usa el nombre artístico Dyhzy, tenía en el bolsillo
chiquito del saco la bandera de los siete colores. El padre, Alberto
Fernández, Presidente de la Nación, dijo que “Ni una menos” será una
política.

Su Toyota, émulo del Clio de Carli Bianco y Axel Kicillof, terminó
abollado. Entusiasmo de manifestantes en busca de una mano tendida.

Dijo “capacidad odiosa” en lugar de “capacidad ociosa”. Fallido
económico: la capacidad ociosa de las fábricas es, en verdad, odiosa.

Se le caían los anteojos redondos sin marco, al cabello le faltaba un
recorte y la banda presidencial estaba arrugada. Como le pasaría a
cualquier tipo de 60 que, en la vida, se fija en otras cosas.

No usó lugares comunes. El adjetivo “humano” sobrevoló el discurso.

Prometió y pidió “tiempo, sosiego y humanidad”.

La única epopeya propuesta fue la de terminar con el hambre. Nada
menos: cinco millones de hambrientos en un país productor de comida.
Dijo que habrá microcréditos no bancarios. Y créditos bancarios para
las pymes.

Detalló la herencia maldita pero dejó en claro que se hará cargo del desastre.

No cometió la estupidez política de denostar a la clase media, a la
que pertenece y de donde recibió buena parte de los votos para ganar
en primera vuelta por un nítido ocho por ciento. Sí le pidió
--implícitamente-- tiempo. Primero los que menos tienen.

Inventó una fórmula: la “serena y posible utopía”.

Desdeñó definiciones abstractas como “equidad” y usó “justicia social”.

La locutora, guionada, lo presentó siempre como “el presidente de la
unidad de los argentinos”. Una meta.

Se abrazó y se besó con todos. Hasta con Mauricio Macri y Carlos Saúl
Menem. Pero solo puso tres fechas en la historia. Una, 1983, con Raúl
Alfonsín a la cabeza. El tiempo de la construcción democrática. Otra,
2003, con Néstor Kirchner. La reconstrucción de la política y la
autoestima popular. En sus palabras, “la maravillosa aventura de sacar
a la Argentina de la postración”. La tercera, 2023. En cuatro años
terminará su mandato y se cumplirán 40 años de democracia.

Prometió leyes. Para volver a controlar los fondos de inteligencia.
Para liquidar los fondos reservados, fuente tradicional de cajas
oscuras y, a veces, causas nobles: de allí sacó Alfonsín el dinero
para ayudar a la campaña del No contra Pinochet en el plebiscito de
1988.

Prometió leyes para cambiar la Justicia. ¿Terminar con Comodoro Py?
¿Concretar el sistema acusatorio con los fiscales como locomotora de
las pesquisas?

Prometió otro presupuesto, pero solo después de negociar la deuda. Es
decir que negociar la deuda será una tarea inmediata. Es decir,
quizás, que negociar la deuda implica el reconocimiento del default
que, dijo, empezó Mauricio Macri. “Los muertos no pagan”, frase de
Néstor, se formularía así: “La Argentina ya está muerta y no puede
pagar. Esperen la resurrección”.

Se plantó contra las muertes por la espalda. Afirmó que no solo ese
concepto debía ser una política de Estado sino una política de la
sociedad. Ya era, a esa altura, después del juramento al mediodía,
palabra de Presidente.

Esbozó la idea de una diplomacia “global y plural”. Agregó: “Inserta
en los intereses nacionales”.

Rescató la integración con Brasil más allá de las diferencias
personales entre presidentes. Sintomático: llegó a la Argentina
Hamilton Mourao, vicepresidente y general, conservador pero no
fascista.

No extremó el pragmatismo hasta la falta de principios. País con golpe
de Estado (alusión a Bolivia) no será país bien visto por la política
exterior.

Le agradeció a Cristina. Y la aplaudió por la construcción política
que llevó al triunfo al Frente de Todos y, ahora, debería evitar la
continuidad de un país en caída libre.

Es 10 de diciembre. Pero suena a 31. A un 31 de diciembre especial.

Feliz año nuevo.

* * *

Festejar sin rejas
Por Karina Micheletto

Primero fue un anuncio al pasar, una expresión de gestión que pareció
menor, entre tantos frentes urgentes: el nuevo presidente sacaría las
rejas que el gobierno ya saliente había instalado de manera fija,
partiendo la Plaza de Mayo y separando la Casa Rosada. La noche en que
se ejecutó el retiro de esas pesadas y millonarias rejas, con la
cuadrilla de trabajadores celebrando con los dedos en V la tarea que
les habían encomendado, con la gente agolpándose para presenciar la
escena y dejar registros emocionados, apareció la primera pista sobre
la dimensión simbólica que esta decisión de gobierno, aparentemente
menor, cobraba en el escenario actual. La fiesta popular que se
desató, ya desde la noche anterior al cambio de gobierno, con vigilia
en la plaza y todo, terminó de volver a esta flamante ausencia, una
fuerte presencia cargada de sentido: sin rejas, la plaza es,
nuevamente, de un nosotros y nosotras en expansión. La plaza es del
pueblo, y aquí cabe esta expresión que nunca lograron volver trillada.

El día previo al cambio de gobierno fue el primero en que la plaza
amaneció sin rejas, y también con los primeros armados del escenario y
las torres con pantallas para la fiesta anunciada. Daba un cacho de
ternura ver (vernos) a los transúntes llegar en medio del trajín
cotidiano y avanzar sobre ese espacio vedado hasta hacía unas horas,
con expresiones incrédulas, con la emoción en la cara, con la foto
para guardar el momento. Descubriendo qué grande es esa plaza cuando
no está partida al medio. Eran muchos y muchas los que se tomaban su
tiempo simplemente para deambular por ahí, como sin terminar de
creerlo, cruzando guiños, comentarios, sonrisas, antes de seguir para
el trabajo o el trámite. Y es que algo estaba pasando ya ahí. Un
comienzo, como posibilidad, se prefiguraba, a pesar de todo. Un nuevo
espacio se abría, material y simbólicamente.

La fiesta en esa nueva plaza sin rejas empezó la noche del lunes, con
la cuenta regresiva del último día de lo que se decidió dejar atrás,
aunque con la conciencia de sus consecuencias perdurables. La gente
tuvo ganas de llegar ya entonces, en una convocatoria espontánea y
feliz, que transformó este centro neurálgico del país en una plaza de
un pueblo cualquiera, en una noche calurosa de festejo. A la mañana
del día siguiente, y durante todo lo que siguió, bajo el calor que fue
la marca del día, la plaza fue el epicentro hacia donde siguió
avanzando la gente, y el festejo, y la catarsis, y la emoción y el
abrazo.

En esta plaza, ya sin rejas, comenzó a prefigurarse la esperanza:
Avanzamos allí donde antes se nos prohibió el paso. Allí donde se
atrevieron a sacar las baldosas históricas de los pañuelos, con la
excusa de una remodelación (y que las Madres, como siempre, supieron
poner a resguardo). Avanzamos sobre los pasos que antes dieron otros y
otras. Avanzamos en la plaza de las luchas populares históricas. La de
las Madres, la de las rondas, la de los 30.000. Avanzamos, al fin.
A la deriva.jpg
La massa ignorant.jpg
Aguafiestas.jpg
Mejor.jpg

Miquel Angel Soria

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Dec 13, 2019, 1:30:14 AM12/13/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Ismael Serrano cantava aquest novembre passat a Santiago de Xile:

https://www.youtube.com/watch?v=kTzaC_ooL3o

La gent gran segueix votant massivament a la Gran Bretanya. Els joves són a Mallorca?


La cosa está difícil... aunque haya Gobierno
Carlos Elordi

Aunque todo parece indicar que sí, todavía no es seguro que Esquerra Republicana decida abstenerse en la votación de investidura de Pedro Sánchez. Porque cada día que pasa no paran de crecer los problemas que el partido de Oriol Junqueras puede enfrentar en Cataluña si lo hace. De ahí la premura del PSOE y de Unidas Podemos. Pero esa incertidumbre no es la única que pende sobre el momento político español. Y es que el nuevo gobierno puede estar marcado por la inestabilidad casi desde su nacimiento. A menos que todo, sin excepción, se haga y salga muy bien. Y eso no es fácil.

Para empezar, y por mucho que avancen las negociaciones entre el PSOE y Esquerra, los Bon dia!sustanciales del conflicto catalán seguirán activos después de un eventual pacto. Y eso puede ser una fuente inagotable de problemas para el nuevo Ejecutivo. Una vez que Sánchez resultara elegido presidente tendría que hacer frente a las consecuencias que para toda la política española tendría la guerra por el poder en Cataluña entre ERC y los herederos de la antigua Convergència, encabezados por Puigdemont.

Un conflicto que está abierto desde hace más de un año y medio, pero que inevitablemente va a recrudecerse en la perspectiva de unas elecciones catalanas que habrán de tener lugar como mucho antes del verano. La bandera que ERC enarbola en esa guerra en el interior del independentismo es la del posibilismo para hacer avanzar su causa, frente al irredentismo que propugnan Puigdemont y los suyos. Pero para que esa postura tenga un reflejo en las urnas, Oriol Junqueras, que está en la cárcel y en ella va a seguir aún bastante, necesita esgrimir hechos, consecuencias concretas de su eventual entendimiento con Sánchez e Iglesias.

Y no está claro que eso se pueda conseguir en unos cuantos meses. Sí, el líder del PSOE ha aceptado, desdiciéndose clamorosamente de lo que decía hace solo algunas semanas, que lo de Cataluña es un conflicto político y no un problema de convivencia. También acaba de aceptar reunirse con Quim Torra. Lo cual es un paso significativo respecto al rechazo a cualquier contacto entre Ejecutivos que ha existido desde hace años. Pero que Sánchez haya tenido que camuflar esa decisión enmarcándola en una ronda de contactos con todos los presidentes autonómicos indica bastante a las claras que su espacio de maniobra está muy cerca de agotarse.

Supongamos, sin embargo, que con esas concesiones y con la eventual fijación de un marco de diálogo estable entre Madrid y Barcelona y con algo más que pueda acordarse en los próximos días, ERC tenga suficiente para abstenerse. Al menos en las condiciones que existen en estos momentos.

Pero, ¿bastará eso para que ERC apoye los presupuestos del nuevo gobierno, que habrían de debatirse, y votarse, coincidiendo con la precampaña o la campaña catalana, semana arriba semana abajo? Si eso no ocurre, y no se puede descartar que no vaya a ocurrir, el ejecutivo de coalición PSOE-Unidas Podemos entraría en graves dificultades. Casi desde un primer momento. Postergar el debate presupuestario hasta después, o bastante después, de las elecciones catalanas resolvería técnicamente el problema, pero haría depender la suerte del gobierno de Madrid del resultado de esas elecciones. Llevadas las cosas a ese extremo, si ERC no las ganara holgadamente, todo el futuro del experimento Sánchez quedaría en el aire.

Cabe suponer que el pacto entre el PSOE y Unidas Podemos aguantará bien esos avatares. Porque juntos pueden hacer frente mejor a los problemas que vengan de Cataluña. Pero, sobre todo, por las mismas razones por las que ese acuerdo vio la luz hace un mes. Porque para ambos partidos lo peor que puede ocurrir es que no haya más remedio que ir a unas nuevas elecciones. Las contradicciones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias siguen ahí y no son pequeñas. Pero el riesgo de una derrota electoral las ha dejado de lado y todo indica que seguirán ahí mientras la situación no se vaya de las manos.

La derecha asiste impertérrita a esas vicisitudes. Su apuesta es clara. Quiere que el líder del PSOE, en quien personaliza todo lo que ocurre, choque contra el muro de sus problemas, sea incapaz de salir del laberinto que el problema catalán le ha creado y no tenga más remedio que tirar la toalla. Aunque no vive su mejor momento, aunque la competencia con Vox le pone las cosas muy difíciles, el PP debe confiar en los expertos que le dicen que ganará si hay nuevas elecciones, aunque tenga luego que gobernar con el partido de Abascal.

La intolerancia absoluta respecto de la cuestión catalana es la bandera de ese empeño. Cayetana Álvarez de Toledo encabeza esa ofensiva que se intensifica cada día que pasa en los medios de la derecha. Porque el PP confía, y los demás partidos temen, que ese mensaje cale mejor en la mayoría de la opinión pública que el de un entendimiento, por parcial que sea, con el independentismo catalán o con alguna de sus facciones.

El gobierno de coalición tiene necesariamente que tener en cuenta esa realidad. Que ya está presionando sobre la dinámica de las negociaciones en curso, de ahí las timideces y fintas de sus protagonistas, y que lo seguirá haciendo aunque estas lleguen a buen fin.

La situación política española es así de complicada. Navegar por ella exige hacer encaje de bolillos mañana, tarde y noche. Y rezar por que no se produzca ningún incidente de recorrido, como el que podrían provocar Puigdemont y los suyos. Que no se van a quedar quietos, porque se están jugando su futuro.

La cosa es, por tanto, difícil. Ahora y también más adelante, con el nuevo gobierno en La Moncloa. No está dicho que tenga que salir mal. Crucemos los dedos. Porque la alternativa es un gobierno del PP y de Vox.

                                       * * *

La recesión que cambió al mundo
Alejandro Nadal

El 6 de agosto de 1979, Paul Volcker tomó posesión como nuevo presidente de la Reserva Federal (Fed). En la década que estaba concluyendo, la economía estadunidense había estado afectada por un proceso de estancamiento con fuerte inflación.

La coexistencia de estancamiento con inflación ya estaba dejando una profunda huella en los debates de teoría económica. Pero las medidas que tomaría el nuevo responsable de la Fed habrían de dejar una espectacular cicatriz en la arquitectura de la economía mundial. Hoy, que acaba de fallecer Paul Volcker, es importante recordar el impacto que tuvo su política monetaria en la economía global.

La inflación en Estados Unidos había alcanzado 6 por ciento en 1970. En 1974 llegó a 12 y para 1980 se situaba en 15. Además de esta mala señal, la década había estado afectada por recesiones (1970 y 1974). Cuando el entonces presidente Jimmy Carter designó a Volcker presidente de la Fed, el mandato era claro: detener el proceso inflacionario.

Para someter la inflación, Volcker contaba con una herramienta clave: la tasa de interés. Y decidió utilizarla en un tratamiento de choque. En 1972 la tasa líder de la Reserva Federal era de 3.2 por ciento, pero para agosto de 1974 Volcker ya la había incrementado a 12. Y para 1981 alcanzó 19. El tratamiento dio resultado, y para 1983 la inflación en Estados Unidos había descendido a 2.5.

El incremento en la tasa de interés actuó como freno de la actividad económica, lo cual generó muchas críticas para la Reserva Federal. Pero Volcker se mantuvo firme. La inflación fue sometida y el establishment (en especial el capital financiero) celebró el triunfo de su política.

La realidad es que utilizar la tasa de interés para dominar la inflación conlleva un fuerte castigo a la economía. Y, sobre todo, implica cargar el costo del ajuste sobre la población, en general, y la clase trabajadora, en particular. La política de Volcker no fue excepción.

El incremento en la tasa de interés de la Fed provocó dos recesiones. La primera (en 1980) fue corta y costó la relección a Carter. La segunda (1981-82) fue más profunda, dejó una fea cicatriz en la economía estadunidense y sus repercusiones internacionales fueron desastrosas.

La contracción económica generó un aumento espectacular de la tasa de desempleo. En 1983 ese indicador ya se situaba en 11 por ciento. El desempleo entre los más desfavorecidos y minorías llegó a superar 20 por ciento. Las consecuencias sociales y económicas de esos años fueron decisivos. Muchos sindicatos murieron y otros se debilitaron hasta la irrelevancia, con lo cual desapareció el poder de negociación de la clase trabajadora. Por ello, en esos años, se consolidó el estancamiento de los salarios, rasgo negativo que perdura hasta nuestros días.

Esa parálisis en la evolución de los salarios trajo consigo una deficiencia crónica en la demanda agregada que la economía estadunidense ha tratado de subsanar de manera patológica con episodios de inflación en los precios de algunos activos (burbujas especulativas). El último de estos episodios regaló al mundo la crisis de 2008.

El proceso de creciente desigualdad, que hoy es uno de los rasgos más importantes de la sociedad estadunidense, arranca precisamente en esos años. La recesión Volcker coincide exactamente con el periodo en que los estratos de menores ingresos comenzaron a ver su parte del ingreso reducirse cada año.

Pero esos no fueron los únicos efectos de la política monetaria de Volcker. A escala mundial el contagio en todo el abanico de tasas de interés terminó generando una recesión de gigantescas proporciones. La economía mundial se contrajo, provocando el colapso de los precios de materias primas. Todos los países subdesarrollados que dependían de las exportaciones de materias primas para mantener un precario equilibrio en sus cuentas externas se vieron atenazados en una combinación de pesadilla: altas tasas de interés y bajos precios de materias primas.

América Latina también se vio atrapada en este escenario. México fue el primero en declarar una moratoria en agosto de 1982, desatando pánico en los mercados. Argentina, Brasil, Chile, Venezuela y otros le siguieron los pasos de cerca. Todos acabaron pidiendo ayuda al Fondo Monetario Internacional, en un largo calvario que se conoció como la crisis de la deuda en América Latina. La recesión Volcker ocupó un lugar secundario en el diagnóstico de la crisis.

El corolario de ese diagnóstico, a todas luces insuficiente, fue que el modelo latinoamericano de industrialización, por medio de la sustitución de importaciones, había fracasado. El análisis llevó a conclusiones equivocadas y abrió las puertas a un neoliberalismo que llegó a Latinoamérica disfrazado de ayuda financiera, prometiendo equilibrios y crecimiento. Hoy, que observamos los estragos que el neoliberalismo trajo a toda la región, conviene recordar el papel de la recesión Volcker en la crisis de la década de los años 80.

 


 

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Miquel Angel Soria

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Dec 16, 2019, 1:31:40 AM12/16/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui fa 117 anys del naixement de Rafael Alberti.
Aquest dissabte he viscut una experiència que m'ha recordat la creació
de l'Assemblea de Catalunya. Diferents partits, sindicats, entitats,
personalitats... lluitant per doanr una sortida al problema de
Catalunya. Tots a una! Llarga vida al Fòrum republicà del sobiranisme
progressista!


La España paradójica
Hibai Arbide Aza*

Las negociaciones para formar gobierno en España están estancadas.
Llevamos así tantos meses que hemos perdido la cuenta. El PSOE de
Pedro Sánchez –que un día es de izquierda, el siguiente de centro
liberal, los días entre semana es nacionalista español y los feriados
cree en la plurinacionalidad del Estado– ha alcanzado un acuerdo con
Podemos –que es es de izquierda y cree en la plurinacionalidad del
Estado, pero no tiene fuerza para ponerse exigente ni en lo uno, ni en
lo otro–. Es, probablemente la última oportunidad para sus líderes,
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, quienes tras las recientes elecciones
se necesitan mutuamente casi tanto como se detestan. Tanto no, pero se
necesitan mucho. La última oportunidad de gobernar, porque si se
convoca a nuevas elecciones es probable que la coalición de gobierno
sea entre la derecha, la derecha extrema y la extrema derecha. El
problema –el enigma de la izquierda española– es que no tiene mayoría
suficiente para investir a un presidente, por lo que también necesitan
a otros partidos con quienes se detestan aún más, si esto cabe.

Es el caso de ERC (Esquerra Republicana de Cataluña), partido
independentista catalán que tiene los mejores resultados electorales
–tanto en Cataluña como en España– desde hace ocho décadas pero,
paradójicamente, está peor que nunca porque cualquier paso que dé
ahora será interpretado como una grave traición a los suyos. Como
veremos, no es la única paradoja, ni la más grave, de esos dos países
paradójicos que son, hoy, España y Cataluña. El líder de ERC, Oriol
Junqueras, es un preso político condenado a 12 años de prisión por
convocar un referéndum de autodeterminación. Aquí la primera paradoja:
aunque la reforma del Código Penal de España despenalizó la
convocatoria de referenda, los políticos independentistas catalanes
han sido condenados a excesivas penas de prisión por someter a
consulta la independencia de Cataluña.

ERC tiene que decidir si se abstiene para facilitar el gobierno
PSOE-Podemos o si vota en contra. Ambas opciones son muy peligrosas
para sus intereses. Objetivamente, al independentismo catalán le
conviene que el próximo gobierno español sea moderado. Ya tiene
demasiados líderes en la cárcel o en el exilio. Pero, precisamente
porque tiene demasiados jefes en esas condiciones, gran parte del
independentismo interpretará como una traición colaborar con la
formación del gobierno de España. Eso le puede jugar en contra de cara
a las próximas elecciones catalanas, que probablemente se convoquen
durante el primer trimestre de 2020. La otra opción que tiene ERC es
propiciar nuevos comicios o un pacto diferente. Por ejemplo, la gran
coalición PSOE-PP. Un gobierno más explícitamente nacionalista español
que la hipotética coalición PSOE-Podemos, en términos prácticos,
significaría reducir la autonomía catalana, endurecer la persecución
de sus líderes y los movimientos independentistas.

El empuje del nacionalismo español y la extrema derecha hacen
improbable que el PSOE ceda lo suficiente para que ERC pueda vender un
pacto como una victoria ante los suyos. Más concretamente, el PSOE no
va a indultar a los independentistas condenados, no va a convocar un
referéndum de autodeterminación legal y no va a garantizar que las
leyes del parlamento catalán no sean derribadas una y otra vez por el
Tribunal Constitucional. Ni quiere, ni puede.

Esto nos conduce a la explicación de la principal de las paradojas en
la relación entre España y Cataluña. Aunque administrativamente
Cataluña y España forman parte del mismo Estado, sus vidas políticas
se han distanciado tanto que son dos realidades completamente
diferentes. El nacionalismo español no tiene capacidad para entender
lo que sucede en Cataluña. Y lo que es peor, no tiene voluntad. España
y Cataluña piensan diferente respecto a la autodeterminación, la
sentencia del procés y las medidas políticas necesarias para
solucionar el conflicto.

Las máximas cesiones que el nacionalismo español podría aceptar frente
al independentismo catalán no satisfacen ni de lejos los mínimos que
éste podría asumir para cejar en su empeño de actuar unilateralmente.
Y viceversa, las máximas renuncias del independentismo catalán no se
ajustan al mínimo que el nacionalismo español le exige, escudándose en
los formalismos legales. Incluso, la mitad no independentista de
Cataluña contempla como posibles escenarios de solución que el status
quo español ni siquiera se plantea.

Este escenario de bloqueo político-político, explicado así, podría
sugerir que nos encontramos ante un empate. Pero nada más lejos de la
realidad. Se trata de dos posiciones políticas aparentemente
bloqueadas, pero sólo una de ellas tiene fuerza para imponer a la otra
su voluntad. El nacionalismo español no necesita ceder en nada porque
tiene de su lado al ejército, las policías, los jueces, la Comisión
Europea y los mercados. Es así de simple. Porque la política no
consiste en quién tiene razón, sino quién tiene más fuerza.

*Abogado y periodista. Muzungu Producciones

* * *

En un article de Alan Macleod "A longa história do apoio do New York
Times a golpes promovidos pelos EUA" que publica ODiartio.info, ens
explica com el "media" ha utilitzat els mateixos termes per a
justificar el cop de 1953 a l'Iran que els utilitzats ara a Bolívia.
El resum és aquest:

Fabricação do consentimento Estudando a cobertura do Times de
tentativas de golpe orquestradas pelos EUA, fica claro que há uma
lista de verificação de pontos de discussão que ele emprega uma e
outra vez para justificar acontecimentos. 1. Culpar o governo de todos
os problemas económicos e políticos; ignorar o efeito de quaisquer
sanções dos EUA. 2. Apresentar constantemente o líder visado como um
autocrata tirânico que esmaga a dissidência, não importando qual seja
a realidade. 3. Insistir em que o líder é realmente um implante russo
controlado pelo Kremlin. 4. Evitar usar a palavra "golpe". Preferir em
vez dela palavras como "levantamento", "revolta" ou "transição". 5.
Ridicularizar expressamente a ideia de que os EUA possam estar
envolvidos no assunto. 6. Descrever os novos governantes apoiados
pelos EUA como de mentalidade democrática e minimizar qualquer
violência que cometam ao estabelecer o seu governo. 7. Culpar os
líderes depostos pelo seu próprio derrube.
Acuerdo mínimos.jpg
Breve historia del arte.jpg
Ya vienen los reyes.jpg
La Cumbre del Climay los Reyes Magos.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Dec 17, 2019, 1:31:59 AM12/17/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
S'ha escrit molt -i encara dura- sobre la suspensió del partit de
futbol entre el Rayo Vallecano i l'Albacete. De tot el que he llegit,
crec que Javier Gallego compleix aquella norma "Lo bueno, si breve,
dos veces bueno".


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
LA MESA

Rueda por los periódicos españoles una frase que me lleva a pensar
repetidamente en la posible insustancialidad del lenguaje político que
usan algunos nacionalistas catalanes y vascos en cuyo nacionalismo
«bonae fidei» creo «secundum modo» y en cuya eficacia no creo «rebus
sic stantibus»: «Hemos de aprovechar la ocasión de sentar en una mesa
al gobierno de España», dicen los ingenuos circunstancialistas del
nacionalismo con la mira puesta en el desequilibrio político del Sr.
Sánchez ¿Dicen eso seguros de sí mismos? Quiero creer que sí ¿Sentar
ante una misma mesa al cerril centralismo es una forma de triunfo?

Evidentemente, no.

En primer término de este comentario he de aclarar por qué recurro a
latines más o menos finos en la redacción de este papel en vez de
expresarme en castellano derecho, que es mi lengua natal.

«Secundum modo» es expresión que usábamos en mi tiempo los estudiantes
de «Derecho Romano» para expresar eficazmente cuestiones referentes al
dominio en su forma de propiedad o de posesión. Hoy recurro a ese
latinajo porque el español ha quedado hecho unos zorros en la boca de
la mayor parte de los políticos que intervienen en los debates
parlamentarios de Madrid o en las declaraciones a una prensa también
«secundum modo».

En cuanto al logon «rebus sic stantibus» no significa otra cosa que la
aclaración de cómo está o se desenvuelve la realidad en un determinado
momento en que las «cosas son o están así». Hablar de la política
española acerca de su contenido de verdad demanda clavar en el aire su
verdadero significado con las modestas chinchetas del «Derecho
Romano». ¿Y qué aclarar de la «bonae fidei»? ¡Ah, la buena fe…!

Acepte el lector lo dicho no como una soberbia lingüística, pues vale
bien poco, sino como forma de evitar pringarme las manos en el
maltratado osario que es hoy el castellano según la advertencia hecha
por un periodista fabricado en la Villa y Corte, que afirma, poco más
o menos, que la paz mundial se beneficiaría si todos nos entendiéramos
en inglés, como hacen los informáticos de la inteligencia artificial,
sin tener en cuenta que en verdadero inglés se han convocado los
referendos escoceses o irlandeses, la negociaciones para la libertad
de las colonias y, ahora, nada menos que el Brexit ¿Si hablásemos
inglés se podrían usar tales instrumentos indicados? Acerca de este
punto he de advertir de pasada que opino lo mismo que el alcalde de
Bimenes, Aitor García, pueblo de mi tierra de nacencia –tenido por la
Pequeña Rusia– que requiere el retorno a la legalidad del desmantelado
bable en «les Asturies» para recobrar alma, que es de lo que no queda
brizna ni natural ni artificial en nuestra existencia.

Y ahora, traspuesto este proemio, volvamos al tema de la «mesa» a la
que algunos nacionalistas deseosos de marcha dicen que hay que sentar
al gobierno de Madrid.

Pues, ¡quién ha visto que los gobiernos de Madrid acudan a mesa alguna
para compartir vianda si no es con la intención de llevarse hasta los
cubiertos! Es más, si esa mesa ha de ponerse en Catalunya o Euskadi
mírense los tales nacionalistas con que verbo acuden en la
faltriquera, pues siempre habrá una Alvarez de Toledo que advierta de
la infección que sufren a perpetuidad casi todos los vascos o los
catalanes, aún después la muerte del Invicto y sus herederos, de cuyos
excesos patrióticos ha de recordarse que fueron de tal rectitud que
merecieron el Palio sobre sus cabezas. En pro de la normalización
política española la Sra. Alvarez de Toledo ha declarado solemnemente
que «cuando ETA mataba era un momento terrible…, pero el momento
político actual es más difícil que el que se vivía entonces». Es
decir, que si establecemos las relaciones correctas para extraer el
resultado de tan aguda ecuación histórica se concluye sin duda alguna
que lo que sobran en Euskadi son los vascos, con lo que creo que la
famosa «mesa» puede convertirse en una guillotina exquisita.

A mí este mecanismo mental de los afinados españoles me recuerda el
que gobernaba al perro del hortelano, comedia del inquisidor Lópe de
Vega --gran perseguidor, por cierto, de don Miguel de Cervantes--, en
que se escenifica el amor imposible entre Teodoro y Marcela porque un
tercero se interpone y ni come ni deja comer, como acontecía al can
que vigilaba la huerta de su amo y que, como es natural, rechazaba la
coles para su alimento, pero impedía que gente ajena las robase. Creo
recordar que tal era el argumento de la comedia, aunque yo nunca seguí
al múltiple autor por no ser de mi agrado los versos fáciles de su
repertorio teatral.

Como saben mis lectores, aunque no sé si tengo más de siete, estas
españoladas de trocear la historia y reservar ciertos tajos en el
«frigidaire», me apartan el deseo de ser español, a la que tanto me
empuja mi herencia genética que ni siquiera es española, ya que
astures, cántabros de «illo témpore» y vascos de de Pamplona para
arriba –hasta la Gascuña– nunca fueron de espíritu español, como
sucede también con los catalanes, crecidos bajo el cálido cielo
provenzal, lengua incluida.

Conste que quien firma este papel es aficionado a la buena mesa, como
confirma su abundante, aunque humilde, literatura gastronómica. Pero
en las mesas que yo cultivé con afición cálida jamás nadie se sentó
para inventar razones excluyentes sino para sostenerlas, debatirlas y
confirmarlas al regusto de un buen rioja ya alavés o castellano, de
cuyas viñas del Duero hago también culto muy piadoso. Todo vale
mientras la «mesa» no sea envenenada con relatos falsificados o con
arriendos históricos que oscurecen toda concordia. De cualquier forma
¿no hay modo de que la política española se haga con limpieza y
claridad de cara al pueblo?

* * *

El nazi que vive entre nosotros
Javier Gallego

La primera vez que se ha suspendido un partido de fútbol por insultos
en la Liga española no ha sido por gritar maricón, negro de mierda o
puta, ha sido por llamar nazi a un nazi. La afición del Rayo
Vallecano, Bukaneros, se lo llamó al jugador ucraniano del Albacete,
Roman Zozulya, que ha mostrado sus simpatías con hinchas neonazis y
con su compatriota, el admirador de Hitler y asesino de judíos, Stepán
Bandera. No era un insulto, era una descripción.

En España hemos oído cánticos racistas, homófobos y machistas en los
campos de fútbol y no se acabó el juego. Samuel Eto'o quiso dejar un
partido en el que le llamaban mono y el árbitro no paró el encuentro,
le paró a él para que no se fuera. Ni siquiera se suspendió cuando los
ultras del Betis aplaudieron a un jugador por maltrato a una mujer.
Hubo una respuesta social, incluso ha habido ultras expulsados de los
campos, pero los insultos han continuado. Es decir, se toleran
comportamientos fascistas por años y se censura justo el día en que se
denuncia a un nazi. No es tan casual como causal.

Hay una parte del fútbol, de los medios de comunicación y de la
sociedad que tiene normalizado el machismo, el racismo y la homofobia.
Hay prensa que llama "constitucionalistas", "patriotas" o
"nostálgicos" a fachas que posan con la bandera franquista, prensa que
critica más a los que gritan nazi que al nazi mismo. Hay gente
orgullosa de votar a Vox y otros a los que no les parece tan mal los
que dice la ultraderecha. Hay personas que piden cadena perpetua a los
violadores cuando son extranjeros y la absolución cuando son
españoles. Hay otros que no se dan ni cuenta de lo normal que les
parece todo esto.

Por eso les agrede precisamente que se descubra a un nazi entre
nosotros. Porque desvela el fascismo cultural, admitido y blanqueado,
que nos atraviesa como si tal cosa. La confusión moral es tan perversa
que La Liga y el Rayo sacan sendos comunicados condenando "la
violencia, el racismo y la xenofobia", o sea, tres actitudes nazis. El
club va más allá y dice que no debe discriminarse ninguna ideología.
Éste es el problema, que todavía hay que señalar lo obvio: el nazismo
y el fascismo no son ideologías tolerables porque son intolerantes.

Pero, claro, tenemos al expresidente de La Liga, Javier Tebas, también
exFuerza Nueva y actual votante de Vox, que equiparó el apelativo
"nazi" con "homosexual". Otra vez hay que explicar una obviedad. La
diferencia entre llamar a alguien "maricón" y llamarle "nazi" es que
el primero es un insulto que daña la dignidad de la persona y el
segundo es una descripción que nos protege de quienes dañan la
dignidad de las personas. Zozulya es nazi, es a él y la gente como él
a quien hay que parar, no el partido.
A la deriva.jpg
Todo por su nombre.jpg
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Miquel Angel Soria

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Dec 18, 2019, 1:34:02 AM12/18/19
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Venezuela destina el 76% del presupost del 2020 a l'àrea social.
Mentrestant, a Espanya la porten al Tribunal Penal Internacional per
la venda d'armes que es destinen a destruir el Iemen. I els dolents
són els altres! Veig molts dits que assenyalen: La culpa la tens tu!


No vas a tener casa en la puta vida (ni tus hijos)
Isaac Rosa

Para titular este artículo, he rescatado del trastero la pancarta con
que los jóvenes de hace trece años nos manifestábamos por el derecho a
una vivienda digna. Los hoy jóvenes no se acordarán, pero los de mi
quinta sí: “No vas a tener casa en la puta vida”. ¿Os acordáis de
aquellas manifestaciones? V de Vivienda, Stop Especulación…
Denunciábamos que con sueldos mileuristas (ojo: 1.000 eurazos, y
comprando de todo a precios de entonces) no había manera de pagar un
alquiler ni pedir una hipoteca en plena burbuja inmobiliaria. Qué
tiempos aquellos, qué jóvenes éramos.

Pues aquí estamos, a la vuelta de trece años: el insoportable
mileurismo de entonces es hoy una aspiración para la nueva generación
de submileuristas… mientras el coste de la vida no ha dejado de subir
en esos trece años, y especialmente la vivienda en alquiler, la que
debería ser primera opción para cualquiera que quiera salir del hogar
familiar: hace diez años debías dedicar el 60% de tu sueldo para
alquilar un pisito, hoy más del 90%.

Con la precariedad y los sueldos actuales, lo sorprendente no es que
el 81% de menores de 30 años no pueda emanciparse: lo inexplicable es
que el 19% sí lo consiga. Ya sé, la mayoría comparte piso. Pero si te
das una vuelta por el mercado de vivienda compartida en Madrid o
Barcelona, verás que las habitaciones están al nivel de las hipotecas
de hace dos décadas. El rollito Friends en España es cada vez menos
una telecomedia de veinteañeros, y más una realidad de treintañeros,
cuarentones y hasta cincuentones obligados a compartir piso con
desconocidos. Que tu compañero irrumpa en el baño cuando estás
cagando, o vivas con un maniático que etiqueta sus cosas en la nevera,
da para mucha risa cuando tienes veintitantos. Con más de treinta va
perdiendo gracia, y con cuarenta y divorciado con hijos, o con
cincuenta y parado de larga duración, las risas enlatadas de la
telecomedia escuecen.

¿Qué ha pasado en estos trece años, desde aquellas movilizaciones por
la vivienda hasta hoy, para que la emancipación caiga, los sueldos
sean más bajos, se produzcan cien desahucios de alquiler cada día
(repito: cien desahucios de alquiler cada día), y varios fondos buitre
manejen enormes carteras de viviendas que distorsionan el mercado?
¿Cuál es el balance después de estos años, a la vuelta de todo un
ciclo político que arrancó en el 15M, donde también se veían pancartas
de “No vas a tener casa en la puta vida”? ¿Tenemos que conformarnos
con el éxito de la PAH (que es un éxito, pero insuficiente)? ¿Por qué
en las repetidas campañas electorales y en las sucesivas negociaciones
para formar gobierno de los últimos años no se ha hablado apenas de
vivienda?

No vas a tener casa en la puta vida, ya lo sabes. Pero es que al paso
que vamos tampoco la van a tener tus hijos. Llevamos años estirando el
colchón familiar, pidiendo a los padres que nos avalen para hipotecas
y alquileres, tapando agujeros con ayuda de la familia, yendo a la
playa gracias al apartamento de los abuelos, y confiados en que algún
día nos toque heredar algo. Pero el colchón se va consumiendo, no
recibe nuevas aportaciones, y las herencias se consumen. Los jóvenes
de hoy serán los mayores de mañana. Y si hoy el 20% de jubilados vive
en vulnerabilidad residencial extrema, no quiero pensar cómo vendrán
las próximas generaciones de mayores, después de una vida laboral de
precariedad, sueldos bajos y cotizaciones insuficientes.

Pero no todo van a ser malas noticias, chavales, vamos a cerrar el
artículo en positivo: no vais a tener casa en la puta vida, ni tampoco
vuestros hijos, pero eso no debería preocuparos. Porque igual tampoco
tenéis hijos, que también la natalidad anda por los suelos.

¿Qué hago con la pancarta? ¿La devuelvo al trastero? Se la voy a dejar
a mis hijas para que jueguen un rato con ella y se vayan
familiarizando.

* * *

Daños colaterales
David Brooks

Se dice que la verdad es la primera víctima de una guerra, y esta
semana se confirmó otra vez, como si fuera necesario. Pero aún peor es
que parece que hoy día, cuando se revela la verdad no hay gran
consecuencia para los mentirosos que, en este caso, llevaron a decenas
de miles de muertes.

En la extraordinaria investigación del Washington Post titulada En
guerra contra la verdad –que se ha comparado con la publicación de los
Papeles del Pentágono, en 1971– se documenta que todos los
presidentes, generales y otros encargados de la guerra más larga en la
historia de Estados Unidos engañaron a la opinión pública durante 18
años y contando (https://www.washingtonpost.com/graphics/
2019/investigations/afghanistan-papers/afghanistan-war-confidential-documents/).

Desde 2001, más de 775 mil tropas estadunidenses han sido desplegadas
en algún momento en Afganistán; 2 mil 300 de ellos han muerto ahí y 20
mil 589 han sido heridos en acción, junto con más de 100 mil afganos
muertos (nadie sabe el número preciso;
https://watson.brown.edu/costsofwar/ costs/human). Unas 13 mil tropas
permanecen allá hoy día. Esa guerra ha costado hasta la fecha más, tal
vez mucho más, de un billón de dólares (no hay un cálculo oficial).

Los 2 mil documentos obtenidos por el Post incluyen entrevistas
confidenciales realizadas por la Oficina del Inspector General
especial de la oficina de la la Reconstrucción en Afganistan (SIGAR,
por sus siglas en inglés) con más de 400 actores claves (la gran
mayoría sin revelar sus nombres) que guiaron esa guerra; desde
comandantes y generales, hasta altos funcionarios, asesores y
diplomáticos dejan claro que desde un inicio esa intervención fue un
desastre disfrazado de éxito para la ciudadanía en Estados Unidos.

Uno de los entrevistados, el general Douglas Lute, quien fue un
coordinador de la Casa Blanca para la guerra durante los gobiernos de
Bush y Obama, comentó en 2015 que carecíamos de un entendimiento
fundamental de Afganistán, no sabíamos lo que estábamos haciendo.

Este proyecto oficial dedicado a evaluar las lecciones de la guerra
para el gobierno estadunidense detallan el fracaso de la doctrina de
contrainteligencia de Estados Unidos aplicada en Afganistán, las
decisiones arrogantes e ignorantes de políticos y militares que no
entiendan en qué país estaban, y la determinación constante de
encubrir las derrotas y fracasos manipulando estadísticas e informes
públicos.

El ex comandante de las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN, Dan
McNeill, afirma en su entrevista que aun al inicio de la guerra en
2002, él no podía encontrar a alguien en el gobierno que pudiera
definir que marcaría una victoria para esa guerra. Otros, como un
integrante del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, no
encontraba respuesta a por qué se lanzó la guerra contra el talibán en
primer lugar, ya que fue Al Qaeda el que atacó a Estados Unidos.

Vale subrayar que todos estos encargados de la guerra trabajaron en
gobiernos republicanos y demócratas; de George W. Bush a Barack Obama,
y ahora Trump.

El jefe de SIGAR, John Sopko, comentó al Post que las entrevistas en
estos documentos sugieren que se la ha mentido constantemente al
pueblo estadunidense sobre esta guerra.

Pero al concluir la semana y cuatro días durante los cuales el Post
publicó su extenso reportaje, los que engañaron a este pueblo parecen
estar seguros de que nadie los hará rendir cuentas. A diferencia del
terremoto político, cuando se divulgaron los Papeles del Pentágono y
que nutrieron a un vital movimiento contra la guerra en Vietnam, ahora
no se registró ningún temblor.

Algunos dicen que tal vez es por las distracciones del impeachment o
que las guerras son percibidas como algo muy remoto. O tal vez es
porque la mentira ya es algo normal y aparentemente aceptable en la
vida política mientras los veteranos militares quebrados por la
experiencia se quedan con la pregunta: ¿para qué fue todo esto?
(https://www.thenation.com/article/ afghanistan-papers-forever-war/).

La verdad es sólo otro daño colateral de las guerras.
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Miquel Angel Soria

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Dec 19, 2019, 1:31:47 AM12/19/19
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https://www.youtube.com/watch?v=4iW6wf2g7lA
Un record per a Patxi Andión.
I un altre per a Pablo de la Torriente Brau, que un dia com avui, el 1936, moria a Majadahonda.


Esperando a la Fiscalía
Elisa Beni

"No perdamos el tiempo con vanos discursos. ¡Hagamos algo ahora que se nos presenta la ocasión! No todos los días hay alguien que nos necesita"

Samuel Beckett. Esperando a Godot

Estoy a la espera. Espero a ver qué hace la Fiscalía con respecto a la difusión de los audios de la menor víctima de una violación grupal en Aranda. Estoy esperando hace un rato largo porque esta es la crónica, de la humillación y vejación de una menor víctima, que fue anunciada. Justo tras la comunicación de la sentencia, con una mezcla de indignación  y chulería, uno de los condenados lo dejó claro: "ahora es cuando se van a filtrar los mensajes de ella a sus amigas". Anunciado y con origen claro. Las amenazas se cumplen y los victimarios la han cumplido.

Estoy esperando a la Fiscalía porque entre sus atribuciones, así recogidas en la Ley de Protección de Víctimas, está la de proteger a los menores víctimas de delitos como sucede en este caso. Protegerles del linchamiento, de la humillación, de la revictimización. Aquí los que desde determinadas posiciones políticas claman en defensa de las víctimas de ETA, los que se posicionan como paladines de sus derechos, los que arremeten contra todo homenaje a un etarra, contra todo chiste, han sido los que no han tenido el menor rebozo en hacer virales unos audios con escarnio para esta víctima que, según parece, cae en el lado contrario de su batalla política. Los audios aparecieron en una cuenta desconocida que fue inmediatamente retuiteada por Cristina Seguí -socia fundadora de Vox- por Bertrand Ndongo -ya saben, el hombre de color de Vox- y por el periodista Alfonso Ussia. Estas cuentas con miles de seguidores convirtieron en viral la estigmatización de la víctima. Existen las capturas de la URL de esos tuits, lo que permite recuperarlos una vez borrados por los autores. Hay peritos que tienen monitorizado el movimiento de esos tuits y sus retuits, así que tampoco se trata de buscar estelas en la mar. Por eso estoy esperando a la Fiscalía.

Esa Fiscalía que no tuvo ningún prurito en intentar llevarse por delante a la tuitera Cassandra por unos chistes malos sobre Carrero Blanco, que acabó convertido en sus escritos de acusación en una víctima del terrorismo más, y para la que pidieron dos años y seis meses de prisión y ocho años de inhabilitación absoluta. De facto, la Audiencia Nacional se la pulió y en el recurso al Tribunal Supremo, la Fiscalía volvió con toda la carga de artillería. Finalmente el Tribunal Supremo anuló la sentencia de la AN. Me dirán que esa era la Fiscalía de los tiempos de Mariano Rajoy, y les doy la razón pero en el cambio de dirección, no espero que se pase de la represión a la inacción cuando sí es necesario ejercer las funciones. Entre otras cosas porque fue la Fiscalía, la de ahora, la de Segarra, la que pidió 38 años de prisión asumiendo las consideraciones del Tribunal Supremo así que si están machacando a la víctima por una condena que pediste y que crees justa ¿a qué esperas para poner pies en pared y acabar con este linchamiento vergonzante? Máxime cuando es una guerra ideológica en la que está cayendo como víctima propiciatoria una menor ya vejada y violentada y una familia que debe estar dolorida hasta sus últimas costuras.

Hay tres mujeres en la Fiscalía que podrían hacer algo al respecto. Tres mujeres. Supongo que con especial sensibilidad hacia este tipo de delitos y victimizaciones secundarias. ¿Qué hacen? ¿A qué esperan? La primera es la fiscal jefe de Castilla-León, Lourdes Rodríguez Rey que, según me dicen, está esperando a ver qué hace y qué dice la familia. Como si esto fuera un tema civil de protección del honor o como si esos pobres padres tuvieran que echarse sobre las espaldas todo o como si esto no les afectara más que a ellos y no a la sociedad y también a la Administración de Justicia que está siendo vejada y retada, a unos magistrados a los que se está gritando que prevarican. Es que los fachas cuando se lanzan no distinguen.

La segunda es Elvira Tejada de la Fuente, la fiscal jefe de Criminalidad Informática, que sí que al parecer está estudiando, eso sí con calma, las circunstancias del caso a ver si hay algo que desde su negociado se pudiera hacer. Seguro que sí y a eso vamos luego.

La tercera, y la más importante, es María José Segarra, la fiscal general del Estado, la jefa de todas ellas y la que tiene en su mano, legalmente, la posibilidad de dar instrucciones para que se abran inmediatamente unas diligencias informativas. Segarra es una mujer que se dijo sensible con estas cuestiones. Sólo tiene que decir "¡Abran...!" y lo puede perfectamente ordenar por escrito si fuera preciso, como recoge el Estatuto Fiscal.

La Fiscalía no tiene que dictar sentencias. Sólo tienen que detectar los indicios de criminalidad, reunir las pruebas y presentar la acusación. ¿Por qué no le preguntan a la letrada Olga Navarro a qué se refería cuando dijo que la víctima se iba a tener que ir de España? ¿Y al condenado que afirmó que los audios se iban a hacer públicos? Sólo tienen que acudir al artículo 169.2 del Código Penal, el de las amenazas.

¿Pueden buscar indicios del incumplimiento del artículo 173.1, el que se refiere a la integridad moral y al trato degradante que está sufriendo esa menor con publicidad en las redes? Cuentas con casi 200.000 seguidores y todos los diarios que han repicado después la cuestión. ¿Qué me dicen del artículo 197.1 referido a la revelación de secretos de conversaciones? Conversaciones que han sido extraídas de un procedimiento penal. ¿Investigamos si por alguna parte de las que tienen obligación de guardar consideración a las otras partes y, sobre todo, a las víctimas?

¿Releemos el artículo 22 de la Ley de Protección a las Víctimas? Sí, ese que dice que los tribunales y la Fiscalía, y todos los demás que de alguna manera participen en el proceso "adoptarán las medidas necesarias para proteger la intimidad de todas las víctimas (...) y, en particular, para impedir la difusión de cualquier información que pueda facilitar la identificación de las víctimas menores de edad". Oigan, señoras fiscalas, yo me subo en un taxi y nada más decir la dirección muchos taxistas saben sin mirar que soy Elisa Beni. Por la voz, ya saben. El Tribunal Supremo tiene sobre la mesa un asunto en el que debe dilucidar si la voz constituye un dato personal pero es que, si incluso no lo fuera, la voz permite identificar a la víctima. Cualquier persona que oiga los audios y haya tratado con la menor, por cualquier circunstancia, sabrá que ella es la víctima. Ahora y en el futuro. ¿Van a hacer eliminar esos audios de donde estén colgados en la web?

No es que pretenda agotar las posibilidades ni es mi papel escribir escritos de acusación. Yo sólo estoy esperando a la Fiscalía. Estoy esperando porque tiene indicios de la comisión de varios delitos, tiene el nombre de los posibles autores, existen las pruebas para reafirmarlo y, sobre todo, porque no puede dejar de proteger a esa niña para que sus esperanzas de recuperar su vida no se pierdan definitivamente en una virulenta batalla política en la que existen individuos dispuestos a pasar incluso sobre una menor víctima de un gravísimo delito para lograr sus objetivos políticos o ideológicos.

Se que no estoy sola esperando a la Fiscalía.

                                      * * *

Cambio climático: sainete y gran fiasco en Madrid
Alejandro Nadal

El Acuerdo de París sobre cambio climático fue presentado al mundo en 2015 como un gran logro al finalizar la vigesimoprimera Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención sobre Cambio Climático. Se dijo que por vez primera todos los países del mundo se habían unido en un esfuerzo común por mantener el cambio climático por debajo de los dos grados centígrados respecto de la era preindustrial. Además, se acordó realizar esfuerzos por limitar a 1.5 grados dicho cambio climático. Para lograr lo anterior todos y cada uno de los países miembros definirían de manera voluntaria e independiente sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Formalmente el Acuerdo de París (AP) entró en vigor en noviembre de 2016, al ser ratificado por el número requerido de países. Pero lo que nunca se ha dicho con toda claridad, y los medios no han sabido entender, es que ese acuerdo ya entró en vigor, pero todavía no puede aplicarse. Ya llevamos cuatro años en esta especie de limbo que convierte el AP en un tratado internacional que ya entró en vigor pero no puede aplicarse. La razón es que le falta lo que sería el equivalente a una ley reglamentaria.

Las implicaciones de lo anterior son devastadoras. En los últimos cuatro años, los 192 países miembros del Acuerdo de París han estado ocupados en negociar las reglas precisas de aplicación de ese instrumento. Leyó usted bien: tenemos cuatro años negociando el contenido del Libro de Reglas que define los procedimientos para uniformar los informes nacionales sobre reducción de emisiones, las reglas de cooperación financiera, la forma en que un país podrá cumplir sus metas de reducción de emisiones al ayudar a otras naciones a disminuir las suyas y las modalidades que deben regir las transacciones en los mercados de carbono y en los mecanismos de compensación de emisiones, etcétera.

Hace un año concluyó la COP24 en Katowice, Polonia, y se dijo que ya por fin habían concluido las negociaciones para definir el Libro de Reglas. Pero nuevamente el mendaz lenguaje diplomático sirvió de cortina de humo. Resulta que las reglas para la implementación de uno de los más importantes componentes del Acuerdo de París, definido en su artículo sexto, quedaron sin ser definidas y la tarea se dejó para la COP25. Y ésta tampoco pudo llegar a un acuerdo sobre ese artículo.

¿Qué dice este famoso artículo? Se trata de uno de los más importantes y contenciosos del Acuerdo de París. Es un texto breve que abre las puertas para que un país que haya rebasado sus metas o compromisos nacionales (voluntarios y definidos de manera independiente) pueda vender su excedente de emisiones a una nación que no ha podido cumplir con sus metas. Esos objetivos pueden estar relacionados con diferentes tipos de proyectos, como reducciones de emisiones, expansión de fuentes renovables o plantaciones forestales.

El artículo sexto también abre la puerta a la creación de un nuevo mercado de carbono internacional para intercambiar reducciones de emisiones en cualquier parte del mundo por los sectores públicos y privados. Al igual que el caso anterior, esas disminuciones pueden provenir de múltiples tipos de proyectos.

El principal problema es que estos mecanismos de mercado facilitan que las cosas sigan como están y no han servido para frenar las emisiones. El mercado de carbono más desarrollado es el Sistema Europeo de Comercio de Emisiones, y ese régimen ha estado en crisis desde hace años. Apenas este 2019 comenzó a repuntar el precio de la tonelada de carbono (equivalente), pero múltiples problemas de origen no han facilitado su funcionamiento.

Mantener el statu quo es muy mala opción en estos momentos. Ya sabemos que los compromisos nacionales no alcanzan para el objetivo inicial del acuerdo, y cuando se hacen cuentas se observa que colocan al mundo en la trayectoria de tres grados centígrados, lo cual tiene implicaciones de dimensiones catastróficas y constituye una amenaza existencial para la humanidad.

Antes y durante la COP 25 muchas organizaciones y algunos países habían esperado que los grandes emisores de GEI anunciarían que estaban redoblando esfuerzos para reducir dichas emisiones. Esas notificaciones nunca llegaron y es claro que Estados Unidos (que ha denunciado el AP, pero todavía tuvo derecho a participar en esta COP), Brasil, China, Australia y Arabia Saudita encabezaron el grupo de países que, francamente, no escatimaron recursos para sabotear los esfuerzos de la COP 25.

¿Cuál es el balance? Cuatro años después de cumplido el Acuerdo de París, las emisiones de GEI siguen aumentando. Tenemos ya un cuarto de siglo discutiendo y negociando un verdadero régimen regulatorio para enfrentar la amenaza del cambio climático. Este esfuerzo no ha fructificado y no parece que las cosas vayan a cambiar pronto. La COP 25 recuerda la época de los sainetes que frecuentemente hacían reír al público en los teatros madrileños, porque terminaban en un grandioso fiasco. Sólo que esta vez el fiasco se traducirá en tragedia.


 
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Miquel Angel Soria

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Dec 20, 2019, 1:31:15 AM12/20/19
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Els darrers esdeveniments deixen amb el cul a l'aire a aquells que
s'atreveixen a anar pel davant. Vivim en un temps de paciència i de
rearmament ideològic. Ja ens ho deien els nostres vells: A poc a poc i
bona lletra!


Cinco claves para entender la sentencia de la justicia europea sobre Junqueras
Joaquim Bosch - Magistrado

1.- La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE)
supone una clara desautorización jurídica al Tribunal Supremo español.
Esta resolución cuestiona diversas decisiones judiciales adoptadas en
relación con Junqueras, pero además puede provocar consecuencias de
enorme relevancia en otros ámbitos. Lo que indica la justicia europea
es que Junqueras gozaba de inmunidad desde que fue proclamado
eurodiputado electo. Y ello implicaba que el Tribunal Supremo debería
haberle permitido su toma de posesión y los trámites de incorporación
al Parlamento Europeo, sin perjuicio de solicitar ante dicha cámara la
suspensión de su inmunidad.

2.- El Tribunal Supremo deberá responder ahora a una pregunta
fundamental, que se deriva directamente de la sentencia del TJUE y que
ya se ha planteado en las actuaciones. ¿Cómo pudo ser condenado
alguien que gozaba de una inmunidad que impedía dicha condena? Además,
fue condenado sin que nuestro alto tribunal esperase la respuesta a
una cuestión prejudicial que él mismo había formulado al órgano
judicial europeo. Según la letra de la resolución del tribunal de
Luxemburgo, la respuesta jurídica más literal lleva a la declaración
de nulidad del fallo condenatorio contra Junqueras. No podía haber
sido condenado, según el ordenamiento jurídico vigente, por lo que se
habrían vulnerado reglas esenciales de procedimiento que habrían
causado indefensión a Junqueras.

La declaración de nulidad implicaría su inmediata puesta en libertad y
su incorporación a sus funciones parlamentarias, sin perjuicio de las
actuaciones que realizara el Tribunal Supremo para reclamar a la
eurocámara la suspensión de su inmunidad. Es cierto que, a la vista de
sus actuaciones precedentes, nuestro alto tribunal podría considerar
que la contravención de las normas europeas sobre inmunidad no resulta
suficiente vulneración de derechos como para declarar dicha nulidad.
Pero es igualmente cierto que su decisión será revisada con
posterioridad por la jurisdicción europea.

3.- La nulidad difícilmente supondría dejar sin efecto el juicio, pues
se celebró antes de que Junqueras fuera proclamado parlamentario
europeo y gozara de inmunidad. Por otro lado, me parece dudoso que la
nulidad pudiera alcanzar a otras personas condenadas a las que no
afectaba la referida inmunidad, ya que en este ámbito no se habrían
vulnerado sus derechos. Sin embargo, otra consecuencia importante de
la sentencia sería la aplicación de sus criterios jurídicos a
Puigdemont, el cual también está ejerciendo sus propias acciones ante
el tribunal europeo. Si la inmunidad despliega sus efectos desde la
proclamación de los eurodiputados, resulta más que previsible que la
justicia europea reconozca también esta protección para Puigdemont. Y
ello implicará que este no pueda ser detenido ni perseguido
judicialmente en España, mientras el parlamento europeo no deje sin
efecto su inmunidad.

4.- Debe recordarse que inmunidad no significa impunidad. Por ejemplo,
no se trata de que cualquier persona pueda cometer delitos sin
consecuencias penales por el hecho de ser elegido parlamentario. Algo
así sería absurdo. La inmunidad supone una garantía para reforzar la
separación de poderes. Con ella se pretende que no se puedan producir
persecuciones policiales o judiciales sin justificación que puedan
alterar el resultado de la voluntad popular en unas elecciones. Una
vez el parlamento correspondiente verifique el fundamento de una
actuación judicial, a través del suplicatorio o petición formulada por
el órgano judicial, podrán continuar las actuaciones penales contra un
diputado.

Puede parecer que la falta de cumplimiento de estos requisitos
representa una cuestión menor. Sin embargo, estamos hablando de
garantías básicas en un Estado de Derecho. No resulta coherente exigir
(con razón) a los dirigentes independentistas el cumplimiento del
ordenamiento jurídico y luego apoyar que nuestros tribunales cometan
infracciones sobre normas esenciales.

5.- A pesar de algunas reacciones desaforadas contra la sentencia, que
aseguran que nos quieren imponer decisiones desde fuera, debemos
recordar que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea no es un
órgano judicial foráneo. También es un tribunal español, porque somos
europeos y formamos parte de la Unión Europea. Es un órgano judicial
que forma parte de nuestro sistema de derecho y no dicta sus
resoluciones desde Australia o Japón. Es el máximo intérprete de las
normas comunitarias europeas y las leyes españolas establecen que el
poder judicial de nuestro país está vinculado a sus decisiones. Entre
los 15 jueces que han dictado esta sentencia, se encontraba también
una magistrada española.

Además, la justicia europea supone un significativo punto de
referencia. Frente a la pasión con la que en un país concreto se
pueden afrontar determinadas situaciones, las instituciones judiciales
comunes ofrecen una mirada más analítica y distanciada de los
conflictos, para generar unos estándares compartidos mínimos en
materia de derechos y libertades. Ya sabemos lo que supone retroceder
a tiempos en los que España no formaba parte de los organismos
europeos. Esta sentencia del TJUE profundiza en el refuerzo de
garantías, derechos y valores democráticos. Ante dicha resolución no
valen falsos patriotismos irracionales. Al contrario, de manera
constructiva, deberíamos ampliar nuestra perspectiva crítica sobre las
decisiones referentes al Procés que puedan resultar discutibles.

* * *

Argentina: soberanía popular y cerco geopolítico
José Steinsleger

Buenos Aires. En la apretujada multitud que el día de la transmisión
del mando intentaba llegar a la Plaza de Mayo, alguien exclamó: ¡Hay
futuro, pero no hay cómo llegar! Pero otra voz replicó: ¡El futuro
llegó y estamos acá! Y un dato no menor tuvo lugar cuando entre
forcejeos, la marea humana estuvo a punto de arrojar al articulista
sobre una parrilla en la que ardían sabrosos choripanes.

A los que arribaron con horas de anticipación les fue imposible entrar
a la histórica plaza, que, ya sin las rejas erigidas por Mauricio
Macri, desbordaba de pueblo humilde, acampando desde la noche
anterior. En las 15 cuadras que distan entre el Congreso y la Casa
Rosada, millares de grupos coreaban: “¡Pre-si-denteee...! ­¡Alberto
presiden-teee…!”

Difícil… muy difícil de transcribir aquel clima de fervor y cívica
esperanza. Porque la democracia real volvía tras cuatro años
sostenidos de hambre y desnutrición en el país de los alimentos, la
deliberada marginación de viejos, enfermos y discapacitados, la
persecución judicial a empresarios y dirigentes políticos de la
oposición, el cierre masivo de pequeños y medianas industrias (pymes),
los indiscriminados y arbitrarios despidos, y el burdo desdén de los
símbolos patrios ejecutado por una mafia de capitalistas salvajes y
delincuentes del fuero común.

Por ende, nada de receso navideño o distracciones decembrinas. En tan
sólo cinco días, el presidente Alberto Fernández (AF) congeló las
tarifas de los servicios públicos; relanzó el programa de precios
cuidados; aumentó las jubilaciones y la asignación por hijo; rebajó el
precio de los medicamentos; restringió las artimañas en los balances
de las empresas para eludir el pago de ganancias; duplicó la
indemnización por despido durante los próximos seis meses; restructuró
los servicios de cobertura médica y social, y aumentó el impuesto al
sector agroexportador, a los bienes personales de los ricos, el
consumo con tarjetas en el exterior, y el largo etcétera que se
dispone a desmontar el modelo económico neoliberal.

Desafíos que para el gobierno de AF, cercado por regímenes hostiles y
funcionales a Washington y Tel Aviv, dibujan densos nubarrones: el
Brasil del desquiciado (Jair) Bolsonaro, el Chile del genocida
(Sebastián) Piñera, el Paraguay neocolonial de Mario Abdo Benítez, la
OEA de Luis Almagro y, por sobre todo, el agresivo grupo golpista de
fascistas que en noviembre pasado dieron un golpe de Estado en
Bolivia, derrocando al presidente Evo Morales.

Con excepción de Paraguay y Uruguay, pocos presidentes asistieron a la
transmisión del mando. Chile, Perú, Ecuador y Colombia enviaron
funcionarios de segunda línea, mientras la presencia de Jorge
Rodríguez (ministro de Comunicación de la República Bolivariana de
Venezuela), y del ex presidente de Ecuador Rafael Correa, fue causa
suficiente para que el yankicubano Mauricio Claver-Carone (enviado de
Donald Trump y asesor para del Consejo de Seguridad Nacional) se
retirara del acto protocolar, poniendo en cuestión el perfil
democrático de Alberto Fernández.

El periodista Horacio Verbitsky apuntó que Elliot Abrams
(representante especial del Departamento de Estado para Venezuela) le
habría transmitido a Fernández el desacuerdo de su jefe, Mike Pompeo,
con el gesto de Claver. No obstante, el enviado de Pompeo, Michael
Kozac, permaneció en el país y asistió al almuerzo previsto por el
nuevo gobernante argentino. “Y en el tête à tête con Kozac –dice
Verbitski– cada parte se atuvo a su propia visión. Para los
estadunidenses, no le hace bien a la democracia la radicación aquí del
ex presidente del Estado Plurinacional de Bolivia… Para el argentino,
lo que no le hace bien a la democracia es el elogio de Trump al
Ejército que forzó la renuncia del presidente” ( El cohete a la luna,
15/12/19).

En cambio, el caso del presidente de Paraguay, Mario Abdo, luce más
preocupante. Habiendo sido el primero en saludar a Fernández en la
Casa Rosada, Abdo se reunió tres días después con Trump. Y luego, lo
hizo en una reunión ampliada con Pompeo; el jefe de gabinete, Mick
Mulvaney; el asesor presidencial del Consejo Nacional de Seguridad,
Robert O’Brien; el presidente de la Corporación Internacional de
Finanzas para el Desarrollo Adam Boehler, y el citado Claver Carone.
Según el periodista paraguayo Celso Guanipa Castro, de la declaración
conjunta Trump-Abdo se desprende que Estados Unidos proveerá a
Paraguay financiamiento para entrenamiento militar y educativo en 2020
y 2021, y que “el Comando Sur ejecutará un ejercicio de respuesta
conjunta a crisis regionales en el 2021…” (sic, Nodal, 16/12/19).

Por ahora, la nueva generación de argentinos, que promete. Así, cuando
en la noche del 10 de diciembre la jefa apareció en el templete
levantado para la ocasión, 300 mil jóvenes la saludaron haciendo
cimbrar la Plaza con la V de la victoria: ¡Cristina! ¡Cristina
corazón! ¡Acá tenés los pibes para la liberación!
Proceda.jpg
La sentencia del TJUE.jpg
justicia.jpg
Acabo con todo.jpg

Miquel Angel Soria

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Dec 24, 2019, 1:30:23 AM12/24/19
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Els advocats de l'Estat sembla que s'han agafat vacances. Per alguns,
entre el que em trobo jo, no són ni una excusa per reunir la família,
que és quelcom que fem habitualment.
Per això aquests dies treballo. Ahir va ser pont per visitar el poble
i una part de la família. La salut, igual.El proper dilluns, descans.
Eliminació de la cataracta del segon ull.


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
EL PODER DEL PUEBLO

¿Qué hará ahora el Gobierno español con esa sentencia dictada por el
Tribunal de Justicia Europeo en la que se declara que el encarcelado
Sr. Junqueras está protegido por la inmunidad parlamentaria tras haber
sido elegido en las últimas elecciones a la Eurocámara?

