°illuminati°
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to EL SUFISMO
¿Es
la Masonería una asociación
religiosa? Al menos en México (No sé en
otros Países) , la Masonería está dentro del catalogó de asociaciones
religiosas o cultos a una divinidad.
Las asociaciones religiosas son
congregaciones que tienen como fin el ejercer culto a una divinidad; para
efectos fiscales, se considerarán a las iglesias y demás agrupaciones que obtengan su correspondiente registro
constitutivo ante la Secretaría de la Gobernación en México, en los términos de
la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, ya que es a través de este
registro como se obtiene la personalidad jurídica de estas asociaciones. En México , las Logias Masónicas regulares
son frecuente visitadas por representantes del Gobierno o del Estado , todo por
invitación de las autoridades de las mismas Logias , todo con el fin de
reunirnos para festejar las festividades patrias , en este carácter , se
estrechan los fuertes lazos amistosos
entre autoridades estatales, federales,
militares y municipales. Esto quiere decir que la Masonería respeta las
disposiciones gubernamentales, como lo marca : ARTICULO 8. Las asociaciones religiosas
deberán: Sujetarse siempre a la
Constitución y a las leyes que de ella emanan, y respetar las instituciones del
país; Fracción reformada DOF 24-04-2006
Abstenerse de perseguir fines de lucro o preponderantemente económicos,
y Fracción reformada DOF 24-04-2006 Respetar
en todo momento los cultos y doctrinas ajenos a su religión, así como fomentar
el diálogo, la tolerancia y la convivencia entre las distintas religiones y
credos con presencia en el país. Fracción adicionada DOF 24-04-2006. Esto que las autoridades seculares nos
cataloguen como una asociación religiosa , puede molestar a algunos hermanos
masones , ya que quisieran otro tipo de trato , como el de una asociación en
otro tipo. Un dato importante es que la masonería en una encuesta pública del Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (INEGI) fue considerada en México como una creencia
religiosa Uno
de los mayores mitos transmitidos sobre la masonería es su aparente propensión
a parecerse a la de una organización religiosa. De hecho, entre las muchas ideas y dispersiones lanzadas contra nuestra
fraternidad masónica , los más difíciles de disipar coherentemente han sido
aquellos rumores que buscan representar el oficio de masones como un organismo religioso. Muchas Grandes
Logias han tratado de disipar esta idea negando rotundamente esta idea, señalando la
intolerancia para la discusión religiosa y las discrepancias específicas entre
nuestras prácticas y la definición del diccionario de religión organizada. Si
bien es cierto que todo masón debe confiar su fe en la creencia de un ser
supremo, la ambigüedad instantánea de ese requisito, junto con su falta de
dogma prescriptivo, debería indicarle a un investigador atento que la masonería
está inherentemente fuera del alcance y propósito de la religión organizada. Muchos masones elocuentemente declaran que: “El verdadero masón se da cuenta que la
masonería es más un estilo de vida que una religión”. Es a este estilo de vida a la que apela para el reconocimiento de
la unidad espiritual en Masonería ”. Esta afirmación se expresa aún más
claramente en donde sostiene que “si bien la masonería se centra en el
comportamiento moral y de la espiritualidad, en sí misma no es una religión. La
masonería utiliza muchos símbolos espirituales, sin embargo la masonería no
ofrece ningún salvador ni plan de salvación, no hay sacerdocio ni ministerio,
aunque no se opone a tales cosas, pero no tiene nada propio que ofrecer como un
dogma ”. A muchos masones , les molesta
que se identifique a la Masonería con una Religión, más que todo por que la
palabra “Religión” ha caído en el descredito y señalamientos atroces contra
cualquier líder religioso, y la Masonería por siglos señalando al fanatismo
religioso como la raíz de todos los males de la humanidad, y que la Masonería
sea una religión resulta de lo más molesta, y más cuando en las filas masónicas
hay infiltrados fanáticos nefastos tanto
de derechas como de izquierdas, sin olvidar los fanáticos cuasi e hiper religiosos en logias masónicas. La
distinción entre espiritualidad y religión es comprensiblemente un concepto
difícil de diferenciar y en muchos casos puede confundirse en la discusión.
Porque lo que es espiritual para una persona puede ser insignificante para otra
y está muy enredado en el carácter individual y la perspectiva del posible
participante. Sin embargo, es que la
espiritualidad subjetiva de la masonería y su capacidad para abordar las
cuestiones morales e intrínsecas sobre el carácter individual de un hombre es
su mayor activo en un período en el que el escepticismo cultural está arraigado
en las mentes de nuestra sociedad moderna. . No es descabellado observar que la
mayoría de las personas en la actualidad son menos religiosos, más escépticos y
mucho menos tolerantes con las intervenciones dogmáticas, y que algunos han
llegado a percibir con razón que es contrario al instinto moderno cuestionar el
status quo y abordar cuestiones de vida y existencia desde la perspectiva de la
razón individual. La moralidad individual, para muchos jóvenes, se encuentra
más a gusto en una clase de ética que en la fe y se tiene menos certeza sobre
el papel de las disposiciones espirituales en el fomento de una comprensión
significativa del mundo que nos rodea. Pero , en la realidad muchas personas en
la actualidad han sustituido la religiosidad clásica , por otros tipos de creencias y
fanatismos iguales o más atroces , como
el fanatismo hacia un club deportivo, el fanatismo hacia un político , el
fanatismo hacia el consumismo capitalista , el fanatismo hacia el tan dañino izquierdo –socialismo, el fanatismo hacia el sexo y una larga lista
de fanatismos etc. Este siglo XXI está
marcado por el creciente escepticismo cultural. Y, sin miedo a abordar las
cuestiones más importantes de la fe y la razón, sorprendentemente la Masonería ofrece
una visión fascinante sobre el espíritu de la sociedad moderna en donde la Razón y la Religiosidad pueden ir
de la mano , con su visión de que existe una "necesidad de una nueva
Ilustración" . Se sostiene que esta nueva ilustración "se basará en
la proposición de que el estudio adecuado de la humanidad es la tolerancia ,
una idea que tiene más de 3 siglos promoviendo la Masonería". La Masonería
sostiene desde siempre que la Iluminación espiritual no está en rivalidad con
la Razón “Y que idea masónica está
dentro del alcance de la persona promedio... [y es a través del] estudio de sí
mismo y del Universo ... la búsqueda ilimitada de la investigación científica...
