Herbalife y los suplementos alimenticios

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Apr 21, 2010, 4:58:30 PM4/21/10
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Los suplementos alimenticios están constituidos por uno o varios
nutrientes, los cuales se adicionan a la dieta para corregir o
prevenir deficiencias de vitaminas, minerales y proteínas, ayudar en
la recuperación del paciente que sufre alguna enfermedad o ha sido
sometido a intervención quirúrgica, así como para mejorar el estado
general de salud.
Aunque las necesidades nutricionales de los seres humanos pueden ser
cubiertas al seguir dieta balanceada, los suplementos alimenticios son
especialmente benéficos en las siguientes circunstancias:
• Desnutrición o deficiencia de nutrientes que generalmente se
asocia a dieta pobre en vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos
y grasas, alteraciones en el proceso de absorción intestinal
(capacidad de aprovechar los nutrientes), diarrea crónica y
enfermedades como cáncer o sida. Cabe destacar que hay periodos de la
vida en los que se tiene mayor predisposición a padecer desnutrición,
como infancia, adolescencia, embarazo, lactancia y vejez, siendo el
primero el que puede dejar severas secuelas, por ejemplo, disminución
del coeficiente intelectual, problemas de aprendizaje, retención y
memoria, escaso desarrollo muscular e infecciones frecuentes. Esto
último representa una de las principales causas de mortalidad, ya que
el déficit de nutrientes altera las barreras de inmunidad que protegen
contra el ataque de gérmenes.
• Anemia o disminución de los niveles de hemoglobina en sangre
(proteína que se encuentra en glóbulos rojos y transporta oxígeno
desde pulmones a todo el cuerpo a través de venas y arterias),
padecimiento que se origina por alimentación deficiente en hierro,
ácido fólico y vitamina B12, así como por hemorragias o alteraciones
en el funcionamiento de órganos como bazo (alojado atrás del estómago)
o médula ósea (tejido de aspecto viscoso amarillento que se encuentra
en el interior de los huesos).
• Como apoyo en el tratamiento de anorexia y bulimia, pues los
afectados por estas enfermedades requieren gran aporte de nutrientes.
• Alcoholismo, pues las bebidas embriagantes suelen agotar las
reservas de vitaminas y minerales.
• Durante infancia y adolescencia, pues en estas etapas se necesita
mayor aporte de nutrientes debido que el organismo se encuentra en
desarrollo.
• En la senectud, ya que al envejecer disminuye el consumo de
alimentos y la capacidad de absorber nutrientes, además de que hay
dificultad para masticar; asimismo, con el paso del tiempo el
metabolismo (proceso que permite asimilar adecuadamente vitaminas,
minerales, proteínas y grasas) se hace lento, lo cual ocasiona que las
exigencias calóricas sean menores.
• Convalecencia.
• Después de intervención quirúrgica.
• Durante el embarazo y lactancia debido a que se requieren más
nutrientes que contribuyan al adecuado desarrollo del bebé.
• En la menopausia es recomendable administrar suplementos de
calcio y multivitamínicos, ya que pueden prevenir la aparición de
osteoporosis y mejorar las condiciones nutricionales de la mujer.
• Al practicar actividad física intensa.
¿De qué están hechos
Los suplementos alimenticios contienen gran diversidad de
ingredientes, los cuales pueden estar presentes en forma de
concentrados o extractos, y son ofrecidos en cápsulas, comprimidos,
grageas, píldoras, gránulos, tabletas, polvo, líquidos o inyecciones.
Los elementos que comúnmente contienen sus formulaciones pueden
agruparse de la siguiente manera:
Vitaminas. Micronutrientes que le permiten al organismo realizar sus
funciones y mantenerse sano, los cuales son indispensables para que
metabolismo, desarrollo y crecimiento del cuerpo sean normales. Se
clasifican en dos grupos: solubles en grasa (liposolubles: A, D, E, y
K) y solubles en agua (hidrosolubles: B1, B2, B5, B6, B8, B9, B12 y
C); hay otros nutrientes que no son considerados vitaminas por algunos