Recordemos. Unos resueltos y variables jueces españoles han ideado una
pena de trece años de prisión por sedición y malversación para el
líder de Esquerra Catalana, detenido por su participación en el
Procés. Pero el Sr Junqueras, como ya hemos dicho, presentó su
candidatura al Parlamento Europeo y fue elegido. Ahora bien, el
Tribunal Supremo español desconoce la inmunidad con que está revestido
el Sr. Junqueras y lo mantiene en la cárcel. Si Europa Unida existe
como verdadero poder político el dirigente catalán debe ser puesto en
libertad inmediata para administrar la función política que le ha sido
entregada por sus electores ¿Se cumplirá por el Gobierno de Madrid lo
dispuesto por el Tribunal de Justicia Europeo? La cuestión reviste un
interés fundamental de cara a saber si los españoles vivimos en
democracia. Es más, la libertad del Sr. Junqueras tras la sentencia
emitida en Luxemburgo determinará el valor real del escalonado
jurisdiccional en Europa Unida. Como habitante reconocido de un orden
democrático tengo pleno derecho a saber si ese reconocimiento tiene
verdadera consistencia.

Hay algo que convertiría en una filfa más el valor de nuestra vida
democrática. Ese algo consiste en tres líneas de texto que aparecen en
el diario ‘‘El País’’, al que suelo acudir con la fe que antes ponía
en el Boletín Oficial del Estado: «El Tribunal de Justicia Europeo ha
considerado que si el tribunal nacional (o sea, español) considera
necesario mantener la medida de prisión provisional debe solicitar a
la mayor brevedad que suspenda la inmunidad al Parlamento Europeo».

Es decir, que si ahora el Parlamento Europeo decide que el Sr.
Junqueras no goza de inmunidad parlamentaria la sentencia dictada por
el Tribunal de Justicia Europeo decae en favor de la disposición
provisional dictada y en curso por la justicia española que mantiene
al líder de Esquerra Republicana entre barrotes.

Una nota sumable a todo lo anterior: si en este ir y venir de togas la
resolución que se debate siguiera en pie durante algo así como cuatro
años más unas nuevas elecciones europeas podrían dejar al Sr.
Junqueras sin escaño en Bruselas, con lo que todo quedaría en agua de
borrajas y la esposa del Sr. Junqueras podría cantar a su marido al
pie del muro penitenciario aquella dulce canción mejicana que dice:
«Poco a poco me voy acercando a ti,/ poco a poco se me llenan los ojos
de llanto;/ mira si yo te querré/ que me voy a morir/ adorándote
tanto».

Cuando me enteré del nuevo suceso de la democracia española corrí
hacia el puñado de libros que me quedan y leí en uno de ellos lo
referente al llamado periodo israelita del «gobierno de los jueces»,
que duró unos trescientos cincuenta años –desde el 1370 antes de
Cristo hasta el 1050– y que se inició tras la muerte de Josué, que se
siguió de tal anarquía que cada judío «hacía lo que bien le parecía»,
lo que llevó a cada juez de Israel a revestirse del poder supremo a
fin de restaurar la fe en Jehová. Una de las jueces más destacadas fue
Noemí, que era de armas tomar por la dureza de sus decisiones y que,
según un grabado en una colección de los evangelios apócrifos, tenía
unas facciones que a mí me recordaron en cierto perfil a la actual
vicepresidenta en funciones del Gobierno del Sr. Sánchez, también en
funciones. La cosa duró, me parece, hasta que el rey David subió al
trono y acabó con el jolgorio politeísta, lo que, no sé por qué, me
recuerda ciertos aspectos de la democracia española instaurada en
1976.

En fin hablo de todo esto porque la creencia en periodos democráticos
de la humanidad se va extinguiendo en mí de modo irrefrenable. Ahora
mismo he dedicado unas horas a leer papeles sobre el «impeachment» del
Sr. Trump, que está pasando lo suyo, aunque también acabará en nada,
pues la aprobación inicial de ese «impeachment» por la Cámara de
Representantes norteamericana finalizará en nada, ya que el juicio
final acerca del bárbaro del norte ha de verse en el Senado, donde es
preciso una mayoría de dos tercios para derrocar al presidente. O sea,
que todo seguirá como hasta ahora, pese a que los trapos sucios
sacados a relucir acerca de unos y de otros componen una montaña
nepalí.

En una serie de lecturas políticas a las que estoy dedicando mis
últimos días tropiezo constantemente con el fascismo en que nos vamos
sumergiendo inexorablemente a partir de la llamada época de las luces,
en que se encendieron las antorchas de la Revolución Francesa, del
idealismo alemán y de la espléndida aventura de los «padres
pegregrinos» americanos. Parece mentira que la Revolución Francesa
haya acabado en el Sr. Macrom, que el idealismo alemán se haya
disuelto en la barbarie hitleriana y que la sugestiva crónica de Alex
de Tocqueville haya de cerrarse en la página del presidente Trump.

* * *

El legado de Albert Rivera
Javier Pérez Royo

Albert Rivera ha abandonado la presidencia de su partido y su escaño
en el Congreso de los Diputados y parece como si no hubiera existido.
Es posible que en Ciudadanos lo echen de menos, pero para el resto del
país ya no significa absolutamente nada. Y sin embargo, no hay nadie
que haya tenido tanta influencia como él en la delimitación del
terreno de juego de la política española desde que se puso fin al
bipartidismo con las elecciones del 20 de diciembre de 2015.

La presencia de Ciudadanos en las elecciones de diciembre de 2015 y de
julio de 2016, acompañada del descenso pronunciado, pero todavía no
catastrófico del PP, así como de la permanencia debilitada del PSOE y
la importante irrupción de Podemos, alumbraba la posibilidad de un
pluralismo partidista, que podría servir de transición a una nueva
época distinta de la que habíamos tenido desde las primeras elecciones
constitucionales de 1979 hasta las de 2011.

Estaba claro que desde diciembre de 2015, e incluso desde antes, desde
mayo de 2014 con las elecciones al Parlamento Europeo y la
inmediatamente posterior abdicación del Rey Juan Carlos I, nos
encontrábamos en una situación inestable, muy lejos de lo que había
sido el discurrir del sistema político español desde la entrada en
vigor de la Constitución. El primer Rey de la Restauración había
agotado su trayectoria. Y el Rey Juan Carlos I no era un Rey
cualquiera, sino el Rey que había presidido la "Transición" de las
Leyes Fundamentales a la Constitución y que había permanecido casi
cuarenta años en la Jefatura del Estado.Su abdicación fue el mejor
indicador del cambio de época. El sistema político de la Segunda
Restauración tomaba nota del cambio de ciclo.

En ese equilibrio inestable de comienzo de 2016 la presencia de
Ciudadanos no era decisiva, pero sí era muy importante. En un momento
en el que PSOE ya había sufrido un fuerte debilitamiento y en el que,
por mucho que se recuperara, no iba a llegar a ser nunca el que fue en
las décadas anteriores y en el que el PP, minado por la corrupción,
solamente podía ir hacia abajo, Ciudadanos parecía configurarse como
una pieza clave en el terreno de juego del inmediato futuro. Casi
cualquier posible opción de Gobierno tendía naturalmente hacia él.
Llevaba camino de convertirse en el partido indispensable para la
formación de Gobierno, aunque todavía no para ocupar la presidencia
del mismo..

Con la reacción de Albert Rivera al éxito de la moción de censura
contra Mariano Rajoy en 2018, dicha posibilidad se difuminó. Y con
ella se difuminó también la posibilidad de que la nueva etapa del
Sistema Político de la Segunda Restauración con Felipe VI se
diferenciara radicalmente de lo que había sido la primera con su padre
como Rey.

El cordón sanitario que Albert Rivera decidió establecer en torno al
PSOE acompañado de un rabioso antinacionalismo catalán y vasco y de
una reafirmación brutal del nacionalismo español, ha conducido a
sustituir el bipartidismo de partidos de la primera época de la
Segunda Restauración, por un bipartidismo de bloques, en el que los
márgenes de maniobra para hacer política casi desaparecen. Ha alterado
el sistema de partidos, pero para hacerlo menos flexible. La
polarización política es muy superior a la de los pasados decenios.

En los grandes municipios, en las Comunidades Autónomas y en el
Estado. Si en el reinado de Juan Carlos I había o Gobierno socialista
o Gobierno del PP, en el de su hijo Felipe VI o hay Gobierno de "las
derechas" o Gobierno de "las izquierdas más los nacionalistas". Los
equilibrios en porcentaje de voto no varían mucho entre ambas épocas,
aunque sí el número de escaños como consecuencia de los efectos de la
Ley electoral.

Con ello se reduce la ductilidad de los materiales de los que se
compone el sistema de partidos, que es todavía más rígido en esta
segunda época de lo que lo fue en la primera. En un momento en el que
el suelo puede moverse con intensidad, no es buen indicador para la
supervivencia del sistema político que se configuró en la Transición.

Albert Rivera y Ciudadanos han podido ser casi todo y van a acabar
siendo prácticamente nada. En positivo su trayectoria no pasará de ser
una nota a pie de página en el tránsito del reinado de Juan Carlos I
al de Felipe VI. Pero en negativo puede tener efectos mucho más
profundos.
Felices Fiestas.jpg
La justícia europea.jpg
cambio climático.jpg
Miki y Duarte desean feliz Navidad.jpg

Miquel Angel Soria

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Dec 25, 2019, 2:47:36 AM12/25/19
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Trobo una piulada d' Evo Morales:
No habrá Nochebuena si falta un padre, una madre o hijos, por haber
sido asesinados por el gobierno de facto de Áñez. No habrá paz ni amor
mientras no retorne la libertad y democracia, ni Navidad con asilados
y perseguidos. Un abrazo a las familias de nuestra Patria.


Ya vienen los reyes
Isaac Rosa

Es la noche más tradicional, también la más mágica e ilusionante: la
noche de los reyes. Desde días atrás no se habla de otra cosa: ¿qué
nos encontraremos este año? ¿Habrá alguna sorpresa, o será lo
esperado? ¿Alguien se portó mal y recibirá carbón? Y a la mañana
siguiente, todos comentando lo que dejó la noche mágica: algunos muy
satisfechos, presumiendo; otros decepcionados, esperaban más; y luego,
los que nunca están contentos, los que no gustan de la tradición, los
que no creen en los reyes ni en la magia.

¿Reyes magos? No, yo estaba hablando de los reyes de España, en su
noche más tradicional, y hasta mágica e ilusionante para los
monárquicos: el mensaje navideño de cada 24 de diciembre. Desde días
atrás no se habla de otra cosa en los medios y en la política: qué nos
encontraremos, qué dirá el rey. ¿Habrá alguna sorpresa, un mensaje con
carga política? ¿O será lo esperado, lo de siempre, la grisura
institucional, hueca y pomposa? ¿Alguien se portó mal (los
independentistas, quién si no) y recibirá carbón (una contundente
referencia a la Constitución, el Estado de Derecho y la unidad de la
nación)? Y al día siguiente, políticos, periodistas y tertulianos
comentando qué dejó la noche mágica de la democracia: los satisfechos,
los que presumen de rey sensible a los problemas actuales y las causas
sociales; los decepcionados porque sus palabras no representen a todos
por igual, o porque esperaban más en un momento crítico como este; y
los que nunca estamos contentos, los republicanos, los que no gustamos
de la tradición monárquica y no creemos en los reyes ni en la magia de
la monarquía parlamentaria.

El paralelismo es evidente, disculpen la obviedad: reyes magos y reyes
de España, el mismo tipo de pensamiento mágico: cada uno con su
tradición, sus rituales, sus defensores entusiastas, sus colaboradores
imprescindibles, sus mentirijillas y su ilusión; aunque con
consecuencias muy diferentes en cada tipo de creencia. Que los niños
se porten bien y esperen expectantes a los reyes magos, y las madres y
padres nos esforcemos para que el despertar del 6 de enero sea mágico,
es algo bonito e inofensivo. Que en cambio políticos y periodistas se
esfuercen cada año para que nos portemos bien y esperemos expectantes
el mensaje del rey, y que despertemos el 25 de diciembre pendientes de
lo que dijo y cómo lo valoran nuestros representantes y medios, es más
bien inmadurez democrática. Y no es inofensivo.

Uno espera que con los años a los monárquicos se les pasará la ilusión
por el mensaje navideño, pero ahí están, año tras año los mismos
representantes políticos, periodistas y tertulianos tomándose muy en
serio el discurso, interpretándolo, valorándolo, encomiándolo. Como ya
no son niños, cabe pensar que se comportan como esas madres y padres
que en estas fechas muestran tanta o más ilusión por los reyes magos
que sus propios hijos, para que no decaiga la tradición, para que
sigan creyendo y no hagan caso a los rumores. Vamos, que nos tratan
como menores de edad (democrática).

Al final, siempre viene el descreído que te chafa la ilusión y te dice
que no, que los reyes no existen, que son solo una figura
institucional, sin poder ejecutivo; y que sus palabras siempre son
aprobadas, cuando no directamente inspiradas, por el gobierno de
turno. Y uno, al hacerse mayor, nunca sabe qué es peor: que sea verdad
o mentira, que los reyes existan o no, que haya magia o todo sea un
montaje, que el gobierno le dicte al rey lo que debe decir (y en ese
caso sería un ejercicio de ventriloquia prestigiosa al servicio del
partido gobernante); o que el rey, cuya legitimidad es
democráticamente cuestionable (ser hijo de), pueda hablar por libre,
decir lo que piensa y mandar mensajes a los niños, perdón, a los
ciudadanos.

Felices fiestas.

* * *

Golazo de Lula
Por Emir Sader

En diciembre del 2017 fue inaugurado el campo de fútbol con el nombre
de Doctor Sócrates. El campo está dentro de la Escuela Nacional
Florestan Fernandes, del MST, en el municipio de Guararema, cerca de
la ciudad de San Pablo.

El partido inicial fue jugado entre el equipo de los amigos de Lula en
contra del equipo de los amigos del MST. Fue un duro partido, y a
pesar de que el equipo de Lula contaba con Chico Buarque, entre otros
cracks, el juego terminó empatado. Lula hizo un gol, de penal.

El año pasado no hubo partido, porque el capitán de uno de los equipos
estaba arbitrariamente detenido en Curitiba. Aunque hubiera pedido
licencia, seguramente no se la habrían dado para que liderara a su
equipo, porque desconocían la imortancia del evento. No hubo partido,
una razón más para teminar el año tristes.

Este año, con Lula libre, pudimos recomponer nuestro equipo y el
partido se realizó finalmente el domingo 22, en vez del sábado, para
no robar audiencia de la final de la Champions, en la que jugaba
Flamengo. Hubo transmisión directa para la redes.

Jugamos, al igual que hace dos años, bajo un sol inclemente, con gran
contingente de combatientes de décadas en la militancia politica. No
hubo control antidoping.

Lula ha demostrado que el encierro no le mermó las condiciones ni
físicas ni técnicas. Jugó como si no hubiera estado sin jugar, por
persecución jurídica, durante 20 meses. Nosotros hemos tratado de
acompañarlo, cada uno con su ritmo, sus condiciones y sus técnicas.

Como estaba previsto, el partido se inició a las 13 horas, bajo el sol
del verano. Comenzó con ritmo relativamente lento, para que
administráramos nuestas energías. Cada equipo, felizmente, ha contado
con un elenco numeroso, dada la fuerza de la izquierda, lo cual ha
posibilitado variaciones tácticas y ahorro de energía física.Una
novedad importante fue la participación de mujeres, entre ellas Mónica
Benicio, viuda de Marielle Franco.

El estadio, que reúne a 4 mil personas, estaba repleto. Un público
entusiasta, que cantaba todo el tiempo, para alentarnos. Antes del
inicio, algunas breves palabras, de Joao Pedro Stedile, el dirigente
histórico del MST, de Lula y de Chico Buarque. Chico hizo un pedido
especial: Solicito, a los defensas del equipo del MST, que mantengan a
Lula libre.

Otras referencias similares estaban en carteles en la hinchada: “Pase
la pelota a Lula, porque Lula está libre!”. “Yo no he visto jugar a
Pele, pero he visto jugar a Lula!”

Jugaban, entre otros, ademas de los mencionados, Fernando Haddad,
Afonsinho – el primer jugador de fútbol brasileño político-, músicos
como Chico Cesar, gente como yo y mi hijo Miguel, entre tantos otros.
Se alargó el partido todo el tiempo para que todos pudieran jugar.

Lula sufrió un penal, lo cobró y abrió asi el marcador. El equipo del
MST empató y, al final, Chico Buarque hizo el gol que dio la victoria
a nuestro equipo.

Al finalizar el partido, se sirvió un arroz para las cuatro mil
personas presentes, en el lugar de refeiciones que la Escuela del MST
usa para las personas que hacen cursos de formación. Fue un domingo
lindo, alegre, inolvidable para todos que estuvimos allá, todavía más
para los que hemos demostrado que mantenemos nuestra combatividad y
nuestra técnica también dentro de las cuatro líneas del excelente
gramado del estadio Doctor Sócrates.

Con el encuentro con inteletuales y artistas el día 18 en Río de
Janeiro y con ese partido y esa fiesta del dia 22 en la Escuela
Florestan Fernandes del MST, Lula cerró con un golazo este duro año
del 2019, con perspectivas bastante mejores para el 2020.
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Miquel Angel Soria

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Dec 26, 2019, 2:42:55 AM12/26/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui faria anys Jean Ferrat (89)
https://www.youtube.com/watch?v=bTYApkseLAQ
i fa anys el cubà Amaury Pérez (66)
https://www.youtube.com/watch?v=Z90ilxuF5wU


Adiós al oasis chileno
Por Ariel Dorfman

Cuando se escriba la historia de la inédita revuelta del año 2019 que cambió el destino de Chile, destacará, sin duda, una frase pronunciada por el presidente Sebastián Piñera el 8 de octubre en un programa de televisión en Santiago: “En medio de una América convulsionada, Chile… es un verdadero oasis.”

Aquellas palabras trasuntaban una ceguera ilimitada y una soberbia impenetrable, no solo del Primer Mandatario, sino de toda una clase dirigente que no entendía lo que pasaba en el país real que  incubaba en esos mismos momentos el estallido social que ningún miembro de la encapsulada elite había anticipado.

En efecto, mientras Piñera peroraba televisamente, miles de estudiantes chilenos se saltaban con júbilo los torniquetes del Metro de Santiago, rehusándose a pagar un alza de treinta pesos que el gobierno había decretado recientemente, tan solo dos días antes de que Piñera se ufanara de que Chile fuera tan diferente del díscolo continente latinoamericano.

En vez de entender la desesperación que se agitaba detrás de esta forma de protesta pacífica, los ministros de Piñera (entre los que había una caterva de enriquecidos vilmente durante la dictadura de Pinochet) hicieron oídos sordos y respondieron con una violencia cada vez más salvaje, lo que, en vez de amenguar los desórdenes atizaron el descontento del que se valieron elementos anarquistas y lumpen, amén de grupos aliados a narcotraficantes para desatar saqueos y vandalismo. El presidente declaró que se trataba de una guerra a muerte contra el pueblo, impuso un estado de emergencia y toque de queda, y ordenó a los militares a la calle. Desde el tiempo de Pinochet que no se veían tanquetas y soldados patrullando las ciudades.

El pueblo chileno no se dejó amedrentar. En forma mayoritariamente pacífica, millones de hombres y mujeres y niños salieron a desafiar la represión, embarcándose en un octubre liberador que recordaba la gesta de otro octubre, el de 1988, cuando el pueblo chileno derrotó a la dictadura en un plebiscito que dio comienzo al lento retorno a la democracia. Aquella epopeya de 1988 había sido liderada por los políticos de centro-izquierda que supieron crear las condiciones para que el país pudiera respirar en paz después de tantos años de tiranía.

Aquellos líderes lograron, durante las décadas que siguieron, algunos notables progresos: una disminución importante de la pobreza, una serie de juicios a los más escalofriantes violadores de los derechos humanos de la época de Pinochet, algunas mejorías en la salud y la educación, proyectos de infraestructura y transporte, modernizaciones del aparato estatal. Pero no pudieron terminar del todo con los enclaves autoritarios que habían heredado de la dictadura ni supieron cuestionar la extraordinaria desigualdad de un Chile donde un pequeño y ávido grupo se había apropiado de una inmensa y obscena tajada de la riqueza nacional. El desparpajo con que estos aristócratas y nuevos ricos ostentaban sus franquicias y la impunidad de que gozaban alimentaba la rabia de los chilenos ordinarios para quienes el alza de los treinta centavos era una carga significativa y, por cierto, una provocación en un país donde la corrupción de los privilegiados rara vez se sancionaba.

Y sobrevino, entonces, una insurrección generalizada que sobrepasó las estructuras partidarias y los políticos desprestigiados que no habían sabido dar una solución a los problemas profundos de Chile, un movimiento que ha sacudido los cimientos del desigual modelo político y económico que ha regido al país durante las últimas décadas.

Menos de tres meses después de que los jóvenes se rebelaron contra una cúpula que no los incluía ni escuchaba, Chile ha cambiado en forma trascendental. Todas las fuerzas políticas han acordado un itinerario para dotar al país de una nueva Constitución que reemplace la que impuso fraudulentamente Pinochet en 1980, si bien la derecha se ha opuesto exitosamente a la paridad de género y la presencia necesaria de sectores independientes y de pueblos originarios en la constituyente. Y se están implementando medidas que comienzan a enfrentar - aunque en forma exigua – las graves deficiencias en pensiones y salud, en parques y viviendas y educación, que aquejan a la población en forma mayoritaria.

Queda por ver si estas reformas se efectuarán o si, de nuevo, se han de frustrar las ansias de un país más bello y equitativo. Queda por ver si los policías que respondieron a las demandas ineludibles de los jóvenes con balines y torturas van a ser juzgados y castigados. Queda por ver si la derecha chilena, acostumbrada a menoscabar la democracia con impunidad, aceptará una contracción de su poder y sus granjerías o si pondrán cada vez más trabas al proceso que llevará a una nueva Constitución. Queda por ver si las exigencias de políticas sustentables para enfrentar la crisis climática, derechos de sindicalización de los trabajadores, control de las aguas urbanas y rurales (Chile es el único país en el mundo donde el agua se encuentra en manos privadas), serán postergadas otra vez más. Queda por ver si los políticos de centro-izquierda se darán cuenta de que no hay que temer la movilización del pueblo. Queda por ver si los sectores fascistas, nostálgicos de la mano dura de Pinochet, no aprovecharán el desorden y los saqueos, para revivir la quimera de una nueva tiranía. Queda por ver si los militares, contemplando un país dividido y cada vez más destrozado por el vandalismo criminal de unos pocos que aprovechan las protestas pacíficas de la mayoría, no decidirán que es hora de salir de los cuarteles. Queda por ver si a los jóvenes chilenos que no tuvieron miedo a los golpes y las balas y las violaciones y los gases lacrimógenos tendrán espacio protagónico para respirar tranquilos, que se les permita sacar todo el potencial creador que tienen adentro. Queda por ver si las eternamente pospuestas demandas de mujeres maltratadas y de pueblos originarios tendrán el reconocimiento que se merecen.

Queda por ver, queda por ver.

Pero hay algunos que no verán más, casi trescientos jóvenes que quedaron ciegos debido a los disparos de la policía, aquellos que quedaron sin ojos para que los aislados dueños de Chile pudieran abrir los ojos a la realidad de un país al que han tratado con ignorancia y menosprecio, al que han querido olvidar. Otro sacrificio en la larga lista de sacrificios que han padecido tantos, las penas y pérdidas que nunca faltan para que nazca una patria nueva.

Lo que es seguro es que, en este sumamente convulsionado 2019, Chile despertó. Se ha cuestionado a fondo el modelo neoliberal consumista vigente, reivindicando un nuevo modelo humano donde prima lo humano y no el lucro desmedido.

No somos, mal que le pese a Piñera y los suyos, un oasis en América Latina, sino parte de la historia perpetua de nuestro vasto y rebelde continente que lucha desde siglos por un mundo más justo y participativo.

Dependerá del pueblo chileno cómo se escribirá la próxima página de esa historia.

 * Este comentario se basa, en parte, en el folleto, Chile: Juventud Rebelde, que acaba de sacar Fondo de Cultura Económica que también ha publicado Allegro, la última novela de Ariel Dorfman.

 
En la tele.jpg
Desorientados.jpg
Mundo lombriz.jpg
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Miquel Angel Soria

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Dec 27, 2019, 1:31:34 AM12/27/19
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Portugal, un model a seguir... i proper.

No hubo un milagro, hubo la victoria posible
Daniel Oliveira

Cuando el columnista conservador Vaco Piludo Valente usó por primera
vez la expresión jerigonza, el actual primer ministro portugués,
António Costa, todavía estaba concurriendo a la primarias del Partido
Socialista (PS) para derribar al anodino António José Seguro. Meses
más tarde, Paulo Portas, todavía líder del CDS (derecha), recuperó la
palabra para describir al nuevo gobierno de izquierda. Un gobierno que
tenía, de hecho, una composición extraña. Era del PS, que había
quedado en segundo lugar en las elecciones, pero apoyado por el Bloco
de Esquerda (BE, aliado de Podemos) y por el Partido Comunista
Portugués (PCP). Era la primera vez, en la democracia portuguesa, que
un partido que no había vencido las elecciones lideraba un gobierno.
Pero también era la primera vez que la izquierda tenía una mayoría sin
que el PS hubiese quedado primero. La palabra jerigonza ha terminado
por ser adoptada por la izquierda. No es un gobierno de coalición (PCP
y BE no han entrado en el Gobierno) y no se podía hablar de acuerdo
parlamentario (las malas relaciones entre el PCP y el BE no han
permitido un acuerdo conjunto y cada partido ha firmado el suyo por
separado con los socialistas. Jerigonza significaba lo que sería
imposible de explicar.

Desde la revolución de 1974, la izquierda nunca se había entendido
para gobernar. Hubo otro apoyo conjunto a candidatos a las elecciones
para presidente de la República, alguna coalición en municipios. Muy
poco, en definitiva. La gran división, con el nacimiento de la
democracia portuguesa, se produjo entre socialistas y comunistas. Esa
ruptura, más que la división entre la izquierda y la derecha, es la
fundadora del régimen. Superarla era de una dificultad enorme. Solo
condiciones extraordinarias podrían haber conducido a este paso
histórico que, hasta que las negociaciones terminaron, era considerado
improbable por los medios de comunicación.

Sin embargo, este entendimiento estaba escrito entre líneas en la
campaña electoral. PS, PCP y BE sintieron, en las calles, la presión
de los votantes para que se entendiesen. Ni un solo día más con Passos
Coelho, primer ministro de derecha que prometió ir más allá de la
troika, decían los votantes de izquierda a sus candidatos. Todos
sintieron que no se les perdonaría si las tradicionales disputas entre
los partidos de izquierda impidiesen una solución política
alternativa. En un debate entre Catarina Martins, líder del Bloco de
Esquerda, y António Costa, líder del Partido Socialista, la primera
puso cuatro condiciones para participar en un gobierno. Casi todas
asequibles. En el congreso del Partido Socialista, antes de la
campaña, fue el propio António Costa quien defendió que la alternancia
en el gobierno no podía continuar vetada a los partidos a su
izquierda.

Pero hasta la noche electoral no se empezó a constatar que, esta vez,
la cosa podría ir en serio. La coalición de derecha había ganado, con
un 38,5%. Eso sucedía porque habían concurrido en coalición, mientras
que la izquierda, que en conjunto había obtenido el 51% de los votos y
122 de los 230 diputados, se había presentado por separado. Esa noche,
los medios de comunicación y los líderes de la derecha, siguiendo la
tradición, dieron como segura la continuidad de Pedro Passos Coelho
como primer ministro. Pero, ante el resultado, Jerónimo de Sousa,
líder de los comunistas, pronunció la frase que marcó el futuro: "El
PS no forma gobierno porque no quiere". Comenzaba a nacer la
jerigonza.

Solo una alineación única de los astros permitiría esa solución: un
pueblo machacado por la austeridad e intransigente ante la posibilidad
de más desencuentros entre la izquierda, un PS con la posibilidad de
gobernar pero debilitado por no haber quedado el primero, un líder
socialista que necesitaba llegar inmediatamente al poder, la dirección
del PCP presionada por sindicalistas y alcaldes para que no permitiese
que la ofensiva mediática y de austeridad continuase y el hecho de que
este entendimiento solo era aritméticamente posible si el PCP y el BE
entrasen a la vez en la solución. Si lo hiciese antes uno de ellos,
podría haberse dado un impasse.

Aprovechar la oportunidad

¿Cómo se explica que la derecha haya conseguido, tras las brutales
dosis de austeridad que suministró al país, alcanzar el 38% de los
votos? Fue posible porque la recuperación económica comenzó en 2014,
siendo todavía primer ministro Passos Coelho. Y comenzó como efecto de
la recuperación europea y del crecimiento del turismo. Este es el
primer mito que es necesario deshacer para comprender la situación
portuguesa: que fue a izquierda la que recuperó, por sí sola, la
economía. Decirlo es repetir un error que destruyó al PS cuando la
crisis explotó: fue responsabilizado, sin tener en cuenta la situación
externa, de la bancarrota nacional. No fue José Sócrates (primer
ministro en 2011) quien hizo quebrar el país, no fue Passos Coelho
quien impuso la austeridad, no fue António Costa quien recuperó la
economía. En todos esos momentos Portugal seguía, a veces solo con un
poco de retraso, las tendencias europeas.

La diferencia residió en cómo cada uno de ellos se enfrentó con el
contexto externo. Así como la derecha añadió dosis de austeridad a lo
que ya venía de fuera, el gobierno de la jerigonza aprovechó el
momento de recuperación de forma muy diferente de lo que habría hecho
Pedro Passos Coelho. Las restituciones de salarios y derechos sociales
y laborales fueron mucho más rápidas y profundas. Y no fueron
acompañadas por la liberalización de las leyes laborales o
privatizaciones, como aconsejan siempre las instituciones europeas y
el FMI. Al contrario, los cambios en las leyes laborales, aunque muy
tímidos, fueron para favorecer a los trabajadores. E incluso se anuló
la concesión a empresas privadas de los transportes públicos de Lisboa
y Oporto y se revirtió parcialmente la privatización de la aerolínea
TAP.

La lista de conquistas en estos cuatro años es especialmente
impresionante cuando se compara con lo que sucede en Europa. Algunos
ejemplos: aumento general de las pensiones; aumento del abono de
familia; eliminación de los recortes en el subsidio de desempleo;
textos escolares gratuitos; reducción de las tasas universitarias; 35
horas semanales en la Administración pública y devolución de muchos
recortes que habían sido realizados a trabajadores del sector público
y privado; nuevos tipos fiscales y fin de recargos; aumento de
impuestos sobre patrimonio inmobiliario de mayor valor; drástica
reducción del precio de los abonos sociales para los transportes
públicos (medida con enorme impacto social), y aumento del 20%, por
fases, del salario mínimo nacional.

Este conjunto de medidas ha sido posible gracias a una situación
externa muy favorable pero, al mismo tiempo, aceleró la recuperación,
ya que aumentó las rentas disponibles, el consumo interno, la
confianza económica, el empleo y los ingresos fiscales. Por ello,
permitió combinar recuperación económica, devolución de derechos
sociales y equilibrio de las rentas públicas a niveles nunca vistos
desde la entrada del euro. El PIB creció a un ritmo desconocido desde
comienzos de siglo, el desempleo cayó del 14%, en 2014, al 6,5%, en
2019; la inversión está cerca de la de los años anteriores a la crisis
y el déficit presupuestario continúa su camino hacia llegar a ser
nulo, lo que se debe a los grandes superávits primarios.

Una vez más, es necesario tener cuidado con algunos equívocos.
Desgraciadamente, estos cuatro años no han sido suficientes para
demostrar que las políticas expansionistas en un país periférico de la
UE permiten casar recuperación económica con el complimiento de las
metas europeas. En un periodo de crisis, sería altamente improbable
que todas estas medidas pudiesen tomarse con superávits primarios
nunca vistos en Portugal. Fue la recuperación externa lo que lo
permitió. Como las cuentas se comportaron bien y las instituciones
europeas confiaron en que ningún elemento estructural de sus dogmas
ideológicos sería puesto en cuestión por un gobierno apoyado por
comunistas y radicales, el rating de la deuda subió, los niveles de
interés descendieron y el Gobierno se ahorró más de mil millones de
euros en pagos de deuda. No es poca cosa.

Como la situación era buena, hubo menos resistencias por parte de los
agentes económicos y de Europa a los aumentos de los salarios mínimos
(aun así, hubo algunas), la Comisión Europea no rechazó los
presupuestos (llegó a amenazar con ello) y el clima político y social
fue, en los primeros dos años, inusualmente favorable para un gobierno
de izquierdas. Todo esto hizo que las relaciones entre los tres
partidos fuesen mucho más fáciles y la capacidad de la derecha de
hacer oposición, mucho más difícil.

Cuando se cumplieron los dos primeros años de gobierno, el contenido
de los acuerdos, que incluía la restitución de los salarios y los
derechos, se agotó. Y navegando a ciegas, comenzaron las fricciones.
Cuando el mandato llega a su fin, las fricciones se han convertido en
enfrentamiento. La retirada del PS de la negociación de una nueva Ley
de Bases de Salud que restaría poder a los grupos privados llevó a un
fuerte desencuentro con el BE y a acusaciones mutuas de deslealtad. Y,
ante la aprobación, con el voto de la derecha, PCP y BE, de la
contabilización completa del tiempo de servicio de los profesores, que
fue congelado durante la crisis, el primer ministro amenazó con su
dimisión. Muchos observadores han considerado que esta simulación de
crisis forzada tenía fines electorales. El PS estaba cayendo en las
encuestas debido a un escándalo relacionado con el nombramiento de
decenas de familiares de ministros para cargos gubernamentales y en la
Administración Pública. Esta dramatización contra una ley que mostraba
"irresponsabilidad presupuestaria" permitía recuperar votos hacia la
derecha.

Con esta crisis, el PS se ha recuperado un poco. Una buena parte del
crecimiento del PS se ha producido a costa de la derecha, gracias al
equilibrio de las cuentas públicas impuesto con mano de hierro por
Mário Centeno, el Cristiano Ronaldo de las Finanzas. Un equilibrio
que, incluso en un buen momento económico, se ha conseguido a costa de
la inversión pública más baja de las últimas décadas y de una
degradación de los servicios públicos, sobre todo en Sanidad y en el
transporte público. Ese es el reverso de la moneda del milagro
portugués: la restitución de los servicios fundamentales no se ha
visto acompañada por una inversión en la calidad del Servicio Nacional
de Salud y de los transportes.

¿Adiós a la 'Jeringonza'?

Con la aproximación de las elecciones europeas ha quedado claro que la
estrategia a largo plazo de António Costa ya no pasa por la jerigonza.
António Costa se ha alejado de Pedro Nuno Santos, el principal activo
de todas las negociaciones con la izquierda y ascendido recientemente
a ministro de Fomento. El joven rostro del ala más a la izquierda del
PS es un defensor, en Portugal y en Europa, del refuerzo de un bloque
a la izquierda que rivalice con las corrientes neoliberales. Sin
embargo, el primer ministro sintoniza cada vez más con Augusto Santos
Silva, ministro de Asuntos Exteriores. El confeso seguidor de la
tercera vía y de Macron ha defendido que la alianza imprescindible
deberá ser entre europeístas, para luchar contra la izquierda
euroescéptica y la extrema derecha. Este rumbo, con el refuerzo de la
alianza con los liberales, incluyendo a Macron y a Ciudadanos, es
evidente en la estrategia que el PS ha definido para Europa. Hay quien
dice que Costa sueña con una carrera en Bruselas. En el estado en el
que se encuentra la izquierda en Europa, se exigen nuevos aliados.

Todo indica que, en este momento, António Costa quiere deshacerse de
la jerigonza. Para ello, tenía tres posibilidades. Una mayoría
absoluta, una alianza solo con el PCP y un gobierno en minoría, con
acuerdos puntuales a izquierda y derecha. Los resultados de las
últimas elecciones europeas han hecho que todas estas posibilidades
sean improbables. El PS alcanzó el 33,5% de los votos y, a pesar de
hay algunas encuestas optimistas, nada indica que sea posible
repetirlos. El PCP obtuvo el peor resultado de su historia en unas
elecciones que, por presentar menos abstención, suelen favorecer
bastante a un partido que tiene un electorado más fiel. Y los dos
partidos de derecha fueron arrasados. Rui Rio, líder del Partido
Social Demócrata (centro-derecha), abierto a acuerdos hacia el centro,
deberá retirarse después de las elecciones legislativas de octubre. Y
quien venga deberá endurecer la oposición.

La caída del PCP y la subida del BE, en estas europeas, son datos
importantes para un análisis riguroso. El PCP parece estar sufriendo
el abrazo del oso. Su electorado, con muchos pensionistas y
funcionarios públicos, parece estar sufriendo el abrazo del oso. Desde
que comenzó esta solución política, ha perdido tres elecciones
consecutivas: presidenciales, municipales y europeas. Y nada indica
que se deba a que a sus electores no les guste el gobierno que ellos
apoyan. Puede que les guste demasiado. El fin del cordón sanitario con
los socialistas está costándoles votos. El BE, más joven, con más peso
entre trabajadores del sector privado y más maleable, ha conseguido
mantener su fuerza electoral o incluso ampliarla, dependiendo de los
candidatos. Es un partido que comparte muchos votantes con el PS y la
porosidad entre ambos puede beneficiarlo. Eso, y una evidente
dificultad de diálogo, llevan a António Costa a querer verse libre del
BE. El sueño de gobernar solo con los comunistas cayó por tierra en
las europeas. El PCP jamás aceptaría mantener una aventura a dos con
un Bloco de Esquerda creciendo sin freno.

Pero en las europeas se ha abierto una puerta. El PAN (Personas,
Animales, Naturaleza), un partido muy particular que entró en el
Parlamento hace cuatro años, que no es ni de izquierda ni de derecha,
que está casi exclusivamente compuesto por veganos, que tiene en los
animales el centro de su acción política pero en los últimos meses ha
conseguido transmitir la idea de que es ecologista, ha alcanzado el 5%
de votos en estas europeas. Parece que no es un efecto secundario y
los ojos de António Costa brillan. Esta sería una alianza sin costes.
Al ser un partido de nicho y pequeñas causas, sería suficiente con
darle algunas victorias simbólicas y estaría garantizado su apoyo en
todo lo importante, desde la economía a las leyes laborales.

La aritmética de los votos

Sea como sea, el futuro de la jerigonza dependerá de la aritmética de
los votos. Esa es la gran lección de estos cuatro años: las alianzas
que pueden cambiar el rumbo de un país (o, por lo menos, entorpecer
temporalmente el rumbo hacia las políticas neoliberales que dominan
gran parte de Europa) dependen más de la correlación de fuerzas que de
la buena voluntad de los políticos. E incluso después de que los
votantes de izquierda hayan creado, consciente o inconscientemente,
las condiciones para que los acuerdos sean inevitables, los partidos
no cambian de un día para otro. El PS continúa queriendo tomar las
mismas decisiones que han llevado a sus pares europeos, en Alemania o
en Francia, a una creciente irrelevancia. El PCP, a pesar de ser uno
de los pocos partidos comunistas ortodoxos que ha sobrevivido en
Europa, continúa viviendo en sus anacronismos. El BE, como partido
nacido después de la crisis de los partidos de masas, continúa siendo
inconsistente. Y los límites impuestos por una Europa donde los
equilibrios políticos son muy diferentes a los que vivimos en Portugal
y España, continúan siendo los mismos. Asimismo, será con la misma
moneda, tan desajustada a la realidad de los países periféricos como
en 2009, con la que tendremos que enfrentarnos a una nueva crisis,
cuando inevitablemente llegue. La deuda continúa insostenible, los
límites del tratado presupuestario continúan siendo absurdos, la
economía portuguesa continúa con una fragilidad que asusta.

En Portugal no ha sucedido un milagro. Ha sucedido una victoria
circunstancial y limitada de los que quieren un gobierno más virado
hacia la izquierda. Una victoria que ha dependido de la presión de los
votantes y solo puede volver a depender de ella. Y que, si nos
olvidamos de los mitos y la observamos con frialdad, ha sido lo mejor
que la izquierda podía haber hecho dentro sus posibilidades. Es eso lo
que se le exige: no perder oportunidades.

* * *

La izquierda latinocaribeña en 2019
Ángel Guerra Cabrera / I

En 2019 se demostró la falacia que auguraba el fin del ciclo
progresista en América Latina y el Caribe. Bastaría con citar las
rotundas victorias electorales de Andrés Manuel López Obrador en
México y de Alberto Fernández en Argentina para refutarla. No
obstante, la aseveración sobre el fin del ciclo se basaba en hechos
reales y muy lamentables, pero a la vez aleccionadores para las
fuerzas populares, progresistas y revolucionarias. Después de todo, la
irrupción de gobiernos populares iniciada posteriormente al arribo de
Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela en 1999 parecía no sólo
estar en retroceso, sino haberse detenido en 2016 tras dos derrotas
muy graves para el movimiento popular en Nuestra América: el
desplazamiento de la Casa Rosada en diciembre de 2015 del Frente para
la Victoria, gracias al triunfo electoral de una coalición neoliberal
y proimperialista encabezada por Mauricio Macri; y el golpe de Estado
mediático-judicial-parlamentario contra la presidenta de Brasil Dilma
Rousseff en agosto del año siguiente. El golpe llevó una pandilla de
bandidos al Planalto que, como ya había hecho el macrismo en el país
rioplatense, inició de inmediato un gobierno para el uno por ciento:
desmantelamiento del andamiaje de defensa de la soberanía nacional y
protección social instaurado por los gobiernos del PT, especulación
financiera desenfrenada y venta a las trasnacionales de los recursos
naturales y bienes públicos. Aunque éstas fueron las más costosas
derrotas para la izquierda en el periodo analizado, no fueron las
únicas. En 2009, un golpe de Estado militar evidentemente orquestado
por Estados Unidos derrocó al gobierno del presidente Manuel Zelaya,
quien había ingresado a Petrocaribe, a la Alba y promovido una
política exterior digna y soberana. Cuatro años después era derribado
por un golpe parlamentario-mediático el presidente de Paraguay,
Fernando Lugo, notable adherente del progresismo.

A esto debe añadirse la artera traición de Lenín Moreno a sus
compañeras y compañeros de la Revolución Ciudadana, al pueblo de
Ecuador y a su propio discurso desde que se integró al primer gobierno
del presidente Rafael Correa hasta que resultó electo a la primera
magistratura del país, que impulsó un retroceso al vapor al
neoliberalismo y un entreguismo sin precedente a Washington. De la
misma manera, la injusta y perversa condena de cárcel al ex presidente
brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en abril de 2019, maniobra
evidente del imperialismo yanqui y la oligarquía local para impedir su
segura victoria en la elección presidencial de octubre de ese año.
Como resultado, la elección de Jair Bolsonaro constituyó un refuerzo a
las posturas ultraderechistas no sólo en la región sino en el mundo; y
a la profundización de las políticas neoliberales y las actitudes aún
más obsecuentes hacia el imperialismo, también traídas a sus países
por los nefastos presidentes Sebastián Piñera e Iván Duque.

A consecuencia de este devenir, sufrieron también rudos golpes
organismos como Unasur –hoy deshecho– y la Celac –en estado de
parálisis– que, nacidos después de 2004, habían logrado dar
importantes pasos hacia la unidad, integración y concertación política
soberanas de América Latina y el Caribe. A su vez, Petrocaribe y la
Alba fueron impactados por las consecuencias de la caída en los
precios del petróleo y, sobre todo, del recrudecimiento cada vez mayor
de la guerra económica estadunidense contra Venezuela y Cuba.

Pero lo más sobresaliente de este año han sido tres factores de enorme
trascendencia y ambos constituyen victorias indiscutibles para las
fuerzas revolucionarias y progresistas, además de los ya citados
triunfos electorales en México y Argentina. El primero son las grandes
protestas populares que recorren el continente desde el primer
trimestre del año, que han puesto contra las cuerdas a los gobiernos
de varios países de la región, muy especialmente al de Piñera en Chile
y al de Uribe-Duque en Ecuador. Contrasta la estabilidad y el orden
existente en Cuba, Venezuela, Nicaragua y México con la situación de
impopularidad de los gobiernos de derecha, prendidos con alfileres y
sostenidos fundamentalmente por el apoyo de Estados Unidos. Es un
hecho que el neoliberalismo no puede gobernar más al sur del río Bravo
sin infringir brutalmente las reglas de la democracia liberal. El
segundo factor es la denodada resistencia y batalla por su desarrollo
de Cuba y Venezuela, cada una en su circunstancia, contra la
implacable y creciente guerra económica de Washington, signada en el
caso venezolano por el golpe permanente y por graves hechos de
violencia contrarrevolucionaria. El tercero es el relevante papel de
los países miembros del Caricom en la defensa de los principios del
derecho internacional, como se vio el 19 de diciembre con la paliza a
Estados Unidos y a Almagro en la OEA y en otros hechos de este año. El
golpe de Estado en Bolivia, la derrota electoral del Frente Amplio de
Uruguay y un par de asuntos más quedan para la siguiente entrega.
Leyendas urbanas.jpg
Any nou.jpg
El Chile de Piñera.jpg
El azúcar engorda.jpg

Miquel Angel Soria

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Dec 30, 2019, 1:30:42 AM12/30/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
El fantasma de Waterloo ataca de nou -i no és a Napoleó-.Torra no
sembla tenir afició a les novel·les de fantasmes i ja els veu arreu.
Si demà no puc enviar la salutació matutina, cal buscar el culpable al
carrer Sant Quintí de BCN.
Bon any!


ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
ANARQUÍA Y ANARQUISMO

La política española ha llegado a un grado tal de descomposición
ideológica, de vacuidad, que es imposible, mediante unas simples
elecciones, lograr un parlamento efectivo. Ante el electorado no hay
programas que inciten el sufragio; que signifiquen a las formaciones.
Hablar de derecha e izquierda es una forma de acomodar físicamente a
los diputados en el salón de sesiones. ¿Cómo distinguir la izquierda
de la derecha? Lo que un murciano entiende como izquierda es un aporte
de la derecha en Aragón. En tal trance el centro es una entelequia, ya
que el centro ha sido tradicionalmente un ámbito transaccional, un
suelo de encuentro; un lugar de afinamiento de las ideas de cara a una
difícil convivencia política. Pero como las ideas no existen el centro
es únicamente marco de fijación de los inidentificables; es el
vestuario donde guardan sus ideas electos inconcretos en un teatro
vacío. Por su parte las autonomías no funcionan como vasos de
comunicación primaria de los partidos con la calle sino que
contribuyen a aumentar la nebulosidad en esos partidos. El resumen de
esta confusión es que el voto constituye una pieza suelta en esta
algarabía de sujetos que hacen tirabuzones con la política convertida
en Monte de Piedad si acaso o, frecuentemente, en caja de reparto de
beneficios entre familias en su concepto más aborrecible.

En suma, España se consume, hace ya largos años, en una anarquía de
calidad detestable, protagonizada por destartalados anarquistas que
ignoran incluso que lo son. Sobre este fondo me decía un apenado e
ilustrado amigo con el que cursé carrera: «No hay remedio, España es
anarquista». Pues, no. España no es anarquista sino anárquica. Quiero
añadir dos palabras a esto que me duele.

Sí, soy anarquista. No quepo en las leyes actuales, en las políticas
del siglo, en los moldes de la sociedad abatida. Pero ese anarquismo
se ajusta a los tres principios salvíficos que definen al anarquismo
de alma limpia: creo en la libertad universal (es decir para todos y
en todo), en la igualdad absoluta (es decir, no pactada sino
sustancial), en la justicia permanente (es decir, la que respeta la
integridad moral e intelectual del ser humano «que dice»). «Decir» es
decir con claridad ante el horizonte humano.

Como buen anarquista rechazo la anarquía, que consiste en tres
manifestaciones que repugno: la demoledora verticalidad del orden
(esto es, el imperio de los hechos arrolladores del pensamiento
germinal), la fuerza como triste fórmula del esfuerzo (la norma
axiomática como arma del poder), el debate como grito (o la audición
basada en el ensordecimiento del ciudadano).

Como anarquista soy radical, pues, en la protección de tres deseos
fundantes: la fe íntima como inobjetable, la cultura como raíz
intocable de la personalidad de individuos y pueblos y la concepción
económica como herramienta de un mundo hermosamente libre de vaguadas.
En Barcelona existe, una sugestiva plaza, la “Plaza del Sol”, que
esparce o esparcía, espero, su bonhomía por todo el barrio de Gracia,
corazón sereno de la gran urbe. En ella se rendía culto al mejor
anarquismo, incluso y con el debido resguardo, en tiempos de la bestia
franquista. Un anarquismo que cultivaba ya entonces algo hermoso: una
dialéctica esencial, sin sombra de intención recesiva del otro. En
primavera y otoño abunda en la Plaza del Sol una luz caliente y
amable. A veces me reunía con viejos libertarios que habían
sobrevivido al Leviatán y hablábamos del «hombre» con el tono de un
evangelio generado en la amistad y el humilde saber del mundo. Allí
tuve acceso a la memoria de Ferrer Guardia, de quien se dice que con
su «Escuela Moderna» adaptó con rigor la tradición humanista
rousseaunia al librepensamiento de Pi i Margall, apóstol de un
federalismo de inolvidable memoria que lideró por breve tiempo el
sueño integrador de la primera República Federal Española, rematada
«in vitro» por la fuerza pública en el salón de sesiones del
Parlamento de Madrid. Pedagogo insigne, Ferrer Guardia fue fusilado en
los fosos de Montjuich tras la Semana Trágica de Barcelona,
levantamiento popular contra la decisión del Gobierno Maura de enviar
nuevas levas de reservistas catalanes al matadero del Rif –en esta
ocasión, de trabajadores muchos de ellos ya padres de familia– que no
podían liberarse del servicio militar como los chicos de buena familia
acogiéndose a la redención en metálico del servicio a la «patria».
Ferrer era inocente del alzamiento popular y Europa se revolvió contra
su muerte. Esto me lo contó quien vio llorar a Maura por la traición
del rey Alfonso XIII, que obligó al severo mallorquín a inmisericordia
frente a Catalunya y luego, para salvar la Corona, lo sacrificó como
gobernante ahíto de ferocidad. Maura nunca se repuso de esta puñalada
por la espalda. ¿Creer en reyes? Solo en los que vienen de Oriente y
se esfuman a la amanecida.

Cuento estas historias porque mi viejo corazón anarquista me empuja a
reclamar un poder que no se hunda en la anarquía actual, que es lujo
de ricos que todo lo compran y de políticos que todo lo venden.
Vivimos una hora en que la falsedad se alza con ira desde el solio.
La fiereza de Madrid siempre se apaga en la frontera de lo honesto, a
la que teme, y ante la condena del poderoso, que indica su ruina.
Ahora mismo todos se empujan en la capital del Estado para señalar al
«otro», que es el culpable.

Todos los días abro el periódico, enciendo la televisión, escucho la
radio y asisto en mi teléfono a las escandalizadas voces porque un
pueblo ha vuelto a encontrarse a sí mismo, aunque en colisión contra
un muro que prefiere imperio a libertad, cárcel a justicia, dicterios
a razones. Un pueblo donde el anarquismo siempre fue mucho más que
anarquía, polvo que tuve en mi mano durante la terrible cuarentena
española y que siguen levantando los que cazan con halcón de cetrería
¿Pensaban los españoles que había pasado el tiempo revuelto? No hay
nada tan triste como esperar con ambición pequeña. Lo grave de la
ceniza es que quienes disponen de ella pueden apretarla con su badila
hasta reavivar el rescoldo ¿Por qué esta noticia leída en “El País”?:
«El exjefe del ejército que fichó Vox acusa a Sánchez de ser un
peligro para la seguridad nacional». Y sigue un breve recuento de
exmilitares de alto empleo ya retirados y ahora alojados en la misma
formación política ¿Es noticia esa noticia? ¿Por qué esa noticia? ¿Qué
color tiene el Leviatán?

* * *

Dos jardineros
Por Juan Forn

Alguna vez, para contarles la historia de la Legión Checa desde estas
páginas, les hablé de Tomás Masaryk, fundador de la República de
Checoslovaquia y elegido no sólo primer presidente sino también “padre
de la nación”, en 1918, cuando terminó la Primera Guerra. La Legión
Checa había empezado la guerra del lado austríaco pero cambió de bando
durante el conflicto. Sus integrantes peleaban tan fieramente que no
registraron el fin de la contienda y, en los confusos días finales de
1918, lograron el control del Ferrocarril Transiberiano. La guerra se
les había subido a la cabeza en forma de delirio: mientras el bueno de
Masaryk intentaba sacarles permiso a las potencias aliadas para que
las antiguas provincias de Bohemia y Eslovaquia del Imperio
Austrohúngaro pudieran convertirse en la República de Checoslovaquia,
la Legión le anunció desde Siberia a su futuro presidente que esa
lonja de vías de tren de tres metros de ancho por nueve mil kilómetros
de largo, que iba desde la frontera con Europa hasta el mar del Japón,
debía ser considerada suelo checo en la mesa de negociaciones.

El venerable Masaryk peleaba por la paz. La idea loca de la Legión
Checa (intercambiar el Transiberiano por el oro del depuesto zar
Romanov o quedarse con el territorio tomado) le quitaba legitimidad a
su reclamo: la naciente Checoslovaquia aspiraba a ser un gran jardín
en el centro de la nueva Europa, si las potencias aliadas le daba
estatuto autónomo y garantizaban que Austria, Hungría, Polonia y Rusia
respetaran la independencia de ese vergel. La metáfora botánica logró
su cometido y Checoslovaquia eligió por amplia mayoría a Masaryk como
presidente y padre de la nación. A la luz de los sucesos posteriores
(la ocupación nazi en 1938 y la soviética después de la Segunda
Guerra) podemos pensar que Masaryk pecó de ingenuo, pero esa discusión
pertenece al terreno de la geopolítica y yo prefiero hablar de
botánica hoy.

Tan buena resultó para los checoslovacos la presidencia de Masaryk que
lo reeligieron en tres ocasiones más (renunció al cargo antes de
finalizar su último período y murió a los ochenta y siete años, cuando
los checoslovacos ya sentían en la nuca la avidez de invasión de los
nazis). Checoslovaquia fue un vergel durante sus tres gobiernos, en
gran medida porque Masaryk eligió como consejero a un joven brillante,
cuarenta años menor que él. Su nombre era Karel Capek. Los manuales de
literatura dicen que Capek es el inventor de la palabra robot (en su
obra de teatro RUR, donde combinaba los dos significados que tiene en
idioma checo la palabra “robota”: trabajo, por un lado, y esclavitud,
por el otro), además de ser el primero de los escritores checos en
elegir su lengua en lugar del alemán para escribir sus libros (a
diferencia de sus contemporáneos Franz Kafka y Gustav Meyrinck). Capek
había sido alumno de Masaryk en la Facultad de Filosofía de Praga pero
el vínculo mayor entre ambos era su compartido amor por el reino
vegetal y los jardines.

Capek lo había aprendido de su padre, un médico de provincia. Masaryk,
en cambio, había llegado por la vía intelectual: el trabajo en el
jardín era la manera perfecta para él de clarificar las ideas que
absorbía de los libros. Cuando se conocieron, Capek le confesó que
había sido toda su infancia un enemigo y destructor de jardines,
precisamente por el mandato paterno: prohibido pisar, prohibido
arrancar una flor, prohibido olvidarse de regar, etcétera. “Hasta que
un día, como a todos, un arañazo o un raspón hizo entrar tierra en mi
organismo y así entró en mi sangre el virus que nos hermana”. Capek
reunió en tres libros sus Conversaciones con Masaryk. En ellos abundan
los paralelismos entre política y jardinería, pero el libro que
prefería el viejo presidente de todos los que había escrito su joven
consejero era uno llamado El año del jardinero, donde basta reemplazar
la palabra jardín por la palabra Checoslovaquia para entender el país
con el que soñaban los dos.

Cuenta Capek en su libro que uno de los misterios de la naturaleza es
que, de las mejores semillas de césped, broten siempre primero malas
hierbas, mucho más vivaces que los primeros tallos de pasto. “¿Habría
que sembrar malas hierbas, entonces, para que crezca hermoso césped?”,
le pregunta a su mentor. Masaryk le sonríe como un buda. Capek le
confiesa: “Cuando hay sequía intento regar la tierra con mi sudor;
cuando llueve demasiado temo por mi jardín; cuando sale el sol me
alegro como una criatura y cuando llega la noche me alivia que el
jardín pueda reposar”. Masaryk comenta al respecto que el clima nunca
es como debería ser para el jardinero: “Cuando vemos en primavera la
primera mariposa, suele ser en realidad la última de la temporada
anterior, que se ha olvidado de morir”.

Masaryk sostenía que, en invierno (es decir, en los momentos más
arduos) la naturaleza no reposa, como parece, sino que avanza
subterránea y ciega, igual nosotros. Y que el verdadero jardinero no
cultiva plantas ni flores: cultiva la tierra que hay debajo de ellas.
Por eso disfrutaba tanto la aseveración de Capek de que, si alguna vez
tenía la oportunidad de visitar el paraíso, más que mirar el árbol del
bien y del mal, buscaría la manera de llevarse de regreso un poco de
ese humus edénico.

El sueño de Capek era que su jardín tuviera un césped verde como el
paño de una mesa de billar y tupido como una alfombra. Masaryk lo
había logrado. Capek le preguntó cómo. El venerable presidente
contestó: “No es difícil; sólo hace falta un terreno que no sea ni
ácido ni graso, ni pesado ni estéril. Después de nivelarlo bien, se
plantan las semillas, se riega todos los días, se siega una vez por
semana, se rastrilla el pasto cortado, se arrancan de a una las malas
hierbas, se le habla de noche, y así durante trescientos años, hasta
que logres un césped tan hermoso como este”.

Masaryk contaba que la primera epifanía vegetal que tuvo fue el
misterio acerca del crecimiento de las semillas: ¿crecían hacia
arriba, buscando la superficie, o hacia abajo, echando raíces? Hasta
que descubrió fascinado que las plantas comienzan a crecer desde abajo
de la semilla, pero suben a la superficie con la semilla como techo o
sombrero de protección. Y cuando Capek le preguntó un día cómo lidiaba
con los estropicios que producía en sus labores de jardín, el anciano
presidente le contestó: “Hacen falta años y años de experiencia para
adquirir la seguridad misteriosa y brutal del verdadero jardinero, que
pone el pie en cualquier parte de su jardín y sin embargo no aplasta
nada que sea para preocuparse”.

Dije al principio que Masaryk murió en 1937, luego de dejar la
presidencia por motivos de salud. Su joven amigo lo acompañó poco
después: Capek murió (se dejó morir de tristeza) el día de Navidad de
1938, tres meses antes de que los nazis invadieran su jardín. Había
insistido en vano una y otra vez sobre el peligro que entrañaba para
Europa el ascenso de Hitler. Su clamor fue especialmente enfático en
una extraordinaria novela llamada La guerra de las salamandras, que ha
sido muchas veces comparada con 1984 de George Orwell y Un mundo feliz
de Aldous Huxley. Los miembros de la Academia Sueca evaluaban darle el
premio Nobel en 1936, el año en que Capek la publicó, pero desistieron
en cuanto se enteraron de que Hitler lo había puesto segundo en la
lista de enemigos a ejecutar cuando ocuparan Checoslovaquia. El
primero de la lista era otro jardinero llamado Thomas Masaryk.
Ignorants.jpg
El progre regresa.jpg
Presidenta de facto.jpg
Comunista.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Dec 31, 2019, 1:30:51 AM12/31/19
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Amb limitacions, acomiado l'any. Que el següent sigui sempre millor!
Des del vaixell pirata, només em falta el lloro i el rom (aquest per
prescripció facultativa.


Ocurrencias disparatadas
Javier Pérez Royo

La última ocurrencia, aunque en el momento en que escribo tal vez
tendría que decir la penúltima, porque muy probablemente ya se les
habrá ocurrido una nueva, de PP y Ciudadanos ha sido dirigirse a la
Junta Electoral Central (JEC) para que inhabilite a Quim Torra como
president de la Generalitat y Oriol Junqueras como parlamentario
europeo.

Pablo Casado ya sabemos cómo cursó la licenciatura de Derecho, pero
cabría esperar que en el PP haya gente que tenga conocimientos
jurídicos y que sepa qué es lo que las Juntas Electorales son y qué es
lo que pueden hacer. De Ciudadanos se puede esperar ya cualquier cosa,
empecinados como parecen en avanzar hacia su desaparición.

Las Juntas Electorales son la columna vertebral de la Administración
Electoral. Están en su composición fuertemente judicializadas. Están
integradas mayoritariamente por jueces y magistrados y presididas
siempre por uno de ellos. Pero no desempeñan una tarea judicial, sino
administrativa. Vigilan el desarrollo del proceso electoral desde el
momento en que se pone en marcha con la disolución del Parlamento
hasta el momento de la proclamación definitiva de los candidatos
electos. En esta tarea de vigilancia tienen que adoptar medidas que
son de obligado cumplimiento, pero no pueden adoptar ninguna que
afecte de manera definitiva al estatus jurídico de los candidatos, ni
en el momento de proclamación de las candidaturas que pueden
participar, ni en el momento de la proclamación de candidatos electos.
Los actos de la Juntas Electorales de proclamación de candidaturas y
de candidatos electos son recurribles ante la jurisdicción contencioso
administrativa, que es la que tiene la última palabra.

Esto que vale a lo largo del proceso electoral, vale también después
de finalizado el mismo. Las Juntas Electorales no pueden tomar ninguna
decisión que afecte al estatus jurídico de los candidatos proclamados
de manera definitiva electos. Puede ocurrir que un candidato electo se
inhabilite con su conducta para continuar siendo diputado, senador,
parlamentario europeo o presidente de una Comunidad Autónoma o
Consejero de la misma. Pero es únicamente el poder judicial quién
puede tomar la decisión de inhabilitarlo. Las Juntas Electorales no
pueden hacer nada. Ni siquiera tomar la iniciativa de instar al poder
judicial que proceda a la inhabilitación. Las Juntas Electorales
únicamente intervienen para certificar, una vez que existe una
“sentencia firme” de inhabilitación, que el candidato electo tiene que
abandonar el puesto para el que había sido elegido. Se trata de una
tarea de simple ejecución administrativa de una decisión judicial.

Solicitar, en consecuencia, que inhabilite a Quim Torra es un
disparate. Hasta que la sentencia dictada por el Tribunal Superior de
Justicia de Catalunya no sea firme, no se puede pedir a la Junta
Electoral, entiendo que Provincial de Barcelona, aunque tal vez pueda
ser la JEC, que ejecute la sentencia y haga efectiva la
inhabilitación.

En el caso de Oriol Junqueras el disparate es todavía mayor. La
inhabilitación que se derivaría de la sentencia del Tribunal Supremo
(TS) de 14 de octubre, está suspensa por decisión del propio TS a la
espera de la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Una vez reconocida por este la condición de diputado europeo de Oriol
Junqueras desde el 13 de junio, no se puede proceder contra él hasta
que no se dirija el suplicatorio al Parlamento Europeo y este decida
lo que estime pertinente. Hasta que no se pronuncie el Parlamento
Europeo sobre el estatus de Oriol Junqueras, no puede hacerlo nadie.
Ni el Supremo. Muchos menos la JEC. Solicitar a la JEC que ejecute una
inhabilitación en estas circunstancias es una exhibición de ignorancia
de tal magnitud que resulta incomprensible.

Pero, como decía al principio, del PP y Ciudadanos en este momento se
puede esperar cualquier cosa.

* * *

Nostalgia del futuro
Hermann Bellinghausen

¿Se puede sentir nostalgia por algo que no ha ocurrido? Xavier
Villaurrutia la tuvo de la muerte, que para todos los vivos reside en
el futuro, sin considerar necrofilias ni fantasías morbosas,
incluyendo las del poeta, que vivía en su muerte y desde allá mandaba
despachos en forma de verso, sintiéndose inmune a las amenazas de la
Muerte, pues no hay hora en que yo no muera, dice. Siento que estoy
viviendo aquí mi muerte, / mi sola muerte presente, / mi muerte que no
puedo compartir ni llorar, / mi muerte de que no me consolaré jamás. Y
luego, ¿qué vida sería la de un hombre / que no hubiera sentido, por
una vez siquiera, / la sensación precisa de la muerte, / y luego su
recuerdo, / y luego su nostalgia.