[con el objetivo] de 'conocerse a uno mismo' como los griegos, suavemente pero
determinantemente sugerida por la
filosofía socrática”. Si bien el propia
Masonería en algunos momentos fue un profundamente antagonista de la religión y determínate en la
razón y lógica infalibles, uno no puede dejar de observar que tal vez la
“Ilustración” que profesa se adapta más a la espiritualidad de lo que uno
pensaría en un principio, podría pensar
para percibir. De hecho, como muchos masones habrán identificado, la
“iluminación” se parece mucho a la de las contemplaciones alegóricas de los
tres grados en la masonería original . En el primer grado de la masonería se
invita a un hermano a considerar las lecciones útiles de la igualdad natural y
la dependencia mutua. La alegoría de que, como seres mortales, somos traídos a
este mundo en una oscuridad que sólo podemos aprovechar mediante la comprensión
y el respeto de nuestro prójimo, guarda una gran similitud con la ilustración
promovida hace cientos de años. Además, el concepto de que la verdadera
iluminación se logra mediante una intensa búsqueda de la educación de la
naturaleza, las artes liberales y las ciencias es una lección clave de segundo
grado. Este título anima al hombre a aprovechar los secretos de la naturaleza y
la ciencia se presenta como un camino importante para alcanzar la verdad
intelectual. Sin embargo, es el tercer grado en la masonería, con su enfoque en
nuestra inevitable mortalidad y la contemplación de nuestro tiempo finito en la
tierra, lo que realmente completa nuestra capacidad de verdaderamente
“conocerte a ti mismo” y en ese conocerse a sí mismo se llega a la
espiritualidad completa. Sin embargo, la
masonería, a través de su ávida contemplación de estas lecciones, se incrusta
en su comprensión última de que, si bien estas lecciones se basan en la
racionalidad, es a través de la contemplación espiritual de su mayor
significado que tienen un verdadero apego a nuestras vidas y caracteres. Como
se expresa : “Independientemente de los nombres asignados a la verdad
(emblemática del ser supremo), el punto clave es que el candidato debe creer
que hay algo más, algo desconocido y algo más allá que solamente es perceptible cuando se llega a bien
comprender bien el sublime grado de Maestro Masón . Es nuestra comprensión
limitada del mundo material, algo que se relaciona con el orden subyacente del
universo y con la verdadera naturaleza de nuestra conciencia”. La masonería, inequívocamente, tiene la
capacidad de brindar al hombre moderno la oportunidad de ampliar su comprensión
de su propia percepción intelectual, filosófica y, en última instancia,
espiritual, del mundo y de su humanidad. Como se ha demostrado al deconstruir
la “Ilustración masónica del Siglo XXI”,
la búsqueda de una comprensión racional del mundo se ha basado en las
tradiciones del oficio durante cientos de años y su significado se ha
sustentado en la espiritualidad. La propensión de las sociedades modernas al
escepticismo cultural ha sido un verdadero desafío a la religión y su papel en
la vida de las generaciones más jóvenes. Sin embargo, como ya se indicó, la
masonería no es una religión, aunque para los No Masones lo parezca ya que la
Masonería no pone limites a la investigación y menos a la libre expresión de
ideas en Logias Masónicas. A través de la masonería, un hombre moderno o una
mujer tienen la oportunidad de
confrontar y contemplar las preguntas más importantes de la vida y, a través de
la espiritualidad de la contemplación alegórica, puede salvar las divisiones de
la diversidad para desarrollar mejor su intelecto subjetivo y su moralidad. Para el masón moderno, la Masonería está
libre de instrucción dogmática, sujeta a la razón individual y velada por la
espiritualidad. La masonería es
verdaderamente la más capaz de llenar el vacío de espiritualidad que siente y
anhela el hombre moderno, que puede encontrarse acostumbrado a una sociedad de
escepticismo cultural. Pero a final de
cuentas si usted considera a la Masonería una Religión , esta Religión estará
basada en la Razón y no en
el dogma Alcoseri ¿Conocéis la historia de la emperatriz Carlota,
la única mujer que ha gobernado México? La tía de su abuela fue María
Antonieta; su abuelo, Luis Felipe I de Orleans, fue el último rey de Francia; y
su padre, Leopoldo I, fue el primer rey de Bélgica. Su nombre completo era
María Carlota Amelia Augusta Victoria Clementina Leopoldina de
Sajonia-Coburgo-Gotha, y nació en el castillo de Laeken, cerca de Bruselas, el
7 de junio de 1840. Su madre, la reina Luisa María, falleció de tuberculosis
cuando Carlota tenía solo 10 años. Su padre, el rey Leopoldo de Bélgica, la
educó para gobernar, por lo que aprendió mucho acerca de política, geografía e
historia, aparte de filosofía, música y arte; y la joven hablaba francés,
alemán, inglés, italiano y español. Gracias a sus extensas colonias africanas,
Leopoldo I era un rey muy rico, y aspiraba a que su hija se casase con el
heredero de una importante casa real europea, pero, aunque tuvo muchos
pretendientes, ninguno resultaba del agrado de Carlota. Hasta que conoció al
archiduque de Austria Fernando Maximiliano de Habsburgo, hermano pequeño del
emperador Francisco José I, casado con la famosa emperatriz Sisi. Maximiliano
tenía buen porte, era galante y un gran conversador, además de poseer
sensibilidad artística. Carlota se enamoró de él y, aunque le costó mucho
convencer a su padre de que le permitiera contraer nupcias con él, ya que
Maximiliano no era un primogénito, finalmente Leopoldo I cedió y permitió que
su hija, de 17 años, se casara con el Habsburgo, pese a que este no tenía
ningún reino que heredar. Tras la boda, la pareja se trasladó a la corte de
Viena, donde la joven hizo buenas migas con su suegra, la archiduquesa Sofía.
Esta no disimulaba su predilección por Carlota, a quien consideraba más
inteligente y discreta que su otra nuera, Sissi. Y, según se cuenta, eso le
granjeó a Carlota los celos y la enemistad de Sissi. Por su parte, a Carlota no
le hacía ninguna gracia la estrecha relación que existía desde hacía años entre
Sissi y su marido, Maximiliano. Por suerte para todos, el padre de Carlota,
Leopoldo, presionó para que nombraran a Maximiliano virrey de
Lombardía-Venecia, un territorio que estaba bajo el dominio del Imperio
austríaco, así que la joven pareja se trasladó a Milán. En Italia vivieron
tranquilos, aunque no tenían poder, ya que su cargo era más bien honorífico.
Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, México vivía una época convulsa. En
1861, el que por entonces era presidente de la República, Benito Juárez,
anunció la suspensión de los pagos de la deuda externa. El país estaba
arruinado tras los tres años de la Guerra de Reforma y, sencillamente, no podía
pagar a las potencias extranjeras acreedoras. Francia, Reino Unido y España formaron
una alianza y, para presionar a México, enviaron una expedición armada que
desembarcó en el puerto de Veracruz en enero de 1862. Hubo negociaciones;
México les aseguró a sus impacientes acreedores que el impago sería solo
temporal y España y Reino Unido decidieron retirar sus tropas. Sin embargo,
Francia, gobernada por Napoleón III, quien aspiraba a crear un Imperio colonial
en América, aprovechó la coyuntura para anunciar que ocuparía el país. Su
intención era instaurar una monarquía en México que pudiera utilizar para
apoyar a los Confederados en la Guerra de Secesión de EE. UU. y reducir el
poder estadounidense en la región. Con decenas de miles de soldados, Francia
invadió México y, pese a sufrir una dura derrota en la batalla de Puebla,
finalmente consiguió ocupar la Ciudad de México en junio de 1863. Los
conservadores mexicanos y la Iglesia católica, descontentos con el Gobierno de
Juárez, eran partidarios de imponer un nuevo régimen monárquico y católico, así
que, tras ponerse de acuerdo con Napoleón III, enviaron una comisión a Europa
para ofrecer a Maximiliano el título de Emperador de México, para él y para sus
descendientes. De entrada, Maximiliano no está muy por la labor de aceptar la
oferta, ya que se le exigía que renunciara a cualquier derecho sucesorio al
trono austrohúngaro, pero Carlota ayudó a convencerlo, pues veía la oportunidad
de gobernar realmente sobre un país de grandes riqueza naturales que poseía el
potencial de convertirse en un Imperio de primer orden mundial. Finalmente Maximiliano
aceptó la corona de México, y Carlota y él llegaron a Veracruz en la fragata
Novara el 28 de mayo de 1864. Los recibieron con grandes fastos, lógicamente
los partidarios de su llegada, que no eran todo el pueblo mexicano, y se
instalaron en el castillo de Chapultepec, en la Ciudad de México. Sin embargo,
pese a que los conservadores y la Iglesia católica los habían puesto en el
poder, los nuevos emperadores eran liberales y progresistas, de modo que sus
políticas pronto chocaron con los intereses de quienes los habían entronizado.
