Fwd: Los cachivaches del alma

[César Hazaki]

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De: César Hazaki <cesar....@topia.com.ar>
Date: sáb., 18 de septiembre de 2021 5:55 p. m.
Subject: Los cachivaches del alma
To: Luna Malfatti <luni...@gmail.com>

Aunque no se note están ahí, o sea no resaltan, no hacen ruido, no pertenecen al conjunto que debe ser esquivado, tampoco al de los objetos que de caerse producen no sólo estrépito. Estos verlos cómo se dirigen al suelo y estallan en pedazos producen un instante infernal. Son amigos de la angustia o del insulto impiadoso hacia uno mismo. 

Los cachivaches tienen la rara habilidad de establecerse sin prisa y sin pausa. Cómo vienen y viven como okupas son invisibles. Pese a lo que dice El Principito no son esenciales y por eso invisibles a los ojos. No, se convierten en invisibles por el paso del tiempo, por cambios tecnológicos (quien escucha un casette?), por desamor (una pequeña escultura o varios libros dejados por el último amor o uno anterior), por herencia de un tío muerto en la peregrinación a Luján, el box donde se llevaba al gato a la veterinaria, y suma y sigue. Suelen habitar lugares oscuros y húmedos de la casa, la centenaria memoria de los cachivaches les indica que allí vivirán muchos, muchos años. Solo serán desalojados si se hacen visibles. Pero un día el alma se hace pesada, difícil de llevar, aturdida busca las razones que la empujan hacia nuevos aires y ahí los cachivaches sienten que un terremoto se aproxima. Tiemblan, se hacen más pequeños, se entrelazan pero saben que de seguir la tormenta el alma pesada y enojada llegará hasta el hogar oscuro y húmedo donde habitan y serán desalojados. Morirán y nunca nadie sabrá cómo y por qué.

Lo curioso es que el alma liberada volverá a los pocos días a guardar nuevos cachivaches.