El futuro sólo será conocido por el que viva. Nunca falta quién lo
haga. Lo malo es que nunca sabemos si seremos nosotros. Es el
sentimiento que deja la frase final de Blade Runner en la versión
original de 1982 (mi favorita, pero no de Ridley Scott, quien la
suprimiría en los cortes posteriores). Deckard y una Rachel
despampanante huyen sobrevolando los valles, lagos y montañas que toda
la densa película nos había negado, y la voz en off de Harrison Ford a
la Bogart recuerda que a su novia replicante cuando mucho le
pronosticaban cuatro años de vida, como los demás replicantes ya
retirados. Estaban equivocados. El fabricante Tyrrel le había revelado
que Rachel era especial, sin fecha de término. Al volante de su
patrulla voladora, Deckard admite: Yo no sabía cuánto tiempo
tendríamos juntos. Una pausa, y agrega: ¿Quién lo sabe? Se consuela en
una nostalgia del futuro que casi huele a esperanza. No son lo mismo;
creer que sí constituye un delirio que se persigue de oficio o se
afilia a alguna religión.

Decir mañana extrañaré no equivale a extrañaré (el) mañana. Existen
formas de haber estado en el futuro que no necesariamente son una
experiencia tranquilizadora. Resplandores no pedidos, ni deseados, ni
justificables. Debió pasarle al joven Rimbaud y ya ven, jamás se
repuso. La religión, el chamanismo y la poesía coinciden en llamarlos
iluminaciones.

En la célebre frase del Johnny Carter cortazariano en El perseguidor,
esto ya lo toqué mañana, no escuchamos una premonición, ni el trasunto
de Charlie Parker se siente profeta. No hay delirio ni visión, aunque
sí vértigo. Simplemente él se escucha tocar más adelante, donde los
recuerdos no han nacido y la memoria sigue en trámite.

El capricho calendárico del cambio de año proporciona una convención
general para vérnoslas con el pasado y el futuro de repente, un corte
de caja simultáneo a proyectos y listas llenas de propósitos que quién
sabe si se cumplirán. Qué arduo sale hacer planes para días que quizá
no veremos llegar. El apotegma de Deckard nos acompaña en cada segundo
que sigamos vivos, cada segundo de gracia por el resto de nuestros
días.

También nacen de madre personas que odian el futuro, los horroriza. Ya
lo vieron. Como el coronel Kurtz en su ataque de profunda lucidez
filosófica que roza lo estúpido pues él es un asesino y sabe de qué
habla. O bien, ahí está el desconcertante verso de Leonard Cohen: The
future is murder.

No se trata de esos relatos fantásticos tan del gusto de Hollywood,
donde un personaje actual viaja al pasado y puede, o no, influir en el
futuro de ese mundo pretérito al que fue a parar. Tampoco del que
viaja al futuro para encontrar las respuestas de salvación humana, hoy
que resulta más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del
capitalismo. El futuro ya no es como antes, y preferimos culpar a
Casandra y a Pandora por revelarnos la verdadera naturaleza de la
esperanza. Allí está el caso de Julian Assange, condenado al no-futuro
por desnudar el futuro dictatorial que nos alcanzaría inevitablemente.
A él lo alcanzó primero, a la vista de todos, y nadie tiene cómo
evitarlo.

Vivimos en la era humana de las predicciones científicas, las
proyecciones, las investigaciones y los negocios a futuro. Según la
ciencia, el progreso hegeliano ya no está garantizado, pero este
conocimiento elaborado empata con la simpleza negacionista de los
creyentes en un dios único o en el dinero, impermeables a cálculos y
evidencias, consolados por la promesa de una vida eterna fuera del
tiempo. La suma y resta que protagonizan ambas posturas define la
verdadera estatura humana, incapaz de frenar la avalancha del
presente. Somos más estúpidos como especie que los animales; ellos por
lo menos conservan el instinto básico, aunque ignoren el futuro, que
para fines prácticos no existe, es instantáneo.

Salir tras el tiempo perdido hasta recobrarlo fue la búsqueda de
Marcel Proust. Ahora en cambio debemos apresurarnos para recuperar el
futuro perdido. Nos estamos tardando.
Españoles.jpg
La investidura.jpg
Frase orixinal.jpg
Se nos fueron.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Jan 2, 2020, 1:30:59 AM1/2/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Si algú ha notat alguna diferència amb l'any passat, que m'ho digui
per posar el rellotge en hora.
Rep sempre utilitza les marietes, que diuen a l'Argentina que porten bona sort.


Ruge la Caverna
Rosa María Artal

Arremete la derecha política de todos los colores, los poderes
económicos y mediáticos que no concurren a las urnas también, contra
el gobierno progresista. Un ataque generalizado y a unos niveles de
virulencia que rozan en más de un caso el terreno del golpismo. Es
intolerable porque hay algo obvio que quieren disfrazar: la derecha no
ganó las elecciones del 10N, no gozó de la confianza de los
ciudadanos, ni siquiera con la batería de mentiras y apoyos lanzados
desde sus filas y su ejército mediático.

No ganaron, pero una vez más se comportan como si lo hubieran hecho.
Ahora, ante la proximidad de la investidura de Pedro Sánchez, se
lanzan a una feroz campaña de oposición que no se parará ante nada, y
decir "ante nada" es ante nada. Ocurre que la mayor parte de los
grandes medios apoyan a la derecha, sin escatimar recursos tampoco.
Solo una ciudadanía responsable puede detener semejante acoso.

La coalición del PSOE y Unidas Podemos ha presentado, finalmente, un
programa de gobierno socialdemócrata, como proyectan sus homólogos
alemanes para detener la caída electoral y como intentó, tarde, Jeremy
Corbyn en el Reino Unido. No hay otro camino para frenar la deriva
ultraderechista irracional, muy programada, que se está apoderando de
la política y que prende en una ciudadanía vapuleada por la crisis y
la falta de respuestas. Atrapada en esa banalidad que se ha apoderado
de la sociedad que huye del pensamiento como de la peste. Es una parte
de la sociedad, no la mayoría, de ahí los resultados electorales en
España.

En la más pura lógica, la sociedad en general debería sentirse
esperanzada con las medidas propuestas. Las más ambiciosas que pueden
darse en el estado actual de nuestro país. Con cumplir tres cuartas
partes de ellas ya sería un gran avance. Subir los impuestos, 2
puntos, a quienes ingresan 130.000 euros al año que son el 0,8% de los
contribuyentes no debería incomodar a sus beneficiarios pero algunos
se dejan cegar por la propaganda de quienes defienden precisamente a
ese 0,8% nada más. Por supuesto que había que derogar la Reforma
Laboral del PP que convirtió en pobres a muchos trabajadores y que
dotó de inseguridad al conjunto del mercado laboral. Y regular el
precio de los alquileres que se ha disparado en los últimos años en un
insostenible proceso especulativo. Estudiar un Ingreso Mínimo Vital,
cuando existen colectivos que ni tienen, ni tendrán trabajo, es obrar
con sensatez por la ciudadanía.

Pensar la política en clave feminista para paliar los desequilibrios
existentes. Ver de poner freno a la violencia machista. Dar un no
rotundo a los Vientres de alquiler. Intentar políticas ambientales que
frenen el abrumador peligro que conlleva el cambio climático. Todas
ellas y varias otras, son medidas imprescindibles. Merece la pena leer
el programa completo para comprobar si hay motivo para tanta alarma y
comprobar que la derecha española sigue sin estar por la labor de
compartir ni un gramo de sus privilegios. Produce hasta un cierto
estupor leer medidas que soliviantan a ABC por ejemplo, porque las ve
"puramente ideológicas", entre ellas ir contra Franco, dice. Se ve que
los partidos ganan las elecciones para aplicar el programa del
contrario. O con mayor precisión: el de la derecha, siempre el de la
derecha.

Conviene recordar lo que perpetró José Ignacio Wert con la LOMCE que
el próximo gobierno quiere derogar. Además de los aspectos de la
enseñanza que la devaluaron, el ministro del PP le aplicó leyes
fuertemente inspiradas por el ultracatolicismo que representa el Opus
Dei del que es valedor.

Colegios segregados por sexo y financiados contra viento y marea, a
pesar de sentencia en contra del Supremo. Si hay que cambiar la ley,
se cambia, dijo, y ahí están. Las creencias religiosas fueron
consagradas en el BOE de un Estado aconfesional como España en donde
inscribió: "El alumno reconoce con asombro y se esfuerza por
comprender el origen divino del cosmos".

La educación y la información son la base que crea ciudadanos
responsables. Siglos en los que la enseñanza ha estado impregnada de
ese catolicismo de misas y rosarios que ignora la justicia y a menudo
hasta la caridad han formateado a una parte de la sociedad. Esta
información que padecemos en defensa de un porcentaje mínimo de la
población, y con fines ideológicos muy definidos, nos ha hecho mucho
daño como país. Y en varios casos está subvencionada con nuestros
impuestos.

La derecha cada vez más extrema arrecia en titulares en los que como
Luis XIV viene a decir: "El Estado soy yo". El Estado, la Constitución
y la Biblia. Casado, Álvarez de Toledo, Marcos de Quinto y todo el
vocerío facha mediático, ven golpes de Estado por todas partes. A sus
privilegios y de forma tan mínima que sonroja ver tan poca vergüenza.
La España que reivindican ya la padecimos algunos, y jóvenes y
adultos del siglo XXI deberían huir de ese peligro. Los valores no
están en una bandera, ni en un territorio, están en las personas, en
la dignidad, la decencia, la valentía para acometer todo el resto de
los retos.

Un gobierno progresista debe potenciar la educación y los cauces para
una información rigurosa e independiente. Necesitamos ciudadanos a los
que importe la ética, la decencia, que no les dé igual que los
políticos que han elegido roben y prostituyan la verdad. Educar en
valores que paradójicamente es lo que ha faltado en un país con tantas
influencias torcidas. En el mundo actual, hablar de valores remite a
provecho, beneficio, utilidad, bonos, acciones, títulos. Pero las
sociedades serían más justas y felices basadas en la equidad, la
justicia, la libertad, la ética, los derechos humanos, los derechos
civiles, los que ayudan a disfrutar de la vida en salud, el compromiso
social, la generosidad, y la justicia en lugar de la caridad. Elegir
entre una y otra vertiente se enseña con el ejemplo en casa... y en el
colegio. Solo esa ciudadanía honesta y con criterio puede rechazar los
terribles cantos de sirena de "la caverna".

Parece que tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias –y sus
colaboradores– han aprendido la lección. Se han pertrechado de sólidos
escudos y se diría que hasta han tomado algunas clases de esgrima. A
Sánchez lo echaron sus propios compañeros, Iglesias soportó y soporta
virulentos ataques de las cloacas, e internos en su día. Ambos parecen
ser conscientes de que solo marcando la diferencia y luchando por el
bien común, puede salir el proyecto pese a todas las invectivas.
Portugal es un ejemplo, aunque nunca nada sea perfecto.

Es la España de intentar el progreso, el más elemental, o el que nos
remite a aquella España franquista que describió el poeta Rafael
Alberti: "Dura España terrible, temible, aborrecible, rostro
desapacible, obstinada, infalible, irascible, insufrible. España
inamovible, imposible, impasible, locura inextinguible".

Para ser imposible lleva décadas lastrando este. Y está empeñada en
seguir, a toda costa. Aventar la caspa no es revanchismo es salud
democrática. Pero es el bien común el que está en juego y, al paso que
vamos, la democracia. Si nada se tuerce –y lo van a intentar con todas
sus armas– será ya, como tarde, en los primeros días de este 2020 que
comienza.

* * *

La porfía cubana
Por Atilio A. Boron

Cada nuevo año invita a realizar balances de logros y frustraciones,
alentar renovadas esperanzas y, en Nuestra América, conmemorar una
gesta histórica: el triunfo de la Revolución Cubana. Como lo he dicho
en reiteradas oportunidades la recordación y el homenaje a esa gran
victoria popular y la interminable derrota del imperialismo
norteamericano que acumula sesenta y un años mordiendo furioso el
polvo de la derrota –cosa que jamás le ocurrió en ningún otro rincón
del planeta- prevalecen por encima de cualquier otro tipo de
consideración.

Sin menospreciar a nada ni a nadie, nuestras pequeñas historias
personales e inclusive grandes acontecimientos de índole colectiva
quedan eclipsados por la luz radiante de aquel amanecer del 1º de
enero de 1959. Ese día la historia de esa “una sola gran nación” de la
que hablaba Bolívar, quedó partida en dos: Fidel y los jóvenes del 26
de Julio consumaron una hazaña que instaló un ineludible antes y
después en nuestro devenir histórico, destinado a durar para siempre y
a resignificar nuestras seculares luchas por la liberación nacional y
social pero también a otorgar nuevo sentido y un renovado horizonte a
las batallas de nuestro tiempo. Pero no fue tan sólo aquel
acontecimiento liminar: el pueblo y el gobierno cubanos tuvieron la
virtud de sostener contra viento y marea durante más de seis décadas
aquella victoria homérica que hizo posible que Nuestra América saliera
de la prehistoria y comenzara a escribir su propia historia.

Una historia durísima, de resistencia ante el mayor poder del planeta,
y de ardua construcción del socialismo. Lo primero, porque el
imperialismo ni por un segundo dejó de hostigar a la Revolución
Cubana. Y ante ello el pueblo cubano se ganó para siempre el adjetivo
de “heroico”, porque resistió a pie firme haciendo gala de una
virtuosa obstinación que no tiene parangón en la historia universal. Y
construcción, decíamos, porque bajo las peores condiciones imaginables
Cuba comenzó a construir el socialismo y al día de hoy continúa la
tarea con ejemplar tenacidad. El sabotaje del gobierno estadounidense
ha sido persistente, creciente y brutal. Demócratas y republicanos se
han alternado en la Casa Blanca pero todos han coincidido en su
enfermiza obsesión por aplastar a la Revolución Cubana y borrar de la
faz de la tierra un ejemplo que demuestra que aún bajo el ataque “de
amplio espectro” de la mayor superpotencia del planeta un país de la
periferia puede garantizar para toda la población salud, educación,
alimentación, seguridad social y una vida austera pero digna. Cosas
que ningún país capitalista puede hacer porque en ellos todos esos
derechos que la Revolución Cubana ofrece a su ciudadanía son meras
mercancías u oportunidades de negocios.

Esto explica el rabioso empeño de la Casa Blanca por acabar con la
Revolución. Su sola supervivencia, bajo condiciones tan inmensamente
adversas, es prueba irrefutable de la superioridad del socialismo (sin
negar sus problemas) sobre el capitalismo. Si como dice Donald Trump
aquél ha fracasado, ¿por qué no suprime el bloqueo que atenaza a la
isla y le exige inmensos esfuerzos para lograr lo que en casi todo el
mundo se obtiene sin el menor esfuerzo? Por ejemplo: facilitar las
exportaciones cubanas, permitir el libre tránsito de los residentes en
Estados Unidos para que puedan visitar la isla cuando se les antoje,
recibir remesas de los emigrantes cubanos radicados en ese país,
permitir que Cuba importe lo que necesite sin aplicar enormes
sanciones económicas a los terceros países o las empresas involucradas
en esa actividad, favorecer el turismo y poner fin a las innumerables
restricciones de todo tipo impuestas a la isla rebelde por su osadía.

Si de fracasos se habla, Estados Unidos es un lastimoso muestrario: un
país carcomido por la violencia, con periódicos asesinatos masivos e
indiscriminados en escuelas, shoppings e iglesias producidos por
sujetos desquiciados por una sociedad alienada y alienante; un país
que alberga decenas de millones de adictos que consume cuanta droga
letal se produce en el planeta y fomenta el flagelo del narcotráfico ;
un país riquísimo, por lo propio y por lo que le ha robado al resto
del mundo, y que sin embargo no puede acabar con la pobreza que afecta
a cerca de un 15 por ciento de su población; un país que prostituyó su
proceso político y que hoy no es otra cosa que un régimen plutocrático
en donde sólo prevalecen los intereses de las clases dominantes, tema
éste sobre el cual hoy existe un sorprendente consenso dentro del
establishment académico. Si el socialismo ha fracasado, ¿por qué la
Casa Blanca y el poder mafioso (en sus dos variantes: corporativo y
gangsteril) que aquella representa no dejan a Cuba en paz? Respuesta:
porque entonces el ejemplo de Cuba, importante como lo es hoy, lo
sería muchísimo más y los pueblos del mundo podrían sentir la
tentación de avanzar por esa vía, algo absolutamente inadmisible para
el poder capitalista a escala mundial. Por eso, ¡gracias Cuba por tu
Revolución y por nutrir nuestras esperanzas, y por haber hecho de la
justicia, el internacionalismo y la solidaridad las estrellas polares
que guían a los pueblos en la construcción de un mundo mejor!
Feliz año (o algo).jpg
2020.jpg
A Flandes s'ha post el sol.jpg
Benvingut dosmil vint.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 3, 2020, 1:30:48 AM1/3/20
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Eureka!


La izquierda latinocaribeña, 2019
Ángel Guerra Cabrera / II y última

El golpe de Estado en Bolivia de noviembre de 2019 constituye una
importante derrota política para los gobiernos y fuerzas populares de
América Latina y el Caribe. Corresponde principalmente a los
revolucionarios bolivianos el importante y necesario análisis de las
eventuales fallas propias del gobierno del Movimiento al Socialismo
(MAS) y, causas en general, que lo hayan propiciado, pero la izquierda
latinocaribeña debe reflexionar sobre esta dolorosa experiencia.

No hay duda de que el imperialismo estadunidense comprendió el daño
que estaba haciendo a sus designios monroístas en la región una
exitosa experiencia alternativa al neoliberalismo como la boliviana,
ubicada justo en el corazón de Sudamérica. Ahí se logró el
reconocimiento del carácter plurinacional de la sociedad, de los
derechos de los pueblos indígenas y afrodescen-dientes, de sus
mujeres, el empoderamiento popular, la soberanía sobre los recursos
naturales, la redistribución justa de su renta, el abatimiento récord
de la pobreza y una política exterior independiente.

De modo que Estados Unidos, la oligarquía local y otras de la región
concertaron con mucha antelación un plan detallado para derribar el
gobierno de Evo Morales, desmantelar de raíz el Estado Plurinacional
de Bolivia y apoderarse del gas, el ahora muy estratégico litio y
otros recursos naturales del país.

Un plan abarcador de todos los factores que podían incidir en su éxito
o fracaso: en primer lugar, la artillería mediática y, por supuesto,
muchos recursos financieros, pero también humanos, como los
guarimberos venezolanos vistos en acción en Cochabamba. Sin ese plan
los golpistas no habrían logrado convencer a decenas de miles de
bolivianos de que se iba a producir fatalmente un fraude electoral
¡desde antes de las elecciones!, aunque no presentaran pruebas. Ni
habrían conseguido la organización de los grupos de choque fascistas
listos para aterrorizar a la población y actuar violentamente contra
las mujeres y hombres indígenas, la propiedad pública y los familiares
de altos cargos del gobierno y del MAS tan pronto se cantó fraude. Ni
amotinar a la policía en el momento en que era más necesaria, ni que
el servil Almagro estuviera listo, cuando se hizo la auditoría por los
técnicos de la OEA y llegó un momento crítico, para, a toda velocidad
–en un inventado informe preliminar ajeno al procedimiento acordado
con el presidente Morales– dictaminar de inmediato irregularidades,
que falsimedia y el relato de los golpistas tradujo mendazmente como
fraude gigantesco.

También estaba preparado el ejército para rebelarse contra el
presidente constitucional a la hora decisiva, aceitados sus altos
mandos, todo indica, con mucha plata procedente de Estados Unidos.
Involucrados desde el principio, en los hilos más finos de la asonada,
los legisladores cubanoamericanos, con Marco Rubio a la cabeza. Toda
una gran jugada de Washington por el control político y económico de
nuestra región, que pasa inevitablemente por el intento de
derrocamiento de los gobiernos revolucionarios y progresistas. Pero
también por la lucha de Estados Unidos para excluir, o disminuir, la
creciente importancia económica e influencia política y estratégica de
China y Rusia en América Latina y el Caribe.

La partida por Bolivia está en desarrollo. El enemigo imperialista y
los oligarcas locales no tuvieron otra alternativa que dar una
apariencia de legalidad al postgolpe y por eso la convocatoria a
elecciones basándose en la Constitución, reto asumido por el MAS
inteligentemente. Pero a nadie en su sano juicio puede ocurrírsele que
Estados Unidos y sus marionetas del régimen de facto piensan en serio
en devolver el gobierno al partido de Evo si ganara las elecciones
cuando avanzan a marcha forzada desde el primer día para restaurar el
neoliberalismo. Se sabe que están temerosos pues según todas las
encuestas el masismo obtendría la victoria en las elecciones si fueran
hoy, a pesar de no tener aún candidato. Es seguro que en comicios con
plenas garantías, transparentes y de resultados auditables por
organismos internacionales, la derecha y la extrema derecha, perderían
de nuevo el gobierno y el Congreso ante el MAS, como el 20 de octubre.
Pero no puede esperarse una elección medianamente justa cuando existe
persecución, hostigamiento y amenaza contra militantes, legisladores y
cuadros del MAS, varios de sus líderes más leales e importantes están
asilados en la residencia de la embajada de México en La Paz y Evo
Morales está impedido de regresar al país, donde ya le han inventado
un supuesto delito. Cuando la autoproclamada señora Áñez se encuentra
sentada sobre dos grandes masacres de indígenas quechuas y aymaras por
las que deberá responder y los medios bolivianos censuran y tuercen la
verdad sistemáticamente. El movimiento indígena se recompone
rápidamente y en su momento liderará la batalla por recuperar la
revolución cultural democrática. Con o sin elecciones. Dependerá de
los golpistas.

* * *

Preguntas belgas
Javier Pérez Royo

¿Puede no reconocer el Tribunal Supremo (TS) la inmunidad de Carles
Puigdemont y Toni Comín, como acaba de hacer la justicia belga? ¿Puede
mantener la orden de detención en territorio español como si no
tuvieran inmunidad, es decir, como si la sentencia del Tribunal de
Justicia de la Unión Europea de 19 de diciembre no hubiera sido
dictada? ¿Se puede ser portador de inmunidad como parlamentario
europeo en todos los países de la Unión Europea menos España? Y si no
se puede mantener la vulneración del derecho a la libertad personal
respecto de ellos porque son diputados europeos desde el 13 de junio,
¿se puede mantener en prisión a Oriol Junqueras, que es tan diputado
europeo como ellos desde la misma fecha? Si el Tribunal Supremo va a
tener que dirigir el suplicatorio al Parlamento Europeo para que lo
autorice a proceder penalmente contra Carles Puigdemont y Toni Comín,
¿puede haber actuado contra Oriol Junqueras desde el 13 de junio sin
haberse dirigido al Parlamento Europeo para que lo autorizara?

Las preguntas se responden por sí mismas. Y sin embargo, el Supremo se
ha negado a aceptar esas respuestas. Todavía se sigue negando a
aceptarlas. Oriol Junqueras sigue en prisión. Y las ordenes de
detención contra Carles Puigdemont y Toni Comín siguen activas tanto
en territorio español como europeo.

No cabe duda que, con esta manera de proceder, el Supremo ha vulnerado
desde el 13 de junio los derechos fundamentales a la libertad personal
y de derecho de sufragio pasivo de todos ellos, además del derecho de
sufragio activo de todos los ciudadanos que los eligieron el 26 de
mayo para que los representaran en el Parlamento Europeo. Los tres
tenían que haberse podido mover en libertad tanto dentro como fuera de
España y haber acudido a las sesiones del Parlamento Europeo, desde la
sesión constitutiva del 2 de julio. Tras la sentencia del TJUE, esto
ya no es discutible. Se puede no estar de acuerdo con dicha sentencia
y criticarla incluso con mucha severidad, pero la decisión es firme.

¿Afecta esta vulneración de derechos fundamentales por el Tribunal
Supremo a su capacidad para dirigir el suplicatorio al Parlamento
Europeo para poder proceder penalmente contra Carles Puigdemont, Toni
Comín y Oriol Junqueras? ¿Puede seguirse considerando el Supremo el
juez imparcial que puede solicitar autorización para entender de la
conducta de ciudadanos cuyos derechos él mismo ha vulnerado?¿No se ha
inhabilitado con su conducta para actuar contra los tres diputados
europeos? ¿Pueden tener credibilidad como jueces imparciales los
miembros de la Sala Segunda después de haber actuado de la forma en
que lo han hecho? Es sabido que la doctrina de la justicia
constitucional sobre la imparcialidad es que la justicia no solamente
tiene que hacerse, sino además, "parecer" que se hace. La justicia que
"no parece" imparcial, no lo es. ¿Puede el Supremo parecer el juez
imparcial que entienda de la conducta de Carles Puigdemont, Toni Comín
y Oriol Junqueras?

Pero no solo el tribunal tiene que hacerse preguntas. También el
Parlamento Europeo tiene que hacérselas ¿Cómo puede el Parlamento
Europeo acceder a la tramitación de un suplicatorio para levantar la
inmunidad de varios de sus miembros, cuando lo solicita un órgano
judicial que ha estado vulnerando los derechos fundamentales de los
mismos y ha intentado impedir que pudieran incorporarse al Parlamento?
¿Cuándo ha inducido a error al propio Parlamento, que también ha
vulnerado derechos fundamentales de algunos de sus miembros, hasta el
punto de que ha tenido que ser corregido por el TJUE? ¿No sería lógico
que el Parlamento entendiera que el Supremo español ya no está
legitimado para solicitar el levantamiento de la inmunidad al haberse
negado a aceptar dicha inmunidad cuando tenía que haberlo hecho y que
el Parlamento no puede reconocerlo como el juez imparcial que exigen
tanto el ordenamiento europeo como el nacional? ¿Es jurídicamente
aceptable que el Parlamento admita que, una vez que el TS no ha
conseguido "por las malas", esto es, con vulneración de derechos
fundamentales actuar contra Carles Puigdemont y Toni Comín, pueda
intentarlo ahora "por las buenas", esto es, solicitando la
autorización del Parlamento? En el caso de Oriol Junqueras es más
grave, ya que el TS ha dictado sentencia contra él. ¿Qué sentido puede
tener dirigir el suplicatorio tras haber dictado sentencia? ¿Puede ser
subsanado el vicio de haber dictado sentencia sin que se hubiera
levantado previamente la inmunidad mediante la autorización del
Parlamento?

Todas estas preguntas solo admiten una respuesta. Y todas las
respuestas conducen a la conclusión de que hay que poner fin a tanto
disparate. Cuanto más se tarde en hacerlo, peor. En esto deberían
coincidir tanto el Parlamento Europeo como el TS. Ninguno de los dos
tiene nada que ganar con su prolongación.

Veremos.
El circo.jpg
Nou....jpg
La Constitución que nos parió.jpg
Caminos.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 6, 2020, 3:01:58 AM1/6/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui no podia deixar passar l'ocasió d'enviar-vos aquests articles i
l'acudit de Fisgón de La Jornada del dia 4. Em recorda a l'Abascal,
Així com l'article del José Mª Murià em recorda al Carlos Herrera.
Serien família?


La inquina de España hacia Cataluña
José M. Murià

Nuria Mora Soler murió el 8 de octubre de 1942 sin haberse enterado
siquiera de que había vivido. Tenía seis meses de edad y viajaba con
sus padres en el Nyassa, un barco portugués fletado especialmente para
traer refugiados ibéricos a Veracruz. Era el tercer viaje de esta nave
con tal propósito, lo cual le concede la categoría de haber sido la
que aportó un número mayor a tierras mexicanas. A Nuria sólo le
faltaron ocho días para llegar, pero no lo logró a causa de las
privaciones que padecieron sus progenitores y ella misma desde que
vino al mundo.

La pobre madre sintió el deseo de rendirle un tributo especial a su
hijita antes de que se quedara para siempre en medio del océano: para
ello sacrificó de su mísero equipaje una blusa roja y otra amarilla.
Hizo con ellas nueve tiras de un par de pulgadas de ancho y, cosidas
con cierta premura, le dio la forma de la milenaria bandera de los
catalanes: cinco franjas amarillas y cuatro rojas. Con ella cubrió el
cuerpo de la bebé.

Pero hete aquí que afloró la hidalguía de los valientes españoles para
impedirlo. Aun flagelados por la derrota que les habían infringido los
fascistas y los apuros pasados en Francia, en vez de esperar con
paciencia la tierra mexicana, un grupo enardecido que capitaneaba un
tal Jesús Herrera, de quien nunca hubo otro motivo de mención y, por
ello, sólo pudo alardear de su hazaña en alta mar el resto de sus
días: encabezar a un nutrido contingente que amenazó incluso con echar
al mar a la madre de la criatura y a quienes la secundaran, si no
retiraban el improvisado lábaro.

Un sexenio antes, siendo presidente de la República Española, Manuel
Azaña Díaz, quien gozó del privilegio de morir tranquilamente bajo la
protección de la bandera mexicana, llamado por algunos paladín de la
democracia, afirmó sin que se le cayera la cara de vergüenza que es
una ley de la historia de España la necesidad de bombardear Barcelona
cada cincuenta años a efecto de mantenerla sometida y conservar
aplastada su personalidad singular.

En 1999 falleció en Guadalajara, Josep M. Murià i Romaní, reconocido
como catalán de pura cepa. Entre muchas esquelas de buen tamaño que
aparecieron en los periódicos locales dispuestas por un cúmulo de
importantes instituciones públicas y privadas que no se permiten
hacerlo con modestia, apareció una pequeñita, escrita en su idioma
nativo, que encargó el Centro Catalán de Guadalajara, a pesar de que
entonces ya casi estaba en su fase terminal.

Pues bien, no faltó un grupo capitaneado por un tipejo de nombre
Andrés Lozano, residente en Jalapa, quien protestó airadamente por
tener que soportar una vez más la presencia de ese idioma.

Supongo que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara que, en
2004 tuvo a Cataluña como país invitado, lo mismo que la de Historia y
Antropología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
que se llevó a cabo en la Ciudad de México en 2009, dejaron complacida
a la caterva y ahora deben estar felices con la salvaje represión que
la barbarie españolista ha implementado en la propia Cataluña, donde
una mayoría de ciudadanos ya se ha manifestado en favor de
independizarse de una España cada vez más franquista.

* * *

¿Guerra por accidente o por designio?
Robert Fisk

¿Es esta una guerra por accidente o por designio? Todos hemos dicho
que en Medio Oriente es posible empezar una guerra por accidente, pero
a nadie se le ocurrió que Trump se iría a la yugular de este modo.
Matar al general Qasem Soleimani es una espada en el corazón de Irán,
sin duda. ¿Y por cuenta de quién?

Trump alardea de su relación con el rey saudiárabe, quien ha hablado
de cortar la cabeza a la serpiente iraní y cuyas instalaciones
petroleras fueron atacadas con misiles disparados por drones el año
pasado, acto del que Estados Unidos acusa a Irán. ¿O será de Israel?
¿O es sólo una decisión más tomada por el orate presidente
estadunidense, con resultados incalculables?

Sólo imaginemos lo que ocurriría si un general estadounidense de
primer orden –o dos, puesto que Abu Mahdi al-Muhandis era una figura
prominente en Irak– fuera volado en pedazos durante una gira por Medio
Oriente. Habría bombardeos aéreos, ataques a los centros nucleares
iraníes, amenazas de Washington de cerrar todo el tráfico entre Irán y
el mundo exterior. La muerte de un estadunidense en Bagdad, el viernes
pasado, y los disturbios frente a la embajada de Washington en Bagdad
no justifican ataques estadunidenses en esta escala.

Qasem Soleimani era uno de los hombres más poderosos de Irán, aunque
la Guardia Revolucionaria Al Qods, de la que era dirigente, no es el
ejército de élite del que a Irán le gusta alardear. Soleimani, según
sus colegas en el mando, solía afrontar riesgos en los distintos
frentes de Siria y sus hombres lo admiraban por su valor bajo fuego,
así que por lo regular esperaba morir. Pero el aeropuerto
internacional de Bagdad era el último lugar en el que uno esperaría
ver que un dron estadunidense le diera muerte junto con Al Muhandis.

Los estadunideses se han acostumbrado desde hace mucho a montar
ataques a bases de la milicia pro iraní en Irak y Siria. En meses
recientes, estos ataques se han vuelto normales, regulares, igual que
las frecuentes incursiones israelíes en Siria y Líbano. Pero también
fue una operación militar estadunidense la que mató a Abu Bakr
al-Baghdadi en Siria, un musulmán sunita que era enemigo de Teherán y
a quien los iraníes habrían estado felices de eliminar.

Los estadunidenses han recurrido a esta suerte de asesinatos –o
muertes de blancos determinados, como los llaman los israelíes– para
borrar del mapa a sus enemigos cuando lo desean. Osama Bin Laden fue
el primero, Baghdadi el segundo y Soleimani el tercero. Tales
asesinatos son cometidos con regularidad por Israel en Gaza, donde con
frecuencia ejecutan a líderes de Hamas.

Sin embargo, es fácil dar a esos hombres la importancia que ellos
creen tener. Por ejemplo, con frecuencia Estados Unidos exagera con
mucho las fuerzas iraníes en Siria. Las afirmaciones sobre la
presencia de 10 mil guardias revolucionarios Quds en Siria fueron
descabelladamente imprecisas. Dos mil sería una cifra más exacta en
cualquier momento. Cierto, hay hombres de inteligencia iraníes
esparcidos por todo Medio Oriente, pero lo mismo pasa con los agentes
estadunidenses.

Uno de los agentes de inteligencia de mayor rango de Teherán era
Ghadanfar Rokon Abadi, quien era el hombre de Irán en Beirut y más
tarde embajador allí. Probablemente sabía más que nadie acerca de
Hezbolá y de Siria, y regresó a Teherán en 2014, no mucho después de
que islamitas sunitas, según se dijo con apoyo saudita, lanzaron un
ataque suicida contra su embajada, en el que perecieron 23 empleados,
guardias de Hezbolá y civiles. Rokon Abadi se salvó; su principal
guardaespaldas murió. Pero en 2016 hizo la peregrinación Haj a La
Meca, donde 2 mil 300 personas –entre ellas 464 iraníes– murieron
aplastadas en hechos de pánico y disturbios de los que Irán acusó a la
monarquía saudita. Rokon Abadi fue una de las víctimas. Pasaron meses
para que sus restos volvieran a Irán.

Pero en Medio Oriente los agentes de inteligencia siempre están en
peligro. Un grupo satélite de Hezbolá llamado Yihad Islámica mató al
jefe de la CIA en Beirut, William Buckley, y su presunto asesino –o el
hombre que dio la orden–, Imad Moougnieh, fue muerto por un coche
bomba en Damasco en 2008. En 1983 un atacante suicida voló su camión
frente a la embajada estadunidense en Beirut, hecho en el que murieron
32 personas, y la mayoría de los agentes de la CIA que tenían una
reunión allí fueron eliminados.

Ah, sí, hay algo más. ¿Acaso no viene una elección en Estados Unidos
este año? ¿Y acaso Trump no la quiere ganar? Soleimani como blanco de
un ataque en Bagdad funcionará muy bien con los republicanos. Irán
siempre ha respondido a los insultos y ataques esperando y demorando
sus represalias. ¿Recuerdan los dos buques cisternas llamados Adrian
Darya y Stena Impero? Pero ahora el asunto se vuelve personal.

* * *

Cinco claves geopolíticas para pensar América Latina en 2020
Katu Arkonada

Comenzamos 2020 y se avivan los rescoldos de un 2019 turbulento, que
comenzó con una Venezuela bajo asedio, y terminó con un golpe de
Estado contra el proceso de cambio boliviano y con Evo Morales como
asilado político de los gobiernos de México, primero, y Argentina,
después, todo ello mientras insurrecciones populares desafiaban
nuevamente el modelo neoliberal en Haití, Honduras, Ecuador o Chile, a
las que se sumaban las grandes movilizaciones contra el sistema
político en Colombia.

Probablemente el año 2020 esté conformado por muchos más focos rojos
sobre los que poner nuestra atención, pero vamos a dar prioridad y
analizar los cinco principales:

El eje progresista México-Argentina. El regreso del kirchnerismo y del
peronismo en la tercera economía latinoamericana no sólo implica la
derrota del proyecto neoliberal macrista en las urnas, siendo el
primer presidente latinoamericano en todo el ciclo progresista que no
logra la reelección, sino que junto a México se va a conformar un eje
progresista conformado por dos de los tres países latinoamericanos
miembros del G-20.

La buena sintonía entre Alberto Fernández y Andrés Manuel López
Obrador, cuyo gobierno, además, va a estar a cargo de la presidencia
pro tempore de la Celac (que tendrá una primera ronda de
conversaciones el 8 de enero en Ciudad de México) podría dar un nuevo
impulso a la integración regional de una América Latina convulsionada
por golpes de Estado y rebeliones populares. Aunque cada presidente
tiene mucha tarea en casa para desmontar el destrozo social
neoliberal, con la renegociación de la deuda de más de 50 mil millones
de dólares contraída con el FMI en el caso de Fernández, y los retos
para disminuir las tasas de pobreza, desigualdad y violencia, en el
caso de López Obrador, parece que hay una intención por impulsar un
liderazgo regional que ningún presidente de la derecha latinoamericana
puede tener.

El golpe de Estado en Bolivia. Con Evo Morales protegido por el
gobierno argentino y ya muy cerca de Bolivia, los próximos movimientos
pasan por la convocatoria de elecciones el 3 de mayo (probablemente
para junio, con la toma de posesión el 6 de agosto) y la designación
el 19 de enero del candidato del MAS-IPSP, que todo parece indicar
podría ser Luis Arce Catacora, el ex ministro de Economía, artífice
del milagro económico boliviano, como una forma de apelar no tanto a
la clase media, sino sobre todo al bolsillo de la gente común, que
quedará seriamente afectado en caso de que los golpistas sigan en el
poder. Su acompañante podría ser un indígena, como el ex canciller
Diego Pary, o un dirigente campesino, como Andrónico Rodríguez,
vicepresidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba.

Pero a pesar de que el MAS pudiera ser el partido más votado en
primera vuelta, es necesario ser conscientes de que quienes han
impulsado el golpe de Estado en Bolivia no van a entregar el poder en
una cita electoral, y harán todo lo que tengan que hacer para
mantenerlo. La vuelta de la DEA, USAID y el embajador de Estados
Unidos, así como la privatización de empresas públicas o la venta del
litio, no van a ser puestas en riesgo por los golpistas y sus socios
del Departamento de Estado.

Venezuela. A pesar de haber sufrido durante 2019 una agresión militar,
diplomática y mediática mayor que la que provocó la caída del proceso
de cambio boliviano, y un bloqueo económico que ha supuesto más de 30
mil millones de dólares de pérdidas debido a las sanciones, Venezuela
comienza 2020 como uno de los países más estables de la región,
entregando la vivienda número 3 millones a los sectores más humildes
(con una meta de 5 millones de viviendas para 2025) y dedicando 76 por
ciento del PIB a inversión social, algo inédito en el continente.

Este 2020 habrá elecciones legislativas, la número 26 desde 1998 (de
las 25 anteriores el chavismo ganó 23) y si se logra reactivar la
economía y la oposición golpista se mantiene dividida, puede ser el
año en que se consolide la etapa post-Chávez de la revolución
bolivariana.

Rebeliones antineoliberales. Con un capitalismo global en fase de
descomposición y un modelo neoliberal que no puede garantizar
condiciones de vida dignas para una mayoría de la población, las
movilizaciones populares, que adoptan diferentes ritmos, intensidades
y liderazgos según el país, irán en aumento durante 2020. Si a eso le
sumamos la ola feminista, que puede convertirse en tsunami allá donde
la izquierda no asuma el feminismo como parte de su horizonte
político, se dan las condiciones para que la derecha no pueda imponer
su programa gracias a las luchas de las y los de abajo.

Estados Unidos. Last but not least, la elección presidencial va a
impactar en América Latina, desde México a Argentina, pasando por Cuba
y por supuesto Venezuela, además de Bolivia o el Brasil de un cada vez
más cuestionado Bolsonaro y de un Lula, quien en libertad puede
demostrar un liderazgo no sólo político, sino social.

El acto de inicio de la campaña trumpiana ejecutado en Bagdad mediante
el asesinato del general iraní Soleimani es sólo la confirmación de la
necesidad que tiene Trump de una guerra y varios enemigos externos
para asegurarse la reelección.

Que el 2020 nos agarre sino confesados, al menos sí informados.

* Politólogo vasco-boliviano,especialista en América Latina
Abuso intrafamiliar.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 7, 2020, 1:31:06 AM1/7/20
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Reaccionaran JuntsxCat i les CUP a darrera hora? Les posicions
immutables sempre m'han recordat les orelleres dels bestiar que els
impedeix mirar als costats.


ANTONIO ÁLVAREZ-SOLÍS
PENSAR EN LA OSCURIDAD

Es como un pequeño 98. España crepita en la oscuridad. Todo cruje. En
los largos pasillos del poder se amontonan los muebles desbaratados.
Se habla del orgullo español, pero más que de orgullo debiéramos
hablar de desdén generado en la impotencia.

Sí, un pequeño 1998. Otra vez la amargura de perder las colonias, en
este caso interiores, a manos de una posible democracia. La
institucionalidad ha perdido sus límites y es muy difícil, por
ejemplo, percibir las fronteras entre el poder judicial y el poder
ejecutivo que, sin embargo, obran de consuno para sujetar brotes
sólidos de libertad. Han perdido sus límites un poder central sin
proyectos nacionales determinantes y una estructura autonómica que
vive ya en la anarquía de un soberanismo inconcreto. Ha perdido sus
capacidades un parlamento dormido que asiste a la manipulación
corrompida de leyes esenciales, como sucede con las legislaciones
referidas a los salarios y las pensiones. España es un mundo tribal
abandonado a si mismo y sin carta de navegación política.

En todo lo anterior y otros quebrantos públicos he meditado
especialmente durante los últimos días, que en sucesión inmediata han
sido marco de dos acontecimientos repletos de significado: el
alzamiento de León –la región más antigua de España (Euskal Herría y
Catalunya son naciones)– frente a una Castilla que apagó
despreciativamente la historia leonesa, y el pasmo europeo ante el
resurgimiento seruendo de lo penal como definidor de la libertad
política en el Estado español. Esto último, de extraordinaria
significación para una Unión que pierde sus hilvanes, se magnificó con
la publicación del desabrido documento en que la Abogacía del Estado
español emite criterio acerca de la situación del Sr. Junqueras como
eurodiputado en prisión ¡Más valiera a tan exquisitos funcionarios que
los dedos se les hubieran quedado yertos sobre el teclado del
ordenador antes que alumbrar tal desquiciado papel!

Reconoce la Abogacía del Estado que el Tribunal Europeo es instancia
superior a las jurisdicciones nacionales que juzgan de puertas adentro
a los ciudadanos de cada Estado. Y que según esa legislación el Sr.
Junqueras es inmune a la prisión como parlamentario europeo. «¡Ahí,
ahí!», pensé yo como antiguo estudioso de leyes. Pero tras la cabal
conclusión la mencionada abogacía añade que el preso ha de continuar
siéndolo en virtud de la sentencia emitida por el Tribunal Supremo
español, que halló sedicioso al líder de la izquierda catalana. Al
llegar a este punto del papel me dije: «He aquí un preso bien preso,
pero que debiera estar en la calle». El problema es para enterados,
pues parece ser que el remedio a tal galimatías sería que el Sr.
Junqueras vaya libre a Bruselas para atender a su trabajo de
parlamentario inmune, pero acompañado de dos policías que le retornen
luego a la cárcel española por haber agotado la reserva de inmunidad,
con lo que se creará la figura de la libertad política con
kilométrico. Fue al llegar a tal cosa cuando acudió en mi ayuda un
refrán popular que reza: «El que no quiera vivir sino entre justos,
viva en el desierto».

Repito: España vive un pequeño 98 –si tenemos en cuenta las
dimensiones del escenario actual–: el mismo recurso a la
grandilocuencia vacía –pero ahora en versión empobrecida–; el mismo
torrente de mutuas y vulgares acusaciones entre los parlamentarios; el
mismo recuerdo de glorias patrióticas escarnecidas –¿de qué glorias?–;
idéntica vaciedad de proyecto político; idéntico juego con un próximo
apocalipsis –como si los españoles tuviéramos ya algo que perder–;
semejantes maniobras en torno a la corona… El panorama del
pensamiento, principalmente político, es de una desolación triste, con
un recurso falsario a la voluntad nacional, que es manejada como un
puro señuelo de la democracia inexistente. Esos políticos desconocen
esa voluntad nacional en cuanto parece mostrarse en una manifestación
o cualquier tipo de protesta, que de inmediato puede ser juzgada como
pretensión terrorista. El manejo impúdico de esa voluntad me recuerda
un pasaje luminoso del mejor Tocqueville en ‘‘La democracia en
América’’: «La voluntad nacional es una de las palabras de las que los
intrigantes de todos los tiempos y los déspotas de todas las épocas
han abusado más. Unos han visto su expresión en los sufragios
comprados por algunos agentes del poder; otros en los votos de una
minoría interesada o temerosa; y los hay, incluso, que la han
percibido plenamente formulada en el silencio de los pueblos y han
deducido que del hecho de la obediencia nacía para ellos el derecho
del mando». Esto lo escribía el agudo francés durante su viaje por los
jóvenes Estados Unidos en el año 1830.

La Europa que ya no se asombra por nada o ante nada aún mira con
aprensión a esa España montaraz que consume su más sólido recuerdo en
la rememoración de los más abyectos y sanguinarios dictadores. En la
justicia que ama España no cabe la libertad.

* * *

El rey en su chiquero
Hermann Bellinghausen

Cuando el rey de un mundo fue a meterse a otro mundo en el extremo
opuesto de la Tierra lo único que supo hacer fue la guerra. Así de
pobre era su ingenio. No una guerra nueva, sino vieja, cansada,
saturada de muertos a tal grado que ya nadie llevaba la cuenta, mucho
menos la de las historias humanas detrás de ella. Además, las cifras
seguían creciendo, y bastante distraían como para detenerse en los
números previos, que eran responsabilidad de sus predecesores.
Quedaban otros mundos en el mundo, ese rey no era el único, aunque
soñaba con serlo y en ciertas mañanas de delirio aumentado (los
monarcas de cualquier mundo tienden a padecer delirios que sus
súbditos padecen aún más), creía ser rey de todo el mundo. El único y
su propiedad. De ahí la necesidad constante (sí, necesidad) de hacer
guerras. Como son los de su calaña, imaginaba que esta guerra nueva
pondría fin a todas las guerras, sería la última antes de mil años de
futura paz. Le gustaba alardear de que nunca se vio un rey mejor
capacitado para la felicidad de su reino. Cada día más gente sagaz se
carcajeaba de él, y como le resultara insoportable, decidió
escarmentarlos y salvarse. Pero, ¿qué podía salvarlo de sí mismo?

Ese personaje de la desdicha humana tenía un ejército, un nombre, un
palacio y un dios. Su ejército era el más grande en la historia del
mundo (cuántas veces se ha dicho eso de las fuerzas armadas de
sucesivos imperios). Su nombre en cambio era pequeño, pequeñísimo,
como sus meñiques y su miembro, pero él lo escribía grandote, dorado,
y compensó con grandes torres su complejo de inferioridad viril;
también con frecuentes asedios a sus hetairas (para él todas lo eran)
que le permitían sentirse hombre al mirarse al espejo y al
autorretratarse, cosas que hacía constantemente. En cuanto a su
palacio, no era el más grande, ni el más hermoso, pero él
personalmente poseía más castillos y residencias que los demás reyes
de su tiempo. Su dios, por supuesto, era el más verdadero y poderoso,
Así son los dioses, y así lo creen los reyes siempre.

Bien mirado, su caso era francamente vulgar. Adoraba el dinero, pero
lo debía todo el tiempo, por lo cual nadie ejercía mayor poder sobre
él que sus acreedores. Y como otras ocasiones en la historia, hizo
guerras para mover dinero y aplazar sus deudas. Compartía con sus más
fieles súbditos una fascinación infantil por el oro, o en su defecto
por el color dorado en todas las cosas. Como nunca vio una batalla y
las conocía a través de las recreaciones artísticas del ingenio
cortesano, estaba convencido de que tras ellas yacía el final de
arcoíris, donde aguardan ollas de oro en monedas.

En sus ratos de ocio o insomnio jugaba a matar a sus vecinos; no de
verdad, sólo piñatas en el patio de su palacio. Sus seguidores le
aplaudían el jueguito, y lo imitaban con gente real, que también
resulta enormemente divertido. En otro tiempo allí se jugó a eso con
los aborígenes y los esclavos, era una tradición nacional, pero nunca
antes un rey pensó que el juego no iba en serio. Se registran casos de
puerilidad imperial parecidos, aunque no en su reino, que conoció de
todo entre sus monarcas, mas no un infantilismo tan hipertrofiado.

Existían en su tiempo, como en todos los tiempos, otros reyes de otros
mundos, unos grandes y otros pequeños, pero ninguno era tan estúpido.
Un síntoma inequívoco de tal tontería era su convicción augusta de ser
el más listo; que no lo dudara ni un segundo confirmaba el
diagnóstico.

Sabía de Historia tanto como de griego clásico, es decir, ni papa.
Creyó posible enviar su Armada Invencible a derrotar ese reino de un
mundo que él sólo conocía por las tiras cómicas que le proporcionaban
sus ministros guasones. Alistó su plaga de elefantes cual Aníbal en
celo y se agarró el miembro escueto que su dios le diera en un raro
arrebato de humor. Si en algo se parecían su dios y el del reino de
ese otro mundo que apetecía es que carecían de sentido del humor, como
ocurre con los dioses únicos y verdaderos. Por decir algo, los dioses
helénicos y los mexicas fueron chocarreros, se divertían; igual de
matones, claro, si no para qué se es dios.

Sólo que en ese tiempo, como bien supo la ciencia, el mundo no estaba
para bollos. Los elefantes de su gran armada se dirigieron al
cementerio de elefantes más antiguo de la Tierra. Lo cual no
representaba ningún consuelo para un mundo ni para el otro, ni para
los mundos y submundos de en medio. El rey de marras osó hozar en el
fango negro de la Tierra, coronando así su ingente condición de Rey
Midas invertido, al transformar en mierda lo que les quedaba de oro a
los mundos de esa Tierra sin remedio.
Los demócratas.jpg
Punteria.jpg
Ineptos.jpg
El mejor regalo de Reyes.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 8, 2020, 1:31:00 AM1/8/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Tothom -o quasi- parla d'una investidura agafada pels pèls. I com si
volgués donar-li suport, Bill Gates declara que no entèn perquè pot
tenir una fortuna de 109 mil milions de dòlars mentre hi ha gent que
no pot viure i demana al botxí Trump que apugi els impostos als més
rics. Seria la millor manera de no haver de donar almoina -sistema
Ortega-.
Avui fa 30 anys de la mort de Jaime Gil de Biedma. Un record sentit.


Un gobierno con más de siete vidas
Isaac Rosa

Para quienes ya auguran una vida muy corta al nuevo gobierno, les
traigo una mala noticia (o buena, según la parroquia): tenemos
gobierno para largo. Legislatura completa, y diría que hasta segunda
legislatura. Ya sé que es temerario hacer pronósticos en este tiempo
loco, y vaticinar cualquier cosa horas después de la investidura
parece una muestra de optimismo ingenuo (o pesimismo, según la
parroquia). Pero ni soy ingenuo, ni confundo la realidad y el deseo:
es que este gobierno trae de fábrica unas cuantas vidas extra, las que
suman entre sus dos cabezas, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, dos gatos
de siete vidas que ya han consumido varias pero aún tienen de sobra.

No sorprende que, pese a tanto enfrentamiento y distancia, Sánchez e
Iglesias hayan terminado por entenderse y hoy se abracen fuerte:
tienen mucho en común. Llegaron a la política estatal al mismo tiempo,
a mediados de 2014 (parece que llevan toda la vida ahí, pero no hace
ni seis años); y en sus cortísimas biografías políticas acumulan
cicatrices que a otros les cuestan medio siglo. Yo me los imagino, en
la intimidad, como aquella mítica escena de Tiburónen que los
protagonistas competían por ver quién tenía más cicatrices: "Mira,
Pablo, esta es de cuando el Comité Federal me apuñaló". "Eso no es
nada, Pedro, este mordisco me lo dio Errejón, que era como mi hermano;
y este pellizco es de Carmena". "Espera, que aquí tengo un arañazo
infectado de Susana, y esta señal es de un editorial de El País…"

¿Cuántas veces hemos dado por muertos a Pedro y Pablo, y cuántas veces
han resucitado? Al hoy presidente del Gobierno lo vimos hundir
electoralmente a su partido hasta mínimos históricos, ser defenestrado
por los suyos, perder dos investiduras, fracasar en la repetición
electoral… Y por las mismas, nos asombró al resistir al sorpasso,
recuperar la secretaría general, alcanzar la presidencia en una moción
de censura imprevista, y este martes ganar por fin una investidura.

En cuanto a Iglesias, lleva cinco años sobreviviendo a divisiones
internas, abandonos de gente muy próxima, decepciones electorales,
encuestas adversas, aparte de sucias campañas mediáticas que se
habrían llevado por delante a cualquier otro con la mitad de munición.
Hace unos meses, muchos lo dábamos por muerto políticamente: su tiempo
había pasado, haría mejor en retirarse y no ser un lastre para su
partido, Errejón le iba a comer media tostada, el fallido gobierno de
coalición era su último cartucho, estaba desgastado, su capital
político consumido y su carisma apagado… Y ahí lo tienen, a punto de
prometer el cargo de vicepresidente del Gobierno.

En un tiempo-trituradora como el que vivimos, cuando el vendaval
político de los últimos años se ha llevado por delante a la mayor
parte de la generación anterior y a no pocos de los recién llegados,
hay que reconocer y hasta admirar la capacidad de supervivencia de
quienes ahora se disponen a gobernar juntos. Si al gobierno le añades
a Alberto Garzón, que también sabe algo de resistir en la adversidad,
entre todos aportan vidas extra como para una larga temporada.

* * *

Venezuela: mentir sin escrúpulos
Por Atilio A. Boron

Ya no se trata de disputas ideológicas. Se trata de algo más
elemental, esencial: un medio de comunicación no debe mentir. La
mentira es al medio como la estafa a un banco. Si este no debe hurtar
el dinero de sus clientes un medio tampoco debe escamotear la
información que necesita su audiencia, que confía en la honestidad y
ecuanimidad de su fuente informativa.

Desafortunadamente, lo que hemos visto en la prensa hegemónica a
propósito de la elección del nuevo presidente de la Asamblea Nacional
de la República Bolivariana de Venezuela en medios tales como Clarín,
Infobae y La Nación en la Argentina, o El País en España, El Mercurio
en Chile o la CNN en Estados Unidos constituye una monumental estafa a
la buena fe de sus lectores. El periódico español, por ejemplo,
asegura que “La autoproclamación de Luis Parra y la elección de Guaidó
en una sesión alternativa complican el panorama parlamentario.”
Titulares parecidos inundan los otros medios ya mencionados. El
problema es que no hubo tal autoproclamación de Luis Parra. Eso es lo
que hacen los amigos de los diversos integrantes de la pandilla de
operadores políticos, que no periodistas, que medran en nuestro tiempo
y que protegen a autoproclamados y corruptos como Juan Guaidó y
Jeannine Añez. Parra, en cambio, del ultraopositor partido Primero
Justicia, no se autoproclamó sino que obtuvo 81 votos de los 140
diputados presentes (de un total de 167) que acudieron al recinto de
la AN y por eso fue proclamado como presidente de dicho órgano
legislativo. Quien se volvió a “autoproclamar” ¡y en las oficinas del
diario El Nacional de Caracas! fue Guaidó, lo cual habla bien a las
claras de cuál es la función real de ciertos medios que dicen hacer
“periodismo independiente”.

A pesar de la existencia de quorum y de la presencia de diputados de
todas las fuerzas políticas, el hasta entonces Presidente de la
Asamblea, Juan Guaidó, se rehusó a ingresar al Palacio Legislativo e
instalar la sesión, tal como era su obligación, permaneciendo en las
afueras de la sede parlamentaria y pretendiendo hacer entrar a la
fuerza a cuatro diputados que por distintas razones habían sido
inhabilitados por el Tribunal Supremo de Justicia. En las grabaciones
se le oye decir que “si ellos no entran, yo tampoco”. Estos finalmente
entraron, pero él permaneció afuera. Cabe subrayar que ninguno había
participado en las sesiones del actual período legislativo y que
Guaidó, como presidente del cuerpo, en ningún momento exigió su
presencia.

Ante la ausencia de Guaidó el reglamento de la Asamblea Nacional
dispone que el diputado de mayor edad se instale como Director de
Debates y dé comienzo a la sesión. Se eligió así, con el voto de 81
diputados una nueva Directiva de cinco miembros, todos pertenecientes
a partidos de la oposición. Hay que ser muy mentiroso, como los medios
arriba citados, para hablar de un “golpe parlamentario de Maduro”
cuando la nueva directiva está íntegramente conformada por políticos
de la oposición. O sea, Maduro habría sido tan incompetente que
organiza un golpe parlamentario, supuestamente para favorecer sus
planes políticos, a resultas del cual la nueva Directiva de la AN
queda en manos de ¡cinco férreos opositores a su gobierno! Algo no
cierra en esta explicación.

La razón: que todo es un relato absolutamente falso de la realidad. Lo
que una prensa honorable tendría que haber dicho es que la elección
del nuevo presidente de la AN fue realizada de conformidad con los
requisitos legales, en el día y el lugar dispuestos por la
Constitución (no en una plaza o en las oficinas de un diario, como
hizo Guaidó), que hubo el quorum que manda la ley y que la votación se
hizo ante la presencia de la Junta Directiva saliente, a excepción de
Guaidó, obteniendo la oposición una suma de votos que superaba
ampliamente la mitad más uno de los 140 parlamentarios en el recinto.

¿Cómo explicar la conducta del “autoproclamado”?

Primero, por su irreparable descrédito en las filas opositoras.
Recordar la denuncia en su contra hecha por el embajador “imaginario”
que él mismo nombrara en Colombia, Humberto Calderón Berti, y que lo
acusara de robarse, junto a algunos de sus amigotes, parte del dinero
que la Casa Blanca había enviado para financiar la operación “Ayuda
Humanitaria + Concierto en Cúcuta” del 23 de Febrero y “gastárselo en
prostitutas y licor” aparte, seguramente, en alguna que otra sustancia
prohibida.

Segundo, porque el acuerdo en la oposición era que habría una
alternancia de los partidos que presidían la AN y que al producirse la
renovación de autoridades que tuvo lugar este 5 de enero el partido de
Guaidó, Voluntad Popular, debía ceder el lugar a Primero Justicia, y
como buen bribón que es ignoró ese acuerdo y trató de salir airoso
victimizándose en un intento patético de ingresar ilegalmente al
recinto de la AN cuando nada ni nadie le impidió hacerlo normalmente,
como todos los diputados de la oposición. Pero tenía que
proporcionarle al imperio, la CNN y la prensa canalla del continente
esa foto que toda la derecha necesitaba para confirmar el carácter
dictatorial del “régimen” de Maduro y sumar a los vacilantes al grupo
de la derecha recalcitrante de Latinoamérica. Una farsa muy bien
pensada y actuada, lástima para él que los testigos presenciales y los
videos que circulan profusamente en la red demuestran claramente el
engaño.

Tercero, porque Trump le ordenó que no se bajara y siguiera con su
fantochada hasta tumbar a Maduro y, obediente y arrastrado, y con
algunas cuentas pendientes con la Casa Blanca por aquellos dinerillos
del 23 F, Guaidó obedeció la orden de su amo.

Un indeleble torrente de estiércol cae sobre los medios que en lugar
de relatar estos hechos, concretos y probados (inclusive con videos
tomados por parlamentarios y gente que se hallaba en las adyacencias
de la sede de la AN y que se viralizaron por internet) se plegaron al
discurso que Washington necesita como preparación de una eventual
aventura militar en Venezuela o de la intensificación de sus ataques
económicos, financieros, informáticos, diplomáticos, etcétera contra
ese país. Mintieron, una vez más, como lo han venido haciendo desde
hace décadas para promocionar sus intereses y los del imperio, del
cual son sus oficiosos house organs. Estafaron por enésima vez a sus
lectores y a sus audiencias. Pero poco les importa. Lograron lo que se
proponían: seguir confundiendo a la opinión pública y a funcionarios
de varias cancillerías latinoamericanas --desgraciadamente la
argentina no fue la excepción-- que compraron las fake news de los
medios hegemónicos y carentes de profesionalismo las admitieron como
buenas, emitiendo vergonzosos comunicados en donde la ignorancia
mezclada con la indolencia dio por resultado desatinos diplomáticos
que tomará mucho tiempo y trabajo corregir.

A lo anterior hay que agregar la creencia muy arraigada en el
establecimiento diplomático de Latinoamérica que si un gobierno se
alinea incondicionalmente con Washington --por ejemplo cerrando los
ojos ante el atentado terrorista perpetrado contra Qasem Suleimani en
Irak, o uniéndose al coro que canta loas a Guaidó como el mesías de la
democracia venezolana-- su fidelidad será generosamente recompensada
por la Casa Blanca. Argentina ya ensayó esa política de “relaciones
carnales” propuesta por Carlos S. Menem durante sus largos diez años
de gobierno y terminó en una debacle fenomenal ante la gélida
indiferencia del gobierno de Estados Unidos. Pensar que ahora podrá
ser diferente es una muestra de ingenuidad política, aún teniendo en
cuenta el redoblado sometimiento a aquel país en que dejó el gobierno
de Mauricio Macri a su sucesor.

Una política exterior independiente, seria, exenta de grandilocuencias
y congruente con la rica multipolaridad del mundo actual es la mejor
carta de presentación para las difíciles negociaciones que los países
del área, y muy especialmente la Argentina, deben permanentemente
entablar con la Casa Blanca. El alineamiento incondicional a ésta no
sólo no ayuda sino que perjudica. Ojalá se tome nota de las enseñanzas
de la historia y se actúe en consecuencia.
Sánchez investido.jpg
La roda de la sort.jpg
Nuevo escenario en Medio Oriente.jpg
Biblio autocrítica.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Jan 9, 2020, 1:30:53 AM1/9/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Vivim uns temps tan convulsos que hi ha massa per escollir. Avui tots
diuen coses interessants.


Sí se ha podido
Javier Gallego

Ha costado pero sí se ha podido. Ha costado no sólo diez meses de
desencuentros de la izquierda y dos elecciones, también casi una
década de lucha en las calles, dos legislaturas de Rajoy, la muerte y
resurrección de Sánchez y el auge de la ultraderecha. Pero se ha
podido. Sí se ha podido formar un gobierno con partidos nacidos del
15M, de las mareas del cambio, del movimiento de los indignados, un
gobierno con gente que tomó las plazas y viene del activismo. También
por primera vez desde la II República, un gobierno con los comunistas.
Ya no es "que vienen los rojos", es que los rojos ya están ahí.

Ha costado tanto que el agotamiento impide ver la magnitud del logro.
Sólo las lágrimas incontenibles de Pablo Iglesias al confirmarse el
Gobierno dieron la medida del momento que estamos viviendo. No ha
caído sólo un muro generacional, han caído inmensos muros históricos y
simbólicos. Los indignados a los que se llamó golpistas estarán en un
Consejo de Ministros. Los odiados comunistas tendrán carteras en el
Ejecutivo. El fantasma del comunismo agitado desde hace 80 años por el
facherío se ha convertido en una triste sábana. La España derrotada y
humillada por los vencedores consigue un triunfo. La izquierda
perdedora ha ganado esta vez.

La responsabilidad está a la altura del hito. PSOE y UP no tienen sólo
que intentar cumplir todo lo que puedan el programa que se han
propuesto, tienen que demostrar que las izquierdas son capaces de
entenderse, cooperar y conducir un país con eficacia, gobernando para
la clase trabajadora por encima de las presiones de la clase
privilegiada. Tienen que normalizar que es posible un gobierno con
podemitas, comunistas, activistas, nueva política y nuevos políticos,
que es posible el diálogo con la pluralidad de España. Tienen que
demostrar que sí se puede y que lo pueden hacer bien, mejor que las
derechas. Mejor para la mayoría. Tampoco esperemos milagros, pero
exijamos mejoras.

Son además el gobierno más a la izquierda de Europa en un momento en
el que el continente gira hacia la derecha extrema. Pueden ser la
vanguardia de un cambio si aplican políticas sociales que realmente
beneficien a la gente y la protejan del neoliberalismo de las élites y
del populismo ultranacionalista de los salvapatrias. De estos
recibirán constantes golpes bajos, también las presiones de Bruselas
para imponer recortes. Tendrán que capear el temporal de una nueva
recesión económica y del conflicto catalán.

Tienen que ser firmes en sus convicciones y flexibles en sus
relaciones. No dispararse desde dentro porque bastante les van a
torpedear desde fuera. Son muy distintos, pero han de buscar las
coincidencias. De su éxito o fracaso depende la continuidad de la
izquierda o el regreso de una derecha más radical que nunca. Les han
obligado a pactar las circunstancias, los votantes y la conveniencia,
pero han demostrado que sí han podido. Ahora tienen que hacer lo
posible, realidad.

PD: De inicio, estoy muy decepcionado con el nuevo gobierno. No ha
ardido ninguna iglesia. No hay desabastecimiento ni expropiaciones. No
se ha nacionalizado la banca ni se ha separado Cataluña. Vale sí, ha
muerto la tía del rey, Pilar de Borbón, pero tenía una edad y la
monarquía sigue, los comunistas no se han comido a ningún niño ni han
abierto las fronteras para que nos invadan manadas de extranjeros
pobres y violadores. Este no es el gobierno estalinista proetarra
bolivariano de golpistas que nos prometió la derecha. La izquierda
nunca está a la altura de la expectativas de los conservadores, lo que
hace falta es que cumpla con las expectativas de la gente progresista
de este país.

