La investigación de la relación entre la salud ocular y la taurina (un
aminoácido que genera nuestro organismo y que también se obtiene de
algunos alimentos) se remonta a hace más de cinco décadas. En aquel
entonces, [3]se descubrió que muchos gatos sufrían una misteriosa
enfermedad que les causaba ceguera.
En un principio se atribuyó a una enfermedad hereditaria, pero la
realidad era otra. Tras años de investigación, los científicos
detectaron que el problema estaba en la forma en que se alimentaba a
los gatos de la época. La introducción de comida deshidratada,
compuesta principalmente por cereales y carnes no aptas para el consumo
humano, resultó en un producto con bajo contenido en carne muscular,
una de las principales fuentes de taurina.
El problema se debe a que los gatos, a diferencia de otros animales, no
pueden producir taurina de forma natural y deben obtenerla de la dieta.
Por lo que la solución fue añadir ese nutriente esencial a su
alimentación. Este hecho llevó a la conclusión de que [4]el déficit de
taurina era la causa de la enfermedad.
El descubrimiento planteó dos cuestiones en torno a la taurina: ¿Es
necesaria para la salud de la retina? ¿Podría ser utilizada para tratar
enfermedades humanas que provocan ceguera?
Dolencias que dejan a oscuras
Entre las numerosas patologías que pueden causar pérdida de la visión,
encontramos las siguientes:
* Las [5]distrofias hereditarias de retina son un grupo de
enfermedades raras causadas por la mutación de un solo gen, aunque
se conocen muchos genes responsables. Su forma más común es la
retinosis pigmentaria, cuyos síntomas comienzan con ceguera
nocturna y visión en túnel. Estas afecciones suelen aparecer entre
los 25 y los 40 años.
* La [6]degeneración macular asociada a la edad es una enfermedad
compleja. Su principal factor de riesgo es el envejecimiento,
aunque también intervienen factores genéticos y ambientales. Es la
principal causa de ceguera en personas mayores de 55 años en países
desarrollados.
* La [7]retinopatía diabética, la patología vascular ocular más
frecuente en la actualidad, es una complicación relacionada con la
diabetes. Frente a las anteriores, que se desarrollan de forma
progresiva, puede provocar pérdida rápida de visión. Es una de las
principales causas de ceguera en edad laboral.
Actualmente no existe cura para estas enfermedades, aunque la comunidad
científica busca tratamientos que permitan detener o retrasar su
progresión. Y la taurina podría ser una candidata potencial para
conseguir este objetivo. Veamos por qué.
Una molécula clave para la salud de la retina
Como apuntábamos más arriba, la taurina es una molécula presente en
nuestro cuerpo que recibe su nombre del latín taurus (toro), ya que fue
aislada por primera vez de la bilis de este animal en 1827. Se trata de
un aminoácido que no se incorpora a las proteínas, por lo que [8]se
encuentra en grandes cantidades en varios tejidos, incluida la retina.
La mayoría de mamíferos pueden producir taurina de forma natural. Sin
embargo, no está claro que esta sea suficiente para cubrir sus
necesidades, por lo que es importante obtenerla a través de una dieta
equilibrada que incluya [9]alimentos como carnes, pescados, huevos y
lácteos, entre otros.
Sabemos que [10]resulta esencial para el desarrollo del sistema
nervioso central (del que forma parte la retina), entre otras
funciones. De hecho, [11]está en grandes cantidades en la leche materna
de la mayoría de los mamíferos. Además, se ha demostrado que es
necesaria para el desarrollo del sistema visual tanto en [12]animales
como en [13]humanos.
Por último, está documentado que [14]la necesitamos para mantener la
salud de la retina. Concretamente, para que sobrevivan células
esenciales que nos permiten ver, si bien su función no se comprende
completamente.
Estudios prometedores
Con estos mimbres, no son pocas las investigaciones que avalan el
potencial terapéutico de la taurina contra la ceguera:
* En primer lugar, podría retrasar la progresión de la retinosis
pigmentaria. En concreto, se han conseguido resultados prometedores
en modelos animales del [15]síndrome de Usher y con una mutación
del [16]epitelio pigmentario de la retina. Dichos resultados
sugieren que este aminoácido beneficiaría a un amplio número de
pacientes, ya que su efecto podría ser independiente de las causas
de la enfermedad.
* Como [17]los niveles de taurina en sangre disminuyen con la edad,
quizá podría ser beneficiosa para [18]prevenir o tratar algunas
alteraciones asociadas al envejecimiento. Sería el caso de la
degeneración macular asociada a la edad.
* También [19]se han mostrado sus efectos beneficiosos en la
retinopatía diabética. De hecho, podría haber una relación entre
los [20]niveles taurina en sangre y la aparición de esta dolencia.
* Recientemente, los científicos han descubierto mutaciones en un gen
humano que causan deficiencia de taurina y pérdida de visión. Los
estudios demuestran que [21]nuestra protagonista puede detener la
progresión de la enfermedad en estos pacientes. Además, realizar
[22]pruebas de detección de taurina en recién nacidos podría ser
útil para detectar y prevenir esta forma de ceguera.
* Y por último, se han relacionado los niveles de taurina con otras
enfermedades oculares. Es el caso de la [23]neuropatía óptica
hereditaria de Leber y la [24]coriorretinopatía serosa central.
Tómese con precaución
La siguiente pregunta sería si la toma de suplementos de taurina es
segura. [25]Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, su
consumo no plantearía problemas de seguridad. No obstante, no se han
realizado ensayos a largo plazo en humanos. Por eso, antes de tomarlos
se debe consultar con un médico, especialmente en el caso de personas
con enfermedades crónicas.
En definitiva, la taurina es una molécula muy prometedora. Es esencial
para la retina y podría ser utilizada para tratar algunas enfermedades
oculares, pero aún queda mucho por descubrir sobre sus funciones. Por
último, no debemos olvidar que, cómo cualquier otra intervención en
humanos, su uso debe abordarse con precaución.
[26]The Conversation
Diego García Ayuso recibe fondos del Instituto de Salud Carlos III y ha
recibido fondos de la Fundación Robles Chillida para el desarrollo de
proyectos relacionados con la temática del artículo.
Referencias:
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Sacado de:
https://theconversation.com/taurina-la-nueva-esperanza-para-prevenir-
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