Pese a las presiones recibidas por el Vaticano, ratificaron las leyes que
despojaban de sus bienes a la Iglesia, reconocieron la legislación reformista e
incluso invitaron a Benito Juárez a formar parte del Gobierno como ministro de
Justicia –aunque este rechazó el cargo–. Maximiliano y Carlota intentaron
aprovechar el gran poder del que gozaban para promover el desarrollo económico
y social del país. Maximiliano se veía a sí mismo como una figura de
integración nacional. La justicia y el bienestar de todos fueron sus objetivos
más importantes. Uno de sus primeros actos, como emperador, fue restringir las
horas de trabajo y abolir el trabajo de los menores. Canceló todas las deudas
de los campesinos que excedieran los 10 pesos, restauró la propiedad común y
prohibió todas las formas de castigo corporal. Pero Maximiliano no tardó en
comenzar a distraerse de sus tareas de Gobierno para dedicarse a tareas más
mundanas, como la creación de museos y las visitas a sus amantes. Aquello, por
razones lógicas, molestaba mucho a Carlota, quien no había logrado quedarse
embarazada y se sentía en la obligación de proporcionarle un heredero.
Maximiliano solucionó el tema sucesorio adoptando a Agustín y Salvador, los
nietos del primer emperador de México tras la Independencia, Agustín de
Iturbide. Carlota no tuvo más remedio que aceptar la decisión y la pareja dejó
de compartir lecho, algo que, según algunos historiadores, no le vino mal a
ella, ya que Maximiliano había contraído la sífilis. De hecho, hay quien
asegura que llegó a transmitírsela a su esposa. Las tareas que Maximiliano
dejaba de hacer las asumía Carlota, quien, con su carácter decidido, tomó
numerosas medidas, como impulsar los ferrocarriles, el transporte a vapor, el
telégrafo y la beneficencia. También fundó un conservatorio de música y una
academia de pintura y abrió guarderías y asilos. Se interesó por la cultura
mexicana. Y promulgó la ley de instrucción pública, que garantizaba la
educación primaria, obligatoria y gratuita. Pese a que no eran malos
gobernantes y se preocupaban por el pueblo, la posición de Maximiliano y
Carlota era débil, pues los conservadores cada vez los apoyaban menos y los
liberales republicanos lógicamente seguían luchando por acabar con la monarquía.
Las tropas francesas de Napoleón III no eran capaces de controlar a los
guerrilleros republicanos y, en 1866, cuando la Guerra de Secesión de EE. UU.
ya había concluido con la derrota confederada, Napoleón III comenzó a retirar
sus ejércitos de México para que retornaran a Europa, en previsión de una
inminente guerra con Prusia. Maximiliano y Carlota se habían quedado sin
apoyos: ni franceses, ni conservadores ni liberales. Pero la madre de
Maximiliano, Sofía, le escribió diciéndole que “un Habsburgo nunca abdica”. Así
que permaneció aferrado a su corona, dirigiendo las operaciones militares
contra el ejército republicano, mientras Carlota viajaba a Europa para buscar
apoyos desesperadamente. Primero se dirigió a Francia, donde Napoleón III hizo
caso omiso de sus peticiones: ya no tenía interés por México y Maximiliano
había antepuesto siempre los intereses mexicanos a los franceses. “Ni un hombre
más, ni un franco más”, le dijo Napoleón III a Carlota. Durante este viaje a
Europa, empezaron a producirse las primeras muestras del desequilibrio mental
que, a sus 27 años, la emperatriz comenzaba a sufrir. En Viena tampoco
consiguió ayuda de la familia de su marido, pues el Imperio austríaco acababa
de perder una guerra contra Prusia. Así que Carlota se encaminó a Roma, para
entrevistarse con el Papa y conseguir de él un acuerdo que les granjease de
nuevo el apoyo de los conservadores mexicanos. Pero Pío Noveno solo le ofreció
promesas vagas, al tiempo que le recordaba que su esposo y ella habían
ratificado la desamortización de los bienes de la Iglesia en México. Mientras
tanto, en México, Maximiliano fue derrotado y capturado por el ejército
republicano en la ciudad de Querétaro. Más tarde fue procesado y, finalmente,
fusilado en el Cerro de las Campanas, el 19 de junio de 1867. La noticia fue
devastadora para Carlota. No se sabe con certeza qué fue lo que condujo a
Carlota a perder la estabilidad mental. Como hemos mencionado, sus primeros
síntomas se manifestaron durante su viaje por Europa, tras no lograr el apoyo
de Francia ni del Papa. Sentía una fuerte ansiedad por haberse separado de su
esposo, a quien amaba profundamente. Carlota desconfiaba de todos aquellos que
la rodeaban, veía enemigos por todas partes y, cuando Maximiliano fue
ejecutado, entró en una profunda depresión y su paranoia se exacerbó. Se negaba
a comer y a beber nada de lo que le ofrecieran por miedo a ser envenenada, y se
alimentaba de agua de las fuentes y frutos que ella misma recogía. Los médicos
de su hermano, el príncipe Felipe, conde de Flandes, la declararon oficialmente
demente. Existe la teoría de que el declive mental de Carlota se produjo por
culpa de una curandera de Ciudad de México a la que acudió en busca de un
remedio contra su infertilidad. Aunque la emperatriz ocultaba su identidad, la
curandera, partidaria de Benito Juárez, la reconoció y, con intención de
dañarla, le dio una dosis muy alta de teyhuinti, un hongo psicoactivo que se
empleaba como tónico en soluciones muy diluidas, pero que en altas
concentraciones puede alterar la mente de forma duradera. Tras la muerte de
Maximiliano, Carlota permaneció en Europa, aislada de la sociedad. Aunque vivió
50 años más, su salud mental nunca se recuperó. Primero se recluyó en el
castillo italiano de Miramar, en Trieste. Más tarde fue trasladada a Bélgica.
Allí, en el Château de Bouchout, cerca de Meise, falleció de una neumonía en
1927, a los 86 años de edad. En su lecho de muerte, según algunas fuentes, sus
últimas palabras fueron: “Todo aquello terminó sin haber alcanzado el éxito”.
Según otras, lo que dijo fue: “Dios quiera que se nos recuerde con tristeza,
pero sin odio”. ¿Y vosotros, qué opináis de la vida de Carlota de México? El Fútbol soccer un invento Masónico Si bien el juego de pelota tiene su origen en
la Noche de los tiempos , en Londres en 1863, unos hermanos masones le dieron
reglas y lo llamaron Fútbol , o juego de
pelota con los pies. El juego de pelota evidentemente hace cientos o hace miles de años no era un simple deporte , sino que casi a
nivel universal era un tipo de ritual religioso , un algo místico y con
implicaciones muy profundas en la psique del inconsciente colectivo de la
Humanidad. Con el beisbol sucedió algo
muy parecido con que el Fútbol , fueron
masones los que le dieron reglas a ambos deportes . Sin duda , la obsesión de
nosotros los masones por darle orden a
todo , es que le dimos orden tanto al beisbol como al Fútbol soccer, así como a otras disciplinas . Los
invito a investigar junto conmigo , las connotaciones historicas del fútbol
soccer, ya años atrás escribí de como la Masonería influyó en la creación del
Beisbol , pero ahora le toca el turno al Fútbol soccer. Los orígenes del fútbol y The Freemasons Arms Como aficionado al fútbol (soccer) y habiendo
leído de Masonería , me di cuenta de una historia , sobre el pub inglés en el
que se encontraba la Football Association. fundada el 26 de octubre de 1863 en
Londres , me propuse ahondar más en el tema. Ese primer día se redactaron las
primeras reglas del juego, como la prohibición del uso de las manos para los
jugadores de campo . Ese momento marcó la separación entre el fútbol y otras
formas de juego de pelota como el Rugby .
