IDEAS ORIENTADORAS PARA LA FORMULACIÓN DE PROYECTOS (FORO 2)

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May 7, 2018, 12:16:12 PM5/7/18
to Foro UC Gerencia de Proyecto

La palabra proyecto, Idea de una cosa que se piensa hacer y para la cual se establece un modo determinado y un conjunto de medios necesarios, habita un territorio pautado por la idea de tránsito; vincula las temporalidades de pasado, presente y futuro. El término proyecto remite siempre a un futuro imaginado y deseado desde una situación presente. Conlleva una determinada representación de una situación nueva respecto a la situación de partida, la cual será posible fruto de determinadas acciones concebidas y organizadas a tales fines. El proyecto es entonces el medio para concretar una idea, para transformar una realidad. Podríamos decir que el proyecto es el camino que recorremos desde que imaginamos la situación nueva hasta que la vemos realizada. Un proyecto es entonces, en primera instancia, organización de la voluntad de cambio. Técnicamente, y a modo de síntesis, podríamos definir a los proyectos sociales como: un conjunto de acciones desarrolladas en un tiempo y espacio determinado, y emprendidas en modo articulado combinando la utilización de diferentes recursos (humanos, técnicos, materiales) en función del logro de determinado objetivo previamente estipulado, el cual se justifica por la existencia de una determinada situación-problema que se quiere transformar. (Ander-Egg y Aguilar: 2005).

La expansión de los proyectos sociales, por una moda de gestión de gobierno,  ha generado en ocasiones una burocratización de los mecanismos de construcción de proyectos, al tiempo que han proliferado los “especialistas” en el arte de presentar proyectos (especialistas en las formulaciones que no siempre lo son en las intervenciones). Es importante revitalizar el proceso de construcción de proyectos, siendo a la vez rigurosos y creativos, buscando el mejor modo de organizar acciones transformadoras. Voluntad de cambio sin proyecto es espontaneísmo y acción ciega. Proyecto sin voluntad de cambio es reproducción burocratizada de una práctica estéril.

Existen variaciones en los modos de concebir lo que se llama “el ciclo de vida de un proyecto”. Para algunos autores (Cejas, Olaviaga, Kremer: 2006), el ciclo de vida de un proyecto consta de cuatro fases:

a) Identificación: Momento de gestación del proyecto. A este momento pertenece la identificación/construcción del problema de intervención. Las preguntas claves de esta etapa son: ¿qué sucede? ¿por qué sucede? ¿a quiénes afecta y cómo lo hace? ¿qué se puede hacer para solucionar el problema o mejorar la situación de partida?

b) Formulación: Es la etapa de formalización y organización de las ideas y la información producida durante la etapa de identificación. Es el momento propiamente de formulación de la propuesta con sus diferentes componentes (justificación, objetivos, resultados esperados, plan de trabajo, y demás contenidos).

 c) Etapa de ejecución y seguimiento: Es la etapa de desarrollo de las acciones planificadas. Es importante concebir estrategias y metodologías de seguimiento que permitan evaluar el desarrollo del proyecto desde una perspectiva flexible, integradora de los acontecimientos y transformaciones del contexto en que se desarrolla el proyecto.

d) Etapa de evaluación: Valoración y análisis de las intervenciones realizadas, con centralidad en la visualización de las distancias entre resultados esperados y resultados obtenidos, así como en términos generales, entre la “situación final” y la situación de partida.

Aunque existen otras visiones de otros autores que visualizan, además de las etapas reseñadas, otros momentos en el ciclo de vida de un proyecto; en todo caso, lo que interesa aquí señalar es que la vida de un proyecto no comienza en el momento en que se inicia su ejecución, sino ya desde el momento de su gestación, concepción, y formulación. Estos momentos iniciales contienen además una serie de procesos de una importancia fundamental, tanto para lo que será ulteriormente el desarrollo del proyecto, como por lo que implican en sí mismos ya como intervención. Nos detendremos un momento en la primera etapa del ciclo de vida de un proyecto (la fase de identificación), y posteriormente  (“Esquema para la formulación de un proyecto”) trabajar sobre los contenidos correspondientes a la etapa de formulación. La fase de identificación contiene procesos de gran importancia que se podrán resumir en tres:

a) la construcción del problema,

 b) la construcción de explicaciones en torno a ese problema, y

 c) el diseño de una estrategia de intervención.