* * *

Guerra y fuego: la venganza del cambio climático
Alejandro Nadal

El nuevo año despertó con un doble llamado sobre la realidad del
cambio climático. Por una parte están los incendios en Australia, que
han cubierto millones de hectáreas y representan una amenaza
existencial para el continente. Por otra, los tambores en Medio
Oriente nos anuncian la proximidad de una guerra vinculada con las
reservas de crudo más importantes del mundo. Doble llamado para tomar
acción decisiva y controlar las emisiones de gases de efecto
invernadero.

Australia se ha desempeñado mal en el tema de la reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En el marco del
Acuerdo de París, Australia fijó una meta de reducción de emisiones de
entre 26 y 28 por ciento respecto de las de 2005 para ser alcanzada en
2030. Estas metas son demasiado modestas y lo peor es que Australia ni
siquiera está en camino de cumplirlas.

De acuerdo con el índice de desempeño sobre cambio climático
(www.climate-change-performance-index.org), que agrupa a las 57
economías responsables de 90 por ciento de las emisiones de GEI,
Australia ocupó el último lugar en 2019. Y esta situación va a
empeorar. Desde el primero de agosto de 2019 los incendios en Nueva
Gales del Sur y Queensland han emitido 306 millones de toneladas de
dióxido de carbono. Ese monto representa más de la mitad de las
emisiones anuales de Australia.

Para el primer ministro de Australia, Scott Morrison, los incendios no
tienen nada que ver con un pretendido cambio climático. Sus posturas
negacionistas adoptan un tono extremo en su Partido Liberal
(conservador) y la falta de acción del gobierno australiano para
reducir emisiones es admirada por muchos gobiernos de derecha en el
mundo. Para cerrar con broche de oro, el gobierno en Canberra ha
aprobado los planes para abrir la mina de carbón más grande del mundo.
El país sigue siendo el segundo exportador de carbón más importante
del planeta, con 370 millones toneladas en 2018 (principalmente a
India y China). Ya veremos si las temperaturas extremas y la duración
de la temporada de incendios dan para que electores y gobierno puedan
ver la realidad.

Al otro lado del planeta, el asesinato de Qasem Soleimani, el general
más importante del régimen en Irán, coloca a Medio Oriente al borde de
una guerra que podría calificarse de intensiva en GEI por dos razones.
La primera es que el conflicto tiene como telón de fondo los
yacimientos petroleros más importantes del mundo. La segunda es menos
conocida: el ejército estadunidense es la institución que más
emisiones de GEI tiene en todo el mundo. Al igual que cualquiera de
las corporaciones multinacionales que operan en la economía global, su
cadena logística integra una vasta red de barcos contenedores, buques
tanque, aviones de transporte y una flota interminable de camiones
para abastecer sus bases y operaciones militares. Un estudio reciente
de la Royal Geographical Society (www.rgs.org) reveló que las fuerzas
armadas estadunidenses emiten más gases de efecto invernadero que la
mayoría de los países del mundo. Se trata del peor contaminador
institucional en todo el planeta. En 2017 las fuerzas armadas de
Estados Unidos compraron 269 mil 230 barriles de petróleo diarios y
emitieron más de 25 millones de toneladas diarias de dióxido de
carbono. Si esas fuerzas armadas fueran un país, ocuparía el lugar 47
en la escala de emisiones de GEI, algo comparable con las totales de
Perú o Portugal.

¿Por qué consume tanta energía el ejército estadunidense? Además de la
gigantesca plataforma de apoyo logístico que requiere el despliegue
militar global de Washington, la eficiencia energética nunca le ha
interesado al complejo militar-industrial. Por eso un bombardero B2
necesita 20 litros de combustible para recorrer una milla, y un tanque
Abrams requiere cuatro litros de combustible para avanzar 950 metros.

En la Segunda Guerra Mundial las fuerzas armadas estadunidenses
utilizaron un galón de combustible diario por cada soldado en el
frente. En la primera guerra del Golfo ese coeficiente subió a cuatro
galones al día. Para 2007, con operaciones en Irak y Afganistán, se
necesitaron 16 galones de combustible diarios por cada soldado en
operaciones. Tal parece que hasta los dioses de la guerra prefieren
una mayor intensidad en gases de efecto invernadero.

Es cierto que hablar de las emisiones del ejército imperial se antoja
algo absurdo. Después de todo, no hay guerra por más verde que sea que
justifique la barbarie y la masacre. Así que antes de hablar de la
contaminación que provocan esas fuerzas armadas habría que abordar las
consideraciones éticas, humanitarias y geopolíticas. Pero el análisis
sobre las emisiones de las fuerzas armadas estadunidenses permite
observar que en realidad el régimen de cambio climático que hoy existe
es sumamente débil, por no decir que, en el fondo, no existe. Los
incendios en Australia y una guerra en Medio Oriente anularán
cualquier logro que se hubiera alcanzado al amparo del Acuerdo de
París. El cambio climático arremete contra los que no quieren ver la
autoridad de la realidad.

* * *

¿Es una guerra accidental o deliberada?
Por Robert Fisk

¿Es esta una guerra accidental o deliberada? Todos hemos dicho que una
guerra importante en Medio Oriente podría comenzar por accidente. Pero
nadie pensó que Donald Trump iría a la yugular así. Matar al general
Qassem Soleimani es una espada en el corazón de Irán, sin duda. ¿Y en
nombre de quién?

Trump se jacta de su relación con el rey saudí, que ha hablado de
"cortar la cabeza de la serpiente iraní" y cuyas instalacione
petroleras fueron atacadas con misiles disparados por aviones no
tripulados, que Estados Unidos culpó a Irán, el año pasado. O Israel?
¿O es solo otra decisión con resultados incalculables, tomada por un
presidente chiflado en los Estados Unidos?

Imagínense lo que sucedería si un destacado general estadounidense, o
dos, ya que Abu Mahdi al-Muhandis era una figura pro iraní líder en
Irak, fuera asesinado en una gira por Medio Oriente. Habría ataques
aéreos, ataques a los centros nucleares de Irán, amenazas de
Washington de cerrar todo el tráfico entre Irán y el mundo exterior.
La muerte de un estadounidense en Bagdad el 28 de diciembre y los
disturbios fuera de la embajada de Estados Unidos el 31 apenas
justifican los ataques estadounidenses a esta escala.

Qassem Soleimani era uno de los hombres más poderosos en Irán, aunque
las fuerzas de la Guardia Revolucionaria al-Quds que él dirigió no es
exactamente el ejército de élite que Irán pretende. Soleimani, según
sus compañeros comandantes, se arriesgaba en las distintas líneas del
frente de al-Quds en Siria y sus hombres lo admiraban por su coraje
bajo fuego. Así que regularmente esperaba morir. Pero el Aeropuerto
Internacional de Bagdad es el último lugar donde uno esperaría ver a
drone estadounidense matarlo a él y al-Muhandis.

Hace mucho tiempo que los estadounidenses se acostumbraron a organizar
ataques contra las bases de la milicia pro iraní en Irak y Siria. En
los últimos meses, estos ataques se han vuelto normales y
regulares--como las frecuentes incursiones de Israel en Siria y
Líbano--. Pero fue una operación militar de Estados Unidos que también
mató a Abu Bakr al-Baghdadi en Siria, un musulmán sunnita que era
enemigo de Teherán y a quien los iraníes hubieran estado encantados de
liquidar.

Los estadounidenses se han acostumbrado a este tipo de asesinatos, o
"asesinatos selectivos" como los llaman los israelíes, aniquilando a
sus enemigos cuando lo eligen. Osama bin Laden fue el primero,
Baghdadi el segundo, Suleimani el tercero. Tales asesinatos son
llevados a cabo regularmente por Israel en Gaza, donde los líderes de
Hamas a menudo son asesinados.

Sin embargo, es fácil considerar a estos hombres como importantes,
como creen que son. Las fuerzas de Irán en Siria, por ejemplo, a
menudo son extremadamente exageradas por los Estados Unidos. Las
afirmaciones de la presencia de 10.000 miembros de la Guardia
Revolucionaria Quds en Siria fueron muy inexactas. Dos mil pueden ser
más preciso en cualquier momento. Es cierto que los hombres de
inteligencia iraníes están dispersos por todo el Medio Oriente. Pero
también lo están los agentes estadounidenses.

Uno de los hombres de inteligencia más importantes de Teherán fue
Ghadanfar Rokon Abadi, que era el hombre de Irán en Beirut, y más
tarde su embajador allí. Probablemente sabía más sobre Hezbollah y
Siria que cualquier otra persona y regresó a Teherán en 2014. Esto no
pasó mucho tiempo después de que los islamistas sunnitas, con el apoyo
de Arabia Saudita, organizaron un ataque suicida contra su embajada,
matando a 23 empleados de la sede diplomática, guardias de Hezbollah y
civiles. Rokon Abadi se salvó. Su jefe de seguridad fue asesinado.
Pero en 2016, hizo la peregrinación del Haj a La Meca, donde 2.300
personas, 464 de ellas iraníes, murieron aplastadas por el pánico y
los disturbios, por lo que Irán culpó a la monarquía saudí. Rokon
Abadi estaba entre ellos. Pasaron meses antes de que sus restos fueran
devueltos a Irán. Según un funcionario iraní, todos sus órganos habían
sido extraídos. Nunca descubrieron por qué.

Pero en Medio Oriente, los agentes de inteligencia siempre están en
peligro. Fue un grupo satelital de Hezbolá llamado Jihad Islámica que
mató al jefe de la estación de la CIA Beirut William Buckley, e Imad
Mougnieh, su asesino denunciado, o el hombre que dio la orden, fue
asesinado por un coche bomba en Damasco en 2008. En 1983, un suicida
hizo estallar su camión bomba en el frente de la embajada de Estados
Unidos en Beirut, matando a 32 personas y aniquilando a la mayoría de
los agentes de la CIA que mantenían una reunión en el interior.

Ah sí, y una cosa más. ¿No hay elecciones estadounidenses este año? ¿Y
Trump no quiere ganar?. Soleimani como objetivo en Bagdad jugará
bastante bien con los republicanos. Irán siempre ha respondido a los
insultos o ataques esperando y retrasando su propia represalia.
¿Recuerdan dos petroleros llamados Adrian Darya y Stena Impero? Pero
ahora se está volviendo personal.

Robert Fisk es columnista de The Independent de Gran Bretaña. Especial
para Páginal12
El grupo.jpg
Se acabó el insomnio.jpg
Oportunitat.jpg
Dr, Strangelove.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Jan 10, 2020, 1:30:46 AM1/10/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Sembla que les coses ja tornen al seu lloc. El Suprem ha deixat les
vacances i s'ha posat a la feina, però... ha treballat quelcom?


La madeja catalana
Elisa Beni

"No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho"
Aristóteles

No será la mesa pactada con el Govern de Catalunya el único cabo que
el conflicto catalán pondrá sobre la mesa del nuevo gobierno de
coalición. La mesa, en la que hablar sobre todo, sufrirá también los
vaivenes producidos por los efectos del enorme embrollo
jurídico-judicial creado por los que consideraron que la justicia
penal iba a ser capaz de solucionar una cuestión política. La madeja
ha ido creciendo hasta alcanzar unas proporciones cuyas consecuencias
pueden ir marcando no sólo la senda del nuevo gobierno sino también
las decisiones y los acuerdos a los que se pueda llegar en la mesa de
diálogo. Desembrollar la madeja no será sólo cuestión de las
decisiones que vayan tomando los tribunales y jueces españoles
-independientes en sus decisiones, sean estas o no acertadas- sino que
entrará en juego sin remisión Europa, tanto en su vertiente judicial
como institucional y hasta es posible que algunos gobiernos de los
estados miembros empiecen a asombrarse del punto al que han llegado
las cosas con esta cuestión.

Es evidente que la postura propugnada por la oposición, y por muchos y
recalcitrantes juristas españoles -esa de la soberanía mancillada y de
la preeminencia de los designios que no se someten a control alguno,
como si el TJUE no fuera un órgano de facto superior- no es la idónea
para acometer el nudo gordiano de cuestiones y decisiones contrarias a
las adoptadas en España que se han ido acumulando y que se acumularán.
No bufen. Sobre todo los que hasta el momento no han dado ni una
cuando han ido analizando las consecuencias de los diversos atajos,
trucos y saltos en el vacío que se han ido dando desde la Justicia
española. El caso es que tales cuestiones atañen ya a un órgano
jurisdiccional europeo, al órgano legislativo y, en su caso, puede que
a la propia Comisión. Y de esas derivadas sí que va a tener que
hacerse cargo el nuevo gobierno de coalición que, a pesar del griterío
que formen sus oponentes, no podrá dejar de actuar según los intereses
de España que, desde luego, pasan por no incurrir en apercibimientos
ni sanciones de la UE por el incumplimiento de sus tratados. Entre
ellas se encuentra la de dar cumplimiento a las sentencias del TJUE.

Las cosas tienen que comenzar a chirriar en Bruselas. El Parlamento
Europeo no ha tenido duda a la hora de considerar que tanto Junqueras
como Puigdemont y Comín son diputados electos desde el día de su
proclamación y los espera a los tres en el próximo pleno del día 13 de
enero. Es más, uno de los grupos parlamentarios tiene como
vicepresidente a Oriol Junqueras sin más aspavientos por parte de la
institución. Nada ha influido esa comunicación realizada por la Junta
Electoral Central. Eso sí, las extrañas situaciones que se siguen
produciendo en nuestro país se acumulan en las instituciones europeas.
A esas se ha sumado ahora la de una JEC que decide inhabilitar al
president de la Generalitat y a Oriol Junqueras un día antes del
inicio de la investidura del presidente del Gobierno y que ese mismo
día hace una nota de prensa, suficiente para que la oposición la use
para intentar reventar el pacto de Gobierno, pero que no comunica su
resolución hasta investido el presidente, momento en el que
descubrimos que en realidad deja esa inhabilitación en manos del
Parlament. Una copia de esa resolución, con sus fundamentados cinco
votos particulares, también ha acabado en Bruselas. Eso por no hablar
de la demanda de anulación que se presentó en junio en el TJUE por la
decisión del Europarlamento, con su anterior presidente, de aceptar la
lista reducida enviada por la JEC y no la lista oficial publicada en
el Boletín Oficial del Estado que es la que, según la sentencia
dictada, es la válida.

Tenemos la negativa del juez Llarena a retirar las euroórdenes contra
Puigdemont y Comín en cumplimiento de la sentencia del TJUE, que
declara la inmunidad de todos ellos desde el mismo día, cosa que la
justicia belga cumplió ya el 2 de enero. A eso hay que sumar la
respuesta que sobre la aplicación de la sentencia proporcione el
tribunal del Supremo que planteó las cuestiones prejudiciales que se
han resuelto. Esta respuesta puede chocar con la comprensión que de la
misma tenga el Parlamento Europeo. ¿Qué va a hacer entonces el
Europarlamento dejarlo correr o acudir a la Comisión? Cuando esas
cosas pasan, son los gobiernos los que deben dar respuesta. Quizá la
de sostenella y no enmendalla sea la más hispánica pero no la más
conveniente a los intereses de España.

El Tribunal Constitucional también entrará en juego próximamente, para
varias de estas cuestiones, incluyendo la que interpondrá Junqueras si
considera que el TS no aplica bien la sentencia de Luxemburgo más los
casos de Sánchez, Turull y Rull que ya han planteado que se violó su
inmunidad cuando el Supremo no planteó un suplicatorio después de su
elección el 28 de abril. El nuevo clima político quizá propicie que
las voces que ya empezaron a alzarse sobre esa omertà de la unanimidad
en las resoluciones se afiancen en su empeño de reflejar sus
disensiones jurídicas en los votos que sean precisos.

La madeja no sólo es compleja sino que es tenaz y creciente. Quizá sea
muy importante de cara a desenmarañarla que, como bien dijo
Aristóteles, cuente el nuevo Gobierno con quien sepa cómo se ha
anudado por mor de saber cómo desenredarla y porque después del nudo
viene el desenlace y éste no puede obviar el maremagnum jurídico
generado.

Todo ello sin olvidar que cualquier decisión soberana del Gobierno que
ataña, ni de lejos, a estas cuestiones va a ser utilizada por la feroz
oposición para convertirles en vende patrias. Ya han lanzado la
especie de que la más que probable sustitución de la fiscal general
del Estado sería una concesión ante los independentistas, como si no
fuera obvio y yo no les hubiera contado (Segarra, la fiscal de Ikea)
que su desempeño ha dejado mucho que desear y no precisamente por
motivos políticos sino por su escaso peso profesional. Segarra fue un
error de la ministra Delgado, eso es cierto, pero esta sin embargo ha
cosechado alguna antipatía de más por haber defendido posturas más
jurídicas que patrióticas y puede que eso le acabe pasando factura a
pesar de que, en el futuro más próximo, van a ser necesarias más voces
de ese tenor.

El nuevo gobierno de coalición, autoproclamado como radicalmente
europeísta, cosa que aplaudo, va a tener que elegir entre comportarse
como socio convencido de la Unión Europea o como salvapantallas del
Tribunal Supremo. Al tiempo. Los cordiales saludos entre Sassoli y
Pedro Sánchez, el presidente del Europarlamento fue de los primeros en
felicitarle, parecen augurar una posición y no la otra. El resto del
contexto, también.

* * *

La izquierda latinocaribeña, 2019
Ángel Guerra Cabrera / III y última

Sin la heroica y victoriosa resistencia venezolana y cubana frente al
progresivo recrudecimiento del férreo bloqueo económico que les impone
Estados Unidos, el cuadro político de América Latina y el Caribe
estaría muy lejos de ser favorable al avance revolucionario y
progresista. La resistencia es más desgastante aún para Washington,
porque ve con nerviosismo que en Venezuela resultan derrotadas también
sus peligrosas acciones desestabilizadoras, incluidos ataques armados,
como le tocó a Cuba en su momento, por no hablar de las
autoproclamaciones y otros circos de la oposición.

La pelea cotidiana incluye también la decidida riposta popular
sandinista al intento de golpe suave contra el gobierno de Nicaragua,
lo que ha permitido conservar y acrecentar una correlación de fuerzas
y un espacio político en nuestra región favorables a la llegada al
gobierno de proyectos populares como el de Andrés Manuel López Obrador
en México y el del dúo Fernández-Fernández en Argentina. La existencia
de estos dos gobiernos, por más condicionamientos geopolíticos y
frustrantes herencias neoliberales que los limiten, refuerza
considerablemente el cuadro latinocaribeño de resistencia contra el
sistema mundial de dominación neoliberal, como lo estamos comprobando
con sus valientes actitudes ante el golpe fascista en Bolivia, o con
la decisión de AMLO de invitar al presidente Nicolás Maduro a su toma
de posesión.

Igualmente, la acción de este primer núcleo de resistencia vigoriza y
estimula los tradicionales y admirables esfuerzos de la Comunidad del
Caribe (Caricom) por defender la independencia, la soberanía, la paz y
confraternidad entre los pueblos de la región, así como su unidad,
integración y concertación política. Pero este cuadro de resistencia
resulta enormemente fortalecido cuando añadimos las intensas batallas
de los pueblos de Nuestra América contra el neoliberalismo.

Como habíamos afirmado anteriormente, la brega que hoy llevan a cabo
los pueblos de Chile, Colombia, Haití, Ecuador, Bolivia y Honduras y
otros que están por estallar, añaden mucho peso a las victorias que se
ha anotado la izquierda en este año y abren nuevos frentes que fuerzan
a Estados Unidos y a las oligarquías a la dispersión de su atención y
sus recursos. Resulta importante subrayar que la correlación de
fuerzas regional, relativamente favorable a los sectores
revolucionarios y progresistas, se inscribe y no sería posible sin el
giro global hacia el multilateralismo promovido por el impetuoso
ascenso de China, Rusia y por el accionar de otros países y potencias
contra la unipolaridad, como es el notable caso de Irán. En esta
dirección, añade una nota positiva como conjunto el Movimiento de
Países no Alineados, independientemente de las posiciones
reaccionarias y proimperialistas de algunos de sus integrantes.

Volviendo a las actuales luchas populares de nuestra región, conforta
el cada vez más generalizado y creativo desempeño de las mujeres, los
indígenas, los afrodescendientes, los jóvenes de ambos sexos y
sectores empujados a la marginalidad y la exclusión por el capitalismo
neoliberal. Muchos de esos colectivos trabajan por aminorar, o detener
la catástrofe climática que ya está aquí, pero ante ese peligro es
necesario transversalizar la acción en defensa de la vida que ya
realizan con tesón y entrega comunidades y pueblos que defienden los
ríos, el agua, las selvas y bosques, las tierras ancestrales o se
enfrentan a los proyectos de muerte de las grandes corporaciones
mineras. Esa cualidad, como el antimperialismo y el
antineoliberalismo, son esencialísimas para considerar a alguien
militante de izquierda en la región latinocaribeña.

Pese a los avances, derrotas tan importantes como el golpe de Estado
en Bolivia o el duro revés electoral del Frente Amplio en Uruguay,
demuestran que el enemigo imperialista conserva una gran capacidad de
hacer daño y de aprovechar nuestros errores y puntos débiles. Sería
imperdonable que los movimientos nacional populares no asumieran una
actitud autocrítica ante los errores. Por otro lado, aunque detestados
por sus pueblos y sostenidos únicamente por las bayonetas y el apoyo
de Estados Unidos y las oligarquías subsisten gobiernos de derecha
como los de Piñera, Bolsonaro, Uribe-Duque, Biscarra, totalmente
plegados al imperio.

Pero es posible y necesario buscar puntos de entendimiento entre
diferentes que permitan echar a andar de nuevo mecanismos tan útiles
de concertación política como la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños (Celac), muy necesarios en un mundo tan cuajado de
peligros. México, acaba de asumir la presidencia de la Celac, que
nació aquí y fue resultado de grandes esfuerzos de Chávez, Fidel y
otros líderes de izquierda y derecha de la región.

Es imprescindible rescatar a la Celac y como norma vital de
convivencia en Nuestra América la proclama de América Latina y el
Caribe como zona de paz, hoy transgredida bajo la influencia de
Washington.
¿Cuál diferencia.jpg
Escenario.jpg
Un altre món.jpg
Libros contentos.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Jan 13, 2020, 1:30:20 AM1/13/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Recuperem al "viejo de andador" en el seu dia habitual. Darrerament,
els articles de l'Álvarez-Solís canviaven de dia. Tinc a mà el seu
llibre -publicat ja fa vint anys- Jóvenes de corazón. En sembla que
algunes coses, quan ha arribat als noranta, les canviaria.
Avui fa dotze anys de la mort de l'Ángel González. Tinc sempre present
la seva poesia i la seva vida.

ANTONIO ALVAREZ-SOLÍS
CATÓLICOS Y CRISTIANOS

Otra vez no, monseñores! Gobernar España no puede hacerse desde un
perenne círculo impenetrable en cuyo interior se celebra el culto del
poder, laico o religioso, por quienes se sahúman a sí mismos como
permanentes protectores de una patria de corte bíblico que vive de
bendiciones seráficas o de un potestad intangible sea cual sea su
origen. España no debe surgir del milagro sino de la calle como un
acto de fe en la libertad creadora propia del común, sin implicar a
Dios en labores que hemos de realizar con el «sudor de nuestra
frente».

Dejo suscrito lo que antecede porque ustedes, monseñores Blázquez y
Cañizares, presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal
española, han vuelto a asomarse, como otros antecesores suyos, al
poderoso y sagrado balcón de la alta institución para reclamar la
intervención política de un Dios de la ira oculto tras el velo del
templo.

¡Otra vez, no, monseñores! La piel de muchos viejos españoles, entre
los que me encuentro, aún tienen vivas las heridas producidas por
aquella ominosa Carta del Episcopado que sacralizó a los rebeldes del
36 a fin de convertir en sagrada su bandera en corso; bandera que
flameó luego, durante cuarenta años, sobre crímenes y desprecio a la
democracia, tan cara siempre entre nosotros. Una Carta Pastoral que
obligó entonces a dignos prelados, como el cardenal primado de
Tarragona, a irse al exilio para no bendecir con su presencia aquel
funesto documento que bautizó en mala hora al franquismo.

¡Otra vez, no; monseñores! ¡No! a un manifiesto que trasuda, de alguna
manera, aquella inolvidable Carta. Como ciudadano soy dueño de mi
destino sin recurrir a indebidas imprecaciones. Mi respeto al Creador
se demuestra recreándome a mí mismo con las armas con que nos bendijo.

Pero entremos serenamente en materia y digamos algunas cosas al pie
del púlpito al que a veces tanto temo.

Ante una circunstancia política que yo deploro –y quizá con más
decisión y riesgo que Sus Paternidades– ustedes invitan con clamor a
los fieles a que recen por España a fin de evitar que la enseñanza de
la religión católica deje de puntuar en las escuela públicas como
asignatura, lo que conlleva obviamente su eliminación según proyecto
del Sr. Sánchez. Esa cruzada de ustedes surge, y ahí voy, precisamente
en una hora política de manifiesta confusión en las elecciones
parlamentarias ¿Por qué añadir, pues, su clamor, monseñores, al
desbarajuste político? ¿Solamente para defender la enseñanza religiosa
en los centros escolares del Estado? ¿No se trata de vestir mejor al
vestido? ¡Otra cruzada, no, monseñores!

No estoy defendiendo la postura ideológica del líder socialista porque
creo que no tiene absolutamente ninguna. La Moncloa es el programa
político del Sr. Sánchez, que lleva a España a una clamorosa
destrucción moral, económica y social, si no es que España no estaba
ya destruida por los «otros», que usaron de la justicia y otras
fundamentales instituciones para revivir la cárcel como argumento, la
Corona como palanca, la economía como cepo, la policía como sufragio y
la información como narcosomnífero. El Sr. Sánchez quiere ganar el
gobierno aprovechando todo eso, que incluso ha robustecido en una
maniobra doblemente repugnante por embadurnarla con siglas venidas de
otra historia que, con todas sus quiebras, tuvo cierta honestidad.
Entonces el PSOE era obrero.

Pues miren ustedes, mis respetados monseñores, yo pienso, como el Sr.
Sánchez, que es eficaz eliminar la religión como materia puntuable en
la escuela pública, sea esa religión católica, musulmana o budista;
pero lo pienso como cristiano –no digo solo como católico tal como
está el panorama– a fin de que Cristo sea mucho más que unos dígitos
añadidos cabe una física, una geografía o una digitalización que, sea
dicho de paso, ya ha hincado sus colmillos carniceros en la dignidad
herida del trabajador. En resumen, detesto que una forzada catequesis
–¡la nota para el aprobado!– sirva de falsificada llave maestra para
introducir a Cristo en mi casa, que mantengo como casa del Señor. A
Cristo hay que engrandecerlo hablando de su proyecto en miles de
centros ciudadanos en que miles de profesionales y creyentes
calificados dediquen su vida a la verdadera catequística social.
Centros que debemos sostener con nuestros medios los que profesamos de
cristianos, porque Dios, si me permiten la imagen del rey navarro
camino de París, bien vale un óbolo, aunque lo restemos a la mejora
del inalámbrico. Cristo es, por puro y obligado discurso, nuestro
«partido» político; el de los cristianos.

He leído con pasmo dolorido que ustedes, monseñores Blázquez y
Cañizares, han emplazado sus baterías litúrgicas y piadosas en el
«espíritu de la transición», como ejemplo vivo de «diálogo, confianza
recíproca y reconciliación» ¿De verdad creen ustedes en ese centón de
bienaventuranzas? Como dicen sus valencianos, monseñor Cañizares, y en
el catalán que les es propio: «¡Embolica, que fa fort!».

No haga retórica, monseñor Cañizares. No diga eso de «pido
encarecidamente y me pongo de rodillas ante todos, y en los días
sucesivos, mientras no se aclare el futuro incierto en que ahora vive
España, para que en todas las iglesias se ore por España, que en todos
los conventos de vida contemplativa se ore por España, que en todas
las misas se ore por España». ¡Otra vez, no! A Dios hay que dirigirse
en silencio porque es el silencio que escucha.

Escribir esta nota me ha significado una reflexión larga y dolorosa.
Soy cristiano que ha vivido un largo camino repleto de abrojos, sobre
todo porque debo mi apasionado regreso al Cristo que me aguardaba en
el recaudo del alma a una decisión terminante: encontrar a Dios en el
mundo, cosa que tiene su complicación, porque hay que desoir muchas
tentaciones. Un día hablé con mi alma, cosa que hago ahora con mucha
frecuencia, y decidí no saltar la valla tentadora y unirme
brillantemente al cortejo. Había acordado conmigo mismo no caer en la
red espléndida que me tendieron en la Transición. Creí que era muy
difícil ser cristiano y avalar al mismo tiempo aquel «invento» con una
presencia determinante para mí. Hoy ya me he asentado en el trocito de
suelo que es mío en el pensamiento liberado. Y poco a poco fui
escribiendo este dolorido mensaje.

Mis respetados monseñores, lo repito: ¡Otra vez, no!

* * *

La suerte no está echada
Javier Pérez Royo

El presidente del Parlamento Europeo emitió una nota el pasado viernes
por la tarde a través de la cual "hacía suya" la interpretación de la
sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de 19 de
diciembre, realizada por la Junta Electoral Central (JEC) primero y
por el Tribunal Supremo (TS) después. En el sentido de considerar que,
a pesar de la doctrina que dicha sentencia establecía de que se
adquiere la condición de diputado con la proclamación como candidato
electo sin necesidad de juramento o promesa de la Constitución, en el
caso concreto de Oriol Junqueras tal doctrina no era de aplicación,
porque se había dictado ya contra él sentencia firme y, por tanto, el
asunto estaba cerrado. La doctrina del TJUE sería aplicable "pro
futuro", pero no "pro pretérito".

Es obvio que la nota emitida por el presidente del Parlamento Europeo
tuvo que serlo con base en un informe de los servicios jurídicos de la
Cámara y no es, por tanto, una opinión individual sino institucional.
No es el presidente, sino el Parlamento Europeo el que ha dado por
buena la interpretación de la JEC y el TS españoles.

Ahora bien, la decisión que hizo pública el presidente, además de
poder ser revisada por el propio Parlamento Europeo, si hubiera una
mayoría en el pleno del mismo que no estuviera de acuerdo con dicha
decisión, es recurrible ante el Tribunal General de la Unión Europea
(TGUE), órgano judicial integrado en el TJUE, que tendrá que decir la
última palabra.

El lector de eldiario.es habrá observado que en la nota emitida por el
presidente del Parlamento Europeo no hay fundamentación jurídica
alguna, sino que simplemente se dice que habiendo una sentencia firme
de un TS nacional, la "tradición" del Parlamento consiste en aceptarla
tal cual sin someterla a revisión de ningún tipo. Los servicios
jurídicos del Parlamento Europeo no han analizado las decisiones de la
JEC y del TS para comprobar si han interpretado de manera correcta o
no la decisión del TJUE de 19 de diciembre, sino que se han limitado a
repetir la tradición de que lo que deciden los órganos nacionales
competentes, el órgano administrativo electoral y el órgano judicial,
se acepta sin más. Por eso, la nota carece de fundamentación jurídica.

La decisión que adopte el TGUE para resolver el recurso que con
seguridad se interpondrá, si el pleno del Parlamento no ha revisado
previamente la decisión de su presidente, tendrá que entrar
necesariamente en la fundamentación jurídica de las decisiones de la
JEC y del TS y dar respuesta a los argumentos del o de los
recurrentes, porque además de la defensa de Oriol Junqueras, también
podría ser recurrida la decisión por los grupos parlamentarios de la
Cámara y en consecuencia, el Grupo Parlamentario de los Verdes que ha
designado a Oriol Junqueras como su Vicepresidente, también puede ser
parte.

Nos encontramos ahora, por tanto, en una posición similar a la que nos
encontramos tras la celebración de las elecciones el 26 de mayo y la
proclamación de Oriol Junqueras como candidato electo por la JEC el 13
de junio del año pasado. El lector recordará que Oriol Junqueras no
pudo acudir a la sede de la JEC a jurar o prometer la Constitución por
estar en prisión provisional y no recibir el permiso del TS para poder
hacerlo y que, ante la falta de tal requisito, la JEC, aplicando la
Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG), consideró que no
había adquirido la condición de diputado y no lo incluyó en la lista
que remitió al Parlamento Europeo.

El Parlamento Europeo aceptó la decisión de la JEC y no consideró que
Oriol Junqueras fuera parlamentario europeo. Aunque se personó en el
procedimiento de la cuestión prejudicial elevada por el TS al TJUE
sobre la inmunidad de Oriol Junqueras, su posición en la vista oral
celebrada el 14 de octubre fue la de mantener su opinión de que Oriol
Junqueras no era miembro del Parlamento Europeo. Sería después de la
sentencia del TJUE de 19 de diciembre cuando reconocería a Oriol
Junqueras como diputado, extendiendo una acreditación con efectos
desde el 2 de julio, día en que tuvo lugar la sesión constitutiva del
Parlamento.

El Parlamento ha vuelto a hacer ahora lo mismo que hizo entonces. La
tradición es que el Parlamento Europeo haga suyas las decisiones de
los órganos administrativos electorales o judiciales de los Estados
miembros. Lo hizo en el momento de la constitución inicial del
Parlamento tras las elecciones del 26 de mayo. Y lo ha vuelto a hacer
ahora con ocasión de la interpretación de la sentencia del TJUE de 19
de diciembre. Su comportamiento ha sido exactamente el mismo.

Ya sabemos que el comportamiento posterior a las elecciones respecto a
la adquisición de la condición de diputado ha sido desautorizado por
el TJUE. ¿Cabe esperar que ocurra lo mismo con su comportamiento
actual respecto de la aceptación acrítica, "por tradición", de las
decisiones de la JEC y del TS sobre la privación de la condición de
diputado europeo de Oriol Junqueras tras la sentencia del TJUE de 19
de diciembre?

En mi opinión la JEC y el TS incurren en tres contradicciones insalvables.

La primera es que no han reconocido NUNCA a Oriol Junqueras como
diputado europeo. Han mantenido, tras su proclamación definitiva como
candidato electo el 13 de junio de 2019, que no había adquirido dicha
condición. ¿Cómo pueden desposeer ahora a Oriol Junqueras de una
condición que no le han reconocido antes? Es una contradicción en los
términos. Si Oriol Junqueras no es diputado, no puede ser desposeído
de dicha condición. Y si lo es, únicamente puede ser desposeído de la
misma mediante el procedimiento previsto para ello. Tiene que ser el
Parlamento Europeo, siguiendo el procedimiento previsto en su
Reglamento, el que tiene que decidir sobre el levantamiento de la
inmunidad parlamentaria de Oriol Junqueras. Esta es la razón por la
que la JEC y el TS NUNCA han reconocido a Oriol Junqueras como
diputado europeo. Pero si no lo han reconocido antes, no pueden
desposeerlo ahora. Y si lo reconocen ahora, para desposeerlo de dicha
condición se tiene que seguir el procedimiento reglamentariamente
previsto para el levantamiento de su inmunidad.

¿Hay alguna duda de en qué sentido resolverá esta contradicción el TGUE?

La segunda afecta a la forma en que ha hecho uso el TS de la cuestión
prejudicial. La cuestión prejudicial no está prevista en el Tratado de
Funcionamiento de la Unión Europea para satisfacer la curiosidad
científica del órgano judicial del Estado miembro que la plantea. No
está para dar respuesta a una pregunta "retórica", sino que está
prevista como un instrumento de auxilio en el proceso de administrar
justicia. El órgano judicial que la eleva, el TS español en este caso,
plantea la cuestión porque necesita que el TJUE le despeje una duda
que tiene en un caso concreto en el que tiene que tomar una decisión.
El TS la planteó para que el TJUE le diera una respuesta sobre el
momento temporal a partir del cual se podría considerar que Oriol
Junqueras era portador de inmunidad parlamentaria y cuál podría ser el
contenido y alcance de dicha inmunidad en la situación procesal en que
Oriol Junqueras se encontraba. El TS no esperó la respuesta a esa duda
del TJUE y dictó sentencia el 14 de octubre de 2019, dejando, sin
embargo, en suspenso la inhabilitación de Oriol Junqueras hasta que el
TJUE resolviera la cuestión prejudicial.

Una vez conocida la respuesta de que Oriol Junqueras es diputado
europeo desde el 13 de junio de 2019 y tiene inmunidad parlamentaria
desde esa fecha, el TS interpreta la misma afirmando expresamente que
está de acuerdo con la doctrina que establece el TJUE, pero que no la
considera de aplicación al caso a propósito del cual la había
planteado. En el futuro aplicaré la doctrina, pero a Oriol Junqueras
no se la aplico.

La contradicción salta a la vista. Se pide la opinión del TJUE para
resolver sobre la conducta de Oriol Junqueras y una vez que se recibe
dicha opinión, se la interpreta en el sentido de que se la aplicará a
todo el mundo menos a Oriol Junqueras.

¿Puede haber alguna duda de cuál será la decisión del TGUE?

Tercera contradicción. Siendo diputados europeos desde el mismo día
Carles Puigdemont, Toni Comín y Oriol Junqueras y habiéndolo
reconocido así el Parlamento Europeo, ¿cómo puede explicar el TS que
considere necesario dirigirse al Parlamento Europeo para que levante
la inmunidad de los dos primeros y que haya considerado que no la
necesitaba para levantársela al tercero? ¿Quiere decir que el TS
considera que Oriol Junqueras es "menos parlamentario" que Carles
Puigdemont y Toni Comín? Cuando tenga que responder a este
interrogante ente el TGUE, ¿qué va a argumentar: que puesto que tenía
detenido, "ilegalmente" desde el 13 de junio, a Oriol Junqueras no
necesitaba pedir autorización al Parlamento, mientras que, como no
estaban detenidos Carles Puigdemont y Toni Comín, sí necesita hacerlo?

¿Puede haber alguna duda de como resolverá esta contradicción el TGUE?

Sigo manteniendo mi opinión de que la sentencia del TS de 14 de
octubre de 2019 contra Oriol Junqueras es nula de pleno derecho,
porque se dictó contra una persona contra la que no podía ser dictada
sin haber recibido previamente la autorización del Parlamento Europeo
para poder hacerlo.

Y así acabará siendo declarada. La suerte no está echada.
No diga fascistas.jpg
L'olfacte.jpg
Se busca.jpg
Al nazi... pues eso...NAZI!!!.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 14, 2020, 1:30:34 AM1/14/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
El tema d'avui passa per Madrid, el Govern i la Fiscal General. Els
"media" no tenen una altra ocupació.Página 12 de Buenos Aires ja ens
fa arribar l'opinió de Boaventura de Sousa Santos. Aviat tindrem la de
La Jornada de Mèxic.


Soplan vientos favorables desde España
Por Boaventura de Sousa Santos

Los vientos que soplan desde España son favorables. Por primera vez
desde la transición democrática de 1978, los dos principales partidos
de izquierda se unen para formar gobierno. La articulación de
izquierda de la que Portugal fue pionera en Europa a partir de 2016
desempeñó un papel importante, si bien indirecto, en la solución
española. Señaló que el sentido común podía formar parte de la
política, a pesar de que durante mucho tiempo parecía impensable.
Demostró que, más allá de lo mucho que divide a los diferentes
partidos de izquierda, lo que los une es lo suficientemente sustantivo
como para construir un programa de gobierno compartido.

Dado que era un camino poco transitado, hubo que ponerlo por escrito y
detallar los términos del acuerdo. Se sabía que las desconfianzas
mutuas eran muchas y persistían. Se sabía que las fuerzas (políticas,
económicas y mediáticas) de derecha harían todo lo posible para
demonizar al nuevo gobierno y que el camino sería más fácil cuanto más
vaga fuese la convergencia. También demostró que las políticas de la
Unión Europea, pese a ser muy conservadoras, permitían cierta
capacidad de maniobra y lo permitían aún más siempre que la burocracia
de Bruselas no se sintiese amenazada o cuestionada (lo que había
sucedido con Grecia). Demostró, por último, que tras la devastación
neoliberal de los años anteriores (con el empobrecimiento general de
los portugueses), no aumentar demasiado las expectativas era
importante (dadas las condiciones del país) y era políticamente
aceptable en la medida en que lo poco sabría a mucho. La solución
resultó ser exitosa y los resultados de las elecciones legislativas de
2019 fueron una prueba de ello.

A lo largo de los últimos cuatro años los contactos peninsulares sobre
este tema han sido muchos. Históricamente, las condiciones sociales,
políticas y culturales de España fueron muy diferentes. Portugal tuvo
una revolución en 1974, mientras que España realizó una transición
pactada con la dictadura anterior y con quienes más se beneficiaron de
ella, particularmente las élites económicas y la Iglesia católica. Por
ejemplo, a pesar de las continuidades con la dictadura (especialmente
en las Fuerzas Armadas y en el sistema judicial), en Portugal, como
antes en Italia y Alemania, hubo consenso para eliminar de las calles,
las plazas y los puentes los nombres más destacados de la dictadura,
mientras que en España este tema continuó incendiando los debates
prácticamente hasta el día de hoy.

A diferencia de Portugal, España tenía dos grandes fuentes potenciales
de fracturas: la cuestión del régimen, dado el desgaste de la
monarquía en los últimos tiempos, y la cuestión de las nacionalidades.
Verdaderamente, solo después de 1808 los habitantes del Estado español
manifestaron cierto sentido político de pertenencia respecto al hecho
de ser todos españoles.

Por estas y otras razones, la voluntad política de convergencia entre
las izquierdas tuvo altibajos en una secuencia simultáneamente
turbulenta (tres elecciones generales entre 2016 y 2019) y paralizante
(sucesión de gobiernos de gestión ordinaria). Fue ganando consenso la
idea de que en España, la mejor solución para una coalición de
izquierda no sería el mero apoyo parlamentario (la solución
portuguesa), sino la participación en el gobierno con
responsabilidades políticas sustantivas. Sería una solución más
arriesgada, pero la considerada más eficaz para enfrentar la oposición
de la derecha, que se preveía feroz. Y la solución está ahí y todos
los demócratas del mundo deberían saludarla. En este momento me
gustaría simplemente señalar algunos puntos.

1. Más allá del acuerdo específico, y por encima de todo, lo más
importante ahora es poner en valor el significado de la escala estatal
de este ejercicio inédito de articulación política en la izquierda
española. No hay precedentes de coalición a escala estatal, excepto el
breve gobierno de Juan Negrín, en 1937, en coalición con el Partido
Comunista. Hasta ahora solo había habido coaliciones progresistas a
nivel autonómico. La articulación entre el PSOE y Unidas Podemos (UP)
rompe con una larga tradición de gobiernos monocolor y en solitario
que en España se viene fraguando desde la Transición. Así, el nuevo
gobierno está formado por dos partidos cuyo acuerdo progresista
representa un intento dialogado de entendimiento mutuo entre las dos
grandes culturas políticas actuales de la izquierda española: la de
1978 y una izquierda reciente pos15M.

2. Además de una estrecha colaboración entre ambas culturas políticas,
también va a tener que darse una estrecha colaboración (en forma de
apoyo parlamentario) con partidos
independentistas/nacionalistas/soberanistas, como el PNV, ERC, el BNG
o Bildu. Lo que está en juego, en este aspecto, es la consolidación de
una nueva mayoría, un bloque que integraría al PSOE y UP y se abriría
a fuerzas nacionalistas (nacionalismos vascos, valenciano, gallego y
parte del catalán) con capacidad para condicionar el rumbo de la
política española. A este respecto, hay que lamentar la oposición al
acuerdo de cierta extrema izquierda catalana, hija de una tradición
fatal de cierta izquierda europea, que, con su maximalismo y
sectarismo, allana el camino a gobiernos de derecha o incluso de
extrema derecha, tal y como sucedió en Alemania.

3. El acuerdo es más global y ambicioso que el acuerdo de 2015 entre
las izquierdas portuguesas. A lo largo de sus 50 páginas, el texto del
acuerdo incluye compromisos y medidas progresistas que abarcan, en
líneas generales, los programas políticos con los que el PSOE y UP
concurrieron a las elecciones generales. Hay compromisos firmes en
materia de educación, de memoria histórica, pensiones y de igualdad de
género (las “políticas feministas” se destacan como uno de los 11
capítulos del acuerdo). Hay menos concreción en materia de vivienda,
migraciones, política exterior, defensa y seguridad. Apunta a un
programa socialdemócrata que tiene como objetivo principal restaurar
los derechos sociales y económicos que habían sido debilitados o
eliminados por los gobiernos de derecha. Contrariamente a lo que el
PSOE defendió en su último programa electoral, se prevé la subida de
impuestos para las rentas más altas (probablemente en torno al 0,8% de
los españoles). Evita los temas que pueden generar más fractura. En
política territorial subyace al acuerdo una tendencia federal. En el
caso de Cataluña, propone la única solución de sentido común: abrir el
diálogo y crear las condiciones para una solución política.

4. La investidura de este gobierno tiene una importancia estratégica
para Europa. La violencia casi golpista con la que la ultraderecha (la
derecha más tradicional aliada a la nueva extrema derecha) ha tratado
de bloquear la investidura no tiene precedentes en Europa, pero puede
indicar el camino que el neofascismo europeo pretende seguir. Este
camino consiste en no reconocer los resultados electorales siempre que
sean desfavorables para las fuerzas de derecha y seguir una estrategia
de desestabilización que tenga como objetivo llevar a cabo golpes
suaves contra cualquier gobierno de izquierda, por moderado que sea.
Esta estrategia tiene los siguientes componentes generales:
deslegitimar mediáticamente las políticas del gobierno con el recurso,
siempre que sea necesario, a las noticias falsas; ampliar
simbólicamente cualquier medida relativa a las ideas preconcebidas de
la clase media para convertirlas en presagios del apocalipsis;
“calentar” las calles, utilizando el mínimo descontento para provocar
actos de represión legítima convertidos inmediatamente en amenazas
totalitarias; recorrer al órgano del Estado más conservador y menos
sujeto a presiones democráticas, el sistema judicial, para lanzar una
guerra jurídica (lawfare) contra las políticas del Gobierno (la
judicialización de la política utilizada de manera particularmente
grosera en Brasil). Para llevar a cabo esta desestabilización, los
agentes internos cuentan ahora con el apoyo de la extrema derecha
estadounidense (capitaneada por el predicador del eurofascismo, Steve
Bannon), centrada en la destrucción de la Unión Europea. En el caso de
España, es lamentable que la ultraconservadora Conferencia Episcopal
se muestre preocupada y pida a los españoles que recen, a pesar de que
el programa de gobierno no toca los Acuerdos Iglesia-Estado y solo
elimina la financiación de las escuelas concertadas que segregan por
sexo, eliminación derivada de un mandato constitucional.

5. El gobierno progresista español necesitará el apoyo de todos los
demócratas del mundo, en particular, de sus vecinos, nosotros, los
portugueses. El gobierno portugués se propone continuar con la
política que inspiró a los españoles. Desafortunadamente, el Partido
Socialista (PS) portugués consideró prescindible poner por escrito el
compromiso con el Bloco de Esquerda. Todos sabemos que la enfermedad
infantil de los partidos socialistas europeos es tener más miedo de
los partidos a su izquierda que de los partidos a su derecha. Ojalá
que los próximos cuatro años muestren que el PS está curado. Sería
otra novedad esperanzadora para Europa y para quienes luchan contra el
avance de la extrema derecha.

* * *

Todo va a salir mal
Javier Gallego

No han empezado a gobernar y ya sabemos cómo lo van a hacer. Lo van a
hacer malamente, tra tra. Se apuñalarán entre sí y no llegarán ni al
final de la legislatura. Por supuesto, antes entregarán España al
separatismo, nos convertirán en Venezuela y se echarán en manos de
ETA, pero también traicionarán a sus votantes, nos venderán a los
mercados y lo cambiarán todo para no cambiar nada. La derecha
incendiaria y la izquierda ceniza coinciden: todo va a salir mal.
Porque si algo saliera bien, de qué se iban a quejar ellos.

Los opinadores de este país no sólo llevan dentro un seleccionador
nacional y un presidente del Gobierno, también un Nostradamus. Aunque
les veo más como esos tarotistas de la tele de madrugada que dicen una
cosa y la contraria para acertar siempre. Así pueden defender al mismo
tiempo que Sánchez está en manos de Iglesias y que Podemos no pinta
nada en el Ejecutivo. La derecha cuántica, como la ha llamado muy
acertadamente Enric Juliana.

Pero por el otro lado, también puedes escuchar que Iglesias y Garzón
se han dejado domesticar por el poder y que el poder no permitirá a
Iglesias y Garzón hacer lo que quieren. En qué quedamos: ¿son ellos
los que se han domesticado o es el poder el que no les deja? En
España, desde la mística, somos muy dados a la paradoja. Y más aún a
la joda, donde la izquierda española tiene campeones mundiales. Tan
coherentes guardianes de la pureza que prefieren fracasar en la
realidad para mantener intactas sus inmarcesibles esencias.

Aunque, sin duda, quien más va a hacer por destruir el primer gobierno
de coalición progresista desde el 39 es la ultraderecha que lo
destruyó hace 80 años. Entonces lo descabalgaron con un golpe de
Estado, ahora quieren hacerlo llamando golpistas al Gobierno, sus
socios y sus aliados. Los golpistas del pasado llaman golpistas a los
demócratas en el presente. Eso sí que es una paradoja. Los ultras se
han echado al monte, que es adonde tira la cabra (de la Legión, en su
caso) y PP y Ciudadanos van detrás dispuestos a despeñarse con ella.
Arriba, España, arriba, que sigan subiendo. Más grande y libre será la
caída.

Yo no sé cómo va a hacerlo el Gobierno de coalición, pero sé que nos
ha librado de un gobierno con Abascal y Casado, que ha metido a
Izquierda Unida y al 15M en el Consejo de Ministras y que ha
conseguido pactar con la pluralidad nacional del Congreso. Sé también
que el PSOE es un partido del R78 que tiende a traicionar sus
principios pero la presencia de Unidas Podemos le inclina a la
izquierda y puede usarlo para aprobar medidas más audaces sin mojarse
tanto.

Puede ocurrir lo contrario, que el PSOE ate a su socio en corto y no
lo use como ariete sino como escudo para parar los golpes, por lo que
UP tendrá que ser firme y flexible para mantener su personalidad y el
acuerdo. El presidente ya ha diluido el poder de Iglesias con las
cuatro vicepresidencias, ha dividido algunos ministerios de Podemos
para restarles competencias y ha nombrado perfiles moderados para
acallar las críticas y tener contento al capital. A quien tiene que
contentar este Gobierno no es a sus enemigos ni a los Mercados sino a
quienes lo necesitan y le han votado. Gobiernas para la gente con el
programa que ha elegido tu gente.

La calle debe estar despierta para que no se duerma en los laureles.
Si el presidente quiere dormir tranquilo, que no nos quite el sueño.
Ni los sueños.
Oremos.jpg
Blanqueig.jpg
Parásitos.jpg
La infancia de Donaltram.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 15, 2020, 1:31:14 AM1/15/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Al diari digital brasiler Opera Mundi comuniquen l'empresonament dels
responsables de la caiguda de l'avió ucrainès. Igual que aquí amb els
responsbles del Yak 45
Segueixen les replicacions del terratrèmol de Cs. Ara a Castella-Lleó.

SABINO CUADRA LASARTE
ABOGADO

ACUERDO PSOE-UP: MEMORIAS Y DESMEMORIAS

Fumata blanca: Habemus papam. Y habemus también vicepapas, cardenales
y arzobispos varios. La francoderechona brama y se revuelve. El cambio
galopa y corta el viento. Punto de inflexión, dicen. Tras suscribir el
acuerdo de gobierno, Pablo Iglesias afirmó vehemente que este era una
«referencia en el mundo en modernidad, progreso social y feminismo». Y
lo dijo así, como si nada, sin coger aire siquiera, como si todo el
mundo mundial, empezando por Bolivia, India y Sudáfrica, pasando por
Portugal, Ecuador y Reino Unido y terminando por Noruega, Argelia y
Japón, se asombrara de ver por fin descubierta para la izquierda la
cuadratura del círculo.

Se habla también de que estamos ante «el Gobierno con el perfil más
progresista desde la II República». Lo que pasa es que, en muchas
ocasiones, mirar las cosas de perfil y no de frente, engaña mucho. Así
por ejemplo, en 1982, el perfil electoral del PSOE hablaba de
nacionalizar bancos en crisis, impulsar el sector y las empresas
públicas, crear 800.000 puestos de trabajo, salir de la OTAN, impulsar
la planificación democrática de la economía, reducir la edad de
jubilación… No estaba tan mal, ¿no?

Pero luego, el PSOE comenzó a sacarse las fotos de frente y mostró su
verdadera cara. Donde dijo digo, pasó a decir Diego. Y así fue que nos
metió en la OTAN, privatizó la banca estatal (Argentaria), vendió las
empresas públicas (Repsol, Telefónica, Endesa), en vez de crear
800.000 puestos de trabajo, destruyó otros tantos más, favoreció la
precariedad laboral, aumentó la edad de jubilación. Del GAL y Filesa,
mejor no hablar. Por eso, sin pretender ser pájaro de mal agüero, es
obligado preguntar: ¿a santo de qué viene cantar gratuitas loas y
adornar con inmerecidos laureles este Acuerdo («referencia mundial»,
«perfil progresista» histórico…), a quien cuenta con semejante
pedigrí?

Quien esto firma no es partidario del «cuanto peor, mejor». He
defendido la abstención en el debate de investidura, para evitar así
la entrada en tromba de la derechona y el facherío en el Gobierno,
pero ahí se acaba todo. Me encantaría que Pedro Sánchez pudiera
convertirse en algo parecido al Jeremy Corbyn laborista, pero mucho me
temo que ni en él ni en el PSOE hay mimbres que permitan hacer un
cesto de ese pelo. Me apunto pues a la de San Mateo: cuando vea,
creeré, pero mientras tanto me abstendré de hacer alabanzas vacías y,
mucho menos aún, de dar cheque en blanco alguno.

Hacer de la necesidad virtud no es algo recomendable. Algunas veces,
obligados por las circunstancias, tomamos decisiones en nuestra vida
que no nos terminan de gustar ni agradar. Pero ahí debe quedar todo,
sin elevar al capítulo de virtudes teologales lo que no es más que un
trágala impuesto. Me lo dijo un viejo comunista vallecano, en Madrid,
allá por el año 1968: «Mira, Sabino, peor aún que tragar sapos, pues
hay ocasiones en que no hay más remedio –él sabía de algo de esto por
haber tenido que pasar por la cárcel y por batallones disciplinarios–,
es decir que están buenos». Pues eso.

Jugando al mus, como en cualquier juego, hay siempre posibilidades de
ganar o de perder. Las cartas que te vienen no las elige uno y es con
ellas con las que hay que jugar. Ahora bien, partiendo de ahí hay dos
tipos de jugadores que siempre suelen perder: los que juegan a la
pequeña y los que van siempre a órdagos. Peores son aún los que con
aires prepotentes, teniendo solo cartas para la pequeña, tratan de
esconder su escaso juego liándose a dar órdagos a la grande. Suelen
salir siempre trasquilados.

En una situación como la actual, las grandilocuencias que afirman
haber conseguido logros nunca hasta ahora conocidos, a lo único que
conducen es a fomentar la pasividad entre la gente. Porque, ¿para qué
movilizarse ni preocuparse si contamos con líderes que son capaces, en
un plis-plas, de conseguir unos acuerdos y conformar un gobierno que
será la admiración del mundo? ¿No sería mejor afirmar que no, que no
son tan buenos, que tienen muchas cosas mejorables, que otras
importantes ni siquiera aparecen y que, por último, algunos puntos
firmados no son sino puros sapos que se han tenido que tragar? ¿No
sería mejor decir lo anterior y llamar a la gente a movilizarse y a
seguir exigiendo sus reivindicaciones con mayor fuerza aún, a fin de
conseguir que la actual correlación de fuerzas social, política e
institucional cambie a favor de las mujeres, la juventud, la clase
trabajadora y los pueblos?

La abstención ha servido para cerrar el paso al gobierno a la derecha
franquista, pero a partir de ahora comienza la partida de verdad. La
investidura ha terminado y existe ya un nuevo Gobierno PSOE-UP. No hay
mus. Comienza la partida con nuevas cartas. El Gobierno presentará
pronto su proyecto de Presupuestos. Con toda seguridad, incluirá en
ellos algunas zanahorias y pretenderá así, sobredimensionando su
importancia, ocultar todos los rotos y descosidos políticos, sociales
e institucionales derivados de los anteriores gobiernos del PP… y
también del PSOE: reformas laborales y de las pensiones,
privatizaciones generalizadas, política cementera, fortalecimiento del
Estado policial y securitario, criminalización de la disidencia social
e independentista, condescendencia con el auge fascio-franquista…

Hoy más que nunca es evidente que el Estado español está impregnado de
franquismo hasta el tuétano (monarquía, judicatura, estamento militar
y policial, jerarquía eclesiástica…) y que sus políticas económicas y
sociales están supeditadas a los antojos e intereses del IBEX-35 y el
Banco Central Europeo. El enemigo es fuerte y las cartas que tenemos
no son las mejores, pero son más que suficientes (feminismo no
domesticado, juventud inconformista, sindicalismo de pelea,
pensionistas de dignidad, nacionalismos de izquierdas…), para jugar
una buena partida. Mientras tanto, no dejemos que nos distraigan ni
engañen con paralizantes cantos de sirena institucionales. Lo dicho,
no hay mus. Para empezar, el 30 de enero, huelga general en Euskal
Herria en defensa de nuestros derechos sociales.

* * *

Las novelas que influyeron en la concepción política de Marx
Por Fernando Bogado

La relación entre Marx y ciertas obras literarias, o la del marxismo
con la literatura como un fenómeno histórico específico, pero siempre
difícil de asir, es por demás compleja. Y habilita un conjunto de
reflexiones casi tan largas como interpretaciones de los textos del
filósofo alemán, padre del comunismo científico, existen. Pero, aún
así, no puede haber una cabal lectura de la filosofía marxiana y de
los marxismos que engendró si no se entiende la constante tensión que
existe entre discurso literario y aproximación filosófica, sobre todo,
en la medida que una de las cosas que cualquier planteo revolucionario
debe resolver es la del lugar que tendrá aquello que se llama
“literatura” –o, de manera más general, “arte”– dentro del mundo nuevo
por venir. La literatura, en tanto sostenida bajo los protocolos de la
ficción (que no son otra cosa que una mentira organizada) o bajo la
imprudencia de la palabra poética (cuya relación con la verdad
discursiva es errática y hasta diametralmente opuesta, habiendo una
“verdad” en poesía que resulta amiga de lo inefable), parece encargada
de generar corrimientos y desvíos al interior del pensamiento
materialista. Por eso, a veces, los mejores modos de renovar cualquier
tipo de ortodoxia dentro del marxismo es a través de la concentración
sobre fenómenos estéticos o culturales, algo que han demostrado en
diversas épocas y con diferentes enfoques nombres de importancia como
los de Antonio Gramsci, Theodor Adorno o Raymond Williams. El último
libro del escritor, periodista y docente Mariano Dorr, Marx y la
literatura, es menos un análisis filológico de las menciones de Marx
acerca de novelas, cuentos o poemas y más una indagación personal
acerca de los ires y venires del materialismo dialéctico con la
literatura, ese doble espectral que, como el comunismo en el
Manifiesto de 1848, resulta su más escurridizo y, por eso, innegable
fantasma.

El primer artículo del libro, “Marx lector”, recupera precisamente uno
de los trabajos más emblemáticos del filósofo en relación a la
literatura. Como bien señala Dorr, en lugar de ocuparse de un autor
encumbrado y canónico, Marx se mete con un novelista contemporáneo,
reconocido, adscripto al realismo y cuya obra circula en ediciones
accesibles al gran público. Estamos hablando, claro, de su estudio
sobre la obra de Eugène Sue Los misterios de París, presente en el
primer libro que firma junto con Engels, La sagrada familia (1845).
Todo el libro está dedicado a identificar aquello que se ha llamado la
“crítica crítica”, encarnada por Bruno Bauer y los jóvenes hegelianos,
cuya postura parecía un modo de continuar con la filosofía dialéctica
a través de sus costados más poderosamente idealistas. La distancia de
Marx con esa corriente fue necesariamente establecida para que, tal
como afirma Lenin al revisar la obra marxiana, el futuro autor de El
capital pase del hegelianismo idealista al socialismo. El lugar que
ocupa el comentario al crítico literario cercano a “Bauer & Co.”,
Szeliga (pseudónimo de Franz Zychlin von Zichilinsky), en su nota
sobre la novela de Sue pone en evidencia la metodología y las obvias
consecuencias de esta suerte de aplicacionismo del ideal sobre la vida
efectiva y planteada en términos materiales e históricos: recordemos,
la juventud hegeliana encarna, para Marx y Engels, esa idea de que los
cambios en los modos de pensar necesariamente representan cambios
históricos, sin que participe la lucha material. En esa línea, Szeliga
saluda la manera en la que el personaje de Rodolfo de Geroldstein (un
noble disfrazado de indigente) trata de salvar a Flor de María (una
prostituta) de la vida sometida a la carne y a las limitaciones
pecuniarias. Flor de María, de carácter naturalmente jovial y sin
ningún tapujo a la hora de defenderse físicamente de sus agresores,
termina en un convento, arrepentida de su vida pecaminosa, para al
poco tiempo morir. La estructura del relato de Sue, el modo en que
contrapone al personaje de Rodolfo con Flor de María, el destino de
esta última y hasta la apreciación de la “crítica crítica” de Szeliga,
quedan liquidadas en un solo párrafo por parte del mismo Marx que, en
esa época, acababa de escribir los ahora conocidos Manuscritos
económico-filosóficos de 1844: “Rodolfo transformó, entonces, a Flor
de María, primero en una pecadora arrepentida; luego, a la pecadora
arrepentida, en una monja y, finalmente, a la monja, en un cadáver. En
su sepelio, no sólo el sacerdote católico da un responso, sino también
el sacerdote crítico, Szeliga”.
Preocupacions.jpg
RIP Montesquieu.jpg
Breve historia del machismo.jpg
Presos cuidados.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 16, 2020, 1:31:19 AM1/16/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui va de dibuixants.
Fa poc vaig incorporar a la colla de dibuixants -editorialistes
gràfics- a Ermengol de la Manyana deLleida. Avui us deixo la
sevapostal de Tarragona. El altres ja són vells coneguts: Manel
Fontdevila (eldiario.es), Ferreres (Ara) i Pinto & Chinto (La voz de
Galicia).
A la colección hi ha Daniel Paz & Rudy o Rep (Página 12 de Buenos
Aires), Fisgon, Helguera, Hernández ... (La Jornada de Mèxic), Miki %
Duarte i Esteban (El Diario de Sevilla) i altres.


Trump y la apoteosis de la barbarie
Por Atilio A. Boron

Acabo de leer una muy interesante nota de Peter Koenig sobre el
renacimiento y exasperación de la barbarie en los últimos tiempos. Y
digo exasperación porque aquella tuvo una presencia constante en la
historia, pero bajo el capitalismo adquirió nuevas y más brutales
formas.

Estados Unidos es sin dudas la patria de la barbarie. Su condición de
mayor terrorista del planeta la alcanzó en agosto de 1945 cuando
arrojó sobre dos ciudades indefensas del Japón sendas bombas atómicas
que convirtieron en cenizas -o condenaron a una horrorosa muerte
lenta- a varios centenares de miles de sus habitantes. Nadie nunca, ni
antes ni después, llegó a perpetrar atrocidad semejante. Sin llegar a
tan luctuosos límites en tiempos recientes la barbarie fue
repotenciada por el gobierno de Donald Trump, un hampón de cuarta
cuyos códigos morales no son mejores que los de Al Capone o Frank
Nitti. Es más, me atrevería a decir que éstos poseían un mafioso
sentido del honor y del respeto a la palabra empeñada que el magnate
neoyorquino carece por completo.
Koenig documenta con precisión que a pedido de Trump el primer
ministro de Irak, Adil Abdul-Mahadi, invitó al General Qassem
Suleimani a que se reuniera con él en Bagdad para sugerirle, dadas sus
conocidas dotes como diplomático, que procurase abrir un canal de
diálogo entre Irán y Estados Unidos y entre la república islámica y
Arabia Saudita. Esa fue la trampa, abyecta y cobarde, en la que cayó
el general iraní. Esto fue denunciado no bien se consumara el
asesinato de Suleimani y un grupo de altos funcionarios militares
iraquíes por Adil Abdul-Mahadi diciendo textualmente que “Trump me
pidió que mediara con Irán y luego asesina a quien había invitado para
la tarea”.