La historia que da origen al deporte que hoy conocemos como Fútbol
soccer recorre los orígenes del fútbol desde los juegos prehistóricos. Se afirma que la creación de la asociación
de fútbol tuvo lugar en The Freemasons Arms ubicado en Great Queen Street. Ese
pub en realidad ya no está allí sino en otra calle: la calle Long Acre, a unos
100 metros del lugar original. Se proporciona
una explicación plausible : la fundación de la Asociación de Fútbol tuvo lugar
en la Taberna de los Freemasons, pero ese pub aparentemente fue demolido y para
continuar con su negocio se construyó el Freemasons Arms a unos 100 metros como
les decía, que no es lo mismo pero aparentemente reivindica el legado de la
anterior. De hecho, la Taberna de los Masones habría estado ubicada en Great
Queen Street, donde hoy se encuentra el nuevo Freemasons Hall. Ese lugar la Taberna de los Masones está adorando con los orígenes de un juego como el fútbol. Hoy el lugar solamente es de interés para
masones , pero no tanto para aficionados ; ya que sólo hay un pequeño altar en una
pared con algunas piezas que recuerdan la relación del pub masónico con el fútbol. Incluso los camareros del bar
apenas y tenía una idea de cuál es la relación del Fútbol Soccer con la
Masonería. Lamentablemente, en todo esto un pedazo de la historia parece haberse
perdido, pero conociendo lo masónico , un simple hecho como este , que podría
ser casual , da pie a lo que es muy posible , y es que, esos eventos dan a
mover unos engranajes con implicaciones insospechadas en sus repercusiones , y
determinan poderosamente a que millones de personas sean influenciadas , en
este caso por el deporte del fútbol. ¿el fútbol de verdad un invento masón? Se
preguntarán. Y este evento tan
determinante , recoge la historia que un 26 de
octubre de 1863 se fundó
oficialmente la asociación inglesa de
fútbol soccer que es la primera en la
historia y Por ende la más antigua del
mundo ese día hermanos masones establecieron
por escrito las Origen primeras reglas básicas del fútbol casi íntegras a como las conocemos hoy en día. Así, la reunión de masones se llevó a cabo en la taberna de masones perteneciente a la logia reina Elizabeth número 11 de Londres Inglaterra. Donde de Masones determinaron
las reglas y características de dicho
juego, en el cual destaca a su
influencia masónica; tomando en cuenta
lo siguiente: el campo de juego posee las proporciones áureas características de la arquitectura masónica, arquitectura de
proporciones áureas sagradas para
la construcción de templos masónicos, la forma en cada esquina asemeja el compás masónico , el balón oficial de juego con cuadrados negros
y blancos, que se puede identificar perfectamente , con el
piso ajedrezado en la logia. También, los primeros
escudos de los clubes de fútbol eran
Características triangulares y
la mayoría de ellos se encuentran
cargados de alegorías masónicas. La
cantidad de jugadores es el número
primo 11 y así mismo la cantidad de
cargos que pueden conformar una logia
justa y perfecta. Pues con el mínimo de
siete integrantes se puede también jugar un partido de fútbol la duración de un partido de fútbol son 90 minutos en promedio; en referencia a la escuadra y cada medio tiempo dura 45 minutos
simbolizando la apertura del compás. También , el fútbol retoma el espíritu masónico de libertad igualdad y fraternidad; al no ser distinción de nacionalidad raza ideología religión, ni género ideología política o posición económica social. Entonces el fútbol sin duda es un invento masónico . Ahora vamos a la sorprendente historia del
juego de pelota , que fue previo al nacimiento masónico del Fútbol Soccer. Conoceremos cómo fueron los orígenes del fútbol. Y veremos que algunas
versiones primitivas del fútbol los jugadores podían usar toda la
violencia que quisieran, excepto matar
al rival. Ya sabrán que el fútbol es el deporte rey en muchísimos países de
todo el mundo. Si preguntamos por el
mejor jugador de la historia, , seguramente saldrán nombres como :Franz Anton
Beckenbauer, Maradona, Pelé, Garrincha, André-Pierre Gignac, Hugo Sánchez, Puskas, Beckenbauer, Cruyff, Di Stéfano,
George Best, Ronaldo Nazario, Van Basten o
los más actuales Cristiano Ronaldo y Messi, entre otros. En la
actualidad hay unos 3500 millones de aficionados en todo el planeta, que
viven con gran emoción, cada cuatro
años, la disputa de la Copa del Mundo. Pero los juegos de pelota tienen una larga tradición. Desde hace
siglos, incluso milenios, pueblos de todos los continentes han practicado deportes que tenían por
objetivo pasarse una pelota entre los jugadores de un mismo equipo, ya fuera con las manos, los
pies o incluso, como veremos en el México Prehispánico con la cadera, y conseguir que esa bola terminara atravesando
o golpeando una marca o estructura que hoy
llamamos portería. El conocer
esos deportes antiguos que fueron los precursores de lo que hoy es el fútbol moderno. Les aseguro que
hay mucha historia e incluso mitología
detrás de ellos. Viajaremos a lugares como la antigua Grecia, en Mesoamérica
con los Aztecas , los Mayas , los
Olmecas, China, Japón, Tailandia, Roma,
Florencia e Inglaterra. Leer de esto durará
mucho menos que un partido, pero será interesante ver como la Masonería
inventa el Soccer con evidentemente fines esotéricos , como si se tratara de
proseguir con ese pasado místico del juego de Pelota. En lugar de ir en orden cronológico, nuestro
viaje lo realizaremos por continentes. Y la
primera parada la haremos en América, en los pueblos precolombinos de
Mesoamérica, territorios que abarcan los
actuales países de México, Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador, parte de Nicaragua y Costa Rica.
Hace unos 3500 años, en estas regiones se
empezó a practicar... el Juego de Pelota. A menudo, más que una práctica
deportiva, era un ritual religioso; y, como tal, podía incluir sacrificios humanos. El juego de pelota no solo estaba ligado a
actos religiosos: también a eventos
políticos y de recreación social, y por ende a la distracción de los problemas
sociales, y así el Deporte del juego de Pelota fue y es el pan y el circo del pueblo, y de esto
se ideo así desde las Logias Masónicas . E incluso en el antiguo México ,se
hacían apuestas para bellas docellas, hay un punto que no comprendemos ahora, y
es que entre los antiguos mayas , no se sacrificaba al perdedor sino al
vencedor, ya que iría a un lugar paradisíaco a disfrutar de los mejor. En el México Prehispánico se asegura que el Juego de Pelota recreaba de forma
simbólica el mítico combate entre el Sol,
Huitzilopochtli, y su hermana la luna, Coyolxauhqui. El juego era un
rito que propiciaba, gracias a los
jugadores, el movimiento de los astros en el cielo. La pelota simbolizaba el
Sol, y, como el juego es una
representación del cosmos, nunca debía detenerse. En el 'Popol Vuh', también conocido como
Libro del Consejo y en el que encontramos
gran parte de las tradiciones de la cultura maya -es una obra de gran
valor histórico y espiritual–, se cuenta
la historia de dos gemelos, Hunahpu y Xbalanqué, que derrotaron a los dioses malvados del inframundo en una
cancha del Juego de Pelota y después ascendieron al cielo convertidos en el Sol y la Luna,
respectivamente. ¿Cómo eran las reglas de este juego? Resulta
difícil descifrar cuáles eran exactamente,
porque además había diferentes modalidades según la región donde se
practicaba, pero sí nos podemos hacer una idea a través de las representaciones
pictóricas o en monumentos de piedra que
se conservan. Se cree que podía enfrentar a los contendientes de uno en
uno, en parejas o por equipos. La bola,
que pesaba entre 2 y 5 kilos, estaba hecha de hule –de caucho– y era pesada pero con mucho rebote. Al