especialistas; sin embargo, otro sector sí las denomina de esta manera
y las reconoce como B13, B15, B17, colina, paba, T, P y U.
• A. Se encarga de proteger la piel, interviene en el proceso de
visión y participa en la elaboración de enzimas (sustancias que
aportan cambios químicos) en hígado y hormonas sexuales.
• B1 (Tiamina). Es importante para el buen funcionamiento del
sistema nervioso y cerebro, así como para disminuir los efectos de la
resaca o cruda.
• B2 (Rivoflavina). Indispensable para la obtención de energía,
crecimiento y regeneración de tejidos; alivia calambres musculares y
disminuye fatiga física e intelectual.
• B3 (Niacina). Protege de trastornos en la circulación sanguínea y
permite desempeñar correctamente las funciones intelectuales.
• B4 (Adenina). Estimula la formación de glóbulos blancos.
• B5 (Ácido pantoténico). Interviene en el metabolismo de una
sustancia encargada de la memoria y concentración (acetilcolina),
reduce el estrés y ayuda en la relajación.
• B6 (Piridoxina). Esencial para el buen funcionamiento del
cerebro, regularizar el sistema nervioso y favorecer el metabolismo de
proteínas.
• B7 (Colina). Evita que las grasas se acumulen en los órganos.
• B8 (biotina). Necesaria para la formación de células nerviosas y
aliviar el estrés y dolencias hepáticas (en hígado).
• B9 (ácido fólico). Indispensable en la producción de glóbulos
rojos, previene malformaciones congénitas, regenera células y permite
que genitales y sistema nervioso se mantengan en buen estado.
• B12 (Cobalamina). Tiene como principal función la regeneración de
la médula ósea y glóbulos rojos; es imprescindible en la formación del
ADN (ácido desoxirribonucleico), favorece la memoria y controla la
irritabilidad.
• B13 (ácido orótico). Se sabe que participa en el metabolismo
(proceso químico que permite el aprovechamiento de nutrientes) del
ácido fólico y vitamina B12, además de prevenir problemas en hígado y
envejecimiento prematuro.
• B15 (ácido pangámico). Tiene efecto antioxidante (reduce ciertas
reacciones químicas destructivas, conocidas como oxidaciones),
facilita la absorción del oxígeno en todos los tejidos, estimula las
respuestas del sistema inmunológico (aquel que nos previene del ataque
de virus y bacterias), protege al organismo de cirrosis, baja los
niveles de colesterol en sangre, controla el deseo de beber alcohol y
prolonga el promedio de vida de las células.
• B17 (aetrile). Se cree que su deficiencia ocasiona poca
resistencia al cáncer, además, se recomienda tomarla en muy pequeñas
cantidades porque una parte de su molécula es el conocido cianuro
(veneno altamente tóxico para el organismo).
• Colina. A nivel cerebral produce una sustancia que fortalece la
memoria y participa en la transmisión de impulsos nerviosos.
• Paba (ácido paraaminobenzoíco). Contribuye en la formación del
ácido fólico y de proteínas, y se ha descubierto que ayuda a mantener
la piel en buen estado y a disminuir el dolor ocasionado por
quemaduras.
• C (ácido ascórbico). Permite adecuada cicatrización de heridas,
favorece la absorción del hierro y protege a las células de las
agresiones externas.
• D (calciferol). Se forma en la piel mediante exposición al Sol,
fija el calcio en huesos y previene caries dentales.
• E(tocoferol).. Impide la destrucción de células y permite la
regeneración de tejidos.
• K.. También se le llama antihemorrágica porque es fundamental en
el proceso de coagulación de la sangre.
• P.. Refuerza la acción de la vitamina C, tiene propiedades
antihemorrágicas y permite el buen funcionamiento de hígado y riñones.
• T. Se tiene poco conocimiento sobre todas las funciones de esta
vitamina, pero se sabe que interviene en la coagulación de la sangre,
característica que la hace útil para tratar anemia.
• U (ácido menínico). Se ha descubierto que es importante en el
tratamiento de úlceras, pues se encarga de proteger y mejorar el
estado de las membranas mucosas de estómago e intestino.

