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Caballero de Luz
"El Bar De La Muerte"
Parte I.
Al ser un punto de encuentro neutral para todas las razas, la ciudad
de Buconor es la mayor potencia económica y comercial del Tercer
Continente. Aquella gigantesca ciudadela protegida por enormes
murallas, un feudo-fortaleza de inmensidad deslumbrante, jamás
derrotada en ciento setenta años. El flujo de personas y bienes
alcanza su clímax en este reinado, dirigido por el elfo-humano Lord
Valandil, el forjador de la ciudadela. Pero esta ciudad es tan bien
conocida por sus grandezas y logros como por las atrocidades que se
refugian en ella. En lo más oscuro de este gigantesco feudo, se
encuentra una taberna, temida por muchos y conocida por todos los
guerreros del reino como el Bar de la Muerte. Sólo los más bravos,
valientes y temerarios se atreven a entrar a beber alguno de los más
exóticos tragos que allí venden, repartidos por las más hermosas y
peligrosas mujeres del reino de Buconor y sus alrededores.
Aquella fresca noche, en la que Lord Valandil ejecutó, en la plaza de
la ciudadela, a aquellos traidores que intentaron asesinarlo en sus
aposentos, el ambiente se cargaba de tensión, inseguridad y
desconfianza. El Bar de la Muerte se tornó más peligroso y temible. Y
una visita inesperada sorprendió al mismo dueño de la taberna.
En la entrada del bar se encontraban dos hermosas guerreras requisando
todas las armas de aquellos que ingresaban. Ellas, confiadas guerreras
capaces de echar a volar hasta al más poderoso ogro que se resistiera
al requiso de sus armas, aquellas guardianas quedaron pasmadas al ver
llegar al temido elfo oscuro Dorien, seguido de su escolta personal
compuesta de siete poderosos guerreros orcos. La tensión se
incrementó, mas ante la sorpresa de todos, Dorien y su escolta
entregan sus armas, diciendo:
- Sólo vengo a tomarme unas copas con mis amigos.
Las guardianas los dejaron pasar, mas la desconfianza latía fuerte en
sus corazones. ¿Cuál eran las intenciones de Dorien, mejor conocido
como Lord Destrucción, en esta peculiar taberna, junto a sus siete
guerreros? Nada bueno, de seguro. Mas nadie le podía culpar de nada
(aún) ni mucho menos leerle los pensamientos.
La taberna era amplia y resistente, hecha de madera y piedra. Llevaba
25 años desde su fundación y sus paredes se encontraban adornadas de
los vestigios de centenares de riñas y peleas de borrachos, mas el
tiempo parecía favorecer sus cimientos, ya que se podía apreciar el
riguroso cuidado que su dueño, Andre, el Carnicero, posaba en ella.
Aquella noche, el bar se encontraba ocupado a tres cuartos de su
capacidad, con los mismos personajes que acostumbraban llegar casi
siempre. Mas, uno de estos personajes le llamó la atención a Dorien.
Aquél estaba sentado solo junto a la barra.......
P.D.:Opinen por fa.