parecer, y a grandes rasgos, cuando comenzaba el juego, se lanzaba la pelota a
la cancha con la mano y, a partir de ese
momento, podía tocarse con una parte concreta del cuerpo: principalmente era con la cadera, aunque en
otras versiones, era con el antebrazo, cerca del codo. E incluso en algunas
variantes se usaban instrumentos, como
un bastón o una manopla, para golpear la bola. Las canchas en el antiguo México
eran largas pistas estrechas, en algunos
casos con paredes a ambos lados que los
jugadores usaban para hacer rebotar la bola. Por cierto, quizás hayan oído
que usaban una cabeza humana como pelota en algunas ocasiones. El
objetivo era pasar la pelota de un lado al otro, y, cuando se añadieron los
aros de piedra que pueden ver en canchas
como la de Chichen Itzá, uno de los principales
sitios arqueológicos mayas de la península de Yucatán, en México, se
podía conseguir la victoria si se
lograba la hazaña de hacer pasar la pelota a través del aro. ¿Y qué obtenía el ganador? La protección de los
dioses. Por cierto, que en estos eventos rituales podían incluir sacrificios
humanos a los dioses. Como les decía líneas arriba, que hay dudas sobre si se sacrificaba a los
ganadores, porque se consideraba que morir en ese contexto era todo un honor, y los que perdían no
tenían el honor de morir , y seguramente preferirían morir a vivir en el
ostracismo y la deshonra. El Juego de Pelota que jugaban en el México
prehispánico para nada está muerto. Ha llegado en diferentes modalidades a nuestros días, y, por ejemplo, hay equipos,
de hombres y también de mujeres, que lo practican en México, Belice, Guatemala... También en
ciertas tribus indígenas en Estados
Unidos. Los conquistadores españoles, dos décadas
después de su llegada a América, suspendieron
la práctica del juego de pelota entre 1519 y 1521 por sus raíces
religiosas, que chocaban con las
católicas, y porque lo consideraban "diabólico". Pese a prohibirlo, el juego de pelota debió de resultarles muy llamativo,
porque cuando Hernán Cortes viajó de regreso
a España en 1528 llevó a jugadores que un año más tarde disputaron un
encuentro de exhibición ante el
emperador Carlos V. Por suerte, el juego sobrevivió en el Estado mexicano de
Sinaloa con el nombre de Ulama. El Ullamaliztli, juego de pelota delegación
Ullama Mexico Tenochtitlan, es el juego de pelota modalidad cadera. Es decir, solo se puede golpear con
la cadera y hay que tratar de llevar la pelota desde tu lado de la cancha hasta el extremo
del equipo rival. Se hace un golpe por equipo,
que puede ser de aire, en medio o a ras de suelo. Cuando se logra cruzar
la línea final del otro equipo, se marca
una raya, que vale un punto. Tradicionalmente, en Sinaloa, gana el equipo que consiga ocho rayas u ocho
puntos. Es muy interesante la cosmovisión del juego, que aún hoy se conserva.
En la versión de cadera, se golpea con
ella porque representa la fertilidad del cuerpo y, según la cosmovisión de los pueblos mesoamericanos, al usarla para
darle movimiento a la pelota, se propicia
la fecundidad de la tierra. La bola es la representación del Sol, y los
jugadores representan al cosmos, a los
planetas, y como estos no pueden chocar entre sí, si los jugadores llegan a chocar durante un partido, sería un
punto para el equipo rival. Ya dijimos
que la pelota estaba hecha de hule natural, de la 'sangre o savia' de un
árbol, y por ello se considera que tiene
vida. Una vez en movimiento la pelota, el jugador no puede quitarle la vida a esa pelota porque entonces es un punto
que gana el otro equipo. Así, este
deporte ancestral, cultural e histórico es revivido por la FEMUC, Ullama
Mexihco Tenochtitlan y Teotlakollin-Xiuhuitziltin, que trabajan
por revitalizar y dar visibilidad este sagrado juego. Nace el Fútbol Moderno a partir de la
Masonería La excesiva violencia con que
se jugaba el fútbol hizo que muchos
aficionados protestaran. Por ejemplo, estudiantes de la Universidad
de Cambridge se reunieron para alegar
contra la rudeza del balompié. La
mayoría se pronunció en contra de hacer zancadillas y patear las canillas del contrario. La reunión de
Cambridge fue un intento por introducir
orden en los reglamentos. En diciembre de 1863, meses después del encuentro, representantes de
once clubes interesados en formar la
primera liga se reunieron en la “Freemasons Tavern” para crear la primera Asociación de Fútbol.
Aprovechando esta oportunidad, los
representante de la Universidad de Cambridge participan de la reunión con el fin de extirpar la excesiva
rudeza del fútbol. Fue entre
cervezas y algarabía donde el rugby se separa
definitivamente del fútbol. Luego de esta reunión ya no se podía
pegar al adversario por debajo de la
canilla y hacer zancadillas. Los
férreos defensores del rugby que estaban en minoría se retiraron. El
8 de diciembre de 1863 es la fecha en
que nace el fútbol moderno. En 1868 se
prohíbe finalmente tomar el balón con las manos. El fútbol, con las reglas que se conocen en la
actualidad, empieza a difundirse.
Fue el inglés Charles Alcock el hombre al que se le atribuye la creación, en 1872, de la primera liga de
fútbol del planeta. Quince clubes
participaron y fue ganada por Wanderers. En 1872 se jugó el primer partido entre países. Jugaron las
selecciones de Inglaterra y Escocia.
Durante esta época nace una polémica, debido a que no existía la tradición de pagarle a los jugadores por
practicar el fútbol. La siguiente parada en este viaje por la historia de los precursores
del fútbol moderno nos llevará hasta
Asia, China. La obra 'Estrategias de los Reinos Combatientes', un clásico de la historiografía china que
data del siglo III antes de nuestra era, ya
menciona el Cuju, o Ts'u Chü. Cu significa patear en chino y ju, pelota
hecha de cuero, así que Cuju significa
“pateando una pelota”. La FIFA reconoció en 2004 a este deporte asiático como el precursor del fútbol actual.
Es un juego que, durante más de 1500 años, practicaron en la antigua China, y
que se importó a otros países como
Corea, Japón y Vietnam. Había dos equipos, y jugaban con un balón de cuero relleno de plumas y pelo.
Los jugadores debían sortear a los del equipo
rival llevando la pelota con los pies, nunca con la mano, y el objetivo
era meter el balón en alguna de las seis
porterías del rival, con forma de media luna, que estaban situadas en los extremos del terreno de juego. Se
inventó durante la dinastía Han, que duró hasta el siglo III de nuestra era,
y tenía un fin militar: lo jugaban los
soldados como modo de entrenamiento; pero se hizo tan popular entre la población que se empezó a
practicar no solo en el seno del ejército;
también quisieron jugar al Cuju las clases altas y los cortesanos. Hasta los emperadores se animaron a patear la pelota. De hecho, a
menudo se jugaban partidos de Cuju dentro
del recinto del palacio imperial. Posteriormente, durante la dinastía
Tang (entre los siglos VII y X de nuestra era),
la pelota rellena de plumas se sustituyó por otra llena de aire. Y
aparecieron dos tipos distintos de
portería: una de ellas se construía con postes de bambú y entre ellos, a unos 9 metros, se colocaba una red
con un agujero, que era por donde había que
colar la pelota. El otro tipo de portería solo constaba de un poste, que
se situaba en el centro del campo. Hasta
eruditos e intelectuales se interesaron por este juego de pelota; y cuando no eran demasiado hábiles en el manejo
del balón, se conformaban con ir anotando
los puntos que conseguía cada equipo. Este precursor del fútbol tuvo una
época de esplendor durante la dinastía Song, entre los siglos X y XIII, de manera que todas las
clases sociales terminaron practicándolo.
Surgieron equipos de
profesionales, los jugadores eran muy populares entre la población, e incluso contaban con entrenadores y...