a) Proceso de construcción de un problema: cómo se definen las problemáticas a abordar, quién las define, para quién y desde qué supuestos constituyen “un problema”, cómo se jerarquizan y comprenden las interrelaciones entre problemas, cómo se priorizan y ubican en esquema de “causas y efectos” (árbol de problemas). Es importante que la construcción del problema sea el fruto de procesos de construcción de demanda y análisis de las necesidades, en los cuales puedan producirse procesos participativos de comprensión y ponderación colectiva de las situaciones. La historia de los proyectos sociales está plagada de ejemplos de prácticas y proyectos que fracasan por haber comenzado por la imposición cultural de un problema por parte del técnico o el profesional universitario.

b) Proceso de construcción de explicaciones en torno a ese problema: ¿Desde qué encuadre teórico construimos los problemas y las explicaciones sobre los mismos? ¿En qué medida analizamos estos supuestos de partida? ¿En qué medida integramos a nuestras explicaciones las provenientes del saber popular y la cultura local respecto a las problemáticas existentes y sus causas? Es también interesante analizar aquí cómo se juegan los procesos de trabajo interdisciplinario, en los dos niveles descriptos por Alicia Stolkiner: uno epistemológico (vinculado a cómo logramos construir objetos de conocimiento interdisciplinarios o transdiscilinarios), pero también en el registro del nivel profesional. Cuando lo interdisciplinario pasa a jugarse en el campo de la intervención, lo epistemológico se traslada inadvertidamente hacia lo profesional, abriendo un campo donde la construcción de un problema de intervención está también afectado por las diagramaciones disciplinarias y de poder que configuran las construcciones sociales de la legitimidad de tal o cual disciplina para intervenir sobre tal o cual problema.

c) Proceso de construcción de una estrategia de intervención al respecto del problema construido y la transformación deseada. Este es el momento bisagra entre la fase de “identificación” y la fase de “formulación” del proyecto. Se trata del trabajo de formular los objetivos del proyecto, habiendo ya definido la problemática a abordar, y la situación deseada (visualización de la transformación a la que se aspira). Una vez definidos los objetivos, se debe diseñar una estrategia que permita alcanzarlos en el tiempo estipulado, y en las condiciones materiales existentes y en el contexto en que se desarrollarán las acciones

El árbol de problemas:

El árbol de problemas es un instrumento útil en la etapa de definición del problema de intervención. Ayuda a una comprensión de la problemática, visualizando sus causas y efectos, así como otros problemas relacionados, lo cual aporta al mejor recorte del problema central que abordará el proyecto.

Sintéticamente, el árbol de problemas consiste en la elaboración de un diagrama en el que se ubican causas y efectos en torno al problema central del proyecto.

Pasos para la elaboración de un árbol de problemas:

1- Formulación del problema central:. Generalmente el árbol de problemas se construye a partir del problema central que se ha identificado. Es importante formular este problema de modo que sea concreto y permita abrir la búsqueda de soluciones diversas. Para esto se debe procurar evitar las formulaciones del problema como carencia o negación de algo. Los problemas formulados en términos de “ausencia de”, más que describir la problemática a resolver, refieren a una situación deseada.

2- Identificación de las causas directas del problema central: Pregunta orientadora: ¿Por qué se produce este problema? Se identifican los factores que han producido el problema central, y se representan gráficamente debajo del problema central. Las causas deben formularse con frases sencillas y breves. Una técnica sencilla que ayuda a iniciar la construcción de un árbol de problemas es la “lluvia de ideas”, que permite obtener un primer listado de problemas relacionados al problema central, los cuales luego se pueden ir jerarquizando y ordenando en relación de causas y efectos.

3- Avanzar hacia abajo preguntándose por las causas de las causas. Una vez identificadas y colocadas las causas directas del problema central, se pasa a buscar y describir las causas de las causas, que se irán colocando debajo de las causas identificadas primariamente. Se busca así representar explicaciones multicausales del problema central. Se pueden utilizar líneas para vincular la relación entre causas (causas que lo son de más de un problema).

4- Avanzar hacia arriba preguntándose por los efectos. Una vez identificadas las causas, se pasa a la búsqueda de los efectos o consecuencias del problema central. Tal como se hizo respecto a las causas, se ubican en la primera línea los efectos directos del problema central, y luego se avanza hacia arriba ubicando efectos y consecuencias indirectos o relacionados con los efectos primarios.

