Las nuevas técnicas de imagen reducen las muertes por un tipo de hemorragia cerebral

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Jun 4, 2009, 11:57:24 AM6/4/09
to Fundación de Neurociencias
Los avances en las técnicas de diagnóstico y tratamiento han permitido
que los pacientes que sufren hoy en día un tipo de ictus -la
hemorragia subaracnoidea a causa de aneurisma- tengan mejor pronóstico
que hace 30 añosEste trastorno se produce por la ruptura de un vaso
sanguíneo anormalmente dilatado, lo que provoca un sangrado entre el
cerebro y las membranas que lo recubren.

Aunque no es el más común de los infartos cerebrales, puede traer
importantes complicaciones y se asocia a un alto riesgo de mortalidad.

Sin embargo, tal como muestran los datos de un reciente metaanálisis,
parece que el número de casos fatales ha menguado en los últimos años.

"Esta reducción coincide con la introducción de estrategias mucho
mejores para el manejo del trastorno", comentan los autores de esta
revisión en las páginas de la revista 'The Lancet Neurology'.

Según apuntan, el diagnóstico ha mejorado mucho gracias al empleo de
técnicas como el TAC o la resonancia magnética. Además, procedimientos
como la embolización, que 'rellena' el aneurisma para evitar
complicaciones y nuevas rupturas, también han contribuido a la
disminución del riesgo de muerte.

La investigación
Para llevar a cabo su trabajo, los investigadores, dirigidos por
Dennos Nieuwkamp, del Centro Médico Universitario de Utrecht (Holanda)
analizaron los resultados de 33 estudios sobre pacientes que habían
sufrido una hemorragia subaracnoidea a causa de aneurisma entre 1973 y
2002. En total, manejaron datos de 8.739 pacientes de 19 países
diferentes.

Los resultados de su trabajo pusieron de manifiesto que, pese a que la
edad media de los pacientes atendidos por este trastorno pasó de los
52 a los 62 años en el periodo estudiado, las tasas de mortalidad
disminuyeron un 17%.

Durante el análisis, los investigadores se dieron cuenta de que Japón
era un caso especial. La proporción de personas que fallecía a causa
de este tipo de ictus en el país asiático era casi un 12% más baja que
en Europa, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Debido a las
grandes diferencias, para las estimaciones globales, no se tuvieron en
cuenta sus datos.

Los autores de la investigación sugieren que la clave de esta
disparidad puede estar en el tipo de atención al paciente. "La
estrategia de ingresar al enfermo de forma temprana y el rápido manejo
de los aneurismas podría explicar en parte las tasas bajas de Japón",
sugieren los investigadores.

Con todo reconocen que su estudio tiene limitaciones y deberían
llevarse a cabo más trabajos sobre el tema.

En un comentario que acompaña a este artículo en la revista médica,
Rustam Al-Shahi Salman y Cathie Sudlow, de la Universidad de Edimburgo
(Reino Unido), remarcan que, además de prevención y tratamiento, sigue
habiendo importantes desafíos en el manejo de este tipo de ictus.

Por un lado, estos autores insisten en la importancia de mejorar la
efectividad de las terapias en pacientes de avanzada edad y, por otro,
recuerdan que los países menos desfavorecidos siguen siendo grandes
olvidados. "Probablemente la mayor carga mundial de hemorragias
subaracnoideas se produce en estos países, y es allí donde más se
necesitan intervenciones efectivas para su tratamiento", subrayan.
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