En sucesivas conferencias de prensa el Secretario de Estado Mike
Pompeo, otro mentiroso serial, desmintió lo declarado por el premier
Iraquí. Lo mismo hizo la Casa Blanca, pero la credibilidad de estos
hampones es nula. Pero toda la maquinaria propagandística de Estados
Unidos se puso al servicio de las mentiras oficiales y Suleimani, que
gozaba de inmunidad diplomática, fue presentado como un feroz
terrorista que había sido “eliminado” porque tenía planeado atentar
contra varias embajadas de Estados Unidos, cosa que días después
desmintió el propio Secretario de Defensa de Trump. Pese a tantas
mentiras se ha ido sedimentando en los sectores de la opinión pública
atentos a este tipo de noticias (una minoría, desgraciadamente) la
convicción de que lo ocurrido en Bagdad fue un vil asesinato que trató
de justificarse estigmatizando a la víctima como terrorista.

No contento con esta criminal violación de la legalidad internacional
y de las propias leyes de Estados Unidos, Trump ordenó que se le
negara a Mohammad Javad Zarif, Ministro de Asuntos Extranjero de Irán,
la visa de entrada para informar de lo ocurrido ante el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas en Nueva York. O sea, cero debate,
cero información: basta con la versión del imperio, reproducida
impúdicamente por la prensa hegemónica. Esto constituye una violación
de la Carta de las Naciones Unidas, firmada por Estados Unidos en
1947, que garantiza a los representantes de países extranjeros el
irrestricto acceso a la sede de las Naciones Unidas. Para su
imborrable deshonra el portugués António Guterres, Secretario General
de Naciones la ONU, guardó cómplice silencio ante el asesinato de
Suleimani y también frente al ilegal veto a la llegada del ministro
iraní. El hombre se preocupa por su chequera y nada más. Cobra su
sueldo y no ve, no escucha, no habla. Esta es la clase de funcionarios
internacionales que Estados Unidos necesita para administrar su
imperio sin preguntas incómodas.

Lo anterior confirma lo que muchos venimos diciendo acerca de la
ineptitud de las Naciones Unidas para garantizar la paz y la legalidad
internacionales. Muchas voces se han elevado, sobre todo en países
periféricos, exigiendo una reforma de esa organización. Pero Koenig da
un paso más y se pregunta si no ha llegado la hora en que una votación
de la Asamblea General expulse a Estados Unidos de las Naciones Unidas
por reiteradas violaciones de la Carta de la Organización y sus
resoluciones fundamentales (entre ellas las que exigen poner fin al
bloqueo a Cuba o que Israel, cuyo gobierno es compinche de Washington,
se retire de los territorios ocupados). Tendríamos, dice nuestro
autor, “una ONU renovada, liberada de la abultada burocracia que la
paraliza y mucho más eficiente para salvaguardar la paz en el mundo.”
Además hay montones de países que han sido invadidos, amenazados,
sancionados por Estados Unidos y “muchos de ellos también tienen
drones y dominan la tecnología de disparos de precisión.”

Se trata de un planteo audaz, extravagante, pero que merece ser
pensado. Muchos intereses económicos se opondrían a esta movida,
reconoce Koenig, pero en el mundo actual EE.UU. ya no es el único que
puede ofrecer interesantes oportunidades de negocios. China, India,
Rusia, numerosos países asiáticos y algunos otros en África y
Latinoamérica podrían redefinir un nuevo entramado de la economía
mundial sin la presencia prepotente de los norteamericanos. “Aislemos
a los bárbaros de Washington y dejémoslos que se pudran en su inmundo
pantano”, dice Koenig. Proyecto que hoy suena como una ingenua utopía.
Pero, ¿quién podría asegurar que ante la indisimulable decadencia del
poderío de EE.UU. aquella propuesta está eternamente condenada a ser
irrealizable? Sobre todo si se recuerdan estas proféticas palabras de
Oscar Wilde cuando sentenció que “Estados Unidos es el único país que
pasó de la barbarie a la decadencia salteándose la civilización.” Y su
decadencia podría dar nacimiento a otra Naciones Unidas. ¿Por qué no?

* * *

Sonámbulos caminando hacia la crisis
Alejandro Nadal

La tragedia de Casandra, la hija del rey Príamo y Hécuba de Troya, no
fue haber sido asesinada. Su verdadera maldición fue que, a pesar de
tener el don de la profecía, ella estaba condenada a ser ignorada y,
por tanto, nadie creía sus presagios. Cuando los griegos tendieron la
trampa del caballo de Troya, ella fue la única que advirtió sobre el
ardid y nadie le hizo caso.

El mundo parece hoy estar lleno de Casandras, que alertan sobre la
inminencia de la próxima crisis del capitalismo global. A fuerza de
escuchar tanta advertencia, la credibilidad se esfuma rápidamente. Tal
parece que la maldición de Casandra renace todos los días.

La realidad es que las amonestaciones sobre la llegada de una nueva
crisis no provienen de un don mágico de algunos expertos economistas.
Esas advertencias están bien cimentadas en datos duros y en un
análisis riguroso de experiencias pasadas. Si las advertencias caen en
oídos sordos, eso se debe al trabajo de los medios de información y a
la necedad de los economistas ortodoxos que siguen recomendando más
austeridad y más libertad para el mercado para superar y hasta evitar
la llegada de una nueva crisis.

De manera especial, cuando la admonición proviene de economistas como
Mervyn King, ex director del Banco de Inglaterra, sería bueno escuchar
cuidadosamente. En una conferencia dictada en noviembre del año pasado
en el Fondo Monetario Internacional (conferencia Per Jacobsson,
www.fmi.org), King puso el dedo en la llaga al señalar que desde que
estalló la crisis de 2008 nadie ha cuestionado las ideas económicas
que aún predominan y que condujeron al desastre de hace 10 años. Los
bancos centrales y las autoridades económicas en general siguen
comportándose como si aquella crisis hubiera sido producto de un
terremoto. De hecho, esa es una explicación que un funcionario del
banco le ofreció a la reina cuando en visita a las bóvedas del banco
preguntó cómo era posible que nadie hubiera visto venir la crisis y
sus efectos. Es tan difícil hacerlo como predecir un terremoto, fue la
respuesta.

No es lo que piensan Mervyn King y muchos otros economistas críticos.
Su advertencia es clara. Primero, la crisis de 2008 no se produjo por
factores externos imposibles de predecir. Se generó por fuerzas
endógenas, inherentes a cualquier economía capitalista. Segundo, al
seguir abrazando la ortodoxia de la política monetaria y fiscal nos
seguimos acercando como sonámbulos a una nueva crisis. Ese es el
diagnóstico del ex director del Banco de Inglaterra. Algo debe conocer
sobre el tema.

Sin embargo, muchos políticos y portavoces del sector financiero
señalan que estamos ya entrando en el décimo año de crecimiento y
recuperación económica. Pero olvidan siempre mencionar un dato que
puede ser una señal ominosa: esta recuperación ha sido más larga que
las que siguieron a las últimas cinco recesiones de la economía
estadunidense, la recuperación ha sido mucho más lenta. Y este
comportamiento letárgico de la economía ha sido calificado de
‘estancamiento secular’, queriendo decir con esto que las mediocres
tasas de crecimiento coexisten con muy bajas tasas de interés (en la
vecindad de cero por ciento). Eso significa que la política monetaria
no está teniendo ningún efecto sobre el nivel de actividad económica.
Y que en caso de crisis, el banco central estará desarmado.

Una parte clave del diagnóstico de King es que ha existido un exceso
de inversión en países como Alemania y China, y que será necesario
introducir cambios en esos patrones de inversión. Pero aquí se
aprecian las limitaciones del análisis de King. Si algo sabemos de las
economías capitalistas es que exhiben permanentemente una tendencia a
la sobreinversión. Así que el remedio no será fácil de introducir.

King no mencionó el indicador que más preocupa al mundo financiero. En
diciembre pasado, la Reserva Federal (Fed) decidió inyectar unos 500
mil millones de dólares al mercado de reportos (contratos de recompra
de títulos vendidos en garantía por un prestatario a un prestamista en
el mercado de muy corto plazo). Este mercado es un gran indicador
sobre la salud y tendencias del mercado interbancario. Claramente la
Fed quiere evitar un estrangulamiento en la liquidez para el mercado
interbancario. En consecuencia, el regreso a la normalidad ya no se
refleja en la hoja de balance de la Fed y habrá que ver si esta enorme
inyección de liquidez sirve para evitar la crisis que muchos analistas
anuncian para el mercado de reportos. En todo caso, sin regreso a la
normalidad la Fed está desprovista de herramientas para hacer frente a
la próxima crisis. Grandes implicaciones tiene esta medida de la
Reserva Federal.

El último libro escrito por Mervyn King se intitula El fin de la
alquimia. Ese título hace referencia a la creación de poderes
financieros extraordinarios que constituyen un factor de
desestabilización y son, al mismo tiempo, un desafío a la imaginación.
Casandra se hubiera sentido en casa con esos poderes mágicos como
interlocutores.
¡Viva.jpg
El pop.jpg
Postal de Tarragona.jpg
vice.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 17, 2020, 1:30:19 AM1/17/20
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Demà passat farà 90 anys del naixement del poeta gallec Uxío Novoneyra. Ara
que ja no és entre nosaltres ens toca recordar-lo.
Un poema: "Chove pra que eu soñe..."


La cúpula judicial declara la guerra abierta
Carlos Elordi

Acaba de empezar la guerra de la justicia. Tres días después del
primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno. Y las primeras
escaramuzas indican que va a ser una guerra sin cuartel. La cúpula
judicial que desde hace años dirige los movimientos políticos de ese
conglomerado, tantas veces en sintonía con los intereses políticos del
PP, no está dispuesta a rendirse y sí a utilizar todos los medios a su
alcance para batir al Gobierno. La suerte de este depende en buena
medida del resultado de ese enfrentamiento. Y no cabe hacer
previsiones fáciles sobre el mismo.

Entre otras cosas, porque la cúpula judicial no está sola en su
enfrentamiento con el Gobierno. El PP ya ha anunciado bien a las
claras que va a secundarla. Vox también. El partido de Pablo Casado
sabe que se juega mucho en ese envite. Si el Gobierno logra sacar
adelante su propósito y consigue que los tribunales dejen de ser un
actor político principal, tal como ha ocurrido desde hace unos cuantos
años, la derecha no solo habrá perdido un aliado fundamental, sino que
algunas de las mayores aberraciones de los gobiernos de Mariano Rajoy,
instrumentadas por sus jueces afines, quedarán al descubierto y el
discurso político del PP quedará vacío.

A primera vista, el bloque jurídico-político de la derecha tiene las
de perder. Porque su montaje, aunque parezca sólido, y lo es, es al
tiempo frágil. Necesita mantener activas todas sus piezas, perder
alguna de ellas puede ser el principio del desmoronamiento final. Y
para que eso no ocurra requiere de algo que ya no tiene, el apoyo de
un gobierno del PP.

La asombrosa reacción de la comisión permanente del Consejo General
del Poder Judicial a las declaraciones de Pablo Iglesias indica que el
hasta ahora todopoderoso Carlos Lesmes no las tiene todas consigo.
Bordeando el ridículo ha decidido atacar a la primera, avisando para
que nadie siga el camino del vicepresidente del Gobierno. "Hasta ahora
hemos sido intocables. Y estamos dispuestos a lo que sea para seguir
siéndolo", ha sido su mensaje.

Según su falaz lectura de las cosas, es pecado decir que España ha
sido humillada por las decisiones de varios jueces europeos contra la
actuación de sus colegas españoles en distintas resoluciones
relacionadas contra el procés independentista catalán. Eso cuestiona
"la imparcialidad, la independencia y la profesionalidad de nuestros
jueces". No hace falta ser un sólido historiador para concluir que
esos términos y las ideas que están tras de ellos se inscriben en la
cultura del franquismo, nada tienen que ver con la democracia.

Porque, ¿en qué régimen que no sea una dictadura un ciudadano y más un
vicepresidente del Gobierno está obligado por los jueces a callar la
verdad? ¿Y no es acaso verdad que distintos tribunales europeos,
empezando por el de Schleswig Holstein y terminando por el Europeo de
Justicia, han rechazado los argumentos y las sentencias del Tribunal
Supremo en relación con varios acusados y sentenciados del procés
catalán? ¿No es eso una humillación para un país que desde hace más de
30 años se esfuerza por respetar las normas europeas, de ser tan
demócrata como el que más en el continente, tras muchas décadas de
haber sido considerado un paria, un régimen inaceptable?

Sí, es cierto que los gobiernos y los grandes medios de comunicación
europeos han sido muy prudentes con la crisis catalana. Es cierto que
los independentistas han fracasado a la hora de encontrar apoyos más
allá de fuerzas de similar orientación en el continente. Porque los
establishment europeos no han querido implicarse en una querella
interna de un socio comunitario y también porque en un buena parte de
los países europeos hay problemas serios con las demandas soberanistas
de algunas de sus regiones.

Pero eso no ha impedido que esos medios y más de un político de altura
haya transmitido una y más veces que el problema catalán debía ser
resuelto por vías políticas y no judiciales. Y podemos imaginar la
reacción de esos exponentes cuando alguno de sus tribunales ha venido
a añadir que, además de ser un error, la vía judicial española ha
cometido abusos.

Pero eso debe ser ocultado y silenciado. Porque la verdad va a
terminar denunciando a quien ha mentido y ha manipulado. La cúpula
judicial no puede permitirlo. Porque su poderío puede estar en juego.

El rechazo al nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del
Estado se inscribe en ese mismo contraataque. Los jueces que han
venido haciendo y deshaciendo la justicia y quienes les han nombrado y
sostenido no pueden permitirse que alguien que conoce tan bien ese
mundo como la señora Delgado, que sabe quién puede ceder en sus
posiciones y quién no, y que ha demostrado que no le tiembla la mano,
asuma el protagonismo, sea la mano del Gobierno para cambiar la
situación de la magistratura. Lo malo para ellos es que no van a poder
impedir que ocupe el cargo.

En esta situación de guerra abierta, la renovación del Consejo del
Poder Judicial es imposible. El PP no quiere, lo ha anunciado desde un
primer momento. Porque, aunque cada vez sea más ilegítimo y también
más denostado, ese Consejo seguirá teniendo fuerza para beneficiar a
sus intereses. Y, sobre todo, porque no estará en manos de los
socialistas y de sus aliados de Gobierno.

Por tanto hay guerra para rato. Habrá victorias y derrotas. Y se
librará más en los despachos que a la luz del día. Dolores Delgado y
el Gobierno tienen a su disposición muchos botones que pulsar. Es de
esperar que cuenten con un plan preciso de actuación y que ninguna
urgencia, como la que podría provenir del diálogo catalán, les obligue
a modificarlo. Si ese plan se va cumpliendo la balanza puede ir
oscilando a su favor. Poco a poco. Con paciencia. Pero sin ceder un
ápice. Porque de restablecer la normalidad en la justicia depende el
éxito de este Gobierno. Hasta la crisis catalana se vería afectada por
ello.

* * *

El Oscar provoca vértigo en la derecha brasileña
Por Emir Sader

La nominación al Oscar del documental brasileño “Al filo de la
democracia” ("Democracia em vertigem"), de la joven directora Petra
Costa, produjo reacciones violentas de la derecha brasileña. El
presidente Jair Bolsonaro, que había declarado que el país no producía
una buena película hacía tiempo, reaccionó con su tradicional
vocabulario agresivo: consideró que el film era "una porquería", sin
haberlo visto.

Otros ministros del gobierno también hicieron declaraciones
descalificadoras del documental, molestos por la candidatura de una
película evidentemente opuesta a las visiones del gobierno y de la
derecha brasileña sobre el período politico reciente del país. No han
faltado declaraciones de hijos del presidente de que habría sido un
lobby de la izquierda en Hollywood el responsable por la nominación.

Pero también el PSDB se mostró profundamente enfadado con la
consagración de la película. Cardoso y otros dirigentes tucanos han
intentado descalificar los méritos de la nominación. Porque la
película abarca justamente un momento político desagradable para ese
partido, porque fue el momento en el cual han adherido al golpe en
contra de Dilma Rousseff; eso representó un golpe mortal a ese
partido, que ha dejado definitivamente de ser una fuerza de proyección
en la política brasilena.

En la película de Petra aborda acontecimientos de la historia reciente
de Brasil, de forma paralela a su propia biografia. El film comienza
con ella afirmando que su biografia es prácticamente paralela a la de
la democracia en el país. Una democracia que ella creía que, una vez
reconquistada después de más de dos décadas de dictadura, venia para
quedarse.

Su trayectoria personal incluye a la de sus padres, militantes de la
izquierda brasileña en el país y en el exilio. Su película anterior
aborda una situación dramática vivida por todos ellos, la muerte de su
hermana en EE.UU.

Para este documental, Petra recogió imágenes de Brasil de este siglo,
especialmente de los gobiernos del PT – con los cuales
incuestinablemente ella se identifica -, a las cuales ella le agregó
la filmación directa de las movilizaciones de la derecha en 2015-2016,
que desembocaron en el golpe contra Rousseff, que cerró tres mandatos
sucesivos de gobiernos del PT.

La misma Dilma Rousseff afirmó que la candidatura al Oscar de la
película demuestra que “la verdad no está enterrada”. Lula también
felicitó a la directora y se alegró de saber que la versión real de
los acontecimientos ya ha sido consagrada.

La película ya está hace meses en Netflix, con acceso en más de 150
paises. Una entidad de derecha, identificada con el gobierno, alega
que también hizo una película con su versión de los hechos, pero que
no ha sido considerada por los críticos, ni brasileños, ni de otros
países.

Se trata de una disputa de narrativa entre la derecha y la izquierda.
Las razones dadas por los parlamentarios y los medios para interrumpir
el gobierno de Dilma Rousseff no constan en la Constitucion brasileña.
A tal punto que, hasta ahora, a más de tres años del impeachment, el
Supremo Tribunal Federal no ha juzgado la legalidad, la
constitucionalidad, del juicio político a la expresidenta de Brasil.
Es el caso más grave de ruptura de la legalidad en el país, siendo que
la presidenta fue reelecta en comicios democráticos, pero luego fue
depuesta con alegatos que no permitirían el impeachment.

La película nominada al Oscar actualiza la discusión sobre ese momento
crucial de la historia brasileña, que ha significado la ruptura de la
democracia y ha desatado el período politico actual, marcado por todo
tipo de retrocesos, en términos económicos, sociales, políticos,
culturales y de soberania externa. Un período que Petra caracteriza
como de vértigo de la democracia, que ella afirma es un fenómeno
mundial, cuando las democracias sufren la ofensiva de las extremas
derechas.
El orgullo de papá.jpg
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Miquel Angel Soria

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Jan 20, 2020, 1:31:39 AM1/20/20
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Avui es celebra el centenari d'un personatge molt especial, Marcos
Ana.Després de passar 23 anys a les presons franquistes, el PCE el va
fer sortir d'Espanya i es va convertir en un ambaixador, per tot el
món, de l'amnistia.

Mis hijos son míos
Una ficción ambientada en un futuro cercanísimo donde los partidarios
del veto parental (el mal llamado "pin parental") han conseguido
imponer su intransigencia en los centros educativos. No sin
resistencias insospechadas

Isaac Rosa

Es la madre de Álvaro quien da la voz de alarma. Un miércoles por la
tarde entra en la habitación de su hijo, busca en su mochila la agenda
para firmarle un justificante por haber faltado a clase –una pequeña
gastroenteritis–, cuando al meter la mano encuentra la agenda, el
estuche, libros de texto, cuadernos. Y un folleto colorido. Lo acerca
a la luz del flexo: parece un cómic, de pocas páginas. Antes que el
título o el dibujo de portada, lo que llama su atención es un logo en
la primera página, y unas siglas: L, G, T, B.

Hojea deprisa y lee por encima, atiende a los títulos de los
capítulos: "¿Qué significa ser hetero, homosexual o bisexual?",
"Minorías sexuales", "Homofobia", "Salir del armario"… En las viñetas,
un adolescente besa a otro chico, dos mujeres se casan, dos muchachos
en la cama hablan de la importancia del preservativo para prevenir
infecciones de transmisión sexual…

Es ella la que telefonea a casa de Quique, cuyo padre, sin soltar el
teléfono, corre al dormitorio de su hijo, abre su mochila y encuentra
el mismo folleto, y otro más: un "Manual para educar en la diversidad
afectivo-sexual desde la familia". Hasta ahí podíamos llegar.

El padre de Quique lo comenta de inmediato en el grupo de WhatsApp que
comparten con varias familias del centro y enseña fotos de los
hallazgos. Otros dos padres confirman que también han encontrado esos
materiales en las mochilas de sus hijos. Los afectados acuerdan verse
al día siguiente a la entrada del centro.

-Sí, esos materiales son de una actividad reciente –les confirma el
director por la mañana en su despacho, con los folletos sobre su mesa.
-¿Qué actividad? –pregunta la madre de Álvaro.
-Una charla para prevenir el bullying homofóbico –explica el director
con calma–. Contamos con la colaboración de la Federación L…
-GTB, ya nos sabemos las letras –le interrumpe el padre de Quique–.
Nos parece muy grave que nuestros hijos sean adoctrinados sin nuestra
autorización –expresa.
-Aquí no adoctrinamos –responde el director con paciencia de años–;
aquí educamos.
-Desde este curso, el centro está obligado por ley a informar a las
familias de cualquier actividad que afecte a cuestiones morales o
sobre la sexualidad…
-No hace falta que me lo recuerde –interrumpe el director, y ahora su
voz y su gesto muestran cansancio, un cansancio de meses, de muchos
meses: cansancio de demasiadas escenas similares, cansancio de
polémicas políticas, cansancio de acudir a manifestaciones contra el
veto parental, cansancio de ver otras manifestaciones a favor de lo
que ellos llamaban "pin parental", cansancio de escándalos
periodísticos, tertulianos a todas horas, anuncios del Gobierno,
denuncias judiciales, recursos, campañas, bulos, carteles y pintadas
en la fachada, circulares de la consejería advirtiendo a los centros
del nuevo reglamento, sanciones, nuevas protestas…

El enfadadísimo padre de Juan Antonio corta sus pensamientos:
-Nos consta que nuestros hijos han recibido contenidos que atentan
contra su conciencia e intimidad, y contra el derecho de las familias
en asuntos que afectan a la formación moral. Y se ha hecho sin nuestro
consentimiento.
-No creo que haya ocurrido nada así –responde el director, que quiere
acabar cuanto antes, se pone en pie–. La nueva ley nos obliga a
informar previamente a las familias, y ningún alumno asiste sin antes
traer la autorización firmada.
-¿En serio cree que nosotros hemos autorizado que nuestros hijos
reciban… esto? –pregunta la madre de Rocío, agitando en la mano uno de
los folletos.
-Ustedes sabrán. Quizás lo firmaron sin leer, pensaron que era para
una excursión…
-¿Disculpe? ¿Está insinuando que no nos tomamos en serio la educación
de nuestros hijos?
-Yo no insinúo nada –trata de apaciguar el director–. Averiguaré qué
ha pasado. Tal vez otros alumnos les dejaron esos materiales a sus
hijos. Vuelvan mañana y lo aclaramos, seguro que todo es un
malentendido.

Al día siguiente, se repite la escena en el mismo despacho y con los
mismos protagonistas. El director pone sobre la mesa un archivador de
cartón, y saca de él varios papeles que extiende en el tablero.
-Aquí las tienen. Sus autorizaciones firmadas.

Las madres y padres se acercan, cogen los papeles con desconfianza,
leen apellidos y las intercambian entre ellos. Hay un instante de
silencio, se diría estupor, hasta que el padre de Quique pone voz a lo
que todos piensan:
-Yo no he firmado esto.
-Yo tampoco.
-Yo nunca firmaría algo así.
-Sin embargo, son sus firmas –insiste el director, y saca del
archivador otros papeles similares–. He comprobado autorizaciones
anteriores, de excursiones, deportes y otras actividades, y las firmas
coinciden.
-No coinciden –niega la madre de Álvaro–. Parece mi firma, sí, pero
esto es… una falsificación.
-Alguien ha imitado mi firma –respalda el padre de Juan Antonio.
-No me puedo creer que haya profesores falsificando autorizaciones
–dice la madre de Rocío, subrayando sus palabras con una gravedad algo
impostada.
-Es un delito –añade otro–. Suplantación de identidad…
-Aquí nadie ha suplantado ni falsificado nada –se defiende el
director, que intenta rebajar la tensión–. Espérenme aquí, voy a
buscar al profesor que coordinó la actividad.

En su ausencia, la tensión no se rebaja sino que se alimenta con el
intercambio de frases enojadas. Alguien sugiere acudir a alguna tele o
radio amiga para que se sepa lo sucedido, hay que hacer ruido, nos van
a apoyar muchas familias en toda España. Otro va más allá: acudamos
primero a la comisaría, pongamos una denuncia, qué mayor ruido que
eso. Ya están viendo el titular inminente de algún periódico: "Un
profesor falsifica firmas para adoctrinar a los alumnos sin
consentimiento familiar".

El director regresa acompañado por un profesor, el de Historia, que
les informa al entrar:
-Yo recogí las autorizaciones.
-¿Usted impartió esa actividad? –pregunta uno de los padres.
-Tal como informamos en su momento, contamos con la colaboración de un
monitor de la Federación L…
-GTB, ya sabemos, pero ¿estuvo usted presente durante la actividad?
-Sí, claro…
-¿En todo momento? –insiste el mismo padre, con maneras de abogado de
película de juicios.
-¿Esto es un interrogatorio? –sonríe el profesor, que añade una broma
mal acogida: "¿Puedo llamar a mi abogado?"
-Creo que estamos llevando demasiado lejos un asunto menor –intermedia
el director–. La explicación más probable es que ustedes firmasen sin
leer bien de qué se trataba, a todos nos pasa.
-¿Puede ser que el monitor manipulase las autorizaciones y se las
entregase firmadas al profesor? –propone una madre detectivesca.
-Yo mismo las recogí –intenta razonar el profesor–. Me las entregaron
en mano los alumnos antes de la actividad. No tengo nada más que
decirles. Pregunten a sus hijos. Y si me disculpan, tengo que volver a
clase.
-Es todo lo que podemos decirles –concluye el director–. Sus hijos
entregaron la autorización firmada, aquí las tienen. Caso cerrado.

A la salida, madres y padres continúan en una cafetería cercana, donde
intercambian hipótesis:
-Mi autorización estaba firmada con bolígrafo negro, y yo siempre uso azul.
-Esto es cosa de los de la Federación esa LBTG.
-Es LGTB, ¿no?
-Lo que sea. Nunca han aceptado el pin parental, tal vez se lo están
saltando con autorizaciones falsificadas.
-¿Y si ha pasado más veces? El ocho de marzo hicieron un taller de
ideología de género, quizás también participaron nuestros hijos.
-El profesor de Historia ese ¿no es homosexual?
-Mis hijos son míos, no del Estado ni de los profesores, y si yo no
quiero que les adoctrinen los LTGB…
-LGTB.
-Elegeteleches, lo que sea. O ponemos pie en pared, o va a pasar más veces.
-Pienso hablar con mi Álvaro en cuanto llegue a casa.
-¿Y estás segura de que te dirá la verdad? Quizás encubra al profesor,
o al monitor. Puede sentirse coaccionado, tener miedo de que le acusen
de chivato.
-Sí, yo creo que el profesor ese es homosexual.

Ya en casa, la madre de Álvaro va a su habitación y vuelve a mirar en
la mochila. No hay más materiales, por suerte. Revisa los libros, y
saca uno de sus cuadernos, precisamente el de Historia. Lo abre, pasa
páginas, apuntes de clase, ejercicios, redacciones, nada extraño. En
las últimas páginas del cuaderno, Álvaro ha hecho dibujitos.
Personajes del Fortnite, grandes letras con estilo de graffiti, el
escudo del Madrid, formas geométricas propias del aburrimiento, algún
dibujo obsceno, tachones. Y firmas. Sí, firmas. Toda una página llena
de firmas. Varias versiones de una misma firma. Sucesivos intentos,
como cuando uno trata de imitar la letra ajena y prueba varias veces
hasta conseguirla. La firma de ella, y también la del padre.

¿De verdad fue su propio hijo quien falsificó la autorización? Cuesta
creerlo. Recuerda que el año pasado ya lo hizo con un parte por mal
comportamiento, para que no lo viesen sus padres: lo firmó él mismo y
lo devolvió al tutor, que sospechó y avisó a la familia. Pero esto es
diferente. Por qué iba Álvaro a hacer algo así, qué interés podría
tener su hijo en asistir a una actividad a la que sabe de sobra que
sus padres se oponen. ¿Habrá sucumbido el pobre a la presión
ambiental? ¿Tendrá miedo a ser señalado por los demás, que le llamasen
homófobo, machista, facha y cosas peores? Eso ha debido de suceder.
Presión, coacción. La propaganda progre, que ha hecho mucho daño. No
se le ocurre otro motivo para que su hijo falsifique una autorización
para asistir a una actividad así, contra el criterio de sus padres. Es
un buen chico.
Más moderado.jpg
Parque judicial. Poder jurásico.jpg
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donald1.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 21, 2020, 1:30:22 AM1/21/20
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Aniversari de la mort de V.I. Lenin. Quan el Putin es veurà amb força
per treure'l de la Plaça Roja? Confio en la fortalesa del poder
soviètic.


ANTONIO ÁLVAREZ-SOLÍS
INMOVILIDAD DEL PENSAMIENTO

Ni siquiera se trata de una situación de taifas, como la que generó la
inicial decadencia del califato omeya de Córdoba. En las taifas lo
musulmán, como expresión plena de la sociedad, permanecía sólido en
cualquiera de sus manifestaciones. Sólido y dinámico, empapando de
vida la totalidad de los estratos y rincones de la convivencia que
forjaba cotidianamente la nación única a pesar de la multiplicidad de
los nuevos reyes. Lo musulmán vigorizaba sin sombras la comunidad
civil. Las ideas sociales, culturales, económicas, circulaban y se
multiplicaban libremente en un solo y aceptado marco de fundentes
ideales básicos. Únicamente estaba herido por las invasiones
sobrevenidas desde el Africa bereber –invasiones asimismo musulmanas–
el poder centralizado en la metrópoli cordobesa. Estamos hablando de
lo que era España en el siglo en el siglo XII, tras la fallida
intentona de los visigodos de Toledo.

Y ahora demos un largo salto sobre muchas cosas de nuestra asendereada
historia a fin de aclarar lo que estamos diciendo.

España ha entrado en otro periodo de taifas, pero de raíz casi
ontológica. Es decir, el ser de lo español no sufre una debilidad
política únicamente formal sino que está afectado como ser sustancial,
como ser que ha dejado de pensar como entidad dialéctica. La España
política está vacía de sustancia reflexiva. Lo de menos, repito, es
que el poder político sea un poder poliédrico, dividido en trozos, en
taifas de nuevo cuño. Eso ha ocurrido en las mejores familias. Lo
grave, lo decididamente grave, es que ese poder sea un poder
evanescente, incapacitado como factor intelectual, descoyuntado
institucionalmente; un poder casi horario. Hablando en términos
filosóficos, España no es una cosa en sí; no es una cosa sustantiva,
pensable como tal cosa. Marcha por inercia, obligada por su peso
material. Diré ahora porqué digo lo que voy diciendo.

La cuestión española –que tiene ya raíces viejas; pero en este
momento, además, urgentemente entardecidas– se agita en un sonoro
desorden institucional por falta de vectores, los programas políticos
resultan delicuescentes, la semántica usada está preñada de
inconcreción, los procederes del Estado funcionan desconcertados, las
afirmaciones públicas aparecen y desaparecen como caprichos volátiles…
La cuestión española radica en que ha destruido la imbricación del
pensamiento con lo pensado; ambas cosas no son sucesivas, no
constituyen un solo cuerpo lógico; dos fachadas de la misma
arquitectura. España tiene un pensamiento que no piensa; un
pensamiento inmóvil que está ya radicalmente pensado, como si fuera
una estampa piadosa.

Digamos que el pensamiento español es marco inmóvil de un paisaje
familiar congelado, mudo, ajeno a la sucesión de las ideas. Ese
pensamiento está colgado de un horizonte inerte como si fuera una foto
de familia. Quizá sea eso lo que suscita el españolismo angustiado de
los fascistas o gente autoritaria próxima, que temen que ese
pensamiento inmóvil se venga al suelo y se rompa como objeto
excesivamente tronado.

España dejó de pensar como nación cuando culminó la Reconquista con la
destrucción del poder intelectual de Al Andalus. Después tropezó con
un imperio que no buscaba, en el curso de un viaje ideado por un
corazón mediterráneo que andaba entre el sueño italiano de la seda y
el afán de la canela. A partir de aquel momento España se dedicó a una
introversión teológica, verdaderamente notable, con frailes que
debatían la existencia del corazón en los indios mientras ingleses y
holandeses comercializaban el asunto y los emperadores extranjeros
asentados ya en Madrid solicitaban subsidios peninsulares para sus
campañas y ambiciones europeas. España fue desangrada «ad maioren Dei
gloriam» en los altares de una iglesia enredadamente regalista con
reyes inquisidores. España se estrelló contra el siglo XVIII, no
entendió la Europa del XIX y de bote en bote por ensueños republicanos
fue fabricando golpistas hasta dar al fin con la Transición ¿Pero
transición a qué? Todo esto nos emperezó el pensar y nos reunió bajo
al retrato inmóvil de lo español ya pensado: «España y yo somos así,
Señora».

Nunca creí que Europa nos sacara de nuestra situación. Europa no es
tierra para inventar ciudadanías. Le pasa lo contrario de lo que
sucede a España: piensa, pero no tiene retrato. Europa Unida es una
simple caricatura de algo inexistente; un Hansa de comerciantes que
contrata eslavos pobres para el mercado y jueces privilegiados para
revestir de excelsitud el negocio del «pensamiento libre» y la
«justicia universal». Europa siempre fue un sueño intelectual de
ilustres racionalistas franceses, de curiosos renacentistas italianos,
de contables utilitaristas ingleses y de ingenuos humanistas nórdicos.
Europa es, simplemente eso: un casino de entrada vigilada en donde los
ricos juegan con las cartas marcadas con efigies deslumbrantes.

Quizá todo esto que escribo hoy viaje en la mochila gastada de un
escaso aventurero que todo lo aprendió en los libros. Quizá. Un
europeo viejo de la Europa en que Cervantes buscó a Erasmo, Spinoza a
Galileo, Lutero abrió otra ventana en el convento, Kant dio con la
razón pura, Picasso inventó una nueva e incitante oftalmología y
Danton quitó el sujetador a Mariana. En fin, un europeo que espera
acodado en la curiosidad la nueva civilización que vuelva a descubrir
los pequeños espacios dotados de grandes ventanales. Un europeo que no
podrá saltar sobre su calendario, pero que ahora lo pasa en grande
dándole vueltas a lo que piensan muchos de espalda al Pensamiento
inerte colgado de la pared.

* * *

Tus hijos no son tuyos ni de nadie
Javier Gallego

Vox, con la inestimable colaboración del PP y de Ciudadanos, nos ha
colado otra polémica que no existía: el veto parental educativo, la
posibilidad de que los padres censuren la participación de sus hijos
en las clases de educación en valores. Quieren impedir que les hablen
de violencia de género, derechos LGTBI o respeto a los migrantes, no
vayan sus niños a hacerse maricas, feminazis y ciudadanos solidarios.
Por ahora lo han aprobado en Murcia y quieren hacerlo en Andalucía y
Madrid, donde Vox también tiene a PP y Cs cogidos por los
presupuestos. Casado lo apoya y los naranjas dicen una cosa y la
contraria. Luego se extrañarán de que les veten a ellos en las
manifestaciones del Orgullo Gay.

Lo han llamado "pin" como el número que bloquea en la televisión el
contenido inadecuado para menores, como si la igualdad entre géneros o
la libertad sexual fuera comparable a la pornografía. Asqueroso. Igual
que esconden a los adolescentes extranjeros sin familia bajo el nombre
de "menas", aquí esconden su intolerancia disfrazándola de
liberalismo. Los reaccionarios llaman liberalismo a decidir dónde
contaminan con su coche o cómo intoxicar de odio las aulas. No es
liberal sino todo lo contrario imponer el veto de una minoría a los
valores democráticos universales de la mayoría.

Digámoslo claramente. Ni pin ni pon, es un veto facha contra la
igualdad. Un Permiso Integrista Nacionalcatólico, como lo ha bautizado
Antonio Maestre, que también podrían aplicarlo islamistas radicales,
creacionistas que niegan la evolución o negacionistas del Holocausto y
del cambio climático. Afortunadamente, los fanáticos ignorantes no
elaboran los planes de estudios. A menos que dejemos que empiecen a
hacerlo. En tu casa puedes hacer lo que quieras, pero en la escuela de
todos, tus hijos tienen que ser educados en el respeto a todas las
personas sin distinción, como recogen la Declaración de los Derechos
Humanos o la Constitución que tanto citan sin conocerla estos
constitucionalistas de pega.

Eso no quiere decir que los hijos sean del Estado, como brama esta
derecha que defiende que los niños pertenecen a los padres pero el
feto es independiente de la madre. Los niños no son de nadie, no son
propiedades, ni siquiera si los obtienes por gestación subrogada, lo
ha dicho hasta el Papa. Tú sólo tienes la custodia pero son sujetos de
pleno derecho. Y entre sus derechos y tus obligaciones, está
proporcionarles una educación reglada. Tus hijos no son tuyos ni del
Gobierno, pero el Estado es el responsable de darles un programa
educativo pactado por los poderes públicos y la comunidad docente.

Eso es lo que hay detrás de este veto: quieren imponer su propio
programa, como ya han hecho en Andalucía, donde han metido el estudio
de los toros y la caza en las escuelas. No se puede permitir que le
den más cornadas a la educación ni que vayan a la caza de los que no
son como ellos.
La RAE considera.jpg
Trapero.jpg
Expulsando migrantes.jpg
Caverna mediática.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Jan 22, 2020, 1:30:48 AM1/22/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Isaac Rosa ja va escriure ¡Otra maldita novela sobre la guerra civil!
Un no pot deslligar-se de la història.
Recordem l'Associació d'Estudis Gramscians de Catalunya -creada
recentment- en el 129 aniversari del naixement de Gramsci.

¡Otro maldito artículo sobre el pin parental!
Isaac Rosa

Tenía pensado escribir hoy sobre la espectacularización mediática de
la información meteorológica, y esa práctica cada vez más extendida de
convertir al pacífico reportero televisivo en un corresponsal de
guerra bajo la nieve y la lluvia, con la inundación por la cintura,
azotado por el viento y las olas, con la barba escarchada y el
micrófono tiritando, mientras desde el estudio el presentador repite
muchas veces "terrorífico", "apocalíptico", "histórico", "dantesco", y
ofrece en bucle las mismas imágenes de destrozos y charcos.

Pensaba escribir sobre esa deriva cutre del periodismo cada vez que
asoma borrasca, pero me he dicho: "eh, Isaac, a ver si vas a ser el
único articulista de España que no escribe sobre el pin parental ese".
Y dicho y hecho, con ustedes ¡otro maldito artículo sobre el pin
parental!

Voy a escribir del pin parental, pero no tengo claro qué. No sé si
mostrar mi rechazo absoluto, o aprovecharlo para defender con ardor la
educación pública. Quizás sería más útil dedicar mi artículo a
demostrar con datos que no responde a ninguna realidad social, o mejor
aún: a desmentir bulos que circulan estos días. Claro que también me
sirve para comentar tal o cual declaración de políticos, o mostrar
cómo el PP hace suya la agenda ultra y utiliza a Vox para implantar
su… ¿y si mejor bromeo un rato sobre el pin parental, que da para
mucho chiste de fachas? Poca broma con el tema: hagamos memoria y
recordemos la educación nacionalcatólica. No sé, quizás escriba sobre
el pin parental y las guerras culturales, el pin parental y la
izquierda, el pin parental como metáfora de no sé qué, el pin parental
como cortina de humo, el pin parental como estrategia de polarización
que beneficia al gobierno, o incluso de si deberíamos decir mejor
"veto parental", o hasta crear nuestro propio pin para otros asuntos.

Tengo el día tonto, y quizás acabe escribiendo de cómo nos la han
vuelto a colar; cómo una y otra vez nos juramentamos para no morder
los anzuelos del fascismo ni dar altavoz a su descaradísima estrategia
de dog-whistle; y sin remedio una y otra vez nos tragamos hasta el
esófago el anzuelo más burdo (yo el primero) y les regalamos otra
semana de prime-time para sus bocinazos (nada de sutiles silbatos de
perro) que por supuesto llegan a sus destinatarios. Me da pereza, pero
podría dedicar este artículo a recordar el decálogo de cómo responder
al fascismo sin hacerle el juego, y recomendar los mismos libros y
artículos de siempre sobre el tema; los mismos decálogos, libros y
artículos que olvidaremos en la próxima batallita que nos planten.

No se crean, no es fácil escribir otro artículo sobre el pin parental
tras leer en los últimos seis días no menos de ciento veinte columnas
de prensa (calculo a bulto y solo mirando medios de ámbito estatal,
serán muchas más), además de noticias, reportajes y análisis, y
decenas de horas de radio y televisión sobre un tema que ha
monopolizado tertulias, entrevistas, ruedas de prensa y consejos de
ministros. Hasta un cuento he visto por ahí sobre el tema.

Ah, e incontables horas de conversación callejera, claro, porque no
teníamos otra cosa de qué hablar en el ascensor o en la pausa de café.
Menos mal que ha llegado la borrasca para darnos tema de conversación,
y en realidad yo quería hablar de eso: de la borrasca, y de los medios
que convierten el pin parental en show con sus periodistas enterrados
en la nieve, sus amenazantes hombres del tiempo, sus irresistibles
infografías, sus vídeos en bucle, sus ¡última hora! y su regodeo
tremendista a la busca de audiencia, espectadores, lectores,
clickbait, visitas, publicidad. ¿He dicho pin parental? Perdón, quería
decir borrasca, aunque igual es uno de esos lapsus reveladores, y tal
vez son los mismos medios (y con los mismos espectadores facciones,
nosotros) que dan carrete sin fin lo mismo a la borrasca que al pin
parental, lo mismo a los menores no acompañados que al derbi liguero,
lo mismo a una sesión de investidura que al último meme.

Que no digo que sean los únicos, ni siquiera los principales
responsables; pero convendrán conmigo que con estos medios y con estos
espectadores (nosotros, sí), no parece fácil ni abordar la emergencia
climática en la que ya estamos, ni dar respuesta a la barra libre de
la ultraderecha. Y hay que hacerlo.

* * *

El miedo, la esperanza y los derechos humanos
Por Boaventura de Sousa Santos

El gran filósofo del siglo XVII Baruch Spinoza escribió que los dos
sentimientos básicos del ser humano (afectos, en su terminología) son
el miedo y la esperanza. Y sugirió que es necesario lograr un
equilibrio entre ambos, ya que el miedo sin esperanza conduce al
abandono y la esperanza sin miedo puede conducir a una autoconfianza
destructiva. Esta idea puede extrapolarse a las sociedades
contemporáneas, especialmente en una época en la que, con el
ciberespacio, las comunicaciones digitales interpersonales
instantáneas, la masificación del entretenimiento industrial y la
personalización masiva del microtargeting comercial y político, los
sentimientos colectivos son cada vez más “parecidos” a los
sentimientos individuales, aunque siempre sean agregaciones
selectivas. Es por ello que actualmente la identificación con lo que
se oye o se lee resulta tan inmediata (“eso es precisamente lo que
pienso”, aunque nunca antes se haya pensado sobre “eso”), al igual que
la repulsión (“tenía buenas razones para odiar eso”, a pesar de que
nunca se haya odiado “eso”). De este modo, los sentimientos colectivos
se convierten fácilmente en una memoria inventada, en el futuro del
pasado de los individuos. Por supuesto, esto solo es posible porque, a
falta de una alternativa, la degradación de las condiciones materiales
de vida se vuelve vulnerable a una reconfortante ratificación del
statu quo.

Si convertimos los sentimientos de esperanza y miedo en sentimientos
colectivos, podemos concluir que tal vez nunca haya habido una
distribución tan desigual del miedo y la esperanza a escala global. La
gran mayoría de la población mundial vive dominada por el miedo: al
hambre, a la guerra, a la violencia, a la enfermedad, al jefe, a la
pérdida del empleo o a la improbabilidad de encontrar trabajo, a la
próxima sequía o a la próxima inundación. Este miedo casi siempre se
vive sin la esperanza de que se pueda hacer algo para que las cosas
mejoren. Por el contrario, una diminuta fracción de la población
mundial vive con una esperanza tan excesiva que parece totalmente
carente de miedo. No teme a los enemigos porque considera que estos
han sido anulados o desarmados; no teme la incertidumbre del futuro
porque dispone de un seguro a todo riesgo; no teme las inseguridades
de su lugar de residencia porque en cualquier momento puede
trasladarse a otro país u otro continente (e incluso comienza a
barajar la posibilidad de ocupar otros planetas); no teme la violencia
porque cuenta con servicios de seguridad y vigilancia: alarmas
sofisticadas, muros electrificados, ejércitos privados.

La división social global del miedo y la esperanza es tan desigual que
fenómenos impensables hace menos de treinta años hoy parecen
características normales de una nueva normalidad. Los trabajadores
“aceptan” ser explotados cada vez más a través del trabajo sin
derechos; los jóvenes emprendedores “confunden” la autonomía con la
autoesclavitud; las poblaciones racializadas se enfrentan a prejuicios
racistas que a menudo provienen de aquellos que no se consideran
racistas; las mujeres y la población LGTBI siguen siendo víctimas de
violencia de género, a pesar de todas las victorias de los movimientos
feministas y antihomofóbicos; los no creyentes o creyentes de
religiones “equivocadas” son víctimas de los peores fundamentalismos.
En el plano político, la democracia, concebida como el gobierno de
muchos en beneficio de muchos, tiende a convertirse en el gobierno de
pocos en beneficio de pocos, el estado de excepción con pulsión
fascista se va infiltrando en la normalidad democrática, mientras que
el sistema judicial, concebido como el Estado de derecho para proteger
a los débiles contra el poder arbitrario de los fuertes, se está
convirtiendo en la guerra jurídica de los poderosos contra los
oprimidos y de los fascistas contra los demócratas.

Es urgente cambiar este estado de cosas o la vida se volverá
absolutamente insoportable para la gran mayoría de la humanidad.
Cuando la única libertad que le quede a esta mayoría sea la libertad
de ser miserable, estaremos ante la miseria de la libertad. Para salir
de este infierno, que parece programado por un plan voraz y poco
inteligente, es necesario alterar la distribución desigual del miedo y
la esperanza. Es urgente que las grandes mayorías vuelvan a tener algo
de esperanza y, para ello, es necesario que las pequeñas minorías con
exceso de esperanza (porque no temen la resistencia de quienes solo
tienen miedo) tengan miedo de nuevo. Para que esto ocurra, se
necesitarán muchas rupturas y luchas en los terrenos social, político,
cultural, epistemológico, subjetivo e intersubjetivo. El siglo pasado
comenzó con el optimismo de que rupturas con el miedo y luchas por la
esperanza estaban cerca y serían eficaces. Este optimismo tuvo el
nombre inicial e iniciático de socialismo o comunismo. Otros
nombres-satélite se unieron a ellos, como republicanismo, secularismo,
laicismo. A medida que el siglo avanzaba se unieron nuevos nombres,
como liberación del yugo colonial, autodeterminación, democracia,
derechos humanos, liberación y emancipación de las mujeres, entre
otros.

Hoy, en la primera mitad el siglo XXI, vivimos entre las ruinas de
muchos de esos nombres. Los dos primeros parecen reducirse, en el
mejor de los casos, a los libros de historia y, en el peor, al olvido.
Los restantes subsisten desfigurados o, como mínimo, se ven
confrontados ante la perplejidad de acumular tantas derrotas como
victorias protagonizan. Por estas razones, las rupturas y las luchas
contra la distribución torpemente desigual del miedo y la esperanza
serán una tarea ingente, porque todos los instrumentos disponibles
para llevarlas a cabo son frágiles. Además, esta discrepancia
constituye en sí misma una manifestación del desequilibrio
contemporáneo entre el miedo y la esperanza. La lucha contra tal
desequilibrio debe comenzar por los instrumentos que reflejan este
mismo desequilibrio. Solo a través de luchas eficaces contra este
desequilibrio será posible señalar la expansión de la esperanza y la
retracción del miedo entre las grandes mayorías.

Cuando los cimientos se derrumban, se convierten en ruinas. Cuando
todo parece estar en ruinas, no hay más alternativa que buscar entre
las ruinas, no solo el recuerdo de lo que fue mejor, sino
especialmente la desidentificación con lo que al diseñar los cimientos
contribuyó a la fragilidad del edificio. Este proceso consiste en
transformar las ruinas muertas en ruinas vivas. Y tendrá tantas
dimensiones cuantas sean exigidas por la predictora socioarqueología.
Comencemos hoy por los derechos humanos.

Los derechos humanos tienen una doble genealogía. A lo largo de su
vasta historia desde el siglo XVI, fueron sucesivamente (a veces de
manera simultánea) un instrumento de legitimación de la opresión
eurocéntrica, capitalista y colonialista, y un instrumento de
legitimación de las luchas contra esa opresión. Pero siempre fueron
más intensamente instrumento de opresión que de lucha contra ella. Por
eso contribuyeron a la situación de extrema desigualdad de la división
global del miedo y la esperanza en la que nos encontramos hoy. A
mediados del siglo pasado, tras la devastación de las dos guerras en
Europa (con impacto mundial debido al colonialismo), los derechos
humanos tuvieron un momento alto con la proclamación de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, que vino a sustentar
ideológicamente el trabajo de la ONU. El 10 de diciembre pasado se
conmemoraron los 71 años de la Declaración. No es aquí el lugar para
analizar en detalle este documento, que en su origen no es universal
(de hecho, es cultural y políticamente muy eurocéntrico) pero que
gradualmente se fue estableciendo como una narrativa global de la
dignidad humana.

Es posible decir que entre 1948 y 1989 los derechos humanos fueron
predominantemente un instrumento de la guerra fría, lectura que
durante mucho tiempo fue minoritaria. El discurso hegemónico de los
derechos humanos fue usado por los gobiernos democráticos occidentales
para exaltar la superioridad del capitalismo en relación con el
comunismo del bloque socialista de los regímenes soviético y chino.
Según tal discurso, las violaciones de los derechos humanos solamente
ocurrían en ese bloque y en todos los países simpatizantes o bajo su
influencia. Las violaciones que había en los países “amigos” de
Occidente, crecientemente bajo influencia de los Estados Unidos, eran
ignoradas o silenciadas. El fascismo portugués, por ejemplo, se
benefició durante mucho tiempo de esa “sociología de las ausencias”,
tal como sucedió con Indonesia durante el período en que invadió y
ocupó Timor Oriental, o con Israel desde el inicio de la ocupación
colonial de Palestina hasta hoy. En general, el colonialismo europeo
fue por mucho tiempo el beneficiario principal de esa sociología de
las ausencias. Así se fue construyendo la superioridad moral del
capitalismo en relación con el socialismo, una construcción en la que
colaboraron activamente los partidos socialistas del mundo occidental.

Esta construcción no estuvo libre de contradicciones. Durante este
período, los derechos humanos en los países capitalistas y bajo la
influencia de los Estados Unidos fueron muchas veces invocados por
organizaciones y movimientos sociales en la resistencia contra
violaciones flagrantes de esos derechos. Las intervenciones imperiales
del Reino Unido y de los Estados Unidos en el Medio Oriente, y de los
Estados Unidos en América Latina, a lo largo de todo el siglo XX,
nunca fueron consideradas internacionalmente violaciones de derechos
humanos, aunque muchos activistas de derechos humanos sacrificasen su
vida defendiéndolos. Por otro lado, sobre todo en los países
capitalistas del Atlántico Norte, las luchas políticas llevaron a la
ampliación progresiva del catálogo de derechos humanos: los derechos
sociales, económicos y culturales se juntaron a los derechos civiles y
políticos. Surgió entonces cierta disociación entre los defensores de
la prioridad de los derechos civiles y políticos sobre los demás
(corriente liberal), y los defensores de la prioridad de los derechos
económicos y sociales o de la indivisibilidad de los derechos humanos
(corriente socialista o socialdemócrata).

La caída del Muro de Berlín en 1989 fue vista como la victoria
incondicional de los derechos humanos. Pero la verdad es que la
política internacional posterior reveló que, con la caída del bloque
socialista, cayeron también los derechos humanos. Desde ese momento,
el tipo de capitalismo global que se impuso desde la década de 1980
(el neoliberalismo y el capital financiero global) fue promoviendo una
narrativa cada vez más restringida de derechos humanos. Comenzó por
suscitar una lucha contra los derechos sociales y económicos. Y hoy,
con la prioridad total de la libertad económica sobre todas las otras
libertades, y con el ascenso de la extrema derecha, los propios
derechos civiles y políticos, y con ellos la propia democracia
liberal, son puestos en cuestión como obstáculos al crecimiento
capitalista. Todo esto confirma la relación entre la concepción
hegemónica de los derechos humanos y la guerra fría.

Ante este escenario, se imponen dos conclusiones paradójicas e
inquietantes, y un desafío exigente. La aparente victoria histórica de
los derechos humanos está derivando en una degradación sin precedentes
de las expectativas de vida digna de la mayoría de la población
mundial. Los derechos humanos dejaron de ser una condicionalidad en
las relaciones internacionales. Cuando mucho, en vez de sujetos de
derechos humanos, los individuos y los pueblos se ven reducidos a la
condición de objetos de discursos de derechos humanos. A su vez, el
desafío puede formularse así: ¿será todavía posible transformar los
derechos humanos en una ruina viva, en un instrumento para transformar
la desesperación en esperanza? Estoy convencido de que sí.
La manía esa.jpg
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Los retos de Garzón.jpg
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Miquel Angel Soria

unread,
Jan 23, 2020, 1:31:09 AM1/23/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com, jsoriac...@gmail.com, lluis...@gmail.com, natalia...@gmail.com, patricia.edu...@gmail.com, sori...@hotmail.com, Adelina Escandell i Grases, Agustí Garrote, Aina Soria Sola, Alfons Salmeron, Alvaro Parrilla, Ana Rodríguez Junco, Anna Amat, Anna Pradas, Antonio Vera, Asun Mallén, Clara, coco, David Laín, Eder, Eduard Marín (dissenyador), Fina Mateo, Floren, Francesc Tarrago, Francisco Brandariz, Gonzalo Plata, Jaume Queralt, Joan Linares, Joan Lou, Joan Prats Camps, Joan Tafalla, Jordi López, Lou Iglesias, Marius, Manel Valero, Manolo Moreno, Manuel Touzon Gonzalez, María José Pardo, María Pilar Soria, Miquel Àngel, Moisés, Noelia Jiménez, Noemi Brandariz, Oscar Martínez Martínez, Pablo Noval, Pedro (Lleida), Pepe Benito Lancis, Pere Solà, Pol Acózar, Raúl Rota, Rosa Bofill, Sergi Martínez Larrégola, torres salva, Utrilla
El Codi Penal ha estat objecte de modificació des de que tenim el que
es diu "democràcia". Que l'adequem al que succeeix als païssos que ja
fa temps que gaudeixen d'ella -tot és un suposar- no hauria de ser tan
estrany. Però, vivim en una societat normal? Més aviat no.
Com recordo a Saramago...!

Sedición: un delito predemocrático
Javier Pérez Royo

El delito de sedición es un delito predemocrático en el sentido de que
es un delito del que apenas se hace uso en las sociedades
democráticamente constituidas de manera estable. Dichas sociedades
suelen disponer de unas fuerzas y cuerpos de seguridad lo
suficientemente numerosos y adecuadamente preparados como para que
puedan responder actuando ordinariamente ante una perturbación como la
que tipifica el Código Penal como delito de sedición.

Esta es la razón por la que no hay jurisprudencia digna de mención, ni
en España ni en los demás países democráticos europeos, sobre el
delito de sedición. Llevamos decenios sin que se hayan producido
sediciones, es decir, perturbaciones que merecieran ser calificadas
jurídicamente como tales y que acabaran siendo residenciadas ante la
justicia penal para que los protagonistas de tales perturbaciones
fueran condenados como autores de dicho delito.

Con el delito de sedición ocurre algo parecido, aunque de manera muy
diferente, a lo que ocurre con los instrumentos de protección
excepcional o extraordinaria del Estado contemplados en el artículo
116 de la Constitución: estados de alarma, excepción y sitio. En
nuestra historia política predemocrática se tuvo que recurrir con
mucha frecuencia a estos instrumentos. Al estado de sitio durante la
Restauración por la enorme debilidad de las fuerzas y cuerpos de
seguridad del Estado. Al estado de excepción durante el franquismo por
la extensión de la represión sobre una población que residía ya en
grandes ciudades con la finalidad de descabezar organizaciones
democráticas y evitar movilizaciones ciudadanas. Desde la entrada en
vigor de la Constitución no ha sido preciso recurrir a los mismos. Una
sola vez se ha declarado el estado de alarma para hacer frente a la
huelga de los controladores aéreos, para cuya conducta en esos días sí
está tipificada con precisión en el ordenamiento el delito de
sedición. Por la forma en que está siendo aplicado resulta evidente
que no es necesario.

Es obvio que, aunque no haya sido preciso recurrir a su declaración,
la Constitución no puede ni debe prescindir del artículo 116. Es
probable y deseable que nunca se tenga que recurrir a los instrumentos
de protección excepcional o extraordinaria del Estado, pero sería de
una extraordinaria imprudencia prescindir de los mismos.

Con el delito de sedición no ocurre lo mismo. El Estado social y
democrático de Derecho desde hace bastantes decenios dispone de medios
suficientes para que la conducta tipificada como constitutiva de
delito de sedición en el Código Penal no necesite serlo. La presencia
de dicho delito no protege realmente nada, que no pueda ser protegido
sin la presencia del mismo en dicho Código. Lejos de proteger, con el
delito de rebelión lo que se hace es amenazar. El delito de sedición
es una amenaza latente contra el ejercicio de derechos
constitucionales esenciales para que una sociedad pueda ser calificada
como democrática. Es sencillamente un instrumento disuasorio del
ejercicio de derechos fundamentales que no debería tener cabida en una
democracia digna de tal nombre.

Calificar como sedición el ejercicio del derecho de protesta contra
determinadas decisiones de registro de unas conselleries, aunque
estuvieran ordenadas judicialmente, como la protesta que tuvo lugar el
26 de septiembre de 2019 ante la Conselleria d'Economia en Barcelona,
sin que se impidiera, además, que el registro finalmente se llevara a
cabo o las "sentadas" ante los colegios donde se habían situado las
urnas el 1 de octubre, es incomprensible en una democracia digna de
tal nombre a estas alturas de la historia. Este fue, entre otros, uno
de los motivos principales por el que el Tribunal de
Schleswig-Holstein no concedió la extradición para juzgar en España a
Carles Puigdemont por los delitos de rebelión o sedición. Con la
calificación como constitutivas de delito de rebelión o sedición de
las conductas que figuraban en el relato de la orden de detención y
entrega dictada por el Juez Pablo Llarena resultaría imposible el
ejercicio de la libertad de expresión y del derecho de manifestación
sin cuyo ejercicio garantizado no es posible hablar de democracia.

El delito de sedición no debe existir. No es a su reforma, sino a su
derogación a lo que debe procederse.

* * *

Desigualdad, cambio técnico y robots
Alejandro Nadal

Durante muchos años buena parte de la comunidad de economistas cultivó
la teoría de que la creciente desigualdad en Estados Unidos se debía a
la presión que el cambio técnico ejercía sobre las remuneraciones de
los trabajadores. Esta narrativa viene en varias envolturas, una más
deficiente que otra, pero siempre le arregló muy bien a los poderes
establecidos. De ahí su popularidad.

En una de sus presentaciones, el razonamiento es como sigue. El
proceso de cambio técnico inherente al capitalismo hace que los
trabajadores sean más productivos. Esto reduce la demanda de
trabajadores, pero, como los trabajadores siguen teniendo necesidad de
laborar, no les queda más remedio que moverse hacia sectores de baja
productividad, menores salarios y peores condiciones en términos de
precariedad. Es decir, el cambio técnico termina por imprimir un sesgo
regresivo en la escala de remuneraciones, porque aumenta la demanda de
trabajadores más calificados al tiempo que se castiga a los empleos de
menores remuneraciones. En un giro que recuerda las viejas discusiones
sobre el cambio técnico inducido, esta historia también afirma que los
bajos salarios en las ramas más castigadas eliminan los incentivos a
introducir innovaciones intensivas en capital. Todo eso vendría a
explicar la creciente desigualdad que ya es motivo de escándalo en la
sociedad estadunidense desde hace años.

Esta narrativa sobre las causas de la desigualdad se aplica en estos
días a la introducción y difusión de robots de todo tipo en la
economía. Ahora la presencia de éstos en casi cualquier rama de la
industria manufacturera es común. Pero también lo está siendo cada vez
más en el sector servicios, desde los procesos especulativos en el
sector financiero hasta los sectores de hotelería, restauración y
salud. Nadie va a quedar a salvo de esta oleada de cambio técnico.
¡Quizás hasta un día estas líneas podrían ser escritas por un robot!

Pero si bien la difusión de este proceso de difusión de innovaciones
(la robotización) mantiene su ritmo acelerado, hay importantes
críticas a esta narrativa cuando se le quiere utilizar para explicar
la desigualdad. La primera es que la presencia de robots no es
privativa de la economía estadunidense. Economías de un grado de
desarrollo tecnológico comparable, como Japón y Alemania, tienen una
presencia de robots en su economía similar o mayor que la que
encontramos en Estados Unidos. Dicho sea de paso, la introducción de
robots en esas economías es una respuesta al envejecimiento de la
población y puede ayudar a mitigar su impacto sobre el crecimiento. En
todo caso, esas economías no experimentaron el crecimiento en la
desigualdad que hoy muestra la sociedad estadunidense. Esto indica que
las causas de la desigualdad hay que buscarlas en otra parte.

La tasa de desigualdad en Estados Unidos comienza a crecer de manera
patológica en la década de 1970. En esos años culmina un proceso de
desintegración del entramado institucional construido durante la Gran
Depresión y bajo el mandato presidencial de Roosevelt. Ese marco
institucional (parte del New Deal rooseveltiano) había incluido
legislación sobre condiciones de trabajo, negociaciones de contratos
colectivos y remuneraciones. Por el lado fiscal, también introdujo
esquemas impositivos progresivos (con altas tasas fiscales para los
estratos de mayores ingresos). La reacción del capital en contra de
ese marco institucional se manifestó desde los años 1930, en plena
depresión, pero la fuerza de los sindicatos y su penetración en la
economía estadunidense eran demasiado importantes.

En 1949 las tres grandes productoras automotrices y los sindicatos
llegaron a un acuerdo (llamado por la revista Fortune el Tratado de
Detroit) sobre mejores prestaciones y fondos para el retiro a cambio
de una paz laboral. Ese acuerdo y la legislación laboral y fiscal
explican la reducción de la desigualdad en la sociedad estadunidense
durante la llamada época dorada del capitalismo. Las cosas comenzaron
a cambiar rápidamente cuando por fin el capital pudo lograr revertir
estas conquistas laborales. Los trabajos de Tomas Piketty, Emanuel
Sáez y Gabriel Zucman muestran cómo el proceso de creciente
desigualdad está más relacionado con cambios institucionales que con
la introducción de nuevas tecnologías, los patrones comerciales con
China o el uso de computadoras.

El resultado de todo este análisis es que la desigualdad está
relacionada con el conflicto distribucional que yace en el corazón del
capitalismo. Ese conflicto está ligado a la explotación de la fuerza
de trabajo por el capital. La retórica podrá disfrazar esta realidad
de mil maneras posibles, pero la realidad no se cambia con argucias de
retórica. En países como México la desigualdad también proviene de
este conflicto de clases que define al capital. Afirmar que la
corrupción es culpable de la desigualdad puede ser un expediente útil
para abordar un problema político. Pero al igual que la historia de
los robots, esa narrativa no corresponde a la realidad.
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Canvi climàtic1.jpg
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Distribución de la riqueza.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 24, 2020, 1:37:26 AM1/24/20
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Tal dia com avui, el 1977, es va produir la Matança al despatx
laboralista d'Atocha. Hi ha un llibre de Benjamín Prado, Operación
Gladio, que ens ho recorda. Molt aconsellable.
s paso la cançó Valientes del darrer disc de Buena Fe, Carnal. El dúo
guantanamero es millora, i ja és difícil...!
https://www.youtube.com/watch?v=8IWOgmtpOPA

Mientras usted miraba hacia otro lado
Javier Gallego

Mientras la ultraderecha crea falsas polémicas, no hablamos de los
problemas verdaderos como las pensiones, los salarios, la precariedad,
la vivienda o las casas de juego ni cuestionamos el sistema que los
provoca, que es precisamente lo que quiere la ultraderecha. Mientras
la ultraderecha ataca a los maestros, defiende a los fondos buitre,
los fondos privados de pensiones, los grandes propietarios de vivienda
y las empresas de apuestas.

Mientras la ultraderecha crea una falsa alarma educativa contra el
feminismo y el colectivo LGTBI, no sólo está cargando contra la
igualdad de mujeres, gays, trans y lesbianas, también contra la
escuela pública y la igualdad que la escuela pública promueve y que
permite que el hijo del pobre sea tratado como el del rico, porque
precisamente lo que quiere la ultraderecha es que se mantengan esas
desigualdades. De clase, de género y de condición sexual. Porque si te
emancipas, exiges derechos.