5- Revisar el esquema completo y verificar las relaciones causales. Una vez obtenida una primera representación gráfica del árbol de problemas, se analiza colectivamente el resultado y se revisan las relaciones entre problemas y sus relaciones causales. En la técnica del árbol de problemas, tan importante como el resultado (que si es bueno ayuda a la definición de la opción estratégica sobre los problemas que se abordarán) es el proceso de discusión (que permite complejizar la visión inicial sobre la problemática, comprenderla mejor, y consolidar consensos grupales vinculados a la definición del problema).

 

En función de lo desarrollado hasta el momento, presentamos a continuación algunas preguntas orientadoras que resulta útil plantearse en la etapa de construcción de la estrategia. Planteadas previo a la formulación del proyecto, estas preguntas contribuyen a ordenar la información y organizar el pensamiento. Como se verá, las diez preguntas corresponden a capítulos de la formulación de un proyecto. Se trata de preguntas muy simples, que han sido formuladas por Ezequiel Ander-Egg y María José Aguilar (2005). Preguntas orientadoras para la formulación de un proyecto (Ander-Egg y Aguilar: 2005):

¿QUÉ se quiere hacer? Naturaleza del proyecto

¿POR QUÉ se quiere hacer? Orígen y fundamentación

¿PARA QUÉ se quiere hacer? Objetivos, propósitos

¿CUÁNTO se quiere hacer? Metas

¿DÓNDE se quiere hacer? Localización física y cobertura espacial

 ¿CÓMO se va hacer? Actividades y tareas / Métodos y Técnicas

¿CUANDO se va a hacer? Calendarización o cronograma (ubicación en el tiempo)

¿A QUIÉNES va dirigido? Destinatarios o beneficiarios

¿QUIENES lo van a hacer? Recursos humanos

¿CON QUÉ se va a hacer? se va a costear? Recursos materiales Recursos financieros.

 A continuación, nos ocuparemos del tema de la formulación de un proyecto

ESQUEMA ORIENTADOR PARA LA FORMULACIÓN DE PROYECTOS

ADVERTENCIA:

Existen diversas maneras de formular un proyecto, y tanto los contenidos como su ordenamiento suelen variar según las características del proyecto y el contexto en que fue preparado. Existe no obstante un conjunto de contenidos comunes a las diferentes perspectivas de construcción de proyectos, así como una lógica general de su ordenamiento y formulación. En cualquier caso, ninguna guía de este tipo debe ser tomada como un recetario a seguir taxativamente. Para una profundización sobre metodologías de formulación de proyectos, recomendamos consultar bibliografía al respecto.

 A grandes rasgos, la formulación de un proyecto social contiene los siguientes componentes:

TÍTULO: El titulo ayuda a diferenciar un proyecto de otro, al tiempo que permite caracterizar su temática y anticipar una idea sobre su contenido. Se sugiere que sea breve, informativo y/ o evocativo, es decir: que brinde una idea sintética de lo que se quiere hacer. Eventualmente se pueden incluir subtítulos.

AUTORES: Brindar información sobre los autores del proyecto, su encuadre institucional, y el contexto en que es presentado el proyecto.

RESUMEN: Brindar en forma breve la información esencial sobre el proyecto: qué tipo de proyecto es, sus objetivos, destinatarios, localización, duración, las macro-acciones que se planean realizar y el costo total del proyecto. El resumen debe ser breve.

FINALIDAD Y OBJETIVOS: Describir qué cambio es el que se desea realizar respecto a la situación actual y la situación tendencial (inercial). Para esto responder a la pregunta ¿para qué se hace el proyecto? Se debe hacer una distinción entre la finalidad del proyecto (más amplia) y los objetivos (más específicos). La finalidad refiere al impacto del proyecto (por ejemplo: “disminuir la mortalidad infantil en tal región”). El objetivo refiere a los efectos del proyecto (por ejemplo: “reforzar la red de atención en salud a nivel territorial”) La finalidad y los objetivos deberán ser coherentes con los problemas y las situaciones evidenciadas. Se debe tener cuidado de no confundir los objetivos con los medios para alcanzarlos. Para que los objetivos tengan un carácter operativo es necesario indicar el alcance del proyecto, “cuánto” se quiere lograr teniendo en cuenta la duración del proyecto, el contexto social y cultural en que se desarrollará, y los medios disponibles. El objetivo general refiere al propósito central del proyecto. Los objetivos específicos son complementarios al general, y expresan la operativa para alcanzarlo. Generalmente se desprenden del objetivo general como acciones dirigidas a su consecución.

