Se ha hecho común citar a Chávez para dirimir cualquier discusión dentro
de la Revolución. Youtube se ha convertido en consulta obligada, valga
un ejemplo: Un ministro apela al buen juicio, trata de convencer a unos
dirigentes sindicales, invocar el sentido de pertenencia a la sociedad
por sobre lo mezquino de los límites de una fábrica, y le responden con
un videíto de youtube que, sin relación con nada, sin ubicarlas en
tiempo y espacio, sin historia, nos trae palabras del Comandante y dan
por cerrada la discusión, aquellas palabras las convirtieron en dogma.
La reflexión es muy pertinente: ¿Dónde está el Comandante, dónde su
pensamiento, su sentimiento? ¿Qué dice Chávez? Son preguntas claves para
definir la Revolución. Veamos.
Dos muletas nos ayudarán a responder las preguntas. Una, la ubicación
histórica del pensamiento de Chávez. La otra, el movimiento, la
evolución de ese pensamiento. El pensamiento del humano no es estático,
evoluciona, avanza, se adapta a su tiempo. Lo anterior, que es válido
para cualquiera, más lo es para los grandes.
El pensamiento no es petrificado, ni es improvisado. Chávez se dio
cuenta de esto, y al tomar conciencia de su propia evolución, saltó las
cadenas de la ignorancia, percibió la importancia del estudio para
situarse en la marcha del pensamiento universal, en su historia. Así se
hizo humilde y se convirtió en histórico. La coherencia, la lealtad a sí
mismo, es la lealtad a la evolución de su pensamiento, no se estancó en
el dogma.
¿Quién se atreve a afirmar que el Chávez del 4 es el mismo Chávez que
hace la declaración de Socialismo, de antiimperialismo? Era el mismo y
simultáneamente evolucionado, era el mismo pero transitando un camino.
Esta Revolución nuestra que tanto amamos, sólo podrá salir adelante si
encara el pensamiento de Chávez en su evolución.Al contrario, si lo
fosiliza y lo petrifica en las estatuas mentales, si lo cita sin
entorno, sin sentido evolutivo, estará destinada al fracaso, a convertir
a la Revolución de un hermoso edificio a sólo una ruinosa fachada de
cartón. Podíamos parafrasear al Apóstol y decir de Chávez: Quien fue
grande por la evolución coherente de su pensamiento, sólo puede ser
estudiado, citado, en esa evolución, el dogma no le pertenece.
Unas preguntas surgen ¿Dónde está Chávez hoy? ¿Para dónde va su pensamiento?
La tarea es difícil, polémica, pero tenemos algunos elementos. Si
decimos que su pensamiento no era estático, entonces la pregunta es
¿cuáles principios dirigían su evolución?
Chávez era guiado por profundos sentimientos de amor, era honesto,
transparente, coherente, tenía capacidad de crítica, de aprender, la
soberbia no lo embotaba. Era un espécimen raro en la política, no era
marrullero, era frontal, sin zancadilla, leal hasta el exceso con sus
compañeros.
En lo político y económico, Chávez sigue, con otra velocidad, la
evolución del pensamiento revolucionario de la humanidad, siempre
resolviendo las contradicciones hacia el polo de lo más revolucionario.
Viene desde el pensamiento revolucionario burgués, aquel que guió a la
Revolución Francesa contra la monarquía, es su componente Bolivariano,
Zamorano. Pero también toma de Simón Rodríguez que lo enlaza con lo más
avanzado de la lucha, incipiente aún, contra la burguesía convertida ya
en clase reaccionaria. El anarquismo, el Socialismo utópico, le llegan
traído de la mano de la derrota. Se encuentra con los intentos
pequeñoburgueses que brotan sobre la sepultura de la Unión Soviética. Se
hace partidario de la tercera vía, es influenciado por los teóricos
pequeñoburgueses que falsifican el camino Revolucionario protegiendo a
la propiedad nosocial, es su etapa de cogestión, núcleos endógenos,
control obrero. Y finalmente desemboca en el pensamiento más genuino de
la Revolución Cubana.
Lee a Fidel, al Che, al Sistema Presupuestario de Financiamiento, y se
topa con la base material de la Conciencia del Deber Social, del amaos
los unos a los otros de Cristo, con la vida de los Cristianos
Primitivos. Regresa a sus orígenes religiosos cristianos, pero con otro
brillo, integra su espiritualidad amorosa con su práctica
revolucionaria, se encuentra a sí mismo… Se hace Gigante, como Gigante
es la obra.
La única manera de parar a ese titán del pensamiento, era matándolo…
La única manera de ser Chavistas es dando continuidad a ese pensamiento y
a esa acción, subiéndonos sobre los hombros del hombre que llegó lejos y
continuar su trayectoria. Estancarlo es asesinarlo nuevamente.
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“No hay oportunidad en una Revolución para los farsantes, no hay
oportunidad en una Revolución para los acomodaticios, no hay oportunidad
en una Revolución para los ambiciosos, no hay oportunidad en una
Revolución para los mediocres, no hay oportunidad en una Revolución para
los débiles y cobardes” (Fidel)