Lalo: un hecho incontrovertible es que estos dos países vecinos son profundamente desiguales y como en toda desigualdad, el pez grande se come al chico. Y todo viene desde los orígenes de nuestra historia como países independientes. Mientras los EU tienen una historia de progreso continuo, tal vez interrumpida con la guerra de secesión, México tuvo un siglo 19 de constantes luchas internas, cuartelazos, invasiones extranjeras, gobiernos corruptos, abandono de los indígenas y campesinos, que conformaron un país atrasado, dividido, mal educado, caótico y profundamente desigual.
Creo que la mejor época fue el porfiriato, en el que en solo 30 años crecimos para convertirnos en un país respetable, pero volvió a surgir la desunión, ayudada por el interés de los EU de no tener un país fuerte en su frontera, y vino la revolución tan cantada y tan alabada, supuestamente dirigida a conquistar los derechos de los pobres y la democracia, pero que además de volvernos a sumir en el caos, solo sirvió para que unos cuantos vivos se hicieran del poder para seguir explotando a los de siempre.
Más o menos en la segunda mitad del siglo 20 se logró un cierto progreso, más por influjo de los avances del mundo entero que por un empeño de nuestros gobiernos. Se logró un cierto nivel de respetabilidad ante los países del mundo y un cierto equilibrio en la relación con nuestros vecinos del norte, con ciertos beneficios para ambos. Los braceros y los trabajadores que emigraban, en su gran mayoría para hacer los trabajos que como dijo crudamente Fox, ni os negros querían hacer, vino a llenar una necesidad de la sociedad norteamericana y a dar empleos mejor pagados a mexicanos que aquí no ganarían lo que ganaban allá. Las maquiladoras y el tratado de libre comercio han beneficiado a México y los presidentes a pesar de la corrupción y el desorden imperante, más o menos mantenían una relación tranquila con los gobiernos norteamericanos. Algunas veces había roces por impuestos indebidos, promovidos por productores diversos de allá pero siempre había manera de revertirlos aplicando también impuestos a productos sensibles para ellos, de modo que la paz volvía a reinar.
Ahora es distinto. Tenemos un gobierno de un solo hombre que toma todas las decisiones y que es profundamente ignorante de muchísimas cosas, pero que al parecer no se da cuenta de ello, lo que lo hace más peligroso. Alguien hizo un análisis de su personalidad y lo describe perfectamente como un narcisista al 100 %, que tiene como principal adversario a la realidad. No acepta que se equivoca y arremete contra todo aquello que contradice sus ideas, miente, calumnia, toma decisiones al botepronto y la verdad es que muchos vemos que está llevando al país al desastre.
Al único que parece temer y obedecer es a Trump, otro loco semejante, que prácticamente es quien está tomando las decisiones de política exterior y también interior de México.
Por desgracia tenemos muchísimos mexicanos de todas las clases sociales que aceptan sin ningún juicio todo lo que hace y dice este presidente...
Así estamos y sólo Dios sabe hasta donde nos llevará este señor, Muchos protestamos como podemos, muchos critican sus dislates y ojalá que podamos salvar algo de lo que se está destruyendo...
Un abrazo, Lalo....
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