ANTECEDENTES: Hacer una breve “historia” de cómo y porqué nació el proyecto. Reseñar, si las hubiese, las acciones ejecutadas en la zona y con la población por parte del equipo o de alguno de sus integrantes. Reseña de otras actividades realizadas, sea por similitud temática y/o territorial (es decir, sea porque se desarrollaron en el mismo territorio en el que se propone trabajar el proyecto; o sobre la misma temática que procura atender el proyecto).

JUSTIFICACIÓN: Fundamentación de la pertinencia del proyecto y las razones que lo vuelven oportuno y/o necesario. Para fundamentar el punto se podrá incluir resultados de eventuales estudios o proyectos realizados anteriormente sobre la temática o el territorio en cuestión. Responder a la pregunta: ¿por qué se quiere hacer este proyecto? Describir: a) La importancia o la urgencia del problema de intervención. b) Porqué es éste proyecto (y no otras soluciones) la respuesta más adecuada para resolver el problema (sea por razones técnicas, o políticas, u otras).

CONSTRUCCIÓN DE LA DEMANDA: Caracterización de las problemáticas que se propone abordar así como del proceso por el cual estas problemáticas fueron definidas.

POBLACIÓN Y REFERENTES LOCALES: ¿Cuáles son los grupos de personas que se verán afectados por la realización del proyecto? ¿Cuáles son los actores con los que se propone trabajar? Algunos autores hablan de “población objetivo” de un proyecto. Otros distinguen entre “beneficiarios inmediatos” y “finales” (Rebonato: 2007) o entre “beneficiarios directos” e “indirectos” (Cejas, Olaviaga, Kremer: 2006). En ambos casos la nominación refiere a la vinculación entre las personas y los resultados esperados del proyecto. Desde la perspectiva de la extensión proponemos cambiar el criterio de nominación, y hacer hincapié en la relación entre las personas y el proceso de desarrollo del proyecto. De este modo, proponemos hablar de “población sujeto” o “actores” como nominaciones que dan cuenta de una concepción de la comunidad como protagonista de los procesos de transformación que ocurren en su seno.

DELIMITACIÓN GEOGRÁFICA: Encuadre y caracterización territorial del proyecto: en qué lugar, área, territorio se desarrollará. Se puede distinguir entre la “localización” del proyecto (el lugar donde se desarrollará efectivamente) y la “cobertura” (que sería el área de influencia del proyecto) (Rebonato: 2007). Si es necesario, se pueden incluir mapas y gráficos que ayuden a visualizar el área.

REFERENCIAS TEÓRICAS Soporte teórico – metodológico del proyecto. Encuadre teórico de los dispositivos de intervención propuestos.

ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN: Descripción de las acciones que se desarrollarán para el cumplimiento de los objetivos del proyecto, de su ubicación temporal, así como de la relación de estas acciones entre sí. Descripción de los encuadres y metodologías específicas que organizan las acciones del proyecto. Relación entre problemática definida – objetivos del proyecto – acciones y actividades. Confección de una tabla de actividades – cronograma.

FACTORES EXTERNOS: Análisis de los factores de la coyuntura que podrían incidir sobre el desarrollo del proyecto, sea como obstáculos o como generadores de condiciones favorables al cumplimiento de los objetivos del proyecto. Especificar, si existieran, cuales son los factores de contexto de los cuales pudiera depender significativamente la viabilidad del proyecto.

DESCRIPCIÓN DEL EQUIPO PROFESIONAL: Descripción de la integración del equipo, los roles específicos y la asignación de tareas. Descripción del modelo organizativo previsto para el trabajo del equipo en el desarrollo del proyecto.

EVALUACIÓN Estrategia, encuadre y metodología de evaluación. Especificar los modos de participación de la población involucrada en la evaluación.Relación entre resultados esperados, indicadores y medios de verificación, en función del logro de los objetivos específicos planteados por el proyecto.

La bibliografía disponible acerca de la formulación de proyectos sociales, planificación estratégica y metodologías de programación de actividades es ciertamente abundante. Se considera importante ampliar la gama de materiales consultados de modo de enriquecer las perspectivas sobre los modos de formular proyectos, y los instrumentos y metodologías existentes.

 

"¡La transformación social se hace con ciencia! Con conciencia, sensibilidad, humildad, creatividad y coraje. El voluntarismo nunca hizo ninguna revolución. Y el espontaneísmo tampoco". Paulo Freire

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