¡patrocinadores! Todo esto nos recuerda mucho al fútbol actual, ¿verdad? Ah, y también había equipos
femeninos. Se sabe que durante la
dinastía Ming, que gobernó en China entre los siglos XIV y XVII, el Cuju empezó a decaer, hasta que
desapareció por completo. Aunque antes de eso influyó en que, hace 1400 años, durante al periodo
Asuka, surgiera en Japón... el Kemari, que
evolucionó como un deporte diferente al Cuju. Así es: tenemos nuestro siguiente análisis en
el país del Sol Naciente. Para que veáis
cómo se jugaba al Kemari, os tenemos un fragmento de un partido. Si vamos
un 4 de enero al Santuario de Shimogamo,
en Kioto, podremos ver un encuentro de
Kemari en vivo y en directo. Este
deporte se juega en un campo de unos 15 metros cuadrados, y participan entre
6 y 12 jugadores. Lo que más distingue
esta práctica deportiva del resto de juegos de
pelota es que no es competitiva: no hay vencedores ni vencidos. Todos
trabajan en equipo, pasándose la pelota
con los pies, y el objetivo es evitar que la pelota llegue a tocar el suelo.
Hay que ser muy habilidoso, ¿verdad?
Porque además no deben doblar la rodilla a la hora de golpear el balón con el pie, deben mantenerla recta.
De hecho, hay que mover lo menos posible la
parte superior del cuerpo cuando se pega al balón. Es importante mostrar
una buena técnica mientras golpeas la
bola y se la pasas a otro jugador. Y aquí no tiene cabida quien abusa del juego individualista, ya sabéis, el
típico chupón, morfón o traguilla, ya que después de dar tres toques a la pelota tienes que
pasársela a un compañero. Los jugadores
de Kemari, que reciben el nombre de mariashi, juegan con un balón llamado Mari, una pelota de cuero, rellena de serrín
y de unos 25 centímetros de diámetro. ¿Y qué conseguían los mejores equipos y
jugadores de este juego de pelota? El emperador los recompensaba con regalos y favores. Igual que
sucedió con el Cuju chino, al principio jugaban al Kemari los nobles del país,
y posteriormente, entre los siglos X al
XVI, se extendió su práctica al resto de clases
sociales. En 1903 el emperador Meiji fundó una asociación cuyo objetivo
es evitar la desaparición de este
deporte tradicional japonés, de forma que aún hoy se sigue jugando, como
hemos visto, en ocasiones especiales
como festivales y en templos y espacios sagrados de Japón. También se basa en el Cuju chino el espectacular
Sepak Takraw, que surgió en el siglo XV y
enseguida se popularizó en Tailandia y Malasia. Los jugadores formaban
un círculo y daban patadas a un balón
hecho de caña, lanzándosela unos a otros; y ese fue el formato que se mantuvo durante siglos. En Bangkok, se puede
ver en los murales del templo Wat Phra Kaew, conocido como Templo del Buda de Esmeralda, al dios hindú Hánuman,
que es un dios mono, jugando a este deporte
con un grupo de monos. La versión moderna del Sepak Takraw surgió en
Tailandia a principios del siglo XIX. En
1829 se redactaron las primeras reglas de esta práctica deportiva a
nivel competitivo, y cuatro años más
tarde introdujeron la red, que, como veis, es muy parecida a la del voleibol. Hoy, esta combinación de fútbol
y voleibol es muy popular en Tailandia, Camboya, Malasia, Laos e Indonesia. Hay competiciones
masculinas y también femeninas. En cada partido se enfrentan dos equipos, cada uno de ellos formado normalmente por
tres jugadores, aunque también se juegan dobles e incluso con cuatro jugadores
a cada lado de la cancha, que tiene las dimensiones de una pista en la que se jugaría un partido
de dobles en bádminton. En el Sepak Takraw la pelota puede tocarse
con pies, rodillas, hombros, pecho y cabeza;
es decir, cualquier parte del cuerpo excepto manos y brazos. Cuando
cualquiera de los dos equipos comete un
error, el oponente suma un punto y realiza el siguiente servicio. Cada equipo tiene derecho, como en voleibol,
a un máximo de tres toques; después deben
lanzar el balón al otro lado de la red. Se juega en dos sets, aunque si
al terminar están igualados se disputa
un tercer set de desempate. Para ganar un set hay que sumar 21 puntos. El objetivo del Sepak Takraw es llegar a ser
considerado deporte olímpico. Desde luego,
no les falta espectacularidad. Dejamos Asia para desplazarnos hasta el
continente europeo. Aquí, comenzamos nuestro viaje con una parada en Grecia, y retrocederemos en el
tiempo 4.000 años. Porque fue entonces
cuando se empezó a practicar en territorio heleno un deporte de pelota
llamado Episkyros, considerado por la
FIFA como una de las primeras formas del fútbol. Lo practicaban en diversas
zonas, incluida Esparta, donde este juego de contacto era particularmente violento. Ya en este otro comunicado
sobre Leónidas os contamos cómo se las gastaban los espartanos... En aquel
periodo el territorio griego estaba muy militarizado, por lo que esta actividad se basaba en el
juego de equipo, la estrategia y en hacer
una buena labor defensiva. El campo para jugar al Episkyros era
rectangular: el centro lo marcaba una línea, llamada 'skuros', que separaba en el inicio a los 12 o 14
jugadores de cada equipo, que además tenían tras ellos sendas líneas. Unas fuentes señalan que la
pelota estaba hecha de tiras de cuero cosidas
alrededor de un núcleo de paja; otras, que se hacía a partir de una
vejiga de cerdo. Se desconocen las reglas exactas, pero se cree
que podían usarse manos y pies para
jugar la pelota y que en esa zona central del skuros era donde se
conseguían puntos. También debían
intentar lanzar la pelota por encima de las cabezas de los oponentes y empujar
al equipo rival más allá de su línea de campo.
Como veremos, muchos de estos deportes europeos tienen similitudes no
solo con el fútbol, sino también con el
rugby y el fútbol americano actuales, ya que los tres comparten orígenes. El
Episkyros también lo practicaban mujeres. Y de Grecia nos vamos a la península
itálica, ya que los romanos importaron el juego del Episkyros con la forma de una nueva versión
llamada Harpastum. Pero el juego no se detuvo
en Roma, ya que en el año 43 después de Cristo, el emperador Claudio
envió a sus legiones, comandadas por el
general Aulo Plaucio, a la conquista de Britania. Y precisamente los reclutas y legionarios destacados allí
jugaban al Harpastum, que les servía de entrenamiento para la batalla. A menudo se enfrentaban los legionarios con
sus instructores, y eran equipos formados
por entre cuatro y seis personas. El campo era rectangular y estaba
marcado con cuerdas. Consistía en llevar
la pelota al otro extremo de la cancha sin permitir que tu rival te la quitara. Y se podía usar una gran
violencia, eso sí, sin llegar a matar a tu rival. Así que podéis imaginar las batallas campales que
se organizaban en el terreno de juego.
Aúna elementos del rugby, el boxeo y hasta el kick-boxing. Se cree que se jugaba con una pelota dura y
pequeña hecha de tiras de cuero enrolladas.
Puntuabas si lograbas llevar la pelota hasta la línea que estaba situada
detrás de tu contrincante, y en ese momento se ponía fin a cualquier pelea que
hubiera entre los jugadores en liza. El
objetivo de este ejercicio era que el legionario aprendiera a no actuar de forma individual, sino de forma coordinada
con el resto del conjunto, algo esencial en
la disciplina de las legiones. Pronto se hizo muy popular entre los
miembros de los ejércitos de
legionarios. En el siglo II Galeno, uno de los médicos más
destacados de la antigüedad -razón por
la que se designa con su nombre a todos los médicos de la actualidad–, redactó un tratado de apenas unas páginas en el que
recomendaba practicar ejercicios con una pelota, ya que, a diferencia de la lucha o las
carreras, esta práctica deportiva incluía una dimensión estratégica y conllevaba, según Galeno, un
menor riesgo de sufrir lesiones. El
Harpastum siguió evolucionando en la península itálica y se le considera el
antecedente de un juego de pelota que se desarrolló en el siglo XVI, en pleno
Renacimiento: el denominado Calcio
Fiorentino. Este juego de pelota nació en la corte de los Medici, en Florencia,
ideado por familias nobles. De hecho,
fue un conde, Giovanni de' Bardi, uno de los promotores del nacimiento de la ópera, quien publicó por
primera vez las reglas oficiales del calcio,
allá por 1580. Se jugaba en la Piazza Santa Croce, de Florencia. Se
enfrentaban dos equipos de 27 jugadores,
y 15 de ellos eran delanteros. Se podían usar pies y manos. Para marcar
había que llevar el balón al otro
extremo del campo, que estaba cubierto por arena y era de dimensiones parecidas a un campo de fútbol de hoy en día.
