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unread,Jun 10, 2009, 11:07:39 AM6/10/09Sign in to reply to author
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to Fundación de Neurociencias
Un grupo de investigadores de la Universidad de Toronto acaba de
demostrar que nuestro estado de ánimo afecta a la manera en que vemos
las cosas y modifica la actividad de nuestro córtex visual. Según
estas pruebas, las actitudes positivas activan las zonas relacionadas
con la visión y las negativas centran la atención en un solo punto y
nos impiden tener una perspectiva global.
Numerosos estudios sobre el comportamiento habían demostrado ya que
las emociones influyen en la percepción pero, tal y como explica
Neurophilosophy, las pruebas de Taylor Schmitz y su equipo van un paso
más allá, ya que han monitorizado la actividad cerebral mediante
resonancia magnética. (Seguir leyendo)
Para el experimento, publicado en el Journal of Neuroscience, el
equipo reclutó a 14 voluntarios a los que mostró una serie de imágenes
relacionadas con estados de ánimo y otras en las que se veían rostros
rodeados de otros detalles, como casas o paisajes.
Después de numerosas pruebas, los investigadores hallaron una fuerte
correlación entre los estados de humor de los participantes y la
respuesta del área que rodea el hipocampo. En otras palabras, una
actitud positiva y de buen humor aumentaba su campo de visión y su
capacidad de tener una apreciación global de la fotografía, mientras
que el mal humor reducía su capacidad de ampliar la atención.
Además, el equipo comprobó que en los momentos de buen humor, la mayor
visión periférica no iba en detrimento de la capacidad de concentrar
la visión en un punto, sino que se producía una ampliación de las
capacidades perceptivas.
Según los expertos, esta reacción explica por qué en situaciones de
miedo o tristeza centramos nuestra atención en un foco en detrimento
de la visión más periférica. Un ejemplo, asegura el autor de
Neurophilosophy, es el denominado “efecto arma”, que suele afectar a
los testigos de algún delito: si durante la escena había algún
cuchillo o pistola, casi ninguno recuerda la cara del delincuente,
puesto que toda la atención estaba centrada en ese instante en el arma
que el agresor portaba en sus manos. Este mecanismo de supervivencia
nos hace centrar todas nuestras fuerzas en el punto amenazante y
suprime todo aquello que lo rodea y puede resultar superfluo.
Por otro lado, una actitud positiva aumenta nuestra capacidad de
percepción y nos permite obtener mucha más información sobre una
cuestión determinada. Una teoría que tal vez explique por qué las
personas más inteligentes suelen tener un gran sentido del humor y la
obcecación suele ir de la mano de la falta de inteligencia.