Mientras la ultraderecha crea falsas emergencias, consigue que no
hablemos de que el gobierno ha decretado la emergencia climática.
Porque lo que no quiere la ultraderecha negacionista es que se
cuestione el capitalismo que destruye el planeta y ahonda las
diferencias. De eso trata todo este ruido y furia: de que los derechos
no avancen sino que retrocedan, de que el poder no ceda sino que
apriete, de que el orden social no cambie. Están contra todas las
diferencias menos la diferencia de clases.

Mientras el gobierno español declara, junto a Francia o Canadá, la
emergencia climática que señala al capitalismo como causa, la
ultraderecha crea una falsa alarma en las aulas para señalar hacia
otra parte y hacia abajo. Pero la mayoría ha empezado a darse cuenta
de que el capitalismo hace "más mal que bien", según revela una
encuestas anual en 28 países que, por primera vez en dos décadas,
muestra una mayoritaria desconfianza hacia las democracias
capitalistas.

La población ha empezado a darse cuenta de lo obvio y el sistema se
defiende sacando sus garras, que son el populismo conservador y la
ultraderecha reaccionaria. Son una excrecencia de la crisis del
sistema, pero también el arma con la que el sistema se defiende del
descontento que provoca. El neoliberalismo necesita menos democracia,
menos libertad y menos igualdad para mantenerse y la ultraderecha se
lo proporciona.

Alerta ultra. Ésa es la verdadera emergencia. Acabar con los
negacionistas de los derechos de las personas y del medio ambiente que
son la amenaza real para nuestras vidas.

* * *

Qué es ser racializado
Moha Gerehou

En 1961 John Howard Griffin publicó el libro 'Black like me', donde
contaba su experiencia viajando durante seis semanas por Luisiana,
Mississippi, Alabama y Georgia. Viajar como un señor blanco por los
estados sureños de Estados Unidos significaba que tenías preferencia
en los asientos de los autobuses, mejor espacio en los lavabos y la
opción de comer en los buenos restaurantes. Pero Howard Griffin hizo
aquel viaje tras pasar por un tratamiento que oscureció su piel. A
ojos de la sociedad pasó a ser un hombre negro, y se le trató como se
trataba a los negros en aquella época: con las peores condiciones
sociales, económicas y políticas.

Cuento esta historia a raíz de la polémica generada tras la renuncia
de Alba González a encabezar la Dirección General de Igualdad de Trato
y Diversidad Étnico-Racial. Su sustituta es Rita Bosaho, primera
diputada negra en la historia del Congreso. En el centro de todo este
debate está un concepto que en los últimos años ha ido ganando
presencia hasta ahora ser blandido por unos y otros para justificar o
atacar el nombramiento de Bosaho y la renuncia de González: ¿Qué es
ser racializado?

De entrada todos somos racializados. Todos formamos parte de alguna
categoría racial o étnica por la que el resto nos identifica: blancos,
negros, asiáticos, gitanos... Racializado no es la forma políticamente
correcta de decir 'negro', sino que es una manera desde la que
describir la categoría racial. Es una categoría más como pueden ser el
género o la sexualidad. Estrictamente una persona racializada es
alguien que recibe un trato favorable o discriminatorio en base a la
categoría racial que la sociedad le atribuye.

Siendo directos: negros y blancos somos igualmente racializados, pero
la diferencia es que a partir de ahí las consecuencias no son las
mismas en la sociedad para unos y otros. Miremos el caso del género:
hombres y mujeres tenemos las mismas capacidades, pero la
clasificación por géneros masculino o femenino aboca a las mujeres a
vivir de lleno los asesinatos machistas, la violencia sexual, la
brecha salarial, mientras a los hombres nos pone en el otro lado.

Recuerdo cuando una vez, al ir alquilar un piso por teléfono, la
señora me atendió muy amablemente hasta que casi cerrando la
conversación le dije que me llamaba Mohamed. Su tono cambió y cuando
fui a la casa, sin dejarme entrar a verla, me explicó que no quería "a
gente como yo". No se refería a mi altura o a mi cabello rizado: sus
pensamientos se centraron en todo lo negativo que podía tener meter a
una persona negra en su casa. Lo hizo sin mirar mi caso concreto, sino
aplicando la brocha gorda de los estereotipos: no me preguntó si era
pobre o millonario, ni quiso saber si llevaba 10 años compartiendo
piso impecablemente o si era mi primera experiencia. Solo vio el color
de piel, y eso le bastó para negarme la oportunidad.

Detrás de este y de infinitos casos más está la racialización, y esta
no solo tiene que ver con el color de piel, incluyen factores como el
origen migrante, las formas de hablar, los rasgos físicos y así un
largo etcétera. Dependiendo del contexto estas categorías varían,
dejando unas consecuencias u otras, como cuando algunas revistas
estadounidenses etiquetaron a Antonio Banderas como un "actor de
color" al identificarle erróneamente como latino. El racismo impacta
sobre tu categoría racial, y luego otros factores como el nivel
económico juegan un papel u otro. Tyrese Rice fue un jugador de Fútbol
Club Barcelona de basket al que una vez los agentes pidieron la
documentación por estar cerca de un coche deportivo. Era su deportivo,
pero para los agentes era un negro cerca de un coche de alta gama, y
parece que eso no podía tenerlo de manera lícita.

Dejando esto de lado, en el mundo occidental podemos ver cómo se ha
construido una sociedad en la cual todo los que no somos blancos hemos
cargado con estereotipos con los que se han justificado
discriminaciones de todo tipo. En Estados Unidos a este conjunto de
las categorías raciales que sufren el racismo se le llama 'People of
Color', y en ella están negros, latinos o asiáticos, pero no los
blancos. Este es el ejemplo más claro que existe para entender a
quienes se dirige el concepto de 'personas racializadas' tal y como se
está usando mayoritariamente ahora.

¿Y esto por qué es importante? Volvamos a la investigación de John
Howard Griffin. Es muy ilustrativa porque cuenta cómo la misma persona
vive dos realidades completamente diferentes con solo pasar por un
tratamiento de piel. Como blanco, sus problemas podrían venir de
muchos sitios excepto por ser blanco, ya que la segregación racial
formaba parte de su realidad, pero no le afectaba negativamente, sino
que era un privilegio.

Eso no quiere decir que no la pudiera denunciar, como hizo con su
libro, solo que no la vivía. Cuando llevó a cabo la transformación
para el experimento vivió una parte de la realidad cotidiana de los
negros en los Estados Unidos de aquella época, como sentarse en el
fondo de los autobuses o utilizar baños para la 'colored people'. La
otra parte va más allá del color de piel: un ejemplo son las
posibilidades de tener estudios si naces en Harlem, un barrio copado
por negros o en un cualquier barrio residencial de Texas copado por
blancos.

El sistema ha evolucionado, pero la categoría racial sigue siendo un
factor decisivo en el devenir de una persona. El racismo no es un
conjunto de anécdotas, sino que es un sistema que nos afecta social,
política y económicamente, en menor o mayor nivel, en Huesca, Madrid o
Nueva York. Se ve muy bien en el caso de las paradas racistas
injustificadas por parte de la Policía. Esta práctica es un hecho
tanto en España como en Estados Unidos.

Aquí este problema lo cuantificó por primera vez un estudio de las
universidades de Oxford y Valencia: por cada vez que la Policía paraba
a una persona blanca sin motivo a una negra se la paraba siete veces.
La propia Policía ha empezado a trabajarlo, en ciudades como
Fuenlabrada e incluso en Madrid hasta la llegada del Gobierno de PP y
Ciudadanos, que decidió suprimirlo. En EEUU el problema es el mismo,
solo su historia legal y cultural esa situación puede terminar en
asesinatos como los de Michael Brown o Trayvon Martin, ambos negros.

Este viernes nos despertamos con un artículo en El Español presidido
por una imagen terrible analizando la llegada de Rita Bosaho al
Ministerio de Igualdad y la renuncia de Alba González que explicaba
que "si Alba fuese negra tendría trabajo; si Rita fuese blanca, no".
Eso, apuntando a un Gobierno en el que no hay ninguna cara que no sea
blanca ni personas de origen migrante con visibilidad cuando, según
los datos del INE, la población migrante es más del 10% de la
población española. Al contrario, en España no vemos en puestos de
poder y representación.

Se me hace incomprensible el escándalo por que una persona negra ocupe
un puesto para el que alguna importancia puede tener vivir el racismo
en primera persona, al igual que estamos entendiendo que es un valor
que al frente de instituciones que hacen políticas dirigidas a las
mujeres estén mujeres que vivan esa realidad. Otra cosa es la gran
torpeza del Ministerio de Igualdad, liderado por Unidas Podemos, un
partido que ha venido trabajando el discurso de la interseccionalidad
pero que no la aplicó con el nombramiento inicial de Alba González en
el apartado destinado a aplacar el racismo.

Al igual que en los últimos tiempos el movimiento feminista ha sido
capaz de poner en el centro del debate la importancia de la paridad y
la igualdad tanto en la representación como en las políticas, es
importante hacerlo desde el antirracismo siguiendo los mismos pasos.
La propia explicación de González a la renuncia lo decía: "Si algo
sabemos en el feminismo es que la representación y lo simbólico
importan. Hemos reorganizado el equipo de este Ministerio para que
haya una presencia visible de mujeres pertenecientes a colectivos
racializados". A día de hoy ella va a seguir trabajando en el equipo,
Rita Bosaho lo liderará y ambas deberán trabajar codo a codo para que
el racismo forme parte del pasado de España.
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Miquel Angel Soria

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Jan 27, 2020, 1:30:41 AM1/27/20
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Llegeixo a La Manyana d'avui que Lleida dedicarà un carrer a Neus Català. Podrem aconseguir que Balaguer li dediqui un a Teresa Pàmies?
Una notícia llegida aquests dies a Página 12: L'homicida de Pocho Lepratti no serà guàrdia urbà pel rebuig social. Aquest personatge , en llibertat condicional, s'havia presentat a unes oposicions i l'havien escollit. Us paso la cançó de León Gieco, El ángel de la bicicleta, que parla del Pocho.
https://www.youtube.com/watch?v=XKcXwEAHkWM


ANTONIO ÁLVAREZ-SOLÍS
EL INVENTO IMPOSIBLE

Casi con un siglo a cuestas aún tengo de español el dolor de serlo. No he podido acostumbrarme a la algarabía del mercadillo donde España vende españoles. «Una, dos y tres./ Lo que usted no quiera/ para el rastro es./ Le vendemos barato/con el precio en inglés./ Somos todo lo honrados/ que usted quiera creer./ Una, dos y tres…/ ¡Ay Patxi Andion, que infortunio! Aún trato de seguir paso a paso el tranco de nuestros políticos por un mundo que no entienden y a cuyos pies dejan todos los días la ofrenda de nuestro país, a cambio de casi nada. Carecen esos políticos de la gran dignidad de ser pobres. Hablan de una España que no quieren rota y van negociándola a pedazos. ¿Y quiénes son ellos? Acerca de este interrogante tan difuso y amplio seguí al Sr. Sánchez hasta Davos, nieve al fin para mi nieve de llanura ensimismada. En mala hora viajé. El líder socialista español –¿qué es lo español? ¿qué es lo socialista?– fue a decir a los ricos que el cordero español sigue en la espalda del criado que siempre espera en la puerta donde recibir al gran patriarca capitalista. España no pondrá en peligro a Mr. Blackstone, el gran amo de la vivienda granrentable en España, cazarratones mínimos; ni a la hucha lustral de Arcelor o Aplee; ni a Google y sus dineros digitales. España seguirá entregando sus trabajadores por 950 euros al mes –«era de latón el cacharro de la abuela»– y mantendrá por añadidura en la cárcel a los presos cobrados en la cacería de la sedición, ese delito antañón que reprime el alzamiento «público y tumultario» de quienes se empinen para impedir la aplicación de las leyes o dificulten el menester de la autoridad –¡cosa nebulosa el tumulto! ¡cosa confusa la autoridad en un país en que todo es autoridad!–. Y ha añadido el Sr. Sánchez que España seguirá dando aire con el soplillo del banderín obrero a la gran fiesta judicial en donde parlamentarios desdentados alimentan, con su poder astillado, la victoria de la toga sobre la primera cámara de la nación, de las naciones, del Estado.

En fin, que a Davos fue el Sr. Sánchez a vender cupones de ciego en los días feriados de la ley. –¡Oh, padres conscriptos!–. Que España, ha dicho también el gobernante de Madrid, compañero de los morados que se chupan el dedo cogido en la puerta bien engrasada, equilibrará sus cuentas con Bruselas, cabeza, fuerza y antemural del imperio que ya en «illo tempore» era lugar donde la flecha huía del pájaro a cobrar para herir al cazador español.

Fue a Davos el presidente –«tiene la tarara un vestido blanco/ que solo lo pone en el jueves santo»– para trasladar a los cincuenta hoplitas que habían de tener confianza en España. Y ayudó a la espada corta del español que quienes controlan las Termópilas de los «caleses» han reconocido que les estorba tanto dinero y que pretenden por ello reformar el capitalismo y convertirlo en capitalismo de integración. De momento a mí el socialista de Madrid, con el visto bueno de los que a su lado moran, como decía el místico, ya me ha subido la pensión un 0´9 por ciento, con lo que he decidido adquirir otro paquete de alpiste para los musicales gorriones que complacen mi soledad de rojo para el cristianismo. He echado la cuenta entre el costo de la mejora alimenticia de los pájaros y la nueva ganancia y aún me sobra un 0´3 por ciento de mi subida, a no ser que los gorriones obreros no den marcha a su pico y se incorporen a las tentaciones del nuevo capitalismo social.

¡Un nuevo capitalismo¡ ¿Pero quién vio jamás que los Sistemas se reformen para emprender camino distinto? Los Sistemas nacen, crecen, se hinchan, devoran su entorno como hace la célula cancerosa, y al final mueren y otra cosa surge con raíz distinta y pretensiones impensables si no se reza con afán. Es la teoría del relevo de civilizaciones, a la que serviré, Dios mediante, con empleo de un papel mucho mayor que el presente.

Por tanto dejen los tales cincuenta de Davos y sus socialistas de escolta de recomendar a la obrería su avance con empleo del capitalismo social, que a mí me recuerda el juego infantil del «Cascayu» asturiano, que consiste en saltar unos pequeños y enlazados cuadros dibujados con tiza en el suelo o acera, abriendo y cerrando las piernas, y sin pisar las marcas del dibujo, a fin de empujar con el pie y siempre a la pata coja una pequeña piedra plana —el cascayu— desde el principio al final del trayecto. Repito: si jugamos a eso los de pico y pala mejoraremos nuestros músculos motores de trabajadores, pero al final acabaremos, tras tanto esfuerzo, sobre la misma acera de la que partimos. Yo, de niño, siempre jugué al cascayu con niñas que usaban falda corta para saltar mejor. Mi abuela dijo que yo nunca llegaría a nada y acertó. Pero las niñas me compensaban ¡Santa inocencia!

Lo que más y mejor llamó mi atención respecto al viaje del presidente a Davos es que, como leí en los periódicos españoles, el Sr. Sánchez fue a Suiza para convencer a los cincuenta de que la política económica española no iba a cambiar nada respecto a ellos. Por lo tanto, los quinientos cienmilmillonarios de los que depende la Tierra podían seguir tranquilamente en sus cosas. Ahora bien, no sé si esta información trasmitida por los medios estaba dirigida a los amos del mundo o a nosotros, los trabajadores y pensionistas españoles, que siempre creemos con buena fe en el reparto. Hay formas de jugar la pelota, como saben los pelotaris vascos. Creo que alguna vez el jugador espera el rebote. A un compañero mío le dejó tuerto.
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Abalos y....jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 28, 2020, 1:31:13 AM1/28/20
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No hi ha res de nou sota el sol.
A esperar el desenvolupament dels esdeveniments. Mentre, recordem
Auschwitz-Birkenau.


Dolor y gloria en la guerra infinita
Javier Gallego

La derecha ha construido La trinchera infinita para sitiar al Gobierno
haga lo que haga, así que no tiene sentido esconderse como un topo
ante sus andanadas. Hay que salir a la Intemperie para afrontar los
hechos con transparencia y enfrentarse a los ataques con valentía. Se
equivocó Ábalos al meterse él solito en El hoyo de encontrarse primero
con la vicepresidenta de Venezuela y negarlo después. Es mejor
explicarse que dejar que te expliquen otros.

Se equivocaron también los ministros y el presidente al abandonarle a
su suerte en El laberinto de las tortugas en el que la oposición
quiere perderles y matarles lentamente. Las explicaciones no son para
la derecha que no las quiere aunque las exige, son para la ciudadanía
que las requiere, para la democracia que las necesita.

Mientras dure la guerra de esta legislatura, la coalición debe
abandonar La inocencia de intentar contentar a los que sólo estarán
contentos si les ven caer. La crisis de Ábalos ha sido el ejemplo de
lo que no debe hacerse, todo el gobierno escabulléndose como La hija
de un ladrón que tiene miedo de la bronca de la Madre.

No se comporten como si tuvieran Diecisiete años. Asuman sus errores
con madurez, defiendan sus posiciones con argumentos y legislen sin
vacilaciones. Sus votantes les pueden perdonar sus equivocaciones si
las reconocen, incluso disculpar medidas cuestionables si las razonan,
lo que no van a perdonarles es que retrocedan. No digan Adiós a la
legalización de la eutanasia o el IBI de la Iglesia por Lo que arde en
los medios incendiarios de la caverna que tratarán de quemarles en la
hoguera.

Pero no es La odisea de los giles la que nos debe preocupar sino las
presiones de quienes mandan de verdad, como recordó Anguita hace unos
días: el Ibex, la banca y los poderes económicos. Por lo pronto, la
Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de Izquierda Unida, ya ha anunciado
que sólo derogará una parte de la reforma laboral contra la que
clamaba cuando estaba en la oposición. Esperemos que no acabe
convertida en el Retrato de una mujer en llamas quemada por el poder.

Soy consciente de que a este gobierno le espera Una vida entre las
cuerdas del ring de boxeo porque los golpes no llegan sólo de fuera,
también de quintacolumnistas como Felipe o Page. Pero eso no quiere
decir que los votantes de izquierdas no puedan exigirles coherencia y
contundencia. Nadie duda de que Los miserables les hará padecer dolor
para intentar que no alcancen la gloria. Si quieren vencer a Quien a
hierro mata, procuren que el dolor lo sufran ellos, no nosotros.

* * *

El aislacionismo de EU
Robert Fisk

En el momento en que Donald Trump condenaba a los ambientalistas en
Davos por ser los perennes profetas de la fatalidad, su juicio de
destitución empezaba en Washington. Por pura casualidad, en ese mismo
instante yo leía la nueva edición de un libro escrito por un niño
sobreviviente al holocausto armenio de 1915, el cual, de manera
conmovedora y poética, decía más acerca de Estados Unidos que
cualquier cosa que Trump –o el Congreso de su país– pudiera jamás
expresar.

Leon Surmelian perdió a sus dos padres en 1915 y, poco después de la
Segunda Guerra Mundial, publicó Yo les pregunto, señoras y señores,
pleno de horrorosos detalles como los que únicamente los relatos del
Holocausto judío, un cuarto de siglo después, llegarían a incluir.
Recordaba el cuerpo desnudo y mutilado de una joven en un río de
Turquía –sus largos cabellos flotaban río abajo– y un brazo humano
atrapado en las raíces de un árbol, así como una larga, larga franja
de sangre espumosa pegada a las riberas.

No es raro que los judíos hablen actualmente de la shoah armenia –el
holocausto, en hebreo–, que primero golpeó a los cristianos del
imperio otomano. Pero fue la salvación de Surmelian, cuando más tarde
viajó a Constantinopla y visitó el Robert College, operado por Estados
Unidos sobre una colina, cerca del Castillo de Roma, en Estambul, lo
que me llamó la atención en su libro. El colegio, hoy de 154 años de
antigüedad y aún situado entre los dos puentes del Bósforo,
coeducacional e independiente, causó una honda impresión en el joven
armenio, cuyo sueño era emigrar a Estados Unidos.

Esto es lo que escribió:

“El campus del Robert College… con sus modernos edificios,
laboratorios, gimnasio, canchas de tenis y pista de atletismo, era un
impresionante ejemplo de la educación estadunidense. En ninguna parte
de la ciudad había edificios tan magníficos, semejante despliegue de
riqueza y educación para los jóvenes. Pero para mí lo más notable era
esto: allí muchachos armenios y griegos se sentaban en la misma clase
con alumnos turcos, estaban… en contacto cotidiano como miembros de
una sociedad civilizada, sin peleas, sin disputas raciales. También
había estudiantes búlgaros, rusos, judíos, ingleses, persas, todos
viviendo en armonía. Como Estados Unidos no tenía ambiciones
territoriales en nuestra parte del mundo, disfrutaba de una autoridad
moral única. Y, más que las maravillas mecánicas, el progreso
industrial y el poder, era esta autoridad moral lo que ninguna otra
nación sobre la Tierra poseía. En mi mente, el concepto de Estados
Unidos se basaba en eso…”

Allí lo tienen. Todo lo que Estados Unidos era es lo que Trump no es.
Y todo lo que Estados Unidos es hoy no existía en Medio Oriente al
final de la Primera Guerra Mundial. Como la Universidad Americana de
Beirut, que era un faro de educación e ilustración estadunidense.
Piensen en Trump, y luego reflexionen en estudiantes étnicamente
mezclados y diversos –muchos de cuyos padres habían sido enemigos
apenas unos meses antes–, sentados lado a lado como miembros de la
sociedad civilizada que Surmelian identificaba rápidamente como
estadunidense. La prohibición de inmigrantes musulmanes y los muros en
la frontera con México hubieran sido impensables en el Robert College.

¿Y qué queda de la autoridad moral única cuando el presidente actual
hace pedazos tratados nucleares con Irán, acuerdos sobre cambio
climático y alianzas militares, traiciona a los kurdos, destruye las
esperanzas de un Estado palestino y exige dinero por todo lo que sus
soldados hacen en Medio Oriente… pagar por su presencia o pagar si los
árabes quieren que se vayan?

Surmelian habría entendido la obsesión de Trump con las maravillas
mecánicas, con el progreso industrial y el poder. Al mismo joven
armenio le fascinaban estos aspectos de Estados Unidos. Sin embargo,
pese a tener aún pocos estudios, entendía lo que significaba la moral
–y la autoridad moral–: la existencia de una nación poderosa que
quería guiar al mundo por el ejemplo más que por la fuerza bruta, que
prefería ofrecer educación a los pobres y no miles de millones de
dólares en armas a quienes los oprimían, que quería guiar por el
ejemplo y no por el amedrentamiento. Trump pretende capturar
audazmente el día; el viejo Estados Unidos quería llevar la luz del
día a otros.

¿O de veras eso quería? Porque, detrás de cada mito edificante en
Medio Oriente, por lo regular asoma un negro futuro. A ese mismo
Estados Unidos que Surmelian tanto admiraba se le ofreció después de
la Primera Guerra Mundial, en 1919, el mandato de la devastada Armenia
y de los kurdos carentes de un Estado nacional; un mandato similar al
cáliz envenenado que se dio a los británicos en Palestina e Irak y a
los franceses en Siria. Todo era parte del principio de Woodrow Wilson
del derecho de los pueblos a la autodeterminación. Incluso se envió a
las ruinas de Armenia una misión militar estadunidense, encabezada por
el general James Harbord de la Primera Guerra Mundial. Uno de sus
hallazgos concluyó que, en muchas zonas de lo que había sido el oeste
de Armenia, los turcos ya sobrepasaban en número a los armenios, lo
que no era sorprendente, puesto que los turcos habían masacrado a
millón y medio de armenios, entre ellos los padres de Surmelian, en
1915.

Había demasiado odio en el ambiente, pensaba Harbord, como para que
Estados Unidos asumiera el mandato en Armenia, el cual habría dado a
lo que queda del Estado armenio algo del territorio interior
turco-otomano alrededor de Van y Trabzon, incluso con un acceso al Mar
Negro. Los estadunidenses también decidieron que no querían
administrar el Kurdistán. Así fue como los armenios –y los kurdos–
fueron en verdad traicionados por Estados Unidos. Y esto, recuerden,
fue cien años antes de que Turquía asustara tanto a la presidencia
estadunidense (desde Carter, Clinton, los Bush y Obama hasta Trump)
que Estados Unidos jamás reconocería formalmente que la matanza de
armenios en 1915 fue un genocidio. Y un siglo antes de que Trump
entregara a los kurdos de Siria a la ocupación turca.

Tal vez el aislacionismo alcance su capítulo final en el narcisismo,
la codicia, la deshonestidad y la locura del trumpismo. Puede que
Trump se presente ahora como el mayor amigo de Israel y traslade a
Jerusalén la embajada de su país, pero sus predecesores les cerraron
las puertas a los refugiados judíos europeos que huían de los nazis. O
tal vez el entusiasmo de un Estados Unidos más joven –fermentado con
un celo misionero cristiano– no iba a producir jamás la autoridad
moral que Surmelian vio en ese país. Debemos recordar que Estados
Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial para combatir a los nazis y
a los japoneses, pero no hasta que éstos atacaron Pearl Harbor en 1941
y hasta que Hitler le declaró la guerra (y no al revés).

Aún quedan almas valientes en Medio Oriente que creen que la educación
universal, la sustancia, calidad y esencia de lo que Surmelian
reconoció en Constantinopla, sigue siendo el único futuro viable de la
región… y de nosotros, en nuestra ignorancia de sus pueblos. Pero es
agua en el desierto si continuamos traicionando a los palestinos, los
kurdos y las millones de personas que sufrirán bajo nuestros bien
armados dictadores locales, ya sea el dictador favorito de Trump, el
presidente Al Sisi de Egipto –a quien me pareció ver en Davos,
¿cierto?–, o el aún más siniestro Mohammed bin Salmán, o Assad (armado
por los rusos, desde luego) o las milicias de Libia, Yemen o Irak. Si
Trump es capaz de mezclar a Al Qaeda con los kurdos –como hizo alguna
vez– y destacar que éstos (por alguna extraña razón) no participaron
en el Día D, y luego exigir que los palestinos acepten dinero a cambio
de renunciar al derecho a tener un Estado… bueno, entonces los
estadunidenses están acabados en Medio Oriente. Sabemos, claro, quién
no está acabado en la región.

Pero, repito, cuando se tiene un presidente estadunidense que cree que
su país debe recibir una paga por intervenir militarmente en Medio
Oriente, y luego otra por retirarse –de ahí la amenaza de sanciones
contra Irak (cuyo presidente fue descrito de paso esta semana como
presidente de Irán en un video de la Casa Blanca) entonces el dinero y
más dinero ha remplazado la largamente olvidada autoridad moral.

Después de todo, Moscú parece tener ahora más ambiciones territoriales
(de nuevo en palabras de Surmelian) en Medio Oriente que Washington.

Y ustedes deberían leer lo que Surmelian pensaba de la revolución rusa
y del bolchevismo. Pero esa es otra historia.
Quim y el lobo.jpg
La pancarta.jpg
Actores buenos y pésimos.jpg
Cervantes.jpg

Miquel Angel Soria

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Jan 29, 2020, 1:31:32 AM1/29/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
El deu de març és el centenari del naixement de Boris Vian. Començo la celebració amb l'audició de la seva famosa Le deserteur. Esperem no haver-la d'utilitzar mai més. 
Una curiositat. La censura va fer canviar dos versos de la cançó: 
En lloc de
Que je possède une arme
Et que je sais tirer
escoltem.
Que je n'aurai pas d'arme
Et qu'ils pourront tirer.
(Desertor, però no pacifista total)

https://www.youtube.com/watch?v=N5_vcVq_vSE

No tengan MIEDO, el VIRUS no ha llegado TODAVÍA a ESPAÑA
Isaac Rosa

Como les veo inquietos con el virus ese nuevo, voy a hacer un poco de servicio público: voy a tranquilizarles, para que no tengan miedo. Insisto: para que no tengan miedo. Miedo, ¿han entendido? M-i-e-d-o. No tengan miedo.

En primer lugar, sepan que el virus no ha llegado todavía a España. Repito: no ha llegado todavía a España. No ha llegado todavía. T-o-d-a-v-í-a. Había un paciente ingresado en un hospital, sospechoso de estar infectado, pero las autoridades lo han descartado. Insisto: había un paciente. Ingresado. En un hospital. Sospechoso. De estar infectado. Pero no lo está. Podía estar infectado, e ingresado en un hospital, de España, sí, aquí, cerca de nosotros. Pero no lo está. Ya ven, nada que temer. Si quieren, se lo repito para aumentar su tranquilidad. Lean otra vez el párrafo, verán cómo se sienten mejor.

De modo que no hay que tener MIEDO, pues no hay TODAVÍA ningún paciente INFECTADO con el VIRUS en ESPAÑA. ¿Cómo dicen? ¿Las mayúsculas? No sé, las habré tecleado sin querer. O mejor: las uso como cuando el presentador de la tele enfatiza algunas palabras graves, para que se le entiendan bien.

En caso de que el VIRUS acabe llegando a ESPAÑA (que no ha pasado todavía, insisto), sepan que las autoridades tienen preparados PROTOCOLOS de actuación en caso de EMERGENCIA, para evitar que se EXTIENDA entre la población, decretando la CUARENTENA de SOSPECHOSOS. Además piensa RESCATAR a los ESPAÑOLES ATRAPADOS en China. Si luego tengo un rato, les hago una infografía mona, con hombrecillos vestidos para la guerra biológica, hospitales de campaña y un dibujo del virus visto al microscopio, solo para su tranquilidad. Por ahora, ilustro mi artículo con una foto serena.

Total, que podemos estar tranquilos y no tener MIEDO, la situación está controlada. El VIRUS es una gran AMENAZA GLOBAL, sí, pero por ahora afecta sobre todo a China. Ya han aparecido los PRIMEROS CASOS EN EUROPA de un virus que podría EXTENDERSE POR TODO EL PLANETA en forma de PANDEMIA GLOBAL y causar MILLONES DE MUERTOS, pero no tiene por qué ocurrir, eh, no tengan MIEDO. Las autoridades chinas están tomando MEDIDAS EXTREMAS, y hasta han CERRADO LA GRAN MURALLA CHINA (que no quiere decir que vayan a usar la muralla para contener el avance del virus, sino que la han cerrado al turismo para evitar contagios, pero no me negarán que suena IMPACTANTE saber que han CERRADO LA GRAN MURALLA CHINA).

Si este artículo no les tranquiliza, les recomiendo que vean algunos telediarios o lean los despliegues de ciertos periódicos, que cuentan mucho mejor que yo los RIESGOS y AMENAZAS que supone el virus. También pueden leer este aburrido artículo que sí, tranquiliza un poco más, pero también vuelve menos sexy al bicho.

En cualquier caso, yo confío en la sensatez ciudadana, porque todos tenemos fresca la memoria de otros terribles virus recientes (¿cómo se llamaba aquel...? Sí, el que nos iba a matar a todos... O aquel otro que iba a mutar y... Seguro que ustedes se acuerdan). Y más allá de la insistencia de tantos medios por calmarnos a base de repetir imágenes de militares de blanco y gente con mascarilla; lo que de verdad me tranquiliza es saber que existen autoridades estatales y mundiales, planes de prevención y actuación, comités de coordinación y la experiencia de situaciones anteriores, como para que el nuevo virus, por peligroso que sea, pueda estar bajo control en unas semanas, y tras el susto nos olvidemos de él con la misma rapidez con que nos aterrorizó.

Ah, y un consejo de amigo para terminar: lávense bien las manos, no tosan a nadie ni dejen que les tosan, y abríguense bien, que el coronavirus no ha llegado pero anda suelta la gripe. Sí, la gripe común, la aburridísima gripe de toda la vida.

                                              * * *

Boris Vian
Vilma Fuentes

Las celebraciones por el centenario del nacimiento de Boris Vian (1920-1959) se iniciaron con un primer concierto de jazz en el célebre café Deux Magots, situado frente a la iglesia gótica de Saint-Germain-des-Prés. Lugar bien escogido por el padrino de las festividades, el músico Mathias Malzieu, uno de los instrumentistas que tocó jazz y swing esa noche para regocijo de los asistentes, quienes bailaron entre las mesas del café-bar. En efecto, el Deux Magots es uno de los centros de atracción de ese barrio, cuyo espíritu Boris Vian encarnó como ningún otro de los pilares de la zona, entre quienes se contaron escritores como Jean-Paul-Sartre, Simone de Beauvoir, Raymond Queneau, Jacques Prévert o cantantes como Juliette Greco o Serge Reggiani, para quienes Vian compondrá música y palabras de varias de sus canciones.

Víctima de un ataque de reumatismo articular agudo a los 12 años, Boris Vian sufrirá las graves secuelas durante su breve vida, secuelas que lo obligarán a dejar su adorada trompeta a causa de una insuficiencia pulmonar, poco antes de su prematura muerte a los 39 años de edad, cuando asistía al estreno de una película inspirada en su novela J’irai cracher sur vos tombes (Iré a escupir sobre sus tumbas).

Ante la inminencia constante de la muerte, Vian es poseído por el furor de vivir. Nada es ni puede ser serio ante sus ojos. Irreverente, burlón, capaz de bromear sobre todos y todo con esa ligereza de espíritu tan lejos del espíritu de ligereza, Boris Vian es un apasionado de blues y jazz. Escucha música mientras sigue sus estudios de ingeniero durante la espantosa Segunda Guerra Mundial.

Con la liberación, al término de esa guerra asfixiante y mortífera, un frenesí existencial se apodera de la juventud francesa al fin liberada de los años oscuros de la ocupación nazi. Los jóvenes parisienses se dan cita en los cafés, cavas, salones de baile de Saint-Germain-des Près. Vian toca su trompeta en el concurrido bar Le Tabou, donde se convirtió en el artista más aplaudido. Al mismo tiempo, dibuja y escribe. Publica novelas y otros escritos bajo los más diversos seudónimos. Sin nada qué ver con los heterónimos de Fernando Pessoa, pues Vian no les atribuye una biografía particular, el éxito de las novelas que escribe con el nombre de Vernon Sullivan, imitando a veces la manera de Henry Miller lo hace decir: ‘‘Vian vive gracias a Sullivan”.

Bajo la influencia de Alfred Jarry, por cuya literatura sarcástica y desbordante de humor negro se apasiona, Boris Vian se interesa en la Pataphysique (Patafísica) e ingresa al OULIPO (‘‘abridor” de literatura potencial), grupo que reúne a escritores tan audaces como Queneau. Algunos de sus textos fueron publicados en la revista Les Temps Modernes, fundada por Sartre, en la que se expresaban literatura y pensamiento ‘‘existencialistas”. Textos recopilados con el título Chroniques d’un menteur (Crónicas de un mentiroso), donde Vian da libre curso a su humor y bromea escribiendo: ‘‘esta historia es absolutamente verdadera porque la he inventado enteramente” o ‘‘lo esencial es dar a todo un juicio a priori”.

Se permitían todas las provocaciones en esa época de gran libertad. Los jóvenes lanzaron la moda de vestirse en ‘‘zazou”. Era también una forma de terminar radicalmente con los años sombríos de la ocupación. El jazz, el swing, prohibidos en el régimen de Pétain y el gobierno de Vichy, simbolizaban la libertad de las nuevas costumbres.

La palabra que se impuso fue la de existencialismo. Este concepto no fue siempre entendido en el sentido filosófico que Sartre quiso darle, pero permitía englobar todo, igual las canciones de Juliette Greco que la voluminosa obra del filósofo. La canción más célebre, compuesta y cantada por Vian mismo, se titula El desertor. Sus palabras celebran, justo al inicio de la guerra de Argelia, la decisión de un hombre que se niega a hacer la guerra. El amor por la vida sin resignación que tuvo Boris Vian.
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Miquel Angel Soria

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Jan 30, 2020, 1:31:56 AM1/30/20
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Mentre aquí ens barallem, a Cuba segueixen celebrant José Martí, símbol d'unitat. El nostre conegut repentista, Yoerky Sánchez, ens deixa una mostra. Atilio A. Boron, des de l'Argentina, també el recorda.
Genial, avui, la tira de Manel Fontdevila, Facultad de derecho.

Es ética y fundamento,
camino del alma pura,
manantial de la cultura,
amplitud de pensamiento.
El más alto monumento
bajo el cielo azul turquí,
fuente de acción, frenesí
de amor puro, incontestable.
Como la luz: intocable.
Su nombre: José Martí.



Martí, un cubano universal
Por Atilio A. Boron

Este 28 de enero se conmemoró un nuevo aniversario del nacimiento, en 1853, de José Martí, el Héroe Nacional de Cuba y, nos atreveríamos a decir, de toda Nuestra América. Mucho se ha escrito sobre la obra de este personaje excepcional, pese a lo cual sus ideas y su epopeya emancipatoria siguen siendo poco conocidas por las masas irredentas e, inclusive, por los luchadores antiimperialistas y anticapitalistas de Latinoamérica y el Caribe con la obvia excepción de Cuba. Apremiado por las circunstancias que atribulan a nuestros países me limitaré a esbozar una síntesis apretadísima de su enorme legado.

Martí le escribió a su amigo mexicano Manuel Mercado que “Viví en el monstruo y le conozco las entrañas.” Fue lúcido testigo del viraje histórico en el cual Estados Unidos iniciaba su funesta transición de república a imperio. Radicado en Nueva York escribió páginas inolvidables sobre la situación del hemisferio, muchas de las cuales fueron recogidas en aquella época por el diario La Nación de Buenos Aires, del que Martí fue su corresponsal durante varios años. Una buena medida de la decadencia de este periódico la ofrece el contraste entre la figura gigantesca del cubano y los nombres de sus actuales corresponsales en Estados Unidos, Andrés Oppenheimer y Jaime Bayly. Martí también fungió como cónsul honorario de la Argentina en esa ciudad. Ambas condiciones, corresponsal y cónsul honorario aún esperan su público reconocimiento y debido homenaje en este país. Así como el Che es legítimamente reconocido como “argentino-cubano” no caeríamos en el vicio de la hipérbole si dijéramos que Martí fue un “cubano - argentino”.

Los ensayos y las notas de Martí, recopilados luego en un libro bajo el título de Nuestra América, conforman junto a la Carta de Jamaica de Simón Bolívar, y La Historia me Absolverá, de Fidel, la trilogía fundacional, imprescindible e insustituible del pensamiento emancipatorio latinoamericano.

Recogemos a continuación tan sólo dos observaciones de los luminosos escritos martianos. Una, cuando al desentrañar las raíces de la expansión y la insaciable voracidad de la Roma Americana dijera que “los norteamericanos creen en la necesidad, en el derecho bárbaro como único derecho: esto es nuestro porque lo necesitamos”. Tal cual: necesitamos petróleo y si este se encuentra en Irak o Venezuela allá iremos para apoderarnos de ese vital recurso, por las buenas o por las malas. Y lo mismo haremos con el litio que precisamos, y se lo arrebataremos a Bolivia. Toda la doctrina estratégica estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy, y sobre todo después del 11 de Septiembre del 2001, se asienta sobre esa premisa: el derecho bárbaro precozmente detectado por Martí como la concepción imperialista del derecho.

Segunda y última reflexión centrada en el comercio internacional: “quien dice unión económica, dice unión política. El pueblo que compra, manda. El pueblo que vende, sirve. El pueblo que quiere morir vende a un solo pueblo, y el que quiere salvarse a más de uno. … El influjo excesivo de un país en el comercio de otro, se convierte en influjo político. Lo primero que hace un pueblo para llegar a dominar a otro es separarlo de los demás pueblos. El pueblo que quiera ser libre, sea libre en negocios”. Separarlo de los demás pueblos, advierte Martí así como evitar “el influjo excesivo” de un país, Estados Unidos, sobre los de Nuestra América.

Este era precisamente el propósito de la derrocada ALCA. Cuando vemos las políticas que Washington y sus secuaces latinoamericanos han impulsado para reforzar nuestros asimétricos vínculos comerciales con Estados Unidos o destruir la UNASUR, la CELAC y cuanta iniciativa exista de integración o articulación continental caemos en la cuenta de la extraordinaria capacidad de Martí para precozmente vislumbrar la naturaleza de la estrategia imperial y lo que se nos venía encima si la unión de nuestros pueblos no lo impedía. Por todo esto es que celebramos su nacimiento, el de un grande de la Patria Grande, portador de una de las antorchas más luminosas que nos han guiado, y lo seguirán haciendo, en nuestra lucha sin tregua contra el imperialismo norteamericano.

                                              * * *

La Junta Electoral Central pudo tomar otra decisión
José Antonio Martín Pallín

La Junta Electoral Central (JEC), en su decisión de 3 de enero de 2020, por una estrecha mayoría (7 votos contra 6), resolvió aplicar al president de la Generalitat, Quim Torra, el artículo 6.2 b) de la Ley Orgánica General Electoral, por el que se consideran inelegibles, en virtud de una modificación realizada por la ley Orgánica 1/2003 de 10 de marzo, a los condenados por sentencia, aunque no sea firme, por delitos de rebelión, terrorismo, contra la Administración Pública o contra la Instituciones del Estado, a la pena de inhabilitación para cargo público.

La ley de 10 de marzo de 2003 se titula y tiene por objeto la garantía de la democracia en los Ayuntamientos y la seguridad de los concejales. Según su preámbulo, se promulga para modificar determinadas normas de nuestro ordenamiento jurídico de manera que se permita hacer realidad la decisión de aislar a los terroristas, garantizando una mayor eficacia en el uso de los recursos de los que puede disponer nuestro sistema político. Se hacen referencias continuas a los Ayuntamientos, lo que nos permite denunciar su extensión, vedada por la ley, a supuestos y personas no previstas por el legislador.

Toda la legislación de excepción que nace como consecuencia de un fenómeno como el terrorismo, que evidentemente ha conmocionado a la democracia española, corre el riesgo de recortar los derechos y las libertades fundamentales consagradas en el texto constitucional. En este caso, además, se vulneran derechos constitucionales tan esenciales para la supervivencia de un sistema democrático como el principio de legalidad y de presunción de inocencia.

Causa asombro que ningún partido político haya denunciado la modificación del artículo 6.2 b) de la LOREG por inconstitucional. Privar de derechos fundamentales a una persona, sin esperar a una sentencia firme de condena, no solo vulnera la Constitución y me parece una temeridad, ya que puede dar lugar a la responsabilidad patrimonial del Estado que pagaríamos todos. En el caso de que se anulase la sentencia y se absolviese al señor Torra; ¿cómo se puede restituir a un parlamentario en sus derechos de los que ya ha sido despojado definitivamente al ser sustituido por el siguiente de la lista? Se daría la situación inasumible por el derecho de una privación prematura y contraria a los principios constitucionales, no sólo en el caso de los delitos de terrorismo y la rebelión sino también en los supuestos de los delitos contra la Administración Pública y las Instituciones del Estado.

En relación con el delito contra la Administración Pública, por el que se ha condenado al president Torra, la Junta Electoral Central debió tener en cuenta las circunstancias históricas en las que se produjo la modificación del artículo 6.2 b) de la LOREG. La finalidad de la Ley que altera su texto es la de garantizar la democracia en los Ayuntamientos y las motivaciones políticas que impulsaron la introducción del cese prematuro de los alcaldes y concejales que hubieran incurrido en prácticas corruptas, como el cohecho o la malversación. Nunca estuvo en la mente del legislador incluir en las causas de inelegibilidad o incompatibilidad a los desobedientes.

Aferrarse a una interpretación literalista, ampliando los efectos desfavorables de la ley electoral, entra en colisión con el artículo 9.3 de la Constitución, que consagra el principio de legalidad. No se pueden incluir en las causas de inelegibilidad delitos distintos de aquellos para los que se pensó la modificación del precepto, ya que entraríamos en una interpretación extensiva y analógica, intolerable para el derecho punitivo y sancionador. A partir de su entrada en vigor se aplicó, en varios casos, a alcaldes o concejales electos condenados en primera instancia por corrupción, pero nunca a un parlamentario revestido de las garantías que le proporciona encarnar la soberanía popular de la que emanan todos los poderes del Estado, según el artículo 1 de la Constitución.

En las Facultades de Derecho nos enseñaron, desde nuestros primeros balbuceos jurídicos, a interpretar las normas con arreglo a criterios gramaticales, lógicos, históricos y sistemáticos. La JEC está compuesta, ni más ni menos, que por ocho magistrados del Tribunal Supremo y cinco catedráticos de derecho constitucional, a los que también se supone que les enseñaron estas pautas interpretativas. Afortunadamente, seis de sus componentes debieron poner sobre la mesa el debate sobre la interpretación correcta de la ley electoral; lamentablemente, para el Estado de Derecho quedaron en minoría.

Me llama la atención la posición de la Sala Tercera del Tribunal Supremo al considerar que no procedían medidas cautelares. En mi opinión se trata de un caso de libro ya que los efectos de la decisión de la JEC son irreversibles e irreparables. Ya se ha ejecutado el cese del señor Torra como diputado del Parlament, aunque han surgido dificultades, previsibles para cualquier jurista, en lo relativo a su destitución como president, que corresponde en exclusiva al Pleno, como establece meridianamente el artículo 67 del Estatut de Autonomía. La aplicación de esa decisión es irreversible y, por mucho que la anulen, si no surgen otros acontecimientos imprevistos en este revoltijo que vive nuestra democracia, entre lo judicial y lo político, haría imposible que el señor Torra recuperase su condición de parlamentario ya que el siguiente de la lista habría ocupado su lugar.

Este galimatías ha alcanzado sus cotas más inimaginables si damos por hecho que los componentes de JEC conocían que el señor Torra era el president de la Generalitat y les bastaba con que ellos mismos o los señores letrados les hubiesen informado del contenido del artículo 67 del Estatut de Autonomía de Cataluña para enterarse de que sólo puede ser cesado por el Pleno del Parlament, en el caso de que exista una condena firme. Con una interpretación lógica, en atención a los antecedentes históricos y descartando la literalidad de la expresión Administración Pública, hubieran podido llegar a una solución que paradójicamente es la que mantiene en el momento presente.

La misma JEC ha reconocido que debe cesar como parlamentario pero que no puede cesar como presidente, lo cual nos coloca ante una situación puramente metafísica o teológica. ¿Se puede conservar la condición de presidente sin ser parlamentario? ¿Se puede cesar al presidente sin que concurran las causas de cese previstas en el Estatuto? ¿Puede funcionar el Parlamento, como parece que sugiere la JEC, con un parlamentario más, es decir con el sustituto del señor Torra y este como presidente? ¿Puede este desdoblar su personalidad y reproducir el apasionante caso del Doctor Jekyll y Mister Hyde?

Todo este embrollo debió ser manejado por un organismo administrativo, la JEC, cuyas resoluciones como todos sabemos, están sometidas a la revisión de la Sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Supremo. Se podía evitar el galimatías y limitarse a dejar en suspenso la inhabilitación o cese hasta que hubiese una sentencia firme. Como se decía en los tiempos de la televisión en blanco y negro, permanezcamos atentos a la pantalla porque el barullo judicial y político no ha concluido.

La misión principal de la JEC, según se desprende de la Exposición de Motivos de la ley electoral, es la de velar por la regularidad de los procesos electorales desde su convocatoria hasta la declaración de electos. Hasta aquí sus competencias lógicas y homologables a cualquier otro sistema democrático, en el que la llamada Administración electoral ocupa una posición relevante en los momentos que transcurren entre la disolución del Parlamento, la convocatoria de nuevas elecciones, la celebración de las votaciones, la terminación del escrutinio y la proclamación de electos.

En el momento de escribir estas líneas, el señor Torra sigue siendo presidente de la Generalitat, no se ha producido ni siquiera su sustitución por el siguiente de la lista, y el propio presidente del Gobierno, que ha anunciado reuniones bilaterales con todos los presidentes de las autonomías, ha declarado que considera al señor Torra, como presidente legítimo del Gobierno de Cataluña y que se reunirá con él el próximo día 6 de febrero. El que quiera más emociones e intrigas, que elija una película del género.

 


 
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Miquel Angel Soria

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Jan 31, 2020, 1:30:38 AM1/31/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Teòricament no es pot fer política improvisant, però aquesta actitud
bàsica s'oblida fàcilment i domina l'oportunisme. Ja ens estem
acostumant i les decisions no ens les creiem fins que, després dels
canvis, ja ha passat un temps prudencial. Ara és la mesa. Les
eleccions quan? Encara recordo les afirmacions categòriques de
Puigdemont que el temps ha fet oblidar: 1. No em tornaré a presentar a
les eleccions. 2. Si guanyo les eleccions tornaré a Catalunya.


Una piedra en el camino
Carlos Elordi

La marcha hacia un mínimo entendimiento entre el Gobierno de coalición
y Esquerra se ha topado con un obstáculo que, por el momento, trastoca
todas las previsiones. ¿Por casualidad? Puede que no tanto. Porque es
altamente posible que la decisión de la Junta Electoral Central de
destituir a Quim Torra como diputado, adoptada el 4 de enero con siete
votos a favor y seis en contra, persiguiera justamente el objetivo de
poner palos en la rueda del proceso. Pero también es altamente
probable que, pasado un tiempo y las elecciones catalanas, ese proceso
pueda reanudar su andadura. Porque, en el fondo, todos los elementos
que lo sustentan siguen tan vivos como antes.

Lo que sí ha cambiado, y de golpe, es el ambiente, el decorado que los
rodea. Cataluña ha entrado en campaña electoral y cualquier
declaración política que se haga hasta que ésta termine habrá de ser
tomada con todas las reservas. O directamente ignorada. Durante unos
cuantos meses, ¿cuatro, cinco, más?, al único mensaje procedente de
Cataluña al que habrá que prestar atención es el que emitan los
sondeos.

Y aunque lo normal es que la mayoría del resto de ciudadanos españoles
vaya a tender a mirar hacia otro lado, en esas elecciones se va a
jugar no sólo la suerte política de los catalanes, sino la del
conjunto. Y para unos cuantos años. Ahora no vale la pena perderse en
especulaciones sobre si Pedro Sánchez conseguirá o no sacar adelante
sus presupuestos. Lo importante en el periodo de unos cuantos meses
que ahora empieza radica en saber por qué camino opta el voto
mayoritario del independentismo y, de paso, el del resto de opciones
políticas catalanas.

Aunque algunos de sus planteamientos no están del todo claros, aunque
no pocas de sus palabras pueden ser leídas de distintas maneras, lo
que desde hace algunos meses están diciendo los máximos dirigentes de
Esquerra Republicana representa una opción claramente distinta de la
que expresan los de la cada vez más confusa amalgama que en principio
se debería agrupar en torno a Carles Puigdemont.

Ambas quieren la independencia de Cataluña respecto de España, ambas
reclaman un referéndum de autodeterminación. Pero la una, la de
Esquerra, ha comprendido que su proyecto no tiene futuro si escoge el
camino del enfrentamiento sin paliativos con el gobierno central. No
quiere repetir el experimento del 2017. Y ha asumido que la suerte de
la política española no le es indiferente, que para el independentismo
catalán no es lo mismo que en Madrid gobierne la derecha o la
izquierda.

Lo que ocurre en el otro sector del soberanismo es más difícil de
resumir. Porque está dividido. Y cada vez más. Y porque la consigna
del "cuanto peor, mejor", que hasta ahora han seguido a pies juntillas
todos sus seguidores, empieza ya a dejar demasiadas preguntas sin
respuesta. Por mucha energía contestataria que genere el recuerdo de
las afrentas recibidas por parte del Estado y la represión, el futuro
político del mundo que hasta hace unos años se cobijaba en la entonces
poderosa Convergència depende de que encuentre un discurso que vaya
más allá de la mera resistencia y el "no" a todo cuanto venga de
Madrid.

Esa es la batalla, ideológica, sí, pero también plagada de otras
cuestiones, hasta personales. Convergència y Esquerra son rivales
enfrentados desde hace décadas. Antes los primeros eran los moderados
y pactistas. Ahora es al revés. Ahora el partido de Oriol Junqueras
puede convertirse en el primer referente de la política catalana.
Mientras que el conglomerado que se supone que lidera Puigdemont, y
que está dividido entre tres facciones al menos, se juega su
supervivencia.

No cabe hacer pronósticos sobre el resultado final. La cosa ha
empezado mal para los últimos. El papelón que está haciendo Quim
Torra, desde el momento mismo en que se negó a retirar la
controvertida pancarta de la fachada de la Generalitat, un gesto que
ni muchos de los suyos entienden, no es precisamente el dato más
conveniente para empezar la campaña. Pero hasta el rabo todo es toro y
los sentimientos juegan un papel muy importante en la política
catalana.

El resultado de esas elecciones es muy importante para el conjunto de
la política española, y particularmente para el gobierno de coalición.
Si gana Esquerra se abriría un camino. Si lo hacen Puigdemont y los
suyos las perspectivas de un mínimo entendimiento se alejarían
bastante, a no ser que en ese mundo se produjera un giro radical.

¿Ha hecho bien Pedro Sánchez manteniendo su reunión con Quim Torra de
la próxima semana? Seguramente sí. Porque lo prioritario para el
gobierno de coalición es seguir transmitiendo el mensaje de que Madrid
quiere dialogar con Cataluña. Aunque esa reunión no vaya a servir para
mucho. Aunque el presidente catalán se limite en ella a repetir sus
tesis maximalistas que no van a llevar a parte alguna, pero que
servirán para confirmar cual será el lema electoral de los suyos.

¿Y podía Sánchez no aplazar la mesa de partidos hasta que se celebren
las elecciones? Sí también. Pero, ¿para qué habría valido? ¿Para que
los partidos catalanes celebraran un debate electoral en presencia de
los representantes del gobierno central? Al parecer, en Esquerra han
reaccionado airados ante la suspensión. Pero a lo mejor la cosa no va
a más. Porque lo de dar caña a Madrid va ser un denominador común de
todas las formaciones independentistas durante la campaña que ya ha
empezado.

Al menos de puertas afuera. Porque lo más probable es que, en la
discreción de los despachos, el gobierno y Esquerra sigan hablando. Y
luego, cuando se sepa quien ha ganado, lo harán abiertamente. Para
empezar, de los presupuestos. Que lo más probable es que el partido de
Oriol Junqueras termine apoyando. Incluso aunque no gane las
elecciones. Porque tiene clarísimo que no quiere que la derecha
gobierne en Madrid. Y porque puede sacar mucho a cambio.

Y Sánchez tiene tiempo para esperar. El plan B, que empezaría por
retrasar la presentación de los presupuestos, debe estar confeccionado
desde hace semanas en La Moncloa. La destitución de Torra ha sido una
piedra en el camino. Pero se puede sortear.

* * *

“Macri y los dirigentes de la FIFA tienen la misma ideología”
Ángel Cappa*

Que hayan designado a Mauricio Macri como presidente ejecutivo de la
Fundación FIFA es un cachetazo para el mundo deportivo y para la gente
de Argentina; también representa una evidencia más de lo que significa
el poder económico. Es lamentable, es una noticia que conmociona
porque fue un personaje que arruinó un país entero, que condenó a
tanta gente a la miseria, que empobreció a un porcentaje enorme de la
población y que ahora resulta premiado al ser nombrado en este cargo.
La FIFA es una de las organizaciones más poderosas del mundo y tiene
comportamientos mafiosos: primero está el Fondo Monetario
Internacional, luego el Banco Mundial, le sigue la Organización
Mundial del Comercio y, finalmente, la FIFA.

Entonces, meter en ese mundillo a Macri es algo lógico porque la FIFA
es como la cueva de Alí Babá, donde faltaba uno de los amigos para
completar los 40 ladrones. Conociendo el historial que tiene Mauricio
Macri de su presencia en el futbol argentino, sobre todo como
presidente de Boca, demuestra que él y los dirigentes de la FIFA
comulgan la misma ideología. Además de ser un personaje de la
oligarquía, es portador de una ignorancia sorprendente, tiene una
incapacidad que asombra, estando más allá de lo que significa Macri
como político nefasto. Creo que la posición que hoy ocupará le puede
servir para lavar su imagen y no descarto que eso le sirva para armar
algo políticamente otra vez. La oligarquía tiene una constancia
tremenda para defender sus intereses económicos con uñas y con
dientes: nunca se dan por vencidos.

El futbol es para todos nosotros, para los que nacimos en un barrio y
nos formamos con este deporte hermoso que tiene un significado muy
distinto para el pueblo y para el negocio. Para nosotros es una manera
de expresarnos, de crear, de ilusionarnos. Y para ellos es una nueva
manera de hacer dinero. Esta gente nos roba el futbol como también nos
roba la sanidad pública, la educación pública, los servicios sociales
y los derechos laborales. Merecemos verlo gratis.

Debemos luchar para devolverle los valores al futbol porque nos
permite ser, en el sentido más profundo. Todos los que nacimos en las
villas estamos destinados a ser para los patrones. Y el futbol nos da
una posibilidad de crear una identidad propia, va más allá de
cualquier resultado. En cambio, para los que negocian con esto, es una
manera de explotar a los jugadores y a los hinchas.

* Ex futbolista y director técnico argentino
El plan de paz.jpg
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Miquel Angel Soria

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Feb 3, 2020, 1:31:44 AM2/3/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Ahir vam anar a veure O que arde. Pel·lícula sorprenen que encara em
fa donar tombs al cap buscant-li una raó de ser. Condemna eterna als
maleïts? Solució amb l'imatge final? Esperaré a buscar l'opinió dels
experts.
Recordo els cine clubs del tardo-franquisme.


ANTONIO ÁLVAREZ-SOLÍS
EL ALMA Y EL COSTILLAR

Es muy difícil andarle a la libertad en España si no procedemos desde
el alma que aclara y compromete, y no seguimos, por el contrario,
empleando solo la fuerza física del costillar en hospicianas horas de
vino y rosas. Desde la realidad no se puede llamar mundo nuevo a la
limosna del poderoso para ir luego remendando en la guardilla los
andrajos del trampantojo a fin de creernos bien vestidos. Subamos un
escalón. No es lícito hablar de un porvenir logrado con alacridad
desde las presuntuosas estrellas del puro y vacuo discurso de quien
presuntuosamente elabora horizonte vano cuando alumbra camino de nada.
Necesitamos un sol que aparezca en la limpia y poderosa amanecida que
ilumine absolutamente la totalidad del paisaje. Un sol al que canten
al son todos los gallos. Pedir milagro al informe montón de esto o
aquello, perseguir lo inmediato y múltiple poniendo al tiempo pie en
el freno o darle cuerda al reloj quebrado puede destruir la fe,
fatigar la esperanza, desmigar la libertad. No requiero como
desheredado dar lanzada más o menos heroica de caballero sino que
aspiro a dar mazazo de peatón que abre zanja en el futuro. Y no me
digan los relamidos que patrocino la locura, porque España ha sido
siempre obra de locos cuando ha sido algo o ha pretendido serlo. No
quiero ver ante mí a los que lloran su cotidianeidad, requieren el
invento urgente y, a la par, corren por el paraguas porque conocen la
pertinacia tormentosa del que otorga ¿En qué consiste verdaderamente
la victoria de un herido costillar?

Hagamos ahora un alto para la meditación. Hubo fiesta en Madrid cuando
el pasado jueves Podemos se hizo al fin gobierno al aceptarlo el
empresariado que concedió finalmente salvoconducto al salario mínimo.
Un dirigente de la formación de Iglesias ofició con solemnidad
gregoriana la ordenación a sus siglas: «Llegan los rojos y empiezan
con un acuerdo con la patronal. Nadie esperaba este salario mínimo. La
CEOE ya no quiere ser ultra». Gobernar, dice alguien del Gobierno, es
moderar las posiciones. El obrero-obrero ha dado un salto impensable:
ha saltado de los 735 euros a los 900. Tener más parece exceso.
Alguien afirma que en la firma del pacto de gobierno un rojo elevó con
vigor el puño internacionalista. ¡Dios es providente! Se revive a
Fidel y se destierra la corbata ¡El costillar, al poder! Un niño
rezonga al pensionista: «¡Abuelo, yo quiero un teléfono nuevo!». Sí,
España tiene costillar, pero alma… Queda lo de Catalunya, lo de las
cárceles, lo de los jueces que han decidido gobernar a los
gobernantes, lo de los barones rebeldes, lo de… ¡Abuelo, yo quiero un
teléfono nuevo!

Es cierto que la ambición muere tantas veces en la dura empresa de la
libertad; pero también es verdadero que la vida no la construye la
infinita espera de la benevolencia de quien conduce la cordada humana
a galeras. La vida es urgente. Y la urgencia no la satisfacen ni
políticos cortesanos, ni jueces regalistas, ni ricos turbios, ni
electores sin corbata. La urgencia trata de revivir –a mí eso ya me
alza– quien explica a Sancho, con la visera levantada, qué es la
libertad, qué es la justicia, qué pretende la plenitud del aire cuando
se torna viento. Quizá yo sea gente de mar con sumario salvavidas,
pero desde luego no soy gente de orilla. Me gusta enfrentar la ola con
la vela preñada y la quilla respondona. Acabaré quizá, una vez más, en
la playa hecho un alga reseca, porque Neptuno es un dios cabrón, pero
que me quiten lo navegado.

Cierro los ojos y veo a la pareja en el otero. Observa el Caballero la
recua de encadenados que conducen guardias del Poder. En la altura el
Caballero pregunta a Sancho que quiénes son los encadenados. «Esta es
cadena de galeotes, gente forzada del Rey, que por sus delitos
–responde el acomodado en el rucio– va condenada por fuerza a servir
al Rey en galeras». El Caballero se interroga a si mismo: «¿Cómo gente
forzada? ¿Es posible que el Rey haga fuerza a ninguno?» Calla un
minuto y concluye con claridad inhabitual en España: «Como quiera que
ello sea, esa gente va por fuerza y no de su voluntad». El Caballero
pica espuelas, se alza sobre los estribos y trota hacia los galeotes.
El resto es sabido.

Estaba Cervantes de vuelta de su viajera y obligada andanza por la
Europa empapada de liberal erasmismo… Antes había servido en Roma a un
cardenal del Renacimiento, de quien fue profesor de español. Por fin
retorna al Madrid inquisitorial y escribe lo que antecede. Cinco
siglos más tarde el maestro Azorín encuentra al gran manco de pechos
sobre el escritorio de su ultimidad en La Mancha entretenido en contar
el discurso de la cabeza mágica de Barcelona, donde don Antonio
Moreno, su huésped, hizo tocar a don Quijote la cabeza parlante hasta
que el Caballero concluye: «Ahora digo que es menester tocar las
apariencias con la mano para dar lugar al desengaño»; lo que lleva al
Sr. Moreno a advertir que mejor fuera no pasar más adelante para que
no se enteraran los inquisidores de la fe. Relata don Miguel tal
historia mientras su joven mujer, tan española, le atosiga con los
apremios de siempre: «Miguel debes saber…; Miguel, escucha… Miguel,
hay que hacer…» Y don Miguel escribe aquello de «En un lugar de la
Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…» Y al fondo, la voz
cantarina de doña Catalina Salazar le apremia: «Miguel, vámonos que
nos esperan en el molino».

De todo ello leí cosas sugestivas en los enamorados hispanistas a
quienes les atrajo nuestra selva, a la que Camille Mauclair puso el
título inapelable: ‘‘La espléndida y áspera España’’. ¿Pues qué, si
no?

Otro día hablaré del precio de la libertad, cuyo fruto es la justicia
social preñada de personal y rica soberanía en todas sus
manifestaciones. El precio de «ser» es absoluto; no es el salario
mínimo tan angustiosamente conseguido No se puede adquirir un trozo de
libertad, porque la libertad es una sutil realidad que vale todo.

He contemplado la efervescencia vasca frente a quienes golpean al
pueblo con el Estado o el poder público. Todo eso es vida. Una vida
que clama justicia entera, libertad sin frontera, e igualdad sin
esfuerzo, pues como decía el Caballero ¿quién es el Rey para encadenar
forzados? La calle es el pueblo, pero no un pueblo reticente ante su
necesidad, sino un pueblo con aventura. Ser es lo colosal.

* * *

La ocupación israelí en Medio Oriente, la más prolongada en la historia moderna
El plan de Trump más que un regalo para Tel Aviv

Robert Fisk

Beirut. Cuando los dos defraudadores políticos salieron esta semana
en la Casa Blanca con la tragicomedia más desquiciada y ridícula en la
historia de Medio Oriente, era difícil saber si reír o llorar.

El plan de paz de 80 páginas de la Casa Blanca contiene 56 referencia
a la Visión en las primeras 60 páginas, y sí, con V mayúscula en cada
ocasión para sugerir, supongo, que el trato del siglo era una
revelación sobrenatural. No lo es, aunque tal vez fue escrita por un
súper israelí.

Dice adiós a los refugiados palestinos, al famoso y malhadado derecho
al retorno y a todos los que hoy languidecen en los campamentos de
Medio Oriente; adiós a la vieja ciudad de Jerusalén como capital
palestina; adiós a la UNRWA, la agencia de ayuda de Naciones Unidas.
En cambio, da la bienvenida a una ocupación permanente israelí en
Cisjordania y a la anexión total de casi toda colonia judía construida
allí en contravención del derecho internacional.