Como su antecesor, era un deporte muy
agresivo. Çon tantos jugadores en liza lógicamente necesitaban bastantes
árbitros. Ocho en total: uno era el
principal y había seis jueces de línea y lo que llamaban un maestro de campo. En un principio solo lo practicaban
los nobles con dinero, y jugaban cada noche
entre la epifanía y la cuaresma. Se dice que los Médici eran asiduos de estos
partidos. Y que los papas Clemente VII,
León XI –ambos con sangre Médici– y Urbano VIII lo practicaron. Pronto, todos los jóvenes florentinos jugaban
a este deporte en todas las calles y plazas
de la localidad. Su partido más famoso se disputó el 17 de febrero de
1530, que fue el que inspiró la
recreación que se hace en la actualidad. En aquella fecha los
florentinos se encontraban asediados por
las tropas del emperador Carlos V, que deseaba reinstaurar en el poder a
los Médici, expulsados de Florencia tres
años antes. El sitio de la ciudad, comandado por el aristócrata flamenco Filiberto de Chalôns,
príncipe de Orange y virrey de Nápoles,
se había iniciado el otoño anterior; y en febrero, los florentinos, pese
a estar exhaustos y hambrientos,
organizaron este partido... Según unas
fuentes, para distraerse del asedio que
sufrían; según otras, como una forma de provocación contra las fuerzas de
Carlos V, para demostrarle al emperador
que no estaban dispuestos a dejar sus tradiciones y costumbres. El 3 de agosto de ese año fallecieron los
líderes de aquella contienda: el propio Filiberto de Chalôns y el mejor capitán de Florencia,
Francesco Ferruccio, quien, tras ser hecho
prisionero, y pese a estar herido de gravedad, fue ejecutado a manos de
su enemigo Fabrizio Maramaldo. Pocos
días después, la República de Florencia terminó capitulando ante los españoles y los Médici recuperaron el
poder. El Calcio Fiorentino se dejó de
jugar en torno al siglo XVIII, pero regresó en 1930, para festejar el cuarto centenario del
partido celebrado durante el asedio del emperador español, y hoy en día se sigue practicando. Podrán ver los tres partidos que se disputan cada año en la Piazza Santa Croce si visitáis
Florencia en junio. La final se juega siempre
en la tarde del 24 de junio, es decir, en San Juan, ya que es el patrón
de la ciudad. Y se enfrentan los cuatro
barrios históricos de Florencia, cada uno representado por los característicos colores de sus libreas. Hoy
ya no se pueden dar golpes bajos ni patadas
en la cabeza, pero... sí se permiten cabezazos, puñetazos,
codazos... También es heredero del
Harpastum romano el nuevo juego de pelota del que vamos a hablar: la Soule o
Choule, palabra que viene del normando y significa “empujar”. Para ello,
iniciamos viaje hasta el noroeste de...
Francia, y pondremos el foco en Normandía y la antigua región de Picardía, donde en la Edad Medía confluían
las culturas germano-romana, a través de
los francos, y la escandinava. Por ello se cree que el origen de la
soule, primo del rugby y el fútbol,
también puede estar vinculado al knattleikr, un juego muy popular durante la Era Vikinga de Islandia y para el que se
usaba una pelota dura que se golpeaba con
un palo. Porque había dos modalidades de choule: la grande choule, que
se juega con pies y manos, y la choule
crosse, que se juega con palos. La
primera mención escrita que hallamos de la soule data del siglo XII. Se jugaba
en fiestas populares como Navidad,
Semana Santa, Domingo de Ramos, Martes de Carnaval y Cuaresma. Y el juego, en el que participaban siempre
dos equipos, podía enfrentar, por ejemplo,
a dos pueblos vecinos, a campesinos contra comerciantes o a solteros
frente a casados. Ambos equipos pugnaban
por una pelota de cuero, rellena de heno o salvado. Se establecía un lugar u objeto en cada campo rival, la
meta, que podía ser desde el pórtico de una iglesia hasta un simple madero
colocado en el tronco de un árbol, y el objetivo era llevar el balón hasta ese pórtico o madero y
golpearlo con la pelota. Ambos equipos
se reunían frente a frente para retarse, y formaban la primera melé, como en el
rugby, hasta que uno de los jugadores o jugadoras lograba sacar la pelota y
avanzar terreno con ella, mientras era
perseguido por sus compañeros y por sus rivales. Estos,
por supuesto, intentaban hacerle un placaje. Había mucho espacio para
correr, porque no tenían un terreno de juego delimitado. Si, por ejemplo, se enfrentaban dos pueblos, todo
el espacio que los separaba podía ser el campo para jugar: es decir, tenían que
cruzar kilómetros de praderas, bosques, ríos...
Hasta que uno de los equipos lograba llegar con la pelota a la meta y
ganaba. El partido solía durar todo el
día, e incluso se aplazaba para el día siguiente si ninguno de los equipos lograba llegar al objetivo del contrario. Hubo épocas, como la del rey francés Carlos
V, llamado el Sabio, en las que se prohibió
porque se consideraba un juego demasiado violento; y también porque
alejaba a los campesinos del
entrenamiento con arco y ballesta, que resultaba más práctico si había que
hacer frente a unos posibles invasores
del reino. Hoy en día, se siguen celebrando partidos: por ejemplo, en Tricot,
en la región de Alta Francia, cada lunes
de Pascua se enfrentan los casados contra los solteros del pueblo: el primero que lanza la pelota por encima de
la casa designada para cada equipo gana.
También en Vendôme, de la región
Centro, celebran aún encuentros de soule.
Para proseguir nuestro viaje, vamos a cruzar el Canal de la Mancha, y,
en el tiempo, nos remontaremos también a
la Edad Media. Allí nos espera el fútbol de carnaval o fútbol medieval inglés. Las primeras menciones de un
deporte parecido al fútbol que podemos
encontrar en las islas británicas datan del siglo XII, durante el
reinado de Enrique II. El fútbol de
carnaval se llamaba así porque se jugaba especialmente durante las fiestas de Carnaval, y era un descendiente directo de
la soule -se cree que cuando los normandos,
liderados por Guillermo el Conquistador, invadieron Inglaterra llevaron
hasta allá este juego de pelota–. Como tal, también los dos equipos rivales
tenían una meta a la que llevar la
pelota para conseguir marcar. Pero en este caso eran sendas piedras de
molino incrustadas en unos muros de
piedra situados en el cauce de un río. Para
marcar, había que golpear la pelota
contra esa piedra de molino. Por cierto, aunque la palabra gol nos llega
del inglés, de 'goal', en realidad es de
origen germánico, la lengua de sajones y normandos, y quiere decir “objetivo”, “meta”, “punto que
se fija al final de una carrera”. El
fútbol de carnaval se jugaba con un balón que pesaba bastante, así que era
difícil de llevar. Como ocurría con la
soule, lo practicaban grupos rivales, y los equipos estaban compuestos por muchas personas.
