CENTRALIDAD DE LA MÁQUINA
En este capítulo trato de presentar algunas conclusiones que parten de
la siguiente idea básica: seguimos funcionando con unos conceptos y
esquemas mentales (sobre organización, forma o naturaleza del trabajo,
gestión...) que lastramos desde hace mucho. Estos conceptos se fueron
construyendo con la gran empresa industrial. Evidentemente, antes de
esto las formas y conceptos de organización eran muy distintas,
también las formas de trabajo, las de gestión...
La diferencia que marcaba esta época era la <b>centralidad de la
máquina</b>: todo se estructura según la máquina y las necesidades de
ésta. ¡Presentar en la típica cadena de montaje de principios de siglo
al trabajo como una extensión de la máquina no es ninguna exageración!
A lo largo de este capítulo voy sugiriendo cómo esta centralidad de la
máquina condiciona aún hoy nuestros enfoques. Trato de identificar así
esquemas mentales que debiéramos desaprender para poder avanzar.
Y te preguntaría lo siguiente: ¿Compartes esto? ¿Hay algo que te haya
llamado la atención porque concuerda con tu experiencia y vivencias, o
por todo lo contrario? ¿Qué más añadirías a esta lista de supuestos
mentales que tienen que ver con una comprensión mecanicista
(maquínica) de la realidad? -me refiero, claro está, a la lista del
Capítulo 2 del libro-.
Y creo que ligado a esto hay una idea que puede crear muchas
asociaciones interesantes, la menciono en algún capítulo posterior:
máquina inerte versus persona (conocimiento) viva. --> Por tanto,
hemos de desaprender enfoques construidos para gestionar lo inerte
para poder aprender nuevos conceptos y habilidades que nos permitan
gestionar (en su sentido más constructivo y positivo) lo vivo.
Un saludo a todas y todos,
Maite