Es un hecho, por supuesto –y lo ha sido durante días– que esta
tontería puede arrojar un poco de polvo mágico sobre las tribulaciones
de los líderes de Estados Unidos e Israel. Cuando los dos rufianes, el
indiciado Donald Trump y Benjamin Netanyahu, acusado de corrupción,
recibían sonrientes el aplauso de sus partidarios en Washington, quedó
claro al instante que este mendaz documento –que contiene absurdos,
parodia y banalidad en casi igual proporción– destruye para siempre
cualquier esperanza de un Estado palestino independiente de cualquier
tipo. No es lo que dice, pero uno solo tiene que echar un ojo a la
palabrería, en la que la ocupación israelí, la más prolongada en la
historia moderna, se describe como un enclave de seguridad y el
acuerdo de Oslo es desechado como un pacto que produjo oleadas de
terror y violencia.

Cierto, todos deben leer las 80 páginas. Y todo lector debe repasarlas
dos veces, en caso de que en la primera lectura pasen por alto algunas
indignidades adicionales infligidas a los palestinos.

El documento no sólo es un regalo a Israel. Encarna todas las demandas
israelíes presentadas a Washington (y algunas más) y destruye de hecho
todo esfuerzo hecho por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas,
toda resolución de la ONU sobre la retirada israelí, todo esfuerzo de
la Unión Europea y del Cuarteto para Medio Oriente de producir una
resolución justa a la guerra palestino-israelí.

En pocas palabras, conforme a este trato perverso, condenado al
fracaso desde los primeros segundos, Israel obtendrá para siempre la
totalidad de Jerusalén, la mayor parte de Cisjordania, será dueño de
casi toda colonia judía en territorio ocupado y dominará a un pueblo
palestino desarmado, trunco y neutralizado, el cual debe prometer
referirse a Israel como el Estado nacional del pueblo judío (aunque
casi 21 por ciento de su población es árabe), censurar sus propios
libros de texto, arrestar e interrogar a quien ose oponerse al
ocupante israelí, y que tendrá un puñado de aldeas fuera de las
murallas de Israel a las que podrá llamar su capital.

Cierto, es un documento único e histórico el que los maquinadores de
Trump (en especial su yerno Jared Kushner) han producido, puesto que
su creencia de que los palestinos soñarían con aceptar un conjunto tan
absurdo y desquiciado de demandas políticas no tiene precedente en el
mundo occidental. Pero ¿cuándo debemos los periodistas ponerle un
freno, me pregunté al terminar de leer las 56 Visiones –hay otras, por
cierto, en minúsculas, así como varias misiones– y la lista de
prohibiciones impuestas a los palestinos?

Entre estas prohibiciones figura, debemos hacer notar, la instrucción
de que el Estado de Palestina no puede afiliarse a ninguna
organización internacional si tal afiliación contradice los
compromisos del Estado de Palestina con la desmilitarización y el cese
de la guerra política y judicial contra el Estado de Israel. Así que
adiós también a la protección de la Corte Penal Internacional.

Algunos de mis colegas sufrieron una apoplejía, como Marwan Bishara,
de Al Jazeera. Farsa, fraude, demencia, surrealismo, oportunismo,
populismo y cinismo. Usó todas esas descripciones. Gideon Levy, mi
héroe del diario israelí Haaretz, no se mostró tan apopléjico, más
bien apocalíptico. Es el último clavo en el ataúd de ese cadáver
viviente llamado solución de dos estados, escribió, y crea una
realidad en la que el derecho internacional, las resoluciones de la
comunidad internacional y en especial las instituciones
internacionales carecen de sentido.

No hay Estado palestino, cito a Levy, y jamás lo habrá. Tendrá que ser
una democracia entre Jordania y el Mediterráneo –derechos iguales para
israelíes y palestinos–, o Israel se volverá un Estado de apartheid.
Trump ha creado un mundo en el que el yerno del presidente de Estados
Unidos es más poderoso que la Asamblea General de Naciones Unidas. Si
se permiten los asentamientos, todo está permitido. Así es.

Pero ¿los escritores, periodistas y expertos tenemos todavía las
herramientas para hacer frente a esta locura? ¿No es momento –no solo
el fin de la moralidad, la justicia, la integridad, la dignidad– de
hacer una pregunta más importante que nunca: cuándo los periodistas
dejarán de tomar en serio estas tonterías (y a sí mismos)? Ya sólo
escribir de esta vacilada de Trump como si fuera real o viable, o
incluso discutible, es degradante, humillante, ridículo. No sólo para
la gente de los medios, sino para quienes deben sufrir las
consecuencias de este espantoso documento, los palestinos y todos los
que han apoyado de buena fe sus perfectamente razonables demandas de
libertad y justicia.

Pocas horas después de leerlo me di cuenta de que, para cada musulmán
antiisraelí que cree en la fantástica y demencial verborragia de la
conspiración sionista, estas 80 páginas de la Casa Blanca reforzarán
sus desquiciadas creencias. En casos como este, tal vez deberíamos
invitar a nuestros comediantes a volverse reporteros. O pedir a
nuestros cartonistas que escriban la nota. O tal vez deberíamos volver
a esa vieja tira cómica, Aunque usted no lo crea, para que se entienda
lo que ocurre. Aunque usted no lo crea: un presidente de Estados
Unidos dio a una potencia extranjera el poder de ocupar eternamente la
tierra de otro. Para mí, eso captura la historia en 15 palabras.

Pero no olvidemos que, a cambio de su abyecta rendición, los
palestinos obtendrán dinero, dinero y más dinero: millones de billetes
verdes desglosados en páginas de gráficas y planes de financiamiento,
y turismo fast track (esa frase se usa realmente en el documento), así
como inversiones masivas, mejoramiento social (sic), autodeterminación
(sic de nuevo, creo) y “una vía hacia una vida nacional dignificada,
respeto, seguridad y oportunidad económica…”

Y ¿acaso nuestro Boris Johnson no le dijo a Trump que es un paso
positivo hacia delante? ¿Y nuestro Dominic Raab no la llamó una
propuesta seria, digna de consideración genuina y justa?

Aunque usted no lo crea, de hecho.
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Miquel Angel Soria

unread,
Feb 4, 2020, 1:30:51 AM2/4/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Després dels quatre minuts! d'aplaudiments, el rei, amb l'ego pels
núvols, tornà al Rolls.
Diuen que demà tornaran a inaugurar el curs parlamentari.


Miseria de la crítica
Hermann Bellinghausen

Anadie le gusta que lo critiquen. Está en la naturaleza humana,
supongo. Pero un rasgo de civilidad es aguantar la crítica, y en
ciertos casos bienvenirla y hasta agradecerla. El pensamiento
científico así evoluciona, necesita del error para acertar. La
filosofía y las humanidades respiran por el debate, que puede ser
acalorado, apasionado, feroz, pero enseña y estimula. Más reticentes
suelen ser, por motivos distintos, los artistas y los políticos. Los
creadores, como los niños, tienen prisa por ser mayores, saber mejor
que nadie; dejan de escuchar a mentores, amigos y críticos, sólo
digieren elogios. Los políticos son peores, pues pueden proscribir,
encarcelar o eliminar (hay grados) a quienes emiten juicios
desfavorables, los contradicen o exhiben. Mentira, replican unos. Son
mis enemigos, concluyen todos.

Los mexicanos somos muy sentidos. Todo lo tomamos personal. El
arrogante principio de William Faulkner (nunca me rebajo a responder a
mis críticos) en nuestro medio cultural adquiere un sentido literal
infranqueable. Si fulano me criticó es un miserable, me insulta. Le
retiraré el saludo, y cuando pueda cobraré venganza, bloquearé su
carrera o le daré sopa de su propio chocolate. Cuestionar la obra de
alguien garantiza una enemistad vitalicia. Los pocos críticos
literarios que perseveran viven para elogiar o satanizar.

Cultivamos esa expresión cautelosa: crítica constructiva. Se adjetiva
para amortiguar el golpe. De lo contrario sería destructiva, una
declaración de guerra. Por eso en México es rara la polémica que
mejore el ambiente y deje verdaderas enseñanzas. Nos encanta llamar
deshonesto al interlocutor, mejor dicho rival. Nos ofendemos de
cualquier cosa. Ni socráticos, ni deportivos a la inglesa, ni
prácticos como campesinos o indígenas en asamblea. No se nos da.
Escasea por lo mismo el verdadero género biográfico, que no sea
hagiográfico. Aquí los deudos y los acólitos demandarían a quienes se
atrevieran a biografiar a los autores con la penetración objetiva de
la tradición británica o francesa. Hay de dos: te ganas tu estatua o
te sientes difamado-ignorado.

Es así que las redes sociales sacan lo peor de nosotros y, aunque
parezcan harina de otro costal, no lo son. Representan una verdadera
desgracia para la inteligencia crítica, ya no digamos analítica, a
pesar de su virtuoso efecto para difundir denuncias, concitar
encuentros y evidenciar crímenes, estupideces, intransigencias,
errores del poder. De por sí se nos dificultaba enormemente el diálogo
constructivo; hoy son más normales los apodos infamantes, la
caricaturización, la fobia, la pobreza de matices.

Ahora bien, sí, tenemos la piel delicada y la mecha corta (cosas que
el tuit y el comentario instantáneo atizan muchísimo, y la propensión
al denuesto se incrementa en la vida cotidiana). Pero en materia
política y de discusión pública algo habíamos avanzado desde la
primera crisis de autoridad del Esta-do priísta tras 1968, en el
contradictorio periodo de los años 70 del siglo XX. Expresiones como
apertura democrática y reforma política alimentaron un debate
necesario, que ganó terreno. La libertad de expresión, chayotes más o
menos, y el libre uso del lenguaje evolucionaron más allá del tonto
Echeverría o el fascismo de los intelectuales aliados del régimen y el
yo no pago para que me peguen de López Portillo.

El autoritarismo estatal se averió luego del terremoto de 1985 en la
Ciudad de México y las elecciones robadas de 1988. Dejamos de escribir
presidente con mayúscula. Y si bien Salinas y Zedillo hicieron sus
guerras e impusieron una doctrina económica brutalmente capitalista,
la crítica pública ganó un espacio inusitado, hasta llegar al patético
Ya sé que no aplauden y la queja Ningún chile les embona de Peña
Nieto, el último priísta como tal, luego de dos mandatarios
analfabetas en materia de teoría y práctica del Estado.

En una nueva vuelta de tuerca, podríamos estar perdiendo ese margen de
libertad. Parece un fenómeno mundial; la represión vuelve a ser normal
en Europa y América, ya lejísimos de sus sesentayochos. Los Assange
van al patíbulo. Nuestro país, asolado por el crimen, la corrupción y
la impunidad, encuentra irresistible la intolerancia ciega, el
discurso de odio o venganza, la petrificación de capillas
intelectuales y núcleos de poder económico que buscan acomodo en el
nuevo modelo de poder centralizado, que sólo escucha lo que quiere.

Estamos desaprendiendo. No somos elásticos, ni dialécticos, ni
pacientes. Tendemos a envenenarnos por razones de clase, de género, de
ideología, aunque se nos nuble la visión. Más cerca de Torquemada que
de Sócrates o Diderot, cedemos los terrenos del diálogo a la sordera y
el exabrupto. Son tiempos hostiles para el libre pensamiento crítico.

* * *

Bolivia: se rompió el termostato
Por Raúl Zaffaroni

Es lugar común afirmar que la esencia del Estado de derecho es la
igualdad de todos ante la ley, sin discriminación alguna. Sin embargo,
este es un ideal que nunca está del todo realizado en el mundo real,
pese a lo cual, como “modelo” sirve de barómetro para calificar a los
Estados reales e históricos.

En los últimos años, nuestra región viene sufriendo un alejamiento de
ese modelo ideal pero, de todas maneras, esa brecha no resulta mucho
más ancha que la reiterada en nuestra historia del sur y, por cierto,
aunque algunos episodios sean preocupantes, en general es menos
marcada que en otras épocas genocidas.

No obstante, el caso del Estado Plurinacional de Bolivia presenta
particularidades que son realmente alarmantes, pues a partir de un
clarísimo golpe de Estado que, por presión militar, forzó las
renuncias del presidente y del vicepresidente, se instaló un régimen
que se “autojustifica” con el pretexto de un supuesto fraude electoral
que la OEA verificó inexistente (de 30.000 mesas se detectaron
“irregularidades” en 260, lo que para nada alteraba el resultado). Los
medios dominantes y la increíble mala praxis de un funcionario
internacional permitieron que la fake news siguiese su curso.

Lo cierto es que, en Bolivia, el 22 de enero se extinguieron los
mandatos de los poderes constitucionales Ejecutivo y Legislativo.

Ante esa situación, en lugar de seguir los pasos de la acefalía y
entregar al gobierno a la autoridad constitucional que quedaba en pie,
o sea, al presidente del más alto tribunal, para que convocase a
elecciones y el pueblo pudiese decidir quién quiere que lo gobierne
–como en otra ocasión se hizo, con feliz final democrático-,
insólitamente el Legislativo decidió –por sí y ante sí- “prorrogar” su
mandato (que no emanaba de sí mismo, sino del pueblo) hasta las
elecciones que él mismo convoca el 3 de mayo próximo.

Hasta esa fecha continuará ejerciendo el Ejecutivo (no el poder, que
no se sabe bien quién lo ejerce) una exsenadora (cuyo mandato, por
supuesto, también venció el 22 de enero) designada por una minoría
(pertenece a un partido que obtuvo el 4% de los votos).

Pero el régimen que controla Bolivia en este momento no sólo violó la
inmunidad diplomática y expulsó a diplomáticos, sino que, mediante
falsas seguridades, hizo salir de la embajada argentina al exministro
de gobierno, para luego aislarlo en una casa sitiada por grupos
armados instigados por un agente del franquismo español (Vox), hasta
conseguir que fuese hospitalizado y preso.

Días después otorgó salvoconductos de salida a dos personas asiladas
en la embajada de México, pero cuando llegaron al aeropuerto, en
presencia de los diplomáticos las arrestaron. Ante el escándalo,
decidieron dejarlas partir en otro vuelo, aduciendo que todo se debió
a un “error de coordinación”.

Casi simultáneamente, la apoderada del expresidente Evo Morales,
portando la documentación necesaria, entró a Bolivia para oficializar
su candidatura a legislador, pero rápidamente consiguieron que un juez
dispusiese su prisión y la documentación fuese secuestrada.

El candidato a presidente designado por el MAS –Arce- también llegó a
La Paz y fue notificado de su citación a un proceso, curiosamente
puesto en marcha simultáneamente con la indicación de su candidatura.
Se ignora si ese coincidente proceso tiene por objeto inhabilitar o
privar de libertad al candidato presidencial.

Mientras comete estas aberraciones, el régimen se precia de solicitar
que las elecciones de mayo sean monitoreadas por organismos
internacionales, algunos de reconocido prestigio y seriedad. Pero para
nada los convoca para controlar el proceso pre-electoral pues, a
juzgar por lo sucedido, el régimen no programa el fraude en forma de
un “volteo de urnas”, sino de un tortuoso mecanismo previo de
proscripción.

En el caso de Bolivia, no se trata de uno más de los supuestos de
alejamiento del modelo ideal del Estado de derecho, sino de lo que
puede definirse como un “Estado de no derecho”.

Rompe el molde del Estado de derecho y cae abiertamente en el del
“Estado de policía” el que, brutalmente elimina o proscribe, encarcela
y exilia a los opositores a su régimen, como hizo Hitler en Alemania,
en Austria y en Checoslovaquia, como hizo Mussolini en la Italia
fascista, o como hizo Stalin con las purgas o impuso en los países que
quedaron bajo su órbita. Pero el “Estado de policía” pasa a ser un
“Estado de no derecho” cuando viola también las normas que regulan las
elementales relaciones entre Estados, o sea, el derecho
consuetudinario y luego positivizado en la Convención de Viena de
1961. En ese caso, se rompe el termostato: ya no hay derecho, ni
siquiera el internacional de siempre, el llamado “derecho de gentes”.

Es el momento de advertirlo antes que el ejemplo pueda cundir y
pasemos a manejarnos como hordas y no como Estados. Por cierto, mucho
de lo que sucede en la región no está bien, no cabe duda, pero estemos
alertas, porque esto es demasiado: rompieron el termostato.

Raúl Zaffaroni es Profesor Emérito de la UBA
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Miquel Angel Soria

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Feb 5, 2020, 1:30:08 AM2/5/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Avui fa el 1.600 del Bon dia! Quina paciència!
Ahir -ho vaig oblidar, imperdonable- Jacques Prévert faria 120 anys.
Recordo que l'any 1967 em vaig dedicar a traduir Paroles, com una
forma d'entretenir-me en el poblet on feia de mestre. Des d'aleshores
el tinc sempre present.
També ahir feia anys del naixement de l'Ovidi Montllor, un
camarada-actor-cantant inovidable.
Avui fa anys del suicidi de la Violeta Parra. La seva música es manté
i sobre tot ara a Xile.

Un altre record entranyable:

José Luis Cuerda, Nietzsche y Marx... La filosofía de 'Amanece, que no
es poco', en cuatro conceptos
Toño Fraguas

Elija usted: la apertura del año judicial en España o un desfile
militar en la Plaza Roja de Moscú. La solemnidad es el mejor contexto
para el humor: cuanto más serio y tenso el ambiente, tanto más
graciosa se vuelve la cosa. La solemnidad es el aire que hincha el
globo del humor: cuanto más lleno, más ruido hace al estallar. José
Luis Cuerda era muy consciente del poder de este contraste y por eso
recurrió en su obra más célebre, Amanece, que no es poco, a grandes
nociones filosóficas, de esas revestidas de una solemnidad solo
comparable con la apertura del año judicial en España o con un desfile
militar en la Plaza Roja de Moscú.

Repasamos cuatro conceptos filosóficos (o 'concetos', que diría el
otro) para entender la filosofía de Cuerda:

Contingencia y necesidad

"¡Alcalde, todos somos contingentes, pero tú eres necesario!". Esta
pareja de conceptos, así empleados, equivalen a convertir al alcalde,
o munícipe por antonomasia, en Dios. Porque el 'ente necesario', tal y
como lo definió en el siglo XIII el filósofo italiano Santo Tomás de
Aquino, es el mismísimo Dios. El de Aquino lo decía en latín ('ens
necessarium').

El resto de las criaturas, usted y yo incluidas, somos 'ens
contingens' (entes contingentes). El santo filósofo recurrió a estos
conceptos para demostrar la existencia de Dios. Lo hizo, por cierto,
mediante cinco vías o caminos. La tercera de esas vías (nada que ver
con Tony Blair) establece que es impensable la inexistencia de Dios.
Porque Dios es perfecto y la existencia es uno de los atributos de la
perfección. Nosotros, usted y yo, sin embargo, podríamos no existir.
Se puede pensar en nosotros y en todas las cosas como 'no existentes';
pero Dios y el alcalde del pueblo existen. Vaya que sí.

El libre albedrío

"...Y luego está el tema del libre albedrío, que es un tema muy
bonito". Sí que es un tema bonito. Y difícil. Y que plantea tantas
cuestiones peliagudas que no caben en Internet. 'Albedrío' es una
palabra que deriva de 'arbitrio', como árbitro. ¿Somos árbitros de
nuestras vidas, es decir, somos libres, o nuestro comportamiento está
determinado? Es la guerra del indeterminismo (somos libres) contra el
determinismo (no lo somos). De aquí se deducen consecuencias muy
bonitas, también: si nuestro comportamiento está determinado (por la
naturaleza, o por Dios, o por la sociedad) entonces no somos
responsables de nuestros actos. Si usted, en su indumentaria, mezcla
rojo con rosa, sepa que no es culpa suya, sino del determinismo.
Nietzsche o Marx también mezclaban rojo y rosa y defendían el
determinismo.

Por el contrario, si somos libres, si gozamos del libre albedrío…
entonces podemos hacer el mal. Delinquir, pecar. A los jueces y a los
clérigos les gusta pensar que somos libres, es decir: castigables. Por
malos.

Ateísmo

"¡Yo no aguanto este sindiós!". La religión es un tema constante en la
obra de Cuerda. De nuevo: la solemnidad. Ese filón también lo vieron
los Monty Python y, bueno, tantos otros… Al final de la película,
cuando el sol sale por donde no debe, los guardias civiles
(contingentes y partidarios del libre albedrío) abren fuego al grito
de "yo no aguanto este sindiós".

Esta expresión 'sindiós', es la traducción literal, en castellano, del
término griego αθεϊσμός, o sea: ateísmo. Esa 'ausencia de Dios' es lo
explica que el sol salga por donde le dé la gana. Por Antequera, por
ejemplo.

La muerte

"Se te está muriendo divinamente, te lo juro". Se nos ha ido José Luis
Cuerda. La muerte es, como definió el filósofo alemán Martín
Heidegger, "la posibilidad de la más absoluta imposibilidad". Es
decir: cuando a uno ya no le quedan más alternativas, cuando ya no hay
capacidad de decidirse, uno está muerto. Y además, la muerte, como las
tarjetas de crédito, es personal e intransferible. Otros filósofos han
concebido la muerte como liberación, como regreso al lugar en el que
estábamos antes de nacer, como vuelta al paraíso terrenal… pero nadie
ha concebido la agonía como un ejercicio estético, susceptible de ser
valorado críticamente. Nadie, salvo Cuerda y el médico de Amanece...,
ese que consuela al familiar de un moribundo con esta entusiasmada
crítica:

"Se te está muriendo divinamente, te lo juro. Tenía ganas de que
vinieras para poder decírtelo. Puedes estar orgulloso, de verdad. En
los años que llevo de médico nunca había visto a nadie morirse tan
bien como se está muriendo tu padre. ¡Qué irse!, ¡qué apagarse!, ¡con
qué parsimonia!, ¡con qué graduación!… Estoy disfrutando, no te lo
puedes imaginar".

La muerte, los funerales, los entierros, son el reino de la
solemnidad. Y la solemnidad es el fértil huerto o el paraíso donde
ríen y juegan humoristas y filósofos. El paraíso de José Luis Cuerda,
vaya.

* * *

Viva el rey
Isaac Rosa

La lectura de este artículo dura unos cuatro minutos, lo mismo que la
ovación al rey en la apertura de las Cortes. De hecho, les recomiendo
que lo lean con ese sonido de fondo: busquen el vídeo y pónganlo, lean
mientras escuchan los aplausos de manos coloradas con que la mayoría
de diputados celebró al rey. Así, cuando lleguen al final del texto
escucharán los “viva el rey” que algunos diputados gritaron y muchos
otros corearon al terminar la larguísima ovación.

¿Me lo parece a mí o en las últimas semanas hemos oído en el Congreso
más vivas al rey que en cuarenta y tantos años de monarquía? Hubo
incontables vivas ya en el debate de investidura: lo gritaron varios
líderes al terminar sus intervenciones, se escucharon antes de hablar
Casado, los arrojaron diputados de las derechas contra la
representante de Bildu, y se repitieron cuando distintos portavoces
quisieron desagraviar al rey frente a las críticas del
independentismo.

Llegó esta semana la sesión de apertura y vimos bríos renovados: la
presidenta de las Cortes ensalzó hiperbólicamente el papel de la
corona teniendo al monarca sentado al lado y, para evitar la
"apropiación partidista y excluyente" de la monarquía por parte de las
derechas, cerró su discurso con un "viva el rey" como no se había oído
en cuatro décadas desde la presidencia. Después vinieron los cuatro
minutos de aplausos y vivas, tan entusiastas que hasta parecían
incomodar al homenajeado, que ponía esa sonrisilla de "vale, ya está,
venga, que os estáis pasando".

Y sí, los ministros de Unidas Podemos aguantaron la minutada
aplaudiendo en pie, para disgusto de no pocos republicanos que lo
consideran humillante, una bajada de pantalones de quienes hasta hace
dos días evitaban la mínima cortesía con el rey.

A mí, como republicano, no me molesta que Alberto Garzón o Pablo
Iglesias aplaudan al rey en un acto solemne. Son ministros, es
cortesía institucional. Y no es que yo piense que los gestos no son
importantes, al contrario: lo son, y mucho, sobre todo si hablamos de
la legitimidad de una institución que tanto depende de gestos,
símbolos, imagen pública, solemnidades y vítores.

Bueno, vale, a quién quiero engañar. Me molesta un poquito, un poco,
incluso mucho. Pero estoy dispuesto a aceptar un rato el argumento
(repetido desde Unidas Podemos) de que ese es el precio a pagar por
sacar adelante políticas de izquierda. Si ese es el precio, por mí que
le aplaudan un ratito cada día, que yo mismo me sumo si hace falta.

Lo que me preocupa es que ese no sea todo el precio, sino solo la
calderilla de lo mucho que tendrán que renunciar para mantener la
coalición. Tragarse un ratito las convicciones republicanas será el
sapo más digerible que se encontrarán en la mesa, así que prepárense
para muchas más decepciones, y no todas simbólicas, que en cada
momento se nos presentarán invariablemente como “el precio a pagar por
sacar adelante políticas de izquierda”.

Desactivado el republicanismo de Unidas Podemos por estar en el
gobierno, el otro día en el Congreso los únicos republicanos en activo
fueron los diputados de partidos independentistas, que dieron plantón
al rey y firmaron un manifiesto contra la monarquía. Bravo por ellos,
pero me deja una duda: los republicanos que no somos independentistas
catalanes, vascos o gallegos, ¿no tendremos quien nos represente en
los próximos cuatro años?

Y yendo más allá del asunto monárquico, ¿ocurrirá lo mismo en las
demás cuestiones políticas, económicas, sociales, culturales o de
política internacional? ¿La única oposición a la izquierda del
gobierno vendrá también de los partidos independentistas? En tal caso,
para los votantes no independentistas y del resto del Estado, toda
posibilidad de crítica, control y alternativa al gobierno vendrá de
las derechas, que disputarán entre ellas pero compartiendo un mismo
modelo de política, de sociedad y de país. Y eso es mucho más
preocupante que un ratito de aplausos y vivas.
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Miquel Angel Soria

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Feb 6, 2020, 1:31:41 AM2/6/20
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La trobada dels presidents coincideix amb la celebració de la BCNegra.
Alguna cosa a dir?


¿Nuevo choque con la justicia europea?
Javier Pérez Royo

Una vez respondida por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea
(TJUE) la cuestión prejudicial que le planteó el Tribunal Supremo (TS)
en los términos que doy por supuesto que el lector conoce, quiero
llamar la atención sobre una nueva posible divergencia entre el
Tribunal Supremo (TS) y la justicia belga acerca de si es posible
mantener la orden de detención y entrega dictada por el Juez Pablo
Llarena contra Puigdemont y Comín, una vez que estos tienen reconocida
su condición de diputados del Parlamento Europeo.

La orden de detención y entrega europea fue reactivada por el juez
español después de que el 14 de octubre de 2019 el TS dictara la
sentencia del procés, por la que se condenaba a Oriol Junqueras como
autor de un delito de sedición. El juez Pablo Llarena había retirado
dicha orden y, una vez dictada sentencia por la que se condenaba a
Oriol Junqueras, que también había sido elegido diputado europeo en
las elecciones del 26 de mayo, consideró que estaba en mejores
condiciones para fundamentar jurídicamente la orden y volvió a
activarla. Ahora disponía de una sentencia firme con la que avalarla.

Como Puigdemont y Comín tienen fijada su residencia en Bélgica es a la
justicia de este país a la que le toca decidir sobre dicha orden. El
próximo día 18 parece que se va a hacer pública la decisión.

Para que el lector no jurista no se desoriente, voy a poner un poco de orden.

Puigdemont y Comín sostienen que, al ser diputados europeos desde el
13 de junio, fecha en que fueron proclamados candidatos electos por la
Junta Electoral Central (JEC), son portadores de inmunidad desde esa
fecha y, en consecuencia, no puede estar activa ninguna orden de
detención contra ellos, mientras el Parlamento Europeo no haya
concedido su autorización. Solicitan, en consecuencia, de la justicia
belga que ANULE la orden dictada por el juez español. De acuerdo con
la "doctrina" del TJUE de 19 de diciembre de 2019, dicha orden no
debería haber sido nunca reactivada después del 14 de octubre contra
ellos, porque no había sido levantada su inmunidad de la forma
exigida. Este es el núcleo de su argumentación.

La posición del TS es la de que la orden no debe ser anulada, sino que
debe quedar simplemente SUSPENDIDA hasta que el Parlamento Europeo dé
respuesta a la solicitud de suplicatorio que le ha sido dirigida por
el TS.

Entre estas dos opciones, anulación o suspensión, tendrá que decidir
la justicia belga.

La posición de Puigdemont y Comín es de una claridad meridiana. Contra
diputados europeos no se puede dictar orden de detención sin
autorización previa del Parlamento. Se ha dictado una orden que no se
podía dictar, luego debe ser anulada.

La posición del TS es menos clara, más rebuscada. La orden debe quedar
activa, aunque no se pueda ejecutar todavía. Dicho de otra manera: la
orden de detención debe quedar "dormida", esperando el momento en que
pueda ser "despertada", es decir, el momento en que el Parlamento haya
dado su autorización. El TS podía dictar la orden de detención, que
simplemente ha quedado sometida a la "condición suspensiva" de la
autorización del Parlamento Europeo. No ha habido una actuación
antijurídica, pues, por parte del TS.

El debate puede parecer bizantino, pero no lo es. Lo que hay en ambas
posiciones son dos interpretaciones divergentes de la sentencia del
TJUE de 19 de diciembre de 2019, que estableció en el 13 de junio la
línea divisoria para la adquisición de la condición de diputado
europeo y la vigencia de la inmunidad parlamentaria. Puigdemont y
Comín se agarran a esa fecha, el TS se niega a aceptarla.

Y se niega a aceptarla no por Puigdemont y Comín, sino por Oriol
Junqueras. En términos prácticos, el debate entre anulación o
suspensión para el estatuto jurídico de Puigdemont y Comín es
irrelevante. Hasta que el Parlamento no levante la inmunidad de ambos
no podrán ser detenidos. Y si la levanta, podrán serlo. Que hasta que
haya hablado el Parlamento la orden de detención haya estado anulada o
suspendida es indiferente.

¿Por qué entonces el TS da la batalla? Si, en ningún caso, van a poder
ser detenidos Puigdemont y Comín hasta que el Parlamento haya dado su
autorización, ¿por qué se arriesga a ser desautorizado por la justicia
belga, como, en mi opinión, va a ocurrir?

Aquí es donde entra en juego Oriol Junqueras. El TS se ha negado a
aceptar el "núcleo esencial" de la sentencia del TJUE, que no es otro,
que el 13 de junio es la línea divisoria con base en la cual hay que
definir el estatuto jurídico de todos los candidatos que fueron
proclamados diputados electos al Parlamento Europeo. Antes del 13 de
junio Junqueras, Puigdemont y Comín eran ciudadanos españoles sin más.
Desde el 13 de junio son parlamentarios europeos y, sin la
autorización previa del Parlamento no se puede dar un paso contra
ellos. Y es indiferente que uno haya sido procesado y que el juicio
contra él quedara visto para sentencia el 12 de junio (Oriol
Junqueras) y que los otros no lo hayan sido (Puigdemont y Comín). La
inmunidad parlamentaria los protege por igual. Sin autorización del
Parlamento no se puede proceder penalmente contra ellos de ninguna
manera. Cosa distinta es que, en la solicitud de suplicatorio, el TS
diferencie entre la posición procesal del primero respecto de la de
los segundos. Pero el suplicatorio tiene que pedirlo para los tres. Y
esto es lo que se ha negado a hacer respecto de Oriol Junqueras,
mientras que no ha tenido más remedio que hacerlo respecto de
Puigdemont y Comín.

El TS no podía dar un solo paso contra ninguno de los tres. Lo ha
dado. En forma de sentencia condenatoria contra Oriol Junqueras. En
forma de reactivación de una orden de detención contra Puigdemont y
Comín. Si la justicia belga decide que después del 13 de junio el TS
no podía dar el paso que dio contra Puigdemont y Comín, ¿podía darlo
contra Oriol Junqueras cuyo estatuto jurídico como diputado europeo
era exactamente el mismo?

La decisión de la justicia belga, en el supuesto de que sea anulatoria
de la orden de detención contra Puigdemont y Comín, dejará en
evidencia la forma fraudulenta de ejecución de la sentencia del TJUE
por parte de la JEC y del TS, negándose a aceptar esa línea divisoria
del 13 de junio para Oriol Junqueras.

Esta es la razón por la que el TS está dando la batalla. Si después
del 13 de junio no podía dictar orden de detención contra Puigdemont y
Comín, tampoco podía dictar sentencia contra Oriol Junqueras. Esto es
lo que el TS no puede reconocer.

El 18 veremos cuál es la decisión de la justicia belga. No se puede
perder de vista que el caso Oriol Junqueras no está todavía cerrado,
ya que hay un recurso ante el Tribunal General de la Unión Europea,
ante el cual se podrá hacer valer la fundamentación jurídica y la
decisión de la justicia belga respecto de si la orden de detención
contra Puigdemont y Comín fue "ajustada a derecho" en el momento en
que se dictó o no.

La decisión de la justicia belga volverá a dar actualidad a las
últimas palabras de las Conclusiones Generales del Abogado General
sobre la cuestión prejudicial. Al haber dictado sentencia, decía, el
TS ha vaciado de contenido la misma cuestión que él ha planteado.
Carece de sentido dar respuesta a las preguntas formuladas. Lo único
que queda por decidir, concluía el Abogado General, es si Oriol
Junqueras tenía inmunidad o no en el momento en que se dictó sentencia
contra él.

Y todo esto se volverá a ver en la vista del recurso ante el TGUE
contra la decisión del Parlamento Europeo de hacer suya la
interpretación de la sentencia del TJUE por parte de la JEC y el TS
sobre la irrelevancia de la línea divisoria del 13 de junio para Oriol
Junqueras, razón por la cual se le ha privado de su condición de
diputado europeo.

No es una batalla bizantina.

* * *

Brexit: las consecuencias económicas y financieras
Alejandro Nadal

Reino Unido ha abandonado definitivamente la Unión Europea. El
referéndum del 23 de junio de 2016 ha llegado a su culminación. Los
ciudadanos de Reino Unido ya no son ciudadanos de la Unión Europea
(UE). Es un acontecimiento de gran importancia tanto para el proyecto
de una Europa democrática como para Reino Unido. Y las repercusiones
se harán sentir en el mundo entero.

Por el momento, sin embargo, en la vida cotidiana los ciudadanos de
Reino Unido no van a experimentar grandes cambios. Eso se debe a que
ahora se ha abierto un periodo de transición de 11 meses para negociar
los términos de la relación que mantendrán en el futuro Reino Unido y
la UE. Es decir, hasta diciembre de este año Reino Unido permanecerá
en el mercado integrado y la unión aduanera de la UE. Mercancías y
capitales, así como personas, seguirán circulando libremente dentro de
la UE y de Reino Unido, tal como sucedía anteriormente. Transcurrido
este plazo el nuevo paisaje dependerá de las negociaciones entre la
Comisión de la UE (con sede en Bruselas) y Londres dentro del periodo
de transición.

Las posturas de ambas partes para estas negociaciones se darán a
conocer esta semana. El tema más urgente es el de las relaciones
comerciales, y tanto para Bruselas como para Londres lo que se busca
es un acuerdo comercial con cero cuotas y sin aumentos de aranceles a
lo largo de toda la nomenclatura arancelaria. Pero aquí es donde
comienzan las complicaciones. La Unión Europea no estará dispuesta a
regalar a Reino Unido todas las ventajas de un acuerdo comercial
reservadas para sus miembros. Además, la Comisión Europea, en
Bruselas, buscará hacer las cosas difíciles a Londres para dejar bien
claro a cualquier otro miembro de la Unión que la salida es muy
costosa. Ese mensaje puede estar particularmente dirigido a países
como Grecia.

Bruselas buscará un acuerdo comercial en el que Londres se comprometa
a no socavar las normas sociales y ambientales para competir con la UE
sobre bases desiguales. El primer ministro, Boris Johnson, ha
manifestado que no piensa constreñirse por las reglas de Bruselas, lo
que anuncia una confrontación con los halcones de la Comisión Europea.
De no llegar a un acuerdo, el comercio entre Reino Unido y la UE
tendrá que regirse por las disposiciones de la Organización Mundial de
Comercio. Para muchos rubros eso se traducirá en un aumento no
despreciable de aranceles.

Otros temas delicados incluyen el acceso de la flota pesquera de la UE
a las aguas de la zona económica exclusiva de Reino Unido. Los temas
de seguridad, política exterior e intercambios escolares también
pueden hacerse muy complicados. Pero, sin duda, el más problemático
está en el capítulo de los servicios financieros, porque la
integración financiera entre la City y la UE es muy profunda.

Un informe encargado por la City concluyó en 2016 que 23 por ciento de
ingresos de la City provenían de actividades relacionadas con la UE.
El estudio reveló que la mitad de esos ingresos se podría perder con
la salida de la UE (véase Informe Wyman en www.oliverwyman.com). Junto
con esos recursos desaparecerían hasta 32 mil empleos. Esas
proyecciones no han cambiado mucho en análisis más recientes.

Los efectos del Brexit sobre la City ya se han comenzado a sentir. En
las evaluaciones más recientes (septiembre 2019) la City descendió al
segundo lugar, detrás de Nueva York, en el volumen de transacciones
financieras, y Hong Kong está en tercer sitio. Pero, curiosamente, la
incertidumbre que se había pronosticado desde hace tres años para el
sector financiero no ha tenido los efectos anunciados.

Todo cambiará, porque la UE ya ha manifestado su oposición a incluir
los servicios financieros en un acuerdo comercial con Reino Unido. Y
es que la UE busca promover la mudanza de empresas y bancos de la City
hacia otras capitales europeas. Eso contribuiría a erosionar las
economías de escala que tiene la City y que le han permitido mantener
su proyección global, sobre todo en el mercado de divisas. El Brexit
va a transformar todo esto y llevar al desmembramiento de una parte de
la red de servicios financieros que han hecho de la City un centro
financiero global. La pérdida de economías de escala sería un golpe
fuerte para los negocios y la rentabilidad de los operadores de la
City, porque habría otros competidores que se beneficiarían. Las
autoridades negociadoras de la UE esperan obtener algo de este
proceso, que podría conducir a mudar parte del complejo de operaciones
y servicios prestados por la City a otras capitales europeas. París y
Fráncfort se han estado relamiendo los bigotes desde el día del
referéndum.

La City, en Londres, tiene su propio estatuto jurídico en Reino Unido
y las grandes aventuras imperiales fueron financiadas y aseguradas por
esta entidad única en su género. Los nostálgicos de aquellas épocas se
verán defraudados al darse cuenta que esos tiempos no volverán con el
Brexit.
Lo de siempre.jpg
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La España vaciada.jpg
Novos ministros.jpg

Miquel Angel Soria

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Feb 7, 2020, 1:30:40 AM2/7/20
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En temps convulsos cal llegir els savis i seguir els seus
ensenyaments. Aquesta és la bruíxola del navegant davant els cants de
sirena.


No és moment d’escissions. El moment és de debat estratègic.
Zero a l’Esquerra

El dia 10 de gener de l’any 46 a.n.e. Juli César va travessar el riu
Rubicó al front de les seves tropes. Aquest acte significava declarar
la guerra al Senat i al poble romà. En el moment de travessar el riu
va arengar als seus sequaços tot pronunciant una frase que es va fer
famosa: Alea jacta est. Podem traduir-la com: “ els daus ja estan
llençats”. En castellà culte se sol traduir per: “la suerte está
echada”. Tenim una versió castissa: “que salga el sol por Antequera”.
Aquesta és la primera cosa que m’ha vingut al cap quan he llegit la
nota de premsa del grup escissionista publicada avui i que podeu
llegir aquí: Cisma en Comunistes de Catalunya, partido de Nuet, por su
acercamiento a ERC. Naturalment, ni l’anònim redactor de l’Agència EFE
ni La Vanguardia es limiten a informar. Seguint la seva línia
editorial, orgànica respecte als interessos de la gran burgesia,
ambdós medis de comunicació expressen la seva opinió clarament
favorable a l’actitud dels escissionistes a través d’una inflació
d’adjectius i xifres. També en aquesta “noticia”: El partido de Nuet
celebra el próximo sábado su segunda conferencia nacional. Demà la
resta de la premsa se’n farà ressò. Cadascú sap a quin arbre s’acosta
tot buscant patèticament una ombra que l’aixoplugui. En aquest cas,
cal reconèixer que l'arbre de La Vanguardia sol donar bona obra.

En tot cas, l’actitud adoptada pels escissionistes de no acudir a la
conferencia per a debatre és una actitud evidentment no democràtica.
Es allò que Lenin criticava: “no saber estar en minoria”.[1]Aquesta
decisió, la forma i el moment en que s’adopta mostra a les clares que
alguns ja han adoptat la seva decisió fora dels canals orgànics del
partit i l’apliquen d’acord amb una pla establert des de fa massa
temps, per una direcció paral·lela. Una direcció que no ha estat
escollida per cap congrés.

No es tracta d’un error, ni d’una anècdota ni d’una improvisatzació
per part del grup fraccional. L’ escissió està en marxa des de fa molt
de temps. Quatre, cinc anys? No ho sé ben bé. Jo no hi era.

Ara ningú em podrà recriminar que pensi que els companys Mena, Lozano,
Montero, Alonso i demés fa temps que han travessat el Rubicó. I que
anuncien la seva decisió en el moment que calculen que poden fer més
mal i per tant en el moment en que ells, com a petita capelleta de
càrrecs institucionals poden treure’n més benefici.

Per què no ens cal un Congrés Extaordinari?

L’excusa dels escissionistes per a marxar ara consisteix segons
comuniquen a l’agència EFE: “Para los críticos, esta conferencia
pretende "redefinir la política de alianzas" del partido, en "un
intento más de revestir de legitimidad la alteración antiestatutaria"
de lo acordado por el congreso de la formación…”.[2] Està clar que una
escissió que es cova en les ments d’alguns des de fa tants anys
converteix aquesta qüestió de mètode una simple excusa instrumental.

Per la meva part penso ser molt clar: el mètode de debat aprovat pel
CC del nostre partit em sembla suficient per a celebrar un debat
democràtic, per a prendre una decisió sobre les modificacions en la
política del partit en el que fa relació a la política d’aliances
electorals. El CC ha decidit fer una Conferència Nacional, quin
document s’ha discutit a les organitzacions. Aquest debat de tot el
partit culminarà demà 23 de novembre en una Conferencia Nacional. Un
mètode democràtic, obert i participatiu. Qui a ha volgut aportar al
debat ha pogut fer-ho. Qui ha volgut fer esmenes ho ha pogut fer.
Marxar sense debatre demostra el talant fraccional, destructor dels
que ara marxen.
Què farem demà els comunistes catalans? Debatrem, amb ànim de
construir una nova política per a la nova fase algunes qüestions
importants, com per exemple:

· el declivi del cicle de la mobilització social contra el
neo-liberalisme (15 M i d’altres moviment socials) i la derrota
temporal tant de la hipòtesi populista com de la lluita del moviment
popular i democràtic català per l’autodeterminació.

· un final de cicle que s’està donant amb la recomposició i
reforma del règim del 78 i no en la seva ruptura. Xavier Domènec ha
definit aquest fenomen com un nou Front d’Ordre. Per la meva part, la
caracteritzo com una revolució passiva. Com assegurar que aquesta
situació no se salda amb la instal·lació en les àrees de poder de les
elits sorgides en aquest cicle? Com assegurar la continuïtat de la
lluita i de la resistència en la nova fase?

· la re-composició autoritària del règim s’opera a través de la
col·laboració, integració i cooptació d’algunes de les elits
polítiques sorgides de les mobilitzacions i de la complicitat de les
velles elits polítiques i sindicals que durant la transició signaren
els Pactes de la Moncloa, renunciaren a posar en qüestió la monarquia
i renunciaren a un element programàtic com era el dret
d’autodeterminació. Durant quaranta anys aquests elits foren el
fanalet vermell del règim. Ara segueixen operant activament en
connivència amb alguns dels actors de la hipòtesi populista. Cal
triar. [3] Jo ja ho he fet.

· Ens cal reconèixer i analitzar el nou escenari i articular els
canvis necessaris en la nostra política per a abordar la nova fase de
la lluita de classe. I ens cal fer això amb plena independència com a
partit, sense pressions ni atacs provinents del front electoral en que
participàvem fins que se’ns va excloure, del sindicat. Des de fora no
poden decidir la política del partit.[4]

Que el partit pugui fer tot això recuperant la seva autonomia per a
pensar la estratègia a bastir per a el proper període es clau per a
poder construir la autonomia de la classe treballadora. I l’autonomia
de la classe no es limita al moment econòmic-corporatiu i sindical
sinó que, a Catalunya, es refereix a la capacitat de la classe obrera
i del conjunt de poble treballador per disputar l’hegemonia a la
petita burgesia dins del moviment democràtic i popular per la
autodeterminació.

La independència del partit és clau, estratègica per a poder fer això.
El partit, primer.

Per tot això em sembla rebutjable la maniobra dels companys Mena,
Lozano, Alonso et alii. Encara m’ho sembla més per que està coordinada
i tele-dirigida des de sis-cents quilòmetres amb l’enèsim
desembarcament a Catalunya d’ IU[5] i amb la pressió de la actual
direcció dels Comuns en contra de la nostra independència política com
a partit comunista.

La perspectiva del nou acord de govern entre PSOE i Unidas Podemos
està en el rere fons de la maniobra escisssionista.

Vull recordar una previsió que vaig fer a principis del passat mes de
juliol en un article publicat arrel del míting (que no assemblea) de
la Esquerra Unida Catalunya celebrat el passat 3 de juliol a Sant
Adrià. Perdó per la auto-cita:

“Por si todo ello fuera poco, el calendario político previsible
incluye, tras la sentencia del juicio del procés, la posible
convocatoria de elecciones autonómicas. O unas hipotéticas elecciones
generales, no descartables cuando escribo estas líneas [nota: 5 de
juliol passat]. Esas convocatorias electorales obligarán a los
implicados en la escisión a legalizar su situación lo más rápidamente
posible, con el fin de poder negociar su cuota-parte en las listas de
los Comunes. Asunto vital para la pequeña élite que pretende comandar
el asunto. El calendario electoral prima de nuevo sobre la necesidad
de un debate en profundidad sobre las causas y soluciones del evidente
declive de la izquierda. Nada nuevo bajo el sol. Tacticismo activo y
operante en la dirección del asunto”. [6]

Ara a aquella previsió s’hi afegeix la perspectiva dels escissionistes
de recolzar la formació d’un govern que significa, el tancament per
dalt del cicle de protesta producte de la crisi de 2008-2009 i de les
polítiques neo-liberals imposades pel PSOE, pel PP i per CiU.
Tancament per dalt en el marc del qual, a Unidas-Podemos tant sols li
quedarà el galdós paper de donar la cara per les retallades i per una
política anti-social. Com quan fa quaranta anys, els eurocomunistes
defensaven els pactes de la Moncloa com si fossin “l’autopista
espanyola al socialisme”. Els escissionistes d’avui es disposen a
defensar la formació d’aquest nou govern i, a ser possible per a ells,
a gaudir-ne les engrunes que caiguin de la taula en forma de càrrecs
institucionals, sindicals o de confiança.

De totes maneres, sempre convé mirar una mica més enllà de les
divisions i fraccionalismes amb que l’esquerra solem rebre les
derrotes i els canvis de cicle. És important tractar de mirar el
conjunt del camp de batalla de la lluita de classes i no quedar
encaixonats en els petits conflictes que pateix la nostra petita
patrulla o la nostra trinxera. Intentant donar una mirada global, en
el mateix article de fa dos mesos i mig afirmava:

“La divisió és producte de la derrota i no al contrari”.

“El context general en que se produeix aquesta escissió és la fi del
cicle de mobilització popular i de la inestabilitat institucional
obert per la crisi de 2008 i pels moviments del 15 -M i de l’ 1 - 0.
Es a dir, estem davant la derrota dels moviments socials que
intentaren posar en qüestió el règim. Aquesta derrota i retirada
general del moviment social té la seva plasmació en el petit mon de
les elits polítiques que han tractat de representar el moviment.
L’espai electoral es redueix. La divisió entre elits concurrents per
ocupar llocs institucionals s’aguditza. Les escissions son el producte
d’aquesta situació. En resumen, la divisió es conseqüència de la
derrota i no la seva causa.

Si mirem de prop aquesta nova escissió ens trobem amb moviments
petits, gairebé moleculars. Encara que els protagonistes pensin que
les seves mogudes son grans batalles, i tractin de construir-se una
èpica homèrica a les seves aspiracions i expectatives, en realitat
estem davant de simples epifenòmens[7] d’un fenomen polític habitual:
la cooptació de noves elits a la gestió lleial del règim.

Així doncs, estem davant d'un epifenomen d'un procés molt més ampli i
moltíssim més greu: el tancament per dalt d'una crisi de règim. Una
crisi de règim que mai va ser orgànica, encara que aquesta fos la
hipòtesi dels que ens van proposar d'una guerra llampec (blitz krieg)
per assaltar els cels. Aquesta guerra llampec s'ha estavellat contra
la fèrria xarxa de trinxeres i de cassamates d'un bloc històric que,
si bé patia una crisi, estava ben preparat per resistir l'atac. Cal
emmarcar tot això en el fracàs de la hipòtesi i de la raó populista i
en el tancament de la suposada "finestra d'oportunitat", si és que
aquesta cosa va existir alguna vegada. A Catalunya estem també en el
final de l'escapada del processisme. Aquest és el marc real, el
context en el que hauríem de debatre en lloc d’escindir”.[8]

No és moment d’escissions. El moment és de debat estratègic.

En aquesta conferència el nostre partit, Comunistes.Cat. debatrà coses
molt serioses com:

· Que no podem renunciar a la lluita per l’hegemonia de la
classe treballadora dins del moviment nacional-popular català que
lluita per l’amnistia i pel dret d’autodeterminació.

· Que cal posar dempeus una política de “catalanisme popular”. Una
política que no és una rendició davant del nacionalisme sinó tot al
contrari. Una política que ha servir per a disputar l’hegemonia al
nacionalisme conservador dins del moviment popular i democràtic per a
l’autodeterminació. Cal recordar que “catalanisme popular” fou una
hipòtesi de treball que recentment va re-llançar l’anterior i
defenestrat coordinador de Catalunya en Comú Xavier Domènec.

· Que en la fase actual de la complexa lluita de classes que es
desenvolupa a Catalunya i a la resta de l’estat espanyol, el
sobiranisme d’esquerres és una proposta que, podria permetre mantenir
i ampliar la lluita per la ruptura democràtica amb un règim corrupte i
esgotat com és la monarquia imperant al Regne d’Espanya. Una proposta
que ja s’està començant a articular.

· La creació d’una delegació de IU a Catalunya no serveix en
l’etapa actual per a intervenir en la complexa lluita de classes que
es desenvolupa al nostre país. La hipòtesi sucursalista mai no ha
funcionat a Catalunya i ara no serà diferent. El naixement del PSUC en
el context del Front d’Esquerres (1936), el seu primer congrés (1956),
el seu tercer congrés (1973) en el marc de la lluita per la ruptura
democràtica, la formació del PCC en el sisè congrés (1982) com a
partit de classe i nacional són exemples de que, a Catalunya la
sucursal, la federació de l’organització espanyola no serveix. Ara una
federació de IU a Catalunya tampoc servirà a la construcció d’una
política nacional-popular. En canvi, sí que servirà per a una qüestió
més domèstica i corporativa: per a negociar la recol·locació d’una
petita corporació de càrrecs públics, de tècnics de confiança i d’un
lobby sindical dins de les rengleres del Front d’Ordre o sigui del
tancament de la crisi del regìm.

Malgrat tot, no trencar mai els ponts.

En les diverses situacions d’escissió que he viscut en els meus 48
anys de militància, he intentat sempre de no trencar els ponts de
diàleg i he mirat de no retirar la paraula a cap company. No sempre he
rebut el mateix tracte però no em queixo: entenc als companys que
m’han retirat la salutació i la paraula. La irritació és mala
consellera, els humans li solem fer massa cas. Errare humanum est.

Trencar ponts no m’ha semblat mai una actitud correcta des del punt de
vista de la imprescindible fraternitat entre companys. Tampoc em
sembla una actitud pràctica des del punt de vista polític. Més enllà
de les actuals discrepàncies ens tornarem a necessitar els uns als
altres. El feixisme i la dreta neo-liberal i autoritària els tenim al
davant i ells no distingiran entre nosaltres.

Sabadell 22 de novembre de 2019



________________________________
[1] V.I. Lenin, Cartas sobre táctica, Entre dos revoluciones, Madrid,
Siglo XXI, 2017, p. 70
[2] https://www.lavanguardia.com/politica/20191122/471785541937/cisma-en-comunistes-de-catalunya-partido-de-nuet-por-su-acercamiento-a-erc.html
[3] Si, em refereixo a les restes d’ICV i de l’eurocomunisme. Veure
per exemple: https://www.elconfidencial.com/espana/2019-06-30/icv-catalunya-comu-amenaza-fracturar-confluencia_2096482/
[4] Sobre totes aquestes qüestions vaig donar elements d’anàlisi en la
meva intervenció a la darrera festa de Realitat:
http://lallibertatdelsantics.blogspot.com/search?updated-max=2019-09-09T09:12:00-07:00&max-results=13&start=6&by-date=false
[5] https://www.lavanguardia.com/politica/20190630/463175583653/garzon-reunira-cataluna-miembros-euia-iu-nuet.html
[6] https://www.cuartopoder.es/ideas/2019/07/06/la-division-es-consecuencia-de-la-derrota-y-no-su-causa/
[7] Epifenomen: segons el diccionari de l’Institut d’Estudis Catalans:
“Fenomen secundari, en connexió amb un altre considerat principal”.

[8] Loc. cit: https://www.cuartopoder.es/ideas/2019/07/06/la-division-es-consecuencia-de-la-derrota-y-no-su-causa/
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Miquel Angel Soria

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Feb 10, 2020, 1:31:56 AM2/10/20
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Bé, ahir, Jordi Évole, fins que va intentar per tots els mitjans que Junqueres contesté el que ell volia. Ens va recordar el Farreras. Serà cosa de la 6? Em va recordar aquelles discusions impossibles en les que parlen de coses diferents.
Recordo el 122 aniversari de Bertolt Brecht.
A la vista de l'article de l'Álvarez-Solís, crec que potser caldria rellegir un llibre d'Edward W. Said, Orientalismo, que va publicar Debolsillo en 2002.


ANTONIO ÁLVAREZ-SOLÍS
EL OCCIDENTALISMO HA MUERTO

Una de las señales más visibles del final histórico del occidentalismo -–concepción aún dominante en todo el mundo, aunque ya a trancas y barrancas, de lo social, cultural y políticamente admirable– es la corrupción de su lenguaje. Occidente ha presumido, y aún se jacta en determinadas cumbres, de hablar con plenitud de sentido en los ámbitos de la cultura, de la política o de lo social, escenarios de su acción modernizadora. La libertad referencial está en la raíz de lo europeo, como lo están lo social y lo cultural. Las revoluciones acontecidas en el interior de lo europeo u occidental, sobre todo en los dos últimos siglos, han pervivido o se han derrumbado al contrastar su lenguaje con el que secularmente posee Occidente para tratar de la razón, la libertad, la justicia o la democracia. La misma ciencia esencial ha sido custodiada hasta anteayer por ese lenguaje severo y repleto de «diosicidad» europea. Occidente decidió desde los tiempos de la Hélade cómo habían de llamarse las cosas para ser verdaderamente cosas. Pues bien, toda esa inmensa seguridad está cayendo con estrépito ante un lenguaje arruinado. La libertad tiene un diccionario frágil; la justicia es equívoca en su verbalidad; la economía usa términos variables hasta límites de escándalo; el arte es analfabeto; la moral maneja mil diccionarios diferentes… El dios de la verdad ha perecido en un día paradojalmente convertido en noche digital.

El párrafo anterior sobre el naufragio de la occidentalidad se me ha ocurrido a mí mismo –así, de repente– al amparo de mi inanidad jactanciosa. En un rato de arrebato anarcoide se ha deshecho entre mis manos la matemática lingüística de los números primos. Por ejemplo, para autorizarme a mi mismo en eso de la ruina de lo europeo, leamos una información económica presuntamente iluminadora aparecida en las páginas de un periódico donde se celebran las bodas diarias y epicúreas entre el capitalismo duro y el socialismo blando: «El primer mes del año nunca es bueno para el mercado laboral. Ni cuando la economía crece mucho se evita que se hunda la afiliación a la Seguridad Social y se dispare el paro registrado. Y eso es lo que ha vuelto a pasar en el 2020».

Fijemos los anclajes del idioma que acaba de usar el diario aludido cuando afirma que la «economía ha crecido mucho». Según la RAE «crecer es aumento natural de los seres vivos o aumento de una cosa», en el caso presente, de la economía como un todo. Consecuencia inmediata del párrafo anterior: ¿si se crece económicamente, y además «mucho», cómo es posible que el empleo caiga en 244.044 personas, la mayor reducción desde el 2013? Filosóficamente este relato cae en la llamada «contraditio in re». Pero solo en apariencia; no nos precipitemos. Es posible que el crecimiento económico y el empleo hayan de leerse ahora como dos realidades pertenecientes a mundos planetariamente distintos e incluso opuestos; esto es, que el planeta de la riqueza esté orondo y que el planeta de los trabajadores que trabajan para los ricos esté escuchimizado por su cuenta. O sea, sin explotación. Los utilitaristas ingleses del XVIII resolvieron gimnásticamente este sin sentido diciendo que en la mesa de los ricos no tenían asiento los pobres. Pero digo yo que si la economía crece y el paro aumenta, el consumo debería constituir un tercer planeta, que sería el planeta de los consumidores, ajeno a los dos citados anteriormente pues no influye sobre ellos, con lo que la palabra economía sería un vocablo con tres acepciones. Cabe argüir que este inmenso lío no sea tal si tenemos en cuenta que las máquinas digitales constituyen otro planeta en donde no existe el paro, producen riqueza sin empobrecer al trabajador e incluso no generan pensiones ni gastos adyacentes, pero ello nos sitúa ante un cuarto planeta económico. Pero si… En definitiva, que el majestuoso y unitario término occidental de economía para describir una organicidad de inversor, trabajador y consumidor ha desaparecido en una economía que puede llegar a ser plurinumismática y transpersonal, con finos toques de fantasía numérica aportados por la cocina bancaria.

Sigamos leyendo la información «utilitaria» del mencionado rotativo para explicar el sorprendente lenguaje empleado acerca de un mundo que ha huido de la majestad única del lenguaje clásico de Occidente, poniendo en marcha una economía de variado diccionario: «Cuando acaba la Navidad finalizan muchos contratos de temporada en el comercio minorista y en la hostelería. También acaban muchos compromisos laborales vinculados al año natural».

Aquí el redactor que facilita la información precedente hace un zig-zag semántico sumamente apreciable para sortear la situación. No habla de trabajadores ni de empleo sino de compromisos laborales o contratos de temporada. Esto es, el trabajo de un camarero deja de observarse como empleo laboral –con su plenitud horaria y su proyección clásica de vida personal y familiar– para convertirse en compromiso o contrato. El Sistema culebrea por el diccionario, ya que compromiso es definido por la RAE como «delegación para proveer ciertos cargos eclesiásticos, convenio entre litigantes, escritura de otorgación, dificultad, empeño o duda de lo que antes era claro». Es decir, la estatura de Pepe, el camarero, ya no es de trabajador que puede ser despedido y condenado al hambre sino de ciudadano al que no cabe encuadrar en algo tan pedestre como el paro laboral. Es decir la información ya no ha de contener conceptos lingüísticos tan hirientes como el «paro» sino el cese de un «compromiso» o el «cese de un contrato de temporada», lo que convierte a Pepe, el camarero, en un CEO que sirve café o en un canónigo que está oficiando en misiones turísticas.

La corrupción del lenguaje y de otros solemnes aspectos del occidentalismo convierte a la civilización aún instalada en un despojo mal oliente, incluyendo la realidad humana en que miles de millones de individuos han sido desposeídos de una sacralidad luminosa y respetable para regresarlos a una animalidad dolorosa en que la pieza es cazada en un juego de aquí te pillo y aquí te mato, Periquín. Pero sin mayor trascendencia.

                                      * * *

Rutina en Brasil: más desastres del gobierno de Bolsonaro
Eric Nepomuceno

Si 2020 empezó con el mandatario brasileño Jair Bolsonaro respaldando el asesinato del general iraní Quasem Soleimani por órdenes directas del presidente estadunidense, Donald Trump, lo que siguió confirma algo que desde que el ultraderechista asumió la presidencia se hizo inmutable: su personalidad, en la cual destaca un permanente desequilibrio con actitudes de sus ministros que impulsan una rutina de desastres y ridiculeces.

El sector considerado ‘ideológico’ del gobierno –todos seguidores estrictos del astrólogo que se autonombró ‘filósofo’, Olavo de Carvalho, gurú del clan presidencial– sufrió una pérdida importante, es verdad, pero sigue ocupando, con exuberante capacidad de producir disparates, ministerios de importancia fundamental para los proyectos del ultraderechista tosco que nos preside: Medioambiente, Educación y Relaciones Exteriores.

La pérdida se dio en un campo específico de la saña presidencial, el de las artes y la cultura.

En su primer día como mandatario, Bolsonaro extinguió el antiguo ministerio y creó la ‘Secretaría Especial’, con rango inferior. Pasó a defender el retorno de la censura, declaró guerra al cine y pidió un arte ‘acorde con los principios cristianos y de la familia brasileña’.

Pues su hasta ahora titular, el director de teatro Roberto Alvim, fue literalmente expulsado del puesto pocas horas después de, en la noche del jueves 18, haber sido fuertemente elogiado por el propio Bolsonaro.

El motivo: luego del encuentro con el presidente, Alvim anunció, vía Internet, su nuevo programa de incentivos a las artes, con un texto que contenía copiados varios fragmentos de un discurso de Joseph Goebbels, el ministro de Propaganda de Adolfo Hitler. Advertido, dijo tratarse de una ‘coincidencia de retórica’, para luego aclarar que suscribía cada palabra robada al alemán.

Por primera vez un funcionario del gobierno de Bolsonaro asumió su plena coincidencia con uno de los ideólogos del nazismo.

Bolsonaro decidió separarlo del cargo luego recibir una muy furiosa llamada del embajador de Israel en Brasil.

Al mismo tiempo, otra bomba: la fiscalía nacional pidió la suspensión de los resultados del examen de ingreso en universidades públicas, creado en tiempos del PT de Lula da Silva.

La razón: errores en la concesión de notas a los estudiantes.

El ministro de Educación, Abraham Weintraub, otro discípulo del astrólogo-gurú, es una máquina de disparar groserías, comete equívocos primarios de ortografía cuando escribe y de concordancia verbal cuando habla. Sin embargo, sigue contando con total respaldo de Bolsonaro, por su fidelidad absoluta a la misión de erradicar el ‘marxismo cultural’ de la enseñanza pública.

¿Más desastres en el primer mes de 2020? Pues claro… Bolsonaro había anunciado que iría al Foro Económico Mundial que se realiza anualmente en Davos, una pequeña población en los Alpes suizos y que reúne a la flor y nata del empresariado y de los dueños del dinero del mundo.

Informado de que el tema del medio-ambiente tendría peso en las reuniones, cambió de idea, y con justa razón: al fin y al cabo, su primer año de gobierno registró un sinfín de agresiones a la Amazonia, con invasiones de tierras públicas y de reservas indígenas, fuerte estímulo a los incendiarios de fuego y a los devastadores de madera, como a la minería ilegal que contamina ríos y arroyos.

Prefirió despachar a su ministro de Economía, el neoliberal fundamentalista Paulo Guedes, ex funcionario de Augusto Pinochet en Chile.

Pues cuando surgió el tema ambiental, Guedes no tuvo duda: aclaró que los peores agresores son los pobres, que devastan el medioambiente para tener qué comer.

Fue fulminado no sólo por ambientalistas y organismos de defensa de la naturaleza, sino también por el ex vicepresidente estadunidense Al Gore. Hasta su colega de gobierno, la ministra de Agricultura, Tereza Cristina Corrêa da Costa Días, lo desmintió.

Bolsonaro viajó el pasado jueves a India. Dice que pretende ampliar el comercio bilateral, aumentando las exportaciones brasileñas; fue invitado para las celebraciones de las fiestas de independencia del país asiático, que cada año selecciona un único jefe de Estado para merecer tal honor.

Con su habitual delicadeza y luciendo los modales refinados de siempre, su primer almuerzo en ese país con una de las riquezas culinarias más diversificadas del planeta constó de arroz y tallarines con salsa de tomate. Cuando en su visita a Japón ya había cometido una grosería semejante, argumentando que no le gusta el pescado crudo.

Ha sido por otra razón, sin embargo, que Supriya Gandhi, profesora de la universidad de Yale, protestó de manera vehemente al saber que Jair Bolsonaro iría a visitar el Memorial dedicado a su bisabuelo, Mahatma Gandhi, el padre de la independencia de India.

