La
pobreza pedagógica de los libros comerciales para niños pequeños.
Juan Pedro Martínez
Antonio Rodríguez
Conclusión
Algunos lectores podrían pensar que esta experiencia no es meritoria. ¿Cuántos niños aprenden a leer y escribir en los colegios particulares? Muchísimos. Sin embargo el problema no es sobre si pueden o no aprender; los niños pueden eso y más. Las preguntas que debemos formularnos son ¿Qué es lo que aprenden? ¿Cómo es que aprenden? ¿A costa de qué?
A través de las prácticas “tradicionales”, promovidas en los textos comerciales, todos los niños hacen lo mismo al mismo tiempo, no se respetan las diferencias individuales, ni los conocimientos y experiencias previas de los niños; se les obliga a cumplir con una tarea específica en un tiempo y espacio determinados por el libro. En muchas ocasiones los temas sobre los que se lee y escribe carecen de interés y sentido para ellos, las formas que se utilizan no comparten la utilidad que en la vida real tiene el lenguaje escrito como medio de comunicación entre unos y otros: “ese oso se asea” y “mi mamá me mima”, son frases que se escriben repetidamente para cumplir con la demanda de la educadora o del profesor de primero de primaria, y no para comunicarle algo a alguien.
Desde sus primeras experiencias el niño “aprende” que se escribe para cumplir en la escuela, y espera salir de ella para dejar de escribir. La riqueza del lenguaje escrito es reducida en la escuela al desciframiento de un código, esto es, codificar y decodificar uniendo el sonido de las letras; al final del descifrado no se tiene “ni idea” de lo que se ha leído, no hay comprensión. Sin embargo, estas prácticas son comunes.
Los problemas que provoca esta forma de acceso al lenguaje escrito se refleja en los últimos grados de la educación primaria y durante la secundaria, cuando es evidente que los alumnos no comprenden lo que leen, no son capaces de redactar una idea con claridad, son hábiles para copiar pero no para producir textos. Y cuando esto sucede, ¿quién se acuerda de los primeros años de escuela y sus prácticas? Ya nadie. Por eso seguimos en muchos casos limitando las capacidades de los niños y obstaculizando su potencialidad bajo el amparo de la impunidad.
¿Y los padres? Buscan, preocupados, escuelas con más libros de ejercitación, que los “adelante” para garantizar que sus hijos desde pequeños se vean “fortalecidos” con una educación de “calidad”. Creo que estamos a tiempo de modificar esta situación; es muy triste detectar que muchos de esos padres, que se esfuerzan por dar lo “mejor” a sus hijos, lo hacen a través de la búsqueda del plantel más exigente, al mismo tiempo el más tradicional, que pueda haber. Espero que la comunidad educativa pronto aprenda a reconocer lo que realmente significa educación de calidad.
Es hora de actualizarnos, es hora de ocuparnos, es hora de cuestionarnos, es hora de cambiar y asumir con valentía los retos que las nuevas formas nos presentan. Si queremos niños plenos, capaces y felices, y como consecuencia un México mejor, ¿por qué no aventurarnos?
Implicaciones:
Sugerencias:
"A través de las prácticas “tradicionales”, promovidas en los textos comerciales, todos los niños hacen lo mismo al mismo tiempo, no se respetan las diferencias individuales, ni los conocimientos y experiencias previas de los niños; se les obliga a cumplir con una tarea específica en un tiempo y espacio determinados por el libro."
2.- "En muchas ocasiones los temas sobre los que se lee y escribe carecen de interés y sentido para ellos, las formas que se utilizan no comparten la utilidad que en la vida real tiene el lenguaje escrito como medio de comunicación entre unos y otros..."
"...no son capaces de redactar una idea con claridad, son hábiles para copiar pero no para producir textos."
IMPLICACIONES
El trabajo con libros comerciales en el aula provoca serios efectos de tedio y aburrimiento en los alumnos, mismos que los alejan de la oportunidad de aprender con estos materiales.
Al usar este tipo de libros no se piensa en fines de comunicación o producción de textos libres y lo único que se fomenta es la habilidad para copiar o el hecho de mantener ocupados a los estudiantes.
Son materiales obsoletos en la escuela ya que con su utilización no se respetan diferencias individuales pues generalmente se trabajan de manera grupal donde unos cuantos alumnos y el maestro dictan lo que hay que escribir.
SUGERENCIAS
Considerar la idea de que la transformación de las prácticas docentes es posible, que los maestros nos despojemos de ese papel protagónico en el aula propiciando que se dé una mayor interacción maestro-alumno, de esta manera se podrían generar ambientes que contemplen mayores oportunidades de aprendizajes significativos en los niños, sin importar las ideas tradicionales de disciplina, orden y silencio en el salón.
Hace falta más reflexión pedagógica en los docentes, que nos acerquemos a leer textos que nos orienten y a las estrategias que nos lleven hacia la reconceptualización de la lectura y por lo tanto, a prácticas donde ésta no es decodificación, no es unión de los sonidos gráficos sino un proceso constructivo que permite dar un significado al texto.
Esto posibilitaría replantear la perspectiva.