Masonería y sugestión política
En el caso específico que aquí nos convoca la masonería originaria
era
operativa en tanto antigua corporación de arquitectos y constructores
encargados de velar por la corrección del oficio, pero en verdad
quienes allí se agrupaban lo hacían por un lado en función de cumplir
con ciertos ritos y recibir la iniciación y por otro su tarea era la
de lograr influir a través de los mismos sobre el resto de la
comunidad. La masonería operativa, del mismo modo que el Hermetismo y
la Alquimia, utilizaba un lenguaje simbólico, críptico, con la
finalidad de confundir a los profanos respecto de sus fines
esenciales
cuales eran la búsqueda de la inmortalidad y preservar así a la
organización. Pero por otro lado también esta masonería, en tanto
corporación de arquitectos y constructores, de acuerdo a la máxima
iniciática de analogía entre la gran y la pequeña guerra santa,
llevaba hacia lo externo la función de elevación de las almas hasta
la
dimensión del espíritu. Tal tarea era desarrollada a través de las
grandes construcciones de catedrales e iglesias góticas. El arte
tenía
la función de elevar en el sentido estricto del término. Es
interesante al respecto la fundamental obra de Fulcanelli, “El
misterio de las catedrales”, en donde se expresa el sentido catártico
y de elevación que tenía la catedral gótica en el seno de la
sociedad.
En la catedral no solamente se efectuaban los ritos religiosos, sino
que también era un centro de actividad preeminentemente espiritual,
un
verdadero eje alrededor del cual la comunidad efectuaba sus
principales actividades. Es decir que la masonería en la Edad Media y
aun buena parte de la modernidad, tras la victoria del güelfismo,
influyó a través del símbolo sobre los hombres de su tiempo aplicando
una función que podría definirse como de “sugestión anagógica”, por
la
cual, a través de un arte plagado de simbolismo, se superaban los
límites decadentes impuestos por el güelfismo que reducía la vida
religiosa a la simple fe y a la obediencia. La paradoja que se nos
presenta es pues que si en los tiempos actuales ha sido la
institución
que más decididamente promoviera el derrumbe de nuestra civilización
en la ciénaga de la modernidad, anteriormente fue en cambio la
encargada de preservar de la impiedad y la decadencia a la sociedad
occidental durante un vasto período histórico que abarca desde la
caída del imperio gibelino hasta el mismo siglo XVIII, justamente en
coincidencia con la desaparición u ocultamiento de la masonería
operativa y la aparición de la especulativa.
Pero ello, tal como dijéramos, finalizó en siglo XVIII en el que
sucedió que la masonería operativa concluyó con su función de influir
iniciáticamente con sus ritos y símbolos sobre la comunidad en su
conjunto y no es de extrañar que ello también coincida con la
decadencia del carácter sagrado que antes poseía el arte. Sobrevino
entonces aquella otra masonería, la especulativa. Ésta modificó
sustancialmente los objetivos y metas de tal institución, pues si
para
la operativa la meta era alcanzar una dimensión supra-humana y si
luchaba en contra de la intolerancia en tanto que la Iglesia güelfa
encerraba a todos los hombres bajo la dura férula del dogma y de la
fe, en tanto comprendía al intelecto como un camino para alcanzar a
ver los misterios de la divinidad, ahora con la nueva masonería la
razón y el entendimiento quedan recluidos en sí mismos, interesa nada
más que el hombre pero en tanto mero hombre, no como dijeran el
esoterismo y Nietzsche, al hombre en tanto puente hacia una realidad
superior, sino lo humano reducido a su mera inmediatez la cual como
tal no es nada pues, al decir de los Dióscuros, el hombre en sí mismo
no puede ser nunca una meta, sino tan sólo una cuerda tendida entre
dos polaridades de la existencia la de ser animal o ser dios. Fue así
como se operó algo parecido a una inversión de planos. De un interés
prioritariamente metafísico, se descendió a una esfera puramente
moral
primero, para luego arribar a la arena propiamente política: tal será
el fenómeno de las tres grandes revoluciones preparadas en diferente
grado por la masonería como la norteamericana primero y luego la
francesa y la rusa.
De acuerdo al aserto de que la corrupción de lo mejor es lo peor,
todo
el bagaje milenario de la masonería, sus grados, sus secretos, etc.
fueron utilizados para una finalidad deletérea opuestas a sus fines
originarios, cual era la destrucción de la sociedad tradicional, la
monarquía, y la Iglesia.
El poder de sugestión de la masonería, primeramente desarrollado a
través de las catedrales góticas, las cuales orientaban a las almas
desde este mundo hacia el otro mundo, fue luego invertido en su
finalidad a través de un poder inverso de sugestión desarrollado
ahora
por los medios masivos de difusión encargados de dirigir a la
humanidad hacia su dimensión animal más baja hasta incluso su
conversión en una realidad que no supera a la de un mero ganado
vacuno, tal la tarea de los medios formativos de la “opinión
pública”.
Si antes dicho poder superior era utilizado para elevar hacia lo
alto,
ahora con el pasaje a la masonería especulativa el poder de sugestión
es para obtener el descenso del hombre hacia dimensiones cada vez más
inferiores que arriban hasta la misma esfera infernal del
inconsciente.
http://groups.google.com/group/SECRETO-MASONICO