Minerales. Componentes inorgánicos de la alimentación, es decir, se
encuentran en la naturaleza sin formar parte de los seres vivos.
Desempeñan un papel muy importante en el organismo, pues son
necesarios para la formación de tejidos y hormonas, y participan en la
mayoría de reacciones químicas en las que intervienen las enzimas. Se
dividen en tres grupos:
Macroelementos. Se miden en gramos y son los que el organismo necesita
en mayor cantidad; aquí se agrupan sodio, potasio, calcio, fósforo,
magnesio, cloruro y azufre.
Microelementos. Se requieren en menor cantidad y se calculan en
miligramos (milésimas de gramo); esta categoría abarca hierro, flúor,
yodo, manganeso, cobalto, cobre y zinc.
Oligoelementos. Se evalúan en microgramos (millonésimas de gramo);
incluyen al silicio, níquel, cromo, litio, molibdeno y selenio.
A continuación se describen las características de cada mineral:
• Azufre. Es parte de la estructura de piel, uñas, cabello y
cartílago; se encarga de neutralizar sustancias tóxicas y ayuda al
hígado en la secreción de bilis.
• Calcio. Es componente esencial de huesos y dientes, 99% se
encuentra en ellos y el 1% restante se almacena en los músculos, por
lo que es vital para el desarrollo y buena salud de estas estructuras.
Además, participa en la coagulación de la sangre y transmisión de
impulsos nerviosos.
• Cloruro. Favorece el equilibrio de líquidos en el organismo,
ayuda al hígado a eliminar toxinas y es vital para la formación de
ácidos en el estómago
• Cobalto. Interviene en la producción de glóbulos rojos.
• Cobre. Convierte en hemoglobina al hierro almacenado en el
organismo y permite aprovechar el que está contenido en los alimentos.
• Cromo. Colabora en la asimilación normal del azúcar al permitir
que la insulina -hormona producida por el páncreas- trabaje de manera
correcta, al mismo tiempo que regula los niveles de colesterol y
participa en el transporte de proteínas.
• Fósforo. Es un elemento que junto con el calcio participa en la
formación de huesos y dientes; además, resulta esencial para
transformar en energía los alimentos que se consumen.
• Flúor. Previene la caries dental y fortifica los huesos.
• Hierro. Necesario para la producción de hemoglobina (sustancia
contenida en el interior de glóbulos rojos encargada de transportar
oxígeno a la sangre) y mioglobina (oxigena músculos). Es
imprescindible para la correcta utilización de las vitaminas del
complejo B.
• Litio. Es fundamental para la regulación del sistema nervioso.
• Magnesio. Permite la correcta asimilación de calcio y vitamina C,
el buen funcionamiento del sistema nervioso y aumenta la secreción de
bilis (favoreciendo con ello la digestión de grasas y eliminación de
residuos tóxicos); asimismo, ayuda a que disminuyan problemas
cardiacos e interviene en el proceso de contracción y relajación
muscular.
• Manganeso. Se encarga de activar las enzimas que participan en la
formación de las grasas y contribuye en el aprovechamiento de las
vitaminas C, B1, y B8.
• Molibdeno. Ayuda a prevenir anemia y caries dental.
• Níquel. Permite el buen funcionamiento del páncreas.
• Potasio. Se encarga de fortalecer la actividad de los riñones al
estimular la eliminación de toxinas a través de la orina, y del
almacenamiento de carbohidratos y su posterior transformación en
energía. También ayuda a mantener ritmo cardiaco adecuado y presión
arterial en niveles normales, y es esencial para la transmisión de
todos los impulsos nerviosos.
• Selenio. Tiene propiedades antioxidantes, lo cual le da la
capacidad de prevenir el envejecimiento prematuro y cáncer. Es útil en
el tratamiento contra la caspa y mantiene en buen estado al hígado,
corazón y órganos reproductores.
• Silicio. Ayuda a asimilar el calcio, formar nuevas células y
nutrir tejidos.
• Sodio. Se encarga de regular el reparto de agua en el organismo,
interviene en la transmisión de impulsos nerviosos a músculos y
participa en el proceso digestivo.
• Yodo. Es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula
tiroides, ayuda al crecimiento, mejora la agilidad mental, quema
exceso de grasa y permite el desarrollo de uñas, cabello, piel y
dientes.
• Zinc. Resulta vital para el crecimiento, regula el desarrollo
sexual, epidérmico y capilar, y es necesario para la producción de
insulina (hormona que se encarga de mantener los niveles de azúcar en
sangre en rangos normales).
Proteínas. Crean células y tejidos, intervienen en reacciones químicas
como la digestión o transportación de oxígeno, permiten el movimiento
de los músculos e incluso tienen actividad hormonal.
Ácidos grasos. Entre ellos se encuentran los denominados omega 3 y 6,
que previenen la formación de coágulos en la sangre, ayudan a regular
la presión sanguínea y disminuyen los niveles de triglicéridos (tipo
de grasa que se forma en el organismo); asimismo, aumentan la
flexibilidad de las arterias y activan el proceso antiinflamatorio, el
cual reduce el riesgo de padecer artritis, cáncer, psoriasis, diabetes
y trastornos de las células.
Aunque los suplementos alimenticios son buena alternativa para mejorar
las condiciones nutricionales, es fundamental que la dieta siempre
contenga los siguientes grupos de alimentos:
Cereales y legumbres. Son la fuente más importante de carbohidratos y
proteínas de origen vegetal.
Verduras. Aportan vitaminas, sales minerales y fibra.
Frutas. Su consumo permite que el organismo obtenga vitaminas,
minerales, fibra y azúcares.
Lácteos. Alimentos ricos en calcio, magnesio y proteínas.
Cárnicos (carnes). Contienen proteínas, grasas y minerales.
Grasas y azúcares. Son fuente de energía y aportan proteínas, pero su
consumo debe ser moderado.
Como puede ver, cada nutriente cumple con funciones determinadas y no
hay uno más importante que otro, por ello, es preciso incluirlos a
todos en la dieta diaria mediante el consumo de los diferentes grupos
de alimentos. Asimismo, considere que los suplementos alimenticios
pueden ser un apoyo, pero no deben administrarse en exceso porque
podrían ocasionar efectos tóxicos al organismo.

