El papa es el argentino Jorge Bergoglio
Jorge Mario Bergoglio se convierte en el primer jesuita y americano en
sentarse en la silla de Pedro
El arzobispo de Buenos Aires, de 76 a�os, ejercer� su pontificado bajo el
nombre de Francisco
El c�nclave necesit� cinco votaciones
a.. PERFIL Un hombre modesto acostumbrado a ser el primero
b.. Directo | Francisco: "Han ido a buscarme al fin del mundo"
Pablo Ordaz Roma 14 MAR 2013 - 00:51 CET1900
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/12/actualidad/1363097315_964961.html
Un Papa que sonr�e, que da las buenas tardes, que hace una broma apenas unos
minutos despu�s de recibir sobre sus hombros el peso entero de una Iglesia
lastimada, que pide la bendici�n antes de darla, que es jesuita como tantos
otros que consiguieron hacer caminar de la mano la fe y el conocimiento, que
viv�a en un apartamento en vez de en un palacio cardenalicio y se montaba en
el transporte p�blico para ir a confortar a los enfermos y a los pobres, un
Papa que hace ocho a�os pudo serlo y dijo que pase de m� este c�liz, un Papa
que viene del nuevo mundo, que tiene cara de buena persona y que elige el
sencillo nombre de Francisco es una oportunidad a la esperanza.
Una agenda apretada
AFP
El nuevo Papa ten�a previsto pasar la noche en la Casa Santa Marta, donde
residen los cardenales durante el c�nclave, y este jueves por la ma�ana
realizar una visita privada la bas�lica romana de Santa Mar�a la Mayor. Por
la tarde, a las cinco, celebrar� una misa en la capilla Sixtina con los
otros 114 electores. El cardenal Dolan ha se�alado que este mismo jueves
visitar� al papa em�rito Benedicto XVI en Castel Gandolfo.
El viernes recibir� al colegio cardenalicio en el Vaticano y el s�bado se
reunir� con la prensa. El papa Francisco rezar� el �ngelus el domingo desde
la ventanade su apartamento papal. La misa de inauguraci�n del pontificado
ser� el d�a 19.
Para los cat�licos y para quienes, desde la orilla de la duda o del
descreimiento absoluto, desean que la Iglesia abra las ventanas y se
dedique, de una vez, a remar al lado de los hombres. Solo el tiempo dir� si,
efectivamente, el argentino Jorge Mario Bergoglio, de 76 a�os, es el Papa
que estaba esperando el mundo, pero el mi�rcoles por la noche, frente a Roma
rezando por �l en silencio, logr� ganarse su oportunidad.
Hace solo dos d�as, cuando los cardenales, con toda la pompa y el boato de
que es capaz el Vaticano, fueron entrando en la Capilla Sixtina y jurando
sobre los Evangelios, no hab�a mucho que celebrar. Las quinielas dec�an que
para sustituir a Benedicto XVI -el Papa te�logo que no pudo con las intrigas
de la Iglesia- habr�a una pugna muy cerrada entre un cardenal italiano
representante del poder y del dinero y un brasile�o preferido por la curia.
La �nica y d�bil esperanza era que tal vez ese cardenal estadounidense con
cara de simp�tico y sandalias de franciscano consiguiera engatusar al
Esp�ritu Santo. Despu�s de Juan Pablo II, el pont�fice carism�tico que
encubri� a Marcial Maciel y sus vicios, y del fallido Benedicto XVI, la
Iglesia golpeada por los esc�ndalos del poder y del dinero necesitaba un
revulsivo, pero esa procesi�n de hombres ancianos vestidos de p�rpura no era
una llamada a la ilusi�n. Sin embargo, este mi�rcoles por la noche, cuando
los restos del humo blanco a�n vagaban por la orilla del T�ber, todas las
campa�as de Roma se pusieron a sonar y se abrieron por fin las cortinas del
Vaticano, la sorpresa estaba all�.
El Papa -que solo tiene un pulm�n, ya que perdi� el otro a causa de una
infecci�n infantil- sonre�a. Parec�a tranquilo. Habl� tranquilo. Lo primero
que hizo fue dar las buenas tardes. Lo segundo, gastar una broma: "Queridos
hermanos y hermanas. Sab�is que el Papa es obispo de Roma. Me parece que mis
hermanos cardenales han ido a encontrarlo casi al fin del mundo. Pero
estamos aqu�, y os agradezco la acogida". Ya en ese momento, Jorge Mario
Bergoglio, que ser� Papa bajo el nombre de Francisco, se hab�a ganado a la
parroquia. A la suya y a la ajena. A la suya porque estaba aqu�, sobre la
plaza de San Pedro, saltando de alegr�a, y a la ajena porque bastaba un
vistazo r�pido a Twitter para comprobar que muchos de los que hasta hac�a un
momento bromeaban sobre la relativa importancia del nombre del nuevo
Papa -"ser�
un var�n, anciano y tal vez cat�lico"- se quedaban impactados ante las
buenas maneras, de p�rroco de pueblo m�s que de Sumo Pont�fice, del
argentino. El primer latinoamericano, el primer jesuita, el primer
Francisco.
Todav�a desde el balc�n, Francisco quiso hacerse c�mplice de la infanter�a
de la Iglesia: "Comenzamos este camino, obispo y pueblo juntos". Hace cuatro
a�os, en octubre de 2009, el cardenal Bergoglio alz� la voz con dureza para
criticar al Gobierno argentino y tambi�n a la sociedad por no impedir el
aumento de la pobreza. Una pobreza que defini� como "inmoral, injusta e
ileg�tima", impropia de un pa�s tan poderoso. "Los derechos humanos", dijo,
"se violan no solo por el terrorismo, la represi�n y los asesinatos, sino
tambi�n por estructuras econ�micas