Su argumento: Bolsonaro no tiene respeto alguno por las normas democráticas y no reconoce la urgencia de la crisis ambiental.

Nadie la contradijo.
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Miquel Angel Soria

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Feb 11, 2020, 1:30:17 AM2/11/20
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"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí"
Aquest passat diumenge va fer 17 anys de la mort d'Augusto Monterroso,
autor del que es considera el conte més curt.
Aquests dinosaures no són cosa ni d'un temps ni d'un país.


En el pecado, la penitencia
Javier Pérez Royo

Con la presión a la Junta Electoral Central (JEC) para hacer efectiva
la inhabilitación de Quim Torra, Pablo Casado ha provocado una
aceleración del calendario electoral en las tres "nacionalidades" del
que, previsiblemente, acabará arrepintiéndose.

¿No se le ha ocurrido a nadie en el PP que, tras las dos elecciones
generales de 2019, lo que más le interesaba como partido de gobierno
de España es que las elecciones en las "nacionalidades" se dilataran
lo más posible en el tiempo? ¿Qué podía ganar el PP con la
inhabilitación de Quim Torra y la convocatoria inmediata de elecciones
parlamentarias en Catalunya? Hacer "lo que te pide el cuerpo" no suele
ser la mejor estrategia en política. La cabeza, como decía Antonio
Machado, debe servir para algo más que orar y embestir.

En cualquier caso, la respuesta a las preguntas que acabo de formular
las están anticipando los resultados de todos los estudios de opinión
que se van conociendo y no solamente por la intención de voto que
reflejan, sino también por las respuestas que dan los ciudadanos a
otras preguntas, que no expresan de manera directa intención de voto,
pero que sí reflejan un clima político completamente opuesto al que el
PP está promoviendo. La encuesta publicada en La Vanguardia hoy lunes
no puede ser más expresiva. Las mayorías son aplastantes a favor de la
negociación entre el Gobierno y el Govern y de que empiecen de manera
inmediata sin esperar siquiera a que se convoquen las elecciones en
Catalunya. No parece que los ciudadanos españoles estén muy receptivos
a la política de agresividad sin pausa del PP.

Pero mover el tablero electoral en Catalunya, en que las elecciones
tendrían que celebrarse en 2021 e imponer que se celebren en 2020, es
decir, en el año en el que tenían que celebrarse obligatoriamente en
País Vasco y Galicia, era jugar con fuego, ya que obligaba a los
presidentes de estas dos "nacionalidades" a tomar en consideración la
"variable" catalana a la hora de tomar la decisión de convocar
elecciones en sus territorios.

Y en esas estamos. El Lehendakari ha decidido mover ficha y convocar
elecciones de forma inmediata, desvinculando lo más posible las
elecciones vascas de lo que pueda suceder con las elecciones
catalanas. Unos meses de adelanto no son muchos meses, pero para el PP
son muchísimos, ya que no tiene todavía decidido ni siquiera con qué
candidato se va a presentar a las mismas, ni tampoco tiene cerrado el
pacto al que, por lo visto, pretende llegar con Ciudadanos. De ir a
las elecciones el 5 de abril a ir en octubre o noviembre hay una gran
diferencia. Las prisas en este caso le perjudican. Le perjudicaban en
Catalunya y le van a perjudicar ahora en el País Vasco.

Y de rebote, también en Galicia. En 2016 Núñez Feijóo convocó a rebufo
de la victoria electoral de Mariano Rajoy en el mes de julio. El PP
pasó de 123 escaños en las elecciones del 20 de diciembre de 2015 a
137 en julio de 2016, afirmando su condición de único partido al que
podía corresponder la presidencia del Gobierno. Con ese resultado
forzó la abstención del PSOE, la renuncia de Pedro Sánchez a la
secretaría general y a su escaño en el Congreso. Provocó un estado de
confusión y desarraigo de una enorme envergadura en el PSOE. Fue con
ese viento a favor con el que el PP consiguió la mayoría de 41
escaños.

Tras las elecciones generales del pasado 10 de noviembre el viento ya
no sopla de la misma manera. No quiero decir que sople a favor del
PSOE con la misma intensidad con que sopló a favor del PP en el otoño
de 2016, pero seguro que sopla de manera mucho más equilibrada para
ambos. Y en estas circunstancias, aunque parece claro que el PP va a
ganar las elecciones en Galicia, no es en absoluto descartable que al
PP le ocurra lo que le pasó al PSOE en Andalucía en las elecciones de
diciembre de 2018. Porque, además de la "fatiga de los materiales",
las elecciones gallegas se van a celebrar en medio de una suerte de
"espiral nacionalista" de la que no va a poder abstraerse.

Buscar ayuda electoral en los tribunales o en las instituciones de
garantía del proceso electoral, además de contribuir a la pérdida de
credibilidad de los mismos, no es garantía de éxito siempre. A veces,
como dice el refrán, en el pecado se lleva la penitencia.

* * *

Peligro
David Brooks

Dos frases autobiográficas resumen el peligro político que enfrenta
Estados Unidos y el mundo en este año electoral. Podría pararme en
medio de la Quinta Avenida y disparar a alguien y no perdería ningún
votante. Es increíble, declaró en Iowa el entonces candidato
presidencial Trump hace casi exactamente cuatro años. En julio del año
pasado declaró que, de acuerdo con la Constitución, tengo el derecho
de hacer lo que quiera como presidente.

Ambas frases indican que el jefe del régimen estadunidense tiene una
idea profundamente cínica, pero a la vez precisa, hasta ahora, de sus
seguidores; y, segundo, que considera que él es el Estado, algo que
comparte con todos los tiranos de la historia.

Veamos: después de meses de investigaciones y un juicio político que
comprobó que el presidente repetidamente violó la Constitución y,
según sus acusadores, traicionó al país y después encubrió todo eso,
no sólo fue exonerado, sino que su nivel de aprobación popular llegó a
su punto más alto desde que llegó a la Casa Blanca hace tres años. No
sólo no perdió ningún votante, parece que después de disparar contra
la Constitución, ahora tiene más.

Y sus bases están de acuerdo en que tiene todo el derecho de hacer lo
que quiera. Recuerda la frase célebre de Nixon en la era Watergate,
cuando afirmó: cuando el presidente hace algo, no es ilegal. Pero
Nixon fue obligado a renunciar. Trump está en camino a su relección.

Noam Chomsky comentó que se puede argumentar que Trump es el criminal
más peligroso en la historia de la humanidad. Señala que Hitler era el
principal candidato para ese honor, pero que ese no estaba dedicado
con fervor a destruir las posibilidades de la vida humana organizada
en la Tierra en un futuro no tan distante... Trump sí. Y aquellos que
piensan que él no sabe lo que está haciendo, no se han fijado muy de
cerca, afirmó en entrevista con Truthout.

¿Cómo se ha llegado a este punto? Una de las razones principales
–entre varias– es que el bufón peligroso y su equipo están logrando,
por ahora, anular la verdad.

El uso de redes sociales por el equipo de Trump ilustra cómo el manejo
del universo digital por cualquiera en el poder representa uno de los
grandes peligros para una sociedad democrática. Apenas al comenzar el
ciclo electoral, su campaña de relección ya ha gastado casi el doble
que el total combinado de todo el elenco de los nueve principales
aspirantes demócratas en Facebook y Google; un nivel sin precedente,
reporta Axios.

Un reportaje en The Atlantic sobre lo que llama la campaña de
desinformación de mil millones de dólares para la relección de Trump,
describe una estrategia parecida a la desplegada por líderes
derechistas en el mundo, quienes usan las redes sociales para
confundir el debate, y en lugar de silenciar a los disidentes los
suprimen a través de volumen, o sea, censura mediante ruido. Junto a
ello continúa la ofensiva contra los medios de comunicación con el
objetivo de debilitarlos, tal como se ha hecho desde el inicio de esta
presidencia que los ha calificado de enemigos del pueblo

El objetivo final, al parecer, es desorientar con mentira y engaño
perfectamente diseñados para que toda verdad se vuelva dudosa. O sea,
como Hannah Arendt lo resumió en 1953 analizando el surgimiento del
fascismo europeo, donde “el sujeto ideal de un Estado totalitario… son
gente para la cual la distinción entre hecho y ficción (eso es, la
realidad de experiencia) y la distinción entre la verdadero y lo falso
(eso es, las normas de pensamiento) ya no existen”.

Frente a esto, todo depende de la intolerancia necesaria –tanto dentro
como fuera del país– a este peligro, y del creciente movimiento de
resistencia estadunidense para rescatar el futuro inmediato, el cual
necesita más que nunca (y aunque no se le ocurra solicitarlo) la
solidaridad internacional.
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Francovirus.jpg
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Miquel Angel Soria

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Feb 12, 2020, 1:31:56 AM2/12/20
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Llegeixo a Página 12 de Buenos Aires:
Indignado por la ley que garantiza el derecho al aborto en el estado
de Rhode Island, el sacerdote católico Richard Bucci dijo que “no
estamos hablando de ningún otro problema moral, donde algunos pueden
hacer una comparación entre pedofilia y aborto. La pedofilia no mata a
nadie y esto sí lo hace”. La defensa de la pedofilia en comparación
con el aborto causó indignación en Rhode Island. El legislador Julie
Casimiro dijo que “la Iglesia Católica necesita mirarse a sí misma y
preguntarse por qué están cerrando iglesias y perdiendo fieles”.
Agregó que “necesitan poner su propia casa en orden”.


Eutanasia para cretinos
Isaac Rosa

No falla: en cuanto asoma por el horizonte un nuevo derecho social, se
dispara el cretinómetro, comienza el campeonato de barbaridades entre
los representantes de ese nacionalcatolicismo cerril que siempre se
resiste a ampliar nuestros derechos y libertades. No les descubro nada
que no sepan, ya conocen la secuencia: divorcio, aborto, matrimonio
homosexual, y ahora la eutanasia, perfecto detector de reaccionarios,
ya que el derecho a una muerte digna, y libremente decidida,
cortocircuita por completo una moral dogmática que quiere controlar
todo nuestro proceso vital: nacer, reproducirse, y por supuesto morir.

El pistoletazo de salida lo dio este martes el portavoz del PP:
"proyecto de ingeniería social", "solución final", "ahorrar en
pensiones y gasto médico", y la guinda de llamar a la eutanasia
"política de recortes", dicho por un exconsejero de Sanidad en el
recortador gobierno castellanomanchego. Dejó el listón muy alto para
la portavoz de Vox, que añadió de su cosecha "sistema totalitario",
"derecho a matar", "el Estado convertido en una máquina de matar, que
convierte a los médicos en cómplices y verdugos", para terminar con un
piadoso "que Dios les perdone".

Insisto en que esto solo fue el toque de corneta, la llamada para que
en los próximos días carguen en tropel los de siempre, en un imparable
crescendo de burradas: políticos de hasta el último ayuntamiento,
tertulianos, articulistas, locutores de radio, Hazte Oír, y por
supuesto obispos. Todos competirán por quién llega más lejos en soltar
disparates, falacias, bulos, ley de Godwin, gracietas y juegos de
palabras desde tribunas, radios, televisiones, páginas de periódico y
púlpitos.

Por supuesto que la discrepancia es legítima, y más en una ley
delicada como esta. Bienvenidas sean las dudas, reparos, discusiones,
alternativas, rechazos y acciones democráticas para impedirla o
modificarla. Y la discrepancia no vale menos porque venga desde
planteamientos religiosos, allá cada uno con su moral.

Lo que no trago es el campeonato de cretineces que se nos viene
encima. No lo trago, porque la discusión sobre la eutanasia no es
inocua, al contrario: el retraso de años en esta ley, y todo lo que
consigan retrasarla más o sabotearla, causa mucho dolor, mucho
sufrimiento. Y porque además se lo debemos a todos aquellos
desobedientes que ya ejercieron su derecho sin esperar a que se lo
reconociese una ley, asumieron las consecuencias, y fueron generosos
hasta la muerte, convirtiendo en acción política lo más íntimo que
tiene una persona: el final de su vida. Por todas esas mujeres y
hombres no podemos aguantar este campeonato de cretineces.

Así que puestos a decir burradas, venga, yo el primero, también juego:
propongo que legislemos la eutanasia para los cretinos. Eutanasia
política, aclaro: apartarlos amorosamente de la vida política, darles
un final digno a su carrera, para así librarles del sufrimiento
irreversible e intolerable que les supone asistir desde sus escaños y
tribunas a la conquista de un nuevo derecho ciudadano.

* * *


La novia de Mauricio
Por Mario Goloboff

Con su nominación, el 2 de julio de 2019, para presidir el Banco
Central Europeo, en el reparto de altos puestos institucionales de la
Unión Europea acordado por el Consejo, Madame Christine Madeleine
Odette Lagarde pone la frutilla a una carrera llena de momentos
intensos. Primera mujer directora gerente del FMI y primera mujer
presidenta del BCE, nació en 1956 en un hogar parisiense formado por
un matrimonio de docentes: Robert Lallouette era profesor
universitario de inglés y Nicole Carré daba clases de latín en un
colegio del secundario. La muchacha y sus tres hermanos menores
crecieron en El Havre, en la costa normanda, y recibieron la
instrucción escolar en liceos locales. Christine, alta y esbelta,
sobresalió en la práctica deportiva de la natación y llegó a formar
parte de la selección nacional femenina de la modalidad sincronizada.

Después de haber hecho un brillante recorrido en el mundo del derecho
privado y trabajado en los altos mandos de estudios internacionales de
origen norteamericano, éxito que fue destacado por la prensa económica
(The Wall Street Journal Europa incluyó a la abogada gala entre las
mujeres de negocios europeas más poderosas), Lagarde añadió a su rango
de competencias ejecutivas la presidencia del Comité Estratégico
Global de Baker & McKenzie. Pero meses después, en mayo de 2005,
recién estrenado un puesto de supervisora en la compañía holandesa de
servicios financieros ING, reveló su acercamiento a la política y a
los grupos de derecha liberal-conservadores de Francia.

Entró al Gobierno a instancias de Dominique de Villepin , primer
ministro nombrado por el presidente Jacques Chira c en sustitución de
Jean-Pierre Raffarin , quien le ofreció ser la ministra delegada de
Comercio Exterior de su nuevo gabinete. Ciertos comentarios de la
novel ministra, criticando la “rigidez” del mercado laboral francés,
no la favorecieron, por lo que en lo sucesivo guardó más discreción y
se atuvo a su función de naturaleza esencialmente técnica, orientada a
abrir nuevos mercados de exportación para los productos franceses,
sobre todo en el sector tecnológico.

Al constituir su segundo gabinete el nuevo presidente Nicolas Sarkozy
como resultado de las elecciones a la Asamblea Nacional, saldadas con
mayoría absoluta de los conservadores, Lagarde hizo historia por
asumir el Ministerio de Economía y Finanzas. No solo era la primera
mujer en hacerse cargo de la política económica del Gobierno de
Francia, sino también la primera ministra de Finanzas de una economía
del G7, antes de pasar a llamarse, con más poderes, Ministerio de
Economía, Finanzas e Industria, en noviembre de 2010.

Respaldada por Sarkozy, que tenía una visión similar de la economía y
de la sociedad, Lagarde dejó palpables huellas de su nula simpatía por
la semana laboral de 35 horas introducida por el Gobierno del partido
Socialista de François Mitterrand, y de su interés en poner fin a los
regímenes especiales de pensiones anticipadas en el sector público,
“muy onerosos” para la caja de la Seguridad Social. Partidaria de la
reducción del funcionariado público, del retraso de la edad mínima de
jubilación, de todos los recortes sociales, encajó perfectamente con
el gobierno de Sarkozy, sin poder controlar por ello el gasto ni
alcanzar el déficit cero, ambición casi mítica de los liberales.

De complexión atlética, piel bronceada, pelo corto y platinado,
sonrisa fría, no deja de ser una funcionaria original por su carácter,
convicciones y capacidad de resolución. Polémica y decidida a llevar
planes de ajuste a todos los países que no integran la elite, se dice
de ella que oscila cómodamente entre la seda y el acero. Sucedido el
enorme e impactante (y algo raro y disparatado, confesémoslo) affaire
Dominique Strauss-Kahn (abusos muy verosímiles denunciados por una
empleada del hotel donde el candidato casi seguro de la gauche para
suceder a Sarkozy se alojaba), se vio como natural (los gobiernos del
sistema europeo y la derecha francesa vieron como natural) la
postulación y el nombramiento de Lagarde en su reemplazo. Como
directora gerente del FMI, la primera tras una decena de titulares
varones, Lagarde, con silla reservada en las cumbres del G7 y el G20,
iba a ser una de las mujeres más poderosas del planeta.

Toda la primera parte de su mandato (cinco años) se vio perturbada por
una cuestión judicial que ella arrastraba, la dudosa mediación, para
el Estado galo, entre un particular metido en negocios grandes y
oscuros, en la que se reprochaba a Lagarde haber obrado con
favoritismo. Se sumaron los remezones de la crisis griega y las
debilidades europeas, en Irlanda y Portugal. Pero una cosa es estar
apretando a lo que ellos llamaban el gobierno izquierdista griego y
otra al amigo de Donald Trump, Mauricio, auxiliado por su mayordomo
Nicolás Dujovne. El último período, así, le permitió expandir sus
virtudes y poderes, aún no se sabe si beneficiando al Fondo o
comprometiéndolo todavía más en negociaciones dudosas. Verbigracia,
los préstamos a canilla abierta a la Argentina, país al que se le
otorgó la mayor asistencia de la historia del FMI sin garantías de
pago muy precisas.

Como directora del FMI, cargo del que dimitió el 16 de julio y se
separó efectivamente el 12 de septiembre (el 1 de octubre la Dirección
gerencial pasó a ocuparla otra mujer, la búlgara Kristalina Georgieva
), Lagarde no dudó de animar al BCE a que impulsara opciones de
política monetaria para aumentar la oferta de dinero y así transferir
liquidez al consumo y los negocios de la zona euro. Con sus
antecedentes, no se espera que a partir del 1 de noviembre de 2019 el
BCE modifique la discutida estrategia de política monetaria
superexpansiva, que alienta la anomalía de los tipos de interés
negativos y medidas parejas no convencionales, máxime mientras la
economía de los europeos apenas crece por encima del 1% anual. Ella ya
ha asegurado que mantendrá el rumbo emprendido por su predecesor.

“Oui! Il l’a dit! Il fallait tomber amoureux de moi. C’était Monsieur
le Président, et il l’a dit tout simplement, comme ça…”. (“Sí, así lo
ha dicho él. Había que enamorarse de mí. Era el Señor Presidente, y lo
dijo así, muy simplemente...”). Una de sus características permanentes
ha sido la defensa a ultranza de los grandes intereses financieros y
sus posiciones antiobreras y antipopulares, por lo que es comprensible
el flechazo mutuo con Mauricio. Después de haberlo enamorado (son
palabras de él, incluida la recomendación de que todos los argentinos
nos contagiemos y nos enamoremos de ella), y de habernos vendido un
paquete cerrado con varias sorpresas dentro, que compramos a ciegas,
consiguió otra función más elevada y mejor paga aún que la anterior.
Como se dice en los C.V.: “y continúa”.
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Miquel Angel Soria

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Feb 13, 2020, 1:32:03 AM2/13/20
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El palestí Edward. W. Said a Orientalismo escrivia: "Gramsci ha efectuado una útil distinción analítica entre sociedad civil y sociedad política según la cual la primera está formada por asociaciones voluntarias (o, al menos, racionales y no coercitivas), como las escuelas, las familias y los sindicatos, y la segunda por instituciones estatales (el ejército, la policía y la burocracia central) cuya función dentro del Estado es la dominación directa. La cultura, por supuesto, funciona en el marco de la sociedad civil..."


El cristo de la eutanasia
Elisa Beni

"Nadie sabe lo que es la muerte y, sin embargo, todo el mundo tiene miedo de ella y la considera como el mayor de los males, aunque quizá sea el mayor de los bienes"

Platón

La pérdida de calidad democrática y de la calidad personal e intelectual de las personas que la representan está bien a la vista. He asistido a decenas de debates sobre la eutanasia desde mi ya lejana vida estudiantil y puedo aseverar que jamás, pero ni en el instituto, vi un nivel más bajo que el mostrado por los parlamentarios de derechas de este país. Es evidente que la eutanasia, la buena muerte, es una cuestión que puede resultar controvertida y yo misma podría esgrimirles ahora unos cuantos argumentos de fondo que suelen argüir quienes se muestran contrarios a despenalizar la ayuda a la muerte. Una cosa es debatir, argumentar, introducir en la cámara de representantes las ideas o problemas que uno puede lícitamente mantener y otra muy distinta es montar un cristo porque se quiera legislar sobre la buena muerte (que eso significa eutanasia). El cristo de la eutanasia. Ese va a ser el espectáculo simple y ridículo al que va a reducir la derecha actual un tema de evidente calado.

Existen dos grupos de argumentos que pueden avalar la postura conservadora, es decir, la de no tocar lo que ahora mismo existe. Unos son los argumentos morales, los que proceden de aquellos que creen en un Dios que es el dado a disponer de nuestras vidas, que las da y las quita, el único que ostenta tal poder, y que por tanto se oponen a cualquier fórmula por la que el ser humano pueda decidir acabar. Hasta estos han evolucionado, porque partieron de excomulgar al suicida y exigir que se le enterrara en lugar aparte a comprender que esto era una injusticia, también para los que se quedaban y su dolor. En todo caso, ese tipo de argumentos no es en absoluto simple, en el sentido de que pueden llegar a tener una gran altura filosófica y hasta teológica.

El segundo grupo es el de los argumentos jurídicos que pretenden evitar que, bajo la apariencia de una eutanasia que respete la voluntad del individuo se cuelen homicidios soterrados que queden sin castigo. Este es, simplificando, el problema jurídico. Uno acepta que la eutanasia es la solución a un conflicto individual y que nada tiene que ver con intereses colectivos. Lo que es un interés colectivo es que no se embosque el homicidio bajo esa máscara y, por tanto, será la técnica legislativa y el desarrollo de la norma el que venga a asegurar ese fin. Eso es estar contra lo que pudiéramos llamar el "delito eutanásico" y contra eso también estoy yo y lo está la propuesta de ley socialista.

Lo que no es de recibo es que un debate de bioética -en último término hay que analizar también el estatus de los profesionales que se vean involucrados- y jurídico se convierta en un circo, en una bronca de bar, en una calumnia a los representantes de millones de españoles a los que prácticamente se llamó asesinos económicos en la tribuna del Congreso. Señores conservadores -de la ultraderecha ni hablo-, quiero creer que tienen algo más. Sé que tienen gente que tiene algo más en la cabeza y que es capaz de argumentar y no de vociferar. Ni el signo de los tiempos me vale. Tengan en cuenta que en las encuestas el 83% de los españoles se muestra ya favorable a una ley que asegure la muerte digna a quienes así lo deseen. En realidad, ¿para quién ladran? ¿a quién le van a confortar los exabruptos de Echániz y los gritos que muestran su falta de calidad humana desde las bancadas? ¿a un 17% de los votantes? Esos ya son suyos. No se rebajen a morder a dentelladas la carnaza entre ustedes por una afición que ya tienen entregada.

¿Por qué no ejercen su papel democrático? Asuman que la mayoría de la sociedad española está madura para una ley de este tipo y, si hay reticencias o miedos o problemas, hagan su trabajo y aporten durante el debate parlamentario, a través de las enmiendas, aquellas mejoras que ustedes crean que pueden reforzar la seguridad jurídica y el buen funcionamiento del sistema.

Cuando lean el proyecto de ley, una vez que paren de gritar, y eso vale también para sus voceros y propagandistas, verán que se aparta conscientemente de aquel grupo de países que han despenalizado la colaboración en la muerte de un tercero siempre que "no haya conducta egoísta, es decir, que haya una razón compasiva". Por contra, la ley española se sitúa en la órbita de los países en que la eutanasia es aceptable con requisitos y garantías establecidas en la propia ley. Mírenlo. Así no vuelven a engatusar a nadie hablando de Holanda o de otras cuestiones. Lean la ley y ayuden a mejorarla, intenten que se parezca más a lo que ustedes consideran razonable, pero olvídense de frenar una vez más la voluntad del pueblo español que es mayoritaria, como se vio ayer.

Y, sobre todo, no insulten a nuestra inteligencia. El español es un pueblo maduro. Sus votantes también. A estas alturas del siglo, son cientos de miles las personas que han atravesado o atraviesan situaciones dolorosas en el trance de acompañar el tránsito de sus seres queridos. Esas personas ya han pensado, ya hemos pensado, qué queremos para nosotros mismos, dónde vemos los límites, y muchos hasta han redactado ya ese testamento vital. Somos cientos de miles, millones, los que no queremos coger ninguna cruz ni seguir a nadie, los que no creemos que el sufrimiento tenga ningún objeto, los que preferimos no imaginarnos convertidos en algo que no encontramos ya digno. Los que piensan distinto, los que quieren como el obispo de Alcalá apurar el cáliz, tienen el camino abierto. La salida por la tangente de los cuidados paliativos tampoco es suficiente. Hay personas que no desean únicamente no tener dolor sino que quieren, que queremos, no continuar existiendo cuando hayamos perdido la capacidad de mantenernos con dignidad y ser, como humanos, algo más que un mecanismo biológico al que se mantiene con un hálito de algo que muchos no llamamos ya vida o, si lo es, no queremos vivirla.

Compórtense como dignos parlamentarios porque no tienen mucho que ganar en esta guerra. No mucho más que demostrar la falta de humanidad y de respeto de algunos. Al final, sabemos lo que pasará. Montarán su cristo de la mala muerte, se irán a procesionar al otro, y cuando todo haya pasado se apuntarán al nuevo derecho ganado para todos cuando lo estimen conveniente.

Esa es la costumbre y, por eso, debe ser la izquierda la que abra esta puerta.

                                                   * * *

Oro para el analfabeto monetario
Alejandro Nadal

Desde hace tiempo la fantasía de regresar al patrón oro es discutida en Estados Unidos. En particular, los grupos políticos libertarios de derecha consideran que el retorno al patrón oro es una forma de controlar el gobierno centralizador y sus malos hábitos cuando se trata de monetizar sus deudas. El patrón oro es visto por estos políticos como una salvaguarda frente a los abusos del poder en materia de creación monetaria.

Ron Paul, representante de un distrito en Texas y precandidato a la presidencia por el Partido Libertario, ha promovido esta idea durante las últimas dos décadas. Su éxito electoral demuestra hasta qué punto se encuentra enraizada la idea de que el patrón oro es la mejor forma de controlar los vicios del gobierno para recuperar la confianza en la moneda estadunidense. Son famosas las confrontaciones entre este político tejano y los funcionarios de la Reserva Federal cuando han tenido que comparecer en el Congreso. El tejano propone privatizar la emisión de billetes y la desaparición de la Reserva Federal, porque ha contribuido a depreciar el dólar. Ron Paul era la cabeza política más visible de los que promovían la idea del regreso al patrón oro hasta que llegó Donald Trump.

En junio del año pasado Trump anunció que estaría nominando a su asesora económica Judy Shelton para ser miembro de la Reserva Federal. Las credenciales académicas y de servicio público de la señora Shelton no son impresionantes. En cambio, su ignorancia sí es sorprendente. Sus llamados para regresar al patrón oro y corregir el rumbo de la Reserva Federal son una constante muy llamativa y de seguro han deslumbrado el pequeño y desconectado cerebro de Trump.

Para darle un disfraz de seriedad académica, el Instituto Cato promueve el regreso al patrón oro a través de sus publicaciones e investigaciones. Shelton escribió hace poco en el boletín de este instituto que es necesario convocar a una conferencia internacional similar a la de Bretton Woods, pero esta vez en Mar-a-Lago, la residencia de Donald Trump. El objetivo de esta nueva conferencia sería el regreso al patrón oro, pero no sólo para Estados Unidos, sino para la economía global. La señora Shelton coronó su ensayo con la idea de que para hacer a Estados Unidos grande otra vez es necesario hacer grande a su moneda nuevamente.

La conferencia de Bretton Woods organizó el sistema monetario internacional alrededor del dólar como moneda hegemónica, porque Estados Unidos era el país con la mayor cantidad de oro en sus reservas. El dólar podría ser intercambiado por oro a raíz de 35 dólares la onza, mientras que las demás monedas mantendrían su paridad fija (dentro de límites muy estrechos para ajustes en la balanza de pagos). Todo el sistema estuvo regulado por el Fondo Monetario Internacional y funcionó de manera razonable hasta 1971. Ese año, el 15 de agosto, el entonces presidente Nixon cerró la ventanilla de intercambios dólar-oro y la economía mundial y su sistema de pagos se transformaron para siempre. Bretton Woods mantuvo los residuos del sistema de patrón oro. Pero al terminar el sistema de respaldo metálico de la moneda estadunidense los vestigios del patrón oro desaparecieron para siempre en 1971.

El patrón oro descansó siempre sobre la idea de que un referente valioso y tangible daría siempre una base sólida para resguardar el valor de la moneda. Pero la Gran Depresión mostró que el patrón oro no sirve para evitar la volatilidad y la pérdida de valor de una moneda. Mientras los gobiernos buscaban rescatar el patrón oro en lugar de concentrarse en rescatar a sus economías, el patrón oro se convirtió en la gran cadena de transmisión de los efectos de la crisis. La Gran Depresión se profundizó y extendió precisamente porque los países clave se aferraron al patrón oro.

La ignorancia de Trump, Ron Paul y Judy Shelton en materia de política monetaria no tiene paralelo. Lo primero que deberían saber es que el patrón oro es una forma de maniatar y anular la política monetaria. Lo segundo es que regresar al patrón oro necesita algo más que una fastuosa conferencia en Mar-a-Lago. Tercero, deberían saber además que hoy por hoy el banco central (llámese Reserva Federal o Banco de Inglaterra) no controla la oferta monetaria. Son los bancos comerciales privados los que determinan la oferta de circulante en la economía y si sus operaciones son claramente procíclicas eso no es algo que pueda evitar el banco central. De hecho, el banco central no solamente no tiene control sobre la oferta monetaria. Tampoco sobre las reservas en dinero de alto poder que puede requerir el sistema bancario. Los bancos comerciales privados serán los primeros en rechazar la propuesta de retornar al patrón oro.

Es claro que el papel del sistema bancario en el mundo no es de lo más constructivo que digamos. Pero los problemas no se van a corregir con un sistema arcaico como el patrón oro. Ese sistema, que Keynes describió en 1924 como una reliquia bárbara, es imposible de resucitar.
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Miquel Angel Soria

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Feb 17, 2020, 1:31:45 AM2/17/20
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Isaac Rosa escriu un conte. Avui és Un viaje inolvidable. I és així.


ANTONIO ÁLVAREZ-SOLÍS
UN PAÍS QUE DESCONOCE SU PASADO

Me he estremecido ante la zarabanda y los plantos y condenas de muchos
políticos, intelectuales y periodistas de la España actual ante la
visita del jefe del Gobierno español a Catalunya y su reunión con el
presidente de la Generalitat. El grito de esa alborotada población de
dirigentes e informadores ha sido unánime: «¡El Sr. Sánchez ha cruzado
todas las líneas rojas en su visita a quienes desean romper España!
¡Esa visita acrece el relieve político de los que desde su plataforma
independentista alientan la violencia separatista en Catalunya! ¡Las
víctimas de los terroristas se han conmovido en sus sepulcros!».

Sí, me he estremecido. Esos que han mostrado su horror ante el viaje
político del jefe del Gobierno español a Barcelona son los mismos que
identificó Antonio Machado en sus versos inolvidables sobre la
Castilla ya derrotada en su tiempo; una árida Castilla «ayer
dominadora/ que envuelta en sus harapos/ desprecia cuanto ignora». Una
Castilla o una España que vacía con infinita tristeza sus tierras para
unirse forzadamente a los que forman cola en la sopa boba que reparte
un Madrid cuya potencia económica se sostiene, cínica y
paradójicamente, de la explotación de los espoliados que forman esa
cola de la sopa boba o de los impúdicos impuestos que multiplican la
pobreza; un Madrid que vive de alquilar su suelo a ejércitos
trasnacionales que muñen con la guerra a los lejanos pobres que
conservan un espíritu de insumisión; un Madrid incapaz de superar la
evasión monstruosa de capitales que pasan urgentes sobre la piel del
país que pastorea con exigencia un funcionariado colonial; un Madrid
cuyos periodistas, profesores u otros miembros de una intelectualidad
endeble, al menos en sus capas más alborotadoras, ignoran, o pretenden
ignorar, las visitas que, en tiempos también difíciles, monarcas
alfonsinos hicieron a una Barcelona en conflicto con la centralidad
del Estado; un Madrid que desconoce la negativa de un gran president
nacionalista como Maciá para encabezar la independencia absoluta de
Catalunya por pesar en su corazón haber sido coronel del Ejército
español... Hechos y personajes que también cruzaron esas líneas
pintadas de rojo en busca de un entendimiento que ahora torpedea
insensatamente un fascismo ignorante de la propia historia de su
patria. Me duelen tales tundidores de la razón, a los que escucho a
carón de los versos de Machado ante el cuerpo de su esposa muerta:
«Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería./ Oye otra vez, Dios
mío, mi corazón clamar./ Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía./
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar». Parece que en España «no
hay camino./ Se hace camino al andar».

¿Pero ahora hacia dónde caminar, ya que no queda siquiera la novedad
dubitante de los quebrados del XVIII? Triste país enamorado, al
parecer, del heroísmo escaso que con un canto rodado abre siempre la
cabeza del que en ella acomoda razón cualquiera.

Saben bien los que andan en el menguado afán de las líneas rojas que
su dolor por España es faranga del que persigue acomodar la hora a la
oscura nimiedad de su ambición. Porque su España podría ser grande en
el marco de una República confederal ibérica, quemada repetidamente,
en cualquiera de sus posibles formas, para calentar únicamente las
manos de quienes, tristemente asomados al balcón del Aquinatense, no
saben qué hacer con ellas.

Líneas rojas, clama la ufana jerezana; líneas rojas, indican con ira
bien guisada los de Vox; líneas rojas, predican los predicadores...
Líneas rojas que ni si quiera son del rojo que enciende el horizonte,
sino que su rojo es el del semáforo que gobierna tres posiciones del
paso.

Una vez tras otra, en la soledad que Dios me ha concedido para
asegurar el salto a lo que carece de fronteras, cavilo sobre lo qué ha
pasado en la historia de la españolidad para que al español le cueste
tanto andar por la caligrafía de las ideas sencillas que resumió un
mediterráneo como Parménides cuando dijo que el «ser» es lo que es.
Frase que se debe diferenciar desde luego de otra formalmente parecida
–«las cosas son como son»– que emitió hace poquísimo el gallego número
dos en la gobernanza española, que suele ser navegación hacia la
tormenta por no mirar el piloto el sencillo mapa de las isobaras.

Somos desdichados. Quizá es lo que ahora lleve al nuevo capitán a
buscar rutas nuevas tras el viaje a Davos, donde quiso infantilmente
convencer de su servicio a los grandes esquiadores, en cuyos ojos
habrá leído que nada se les puede ofrecer a esos poderosos que no sea
la rendición incondicional.

Sí; hay que dar a España destino propio, pues, aunque parezca
insensatez apuntarlo en un mundo globalizado, el futuro de los pueblos
o estados modestos está en proteger su territorio en lo económico, en
lo social y cultural a fin de mantener un equilibrio interior que
facilite una vida aceptable. La vida de cercanía, con necesidades
reales, reduce el abanico de la oferta, pero libera de competencias
que conducen a la miseria a una parte importante de la población. Es
radicalmente falso que la llamada libre competencia eleve la calidad
de vida de la clase trabajadora. La libre competencia está viciada por
mecanismos de carácter internacional que la quebrantan. Esta evidencia
es la que me lleva a creer en un modelo de mercado en que se
equilibren producción y consumo en paralelo. En ese mercado el empleo
no padecerá un paro que destruye la paz de millones de familias.
Cierto es que un perfil modesto, pero adecuado de existencia, conlleva
la instrumentación de una educación socioeconómica que va a suscitar
protestas por parte de una ciudadanía envenenada por la inflación de
una oferta global hoy sobrealimentada en lo material por un
digitalismo exacerbado.

Esa vida nueva exigirá, entre otras cosas, la liberación de
nacionalidades por el Estado a fin de que cada pueblo se haga cargo de
sí mismo mediante la eliminación de superestructuras estatales
repletas de fuerzas represoras. Hay que rebuscar comercio en casa, hay
que enseñar democracia casa por casa, hay que hacer pipí sobre las
líneas rojas… Hay que reinventar el país. Eso va ser muy difícil, pero
en nuestro caso usted, Sr. presidente, ha de recordar que solo se
llama Sánchez. Se lo dice un Álvarez complacido en su modestia.


* * *

Un viaje inolvidable
Un cuento sobre destinos turísticos que tras el escaparate ocultan un
reverso desamparado

Isaac Rosa

Mira que teníamos ganas de conocer el país. Nos lo habían recomendado
amigos que veranearon en sus costas o pasaron puentes en alguna de sus
ciudades, y todos coincidían: un destino bueno, bonito y barato. Bueno
era su clima suave, la hospitalidad de los nativos, la gastronomía tan
diferente a la nuestra. Bonito, por su patrimonio monumental, sus
paisajes y formidables playas. Y barato, bastante barato para ser un
país tan turístico. El idioma tampoco era un obstáculo, con el inglés
te entienden en cualquier parte. Como además conseguimos unos billetes
low-cost, qué más podíamos pedirle a una semana de vacaciones en pleno
febrero. Allá nos fuimos mi marido y yo.

Y no te negaré que pasamos muchos momentos estupendos y sí, visitamos
lugares hermosos, comimos maravillosamente y nos bronceamos en sus
fabulosas playas aprovechando su invierno templado. Pero si te digo
que ha sido un viaje "inolvidable", no estoy pensando en pueblos con
encanto o apabullantes puestas de sol. Digamos que encontramos un país
muy diferente al esperado, otro país del que no hablan las guías
turísticas ni las webs de opiniones, ni por supuesto las campañas
promocionales de su gobierno, que ha sabido vender al exterior un país
moderno, amable, próspero, sin conflictos.

La llegada, y los primeros días, fueron inmejorables. Nos recibió un
aeropuerto impresionante, de esos con varios premios de arquitectura.
La línea de metro que nos condujo al centro parecía recién construida
para nosotros, y cuando asomamos a la superficie encontramos una
capital que, a primera vista, era homologable a otras grandes ciudades
occidentales: rascacielos, centros comerciales, atascos de tráfico.
Civilización, orden, dinero. Dimos por hecho que nuestro hotel estaba
en un barrio acomodado, en ningún momento creímos que todo el país se
pareciese a aquellas calles impecables, con boutiques de primeras
firmas internacionales, hoteles de lujo, restaurantes con estrellas,
coches de gama alta, gente elegante.

En efecto, nos alojábamos en una de las zonas más exclusivas de la
capital, pero en los tres días que pasamos recorriendo la ciudad no
vimos nada que desentonase con cualquier calle de nuestro país:
edificios en buen estado, comercios, grandes almacenes, franquicias,
transporte público eficiente, vecinos yendo y viniendo de sus
trabajos, mucho turismo, y un ambiente simpático, festivo incluso, con
bares nocturnos siempre llenos. Comimos bien, aunque a mí no me gustó
tanto la cocina local como a mi marido, que sí lo quiso probar todo.
Sí, es cierto que vimos mendigos por las aceras, y en una plaza
céntrica encontramos una comunidad de indigentes acartonados bajo un
paso elevado. Nada extraño, lo mismo que en cualquier país occidental,
el nuestro incluido, ¿no?

Pues no. Había mucho más. Si solo hubiésemos visitado esos pocos
distritos de la capital, y hubiésemos regresado a casa por el mismo
metro y aeropuerto, nos habríamos llevado la misma impresión que
tantos turistas: bueno, bonito y barato. Y sería una postal
incompleta.

Al tercer día alquilamos un coche para viajar más al sur. Nada más
dejar la capital, nos despistamos en la autopista por no entender bien
las señales en el idioma local. Tomamos la salida equivocada y, en vez
de una vía de servicio, un polígono o una gasolinera, aquel desvío
resultó ser un portal a otra dimensión, un agujero que de pronto nos
llevó a otro país, incluso diría que a otro continente. O directamente
al infierno.

Avanzamos por un carril que en seguida perdió el asfalto para
convertirse en camino embarrado y bacheado. Como había casas bajas a
los lados, pensamos que se trataba de algún pueblo pintoresco y
decidimos continuar, a la aventura y con la cámara preparada. Pero
según recorríamos el camino, las casas se iban mostrando más
deterioradas, como en descomposición progresiva: fachadas sin enlucir,
materiales pobres o aprovechados de usos anteriores, tejados de chapa,
ventanas que eran solo agujeros con maderas o cartones, caravanas
desguazadas, y finalmente chabolas, amontonamientos de tableros y
plásticos, telas sobre palos, raídas tiendas de campaña que parecían
flotar en charcos. También sus habitantes iban mutando a peor según
avanzábamos: se multiplicaban las hogueras a los lados del camino,
donde se calentaban familias enteras, pero también muertos vivientes,
toxicómanos que apenas se sostenían en pie, y niños. Muchos niños.
Decenas, cientos de niños que jugaban entre escombros y basura. Vimos
ratas. Perros, muchos perros, y también perros muertos. Escombros,
zapatos perdidos, gallinas picoteando entre desperdicios. El viento
revoleaba bolsas de plástico. Se masticaba el hedor de un cercano
vertedero, donde debían de estar quemando toneladas de basura.

Así avanzamos durante diez, doce, quizás más kilómetros llenos de
casas precarias y cobertizos infames donde debían de vivir varios
miles de personas. Nos cruzábamos con furgonetas llenas de chatarra, y
coches destartalados de los que bajaban drogadictos para clavarse su
dosis allí mismo y a veces caer desplomados en medio del camino. ¿De
verdad seguíamos estando en el mismo país?

Nos sucedió algo parecido dos días después, cientos de kilómetros al
sur, en una de las ciudades más turísticas del país, una de las que
más nos habían recomendado los amigos: "No os perdáis su centro
histórico, es como un viaje al pasado". En efecto, tras recorrer el
casco antiguo, visitar la catedral y perdernos por sus callejuelas,
acabamos viajando al pasado. Pero no a un pasado histórico y
embellecido, como el que en una plaza teatralizaban actores con trajes
de época, sino a un pasado de miseria y oscuridad: de regreso al hotel
decidimos pasear en vez de coger un taxi y, tras recorrer una avenida
llena de tiendas y restaurantes, al girar una simple esquina caímos de
golpe en otro tiempo, en otra época, en otro planeta: edificios cuyas
fachadas parecían bombardeadas, ventanas melladas que exhibían su
desolado interior, basura esparcida o quemada, aguas fecales inundando
portales y aceras, coches desguazados, gente a la intemperie, locales
convertidos en hogares para varias familias hacinadas. Se nos
acercaron algunos niños, todos ellos gitanos, no entendíamos lo que
decían en su idioma, les dimos unas monedas y nos alejamos deprisa de
aquellas calles desamparadas, con más pesar que temor.

Ya en el hotel, la recepcionista nos advirtió de que habíamos sido muy
imprudentes por atravesar aquel barrio. En inglés nos explicó que
había otros similares, guetos donde miles de personas malvivían sin
futuro, estigmatizados desde siempre. En ese momento se unió a la
conversación una limpiadora, que para nuestra sorpresa también hablaba
inglés. Nos contó la situación de su hermana, que no tenía trabajo y
sobrevivía difícilmente con dos hijos. Los habían echado de su casa
por no poder pagarla. Ella misma, pese a tener trabajo, había dejado
de pagar la luz algún mes, porque "debía elegir luz o comida", y había
sufrido ya varios cortes de suministro.

Pero lo peor estaba por llegar: cuando retomamos el viaje, ahora rumbo
a la costa. Queríamos terminar la semana en alguna de las playas,
recordando las palabras de tantos amigos que nos lo aconsejaban:
"kilómetros de arena blanca rodeados por un parque natural, grandes
dunas, chiringuitos con el mejor pescado, zonas nudistas y olas
perfectas para practicar surf". Recorrimos la comarca buscando una de
aquellas playas, atravesamos unos bellísimos humedales, poblados por
miles de aves como nunca habíamos visto. Hasta que nos confundimos de
carretera, y otra vez se abrió un agujero ante nosotros: esta vez
encontramos lo que cualquiera, si lo viese en fotografías, habría
tomado por un campo de refugiados. Aunque sospecho que hasta los
campos de refugiados tienen mejores condiciones.

A pocos kilómetros de una playa increíble, y al borde de un
protegidísimo parque natural, cientos o tal vez miles de personas,
negras la mayoría, viven sin más techo que cartones y plásticos
sostenidos de cualquier manera. Por supuesto sin electricidad, agua
corriente o retrete, compartiendo colchones mugrientos o durmiendo
directamente en el suelo, en pequeños refugios que a veces no tienen
altura suficiente para ponerse de pie, y donde acumulan maletas, sus
escasos enseres, los más afortunados un hornillo para calentar la
comida, el agua que traen de una fuente lejana, o sus cuerpos en las
noches heladas. Algunos nos contaron que llevan cuatro o cinco años
allí. Trabajan en las explotaciones agrícolas de la zona, y lo poco
que ganan no les permite salir, y tampoco los vecinos del pueblo más
cercano les dan facilidades para alquilar una vivienda compartida.

Pasamos los dos últimos días en la playa, pero conmocionados por todos
aquellos episodios. ¿Nos ha gustado el país? Mucho, es realmente
hermoso, sus gentes encantadoras, su gastronomía deliciosa y sí, sus
precios muy asequibles. Pero no entendemos cómo puede convivir toda
aquella miseria y abandono en un país que a la vez exhibe riqueza,
modernidad, futuro.

En el avión, ya de vuelta a casa, mi marido me enseñó una noticia del
periódico: el relator de la ONU sobre extrema pobreza había estado en
el país pocos días antes que nosotros. "Y fíjate, entre otros lugares
pasó por los mismos que hemos conocido", me señaló mi marido, y leyó
en el reportaje nombres que nos resultaban familiares: la Cañada Real
en Madrid, los Pajaritos y el Polígono Sur en Sevilla, los campos de
fresa en Huelva. Me leyó algunos datos sobre exclusión, desigualdad,
precariedad laboral, desahucios, colectivos en riesgo o pobreza
infantil, y varios testimonios de personas que se sienten abandonadas.
Nos llamaron especialmente la atención unas palabras del relator de la
ONU: "He visitado sitios que muchos españoles no reconocerían como
parte de su país".

Eso mismo pensamos nosotros: que seguramente haya españoles que, si
visitan esos mismos lugares, o leen sobre ellos en un reportaje o en
el relato que de sus vacaciones hacen unos turistas extranjeros,
quizás no los reconozcan, y crean que les están hablando de otro país,
de otro continente u otra época. Pero no: es España.
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Miquel Angel Soria

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Feb 18, 2020, 1:31:43 AM2/18/20
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La justícia es queixa en aquest país d'acumulació de feina i de manca
de personal, d'infraestructures i de temps, però veient a que dedica
el "poc de tot" que té -cas Willy Toledo-
sembla que li sobra tot; jo diria que la pròpia existència.


Ofender sentimientos religiosos, ideológicos y deportivos
Joaquim Bosch

¿Por qué un estado aconfesional debe proteger penalmente los
sentimientos religiosos y no los ideológicos o deportivos? Un creyente
fervoroso contestará que su fe es mucho más trascendente. Pero yo
conozco a bastantes personas para las que su partido político o su
equipo de fútbol son tan sagrados o más que la religión para los
devotos. Afirmar el carácter preeminente de una creencia religiosa
sobre otras perspectivas existenciales (y pretender que el estado
convalide ese enfoque) nos lleva a la idea de una religión oficial,
contraria a nuestra Constitución. Lo cierto es que carece de sentido
constitucional que haya ofendidos de primera división y otros de
categorías inferiores.

Un jurista piadoso quizás responda a la pregunta afirmando que en esos
casos la salvaguarda de los sentimientos está vinculada con la
libertad religiosa. Sin duda, se trata de un bien jurídico relevante,
que debe protegerse penalmente. Esa necesaria protección se consigue
castigando a quienes pretendan impedir que una persona profese una
religión o practique cualquiera de los actos propios de la misma. Sin
embargo, la ofensa a los sentimientos religiosos no impide a nadie la
práctica de su religión, ni coarta su libertad. Cualquier ofendido
puede rezar, ir a misa o salir en procesión, por lo que el castigo
penal en esos casos no resultaría justificado.

La Constitución proclama la libertad religiosa. En cambio, no regula
ningún derecho a sentirse ofendido y a que se castigue a quienes nos
han irritado en relación con nuestras creencias. La conclusión resulta
evidente: el Código Penal debe amparar los derechos de las personas y
no sus sentimientos de disgusto.

En esa esfera sentimental vinculada a la libertad de conciencia los
enfados pueden ser de todo tipo. Por ejemplo, cada vez que un obispo
ataca a las personas homosexuales o justifica la discriminación de las
mujeres, nos encontramos con multitudes ofendidas en sus concepciones
constitucionales igualitarias. Y tampoco sería razonable exigir una
condena penal para el cargo eclesiástico.

Además, no olvidemos que las confesiones religiosas no solo pretenden
objetivos espirituales. Las Iglesias ejercen poder terrenal y ello
implica que cualquier persona pueda cuestionarlas. Como explicó la
sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de 30 de enero de
2018, en el asunto Sekmadienis Ltd v. Lituania, los creyentes "deben
tolerar y aceptar la negación por otros de sus creencias religiosas e
incluso la propagación por otros de doctrinas hostiles a su fe". En
caso contrario, llegamos al absurdo de que se pueden realizar burlas
mordaces o comentarios groseros contra los partidos (y sus emblemas),
que son agentes democráticos de máximo nivel, pero esas mismas
conductas no podrían afectar a las religiones.

Para evitar malentendidos, aclaro que no apoyo que se dirijan
improperios malsonantes hacia una confesión. Tampoco me agradan las
ofensas intencionadas hacia los sentimientos ajenos (ni los
religiosos, ni los ideológicos, ni tampoco los futbolísticos). Lo que
pienso es que el derecho penal no puede ser la respuesta. El juzgado
competente habrá de decidir sobre el caso de Willy Toledo. Tanto si la
sentencia es absolutoria como condenatoria, sería deseable que fuera
el último juicio sobre este delito. Ha llegado el momento de
plantearse muy seriamente su derogación.

Hay una línea directa desde los delitos medievales de herejía hasta la
actual infracción contra los sentimientos religiosos. Si los mismos
hechos atribuidos a los acusados del presente se hubieran realizado en
tiempos pasados, más vale no recordar las condenas ejemplares que
aplicaba nuestra Santa Inquisición. Que las penas previstas ahora sean
más livianas no significa que presenten un adecuado encaje
constitucional y democrático. Las normas penales no deben proteger
estados de ánimo, sino únicamente derechos y libertades. Solo desde
visiones desfasadas, confesionales y autoritarias se pueden convertir
los pecados en delitos.

* * *

Acosadas y acusados
Hermann Bellinghausen

Pareciera que se avanza en el debate sobre igualdad de géneros y
contra la violencia. Pero, ¿visibilizar es avanzar? La lucha
cotidianamente heroica, a veces desesperada de las mujeres mexicanas,
inserta en una ola internacional de protestas, acciones liberadoras y
conquistas importantes, pero insuficientes, topa con obstáculos más
formidables aún que los digamos tradicionales de nuestro patriarcado
de doble raíz: la precolombina, heredada por los actuales pueblos
originarios, y la hispánica, producto de su momento de mayor gloria
viril, la Conquista, una cadena impune y masiva de violaciones
sexuales de las que se ha hecho alarde histórico sobre todo en España
pero también aquí, como si ese mestizaje brutal fuese un logro
civilizatorio.

Los obstáculos del presente no son ningún arcano, se exhiben,
denuncian o lamentan a diario en la nota roja y las redes, mucho más
que en el Ministerio Público. Además de la violencia estructural de la
sociedad mexicana, sensiblemente encuerada estos días, tenemos la
epidemia de feminicidios, violaciones consumadas y acciones de odio
misógino, agravadas por la omnipresencia del crimen organizado con su
corrupción de costumbres, gustos y vínculos comunitarios en clave
machista sin restricción alguna.

El debate, y el alcance de sus consecuencias, revela una desproporción
significativa entre la masa de agravios sufrido por las mujeres, sobre
todo jóvenes, y la concreción y alcance real de las acusaciones que
delimitan la responsabilidad individual de varones agresores en
contextos precisos. Dicho de otro modo, la actual resistencia
femenina, y la lista de hombres acusados, suceden en un determinado
sector social. En algo que celebran incluso ciertas feministas
radicales, lo que tenemos es una clase o sector social de sacrificio
(¿vanguardia?). Siendo minoritaria en la población mexicana, la que
después de 1968 se dio en llamar pequeña burguesía o clase media
ilustrada, ha puesto el escenario y las personas de la actual guerra
de sexos, como decían las comedias del neorrealismo italiano.

El polémico #MeToo mexicano, que confrontó a las feministas clásicas
con las nuevas, tocó sectores sociales precisos: cofradías literarias,
universidades públicas, medios de comunicación liberales, gremios como
el cinematográfico, el roquero, el editorial y poco más. Tanto las
denunciantes como los acusados pertenecen al citado sector social. Uno
echa de menos qué hay del mundo corporativo, escuelas y universidades
privadas (siendo los Legionarios de Cristo una aparente excepción),
medios electrónicos, cúpulas políticas. Y también en las clases
mayoritarias, subalternas, silenciadas por el miedo, la pobreza y el
abuso consuetudinario.

Tanto las movilizaciones recientes de mujeres como los paros en la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) (y nada más) vuelven a
tocar el mismo sector, ampliado a las estudiantes que, sin ser de
clase media, acceden a la educación superior, y con ello a las armas
del pensamiento crítico y a cierto sentido de pertenencia. Las
acusaciones han pegado en el sector laico, secular, progresista,
académico. Son valientes, ejemplares. Y limitadas.

No hace falta viajar en transporte colectivo para presenciar el
constante acoso al que son sometidas niñas, muchachas y mujeres de
cualquier otra edad, desde mi reinita hasta pinche vieja (siendo vieja
un desdeñoso epíteto para todas). Se les da un margen de acción
reducido, en condición de víctimas. Serán sus madres, hermanas, tías y
amigas las que salgan a buscarlas, llorarlas y, sí, protestar porque
las alcanzó la lumbre.

La burguesía y la gran burguesía se refugian en cerradas y privadas,
en condominios autosuficientes y ciudadelas de realidad paralela.
Seguramente allí también hay maltrato, abuso patriarcal, incesto,
pederastia, violaciones, de todo. Pero el pacto social es otro. Y se
han de reír de los universitarios, intelectuales y artistas
balconeados. Pobres diablos de izquierda. Cuando Lydia Cacho tocó los
sectores altos, casi la matan, y vive en exilio. No muchas más se
atreven.

Así que, ¿las mujeres van ganando o todavía no? La UNAM reacciona
lenta y balbuciente, tiene sus propios dinosaurios en una casta de
poder de casi 50 años, que bien encarna el rector Enrique Graue en un
continuidad que ya ni el PRI conserva. La presión viene de dentro, y a
empujones y cristalazos va reaccionando. La protesta frente a La
Prensa visibiliza otro síntoma del odio masculinista: el
sensacionalismo hiriente.

No basta el feminismo de clase para desanudar el actual desastre ético
de la sociedad mexicana, refocilada en la crueldad y la misoginia Es
tarea del Estado, las iglesias, las empresas, los medios y las
escuelas hacerlo universal. Las mujeres son acosadas, explotadas y
muertas a una escala que se antoja inexplicable y es repugnante.
Botarates.jpg
Enaltiment.jpg
Distracciones.jpg
Apologia del franquisme.jpg

Miquel Angel Soria

unread,
Feb 19, 2020, 1:31:01 AM2/19/20
to icv-euia_e...@googlegroups.com
Els feminicidis, a Mèxic, és un esport nacional al que es volen
apuntar altres nacions. Avui us deixo dues imatges dels dibuixants
mexicans Hernández i el Fisgón.


“He leído y acepto las condiciones de Google…”, y no dicen nada de
eludir impuestos
Isaac Rosa

La "tasa Google", esa que ha aprobado el Gobierno para que los
gigantes digitales paguen un mínimo de impuestos en nuestro país, no
va a servir de nada. De nada-nada. Un brindis al sol. Papel mojado.
Olvídenlo, ni caso.

No servirá, por estos cinco-argumentos-cinco, todos incuestionables:

1) Solo se conseguirá cuando lo hagan todos los países, mediante
acuerdo internacional.

2) Trump nos freirá a aranceles y nos obligará a retirarla (miren
Francia cómo reculó).

3) Esas compañías corren más ligeras que las paquidérmicas
legislaciones estatales, y saltan ágiles sobre sistemas fiscales del
siglo pasado. No hay quien las ate.

4) Si al final se aplica, nos tocará pagar a los usuarios, como siempre.

5) La han aprobado un martes 18, y todo el mundo sabe que las medidas
aprobadas en martes, si coincide que es día 18, no tienen validez
legal.

De acuerdo, el último me lo he inventado. Pero en realidad es tan
válido como los anteriores, solo hace falta darlo por bueno, asumirlo
como inevitable. O de otra manera: el quinto argumento es tan
superable como los otros, siempre que haya voluntad política.

Parece que eso de lograr que lasmultisde Internet paguen impuestos es
comparable a conseguir que respeten nuestra privacidad: una batalla
perdida. Pero una batalla perdida antes de librarla, solo con
pensarla. Puro derrotismo. Nos pasa con la privacidad: ni siquiera nos
leemos los "términos y condiciones de uso", hacemos clic directamente,
porque total para qué, si al final van a hacer lo que quieran con
nuestros datos, si la renuncia a la privacidad es el precio a pagar
por usar sus estupendos buscadores, redes sociales y plataformas.

Pues parece que pensamos igual con la fiscalidad: para qué nos vamos a
molestar en pelear impuestos justos, si total, ellos son gigantes y
nosotros tan pequeños; y además son digitales, están en la nube, fuera
del alcance de los analógicos países. Diría más: como con la
privacidad, asumimos que su caradura fiscal es parte del precio a
pagar por disfrutar de Google, Amazon, Facebook o Netflix.

Pues miren, por una vez me he leído los famosos términos y condiciones
de Google (esos que siempre aceptamos sin mirar). Me los he leído de
principio a fin, y resulta que no dicen nada sobre impuestos. En
ninguna parte establecen que al usar sus servicios acepto que eluda
sus obligaciones fiscales en mi país. No descarto que lo acaben
incluyendo en una próxima actualización, pero por ahora no es así: lo
que significa que Google y las demás compañías pagarán tantos
impuestos como los ciudadanos queramos que paguen. Es decir, tantos
como presión ejerzamos sobre esas mismas empresas, y sobre nuestros
gobiernos.

Que sí, que vale, que ellos son gigantes, y nosotros simples
ciudadanos cansados de trabajar y con ganas de compartir fotos
graciosas y ver series al final del día. No podemos contra las
multinacionales, la economía global, Trump, Silicon Valley y la
maldición de los martes 18. Pero sí podemos asegurarnos de que al
menos nuestro gobierno siga adelante con el proyecto, no lo descafeíne
a su paso por el Congreso, ni se lo envaine de aquí a final de año. Y
hasta podemos esperar que los ciudadanos de otros países hagan lo
mismo con sus gobiernos, y cuantos más países se sientan presionados,
más empujarán a un acuerdo internacional. Y no sé, quizás a la vuelta
de unos meses o años conseguimos que esa tasa loca que hoy damos por
imposible -y que en realidad es muy modesta-, se haga realidad.

El mismo razonamiento vale para la Tasa Tobin. Otra locura, quién va a
conseguir darle un pellizquito (0’2%) a las gaseosas transacciones
financieras, ¿verdad? Pues nosotros, claro.

* * *

Pablo González Casanova: el amor y la lucha
Luis Hernández Navarro

Muchos años han pasado ya desde que, en 1950, al terminar sus estudios
de doctorado en la Sorbona de París, Pablo González Casanova (donde
obtuvo la mention très honorable) solicitó su ingreso al Partido
Comunista Francés. Los comunistas galos le respondieron que, ya que no
iba a vivir en ese país, mejor se incorporara al partido de la hoz y
el martillo de México.

Más allá de la formación y los valores éticos que adquirió en el seno
de su familia, su conocimiento del marxismo era anterior a su estancia
parisina. “Cuando estaba yo estudiando en la Escuela Bancaria y
Comercial –le contó a Claudio Albertani–, recuerdo que una vez
pusimos, un amigo tranviario y yo, un letrero que decía: ‘El comunismo
os salvará de las garras asquerosas del capitalismo.’”

Sin embargo, sería cursando la carrera de historia en El Colegio de
México, como profundizó su conocimiento de este tema, de la mano de
Wenceslao Roces (el traductor de El capital al español) y del cubano
Julio Le Riverend, un marxista-leninista que lo acercó a José Martí,
una de las influencias seminales en la formación política de don
Pablo.

En Francia, González Casanova estudió dialéctica con Jean Hyppolite y
conoció la obra de Antonio Gramsci, cuando Vicente Lombardo Toledano
le obsequió las obras del autor de Cuadernos de la cárcel en italiano.
El teziuteco era tío de su primera esposa, Natacha, y los visitaba en
París, camino a Moscú o Roma. Pero su influencia en el escritor de La
democracia en México –libro que el Fondo de Cultura Económica se negó
a publicar– fue mucho más allá de las relaciones familiares. Lo
consideraba un hombre brillante, que le dio al nacionalismo
revolucionario mexicano una política exterior universal impulsando las
relaciones con la Unión Soviética y el apoyo a los movimientos de
liberación en América Latina.

Sin embargo, su visión del materialismo histórico poco tenía que ver
con la de Lombardo o con la de la izquierda ortodoxa de aquellos años.
Para él, el quid del pensamiento crítico y del marxismo no está en la
economía, la dialéctica o en otra estructura de la sociedad, “la clave
–asegura–, desde el Manifiesto el Partido Comunista, es la categoría
de relaciones de explotación. No hay que dejarse marear: toda la
diferencia con las ciencias y el pensamiento capitalista radica en
asumir las relaciones de explotación en el centro de la acción y del
pensamiento”.

Pese al consejo de sus camaradas franceses, a su regreso a México en
1950, el doctor Casanova no ingresó al Partido Comunista Mexicano
(PCM), que en aquellos años vivía una crisis interminable. Por el
contrario, entabló con sus dirigentes una larga y difícil relación,
que duraría hasta la disolución del partido. Lo descalificaban
considerándolo demócrata, no revolucionario.

El partido desempeñó un papel importante en la crisis en la UNAM de
1972, que llevó a don Pablo a renunciar a la rectoría (ante la
inminencia de la entrada de la policía a la institución), por su
negativa a reconocer al sindicato de trabajadores de esa casa de
estudios la cláusula de exclusión (figura que permitía pactar en los
contratos colectivos la facultad para pedir al patrón la separación
del empleo del trabajador expulsado del sindicato al que pertenece).

A principios de la década de 1980, Arnoldo Martínez Verdugo, desde los
60 el más importante dirigente de los comunistas mexicanos, propuso a
don Pablo ser su candidato a la Presidencia de la República. Él no
aceptó.

–Ahora que estamos haciendo lo que tú nos dijiste, nos dices que eso
está mal –le reprochó en una ocasión un comunista amigo suyo.

–Perdóname –le reviró– yo no estaba hablando de que ustedes
renunciaran a los proyectos socialistas.

Siempre –explica el autor de Sociología de la explotación, libro que
fue prohibido en Argentina– había sostenido la necesidad de combinar
el socialismo con la democracia. Incluso, consideré la democracia como
la primera lucha, pero no como la única. Pensaba que podíamos comenzar
por ella –y tal vez era lo mejor, porque en un país como éste sin
democracia era muy difícil– o por los pueblos indios. Pero no podemos
olvidar, y no como una muestra de eclecticismo, que para la solución
de todos los problemas –sean del socialismo o de la democracia– tiene
que eliminarse la explotación, vinculada a la opresión.

A diferencia de su rechazo a ser candidato a la Presidencia por la
izquierda institucional, el 21 de abril de 2018, González Casanova,
con 96 años en ese momento, se convirtió en el comandante Pablo
Contreras del CCRI-EZLN. Para ser zapatista –explicó el comandante
Tacho– hay que trabajar y él ha trabajado para la vida de nuestros
pueblos. No se ha cansado, no se ha vendido, no ha claudicado.

Cuando, hace dos años, en la presentación de uno de sus libros
pidieron a don Pablo que compartiera su receta para llegar a los 96
con tal fuerza intelectual, respondió: Luchar y amar. Participen. Nos
toca un periodo sin precedente en la historia de la humanidad. Nuestra
lucha ya no es sólo por libertad, justicia y democracia, es de hecho
por la vida misma.

Lo nuevo –explicó hace años el ex rector– no es ser moderado, de
izquierda o ultra. Lo nuevo es la coherencia. Si algo ha sido don
Pablo en la vida es ser un hombre nuevo, es decir, coherente.
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