Hace 40 años, cuando la tectónica de placas convirtió a "la mayoría silenciosa" (¡adelante hombre del seiscientos, la carretera nacional es tuyaaaaa!) de Franco en una horda libertaria de luchadores antifranquistas, empecé a dudar de la capacidad de memoria del personal: nadie recordaba que los 1º de Mayo de los años 60 eran éxodos y los manifestantes, cinco: los Castro (padre e hijo) por el PSOE; Vicentón, la Tina y Ordiales por el PCE: El que hacía caja era Victorino "el de Ángel Arias" poniendo "sol y sombra" a tutti plén. a todos cuantos no teníamos seiscientos y muchas ganas de bailar en el Molín de Argüelles.
Mas tarde ya vimos: la memoria histórica se convirtió en ley y algún heredero de un antiguo militante pero más tarde chivato terminará poniéndose alguna condecoración. Vamos, tal cual como en Vascongadas (y permítaseme la expresión en honor a la Libertad de Expresión que me ampara), donde los antiguos chivatos ahora quieren ser víctimas.