Se basa en una de las mejores novelas del siglo XIX a la que le puso partitura uno de nuestros mejores compositores. Y a pesar de Juan Valera e Isaac Albéniz, dio vueltas y revueltas y todavía hoy no cuaja del todo. Esta nueva producción nace con anomalías
artísticas y musicales, aunque su programación deba ser aplaudida sin reparos.