ALIMENTACION Y SALUD

La alimentación consiste en la obtención, preparación e ingestión de
alimentos. Por el contrario, la nutrición es el conjunto de procesos
fisiológicos mediante el cual los alimentos ingeridos se transforman y
se asimilan, es decir, se incorporan al organismo de los seres vivos,
que deben hacer conciencia (aprender) acerca de lo que ingieren, para
qué lo ingieren, cuál es su utilidad, cuáles son los riesgos. Así
pues, la alimentación es un acto voluntario y la nutrición es un acto
involuntario. Otro concepto vinculado a la alimentación, sin ser
sinónimo, es el de dieta. Por extensión, se llama alimentación al
suministro de energía o materia prima necesarios para el
funcionamiento de ciertas máquinas.
Los seres humanos necesitan, además del agua que es vital, una
ingestión de alimentos variada y equilibrada. La razón es que no
existe un único alimento que proporcione todos los nutrientes para
mantener la vida y la salud. El consumo regular de un conjunto de
alimentos (dieta) debe proporcionar las cantidades adecuadas de
proteínas, lípidos, glúcidos, vitaminas y minerales. La base de una
buena nutrición reside en el equilibrio, la variedad y la moderación
de nuestra alimentación. Pero la alimentación moderna urbana es muy a
menudo desequilibrada, desestructurada y se suele juntar con una vida
cada vez más sedentaria.
Ya desde hace 2400 años se conocía la relación entre la alimentación y
la salud: Hipócrates afirmaba que nuestra alimentación era nuestra
medicina. Es bien sabido que los factores alimentarios están asociados
a enfermedades como la diabetes, la osteoporosis, la obesidad y muchas
otras (algunas investigaciones parecen encontrar una relación entre la
alimentación y el surgimiento de ciertos tipos de cáncer). La ingesta
de demasiados ácidos grasos saturados y de un exceso de colesterol
puede provocar aterosclerosis. En contrapartida, en el siglo XX se
demostró el vínculo que hay entre las carencias alimentarias y las
enfermedades graves. Estas diferentes formas de malnutrición siguen
siendo, aún ahora, problemas muy importantes de salud pública.

