a.. El cura que practicó 13 exorcismos a la chica de Burgos dice que era un
caso de 'posesión' demoníaca y revela haber acometido 200 'oraciones
liberadoras' en cuatro años
http://www.elmundo.es/espana/2014/12/07/54836baf268e3e2b2b8b4577.html
MIGUEL ÁNGEL VERGAZ Valladolid Actualizado: 07/12/2014 06:17 horas
Atribulado por la sorpresa generada. El sacerdote vallisoletano Jesús
Hernández Sahagún defiende que los 13 exorcismos practicados sobre una menor
burgalesa que había intentado suicidarse están justificados: «Sí, era un
caso de posesión y mi trabajo ya ha acabado. Más no puedo comentar sin
quebrar el secreto de mi ministerio».
Hernández Sahagún es el presbítero exorcista de las diócesis de Castilla y
León. Hasta el día de ayer, su nombre no había trascendido a los medios de
comunicación. Pero la denuncia de los tíos maternos de una menor burgalesa
contra los padres de ésta ha dado al trastre con ese anonimato. El Juzgado
de Instrucción número 2 de Burgos investiga qué papel guardan estos rituales
practicados entre abril y junio de este año dentro la presunta comisión de
delitos de lesiones graves, trato degradante e inducción al suicidio.
El sacerdote vallisoletano es un veterano que atiende a diversas labores
como dar confesión en la Catedral de Valladolid u oficiar de capellán en el
convento de las Salesas o en el centro penitenciario de Villanubla, y ayer
fue, en principio, remiso a hablar con este periódico: «Esto no es brujería,
ni superchería, sino algo muy sagrado».
Sólo se mostró dispuesto a conversar sobre las cuestiones generales del caso
y de su oficio. «Póngase usted en la angustia de unos padres que ven cómo su
hija padece anorexia o intenta suicidarse sin que ningun tratamiento parezca
hacerle efecto. No es extraño ni anómalo que acudan a la Iglesia».
A continuación, vino lo que conoce como un periodo «de discernimiento» en el
que el presbítero exorcista recopiló los antecedentes del caso «sobre todo
con los testimonios de los padres y de la propia menor» y encontró
pertinente llevar a cabo los exorcismos. Hernández Sahagún reconoce que, tal
como consta en la denuncia, estos fueron 13, si bien matiza que, «en el
décimo se podía considerar que el trabajo había acabado». No entra en
detalles sobre la constatación de la sanación, pero no quiere que quepa duda
ni de la presencia del maligno en la joven, ni de la necesidad de acometer
una y otra vez el ritual. «Quienes creemos en el demonio creemos en su
enorme fuerza y resitencia. Si una vez no es suficiente hay que repetirlo»,
explica, y cita la obra del Padre Amorth -figura de referencia en el
Vaticano sobre la materia- para defender la insistencia como arma contra el
diablo.
En este caso, como en todas las posesiones, «el demonio se manifiesta, a
veces con el habla, pero también con el silencio». Porque el exorcismo que
practica es «una oración liberadora», en un «ritual perfectamente reglado y
autorizado al más alto nivel». No sólo se siente respaldado por la Iglesia
de manera oficial, sino que cuenta con una mayor complicidad espiritual con
el nuevo Papa. «No hay mes que no mencione al diablo y eso es porque es un
hombre que viene de la realidad».
El sacerdote habla de exorcismos habituales: «En cuatro años y medio he
actuado en unas 200 ocasiones, ya que el diablo complica la vida a la gente
de muchas maneras, si bien las posesiones son las más raras: sólo he
atendido cuatro, incluido el difícil caso de un joven que se había
consagrado a Satán».
Las manifestaciones del demonio con las que más lucha son «dejaciones». O,
sea, dolores de cabeza o esternón que persisten después de infructuosas
visitas al médico y que tras una de esas oraciones liberadoras desaparecen.
De niña pefecta al caos en casa
Hasta la adolescencia era la niña perfecta. Buena estudiante, obediente.
Empezó a acudir a catequesis en la nueva Iglesia de Nuestra Señora del
Rosario, en Fuentecillas (Burgos). Hasta que empezó a tener problemas en los
estudios y con la comida. El primer síntoma por el que los padres acudieron
al médico fueron los trastornos alimenticios. Después empezó a
autolesionarse. La vida en casa empezó a ser un caos, según el vicario de la
Pastoral del Arzobispado de Burgos, Máximo Barbero. Discusiones, insultos.
Los padres fueron a un psiquiatra, pero la situación no se reconducía. No
quería vivir. «Los padres estaban desconcertados», según Barbero. En
septiembre de 2012, la joven intentó suicidarse. Estuvo ingresada y la
lesión le dejó en silla de ruedas. Una vez en casa, volvieron los problemas.
«Los padres empezaron a pensar en una posesión demoníaca y decidieron acudir
a un exorcista. Les indiqué que aquí no había, que era en Valladolid, y allí
fueron desesperados porque no veían salida», cuenta Barbero. Testigos de
todo el proceso fueron los tíos maternos de la niña. No entendían el
proceder de su hermana y al saber que visitaban a un exorcista tras el
intento de suicidio les hizo actuar. Después de visitar al Vicario General
de la Archidiócesis de Burgos, Andrés Picón, pusieron la denuncia ante la
Policía para iniciar el proceso de petición de custodia. Ahora, la Justicia