De acuerdo con el Dr. Aron, autor del best-seller The Highly Sensitive Person, los individuos que son altamente sensibles tienen sistemas nerviosos que son más fácilmente de alterar. Ellos son más finamente armoniosos con ellos mismos, con otros y con su entorno.
Las personas que son altamente sensibles tienden a compartir muchos de los siguientes rasgos:
* Intuición bien desarrollada
* Un nivel muy alto de empatía
* Escrupulosidad
* Creatividad
* Amor por la soledad e introspección
* Fuerte armonización de emociones (las propias y las de otros)
* Una tendencia a ser tímidos o a inhibirse en situaciones sociales
* Fuerte apreciación de la belleza
* Poca tolerancia a las luces fuertes, los ruidos, la desorganización y a la confusión
* Intensificación física y/o reactividad emocional para ciertas comidas o estimulantes
* Intensificación de la sensibilidad al cambio y en ocasiones una tendencia hacia el insomnio, ansiedad y depresión
* Habilidad para concentrarse profundamente
* Conocimiento de la sutileza
* Fuerte previsión
Debido a su habilidad para reconocer la sutileza que con frecuencia otros no notan, las personas altamente sensibles acarrean un alto grado de previsión y humanidad para con su trabajo y sus relaciones. Son típicamente concienzudos, creativos y minuciosos, en ocasiones sintiendo que "se preocupan demasiado".
Pero existe un lado negativo en ser altamente sensible. De acuerdo al Dr. Aron, vivimos en lo que puede ser descrito como una "cultura de guerreros agresivos", una que valora la tenacidad, extraversión y la represión de emociones débiles. Esta ha sido la tendencia general desde en una sala de juntas hasta en el mundo del entretenimiento. Pregúntele a las personas altamente sensibles qué es lo que más les molesta y muchos le dirán: Sentirse incomprendidos, defectuosos, menospreciados o incluso débiles.
Mientras que aquellos alrededor de estas personas disfrutan las grandes multitudes, la música fuerte y las películas violentas, alguien altamente sensible quiere escapar, algo que sus homólogos menos sensibles con frecuencia no entienden. Sobre todo les duele especialmente la forma de ser habitual de la gente, lo que entienden como falta de sensibilidad, superficialidad, y alienación reinantes.
Los hombres sensibles tienen una experiencia especialmente difícil en nuestra sociedad. "Es fascinante cómo la extensión del género se confunde con la sensibilidad," dice el Dr. Aron. Los hombres son asociados con la idea de ser estoicos, no expresar emociones débiles o con llorar. Pueden sentir presión constante desde la infancia y crecer creyendo que existe algo profundamente malo con ellos cuando son sensibles. Estas expectativas culturales profundamente arraigadas son difíciles de romper, pero los padres pueden hacer toda la diferencia. "cuando los padres aprecian a su hijo sensible, cuando éste sea un adulto tendrá una gran confianza en sí mismo", aclara el Dr. Aron.