También estaba permitido de todo en el juego, menos acabar con la vida del rival. Y debido a los
altercados que provocaba y porque distraía
al pueblo de practicar el tiro con arco para defender a su país, también
en Inglaterra hubo momentos en los que
se prohibió, como en la época de la guerra de los Cien Años. De
hecho, a los nobles no les gustaba nada este juego, que consideraban ordinario
y rudo. Se cree que se siguió
practicando hasta el siglo XVIII. Si quieren
presenciar uno de estos encuentros en
vivo y en directo, tenéis la opción de viajar a Ashbourne, en Derbyshire, donde
todos los años, cada Martes de Carnaval y Miércoles de Ceniza, disputan el Royal Shrovetide
Football Match. Se llama Royal desde 1928 porque ese año fue el rey Eduardo
VII, hijo de la reina Victoria, quien hizo el saque de honor. Entre los periodos de prohibición y que el
fútbol de carnaval fue perdiendo popularidad,
los ingleses se decantaron en el siglo XIX por jugar en espacios más
pequeños y con menos personas. Y fue en
los colegios y universidades donde más se empezó a practicar el fútbol, pero ya como un deporte de caballeros y no
del pueblo. Sin embargo, cada centro
educativo tenía unas normas diferentes
acerca del terreno de juego –por ejemplo, hasta qué punto se podía dar patadas al rival o si estaba
permitido coger el balón con la mano, como en el rugby–, así que, como podéis
imaginar, surgían problemas cuando se enfrentaban entre ellos. De esta manera llegaron en 1848 las
reglas de Cambridge, las primeras que estipulaban las normas para los partidos de fútbol y que
dejaban claro que las manos solo podían
utilizarse para detener el balón y dejarlo sobre el suelo para patearlo
y que tampoco se permitía el juego
brusco. Pero fue quince años después,
en 1863, cuando se considera que nació el fútbol moderno. El punto de inflexión fue la creación de la
Asociación Inglesa de Fútbol, la FA por
sus siglas en inglés. Fue entonces cuando se separaron definitivamente
los caminos del rugby y el fútbol, y los
miembros de la nueva organización redactaron las reglas, basándose en las de Cambridge, que son el origen de las
que tenemos hoy en día. Así, por ejemplo,
los Fútbolistas no podían correr con el balón en brazos o pasárselo a un
compañero con la mano y tenían prohibido poner zancadillas y dar patadas a sus
rivales. Por cierto, en los primeros
años no existía la figura del árbitro; esta llegó en 1871. Entre
las 13 reglas, también se especificaba cuál debía ser la longitud y anchura
del campo y que la portería eran dos
postes verticales separados por 7,32 metros. Porque, efectivamente, las porterías al principio no tenían ni red
ni travesaño rígido (unas veces había
una cuerda tensada entre los dos postes, y otras ni eso). Ese tipo de
portería provocaba que en ocasiones el
balón pasara entre los postes a 10 metros de altura y se contabilizara como gol. No fue hasta dos décadas más tarde
cuando se hizo obligatorio el travesaño,
que debía estar a una altura de 2 metros y 34 centímetros. ¿Y por qué se incorporó la red? Porque muchas veces no tenían claro
si el balón había pasado entre los tres
palos o no. Solucionó el problema a finales del siglo XIX, en 1889, un
ingeniero de Liverpool llamado John
Alexander Brodie. Siempre dijo que ese fue su mejor invento. El primer equipo profesional del mundo se
fundó en 1857, y fue el Sheffield F. C. Por
cierto, estamos seguros de que tenemos a muchas mentes curiosas del continente
americano viendo este comunicado , así
que no está de más recordar que el club de fútbol americano más antiguo se fundó solo dos años más tarde que el
Sheffield: se trata del Lima Cricket & Football Club, de Perú. Lo creó la comunidad británica
que vivía en el país andino. Es el quinto
equipo de fútbol más antiguo del mundo. En España, el más veterano es el
Recreativo de Huelva, fundado en 1889.
Si hablamos de la primera liga profesional, debemos viajar de regreso a
Inglaterra, ya que allí se creó en 1888
la Football League de Inglaterra, en la que participaban 12 equipos. ¿Y
cuándo se disputó el primer partido internacional de la historia? Fue en 1870,
en Londres, y enfrentó a Inglaterra contra Escocia, bajo las normas de
la FA. Pero no se considera un encuentro
oficial, ya que el equipo visitante estaba formado por jugadores con raíces
escocesas que vivían en Londres. El primer partido internacional oficial
que ambas selecciones disputaron se jugó
en Glasgow, sobre un campo de cricket, en 1872, y ambos equipos empataron sin goles, y eso que los
escoceses jugaron con ¡ocho delanteros!
La FIFA, que surgió con el objetivo de unificar las normas y hacer del
fútbol un deporte más atractivo, se
fundó en 1904, y en un principio estuvo formada por siete naciones: Bélgica, Dinamarca, Países Bajos, Suecia,
Suiza, Francia y España (representada por
el Real Madrid). El organismo se fue extendiendo por el Viejo Continente
y, a partir de 1909, se sumaron también
países no europeos: el primero fue Sudáfrica, seguido de Argentina en 1912, Canadá y Chile en 1913 y Estados
Unidos en 1914. En 1930, cuando ya tenía
41 asociados, La FIFA organizó el primer campeonato del mundo, y la sede del evento deportivo fue Uruguay,
que en los Juegos Olímpicos de París de
1924 se había alzado con el oro en la competición de fútbol. En este
primer mundial la victoria fue para los
anfitriones, que se impusieron por 4 a 2 a Argentina. Y, ya
de vuelta a la actualidad, no podemos poner fin a este comunicado sin mencionar el enorme potencial que vive en nuestros días el fútbol
femenino. Ya habéis visto que en la historia
del fútbol, de sus antecedentes, era habitual que las mujeres jugaran a
muchos de los juegos de pelota. Y en el
siglo XIX, cuando nació el fútbol moderno, también las mujeres estuvieron presentes: en 1894, la inglesa de 23 años
Nettie Honeyball puso un anuncio en la prensa
para buscar a otras jóvenes que quisieran jugar al fútbol. Treinta
respondieron a su llamada, y así se
fundó el primer club deportivo femenino conocido, el British Ladies
Football Club, en el que Nettie fue
jugadora. En una entrevista que le hicieron en el periódico 'Daily Sketch',
dijo, y hay que recordar que vivía en
una sociedad muy tradicional: “No hay nada de ridículo en el British
Ladies Football Club. Se Fundó la asociación (...) con la firme determinación
de demostrarle al mundo que las mujeres no son las criaturas 'ornamentales e
inútiles' que los hombres han
imaginado”. Eso decía Nettie, que también defendía el papel de la mujer en la
vida política y en el resto de la
sociedad. Escandalizó a los lectores del periódico por sus palabras y, sobre todo, porque en la foto aparecía
vestida con un uniforme masculino. Nettie
fue una defensora de los derechos de la mujer, de su emancipación, y
toda una pionera del fútbol femenino.
Como podéis imaginar no se lo pusieron nada fácil. Pero esa historia merecería un comunicado entero. La década de los 90 fue importante para el
fútbol femenino, ya que se disputó la primera
edición de la Copa del Mundo en China, en 1991, y a partir de Atlanta 96
el programa de los Juegos Olímpicos
incorporó el torneo femenino de fútbol.
Hoy se están batiendo récords de asistencia de público a los estadios en
partidos femeninos y jugadoras actuales
de la talla de la centrocampista española Alexia Putellas, la primera Fútbol ista de la historia en lograr el Balón de Oro dos
veces consecutivas, la delantera australiana
Sam Kerr, la centrocampista francesa Amandine Henry o la portera chilena
Christiane Endler, entre otras muchas,
tienen cada vez más reconocimiento a nivel mundial. Todas ellas han dejado
claro que el fútbol no es cosa de
hombres. Aún queda mucho camino por recorrer, pero están en ello. Solo tienen que seguir trabajando
duro y nunca dejar de soñar con su meta,
como dirían los ingleses, con su 'goal'.¿Qué opinan de la historia
masónica del fútbol? Alcoseri