Bitácora negra de Esther Orozco en la UACM
Ciudad de México, 31 de octubre de 2011
El pasado 7 de
octubre la sesión del Consejo Universitario de la Universidad Autónoma
de la Ciudad de México se interrumpió, por segunda ocasión consecutiva,
porque un grupo de 8 consejeros estudiantiles, bajo las órdenes de
Esther Orozco y en agradecimiento por las prebendas recibidas, abandonó
la sesión para que, por falta de quórum, el pleno no abordara el tema de
la ola de despidos injustificados que se ha suscitado durante la actual administración.
A partir de ese
momento, la administración universitaria ha emprendido una tenaz
persecución en contra del profesor Benítez pretextando una supuesta
agresión a tres de los estudiantes involucrados. Las únicas “pruebas”
que “documentan” la supuesta agresión se basan en el testimonio de
dichos estudiantes. En contraste, todos los universitarios que sin
participar en el evento lo presenciaron, han respaldado con su
testimonio y con material audiovisual la declaración del profesor
Benítez.
El día de ayer
circuló por la red un “boletín de prensa” sin ninguna seña institucional
en el que la UACM anuncia el despido del profesor. De confirmarse este
atropello, estaríamos ante un claro acto de represión y revancha que
ratifica la vocación autoritaria y la torpeza institucional con la que
de Esther Orozco se ha conducido desde el inicio de su gestión al frente
de la rectoría de nuestra universidad.
Alberto Benítez es un
profesor reconocido, aun por quienes no comulgan con sus ideas, por su
compromiso con la construcción y el fortalecimiento académico e
institucional de nuestra universidad. Así lo mostró durante los años que
estuvo al frente de la Secretaría Técnica del primer Consejo
Universitario, cargo que ocupó sin impugnación alguna y en el que fue
ratificado al término de su primer año de gestión.
Desesperada y
frustrada por el rechazo de gran parte de la comunidad, Esther Orozco no
le perdona al profesor Benítez no haberle otorgado su voto en el
proceso de sucesión del año pasado, no le perdona haber suscrito la
demanda de más de 3000 universitarios de que renunciara o fuera revocada
de su cargo, no le perdona haber formado parte de la comisión que
integró el expediente en el que se acreditan los actos de corrupción y
sabotaje institucional por los que debería ser destituida inmediatamente
de su cargo, no le perdona haber participado de los foros y suscrito
los pronunciamientos que cientos de académicos han hecho en contra de
las contrarreformas académicas que la actual administración pretende
imponer, no le perdona haber defendido a los trabajadores perseguidos e injustamente despedidos, no le perdona, en suma,
haber alzado la voz en contra de sus desatinos académicos, administrativos y laborales.
El despido del
profesor Benítez es un acto represivo que la comunidad no dejará pasar.
Que Esther Orozco no se vuelva a equivocar, la comunidad universitaria
sabe quién es quién y no se dejará engañar por la campaña de
desprestigio y criminalización que ha montado en contra de los
universitarios que se movilizan con inteligencia y creatividad en
defensa del proyecto educativo y social de la Universidad.
¡Alberto Benítez se queda! ¡Esther Orozco se va!
Autonomía, educación, libertad.
Asamblea Universitaria