Desórdenes alimentarios

La mala alimentación, sumada a los trastornos psicológicos y/o
psíquicos derivados, puede ser la causa de diversas enfermedades, de
las que cabe destacar cuatro como las más importantes:
• Obesidad
• Anorexia
• Bulimia
• Depresión
Se considera que una persona sufre trastornos de la conducta
alimentaria cuando tiene una excesiva preocupación por su peso y la
comida. Los más frecuentes son anorexia nerviosa y bulimia nerviosa,
entre otros. Los trastornos alimentarios no suceden por falta de
voluntad o por mal comportamiento, son enfermedades reales que se
pueden recuperar y prevenir. Si no son tratados a tiempo pueden causar
serios problemas de salud.
A quiénes afectan: Afectan principalmente a los adolescentes y con
mayor frecuencia a las mujeres. Aunque en la actualidad se ha
convertido en un problema generalizado, que se presenta desde la niñez
sin distincion de sexo. Solo se necesita observar dentro de las
instituciones educativas para visualizar el grado del problema en
nuestros niños.
Por qué se producen: Es un fenómeno social que empieza en casa, debido
a la información y costumbres adquiridas que los hijos aprenden de los
padres, y por otro lado la desintegración familiar, la escasa
comunicación, que día a día se hace menos presente en los hogares, en
resumen los nuevos jóvenes no sienten un apoyo buscan satisfacer sus
necesidades de diversas maneras.

Diversos factores favorecen su desarrollo:
• Baja autoestima.
• La dificultad para resolver determinados problemas.
• Dificultades en las relaciones familiares.
• Modelos de belleza muy delgados que aparecen en los medios de
comunicación.
• Problemas tiroidales (genéricos)
• Enfermedades ocasionadas por uso de fertilizantes
Prevención
• Realizar una alimentación saludable.
• Aprovechar el momento de las comidas para el encuentro y la
comunicación.
• No utilizar los alimentos como consuelo, premios o castigos.
• Practicar ejercicios que te diviertan.
• Valorar el interior y la salud. No vivir en función de la imagen
del cuerpo.

ALIMENTOS QUE NO DEBEN FALTAR NUNCA EN NUESTRA MESA

Las sustancias nutritivas no están distribuidas de manera homogénea en
los alimentos. En cada uno de ellos, por tanto, predomina uno u otro
nutriente. Esto ha llevado a clasificarlos en diferentes grupos, de
acuerdo a su afinidad nutritiva o a la principal función que
desempeñan dentro de nuestro organismo los nutrientes predominantes en
cada alimento.
Los alimentos que pertenecen al mismo grupo pueden ser
intercambiables, siempre en las cantidades adecuadas, ya que comparten
similares propiedades nutritivas. Esto nos permite variar mucho la
dieta sin que se modifique significativamente la composición nutritiva
de la alimentación cotidiana. No debemos olvidar que dentro de algunos
grupos se registran diferencias en función del contenido graso y de
azúcares (lácteos completos o desnatados, carnes grasas o magras,
yogures sin azúcar o azucarados…), lo que se traduce en mayor o menor
número de calorías.

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